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La Incidencia Institucional en Su Simensión Cultural en La Construción de La Subjetividad
La Incidencia Institucional en Su Simensión Cultural en La Construción de La Subjetividad
en su dimensión sociocultural
en la construcción de la subjetividad
de la Iglesia, Matilde - Marqués, Roxana - Rojas Breu, Gabriela -
Vieyto, Alicia - Llull Casado, V
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entramado significante de ese momento y estimar de qué maneras esas
significaciones intervienen en la construcción de la subjetividad de quienes son sus
miembros, con la particularidad de que son a la vez quienes construyen dichas
significaciones. Por ejemplo, el sentido y las implicancias otorgadas a la noción de
homosexualidad han variado en el devenir socio histórico Si bien en la antigua
Grecia existían ya los intercambios sexuales entre personas de un mismo sexo
carecían de una interpretación ligada al pecado y/o al delito como sucediera siglos
más tarde. Utilizar dichas categorías, pecado y/o delito, para analizar dichos
intercambios en la antigüedad nos alejaría de la posibilidad de comprender su
significación en la dinámica social de aquel entonces, de igual modo sucedería en
la actualidad.
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Podemos considerar que el Derecho, en tanto ordenamiento legal y normativo, se
remonta a los orígenes mismos de la sociedad humana, al primer ordenamiento que
rigió la convivencia de los hombres. A partir de los desarrollos de Lévi-Strauss
(1998), ubicamos, míticamente, a la prohibición del incesto como ese primer
regulador de los intercambios vinculares humanos, es decir como la primera norma
que habría regido la convivencia de los actores sociales y que aún hoy posee
vigencia. Diferentes sociedades le han dado a tal ley diferentes contenidos, pero en
todas, sin excepción alguna, la norma es idéntica, un objeto queda vedado para el
intercambio sexual, constituyéndose, así, las estructuras elementales del
parentesco. Freud retoma lo enunciado en su texto de 1913 Tótem y Tabú.
Teniendo en cuenta que los usos y/o las costumbres se constituyen en un regulador
social, cabe señalar que estos implican una habituación, un modo de proceder o
conducirse. Tales prácticas, muy usadas, adquieren la fuerza del precepto. Es decir,
que un uso y/o costumbre consistiría en observar constante y uniformemente un
cierto comportamiento por parte de los miembros de una comunidad, con la firme
convicción de que el mismo responde a una necesidad de orden socio-jurídico. Los
usos y/o las costumbres habrían precedido a la ley escrita en la organización jurídica
de los pueblos. Sólo cuando las relaciones sociales adquirieron cierta complejidad
habría aparecido la necesidad de fijar las normas jurídicas en un texto escrito.
Desde siempre, algún tipo de legalidad rigió los vínculos e interacciones de los
hombres.
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establecidas en términos jurídicos, sino que son reconocidas por los portadores de
una cultura y operan como principios establecidos, es decir instituidos. Pero dicho
marco regulatorio no es sólo externo, sino que ha sido internalizado vía proceso de
socialización, es decir en la medida en que la cría humana se constituiría en sujeto.
Por otro lado, en sentido restringido institución sería equiparable a organización o
establecimiento, considerando que una organización constituiría un sistema socio-
técnico, creado para la realización de fines específicos configurados alrededor de
un proyecto concreto, tendiente a satisfacer necesidades manifiestas y latentes de
sus miembros y de una audiencia externa. Dicho sistema mantendría su cohesión y
eficacia mediante la implementación de un régimen de autoridad basado en una
diferenciación de responsabilidades técnico-jerárquicas. En su interior se podría
desplegar una conflictiva social originada en la existencia de distintos grupos de
poder en interacción dinámica. Todo el sistema se hallaría inmerso en un contexto
social poblado por entidades diversas con las que interactuaría, colaboraría y/o
competiría.
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dialéctica instituido-instituyente-institucionalización. Los actores sociales, aunados
en cierta clase de agrupamiento, llevan adelante los procesos de transformación,
partiendo de un cierto orden establecido que los organiza, pero que no les es
suficiente, y generan nuevas propuestas que pueden llegar a constituir un nuevo
orden.
Dicho estado de situación, descripta hasta aquí, lleva a pensar a los sujetos no de
modo aislado sino en función de su vida en una comunidad. Por lo que cabe recordar
que la comunidad se organizaría en función de cuatro elementos básicos que se
denominaría instituciones basales. Más allá del tiempo histórico y del espacio
antropológico que caracterice a una comunidad, todo conjunto social se ordena en
función del lenguaje, el sistema de creencias, el sistema de producción y el sistema
de parentesco. Las formas y/o contenidos que adquieran estas instituciones
variarían socio-históricamente, pero en todos los casos, gobiernan las interacciones
cotidianas de los actores sociales, aún la de aquellos que están por venir. La
institución precede al individuo singular y lo introduce en el orden de la subjetividad,
predisponiendo las estructuras simbolizantes organizadoras del psiquismo. El sujeto
social se constituye con relación a un otro colectivo, vía proceso de socialización,
vía atravesamiento del complejo de Edipo, vía internalización de la ley. La cría
humana advendría a un mundo pleno de significaciones, con un repertorio histórico
estructurado, con un conjunto de estilos, habilidades, esquemas y reglas que
gobiernan las interacciones cotidianas. La cría humana se constituye en sujeto
social en la medida que construye una subjetividad, una conciencia práctica y un
conjunto de capacidades reflexivas con relación al medio social en el que se
desarrolla. Dicho proceso implica una dialéctica permanente entre el actor y su
entorno, en tanto producto y productor uno del otro en simultaneidad.
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común de quienes son sus miembros. Su finalidad de existencia se centra en las
relaciones humanas, en la trama simbólica donde ellas se inscriben, sellando así el
ingreso del hombre a un universo de valores, con normas particulares y sistemas
de referencia que sirven como ley organizadora de la vida física, de la subjetividad
y de la vida social de los individuos que son sus miembros.
Cabría señalar que institución jurídica, sociedad y cultura, comparten una misma
génesis, aquel mítico instante en que el hombre se elevó por encima de las
condiciones animales y se distinguió de aquél. Un extenso y diverso conjunto de
producciones científicas son el resultado de una preocupación significativa por las
relaciones entre lo social y lo psíquico, lo histórico y lo subjetivo, lo individual y lo
colectivo, el sujeto y la cultura. Las instituciones jurídicas, en tanto su ordenamiento
normativo y legal, se remontan a los orígenes de la sociedad humana. Retomando
el decir de Lévi-Strauss, en su trabajo de 1949 Las estructuras fundamentales del
parentesco, el único criterio válido, para reconocer una cultura, es la existencia de
una regla. Entonces allí donde la regla cobra vida se genera un espacio cultural,
social, institucional. Así la prohibición del incesto inaugura el campo de lo simbólico
y su función alude a un intercambio social que se transmite generacionalmente, vía
proceso de socialización. Al sujeto social le está vedado llevar a cabo ciertas
conductas configuradas como transgresoras, se puede postular que en aquella
primera regla anidan las bases del ordenamiento jurídico legal. El planteo enunciado
desde una perspectiva antropológica, sería solidario, del planteo freudiano
establecido en el texto Tótem y Tabú, como ya señalamos. El crimen instaura la ley,
tras el saldo de culpa reactiva a aquel. Esta regulación legal habilita el lazo y
compele a una renuncia en pos de ese lazo que se torna tejido, tejido social. La
cultura, entonces, se edifica sobre la base de una renuncia pulsional, precisamente,
en la no-satisfacción directa –mediante sofocación, represión- de poderosas
pulsiones. La instauración de una ley, a la que todos quedan sometidos, implica la
sustitución del poder del individuo por el de la comunidad. Su esencia consiste en
que los miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidades de satisfacción
directa, en tanto que, en el mundo de la naturaleza no se conocía tal limitación. La
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mencionada denegación gobierna el vasto ámbito de los vínculos sociales y es la
causa de la hostilidad contra las que se ven precisadas a luchar las diversas
culturas. Si la renuncia no opera, la justicia adviene para reafirmar el proceso
cultural en los términos freudianos.
Antecedentes
Ahmid dice haber nacido en Egipto en 1946, allí transcurrió su infancia en la ciudad
de Alejandría. No se ha podido relevar más datos al respecto a pesar de la
minuciosidad de las entrevistas efectuadas. A los 22 años habría partido con un
grupo de Boy-Scout a realizar trabajos voluntarios por el mundo. Años después se
radicaría temporariamente en Alemania, en función de un contrato laboral con la
1
de la Iglesia, M.; Di Iorio, J. (2004) El egipcio. Avatares socioculturales de una pericia. En Psicología,
Sociedad y Cultura. Memorias XI Jornadas de Investigación. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos
Aires. Buenos Aires, Argentina, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. 29 y 30. Tomo II. Pp.
353-355.
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empresa internacional. Esta empresa habría instalado al inicio de los '80 una
sucursal en Paraguay, a la que trasladarían al examinado. Finalizando dicha
década, se habría instalado en Argentina, indicando su disgusto frente a la
idiosincrasia paraguaya. Ocho años más tarde de su arribo, obtendría la
naturalización argentina según consta en su documento de identidad.
Ahmid refiere haber estado casado, haber enviudado hace 14 años y como producto
de esa unión haber tenido una hija, quien al momento de la entrevista tendría 22
años. Comenta que su hija hace las cosas al revés en tanto no viviría conforme a
las enseñanzas de su libro sagrado y que, a pesar de no verla desde el año 2002,
en el caso de que ella llegara a necesitarlo, sabría dónde encontrarlo ya que él
acude a la mezquita todos los viernes.
Hechos
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El examinado no puede precisar la fecha del siniestro. En aquella oportunidad lo
habría atropellado un automóvil, “me levantó en el aire, venía muy fuerte...” Dicho
móvil habría sido conducido por un individuo de nacionalidad turca que se dio a la
fuga y lo habría dejado inconsciente tendido en el pavimento. En cuanto a las
lesiones, señala haber sufrido una fractura en una sus piernas y heridas en la
cabeza, no pudiendo precisar si las mismas necesitaron sutura o no.
Para finalizar, cabe comentar que con relación a las expectativas futuras, Ahmid,
manifiesta su deseo de volver a su tierra de origen, a conectarse con sus hermanos,
conocer a los sobrinos. Pero desde su punto de vista, esto solo podría realizarse
después de que él haya recobrado un estado y una imagen de sí tal como la que
poseía con anterioridad al accidente.
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- Al momento de recibir a Ahmid para ingresar al consultorio, éste pregunta si la
señora (la perito) estaría a solas con él durante la entrevista. Ante la respuesta
afirmativa Ahmid se niega a entrar aduciendo que su religión no le permitiría estar
a solas con una mujer que no perteneciera a su familia. Se le explicita que muy
posiblemente llegarían otros -los consultores técnicos- motivo por el cual Ahmid
accedió a entrar. Frente a la ausencia de aquellos, el único modo de efectuar la
entrevista fue manteniendo abierta la puerta del consultorio.
Ante la negativa de Ahmid de referirse a diversas situaciones y hechos de su vida,
como ya se ha mencionado, se le pregunta acerca de dicha actitud. Él mismo
fundamentó su conducta en dos cuestiones:
Con este último dicho también justificó su negativa a realizar alguna de las técnicas
de evaluación propuestas:
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Cultura y socialización
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En la comprensión de los hechos narrados y sus consecuencias para Ahmid, en
tanto fenómeno y actor social, resultó necesario tener en cuenta la modalidad de
organización que rige los vínculos entre los hombres y los valores e ideales que
portan los mismos, cuyas características están determinadas por factores
culturales. Ahmid ha evidenciado en acto dicha diversidad cultural y las fallas en el
proceso de aculturación, mostrando cómo aquello que se ajusta a la más absoluta
normalidad en un contexto puede ser significado como patógeno en otro.
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contradicciones generales con el medio; y las condiciones psicológicas que
transforman el contenido conflictual de la experiencia en forma de conflicto de la
reacción.
BIBLIOGRAFÍA
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Lévi-Strauss, C. (1995). Antropología estructural. Barcelona, España: Paidós
Ibérica.
Lévi-Strauss, C. (1998) Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona,
España: Editorial Paidós Ibérica.
Lourau, R. (1994). El análisis Institucional. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu
Editores.
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