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CUENTOS Y LEYENDAS DE PASCO EL CURA SIN CABEZA RY ENTREIOTROS| i LA MONJA DE PASCO INDICE e LA MONJA DE PASCO e EL CURA SIN CABEZA e EL FANTASMA DE LA MINA CERRENA e LAS TRUCHAS e EL MUQUI e EL SASTRE Y EL ZAPATERO e LOS JIRCAS e LA GANCHANA e LOS TRES TOROS e JUAN OSO e LA ZORRA Y EL CONDOR ve RIN Ape BV PASCO: Esta ubicado en la parte central del pais, al este de la cordillera Occidental, con zona _ central del Peri andinas y de selva alta y media del rio Pachitea. Su capital, la ciudad de Cerro de Pasco, con una altitud de casi 4.338 msnm, es la mas alta del pais y considerada por muchos "La ciudad més alta del mundo”. Limita al norte con Huanuco; al sur con Junin; el este, con Ucayali; y al ‘este con Lima. Superficie: 25 319 km?. Latitud sur: 9° 34° 23.00". Longitud oeste: entre meridianos 74°36'32" y 76°43'18". Densidad demografica: 10 habitantes/km? aproximadamente. Poblacién: Total: 280 449 habitantes (Hombres: 124.718, Mujeres: 122.020). Capital de! Departamento: Cerro de Pasco Altura de la capital: 4 380 msnm Numero de provincias: 3e Namero de distritos: 28 Clima: A mas de 4 380 msnm, el clima es frio, con 15°C de dia y menos de 0°C por la noche. Hay lluvias de noviembre a marzo, y en las punas vientos después del mediodia. La ciudad de Cerro de Pasco tiene una media anual de 4°C, con una temperatura maxima de 10°C y una minima de -11°C. LA MONTA DE PASCO Cuentan que al instaurarse el monasterio de las Hermanas Nazarenas en la Villa de Pasco, la presencia de las enclaustradas, detrés de los gruesos muros del convento, habia logrado amainar en algo, el espiritu levantisco, camorrista y pervertido de sus pobladores. No obstante, a muy poco tiempo de instaurada, retorno con mas impetu y mas virulencia, la indisciplina. No eran pocos los muertos que aparecian por sus calles, ni menos los escandalos cotidianos. ‘Apesadumbrada por estos sucesos, Sor Maria de la Concepcién, ala sazén madre superiora del convento, juzgo que todo esto ocurria por falta del auxilio espiritual de un sacerdote ya que los que se encontraban en Vico y Ninacaca, muy pocas veces asomaban por Villa. Encomendandose tanto al Hacedor y puso tanta fe en sus rezos que un dia el ‘Todopoderoso se le presento circundando de un brillo hermosamente luminoso y en el marco de un coro celestial de angeles. -£Qué deseas, hija mia?-dijo el Supremo. -Padre mio: la perversidad se ha aduefiado de este pueblo. Las gentes han olvidado tuexistencia y viven en desorden; en pecaminoso desorden. Muchas gentes mueren sin el auxilio de un sacerdote, condenando su alma a los atroces castigos del infierno. -¢Qué sugieres que hagamos, hija mia...? -Te pido que apliques los apetitos pecaminosos de hombres y mujeres y les des la paz espiritual de tu gloria ~iAsi lo haremos, hija mial- Y al ver que la monja en un mar de llanto permanecia de rodillas sin 4nimo de poder levantar los ojos al Todopoderoso, el Sefior pregunto: - ;Deseas algo mas hija mia? -Si Padre. Aqui hay muchas personas que mueren sin confesar sus pecados y sin arrepentirse porque no se confiesan. -&.Y...? Te pido que me des a mi tu humilde sierva- licencia para confesar como los sacerdotes y autoridad para poder perdonar los pecados. - ¢Podras hija mia, tener el valor de guardar el secreto de la confesion? - Si, padre- respondié Sor Maria de la Concepcién, encendida de fe y esperanza. -Bien- dijo el Seftor- meditare sobre el asunto; entre tanto, quiero que guardes esta cajita durante tres dias. Contiene un gran secreto y te pido que no la abras. Luego de pronunciar estas palabras, la vision desapareci6 Los dos primeros dias, Sor Maria de la Concepcién guardo celosamente, la cajita, pero a medida que las horas transcurrian, la curiosidad la invadia con més fuerza. Tanta fue la curiosidad tanto su desatino que casi al borde del tercer dia, abrié la caja llena de curiosidad y al momento, un hermoso pajarito de vivos y brillantes colores tomo los aires y se alej6 por una de las ventanas abiertas del monasterio. ‘Al momento aparecié el Sefior que le decia ~éVes hija? Tu no puedes servir como confesora, porque aun antes de los tres dias de poseer un secreto, ha parecido que te faltara tiempo para divulgarlo. Dedicate a servir a ti projimo deja esa misién que me pides para los sacerdotes. Ellos sabran mantener cerrado el cofre de los secretos. EL CURA SIN CABEZA Hace muchisimos afios, en el lindero entre Chaupimarca y Yanacancha, camino a Pucayacu, por donde transitaban los Viajeros que iban o venian de Huariaca o Huanuco, habia aparecido un espectro terrible que tenia atemorizados a los viajeros. Era un cura sin cabeza que transita por la zona, desplazandose por los aires a considerable velocidad. Todo era al descubrir a un caminante 0 a un grupo de los mismos, cuando de inmediato se aparejaba a ellos y, desplazandose por el aire- como si volara- acompajiaba un buen trecho a los viajeros que, al verlo se inmovilizaba de terror. Cuando estos quedaban atonitos e inméviles, el cura, cuya negra sotana ya estaba raida y desprendiéndose en flecos, la emprendia a grandes pufiadas a manera de zarpazos desordenados y fieros, destrozando la cara y el cuerpo de sus victimas. Cuando estas salvajemente destrozadas yacian muertas, emitiendo Iigubre ronquidos guturales se alejaba el maligno. Muy pronto la zona dejo de ser transitada por los peregrinos. Los pocos que tuvieron la osadia de aventurarse por ese paraje, eran presas de las inmisericordes garras del cura asesino. Un dia, que por razones de trabajo, un operario de los ingenios de Carmen Chico, tuvo que pasar por el fatidico lugar- apenas cerrada la noche- fue acometido por el cura sin cabeza que de pronto se ubicé a su altura. El hombre al sentir la presencia del espectro se armé de valor y con todas sus fuerzas, un crucifico de plata que siempre llevaba consigo, comenzé a rezar, conttito, esperanzado y lleno de fe. -"Sefior de los Sefiores, Rey de Reyes, Justo Juez Omnipotente que siempre reinas con el padre, el hijo y el espiritu santo, liberame como liberaste a Jonas de la ballena. Esta santa oracién me sirva para protegerme de todo, de los vivos y de los muertos; para sacar los entierros por dificiles que sean, sin ser molestado por espiritus y apariciones. Tu justo Juez, que naciste en Jerusalén; que fuiste sacrificado en medio de dos judios, permitamelo Sefior, que si viniera mis enemigos- cuando sea perseguido- tengan ojos, no me vean; tengan boca, no me hablen, tengan manos, no me agarren; tengan piemas, no me alcancen: Con las llaves de San Pedro seré encerrado en la cueva del leén, metido en el arca de Noe para salvarme, con la leche de la Virgen Maria seré rociado; con tu preciosa sangre seré bautizado. Amen" ‘Armado de valor al terminar la oracién, el obrero, levanto la voz ensefiando el crucifjo y dijo: ij gDe esta vida, 0 de la otra? jj... Te ordeno que me digas! Al oir estas palabras, el cura sin cabeza que le rodeaba con sus oscuras intenciones cayo de rodillas empalmando sus manos como pidiendo perdon. Es entonces que el hombre comprendié que era un cura condenado, al que le sigue hablando de esta suerte: -iComprendo que estés cumpliendo una condena! Pero como no me puedes hablar, solo te pido que me sefiales donde tienes enterrado u oculto tu pecado. El cura al oir esta orden se levanté por los aires y le indico que lo siguiera, el caminante siguié al espectro que llegando al cementerio colindante a la iglesia de Yanacancha, sefialo un monticulo semejante a una tumba. El hombre cavé en el sitio sefialado y hall6 un cofre con monedas de oro y otras alhajas y joyas. -Esta bien- dijo el hombre- mafiana mismo mandaré hacer una misa en esta iglesia pidiendo al Seftor que te perdone, porque entiendo que estos tesoros son los que les robaste a los fieles y creyentes. Al oir la promesa, el cura sin cabeza, como un globo se elevd y se perdié en la oscuridad de la noche y nunca més espanto a los caminantes. El obrero dond esos tesoros para la gente necesitada. EL FANTASMA DE LA MINA CERREWA Cuentan que cuando Don Miguel Fuentes iniciaba sus trabajos mineros en el Cerro de Pasco, puso tanta pasién y tanto empefio en la empresa, que llego a construir una enorme galeria subterranea que comunicaba ‘Cayae, Rumiallana y Yanacancha. Enamorado de la mina y sus secretos, gustaba de entrar en los socavones y trajinar sus galerias sin ninguna ——_compatiia, presumiendo solo de su lampara de aceite. Una noche que pasaba por estos subterraneos parajes, oy6 una fuerte explosion y un tuido indefinible como de gente avanzando hacia él. Armado de valor que nunca lo abandono, grito con todas sus fuerzas: i @Quién vive ahi...!_ {De esta vida o de la otra? Como respuesta vio caminar en la oscuridad, un negro espectro que avanzaba con poco cansino. = EQuién eres ti que osas atacarme con tu gente? — volvié a gritar y, una voz cavernosa y cansada le respondié: -Soy un hombre como ti, y como ti también voy completamente solo. Yo he sido el primer minero que llego aqui y al ver tantas riquezas en sus vetas prodigiosas, sin saber lo que decia, le pedi a Dios que nunca me apartara de estos filones y me dejara trabajar hasta el fin del mundo. Desgraciadamente Dios Todopoderoso escuché mi suplica, cumpliéndose mi deseo y desde hace cientos de afios, sigo persiguiendo una misma veta. Nadie conoce a mi familia, ni me recuerda siquiera Impresionado por el relato, Fuentes dijo: - Déjame ver tt rostro, pueda que yo te conozca o te encuentre un aire de familia Al oir esto el espectro desembozo la negra capa que le cub y simulténeamente apareci6 un rostro del tamafio de un pufio cubierto como una gorra minera, reseco como una hoja muerta y arrugado como una esponja. Fuentes no pudo articular palabras. El espectro volviéndose a cubrir dijo: -No me conoces- avanzo un poco y, mas alld dijo: Seguiré persiguiendo mi veta por los siglos. ‘Al fantasma se lo trago la oscuridad y Manuel Fuentes jamds volvié a penetrar en la mina ni cuando el agua se apodero de todas sus galerias prefiriendo perder toda su fortuna a toparse con el fantasma de la mina. LAS TRUCHAS Este era un pescador de truchas que perseguido por la mala suerte, rara vez podia pescar algunas piezas respetables, sin embargo, empefioso como era, una madrugada salié con el Alva dispuesto a cobrar las mejores piezas del rio. Su tenacidad y fe logro su triunfo al final, pues aquel dia pesco tres hermosas y grandes truchas. Feliz llego a casa y le dijo a su mujer: iMira mujer lo que traigo! ;Tres truchas de las més grandes! Como mafiana cumplimos dos afios de casados invitaremos a almorzar con nosotros al sefior cura y asi nos comeremos una trucha cada uno. Como se dijo se hizo. a buscar al cura, en almuerzo. Al ver ya Aldia siguiente el pescador fue tanto su mujer preparaba el lista las truchas la mujer se dijo: -Voy a probar si estén sazonadas las_truchas. Probare la mia. Comenzé a pellizcar su trucha y comérsela y, al sentirla tan agradable, aumentaba su deseo que la obligaba a seguir comiendo. Cuando se dio cuenta, ya se habia acabado su pieza. -Esta si que estaba rica. Voy a probar la de mi marido, no vaya a ser que le falte un poco de sal. Sea porque la fritura estaba sabrosa o por el hambre que le habia despertado el apetitoso aroma de las piezas, sin darse cuenta también se habia terminado la porcién de su marido Bueno no habia nada que podia hacer impedida por el sabor agradable del manjar, ataco y termino en un santiamén la trucha que le correspondia al cura El tiempo que duro la ausencia del marido, la mujer se devanaba los sesos para buscar una solucién al problema creado por su voraz apetito. Cuando lego su marido acompafiado del cura, la mujer los recibié muy contenta y muy amable ~Sefior cura, |Que bendicién de Dios que usted haya venido! mi marido se habia empefiado en que usted bendijese nuestra mesa al cumplirse el segundo aniversario de nuestra boda -S i padre, dijo el marido- Para nosotros es motivo de gran alegria el que usted comparta nuestra mesa -Gracias, hijos, gracias... Bueno mujer — dijo el marido- Has preparado las truchas? -Claro — respondié la mujer- Las tengo en el homo para que no se enfrien. Voy a preparar el mantel y usted siéntese aqui sefior cura. El cura ocupo su lugar en la mesa y la mujer llamando aparte a su marido le dijo: -Vete a la cocina y afila bien los cuchillos porque el pan esta algo duro. Aprovechando que el marido iba a afilar los cuchillos, la mujer muy confidente y compungida le dijo al cura: -¢Sabe lo que esta haciendo mi marido, sefior cura? Esta afilando los cuchillos. para cortarle a usted las dos orejas!, Hace tiempo juro hacerlo, por eso le invito a comer hoy dia... Escape sefior cura que ya viene con los cuchillos! ‘Al oir esto el cura se remango la sotana y salié como alma que lleva el diablo, sin dar vuelta la cabeza. El marido que en ese momento salia, escucho a su mujer que alarmada decia: -iMarido el cura sinverguenza se esta llevando todas las truchas! No escucho mas y el marido con los cuchillos en la mano siguié al cura diciendo: ~iSeffor cura...seffor cura, déjeme siquiera una. Y el cura muerto de miedo acelerando sus pasos gritaba: -iNiuna...ni un: EL Muaul Cuentan que hace muchos afios, cuando el trabajo era inmisericorde para los mineros, pues comenzaban a laborar cuando el sol salia y recién terminaban cuando éste se ccultaba, después de haber estado por doce horas en los socavones, los obreros, tenian un breve lapso para masticar coca. En este tiempo, habia un obrero que vivia en Yanamate, el que abusionero como era, temia mucho a los martes y a los viernes por ser dia delos brujos, los aparecidos y del demonio. Un dio viernes que habia dejado su “Huallqui" con su coca en la labor volvié para recogerlo y en eso pudo ver un obrero pequefio, que ensimismado en su trabajo no descansaba para nada. Intrigado por la presencia del intruso, el obrero se dirigié al pequefio minero, inviténdole a degustar su coca y pidiéndole le dijera si era nuevo en la mina, al no tener respuesta de! pequefio hombre, lo cogié por los. hombros y lo hizo girar para verle la cara y reconocerle. Al hacerlo quedo pettificado el hombre pequefio tenia el pelo rubio y brillante que cubria su rostro rubicundo en el que se destacaba su mirada penetrante y agresiva de refiejos metélicos. El obrero quedo mudo y estatico. Al poco rato sus compajieros le vieron salir como un sondmbulo y, sin decir palabras, pedirse por aquellas soledades aledafias. Se asegura que habria sido encantado por el muqui y que su destino seria andar vagando sin destino, hasta encontrar la muerte Por eso, los obreros dejan caer coca, cigarro, cafiazo en los rincones de las minas a fin de que el muqui, que es el guardian de las minas no los encante. EL SASTRE Y EL ZAPATERO Hubo una vez un sastre que por la escasez de clientes y la numerosa competencia, habia caido en la desgracia de deberle a medio mundo. Por mas que se esforzaba, no podia cancelar sus deudas, que cada vez - eran mas cuantiosas y numerosas. | Un dia como fruto de sus desesperadas | cavilaciones, llego a una determinacién que, SU juicio, le salvaria de la carcel. Llamo a su mujer y le dijo: -Mira mujer como le debo a todo el mundo y no __— le puedo pagar, seré mejor que me haga al muerto y entonces, todo el mundo me perdonaré mis deudas. Cuando esto haya ocurrido, hare como que resucito entonces viviremos sin deudas. Para que todos lo crean, sal a la calle y grita desesperada. Cumpliendo con lo dispuesto, la mujer se echo a lamentarse a grito pelado la muerte de su esposo. Tan convincente y dramdticamente lo hacia que la mayoria de vecinos la consolaban y le decian que no se preocupara, que le perdonaban todas sus deudas. De entre estos vecinos habia un zapatero cojo que decia voz en cuello: -A mi me debe medio real y no lo perdono. Nosotros los yanacanchinos somos asi. Usted tendra que pagarmel.... Por la noche como era de costumbre en aquellos tiempos llevaron al muerto a la iglesia de Yanacancha hasta el momento de darle sepultura en el camposanto contiguo. El sastre iba amortajado e inmévil, en la caja, satisfecho por lo bien que le habia salido el embuste y, mas aun, pensando en el susto que se llevarian los acompajiantes cuando se levantara del atatid como si estuviera resucitan. Dejaron la caja en Ia iglesia y al rato aparecié el tozudo zapatero que rengueando y enojado destapo la caja del atauid y le dijo al sastre: -Mira sastre de los demonios, si no me pagas mi medio real te condenaras!...Asi que pagame lo que me debes... Dame mi medio real, maldito... Dame mi medio real! ‘esa hora de la noche que se encontraba gritando el zapatero cojo, oyd que se abrian las rechinantes puertas de la iglesia. Presa del terror, venciendo su cojera, el malvado zapatero, fue a esconderse en el confesionario mas préximo. Los que habian ingresado a la iglesia eran un grupo de ladrones que querian hacer el reparto de su botin. El jefe de los malandrines dijo: -Aqui hay cinco de montones de monedas. de oro que hemos robado. Como nosotros no somos mas que cuatro, el quinto montén se llevara el que le dé un bofeton al muerto que hay en la caja. ‘Todos callaron respetuosos, pero el ms pequetio de todos, acercandose al difunto dijo: -Yole voy a dar no solo uno, sino que por ese montén de oro voy a darle tan cantidad de cachetadas que todo el Cerro d Pasco lo va a escuchar. Llego a la caja, levanto la mano dispuesto a cumplir lo prometido, cuando el sastre se incorporé violentamente gritando: ~iAyldenme aqui difuntos que tengo mis cuatro puntos! El zapatero que estaba agazapado en el confesionario grito la respuesta con todas sus fuerzas: -jAqui vamos todos juntos! ‘Al oir esto los ladrones echaron a correr despavoridos dejando tirados todas las monedas de oro en la mesa del muerto. Pasando un momento, el sastre dividié en dos partes iguales las monedas de oro, una le dio al zapatero y otra se quedi el. Ya se iban a marchar contentos cuando el zapatero le dijo: -iDame mi medio reall.....dame mi medio real me lo debes! Los ladrones ya cerca del Cerro de Pasco, se detuvieron cansados, mientras el jefe decia -Parece mentira que nosotros que somos los mas valientes hayamos huido de esa manera. Que vaya uno a la iglesia averiguar qué es lo que esté pasando! Uno de ellos cumplié con la orden u al llegar a la puerta acerco el oido y escucho el grito desaforado de: -Dame mi medio real... dame mi medio real El ladrén dio media vuelta y huyo a todo correr y temblando aterrorizado y casi sin aliento le dijo a sus compafieros. -Vémonos pronto...! Que la iglesia esté llena de difuntos, son tantos que en el reparto de las monedas de oro a cada uno le corresponde medio real. Imaginense cuantos seran...! -En cuanto hubo terminado d hablar los malandrines comprendieron la desesperada huida. El zapatero y el sastre vivieron felices por el resto de sus dias, habiendo pagado este todas sus deudas, inclusive el medio real LA MUJER CONDENADA Este era un matrimonio bien constituido por un pastor y su mujer que tenia su nifio recién nacido Un dia que las provisiones escasearon en la estancia, el hombre decidié ir al pueblo a adquirir lo indispensable. Encargando a su mujer que cuidara celosamente al nifio. partié de madrugada con la promesa que estaria de vuela muy temprano. Sin proponérselo el hombre demoro muchas horas en efectuar sus compras cuando ya estuvo comenzando a oscurecer se vio envuelto en una rueda de amigos que exigentemente, le hicieron beber tal cantidad de alcohol que muy pronto quedé dormido profundamente borracho, Entretanto su mujer que aguardaba por él, esperaba amparada por la luz de la luna. Largo tiempo estuvo ojeando por el camino, cuando de pronto pudo ver que por el sendero por donde debia venir su esposo, una mujer de largo sayal, se acercaba con paso cansino. Compadecida de la pobre mujer que parecia muy cansada y parecia una peregrina, comenzo a llamarla a grandes voces, con el fin de brindarle alojamiento por esa noche. Al escucharla la peregrina enfilo sus pasos hacia la joven mujer y cuando ya estaba cerca oyé que la mujer del pastor le decia: ~iQue hace por estas soledades sefioral...De aqui el pueblo mas cercano hay muchas leguas y ya es muy de noche. ,No quiere quedarse conmigo? Yo le puedo dar alojamiento. -Gracias, joven sefiora- contesto la peregrina con voz misteriosa, -Pasemos a mi casa. Le prepararé algo para comer. Vamos. La joven mujer hizo pasar a la misteriosa como el nifio que le molestaba y le vicharra; le dio al nifio a peregrina a su casa y estaba en su regazo impedia encender su la enigmatica caminante con el tuviera en tanto que alimentos. encargo de que lo preparara los Mientras la mujer se en encender el encontraba empefiada fogon, oy a su nifio luego quedar callado. que se_—habia con la tarea y cuando emitir dos gritos y En la esperanza de tranquilizado siguié tenia todo listo, dio una vuelta y vio que la peregrina tenia la boca empapada de sangre y que estaba comiéndose a su hijo, presa del terror, arranco al nifio de las manos de la extranjera y salié corriendo desesperada al pueblo en busca de auxilio. Durante todo el trayecto no se detuvo para nada, al llegar al pueblo, el cura le dijo que habia sido victima de una mala mujer que se habia convivido con su hermano por lo que al morir Dios le habia condenado a sufrir el martirio de una larga agonia ‘Al poco tiempo fue apresada cuando devoraba a otro nifio y fue quemada viva en la plaza del pueblo. Solo asi se pacifico y pago sus culpas. LoS DOs JIRCAS Hace muchisimos afios, en los linderos de Anasquisque, Vivian dos hermanos que a la muerte de su padre, habian heredado grandes extensiones de terrenos y numerosos animales; pero el mayor abusivo y prepotente, se habia apoderado de gran parte de la heredad, confinando a ‘su hermano menor a una minuiscula parcela, en terreno escabroso e improductivo. ‘Como era de esperarse, muy pronto este hermano quedo sin ningiin animal en su propiedad ya que la ‘avenida’ con su correntada voraz e incontenible, habia invadido sus terrenos, arrastrando a sus ganados. Ante la aflictiva situacién en la que se encontraba el damnificado, acudié a su hermano mayor en busca de ayuda para su mujer y su hijo, pero este, desmorado u duro de coraz6n, le arrojo de sus predios amenazandole con que, si volvia, le romperia las costilas. El hermano menor ante esa actitud, dejo a su mujer y a su hijo en una choza para ira cazar venados para su alimentacién. Muy pronto el desesperado hermano estaba sorteando los obstaculos pétreos de las alturas en busca de su presa. Su busqueda habia sido intensa, pero infructuosa, cuando de pronto fue sorprendido por una tormenta de nieve que arrastrada por un aire silbante y rudo, hizo que el cazador se refugiara en una caverna que encontré a mano. Apenado por su mala suerte, el cazador se recosté sobre una de las rocas del interior de la cueva y cerr6 los ojos, como si durmiera, se puso a meditar sobre su ‘amargo destino, Largo rato estuvo en esas profundas cavilaciones cuando de pronto escucho a dos pequefios y apergaminados ancianos que conversaban. Eran los jitcas. Uno de ellos le decia al otro: -eQuién es hombre que ha entrado a nuestro escondite, sin traernos siquiera un poco de coquita? -Es un hombre muy pobre- respondié el otro- por eso no ha podido cumplir con nuestra costumbre. -¢Estés seguro de que es pobre? -Asi es. -iAja. Entonces le ayudaremos. Solo hay que buscar la manera -iYa se. A ese hombre hay que regalarle con un saco de maiz amarillo y dos de maiz blanco!.. Y asi fue al amanecer, el hombre vio que a la puertea de la cueva, habia tres sacos de maiz. Alegre y agradecido por el hallazgo, decidié llevar el maiz a su choza donde se encontraba su familia para que tostaran el grano. En eso se dio cuenta a medida que avanzaba los costales aumentaban de peso, cada vez mas y més, hasta hacer imposible hacer moverlo. Haciendo esfuerzos supremos, escondié los costales y llenando unos cuantos pufiados de maiz en una bolsa, para tostar cancha, se dirigi6d a su choza. Su sorpresa fue mayliscula cuando al extender el mantel, en lugar de maiz habia abundantes monedas de oro y plata. Alborozados, marido y mujer, transportaron todos los costales. Con una pequefia parte de las monedas, compraron una hacienda muy cercana. El lugar lo amoblaron espléndidamente y en agradecimiento por este regalo que juzgaron divino, decidieron celebrar una misa solemne y una gran fiesta general a la que, naturalmente, invitaron al hermano mayor. La celebraci6n pueblerina, esta demés decirlo, constituyo todo un acontecimiento. Una fiesta que hasta ahora se recuerda en el pueblo. Intrigado el hermano mayor por el repentino éxito econémico se su humano, le recrimino a este la posicién de tantas riquezas, suponiendo que las habia robado. Mas el hermano menor, muy bueno y comprensivo como siempre, le conto con lujo de detalle, al ingrato, todo lo que habia ocurrido sin omitir ningun detalle. El codicioso hermano mayor utilizando los datos quiso obtener riquezas parecidas a su hermano. Llego a la cueva y como su hermano, se puso a dormir, en eso escucha la conversacién de los dos jircas que decian: -eQuién ese hombre que ha entrado en nuestra cueva sin traemos coquita, siquiera? -Es un hombre rico, pero no ha querido cumplir con nuestra costumbre, a sabiendas. -éRico...no? ~iClaro! -Muy bien. Entonces mafiana que despierte, encontrara tres regalos. Feliz de lo que habia escuchado y en la creencia de que al dia siguiente contaria con sus tres costales de oro y plata, el hermano malo se quedé dormido a pierna suelta Al abrir los ojos, al dia siguiente, lo primero que hizo fue buscar sus bolsas de oro y plata a la puerta y al no encontrarlas quedo sorprendido y desilusionado, pero al mirar sus manos y tocar su cara se dio cuenta de que le habian crecido unos feos y cerdosos bellos que cubrian su cuerpo. Es mas al tocarse la frente, descubrié dos cuernos que se le habia formado en la parte frontal. Estremecido de terror comenz6 a coffer pero no avanzo mucho porque tropezaba con un rabo gigantesco que también le habia crecido. Presa del terror llegé a su casa y al verlo, su mujer se desmay6, aterrorizado de su horrenda figura huyo por las alturas por donde estuvo vagando por el resto de su vida. LA GANCHANA La sequia habia sido muy cruel. Los campos morian resecos y agrietados cubriéndose de costras escamosas blanqueada por la osamenta de vencidos animales en todos los confines sedientos. El pueblo se moria. Familias enteras amparadas por la tregua nocturna partian a otras latitudes en busca de agua y de vida. De las pocas que quedaban en el pueblo por, no contar con esperanzas ni horizontes, habia una con dos_hijos hermosos y buenos: una nifia pequefia, bullangueray hacendosa con sus ocho afios cargados de travesuras y sonrisas, y un nifio de cuatro, inseparable compafiero de su hermana. Los padres, lejos de quererlos y protegerlos, acosados por la cruel hambruna de aquellos dias, veian en ellos a dos enojosos estorbos de quienes buscaban deshacerse. En muy poco tiempo habia muerto el sagrado amor paternal en ellos. Una noche, en la creencia que los nifios dormian profundamente, el padre pregunto muy quedo a su mujer. — Vamos a tostar cancha... ,Dénde has puesto la “canala”? = Encima de! poyo, mamé —respondieron al unisono los nifios esperanzados y hambrientos antes de que la mujer hubiera podido abrir la boca = Ya, hijos... Duerman, duerman. Guardaremos para mafiana nuestros pocos maicitos. Y esto sucedia siempre. Los egoistas no sabian qué hacer para deshacerse de los nifios que, al igual que ellos, soportaban los aguijones del hambre. Esto no debe seguir asi, pensaba el padre. En una de sus cavilosas vigiias trazé un plan tan desalmado como imperdonable que se lo comunicé a su mujer que, igualmente cruel, aprobé emocionada Una noche que los nifios dormian profundamente vencidos por el cansancio, poniéndolos en un enorme “balay” el padre los llevé muy lejos, al campo, y los abandoné a su suerte. Cuando despertaron de su profundo suefio, se sorprendieron al encontrarse solos en aquel desconocido paraje. Acuciados por el terror se dieron cuenta del destino incierto que les esperaba. Como no sabian dénde estaban, eligieron una direccién y, tomados de la mano, decidieron caminar en busca de ayuda Ya habian avanzado un trecho considerable, cuando se encontraron con una encorvada anciana de tétrico aspecto que colmandoles de halagos y mimos, les invito a vivir con ella en una sérdida caverna que le servia de guarida ~ Ustedes nifios, tan tiernos y hermosos, van a vivir conmigo y no se arrepentiran. Van a ver lo felices que todos vamos a ser, ja, ja. ja. Apremiados por el hambre, los nifios esperaron con paciencia que la vieja les regalara con algun alimento. En efecto, al rato de su llegada, destapando una olla que estaba sobre la “bicharra’, les dijo: ~ iSirvanse estas papitas, siquieral... Los nifios hambrientos, tomaron con premura sus papas, pero quedaron mudos y compungidos al comprobar que las tales papas no eran sino unos duros y pulidos guijarros. -{Por qué no comen mis papitas?... ~ Troné la vieja -iSon collotas, abuelita! -Respondieron los nifios. ~ ECémo que collotas? ~Grité la mujer con su bocaza desdentada y hedionda Indignada cogié una piedra que, a la suave presién de sus manos sarmentosas, se abrid como si fueran auténticas papas. Haciendo esto, compartid las piedras con su hija (La vieja tenia una hija), tan odiosa como horrible. Los nifios miraban famélicos e impotentes. Llegada la noche, frotandose las manos de un desconocido contento que le hacia brillar los ojos, la tenebrosa vieja dijo a la nifia: —Hace mucho frio. Esta noche yo dormiré con tu hermanito y tu con mi hija — Ya, abuelita —acepté la nifia, inocentemente. Hacia la medianoche, la nifia que apenada de su suerte no habia podido conciliar el suefio, escuché un sordo quejido de su hermanito. jAnanauuuuuuu! —La vocecita se hacia escuchar muy quedo iAbuelita! sii? ~ EQué le ocurre a mi hermanito?. — Nada, nada. Sélo le estoy sacando los piojos y las liendres de su cabecita... {TU, duerme tranquila y en silencio!... Muchas veces mas se quejé el nifio durante la noche. Ante las preguntas de la angustiada nia, la vieja le daba respuestas evasivas y amenazadoras. Al amanecer, la vieja fue de Puntilias a la cama que compartian la nifia y la brujita, en la creencia que aquella no escuchaba, muy despacio le dijo | asuhija: ~Le dices a esta intrusa que esté moviendo el perol grande y, cuando lo esté haciendo, la empujas dentro, no lo olvides... ~Ya... Le contesté la hija. Dadas las. canalllescas instrucciones a su hija, la vieja, cogiendo por los hombros a la nifia, la sacudi6 para que despertara. -iDespierta haragana, despiertal... ;Ya es de dia! -iBien, bien abvelita... y... gMi hermano? -Pregunté la nifia, fingiendo despertarse. -Tu hermanito es muy tiemo y aun duerme; jdéjalo asi, que descanse! -Ya, abuelita. -Entretanto, ti, toma esta canasta y trae agua del puquial. Yo, como lo hago diariamente, buscaré algo de comer. Abrumada por un negro presentimiento, la nifia dedujo que se encontraba ante la “Achkay’, cruel y maligna bruja devoradora de nifios, a la que todos conocfan como la Ganchana. Con gran dolor, juzgé que su hermanito habia sido degollado por la siniestra mujer ya que, en la madrugada, no lo habia oido quejarse. Cansada por los vanos esfuerzos desplegados en su intento de llenar de agua la enorme canasta, la nifia retom6 a la cueva. — No se puede llenar esta canasta, abuelita -

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