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BIOÉTICA, DERECHO Y ARGUMENTACIÓN

Segunda edición ampliada


MANUEL ATIENZA
Catedrático de Filosofía del Derecho
de la Universidad de Alicante – España
EDWINPEDRO LUCAS RAMOS1
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

SUMARIO: 1. introducción; 2. bioética y argumentación; 3. los principios


fundamentales de la bioética; 4. hacia un concepto de dignidad humana.
RESUMEN
Los derechos humanos constitucionalizados, así como la forma de hacerlos una
realidad, definen la transformación de los estados hacia la globalización jurídica.
La bioética como una de las disciplinas del Estado de Derecho, debe transformar
su actual alocución, especializado por su permanencia académica, hacia una
realidad claro. El uso y aplicación de la argumentación jurídica hacia el respeto de
la dignidad humana, sin duda alguna servirá como instrumento transformador del
escenario complejo de la bioética actual, planteándose como una garantía de los
derechos fundamentales del hombre.
PALABRAS CLAVE:
Bioética y argumentación, los principios fundamentales de la Bioética, autonomía
personal, dignidad humana, Derechos Humanos, derecho a la vida, libre desarrollo
de la personalidad.
KEYWORDS: Bioethics and argumentation, the fundamental principles of
Bioethics, personal autonomy, human dignity, Human rights, right to life, free
development of personality
1. INTRODUCCIÓN
La globalización, ha dejado la marca de una indicadora característica en el
orden normativo: La incipiente crisis del derecho y el renacimiento de las caras
ocultas del exterminio humano, como por ejemplo el tipo penal de la
eutanasia, en muchos sistemas jurídicos sancionado con la imposición de una
pena, obligando a vivir a las personas desahuciadas por la ciencia médica, a
una vida precaria y a la angustia de la misma.
1
Abogado, Maestrando en la Maestría de Derecho Constitucional y Derechos Humanos de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Se ratifica los aprietos del derecho penal, al reflejar la escasa capacidad
investigadora del Estado frente a un mayor impacto de comisión de hechos
ilícitos surgidos desde las fuerzas procedentes de los actos de disposición de
poner fin a mi vida a través de la eutanasia y que no se aplique el Código
Penal en mi caso, para que los profesionales que intervengan no puedan ser
procesados.
La vida humana ha sido objeto de burla y el principal valor examinado por
cualquier sociedad instituida, por ello toda incursión biomédica en los seres
humanos a nivel de investigación ha sido regulada bajo estándares
internacionales (CIOMS, 2002). Asimismo la vida humana, es el principal
objeto de estudio y razón de ser de la bioética, entendida esta como el estudio
sistemático de la conducta humana en los campos de las ciencias biológicas y
de la atención de la salud, en la medida en que esta conducta se analiza a la
luz de los principios y valores morales, se intenta dar una respuesta adecuada
a la complejidad creciente en la atención sanitaria y en las políticas de salud,
fundamentalmente, en la ciudadanía en general y en los profesionales de
manera especial, la reflexión que debe ayudar a conocer cuáles pueden ser
las mejores opciones a tomar respecto a nuestra vida en una sociedad de
personas libres.
Por eso la bioética se preocupa por las cuestiones éticas involucradas en la
comprensión humana de la vida. Sale por la conciencia de la necesidad de
reflexión crítica sobre los problemas éticos provocados por los avances de la
ciencia de la vida y la medicina. Es en este panorama que surge la eutanasia
la misma que tiene una presencia en la vida social, en los medios y en el
debate público, incluso hasta en los partidos y representantes políticos 2,
conceptualiza esta como una práctica médica ejecutada con la propósito
deliberado de finalizar la vida del ser humano que sufre una enfermedad
dolorosa e incurable, en el que intervienen los principios de autonomía
personal y dignidad humana en los que se basa el respeto por los derechos
humanos.
En este escenario se intenta introducir a la argumentación jurídica como una
herramienta que acceda a los contextos del pensamiento progresista de la
bioética en la última década, en la cual la bioética y el derecho se encaminan
hacia senderos que unifican su relevancia social.

2
A modo de ejemplo, en España, desde el año 2018, que se dio la proposición de
ley orgánica de regulación de la eutanasia presentada por el PSOE, y en
diciembre del 2020 se ha aprobado la ley, ha habido una profusa bibliografía
sobre el tema, tanto de parte de juristas como de médicos.
2. BIOÉTICA Y ARGUMENTACIÓN
Si uno piensa, en los diversos argumentos en los que suelen producirse
razonamientos que tienen que ver con la bioética, esto se debe a que, en las
argumentaciones de tipo moral, están en juego tanto valores de carácter
formal, como material y pragmático.
El control lógico de los argumentos permite detectar y evitar las
contradicciones, pero, además, la lógica muestra cuáles son las premisas que
es necesario presuponer para alcanzar una determinada conclusión, lo que
tiene especial importancia dado el carácter usualmente entimemático de
nuestras argumentaciones.
El control material de las argumentaciones morales puede ser normativo o
fáctico: en el primer caso, se trata de enjuiciar el carácter fundamentado o no
de los principios morales que necesariamente conforman alguna de las
premisas del razonamiento pues si la conclusión del razonamiento tiene
carácter normativo, por ejemplo, “no se debe investigar con pre embriones
sobrantes”, es necesario que también sea normativa al menos alguna de las
premisas; en el segundo caso, habrá que comprobar si los datos (científicos o
de experiencia cotidiana) son o no correctos. Finalmente, hay también ciertas
“reglas del juego” argumentativo que es necesario respetar: por ejemplo,
quien discute en serio con otro sobre un problema moral no puede aducir
razones en las que él mismo no cree, no puede dejar de contestar a las
razones (fundadas) que el otro aduzca, etc.
Por otro lado, la argumentación de contenido bioético puede tener lugar en
muy diversos contextos, lo cual significa que los criterios de evaluación de las
mismas no pueden ser idénticos. Por ejemplo, en ocasiones se producen en
un contexto fuertemente institucionalizado, como es el caso de una sentencia
judicial. El carácter institucionalizado del razonamiento judicial significa
esencialmente que aquí rigen ciertos límites que tienen que ver con el
funcionamiento de la institución y que no se dan en otros contextos. Así,
cuando el Tribunal Constitucional delibera sobre el problema de bioética que
veíamos, tiene que partir de lo que dice la Constitución al respecto (no de sus
propias opiniones morales), para comprobar si los contenidos normativos de
una determinada ley resultan o no compatibles con ellos.
La argumentación puede tener lugar en el contexto de una comisión de
bioética, lo que significa que los límites institucionales, aun existiendo, son
menos fuertes: dado que las comisiones no suelen emitir decisiones
vinculantes, sino que formulan sugerencias, proponen cambios o,
simplemente, tratan de orientar a la opinión pública, a los profesionales, etc.,
sus argumentaciones pueden ser más libres: no están necesariamente sujetas
o lo están menos a normas previamente establecidas, pues muchas veces se
trata de que sea precisamente la comisión la que elabore el criterio que
permita resolver un problema; otras veces, lo que hace es sugerir que una ley
debería cambiarse en uno u otro sentido, etc.
No obstante, la vida humana es aún el principal objeto de estudio de la
bioética, ya que al ser una disciplina científica tiene como finalidad efectuar el
análisis racional de los problemas morales ligados a la protección de la vida
humana por medio de la medicina, sus relaciones con el derecho y otras
ciencias naturales y sociales, originando en conjunto la necesidad de juridificar
los principios rectores para el respeto, preservación y mejoramiento de la
calidad de vida, procurando antes que todo la formación integral de la
personalidad humana en sus aspectos físico, mental y social.
La aparición de diversas tecnologías, conocimientos científicos, así como
disciplinas en el ámbito de la bioética ha dado lugar a diferentes concepciones
y a diversas críticas en torno a esta problemática, hoy son objeto de
investigaciones en estos campos que han originado nuevos productos
farmacéuticos para combatir ciertos padecimientos y mejorar la salud humana.
Sin embargo, aplicando las reglas de la lógica, las normas axiológicas y el
mismo derecho.
Surge la dignidad humana que nos permite entender, que es el límite que
debe imponerse frente a todas estas nuevas tecnologías, que incluso han
invadido las áreas del genoma humano, de la clonación y de otros fenómenos
que han sido limitados por los instrumentos internacionales en esta materia.
En este contexto se impone entonces el uso de la argumentación jurídica,
tomando en cuenta la existencia de la disciplina denominada bioderecho o
biojurídica, que se caracterizan por ser un conjunto de normas que tienen por
objeto la atención al respeto y protección de la vida humana desde su
concepción hasta su consumación. (Atienza, 2010).
La argumentación jurídica viene a reflejarse como una herramienta
completamente útil en la forzosa relación que se origina entre la bioética y los
derechos humanos, ello en virtud de que la bioética regula tanto la vida
humana como la conducta de los hombres, en consecuencia, se origina el
supuesto del respeto al derecho a la vida y principalmente a la preservación
de una vida saludable. Surge como un telón de respeto, promoción, garantía y
protección de los derechos humanos en todo Estado de derecho que presuma
de mantener un orden social basado en el respeto de la ley.
La argumentación jurídica accede al conocimiento de la racionalidad práctica,
en el campo concreto de la aplicación e interpretación del derecho, lo que se
denomina razonamiento judicial. En estas condiciones, los operadores
jurídicos tienen la obligación de justificar sus resoluciones jurisdiccionales y
rechazar criterios arbitrarios, evitando la aplicación fría y mecánica de la
norma y analizar en lugar de decidir aisladamente 3.
Respecto a la relación y dependencia entre la bioética y la argumentación
jurídica, que, si tomamos en serio a la vida humana, se llega a la conclusión
que precisamente la vida humana y su irrestricto respeto, es el principal objeto
de estudio de ambas disciplinas.
Entonces llegamos a la conclusión que actualmente se perfila en los ámbitos
del pensamiento bioético para solucionar el problema de su disfunción o
difusión y acercarla a la eficacia y eficiencia, se hace necesario el desarrollo
de una bioética jurídica basado en el respeto de los derechos humanos y en la
dignidad humana como pilares del paradigma interpretativo y argumentativo
basada en las normas de esta materia, que será el lenguaje que deba
utilizarse en la globalidad jurídica frente a la dignificación, protección y
elevación de la calidad de vida de todos los seres humanos. 4
3. LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA BIOÉTICA
Con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se consagró el
derecho humano esencial a la vida, así como la igualdad y a la libertad de
todos los seres humanos, lo que permitió que todos fuésemos tratados con la
misma dignidad. De esto se desprende que los principios fundamentales en
los cuales se apoya la bioética corresponden a los de libertad e igualdad, de
beneficio social, acceso a la salud y a la justicia en general. Atienza sostiene
que los principios de la Bioética tienen su origen en una Comisión formada por
el Congreso de los Estados Unidos en el año de 1974, encargada de
investigar los principios éticos básicos guiadores de la investigación con seres
humanos en la biomedicina, propone, la ponderación de principios de la
bioética como modelo de racionalidad práctica.
La bioética aboga por que, en la protección de la vida humana, se contengan
proposiciones negativas que representan verdades irrefutables. Tal es el caso

3
Atienza considera de trascendencia la teoría para la práctica judicial, basada en
seis tesis: 1) juzgar es decidir, distinguiéndose entre tomar una decisión y
hacerlo en forma decisionista; 2) debe dar razones y motivar sus decisiones; 3)
por un lado se decide, se explica o justifica una decisión; 4) Cuando un juez
condena a X a la pena Y, da un conjunto de razones que justifican su decisión; el
juez explica y justifica mostrando causas, razones y motivos que permiten ver
una decisión como un efecto de ellas; 5) se justifica una decisión en casos fáciles
o difíciles, cuando no existen problemas con las hipótesis normativas, creándose
argumentaciones delictivas, y finalmente; 6) la argumentación supone un
esquema más amplio de la concepción lógica, ya sea deduciendo argumentos a
favor o en contra, lo cual empieza por identificar cuál es el problema que debe
resolverse.
4
ATIENZA M. “Bioética, Derecho Y Argumentación” pag. 165-166
de prohibir la supresión de la vida humana a través de prohibir el homicidio
como conducta humana reprobable; por ello genera y propone condiciones
ideales para que se concrete en todas las sociedades humanas el principio
básico de la convivencia respetuosa entre todos los seres humanos.
Convivencia y armonía social que universalmente es reconocido y respetado
por todos los pueblos. En ello se concretan las condiciones de globalidad
jurídica.
4. HACIA UN CONCEPTO DE DIGNIDAD HUMANA
La Declaración Universal de Derechos Humanos parte de la idea de que los
derechos humanos tienen su fundamento último en la dignidad de la persona
humana, a la que se hace referencia en los apartados 1 y 5 del Preámbulo y
también en el artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos”. En la Declaración Universal sobre Bioética y
Derechos Humanos (aprobada por la UNESCO en 2005 seres humanos
nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
En el preámbulo se reconoce que los problemas de bioética deben
examinarse “teniendo en cuenta no solo el respeto debido a la dignidad
humana, sino también el respeto universal y la observancia de los
derechos humanos y de las libertades públicas”
Como es sabido, la persona vale como fin supremo por ser lo que es, y este
valor da contenido a su dignidad. El derecho a la vida, está consagrado en el
artículo 1 y 2 de la Constitución peruana: “La defensa de la persona
humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y
del Estado”, “Toda persona tiene derecho a la vida (…)”.
Se podría concluir que el único criterio suficiente para justificar un derecho
fundamental como implícito es el de dignidad humana. De ninguna manera,
puede admitirse como derecho fundamental, un “derecho a la muerte”. Así lo
señala, de igual modo, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
humanos. La dignidad de la persona es incompatible con la licitud de la
eutanasia5.

5
Díez Picazo, L., “Derecho a la vida y a la integridad física y moral” en
Repertorio Aranzadi del Tribunal Constitucional num.3/2002, Ed. Thomson
Reuters, Madrid, p. 11

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