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Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

Estructura y límites gnoseológicos de la


«investigación-acción crítica»

por Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA


Universidad de Oviedo

«De un lado, el poder se concentra y grupos limitados controlan los


flujos del dinero, de influencia y de información. Lo que se llama integra-
ción social puede ser reinterpretado como el control ejercido por estos
centros de poder sobre actores sociales cada vez más manipulados. De
forma paralela, estos actores se definen menos por papeles que por su
posición en un mercado, por tanto por sus intereses propios de un lado y del
otro por una subjetividad que protege la libertad del actor contra una
sociedad demasiado organizada y que defiende una identidad de los
particularismos culturales, de una lengua a una religión, de un territorio a

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una etnia.
Dos imágenes opuestas sustituyen a la correspondencia del actor y del
sistema: la del sistema sin actores y la del actor sin sistema». (Touraine,
1993,449). revista española de pedagogía

Los debates sobre educación, sobre la fuera de sus recintos y que las transfor-
enseñanza y la escuela, han estado reco- maban en meras organizaciones repro-
rridos, desde hace años, por tendencias ductoras, en simples instalaciones
contrapuestas y de imposible reconcilia- encaminadas a fortalecer y perpetuar po-
ción. Por un lado, como es sabido, se de- deres externos. Es más, su condición de
sarrollaron planteamientos e interpreta- agencias simbólicas contribuía a incorpo-
ciones que ligaban los fenómenos educa- rar esas realidades en las conciencias y
tivos a estructuras sociales, económicas, en las mentes de tal modo que conver-
políticas e ideológicas dominantes y tían a los sujetos personales en seres dó-
hegemónicas. La escuela y las enseñan- ciles y perfectamente integrados. Por otra
zas estaban aprisionadas por redes parte, no faltaban grupos de teóricos que,
envolventes que las nutrían y alimenta- con independencia de otras corrientes fi-
ban con productos que tenían su origen losóficas, mantenían vivo el espíritu de

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la Ilustración y, repitiendo las consignas política encontró en ella justificaciones


kantianas, consideraban que el ejercicio excesivas. No obstante, en el sentido de
de la razón científica y de la razón prác- su pensamiento y en los principios sobre
tica liberaría a los humanos de todas las los que se apoya, late, sin duda, una in-
ataduras y los elevaría a la categoría de vitación a ejercer el derecho y la respon-
seres verdaderamente autónomos. La es- sabilidad de ser protagonistas de nuestra
cuela y la educación deberían ser, antes propia existencia, agentes de nuestra vida
que ninguna otra cosa, el reino del cono- y de nuestra historia. «El futuro, decía,
cimiento y del saber. depende de nosotros mismos y nosotros
no dependemos de ninguna necesidad his-
Las dos esferas, sin embargo, se dota- tórica» (Popper, 1981, 16). En términos
ron de notables diferencias y han sido el parecidos se pronunciaba al final de esas
escenario de grandes antagonismos. Al- páginas:
gunas formas de la racionalidad, por
ejemplo, adquirieron tintes reduccionis- «En lugar de posar como profetas
tas. Así ocurrió con la racionalidad ins- debemos convertirnos en forjadores de
trumental y con algunos tipos de nuestro destino. Debemos aprender a
imposición tecnologicista. Se buscaron hacer las cosas lo mejor posible y a
nuevas rutas de liberación. En este te- descubrir nuestros errores. Y una vez
rreno hay que situar las propuestas de la que hayamos desechado la idea de que
investigación- acción. Aquí es donde sur- la historia del poder es nuestro juez…
gen sus posibilidades. Pero aquí, también, entonces quizá, algún día, logremos
aparecerán sus insuperables limitaciones. controlar el poder» (Popper, 1981, 440).
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Las cuestiones, cada una de ellas en Estas llamadas se establecen como un


sus respectivos ámbitos, han tenido su desafío a todas las fuerzas que, procedan
historia, han disfrutado de diferentes mo- de donde procedan, pretenden forjar el
mentos de atención y se han ido formu- destino de los hombres desde situaciones
lando progresivamente. Algunos pasos que anteceden a sus voluntades perso-
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previos ejercieron una influencia que to- nales.


davía perdura. Se conservan como pun-
tos de referencia imprescindibles. Un propósito básico animaba las pá-
ginas de Popper. Era necesario despojar
Cuando Karl Popper publicó The Open al ser humano del determinismo
Society and its Enemies, en 1945, mu- gnoseológico, social, político, ideológico o
chos intelectuales e intérpretes de «bue- histórico. Es decir, era necesario proce-
na fe» experimentaron un indudable der a la emancipación de los seres huma-
alivio. Ocurrió como si sus mentes se hu- nos. Los pensadores sociales habían
biesen liberado de fantasmas y ataduras encontrado en Marx una referencia inex-
que amordazaban no pocos ideales. Des- cusable desde la que interpretaban la rea-
pués, se apoderaron de la obra las mis- lidad. «No es la conciencia de los hombres,
mas fuerzas que había desatado. La consideraba, la que determina la reali-
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dad; por el contrario, la realidad social deñable. La ciencia no significa acata-


es la que determina su conciencia» (Marx, miento, sumisión, aceptabilidad, determi-
1966,7). Cuando hacía esta afirmación, nación, sino enfrentamiento racional,
estaba formulando la existencia de fuen- discusión y, en la mayor parte de las oca-
tes superiores a la mente, a la razón y a siones, negación y superación. Esta pe-
la voluntad de los hombres para ordenar culiaridad hace de la ciencia la fuerza
y dirigir sus pensamientos y sus conduc- que, por su propia naturaleza, rompe con
tas. El problema planteado no encontró los lazos que, sean cuales sean, intentan
una fácil y rápida solución. El psico- aprisionarla y reducirla. El otro rasgo,
logiscismo cayó en contradicciones y se que conviene mencionar, hace referencia
olvidó de que el hombre necesita de la a la necesidad de disponer de un idioma
sociedad para devenir totalmente huma- común, aunque se hablen lenguas dife-
no. Incluso el recurso a la objetividad y a rentes, y al papel que se le otorga a la
la imparcialidad del hombre de ciencia, experiencia. El recurso a un idioma co-
individualmente considerado, resultaba, mún se desarrolla en varios niveles. En
de acuerdo con las observaciones de general, tiende a suprimir las ambigüe-
Popper, claramente insuficiente. La obje- dades que rodean las expresiones huma-
tividad científica no brota de un cerebro nas y a clarificar sus significados. La
singular, separado y aislado, sino de la experiencia, por su parte, tiene aquí el
cooperación de muchos hombres de cien- carácter de «experiencia pública», como
cia. La objetividad de la ciencia se defi- la que se realiza en los laboratorios y en
ne, desde este punto de vista, por la los experimentos. Es una experiencia con-
intersubjetividad del método científico. El trolada y repetible, no la que se limita a
hecho, sin embargo, de que la objetivi- los fenómenos del vivenciar personal, del

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dad científica requiera de los demás para actuar bajo impulsos o tendencias, o la
constituirse no significa que deba que se despierta en el reino más «priva-
suprimirse como método de progreso, do» de los descubrimientos estéticos y de
como proceso de la razón y como forma las conductas religiosas o místicas. La ex-
de superación humana. periencia científica es aquella que puede
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ser repetida por todo aquel que quiera


Hay dos aspectos del método de las tomarse el trabajo de ejecutarla. En este
ciencias naturales que permiten ver el sentido, la experiencia adquiere el rango
«carácter público del método científico» a de criterio en función del cual la propia
la vez que destacan sus conquistas y po- ciencia puede ser admitida o refutada.
sibilidades. El primero se refiere a la con- Es cierto, pese a todo, que las teorías cien-
dición crítica del conocimiento formulado. tíficas se infectan de prejuicios, de
Aunque los científicos exponen sus teo- condicionamientos, de supuestos previos
rías con absoluta convicción, lo que sus- sin demostrar y de los que no llegan a
citan en sus colegas es, con frecuencia, ser conscientes los propios científicos. No
una oposición radical y un rechazo total. obstante, gracias a los elementos objeti-
La actitud científica es siempre una acti- vos que la constituyen, la ciencia es, por
tud «crítica». Este aspecto no es nada des- su propia naturaleza,
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«capaz de aprender, de avanzar, pueda intervenir en su ejecución, suscep-


depurándose cada vez más. El proce- tible de ser permanentemente superada.
so no puede llegar nunca a la perfec-
ción, pero no existe ninguna barrera Existe otra dimensión de la proyec-
fija delante de la cual deba detenerse. ción humana que es necesario devolver a
En principio puede criticarse cualquier sus justos límites. Se trata del idealismo
hipótesis, y precisamente el hecho de utópico, o del utopismo idealista. Si las
que cualquiera pueda hacerlo consti- relaciones sociales fijaban la conciencia,
tuye la objetividad científica» según las concepciones a las que se en-
(Popper,1981, 389). frenta Popper, desde antes de la concien-
cia, ahora, la razón y la conciencia quedan
La verificación y la refutación hacen aprisionadas por los fines que anticipan,
de la ciencia una actividad fundacional a los que tienden y a los que se someten.
más allá de sí misma y de las circuns- Primero se formula y fundamenta un Es-
tancias que la acompañan. Nunca está tado ideal, después se desarrollan las ac-
definitivamente otorgada, nunca aparece tividades prácticas y políticas que es
absolutamente cerrada y sin posible mo- necesario realizar para alcanzar semejan-
dificación. Y mucho menos se presentará te fin. Esta forma de intervención es pro-
como algo absolutamente fijado por las pia del ingeniero utópico.
condiciones de las que depende.
Al ingeniero idealista, sin embargo,
«Los resultados científicos son «re-
utópico, opone Popper el ingeniero
lativos» (si cabe usar este término) sólo
gradualista, parcial, limitado, que se en-
en la medida en que proceden de cier-
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frenta situacionalmente con los males que


ta etapa del desarrollo científico sus-
sufre el hombre y trata de remediarlos
ceptible de ser superada con el
progreso científico. Pero esto no signi- contribuyendo, así, al bienestar de la hu-
fica que la verdad sea «relativa». Si manidad. Su función es más terapéutica
una afirmación es cierta, lo es siem- que universalmente preventiva. Siempre
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pre» (Popper, 1981, 389). que aparece alguna ley necesaria del de-
venir humano, algún factor causal básico
Estas cuestiones han sido minuciosa- y constante, algún ideal absoluto, alguna
mente debatidas por Popper. Baste re- meta imperecedera, alguna forma pura
cordar alguna de sus famosas obras: de la existencia, siempre que se propo-
Logik der Forschung (1935), Objective nen tales propósitos inamovibles, un sen-
Knowledge: An Evolutionary Approach timiento de totalitarismo comienza a
(1975)… Para los asuntos que nos ocu- surgir. No tenemos experiencia de nin-
pan, toda la teoría de la ciencia se mues- guna organización ideal de la sociedad,
tra como una conquista humana que de ningún paraíso social. Por eso, las pro-
indica el nivel de realización al que ha puestas de un mundo semejante sólo po-
llegado el hombre más allá del poder, de drán ser dogmáticas, nunca críticas y
la sociedad, de la producción y de cuanto racionales.

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«Una vez que comenzamos a con- las ciencias positivas para formular sus
fiar en nuestra razón y a utilizar las teorías.
facultades de la crítica, una vez que
experimentamos el llamado de la res- Este trabajo crítico será llevado a cabo
ponsabilidad personal, … no podemos por varios de los proyectos intelectuales
admitir la regresión a un estado ba- más relevantes del siglo XX: Habermas,
sado en el sometimiento implícito a la Gadamer, los postmodernistas, los
magia tribal. Para aquellos que se han postestructuralistas, el deconstruccionis-
nutrido del árbol de la sabiduría, se mo, el reconstruccionismo social, el
ha perdido el paraíso. Cuanto más tra- regeneracionismo, etc. Todos, cada uno
temos de regresar a la heroica edad desde una perspectiva distinta, se han
del tribalismo, tanto mayor será la se- enfrentado con la fundamentación clási-
guridad de arribar a la Inquisición, a ca del saber, con la organización social y
la Policía Secreta y al gangsterismo política, con el orden cultural y económi-
idealizado» (Popper, 1981, 194). co, y han buscado para el hombre la libe-
ración de lo que se ha considerado como
La labor social es una tarea par- su prisión involuntaria, como condiciona-
cial, arriesgada y comprometida. Los que miento de sus capacidades físicas y psí-
consideran que no se pueden solucionar quicas.
los problemas concretos si no se corrige
el todo esconden bajo su ambición un ab- 1. Investigación-acción como
solutismo disfrazado. La verdadera eman- emancipación
cipación consiste en algo mucho más Los analistas que han pretendido es-
básico y fundamental. Es el enfrenta-

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bozar alguna forma de emancipación, que
miento diario con los problemas concre- se han esforzado por presentar alguna
tos y la participación racional y clase de manumisión, que han luchado
responsable en la solución de los mismos. por liberar a las personas de sus depen-
La clase social, el poder, el estado ideal, dencias, se han visto obligados a dise-
el grupo, la conciencia colectiva, son for-
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ñar, antes de nada, el ámbito desde el


mas de encubrir la ideología que subyace que puede brotar la fuerza capaz de rom-
en cualquier solución global. per las cadenas que atan a los humanos.

El modelo emancipatorio de Popper Algunas interpretaciones, contrarias a


sufrirá diversas objeciones y será parcial la unilateralidad del determinismo social
o totalmente sustituido por otros, que pre- y opuestas al objetivismo científico de au-
tenderán alcanzar los mismos fines des- tores como Popper, se centraron en la bús-
de planteamientos distintos. Algunas queda de un espacio desde el que fuera
concepciones le atribuyen una excesiva posible una autoconstitución del sujeto
simplificación. Utiliza para la solución de humano en cuanto principio de actividad
las cuestiones sociales el mismo tipo de y fuente de realidad. Esta disposición ha
racionalidad objetiva que la usada por requerido una multitud de precisiones

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objetivas y gnoseológicas. Ya no se puede realidad subjetiva como fuente autóno-


confiar en el simple despliegue natural ma de actividad y como principio de sí
de las facultades o capacidades. La natu- misma. En este caso, se dice, la raciona-
raleza, consideran, se construye, se de- lidad científica es insuficiente. El modelo
sarrolla y orienta en direcciones que los de educación debe desplazar todas sus
humanos asumen desde las posiciones en intervenciones hacia un protagonismo de
las que se encuentran. Tampoco se pue- los individuos particulares y hacia for-
den poner las esperanzas en el contexto mas de actuación en las que la voz perso-
considerado únicamente en cuanto con- nal se acompase con el resto de las voces
texto. El contexto económico, productivo, personales que intervienen en el mundo
político y social, como materialización de escolar.
un proceso, reduce toda la actividad a un
momento del proceso. Suprime al sujeto Los autores más representativos de la
personal, al individuo singular, que de- investigación-acción crítica se mueven en
bería intervenir al modo de referente sig- el marco de esta última orientación.
nificativo de la conducta. Se parte de la Kemmis publicó en 1986 su obra:
concepción del sujeto como origen de una Curriculum theorising: beyond reproduc-
actividad autoconstituyente, no, simple- tion theory. La función emancipadora apa-
mente, como un ser activo productor de rece claramente formulada. Y se convierte
utensilios o mero resultado de un siste- en eje central de todo su análisis
ma de relaciones. El significado del com- curricular:
portamiento, de los actos en general, en
este último caso (en el de la fabricación A la educación le corresponde la
de objetos), está prefijado por el orden al tarea de «ayudar a los estudiantes a
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que se aplica y en el que se realiza, no desarrollar formas de acción y de re-


por la propiedad de la acción, ni por el flexión que les permitan participar en
agente singular que la produce. También la lucha contra la irracionalidad, la
se somete a consideración y análisis la injusticia y las privaciones de la so-
estructura epistemológica. El objetivismo ciedad. Para conseguirlo, la escuela so-
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de la racionalidad científica necesita cialmente crítica ofrece a los


transmutar lo subjetivo, para poder en- estudiantes proyectos que requieren
tenderlo y analizarlo, en un elemento de el desarrollo cooperativo del conoci-
la propia objetividad. Es decir, la catego- miento y del discurso, la organización
ría de lo subjetivo es contraria y directa- democrática y tareas socialmente úti-
mente opuesta a la objetividad en cuanto les» (Kemmis, 1988, 125).
tal. En consecuencia, el sujeto al que aho-
ra se refieren los analistas tiene que ser La investigación crítica, distinta de
una categoría que no caiga bajo la com- otras formas de investigación y análisis,
prensión de la cientificidad y de su legi- implica la comprensión de las estructu-
timación epistemológica. La razón es ras sociales. Es una actividad, una for-
sencilla, porque la forma de emancipa- ma de discurso y razonamiento que, al
ción que se busca pretende conservar la ejercerse, provoca una indudable intelec-
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ción. Pero, a medida que se promueve y que viven. Las propias acciones, crítica-
se ejecuta bajo la forma que le es propia, mente ejecutadas, llevan aparejado el
es decir, bajo el modelo cooperativo, su- cambio del mundo vivencial inmediato.
pera las estructuras con las que se en- Individuo y sistema comienzan, en este
frenta y devuelve a los individuos el caso, a estar dialécticamente conectados.
protagonismo que les corresponde. La mi- Los individuos se relacionan en calidad
sión está asumida desde todos los puntos de primeras personas mediante una acti-
de vista y, naturalmente, conduce a pro- vidad a través de la cual se realizan a sí
yectos curriculares enfrentados tanto a mismos y modifican el mundo en el que
los tecnocráticos, a los burocráticos, como se encuentran. Todos los implicados en
a los humanísticos, en el sentido clásico una acción están inmersos en ella bajo la
del humanismo, hasta dar origen a una figura de copartícipes. Intervienen direc-
nueva educación: tamente y, al hacerlo, constituyen y
reconstituyen a diario el ambiente en el
«La teoría crítica del curriculum que viven y cambian su vida personal
trata de trascender la oposición entre (Kemmis. 2000, 20).
las teorías técnicas y prácticas en cada
uno de los niveles, de discurso, de or- Sin duda, un nuevo modelo de
ganización social y de acción. En cada racionalización está afectando a toda la
nivel observamos una oposición: organización educativa, a la manera de
cientifista/humanística; burocrática/li- enfrentarse con la enseñanza. No se tra-
beral, y tecnicista/racionalista. Las ta sólo de que los agentes directos asu-
teorías críticas del curriculum tras- man un nuevo protagonismo y comiencen
cienden la oposición del discurso a desempeñar sus papeles y su conducta

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cientifista y del humanista en otro dia- en primera persona. Todo el esquema del
léctico,… trasciende la oposición de las desarrollo se funda en la promulgación
perspectivas de acción técnica, instru- de criterios compartidos que se instauran
mental y racionalista en otra situacionalmente y se promueven sincró-
emancipadora, construida en términos nicamente en función de decisiones co-
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de preparación» (Kemmis, 1988, 131). munitarias cuya validez está garantizada


por la participación directa de todos los
Kemmis identifica, como él mismo in- miembros y por la naturaleza de los ac-
dica, el razonamiento crítico con un ra- tos ejecutados.
zonamiento emancipador. Los sistemas
sociales no están dados como realidades La superación de la prisión ideológi-
absolutas, incontrovertibles y fijas. A lo ca, el cambio del modelo tecnocrático, la
sumo, pueden considerarse como ambien- rotura del cerco relacional de las clases
tes dentro de cuya atmósfera transcurre sociales, la eliminación del control im-
la acción. Pero, al ejercerse la actividad puesto por el poder, o por el sistema de
en colaboración con los individuos que es- producción, son metas deliberadamente
tán implicados en ella, pueden recons- asumidas por la investigación-acción.
truir el sistema y cambiar el medio en el Existe en todos los protagonistas de esta

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orientación un cierto aire mesiánico. Son Touraine), tuvo uno de sus momentos so-
los nuevos redentores, los nuevos lemnes en la conferencia pronunciada por
libertadores de la humanidad. No se pre- Lawrence Stenhouse en el Congreso de
tende descontextualizar para recontex- Dartington, en 1978. A partir de enton-
tualizar, sino contextualizar para ces, se convertirá en la clave de todo su
trascender permanentemente la materia- pensamiento y se concretará en una de
lización general del contexto. Así lo pro- sus obras más conocidas: Authority,
mulgaban Liston y Zeichner mediante su Education and Emancipation. La reper-
propuesta del «reconstructivismo social» cusión más directa de esta dirección se
y su participación en la consecución de producirá en un nuevo modelo de profe-
una sociedad más justa (Liston y sor, el profesor investigador, que susti-
Zeichner, 1993, 60), y desde una posición tuirá al modelo de profesor como mero
diferente, acentuando otros aspectos, usuario de conocimientos y que conduci-
Wilfred Carr formulaba los mismos obje- rá no sólo a una auténtica profesio-
tivos: nalización, sino a una verdadera emanci-
pación. El tema será recogido más tarde
«Desde la perspectiva de la crítica, por Elliot, que lo replanteará como una
la educación jamás se interpretaría cuestión central del desarrollo escolar:
como un fenómeno natural conducible
a métodos empíricos de evaluación ra- «Todo tipo de investigación-acción
cional, sino siempre como una prácti- capaz de promover un enfoque «de
ca social históricamente localizada y abajo arriba» en relación con el desa-
culturalmente enraizada que sólo pue- rrollo profesional producirá ideas que
de valorarse racionalmente situándo- enlacen los problemas de la enseñan-
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la en la forma de vida social de la que za y del aprendizaje con cuestiones


surgió. Invitando a los practicantes a fronterizas de política institucional y
examinar su práctica desde esta clase social. Así, se convierte en un medio
de ancha perspectiva social e históri- no sólo de promoción del desarrollo
ca, el método de la crítica ofrecería a del profesorado, sino de desarrollo de
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los practicantes el medio por el cual las escuelas en cuanto instituciones


pudieran comenzar a liberarse de los y, de manera más general, del siste-
dictados de la tradición y de la ideolo- ma educativo» (Elliot, 1990, 179).
gía y así someter sus prácticas a un
mayor autocontrol racional» (Carr, 2. Formas y tipos de Investigación-
1990, 158). acción
La investigación-acción desciende has-
La idea liberadora, emancipadora, rei- ta las prácticas escolares concretas. Allí
terada, conducida a la configuración de ha encontrado el lugar más adecuado
un orden social en el que los sujetos per- para promover la emancipación del hom-
sonales sean actores del mismo (otorgan- bre y la reconstrucción social. Este pro-
do, tal vez, valor y vigencia a la dicotomía pósito genérico se ha diversificado en una
entre sistemas y actores planteada por pluralidad de líneas y de materiales bi-

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bliográficos que desbordan cualquier cla- rentes planteamientos (Pérez Serrano,


sificación cerrada. Sucede así con los alu- 1990, 35 y s.; Colás Bravo, 1997, 262;
viones, que superan siempre los cauces Carr, 1989, 85 y s.; Cochran-Smith y
marcados. Las grandes distribuciones nos Lytle, 1999, 15 ). El positivismo
permiten ver algunas de las direcciones pragmatista de Chris Argyris (1999), la
más significativas. En este sentido, y sólo elaboración de la figura del profesional
a modo indicativo, se han señalado las reflexivo desarrollada por Donald Schön
siguientes orientaciones: (1992), el reconstruccionismo social de
Liston y Zeichner (1993), el regenera-
1. Investigación-acción interpretati- cionismo de Cochran-Smith (1999), dan
va, cuyos máximos representantes son L. testimonio de la complejidad y diversifi-
Stenhouse y J. Elliott, próximos a la in- cación con la que se puede abordar este
terpretación hermenéutica de los textos campo. El estudio que hace McKernan
históricos de H.G. Gadamer. (1999) sobre los antecedentes históricos
y filosóficos de la investigación-acción per-
2. Investigación-acción colaborativa, mite ir destacando, paso a paso, la am-
que cuenta con autores como Tikunoff, plitud y profundidad de las corrientes que
Ward y Griffin (1981-82), Oja y Pine se han ido abriendo.
(1982), Lieberman (1983), etc., que re-
montan los orígenes de su desarrollo a El objetivo que se persigue en estas
Lewin (1946). páginas, sin embargo, no busca la con-
frontación ni el desarrollo exhaustivo de
3. Investigación-acción crítica, entre todas las alternativas. Se pretende ofre-
cuyos defensores se encuentran algunos cer algunas formas, algunos tipos y algu-

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de los autores más difundidos en nues- nas características fundamentales de las
tros medios académicos, como son: Carr, corrientes recogidas bajo la denominación
Kemmis, Holly, McTaggart, Adelman, que genérica de investigación-acción interpre-
recurren a J. Habermas para fundamen- tativa y crítica, corrientes que han ejer-
tar su alternativa metodológica y educa- cido una fuerte influencia y que están
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tiva. dotadas de un aparato analítico propio.


El propósito último va encaminado a de-
Algunos intérpretes han organizado la terminar la estructura gnoseológica de la
investigación-acción en torno a los mode- que arranca todo su desarrollo y su capa-
los que consideran más destacados: el cidad de implantación escolar. Hay que
modelo de Lewin, el modelo de Kemmis, llegar a comprender las posibilidades y
el modelo de Ebbutt, el modelo de J. límites de un proyecto semejante. Sólo
Whitehead. Se ofrecen constantemente, de esta forma será posible saber lo que
como es sabido, nuevas tipologías y se realmente nos traemos entre manos. La
dejan abiertas posibilidades de caracte- diferencia enorme de matices, la abun-
rización basadas en detalladas conside- dancia de expresiones ambiguas, equívo-
raciones en torno a los orígenes, a las cas, las discusiones académicas, la
propuestas y a la evolución de los dife- heterogeneidad de las prácticas, la diver-

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sidad de los contextos, deberían ser una desvirtuaría la acción educativa en cuan-
invitación a elaborar una síntesis real- to tal. Es decir, en ese caso, la investiga-
mente significativa. ción abordaría la actividad dejándola
constreñida operativamente y sometién-
Stenhouse hizo la siguiente precisión dola a reglas universales de validez
sobre la forma en que él entendía la in- general. También puede terminar redu-
vestigación educativa: ciéndola a criterios de eficacia producti-
va. El resultado es el mismo tanto si se
«¿Qué se entiende por investigación camina de la investigación a la práctica
en educación? Yo considero investiga- como si la práctica interviene correctiva-
ción en educación, la investigación rea- mente en la investigación. El problema
lizada dentro del proyecto educativo y se plantea en otro nivel. Se considera que
enriquecedora de la empresa educati- la acción educativa tiene que ser esen-
va… cialmente una acción emancipatoria. Esto
La investigación es educativa en es, las acciones educativas son acciones
el grado en que puede relacionarse con que pertenecen a un género de actividad
la práctica de la educación» distinto de las acciones que se requieren
(Stenhouse, 1987, 42). para fabricar un coche, o para construir
un edificio. Y, desde esta perspectiva, la
La posición expresa que se formula investigación participa en ellas como un
en las consideraciones de Stenhouse está momento interno de la actividad. Cuan-
encaminada a establecer una relación pe- do se insiste en este aspecto, se está des-
culiar entre tres términos mutuamente tacando un rasgo capaz de introducir
implicados: investigación, educación y discriminaciones efectivas. Entre la mul-
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práctica escolar. La conexión se ha redu- titud de acciones que es capaz de ejecu-


cido en las aplicaciones posteriores al tar el ser humano, acciones diversas
campo interactivo entre investigación y (acciones impulsivas, reflejas, acciones
acción educativa. Las prácticas escolares manipulativas, constructivas, fabriles,
son la materia y, al mismo tiempo, el acciones físicas, mentales, explicativas,
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resultado de la relación anterior. Apa- acciones bélicas, destructivas, etc…), exis-


rentemente no hay nada extraño con res- ten algunas, las acciones a las que los
pecto a otras posiciones. Pero Stenhouse teóricos de la investigación-acción crítica
no pretende únicamente que la investi- se refieren, que están dotadas de unas
gación sea realizada al modo de un aná- propiedades peculiares. Son característi-
lisis, de una indagación o una búsqueda cas que las convierten en una clase espe-
explicativa efectuada de forma sistemá- cial de acciones y que las hacen disfrutar
tica, objetiva y pública, y que tal estudio de valores únicos. Aquí radica la fortale-
aplique sus resultados a una práctica con- za y la debilidad de la investigación-ac-
creta o sea corregido por la propia prác- ción. Pero ¿qué acciones son éstas? ¿No
tica. Nos moveríamos, en esas circuns- será posible descender algo más en el
tancias, dentro de un modelo tecnicista análisis de las mismas? ¿No seremos ca-
de la actividad. Y, de alguna manera, se paces de atribuirles rasgos que nos per-
424
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

mitan catalogarlas entre conjuntos de ac- sin necesidad de disponer de un auténti-


ciones claramente establecidos? co marco teórico. Las objeciones que pone
Stenhouse tienen que ver con la natura-
Es necesario reconocer que los auto- leza de la actividad educativa y con una
res adscritos a las corrientes que hemos teoría de la misma. Según esto: a) «Unas
destacado no siguen directamente la mis- medidas de producción bruta como crite-
ma línea, ni todos tienen idénticas pre- rios de procedimientos estándares no pue-
tensiones. Sin embargo, hay un núcleo den ser aceptables respecto de la
argumentativo que les otorga familiari- educación… Una acción significativa no
dad y que permite considerarlos dentro resulta cuantificable… y no puede ser
de una misma corriente pedagógica. controlada o muestreada…». b) Las ac-
ciones educativas son esencialmente ac-
3. Las acciones educativas ciones significativas en las que tanto
entendidas como acciones profesores como alumnos se hallan im-
plicados y una acción de esta índole no
significativas puede ser estandarizada. «La acción sig-
La teoría de la investigación-acción nificativa es una acción cuya definición
deliberativa y crítica, como modelo de en- no cabe inferir de la conducta observada
señanza, se fundamenta, en gran medi- sin una interpretación de los significados
da, en la diferenciación progresiva frente atribuidos en la situación por los partici-
a otros recursos analíticos y sus corres- pantes…» (Stenhouse, 1987, 46 y 48).
pondientes aplicaciones docentes. Uno de
los pasos dados por Stenhouse consiste Si se repara en los distintos aspectos,
en describir la investigación-acción con- en el contraste y en las alternativas, se

año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438


traponiéndola, como él mismo indica, al verá con claridad el ámbito en el que se
«paradigma» inicialmente aplicado al cul- mueve la propuesta de Stenhouse.
tivo agrario.
Stenhouse se esfuerza por encontrar
Las investigaciones sobre el currícu- un espacio teórico y práctico en el que
revista española de pedagogía

lum y la enseñanza clásica procedían de situar la actividad educativa, separándo-


los experimentos agrícolas desarrollados lo de otros espacios gnoseológicos que
por R.A. Fisher. Estos experimentos de puedan afectar a otras formas de activi-
campo se realizaban mediante muestras, dad y a otros tipos de análisis. Desde
una de control y otra experimental, ge- esta perspectiva, la educación no se re-
neralizando los resultados y aplicándo- suelve en actividades psíquicas, ni en ac-
los a la población general (Stenhouse, tividades sociales, ni en actividades
1987, 45). técnico productivas. Esta delimitación se
hace teniendo en cuenta el carácter sig-
El método fisheriano ha sido aplicado nificativo de las acciones educativas, y
al estudio del currículum y a la enseñan- estableciendo un nivel de significatividad
za. Es decir, se puede comprobar un pro- específico, propio y exclusivo. No se pue-
cedimiento de acuerdo con su producción de considerar que cualquier nivel de

425
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

significatividad, sin más, constituye por que se abre, por el contrario, los actores
sí mismo una acción educativa. Por ejem- están tan esencialmente unidos a su ac-
plo, si nos asomamos al área del lengua- tividad que el resultado es la vida de quie-
je, descubrimos ahí varios ámbitos de nes están interviniendo, de los propios
significación. Existe un área de significa- actores. Esta clase de acciones es a las
ción regulada por normas gramaticales y que pertenece la significatividad de la que
recogida en los diccionarios, en los textos habla la investigación-acción promovida
literarios o científicos, en los usos y cos- por Stenhouse. Estas acciones son el ba-
tumbres de los pueblos, en las culturas rómetro de la realización humana.
autónomas e independientes. Cada uno
de estos campos ordena y regula distin- Todavía es posible precisar con más
tos niveles de significatividad. Dicciona- detalle el tipo de acciones al que se refie-
rios, textos, costumbres, culturas, son re la investigación-acción. No es desde-
formas de significación objetiva y mate- ñable, desde luego, el carácter de
rial de diferente índole y dotadas de cri- significativas que se les ha atribuido en
terios de promulgación que se pueden cuanto parte de las vidas de los
independizar de los sujetos participan- ejecutantes. Pero, además, en palabras
tes. Constituyen órdenes cuya validez de Stenhouse, si queremos aclarar más
está ligada a un conjunto elaborado his- los actos educativos y la enseñanza, dan-
tóricamente. La significación a la que se do por supuesto que la enseñanza es la
refiere Stenhouse es irreductible a nin- forma de la educación, tendremos que de-
guno de esos ámbitos. Es previa a esos cir que la enseñanza es un arte, es un
momentos y anterior a cualquier arte en el que se «representa un conoci-
objetivación. Se trata de acciones miento para las personas más de lo que
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situacionales, íntimamente ligadas a los el teatro representa la vida» (Stenhouse,


actores directos y dependientes de las 1987, 171-172). Esta especificación nos
atribuciones participativas. No son, por desvela, en gran parte, la naturaleza de
tanto, únicamente acciones locutivas, sino lo que se intenta transmitir; porque no
que comprenden todas las acciones sus- se trata de disfrutar de una especie de
revista española de pedagogía

ceptibles de ser educativamente tipifi- olfato, de capacidad congénita para in-


cadas; esto es, actos que repercuten tervenir y representar, para realizar unas
positivamente en las personas que los obras u otras, para escenificar hechos y
realizan y, en consecuencia, no son inde- fenómenos. Es, decía Stenhouse, como to-
pendientes ni independizables de las mis- das las artes de elevada ambición, «una
mas. Quienes ejecutan las acciones no estrategia frente a una tarea imposible».
permanecen ajenos a la actividad. Esto Lo que se pone sobre el escenario es la
puede ocurrir en la fabricación de obje- vida de los individuos singulares, que se
tos, por ejemplo. La vida personal, las ejecuta con cada uno de los actos sin que,
fantasías, los sueños, las esperanzas, etc., a pesar de ello, resulte absolutamente ter-
permanecen fuera de los resultados obte- minada con cada uno de ellos en concre-
nidos y de cada uno de los actos realiza- to. Dicho en otros términos, lo que se
dos para conseguirlos. En la nueva esfera ofrece es una forma de racionalidad y de
426
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

racionalización de los procesos diferente vista de los participantes, desde las orien-
de la que surge con la mera investiga- taciones que los actuantes les otorgan,
ción científica y con la aplicación tecno- describirá y explicará «lo que sucede» con
lógica, o con la pura aplicación instru- el mismo lenguaje utilizado por ellos; o
mental y funcional. sea, con el lenguaje de sentido común que
la gente usa para describir y explicar las
4. La investigación-acción en la acciones humanas y las situaciones so-
escuela ciales de la vida diaria…
La postura de Stenhouse ha sido
desmenuzada, reinterpretada y aplicada 3. Al partir de los supuestos ante-
por otros autores. En el orden de la in- riores, el desvelamiento de las acciones y
vestigación-acción y movido por un afán de los problemas implicará la existencia
de análisis minucioso, se encuentra J. de un diálogo diáfano, libre de impedi-
Elliott. La investigación-acción, para este mentos e interferencias. Deberá existir
autor, implica una serie de requisitos, entre investigadores y participantes un
cada uno de ellos va incorporando algu- flujo de información sin trabas. La inves-
na de las características que la definen y tigación-acción será imposible si las rela-
que le son más propias: ciones están infectadas por el recelo de
unos con respecto a los otros, si falta la
confianza basada en la fidelidad a un
1. La señal de identidad de la inves-
marco ético, mutuamente aceptado, «que
tigación-acción consiste en interpretar «lo
rija la recogida, el uso y la comunicación
que ocurre» desde el punto de vista de
de los datos» (Elliot, 1990, 26).
quienes actúan e interactúan en la si-

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tuación problema. Los actuantes que han Esta descripción de la investigación-
de ser tenidos en cuenta son sujetos acti- acción, este reiterado recurso a los parti-
vos reales: profesores y alumnos, profe- cipantes, a los cauces diáfanos de
sores entre sí, profesores y directores, etc. comunicación y relación, en donde todos
Los hechos de los que se habla y que se los detalles son significativos, nos permi-
revista española de pedagogía

someten a interpretación son acciones y te comprender lo que se rechaza del cam-


transacciones humanas, no son fenóme- po práctico y lo que se acepta de las
nos físicos o biológicos. Los sucesos y acciones concretas. Es evidente que no
acontecimientos, los hechos, no se pue- todas las acciones cumplen los requisitos
den separar de los sujetos que los ejecu- del campo en el que se mueven los defen-
tan y ser contemplados desde una sores de la investigación-acción. Existen
perspectiva formal, abstracta. Resultan unas fronteras del actuar por encima de
inteligibles teniendo en cuenta los signi- las cuales la intervención de los partici-
ficados que los participantes les atribu- pantes es absolutamente irrelevante. Me-
yen y relacionándolos con ellos. jor dicho, existen unas condiciones y
características del actuar que están fija-
2. Dado que la investigación acción das por la naturaleza de los resultados
considera la situación desde el punto de más que por las decisiones y opiniones

427
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

de quienes intervienen. Y, naturalmen- tado es fruto de uno entre otros, de un


te, esas dimensiones no sólo quedan ex- nosotros como primera persona plural, no
cluidas, sino que marcan el contrapunto simplemente de uno ante otros o ante sí
de lo que se quiere decir. mismo. De ahí que la investigación ten-
ga que adquirir unas modalidades espe-
Lo que ocurre, lo que sucede, aconte- ciales. La opinión de los otros no sólo es
ce en un espacio y en un tiempo determi- parte de la acción para sí mismos, sino
nados. El actuar al que se refiere esta que es parte de las acciones en sí. Y com-
orientación educativa tiene un componen- prenderlas es comprender las opiniones
te situacional imprescindible. Por lo tan- que las constituyen.
to, el espacio, el tiempo y las condiciones
de quienes intervienen son variables cons- La función emancipadora de la edu-
tituyentes. No son vistas como constan- cación, desde la perspectiva crítica, no es
tes de un proceso. Afectan al actuar y algo que emana de una intervención ex-
participan en su configuración. Por eso, terna, de decisiones políticas, de ideales
el análisis tiene que adquirir un carácter regeneracionistas, de modelos construc-
puntual. La comprensión de otros tiem- tivistas, por ejemplo, o de una fiscaliza-
pos y lugares no puede ser nunca ción susceptible de modificar las
prescriptiva, sino diagnóstica. condiciones materiales de la existencia,
sino que procede de los actores directos,
A esta forma de acción le corresponde de las acciones que ejecutan, de la com-
una problematicidad intrínseca. No se prensión que de ellas puedan tener, de
pretende que sean acciones más o menos las alternativas por las que opten y de la
ajustadas a un proyecto, a un esquema
año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438

participación que sean capaces de asu-


social, político o vital. Son acciones que, mir. Cada acción tiene que estar dotada,
tomadas en sí mismas, pueden ser cam- en especial las acciones educativas, una
biadas, modificadas. Les corresponde un vez despojadas de sus condicionamientos
grado de incertidumbre que reclama de- externos, de un significado propio y debe
cisiones personales en cuanto parte in-
revista española de pedagogía

representar un valor. Esta manera de


terna de la misma actividad. De ahí que entender la actividad, esta forma de si-
las opiniones de los participantes, las in-
tuarla, ha sido desarrollada por un am-
tenciones, los objetivos, los prejuicios, los
plio conjunto de autores, presentes en las
ideales, las elecciones, los intereses, sean
publicaciones periódicas actuales y miem-
un material incrustado en la práctica y
bros de una concepción que se ha conver-
pasen a ser un componente de la reali-
tido en un punto de vista clásico: Clem
dad activa.
Adelman, Jillian Brannock, Wilfred Carr,
Por otra parte, la actividad a la que John Elliott, Michael Golby, Shirley
se refiere Elliot es fundamentalmente Grundy, Stephen Kemmis, McTagart,
interactiva, es una actividad en la que Lawrence Stenhouse, Mervyn Wilkinson,
concurren varios sujetos. El otro se defi- etc. Forman un grupo beligerante y de
ne en calidad de interviniente y el resul- reconocido prestigio.

428
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

5. Los recursos y las estrategias que se configura el significado de la prác-


críticas tica:
La corriente crítica de investigación-
acción se mueve en dos direcciones com- 1. En primer lugar, como ya se ha
plementarias. Por un lado, ofrece una indicado, la práctica a la que se refiere
oposición epistemológica directa al es una práctica esencialmente dependien-
empirismo positivista, al tecnologicismo, te de las intenciones de los practicantes.
al cientifismo naturalista. Por otro, pre- Esta es una de las condiciones necesa-
senta una alternativa social, política, rias de la investigación-acción y, por lo
tanto, reaparece de forma explícita en la
ideológica, en busca de un modo de vida
corriente crítica.
más justo y humano. El totalismo social,
la dinámica del poder, la práctica de la
2. El significado y el sentido de la
dominación, la hegemonía, la mecánica
acción, en segundo lugar, son construi-
de la división del trabajo, la estructura
dos socialmente. Es decir, «son interpre-
de clases, la racionalidad funcional, de-
tados, como señala textualmente
jan abierto un reducto de la acción que
Kemmis, no sólo por el agente, sino tam-
se construye gracias a la intervención di-
bién por otros».
recta de los actores y a las intenciones
inmediatas de los participantes. Esta úl- 3. Las situaciones y las acciones,
tima dimensión se viene manteniendo, además, tienen un trasfondo histórico. To-
como se puede comprobar, desde los pri- das las acciones particulares, incluso con-
meros pasos de la investigación–acción. templadas en su particularidad, pertene-
En este nivel es en el que discurre la cen a corrientes y tipos de acciones que

año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438


actividad educativa, y desde él adquirirá se han ido produciendo a lo largo del
sentido el desarrollo del currículum y la tiempo y en las que estamos incluidos
enseñanza escolar. Pero ahora, al lado tanto singularmente como institucional-
de esta preocupación constante, existe un mente. El significado, el valor y la im-
enfrentamiento más decidido con todas portancia que puedan tener alcanzan una
revista española de pedagogía

las concepciones holísticas que cercaban mayor profundidad y relevancia por su


al sujeto humano. Gran parte de la ter- referencia a tradiciones y prácticas edu-
minología y del aparato conceptual se en- cativas del mismo género ocurridas en
riquecen con aportaciones históricas y distintos momentos de la historia. Una
aportaciones político-sociales. dimensión específica de la historicidad es
la que permite ver las acciones en proce-
Esta orientación se ve claramente a so o como proceso, en vez de considerar-
través de la descripción de la práctica las como actos terminados y definiti-
realizada por Kemmis y de las precisio- vamente dados.
nes que introduce para acotar el campo
en el que se mueve y el tipo de análisis 4. Por otra parte, las acciones, las
con el que deberá ser abordado. Distin- prácticas escolares, interpretadas por la
gue cuatro sentidos conjugados desde los corriente crítica, están construidas polí-

429
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

ticamente. La docencia impartida en las va metodológica están constantemente


clases y las enseñanzas escolares ocurren esgrimidas. El enfrentamiento a la con-
en un microcosmos político. En las aulas cepción reproductivista, al determinismo
se puede producir un clima de social y político, la superación de la
sojuzgamiento y dominación, o una at- «tecnologización de la razón» se convier-
mósfera propicia para la interacción ten en objeto de militancia racional y de
abierta y la toma de decisiones democrá- orientación educativa (Kemmis, 1998, 22).
ticas. Las relaciones sociales, las relacio- Los profesores tienen una nueva misión
nes de poder, el orden productivo, rodea que cumplir y la escuela un nuevo papel
e interviene en las acciones concretas. Sin que desempeñar. No es extraño, a través
embargo, «la clase no es un espejo de las de toda la argumentación de la investi-
estructuras política, cultural y económi- gación-acción, un tono salvífico y
ca de la sociedad más amplia», ni es un redentoralista, un enfrentamiento con
modelo de lo que debería ser el mundo «las estructuras sociales de injusticia» y
de fuera. No obstante, sin una referencia con los procesos políticos en los que rei-
a esas estructuras más amplias y a su na la desigualdad y la dominación
carácter ideológico, carecemos de un en- (Kemmis, 1988,125).
tendimiento crítico del significado e im-
portancia de la práctica educativa 6. Naturaleza, funciones y límites
(Kemmis, 1990: l6-17). gnoseológicos de la investigación-
La proyección liberadora de la inves-
acción crítica
tigación-acción se hace ahora patente me- A medida que se van repitiendo los
diante el recurso a los factores que criterios, el marco y los ámbitos de inter-
año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438

concurren en la acción y la pretensión de vención, se va destacando la naturaleza


conocimiento a la que se hace referencia gnoseológica de la investigación-acción y
con el fin de facilitar una decisión perso- los límites dentro de los que se mueve.
nal y una práctica plena de sentido para
los sujetos singulares que en ella inter- Todo su desarrollo y ejercicio práctico
revista española de pedagogía

vienen. La investigación y la teoría se discurren en el interior de un esquema


convierten, de este modo, no en algo aje- racional, de una estructura gnoseológica,
no a la práctica, previo, o de un orden que es preciso enunciar con claridad para
distinto, que se puede aplicar a la prácti- poder comprender las posibilidades edu-
ca para corregirla, mejorarla y perfeccio- cativas que reporta y lo que se excluye
narla, sino en algo interno a la propia del ámbito de la enseñanza. Sin este paso,
práctica sin lo que la acción resulta mu- muchas de sus afirmaciones parecerán
tilada y entorpecida en alguna de sus di- montadas sobre el vacío, o cargadas de
mensiones esenciales. La teoría es ya una una dosis de emotividad excesiva. Los
práctica social y una acción educativa grandes autores de esta corriente reafir-
(Kemmis, 1990, 36 y 37). man sin cesar su posición gnoseológica.
Sus propagandistas, sin embargo, no
La intención polémica y la alternati- siempre la tienen en cuenta y generan

430
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

confusiones permanentes desde el punto susceptibles de cambiar el comportamien-


de vista de los modelos de enseñanza. to o transformarlo.

Se puede observar el criterio Estas orientaciónes de la investiga-


gnoseológico en todos los intentos de ción-acción están de hecho recogidas por
fundamentación. Por ejemplo, al apro- los autores que han contribuido podero-
piarse Elliott de las alternativas samente a formularlas y propagarlas.
curriculares de Stenhouse, hace las si- Kemmis, por repetir un autor al que se
guientes manifestaciones: recurre con frecuencia —se puede ver
Elliott bajo esta perspectiva (1990, 118 y
«… El Humanities Project se dise- ss.)—, cuando formula la dimensión prác-
ñó como especificación de un proceso tica a la que circunscribe la acción y el
«educativo» de enseñanza y aprendi- razonamiento a ella referido, recurre a
zaje digno de crédito sobre cuestiones la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Y re-
de valor… cuerda que Aristóteles había distinguido
El «modelo de proceso» se sustenta entre razonamiento teórico, científico, ra-
en una lógica completamente distinta zonamiento técnico y razonamiento prác-
de la propia de la racionalidad técni- tico. A este último pertenece el discurso
ca» (Elliott, 1993, 163). ético. Este es al que se atiene la investi-
gación-acción crítica. En este sentido, re-
Es decir, la estructura gnoseológica conoce que el razonamiento práctico,
básica de la investigación-acción inter- reinterpretando el pensamiento
pretativa y crítica es una estructura que aristotélico, «no asume fines conocidos o
pertenece íntegramente a la racionalidad medios determinados, y no sigue reglas

año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438


axiológica, no a la racionalidad técnica, de método impuestas…» (Kemmis, 1990,
ni a la racionalidad funcional, ni a la ra- 24) Los casos generales carecen de valor:
cionalidad científico positiva. La raciona- «Las mejores teorías son las que compro-
lidad axiológica, lo que Weber llamó meten, problematizan y desarrollan las
racionalidad material, es el verdadero ideas e interpretaciones concretas de las
revista española de pedagogía

fundamento de la educación y de la ense- circunstancias de las personas» (Kemmis,


ñanza, debe ser el fundamento del nuevo 2000, 32).
orden social.
De una forma directa, en el mismo
Y, si avanzamos un poco más en la sentido, se pronunciaba Wilfred Carr,
especificación del campo axiológico, cons- acentuando lo que ha pasado a ser signo
tatamos que los valores desde los que se de identificación y consigna de grupo:
reconstruye la práctica educativa y la di- «Una ciencia de la educación crítica no
námica social son valores morales, éti- sería una forma de investigación «desin-
cos. La acción es vista desde el ángulo de teresada» ni «neutra». En vez de ello, se-
los participantes en cuanto son capaces ría una ciencia moral» (Carr, 1990,159).
de asumirla reflexivamente, de tomar de-
cisiones que afectan a su conducta y son «Schwab, Stenhouse y Schön han

431
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

creado un lenguaje de la enseñanza vida humana, tiene una dimensión ética


muy diferente al del discurso educati- insoslayable. Un mundo tecnológicamen-
vo dominante. Un lenguaje que recha- te configurado la reclama y exige para
za la imagen de los profesores como salvaguardar valores imprescindibles de
técnicos hábiles, representándolos, por la convivencia y del proceso de
el contrario, como practicantes del arte hominización. Pero el significado que le
de la traducción de los valores educa- corresponde no puede sobrepasar la di-
tivos abstractos a prácticas educati- mensión en la que se mueve y los límites
vas concretas. Es, sobre todo, un en los que se desarrolla. Cuando algunos
lenguaje ético que reconoce que los propagandistas aplican este procedimien-
profesores están guiados por valores to a todos los niveles, a todos los ámbi-
morales» (Carr, 1993, 15) (vid. tos, sólo generan confusión y desconcierto.
Adelman, 1993, 148)… Es absurdo pretender resolver cuestiones
de cálculo infinitesimal con reglas y nor-
También los intérpretes han insistido mas axiológicas, como sería absurdo so-
en esta dimensión de la investigación-ac- meter la ética a simples leyes de
ción: calculabilidad. Es contraria al sentido co-
mún cualquier pretensión empeñada en
«De acuerdo con el pensamiento de medir las distancias de las estrellas con
Peters y Stenhouse, escribe A. I. Pérez criterios de prudencia política, o con las
Gómez, Elliott afirma y profundiza la reglas convencionales del acuerdo social.
dimensión ética de toda la actividad Un profesor de matemáticas no puede
educativa. Este carácter ético reside ayudar a sus alumnos a resolver los pro-
en la propia actividad educativa que, blemas específicos de esa materia con de-
año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438

como toda actividad «práctica» huma- cisiones subjetivas. Una de las cuestiones
na, a diferencia de la actividad técni- que deberíamos tener resueltas es la de
co-instrumental, encuentra su valor en la multidimensionalidad de la existencia
su mismo sentido y no como mero ins- del hombre y la multidimensionalidad del
trumento o medio para la obtención progreso y del desarrollo. Este es el pri-
revista española de pedagogía

de objetivos extrínsecos» (Pérez mer paso para resolver los problemas es-
Gómez, 1990, 10-11) colares.

No se trata de discutir las distintas ¿Dónde se encuentran los conflictos


teorías éticas y su diferente peso históri- reales, los límites y las dificultades? Con-
co. Únicamente conviene destacar la es- testando de la manera más simple posi-
tructura ética del razonamiento que ble: en la transformación de los criterios
recorre todas las manifestaciones de la morales, éticos, en criterios absolutos, en
investigación-acción crítica. Al mismo creer, o en dejar creer que, si aplicamos
tiempo, hay que señalar la concepción éti- la estructura gnoseológica de la investi-
ca de la educación. Pertenece, en conse- gación-acción a todos los asuntos educa-
cuencia, a los modelos axiológicos. No se tivos, podemos encontrar para ellos una
puede negar que la educación, como la solución rápida y congruente. (Actual-
432
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

mente, se suele distinguir la fundamen- «porque no se ha de buscar, decía tex-


tación de la moralidad de la que corres- tualmente, el mismo rigor en todos los
ponde a la ética. Sin necesidad de entrar razonamientos, como tampoco en todos
ahora en el análisis de estos conceptos, los trabajos manuales…; evidentemente,
que nos llevaría demasiado lejos, vamos tan absurdo sería aceptar que un mate-
a partir de la consideración de la morali- mático empleara la persuasión como exi-
dad como la objetivación pública de la gir de un retórico demostraciones»
ética). La tesis que propugna el «valor» (Aristóteles, l985, 134, I.1094b).
de la estrategia moral para resolver cual-
quier tema que nos afecte es una de las Aristóteles, como es sabido, puso gran
falsedades más reiteradamente propaga- empeño en diferenciar las distintas for-
das. Ningún médico podrá operar a sus mas de conocimiento. Para elegir correc-
pacientes mediante tales recursos. Tam- tamente entre las situaciones concretas
bién cae en una simplificación equivoca- en las que nos encontramos, para acer-
da la posición que defiende la negación tar con la acción conveniente, es necesa-
de la dimensión axiológica para alcanzar rio disfrutar de un conocimiento práctico
un desarrollo y progreso humano com- de la situación. A este conocimiento prác-
pleto. Todos los grandes pensadores de tico lo llama Aristóteles prudencia. Este
la cultura occidental se han enfrentado saber práctico versa siempre sobre lo par-
directa o indirectamente con este proble-
ticular, no sobre lo universal como lo hace
ma. La ciencia, comentaba Monod, deja-
el conocimiento teórico. Es un hombre
da a sí misma, nos conduce a un mundo
prudente el que se guía por la recta ra-
desolado y solitario. Las posturas exclu-
zón en las situaciones concretas de la
sivamente éticas, desprovistas de los co-

año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438


vida. Pero este hombre prudente no es
nocimientos que permiten explicar
un científico. «Es evidente, escribía
objetivamente la estructura del mundo,
Aristóteles, que la prudencia no es cien-
dejan abierta la puerta a la superstición,
a la demagogia y a la falta de discerni- cia, pues se refiere a lo más particular,
miento. La necesidad de que la humani- como se ha dicho, y lo práctico es de esta
revista española de pedagogía

dad estuviese dotada de formación ética naturaleza». (Aristóteles, 1985, 281, VI.
y de instrucción fue propuesta por Kant 1142 a). En consecuencia, se debe admi-
en los siguientes términos: «El que no es tir que, si en la educación intervienen
ilustrado es necio, quien no es disciplina- las ciencias, si la racionalidad científica
do es salvaje» (Kant, 1991, 32). se considera como una conquista y sus
aportaciones forman parte del patrimo-
Aristóteles lo vio con total claridad y nio que se debe transmitir a las nuevas
dejó constancia de la naturaleza de los generaciones, es imposible que los
medios que debemos utilizar. La preci- aprendices alcancen esa riqueza y de-
sión y la exactitud de nuestros conoci- sarrollen las facultades correspondien-
mientos no disfrutan del mismo grado y tes a ese nivel intelectual mediante
naturaleza en todos los ámbitos ni las formas de la racionalidad distintas y
materias sobre las que versen lo exigen, contrarias.

433
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

Observaciones parecidas podemos ha- desparecer los criterios de verdad pro-


cer en relación con las acciones concretas pios de esos saberes. Y, en este caso, como
en las que nos encontramos comprometi- declaraba Popper, si comenzamos por la
dos. Cuando una asamblea de individuos supresión de la razón científica y de la
decide poner fin a su reunión, es eviden- verdad, «deberemos concluir con la más
te que la realización de semejante acto brutal y violenta destrucción de todo lo
depende únicamente de la decisión de que es humano» (Popper, 1981, 194). Aun-
quienes allí intervienen, su ejecución es que Aristóteles mantenía una interpre-
obra de sus voluntades. No ocurre lo mis- tación y una fundamentación de la razón
mo cuando un grupo de deportistas deci- científica distinta de la de Popper, aun-
de escalar una montaña. En este caso, la que hoy se ofrezcan otras alternativas y
ejecución de los actos tiene que tener en diferentes formas de entenderla, las pro-
cuenta el tipo de fenómenos físicos de los puestas aristotélicas son dignas de ser
que depende la acción. No son suficien- recordadas, sobre todo, porque a él recu-
tes las decisiones personales o colectivas. rren algunos defensores de la investiga-
Si no se conocen las condiciones materia- ción-acción para otorgar profundidad
les y se cuenta con ellas, no sólo se pue- histórica a sus alternativas y porque, pese
de poner en peligro la vida de los a la distancia, sus argumentos son sóli-
participantes, sino que puede ser que sea dos. La razón práctica y la razón científi-
imposible llevarla realmente a cabo. ca, como ya se ha recordado, no versan
sobre los mismos aspectos de la realidad
Los defensores de la investigación-ac- ni lo hacen bajo la misma estructura
ción pueden responder a todas estas con- gnoseológica. A cada una de ellas, recu-
sideraciones cerrándose en sus posiciones perando la terminología aristotélica, co-
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iniciales. Nada de lo que se ha dicho tie- rresponden virtudes distintas. A la razón


ne que ver con la educación. Tomándola práctica pertenecen las virtudes prácti-
directamente y en sí misma, la educa- cas, virtudes éticas, virtudes que se re-
ción es una acción práctica, concreta, que fieren a la capacidad de la voluntad para
depende de quienes en ella intervienen. tomar decisiones concretas y para orien-
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Pertenece, a lo sumo, al reino del arte. tarse hacia le felicidad. La razón científi-
No es un acción científica, ni un deporte, ca, sin embargo, se gobierna por virtudes
ni una técnica. dianoéticas, virtudes intelectuales, virtu-
des de la mente y de la inteligencia. El
Lo más grave de una postura seme- fruto de la razón científica es el conoci-
jante no proviene del mundo que aleja de miento. Ambas formas pueden comple-
los procesos educativos (el cálculo —no mentarse entre sí. Pero las virtudes
se puede olvidar que el cálculo se rige dianoéticas se cumplen mediante la bús-
por reglas «formales», no por la «pruden- queda de la verdad independientemente
cia» axiológica—, la consecución de úti- de sus aplicaciones prácticas. La pose-
les, la explicación científica de la vida y sión de la verdad significa haber alcan-
del mundo), sino que, al eliminar la ra- zado la explicación clara de las cosas y
zón «teórica» y científica, se hacen haber entendido por qué sucedieron como
434
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

realmente han sucedido. Estas virtudes, comentaba Aristóteles, cuando están fue-
en la medida en que sean logradas por ra de nuestra observación, se nos escapa
los seres humanos, producen en ellos el si existen o no» (Aristóteles, 1985, 273,
perfeccionamiento de la parte que más VI 1139b). Otros son contingentes y sus-
los diferencia del resto de los animales ceptibles de ser distintos y de distintas
vivos y que mejor los define, es decir, el formas. La primera parte de la razón re-
perfeccionamiento de su mente y razón. cibe el nombre de científica. La segunda
La conquista de las mismas se logra me- es la razón deliberativa, práctica. No es
diante el ejercicio y la enseñanza. Cuan- cuestión de repetir ni defender la teoría
do en la educación prescindimos de una aristotélica de la ciencia. Es necesario,
de las partes, cuando queremos reducir sin embargo, insistir en la diferencia que
una a la otra o llevar a cabo una con los él llegó a establecer entre razón científi-
recursos de la otra, lo que en verdad se ca (episteme) y «razón práctica, opinión
está haciendo es mutilar la naturaleza moral» (phrónesis) . Esta distinción le per-
del hombre e incapacitarlo para desarro- mitió criticar el intelectualismo socrático
llar alguna de sus dimensiones esencia- y negar el valor de sus planteamientos.
les y constitutivas. En efecto, Sócrates no había logrado se-
parar adecuadamente, como después lo
Si seguimos la argumentación aris- realizaría con insistencia Aristóteles, la
totélica, si volvemos sobre el libro VI de sabiduría y la ciencia, ni éstas de la pru-
la Ética a Nicómaco y repasamos la na- dencia ni la prudencia de las virtudes
turaleza de las virtudes intelectuales, ve- éticas (Aristóteles: 1985, 289, VI 1144b).
remos mejor las formas de la razón que Si mantenemos la distinción (análoga a
se promueven o se acallan según los plan- la que existe entre las ciencias de la sa-

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teamientos de los que partamos y según lud y la salud —pues el conocimiento de
las alternativas que adoptemos. La pri- la salud no nos hace más sanos—),
mera tesis aristotélica establece que exis- automáticamente formulamos la imposi-
ten «dos partes racionales» (Aristóteles, bilidad de que una sea suplantada por la
1985, 270, VI 1139 a). Estas partes, ya otra. Esta cuestión es claramente defen-
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se sabe, se irán, a su vez, diferenciando. dible aunque la teoría de la ciencia sufra


No existe una única parte de la razón, ni distintas formas de fundamentación de
una única forma, ni existe una parte que acuerdo con los epistemólogos. También
puede suplir a la otra. Si omitimos una es defendible pese a que le atribuyamos
de ellas, eliminamos una dimensión de orígenes diferentes o hagamos, como ha
la realidad humana. La existencia de es- ocurrido en la historia, que la práctica
tas partes se infiere de las cosas que se preceda al conocimiento. «Una vez cris-
conocen, de las cosas que hacemos, de talizada históricamente esta distinción,
las clases de entes que percibimos y del como se ha dicho, se ha hecho en cierta
modo como se perciben. Unos, son nece- medida independiente de sus orígenes y
sarios y los principios de los que depen- de sus usos, ha cobrado vida propia y se
den no pueden ser de otra manera. «Las ha hecho imprescindible» (Hidalgo,
cosas que pueden ser de otra manera, 1993,64). A la distinción, por otra parte,
435
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

tenemos que añadir el criterio de Bibliografía


complementariedad. La teoría de la in- ADELMAN, C. (1993) La ética práctica tiene prioridad so-
vestigación-acción, si mantenemos las bre la metodología, en CARR, W. Calidad de la
enseñanza e Investigación-Acción (Sevilla, Díada), pp.
consecuencias de esas distinciones, sufri- 145-154.
rá un grave quebranto. Porque la distin-
ción llevaría consigo, inevitablemente, la ARISTÓTELES (1985) Ética Nicomaquea, 5ª reimp. (Madrid,
Gredos).
negación del reduccionismo que sus teó-
ricos practican y las contradicciones en ARGYRIS, C. (1999) Conocimiento para la acción (Barcelo-
na, Granica).
las que caen. Desde esta perspectiva, es
imposible defender la tesis propugnada ARNAL, J. DEL RINCÓN, D. y LATORRE, A. (1992) Investiga-
por Elliott de acuerdo con la cual: «El ción educativa. Fundamentos y metodología
(Barcelona, Labor).
objetivo fundamental de la investigación-
acción consiste en mejorar la práctica en CARR, W. y KEMMIS, S. (1988) Teoría crítica de la ense-
ñanza. La investigación-acción en la formación del
vez de generar conocimientos» (Elliott,
profesorado (Barcelona, Martínez Roca).
1993, 67). Cuando se suprimen los cono-
cimientos, se hace desaparecer la ilumi- CARR, W. (1989) Action research: ten years on, Journal of
Curriculum Studies, 21: 1, pp.85-90
nación de las cosas del mundo gracias a
la cual podemos ver y comprender la rea- CARR, W. (1990) Hacia una ciencia crítica de la educación
lidad, hacemos desaparecer la posibilidad (Barcelona, Laertes).

de planificar y anticipar la propia activi- CARR, W. (1993) Calidad de la Enseñanza e Investigación-


dad. Una educación sin conocimientos y Acción (Sevilla, Díada).
sin la fundamentación específica en la COCHRAN-SMITH, M. y LYTLE, S. L. (1999) The Teacher
que se basan, desde esta perspectiva, se- Research Movement: A Decade Later, Educational
ría una educación ciega. Researcher, 28:7, pp.15-25.
año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438

COCHRAN-SMITH, M. y LYTLE, S. L. (1992) Interrogating


La investigación-acción crítica se ha Cultural Diversity: Inquiry and Action, Journal of Teacher
instalado en una dimensión de la con- Education, 43:2, pp. 104-115
ducta y del comportamiento que no debe- COLÁS BRAVO, P. (1998) Métodos y técnicas cualitativas
ría sobrepasar. Reduce la educación a un de investigación en Psicopedagogía, en BUENDÍA, L.,
revista española de pedagogía

tipo de intervención de la que desapare- COLÁS BRAVO, P. y HERNÁNDEZ, F. Métodos de in-


vestigación en Psicopedagogía (Madrid, McGraw-Hill),
cen potencialidades y formas de ser im- pp. 251-286.
prescindibles para el hombre. Cuando
ELLIOTT, J. (1990 ) La investigación-acción en educación
intenta ser omnicomprensiva, cuando (Madrid , Morata).
absolutiza los rasgos que consigue seña-
lar, contradice sus propios planteamien- ELLIOTT, J. (1993) El cambio educativo desde la investiga-
ción-acción (Madrid, Morata).
tos y limita la vida humana en vez
ensancharla y engrandecerla. ELLIOTT, J. y ADELMAN (1976) Curriculum Design and
Development (Milton Keynes, Open University Press).
Dirección del autor: Teófilo Rodríguez Neira, Facultad de
GOYETTE, G. y LESSARD, M. (1988) La investigación-ac-
Ciencias de la Educación, Universidad de Oviedo, C.
ción (Barcelona, Laertes).
Aniceto Sela s/n., 33005 Oviedo.
Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu- HABERMAS, J. (1982) Conocimiento e interés (Madrid,
lo: 28.V.2002. Taurus).

436
Estructura y límites gnoseológicos de la «investigación-acción crítica»

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HIDALGO TUÑÓN, A. (1993) ¿Qué es esa cosa llamada TOURAINE, A. (1993) Crítica de la modernidad (Madrid,
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US teacher education programs: What we know and
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what we need to know, Teaching and Teacher
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KEMMIS, S.(2000) Aspiraciones emancipatorias en la era


Resumen:
postmoderna, Kikiriki, 55-56, pp. 14-34. Estructura y límites gnoseológicos
KEMMIS, S. y McTAGGART, R. (1988) Cómo planificar la de la «investigación-acción crítica»
investigación-acción (Barcelona, Laertes). Este trabajo pretende estudiar la es-
KEMMIS, S. y WILKINSON, M. (1998) Participatory Action tructura básica en la que se apoya la in-
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corrientes y orientaciones. Todas presen-
LISTON, D.P. y ZEICHNER, K. (1993) Formación del profe- tan una concepción de la educación, un
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(Madrid, Morata). diseño curricular, una práctica escolar y
una metodología didáctica. La investiga-
MARX, K. (1966) Crítica de la economía política (México,
Editora Nacional). ción-acción crítica se desarrolla sobre el
modelo de «racionalidad práctica». Al con-
McKERNAN, J. (1999) Investigación-acción y curriculum (Ma-

año LX, n.º 223, septiembre-diciembre 2002, 415-438


drid, Morata).
vertir esta racionalidad en criterio abso-
luto, se abandonan otras formas de la
PÉREZ GÓMEZ, A. I. (1990) Comprender y enseñar a com- razón sin las cuales, como se pretende
prender. Reflexiones en torno al pensamiento de J.
Elliott, en ELLIOTT, J. La investigación-acción en edu- demostrar, es imposible que el ser hu-
cación (Madrid, Morata), pp. 9-19. mano alcance la plenitud. revista española de pedagogía

PÉREZ SERRANO, G. (1990) La investigación-acción. Apli-


caciones al campo social y educativo (Madrid,
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SCHÖN, D. A. (1992) La formación de profesionales reflexi-
vos. Hacia un nuevo diseño de la enseñanza y el
aprendizaje en las profesiones (Barcelona, Paidós/ Summary:
MEC.).
Structure and gnoseologic limits of
STENHOUSE, L. (1983) Authority, Education and
Emancipation (London, Heinemann Educational critical action-research
Books). The aim of this essay is to study the
STENHOUSE, L. (1984) Investigación y desarrollo del currí- basic structure where action-research is
culum (Madrid, Morata). based on so as to get involved into school

437
Teófilo RODRÍGUEZ NEIRA

practices. There are several trends and


orientations. All of them present a
conception of education, a curricular
design, school practice and didactic
methodology. The critical action-research
develops on the model of practical
rationality. When this kind of rationality
turns into absolute criterion we abando-
ne other ways of reason without which
—as we intend to demostrate— it is
impossible for the human being to reach
his fullgrowth.

Key Words: Research, Education,


Practical Reason, Curriculum, Teaching,
School
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