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St ESCAQUES DE Tew eae I. MAIZELIS FINALES DE PEONES Ante la escasez de literatura subespeciall- zada sobre los finales de partida, el aficio- nado, el Jugador medio y hasta ei més ele- vado, encontraré en este libro la solucién al problema matemético de los finales de peones, porque si bien la fase iniclal del juego es rica hasta el absurdo en variantes y posibilidades, el final de la partida per- tenece al campo en que la imaginacion debe ceder ante la técnica, en que el ta- lento es eclipsado por el estudio, la Ins- plracién reemplazada por la transpiracién Intelectual. De ahf que la aparicién de esta nueva edicién abra un nuevo y amplisimo campo de investigacién al aficionado con- cienzudo asi como al maestro, quien ne- cesita depender cada vez més del andlisis as laboratorio para el remate de sus par- tidas. Desde que Philidor («los peones son el alma del ajedrez=) revaluara el concepto medieval del peén y lo democratizara ha: ta despertar al mundo ajedrecistico a la realidad aplastante de su importancla, son muchos los autores que progresivamente Penetraron en los misterios de esta figu- ta primaria del ajedrez. Berger, en su obra monumental, y més tarde Euwe, Robino- vich y Fine contribuyeron ampliamente @ este logro teérico. Maizells, en e! present volumen, ofrece al aficionado un resumen de estas tendencias, a veces diferentes, y aunando estos estudios a la clésica In- vestigacién de Dedrle sobre la teorfa de las casillas criticas, presenta el tema sobre la base de una teorfa Gnica de finales de pedn. He aqui su mérito. Cublerta de G. Mart Si usted desea estar informado de nuestras Publicaciones, sirvase remitimos su nombre y direccién, o simplemente su tarjeta de vi- indiedndonos los temas que sean de su interés, Ediciones Martinez Roce, S. A. Dep. Informacién Bibliografice Gran Via. 774 08013 Barcelona 1. MAIZELIS FINALES pe PEONES I. MAIZELIS FINALES DE PEONES cotrccion | ESCAQUES EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA FINALES pi PEONES J. Maizelis Traduccién directa del ruso de Lypia KuPER DE VELASCO y ANDRES FIERRO MENO Proemio de JAIME LUApO LUMBERA Maestro Nacional de Ajedrez Revision técnica de José Mt Juste BORRELL © 1969 por EDICIONES MARTINEZ ROCA S. A. Gran Via, 774, 7° - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, sin permiso IMPRESO EN ESPANA = PRINTED IN SPAIN. ISBN: 84-270-0033-2 Depésito Legat: B. 17034 - 1988 Libergraf, S. A. - Constitucidé, 19 - 08014 Barcelona PROEMIO En realidad, este libro no necesita presentacién de ninguna clase. Viene precedido del suficiente prestigio internacional para que lo mismo el profesional que el aficionado, que incluso aquel que por primera vez asoma su curiosidad al campo de batalla, tan incruento como apasionante, del ajedrez, le dé no sdlo como bueno sino como ejemplar y tnico hasta ahora. Pero me parece oportuno aducir aqut el argumento de que, entre los numerosos Libros que tratan de ajedrez, son pocos — por lo menos que yo conozca— los consagrados a los finales de partida. Yo sé de esa especie de angustia que se le presenta al ajedrecista cuando, previendo ganada la partida, se ve en el trance de elegir. Muchas, muchtsimas veces, la eleccién Uega a sus dedos como por divina inspiracién. Pero no es eso. Dejar que el azar intervenga, aunque sea para traerle el triunfo, no conjuga ni atin de lejos con lo que constituye para el jugador la esencia misma de su personalidad: lo exacto. Lo que esté €n sus manos evitar, 0 provocar. Se hacia precisa una sistematizacién de la experiencia en esta ma- teria, hasta — si ello era posible — convertirla en sencilla, pura y simple teorfa. Y tenfa que ser un hombre de la tallu de un Maizelis quien consiguiese un propédsito de tanta envergadura, Este libro, FINALES DK PEONES, recoge y temata cuanto sobre ello se ha experi- mentado, Lo més diffcil del propésito era conseguir una claridad a> expo- sicién tal que Uegase a la comprension inmediata incluso del profano. En este sentido, la obra de Maizelis puede presentarse como un modelo de la diddctica. Es clara, es eficaz; es poco menos que exhaustive. Jarmg Liapé LUMBERA Maestro Nacional de Ajedrez vir INDICE Precmle etic eet ee naate a vit Introduccion ee oar 1 Casillas eriticas o clave, Puntos de invasién 3 Distancias, opos y casillas conjugadas 6 Capitulo primero: REY Y PEON CONTRA REY... . . 18 Capitulo Il. REY Y DOS PEONES CONTRA REY... . 23 Capitulo II: PEON CONTRA PEON... ...... 2% 1. Peones en la misma columna . ........ 26 2. Peones em columnas vecinas . ......... 32 3. Dos peones pasados . . . . 2. ee Capitulo IV: DOS PEONES CONTRA UNO... .... 42 1. Peones ligados . See aaresaaee 2. Peones aislados » =... 1 ee ee 3. Peones aislados doblados . . . . 1...) 86 Capitulo V: DOS PEONES CONTRA DOS PEONES . . . . 106 1. Finales con peones pasados . . . 2. 2. 2. . 107 2, Finales sin peones pasados . 2... 2 2... 120 Capitulo VI: TRES PEONES CONTRA DOS PEONES Y CON TRA TRES .. . 143 1. Finales con peones pasados 2) | |). MB 2. Finales sin peones pasados . . 2... 1... 160 Capitulo VII: DESARROLLO DE LA TEORIA DE LAS CA. SILLAS CONJUGADAS . . . . . + 179 1. Oposicién corriente (sistema rectangular) | | |. | 180 2. Sistema del cuadrado y el triéngulo . . . 2... 184 x 3. Sistema de las ocho casillas « 4. Sistema «T» . . 5, Algunas observacicnes y ee Capitulo VIII: PINALES DE MUCHOS PEONES 1. Algunos procedimientos técnicos . 2. Ventajas y desventajas de posicién 3. Ejemplos de Ja Iucha de maniobra Apéndice: FINALES DE PEON Que PASAN A SER FINALES DEDAMA ... rae 1. Dama contra pebn 2. Paso al final de daima 196 207 212 220 221 235 246 264 270 A la memoria de mi esposa Evguenia Mijailovna Zvetkova-Maizelis, 1. Maizeus. INTRODUCCION La famosa expresién de Philidor «los peones son el alma del ajedrezs conserva toda su actualidad, pero ahora se da una interpre- tacién distinta —no del todo philidoriana— y més profunda al papel de los peones en el juego. De ordinario, los peones constituyen la base de la posicién y deter- minan, en gran medida, sus peculiares catacteristicas. Tiene extraor- dinaria importancia el papel de tos peones en la fase final del juego, cnyo objetivo fundamental es la conversién del pedn en Dama. La mayorfa de los finales son de peones, y hasta en los de figura es preciso caicular las posibilidades de un final puramente de peones. Tras la aparente sencillez de los finales de pedn, suele ocultarse una gran profundidad, Sin embargo, su catdcter original, a veces itcom- prensible, se explica por las leyes generales por que se rigen y a cuya comprensién se va acercando poco a poco la teoria ajedrecistica. Tl desarrollo de la teorla de finales de pedn es un proceso largo y complejo, de particularidades dificiles o tal vez imposibles de precisar. Fue extremadamente largo el perfodo de acumulacién inicial de mate- riales y su comprobacién analitica. El libro de J. Berger, que podemos considerar como la primera experiencia de sistematizacién cientifica del ajedrez, significé un cierto resumen de esta labor. Mas tarde, se publi- caron los trabajos de Rabinovich, Euwe, Fine y Cheron, pero cada uno de estos autores estaba mas o menos infiuido por sus antecesores. En las obras enumeradas no se habia intentado siquiera esbozar ni desarrollar los problemas generales de la teoria de finales de pen. Para Berger, lo fundamental era el concepto de «oposicién» y la aplicacién practica de este métodox. Rabinovich, ademés de esto, aplicaba el método de «casillas conjugadas». No obstante, seria vano buscar en las obras de ambos autores tina fundamentacién tedrica de los métodos indicados. Esta falta de fundamentacién tedrica y de base tinica de exposicién constituye un defecto de las obras indicadas que, aparte de eso, son su- mamente valiosas. Hoy dia, la teoria dispone de métodos que le permiten hacer una sintesis mas amplia y sentar reglas que facilitan, en cierto modo, el desarrollo practico de muchos finales de pen. El objetivo de este estudio es dar a conocer estos métodos a los lectores. Es el primer intento que se hace de exponer el tema sobre la base de una teorfa timica i de finales de peén, en la medida que pueda considerarse establecida actualmente, La teorfa de finales de peén se formé sobre la base de la experiencia practica de los maestros de ajedrez y del estudio analitico de numerosos ejemplos. Fue también muy considerable la aportacién de los tedricos, a los que se deben artisticos andlisis, tanto de algunos aspectos de esta fase del juego, como de clertas leyes generates. fen este trabajo se dan los nombres de los autores de las posiciones (o de st solucién). Han contribuido activamente al desarrollo de esta teoria general: F, Durand, que en 1860 y 1874 publicé unos ensayos sobre casillas criticas ; Dedrle, que profiindizé considerablemente esta teoria en 1921 y 1925, 'y Grigériev, que fue el primero en estudiar Ja teorfa de las casillas conjugadas (1922). Pero el mérito de Grigériev no radica sola- mente en eso: destacado investigador y fino artista, contribuy6 sin- gularmente al estudio de los finales de peén y de sus leyes. El tema principal de todos los finales de peén es su transformacién en Dama. Como es légico, sélo ofrecen interés las posiciones donde este objetivo se consigue superando las dificultades, cuando resulta impo- sible a causa de una defensa acertada, o bien en algunos otros casos, debido a las peculiaridades de la posicién. Los finales de peén pueden subdividirse en dos grupos: «dinamicos» y ebloqueadoss. En el primer grupo, juegan un papel importante los peones méviles, secundados habitualmente por el rey. En el segundo grupo, los peones permanecen inméviles: bien por bloquearse mutna- mente, bien por no poder moverse bajo la amenza de captura evidente. Como’es légico, en finales de este altimo tipo maniobran tan sélo los reyes, tratando de ocupar ciertas posiciones decisivas y ventajosas. En la prictica se conocen posiciones de tipo «intermedio» ; su inclu- sién en uno de los dos grupos fundamentales depende del’ grado de movilidad que atin poseen los peones. Sin embargo, en todas las circunstancias, os decir, en finales de cual- qquier tipo, los reyes desempefian wn papel importante y con frecuencia lecisivo, atacando (también contraatacando) y defendiendo los puntos débiles, es decir, créticos, de la posicién. Estos puntos, cuya ocupacién determina el resultado de Ia partida 0, por lo menos, 1a realizacién de un importante objetivo intermedio, suele Mamarse puntos clave. Un factor decisivo del juego stele ser el grado de proximidad o Iejanfa de los reyes de los puntos criticos .o clave, debido a lo cual nace el concepto de «distancia critica». Las posibilidades de transformar el peén, los puntos claves de la posicién, las distancias que median entre ‘los reyes y esos puntos determinan, en lo fundamental, cl contenido estratégico de casi todos los finales de peén. En los ejemplos concretos expuestos a continuacién explicamos los principios arriba indicados. CASILLAS CRITICAS O CLAVE. PUNTOS DE INVASION Para comprender mejor los principios fundamentales de Ia teorin general de finales de ajedrez, examinemos algunos ejemplos elemen- tales. yi i En el ejemplo t las blancas consiguen triunfar en el caso de que consigan coronar al peén, Moviendo tas blancas, resulta posible: 1. PTAD, R2D; 2. RICD y 3. P8AD. Si el sey blanco ocupase la casilla 6D, después de t. PTAD, R2CD, obtendrfamos el mismo resultado con 2. RID, Sin embargo, si la Salida fuese de las negras, jugando 1... RICD (6 1... RED estando el rey blanco en 6D); 2. P7AD+, RIAD, Jas megras hacen tablas.¢Cémo se explica esto ? En el primer caso, las blancas cousiguien ocupar con su rey la casilla CD (6 7D), asegurando asf la coronacién del peén ; en cambio, movien- do las negras esto resulta imposible. Estaremos en lo cierto al afirmar que ta ocupacién por el rey de la casilla 7CD 6 7D decide Ja pastida. Estas casillas se aman seriticas», _ya que su ocupacién por el.zey blanco pone a las ue 1 situacion critica. Mas justo serfa calificarlas de posiciones «claves, ya que su sesién asegura el objetivo que se persigue, es decir, la coronacién jel_peén. St les bubiese tocado jugar a las negras Ja partida serfa nula, ya que el zey negro no habria permitido la ocupacién de Jas casillas clave; la posicién del rey negro frente al blanco se Hama, en térmitos ajedrecis- ticos, «oposiciéus. Ast pues, la xoposiciéns es un procedimiento tactico, un medio de lucha por las posiciones clave (pero, como veremos més tarde, no es, ni mucho menos, el tinico). En la posicién {vemos que la conversién del pen en dama se reduce a la lucha por la posesién de casitlas particularmente importantes y decisivas. ‘eames ahora la posicién 2. Un simple anilisis nos hace ver que Tas blancas ganan independientemente de la salida; es decir, que en este caso la «oposicién» no juega un papel decisivo. Lo mismo resulta si el rey blanca esté en 6CD 0 en 6D. 3 Ahora bien, en el 2 las casillas 6CD, GAD y 6D son también «claves, pues st posesién asegura la posibilidad de ocupar la 7CD y la 7D, ¥ coronar, por lo tanto, él peén, Resultado de ello es que el P5SAD, que se encuentra en la otra mitad del tablero, obtiene un sistema de casillas clave indicados en el ejemplo 3. Tam pronto como el rey blanco ocupe tino de estos 6 puitos, queda asegurada la conversion del peén en dama, independientemente de la posicién del rey negro y de a quién le toque jugar (a excepeién, claro est, de que las negras puedan capturar al peén en la primera movida). La dnica razén de. que las casillas 3CD, 3AD y 3D sean criticas para las negras se debe a que su rey est4 limitado en sus movimientos por su proximidad a la banda del tablero. En el 2, donde el pedn ha pasado ya de la mitad del tableto, las negras pierden después de 1. R6CD, RICD; 2. P6AD, RIAD; PTAD, las negras pierden por Zugzwang, ya que no tienen casillas para retroceder. En el 4, donde el peén no ha pasado de la mitad del tablero, el cuadro es totalmente distinto; después de 1. RSCD, R2CD; 2, PSAD, R2AD; 3. P6AD, las negras juegan 3... RIAD y hacen tablas. Asi pues, si el rey blanco domina las casillas 5CD, SAD, 5D, la posicién no eS peligrosa para las negras. Son criticas ‘para ellas’ las casillas 3CD, 3AD ¥ 3D, situadas fila por medio del peén en la misma vertical, y en las dos vecinas. La ocupacién de uno de esos campos clave pot el rey blanco asegura a coronacién del peén. Si en el cuadro 4 les toca jugar a las negras, se ven obligadas a ceder inmediatamente al rey blanco uno de los puntos de invasion a la fila siguiente, es decir, ta casilla 3CD 6 3D (movimiento envolvente). después de lo cual toda resistencia es vana. Si salen las blancas, uo pueden ocupar ninguna casilla clave, ya que el rey negro toma la oposicién y no deja paso al rey blanco. Examinaremos con mAs detalle estos finales en el capitulo I. Por ahora nos limitaremos a formular los resultados obtenidos : a) El peén pasado tiene su sistema de escaques criticds o de clave. b) Cuando el rey de 1a parte atacante ocupa una casilla clave queda asegurado el objetivo de dicho final: la coronacién del peén. ©) En esta clase de finales se lucha fundamentalmente por 1a posesién de casillas clave. Examinemos el cuadro 5. En la posicién 5, el plan de las blancas consiste en capturar pri- meramente el peén 4D y, seguidamente, coronar su peén 5D. Una vez 4 capturado el_peén 4D (objetivo inmediato de las blancas), se intenta realizar la otra parte del plan. Es evidente que si el rey blanco consigue ocupar alguna de las casilias ER, 5AR 6 5CR, el peén negro 4D esti irremisiblemente perdido. Por lo tanto, este peén también tiene sus puntos criti La tealizacién del primer objetivo (captura del pedn) no si que Ta otra parte del plan se consiga, Las negras pheden impedir las blancas coronen su peén.. Por ejemplo, en la posicién 5 las negras, al jugar, pierden la oposicion y no tienen mas remedio que dejar que el rey blanco. ocupe una casilla clave. En respuesta a Ja 1... R3R; las blancas juegan 2. RSCR (esta maniobra se Hama movimiento envolvente, que es una consecuencia de la pérdida de oposicién, Mas adelante veremos que donde no hay amenaza de rodeo no es obligatorio ocupar Ia oposicién; véase 6), Sigue luego 2... R2R; 3. RSAR, RID; 4. R6AR, R3AD; 5. R5R, R2A! (Las negras entregan el pedn 4D, pero no dejan que ci rey blanco pase a las casillas clave del peon pasado 4D); & Rx PED, R2D y tablas La verdad es que el sistema de casillas clave del peén 5D es mucho ms complejo. Forma un rectangulo 5TD, 7TD, 7CR y 5CR. Lo veremos claramente en el cuadro Sa. Las casilias marcadas con una cruz en los cuadros 5 y 5a, sefialan el limite de la «zona criticay del pe6n 4D, la «primera Hneas, por decirlo asf, de la defensa de las negras. Como es natural, el peligro maximo-para el peén negro 4D emana del rey blanco situado 5R 6 6R (que son las casillas clave fundamen- tales), pero, como hemos visto ya en el cuadro 5, la ocupacién de la casilla 5CR’ (invasién de la zona critica), asegura el dominio de las casillas SR y 6R. fica que El peén blanco 4D en el cuadro 5 también tiene su zona critica simé- tricamente situada, limitada en su parte superior por las casillas 4R, 4AR, 4CR, 4TD, 4CD y 4AD, Por eso, Ia situacién def rey blanco en cualquier punto de ia zona critica del peén negro 4D no significa In captura de esta pieza, ya que el rey negro puede, a su vez, invadir Ia zona critica del peén blanco 4D. Vemos, pues, que Ja distancia que hay entre los reyes y las correspondientes zonas criticas, es decir, las casillas clave fundamentales, tiene mucha importancia, Conviene recordar que en la lucha por tres puntos clave, situados en fila o en columna, el rey consigue triunfar solamente si consigue tomar la oposicién. Este es su dnico medio de lucha. Pero si sélo hay dos casillas clave, como ocutre en cl cuadro 6, 1a defensa por medio de la oposicién deja de ser obligatotia, ya que las blancas no pueden realizar st movimiento envolvente. Los diagramas 7, 8 y 9 muestran la posicién de los puntos clave en otra clase de finales de peén. Si en estas posiciones les toca salir a Tas negras, las blancas se apoderan de las casillas clave y ganan. Con- viene sefialar que, aunque en los diagramas 8 y 9 s6lo hay dos casillas clave, la oposicién es imprescindible, ya que las negras pueden con- trolar también el pedn 3AR, es decir, de hecho, tres casillas. Mas adelante hablaremos de las particularidades del juego en si- tnaciones semejantes. Por ahora nos limitamos a sefialar lo siguiente : tal), Cala disposicién de los peones tiene su propio sistema de casilas clave. d) La ocupacién de esas casillas asegura la realizacién del objetivo fundamental (o intermedio) que se persigue en dicho final. c) La lucha se reduce a la lucha de los reyes por la posesién de esos puntos clave. En los capitulos siguientes (principalmente en el 7.°), veremos que los campos clave pueden estar en distintas filas o coluzmnas y separados unos de otros. DISTANCIAS, OPOSICION Y CASILLAS CONJUGADAS En los ejemplos arriba examinados las negras estaban_ condenadas 4 una defensa pasiva y luchaban s6lo por conseguir tablas, para lo cual su maximo esfuerzo consistla en no dejar pasar el rey contrario a las casillas clave. Pero las negras disponen con frecuencia de posibi- lidades de contrataque, es decir, que a su vez pueden atacar a los peones blancos. En estos casos se hace preciso calcwlar la distancia que media entre los reyes y los peones o los escaques clave, asi como la que hay entre los peones y la fila de coronacién. Examinemos los siguientes ejemplos: | aH Ja LC UD “yyy LU Do WY, YW | % En Ja posicién 10 las blancas necesita 7 jugadas para capturar al peén 3TR y coronar el peén STR. La dnica defensa de las negras es 6 contraatacar el peén 4TD, pero necesitan 8 jugadas para convertir su peon en dama; por lo tanto, pierden. Tas negras, aunque les toque mover, no ganan si siguen atacando al peén 41D, ‘pero pueden hacer tablas si se oponen a la coronacién del pedn STR, impidiendo que el rey blanco ocupe la casilla clave TER! Por ejemplo, 1. R4AD; 2. RSAR R&D? 3. ROCR, R3RS 4 RxPSTR, RSAR; S. RITR, ROAR; 6. POTR, RIAR; 7. RECR, RICR. El rey blanco puede ir hacia el peén TD, pero de todas formas son tablas, ya que el rey negro, una vez capturado el peén 6TR, tiene tiempo de impedir que el rey blanco domine la casilla clave 7CD, ocupando la 1AD. (En el 151 explicamos el modo de calcular répidamente estas posi- ciones.) En el 11 las negras, en respuesta a la 1.R4R o R4D, juegan 1... RIK 6 1... R3D, ocupando la oposicién y defendiendo las tres casilias de la fila quinta que atacaba el rey blanco. En el caso de que 1. R4AR, R3R, el rey negro sdlo defiende dos casillas (SR y 5AR); la tercera casilia, 5CR, esté defendida por el peén negro 3TR. Después de la 2.R4R, las blancas pasan a la oposicién, pero el calctlo de Jas distan- cias demuestra que después de 2... R3AR, lo mejor para las blancas es jugar 3. R4AR y hacer tablas ‘Al hacer el cAlculo de las distancias no hay que perder de vista algunas peculiaridades egeométricas del tablero». We Wh _ En el diagrama 12 las casillas 1R y STD se hallan en distancia diagonal. El rey puede alcanzar la casilla STD en 4 jugadas. Resulta evidente que el camino en diagonal es el mds breve de todos los posibles. Las casillas 1R y 8R estan situadas en linea recta, en la vertical del R. El rey blanco, avanzando por ella, alcanza la casilla 8R en 7 jugadas. Es evidente que el rey podfa haber scguido otro camino. El lector quedara seguramente sorprendido al saber que, ademas de ese camino, hay otros 392 (!) que le permiten alcanzar ia casilla 8R en las mismas 7 jugadas. El rey puede avanzar hacia esa casilla por los caminos mas fantasticos y zigzagucantes, con tal que se encuentren en el marco del paralelégramo dibujado en el diagrama 12 (representa 7 las distancias diagunales mas breves) y de que el rey pase cada vex de una horizontal a la siguiente. De esta forma, el movimiento del rey en Hnea recta (vertical u hori- zontal) puede sustituirse, en caso de necesidad, por un movimiento en zigzag. (Una ilustracién practica de este importante principio la tenemos en el diagrama 58.) Pasemos a estudiar las diversas formas de oposi de paso, expondrtemos algunas ideas importantes para el enfoque teérico ge- neral de este problema. El esquema 13 nos presenta el cuadro completo de todas clases de posibies. Decimos que hay oposicién cuando los reyes estén colocados “frente a frente, en Umea recta o diagonal con un nt- mero impar de casillas (1, 3, 5) entre ellos. La situacién de cualquier rey negro en cl 13 respecto al rey blanco situado en ICD es de oposi- cién ; citando entre los dos reyes sélo media una casilla, decimos opo- sicién inmediata, vertical, horizontal o diagonal, pero’ si son 3 6 5 casillas las que hay entre ambos, hablamos de oposicién distante. Tomar la oposicién es ventajoso, ya que coloca al adversario en si- tuacién de zugzwang y asegura la iuvasién del rey propio gracias al movimiento envolvente. Por ejemplo, si tomamos la posicién R1CD- R6CD, las negras, al jugar, se ven obligadas a ceder al rey blanco Ja casilla 2TD 6 2CD, después de lo cual no pueden impedirle que avance como quiera. En el ejemplo 15 se representa el mecanismo de este avance. Estudiando la situacién de los reyes en un tablero sin peones, vemos que solamente la oposicién vertical u horizontal es la verdadera y efectiva; la oposicién diagonal es tan sélo una posicién virtual, que permite pasar_a la oposicién real (por ejemplo, si examinamos Ja osicién RICD-R6D, entonces a la jugada 6A 6 7D, responden las Blancas con 1A 6 2¢); la oposicion ‘diagonal es incdpas de impedir el ayance de tn rey contrario activo. En la posicién R1C-R6D, los reyes estan situados en diagonal en Jos Angulos del cttadrado 1C-3C-3D-ID, constituido por un nimero impar de casillas (3x 3=9) ; las cuatro Casillas angulares de este cua- 8 drado son del mismo color. Estas mismas particularidades caracterizan las oposiciones distantes y virtuales, es decir, cuadrados con reyes situados en ICD-4AR (5x5=25) y iCD-2TR (7x7=49). En ciertas posiciones el saber utilizar estos indicios caracterfsticos tiene gran importancia practica (véase ejemplo 185). Si tomamos, por ejemplo, tipos de oposiciones distantes, como RICD-R4CD o RiCD-R2CD, veremos que, en cierta medida, también son virtuales, pues dan paso a la oposicién inmediata. Las maniobras a distancia no constituyen un objetivo por sf solas. Teniendo la 0} sicién distante, el rey blanco la puede convertir siempre en inmediata y llevar a cabo luego la invasién (véase ejemplo 15). JLo caracteristico de Ta oposicién consiste en-que conserva toda su fuerza si la distancia entre los reyes disminuye o aumenta en un ni- mero par de casillas («ley de dos casillas»). La distancia entre fos reyes se determina con las cifras 1, 3, 5; cuando los dos reyes se aproximan ganando wna casilla cada uno, 1a oposicion sigue en pie, Esto que, al parecer, no supone ninguna no- vedad, se convierte en un principio importante, que se aplica en la jréctica durante las complejas maniobras.en las posiciones bloqueadas (capitulo 7). : Estudiando la posicién de los reyes en el esquema 14, vemos que solamente la oposicién de arriba, R6CD-RIAR, posee los caracteres de una oposicién real. Los cuatro angulos del’ rectangulo tienen el mismo color, es impar el nfimeto de casillas (3x 5=15). Lo tinico que falla es que’ los reyes no estén el uno frente al otro. Es la Hamada oposicién virtual, a la que Namaremos «conjifgacién rectangular» (*). Sin embargo, sigue conservando toda su importancia la situacion de Jos reyes; en el caso que analizamos, a las negras no les conviene salir, ya que después de R2R (R2AR, R2CR), las blancas ocupan una oposicién efectiva jugando R7TD (R7CD, R7AD); en respuesta a RIR, las blancas, con R6AD, se posesionan de la oposicién inme- diata diagonal. Y la jugada 1... RIC; 2. R6A, RIT; 3. R6D significa un aplazamiento que en sf no cambia ja situacién. En el esquema 13 se ha sefialado con puntos las posibles situaciones del rey megro que le colocan en «conjugacién rectangular» con el’ rey blanco situade en ICD. Las posiciones de los reyes en el esquema 14 no poseen todos los caracteres de la oposicién. Los 4ngulos son de diferente color (a ex- cepeién de R1ID-RICR) ; el niimero de casillas es par en todas partes (2x3, 2x4, 3x4). ¥ lo fundamental es que las negras no estan en zugzwang y el jugar les favorece, ya que les permite tomar la opostcién en vez de perderla. : Mostraremos con un ejemplo conereto el mecanistno de la oposicién. El objetivo de las blancas en el ejemplo 15 consiste en alcanzar las (*) Mas adelante hablamos de Jas casillas conjugadas, pero nos interesa in- troducir este término ahora para unificar la terminologfa. posiciones RS5AR-R7AR 6 R5CD- R7CD jugando las negras, ya que entonces se gana la batalla por las casillas clave del peén negro . Conviene que el lector se fije en ¢sa peculiaridad caracteristica: el rey blanco debe, en fin de cuen- tas, tomar obligatoriamente 1a oposicién inmediata en la colum- ma que atraviesa la casilla clave intermedia; sdlo en este caso podran las blancas, jugando las negras, hacer un movimiento en- volvente con su rey para invadir las casillas clave. Llamamos principal a la colum- nao fila que atraviesa la casilla clave intermedia, ya que precisa mente alrededor de ella se etectia el movimiento envolvente. En la posicién 15 hay dos columnas princi- pales, la del CD y la del AR. éDe qué forma pueden conseguir las blancas el objetivo arriba se- fialado? Deben tomar la oposicién distante y, luego, avanzando su rey y sin perder la oposicién en la columna principal, convertirla en in- mediata. En la posicién que reproduce el diagrama 15, las blancas deben jugar 1, R2CR! con el propésito, de no impedirselo las negras, de Negar a la casilla 6CR, A este mismo objetivo les conduce también 1. RICR, pero se pierde tiempo; cualquier otra jugada (1. RIR, 1. R2R, 1. R2AR) seria un error irreparable que les harfa perder la partida. La jugada 1, R2CR es una tipica maniobra de rodeo. La mejor res- puesta de las negras serfa 1... RIAR (0 R3AR). Precisamente ahora, cuando las negras entran en la columna prin- cipal, las blancas ocupan la oposicién mediante 2, R2AR! Es muy importante sefialar que las negras no pueden, ni ahora ni en ningiin momento después, pasar a la columna de CR, ya que el rey blanco se precipitarfa a la casilla 5TD (para ello necesitaria 5 jugadas), y, en cambio, el rey negro no le darfa tiempo de Uegar a la casilla 2TD (necesita 6 jugadas) ; sélo Megarfa a 2CD; pero entonces ganarfa la jugada (RSTD) SC. El intento de contraataque de las negras en el flanco del rey es re- chazado por las blancas, en su avance a la casilla STD a través de 3D, por (R3D)-4D y luego (P4AD)-5AD. De esta forma, en finales de este tipo, el proceso de juego en un flanco depende de las consideraciones de la «distancia critica» hasta el punto de invasién en el otro flanco, Ejemplos similares y mas com- plicados se tratan en el capitulo 7. A la jugada 2... R2AR, las blancas responderan 3. R3AR y a cada retroceso del rey negro en fa columna del rey realizaran un movimiento envolvente por la columna CR. Reproducimos esta aleccionadora variante desde ¢l principio: 10 1, RACR, RIAR; 2. R2A, ROR (RIR); 3. RIC, R2A; 4. RBA, R2R (IR); 5. R4C, R3A; 6. R4A, R2R; 7, RSC, R2A; RSA y ganan. Si la salida fuese de las negras, habrian tomado con su 1... R2A! la oposicién en la columna principal y la hubieran conservado et los mo- mentos decisivos ; por ejempk 2.R2C, RIC; 3, RIT, R2A, No se debe jugar 3... R2T? por la 4. P5A, pero las negras pueden jugar también 3... RIA, ya que la posesién de Ia columna principal y la contraamenaza R-3A-4R les permite desdefiar la «conjugacién rec- tangular>. 4. RAC, R3C; 5. R&A, R3A; 6. R4R, R2R! Es de sumo interés el hecho de que en la columna del rey existan unas casillas (inaccesibles en este ejemplo para los dos reyes) que neutralizan las reglas de la oposicién. Tampoco hay necesidad de con- servar la distancia impar (oposicién) en las columnas de la dama y del alfil de dama en vista de que tienen vallas, 7. R3R, RIR!; 8. R2R, R2R! La partida es nula, porque saliendo el rey blanco a la columna prin- cipal, las negras pueden siempre tomar la precisa oposicién vertical. Por eso, en la posicién inicial jugar | RIR (2R) serfa un error irre- parable, ya que las negras responderfan 1... RIR, aleanzando facilmente tablas, igual que en la variante recién reproducida. El concepto «fila principal» es andlogo al concepto «columna princi- pal». En la posicién 8, la séptima fila es la principal. Si el mimero de casillas clave en una linea (horizontal o vertical) es superior a tres, se consideran principales todas las Ifteas horizonta- les o verticales que pasan por el centro de esas casillas clave. Por ejem- 10, en Ia posicién 9, que posee 4 casillas clave (5A, 6A, 7A y 8A), las Filas principales son la 6° y la 7, desde el punto de vista de las blancas. Cuando son 5, hay tres filas o columnas principales (véase 185, 326, 327). Es muy interesante el ejemplo 256, con tres columuas principales (de la D, R, y A) y el 307 (variante ca). Tal es, ew rasgos generales, la base tedrica del método de oposicion. Resumiendo lo dicho, podemos decir aue tomar la oposicién es, en mu- chas situaciones, un medio eficaz de lucha por las casillas clave. Sin embargo, en otras muchas. posiciones es intitil tomarla, ya que no procura ninguna ventaja en la lucha por los puntos criticos. Tene- mos un ejemplo sencillisimo de ello en el cuadro 2, donde la oposicién no salva a las negras dei mate. Mas sorprendente puede parecer el hecho de que, a veces, tomar la oposicién resulta incluso perjudicial, pero asi es si contradice el plan fundamental de lucha por los puntos clave. Un ejemplo convincente de este aserto lo tenemos en el diagrama 15, donde las blancas perderian la partida si jugasen 1. RIR, tomando equivocadamente la oposicién. (Tenemos otros ejemplos en los ntimeros 18, 80, 82 y 350). No hay que olvidar que la oposicién no es un objetivo por si mismo, sino un pro- cedimiento tctico, un medio de Iucha al que es preciso tecurrir en casos necesarios. Un concepto mas amplio que oposicién es el de «casillas conjugadas», cuya significacién explicamos con los ejemplos concretos que siguen: ut Los peones 6TD (blancas) y 3) {negras), en el ejemplo 16, 3on de «mframe y no me toques»; el pri- meto que ataque el pe6n, pierde (a 1, RSC, seguira R2T). La po- sicién RSC-R2T es de zugzwang por partida doble es una posicién decisiva que conviene ocupar con Ja salida. Por ello los reyes manjobrau a fin de ocupar las casillas conjugadas 5C y 2T des- ués de la jugada del _ailversario; "RIC! RIE; 2. RAA, RIC, 3. RAC!, /RIT!. Bl blanco no pue- de alejarse de la casilla 5C v el negro de la 2T (ley de las distan- cias criticas). Las casillas decisivas 5C y 21 se encuentran a distancia de caba- Mo. A las casillas de retaguardia de la 5C (4T, 4C y 4A) corresponden as casillas de retaguardia de la 2T (1T y 1C). Como las negras s6lo deben vigilar una casilla, su rey puede ocupar cualquier casilla de a retaguardia, independientemente Ge la que’ ocupe,¢l tey blanco, En este caso no hay cortespondencia entre los diversos campos de la retaguardia, Nada impide las maniobras de los reyes, y el resultado nulo de la partida es evidente. Con una sola posicién decisiva, la partida suele acabar en tablas en el caso de que el rey pasivo disponga, por lo menos, de dos castllas colindantes de la retaguardia para maniobrar (Grigériev, 1922). En el 17 las negras impiden la jugada R6C, que seria fatal para el peén 3T. La posicién de los reyes en 5A y 2A'es edecisivas, Si el rey oo ye blanco consiguiese ocupar 6D, las negras responderian con 1D. para no permitir Ia coronacién del peén 6A. Debido a eso se establece la conjugacién de las casillas 6D y 1D (segunda eposicién decisivas). 12 Después de 1. RSD, el rey blanco puede ocupar bien 6D, bien 5A, lo cual obliga a las negras a responder con 1... RIA, a fin de tomar la debida casiila conjugada: 1D 6 2A. Es evidente que las casillas 5D y 1A se cotresponden mutuamente (tercera eposicién decisiva»). Qué- dan, pues, determinadas las principales zonas criticas y podemos pasar al estudio de las casillas de retaguardia Obsérvese que las casillas de fa «zona criticas en el campo de cada uno de los contrarios se agrupan en torno del punto inaccesible, con-el que forman un pequedio cuadrado. Por ejemplo, para las blancas (176) es imaccesible 1a casilla GA, ocupada por el peon, que juntamente con las casillas 1, 2, 3 forma un cuadrado; 1o mismo ocurre con Ia casilla 2C 6 2D, inaccesible para el rey negro. Teniendo esto en cuenta, resulta facil, en muchos casos, precisar con Ia vista la distribucion de las «zonas principales» junto a los puntos inaccesibles. Después de 2. R4D, ef rey blanco puede ocupar una de las casillas decisivas de la zona principal 5A 6 SD¥ por ello las negras deben jugar 2... RIC o RID, véase 17a, conservando la posibilidad de ocupar, a su vez, la casilla equivalente en su zona critica, la 2A 6 1A. Hasta ahora las negras han tenido siempre casillas conjugadas (en este altimo caso son conjugadas las casillas 4D y IC). En el 17b, las casillas 8C y 8D estan marcadas con la cifra 2, ya que estas dos casillas, aunque no colindantes, son afines por su significacion. Equivale a estas casillas la 4D de las blancas, pero en la designacion de esta iiltlma se sefiala que se trata de un escaque nuevo para las blancas, tomado de la «retaguardia»; las negras carecen de un campo andlogo y se ven obligadas a buscar sm equivalencia en una de Jas casillas de la zona «principal». Las blancas juegan ahora 3, R4A, amenazando la casilla 5A 6 5D, pero el rey neyo va no tiene segundo esealén que Je permita pasar & 2A 6 1A, fa equivalente de la casilla 4A es la 2C 6 2D, pero son inacce- sibles a as negras que pierden la conjugacién y, por culpa de ello, 1a artida. Pa¥ae! pues, la parte pasiva piérde cuando séto una casilla suya cs la conjugada de dos colindantes del adversario (Grigériev, 1922). epetimos brevemente la solucién: 1, R5D, . RAD, RIC; 3. R4A1; 3... RIA (pierde la conjugacién) ; 4. RSD (las blancas toman la conjugacién en la zona principal), R2A; 5. R5A, y ganan. Se habia obtenido la posicién inicial, pero con la salida de las negras. Para ganar tiempo (dejar la salida ai adversario), las blancas han utilizado el tridngulo formado por las casillas 5D, 4D y 4A. La raz6n de este pro- cedimiento, practicamente importante, reside en la necesidad de una mayor libertad de maniobra del rey activo que conduce al adversario ala pérdida de la conjugacién. Hemos visto que el juego en el 17 no se atenfa a las reglas de la oposicién, Algunas casillas conjugadas (1, 2) respondian a los requeri- mientos de la «oposicién vertical»; otras, la 4D y la IC, a los de eopo- sicién rectangular», y las casillas 5D y 1A se encontraban a larga dis- tancia de caballo. Ya jugada 3 de Tas negras, RIA (en respuesta a 3. R4A), con Ia cual habfan tomado la oposicién distante, significd el desmoronamiento de la defensa, Resulta evidente que el concepto de 13 casillas conjugadas es mds amplio y supone un método mAs general de juego que el concepto de oposicién; cabe decir que éste viene a ser su parte integrante. En el 18 1a eposicién decisivay es la que ocupan los reyes, y No se ve ninguna otra, Siel rey blanco maniobra por las casillas 3A. 3c y 3T, el negro puede hacer lo mismo por 3T y 21, para responder a R4C con R3C. ‘Tampoco se consigue nada con P7A, pues el rey blanco no logra dominar las casillas clave del peén 6R. As{ pues, la partida e$ tablas, lo mismo que en el 16 (wna sola posicién decisiva; el rey pasivo dis- pone de dos escaques colindantes para maniobrar). Sin embargo, si las negras cometen un error en la defensa, pierden, por ejemplo: 1. R3A, R2A? (joposicién perjudicial!) ; 2. R8C y ganan las blancas, porque el rey negro no tiene una casilla colindante para maniobrar (la casilla 2C es inaccesible para él). Si desplazamos la distribucin de las figuras a la izquierda (19), la situacién cambia radicalmente. Adem4s de la posicién decisiva R4A-R3A, encontramos otra: R4T, RC (cl rey blanco en 4T no puede jugar 6T, ‘pues el rey negro se ve obligado a maniobrar en el cuadrado del peén’ 6R). Ahora es facil establecer las zonas conjugadas (19a) ; a RSC, las negras deben responder R2C; si las blancas juegan R3A, el rey’ negro pasa a 3C. Pero las blancas pueden ocupar la casilla 3T y en este caso, como las negras no pueden disponer de 31, se ven’ obligadas a jugar R3A. Resulta que sélo la casilla 3A equi- vale a las casillas 4A y 3T; sin embargo, todavia no, hay mal en eso para las negras, pues esas casillas no sou colindantes y no se ve el mate inmediato. Asf pues, hemos establecido las zonas. principales». Recurriendo a Ia explicacién que hemos dado al tratar el ejem- plo 17, en este caso se pueden establecer con mayor rapidez las zonas principales: el punto inaccesible de las negras es 2A y el 4C de las blancas (la zona de las blancas esta situada a ambos lados de este punto), Examinando las casillas de la retaguardia préxima se echa de ver et 14 seguida que, estando el rey blanco en 2C (amenaza con ocupar las ca- sillas 2, 3 1), las negras se hallan indefensas, ya que la casilla con- jugada 2A es inaccesible al rey negro. Por consigtiente, para ganar partida, el rey blanco debe ocupar la casilla 2C. Sin conocer el método de las casillas conjugadas es dificil comprender esta solucién. Asi pues, 1. R3A, se puede jugar también 1. R3C); 1... RIC; 2. R2C!, R3A (las otras jugadas no son mejores) ; 3. R3Ti (las blanicas establecen la equivalencia en la zona principal y, sin perderla, se acer- can a los puntos de invasién) ; 3... R2C; 4. R3C1, R3C; RAT! (supon- dria pérdida de tiempo jugar 5. R3A}, las blancas ganan. (Veéase también 353.) Los ejemplos citados 16-19 explican con suficiente plenitud, para comenzar, la esencia del método de casillas conjugadas. Una explica- cion mas amplia la hallard el lector en el capitulo 7, Queremos hacer constar que la teorfa de las casillas conjugadas ha dado origen y ha fundamentado con légica irrefutable la siguiente tesis : En situaciones de zugzwang mutuo (teniendo los peones inméviles), a las posiciones del rey activo equivalen siempre posiciones estricta- mente. determinadas del rey pasivo, y esta dependencia se extiende a todas las casillas colindantes, donde ‘pueden maniobrar los reyes, for- mando «zonas conjugadas» en ambos bandos. Las casillas conjugadas vienen a ser como una especie de faro para Jos reyes en sus maniobras. La parte activa procurara ocuparlos para ganar, la pasiva para hacer tablas, pero siempre de forma que, oct- pando ambos reyes las casillas conjugadas, el adversario esté en con- finua situacién de zugzwang. (Seguin Grigériev, 1922). No tiene ninguna importancia la distribucién de los reyes en las posiciones de zugzwang; pueden tener la forma de una oposicion corriente o bien otra cualquiera en dependencia de la estructura de los, peones. Vemos, pues, que la oposicién no es mds que un accidente par- ticular de la conjugacién de casillas, solamente un accidente, pese a su importancia y a la frecuencia con que se da en Ja prictica. A fin de simplificar y hacer mds clara 1a exposicién, estableceres mos cierta diferencia de términos; diremos, por ejemplo, «tomar la Pease (en su sentido habitual y corriente) y «tomar la conjuga- ciény, cuando la posicién de tos reyes sea distinta. Si el concepto de coposiciéns es tan antiguo como el propio ajedrez (encontramos su aplicacion prictica en manuscritos def siglo Ix), ef concepto de «casillas conjugadas» data tan sélo de las primeras décadas del siglo xx. A principios de nuestro siglo, Chigorin sefialé breve- mente la importancia de las casillas conjugadas. Pero fue Grigétiev quien, en 1922, hizo el primer intento de profundizar teéricamente este tema. Se le deben ciertas sintesis importantes que pueden considerarse, sin duda alguna, como los primeros pasos de la nueva teorfa, La importancia de esta nueva teorfa no se debe tinicamente a la sintetizacién de conceptos homogéneos (oposicién y conjugacién), sino Brincipalmente al hecho de haber sefalado nuevos. horizontes: en ver le la oposicién anterior, puramente mecénica ¢ irteflexiva, tomada como resultado de un abdlisis superficial, puramente externo, de la situacién, ha surgido el imperative de ahondar en la esencia de la 15 posicién y de buscar las ocultas y decisivas equivalencias de casillas, distancia, etc. Entre los conceptos de

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