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STELLA SALVO LA GRANJA Una granja al borde de la quiebra y sélo una via de salvacién: el trabajo en equipo y el cambio Vijay Govindarajan y Chris Trimble STELLA SALVO LA GRANJA Una granja al borde de la quiebra y sélo una via de salvaci6n: el trabajo en equipo y el cambio Vijay Govindarajan y Chris Trimble llustraciones de Keny Widjaja Sonsacociones “Titulo original: Hew Stella Saved he Barm © Vijay Govindarsjan y Chris Trimble, 2012 Publicado originalmente por St. Martin's Press © Dela traduccién: Marfa José Delgado, 2012 © Deesta edicisn: 2012, Santillana Faiciones Generales, S.L. ‘Avena de lot Areas, 6.28760 Tres Cans Madd) “Telefona 9174890 60 ewer com agsilarierilnses Disefo de eubierta: Departamento de Disefio de Santillana Tustraciones de eubierta y de interiores: Keny Widjaja Primer edicinsacubre de 2012 ISHN 978.98-03.01311-7 Depisiolegals M-28314-2012 Inmpeso en Espa Print in Spin ‘Queda prob, sv excep prvise en aly, cualquier forma de reproduc, drtribuctn,comunicacin plea Y transormacin dees abr sin conta con traci de lor {tulaes def propedad inelecal La infact de los dere= ‘hos menciondos pute ter contttira de delta contr la prope neler (te. 270 y del Cig Pea). Prefacio poder de la fibula como instrumento didéctico ha quedado demostra- do alo largo de los tiempos. Los que se han criado en Occidente, por ejemplo, recordaran bien las lecciones apreniidas en la infancia através de las fabulas de Esopo, como La libre y la trtuga y El pastor mentireso, las fabulas pueden tener tanta fuerza para los adultos como para los jovenes. De hecho, dos fabulas para adultos han inspirado este libro Rebelién en la granj, el clasico de George Orwell que sac6 2 la uz los peligios ocultos del comunismo, y Nuestro iceberg se derrit, la fabula de John Kotter donde se teflejan los principios dela gestidn del cambio en im delicioso cuento sobre una colonia de pingtinos. Hemos utilizado Stella sav la granja con ptiblicos variados, desde altos ejecutivos hasta empleados de primera linea y estudiantes de pos. _gado, y hemos comprobado que las narraciones funcionan. Catalizan el proceso de aprendizaje, se abren camino entre la complejidad y los deta- les ¢ invitan a un debate animado y perspicaz. Hemos descubierto que podemos abarcar mas aspectos del ema en tres horas con el piblico que ha lefdo Stella que en una jornada completa con el que no lo ha leido, Siellasaiv6 la granja se basa en més de una década de investgacién. El relatoes una combinacion de las numerosas iniciativas de innovacion que hemos observado en organizaciones establecidas, En los programas piloto que hicimos con los primeros letores varios paricipantes nos dije- ron que creian que el libro debia de estar basaco en sus propias empresas. De ese maxlo supimos que Stella cumplia con su cometido, ‘Nuestra intencién en este libro no es examinarel tema a fondo, sino centramos en un putado de principios fundamentales para gestionar 1s inicitivas de inovacién. A Tos lectores que busquen un tratamiento ‘mas completo ythdicioal les sugermos la lectura de The Oder Sie “of Innovation: Soig the Execution Challenge (Harvard Business Review Press, 2010). Fs libro se basa en la mista investigacion que és, pero oece recomendaciones mas detalladas, analisis completo y numerosos ejemplos reales de innovacin dentro de empresas muy conocias como IBM, BMW y Deer & Company: Peto, sinceramente, sacar mas partido de The Other Sie si ke Stella antes, Eso si puede resistir el humor de una historia contada con tono desenfadado a pesr de la seriedad de su objetivo, Presentacion. Lk: aerolinea anuncié la tiltima Hamada para embarcar y Stella le dio Alejandro un titimo abrazo. Apoyéndase en el musculoso cuerpo de 41, leacaricio el largo cuello con la nariz, Por wltimo se dio la vuelta ¥y se dirigio hacia la puerta de embarque. {Como habia sucedido aque- llo? Stella esperaba enamorarse agin dia, pero jamés hubiera esperado -que ocurrera tan pronto Tenia grandes aspiraciones y, desde tnego, no era una de ellas vol- verse loca por nadie. Solo unos cuantos meses antes habia finalizado ‘sus estudio cot la firme idea de cambiar el mundo, Naturalmente, ‘no estaba segura de cémo iba a hacerlo de forma exacts, pero estaba -ansiosa por empezar: trabajar en el importante negocio agropecuario -de su familia, obtener experiencia en el mundo real y desarrollar com- ‘petenclas parael futuro La madre de Stella, que no era tan ambiciosa como ella, le dio un ‘consejo maternal —Tienes el resto de la vida para trabajar —Ie dio a su hija—. Yen el trabajo no ¢so- todo lo que reluce. Vete a ver mundo primero. Disfruta As{ que Stella habia aplazado sus planes profesionales. Se compro ‘una mochila, un billet de avin en una aerolinea de bajo coste y una guia, Peni con diez pavos al dia. Estaba dispuesta a arreglarselas sin co- tmodidades, svo con una excepcion: de ningiin modo se desprenderta de la BlackBerry omen el viaje en las montaia, haciendo senderismo por el Ca ‘mino del Inca, Se hizo amiga de mochileros de todo el mundo, llena de ‘entusiasmo por lo inusnal de su procedencia, intereses y perspectivas, ‘Un dia, durante la difel escalada a Machu Picchu, las famosas ruinas ineas, hizo una pausa para descansar sobre una roca. La cumbre habia quedado cubierta por una espesa neblina. Fue entonces cuando en medio de la niebla aparecid Alejandro, —#Te apetece una cereza salvavidas? —le ofrecié Stella tavo que alzar la vista, bien hacia arrioa, para mirarlo a los ojos. Alejandro eta alto, ademas de ser guapo. Y como el propio Peri, parecia muy, muy... exotica, Claro, Sientare Lo invit6 ella Durante los meses siguientes viajaron juntos, Stella iba descubriendo tun mundo ajeno, Alejandro explorando su propio pais. Fueron conocién- dose mutuamente, Fotografiaron aves raras en el Amazonas. Se broncea- ron en las playas. Se atrevieron a visita las catacumibas situadas debajo de ‘un monasterio centenario en Lima Stella no pod negar su atraccién por Alejandro. Admiraba su buena forma fisica, aquel aspecto agreste que transmitia a la vez cierto aire de suntuosidad, de suavidad, incluso. Encontrabs esa combinacién irresis- ible ‘Ahora, tas su idilio arollader, Stella habia entrado en el avion muy pensativa, El hecho de separarse de Alejandro no era lo tnico que la in- Quietaba, Mird de nuevo la BlackBerry. Oura vez legaban malas noticias dle Deirdte, su mentors en Windsor Farm. La economia de la explotaciin agropecuata seguia empeorando. Deirdre se veia sometida a enormes pre- stones. Stella sabia que era hora de volver a casa y arrimar el hombro. Se retorci6 en el asiento, ineapaz de encontrar une postura cémoda. Los asientos de los aviones no estaban disentados paracuerpos como el suyo, Kr Cd ‘Tenga en cuenta que Stella era una oveja ‘Alejandro era una alpaca Yesto, de hecho, es una fibula Primera parte USalvard Stella la granla? Golo porque e titulo del libro lo diga no tiene por qué ser forzosamente asl) Capitulo 1 ARE Tres meses antes oO se acomods tras el amplio escrtorio de caoba, hecho a medida ‘para una yegua. En la pantalla del ordenador aparecieron dos nuevos mensajes de correo electronico. Primero ley el de su agente, que le recordaba que tenfa que cerra el precio del matz del otofo. Tomé nota ‘mental de ello. Deirdre levaba aproximadamente un afto dirigiendo las cosechas de soja-y de matz de Windsor Farm y disfrutaba con el ret, El otro mensije, de su joven protegida Stella, describia la magia del Camino del Inca, Stella habia escrito sobre sus aventuras de forma tan srilca que Deitdre casi podia verse a sf misma en Pera. De todos mo- dos, pens6 Deirdre, seria estupendo que Stella volviere a Windsor. Era la oveja menos vergonzosa que jamas habia conocido, una lider ata, Se oy un ruido de pezuias fuera de la oficina. El padre de Deie- dre, Marcus, aparecié ocupando el marco de la puerta. Parecia tan fuerte como siempre, aunque estaba inusitadamente cansado. Marcus levaba més de dos décadas dirigiendo la granja, durante las cules habla moder- nizado su funcionamientoy casi habfa duplicado su tamafto. Experimen- tado, culto y sensato, era respetado tanto dentro como fuera dela granja —Cémo estén mis nietos? —comenzé Mateus con su saludo habi- tual—. ;Van bien en los estudios? Deirdre sonti al pensar en sus enérgicos potrills, Russell y Thomas. Van estupendamente —respondié—. Soy yo la que tiene proble- mas para segurres el ritmo. B Pero era evidente que Marcus tenia algo mas en mente Deirdre, a todo caballo le llega un momento en la vida en que tiene ue enfrentarse a la jubilacion, He legado a ese punto y estoy preparado. iQue? Naturalmente, todo el mundo en la granja sabia que Mar cus tena que jubilase alguna vez, pero era una posibilidad que Deirdre preferia mantener a distancia—. Por supuesto, papa, apoyaré tu decision, toda la familia de la granja la apoyara. Desde luego que te mereces una ‘buena jubilacion, Pero gpor que ahora? Parece que estisen la cima de ta Marcus ditigia un negocio notablementeeficaz que funcionaba como tun reloj, Fomentaba la excelencia en toda la granja, Deirdre sontié, pen- sando en como los gerentes de Windsor estaban casi obsesionados con encontrar oportunidades para mejorar el rendimient. No hago a la granja ningun favor st continto como lider —dijo Marcus—. Ya he hecho lo que puedo hacer. Slo tengo una responsabi- lidad mas: asegurarme de que la granja se queda en buenas manos de cara al futuro. —Papa, ise lo has dicho ya a Toro? —Deirdre podia imaginarse al enorme Toro encabritindose de alegra con la noticia, Toro era el segun- do de a bordo de Windsor. Estaba al frente de las operaciones bovinas, el negocio lechero dela granja, y lo dirigia como una maquina de ordenar bien sincronizada. Era fuerte, dominante, obstinado como un toro, asi que en lugar de llamarlo Harold, que era su nombre, todo el mundo fo amaba por su apodo mas obvio™ Toro. —Deirdte, tenemos que hablar —dijo Marcus bajando la vox—. Ya no creo que Toro sea la opcién adecuada para ser mi sucesor. Deirdre se quedé atonita —Pero Toro ha sido tu mano derecha durante afos, siempre ha e3- tado a tu lado! se es justamente el problema. Toro ditigiria el negocio exacta- mente como yo. Pero no es eso lo que la granja necesita ahora. Cada dia esti més claro que la eficacia ya no es suliciete, al menos, si queremnos ‘que éstasiga siendo una empresa familiar. Deirdre necesitaba un momento para pensar. Miré por la ventana los prados. Fraun dia con un sol espectacular. Las avejas pastaban tranqui- lamente a lo jos. ‘Unas décadas antes, cuando por primera vez los animales empeza- ron a dirigt sus propias granjas, demostraron répidamente una compre- sion intuitiva de la agricultura, Sin embargo, los humanos habian sido rr 1mds rapidos en poner las maquinas a trabajar. Marcus habia dado unos cuantos pasos en esa direceion, comprando dos precados tractores que ‘mantenia impecables. (A veces se releria alos tractores como los verda- deros caballos de carga de Windsor aunque era un comentario que no sentaba muy bien a algunos de los miembros del equipo més suscep: uibles). ;Serta posible que las cosas estuvieran tan mal como insinuaba su padre? Marcus interumpi las cavilaciones de Deirdre »Las granjs dirgidas por humanos siguen consoldandose y cada vez utlizan maquinas mas complejas. Ya sabes cual es su lema: cuanto ‘mayor es la produccin, més barata. Si no hacemos algo pronto la no- cig de una granj diigila por animales podrla quedarse tan anticuada como la de un aradotirado por un caballo Deirdre no habia visto munca asu padre tan nervioso Nuestra granja a erecido —continué Marcus—, pero todavia €s ccomparativamente pequena. Podemos intentar el juego del tamafo, pero nuestro principio mas preciado ha sido siempre la familia primero, —Como debe ser, papi —asintio Ta hija Marcus pareciaagotado, le asomaba un mechén de pelo evuelto por dlebajo del sombrero, cosa raraen é Voy a decinte algo totalmente confidencial, Deirdre. Sigo recibien- do llamadas de gente que quiere compramnos la granja. MeGillicuddy ha rmencionado esa posiblidad por lo menos tres veces. Deirdre sitio que el pelo de su erin trenzada se le ponta de punta La competencia entre las granasdirgidas por animales y las granjas di rigldas por hurnanos era un factor siempre presente, Por lo general se tra- taba de una rvaidad con respeto mutuo. Pero MeGilicuddy, el humano «que diiga la megnoperacion colindante con Windsor Fam, jamais habia aceptado la realidad de los tiempos modernes en que los animales di- rigian sus propias granjas. También tena fama de que maltrataba a los animales de trabajo, ‘Esty preocupado —dijo Marcus—. Un dla puede que no tengaimos ins opcin que vender. Ya les ha pasado a algunos de nuestros amigos. —Pero 1 diriges una granja que funciona mucho mejor. Puede sucedernos —interrurnpio Marcus la protesta de su hija No era momento de edulcorar la stuacidn—. Necesitamos un nuevo tipo de der. Alguien creativo. Alguien valiente,Alguien capaz de llevar la granja en nuevas direcciones. —Mir6 a su hija a los ojos—. Desde que eras joven has demostrado que tienes una mente distinta, Siempre has sabido ver mis alla de lo evidente, siempre has sabido dar con una solucién poco habitual, Deirdre tragé saliva, ¢Estaba yendo la conversacién hacta donde ella pensaba que iba? Quiero que asumas la responsabilidad de dirigit la granja —dlijo Marcus. Deirdre pensé en el pequefio equipo que dirigia en la actualidad, en lo que habian svanzado en lo ongullosa que se sentia de ellos. Pero estaba preparada para asumir la responsabilidad de supervisar toda la _granja? —Papé, acabo de empezar a dirigit mi propia division, El trabajo -de evar la granjarequiere alguien con mas experiencia, con mas ambi- i6n, 3 Deirdre, eres la mayor esperanza de Windsor para conseguir el éxi- ‘to duradero. ¥ dejame aclarar muy bien una cosa. No te ofre2co el trabajo ‘porque seas mi hij. De todos modes, csi con certeza hubierasdirgido la ‘ranja después de Toro. Te oftezco el trabajo porque eres la yegua indi- ‘cada en el momento oportuno, Tr. Deirdre escudrin6 su fotografia favorita de Russell y Thomas; Russell siraba directamente ala cimara con una sontisa de caballoy Thomas se dedicaba a mirar algo fuera del encuadte. {Su futuro en Windsor estaba realmente en peligro? Junto a la foto de los chicos habia una de su difunta madre, que siempre le habla dicho que estaba destinada a hacer grandes cosas. Al lado de esa fotografia habia otra de su amado esposo, fallecido en un ac- cidente de tractor justo una semana después de que nacieran los pots. »Entonces jaceptas el trabajo? Deirdre cruz6 la mirada con la mirada bondadosa y cansada de su pade, Penso en todo el tiempo y la energla que él habia dedicado a ayudarla en la crianza de Russell y Thomas. Sabfa que habia algo que no ppodia hacer, sna palabra que no podia pronunciar. De ninguna manera podia decir que no Capitulo 2 seahard po cers gi eee tao mm JSaivard Marevs a gran? Miscts2cinct nae peperaraparaque pus sti. Abo salar Vor la grant taba ep el momenta ge daria ein ee Llamé a Deirdre y a Toro a su despacho, Al sntrar, Toro repar6 en clretrato de Marcus que colgaba de la pared. Algin dia, pens6, en ese lugar estard mi retato “ras intercambiar las cortesias de rigor Marcus explic6 de forma ri- pida y directa lo que estaba a punto de suceder. Toro se qued por un momento sentado en silencio, luego baj6 la cabeaa y sali en estampida de la ofcina —Deja que corra y se desahogue un poco —dijo Marcus a Deit- dre, ‘Una hora despues Deirdre encontr6 a Toro en los pastos de las ove- {as enfurecido, moviendo la cabeza airadamente y dando patadas en el. suelo con las pezuias delanteras, levantando polvo. Su mal genio asus~ taba a las ovejas, que lenaban el aire de desesperados balidos, Algunas se las habian arregiado para subirse a un érbol. Una pobre oveja estaba colgada de una rama, muerta de miedo, aunque se encontraba como mucho a medio metro del suelo, “Toro fijo la vista en Deirdre y dio un bufido, “la se acere6 con eat tela y lo invito a sentarse en a sombra, a su lado, Sabia que tenfa que ganarselo de algin modo. ‘oro fue hacia alla a reganadientes, al tte con sus mil trescientos kilos de peso. Todas ls ovejas, salvo la que pendia del érbol, aprovecha- rom la oportunidad para correr hacia las colina. —Sé que esperabas ser el proximo jele de la granja —dijo Deirdre con delicadeza, —Todo el mundo esperaba que fuera yo. —Inchuida yo misma —dljo Deirdre—. ;Piedo preguntar qué planes tenias para la granja? Ya conoces mi lemat mas rapido, mas fuerte, mas eficaz. —Toro lo hhabia colocado encima de su escitorio—. Nuestra granja est bien ges- tionada, pero podriamos hacerlo mejor —dijo &l—. Tengo millones de ideas para mejorar. Estoy preparado para astmir mas responsabilidad Claro que lo ests, Toro, Claro que lo esti. ‘Toro dio un suspit. r —Me encanta esta granja, Deirdre, pero hay otras granjas que nece- sitan un buen lider. Deirdre habla anticipado esta respuesta, Sabia cudn grande era el orgullo de Toro. —Esta granja necesita tu liderazgo. —Esta granja ya te tiene ati como lider —respondié él Toro, pienss por un momento lo que podria suceder en tu ausencia CConoces todos los aspevios de la granja como la palms de tu pezuna. Bies sun modelo para el resto de los animales, te admiran. Bueno —le dio un codazo Deirdre—, al mens cuando no los tienes asustados, ‘Toro cansigui6 esbozar una sonrisa com la roma, Los dos se quedaron sentados un rato sin hablar, contemplando la ‘bucdlicabelleza que los rodeaba: los ondullados cerrs, el enorme grane- 10 rojo, la casa de labranza recién pintada que se vistumbrabs a lo lejos. ‘Todo estaba en perfecto estado ‘Vieron como Maisie, una pequetta y bonita vaca frisona, se acercaba hacia ellos. Era la mayor productora de leche de Ia granja, con una pro- duccién de mas de cuarenta litros darios, aunque en realidad era cono- cida por su pasién por la moda, De hecho, el tinico espejo que habia en toda la granja estaba en el establo rosa de Maisie. Ese dia levaba uno de los muchos sombreros que componfan su extense colecci6n. —Os gusta mi nuevo sombrero? —dijo Maisie inlinando un poco ta cabeza para mosttarlo Si, me gusta tu sombrero —respondié Toro con la esperanza de aque Maisie se marchara, Deirdre podia apreciar que Maisie se sentia atin mas entusiasmada de lo habitual con su sombrero, pero no tenia claro por que éste eta tan especial, El sombrero parectaelegante, pero no tan exagerado como mu- chos de los modelitos que escogia Maisie. —Es muy bonito. “Qué es lo que te gusta mas de él? —pregunts Deindre —Esti hecho con la lana més suave que he tocado munca —ijo Maisie tendiendo el sombrero a Deirdre y Toro para que pudieran ex- perimentar su suave tacto—. Es importado —alardes Maisie—. Me lo envi Stella desde Pee-Rit Tan pronto como Maisie estuvo a una distancia en que no podia oft los Toro y Deirdre se echaron a rer con unas carcajadas profundas que alivianon las tensiones. Después recuperaron la compostura. Deirdre fue la primera en hablar Te necesito, Toro “Tow lades la cabeza Me necesitas para qué? Estoy cteando un nuevo puesto para ti: jefe de operaciones de la ‘granja ‘Toro sonri6, halagado, Parecia un puesto muy importante. Pero lue- go cayS en la cuenta de que este trabajo, por importante que fuera, no ‘eralo mismo que digi la granja, no era su sueno. Y significaba trabajar ‘para Deirdre, que era mucho mas joven que él. Intuyendo esos pensamientos, Deirdre dij: —Sélo te pido que pienses en ello. se mismo dis, cuando volvié a los pastos de las ovejas, Deindre se > -enconit6 con que Toro estaba de nuevo con el cefo fruncido, arrojando tierra y asustando a las ovejas. rar dSalvara Toro la granja? Salvara Maisie la granja? Capitulo 3 “ase ire contempl las largas yestrechas hileras de soja de los cuidados ‘campos que se extendian ante ella Las semillas estaban madurando ‘muy bien, La vista le calm los nervios, Dos semanas despues de haber tomado las riendas de la granja sabia que la mayoria de los animales aun no estaban convencidos de sus dotes de lider. ¥ estaba agotada, No se hhabia dado cuenta hasta ahora del trabajo tan arduo que hacta Marcts. ‘Vio que un joven garanon se dirgia hacia ella al galope, incluso a distancia supo que se trataba de Mav. Deidre admiraba la perfeccion de su trote. Mav habia sido defensa en el equipo de fitbol del instituto (secon equina), donde se habia ganado el apodo de Indomable por su tendencia| a pensar que sabia mas que el entrenador. Deidre apreciaba la confiaza, | eltalento y ls energia de May, aunque no su desenfrenada ambicion, —Deirde, ven répidamente, —May paré tan en seco que se levanis sobre las patas traseras—. Tu padre se ha puesto muy enfermo. Deirdre hizo todo lo que pudo para seguir el ritmo de Mav miea- tras galopaban el empinado kilémetro que habia hasta la casa de l- branza, Cuando legé a la cabecera de st padre, Marcus tenfa muy ‘mala cara, Sudaba a mares y su respiracign era agitada y ruidosa. ¥ lo que era peor aun, estaba durmiendo en una postura muy extraia, Las noticias del médico fueron nefastas. Ahora entendia Deirde la decisién | desu padre de enuega las rendastemprano, Debia de saber que estaba enfermo, . Deirdre pass todo el tiempo que pu con Marcus durante las se- mnanas siguientes, Mientras tanto, ls directores de Ia granja voaren tinimemente para conceder a Marcus la Medalla del Mert, la distin ion masala y menos fecuente de la ganja, En la eetemonia Russel ¥ Thomas pusieron ast abuelo la medalla al evel mientras tos las auimales eumidos, vaca, ove, gallo, gallinas, pavos y caballo, dedicaron una ensordecedoraovacion, ~ Gracias —respondié Marcus con Ie vor quebrada ‘Alia siguiente, con Deine au ade, Maren mrs apacblemente mientras dormia af of of —Cuentanos tn cuento —le rogaron Thomas y Russell a su madre cuan- do se fueron a la cama, Desde que los potros habian aprendido a leer y se habfan convertido en lectores voraces rara vez pedian a Deirdre que les leyera en alto, Pero los dias después de la muerte de su abuelo nece- sitaban a su madre mas que nunca. Deirdre decidis que era la ocasin perfecta para volver a contar la historia de Windsor Farm, "Erase una vez wna pequena granja disigila por una familia humana, que se apellidaba Windsor —comenz6—. Los Windsor querfan mucho a ‘un animal en particular, ohn Patrick, a quien todo el mundo lamaba JP Erael abuelo de Marcus y vuestrotatarabuelo, —Y JP era el caballo mas inteligente que jamés haya visto nadie —intervino Russell, DDeirdte sonri6, Los chicos ya habian ofdo esta historia muchas veces. —Pero los Windsor no sabian ni la mitad —continué ella— JP ha- bia aprendido a leer por st mismo, Hasta donde sabemos fue el primer caballo que pudo leer. JP creia fervientemente que los animales merecan mejores vidas. —Deirdte hizo una pausa para alisar el mech6n de pelo de Thomas—. En el caso de los eaballos en espectal se esperaba que hi: cietan todo el trabajo duro sin beneficiarse mucho de ello. {No es justo! —gritaron los dos chavales al untsono. —Exacto —asintio Deirdre—. Ast que, sin prist pero sin pausa, JP censenié a sus compatteros a leer. —Entonces, un dia, los Windsor, que ya eran ancianos, abandonaron la granja. JP supo al instante lo que querfa hacer. Convenci6 a los animales de que podian llevar la granja ellos mismos. Justo al dia siguiente Frede- rick, el hijo de JP y bisabuelo vuestro, pint6 un cartel nuevo y To colgo en. Ja puerta de la entrida, Decta, WINDSOR FARM, DIRIGIDA CON ORGU- LO POR LOS ANIMALES, Russell y Thomas se recostaron sobre la almohade, pues sabfan que la historia casi habia terminado, »Muy pronto JP dirigia Ia mejor granja en seis condados. Trabajaba arduamente en el campo durante el dia y estudiaba por la noche los libros de la biblioteca de la familia Windsor. Mientras, se propagé la noticia de lo que ocurrfa en Windsor Farm y en poco tiempo se podian encontrar granjas orgullosamente dirigidas por animales en cada pobla- cion. Y pronto se hizo evidente, sat tails son os mores gajeres —exlamaron os ts Cuando JP se jubilé —dijo Deirdre, el joven Frederick se con- virio en un gran jefe como su padre y creo el Moviriento por los De- rechos de los Animales, que ha mejorado las vidas ée todos nosotros. Pero cuando vuestro abuelo se hizo cargo de Windsor Farm los tiempos estaban cambiando —continus bajito—. Los animales tenfan mas habi- lidades en materia de agricultura pero las personas eran mas avezadas con las maquinas. A medida que fabricaron mejores tractores y aperos de Iabranza, las granjs dirigidas por humanos mejoraran sueficacia Deirdre beso con dur la eubeza de sus dos hijus, que ya estaba durmiendo iSalvard Mav la granja? »Cuanto mds grande mas barato—terminé en un susurro recordando las palabras de su padre Deirdre se fue a la cama y cerré los pirpados, pero éudaba de que pusiera pegar ojo Capitulo 4 ARS iQee" TG deirdre se desperto sobresalada, El estridente grito procedia de Einstein, un excéntrico gallo que era el responsable de inves- tigacion de la granja, Hacia ya tiempo que Einstein habia descu- bierto una combinacion de semillas y fertlizantes que aumento el rendimiento de'les cultivos en un 50 por ciento. Desde entonces se le habia dado libertad para que pasara el tiempo como quisiera, lo que significaba que pastba précticamente cada minuto del dia en el laboratorio. ‘A pesar de que Einstein pensaba que era demasiado valioso para dedicase a trabajos de poca importancia cumpla celosamente con la ta rea de despertar a todes por a manana. Lo hacia con euforia,saltando aria y abajo y batiendo las alas mientras llamaba ala accion soltando su canto a altos decibeios, Deirdre pensé en el dia que le esperaba. No habia duda de que se pareceria mucio al anterior. Desde Ia muerte de Marcus, hacta casi un mes, los animales cumplian con lo minimo indispensable, Se ocupaban de las cosechas, onlebaban ls vacas,esquilaban las ovejas y llevaban ta lana al mercado, pero su estado de animo estaba muy bajo. Toro estaba tan descontento como siempre. De hecho, parecia que asustar a las eveas se habia convertido para él en una especie de terapia Después del desayuno Conta, el contable de la granja y unico pavo ‘que habia, le entrego a Deirdre el informe mensual de la cuenta de te- sultados. —No hay nada de lo que pavonearse —avis6, Conta levaba por lo ‘menos cuatro lapiceros debajo del ala. Se podia contat con Conta para contar eada céntimo. Deirdre examin6 el informe, que mostraba el rendimiento de las tres unidades de negocio principales de la granja: operaciones de ganado lanar, operaciones de ganado vacuno y cultivos (Windsor también ven: dia algunos huevos, pero el punado de gallinas que quedaban en la gran- ja estaban allf mas que nada por razones sentimental) En generat Deirdre constat6 que la granja seguta funcionando con tanta eficacia como siempre. Era una buena noticia, pero los precios de sts productos estaban cayendo de forma generalizada, lo que reducia los bpenefcis. Si continuaban las tendencias atuales, Windsor podrta verse obligada a abandonar su actividad en pocos afos. Encontro a Toro en el establo-comedor, comizndo un poco de heno alee. Por suerte, estaba bastante tranquilo. Ella le hablo de los informs Toro reflexions sobee la stuacion y luego dio simplemente: —rabajaré mas dro Deirdre paso el resto del dia hablando con les demas jes de equi- po, buscando ideas e inspiracion. A la hora del almuerzo se sent con {es amigos pricticamente inseparables: Rambo, el carnero que dirigia las operaciones del ganado lanar; Rex, un toro que ayudaba a Toro en las operaciones del ganado vacuno, y Rob, el caballo que habia reemplaza- do a Deirdre como jefe de gestidn de los cutivos. Toro era el mentor de todos ellos su lealtad era tal que los demas animales se referian al trio como Los Tres Torites, =1Cémo mejorarias las finanzas de la granjal —pregunt6 Deirdre a cada uno de ellos ‘Rambo (en realidad se lamaba Bo, pero preferia con diferencia que Jo lamaran Rambo) describié un plan para aumentar Ia capacidad de fabricacin de fibra de lana mediante la mejora de la planificacion Rex hablo de unos nuevos alimentos para las vacas que prometian sncrementar la produceion de leche Rob comparté las novedades que acababa de ofr sobre wn método de rotacién de cultivos ms eficaz Deirdre sabia que eran buenas ideas, pero no serian suficiente, Ne~ cesitaba algo mas radical. rr En las semanas siguientes las cosas, lejos de ira mejor, empeoraron Una granizada caus6 datios en el granero. Una misteriosa nube de insee- {05 atacd el mat, Y una noche un grupo de ovejas se las areglo para por la tradicion. Y, en cualquier caso, tampoco tiene tan- ta experiencia, Deirdre se mantuvo a la espera mientras Toro exponta sus argumen- tos, bien fundamentados. »Peto después de todo Mav es probablemente a mejor opcién —con- cluye el. Una hora después el joven garafion estaba en la oficina de Deirdre Quiero que dirijas el nuevo negocio de la lana de hyjo—le propuso, —1Que? Se quedo Mav con la quijada abierta. ¢Dirigit su propio negocio? Era una oferta muy atractiva. Seria el mandamas, ¥ st tenta éxito, podria ascender dos o tres puestos de golpe. De hecho, estaria en —aAceptaré el puesio le dijo a Deirdre Ella se sinti complacida —Fotatis bajo las ordenes de Rambo, ya que la lana de lujo esti cestrechamente vinculzda a las operaciones del ganado lant, —Muy bien. —Mav no tenfa problemas con Rambo. —Tendris que crear tu propio equipo —siguio Delrdire—, y como en Ja grana ahora mistmo 10 hay nae més disponible para trabajar a tiempo completo tendts que persuadir a unos cuantos para que echen una pata Deitdre se imaginaha que, como no habian fltado woluntaros para la busqueda de la Gran Idea, Mav no deberia tener problema alguno en enconttar animales dispuestes a colaborar. Cuando salo el garandn, Deirdre eres un nuevo organigrama para dar catdcter oficial al puesto de Mav yToclav6 en su tablon de anuncios. El organigrama pareca bueno, salvo por la existencla de un gigantesco aunque invisible signo de interrogacion: Toro todavia tenia que aceptar formalmente su oferta para ser el jefe de operaciones de la granja Solo de pensarlo, Deirdre se puso nerviosa En la siguiente resnidn general de la granja Deidre amuncio el as- censo de May, Este dijo alos animales allt reunidos queen breve hablaria con algunos de ellos acerea de participar en el proyecto, La mayorta pa- recia entusiasmada ante esas perspectivas. Luego le lleg6 el rurmo a Toro para ofrecer su actualizacién habitual sobre como iban las operaciones, —Amigos, es importante que entendamos que nuestra situacion bis\- ca no ha cambiado, El negocio dela lana de luo es prometedor —

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