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El Tratamiento Del Duelo
El Tratamiento Del Duelo
William Worden
Introducción
La ansiedad, la depresión y la somatización son entidades que hacen parte de la experiencia de la
persona en duelo.
Privación del duelo: Se refiere a la pérdida de una persona con la que se mantenía una relación que la
sociedad no aprueba. En estos casos por diferentes motivos, la persona a quien le fallece alguien no
puede hacer parte de los ritos funerarios ni recibir el apoyo social que necesita tras el fallecimiento
(muerte de un amante). Hay dos tipos de pérdidas:
- Pérdidas negadas socialmente: en la que la sociedad suele tratar como si no fueran pérdidas
(abortos espontáneos)
- Pérdidas de las que no se habla: pérdidas de las que la persona en duelo no quiere hablar
(muertes por suicidio o sida), estas muertes suelen llevan a estigmas a los ojos de la sociedad.
Vínculos continuos: cuando los vínculos con el fallecido se mantienen en lugar de perderse, se habla de
vínculos continuos
Objetos vinculadores, transicionales y recuerdos
Hay que tener en cuenta el estilo de apego entre la persona en duelo y el fallecido. En un apego ansioso,
se podría conducir a un duelo crónico y aferrarse al fallecido no se adaptativo.
Búsqueda de significado: es el principal proceso que afrontan quienes han sufrido una pérdida, esta
reconstrucción se lleva a cabo, básicamente mediante el empleo de narraciones o de historias personales.
Cuando suceden sucesos imprevistos o incongruentes como la muerte de un ser querido, el superviviente
necesita redefinirse a sí mismo y reaprender maneras de participar en el mundo sin el fallecido. La
persona no puede volver a la vida que tenia antes de la pérdida y tiene que aprender a vivir una nueva.
Esto es esencial para la tarea III del duelo, donde la persona debe aprender a adaptarse a un mundo
donde el fallecido no está. La muerte puede llevar a adaptaciones espirituales y adaptaciones internas
(identidad personal). Sin embargo, algunas muertes no ponen en entre dicho la búsqueda personal de
significado, algunas les cuesta encontrarlo y necesitan ayuda.
La búsqueda de significado es un proceso no un resultado ni un logro y los significados asociados a una
pérdida se replantean constantemente.
Entereza: son personas que se adaptan bien a la pérdida y no necesitan asesoramiento ni psicoterapia.
Las personas que se adaptan a una pérdida de una manera ‘’buena’’ o eficaz han llevado a cabo una
‘’adaptación con entereza’’
Trauma y duelo: el trauma y el duelo comparten características conductuales, sin embargo, encontramos
tres distinciones:
- Trauma sin duelo: persona que vive un suceso traumático que da origen a unos síntomas que
conducen a diagnosticar un trastorno por estrés postraumático o un trastorno de estrés agudo
- Duelo sin trauma: la persona ha sufrido la muerte de un ser querido sin sufrir síntomas de
trauma asociados al suceso
- Duelo traumático: la persona sufre la muerte de un ser querido, pero hay algo en la muerte
misma o en la experiencia de la muerte que ha tenido la persona (apego inseguro o relación
conflictiva con el fallecido) que origina los síntomas asociados a un trauma.
Capítulo 1
El apego, la pérdida y la experiencia del duelo
Los niños pequeños a medida que crecen se alejan de la figura primaria de apego durante períodos de
tiempo cada vez más largos con el fin de explorar su entorno, pero siempre vuelven a la figura de apego
en búsqueda de seguridad y apoyo. Cuando la figura de apego desaparece o es amenazada, la respuesta
es ansiedad intensa y de fuerte protesta emocional. La relación del niño con sus padres va a establecer
los vínculos afectivos en etapas posteriores de la vida
Confianza básica de Erik Erikson: mediante la buena crianza, la persona se ve capaz de ayudarse a sí
misma y merecedora de ser ayudada si se presentan dificultades, una crianza inadecuada puede hacer que
la persona establezca vínculos de apego ansioso o muy tenues, si es que llegan a establecer.
Cuando mayor es la posibilidad de pérdida, más intensas y variadas son las reacciones, en estas
circunstancias se activan conductas de apego más fuertes como aferrarse, llorar y reaccionar con ira. Si
el peligro no desaparece, se origina la ira, el retraimiento y desesperación.
Según Bowlby después de una separación se puede reaccionar con una conducta agresiva, además que
no se tiene en cuenta el carácter irreversible de la pérdida y que el proceso de duelo se orienta a
restablecer las relaciones con el objeto perdido
El duelo normal
También llamado duelo no complicado, abarca un amplio abanico de sentimientos y conductas que son
normales luego de una pérdida.
Lindemann identificó las características patonómicas del duelo normal o agudo
1. Alguna forma de malestar somático o corporal
2. Preocupación por la imagen del fallecido
3. Culpa relacionada con el fallecido o con circunstancias de muerte
4. Reacciones hostiles
5. Incapacidad para actuar como antes de la pérdida
Observo que muchos pacientes parecían desarrollar rasgos del fallecido en su propia conducta
Culpa y remordimiento: son frecuentes en los supervivientes. La culpa se manifiesta respecto a algo que
ha sucedo o que ha pasado por alto cerca del momento de la muerte. La mayoría de las veces es
irracional y se alivia mediante la comprobación de la realidad.
Ansiedad: puede ir desde una leve sensación de inseguridad hasta fuertes ataques de pánico. Cuanto más
intensa la reacción, más indicativa es de una reacción patológica de duelo. La ansiedad suele obedecer a
dos causas:
Los supervivientes temen no poder cuidar de sí mismos por sí solos
Consciencia más intesa de la propia muerte.
Llevada a un extremo la ansiedad se puede convertir en una fobia
Fatiga: en ocasiones se puede expresar como indiferencia o apatía, en personas muy activas puede ser
muy angustiosa. En algunos casos puede ser síntoma de depresión
Desamparo:
Añoranza: es una sensación frecuente en los seres queridos, es una respuesta normal a la pérdida, cuando
se reduce puede ser una señal de que el duelo se acerca a su fin. Si no es así, puede ser un síntoma
clínico que indica un duelo traumático
Emancipación: puede ser una sensación positiva tras la muerte, las personas sienten alivio. En principio
puede ser incómoda pero luego se acepta como una respuesta normal al cambio que se había producido
en su vida
Alivio: muchas personas sienten alivio luego de la muerte de unser querido sobre todo si la persona
padeció una enfermedad larga o dolorosa. También aparece cuando el superviviente ha mantenido una
relación difícil con el fallecido, en ocasiones viene acompañada de culpa.
Insensibilidad: después de una pérdida hay personas que dicen que no sienten nada, debido a que caen en
un estado de embotamiento. Es probable que aparezca porque hay muchos sentimientos que afrontar y
sería abrumador dejar que todos se hagan cosncientes. Esta insensibilidad es una protección ante la
avalancha de sentimientos
2. Sensaciones físicas:
Vació en el estomago
Opresión en el pecho
Opresión en la garganta
Hipersensibilidad al ruido
Sensación de despersonalización
Falta de aire
Debilidad muscular
Falta de energía
Sequedad de boca
3. Cogniciones
Ciertos pensamientos son normales en las primeras fases del duelo. Cuando persisten y desencadenan
sentimientos pueden provocar depresión o ansiedad
Incredulidad: suelen ser los primeros pensamientos que se tiene cuando se notifica la muerte, sobre todo,
repentina.
Confusión: se les dificulta ordenar sus pensamientos y les cuesta concentrarse o se olvidan las cosas.
Preocupación: la preocupación puede adoptar una forma de pensamientos obsesivos sobre el fallecido,
con frecuencia incluyen ideas obsesivas centradas en recuperar a la persona perdida. También puede
hacerse presente de forma de pensamientos intrusivos o imágenes del fallecido sufriendo o muriendo. La
rumiación de pensamientos es otra forma de preocupación donde la persona piensa de manera persistente
y repetitiva sobre lo mal que se siente y las circunstancias que dieron origen a los sentimientos
4. Conductas
Trastornos del sueño: dificultades para dormir o despertarse en la madrugada. En los duelos normales se
corrigen solos
Conducta distraída: las personas con una perdida reciente actúan sin prestar atención
Retraimiento: tendencia a aislarse de los demás, también puede suponer una pérdida por el mundo
exterior como no leer noticias o no ver televisión
Evitar recordar al fallecido: algunas personas evitan los lugares o las cosas que les provocan
sentimientos dolorosos. Deshacerse enseguida de las cosas asociadas al fallecido (regalándolas o
desprendiéndose de ellas) pueden dar origen a un duelo complicado. Esta conducta no suele ser sana y es
señal de una relación ambivalente con el fallecido.
Buscar y llamar en voz alta: cuando no se hace verbalmente puede ser internamente
Hiperactividad y agitación
Llorar: las lágrimas alivian el estrés emocional
Visitar lugares o llevar objetos que recuerden al fallecido: es lo contrario de evitar recordar al fallecido,
refleja temor a olvidar los recuerdos que se tienen de el
Duelo y depresión: en el duelo no hay pérdida de autoestima mientras que en la depresión si se puede ver
afectada
Tareas: las tareas un concepto muy válido. Propone que la persona tenga cierta sensación de influencia y
esperanza de que puede hacer algo para adaptarse a la pérdida de un ser querido.
Elaborar un duelo lleva tiempo, una adaptación a la pérdida.
Existen unas tareas básicas, cuatro. Es esencial que la persona las realice para que pueda adaptarse a la
pérdida. No hay orden concreto, pero si hay un lineamiento.
El duelo es un proceso, no un estado y las tareas exigen esfuerzo
El duelo es un proceso cognitivo que supone afrontar y reestructurar los pensamientos sobre el difunto,
la experiencia de la pérdida y el mundo diferente en el que ahora debe vivir la persona que ha sufrido esa
pérdida
Inicialmente hay cierta sensación de que la muerte no es real, la primera tarea es afrontar plenamente la
realidad de que la persona ha muerto, de que se ha marchado y no va volver. Asumir que el reencuentro
es imposible.
Lo contrario de aceptar la realidad de la pérdida es no creérsela mediante alguna clase de negación, está
puede ir desde una leve distorsión hasta un engaño total
La negación también se ve como negar el significado de la pérdida: no era buen padre
Practicar olvido selectivo es otra forma de negación
Aceptar la realidad de la pérdida exige tiempo porque no sólo supone una aceptación intelectual sino
también una aceptación emocional. La creencia y a la incredulidad se alternan mientras se intenta
resolver esta tarea.
Es frecuente la ira dirigía al fallecido, hacia sí mismos, a quien considera culpables o a quien les ayudan
y les recuerdan la realidad de esa pérdida.
Rituales tradicionales como el funeral ayudan a las personas a acercarse a la aceptación.
La negación de la segunda tarea tiene como consecuencia no sentir. Las personas pueden evitar la tarea
II de muchas maneras, la más evidente es bloquear sentimientos y negar el dolor, evitando pensamientos
dolorosos.
Emplean métodos para dejar de pensar, estimulando solo pensamientos agradables del fallecido que las
protege del malestar que provocan los pensamientos desagradables. Idealizar al muerto, evitar cosas que
lo recuerden o consumir alcohol y sustancias con maneras de evitar la tarea II.
Uno de los objetivos de la psicoterapia es ayudar a facilitar la tarea II para que la gente no cargue el
dolor toda la vida.
No solo la tristeza esta en el duelo, también la angustia, la ira, la culpa y la soledad son sentimientos que
aparecen en el duelo.
Capítulo 4:
Factores relacionales: definen la clase de relación que mantenía la persona en duelo con el fallecido. La
clase de relación que más suele impedir la elaboración adecuada del duelo es la ambivalente con una
hostilidad que no se expresa, la incapacidad de afrontar y tratar esa ambivalente inhibe el duelo
pronostica exceso de ira y culpa que dificulta al superviviente.
La relación narcisista donde el fallecido es una extensión del superviviente implica que este último se
niegue a admitir la pérdida porque supondría una pérdida de sí mismo.
La muerte de un padre, hermano o persona que haya abusado sexualmente de alguien puede reavivar
sentimientos residuales de esa situación. Pueden aparecer sentimientos de culpa
En ocasiones complejiza el duelo que el sobreviviente se centre en lo que ha deseado tener del fallecido
y nunca tuvo
Las relaciones muy dependientes también son causa de problemas en el duelo, debido a que se pierde la
fuente de dependencia y la imagen personal retrocede a sentirse desamparada y débil. El desamparo es
una sensación común en el duelo, pero en las relaciones dependientes está acompañada de desesperación
y afecta su imágen personal
Factores circunstanciales
Hay circunstancias concretas que pueden imposibilitar o hacer que la tarea del duelo sea difícil.
Pérdida incierta: no se sabe si la persona falleció, ejemplo soldado que no se sabe si esta vivo o muerto.
El caso contrario es igual de conflictivo, produce un duelo inacabado, cuando las personas piensan que
su ser querido está en algún lugar y no ha muerto
Otra dificultad circunstancial es cuando hay pérdidas múltiples por ejemplo en catástrofes naturales o
cuando mueren varias personas de una familia en un accidente.
Se puede observar sobrecarga del duelo que, al sentirse tan abrumados, en lugar de expresar el dolor,
sufren de ansiedad
Factores históricos
Las personas que en el pasado han sufrido reacciones de duelo anormales, presentan una mayor
probabilidad de sufrir una reacción anormal en el presente.
Las personas con historial de depresión corren más riesgo de sufrir una reacción complicada.
Hay indicios que las personas que sufre reacciones de duelo complicadas han tenido apegos inseguros en
la infancia y han tenido una relación ambivalente con su madre.
Factores de personalidad
Esta relacionados con el carácter de la persona y en la influencia que ejerce este carácter en su capacidad
para hacer frente al malestar emocional. Las personas incapaces de tolerar el malestar emocional
extremo se acaban aislando para protegerse de unos sentimientos tan intensos. Esta intolerancia provoca
un cortocircuito en el proceso de duelo y suele dar origen a un duelo complicado
Las personas que no toleran la sensación de dependencia pueden sufrir duelo complicado
El concepto que la persona tiene de sí misma es otra dimensión que puede entorpecer el duelo. Si parte
del concepto sobre sí misma de una persona es el ‘’el fuerte de la familia’’, puede representar que ese
papel lo perjudique. Las personas con esta imagen de fortaleza no se permiten sentir las emociones y
sentimientos necesarios para una resolución adecuada del duelo
Factores sociales
En el fondo, el duelo es un proceso social y se afronta mejor en un contexto donde la gente se puede
apoyar y reforzar mutuamente al sufrir una pérdida.
Hay tres situaciones que puede dar lugar a un duelo complicado
- Una perdida de la que no se habla por ejemplo suicidio donde hay conspiración de silencio
- Una perdida negada socialmente, en donde las personas de su alrededor actúan como si la
pérdida no hubiera ocurrido. Ejemplo el aborto, las pérdidas negadas socialmente conducen a la
privación de duelo, donde la sociedad no reconoce ni admite el duelo de la persona
- Ausencia de red social de apoyo, relacionándose también con aislamiento social y la ira
Duelo complicado
Reacciones de duelo crónicas: tienen una duración excesiva y nunca llegan a una conclusión
satisfactoria, las reacciones en el aniversario son normales y no indican duelo crónico. Esta clase de
duelo se reconoce porque la persona es consciente de que no puede superarlo, y sigue sintiéndose
incompleta. Aunque la persona es consciente de la situación, no se resuelve.
Aquí es cuando son útiles las tareas del duelo
Un duelo crónico o prolongado exige que el paciente y el terapeuta evalúen qué tareas no se están
resolviendo y qué mediadores del duelo influyen en ello. A partir de aquí, la intervención se centra en
resolver esas tareas
Reacciones de duelo retrasadas
También se pueden llamar reprimidas, inhibidas o pospuestas. La persona puede haber tenido en el
momento de la pérdida una reacción emocional que no fue suficiente, luego cuando tiene otra pérdida,
sufre los síntomas a mayor intensidad.
Ocurre que el duelo no se había elaborada de manera adecuada inicialmente, sobre todo en la tarea II. La
persona tiene una clara impresión de que su respuesta a la situación actual es excesiva, un mediador que
suele ir asociado a las reacciones de duelo atrasadas es la falta de apoyo social en el momento de la
pérdida.
Es casos de suicidio se elabora el momento de la muerte pero no es suficiente para la pérdida en sí y el
dolor puede reaparecer más tarde.
Las pérdidas múltiples pueden llevar a retrasar el duelo dada la magnitud de la pérdida y la consiguiente
sobrecarga del duelo.
Las reacciones retrasadas no sólo se pueden desencadenar cuando la persona sufre otra pérdida sino
también al ver que otra persona sufre una pérdida o al ver tv o suceso donde el tema central sea perder
un ser querido.
Lo que caracteriza una reacción de duelo retrasada es la intensidad de los sentimientos que cuando se
examinan dan cuenta de duelo no resuelto del pasado.
El primer paso en la terapia de duelo es establecer el contrato con el paciente, un promedio de 8-10
sesiones donde se explorará la pérdida y su relación con el dolor y el malestar actual. Sesiones
semanales o en ocasiones más frecuente.
De vez en cuando surge una patología subyacente más grave que exige un tratamiento más prolongado
que no se centre en el duelo.
Es un tratamiento psicoterapéutico a corto plazo y las sesiones deben ceñirse a los objetivos. Un paciente
puede mostrar resistencia desviándose de los objetivos, en estos casos el terapeuta debe recordar los
objetivos y explorar la resistencia y lo que esta evitando con ella.
Técnicas
La silla vacía es una técnica sumamente útil, haciendo que ellos hable directamente con él. Hablar con el
fallecido tiene más impacto que hablar de él. Se le pide que explique directamente los pensamientos y
sentimientos que tiene sobre su muerte y su relación con él. Es una técnica muy poderosa que permite
cerrar cuestiones pendientes, afrontar la culpabilidad y el remordimiento, etc. También se puede
pretender que el paciente hable en nombre del fallecido
El psicodrama también es muy útil. Se busca que el paciente represente su propio rol y el rol de la
persona fallecida en una conversación con réplicas y contrarréplicas para resolver un conflicto. Unas
fotos del fallecido puede facilitar los objetivos de la terapia, esto busca que se suscite recuerdos y
emociones, además que se usa para centrar al diálogo con el fallecido en tiempo presente.
La asignación de tareas o deberes, asignar al paciente una tarea entre sesiones permite prolongar los
beneficios de una sola sesión semanal, generalmente es vigilar las emociones y prestar atención a las
cogniciones que las suscitan. Se deben revisar las tareas.
Hay 3 tipos de cambios que nos ayudan a evaluar la eficacia de una terapia de duelo:
1. Cambios en la experiencia subjetiva: los pacientes comentan sentirse diferentes, con más
autoestima y menos culpa. También más abiertos a los sentimientos positivos hacia la persona
fallecida
2. Cambios de conducta: muchos pacientes manifiestan cambios observables en su conducta. la
conducta de búsqueda cesa, vuelven a salir de casa o inician relaciones
3. Alivio de los síntomas: los pacientes sienten menos dolores corporales