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Evaluación Del Crecimiento Del Niño
Evaluación Del Crecimiento Del Niño
Una evaluación sencilla del crecimiento implica la medición del peso y el crecimiento lineal
del niño y la comparación de estas mediciones con estándares de crecimiento. El
propósito es determinar si un niño está creciendo “normalmente” o si tiene un problema de
crecimiento o si presenta una tendencia que puede llevarlo a un problema de crecimiento
que debe ser abordado. Se debe:
Se define percentil como un valor que divide a un conjunto ordenado de datos estadísticos
recogidos de una población grande de niños, de forma que un porcentaje de tales datos
sea inferior a dicho valor.
Para valorar el crecimiento de los niños, usamos las gráficas de percentiles. Existen
gráficas de percentiles para diferentes mediciones: el peso, la talla, el perímetro de la
cabeza, etc. Las más utilizadas son las de peso y talla, diferentes según se trate de niños
o de niñas. Aparentemente son muy complicadas, pero en realidad no es así.
En una gráfica de percentiles figuran varias líneas, cada una con un número: 3, 10, 25,
50, 75, 90 y 97. Para conocer en qué percentil se encuentra un niño (por ejemplo de
peso), se debe buscar primero la edad en el eje horizontal. Se traza una línea vertical
desde ese punto. A continuación se busca el peso en el eje vertical, y se traza una línea
horizontal por ese punto. Las dos rectas se cruzarán sobre alguna de las líneas de
percentiles del gráfico. Ese será el percentil de peso del niño.
Lo verdaderamente importante no es tener el percentil más alto posible, sino que el niño
crezca y se desarrolle en torno a un mismo percentil. Es decir, que si un niño es alto (por
tener, por ejemplo, un percentil 90 en la altura), debería estar en un percentil similar
según vaya creciendo. El patrón de crecimiento de los niños con algún problema que
produzca falta de crecimiento suele ser bastante característico.
El niño está por encima del percentil 97 de peso, ¿qué significa? ¿Será obeso?
Si el niño está en el percentil más alto dentro del rango del 97 por ciento, el pediatra
querrá vigilar su crecimiento, y quizás aconsejar sobre su alimentación, para asegurarse
que no esté camino a la obesidad. Desde luego, hay veces en que subir o bajar de peso
más rápido que de costumbre es bueno. Por ejemplo, si el bebé pesa demasiado poco,
puede ser muy positivo que su curva de crecimiento aumente.
El niño ha tenido una bajada brusca de percentil desde la última revisión (del
percentil 80 a bajado al 30)
Si el percentil del niño cambia de manera significativa hay que consultar al pediatra. Por
ejemplo, si ha estado consistentemente alrededor del 80 percentil de talla, y de repente
baja al 30, el pediatra querrá entender por qué se ha producido este descenso. Intentará
determinar si este cambio se debe a alguna razón médica seria que requiere una
evaluación a fondo. Por supuesto, una enfermedad de poca importancia o un cambio en
los hábitos alimentarios del niño pueden causar un descenso más pequeño, en cuyo caso
el pediatra quizás quiera simplemente seguir el crecimiento del niño más de cerca durante
un tiempo. Generalmente los pediatras prestarán especial atención a los niños que caen
en los percentiles extremos en cualquier área: por encima del 95 percentil o por debajo
del 5 percentil. A veces las medidas extremas pueden ser motivo de preocupación.
El aumento de peso no es siempre el mismo. Hay que tener en cuenta que lo normal es
permanecer siempre en el mismo percentil de crecimiento (3, 50 ó 97), esto significa que
si el niño nació con un peso inferior al promedio (percentil 3), es normal que su curva de
peso se mantenga siempre en ese rango, no es necesario que engorde para pasar a un
percentil superior, ya que el cambio de percentil indica una dieta inadecuada. Lo mismo
se aplica para el percentil de la talla. Son distintas las tablas para los niños y las niñas,
por ello se muestran en cuadros separados. Si el niño no presenta un crecimiento
adecuado según todos estos factores, el pediatra se encargará de averiguar las causas.
Tanto la medición del peso, como también la talla, son controles de rutina que se deben
realizar al niño en la consulta habitual del pediatra.