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ANTUN DOMI!  BEZI! 

BREVE HISTORIA DE DALMACIA

SANTIAGO DE CHILE
ENERO
2000  

 
 

 
 

 BREVE HISTORIA DE DALMACIA  

 
 

Primera autoedición: Enero 2000


´C © 2000 ANTUN DOMI!  BEZI! 

Derechos reservados, prohibida su reproducción

Inscripción N° 113.502, Registro Propiedad Intelectual


Santiago de Chile

I.S.B.N. 956-288-560-7

 
 

Dedicatoria 

 A mis queridos
isleños dálmatas
 y a sus am ados
descendientes

 
 

 
 

PRESENTACIÓN GENERAL DE LA OBRA


A raíz de la desintegración de la RSF de Yugoslavia, el autor nacido en Lo"i#$a, Isla de Bra%, ubicada
frente a Split en la región central de Dalmacia, que pertenecía, en ese entonces, al Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos y hoy a la República de Croacia, se planteó la tarea de investigar sistemáticamente la
historia de esos espacios geográficos con el propósito de tratar de entender mejor dicho acontecimiento.
Como metodología eligió ir de lo particular a lo general, es decir, primero abordar la Isla de Bra%, a
continuación Dalmacia, después Croacia y finalmente la RSF de Yugoslavia, teniendo siempre presente el
acontecer histórico actual.

Así, primero editó en fotocopiado su "Breve Historia de la Isla de Bra%" (1995). En seguida emprendió la
tarea de escribir una "Breve Historia de Dalmacia", con el propósito de completar la visión isleña con el
tratamiento de un núcleo histórico mayor en el cual la Isla se encuentra englobada y de cuyo devenir es
 participante.

A medida que completaba un período histórico dálmata, más o menos definido, divulgaba dicha parte en
fotocopiados. De esta manera la obra apareció en seis partes o libros entre los meses de Agosto de 1997 y
 Noviembre de 1998. Mas la Historia de Dalmacia no resultó ser tan breve. Sin embargo se prefirió
mantener su título original de "Breve Historia de Dalmacia", pero se cambió el formato original de cada
libro.

La obra trata especialmente los sucesos acaecidos en el territorio dálmata y de otros que también
influenciaron su destino, aunque se desarrollasen en regiones contiguas o, a veces, muy lejanas.

Los romanos llamaron  Illyricum   todo el espacio geográfico próximo al litoral oriental del Mar Adriático,
desde Trieste hasta Vlora. Posteriormente designaron como Dalmacia, al territorio comprendido entre los
ríos Ar #a en Istria en el este, hasta cerca de los ríos Morava en el oeste y del Sava en el norte y el Mar
Adriático en el sur. Esta fue la mayor extensión territorial de Dalmacia. Más tarde, con la invasión de los
ávaros y eslavos, quedaría reducida a sus ciudades más importantes del litoral y a algunas islas. Esta región
restringida se conocerá como Dalmacia Bizantina. Sólo, mucho después, Venecia configurará la Dalmacia
Veneciana a la que Napoleón le agregará la República de Dubrovnik y parte de la Albania Veneciana y la
integrará a las Provincias Ilirias. Finalmente será Austria la que le dará su extensión políticoadministrativa
definitiva. Entonces Dalmacia Austríaca abarcó, en el territorio continental occidental de los Balcanes, una
estrecha faja de tierra que irá desde la isla Rab, al norte de Zadar, hasta cerca de & pi%, en Boka Kotorska,
incluyendo todas sus islas.

A comienzos del siglo XIX Dalmacia era una provincia austríaca, enseguida francesa al quedar incluida en
las Provincias Ilirias napoleónicas, volviendo al dominio de Austria como Reino de Dalmacia. Antes del
término de la Primera Guerra Mundial se integró al Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios. Después
formó parte, sucesivamente, del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, Reino de Yugoslavia,
República Independiente de Croacia (una parte, la otra pasó a Italia), República Socialista de Croacia
dentro de las Repúblicas Federativa Democrática de Yugoslavia, Popular Federativa de Yugoslavia y
Federativa Socialista de Yugoslavia. Actualmente su territorio está incluido en la República de Croacia.

En las publicaciones sobre los Balcanes, en general, y, en particular, sobre Dalmacia, se presenta el
 problema de cómo escribir los nombres propios de personas y lugares eslavos. La ortografía depende de la
nacionalidad del autor. En esta obra se dará preferencia, en lo posible, a la ortografía española cuando ella
exista y a la utilizada en el país concerniente hoy en día. Por ejemplo para las ciudades que se encuentran
en Albania se utilizarán los nombres albaneses y no los italianos, romanos, griegos u otros. Con el
 propósito de encontrar las equivalencias de los términos geográficos, se incluye un Glosario Toponímico al
final del texto.

La lectura de los nombres sudeslavos en caracteres latinos tiene la siguiente equivalencia: c = es siempre ts,
%= ch, $ = tch, dj = ' = como j en la palabra inglesa Jim, d" = como la j en la palabra inglesa Jhon, j = y
como en yugo, lj = ll, nj = ñ, # = sh inglesa, z = como la z en Zaragoza y " = j en la palabra francesa jour.
Para la pronunciación de la r (vocal) entre dos consonantes, por ejemplo Trsat, se recomienda introducir

 
 

una e entre la primera consonante y la r, en nuestro caso Tersat, y leer tratando de no pronunciar la e. La g
suena siempre como g en obierno y la h como j en joven.

Se utilizará el paréntesis cuadrado [ ], como es costumbre, para agregar un complemento en las citas que
ayuda a una mejor comprensión del texto.

La obra completa cubrirá la historia de Dalmacia hasta el 29 de Octubre de 1918, día de la formación del
Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios, o en otras palabras, hasta el momento de su unión con Croacia.
Se fundamentará en la Bibliografía citada al final del texto y que constituyeron sus fuentes. Su inspiración
inicial correspondió al libro del conde Luis Vojnovi$Er que es a una de las poquísimas obras dedicadas por
completo a la historia de Dalmacia, en este caso escrita en francés. También es muy útil la obra del
historiador irredentista italiano Giuseppe Parga, que es como el reverso complementario de la de Vojnovic.
Otros libros citados son puntuales sobre temas dálmatas. Las historias de Croacia, tratan a Dalmacia
tangencialmente salvo en el primer período, cuando el Reino de Croacia estaba asentado básicamente en su
territorio. Hay que dejar constancia que, en el siglo XVI, Ivan Lu%i$ ( Ioannis Lucii, dalmatini) escribió en
latín la primera Historia de Dalmacia ( De regno Dalmatiae et Croatiae libri sex, Amsterdam 1666 ).

En el Anexo A "Fuentes Bizantinas", se incluyen traducciones de algunos documentos antiguos al correr de


la pluma, o sea, sin estilización ni corrección posterior. Se estimó que era preferible publicarlas así, para
que tuvieran un cierto aire de épocas pasadas.

La presente edición conserva la estructura de la versión provisoria de esta obra. Las modificaciones
introducidas en esta primera versión sólo se refieren a su ordenamiento, correcciones, supresiones y
agregados menores, confección de una Bibliografía común, un Índice de Personas, un Glosario
Toponímico y un conjunto de dieciséis mapas representativos.

Lo que se expresa en esta Breve Historia de Dalmacia es de la exclusiva responsabilidad del autor, aunque
casi todo proceda de las obras mencionadas en la Bibliografía, a cuyos autores quedo muy agradecido. Sin
sus obras, ésta hubiera sido imposible. Se harán citas sólo por excepción.

Isla Negra, Enero 2000

 
 

LIBRO PRIMERO
HASTA LA CONQUISTA ROMANA

 
 

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO PRIMERO


El Libro Primero de la obra abarca desde los orígenes hasta el completo aplastamiento del pueblo ilirio por
las legiones romanas ocurrido a comienzos de nuestra era. Presenta no sólo el acontecer histórico del
 período propiamente tal, sino también algunos mitos y leyendas sobre Dalmacia.

Las tribus ilirias que se tratarán serán las del litoral oriental del Mar Adriático. Por lo tanto, se excluirán las
tribus próximas a los vénetos del Norte de Italia pero no las del sur de Albania. En cuanto a las tribus ilirias
del interior, ellas se tratarán en la "Breve Historia de Croacia", la unidad macro que presumirá la presente
obra sobre Dalmacia y, por consiguiente, la anterior concerniente a la Isla de Bra%.

Esta parte tratará entonces, el período anterior al establecimiento de la  Pax romana . Se hace con cierta
amplitud por cuanto, sólo en publicaciones muy especializados se menciona marginalmente a los pueblos
que en esa época hicieron historia en Dalmacia. Aquí, a las tribus ilirias se le da la importancia que
merecen. Son las tribus que encuentran allí, primero, los helenos y, después, los romanos. Estas tribus, si
 bien fueron vencidas y subyugadas por los romanos, no así por los helenos, nunca fueron totalmente
exterminadas. La tribu iliria de los dálmatas ocupaba la costa entre los ríos Krka y Cetina y, hacia el
interior, regiones de los Alpes Dináricos. Por lo tanto, se puede afirmar que el dálmata actual tiene por
ascendiente, entre otros, a los ilirios dálmatas y, en parte, sus características físicas y síquicas se continúan
manifestando en él. Los ilirios no han muerto.

Se comenzará la obra con una indispensable descripción geográfica de Dalmacia, para continuar con las
leyendas antes de entrar, en el Capítulo III en la parte propiamente histórica.

Isla Negra, Agosto de 1997

 
 

 
 

CAPÍTULO I
EL PAÍS Y SU GENTE
GEOGRAFÍA FÍSICA
Ubicación

La Dalmacia es la expresión geohistórica final de un gran territorio que abarca desde las playas del
archipiélago dálmata del Mar Adriático hasta el Mar Negro. Se encuentra situada en la parte occidental de
la Península Bálcanica, entre el mar y la cadena de los Alpes Dináricos y desde los Montes Velebit hasta la
ensenada de Boka Kotorska. Un rosario de notables ciudades se encuentran a lo largo de su costa: Zadar,
Biograd, &ibenik, Trogir, Split, Omi#, Dubrovnik y Kotor. En las diferentes épocas de su historia, sus
fronteras políticas variaban en concordancia con el progreso o decadencia de sus habitantes y de los
imperios dominantes. No hay dos escritores antiguos: helenos, romanos o bizantinos, que le asignen las
mismas fronteras.

Dalmacia fue la terraza desde la cual los pueblos ilirios contemplaron por primera vez el centelleante Mar
Adriático. Encontraron allí una salida a sus sueños de poder y, con la brisa del mar, la alegría de vivir y el
germen creador de ideas y formas. El suelo dálmata es ingrato, extraño, de formas inesperadas y
caprichosas. Fue necesario el empleo de todos los recursos de un pueblo eslavo combinado con el genio
latino para vencer los desafíos del terreno y crear, en los recovecos de su costa tallada y quebrada, algunos
 brillantes focos de civilización, que se impregnaron de un fuerte espíritu de independencia comunal. La
Dalmacia se encontrará siempre tensionada entre el mar y la montaña. Participará de la naturaleza de
ambos elementos. Extraerá de los dos su fuerza, pero también allí encontrará su debilidad. La lucha
 permanente entre dos elementos, ya sean geográficos o políticos, culturales o sociales, será su destino.

A  grosso modo, Dalmacia  se encuentra ubicada entre los 15° y 19° longitud Este y 42,5° y 44,5° latitud
 Norte. Su territorio tiene dirección noroeste - sudeste.

Dimensiones

A vuelo de pájaro, la costa dálmata propiamente tal tiene una longitud de unos 380 kilómetros (medida
desde la cercanía de Zadar a Boka Kotorska). Si se consideran todos sus accidentes geográficos, su
longitud aumentaría a unos 1.319 kilómetros. Las numerosas islas, cuya cifra aproximada es de 300,
representan una superficie de 2.500 kilómetros cuadrados con un perímetro total de 3.608 kilómetros. En
su parte sur se reduce a una delgada franja de dos kilómetros de ancho. En el norte, se amplía a unos 60
kilómetros, donde las montañas se alejan del mar en el ángulo formado por los montes Velebit y Dinara.
En toda su extensión se acompaña de penínsulas e islas, casi todas alargadas paralelamente a la costa,
limitadas por canales y golfos. Esta fisonomía geográfica particular hace que el litoral dálmata sea el
ejemplo clásico de costas de estructura longitudinal. Los cordones montañosos separan el litoral de su
interior. El primer grupo de islas mayores que se encuentra, yendo de norte al sur, es el correspondiente al
archipiélago frente a Zadar: Dugi Otok, Ugljan, Pa#man y Kornat; el segundo grupo se encuentra frente a
Split: &olta, Bra% (396 km(), Hvar (289 km() y Vis; y un tercer grupo ligado a Dubrovnik: Kor %ula (272
km(), Lastovo y Mljet. Cerca de 70 islas permiten asentamientos humanos permanentes y las otras, más
 pequeñas, no son aptas para ser habitadas.

La Dalmacia Austríaca tenía una superficie de 12.840 km2, de los cuales 2.687 eran agrícolas, 5.940
dedicados al pastoreo, 3.800 de bosques, 133 de lagos y pantanos y 280 de tierra absolutamente árida.

Hace unos 26.000 años, todas estas islas estaban unidas al continente. La cota del Mar Adriático se
encontraba a 96,5 m bajo el nivel actual. En ese entonces, el río So;a era afluente del Po en el extremo sur
de Istria, el río Cetina pasaba entre las islas de &olta y Bra%  desembocando tras la isla de Vis y el río
 Neretva seguía su curso por el norte de la Península de Pelje#ac para llegar al Adriático entre las islas de
Vis y Kor %ula.

 
 

Clima

Más que la geografía, el clima distingue a Dalmacia de las regiones vecinas de relieve semejante. Las
influencias mediterráneas son dominantes, casi en forma exclusiva, inmediatamente frenadas en su
 progresión hacia el interior por una zona montañosa de clima alpino. De esta situación física se
desprenderán consecuencias importantes para la vida de sus habitantes.

El clima dálmata es del tipo mediterráneo y muy parejo. Las variaciones de la temperaturas diurnas y
anuales son débiles, gracias a las condiciones térmicas del Adriático. El invierno es dulce, el verano muy
cálido, el otoño más templado que la primavera. El clima presenta una cierta variedad por las diferencias de
latitud, del alejamiento del mar, de la altitud y de las horas de sol. La latitud tiene necesariamente su
influencia en una región alargada de norte a sur sobre un centenar de kilómetros. En todas las estaciones la
temperatura aumenta del norte hacia el sur, mientras que la amplitud de las variaciones térmicas disminuye.

El viento es un elemento de una importancia capital en el clima dálmata. En invierno es bastante frecuente
la permanencia de una baja presión sobre las aguas cálidas del Adriático y de una alta presión en el norte
de Europa, mucho más fría. Esto da nacimiento a los vientos del noreste que llevan el nombre de bura. La
velocidad de este viento invernal frío, que desciende del carst dinárico hacia el Adriático, es de 60 a 120
kilómetros por hora. Sopla en ráfagas que llegan a veces a 220 kilómetros por hora. Sin embargo, su
intensidad disminuye rápidamente cuando alcanza la alta mar. El bura  es conocido desde Istria hasta
Albania. Ya en la antigüedad, Procopio, historiador heleno del siglo VI a.C., en su libro “ De bello gothico”
(Libro I, capítulo 15) escribió: “En Dalmacia domina un cierto viento fuerte y muy violento que impide a
la gente salir a la calle desde que empieza a soplar. Todo el mundo queda encerrado en sus casas. La fuerza
del viento es tal que un jinete con su montura puede ser elevado por los aires, transportado durante un
cierto tiempo a través del espacio y después arrojado no importa donde, vivo o muerto”.

El bura no sopla en todas partes con la misma intensidad. Es particularmente fuerte sobre los 600 metros
de altitud y en lugares que no se encuentran alejados a más de 4 kilómetros del mar. Puede adquirir una
velocidad mayor cuando se encierra en los canales marítimos entre las islas y la costa y en los valles al
descender por los cañones que coinciden con su dirección general. Por ejemplo, puede impedir toda la
navegación entre la Isla de Bra% y Split y en los alrededores de Dubrovnik. Hace imposible la existencia de
árboles en ciertas regiones del norte de Dalmacia y en particular en la isla de Pag. Su efecto, más
inmediato, es disminuir la temperatura. En invierno, cuando alcanza el litoral adriático, produce una
temperatura media de sólo 7,5°C. Cuando una depresión barométrica avanza desde el golfo de Génova
hacia el Adriático Norte y una alta presión se ubica al sur de la Península Balcánica, el viento sopla del sur
o sudeste, es el  juxina   (siroco). Horacio lo menciona como “agitator turbidus Hadriae”. Puede ser
violento, pero jamás alcanza la intensidad de la bura. Sopla durante varios días sin descanso, pero su fuerza
disminuye de alta mar a la costa. Se presenta desde el fin del otoño y principios de primavera. Mientras que
el bura es frío y seco, el juxina  es cálido y húmedo. Trae un tiempo cargado de nubes espesas, cargadas de
agua, que provocan aguaceros frecuentes y tempestuosos, cortos y abundantes, que pueden provocar
inundaciones.

Una carta pluviométrica del litoral dálmata revelaría, después de la eliminación de las anomalías locales,
un aumento de las lluvias desde las islas adriáticas a las colinas del litoral y a las montañas del sistema
dinárico, después una disminución general hacia el noreste. Del noroeste al sudeste se observaría al revés,
un aumento progresivo debido sobretodo a la altitud creciente. En las islas del litoral la cantidad media de
 precipitaciones es de 500 a 950 milímetros y se eleva de 900 a 2.900 a lo largo del litoral, del noroeste al
sudeste, para alcanzar en la región de Boka Kotorska la imponente cifra de 4.600 milímetros. Estas
 precipitaciones se reparten muy desigualmente en el año. Son sobre todo lluvias de otoño y de invierno,
con un máximo de octubre a diciembre. El verano es muy seco. La repartición de las precipitaciones
durante el invierno se explica por la presencia casi continua en esta época del año de un aire ciclonal sobre
el Adriático que favorece el paso de las depresiones hacia el sudeste. Las transiciones estacionales son
graduales.

En invierno la nieve cubre las montañas dináricas y las planicies cársticas más elevadas. La nieve de las
montañas crea una nueva barrera que cierra la Dalmacia hacia el norte y el este. El invierno es pues con
mucho la estación más nublada. El máximo de días nublados se alcanza en Diciembre. Al contrario, el

 
 

verano dálmata es notable por la gran número de horas de sol: 2.250 horas en el litoral norte y 2.750 en el
sur.

El Adriático juega entonces un rol preponderante en la individualización del clima y en los estados de
tiempo que se observan en Dalmacia. Su alta temperatura lo convierte en un notable depósito de calor,
mientras que su transparencia y el color de sus aguas le dan un encanto panorámico casi lacustre muy
atractivo.

Ríos

La belleza del Adriático es distinta en la desembocadura de los ríos, que son muy pocos. La hoya
hidrográfica dálmata de este mar abarca 46.760 kilómetros cuadrados, de los cuales habría que deducir
cerca de 17.000 correspondientes a las regiones cársticas. Estas últimas, sin embargo, están atravesadas por
algunos ríos normales. De norte a sur se tiene: Zrmanja, Krka, con sus espléndidos saltos, Cetina y
 Neretva. Todos estos ríos tienen pocos afluentes. Sus valles son muy profundos y a menudo corren en
gargantas cortadas por torrentes y saltos. La pendiente media del curso de las aguas es muy fuerte.

El régimen de estos ríos se resume así: aguas altas hasta abril, causadas por los deshielos en la región de
sus fuentes; aguas bajas en el mes de agosto, como consecuencia de la sequedad de los meses de verano;
aguas altas de nuevo en noviembre, a consecuencia de las lluvias abundantes de otoño. Por ejemplo, en
verano, el Neretva, a 50 kilómetros de su desembocadura, baja a tal punto que se puede atravesar
caminando. En primavera y otoño, al contrario, inunda sus riberas. Desgraciadamente no es navegable sino
en su proximidad al mar. Salvo el Neretva, ningún río del interior desemboca en el Adriático. Los ríos de
Croacia y de Bosnia Hercegovina van, a través del Sava, al Danubio y de allí al Mar Negro.

En las regiones cársticas, las aguas que corren en la superficie constituyen la excepción. Generalmente la
 permeabilidad del suelo suprime el escurrimiento en beneficio de la infiltración. Una hidrografía
subterránea se organiza con lagos en inmensas grutas y ríos en largos corredores. Pero es necesario que las
aguas reaparezcan en la superficie. Sobre las laderas de una depresión, la corriente subterránea aflora al
aire libre, dando nacimiento a ríos de superficie completamente formados (por ejemplo, el pequeño río
Jadro, entre Split y Solin y que abastece de agua potable a sus poblaciones desde siempre). Otros ríos
cársticos pueden, después de un curso en superficie de cierta longitud, desaparecer en ponor es (abismos) y
reaparecer más lejos, ya sea como ríos nuevos, como afluentes subterráneos de otros cursos de agua o aún
como fuente submarina a lo largo del litoral.

Vegetación

El clima permite una vegetación mediterránea, pero la naturaleza del suelo y el relieve crean contrastes y
zonas diferentes. La roca calcárea, que aflora por doquier sobre las cimas y laderas de las montañas
dináricas, no soporta sino una vegetación pobre y escasa, de monte raquítico y pequeños árboles de follaje
 perenne. Dalmacia no se presta para la existencia de extensos bosques y los que existieron fueron
imprudentemente explotados. Todavía se encuentran pequeños bosques de pinos, robles y alcornoques,
como también enclaves con grandes y esbeltos cipreses.

Sobre el suelo de las llanuras arenosas, que ocupan las depresiones, la vegetación es más densa y los
cultivos son posibles. Difícilmente se puede hablar de agricultura. El trigo, la avena, la cebada, el maíz, el
arroz y el algodón se encuentran sólo en las depresiones húmedas. La horticultura ocupa la mayor parte de
los escasos suelos arables, escasos, pero muy productivos. Sobre las pendientes, la agricultura se practica
en terrazas. El despedrar de los campos proporcionaba el material para la construcción de los pequeños
muros que retienen la preciosa tierra cultivable. Los huertos de árboles frutales tapizan las pendientes
inferiores de las laderas: cerezos, ciruelos, especies mediterráneas: higueras, almendros, guindos, cerezos,
naranjos, limoneros, en fin los olivos, aunque no se encuentren sino en una pequeña faja del litoral y por
debajo de una insignificante altura sobre el nivel del mar. Los viñedos ocupan la máxima extensión y los
olivares vienen inmediatamente después en importancia ( en 1900, cerca de 80.000 y 30.000 hectáreas
respectivamente). La vid se cultiva hasta más al norte que el olivo. Los principales viñedos dálmatas son
los de &ibenik, Makarska, Split, Vis y Pelje#ac. Los cultivos frutales se encuentran sobretodo en las colinas
y plataformas de poca altitud.

 
 

Toponimia

Es uno de los factores que permiten reconstruir algunas situaciones del pasado, a pesar de los cambios
étnicos acaecidos en la región. Así, algunos nombres de ciudades, ríos y montañas recuerdan el pasado
anterior a la llegada de los eslavos.

El mayor porcentaje de nombres de ciudades y ríos corresponde al período ilirio. Como ser: Trsat
(Trsatica), Senj (Senia), Karin (Cornium), Nadin ( Nedimum ), Promina ( Promona ), Bribir (Varvaria),
Skradin (Scardona), Salona (Salona), Mosor ( Masaron ), Kotor (Catarum) y otros. También el nombre
 propio de la región: Dalmacia. Además, los de las islas como Krk (Curicum), Rab ( Arba), &olta
(Solentium) o de ríos como Neretva ( Narenta ) y Krka (Titius). Los eslavos tomaron estos nombres de los
griegos o romanos ya modificados o adaptados, así, muchas veces, su forma original no puede ser
establecida con seguridad.

De las colonizaciones helenas sólo quedan algunos nombres de islas: Hvar ( Pharos ) y Kor %ula ( Korkyra ) y
de ciudades como Split ( Aspalathos) y Trogir (Traugourion).

Sin embargo, a pesar del largo dominio de romanos y venecianos, de varios siglos, existe un muy pequeño
número de nombres de origen latino. Como ejemplo se tiene Cavtat (Civitas, la antigua  Epidaurum) y
Dicmo ( Ad Decimum).

En recuerdo de pueblos más antiguos, que no eran indoeuropeos, se menciona Issa que recuerda el pueblo
destruido de Cissa o Gissa en la isla de Pag. También a este caso pertenece el nombre del Mar Adriático.

La toponimia eslava es la más abundante. Empieza a desarrollarse a partir del siglo VII d.C., pero tampoco
es muy numerosa: Crikvenica, &ibenik, Biograd, Obrovac, Metkovi$ , Dubrovnik, Starigrad, etc.

GEOGRAFÍA ECONÓMICA
El sol y el clima impusieron a Dalmacia aptitudes económicas netamente diferentes a otras regiones de la
Península de los Balcanes. Esta situación hace que los intercambios comerciales sean una necesidad vital
 para la región. Importa: cereales, animales y madera. Exporta: sal, vino, aceite, bauxita, cemento y lignito.

GEOGRAFÍA HUMANA
Dalmacia está bastante poblada. Su población es predominantemente eslava. Se distingue por la
 braquicefalia, alta talla, cabellos cafés, un rostro muy alargado con una nariz acentuada, arqueada y a
menudo aguileña. El dálmata presenta una naturaleza ricamente dotada, una inteligencia rápida y una
imaginación fértil. Ama el estudio y la poesía. Es trabajador, individualista e inestable en sus decisiones,
 prefiere ser conservador. Por último, la población dálmata tiene todavía una gran cualidad: es homogénea
desde el punto de vista religioso y étnico. Los católicos son el 82% y los ortodoxos el 17%. Los "eslavos"
dominan de manera aplastante, ya que los "extranjeros" representan menos del 10% de la población.

Dalmacia, en el lenguaje del antiguo pueblo que habitó desde la Península Ibérica hasta el Cáucaso,
significa el país de las montañas.

En resumen, la Dalmacia es una y diversa. Una en su relieve típico de estructura longitudinal, con su clima
y vegetación mediterránea y una etnia eslava que ocupa su suelo. Diversa, al norte es una zona de colinas
fértiles que desciende dulcemente al mar, y se enfila al sur donde en una estrecha faja montañosa donde los
cultivos apenas tienen espacio; diversa en sus numerosas islas, masivas, redondas o al contrario menudas,
frágiles, no extensas, pero engañosas como un capricho. Las altas montañas hicieron pastor al dálmata y las
llanuras le permitieron elegir entre las actividades de la tierra o del mar.

 
 

CAPÍTULO II
LA PRESENCIA DE CADMO
LEYENDAS
Homero, en la  Ilíada,   menciona ciertas tribus que lucharon bajo los muros de Troya relacionadas con las
ilirias balcánicas: los peonios y los ardeos. Estos últimos también figuran en la famosa batalla de Kadesh
(1.286 a.C.) como aliados de los hititas contra el faraón Ramsés. Esta presencia sólo indicaría la existencia
de estrechas relaciones entre los Balcanes y el Asia Menor en la Edad de Bronce. Desde el Neolítico
Superior existía una fuerte corriente cultural y étnica desde el Asia Menor a los Balcanes y Panonia, lo que
hacía posible un movimiento inverso de peonios y dardanos. Lo mismo sucedía con otros ilirios en la
Hélada.

El Adriático también tiene sus leyendas.

Helena, madre del gran Constantino después de haber encontrado en Jerusalén la Cruz del Salvador, partió
con su sagrada reliquia para Treveris, ( Augusta Trevirorum), donde se encontraba el Emperador. En el Mar
Adriático, una terrible tempestad se abatió sobre la nave que la transportaba. En el momento de zozobrar,
Helena, inspirada por Dios, arrojó al embravecido mar uno de los clavos de la Cruz. Al instante las olas se
apaciguaron. Y, sobre este mar calmo, de cobalto y de esmeralda, Helena desembarcó cerca de Venecia y
 prosiguió su viaje. Esta leyenda es simbólica. Representa las dos caras de la atormentada historia del
Adriático. A veces las tempestades más espantosas, otras la calma más desesperante.

El viaje de Cadmo
Se dice que Dionisio (Baco) llegó a Iliria y se quedó allí. Después emprendió el viaje a la Hélada, donde
encontró a Cadmo. Según Eurípides, en  Las Bacantes, Baco le dijo a Cadmo: “Cambiando de formas, t u
serás un dragón. Y la que tu has elegido por mujer, Harmonía la hija de Ares, aunque mortal como tu
mismo, se convertirá en serpiente. Sobre un carro tirado por bueyes, como lo dice el oráculo de Zeus, irás
con tu mujer y comandarás a los bárbaros. Al frente de numerosa tropa, destruirás muchas ciudades. Pero
cuando estos ejércitos hayan devastado el templo de Loxias, tendrás un retorno funesto. Mientras tanto
Ares os liberará a ti y a Harmonía y os dará la vida de los bienaventurados.”

De acuerdo a otra antigua leyenda helena registrada por Apolodoro, Cadmo, por orden de su padre Agenor,
rey de los fenicios, tuvo que ir a buscar a su hermana Europa raptada por Zeus. Después de mucho andar,
sin lograr su objetivo y no atreviéndose a volver a su patria, se detuvo en Beocia. Allí fundó Tebas. Se casó
con Harmonía, hija del dios de la guerra Ares y de la diosa Afrodita. Cumpliendo una profecía fue al
 pueblo de los enqueleos y llegó a ser su rey. Ya ancianos, Cadmo y Harmonía se convirtieron en serpientes
y en esa forma siguieron viviendo en los Campos Elíseos.

El matrimonio de Cadmo fue bendecido por el nacimiento de un hijo, el epónimo del pueblo ilirio, llamado
Ilirios.. En la leyenda, Ilirios está estrechamente vinculado a la serpiente. Ella se hizo cargo de él apenas
nació. Lo alimentó, lo envolvió en sus repliegues, traspasándole así sus poderes, y lo hizo dueño de toda
Iliria.

El poeta Nono precisa en  Las  Dionisíacas: “Él [Agenor] envió a Cadmo y Harmonía, su compañera, lejos
de Tebas su patria, a vagar por las tierras de Iliria, a las orillas del mar Hesperiano hasta que el tiempo
llegue al día en el cual ellos deben tomar la forma petrificada de una serpiente.” (Canto XLVI).

¿Quién era Cadmo? Estando en Egipto, inició su viaje de aventuras. Fue el héroe que, aconsejado por la
diosa Atenea, su aliada natural, mató al dragón beocio. Después de este éxito fundó la ciudad de Tebas, en
recuerdo a la ciudad paterna egipcia. En la ciudad más bien renovada, construyó la primera fortificación
que denominó “Cadmea”. El fenicio Cadmo no es semita, su genealogía nos orienta a Asia menor. Este
genio del Egeo, que no habla ni heleno ni hebreo, se casó con Harmonía, diosa ella misma.

 
 

La llegada de Cadmo a Boecia tuvo lugar el año 1518 a.C.. Luchó para fundar su imperio a partir de esta
 primera posesión. Encontró de parte de la población autóctona una violenta oposición, simbolizada en el
mito de su lucha contra el dragón. Cadmo traía el culto de la serpiente de su tierra y allí la encuentra, se
identifica con ella y mata al dragón.

Cadmo, después de aplastar la cabeza del dragón, partió con su mujer a Iliria. De acuerdo a una muy
antigua leyenda, llegaron bajo la forma de dragones, a la región habitada por la tribu de los enqueleos.
Luchó contra los enqueleos y los venció. Los enqueleos lo proclamaron su rey. Recorrió el territorio y
fundó una villa que llamó Budva, seguramente en recuerdo de la ciudad de Buto fundada por los fenicios
en el delta del Nilo. Budva llegó ser famosa en la antigüedad. Sofócles la cita en Oicles, tragedia perdida.

Después de haber reinado un cierto tiempo en Iliria, Cadmo y Harmonía terminaron por ser transformados
en serpientes. Ovidio, en su  Metamorfosis, 4.3, escribe: “Después de haber vagado [Cadmo] un largo
tiempo, llegó a la frontera de Iliria con su esposa y compañera de su exilio" y más adelante "Cadmo: "Si
 para vengar, la cólera de los dioses que ha caído sobre mí, pueda yo ver mis miembros alargarse y tomar la
forma del reptil". Entonces vio su piel endurecerse y cubrirse de escamas. Su espalda ennegreció y se
recubrió de manchas azules. Se apoyó sobre su pecho y reptó. Sus piernas fundidas se transformaron en
una cola flexible. No le quedaban sino los brazos, los alargó a su compañera, y le dijo: "Acércate, ¡oh
esposa mía!, ¡Acércate desgraciada! Mientras yo conserve alguna forma humana, tócame. Toma esta mano,
 pues aún la tengo, la serpiente no me ha invadido totalmente”. Quiso hablar todavía, pero su lengua de un
golpe se dividió en dos, y, a su pesar, las palabras le faltaron. Su mujer exclamó: "¡Dios mío! ¡por qué no
me cambias a mi también en serpiente!"". Dos piedras consagradas a Cadmo y Harmonía, Saxa Cadmea 
como la señalaban los geógrafos hasta el siglo XVIII, los perpetúan entre Cavtat y Budva. Es el recuerdo
de la metamorfosis de la misteriosa pareja.

El elemento autóctono del suelo ilirio presentó al invasor egeo una resistencia formidable. Los ilirios no
triunfaron totalmente. No expulsaron a los invasores y no lograron que Cadmo adoptará las costumbres de
Iliria. Cadmo completó la consolidación del pueblo ilirio, consolidación que atravesó los siglos. Se
manifestó, posteriormente, en la violenta oposición iliria a la empresa helena del siglo V a.C. y por la
resistencia que los ilirios, especialmente los dálmatas, presentaron a las legiones romanas y a una
civilización que los privó de las condiciones primordiales de una vida independiente y de una civilización
surgida del propio suelo.

Este mito del dragón ilirio oponiéndose a un total despojo de su propia naturaleza y sucumbiendo para
renacer en una revuelta gigantesca, se perpetuó a través de los siglos. San Jerónimo nos cuenta en La Vida
de San Hilarión, como este santo abatió a un dragón que asolaba los campos de Cavtat. En las grandes
fiestas de Dubrovnik, entre las banderas y estandartes, la bandera blanca de San Hilarión ondea al viento,
llevando la imagen del dragón y, en vez de la de San Jorge, la figura hierática de San Hilarión, con su
ondulante barba oriental. Este estandarte es el último recuerdo de la aventura de matar dragones.

A continuación de los cadmeos, todas las potencias marítimas se lanzaron sobre Iliria. Todos los que
ejercieron la supremacia en el Mediterráneo transportaban hombres y mercancías por el Adriático. Los
marinos locales pasaron a ser súbditos y sirvientes de los extranjeros. La marina iliria, que alcanzó más
tarde, gracias sobretodo a los liburnios, una potencia considerable, fue en sus comienzos una de esas
marinas locales. Huellas subsisten todavía de esta gigantesca actividad marítima. Ni Roma, ni Venecia, ni
los eslavos pudieron borrar los nombres originales de las islas y ciudades de la orilla oriental del Adriático,
impuestos para siempre por los primeros conquistadores ilirios.

El origen egeoasiático del Hvar dálmata es cierto, cualquiera que sea su explicación. De la isla madre de
Paros Egea son los puertos de Pharos de Alejandría y el de Hvar o Far Adriático. Se puede pensar que el
origen asiático está ligado al viaje de Cadmo y Harmonía. Sería su complemento natural. Budva no puede
ser la única villa fundada por los egeos.

El mismo origen egeoasiático se acepta para la célebre isla de Vis, situada a 19 kilómetros al sudoeste de
Hvar. Macareo, rey fundador de Lesbos, tenía seis hijas. Una de ellas, Lissa, le dio su nombre a la isla que
antes se llamaba Himera o Pelasgia. Issa significa, en lenguaje asiático, una plaza fortificada en la
 proximidad de una vertiente de agua. Un islote frente a Vis lleva el nombre de Antissa. O sea, mucho antes

 
 

de recibir una colonia siracusana, ella estaba poblada de helenos. La isla fue una colonia egeoasiática,
cadmea.

Vis domina el Adriático central. Es célebre por haber contribuido, con sus naves rápidas, a la victoria naval
sobre los cartagineses (Batalla de Lípari, año 261 a.C.) y 2000 años más tarde a la derrota de la escuadra
francesa (1812 d.C.), pero sobretodo al desastre de la joven flota italiana infligida en 1866 d.C. por la flota
austríaca, derrota que libró a Dalmacia de la ocupación italiana.

Makarska, sobre el continente dálmata, frente al extremo oriental de la Isla de Bra%, probablemente,
también lo fue. El origen del nombre es ciertamente egeo, de Macareo. Algunos piensan que viene del
fenicio Melkart, divinidad que se trocó en Heracles en la época helénica. Esta hipótesis es verosímil,
debido a que la ciudad tomó posteriormente el nombre de Heraklea.

Otra gran isla dálmata, Kor %ula, al sudeste de Split, es también hija de la colonización egeoasiática, una
creación cadmea. No es menos cierto que haya sido colonizada por la otra Korkyra, más célebre, que es
hoy Corfú. O, según Esteban de Bizancio, la Korkyra dálmata fue fundada por los cnidianos. Afrodita,
cuyo templo de Quío era famoso como el de Artemisa de Efeso, era venerada igualmente en la isla
dálmata. Esta fue una colonia egeoasiática.

Mas el mundo egeo se derrumbó. En pocos años, el mar pasó a ser un enorme caos donde se cruzaron
cananeos, cretenses, prehelenos e italiotas, que se recortan y entremezclan en inextricables lazos.

El caos mediterráneo disipó y destruyó los frutos de la colonización cadmea. Pueblos emergentes tomaron
 posesión del Adriático. No hubo una solución de continuidad en las empresas adriáticas hasta el día en que
el empujón helénico no llegó a la ribera oriental del mar de esmeralda y de turquesa. Fue entonces cuando
se habla oficialmente de la colonización helena. Ella será sistemática, pacífica, aunque más tarde será
combatida por las mismas fuerzas que se opusieron a los egeos.

El viaje de los Argonautas

Entre la conquista egeoasiática y el establecimiento pacífico de los helenos, hay un episodio memorable: el
viaje de los Argonautas por el Adriático.

Hacia los mediados del siglo XIII a.C. y antes de la guerra de Troya (1193-1184 a.C.), se realizó la
expedición de los Argonautas. Es casi contemporánea del levantamiento contra la Tebas cadmea. En la
leyenda, se puede seguir a los Argonautas, Jason y Medea junto con sus acompañantes, navegando por el
Danubio y el Sava, para llegar al Adriático. Para los helenos el Danubio y el Po eran un mismo río. Así, el
Danubio entregaba sus aguas tanto en el Adriático como en el Mar Negro. Esta leyenda nos señala que,
 para ese entonces, se sabía que en el Adriático superior desembocaba un gran río: el Po que para ellos era
un afluente del  Istros (Danubio). Quizás el nombre de la península de Istria favorecía esta confusión. Un
mejor conocimiento lo entrega otra versión que registra que desde Vrhnika, en Eslovenia, los Argonautas
tuvieron que transportar sus naves en hombro para llegar a otro río o bien al Adriático. Alcanzaron el fondo
del mar adriático. Los habitantes de estas regiones, a la vista de sus barcos, que tomaron por monstruos
salidos del seno del mar, abandonaban espantados sus hogares y ganado y huían por todas partes.

La historia de los Argonautas se desarrolla en la orilla oriental del Adriático, un mar profundo y claro, de
islas pobladas de árboles, ancladas delante del continente como grandes naves. Es el prólogo de la llegada
de los jonios y de los dorios en el golfo que los antiguos llamaban también Jonio. El periplo adriático
continuaría.

El viaje de los Argonautas llena un vacío entre la expedición de Cadmo y los primeros ensayos de
colonizaciones realizadas por las ciudades helénicas ya evolucionadas y conscientes de su misión. Los
argonautas abandonaron el Adriático y la Dalmacia Iliria en pos de la Península Itálica. El telón caerá para
levantarse ante la invasión helena histórica. Las aventuras de Cadmo y de Harmonía se evocan así en el
canto y hazañas del nuevo Cadmo que se llamó Jason, el Salvador. Todo estaba listo para recibir una nueva
ola de asaltos de intrusos del Egeo, pero ¡qué diferentes a los semidioses asianos! Es la invasión
colonizadora sabia, provista de un objetivo preciso. El comercio y la religión jugarán en la empresa un rol

 
 

de orden diferente, pero convergente. Como muy posteriormente en las grandes conquistas europeas, el
comercio tendrá por soporte el altar.

Estos mitos demuestran que los helenos desde muy temprano estaban interesados por estas regiones.
Ciertos autores afirman que en la  Odisea  de Homero, hay una descripción de la costa dálmata. En las
cercanías de Pula se encontraron artefactos de procedencia helena del siglo VII a.C.. Pero antes de
continuar, se retrocederá en el tiempo para describir la población que se encontraba en estas regiones.

PREHISTORIA DE DALMACIA
Es interesante señalar que entre los rastros más antiguos de un homínideo europeo figuran los encontrados
en la gruta de &andalja, cerca de Pula en Istria. Tienen una antigüedad estimada de un millón de años. Allí
también se hallaron armas primitivas e indicios que se utilizaba el fuego. En Lika se desenterraron
artefactos que datan entre 100 mil y 250 mil años a.C.. Igualmente en la gruta de Grap;evo, Isla de Hvar, se
encontró el primer dibujo de una barca con vela en Europa.

 No existen grandes indicios para asegurar desde cuándo Dalmacia estuvo poblada, es decir, en qué
momento llegaron los primeros hombres a sus costas e islas, ni quienes eran sus habitantes. No hay huellas
del hombre paleolítico, es decir, del hombre de la temprana Edad de Piedra. Tampoco se han encontrado
herramientas y armas primitivas características de ese período. Sin embargo, los lugares arqueológicos de
Raxanac en el antiguo curso del Zrmanja, Badanj. cerca del Neretva y Crvene Stijene en el Popovo Polje al
norte de Dubrovnik, se datan entre 150.000 y 8.000 años a.C..

El Neolítico nos ha dejado bastante restos arqueológicos. Se encuentra por todo el territorio continental e
isleño, cuchillos, martillos, sierras, raspadores y otros artefactos. También afiladores de flechas. Los
hallazgos demuestran que el hombre, ya en el tercer milenio a.C., navegaba en pequeñas canoas a remo de
isla en isla, llegando incluso hasta la orilla opuesta de la Península Itálica. Las islas de Bra%, Kor %ula, Vis y
Hvar estuvieron pobladas por el hombre del neolítico. Para este período, entre 8.000 y 2.000 años a.C., se
 pueden mencionar los yacimientos de Smil%i$  cerca del Zrmanja, Danilo próximo al Krka, las grutas de
Marko y Grap;evo en la isla de Hvar, la gruta de la vela en la isla de Kor %ula, Gudnja en la península de
Pelje#ac y de nuevo Crvene Stijene.

Para la Edad del Cobre, entre 2.000 y 1.800 años a.C., existen yacimientos arqueológicos en la gruta de
Marko en la isla de Hvar, Nakovana y Gudnja en la península de Pelje#ac y en las ya mencionadas Crvene
Stijene.

En el litoral está representada la temprana Edad del Bronce (1.800 a 1.000 a.C.), aunque escasamente. Esto
no significa que estuviese poco poblada. Las gradinas de Istria corresponden a la Edad del Bronce. En
Sitno, cerca de &ibenik, se han encontrado depósitos de esta época. También en Crvene Stijene y Lipci
cerca de Boka Kotorska.

Poco después del año 1000 a.C., la metalurgia del hierro apareció en Europa central y occidental. Fue
introducida desde el Adriático a las regiones alpinas. Hay base para aceptar que esta nueva técnica es
invención oriental. La Edad del Hierro (año 1000 a.C. hasta comienzos de nuestra era) corresponde al
 período histórico de los ilirios, de las invasiones celtas, de la colonización helena y la conquista romana
(aproximadamente desde el 500 a.C. hasta el inicio de nuestra era). Predominan los hallazgos de la cultura
La Tène. Centros arqueológicos importantes: Nin al norte de Zadar y Bribir en la región de &ibenik.

La Península de los Balcanes se extiende detrás de las orillas del Adriático, enigmática, misteriosa y
esotérica. Esta región, casi sin civilización, constituía en la prehistoria una gran reserva humana. Allí
emergieron en el tiempo pueblos que fueron dominados por helenos y romanos, antes de desaparecer en la
historia.

Antes de la llegada de tracios los pobladores de la región adriática no eran indoeuropeos. Cuando los
escritores griegos hablan de ellos, generalmente los recuerdan con el nombre genérico de pelasgos. Se
encontraron restos de asentamientos tracios en el litoral dálmata, entre el Cetina y el Neretva. Después
llegaron los ilirios, quienes los empujaron hacia el oriente de la Península Balcánica. Los ilirios y los

 
 

tracios, eran restos y testigos de una gran pueblo que ocupó el espacio comprendido entre las llanuras de
Rusia o el fondo de Escandinavia hasta las columnas de Hércules, formando una unidad que fue rota no se
sabe ni cuándo ni cómo ni por quién.

Los primeros pobladores históricos de toda la parte occidental de los Balcanes fueron los ilirios. ¿De dónde
vinieron? ¿Cuál fue el nivel de su civilización? Misterio. Se les encuentra un primer parentesco con los
tracios. Se han reconocido afinidades entre las lenguas iliria y tracia. Pero esto no explica nada. Lo que
quizás es un poco más claro, es que los ilirios llegaron desde una región situada al noreste de Europa,
ubicada entre los baltas y fineses. Habrían poblado las regiones central y suroriental de Europa, a partir del
término de la Edad de Bronce (1.800-1.000 a.C.). Este pueblo protoario estaría también emparentado con
los ligures, etruscos, pelasgos, egipcios y tribus del Cáucaso. El Asia estaría en el fondo de toda la
explicación. Hacia el año 1.500 a.C., los habitantes de la parte occidental de los Balcanes fueron y
siguieron siendo los ilirios. Sus primos, los tracios quedaron como señores y dueños de la parte oriental de
la península. La línea divisoria fue aproximadamente el eje de los ríos Morava y Vardar, que desembocan
en el Danubio y en el mar Egeo respectivamente.

Los Balcanes desempeñaron un rol capital en la transmisión de las influencias asiáticas al resto de Europa,
transformadas por el especial medio ambiente de la Península. Las influencias civilizadoras balcánicas,
originarias del Asia, se hicieron sentir también en la Península Itálica desde el primer milenio a.C. Sobre
todo y muy profundamente toda su costa occidental: los liburnios que ocupaban la región de Adria; los
yapigios de Apulia llevaban el mismo nombre de los yapides de Iliria, y los picentinos, son probablemente
emigrados ilirios que introdujeron en la Península Itálica el rito de la inhumación como reacción al de la
incineración representativa de otros pueblos y de otra concepción de la muerte. Los invasores ilirios se
mezclaron con la población autóctona.

A comienzos del siglo X a.C., una importante civilización prosperó en el Danubio medio, al norte de Iliria.
Se puede considerar a los ilirios como los padres de dicha civilización o, por lo menos, como agentes de su
transmisión desde las estepas de Rusia al curso medio del Danubio.

El ilirio fue un pueblo privilegiado. Valiente, belicoso, gran bebedor, impetuoso e indolente, vivía en un
estado perpetuo de discordia, como el galo y el eslavo. Pero a la hora de peligro, cerraba sus filas contra el
enemigo común. Este pueblo cuyo emblema era la serpiente, tenía un respeto innato a la mujer. Se
dedicaba a la piratería en el mar y al bandidaje en tierra.

COLONIZACIÓN HELENA
Colonización jonia

Ahora se saldrá de la mera leyenda que, como toda leyenda, sin embargo está basada sobre hechos reales.
Se avanzará sobre un terreno más sólido, al asistir a la expansión de las ciudades estados de la antigua
Hélada. Los historiadores modernos, extrañamente, tratan de ignorar la colonización jónica del Adriático.
Es ella la que le confiere un carácter especial al espíritu de aventura de los marinos y comerciantes helenos.
La conquista de la orilla oriental y un poco más tarde de la occidental, constituye una prueba de la intensa
vitalidad del genio colonizador heleno, mucho más elocuente que en sus empresas sicilianas e italianas.

Los jonios, después de expandirse por todo el Mediterráneo, invadieron el Adriático. Le dieron el nombre
legendario de su fundador: el Adriático se llamó Mar Jónico. Es extremadamente difícil ubicar en el tiempo
esta nueva entrada en escena de los pueblos mediterráneos en las costas ilirias. En todo caso, ella precede
en algunos siglos la acción colonizadora políticocomercial de las ciudad helenas.

El nombre de Mar Adriático no tiene su origen ni en la ciudad picena continental de Hadria, ni en la ciudad
etrusca de Atria en la desembocadura del Po, aunque Estrabón lo afirme sin insistir mucho. El proceso es
 probablemnete inverso. Las dos villas llevan su nombre por el Adriático. De acuerdo a una opinión
anterior, recogida también por Estrabón, la de Teopompo, historiador heleno del siglo IV a.C., un hombre,
un ilirio, “ gente Viseus”, llamado Adrias, que había reinado en todos estos lugares, era el epónimo del Mar
Adriático y también de un pequeño río del mismo nombre,  Jadro , próximo a Salona. Siempre siguiendo a
Teopompo, el fundador de la villa de Adria era el padre del ilirio Ionios, el cual era el epónimo del Mar

 
 

Jonio. También este nombre de Adrias se podría referir a Adrion oros, montaña que separaba y separa en
dos la Dalmacia hasta el río Neretva y que hoy se llama Dinara, los Alpes Dináricos. El país que se
extendía de esta montaña al mar se llamaba Adria y el pueblo ilirio que lo ocupaba eran los célebres
ardeos. Seria necesario entonces leer Adrion oros, la montaña de los ardeos y por consiguiente también el
mar de los ardeos. Se tendría así una situación extremadamente interesante, los ardeos, tribu iliria, le da su
nombre al mar y, posteriormente, otra tribu iliria, los dálmatas, impondrán su nombre a la costa que baña
este mar ilirio.

Para los antiguos, el Mar Adriático fue durante mucho tiempo el Mar Jonio. Herodoto, siglo I a.C., y
Eurípides ( Hipólito , obra representada en el 428 a.C.) entendían por Mar Adriático sólo la parte
septentrional de este brazo del Mediterráneo, el que baña la desembocadura del Po y las costas pobladas
 por los vénetos, mientras que  Ionios kolpos  (Golfo Jonio) abarcaba para los antiguos todo el resto del
actual Mar Adriático hasta el Canal de Otranto. No es sino hasta la colonización siracusana de Iliria que el
nombre de Adriático se extendió hacia el sur. Los geógrafos helenos admitirán más tarde dos cuencas
adriáticas: la interior, hasta el Monte Gargano (Italia), que denominaban Mar Adriático, en el sentido
estricto de la palabra, y la exterior que designaban por Mar Jonio. Los romanos llamaban al Adriático Mare
Superum (Mar Superior, en este caso sobre Roma), expresión anodina. Mar extraño a los romanos y que,
en general, repudiaban.

Colonización corcirana

En el siglo VIII a.C., coincidiendo con la Edad del Hierro, los helenos iniciaron su política colonizadora
entre los ilirios. Sus villas enfrentaban problemas sociales y, sobretodo, financieros. El aumento de la
 población, la llegada de los aristócratas al poder sobre las ruinas de las monarquías legendarias, la lucha
entre los clanes aristocráticos vencedores y, finalmente, el innato espíritu aventurero del pueblo heleno,
contribuyeron a crear una atmósfera favorable a un movimiento de liberación y de evasión hacia el
maravilloso mar que, al comienzo, no había jugado un rol decisivo en su destino. La colonización
emprendida por las ciudades helenas para el encuentro de tierras mejores y de un hogar más confortable fue
una misión religiosa. Una afirmación realista, pero al mismo tiempo mística, como una prolongación del
hogar con sus altares ancestrales en países extranjeros. Las primeras colonias helenas en la costa iliria se
fundaron en su parte meridional.

En el 627 a.C. los corciranos fundaron la ciudad de Dürres. Algo más tarde, en el 588 a.C. los corciranos y
corintios fundaron, en Albania del sur, Lezhë y Apolonia. Tres ciudades de la Albania actual, tres
guardafronteras en el extremo sur del Mar Adriático que conecta las villas helenas con Dalmacia. En el
comercio con los ilirios, las dos últimas colonias tienen una gran importancia hasta la llegada de los
romanos. Sus monedas se encuentran no sólo en su vecindad sino por toda Dalmacia, Bosnia y
Hercegovina. Los nombres en las monedas y estelas funerarias de las ciudades mencionadas, nos indican
que sufrieron un proceso de ilirización de tal magnitud que se puede afirmar que dichas colonias en el siglo
III a.C. perdieron, desde el punto de vista étnico, su carácter de colonias helenas.

En el siglo VI a.C., los corciranos ya tenían bases comerciales en Spina y Adria, en la desembocadura del
río Po, Italia. Según ciertos autores, aún antes los helenos llevaban sus mercancías a Narona  (Vid cerca de
Metkovi$) sobre el estuario del río Neretva. Más al interior del Adriático los helenos, como colonizadores,
aparecen en mayor número recién en el siglo IV a.C.

Colonización corintia

Corintio fue una de las primeras villas de la Hélada que ejerció una especie de talasocracia mediterránea.
En el año 733 a.C. Corintio fundó Corcyra (Corfú). Observatorio marítimo de primer orden. Base avanzada
del mundo helénico hacia el mundo ilirio. Corfú fue fundada, casi al mismo tiempo que Siracusa, por un
grupo de marinos corintios que se dirigían a Sicilia. Al dispersarse fundaron; en una isla del Adriático,
Corcyra Melaïna (Kor %ula, siglo VI a.C.), posiblemente en el mismo lugar en que se establecieron más
tarde los dorios de Siracusa en el siglo IV a.C.. Junto a los corcyranos emigraron a la isla adriática un gran
número de cnidianos, o sea, asianos. El epíteto de  Melaïna , se relaciona en culto de Venus de Cnido.
Posiblemente fueron fundadas otras colonias en el Adriático. La Hélada se dispersaba por todos los lados.
Puso definitivamente pie sobre la costa iliria y sobre las islas que le sirven de telón. Pero la colonización de

 
 

gran estilo se hizo indirectamente. Fue la obra de una villa siciliana, Siracusa, y de un tirano de esta villa,
un hombre de genio y de gran envergadura, Dionisio I el Viejo.

Los corintios buscaban en las tierras de los ilirios del sur especialmente las minas de plata y vender sus
exportaciones: armas, herramientas, cerámicas y otros productos. Estas actividades declinaron totalmente a
 partir del siglo IV a.C.. Las nuevas relaciones comerciales vendrán del sur de la Península Itálica.

Colonización siracusana

El comercio del ámbar, al cual la antigüedad le atribuía una importancia que los modernos no conciben, se
desarrollaba entre el Mediterráneo oriental y las lejanas regiones del norte de Europa. Seguía la orilla
oriental del Adriático, donde una cadena ininterrumpida de puertos, fiordos y de islas favorecían la
navegación a vela. Aún después que el comercio del ámbar sufriera un retroceso, esta ruta comercial
mantuvo su importancia. Los productos de la llanura del Po, de los Alpes y del interior se servían de la
gran vía del Adriático, al igual que los productos de la Iliria: esclavos, animales, lana, pieles, sal y granos.
Los helenos ofrecían vino, cerámica y armas metálicas. Atenas también tuvo su parte en el comercio del
Adriático. Mucho más tarde, en el 352 a.C., los atenienses pensaron seriamente fundar nuevas colonias en
el Adriático para proteger su comercio con las regiones del norte de Europa. Por lo demás, la ribera oriental
del Adriático fue, en la misma época, el órgano transmisor del culto de los pueblos anónimos del norte a
las divinidades asiáticohelenas del sur.

Sobre esta gran arteria comercial es donde Dionisio I (432-367 a.C.) dio rienda suelta a su imaginación.
Dionisio sintetizó todos los hilos de todas las tradiciones colonizadoras adriáticas. Se propuso un doble
objetivo: asegurarse una vía comercial a lo largo de la costa dálmata para apoderarse de los mercados del
norte europeo y protegerse de un ataque siempre latente del mundo ilirio. Quería poseer el control del Mar
Jonio, control indispensable para la posesión de la ruta de tránsito entre la Península Itálica y la Hélada.

Para la ejecución de este programa era necesario tomar medias esenciales. La primera: establecer una
cadena de estaciones a lo largo de la costa oriental; la otra: asegurar una alianza con una o varias de las
 poderosas tribus ilirias. Pero por más eficaz que fuese un sistema de alianzas con los ilirios, ello no bastaba
 para asegurar la talasocracia siracusana en el Adriático. La piratería iliria creaba un estado precario en las
aguas adriáticas y jonias, ya que tenía al mismo tiempo un carácter de protesta y de defensa contra la
intrusión de elementos extranjeros. Siglos después, Venecia no perseguiría otros fines. Las mismas
situaciones engendrarán las mismas acciones.

El genio de Dionisio transformó la ciudad de Siracusa. Llegó a ser un poderoso estado. Su esfera de
influencia fue enorme. Respecto al Adriático, franqueó el Canal de Otranto y se estableció en ambas
orillas. Concluyó alianzas con los ilirios del sur y con los molosos del Epiro. Las llaves del Adriático se
encontraban en su poder. Posibilidades ilimitadas se abrían ante él. La fundación de colonias siracusanas en
el Adriático fue, sin duda, uno de los episodios más sugestivos del reino de Dionisio I. Las colonias
adriáticas fueron creadas en función de una política fríamente concebida y preparada.

La colonización de mayor envergadura empezó a comienzos del siglo IV a.C.. En primer lugar ocupó la
Isla de Vis, centro de transferencia comercial entre los ilirios y el sur de Italia, donde levantó una ciudad
fortificada en el Monte Hum, (años 397-390 a.C.). De allí era posible columbrar hasta la costa itálica todo
el movimiento marítimo. A partir del año 390 a.C., Dionisio comenzó a instalar una base naval en la Isla de
Vis, que debía ser una apoyo para las operaciones de nuevas conquistas. Diodoro de Sicilia, a quien se debe
tantas preciosas noticias sobre el Adriático, nos cuenta que el gran puerto siracusano en Vis podía contener
200 trirremes y que el muro que Dionisio construyó alrededor de la villa principal de la isla sobrepasaba en
mucho el perímetro de cualquier ciudad de la Hélada. No se sabe cómo fueron recibidos los helenos por los
ilirios que habitaban la isla.

La entrada de las fuerzas navales de Dionisio en el Adriático es un hecho de capital importancia. Para la
ejecución integral de su programa, el tirano siracusano encontró una aliado en Paros, isla asiana, audaz,
independiente y aventurera. En conjunto fundaron o refundaron Hvar. Dionisio favoreció con su fuerza
naval el establecimiento de colonias que los ilirios intentaron destruir desde el comienzo. En el continente
dálmata, los helenos se habían instalado firmemente y no temían los ataques ilirios. Dionisio concluyó una

 
 

alianza con los ilirios para socorrer a un príncipe moloso. Los ilirios obtuvieron extraordinarias victorias.
Pero muy pronto sus relaciones se deterioraron.

La colonia de Vis ayudó a los colonos de la Isla de Paros del Egeo a fundar la colonia de Starigrad (Isla de
Hvar, 385-384 a.C.). En su comienzo Vis era parte del Estado de Siracusa. Un ataque combinado de los
ilirios continentales e insulares le dio la ocasión de ejercer el rol protector de los nuevos colonos. La Isla de
Hvar estaba habitada en gran parte por ilirios. El establecimiento de una colonia helena había sembrado el
descontento en la población autóctona. Los ilirios de Hvar lanzaron un llamado a sus compatriotas del
continente para que los ayudasen a expulsar a los colonos helenos. Los ilirios respondieron a este llamado
y asaltaron la isla con 10.000 hombres transportados en pequeñas navíos de guerra, angostos y rápidos,
llamados lembos. Los helenos fueron derrotados. Los colonos solicitaron ayuda a Vis y la revancha no
tardó en llegar. La ayuda fue proporcionada. En el año 384 a.C. la fuerza naval siracusana dio cuenta de la
débil armada iliria. El almirante de Dionisio, estacionado en Vis, atacó a los navíos ilirios y los destruyó.
Los historiadores helenos cuentan que hubo dos mil prisioneros. Cinco mil ilirios fueron muertos. Fue la
 primera gran batalla naval en el Adriático. Los siracusanos obtuvieron una victoria definitiva. Los ilirios
eran considerados en esa época, Polibio da fe de ello, extraordinarios marinos y los mejores constructores
de navíos del Mediterráneo.

La ciudad de Vis era la más poderosa. Tenía su propia moneda, flota y lazos comerciales en todo el
Adriático. Lentamente, extendió su influencia a las islas vecinas, creó colonias y emporios comerciales.
Pasó a ser una potencia comercial y política de primera clase en el Adriático medio. En el 385 a.C. fundó
una colonia en la actual Lumbarda (Isla de Kor %ula) y en el siglo III a.C. emporios más lejanos en la costa:
Trogir y Epetion. Trogir era una colonia de los iseos, y Polibio nos asegura que esta villa y la próxima de
Epetion formaban una sola unidad con el territorio político de Vis. En el siglo II a.C. fundó un emporio
más en Salona, adyacente a un asentamiento ilirio ya existente. Sin duda también mantenía una base en
 Narona para su comercio con la región del Neretva. Por lo demás los comerciantes helenos estaban
fuertemente representados en Cavtat, Risan y Budva. Además de las colonias helénicas mencionadas,
existieron otras en el territorio ilirio, pero de ellas se sabe muy poco.

Las monedas de Vis pertenecen a la primera mitad del siglo IV a.C.. Representan un delfín, una cabeza de
mujer, probablemente la mítica Vis, con la inscripción significativa Ionios, que nos recuerda la historia ya
contada del epónimo del Mar Jonio. Es posible que este nombre grabado sobre las monedas de Vis fuese el
signo exterior de una federación de la cual Vis y Hvar eran miembros activos. Otros emblemas decoraban
las monedas helenas encontradas en Vis, Hvar, Trogir y otros lugares. Cabezas de Júpiter, de una cabra o
de una serpiente, quizás influencia del pueblo Iliros, Perséfone coronada de espigas, Artemisa, con un
racimo de uva, una cabeza de león, una luna creciente, un pájaro que huye delante del perro lebrel, un
ciervo, etc.

Dionisio murió en el año 367 a.C.. Había luchado contra el helenismo en la Península Itálica y se había
servido de los ilirios para destruir numerosas villas helenas. Pero al emprender la colonización del
Adriático se recordó que era heleno y pudo jactarse de haber extendido las fronteras del helenismo. Edificó
un estado centralizado y burocrático, en oposición directa al régimen municipal de los helenos. Y es en
Dalmacia donde el ejerció de ordenador político, en nombre del derecho de expansión de los estados
fuertes y conquistadores. Después de la muerte de Dionisio I el Viejo, la Isla de Vis se independizó
 políticamente y, al igual que Hvar, se convirtieron en estados soberanos.

HERENCIA HELENA
Las colonias helenas vivieron relativamente tranquilas un poco más de un siglo después de la muerte de
Dionisio I. Las factorías siracusanas llegaron a ser muy ricas y poderosas. Los ilirios empezaron una
 batalla para conquistarlas. Salvo Vis, con sus posesiones Trogir y Epetion, todos los establecimientos
helenos sucumbieron antes del 230 a.C.. Perecieron por cuanto no fueron defendidos. Aquí se enfrentaron
dos posiciones encontradas sobre un mismo territorio y que se repetirán, con cambio de actores, por más de
dos mil años. Una, extranjera, desde el mar hacia el interior y la otra autóctona que, desde las montañas y
el interior, defendía su litoral.

 
 

Los lazos de las colonias con la madre patria no eran lo suficientemente fuertes para oponerse con éxito a
los asaltos de los ilirios. Las rivalidades entre las ciudades helenas y sicilianas impidieron la formación de
un estado unitario. Las colonias helenas no constituyeron un imperio colonial. No solamente eran
independientes entre si, sino que además vivían aisladas unas de las otras. Se encerraban en sus recintos, no
extendían su territorio más allá de sus murallas. Los helenos fueron así vecinos de las turbulentas tribus
ilirias sin mezclarse con ellas. Sólo mantuvieron las relaciones estrictamente indispensables.

La Hélada colonial tuvo existencia brillante, pero su esplendor fue de corta duración. ¿Quién podría
describir los beneficios que la colonización Helena dejó en Dalmacia, a pesar de los obstáculos que
encontró en la población local? La conquista romana y los largos siglos de ocupación veneciana
destruyeron los monumentos helenos en la costa dálmata. Sólo quedaron nombres de islas y ciudades. Cada
nombre participa de la eternidad. También las monedas, escondidas en el suelo antiguo. Pero, quedó
todavía algo más. Imágenes del dios Pan y de las ninfas, esculpidas en relieve sobre piedras o paredes
cálcareas del país. Los ilirios adoptaron de los helenos el dios Pan, el de los pies de macho cabrío, y lo
hicieron un dios más benevolente que su dragón sagrado. Pan fue el dios de la tierra dálmata. Después de la
muerte del Gran Pan, el Pan Dálmata franqueó el pasaje fatal y a la sombra de la Cruz todavía siguió
consolando a las masas cristianizadas que lo honraron durante largo tiempo como un mensajero de
ultratumba.

Pero lo que realmente ha quedado, es una tierra trabajada y abierta a la siembra de las ideas de ciudad
estado, municipales de libertad y de autonomía que, probablemente, sin la colonización helena no habrían
 podido jamás desarrollarse. Los establecimientos helenos están en la base misma de la vida municipal
dálmata, evolucionada bajo los romanos y vigente, como un precioso patrimonio casi único en Europa,
hasta nuestros días.

Por cerca de un siglo el reino de los ilirios fue un poder estable de menor importancia en las fronteras del
mundo helenístico. No se conoce ningún autor heleno que hubiese hecho un estudio serio de los ilirios y lo
 poco que trasmitieron consiste, principalmente, en nimiedades.

Una influencia significativa en los ilirios, fue la acuñación de monedas que, en apariencia, son muy
semejantes a las helenas. Su circulación fue restringida casi exclusivamente a los territorios ilirios.

En la gran obra colonizadora de las ciudades estados helenas, los territorios ilirios no fueron los de su
mayor interés comercial y político. Sin embargo la pacífica y bienhechora colonización helénica, al
desaparecer dejó el país frente a una larga serie de cataclismos. El país del dragón quedó solo, aislado.
Tendría todavía que sostener una lucha formidable, con un factor mucho más peligroso: los hijos de la
loba.

 
 

CAPÍTULO III
EL DRAGON Y LA LOBA
EL PUEBLO ILIRIO
La procedencia del pueblo ilirio es un misterio. Pero no hay misterio del cual no se pueda conocer algo. Se
mencionó que la serpiente se encuentra en la raíz de la palabra ilirio. Es necesario hacer un esfuerzo para
 precisar su significado y ubicar históricamente el problema. Iliria o Iliros tenía, más antiguamente, un
nombre más serpentino: Hillyria. El pueblo ilirio es el pueblo de las serpientes. Símbolo silencioso de la
 permanencia e independencia de un pueblo apegado a sus viejas costumbres, a una concepción especial del
mundo. La serpiente es el emblema por excelencia de Iliria, de su lucha contra el intruso extranjero y de su
sometimiento a las potencias totémicas, de cuya dependencia muy particular el pueblo configuró una
civilización especial, sin intrusión de elementos extranjeros y heterogéneos.

El mar que baña el país de los ilirios llevaba, en los antiguos documentos, el epíteto drakontophoron, el
mar que tiene dragones. Eran las mismas serpientes que los ilirios enarbolaban sobre sus carros y naves de
combate como un símbolo de guerra o de alianzas cuando iban al campo de batalla. El culto de las
serpientes venía del Asia.

La serpiente es un símbolo de la virtud esotérica, la de curar y recrear un hombre nuevo al cual está ligada
la inmortalidad, la resistencia que una población autóctona, dotada, original, ofreció a los portadores de
otras buenas nuevas. La tenaz resistencia se renovaba siempre, no se desarma jamás. La nación iliria se
opuso a todos los invasores. Era guardada y protegida por el dragón nacional. La lucha definitiva se inició
en una época que se podría llamar mística: lucha de dos religiones, de dos leyes de la vida, de las fuerzas
divinas y humanas a la vez. El resultado era previsible. Las viejas divinidades ilirias sucumbieron. Su
estrella palideció frente al resplandor de las divinidades nuevas que también vinieron del Asia, de una Asia
depurada y espiritualizada. Pero los dragones, es decir las fuerzas totémicas autóctonas, no abdicaron. Eran
veneradas como las bienhechoras. El pueblo serpiente pereció en la batalla, pero no en su totalidad. Una
 parte fue salvada. En la lucha de las concepciones de los dos mundos, hay reconciliaciones. El mito tebano
decía que los sobrevivientes de las matanzas espartanas tendrían por jefe a Echion (serpiente), que sería el
más potente de los príncipes dragones. El vencedor del dragón se casaría con la hija de Cadmo y sería el
futuro conquistador de Iliria.

El origen serpentino de los ilirios se confunde quizás con la ginecocracia de los pueblos primitivos y
 privilegiados. Todo hombre perteneciente al pueblo de las serpientes, todo terrígena del draconteum genus 
no reconoce, en efecto, sino la potencia generatriz de la madre. Según Aristóteles todos los pueblos
 belicosos han sido gobernados por mujeres. Los ilirios, el pueblo de las serpientes, fue el más belicoso de
todos y uno de sus más grandes soberanos fue una mujer.

El pueblo ilirio se presentaba fuerte y lleno de coraje, belicoso y telúrico, dominado por la idea de la
muerte. Encerraba en si una cultura especial en potencia, una civilización que no sabrá tolerar el contacto
con el extranjero. Era fuerte hasta tal punto que las más potentes legiones romanas no pudieron aplastarlo
sino en la cumbre de su potencia militar y conquistadora.

El nombre ilirio

El origen mismo del nombre de ilirio abre la hipótesis sobre la extensión de un parentesco que, en un
momento dado, englobó al mundo antiguo como una sola familia. Este nombre puede ser de origen
caucasiano. Su raíz es ilur , que quiere decir serpiente. El término también se encuentra entre los vascos
(luur ) y entre los hititas. El héroe mítico y epónimo de los ilirios, Ilirios, era representado, precisamente,
 bajo la forma de una serpiente.

Es curioso que otras palabras ilirias también se explican por el vascuence. Así, el nombre de bato, por el
cual se designaba a menudo a los jefes ilirios, significa príncipe. Encuentra su explicación en la palabra
vascuence bato  (primero). Esta palabra no ha desaparecido. En Montenegro, una de las residencias
 principales de la nación iliria, se denomina aún hoy al jefe de la tribu bato (batonja). También el nombre

 
 

del río Ibar, afluente del Morava, es de origen ilirio, es el vasco ibari  (río). Los indoeuropeos hititas
llamaban Illurianta a una gran serpiente mítica. La importancia de su etimología está en relación al origen
mismo de los ilirios, o sea, a su etnogénesis.

El hombre ilirio

Los ilirios eran esbeltos y altos, fuertes, de ojos negros y piel oscura, independientes y valientes, siempre
dispuestos a la batalla y al peligro, pero testarudos, astutos y maliciosos. Creían en la magia, pero eran
religiosos, justos y hospitalarios. Eran buenos jinetes. Su principal arma era la lanza dotada de una punta de
hierro delgada y afilada, incrustada en una larga asta. Otra era la flecha envenenada en su extremo. Se
dedicaban a la piratería en el mar y al bandidaje en tierra. Además eran marineros y pescadores en la costa
y, en los ríos y en el interior, se dedicaban a la agricultura, a la caza y al pastoreo de ovejas y cabras.

Su cuerpo lo cubrían con tatuajes que realizaban con finas agujas de bronce. Junto a sus buenas cualidades,
como valentía y resistencia, tenían una mala: la de ser muy aficionados al vino, que llegaba del Ática, y a la
cerveza que fabricaban. Amaban la bebida. Su defecto más grave era la venganza en sangre que los
mantenía desunidos.

En la cima de los montes levantaban altares circulares para adorar a sus dioses. Rogaban a sus ídolos con
espadas empuñadas por las dos manos. A veces ofrecían sacrificios humanos. No se sabe si entre ellos
había sacerdotes. En la costa enterraban sus muertos bajo túmulos de piedras y en el interior de tierra.

Otro rasgo característico de los ilirios es la tristeza. De todos los escritores antiguos no hay uno que hable
de su alegría. Ellos no tienen ocio. Beben, pero no se ríen en absoluto. Su vida entera está entregada a un
combate perpetuo, a una lucha en cada instante. La melancolía fundamental de los pueblos herederos de su
genio y en parte de su sangre hace fe de ello hasta el presente. Las tribus ilirias estaban compuestas de
hermandades que no conocían la propiedad privada ya que cada cierto tiempo volvían a reasignar los
 prados de pastoreo y campos de cultivo. Los dálmatas lo hacían cada ocho años. A sus mujeres las
respetaban muchísimo. Entre ellas hubo reinas. Hay señales que se dedicaban a la minería, sobretodo a la
extracción de oro. Vivían en habitaciones a ras de suelo.

El pueblo o la nación iliria estaba dividida en numerosas tribus o fragmentos de estados. Cada tribu se
componía de muchísimas tribus menores, cada una con alguna señal muy propia gracias a sus pocas
relaciones con los vecinos, debido en gran parte por la orografía del territorio que habitaban. Los escritores
antiguos conservaron sus nombres. Tribus originales, potentes, de inspiración trágica, algunas hicieron una
carrera asombrosa y se elevaron a la dignidad de Estado. Pero que, carentes de sólidos fundamentos, se
desmoronaron.

Etnogénesis de los ilirios

El historiador heleno Apiano de Alejandría, en su obra  Historia de Roma, (Siglo II d.C.), nos cuenta, en el
capítulo dedicado a los ilirios, que Polifemo, hijo de Neptuno, uno de los héroes de las aventuras de Ulises,
tuvo con la ninfa Galatea tres hijos: Celtos, Ilirios y Galas, que salieron de Sicilia y gobernaron a los
 pueblos que se llamaron celtas, ilirios y gálatas. A su vez Ilirio tuvo numerosos hijos e hijas que dieron su
nombre a las diferentes tribus ilirias. Así el pueblo celtailirio se extendió de un extremo a otro de Europa.

 No existe consenso para determinar qué tribus son ilirias. Seguramente, los ilirios fueron al comienzo una
 pequeña tribu que habitaba un territorio centrado en el lago Skadar, en la frontera albano montenegrina. A
esta tribu se refiere Plinio el Viejo en su Historia natural , siglo I d.C., como "los ilirios propiamente tales
( Illiri proprie dicti)". Evidentemente fue la primera tribu conocida por los griegos y aplicaron la misma
denominación a otras tribus con costumbres e idioma similares. No es posible considerar a los ilirios como
un pueblo étnicamente compacto y uniforme. Bajo el concepto de ilirios se debe entender una mezcla
heterogénea, aunque de elementos étnicos emparentados, que no se fundieron en una entidad étnica única y
que, evidentemente, no tenían un mismo origen. En vez de considerar la etnogénesis de los ilirios se
debería considerar la etnogénesis de cada uno de los elementos étnicos que participaron en la formación del
 pueblo que, quizás injustificadamente, se denominaron ilirios.

 
 

La etnia madre, a partir de la cual se desarrollarán más tarde los ilirios, apareció en los comienzos de la
época de los metales, cuando en la región de los Balcanes llegaron los pueblos de las estepas provenientes
del Oriente. Es la época de las grandes migraciones en los espacios eurasiáticos, que llevaron a los
Balcanes a los primeros indoeuropeos. Con su llegada terminó la Edad de Piedra y comienza el proceso
etnogenético que, con el tiempo, traerá la ilirización de la parte occidental de la Península Balcánica.
Durante la Edad de Bronce no se conoce inmigración alguna a los Balcanes occidentales. Se puede seguir
el ininterrumpido desarrollo cultural ilirio desde la Edad del Bronce a la del Hierro. Parece ser que, en el
tardío período de la Edad de Bronce, ya se había formado un substrato tribal que aún no era ilirio pero que
tenía todos los elementos de una población protoiliria.

En Europa, a fines de la Edad del Bronce, nuevamente se produjeron grandes migraciones de pueblos, entre
los cuales figuraron los pueblos egeos. En esa época penetraron en los Balcanes los portadores de la cultura
de los campos de urnas funerarias, que no eran ni protoilirios ni ilirios y que no afectaron la estabilidad del
occidente balcánico. La etnogénesis iliria llevó, precisamente en esa época, a la formación de unidades
étnicas protoilirias y, casi enseguida, en el curso de la Edad de Hierro, a la creación del etnos ilirio. El
estado actual de los conocimientos arqueológicos, filológicos e históricos no nos proporciona una base
segura para la reconstrucción total del complejo proceso de la etnogénesis iliria.

Fronteras étnicas de los ilirios

Los escritores helenos fueron los primeros en tratar de establecer las fronteras dentro de las que vivían los
ilirios. No tenían, especialmente los más antiguos, ideas claras sobre sus tribus y cuáles eran las regiones
en que habitaban. Su conocimiento de los Balcanes era confuso. Aún en el siglo III a.C. se creía que el
Danubio desembocaba simultáneamente en los Mares Negro y Adriático.

Si bien los helenos no conocían el interior de la península, su conocimiento del litoral era adecuado y lo
describieron en muchas obras. En particular son apreciados sus testimonios de la época en que los helenos
vivieron en la costa iliria, no sólo como navegantes y comerciantes sino también como colonos.

Los datos más antiguos sobre los ilirios en el Adriático, se encuentran en el poeta heleno Alcman de Sardes
en Lidia del siglo VII a.C.. Los escritores helenos del siglo VI a.C., aportan muy poco para la localización
de las tribus ilirias. Hacia el año 500 a.C., en el Periegesis del logógrafo Hecateo de Mileto, se encuentra el
más antiguo relato de un viaje por la costa oriental del Adriático, que él llama Jónico. Hecateo es el
 primero que entrega noticias sobre los liburnios, istros y otras tribus ilirias que no se mencionarían nunca
más. En esa época, los dálmatas no vivían en el litoral sino más al interior.

Herodoto, a mediados del siglo V a.C., le atribuía un enorme territorio a Iliria, extendiéndola desde el
Epiro hasta los vénetos, por la costa, y al interior hasta el Morava. Su afirmación provenía de las
informaciones que obtenía de los comerciantes que traficaban por esas regiones.

Es especialmente importante para el conocimiento del litoral ilirio la descripción del  Periplus , obra de
mediados del siglo IV a.C. de autor desconocido y que erróneamente se atribuye a Escilax de Caryandia,
famoso navegante de la época. Su descripción de la costa adriática demuestra que no sólo él sino los
helenos, en general, tenían en esa época ya una idea clara de los pueblos que la habitaban. Según él, más
allá de los vénetos se encontraba el Danubio, que desembocaba por un brazo en el Mar Negro y por otro en
el Adriático. El pueblo que seguía era el de los istros. Luego el de los liburnios, en cuyas ciudades,
(menciona ocho), gobernaban las mujeres. El pueblo ilirio se extendía desde el río Krka hasta Aonia, en el
sur de Albania. Para este autor el nombre ilirio comprende una serie de tribus que viven en la costa oriental
adriática y no sólo una pequeña tribu como se mencionará más tarde por algunos autores. Nombra varias
ciudades helenas, como ser Heraclea y las existentes en las islas de Vis y Hvar. Deja constancia de las
rocas Cadmo y Harmonía, en las proximidades de Risan. A los enqueleos, tribu iliria la ubica entre Budva
y Durrës, ciudad helena, que se encontraba en territorio taulanto. Concluye diciendo que hay muchos
 puertos en el Adriático que forma un solo mar con el Jónico.

A fines del siglo II a.C., en el escrito Orbis descriptio, atribuido a Scymnus de Quio, se reduce el territorio
de los ilirios. Lo hace comenzar en &ibenik para terminar en Aonia. Erastótenes indica como frontera el
 Neretva. En el siglo I d.C., Plinio el Joven y Pomponio Mela hablan de los Illirii proprie dicti como una

 
 

tribu particular que ocupaba un pequeño sector de la costa. El hecho es que numerosos autores helenos y
romanos emplearon antes y después de Plinio y Mela el término de ilirio para designar un conjunto de
tribus de la costa oriental del Adriático.

El escritor antiguo más importante para nosotros es Apiano , historiador heleno del siglo II d.C.. Escribió
sobre las fronteras ilirias. Ubicó a los ilirios en un espacio que aún hoy se considera en general como ilirio.
Según él:

"Los helenos llaman ilirios a los pueblos que viven más allá de Macedonia y Tracia, desde las fronteras de
Aonia y Tesprocia hasta el río Danubio. Este es el ancho del país y la longitud va desde Macedonia y los
montes de Tracia es ancha cinco jornadas y larga 30. Los romanos midieron este territorio y establecieron
que tenía más de 6 mil estadios de largo y aproximadamente de 1.200 de ancho." (Unos 1.100 Km de largo
 por 200 Km de ancho).

La obra de Apiano es de la época en que los helenos y romanos conocían bien las regiones habitadas por
las tribus ilirias. Apiano dice que esto no corresponde a su pensamiento sino al de los helenos. A la etnia
iliria la ubicaron en forma parecida otros autores de la época, de lo que se concluye que, en la época
romana y quizás un poco antes, los historiadores y geógrafos que escribieron sobre los ilirios tenían un
conocimiento adecuado para determinar quienes pertenecían a la etnia iliria. Hay que señalar que fronteras
étnicas precisas entre los ilirios y las tribus vecinas no existían. Esto permitía que diferentes autores
discutieran las fronteras señaladas por Apiano.

Los antiguos helenos no escribieron mucho sobre la presencia de ilirios entre ellos, pero sabían muy bien
que las tribus que vivían al norte de sus tierras eran ilirias. En general sostenían que todo lo que quedaba al
norte del Golfo de Ambracia en el mar Jónico y del monte Olimpo pertenecía a extranjeros, bárbaros o
semibárbaros cuya lengua no era griega, es decir, a los ilirios. En los primeros tiempos, por la presión de
los ilirios, la frontera étnica se movía hacia el sur, mientras que más tarde se produce el proceso inverso. La
helenización de algunas regiones que anteriormente se consideraban bárbaras, empuja la frontera hacia el
norte. En el siglo V a.C., de acuerdo a Tucídides ( Historia de la guerra del Peloponeso ) en Etolia se
hablaba una "lengua completamente incomprensible [para los helenos]", es decir, una lengua bárbara, la
iliria.

Un problema particular plantea la presencia de ilirios en la Península Itálica. En el siglo XIII a.C. los
movimientos desde las costas balcánicas a dicha península, no eran todavía de tribus ilirias. En la Edad del
Hierro y hasta mediados del primer milenio a.C. llegaron como ilirios. La Tabla de Iguvium (siglo V-IV
a.C.) registra la presencia física de ilirios al mencionar que el  japuzkum numen  (yapides) no podía
 participar en las ceremonias religiosas. La toponimia indica que, en realidad, los ilirios estuvieron en toda
la parte adriática de la península, ya fuese como habitantes estables o como huéspedes (comerciantes,
mercenarios, etc.).

En resumen, los ilirios prehistóricos e históricos habitaron un gran territorio que lo encierran en el
occidente los Mares Adriático y Jónico; en el norte los Alpes Orientales y el río Drava; en el oriente los
ríos Danubio, Morava y Vardar y en el sur el Epiro, Macedonia y varias regiones helenas. Además, con
toda seguridad, se puede hablar de la presencia de ilirios en Asia Menor, Hélada y Península Itálica. Toda
la parte occidental de la Península Balcánica, situada entre el Mar Adriático y el valle del río Vardar y al
norte hasta las llanuras de la antigua Panonia, es inseparable del nombre de Iliria. El triángulo ilirio fue
desde siempre el habitat de la nación iliria, lo que le confiere a esta parte de los Balcanes un sabor especial,
que se ha trasmitido a los pueblos sucesores en esta tierra, a pesar de la larga ocupación romana. Y no
solamente por algunos glóbulos rojos, sino, sobretodo, por el conjunto de rasgos síquicos y morales que,
incorporados a la flexibilidad y tenacidad de los eslavos, ha permitido a éstos últimos mantenerse hasta hoy
en esos territorios.

Localización de las tribus ilirias

En la parte occidental de los Balcanes existieron unas setenta tribus ilirias mayores. Algunas de ellas
incluían otras de menor tamaño. Sus nombres se conocen hoy gracias a los escritores antiguos y por las
inscripciones que las mencionan. Escilax, Herodoto, Erastóstenes y Scymnus fijaron diferentes fronteras

 
 

 para los pueblos ilirios. Las definiciones de Iliria fueron académicas hasta aproximadamente el año 200
a.C., cuando aparece el Reino de Iliria, situado en la parte sur del Adriático.

A continuación se mencionarán algunas de las tribus mayores que poblaron la costa adriática, desde Istria
al Epiro, y otras relacionadas con los dálmatas. Respecto a las fronteras que se señalarán, éstas son
aproximadas ya que muchas tribus se desplazaban estacionalmente y no tenían un mayor significado. De
 Norte a Sur fueron:

- Desde la frontera con los vénetos hasta el río Ra#a habitaban los istros, de los cuales Istria tomó su
nombre. No era una tribu propiamente iliria. En la península de Istria se mezclaron los elementos étnicos
véneto e ilirio. Sin embargo la cultura de los istros es más cercana a los ilirios y por lo tanto se les puede
mencionar como predominantemente ilirios.

- A continuación, desde el río el Ra#a en Istria hasta el río Krka ocupaban el litoral y las islas vecinas,
incluyendo las del Carnaro, los célebres liburnios que, en la primera mitad del primer milenio a.C., fueron
dominantes en toda la costa oriental del Adriático, pero cuyo poderío decayó posteriormente. Su centro era
Skradin. Grandes piratas, inventores de un tipo de navío ligero y rápido, la liburnia. Las naves liburnias
quedaron legendarias después de la batalla naval de Accio (31 a.C.), donde contribuyeron poderosamente a
la victoria de Augusto. Frente al litoral liburnio, cuarenta islas se desgranan, grandes y pequeñas, formando
un sector del archipiélago dálmata de difícil acceso para todo invasor. Los liburnios ocuparon la isla de
Corfú. Esta poderosa tribu se había establecido un cierto tiempo en la costa opuesta, itálica, lo que prueba
que la Península no estaba al abrigo de las invasiones orientales. Los liburnios era un pueblo singular. Los
autores antiguos afirman que entre ellos todas las mujeres eran un bien común. Esto hace pensar por una
 parte en el hetarismo, fase última de la antigua ginecocracia, y, por otra parte, corresponde a las ideas del
amor libre. Escilax, 350 a.C., menciona ocho villas liburnias.

- Los yapides ocupaban un gran territorio interior a los liburnios, principalmente la planicie de Lika tras el
Velebit. En Istria limitaban con los istros. Junto con los liburnios, desempeñaron un rol importante en los
acontecimientos de la cuenca del Adriático.

- Al sur de los liburnios estaban los dálmatas. Su nombre recién aparece en el siglo II a.C.. Esta tribu es
famosa por sus largas y crueles guerras contra los romanos. A causa de esto, para los romanos los dálmatas
 pasaron a ser sinónimo de resistencia iliria y denominaron a la orilla oriental del Adriático como provincia
de Dalmacia. Los dálmatas inicialmente vivían en el interior, donde se encontraba su centro tribal
Delminium. En el siglo III a.C. descendieron hacia el mar y se establecieron entre los ríos Krka y Cetina.
Aunque se ignora lo que significa su nombre, es sin duda ilirio (del albanés, señalaría un pueblo de
 pastores). Debido a su importancia, fuerza, energía y del alto grado de su cultura, la Iliria se funde con
Dalmacia y el nombre de Dalmacia reemplazó poco a poco al de Iliria.

- En las cercanías del Neretva vivían los daorsos. Las islas de Kor %ula, Bra%  y Hvar, al igual que Vis,
 pobladas mayoritariamente por dálmatas, les pertenecían. Tenían relaciones comerciales con los helenos.
Siguiendo su ejemplo fundían su propia moneda con la efigie del dios del comercio, Hermes, y en su
reverso una barca con el nombre de su tribu en genitivo plural Daorson.

- Más sur estaban los ardeos, grande y poderosa tribu, que no desmerecía en nada, ni en poder ni en
 piratería, a los liburnios. Hasta el siglo IV a.C., tenían su asiento en la orilla derecha del Neretva, región
que tuvieron que abandonar por la presión de los celtas. Primero pasaron a la orilla izquierda y después se
dirigieron al interior, hacia el territorio de los autariatas con los cuales entraron en conflicto. Derrotados se
desplazaron hacia el mar y ocuparon la costa desde el río Neretva hasta el río Vijosë en Albania. Su centro
estaba primero en Risan y después en Shkodër. En el siglo III a.C. se encontraban en la cima de su
 poderío..

- En torno al lago Skadar se encontraban los docleatos, cuyo nombre viene de su capital tribal Doclea.

- Al sur del lago Skadar vivía un grupo de tribus menores. Entre ellas hay que mencionar a los albanos,
tribu pequeña y sin mayor importancia, pero que dio su nombre a los actuales albaneses.

 
 

- En la actual Albania: estaban los taulantos que incluían a los helidonios, sesaretos, abreos y partinos que a
menudo se mencionan como independientes. Los taulantos, de Taulas hijo de Ilirio, habitaban el valle del
río Mat, al interior de Durrës. Juegan en la historia iliria un rol de primer plano, hasta el siglo III a.C..
Tucídides les asigna el territorio comprendido entre Dürres y Apolonia.

- En el antiguo Epiro: se encontraban los atinantos, aones, molosos y otros que ya en la época histórica se
encuentran totalmente helenizados. Ocupaban una posición importante entre el Adriático y la Tesalia.

- Entre los taulantos y los aones epirotas se encontraban los enqueleos, también helenizados, pero a los
cuales se les distingue por su origen ilirio. Los enqueleos, de Enqueleo hijo de Ilirio, ocupaban una vasta
extensión de territorio, de Boka Kotorska hasta los Montes Acroceraunios, especialmente en el Drin Negro
y el lago Ohrid (Macedonia). Es entre esta gente que Cadmo y su mujer se refugiaron. Según Plinio,
anteriormente habían ocupado una extensión territorial aún más grande. Una de sus villas principales fue
Budva. En el siglo IV a.C. el pueblo enqueleo fue destruido por los celtas y no pudo jamás retomar su lugar
histórico entre las otras tribus ilirias.

Para los helenos de la época clásica, ya el golfo de Ambracía era una región bárbara. Más allá de Corfú no
existían ciudades estados ( poleis ) sino solamente tribus (ethne). Pocos comprendían sus lenguajes, vivían
en villas no fortificadas, no cocinaban sus alimentos y conocían el vino. Más adelante, con mayor
conocimiento, en el siglo IV a.C., Acarnia era la frontera de la Hélada. De todas las tribus del Epiro, sólo
los moloses eran admitidos a los festivales mayores helenos hecho que no ocurría con las tribus ilirias.

HISTORIA DE LOS ILIRIOS


Orígenes

La más antigua historia de los ilirios sigue envuelta en la oscuridad. Difícilmente se sabrá algún día qué
sucedió en la parte occidental de los Balcanes en los primeros siglos del primer milenio a.C., cuando tantos
 pueblos deambulaban en esa región. Luchaban entre sí por los campos de pastoreo, los yacimientos
mineros y las rutas comerciales. Fuentes escritas para ese período no se tienen y la arqueología nos entrega
escasa información, lo que no permite conformar un marco histórico dentro del cual los sucesos se
 produjeron. En una rápida revista de las principales tribus ilirias conocidas por los antiguos no se debe
olvidar que los escritores helenos y latinos no hacen mención de ellas sino cuando aparecieron en el
camino de los pueblos conquistadores. Pero las tribus ilirias, que formarán más tarde un ente político,
desgraciadamente de corta duración, eran mucho más antiguas. Se remontan hasta las primeras
migraciones, hasta esos grandes movimientos mediterráneos que habían transformado el mundo conocido
en una enorme campo de rivalidades, en un crisol de pueblos. En ese mundo en formación, la nación ilira,
sin duda, una de las más poderosas de la antigüedad prehelénica, permaneció tímidamente aparte. Víctima,
como los galos, de la invasión de un pueblo más evolucionado y sólidamente encuadrado en vigorosas
fórmulas jurídicas, donde el sentimiento humano estaba desterrado, el pueblo ilirio no pudo desarrollar su
 propia civilización. Sólo se conoce su historia política o más bien militar, contada con una admiración
temerosa y mal disimulada por sus peores y más hostiles enemigos. La Iliria no encontró a su Tácito.

Iliria sufrió, precisamente en las costas dálmatas, un primer golpe de una civilización que no era la suya y
que le traía todo el calor del mediterráneo por el florecimiento del mundo egeo. Las relaciones egeoilirias,
de repercusiones profundas e insospechadas, forman el tema de un capítulo de una novela de aventuras en
la historia de la mezcla de los pueblos y las civilizaciones. Esta toma de contacto tuvo lugar en el litoral del
Adriático, probablemente a partir del siglo XIV a.C.. Contrariamente a la versión "oficial", la colonización
helénica, corintia o siracusana, no fue sino un hecho relativamente más reciente. Ella cierra un largo
 período de relaciones egeoilirias de los cuales no se posee más que algunos fragmentos. La colonización
helénica oficial de Dalmacia no fue un comienzo, sino un término. La invasión cadmea de Iliria tuvo lugar
en el siglo XII a.C., a continuación de las revoluciones tebanas. Sucedió en el reinado de Laodamas, que,
vencido, se trasladó a Iliria (Herodoto y Pausanias). En esto se basó Estrabón para afirmar que los
enqueleos de Iliria obedecían al pueblo de Cadmo. Así, por los restos arqueológicos, se sabe que navíos
cretenses navegaban en el Adriático hacia fines de la Edad del Bronce. Los encontrados en Albania indican
la existencia de relaciones comerciales con la cultura micénica. La combinación de los escritos antiguos,
que registraron relatos históricos trasmitidos oralmente, y los descubrimientos arqueológicos nos permiten

 
 

afirmar que las tribus liburnias y yapides controlaban totalmente la navegación en el Adriático en la
 primera mitad del primer milenio a.C..

Los pueblos ilirios estaban organizados en forma muy primitiva, en base de distritos tribales y aún
familiares. El particularismo de las tribus ilirias les era natural y la configuración orohidrográfica de su
territorio lo fortalecía. Las tribus periféricas guerreaban generalmente con los enemigos exteriores y las
interiores entre ellas. A veces, distritos contra distritos de una misma tribu, por una campo de pastoreo, por
una fuente de agua. Las del litoral se dedicaban ya en el período histórico a la piratería y saqueo. Así,
fueron inevitables los conflictos con los comerciantes helenos primero y romanos después. Este
desgranamiento de las tribus ilirias fue una de las causas por la cual no pudieron organizarse en un estado
único. Lo mismo le sucederá a los eslavos. Sólo una vez estuvieron muy unidos, en el levantamiento contra
Roma a comienzos de nuestra era.

Para sus asentamientos los ilirios privilegiaban los sitios elevados, en lo posible aislados, que les
 permitieran defenderlos exitosamente y desde los cuales podían otear todos sus campos en las llanuras, las
entradas a los valles y el litoral Adriático. Estos asentamientos fueron denominados por los romanos
oppidum, o sea, lugar o ciudad fortificada. Sus restos se conocen con el nombre de  gradina.   Las había
grandes y pequeños, donde podían refugiarse varios distritos o algunas familias en caso de peligro.

Talasocracia iliria

Según fuentes escritas, no cabe la menor duda que los liburnios tuvieron la supremacía en todo el Mar
Adriático. Su presencia se encuentra en la región de Piceno (Península Itálica) y, según otras noticias,
estaban también en Hvar, Lastovo y aún en la isla de Corfú en el Mar Jónico. Según Teopompo (378-305
a.C.), los liburnios fundaron Adria y según Floro eran los de mayor presencia en el Mar Adriático. Una de
las noticias más significativas es la que registra Estrabón (Geografía, VI, 269) según la cual, en el año 734
a.C., el gobernador y almirante corintio Hersicrates tuvo éxito en expulsarlos de Corfú. Esta información
establece dos cosas importantes: una, que en esa época los liburnios tenían bases estratégicas más allá del
Mar Adriático, y la otra, que nos registra el primer conflicto históricamente documentado entre helenos e
ilirios. Es la primera de una serie de batallas para dominar la vía marítima que seguía la orilla oriental del
Adriático. Los helenos estaban muy interesados en esta vía que conducía a las ricas regiones del norte de la
Península Itálica, Panonia y Europa Central. Era la antigua vía tradicional, por la cual las influencias
culturales de la cuenca del Egeo y del Mediterráneo oriental penetraban hacia el norte desde la época
neolítica. En la Edad del Bronce era el camino del ámbar que, desde el norte de Europa iba vía terrestre
hasta el Adríatico norte y de allí, por vía marítima, a la Hélada. Se utilizaba la orilla oriental por estar
guarnecida de los vientos y con lugares de desembarcos fáciles. Así, el conflicto entre los helenos y los
liburnios era inevitable. Los liburnios, seguramente aliados con otras tribus del litoral, oponían una
resistencia a la flota helena cada vez más frecuente y de mayor magnitud. Durante mucho tiempo los
helenos no se atrevían a fundar allí factorías comerciales y colonias. Pronto las condiciones cambiaron. En
el siglo V a.C. los liburnios eran una potencia de segundo orden.

Estado de los enqueleos

De acuerdo a las fuentes históricas, corresponde al más antiguo estado que se puede mencionar. Se formó
en el extremo sur de Iliria. Las primeras noticias corresponden más bien al ámbito de la mitología que a la
historia. Ya se relató la llegada y estancia del fenicio Cadmo y su esposa Harmonía entre los enqueleos. La
leyenda cuenta que Cadmo ayudó en una guerra a sus vecinos ilirios y cumpliendo con un oráculo lo
 proclamaron rey.

Como muchas otras leyendas, la de Cadmo interpreta hechos que en realidad sucedieron. Existía un intenso
intercambio de bienes entre los ilirios del sur y las cuencas del Mar Egeo y Cercano Oriente. La vía usada
corresponde a una antigua del Neolítico y que posteriormente utilizaron los romanos: la Via Egnatia. Por
esta ruta, a fines de la Edad del Bronce llegaban al Adriático comerciantes de la distante Fenicia, o sea, de
la patria de Cadmo. Como reminiscencia de la presencia de los fenicios en Iliria del sur, según algunos
autores, está la ciudad de Fenice (Albania).

 
 

La tribu de los enqueleos, que gobernaba enormes territorios de la Iliria del sur, guerreaba con sus vecinos
helenos. Herodoto responsabiliza a los enqueleos y al ejército ilirio del ataque al templo de Delfos. Otro
registro se refiere al ataque de los enqueleos a Tebas. Su poder máximo lo lograron en los siglos VIII y VII
a.C.. En el siglo VI a.C. su poderío decae y su estado desaparece del escenario histórico.

Invasión de los celtas

En la primera mitad del siglo IV a.C., cuando los helenos presionaban por el sur y se atrevieron a fundar
colonias en la costa adriática, los ilirios continentales fueron invadidos, desde el norponiente, por el pueblo
guerrero de los celtas que sometió fácilmente una a una las tribus ilirias en su marcha hacia el sur. Llegaron
hasta el Neretva y el Morava, mezclándose con los ilirios. Incluso alcanzaron a Asia Menor. Su objetivo
eran los estados helenos y el tesoro de Delfos. Fundaron Sisak, donde establecieron su capital.

La invasión de los celtas tuvo por consecuencia que algunas tribus tuvieron que desplazarse a otros
territorios, otras reconocieron a los celtas como sus señores o bien se mezclaron con ellos y por último las
restantes los soportaron momentáneamente como allegados. Así se creó una nueva situación étnica.

Los celtas eran portadores de la cultura La Tène, cuya característica dominante era el uso del hierro y la
elaboración de una cerámica muy perfeccionada, que se fabricaba utilizando la rueda del alfarero. Esta
nueva civilización influyó parcialmente en los ilirios. En general se mantuvieron conservadores de sus
antiguas tradiciones y sólo tardíamente aceptaron las ventajas de la cultura del hierro.

En su camino hacia la Hélada, los celtas se encontraron con el poderoso estado de los macedonios al cual
no se atrevieron atacar. Se detuvieron en los territorios ilirios, esperando la ocasión propicia para avanzar.
Mientras tanto guerreaban con las tribus ilirias y, en sus incursiones, llegaron hasta el Mar Adriático. En el
siglo IV a.C., los celtas irrumpieron en Dalmacia en la desembocadura del Neretva y en las costas
adyacentes. También se señala su presencia en las orillas del Golfo Jónico y en una parte del valle del Po.

En la región de los grandes ríos panonios, los celtas encontraron una buena tierra que les permitía obtener
los medios para vivir. Se establecieron y desarrollaron la agricultura, cerámica y minería, particularmente
el trabajo de los metales. Fortalecidos económicamente, lentamente avanzaron hacia el occidente,
especialmente hacia los territorios habitados por los yapides. Los antiguos escritores (Estrabón, Dionisio de
Halicarnaso) atestiguan que la mezcla de ambos pueblos era tal que estos escritores consideraban a los
yapides como una tribu celtoiliria. Los hallazgos actuales, sólo permiten afirmar que los celtas influyeron
en su cultura. Este solo hecho no permite inferir que los yapides fueran una tribu celtoiliria.

Los celtas invadieron casi toda la Península balcánica. Aunque divididos en un gran número de tribus,
como los ilirios y los tracios, los celtas más disciplinados que los ilirios, fundaron en el siglo V a.C. un
imperio. El imperio céltico era un agrupamiento de pequeños estados, de tribus que hablaban la "misma"
lengua y en medio de las cuales la más potente detentaba la hegemonía.

Los celtas, en el 335 a.C., consideraban que todavía no era oportuno invadir Macedonia. Sólo decenas de
años después de la muerte de Alejandro Magno, cuando Macedonia estaba en crisis y no tenía la fuerza de
antes, resolvieron los celtas avanzar hacia el sur. En el año 280 a.C. tres ejércitos celtas, comandados por el
general Belgios, avanzaron sobre la Hélada. El rey macedonio Ptolomeo Ceraunio" les opuso resistencia.
Fue derrotado y su país arrasado. El propio Ptolomeo murió en el combate. Belgios no avanzó hacia el sur.
Pero si lo hicieron los otros dos ejércitos, que estaban comandados por Brennos y Akichorios. Según
Pausanias sus ejércitos contaban con 120.000 infantes y 20.000 jinetes. Los helenos decidieron hacerles
frente en las Termópilas. En el 279 a.C. los celtas sufrieron allí una gran derrota. Brennos se suicidó y
Akichoris se retiró con sus restos al norte. Los que volvieron a Panonia sobrevivieron por mucho tiempo
manteniendo su territorio, cultura e identidad tribal.

Se conocen ciertas villas en Iliria que tienen, indudablemente, un origen céltico: Noviodunun en Carniola,
Segestico en Croacia, muchas villas en Bosnia y Hercegovina, Singidunum, etc.

 
 

Guerras con Macedonia

Probablemente, a continuación de una fuerte presión céltica, el pueblo ilirio salió de las brumas de la
leyenda firmemente dispuesto para avanzar en el escenario de la historia. Precedido por el emblema
del Dragón, el pueblo ilirio tomó súbitamente una actitud soberana y se mezcló activamente en la
evolución de la Península Balcánica. El destino de la orilla oriental del mar ilirio estará
estrechamente ligado a una lucha continúa con la monarquía macedonia por la hegemonía de los
Balcanes y un conflicto supremo y decisivo con el mundo romano.

A partir del siglo V a.C. estallaron conflictos entre los ilirios y los macedonios. Éstos eran más
concentrados, más ambiciosos, faltos de villas, por lo que difieren radicalmente del pueblo heleno clásico
de la polis, más centralizado y con una monarquía más fuerte. Macedonia tuvo que soportar las primeras
ofensivas de los ilirios que temían la vecindad de un pueblo emparentado, que los helenos despreciaban
como un conjunto de tribus bárbaras.

El macedonio Polieno (siglo II a.C.) nos conservó la primera mención del duelo secular entrabado entre
ilirios y macedonios. Los taulantos atacaron a los macedonios. Fueron rechazados por medio de una
estratagema de guerra ingeniosa y poética. Jóvenes macedonias fueron distribuidas sobre las alturas de una
 posición estratégica, con tirsos en las manos. Los ilirios creyeron que todo un ejército estaba listo para
dejarse caer sobre ellos y huyeron, dejando todo su bagaje en manos de los macedonios. Desde entonces y
durante casi tres siglos, los ilirios y los macedonios se combatirán encarnizadamente. Fueron luchas por la
extensión territorial y la influencia política. Los ilirios atacaban también las ciudades de Durrës y
Apolonia, codiciadas igualmente por los macedonios.

Hacia fines del siglo IV a.C., la política expansionista de Macedonia se cruzó con los planes de Dionisio de
Siracusa. La política de este hombre de genio que pretendía nada menos que transformar el Adriático en
mare clausum siracusano, debía fatalmente chocar con la oposición de los poseedores de su orilla oriental.

Una guerra iliromacedonia estalló en el 369 a.C. bajo el reinado del macedonio Alejandro II (369-367). No
se conoce el resultado. La invasión iliria, bajo Perdicas III (364-359), tuvo a Macedonia al borde de su
ruina. En una gran batallla, Perdicas fue muerto y 5.000 cadáveres macedonios cubrieron el campo de
 batalla. Después de esta victoria los ilirios se aprestaron a conquistar toda la Macedonia oriental, la
occidental ya había caído en sus manos. El trono macedonio lo ocupó Filipo II (359-308), el que sería el
 padre de Alejandro Magno. Filipo II fue un gran político, astuto, tenaz y valiente. Extremadamente
 peligroso por su obstinación y al mismo tiempo de singular flexibilidad, gran intrigante y adversario
desleal. A su advenimiento, Macedonia era todavía un país puramente continental, casi desprovisto de
villas, con una población en extremo pobre. Filipo creó una gran ejército. Inventó la falange macedonia que
fue invencible hasta la aparición de la legión romana. Como todos los gobernantes balcánicos posteriores
 buscaba una salida al mar.

La conquista del litoral pasó a ser el objetivo primordial del rey Filipo. Para realizar este plan, entró en
conflicto con los helenos que tenían bases en la costa y sobretodo con Atenas, que consideraba el litoral
como su dominio privado. Pero, antes de dejar caer el guante sobre la Hélada, era necesario asegurarse al
oeste. Filipo tomó resueltamente la ofensiva y se sumergió en la misteriosa Iliria. Declaró la guerra a
Bardilis, jefe de una dinastía iliria que existió todavía en siglo III. Éste le propuso un tratado de paz sobre
la base del  statu quo. Filipo rechazó la oferta y exigió la evacuación pura y simple de la Macedonia
occidental. Bardilis, un nonagenario, que Cicerón llamaba latro, aceptó el desafío. Este viejo, inseparable
de su montura, conducía en persona el ejército de los hijos del dragón. Pero después de un éxito inicial y a
 pesar del heroísmo que hicieron gala, las tropas ilirias debieron batirse en retirada. Según Diodoro,
 perdieron 7.000 hombres. Las pérdidas macedonias también fueron considerables y Filipo creyó prudente
entablar negociaciones de paz. Según el tratado de paz, los ilirios debían evacuar toda la Macedonia
occidental. Pero esta paz no fue en realidad más que una tregua. Los ilirios rompieron el tratado y una
nueva guerra estalló en 356. Una coalición de tres príncipes ilirios, instigada por Atenas, se formó contra
Filipo. Él se anticipó a sus adversarios, derrotó a los coalicionados y los obligó a firmar la paz. Permaneció
en Iliria hasta el 355.

 
 

La campaña llevada a cabo por Atenas contra Macedonia se intensificó. Demóstenes abogó por una alianza
con los ilirios contra Filipo. Pero la proposición del gran orador fue rechazada. Sin embargo Demóstenes
no renunció a su proyecto. Hizo un viaje a Iliria para estudiar de cerca la situación. Visitó Durrës y
Apolonia con los cuales firmó un tratado de alianza.

Después de la fatal batalla de Queronea (338 a.C.), los derrotados atenienses y tebanos dejaron de ser un
factor político. Filipo retomó la ofensiva contra los ilirios, asoló su país y volvió vencedor con un rico
 botín. Pero no pudo conquistar la Iliria occidental.

Al mismo tiempo que los ilirios y macedonios se batían entre ellos, también se casaban, prueba paradojal
de una afinidad entre los pueblos beligerantes. El padre de Filipo, Amintas II, había iniciado la serie de
casamientos iliromacedonios. Su mujer era una princesa iliria, hija de Sirras. Ella adoptó el nombre de
Eurídice. Este nombre fue el patrimonio de las princesas ilirias que se casaban con reyes macedonios. A
 pesar de las numerosas guerras con los ilirios, también una de las esposas de Filipo fue una princesa iliria,
Audata, que, como sus antecesoras, tomó el nombre de Eurídice.

Alejandro, que sucedió a su padre asesinado, no podía permitir que, en víspera de su expedición al cercano
oriente, los ilirios amenazasen las fronteras occidentales de su estado. Emprendió en el 335 a.C. la
campaña de Iliria, que registró el heleno Flavio Arriano en su libro Anabasis sobre la vida de Alejandro.
Una nueva coalición iliria se había formado entre Cleitos, el hijo del rey Bardilis, los taulantos de Glaucias
y los autariatas. El teatro de operaciones se había agrandado enormemente. No solo comprendía Albania,
sino también la Hercegovina y la Dalmacia Meridional. Al comienzo Alejandro tuvo que retroceder ante
los ataques concéntricos de los ilirios, pero pronto se rehizo y pasó a la ofensiva. Favorecido por la
indisciplina y la despreocupación que reinaba en el campo enemigo, Alejandro obtuvo la victoria final. La
falange macedonia recibió en cierta forma su bautismo de fuego. La coalición fue quebrada y Macedonia
quedó durante un cierto tiempo libre de las invasiones ilirias. Abandonó Iliria sin concluir la paz. Los
ilirios siguieron guerreando sin ningún plan estratégico, mientras Alejandro se cubría de gloria en Oriente.

Reino de Iliria

En el litoral neretvano aparece una nueva formación política con una organización monárquica. Un primer
estado nacional, como una confederación de varias tribus ilirias en torno a los ardeos. Se consolida
centrado en Risan hacia el año 250 a.C., bajo el rey Pleuratos I. Alcanzó el máximo de su poderío bajo el
rey Agron y la reina Teuta. Su política era agresiva. Contemplaba el dominio del Mar Adriático y la
conquista de las colonias helenas de la costa oriental del Adriático. Los ardeos lograron englobar a todos
los territorios ilirios desde el Epiro hasta la parte central de la costa oriental del Adriático en un solo
estado. Aunque era un pueblo de marinos, hicieron conquistas muy al interior de la región dinárica.
Destruyeron definitivamente el reino de los taulantos. Extendieron su dominio al noroeste hasta la región
habitada por la tribu de los dálmatas, o sea hasta el valle del río Krka, no lejos del lugar donde, en la Edad
Media, sería fundado &ibenik. Las luchas contra los macedonios y los epirotas duraron muchos años con
suerte variable.

En el extenso territorio que va desde las islas de Dalmacia Central en el norte, hasta el Epiro al sur y
Dardania y Macedonia al este, se desarrolló la entidad política más significativa de los ilirios. Esta se
menciona como el Reino de Iliria para diferenciarla de otros estados y por lo cual los autores
contemporáneos también llaman a ese territorio Iliria. El mar Adriático era un mar ilirio.

El Reino de Iliria se remonta al siglo V a.C. con su rey Sirras. Existió hasta el siglo II a.C., o sea, hasta la
 pérdida de su independencia, cuando los romanos se llevaron a su último rey Gencios a la esclavitud. En
ese largo período gobernaron el Estado Ilirio quince gobernantes pertenecientes a dos dinastías. En la
 primera aparecen nueve: Sirras, fines siglo V a.C. y principios del siglo IV a.C.; Bardilis I, el verdadero
fundador de la dinastía, quien murió en el 359 o 358 AC; Grabos; Pleuratos, Cleitos; Glaucias, que en el
335 a.C. es mencionado como el rey de los taulantos y como rey de los ilirios entre el 317 al 302 a.C.;
Bardilis II; Mondunios y Mitilios del cual se tiene noticias en el 270 a.C.. La segunda dinastía empieza con
Pleuratos I, circa 260 a.C., al cual sucede Agron, quien extiende el reino hacia el mar, y Pinnes, primero
con la regencia de su madrastra Teuta y después solo. Lo sucede Scerdilaidas, en seguida Pleuratos II y

 
 

finalmente su hijo Gencios, que gobernó entre el 180 y 168 a.C., y con el cual terminó la dinastía y la
existencia del Estado Ilirio.

Con los reinados de Pleuratos I y de Agron, comienzan las páginas más gloriosas de la historia iliria. El
Reino Ilirio estará en el centro del complejo juego de los estados balcánicos y del nuevo factor que
aparecerá en el escenario político balcánico: Roma.

Durante el reinado de Agron se reunificaron las tribus ilirias del litoral adriático en un solo estado. Fue
 poderoso en tierra y mar. El Reino de Iliria ocupaba bajo su gobierno un sitio de primer plano entre los
estados de la cuenca del Mediterráneo. El reino de Agron se extendía en el Norte hasta el río Krka y la isla
de Hvar. Los dálmatas, que ocupaban el territorio entre el Krka y el Neretva, reconocían la soberanía de
Agron. Por el Sur el reino llegaba hasta el Epiro. "Agron fue rey de la parte de Iliria que bordea el mar
Adriático, sobre el cual Pirro y sus sucesores gobernaron. Conquistó sucesivamente el Epiro, Corfú, Dürres
y Hvar, estableciendo guarniciones en ellas" (Apiano Illyrike 7 ). La nueva potencia disponía " de la fuerza
más poderosa, tanto en tierra como en el mar, de las que rey alguno de Iliria tuvo antes de él", como lo
señala Polibio ( Historia,2.2).

Agron organizó oficialmente, si se puede decir, el corso adriático, como manera especial de ejercer el
dominio del mar a falta de una sólida organización marítima y naval. El Adriático se presta para las
acciones de piratería por la configuración de su costa. Los ilirios utilizaban el lembo, una pequeña y rápida
nave de guerra con una sola corrida de remeros y que podía llevar 50 soldados adicionales. Respecto a los
helenos, la novedad era el uso del ejército de tierra para reforzar y aprovechar las victorias obtenidas por la
marina.

Ya en los tiempos de Pleuratos los ardeos habían recorrido el Mar Jonio, comerciando y saqueando, como
en los tiempos de los egeos. En Metona, Mesenia, hacia el 240 a.C., los ilirios se presentaron como
comerciantes. Atraídos por el cebo de ganar, hombres y mujeres subían a bordo donde los retenían a la
fuerza y los sometían al pillaje.

Agron intervino hábilmente en las combinaciones políticas y guerreras de la península. Así, durante en
otoño del 232 a.C., el rey de Iliria, aliado del rey Demetrio II de Macedonia, que mantenía una guerra
contra los etolios que trataban de ocupar el territorio en torno al Golfo de Ambracia, socorrió a sus aliados
acarneos y desembarcó en Etolia. Los ilirios en número de 5.000, transportados en cien lembos, aplastaron
a los etolios. Mataron y tomaron un gran número de prisioneros adueñándose de sus armas e implementos.
“Los ilirios, una vez que hubieron ejecutado la orden de su rey, llevaron a bordo el botín y demás despojos,
y se hicieron a la vela inmediatamente, dirigiendo el rumbo a su patria", (Polibio 2.1). "Después que
regresó la armada, el rey Agron escuchó de sus jefes la relación del combate, y alegre sobremanera de
haber humillado a los etolios, gente la más feroz, se dio a la embriaguez y otras parecidas comilonas, de
cuyas resultas le dio un dolor de costado [pleuresía], que en pocos días lo llevó al sepulcro." (Polibio 2.2).

Esta victoria contra helenos aumentó considerablemente el prestigió del rey Agron. Desgraciadamente,
como se señala en la cita anterior, Agron muere y asciende al trono su hijo menor Pinnes, siendo su
madrastra Teuta, la que toma realmente el poder en el reino. Los éxitos ilirios continuaron cuando el
mando pasó a la viuda de Agron. Teuta, confió a sus amigos la dirección de sus negocios, pero se
envalentonó con el triunfo alcanzado sobre los etolios, y, sin miramientos con sus vecinos y potencias
extranjeras, autorizó a sus súbditos que se dedicaran al corso por doquier. "más tarde equipó una armada,
 permitiendo a sus jefes todo género de hostilidades.” (Polibio 2.2).

Esta mujer hábil, extremadamente astuta y enérgica, dominará la historia adriática durante muchos años.
Será una temible adversaria de los romanos. Bajo su reinado, el corso y la piratería iliria se desarrollará
enormemente, produciendo espanto en las colonias helenas y a los comerciantes italiotas.

En el 231 a.C. descargó su primer golpe sobre los helenos. Su armada y ejército saquearon Elida y Mesenia
en el Peloponeso, regiones expuestas a continuas incursiones ilirias. Atacó a los epirotas, aliados de los
etolios, en su guerra contra los macedonios. Era parte de su plan penetrar en la Hélada. Su primer paso fue
la más rica y floreciente ciudad del Epiro, su capital Fenice, que a la sazón mantenía una acumulación de
víveres. Fue tomada por asalto y sin oposición debido al acuerdo previo con los ochocientos mercenarios

 
 

celtas que protegían la ciudad. A esto reaccionaron las demás ciudades del Epiro y sitiaron la ciudad.
Scerdilaidas, tío de Pinnes, envió 5.000 soldados en su ayuda. Las fuerzas epirotas se dividieron, una puso
asedio a la ciudad y la otra fue a detener los refuerzos. Esto permitió a los defensores de Fenice salir de
noche e infligir una gran derrota a los sitiadores. La intensidad de la batalla empezó a crecer. Los epirotas
recibían refuerzos de las ligas helénicas. Las fuerzas iban tomando posiciones de combate. En ese
momento los ilirios recibieron mensajes de Teuta que les pedía su regreso. La campaña finalizó en un
armisticio, por el cual restituyeron la ciudad por dinero. Puestos a bordo los esclavos y el botín, unos se
retiraron por mar y otros por tierra a las órdenes de Scerdilaidas. Los epirotas, en consideración a los
sucedido, junto con los acarneos, enviaron embajadores a Teuta para negociar una alianza. Se firmó un
tratado reconociendo su dependencia al Reino de Iliria, prometiendo su cooperación y ser hostiles a las
ligas helenas. Así Teuta extendió su territorio desde el Neretva en el norte hasta el golfo de Ambracia al
sur. En ese momento el estado ilirio era el más extenso en la cuenca del Mediterráneo.

Los dardanos, que estaban en guerra con su vecinos los macedonios y los acarneos, atacaron al Estado de
Teuta. Scerdilaidas acudió en su auxilio desde el Epiro. Eliminado el peligro dardano, Teuta continuó con
su política de expansión, dirigiendo sus esfuerzos contra las colonias independientes existentes en el
territorio ilirio y sus islas. En su objetivo estaban las colonias helenas del sur de Durrës y las de la
Dalmacia Central, especialmente Vis, la última colonia independiente que no reconocía la autoridad de
Teuta. La ciudad de Vis fue asediada por el ejército ilirio. Sus habitantes, conscientes que los helenos no
 podían ayudarlos, buscaron la protección de Roma, la nueva fuerza militar que aparecía en el Adriático.
Petición nefasta que pronto implicaría la intervención romana en los conflictos balcánicos y el comienzo de
largas guerras entre romanos y los ilirios. Y, finalmente, conducirán a la ocupación romana de los Balcanes
occidentales y la pérdida de la independencia iliria.

APARICIÓN DE ROMA
Teuta frente a Roma

Cuando Macedonia quedó reducida al rango de una potencia de segundo orden, después de la prodigiosa
aventura alejandrina, y la Hélada se hundía en disputas estériles y sin gloria, un nuevo factor entró en la
arena y dió al mundo una dirección inesperada: Roma. Ya en el 246 a.C. fue establecida una colonia
romana en Brindisi para vigilar el Mar Jónico. "Desde tiempos inmemoriales los ilirios insultaban a los que
navegaban de Italia, pero actualmente durante su estancia en Fenice (231 a.C.) muchos se separaban de la
armada y robaban a unos, degollaban a otros, y conducían prisioneros a no pocos comerciantes romanos.",
(Polibio 2.3). El destino de Iliria, en su última fase monárquica, será en el futuro determinado por la villa
situada en los bordes de un río insignificante, el Tiber. La loba entrará en lucha con el dragón.

Roma, después de haber unificado bajo su autoridad la Península Itálica, se enfrentará fatalmente al mundo
 balcánico. La península ilirotracia pasará a ser el teatro de numerosas y sangrientas guerras. El duelo entre
la gran ciudad latina y los pueblos balcánicos se elevó al rango de una epopeya. Fue un combate a muerte
entre dos civilizaciones, dos concepciones de la vida. De todos los pueblos que se establecieron en las
orillas del Mediterráneo y que aceptaron la lucha con Roma, el más revoltoso, el más temible, después del
 pueblo cartaginés, fue el pueblo ilirio. La lucha dramática de César con los galos se reduce a un simple
episodio militar si se lo compara con las campañas que los sucesores de César tuvieron que sostener con
los precursores de los indomables eslavos.

Todos los elementos políticos, económicos, sociales, culturales, se encontraron, ensamblaron y


entremezclaron para lanzar a Roma en la vía de las conquistas. Pero sin un plan preconcebido. Se expandía
a medida que sus necesidades vitales se lo exigían. Era necesario proteger el comercio, encontrar una salida
a un excedente de nacimientos y asegurarse contra la misteriosa amenaza que venía de la otra orilla del
Adriático, tan diferente a la itálica.

La necesidad de expansión del joven mundo romano encontraba su justificación en todos esos elementos a
la vez. Además la libertad de pasar por el Canal de Otranto, que une el Adriático al Jónico, se debía
asegurar a toda costa. El mismo problema se le planteará más tarde a Venecia y ella lo resolverá de la
misma manera.

 
 

Estas 50 millas marinas que separan las dos orillas no deben jamás encontrarse a la discreción de los
ribereños y, sobre todo, no deben pertenecer a una sola potencia. Roma tenía que parar ese peligro, tanto
más inminente por cuanto el nuevo Reino Ilirio con su capital Risan, agazapado en el fondo de Boka
Kotorska contra una muralla cárstica, amenazaba llegar a ser una potencia balcánica. Controlando el Canal
de Otranto, Roma se hacia una gran potencia.

Después de la conquista de Sicilia y entre la I y II Guerra Púnica, el Senado Romano se vió obligado a
actiar en el Adríatico. El incidente que provocó su aparición en Dalmacia se parece a todos los incidentes
que justifican las intervenciones militares. Vis fue la primera que solicitó la ayuda romana y abrió la ruta a
la invasión. Aislada en un mar hostil surcado por las audaces fuerzas ilirias, la isla se había visto obligada a
aceptar la soberanía de Teuta. Los comerciantes extranjeros que la frecuentaban temblaban al atravesar el
mar lleno de emboscadas ilirias. El Adriático pasó a ser considerado como el mar más peligroso. Ateneo
(siglo II d.C.), en su célebre  Banquete de los sofistas  nos dejó ese recuerdo. Comerciantes visanos eran
atacados y desvalijados por los piratas ilirios. Vis invocó la ayuda de Roma. Además el Senado romano
recibía continuas quejas de los comerciantes ítalos y helenos. Los piratas ilirios atacaban sus naves. Eran
tantos los atropellos que el Senado romano se decidió actuar.

En el 230 a.C., Roma envió a Teuta dos embajadores, con una numerosa comitiva, para requerir el cese de
las acciones bélicas contra Vis y las naves mercantes helenas e ítalas. En la comitiva iban representantes de
Vis. La embajada no tuvo éxito. Para los sucesos que se van a desarrollar, hay que tener presente que sólo
se tienen los relatos de los enemigos de los ilirios: helenos o romanos, aunque es justo reconocer que Tito
Livio y Suetonio al igual que Dion, Apiano y Polibio hicieron grandes esfuerzos para contar los
acontecimientos objetivamente y en cierta medida lo lograban. No es inútil recordar que ni los cartagineses,
ni los galos, ni los ilirios dispusieron de historiadores nacionales que trasmitieran a la posterioridad las
razones de sus actos y relatado los momentos dolorosos y gloriosos de sus luchas. Se recoge sólo la voz de
los vencedores. Los romanos, por lo demás, no tenían ningún interés en la historia de los países
extranjeros. Se mencionaban sólo cuando se trataba de glorificar a Roma y su poder.

La llegada de la embajada romana coincidió con las celebraciones del aplastamiento de una rebelión en
Iliria y del asedio a la isla helena de Vis. Siguiendo a Polibio, Teuta, después de escuchar su
representación, le manifestó que se empeñaría para que los ilirios no le causen ningún daño a los romanos,
 pero que no podía prohibir a sus súbditos la piratería, ya que ello era un asunto privado de ellos. Esta
contestación no le pareció bien a los embajadores y uno de ellos se atrevió a decir que Roma defendería a
sus ciudadanos de los piratas ilirios y que obligarán a sus gobernantes cambiar sus leyes. Esta respuesta
debe haberle parecido prepotente a una gobernante de un estado independiente y considerada como una
intromisión de un país extranjero en los asuntos internos de su reino. No se sabe si, con el conocimiento de
la reina o quizás cumpliendo sus instrucciones, la embajada fue atacada a su regreso a Roma y asesinados
algunos de sus integrantes. Según Apiano, los embajadores romanos enviados a Teuta fueron asaltados en
el camino por piratas. Al Senado romano, que buscaba una justificación para intervenir en los Balcanes,
estas muertes le sirvieron de argumento. Roma decidió la guerra y puso en marcha la preparación de una
expedición punitiva. Construyó artefactos, enroló tropa y equipó una flota de guerra.

Teuta trató de aminorar el conflicto. Envió una embajada a Roma, prometió entregar rehenes y los muertos.
Pero no suspendió el asedio a Vis y menos abandonó su intención de apoderarse del resto de las colonias
helenas de la costa oriental del Adriático. Envió su flota hacia Dürres, que fue atacada, pero sin resultado.
Al no poder conquistarla, dirigió sus naves a Corfú. Éstas colonias solicitaron la ayuda de los helenos, a la
cual sólo los aqueos y etolios respondieron enviando una fuerte flota. Los ilirios, habiendo recibido de los
acarneos siete barcos de guerra, en cumplimiento de la alianza vigente, salieron a su encuentro. Tuvo lugar
un combate naval en la vecindad de la isla de Paxos, al sur de Corfú, obteniendo los ilirios una gran
victoria. Esta victoria ensoberbeció a los ilirios que continuaron el sitio con más confianza. Los corciranos,
desesperanzados de todo auxilio, capitularon. La sitiada ciudad de Corcira de Corfú fue ocupada. Quedó
como gobernador Demetrio de Hvar, vasallo de Teuta y posiblemente almirante de la flota iliria. De aquí
los ilirios restablecieron el sitio a Durrës y toda la costa epirota se vio amenazada.

 
 

Primera Guerra Romanoiliria

En la primavera del 229 a.C., los romanos estaban listos para empezar su campaña contra los ilirios. En
Brindisi embarcaron en 200 naves un ejército de 30.000 infantes y 2.000 jinetes, comandados por dos
cónsules. Esta importante fuerza debería dar cuenta de toda resistencia iliria. En ese momento los ilirios
tenían a Dürres bajo asedio. Así empezó la primera guerra romanoiliria.

La flota romana avanzó primero sobre Corfú. Los romanos quisieron asegurarse de lo que les había
comunicado Demetrio de Hvar, que se encontraba desacreditado frente a Teuta, en cuanto a que entregaría
la ciudad sin resistencia. Efectivamente les entregó la ciudad y se puso a su servicio. Recibidos en amistad
 por los corciranos, ahora "amigos de Roma" y bajo su protección, los romanos siguieron a Apolonia,
llevando por consejero y guía a Demetrio de Hvar. Sus habitantes les abrieron las puertas de la ciudad.
Sabiendo que Dürres se hallaba sitiada, se hicieron a la mar y la liberaron del sitio ilirio. Esta ciudad
también quedó bajo la protección de Roma. Aquí los romanos recibieron numerosas delegaciones de tribus
que se les sometían voluntariamente. Continuaron internándose en Iliria. Sojuzgaron de paso a los ardeos.
Toda la costa dálmata fue saqueada por los romanos. A medida que penetraban al corazón de Iliria la
resistencia era más fuerte. Vis, asediada por los ilirios, fue liberada. Hvar se sometió. Ambas islas se
 pusieron bajo la protección romana. Se apoderaron de varias ciudades del litoral. Con estas conquistas los
romanos ensancharon los límites de su imperio. Pronto casi toda la Iliria les pertenecería.

Teuta, calculó mal el poderío de los romanos, no estaba en condiciones de detener el avance de sus
legiones. Cuando los romanos se acercaron a Vis, huyó de Shkodër y se refugió en Risan, Boka Kotorska.
Los navíos ilirios o lo que quedaba de la flota se refugiaron en Narona. Los romanos decidieron que se
había hecho lo suficiente y cesaron las hostilidades. Entregaron los territorios conquistados de Iliria a
Demetrio de Hvar, que pasó a ser tributario del pueblo romano convirtiéndose en uno de los hombres más
importantes de los Balcanes, y se fueron a Durrës, desde donde la mayor parte volvió a Roma. La campaña
terminó con el triunfo de las armas romanas. En el año 228 a.C., el cónsul Centumalus entró en Roma y los
romanos celebraron su primera victoria ex Illurieis. El Reino de Iliria quedó parcialmente desmembrado.

Antes de fines del invierno, Teuta llegó a la conclusión que toda resistencia era en vano. Solicitó la paz y
envió una embajada a Roma. El Tratado firmado con los romanos fue muy duro para Teuta y el Reino de
Iliria: Albania sería evacuada, podría enviar más allá de Lezhë sólo dos navíos desarmados a la vez,
 pagaría un tributo, indemnizaría a los comerciantes víctimas de los piratas ilirios y evacuaría toda la Iliria a
excepción de unas pocas plazas. Teuta debía abdicar a favor de Pinnes.

Las colonias helenas mantuvieron su autonomía política. Apolonia, Durrës y Corfú pasaban a ser “aliados”
del pueblo romano, es decir, fueron puestas bajo su protección especial. Roma impuso al mismo tiempo, su
 protectorado a los distritos epirotas de gran importancia estratégica, como Dimale cerca de Durrës.

Demetrio de Hvar quedó como regente del Reino bajo el control de Roma. A Pinnes, hijo de Agron, le
concedieron algunos territorios entre el Drin y los montes Ceraunianos (Albania), contra el pago de un
tributo. Este fue el primer reino iliroromano, dependiendo primero indirectamente de Roma y más tarde
directamente.

Teuta, aterrorizada por la campaña de los romanos y por la traición de Demetrios, desapareció en la noche.
Una leyenda cuenta que se suicidó precipitándose al mar en la isla de &olta, con todos sus tesoros.

El Tratado entre Roma y Teuta fue en seguida comunicado a los helenos “mencionando que para
defenderlos, [los romanos] habían cruzado el mar”. Las primeras relaciones de Roma y Hélada datan de la
comunicación de este Tratado. Los helenos acogieron con un inmenso alivio la total derrota de los ilirios.
Etolios, aqueos, atenienses y corintios celebraron con envidia la victoria romana. Los liberadores de la
 pesadilla iliria fueron admitidos por la primera vez a los Juegos Ístmicos. Los atenienses les otorgaron el
derecho de ciudadanía y los admitieron en la iniciación de los misterios de Eleusis. Con ello reconocieron
que los romanos eran un pueblo civilizado y no bárbaro, a pesar de que hablaban una lengua no
comprensible para ellos.

 
 

Con esta campaña, los romanos no sólo obtuvieron el dominio del Adriático, sino también las estratégicas
 bases del Mar Jónico y la consiguiente entrada a la Hélada. El Adriático fue entonces pacificado y las villas
comerciales aprovecharon el éxito romano que daba a su comercio la seguridad y el progreso.

Segunda Guerra Romanoiliria

Después de la muerte de Teuta, Demetrio de Hvar se casó con Triteuta, la primera mujer de Argon, madre
de Pinnes, aún menor de edad. Al comienzo, Demetrio de Hvar, regente del rey Pinnes, respetó su
 juramento de lealtad a los romanos.

Roma se encontraba comprometida en una dura lucha contra los galos en el norte de la Península Itálica y
en víspera de una guerra con los cartagineses. Demetrio aprovechó la ocasión. Olvidando los favores y
 beneficios anteriormente recibidos de los romanos, se acercó a los macedonios, enemigos acérrimos de
Roma en los Balcanes. Firmó una alianza con Antígono Doson de Macedonia, para el fortalecimiento de
las posiciones ilirias frente a Roma en los Balcanes y el consiguiente debilitamiento de su influencia en la
región. Enarboló el estandarte de la independencia del Reino de Iliria. A su vez, la alianza apoyaba
militarmente a los reyes macedonios para consolidar sus posiciones en la Hélada.

Este gran soñador y casualmente un hombre de acción, de espíritu inquieto como su mar natal, intervenía
militarmente contra los aliados de Roma en Iliria. Por su cuenta emprendió acciones bélicas contra los
territorios ilirios ocupados por los romanos. Atacaba y arruinaba las ciudades bajo la dominación romana,
navegaba más allá de Lezhë y saqueaba las islas de la Hélada. En 222 a.C., una flota compuesta de aqueos,
acarnios, galos e ilirios, bajo las órdenes de Demetrio, y con 28.000 infantes y 1.200 jinetes, invadió Epiro.
Demetrios ocupó Dimale, plaza fuerte completamente pertrechada y avituallada. Saqueó con su flota
ciudades de las costas mesenias. Osó incluso dar vuelta el Peloponeso, asolar las ciudades helenas del Egeo
y a su regreso transportar sus naves a través del istmo de Corintio.

El Senado romano preocupado por los sucesos en Iliria y sospechando que tenía incluso un pacto con los
Istros, llegó a la conclusión que Demetrio de Hvar consideraba ahora más importantes los intereses ilirios
que los de Roma. Lo llamó a presentarse ante el Senado. Demetrio no fue.

En el 219 a.C., acabada su paciencia, diez años después de la Primera Guerra Ilirioromana, Roma
emprendió su segunda campaña. Demetrio de Hvar, estaba preparado para recibir el ataque romano. Con
6.000 de sus mejores soldados, se refugió en la inexpugnable fortaleza de Dimale, próxima al pueblo de
Krotinë en Albania, que, por lo mismo, los romanos decidieron conquistar. Al cabo de siete días de duros
combates, los romanos la tomaron. Demetrio logró escapar y se refugió en su propia isla de Hvar.

Un cónsul tuvo por misión destruir a Demetrio en la isla de Hvar. Al saber que la ciudad de Hvar estaba
muy bien fortificada y pertrechada, uso una estratagema. Desembarcó parte de sus soldados de noche y en
la mañana, reducido, se presentó a batallar. Demetrio cayó en la trampa y salió de su residencia a luchar.
Durante el combate, atacaron los soldados romanos desde la retaguardia. Los soldados de Demetrio se
desbandaron. Los romanos destruyeron las fortificaciones. Demetrio, desertó y se embarcó en un navío que
tenía dispuesto en una ensenada para cualquier emergencia. Puso vela y tuvo la suerte de llegar finalmente
a Macedonia, donde el rey Filipo V lo recibió amistosamente. Su fin fue semejante a su modo de vida.
Habiendo decidido tomar la ciudad de Mesenia, con la venia de Filipo, su arrojo y temeridad le hizo perder
la vida.

Después de esta victoria, los romanos se apoderaron del resto de Iliria. Roma celebró el triunfo con toda
magnificencia. El Reino de Iliria, con estas derrotas sufrió un nuevo golpe. Después de la victoria, los
romanos dejaron el norte a Pinnes y el sur de Iliria vuelve a los romanos. Vis quedó como un aliado
independiente de Roma.

En el 217 a.C. murió Pinnes y el poder pasó a Scerdilaidas. Ahora, como fiel vasallo de Roma, defendió
sus intereses en los Balcanes, especialmente frente a los macedonios.

En el 215 a.C., la segunda guerra púnica permitió a Filipo sacar ciertas ventajas. Aprovechándose de las
dificultades de los romanos, atacó a Scerdilaidas y se apoderó de toda la Iliria del Sur y de la costa

 
 

adriática, desde la isla de Bra%, frente a Salona, hasta Lezhë en Albania. Los príncipes ilirios fueron
empujados una vez más al interior del país. Pero todo cambió con los éxitos de Roma en la Península
Itálica. Los romanos desembarcaron un ejército cerca de Dürres. La flota macedonia se retiró. En 205 a.C.
se firmó la paz entre los macedonios y los romanos en Fenice. Filipo no retuvo sino los desfiladeros de
Vijosë. Pleuratos II, hijo de Scerdilaidas, obtuvo una exigua franja costera cerca de Lezhë. Los romanos
mantuvieron en su poder las islas de Vis, Hvar y Corfú y las ciudades de Apolonia y Dürres.

Durante la segunda guerra púnica, el reino de Iliria tuvo como una recuperación juvenil. La capital ya no
era Risan, sino Shkodër. El reino reconstruido se extendió entre Lezhë y el río Krka, al noroeste de Salona.
Esta frontera no resistió al flujo y reflujo de la tribu iliria de los dálmatas o delmatas. Sometida desde el
196 a.C. a los reyes de Iliria, los dálmatas se emanciparon después de la muerte de Pleuratos y la frontera
septentrional de Iliria fue restablecida en el curso inferior del río Neretva.

Tercera Guerra Romanoiliria

Pleuratos II sucedió a Scerdilaidas, y fue un fiel vasallo de Roma. Hizo de Shkodër su capital. A su muerte,
en 181 a.C., ascendió al trono su hijo, Gencios. No siguió la política de su antecesor, sino que se
equilibraba entre los romanos y los macedonios. Extendió su territorio hacia el norte y el oeste subyugando
tribus emparentadas. Hvar continuaba siendo una posesión iliria. Vis retuvo su independencia bajo la
 protección de Roma. En tierra firme los dálmatas y los daorsos eran súbditos suyos. La fuerza de los ilirios
estaba en sus naves.

Jugó la carta macedonia. En el 168 a.C. aceptó la alianza que le ofreció Perseo, rey de Macedonia, para que
se preparase para una guerra marítima, pues los romanos no poseían defensas en las costas de Epiro e Iliria,
a cambio de un subsidio. La isla de Kor %ula fue elegida como el cuartel general de las fuerzas navales
ilirias. Este pacto fue un error fatal.

Roma, en conocimiento de esta traición y al no poder contar con aliados confiables, decidió suprimir el
Reino de Iliria. Envió al pretor L. Anicio Gallo contra Gencios. Treinta mil soldados romanos
desembarcaron en Apolonia. En un mes derrotaron a las fuerzas ilirias. Entonces Gencios se retiró a
Shkodër, para ofrecer una última resistencia. De nuevo fue vencido. Entabló conversaciones de paz con
Anicio. Los romanos ocuparon todo el territorio hasta el Neretva. Finalmente, Roma destruyó el Reino de
Iliria.

Gencios,  Rex Illyricorum, se entregó en el 168 a.C. y con toda su familia fue llevado a Roma, siendo
internado en Spoleto primero y después en Gubio. Gencios fue llamado por Apiano reliqui Illyrici rex. El
 pretor Anicio obtuvo el título de triunfador de rege Gentio et Illuricis (Febrero de 167 a.C.).

Este fue el fin del reino ilirio y Gencios fue su último rey. Al mismo tiempo representó un paso decisivo en
la ocupación romana de sus territorios. Los romanos pasaron a ser los señores de la costa oriental del
Adriático y de sus colonias helenas, a las que otorgaron una ficticia autonomía.

Anicio permaneció como prefecto de Iliria. En el 167 a.C., convocó en Shkodër una reunión de notables
del ex reino de Gencios. Allí declaró "en nombre del Senado y del pueblo de Roma" que sólo las tribus y
ciudades que se pasaron a Roma antes de la caída de Gencios eran libres, no pagarían tributos y se
retirarían tropas de sus territorios. Al resto de los ilirios les bajarían sus contribuciones hasta la mitad. Con
las diferenciaciones expresadas trataba de obtener un objetivo supremo: la división de las tribus ilirias, la
desaparición de la idea monárquica, con lo que se preparaba la anexión lenta, pero segura de todas las
regiones de Iliria. Los dos países, Iliria y Macedonia, también derrotada, fueron despedazadas.

Finalmente, el reino ilirio fue convertido en una región romana y dividido en tres provincias. La primera.
en torno a Lezhë sobre el Drim, comprendía todo el territorio albanés entre el río Vijosë y los alrededores
del lago Skadar. La segunda estaba en torno al lago Skadar. Y, la tercera abarcaba la región costera desde
Ulcinj y Risan hasta Narona y las regiones limítrofes. Todo bajo el mando supremo romano.

Al frente de ellas quedaron gobernantes con poderes muy limitados, de los cuales se sabe poco,
comprometidos a pagar un tributo a Roma y obligados a renunciar a toda navegación. No podían casarse ni

 
 

comerciar entre ellos. Las tribus ilirias, entre el Neretva, el Drava y el Ra#a en Istria, mantuvieron una
semiindependencia. El protectorado continuó. En todas las plazas fuertes se establecieron guarniciones
romanas. Los romanos no anexaron sino las islas de Vis y Hvar. En cuanto a Vis, quedó en el olvido hasta
que fue despertada por los cañones austríacos e italianos en el siglo XIX que decidieron la suerte de
Dalmacia (1866).

Existieron territorios privilegiados sobre los cuales Roma hacia sentir muy de lejos y muy débilmente su
dominación. Las tribus del interior permanecieron todavía virtualmente libres de la influencia romana, no
así las del litoral, donde Roma tenía gran interés en afirmar su poder. La isla de Vis, fue la primera comuna
dálmata que firmó un tratado con Roma, como lo haría después la isla de Rab con Venecia. Era aliada del
 pueblo romano ( foedus æquum).

Con el desmembramiento del estado unitario ilirio en pequeñas unidades, la entrega de cierta autonomía a
esas nuevas entidades y aprovechando hábilmente las rivalidades y desacuerdos, Roma logró durante
mucho tiempo mantener la paz en Iliria. Pero Roma necesitaba de vías terrestres que unieran sus nuevas
 posesiones. Así estallarán nuevos conflictos con las tribus allí establecidas, entre ellas los dálmatas.

Las riquezas mineras de Bosnia y Eslovenia, buenos campos de pastoreo en la mesetas balcánicas, la
importancia de la costa adriática oriental como vía marítima, eran las razones por las cuales los
conquistadores romanos se apresuraban de poner esos territorios cuanto antes bajo su autoridad e
incorporarlos a su imperio. Quedaban en el camino todavía los dálmatas y otras tribus que desde hacia
tiempos sentían la presión romana en sus fronteras.

LA TRIBU DE LOS DÁLMATAS


Territorio

Los dálmatas, en el curso de los siglos III y II a.C., poblaron el territorio entre los ríos Krka, muy próximo
a lugar donde se fundó en la Edad Media la villa de &ibenik, y Neretva, el Mar Adriático y el Vrbas
superior. O sea, al interior llegaban mucho más allá de los Alpes Dináricos (Dinara). Era una tribu del
interior relacionada con los ilirios de Panonia. Su arribo a la costa se debe, en parte, a la presión celta.
Tenían una organización política fuerte y bien organizada, compuesta de pequeños distritos tribales que, en
tiempos de guerra, elegían, entre las familias más importantes un jefe único. Su centro estaba en la ciudad
de Delmium, tras la Dinara. Como plaza fuerte, estaba construida sobre el monte Hlib en el campo de
Duvanja, cerca de Duvno.

Los primeros informes sobre los dálmatas, nos dicen que reconocían la autoridad del rey Pleuratos, en
cuanto una tribu iliria puede reconocer la autoridad de cualquiera otra, aunque sea de la misma sangre.
Mientras vivió Pleuratos los dálmatas se mantuvieron muy sumisos. Pero apenas ascendió al trono su
sucesor Gencios (181 a.C.), se sublevaron. Realizaban una intensa piratería, se abalanzaban contra las
tribus vecinas, sobre todo sobre la ardea, y obligaban a algunas villas a pagar tributo, consistente
 principalmente en ganado y trigo. Mientras las excursiones dálmatas no afectaran los intereses romanos,
era improbable su intervención. Pero la situación cambió radicalmente en 158 a.C., cuando los dálmatas
atacaron a las colonias helenas de Vis, Salona, Epetion y Trogir, que se encontraban inmersas en el
territorio de dicha tribu. El ataque contra esta última villa, que dependía directamente de Vis, fue
 particularmente violento y los visanos pidieron ayuda a Roma, su aliado. Los dálmatas también atacaban a
los daorsos en la desembocadura del Neretva, que en ese entonces reconocían a Roma.

Así llegaban a Roma quejas de los helenos y daorsos. El Senado romano decidió enviar, como
acostumbraban, una embajada ante los dálmatas para resolver los problemas pacíficamente. Cayo Fanio
Strabo fue enviado en el año 158 a.C. para estudiar la situación en terreno e informar al Senado sobre el
estado de Iliria y, en particular, de las actividades de los dálmatas. Según Polibio (32.10), la embajada llegó
a Delminium y exigió el reconocimiento de la soberanía romana y la aceptación de ser tributarios de Roma.
Los dálmatas rechazaron parlamentar. Dijeron que no tenían nada que ver con Roma. Además, parece que
la embajada fue atacada y asesinados sus acompañantes visanos y daorsos.

 
 

A su regreso de Iliria, la embajada informó al Senado. Polibio (32.11) nos ha trasmitido las razones que
determinaron al gobierno de la República Romana a enfrentar el desafío de los dálmatas. “A su regreso de
Iliria, C. Fanio dio cuenta que, lejos de reparar los daños hacia los pueblos que se quejaban de sus
continuas depredaciones, los dálmatas no habían querido ni siquiera escucharlos y declararon que ellos no
tenían nada que ver con Roma. Agregó que no sólo no le habían dado alojamiento ni víveres, sino que le
habían robado los caballos que otras naciones le habían dado y que estaban prestos a hacerle una mala
 jugada, si no estaba dispuesto a retirarse sin hacer ruido. El Senado escuchó atentamente su informe, se
 produjo una viva indignación contra la insubordinación y el salvajismo de los dálmatas; esto era un
excelente pretexto para declararles la guerra. Numerosas consideraciones lo aconsejaban. Después de que
los romanos habían expulsado de Iliria a Demetrio de Hvar, habían descuidado completamente la parte del
 país que mira al Adriático; y por otra parte, el Senado querría evitar a toda costa que los italiotas no se
afeminaran por una paz de tan larga duración, pues hacía más de once años que la guerra contra Perseo y la
expedición a Macedonia había terminado. Al emprender una campaña contra los dálmatas, se despertará el
ardor belicoso de las poblaciones, al mismo tiempo que se dará una lección a los ilirios y se les forzará a
quedar bajo la dominación de Roma. Tales fueron las razones por las cuales los romanos declararon la
guerra a los dálmatas, pero el pretexto que se invocó a los ojos de las naciones extranjeras fue la insolencia
con la cual ellos habían tratado a sus embajadores.”

Primera campaña contra los dálmatas

Así, la guerra empezó en el año 156 a.C. como un maniobra militar, con el desembarco de legiones
romanas en Narona (Vid cerca de Metkovi$), que duraría 165 largos y cruentos años. El cónsul. Figulo fue
encargado de la campaña a Dalmacia. Invadió el territorio dálmata por el sur, atravesando el Neretva. Al
comienzo sufrió derrotas y tuvo que volver a atravesar el Neretva. Esperó el invierno y obtuvo algunas
victorias. Se recuperó y avanzó hacia Delminum, residencia del gobierno y de la fuerza principal del
ejército dálmata. La ciudad estaba bien fortificada y defendida. Quiso apoderarse de ella por Ljubu#ki,
Imotski y la llanura de Duvanja, pero frente a las robustas fortificaciones de Delminium tuvo que batirse en
retirada. La conquista tuvo que ser postergada.

Al año siguiente Figulo fue reemplazado por el cónsul Escipión. En el 155 a.C., después de un largo y
 penoso sitio y a pesar de la ayuda que los scordiscos (tribu celta asentada en la región de Belgrado)
 prestaron a los dálmatas, se derrumbó su resistencia. Delminum tuvo que capitular y sus fortificaciones
fueron arrasadas. La plaza fuerte fue convertida en un campo de pastoreo. El cónsul celebró su triunfo en
Roma, de Dalmateis.

Por el momento los dálmatas estaban vencidos, pero no aniquilados. Obtuvieron las mismas condiciones de
 paz que los ilirios del sur y los macedonios: una dominación disfrazada de protectorado. La tribu más
 belicosa, los dálmatas, pasó a ser súbdita de Roma, bajo las falsas apariencias de autonomía. Los dálmatas
 permanecieron en paz durante mucho tiempo.

El derrumbe del Reino de Iliria no significó el término de la resistencia de las tribus ilirias a Roma. El
control del litoral oriental del Adriático por las legiones romanas fue logrado a fines del siglo II a.C.. La
ocupación del interior sucede cuando se avanzan las fronteras del Imperio hasta las orillas del Danubio
medio. Esto fue hecho con un gran costo que casi llevó a Augusto al desastre. La penetración terminaría al
inicio de nuestra era.

Una vez en los Balcanes, los romanos también se involucraron en las discordias y guerras entre las tribus
ilirias independientes. Así, interveniendo una vez contra unos y otra vez contra otros, fortalecía cada vez
más sus posiciones y ampliaba su esfera de influencia. Esta política, poco a poco, le permitirá a Roma
adueñarse de todo el territorio ilirio. Pero para su materialización tendrá que llevar a cabo muchas
campañas, especialmente contra los dálmatas, tribu que tomó la mayor parte de la responsabilidad de la
lucha contra los romanos en el período posterior a Gencios.

El problema ilirio, en la más vasta acepción del término, no fue liquidado sino cuando la tribu iliria de los
dálmatas apareció sobre la escena de la historia. En función del común denominador del pueblo ilirio, ellos
lanzaron un último desafío al poder romano. A partir de ahora, no habrían más guerras ilirias. Existirían
sólo guerras dálmatas ( Bellum dalmaticum), tan duras y despiadadas como lo eran las guerras ilirias y con

 
 

grandes consecuencias. Los dálmatas obstruían los caminos a la conquista romana. Era preciso someterlos
sin tardanza. Su resultado final no podía ser dudoso en razón a la superioridad de una potencia organizada
y preparada para la conquista metódica.

Guerra contra los ardeos

Después de la expedición de Escipión, no se habló más de Iliria durante veinte años. Pero esto no fue sino
una larga tregua. En 135 a.C., el problema ilirio vuelve al tapete con extrema violencia. Todos los
esfuerzos militares de Roma no habían podido quebrar a la nación dálmata. Siempre fue necesario
recomenzar.

Los ardeos, establecidos en la orilla derecha del Neretva hasta el sur de Albania, se dedicaban a la piratería.
Incluso atacaban las ciudades y regiones romanas. La piratería en el mar y los pillajes en tierra firme
finalmente provocaron la reacción de Roma. Fue la causa de una nueva expedición contra Iliria, agravada
 por los ardeos al no haber dado buena acogida al cónsul Flacco. Entonces, en el año 135 a.C., con un
ejército de 10.000 infantes y 600 jinetes invadieron el país de los ardeos. En el curso de una campaña corta
y violenta, fueron rápidamente dominados. Para evitar su posterior actividad pirata, la población ardea fue
trasladada al interior, lejos del mar, a la Hercegovina. Y, como nos informa Estrabón, los obligaron a
dedicarse a la agricultura. No acostumbrados a estos trabajo, la aridez del suelo y el clima, los llevaron a
sus extinción. En tiempos de Plinio el Viejo (siglo I d.C.), que escribe sobre ellos, sobrevivían unos pocos.
Así el heroico pueblo ardeo fue eliminado del libro de la historia.

Segunda campaña contra los dálmatas

Los romanos se instalaron como señores en una parte de la orilla oriental del Adriático, pero el interior
quedó libre. Los dálmatas se habían consolado pronto con la pérdida de Delminium. Mal vigilados, se
instalaron confortablemente en Salona y la declararon su capital.

En el 119 a.C., Roma inició una nueva campaña contra los dálmatas. Esta vez los romanos atacaron no sólo
desde el sur sino también desde el norte, con base en Aquilea. El cónsul Metelo y su colega Mucio
Escévola tomaron la ofensiva, derrotaron a los dálmatas y los expulsaron de Salona. Metelo eligió como
cuartel de invierno a Salona, capital improvisada en la proximidad inmediata del mar. Al volver a Roma, el
Senado le otorgó el título de Dalmaticus. Celebró su triunfo de Dalmateis  e hizo construir un templo a
Castor, con el botín arrebatado a los dálmatas. Esta campaña no obedeció a ninguna acción punitiva contra
los dálmatas, sino exclusivamente a las necesidades de victorias de la familia Metelo. Según Apiano
( Illyrike 7 ), los dálmatas "lo [a Metelo] recibieron como a un amigo. Invernó entre ellos en la ciudad de
Salona y a continuación volvió a Roma, donde fue recibido en triunfo". No todas las versiones cuentan
toda la verdad.

A partir de ese año toda la costa oriental del Adriático quedó en poder de los romanos. Se conocía por
Liburnia la región al norte del Krka, por Dalmacia la continuación hasta el Neretva e Ilirio el resto. La
ocupación romana era frágil, ya que los ilirios tenían en su poder el interior y no perdían ocasión en
demostrar su independencia. Los dálmatas seguían atacando Salona y los yapides a Trieste y Aquilea.

Tercera campaña contra los dálmatas

El procónsul Cosconio fue el encargado a doblegar a los yapides. Una vez logrado, en el año 78 a.C., pasó
a Dalmacia para sofocar a los dálmatas que se habían sublevado de nuevo y apoderado de Salona.
Cosconio después de una dura campaña de dos años, los venció y se apoderó de una parte del territorio
dálmata. Reocupó Salona, de donde la guarnición romana había sido expulsada. Con estas conquistas,
Dalmacia abarcó, por primera vez, todo el litoral Adriático, desde los ardeos hasta el país de los liburnios,
que se decían aliados del pueblo romano. En Narona y Salona fueron organizados sendos conventos
 jurídicos, con un solo jefe, con el título de procónsul, pretor, praeses o legatus.

Dalmacia durante el Primer Triunvirato


En el 59 a.C., Roma creyó necesario conferir a César un comando excepcional. La ley Vatinia le encargó el
gobierno de la Galia Cisalpina, en la cual se incluyó la administración de la Iliria Occidental, que

 
 

comprendía Dalmacia, con tres legiones y por cinco años. Con esto en Dalmacia se inició el penúltimo
 período de su independencia. Al mismo tiempo, la Iliria Oriental fue colocada bajo la dependencia del
administrador de Macedonia. César regresó de Galia en el 58 a.C.. Desde esa época proyectaba una guerra
en Iliria para resarcirse de la inacción forzada a la cual los complejos asuntos galos lo habían condenado.
En el invierno siguiente fue explorar Iliria, buscando un nuevo teatro para sus batallas. En el 56 a.C. visitó
de nuevo la región. Como lo dijo en sus Comentarios, quería conocer las naciones y los diferentes países
de Europa. Se preocupaba de Dalmacia y dos años más tarde se dirigió a Boka Kotorska. Venció a la tribu
iliria de los pirustas, en la hoya del río Drim (Albania). Convocó una Dieta Provincial, el primer Sabor
Dálmata. Su intervención fue un fracaso, ya que una vez que abandonó el país, los dálmatas se levantaron
en armas y expulsaron a las guarniciones romanas.

A César no le interesaba mayormente Iliria. Durante su gobierno se produjo la anarquía en Galia y Roma,
lo que aprovecharon los yapides y dálmatas para sublevarse. El levantamiento estalló en el 52 a.C.. Al año
siguiente los dálmatas sitiaron la importante ciudad y plaza fuerte de Promina, capital de los liburnios,
aliados de los romanos. Éstos llamaron a César en su auxilio. Los romanos enviaron inmediatamente un
ejército. Cuando en el 50 a.C., llegó a Promina un ejército romanoliburno, los dálmatas lo destrozaron y se
apoderaron de Promina y la hicieron su nueva capital, en remplazo de Salona. La guerra civil que estalló
entre César y Pompeyo (49 - 46), le impidió al primero vengar la derrota de sus soldados en Iliria. Las
tribus ilirias del interior, especialmente los Dálmatas, toman partido por Pompeyo. A César lo apoyaron los
liburnios y las ciudades de la costa, entre otras Salona, futura capital de la Provincia de Dalmacia que llegó
a tener 60.000 habitantes..

En el 49 a.C. la flota de Pompeyo entró en el Adriático y derrotó a las fuerzas de César en la batallla de
Curicta. Esta victoria estableció la supremacia de Pompeyo en el Adriático y en Iliria, situación que se
revertirá después de la batalla de Farsal (6 de Junio de 48 a.C.).

En el curso del invierno boreal 48 - 47 a.C., César envió un ejército contra los dálmatas al mando del
cónsul Gabinio, compuesto de 7.500 infantes y 3.000 jinetes. Los dálmatas lo esperaron en Synodinium,
 probablemente en el valle del :ikola, afluente del Krka, y casi lo aniquilaron por completo. El cónsul
Gabinio no conocía el país, menospreció al enemigo y penetró resueltamente en las montañas dálmatas, a
 pesar de estar en la estación invernal. Por el frío, la imposibilidad de reaprovisionarse y bajo la presión de
los dálmatas, Gabinio tuvo que retroceder. Sorprendido en plena retirada, fue destrozado. Más de 2.000
soldados, 38 centuriones y 4 tribunos furor muertos. Los estandartes de cinco cohortes cayeron en manos
enemigas. Se refugió en Salona con los restos de su ejército, asediado por tierra por los dálmatas y por mar
 por la flota de Pompeyo al mando de Octaviano. Gabinio murió, poco tiempo después, a causas de las
heridas recibidas en los combates. La ciudad fue liberada el 47 a.C. por Vatinio, entonces derrotó a los
dálmatas y los empujó al interior del país.

A partir del año 45 a.C., los romanos tuvieron que realizar otra serie de campañas a cargo del cónsul
Vatinio. Conquistaron algunas de las fortalezas dálmatas, pero no pudieron someter a toda Dalmacia.
Liberaron Cavtat y Salona. Según algunas cartas enviadas a Cicerón, Vatinio se quejó a su amigo de haber
sido injustamente tratado por César, que exigía milagros. Ahora bien, los dálmatas tenían 60 fortalezas y
no 20 como suponían los romanos. Desde Narona, Vatinio le imploraba su intervención ante el dictador
vitalicio para conseguir una ayuda que asegurara el triunfo de las águilas romanas. Le agregaba que había
arrebatado a los dálmatas 6 villas, 4 torres fortificadas y 4 bastiones, pero la nieve, el frío y las lluvias lo
derrotaron. En realidad, Vatinio fue vencido por los dálmatas y tuvo que refugiarse en Narona. Pero
finalmente obtuvo el triunfo y se presentó en Roma como el vencedor de Illyrico, el 31 de Julio del 42 a.C..
Vencedor de Pompeyo, César empezó a preparar un ejército para doblegar todo el territorio ilirio hasta el
Danubio. Cuando los dálmatas lo supieron, enviaron embajadores a Roma a buscar la paz. César exigió
rehenes y tributo, lo que fue aceptado. En esto lo sorprendió la muerte en el puñal de Bruto.

Bajo César (60-44 a.C.), la Iliria formó una sola provincia con la Galia Cisalpina (Norte de la Península
Itálica). El territorio tributario de la República constaba de 14 provincias, entre ellas Iliria con Dalmacia,
cuya capital era Salona. La Iliria se extendía hasta el Danubio. Esta Iliria engrandecida sería dividida
 posteriormente en Iliria Superior e Iliria Inferior, o sea, Panonia y Dalmacia. La primera comprendía la
orilla derecha del Danubio, la parte occidental de Austria inferior y de la Estiria, casi toda la Carniola, la
Slavonia con Sirmium, el valle del Sava y Ma;va. Dalmacia comprendía toda la banda territorial situada

 
 

entre los ríos Ra#a en Istria y Mat en el norte de Albania, como también todo el país situado entre el
Adriático y los ríos Kolubara e Ibar en Serbia. La Yapidia y Liburnia fueron incluidas en Dalmacia. Esta
Dalmacia también se denominaba Iliria en el sentido riguroso de esta palabra. Más tarde, a partir de
Augusto (27 a.C.-14 d.C.), el nombre de Dalmacia prevaleció definitivamente para todo el territorio
marítimo comprendido entre la villas istrianas de Labin y Plomin y Lezhë en Albania.

El asesinato de César (15 de marzo del 44 a.C.) fue la señal de una nueva insurrección en Iliria. Los
dálmatas rompieron todas las negociaciones y revocaron las promesas hechas. La guerra se reinició. La
entrada en escena de las tribus de los boios y dacios complicó la situación. Prometieron a los dálmatas que
los ayudarían a liberarse del yugo romano. La situación reclamaba urgentes medidas. Los dálmatas ya se
habían apoderado de Salona, los dacios amenazaban la frontera macedonia. Los contraataques de Vatinio
durante los años 46-44 a.C. y los esfuerzos de Bruto en el 43 a.C. resultaron inútiles. El senador Balbius
invadió Dalmacia con 5 cohortes contra los dálmatas. Los dálmatas pasaron a la ofensiva y lo derrotaron.
En ese momento Roma no pudo hacer más, se encontraba en una guerra civil reavivada después del
asesinato de César.

El Tratado de Brindisi del año 40 a.C., repartió el Imperio. La parte occidental, que incluía la provincia de
Dalmacia, le fue atribuida a Octaviano. Octaviano, nombró a Pollio con la misión de pacificarla. El Senado
 puso a su disposición una numerosa flota y un fuerte ejército. Con extraordinaria rapidez, Pollio ocupó la
costa entre el Krka y Salona. Se apoderó de esta ciudad el 39 a.C., pero no pudo subyugar y dispersar a los
dálmatas que eran apoyados por numerosas otras tribus. Arrebató si a los dálmatas innumerables rebaños y
muchas armas. Asoló y saqueó sus campos y ciudades. En Roma un concierto de loas saludó al feliz
vencedor de los dálmatas.

Veleyo Patérculo, furioso por la obstinada resistencia de los dálmatas a sus héroes que el adoraba (Augusto
y Tiberio), los llena de injurias y los presenta en su libro  Historia de Roma como salvajes, “los dálmatas
viven habitualmente en los bosques, allí se dedican sin límite al bandidaje. Marcio, al incendiarles
Delminium, su capital, los había en cierta forma humillado. les arrebató el ganado, sus armas y sus campos.
Pero fue Tiberio quien, por orden de Augusto, terminó por subyugarlos. Los obligó a arar la tierra y a sacar
el oro de sus entrañas: búsqueda en la cual, los dálmatas, se dedicaban con una infatigable actividad como
si ellos trabajasen para si mismos.” (Libro IV, Cáp.XII). Los romanos, al igual que después los cruzados,
son culpables de crueldades sin nombre contra el pueblo dueño de la tierra que ellos pisoteaban. La
destrucción del ganado y los campos de este pueblo, con masacres y deportaciones de poblaciones enteras
entre el Sava y el Adriático, contrabalancean ampliamente el “salvajismo” de los dálmatas.

Campañas de Octaviano contra los dálmatas

Octaviano no se contentó del éxito de Pollio. Para someter definitivamente a los dálmatas, esa indomable
tribu, y demás tribus ilirias que no reconocían la autoridad romana, decidió comandar el mismo un ejército.
La guerra comenzó el año 35 a.C. con un ataque desde el norte. Mientras la flota limpiaba el Adriático,
desembarcó en Senj, sobre el litoral liburnio y completó la sumisión de los pueblos de la costa que, a pesar
de sus graves derrotas, siguieron sublevándose periódicamente desafiando las águilas romanas. A los
liburnios les quitó sus naves. Asesinó a sus niños y a los mayores los vendió como esclavos. Con esto
"limpió" la costa adriática desde Senj hasta Istria.

Octaviano siguió avanzando y atacó a los yapides. Una tras otra fueron cayendo las posesiones yapides.
Conquistó Arupium, Prozor cerca de Oto;ac. Sitió Metulum, quizás :akovac cerca de Ogulin, el centro
 principal de los yapides. Al tercer día del sitio, los yapides le enviaron embajadores para concertar la paz.
Les exigió rehenes y la entrada de tropas a la ciudad, lo que se aceptó. Una vez que las tropas estuvieron en
el interior, exigió la entrega de las armas. Con esto, se reinició la batalla, que terminó con la destrucción
total de la ciudad y la muerte de casi todos sus habitantes. La caída de Metulum significó el término de la
resistencia de los yapides y la ocupación de todo su territorio por los romanos.

A continuación se dirigió a Sisak, situado en la desembocadura del Kupa en el Sava y fortaleza principal de
los panonios. Cuando lo vieron cerca, enviaron una embajada para preguntarle qué quería de ellos.
Octaviano exigió prácticamente su sumisión total. La ciudad se defendió un mes, al término del cual pidió

 
 

la paz. Por el heroísmo de sus hombres, perdonó a Sisak que, sin embargo, tuvo que pagar una fuerte
indemnización y aceptar una guarnición romana.

La sumisión de los panonios permitió a Octaviano de marchar inmediatamente hacia el sur contra los
dálmatas. Los dálmatas, viendo que les sería muy difícil oponerse a las fuerzas superiores de los romanos,
adoptaron una doble táctica: primero fortificar sus ciudades para ofrecer una máxima resistencia y segundo
emplear grupos de guerrilleros para atacar a los romanos en determinados puntos de la ruta.

El general dálmata Verzo, esperó a Octaviano en Promina, que estaba poderosamente fortificada y con un
ejército de 12.000 hombres. Fue encargado de defenderla. Octaviano sitió la ciudad. Antes de atacar, ocupó
todas las montañas y espacios circundantes. Testimos, general dálmata, acudió a socorrer a Verzo, pero los
romanos se lo impidieron debiendo darse a la fuga. Los romanos aprovecharon una salida de los asediados
 para entrar en la villa con fugitivos dálmatas. La guarnición se encerró en la ciudadela, pero finalmente
Verzo tuvo que capitular. Muerto Verzo, Testinos continuó la lucha, mediante la táctica de guerrillas.

De Promina Octaviano se dirigió a Salona. Avanzaba con cautela para evitar sorpresas. En el trayecto se
apoderó de la fortaleza dálmata de Sinodium en el valle del !ikola, donde Gabino había perdido sus
estandartes. Llegó hasta Sinj, donde estaba concentrado el grueso del ejército dálmata. La capitulación de
esta última implicaba la ocupación inmediata de todo el territorio montañoso del país. Bajo los muros de
esta ciudad comenzó el último y decisivo combate de Dalmacia por su independencia. En una escaramuza
fue herido Octaviano, quien volvió a Roma. Dejó el campo da batalla a cargo de Statilius Taurus, quien
organizó un bloqueo invernal. Octaviano regresó a Sinj, a comienzos del 33 a.C. La ciudad no tenía
salvación, reinaba el hambre. La resistencia dálmata fue quebrada. Los dálmatas decidieron rendirse.
Octaviano aceptó la rendición definitiva de Sinj. Les impuso muy duras condiciones: debían pagar tributos
atrasados desde los tiempos de César, devolver los estandartes que le habían arrebatado a Gabinio en el 48
a.C. y entregar como rehenes a 700 jóvenes. Además prometer vivir en paz y prestar servicio en las
legiones romanas. Por cuanto otros pueblos también se rindieron, la victoria sobre los dálmatas justificó los
triunfos celebrados por Octaviano el 13 de Agosto del 29 a.C..

La derrota de los dálmatas, la tribu iliria más fuerte, fue la señal de la sumisión de todas las tribus ilirias
entre el Adriático y el Drava y hasta el Drim en Albania. Fue el término de la independencia de los
dálmatas y de los ilirios en general. En este momento, Octaviano disponía de 45 legiones, alrededor de
300.000 hombres y de 600 naves. Dos años más tarde, la rivalidad entre él y Antonio tuvo su epílogo en
Accio (2 de septiembre del 31 a.C.). Esta batalla naval fue ganada por Octaviano gracias a los navíos
rápidos de los liburnios iliricos. Después de la derrota y muerte de Antonio, Octaviano quedó como el amo
indiscutido del Estado Romano. Entró en Roma durante el verano del 29 a.C. y celebró tres triunfos, de los
cuales el primero fue consagrado a sus victorias de Dalmatia et Panonias. Pero por más que Octaviano,
que ya era Augusto, multiplicaba sus campañas y Roma aumentaba sus esfuerzos para la romanización
violenta del mundo, todavía existían pueblos que rehusaban plegarse al “terrible y dulce” yugo.

Finalmente, con unos 40 a 50 mil bien entrenados soldados, Octaviano logró someter la parte occidental de
los Balcanes, probablemente hasta el Drina y el Danubio. Terminada su ocupación pudo, finalmente en el
año 27, entregarla al Senado. Con el botín recogido en Dalmacia, hizo construir una biblioteca pública en
Roma, que llamó Octaviana, en honor a su hermana Octavia.

Después de las victorias de Octaviano se produjeron levantamientos ilirios aislados contra Roma, pero no
tuvieron mayor éxito. En los años 12 a 10 a.C. dos insurrecciones dálmatas fueron sofocadas por Tiberio.
En el año 12 a.C. los dálmatas lograron ocupar por un corto tiempo Salona. Tiberio devastó toda la
Panonia, desarmó la población, vendió a los jóvenes más bravos como esclavos. Pero, “para los bárbaros
las derrotas no eran el aniquilamiento”. Hacia los bandos combatientes el flujo de recursos era incesante.
Una agitación profunda y general se hacia sentir día tras día por doquier. Se tenía la sensación que alguna
cosa grave e inquietante se preparaba en Europa Central, sobre esta vasta extensión que iba desde el
Danubio a las playas del Adriático. Los últimos años del siglo anterior al nacimiento de Jesucristo,
transcurrieron en una espera vaga e inquieta.

 
 

LEVANTAMIENTO DE LOS BATO


En el año 6 de nuestra era, el Imperio romano tranquilo hasta entonces, fue brutalmente sacudido hasta sus
entrañas por un formidable levantamiento del mundo ilirio, que, decididamente, se rehusaba morir. Fue el
último intento de expulsar a los romanos de Iliria. Se conoce como el levantamiento de los Bato, bellum
 Batonianum, por el nombre de sus jefes, que en Roma provocó una gran consternación y pánico. Se
desarrolló entre los años 6 y 9 d.C..

La Iliria, reserva inagotable de fuerzas vírgenes, había encontrado armas y guerreros. Excitados por este
despertar de las tribus hermanas, los dálmatas se les unieron. “La Panonia toda entera, escribe Patérculo en
su correspondencia, insolente por haber tenido un largo período de paz, y la Dalmacia, en la madurez de su
fuerza y a la cual todas las expediciones romanas no habían podido agotar las fuerzas de este pueblo
dálmata, atraen en su liga a todos los pueblos de estas regiones y toman las armas al mismo tiempo.“

La causa inmediata del levantamiento ilirio fue el reclutamiento forzoso que, con motivo de las invasiones
germanas del año 6 d.C., fue ordenado por Tiberio, en la tribu de los desidiatas de la Bosnia Oriental,
asentadas entre los ríos Vrbas y Drina. Pero las causas más lejanas y generales, es necesario buscarlas en el
sistema de opresión aplicado por los romanos en todas las regiones ilirias, donde se habían construido y
mejorado antiguos caminos con el sólo propósito de subyugar y explotar despiadadamente a los
trabajadores de la tierra. Agobiados por las exacciones, los dálmatas habían quedado hasta entonces
tranquilos, pero cuando Tiberio marchó una segunda vez contra los panonios y Mesala, gobernador de
Dalmacia y de Panonia, recibió la orden de formar un contingente, con jóvenes en pleno vigor de sus
fuerzas, los dálmatas no vacilaron más.

Los jefes de la insurrección eran anónimos, o más bien los historiadores romanos y helenos no nos
trasmitieron sus nombres. Al frente del levantamiento estaba el Bato (jefe) Desitiata. Otras tribus de Iliria y
Panonia (Dalmacia y Eslavonia), rápidamente se aliaron a los insurgentes. Entre ellos se distinguieron los
 breutos, con su general en jefe, el Bato Breuto. (Los breutos eran vecinos de los desidiatas en Eslavonia).
Estos dos Batos serían los actores principales de ese gran levantamiento en el cual participó un gran
número de tribus ilirias, por primera vez en su historia, contra un enemigo común.

La guerra duró 3 años, ocupó 15 legiones (100.000 hombres) sin contar a las numerosas tropas auxiliares.
La importancia del movimiento está dada por el total de efectivos que tuvieron de ser empleados para
reprimirlo, más de la tercera parte del ejército romano.

El historiador Suetonio Tranquilo (70 - 146 d.C.), en su libro Vida de Tiberio, no vacila en afirmar que ella
fue la más terrible de las guerras exteriores que Roma tuvo que sostener después de las guerras púnicas.
 Nos relata que los insurgentes disponían de 800.000 hombres, de los cuales 200.000 infantes con
experiencia en los combates y 9.000 jinetes, cifras evidentemente exageradas. Lo que sea, la angustia de
Roma era extrema. Todo el pueblo ilirio esperaba la señal de sus jefes para lanzarse al asalto contra los
opresores.

El Bato Breuto atacó Sremska Sirmium, pero fue rechazado. Mientras tanto el Bato Desitiata sitiaba
Salona. Herido gravemente bajo los muros de esta ciudad, tuvo que abandonar su plan de ocupar Salona.
Se dirigió al sur, llegando hasta Apolonia.

 No existe un libro titulado Commentarii de bello Illyrico escrito por César. A falta del relato “cesáreo”, se
citará a Dion Casio, un escritor honesto y perspicaz. “Excitados los dálmatas sobretodo por un Bato del
 país de los desitiatas, pueblo dálmata de la Bosnia oriental, un pequeño número se levantó contra los
romanos y los venció. Visto el éxito, otros hicieron lo mismo. En Panonia sucedía igual cosa. En Dalmacia,
el Bato Desidiata, en una expedición a Salona, fue herido de una pedrada, entonces ordenó el saqueo todas
regiones del litoral hasta Apolonia. Informado de esto Tiberio, y temiendo una invasión de Italia, volvió de
Galia con el grueso de su ejército. Mesala, que iba en avanzada, se acercó a las huestes de Bato y lo venció
en una emboscada. A pesar de esta derrota, los dos Batos asolaron las tierras de los aliados de Roma.
Mandó a Germánico a Panonia, donde venció a Bato y a los mazeos, pueblo dálmata, les causó grandes
daños. En el año 8 la Panonia se resignó al yugo romano."

 
 

El Bato Breuto sufrió una fuerte derrota y frente a una fuerza tan poderosa, entregó a su rey. Los romanos
en reconocimiento lo nombraron jefe de los breutos.

El Bato Desidiata, al enterarse de esta traición, marchó a Panonia. Tomó prisionero al jefe breuto y lo
sometió a un juicio tribal. Fue condenado a muerte. Esta acción del Bato Desitiata no cambió la situación.
Se vio obligado volver a Dalmacia para continuar la lucha contra los romanos. Sigamos a Suetonio:

"La guerra continuó contra Dalmacia. Al año siguiente Germánico retomó la ofensiva. Debido a la tenaz
resistencia, Augusto envió por segunda vez a Tiberio a Dalmacia. Dividió las tropas en tres y él, con
Gérmanico, salió en persecución de Bato. Finalmente logró encerrarlo en los muros de Adentrium (Muc),
(a 15.000 pasos de Salona), donde lo asedió con grandes pérdidas. La plaza, en efecto, estaba asentada
sobre una roca bien fortificada y de difícil acceso, rodeada de fosas o de ríos corriendo en torrentes.
Finalmente Tiberio lo derrotó. La última tribu que se rindió a los romanos fue la desitiata, establecida en
Bosnia. Para subyugarlos fue necesario destruirlos casi completamente. Gérmanico conquistó Arduba
(Nik #i$)."

Contra el Bato Desitiata se lanzó Germánico con un numeroso y bien entrenado ejército. Las luchas fueron
cruentas. Los dálmatas y otras tribus ilirias aprovechaban las condiciones del terreno para su guerrilla. A
 pesar de ello Germánico avanzaba lentamente tomando algunas ciudades. Las ciudades ilirias siguieron
cayendo, una a una, y con grandes pérdidas humanas por ambos lados. El Bato Desitiata vio que continuar
la lucha era imposible, entró en conversaciones con el enemigo. Seutonio continúa:

"El jefe dálmata Bato, se rindió a Tiberio. Durante la entrevista que sostuvieron, Tiberio le preguntó el
motivo que los empujaba a la guerra continua, Bato le respondió: “Ustedes son la causa, enviáis para
guardar nuestros rebaños no a perros pastores sino a lobos”. Bato fue relegado a Ravena donde murió
seguramente de muerte violenta. Así terminó la guerra con una gran pérdida de hombres y dinero: se
emplearon muchas legiones y se obtuvo un magro botín."

Con esto se entierran para siempre las esperanzas de los ilirios de mantener su libertad. Después de dos y
medio siglos de lucha contra los extranjeros, en el curso de la cual muchas veces fueron vencedores, los
ilirios sucumbieron frente a las bien organizadas legiones romanas. En el curso de esa larga y sangrienta
lucha, los ilirios comprendieron que sólo con una acción unida y conjunta podían enfrentar a un enemigo
más poderoso. Lamentablemente, era muy tarde. Con la ocupación definitiva, los ilirios compartirán con el
Imperio Romano su destino y en su territorio se desarrollarán importantes acontecimientos de la historia
del Imperio.

En esa oportunidad se le otorgó el título de Imperator a Augusto y a Tiberio. Se erigieron arcos de triunfo
en Panonia, que se convirtió en provincia romana. Con la victoria de Tiberio ex Pannoeis et Delmateis en
el año 12 d.C., quedó sellada para siempre la suerte de las valientes, desunidas y mal organizadas tribus
ilirias. En el desfile triunfal en Roma, que partió del Campo de Marte hacia el Foro y el Capitolio, iba
cabizbajo el jefe del levantamiento derrotado Bato. La soldadesca lo insultaba como era costumbre y al
final del desfile Tiberio organizó una comida de mil mesas y regaló una gran cantidad de dinero
 proveniente del botín de guerra. En recuerdo de esta victoria se confeccionó la gema llamada  gemma
 Augustae , que se compone de dos partes. En una cara está Augusto, Tiberio y Germánico en compañía de
los dioses y en el reverso los prisioneros maltratados. Bato no fue asesinado, sino que murió como
 prisionero político en Ravena. Ovidio lo recuerda in quibus et belli summa caputque Bato.

Así, después de 200 años de guerras, Iliria quedó sometida al gobierno de Roma. La Iliria independiente no
existía más. Seutonio dice “Toda Iliria, es decir el país comprendido entre Italia, el reino Nórico, de un
lado, la Tracia y la Macedonia por el otro, del Danubio al Adriático, estaba vencida y reducida a la
subordinación”. Y devastada, también. A fin de impedir para siempre otra insurrección y apagar las últimas
 brasas del incendio, se mantuvo a la población en cuotas fijas y se sometió a todo el país a una devastación
sistemática. Esta salvaje operación se llamaba "pacificar el país". La conquista inauguró las bandas de
vengadores que los romanos llamaban bandidos, que luchaban contra la opresión. El resto de la población
se resignó. Volvió arar la tierra, levantar habitaciones, pulir las costumbres y no “pudiendo ser libres, se
esforzaban por ser romanos.”

 
 

En su famoso testamento, Augusto se vanagloriaba de haber conquistado “ todas las provincias, que, más
allá del mar Adriático, van hacia el oriente”. Es opinión generalizada que la supresión violenta de los
ilirios fue un gran mal. La Iliria tenía una palabra que decir en la civilización europea. Se cree que la
conquista romana apagó una civilización naciente, digna de crecer y desarrollarse. Se tiene un símbolo bien
sugestivo en esa primera biblioteca pública de Roma construida con el producto del botín arrancado a los
dálmatas. Todo fue ahogado por la rígida dominación del derecho y de la razón, por una civilización
racional y legalista que no dejaba ni la menor posibilidad de una infracción al orden establecido de
antemano. La razón romana, trazó para siempre un límite al sueño ilirio del misterioso dragón.

De esta manera, después de innumerables y cruentas guerras, quedaron abiertos los caminos a la
 penetración de antiguos valores culturales en su variante de provincia romana. Desde la batalla por Hvar,
en el inicio de la penetración helena, pasaron cuatro siglos y tendrían que pasar otros seis para que las
ciudades romanas sean destruidas. Esto significa que los procesos de helenización y romanización en
conjunto duraron un milenio. La cultura de los vencidos sobrevivió fuera de los centros de poder y de
riqueza. En Iliria coexistieron dos culturas. En las ciudades la cultura romana y en el campo el ilirio siguió
conservando sus tradiciones.

El pueblo ilirio sucumbió por fallas de organización política y de disciplina militar. Aún bajo la forma de
un confuso federalismo, privado de ese poder central vagamente expresado por Teuta y Gencios, el pueblo
ilirio hizo temblar en sus bases a la mismísima potencia que venció a Cartago. Es esta la lección que
sugieren las islas de la orilla oriental del Adriático, colocadas silenciosamente en orden de batallla, a lo
largo de un mar amargo e inquieto.

HERENCIA ILIRIA
La cultura material, religión, simbolismo y arte ilirio participarán en la etnogénesis y formación cultural de
los eslavos occidentales de los Balcanes. Las nuevas investigaciones, sobretodo de las supervivencias
ilirias en los pueblos eslavos, llegan a la conclusión que los ilirios no desaparecieron del escenario
histórico con la llegada de los romanos ni con la llegada de los eslavos sino que continuará n existiendo en
los eslavos y albaneses que hoy viven en el territorio que en las épocas prehistóricas e históricas habitaron
los ilirios. Es, entonces, el pasado ilirio parte integrante de toda la historia de Dalmacia.

Los ilirios no dejaron ningún documento escrito sobre su pasado y su cultura. Son sus vecinos del sudeste
(helenos) y del sudoeste (romanos), que no tenían muchas razones para simpatizar con ellos y de
 presentarlos, los que lo hicieron. Los tratan como un pueblo feroz y ladrón. La excepción es un autor
anónimo del siglo II a.C. conocido como el Pseudo Skimnos quién los describe como un pueblo lleno de
virtudes, respetuoso de sus dioses, justo y hospitalario.

Desde los fines del siglo XIX la arqueología amplía el conocimiento sobre los ilirios, de su cultura
material, asentamientos humanos, costumbres funerarias, religión y manera de vivir. Estos aportes
complementan las descripciones de los antiguos autores.

Las investigaciones del siglo XIX continuaron más intensamente en el siglo XX. El avance de la
arqueología en el análisis de los restos materiales ayudan a esclarecer el origen de los ilirios, la pertenencia
o no de una tribu a la etnia iliria, las relaciones con sus vecinos, el problema del dinero acuñado por
ciudades ilirias, su romanización, las relaciones comerciales con los territorios vecinos, la permanencia de
sus manifestaciones culturales en los Balcanes, las escasas inscripciones empleadas para el conocimiento
del idioma ilirio, etc. Se piensa que las tribus ilirias que vivieron en el territorio de la actual Albania, eran
las más desarrolladas en urbanización, estructura social, producción de cerámica y emisión de monedas.

A pesar que los Agrones, los Scerdilaidas, los Gencios, sin olvidar a Teuta, que tuvieron un gran
ascendiente y una autoridad superior a la de los otros príncipes sobre los ilirios, el conglomerado de las
tribus ilirias jamás se condensó definitivamente en una constelación política permanente y fuerte. Hacia
este mundo más o menos amorfo, pero ávido de independencia, Roma practicó en primer lugar el sistema
de protectorado, ni ocupación ni anexión. Autonomías locales, bajo el alto protectorado de Roma, es decir
de la alta mano del Senado. La autonomía relativa de la que gozaban las tribus ilirias de Dalmacia y del
interior, fue cambiando poco a poco y más aceleradamente después de la guerra de los Bato del año 6,

 
 

cuando se produjo su anexión formal y no disfrazada. Pasó al status de país conquistado. Todo lo que tenía
relación al movimiento y exteriorización hacia el extranjero, estuvo reservado al pueblo romano. Roma
aplicó este sistema en Iliria desde el 228 a.C., Venecia hasta fines del siglo XVIII y Austria hasta 1918. No
existió otra política en Dalmacia.

El dominio del Adriático sería para Roma, como después lo fue para Venecia, una cuestión de vida o
muerte. Lo resolvió por el empleo de la fuerza. Celtas, ilirios, tracios y macedonios fueron sometidos,
aniquilados o incorporados a las legiones romanas. Sin embargo, Roma jamás pudo asimilar
completamente el mundo ilirio. Se contentó con una dominación política adornada de todas las seducciones
de la cultura latina, respetando el nombre ilirio. La paz romana descendió sobre esta costa perfumada y
agotada, como también sobre todo el territorio interior hasta el Sava. Allí se quedó seis siglos. Fue el más
largo período de ocupación que Dalmacia haya conocido en su historia tan agitada hasta el día de su
liberación.

Políticamente, desde el siglo II a.C., el Adriático llegó a ser un mar romano, pero el continente, poco
seguro, se le escapaba. Mas Roma, con su espíritu rectilíneo, su derecho y su lógica implacable, su
organización sistemática y su formidable potencia militar, se instalará definitivamente en el país de los
ilirios. El país del dragón pasará a ser el de la loba.

 
 

 
 

LIBRO SEGUNDO
HASTA LA LLEGADA DE LOS ESLAVOS

 
 

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO SEGUNDO


El Segundo Libro abarca un período de aproximadamente quinientos años, que corresponde a los primeros
cinco siglos de nuestra era. Empieza con el triunfo de los romanos sobre las tribus ilirias de la Península
Balcánica, especialmente de la tribu de los dálmatas. Termina con la destrucción de Salona por ávaros y
eslavos y el consiguiente establecimie
nto de éstos últimos en las costas balcánicas del Adriático. También por esos años desaparece el Imperio
Romano de Occidente y a partir de entonces será el Imperio Romano de Oriente, más propiamente llamado
Imperio Bizantino, conjuntamente con los nuevos estados formados por los pueblos recién llegados, entre
ellos los eslavos, que gravitarán y determinarán el destino de Dalmacia.

Es muy importante este período, por cuanto deja como herencia a Dalmacia una cultura latina y una
religión cristiana que habla en latín. Mientras fue un factor histórico, Dalmacia contribuyó en mucho a la
 permanencia del Imperio aportando grandes emperadores, nacidos en su territorio y llamados emperadores
ilirios, tanto a la parte romana Occidental como a la bizantina Oriental. Igualmente nacieron en su territorio
distinguidos personajes de la Iglesia romana y una cantidad apreciable de mártires de la fe y santos de la
cristiandad católica. La pertenencia de los dálmatas a las diócesis católicas romanas significó anclarlos
definitivamente a la Europa Occidental. Este hecho sigue siendo del mayor significado y trascendencia
hasta nuestros días.

En el desarrollo del tema aparece mencionada, muchas veces, Panonia, especialmente su parte inferior,
Eslavonia, cuya historia estará imbricada a la de Dalmacia y que conjuntamente se integrarán, en el tiempo,
a la República de Croacia.

Los Capítulos IV y V tratan la Iliria romana y reseñan los aspectos más importantes de la civilización
romana que tuvieron influencia en el desarrollo posterior de los pueblos eslavos de la Península Balcánica.
En los Capítulos VI y VII se desarrolla la estagnación y decadencia del Imperio hasta la destrucción de
Salona por los ávaros y eslavos. El ávaro era el pueblo que dominaba a los eslavos de la parte occidental de
los Balcanes hasta la eventual llegada de los croatas, que los sustituyeron.

Santiago, Noviembre 1977.

 
 

 
 

CAPÍTULO IV
LA PAX ROMANA
PACIFICACIÓN DE DALMACIA
Con Octaviano (27 a.C.-14d.C.), el Augusto, terminó la República Romana y se inició una nueva estructura
 política: el principado. El jefe del Imperio Romano será el princeps civium, el primero de los ciudadanos,
con lo cual acumulaba los cargos más importantes: príncipe del Senado, tribuno vitalicio, cónsul perpetuo,
comandante en jefe del ejército (imperator ), tribuno de la plebe y pontífice máximo. En resumen el
 principado sería una monarquía que no se atrevía a llamarse así. El reinado de Augusto fue el siglo de oro
 para el Imperio, el siglo de la paz. A principios de nuestra era, las fronteras del Imperio parecían
definitivas. Allende el Danubio sólo los dacios se mostraban amenazantes. Fue uno de los poquísimos
emperadores romanos que murió de muerte natural.

Desde los tiempos de Augusto, el nombre de Iliria ( Illyricum ) comprendía todas las regiones al sur del
Danubio. Dalmacia pasó a ser el punto neurálgico del Imperio. El país donde se cruzaban las influencias
más diversas. La región que era necesario vigilar constantemente. Cuando se trataba de Dalmacia, Roma se
 ponía nerviosa y circunspecta a la vez. Tan pronto la empequeñecía como la engrandecía, un día la ubicaba
en el Oriente y al día siguiente la reivindicaba para el Occidente. Se entrevé ya el divorcio de dos mundos
cuyo punto de unión, de repulsión y de puente fatídico entre dos concepciones diferentes del universo, sólo
se encontrará en esta provincia iliria romanizada.

En el año 10 d.C., o sea, inmediatamente después de sofocar el levantamiento de los Bato, los romanos
dividieron la provincia de Iliria en dos: Panonia y Dalmacia. Dalmacia abarcó todo el territorio que va
desde la desembocadura del río Ar #a en Istria hasta la proximidad del río Mat en Albania y desde el mar
Adriático hasta los ríos Kolubar e Ibar en el sudoeste de Serbia. Su capital era Salona.

A Augusto lo sucedió Tiberio (14-37) que ostentaba el poder tribunicio y el imperium majus. Excelente
general. De espíritu inquieto y atormentado. En su reinado comienzan a adquirir importancia dos funciones
que, anteriormente en tiempos de Augusto, sólo habían sido expuestas: la prefecturas del pretorio y de la
ciudad. A los gobernadores de provincias les recomendaba "que esquilen las ovejas pero que no las
desuellen". Aseguró una justicia severa, favoreció a los delatores. Fue celoso por mantener las barreras
entre las clases sociales. En el reinado de Tiberio los contemporáneos rinden homenaje al esplendor de la
 Pax Augusta.  Construyó caminos. En particular, restauró la ruta abierta por su padre desde Venecia al
Danubio.

 No hay datos precisos sobre la pacificación de Dalmacia y Panonia. Al contrario, se tiene el testimonio
irrecusable de Tácito respecto a las revueltas militares que tuvieron lugar bajo el reinado de Tiberio. Las
villas de Dalmacia estuvieron siempre en estado de agitación y de semirebelión, mientras que el grueso de
la población iliria en Dalmacia, al igual que en Panonia, aceptaba con resignación el régimen de hierro que
le traía la paz con cierta dosis de bienestar. Druso, hijo de Tiberio, y Germánico, su hijo adoptivo,
detuvieron, desde el principio del reinado, la amenazadora insurrección de los ejércitos de Panonia y
Germania.

Dos legiones, aproximadamente 12.000 hombres, estaban acampadas permanentemente en Dalmacia, lo


suficientemente próximas a Roma para ir en su ayuda en caso de un repentino peligro. Esta cercanía a
Roma le confería a Dalmacia una importancia excepcional. Tiberio había pacificado el país, pero el fuego
estaba latente en las legiones cuyos contingentes estaban formados en su gran parte por elementos
ilirodálmatas. Su hijo Druso detuvo, desde el principio de su reinado, la amenazadora insurrección de los
ejércitos de Panonia. Aplastó la revuelta con la ayuda celeste de un eclipse lunar. Por concesiones y
castigos, los rebeldes volvieron a las filas. Pero se continuó con la vigilancia del territorio ilirio. Druso,
encargado de la administración provisoria de la provincia, hizo numerosas visitas.

Después de estos sucesos, la vida dálmata retomó su curso, calma y tranquila. Roma, trató de atenuar la
situación por la administración imparcial de la justicia y por una fuerte organización militar. El nombre de

 
 

Tiberio llegó a ser popular en Dalmacia y su recuerdo no fue reemplazado sino por el de Diocleciano, hijo
del país. Gracias al sabio sistema de gobierno de Tiberio, Dalmacia prosperó bajo su reinado.

Bajo el emperador Claudio (41-54), Dalmacia fue teatro de una gran revuelta militar (42) de naturaleza
diferente a las anteriores. Esta fue más que un motín. Fue la primera tentativa de una serie de usurpaciones
de la púrpura imperial, fenómeno que a continuación llegó a ser un mal crónico. Su jefe fue el gobernador
de Dalmacia, Escriboniano. Tenía bajo sus órdenes no sólo las dos legiones dálmatas sino también un gran
número de tropas auxiliares (auxilia). Exigió la abdicación al Emperador. Le garantizaba una vida segura y
tranquila. La conspiración abortó. Los soldados se sublevaron contra sus oficiales. Masacraron a muchos.
Escriboniano escapó a Vis, donde, finalmente, un soldado lo asesinó.

El pueblo dálmata asistió a esta breve tragedia sin emocionarse. En cuanto a los soldados arrepentidos,
fueron premiados. Los asesinos de los conspiradores y oficiales rebeldes fueron elevados a los más altos
rangos militares. Las legiones VII y XI recibieron el título de Claudia Fidelis y Pia Fidelis.

Bajo Nerón (54-68), la VII Legión claudiana dálmata fue enviada a Panonia. La XI quedó en Dalmacia.
Mientras tanto se conspiraba en Roma. Nerón decidió concentrar fuerzas considerables en la capital, con
legiones traídas de todos los confines del Imperio. Al final de su reinado, en toda Iliria quedaban sólo dos
legiones (la III Gallica  y la XIII Germanica), mientras que las legiones dálmatas continuaron en la
Península Itálica.

En el 68 se producen sublevaciones. Entre ellas una encabezada por Servio Sulpicio Galba (68-69), a quién
el Senado proclamó Emperador. Al día siguiente Nerón se suicidó (9 de Junio). Galba trató de colaborar
con el Senado y los nobles, lo que significó un retroceso a los orígenes del principado. Su austeridad y
dureza lo hicieron impopular. Después de la muerte de Nerón, Roma vivió un año de turbulencias y luchas
 por la sucesión imperial. Los ejércitos se sublevaron. Además de Galba, diferentes legiones proclamaron a
otros tres emperadores: Otón, Vitelio y Vespasiano.

En el momento en que estalló la guerra civil que involucró a cuatro generales romanos, en Iliria y Panonia
había unos 50.000 hombres, tropas aguerridas y de élite. La Dalmacia no tardó en jugar un papel de primer
 plano en la competencia por la sucesión de Nerón. Es en gran parte gracias a Dalmacia que un gran soldado
 plebeyo, Vespasiano, obtuvo la victoria total sobre la otras fuerzas. Tito Flavio Vespasiano, (69-79) fue
reconocido por el Senado como el único jefe del Estado. Las tropas ilirias fueron alejadas de sus bases de
reclutamiento.

A Vespasiano lo sucedió su hijo Tito (79-81). Su reinado fue breve, sólo registra catástrofes: pestes,
incendio de Roma y erupción del Vesubio (79). Fue muy popular y murió enfermo a los cuarenta años de
edad. Su hermano, el ambicioso Domiciano (81-96), que había envenenado la vida de Tito con sus intrigas,
se apresuró hacerse del poder. Continuó con celo los trabajos de obras públicas iniciados por su padre y
hermano. Sus defectos superaron sus cualidades. Se hacía llamar dominus et deus, señor y dios. Los
cristianos experimentaron la crueldad del emperador. Se convirtió en déspota. Su mujer encabezó una
conjura para librarse de él.

La política exterior de Domiciano fue, por lo general, beneficiosa para el Imperio. En el Danubio entabló
una guerra larga y sangrienta contra las tribus de la otra orilla. Los romanos sufrieron algunas derrotas
deplorables que llegaron a anular las victorias conseguidas. Sin embargo, la Dalmacia pudo gozar durante
la dinastía flaviana, casi un siglo de una paz profunda. Estuvo protegida contra los bárbaros del Danubio
Medio, cuyas incursiones comenzaban a inquietar seriamente a Roma.

A la muerte de Domiciano, el Senado designó por su cuenta como emperador a Nerva (96-98), quien
adoptó a uno de los generales más famosos, Trajano, como su corregente. Nerva murió dos años después
de asumir y Trajano (98-117) se convirtió en el amo de Roma.

El emperador Trajano, mantuvo la paz. Se dedicó especialmente a cuidar las finanzas y las fronteras.
Defendió al país de las incursiones del norte. Sometió completamente a los dacios que habitaban al norte
del Danubio Inferior. Durante siglo y medio sería la avanzada del Imperio contra los pueblos bárbaros del

 
 

norte de los Balcanes. Dacia fue completamente romanizada (la mayor parte de Rumania). Enfermó y
murió camino a Roma. El mando pasó a Adriano.

Durante el gobierno de Adriano (117-138), Dalmacia fue privada de sus tropas. Pasó a ser  provincia
inermis, lo que significaba disponer sólo de algunas tropas auxiliares, una especie de gendarmería, y no de
legiones. Fatal e incomprensible error que facilitó la posterior destrucción completa de las villas dálmatas
 bajo los golpes de los bárbaros. El Imperio preparaba su propio hundimiento.

Adriano adoptó y designó como sucesor a Antonino Pío (138-161), y éste, por orden de Adriano, adoptó a
Marco Aurelio (161-180), quien al llegar a adulto fue corregente de su padre adoptivo (147) y a su muerte
Emperador. Este emperador filósofo escribió una obra titulada  Pensamientos, una especie de diario de su
vida interior y algunas consideraciones sobre el mundo y los hombres.

Bajo los Antoninos, Dalmacia no fue olvidada. Se ejecutaron trabajos de utilidad pública, el comercio con
Italia fue fomentado, se tomaron medidas enérgicas contra la piratería adriática. Pero, sobre las orillas del
Danubio el peligro se hacía cada vez más eminente. Dalmacia aprovechó las felices campañas de Marco
Aurelio (167-175) contra los cuados y marcomanos en el Danubio. Parece que esta vez fue necesario
enfrentar un nuevo factor: los pueblos eslavos que venían del norte y del este. Las fuentes históricas de esta
época citan, junto a las tribus germánicas muy conocidas, algunos nombres de tribus eslavas que debieron
habitar en el Vístula y en los Cárpatos. El emperador filósofo, inquieto por la seguridad de la provincia
adriática, rodeó Salona con una nueva muralla fortificada. Murió en una epidemia declarada cuando se
 preparaba para una nueva expedición contra los marcomanos.

Marco Aurelio tuvo como sucesor a Comodo (180-192), prototipo de hombre abúlico. Los inmensos
territorios, en defensa de los cuales su padre consagró toda su existencia, fueron abandonados por él. En
 pocas semanas las fronteras del noreste retrocedieron hasta el Danubio. El reinado de Cómodo, de
tremendo perjuicio para el Imperio, duraba ya doce años cuando una conspiración acabó con él. Lo
estranguló su profesor de esgrima.

El Siglo III se inicia con una terrible crisis del régimen instituido por Augusto, la anarquía militar. Las
tropas fronterizas intervinieron en política y las legiones proclamaron emperadores a sus jefes. Algunos
gobernaron sólo algunos días. Casi todos morían de muerte violenta. La Panonia defendió al africano Lucio
Septimio Severo (193-211), quien logró eliminar a todos sus rivales.

El primer golpe de ensayo de la prepotencia militar iliria fue la prodigiosa aventura de SeveroError!
Bookmark not defined., el cual, aunque africano, fue impuesto a Roma por las armas iliropanonias, donde
tuvo una triunfal acogida. A partir de este momento las tropas ilirias aumentaron en número e importancia.
El reclutamiento local le daba a las legiones un carácter más homogéneo. Esta característica de los ejércitos
danubianos, panonios e ilirios aseguraba la preponderancia de sus soldados, que eran alrededor de unos
70.000, en la nominación de los emperadores. La consecuencia de este estado de cosas fue que los soldados
ilirios de los ejércitos del Danubio fueron llamados a jugar un rol importante en el conjunto de la vida
militar romana al nombrar a los emperadores, que en su mayoría fueron ilirios.

Caracalla (211-217) sucedió a Severo. Implantó un régimen de terror. Los senadores fueron diezmados y
los más ricos siguieron la misma suerte. Las fortunas confiscadas engrosaron el patrimonio del Emperador.
La proporción de los senadores de Roma disminuyó en favor de los provinciales. Los romanos fueron
excluidos del cargo de pretorio. El derecho de ciudadanía romana perdió todo su valor, ya que se concedió
a todos los habitantes del Imperio. Así desaparece la distancia nacida de la conquista entre los romanos y
sus súbditos. El Imperio Romano perdió el carácter colonial que había conservado hasta entonces

EMPERADORES ILIRIOS
Desde un comienzo, los habitantes de Iliria se distinguieron como soldados. Su participación en las
legiones romanas crecía paralelamente con el mayor peligro que presentaban las tribus bárbaras que, desde
el oriente, atacaban la frontera del Imperio. La capacidad militar de los ilirios los llevó al centro de
numerosos acontecimientos. Después del Siglo III, el poder central de Roma se debilitó. Las provincias
adquirieron mayor peso que Roma. Saltan al primer plano y toman en sus manos los destinos del Imperio.

 
 

El Imperio pasó a ser cada vez presa más fácil de los soldados y generales ricos de las provincias que
imponían su candidato en el trono.

Bajo el gobierno de los llamados emperadores militares, los godos invadieron el territorio romano,
destruyendo todas sus defensas. Este pueblo se abatió como una tromba sobre las costas del Adriático.
Robó y saqueó los campos y la villas abiertas como también muchas fortificadas que no pudieron resistir a
la furia de este huracán. Esta invasión fue el prólogo de las futuras invasiones de los pueblos llamados
 bárbaros. En Dalmacia, el anciano general Marciano, uno de los innumerables pretendientes de la púrpura
imperial, derrotó a los invasores y finalmente los expulsó.

El período de desorden y anarquía militar que vivió Roma durante el Siglo III disgregó la organización
interna del Imperio, (235-268). Terminó con los emperadores procedentes de Iliria, que aunque estaba
 bastante destruida, le dio a Roma numerosos emperadores de primer orden. Fue la época de los
emperadores ilirios: Decio, Claudio II el Gótico, Aureliano, Probo, Caro, Diocleciano, Constancio II,
Joviano, Valentiniano I, Graciano y Honorio. Defendieron el Imperio no pudiendo defender su patria de
origen, al igual que los soldados dálmatas en la Plaza de San Marcos en Venecia defenderán hasta la última
hora el poder vacilante de la Roma Adriática. En fin, el hijo del dragón sostuvo a los hijos de la loba. Roma
subyugó a Iliria y ésta salvó a Roma. La salvaguardia de los bases fundamentales del gigantesco edificio
imperial, fue llevado a cabo por generales de ejército, sucesivamente investidos de la púrpura imperial,
todos ilirios, de los cuales, dos nacidos y educados en Dalmacia. Los emperadores ilirios pusieron orden y
disciplina en el Imperio próximo a dislocarse, rehicieron la unidad y cerraron las brechas de las fronteras.

Cayo Mesio Quincio Trajano Decio


El primero fue Decio (249-251). Fue proclamado emperador por sus legiones. Al igual que todos los
emperadores de origen ilirio que le siguieron, Decio llevó una enérgica política interior y luchó contra los
 bárbaros que ya en ese tiempo presentaban un peligro para el Imperio. En el 250 se desencadenó la peste
asiática, que duró quince años. Para restaurar la unidad moral del Imperio persiguió a los cristianos.
Ordenó a todos los habitantes del Imperio hacer sacrificios a los dioses paganos, so pena de muerte, y
entregar cédulas de sacrificios (libeli). Se suspendió la persecución en Marzo del 251. Decio y sus hijos
lucharon contra los godos. Los hubieran destruido a no ser por la traición del dux Moesioe,  Treboniano,
cerca de Oescus. Decio persiguió a los godos; pero fue vencido y muerto en la Dobrudja, (251).

Publio Licinio Egnacio Galieno


El emperador elegido por los ejércitos de Retia, Valeriano, (260-269), otorgó en 253 a su hijo Galieno el
título de Augusto y de Pontífice Máximo, confiándole la administración del Occidente, haciéndose él cargo
del Oriente. En este acto aparece la primera fisura de las dos partes del Imperio Romano.

Durante su gobierno, los godos y carpos ocuparon parte de Dacia. Los primeros cruzaron el Danubio y se
 presentaron ante los muros de Salónica.

Reapareció la persecución a los cristianos: prohibió las reuniones en los cementerios, ordenó al sacerdocio
a sacrificar a los dioses, emitió nuevos edictos, estableció la pena de muerte contra el clero cristiano (257).
En el 262, Galiano devolvió a los cristianos sus iglesias y cementerios y les concedió la libertad de culto.

Los oficiales ilirios Auréolo, Claudio y Aureliano fueron autores de la caída de Galieno. Le reprocharon el
mostrarse infiel a la tradición de Roma, sacrificar la unidad del Imperio y dejarse seducir por la mística
helénica. Poseían un pequeño caudal de ideas políticas, sencillas y rigurosas. Admiraban la obra de Roma y
tenían la sensación de que, defendiéndola, protegían a la vez su patria balcánica contra los bárbaros. No
admitían ningún compromiso con los bárbaros. No aceptaban al Senado ni a los grandes señores
latifundistas y opinaban que debía apartárseles absolutamente del poder. Deseaban una política favorable a
los débiles y a los pobres, pero no les gustaba la anarquía y estaban decididos a restaurar la disciplina.
Subordinaban todas las actividades privadas a las supremas necesidades del Estado. Sustentaban el culto
del ejército y la burocracia. Temían las prácticas mágicas, no comprendían las sutilezas místicas, pero
observaban el vacío de los cultos tradicionales y aceptaban gustosos como religión del Estado el culto del
Sol, que por lo demás ya ocupaba un puesto de honor entre los cultos populares de Iliria.

 
 

Marco Aurelio Claudio Gótico


Entre las primaveras de los años 268 y 270 gobernó el Imperio el emperador ilirio Claudio IIError!
Bookmark not defined. el Gótico, que se destacó por sus batallas contra los godos, por la cuales recibió el
título de “Gothicus”. La victoria que obtiene en Ni#  (269), salva momentáneamente a Roma de sus más
 peligrosos enemigos. El peligro renació en Retia y Panonia. Claudio murió de peste en Sirmium.

Lucio Domicio Aureliano


A Claudio lo sucedió Aureliano (270-275), hijo de un colono de Panonia. Fue proclamado Emperador por
las legiones de su pueblo natal, Sirmium. Gobernó cinco años. Restableció de momento la unidad del
Imperio e hizo tanto por el Imperio que lo proclamaron “ Restitutor Orbis”. La energía del ejército de Iliria
salvó al Imperio. Las fronteras quedaron fijadas en el Rin y en el Danubio. Aureliano realizó reformas que
se caracterizaron por un notable aumento de la autoridad monárquica y del estatismo. Aceptó en vida que
lo llamaran señor y dios (dominus et deus). Difundió como culto supremo el del Sol. En el curso de una
inspección de las fronteras, cayó asesinado y fue el primer emperador no sepultado en Roma sino en
Sirmium, en su patria. A su muerte se produjo un nuevo período de turbulencia.

Marco Aurelio Probo


De Sirmium fue también el emperador Probo (276-282). Prosiguió la obra de Aureliano. Antes de ser
emperador se destacó como general y, cuando los soldados lo proclamaron emperador, se dedicó con toda
su energía a la normalización interior de Imperio. Incluso utilizó soldados en la construcción de obras
 públicas. Suprimió toda restricción al desarrollo de los viñedos. Gracias a él existen viñedos en Fru#ka
Gora y en el valle del Rin. Instaló al interior del Imperio a numerosos tribus bárbaras. Utilizando esa mano
de obra barata se dedicó a desarrollar los cultivos, particularmente en Panonia. Consolidó la frontera del
Danubio. Los soldados no estaban conforme con la férrea disciplina que introdujo en el ejército. En el 282,
mientras preparaba una expedición contra los persas, lo asesinaron en Sirmium. Por un breve período lo
sucedió Caro (282-283), quien murió en la expedición proyectada por Probo.

EL EMPERADOR DIOCLECIANO

A Caro lo sucedió el más grande de los emperadores ilirios, hombre con visiones políticas de largo alcance,
el dálmata Cayo Aurelio Valerio Diocles Jovio, Diocleciano. Gobernó 21 años, desde el 284 al 305.
Acometió la tarea de reconstruir metódicamente todo el mecanismo del Estado y ponerlo en buen camino.
Hizo una profunda reforma administrativa. Los cambios fueron de tanta importancia que se les puede
considerar como la creación de un nuevo tipo de monarquía caracterizada por una fuerte influencia
oriental. Continuó con el proceso de división del Imperio en dos partes, una Occidental y otra Oriental.

Se supone que Diocleciano nació en un caserío, llamado Libovac, a tres kilómetros de Salona, en 243.
Según otros en Duklja. Se llamó Diocles. Pertenecía a una familia de agricultores libres. Era el quinto hijo.
Su figura era alta y pálida ,  de piel blanca, con una gran nariz aguileña, de ojos grises, de mirada
melancólica, tenía la expresión de tranquilidad común a todos los campesinos de la Iliria Antigua y
Moderna. Diocleciano fue hijo típico de una provincia alejada del Imperio que la civilización romana
apenas había rozado  pero que era célebre por la fortaleza y valor de sus habitantes. Los sentimientos
religiosos del joven Diocles no eran muy firmes. Estaban marcados  por una superstición atávica heredada
de sus ancestros ilirios. Pasaba por ser un profundo pensador.

Escogió la carrera de las armas y se enroló en una de las legiones dálmatas. Era la única profesión que, en
esa época, permitía escalar posiciones en la sociedad a hijos de campesinos. Era la puerta abierta a todos
los honores, como más tarde, lo sería en la Edad Media la tonsura. Ocupó todos los grados de la jerarquía
militar y cuando las fuerzas misteriosas que actuaban en la subestructura del Imperio le ofrecieron la
 púrpura imperial, el ya tenía la alta dignidad de Comes domesticorum, comandante de la guardia
 pretoriana. Los oficiales lo proclamaron emperador en Nicomedia. De aquí en adelante se llamó Marco
Valerio Aurelio Diocleciano. Diocleciano pertenece más a la historia general del Imperio que al mundo de
Roma.

Como todos los generales y emperadores ilirios que le precedieron, Diocleciano comprendió que no había
otra cosa que hacer sino causa común con Roma. Se aferró a la idea estatal romana, como más tarde sus
compatriotas dálmatas se aferrarían al manto imperial de Bizancio y después al Imperio Veneciano. Todos

 
 

estos gobiernos eran, en mayor o menor grado, guardianes del orden, moderación, tranquilidad y justicia, a
falta de una libertad que se había, según parece, perdido para siempre.

Consideró que las debilidades del Imperio estaban en su interior y no en los ataques de los enemigos
exteriores. Su actividad legislativa comenzó de inmediato. Realizó una serie de reformas de gran aliento en
el ámbito administrativo y económico, lo que devolvió a Roma su confianza y la necesaria estabilidad
interna. Para mejorar y aliviar al gobierno de tan inmenso y heterogéneo Imperio implementó el sistema de
la tetrarquía (poder de cuatro personas: dos augustos y dos cesares). La tetrarquía exigía que cada augusto
nominara un cesar, que a la muerte o abdicación del augusto, pasaba a ser augusto, el que designaba a su
vez un nuevo cesar en su reemplazo y así sucesivamente. El objetivo de tal medida era que cada uno de los
cesares adquiriese suficiente conocimiento para suceder al augusto. Después de cierto tiempo, los augustos
debían abdicar y renovarse así sucesivamente. Creyó que con esto evitaría las guerras de sucesión en el
futuro. De esta manera se creó una especie de sistema dinástico artificial que debía librar al Imperio de
turbulencias y de ambiciosos conjuntamente con quitar a las legiones el poder decisivo que se habían
abrogado en la elección de emperadores. Sin embargo, las turbulencias prosiguieron y pusieron
rápidamente fin al sistema de la tetrarquía, que dejó de existir a principios del siglo IV.

Diocleciano nombró, en el 287, corregente del Imperio a Maximiano, también ilirio, al cual encargó la
administración de su parte occidental. Ambos llevarían el título de Augusto con iguales poderes. Uno
habitaría en la parte Occidental y el otro en la Oriental del Imperio. Los dos augustos gobernarían
nominalmente el Imperio Romano, que seguía siendo uno. La designación de dos augustos demostraba que
Diocleciano reconocía ya la diferencia existente entre el Oriente y el Occidente. Además que la
administración de todo el Imperio superaba las capacidades de una sola persona. No obstante la igualdad
teórica de los dos augustos, Diocleciano gozaba de una indiscutible supremacía. Dioclesiano se quedó con
Oriente, la mitad más rica del Imperio, y residió alternativamente en Nicomedia, su propia capital en
Bitinia, y en Salona. Maximiano en el Occidente, trasladó su capital de Roma a Milán.

En la primavera de 293, Diocleciano designó dos cesares, Galerio y Costancio Cloro, sendos herederos de
él y de Maximiano. Con esto completó la tetrarquía.

El latín fue la lengua exclusiva de la administración, aún en las provincias orientales. La distinción entre
las funciones del poder civil y militar era rigurosa. A los gobernadores provinciales se les quitó el mando
de las tropas y a los generales toda injerencia en la administración civil. Los prefectos del pretorio
 permanecieron cerca de los emperadores, pero delegaron parte de sus atribuciones en los vicarios.

Diocleciano, ¿fue un emperador latino? Ciertamente que sí en tanto que animador y propagador de la idea
imperial unitaria. Pero igualmente oriental e ilirio en su actitud hostil a la capital, a Roma, a la que visitó
una sola vez para celebrar allí una victoria. Su alma estaba saturada por los elementos orientales y
 balcánicos, por su tranquila, austera y melancólica unión no sólo a su país natal sino también a la religión
que el había incorporado a su ser, sin duda bajo manifestaciones exteriores romanas, pero en realidad con
 persistentes recuerdos iliroorientales. No se sabría explicar de otra manera esta contradicción paradojal
entre la organización y la defensa del Estado y la antipatía a su capital. Era ante todo un hombre de
gobierno. Fue el más sobresaliente de todos sus predecesores ilirios. Asombró al mundo por un gesto único
en los anales del Imperio. En el pináculo de su poder, abdicó, tal como estaba prescrito.

Sin embargo este gran realizador no soñó que, por su reforma del año 293, preparaba la escisión definitiva
del Imperio y el hundimiento final del centro mismo del Estado. Tratando de simplificar la administración
y de restringir el poder exorbitante de los altos funcionarios políticos de las 47 provincias que existían a su
advenimiento, Diocleciano reorganizó el Imperio dividiéndolo en cuatro grandes prefecturas: Oriente,
Iliria, Galia e Italia. Estas cuatro prefecturas comprendían 13 diócesis y 116 provincias.

La diócesis de Panonia pertenecía a la Prefectura de Italia y tenía siete provincias:

1° Dalmacia, incluía el litoral dálmata con todas sus islas;


2° Panonia Inferior, o sea, Eslavonia oriental, entre los ríos Sava, Danubio y Drava;
3° Panonia Saviana, es decir el país situado entre los ríos Sava medio e inferior y el Drava;
4° Panonia Superior, equivalente al archiducado de la Baja Austria;

 
 

5° Valeria, en la orilla derecha del Danubio entre las provincias Panonia Inferior y Superior;
6° Norica Superior, al oeste del río Inn, o sea, entre Panonia Superior y el país de Salzburgo; y
7° Norica Mediterránea, que cubría Estiria y Carintia con su capital Ljubljana.

La provincia de Dalmacia incluyó solamente la Liburnia (de Ra#a al Krka) y la Dalmacia propiamente tal
(desde Krka hasta las cercanías de la actual Budva, más allá de Boka Kotorska), es decir todo el litoral
adriático desde Ra#a hasta Boka Kotorska. Su capital era Salona, degradada por tanto a ser capital de una
 parte de la anterior Dalmacia.

La otra parte de la antigua provincia de Dalmacia se llamó Prevalitania y abarcó: Boka Kotorska,
Montenegro, Hercegovina y la Albania del Norte. Su capital fue la antigua residencia real iliria de Shkodër.
Quedó incluida en la diócesis de Mesia, perteneciente a la disminuida prefectura de Iliria (casi la actual
Serbia, Macedonia y Grecia).

El divorcio se había realizado. Diocleciano estableció en Dalmacia una separación administrativa bien
definida. Creó una Dalmacia Salonitana y una Dalmacia Prevalitana. Esta reforma preludia la famosa
división teodosiana del Imperio entre Roma y Bizancio

Diocleciano introdujo en el ceremonial de la corte un estilo del todo oriental como medio para unificar y
disciplinar a los espíritus. Eligió a Júpiter como su dios protector y se hacía llamar Jovius, mientras que su
colega Maximiano tuvo que contentarse con una divinidad inferior, tomó el título de Hércules. Introdujo la
adoración, se proclamó Dios. Estaba convencido que esta encarnación divina era una necesidad para el
mundo que iba a la deriva. Alejó la guardia pretoriana, foco de continuos pronunciamientos, y se rodeó de
una guardia dálmata. Introdujo una verdadera y definida forma de absolutismo.

Diocleciano enfermo, viejo y gastado llegó a Nicomedia en agosto del 304. En diciembre un ataque de
apoplejía lo puso al borde de la muerte. Pero se repuso. El 1° de marzo del 305, en una planicie contigua a
la villa imperial de Nicomedia, Diocleciano renunció solemnemente al trono y entregó el mando a sus
sucesores. Maximiano hizo lo mismo y Constancio Cloro y Galerio pasaron a ser augustos.

Esta decisión de dejar el poder es casi única en la historia de la humanidad. El mismo día de su abdicación
retomó su antiguo nombre de Diocles y de Nicomedia se dirigió directamente a Dalmacia. Es allí, en los
alrededores de su villa de Salona, donde quiso terminar sus días, en la paz de su campo natal y en un
relativo olvido. Pero la capital bulliciosa de Dalmacia no le convenía. Ordenó construir su monumental
 palacio fortificado (el Palacio de Diocleciano, que dio origen a Split, ciudad que nunca le ha levantado una
estatua) a una distancia de cinco millas de Salona. Lo ubicó a la orilla del mar, sobre un brazo del Adriático
que separa el continente del archipiélago que lo defiende de las grandes tempestades, allí donde existía un
 pobre caserío de pescadores hizo edificar un palacio para residir y reposar de las preocupaciones del poder.
Diocleciano se reservó el gobierno de la provincia de Dalmacia. Dalmacia se encaminaba lentamente hacia
una independencia de la cual tenía sed y que no pudo realizar sino hasta dos siglos después, y eso por un
solo instante histórico.

En su retiro palaciego, Diocleciano cultivó su huerta y tomó baños sulfurosos del lugar. No gozó sino de un
reposo relativo. Después de su abdicación, una encarnizada guerra de todas las competiciones conjugadas
de Augustos y Césares de las tetrarquías causó estragos por toda la extensión del Imperio.

Entre los meses de junio y agosto del año 313, Diocleciano, a la edad de sesenta y ocho años, se envenenó
temiendo mucho una muerte ignominiosa. El suicidio, desde luego, estaba entre las tradiciones constantes
y más nobles de la antigüedad. Su tumba fue ubicada en el centro el mausoleo octogonal del palacio, hoy
catedral de Split, y se la mencionaba aún en el siglo IV bajo Constancio II. El sarcófago se veía todavía en
su lugar hacia el 438 o 488. Después desapareció.

Se admirará siempre el maravilloso Palacio de Diocleciano en Split, del cual se puede decir que, después
del Panteón, es el más precioso monumento de arquitectura romana que los siglos nos han trasmitido. Su
 planta es casi un rectángulo de 215 por 180 m. de lados, rodeada por fuertes murallas, que tenían sendas
 puertas en cada uno de sus cuatro lados. Estaba protegida por 18 torres. La muralla del lado sur se

 
 

encontraba en el mar. Dos calles perpendiculares, dividían el palacio en cuatro partes. La construcción es
de piedra, traída especialmente de la vecina isla de Bra%.

El palacio representa una admirable síntesis de las nuevas corrientes que unían Roma al Oriente. La
nostalgia del reposo y de la seguridad, la aspiración de algo durable e íntimo que excitaba al viejo
emperador y al mundo romano, ambos conscientes del decaimiento de las fuerzas políticas y sociales en un
mundo destruido por el cristianismo socializante y por los bárbaros, representantes titulares de una nueva
concepción del mundo. El Palacio de Diocleciano es el último acto de una sociedad desesperada. Una
 batalla ganada por el genio iliroasiático a la organización militarista y a la disciplina artística de Roma.

Diocleciano fue organizador de gran estilo y de algunas realizaciones singulares, tales como la famosa
tetrarquía, el gobierno simultáneo de cuatro soberanos, dos augustos y dos cesares subordinados. Sentó las
 bases de institucionalidad al abrigo de las convulsiones internas, que facilitaron a Constantino y a sus
sucesores la tarea de retrasar el movimiento que conducía al Imperio a su disgregación.

A la abdicación de Diocleciano, la segunda tetrarquía (305-306) fue integrada para el Occidente por el
augusto Constancio, con asiento en Treveris, y el cesar Severo. Y, papa el Oriente por el augusto Galerio,
residente en Serdica, y como cesar a un oficial llamado Maximino Daya.. Esta situación decepcionó a dos
ambiciosos jóvenes: Majencio, hijo de Maximiano, y a Constantino, hijo de Constancio.

A la muerte de Constancio (306), una tercera tetrarquía administró al Imperio Romano. Comprendía dos
augustos: Galerio y Severo, y dos cesares: Maximino y Constantino. Se produjeron nuevas turbulencias y
usurpaciones. Constantino se hizo proclamar augusto y Majencio  princeps  de Roma y luego augusto. Con
esto, se produce tal confusión política que en un momento dado todos estos personajes eran augustos.
Constantino trató de restablecer la tetrarquía. Fue en vano. En Roma Severo fue muerto en el curso de una
guerra (307).

Galerio administró la Península Balcánica y las provincias danubianas vecinas, con centro en Sirmium.
Enfermo, publicó en Serdica un Edicto de Tolerancia religiosa (311), a fin de obtener las plegarias de los
cristianos. Reconoció al cristianismo y su derecho de reunión, debiendo los cristianos rezar a su dios por la
 prosperidad del emperador y la del estado. A su muerte, ocurrida pocos meses después, a Maximino le
surge un competidor: Licinio, a quien Galerio había nombrado augusto de Occidente (308). Constantino en
alianza con Licinio, venció a Majencio, en el puente Milvio. Entró triunfalmente en Roma y quedó dueño
del Occidente (312). En este conflicto Maximino fue vencido y se suicidó (313).

En el año 313, muertos los otros emperadores, Constantino y Licinio se repartieron el Imperio.
Constantino, que no toleraba compartir el poder, eliminaba progresivamente a todos sus rivales. El 314
Licinio cedió los Balcanes a Constantino. A partir de 320, entraron en conflicto. En el 322 Constantino le
declaró la guerra a Licinio. En el 324 las tropas ilirias, bajo las insignias de Constantino, obtuvieron la
victoria. Licinio muere ese mismo año y Constantino terminó como único soberano. No quedó nada de la
tetrarquía. La tetrarquía murió.

DINASTÍA CONSTANTINA
Constantino I el Grande (311-337) fue un emperador bizantino de origen ilirio, que se incluye, igual que a
Diocleciano, entre los más importantes gobernantes imperiales. Nació en Ni#. Restableció la unidad del
Imperio. Para impedir la disolución administrativa del Imperio, Constantino procedió, como Diocleciano,
dar una nueva estructura al Estado. Al igual que Diocleciano, realizó grandes reformas, notables por su
espíritu humanitario y menosprecio de la tradición romana. Mejoró la justicia y. afirmó abiertamente que
se debía preferir la equidad al derecho estricto. Protegió a los débiles.

Transformó a los prefectos del pretorio en funcionarios puramente civiles. Aumentó su número y repartió
el Imperio entre ellos. Dividió el territorio en más de cien provincias, éstas en doce diócesis agrupadas en
las 4 prefecturas dioclesianas. Cada prefectura estaba a cargo de un prefecto del pretorio. Así, la prefectura
de Iliria fue dividida en dos diócesis y 17 provincias. La diócesis de Iliria propiamente dicha tuvo 10
 provincias: 2 Nóricas, 2 Panonias, 1 Valeria (nombre de la hija de Diocleciano), 1 Savia, 1 Dalmacia
Salonitana, 1 Mesia y 2 Dacias. La diócesis de Macedonia en 7 provincias, entre ellas la Dalmacia

 
 

Prevalitana. Sirmium era la capital de la diócesis de Iliria y Salona quedó como la capital de la provincia de
Dalmacia Salonitana. En el siglo IV se conformaron tres jurisdicciones de prefectos de pretorio, las
 prefecturas de Galia, Italia (Italia, África e Iliria) y Oriente

La reforma creó también las Dietas. En cada provincia se instituyó una especie de Consejo General
compuesto por oficiales del estado (officiales), de propietarios libres y de otra gente de calidad para tratar
los asuntos provinciales. Tenía un carácter meramente consultivo y se reunían por lo menos una vez al año.

Un jefe militar (magister equitum)  se agregaba al presidente provincial (magister peditum). Los adjuntos
de los magistri se llamaban comites y dos de ellos duces. Estos títulos se reencontrarán en la Dalmacia de
la Edad Media.

Un primer hecho importante del gobierno de Constantino, pagano y adepto al culto solar, fue reconocer al
cristianismo los mismos derechos de existencia y protección que a todas las demás religiones y ordenar la
devolución de los bienes confiscados a los cristianos. En verdad el llamado Edicto de Milán del 313,
atribuido a Constantino, corresponde a una ordenanza dirigida por Licinio en ese año al gobernador de
Bitinia, inspirada en una de Galerio. En Dalmacia se restableció la metrópoli eclesiástica de Salona, que
abarcaba el territorio comprendido entre el Adriático y el Sava, donde ya, en el 304, el arzobispo Doimo
había organizado un obispado.

El segundo hecho importante, fue la transformación de Bizancio en la nueva capital del Imperio, que
 posteriormente se llamó Constantinopla en su honor. Ya en el 317 Constantino empezó a desplazarse al
Oriente. Primero a Sirmium, después a Sofía, Nicomedia y finalmente el 324 eligió a Bizancio como su
futura capital y empezó los trabajos de construcción que duraron hasta el 336. La inauguración solemne de
la nueva capital tuvo lugar el 11 de Mayo del 330. Esta decisión modificó profundamente el curso de la
historia universal y ejerció una influencia decisiva sobre los destinos de Dalmacia. La fundación o más
 bien la transformación de la antigua Bizancio, fue, antes que nada, el coronamiento solemne de Iliria en
vista de su enorme importancia en la economía general del Imperio. "La Iliria", dice un historiador de
Constantino, "estuvo en penurias y era justo que tuviese honores". Se piensa que el Emperador nacido en
Iliria, quiso substituir Roma por una nueva capital sobre el Bósforo. Ya desde el Siglo III Roma había
dejado de ser la capital efectiva del Imperio, Milan la había suplantado.

La fundación de la nueva Roma fue fatal para Dalmacia. El eje de la defensa del estado se desplazó. El
incomprensible capricho constantiniano sonó en realidad como el toque a muerto para la Dalmacia romana.
Las consecuencias, sobre todo después del reparto teodosiano del 395, serían desastrosas. Los sucesores
danubianos y adriáticos de los ilirios y romanos, los sudeslavos, serían las más grandes víctimas de la
nueva Roma. El conflicto entre el espíritu romano y el espíritu bizantino consumió sus fuerzas en estériles
luchas, cuyos efectos se sienten hasta nuestros días. Constantino desmilitarizó Dalmacia, primera
consecuencia tangible e inmediata de la fundación de Bizancio. Los confines militares fronterizos fueron
 progresivamente suprimidos, las puertas quedaron abiertas a todas las invasiones. Esto obedecía a una
nueva estrategia defensiva, que ya no estaba basada en la defensa de la frontera, del limes, sino en plazas
fuertes en profundidad con una guarnición a cargo de tropas profesionales.

Los emperadores ilirios, que creían restaurar la antigua Roma, habían logrado a organizar un estado
totalmente nuevo. El emperador aparecía como investido de una misión divina, y, al frente de un ejército
de soldados y burócratas, emprendía la reglamentación de toda la vida política, económica y religiosa. Los
 primeros emperadores ilirios conservaban todavía el respeto por Roma, por sus cultos, sus privilegios. Los
de ahora no. Las dinastías diocleciana y constantina, fueron más radicales, no se inspiraron en los
sentimientos de patriotismo romano. La política de tolerancia evolucionó en favor de los cristianos.

Bajo el reinado de Constantino, el cristianismo fue reconocido, de manera decisiva, como religión oficial.
El antiguo mundo pagano, en el dominio religioso, no satisfacía ya ni las necesidades del pueblo ni la de
sus gobernantes. El antiguo Imperio pagano empezó a transformarse en Imperio cristianooriental.

Constantino convocó el primer concilio ecuménico, que se celebró en Nicea (325) para considerar, entre
otras, la herejía del sacerdote alejandrino Arrio, según el cual el Hijo no es igual al Padre ni eterno como
Él. El concilio decidió que el Hijo es consubstancial con el Padre, o sea, que posee también la naturaleza

 
 

divina. Constantino se encargó de hacer respetar tal decisión. Se estableció el Símbolo de Nicea, que fijó,
 por primera vez y con precisión, que Jesucristo, hijo único de Dios, es eterno y consubstancial al Padre. En
327 ya se había acercado a los arrianos. En 333 se declaró decididamente partidario de Arrio. Un obispo
arriano, lo bautizó en víspera de su muerte.

Al examinar las reformas de Diocleciano y de Constantino, se comprueba que las más importantes fueron:

- establecimiento de una centralización estricta


- funcionamiento del Consejo del Príncipe
- creación de una administración numerosa en base de oficinas imperiales
- separación de los poderes civil y militar
- reclutamiento regional del ejército
- jerarquización funcional de la sociedad

Se puede decir que la evolución del poder imperial, quiso poner punto final a la organización monárquica y
con esta intención sustituyeron pura y sencillamente las instituciones romanas por las costumbres y
 prácticas que reinaban en el Oriente. Con ello comenzó una nueva civilización, la del Imperio Bizantino.
La nueva civilización recibiría el nombre de bizantina.

En el año 335, Constantino el Grande dividió el Imperio entre sus tres hijos: Constantino, Constancio y
Constante. Sin embargo, la inmensa región entre los tres mares, Negro, Egeo y Adriático, o sea, la
Península Balcánica, la asignó a su sobrino Dalmacio. A su muerte, sus tres hijos, tomaron el título de
augusto y gobernaron juntos el Imperio. Pronto surgió un conflicto entre los tres emperadores, no sólo por
cuestiones políticas sino también religiosas. Dos de ellos perecieron en la lucha. Constancio, arriano, quedó
como único emperador.

El Imperio quedó bajo el cetro de Constancio II (337-361), que en el reparto había recibido Asia, Siria y
Egipto. En el 350, Dalmacia pasó a su dominio. Luchó contra la fiera y potente tribu de los cuados, que
invadió Iliria y asoló Dalmacia en 355. Dalmacio fue masacrado. En el 360, su primo Juliano, el que
llegaría a ser el emperador Juliano el Apóstata, terminó victoriosamente la campaña comenzada por el
Emperador. El paganismo sufrió una serie de medidas restrictivas, mientras que el cristianismo, si bien
 bajo forma arriana, se desarrollaba y afirmaba.

Muerto Constancio II, Juliano el Apóstata (361-363) fue proclamado emperador en toda la extensión del
Imperio. Restauró el paganismo oficial, dándole una organización semejante a la cristiana, y el régimen de
autonomía de las villas en provincias. Las municipalidades podían funcionar con un número suficiente de
empleados públicos. La Iliria se doblegaba bajo el peso de los impuestos. La liberó del excedente que debía
al fisco. En Dalmacia requisó caballares para el ejército, los pagó a precios muy ventajosos.

El triunfo aparente del paganismo tuvo repercusiones en la situación de los cristianos. Al conceder una
 perfecta tolerancia, estaba seguro que pronto se reanudarían las disputas en la Iglesia, la cual, así dividida,
no presentaría un peligro serio. Los cristianos iban siendo alejados gradualmente de la administración y del
ejército. El golpe más sensible lo asestó con la reforma de la enseñanza. Los que se dedicasen a la
enseñanza no podían tener opiniones contrarias a las del Estado.

Juliano murió durante una campaña contra los persas (363). Contaba 32 años. Lo sucedió Flavio Joviano
(363-364), cristiano convencido y restaurador del cristianismo. Proclamó la libertad religiosa. Murió
repentinamente (364). Tuvo por sucesores a Valente (364-378) y Valentiniano I (364-375), nacido en
Panonia. Se repartieron el poder, Valente arriano en el Oriente y Valentiano cristiano en Occidente.

El reino de los dos emperadores se ensombreció por el terrible terremoto que sacudió los Balcanes en la
mañana del 21 de Julio de 364. Causó un espanto general, desgracias y ruinas innumerables. La costa de
Dalmacia fue una de la más sufridas. La destrucción de Cavtat dio origen al nacimiento de Dubrovnik.

En el 378 Valente sufrió una desastrosa derrota frente a una nueva invasión de los visigodos, pereciendo en
la batalla de Adrianópolis. La población balcánica se replegó sobre Iliria. Esta fuga hacia el Adriático es la
 primera migración de Este a Oeste. Para Dalmacia y toda la Iliria, significó una primera mezcla de pueblos.

 
 

Fue intolerante con los demás cristianos, si bien sus persecuciones no fueron muy severas ni muy
sistemáticas. Con Valente terminó la dinastía de Constantino el Grande.

DIVISIÓN DEL IMPERIO


En Occidente sucedió a Valentiano I su hijo Graciano Augusto (375-385), pero el ejército aclamó a su
medio hermano ValentinianoII, niño de cuatro años, (375-392). Después de la muerte de Valente, Graciano
elevó a su general Flavio Teodosioal título de augusto y le encargó el gobierno de las parte oriental del
Imperio. La Iliria Oriental fue atribuida a Teodosio y la Occidental le correspondió a Valentiniano II. Este
reparto de Iliria precedió en sólo algunos años a la división del Imperio. Esto lo comprueba el segundo
Concilio Ecuménico de Constantinopla del año 381, en el cual asistieron sólo los obispos de la Iliria
Oriental ya que los occidentales dependían de Aquilea. En este Concilio se agregó al Símbolo de Nicea el
Espíritu Santo, con lo cual se completó la Santísima Trinidad.

TeodosioI el Grande (en Oriente: 379-395 y en el Occidente: 392-395), bautizado y educado por un obispo
niceano, se enfrentó a dos difíciles tareas: restablecer la unidad interior del Imperio, desgarrado por
querellas religiosas, y salvar al Imperio de la presión contínua de los bárbaros.

Si se prescinde de Valentiano II, joven y sin voluntad y que no desempeñó papel alguno, aunque se inclinó
al arrianismo, el Imperio abandonó en definitiva, con Graciano y Teodosio, la vía de la tolerancia y se puso
al lado del Símbolo de Nicea. Teodosio tuvo una intervención capital en el triunfo del cristianismo. Era
 partidario de la fe que había elegido y no cabía esperar, bajo su gobierno, tolerancia para el paganismo.
Teodosio consiguió organizar en gran medida los asuntos de la Iglesia, no logrando crear una Iglesia única,
como era su deseo. Mantuvo una lucha implacable contra los herejes y los paganos.

En 381 convocó un concilio en Constantinopla en el cual se aprobó la consustancialidad del Padre, Hijo y
Espíritu Santo. Además estableció que el obispo de Constantinopla era el primero después del de Roma, o
sea, superior a todos los obispos de Oriente. En su Edicto del 381, estableció que no podían llamarse
cristianos católicos sino aquellos que creyesen en el Símbolo de la Fe, o sea, en la Trinidad del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.

Su reinado presenció el triunfo del cristianismo. El año 392, fecha histórica, representa el triunfo del
cristianismo. Teodosio I proclamó que no habrá tolerancia religiosa, ya que la religión del estado es una
sola y obligatoria, cuyos dogmas son fijados por el Emperador y él los impone a sus súbditos. Así se fundó
la doctrina bizantina de lo que se llamó césaropapismo.

En el año 395, antes de morir Teodosio I, único amo del Imperio, dividió el Estado entre sus dos hijos,
Honorio de 11 años y Arcadio de 17. Honorio reinaría en Occidente y Arcadio en Oriente. En su
concepción se trataba de una división puramente administrativa, pero que en su aplicación fue real y
definitiva. Se consumó la fatal separación. Desde entonces aparecerá un Imperio Romano de Occidente y
un Imperio Romano de Oriente, éste romano no por mucho tiempo más. Las dos mitades de lo que fue el
Imperio Romano no estarán nunca más bajo una sola mano. Para este acontecimiento histórico Constantino
había dado la señal y en la cual Diocleciano pensó sin dudas como resultado de una incompatibilidad
siempre creciente entre las dos partes. En este reparto la Dalmacia Salonitana y Panonia fueron incluidas en
el Imperio de Occidente. La Dalmacia Prevalitana quedó asignada al Imperio de Oriente. La frontera entre
ambos Imperios corría probablemente desde la actual Budva en dirección noreste a través de las montañas
de Montenegro y descendía sobre el curso superior del Drina para continuar hasta el punto en que este río
desemboca en el Sava. Esta frontera se mantendría hasta que, en los siglos XIV y XV, los otomanos la
 borraron y con sus conquistas produjeron un cambio político, demográfico y de toda otra naturaleza en los
Balcanes.

Esta división tuvo enormes e imprevisibles consecuencias en el campo político, religioso y cultural para
todos los tiempos posteriores y que, incluso, influyen hasta hoy. No fue sino mucho más tarde que la
Dalmacia propiamente tal fue restringida, prácticamente, a la costa adriática entre Zadar y Split. La primera
mención de Dalmacia como tal se encuentra en Apiano. Polibio no la menciona jamás. La capital de
Dalmacia era Salona, situada en la cercanía de lo que sería Split en el siglo VII.

 
 

Con Teodosio I se llega al fin de la Edad Antigua. El año 392 se puede considerar como la línea divisoria
de la Antigüedad con el Medioevo, ya que el cristianismo, una de las fuerzas que ocasionó el derrumbe del
mundo antiguo, consiguió entonces su victoria definitiva sobre el paganismo. La Edad Antigua
desembocará gradualmente en el Edad Media.

Los emperadores bizantinos de la dinastía teodosiana entre los años 395 al 518, fueron: Arcadio (395-408),
Teodosio II el Joven (408-450) y el tracio Marciano (450-457). Después continuó la dinastía isauriana con
el militar de la prefectura de Iliria León I el Grande (457-474), Zenón (474-491), Anastasio I de Iliria (491-
518). Durante todo este período, el trono bizantino nunca fue ocupado por un griego.

Teodosio II al publicar el célebre código que lleva su nombre, lo hizo también en nombre del emperador de
Occidente, Valentiniano III, hecho que indica que la unidad constitucional del Imperio subsistía, pero lo
que no impedía que entre las dos partes se agravara la oposición. Esto debido a las características diferentes
de las dos partes: las fuerzas vivas del Imperio estaban todas en el Oriente, el cristianismo se desarrollaba
en forma diferente y las invasiones bárbaras tuvieron consecuencias diferentes. En el año 430, Dalmacia
era parte integrante del Imperio Romano del Oriente.

La Paz romana, aunque llegó a ser una pobre paz, se había ido para siempre.

 
 

CAPÍTULO V
LA ILIRIA IMPERIAL
ILIRIA BAJO ROMA
Población
Por sus consecuencias, el definitivo sojuzgamiento de las tribus ilirias por el poder romano, es uno de los
acontecimientos más relevantes ocurrido en el futuro territorio de los sudeslavos en general y de los croatas
en particular. Este hecho implicó la expansión de la cultura y civilización romana con nuevas ideas en el
campo de la administración, justicia, finanzas y guerra; y la consiguiente casi completa romanización de
sus habitantes autóctonos, especialmente en el litoral dálmata. Paralelamente con lo anterior se perseguía la
desaparición gradual de Iliria y la permanente consolidación del cristianismo. Estos acontecimientos
influirán en el desarrollo de los sudeslavos en una determinada dirección por siglos y hasta el presente. De
aquí la gran importancia de conocer lo fundamental del período histórico de la administración romana,
 primero, y bizantina, después, en Dalmacia.

La población estaba compuesta por tres diferentes etnias:

- De los primeros helenos, habitantes de las ciudades del litoral y de las islas que ya, en la época romana,
estaban suficientemente romanizados;
- De los inmigrantes romanos; y
- De los miembros de las tribus ilirias y otras, que habitaban en los valles interiores cerca de los ríos y en
las planicies aptas para el pastoreo y la agricultura.

Los descendientes de helenos y el nuevo elemento romano, habitaban preferentemente las ciudades del
litoral y las grandes ciudades del interior. Representaban la vida ciudadana. En los primeros tiempos los
ilirios y celtas, que vivían en pueblos tribales, mantenían débiles relaciones con la población de las
ciudades.

La población estaba dividida en civis  (ciudadanos romanos)  e incolae  (indígenas), que en conjunto
constituían el pueblo.

Ciudades romanas
Cada ciudad poseedora de la ciudadanía romana estaba adscrita a una tribu romana. Las ciudades se
dividían en dos categorías: los municipios y las colonias. Ambas tenían su fuero, conforme con las reglas
generales que César estableció en su ley municipal (lex Julia municipalis). La organización de los
municipios era bastante flexible y conservaba sobrevivencias anteriores a la concesión de la ciudadanía
romana o de derechos locales.

Las villas en Panonia y Dalmacia eran colonias o municipios. Bajo los emperadores, las colonias tenían
más importancia que los municipios. Su organización, vida jurídica, costumbres, todo se asemejaba a
Roma. Una colonia era una Roma en miniatura, había perdido su carácter militar original. Sólo los
habitantes de las colonias gozaban del derecho de ciudadanía romana.

La administración de las villas dálmatas bajo Roma era esencialmente autónoma. Todos los años el pueblo,
reunido en las circunscripciones electorales, elegía dos alcaldes, que se alternaban en el curso del año a la
cabeza de la administración municipal. Se les llamaba duoviri iure dicundo. Tenían poderes judiciales y
administrativas. También elegían a los duoviri aediles que estaban a cargo de las provisiones, edificios y
 policía de la ciudad, y a los tesoreros de las comunas (quæstores), depositarios y administradores de los
fondos públicos. El resto de los funcionarios municipales médicos oficiales, profesores, sacerdotes del
culto oficial y los del culto imperial, dependían y los nombraba el Consejo Municipal (Ordo decurionum,
Ordo).

El Consejo Municipal imitaba al Senado de Roma: emitía decretos (decreta) siguiendo su ejemplo. El
gobernador los aprobaba o los rechazaba, pero dentro de los estrechos límites del estatuto municipal. En las
villas más importantes el Consejo se componía de 100 miembros obligatoriamente contribuyentes, o sea,

 
 

únicamente decuriones y sus familias que formaban en cada villa la primera clase, en otros términos la
nobleza comunal, lo que en Bizancio y Venecia pasó a ser el patriciado.

Salona su capital. llegó a ser una de las grandes metrópolis del Imperio, especialmente hacia su decadencia.
Constantino VII Porfirogéneto le asigna, con alguna exageración, una área igual a la mitad de
Constantinopla. Pero la afirmación imperial no nos asombra si se piensa que los barrios de la capital
dálmata comprendía verdaderas pequeñas villas: Split, Klis, Stobre; y Trogir. En Salona se habían dado
cita todas las personas ricas, instruidas e influyentes. Una población mixta romana e iliria agregaba un
nuevo y variado encanto. Las clases altas mostraban un lujo desenfrenado sin vergüenza alguna. Los
 juegos de teatro y de circo, los goces más refinados hacían de Salona un villa rival de Treveris o de
Colonia. Salona era una gran base naval y un punto importante de salida de las planicies de Panonia y del
 bajo Danubio.

Los ciudadanos de Roma formaban una categoría privilegiada. En los comicios el pueblo intervenía, con
sus aclamaciones, para conferir al Emperador, por una parte, el título de príncipe y sus prerrogativas, y por
otra, la potestad tribunicia. Asimismo confirmaba el nombramiento de los cónsules.

En Dalmacia se encontraban las siguientes ciudades en la costa: Labin, Nin, Zadar, Trogir, Makarska,
Cavtat y Grblje; en el interior: )akovec, Zrinj y Strigovo, Prozor, &upljala, Bribir, Kljaki, !itluk,
*upanjac, Narona, Zenica, Gradina y Duklja. De las islas se destacan: Cres, Krk, Rab, Pag, Bra%, Hvar,
Vis, Kor %ula, Lastovo y Mljet.

La organización de las villas en la Dalmacia romana tiene una importancia capital para la historia dálmata
hasta nuestros días. Después de los griegos, que fueron los maestros y los iniciadores, los romanos
implantaron en Dalmacia la autonomía municipal. Al margen de la autoridad del gobernador provincial se
encontraba la vida judicial y administrativa de las colonias y municipalidades, las cuales tenían gobiernos
autónomos junto a un complejo de instituciones también autónomas que correspondían a los de la ciudad
de Roma. El legatus  rara vez intervenía en sus asuntos. Esta semilla será fecunda. Alimentó a los
municipios desde los comienzos de la Edad media y permitió a las villas dálmatas formar un frente único
contra las usurpaciones de las autoridades imperiales austríacas. Es a Roma seguida por Bizancio a quienes
Dalmacia debe su indomable espíritu de oposición a las ofensivas tardías venecianas y austríacas de coartar
sus libertades. Las ciudades contaban con un  forum , estatuas de los emperadores, baños públicos,
acueductos y otras instalaciones.

Administración
Bajo el Imperio había dos clases de provincias: las inermes y las turbulentas. Las provincias ricas e inermes
dependían del Senado, es decir de la suprema autoridad civil. Eran las provincias senatoriales o populares
regidas por procónsules. El emperador, que en el fondo era el generalísimo, imperator , era propuesto para
guardián de las provincias afligidas de una eterna enfermedad revolucionaria o expuestas a las incursiones
de temibles enemigos. Estas provincias turbulentas se encontraban en permanente estado de sitio. Eran las
 provincias pretorianas o provincias del Emperador. Estas divisiones no eran inmutables. Dalmacia fue
objeto de una alternancia especial entre los dos poderes. Después de la terrible guerra batoniana, el
Emperador trocó provincias ricas por Dalmacia, donde pensaba encontrar siempre soldados aguerridos y
heroicos para sus legiones. La subordinó a un propretor. Desde el punto de vista del edificio ilirodálmata,
 podemos olvidar los trescientos años que separan el reino de Augusto del reino de Diocleciano. No es sino
 bajo el gran emperador dálmata Diocleciano que el Imperio va a sufrir una profunda transformación en su
organización administrativa. Su reforma navegará un siglo y medio de agitada historia antes de zozobrar en
la división definitiva e irremediable de su territorio imperial.

El jefe a cargo del gobierno de Dalmacia cambiaba a menudo de título y seguramente de funciones. Bajo el
régimen republicano, su primer gobernador fue César, llevaba el título de procónsul. Después de él y hasta
fines del siglo III, gobernaron los propretores (legatus Augusti pro praetore), el título oficial más alto en
Dalmacia. Su poder era más o menos la de un virrey, si se nos permite hablar de realeza bajo la República.
Representaba el poder militar y civil. Residía en Salona. Gozaba de una renta anual y, generalmente, era un
antiguo cónsul. Ejercía directamente el poder administrativo y judicial. Además comandaba las legiones y
las tropas auxiliares. Entre ellos hubo rivales de emperadores y usurpadores, historiadores y padres de
historiadores (Dion Casio Aproniano y Dion Casio hijo, el autor de la célebre Historia romana). A partir

 
 

del 280 d.C., no se sabe por qué los gobernadores de provincias se transformaron en presidentes ( præses ).
Es interesante señalar que bajo la monarquía austríaca el jefe de la autonomía dálmata llevaba el título de
 presidente, mientras que el representante del emperador se denominaba lieutenant , lo que recuerda el titulo
de legatus Augusti pro proetore. 

Junto al representante imperial, se encontraba en la administración provincial el procurator Augusti, la más


importante figura financiera, casi siempre miembro de la nobleza romana. Su obligación era la de velar por
los ingresos imperiales y sobretodo el de las ricas minas de oro y plata de Dalmacia.

En la primera época del régimen romano, el gobernador concentraba todo el poder, civil y militar, como lo
fue también bajo Venecia y Austria. Pero, con la reorganización de Diocleciano, la autoridad civil se
separó de la militar. El comandante militar tomó el título de dux  o prefecto de pretoria, que a menudo
ejercía las funciones de general en jefe de la fuerzas ilirias y romanas. El jefe civil de Dalmacia y Panonia
el de praeses provinciae . Los dos jefes dependían directamente del Emperador.

Antes de Diocleciano y de Constantino, los representantes del emperador respondían al emperador, después
quedaron directamente bajo el control del vicario (vicarius) que estaba al frente de la diócesis. Éstos a su
vez respondían ante el prefecto del pretorio, jefe de la prefectura. Dalmacia y Panonia quedaron incluidas
en la Prefectura de Italia, cuyo prefecto residía en Milán. Los representantes del emperador, que tenían su
asiento en las principales ciudades provinciales, tenían a mano las reparticiones civiles y militares. Se
reemplazaban, por costumbre, cada 3 a 5 años, para evitar una demasiada amistad con los provincianos.

A medida que las villas se organizaban a la romana, las tribus ilirias desaparecían progresivamente. La
romanización de las provincias fue poderosamente acelerada por las asambleas religiosas (concilia), que
eran convocados todos los años y a las cuales cada villa y cada tribu eran representados por un legatus.
Estos legati elegían un presidente anual con el título de sacerdos provinciae o  sacerdos ad aram Augusti,
 por cuanto en el recinto donde se efectuaba la asamblea se erigía un altar rodeado de estatuas sobre el cual
el sacerdos ofrecía sacrificios a la diosa Roma y al divino emperador  (Roma et Augusto). El concilum tenía
lugar en varias ciudades: Cavtat, Salona, Skradin y Zadar, donde el altar de Augusto aún se conserva en las
fundaciones del monumental templo de San Donato.

En el siglo IV, con el triunfo oficial del cristianismo, estas asambleas perdieron su carácter religioso y se
convirtieron en reuniones de la nobleza romana provincial y de los notables de las ciudades. Había
honorati  de rango senatorial y curiali  notables. Los honorati  podían mandar delegados, pero los curiali 
tenían que asistir personalmente a las reuniones. En estas reuniones se trataban asuntos de la provincia,
asuntos administrativos y judiciales, se discutía sobre la gestión de los gobernadores contra los cuales las
asambleas tenían el derecho de recurrir al Emperador. Esta institución no estaba tan alejada de las Dietas
Provinciales que bajo el gobierno austríaco simbolizaban la autonomía de las provincias y reinos
representados en el Consejo Imperial en Viena.

En el interior del país, las tribus ilirias, menos peligrosas por cuanto se encontraban lejos del litoral, se
regían de acuerdo a sus antiguas costumbres. Las aglomeraciones regionales fueron llamadas republicas o
civitates, por ejemplo republica Jasorum, republica Diocleatium, etc. Ellas tenían sus jueces y sus jefes
que se relacionaban con el gobierno imperial y firmaban  princeps Delmatorum  o  præfectus civitatis 
 Dæsitiatium, etc. Roma les había acordado tal autonomía. Así la administración provincial se dividía en
comunas villas y comunas tribales. Había también un consejo, cuyos miembros se llamaban  princeps   y
cuyo cargo era hereditario. El lugar asiento del jefe se llamaba castellum  (por ejemplo  castellum
 Dæsitiatium).

Las rentas de la ciudad provenían de las tierras fiscales, que regularmente no se arrendaban por más de
cinco años, de las manufacturas públicas, de los préstamos e intereses, de las donaciones en dinero, de las
multas, de los impuestos municipales y otras. Los gastos eran sobretodo los de las construcciones públicas,
muros de defensa; compra de granos, que se revendían sin beneficio; y otros.

A medida que Roma asumía mayores cargas, se veía obligada a someter a la más estricta vigilancia la
administración local. Los gobernadores de las provincias intervenían hasta en la administración de las
ciudades llamadas libres. Así empezó el ocaso de la autonomía municipal.

 
 

La mayor responsabilidad de la administración residía en ejercer la justicia provincial. El representante


imperial estaba obligado a recorrer la provincia de acuerdo a un itinerario preestablecido y resolver los
 juicios civiles y criminales. Su sede era un edificio especial denominado praetorium de los conventus. La
actividad se conocía como conventus iuridicus o simplemente conventus, palabra que no solamente
significaba la administración de la justicia sino también el lugar y la fecha en que ello sucedía. En estas
ocasiones el representante imperial seleccionaba, entre los notables de la ciudad provincial a personas para
que lo ayudaran como jueces o jurados. Las sesiones eran públicas con numerosa asistencia de personas
elegidas y que podían durar hasta varios días. En Dalmacia la jurisdicción estaba dividida en tres conventa,
de los cuales, el más al norte, correspondía a Liburnia con asiento en Skradin, el del centro correspondiente
a Dalmacia tenía asiento en Salona (llegaba hasta el Neretva) y el del sur para el resto de la provincia, con
asiento en Narona. Las apelaciones al emperador, sólo la podían hacer los ciudadanos romanos. La justicia
era rápida y casi siempre correcta.

Ejército romano
Como consecuencia de la experiencia del levantamiento de los Bato, la administración romana, como
 primera preocupación, tenía que tomar las medidas necesarias para evitar nuevos levantamientos. Esto lo
logró con la distribución adecuada de sus legiones en diversas fortalezas y por la rehabilitación de
numerosos y excelentes caminos, que hicieron fácilmente asequible cualquier parte del territorio. También
incorporaron a los jóvenes aptos para el servicio militar en sus legiones fuera de sus país, lo que hacía que
la mayoría no retornaba. Al comienzo, como no tenían los derechos de la ciudadanía romana, servían en las
tropas auxiliares como infantes o jinetes en todas partes: Mesia, Dacia, Bretaña, Germania y Mauritania
Africana, ya sea en  stationes . mansiones  o acampados en los castra. Muchos hicieron su servicio en la
marina. Esta dispersión de los soldados dálmatas se continuó a través de los siglos bajo los estandartes del
Santo Imperio, de los emperadores de Austria y sólo en el siglo XX montan guardia por cuenta propia entre
el Danubio y el Adriático.

Hacia el final del reino de Augusto y al comienzo del reino de Tiberio se encontraban en Dalmacia dos
legiones: la VII y la XI, con un total de 10.000 hombres. El cuartel general de la VII Legión se encontraba
en Delminium, en la región salonitana, y tenía a su cargo el valle del Neretva y el Sur de la provincia,
mientras que la XI, que residía en Burnum, cuidaba del valle del Krka y la Dalmacia del norte. En Panonia
eran tres. Estaban integradas principalmente por habitantes del norte de la Península Itálica. Una legión
contaba con 6.000 hombres y se componía de 10 cohortes de 6 centurias cada una. A cada legión se le
asignaban 4 brigadas de caballería con 120 jinetes cada una. Además de las legiones, que constituían el
ejército regular, se encontraban en las provincias las tropas auxiliares, aunque no tan masivas como las
legiones. Estaban formadas por súbditos provinciales y romanos que todavía no gozaban de la ciudadanía
romana. Se dividían en infantes de armas livianas (cohortes) y los jinetes (alae). Eran mandados, primero,
 por los tribunos y después por los prefectos.

El soldado romano de las tropas auxiliares tenía que servir 25 años y el de las legiones 20, pero en la
 práctica era un año más. Por su servicio recibía un pago de 225 denarios en tiempos de Augusto y de 300
de Domiciano. Al término de su servicio, recibía un certificado de honesta missio con todos los privilegios
que ellos implicaba. Esto le permitía establecerse como romano honorable.

Las guarniciones principales en Dalmacia eran: Garbun, al SE de Sinj sobre el Cetina, y en Mogorjelo, no
lejos de Narona, sobre el Neretva. En Panonia: Ljubljana, Sisak y Sirmium. A fines del gobierno de Nerón,
 permanecían en Dalmacia dos legiones.

Además de los ejércitos de tierra, los romanos mantenían una poderosa flota fluvial bajo el mando de un
 prefecto para vigilar los movimientos de los bárbaros, no sólo en el Danubio sino también en sus
 principales afluentes: Drava y Sava. Los establecimientos navales estaban emplazados en: Osijek, Zemun,
Sirmium, Bosanka Gradi#ka y Sisak.

Las reformas políticoadministrativas de los emperadores Diocleciano y Constantino, abarcaron también las
organizaciones militares. A partir de entonces, se distinguen los soldados de frontera (milites limitanei o
ripariensis) de los asignados al palacio como guardia personal ( palatini ) y de los acompañantes
 permanentes del emperador (comitatenses). Estos tres grupos estaban distribuidos en el interior del país en

 
 

diferentes guarniciones. Las dos últimas eran más estimadas, más numerosas y, en todo sentido, mejor
dotadas que las fronterizas, que pasó a ser un ejército de segunda clase.

Otra reforma de Diocleciano fue la completa separación de la infantería de la caballería. No se hacían


mayores diferencias entre los soldados de las ciudades romanas y de los súbditos. El número de legiones se
cuadruplicó, pero en vez de 5.600 hombres, tenía ahora, salvo las fronterizas que en general no se tocaron,
sólo 1.000 y las auxiliares y las cohortes 500 hombres. Coincidiendo con esto quedaron junto al Emperador
como comandantes en jefe dos personas: uno para la infantería (magister peditum) y el otro para la
caballería (magister equitum), aunque se conocieron casos en que ambos cargos quedaban en una sola
mano, o sea, como un mariscal de los tiempos modernos. A continuación venían los generales con el título
de comites o duces, que tenían a su cargo las tropas de cada provincia. Las legiones y tropas de caballería
estaban bajo el mando de los tribunos.

Pero el cambio principal en el ejército, en el curso del siglo III fue su mayor "barbarización". Ya a
comienzos del siglo anterior, los romanos creaban en las provincias limítrofes destacamentos militares
especiales de bárbaros llamados numeri. Marco Aurelio se vio obligado, en su larga campaña contra los
marcomanos, (166-181) a enrolar a sueldo a los bárbaros de las regiones limítrofes independientes en
calidad de aliados ( federati ). Junto a esto, empezaron los bárbaros a establecerse en los territorios fiscales o
municipales abandonados del Imperio. Así fue al comienzo. Después en tierras de particulares como
siervos libres con el compromiso de pagar contribuciones y hacer el servicio militar. No penetraron en el
Imperio como conquistadores sedientos de poder y gloria, sino principalmente como refugiados buscando
 protección contra la anarquía de sus patrias. Esta penetración de los bárbaros en el ejército romano y el
 pacífico asentamiento en los territorios deshabitados tomó un mayor volumen durante el gobierno de
Probo. Pronto de soldados rasos pasaron a ser oficiales hasta el del mayor grado. Después de Trajano, en
toda la Iliria residían alrededor de 150.000 soldados.

Desde el punto de vista militar, a partir de Vespasiano se produjo un gran cambio en Dalmacia. La
 provincia fue privada de sus legiones. Pasó a ser una provincia inermis. Mantuvo únicamente algunas
cohortes de tropas auxiliares para mantener el orden y la seguridad del país. Esta desmilitarización
insensata de Dalmacia preparó y acompañó el fin del Imperio de Occidente.

El mar ilirio es la cuna de grandes marinos. No es casual que Pedro el Grande mandase algunas decenas de
 boyardos rusos a la pequeña y gloriosa Perast en Dalmacia para aprender allí el arte de la navegación. Los
liburnios fueron los maestros del mar ilirio. Dieron su nombre a los cruceros ligeros de combate que los
romanos llamaban liburnæ naves y gracias a ellas Roma pudo batir a los cartagineses y hacerse respetar por
los macedonios. La marina veneciana debe su grandeza a las tripulaciones dálmatas e istrianas. Lepanto es
en parte una victoria dálmata y también la batallla de Vis, donde las tripulaciones dálmatas, bajo el
 pabellón austríaco, demostraron su superioridad a las tripulaciones italianas. En Ravena se encontraba la
 prefectura marítima del Adriático. Una escuadra más pequeña, compuesta de navíos liburnianos ligeros,
ejercía, hasta el final del Imperio, la policía del mar y la defensa del litoral.

Caminos
Los romanos, por razones estratégicas militares y económicas construyeron una densa red de caminos, a lo
largo de los cuales establecieron puestos militares que dieron origen a futuros poblados. Los caminos
construidos por las legiones romanas facilitaban todos los intercambios. Por esos caminos se desplazaba
con rapidez el ejército romano, pero también por ellos circulaba la mercancía, el correo, los bienes y
,también, los logros de la civilización romana. No hay duda que los caminos jugaron el papel más
 preponderante en el proceso de romanización del interior de los territorios ilirios y que también servirán a
las futuras invasiones.

Su construcción empezó en los tiempos de Augusto y hasta la primera mitad del siglo I ya estaban
habilitadas las principales vías estratégicas. Eran construidos muy sólidamente. Siempre se elegía el
trazado más corto, ya que las pendientes no era un factor relevante. El ancho del camino no siempre era
igual. Los había de 5 a 6 metros de ancho. A veces se empedraban. Todos los caminos se ornamentaban
con monumentos en honor al emperador y a los dioses junto con estelas para indicar el millaje (1 milla
romana = 1.482 metros).

 
 

A lo largo de las rutas y a determinadas distancias, especialmente en las cercanías de las grandes ciudades,
se construían estaciones para los beneficiarios consulares, que correspondían a los servicios de seguridad.
Las estaciones donde se podía pernoctar, se denominaban mansiones, eran una especie de albergues donde
los viajeros pasaban la noche. Otras más pequeñas, donde se relevaban caballos, las mutationes. En otras
 palabras, se construyeron una gran cantidad de fortificaciones para la seguridad de los viajeros a cargo de
guardias armados, ya que el interior del país abundaban los salteadores que, a veces, eran los vengadores.
Los salteadores bajo este doble aspecto persistirán, sobretodo en la Dalmacia del Norte y del Este, a través
de toda la Edad Media, situación que fue activada por la invasión turca de Dalmacia en el siglo XVI.

Los emperadores se preocupaban que los caminos estuviesen en buenas condiciones y que los puentes se
reparasen. Para esto se pagaba un derecho de paso o peaje en los caminos principales al igual que en los
 puentes.

La principal ruta dálmata a partía de Aquilea seguía la costa. Atravesaba las villas istrianas de Pore;, Pola,
Labin, Plomin, hasta Trsat, que estaba unida por un camino departamental con Trst. De Trsat continuaba
 por la costa adriática hasta Senj, desde donde partía hasta la villa, hoy desaparecida, de Avenda. En este
lugar ella se bifurcaba: una rama atravesaba el valle del Glina hasta la villa fortificada de Sisak y la otra,
cerca de Prozor, atravesaba la región de Lika hasta Burnista. De este lugar por un lado descendía hasta
Zadar y por el otro a Salona, desde donde la gran vía continuaba por la costa a Narona, Cavtat, Risan y
Lezhë hasta Durrës. Es de aquí donde partía la famosa Vía Egnatia, que llevaba a Salónica y a
Constantinopla. Esta era una de las maneras de viajar a esta última ciudad. Otra era a partir de Salona
atravesando la Iliria y la Tracia por Ni#, de allí por Sofia se iba a Filipolis y Adrianopolis. Y finalmente
una tercera era saliendo de Aquilea a Aemona y de allí a Sirmium, Belgrado, Ni#, etc.. A partir del siglo IV
la ruta a Bizancio por Salona o Durrës eran las preferidas, las otras estaban amenazadas por los bárbaros.
Alarico, rey de los visigodos, y Teodorico, rey de los ostrogodos, utilizaron la ruta de Sirmium a Aquilea
 para sus expediciones a Italia. De Zadar el camino seguía la costa por Skradin y Trogir a Salona, de donde
una vía atravesaba Gornji Mu$ a Kljaki; otra por !itluk a Bosanska Gradi#ka y una tercera por Garderos y
Zenica al Drina y más allá a Sirmium. Fuera de estas vías existían muchas otras de significado local que
unían todos los pueblos del interior entre si y con la costa. Todos los caminos se conservaron y usaron
muchos siglos después de la caída de Roma. En los tiempos de Justiniano estos caminos los usaba el correo
del Estado.

Comercio e industrias
Bajo el largo régimen romano, la Dalmacia y Panonia conocieron el bienestar y un desarrollo intenso del
comercio y la industria. Las inscripciones nos dejaron indicaciones preciosas sobre la vida industrial
dálmata. Las industrias textiles, las cristalerías, las joyas, la explotación de las minas de oro y plata, la
extracción de la púrpura, la tintorería imperial de Salona, una manufactura de armas, todo esto se hacia en
un país que, más tarde, bajo el régimen veneciano, permaneció adormecida durante varios siglos. Las
artesanías estaban organizadas en corporaciones de oficios. Existían los colegios de orfebres  (fabrum
Veneris), de carpinteros (dendroforum), de canteros (lapidariorum), de músicos (æneatorum), de mozos de
cuerda ( saccariorum) y otras. Las salinas de Dalmacia eran célebres en todo el Imperio y lo serían más
tarde bajo Venecia y Dubrovnik. El monopolio de la sal era una rica fuente de ingresos para el tesoro
 público. El comercio exterior, el intercambio de los productos de la tierra y de objetos manufacturados
entre Dalmacia y la Península Itálica, existió desde los tiempos de la independencia de los estados ilirios.
El único comes commerciorum, superintendente de comercio, que existía en Occidente residía en Iliria,
mientras que en Oriente había tres. Existía particularmente la supervisión de los materiales raros y
 preciosos, vestimentas de lujo, platería, piedras preciosas, enseguida de la sal y el comercio de exportación
de los productos principales de la Dalmacia: el vino y el aceite. Un superintendente especial tenía a su
cargo las minas, el comes metallorum per Illyricum.

ROMANIZACIÓN DE DALMACIA
La romanización de Iliria no fue pareja. Los centros urbanizados del litoral y del interior lo fueron casi
completamente. Las villas romanizaron la provincia. Se hablaba y escribía en latín, lengua oficial, y se
vivía igual que en otras ciudades del Imperio Romano. En el resto del país la situación era muy distinta.
Los ilirios, a pesar de estar expuestos a un fuerte proceso de aculturación, continuaron hablando su idioma
tribal y adorando sus propios dioses. Sin embargo, incluso en los rincones más apartados de su territorio,

 
 

todas las inscripciones funerarias y otras fueron hechas en latín. Enterraban a sus muertos de acuerdo con
las viejas costumbres, cultivaban la tierra al igual que sus antepasados, vestían trajes nativos, daban a sus
hijos nombres tribales por los cuales se podía reconocer su origen donde estuvieran. Respetaban sus
antiguas leyes y mantenían sus organizaciones sociales. Sólo en caso de necesidad, las acercaban a las
estructuras de la administración romana.

El famoso edicto de Caracalla del año 212, extendió el derecho de ciudadanía, salvo algunas excepciones
 poco importantes, a todos los sujetos del Imperio. Esto facilitó la romanización de las provincias. Se
aceleró poderosamente un movimiento de fusión de la provincias en la unidad romana y a olvidar, a lo
menos en parte, las divergencias étnicas que las separaban. Sin embargo esta romanización no fue tan
completa como algunos lo sostienen. Los romanos exterminaban las poblaciones indígenas, multiplicaban
los caminos, enviaban sin interrupciones soldados, reclutaban en todas partes, establecían colonias,
concedían privilegios, pero la esencia de las etnias quedaba irreductible. El africano quedó africano, el
español, los galos y los ilirios conservaron un fondo indestructible e inmutable de la etnia subconsciente
que se traduce exteriormente por la lengua, por las costumbres, por los repliegues y las actitudes del alma.
Si la romanización hubiera sido tan completa como se afirma, las invasiones bárbaras habrían encontrado
una barrera infinitamente más resistente y las provincias, haciendo cuerpo con Roma, no habrían
sucumbido tan fácil y miserablemente. La patria, para mucha gente, no era el estado romano, concepto
vago y elástico, pero si la villa o la provincia de la cual se era originario. Sólo los senadores tenían a Roma
 por patria común.

Los ilirios, salvo aquellos totalmente romanizados e integrados como ciudadanos cosmopolitas de las
grandes ciudades, mantuvieron celosamente el culto de sus antiguos dioses y los ritos seculares. Aceptaron
solamente aquellos dioses del panteón romano que, por sus atributos, se parecían o eran idénticos a los
suyos. En las inscripciones encontramos siempre junto a los dioses domésticos nombres de dioses romanos
equivalentes. A veces el nombre del dios romano reemplazaba totalmente al ilirio, pero era sólo una
apariencia (sincretismo).

La forma en que las autoridades romanas hacían participar a los autóctonos en su vida administrativa,
ejército y, en general, en toda la vida civil, indica que no se preocupaban demasiado por la romanización y
aniquilación de las poblaciones conquistadas. Por sobretodo les interesaba obtener obreros pacíficos y
laboriosos y soldados valientes y dispuestos a defender con su vida las fronteras del Imperio. Si los pueblos
subyugados les servían fielmente, los romanos eran tolerantes respecto a los autóctonos y a sus
manifestaciones culturales. Los ilirios pertenecían a aquellos pueblos que terminaron sirviendo fielmente
los intereses del Imperio. Se puede afirmar que finalmente le fueron más fieles que los propios ciudadanos
romanos.

Parece que los emperadores nunca habían soñado romanizar completamente regiones tan diversas. Lo que
se podía haber hecho en los primeros días de las conquistas, más tarde, a medida que el Imperio englobaba
más y más pueblos, la tarea llegó a ser irrealizable. Los emperadores, más que nivelar tenían por objetivo
lograr que las provincias adorasen la civilización romana y con ello encadenarlas administrativamente al
 poder, a fin de hacer la estructura del Imperio más sólida y resistente. La romanización de Iliria y
especialmente de Dalmacia, era más visible en los centros urbanos. Pudo haber sido más profunda que en
las villas galas y españolas, por cuanto el elemento ilirio, dispersado y humillado, no podía ejercer presión
sobre las aglomeraciones urbanas del Adriático ni sobre las villas y poblados del interior del país. Así la
gente de Iliria, aún guardando orgullosamente los rasgos distintivos de su pueblo, un carácter
extremadamente belicoso, rudo, enérgico, amante de todo lo que es imprevisto y repentino, había asimilado
más que otros provinciales las ideas del orden, tradicionalismo y sentimiento del deber que emanaban de su
nueva patria. Esta almas ilirias abrasaron el culto de la idea unitaria romana como un refugio y también
como el único fundamento que quedaba intacto sobre la ruinas de sus esperanzas.

La penetración de la cultura y civilización romana y su modo de vida en las tierras ilirias la hicieron
 principalmente los centros urbanos y el ejército. Los principales grandes centros urbanos de Dalmacia
fueron: Pula, Senj, Zadar, Salona y Narona. Estas ciudades, desde el punto de vista de su estructura
exterior, reprodujeron el tipo de las villas romanas con sus edificios monumentales, talleres, tiendas
comerciales, calles empedradas, teatros, escuelas y templos. Actuaron como imanes sobre los ilirios.
Muchos de ellos, encandilados con su brillantez, buscaron la manera de aprovecharla para si y se

 
 

establecieron en esas ricas y deslumbrantes ciudades. Esto les fue difícil en los primeros tiempos de la
administración romana, pero mucho más fácil bajo el Imperio, cuando muchos de ellos, como ciudadanos
romanos, pasaron a ser sus mejores representantes, creadores y divulgadores de su civilización.

El ejército era difusor de la civilización romana de dos maneras. La primera, incluyendo a los ilirios, cuyas
habilidades guerreras eran bien conocidas por los romanos, en las filas de las legiones romanas y por la
estada de esos soldados en otras provincias del Imperio. Lejos de la patria, esos soldados tenían que
aprender rápidamente el latín, el idioma oficial del ejército, y todo de aquello que no habían conocido en el
lugar de nacimiento. Las inscripciones funerarias y otras que se encuentran por todo el Imperio, atestiguan
sus servicios lejos de su lugar de origen. Sabemos además, por los testimonios de escritores antiguos, por
ejemplo Tácito, que los ilirios eran especialmente numerosos en la marina romana. Mucho de estos
marinos y soldados jamás volvieron a su pueblo natal. Como veteranos, aprovechando los privilegios de
soldados, generalmente se establecían en el lugar donde habían prestado servicio. Si volvían, lo hacían
como hombres nuevos con nuevas costumbres, conocimientos y enfoque del valor de la civilización
romana.

La segunda vía era la llegada de soldados de otras provincias del Imperio. Esto tuvo por consecuencia no
sólo la aceleración de la romanización, sino también la divulgación de cultos ajenos a la vertiente religiosa
romana. Los sirios, egipcios y otros que, como soldados romanos, vivieron en los territorios ilirios seguían
adorando los dioses de sus patrias. Así conjuntamente con propagar la cultura y civilización romana
 propagaban el culto de muchas religiones y culturas orientales.

Las legiones romanas realizaron en Dalmacia, junto a los horrores de una ocupación cruel, una actividad
 bienhechora. Eran agentes de la romanización, propagaban la lengua y la civilización latina. La principal
obra de los soldados romanos fue, sin duda, la construcción de los caminos, cuyo objetivo principal era
 posibilitar el fácil y rápido traslado de tropas en cualquier dirección del territorio. Pero su objetivo
secundario era apoyar el comercio y el transporte. Al desecar los pantanos elevaron el potencial económico
del país, fabricaron ladrillos, construyeron puentes y fortificaciones, junto a las cuales, debido al tráfico,
 pronto, nacieron pueblos.

Al terminar el soldado su servicio en el ejército, recibía el cese que consistía, para las tropas auxiliares,
obtener los derechos de ciudadano romano. Para los soldados significaba la legitimación de su matrimonio
e hijos, ya que, durante el servicio, hasta los tiempos del emperador Severo, ningún soldado romano se
 podía casar. En esa ocasión los soldados licenciados obtenían del emperador un diploma consistente de dos
tabletas de bronce escritas unidas (diptychon).  Además del diploma recibían una compensación y una
recompensa: junto a dinero efectivo les entregaban terrenos fiscales que quedaban eximidos de tributos, a
menudo no lejos de la guarnición en que pasaron su juventud y donde, generalmente permanecían hasta su
muerte.

Los museos, al igual que diversos campos arqueológicos, se encuentran llenos de material aún no
investigado. Es increíble que los ilirios dejaran solamente una inscripción de tres palabras en su propio
idioma y sin señas de haber desarrollado su propia escritura. Los que hacían las inscripciones debían saber
latín, pero las inscripciones del interior nos indican que su latín no era el enseñado en las escuelas o
hablado en las ciudades. Era un latín adecuado a su propia lengua materna, pronunciaban las palabras
latinas como les era más fácil, o sea, hablaban un latín vulgar. Que los ilirios hablaban en su lengua nos lo
confirma especialmente San Jerónimo, de origen ilirio. La existencia de ese latín rústico que usaban los
autóctonos romanizados o semiromanizados representó un factor negativo en la cultura de estas regiones.
Ese dialecto impidió que el idioma ilirio se desarrollara como lengua literaria y de conocimiento y que sus
manifestaciones se incluyeran en la cultura clásica romana. Quizás fue este bilingüismo la razón por la cual
los ilirios participaron tan poco en las creaciones culturales romanas.

Dalmacia, al no disponer de si misma, aceptó a vivir bajo un yugo impuesto. Se empeñó en ser romana.
Aprovechó largamente todos los beneficios de una civilización materialmente poderosa y extraña a todo
sentimentalismo. Llegó a ser tradicionalista y conservadora lo que, con la impetuosidad de su
temperamento, marcó con un trazo indeleble su fisonomía moral.

 
 

A su vez, establecer la verdadera y real contribución de los ilirios a la cultura, política, ejército y economía
romana es una tarea aún por realizar. Sin duda, es mayor de lo que se creía anteriormente. Algunos logros
de su tecnología y cultura son universales. Así por ejemplo la liburnia, una nave ligera y rápida, entró
como unidad de guerra en la flota romana. El remedio conocido como genciana es llamada en honor del rey
ilirio Gencios. También existe la hierba iris illyrica. La dalmática una vestimenta litúrgica blanca de
anchas manga, es llamada por la provincia de su origen: Dalmacia. Así se podrían mencionar otros hechos,
 pero su inventario completo está por hacerse.

Lo sucedido con la población no romanizada o ligeramente romanizada no lo sabremos nunca.


Actualmente se están haciendo los primeros intentos serios mediante la combinación de los antecedentes
históricos y los resultados arqueológicos para encontrar los restos de la cultura iliria en las actuales culturas
de los Balcanes. En base de ello se establecerá la participación de los substratos de los elementos
autóctonos no romanizados en la etnogénesis de los actuales pueblos balcánicos. El conocimiento señala
que los actuales pueblos de los Balcanes Occidentales, unos más otros menos, pero en todo caso más de lo
que se creía hasta la fecha, tienen incorporados no sólo elementos culturales de los elementos autóctonos
sino también genes en su herencia biológica.

 
 

CAPÍTULO VI
LA ILUSIÓN DE LA PÚRPURA
INVASIÓN GODA
A partir de la segunda mitad del siglo III, la historia registra las incursiones bárbaras en Dalmacia. A Iliria
le faltó una buena frontera natural. Casi todas las invasiones de los pueblos bárbaros al Imperio se hicieron
 por el territorio de Iliria.. El emperador Probo, no supo defenderse y repitió, a un siglo de distancia, el
método tan peligroso de Marco Aurelio, es decir, incorporó a los bárbaros, en un número muy grande, en
las legiones romanas. Medio siglo después, Constantino, una vez terminada una guerra sobre el Danubio,
cayó en el mismo error suprimiendo los confines militares que había organizado Diocleciano en todas las
fronteras del Imperio. Austria en el siglo XVIII los restablecerá para hacerle frente a las incursiones turcas.

El Imperio acogió a 30.000 vándalos y sármatas en las provincias limítrofes y en el ejército. El Imperio
Romano fue, desde el inicio de las invasiones, sobrepasado en sus fronteras. A este error inicial, hay que
agregar que Dalmacia quedó casi en un completo abandono. Así, cuando a fines del siglo IV, la violenta
migración de los pueblos del norte se dirigió hacia la costa oriental del Adriático, los debilitados romanos
no estaban en condiciones de resistir a los bárbaros. Sus unidades estaban además compuestas en gran parte
 por tropas bárbaras. No podían contar con la cooperación de la población autóctona. Esclavos y
mercenarios eran los guardianes de los romanos y de sus bienes.

Los godos, aprovechando las turbulencias del Imperio en el siglo III, comenzaron a franquear el Danubio y
a practicar incursiones en territorio bizantino. Los emperadores empezaron a pagarles tributo, pero esto no
los contuvo. Decio murió en una expedición contra ellos (251). Claudio II logró causarles una derrota cerca
de Ni#. Aureliano se vio obligado cederles Dacia. Valerio tenía destacamentos godos a su servicio. A
Constantino I lo ayudaron los godos en su victoria sobre Licinio y concluyó un tratado con ellos. Juliano
también tuvo un destacamento de ellos. Los godos adoptaron el arrianismo, lo que les impidió fundirse con
la población cristiana del Imperio, que era niceana.

Las relaciones entre godos y el Imperio evolucionaron en el 375, cuando los hunos irrumpieron desde Asia
en Europa e infligieron una cruenta derrota a los ostrogodos. Continuando su avance hacia el oeste y en
unión con los ostrogodos sometidos, presionaron a los visigodos que vivían en la orilla derecha del
Danubio. Los visigodos solicitaron permiso para cruzar en Danubio e instalarse en territorio bizantino, con
la promesa de convertirse en súbditos del Imperio. Bizancio aceptó. Una parte fue incorporada en calidad
de federada e instalada en la orilla derecha del Danubio, en la Mesia inferior y en Dacia. En el 380, los
godos intentaron una nueva invasión en Dalmacia. Pero el ejército romano, ya en gran parte barbarizado,
alejó el peligro y fueron rechazados.

Al principio los bárbaros, instalados en territorio bizantino, vivieron tranquilos. Pero, poco a poco,
reclamaron del maltrato que recibían de los generales y funcionarios. Como las quejas no eran atendidas,
entonces se sublevaron y con la ayuda de alanos y hunos marcharon sobre Constantinopla. Los visigodos
infligieron una derrota terrible al ejército bizantino de Valente en Adrianópolis. El camino de la capital
quedó abierto y avanzaron hasta sus murallas. Invadieron toda la Península Balcánica. Sin embargo,
Teodosio, ya emperador, logró, con la ayuda de otros destacamentos godos, vencer a los sublevados y
suspender sus pillajes. En el 386 se rechazó una nueva invasión goda sobre el Danubio.

Pero los godos continuaron la infiltración por medios pacíficos. Teodosio, comprendiendo que no vencería
 por la fuerza a los bárbaros, entró a la vía de acuerdos amistosos para asociarlos a la civilización bizantina
y atraerlos a su ejército. Poco a poco, las tropas del Imperio fueron reemplazadas en su mayor parte por
destacamentos godos. Su influencia se hizo notar en el mando superior del ejército y en la administración,
donde los puestos más elevados e importantes les estaban reservados. Los godos, que habían tomado de los
 bizantinos su arte militar, su táctica, su armamento, se convirtieron en una fuerza temible que podía en
cualquier instante volverse contra el Imperio. Obtuvieron además concesiones a su religión arriana. Los
focos principales de la predominancia goda era la capital, la Península Balcánica y cierta parte del Asia
Menor. A fines del siglo IV, apareció en Bizancio un sentimiento antigodo que produciría muy graves
complicaciones internas.

 
 

La división del Imperio del año 395 planteó un doble y angustiante problema: mantener la unidad efectiva
del Imperio e impedir el paso a los bárbaros que amenazaban el corazón mismo del Imperio. Pero su
solución no fue obra de los emperadores de Oriente y Occidente, Arcadio (395-408) y Honorio (408-423).
Fue el general romano Estilicón, un vándalo al cual Teodosio I le había confiado la tutela de su hijo
Honorio, de 10 años, quién tomó las riendas del gobierno (395-408). Estaba sinceramente consagrado a la
grandeza de Roma. Se propuso defender el Imperio contra toda tentativa de los bárbaros y asegurar, al
mismo tiempo, la unidad del estado en beneficio de su parte occidental. Su error fue reclamar con
terquedad las provincias orientales que habían sido separadas de la prefectura de Iliria. Desde la primavera
del año 395, Estilicón eligió a Dalmacia como base de operaciones. Se aventuró a través de Bosnia hasta
Tesalia, para anexar la Iliria oriental al Imperio de Occidente.

Trató de consolidar las fronteras. Pero sus esfuerzos fueron anulados por la presencia de los godos que
merodeaban las fronteras del Imperio y que se encontraban establecidos en el norte de la Península
Balcánica. Alarico, encabezó una invasión de los bárbaros, cuyo objetivo final era Constantinopla.
Torrentes humanos inundaron la Península Balcánica desde las orillas del Mar Negro hasta los Alpes
Dináricos, incluyendo el interior de Dalmacia. Los habitantes fueron asesinados o reducidos a la esclavitud.

Estilicón, regente del Imperio de Occidente, inició una campaña para cercar a Alarico, pero Arcadio,
emperador de Oriente, influido por su ministro Rufino, lo desautorizó. Estilicón se retiró a Salona, desde
donde observó los acontecimientos. Alarico obtuvo de Bizancio la promesa de nuevos territorios. Fue
nombrado magister militum per Illyricum. Los ministros de Oriente lo empujaron hacia las provincias
ilirias en disputa, entregándole la Mesia Superior y alejándolo de Constantinopla. Con esto, Alarico dejó de
amenazar a Bizancio y dedicó su atención a Italia del Norte, la que invadió en el 401. Se presentó ante
Milán, luego en Polentia y Verona. Oriente estaba salvado. La tempestad caía sobre el Occidente.

En el año 403, Estilicón derrotó a Alarico en Verona. Dos años más tarde un gran ejército bárbaro
conducido por el godo Rodagasio cruzó el Danubio y penetró en Italia, fue aniquilado. Los hunos seguían
 presionando hacia la Europa Central. En 407, se instalaron en Panonia.

Alarico reapareció en Italia. Estilicón opinaba que se debía tratar con los bárbaros y desviarlos hacia Iliria.
Pero tropezó con la oposición de la corte. Se fomentó una conspiración contra él. Fue cobardemente
asesinado en Agosto del 408 por orden de Honorio, al cual le había salvado el trono.

Entretanto Alarico, libre de su gran enemigo, puso sitio a Roma (408) y condiciones a Honorio: la cesión
de Istria, Venecia, las dos provincias Nóricas y Dalmacia. Sus huestes anhelaban asentarse y tener
residencias tranquilas y definitivas. Pidió para sí el título de magister militum, de generalísimo. Honorio
accedió a entregarle los territorios pedidos, pero no el título. En el año 410 el destino se cumplió. Alarico
saqueó a Roma durante tres días. Gracias a la muerte de Alarico el Imperio se salvó. Ataulfo, su sucesor,
condujo a los visigodos a Galia y después a España. Se llevó a Gala Placidia, hija de Teodosio, como rehén
y la desposó.

Honorio, con sede en Ravena, concentró toda su atención en la defensa de Iliria Occidental y de las
 provincias danubianas. Entregó el comando de las tropas entre el Danubio y los Alpes a un bárbaro de
nombre Gneride, que comandaba las tropas dálmatas. Era pagano, distinguido, honesto y enérgico Se
impuso por la firmeza de su carácter. Su territorio no fue invadido ni desmembrado mientras duró su
misión. En Galia, Constancio restableció la paz. Se casó con Gala Placidia y Honorio lo nombró
coemperador, lo que no reconoció Teodosio. Un conflicto iba a estallar, pero murió Constancio (621) y
Gala Placidia se exiló en Split. Después de un triste reinado de 28 años, Honorio murió súbitamente en
Ravena el 15 de Agosto de 423, sin hijos, solo y abandonado.

En Constantinopla, los godos eran, en cierta forma, los árbitros de los destinos del Imperio. Arcadio y la
 población de Constantinopla comprendieron la gravedad de la situación. El jefe más popular del ejército
era el godo Gainas, quién presentaba las exigencias al emperador. Hallándose ausente de la capital, estalló
una revuelta. Muchos godos fueron asesinados. Gainas no pudo volver a Constantinopla y Arcadio
utilizando a otros godos lo derrotó cuando trataba de pasar por mar al Asia Menor. Gainas se refugio en
Tracia, donde fue apresado por el rey de los hunos, quien le cortó la cabeza y se la envió como obsequió a

 
 

Arcadio. Así se conjuró el grave peligro godo. Las tentativas posteriores de los godos, para recobrar la
influencia perdida, no tuvieron éxito alguno. Arcadio murió en 408. Su hijo y sucesor como emperador en
Bizancio Teodosio II (408-450), sólo tenía siete años.

Teodosio II, quería restablecer la unidad imperial. Mandó a Gala Placidia, hermanastra de Honorio que se
casó con Ataulfo sucesor de Alarico, a Italia con su hijo Valentiniano, a quién otorgó el título de cesar
(424) y de augusto (425). Valentiniano III (425-454), hijo de Gala Placidia y Constancio, aún niño, fue
coronado en Roma, por un representante de Teodosio II. Un ejército de Oriente lo instaló en el trono.
Jamás las dos mitades del Imperio habían estado tan estrechamente vinculadas. En Octubre de 437 tuvo
lugar en Constantinopla la ceremonia del matrimonio de Valentiniano III con su prima la princesa Licinia
Eudoxia, hija de Teodosio. La joven pareja llegó a Ravena en la primavera del 438. Ese mismo año,
Teodosio logró la promulgación en Occidente del famoso Código Teodosiano. Teodosio no tenía
descendientes masculinos.

A cambio de una intervención de la flota bizantina contra los piratas vándalos, Teodosio II anexó partes de
la provincia de Dalmacia y de la Iliria occidental al Imperio de Oriente. Según otros autores, Galla Placidia
había asignado Dalmacia como regalo de boda a su nuera. En verdad, en el 424, la Dalmacia fue cedida a
Teodosio. El mismo día del matrimonio de Valentiniano, la cesión fue solemnemente ratificada.
Valentiniano no podía rehusarla a Teodosio, por su preciosa ayuda contra los bárbaros. Se ratificó entonces
la convención de acuerdo a cuyos términos el Imperio de Oriente se anexaba Dalmacia hasta la frontera
con las Panonias Inferior y Savia, lo que le daba una posición más compacta y una frontera más natural. De
esta manera se podía organizar una mejor defensa de Dalmacia. La cesión fue rechazada por los romanos
occidentales. Sin embargo, esta será la base de la intervención y presencia bizantina en los asuntos
concernientes a Dalmacia. En el 445, un edicto de Valentiniano III, confirmó la jurisdicción del primado de
Roma sobre el Imperio de Occidente, que incluyó Dalmacia. Así Dalmacia dependió políticamente de
Bizancio, pero la Iglesia de Dalmacia quedó subordinada a Roma.

DALMACIA INDEPENDIENTE
La muerte del emperador bizantino Teodosio II en el 450, dio origen a un periodo de anarquía y de
sangrientos sucesos. La Dalmacia fue levemente tocada por las incursiones de los hunos. Sus costas fueron
asoladas por los piratas vándalos. Tironeada entre Oriente y Occidente fue inundada por flujos de
 poblaciones enloquecidas. Salona era un refugio desbordado de refugiados de la Península Balcánica. Tras
ella, hasta Sirmium y más allá, todo fue arrasado por el huracán húnico. Atila (441-453) destruyó Belgrado,
Poxarevac, Sirmium arrasó Ni#  y Sofía. Nada quedó de las murallas de las villas que defendían el país
adriático. Salona reemplazó a Sirmium como la cabecera de la prefectura de Iliria Occidental. Contra las
incursiones de los vándalos, el Imperio de Occidente fue impotente. Imploró a Constantinopla ayuda y
 protección. El Oriente en silencio. Firmó un tratado de paz con los vándalos. Entregó a Occidente sólo
 palabras de resignación y consuelo. Se desinteresó en la suerte de Dalmacia que había tan ardientemente
codiciado. Entonces Dalmacia despertó. Buscó su salvación en el principio de la autonomía. Por la primera
vez en la historia ella quiere far de sè.

En consideración a la crítica situación en que se encontró Dalmacia, esta provincia se alejó tanto del
Imperio de Oriente como del de Occidente y se consideró independiente. Se constituyó en un verdadero
estado, con un ejército y una flota propia. El que realizó este hazaña fue el maestre de milicias Marcelino,
 probablemente nacido en Dalmacia. Pertenecía a una familia dálmata que ocupaba una posición de primer
 plano y que tenía tierras. Era pagano. Los escritores no cristianos le otorgan grandes elogios. Las fuentes
sobre este hombre son escasas (sólo los bizantinos Procopio de Cesarea, siglo VI, Historias, y Suidas, siglo
IX, Léxico histórico, han conservado el recuerdo de sus acciones).

A la muerte de su protector y amigo, el maestre de milicias Aecio (454), por la espada del emperador de
Occidente Valentiniano III, Marcelino podía haberlo reemplazado. No quiso. Ejercía entonces las
funciones de maestre de milicias en Dalmacia y se encontraba en Ravena. Evitó la suerte de su amigo
regresando a Dalmacia. Tomó todo el poder en sus manos (455). Durante trece años entregó todas sus
fuerzas a la cárstica tierra dálmata, donde la tumba del gran emperador Diocleciano en en Split aún
contenía sus restos.

 
 

Después de la muerte de Valentiano III se originó un movimiento para proclamar a Marcelino emperador,
que afortunadamente fracasó. En 456 se encontraba en Sicilia. Avito (455-457), el emperador de Occidente
envió al tenebroso Ricimero a la isla. Marcelino, temeroso de ser asesinado, dejó la isla y volvió a
Dalmacia. Tomó el título de patricio de Occidente y declaró definitivamente a Dalmacia estado
independiente. Se conquistó el afecto de sus súbditos por su régimen dulce y equitable. Construyó una flota
exclusivamente dálmata que debía asegurarle la supremacía en el Adriático. Inquietó a la vez a la Italia de
Ricimero y al África de Genserico. Se contentó con ser el señor y maestre de Dalmacia. Su capital era
Salona y su residencia el Palacio de Diocleciano.

Caído Avito, Marcelino reconoció a Mayoriano (456-461), como Emperador de Occidente. Era Oriundo de
Panonia. Antiguo camarada y amigo suyo, a quien creyó digno de gobernar y salvar el Imperio, pero bajo
la reserva de la situación independiente de Dalmacia. Mayoriano le confió la defensa de Sicilia y le
confirmó el título de patricio de Occidente.

En el Oriente fue proclamado emperador León I (457-474), que reinó 17 años, indicador elocuente de la
estabilidad relativa del trono de Oriente. Mientras que el mundo occidental seguía amenazado por los
 bárbaros, León I intervino a través de una misión para que Marcelino, Señor de la Dalmacia, no atacase
Occidente. La misión fue coronada por el éxito. El Señor de la Dalmacia accedió a la petición de León.
Esta misión ante Marcelino es una prueba en apoyo a las afirmaciones de que el Emperador de Oriente
ejercía en realidad una autoridad de jure  sobre la Dalmacia, lay que funcionaba como una provincia del
Imperio de Oriente y no de una dependencia del Imperio de Occidente.

León, sin romper abiertamente con el Reino de los Vándalos del Norte de África, carthaginorum rex,
solicitó a Marcelino emprender por su cuenta y sin comprometer la autoridad imperial una expedición
contra el reino africano. En el 464 Marcelino consintió y al mando de las tropas que pudo colocar bajo su
emblema, pasó a Cerdeña, donde hizo trizas a los vándalos. A continuación pasó a Sicilia a preparar un
ejército para invadir las costas de África. Allí, en agosto del 468, fue asesinado.

Después de la muerte de Marcelino, Dalmacia no mantuvo su independencia. El poder fue ejercido


alternativamente por un grupo de hombres todos dálmatas, unidos por el lazo de consanguinidad o de
alianza, lo que supone la existencia de una dinastía dálmata o a lo menos de un orden de sucesión en lo que
se podría llamar, si el título no fuese muy ambicioso, "la corona de Dalmacia".

Mientras los sucesos de Italia continuaban produciéndose a un ritmo siempre doloroso, la Dalmacia gozaba
de una relativa paz, amenazada, sin embargo, por las invasiones del norte. El gobernador de Dalmacia
 Nepociano, cuñado de Marcelino, maestre de las milicias y ciertamente heredero de su cuñado, adjudicó la
soberanía del país, en vida, a su hijo Julio Flavio Nepote.

En Occidente se produce una rápida sucesión de emperadores: Avito, Mayoriano, Severo asesinado por
Ricimero, Antemio nombrado por León I. En el 473 el trono imperial de Occidente quedó vacante. El
emperador León I, por segunda vez, pasó a ser el árbitro de la situación y Oriente dictó la ley a Occidente.
Su candidato era Julio Nepote, sobrino de Marcelino, que desde hacia 5 años gobernaba en Dalmacia. Era
el marido de una nieta de su mujer la emperatriz Verina, que pasó a ser su todopoderosa protectora. Nepote
había ejercido, como su padre, las funciones de maestre de milicias antes de tomar en sus manos las riendas
del gobierno. Como tal, había organizado Dalmacia como una provincia militar. León I esperaba que él
fundara una dinastía de emperadores dálmatas, lo que le aseguraría una gran ventaja sobre todos los
concurrentes. No obstante, en Occidente revistieron de púrpura a otro dálmata, Glicerio (473-474), nacido
en Salona de una noble familia dálmata. Se decía que la rama de las mujeres era descendiente en línea
directa de Diocleciano. Abrazó la carrera militar, fue tribuno, combatió a los vándalos. Es probable que
Glicerio fuese elegido por ser dálmata para hacer ente a la candidatura de otro dálmata apoyado por
Bizancio. León I consideró a Glicerio como un usurpador y rehusó reconocerlo como emperador.

El Imperio de Oriente interviene. Envió a Dalmacia a uno de sus oficiales llamado Domiciano, portador del
manto de César con el cual debía investir a Nepote en Ravena. El "príncipe de los dálmatas" en posesión de
una flota, de un ejército y de uno de los más bellos puertos del Adriático, dejó Salona a bordo de uno de
sus buques y se unió a la flota bizantina que comandaba Domiciano. Las dos unidades navales forzaron la

 
 

entrada del puerto de Classis y Nepote apareció en Ravena (Enero 474). Nepote (474-475) fue coronado
como emperador de Occidente.

 Nepote persiguió a Glicerio, el usurpador. A la cabeza de un fuerte contingente de tropas dálmatas e


itálicas, Nepote evitando Roma y respetando la neutralidad del Senado, que no le era favorable, porque
veían en el un hombre impuesto por Constantinopla, se apoderó del puerto de Roma (Portus) en la
desembocadura del Tiber (Junio 474) donde se había refugiado Glicerio. El usurpador se rindió a su rival.
El gobierno imperial de Nepote alcanzó a durar sólo quince meses. Glicerio fue elevado a la dignidad
episcopal con el asentimiento del Papa Simplicio y fue obispo de Salona de acuerdo a un tratado concluido
entre Glicerio y Nepote. Más tarde fue nombrado arzobispo de Maligno.

Los vándalos habían reiniciado sus piraterías a más no poder, los sarracenos y los hunos reaparecieron. El
Occidente crujía. Para salvar a lo menos la Galia, Nepote decidió enviar a Orestes, su maestre de milicias,
general panonio, para que la gobernase. Esta decisión del emperador dálmata fue el origen de todos los
males que se abatieron sobre él.

¿Quien era Orestes? Un aventurero panonio, originario de Ptuj. Tuvo la buena fortuna de casarse con una
ilustre patricia romana de provincia, hija del conde Rómulo, a quien encargaban a menudo misiones los
emperadores de Ravena. Versado en asuntos romanos, ejerció durante un cierto tiempo las funciones de
secretario de Atila. Después de la muerte de la "espada de dios" se separó tranquilamente del mundo
húnico y se estableció en Italia con su mujer y su hijo a quien le habían dado el doble nombre de Rómulo
(nombre de su abuelo) y Augústulo.

Orestes tenía la gran ambición de tomarse el poder en Roma. Rehusó partir a Galia. En vez de dirigirse a
Galia, enfiló su ejército a Roma para sorprender al emperador Nepote, quien sin fuerza suficientes se
refugió en Ravena. Del puerto de Classis y en pleno verano atravesó el Adriático (Agosto 475) y se refugió
en la capital de su estado hereditario, en Salona. Entonces Orestes hizo a su hijo Flavio Momyllo Rómulo
Augústulo (475-476) emperador. Zenón, Emperador de Oriente, rehusó reconocer a Rómulo pues, para él,
el emperador legítimo era Julio Nepote.

El año en que Nepote vuelve a Dalmacia, al palacio de Diocleciano, su país sufre la invasión del rey de los
suevos, Hunimundo, que lo único que deseaba era saquear a Dalmacia. Fue Teodorico (455-526), quien lo
expulsó. Los suevos sufrieron tal derrota que nunca más osaron renovar su incursión.

 Nepote siguió administrando Dalmacia, como su herencia. Representaba al Imperio de Occidente para
todos los que no reconocían a Rómulo Augústulo y que esperaban que lo expulsasen de Italia.

MERCENARIOS GERMANOS
Odoacro (476-493), un esciro al mando de tropas mercenarias, se enfrentó a Orestes. Lo derrotó, decapitó y
a su hijo lo destronó. Rómulo fue eliminado y aun más completamente ignorado. Roma había entrado a la
historia con el Rómulo alimentado por la loba y, aparentemente, cerraba su ciclo histórico con otro
Rómulo, el Augústulo. Las tropas bárbaras de Odoacro, lo proclamaron su rey en el año 476. Pero esto no
 bastaba.

Como se respetaba la dignidad imperial, se necesitaba la aprobación del único sucesor de los cesares que
residía en Bizancio. Como no existía un sentimiento que las dos partes del Imperio eran distintas, Odoacro
declaró que el gobierno romano de Occidente no tenía razón de ser. Hizo empaquetar las insignias reales y
mandó una embajada a Bizancio. Pedía que se le confiriese la dignidad de patricio romano y se le otorgase,
 por delegación, el gobierno de la Prefectura de Italia. La petición fue otorgada y Odoacro se convirtió en
legítimo señor de Italia.

Por otra parte Nepote era reconocido como el único emperador legítimo, puesto que el había sido
nombrado de acuerdo a la reglas e instalado por el emperador de Oriente. Frente a los acontecimientos
señalados Nepote envió otra embajada a Zenón, pidiendo ayuda militar para retomar el poder en Italia. La
respuesta de Zenón y toda su actitud, en esta grave situación, fueron equívocas. Teodorico, rey ostrogodo,
ofreció a Zenón su ejército en Dalmacia para reinstalar a Nepote en el trono de Occidente. Zenón no aceptó

 
 

la proposición sabiendo que el Senado romano prefería a Odoacro que a Nepote, impuesto por el
emperador de Oriente. La muerte súbita de Nepote puso fin a esta situación tan compleja. Nepote vivió 5
años en Dalmacia, como emperador en exilio

El 9 Mayo 480, el emperador Nepote fue traidoramente asesinado en su palacio de Split por dos hombres
importantes del país, los condes Víctor y Ovida, uno un ilirio romanizado y el otro un bárbaro. ¿Quien
había dado la orden de tender la emboscada en la cual cayó el último emperador de Occidente y el último
rey de Dalmacia? Con este crimen se puso fin al Imperio de Occidente. El verdadero instigador fue
Odoacro. Ovida, después del asesinato, se proclamó rey de Dalmacia. Odoacro le hizo la guerra, lo hizo
 prisionero y lo mató con su propia mano.

A la muerte de Nepote, Odoacro, como rey de Italia, se sintió libre y su política pasó a ser activa, sobretodo
en Dalmacia: la anexó a su reino. La ocupación de Dalmacia por Odoacro nos da nuevas luces sobre sus
relaciones con el Imperio de Oriente. Odoacro ocupó el estado hereditario del difunto emperador sin
 preocuparse de la reacción de Bizancio. No tenía intención de abandonar Dalmacia al Emperador de
Oriente, del cual dependía de jure.  Zenón no osó disputarle la Dalmacia. Odoacro quedó en vecindad
inmediata del Imperio de Oriente, sus negocios le eran próximos e importantes. Los bizantinos dataron el
reino de Odoacro a partir del año 480.

La Dalmacia independiente cesó de existir después de 27 años, llenos de sucesos dramáticos. Esta
 provincia que había dado al Imperio Romano sus grandes renovadores, fue también la tumba del Imperio
Romano de Occidente.

Odoacro (476-493) heredó el Imperio Romano de Occidente moribundo. Pero en el fondo, entre Nepote y
el jefe esciro no hay solución de continuidad. El motor principal, el jefe de equipo o, más bien, el actor
 principal sobre el escenario cambió únicamente. Los romanos ya no están más en el primer plano. Odoacro
se consideraba romano y se hacia llamar Flavio Odovacar.

Ciertos autores consideran que es falso hablar de la caída del Imperio Romano de Occidente, ya que en el
siglo V existía un Imperio romano gobernado por dos emperadores, uno en la parte occidental y otro en la
oriental. En el año 476 se constata que había un solo emperador: Zenón, el de la  pars orientalis. El hecho
histórico es que, después de este tiempo nunca más hubo un emperador del Imperio Romano de Occidente.
El Imperio Romano del Oriente aspirará a gobernar sobre todo el habitat del antiguo Imperio Romano.

 
 

CAPÍTULO VII
EL LEGADO DE BIZANCIO
DALMACIA OSTROGODA
La instalación de Odoacro en Italia podía pasar. Pero la ocupación de Dalmacia, país frontera, por los
soldados del príncipe esciro y bajo la férula de Odoacro, era una amenaza permanente a la integridad
territorial del Imperio. Sonó como a zafarrancho de los sucesos que seguirán. El emperador Zenón sintió
usurpados los derechos del Imperio de Oriente. No podía tolerar tal situación en Dalmacia.

Para conjurar el peligro Zenón pidió al ostrogodo Teodorico, maestre de milicias desde el 483, ir a Ravena
 para destronar a Odoacro e instalarse como federado. Con esto Bizancio perdería Italia y Dalmacia y, al
mismo tiempo, su prestigio. Teodorico, como patricio romano, había sido educado en Constantinopla en
calidad de rehén.

El pueblo ostrogodo vivió en Ucrania como vasallo de los hunos hasta la muerte de Atila (453). El Imperio
lo acogió como federado y lo instaló en la orilla derecha del Danubio, en el norte de Panonia. Como todos
los federados pronto empezaron con acciones de pillaje. Se entusiasmaron y avanzaron hasta el Sava,
conquistaron Belgrado y trataron de capturar Ni#  sobre el Morava. Hacia el 470 fueron autorizados para
ocupar la Mesia Inferior. Siguiendo la tradición de los pueblos bárbaros, bajo la conducción de su rey
Teodorico, asolaron y saquearon toda la Macedonia, Tesalia y Tracia. En 487 amenazaron la propia
Constantinopla.

Teodorico aceptó la oferta de Zenón y, a la cabeza de su pueblo, se dirigió en el invierno del 488 desde el
 bajo Danubio (Bulgaria) hacia Italia, por la ruta del Sava. Al año siguiente, el Emperador le cedió
Dalmacia aún antes de que venciera a Odoacro. En Agosto del 489 se enfrentó a las tropas de Odoacro,
que. se replegaron a Ravena. La campaña de Teodorico fue dura. Sitió la ciudad y Odoacro capituló
(Marzo 493) después de haber concluido un compromiso según el cual ambos residirían en Ravena
(Febrero 493). A esta situación absurda Teodorico (493-526) le puso término asesinando a Odoacro. Con
este crimen se selló la suerte de la Península Itálica. El paladín de la legitimidad despreció la legitimidad
abandonando a un jefe bárbaro la herencia occidental de los cesares.

Un nuevo reino se había fundado en la Península Itálica, el Reino Ostrogodo. Pero la ficción legal
continuó. Teodorico desde el punto de vista del Imperio Romano era un virrey, gobernador militar y civil
de la Prefectura Italia, pero dependiente del Emperador de Oriente. En realidad fue un soberano
independiente y reinó efectivamente sobre un vasto territorio.

La Dalmacia fue parte integrante del Reino Ostrogodo durante 40 años. Parece que no existieron colonias
godas. en su territorio. Teodorico la consideraba como su segundo reino. Envió un virrey con el pomposo
titulo de  princeps D almatiarum, o sea, de príncipe de todas las Dalmacias. Su territorio casi correspondía
al de la antigua diócesis de Iliria: Dalmacia propiamente dicha con su capital Salona, Savia con Sisak y
Panonia con Sirmium. Faltó poco para que fuera transformada en reino y reservada al heredero del trono.
Pero la organización administrativa era inestable. Dalmacia estaba dividida en dos provincias gobernadas
 por sendos condes godos (comtes),  en calidad de representantes reales. Era la primera vez que este título
hacia su aparición, el que será muy común bajo los regímenes húngaro y veneciano.

Los condes tenían en una mano las guarniciones militares, compuestas exclusivamente de soldados godos,
y en la otra a los ciudadanos romanos como curias autónomas. En los juicios entre godos, el conde aplicaba
el derecho tribal godo, en los mixtos se incluía un juez romano y en los exclusivamente de personas
romanas se juzgaba conforme el derecho romano. El funcionario principal de los romanos era el que
 pronunciaba la sentencia en juicios entre romanos. En todos los casos, la apelación era resorte del rey.

Bajo el reinado de Teodorico, Dalmacia tuvo algunos años de tranquilidad y de bienestar. Reapareció el
movimiento marítimo en el litoral. La población se dedicó al comercio, pesca y a la obtención de la sal
marina. Teodorico prestó atención incluso a la minería. El gobierno explotó las ricas minas de fierro del
 país. Facilitó la venta de los productos principales de Dalmacia: trigo, vino y aceite. Favoreció el comercio

 
 

en el Adriático por exenciones de derechos de aduana y corrigió los abusos de los municipios. Disminuyó
los impuestos.

En lo que concierne a la organización militar, la Dalmacia no era más inerme. Fuertes guarniciones
residían en las villas principales. Salona era asiento de una circunscripción militar. Los ostrogodos
ocupaban los cargos militares y los romanos las magistraturas civiles. Cuando el poder civil y el militar no
estaba en una sola mano ( princeps Dalmatiarum)  existía un general en jefe , (comes Dalmatiarum), y un
gobernador civil, (consularis provinciae Dalmatiæ). 

A pesar de los beneficios del régimen godo, los romanos detestaban a estos intrusos que se habían
apoderado de un tercio de toda las tierras arables. Por su parte los ostrogodos despreciaban a los romanos.
La diferencia entre los godos y romanos era tal que hasta el matrimonio entre ellos estaba prohibido, al
igual que lo será, mucho siglos después, entre venecianos y sudeslavos. Para las poblaciones romanas godo
era sinónimo de saqueador y bandido bárbaro, de pagano e infiel. El nombre de godo también tuvo su
aplicación en el desprecio en que se tenía a los súbditos de Teodorico. Además existía un enfrentamiento
religioso, los ostrogodos eran arrianos y los romanos niceanos. El término godo fue más tarde aplicado a
los eslavos arrianos de Dalmacia por el clero romanizante.

Los ostrogodos no atentaron contra la independencia y el desarrollo de la Iglesia Católica en Dalmacia.


Salona era, en esa época, un gran centro católico. Dos basílicas se elevaban sobre las tumbas de los
mártires. Una, monumental, fue construida antes de Odoacro y otra en tiempos de Teodorico. La basílica
episcopal urbana, digamos la catedral, terminada en el 425, era el monumento más importante de la
Dalmacia después del palacio de Dioclesiano. Su longitud era de 58 m, su ancho de 28 m y tenía cinco
naves. De estos dos templos cristianos no quedan sino unas insignificantes ruinas.

Durante la administración ostrogoda, tuvieron lugar en Salona dos sínodos de la Iglesia de Roma, el de 530
y el de 533. Al primero asistieron los obispos de Zadar, Rab, Sisak, Cavtat, Skradin, Narona, Zenica y,
según parece, Kotor. Los obispos dálmatas reconocieron al obispo de Salona la investidura de metropolita.
Estos sínodos trataron asuntos y condiciones internas de la Iglesia. Los obispos discutieron asuntos de
administración, ordenación de sacerdotes, confesión y "presidentes" de los monasterios. El segundo
reorganizó la jerarquía. La arquidiócesis de Salona comprendía toda la Dalmacia y la Panonia Savia.

El gobierno ostrogodo no fue de larga duración. Teodorico murió el 30 Agosto 526, cubierto de gloria. Fue
enterrado en su mausoleo de Ravena, desde donde sus cenizas fueron dispersadas por la Inquisición en el
siglo XVI. A su muerte se producen choques entre los miembros de la familia real. Asumió Atalarico (526-
534) niño de diez años y nieto de Teodorico, bajo la tutela de su madre Amalasunta., que ejerció la
regencia y solicitó la protección de Justiniano. Amalasunta morirá asesinada.

Dalmacia prestó juramento de obediencia al nuevo rey y su conde Siginero de respetar religiosamente los
derechos romanos y ostrogodos en Dalmacia. Después de la pre matura muerte de su hijo, se le impuso a
Amalasunta un cosoberano (534), su primo TeodatoError! Bookmark not defined. (534-536), quien se
 proclamó rey y Justiniano se decidió intervenir.

DALMACIA BIZANTINA
El emperador Zenón murió el 491. Lo sucedió Anastasio I, quien se resignó a reconocer a Teodorico como
su representante en Italia. Le envió las insignias imperiales (497) que habían pertenecido a Rómulo
Augústulo y que Odoacro se las había remitido. Tuvo que hacer frente a los primeros ataques de eslavos y
 búlgaros. Anastasio murió sin descendencia y sin haber nombrado a su sucesor.

A la muerte de Anastasio, el Senado y el ejército estuvieron de acuerdo en elevar al trono a un oficial


iletrado, campesino del interior del valle del Vardar, pero buen soldado, el ilirio Justino I (518-527), quien
recibió fuerte apoyo de su sobrino Justiniano, también ilirio, pero con una sólida cultura clásica recibida en
Constantinopla. Si bien Justiniano no fue asociado oficialmente al Imperio sino en el 527, se puede decir
que gobernó desde el 518. La situación no era nada tranquila. En el Medio Oriente los persas retomaron la
ofensiva. El Occidente pedía su ayuda. En los Balcanes, los ostrogodos fueron reemplazados por los

 
 

 búlgaros y eslavos, que desde el Dnieper llegaron a las llanuras de Valaquia. Nuevamente los territorios de
Bizancio fueron sometidos a pillaje por estos nuevos bárbaros.

El Imperio de Oriente fue incapaz de impedir la caída del mundo romano occidental, en plena
descomposición, a manos de los invasores bárbaros. Oculta durante un tiempo sus ambiciones de
reconquista detrás de un discurso unitario y de manifestaciones ostensiblemente simbólicas, como la
integración de algunos reyes bárbaros dentro de la jerarquía palaciega. Las circunstancias del siglo VI
 permiten dotar de un contenido concreto a esta concepción universalista. Justiniano, el principal
 beneficiario de esta favorable coyuntura, da su nombre a la operación: reconquista justiniana. Para ser
 justos, conviene añadir que éste no fue un proyecto realmente desarrollado conforme a un plan de conjunto
que, por otra parte, nunca existió.

En estos momentos críticos, ascendió al trono del Imperio de Oriente Justiniano I el Grande (527-565).
Concibió un plan audaz para recuperar y juntar las tierras romanas en un solo haz y restablecer en toda su
integridad el Imperio Romano Universal. Persiguió también un segundo objetivo. Como emperador
cristiano, creyó justo imponer a todos una ortodoxia y decidir soberanamente los dogmas y la organización
de la Iglesia. Su mujer era la antigua cortesana Teodora, muerta en el 548.

Justiniano intentó recuperar también la parte Occidental del Imperio. Para concretar su idea, era preciso
expulsar a los ostrogodos e intervenir en Italia, Para asegurar Dalmacia, había que reconquistar la señoría
del mar, ocupar el Adriático, apoderarse de la Dalmacia ostrogoda por la vía terrestre y de Sicilia por mar.
Así comenzó la guerra contra los ostrogodos por Dalmacia, que duró, con algunas interrupciones, 20 años:
desde el 535 al 553. Los bizantinos ocuparon Salona sin esfuerzo. Dalmacia volvió al Imperio de Oriente.

Los ostrogodos volvieron a la carga en Dalmacia. Los bizantinos sufrieron enormes bajas y esta vez fueron
derrotados. Los bizantinos evacuaron Salona y toda la Dalmacia. Pero los ostrogodos, en vez de sacar
ventaja, se retiraron: debido a sus grandes pérdidas. Poco después los ostrogodos ocuparon puntos
estratégicos y entraron en Salona (fines 535 o Enero 536).

El revés de los bizantinos en Dalmacia envalentonó a Teodato. Tomó prisioneros a algunos enviados de
Justiniano. Ante la grave situación, Justiniano envió a Dalmacia a un gran guerrero, Constanciano, con
órdenes de retomar Salona. Los preparativos de guerra en Dalmacia inquietaron profundamente a Teodato.
Pidió a Justiniano una paz inmediata, éste la rechazó (Febrero 536). Constanciano entró en Dalmacia. Los
ostrogodos abandonaron Salona y acamparon entre Skradin y Salona. El general bizantino ocupó la isla de
Vis y entró en Salona sin encontrar oposición de parte del enemigo. Construyó un gran foso en su contorno
y tomó todas las preocupaciones para resistir un largo sitio. Los ejércitos ostrogodos se dirigieron a Salona
y mantuvieron un riguroso sitio. Estaban convencidos que el resultado de la guerra dependía en gran parte
de la posibilidad de mantener Dalmacia. Durante seis días los enemigos se observaron. Al séptimo los
ostrogodos retornaron, en marchas forzadas, a Ravena. A continuación Constanciano procedió a la
ocupación total de Dalmacia y de la Liburnia, (Marzo a mitad de Junio 536).

Teodato fue sustituido por Vitiges (536-540), último príncipe de la gloriosa casa de los amales. Vitiges
 pasó todo el invierno del 536-537 preparándose para una gran campaña. Firmó una alianza con los francos
de Clotario I y Childeberto I. Reunió 150 mil combatientes para la reconquista de Dalmacia. Los
ostrogodos hicieron una nueva proposición de paz fue rechazada por Justiniano.

En Italia las cosas se precipitaron. El rey godo volvió a pedir la paz. Justiniano no respondió. Para los
ostrogodos la situación militar en Italia se agravó. El general Belisario ocupó Siracusa (535). Por tierra
cayó Nápoles y, mediante un asalto, capturó Roma (536). La villa eterna fue retomada por los sucesores de
los cesares después de sesenta años de régimen ostrogodo. Belisario sitió Ravena y al ofrecerle los
ostrogodos la corona imperial de Occidente, fingió aceptarla y así la capital ostrogoda abrió sus puertas.
Entonces Belisario se apoderó pacíficamente de la villa (540). Terminó la campaña y regresó a
Constantinopla.

Totila (541-552) reemplazó a Vitiges, depuesto y muerto. Sus esfuerzos obligaron a Justiniano a retomar la
lucha con más energía (542). Totila electrizó a los ostrogodos proclamando una guerra tribal. Las tropas
ilirias aliadas abandonaron súbitamente el campo de batalla y retornaron a sus hogares para defender el

 
 

 país contra una nueva invasión de los hunos. En 545 los bizantinos perdieron casi toda la Italia. Se
refugiaron en Durrës y Belisario solicitó refuerzos.

Dalmacia, perdida para los ostrogodos, volvió a ser teatro de guerra. Ilauf, un antiguo oficial de Belisario,
aliado de Totila, desembarcó en Makarska al este de Salona. Fue recibido como amigo. Entró a la villa y
masacró a los habitantes de la antigua ciudad dálmata. Hizo lo mismo en Omi#. Totila retomó Roma en
Abril del 549. Ofreció la paz a Justiniano, quien ni siquiera se dignó a recibir a sus embajadores.

En el 551 Justiniano firmó un armisticio en la guerra que tenía con los persas. Volvió su atención a Italia.
 Nárses reemplazó a Belisario y condujo la guerra contra los ostrogodos a un resultado triunfal. Por etapas
se acercó a Salona. Juan, maestre de milicias bizantinas en Dalmacia, recibió órdenes de no moverse y
esperar al nuevo generalísimo. Sin embargo corrió en ayuda de Valeriano para liberar Ancona con 38 naves
y otros 12 barcos de guerra. Una batalla naval tuvo lugar y los ostrogodos fueron aniquilados. Juan volvió a
Salona. Totila ofreció la paz, pero Justiniano permaneció inflexible.

 Nárses abandonó Salona en la primavera del 552 y se dirigió a Ravena. En el encuentro con los ostrogodos,
éstos sufrieron una derrota total. Totila cayó como héroe en el campó de batalla. Teya, el último rey
ostrogodo, también fue destrozado. El reino de los ostrogodos se derrumbó en la primavera del 553; una
guerrilla continuó hasta el 555. El ideal de Justiniano se cumplió. Tras una guerra ruinosa, Italia, Dalmacia
y Sicilia se reunieron al Imperio (554). El 13 Noviembre 565, el autor del código que lleva su nombre no
existiría más.

Tras apoderarse de toda la Península Itálica, los bizantinos establecieron una nueva división administrativa
con sede en Ravena y restauran la servidumbre y el latifundio abolidos por los ostrogodos. Trasladaron al
 papa Vigilio (538-555) a Constantinopla y se reinstalaron todas las instituciones romanas.

El resultado más concreto y estable, y el único de esta guerra de 20 años, fue que Dalmacia estaba salvada
 para el Imperio por un ilirio que, después de haber codificado el derecho romano, había construido las
asombrosas iglesias de Santa Sofía y San Vital, donde los eslavos tomaron durante siglos su inspiración. Se
configuró la Dalmacia Bizantina con el orden romano, pero no había seguridad y un nuevo pueblo apareció
en el horizonte: los eslavos.

Bizancio, apoyándose jurídicamente sobre sus derechos históricos, aunque impotente para defenderla,
consideró la posesión de Dalmacia como una cabeza de puente esencial que le impedía renunciar
completamente al sueño occidental. Pero entre el sueño y la cabeza de puente se interpusieron los eslavos.
La reconquista de la Península Balcánica no constituía un problema de política exterior, sino respondía a
una necesidad ineluctable de la geografía. Los estados externos serán atraídos por esta región que
considerarán como un corredor de penetración para desarrollar imperialismos más o menos viables. Pero la
naturaleza se rebelará. Habrá combates incesantes entre las fuerzas conquistadoras y transitorias y el deseo
de las nuevas fuerzas de crear un nuevo mundo balcánico.

Los cambios que siguieron a la extinción del Imperio Romano de Occidente no anularon los principios
administrativos, económicos y culturales sobre los cuales se desarrollaba la sociedad en Dalmacia durante
casi cinco siglos y que conformaron una fuerte institucionalidad. Ni Odoacro ni sus herederos ostrogodos
 pudieron impedir que en todo hogar romano, especialmente en las ciudades costeras de Dalmacia, se
considerase como gobernante sólo al Augusto de Constantinopla. Tal sentimiento y significado de la
 palabra emperador (basileus)  permaneció en la Dalmacia del litoral y de su interior hasta la caída de
Bizancio durante la Cuarta Cruzada (1204). Esta situación la justificaba, principalmente, el hecho de que
Odoacro y los ostrogodos dejaron en píe la antigua organización social presentándose frente al país
exclusivamente como soldados. O sea, no suplantaron lo romano, sino por el contrario siguieron
aprendiendo de Roma. Por esto es perfectamente natural que en Dalmacia, a pesar de encontrarse en la
Europa Occidental, no apareció el deseo de emancipación, que se observó en Galia e Hispania, por
ejemplo, sino al contrario y con toda el alma, especialmente en las ciudades del litoral, se identificaron el
sobreviviente Imperio de Oriente

INMIGRACIÓN ESLAVA

 
 

Mientras tanto nuevos pueblos franqueaban el Danubio e inundaban los Balcanes. Los ávaros y un nuevo
 pueblo bárbaro, los eslavos, invadieron Iliria. La penetración se hacia, por una parte, en el bajo Danubio
hacia el Egeo y, por otra, a través de los Cárpatos y por Panonia en un avance no interrumpido hacia el
Occidente y el Adriático. Los bizantinos cedieron por doquier.

El Imperio no disponía en los Balcanes de fuerzas permanentes de intervención adecuadas para desviar a
los ávaros y eslavos hacia otras direcciones, como lo había hecho antes con los godos y los hunos. Esto fue
dificultado por la guerra del Imperio contra los persas, como también contra los vándalos y los godos en el
Occidente. Por esto los Balcanes habían quedado desprovistos de tropas. Estas guerras debilitaron
económicamente al Imperio. Por lo demás, Justiniano no le dio ninguna importancia a las incursiones que
realizaban los eslavos. Como los eslavos no tenían ni estado ni una organización guerrera permanente, el
Emperador no podía pensar que con el tiempo esto sería un desastre para el Imperio.

Las primeras incursiones de los eslavos a las provincias situadas al sur del bajo Danubio, registradas en
documentos bizantinos, comienzan en la primera mitad del siglo VI. De esa época data la historia de los
eslavos, registrada durante los gobiernos de Justino I y, en mayor medida, de Justiniano I, consistente en
incursiones regulares a las provincias imperiales al sur del Danubio inferior de protobúlgaros, eslavos y
antas, juntos o separados, que no cesaron de invadir en oleadas los Balcanes, y avanzar
ininterrumpidamente hacia el oeste, hacia Panonia.

Hacia el 536 diversas tribus practicaban sobre todo razias y actos de pillaje en el Imperio Bizantino, tras los
cuales volvían a cruzar el Danubio con su botín, dejando tras ellos la desolación y alterando aún más la
situación demográfica en los Balcanes, ya de por sí bastante mala. Las tropas bizantinas disponibles, muy
escasas, casi no podían oponerse a estas incursiones masivas, y Justiniano creó entonces un sistema
defensivo que, en la frontera, se apoyaba en el limes danubiano y, en profundidad, en una red de fortalezas
dispuestas en puntos neurálgicos de la península, como ser en los cruces de las grandes vías de
comunicación, principales pasos montañeses y vados fluviales.

Entre el 539-540, los eslavos ya habían franqueado las Termópilas, a pesar de estar fortificadas. No es que
Justiniano hubiese menospreciado la fortificación de algunos puntos de los Balcanes, sino que las defensas
existentes no fueron suficientes, como tampoco las correspondientes guarniciones.

En el 548 los eslavos atravesaron de nuevo la línea del Danubio e invadieron Iliria. saquearon todo el
territorio hasta Durrës. Mientras los bizantinos luchaban contra los ostrogodos, los eslavos explotaban sus
éxitos. Impidieron en Iliria un nuevo reclutamiento bizantino. En la primavera del 550 invadieron una vez
más los Balcanes. Derrotados por el maestre de las milicias Germanos, se replegaron hacia Dalmacia.
Germanos, muerto en combate, fue reemplazado por su yerno Juan y su hijo Justiniano, que establecieron
sus cuarteles de invierno en Salona. Por su parte, los eslavos aprovecharon la actividad de los bizantinos en
Dalmacia y avanzaron hasta Adrianópolis, donde fueron derrotados.

A partir de mediados del siglo VI, los eslavos presentaron un interés creciente por los Balcanes. En el
invierno de 550/551, por primera vez, se mantuvieron allí más de lo acostumbrado.

El Imperio era demográficamente un gran cuerpo exangüe desde las terribles consecuencias de la peste
asiática del siglo VI: En el 558 se hablaba de miles de muertos sólo en Constantinopla, que sufrió otra
epidemia en 560/561. En el 585 la capital todavía seguía afectada. La epidemia se extendió al bajo Danubio
en el 601 y rebrotó en la capital en el 610.

Los ávaros, los nuevos bárbaros, eran un conglomerado de diferentes tribus turáneas del Asia Oriental. En
el 552 fueron expulsados por los turcos de su habitat tradicional. Emigraron hacia el occidente y ya a
mediados del siglo VI llegaban a la orilla occidental del Mar Caspio. En 562, los ávaros ya se encontraban
en Dobrudja y en las llanuras de Valaquia. Reforzados con hunos, eslavos y búlgaros se establecieron en la
Hungría Oriental. Ofrecieron sus servicios al emperador Justiniano. De acuerdo con el principio de
combatir a los bárbaros con bárbaros, Justiniano aceptó su ofrecimiento y les fijó una ayuda monetaria
anual (558). Los ávaros se encargaron de la "limpieza" de la región caspiana y danubiana por cuenta del
Imperio del Oriente. Pacificaron el mar Caspio, barrieron a los utrigures y los cutrigures, atacaron a los
antas, es decir a eslavos, entre los cuales hicieron una gran mortandad.

 
 

Finalmente, con los eslavos formaron una comunidad ávaroeslava, en la cual la bien armada caballería
ávara le daba el predominio sobre los eslavos que eran más numerosos, pero que en las guerras constituían
la infantería. No existía realmente un estado dentro del cual los eslavos estuvieran subyugados. En dicha
comunidad los eslavos eran explotados.

Con la derrota de los gépidas, instalados entre el Tisa y el Danubio, a manos ávaras (568), los lombardos
arrianos de la región panonia, se fueron a la llanura del río Po (región que se conocerá después como
Lombardia). Sólo la anarquía latente de los lombardos permitió al Exarcado de Rávena, creado en la época
de Mauricio, mantener hasta el 751 la ilusión de una Lombardia bizantina. Comandados por el kan Bayan
(565-602), los ávaroeslavos ocuparon la región del Tisza, sólo hasta Sirmium que quedó en poder del
Imperio Bizantino.

Después de la marcha de los lombardos hacia Italia y, sobre todo, el establecimiento de los ávaros en la
llanura de Panonia, las condiciones de la frontera danubiana cambiaron radicalmente. La situación se
agravó, porque los ávaros, arrastrando a los eslavos, que habían sometido en el curso medio del Danubio,
se habían instalado en Panonia y no cesaban de invadir el territorio bálcanico.

En el 568, Targit, embajador ávaro, pidió a Justino II (565-578) la entrega de Sirmium. Al mismo tiempo,
comenzó el pillaje y saqueo de la Iliria. Era un chantaje. Justino II rechazó de una manera dura y altiva
todas las demandas de los ávaros. La situación pasó a ser crítica. Los ávaros estaban decididos de
apoderarse de Sirmium, punto estratégico de primer orden por el cual se abría el camino a los Balcanes, al
oeste hacia Iliria y al este hacia Tracia. Atacaron la ciudad, pero fueron rechazado. Al año siguiente Bayan,
al no poder conquistar Sirmium, envió 10.000 hunos a Dalmacia. Franquearon el Sava y se desparramaron
 por Dalmacia, saquearon todo. En el 570 los bizantinos cedieron la Panonia a los ávaros. Bayan no ratificó
el acuerdo y estalló una nueva guerra. Finalmente se acordó que el emperador le pagaría un tributo al kan,
 pero Sirmium permaneció bizantina.

Tiberio II (578-582) sucedió a Justino II. Todo el interés de la lucha se concentró en torno a Sirmium,
 puerta de Dalmacia y de Iliria. Bayan denunció el tratado y se dirigió a Sirmium y Belgrado. Tiberio envió
algunos refuerzos vía Dalmacia e Iliria. El bloqueo era cada vez más peligroso. En el 579, los ávaros
concentraron sus esfuerzos sobre Sirmium la que, tras un largo asedio, capituló en la primavera del 582. Se
abrieron así a los bárbaros las vías de invasión hacia Dalmacia y las regiones centrales y meridionales de
los Balcanes. Bayan ocupó la ciudad. Inmediatamente después el fuego destruyó la espléndida ciudad
romana. Tiberio no sobrevivió a esa derrota y murió ese mismo año. Mauricio (582-602) sucedió a Tiberio
II

Mauricio creó el exarcado de Italia para hacer frente a los longobardos y fijó la capital en la augusta
Ravena. El exarcado comprendía: Istria, Venecia, Ferrosa, Ravena, todas las villas del Adriático occidental,
Perusa, Roma, Nápoles y Calabria. Los longobardos tenían Pavia y Roma era cada vez más papal. El
encargado del exarcado era una especie de viceemperador. Un procónsul tenía su asiento en Salona y
después de su destrucción, un estratega en Zadar, éstos tenían un superior: el exarca. El conjunto de villas e
islas dálmatas se agrupaba en pequeñas repúblicas independientes, pero bajo la autoridad suprema del
Emperador de Oriente y de su legado el exarca de Ravena. Era un sistema mixto. El interior de Dalmacia
estaba un poco al margen de esto. Era más independiente que las ciudades. Una independencia relajada
tanto como se quiera, pero era una independencia efectiva.

En el 586 se produce el primer ataque eslavo a Salónica. Los eslavos, empujados a veces por los ávaros y
también espontáneamente, se instalaron en Macedonia y Grecia hasta la parte oriental del Peloponeso. El
mismo año Bayan se apoderó de Belgrado y de Kostolac. Con los ávaros se movían los eslavos, que sufrían
su yugo.

Después de concluir la paz con los persas, Mauricio preparó una gran campaña contra el kan. En la
 primavera del 592 salió de Constantinopla a la cabeza de un gran ejército. Por su parte el kan llamó bajo
sus banderas a hunos y eslavos. Nada decisivo se produjo al inicio de la campaña: eran marchas y
contramarchas. Desde el 593 al 597, la campaña bizantina se desarrolló sobretodo contra los eslavos, su

 
 

objetivo retomar la eterna línea del Danubio. Pero los eslavos desbordaban. En el 597, volvieron a sitiar
Salónica. Una vez más fueron rechazados con grandes pérdidas.

Con los ávaros iban y se movían hacia adelante numerosas tribus eslavas, sus súbditos de Panonia, y los
eslavos aliados de Dacia. Así desde los comienzos del siglo VII los eslavos poblaron lentamente, sin gran
estruendo, toda la actual Eslavonia, Croacia, Hungría y los territorios eslovenos hasta la frontera de Italia al
 poniente y hasta el nacimiento del Mura en el norte. En Dalmacia penetraron con los ávaros a partir del
verano del año 597 cada vez con mayor frecuencia y más densamente, tanto es así que ya en el 599 el papa
Gregorio I estaba preocupado de que los eslavos, a través de Istria, no invadiesen Italia. Ya en esos años,
 parte de los eslavos no volvían a Panonia, pero si lo hacían los ávaros. Hasta entonces el litoral dálmata era
respetado, pero después de la muerte del emperador Mauricio, cuando en el Imperio bizantino reinó la
anarquía, le tocará su turno.

La rapidez de la ocupación eslava puede explicarse por el vacío militar, administrativo y demográfico que
se abría ante los invasores prácticamente en toda la península. Entre los años 593 y 596 se hundió el
sistema defensivo imperial en el Danubio. Los bizantinos sólo conservaron las grandes ciudades
fortificadas. Las contraofensivas del 592 y 602 sólo consiguieron amortiguar la evolución de los
acontecimientos.

En el 599 los ávaros desencadenaron una contraofensiva. Mientras el general bizantino Prisco retomaba
Belgrado, esta vez ocupado por los búlgaros, aliados de los ávaros, el ejército del kan con turanianos y
eslavos, se dirigieron hacia el Adriático, desguarnecida de soldados bizantinos. Invadieron de nuevo
Dalmacia y se apoderaron de una importante villa nombrada por los autores griegos como  Bankeis  (quizás
la actual Vrlika) y de 40 poblados más. Prisco envió un cuerpo de 2.000 soldados de elite a Dalmacia. Los
ávaros y eslavos fueron destrozados. El papa Gregorio I el Grande escribió al obispo de Salona: "Yo estoy
 profundamente afligido por lo que le espera de los pueblos eslavos. Lo que Ud. sufre me aflige y yo me
apeno por cuanto [los eslavos] han comenzado a penetrar en Italia por la vía de Istria." En efecto, las
incursiones eslavas continuaban como las olas de una mar descontrolado.

El año 600 el kan derrotó a un ejército enviado en ayuda de Prisco. Constantinopla misma fue amenazada.
Pero en los campamentos de Bayan se declaró la peste. Se estableció un armisticio. El Danubio se
restableció como frontera. El emperador agregó 20.000 piezas de oro a su tributo anual para tener paz. Pero
al año siguiente los bizantinos reiniciaron la guerra. Los ávaros fueron derrotados, al igual que los gépidas
y los eslavos.

En el otoño del 602, las tropas de la frontera septentrional se sublevaron contra Mauricio, aclamaron a
Focas (602-610) como emperador y marcharon sobre Bizancio. Después de la muerte del emperador
Mauricio (602), la frontera del Danubio quedó abierta.

En 610, Heraclio, derribó a Focas y ocupó el trono hasta el 641. La situación era desesperada. El nuevo
emperador no tenía recursos pecuniarios ni fuerzas militares suficientes. Este conjunto de cosas explica los
hondos trastornos que conmovieron al Imperio en la primera parte del reinado de Heraclio, emperador muy
capaz y activo. Tales movimientos de pueblos dejaron huellas en los escritos contemporáneos del
emperador Heraclio I. Isidoro, obispo de Sevilla, observó en su Crónica Mayor (Chronica Majora) que:
"Heraclio entró en el sexto (o quinto) año de su reinado, al principio del cual los eslavos conquistaron
Grecia a los romanos y los persas se apoderaron de Siria, Egipto y gran número de provincias."
A principios del reinado de Heraclio desaparecen las grandes ciudades fortificadas del Ilírico septentrional
y entonces los eslavos penetran masivamente en las provincias bizantinas del norte. Paradójicamente, en
apariencia, la eslavización de la parte oriental de los Balcanes tuvo lugar primero en el sur de la península
 para después volver hacia el norte.

El hundimiento del limes danubiano hacia finales del siglo VI, el fracaso de la ofensiva bizantina, el terror
del reinado de Focas y las guerras con Persia dejaron casi completamente desguarnecido el frente balcánico
y abrieron la península a la invasión de eslavos y ávaros. El reinado de Heraclio es el punto culminante de
una larga evolución: mientras que los ávaros se retiraban con su botín al norte del Danubio, los eslavos se
instalaban definitivamente en los Balcanes durante la primera mitad del siglo VII. Los ávaros, gracias a sus

 
 

fuerte estructura militar, desempeñaron un papel decisivo posibilitando, o por lo menos facilitando, la
instalación de los eslavos en territorio bizantino.

A comienzos del siglo VII, el Imperio sufría enormes pérdidas a manos de los persas. Los ávaros y los
eslavos se dirigían hacia Constantinopla, saqueando y devastando las provincias septentrionales de Mesia,
Macedonia y Tracia; asediaron dos veces Salónica (617 y 619) y llegaron hasta el Peloponeso y Creta en el
623. Además los eslavos proseguían su trabajo de termitas en el Imperio. Ocupaban provincias y ciudades
 bizantinas reducidas a escombros, pero Salónica nunca fue ocupada. En el interior reinaba la más completa
anarquía.

Antes de atacar a los persas, Heraclio alejó al Khan de los ávaros de sus frontera norte, mediante el pago de
una gruesa suma de dinero y la entrega de distinguidos rehenes. En ausencia del emperador, ocupado en
conducir los ejércitos contra los persas, el Khan de los ávaros (626) rompió el acuerdo y marchó sobre
Constantinopla. Pero la guarnición logró rechazar el ataque. Opuso una resistencia tan fuerte que
desmoralizó a los ávaros que levantaron el cerco y se retiraron. Constantino VII, a mediados del siglo IX,
afirmó que Heraclio tuvo como aliados en su lucha contra los ávaros a los croatas proveniente de la
Croacia Blanca, que se conquistaron el territorio dálmata bajo la protección y autorización de Bizancio.

La fuerza de los ávaros se eclipsó muy pronto. Esta victoria bizantina, fue uno de los factores principales
del debilitamiento del reino de los ávaros. Probablemente, también, influyeron la sublevación de Samo en
Europa Central y la instalación de los eslavos en el corazón de la península. La derrota marcó entonces el
 brusco final de su inmenso imperio inmerso en la revuelta generalizada de sus súbditos eslavos.

La caída del poder ávaro, le permitió al Imperio vencer a los persas (627). Ahora Heraclio podía pensar
cómo expulsar a los eslavos de la Península Balcánica o bien subyugarlos. Ninguna de estas dos cosas
sucedió. El Imperio estaba desgastado y cansado, y justo, cuando estaba repuesto, aparecieron los árabes.
Los sarracenos destruyeron Persia, conquistaron en corto tiempo las provincias bizantinas de Palestina y
Siria, y, poco antes de la muerte de Heraclio, Egipto. El Imperio quedó reducido al Asia Menor, a la
Península Balcánica y a algunas posesiones aisladas en el occidente latino.

Los persas marchaban de éxito en éxito. Las incursiones eslavoávaras se sucedían sin interrupción en
Dalmacia, en Istria, en Friul. ¿Quién podría haberlas detenido? Todas estas regiones llegaron a ser tierras
de nadie hasta el día en que los bárbaros estimaron que era ventajoso establecerse en las tierras conquistada
definitivamente. Las villas amuralladas se defendían como podían con milicias ciudadanas y guarniciones
ridículamente débiles.

Heraclio, vencido, se quedó en la orilla asiática del Bósforo y sólo regresó a Constantinopla para morir,
dejando antes al Estado inmerso en una confusión por legar la soberanía compartida entre su hijo mayor
Constantino II y el joven Heracleonas, hijo de su sobrina y segunda esposa Martina, odiada por todos. La
muerte de Constantino, después de haber sido eliminados Martina y Heracleonas, abren el acceso al trono a
un niño, Constantino III (641-668), de once años de edad.

CAÍDA DE SALONA
Hasta el 602, año de la muerte del emperador Mauricio, el litoral dálmata fue respetado, pero después la
anarquía reinante en el Imperio Bizantino les permitió a los ávaros y eslavos conquistar el litoral. Junto a
muchas ciudades cayó Salona, alrededor del 614, y con ello la autoridad del Imperio Bizantino en los
territorios del noroeste de la Península Balcánica. Salona, era la metrópoli administrativa y eclesiástica de
la provincia, fue destruida, al igual que muchos otros centros, especialmente del interior: Bribir, Skradin,
 Narona y *upanjac. Sólo Zadar y Trogir y las villas de las islas quedaron intactas o bien no fueron
totalmente destruidas.

A pesar de las innumerables invasiones, la situación en Dalmacia no era totalmente desesperada. Las
grandes invasiones eran dirigidas más bien a Tracia y Constantinopla. Los ávaros y los eslavos fueron

 
 

avistados muy tempranamente en Dalmacia, pero los grandes señores y el clero no los consideraron
 peligrosos. Salona, la capital, no creía en su fin. Enviaba todos los años un pequeño cuerpo expedicionario
a reconocer las posiciones del enemigo. Este cuerpo se aventuró un día atacar las posiciones ávaras
fortificadas. Fue derrotado y en parte masacrado. Poco a poco el miedo se infiltraba en las ciudades,
sobretodo entre la población romana, que comenzó un movimiento de retirada. Algunos eligieron el
archipiélago dálmata por refugio, otros buscaron abrigo en las montañas. El pánico general paralizaba las
voluntades. De repente la tempestad estalló. Los ávaros se apoderaron de Klis y de allí se abalanzaron
sobre Salona, que tomaron casi sin encontrar resistencia. Una gran parte de la población fue masacrada. La
villa, con sus palacios e iglesias incendiadas. Ruinas majestuosas quedaron en pie durante siglos. Nadie
 pensó en reconstruir Salona.

La destrucción de Salona fue accidental y no fue sino un episodio secundario en esta formidable tormenta
humana del siglo VII que sacudió en sus más profundos fundamentos una construcción milenaria. Otras
villas del litoral, como Trogir y Zadar resistieron los asaltos de los invasores. Pero sucumbieron más tarde,
Cavtat fue destruida hasta los cimientos. Las poblaciones desorientadas se refugiaron desde luego en las
islas de Bra%, &olta, Hvar, Vis, Corfu y otras, en los roquerios de Dubrovnik, pequeño caserío grecoilirio
de pescadores y dentro de las murallas del palacio de Diocleciano, profanado, abandonado, pero que había
resistido al tornado y de donde debía surgir como por encantamiento la villa de Split, cuyo nombre
recuerda quizás al griego Aspalathos. Así, en ese año de 614 ocurrió un hecho de capital importancia en la
 parte occidental de los Balcanes: los eslavos llegaron esta vez al Adriático y se quedaron allí.

Como consecuencia de las invasiones y el establecimiento de los eslavos, se produjeron en Dalmacia


transformaciones radicales, no sólo en el plano territorial, sino también desde el punto de vista étnico,
estratégico y administrativo. Una parte de la población romana se refugió en las regiones montañosas del
interior, otra en la ciudades fortificadas de la costa y en las islas. La provincia de Dalmacia, que en la época
del Bajo Imperio, se extendía por el interior hasta los ríos Sava y Drina y desde Ar #a en Istria a las Bocas
de Kotor, desapareció definitivamente. Quedaron todavía en manos bizantinas algunas ciudades costeras
con sus respectivos territorios vecinos: Kotor, Dubrovnik, Split, Trogir, Zadar y las grandes islas del norte:
Rab, Krk y Osor, así como otras localidades e islas más pequeñas.

Dicho conjunto constituyó la provincia bizantina de Dalmacia, llamada también Dalmacia Imperial. Las
ciudades y las islas experimentaban a partir del siglo IV, pero sobre todo a lo largo del VII, después de las
invasiones e incursiones bárbaras, un considerable crecimiento demográfico que reforzó sensiblemente el
elemento romano de la región costera. Esta provincia bizantina, que puede considerarse de nueva creación,
si bien había perdido su continuidad territorial, conservó, sin embargo, su cohesión política, ideológica y
administrativa y su comunicación por mar con la metrópoli. Todo ello se debía a la permanente fidelidad
de las ciudades costeras al Emperador y al mantenimiento de la talasocracia que Bizancio pudo conservar
en Dalmacia.

La guerra ávarobizantina duró, con diferente suerte y sin interrupción, hasta el 626. En este año un
numeroso ejército eslavoávaro atacó y puso sitio a Constantinopla. Los persas se comprometieron atacar la
ciudad desde el Asia Menor. El Imperio se estaba jugando su existencia precisamente aquí, y no en España
e Italia y ni siquiera en Cartago, donde se encontraban los ejércitos de Bizancio. El sitio ya duraba más de
un mes sin que se obtuviera resultado alguno. Los persas no pudieron atravesar el Bósforo y la coalición
eslavoávara no contaba con suficientes recursos militares para conquistar Constantinopla. Esta situación, el
fracaso del sitio, empujó a los eslavos de romper la alianza con los ávaros, aún más al considerar que los
eslavos se habían establecido firmemente en muchas regiones de los Balcanes. Así después del
levantamiento y conflicto con los ávaros, el año 626 se considera como el término del sometimiento de los
eslavos a los ávaros y el comienzo de su propia historia.

El Imperio Bizantino, después del avance persa y la marea eslava, quedó reducido en Europa a una estrecha
faja costera a lo largo del Egeo, Adriático oriental, de la región de Ravena, Italia del sur y Sicilia,. En Asia
sólo le quedaba Anatolia hasta el Tauro. Todo esto produjo una notable disminución del gran comercio que
finalmente afectó a Constantinopla. Las grandes ciudades de provincia conocieron un deterioro mucho
mayor. La decadencia de las ciudades y la desaparición de la influencia que ejercían sobre el campo en el
fenecido sistema municipal son la prueba y, en cierto modo, la causa de un profundo fenómeno de
ruralización del imperio. El símbolo de este cambio es que el Imperio de las ciudades se convirtió en el

 
 

Imperio de pueblos y aldeas. Los pequeños agricultores se convirtieron en el principal pilar del Imperio. En
los Temas, se confía el conjunto de poderes civiles y militares a un único funcionario. Los ejércitos ya no
eran de mercenarios, sino, sobre todo, de los pequeños y medios campesinos soldados que defienden con
sus armas sus propios bienes, tierra y familia.

Durante el siglo VII, el gobierno imperial mantuvo una encarnizada lucha por mar y tierra contra los persas
 para sobrevivir y no tuvo tiempo de ocuparse de una provincia tan lejana como Dalmacia, por lo cual fue
abandonada a su destino. Durante los siglos VII y VIII, el centro de gravedad de la provincia se desplazó a
las islas, refugio para una gran parte de la población. Será sólo a finales del siglo VIII y principios del siglo
IX, cuando las ciudades costeras recuperarán una función política importante.

A partir de mediados del siglo VI, Dalmacia fue gobernada por un procónsul, elegido por la aristocracia
local. Luego, a principios del siglo IX, por un gobernador o arconte, elegido por el emperador de una
 proposición. El arconte era, probablemente. un funcionario enviado de Constantinopla a Dalmacia por el
gobierno central, pero no se excluye que podría ser el  prior , el jefe de la ciudad de Zadar, o incluso un
magnate local.

La falta de continuidad territorial interurbana tuvo como resultado un desarrollo particular de cada ciudad,
conforme a su propia tradición romana y según la especial situación en que se encontrara en ese agitado
 período. Fue así como las autoridades municipales en general y los priores en particular, como jefes de
ciudad, fueron ganando importancia. En el siglo X, las fuentes mencionan por primera vez un prior en
Dalmacia, el de Zadar, pero seguramente existían ya otros antes; así como también otros tipos de
funcionarios municipales, como los tribunos. La vida de los habitantes de las ciudades, después de la
llegada de los eslavos, era bastante dura. La tierra en las islas producían poco trigo, de allí que el sustento
tenían que proporcionárselo por mar, no sólo pescado sino mercaderías que llegaban en naves procedentes
del exarcado bizantino de Rávena, que pasó a ser su defensor natural. Bizancio era el señor del mar. Así se
explica que pudieran sostenerse Zadar y Trogir y las numerosas islas que van desde Cres y Krk hasta
Lastovo y Mljet, y a que se desarrollasen las ciudades como Split y Dubrovnik. En todos estos lugares,
especialmente en las islas, sobrevivía la tradicional actividad política romana y el cristianismo, protegidos
 por el exarcado de Ravena.

A partir del siglo VIII la Dalmacia pasó a ser el objeto de una lucha encarnizada entre dos concepciones
imperiales. Aunque lastimada, pobre y agotada como estaba, no se la podía ignorar si se deseaba tener el
rango de gran potencia. Poseyéndola, cada uno creía tener la llave de la bóveda del edificio a partir del cual
renacería el imperio renovado de la antigua Roma. A esta faja de tierra adriática se aferraba Bizancio para
retener la dominación universal que se le volatilizaba y escapaba. Es sobre esta costa escarpada del
Adriático que el nuevo Imperio franco de occidente, anticipándose en mil años a Napoleón, también
 pretendería afirmarse como sucesor más que como rival de la nueva Roma.

A comienzos del siglo VIII el Imperio bizantino no era sino un imperio de litoral. Se mantenía a costa de
diplomacia y de grandes expediciones a las riberas de los mares Egeo, Jónico y sobre algunos puntos del
Adriático y del Tirreno. Pero tras esa fachada marítima, longobardos, eslavos, búlgaros y árabes se
agolpaban amenazantes y se aprestaban para aniquilar en cualquier momento a los últimos representantes
de la antigua tradición. Pero siempre que el Imperio se encontraba acorralado, aparecía una mano enérgica
 para sacarlo de la degradación en que había caído. Será así hasta el día, aún lejano, cuando el Imperio se
derrumbará agotado y para siempre bajo los golpes de un leñador bárbaro. Pero hasta allí, tendrá renuevos
de una sorprendente frescura. Rehusará abdicar en el Adriático a una situación privilegiada que le permitirá
mantener su ilusión de heredero de Roma.

SITUACIÓN RELIGIOSA
El cristianismo
Dalmacia fue uno de los primeros países mediterráneos junto con Macedonia en ser tocado por el
cristianismo. En la epístola de los romanos, San Pablo menciona haber llegado hasta Iliria y en la de
Timoteo se dice que partió a Tite en Dalmacia. Después de esto se hace oscuridad. No es sino en la
segunda mitad del siglo III que se tiene noticias que en Salona había un obispo cristiano. A partir de esa
época, la tierra dálmata da frutos a la Iglesia militante. Es regada por la sangre de sus mártires. En
Delminium, antigua capital de la Dalmacia iliria, hacia el 257, bajo el reino de Aureliano, el primer obispo

 
 

de Salona Venancio, es decapitado. Pero las más crueles persecuciones fueron seguramente aquellas que
son inseparables al nombre del emperador dálmata Diocleciano.

Diocleciano firmó el Edicto de Nicomedia (303). Según el cual las iglesias cristianas debían ser entregadas
a las autoridades para ser quemadas y todas las asambleas de los cristianos fueron rigurosamente
 prohibidas. Títulos, dignidades, funciones, todo estaba subordinado a la apostasía. La tortura era de rigor
 para los cristianos de cualquier rango. Los ciudadanos cristianos perdían sus derechos cívicos. Los esclavos
cristianos no podían recuperar su libertad. Los dos últimos años de su reinado fueron ensombrecidos y
manchados por abominables atrocidades. Todos fueron sorprendidos por la violencia del ataque después de
más de veinte años de tranquilidad. La iglesia apostólica de Salona fue presa del terrible engranaje. Su
obispo Doimo pereció bajo la espada del verdugo en Abril de 304. Esta situación nos la confirma la
información de los tiempos del papa Juan IV (640-642) quien mandó al abad Martin para que recorriese
toda Dalmacia e Istria para rescatar a los cristianos que estaban en poder de los paganos eslavos. Misión
que tuvo pleno éxito, ya que recuperó también, entre otras, las reliquias de los obispos de Salona, Venancio
y Doimo, las que transportó a Roma donde se depositaron en la basílica de San Juan de Letrán y en la
capilla de San Esteban, desde entonces de San Venancio. Con el santo obispo y sus compañeros en el
martirio perecieron numerosos dignatarios de la iglesia salonitana. El número de otros fieles que sufrieron
el martirio en Salona y en toda Dalmacia no es conocido. En los primeros siglos de nuestra era, los textos
religiosos eran interpretados por cada clérigo según su entender. Todavía no había sido fijada su
interpretación por la Iglesia. Dichas interpretaciones venían principalmente del Oriente, la parte más culta
del Imperio. Así en tiempos de Constantino se extendió el arrianismo por todo el Oriente y entre los
 pueblos bárbaros, herejía que rechazaba el dogma de la Santísima Trinidad. Esto produjo revueltas y
choques con la ortodoxia, afectando la estabilidad del Imperio. Entonces Constantino convocó el Primer
Concilio Ecuménico en Efeso, en el cual se condenó el arrianismo y se dio forma al Credo cristiano. El
Occidente estuvo conforme, pero en el Oriente continuaron las interpretaciones de las sagradas escrituras.

En Antioquía se consideró que Cristo poseía dos naturalezas, una divina y otra humana. Esta doctrina logró
gran importancia cuando Néstor en 428 ocupó el patriarcado de Constantinopla. El Papa de Roma se opuso
a su formulación lo que motivó a Teodosio II convocar un concilio en Efeso que condenó al nestorianismo
como herejía. Pero ahora, en Alejandría aparece una nueva doctrina que funde las dos naturalezas de Cristo
en una sola. Se denominó monofisismo y fue condenada por el papa León I. Pero lo monifisistas, que
habían tomado mucha fuerza, obligaron al emperador a convocar a otro concilio en Efeso (449), donde con
violencia se impusieron los monofisistas. Teodosio II muere, y su sucesor Mauricio, convocó en 451 el
Concilio de Calcedonia, esta vez reforzado con obispos occidentales. Aquí se definió la doble naturaleza de
Cristo pero inseparables, o sea se condenó al monofisismo y se fijaron límites jurisdiccionales. Las
turbulencias continuaron y Zenón promulgó en 482 el "decreto de unión" que intentó conciliar ambas
tendencias. Error, el conflicto se agravó.

En 529, el emperador Justiniano I el Grande privó al paganismo de todo medio de expresión cultural. Se
regía por las leyes de Dios y reinaba legalmente sobre sus súbditos. En el 533, cuando la teocracia ortodoxa
estaba en su apogeo, en el prefacio de sus Institutas se lee la justificación: "La majestad imperial debe
ilustrarse no sólo con las armas, sino también armarse con leyes, de manera que, tanto en tiempo de guerra
como de paz, pueda gobernar rectamente y el soberano romano pueda aparecer no sólo como vencedor en
las batallas contra el enemigo sino extirpar también por las vías legales las iniquidades de los que se alzan
contra su poder, de forma que sea a la vez rigurosamente respetuoso con el derecho e ilustre triunfador para
los enemigos vencidos."

Al igual que Zenón procedió Justiniano en 533, influenciado por la emperatriz Teodora monifisista, cuando
condenó los tres escritos de los nestorianos, conocidos como los Tres Capítulos. Hecho que agitó a todo el
Imperio. Fue un lejano signo precursor del futuro gran cisma de Oriente. Esta cuestión de pura teología
movilizó a todas las fuerzas políticas y religiosas desde Constantinopla a Roma. Las discusiones
apasionadas sobre la naturaleza de Cristo llenaron los siglos V y VI. La Iliria se constituyó en defensora de
los cánones aprobados en el Concilio de Nicea.

El Concilio de Constantinopla (536), volvió a condenar la herejía monofisita. Pero, como la emperatriz
Teodora la apoyaba, Justiniano permitió en el 543 la reapertura de sus templos. En este momento estalló el
conflicto religioso conocido como el de los Tres Capítulos que perturbó toda la cristiandad y especialmente

 
 

a Dalmacia. Además la emperatriz persuadió al emperador para que condenase por su nestorianismo a los
tres escritos. Entonces en señal de lealtad a los padres del Concilio de Calcedonia, que había aceptado los
tres escritos, se produjo la oposición a tal decisión, estando la Iliria en primera fila. En 548, el papa Vigilio
se puso al lado del emperador y lanzó una anatema contra los autores de los Tres Capítulos. A su vez en el
Concilio de Cartago del año 550 se excomulgó al Papa. Pronto la lucha degeneró en un conflicto entre el
Papa y el Emperador. Justiniano promulgó un nuevo edicto en el 551, más severo que el anterior. El Papa
 protestó. En el 553 un Concilio volvió a condenar a los autores de los Tres Capítulos. El Papa decidió
sacrificar a los tres muertos en beneficio de los vivos. Así en 554 condenó sin restricción los Tres
Capítulos. En Occidente se produjo un cisma. El clero de Aquilea, de aquí su nombre, de Galia y de
España hicieron causa común con el clero dálmata, istriano e ilírico.

El jefe del movimiento no fue el metropolitano de Aquilea sino el obispo de Salona, Frontiniano, que
abogaba por la autenticidad y la ortodoxia de los Tres Capítulos, la obra de tres teólogos nestorianos, que
era sostenida por la mayoría del clero y de la población urbana de Dalmacia. La condena de los Tres
Capítulos separó a Roma de las iglesias de Istria y de Dalmacia. En esa época existía un espíritu de fronda
entre los dálmatas e istrianos. Eran hostiles a las innovaciones que aparecieron desde el siglo VI. Dalmacia
empezó a flaquear, pero Istria estuvo irreductible. La calma llegó bajo el papa Honorio I (626-638). Ésta
será una nota dominante del espíritu dálmata, profundizado más tarde por el aporte eslavo. Frente al
conflicto entre el Papado y el Emperador, la Dalmacia se pronunció constantemente por la legalidad y por
la tradición. Rasgos que se perpetuarán bajo todas las circunstancias y bajo todos los regímenes.

Una de las consecuencias del cisma de Aquilea fue el doble conflicto que el Papa Gregorio el Grande tuvo
con los obispos de Salona, Natalis (580-592) y Máximo (598-614). La historia de estas disputas proyecta
una nueva luz sobre el estado de la Dalmacia preeslava en víspera de zozobrar bajo los golpes repetidos de
la invasión bárbara. Conviene al mismo tiempo recordar que sólo las relaciones con la Iglesia esclarecen un
 poco las tinieblas que rodean la historia dálmata de los siglos VI y VII. Sin la intervención de la Roma
 pontifical en los asuntos eclesiásticos de Dalmacia, sin la correspondencia del papa Gregorio I no
sabríamos casi nada de este país durante dos siglos y hasta el advenimiento del primer estado eslavo. Pero
lo esencial es que Dalmacia, gracias a la acción enérgica del papa Gregorio I y del tacto que demostró el
exarca, fue salvada del cisma que hubiera tenido consecuencias incalculables no solamente para ella sino
 para toda la Península balcánica en la víspera de los sucesos trágicos que se desarrollaron después de la
muerte del papa Gregorio I (Marzo 604).

La dependencia de la Iglesia de Dalmacia


En el plano religioso, la Iliria, incluida Dalmacia, dependía del patriarca de Occidente, con asiento en
Roma. Los bizantinos hicieron reiteradas tentativas por colocar la Iglesia Iliria bajo la jurisdicción de la
villa imperial, en conformidad del principio de la subordinación de la jurisdicción eclesiástica al sistema
territorial político. Sin embargo, la Iglesia Iliria y más especialmente la Iglesia Dálmata, permaneció fiel al
obispo de Roma. La Iglesia Católica se mantenía de un extremo a otro de Iliria y los actos jurisdiccionales
de los papas fueron constantemente cumplidos. Aún más, el gobierno imperial se servía del pontífice para
hacer llegar a los obispos de Iliria ciertas leyes o reglamentos de orden mixto políticoconfesional. Este
apego del episcopado ilirodálmata al Occidente es importante porque contrasta con el Oriente donde los
emperadores resolvían las cuestiones de fe y dirigían personalmente la Iglesia por sobre los patriarcas
(césaropapismo). Esta iglesia dálmata, la más niceana de Iliria y casi apostólica, se encontraba ubicada en
una parte importante del inmenso dominio financiero de la Iglesia romana y cuyos ingresos la convertían
en una potencia de primer orden.

Durante el reinado de Justiniano I Dalmacia se encontraba bajo la jurisdicción eclesiástica de


Constantinopla y todavía siguió estándolo durante bastante tiempo. Después de la destrucción de Salona y
de las perturbaciones del siglo VII, ningún obispado dálmata estuvo en condiciones de afirmarse como un
nuevo centro eclesiástico de la provincia imperial.

El conflicto religioso con Roma, provocado por León III, conocido en la historia con el nombre de "la
querella de las imágenes" (iconoclasia, 726-780), agitó al mundo cristiano. Tuvo repercusiones graves en
Dalmacia. Por Decreto del año 732, toda la antigua Prefectura de Iliria, incluida Dalmacia, fue sustraída de
la obediencia del Obispo de Roma, y colocada bajo la jurisdicción del Patriarca de Oriente. León III
estimaba que a un Estado le correspondía una Iglesia, bajo el control de su autoridad. Quiso ser la cabeza

 
 

de la iglesia y su absoluto señor. El Decreto hacia coincidir las fronteras del Imperio con las del
Patriarcado. La fecha, generalmente aceptada de 732, no es absolutamente segura. Si fuese posterior se
trataría de una medida contra lo que Bizancio llamaba la defección del Papa, es decir, las negociaciones de
la Santa Sede con el nuevo Reino Franco. En ese tiempo, no se apreciaban sus consecuencias en el
territorio posteriormente croata, por cuanto el arzobispado de Split (Salona) no estaba restablecido y los
eslavos seguían viviendo como paganos. Pero si que tendrá consecuencias en los acontecimientos,
especialmente, en los siglos IX y en la primera mitad del X. Esta situación llevó al papado buscar
 protección del rey franco Pipino el Breve.

Bajo el papa Adriano I (772-794) la Iglesia Dálmata, privada desde hacia 150 años de la sede
metropolitana de Salona, fue reorganizada. Split, anidado en el gigantesco palacio de Diocleciano, se
convirtió finalmente en metrópoli eclesiástica, heredera del arzobispado de Salona, quizás a mediados del
siglo VIII (751), aunque lo más probable que lo fuera a principios del X. El mausoleo de Dioclesiano fue
destinado al culto cristiano. (El sarcófago que contenía los restos mortales del gran persiguidor de los
cristianos desapareció misteriosamente). El obispo de Dubrovnik sucedió al de Cavtat. En esa época,
existían en la Dalmacia Bizantina ocho obispados: Krk, Rab, Osor, Zadar, Trogir, Split, Dubrovnik y
Kotor. Al mismo tiempo se reorganizó políticamente Dalmacia. El poder civil y militar se concentró en una
sola mano, lo que imprimió al país el sello de una Tema del Imperio. La provincia bizantina de Dalmacia
se componía de las villas episcopales antes mencionadas más la isla de Cres y algunas otras menores.

Circa del 751, los lombardos lograron someter definitivamente a Ravena bajo su autoridad poniendo
término a las posesiones bizantinas en la Italia del norte. Recién con la pérdida del exarcado de Ravena, el
Imperio le dedicó mayor atención a Dalmacia, que siempre seguía considerando como territorio propio. Sin
duda, en aquel tiempo las relaciones con los vecinos eslavos eran más flexibles y llevaderas, para pensar en
restablecer los antiguos tiempos. En relación al restablecimiento del obispado de Split, como la heredera de
la antigua Salona, se nominó a su primer obispo, Juan de Ravena (circa 780) que transformó el mausoleo
de Diocleciano en catedral católica. La consagró primero a la Virgen María y sólo después a San Doimo.
La autoridad política se asienta en Zadar, donde tenía su sede el representante (dux) imperial, y bajo su
autoridad quedan Trogir y Split y las islas de Krk, Osor, Rab y Vergada. Este territorio mantiene el nombre
de Dalmacia (bizantina).

San Jerónimo
La participación de los ilirios en otras actividades de la vida del Imperio Romano, no es relevante con una
sola salvedad, la de San Jerónimo (340-420). Figura grandiosa, uno de los hombres más ilustrados de su
tiempo, uno de los grandes doctores de la Iglesia Católica. Traductor del Antiguo Testamento en hebreo y
del Nuevo en griego, previa su corrección del texto, al latín. Su traducción es conocida como La Vulgata
que se encuentra en uso hasta hoy. Nacido, como el mismo dice en uno de sus escritos en Zrinj, ubicado
entre las provincias de Dalmacia y Panonia. A menudo en sus obras y en sus numerosas cartas, recuerda su
origen y nos entrega una valiosa información de sus coterráneos.

 
 

LIBRO TERCERO
HASTA LA LLEGADA DE LOS VENECIANOS

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO TERCERO

La Tercera Parte de esta Breve Historia de Dalmacia va desde la caída de Salona hasta el primer arribo
teatral de los venecianos a las costas dálmatas. Será más tarde el momento en que llegarán seriamente para
establecer su administración, que durará hasta 1797. Hasta entonces, Dalmacia era bizantina.
Paralelamente al desarrollo de la ciudades amuralladas dálmatas, en los territorios circundantes aparecieron
las primeras organizaciones sociales eslavas que en el siglo X, en Dalmacia, se estructurarán en el Reino de
Croacia. Es un período de escasa documentación respecto a los eslavos en Dalmacia.
Es el tiempo de grandes acontecimientos. Los ejércitos francos de Carlomagno llegan a Dalmacia, se
 produce el gran cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente, los venecianos ponen pie en Dalmacia y el
Reino de Croacia dejará de tener reyes de estirpe nacional.

Isla Negra, Marzo 1998

 
 

CAPÍTULO VIII
EN LA ENCRUCIJADA DE LA HISTORIA

LOS ESLAVOS

Origen

Con la llegada de los eslavos al Adriático, Dalmacia salió definitivamente del mundo romanoilirio. Los
eslavos son un pueblo indoeuropeo, enigmático. Sus orígenes se nos escapan casi totalmente. La Polonia
Oriental y Ucrania, entre los ríos Vístula, Dnieper y Dvina y los Montes Cárpatos, constituirían su habitat
original. Todo el resto está envuelto en un misterio. Es el pueblo que no tuvo la oportunidad histórica de
ser conducido por caudillos notables que dejasen su nombre en la historia de las invasiones. En el inicio de
su carrera no tienen héroes. No tuvieron ni un Alarico, ni un Genserico, ni un Atila . Se desarrolló y avanzó
sobre el ecran de la historia en un anonimato temible por su empuje colectivo. Realizó una infiltración y no
una invasión que, sin embargo, resultó ser más potente y permanente.

Desde su territorio primitivo los eslavos empezaron a diferenciarse en tres grupos de acuerdo a la dirección
de su expansión: los occidentales (checos, eslovacos, sorabos y eslavos del báltico), los orientales (rusos y
ucranianos) y los del sur (eslovenos, croatas, serbios, macedonios, montenegrinos y los posteriormente
llamados búlgaros). Sus vecinos eran al norte los baltas, al sur los tracios, al este los fineses, escitas y
sármatos y al poniente los germanos.

Nombre

En la antigüedad aparece su presencia bajo nombres prestados: neuroi, boudimoi y otros. Hasta los siglos
IV y V d.C. viven en el más profundo olvido. Antes del siglo VI no se oirá hablar de su llegada a la
Península Balcánica. Los godos ocuparon mucho antes todas las avenidas de la historia. En el Imperio
Romano, los escritores (Plinio, Tácito y Ptolemeo) los llaman vendos o vénetos, denominación que persiste
en alemán wenden  o winden, para los sorabos y eslovenos. Entre algunos escritores bizantinos aparece
también el nombre de antas.

Durante las migraciones de los pueblos, parece ser que ya en el siglo II pequeños grupos de eslavos
cruzaron los Cárpatos y empezaron a instalarse en Eslovaquia y norte de Hungría. Pero, de su penetración
en la Península Balcánica sólo se puede hablar a partir del siglo VI. En esa época se denominaban como
eslavos a los que habitaban al occidente del río Dniester y antas al oriente del mismo río.

Los escitas, que se habían establecido por el siglo VII a.C. en las orillas del Mar Negro, se extendieron
hasta la desembocadura del Danubio. Fue el primer pueblo que contactaron los eslavos. Sin duda, los
escitas sometieron a algunas tribus eslavas, que corresponderían a los "escitas agricultores y campesinos"
mencionados por Herodoto ( Historia  4.XVII y LIII). Después siguieron los godos (siglo III d.C), los hunos
(siglo IV d.C), los ávaros (siglo VI d.C.), los francos (siglo VIII d.C.) y los húngaros (siglo IX d.C.) Con
los hunos se considera que comienza el período histórico de los eslavos que se dirigieron al sur.

Cultura

Los antiguos eslavos eran predominantemente fornidos y altos, de pelo rojizo. Su constitución física los
hacía saludables y capaces de soportar las inclemencias del tiempo, la falta de comida y de vestimentas. Se
alimentaban con productos agrícolas, pescado y carne de animales domésticos y salvajes; bebían leche,
hidromiel y cerveza de cebada. Vivían sencillamente en casas de madera, con algunos muebles. Alrededor
de la casa tenían un huerto y corrales separados para el ganado, los caballares y los puercos. También
disponían de colmenares de abejas.

 
 

A los diferentes acontecimientos de la vida de los antiguos eslavos los acompañaba la canción  (pjesma ),
especialmente la religiosa, que se cantaba durante las ceremonias. Para el entretenimiento estaban los
cuentos y las adivinanzas. En los refranes se registraba la sabiduría popular adquirida en la vida diaria.

Prácticamente, es sólo a los bizantinos a quienes debemos la información sobre este pueblo que no tuvo,
como otros, la buena fortuna de encontrar un Tácito. Los eslavos no eran belicosos por vocación. Eran
hospitalarios. Ni malvados, ni falsos. Eran tranquilos y trabajadores, se dedicaban sobretodo a la
agricultura y ganadería, pero en ocasiones podían convertirse en salvajes y crueles. La vida familiar, en
general, era monógama. La mujer entre ellos era muy respetada aunque sin ningún derecho. La esposa se
obtenía mediante la compra o el rapto. Un segundo matrimonio para la mujer no era aceptado, de allí que la
mujer voluntariamente moría tras el marido. Eran valientes. En el curso de los combates con los bizantinos,
se encontraban en los campos de batalla muchas mujeres caídas en los combates. Los eslavos también
tenían su lado negro. La enorme desunión desde siempre conocida. La venganza estaba anclada en las
costumbres de los eslavos. Además les gustaba la bebida en demasía. Esto facilitó a los Emperadores de
Oriente las relaciones con ellos. Bizancio les aplicó con éxito su principio divide et impera, que hará la
fortuna de Austria, pero también su catástrofe final.

El emperador Mauricio (582-602) escribió: “Son [los eslavos] condescendientes más por miedo que por
amor a los presentes. Cuando existen entre ellos numerosas opiniones diferentes o bien no logran
entenderse o bien lo logran, pero muy pronto los unos o los otros violentan la fe jurada, porque se detestan
mutuamente y ninguno quiere ceder en lo que sea al otro.” La discordia común a los celtas, germanos y
eslavos obedecía, quizás, a un defecto primordial de organización política debido al clima, a las vastas
extensiones o a las separaciones geográficas.

Mientras los futuros sudeslavos estuvieron en comunidad con los otros eslavos su organización social era
semejante: vivían libremente no soportando ninguna autoridad gobernante y, por consiguiente, no tenían
estados organizados. La base de la vida comunitaria era el rod  (la familia, el clan), algo semejante a lo que
se denomina  zadruga   (comunidad) en la cual se encuentran las personas unidas por un parentesco
sanguíneo más estrecho. El clan lo manejaba el doma!in (el mayordomo), generalmente el más adulto y,
sobretodo, el más competente de todos. El clan lo reconocía y elegía para tal desempeño. La principal
riqueza del clan era el ganado que se compraba, criaba y vendía. Era utilizado como valor de intercambio.
El enriquecimiento significaba el aumento de ganado, lo que originaba enfrentamientos entre los vecinos
 por los pastizales. La tierra era abundante y tenía poco valor. Cada clan poseía la tierra que podía arar y
sembrar las diversas clases de trigo con los cuales hacían el pan y cocinaban la gacha. Por estas razones
entre ellos no había ni muy ricos ni muy pobres. Al que no aceptaba trabajar ni obedecer lo expulsaban y
 pasaba a engrosar el grupo de los pobres (hudi). La vida en comunidad desarrolló una fuerte economía
doméstica y una alta moral, pero en su lado negativo, significó la ausencia de iniciativas y competencia, lo
que posteriormente malogró la constitución de estados. No había diferencia de clases, todos eran iguales, o
sea, vivían en una democracia igualitaria, lo que impedía que alguien se tomara el poder y constituyera una
monarquía, que sería inaceptable por el resto.

Cuando el clan se multiplicaba en exceso, una de sus partes se separaba y constituía un nuevo clan en su
cercanía, con el cual mantenía relaciones. Varios de estos nuevos clanes constituían un vas (pueblo), en el
cual las casas seguían estando una lejos de la otra, cada una en el centro de su territorio. Tal conjunto de
casas, emparentadas por la sangre, se consideraba como un bratstvo (fraternidad, hermandad) y era dirigido
 por un  starje " ina  (jefe, anciano) denominado # elnik (el que está al frente), a quien reconocían y admitían
como jefe los otros mayordomos. La fraternidad tenía el apellido, generalmente por el bisabuelo de la
familia de la cual se originó, y la tumba común, como también el lugar de sacrificios e incluso los bosques
o ríos en cuyas orillas vivían. El perjurio u ofensa a uno de sus miembros se consideraba hecha a todos, por
lo cual era obligación de toda la fraternidad vengar a su cofrade, especialmente en caso de asesinato. Esto
constituía la venganza de sangre.

Tal como la fraternidad surgía de una familia, así el  pleme   (la tribu) nacía cuando la hermandad se
desgranaba y empezaba a dividirse en numerosas fraternidades, instaladas en varios pueblos, relacionadas

 
 

entre si por lazos sanguíneos. El territorio en el cual se encontraba una tribu se llamaba xupa o xupania
(distrito, comitado, condado) y tenía su nombre. El jefe de la tribu se llamaba "upan (conde), además era el
 juez superior y conductor del ejército tribal. Procedía generalmente de la fraternidad que más se distinguía
 por su valentía, edad o riqueza. De esta manera el ejercicio del "upan  se hacía hereditario en algunas
fraternidades. Allí se encontrará el germen de la futura nobleza eslava. En el centro de la mayor parte de las
xupanias de los sudeslavos se encontraba el grad   (recinto fortificado), generalmente ubicado en un pantano
o en una elevación. El  grad   estaba fortificado con empalizadas y rellenos, rodeado de fosos. Allí se
refugiaba la tribu durante los ataques enemigos. Además en el  grad   estaba el mercado donde se compraba
y vendía. Aquí también se realizaban las asambleas de la tribu, con la asistencia de todos sus jefes.

Los eslavos, como agricultores que eran, no era un pueblo belicoso, pero si defendían valientemente su
hogar y libertad cuando alguien los atacaba. Inmediatamente en una asamblea elegían al vojvoda  (jefe
guerrero) que los conduciría al combate. Su armamento era las lanzas larga y corta, ésta más apropiada
 para ser lanzada, la espada, el mazo, el arco y la flecha. Usaban una especie de estandarte, denominada
 prapor. Además de su valentía, aun el de las mujeres que acompañaban a sus maridos en el combate, era
notable su astucia, que los hacía temibles para sus enemigos.

El rol histórico del mundo romano y bizantino fue el haber dado una organización y un pensamiento
 político a todos los pueblos eslavos antes de desaparecer bajo los golpes de las formaciones así creadas por
ellos mismos. Los eslavos representan un pueblo francamente democrático. Lo que explica las dificultades
que han tenido que vencer antes de configurarse en estados. Colectivistas natos, la comunidad de los bienes
era su elemento. La tribu era la última palabra de su organización política y social. No eran belicosos como
los hunos y los ávaros. Hacían la guerra batiéndose en los desfiladeros, como los ilirios, y tendían a
engañar al enemigo, lo que siempre inquietó a los bizantinos. Podían ser crueles, como todos los tímidos.
Sin embargo no hay que creer a su espíritu pacífico. Se ha hecho mucho caudal de la siguiente anécdota,
atribuida al emperador Mauricio, y que Teofilacto Simocatta registra en su  Historia del emperador
 Mauricio (VI.2):

"Al día siguiente los guardias imperiales capturaron tres hombres de la tribu eslava, que no portaban
ninguna arma [metálica] ni ningún artefacto guerrero. Su equipaje consistía en tamburas  [instrumentos
musicales] y era lo único que traían. Entonces el emperador empezó a interrogarlos sobre la tribu de su
 procedencia, donde estaban sus asentamientos y cual era la causa de su estada en tierras romanas. Ellos
contestaron que pertenecían al pueblo eslavo y que habitaban las riberas del mar occidental; ... Que
llevaban las tamburas porque no estaban preparados para portar armas. Su país, a saber, no conoce las
armas [metálicas] y por ello llevaban una vida pacífica y tranquila, y que tocaban las tamburas ya que no
sabían soplar las trompetas de guerra. Por cuanto ellos no sabían hacer la guerra, con razón dijeron que
 preferían hacer música."

"El Emperador, celebrando la tribu [eslava] por estas palabras, ordenó se le diese hospitalidad a los
 bárbaros encontrados casualmente, y, por asombrarse del porte de sus cuerpos y el desarrollo de sus
miembros, los envió a Heraclea."

Esta anécdota no es probablemente sino una leyenda o una poesía recogida por el emperador bizantino, a
 pesar del testimonio de autenticidad de Teofilacto (570-630), salvo que sea una versión concertada por los
tres hombres para reconocer el país invadido. Los bizantinos se convencieron, en el transcurso de los siglos
VI y VII que las tamburas eslavas se podían transformar en artefactos menos pacíficos.

Religión

En religión eran panteístas, que es la forma más refractaria para la aceptación pura y simple del
cristianismo. Principalmente adoraban a las fuerzas de la naturaleza, al igual que el resto de los
indoeuropeos, que confundían con dioses. Creían que el mundo lo gobernaban dioses semejantes a las
 personas. Sin embargo creían en un Dios superior, triunfador de las tinieblas, que engendraba a dioses
menores y finalmente al hombre. El dios superior era Bog (Dios), otros nombres no se pueden confirmar.
Del resto de los dioses está  Dajbog , el dios solar, fuente de todo bien en la tierra. Más abajo estaban los

 
 

dioses de los ríos y otros, como los dragones y las hadas. A ellos se dirigían con oraciones y sacrificios,
generalmente toros, ovejas y diversos frutos. Durante el sacrificio se observaban todos los detalles de los
cuales los magos pronosticaban el futuro. El sacrificio lo realizaba el doma!in o el  $ upan de alguna tribu.
 No concebían la idea del destino, aunque aceptaban que ciertos dioses gobernaban a las personas. Creían
en la inmortalidad del alma y en la otra vida como prolongación de la terrestre, todo en forma simple. El
alma era inmortal, la llamaban nav. Al morir la persona se iba al paraíso para continuar la misma vida que
llevaba antes de morir. Esta creencia explicaría los numerosos suicidios de eslavos en las derrotas, pues
 preferían morir como hombres libres que caer en la esclavitud.

También creían que algunas personas se convertían en lobos y vagaban en esas condiciones por el mundo.
Este lobo tenía enorme fuerza, empujaba y conducía las nubes; en los eclipses del sol y de la luna se comía
a estos astros. La inhumación se hacía de dos maneras: o se enterraba al muerto o se le incineraba. En los
entierros, junto al difunto se dejaban todas las cosas que en vida le eran más queridas, para que así le
sirvieran en la otra vida. Sobre la tumba se levantaba la mogila o gomila (túmulo), y sobre la cual se
realizaban juegos viriles y cenas fúnebres  (strava ).

PUEBLOS INMIGRANTES
Debido a las reformas de Diocleciano, la Península Balcánica, punto de encuentro de los mundos helénico
y latino, pese a constituir una unidad económica y militar, quedó repartida entre el Occidente y el Oriente.
Las provincias de Dalmacia, Panonia y Savia, correspondieron a la Prefectura de Italia, y sólo fueron
reorganizadas hacia fines del siglo IV, mediante la creación de la nueva prefectura del Ilírico, ubicada
 prácticamente entre las dos anteriores. Con todo, esta medida no evitó que las incursiones bárbaras fueran
hasta el final del siglo V uno de los problemas centrales de los Balcanes.

Los Balcanes conocieron durante el siglo VI un giro histórico particularmente importante. Las invasiones
de godos y hunos, aunque fueron graves en el siglo precedente, no condujeron sin embargo a cambios
 permanentes. Las incursiones godas, que sembraban reiteradamente el terror al sur del Danubio, saquearon
los campos, arruinaron incluso algunas ciudades, pero casi no dejaron huellas. Llegaron, saquearon y se
fueron. La península siguió siendo bizantina, como antes, y el Danubio la frontera del Imperio. Por el
contrario, el siglo VI anunció nuevos tiempos: los bárbaros, que asolaron la Península Balcánica durante
todo ese siglo, comenzaron a instalarse en ella y estaban llamados a transformar radicalmente su estructura
étnica y política: eran inmigrantes. La demografía de los Balcanes se alterará casi por completo con la
llegada de los eslavos.

En la penetración eslava se distinguen dos momentos. Al comienzo los eslavos entraron a los territorios
imperiales con el propósito de pillaje y de obtener esclavos, volviendo siempre a su residencia al otro lado
del Danubio. Pero, después decidieron crear asentamientos en las despobladas y arrasadas tierras del
Imperio. Esta segunda fase está relacionada con los ávaros. El peligro eslavo, ya inseparable de la historia
de Bizancio, se manifestó por la primera vez en toda su gravedad. El objetivo más o menos consciente de
los eslavos era conquistar territorios sobre el Mediterráneo y establecerse en esas regiones. En la época de
Justiniano el Grande los eslavos, por primera vez, aparecieron con su propio nombre y comenzaron a
manifestar sus aspiraciones al Mar Egeo. Así es como se destaca el contraste entre las incursiones godas y
las invasiones eslavas, y, sobre todo, se subraya el enorme y perdurable impacto histórico que supuso la
llegada de los eslavos a los Balcanes.

Sólo conocemos a grandes rasgos las corrientes migratorias y los itinerarios de las tribus eslavas y las
regiones de su asentamiento. Las fuentes son pobres y la arqueología ha hecho únicamente progresos
 parciales. Durante su movimiento migratorio, desde su lugar de origen hacia el oeste, a fines del siglo V los
eslavos llegaron al Danubio, que era entonces la frontera entre Bizancio y el mundo bárbaro.
Conjuntamente con los eslavos que penetraron a través de los Cárpatos, controlaron los actuales territorios
de Hungría (Panonia) y parcialmente de Rumania. Desde esos campamentos, los eslavos iniciaron, en los
 primeros decenios del siglo VI, sus incursiones en territorio bizantino. No avanzaban solos. Con ellos iban
sus aliados, pueblos o grupos étnicos, otros eslavos como los antas, pero también protobúlgaros, gépidas,
hérulos, etc. Los eslavos que se instalaron en la actual Rumania cruzaron el Danubio por su curso inferior,

 
 

los eslavos de Panonia atravesaron el Danubio y el Sava por Belgrado. Los del bajo Danubio seguían hacia
Constantinopla o hacia el Peloponeso. Aquellos que los hacían por el Sava se les abrían, a través de
Bosnia, los caminos hacia Italia, Dalmacia y el Adriático.

 No se conocen todas las tribus implicadas en estos movimientos: algunos nombres citados casualmente en
las fuentes y otros reconstruidos no permiten obtener una visión de conjunto. Tampoco se tiene
información sobre su número. Sólo es seguro que la densidad de población variaba según las regiones, lo
que explicaría los diferentes ritmos en la afirmación étnica y en la historia misma de las diversas zonas
ocupadas. Por otra parte, debido al desconocimiento que se tiene de la suerte que pudieron correr las
 poblaciones autóctonas y las ciudades del interior es muy problemático obtener una visión global del
 proceso de ocupación eslava de los Balcanes y Panonia. Una de las fuentes más preciadas,  De
administrando imperio  del emperador bizantino Constantino Porfirogénito, además de los croatas y
serbios, menciona a los diocleos, terbunios, zaclumios, travunios y neretvanos o "pagani". Se conocen
también los nombres de las tribus que atacaban Salónica, de las cuales ninguna sobrevivió. (Ver Anexo
"Fuentes Bizantinas").

Aunque se desconozca en sus detalles este complejo proceso de instalación eslava, lo cierto es que la
estructura étnica de la península cambió radical y definitivamente, incluso en el caso en que las anteriores
 poblaciones no desaparecieron del todo, bien porque algunas se mantuvieran en el interior o bien porque
otras huyeran para ir a reforzar los elementos preexistentes en algunas zonas costeras. Sin duda alguna,
también el poder bizantino se desintegró casi en su totalidad, con la consiguiente disminución del control
militar y administrativo de toda la península, desde el Danubio hasta el extremo meridional de Grecia. Las
relaciones eslavobizantinas se nos aclaran, en cambio, por las regiones y localidades que quedaron en
manos de Bizancio o, mejor dicho, que retuvo bajo su control efectivo. En general, haciendo abstracción de
los enclaves del interior, Bizancio logró, gracias a su control sobre el mar, conservar una parte de las
antiguas ciudades costeras, puertos y zonas de abrigo, como Cavtat por ejemplo, fáciles de defender por su
 posición natural. Esa fue la característica de toda la línea costera, desde el Adriático al mar Negro.
Bizancio perdió casi todo su territorio interior, y su poder se redujo a una costa en la que a veces sólo
dominaba ciudades separadas unas de otras por la reciente ocupación eslava, como ser en Dalmacia. En el
siglo VII, después del establecimiento de los eslavos, la península fue el campo de encuentro de dos
civilizaciones, la bizantina y la eslava.

En el interior surgió toda una serie de  sclavinias, nombre que las fuentes bizantinas reservan para las
regiones ocupadas por los eslavos y en las que el Imperio no ejercía poder alguno. Con este término
designaban los bizantinos a estas entidades políticas eslavas a medio camino en su evolución hacia nuevos
Estados. Bizancio, debido a su propia experiencia política y a su concepción monárquica del Estado, no
 podía entender la esencia de estas formaciones tribales. Las sclavinias son características del interior de los
Balcanes e influyeron en el desarrollo de las tribus eslavas hasta mediados del siglo IX.

PUEBLOS DOMINANTES
Los búlgaros

Los búlgaros eran una rama de los hunos. En la primera mitad del siglo V se encontraban a orillas del mar
de Azov y del río Don. Sus jefes recibían el nombre de khan. En la segunda mitad de ese siglo, los búlgaros
se acercaron a la desembocadura del Danubio, y, solos o acompañados con eslavos, invadieron el Imperio
hasta Sirmium en Panonia y la sometieron al pillaje. Los eslavos panonios estaban sometidos por los
ávaros. A comienzos del siglo VII los búlgaros extendieron su dominio hasta las bocas del Danubio. Esta
es la antigua Bulgaria que estaba en buenas relaciones con el emperador Heraclio (610-641) y fue su aliado
en la lucha contra los ávaros. Lograron constituir un estado independiente en Dobrudya, donde sometieron
a también a las tribus eslavas allí establecidas. Posteriormente extendieron su territorio hacia el sur, al otro
lado del Danubio.

La horda búlgara inquietaba mucho al Imperio bizantino y en el 679 Constantino IV emprendió otra
expedición contra ellos. No pudo detenerlos y la expedición terminó en un total fracaso. El emperador tuvo

 
 

que firmar un tratado obligándose a pagarle al khan búlgaro Isperih un tributo anual y cederles los
territorios comprendidos entre el Danubio y los Montes Balcanes. La desembocadura del Danubio y parte
del litoral del Mar Negro quedaron en manos búlgaras. Con ello reconocían a un estado búlgaro y se
crearon las condiciones para la aparición de una nueva etnia que tendrá hondo significado e influencia en la
vida de los eslavos bálcanicos, como igualmente en el destino del Imperio Bizantino.

Los búlgaros introdujeron entre los eslavos la organización militar y la disciplina. Obrando como un
elemento unificador de las tribus eslavas orientales de la Península Balcánica que habían vivido hasta
entonces en grupos separados. Los búlgaros fundaron poco a poco un poderoso estado que Bizancio, con
razón, estimó indeseable. En consecuencia los soberanos bizantinos organizaron numerosas campañas
contra los eslavos y búlgaros.

Territorialmente disminuido, Bizancio se convirtió en un estado con predominio de pobladores de habla


griega, aunque no con un predominio tan grande como creen ciertos investigadores. Por entonces toda la
Península Balcánica, Peloponeso incluso, había modificado mucho su composición etnográfica a causa de
la aparición de las colonias eslavas que no hablaban el griego. Los conquistadores turcos, tampoco.

En esa nueva situación, tuvo lugar un hecho de la mayor trascendencia. Los búlgaros fundaron un Estado,
que fue reconocido por Bizancio en 681 teniendo que pagar además un tributo anual. Así se constituyó, en
territorio del Imperio, un estado nuevo en el que los búlgaros dominantes no eran más que una minoría
frente a una mayoría absoluta de eslavos.

Los búlgaros de Isperih, menos numerosos que los eslavos, no tardaron en ser influidos por éstos. Entre los
 búlgaros, se produjeron así grandes modificaciones que afectaron a su etnia. Gradualmente perdieron su
nacionalidad, turca de origen, y hacia mediados del siglo IX estaban eslavizados del todo. No obstante
conservaron su antiguo nombre de búlgaros.

Los croatas

La derrota de los ávaros frente a Constantinopla (626), marca la decadencia ávara y los primeros intentos
de independencia de los sudeslavos, sin duda apoyados por el emperador Heraclio. Finalmente se liberaron
todos los sudeslavos que vivían en Nórica, Dalmacia, Ilírico y Mesia. Fue entonces cuando Samo organizó
su estado. Pero, siguiendo a Constantino Porfirogénito, lo más interesante es que, entre los años 620 y 640,
 penetraron bandas armadas croatas eslavizadas, que hablaban una lengua eslava y vivían según costumbres
eslavas, desde su patria Croacia Blanca, en Panonia y Dalmacia, por el flanco oriental de las estribaciones
alpinas, en su calidad de federados del emperador Heraclio. Vencieron y alejaron a los ávaros de Dalmacia,
 pero sometieron a los eslavos que ya habían llegado allí, principalmente como agricultores y pastores. Se
convirtieron en señores de esas regiones y de sus habitantes. Los croatas pertenecían al grupo de tribus con
idioma eslavo noroccidental y los eslavos establecidos en Dalmacia a las tribus de idioma eslavo
suroriental. Por cuanto el número de croatas era pequeño, prácticamente sólo la capa señorial, se realizó
aquí un proceso en el cual los conquistadores adoptaron el lenguaje de sus súbditos y éstos el nombre de
sus señores. Nótese la semejanza con el caso búlgaro. El territorio que dominaron originalmente fue,
 principalmente, la faja costera comprendida entre los ríos Ar #a y Cetina sin sus ciudades-puertos. Con el
debilitamiento del poder ávaro, mitad del siglo VII, termina también la llegada masiva de eslavos a la
Península Balcánica.

Una vez terminada la intervención croata en Dalmacia, casi por dos siglos completos, reina el silencio
respecto a los sudeslavos balcánicos occidentales, que adoptarán el nombre de croatas. La causa menos
 probable de esto hay que buscarla en que los diferentes clanes volvieron entonces a su vida patriarcal tal
como era en su patria de origen, Croacia Blanca. Esta "democracia" no conoció del gobierno de una sola
 persona, la monarquía, como era el caso entre los germanos: Alarico, Teodorico y otros. Se desgastaban en
 pequeños incidentes entre fraternidades y tribus. Esto, por cuanto los eslavos no llegaron como un pueblo
masivo organizado sino como un conjunto de fraternidades y tribus conducidos por los ávaros y sin
iniciativa propia, y, sin duda, sin pensar nuevamente en destruir el Imperio Bizantino que creyeron
indestructible y eterno, por ser obra de Dios, después del descalabro ávaro frente a Constantinopla. Una vez

 
 

asentados, la autoridad se centró en manos de numerosos xupanes  y de algunos distinguidos ancianos. Sus


conflictos cubrieron, seguramente, todo ese período.

Además y lo más probable es que, durante este período de silencio, las bandas armadas croatas se
dedicaron a conquistar y doblegar a las tribus eslavas allí establecidas. Lo hacían en pequeños grupos y en
territorios reducidos. Las condiciones caóticas existentes en el Imperio, no los obligaron a centralizar su
organización, a poner sus pequeños territorios bajo un solo mando, para enfrentar cualquier enemigo
externo. Así crearon numerosas pequeñas unidades territoriales, las "upa  a cargo de "upanes, voces
tomadas de los eslavos sometidos. Las formaciones guerreras elegían un vojvoda. Una vez que alguien se
lograba imponer a un grupo de "upas aparecía la "upanija.  Con el propósito de conquista, una parte de las
 bandas guerreras croatas giró hacia el norte, hacia el Sava y Drava, y otra por la costa llegó más allá del
Cetina. Fue el período de formación de "upanias que después se agruparían en el Reino de Croacia.

En un comienzo, las "upas  se organizaron, en lo posible, en un campo apto para el cultivo cruzado por
algún curso de agua. Las casas se ubicaban en las laderas de los cerros para que no las dañaran las
inundaciones y para no sacrificar el escaso suelo agrícola disponible. Disponían de campos de pastoreo de
invierno y verano. Los jinetes eran escasos entre los sudeslavos, el uso del caballo era característica croata.
 No existían fáciles vías de comunicación, lo que no motivaba la crianza de caballos. La orografía hacía
cualquier empresa de extender el territorio difícil. Los eslavos, al ocupar los pueblos romanos
abandonados, mantuvieron la configuración urbana: castillo fortificado para albergar a los habitantes en
caso de peligro, ( grad ), las casas junto al castillo y el cementerio en la cercanía de alguna Iglesia. Muchas
de las "upas tuvieron un territorio coincidente con la parroquia cristiana. Se conoce el nombre legendario
del príncipe croata Porga y de los ataques croatas a las ciudades del litoral en los años 639 y 679.

Los serbios

Desde mediados del siglo VI, los eslavos balcánicos orientales no contentos con atacar y devastar
continuamente las posesiones balcánicas del Imperio Bizantino, habían avanzado hasta el Helesponto,
llegaron a Salónica, al sur del Peloponeso y a las orillas del Adriático, donde se establecieron en gran
número. Salónica quedó muy pronto rodeada de tribus eslavas y sus moradores, a pesar de las fuertes
murallas de su ciudad, sólo con dificultad pudieron protegerse de los ataques eslavos. Posiblemente a fines
del siglo VII se creó el distrito militar griego o Tema de la Hélada, como medida militar y administrativa
contra las invasiones eslavas.

Tripulando sus navíos, los eslavos descendían al mar Egeo, atacaban a las naves bizantinas y dificultaban
no poco el abastecimiento de la capital. El Emperador Constantino III se vio obligado a emprender una
campaña contra las  sclavinias. Hizo un gran número de prisioneros y sometió a muchas otras tribus de la
región Salónica. A partir de este momento comenzamos a ver mencionadas grandes migraciones y
traslados masivos de eslavos hacia Anatolia y Siria.

Los árabes

A la muerte de Mahoma (632), los árabes empezaron su avance hacia el Occidente, principalmente,
ocupando territorios bizantinos. Las disputas sucesorias y la minoría de edad del emperador Heraclio, le
 permitieron a los árabes proseguir su avance. Bajo Constantino II, la naves árabes empezaron a invadir las
aguas bizantinas, llegando hasta Creta y Sicilia y amenazaron el Mar Egeo y Constantinopla. Los
 bizantinos recuperaron Alejandría en el 645, pero fueron expulsados definitivamente en el 646. Al año
siguiente, la península de Anatolia quedó desbordada por los árabes, que someterían a Chipre en el 649 y a
Rodas en el 654. Un intento de reacción naval bizantina realizado en el 655, terminó en una espantosa
derrota.

El Imperio conoció su período más crítico bajo el reinado del enérgico Constantino IV (668-685). Los
árabes seguían progresando y asediaban sin éxito Constantinopla. Al rechazar a los árabes de
Constantinopla y firmar con ellos una paz favorable y ventajosa para Bizancio, Constantinopla prestó una

 
 

gran servicio, no sólo a su propio país, sino a toda la Europa occidental que quedó protegida así contra el
grave peligro musulmán.

Las relaciones entre el Imperio y los eslavos tuvieron una aparentemente ratificación oficial en los tiempos
de Constantino IV. Cuando se firmó la paz de treinta años entre el Imperio y los árabes, los gobernantes de
las tribus extremas en el occidente del Imperio, obviamente los eslavos de Dalmacia, enviaron al victorioso
Emperador embajadores con presentes pidiendo la paz y la armonía entre ellos. El emperador aceptó sus
 peticiones y les concedió la paz, como su señor, en sus actuales territorios (678). Justamente entonces
entraron en escena los búlgaros.

Al ascender León III (717-741) al trono, los árabes habían atravesado toda el Asia Menor y estaban al pie
de las murallas de Constantinopla. Una vez más, la diestra utilización del fuego griego causó los mayores
estragos en la flota árabe, mientras el hambre y el extremo rigor del invierno del 717/18 contribuía a la
derrota del ejército musulmán en tierra europea. Poco después de un año de iniciado el sitio de la capital,
los árabes se alejaron. La capital fue salvada gracias al talento y energía de León III. Tras su derrota, los
árabes no emprendieron nuevas hostilidades serias durante la vida de León III. Fueron los precursores de
los turcos.

ESTABLECIMIENTOS ESLAVOS
Como a fines del siglo VII gran parte del territorio balcánico estaba casi deshabitado y arruinado, el
Imperio no podía pensar en expulsar a los eslavos, sino encontrar la manera de atraerlos a su esfera de
influencia y aprovecharlos para el resurgimiento económico del Imperio y su enrolamiento en el ejército.
Además, no tenían interés en disminuir el número de sus "upanias para crear unidades políticas mayores,
sino al contrario mantenerlos en discordia para que no pudieran unirse contra el Imperio. Así que lo único
que les interesaba era tener la autoridad superior nominal sobre ellos. O sea, los eslavos sabían del
Emperador y que vivían en su Imperio, pero su autoridad no la sentían directamente. La autoridad mantuvo
los nombres tradicionales en el territorio ocupado por los eslavos y sus fronteras determinarán sus futuras
cristalizaciones políticas eslavas. Hecho que nos señala que ni siquiera en esto tuvieron alguna iniciativa
los eslavos.

En esa época las tribus eslavas se entremezclaban entre si, se dividían, algunas desaparecían y otras
aparecían, especialmente, en las regiones de ríos y montañas que las separaban. A veces sus nombres eran
eslavos, otras veces lo heredaban de los antiguos habitantes del lugar. Así, en los comienzos del siglo IX,
los establecimientos eslavos con territorio en el litoral adriático eran, principalmente, los siguientes:

l) Liburnia, desde la desembocadura del Ra#a hasta los montes Velebit;


2) Croacia, desde el Velebit hasta el Cetina por el litoral adriático (parte de Dalmacia) y hasta el Vrbas y el
Drina (Parte de Bosnia y Hercegovina) en el interior;
3) Pagania, Pomorje o Región Neretvana, entre las desembocaduras del Cetina y Neretva (parte de
Dalmacia);
4) Hum (Zaclumia, Zahumlje), del Neretva hasta Dubrovnik (Parte de Dalmacia y Hercegovina);
5) Travunia (Travunja, Trebinje, Terbunia), desde Dubrovnik a Boka Kotorska, incluyendo Konavlje (Parte
de Dalmacia y Hercegovina); y
6) Doclea (Duklja), desde Boka Kotorska al Bojana (Parte de Montenegro) o a la desembocadura del Drim,
en el norte de Albania.

En general todas las regiones del litoral se extendían desde la costa hasta las montañas divisorias de las
aguas que van directamente al Mar Adriático o al Mar Negro, a través del Sava y Danubio.

En el interior se encontraba Bosnia, parte actual de Bosnia-Hercegovina, y entre los ríos Drava y Sava se
extendía la región de Eslavonia (Tierra Eslava) o Panonia Croata. Al este de los territorios mencionados se
encontraban los serbios y al oeste los eslovenos ya sometidos a los francos y que no se liberarán hasta el
año 1918. Al norte se encontraban las marcas francas.

 
 

Hasta los comienzos del siglo IX las regiones nombradas, se mencionaban genéricamente como pobladas
 por eslavos, aunque ya existían los términos croata, bosnio y serbio. En el tiempo, los pueblos sudeslavos
se fueron diferenciando básicamente en torno a esos nombres nacionales y políticos, lo que coincide con la
constitución de los primeros estados bajo la soberanía de esas tribus. Este desarrollo es simultáneo con la
aparición de dos nuevos vecinos: los francos y los búlgaros. Se conocerá como croatas a los habitantes
eslavos de la Dalmacia Bizantina sólo a partir del principado de Trpimir (845-864), dux Croatorum. Este es
el primer recuerdo del nombre croata escrito y en latín.

Al comienzo los ávaros y eslavos y después los croatas, empujaron a los ilirios-celtas y romanos a las
montañas, ciudades del litoral e islas. Allí se mantendrán por siglos. Los montañeses se dedicaron al
 pastoreo trashumante. Se conocen como vlasi  (plural de vlah). Los demás habitantes darán origen a los
croatas como fusión de tribus croatas y eslavas con los autóctonos.

¿Cuál era la situación de Dalmacia? Las grandes migraciones se terminaban. Se habían establecido
relaciones mucho más amistosas entre la población romana de las villas y los eslavos recién llegados del
norte. La colonización eslava descendía tranquilamente, sin ruido y sin encontrar obstáculos a la región de
los olivares y viñedos. Restos de la población autóctona y romana se refugió en las montañas y se dedicó al
 pastoreo ( vlasi).

DALMACIA FRANCA

La aparición de los soberanos francos en Italia, en la segunda mitad del siglo VIII, imprimió a la historia
del mundo un ritmo acelerado y modificó todos los valores. El concepto de una nueva monarquía universal
occidental retardó el libre desarrollo de las nacionalidades de los Balcanes occidentales y debilitó a
Bizancio.

El poder bizantino, respetuoso de la autonomía de las villas, se creía sólidamente establecido en Dalmacia,
al no tomar en cuenta la audacia y el espíritu conquistador de Carlomagno (765-814). Antes de su
coronamiento, ya había estallado un conflicto entre francos y bizantinos. La apuesta era Italia. El viejo
Imperio no querría ceder. Después de la caída del reino de los longobardos (774), los bizantinos tomaron la
iniciativa. Se apoderaron de Istria, con el objeto de cerrar el paso a los francos, pero Carlomagno ya tenía
 partidarios en Istria. El clero, del cual se declaraba protector, estaba de su lado. Los patriarcas de Aquilea y
Grado eran sus convencidos defensores. Al contrario, el pueblo simpatizaba con Bizancio, cuyo régimen
era infinitamente más complaciente que el de los francos. Este fenómeno se renovará en el siglo XIV en
Dalmacia, cuando la nobleza y el clero se pusieron al lado de los reyes de Hungría y el pueblo aclamaría a
Venecia, heredera de Bizancio, que era considerada más liberal y más democrática.

A través de Lombardia, los francos llegaron a la frontera occidental de la Península Balcánica.


Carlomagno, conquistó en el 788 la Istria Bizantina. Esta conquista afectó a Venecia y Dalmacia. El reino
franco de Carlomagno amenazaría desde entonces a esta última provincia. Sometió a los bávaros, con lo
cual se le entregaron los eslovenos de Carniola, Carintia y Estiria, hasta entonces súbditos bávaros. Con
estas conquistas, el Rey franco pasó a ser vecino del estado de los ávaros, del Imperio Bizantino y de las
regiones sudeslavas de Panonia y Dalmacia. En su deseo de extender sus dominios hasta el Danubio y en
castigo a los ávaros por su apoyo a los bávaros, Carlomagno les declaró la guerra. Esta guerra se llevó a
cabo en dos etapas (791 y 796). En esta campaña el príncipe panonioeslavo Vojnomir (795) participó como
aliado de los francos. Los ávaros fueron derrotados y con ello desapareció definitivamente su estado. Con
esto, si bien los eslavos panonios. entre el Sava y Drava, se liberaron del yugo ávaro, pasaron a ser vasallos
de los francos, o esa, del Margrave de Friul. Los asuntos religiosos pasaron a depender del patriarcado de
Aquilea, que en ese entonces residía en Cividale. Por cuanto la mayoría de la población era pagana, a fines
del siglo VIII principió el proceso de la cristianización de toda la región conquistada por los francos. Y,
gracias al caos reinante en el Imperio Bizantino, los francos extendieron sus conquistas sobre la Liburnia
eslava.

En Constantinopla, después de los gloriosos días de los isauros, las revoluciones de palacio se sucedían sin
descanso. Irene, la viuda de León IV, era la corregente del joven Constantino VI (780-797). En 782/83 la

 
 

emperatriz tuvo que pedir la paz a los musulmanes y concluyó un tratado humillante con el Califa. Es muy
 probable que las tropas enviadas a Macedonia, Grecia y el Peloponeso el mismo año (783), para reprimir la
revuelta y someter a las tribus sudeslavas, estuviesen ocupadas en ello todavía, lo que debilitó la situación
de Bizancio en Asia. Por el Tratado de 798, los francos reconocieron el derecho de soberanía de Bizancio
sobre los sudeslavos fuera de sus fronteras.

El día de Navidad del año 800, durante el oficio solemne en la iglesia de San Pedro en Roma, el papa León
III colocó la corona imperial sobre la cabeza del arrodillado rey franco Carlos. Las relaciones entre los
Imperios Franco y Bizantino se habían iniciado antes del 800. El Imperio de Oriente tenía una posición
muy clara. La coronación de Carlos fue considerada como una provocación y como una humillación
intolerable. Era uno de los tantos intentos de rebelión de algunas provincias occidentales contra su
autoridad legítima. Era la insurrección contra el soberano legal del Imperio. Se temió que el nuevo
emperador marchase a Constantinopla para destronar a Irene (797-802). Carlos se daba cuenta de lo
 precario de su situación y entabló conversaciones con la emperatriz Irene. Viudo, le propuso casarse
esperando así unir las partes orientales y occidentales de Europa en un sólo Imperio. Irene acogió
favorablemente la propuesta, pero una revolución de palacio la destronó a favor de Nicéforo I (802-811).
El plan de Carlos fracasó. Se entablaron nuevas conversaciones respecto al reconocimiento del título
imperial del rey franco.

A comienzos del siglo IX, los misioneros francos bautizaron a los sudeslavos de Dalmacia, a pesar que
gran parte de ellos ya lo habían sido desde las ciudades bizantinas del litoral. El príncipe sudeslavo
Vi#eslav (circa 800), que fue elegido libremente por el pueblo y que gobernaba independientemente el país,
rechazó una invasión franca en 799 al mando del Margrave de Friul, pero fue muerto cerca de Trsat.
Vi#eslav fue el primer príncipe sudeslavo conocido bautizado (circa del 800). Su capital era la villa de Nin,
cerca y al norte de Zadar, que fue destruida por los bárbaros y reconstruida por los eslavos. En el 803 los
francos los sometieron a su autoridad. Al igual que el príncipe de Eslavonia, también tuvieron que prestar
ayuda militar a los francos.

Todas las negociaciones francobizantinas para el reconocimiento del título de emperador para Carlomagno
abortaron. Constantinopla rehusaba admitir el título imperial de Carlomagno, y éste no quería abandonar
sus proyectos imperiales, causa inevitable de conflictos. Después de muchos esfuerzos, logró obtener el
reconocimiento de Bizancio. Encontró en la Venecia naciente un partidario dispuesto a jugarse el todo por
el todo, es decir de sacudirse de la tutela bizantina.

A comienzos del siglo IX, lo francos entraron en guerra con Bizancio. Se apoderaron de casi toda la
Dalmacia Bizantina, y Pablo, dux Jaderae, aparece ya como gobernador franco. Lo fue por poco tiempo, ya
que la flota bizantina restableció pronto el anterior estado de cosas, y, por la paz de Aquisgrán (812),
Carlomagno consiguió Istria, Liburnia y Dalmacia en sus fronteras romanas, salvo las ciudades marítimas,
las cuales, como Venecia, continuaron siendo bizantinas. La ciudad de Zadar aparece mencionada en los
 Anales francos , en el 805, como metrópoli civil de Dalmacia y en el siglo X todavía seguía siéndolo. De
esta manera el territorio croata entre el Drava y el mar estaba todo bajo la autoridad franca. Sin embargo,
mantuvieron su independencia interna, bajo la autoridad de sus propios príncipes aprobados por
Carlomagno.

En el límite entre los imperios francos y bizantinos, se desarrollaba el principado independiente de la


región neretvana, fundamentalmente marítimo. Su territorio se extendía a las islas vecinas, sobretodo Brac.
 No eran ni croatas ni serbios ni bosnios. Eso si, era otra tribu sudeslava.

La flota, una de las grandes fuerzas de Bizancio, estaba magníficamente mantenida y desarrollada. Pasó a
ser el factor más importante de la política imperial. Ello explica la supremacía del Imperio en el Adriático.
A medida que la flota se descuidaba, la influencia de Bizancio disminuía. Las incursiones de los francos en
Dalmacia e Istria (siglo IX), se explican por la decadencia marítima bizantina. Una vez más, el Imperio
Bizantino restablecerá su superioridad en el siglo X. Reconstruirá su talasocracia hasta las columnas de
Hércules e impedirá, durante largo tiempo, la aparición de cualquier otra gran potencia marítima capaz de
disputarle sus posesiones costeras.

 
 

REPÚBLICA DE VENECIA

En los tiempos de Augusto, la mitad oriental del territorio comprendido entre los Alpes, el río Po y el Mar
Adriático constituía la X Región denominaba Venecia e Istria, de acuerdo a la tribus de los vénetos e istros,
que la poblaban, probablemente ambas ilirias. Los grandes centros Padova, Verona y Aquilea, estaban
situados en tierra firme, eran las ciudades más activas civil y militarmente. Los sedimentos de los ríos
alpinos formaban en el litoral marítimo un rosario de islas (lidi) entre los cuales se encuentran las lagunas.
Los lidi más importantes eran Grado, próximo a la desembocadura del So;a, y Caorlo, Olivolo y Rialto al
norte del río Po. Durante el período de las invasiones bárbaras, los habitantes continentales buscaban
refugio en estas islas. Sus habitantes se dedicaban a la pesca, navegación y comercio, sobre todo a la
obtención y venta de sal. Los pequeños caseríos mantenían relaciones con las ciudades del interior.
También hacían cabotaje entre Ravena y Aquilea.

Cuando los generales de Justiniano reconquistaron la Península Itálica y Dalmacia, la región vénetoistriana
quedó naturalmente en el Imperio (555). Se mantuvieron las condiciones anteriores. Sólo se observó una
ligera llegada de más gente procedente del interior.

Con la invasión lombarda (568), todo cambia. El Véneto e Istria quedó integrado a su reino, con Pavia
como capital. En algunos años desapareció todo rastro bizantino de la región. A fines del siglo VI, Aquilea
y Padua son lombardas. En esta época se produce un éxodo masivo de la tierra firme a los lidi que se
fortificaron. Como las lagunas separaban los lidi del continente, éstos permanecieron bizantinos. Heraclio
fundó una nueva ciudad, Cittanova en Istria, que cobijó al maestre de la infantería ( magister militum)  y los 
servicios administrativos bizantinos.  Su centro religioso era Grado, ciudad donde se había refugiado el
arzobispo de Aquilea.

Durante todo el siglo VII, los habitantes de los lidi  llevaban una vida modesta, dedica a las labores
tradicionales, especialmente a la explotación de la salinas.

A comienzos del siglo VIII, lo ataques continuos de los lombardos y la debilidad del exarcado de Ravena,
 provocaron un primer debilitamiento de los lazos de los habitantes de los lidi con Constantinopla. Para dar
al gobierno local más fuerza fue elegido el primer duque del lugar. La dependencia de Bizancio continuó
disminuyendo aún más después de la desaparición exarcado de Rávena (751). Sin embargo a los
 pobladores de los lidi le convenía una protección extranjera y la de la talasocracia bizantina era la menos
dura y la más útil, contra un conquistador continental. Bizancio se reservó el derecho de confirmar al dogo
(dux) elegido.

Venecia en el inicio de su carrera histórica nada hacia presagiar todavía su prodigioso ascenso. No se
llamaba oficialmente Venecia. El dogo, tampoco existía. En el siglo IX, después de un período de tanteos,
la nave veneciana ancló en el 811 en los lidos de Malamocco, Rialto y Oliveto y   se fundó la ciudad de
Venecia, que pasó a ser la capital del dogado. Los comerciantes venecianos no habían traído todavía de
Alejandría el cuerpo del apóstol Marcos y el santo Teodoro de Heraclea, el mártir guerrero bizantino, aún
no protegía la ciudad.

Cuando Carlomagno, que había ya conquistado Lombardia, quiso anexar los territorios de Venecia, en la
embrionaria Venecia se formó un partido antibizantino cuyo jefe máximo era el patriarca de Grado, Juan.
Este partido tuvo, además, como jefes laicos a Obelerio Antenorio y a su hermano, probablemente a sueldo
de Carlomagno. El pueblo permanecía fiel a Bizancio, ya sea por interés o por costumbre. Dicho partido
inició una revuelta contra Bizancio. El duque Giovanni Galbaio controló la revuelta. Grado fue tomada y el
 patriarca asesinado (802). Nicéforo I, envió en el 803 una poderosa flota para evitar la anexión al Imperio
Franco. Al mismo tiempo empezó una guerra entre Carlomagno y Nicéforo I. Obelerio se apoderó de
Heraclea bizantina, centro del partido bizantino, es decir lealista, y la destruyó. Después descubrió una
Dalmacia igualmente bizantina, que había llegado a ser el refugio - como lo será bien a menudo a lo largo
de los siglos - de todos los descontentos, imbuidos de sentimientos tradicionalistas, de todos los enemigos
del gobierno instalado por entonces en Malamocco. Entonces invadió Dalmacia. La expedición de Obelerio

 
 

en Dalmacia es la primera manifestación tímida de la nueva actividad veneciana. Venecia, el temible


anfibio comenzaba a moverse. La expedición a Dalmacia fue una campaña puramente defensiva, sin
ninguna intención de ocupación. Dalmacia no era todavía un objeto de conquista. Pero la flota veneciana
llevó allí la desolación. Los centros de oposición fueron dispersados y eso fue todo. Sin embargo Dalmacia
 permaneció autónoma. El duque ( dux) bizantino de Zadar representaba la soberanía imperial, no abdicó, no
renunció, solamente constató la identidad de los puntos de vista bizantinos y venecianos. Los francos
fueron totalmente derrotados en el mar.

Inmediatamente después de estos sucesos, Nicéforo y Carlomagno iniciaron las conversaciones de paz. El
tratado fue firmado en el 803. El Emperador de Oriente mantuvo Venecia y las villas dálmatas del litoral
con las islas, la llamada Dalmacia Bizantina. El interior, desde Istria hasta el Cetina y el Vrbas
correspondió a los francos, (Dalmacia Sudeslava). Venecia quedó bizantina, como el punto de contacto
entre Oriente y Occidente. Pero esta paz no fue sino una tregua. Así Dalmacia pasó a depender
 jurisdiccionalmente del Margrave de Friul.

El Basileus rehusaba obstinadamente a otorgar a Carlomagno el título de emperador y la guerra se reinició


con mayor intensidad. Pipino, a quien su padre Carlos le había asignado Venecia, Istria y Dalmacia, asoló
esta última. Perturbadas, las villas dálmatas se ofrecieron al emperador de Occidente. En la Pascua del 806
una diputación, compuesta de los dos duxes de Venecia, del duque de Zadar y del obispo Donato de esta
villa, se presentaron ante el Emperador en Thionville, Lorena, portadores de homenajes y presentes. Vana
demostración sin futuro. La sola aparición de una flota bizantina en el Adriático bastó para dejar a
Dalmacia en orden. Una victoria naval (810) entregó toda la costa dálmata al almirante de Nicéforo, quien
forzó a los venecianos a prestarle apoyo para liberar la Dalmacia Eslava de los francos. El duque de Zadar
fue depuesto. Para recompensar a esta villa por este sacrificio a su amor propio, Nicéforo le envió las
reliquias de Santa Anastasia (Sveta Sto#ija), virgen y mártir de Sirmium, y que es hasta ahora la patrona de
la ciudad. Siendo Borna (810-821) príncipe de la Dalmacia eslava, las ciudades dálmatas y los principados
croatas del interior se "independizaron" de Bizancio. Desde luego, Dalmacia en la primera mitad del siglo
IX gozaba de un alto grado de autonomía con sus arcontes como gobernantes.

La soberanía bizantina sobre Venecia duró tres siglos, esto la favoreció pues extendió sus lazos
comerciales al Oriente cuya mercadería vendía en la Europa occidental. A comienzos del siglo IX la
marina comercial veneciana era numerosa y sólo sus naves podían navegar libremente entre los corsarios
sarracenos. Los venecianos le suministraban a los árabes madera, armas y esclavos eslavos, a pesar de que
éste último comercio estaba estrictamente condenado por el papa romano y el emperador bizantino. En el
siglo IX sus respectivos intereses coincidían en muchos puntos, sobre todo respecto al avance de los árabes
 por el sur de la Península Itálica y de los eslavos en el litoral adriático. A mediados del siglo XI, la ahora
República de San Marcos, se libró por completo del dominio bizantino, convirtiéndose en estado
independiente. El Imperio Bizantino y el nuevo Estado negociaron juntos los asuntos diplomáticos
ulteriores, pero como naciones independientes entre si.

TRATADO DE AQUISGRÁN

En Ravena, los bizantinos se entendieron con Pipino. El texto de este tratado no es conocido. Después de la
muerte de Pipino y la caída del dogo Obelerio, las negociaciones entre las partes fueron reiniciadas. Desde
la primavera del año 810, Nicéforo había enviado a Pepino su embajador, para negociar la paz. Pero Pipino
murió y Bizancio mandó a un plenipotenciario a Aquisgrán. Al mismo tiempo, una gran embajada franca
se dirigió a Constantinopla. La paz fue firmada, con el sucesor de Nicéforo, Miguel I Rangabe (811-813).
Se conoce como el Tratado de Aquisgrán (812). A su regreso, los legados bizantinos pasaron por Roma y
sometieron el tratado al Papa León III. Pero sólo a comienzos de la primavera del 812, se firmaron los
instrumentos de la paz y los delegados del emperador Miguel I saludaron a Carlomagno con el título de
emperador-basileus. Así fue legalizada la coronación imperial del 800. A partir del 812 hubo dos
emperadores "romanos", que vivieron en verdad dos existencias separadas y distintas. El título imperial de
Carlomagno desapareció en el siglo X y reapareció en la segunda mitad del mismo siglo pero esta vez en la
figura de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Este tratado de paz no fue ratificado de
inmediato, sino por Luis el Piadoso y León V el Armenio, en el 817.

 
 

Entre otros asuntos, el Tratado de Aquisgrán reconoció el título de emperador a Carlomagno. De acuerdo a
sus términos, el nuevo Emperador de Occidente restituía al Imperio de Oriente: Venecia y la parte marítima
de Istria, Liburnia y Dalmacia, o sea, a Bizancio se le reconoció su derecho sobre las islas adriáticas
orientales con sus ciudades de Rab, Osor y Krk y las ciudades continentales de Zadar, Trogir, Split,
Dubrovnik, Kotor, Risan y Budva. Así la Dalmacia quedó ligada a Venecia. Por su parte, el Basileus
reconocía a los francos la posesión de la parte continental de Istria, Liburnia y Dalmacia, o sea, a los
francos le correspondió el resto del territorio continental. Las tribus croatas quedaron bajo la autoridad
franca.

Para poner término a los litigios de fronteras, entre las villas romanas de la costa y de los principados
croatas del interior, fue necesario realizar en terreno un examen minucioso de los derechos territoriales
respectivos. Las negociaciones de los años 817 y 818, entre los bizantinos y francos, no lograron
resultados. Acordaron que era necesario interrogar a los representantes de las comunas dálmatas y a las
autoridades de los clanes croatas para trazar una frontera neta y clara entre las dos territorios. ¡Curioso
ejemplo del respeto del derecho de autodeterminación de los pueblos, que el Congreso de Viena mil años
después evitó imitar! Como tampoco lo hizo, casi mil cien años después, la Organización de las Naciones
Unidas durante el desmembramiento de la RPF de Yugoslavia. Desgraciadamente los romanos y los jefes
croatas no pudieron ponerse de acuerdo.

La situación en Dalmacia después de la paz de Aquisgrán se resintió nuevamente por el caos de


Constantinopla. León V (813-820) fue asesinado y lo reemplazó Miguel II el Tartamudo (820-829). Bajo
su reinado, las comunas dálmatas se aprovecharon de una guerra civil, provocada por el rebelde Tomás el
Eslavo en Anatolia (822-824), para afirmar aún más su autonomía. Sin embargo las villas y las islas
dálmatas continuaban dependiendo de Bizancio que se rehusaba abandonar una posesión que, sobre todo
después de la supresión del exarcado de Ravena, le daba la ilusión de ser una potencia occidental. La villa
de Zadar asiento del arconte (gobernador) era un dominio imperial directamente administrado por
Bizancio. Sin embargo, el gobierno autónomo de las villas continuaba funcionando en paralelo. Fue el
 período más largo de autonomía que Dalmacia conocería en el curso de su historia, frente al cual las
administraciones húngara y veneciana no fueron sino tiranías más o menos disfrazadas.

La cruenta guerra civil causada por Tomás el Eslavo, debilitó a Bizancio y permitió que los árabes
conquistaran Creta (826) y gran parte de Sicilia (827) a las puertas del Adriático. Las fuerzas bizantinas
defendían el Egeo y la propia Constantinopla. En estas circunstancias, las tribus eslavas al sur de Cetina y
del interior hasta la frontera búlgara, comenzaron a desconocer la autoridad del Emperador y a vivir
independientemente con sus propios príncipes y xupanes. Ciertas tribus bautizadas volvieron al paganismo.
Las ciudades e islas del litoral dálmata se sintieron abandonadas a sus propias fuerzas. Pero el emperador
Miguel II renovó el tratado de paz de Aquisgrán con Luis para evitar, sobre todo, la caída de sus ciudades e
islas bajo la autoridad sudeslava y con ello su inclusión dentro del marco del imperio franco (824). Venecia
aprovechó la ocasión para convertirse en la policía marítima del Adriático. En esos tiempos las tribus
sudeslavas de la parte sur de Dalmacia, especialmente los neretvanos, empezaron a invadir y poblar las
islas vecinas de Mljet, Kor %ula, Bra; y Hvar, sometiéndolas a su dominio. Además, comenzaron con la
 piratería, lo que ocasionaría un conflicto sangriento con Venecia, que vivía, precisamente, del comercio.

KNEZ LJUDEVIT POSAVSKI

Entre el joven Imperio Franco y el viejo Imperio Bizantino, el gigante eslavo se estira, se despierta y el
 primer uso de sus fuerzas será una batalla con los francos. Conflicto accidental, pero justificado. Los
eslavos se esforzaban para franquear la primera etapa de su evolución política. El imperio franco les
cerraba el paso. Se levantaron contra un régimen duro, disciplinado, ausente de todo sentimentalismo. Un
héroe sale del crepúsculo que recubre a los eslavos. Es Ljudevit Posavski. El núcleo de su pequeño estado
estaba situado en las orillas del Sava. Figura extraña, seductora, cuyas hazañas nos son trasmitidas
desgraciadamente sólo por los Anales Francos. Pero el testimonio de un enemigo, lo hace más
significativo.

 
 

Carlomagno muere en el 814, y lo sucede Luis el Piadoso (814-840). Los eslavos estaban gobernados en la
Panonia Saviana por el príncipe Ljudevit (810?-823) y en Dalmacia por el príncipe Borna, sucesor de
Vi#eslav. Ambos, como vasallos, estuvieron en la plaza fuerte de Paderborn para prestar juramento de
fidelidad al emperador franco. Según parece Borna no sólo era el sucesor de Vi#eslav sino su propio hijo.
Ljudevit residía en Sisak, villa eslava en la confluencia de los ríos Sava y Kupa. Estaba imbuido de las
tradiciones romanas, pero su alma era eslava, diríamos hoy un nacionalista irreductible.

Debido al débil gobierno del emperador franco Luis I, los gobernantes provinciales principiaron a abusar
del pueblo sometido a su jurisdicción. El margrave de Friul, Kadaloh, del cual dependía la Panonia
Saviana, comenzó a explotar cruelmente a los eslavos panonios. Esto obligó a su príncipe Ljudevit enviar
una embajada de queja a Luis (818). Formuló cargos contra su superior, representante tiránico del régimen
inexorable que había suplantado a la sabia y paternal administración bizantina. Esta gestión no tuvo éxito.
El emperador rechazó las reclamaciones de Ljudevit; primer rechazo de las proposiciones eslavas por parte
de un emperador francogermánico, las que se seguirán realizando innumerables veces hasta llegar al siglo
XX. Entonces el príncipe Ljudevit, exasperado por esta negación de justicia y aconsejado por Bizancio, se
sublevó contra los francos (819). Logró aliados. En primer lugar a los eslovenos, sus vecinos, y de las
tribus del río Timok, que no deseaban estar bajo el yugo de los búlgaros. Sólo Borna permaneció fiel a los
francos. Frente a esto, el margrave avanzó sobre Ljudevit. El ejército imperial conducido por Kadaloh fue
derrotado. Volvió a Friul, donde murió de fiebre amarilla.

Por este éxito, Ljudevit propuso a Luis la paz indicándole las condiciones por las cuales lo aceptaba como
su señor. El emperador las rechazó y presentó otras. Ljudevit sobre todo quería independizarse del
Margrave de Friul. Ante esto Ljudevit decidió continuar el levantamiento por su independencia de la
autoridad franca.

En el 820 los francos lanzaron una nueva ofensiva general contra Ljudevit. Balderich, sucesor de Kaladoh,
avanzó contra los eslovenos para volverlos a subyugar y Ljudevit fue en su ayuda. Ambos ejércitos
chocaron en el Drava superior y Balderich lo hizo retroceder. El éxito fue parcial. Los eslovenos de Estiria,
Carniola y Carintia se entregaron a los francos. Pero los ejércitos francos no pudieron derrotar a Ljudevit.
Entonces, Borna atacó por la espalda a Ljudevit, o sea, cuando éste era presionado por los ejércitos francos.
Invadió los territorios de Ljudevit desde el sur. Tuvieron un encuentro no lejos de Sisak, a las orillas del
Kupa. Las tribus de Gacko, que estaban bajo la autoridad de Borna, fueron en auxilio de Ljudevit y el
suegro de Ljudevit se puso al lado de Borna. El príncipe dálmata fue totalmente derrotado en las
 proximidades de Sisak, logrando escapar con algunos soldados. En su retirada Borna venció a los de
Gacko. Las tropas de Ljudevit invadieron la Dalmacia Eslava incendiándola y saqueándola. Borna se
encerró en sus fortalezas, despachando pequeños destacamentos para atacar a Ljudevit. Ljudevit vuelve a
su base victorioso y la noticia de su triunfo se extiende. Todos los eslovenos hasta el So;a se le unen,
incluyendo al patriarca de Grado, que le manda albañiles para reparar sus defensas.

La diplomacia bizantina, que esperaba vengarse de las condiciones impuestas por los francos en el 812,
estimulaba las tentativas del príncipe eslavo. Después de todo, él era vasallo de Bizancio. Bizancio se
 preocupó al ver a la fuerza franca instalada en el corazón mismo de Europa y casi limítrofe al Imperio. Un
estado eslavo, creado por Ljudevit, no sería tan peligroso. Pero esta resistencia eslava estaba destinada de
antemano al fracaso. El Imperio Franco estaba decidido a eliminarla.

En enero del 820 se reúne en Aquisgrán una asamblea de señores francos con el emperador Luis. A esta
asamblea concurrieron emisarios de Borna, dando cuenta de sus éxitos invernales contra Ljudevit. La
Asamblea decidió emprender una nueva campaña con tres ejércitos que atacarían simultáneamente a
Ljudevit para doblegarlo. Más tarde llegó a la reunión Borna en persona, quién se vanaglorió de sus
 pequeños éxitos y explicó como destruir a Ljudevit. Así, apenas comenzó la primavera, empezó la
operación. Un ejército partió de Italia, otro a través de Carintia y el tercero desde Baviera. El ataque fue
incontenible y Ljudevit se encerró en una fortaleza al sur de Sisak, viendo impotente como los francos
arrasaban su país. Sin embargo, como los francos no consiguieron casi nada, volvieron a sus bases.
Solamente doblegaron a los eslovenos, que desde entonces quedaron bajo el dominio de los germanos,

 
 

dependencia que duró hasta 1918. Borna no intervino, por estar muy enfermo. Murió en 821 y su sucesor
fue Vladislav (821-835).

Debido a los insatisfactorios resultados de las operaciones realizadas, la Asamblea estatal franca, que se
reunió en Aquisgrán en el 821, decidió nuevamente invadir, en la próxima primavera, las tierras de
Ljudevit con tres ejércitos. Mientras tanto Ljudevit reparó fortificaciones y se preparó para hacer frente a
nuevos ataques francos Los francos asolaron, una vez más, su principado, y nuevamente sin resultados
definitivos.

En agosto del 822, los francos, con ejércitos aún más poderosos, franquearon nuevamente la frontera.
Ljudevit, frente a una fuerza de tal magnitud y teniendo en cuenta que su propio pueblo estaba cansado de
tres años de guerra, no presentó lucha y buscó refugio en territorio serbio. Los francos ocuparon toda la
Panonia y los de Timok pasaron a ser súbditos búlgaros.

Ljudevit, pensó que el  xupan  serbio que le había dado asilo meditaba una traición, entonces lo asesinó y se
apoderó de su  xupania . Después de esto mandó emisarios a los francos con la oferta de presentarse
 personalmente a Luis y jurarle lealtad.

Ljudevit, acosado por la venganza franca y quizás en busca de apoyo, desde allí entró en territorio dálmata
de Vladislav, donde Ljudemisl, tío de Borna. Y éste, sin duda, por instrucciones de los francos, lo mandó
asesinar en la primavera del 823. Dalmacia estaba sometida al reino franco de Italia.

El levantamiento de Ljudevit Posavski, jefe enérgico e inteligente, que se interpreta también como la
 primera tentativa de los eslavos meridionales para constituir un estado independiente, tuvo que abortar bajo
el empuje francogermano. Después de este intento, los eslavos cayeron de nuevo en divisiones y en la
apatía. Sólo se recuperaron en el siglo X para fundar reinos puramente tribales y regionales.

Si los eslavos de Dalmacia habían combatido a Ljudevit y mantenido su lealtad al emperador


francogermánico, ¿era ésta una afinidad efectiva? Quizás. En cuanto a las villas dálmatobizantinas, ¿qué
actitud habían observado en este gran conflicto? Lo ignoramos. Pero si se considera su lealtad a la corona
 bizantina así como la preocupación de su autonomía que era mejor salvaguardada por el lejano Imperio,
entonces se puede pensar que hacían votos para el éxito del príncipe eslavo, vasallo él mismo de Bizancio.
La villas dálmatas no simpatizaban con Borna. Hay que considerar también la usurpación progresiva por
los elementos sudeslavos y su engrandecimiento en detrimento de los territorios de las villas. El proceso de
eslavización de las villas estaba muy avanzado, pero los latinos todavía se mantenían en buena forma. La
envoltura romana persistirá durante mucho tiempo todavía, a pesar de que su contenido se haya ya
evaporado. La separación se acentuaba de más en más entre las villas bizantinas y el continente
francoeslavo, pero, por otra parte, los elementos sudeslavos penetraban sus murallas y políticamente
entraban a gozar de su autonomía y recibir la influencia bizantina. Los príncipes no vivían en las villas
 bizantinas. Residían en Klis, castillo en las afueras de Split, a algunas millas de la destruida Salona,
incrustada sobre la montaña como un nido de águila. Por las extrañas ironías de la historia, Klis
representará hasta el siglo XVI todo lo que quedaba de la dominación húngara y croata en Dalmacia.

EL PRINCIPADO DE NERETVA

Venecia, la soberbia bestia de la laguna, inició la serie de batallas dramáticas por el dominio del mar. Las
islas dálmatas de Mljet, Kor %ula, Hvar y Bra;, las poblaron los neretvanos y formaban parte del Principado
del Neretva, tal como antes habían pertenecido a los ilirios. Pero antes, ellas estuvieron expuestas a las
incursiones de los piratas sudeslavos de la región neretvana que los bizantinos llamaban  Paganoi  
(Pagania), por cuanto todavía sus habitantes eran paganos.

Los neretvanos eran sombríos, fanáticos, recogidos en un salvaje aislamiento, hijos de un río caprichoso, el
 Neretva, marinos incomparables, constituían un pueblo del cual no se encuentra otro ejemplo en Europa.
Estos piratas de estatura imperial poseían las más grandes islas dálmatas. En la península de Pelje#ac tenían
su montaña sagrada, el monte Vipera, con mil metros sobre el nivel del mar. Estos feroces neretvanos eran

 
 

una mezcla de ilirios, de eslavos y de fugitivos vándalos refugiados en Dalmacia después de la derrota que
les infligiera Belisario. Con la invasión lenta y progresiva de los eslavos, se eslavizaron, manteniendo
obstinadamente sus divinidades paganas. De su pasado místico todo desapareció, salvo los nombres de los
lugares que han sobrevivido a todas las migraciones, a todas las huidas, a todas las conquistas. Su territorio
ofrece, a las miradas de los viajeros, montañas, bahías tranquilas, fragmentos de bosques sagrados,
embellecidos por nombres de divinidades preeslavas. Sus discípulos, en el siglo VII de nuestra era,
 propagarían entre los eslavos las doctrinas que más tarde fueron llamadas maniquea y bogumila, del bien y
del mal. Sobre este nido de neretvanos, sobre esta pequeña península de Dalmacia, casi un promontorio, se
encuentran montes dedicados al dios Perun, el Zeus preeslavo, guardián de los rayos; pequeñas bahías
cuyos nombres recuerdan todavía a Devas, la divinidad demoníaca de los iranios, y de otros nombres
esotéricos de la vieja religión eslavoiránea. Todo esto formando un pequeño mundo compacto alrededor de
encinas sagradas y donde se levantaron altares servidos por sacerdotes. Los neretvanos compartían con
otros pueblos el horror al cristianismo.

Los incidentes entre neretvanos y venecianos eran inicialmente locales e individuales, pero con el tiempo
se convirtieron en verdaderas batallas navales. A este terrible enemigo neretvano, era necesario combatirlo.
Carlomagno ya no estaba, pero Venecia vigilaba. Para la ciudad de San Marcos, se trataba de asegurar la
libertad de la navegación en el Adriático o perecer. Venecia se atrevió. Pero al comienzo negoció. No es
casual que estos primeros choques hayan sido con los neretvanos y no con los croatas de Dalmacia lo que
habría motivado la intervención del Reino franco de Italia, vecino de Venecia y señor de la Dalmacia
Sudeslava, por lo cual los venecianos preferían luchar contra los neretvanos paganos. Ya antes del 830 la
situación era tensa, lo que motivó a los neretvanos enviar una embajada a Venecia para concluir un arreglo
y establecer la paz con el Dogo, con el gobierno de Rialto a cargo del dogo Giovanni Partecipazio (829-
836). El principal representante neretvano, tocado por la gracia y probablemente maravillado por el extraño
espectáculo de la villa de la laguna, se mostró solícito a recibir el cristianismo y se bautizó. Así de golpe se
instaló el cristianismo en la tribu eslava más refractaria al Evangelio. Pero desde el punto de vista de la
 política marítima sudeslava, nada cambió. La piratería neretvana tenía un trasfondo ancestral. Era una
forma de afirmación, todavía inconsciente, de su yo étnico. La paz no duró mucho, ya que los neretvanos
apresaron y asesinaron a comerciantes venecianos en la parte suroriental de la Península Itálica.

A partir del dogado de Giovanni Partecipazio, a pesar del tratado de paz, el Adriático se enturbiaba por las
continuas incursiones de los neretvanos, vengadores de los ilirios y quizás sus parientes. Siguieron con la
 piratería en grande, molestaron y paralizaron el comercio veneciano. En el 846 atacaron Caorlo, a las
fuentes mismas de la vida de esa gran ciudad flotante que es Venecia. Pero el dogo Giovanni no intervino.
Firmó una tregua con los neretvanos. A las violencias de un enemigo encarnizado e insaciable no opone
ninguna medida de represalia. ¿Apatía? ¿Debilidad? No se sabe. Pero su sucesor no pensaba así. Pietro
Tradonico (836-864) pasó a la ofensiva. Esta nueva política del gobierno de Rialto no obtuvo mejores
resultados que la política pacífica de Partecipazio. Los neretvanos a veces rehusaban la batalla y se
escondían, otras desarmaban al enemigo con ilusorias promesas de paz. En la lucha abierta, los venecianos
se encontraban en desventaja.

Venecianos y sudeslavos se repartieron el alto Adriático. Entre ellos se encontraban las tierras imperiales
de Istria y Dalmacia continental. Así, antes de emprender una ofensiva sistemática contra los nuevos
intrusos, Venecia negoció con la corte franca de Italia. Por una carta (18 Febrero 840) el emperador Lotario
I reglamentó las relaciones entre el ducado veneciano y el reino itálico. Venecia es reconocida como
territorio independiente. El Emperador de Oriente otorgó al dogo Pietro Tradonico el título honorífico de
Spataire imperial.

En el 828, el reino franco de Italia era débil. Mientras más se debilitaba más se fortalecía e independizaba
la Dalmacia Eslava. En el Oriente, Bizancio era cada vez más débil y los árabes se expandían cada vez
más. En el Occidente emergía Venecia cada vez con mayor presencia y poder frente a la piratería croata y
neretvana. Con éstos firmaron una paz en el 830 y después der una guerra firmaron un tratado de paz con
Mislav y Druxak- Todos estos tratados duraban muy poco. Deodato, príncipe neretvano, los atacó en el 840
y los derrotó, Los venecianos no fueron apoyados por el reino de Italia. Estas victorias nos indican que
Trpimir era un gobernante poderoso e independiente. Por esta razón se considera el fundador de la dinastía

 
 

de los reyes croatas que gobernó hasta fines del siglo XI. Al morir dejó tres hijos: Petar, Zdeslav y
Muncimir, que no fueron sus sucesores sino Domagoj, miembro al parecer de una familia neretvana (864-
876).

DUCADOS CROATAS

El príncipe croata Mislav (835-845), sucesor de Vladislav residía en la fortaleza de Klis. Otros tenían
residencias principescas en Biograd o en Nin. Mislav se rodeó de xupanes, limosneros y cortesanos. Tenía
un ministro de finanzas (camerarius), como el rey de Italia. Políticamente vasallo del reino franco de Italia,
mantenía excelentes relaciones con Bizancio.

El príncipe Mislav estaba en muy buenas relaciones con el arzobispo de Split, Justinus. Hizo venir a los
monjes benedictinos. Era piadoso y le concedió a la iglesia de Split el diezmo de sus propiedades próximas
a Klis. Este fue el primer regalo dado por un gobernante sudeslavo a la iglesia de Split. Este acto es tanto
más significativo, desde un punto de vista político, por cuanto la iglesia de Split estaba en territorio
 bizantino y no sudeslavo y, además, dependía del patriarcado de Constantinopla. La iglesia de Split celebró
(824) el término de la lucha contra los iconoclastas. En esos tiempos también las relaciones entre los
imperios franco y bizantino eran buenas. El estratega bizantino en Dalmacia era Brienio.

Mislav, en posesión de una importante flota, midió sus fuerzas con los venecianos, cuando también lo
hacían los neretvanos. No se sabe si lo hacían de común acuerdo o no. A raíz de esto el enérgico dogo
Tradonico, que se había rodeado de una guardia sudeslava de Dalmacia, decidió emprender una batallla
 para castigar a los piratas sudeslavos y neretvanos por haber apresado naves venecianas y restablecer la
 paz. En el 839 se hizo a la mar. Hizo un desembarco en la isla de Cres. No se sabe de combates, pero si que
obligó a los jefes neretvano y sudeslavo a pedir la paz. El tratado de paz fue firmado con Mislav ese mismo
año en Sveti Martin, cerca de Split, donde el príncipe sudeslavo, que protegía a los neretvanos, tenía su
residencia. El pacto quizás se firmó por la intervención de Lotario I. No se conocen sus términos. Después
de esto el Dogo enfiló sus naves contra los neretvanos comandados por el príncipe Druxak y con él
igualmente firmó la paz. Esta paz no fue sino un armisticio. Duró poco, ya que al año siguiente estalló de
nuevo un conflicto entre neretvanos y venecianos. Nuevas violencias reclamaron una nueva expedición,
 pero Tradonico fue derrotado (840) por Linditus Sclavus, sucesor del príncipe neretvano Druxak, y los
 piratas saquearon Caorla en las puertas mismas de Venecia. Parece ser que los neretvanos incursionaban
hasta la Istria franca, por cuanto Lotario I, a comienzos del 840, estableció un pacto de ayuda mutua con el
Dogo de Venecia contra los eslavos, (contra generationes Sclavorum, inimicos scilecet vestros = contra los
eslavos, enemigos naturales vuestros) en caso de ataques neretvanos a sus naves.

A Mislav siguió Trpimir (845-864), fundador de la dinastía croata de los Trpimirovi$ que gobernarán a los
eslavos de Dalmacia hasta fines del siglo XI. Una carta enviada por Trpimir a la iglesia de Split (4 de
marzo de 852), es la primera carta croata auténtica. Se ve allí el asomar del reino. Está fechada
majestuosamente ex curte nostra que Clusam dicitur   (desde nuestra corte de Klis proclamamos) y se
denomina dux Chroatorum iuvatus numere divino  (por la gracia de Dios Knez de los Croatas). La
declaración original suya se conoce sólo en una copia del año 1568. El emperador bizantino Constantino
Porfirogéneto, a mediados del siglo XI, lo describe con esos términos. De aquí en adelante se hablará de
croatas y principados croatas. Los documentos francos de la época no consignan el nombre croata. En su
visita a Aquilea figura en una anotación sólo como domno Tripinero. Vasallo de Lotario I , rey de Italia,
trataba de gobernar en plenitud. Se rodeó de una corte al estilo de la corte franca. Sus relaciones con las
villas de Dalmacia de amistosas pasaron a ser íntimas. Protegía la orden de San Benito. Era amigo íntimo
del arzobispo de Split, que era, sin embargo, sufragáneo del patriarca de Constantinopla, mientras que el
obispo de Nin lo era de Aquilea. Las villas del interior, que veían agrandarse sobre la tierra y el mar la
marea croata, se mantenían quietas, temerosas, eclipsadas, felices, en el fondo, del prestigio de sus obispos
ante los jefes croatas.

Inmediatamente de asumir el gobierno, Trpimir luchó por la liberación de Croacia. Los ataques árabes
debilitaron a Venecia y Bizancio, de lo cual se aprovecharon los croatas. Atacó las ciudades bizantinas

 
 

(posiblemente Split y Trogir) venciendo a las tropas de la Tema de Dalmacia. Combatió a los venecianos
(846) y a los búlgaros (855) en su frontera noreste.

Bajo el reino agitado del emperador bizantino, Miguel III (842-867), y quizás desde antes, los sudeslavos
no respetaban sino ligeramente la autoridad bizantina. Tanto la Dalmacia bizantina como la croata,
gozaban de una autonomía casi completa. Los croatas de Dalmacia soportaron el régimen franco hasta el
878.

SARRACENOS EN EL ADRIÁTICO

La Península de los Balcanes, de la cual Dalmacia es sólo una franja, no era más que sangre y ruinas. El
tiempo de las grandes invasiones no estaba cerrado, faltaba mucho. Las invasiones bárbaras retomaron su
curso fatal. Primero fueron los búlgaros que, ya instalados en el siglo VIII en los Balcanes, por prodigiosos
raids crearon y trataron de mantener un gran imperio entre el Adriático y el Mar Negro. Después fueron los
húngaros los que llegaron en tumultuosas olas a los países de antigua cultura. Búlgaros y húngaros variaron
una vez más los datos del problema y trastornaron los valores establecidos. Dos estados nuevos se
aferraron al viejo Oriente europeo, derrumbando las viejas fórmulas. Se cristianizan, pero sin renunciar por
ello a las violencias y a las conquistas, quebrando el curso de la historia eslavobizantina que se desarrollaba
sobre un único plano. Ambos prepararon desde lejos el advenimiento de la última invasión, la formidable
invasión musulmana.

La primera invasión árabe en el Mar Adriático, coincidió con un recrudecimiento de la piratería sudeslava.
Los sudeslavos y árabes concertaron un plan único contra la naciente Venecia. Su colaboración fue no sólo
en el Adriático, sino también en Sicilia. Estos marinos sudeslavos salieron a la palestra y desafiaron
abiertamente al señorío veneciano en el Adriático. Los sudeslavos se encontraban allí como en su casa.
Cuidando de afirmarse y de velar por la seguridad de su comercio, Venecia lanzó un desafío a estos
temibles herederos de los ilirios.

Las conquistas árabes en Italia y sus incursiones en Dalmacia representan los tenaces esfuerzos, pero
estériles, de una parte mínima del mundo musulmán. Sus proyectos de conquista y dominación se reducían
a una serie de raids y pillajes. Los venecianos sacudidos por la amenaza del cierre del Adriático por los
musulmanes, lo que significaría su mortal paralización, enviaron al emperador Teófilo (829-842) una
 petición de ayuda naval, pero sin ningún éxito.

Los árabes (sarracenos) incursionaron por el Adriático. Al año siguiente de su victoria en Tarento sobre la
flota bizantinovenecina (840), penetraron en el Adriático y para la Pascua de Resurrección incendiaron
Osor, a continuación la Ancona papal y a su vuelta asolaron Budva, Risan y Kotor. Su punto culminante
fue el sitio a Dubrovnik (840), que fue defendida por la flota bizantina.

El ritmo de la vida adriática se aceleró hacia la mitad del siglo IX. Venecia improvisó a toda prisa una
flota, pero los árabes la derrotaron y con 36 naves asolaron Budva y Boka Kotorska, exactamente como lo
hicieron sus sucesores en el siglo XVI. El dogo Tradonico organizó una expedición contra los árabes para
vengar el pillaje que hicieron a la rica isla dálmata de Cres y también a causa de la captura de sus naves
cargadas con trigo,. Pero, en el 842, éstos lo destrozaron en las cercanías de Lo#inj, en el islote Su#ak.

En abril del 846, los árabes se encuentran en Porto y en Ostia, en la desembocadura del Tiber, y se aprestan
a saquear la iglesia de San Pedro en Roma. Ya en el 842 habían tomado Bari en el Adriático, que
mantuvieron 30 años y desde el cual organizaban sus incursiones en el mar ilirio. Enloquecido, el pueblo
romano, después de haber invocado la ayuda de los sucesores de Carlomagno, se volvieron a Bizancio.
Pero Bizancio no se movió, y es el papa León IV el que impidió la ocupación de la Villa Eterna por los
sarracenos. La consecuencias de estas victorias árabes fue el debilitamiento de la marina veneciana, de lo
cual se aprovecharon de inmediato los neretvanos llegando a conquistar Caorla ubicada en las lagunas
venecianas.-

 
 

Un nuevo raid árabe a lo largo de toda la costa adriática terminó con la destrucción y toma de Ancona y del
resto de la flota veneciana que se dirigía desde Sicilia a Venecia. Los latinos de la villas costeras dálmatas
huyeron a las montañas y buscaron refugio entre los croatas. Una vez que los sarracenos se retiraron,
queriendo volver a sus domicilios, los croatas se lo impidieron y fueron reducidos a la esclavitud.
 Numerosos latinos quedaron libres previo el pago de una suma de dinero como tributo y el compromiso de
ayudarlos en los trabajos del campo. Los latinos se dedicaron a reconstruir las villas marítimas.

Todo esto de acuerdo a la Crónica del Pope de Doclea. ¿Corresponde a la verdad? No se sabe. Diez siglos
más tarde asistimos a un espectáculo al revés, son los dálmatas que frente a una invasión italiana, querían
irse a la montañas y buscar refugio entre los otros sudeslavos mezclados con sangre latina, pero la invasión
fue evitada por la derrota naval sufrida por la flota italiana en las aguas de Vis.

El problema del Adriático se desplaza. Bajo el dogado de Pietro Tradonico, deja de ser una cuestión de
equilibrio francobizantino y pasa a ser, un problema croatoveneciano.

Los árabes musulmanes retomaban sus incursiones en el Adriático, asediando por segunda vez la villa de
Dubrovnik (867). La asedió durante quince meses. Este fue el bautismo de sangre de esta valiente comuna
dálmata. La villa resistió valerosamente a los sitiadores, pero invocó, al mismo tiempo la ayuda de su
soberano, el Emperador de Bizancio. Felizmente el Imperio salía en ese momento de una terrible crisis,
gracias al genio de Basilio I (867-888), llamado el Macedonio.

TEMA BIZANTINA DE DALMACIA

En 751, los bizantinos fueron expulsados de Ravena, fecha importante en la historia de Dalmacia.
Habiendo perdido todas sus bases en el norte de Italia, Bizancio se atrincheró en la costa oriental del
Adriático para continuar su lucha defensiva contra el Occidente. Dalmacia pasó a ser su más importante
 base a causa de su devoción a la idea y majestad del Imperio. Desde ese tiempo se puede hablar de una
Tema de Dalmacia, totalmente organizada y dependiente de Constantinopla. Split pasó a ser el heredero de
Salona en los aspectos religiosos y Zadar pasó a ser la capital político-militar, ya que estaba mejor situada
y en cercanía a las otras posesiones bizantinas: Istria y Venecia.

Al mando de la Tema se encontraba un estratega con asiento en Zadar. La nueva administración de la


Tema, en primer lugar, puso orden en las relaciones entre la provincia imperial y sus vecinos sudeslavos.
Desde el siglo VII se hallaba expuesta a la presión de los sudeslavos, sobre todo desde que empezaron a
franquear los estrechos canales marítimos entre la tierra firme y las islas adyacentes con el objeto de
instalarse en ellas. El movimiento hacia el mar y el paso a las islas habían dado origen a frecuentes disputas
y sangrientas luchas. Este estado de cosas se solucionó hacia los años 879/880. Así, Zadar pasó a ser la
residencia del estratega y de otras instituciones bizantinas. Éstas al no coincidir con la ya existentes se
sobreponían, pero de todas maneras las antiguas municipalidades siguieron existiendo.

Hacia los comienzos del siglo X los sudeslavos comienzan a organizarse en reinos. Había pasado la época
de las  sclavinias. Éstas fueron reemplazadas por temas o por jóvenes estados sudeslavos. Se formaron de
este modo dos zonas culturales en Dalmacia: una zona bizantino mediterránea que correspondía a los temas
fundados a los largo de la reconquista bizantina y una zona croata en el territorio interior vecina a la Tema.

La lucha encarnizada por el dominio del Adriático, puso a croatas y venecianos frente a frente. Estos
últimos sufrieron durante mucho tiempo la peor parte. Venecia debe su salud a su voluntad de fierro, sólo
comparable a la de Roma antigua, y a su fuerte organización política. Pudo emplear en este conflicto el
máximo de energía y de recursos. Sin prestar fe a las evidentes exageraciones del emperador Porfirogéneto,
según el cual los eslavos en el Adriático habrían dispuesto de 180 grandes unidades de combate, lo cierto
es que estos grandes diablos montañeses y de la llanura anclados en las riberas asoleadas de un brazo del
Mediterráneo fueron, durante más de un siglo, los normandos del sur que, a partir del 828, salían siempre
victoriosos sobre las flotas de la villa de San Marcos. Los marinos de las lagunas eran inferiores. Venecia
sólo llegó a ser una potencia marítima en el siglo XI. Las flotas bizantina y croata eran muy superiores. El
 paseo triunfal en el Adriático del dogo Orseolo no contradice este hecho. A comienzos del siglo XI los

 
 

neretvanos estaban agotados. Por otra parte, se podría afirmar que el éxito de los dogos en los siglos XI y
XII se puede atribuir a esos mismos croatas buscados por los venecianos e incorporados a su flota, tal
como ya habían formada la guardia de palacio del dogo Tradonico. La gran potencia naval de los
venecianos se debe, sin duda, a los marinos croatas de Istria y Dalmacia, después de que estas dos
 provincias fuesen anexadas por el estado veneciano. Así se explican los extraordinarias victorias navales
venecianas, en parte, por los herederos de los gloriosos marinos ilirios.

Bajo el dogo Orso Partecipazio (864-881), la guerra contra los piratas se reinició fuertemente (865).
Después de haber sido durante mucho tiempo colectiva y anónima, la ofensiva sudeslava se encarnó en un
solo hombre, el terrible príncipe croata Domagoj. Orso es sorprendido por un ataque fulminante, pidió y
obtuvo la paz, contra la entrega de rehenes. Tramó durante mucho tiempo la venganza. El peligro árabe en
el Adriático desplazó la guerra neretvana a segundo plano. Mientras tanto Bizancio corría hacia una ruptura
definitiva con Roma.

Los asuntos del imperio habían marchado de mal en peor. Bajo el reinado de Miguel II el Tartamudo todo
iba la deriva. Constantino Porfirogéneto lo acusa directamente de haber descuidado totalmente los intereses
del Imperio en Dalmacia, Sicilia y Creta. Era opinión generalizada que la Dalmacia estaba perdida para el
Imperio. El hecho es que, bajo Miguel II, Creta y Sicilia habían caído en poder de los árabes y que
Dalmacia estaba casi aniquilada. Bajo su sucesor Teofilo, Bizancio perdió la Italia meridional. Miguel III
ensayó en vano recuperar los territorios perdidos. En abril fue asesinado el cogobernante Bardas por orden
del emperador Miguel III. El asesino Basilio pasó a reemplazarlo y sospechando que también sería
asesinado, se adelantó y ultimó al emperador en la noche del 23 al 24 de septiembre del 867. Basilio fundó
una nueva dinastía, la dinastía macedónica, que durante 50 años proyectará, sobre el Imperio y sobre el
Oriente, una esplendor incomparable.

CISMA DE LA IGLESIA

Los misioneros venían de todas partes, pero no a todas las regiones durante los siglos VII y VIII. Así el
cristianismo se propagaba desde las ciudades bizantinas entrecruzándose el griego y el latín, el rito
occidental y el oriental. O sea, los sudeslavos eran cristianizados desde Roma y desde Bizancio.
Misioneros francos completaron la cristianización de los sudeslavos. Luis el Piadoso erigió a Nin en
diócesis independiente. Durante los siglos X y XI era una villa importante. Tenía 72 iglesias y una catedral,
con un capítulo de 72 canónigos en su recinto. Desempeñará en la historia dálmata un rol de primer plano
antes de hundirse en los pantanos que rodean Zadar y de borrarse lentamente bajo el régimen debilitante de
Venecia.

Hacia el término del reinado de Trpimir se produce el primer cisma entre Constantinopla y Roma, cuyas
consecuencias perduran hasta hoy. El papa Nicolás I (858-867), convocó a un concilio en Roma en abril
del 863, el cual excluyó de la Iglesia al recién ungido patriarca de Constantinopla Focio y lo amenazó con
la excomunión si no entregaba el patriarcado a Ignacio, el verdadero patriarca. Focio contestó que el
también convocaría un concilio para el verano del 867 en Constantinopla y maldijo la Iglesia de Roma y a
sus seguidores. La acusó de llevar a cabo prácticas no cristianas. A Focio lo apoyaron todos los obispos
orientales. Este cisma tendrá repercusiones especiales en la Dalmacia Bizantina donde se entrecruzan
ambos intereses. La Dalmacia Bizantina se pronunció a favor de Bizancio y la Croata por Roma, fundando
su obispado en Nin.

Probablemente entre los años 864-867, con el propósito de liberarse de la jerarquía eclesiástica bizantina,
todo el territorio croata pasó a la jurisdicción del obispado en Nin, directamente dependiente del papa. Con
ello, hasta el año 928, las relaciones entre los croatas y los obispos de las ciudades dálmatas fueron
suspendidas.

 
 

CAPÍTULO IX
ELESFUERZO SUDESLAVO

EL IMPERIO A LA OFENSIVA
Basilio I (867-886), decidió reconstruir la política exterior y, en consecuencia, terminar con la supremacía
árabe en el Mediterráneo. La política exterior de Basilio I y de sus sucesores inmediatos, se caracterizó por
tres sucesos brillantes: lucha contra los árabes, terminada victoriosamente por Basilio II (976-1025) con la
toma de Damasco (1025); lucha contra la nueva potencia búlgara, hecho capital de la historia bizantina del
siglo X y que se termina por el derrumbe del imperio búlgaro en 1014; y la reconquista bizantina de la
Italia meridional, que los ambiciosos cesares germánicos Oton II y Enrique II no pudieron arrebatar a
Bizancio.

En la segunda mitad del siglo IX, el gobierno bizantino pasó a la ofensiva en el Occidente. Se enfrentó
enérgicamente a los árabes en el Adriático y aumentó su influencia en los principados eslavos de los
Balcanes: Doclea, Travunia, Hum y Croacia. Para el control de la ruta marítima adriática, la costa dálmata
tiene una importancia excepcional. Bizancio reforzó su presencia en esta parte de la península, teniendo en
cuenta sobre todo de lo que significaba el peligro búlgaro.

 
 

Al pedido de ayuda de Dubrovnik respondió de inmediato. A fines del 867 envió a sus fieles habitantes una
 potente flota de cien unidades de combate, bajo las órdenes del almirante Niceto Orife. Ante esta
imponente fuerza, los árabes, después de un sitio de quince meses, lo suspendieron y abandonaron las
aguas de Dalmacia. La liberación de Dubrovnik tuvo, sobre todo en el litoral oriental del Adriático, una
enorme repercusión. Bizancio recuperó su prestigio en el Adriático y posibilitó la reorientación política de
las ciudades imperiales y de las tribus de Dalmacia del Sur, las que, con excepción de los neretvanos,
rindieron homenaje al emperador como a su señor. Todas las villa dálmatas, que, como consecuencia del
debilitamiento progresivo del Imperio, se habían declarado casi independientes, se unieron nuevamente a
Bizancio. Los príncipes sudeslavos de Dalmacia siguieron sus pasos. Los neretvanos, irreductibles,
quedaron al margen.

Los sudeslavos fueron reconocidos, por el emperador de Oriente, como ocupantes legítimos de una parte
del litoral oriental del Adriático, con la excepción de nueve ciudades. Desde el punto de vista de la
legitimidad, ni los venecianos ni los sudeslavos tenían títulos sobre el Adriático y, más específicamente,
sobre Dalmacia. Bizancio era el único que podía presentarlos. Venecia, vasalla de Bizancio al igual que las
villas dálmatas y los príncipes croatas, también pagaba una especie de peaje a los neretvanos para navegar
en un mar que no le pertenecía y al cual los sudeslavos tenían, a lo menos, los mismos derechos que ella.
Cuando llegó a ser más fuerte, los sudeslavos le pagaron un tributo. Por el momento, los sudeslavos eran
más fuertes y era Venecia la que debía adaptarse a las circunstancias y comprar el reposo y la libertad de
sus movimientos.

La invasión árabe seguía el movimiento de un péndulo. A veces era la costa oriental del Adriático otras la
occidental que sufría sus ataques. Después de Dubrovnik el turno le tocó a Bari, que por derecho le
 pertenecía al rey de Italia y sacro emperador Luis II (855-875), hijo del emperador Lotario. No pudiendo
socorrerla por tierra, solicitó a Basilio su ayuda naval, conforme a los términos de la alianza existente.
Basilio I codiciaba la Italia meridional y la Sicilia. La ocasión era excelente para apoderarse de ellas
después de expulsar a los árabes. Entonces Basilio ordenó a sus súbditos de Dalmacia Meridional: Hum,
Travunia y a las ciudades e islas imperiales, ir en ayuda de Bari, para lo cual las naves de Dubrovnik los
transportarían. En el 869 apareció una fuerte flota bizantina frente a Bari, pero Luis II no disponía de un
ejército suficiente en tierra para materializar el asalto, de allí que todo quedó en nada. La conjunción de
todas de estas fuerzas no tuvo lugar. Los bizantinos se retiraron a Corinto. Los francos quedaron
defraudados.

En el 869, Luis II se decidió conquistar Bari vía terrestre con un gran ejército. Se dirigió a su vasallo el
 príncipe neretvano Domagoj y le pidió que, con su flota, atacara Bari. Domagoj respondió al llamado. No
se conocen detalles de esta alianza. Bari fue tomada por asalto en el 871. La posición de Luis II pudo
haberse consolidado con la toma de Bari, pero esta fue una victoria estéril. En Benevento fue derrotado y
hecho prisionero. Así, la influencia franca en la Italia meridional fue anulada de un solo golpe. Luis II
murió en el 875. Un año después una guarnición bizantina tomó posesión de Bari, que pasó a ser una base
de operaciones de primer orden para el dominio del Adriático.

Mientras los francos y croatas sitiaban Bari, terminó el Concilio de Constantinopla del 870. Cuando los
delegados papales volvían desde Dürres a Ancona, vía litoral dálmata, fueron atacados por los piratas
neretvanos, que los tomaron prisioneros y los convirtieron en esclavos. El papa Adriano II y Luis II
consideraron esto una negligencia de los bizantinos. Sólo a fines del 871 y gracias a la intervención de
éstos últimos, contra el pago de un rescate, obtuvieron la libertad.

Los árabes volvieron a la carga para vengar la derrota de Dubrovnik. En mayo del 872 asolaron todo el
litoral sudeslavo de Dalmacia, incluyendo la isla de Bra;. El dogo Orso Partecipazio (864-882) envió una
nave a espiar a los árabes en el sector de Istria. Esta nave fue atacada y capturada por los sudeslavos cerca
del cabo Salvore (cerca de Trieste en Istria) y sus 14 ocupantes masacrados. Esta fue la causa inmediata del
reinicio de hostilidades por parte de los venecianos. Venecia estigmatizó al príncipe Domagoj como
 perverso ( pessimus Sclavorum dux) e igualmente a los sudeslavos y dálmatas (Sclavorum pessimae gentes
et Dalmacianorum). Venecia pidió la intervención del papa Juan VIII (872-882) contra Domagoj. El Papa

 
 

también tenía otras quejas contra él. A los bizantinos les convenía bastante, en ese momento, tomar el
 partido del Papa. Este acontecimiento lo aprovechó Basilio I para atacar y castigar a los neretvanos, pero
autorizó también a su flota saquear todo el litoral dálmata. Muchos sudeslavos cayeron en la esclavitud y
algunas fortalezas fueron destruidas. Su flota devastó la región neretvana y todo el litoral en los momentos
en que los sudeslavos con Domagoj se encontraban en Bari. Los neretvanos reconocieron la soberanía
Bizantina. Los sudeslavos entre el Cetina y el Drina hicieron lo mismo. Jamás antes Bizancio tuvo tanto
 prestigio en la costa oriental como en ese entonces.

Luis II se lamentó amargamente por la devastación de lo principados sudeslavos y de la captura  populi


Sclavoniae nostrae (de nuestro pueblo eslavo). Una vez terminada la conquista de Bari, exigió a Bizancio
reparaciones para los croatas y demás príncipes sudeslavos. Su carta no tuvo respuesta. Con esto se terminó
la alianza y amistad entre ambos imperios. Basilio reforzó su dominio sobre las ciudades del litoral
dálmata, sus islas y de las regiones sudeslavas entre el Cetina hasta el Drina incluyendo a serbios del
interior. Así en los años 872, en la Península Balcánica se encontraban estructurados sólo tres grandes
 poderes: el franco, el bizantino y el búlgaro. A la muerte de Luis II, Domagoj se liberó del sacro imperio.

Los sudeslavos habían vuelto a la piratería en gran escala. Entre árabes y sudeslavos, la navegación en el
Adriático era imposible para los otros ribereños. Si bien los sudeslavos tenían que sufrir las incursiones de
los árabes, ellos continuaban atacando a los venecianos y a los que fueren.

Las villas dálmatas, como ya se dijo, se habían emancipado un poco antes aprovechando la anarquía que
había reinado durante los últimos emperadores de la dinastía isauriana en Bizancio. Se trataba ahora de
recolocar a toda la Dalmacia y Croacia, después del entreacto franco, bajo la dominación bizantina.

Muerto Domagoj, Basilio I emprendió esta tarea levantando un pretendiente contra los hijos de Domagoj,
que representaba el partido franco. Presentó a Zdeslav (878-879), hijo del príncipe Trpimir, que vivía en
Constantinopla como emigrado político, y lo instaló como gobernante de los sudeslavos de Dalmacia,
después de haber exiliado a los hijos de Domagoj. Por otra parte, todas las villas marítimas reconocieron al
nuevo  Basileus   (Emperador).  Les ordenó a pagar tributo a Zdeslav en vez del representante bizantino en
Zadar. El príncipe Zdeslav había reconocido la soberanía del emperador Basilio I, cambiando al señor
franco por el bizantino. Con esto llegó un gran número de funcionarios bizantinos y popes ortodoxos a
Dalmacia y Croacia. En primer lugar convirtieron a los paganos neretvanos, a todas las tribus sudeslavas al
sur del Cetina y a los serbios montañeses. Con esto la Iglesia Croata, con asiento en Nin, al igual que los
obispos de las ciudades dálmatas, pasaron a la jurisdicción del patriarca de Constantinopla.

Los sucesos se desarrollaban a favor de la independencia de los sudeslavos de Panonia y de Croacia del
yugo franco y de las nuevas tentativas de Bizancio para consolidar su autoridad en Dalmacia. El imperio
carolingio se disolvía en la lucha encarnizada de los hijos sucesores de Carlomagno. El rey de Italia,
Carlomán (876-880), recibió, a la muerte de su padre, Luis el Germánico (843-876), como herencia los
dominios de Carintia, Bohemia y Moravia, Panonia, Italia y Croacia. A su tiranía sobre los croatas, éstos
respondieron con una revuelta general. Los lazos que unían a los croatas a la corona franca se habían
relajado. Una flota bajo el comando del hijo del viejo Domagoj asoló las villas francas de la costa istriana.
Los neretvanos se plegaron inmediatamente, pero sin éxito. En virtud del pacto del 840, concluido entre
Venecia y los francos, el dogo Orso Partecipazio atacó a los sudeslavos con una flota de 30 navíos y los
derrotó completamente. Se apresuraron a firmar la paz con Venecia. Pero los neretvanos flaquearon, no se
sentían con fuerza suficiente. Fueron excluidos del tratado de paz. Ellos tomarán su revancha. La partida se
decidirá en el continente.

Un eslavo, vasallo fiel de los francos, el príncipe de la Panonia Inferior, Kocelj (861-876), tomó el mando
de un ejército franco contra los croatas, como anteriormente Borna lo hizo contra Ljudevit Posavski. Esta
intervención armada reveló la existencia de un fuerte partido franco entre los eslavos panonios, de un
 partido occidental contra el cual el emperador Basilio organizará un partido bizantino, mientras que el
grueso de la población buscará el camino de la independencia. El partido de la independencia obtuvo la
ventaja. El ejército franco fue aniquilado. Kocelj murió en el campo de batalla. Los croatas se liberaron del
señorío franco para siempre.

 
 

Si se toma en conjunto la política adriática de Basilio I pasa a ser evidente que el emperador, a lo menos,
fomentó la insurrección sudeslava contra los francos. Los sudeslavos de Dalmacia fueron los primeros en
conquistar su libertad. Pero los de Panonia quedaron todavía bajo el yugo franco. Basilio se alegraba del
derrumbe de la dominación franca en Croacia, pero se inquietaba al tener por vecino un estado eslavo
 joven, unificado e independiente. Bizancio hubiese preferido reemplazar al antiguo amo franco. Basilio I
 proseguía sin descanso y por su cuenta una política de prestigio y de restablecimiento del equilibrio en el
Adriático. Bari, liberada y anexada al Imperio bizantino, pasó a ser un puesto de observación de primer
orden y una base de abastecimiento y de operaciones para su potente flota. Vigilaba los movimientos de los
sudeslavos y emprendió una expedición contra el pequeño estado que se llamaba Pagania ubicado en la
Región Neretvana. La consecuencia de esta campaña fue la sumisión de los famosos piratas sudeslavos a la
corona de Oriente. Estos paganos intratables fueron finalmente cristianizados por misioneros bizantinos
que instalaron entre ellos - quizás en una de las grandes islas que les pertenecía - un representante de la
autoridad imperial, una especie de gobernador (basilikós). Los neretvanos mantuvieron su autonomía y sus
 príncipes. No fueron tratados como vencidos. Pero tuvieron que proporcionar marineros a la flota imperial.

El año 878 marca el punto culminante de la influencia bizantina entre los sudeslavos de los Balcanes.
 Nunca antes la Iglesia de Roma estuvo a punto de perder toda influencia en la península y en el Adriático
como en este primer periodo del reino de la dinastía macedonia en Bizancio, que debía hacer de
Constantinopla el París de la Edad Media y del siglo X, el siglo bizantino por excelencia.

El Papado fue salvado por los sudeslavos de Dalmacia. No sospechó del peligro que había corrido: perder
todo el episcopado dálmata y con ello los latinos y sudeslavos de Dalmacia y de Croacia. Ignoraba todo, a
tal punto que el papa Juan VIII creyó posible comunicarse con Bulgaria, aún vacilante entre Roma y
Bizancio, por intermedio de Zdeslav (879). Felizmente para Roma los sudeslavos continentales estaban
celosos de las ciudades dálmatas por su devoción al emperador bizantino. Además, las pretensiones de la
alta dignidad del arzobispo de Split, que se comportaba como un soberano políticoreligioso que buscaba
hacer valer sus derechos sobre toda la costa dálmata y sobre los propios croatas, habían provocado la
oposición del obispo de Nin, que se consideraba como el llamado a representar más propiamente a los
sudeslavos. En el sitial episcopal de Nin se encontraba un hombre de cierta envergadura, Teodosio, obispo
elegido, pero todavía no consagrado. Jugó un papel importante en la lucha por las influencias entre el
Patriarcado de Constantinopla y la Sede Apostólica de Roma.

Mientras tanto, la situación de Zdeslav era cada día más difícil. La oposición que había tenido lugar contra
los francos se tornó ahora contra Bizancio. Zdeslav se sentía perdido. Constantinopla lo dejó caer. El
emperador se fue de campaña a Siria (primavera 879). Creyó probablemente que la situación restablecida
en Italia, Dalmacia y Croacia lo ponía al abrigo de toda sorpresa. Se equivocaba. La mayoría de los croatas
no estaban de acuerdo con esta nueva orientación. Una conspiración, cuyo jefe era Branimir, se había
formado rápidamente. Zdeslav fue asesinado ese mismo año de 879 y Branimir (879-892) tomó su lugar
como de príncipe de los croatas. Sin saberlo, Roma había ganado la partida. Branimir tuvo el rechazó de
Bizancio, Venecia y las ciudades e islas fieles al Emperador bizantino. Tuvo apoyo en Svatopluk de
Moravia y de Miguel de Bulgaria. Y seguramente de algunos señores croatas. A pesar de esto buscaba la
 protección del papa Juan VIII, con la intención de independizarse de Constantinopla. Envió una embajada
solemne a Roma para manifestar el afecto filial del pueblo croata y de sus jefes hacia la Sede Apostólica.
El reverendo Ivan, embajador de Svatopluk, que viajaba a Roma llevó una carta personal de Branimir al
 papa Juan VIII. El Papa, apreció el viraje producido entre los croatas de Dalmacia y en el oficio religioso
del 21 de mayo del año 879, invocó la bendición de Dios para el pueblo croata. Más tarde, en carta del 7 de
Junio del 879, el Papa bendijo al príncipe Branimir y le agradece su regreso a la iglesia de sus antepasados
. En aquel tiempo ello significaba un reconocimiento internacional. Así esta carta es, en cierto modo, una
especie de acta de nacimiento del Estado Croata. Este fue el primer documento internacional donde se
reconoce Croacia. En sendas cartas se dirigió al obispo croata Teodosio, al clero croata y a su pueblo. Al
mismo tiempo hacía un urgente llamado al episcopado dálmata de separarse de Bizancio y entrar en el
regazo de la Iglesia de Roma, prometiéndole defenderlo enérgicamente si era atacado por los bizantinos o
sudeslavos. Invitaba al clero dálmata a Roma. Él impondría el palio al arzobispo de Split y lo consagraría

 
 

en persona. En caso contrario, es decir si persistían en la obediencia al Patriarca de Constantinopla, los


excomulgaría.

Branimir intentó ahora que el obispado de Nin se considerase como metropolitano para toda Dalmacia y
Croacia. Sólo logró que el obispo de Nin Teodosio fuera el metropolita de Split. En efecto, en el año 880,
Roma tuvo el júbilo de ver a Teodosio de Nin en persona, al presentarse en respuesta a una petición de
consagración episcopal. Después de la ceremonia, el Santo Padre envió una nueva carta a Branimir en la
cual lo exhortaba a él y a su pueblo ser fieles a la Iglesia, y les prometía su apoyo y la protección de San
Pedro. Los invitaba, también, a enviar embajadores a Roma para ofrecer sus votos, a cambio de lo cual él
enviaría a Croacia, representantes a los que la nación renovaría sus promesas de fidelidad a la Santa Sede.
El príncipe Branimir, reintegró la Iglesia Croata a Roma. El papa Juan VIII, inmediatamente actuó para
lograr que las ciudades dálmatas hicieran lo mismo. Todo fue en vano, por cuanto como antiguos súbditos
imperiales no podían, aunque quisieran, unirse al papa. Eran los tiempos cuando se planteó al Papa el
reconocimiento de Focio como en patriarca legítimo de Constantinopla. Sin embargo, considerando el
 peligro árabe, el Papa apoyó al emperador bizantino Basilio I. Así representantes papales estuvieron
 presente en el concilio de Constantinopla (879/880). Allí se ungió a Focio y, en cuanto al problema croata,
se resolvió que el emperador y el patriarca retuvieran las ciudades bajo su dominio, pero que el principado
croata se desligaba pasando a ser independiente. El llamado del Papa cayó en el vacío. El nuevo arzobispo
de Split, Maximus, elegido por el clero de las ciudades e islas, se hizo consagrar o por Focio en persona o
 por el patriarca de Aquilea, Walberto, un partidario del patriarca de Constantinopla. Los obispos dálmatas
no podían enfrentar la cólera de un potente emperador que, a falta de anatemas espirituales, hacia navegar
 poderosas escuadras por el Adriático. El principio cuius regio eius religio (la religión del rey es la de sus
súbditos) era aplicado más duramente que, posteriormente, en los tiempos de Lutero por los príncipes
alemanes.

Basilio I, después de haber defendido enérgicamente y aumentado su autoridad, por la sumisión de los
neretvanos, se desinteresó de repente, como ya se vio, de la trágica aventura de Zdeslav, de Dalmacia y del
 problema adriático. Estaba ocupado en Siria (880), cuando perdió a su único hijo Constantino, hecho que
lo afectó profundamente. Veía las inmensas dificultades que se oponían al restablecimiento integral de su
autoridad sobre los croatas de Dalmacia. Habría sido necesario exponerse a una guerra contra una
 población belicosa y en un país accidentado. Prefirió reconocer los hechos consumados. La alta marea
sudeslava tocaba las murallas mismas de las villas dálmatas. Incidentes casi diarios enfrentaban a estos dos
mundos, cuya dolorosa simbiosis jamás fue completa. Basilio I, eligió la paz, convencido que más valía la
 pena ponerse de acuerdo que pelear, buscó y encontró una fórmula de apaciguamiento. Para arreglar las
cosas, el Emperador ordenó a las villas e islas de Dalmacia pagar a los príncipes croatas y sudeslavos un
tributo en dinero en aras de la paz y por el uso de las tierras que ellas poseían extra murus (al exterior de la
murallas de la ciudad) en tierras de príncipes croatas. Esto lo estuvieron haciendo hasta el reinado del rey
croatahúngaro Koloman (1107). Las ciudades dálmatas (Rab, Osor, Krk, Zadar, Trogir y Split), que
conformaban la provincia bizantina de Dalmacia, tenían que pagar tributo a los príncipes croatas en dinero,
vino y otros productos y Dubrovnik lo mismo, pero a los soberanos de Hum y Travunja. Estas medidas
debían garantizar al Imperio el ejercicio de un tranquila soberanía sobre las villas dálmatas y a las villas
una vecindad ausente de conflictos. El primer príncipe croata favorecido fue, probablemente, Zdeslav,
 protegido de Bizancio. Finalmente, también, se llegó a un acuerdo entre Roma y Constantinopla. El
 patriarca Focio renunció a su jurisdicción sobre Croacia, pero mantuvo su autoridad sobre las villa
dálmatas. Una vez que se hubo establecido la paz de este modo, ya casi no se realizaron cambios hasta
 principios del siglo X. Basilio I, al morir, legó a su hijo León VI (886-912) un imperio renovado. Había
restaurado el protectorado bizantino sobre Venecia, restablecido el orden en el Adriático y vuelto a los
croatas al vasallaje, a pesar de sus aspiraciones de independencia. Había aniquilando la hegemonía franca
en los países del sudeste europeo. Igualmente León VI, logró tener muy buenas relaciones con Roma.

León VI se desinteresó del Adriático. Permitió a los croatas fortalecerse y retomar su marcha ascendente;
continuar con sus infiltraciones lentas y profundas. Ignoró o toleró el establecimiento de relaciones íntimas
entre los jefes croatas y el arzobispo de Split, señor espiritual que desempeñaba cada vez más un papel de
 príncipe temporal. El arzobispo lucía el orgulloso y sugestivo titulo de metropolita usque ad ripam Danubii

 
 

et pene per totum regnum Chroatorum  (hasta las orillas del Danubio y de todo el Reino de Croacia) y
aspiraba negar al obispo croata de Nin el derecho de ejercer su jurisdicción sobre los fieles de Croacia.

Los príncipes croatas sufrían al estar separados del mar y de las villas que presentaban una acumulación de
cultura latina, de grandes riquezas y que abrían al interior del país el acceso al mundo. Pero las comunas
latinas vacilaban. Los metropolitanos de Split, buscaban la manera de contrarrestar esta penetración eslava,
arrogándose una apariencia de tutela latina sobre el mundo sudeslavo.

Gracias al genio diplomático de la dinastía macedonia, el Imperio Bizantino organizó un cinturón de


estados vasallos pequeños y grandes que seguían su política exterior y montaban guardia en el extremo
occidental del Imperio. Este sistema rodeaba al Imperio como una gigantesca muralla. Entonces no
 podemos sorprendernos que las villas dálmatas se ligaran tan fuertemente al Imperio, que por lo demás
siempre respetaba la organización autónoma de estos focos de libertad. En cuanto a Venecia, escondida en
sus lagunas, se expandía bajo el sol bizantino y de los grandes constructores que fueron los dogos del siglo
IX. Bizancio les había reservado una función capital, ser la policía del Adriático. Las nuevas luchas que
estallaron entre Venecia y los sudeslavos, tenían un doble carácter: un capítulo de policía marítima y un
ensayo de imperialismo por cuenta propia. En ese momento, a fines del turbulento siglo IX, Venecia es
todavía muy débil frente a los sudeslavos jóvenes y audaces. Todavía debía doblar la cabeza y para tener
 paz y traficar libremente debía seguir pagando de su bolsillo.

Venecia no podía soportar la existencia de un estado croata fuerte e independiente y decidió destruirlo. En
el 881, el dogo Orso Partecipazio I - es decir Venecia de acuerdo con Bizancio - firmó en Ravena un nuevo
tratado con Carlos III el Gordo, rey de Francia e Italia y Emperador de Alemania (881-887), contra los
sudeslavos. Los dos imperios se obligaban a concurrir con toda su autoridad a la destrucción de la piratería
sudeslava en el Adriático. En el 912, los sudeslavos se vengaron de tal Tratado en la persona del hijo del
dogo Partecipazio. Enviado a una misión a Constantinopla fue apresado por el príncipe serbio Gojnikovi$,
cuyos territorios se extendían sobre el litoral meridional de Dalmacia. Fue entregado al zar búlgaro Simeón
(893-927). El cautivo fue rescatado mucho más tarde por una fuerte suma de dinero por el obispo
veneciano de Malamocco. Seis años más tarde del Tratado de Ravena, el sucesor de Giovanni Partecipazio,
el dogo Pedro Candiano I entró en guerra con las fuerzas navales neretvanas para tener un encuentro
decisivo. Unidades enviadas contra ellos en agosto del 887 tuvieron que replegarse sobre Venecia. El dogo
Candiano decidió tomar en persona el comando de la flota. En aguas de Makarska, venecianos y
neretvanos se enfrentaron el 18 Septiembre de 887. Al comienzo, la batalla era favorable a los venecianos,
 pero los neretvanos recurrieron a una estratagema. La flota veneciana fue casi completamente destruida y
el Dogo pereció en la batalla. El golpe dado al prestigio de Venecia fue muy grande.

Pedro Tribuno, sucesor del dogo Candiano, firmó el 7 de Mayo del 888 un nuevo tratado con el rey de
Italia, Berenguer I, “contra los eslavos, nuestros enemigos y vuestros, contra los cuales nosotros debemos
apoyarnos sin alegar excusa alguna.” Pero este tratado sólo tuvo un valor teórico. Venecia se persuadió
 bien pronto que no vencería las potentes tribus sudeslavas y que era mejor arreglarse con ellas. Colonias de
mercaderes venecianos se habían establecido desde hacia tiempo a lo largo del litoral dálmata. Para
garantizar la tranquilidad de sus transacciones comerciales, comenzaron a pagar a los sudeslavos. Venecia
se decidió a entregar un tributo anual a Branimir, gobernante croata, que seguramente ya ejercía soberanía
en la región del Neretva, sin considerar la profundidad de la herida a su amor propio. La ciudad de San
Marco pasó a ser tributaria de los sudeslavos para tener la paz sobre el mar y la seguridad de la navegación
en el Adriático. Esto explicaría que en los próximos cien años, hasta fines del siglo X, mientras se pagó el
tributo, no se conozcan conflictos entre venecianos y sudeslavos. Branimir murió en el 892. y lo sucedió su
hijo Muncimir (892-910?) como príncipe, ya que sólo los sucesores del rey Tomislav se conocerán como
reyes. Muncimir residía en Bia$i, cerca de Trogir. Durante su gobierno, los croatas una vez más llegarán a
los muros de las villas dálmatas, pero no se atreverán a franquearlas. Estaban fortificadas, Bizancio las
 protegía y pagaban un tributo para tener paz. Muncimir reservó todas sus atenciones para el arzobispo de
Split. Pero no se va más allá de demostraciones platónicas de buena y cordial amistad. Las villas se
aferraban a su independencia. Su vida autónoma cuadra a las mil maravillas con la política general de
Bizancio y con su influencia todavía muy fuerte en el Mediterráneo.

 
 

LITURGIA GLAGOLÍTICA
El Reino de Croacia dio refugio a los seguidores de Cirilo y Metodio expulsados de Moravia. Los
discípulos trajeron la glagolica, libros sagrados y el servicio religioso eslavo para difundirlo en la
 población. Este acontecimiento sirvió como base para el desarrollo cultural, especialmente, de las regiones
de habla ;akava.

Antes de morir (15 Diciembre 882), Juan VIII otorgó en el 880, la autorización a los sudeslavos para el uso
de su propia liturgia - glagolítica, concurrente con la latina, griega y hebrea. El Adriático pasaba a ser el
campo de batalla donde se debatiría el destino final de las reliquias de la latinidad bajo el vigoroso empuje
de pueblos sudeslavos poseedores de una lengua hierática adaptada a la poesía y al éxtasis esotérico de los
Libros Sagrados, a los signos misteriosos, y en su propia escritura denominada glagolítica, con los cuales
Dalmacia se familiarizó en poco tiempo. El poder de esta escritura y de esta lengua debía consolidar lo que
quedaba de caótico y pastoral en las tribus que habían marchado al asalto de la Salona romana. Echó
fuertes raíces, sobretodo en la Dalmacia septentrional, en Nin y en la isla de Krk. Se la toleró como
concurrente al latín. Más tarde sobrevendrán los choques entre ambas. Los sacerdotes partidarios de la
liturgia glagolítica croata, siempre estuvieron cerca del pueblo y mantuvieron encendido el recuerdo del
 pasado histórico. En esto se parecían a los popes ortodoxos serbios. La escritura glagolítica sobrevive hasta
hoy.

A la muerte del obispo Marin de Split (886), sus habitantes - clérigos y laicos - eligieron como obispo al
católico Teodosio, que ejercía como obispo de Nin dependiente de Roma. Teodosio aceptó su elección
declarando que conservaría al mismo tiempo su obispado croata. Esta decisión respondía a la política del
 príncipe Branimir, que pensaba que con esto se podía apropiar de las ciudades dálmatas bizantinas. Al papa
Esteban V (885-891) lo sucedido no le pareció bien. Lo acusó de bigamia moral, ya que un obispo no podía
ser esposo místico de dos iglesias y lo invitó ir a Roma para recibir el palio (circa 887). Teodosio no fue y
no se tiene información de sus siguientes pasos. Cansado de luchar, el papa Esteban se decidió confirmar
su transferencia a Split. No sabemos más sobre este episodio de la lucha entre el espíritu de Roma y el
espíritu de fronda que soplaba de Bizancio. Branimir y Teodosio desaparecen de la escena. La Iglesia
Dálmata permanecía dependiendo del patriarcado de Constantinopla, mientras que el obispado de Nin, que
se extendía por toda Croacia de Roma (hasta el 925). En 892, encontramos en la sede de Split a Pedro II y
en Nin a un franco, Adelfredo o Edelfried, de lo cual habría que concluir que la influencia franca en
Croacia no había sido eliminada como lo afirmaban los bizantinos.

LOS HÚNGAROS
Los húngaros, antes de descender al Adriático y después de dar numerosos rodeos, se detuvieron en la
Panonia habitada por sudeslavos. Estos asiáticos turanianos, tenían el demonio en el cuerpo. Los
occidentales los confundían con los hunos y tenían razón. Siempre a caballo, infatigables y crueles, se
abalanzaron sobre Besarabia y Moldavia y desembocaron en la planicie central del Tisza y Danubio, donde
sometieron a los eslavos. Por el momento las hordas húngaras se dirigían hacia el Oeste transformando los
territorios por los que pasaban en tierras desérticas, que generaciones enteras tardaron en recuperar y casi
recrear.

En el 892 los húngaros, a pedido del rey Arnulfo de Austrasia, invadieron el territorio del príncipe moravo
Svatopluk y al año siguiente, como aliados del Imperio Bizantino, lucharon contra el príncipe búlgaro
Simeón, a quien vencieron. Entonces los búlgaros llamaron a los pechenegas para que invadieran el
territorio húngaro, lo que hicieron arrasando con todo. Esta desgracia obligó a los húngaros, bajo el mando
de Arpad, asentarse en los estribos de los Cárpatos y en la llanura entre el Danubio y el Tisza.

Con la llegada de los húngaros la situación política en Panonia cambió: desaparece para siempre la
autoridad franca en el Danubio medio, pero al mismo tiempo se interrumpe prácticamente la conexión
entre los eslavos del norte y del sur. Una vez establecidos, los húngaros utilizaron los antiguos caminos
romanos para incursionar con su caballería por toda Europa. Durante 50 años, entre los años 899 y 955,
toda la Europa Occidental temblaba ante los húngaros. La casa de los Otones de Alemania puso término a
sus macabras incursiones. Oton I (936-973) se enfrentó con el grueso del ejército húngaro en el campo de
Lechfeld, en las puertas de Augsburgo, el 10 de Agosto del 955, y lo destruyó. Los sobrevivientes,

 
 

completamente desmoralizados, hicieron una desastrosa retirada y volvieron a Panonia. Desde entonces, la
gran masa del pueblo húngaro no se desplazó más. Inició una vida sedentaria y dedicada a la agricultura.
Medio siglo más tarde, retomaron su curso histórico. Realizaron un gran raid hacia el Adriático. Sobre
Dalmacia penderá desde entonces la espada magiar. Las galeras venecianas los esperarán en el mar. Hay un
sino histórico para los pueblos balcánicos: avanzar hacia el mar.

REINO DE CROACIA
Tomislav Rey de Croacia
Aunque no existen testimonios directos e irrefutables, se admite que Tomislav fue elevado a la dignidad
real en 925, con el asentimiento del papa Juan X (914-927), quien le reconoció el título y que, desde luego,
Bizancio no. Dónde y por quién fue coronado Rey, no se sabe. Así el principado de Croacia se transformó
en reino. Tomislav se proclamó rex Croatorum  (rey de los Croatas). El reino de Croacia tuvo como su
 primer rey a Tomislav (925-928), hijo de Muncimir que había mantenido las relaciones más cordiales con
el arzobispo de Split.

Tomislav, se nos presenta de acuerdo a una crónica del siglo XIII, primero como un príncipe (910-925) y
 posteriormente como un rey valeroso y fuerte, que administraba con inteligencia un estado todavía casi
exclusivamente continental, con fronteras inciertas, con grandes bosques extendidos en el interior del país,
sin otros caminos que los construidos por los romanos, único lazo entre las regiones dináricos y el palacio
de Diocleciano, y asolado por los bárbaros. Según el emperador bizantino Constantino VII Porfirogéneto
(913-959), los soberanos croatas podían disponer de 100.000 infantes y 60.000 jinetes, cifras
evidentemente exageradas.

Los serbios también buscaban un lugar en el sol adriático. Un príncipe más audaz que otros, Petar
Gojnikovi$, aliado del zar búlgaro Simeón, condujo esta nueva migración. Salvo las tres grandes islas de
Vis, Bra; y Hvar, que seguramente pertenecían a Tomislav, ocupó Pagania, el país de los neretvanos. Esta
expansión serbia no fue bien mirada por el príncipe de Hum Mihail Vi[evi$, que gobernaba también
Travunia y Doclea. Era el señor de todo el territorio, fundamentalmente bizantino, que se extendía desde la
desembocadura del Neretva hasta Boka Kotorska, salvo Dubrovnik. Una rivalidad estalló entre los dos
 príncipes. Mihail logró firmar una alianza con el zar búlgaro Simeón contra Petar, que ocupaba la escena
 balcánica desde el 893. Petar entró así en guerra con los búlgaros, pero fue traicionado, hecho prisionero y
llevado a Bulgaria. Murió en el 917. Simeón, quebró la resistencia de los serbios y debieron reconocer la
soberanía búlgara. En lugar de Petar pusieron a un favorito búlgaro Pablo Branovi$ (917-920).

Los búlgaros estaban próximos a Dalmacia. Bizancio inició una acción diplomática y logró que el príncipe
Pablo reconociera la autoridad bizantina. Esto irritó a Simeón y envió un ejército que destronó a Pablo y
colocó en el trono a Zacarías Prvoslavljevi$ (921-923). A continuación Simeón se volvió contra Bizancio.

La guerra búlgaro-bizantina tuvo consecuencias inesperadas para el litoral dálmata. Amenazado por
Simeón, el coemperador Romano I (914-949) y el patriarca Nicolás el Místico solicitaron apoyó al papa
Juan X. Al mismo tiempo las dos iglesias se reconciliaron (de 923 hasta el 1054). El Imperio bizantino, con
la intervención del papa Juan X, firmó con los croatas una alianza contra los búlgaros. El papa le pidió una
compensación al coemperador. Le fue otorgada en Dalmacia, por la renuncia solemne del patriarca de
Constantinopla Nicolás, la jurisdicción eclesiástica sobre las ciudades e islas de Dalmacia. Al mismo
tiempo Romano I, se desinteresó de Dalmacia y prefirió entregar las villas dálmatas a un gobierno más
 próximo y fuerte que lo liberara de su administración, sin que ello menoscabara en lo más mínimo los
derechos supremos del Imperio. Se las entregó en administración al rey Tomislav, distinguiéndolo además
con el título de procónsul imperial, por su apoyó contra los búlgaros. Así volvieron las ciudades e islas bajo
el alero del metropolita de Split y a una mayor relación con el Reino de Croacia. Al mismo tiempo logró
una alianza con Mihail, nombrándole a él también procónsul y patricio, y, seguramente, le entregó la
custodia de las ciudades imperiales de Dubrovnik y Kotor. También obtuvo la cooperación del príncipe
serbio Zacarías. Así de simples vecinos los nobles sudeslavos llegaron a ser autoridades delegadas por el
Imperio para velar por la seguridad y el orden en las comunas bizantinas de Dalmacia. Para ellos, esto
significaba el fin de la época bárbara.

 
 

Conociendo éstos hechos el zar búlgaro Simeón, que estaba sitiando Constantinopla, firmó una armisticio
con el coemperador Romano I y lanzó todas sus fuerzas contra Zacarías, venciéndolo. Entonces se produjo
una diáspora serbia, sobretodo hacia Croacia, donde también se refugió Zacarías. De esta manera Croacia y
el principado de Mihail quedaron fronterizos con el Imperio búlgaro. Los territorios serbios conquistados
se incluyeron en el estado búlgaro (924). La lucha por la supremacía de los Balcanes entre búlgaros y
 bizantinos, repercutió también en Dalmacia. Muy pronto las tribus eslavas del interior reconocieron la
soberanía bizantina. La influencia imperial disminuía progresivamente en el interior de sur a norte. Croacia
se desvinculó pronto de Bizancio, colocándose dentro de la órbita romana o franca, en suma, occidental.
Simeón intentó doblegar a Croacia, pero los búlgaros fueron rechazados por Tomislav.

Después de la muerte de Simeón (27 de Mayo de 927) se produjeron muchos cambios en esta parte de los
Balcanes. Simeón legó a sus sucesor una gran Bulgaria que iba desde el puerto de Vlora en el Adriático
hasta el Mar Negro e incluía la alta Macedonia, el valle del Drim, el Montenegro actual, la Bosnia oriental
y toda la Serbia.

Bizancio mantenía con gran dificultad sus posesiones sobre la costa adriática. Ya se dijo que, por una
alianza con Bizancio Tomislav recibió las ciudades e islas para su administración (Vis, Bra; y Hvar).
Extendió su jurisdicción sobre la mayor parte de la anterior Panonia Croata, hasta el Drava y la llanura de
Eslavonia. Se produce la unión de Panonia al Reino de Croacia. Tomislav, entró en conflicto con los
húngaros. Al mismo tiempo Mihail Vi#evi$ ocupó la región neretvana, uniendo bajo su mano todo el litoral
desde el Cetina al Bojana y al interior hasta el Drina. Estaba en buenas relaciones con Tomislav. Desde el
 punto de vista político, el territorio de la provincia romana de Dalmacia quedó dividido en dos partes bien
definidas: una, las villas del litoral dependientes de Bizancio y la otra, el reino de Croacia y las regiones de
los príncipes sudeslavos (neretvanos y serbios) en tierra firme dálmata, fuera de las muros de las ciudades
 bizantinas. Ahora las autoridades sudeslavas eran los mandatarios del Emperador, pero sin ninguna
autoridad efectiva sobre las comunas del litoral. El interior del país, dividido entre los croatas, neretvanos y
serbios, estaba regido por príncipes nacionales que, a su vez, reconocían una vaga soberanía bizantina.
Pero, desde el punto de vista eclesiástico, era todo lo contrario. Representaba un todo indivisible, pero
dependiendo ora del patriarca del Oriente ora del de Occidente. En cuanto a provincia eclesiástica ella
reglamentaba sus asuntos en sus sínodos, convocados en el asiento metropolitano de Split.

La marea eslava no sólo había alcanzado los muros de las villas dálmatas, ella ya había comenzado a
infiltrarse lentamente en la villas. Los romanos de Dalmacia, no podían aislarse por mucho tiempo y
defenderse de la influencia más joven, más virgen y más fecunda de sus vecinos sudeslavos. No serían
capaces de evitar a la larga los contactos cada vez más frecuentes con los sudeslavos, aunque no fuese sino
 por necesidades de abastecimiento.

A partir del siglo X los nombres eslavos aparecen en los mapas, privilegios y hasta entre los notables de las
villas. En el siglo XI priores (jefes de los gobiernos autónomos de las villas), tribunos (jefes militares),
abadesas, archidiáconos y aún obispos llevaban nombres eslavos. El ritmo de la eslavización se va
acelerando. En una carta de 1044, sobre 52 nombres de notables de Dubrovnik, ya hay ocho que son
eslavos y el prior mismo era un eslavo. La eslavización casi completa de la villas de Dalmacia no datan
sino de los siglos XIII y XIV. En el momento histórico que se está considerando, comienzos del siglo X,
latinos y sudeslavos se tocan sin mezclarse. Pero los sudeslavos no habían tomado todavía una importancia
 proporcional a su número. Su lengua litúrgica y su escritura glagolítica nacional, ejercía sobre ellos un
 poder fascinante Era como un talismán y un potente instrumento para agrupar tantas voluntades
incoherentes y hacerlas marchar en un potente movimiento al asalto del poder. Con razón que el siglo X,
era considerado por los no sudeslavos como un grito de rebelión y unión eslava.

Sínodos de Split
Con el sometimiento de las ciudades e islas dálmatas al Papa y a la protección de Tomislav, volvió al
tapete el problema de la jurisdicción del arzobispado de Split, que pretendió tener jurisdicción sobre toda
Croacia. El asunto a resolver afectaba al obispado de Nin, que abarcaba todo el reino de Croacia y llegaba a
los murallas de las ciudades bizantinas. El Tomislav, para congraciarse con las ciudades apoyó la petición
del clero latino de volver a los "antiguos tiempos", a lo cual se opuso el obispo de Nin, Grgur. Para resolver

 
 

la situación, el Rey y los obispos dálmatas pidieron al papa Juan X convocar un sínodo en Split para
Croacia, Dalmacia y Hum..

El Papa Juan X dio el asentamiento y envió sus legados. El arzobispo de Split Juan convocó un Sínodo en
la catedral de Split en el año 925. Asistieron, además del arzobispo de Split, los obispos dálmatas de Zadar
y Nin y otros obispos, el Rey y sus grandes señores, algunos señores serbios, el príncipe serbio de Hum
Mihail, que representaba políticamente al obispo de Ston, villa perteneciente al territorio político de
Dubrovnik y otros altos dignatarios civiles y religiosos. Se resolvió que la jurisdicción del arzobispado de
Split, como metropolita y heredero de la Iglesia Salonitana, se extendería desde el Ar #a hasta Boka
Kotorska en el litoral, igual que en los viejos tiempos.

En 927 se realizó el segundo Sínodo de Split, que completó lo obrado en el primero. Entre los cánones
aprobados estaban los siguientes: 1° Restablecimiento definitivo del asiento arzobispal de Split como
metropolitano para toda Dalmacia, Croacia y Hum; 2° Abolición del obispado croata de Nin; 3°
Delimitación de la diócesis de Split hacia el sur, Dubrovnik y Boka Kotorska quedaban excluidas; y 4°
Prohibición de la liturgia eslava y de la consagración de sacerdotes sudeslavos de liturgia glagolítica.
Ahora todos los obispos fueron confirmados con excepción del de Nin, cuyo obispado se suprimió. El
obispo Grgur de esa villa, al cual se presenta como el adversario apasionado del clero latino, fue invitado a
elegir otra diócesis. Fue designado como obispo de Skradin.

El Papa, predispuesto contra los sudeslavos, habría enviado al episcopado dálmata dos cartas, condenando
la liturgia glagolítica en lengua eslava e invitando a los sacerdotes y a los soberanos a instruirse en la
lengua latina. El último canon aprobado prohibió oficiar misa en “lengua bárbara” ( “in barbara seu
 sclavinica lingua Deo sacrificium offere”). La liturgia eslava fue tachada de herética, gótica y arriana. Se la
relacionaba a una perniciosa doctrina del monje Metodio. Sólo las lenguas hebrea, latina y griega eran
admitidas en la iglesia. Los latinos triunfaron. La liturgia en eslavo nuevamente condenada en el Sínodo,
siguió oficiándose por la tolerancia de los obispos dálmatas, debido a la escasez de sacerdotes que supieran
latín. Según el archidiácono Toma de Split, el Papa se conmovió, rehusó su ratificación y avocó la causa a
Roma. El papa León VII (936-939), habría ratificado esas decisiones. Poco después de los Sínodos de
Split, muere el primer rey croata Tomislav (928). No logró suprimir la dualidad Dalmacia-Croacia. Se
estima que su reino tenía un millón y medio de habitantes.

Los primeros treinta años del siglo X, que fueron de los más tristes que haya conocido la historia de la
Roma pontifical, no eran en absoluto propicios para una injerencia de la Iglesia en los asuntos de las
 provincias ubicadas en los límites del mundo católico. La larga serie de papas de un día, los horrores
cometidos por Marozia, hija del usurpador del poder pontifical Teofilacto, la verdadera señora de Roma,
madre del papa Juan X que ella hizo matar en el 928, son hechos de tal naturaleza que no motivan al
historiador alegar la autenticidad de los sucesos que se habrían producido durante la ausencia de un poder
aceptable en la silla de San Pedro. A partir de los primeros años del siglo X, las tinieblas se espesan sobre
la tierra dálmata. No tenemos nada, no hay documentos, ningún eco salvo una piedad inmensa sobre la
tierra y el mar. Luchas sangrientas, devastaciones, todas las autoridades comprometidas, impotentes o
indiferentes. Todo esto a pesar de los reinados soberbios en Bizancio de Nicéforo II Focas y de Juan I
Tzimiscés, que levantaron su prestigio más allá de todo lo que se podía imaginar. ¿Cómo explicar el
silencio, este inmenso hiatus de casi un siglo?

En el Adriático hay luchas épicas e incomprensibles. Venecia pagando a los sudeslavos un tributo que
debería ponerla al abrigo de toda sorpresa. Nadie podía impedir a los terribles neretvanos, vasallos de
Bizancio, de surcar los mares contra Venecia, de sembrar el terror hasta sus propias lagunas. En este mar
cotidianamente expuesto a todas las violencias, a todas las emboscadas, no es posible pensar en que se
hubieran realizado los Sínodos de Split.

Tomislav desapareció en el año 924, después de haber suministrado una dura lección a los húngaros y
saludado la liberación de los serbios del yugo búlgaro, bajo la conducción del príncipe :aslav. Siguiendo
una venerable tradición, no sostenida por documentos escritos e irrefutables, Tomislav habría sido alzado
sobre el pavés y consagrado rey de los croatas en el 925. El emperador Constantino VII Porfirogéneto, muy

 
 

concienzudo, casi meticuloso, en sus informaciones concernientes a los sudeslavos en los límites de su
imperio, no hace ninguna mención de Tomislav, omisión tanto más grave cuanto que este rey croata de
acuerdo a otras fuentes, desde luego muy tardías, habría vencido a los búlgaros y a los húngaros. ¿Cómo
Constantino pudo ignorar la existencia de un rey croata, defensor de su Imperio?. El archidiácono Toma de
Split, en su célebre  Historia Salonitana  del siglo XIII, guarda el mismo silencio. Para Ivan Lu;i$,
historiador dálmata del siglo XVII, la lista real croata no empieza sino un siglo después. El nombre de
Tomislav no figura sino en las actas de los Sínodos de Split del 925 y 927. Pero estas actas son ciertamente
apócrifas, fabricadas en el siglo XIII para hacer triunfar la causa del primado de la Iglesia de Split. El
conde Mas-Latrie en su Trésor de Chronologie evita mencionarlas. Este rey Tomislav parece haber sido
tardíamente exhumado en ese fárrago de nombres fantasiosos y de hechos en gran parte deformados por la
Crónica del Pope de Doclea, tormento de los historiadores.

Se estaría tentado de concluir por la negativa y rechazar esta figura real a los limbos, sino fuese por la
destrucción sistemática de los monumentos sudeslavos que causó estragos en Dalmacia durante todo el
 primer período de la dominación veneciana. Esta campaña se dirigió a los mapas y a todos los monumentos
y documentos de la época eslava y húngara anterior a 1420. Por haberlo denunciado, el historiador dálmata
Ivan Lu;i$ fue expulsado manu militari de su palacio de Trogir por los extremistas venecianos de la época.
Un siglo más tarde recogemos todavía un eco de esta manera ultramoderna de suprimir los recuerdos
sagrados de un todo un pueblo en la "Crónica de Dubrovnik" de Giunio Resti, publicada por la primera vez
en 1896. En virtud de instrucciones secretas, escribe Resti, los síndicos de la República destruían todos los
antiguos monumentos por los cuales Lu;i$  habría sacado los argumentos contra la legitimidad de la
dominación veneciana sobre la Dalmacia y sobre el Adriático. Y, como si esto no fuera suficiente, retiraron
de todas las comunas dálmatas sus antiguos mapas, para que se ignorase todo el pasado de la Dalmacia. La
obra de Lu;i$  se conservó piadosa y secretamente en casas privadas. Desgraciadamente esta obra fue
también reimpresa con correcciones y alteraciones, pues la política veneciana no descuidaba la menor
ocasión para hacer triunfar la razón de estado. Mantenían esta encarnizada guerra hasta querer suprimir, lo
que casi les había resultado, la crónica del dogo Andrea Dandolo (1343-1354), uno de los más antiguos
historiadores de Venecia. Este libro contiene muchas cosas que van en contra del pretendido derecho de los
venecianos sobre el Adriático. Sucesos inesperados podrían revertir los datos actuales y esclarecer esta
tenebrosa época de reyes no documentados y de concilios fantasmagóricos.

A Tomislav lo sucedió Trpimir II (928-935), posiblemente su hermano menor, y a éste su hijo Kre#imir I
(935-945). A su muerte asume uno de sus hijos, Miroslav (945-949), que murió en la guerra civil que
estalla para llevar al trono de Croacia a su hermano Mihajlo Kre#imir II (949-969). Durante la guerra civil
las islas de Bra%, Hvar y Vis, vuelven a la Región del Neretva, que se había separado de Hum. En esta
desintegración del reino croata, interesa establecer que las ciudades e islas vuelven a la soberanía bizantina.
Bosnia también se separó. Esta guerra la aprovecharon los venecianos para atacar a los neretvanos dos
veces en 948, Fracasaron y terminaron en un tratado de paz con pago de tributo.

A su muerte lo sucederá su hijo Stjepan Dr "islav (969-997). Sólo subsistía una nueva autarquía sudeslava,
la croata. Había adquirido nuevos títulos gracias a una actitud benévola de los dálmatas. Los príncipes
sudeslavos se habían aliado a las familias patricias de Dalmacia. La casa romana de los Madii de Zadar,
casi una dinastía, entregó a los sudeslavos una princesa. Kre#imir II es uno de los pocos soberanos sobre el
cual existe información, se casó con Helena de Madii. He aquí una prueba elocuente que los ciudadanos de
Zadar no evitaban todo contacto con los croatas, como será el caso más tarde bajo la legislación veneciana,
a pesar que las familias de los nobles de Zadar habían ya sido enteramente eslavizadas. De esta unión entre
un príncipe croata y una patricia dálmata nació Stjepan Dr "islav, quien estuvo en el poder con el título de
rey de Croacia y Dalmacia. Restituyó en parte las fronteras del reino de Tomislav. Recuperó Bosnia y
estableció buenas relaciones con las ciudades y Bizancio. Fue su aliado contra el zar búlgaro Simeón.

El destello del naciente estado croata se extingue muy pronto y, en general, no tenemos sino vagas noticias
sobre los sucesores de Tomislav. Esto nos hace pensar que el estado croata no era lo suficientemente fuerte
 para imponer su autoridad a la Dalmacia Bizantina. Esta se encontraba desamparada y como suspendida en
el vacío. Así, después de una nueva revolución en Constantinopla, que llevó al poder a Nicéforo II, la
vuelta de la villas dálmatas a la estricta obediencia bizantina fue un hecho natural. La Dalmacia Bizantina

 
 

se separó de los príncipes sudeslavos, sin cesar de pagarles el tributo anual. Un documento, citado por los
analistas de Dubrovnik del año 980, contiene el recuerdo confuso de esta vuelta de las ciudades a la
sujeción bizantina. En ese documento los títulos del emperador de Constantinopla César III (sic) son:
“servidor de Dios de raza romana, amigo de los buenos amigos cristianos, emperador del Imperio de
Constantinopla, de Anatolia, de Serbia, de Brussa, de Albania, de Georgia, de Armenia, de Persia, de
Amasia, de Latinia, de Rumania, de Bulgaria, de Slavinia hasta el Drava y el Sava y mas allá del Danubio
hasta el círculo de la Tramontana.” Este documento fue probablemente fabricado en el siglo XIV cuando
Dubrovnik, entregado a la tutela veneciana por la intervención del rey Luis de Hungría, tenía todo el interés
de suprimir hasta las últimas trazas de una sujeción a la República de San Marcos. Pero lo que es curioso,
es la fecha asignada al documento por los analistas de Dubrovnik. es el año o cercano al que las ciudades
de Dalmacia restablecieron las relaciones con Bizancio, las que habían sido descuidadas bajo Tomislav.

Constantino VII Porfirogéneto consignó, en su obra  De administrando Imperio  entre el 948 y 952, un
cuadro bastante exacto de los territorios sudeslavos balcánicos y una descripción del Tema de Dalmacia.
Este inventario imperial es todo lo que poseemos sobre la Dalmacia para la Alta Edad Media. Es como un
adiós del Imperio a la playa adriática, a pesar de las reacciones de Constantinopla y de la tenacidad de la
 pertenencia política de la tierra dálmata al Imperio, Venecia ya había puesto su mira sobre este litoral.

Venecia frente a Croacia


Durante el dogado de Pedro Candiano III (942-959), los neretvanos raptaron las novias de una ceremonia
nupcial en la iglesia San Pedro en Castello. (944?). Cuatro años después, el Dogo se había visto obligado a
ir a combatir a los sudeslavos. Esta expedición fue, una vez más, un descalabro para los venecianos. Por
dos veces fue derrotada la flota veneciana por los neretvanos (948). Tuvieron que pactar con el enemigo y
 posiblemente aumentar el tributo. Venecia disponía de una poderosa flota. Sin embargo, a partir del siglo
X, construyó nuevos navíos comerciales armados y grandes galeras, estrechas, rápidas y sin velas. Hacia
fines del siglo X, la marina veneciana estaba completamente lista. Sobrepasó a la bizantina, pero
aparecieron flotas de otras ciudades comerciales que se convertirán en temibles rivales. Dispondrá de una
flota lo suficientemente poderosa para emprender expediciones que le darán la hegemonía comercial en el
Oriente. El pivote de esta política fue Dalmacia.

En el 996, el Dogo Pedro II Orseolo (991-1008), prohibió a los navíos venecianos pagar tributo a los
sudeslavos de Dalmacia. Como éstos protestaron y ejercieron represalias contra los venecianos, el Dogo
envío seis unidades navales, bajo el mando de Badoer Bragadin, a las aguas dálmatas. Bragadin se apoderó
de Pag y de la antigua isla de Vis, centinela avanzada de Zadar. Los venecianos tomaron un enorme
número de prisioneros, hombres y mujeres, que vendieron como esclavos, lo que contribuyó bastante para
ahondar el abismo entre ellos y los sudeslavos. En Venecia se murmuraba contra el Dogo. Se temía que sus
conquistas no pasasen a ser un medio de engrandecimiento del patrimonio personal de los Orseolos. Pero la
expedición de Bragadin sirvió sólo para comprobar que era necesario terminar de una vez para siempre con
el peligro sudeslavo. Orseolo se preparó para dar un gran golpe. Previamente era necesario sondear la
disposición de la corte de Constantinopla, soberana de Dalmacia, como también las del Emperador
Romano Germánico. No se podía emprender una expedición en Dalmacia sin asegurarse el asentimiento de
los dueños legítimos del país, ya que sin ello significaba la guerra. Orseolo se cuidaba de no entrar en una
lucha abierta con un emperador bizantino enérgico y guerrero de la envergadura de Basilio II.

El pretexto para organizar una expedición armada a Dalmacia, se ofreció por si solo. Una misión sudeslava
se encontraba en Venecia para exigir el pago del "tributo eslavo". Después del episodio sangriento de Pag,
esta misión tenía el aire de una provocación. El Dogo la tomó por tal. Su altivo rechazo lo hizo en forma
clásica, sacada de la historia de Roma: " Yo rehuso - respondió a los embajadores sudeslavos - de
entregaros el tributo. Si Dios me da vida, yo iré veros y me eximiré de la obligación en persona".

BÚLGAROS INVADEN DALMACIA


Hacia el 997, muere el rey croata Stjepan Drxislav. Lo sucede su hijo y cogobernante Svetoslav (997-
1000), pero sus hermanos Kre#imir y Gojslav le disputaron la herencia y la corona del reino. Se formaron
dos partidos. Unos reconocieron a Svetoslav, el mayor de la familia, los otros a Kre#imir III (1000-1035) y
Gojslav (1000-1020). La ley de la partición estaba en rigor entre los croatas al igual que entre los francos.

 
 

Los tres podían por lo tanto pretender a una parte del reino que gobernó su padre. Así que estalló la guerra
civil. Svetoslav fue derrotado y buscó refugio en alguna ciudad del litoral que aún se mantenía aliada a él.

Las comunas dálmatas estaban interesadas en mantener la paz e integridad de su periferia, con sus vecinos
croatas. Tomaron partido e hicieron causa común con Kre#imir y Gojslav, lo que provocó represalias por
 parte de los partidarios de Svetoslav. Este último se alió con los neretvanos y amenazó a las ciudades. Los
 partidarios de Svetoslav se habían apoderado de 40 ciudadanos de Zadar y el Gran Consejo de esta
comuna, desesperado, envió un urgente llamado de ayuda al dogo Pedro Orseolo poniéndose bajo su
 protección (998). Otras ciudades hicieron lo mismo. Bizancio no podía hacer nada por ellas. El emperador
Basilio II estaba muy comprometido en su guerra con los búlgaros.

El imperio búlgaro de Samuel (976-1014), con centro en Ohrid, abarcaba Serbia, Eslavonia Oriental y todo
el litoral Adriático al sur del Cetina. O sea, había conquistado Doclea (Zeta), Travunja, Hum y Pagania.
Con ello se convirtió en un vecino peligroso de Croacia (986-989).

Esperando, Dalmacia tuvo que sufrir una vez más todos los horrores de las invasiones bárbaras. La nueva
tormenta vino de Bulgaria (998). El zar búlgaro Samuel, se lanzó impetuosamente sobre Dalmacia para
apoyar a Svetoslav. Se apoderó de Durrës y de todo el litoral albanés. Sitió Boka Kotorska, Dubrovnik,
Split, Trogir y Zadar. Los muros de las villas dálmatas resistieron victoriosamente al invasor. Pero se
vengó destruyendo e incendiando a sangre y fuego todo el territorio dálmata extra muros.  El autor
anónimo, el Pope de Doclea (autor anónimo del siglo XII), relata con espanto la invasión búlgara:

“Después de haber juntado un ejército, Samuel sitió largamente Ulcinj, pero no pudo tomarlo. En su cólera,
empezó a destruirlo, incendiar y saquear toda la Dalmacia. Incendio Boka Kotorska y Dubrovnik y arrasó
la provincia de tal manera que parecía que la tierra estaba ausente de habitantes. El emperador atravesó así
Dalmacia y asoló todas regiones marítimas y terrestres hasta Zadar. Después de esto vía Bosnia y Serbia
volvió a su país.”

El empuje del zar búlgaro se quebró en Zadar. Fue rechazado por los habitantes de la capital. Asoló
Dalmacia y sitió Zadar, sin poder conquistar esos territorios, lo que indica que el rey croata tenía sus
 propias fuerzas, además del apoyo que le otorgaba Bizancio y Venecia. Las noticias que venían de
Macedonia y Bulgaria, obligaron al zar búlgaro a levantar el sitio. Volvió al teatro más vasto y más
 peligroso para el Imperio de Oriente. Basilio lo derrotó y recibió el sobrenombre de Bulgaroctonos
(Matador de búlgaros). Le envió a Samuel quince mil prisioneros a los cuales les había mandado sacar los
ojos. Samuel perdió el conocimiento al verlos y al día subsiguiente murió.

Desde que Dalmacia fue liberada de búlgaros, Madius, prior de Zadar y procónsul imperial, pariente de
Stjepan Dr "islav, se dedicó a acercar de nuevo a los sudeslavos y Bizancio. Basilio II le encargó a Stjepan
Drxislav la protección de las villas y de las islas dálmatas. Es pues a los gobernantes croatas, por la
intervención de un patricio dálmata, que se les encomendó esta misión, y no a los dogos de Venecia, a
 pesar de ser ellos vasallos nominales del Imperio. Para fortalecer estos lazos, el Imperio le entregó además
la administración de las ciudades e islas que estaban bajo su soberanía. y, al mismo tiempo, el título de
 patricio imperial y las funciones de eparca, es decir de gobernador imperial de las ciudades de Dalmacia. Si
fuésemos a creer a al archidiácono Toma de Split, el emperador también le había enviado el título y los
símbolos reales: la corona, el cetro, el manto, la manzana de oro y la espada. Stjepan se habría hecho
coronar en Biograd. De acuerdo a la misma fuente, Stjepan habría tomado el título pomposo de  Rex
 Dalmatiae et Croatiae (Rey de Dalmacia y Croacia, circa 988). Sería el primer gobernante croata coronado
como rey de Croacia y Dalmacia.

Como sea, asistimos al acontecimiento de un joven pueblo eslavo que se aplica en tener un estado sobre la
orilla oriental del Adriático. El nombre prestigioso de Dalmacia, unido a la de un joven y borroso
 principado croata, frente al peligro veneciano, es casi una revolución.

En los confines entre el Sava y el Danubio, Bizancio creó el Tema de Sirmium. Restauró los Temas de
Dürres y Dalmacia, pero este último quedó separado de la vecina región de Dubrovnik, que fue convertida

 
 

en un tema independiente con obligaciones especiales con respecto a los principados sudeslavos vecinos.
Se encuentra entonces que vastos territorios habitados por sudeslavos se hallaban ahora bajo el poder
directo de los bizantinos, mientras que otros, como Croacia, Bosnia, Serbia, Doclea, Hum y Tribunia,
reconocían la "soberanía" del Imperio. Quedó clara la diferencia entre regiones bajo la directa autoridad
 bizantina y la regiones "vasallas" de Bizancio.

Basilio II reorganizó también la Iglesia de los países conquistados: abolió el antiguo patriarcado y, en su
lugar, constituyó el arzobispado autocéfalo de Bulgaria con sede en Ohrid. Aquí se refugiaron los
discípulos de Cirilo y Metodio. Cultivarán el eslavón e inventarán un nuevo alfabeto eslavo para los
 búlgaros, que se conocerá como el cirílico.

VENECIANOS PONEN PIE EN DALMACIA


Pedro II Orseolo aprovechó la guerra civil y sus buenas relaciones con Bizancio y el Sacro Imperio, para
 poner en marcha su plan, concebido y alimentado desde su advenimiento al trono ducal, de establecer un
 protectorado sobre la Dalmacia y dar un golpe definitivo a la piratería sudeslava. En el otoño del 998,
envió a su hijo Juan a Constantinopla. El Dogo solicitaba al emperador la autorización para castigar a los
 piratas neretvanos de las islas meridionales de Dalmacia, Lastovo y Kor %ula, y la entrega, para su
administración y protección, de las ciudades e islas dálmatas comprometidas en la guerra civil. El
emperador accedió a su petición. Al mismo tiempo, Juan pidió la mano de una nieta del emperador y se la
concedieron. El derecho público - de tanta importancia en la Edad Media - estaba reglado y los derechos
soberanos de Bizancio salvaguardados.

Ante la falta de protección de Bizancio, las comunas dálmatas emprendieron una gestión colectiva ante el
Dogo (otoño del 999). Lo invitaban a garantizar la paz y la seguridad de navegación en el Adriático y de su
orilla oriental. Aunque esto no llevaba a una real posesión de soberanía, resultaba un reconocimiento de la
 jurisdicción moral. Le pedían el envío de una gran expedición militar para poner término a los ultrajes
sudeslavos. El Emperador del Sacro Imperio, Oton III (983-1002), que también reclamaba sus derechos
sobre Dalmacia, en virtud de la célebre división del 395, se apresuró en autorizar a su amigo entrar en
Dalmacia. El Dogo tenía las manos libres. Los adversarios venecianos de Orseolo, oponiéndose a su
expedición, fueron acusados de ser enemigos de la grandeza de la patria.

En la tormenta adriática, Svetoslav desapareció y lo sucedieron sus hermanos Kre#imir II y Gojslav. Sus
relaciones con el Dogo no dejaron al comienzo nada que desear. Para afirmar aún más su ascendiente sobre
los sudeslavos, Orseolo entregó la mano de su hija Hicela a Stjepan, hijo de Svetoslav, que había sido
educado como rehén en la corte del Dogo (1008). Por otra parte el hijo mayor del Dogo, Oton se casó en
1011 con la hermana del rey de Hungría, Esteban I el Santo. Este doble matrimonio hizo a Oton cuñado del
 príncipe croata Svetoslav y a la princesa veneciana cuñada de la hermana del rey de Hungría. Un segundo
hijo lo hizo con una sobrina de Basilio II. Así se establecieron los lazos familiares entre las casas reales
croatas, húngaras y bizantinas.

La partida del Dogo se fijó para el día de la Ascensión del Señor (9 de mayo) del año 1000. Istria, lo
reconoció en su doble calidad: protector del Patriarcado de Grado y soberano laico. Su primera etapa fue la
villa episcopal de Osor, en la isla de Cres, donde celebró la fiesta de Pentecostés (19 de Mayo) y Lo#inj.
Era el gobernador de la dos islas bizantinas. La población aclamó al Dogo, le rindió homenaje y entonó los
tradicionales laudes. 

El martes de Pentecostés, el Dogo llegó hasta los muros de Zadar. En esta villa se desarrolló una escena
sorprendente. El obispo y prior acompañado de un numeroso séquito, saludó en las puertas de la villa al
Dogo y todos le rindieron homenaje. En Zadar también estaban los obispos de las islas de Rab y Krk. La
Asamblea rogó al Dogo tomar la Dalmacia bajo su protección. Era curioso ver a todos estos prelados
concurrir en fila a presentar su respeto al Dogo de Venecia, aunque siguieran - a pesar que su unión
dogmática fuera con Roma - las reglas de la Iglesia Oriental: se casaban, llevaban barba y la vida fácil de
los simples príncipes laicos. Pero el acto de homenaje del alto clero dálmata al Dogo implicaba a su vez un
homenaje al Basileus. Venecia y Dalmacia eran ambas todavía bizantinas. La expedición de Orseolo reveló

 
 

que los obispos eran todavía los principales personajes de las comunas. En todas partes los obispos
hablaban en nombre de los ciudadanos.

En Zadar, enviados Svetoslav se presentaron al Dogo con pacíficas declaraciones, pero no fueron recibidos.
El Dogo discutió con los líderes dálmatas la mejor manera de atacar al Rey. Después de una estada de una
semana en la capital de la Tema bizantina, el veneciano prosiguió su triunfal marcha. Todos se inclinaban
ante esta flota que había quebrado las fuerzas navales croatas y navegaba sobre el Adriático como la única
realidad concreta y que portaba los colores bizantinos, rojo y oro, pero con un león veneciano. Biograd,
villa croata donde se coronaban a veces los reyes, prestó homenaje al Dogo. La villa era partidaria de
Kre#imir contra Svetoslav. &ibenik no existía todavía. Trogir se apresuró a recibir al Dogo como el amo. Es
en Trogir donde tuvo lugar la entrevista de Kre#imir que había venido a pedir ayuda y protección al Dogo
en contra de su hermano. Suscitar o mantener las rivalidades entre los croatas sería un medio clásico para
mantener la supremacía veneciana. Orseolo prometió al príncipe todo su apoyo a cambio del
reconocimiento de la soberanía veneciana sobre las ciudades e islas. El hijo de éste, Stjepan, muchacho de
doce años, fue embarcado en la flota veneciana como rehén y el Dogo se hizo a la vela hacia Split. La
misma acogida, las mismas ceremonias, el arzobispo concurriendo con su clero y una masa de ciudadanos
 para asegurar al Dogo su fidelidad. Misas solemnes, sermones, recepción de una diputación de los terribles
 piratas neretvanos, que venían a reclamar los prisioneros que tenían los venecianos a cambio de lo cual
renunciaban al "tributo eslavo" y prometían que nunca más molestarían sus navíos. El Dogo liberó a una
 parte y el resto quedó como rehén. Pero no todos los neretvanos sufrieron el embrujo veneciano. Se
hicieron fuertes en las islas de Kor %ula y Lastovo y desafiaron a los venecianos. Orseolo tuvo que
desalojarlos manu militari. 

Los astutos habitantes de Dubrovnik, que vivían siempre al margen de Dalmacia, al oír sobre esta última
victoria del Dogo, se inclinaron a su turno ante esta nueva potencia adriática. Su obispo se puso en marcha.
Desembarcó en la pequeña isla de San Máximo, al saber que el Dogo no iría a Dubrovnik. Con una
diputación de ciudadanos, el prelado, en nombre de la villa, la más obstinadamente bizantina del litoral,
 prestó juramento de lealtad al Dogo. Esta fue la última etapa de este paseo naval. Orseolo no sobrepasó la
desembocadura del Neretva. Después de haber visitado una vez más a sus nuevos protegidos, volvió
triunfalmente a Venecia, a mediados de Junio. Le bastó un mes para llevar a cabo con todo éxito su tarea.
Orseolo tomó el título de duque de Dalmacia ( dux Dalmatiae). El Dogo se llamaría de aquí en adelante 
 Dux Venetiarum atque Dalmatiae  (Duque de Venecia y además de Dalmacia). Si bien la autorización de
entrar en Dalmacia le fue otorgada en Constantinopla, el reconocimiento visible de la protección ofrecida a
las comunas dálmatas le fue concedida por Enrique II (1002-1024), emperador del Sacro Imperio, en virtud
del Tratado del 16 de noviembre de 1002. Ahora se iniciaría la larga lucha entre Venecia y Croacia, por la
 posesión de Dalmacia. Por primera vez, desde la época romana, el término de Dalmacia se extendió más
allá del Cetina.

Así terminó la expedición cuya trascendencia histórica fue enorme. Venecia hizo su primera adquisición
territorial y marítima. Los primeros efectos en la vida de las comunas fue escasamente percibido. Los
cambios más importantes fueron el reemplazo del procónsul bizantino de Dalmacia por el prior de Zadar y
el título de  Dux Dalmatiae que se abrogó el Dogo. Las otras potencias comprendieron inmediatamente la
importancia de lo sucedido. Todos cantaban loas al victorioso Dogo. Sin embargo Pietro Orseolo no quiso
llevar muy lejos su triunfo. Se dio cuenta que no podía reemplazar completamente al Imperio de Oriente.
Repuso el orden y la dinastía en Croacia, pero estableciendo la soberanía de Venecia sobre la Tema de
Dalmacia.

De acuerdo a una antigua crónica veneciana, Dalmacia pasó a ser una provincia de la República de San
Marcos y fueron enviados  praefecti   a Split, Trogir, &ibenik, Biograd, Zadar y Kor %ula. Esta crónica es
apócrifa. Sólo pretendía documentar, en el siglo XIV, que Venecia ejercía soberanía sobre Dalmacia desde
el siglo XI, ya que &ibenik, todavía no había sido fundada en el año 1000. La expedición de Orseolo en
verdad no era más que un brillante episodio. Sin embargo, para conmemorar este episodio se instituyó la
fiesta del Sposalizio del Mare  (Esponsales del Mar). El día de la Ascensión, el Dogo se dirigía con gran
 pompa a San Nicolás del Lido donde el obispo de Castello (Olivolo) bendecía un anillo nupcial que
entregaba al Dogo. El jefe del estado se dirigía en el Bucintoro, navío de origen bizantino, todo trabajado

 
 

en oro, finamente esculpido y decorado, y después de asistir a una misa dicha por el arzobispo de Split
(después del 1420), lanzaba el anillo al mar, pronunciando las palabras sacramentales: " Desponso te, mare,
in signum verae perpetuae que potestatis." (Yo te desposo, ¡oh mar!, en señal de la verdadera y perpetua
 potestad.) El último Bucintoro fue incendiado por la multitud revolucionaria en 1796, a la caída de la
República de Venecia.

El siglo XI se abrió con la expedición triunfal del dogo Pedro II Orseolo a Dalmacia. El emperador Oton
III le envió felicitaciones por haber "conquistado" Dalmacia. La expedición a Dalmacia era la primera
manifestación imperialista veneciana. Venecia se encaminaba a su gran destino, vacilante todavía entre la
forma monárquica hereditaria de gobierno y la forma electiva aristocrática. En la villa mística de San
Marcos los Orseolos se proyectan con un brillo incomparable. Se aprestaban a resolver el problema
adriático implantando su hegemonía.

Sin embargo, no se debe pensar que la expedición resolvió los conflictos. Numerosos problemas de ajuste
continuarán perturbando la vida política de Dalmacia hasta la Primera Guerra Mundial. Los asuntos
sudeslavos, no se podían considerar cerrados. Además Bizancio, que ahora se enfrentaba a una nueva
realidad, tratará por todos los medios recobrar su perdida posición.

 
 

LIBRO CUARTO
HASTA EL ESTABLECIMIENTO DE LOS VENECIANOS

 
 

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO CUARTO


El Libro Cuarto de la Breve Historia de Dalmacia termina justo el 9 de Julio de 1409, momento en el que
Dalmacia es comprada por Venecia a Ladislao de Nápoles en el vil precio de cien mil ducados. Corresponde
al Capítulo X de la obra, intitulado "Entre el Rey y el Dogo". Su encabezamiento refleja el acontecer trágico a
que estará expuesta Dalmacia en ese período.

El período se caracteriza, principalmente, por las presiones ejercidas sobre Dalmacia, reducida a algunas
ciudades del litoral oriental adriático e islas adyacentes, primero por tribus eslavas dispersas; segundo por los
 barones y reyes croatas que estructuraron esas tribus en el Reino de Croacia; tercero por los reyes
croatahúngaros del Reino de Hungría; cuarto por los dogos de la República de Venecia; quinto por los reyes
normandos del Sur de Italia; sexto por los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico; séptimo por el
Imperio Búlgaro; octavo por el Reino de Bosnia y sin olvidar la permanente presencia de la Santa Sede de
Roma y del desfalleciente Imperio Bizantino. En la época tratada, ya aparecen las primeras huestes del
Imperio Otomano. ¡Cuántas aves de presa para un territorio tan pequeño como era Dalmacia!

En esta misma época, por la enérgica intervención en los asuntos dálmatas del papa Gregorio VII,
Dalmacia quedó para siempre ligada a Roma y al mundo Occidental. Bizancio quedó sólo en el recuerdo.

Isla Negra, Abril 1998

 
 

 
 

CAPÍTULO X
ENTRE EL REY Y EL DOGO
CROATAS CONQUISTAN DALMACIA
Los acontecimientos que siguieron a la expedición de Pedro Orseolo (991-1008) justifican plenamente
considerar precaria su "conquista" de Dalmacia. Venecia se separó o, más bien, se emancipó de Bizancio. Le
arrancó numerosos privilegios comerciales y firmó un ventajoso tratado con el Imperio a cambio de la
defensa de sus posesiones en Italia meridional.

Durante el dogado de Ottone Orseolo (1008-1026), hijo y sucesor de Pedro Orseolo, el rey croata Kre#imir III
(1000-1035) aprovechando las turbulencias en Venecia, asedió y conquistó algunas villas dálmatas. También
extendió su autoridad a la Región del Neretva. A raíz de esto, en el 1018, el Dogo partió con una flota a
enfrentarse a Kre#imir. Lo venció y recuperó las ciudades ocupadas. A partir de entonces, tanto las ciudades
como las islas, pagarían un tributo anual a Venecia. Desde ahora se observará que Dalmacia cambiará
continuamente su dependencia política. Dalmacia con sus buenos puertos y con una economía urbana
desarrollada, era igualmente valiosa tanto para los croatas como para los venecianos.

Por esos años el emperador bizantino Basilio II (976-1025) invadió Croacia. Los hermanos Kre#imir y
Gojslav al no poderle hacer frente, reconocieron su autoridad y se declararon pérfidamente sus vasallos. Se
sometieron al representante del Basileus. El emperador, que por ningún motivo quería renunciar a Dalmacia,
otorgó a Croacia bastante autonomía. Envió a Kre#imir y a Gojslav presentes y los distinguió como patricios
(fines del 1018). Un año antes de su muerte, se dedicó a reconquistar los regiones serbias que perdió durante
las incursiones búlgaras. El Pope de Doclea, menciona en su Ljetopis (Crónica) que el Emperador restableció
su autoridad en Doclea, Travunia, Hum y Serbia. Dalmacia, con sus regiones del litoral y territorios del
interior, estaba englobada en esta operación imperial. El emperador Basilio II murió en Constantinopla. Su
deceso abrió un período de disturbios en el Bósforo. Con sus primeros sucesores, se empezó a manifestar, en
el interior de la península balcánica, el descontento de las poblaciones provocado, principalmente, por la
abusiva política impositiva del gobierno central y de la administración local.

Después de la expedición del dogo Ottone Orseolo, los obispos de las islas septentrionales (Rab, Krk y Cres),
se apresuraron a renovar el juramento de lealtad al Dogo, lo que hace pensar que desempeñaron un papel
antiveneciano durante las incursiones croatas. Las ciudades en esa época no tenían ninguna razón para
quejarse de Venecia. Gozaban de plena autonomía; su única obligación era pagar un tributo anual por la libre
navegación. Se conoce el monto del tributo de las islas de Rab, Krk y Cres, pero no el de las grandes comunas
dálmatas. Tributo marítimo evidente, lo que dejaba intacta la soberanía de Bizancio. Estos derechos eran
vagos bajo el reinado de Basilio II y eran establecidos arbitrariamente por la autoridad imperial local. Venecia
se aprovechó de su fuerza naval y su posición geográfica para sobrepasar los límites de la política adriática
orseolina. Asumió la administración de Dalmacia y puso sus navíos al servicio del emperador bizantino.

El Reino de Croacia, con una vasta extensión territorial y sin fronteras bien definidas, privado de
comunicaciones fáciles y de medios necesarios para su desarrollo, estaba empeñado en crear un pequeño
imperio marítimo, sin poder jamás alcanzarlo. Las villas persistían en su devoción al Imperio Bizantino, pero
 pedían seguridad. Su representante era el único que se las podía garantizar. Se las dio, pero muy limitada a
causa de la debilidad del poder central. Venecia estaba mejor equipada para ejercer la policía marítima. Su
 jurisdicción se incrementaba a despecho de las expediciones bizantinas. Los pagos anuales de las comunas
dálmatas a la República de San Marcos, eran el testimonio elocuente de la realidad.

En el 1026, los Orseolos sucumbieron a una revuelta general del patriciado veneciano que no quiso tolerar
más las pretensiones monárquicas de esta cuasi dinastía. Se impuso el principio colectivo y electivo. La
familia fue expulsada de Venecia. Unos se refugiaron en Bizancio y otros en la corte de Budapest. Ottone
tuvo que dejar el trono ducal y se refugió en Constantinopla, quedando bajo la protección del emperador
Romano III.

 
 

En estas circunstancias Kre#imir III trató de nuevo conquistar las ciudades y villas dálmatas. Los intentos de
Kre#imir por apoderarse de Dalmacia, terminaron esta vez en un enfrentamiento con el Delegado Imperial del
Basileus, quien se lo impidió derrotándolo. Los bizantinos recuperaron las ciudades dálmatas. Como
consecuencia de ello el Imperio repuso su administración directa en Dalmacia. A su cabeza quedó el prior de
Zadar con el título de procónsul o estratega. Reinstalaron a los Madii, en Zadar, como gobernadores
hereditarios por cuenta del Imperio Bizantino. Las viejas familias patricias volvieron al poder. Esto era un
seguro indicador que Bizancio había restaurado la integridad del Tema y la dignidad del gobernador. Al
mismo tiempo, entre 1032 y 1035, la poderosa flota de Dubrovnik tomaba parte junto a la del Imperio en las
victoriosas operaciones navales contra los árabes en el mar Jónico.

Durante diez años el capitán Boioannes (1018-1028), gobernador de los Temas de Italia y de Calabria, con su
indomable energía, tomó en serio su papel de guardián bizantino de la libertad de navegación en el Adriático
y lo convirtió una vez más en un mar imperial. Hizo de Durrës una fortaleza de primer orden. En 1024
desembarcó en Salona, cumpliendo órdenes imperiales. Secuestró y llevó a Bari al prior de Split Cosme, junto
a su mujer e hijo y los envió como rehenes a Constantinopla. Todo intento de conquista sobre el litoral
dálmata de parte del rey croata quedó paralizado. No pudiendo hacer nada, la joven realeza croata debía
tolerar todo y buscar un arreglo con Venecia.

Mientras las ciudades e islas dálmatas estaban directamente bajo la jurisdicción bizantina, cuya autoridad
también reconocía Croacia, no se planteaba el problema de la dependencia de las iglesias y sus obispos. Pero
cuando estas ciudades, a partir del año 1000 y sobre todo del 1018, quedaron sometidas a Venecia, enemiga
de los croatas, se planteó el problema de la dependencia eclesiástica de dichos obispos. Este conflicto
desapareció en el año 1024 cuando las ciudades e islas volvieron a Bizancio. La situación se calmó. Los
croatas obtuvieron su propio obispo, con el título de "Obispo real" ( Episcopus regni), residente en la corte real
croata. Entre 1042 hasta 1090 se conocen nueve "Obispos croatas" ( Episcopus chroatensis)

En el 1027, el rey de Hungría Esteban I (997-1038), se aprovechó de la dificultades políticas existentes en


Croacia, la invadió cruzando el Drava. Conquistó territorios vecinos a Hungría y los separó de Croacia, pero
no los anexó a su reino. Creó una región croata autónoma denominada Ducado de Eslavonia (Panonia
Croata), que se la adjudicó a Stjepan, hijo de Svetoslav, para su administración. Así, el reino de Croacia
quedó disgregado en tres partes: Eslavonia (Hungría), Dalmacia (Bizancio) y Croacia propiamente tal,
reducida a los territorios al sur de la montaña de Petrova Gora, gobernada por Kre#imir III.

A partir de esta época los sucesos en Dalmacia seguían el ritmo de los de Constantinopla. Ni la vecina
Hungría ni el Sacro Imperio Romano Germánico, ejercían mayor influencia sobre los destinos del país. Pero
Venecia si, aunque también sufría las repercusiones de los sucesos de Bizancio. Sin embargo, Bizancio no
 podía ni quería renunciar al territorio occidental de su manto imperial, que le daba todavía la ilusión de un
 poderío ya desvanecido. Así, se asiste a un flujo y reflujo incansable en la disputa por la posesión de la costa
oriental del Adriático, terraza occidental de los Balcanes, entre las potencias antes mencionadas.

A Kre#imir III lo sucedió en 1035 su hijo Stjepan I de Croacia (1035-1058). Veinte años después de los
éxitos de Boioannes, la potencia bizantina estaba gravemente amenazada en el Adriático. Los croatas se
aprovecharon y llamaron en su ayuda a los húngaros, ya que muy débiles no podían apoderarse solos de las
villas bizantinas del litoral. Se observa que prosiguió la política de conquistar ciudades e islas dálmatas. Se
apoderó de Zadar por sorpresa, fuertemente ayudado por el rey de Hungría Pedro (1038-1046), apodado el
Veneciano, por ser hijo del dogo Ottone Orseolo y de la hermana del rey Esteban de Hungría. Así, los
húngaros por primera vez en la historia atravesaron los Montes Dináricos y llegaron a Dalmacia (1038).
Obligaron a Split y Trogir a reconocer a los croatas como sus señores. El problema de las ciudades bizantinas,
fue el principal problema del rey croata Stjepan I. Mandó, entonces, emisarios a Bizancio para tratar el asunto,
 pero allí fueron encarcelados y, a su vez, enviaron una flota a Dalmacia para reponer la autoridad del
emperador. Pronto, entre los años 1038 y 1041, Bizancio retomó Zadar por corto tiempo. Stjepan logró
apaciguar a Bizancio. Al normalizarse las relaciones, el Emperador le encargó la protección de las ciudades, a
excepción de Zadar que quedó bajo la autoridad del dogo Dominico Contarini, desde el 1050 hasta el 1066.
La empresa croatohúngara fracasó. En esta ocasión, también Pedro reclamó la Dalmacia en su calidad de
heredero de los Orseolos.

 
 

En el Reino de Croacia, un hijo de Stjepan I, sucedió a su padre con el nombre de Petar Kre#imir IV
(1058-1075). Era el mismo año en que el papa Nicolás II (1058-1061) subía al trono de San Pedro. Con este
Rey, que gobernó diecisiete años, Croacia salió del período de su gestación estatal. Trasladó su capital desde
Knin a Biograd y fundó &ibenik (1066). Los privilegios que otorgó al clero y a los barones, aceleró la
feudalización del Estado. Su reinado se afirmó con mayor énfasis en el occidente balcánico. Su fuerte
 personalidad se impuso en las pequeñas repúblicas aristocráticas del Adriático y aun en la misma Venecia.
Fue el gobernante croata más poderoso. Incorporó Dalmacia a su reino. Su frontera sur llegó al Neretva,
aunque la Región Neretvana mantuvo su autonomía. Estaba imbuido del espíritu occidental y latino.
Demasiado occidental y muy latino para el gusto de su pueblo. En su reinado, la penetración croata en las
villas dálmatas progresó a un ritmo acelerado. La simbiosis estaba en plena realización. Los elementos croata
y latino se mezclaban, cruzaban, combatían y toleraban mutuamente. Familias croatas estaban a la cabeza del
gobierno autónomo de algunas villas. Dalmacia se encontraba en plena transformación. Biograd, obtiene su
obispo y prior. En esta época se construyeron numerosos conventos de monjes y monjas y se elevaron
monumentales basílicas.

Sin embargo, políticamente, los reyes croatas se encontraban en la dura necesidad de limitarse a su territorio
frente a la fortaleza de la autonomía municipal de las ciudades dálmatas, municipios que no representaban
sino, más bien, enclaves extranjeros en una tierra ocupada casi exclusivamente por croatas. El territorio croata
se detenía, prácticamente, en los muros de las ciudades pertenecientes al mundo latinobizantino. Villas más
modestas, eran residencias de los príncipes croatas: Biograd y Nin cerca de Zadar, Klis y Bia$i, cerca de
Trogir, y más tarde &ibenik, entre Biograd y Trogir. Es extremadamente curioso ver a estos dos elementos de
la vida política del Adriático llevarse bien sin jamás fundirse en un solo conglomerado étnico y político.

Petar Kre#imir dedicó todas las fuerzas de su potente personalidad para borrar las diferencias entre lo eslavo,
 bizantino y latino. Obtuvo un éxito a medias. Aprovechó una cuestión de alta disciplina eclesiástica para
hacer avances en las comunas dálmatas. En la imposibilidad moral y material - se cuidaba muy bien de no
 provocar un conflicto armado con Constantinopla o con Venecia - de romper el círculo de piedra en el cual las
comunas se habían enquistado y sobretodo para eliminar el elemento veneciano, se puso astutamente del lado
del clero latino para hacer inevitable un pronunciamiento pro croata. No dudaba que al halagar a los latinos se
enajenaba las simpatías del pueblo croata.

Las ciudades e islas dálmatas estaban directamente bajo la administración imperial bizantina. En 1067 se
contemplaba un gobernador civil y militar (catepano) para toda la provincia de Dalmacia con la dignidad de
 principal portaespada imperial (protoespatario), el cual, conjuntamente con el prior de Zadar, gobernaría
Dalmacia. En 1069 el Emperador Romano IV, que en Asia estaba en guerra con los turcos y en el sur de Italia
con los normandos, encontró oportuno confiar a Petar Kre#imir, en su calidad de Rey de los croatas, el
 protectorado sobre las villas (Zadar, Trogir y Split) y las islas de Dalmacia (Krk, Osor y Rab), quedando el
catepano bajo su autoridad. Este acto, cuyo objetivo evidente era tranquilizar a la desgarrada provincia, estuvo
 precedido por una reunión de los obispos de Dalmacia con el Rey en &ibenik en 1066. En esta reunión el Rey
se abrió a los obispos. Les dio a conocer sus intenciones y recibió la seguridad de que ellos aceptaban
voluntariamente la protección del rey si el Basileus no tuviera inconvenientes. Todo sucedió de acuerdo a los
deseos del Rey, quizás también como resultado de una demostración de fuerza croata que tuvo lugar para
recordar a las ciudades su poder. El título de Rey de Dalmacia y Croacia tomó sentido en la unidad
administrativa y territorial. Es así como en una carta real fechada en Nin, donde residía en ese momento el
Rey, el catepano León, gobernador bizantino de Dalmacia, era testigo junto a los altos dignatarios de la corte
real croata.

Por lo demás, el estado del Imperio justificaba todas las audacias. En el exterior, el Imperio retrocedía en
todas partes. Las poblaciones, mal defendidas por un gobierno muy débil y por lo demás quebradas por los
impuestos, se separaban de Bizancio y, como en el Imperio Romano, terminaban por llamar a los "bárbaros".
La nueva administración bizantina ejercida por el rey croata no cambió, por supuesto, en nada el estado de las
villas. En los documentos se menciona al Emperador y al Rey croata raras veces. No existe un solo
documento real croata fechado en una de las villas políticamente bizantinas de Dalmacia. Jamás residió en
alguna de ellas. Se intitulaba Rey de Dalmacia y era feliz con vigilar el Adriático. Hay grandeza en la fórmula

 
 

 Nostrum Dalmaticum mare (Nuestro Mar Dálmata) que se encuentra en algunos documentos. Se vanagloriaba
de haber extendido sobre la tierra y el mar la frontera de su reino. ¿Resurrección inesperada del reino ilirio?
En efecto, bajo Petar Kre#imir, el estado croata volvió a ser unitario y poderoso. Comprendía todo el territorio
situado entre el Drava y el Adriático, entre el Ra#a y el Drina. Ello fue posible mediante las conversaciones
sostenidas con el ban Dmitar Zvonimir de Eslavonia. Dmitar obtuvo en cambio el status de cogobernante y
sucesor en el trono, ya que Stjepan II, que era el sucesor, entró a un convento benedictino. ¿Existieron
estipulaciones precisas entre las ciudades dálmatas y el Rey? Pobablemente sí, pero nadie lo sabe.

El protectorado croata sobre las ciudades no afectaba en absoluto su autonomía en la administración, la que
quedó intacta con su prior, consejo y obispo, y a las cuales el rey les aseguró respetar sus antiguos derechos,
 pero agregaba un sentimiento de seguridad en una época en que todo se ponía en dudas y cuando la conquista
era la fuente de toda legitimidad. La administración interior de cada ciudad o comuna, que se regía por sus
costumbres e instituciones, por sus estatutos, quedó en manos del Consejo Municipal elegido libremente por
sus ciudadanos. Las ciudades se comprometieron a pagar el "tributo por la paz" al igual que un porcentaje de
las entradas portuarias y, por último, ayudar con sus naves en caso de guerra. El protectorado aceleró la
 penetración del elemento sudeslavo en las ciudades y su croatización. El tributo de las ciudades bizantinas
sirvió para fortalecer las ciudades croatas de Biograd, Nin, Karin, Skradin y&ibenik.

Petar Kre#imir, fue protector, amigo y bienhechor de las comunas dálmatas, mas no le impuso su ley. Falleció
en 1075. Se dice que fue enterrado en el pórtico de la iglesia de San Esteban, a los pies del castillo fuerte de
Klis, cerca de Split. Nunca se ha podido encontrar su tumba.

El desarrollo de las ciudades y el engrandecimiento territorial de la Iglesia. aceleró la feudalización de la


sociedad croata que empezó a separarse en estratos de personas libres y no libres. Los xupanes, ahora
funcionarios públicos, por el momento eran cada vez más poderosos. En las aldeas iban desapareciendo los
campesinos libres. Por diversas circunstancias iban a engrosar el sector no libre. Mientras unos se
enriquecían otros se empobrecían. Así iban apareciendo los nuevos barones. Los propietarios de la tierra se
convertían en señores feudales. La vida en las ciudades se realizaba en torno al comercio, artesanado y
navegación.

LA IGLESIA DE ROMA
La historia de los dálmatas y croatas estuvo íntimamente ligada a tres papas: Nicolás II (1059-1061),
Alejandro II (1061-1073) y Gregorio VII (1073-1085), siendo este último el verdadero gran impulsor de la
reforma religiosa y sostenedor del principio del sometimiento del poder temporal al papado.

Los benedictinos
Desde el siglo X, junto a la antigua aristocracia nuevas clases sociales se desarrollaban en Dalmacia,. Existía
una masa de pequeños propietarios, comerciantes, marinos, sirvientes y esclavos. A medida que el tiempo
 pasaba, esta masa anónima llegó a ser robusta, mejoró su posición, se organizó y, poco a poco, pasó a
constituir un verdadera burguesía - numerosa, rica y poderosa - que deseaba participar en la vida y gobierno
de las comunas. La nobleza media y baja, que estaba excluida de la administración pública, se unió a ella y
tomó su liderazgo. Por cuanto la comuna, el episcopado, el ejército y la corte imperial le tenía las puertas
cerradas, la burguesía se orientó hacia un mundo que era diferente al que vivían y trabajaban y en el cual la
aristocracia monopolizaba el poder. Empezó a aborrecer el Imperio Bizantino - su burocracia, sus oficiales,
sus instituciones, su bandera y sus símbolos - y buscar ansiosamente una vida completamente diferente.

En el medio de estas aspiraciones, un suceso, que fue decisivo para la orientación de esta gente, tuvo lugar: la
fundación de la primera abadía benedictina en Dalmacia. A fines del siglo X, la iglesia de San Grisógono
(Sveti Kr  " evan) y su convento en Zadar, pasaron a ser propiedad de la orden benedictina.

Los monjes benedictinos, que se extendieron de Istria a Split, trajeron un nuevo espíritu a Dalmacia. Se
acercaron a las masas predicando un nuevo ideal. Hablaban y trabajaban por Roma, en nombre de Roma, de
una Iglesia en la cual Cristo era el rey generoso. Le entregaron a la naciente burguesía un ideal, un principio y

 
 

una razón de ser. Y, la burguesía y el pueblo obedeció. Restaurada la disciplina y autoridad de los Papas, los
neolatinos de Dalmacia volverían a Roma.

El impresionante crecimiento benedictino a partir del año 1000, confirmaba que su misión satisfacía los
 profundos ideales del pueblo. Existieron cerca de 30 abadías benedictinas desde Krk a Kotor. Cubrían todo el
territorio de Dalmacia, como una apretada malla. Regulaban su vida y sus actividades civiles y religiosas. Su
trabajo estaba totalmente orientado a restaurar las costumbres, pensamientos, lenguaje y liturgia en la más
 pura tradición romana. Con su enorme superioridad cultural, fueron los más formidables factores en restringir
y hacer frente a las influencias bizantinas, eslavas y germanas. Una vez conquistadas las masas, las alejaron
de las iglesias donde dominaban los bizantinos a través de los patricios y procónsules que no respetaban los
cánones de la Iglesia de Roma.

Todas estas actividades, llevaron a los benedictinos a un serio conflicto con la aristocracia probizantina. Pero
no fue todo esto. El restaurar el carácter romano de la Iglesia Dálmata, significó restaurar la esfera
 jurisdiccional de la Iglesia Salonitana, la supresión de las diócesis y parroquias instaladas ilegítimamente y
resolver la larga y espinosa disputa con el obispado de Nin. La restauración borró toda huella de los
misioneros de Carlomagno. Ahora, estas acciones los llevaron a enfrentarse también a la fracción nacional en
el Reino Croata.

Sin embargo, 50 años fueron suficientes para no sólo preparar a la población laica de las comunas dálmatas
 para una nueva concepción del poder de las instituciones políticas y cívicas, sino también al clero medio y
 bajo para efectuar una radical reforma eclesiástica.

Las reformas eclesiásticas


Los papas aplicaron todas sus fuerzas hacia el objetivo supremo de realizar una reforma en la Iglesia, cuyo
estado dejaba mucho que desear a comienzos del siglo XI. Gracias a la actividad prodigiosa de la abadía de
Cluny (Francia), la reforma monástica precedió e inspiró la reforma del clero secular. La simonía, el
matrimonio de los sacerdotes, la vida mundana y concubina de los presbíteros eran corrientes en la Iglesia
Dálmata. Los sacerdotes se casaban, llevaban barba y cabellera larga. Celebraban el servicio divino
generalmente en lengua eslava. A un lado y otro del Adriático, las costumbres de la Iglesia de Oriente habían
dejado profundas huellas en el clero romano. A mediados del siglo XI la reformada Santa Sede puso sus miras
en todos los territorios bizantinos que eran partes del Patriarcado Occidental y donde la herencia latina había
 permanecido casi intacta, como ser Dalmacia. El primer paso del reordenamiento de la situación religiosa en
suelo dálmata y el primer contacto después de unos 450 años, tuvo lugar en 1050.

Con la llegada al papado de León IX (1049-1054), empieza la "querella de las investiduras". El Papa se
decidió, con todas sus energías, estirpar el tráfico de las dignidades eclesiásticas. En los años 1050 envió al
cardenal Juan, como legado papal a Split. Reafirmó la jurisdicción de la Iglesia de Split sobre su rival de Nin.
Convocó un concilio con el propósito de tratar todos los problemas y reformas en Dalmacia, al igual como se
estaba haciendo en el resto de Europa. Fue depuesto el arzobispo probizantino de Split, Dabrale (1030-1050),
que tenía mujer legítima y muchos hijos, al igual que la mayoría del bajo clero, y colocó como arzobispo a
Ivan en su lugar. La defensa de Dabrale consistió en decir que seguía las costumbres de la Iglesia de Oriente.

A fines del papado de León IX, surgió un conflicto con el patriarca Miguel Cerulario (1054), especialmente
en lo relacionado a la enseñanza religiosa en Oriente y Occidente. El emperador Constantino IX deseaba un
acuerdo con Roma, pero Humberto, cardenal legado en Constantinopla, fue contrario a ello. Entonces el
Patriarca sintiéndose afectado prohibió a los delegados papales celebrar misa y, por tal razón, éstos volvieron
a Roma, lanzando anatemas contra el Patriarca y sus seguidores. Así se llegó a lo deseado desde hacía mucho
tiempo por Bizancio: reconocer al papa como jefe únicamente de la Iglesia de Occidente e impedirle toda
intervención en los asuntos de la Iglesia de Oriente. Desde entonces existirán dos iglesias, una occidental o
católica y otra oriental u ortodoxa, que mantendrán relaciones tensas y conflictivas. Avanzarán por caminos
separados, con intolerancias religiosas recíprocas. Cada una seguirá su propio destino. Esta separación
 precipitó el fin de la dominación bizantina en Italia y unció a Dalmacia definitivamente a Roma.

 
 

 Nicolás II quiso continuar con las reformas. Tenía como principal consejero al archidiácono Hildebrando, que
sería el futuro papa Gregorio VII. Convocó el concilio de Letrán (1059), que aprobó cánones muy estrictos,
entre otros, contra la simonía y el matrimonio de sacerdotes. Las resoluciones fueron enviadas a todos los
obispos y abades para que les dieran cumplimiento. A determinados personajes les envió legados personales.

En Dalmacia, como en todas partes de Europa, se formaron dos bandos, los partidarios y los adversarios de la
reforma eclesiástica. Por razones de ubicación geográfica, la oposición a los cambios en Dalmacia era mucho
más peligrosa que, por ejemplo, en Lombardia. Dalmacia, región balcánica, estaba abierta a todas las
infiltraciones. Elementos heréticos, sobretodo orientales se mezclaban allí a las tradiciones romanas. Las
 propias comunas estaban desconcertadas. Se veía heréticos nombrados en los principales puestos municipales.
Por poco en Dalmacia el poder pasa en manos de los no católicos. Lo impidió la inquebrantable fidelidad que
guardaba el episcopado dálmata a la Santa Sede. Era necesario prevenir. Existían otros problemas además de
los considerados en el sínodo de Letrán: el antagonismo entre la Iglesia Oriental y la Iglesia Occidental, que
después de 1054 estaba siempre presente, y la extensión y popularidad de la liturgia eslava o glagolítica que
las resoluciones de los sínodos de Split de los años 925 y 928 no lograron extirpar.

En Febrero de 1060, el papa Nicolás II, en conocimiento de la situación en Dalmacia y Croacia, envió como
legado a Dalmacia a Meinhard, para implementar allí y en Croacia las resoluciones del Concilio de Letrán e
imponer el orden. Hombre enérgico y ejecutivo, fue apoyado por la orden benedictina que, en ese entonces,
era todopoderosa en Dalmacia. Llegó a Biograd en Febrero de 1060 y visitó al rey Petar Kre#imir para
informarle de su misión. De allí siguió a Split, donde fue recibido por el anciano arzobispo Ivan. Convocó
otro sínodo en la Iglesia de San Doimo, con el objetivo de aplicar en Dalmacia y Croacia las reformas
aprobadas el año anterior en Letrán. A este Sínodo parece que asistió el rey Petar Kre#imir en persona.
Estuvieron todos los obispos y abades de Dalmacia. También laicos distinguidos, pero que sólo podían
contestar consultas. El sínodo lo presidió Meinhard. Primero leyó las resoluciones y a continuación se
tomaron acuerdos. Restableció la metrópoli salonitana. Suprimió el obispado de Nin. La liturgia eslava fue
condenada, sin que el Rey o alguien hiciese oposición alguna. Bajo pena de excomunión se prohibió el uso de
la barba y el matrimonio de los sacerdotes, celebrar misa en eslavo y ordenar sacerdotes sudeslavos que no
supieran latín. Sólo fue aprobada la misa en latín y en griego. Al mismo tiempo se comenzó una campaña
violenta contra el antiguo eslavo. Se identificaba a los sudeslavos con los godos, que eran arrianos, a la
escritura glagolítica (aunque no fue prohibida) con los caracteres rúnicos y al santo apóstol Metodio con el
hereje Arrio. Esto significó un fuerte golpe a la Iglesia nacional croata. Depuso a los obispos acusados de
simonía. Exigió una vida más pura a los sacerdotes y restauró el decoro de los ritos. Prohibió toda
interferencia laica en los asuntos eclesiásticos. Los obispos serían elegidos por los sacerdotes y el pueblo. Se
estableció el pago del diezmo y la entrega de primores. El Sínodo eligió un nuevo obispo para Split, Lorenzo
(1060-1099), en reemplazó del anciano Ivan, obispo que renunció voluntariamente. Igualmente nombró otros
obispos en Zadar y Trogir .

Terminado el Sínodo, Meinhard volvió a Roma para obtener la aprobación de los acuerdos por papa. Previo
examen realizado por la curia romana, las conclusiones fueron ratificadas por el papa Nicolás II y llevadas a
Dalmacia por el cardenal Juan. El legado del Papa arribó a Zadar en 1061, donde gobernaba un estratega
 bizantino. En Split impuso el palio al nuevo obispo Lorenzo. Allí tuvo la ocasión de escuchar quejas y críticas
a las conclusiones del Sínodo. Esto produjo la postergación de la aplicación de sus cánones más duros hasta
una nueva revisión por el Papa. Lo hizo su sucesor, el papa Alejandro II, quien mantuvo de consejero a
Hildebrando. El nuevo sínodo de Letrán (1063), ratificó todas las resoluciones anteriores, las que fueron
enviadas al Rey croata, obispos y abades dálmatas para su cumplimiento.

Su aplicación produjo un conflicto. La gran mayoría del bajo clero no sabía latín y estando casados se les
exigió separarse de sus familias. Las iglesias croatas se cerraron y se prohibió oficiar misa a sus sacerdotes.
Todo esto se hizo con la ayuda de la autoridad croata. Entre los laicos cundió el descontento por motivos
religiosos, la prohibición de contraer matrimonio entre parientes hasta el octavo grado, el establecimiento del
diezmo y la entrega de presentes al obispo y clero, todo lo cual no existía en la Iglesia Oriental. Es
comprensible, entonces, que se crease un estado de confusión e intranquilidad en la población, que reforzó la
formación de dos bandos: uno proreforma o latino y otro antireforma o croata. El choque entre ellos era

 
 

inevitable, al igual que en otras partes de Europa de aquel tiempo donde aparecieron los mismos bandos que
en Dalmacia y Croacia.

A este enfrentamiento de latinos contra croatas, o, más bien, del espíritu supranacional de la iglesia universal
contra la idea regional de una iglesia nacional croata, la adhesión del rey Petar Kre#imir a las decisiones del
reciente Sínodo de Split produjo una grave crisis en el joven reino croata. Decididamente éste se orientaba a
Roma. Se alejaba de otras entidades políticas sudeslavas de los Balcanes. Deshacía la obra penosamente
construida por el bajo clero, por el demos, contra las influencias de factores externos contrarios al alma eslava.
Petar Kre#imir sacrificó las posibilidades lejanas a las consideraciones puramente políticas, territoriales del
 presente. Deseaba estrechar sus lazos con las ciudades e islas. Pero ¿quién le podía presentar una queja? Esta
 política ¿no estaba en el espíritu del tiempo? Deseoso de apoderarse y gobernar la Dalmacia Bizantina, quiso
congraciarse con el episcopado católico, sin cuyo concurso era impensable llevar a buen término una empresa
largamente anhelada. Por ello, apoyó el partido latino reformista partidario del rito latino representado por los
miembros del alto clero y de la alta nobleza. Los prolatinos exigían que se empleara un único idioma en los
servicios religiosos y se estableciera la unidad doctrinal y administrativa bajo el manto de la Iglesia de Roma.
En el campo nacional, partidario del rito glagolítico, se alineó el pueblo, la pequeña nobleza y el bajo clero.

En esos años, la diócesis de Split se extendía hasta Zagreb y la influencia de la Iglesia Oriental era fuerte en
Dalmacia y contraria a todas las antedichas reformas. El descontento del pueblo contra el clero latino se
transformó en una campaña contra el Rey, al cual se le acusaba de haber sido, por su adhesión a las decisiones
del Concilio de Letrán, la causa del cierre de las iglesias croatas. "Todos los sacerdotes sudeslavos" relata
Toma de Split, archidiácono y cronista, (1201-1268), "están sumergidos en un profundo dolor. Todas sus
iglesias se cerraron. Cesó el uso del rito glagolítico."

La agitación contra las reformas fue encabezada por el sacerdote alemán Wolfang, que llegó a Croacia para
 pedir apoyo para el antipapa Honorio II apoyado por el Imperio Gérmanico en contra del papa Alejandro II.
El centro de su actividad estuvo en la isla Krk. Soldados imperiales y agitadores germanos fueron enviados a
Istria y Friul. Pedía también la restauración de la Iglesia autocéfala croata que existió anteriormente al 928. En
 breve, proponía revivir la política de Grgur de Nin y colocar la Iglesia croata directamente bajo la autoridad
 papal, completamente independiente del metropolitano Split, idea que era muy popular en Croacia por esos
días y que no estaba dirigida contra la Santa Sede. Wolfang, que seguramente era conocido en Croacia y en
Roma, se presentó ante el Papa, quien lo escuchó y manifestó que nada podía hacer sin la convocatoria a un
sínodo y la aprobación del Rey, pidiéndole actuar en consecuencia.

Por cuanto Wolfang y sus seguidores interpretaron que Roma no era intransigente, fueron de nuevo a
entrevistarse con el papa. Esta vez Wolfang se hizo acompañar por los sacerdotes Zdeda y Potjeha. Ahora el
Papa les pidió someterse a los cánones del Sínodo de Split de 1060 y les expresó que la organización de la
iglesia en Dalmacia y Croacia, establecida ya en el Sínodo de Split en 928, no se podía modificar. Recién
ahora Wolfang dio un paso decisivo. Al volver a Krk expulsó al obispo romano y en su lugar puso a Zdeda,
quien principió a ejercer de inmediato sus funciones de obispo glagolítico, o sea, como se hacía antes. Esto
sucedía en la segunda mitad de 1063.

Con todas las peticiones de los antirreformistas rechazadas se volvió a la violencia. Roma condenó el
movimiento y pronunció el anatema contra sus seguidores. Cuando la corte germana reconoció a Alejandro II,
 justo entonces se realizó un nuevo Sínodo en Split (comienzos de 1064), encabezado por el legado cardenal
Juan, el mismo que ya estuvo en Split en el 1050, que ratificó los cánones del de 1060 ya aprobados por el
 papa Alejandro II en 1063. El cabecilla de la oposición Wolfang y el obispo glagolítico Zdeda fueron
apresados por funcionarios de Petar Kre#imir y llevados a Split. En el Sínodo fueron golpeados, rapados,
destituidos y encarcelados. Así terminó el movimiento antirreformista. Cuando el cardenal Juan volvió a
Roma, reinaba la paz en Dalmacia. Pero esta paz era sólo aparente. Bajo los escombros de lo sucedido, cuyo
acaecer hay que juzgarlo tomando en cuenta la crueldad medieval contra los heréticos, en las grandes masas
 populares permaneció encendido el odio hacia los dálmatas latinos y contra el propio rey Petar Kre#imir IV.

Después de este éxito de la corriente romana, los probizantinos fueron violentamente enfrentados. Entre los
años 1064 y 1066 estallaron luchas civiles en todas las ciudades dálmatas. En todas partes corrió sangre, en

 
 

casas, iglesias y monasterios. En Split, el prior fue encarcelado, en Zadar un patricio fue asesinado y la iglesia
de Osor fue invadida por hombres armados durante la misa del Domingo de Resurrección. La alta
aristocracia, los clérigos romanos y los benedictinos, lograron sus metas. Las familias probizantinas fueron
expulsadas del poder y sus jefes más representativos fueron a parar a las mazmorras de los monasterios
 benedictinos y sus propiedades puestas al servicio de Dios y de San Pedro. La dinastía croata perdió prestigio,
 por cuanto la masa del pueblo estaba con Bizancio y las prácticas glagolíticas, pero Petar Kre#imir soñaba con
restablecer el control croata sobre la Tema Dálmata y para eso necesitaba el apoyo papal. La Santa Sede en
agradecimiento a su apoyo le reconoció soberanía sobre toda la Dalmacia y le aprobó el uso del título Rey de
Croacia y Dalmacia. A partir de ahora se principió a concebir la dualidad Croacia - Dalmacia, como un
 posible estado conjunto.

Bizancio no permaneció inerte frente a este fracaso de los antirreformistas. En el 1067 se encontraba en Zadar
León, un alto dignatario bizantino protoespatario imperial, con el título de catepano de toda Dalmacia. Esto
indica que la provincia estaba ocupada por un gran número de soldados enviados por Bizancio - el catepano
tenía a cargo 400 hombres. Se restableció la autoridad imperial y el orden. La aristocracia probizantina se
salvó de su total destrucción y se estableció una división entre éstos y los partidarios de Roma. Pero todo esto
no resolvió el problema. Una vez que el catepano partió con sus soldados, los desórdenes volvieron.

Todas las revoluciones en Constantinopla y sus gobiernos efímeros no pudieron menos que debilitar la
autoridad y el prestigio del Imperio en los Balcanes y en el Adriático. Se podía pensar que el nombre de
Bizancio desaparecía de Dalmacia. Sin embargo ese país, la Nueva Roma, todavía tenía prestigio en
Dalmacia, provincia en el extremo del Imperio, que por su estructura íntima, tan tradicionalista y de espíritu
conservador, deseaba continuar viviendo bajo los símbolos bizantinos y respetar celosamente los derechos y
recuerdos de sus señores de Oriente. A esta política, tejida de sentimentalismo y tradicionalismo, es necesario
agregar la sensación muy neta que había en Dalmacia en cuanto a que era menor el peligro para su autonomía
su lazo, aunque platónico, con Bizancio que con otros estados muy poderoso que la presionaban por todos
lados. Durante ese medio siglo de revoluciones bizantinas, los sucesos se orientaron hacia un asentamiento de
las formaciones políticas sudeslavas. Ra#ka (Serbia) comenzó a aparecer en el horizonte. Croacia se
consolidaba progresivamente. Se crearon dos diócesis católicas, puramente sudeslavas, la de Knin y la de
Makarska, cuyas jurisdicciones llegaban hasta las fronteras de las pequeñas repúblicas aristocráticas de las
ciudades dálmatas.

Petar Kre#imir, por esos años de 1069, era señor de todo el territorio dálmata. Su realización más significativa
fue la obtención del título de rey de Dalmacia y Croacia con un territorio internacionalmente reconocido,
aceptando si la autonomía de las ciudades dálmatas. Individualmente, con cada ciudad, tuvo que
comprometerse en respetar su libertad y sus derechos históricos. Las ciudades dependían directamente del
Rey, que las gobernaba en nombre del emperador bizantino. De esta manera estaba excluida la autoridad de
los "upanes: eran ciudades reales autónomas. Consecuentemente la administración de cada ciudad seguía sus
costumbres y mantenía las instituciones cuyo origen se encuentra en la autonomía muinicipal del tiempo del
Imperio Romano. Elegían su Concejo y su representante (prior) de cuyo nombramiento el rey sólo tomaba
conocimiento. Lo mismo para el caso del obispo. Administraban justicia y autorizaban el libre comercio, pero
estaban obligadas a entregar al rey un tercio de los derechos portuarios y proporcionarle naves en caso de
guerra.

La sucesión al trono del reino de Dalmacia y Croacia le preocupaba a Petar Kre#imir, por cuanto no tenía
hijos. En un principio designó como heredero a su sobrino Stjepan, pero más tarde lo sustituyó por el ban de
Eslavonia Dmitar Zvonimir, casado con Helena de la dinastía húngara de Arpad. Después de la muerte de
Petar Kre#imir, ocurrida a mediados de 1074, se produjo una lucha por la sucesión al trono. Petar Kre#imir no
verá las desgraciadas consecuencias de su política interna, pero sus sucesores las sufrirán hasta el fatal año de
1102.

 
 

NORMANDOS EN DALMACIA
La situación internacional iba de mal en peor. El papado estaba preocupado con la Reforma. Venecia seguía
con la política de ver y esperar. El emperador bizantino Romano IV (1068-1071), sufría una tremenda derrota
en manos de los turcos musulmanes cerca de Mantzikert (Armenia). Fue el inicio de la muerte del Imperio
Bizantino. Nunca más se pudo reponer de esta catástrofe. Miguel VII (1071-1078) se adueñó del trono de
Constantinopla y apresó a Romano IV. A los pocos días después lo asesinaba tras infligirle atroces tormentos.

En el Imperio Bizantino el período entre 1071 y 1081 estuvo dominado por la confusión. Esta situación la
aprovecharon los pechenegas para invadir el sur de Hungría y penetrar en Tracia y Macedonia. Los búlgaros
se levantaron en armas en 1073. Solicitaron ayuda a Mihail de Hum, en ese entonces señor de Zeta, Hum,
Travunia, Ra#ka y Kotor, y al rey de Croacia. Ambos gobernantes los apoyaron. A pesar de ello, Bizancio
derrotó a los búlgaros.

Después de Petar Kre#imir el trono croata le correspondía legítimamente, ppor derecho de sucesión, al
 príncipe Stjepan Trpimirovi$, único descendiente de esa dinastía. Sus partidarios fueron las ciudades
dálmatas, con sus obispos y priores, y la mayoría de los barones croatas. Mas, los hechos tomaron otro curso.
La muerte de Petar Kre#imir fue la señal para el resurgimiento fortalecido de la subyugada corriente
antirreformista del 1064.

Aún en vida de Petar Kre#imir, el partido nacional era enemigo de la reforma que centralizaba todo en Roma.
Comprendía la mayor parte del pueblo junto con los sacerdotes glagolíticos, que estaban furiosos y
amargados por la prohibición de casamiento y del ejercicio de la liturgia eslava, que de todas maneras
ocultamente realizaban. Tenía su centro en la región de Neretva. Presentaron una gran resistencia a Stjepan
Trpimirovi$, posiblemente apoyados por Bizancio en represalia por el apoyo que los croatas habían prestado a
los búlgaros. El barón Slavac o Slavi$, encabezó el descontento. Por cuanto estos territorios eran de los Ka;i$,
se cree que Slavac pertenecía a dicha familia. En la segunda mitad de 1074 los seguidores de Slavac lo
 proclamaron rey de Dalmacia y Croacia (1074-1075). Este acto desencadenó una verdadera guerra civil.
Frente a esto, Stjepan Trpimirovi$ tuvo que tomar una decisión, defender su trono o renunciar. Optó por esto
último y entró al monasterio de San Esteban cercano a Split.

Sin embargo los prolatinos, o sea, las villas dálmatas y una gran parte de los barones croatas, tras los cuales
estaba el ban de Eslavonia Dmitar Zvonimir, emparentado con la monarquía húngara, rehusaron reconocer al
nuevo Rey y lo tacharon de ilegítimo y hereje. En realidad, el partido latino de Dalmacia no quería saber nada
de él, por cuanto la legalidad era el credo sagrado y también porque el enérgico Hildebrando se pronunció en
contra de un príncipe que el consideraba poco católico. El movimiento prolatino ganó en vigor cuando tuvo la
certeza que Bizancio era partidario del barón neretvano. Entonces Slavac respondió con la fuerza.

Aún antes de Mantzikert, los normandos comandados por Roberto Guiscard (1015-1085) inauguraron el
derrumbe del poder bizantino en el sur de Italia. León IX en 1053, pensó expulsarlos con la ayuda bizantina.
Sus esfuerzos fracasaron. Roberto Guiscard arrebató a los bizantinos sus últimas posesiones en Nápoles,
Apulia y Calabria. Entonces, por sugerencia de Hildebrando, la Santa Sede cambió de política. Se acercó a los
normandos para comprometerlos en la lucha contra el antipapa Benedicto X y la aristocracia romana, que
intervenía en la elección del Papa, e incluso contra el emperador del Sacro Imperio Romanogermánico. Po
eso el papa Nicolás II, por la gracia de Dios y de San Pedro, le otorgó el título de duque a Roberto Guiscard.

En medio de estos acontecimientos murió el papa Alejandro II, sucesor de Nicolás II. En 1073 ocupó el trono
de San Pedro Hildebrando con el nombre de Gregorio VII, probablemente la más grande figura
 políticorreligiosa de todos los tiempos. De fuerte personalidad, pensaba que el Imperio de Dios en la tierra
tenía que estar bajo su autoridad en su calidad de representante de la autoridad apostólica instaurada por
Jesucristo. En el Dictatus Papae de 1075 expresó que únicamente el papa podía nombrar y deponer no sólo a
los obispos, sino incluso a los reyes. Basado en este principio luchaba por el dominio mundial, ya que los
estados sólo existían por la gracia de la Santa Iglesia. Entonces el Papa se preocuparía de la dirección de los
estados y sus gobernantes le obedecerían. Él determinaría quien se ceñiría una corona real y al que no le
obedeciera lo excomulgaría.

 
 

A la cabeza de los enemigos de Slavac estaban los obispos y priores dálmatas. Esto indica que de nuevo se
enfrentaron los partidarios de las reformas y los antirreformistas, hecho que conduce a Gregorio VII, que, en
ese entonces, mantenía muy buenas relaciones con Bizancio. Pues bien, se daba la coincidencia que el papa
Gregorio VII conocía muy bien la situación en Dalmacia. Y, en cuanto supo que el reino era gobernado por
un herético se decidió por realizar una enérgica acción ya que sabía que en Dalmacia concilios,
excomuniones, amenazas y prédicas, no resultaban. Entonces la única manera de resolver el problema era
mediante una intervención militar por un poder secular. El Papa consideró que era el momento preciso para
ahogar un movimiento que amenazaba devolver la Dalmacia a la esfera de influencia de Bizancio.

Al Papa no le gustaba ni Stjepan Trpimirovi$  ni Slavac, buscaba su propio candidato al trono dálmata y
croata. Buscó un príncipe que sería su gobernador y su vasallo. Se decidió por el hijo del rey de Dinamarca.
El día 25 de Enero de 1075 se dirigió al Rey de Dinamarca proponiéndole que un hijo suyo se hiciera cargo
de un reino no mencionado, pero que se suponía que era el de Dalmacia y Croacia, como vasallo de la Santa
Sede, defensor de la cristiandad y del cual lo consagraría rey. Para ello debía armar un ejército. El rey danés
no se implicó en la aventura. El Papa siguió buscando y encontrará otro candidato.

Entre los caballeros normandos del sur de Italia, se encontraba el barón Amicus que en 1068 había
conquistado Giovinazzo, cerca de Bari, en la costa occidental del Adriático como aliado del Imperio
Bizantino en su lucha contra Roberto Guiscard. En 1073 Roberto Guiscard, en su batalla contra Bizancio,
atacó a los normandos probizantinos del sur de Italia y reconquistó Giovinazzo. Amicus tuvo que exilarse.
Gregorio VIII lo acogió.

Cuando la situación croata se acercaba a su punto crítico, las oprimidas ciudades dálmatas cansadas de los
desórdenes y violencias organizadas por los agitadores del rey Slavac y no teniendo fuerzas suficientes para
hacerle frente optaron por solicitar ayuda. Expusieron el problema a la Santa Sede, argumentando que los
heréticos se habían adueñado del trono del Reino. Se cree que Gerardo, legado papal que se encontraba en
Split , para organizar un sínodo, con la autorización de Gregorio VII, les propuso que se solicitasen ayuda a
Amicus. Gerardo conocía a Amicus, pues era el metropolitano del cual dependía Giovinazzo. La oposición a
Slavac encontró interesante aliarse con los normandos. Así que no vacilaron en solicitar directamente su
intervención.

Amicus de Giovinazzo aceptó de inmediato y partió, como en los primeras invasiones normandas, a buscar un
reino. Sin preocuparse del dogo de Venecia ni de su soberano normando, se lanzó a la aventura dálmata.
Amicus encontró entre los sudeslavos establecidos en Italia un apoyo y una ayuda para su empresa. Los jefes
sudeslavos,  xupanes de la región del monte Gargano, desde Palermo hasta los Abruzos, eran parte de una
diáspora sudeslava ocurrida no se sabe cuando ni porque, ciertamente jugaron un papel en esta aventura
normanda. La expedición a la costa dálmata tuvo dos objetivos para Amicus, que en el fondo no eran sino
uno: desembarazarse del rey croata y crear en territorio bizantino un estado normando, independiente de
Roberto y de Bizancio, pero ligado al papado por vasallaje y de la cual él sería rey..

Así, a fines de verano de 1075, Amicus comenzó la invasión atacando la región donde eran más fuerte los
croatas: el golfo de Carnaro, las islas de Krk y Cres y la costa del canal de Velebit. Con una rapidez y
resolución típicamente normanda, limpió la región de enemigos. Hizo abrir las puertas bien guardadas de las
ciudades dálmatas y en Noviembre capturó al rey croata Kre#imir. Se supone que, por su rescate, le entregó la
administración de las ciudades. Así autoridad normanda se estableció en Split, Trogir, Biograd, Zadar y Nin y
con su ayuda fue aplastado el movimiento antirreformas eclesiásticas. En esto desaparecieron Kre#imir y
Slavac.

Recién ahora, el legado papal Gerardo pudo convocar un sínodo en Split. Asistieron: el arzobispo Lorenzo
con sus obispos sufragantes de Zadar, Trogir, Rab, Biograd, Knin y Osor, no se menciona el de Krk, y los
abades de los monasterios. Las actas de este sínodo no se conservaron, pero sin duda la derrota de las
 posiciones religiosas nacionales fue completa. Todas las reglas canónicas establecidas en el sínodo de Marzo
de 1060 fueron una vez más solemnemente confirmadas. Pero las prohibiciones concernientes a la lengua
litúrgica eslava fueron anuladas, el dualismo subsistió. Además el obispado de Nin fue restablecido.
Terminado el Sínodo, Gerardo volvió a Roma a informar al papa, quién aprobó todas sus resoluciones.

 
 

En el Sínodo de 1075, el legado papal Gerardo , los priores y obispos de las ciudades dálmatas y los
superiores de los monasterios no discutieron lo concerniente a la naturaleza del orden político que nacería de
las ruinas de Croacia. La doctrina gregoriana requería de un reino cuyo gobernante fuera investido por el Papa
y que sería tributario y vasallo de la Santa Sede, en el más amplio sentido de la palabra. Pero surgieron
dificultades y diferencias de opiniones al tratarse de la posición jurídica de Croacia y Dalmacia. Croacia
estaba compuesta de feudos sudeslavos, había desafiado la doctrina gregoriana y Dalmacia fue conquistada
 por una acción militar normanda. Se podía disponer incondicionalmente de ella. Dalmacia, por otro lado,
estaba constituida por un conjunto complejo de comunas libres que habían defendido la política papal y
 participado en la subyugación de los croatas, pero cuyo país estaba a su vez bajo la soberanía del Imperio de
Constantinopla.

Mientras los puntos más importantes fueron discutidos entre Gerardo y Amicus, numerosas fuerzas se
 pusieron a trabajar en defensa de sus privilegios y para llevar a cabo sus propios planes. Roberto Guiscard era
el más fuerte. Tomó a mal la expedición de su turbulento vasallo y le comunicó claramente su cólera por
haber atacado el territorio de Dalmacia sin su autorización. Pero una verdadera tempestad llegó desde el norte
del Adriático. El león alado despertaba, lo que hizo que el éxito de Amicus fuese de corta duración. No
obtuvo un reino.

Venecia, desconcertada un instante por el curso imprevisto de la intervención normanda, se recuperó


rápidamente. No podía admitir la toma de las ciudades del litoral dálmata por parte de una potencia joven y
audaz. Sería el fin de todo. Venecia toleraba el régimen paternal y señorial de su antiguo soberano bizantino.
El protectorado del rey de los croatas, que dependía todavía de Bizancio, la dejaba más o menos indiferente.
Pero la ocupación normanda de Dalmacia equivalía a quedar encerrada en el mar Adriático. Esto la ciudad de
San Marcos no lo toleraría jamás. El dogo Dominico Selvo, pensó que era la oportunidad de restablecer su
autoridad en Dalmacia. También lo favorecía el enojo de Robert Guiscard que estaba en buenas relaciones
con Bizancio. El Dogo llegó a Split en el 1076. Intervino enérgicamente y sin demora para hacer valer los
derechos de Venecia vigentes desde el año 1000. Expulsó al barón normando del Adriático, y, sin tomar en
consideración los nuevos títulos del rey de los croatas y los antiguos derechos de Bizancio, el Dogo se
apoderó de Zadar, Split, Trogir y también de Biograd. Estableció su autoridad y retomó solemnemente el
título tan discutido de  Dux Dalmatiae.  No se contentó sólo con esta anexión apenas disfrazada, sino, al
contrario convocó en Split a los representantes de las comunas y les hizo firmar una declaración de la cual hay
 pocos ejemplos en la historia medieval. El 8 de Febrero, los representantes dálmatas juraron, ante el Dogo de
Venecia y el representante bizantino, a que "ningún ciudadano dálmata aceptará sólo o por sugerencia de
otros llamar a los normandos u otros extranjeros a Dalmacia". Esta acta sin embargo no ahogó el inquieto
espíritu de independencia de las comunas dálmatas. Pero con esto, las ciudades se alejaron de Croacia y
quedaron bajo la autoridad veneciana. Este poderoso recuerdo de los derechos venecianos fue decisivo en las
subsiguientes discusiones.

En Septiembre de 1076 Gregorio VII, en la cima de su poderío, envió al legado papal Gebizon, a Dalmacia
 para poner término a la caótica situación en Dalmacia y Croacia. Convocó a un sínodo en la catedral de Split.
Explicó los deseos del Papa para la aceptación del rey de Dalmacia y Croacia. Se encontró la fórmula
definitiva para la elección del rey. Amicus, que tenía derechos de conquista, no fue considerado ni por
Venecia ni por Gregorio VII, quien no aceptaba en ningún caso la presentación de un vanidoso príncipe
normando. Stjepan Trpimirovi$, que tenía los derechos de sucesión estaba encerrado en un monasterio y
Slavac había desaparecido. Quedaba como único pretendiente el ban Dmitar Zvonimir, alto dignatario de la
corte y cogobernante del rey el ban de Eslavonia Petar Kre#imir, croata semirromanizado devoto de la
restauración católica y bien visto por Hungría. Este ban eslavonio de nombre bizantino, tenía algo de
caballeresco, romántico y trovador. Estaba casado con Helena, hija del rey húngaro Bela I y hermana de
Ladislao.

El Sínodo se transformó en asamblea electoral. Asistieron dos delegados papales, el obispado dálmata casi
completo (faltaron Dubrovnik y Kotor), por cuanto los obispos y los priores de las comunas tenían
 participación en la elección del rey. La exclusión de Stjepan Trpimirovi$ de la sucesión al poder real hace
 pensar que la elección de Dmitar Zvonimir fue precedida de un análisis general de la situación y que los

 
 

delegados del papa sabían de antemano a que atenerse. Dmitar tenía plena conciencia de sus deberes hacia el
reino de Croacia todavía joven, hostigado por todos lados y sacudido por las corrientes más diversas. Se daba
cuenta de la gravedad de la situación general de Europa, que obstruía la consolidación del estado croata. Se
declaró fiel vasallo de la Santa Sede y cedió al papado las iglesias y monasterios privados de la costa croata.
Prometió obedecer en todo las órdenes del pontífice y sus legados, mantener la justicia, defender la iglesia de
Roma y sus derechos, velar por la conducta del alto y bajo clero, proteger a los pobres, las viudas y los
huérfanos, prohibir los matrimonios entre parientes próximos e impedir los divorcios. Al mismo tiempo se
comprometió solemnemente, por él y sus sucesores, a pagar todos los años a San Pedro un óbolo de 200
ducados bizantinos de oro. Entonces los nobles croatas, el clero y el pueblo se pronunció públicamente a su
favor. Prestó enseguida el juramento de lealtad al Papa. Recibió la investidura papal con el estandarte papal,
la espada, el cetro y la corona. El nuevo Rey tuvo que ser ungido, fuera del territorio perteneciente al Imperio
Bizantino, pues no pertenecía a la casa real de los Trpimirovi$. Fue coronado en la basílica de San Pedro en
Salona, fuera de las murallas de Split, el 9 de Octubre de 1076 por Gebizon, legado papal, como rey de
Dalmacia y Croacia. Su capital fue Knin. De aquí adelante se designó "por la gracia de Dios Rey de Dalmacia
y Croacia". Era un vasallaje apenas disimulado. Un nuevo éxito del papado y la ruptura con el mundo
 balcánico. Se estableció un lazo feudal entre Croacia y la Santa Sede. En el fondo se firmó un acuerdo político
de asistencia mutua en la paz y en la guerra. La mayoría de los barones croatas y los venecianos se opusieron
a su coronación. Sólo la intervención del papa Gregorio VII la hizo posible. La antigua dinastía quedó
condenada y la derrota del bando nacional croata fue completa.

El mismo año en que asumió Dmitar Zvonimir (1076-1089), la lucha entre el Papa Gregorio VII y el
Emperador Enrique IV llegaba a su término. Entre tantos sucesos europeos, se recordará que el duque de
Bohemia tuvo que aceptar que Roma no admitiría jamás el uso del checo en los oficios religiosos y que
Hungría estaba bajo la tutela nominal del Papa, después del ungimiento del "rey apostólico". No hay que
asombrarse de que Gregorio puso en primer plano la creación en los Balcanes de una muralla que separase el
mundo eslavo adriático del oriental. Se aplicó en ello con su brío acostumbrado y logró lo deseado. Los
obispos dálmatas estaban en el bando de Gregorio y los venecianos en el de Enrique IV. La posición del Dogo
 produjo la oposición de Dalmacia a Venecia y un movimiento de unión a Croacia. De Bizancio no podían
esperar la aprobación. El papado era la única institución que podía autorizar tal unión.

El reino fue trabajosamente construido y vio la luz a través de negociaciones diplomáticas. Quedó mutilado
 pues no incluía ni Dubrovnik ni Kotor. Se unieron en ese momento dos países heterogéneos, Dalmacia y
Croacia, aunque ambas partes tenían distintos principios y prerrogativas constitucionales. Croacia que había
sido dominada por un guerrero papal quedaría bajo la efectiva autoridad del papa Gregorio VII y en Dalmacia
se mantendría la soberanía imperial del dogo en representación del emperador bizantino. El reino así fundado
duró doce años y medio. Sus quince años de tempestuoso reinado, tuvieron un carácter dramático desde el
inicio. El destino quiso que su reino coincidiera con el pontificado de Gregorio VII y su política de
dominación universal.

En cuanto a las ciudades dálmatas, Dmitar Zvonimir retomó automáticamente el protectorado platónico
ejercido sobre ellas por su predecesor, pero no pudo nunca apropiarse de ellas. En los documentos, a partir de
su reino, se elimina a veces el nombre del Basileus, ello se debe a que las villas dálmatas se encontraban en un
vuelco decisivo de su historia. Bizancio contaba cada vez menos a los ojos de los ribereños de la costa
oriental del Adriático y las villas estaban dispuestas a aceptar al que mayor garantía les diese. Extranjeros, que
 pululaban en gran cantidad en Dalmacia, soliviantaban movimientos contra el Rey, pero Gregorio VII velaba.
Amenazaba con sus anatemas a quienquiera que osase levantar la mano sobre el ungido del Señor y todo
volvía al orden.

El 1 de Abril de 1081, después de treinta años de desórdenes y anarquía en Bizancio, fue elegido emperador
Alexis I Comneno (1081-1118). Había demasiados problemas y ruinas acumuladas en Constantinopla, para
que le fuese posible consagrar algún tiempo a la lejana Dalmacia. Roberto Guiscard a esa fecha había
desmantelado todas las posesiones bizantinas en el sur de Italia y estaba listo para llevar la guerra más allá.
Encontró un poderoso aliado en Dubrovnik con su poderosa y bien organizada flota, que fue empleada en los
ataques a Dürres (1081) y Corfu (1084)

 
 

Fue entonces cuando se lanzó a una nueva y gigantesca aventura. Con su temperamento vikingo impenitente,
resolvió conquistar un nuevo reino en la orilla oriental del Mar Adriático (1082) y suplantar al basileus en
Constantinopla. Su plan estratégico era simple y claro. Tenía un aliado que embotellaría a los venecianos y
Albania abría las puertas a Constantinopla. Una vez consolidadas sus nuevas posesiones en su reino adriático,
atacaría a Bizancio. La situación política se presentaba favorable a los audaces proyectos del intrépido jefe
normando. Las villas dálmatas y el propio Rey de los croatas se declararon unánimemente a favor de él. En
cambio el príncipe Mihail de Hum, se alistó bajo los estandartes imperiales. Bizancio y Venecia
inmediatamente aunaron sus fuerzas, uno operaría en tierra y el segundo en el mar.

Por primera vez en la historia, la lealtad de las comunas dálmatas hacia la sacrosanta corona del Oriente
cedió. Por otra parte, el pacto concertado por las comunas con Venecia ya no valía. Fue olvidado, anulado. En
violación abierta a la obligación contraida solemnemente seis años atrás de no acoger a ningún extranjero,
cualquiera que el fuese, las comunas no sólo los acogió, sino que se alió con ellos contra Venecia. La empresa
normanda ofrecía a las comunas una ocasión única de dar curso a su sed de libertad. Su status político se
orientaba a la libre determinación. Por otra parte, los croatas, que cada vez más invadían las ciudades,
actuaban de acuerdo con el rey croata quién, con el ejemplo de sus predecesores, no tenía la intención de crear
a las villas dificultades ni de atentar a sus libertades. Además un factor eclesiástico jugó un cierto papel en la
 postura de las comunas. La orden benedictina, que tenía en Dalmacia numerosos conventos, era rica y
 poderosa, contribuyó a la decisión de Dalmacia de entrar en una alianza con Guiscard. El sueño tuvo poca
duración. La tragedia de las comunas dálmatas será, precisamente, ese eterno camino hacia la libertad que
siempre se le escapará.

Reconciliado con el papa, Roberto Guiscard hizo sus preparativos y estrechó con ventajas los lazos con sus
nuevos aliados. A la liga normanda-dálmata-croata, el emperador Alexis I opuso una alianza
ofensiva-defensiva con Venecia, a la cual se asoció el príncipe Mihail de Hum y su hijo Bodin, que figuraba
también como príncipe dálmata por los territorios de Dalmacia meridional sobre los cuales ejercían una ligera
soberanía (1082-1085). División de influencias: los ortodoxos gravitaban hacia Bizancio y los católicos hacia
Roma. Roberto ocupó Corfú y puso sitio a Durrës (16 de Junio de 1081) por tierra y por mar. Una flota
veneciana al mando del dogo Domenico Selvo, se unió a la flota bizantina. Una batalla tuvo lugar en Julio
entre ambas flotas y otra en tierra bizantina. Los venecianos utilizaron el fuego griego. La victoria fue de los
venecianos, pero en tierra los ejércitos de Alexis fueron derrotados. El emperador se salvó a la cabeza de los
restos de sus tropas. Durrës, finalmente se entregó el 21 de febrero de 1082.

La primera etapa concluyó. Los normandos pusieron pie en el litoral balcánico. Sin embargo pronto tuvo que
acudir Roberto Guiscard al llamado del Papa que se sentía amenazado por Enrique IV. Dejó a su hijo
Bohemondo en Durrës. Bizancio respiró. Concedió a los venecianos la crisóbula (solemne diploma imperial)
del mes de mayo del 1082 con grandes concesiones y privilegios en Oriente. Los venecianos podían
comerciar sin intervención de los funcionarios bizantinos, sin pasar por las aduanas y sin pagar impuestos, ni
de importación ni de exportación. Venecia obtuvo la primacía total respecto a otros estados.
Desgraciadamente Venecia, manifestó egoísmo desde el primer día y rehusó dividir estos beneficios con
Dalmacia. Ésta, comprendiendo bien la situación, buscó infructuosamente otras salidas y al no encontrarlas se
abandonó a la influencia debilitante del monopolio veneciano. Debido a las carencias normandas,
Bohemondo finalmente abandonó Durrës. Corfu fue reconquistado en la primavera del 1084, por una acción
combinada de venecianos y bizantinos. El Adriático fue purgado de huéspedes indeseables.

Sin embargo, en el año 1085 Roberto Guiscard volvió a la carga. Otra campaña contra Bizancio desembocó
en otro fracaso. Su ejército fue azotado por una epidemia de la cual el mismo murió en 1085. Con su muerte
concluyó la política ofensiva normanda en la Península Balcánica. Los venecianos, al igual que con Amicus,
acabaron con los sueños de Roberto. Los venecianos derrotaron definitivamente a Roberto. Era la primera vez
que los navíos venecianos contribuían a una decisión de alcance mundial. El Emperador colmó de regalos y
 privilegios a los venecianos y a su Dogo. En Venecia gobernaba el nuevo dogo Vitale Falier (1085-1096).

En esos años, un ejército húngaro devastó la región de Poljica, ubicada entre el Cetina y el Neretva. El dogo
Andrea Dandolo, que relata el episodio, acusa a los húngaros de felonía por la ocupación de las villas

 
 

dálmatas. ya que estaba en completa contradicción con el tratado de garantía y seguridad recíprocas que
habían firmado en reconocimiento del apoyo que los venecianos le prestaron contra los normandos.

Después de esto, no sorprende la alianza entre Venecia y Bizancio. Por el pacto Alexis I cedió una parte de su
soberanía sobre las comunas dálmatas a Vitale Falier, salvaguardando todos sus derechos soberanos en virtud
de la teoría del derecho público medieval sobre la coexistencia de varias soberanías simultáneamente. Pero
esta decisión imperial no era sólo teórica. El emperador autorizaba a los venecianos apoderarse de Dalmacia
 por las armas cuando se les presentara una ocasión favorable. Venecia se asumió inmediatamente la defensa
del litoral oriental del Adriático. El empleo de la fuerza no fue necesaria. El dogo Vitale Michiel (1096-1102)
tomó posesión de ellas en su doble carácter de jefe del Estado veneciano y de protosebastos imperial. Al
mismo tiempo agregó al título de Duque de Croacia y de Croacia. Decepcionados por las derrotas normandas
y bajo la presión de los elementos latinos aún numerosos en las ciudades, éstas se entregaron a la república
victoriosa sin acordarse ni de los croatas ni de los bizantinos. Las villas abrieron sus puertas a los enviados del
Dogo. Trogir y Split acogieron a los venecianos con satisfacción. El texto de juramento de lealtad de la
comuna de Trogir al Dogo desborda alegría. Las dos ciudades - Zadar era bizantina y veneciana a la vez -
 prometieron al Dogo, en caso de expediciones marítimas, el aporte de dos galeras (1097). Así en 1099, las
comunas dálmatas se asociaron con unidades navales a la República para una expedición a Tierra Santa.

REINO HÚNGAROCROATA
La anarquía en Croacia
En 1085 muere Gregorio VII, cuya influencia fue fatal para el desarrollo nacional del pueblo croata. Su
sucesor Víctor III ocupó la silla de San Pedro sólo cuatro meses. Lo siguió Urbano II (1088-1099) que estará
ligado a las Cruzadas. Ahora cuatro autoridades intervendrán en Dalmacia. Por un lado el Rey y el Dogo y
 por el otro el Emperador y el Papa. En el Medioevo su historia estará marcada por los conflictos de esta
 pluralidad.

Un nuevo peligro amenazó al Imperio bizantino. Los pechenegas invadieron los Balcanes y derrotaron a los
imperiales en 1086 y 1088. El emperador solicitó al Papa su intervención ante el rey croata Dmitar Zvonimir,
con el cual estaba en paz, para reclutar soldados en Croacia y Dalmacia que irían a luchar contra los
invasores. El papa Urbano II trasmitió la petición. Zvonimir convocó en Knin una asamblea para decidir
sobre la petición del Emperador. La participación en las guerras lejos del territorio nacional producían un gran
descontento en todo el país y se agravaba por el predominio de los elementos extranjeros en la corte del Rey.
Así, en el curso de esta asamblea, la corriente nacional se opuso con vehemencia a la tentativa de
comprometer a los croatas en una nueva campaña que no les concernía. Durante la asamblea, el rey Dmitar
Zvonimir fue acusado de tiranía y asesinado (Abril de 1089), hecho que todavía se discute por falta de
documentos fidedignos de la época.

Durante el reinado de Dmitar se fortaleció el sistema feudal. La donación de tierras a la Iglesia se completó
con el otorgamiento de grandes extensiones a los civiles, a veces  $ upanias  enteras, y la introducción de
nuevos títulos de nobleza además de los tradicionales. El clero latino pasó a ser todopoderoso, sin su
consentimiento Dmitar no promulgó ninguna resolución. Se declaró abiertamente por Roma, con ello firmó su
sentencia de muerte. En su reino se planteó brutalmente el conflicto entre la influencia latina y el atavismo
eslavo.

A la muerte de Dmitar Zvonimir, al no dejar heredero, se produjo una anarquía total en Croacia. Pillajes,
incendios, ataques de bandas armadas contra las villas dálmatas. Se formaron dos bandos: uno compuesto por
el alto clero de las ciudades del litoral, el alto clero y la mayoría de los señores y nobles croatas que apoyaba
al anciano Stjepan II (1089-1090), que será el último rey de la dinastía de los Trpimirovi$, y el otro a Helena,
reina viuda de Dmitar Zvonimir, prohúngaro. Por respeto a la legitimidad ocupó el trono Stjepan II, que se
encontraba en el convento benedictino de San Esteban, cerca de Split. Stjepan, viejo y desilusionado, reinó
sólo un año. Su desaparición a comienzos de 1091 tuvo consecuencias nefastas para el pueblo y el Estado
croata. Una tormenta social se abatió sobre el país, que agravó el ya existente conflicto religiosos entre los
latinos y nacionales. En el conflicto entre los bandos sufrieron mucho las ciudades dálmatas, especialmente
Split. Todos esperaban un nuevo señor que restituyera el orden y la paz.

 
 

Desaparecido Stjepan II, sus partidarios se sumaron a los partidarios de Helena. Pensaron en pedir ayuda al
rey húngaro en su lucha contra el partido bizantino. Esta opinión fue compartida por Split. Así que
representantes de los partidarios de Helena partieron a Hungría. Previamente se pusieron de acuerdo para
ofrecer al hermano de Helena, el rey de Hungría Ladislao (1077-1095), la corona de Croacia, en su calidad de
heredero de su cuñado Zvonimir. Ladislao aceptó. Así, la primera llegada de un rey húngaro al territorio
croata obedeció entonces a un llamado de los propios croatas le hicieron por un asunto de sucesión real.
Como dicen los húngaros, era en parte su herencia. Las ciudades dálmatas se asociaron a ese movimiento que
llevó al país hacia la tutela húngara. Los opositores esperaban la intervención de Bizancio.

Ladislao I cruzó el Drava en 1091, sin encontrar ninguna resistencia de parte de los croatas de Eslavonia,
región entre el río Drava y la montaña Gvozd (Petrova Gora), ya que eran, sin duda, partidarios de Helena.
Solicitó al papa Urbano II su autorización para tomar para si el reino de Dalmacia y Croacia, lo que el Papa
rechazó. Al pasar más al sur, encontró cierta resistencia organizada por el partido nacional croata. El estado
de desorden en que se encontraba el país, carente de un poder central y a merced de jefes locales, que
recobraron la libertad de sus movimientos, le facilitaba a Ladislao I la conquista del país. Pero, se detuvo a
mitad de camino, sin avanzar hasta el litoral dálmata. La invasión de los cumanos, posiblemente promovida
 por el emperador bizantino, que no renunciaba a su soberanía sobre Dalmacia, lo obligó volver con su ejército
a Hungría.

Los húngaros manifestaron su intención de crear una segunda progenitura de la corona húngara en Croacia.
Ladislao I dejó instalado en Eslavonia, a su sobrino Almos, hijo de Geza I, como rey de Croacia (1091-1095),
lo que indicaría su intención de no anexar Croacia a Hungría. Almos reinó sobre ese territorio sin dejar huella.
El rey Ladislao fundó, además, en su territorio el obispado de Zagreb en 1094, dependiente de la Iglesia
húngara. Nombró obispo y trajo sacerdotes de la Croacia Blanca, ubicada en Polonia al noreste de Bohemia,
con sus libros sagrados escritos en eslavo antiguo, que se conservan hasta ahora. Preparaba la unión de los dos
reinos.

El pueblo dálmata se agitaba. Bizancio recordó que la Dalmacia le pertenecía. En 1091, un normando,
Godofredo, al servicio de Alexis I, tomó posesión, en nombre del Emperador, de la región de Apulia en el sur
de Italia, atravesó el Adriático y se dedicó a restablecer la soberanía imperial bizantina sobre el litoral
dálmata, con el título de señor de el Tema de Dalmacia. Fue así como toda rastro de la dominación extranjera
fue borrada y todo volvió a su curso anterior. El sueño húngaro desapareció. Llegó a un acuerdo con Venecia
 para que se mantuviera el protectorado de las villas dálmatas. Venecia no tenía interés de enfrentarse a
Bizancio, en consideración a las inmensas ventajas comerciales que mantenía en todo el Imperio. Así las
cosas, volvió la paz y se pudo llamar a un nuevo Sínodo en Zadar el 7 de Marzo de 1095, al que asistió todo el
episcopado dálmata.

El partido nacional croata, sorprendido al principio por la aparición súbita de los ejércitos húngaros, se repuso
y eligió un rey de estirpe croata, Petar Sva;i$ (1093-1097), sobrino Petar Kre#imir, para el territorio libre de la
ocupación húngara entre Petrova Gora y el Neretva, o sea, al sur del Sava. Su capital era Nin. La legitimidad
en Croacia estaba muerta. Es casi seguro que su candidatura la promovían los bizantinos para evitar la unión
croatohúngara. La catástrofe se acercaba rápidamente.

Durante todo el 1096 transitaron por Dalmacia las huestes de la Primera Cruzada. Eran bandas armadas, de
 paso a Tierra Santa, que saquearon durante cuarenta días todo el territorio, incluso Constantinopla. Los
habitantes de Croacia tuvieron una actitud francamente hostil hacia los cruzados. Los cruzados les devolvían
la mano. Fue un intercambio cruel entre los francos y croatas. Al contrario, el rey Bodin de Zeta (Sclavorum
rex  pero también rex Dalmatiae et Doclie) acogió a los cruzados, cerca de Shkodër y con el Conde de
Toulouse firmó un tratado de amistad, lo que no impidió a los sudeslavos atacar a los cruzados.

Encerrados dentro de sus murallas, los habitantes de las ciudades del litoral al parecer no tuvieron ningún
contacto con los cruzados. El limosnero de la expedición, Raymond de Aguilers, no los menciona sino para
señalar lo que los separa de los sudeslavos continentales de Dalmacia. Escribió que los "próximos al mar
tienen otro modo de vivir y la lengua que hablan es un romance, que los otros sudeslavos no lo entienden".
Los cruzados hacen una descripción sombría del país, lleno de bosques, montañas y pantanos. Un hecho

 
 

singular es que no se hace ninguna mención de las autoridades croatas en el relato de Guillaume de Tyr y de
otros cronistas de la Primera Cruzada. Esto permite suponer que bajo el último rey nacional, Petar Sva;i$, que
reinaba en el momento de la pasada de los cruzados franceses, el poder real era casi inexistente. No hay
documentos que relaten lo que sucedió en Croacia entre los años 1097 a 1102. Sólo se conoce la invasión de
Koloman.

Los húngaros reyes de Croacia


El sucesor de Ladislao I fue su sobrino Koloman (1095-1116), quien retomó los grandes proyectos de su
antecesor. El mar lo atraía irresistiblemente. Decidió conquistar Croacia hasta el litoral y para ello declaró la
guerra a Petar Sva;i$, (1097). Urbano II, cuya atención se centraba en las Cruzadas, no hizo ninguna objeción
a la expedición húngara. El matrimonio de Koloman con la hija de Roger de Sicilia, hijo de Roberto Guiscard
y partidario devoto del papa Urbano II, había sellado la entente de Koloman con el papado. Era necesario
actuar rápidamente aprovechando la circunstancia que el emperador Alexis I se encontraba en dificultades con
las cruzadas y comenzaba a vislumbrar su peligro para el Imperio. No podía prestar ayuda a las ciudades
dálmatas.

En el curso de su expedición, Koloman se enfrentó a las fuerzas de Petar Sva;i$  y las destruyó en Gvozd
(ahora Petrova Gora, Abril-Mayo de 1097). Sus tropas llegaron hasta Biograd. El último Rey croata pereció
en la batalla. Con el muere el gobierno de príncipes y reyes nacionales croatas. Es así como el primer gran
esfuerzo de organización política eslava en la Europa del sudoeste terminó en un fracaso. La monarquía
croata fue el primer ensayo en la historia de un grupo orgánico de fuerzas nacionales entre los sudeslavos del
sur. El estado búlgaro precedió al reino croata en el tiempo, pero el carácter algo asiático y periférico del
esfuerzo búlgaro hizo que no tuviese una influencia duradera sobre los destinos de los sudeslavos
meridionales. Los croatas tuvieron una visión más clara, más humana y más cristiana de la misión de los
sudeslavos en Europa.

Desgraciadamente, la realeza croata no pudo perpetuar la fusión política y social del país entre el Drava y el
Adriático. El tiempo - ese gran arquitecto - le hizo falta. Tuvo que combatir contra demasiadas dificultades y
muchísimos enemigos interesados en su desaparición. Diversas corrientes se proclamaban herederas y
sucesoras. El Dogo tenía tantos derechos legales como los que tuvo Zvonimir, marido de una tía de Koloman.
El Rey de Hungría le envió al Dogo de Venecia una advertencia, que implicaba en realidad un casus belli 
(motivo de guerra), que él pensaba utilizar sus derechos hereditarios para desposeer a Venecia del litoral
dálmata.

Sin embargo, con la llegada de Koloman al Adriático, los venecianos obtuvieron de los húngaros el
reconocimiento de sus posesiones y acordaron medidas para lograr la seguridad mutua (1098). En el acuerdo
se observó que Koloman actuó como el heredero legítimo del reino croata y que estaba dispuesto a tomar las
armas en defensa de su herencia. Cuando en 1099 los rusos y cumanos derrotaron a los húngaros en Galitzia,
los barones croatas los expulsaron de Croacia y consideraron que las relaciones con el rey húngaro deberían
 basarse no en el derecho hereditario impuesto por las armas, pero si en un acuerdo mutuo.

Croacia se sintió libre. Los croatas se reorganizaron y liberaron todo el territorio hasta el Drava de la
 presencia húngara. Entonces Koloman decidió entenderse con los croatas, no con las armas en la mano, sino
invocando sus derecho hereditario sobre su reino. Convocó a los doce barones croatas considerados como
representantes de su pueblo para lograr un entendimiento y superar este largo período de vacío de poder real
en Croacia. Una vez terminadas las discusiones de rigor, los representantes de las doce tribus croatas (nobiles
 sapienciores de XII tribulus Chroacie), todas desde el Velebit al Cetina, concluyeron con el rey húngaro el
famoso Compromiso del 1102, ( Pacta Conventa) que, en sus partes principales, estuvo en vigor hasta el año
1918. De acuerdo a sus términos Croacia y Hungría tendrían un monarca común pero constituirían dos reinos
separados unidos sólo en la persona del rey, que llevaría el título de rey de Hungría, Croacia y Dalmacia.
Frente al exterior se presentarían como un solo estado. Con esto Croacia perdió su completa independencia
estatal. Dejó de ser factor en las relaciones internacionales.

Koloman, después de hacerse coronar separadamente en Biograd como rey de Croacia y Dalmacia,
emprendió en 1105, una expedición armada para someter las ciudades dálmatas a su autoridad, debidamente

 
 

autorizado por Bizancio, legítimo dueño de esos territorios. Automáticamente el dogo Ordelafo Falier, sin
acuerdo previó, renunció al título de Duque de Dalmacia y Croacia. Koloman triunfaba. Su avance fue
fulminante. Hacia el 15 de Mayo, Zadar fue ocupado por sus tropas. En una asamblea le concedió a la ciudad
una gran autonomía y la liberó del pago de todo impuesto. El 25 de Mayo Trogir abrió sus puertas al Rey. A
comienzos de Junio, Split capituló. En Junio, Rab y las demás islas del Adriático central y del Carnaro
(Kvarner) se rindieron. Pero el rey no pasó el Neretva. Dubrovnik quedó fuera de la ocupación húngara. Al
mismo tiempo, el emperador Alexis I, sin tomar en cuenta la cesión de las ciudades dálmatas que hizo a
Venecia en 1085 y 1097, cedió a la hermana de Koloman las villas dálmatas en propiedad (Zadar, Trogir,
Split, Rab, Krk, Cres y Osor) con motivo de su matrimonio con su hijo, lo cual el papa Pascual II bendijo.

Las comunas dálmatas, después de haber prestado innumerables juramentos de lealtad a los bizantinos,
venecianos, croatas y normandos, reconocieron ahora la soberanía de Hungría, aunque bajo ciertas
condiciones. Fueron verdaderos tratados de protectorado. Los status de autonomía obtenidos fueron los más
amplios de Europa. Las comunas italianas pudieron lograr de los emperadores germánicos solamente una
 parte de los privilegios obtenidos por los dálmatas de los húngaros. Las francesas no los conocieron jamás.
Koloman se obligó a protegerlas de todo ataque enemigo, les confirmó sus derecho a elegir su obispo y prior,
 pero los ciudadanos de las ciudades debían apagar al gobernante 2/3 de los aranceles portuarios, o sea, podían
retener 1/3 para sí. También debían entregar el diezmo al obispo. Les prometió no establecer extranjeros sin
su autorización y la libertad de circulación. A raíz de esto, las comunas se encerraron en si mismas para
mantener sus privilegios. Con esto se distanciaron de sus vecinos, lo que permitirá la posterior penetración
veneciana. Cuando Koloman las quiso atropellar, las comunas se levantaron contra él. Los neretvanos
siguieron viviendo independientes en su principado, con la familia de los Ka%i$ a la cabeza, y ejerciendo el
corsario.

La oposición a la empresa húngara llegó de donde menos se esperaba. El emperador romanogermánico


Enrique V (1099-1125) recordó que Dalmacia formó parte del Imperio Romano de Occidente. Reclamó en
 base a la partición teodosiana del año 395 y a la nominación de "provincia de Italia" que Constantino VII
Porfirogénito aplicó a Dalmacia. Estas pretensiones germánicas se mantuvieron largamente en el tiempo.
En pleno siglo XIII, Federico II se dirigía a los habitantes de las comunas dálmatas como a "sus fieles
súbditos". No era sino un gesto de romanticismo inofensivo. Pero Enrique V tomó la conquista húngara en
serio y le declaró la guerra a Koloman "por cuanto el [Koloman] había invadido las fronteras de nuestro
reino (sic), es decir las villas marítimas." Atacó por Bratislava (Eslovaquia) y fue derrotado.

La muerte de Koloman (1114) no trajo la paz al Adriático. Muy por el contrario. La entrada en juego del
factor húngaro, ajeno a la formación espiritual de los hombres de la orilla oriental del mar dálmata, turbó
 profundamente los espíritus. Fieles a su programa de independencia, las comunas evaluaban
escrupulosamente a los conquistadores, tanto a unos como a otros, de acuerdo a las oportunidades que tenían
de conservar su propia fisonomía con la menor pérdida posible de su autonomía. Pero desde el primer día de
su encuentro con este desconocido pueblo húngaro que conservaba aún los estigmas del Asia, a pesar de su
conversión al cristianismo ya más que centenaria, existió entre las comunas y los reyes un profundo
malentendido. Dalmacia no estaba preparada para un matrimonio húngaro. La base democrática no
desapareció de los Estatutos de las villas y el pueblo dálmata se acomodaba mal a las aventuras militares de
los sucesores de Arpad. Esto hizo desde el comienzo inclinar la balanza a favor de Venecia. Con su
constitución monárquica y feudal, el Estado húngaro hería fatalmente el espíritu republicano de las villas del
litoral. Y, en cuanto a los derechos de sucesión invocados por los soberanos extranjeros y que habrían podido
unir al presente las glorias extinguidas de los anteriores reyes croatas, los descendientes de una nobleza
ilustrada por los últimos rayos del Imperio de Oriente disentían. Así el conflicto fue inevitable por una falta de
tacto prodigiosa que se perpetuará a través de los siglos, gracias a la prepotencia de una burocracia
sospechosa y violenta, a la presencia irritante de guarniciones en las villas, a la presión inusitada sobre los
electores llamados a elegir "en plena libertad" sus obispos que resultaban ser casi siempre húngaros, a las
restricciones económicas y sobretodo al sentimiento subconsciente de los habitantes de las ciudades de una
incompatibilidad entre las comunas croatolatinas y los húngaros. Pero todos estos obstáculos fueron
desapareciendo poco a poco y las comunas hicieron el magnífico descubrimiento que la protección, o sea la
soberaneidad, de un conquistador alejado de la orilla adriática valía siempre más que la omnipresencia de un
egoísmo mercantil siempre en vigilia.

 
 

LA BATALLA POR DALMACIA


Zadar veneciano
Los venecianos no podían asistir tranquilamente al establecimiento de un pueblo extraño a las tradiciones
adriáticas en Dalmacia, dominio de Bizancio de la cual ellos se consideraban, con o sin razón, como los
herederos universales. Mientras vivió Koloman, nada ocurría. Pero con su sucesor las cosas cambiaron. A
Koloman lo sucedió su hijo Esteban III (1116-1131). Dedicó especial atención a Dalmacia, donde Venecia y
Bizancio estaban muy activa. La desunión dentro y entre las ciudades, motivó a Venecia a conquistarlas.

El emperador Alejo I se acercó a Venecia para enfrentar el problema dálmata. El dogo Ordelafo Faliero no
vaciló. Envió una misión a Constantinopla para poner al emperador Alexis I al corriente de la situación en el
Adriático - aquí se reconoció la supremacía bizantina - y se aseguró igualmente del consentimiento del
emperador Enrique IV, impaciente de vengarse de los húngaros por la derrota sufrida en Bratislava. Hecho
esto, al año siguiente de la muerte de Koloman, Faliero, con una potente flota, se dirigió a Zadar. El 12 de
Agosto de 1115, después de haber derrotado a una escuadra del Ban de Croacia, atacó a la villa, pero fracasó
ante una fortaleza defendida enérgicamente por una guarnición croatohúngara. La comuna de Rab le prestó
 juramento. Biograd fue ocupada para evitar el abastecimiento del castillo de Zadar. Todas las demás ciudades
se apresuraron a reconocer la autoridad de Venecia. Pero las inclemencias de la estación y la debilidad de sus
efectivos en Tierra Firme, obligaron al Dogo a levantar el sitio del fuerte y volver a Venecia.

En la primavera del 1116 corrió el rumor de la existencia de una concentración de tropas húngarocroatas entre
Zadar y Biograd. Alexis I, que esperaba volver a poner el pie en la orilla oriental del Adriático, se
comprometió enviar un contingente militar a Faliero. Entre Venecia, que reconocía la suprema autoridad de
Bizancio en Dalmacia, aunque bastante vaga, y la Hungría que rehusaba reconocerla, el emperador no podía
dudar. Ordelafo Faliero, apoyado por los imperios bizantino y romanogermánico, nuevamente desembarcó en
Mayo frente a Zadar. Las tropas húngarocroatas fueron derrotadas y la guarnición del fuerte se rindió (Junio).
Conquistó también &ibenik y demolió sus fortificaciones. Faliero regresó a Venecia, llevando una cantidad
enorme de prisioneros de los dos sexos. Pero la guerra estaba lejos de haber terminado. Ahora Venecia tenía
toda la Dalmacia bizantina bajo su autoridad y con dos ciudades croatas, Biograd y &ibenik.

A fines del 1116 y comienzos del 1117, un nuevo ejército húngarocroata llegaba a Zadar. El dogo Faliero
volvió a Dalmacia, pero en el momento mismo en que tenía en sus manos la victoria, murió en la batalla. Lo
sucedió Domenico Michiel quien obtuvo de Esteban un armisticio de cinco años (1117-1122). Los venecianos
retuvieron Zadar, Rab, Osor y Krk y los húngaros Biograd, &ibenik, Trogir y Split, a las cuales confirmó sus
 privilegios Los húngaros impusieron numerosas cargas a la comuna de Zadar: una guarnición croatohúngara
en la villa, la construcción de un palacio para el Ban de Croacia, el pago de un tributo y rehenes. A
continuación de su derrota, Zadar se liberó y retomó su independencia. A pesar de algunas restricciones,
hechas para garantizar que Zadar no seguiría una política antiveneciana, las relaciones entre Venecia y Zadar
fueron de naturaleza federal.

Por una de esas contradicciones tan comunes en la Edad Media, el Rey y el Dogo, después de haber
combatido encarnizadamente por la posesión de la villa de Zadar, le declararon simultáneamente su amor y
respeto a su libertad. El Ban de Croacia se comprometió solemnemente a respetar su independencia,
defenderla de y contra todos. El nuevo dogo Domenico Michiel juró sobre los Santos Evangelios garantizar a
sus ciudadanos la paz y la libertad. De acuerdo a la documentación de la época, ni Hungría ni Venecia
 pudieron consolidar su dominación en Dalmacia y, durante alrededor de treinta años, el país pudo gozar de
una independencia absoluta.

Después de la muerte de Alexis I (1118), su hijo Juan II (1118-1143) revocó la crisobula que su padre acordó
a los venecianos. El rey Esteban III, ya mayor de edad, se aprovechó de las relaciones tirantes entre Venecia y
Bizancio y el término de la tregua, para invadir la Dalmacia (1124). Se apoderó de la flota bizantina, Biograd,
&ibenik, Trogir y Split, pero no pudo conquistar Zadar y las islas. Acordó a Trogir y Split privilegios o más
 bien renovó los otorgados por su padre. Pero no pudo mantenerse en Dalmacia. Su éxito fue de corta
duración. La tempestad vino de Venecia, pero por la vía del Oriente. El dogo Domenico Michiel, que la
crónica llama vir bellicosus  (hombre belicoso), a su regreso del Levante, se apoderó de Split, Trogir y
&ibenik. Biograd, la villa del coronamiento de Koloman, fue completamente destruida (1125). Michiel redujo

 
 

la villa a un montón de ruinas, dispersó a sus habitantes, que se refugiaron en &ibenik, Zadar y, junto con el
obispo, muchos se trasladaron a Skradin. Creyó borrar el nombre de Biograd del libro de la historia adriática
 para siempre. Tomó como pretexto la arrogancia de sus habitantes y las vejaciones que sufrieron los
 peregrinos a la Tierra Santa, pero en verdad era la venganza por el coronamiento del Rey de croatohungaro.

Con una desenvoltura propia del medioevo, el Dogo hizo su entrada triunfal en Zadar poco después de haber
asegurado a la villa el respeto que tenía por su independencia. Los habitantes lo acogieron cordialmente. Fue
recibido por el clero y el pueblo, como lo fue en su tiempo Orseolo. Se cantó el Te Deum en la catedral (el
admirable domo de Zadar todavía no había sido construido), distribuyó una parte del botín a los pobres,
viudas y huérfanos, redondeó el territorio de la comuna con retazos de Biograd y volvió a Venecia.

Durante los primeros diez años de su reinado, Juan II no se pudo preocupar de Esteban III. Sólo empujaba a
Venecia a conquistar Dalmacia y a obstaculizar el comercio húngaro. Esta situación se agravaba por el apoyo
que la esposa del emperador Irene, apoyaba al herceg   ciego Almos recibiéndolo en la corte y reuniendo en
torno a él a los refugiados políticos húngaros. El objetivo era reemplazar a Esteban por Almos. Esteban no
restaba importancia al peligro bizantino. Se preocupó de aliarse o tener buenas relaciones con todos los
enemigos del Imperio Bizantino, que no eran pocos. Una vez seguro, Esteban exigió al emperador Juan que
expulsase a Almos y a sus partidarios del Imperio. Al no hacerlo, Esteban II empezó las hostilidades con la
toma de Beograd (1127). La guerra duró dos años. Murió Almos (1127) y se firmó la paz (1129). Esteban
volvió de la guerra muy enfermo y se preocupó de sus sucesor. Al no tener hijos eligió a su sobrino Bela II
(1131-1141), hijo de Almos hermano de Koloman.

Después de una guerra victoriosa, el rey croarohúngaro Bela II se apoderó de Dalmacia, pero sin Zadar e
islas. Donó a la Orden de los Templarios el convento de Vrana. No tuvo conflictos con Bizancio. Se casó con
Helena hija del gran  xupan serbio Uro#, y tuvo tres hijos: Geza, Esteban y Ladislao. Geza fue nombrado rey
(1141-1162), Esteban herceg   de Croacia y Ladislao herceg de Bosnia. En 1156 sus dos hermanos buscaron
refugio en Constantinopla.

Geza, cercado por el emperador Conrado III del Santo Imperio Romano Gérmanico y por el margrave de
Austria, no pudo intervenir en el Adriático. Zadar tomó el partido de Venecia y persuadió a las comunas de
Krk, Bra% y Hvar a separarse de Hungría. La época era turbia, todo era incierto. Las soberanías se cambiaban
al igual que las guardias. Al Norte, el Dogo; al Sur, el Rey; más lejos Dubrovnik y Kotor gravitando alrededor
de Bizancio y coqueteando con los soberanos balcánicos, vasallos turbulentos de Constantinopla. Pero esta
 paz relativa pronto se tornará en tempestad. El sucesor de Geza fue su hijo, Esteban IV (1162).

Un príncipe de la dinastía de los Comnenos, a la cual Bizancio debe alrededor de un siglo de grandeza más
aparente que real, se comprometería en un conflicto muy complejo con la mitad de las potencias europeas.
Perseguiría un sueño irrealizable, olvidando que la única misión práctica y factible que incumbía al Imperio
del Oriente era la de impedir las invasiones asiáticas. Manuel I Comneno (1143-1180) concibió el fantasioso
 plan de restablecer el Imperio Romano y de retomar la obra de Justiniano. Hungría, Venecia, el Reino de
Sicilia, el papado, el Santo Imperio, todos contribuyeron a este espejismo inalcanzable. Esta política fue la
última proyección occidental de Bizancio. Perseveró en su quimera hasta su muerte.

En víspera de los acontecimientos que se veían venir y que irían a estremecer por un instante a todo el sistema
 político penosamente logrado en la Europa del Sudeste, Venecia creyó necesario fortalecer los lazos que la
unían a la pequeña Comuna de Zadar. Dalmacia estaba muy bien, pero el punto neurálgico era Zadar, la villa
donde chocaban los dos programas políticos, el continental y el marítimo. En poder de una potencia
extranjera, Zadar pasaba a ser una poderosa palanca para la afirmación de la soberanía en el Adriático. Hasta
entonces, las relaciones de Venecia y la "capital" dálmata no sobrepasaban los límites de una cooperación
semifederal. Por lo demás, eran bastantes flojas como para permitir la intrusión húngara. Pero un Zadar
completamente libre, englobado sin embargo en la concepción jurídica de la corona de San Esteban, podría de
un día para otro hacer precaria, aún ilusoria, la soberanía adriática de la ciudad de San Marcos. Un cambio
total en las relaciones entre las dos comunas parecía inevitable. El medio mas eficaz en el siglo XII para
consolidar una soberanía temporal consistía, precisamente, en afirmar los lazos eclesiásticos. Zadar
ambicionaba el título arzobispal para su obispo como un elemento básico de su independencia. Desde el año

 
 

1134 formulaba este deseo, deseando firmemente que su arzobispo sólo dependería de la persona del papa.
Venecia tomó la iniciativa e invirtió toda la situación.

Mientras el emperador Manuel I se entrometía en los asuntos húngaros, Venecia daba un gran paso para unir
definitivamente Dalmacia, a lo menos la parte septentrional del país, a su imperio marítimo. Era apoyada
abiertamente por el Papa, que veía en ella el brazo secular que pondría en orden a un mundo inquieto, como
antes lo fue Carlomagno. Obtuvo de la Santa Sede la elevación del obispado de Zadar al rango de
arzobispado. El 15 de Octubre de 1154, el papa Anastasio IV, para recompensar a Venecia por su ruptura con
Bizancio, por la bula  Licet universalis, acogió favorablemente su petición de elevar el obispado de Zadar en
arzobispado, con los obispados de Krk, Osor, Rab y Hvar como sufragantes. En la exposición de motivos, hay
como un canto de muerte para la antigua Dalmacia y del arzobispado de Split, destronado en beneficio de una
nueva concepción política. El papa Adriano IV llevó las cosas aún más lejos y por la bula del 25 de Febrero
de 1155 anexó el arzobispado de Zadar y sus sufragantes al patriarcado de Grado, es decir de Venecia. Así, el
nuevo arzobispo cesó de ser sufragante de la venerable sede metropolitana de Split, que mantenía aún un resto
territorial del Reino de Croacia, y aceptó la autoridad suprema del patriarca de Grado que fue ungido primado
de Dalmacia.

Una viva agitación se apoderó de los zadarinos. La Crónica del veneciano Altino se hizo eco de la situación.
Al relatar la expedición del dogo Vitale Michiel II contra Zadar, el cronista afirma que la oposición de la villa
de Zadar era debida al odio que los zadarinos tenían contra los venecianos por haber sometido a su
arzobispado al patriarcado de Grado. Este odio persistirá duramente dos siglos y estará en la raíz de todas las
guerras entre Zadar y Venecia. La irritación en Zadar se incrementó cuando su arzobispo Lampridius, al
 presentarse en Roma para pedir la revocación de los decretos pontificios, fue obligado delante del Sagrado
Colegio, prometer obediencia al patriarca de Grado como a su superior jerárquico. Una nueva bula del papa
Adriano IV, de fecha 13 de junio de 1157, ratificó la de su predecesor.

Se conformaron así dos Dalmacias católicas: una que dependía directamente de Venecia y la otra, aún muy
 bizantina, abandonada a la codicia y rivalidades de los nuevos estados sudeslavos en los Balcanes que se
estaban perfilando en el horizonte. La unidad eclesiástica, al menos ideal, se quebró. En Bizancio, la jerarquía
eclesiástica, los órganos del poder civil y de la jurisdicción política tomaron nota del hecho. La astuta
República de la laguna aprovechó muy bien y en su beneficio la aspiración de la comuna de Zadar.

El arzobispo de Dubrovnik, a pesar de la oposición de los jefes laicos de la villa, estaba con el papa Anastasio
IV (1153-1154), que acababa de concluir una alianza con Hungría y Venecia, contra el emperador bizantino.
Pedro, arzobispo de Split, amigo del papa Alejandro III (1159-1181), era partidario de Hungría y el Papa lo
consolaba haciéndole entrever una pronta liberalización del yugo bizantino. Los sucesos futuros le dieron la
razón al Papa.

Dos años más tarde (1159) Zadar declaró la guerra a Venecia, guerra que los historiadores venecianos llaman
la primera insurrección de Zadar. Zadar esperaba una ayuda eficaz del rey de Hungría Geza II, pero este se
mostró indiferente. A la cabeza de una flota de treinta galeras el dogo Vitale Michiel I emprendió una batalla
decisiva contra la ciudad "rebelde". El sitio fue duro. A pesar de la ayuda de las villas de Istria, de acuerdo a
la Crónica de Altino, nunca antes una expedición veneciana fue tan gloriosa. El Dogo reunió un ejército
considerable, gran número de galeras,  gatti y soldados. Zadar fue tomada por la fuerza. Los croatohúngaros,
 puestos en fuga, abandonaron sobre el terreno armas, bagajes, víveres y municiones. La villa se rindió a
discreción. Todos los ciudadanos, a partir de los doce años, prestaron juramento de fidelidad al Dogo y de
aceptación de la autoridad suprema del patriarca de Grado. Después de esto, los ejércitos venecianos
regresaron a Venecia en gran triunfo y alegría. Domenico Morosini, el hijo homónimo del Dogo predecesor
de Vitale Michiel II, que fue expulsado de la ciudad en 1150, fue restablecido en sus funciones de Conde. Por
el momento, volvió el orden. Pero se trataba mucho más que de una lucha entre los venecianos y húngaros por
la posesión de Zadar, de una querella entre el Dogo y el Rey croatohúngaro. Un nuevo factor, el más antiguo
de todos, entró bulliciosamente en escena.

Manuel I retomó el camino de Dalmacia, cuyo suelo no había sido pisado por un legionario bizantino desde el
reinado de Basilio II. Quiso reconquistar Dalmacia, que perteneció al imperio durante tantos siglos y que le

 
 

confirió, junto al predominio naval en el Adriático, el sello de gran potencia occidental. En cuanto a las
formaciones estatales sudeslavas del interior, ellas no eran tomadas en cuenta. Le bastaba sostener lazos de un
vago vasallaje. Comprendió que había que detener la intervención de Hungría. Esta nueva potencia sostuvo
ventajosamente una larga guerra con Venecia por el dominio del Adriático. Era el señorío que Bizancio
reclamaba y cuya hegemonía quería renovar en todos los territorios del antiguo Imperio Romano. Con este
 propósito, Hungría debía ser retrotraída a sus límites y sujeta a la soberanía bizantina, y los normandos y
venecianos debían ser rechazados y englobados en la esfera de influencia del Imperio Bizantino.

Fue Hungría la que tuvo que sufrir los primeros ataques de Manuel. La llegada al trono de Esteban III (1162),
hijo de Geza, fue objetada por Bizancio que postulaba a su protegido Esteban, el hermano menor. En cambio,
los húngaros eligieron al hermano del medio Ladislao II (1162-1163), quien rápidamente murió. Asumió
entonces el candidato bizantino Esteban IV (1163). Se produce tal revuelo que produjo su expulsión del país.
Entonces vuelve al trono el hijo de Geza, Esteban III (1163-1172). Después de una corta guerra entre
Bizancio y Hungría, se firmó la paz. Bizancio recuperó Srijem. Esteban prometió enviar a su hermano, futuro
Bela III, para su educación a Constantinopla, entregándole además la administración de su herencia, es decir,
la Croacia al sur del Velebit y Dalmacia. Sin embargo Esteban no renunció a su herencia sobre esos territorios
y en el 1163, visitó Croacia y Dalmacia y confirmó los derechos y privilegios a las comunas otorgadas por sus
antecesores.

En vista de estos actos, en 1164 estalló de nuevo la guerra entre Zadar y Venecia. Manuel envió parte de su
ejército contra Hungría y otra parte a Croacia, Dalmacia y Bosnia. Asustado Esteban, pidió la paz y se
desprendió de su herencia territorial en Dalmacia y Croacia. Pero, cuando entrevió una posible alianza con
Venecia, rompió el tratado suscrito (1166). Todo hubiera marchado bien para Manuel sino hubiese sido por el
alto clero. Los obispos se la tenían. Conservaban todas sus simpatías al rey de Hungría, católico, apostólico y
romano. Los húngaros se aprovecharon de esta predisposición e invadieron Dalmacia en el otoño de 1166.
Los húngaros penetraron hasta Split y tomaron prisionero al estratega que se aventuró fuera de los muros de la
villa con un puñado de hombres. En 1167, &ibenik reconoció la soberanía húngara. pero éstos fueron los
únicos éxitos de la contraofensiva húngara. Ante esto el emperador bizantino lanzó todo su fuerza y furor
contra los húngaros (1167). En el frente danubiano, en Srijem los bizantinos hicieron frente a los húngaros y
obtuvieron una brillante victoria (8 de julio de 1167). Impotentes los húngaros retrocedieron y los bizantinos
conquistaron todos los territorios en disputa, salvo Zadar con sus islas que estaban en poder de Venecia. El
rey Esteban III pidió la paz. Renunció en lo sucesivo a toda invasión de las regiones dináricas y todo el país
entre el Sava y el Adriático reconoció de nuevo la soberanía bizantina.

Ciudades bizantinas
Como fruto de la victoria Manuel se quedó con Croacia al sur del Krka, Bosnia, Srijem y Dalmacia salvo
Zadar y las islas de Bra;, Hvar y Vis que permanecieron venecianas. A la muerte de Esteban III, subió al trono
Bela III (1172-1196). De 1167 a 1170, Bizancio consolidó su dominación en Dalmacia y Croacia. Dubrovnik
- regida por cónsules - cedió su castillo al emperador que enarboló allí su bandera e instaló una guarnición.

En este conflicto Venecia guardó una estricta neutralidad. Las villas dálmatas no olvidaron los lazos
históricos que las habían unido al Imperio de Oriente. Para ellas el Imperio era siempre el Estado por
excelencia, el único representante de la civilización universal, fuera del cual sólo había tinieblas y barbarie.
Los croatas, deslumbrados por el prestigio de Manuel I, se plegaron a la dominación bizantina. Serbia,
llamada en ese tiempo Ra#ka, estaba sometida, y Bosnia, en plena gestación política, era impotente. Los
 bizantinos penetraron muy adentro en el territorio dálmata. Cincuenta y siete villas, entre dálmatas y croatas,
reconocieron la soberanía bizantina. &ibenik, Trogir, Split y Skradin aclamaron a los bizantinos.

Mas los obispos quedaron irreductibles, sobretodo, el más importante de todos, el arzobispo de Split. A pesar
de los ruegos de sus diocesanos, Gerardo, obispo sucesor de Pedro (1074), rehusó presidir una misión a
Constantinopla. Presionado por sus conciudadanos, prefirió establecerse en Siponto en el Sur de Italia antes
que ceder a las amenazas de los funcionarios bizantinos. Llamado, aceptó volver a Split, siempre que no se le
exigiera rendir un homenaje al emperador Manuel. Después de su muerte, en Siponto, su sucesor Raynero
(1176-1180), aceptó la misión con algunos patricios. Llevó numerosos regalos. Se encargó de quebrar la
resistencia del episcopado dálmata al régimen imperial.

 
 

Manuel I dividió Dalmacia en dos provincias. Una, desde el Neretva a Durrës, a la cual le fue anexada la
región de Doclea. La otra, al sur del río Zrmanja y al oeste hasta el Drina, había otro gobernador, que tenía su
asiento en Split. La famosa Tema de Dalmacia fue restablecida. Su estratega llevaba el doble título de
sebastos de Dalmacia y Croacia. El país fue gobernado por el estratega Constantino, pariente del emperador,
quien hizo una buena y justa administración. Esta situación se mantuvo entre 1167 y 1180. A pesar del
despliegue de considerables fuerzas, la ocupación se hizo sin derramamiento de sangre. Todas las autoridades
 bizantinas fueron reconocidas. El título de conde, que los jefes de las comunas autónomas llevaban, fue
respetado.

En la batalla de Legnanno (Lombardia, 19 de Mayo de 1176) el ejército de Federico I Barbaroja, emperador


del Sacro Imperio, fue derrotado completamente por la Liga lombarda. En ese día, el principio de la
autonomía comunal obtuvo una victoria decisiva sobre el principio de la centralización. Las comunas italianas
 pudieron enmanciparse completamente de la centralización ítalogermana, mientras que las comunas dálmatas
tuvieron que seguir sufriendo durante numerosos siglos las acciones destructoras de dos centralismos.
Dalmacia no tuvo su Legnano, pero Legnano tuvo una repercusión sobre la otra orilla del Adriático. Prolongó
la vida autónoma de las comunas dálmatas. Las comunas dálmatas quizás habrían podido resistir
victoriosamente a las pretensiones venecianas y húngaras si ellas se hubiesen unido como las comunas
italianas. El motivo de que no .lo hayan hecho es doble: la desarticulación geográfica de la costa dálmata y la
disminución gradual y rápida del elemento latino eliminado por una importante infusión de sangre eslava,
refractaria a las acciones de conjunto.

En 1177, el cardenal Raymondo de Capella fue enviado a Dalmacia, en calidad de legado pontificio. Convocó
un Sínodo en Split. Todos los obispos fueron invitados, aun los sufragantes del patriarcado de Grado. Pero el
arzobispo de Zadar, no queriendo hacer un acto molesto a Venecia, ya que se dio cuenta del objetivo político
del Sínodo, se abstuvo. El sínodo no tuvo lugar y el cardenal Raymondo partió a la corte del rey de Sicilia. A
su regreso, fue apresado por los piratas de &ibenik que lo dejaron en libertad, pero le quitaron los documentos
y objetos preciosos de los que era portador. Fue una intriga bizantina. Poco tiempo después los venecianos
sorprendieron a Trogir y se apoderaron de la villa. El nuevo sebastos bizantino, Roger en secreto acuerdo con
el arzobispo de Split Raynero, la liberó. La paz no fue turbada en Dalmacia, salvo por el asesinato del
arzobispo Raynero, víctima de una emboscada entre Klis y el río Cetina inspirada quizás por el partido
antibizantino de los Ka%i$, ya que Raynero pretendía las tierras neretvanas. La desaparición del arzobispo de
Split, era el comienzo del término de la dominación bizantina en el país.

Abandonando las playas del Adriático, Bizancio separó su destino de los futuros estados sudeslavos. Después
de un siglo de eclipse total, asistirá impotente, vuelto hacia el Oriente, a la marea de una última invasión
asiática. En el Adriático no se verán las galeras bizantinas de pabellón negro y oro, sino un sólo instante muy
fugaz, cuando fueron llamadas por Dubrovnik en un situación desesperada de ataque sarraceno. Desde
entonces y durante siglos, las dos únicas potencias extranjeras en las costas dálmatas serán Venecia y
Hungría.

El emperador Manuel I murió en 1180 y toda su política occidental se derrumbó. La autoridad de Bela III, fue
reconocida, generalmente, por las ciudades dálmatas y Bosnia. Para el Imperio de Oriente no habrá más lugar
en Occidente. A partir de ese año, Dalmacia, primera y última provincia, donde el Oriente y el Occidente
lucharon por la hegemonía mundial, se separó definitivamente de Bizancio. En 1186 se firmó la paz entre
Bela III y el emperador bizantino Isaac.

Soberanía húngara
Después de la muerte de Manuel I, todas las comunas dálmatas y croatas del litoral quedaron bajo la
soberanía húngara, salvo Zadar que tuvo que aceptar de nuevo la autoridad veneciana. Otra excepción fue
Dubrovnik, que muy astutamente se colocó bajo la protección del rey de Sicilia, Guillermo II, y "quedó"
normanda hasta 1194.

Pero Zadar, impaciente por aliarse al partido húngaro, se insubordinó. Las circunstancias le eran favorables.
Venecia salió debilitada en su lucha contra Manuel I. .Su flota fue seriamente puesta a prueba, sus finanzas

 
 

empobrecidas, su comercio marítimo atravesaba una crisis terrible por las sucesivas guerras, su población
estaba reducida a causa de epidemias y los propios patricios en apuros. Por el contrario, la situación de
Hungría mejoraba. Los húngaros se acercaron a Zadar, donde instalaron una guarnición. Con esta fuerza
rechazaron dos ataques venecianos de 1187 y 1188. Zadar firmó una alianza defensiva con Pisa competidor
de Venecia.

A la del arzobispo de Zadar Lampridius, los zadarinos rompieron toda relación con el patriarcado de Grado.
Enviaron una nueva misión a Roma. No sólo el Papa no quiso escuchar sus proposiciones sino que, al
contrario, ordenó al nuevo arzobispo permanecer tres meses en Venecia y prestar juramento de obediencia al
 patriarca. Los zadarinos se opusieron enérgicamente a estas exigencias. El dogo Orio Malipiero, requirió a la
comuna de no oponerse al viaje del arzobispo. Zadar respondió reconociendo por soberano a Bela III, rey
enérgico y, si se puede decir, nacionalista, precursor lejano del chauvinismo húngaro. Todas las comunas
isleñas hicieron causa común con Zadar. Una guarnición húngara ocupó la villa, se aprovisionaron y se
reforzaron las murallas para resistir un largo sitio. Se procedió a la elección de un Conde entre sus
ciudadanos.

Gracias a las contribuciones de sus conciudadanos, Venecia movilizó una potente flota que se hizo a la vela
hacia Zadar. Una vez más, la autonomía de la pequeña comuna fue colocada bajo la salvaguardia de un
sucesor de Koloman y Petar Zvonimir. Pero la villa estaba fuertemente defendida. Hungría reforzó sus
 posesiones. El Conde de Zadar fue nombrado comandante de todos los ejércitos húngaros de Dalmacia. La
lucha por Zadar, empezada en 1181 durará más de diez años, hasta 1193. En esta lucha se distinguieron los
señores croatas y el rey húngaro les concedió tierras y muchos privilegios.

La situación para Venecia pasó a ser grave. El comercio veneciano sufría ataques cotidianos de los piratas
dálmatas. Escasa de dinero y ahorrando fuerzas para una nueva expedición a Tierra Santa, Venecia se vio
forzada, después de la derrota naval del 14 de Mayo de 1190 a manos de zadarinos y sus aliados pisanos, a
concertar con Hungría una tregua de dos años para dar seguridad a su flota comercial. Esta tregua, renovada
numerosas veces, no impidió que Venecia oprimiese económicamente a Zadar infligiéndole toda clase de
afrentas posibles. Por otra parte para asegurarse de la fidelidad de las comunas insulares (Rab, Pag y Cres)
 promulgó reformas administrativas. Dio instrucciones precisas a sus delegados para hacer justicia con
imparcialidad y respetar el derecho consuetudinario del país. Pero Zadar quedó húngaro con toda la Dalmacia
continental. Así permaneció durante veinte años a pesar de todos los esfuerzos venecianos.

Se podía pensar que Venecia había perdido la partida. De bizantina en 1186, toda la Dalmacia pasó a ser
húngara, es decir, casi independiente. Después de la muerte del rey Bela III, su hijo mayor Emeric (1196-
1204) lo sucedió y su hijo menor Andrés II fue nombrado en 1197 Duque de Zadar, Dalmacia, Croacia y
Hum, exactamente igual como el Dogo de Venecia. Andrés principió a gobernar su Ducado como un
verdadero rey, independientemente de su hermano. Comenzó por hacer una guerra no declarada a Venecia.
Arrasó la isla de Pag y capturó algunos navíos venecianos. Pronto dejó de atacar a Venecia y emprendió una
encarnizada guerra contra su hermano (1198). Hubo combates a orillas del río Drava. Emeric salió vencedor y
encarceló a Andrés e hizo coronar, por el obispo de Split, a su único hijo Ladislao III como rey de Croacia y
Dalmacia. La guerra civil en Hungría tuvo por resultado que Dalmacia fue abandonada a su suerte. Emeric
murió en 1204, habiéndose reconciliado con su hermano Andrés. Lo sucedió su hijo Ladislao III (1204-1205),
quien, a los pocos meses, murió subiendo al trono Andrés II (1205-1235).

La Cuarta Cruzada
Al comienzo del siglo XIII un gran acontecimiento proyectó el nombre de Zadar sobre el ecran de la historia
mundial: la toma de Zadar por la Cuarta Cruzada, ocurrida en el año 1202. Zadar se puso bajo la protección
del rey de Hungría y con ello desafió la República de Venecia.

Se sabe que la Cuarta Cruzada, casi enteramente compuesta de barones franceses, no alcanzó su objetivo:
liberar la tumba de Cristo. Los cruzados se retardaron en el camino. Hicieron una primera "escala" en Zadar
de la cual se apoderaron, saquearon y destruyeron completamente. Sólo la iglesias quedaron en píe. Después
realizaron una segunda "escala" en Constantinopla, que tuvo por epílogo la supresión del Imperio Bizantino y
la creación del Imperio Latino de Oriente. Se ha discutido mucho de quien es la responsabilidad de haber

 
 

dirigido una cruzada contra cristianos y no contra infieles. En verdad, el hecho marca una ruptura notoria con
el espíritu religioso del cual estuvieron animadas las cruzadas anteriores. Las tomas de Zadar y
Constantinopla llevan el signo de un realismo, de un cinismo político completamente ajeno a toda
 preocupación idealista y caballeresca.

Los barones franceses y flamencos, que se comprometieron a liberar el Santo Sepulcro en repuesta a los
 predicadores populares y a la potente voz del papa Inocencio III, dependían en realidad exclusivamente de la
 buena voluntad de los venecianos. Venecia era la única potencia marítima, poderosa y rica, familiarizada con
todos los secretos del Oriente capaz de prestar ayuda y asistencia a los cruzados. Se tomaron acuerdos con la
República de San Marcos, cuyo jefe era el viejo dogo Enrico Dandolo, un hombre casi ciego, pero uno de los
más notables de su tiempo. Al mismo tiempo que los barones se dirigían hacia la laguna veneciana, la
República se encontraba en un momento crítico de su historia, en una situación llena de peligros.

Respecto a Zadar, Venecia tuvo que elegir entre las negociaciones con Emeric, activadas por una mediación
 papal o el uso de la fuerza. Se decidió por la fuerza. Como los barones franceses estaban en deuda con
Venecia, ésta les ofreció perdón a cambio de la toma de Zadar, que tenía unos ocho mil habitantes. Los
 barones franceses aceptaron. Avisado por su legado, el Papa les envió una carta amenazándolos de
excomunión si atacaban una villa del rey de Hungría. Sin embargo, la operación siguió su curso.

Al mando del Dogo, sesenta galeras, seguidas de cientos de navíos de transporte abandonaron triunfalmente el
 puerto de Venecia el 8 de Octubre de 1202. Antes de llegar y poner sitio a Zadar, los cruzados sometieron a la
soberanía de Venecia toda la costa adriática entre Venecia y la frontera norte de Dalmacia, cuya población
 prestó el juramento de lealtad al Dogo. Istria y Liburnia fueron obligadas a pagar un tributo a los venecianos.
Los cruzados pasaron a ser los ejecutores de la voluntad de Venecia; estaban dispuestos a todo.

En la víspera de San Martín, el 11 de Noviembre de 1202, llegaron a Zadar. Las primeras naves esperaron a
las otras. Bajaron a tierra e instalaron sus tiendas y empezó el sitio de Zadar. El día 12, los zadarinos salieron
a parlamentar con el Dogo. Ofrecieron entregar la ciudad y sus bienes, pero rechazaban la rendición
incondicional. A la petición del Dogo de tomar la ciudad, los franceses le reiteraron su promesa de ayudarlo.
El ataque duró cinco días. Tomaron el puerto a la fuerza. Conquistada la ciudad la ocuparon por mitades
venecianos y cruzados. Esto produjo peleas por la posesión de las mejores casas. El papado protestó,
exigiendo la restitución de todo a los zadarinos, incluso de la ciudad destruida. Los cruzados aceptaron las
exigencias del Papa, pero los venecianos no. Terminada la batalla de Zadar y alejados los cruzados, las
relaciones entre el rey de Hungría y el "rey" de Croacia y Dalmacia se agravaron. Socorrieron a Zadar el
arzobispo de Split Bernardo y el poderoso knez de Cetina Domaldo.

Después de la muerte de Enrico Dandolo, su sucesor, Pietro Ziani, rogó al papa Inocente conferir el palio a un
veneciano que el gobierno de la República eligió como arzobispo de Zadar. El Papa le respondió que "si no
hay reparaciones [a Zadar], no hay arzobispo". Durante cuatro años, el asunto se mantuvo pendiente. El Papa
solicitó, una vez más, a los venecianos marchar contra los infieles. El Dogo aceptaba, pero pedía en cambio
una serie de concesiones importantes, entre otras que se le enviara el palio a su arzobispo de Zadar.

El Papa, evidentemente, estaba obligado a tratar con miramientos a Venecia que, con la toma de
Constantinopla, subió desde su condición de poderosa comuna adriática al rango de una gran potencia. Este
fue el resultado más claro de la Cuarta Cruzada. El imperio veneciano se extendía ahora de Istria hasta Creta,
fuerza y debilidad a la vez. Enrique Dandolo tomó, para si y sus sucesores, el título de "Señor de un cuarto del
Imperio Romano". Por lo tanto, la toma de Zadar merecía estar en una gran pintura en la Sala del Gran
Consejo del Palacio Ducal de Venecia (obra de Andrea Vicentino y Tintoretto). Con la conquista de Zadar,
Venecia le tomó el gusto a las conquistas territoriales de encumbrado estilo. La cooperación entre un gran
ejército europeo y la flota del Dogo, la hizo entrar en el sistema de las grandes potencias continentales.
Hungría fue, por primera vez, expulsada de la orilla dálmata por una fuerza internacional. Se podía pensar
que, después de la toma de Zadar, la ciudad y toda la Dalmacia, permanecerían tranquilas mientras el nuevo
 patriarca latino de Constantinopla, Tomás Morosini, tomaba Dubrovnik (1205), último baluarte bizantino en
Dalmacia, y Durrës, en Albania. Pero no fue así. Zadar se insubordinó.

 
 

Decididamente el ideario libertario en las comunas eslavolatinas del Adriático se rehusaba a morir. Enterrada
 bajo sus ruinas, Zadar salió a la mar, a luchar contra los venecianos. Fue necesario realizar una nueva
expedición veneciana para subyugar la obstinada villa. Los venecianos levantaron una fortaleza contra Zadar
en la isla vecina de Ugljan. Era el castillo de San Miguel, que desempeñó un papel importante en las guerras
 posteriores entre Venecia y Hungría. Desesperados los zadarinos llamaron en su ayuda a los barones croatas,
señores feudales vagamente subordinados a la corona húngara, y al gran ban croata y duque de Split, conde
Domaldo Sva;i$, para gobernar la villa. En el año 1210, Domaldo, recibió la  xupania hereditaria de Cetina
como obsequió y retribución del Rey de Hungría por los favores recibidos. Con esto pasó a ser el barón croata
más poderoso. El conde Domaldo, paralizó la acción veneciana, eludió la vigilancia de la flota, reconstruyó
Biograd, destruido por los venecianos hacia casi un siglo, y se abocó a la gran tarea de levantar Zadar, donde
era evidente que el elemento croata tenia la supremacía. Con sus propios recursos, ayudado por los
sobrevivientes de Zadar, restauró la villa a la cual volvieron fugitivos y emigrados.

En ese momento las fuerzas silenciosas que fermentaban en las comunas dálmatas despertaban. Una sola voz
corrió a la largo de la costa oriental: era necesario vengarse de Venecia. La muerte de Zadar, sería el decreto
de condena a muerte para toda la Dalmacia. Nuevos aliados penetraron en el Adriático y se ofrecieron ayudar.
Eran las galeras napolitanas de la comuna antes normanda y ahora pontificia, que buscaba la revancha por los
 perjuicios que la prepotente comuna de San Marcos les causaba al no permitirles comerciar en el
Mediterráneo. También Split, Omi# y &ibenik respondieron con sus liburnias al llamado de Zadar.

La guarnición veneciana del castillo de San Miguel no pudo resistir los ataques. Los zadarinos y aliados
 pasaron por las armas a todos los que encontraron en el castillo y destruyeron las obras de defensa. Después
de haber cumplido su tarea, esta coalición se disolvió. Toda esta operación tenía el aire de haber sido
conducida secretamente por el rey de Hungría que se vengaba así, discretamente, de la afrenta veneciana del
1202. Esperaba entrar muy pronto a su villa tan fiel, pero fracasó. Venecia aunque comprometida a fondo en
el Oriente disponía todavía de fuerzas navales suficientes para volver al combate. Después de una corta
ofensiva, los zadarinos se entregaron. Los conquistadores volvieron a imponer a la villa condiciones crueles,
onerosas y humillantes. Para vengarse del difunto Bernardo, arzobispo de Split, destruyeron la torre
fortificada y la casa que construyó cerca de las melancólicas ruinas de Salona. Domaldo desapareció.

Los zadarinos prestaron el juramento de vasallaje al Dogo y cantarían laudos de rigor en Navidad y Pascua de
Resurrección en su honor y del Patriarca. Subordinación total a Venecia en las relaciones con otras potencias,
 pago de un tributo anual, regreso de los emigrados venecianos, envió de rehenes a Venecia a su costo,
reconstrucción de las murallas, ayuda en caso de guerra sin discusión si fuera en territorio dálmata hasta
Dubrovnik, entrega de una residencia para el Conde veneciano y cumplimiento de un sinnúmero de otras
obligaciones. El barón croata fue reemplazado por el veneciano Vitale Dandolo. Por otra parte, Dubrovnik
firmó en 1205 un pacto con Venecia, casi idéntico al de Zadar. El sometimiento de estas dos villas era similar.

Venecia organizó un partido veneciano en Zadar. Se convenció que al emplear sólo la fuerza, los logros
 podían tener solamente un carácter precario. Con anterioridad había en Zadar un partido pro y otro
antiveneciano. El primero fue expulsado numerosas veces de la villa. Durante los últimos asedios venecianos,
sus miembros se encontraban en el campo de los sitiadores. Sus casas y bienes eran confiscadas. Pero Venecia
triunfó. La comuna de Zadar debía restituir los bienes o pagar las indemnizaciones. Los partidarios de
Venecia se reinstalaron en la villa. Comenzaron una campaña de apaciguamiento y de reconciliación a pesar
de los durísimos términos del último tratado. Hungría presa de gran debilidad, capituló muy pronto. Había
 perdido la batalla. Zadar pasó a ser, por la fuerza de las armas y en virtud de un pacto impuesto, una
dependencia de Venecia, aunque en derecho gozaba del protectorado húngaro. Venecia lo sabía
 perfectamente, pero ignoró los derechos de la corona croatohúngara. Sólo que no bastaba querer ignorar esos
derechos. Cada vez que los reyes de Hungría se recuperaban, afirmaban sus pretensiones y manifestaban sus
derechos. Entonces Zadar se levantaba contra Venecia. Así el derecho y el hecho se encontraban siempre en
 perpetua lucha. Los venecianos reforzaron su autoridad sobre Zadar en 1216 cuando Andrés II renunció a
todos sus derechos sobre esa ciudad a cambio de la ayuda naviera que le prestarían los venecianos en su
cruzada a la Tierra Santa.

 
 

La disputa por Dubrovnik


Mientras en Dalmacia del Norte Venecia, con una tenacidad muy romana, procedía a la consolidación de su
 posesión más próxima, en Dalmacia del Sur Dubrovnik, una comuna más audaz y más favorecida por su
situación geográfica que las otras, aceptaba el desafío y se dedicaba a crear un pequeño mundo aparte, una
ciudad independiente. Con Dubrovnik, el problema dálmata se complicaba. Más allá de Dubrovnik, Hungría
ya no era el rival a temer. Otros factores políticos ejercían allí su influencia: el reino normando, los estados
sudeslavos que tímidamente se cristalizaban en los Balcanes, el imperio bizantino que aunque expulsado de
Asia proyectaba aún un esplendor lejano y finalmente, un nuevo y gran rival de Venecia, Génova, que
acechaba una ocasión propicia para expulsarla de sus posesiones orientales. Pero la ciudad de San Marcos no
 podía renunciar a la vigilancia del Adriático. La libertad absoluta del Canal de Otranto era un dogma
veneciano. Era necesario impedir, al precio de los más grandes sacrificios, que otro soberano fuera el dueño
de las dos orillas, ya que ello significaría para Venecia un embotellamiento precursor de su muerte. Es por
esto que combatía con furor al normando Roberto Guiscard. Por lo mismo debía impedir, por todos los
medios, que Dubrovnik llegara a ser un territorio libre, un punto de concentración de todas las fuerzas hostiles
a la soberana del Adriático y de su monopolio comercial. Entre Zadar y Dubrovnik giraba todo el problema de
la seguridad veneciana.

Dubrovnik, como se vio más arriba, la conquistó una vez el patriarca Morosini. En 1205, fue obligada a
concluir un tratado con Venecia, menos desastroso que el que destruyó la autonomía de Zadar. Con esto los
venecianos completaban su conquista del litoral del Adriático. Pero se insubordinó muy pronto. En 1207 no
vaciló en aliarse con un "principado" de piratas sudeslavos que formado silenciosamente en la desembocadura
del Cetina en torno a Omi#, en el corazón mismo de Dalmacia. Esta alianza, que produjo un escándalo en toda
Dalmacia, le permitió a la ciudad de San Blas expulsar a los venecianos.

Venecia demoró cuatro años en reconquistarla. Envió en 1211 como gobernador de la ciudad rebelde a un
hombre de primera plana, Giovanni Dandolo sobrino del gran Dogo. Dalmacia llegó a ser una especie de
 patrimonio de la familia Dandolo. Pero la paz duró sólo cuatro años. Dubrovnik se levantó de nuevo y con la
ayuda de Omi# expulsó a Dandolo, nombró a su gobernador y extendió su territorio. Los omi#ani, sintiéndose
fuertes por su alianza con Dubrovnik, incursionaron por todo el Adriático, tal como lo hacían los antiguos
ilirios. Asediaron Split y &ibenik, se aventuraron en las costas de la Italia meridional, saquearon, hicieron
 pillaje y entorpecieron el comercio de todos los ribereños.

El papa Honorio III (1216-1227) envió un legado a Split para organizar una cruzada contra los piratas de
Omi#, que posiblemente habían vuelto al paganismo panteísta de sus antepasados. Dubrovnik se abstuvo, pero
las comunas de Split, Trogir, &ibenik y Klis se lanzaron tras el enemigo y renovaron la cacería que los
venecianos organizaron en su tiempo contra los neretvanos. Sólo que esta vez eran sudeslavos los que hacían
la cacería de sudeslavos. Los piratas pidieron la paz y prometieron quemar sus navíos. La historia iliria se
repetía. Y, de nuevo, igual que los ilirios, los omi " ani, a pesar de las promesas dadas, reiniciaron sus aventuras
 bajo el amparo de su alianza con Dubrovnik. Finalmente, los jefes piratas fueron capturados y los omi " ani 
entregaron su flota a los aliados. Una vez que la liga dálmata puso término a la actividad corsaria de Omi#,
Dubrovnik también rompió su alianza con el peligroso "principado" pirata. Ella se preparaba, al mismo
tiempo, para una encarnizada lucha con la ciudad de San Marcos.

Giovanni Dandolo expulsado, llamado de vuelta, expulsado de nuevo, llegó a ser más partidario de
Dubrovnik que de Venecia. Desarrolló una magnífica actividad en provecho de la naciente República de San
Blas. Obligó a los serbios a una política de entendimiento. Dubrovnik firmó tratados de comercio con las
comunas itálicas de Fermo, Ferrare, Rimini y Ravena (1229-1231). No pudo olvidar su alianza con Omi# y
aplicó la política, que le dio tantos éxitos, de hostilidad exhibida y de tortuosas alianzas ocultas. Pero en los
momentos críticos, cuando Venecia recobraba en secreto su poderío, Dubrovnik se acordaba de sus lazos
seculares con Bizancio y no vacilaba en solicitar la protección de lo que quedaba del Imperio Bizantino.

Felizmente, en los momentos más ásperos de esta lucha desigual entre las dos comunas adriáticas, Venecia y
Dubrovnik, un gran general bizantino expulsó a los usurpadores latinos de Bizancio e inició la reconstrucción
del Imperio destruido. El emperador de Nicea, Juan III (1222-1254) se alió con los genoveses. Tomó la
ofensiva contra los venecianos. Apoyado por la flota genovesa, liberó Dubrovnik y expulsó a los venecianos

 
 

(1230). Por un instante Bizancio retomó la política de Manuel I. Dubrovnik, la muy fiel, simbolizaba una vez
más todas las ambiciones occidentales del Imperio de Oriente. Era la llave que le abría las puertas del
Adriático. Desgraciadamente, la flota bizantinogenovesa no prosiguió con sus éxitos. Consideró que la toma
de Dubrovnik, seguida por la reocupación de Dalmacia, la llevó muy lejos de su objetivo. Este fue el último
saludo de Bizancio a Dalmacia. Solamente seis siglos más tarde, una bandera con el águila bicéfala, pero que
no sería la de Bizancio, sino de Austria, será la que flameará en las murallas de Dubrovnik.

En Dalmacia, Dubrovnik ensayó una vez más una alianza con los piratas sudeslavos, pero fue derrotada por
Venecia. Giovanni Dandolo volvió por quinta vez. Fue miembro de una embajada de Dubrovnik en demanda
de la paz. Completamente abandonada de todos sus aliados, aceptó las condiciones más duras (1232). Vuelto
a Dubrovnik, Dandolo desahucio la alianza con Omi#, firmó la paz con los soberanos serbios y obtuvo para
Dubrovnik la libertad de comercio en Bosnia y en Hum. Pero una vez más, Dubrovnik expulsó a los
venecianos y firmó una alianza con el principado de los piratas. Tres años, más tarde, armó dos galeras contra
su anterior aliado. La caída de Zadar daba sus frutos. Dubrovnik se resignó a la soberanía veneciana,
moderada por el papel disminuido del representante de la República de San Marcos. Preparaba lentamente su
emancipación.

DALMACIA HÚNGARA
La sucesión en Hungría
Andrés II no era el soberano apropiado para reconquistar Zadar. En 1214, decidió hacer una cruzada. Falto de
dinero y naves, tuvo que recurrir a Venecia. Firmó en 1216 un tratado con el Dogo que significó una nueva
humillación para la corona. Renunció a sus derechos sobre Zadar y prometió solemnemente jamás reivindicar
esta ciudad. Venecia afirmaba su soberanía sobre Zadar. El tratado fue enviado al Papa para su aprobación.

Recién en el año 1217, Andrés II llegó a Dalmacia para embarcarse a Tierra Santa. Split le dio una acogida
triunfal. Reclutó algunas galeras de Venecia, Ancona y Zadar. Colmó a la comuna de dones, concesiones de
tierras y entrega de privilegios, pero no le entregó sus derechos de autonomía. Actuaba y disponía libremente
como si Venecia no existiese en lo más mínimo. En efecto, el poder real de la República no sobrepasaba los
suburbios de Zadar. Andrés se encontraba en Split casi en igual situación que Venecia. No podía conferir la
sede metropolitana a su voluntad. Durante la estada del rey en esta ciudad, murió Bernardo, arzobispo de
Split. El candidato de Andrés para la sucesión fue rechazado por la Comuna. En 1223 le quitó a Domaldo
todas sus posesiones entre el Krka y Zadar y se los entregó a los condes de Bribir que habían derrotado a
Domaldo. Los Bribir se fortalecieron enormemente. Al sur del Cetina reinan los poderosos condes Ka;i$.

Los poderosos señores y las empresas poco exitosas de Andrés II, dieron origen a una creciente agitación
social. A ella se sumaron los ejércitos y las guarniciones de castillos reales. Los descontentos pusieron sus
esperanzas en el hijo mayor del Rey, Bela. La oposición organizada lo obligó a otorgar, en 1222, la Bula de
Oro, llamada así por el sello de oro que lleva, documento equivalente a la Carta Magna occidental. No era
aplicable a los territorios al sur de Gvozd. En esta parte del reino, los barones croatas trataban de conquistar
las ciudades para que uno de los miembros de su familia fuera el prior. Esta presión perjudicaba a las ciudades
que se vieron obligadas a formar alianzas contra ellas y los piratas. En 1221 se unieron Split y Klis, alianza
que se amplió a &ibenik. En 1225 Andrés II nominó dos banes: uno para "toda la Eslavonia" ( totius
Sclavoniae), que llegaba hasta Petrova Gora incluyendo a Zagreb, y otro para "las regiones del litoral" (banus
de maritimus partibus), o sea., al Sur del Sava. Las relaciones con la Iglesia eran tensas. En 1232, el primado
de Hungría, obedeciendo instrucciones del papado, puso al país, al rey y a los oficiales del tesoro bajo
interdicción. El rey tuvo que ceder para impedir que el clero se aliara a la oposición. Compensó a la Iglesia y
expulsó a comerciantes y funcionarios hebreos y musulmanes. Con ello borró los ultimas vestigios orientales
en el país. Entregó donaciones territoriales a perpetuidad a las poderosas familias aristocráticas. Bela era
contrario a todas estas muestras de debilidad real

Después de la muerte de Andrés II, su mujer Beatriz encinta del que se llamaría Esteban V (1270-1272), se
refugió en Dalmacia por temor a ser envenenada por su hijastro Bela, ahora rey Bela IV (1235-1270). La corte
de Hungría no quería reconocer al hijo póstumo de Andrés II como legítimo. Esteban, ya mayor, viajó y,
finalmente, amenazado de muerte, se refugió en Venecia, donde se casó con una patricia veneciana, Tomasina
Morosini del cual tuvo un hijo que sería Andrés III (1290-1301), y de sobrenombre el Veneciano, por el

 
 

origen de su madre. Bela IV, obtuvo la promesa del Dogo Jacopo Tiepolo, en base de un tratado de 1244, que
la República rehusaría toda ayuda a los partidarios de Beatriz. Bela IV, se coronó en Biograd en una sola
ceremonia como rey de Hungría y Croacia. A partir de entonces los croatas pidieron una sola ceremonia para
ungir al rey de Hungría y de Croacia y Dalmacia.

Entre 1226 y 1241 gobernaba Croacia-Eslavonia el duque Koloman, hermano de Bela IV, con asiento en
Zagreb y Knin. Alrededor del año 1240 intentó, en complicidad con el arzobispo de Split Guncel, hacer
depender éste arzobispado del de Zagreb, en contra de la opinión del Papa. La llegada de los mongoles
impidió tal acción.

Los tiempos eran difíciles. Una nueva tormenta apocalíptica se abatió sobre Europa. Una invasión asiática
sembraba el espanto entre el Volga y el Adriático. Los sucesores de Gengis Khan, después de haber
conquistado toda la Rusia, invadieron Hungría a principios de 1241. En el verano de ese mismo año,
avanzaron hasta Viena. Al comienzo de 1242 cruzaron Croacia en persecución encarnizada de Bela IV, que
qu se había refugiado en Zagreb, sede episcopal y plaza fuerte de primer orden. Al no sentirse seguro allí, se
marchó a Klis y Split. Perseguido de cerca por los mongoles siguió a Trogir. Finalmente Bela escogió como
refugio la isla vecina de Bua. Los mongoles continuaron su cacería. Para ellos, apoderarse del rey de Hungría
significaba adueñarse de toda la rica región del Danubio. Atacaron Klis, Split y cuando supieron que el rey
estaba en Trogir, allá fueron. Pero para entonces el Rey se encontraba en una galera entre Trogir y Split. Los
mongoles se empecinaron en conquistar Trogir, lo que no consiguieron. Las derrotas que sufrieron en
Dalmacia y la noticia de la muerte del jefe supremo mongol Ogodai, ocurrida el 11 de diciembre de 1241,
hizo que en 1242 se retirasen de Croacia y Hungría y tomasen la ruta al Oriente, no sin antes devastar la
Dalmacia Meridional. Dubrovnik resistió bien, Kotor fue incendiado. Saquearon Bosnia, Serbia y Bulgaria.
Este nuevo azote de Dios en retirada, sólo dejó ruinas en su camino y una Rusia que quedó sometida al yugo
tártaro por siglos.

Una vez informado de la partida de las hordas mongolas, Bela IV acompañado por los condes de Krk volvió a
su reino. La reina se quedó todavía en Klis. Posteriormente entró tres veces en Dalmacia como conquistador.
Durante una estada de Bela en Klis, los embajadores de Zadar pidieron audiencia y solicitaron su ayuda
contra Venecia. Acogió la petición de los zadarinos y ratificó la Convención que la comuna de Zadar firmó
con su hermano Koloman, duque de Eslavonia, después de lo cual Zadar izó la bandera húngara en sus
murallas. La situación en general mejoró y el Ban de Croacia pudo juntar diez mil hombres para la defensa de
Zadar.

Bela IV convocó a los representantes de las villas dálmatas en Vrana, sede de los Templarios. Confirmó a
algunos sus privilegios y entregó a la poderosa casa feudal de los &ubi$, que le dio ayuda y protección durante
la invasión mongola, el gobierno de toda la Dalmacia Central. Molesto contra Split, se abstuvo de confirmar
sus privilegios, lo que sin embargo hizo en 1242. Graves incidentes estallaron entre la comuna de Split y su
mujer e hijo Esteban, duque de Eslavonia. Pero todo terminó por arreglarse con el envío de doce jóvenes de la
nobleza a Hungría, como rehenes. Los últimos Arpados tenían la mano muy dura.

En el medio siglo que siguió a la humillación de Zadar y Dubrovnik, las demás comunas se beneficiaron de
un período de paz para darse un gobierno libre, gracias al caos que siguió en Hungría a la invasión mongola.
Pero las nuevas ambiciones del ban de Bosnia Matej Ninoslav (1230-1250), las devolvieron a los brazos de
Hungría.

Entretanto estalló la ofensiva del emperador del Santo Imperio, Federico II (1220-1250), contra la República
de San Marcos. El objetivo especial era el punto neurálgico de Venecia, Dalmacia. Envalentonó a los piratas
dálmatas, concluyó acuerdos secretos con Split y Trogir y empujó a Zadar a sacudirse del yugo veneciano.
Zadar, esperando que Federico le prestara una ayuda eficaz, se sublevó (1242) y expulsó al Conde veneciano.

Al año siguiente los acontecimientos se precipitaron. Una flota veneciana de 26 galeras y 20 otras naves, a las
órdenes de Ranieri Zeno, apareció por Zadar. Un primer ataque fracasó. Pero pronto los venecianos se
apoderaron de las fortificaciones de Ugljan, rompieron las cadenas del puerto de Zadar. Se produjo una
refriega entre las tropas y los habitantes de Zadar, apoyados por las tropas croatohúngaras. Dionisio, ban

 
 

croata y conde, herido, abandonó el campo de batalla. Se esparció el rumor de su muerte. Un pánico se
apoderó de los zadarinos y, después de una corta lucha, la villa cayó fácilmente en manos de los venecianos
(5 de junio de 1243). Se trató de quebrar la tenaz resistencia de la población autóctona que se refugió en Nin.
Los refugiados acosaron a los venecianos en unión con la gente de Krk, Rab y Osor. Una ofensiva tímida de
Bela IV fue paralizada por una ridícula guerra entre las comunas de Split y Trogir, en la cual tomaron parte
algunos barones croatas y el poderoso Ban de Bosnia, Matej Ninoslav. Según el cronista Archidiácono Toma
de Split, el conde Dionisio, jefe del bando contrario al rey, estaba en guerra con Trogir, partidaria del rey con
los condes de Bribir a la cabeza, por el pueblo de Ostrovica. Dominó Split y los splitenses renunciaron a la
 posesión de dicho pueblo y, juramentados, se comprometieron elegir como prior a un partidario del Rey.

El tratado de "azma
Después de algunos éxitos locales de los ejércitos húngaros cerca de Nin, Bela se apresuró a concluir un
tratado de paz con Venecia. Fue firmado en :azma, Eslavonia, el 6 de Agosto de 1244 entre Bela IV y el dogo
Giacomo Tiepolo, con condiciones muy duras para Hungría. Así se dio término a una guerra civil que había
empezado en el año 1242. El rey renunciaba a todos sus derechos sobre Zadar. Fue estipulado al mismo
tiempo que los emigrados serían establecidos a cuatro millas lejos del mar, tres años más tarde fueron
amnistiados; las capitulaciones de 1205 renovadas y la autonomía de la comuna casi completamente
suprimida. El nuevo tratado instituía un consejo de ciudadanos venecianos y no zadarinos para asistir al
Conde. Fue también la primera vez en que fueron prohibidos formalmente los matrimonios de los zadarinos
con los croatas, a menos que tuviesen una autorización especial del Dogo. Aún más, los zadarinos no podían
recibir en sus casas a la gente croata del interior, lo que prueba que el elemento croata hacía progresos
inquietantes y que Venecia los consideraba políticamente peligrosos. Pero esta prohibición quedó letra muerta
y desde luego era tardía. Zadar ya había llegado a ser una comuna croata o si se quiere croatolatina, que
fortaleció el tenaz sentimiento autonomista comunal. Los dogos y los patricios de Venecia no tuvieron
ninguna dificultad de casarse con mujeres croatas o eslavas. Lorenzo Tiepolo, hijo del dogo que presidió la
capitulación de Zadar, desposó a una princesa serbia. Su hijo Lorenzo, que sería proclamado Dogo por el
 pueblo en 1268 tomó por esposa a una hija de un gran barón croata, Esteban &ubi$, conde de Bribir y Trogir,
y que le aportó numerosas tierras en Dalmacia.

De este modo, todo fue entregado a la buena voluntad de Venecia. Era también el dogo el que aprobaba o
rechazaba a los emigrados la autorización para reparar los muros destruidos y restaurar las casas. Fue el único
 propietario de las salinas, de cuyas utilidades la mitad era para Venecia y la otra mitad para Zadar. Quince
 jefes de la insurrección vivirían cinco años en Venecia y doscientos hombres armados - de los cuales la mitad
sería elegida por el propio Dogo - pedirían perdón por la ciudad prosternándose dos veces delante de él. Los
zadarinos pagarían durante cuatro años un monto de dinero a título de reparaciones. La administración, las
entradas de la villa, los barcos, la gente de armas, todo quedó bajo la férula del Dogo. ¿Sería el fin de la
 pequeña Comuna de Zadar? ¿El fin? Se verá.

En 1248, el papa Inocencio IV, a petición del obispo de Senj, aprobó el servicio religioso en croata en su rito
occidental para todas las iglesias que lo estaban usando en ese tiempo. Los libros sagrados estaban escritos en
 glagolica, escritura croata en uso en Istria, Litoral Croata, Dalmacia, Hercegovina, Lika, Krbava, Bosnia
Occidental y al parecer en toda Croacia. La glagolica se mantuvo hasta el siglo XIX y aún hoy se practica.

Durante el gobierno de Ladislao IV el Cumano (1272-1290), hijo y sucesor de Esteban V, estallaron


numerosas pequeñas guerras civiles. Eran consecuencia del aumento del poder de los barones a costa del
 poder real cada vez más débil. En Dalmacia se destacaron los condes de Bribir, a cuya cabeza estaba el ban de
Croacia y Dalmacia Pavao I &ubi$  (1272-1312), familia que hizo hereditario este cargo. Gobernó casi
independientemente el banato hasta el 1312, año de su muerte. Mantuvo su propia guerra con Venecia y le
impuso sus condiciones de paz. Recolectó impuestos y acuñó su moneda.

En el 1272, el conde de Dubrovnik, Marco Giustinianni, concedió a la ciudad su Estatuto. Este documento
consistía en la recopilación de las disposiciones de derecho público y privado en aplicación. El mismo año la
isla de Lastovo se unió voluntariamente a Dubrovnik.

 
 

En 1275 el Senado veneciano quiso poner término a las alianzas matrimoniales entre venecianos y
extranjeros. Hizo insertar en la famosa  Promissione ducale, que los electores dictaron al dogo Jacopo
Contarini (16 de septiembre de 1275), una disposición por la cual le estaba prohibido al Dogo, a su familia y a
sus parientes hasta el tercer grado contraer matrimonio con un extranjero sin el consentimiento de los
consejeros o de la mayoría del Gran Consejo. La cláusula del tratado de :azma y la  Promissione ducale se
complementaron.

En 1288 se confeccionó el más antiguo documento de la Edad Media croata, el llamado Estatuto de Vinodol,
escrito en caracteres glagolíticos y en la modalidad ;akava. En esencia son instrucciones para los sacerdotes,
 jueces y administradores. Tiene pocas menciones de derecho privado. Más tarde se le agregaron cláusulas
sobre la propiedad de tierras. Vinodol era un territorio de varias ciudades de gobierno autónomo, vasallas de
los condes Frankapani. Tuvo el propósito de conservar "las antiguas buenas leyes". También se principió a
codificar el estatuto de Split que en esos tiempos tenía unos cinco mil habitantes y que se aprobó en 1312.
Mientras estos acontecimientos se inscribían en las orillas del Adriático, Hungría atravesaba una de los
 períodos más tristes de su historia.

En 1260, Bela IV, desintegró el territorio unitario de Croacia, creando un Sabor  (Parlamento) para el Reino de
Dalmacia y Croacia con su ban croatodálmata o del litoral y un Reino de Eslavonia con su Sabor y su
respectivo ban. Éste reino incluía hasta la xupania de Zagreb, en otras palabras Eslavonia era toda la Croacia
al norte del río Sava. Ordenó además que el gobierno del Reino de Croacia y Dalmacia, estuviese en manos
de un conde de la familia real (dux totius Sclavoniae, Croatiae et Dalmatiae), del cual dependerían los dos
 banes indicados. Si no hubiese un conde de la familia real, entonces el gobierno pasaría a manos del ban de
toda la Eslavonia. Ésta región sufría una fuerte magiarización, incluso el obispado de Zagreb todavía
dependía de la jerarquía eclesiástica húngara. A Bela IV lo sucedió Esteban V (1270-1272), que estableció
una alianza con Carlos I de Anjou, rey de la Dos Sicilias. Al morir lo sucedió su hijo Ladislao IV el Cumano
(1272-1290).

Durante el reinado de Ladislao IV, Andrés el Veneciano, el hijo de María Morosini y nieto de Andrés II , fue
elevado a la dignidad de Duque de Eslavonia y comenzó a jugar un rol de primer orden. Aprovechó su
 parentesco veneciano para mantener amigables relaciones con Venecia, con la esperanza que un día la
República lo ayudaría a conquistar el trono de Hungría. Los Morosini ejercían en esa época una gran
influencia en Venecia y Dalmacia. Uno de ellos era Conde de Zadar. Venecia, preocupada siempre por sus
 posesiones dálmatas, tenía un gran interés de granjearse los favores de Andrés. Después de la muerte de
Ladislao IV a manos cumanas, los barones húngaros lo proclamaron rey, lo que desencadenó un conflicto por
la sucesión. Reinó como Andrés III (1290-1301).

A la muerte de Ladislao IV, a su vez, la Santa Sede declaró vacante el feudo papal de Hungría En apoyo a la
candidatura del Papa, los húngaros y croatas se dirigieron a la corte angevina de Nápoles, en la cual pensaban
que encontrarían una aliada contra Venecia para la defensa de Dalmacia. En esto no se equivocaban. Entre los
 barones más allegados a la causa de la casa de Anjou se encontraban los croatas Pavao, Juraj y Mladen de la
casa de los &ubi$. Además numerosos partidos de Hungría y Croacia no reconocían a Andrés como hijo
legítimo y que, al mismo tiempo, lo veían con malos ojos por su amistad con Venecia que aspiraba a la
 posesión de toda la Dalmacia, eran partidarios de Carlos Martel, hijo del rey de Nápoles Carlos II de Anjou,
cuñado de Ladislao IV, con cuya hermana María, hija de Esteban V, contrajo matrimonio.

Otro competidor obstaculizaba el camino a Andrés. El emperador Rodolfo I (1273-1291), también postulaba a
su hijo Alberto, duque de Austria. Para anular la oposición del rey de Bohemia, Venceslas II (1278-1305), a la
candidatura de Alberto, Rodolfo I le prometió dividir Hungría entre él y su hijo. Pero el papa Nicolás IV se
opuso a este proyecto, como a cualquier otra intervención del Emperador, por cuanto el consideraba a
Hungría como un feudo papal. Andrés invadió Austria y llegó hasta Viena. El duque de Austria pidió la paz,
la que obtuvo bajo la condición de renunciar a todo derecho sobre el trono de Hungría (26 de Agosto de
1291). Esta paz contribuyó a consolidar la situación de Andrés. Se trataba ahora de granjearse los favores de
las comunas dálmatas, sobretodo de Zadar, que de hecho era veneciana. En Septiembre de 1291, los
venecianos desembarcaron en Zadar, donde los esperaba el conde de la ciudad, Roger Morosini. Recibieron
una acogida triunfal.

 
 

El Papa no reconocía a Andrés. Insistía en la aceptación del pretendiente Carlos Martel. Entre Carlos y los
 barones croatas, que ejercían ya una enorme influencia en Dalmacia, se produjo un acuerdo. El 6 de Enero de
1292, en Aix-en-Provence, la reina María proclamó solemnemente a su hijo Carlos Martel rey de Hungría, de
Dalmacia, de Croacia, de Rama (Bosnia) y de Bulgaria. Sus embajadores atravesaron el Adriático,
desembarcaron en Split y pidieron al Gran Consejo que prestara juramento al nuevo Rey. Frente a la tensión
creada, Split consultó a Trogir. Trogir opinó que había que temporizar y sugirió a Split una respuesta evasiva.
Se votó una resolución de principios que dejaba la puerta abierta a todas las soluciones. La Comuna de Split,
respondió a los embajadores de Carlos Martel, que reconocería como rey solamente a aquel que fuera
coronado como rey de Hungría en cualquier lugar del reino. Este apego a la tradición y a la legitimidad -
rasgo sobresaliente de las comunas dálmatas - impidió al Rey de Nápoles acompañar a su hijo a Hungría. La
oposición de las comunas dálmatas redujo a nada todas las tentativas de este género. Los embajadores
napolitanos se tuvieron que contentar con esta respuesta vaga, pero, en realidad, la villas dálmatas se
inclinaban por los Angevinos de Nápoles. Sin embargo, Andrés fue reconocido momentáneamente en
Dalmacia como rey legítimo.

Carlos II de Nápoles, padre de Carlos Martel, para asegurar el apoyo de Pavao I &ubi$ (1273-1312), le otorgó,
en 1292, la señoría de Croacia y Dalmacia (dominus Chroatorum) de por vida, con lo cual pasó a ser Conde
de Split y Ban de Dalmacia y Croacia o del Litoral. A sus hermanos Juraj y Mladen, les otorgaron los títulos
de condes de &ibenik y de Trogir respectivamente. Así los condes de Bribir pasaron a ser los barones más
 poderosos del reino. Por su parte Andrés III en el 1292, muy inquieto por el curso de los acontecimientos en
Dalmacia y Croacia, trató de halagar a los &ubi$. Nombró Ban a Pavao, con lo cual obtuvo el gobierno de
toda la Croacia al sur de Gvozd, que administró en forma independiente. En 1299 extendió su autoridad a
Bosnia y agregó a sus títulos "Señor de Bosnia". La Bosnia se la entregó a su hermano Mladen para su
administración en calidad de Ban de Bosnia. Murió en 1304. Lo sucedió Mladen II. En Eslavonia, sucedía
igual con los Baboni$. Andrés no perdió en absoluto la esperanza de ser reconocido por todos como el rey
legítimo de Hungría. Recorrió toda la Croacia, reclutó partidarios, pero la corte de Nápoles se le había
anticipado en Dalmacia. Carlos envió embajadores a Venecia y emisarios a Zadar para entenderse con el
 patriciado de esas ciudades. La partida parecía ganada.

La insurrección de Zadar en 1312


Venecia mantenía casi un monopolio del comercio con el Levante. Su competidor más fuerte era Génova.
Después de la caída de Acre (1291), la rivalidad entre Génova y Venecia llegó al Adriático. Dalmacia pasó a
ser teatro de guerra al igual como lo fue en la ostrogodobizantina. En las aguas de la isla de Kor %ula, las dos
 poderosas flotas se enfrentaron el 8 de Septiembre de 1298. El almirante genovés Lamba Doria, destrozó la
flota veneciana de Andrea Dandolo, quien no sobrevivió al desastre. De 95 galeras venecianas que tomaron
 parte en la batalla 84 fueron capturadas y sólo seis se escaparon. Los genoveses hicieron 7.400 prisioneros,
entre los cuales se encontraba Marco Polo, el gran viajero, posiblemente originario de Kor %ula. Diez mil
hombres murieron en la batalla. Tal fue el balance de esta jornada, saludada con aclamaciones por las
comunas dálmatas, secretamente aliadas de Génova. La paz concluida entre los beligerantes el 25 de mayo de
1299, aunque muy favorable o, más bien, favorable a Venecia, no fue en realidad sino una tregua.

Durante toda la segunda mitad del siglo XIII, Zadar se mantuvo en calma. Pero a comienzos del siglo XIV
todo cambió y para la ciudad se abrieron nuevas y grandes posibilidades. Graves disturbios estallaron en
Venecia. En 1309 el Papa liberó a sus súbditos venecianos del juramente de lealtad a Venecia, por haberle
ocupado Ferrara. La conspiración de Baiamonte Tiepolo (1310) tuvo el carácter de una protesta contra el
Gran Consejo, es decir, contra la selección aristocrática de su composición que cerraba las puertas a las
influencias populares. Krk, Pag y Hvar se alzaron contra Venecia. El dogo Pietro Gradenigo aplastó la
conspiración. Tiepolo se refugió en Zadar donde continuó conspirando contra la República.

En Zadar se incubaba una revuelta contra Venecia. Una ola de descontento y de revuelta se extendía por
Dalmacia. Al final Zadar, incluyendo las islas, se sublevó a comienzos de Marzo de 1311. Se prestó oídos
complacientes a las promesas de Pavao que aseguraba a los zadarinos que el rey Carlos Roberto acudiría en
socorro de la villa. La insurrección fue decidida en una gran asamblea de ciudadanos. Fueron arrestados el
conde Miguel Morosini y los consejeros Marco Dandolo y Giovanni Giustiniani. La guarnición veneciana fue

 
 

hecha prisionera. El castillo cayó en un santiamén en manos del pueblo. En una sesión solemne, el Gran
Consejo proclamó a Carlos Roberto su señor. Pero no eligieron Conde de Zadar a Mladen &ubi$  sino al
contrario, a un anconitano, quien se excusó y entonces Mladen tomó el gobierno de la ciudad. Ahora el ban
Pavao I &ubi$ ejercía su autoridad desde Petrova Gora hasta el Neretva y desde el Zrmanja hasta el Drina.

La insurrección de Zadar no tomó de sorpresa a los venecianos. Acusó a los &ubi$. Envió una expedición de
siete navíos de guerra, fracasó. Estuvo en vano dos años bajo los muros de Zadar. Mientras tanto, el ban
Pavao, en calidad de mandatario de la Comuna, se dirigió al Papa de Avignon, Clemente V, invocando la
 protección del soberano pontífice para la atormentada villa. Se ignora la repuesta. Avignon no era Roma.
Clemente V acababa de suprimir la Orden de los Templarios bajo la presión del Rey de Francia,

En estas circunstancias, Venecia pasó resueltamente a la ofensiva. Al comienzo no tuvo éxito. Los zadarinos,
a favor de una noche borrascosa, pudieron apoderarse del comandante de la escuadra veneciana. Frente a esta
humillación el Senado veneciano reaccionó. Contrató 3.000 mercenarios catalanes. Su jefe, Dalmasio de
Limolis, fue colocado al mando de todas las fuerzas atacantes. Dalmasio bloqueó Zadar y sus habitantes
 pidieron a Carlos Roberto su protección. No la socorrió, se contentó con mantener una correspondencia con el
dogo Marino Zorzi para representar blandamente que Zadar era una antigua posesión húngara. El Dogo le
respondió que la villa pertenecía a Venecia desde hacia 319 años y que el rey de Hungría sólo tenía unos
derechos de cobro de ciertos impuestos portuarios que Venecia le depositaba regularmente en su tesoro real.

Toda esa correspondencia carecía de resolución y Zadar tomó el asunto en sus manos. Era preciso
apresurarse. La comuna de San Anastasio se dirigió a la Señoría en 1312, asegurándole su devoción y su
 buena voluntad para someterse a su autoridad, siempre que se pudiera convencer que la República no tenía
designios hostiles a sus libertades. A su vez, Zadar tomó sus precauciones. Mladen &ubi$ reclutó un pequeño
ejército formado por croatas y mercenarios alemanes. Transcurrieron tres meses de escaramuzas. Los
mercenarios catalanes reclamaron el pago de sus sueldos y la renovación de sus contratos. La Señoría no
aceptó sus condiciones. Mladen, se puso de acuerdo con el condotiero catalán. Le ofreció dinero si el se
apoderaba de la villa. Fue un pacto lleno de equívocos a la manera de los condes de Bribir. La villa se limpió
de venecianos, pero recibió fríamente a los catalanes. Nacieron sospechas, tanto en Zadar como en Venecia,
que Damasio quería la ciudad para si. Mladen temía por su vida. Finalmente los catalanes se fueron y Venecia
y Zadar negociaron directamente.

Se firmó, el 23 de septiembre de 1313, un nuevo tratado, pero menos duro que el de 1247. Los zadarinos
debían deponer sus armas, devolver las galeras tomadas, obligar al ban Mladen&ubi$ a dejar el gobierno de la
comuna, renunciar a levantar nuevas fortificaciones, pagar un tributo anual de 3000 pieles de marta,
 proporcionar un contingente de 500 "cascos" para toda expedición que ella emprendiera de este lado de
Dubrovnik. En el fondo, una apariencia de autonomía le quedaba a Zadar, pero muy precaria, ya que Venecia
estaba muy decidida a aplastar la ciudad que en esa época rivalizaba con Dubrovnik en el Adriático y
entrababa seriamente el comercio que ella misma quería monopolizar para su total provecho. Ya se oían voces
en Venecia contra estas incesantes expediciones, duras y costosas. Se decía que la venta de Zadar con todo su
territorio no cubriría ni la vigésima parte de los gastos de una sola expedición contra esta villa. El Senado no
compartía evidentemente esta opinión.

El ban Pavao I &ubi$ murió en Mayo de 1312, dejando el banato en herencia a su hijo Mladen. Con su muerte
empieza la decadencia gradual de los Condes de Bribir. Mladen II &ubi$ se hizo llamar pomposamente Ban
de Croacia, conde vitalicio de Zadar, príncipe de Dalmacia y señor de Bosnia (1312-1322). El título de "señor
de Bosnia" produjo un gran descontento del patriciado. Mladen no fue capaz de continuar la lucha contra los
venecianos. Además tenía por enemigos a los Nelipi$, los Kurjakovi$ y los Hrvatini$, todos apoyados por el
Rey. Zadar que se dio cuenta, un poco tarde en verdad, de haberse equivocado al llevar al gobierno de la villa
a un hombre ambicioso que, por lo demás, resultó ser un tirano. Zadar se obstinaba en mantener una
correspondencia directa con el rey coronado de Hungría, Croacia y Dalmacia, que la dejaba ir a la deriva. Lo
esencial era la confirmación real de sus privilegios. Al final la obtuvo y su autonomía renació. El jefe de la
comuna sería siempre un ciudadano, libremente elegido, independiente del gobierno de la comuna, exento de
la jurisdicción del Ban de Dalmacia y Croacia.

 
 

El fracaso de Mladen II &ubi$ en Zadar, aceleró la decadencia del poder y la influencia de la familia &ubi$ 
ante al Rey. Esto permitió a otros barones croatas, incitados por Venecia, sacudirse de su señorío. Los
enfrentaron los Nelipi$, señores del Krka medio, Cetina y de la fortaleza de Knin. A ellos se unieron otros,
incluso su hermano Pavao II &ubi$. Stjepan Kotromani$ ocupó la región entre el Neretva y Cetina, &ibenik y
Trogir. Todos juraron lealtad a Venecia.

La dinastía angevina
El punto neurálgico de la sucesión húngara seguía siendo Dalmacia. Y Dalmacia estaba indecisa. El mar, la
actividad comercial y política empujaba al reconocimiento de los Angevinos. Bonifacio VIII aceleró el
movimiento en favor del príncipe franconapolitano colocando a la cabeza de la arquidiócesis de Split a un
 partidario de los angevinos, Pedro, limosnero de la reina María. En Zadar, el arzobispo fue reemplazado por
un italiano de la orden franciscana. A pedido de Pavao I &ubi$ el Papa creó un obispado en &ibenik, una de
las ciudadelas de los angevinos. El duque Juraj &ubi$ (1274-1303) mostraba públicamente sus simpatías por
la causa angevina. Se colocó bajo el patronato del Papa, señalando su doble lazo feudal que lo unía a la sede
apostólica, el de Hungría desde Esteban I y el de Croacia después de Dmitar Zvonimir. Convenció a la corte
de Nápoles que era necesario que el joven pretendiente recorriera Dalmacia.

Las cosas decididamente se encaminaban hacia el triunfo de la causa angevina. Murió Andrés y también
Carlos Martel. Entonces la casa de Anjou levantó la candidatura de Carlos Roberto, hijo de Carlos Martel. En
la ciudad croata de Krixevci, una asamblea de la nobleza se pronunció a su favor, después de lo cual el
cognado de los Arpad, acompañado de su principal partidario Juraj &ubi$, desembarcó en Dalmacia. Fue
recibido triunfalmente en Split. Esta adhesión definitiva de las comunas dálmatas tenía una importancia
capital, sobretodo para las comunicaciones entre Hungría y Nápoles, de donde el Rey obtenía el más
importante de sus recursos. Pero hay que tener presente que si Dalmacia aceptó al príncipe angevino, lo fue
 por cuanto descendía por su madre de Esteban V de Hungría. El principio legitimista estaba a salvo. Carlos
Roberto estuvo dos meses en Dalmacia. En seguida el ban Pavao I &ubi$ lo llevó a Zagreb, desde donde fue
llevado a Ostrogon y ungido rey de Hungría, como Carlos I, por el primado de este país (1301).

Andrés III el Veneciano, último rey de la dinastía arpadiana, murió inesperadamente el 14 de Enero de 1301.
La sucesión se transformó en una lucha por el trono, que duró décadas. A su muerte el país se disgregó en
 provincias semiautónomas. Los palatinos, señores y barones ocuparon territorios y castillos reales. Sin
embargo ningún magnate húngaro ocupó el trono de San Esteban. Optaron por candidatos extranjeros:
Venceslas II de Bohemia (1301-1305), que consideró la situación tan sin esperanza que volvió a su Bohemia,
y Otto de Baviera (1305-1307), que apenas se salvó con vida. Ambos eran descendientes de los Arpad por la
línea femenina. Así el trono le quedó a libre disposición del candidato más constante, el angevino Carlos
Roberto, nieto de Bela IV.

Finalmente, después de un interregno de siete años, Carlos Roberto (1308-1342) subió al trono de Hungría
como Carlos I, siendo coronado en 1309 por segunda vez y luego, por tercera vez, en Biograd el 27 de Agosto
de 1310, con la verdadera corona de San Esteban. El telón cae. La gloriosa casa de los Arpad desapareció de
la historia. Con Carlos, la casa francesa de Anjou abre una nueva época en la historia húngara y de Europa
central y oriental. Pronto esta dinastía proyectará sobre el reino de San Esteban un brillo incomparable,
aunque efímero.

En 1316 y 1321, Mladen II &ubi$ rechazó ataques del ban de Eslavonia. Sin éxito mantuvo una guerra contra
el rey serbio Milutin (1326-1319). En 1322 quiso tomar por asaltó Trogir y &ibenik, mostrando una crueldad
increíble. Las dos ciudades se aliaron contra él y se entregaron a Venecia, su primer éxito. Esto provocó La
cólera de Carlos, quien de repente se acordó que era el rey de Dalmacia y anunció su llegada. En efecto, un
ejército croatohúngaro penetró en Dalmacia, al mando del Ban de Eslavonia conde Baboni$ (Agosto). El Ban
de Bosnia también se asoció a la expedición. Inquietos por el avance del Rey, los venecianos enviaron tropas
y navíos para sostener al barón rebelde y defender las villas. Antes que Carlos llegara a Dalmacia a la cabeza
de 20.000 hombres, Mladen fue derrotado por su avanzada. Fue acusado y depuesto de su cargo de ban. Partió
a justificarse ante el Rey, que se encontraba en el campo real de Knin. Fue apresado y conducido a Hungría,
donde murió. Con el banato dejó de ser hereditario y se convirtió en una simple provincia del reino. Baboni$ 
recibió la misión de restablecer la autoridad del rey en toda Croacia y Dalmacia.

 
 

La historia de los barones croatas se entrecruza con los esfuerzos de Carlos Roberto para instaurar la
autoridad real frente a ellos, a Venecia y a los barones húngaros. Libre de Mladen, declaró la guerra a los
venecianos. Con su flota, incrementada por algunas unidades de Trogir y &ibenik, saqueó la villa de Omi#,
que nominalmente pertenecía al Rey. Al mismo tiempo, para subrayar que la soberaneidad sobre las villas
dálmatas le pertenecía, les entregó diplomas y les confirmó todos los privilegios pactados por sus antecesores.
Pero no pudo realizar todos sus proyectos, sus ejércitos fueron derrotados en Mühldorf (Alta Baviera) por el
emperador Luis V el Bávaro (26 Septiembre 1322).

Envalentonados secretamente por Venecia, barones organizaron una liga contra Hungría. Se apoderaron de
Knin, llave estratégica de Dalmacia continental (29 noviembre 1323). Los húngaros invadieron de nuevo
Dalmacia. Una parte de los barones y los zadarinos, cuyas tropas obedecían las órdenes de Baiamonte
Tiepolo, marcharon contra Nelipi$  y sus aliados Trogir y &ibenik. Derrotaron al realista Juraj &ubi$  y lo
hicieron prisionero (7 Junio 1324). Nueva expedición del rey Carlos Roberto a Dalmacia. Pero esta vez las
ciudades se pusieron al lado de Venecia, en virtud de la ley del péndulo propia a la Edad Media. El ejército de
Carlos Roberto sufrió un revés en 1326 a manos del conde Nelepi$ y Juraj &ubi$, liberado, quiso vengarse de
Split, pero la comuna se entregó a la protección de Venecia (18 Agosto 1327). Ahora Venecia se declaró
contra los barones e incitó a Split, Trogir y &ibenik a formar una alianza contra ellos. En 1327 Split se
sometió a Venecia y Nin en 1328. Así los venecianos tuvieron en su poder el litoral dálmata que va del
Zrmanja hasta la desembocadura del Cetina, con la excepción de Skradin, Omi#, que se quedaron en poder de
los condes de Bribir, y la Región Neretvana y Kotor. Sólo los condes de Krk, los Frankapanes, se declararon
fieles vasallos del rey Carlos Roberto. Situación que se mantuvo hasta la muerte de Carlos Roberto ocurrida el
16 de Julio de 1342.

Carlos Roberto propaló la noticia de su próxima visita a Dalmacia (1340). Los barones croatas, inquietos,
sugirieron a Venecia un frente único contra el rey, pero Venecia guardó silencio y el rey no vino. Los barones
quedaron como los únicos dueños de la región, decididos cada vez más a afirmar su independencia. Los
 Nelipi$, condes de Knin y de Cetina, se encontraban en la cima de su poder. Gobernaban soberanamente a
Croacia, tenían las manos libres y llegaron a ser insoportables. Carlos Roberto tomó a los &ubi$  bajo su
 protección. Venecia se preparaba para declarar la guerra a los Nelipi$. Buscó aliarse con las comunas y otros
 barones. El Ban de Bosnia ofreció su alianza a la República y trato de comprometer al rey de los serbios.
 Nelipi$ se sintió aislado y pidió a los venecianos la paz. Humillado, se preparó a dejar &ibenik y pagar a
Venecia una fuerte indemnización.

Con Luis I (1342-1382), hijo y sucesor de Carlos I, se abrió en Hungria un reinado de cuarenta años. Espíritu
veleidoso, sin la energía de hierro de sus ancestros. Inmediatamente después de su llegada al trono, Luis
mostró pretensiones sobre Polonia, Italia meridional y naturalmente sobre Dalmacia. La deseaba
obstinadamente. Pero era necesario humillar a los barones húngaros y croatas, sobre todo a estos últimos que
levantaron cabeza durante los últimos turbulentos años del reinado de su padre. Decidió centralizar el Estado,
fortalecer el poder real, destruir la independencia escandalosa de los condados y comunas y someter a sus
vasallos.

El proyecto que tenía Luis I de reconquistar toda la Dalmacia era un secreto a voces. Venecia no tenía dudas
al respecto. Así que tomó sus precauciones. No descuidó nunca la vigilancia. En todo caso trataba de crear
una alianza de la alta nobleza contra el Rey. En 1344, Venecia dio un paso decisivo. Propuso a los barones
una alianza y les prometió dinero y armas. En el pensamiento del Senado Veneciano ellos debían constituir la
 primera línea de defensa contra la invasión húngara.

En el 1343, Nelipi$ firmó un tratado de paz de corta duración con Venecia, por el cual se comprometió a no
atacar a los ciudadanos venecianos en Dalmacia, a demoler las fortalezas que construyó para amenazar
&ibenik y la construida por la comuna de &ibenik. Venecia por su parte se comprometió a inscribirlo en el
Libro de Oro, registro de la nobleza veneciana. La paz no impidió a Nelipi$ continuar saqueando el territorio
de &ibenik hasta su muerte. Dejó un hijo menor de edad, Ivan. Su madre Vladislava se hace cargo del
condado. La República de Venecia le ofreció protección y la apoyaron algunos barones croatas.

 
 

El 12 de Septiembre del 1382, muere Luis I murió. Fue un paladín de gran estilo, un hombre de amplias
concepciones y duro luchador. Jamás concretó sus empresas a una conclusión lógica y satisfactoria. Las
guerras contra Venecia fueron conducidas sin tenacidad y con medios insuficientes. Luchaba contra Venecia
sólo para ganar Nápoles. No ganó ni la una ni la otra. Su reino no fue, después de todo, sino un brillante y
estéril episodio.

A la muerte de Luis I, que dejó sólo dos hijas, se inició un período de trastornos en Hungría y Croacia. Casi
todos reconocieron a su hija María (1382-1395), prometida del príncipe Segismundo de Luxemburgo, como
reina legítima, bajo la regencia de su madre Elizabeta, hija del ban de Bosnia Stjepan Kotromani$. La reina
madre permitió que el palatino Nicolás Gorianski persiguiera a los nobles y les arrebatará sus propiedades.
Los barones croatas y húngaros, antiguos y nuevos, creados por los angevinos, descontentos con el "gobierno
femenino", la centralización y el compromiso de María con Segismundo se agruparon y pensando en sus
 proyectos de independencia, conspiraron contra la reina y su madre. El foco estaba en Croacia. El rey de
Bosnia Stjepan Tvrtko, les envió emisarios con la proposición de separarse de Hungría. María reaccionó y
 buscó alianza con Venecia. La Serenísima la rechazó.

El primer levantamiento tuvo lugar en 1383. Fue encabezado por el prior de Vrana Ivan de Palixna, con
motivo de una visita anunciada de las reinas a Dalmacia. Ésta fue rápidamente sofocada. Ivan no recibió
ayuda de Bosnia, donde se refugió. Otro en Zadar, fue ahogado en sangre.

Los nobles no se tranquilizaban. El reinado siguió sembrando el descontento. Esta vez los hermanos Horvat
se pusieron a la cabeza del movimiento. Fueron apoyados por el rey de Bosnia Tvrtko I, a quien la reina quiso
comprar entregándole Kotor. Los insubordinados tenían de candidato a Carlos de Durazzo, angevino y
conocedor de Croacia y Hungría. Fueron a buscarlo a Nápoles. Actuando rápidamente, Carlos desembarcó en
la costa dálmata y apoyado por los barones eslavonios, fue coronado en Buda rey de Hungría, Dalmacia y
Croacia el 31 de Diciembre de 1385. Gobernó como Carlos II. María renunció a la corona. Fue reconocido
 por ambas reinas. Sin embargo, el reinado de Carlos fue brevísimo. Por instigación de la reina madre
Elizabeta, murió envenenado traidoramente el 26 de Febrero de 1386. María vuelve al trono (1836-1395). Los
hermanos Horvat siguieron la lucha en favor del hijo de Carlos, Ladislao y pronto vengaron su muerte.

Una delegación de barones encabezadas por el obispo Horvat, se hizo a la vela rumbo a Nápoles y ofreció a
Ladislao, el trono de Hungría. Consintió y fue coronado rey croatohúngaro el 31 de Diciembre de 1385 como
Ladislao IV (1386-1409). Era mal visto por Venecia en cuanto príncipe angevino y representante de la unión
 personal de la Italia meridional con los países hungarodálmatas. Esta unión representaba un grave peligro para
Venecia, podría ser privada de Dalmacia. Venecia trató de consolidar un partido antinapolitano. Tuvo éxito.

La situación de Dalmacia se hacía cada día más crítica. Venecia, Ladislao de Nápoles, Segismundo consorte
de María y Bosnia, donde reinaba Tvrtko Kotromani$  (1354-1391), la disputaban. Los hermanos Horvat,
Tvrtko Kotromani$  y Hrvoje Vuk;i$  Hrvatini$  empezaron una guerra civil por la sucesión en el trono
húngaro. Los descontentos, aunque no continuos, duraron veinticinco años.

Los barones Horvat, durante una visita a Eslavonia de Elizabeta y María con otros nobles, se apoderaron de
ellas y las encerraron en el castillo fuerte de Novigrad en la desembocadura del Zrmanja, cerca de Zadar (25
de Julio de 1386). A los nobles acompañantes, entre ellos Gorianski, los asesinaron. En 1387, el ban croata
Ivan Palixna, ordenó dar muerte a Elizabeta por asesina, al parecer por instrucciones de la corte de Nápoles,
 perdonando la vida a María por haber sido juguete en manos de su madre. Ahora los barones húngaros
eligieron al marido de María, Segismundo, como rey de Hungría (1387-1437), tenía 20 años. Segismundo con
la ayuda de los venecianos y del conde de Krk Ivan Frankapan, liberaron a María (1387), que recibió de
inmediato el homenaje de las comunas de Dalmacia. También sus fuerzas derrotaron a los Horvat, que
 buscaron refugio en Bosnia. En 1391, muertos Tvrtko y Palixna, aprovechó la lucha por la sucesión bosniaca
 para entrar a Bosnia y liquidar a los Horvat junto con otros treinta nobles bosniacos. Gobernó como "capitán"
o "señor tutor del reino de Hungría" en nombre de su mujer María. La reina María murió en 1395. El 5 de
Agosto de 1403, Segismundo fue coronado rey en Zadar.

 
 

Las villas dálmatas desvastadas por los partidarios del napolitano y los bosniacos, no obtuvieron de él
ninguna ayuda. Quedaron solas. Por lo tanto Venecia, a una petición de Segismundo, escribió a las comunas
dálmatas para recordarles su juramento de lealtad a la corona de Hungría. En su respuesta al dogo Antonio
Venier, las comunas sobrepasaron los términos del mensaje ducal, y Split en particular aseguró al dogo que
"ni la muerte ni la espada podrán apartarla de su fidelidad al rey". Al mismo tiempo Venecia movilizó su flota
- veinticuatro galeras - para cooperar con la flota real croatohúngara contra el partido napolitano.

Las ciudades de la costa progresaban en base al comercio. Ejercían todas sus funciones y el Rey, para
congraciarlas, les otorgaba nuevos privilegios. En el interior se desarrollaba el latifundio, libre de la
intervención de los xupanes. Todo esto los debilitó como funcionarios públicos. El Rey pensó que, con
regalar feudos a los barones, éstos defenderían mejor las fronteras del reino. Pero los señores sólo pensaban
en sus intereses y en cómo debilitar el Rey.

Los barones croatas


En el reino de Hungría, durante los siglos XIII y XIV, existía un gran número de barones en estado
 permanente de revuelta contra la autoridad real. Los barones húngaros, en la estricta acepción de esta palabra
y más próximos a la sede real, a la larga fueron dominados. No fue así con los barones croatas, alejados de la
corte y por lo tanto menos expuestos a las iras y maniobras políticas del rey.

El origen del poder de los barones se debe en gran parte a la desolación en que quedó Dalmacia continental
después de la invasión mongólica. Los sucesores de Gengis Khan devastaron y arruinaron de tal manera el
 país que, para ser posible su regeneración, era necesario un cambio radical. El remedio fue peor que la
enfermedad. Los reyes croatahúngaros no pudiendo hacer nada por esta región - a causa de la falta de fondos,
mal crónico del tesoro real que era una de las razones principales de la debilidad del reino húngaro y de sus
continuas transacciones financieras con Venecia - la abandonaron a algunas familias nobles de Croacia que
 pudiesen disponer de los recursos necesarios y que pronto se sentirían independientes de la corona. Las
 principales familias fueron los &ubi$  (Bribir), Nelipi$  (Cetina), Kai$  (Omi#), Kurijakovi$  (Krbava) y
Frankapan (Krk).

¿De dónde provenían? Eran fragmentos dispersos del que fue el Reino de Croacia en tiempos de los reyes
nacionales. Con certeza, no eran todos de origen eslavo. Los Frankapanes (Frangipani) eran de origen
 probablemente italiano. Otros llevaban nombres germánicos. Su falta de arraigo profundo al país, su codicia y
su brutalidad denuncian también un origen externo. Considerando el carácter violento, indisciplinado, tiránico
de todos estos nobles croatas, es asombroso que las comunas dálmatas, centros de vida civil, de libertad y
cultura, recurrieran a ellos y en muchas ocasiones los aceptaran como gobernadores. En verdad, el ejemplo
está en las villas italianas, donde a partir del siglo XIV las comunas repúblicas pasaron a ser patrimonio de
tiranos, cuyas pasiones violentas e indomables hacen palidecer a la de sus congéneres húngaros o croatas. Sin
embargo aquellos tuvieron cualidades políticas constructivas, que no se observaron en absoluto en los barones
croatas. Los &ubi$, Kurjakovi$, Nelipi$  y Frankapan dejaron solamente ruinas. Fue necesaria una
transformación completa de ellos, privados de todo poder político, reducidos a un papel noble, pero ingrato,
de defensores de lo que quedaba de las libertades frente a la inicua rapacidad de Venecia y Hungría.

Las razones por las cuales las ciudades y villas dálmatas recurrían a los barones croatas son múltiples: el
miedo, mal consejero; el debilitamiento progresivo de las libertades comunales que, bajo la doble presión
húngaroveneciana, llegaron a ser ilusorias; las guerras frecuentes entre las comunas, las hacían apelar
entonces a los barones, los cuales, al disponer siempre de tropas dispuestas para la guerra, se aprovechaban de
la situación para someter a las villas a sus caprichos; la atracción de la comunidad de sangre y de lenguaje,
que ejercía seguramente una gran influencia sobre las decisiones de las comunas. Pero dos reservas se
imponen. Las comunas cambiaban muy a menudo a los jefes. Los barones croatas alternaban con los podestas
italianos (no venecianos). Por otra parte el elemento croata, que después del siglo XIII era preponderante en
las ciudades, se aferró a la mentalidad municipal romana y medieval. De aquí se deduce que, tanto los
consejeros romanos como los croatas, se desembarazaban de esos barones con la misma facilidad y
entusiasmo.

 
 

En esos tiempos, junto a los condes de Krk, se distinguieron los condes de Bribir, con Grgur I Bribir
(1184-1234), que logró subyugar al poderoso Domaldo, como también a los condes Ka;i$, con Maldu; Ka;i$ 
(1221), amos de Omi#  y del litoral desde cerca de Split hasta el Neretva. Era el comienzo del gobierno
independiente de los barones croatas.

Los &ubi$, condes de Bribir, durante el interregno húngaro ocupaban casi toda Dalmacia, desde Petrova Gora
hasta el Neretva salvo Zadar y algunos distritos de Bosnia, que gobernaban y explotaban a su favor. Incluso
acuñaban sus monedas. Sin embargo nunca tuvieron una flota, factor que al final fue decisivo para su futuro.
El más distinguido fue Pavao I &ubi$, Ban de los croatas desde 1299 y señor de Bosnia (totius Bosniae
dominus). Los miembros de esta familia tiránica, se establecieron confortablemente en Split y ejercieron
funciones de Condes de Split, Trogir, &ibenik y Nin. Zadar era objeto de su codicia. El gobierno veneciano
estaba alerta. Envió al Conde de Zadar instrucciones para seguir con toda atención las idas y venidas del Ban
de Dalmacia y Croacia, cuyos movimientos eran más que sospechosos. Como rasgo muy característico de la
vida medioeval, el Senado veneciano envió al Conde de Zadar una amonestación por haber dejado las grandes
 puertas de la villa abiertas hasta una hora muy avanzada de la noche y le recomendaba, al mismo tiempo,
guardar celosamente las llaves de la villa, por cuanto el Ban Pavao rondaba por allí.

En efecto este ambicioso barón - por lo demás el más brillante de su linaje - tenía relaciones en Zadar, y
cuando fue informado por sus confidentes que la villa se aprestaba a levantar la bandera de la rebelión, se
 puso a reclutar mercenarios para socorrer a los zadarinos. Al mismo tiempo (1311), lanzó contra los
venecianos navíos rápidos a cargo de omi#anos - por no decir corsarios - todo sin querer realmente hacer la
guerra.

El terrorismo "bribiriano" en Dalmacia duró setenta años, con algunos intervalos de tranquilidad. Fueron
sobretodo los &ubi$, Condes de Bribir, que lo utilizaron con virtuosidad. Para tener una idea exacta, se tomará
un ejemplo típico, el de Mladen &ubi$, que desempeñó un papel tan deplorable en la insurrección de Zadar.
Aspiraba a la conquista de toda la Dalmacia y su mirada se dirigía aún más lejos. Aparecía como un rival del
mismo rey. Desequilibrado y violento, en vez de contemporizar, en manifestarse amable para obtener los
favores de las comunas y expresar lealtad a Venecia, se sublevaba furiosamente ante los primeros obstáculos
que encontraba en su camino y en vez de sortearlos se abalanzaba sobre ellos brutal y salvajemente. Su
energía era la fuerza bruta. Consistía en cometer crueldades inútiles contra todos los que se oponían a sus
deseos y en actos de suma violencia contra los débiles. Se encarnizó contra Trogir. Quería forzarla a entregar
documentos firmados en blanco y con el sello de la comuna. Trogir se rehusó, por lo cual Mladen asoló todo
su territorio y dificultó su comercio. Venecia tuvo que enviar una escuadra para defender la villa y Mladen
suspendió el castigo. Muchas otras villas tuvieron la misma suerte. Se enemistó con el alto clero que resistía
sus arbitrarias violencias. Provocó una liga de otros barones contra el. Atacó &ibenik, los venecianos tuvieron
que rechazar este ataque. Más el no fue más duro ni más inhumano que muchos otros señores feudales.

Otro de los barones más poderosos en ese tiempo era el conde Nelipi$, señor de Cetina y Knin. Ninguno de
los reyes de Hungría logró, a pesar de todos sus esfuerzos, en someterlo a la Corona. Los Nelipi$ fueron una
de los doce legendarias tribus del pueblo croata, cuyos jefes firmaron el célebre Pacta Conventa con
Koloman. Su antepasado más reciente era el conde Saracen, padre del poderoso barón Domaldo, que fue
conde de Klis en 1171 y vitalicio de &ibenik con derecho de sucesión. Su hijo, también Domaldo, fue conde
de las villas de Zadar, Split, &ibenik, Trogir, Nin y Omi#, y reconstruyó a Zadar desde sus cimientos, después
de la destrucción hecha por los cruzados en 1202. Fue investido xupan de Cetina con la ciudad de Sinj, por
Andrés II al cual le prestó grandes servicios. Entre los años 1326 y 1344, el conde Nelipi$ gobernó por su
cuenta el reino de Dalmacia y Croacia, con su corte en Knin, hasta su muerte.

Luis I, destruyó el poder de los Nelipi$ en 1345, a continuación el de los Kurjakovi$ y en 1357 el de los de
Bribir. Vladislava, la viuda de Nelipi$, le entregó la plaza fuerte de Knin y otras fortalezas (1345), y la familia
 Nelipic quedó reducida a la xupania del Cetina. Los condes de Bribir le entregaron la plaza fuerte de Bribir y
recibieron en compensación el castillo de Zrinj en Eslavonia, xupania de Zagreb, por lo cual serán conocidos
como Zrinski. El último conde Mladen III Bribir murió en 1348, y su hermano, Pavao III Bribir, se entregó al
rey. Con esto perdieron Klis, Skradin y Omi#. La oligarquía de los nobles croatas fue aniquilada. Los barones
fueron, sin lugar a dudas, el más poderoso apoyo de Venecia. También se puede afirmar sin exageración, que

 
 

la conquista progresiva y definitiva de Dalmacia por la República de San Marcos fue posible, en gran parte,
gracias al sentimiento de alivio que sentían los dálmatas frente a un gobierno que, si bien era muy duro y
egoísta, era regular, con instituciones estables, respetuoso de la ley, guardián de la paz y tranquilidad de los
ciudadanos. Después de haber tomado posesión de Knin y humillado a los barones que no osaron desafiarlo
abiertamente, Luis I dio vuelta sus riendas y volvió a Hungría.

Los Ka;i$ obtenían sus recursos de la piratería, que en esa época no era un bandidaje sino un método general
en función de la política del Estado (corsario). Como eran patarenos, estaban expuestos a los ataques de la
cristiandad. El legado papal en Split, encabezó una cruzada contra ellos en el 1221. En 1225 sucumbieron
frente a fuerzas superiores. Los vencedores les quemaron todas sus naves. Pero su poder no fue destruido.

Bosnia comenzaba lentamente a afirmarse y a codiciar Dalmacia, su ventana sobre el Adriático. Sus barones
 buscaban suplantar a los barones de Cetina y Knin, que mantenían una alianza con las ciudades y villas
dálmatas. Éstas codiciadas por sus vecinos - croatas o bosnios - esperaban siempre un apoyo de parte de los
reyes de Hungría y, desilusionadas, buscaron la seguridad y la tranquilidad bajo el alero de la poderosa
Venecia.

La insurrección de Zadar en 1345


Zadar sufría bajo el poder veneciano. No aspiraba sino a retomar su lugar bajo la sombra del estandarte del
rey croatohúngaro que la protegía sin humillarla. Venecia multiplicaba sus mensajes a la ciudad, le insistía
encarecidamente mantener su fidelidad al Dogo. Detallaba sus numerosas quejas contra las eternas revueltas.
Desde el punto de vista de relaciones exteriores, Zadar no cumplía el tratado de 1313. Para Zadar, los amigos
de Venecia eran sus enemigos y los enemigos de Venecia eran sus amigos. Pero los zadarinos no solamente
rechazaban estas quejas, sino, al contrario sus enviados ante el Dogo se lamentaban por las numerosas
violaciones de las estipulaciones de 1313 por parte de Venecia. Pasaron treinta años desde que los
acontecimientos colocaron a Zadar bajo la soberanía veneciana y nuevamente esta villa pensaba en una nueva
ofensiva contra Venecia. Se había enriquecido y su aristocracia rivalizaba con la de Dubrovnik y Venecia.
Tenía una marina considerable y su eterno sueño de república independiente la tentaba de nuevo.

Con motivo de la visita de Luis a Dalmacia, Zadar lanzó un nuevo desafío a Venecia. Enviaron una embajada
al rey Luis, pero el ya había abandonado Dalmacia y los embajadores volvieron con las manos vacías. El
 pueblo los insultó. Esto reveló a los venecianos que el proyecto de la comuna no era un simple acto de
homenaje, pero si una invitación al rey de retomar la villa. El armamentismo de los zadarinos tenía notoriedad
 pública. Venecia declaró a Zadar rebelde y enemiga. Había que castigar la comuna.

El 4 de Agosto de 1345 una flota veneciana se dirigió a Dalmacia para sitiar a Zadar. Tenía órdenes de
evacuar de la ciudad a todos los venecianos del lugar, incluyendo al Conde y a los consejeros. El dogo Andrea
Dandolo, envió una carta al Gran Consejo de Zadar que quedó sin respuesta. Una diputación de la ciudad fue
retenida a bordo del navío del almirante veneciano. La inquietud se apoderó de la villa. Se decidió enviar otra
misión a Venecia. No obstante las hostilidades comenzaron y el almirante de la flota, dio a la villa un
ultimátum: demolición de las murallas, entrega inmediata de todas las fortificaciones a los venecianos y
sumisión al Conde que les sería enviado de Venecia o la guerra. Zadar optó por la guerra.

Venecia quiso ponerse de acuerdo con los barones croatas y con las otras comunas dálmatas. Encontró en
todas partes un acogida favorable. Los barones firmaron acuerdos y las comunas, en parte apremiadas y en
 parte envidiosas de la potencia y la expansión de Zadar, se alinearon ciegamente al lado de su enemigo, sin
 pensar que estaban trabajando por su perdición. Aún la altanera Dubrovnik, que desde luego detestaba a los
venecianos, Rab, Split, &ibenik, Trogir y Nin enviaron cada una un navío de guerra, pero tuvieron que sufrir
la humillación de verse privadas de su mando, el que fue entregado a los venecianos. Sobrevino una
confusión general. Venecia organizó bandas de merodeadores para saquear el territorio de Zadar. Las
comunas se prestaron complacientes a esto. Por la llegada de refugiados de las islas del archipiélago zadarino
y de los territorios vecinos, Zadar estuvo sobrepoblado. Cerca de 30.000 personas se apretaban en las
estrechas y sombrías calles haciendo la defensa muy difícil. Pero la comuna no se dejó intimidar. Levantó
nuevas fortificaciones, tendió una pesada cadena sobre el mar a la entrada del puerto y desplegó sobre su
 bastión principal, con aclamaciones de la multitud, el estandarte del rey de Hungría. Envalentonados por una

 
 

carta de Luis que les anunciaba su arribo, envió un embajador a Nápoles para pedir socorro al príncipe
Andrés, hermano de Luis. Pero a la mañana siguiente de la recepción del embajador de Zadar, Andrés pereció
estrangulado (18 de Septiembre de 1345). Los zadarinos declararon un duelo de seis meses. Las comunas
italianas enemigas de Venecia, tomaron partido por Zadar y la aprovisionaron. Los condes de Bribir estaban
con los venecianos. Los Frankapan socorrieron a Zadar y algunos otros barones atacaron a las comunas
dálmatas aliadas de Venecia.

Venecia ensayó en primer lugar tomar Zadar por el hambre y el oro. Sobornó a algunos soldados de la
comuna para que incendiaran la ciudad o por lo menos su flota y masacraran a los principales patricios. Pero
el complot fue descubierto y los mercenarios ejecutados. Los bienes de los venecianos de Zadar fueron
confiscados. El territorio de Zadar fue devastado, su aprovisionamiento cortado: una ordenanza del
comandante en jefe veneciano amenazaba con la pena de enceguecimiento a todos los que les llevasen armas
o víveres. La ciudad fue completamente aislada del mar. No le quedaba sino una estrecha vía de
aprovisionamiento terrestre. Se vio obligada a expulsar a todas las bocas inútiles.

Durante cuatro meses se prosiguieron las operaciones sin que se anotasen éxitos ni de una ni de otra parte. En
Diciembre, nuevos refuerzos reemplazaron a los ejércitos fatigados y Marino Faliero, el mismo que diez años
después sería decapitado como Dogo, tomó el comando de la flota (1344).

En Septiembre corrió la voz en Zadar de la llegada del Ban de Bosnia, Stjepan II Kotromani$ (1322-1353) y
del Ban de Croacia (Eslavonia) Mika% Prodoni$ (1323-1343), a la cabeza de un potente ejército. El rey Luis I
los seguiría. En efecto, los dos Banes llegaron ante Zadar. Pero, sea que no se atrevieron atacar a fuerzas
superiores o, probablemente, por el oro de Venecia, la verdad es que no se movieron. Zadar tuvo que seguir
defendiéndose sola. Infligió severos golpes a los sitiadores. El Ban de Bosnia, al cual Venecia colocó un
enemigo temible a sus espaldas, al rey serbio Stefan Uro# IV, creyó - con la ayuda del oro - que era más
ventajoso mantener con la República una política de complacencia, o sea de arreglos diplomáticos, y de
relaciones amistosas, aunque precarias, que con su vecino húngaro.

Por otra parte, el rey Stefan Du#an - que se proclamó zar de los serbios en 1333 - con motivo de sus conflictos
con los Anjou en Hungría, Italia y Albania, estaba propenso a una alianza con Venecia. Pero cuando se
apoderó de Berat y Vlora y puso sus miradas sobre toda la Albania, amenazando a los Anjou y a Bosnia,
Venecia se inquietó. En verdad, no se preocupó mayormente por tener un amigo más en la persona de Du#an,
el más poderoso de los príncipes bálcanicos, sino que se aplicó con finura para cerrarle el camino al Adriático.
Rehusó asociarse a la política imperialista del futuro zar Du#an. No querría penetrar en el avispero albanés, y,
 por consiguiente, rechazó la petición de la villa de Durrës de ponerse bajo su protección frente a Du#an, que la
amenazaba y que finalmente la ocupó. A los avances del soberano serbio para una entrevista con el Dogo, el
gobierno veneciano respondió evasivamente. Du#an se resarció visitando con gran pompa Dubrovnik en
1346. Venecia se esforzó en hacer convivir en buena armonía a los soberanos, desiguales en poder, de los dos
estados sudeslavos de los Balcanes. Y, en su conflicto con Hungría, aceptó con un disimulo complaciente las
 proposiciones de mediación que le hizo llegar el zar serbio. A continuación de la retirada de los dos Banes,
después de unas escaramuzas insignificantes, Du#an se ofreció como aliado a Venecia y le propuso una ayuda
militar. Pero la República declinó graciosamente la proposición del soberano serbio, convencida de poner
término al asunto zadarino con sus propios medios. Mientras montaba un nuevo complot en Zadar, para
hacerse entregar la ciudad sin combatir, éste fue descubierto y ahogado en sangre. Una proposición de
mediación vino desde donde menos se esperaba.

Francia entró en escena. El Delfinado tenía por soberano a Humberto II, aventurero y comerciante, a quien el
 papa de Avignon, Clemente VI (1342-1352), le encargó en 1345 una misión pacificadora en Dalmacia, antes
de dirigirse al Oriente en su calidad de capitán general del ejército cristiano. La elección del Papa no se debía
a un simple azar. Era hijo de Beatriz de Hungría, la hermana del rey de Hungría, Carlos Roberto de Anjou.
Una mediación de Humberto II entre Venecia y Zadar era totalmente natural. Por otra parte, el papa temía un
interés capital a que toda la potencia veneciana fuese empleada al servicio de la causa cristiana. Ahora bien, la
guerra de Zadar entorpecía a la República y la intervención en nombre del Papa del capitán general no podía
sino inspirarle reflexiones saludables. Por otra parte, este hijo de un princesa húngara y sobrino de uno de los
 beligerantes podría hacer valer títulos especiales para aconsejar a los zadarinos a arreglarse con su potente

 
 

enemigo, todo esto con la promesa de una ayuda futura de Hungría en favor de la mantención de sus
libertades.

Su misión fracasó totalmente. La situación era difícil y el noble francés no tenía ni la autoridad ni los medios
necesarios para imponer una transacción entre los dos desiguales rivales. Desembarcó en Zadar, el 26 de
 Noviembre de 1345. Los comandantes venecianos aceptaron conceder a los sitiados un armisticio de 24 horas,
con el objeto de facilitar la tarea del emisario papal. Humberto trató de persuadir al Consejo de Zadar de
concluir la paz con los venecianos, porque eran más fuertes y, al comprometer a las fuerzas venecianas, les
impedirían asociarse a la expedición contra los turcos. Los plenipotenciarios zadarinos manifestaron al
francés que su comuna ya se había entregado al rey de Hungría y que ella en ningún caso se retractaría. El no
insistió y, recordando que su madre era húngara, los incitó a permanecer fieles al rey, como a un príncipe más
 potente que Venecia.

Los venecianos se apoderaron el 12 de Diciembre de la fortaleza de los santos Cosme y Damián. Para colmo,
la peste - la terrible "muerte negra " del año 1345 que despobló una buena mitad de Europa - tomó partido y
cobró en Zadar numerosas víctimas. Sin embargo, no impidió que los genoveses introdujeran en la villa
11.000 armas. Los asediados continuaban con ciertas ventajas. El bloqueo no era efectivo. Un asalto general
que tuvo .lugar el 23 de Enero de 1346 fue rechazado heroicamente, aunque la gruesa cadena que cerraba el
 puerto fue despedazada y enviada a Venecia como trofeo. Tres nuevas escuadras se sucedieron con algunas
semanas de intervalo y, finalmente, llegó una flota de cuarenta galeras para tomar parte en las operaciones.

El sitio de Zadar produjo una profunda impresión en Europa. Se elevaban voces de todos los sectores que
condenaban este odioso atentado. El zar serbio, el duque Alberto de Austria y el patriarca de Aquilea
ofrecieron a los beligerantes su mediación. La República aceptó la del duque de Austria, el único que era
completamente desinteresado en este triste asunto. Dos embajadores venecianos se presentaron ante él y se
encontraron con los embajadores de Luis I. Venecia declaró que no estaba en guerra con Hungría sino con
una villa rebelde. A su vez, Hungría explicó que no luchaba por Zadar sino por la libertad del Adriático y que
estaba dispuesta a entenderse con los venecianos. Solicitó a la República navíos y fondos para un expedición
 punitiva al reino de Nápoles. Venecia rehusó los navíos y aprovechó esta oportunidad para ofrecerle 40.000
ducados si abandonaban los derechos sobre Zadar y otros 40.000 si renunciaba igualmente sobre las otras
villas dálmatas. Las negociaciones fueron rotas. Stefan Du#an renovó sus ofrecimientos de mediación, pero
Venecia no aceptó so pretexto que los zadarinos propalaron el rumor que era ella la que provocó la
intervención del noble francés Humberto .

Otro asalto general a Zadar fue rechazado el 16 de Mayo de 1346, con fuertes pérdidas para los venecianos.
La villa de San Marcos estaba turbada, pues el rey Luis I se encontraba a unas doce kilómetros de Zadar, con
un ejército de alrededor de 10.000 hombres y 100.000 en la frontera de la Tierra Firme. Avanzó hasta las
 puertas de la ciudad, donde fue saludado por una gran embajada (11 de Junio). Estableció su campamento
cerca de la gran fortaleza levantada por los zadarinos y ocupada por los venecianos. Pero desde el 1° de Julio
sufrió un grave derrota. Las tropas reales dejaron en el campo de batalla 7.000 muertos. El Tintoretto plasmó
en la Sala dello Scrutinio del palacio ducal veneciano esta victoria y la posterior capitulación de Zadar.

Algunos contemporáneos pretendieron que en la derrota húngara, el oro veneciano había jugado un rol
decisivo. El Ban de Bosnia fue corrompido por los agentes de la Señoría. Se mantuvo inactivo durante la
 batalla e incluso se opuso a una ofensiva general de las tropas reales. La cólera de los sitiados se volcó
enteramente sobre el rey Luis. Puede ser que no haya existido una verdadera traición, aunque las
conversaciones de los barones croatas con los venecianos se prestarían para sospechar. La derrota húngara
tendría otra explicación. El ejército del rey era muy numeroso para un terreno de maniobra totalmente
insuficiente. El cordón fortificado de 24 torres levantado por Marco Giustiniani era una defensa suficiente
 para los venecianos como también una temible base de ataque contra la ciudad. El ejército real no tenía
experiencia en sitios de villas fortificadas. Se encontró entre dos fuegos: la flota y el ejército. Todas estas
razones son bien atendibles y no excluyen en absoluto que en cierta medida la traición influyó en la derrota.
´
Ahora bien, mientras en Venecia el dogo y la Señoría festejaban con procesiones los éxitos de los ejércitos
venecianos, en Zadar estallaron graves desórdenes. El pueblo se sublevó contra los nobles y exigía la

 
 

capitulación de la villa. Los comerciantes y los artesanos se veían empujados a la miseria. El pueblo temía al
régimen húngaro que era mucho más favorable a los intereses de los nobles que a los del pueblo. Los
ciudadanos armados se dirigían contra la sede del gobierno. Las autoridades asustadas enviaron una misión a
los jefes venecianos. Pero éstos exigieron la capitulación de la villa sin condiciones. Los nobles rechazaron
este ultimátum con indignación. La gente del pueblo, decidida a no rendirse a cualquier precio, también
enviaron secretamente negociadores. Esto fue descubierto por las autoridades y sus cabecillas - once ricos
 plebeyos y un noble - fueron decapitados. El sitio continuó .

Mientras se combatía en Zadar, seguían las proposiciones de mediación. El Senado veneciano rechazó
nuevamente una de Stefan Du#an y la alianza que le proponía Juana, reina de Nápoles, que temía siempre la
venganza de Luis por la muerte de Andrés. Se apresuró en asegurar a la reina que, después de la derrota del
rey bajo los muros de Zadar, no había nada que temer de parte de él. Nuevas negociaciones, en curso de las
cuales Luis rehusó el precio de 100.000 ducados por Zadar y Dalmacia - más 20.000 ducados por los barones
que residían en su corte - ofrecidos por Venecia, a pesar de la intervención del papa Clemente VI.

El sitio pasó a ser cada vez más riguroso. Los venecianos lanzaron una proclama redactada en eslavo e
italiano que decía: "Si la villa capital capitula en los próximos ocho días, los ciudadanos tendrán a salvo su
vida y sus bienes no serán confiscados, pero si se rehusan perderán todo el derecho a la gracia." La villa no
respondió y el Consejo procedió a la distribución de pan, anunciándose la próxima llegada del rey. El bloqueo
se hizo más cerrado. Una quinta escuadra veneciana bajo el mando de Marco Giustiniani reemplazó las
 precedentes. En Zadar el hambre causaba estragos. Se alimentaban de perros y ratones muertos. Un pan
costaba doce piezas de oro. Los mercenarios abandonaron la villa. Los venecianos los rechazaron y les
 propusieron un pago y paso libre si aceptaban incendiar los navíos zadarinos. Del lado de Hungría sólo un
 pesado silencio. Rumores incontrolables anunciaban sin cesar la llegada del Ban de Eslavonia y el
abastecimiento de la villa. Vana esperanza. Luis no se movía. Pensaba únicamente en la muerte de su
hermano. El hambre y el descontento de las masas populares conmovieron la firmeza de los nobles. En
Octubre de 1346, se envió a los sitiadores proposiciones que éstos rechazaron. El Ban de Bosnia se ofreció
como mediador. El Senado aceptó, pero con rendición incondicional. Nueva presión de los venecianos. Los
saqueos e incendios de viñas, campos, quintas y suburbios continuaron.

El 7 de Diciembre, un Consejo General, compuesto de doscientos patricios, fue convocado para examinar la
situación. En las calles de esta ciudadela símbolo de la libertad dálmata, una multitud armada reclamaba la
capitulación inmediata. La guardia mercenaria que protegía las deliberaciones del Consejo General abandonó
el palacio del gobierno. Sus miembros quedaron solos y expuestos a una posible irrupción del pueblo. El
Consejo General decidió capitular.

Una diputación partió a Venecia y se arrodilló ante del dogo Andrea Dandolo - un Dandolo aceptaba la
segunda capitulación de Zadar - y el 15 de Diciembre de 1346 se firmó un tratado de paz. En el preámbulo de
esta acta, Zadar reconoce que desde hacia mucho tiempo era veneciana y que los tratados que firmó con otras
 potencias no tenían fundamento legal. Se rendía sin condiciones, renunciaba a todos sus derechos comunales
y sólo pedía seguridad para las personas y bienes. Se arrió el pabellón húngaro el que fue reemplazado por el
de Venecia. El 23 de Diciembre la nobleza y al día siguiente los ciudadanos prestaron juramento al Dogo. El
nuevo conde, el veneciano Marco Giustiniani, sentado en la cátedra de la catedral de San Anastasio -
admirable obra del arte gótico del siglo XIII - anunció que la República acordaba a los "rebeldes" una
amnistía total. Por el momento, Zadar quedaba eliminada de la lista de las comunas libres. Los zadarinos
opusieron a Venecia la misma resistencia que los hombres de Teuta y Gencios habían opuesto a Roma.

Después de muchos siglos de experiencia dolorosa y humillante para la República, era necesario asegurar esta
 preciosa posesión contra los azares de la historia, pues Luis I estaba siempre presente. No había renunciado a
nada y era posible que sacudiera su apatía y se despertase de repente de su hipnosis napolitana. La medidas
tomadas por Venecia contra la ciudad vencida fueron de una crueldad estudiada y refinada.

Pero la capitulación de Zadar no resolvió nada. Luis persistía en reclamar la Dalmacia entera. Nuevamente
rumores de movilización general circulaban en Venecia. Por otra parte, las negociaciones para la cesión de
castillo fuerte de Ostrovica, feudo de los condes de Bribir, fracasaron. A pesar de las fiestas y los Te Deum en

 
 

San Marcos, Venecia estaba inquieta. Tenía que elegir entre la paz con el rey o una liga precaria con los
 barones croatas y húngaros - cuya fidelidad era dudosa - y el resto de los enemigos de Luis. Nuevas ofertas de
mediación. Venecia aceptó la del duque de Sajonia, Rodolfo I. Las tropas croatohúngaras hostigaron Split,
Trogir y &ibenik.

En los momentos cuando Luis se encontraba a punto de cruzar el Adriático para conquistar Nápoles, todo era
incertidumbre en Dalmacia. Venecia incrementó su flota en el "golfo" adriático. El Senado veneciano le
ofreció nuevamente a Luis I los 100.000 ducados como precio de compra de Dalmacia y que el dogo llevaría
el título de duque de Dalmacia y Croacia. Venecia, luchando en el terreno jurídico, sabía a que atenerse. Toda
Europa reconocía los derechos de Hungría sobre Dalmacia, con la reserva de la libertad de las comunas.
Dalmacia pertenecía de jure (de derecho, con justos títulos) a Hungría.

 Nuevas proposiciones de mediación. Esta vez Venecia aceptó la de Stefan Du#an de Serbia, constantemente
favorable a Venecia. La muerte de Mladen III &ubi$, señor de Klis, Skradin y Omi#, envenenó el debate. Los
dos rivales codiciaban al mismo tiempo la posesión de estas villas, pues desde ellas se dominaba el litoral.
Pero las negociaciones con Luis I, fueron una vez más rotas.

Después de su aventura en Nápoles, Luis envió una misión a Venecia en los primeros meses de 1348. Se
discutió mucho, pero finalmente el 5 de Agosto se concluyó una tregua de ocho años sobre la base del uti
 possidetis (como poseéis). Los puntos estratégicas de Klis, Skradin y Omi# fueron incluidos en el tratado. Se
reconocía como señor de la villas al conde Pavao III Bribir, hermano de Mladen III, en cuanto a tutor de
Mladen IV. Se tendría un poco de calma y se podrían iniciar las negociaciones para una paz definitiva.
Mientras tanto, el Dogo y el Rey llevarían ambos los títulos del país. En 1353 les propuso entregar el litoral
contra el pago de 5.000 ducados anuales. Los venecianos rechazaron la proposición y antes del término del
armisticio conquistaron Skradin. Esto convenció a Luis que tenía que expulsar a los venecianos por las armas.

En la Navidad de 1348 apareció la peste negra en Split. Llegó del Oriente y a través de Italia. Ese mismo año
se extendió por toda Europa.

A partir de fines de Junio de 1349, los dos beligerantes iniciaron las negociaciones para una paz definitiva. La
situación en Dalmacia durante esta tregua fue agitada y precaria. El Senado dio a sus embajadores las
siguientes instrucciones: por lo que se refiere a las cuatro villas: Split, Trogir, &ibenik y Nin, deberían hacer
entender al rey que Venecia las tomó bajo su "protección" a su propio pedido, esto hace ya muchos años, para
librarlos de las afrentas a las cuales las tenían expuestas los croatas. Pero si el rey quisiera apoderarse por la
fuerza de estas villas o si su intención fuera invocar la intervención de una potencia extranjera, Venecia
 preferiría comprarle sus derechos sobre ellas por un precio de 60.000 ducados. Si en el instrumento de la paz
el rey se intitulaba "rey de Dalmacia y de Croacia", los delegados venecianos debían pedir para el Dogo el
mismo tratamiento, es decir, el título no real, pero si ducal de estos dos países. Pero si el rey no hace ninguna
mención de estos títulos, el Dogo se llamaría simplemente Dux Venetiarum. En 1350, el hermano de Luis,
Esteban (1350-1354), ostentaba el título de conde de toda la Eslavonia, Croacia y Dalmacia.

El Tratado de Paz de Zadar de 1358


Al terminar la tregua de ocho años, Luis I declaró la guerra a Venecia (1356-1358). La República veía venir
la tempestad. Presionó a Zadar. Su conde recibió plenos poderes, derecho de vida y muerte. Venecia compró
la fortaleza de Skradin (Enero de 1356) a la sucesión de Mladen III &ubi$, con los cuales mantenía cordiales
relaciones y pactos de defensa mutua. Pero Ostrovica y Klis eran del rey. El soberano de Serbia, el zar Stefan
Uro#  IV que sucedió a su padre Du#an, sin una chispa de su genio, continuó manteniendo relaciones
amistosas con Venecia, pero no pertenecía a la grey católica y el de Bosnia tenía, en todo caso, una fe
considerada sospechosa. Luis I supo dar a sus expediciones contra Serbia y Bosnia un falso aire de cruzada.
Contra el gobierno veneciano se alzaron Split, Trogir, &ibenik, Nin y Bra;.

Luis sabía que era muy difícil vencer a Venecia en Dalmacia. En 1356, los húngaros penetraron en Friul,
norte de Italia. Venecia quedó aislada. El conde de Gorica, el duque de Austria, que autorizó a los húngaros
atravesar su territorio, el patriarca de Aquilea y el emperador Carlos, tomaron partido por Hungría. El
emperador del Sacro Imperio, rompió con la República de San Marcos y le quitó territorios que entregó a Luis

 
 

nombrándolo "vicario imperial". La Italia del Norte se inquietó, pero Luis declaró que las hostilidades estaban
dirigidas exclusivamente contra Venecia. Las posiciones venecianas cayeron una tras otra en manos
enemigas. La guerra proseguía con alternancia y con negociaciones llevadas a cabo por un hombre de
Dubrovnik, Marino Goza.

En Dalmacia las cosas no iban tan mal. La cuestión de Zadar era la más importante. Venecia, para complacer
al Papa, quería concluir un compromiso con Luis respecto a otras ciudades dálmatas, pero no sobre Zadar. Por
lo demás el rey no admitía regateos. El trabajo diplomático no avanzaba. En septiembre del 1356, un legado
del papa Inocencio VI se encontró con Luis y le comunicó sus condiciones para la paz. Los venecianos
cederían al rey las villas de Split, Trogir, &ibenik y Skradin y él les restituiría las localidades que ocupó
cuando marchaba hacia Treviso. Para Zadar y Nin, se contentaría con la declaración de principio de que estas
dos villas - Nin era una sombra de villa, pero como posición importante - pertenecían en derecho a la corona
de Hungría, pero permanecerían en poder de los venecianos con la condición que acordasen una amnistía
general a las partidarios del rey y restituyeran sus bienes a los ciudadanos exilados. Venecia pagaría a
Hungría una indemnización de guerra de 100.000 ducados, colocaría a disposición del rey dos galeras, para
una guerra eventual que emprendería contra los infieles y los cismáticos, y, finalmente, daría al rey 300
coraceros para hacer entrar en razón a los barones que se habían levantado contra el Papa.

Estas condiciones relativamente moderadas se explican por el deseo de Luis I - nombrado en vez del zar
serbio Capitán General de la Cristiandad - de comenzar la cruzada tan ardientemente convocada por
Inocencio. Por lo demás, el Senado veneciano tenía todas las razones del mundo para adoptar una actitud
conciliadora. Todo aconsejaba a la República aceptar las proposiciones húngaras. Así accedió a las
condiciones trasmitidas por el legado del Papa, pero rehusó toda ayuda a Inocencio VI para una operación
militar contra los turcos y sarracenos, declinando perentoriamente asociarse a una campaña contra los serbios.
Al no entenderse sobre el fondo del problema, se convino en un armisticio hasta el día de Pascua de 1357.
Después de esta corta tregua, las hostilidades y las negociaciones se reanudarían.

Las ciudades y villas dálmatas, cansadas de las eternas conversaciones y batallas, precipitaron los
acontecimientos. Como un estado dentro de otro estado, como entre iguales, negociaron y abrieron las puertas
a los representantes húngaros, sólo después de obtener concesiones que salvaguardasen su carácter, territorio
y privilegios. Sabiamente preparados por emisarios reales, las comunas de Split, Trogir y &ibenik se
insubordinaron y expulsaron a los condes venecianos. Fue en dichos términos que &ibenik (Diciembre de
1357), Split (Marzo de 1358) y Trogir (Abril de 1358) aceptaron la autoridad húngara. Las ciudades dálmatas
lograron así asegurarse un status legal especial respecto a la corona.

Dubrovnik trabajaba desde hacia mucho tiempo para emanciparse de la autoridad veneciana. Desde el
comienzo de las hostilidades, buscó la protección húngara. Aún en Enero de 1358, Venecia la creía segura y
se preparaba en el Senado una ley de acuerdo a la cual los consejeros de Dubrovnik serían iguales a los
ciudadanos venecianos. Pero de repente la situación en el Adriático se aclaró y los de Dubrovnik despidieron
cortésmente la representación veneciana. Enviaron al rey de Hungría una embajada, a cargo del arzobispo de
Dubrovnik Elio Saraca, uno de los embajadores más competentes de su tiempo. Mientras proseguían las
negociaciones, el ban de Eslavonia tomó posesión en nombre del Rey de las villas rebeldes, salvo Zadar y
Dubrovnik, sin preocuparse de las fuerzas navales venecianas que navegaban en las aguas dálmatas. Un
acuerdo secreto entre el abad del monasterio benedictino de San Grisógono (Sveti Kr  " evan) y el comandante
de las tropas alemanas a sueldo de Venecia en Zadar, entregó el 18 de Diciembre de 1357 la ciudad a los
 partidarios de Hungría. El comandante veneciano, Miguel Falier, mantenía solamente la guarnición que le fue
confiada. Se nombró un nuevo comandante que arrestó a Falier y lo envió bajo escolta a Venecia, donde fue
encarcelado. El almirante veneciano Tadeo Giustiniani, sólo pudo asistir impotente al derrumbe del régimen
veneciano en Zadar, a pesar de sus tentativas de levantar al pueblo contra los nobles aliados de Hungría. El
centro de resistencia se desplazó a Skradin y las islas con excepción de Bra;.

Cansado de la guerra, el Senado se decidió enviar una misión a Zadar con proposiciones de paz. El rey
reclamó toda Dalmacia, sin reserva, sin excepciones. Los plenipotenciarios venecianos estaban consternados,
no tenían mandato para consentir tal sacrificio. El Senado tuvo una sesión lúgubre le 12 de enero de 1358.
Unos pedían una ruptura inmediata de las negociaciones, haciendo valer que las proposiciones del rey de

 
 

Hungría tendían nada menos que a la destrucción del estado veneciano y a la servidumbre de su pueblo. Otros
 pedían el arbitraje del Papa. Si el rey no aceptaba este arbitraje estarían forzados a cederle Dalmacia. Pero la
mayoría pretendía que todavía se podía concluir un arreglo con el victorioso rey. Mientras discutían, las
operaciones se reiniciaron con un éxito total para los partidarios del rey. Nin se rindió después de un brutal
asedio durante el cual la población tuvo que alimentarse de cadáveres de caballos y perros. El Rey se mantuvo
inflexible.

En esta situación, los embajadores venecianos de Zadar se fueron a Dubrovnik. Venecia esperaba mantener al
menos una parte del Adriático oriental. A cambio de la posesión de Dubrovnik, trataría de conservar las islas
de Kor %ula y Mljet, feudos de la casa veneciana de los Zorzi. Las aspiraciones de Dubrovnik eran estar
englobada en el país de la corona apostólica de Hungría, lo que le garantizaría su autonomía. En cuanto al
Rey, la Dalmacia era un país que se extendía desde Istria hasta Durrës y la quería entera. Luis volvió a atacar
a Venecia en sus territorios de Tierra Firme y al no poder defenderlos, Venecia pidió la paz. Fue un día
extremadamente doloroso para Venecia el 18 de febrero de 1358 cuando, en la iglesia de los franciscanos de
Zadar, sus embajadores firmaron un tratado de paz, por el cual tres siglos de glorias, luchas y de duras
conquistas fueron borrados de un solo plumazo. La capitulación era total y sin los honores de guerra.

Por los términos del Tratado Zadar, la República de Venecia renunciaba "para siempre" a toda la Dalmacia, a
 partir de una línea de división en el golfo de Carnaro hasta la frontera de Durrës, incluyendo todas las islas y
Dubrovnik. Para evitar todo malentendido, se especificaba que Venecia renunciaba a favor del rey de Hungría
a las villas de Nin, Zadar, Skradin, &ibenik, Trogir, Split y Dubrovnik (Kotor en esa época pertenecía al
imperio serbio) como también a las islas de Cres, Krk, Rab, Pag, Bra;, Hvar y Kor %ula. El Dogo renunciaba,
al mismo tiempo, al titulo de "duque de Dalmacia y Croacia" en beneficio del rey de Hungría, así como
también a todos los derechos que la República detentaba en Dalmacia. Sólo le quedaría el título de  Dux
Venetiarum, lo que equivalía a reconocer la derrota veneciana en tierra y en mar. En compensación el rey de
Hungría se comprometía a devolver a Venecia sus conquistas en Istria y el Noreste de Italia. Luis I consolidó
totalmente su dominio en Dalmacia. Dubrovnik reconoció al rey croatohúngaro y despidió con todos los
honores al representante veneciano.

Por una cláusula especial, los súbditos venecianos y húngaros estaban autorizados a poseer tierras en ambos
 países, a excepción de Nin y Zadar, en los cuales los venecianos no podían tener ni casas ni tierras. Las dos
 potencias contratantes se comprometían a suprimir la piratería, amnistiar a sus partidarios en territorios del
otro y en caso de violaciones del tratado o de problemas de interpretación, recurrir al arbitraje del Papa.

Luis I, el noble francés colocado en el trono de Hungría, se daba cuenta que no poseería tranquilamente
Dalmacia sin una flota para protegerla. Pero no se improvisa una flota, salvo en las leyendas. Para tener a raya
a los venecianos en el Adriático, el rey tuvo que recurrir a medidas fiscales que presagiaban un régimen
menos liberal que el que se imaginaron los dálmatas al independizarse de los venecianos. Dalmacia debía
 proporcionar las primeras unidades de la nueva flota. Luis comenzó por una medida que no encontraría
ninguna oposición, nombrar un almirante. Un noble de Zadar, Jakov &ubi$, fue propuesto como almirante del
Reino de Dalmacia y Croacia. Además, con este propósito, fue nombrado administrador de las tres principales
islas de Dalmacia central: Bra;, Hvar y Kor %ula, las tres antiguas guaridas de los temibles piratas neretvanos,
cuya población dominaba el arte de la navegación.

Una diputación de la comunas dálmatas fue al castillo real de Buda [Pest], la primera de las innumerables
diputaciones que surcaron los caminos de Hungría y Austria portadoras de quejas. Todos los estatutos de las
comunas fueron confirmados por Luis I, pero con importantes restricciones. Los extranjeros - incluyendo a
los croatas - serían en adelante juzgados por los tribunales del rey y las sentencias pronunciadas por los jueces
de las comunas se podrían apelar a la Curia Real. Las innovaciones marcaron el fin de la autonomía municipal
republicana. Fue nombrada una comisión para reformar la administración en Dalmacia y fijar y precisar los
derechos estimados irrenunciables de la corona de Hungría.

Dubrovnik, no habiendo sido nunca invadida por los húngaros, no comprendía que su autonomía surgiría de
un simple documento real, al igual que para las otras comunas dálmatas. Antes de entregarse a una potencia
que por la fuerza de las armas venció y humilló a Venecia, sondeó a las pequeñas potencias limítrofes de

 
 

Bosnia y Hercegovina, donde un vasallo del emperador serbio dominaba los pasos que llevaban a Dubrovnik.
Pero todas estaban deslumbradas por el éxito del rey húngaro y Dubrovnik, aislada, no le quedó otro camino
que arreglarse con el vencedor. Separó desde luego su causa a la de las demás comunas. La tentativa de una
liga de todas las comunas dálmatas para la conservación de la libertad en Dalmacia fracasó a causa de la falta
de energía y de concordia entre las villas, aterrorizadas por la potencia húngara. Todo se ultimaba en Hungría.
Dubrovnik no pudo persuadir al rey que ella no pertenecía a la Dalmacia propiamente dicha. En la corte de
Buda reinaba la doctrina de "Dalmacia una e indivisible". En el castillo de Visegrad en Hungría, residencia
temporal del rey Luis I, el 27 de mayo de 1358, se firmó un pacto solemne entre la comuna de Dubrovnik y el
rey de Hungría. Por los términos de esta convención, Dubrovnik aceptaba la protección del rey (duró hasta
1526, desde este año hasta 1808 reconoció la soberanía otomana) comprometiéndose Dubrovnik entregarle
anualmente 500 ducados oro. Este tratado le dejaba una libertad de movimiento infinitamente más grande que
el que concluyó con Venecia. En realidad, pasaba a ser independiente. A pesar de declararse censataria del
rey, podía enarbolar su estandarte adoptando sus colores. Encontró en el pacto una expresión adecuada de su
autonomía en el derecho de elegir entre sus nobles el "rector" de la comuna, de legislar con plena libertad y de
mantener relaciones comerciales con todo el mundo. Esto había sido negado a las otras comunas dálmatas.
Estas posibilidades constituyeron el punto de partida de la emancipación completa de Dubrovnik en el siglo
siguiente. Dubrovnik separaba su destino del de sus hermanas dálmatas. Su intensa actividad comenzará sólo
en el siglo XIV. Señor indiscutible de toda la costa de Boka Kotorska hasta el Neretva como también de las
islas del archipiélago que la defienden hasta Lastovo y soberana temporal de Kor %ula, Bra; y Hvar.
Dubrovnik, puerto principal de los Balcanes orientales, fue el condescendiente cómplice de todas las
conspiraciones urdidas contra Venecia, de las cuales sacó siempre provecho. Le fue constantemente hostil
 bajo un manto de la más profunda humildad. El tratado entre Dubrovnik y Luis I molestó a sus vecinos. Se
creyeron cercados. Dubrovnik escapaba a sus influencias. Además Dubrovnik tenía un interés vital en
mantener relaciones amistosas, incluso íntimas con el interior habitado por serbios y donde ella vendía la
mayor parte de sus mercancías.

Después de la muerte del gran zar Stefan Du#an bajo su débil sucesor Stefan Uro# IV el estado serbio se
encaminaba lentamente hacia sus disolución, al final del cual se podía entrever el epílogo sangriento de la
conquista otomana. Grandes señores feudales se repartieron el imperio y reinaron como reyezuelos casi
independientes. Lo que se había convenido llamar imperio serbio, comprendía a Bosnia semiindependiente,
Hercegovina, el principado marítimo de los Bal#as, etc. Se podría suponer que, sin la invasión musulmana,
una casa real hubiese aglutinado estas fuerzas centrífugas y establecido un estado fuerte y viable en los
Balcanes. Pero el soberano serbio no tenía la fuerza necesaria. Además la estructura social de los sudeslavos,
inclinados a la anarquía y a una concepción comunitaria de la propiedad, contaminada por el imperio
 bizantino en decadencia, hizo crisis y dejó el terreno preparado para el advenimiento de una potencia bárbara
fuerte, disciplinada y fanática. Las grandes comunas dálmatas veían claramente el peligro. Felices de haber
sido salvadas de las violencias de la barones feudales, buscaron, para conjurar la tempestad, engrandecerse
territorialmente. Pero se encontraron con un rey que quería absorber todo. Así Dubrovnik, pidió en vano la
 pertenencia definitiva de la isla de Kor %ula que le servía de defensa, en vano Split solicitaba la isla de Bra;,
separado de ella por un estrecho canal. Experimentaron un rechazo altanero de Luis I.

Por otra parte, un grave conflicto entre Dubrovnik y los barones serbios vecinos no tardó en estallar (1361).
Fue una guerra sin gloria. El rey de Hungría no intervino. Venecia permaneció neutral, vigilando solamente la
libertad de su comercio. El zar Stefan Uro# IV intervino para defender al vasallo agresor, señor de toda la
 parte meridional de Hercegovina. Dubrovnik para impedir el avance del enemigo devastó territorios de la
comuna y destruyó poblados. En esta oportunidad, la protección de la corona húngara se reveló ilusoria. Sin
embargo Dubrovnik se sostuvo firme y mantuvo su libertad gracias a la antigua disciplina municipal y a la
fortaleza de sus murallas. Los serbios no la invadieron. La Dalmacia meridional fue salvada de una invasión
que habría facilitado más tarde la supresión de estos faros de la civilización por los turcos. La villa
 permaneció inviolada. El 22 de Agosto de 1362, el zar serbio se resignó a firmar la paz con Dubrovnik. El
tratado tomó la forma de una crisóbula: libertad absoluta para el comercio de Dubrovnik en toda la extensión
del imperio serbio; en caso de conflictos con los barones serbios Dubrovnik recurriría al arbitraje del zar y la
comuna pagaría, como en el pasado, ciertas rentas a la corona serbia, sobretodo por la posesión de la isla de
Mljet.

 
 

El régimen burocrático introducido en Dalmacia por Hungría se hacía cada vez más vejatorio. Comisarios
reales recortaban las libertades de las villas que protestaban aisladamente, con un egoísmo comunal que
excluía por anticipado toda idea de solidaridad. Impusieron a Split el Ban de Croacia, que ejercía al mismo
tiempo las funciones de conde. Split protestó en nombre de sus libertades. Pero Zadar, lastimada por tantas
guerras, se resignó y aceptó. En la villa de Diocleciano se conspiraba ya contra el gobierno real, que no
respetaba los derechos y privilegios comunales. Con satisfacción de Venecia el descontento aumentaba.
Algunos sintieron la nostalgia del régimen veneciano. La verdad es que toda la nobleza y el alto clero estaban
con Hungría y se quejaban de las restricciones de los privilegios acordados por los predecesores de Luis I. No
deseaban el retorno del régimen veneciano. Al contrario, el pueblo bajo guardaba su afecto por Venecia que,
 por ultraaristocrática que era, se presentaba en Dalmacia y en todo el Levante como un paladín contra los
nobles.

A pesar de la paz de Zadar y su expulsión de Dalmacia, Venecia persistía en su proyecto de mantener y aun
aumentar su poderío naval en el Adriático, lo que paralizaría a Hungría y haría precaria su posesión de
Dalmacia. Hungría no podría sostener esta rivalidad en el mar. Por lo demás, todos los otros ribereños del
Adriático, el Papa (Señor del Condado de Ancona ), el Patriarca de Aquilea y el Conde de Padua buscaban
 provecho a costa del debilitamiento de Venecia, como consecuencia de las guerras con Luis. Querían
conquistar la libertad de comercio en el Adriático, es decir, la libertad de navegación. Luis perseveró en sus
esfuerzos para crear una real flota en el Adriático, ya que estaba reducido a una escuadra de galeras dálmatas.
En 1358 declaró la guerra al emperador serbio - campaña absurda y en la que no obtuvo ningún éxito - tuvo
que pedir a los venecianos de no interceptar las pocas galeras que las comunas dálmatas armaron para esta
expedición.

En violación a las reglas acordadas por sus predecesores, Luis confiscó en beneficio del tesoro real las
entradas por el comercio de la sal y la treintava parte de los derechos aduaneros que iban al tesoro comunal y
fundó una cámara especial de la sal. Además, Dubrovnik le dio permiso para construir tres galeras en su
astilleros (1360). A pesar de todas estas medidas, no pudo crear una gran flota y quebrar la supremacía naval
de Venecia.

Los venecianos trataron a Luis I con miramientos. Fue la luna de miel del tratado de Zadar. Pero poco a poco
se envalentonaron y dejaron caer sobre la navegación dalmatohúngara todo el peso de su desprecio. Una
desconfianza recíproca se desarrolló rápidamente. Alertas perpetuas, armamentos secretos, alfilerazos,
caracterizaban esta época de postguerra. El rey aconsejaba a las villas dálmatas ponerse en guardia, armarse y
aprovisionarse ante los posibles ataques imprevistos de la flota veneciana. Pero las comunas estaban
empobrecidas. El tesoro real se enriquecía a sus costillas. Luis marchó sobre Bosnia para humillar al Ban, que
era un vasallo rebelde. La piratería, debilitada por el tratado de Zadar, volvió a sus fueros y Venecia tuvo que
enviar una escuadra para dar caza a los piratas de Omi# (1364).

Una insurrección estalló en la isla de Creta contra los venecianos. La República pidió neutralidad al Papa, al
Emperador, a la Reina de Nápoles, al Rey de Hungría y a Dubrovnik. La flota de la República se abstuvo de
atacar las villas dálmatas, pero sus unidades saqueaban el litoral, robaban ganado e hicieron requisiciones en
las poblaciones. El Rey hizo pública protesta. Venecia se excusó.

En 1366, Luis vacilaba todavía entre emprender una cruzada contra los turcos o contra los serbios y búlgaros.
Solicitó a los venecianos navíos, lo que rechazaron alegando las buenas relaciones que existían con ellos,
siendo el soberano serbio ciudadano veneciano. Al final aceptaron poner a disposición del rey dos galeras que
debía armar a su costo. Esta expedición, como tantas otras del rey Luis, abortó. Entre los años 1369 y 1396
apareció el libro heráldico del belga Gerle en el cual aparece el escudo de Dalmacia: sobre un campo rojo se
encuentran tres cabezas de leones mirando a la izquierda.

Las comunas estaban descontentas. El rey violaba todas sus compromisos. Split debía soportar a condes
impuestos por el soberano y Zadar tolerar un arzobispo que había rechazado. Las antiguas libertades de
Dalmacia caían en pedazos. El angevino Luis I implantó el centralismo más rígido, sobretodo en Dalmacia.
Era mucho menos liberal que sus predecesores de la casa de Arpad.

 
 

El rey se encontraba en la cumbre de su poder. Poseía en los Balcanes la Serbia del Norte con Belgrado y la
Bulgaria del Noroeste. El ban Tvrtko Kotromani$ de Bosnia, Besarabia, el príncipe de Moldavia, el príncipe
Lazar Grebeljanovi$  de Serbia eran sus vasallos. Su poder se extendía desde el río Leitha al Adriático y
Danubio, desde los Cárpatos a los Balcanes. Pero deseaba la Italia meridional que ejercía sobre él un atractivo
irresistible. La condición previa para esa conquista era la pacificación de Dalmacia. Soñaba con un gran
imperio danubianoadriático. En 1371, Luis I con su mujer Elizabeta visitó el litoral dálmata.

Luis vigilaba todos los movimientos de los venecianos. Una gran flota veneciana escoltaba al emperador de
Oriente Juan V Paleólogo a su regreso de Roma donde negoció con el papa Urbano V el retorno de la iglesia
 bizantina a la unidad romana. Luis I se conmocionó.

Existían otras inquietudes. La marea turca en los Balcanes parecía imposible de detener. Los serbios fueron
destrozados en las orillas del Marica por el sultán Amurat I. En el antiguo imperio serbio, después de la
muerte del hijo de Du#an, los grandes barones luchaban entre ellos. Pasarán dieciocho años hasta que el zar
Lazar Grebljanovi$ sería derrotado y muerto en la batalla de Kosovo (1389). El eje político se desplazará para
siempre hacia el occidente. El Imperio bizantino vegetará rodeado de las posesiones turcas del imperio de
Osman. Hungría servirá por mucho tiempo como muralla contra la invasión asiática.

Los aliados antivenecianos de los año 1356-1358, nunca desahuciaron su coalición. Sólo esperaban la ocasión
de lanzarse nuevamente contra la República. Hicieron un intento en 1373 que fracasó. El Adriático se
convirtió en un campo cerrado donde chocaban intereses irreconciliables. Por todas partes flotas armadas
estaban listas para el combate. El momento propicio se presentó cuando, en 1378, estalló una nueva guerra
entre Génova y Venecia. El conflicto abrió a Luis I nuevas posibilidades. Las potencias italianas del norte
reafirmaron su vieja alianza con Luis I, que le facilitaría la recuperación de su autoridad entre los Apeninos y
los Alpes dináricos. Declaró abiertamente que querría agregar a Venecia a su reino, como la duodécima
 provincia.

El Rey había concluido una alianza con Génova el 16 de Febrero de 1378, lo que llevaría el conflicto al
Adriático, y proclamó una estricta neutralidad. Dio orden de fortificar la villas dálmatas y el almirante
húngaro concentró en Zadar los navíos que componían la flota dálmata. Diez galeras fueron construidas en
Provenza por cuenta de Luis. Entonces estallaron pequeños encuentros entre venecianos y húngaros a raíz de
la importación de sal veneciana en Dalmacia. Pero Venecia se apaciguó rápidamente ante el peligro genovés.

Dalmacia, cuyo espíritu de libertad se incubaba bajo las cenizas, esperaba humillar a Venecia, liberarse de las
trabas marítimas y comerciales que ella hacía pesar sobre las comunas dálmatas, a pesar de las estipulaciones
del tratado de Zadar. Desde 1369, Luis I invitó a las villas a unirse a Génova. Dalmacia no hizo oídos sordos.
Trogir, &ibenik y Zadar, más tarde Split y Dubrovnik, tomaron abiertamente partido por la villa de San Jorge
contra la villa de San Marcos y pusieron a disposición del almirante genovés siete galeras.

El 14 de Junio de 1378 la liga húngarogenovesa le declaró la guerra a Venecia, que durará hasta 1381. El
comienzo de la campaña le fue favorable a los venecianos. Venecia esta vez salió al mar dar la batalla.
Asolaron la costa dálmata. Ocuparon Kotor, &ibenik y Rab. Sin embargo no pudo impedir que naves
genovesas y milaneses penetrasen en el Adriático. Incendiaron las islas de Hvar y Kor %ula. Perseguidos por
los venecianos se retiraron, pero pronto volvieron e incendiaron Pore; en Istria.

En el otoño del año siguiente la rueda de la fortuna se dio vuelta. Luciano Doria tomó el mando de la flota
genovesa. Salió de Trogir y Zadar en busca del enemigo, mientras los ejércitos del patriarca de Aquilea y
 paduanas invadían la Tierra Firme veneciana. El 3 de mayo de 1379, cerca de Pola, la flota veneciana fue
aniquilada. Tomaron dos mil prisioneros y causaron ocho mil bajas venecianas. El precio de la victoria fue
alto, pereció el almirante genovés. Fue un momento tremendamente serio, pues no había otra flota veneciana
disponible en el Adriático. En el mes de mayo una nueva flota genovesa se dirigió a Venecia.

En Venecia reinaba el caos y el pesimismo. Los genoveses penetraron en el Adriático, reclutaron en masa
marinos dálmatas y construyeron nuevos navíos con madera de los bosques de la región. Tuvieron el apoyo
de Dubrovnik. Después de un sitio sangriento, los genoveses se apoderaron de la villa de Chioggia (16

 
 

Agosto) en las puertas mismas de Venecia, donde asesinaron a seis mil personas. El estandarte de San Marcos
fue arriado y reemplazado por las banderas de Génova, Padua y Hungría. Aquí se juntaron sus fuerzas navales
con las terrestres. Venecia estaba a un paso del desastre total.

Los venecianos imploraron la paz. La respuesta fue vejatoria. Entonces la ciudad encontró las fuerzas para
sobreponerse. La villa era un campamento militar. Su esperanza estaba en el arribo de la flota de Levante, que
llegó al cuarto día e inmovilizó a los navíos genoveses y pusieron sitio a Chioggia. El 22 de Junio de 1380 el
grueso de la flota genovesa capituló. Las bandas de mercenarios a sueldo de Venecia hicieron numerosos
 prisioneros dálmatas y griegos. Venecia estaba salvada, pero aislada y humillada. De nuevo Venecia era
dueña del Adriático. Las naves genovesas fueron perseguidas y destruidas aún fuera del Adriático.

Tal era la situación, cuando los plenipotenciarios venecianos y aliados se reunieron en Turin, Agosto de 1381,
 para iniciar las negociaciones de paz gracias a los oficios de Amadeo VI de Saboya. En el Congreso de Turín,
Venecia fue una vez más privada de Dalmacia y sometida a una rigurosa reglamentación de su comercio
adriático, además se obligó al rey de Hungría a pagar un tributo. Dalmacia estaba representada en el congreso
de Turín por Jacques de Raduchis, rector de Trogir, y Pablo de Giorgi miembros del Consejo de Zadar. Todas
las conquistas húngaras del tratado de Zadar de 1358 fueron ratificadas. Dalmacia se escapaba una vez más de
la reina del Adriático. Boka Kotorska, que se había entregado a los venecianos, tenía que volver a Hungría. Se
 prohibió a los venecianos entrar en los puertos dálmatas que, desde entonces, estarían cerrados por cadenas.
Venecia debía pagar a Hungría una renta de 7.000 ducados por la libertad de comercio veneciano en el
Adriático, acordar privilegios comerciales a las comunas dálmatas, consentir a que, durante un período de
veinte años, mercaderías húngaras por un valor de 35.000 ducados - exceptuando la sal - podían ser vendidas
en sus mercados y contratar libremente compras por el mismo valor, cláusula que abría una gran brecha en el
sistema monopólico comercial veneciano. Cuatro instrumentos de paz fueron firmados en Turín el 8 de
Agosto de 1381. El concerniente a Hungría, daba a los dálmatas plena y entera libertad de navegar y negociar
en el Adriático, salvo en las desembocaduras de los ríos, pero no podían comprar en Venecia mercaderías por
una valor superior a 3.500 ducados y debían pagar los derechos de aduana y otros impuestos. Se prohibía a los
venecianos promulgar decretos o restricciones contra los súbditos del rey y especialmente contra los
zadarinos. Los navíos de guerra estaban excluidos de los puertos del rey.

A pesar de las imposiciones, las bases mismas de la potencia de Venecia no se debilitaron. Mantenían el
Levante y una parte de su monopolio adriático. Por lo demás, Hungría no obtuvo ningún beneficio por la
 paz de Turín, salvo el reconocimiento de su soberanía, precaria, del litoral dálmata. Dalmacia, supo
entonces y después, hasta la ocupación turca, mantener sus antiguas instituciones administrativas
( xupanias), tanto en lo civil como en lo militar.

OTROS ESTADOS SUDESLAVOS


El Ducado de Zeta
Doclea, llamada a partir del siglo XI cada vez más frecuentemente Zeta y que se llamará Montenegro a partir
del siglo XV, era un conjunto de tribus en torno al lago Skadar y Boka Kotorska. Se extendía hasta la
 península de Pelje#ac por el norte y hacia las montañas de Montenegro y Albania por el este y el sur. Aquí, las
revueltas antibizantinas tomaron un curso diferente. Tras un primer revés en 1034-1035, el príncipe Stjepan
Vojislav se independizó de Bizancio y extendió su poder por las vecinas regiones de Travunia y Hum. Las
dos expediciones punitivas organizadas por los estrategos de Durrës, 1040 y 1042, terminaron en un desastre
en los agrestes desfiladeros de Zeta. El gobierno bizantino tuvo que reconocer la existencia de un estado
sudeslavo independiente en el corazón de los Balcanes.

El estado casi caótico en que vivía Dalmacia, se debía al eclipse casi total de Bizancio después de la muerte
de Basilio II. Durante cincuenta años Constantinopla fue presa de revoluciones de palacio y gobernada por
mujeres o emperadores incapaces. Los serbios montenegrinos se aprovecharon para emanciparse de Bizancio
y para crear un reino limítrofe a Dalmacia, de cara al Adriático (1042).

Bizancio reconoció oficialmente la independencia de Zeta. Al sucesor de Stjepan Vojislav, Mihail de Doclea
(1051-1081), lo recibieron en Constantinopla, como amigo y aliado del Imperio y le otorgaron el importante

 
 

título honorífico de protoespatario. Hacia los últimos años de su reinado, parece que obtuvo también de
Roma, al menos en apariencia, la corona real.

Serbia y el Adriático
La situación se complicó todavía más en Dalmacia con la entrada de un nuevo factor - el serbio - con el cual
había que contar. Mladen III, conde de Bribir y señor de Klis, Skradin y Omi#, tomó en matrimonio a Helena,
hermana del zar de los serbios Stefan Du#an (1331-1355). Helena, después de la muerte de su marido, resistió
a todas las seducciones venecianas y húngaras sobre su propiedades y cedió su herencia a su hermano. Por
esta cesión la monarquía serbia ponía pie en la vertiente occidental de los Alpes dináricos, en plena Dalmacia
continental, y podía amenazar a las villas del litoral. Esto era muy posible, pues Stefan Du#an se creía llamado
 por el destino a jugar un rol de primer plano en la parte adriática de los Balcanes y apoderarse de lo que
restaba del Imperio Bizantino, del cual las comunas dálmatas fueron sus últimos vestigios. Pero el rey de
Hungría y la República de Venecia no querían nada con este "intruso". Así los dos enemigos se unieron por
una vez en un designio común: expulsar de Dalmacia al zar serbio.

Stefan Du#an había manifestado inclinaciones católicas, al igual que todos sus predecesores, de los cuales el
 primero fue coronado por el legado del papa Honorio III (1216-1216). El Occidente lo atraía. Sabía que nada
grande podía realizar sin el apoyo del papado. En 1351, el papa Clemente VI envió al soberano serbio una
misión en la cual se hicieron parte los arzobispos de Dubrovnik y Durrës, como también el obispo de Trogir,
 para obtener de él una declaración de sumisión a la Santa Sede. Esta misión de prelados dálmatas no tuvo
éxito. Se puede suponer que la existencia de un papa en Avignon quizás debilitó el prestigio de Roma en el
Oriente cristiano de los Balcanes.

El sucesor de Clemente VI, Inocencio VI (1352-1362), logró un éxito ante el zar serbio. A las reiteradas
gestiones de Bartolomé, obispo de Trogir, el zar respondió con declaraciones muy amistosas. No pedía más
que ser un servidor devoto y fiel de la Sede apostólica. Se apresuró a enviar al Papa tres embajadores de los
cuales un dálmata - o sea un católico de observancia estricta - para rogarle que le enviara legados para activar
el retorno de su pueblo a la unidad romana. Pedía, al mismo tiempo, al Papa que le confiriese el título de
Capitán General de la Cristiandad contra los turcos. El momento era solemne. El destino de toda esta parte
occidental de la península balcánica estaba en juego. El Papa rebosaba de júbilo. Envió cartas al emperador, a
la emperatriz, al príncipe imperial, al patriarca serbio y a todos los obispos serbios. Anunció al zar serbio (24
de diciembre de 1354) el envío del obispo de Trogir y de un obispo siciliano para ultimar el gran acto del
regreso de la Iglesia Serbia a la unidad integral católica, apostólica y romana. Declaró al mismo tiempo a
Du#an que después de esto le otorgaría el título tan ardientemente esperado y lo colmaría todavía de otros
favores.

Todo fracasó por la sorda oposición del rey apostólico de Hungría, envidioso del sitio privilegiado que el
emperador serbio iba a conquistar ante el papado. Un caso igual ocurrirá dos siglos más tarde cuando los
reyes católicos de Polonia se interpusieron entre el papado y los grandes duques de Moscú para impedir una
entente entre ellos. Además, el rey de Hungría sufría en su amor propio, pues los gobernantes húngaros
 pretendían ejercer una especie de soberanía sobre Serbia (Rama), y Luis I no había querido jamás reconocer el
título de zar emperador que Stefan Du#an se había dado. Vistas las circunstancias, Du#an respondió al papa,
que no recibiría sus enviados. Es muy probable que también el patriarca y el episcopado serbio influenciaran a
Du#an. En ese momento decisivo de la historia de los sudeslavos, la política pontificia avignonesa no estuvo a
la altura de las circunstancias. El papa de Avignon Inocencio VI, al rechazo de Du#an, replicó con una
invitación al rey de Hungría a emprender una campaña contra los serbios cismáticos, con el propósito confeso
de convertirlos por la fuerza a la unidad romana. Al mismo tiempo el papa Inocencio amenazó con sus
anatemas a la República de Venecia si ella continuaba su coqueteo con el soberano serbio.

A fines de diciembre de 1355, el zar Stefan Du#an, a quien la cancillería veneciana llamaba Serenissimus
 Imperator Sclavoniae, moría en plena actividad política y militar. Su objetivo era Bizancio y la ocupación de
una parte de la Dalmacia continental. Así todos los proyectos de una larga, pero eventual, cooperación entre
los serbios y croatas en Dalmacia, quedaron archivados junto a tantos otros de la misma naturaleza, cuyo
melancólico fracaso nos ha trasmitido la historia.

 
 

Muerto Du#an, la lucha se circunscribió a Hungría y Venecia. Luis I no se inquietó por el fracaso de la
cruzada contra los serbios. Encontró, con razón, que era más provechosa una campaña contra Venecia, que
como premio, junto con la posesión de Dalmacia, entregaba el dominio del Adriático y, por consiguiente, la
 posibilidad de mantener relaciones continuas con el reino de Nápoles. La plaza fuerte de Klis, ocupada por
soldados serbios cayó en su poder y permaneció húngara hasta su caída bajo la cimitarra turca en el siglo
XVI. Era el símbolo romántico de las aspiraciones adriáticas de los sudeslavos bajo la bandera húngara como
también la protesta contra la ocupación veneciana.

Reino de Bosnia
La derrota de Mladen II, fue aprovechada en Bosnia por Stjepan II Kotromani$  (1322-1353). Con la
 protección del rey croatohúngaro aumentó, aseguró y fortaleció su autoridad. Gobernaba con los barones
que se agrupaban en el Sabor estatal. Croacia disminuyó entonces su territorio. Bosnia se extendió hasta el
Drina y el mar Adriático con la región de Zavr # je y la costa entre el Cetina y el Neretva. Incluyó a Hum
Oriental en sus dominios. Cuando se le unieron los Hrvatini$, la frontera bosniocroata iba del Una medio al
Cetina. Con esto Stjepan estableció las bases del futuro estado bosnio que ocupará, en parte, el sitio vacante
dejado por el imperio serbio desaparecido en la tormenta otomana y despedazado por sus propios vasallos. Al
no poder conquistar Kotor, construyó Hercegnovi y en el Neretva Bo#tani con el propósito de quebrar el
monopolio dubrovnicano. En esto fracasó y en 1333 entregó a Dubrovnik la posesión de Ston y Pelje #ac
contra el pago de un tributo anual. Firmó tratados comerciales con las ciudades del litoral, entre ellas Zadar
y Dubrovnik, que lo favorecieron económicamente. Comenzó con las explotaciones mineras que dieron
origen a nuevas ciudades. Acuñaba su propio moneda. En su tiempo llegaron los franciscanos para
combatir a los seguidores de la Iglesia Bosnia.

En 1337, Luis obligó al ban de Bosnia, Tvrtko I Kotromani$ (1353-1377), entregarle Hum en la orilla derecha
del Neretva, el litoral neretvano y Zavr # je como dote de su prima Elizabeta, su mujer, la reina que sería
asesinada. Tvrtko, aunque católico, protegió los bogomilos. Por esto fue atacado dos veces por Luis, sin éxito.
En 1373, aliado con el príncipe serbio Lazar, derrotó a los Altomanovi$ y se repartieron sus tierras en el
noreste de Bosnia. En cuatro años ocupó Travunia y Konavlje. En 1377, Tvrtko I se proclamó rey de Bosnia y
de Serbia, respaldado por sus lazos de parentesco con la casa real húngara e imperial serbia. Este hombre, de
temperamento enérgico y de una ambición desmesurada, creyó que el momento había llegado para afirmarse
en el Adriático. Después de la muerte de Luis, recuperó Hum de la orilla derecha del Neretva y su litoral. Más
tarde recibirá Boka Kotorska (1385). Pero aspiraba a toda la Dalmacia, país que consideraba como el
complemento necesario de una nueva formación estatal eslavobalcánica.

Tvrtko I Kotroman$ tenía un programa consecuente con sus ideas. Se encontró con la oposición enérgica de
Hungría. Segismundo lo llamaba simplemente ban y le recordaba los lazos de vasallaje que unían a Bosnia y
Hungría. Tvrtko no se dejó intimidar. Firmó un tratado de alianza con Dubrovnik (9 de Abril de 1387). Se
dedicó a inquietar a las comunas dálmatas con frecuentes incursiones. Klis se entregó y la villas fuertes de
Ostrovica y Nin cayeron en poder de los bosniacos (1387).

Frente a esto, Segismundo se mantuvo indeciso. Mientras estuvo vivo Tvrtko Kotromani$ (murió en 1391),
nunca pudo emprender una acción con éxito contra él. Dalmacia se encontraba vacilante y profundamente
turbada. Trogir resolvió la cuestión entregándose al rey de Bosnia. Mas, la capitulación de su eterna rival
 produjo un efecto contrario en Split, quiso aferrarse al manto real de Hungría. Envió una embajada a Buda (19
de Enero de 1388) que tenía la orden de representar al rey la angustia de su villa muy fiel. "Hace tres años"
escribían los splitanenses "que somos oprimidos, perseguidos y aniquilados. Bosnia y la fortaleza de Klis
están llenas con nuestros prisioneros, de nuestros muertos, del botín de guerra de nuestros enemigos. Hasta
nuestras propias murallas, todo ha sido dañado, destruido e incendiado. Nuestros prisioneros son torturados,
condenados al hambre, privados del uso de sus extremidades. Los cadáveres de nuestros ciudadanos son
lanzados a los lobos y perros; nuestras cosechas son destruidas o saqueadas. El rey de Bosnia construyó en
Boka Kotorska navíos y nos hostiga en el mar. Si el rey no puede hacer nada por nosotros, que nos lo diga,
nosotros tomaremos las medidas de seguridad pública". El cuadro de angustia de Split fue en verdad pintado
muy negro, pero el hecho es que la espada bosniaca estaba suspendida sobre las comunas dálmatas y
Segismundo se contentaba con palabras grandilocuentes y perfectamente inútiles. Las comunas, en un acto de
desesperación, concluyeron una liga con los barones croatas (6 de Octubre de 1388) para la defensa de su

 
 

territorio. Tentativas inútiles. Hungría estaba débil y dividida. Segismundo inactivo y enigmático. Tvrtko
emprendedor, pero en desventaja por el desborde del torrente musulmán.

La derrota serbia del Marica no lejos de Adrianopolis en 1371, había sellado el destino de la casa real serbia
de los Nemanjidas serbios. El 15 de Junio de 1389, en las llanuras de Kosovo, el ejército de serbio reforzado
 por algunos contingentes croatas, bosnios y otros, fue destrozado por los turcos del sultán Amurat I, en una
 batalla largamente indecisa que impulsó a Tvrtko I anunciar a la comuna de Trogir la derrota de los turcos. En
Florencia y París se cantó el Te Deum por la victoria cristiana. Esta victoria era en verdad un desastre.

Tvrtko I, empujado hacia el Adriático, se aplicó a continuar sus proyectos en Dalmacia. Zadar, cuyo territorio
fue numerosas veces invadido y saqueado por sus tropas, invocó la ayuda del conde Frankapan de Krk. Pero
nada se podía oponer a la ascensión de esta nueva realeza eslava. Las tropas partidarias de Segismundo eran
vergonzosamente derrotadas. Venecia, muy inquieta por el curso que tomaban los hechos en Dalmacia, hizo
 presente la situación al rey. Segismundo concibió la loca esperanza de ocupar Dalmacia para defenderla de las
ambiciones de Tvrtko I. Para complicar más la situación, empezó una campaña en Serbia contra el sucesor del
derrotado príncipe Lazar, con el sólo propósito de impedir la unión de los rebeldes croatas con los señores de
Serbia. Esta campaña fue estéril. El rey de Bosnia se acercaba a su objetivo, Split, que a pesar de sus
vacilaciones iniciales, terminó por aceptar su soberanía (1390). A continuación se entregaron Knin, &ibenik,
Trogir, Omi# y las islas Bra%, Hvar, Vis y Kor %ula. Tvrtko era el amo y señor de Dalmacia. Tomó al mismo
tiempo el título de rey de Croacia y Dalmacia.

Venecia se declaró aliada de Bosnia, pues daba por descontando su pronta caída. Zadar quedó fiel a
Segismundo. Por una ironía de la historia, Tvrtko Kotromani$ solicitó una flota a Venecia para reducir la
ciudad que había costado a la República tanto oro y sangre. Venecia rehusó. La muerte desenmarañó los
enredos de la política, pues sorprendió a Tvrtko en plena expansión. Su Estado no le sobrevivirá por mucho
tiempo.

El 15 de Febrero de 1391 los poderosos barones bosnios eligieron al viejo y débil Stjepan Dabi#a (1391-1395)
como rey, en vez del hijo de Tvrtko. La obra del primer rey de Bosnia comenzó a desmoronarse. Presionado
 por los turcos, que en 1392 invadieron por primera vez Bosnia, firmó la paz con Segismundo en Djakovo
(1393). Le dejó Bosnia en herencia. Entonces, con el apoyo de Dabi#a, Segismundo se lanzó contra los
 barones enemigos y los venció. A Ivan Horvat lo sometió a tormentos antes de asesinarlo. Al obispo Pavao
Horvat, lo encerró en un convento. Después de esto Dabi#a le devolvió todos los territorios conquistados por
Tvrtko, salvo Krajina (litoral neretvano) y Zavr # je, y renunció al título de rey de Croacia y Dalmacia. A su
muerte ocupó el trono su mujer Helena Gruba (1395-1398). Cuando Segismundo supo de la muerte de
Dabi#a, partió con un ejército a Bosnia. Se quedó en la frontera y mando emisarios al Sabor Bosnio, donde se
elegiría el nuevo rey. Los barones bosnios eligieron a la viuda como nuevo soberano. Segismundo aceptó la
elección.

En Bosnia prevalecían los grandes señores bogomilos y enemigos de Segismundo. Eran partidarios del rey
Ladislao de Nápoles. Los más poderosos eran Hrvoje Vuk;i$  Hrvatini$, señor de las Regiones Inferiores
( Donji Krajevi), Sandalj Hrani$ Kosa;a de Hum (1392-1435) y Pavao Radenovi$ de Bosnia Oriental. Durante
varios años Segismundo envió tropas una y otra vez contra ellos sin éxito, pero que asolaron campos,
destruyeron siembras, saquearon y se llevaron botines de guerra. Incluso la Iglesia Católica intervino
 pensando que había llegado el momento de lanzar una cruzada contra los heréticos bosniacos.

Hrvoje Vuk;i$  pasó a ser el fundamental factor político en Bosnia. Además era el principal partidario de
Ladislao de Nápoles, quien lo colmó de presentes y honores. Lo nombró su representante en Hungría,
Croacia, Dalmacia y Bosnia. Le traspasó su herencia sobre Split y las islas de Kor %ula, Bra; y Hvar y le
otorgó el título de Conde de Split. Así Hrvoje administró muchos y extensos territorios en Bosnia y Dalmacia.
Se podría decir que era el gobernante de un pequeño país. Acuñaba su propia moneda. Pensó en unir Croacia
y Bosnia. Fundó Jajce y la hizo su capital. En Split levantó una torre fortificada que lleva su nombre.

El drama de Bosnia no había llegado a su fin. Los nobles bogomilos no aceptaban que una mujer los mandara.
Cuando Segismundo fue derrotado en Nikopolis (1396), Bosnia se dividió en dos bandos. Uno partidario de la

 
 

Reina y otro de Ostoja, hermano menor de Dabi#a. Cuando Hrvoje y Pavao Radenovi$, junto con los barones,
se pronunciaron a favor de Ostoja, entonces el Sabor Bosnio eligió rey a Stjepan Ostoja (1398-1404, primer
 período). Ostoja tenía unos dieciséis años. Quiso ser completamente independiente y reconstruir la Bosnia de
Tvrtko I. Los barones Hrvoje, Sandalj y Pavao fueron los que realmente gobernaron. Elegido por los barones,
ya que éstos detentaban el poder efectivo. Eran hostiles a Segismundo y favorables a Ladislao de Nápoles.

Segismundo, una vez más, invadió Bosnia y sufrió un gran revés. Los bosnios llegaron al Sava y Una. La
fortaleza de Klis cayó en manos de Hrvoje. Split y Trogir, asustados, lo reconocieron. Esperando que el
torrente islámico llegara, los barones bosniacos repartieron el reino en feudos poderosos e improductivos.
Preferían aumentar sus territorios y no conseguir más libertad para las transacciones comerciales, asilo en
caso de guerra civil, dinero en efectivo y otras ventajas. Así, al mismo tiempo que Bosnia aspiraba al mar, sus
 barones se privaban de las vías que los conducían a el. Vendían sus propiedades a Dubrovnik. Desde 1333
Dubrovnik poseía los territorios de Pelje#ac y Ston. En 1399 obtuvo de los bosnios el territorio de Konavlje y
otra faja de territorio hacia Ston. Estos territorios fueron incorporados a la civilización occidental por los
franciscanos y al rito latino. Bosnia quedó separada del mar. Dubrovnik deseaba, para el desarrollo de su
comercio, ardientemente la paz en sus fronteras. Pero pronto las relaciones con la monarquía bosniaca se
deterioraron, pues la gente del interior vivía de los daños y perjuicios que le infligían a los del litoral.

En cuanto a Dubrovnik, que el rey codiciaba en primer lugar, dijo que no y renovó su juramento de lealtad a
Segismundo (12 Abril 1402), pero declaró, al mismo tiempo, que no dependía de la corona de Hungría, que
era sólo su protectora. Estaba a un pasó en entrar a una guerra con Bosnia. De repente, todo se dio vuelta.
Split y las grandes comunas renovaron su juramento de lealtad a Segismundo. Ladislao de Nápoles entró en
acción y Venecia permaneció neutral.

El rey de Bosnia, Stjepan Ostoja, que representaba el equilibrio inestable de la política balcánica, se decidió
intervenir en Dubrovnik. A su vez, Dubrovnik juró su pérdida. Buscó aliados, incluyendo a los turcos que
intervenían cada vez más en los asuntos de la cristiandad oriental. Se esforzó, al mismo tiempo, en impedir
cualquier alianza entre Bosnia y Segismundo. Tuvo la audacia de proponer a Segismundo la partición de
Bosnia. Lisonjeó a Hrvoje. Después de una guerra conducida ligeramente, a la aventura, Dubrovnik expuso
sus condiciones para la paz: reparaciones, declaración de no responsabilidad por la guerra, intercambio de
 prisioneros, amnistía, confirmación de los privilegios comerciales e integridad territorial. Pero no llegaron a
nada. A pesar de una alianza pasajera entre Segismundo y Ostoja, finalmente Ostoja fue depuesto por Hrvoje
apoyado por los barones y Segismundo lo tomó bajo su protección. Un hijo de Tvrtko fue proclamado rey de
Bosnia, con el nombre de Stjepan Tvrtko II (1404-1409). Por un momento existieron en Bosnia dos reyes y
tres guarniciones, la tercera húngara.

La confusión era completa. Dubrovnik escribió al gran barón bosniaco, con una exageración calculada, que
"después del diluvio el mundo no había estado más revuelto ni más caótico que en este momento". Con el
nuevo rey, volvió la paz. Se restituyeron los territorios que Stjepan Ostoja le había arrebatado a Dubrovnik.

Segismundo se obstinaba hacer la guerra a Bosnia y quebrar de una vez y para siempre la oposición bosniaca.
Invadió Bosnia en 1405, 1406 y 1407 sin éxito. Viendo que solo no puede dominar Bosnia, pidió ayuda a la
cristiandad. Así, en 1408, con la bendición del Papa de la cruzada contra los "heréticos", partió Segismundo al
frente de un gran ejército al valle del Bosna, donde se encontraba el ejército bosnio. Los sucesos culminaron
en una batalla en la cual el rey de Bosnia y sus partidarios fueron derrotados. El Rey se refugió en las tierras
de Pavao Radenovi, cerca de Dubrovnik. Para inspirar mayor terror Segismundo, siguiendo su costumbre
sanguinaria, ejecutó cerca de 170 nobles y sus cuerpos se lanzaran al río Bosna. Después de esta sangrienta
derrota, cesó la resistencia en Bosnia. Durante el año de guerra, Bosnia sufrió mucho. Numerosas ciudades
fueron destruidas y otras conquistadas. El ejército húngaro saqueaba donde llegaba al igual que sus
guarniciones en las ciudades. Segismundo, aprovechando la debilidad del Rey, lo obligó a reconocerle
derechos de sucesión y a renunciar a Dalmacia y Croacia.

En esta ocasión Hrvoje Vuk;i$ también hizo las paces con Segismundo. Segismundo pensó anexar Bosnia a
su reino e incluso proclamarse su Rey, pero sus planes fueron frustrados por los barones bosnios al elevar al
trono a Stjepan Ostoja por segunda vez (1409-1418), un anciano y débil Kotromani$. Tvrtko II había perdido

 
 

todo apoyo después de su derrota. Los barones no deseaban una autoridad real fuerte. Sandalj Hrani$ y Pavao
Radenovi$ estaban en contra de Segismundo, que tenía por partidario a Hrvoje. Los opositores llamaban en su
ayuda a los turcos y así cavaban la tumba del estado bosnio.

Estos sucesos obligaron a Segismundo a emprender una nueva campaña en Bosnia (1410). Las tropas
húngaras invadieron Bosnia, tomaron muchas ciudades y obligaron a Stjepan Ostoja huir. En el invierno de
1410-1411, viendo Ostoja que nadie lo apoyaba, se presentó ante Segismundo para rendirle homenaje.
Stjepan Ostoja quedó como vasallo del Rey en Bosnia y Hum. De este modo terminó el conflicto. Pero la paz
no reinaba en Bosnia. En 1415 repudió a mujer Kujeva. Ésta, con su hijo Stjepan Ostoji$, se refugió en las
tierras de los Radenovi$.

El herceg Hrvoje Vuk;i$ continuó gobernando independientemente Dalmacia. Mientras tanto Segismundo


 pensaba como destruir el poderío de Hrvoje, a pesar de que habían hecho las paces. Se aprovechó cuando
Hrvoje atacó a Sandalj, mientras éste luchaba contra los turcos y de la revuelta de Split en su contra. Hasta
que en 1413 le arrebató algunas tierras, lo declaró traidor por haberse aliado con los turcos y lo destituyó a
causa de las fuertes quejas de los splitanenses, quitándole todos los títulos y cartas de autoridad que le había
otorgado. La acción de Segismundo tuvo inmediatos efectos en Dalmacia. Principiando por Split, una tras
otras las ciudades dálmatas, desconocieron a los representantes de Hrvoje y declararon su lealtad a
Segismundo. El Rey entregó las islas de Bra%, Hvar y Vis a Dubrovnik para su administración.

Hrvoje Vuk %i$ se refugió en su heredad, en su principal residencia fortificada, Jajce. Escribió al Rey y a la
Reina que los cargos eran injustos y que el aún seguía siendo leal a Segismundo. Sus protestas no tuvieron
efecto. En la difícil situación en que se encontraba Hrvoje no tuvo otra alternativa que buscar aliados. Los
encontró, precisamente, en los turcos, o sea, fatalmente justificaría la acusación. El sultán Mahomet I
(1413-1421) aceptó inmiscuirse seriamente en los asuntos bosniacos. En Mayo de 1414 lanzó una expedición
a Bosnia con un ejercito de 30.000 hombres. Invadieron los territorios de Stjepan Ostoja y Sandalj Hrani$ los
dos mayores enemigos de Hrvoje. Recibió una ayuda en mercenarios del gobernador otomano de Skoplje.
Después de su victoria los turcos incursionaron en Croacia y llegaron hasta Celje. Uno de sus batallones llegó
hasta la cercanías de Zagreb. También reapareció Stjepan Tvrtko II en su apoyo, junto con las tropas turcas.
Después de realizar un gran saqueo en Bosnia, los otomanos se retiraron dejando dos reyes en el país.

En estas circunstancias, en verano de 1415 Segismundo envió un ejército eslavonohúngaro a Bosnia contra
Hrvoje Vuk %i$ y las tropas turcas del gobernador de Skoplje. Fue derrotado cerca de Doboj (Agosto de 1415).
La victoria turca marcó el fin de la influencia de Segismundo en Bosnia y el comienzo de un activo rol turco
en la política Bosnia. Entonces el rey Stjepan Ostoja y Sandalj Hrani$ hicieron las paces con Hrvoje y el
Sultán reconoció a Ostoja. Con esta victoria Hrvoje pasó a ser el señor de Bosnia occidental, mientras que el
resto lo ocuparon los turcos. Al año siguiente (1416) murió Hrvoje. Sus propiedades las requisó el Rey, pero
las del sur del Cetina las ocupó Ivani# Nelipi$, cuñado de Hrvoje.

Cuando Ostoja muere en 1418, Petar Radenovi$, apoyado por los turcos, proclamó a su hijo, Stjepan Ostoji$ 
(1418-1421), rey de Bosnia. Fue reconocido por la mayoría de los barones, salvo por Sandalj. En la guerra de
1418 entre Segismundo y Venecia, Ostoji$ estuvo con los venecianos a quienes consideraba menos peligrosos
que los húngaros. Durante el refugió Kujeva, los Radenovi$ se pusieron bajo la protección de los turcos.
Ahora, al querer liberarse de ellos, los turcos asolaron las tierras de Ostoji$  (1420). Tomaron muchos
 prisioneros, incluyendo miembros de la nobleza húngara. A comienzos del 1420, Petar muere luchando contra
los turcos. Entonces, a instancias de Sandalj, la mayoría de los barones bosnios reconocieron nuevamente a
Stjepan Tvrtko II (1421-1443) como rey y que era apoyado por los turcos. Pretendieron provocar una guerra
civil por el trono. Pero Ostoji$, de apenas veinte años, se pierde. De inmediato los Radenovi$ declararon su
apoyo a Tvrtko II. Durante los siguientes veinte años, los soldados turcos sirvieron como mercenarios en
varias guerras civiles bosnias. Se quedaron en la Bosnia oriental y Segismundo no volvió a pasar el Sava.

Durante el reinado de Tvrtko II, la producción minera en Bosnia tuvo un gran auge. El número de
comerciantes de Dubrovnik aumentó considerablemente. En Diciembre de 1422 Tvrtko concluyó un tratado
comercial con Venecia que incrementó el comercio veneciano en su país. Tvrtko II se alejaba de Segismundo
y se acercaba a Venecia. Dubrovnik se molestó, pero Bosnia había aprovechado la competencia,

 
 

especialmente obtenía la sal a menor precio. Muchos productos bosnios se exportaron a Venecia. Esta nueva
asociación alarmó a los turcos que estaban combatiendo a los venecianos en la región Zeta y Albania. Así que
hicieron una incursión en Bosnia (principios de la primavera de 1424). No fue una gran expedición así que
Tvrtko la rechazó, pero el mensaje era claro: no asociarse íntimamente con Venecia. Y como Venecia no
 podía ayudarlo, Tvrtko tuvo que comprender el mensaje. De allí adelante sus relaciones con Venecia fueron
más frías. No siendo Venecia el aliado, se dirigió a los húngaros. Sus nuevas relaciones se restablecieron
durante los años 1425 y 1426. Los turcos consideraron estas relaciones como un desafío, principiaron a
realizar más incursiones a Bosnia. Estas acciones obligaron a Tvrtko a someterse a los turcos. Aceptó su
soberanía y se comprometió pagarles un tributo anual. Entonces los otomanos abandonaron Bosnia (Agosto
1426). Bosnia se hundía de a poco, pero inevitablemente.

Tvrtko todavía no tenía un protector contra los turcos. Necesitaba un aliado para enfrentarse a los turcos. Su
sumisión no evitaba futuras incursiones turcas. Su única elección seguía siendo Hungría. Los húngaros
quisieron aprovecharse de la desesperada situación de Stjepan Tvrtko II, pidiéndole que nombrara al Conde
de Celje como su heredero, ya que él no tenía hijos. En conocimiento de esto, los nobles de Bosnia se
opusieron. Temieron que una mayor dependencia de Hungría molestaría a los turcos. Sandalj Hrani$ 
encabezó la oposición. Entonces Tvrtko se aferró más a los húngaros y en 1427 aceptó la exigencia húngara.
En 1428 se casó con una hija de palatino Ivan Gorianski.

Los turcos lanzaron una expedición en 1433, la que se prolongó hasta comienzos de 1434. Hungría se decidió
socorrer a su vasallo y la tropas húngaras recuperaron ciudades y territorios ocupados por los turcos. En el
curso de las batallas Sandalj Hrani$ quiso apoderarse de Hum occidental a través del Neretva. Cuando en
1434 las tropas húngaras se retiraron, Stjepan Tvrtko II vio que solo no era capaz de mantener su reino.
Sandalj murió en 1435 y su heredero Stjepan Vuk %i$ Kosa%a (1435-1466) ocupó el vasto territorio que iba
desde las desembocaduras del Neretva hasta el Drina superior incluyendo el litoral montenegrino. Con la
ayuda de los turcos mantuvo su heredad. Además la incrementó con Tribunia, algunos distritos de Zeta y
momentáneamente Omi# con Poljica. Entonces tomó el título de Herceg, de donde se derivó Hercegovina
cuando los turcos se tomaron sus tierras. A partir de 1435, los turcos ya poseen plazas fuertes en territorio
 bosnio.

Stjepan Tvrtko II , por la presión turca, en verano de 1435, hace las paces con el Rey húngaro. Aceptó de
nuevo el vasallaje y juró lealtad a Segismundo. Esta vez volvió de Hungría acompañado de tropas húngaras.
Recuperó los territorios perdidos en la Bosnia central. A fines de 1435 era dueño de todos los territorios salvo
los de Stjepan Vuk %i$, contra quien dirigió una coalición de nobles. Entonces Stjepan Vuk %i$ solicitó ayuda a
los turcos y juntos penetraron hasta Croacia en Marzo de 1436. Tvrtko viendo que los húngaros no le daban la
ayuda necesaria, entró en conversaciones con los turcos que fructificaron a mediados de 1436. Aceptó la
soberanía turca y el pago de un tributo anual en su calidad de vasallo. Así una vez más la orientación
 prootomana de Bosnia triunfó y la dependencia respecto a Hungría de nuevo fue abandonada. Los turcos no
incursionaron Bosnia durante los años 1436 y 1437.

Segismundo murió murió en 1437. Tanto Stjepan Tvrtko II como Stjepan Vuk;i$ reconocieron a su sucesor,
el rey Alberto II (1438-1439). Pero su reconocimiento eran sólo palabras, ya que ambos eran vasallos de los
turcos a los que pagaban tributo anual. Alberto murió en 1439, originándose una guerra civil por la sucesión
en Hungría.

Los turcos siguieron haciendo incursiones de pillaje en Bosnia, sin declararle la guerra a Tvrtko. Después de
la conquista de Serbia (1439) eran sus vecinos y pasaron a ser un factor en los acontecimientos bosniacos. En
la década de los 1430 los turcos se apoderaron de numerosos pueblos a lo largo del Drina, algunos de los
cuales eran serbios. Principiaron a intervenir en los conflictos entre los nobles bosniacos. Los comerciantes de
Dubrovnik les pedían garantías para su comercio al interior de Bosnia. De acuerdo a su información, Bosnia
era como una federación de feudos, ya que para pasar de un feudo a otro había que tener sendas
autorizaciones, pues en caso contrario sus mercancías eran confiscadas. A Tvrtko II le siguieron todavía dos
reyes bosnios: Stjepan Toma# (1444-1461) y Stjepan Toma#evi$ (1461-1463). Después siguió el elayeto turco
de Bosnia.

 
 

LA COMPRAVENTA DE DALMACIA
Ladislao de Nápoles se preocupó de efectuar actos de soberanía en Hungría y en Croacia. En 1391, nombró al
 poderoso barón bosniaco, Hrvoje Vuk;i$  Hrvatini$, ban de Croacia y Dalmacia, donándole numerosas
 propiedades. A Ivan Horvat, lo designó su regente en Hungría y Croacia.

Aunque expulsada de Dalmacia, Venecia, con su poderosa flota mantenía el dominio del Adriático. Entre las
dos orillas nada podía suceder sin su intervención. Ladislao de Nápoles, creyéndose dueño de la situación,
sufrió un rechazo cuando solicitó galeras venecianas para atravesar el Adriático (1392). El soberano
napolitano creyó vengarse proponiendo al sultán Bayaceto una alianza. No se daba cuenta del peligro turco.
Este proyecto de alianza, era tanto más antipático por cuanto se asistía a una monstruosa alianza de Stefan
Lazarevi$ hijo del héroe de Kosovo, con el Sultán. Tropas serbias invadieron Hungría como auxiliares de
Bayaceto I. Más tarde los serbios expiarán este crimen destruyendo con torrentes de generosa sangre el
imperio turco.

La situación era penosa y extraña. Stjepan Dabi#a continuaba ejerciendo soberanía en Dalmacia y
Segismundo también. Las villas vacilaban. El conde de Krk, lugarteniente de Segismundo, solicitó
ingenuamente a Venecia tres galeras para reducir a Zadar y volverla a la soberanía de Segismundo. Las dos
soberanías se traslapaban, una se montaba sobre la otra y se anulaban recíprocamente. Asimismo las comunas
dálmatas se administraban como repúblicas independientes. Las villas volvieron a ser libres, pero fueron
incapaces de formar una liga política e impotentes para tener a raya a los barones croatas. Sus gobernantes
eran extranjeros, por ejemplo en Split tres anconitanos y tres genoveses ejercían el poder supremo. A veces
estimulaban un régimen democrático y otras veces uno aristocrático. Dabi#a murió en 1395. Segismundo,
gracias al apoyo que le prestó el ban de Croacia y Dalmacia, Nicolás Gorjanski, investido del poder en Split,
recuperó todo el litoral. En 1396 los dominicanos en Zadar crearon la facultad de teología que junto a la ya
existente facultad de filosofía, representa el inicio de la primera universidad croata. Este centro de estudio
cerró en 1807, enseñó durante 411 años.

El peligro turco era cada vez más apremiante. Invadieron Bulgaria y Serbia y amenazaban directamente a
Hungría. Se imponía una nueva cruzada. Segismundo por una vez no vaciló. Invitó a los venecianos y al rey
de Francia Carlos VI. La flor de la nobleza francesa se puso bajo el estandarte de Hungría. Los ejércitos
cristianos y musulmanes se encontraron en la llanura de Nicopolis, a las orillas del Danubio. El ejército
cristiano fue aniquilado en Nikopolis (28 de Septiembre de 1396). Esta derrota sonó a muerte en los estados
cristianos balcánicos. Segismundo, fugitivo, apenas salvó la cabeza.

Como nada se sabía de Segismundo, el palatino Esteban Lackovi$ proclamo rey a Ladislao de Nápoles, hijo
de Carlos II. Justo cuando los venecianos lo llevaron a Dubrovnik, donde legitimistas rabiosos y astutos
comerciantes le hicieron un recibimiento triunfal. Desembarcó en Split el 30 de Septiembre del mismo año y
volvió sano y salvo a Hungría. La muerte de María y su desaparecimiento, permitieron la actividad de los
 partidarios de Ladislao de Nápoles. Los llamó a conversar y en Krixevci, donde acudieron y fueron
decapitados (1397). Segismundo también cito a los representantes de las comunas dálmatas. Las comunas se
abstuvieron y no enviaron representantes. La situación era muy oscura y compleja. Su ausencia era una
 protesta y una nueva afirmación de su autonomía. Fue entonces cuando los zadarinos llamaron a judíos
franceses para que establecieran un banco en su ciudad, prometiéndoles todas las garantías: libertad religiosa,
escuelas propias, construcción de una sinagoga y el derecho de propiedad.

Después de la matanza de Kri"evci, estallaron nuevos disturbios en Croacia a los cuales se unió Bosnia. Al
frente apareció Hrvoje Vuk %i$, secundado por Sandalj Hrani$, Pavao Radoni$ y Ostoja, rey de Bosnia. Las
guerras de Segismundo contra los opositores fracasaron (1398). Hacia 1401, casi toda Croacia reconoció a
Segismundo. Los barones húngaros, molestos con Segismundo lo encarcelaron, hasta que hacen las paces.
Esto precipitó los acontecimientos. Pero no todos lo aceptaron. Los croatas llamaron a Ladislao, quien llegó a
Zadar. Lo coronan rey el 5 de Agosto de 1403. Sin embargo se abstiene de ir a Hungría, recordando lo
sucedido a su padre. Más aún, al tercer año vuelve a Nápoles, nombrando a Hrvoje su representante en
Croacia y Dalmacia y príncipe de Split. Así Hrvoje gobierna todo el territorio al sur de Velebit, incluyendo la
ciudades y las islas.

 
 

Todo el enredo y la incertidumbre en la orilla del Adriático se debía al estado deplorable en el que se
encontraba Hungría. El reino estaba desgarrado por las fracciones de sus barones que desconfiaban de
Segismundo, al cual consideraban extranjero. Sin embargo, las comunas dálmatas no toleraban otra soberanía
que la suya. De aquí las frecuentes expediciones de Segismundo a Bosnia, interrumpidas por una conspiración
de los barones húngaros que lo privaron de libertad (28 Abril 1401). Al lado de los insurrectos estaba casi
toda la Croacia del Sur y Dalmacia. A su arresto y encarcelamiento siguió una caza de extranjeros y la
formación de numerosos bandos en Hungría. El de Ladislao, era el más fuerte de todos. El bisoño rey
Ladislao de Nápoles descendía de soberanos y sobre todo tenía muchos partidarios en Dalmacia, Croacia y
Bosnia. Se beneficiaba de la protección del papa Bonifacio IX, del rey de Polonia, del duque de Austria y de
un partido húngaro que, sin embargo, habría votado por un barón húngaro si hubieran tenido un candidato
digno de ocupar el trono de San Esteban.

El cautiverio de Segismundo duró sólo algunos meses. Los mismos que lo encerraron lo liberaron. Durante su
cautiverio, el partido napolitano se reforzó, con el apoyo de Bosnia y de su más poderoso magnate, el voivoda
Hrvoje. Ladislao negoció con Zadar que estaba dispuesta a abandonar lo conocido por lo desconocido,
considerando que el Rey no pudo mantener ni su propio prestigio ni el de los demás. Bosnia presionó a Zadar
 para que lo reconociera. En 1403 un representante de Ladislao llegó a Zadar y con los bosnios conquistó
Vrana. Entonces reconocieron a Ladislao &ibenik, Trogir y Split. Trogir para pronunciarse quería conocer la
decisión de las otras comunas. Split, imbuido de un furor legitimista, tomó la armas contra Hrvoje, se apoderó
de Omi#, una de las plazas fuertes del barón bosniaco, y, finalmente, quiso entregarse a Venecia que declinó
el ofrecimiento. Dubrovnik se opuso igualmente al imperio bosniaco. Venecia esperaba su hora y a los
avances de Zadar - que empezaba a olvidar sus pasadas guerras - respondió vagamente. El Senado veneciano
ordenó que era preciso moverse con extrema prudencia. Los partidarios de Venecia fueron a plantear a
Segismundo el siguiente dilema: o socorría a las villas o pedirían a Venecia de tomarlos bajo su protección,
con salvedad de los derechos de la corona húngara.

Dos partidos se formaron en Dalmacia. Los intrinseci, que podría considerarse el de los autonomistas, bajo la
 protección de la corona de Hungría, y los estrinseci, es decir el partido de los extranjeros, el de Ladislao de
 Nápoles. Estalló una especie de guerra civil. Dubrovnik envió una escuadra a Split, para restablecer el
régimen aristocrático. Los bandos saquearon, hubo pillaje e incendios. Zadar, &ibenik y Trogir desbordaban
de fugitivos.

Ladislao de Nápoles se decidió actuar. Envió al Adriático (17 de Junio de 1402) una escuadra de cinco
galeras. Nombró como almirante a su lugarteniente en Dalmacia y Croacia con plena autoridad y jurisdicción
 para la paz o para la guerra. Al tener noticia de que una flota de Ladislao se aproximaba al Adriático, el
almirante veneciano pidió instrucciones. Se le respondió: neutralidad. La escuadra napolitana llegó así sin
incidentes al puerto de Zadar en el mes de Agosto de 1402. Bajo la presión de la flota napolitana Zadar se
entregó. Pero para evitar toda complicación y tener una salida en caso de la derrota del pretendiente
napolitano, izó a la vez los estandartes de los dos reyes en la gran plaza de la ciudad. Toda la Dalmacia ajustó
el paso y el almirante napolitano, en nombre del soberano, confirmó a las villas las franquicias acordadas por
sus predecesores en el trono de Hungría. Sólo Dubrovnik respondió una vez más que "no" y guardó fidelidad
a Segismundo, que no representaba un peligro para su libertad.

Todo parecía conspirar para la expulsión de Segismundo y el éxito de Ladislao de Nápoles. Los barones
húngaros y sus adherentes se armaron e invitaron al napolitano a hacerse coronar rey de Hungría. Al mismo
tiempo, Venecia rechazó a Segismundo el tributo que le impuso el tratado de Turín. Bonifacio IX también
tomó partido. Depuso al arzobispo de Split, partidario fiel de Segismundo y lo reemplazó por un agente de
Ladislao.

Finalmente Ladislao de Nápoles desembarcó el 19 de julio de 1403 en Zadar donde lo esperaba el primado de
Hungría, su partidario, y el cardenal legado de Bonifacio IX. Como las insignias de la realeza y el libro
sagrado, no estaban, se encontraban en Hungría, se propuso a Ladislao trasladarse a Biograd para hacerse
coronar. Su temor a Segismundo lo llevó a coronarse en Zadar. El 5 de Agosto de 1403, el primado de
Hungría, arzobispo de Gran, ungió a Ladislao con una corona circunstancial y lo proclamó rey de Hungría.
Esta fue la última coronación de reyes de Hungría y Croacia en suelo croata. Ladislao, dueño de las dos orillas

 
 

del Adriático, debilitó la posición de la República de San Marcos. La flota fue descuidada después del tratado
de Zadar. Las tripulaciones no inspiraban mucha confianza. El tesoro público estaba escuálido después de la
guerra con Génova. Se hablaba abiertamente en Venecia de la improductividad de los gastos militares y se
 buscaba llenar las arcas del estado con un aumento de la actividad comercial.

Bajo el dogado de Michele Steno la República tenía además otros problemas. El territorio continental le era
indispensable y se apoderó de muchos distritos que pasaron a reforzar la Tierra Firme de San Marcos.
Venecia reconoció a Ladislao de Nápoles. Envió a Zadar una embajada para felicitarlo. Pero las instrucciones
de los embajadores contenían la prohibición absoluta de tratar con el Rey cualquier asunto.

En cuanto a Dubrovnik, su genio diplomático se manifestó en esta ocasión con toda su flexibilidad. Antes de
la llegada, todavía problemática de Ladislao, tomó contacto con Hrvoje Vuk;i$  quien en 1403 le pidió a
Dubrovnik que dejara de ser partidaria de Segismundo. Dubrovnik se mantuvo firme y manifestó que sólo
reconocería al que fuera efectivamente el rey de Hungría. Esperaba que Ladislao no franquearía jamás el
Adriático. Pero ante su desembarco, envió a Zadar un embajador - un religioso - que debía entrevistarse con
los barones húngaros y explicarles que Dubrovnik se mantenía cuidadosamente distante, las controversias
sobre la corona no le interesaban. En cuanto a Ladislao, el embajador debía rendirle homenaje y recomendarle
la República de San Blas, quejarse de los ataques de las naves napolitanas contra sus barcos mercantes, y
acusar al rey de Bosnia de felonía y bandolerismo. En cuanto a los sentimientos de la República, el embajador
debía evitar toda conversación y declarar simplemente que Dubrovnik no tenía el poder de crear o deponer al
rey de Hungría, poder que sólo pertenecía a los barones del reino. De acuerdo a instrucciones posteriores,
debía declarar solemnemente que la República no dependía del rey sino de la corona de Hungría y que ella
reconocería únicamente al que se encontrare en posesión de la corona de San Esteban. No se podía hacer
comprender a los napolitanos en forma más clara y sin herirlos que Dubrovnik consideraba la real coronación
de Zadar nula. Ladislao por toda respuesta envió a la escuadra napolitana a devastar el territorio, pero sus
galeras tuvieron retroceder delante de las de Dubrovnik.

Ladislao de Nápoles se enfrentó desde el primer día al espíritu de fronda de las comunas dálmatas. Quería
fortificar las villas contra las incursiones de los partidarios de Segismundo, pero la comuna de Trogir, jefe
moral de una liga irrealizada, se opuso enérgicamente a sus órdenes, declarando que si era necesario utilizaría
la fuerza para hacer respetar sus derechos.

Segismundo, en el castillo de Visegrad húngaro, lucía la auténtica corona de San Esteban. Envió sus
agradecimientos a Dubrovnik, se aprestó a enfrentarse a los rebeldes húngaros y promulgó una amplia
amnistía para congraciarse con el pueblo. En 1408, Segismundo derrotó a sus opositores y con ello
terminaron los levantamientos de croatas y húngaros en su contra, que se habían mantenido durante
veinticinco años.

Los éxitos de Segismundo, a continuación de la presentación de la corona, impresionaron fuertemente a


Ladislao de Nápoles. Abandonó precipitadamente Dalmacia (1403), después de haber nombrado a Hrvoje su
vicario general en Hungría, Dalmacia y Croacia. Al mismo tiempo, otorgó a Hrvoje el título de duque de Split
y le entregó Split, Bra%, Hvar, Vis y Kor %ula, demostrando el desprecio que todos los soberanos tenían por las
libertades comunales y en este caso al Estatuto fundamental de la comuna Split. No faltaba nada para que
Hrvoje, barón croatabosnio, sintiera las deseos de ejercer el poder real en Dalmacia. No podía ser rey, era
vasallo y permaneció vasallo. Gobernó como soberano, oprimió, tiranizó, estrujó, no sin talento, y logró
someter a Split y a toda la Dalmacia a su voluntad.

Segismundo se obstinaba en continuar la guerra en Bosnia, sin resultados positivos debilitó al país y lo hizo
incapaz de resistir la invasión turca, que por lo demás preparaba el avasallamiento de Hungría. Venecia, feliz
 por el abandono de Dalmacia, concluía un tratado de alianza con Ladislao. A despecho de la paz de Turín se
apoderó de Albania. Fuerzas navales napolitanas reencontraron el camino al Adriático. El duque de Bari,
 partidario de Ladislao, se hizo nombrar conde de Zadar, se apoderó de la isla de Rab, Novigrad y Skradin.
Pero &ibenik y Trogir lo rechazaron. La presencia del pabellón napolitano en el Adriático suscitó los celos de
Hrvoje. Abandonó la causa de Ladislao y se declaró por Segismundo. El futuro emperador germánico invadió
una vez más la Bosnia y Stjepan Tvrtko II cayó en su poder. Las comunas proclamaron de nuevo a

 
 

Segismundo que les envió trofeos de sus victorias. Pero Ladislao se aferró aún a su último jirón de su manto
real. Zadar, con el castillo de los Templarios, la pequeña villa tristemente histórica de Novigrad y la isla de
Pag continuaban dependiendo de Ladislao. Venecia sabrá sacar partido.

Desde el 1400 Venecia rehusaba entregar el tributo que el Tratado de paz de Turín le había impuesto a favor
de Hungría. Un tanteo ante Segismundo en 1401 para discutir la cuestión dálmata obtuvo un rechazo
obstinado del rey. El 3 de Septiembre de 1402, Zadar prestó juramento de lealtad al rey Ladislao de Nápoles.
Venecia vio venir su hora. Segismundo presionado, reclamaba el tributo. En 1403, Segismundo tuvo
conocimiento de negociaciones secretas entre Ladislao y Venecia. Envió una enérgica protesta a la República
expresando que: "El Tratado de paz de Turín le prohibe formalmente inmiscuirse en los asuntos dálmatas.
Además, sabed que el rey Ladislao no es el dueño legítimo de Dalmacia, sino un aventurero. Dalmacia
 pertenece legítimamente a Hungría de la cual somos nosotros, por la gracia de Dios, los poseedores
legítimos." Venecia quedó advertida. Durante las últimas campañas de Segismundo, Dalmacia fue saqueada
 por los venecianos. La falta de seguridad, afectó el desarrollo de las ciudades. El napolitano no podía prestar
ninguna ayuda. A esto se sumaron desórdenes en numerosas comunas. A causa de esto, algunas ciudades
dálmatas, entre otras Split y Zadar, se dirigieron a Venecia en busca de protección. Los venecianos en primera
instancia rechazaron el pedido, por cuanto querían obtener un camino "legítimo" para llegar a Dalmacia.

Ladislao de Nápoles, caprichoso y necesitado, era el hombre adecuado para los audaces y cínicos mercaderes
de la laguna. Como todos los soberanos de su tiempo, pero mucho más que la mayoría de ellos, tenía escasez
de dinero, pero también de escrúpulos, se casaba y descasaba por especies sonantes, recurría a una hija del
sultán Bayaceto para encontrar su Pactolo. Todas sus expediciones estaban organizadas en vista de un
negocio, pecuniario, comercial o industrial. No falto de coraje, después de haber renunciado a su aventura
húngara, se volvió hacia Roma contra Avignon, ocupó un buen pedazo del territorio pontifical, amenazó a las
comunas de Toscana. Después de una locura pasajera, los dálmatas se alejaron de él. Además se enemistó con
Roma y le tenía un tremendo pavor a Segismundo. Pero el motor principal, típico, decisivo que gobernaba
todos los actos de su vida, era el dinero. Ahora bien, se le presentaba una ocasión maravillosa. Venecia quería
comprar, Ladislao quería vender. En ese momento tenía necesidad de fondos para continuar su lucha contra el
 papa Gregorio XII. Dalmacia sólo fue para él un negocio, bueno o malo según las circunstancias. Venecia no
estaba apurada para satisfacer su codicia. Quería a toda costa manejar al rey de Hungría y mantener relaciones
amistosas con Ladislao.

Ladislao de Nápoles ofreció Dalmacia a Venecia, pero su precio fue considerado muy alto. Después de los
últimos triunfos de Segismundo, Ladislao perdió toda esperanza de ser rey de Dalmacia, Croacia y Hungría.
Propuso a la República la venta de Dalmacia en 300.000 ducados. El Senado veneciano lo encontró
exagerado. Prosiguió un regateo vergonzoso. El 30 de Enero, Ladislao aceptó 200.000 ducados, el 4 de
Febrero 150.000 y finalmente se contentó con 100.000. Pero Venecia hizo una contraoferta por 60.000 y a lo
más 70.000 pagaderos en tres anualidades. Apurado por sus necesidades envió una escuadra para hacer acto
de presencia en Dalmacia y para dar una impresión de defender lo que le pertenecía allí. Inquieta, Venecia se
decidió a firmar. Michele Steno en su calidad de dogo, el 9 de Julio de 1409 en la iglesia de San Silvestre,
firmó un contrato según cuyos términos compraba por 100.000 ducados a Ladislao "rey de Hungría", todas
sus reales posesiones en Dalmacia con todos sus "derechos". Así Ladislao vendió a Venecia sus reales
 posesiones y todos sus derechos sobre el resto de Dalmacia que emanaban de su pronunciamiento como el
Rey de Hungría. Venecia dispuso el envió de sus naves a Dalmacia para materializar el trato.

Así Venecia compró "legalmente" Dalmacia. Por la compra pasaron a su poder Zadar, Vrana, Novigrad y la
isla de Pag, ya que Rab, Cres, Lo#inj y Nin se entregaron voluntariamente a Venecia. O sea, todas las islas al
norte de Zadar quedaron en poder de Venecia, salvo Krk, propiedad de los Frankapanes. En 1412, ocuparon
también &ibenik, después de un conflicto armado. Segismundo aceptó un armisticio al año siguiente. En 1428
se les entregaron Kotor, Bra;, Hvar, Vis y Kor %ula y después Split y Trogir. Conjuntamente con las ciudades,
ocupaban sus alrededores. Omi#  con Poljica la ocuparon en 1444 y en 1452 la Región Neretvana con
Makarska. En 1480 se entrego Krk. En 1533, Segismundo le reconoció todos los territorios conquistados a la
fecha. Lo hizo porque necesitaba dinero para su coronación en Roma. Los sucesos en Bosnia, debido a la
invasión turca, facilitaron su tarea de apoderarse de toda la Dalmacia.

 
 

LIBRO QUINTO
HASTA LA LLEGADA DE LOS AUSTRÍACOS 

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO QUINTO


Durante los siglos XV y XVI, la historia de Dalmacia estará, principalmente, determinada por los sucesos
que ocurrirán en el Este de la Península Balcánica. Sobretodo la lucha entre la Cristiandad y el Islam.
Como país cristiano occidental, tomará parte en ella con acciones y reacciones características de la
República de Venecia, de la cual formaba parte, de su población sudeslava y de las demás potencias
occidentales.

En su lectura se verá cuánto sufrió Dalmacia transformada en un campo de batalla entre venecianos,
austrohúngaros y turcos. Especialmente es interesante conocer la presencia y dominio, por cientos de años,
de los turcos en regiones de Dalmacia, dominio que llegaba prácticamente a las puertas de sus ciudades
más importantes: Zadar, Split y Dubrovnik. Generalmente se piensa que los turcos sólo estuvieron en
Bosnia y Hercegovina actual. Eso como se verá, en verdad, no fue así.

Otro aspecto relevante será observar cómo todas esas guerras entre las grandes potencias influyeron en la
composición étnica de Dalmacia, que perdió gran parte de su población anterior y la reemplazó por
refugiados procedentes de la regiones ocupadas por los turcos.

Es la época de esplendor de Venecia que le permitió fijar un territorio en la costa oriental del Adriático
 propio más allá de las ciudades del litoral y que se conocerá, en la literatura croata, como el Reino de
Dalmacia que formaría parte del trireino de Croacia, Dalmacia y Eslovenia. También en esta parte aparece
 Napoleón, quien destruyó para siempre a las Repúblicas de Venecia y de Dubrovnik. Su presencia
repercutirá en la llegada de los austríacos a Dalmacia y en la posterior configuración de la provincia
austríaca de Dalmacia.

Santiago, Mayo 1998

 
 

CAPÍTULO XI
BAJO LAS GARRAS DEL LEÓN ALADO

VENECIA REINA DEL ADRIÁTICO


La monarquía húngara, después de su unión con Croacia, no podía prescindir del litoral dálmata. Hungría
veía en la posesión de Dalmacia su elevación al rango de gran potencia. La salida al Adriático era
considerada no sólo como un corredor comercial, sino como un complemento vital a su desarrollo. Esta
necesidad estuvo en la raíz de las tantas guerras entre Venecia y Hungría por la herencia bizantina. La larga
y apasionante lucha de tres siglos terminó con el triunfo venal de Venecia, triunfo que se convertirá en
derrota el día, aún lejano, cuando un nuevo factor entrará en la lid, el principio de las nacionalidades,
nacido en la gran Revolución Francesa. Este acontecimiento de carácter mundial, pondrá término a la
carrera política de la fosilizada aristocracia veneciana y acercará Dalmacia hacia sus relaciones naturales.

La venta de Dalmacia influyó negativamente no sólo en la corte de Budapest sino también en Zadar. La
ciudad se agitó. La guarnición napolitana fue expulsada y, a los gritos de "¡Viva San Marcos!", se izó la
 bandera veneciana. Los zadarinos quisieron demostrar con esto que por su propia voluntad se sometieron al
gobierno veneciano y que no fueron transados como una vulgar mercancía. El Dogo confirmó la autonomía
de Zadar, hizo a los nobles zadarinos ciudadanos de Venecia y estableció numerosas familias venecianas
en la ciudad (Septiembre de 1409). Con esto sentaba las bases para la futura italianización de Zadar.

Después de Zadar, todas las islas del norte, especialmente Rab y Osor, salvo Krk, propiedad hereditaria de
los Frankapanes, y la ciudad de Nin, pidieron a los venecianos tomarlas bajo su alero. Inmediatamente
después, Skradin y Ostrovica enviaron embajadas a Venecia en muestra de sumisión. Venecia las aceptó
 basada en su derecho de dominio por la compra de Dalmacia a la persona que se declaraba el legítimo Rey
de Hungría. Con éstos éxitos Venecia aumentó su presencia en la costa dálmata. Se afirmó, especialmente,
sobre gran parte del litoral noroccidental del Adriático.

El Dogo le pidió a las ciudades de Trogir y &ibenik que se sometieran voluntariamente, ya que las había
comprado al "legítimo rey" Ladislao de Nápoles. Estas ciudades rechazaron el pedido. Entonces la flota
veneciana puso sitio a &ibenik.

Para los croatas, la pérdida de Dalmacia fue el momento más crítico de su historia desde el año 1102. El
organismo estatal quedó privado de la base y fortaleza de su ser político nacional. A partir de entonces, no
es que desaparezca, sino que vegetó y quedó sometido, cada vez más, a las influencias externas. El centro
de gravedad de la presencia política croata principió a desplazarse firmemente hacia el norte y finalmente
llegará a establecerse en Zagreb.

Primera guerra húngaroveneciana


Venecia sacó ventajas del rompimiento entre Hrvoje Vuk;i$  y Segismundo. Las ciudades tuvieron que
decidirse entre Venecia, que tenía una activa presencia en el área y podía prestar ayuda en caso de una
contraofensiva de Hrvoje, o Hungría. Dentro de las ciudades estallaron escaramuzas entre los
 provenecianos y los prohúngaros. Los partidarios de Venecia eran mayoritarios y los venecianos recibían
invitaciones para ejercer la administración en muchas ciudades.

Ante estos acontecimientos, Segismundo llamó al orden al Dogo, sin éxito. Venecia atacó la ciudad de
&ibenik, que había permanecido leal a Segismundo. Entonces estalló la primera guerra húngaroveneciana
(1411-1413) ya que Segismundo nunca reconoció la venta de Dalmacia y siempre consideró su territorio
 parte integrante de Hungría. Los campos de batalla fueron el norte de Italia y Dalmacia. Los ejércitos del
Rey fueron derrotados en los dos frentes.

 
 

En Dalmacia, su más fiel aliado, Nikola Frankapan no pudo realizar acción alguna. Ya había perdido Rab y
los venecianos le habían bloqueado Senj, su puerto principal. Temeroso de perder Krk, cuya posición era
muy vulnerable, Frankapan permaneció ligeramente pasivo. &ibenik se entregó a los venecianos a fines de
Octubre de 1412. Segismundo, no teniendo éxito y temeroso de perder lo que aún poseía, acordó con
Venecia un armisticio de cinco años, para asegurar así sus restantes posesiones. El tratado se firmó en
Trieste (Abril de 1413) y cada bando se quedó con los territorios que ocupaba. Venecia firmó, aunque
aspiraba a toda Dalmacia. No quedó satisfecha. Su apetito se había abierto y se dio cuenta que la
correlación de fuerzas la favorecía.

Mientras tanto los dos magnates más poderosos de Dalmacia, Ivani#  Nelepi$  y Nikola Frankapan
establecieron una alianza. Nelepi$  que no tenía hijos varones, aceptó dar en matrimonio a su hija mayor
Catalina, su heredera, a Ivan, hijo mayor de Nikola. Así, después de la muerte de Nelepi$ los Frankapanes,
que ya poseían los condados de Vinodol, Modru#  y Ga;ka con el puerto de Senj y la isla de Krk,
extenderían sus dominios al sur de Velebit al heredar las tierras de Nelepi$: la xupa de Cetina y gran parte
de la Región Neretvana. En 1412 Segismundo aprobó el matrimonio y renunció a los derechos que
reclamaba sobre estas tierras en caso de que Nelepi$ no tuviera heredero varón. El matrimonio tuvo lugar
con gran ceremonial en 1416.

El gobernador de Zeta Bal#a III Bal#i$, logró el 24 de Noviembre de 1412, firmar la paz con Venecia,
recuperando los puertos de Bar, Ulcinj y Budva. Se obligó a otorgar una amnistía general a todos los que
habían apoyado el régimen veneciano. El tratado fue ratificado por Bal#a el 30 de Enero de 1413 y con ello
se dieron por terminados los innumerables conflictos entre las partes. Habiendo recuperado los tres puertos,
Bal#a fijó su residencia en Bar. La autonomía de los tres puertos siguió funcionando. Los Bal#i$  sólo
recogían los impuestos que le correspondían en dichos puertos. Mantenían el odio hacia los venecianos y
trataban de establecer buenos lazos con los vecinos. Los Bal#i$ eran vasallos del Sultán.

El dogo Michele Steno murió en Diciembre de 1413 y en Enero de 1414 se eligió a su sucesor, Tomaso
Mocenigo. La política exterior veneciana experimentó un cambio. Sus posesiones en Italia y Dalmacia
exigían una menor centralización administrativa. Los cambios minaron su fuerzas y energías en todas
direcciones e impidió la renovación del centro del poder. Venecia era la reina absoluta del Adriático y
confirmó sus derechos de conquista en las ciudades adquiridas a Ladislao de Nápoles. Mientras
Segismundo combatía a los turcos y husitas, despachó una flota bajo el mando de Pietro Loredano para
consolidar su autoridad sobre las ciudades y villas dálmatas. La expedición fue esencialmente exitosa,
Venecia continuó siendo la gran señora.

Segunda guerra húngaroveneciana


La República de Venecia, estaba ansiosa en reabrir las hostilidades apenas terminase la tregua de cinco
años. Hungría declaró la guerra a Venecia, pero fue tan lenta para movilizarse y aún menos eficaz en los
combates que en la anterior. La segunda guerra húngaroveneciana duró desde 1418 hasta 1420.
 Nuevamente en los dos frentes, norte de Italia y Dalmacia, los venecianos lograron sendos éxitos. En el
curso de 1420 se entregaron, después de una larga y heroica resistencia, Trogir y Split, las que no
recibieron ayuda húngara. Las islas de Kor %ula (Setiembre), Bra; (Octubre) y Hvar (Marzo de 1421), se
sometieron a la llegada de las naves venecianas. La guerra terminó sin ninguna tregua o tratado de paz.

Tanto en Split como en Trogir, existían partidos provenecianos conducidos por miembros de la elite. Se
 produjeron tensiones entre la aristocracia y el pueblo en general por la entrega de las ciudades. La
aristocracia entregó las ciudades a Venecia. En ambas ciudades Venecia obtuvo un considerable apoyo de
los aristócratas al ofrecerles el mantenimiento del patriciado cerrado para impedir la entrada de nuevos
miembros. Venecia siguió esta política de aliarse con la nobleza y apoyar sus ambiciones sociales y de
clase. Después de adueñarse del poder en Trogir y Split, que quedó a cargo de un príncipe veneciano,
Venecia permitió a los líderes antivenecianos irse en paz. A continuación atacaron Omi#  y la región de
Poljica, dos posesiones antiguas de Hrvoje Vuk;i$  ahora en manos de Ivani#  Nelepi$. Ivani#  resistió
firmemente y el ataque fracasó.

 
 

Como consecuencia de esta segunda guerra húngaroveneciana, Venecia completó la posesión de la mayor
 parte de Dalmacia. La parte norte tomada a Hungría ya sea por compra, sumisión o conquista y la parte sur
a Zeta y Albania a través de la rendición de nobles locales incapaces de resistir a los turcos. En el medio de
sus posesiones estaba Dubrovnik, independiente y bajo la protección de Segismundo. Venecia no mostró
intenciones de atacar Dubrovnik. Las partes de la costa que no ocupó Venecia fueron las que estaban
directamente en manos de poderosos nobles croatas capaces de defenderlas efectivamente. Estos territorios
comprendían Omi#  y la región de Poljica de Ivani#  Nelepi$  y las posesiones de los Frankapanes que
incluían Senj, la costa de Vinodol y la isla de Krk, que los venecianos no atacaron esta vez.

El 1° de Agosto de 1420, el Senado veneciano decidió enviar cada cuatro o cinco años síndicos al Levante,
Dalmacia e Istria, con instrucciones y plenos poderes para controlar la administración. La institución de
síndicos debía impedir los abusos de la administración local. El envío irregular y espaciado de síndicos, a
 pesar de las disposiciones existentes, es una prueba entre mil del poco interés que Venecia prestaba a
Dalmacia. El más antiguo de los informes de un síndico a la Señoría sobre la situación en Dalmacia data de
Octubre de 1525. En casi 100 años, entre 1526 y 1623, fueron enviadas sólo catorce veces. A partir del
último año, ya no se mencionan. El gobierno se adormeció. Los abusos se convirtieron en crónicos. Los
funcionarios seguros de su impunidad, pasaron a ser tiranuelos medievales. La población se sumergió en la
apatía y en una lúgubre desesperación.

En Zeta, Bal#a III Bal#i$  continuó con sus diferencias con Venecia por la posesión de Bar y Ulcinj y la
región del lago Skadar. Próximo a su muerte, fue a entrevistarse con Stefan Lazarevi$, tío suyo, serbio,
 para ofrecerle la sucesión. Consideraba que era el único capaz de defender Zeta de los venecianos. Murió el
28 de Abril de 1421.

A su muerte los venecianos no reconocieron a Lazarevi$  como heredero e inmediatamente ocuparon


Ulcinj, seguramente Bar y gran parte de la costa zetana. Al inicio, los zetanos casi no ofrecieron
resistencia. Lazarevi$  sólo se decidió actuar en Agosto de 1421. Penetró con sus tropas en Zeta. Liberó
territorios del interior y llegó a Bar en Noviembre. Después de concertar una tregua con Venecia, dejó
administradores y defensores en Zeta y volvió a Serbia. Como resultado de esta campaña Venecia mantuvo
las ciudades de Shkodër, Ulcinj, Budva y Kotor, ciudad que, a pesar de haberse sometido, gozaba de
autonomía. Lazarovi$ solicitó a Venecia la devolución de las ciudades del litoral. Venecia se rehusó y en
1422 se reiniciaron las hostilidades.

En su guerra con Zeta, Venecia logró la cooperación de las tribus albanesas, las que aceptaron su soberanía
a cambio del respeto de sus costumbres. En 1423, Stefan Lazarevi$  falto de recursos y sin haber tenido
grandes éxitos, se dispuso a negociar con Venecia, que también quería dar término a la guerra. Lazarevi$ 
delegó en Juraj Brankovi$  las negociaciones. En Agosto de 1423 se concluyó un tratado, que permitió a
Venecia mantener Shkodër, Ulcinj y Kotor. El resto pasaba a Zeta y con ello los serbios volvían al
Adriático. Los venecianos se comprometieron a pagar un tributo anual a los Bal#i$ por Shkodër. Acordaron
un intercambio de prisioneros y la entrega de criminales fugados. El río Bojana, desaguadero del lago
Skadar, permaneció veneciano.

El dogo Tomaso Mocenigo murió en Abril de 1423, advirtiendo a los electores de las ambiciones y
 belicosidad de su posible sucesor Francesco Foscari, que llevaría a la ruina al país que en su tiempo había
alcanzado el cenit de su grandeza. A pesar de la fuertes discusiones para elegir el sucesor, se impuso el oro
de Foscari, quien el 15 de Abril de ese mismo año asumió como Dogo.

Los detalles no resueltos en el tratado de 1423 entre venecianos y zetanos, se complementaron con los de
1426. En el se autorizó a los comerciantes venecianos, dubrovnicanos y boquenses comerciar en la zona y
transitar hacia Serbia. Esto produjo una reactivación económica de la región. Sin embargo no todos los
acuerdos se cumplían. Stefan Lazarevi$ murió en Julio de 1427.

En 1433, Segismundo fue coronado por el papa Eugenio IV, emperador del Sacro Imperio Romano
Germánico. Firmó un armisticio con los venecianos, que resolvió el problema dálmata en beneficio de

 
 

Venecia. La Dalmacia Veneciana sólo se reintegrará a Croacia en 1918, en el Estado de Eslovenos, Croatas
y Serbios. Segismundo murió en 1437.

Venecia entabló pronto conversaciones con el rey de Bosnia Stjepan Tvrtko II (1421-1443, por segunda
vez), para crear una alianza contra Ivani# Nelepi$. Venecia se quedaría con las ciudades del litoral y Tvrtko
con los territorios del interior. La oposición de los turcos a tales planes, los hizo fracasar.

Omi# y Poljica permanecieron en manos de los Nelepi$ hasta la muerte de Ivani# Nelipi$ ocurrida en 1434.


Dejó como heredera a su única hija Catalina, casada con Ivan Frankapan (1432-1436). Segismundo se
opuso a que Catalina heredara todo el patrimonio de su padre. Entonces estallaron fuertes luchas por esta
herencia. Fue una guerra civil que terminó con la muerte de Ivan y el consiguiente triunfo del Rey.
Entonces, en 1437, Segismundo entregó toda la herencia al ban Matko Talovac y a sus hermanos.
Finalmente, en 1444, Venecia los compró. Ahora Venecia tenía en su poder todo el litoral entre Zadar y la
desembocadura del Bojana, junto con sus ciudades. Nikola Frankapan murió en 1432, dejó nueve hijos,
que fundaron las nueve ramas de la familia.

La conquista de Dalmacia por los venecianos fue consolidada en 1444. A mediados del siglo XV casi todas
las ciudades del litoral, salvo Dubrovnik y algunas islas, estaban en poder de Venecia. El nombre de
Dalmacia se extendió a toda la costa ocupada por Venecia. Boka Kotorska quedó separada de Dalmacia y
los venecianos denominaron Albania Veneciana a esos territorios.

Entre 1435 y 1466 gobernaba en forma independiente en Hum, Kraina (región entre el Cetina y Neretva),
Tribunia y algunas ciudades de Zeta, Stjepan Vuk;i$, sucesor y sobrino de Sandalj Hrani$. Su territorio era
codiciado por todos sus vecinos. Para defenderse durante su conflicto con el Rey de Bosnia, recurrió a los
turcos y se convirtió en vasallo del Sultán. Con su ayuda rechazó todas las tentativas agresoras. En 1444
los venecianos le arrebataron Omi#  y Poljica. Para demostrar que no dependía del rey, en 1448 empieza
llamarse "Herceg [Duque] de San Sava" y de allí la "Tierra del Herceg". Es el comienzo de Hercegovina.
 No se sabe quién le otorgó ese título. Durante los años 1451-1454 sostuvo una guerra con Dubrovnik y en
1454 firmó una alianza con el rey aragonés Alfonso, gobernante de la Italia del Sur, con las miras de
liberarse de los turcos.

Durante el dogado de Francesco Foscari, después de un sitio de cincuenta y dos días , Constantinopla (9 de
Mayo de 1453) se rindió de a las tropas turcas comandadas por el sultán Mahomet II (1451-1481). Europa
recibió la noticia con consternación, pero nada hizo para defenderla. Sólo hubo un apoyo débil de Venecia,
Génova, Nápoles y el papa Nicolás V. Venecia prosiguió sus relaciones políticas y comerciales con los
turcos con el lema "Antes que nada somos venecianos y después cristianos", firmaron un tratado en Abril
de 1454. La actividad diplomática de Venecia era criticada en parte con razón y en parte por la envidia a
sus riqueza. Así, el papa Pío II (1458-1464) le escribió al Senado de la República: "Mucha gente os
desprecia. Algunos dicen que sois más turcos que cristianos, otros afirman que os ocupáis sólo de negocios
y que no buscáis sino riquezas y ganancias; se murmura en voz baja que no estimáis ni la fe ni la religión
cristiana."

LA LIGA DE CAMBRAY

En 1501 asumió el dogado Antonio Loredano, un hombre decidido a asegurar la paz en todas las fronteras
de su país. Fortaleció la amistad con el Rey de Francia y César Borgia. La súbita e inesperada muerte del
 papa Alejandro VI, ocurrida en 1503, alteró materialmente la posición de Venecia en la Península Itálica.
Su política expansionista, poseer más y más ciudades y tierras de la decadente casa de los Borgias,
encontró en su camino al papa Julio II, que también las codiciaba. Esta oposición tomó cuerpo en la Liga
de Cambray formalizada el 10 de Diciembre de 1508 e integrada por el Papa, el emperador Maximiliano I
y el rey de Francia Luis XII. Apoyaron la Liga el magnate croata Petar Berislavi$  y el obispo de Zadar
Simone Begna, quienes vieron la oportunidad de restaurar el lustre y el prestigio de su clase. La
 justificación de la Liga fue:

 
 

"En orden de poner término a las pérdidas, injurias, saqueos y daños causados por los venecianos no sólo a
la Santa Sede sino también al Sacro Imperio Romano, a la Casa de Austria, a los duques de Milán, a los
reyes de Nápoles y a muchos otros príncipes, mediante la ocupación y usurpación tiránica de sus bienes,
 posesiones, ciudades y castillos [...] encontramos no sólo útil y honorable, sino también necesario [...]
extinguir, como se apaga un vulgar fuego, la insaciable codicia y sed de dominio de los venecianos."

En verdad, la Liga era un tratado secreto para repartirse Venecia. En lo que interesa, Istria sería para el
Emperador y Dalmacia se ofreció a Hungría por su posible participación, ya que las potencias europeas
consideraban que Dalmacia le pertenecía. Se estipularon las acciones, debiendo empezarlas Francia el 1°
de Abril de 1509. El proyecto reducía la República a la ciudad de Venecia con sus lagunas y algunas de sus
 posesiones en el Levante. La pérdida de las posesiones en Lombardia y Dalmacia, significaba la muerte de
Venecia a corto plazo. Para enfrentar tan formidable coalición, Venecia emprendió negociaciones
diplomáticas. Más todo fue inútil.

El Santo Padre lanzó una excomunión contra Venecia. Las hostilidades empezaron en Abril de 1509. Las
tropas venecianas marcharon al encuentro de las francesas. El 14 de Mayo, tuvo lugar una batalla en la cual
los venecianos fueron completamente derrotados. Pronto apareció el problema de la seguridad y
mantención del orden en la propia ciudad de Venecia. Se reforzaron las defensas y se acopió trigo.
Simultáneamente se intensificaron las actividades diplomáticas con el objetivo de romper la Liga.

El primado de Hungría, Toma Bakacs, se oponía a cualquier aventura húngara en Dalmacia. Según un
Frankapan, informante del Vaticano al igual que el primado, los húngaros no iniciarían ninguna acción en
Dalmacia sin el concurso de los barones croatas. Pero para esto Venecia tenía que desembolsar 300
ducados de oro, monto estimado pequeño si se considera que, con esta modesta suma, se aseguraba
Dalmacia y se mantenía la paz con Hungría. Por lo demás la mayoría de los barones croatas estaba con
Venecia.

Venecia envió un embajador a Hungría, país que no quería saber nada de una conquista de Dalmacia. Lo
único que deseaba era dinero y más dinero. En Noviembre de 1509, los venecianos se entrevistaron con los
 barones croatas que a menudo solicitaban su ayuda contra los turcos, aunque no para defender el Estado
sino para salvar sus feudos, que administraban como amos absolutos. Al igual que los húngaros siempre
andaban escasos de dinero. Esta gran penuria facilitaba la influencia veneciana en Croacia. A los barones
enemigos, Venecia les suspendía de inmediato el suministro de armas, municiones y dinero. El predominio
de Venecia en Dalmacia, además del peligro turco, se debía en gran parte a la debilidad de las
organizaciones políticas y a la codicia de los barones húngaros y croatas. En Zagreb, el embajador
veneciano sostuvo conversaciones con el ban croata, tres Frankapanes, los condes de Krbava, Nikola
Zrinski, el Conde de Blagaj y otros. Con el beneplácito del palatino de Hungría, todos se comprometieron
en realizar, junto con los barones húngaros, un ataque a Zadar y Nin y realizar un saqueo de sus territorios
si la República perdía Padua. Pero como ello no sucedió, los barones croatas se excusaron ante Venecia.

El Rey de Francia y el Emperador insistían en la invasión húngara de Dalmacia. En Enero de 1510, el Rey
de Hungría decidió que valía la pena recuperar Dalmacia y evitar que otra potencia la ocupase. Ordenó al
 palatino reunir un ejército e invadir Dalmacia. El palatino, partidario encubierto de Venecia, pidió
convocar el Consejo de la Corona. En ese momento Venecia era impotente para socorrer a Dalmacia donde
quedaban sólo ancianos, mujeres y niños, ya que todos los hombres fueron reclutados para la guerra en la
Lombardia veneciana. Dalmacia fue invadida entonces no por los húngaros, sino por los turcos.

Los turcos trataron de apoderarse de Omi# y Split, que resistieron y los turcos se fueron. Venecia a pesar de
su angustiosa situación envió fondos, obreros e hizo construir fuertes en la frontera, en Su$urac cerca de
Split y en Nadin cerca de Zadar. Las incursiones turcas tendieron a desaparecer. Era el tiempo en que las
ciudades dálmatas estaban dispuestas a abandonar Venecia si Hungría hubiera hecho algo. Pero Hungría no
hizo nada.

Un rayo de esperanza apareció para la República. El Papado giró bruscamente en ciento ochenta grados.
Abandonó la Liga, levantó la excomunión (10 de Febrero de 1510) y concluyó una alianza con Venecia.

 
 

Pero en la Liga quedaban dos terribles enemigos: el Rey de Francia y el Emperador del Sacro Imperio. El
Rey de Francia pidió al Sultán unirse a la Liga contra Venecia.

En Abril de 1510, el emperador Maximiliano I le insistió al rey Vladislav II de Hungría (1490-1516)


adherirse a la Liga de Cambray y a no concluir la paz con Venecia salvo que le restituyeran Dalmacia. Para
ello le ofrecieron una serie de ventajas. Vladislav, para manifestar a los venecianos que los reyes de
Hungría no habían renunciado a sus derechos sobre Dalmacia, tomó el título de Rey de Dalmacia, Croacia
y Eslavonia, pero en verdad no se movió para reconquistar las provincias perdidas. En Junio del 1510, la
Liga comenzaba periclitar.

Venecia no estaba salvada con esto. El resto de la Liga le insistía a Hungría que debía invadir Dalmacia,
 pues en caso contrario lo harían ellos en son de conquista. El 4 de Julio el Papa declaró que no aprobaba la
invasión húngara de Dalmacia y manifestó que deseaba sólo la paz. Al día siguiente, los húngaros se
decidieron por la guerra. El 15, el embajador veneciano fue llamado a la Dieta Húngara y se le encomendó
 pedir a la República restituir pacíficamente Dalmacia a Hungría. Se fijó un plazo de treinta días para recibir
la repuesta. El capitán preboste Petar Berislavi$, representante del Rey de Hungría en Venecia, incitaba a la
corte húngara hacer la guerra en Dalmacia. El 24 de Julio decidieron enviar 4.000 infantes y 2.000 lanceros
a caballo. El 25 pidieron a Dubrovnik entregar navíos para la guerra en Dalmacia. El Rey pensó que
Venecia le aumentaría los 30.000 ducados que ya le entregaba como contribución por la defensa contra los
turcos. Estas acciones fracasaron por la intervención del canciller húngaro, el obispo Toma Erdödy,
 partidario de Venecia.

Maximiliano I le tenía un odio visceral a Venecia. De nuevo presionó al Rey de Hungría con ofrecimientos
concretos de ayuda militar. Hungría contestó que estaría lista en Abril de 1511, salvo que fuese atacada por
otros (los turcos) ya que, en ese caso, quedaría nulo el compromiso. Los turcos invadieron Croacia. Los
croatas abandonados por el rey apostólico, soñaron con hacerse tributarios de los asiáticos cuyas
incursiones eran cada vez más frecuentes. Se pensó que Croacia estaba perdida.

Los acontecimientos se precipitaron y la campaña húngara en Dalmacia se pospuso. A partir del 1512 los
venecianos principiaron a tener éxitos. Se produjo un cambio en las alianzas. Maximiliano I firmó un
armisticio con Venecia (13 Junio de 1512), que duró poco. También firmó con el papa Julio II una nueva
alianza contra Venecia, con la amenaza de aliarse con Francia para invadir Italia. Pero, al final, la
tempestad se alejó. El papa Julio II murió el 21 de Febrero de 1513 y con la elección de León X, la mafiosa
Liga de Cambray pasó al olvido.

Durante las guerras de la Liga de Cambray, 1508-1512, Istria fue devastada. Klis y Poljica fueron
obligadas a pagar tributo a los turcos para no ser molestadas. Producto extraño del espíritu de autonomía
que Dalmacia llevaba en su sangre. Las tropas turcas saquearon y provocaron un despoblamiento de esas
regiones acrecentado por el hambre, pobreza, peste y malaria. Se produjeron revueltas populares que
Venecia sofocó a sangre y fuego. Los choques más violentos tuvieron lugar en Hvar encabezados por
Matija Ivani$. Desde Enero de 1510 a Octubre de 1514, el pueblo se revolucionó al grito de "San Marcos".
Asesinaron nobles, destrozaron sus casas, devastaron sus propiedades y saquearon sus graneros. Venecia
ahorcó 20 cabecillas. Menos ruidoso, pero más serio fue el levantamiento en &ibenik donde se constituyó
un gobierno del pueblo. En Zadar, Split y Kotor también se desencadenaron disturbios menores

Venecia una vez más se salvó y Dalmacia se separó definitivamente de Hungría, quedó atada a Venecia por
siglos. Hungría perdió la última oportunidad para recobrar Dalmacia. Privada del litoral dálmata se
afirmará en torno a Rijeka. Dalmacia no tendrá nunca más relaciones directas con Hungría. En un futuro
lejano, Austria reemplazará a Venecia sin el concurso de los barones croatas y la utilizará para sus propios
fines.

En esos tiempos sesionaba en Roma el Concilio de Letrán (1512-1517) convocado por Julio II y retomado
 por León X. Se habló mucho de los turcos y de los eternos proyectos de cruzadas que nunca llegaron a
nada. El 17 de Abril de 1514, el obispo dálmata Simone Begna pronunció un encendido discurso. Evocó
las incursiones turcas, los incendios, los saqueos, los raptos, las violaciones, etc. Los padres del Concilio

 
 

derramaron lágrimas, pero no decidieron nada. Las actividades de Lutero (1483-1546) y la sucesión de
Maximiliano, atraían más la atención de la Iglesia que el estado desesperado en el cual se debatían los
cristianos de la Península Balcánica.

LOS TURCOS
Los turcos ocupan Bosnia
Los turcos se fortalecían cada vez más. Con la conquista de Constantinopla y Serbia, creció el peligro para
Bosnia que, después de tantos conflictos en los últimos 70 años, estaba muy debilitada. De aquí que el Rey
de Bosnia, dirigió un llamado de ayuda al Papa y por su intermedio a toda Europa Occidental. En 1462,
con la intervención del Papa, el rey croatohúngaro Matías y Stjepan Toma#evi$, firmaron una alianza
contra los turcos. Como esperaba recibir un gran apoyo, Toma#evi$ suspendió el pago del tributo anual a
los turcos.

A raíz de esto, el sultán Mahomet II, preparó un poderoso ejército de 150.000 hombres para lanzarse al
asalto decisivo contra Bosnia, pensando que los bosnios recibirían grandes refuerzos (1463). En la realidad
no encontró prácticamente oposición. Bosnia se encontró sola frente a la fuerza turca. Ni Matías ni
Dubrovnik ni Venecia ni nadie la ayudaron. En un mes los turcos ocuparon Bosnia, sin ninguna batalla. Así
cayó Bosnia en 1463 y quedaron abiertas las puertas hacia el Adriático y la Europa Central. Los señores
feudales bosnios reconocieron la soberanía turca y, para salvar sus tierras, muchos adoptaron la fe del
 profeta. Los turcos se llevaron 100.000 prisioneros y 30.000 jóvenes fueron destinados a los jenízaros. Se
estima que hasta 1516, 400.000 personas fueron llevadas a la esclavitud. A los Franciscanos se le garantizó
su actividad religiosa. Los bogomilos se convirtieron en gran número en mahometanos (se estima unos
300.000). Frente a esto, Matías invadió Bosnia y recuperó algunos territorios. La República de Dubrovnik
y los condados de Cetina y Sinj pidieron ayuda y protección a Venecia inútilmente. Venecia no pensaba
enemistarse con los turcos.

Los turcos principiaron a ocupar pedazo por pedazo Hercegovina, que combatió durante algún tiempo por
su libertad. Sin embargo ya en 1466 los otomanos la conquistaron casi totalmente. Por otro lado los
venecianos se apoderaron de la Krajina neretvana. En 1482, con la entrega de Hercegnovi a los turcos, toda
la Hercegovina caía bajo su dominación.

Venecia enfrenta a los turcos


El gobierno de la República evolucionaba a un centralismo y hermetismo cada vez mayor. En el juramento
a la aceptación del cargo de Dogo, la antigua expresión de " Comune Venetiarum"   (Comuna de Venecia)
fue cambiada a " Dominium" o "Signoria" (Señoría), para enfatizar la aristocratización del gobierno de la
República.

Venecia comenzó en 1463, prácticamente sola, su larga y aburrida primera guerra contra el Imperio
Otomano que la tuvo ocupada durante dieciséis años (1463-1479). En el primer año, los húngaros la
ayudaron. La lucha estaba en el Levante y en el Egeo. Los turcos avanzaban acercándose cada vez más a
Bosnia y a Dalmacia. El Adriático pasó a ser un objetivo de los conquistadores turcos. Dalmacia
 principiará a sufrir un nuevo calvario.

Ocupada Bosnia, en Septiembre de 1468 los turcos atacaron los territorios de Zadar, &ibenik y Split.
Siguieron otros más serios en Noviembre de 1470 y Mayo de 1471. Los turcos llegaron hasta Friul,
sembrando muerte y destrucción. Entre el Krka y el Cetina miles de hombres fueron llevados a la
esclavitud, decenas de miles de cabezas de ganado robadas, casas y campos devastados y cosechas
quemadas o asoladas. Escenas similares ocurrían por doquier. El campo quedó inhabitable y la población
rural se desplazó a la costa, a las islas y a los pies de las murallas de las ciudades. Los que no podían
establecerse así, emigraban a Italia u otros países.

Contra la estrategia turca de desgastar a sus adversarios, Venecia y Dalmacia trataron de conservar los
campos alrededor de las ciudades. Organizaron una caballería ligera ( stradiotti) y empezaron a construir
torres de observación y plazas fortificadas. De esta manera, la población se podía refugiar ante los ataques
turcos en sitios más seguros. Poco a poco el paisaje cambió. Aparecieron nuevos poblados. Las murallas de

 
 

las ciudades se ampliaron. El territorio poblado por sudeslavos ;akavos disminuyó en beneficio de los
sudeslavos de habla #tokava. El elemento sudeslavo penetró a las ciudades. La antigua toponimia cedió su
lugar a una eslava.

Para evitar que Venecia se apoderase de Senj, el rey croatohúngaro Matías la declaró propiedad de la
corona. Así Senj pasó a ser ciudad real. En 1469 será el asiento de la Capitanía de Senj, encargada de la
defensa contra turcos y venecianos. A raíz de esto se produce una fuerte enemistad entre los Frankapanes y
el Rey, ya que éste se apropió, además, de toda la costa entre Trsat y Senj que era de su propiedad. En
1480, cuando la Capitanía de Senj recibió la orden de apoderarse de la isla de Krk, los Frankapanes la
cedieron a Venecia. Con esto Croacia perdió su última isla en el Litoral Croata  (Hrvatsko Primorje).

Durante el dogado de Pietro Mocenigo (1474-1476) se firmó un tratado de paz con los turcos (1474), paz
que durará sólo dos años. Hasta el próximo dogado. El 25 de Enero de 1479 se firmó otro con el Sultán que
entregó varias ciudades al turco, entre otras Shkodër, y estableció el pago de aranceles por su comercio.
Con este tratado se puso termino a la guerra que Venecia mantuvo sola durante dieciséis años contra el
turco. El Tratado se renovó con el Sultán Bayaceto II (1481-1512). Europa, que nada hizo, se indignó con
Venecia por este acto.

En 1480 los turcos, después de tenerlo sitiado, se apoderaron del puerto de Vlora y pusieron pie en el Canal
de Otranto. Los venecianos exigieron a los turcos que se retiraran y al no hacerlo empezaron una nueva
guerra. En esta oportunidad los venecianos ocuparon Krk.

Fue en Zeta, futuro Montenegro, donde los turcos enfrentaron una resistencia más larga. El país estaba
gobernado por la valiente familia de los Crnojevi$, que organizó la defensa favorecida por la orografía del
 país y ayudados por Venecia. Resistieron durante mucho tiempo. Sólo en 1499 Zeta fue sometida
completamente.

Mientras la Europa, occidental y meridional, se encontraba en pleno Renacimiento, toda la Europa central
y oriental, de Viena a Kotor y de Friul a Dürres, estaba desorientada, brutalizada, golpeada por los terribles
hechos y actos de los invasores turcos que se produjo con el término del Imperio Bizantino. El fin trágico
del siglo XV hacia presagiar la gran penuria del siglo XVI.

En 1491, los turcos volvieron a invadir el territorio continental dálmata. Numerosos y fuertes
destacamentos llegaron hasta las bien custodiadas puertas de &ibenik. Las galeras venecianas se colaron a
través del enemigo e impidieron el avance de los turcos hacia Skradin. Muchos barones croatas, mal
apoyados por el débil rey Vladislav II, tuvieron que pagar tributo al sultán.

El historiador Giovanni Kreglianovich-Albinoni, en su obra  Memorie per la Storia de la Dalmazia (1809)


se hacía las siguientes reflexiones respecto a esos momentos:

"El descubrimiento del Cabo de la Buena Esperanza y de las Indias, la toma de Constantinopla por los
turcos y la invención de la imprenta debilitaron considerablemente la potencia comercial de Venecia, que
fue amenazada en sus posesiones de ultramar y experimentó los primeros síntomas de la senilidad de su
organismo político. ... Por otra parte, los turcos que se acercaban más y más a las fronteras de Albania y
Dalmacia sembraron el espanto hasta el corazón de los territorios venecianos y Venecia se vio amenazada,
incluso en su navegación por el Adriático.

Fue entonces cuando Dalmacia, cayendo por una pendiente insensible, desapareció del conjunto de
naciones cultas. ... Después de más de tres siglos, en el curso de los cuales había tomado parte en los
sucesos más célebres de la historia de Italia y Alemania, cayó en la oscuridad del silencio y en el olvido
como si fuese llevada a las profundidades de la tierra o recubierta por las olas del Adriático."

Venecia era la dueña de casi toda la costa oriental adriática, desde la desembocadura del Po, pasando
Zadar, Split e islas dálmatas, hasta Chipre en el Mediterráneo Oriental. Pero ahora sus vecinos eran más

 
 

fuertes y estaba la proximidad de los turcos, enemigos en expansión y muy poderosos. Venecia empezaba
su ocaso.

En el año 1497, los turcos invadieron el territorio de Trogir. Al año siguiente asediaron Knin e ocuparon el
territorio de Makarska. En 1499 el pasha de Bosnia, invadió una vez más, el territorio de Zadar. Lo devastó
y asoló. Se llevó 15.000 cabezas der ganado y 7.000 personas a la esclavitud. Entonces Venecia se decidió
armar 20 galeras para la protección de Dalmacia. Todos esos ataques turcos se repitieron en el 1500.

Así las cosas, estalló la segunda guerra entre Venecia y la Puerta (1499-1503). Antonio Grimani,
comandante de las fuerzas venecianas, fue derrotado en la costa occidental de Grecia (Septiembre de
1499). Toda su flota cedió. Un pánico se apoderó de la población dálmata. Alertas tuvieron lugar en todas
 partes. Trastornada, mal defendida, la gente de nuevo empezó a emigrar, movimiento que no se detuvo
hasta mucho después. Los territorios de Zadar y Nin fueron invadidos. Una nueva tentativa turca contra
&ibenik abortó. Los barones croatas se acercaron a Venecia. En vano. Nadie hacia nada. Pillajes,
violaciones e incendios por doquier. Trogir, &ibenik y el valiente castillo de Klis, temblaron más de una
vez. Venecia ordenó que trajesen de vuelta a Grimani como prisionero. Se gritaba en Venecia: " Antonio
Grimani, ruina de!Cristiani". Se pidió la paz.

En esa época, el rey de Francia Luis XII (1498-1515) le habría dicho al embajador veneciano: " Vosotros
los venecianos, sois gente preparada, estáis colmados de riquezas, pero en la empresas militares no tenéis
coraje: teméis demasiado la muerte. Cuando nosotros [los franceses] hacemos la guerra, es para vencer o
morir."

El complejo juego de las rivalidades de los estados balcánicos facilitaban a Venecia el ejercicio absoluto
del dominio del Adriático como también la obtención de sus objetivos imperiales. Pero, de repente el
mundo balcánico se derrumbó. Venecia se encontró en presencia de un estado gigantesco fundado sobre la
fuerza y el fanatismo religioso, conducido a la conquista del mundo por una serie de sultanes
emprendedores investidos de un poder ilimitado. Venecia pudo sobrevivir en ese cataclismo. Obtuvo su
seguridad mediante una serie ininterrumpida de capitulaciones, sobretodo después de una larga guerra
desgastadora al firmar el tratado de paz con el sultán Bayaceto II el 20 de Mayo de 1503. Le era necesario
a cualquier precio arreglarse con los turcos. Pronto se encontraría en lucha con la Liga de Cambray,
entonces era preciso tener paz en Dalmacia.

De acuerdo al tratado el territorio dálmata entre el Cetina y el Neretva, salvo Omi#, le correspondió a los
turcos. Así, una gran parte de Dalmacia continental le fue entregada al señor asiático. Esta debilidad inicial
de Venecia, la población sudeslava no le perdonará jamás a la República. Pero la paz no era sino un acto
oficial, en realidad para los turcos era sólo una palabra. Las invasiones de otros territorios dálmatas no eran
infracciones a la paz "felizmente" restablecida. Dalmacia desguarnecida, estaba abandonada a si misma. Se
volvía al tiempo de las comunas y a los obispos al mando de los ejércitos. En esta guerra empezó la fuerte
emigración croata de Dalmacia y la llegada de nuevos habitantes. El obispo de Split Bernardo Zane, se
 puso al frente de un poderoso contingente de tropas dálmatas y mantuvo en jaque a los turcos que habían
invadido el territorio de Split. Una nueva tentativa contra Klis, fue rechazada. Pero la fortaleza de Karin
cayó en manos de los turcos.

Venecia tuvo que seguir soportando vejaciones, afrentas, incursiones, pillajes, violaciones y masacres por
 parte de los turcos. Esto sucedía a causa de la debilidad de la República. Venecia prefería calmar a los
turcos con regalos, que recaían finalmente sobre las finanzas de las comunas dálmatas. Por ahora, para
estar bien con los funcionarios y comandantes turcos vecinos, era preciso dar, dar y volver a dar.
Las defensas venecianas en Dalmacia
A partir de fines del siglo XV, Venecia perdió a manos turcas la ciudad de Sköder (1479), las fortalezas de
 Nadin y Vrana (1540), las villas de Dulcinj, Bar y Budva (1570-1573). Finalmente los turcos conquistaron
el interior de Dalmacia, llegando hasta las mismas puertas de Split. Todo esto muestra elocuentemente lo
que habría sido de Dalmacia si a los conquistadores turcos no les hubieran interesado más las expediciones
a Hungría y Viena que a las ciudades dálmatas. Pero también hay que señalar que las victorias venecianas
en los mares del Levante y sobretodo la prodigiosa aniquilación de la flota turca en Lepanto (1571), sin

 
 

duda, alejó el cáliz amargo de la costa dálmata. Esta batalla significó, para el prestigió otomano, un golpe
mortal del cual no se recuperó jamás. Después de Lepanto, el turco tuvo la visión muy clara que no podría
obtener éxitos en el mar.

El primer deber de Venecia hacia si misma y hacia Dalmacia era impedir que los turcos se apoderasen del
litoral, que no transformasen las catedrales dálmatas como a Santa Sofía y las iglesias de Salónica y de
Bosnia, en mezquitas y que un minarete no se instalase a la sombra del mausoleo del emperador
Diocleciano y de los relicarios de los Santos de Salona. Venecia, ¿cumplió esta gran misión? Sí, si
 juzgamos por el simple hecho de que los turcos jamás ocuparon las ciudades dálmatas. Pero a costa de
haberle entregado al turco parte del litoral y de prácticamente toda la Dalmacia continental. Además de
haber producido la emigración de la población mayoritariamente croata y su reemplazo por bosniacos y
serbios.

Después de la paz de 1503, cómo rganizó Venecia la defensa continental y marítima de Dalmacia, tanto
material como humana, para enfrentar futuros conflictos con los turcos. Esto merece ser examinado a
través de diferentes informes de la época.

Maletesta Baglioni, Capitán General de los ejércitos venecianos, visitó las fortificaciones dálmatas entre
Agosto y Noviembre de 1524. Informó al dogo Andrea Gritti "que Dalmacia se encuentra en una grave
situación, tan grave que es absolutamente necesario tomar de inmediato medidas para su defensa." El
Senado hizo oídos sordos. Propuso ubicar una fortaleza en el islote de San Nicolás en la entrada de
&ibenik. Fue construida y terminada en 1542 (!). No poseía ni víveres ni piezas de artillería que necesitaba
 para completar su instalación. .

En 1525, Bertuccio Civran, propuso una cantidad de medidas para mejorar las fortalezas del territorio de
Zadar, Nadin, Novigrad y en la ciudad de Nin, que se encontraban totalmente abandonadas. Planteó que si
no se disponía de fondos, entonces habría que arrasar todo y si los había, construir poderosos bastiones.
Todo estaba arruinado. Las barracas se llovían, las cocinas no funcionaban, las campanas de alarma rotas,
etc.. El castillo de Trogir, mal mantenido. Tenía muy poca munición y era de mala calidad. Los turcos se
encontraban a las puertas de la ciudad. Felizmente la costa de Trogir estaba fortificada con castillos
construidos sobre la orilla o en el mar, unidos a la tierra con puentecitos. Fueron levantados en el siglo XVI
con recursos de los patricios de Trogir.

Las murallas de Split, según un relato de 1534, estaban en muy mal estado y era necesario repararlas. Un
 poeta de la ciudad, Francisco Novalis, describía así la situación: "La pobre Dalmacia llora y se lamenta día
y noche, no tiene ya ni riquezas ni hombres; las ciudades son desmanteladas, las jóvenes violadas, los niños
arrancados del seno de sus madres y asesinados, los viejos y las mujeres jóvenes destrozados por los
dientes de los lobos. Con las manos atadas, somos expulsados del hogar paterno. Los turcos incendían
nuestras siembras, iglesias, casas, los caballos piafan sobre nuestros altares y se nos vende como esclavos
en los mercados." Novalis suplicaba al Papa no abandonar a su muy fiel provincia de Dalmacia y a Klis,
desde donde el turco podía alcanzar Ancona en 12 horas y de allí saltar a Roma. Con su caída toda
Dalmacia, el Adriático y aún Italia, estarían amenazadas.

La ciudad de Nin, según testimonio de Paolo Giustiniani (1553), estaba en ruinas, habitada por campesinos
y , sin embargo, tenían un obispo. Sus campos eran bellos, fértiles, pero su tierra no se cultivaba. El
aspecto de los habitantes era más bien huraño, se escondían y atacaban y mataban a los viajeros. Se
alimentaban de leche y queso. Eran serbios y heréticos, súbditos de los turcos.

El reclutamiento en el archipiélago de Zadar era cada vez más difícil. Con la flota en alta mar, las mujeres
quedaban totalmente desprovistas de hombres. El capitán de Zadar, Paolo Giustiniani, pidió que las galeras
dálmatas invernaran en Dalmacia, sin lo cual las islas quedarían deshabitadas. En 1554, Antonio Civran, le
decía al Senado: "...que el territorio de Zadar está totalmente despoblado a causa de las incursiones turcas.
... Hay pocos hombres. Si se los obliga a servir se irán a trabajar a Turquía."

 
 

Las victorias navales venecianas se debían a las excelentes cualidades marítimas del pueblo dálmata. La
tradición de los audaces marinos ilirios no estaban muertas. Pero en el siglo XVI el estado de pobreza,
debido al monopolio comercial despiadado de Venecia, las exigencias cada vez más exageradas de los
gobernantes y, finalmente, las invasiones turcas, con su cortejo de miserias y postraciones, llevaron a la
crisis el reclutamiento de dotaciones dálmatas. Los venecianos enviados a Dalmacia lo vieron muy
claramente y se lo advirtieron al gobierno.

A su vez, el Capitan in Golfo Pandolfo Guoro, en su informe del 1556 a la Señoría, trazó un cuadro
conmovedor de Dalmacia: "Las dificultades para reclutar tripulaciones para la flota son enormes ... ¡La
vida ha llegado a ser muy cara y los salarios quedaron los mismos! Antes volvía [el marinero a su pueblo]
con plata, ahora con los bolsillos vacíos y envejecido. ... La gente emigrará y la República perderá mucha
 población."

Y, ¿Zadar? Sus murallas no valían nada. Viejas y podridas. Habría que renovarlas. En 1556, Girolamo
Dolfin, decía que la ciudad no tenía guardia de noche y que la dotación era insuficiente. Lo mismo
señalaba para &ibenik. Split, en 1557 era una ciudad muy indefensa. Kotor estaba en la misma situación.

En el 1558, Cristoforo da Canal, proveedor de la flota constató la escasez de tripulaciones dálmatas en la


marina veneciana, causada sobretodo por las últimas guerras y la consiguiente huida de la población a
Italia. Confeccionó una lista de toda la población desde Labin y Plomin (Istria) hasta Dulcinj
(Montenegro). El país tenía 103.000 almas de las cuales había que descontar 12.000 exentos de
obligaciones militares - especialmente del territorio de Zadar - y 73.000 entre sacerdotes, religiosos, viejos,
mujeres, hijas e hijos, quedaban sólo 18.000 para llevar armas. De esta cifra un quinto sólo podía servir en
la flota, otro estaba compuesto de nobles, otro de ciudadanos, otro de artesanos y un último de pescadores.
En resumen, sólo quedaban 3.600 hombres que el gobierno podía disponer para armar 22 galeras (!).

Casi al mismo tiempo, el comandante de una escuadra ligera, Fabio da Canal, constataba una gran
mortalidad en las tripulaciones dálmatas (300 a 400 dejaban sus huesos en Dalmacia). Según él, ello se
debía a que los comandantes obligaban a los marineros sudeslavos a realizar servicios rudos que no podían
soportar.

El síndico Antonio Diedo, algunos años más tarde, recordaba al Senado "que las murallas de las ciudades
[en Dalmacia] son débiles y poco seguras."

En 1560, el bailo (embajador) de Constantinopla, Marino Cavalli, informaba oficialmente al Senado


veneciano: " Es necesario vivir en paz con los turcos. Están animados de intenciones pacíficas, pues no
ignoran que la República se puede defender perfectamente. Para Dalmacia se puede estar absolutamente
seguros: Kotor, Trogir, &ibenik y Zadar, no pueden ser tomados por una flota débil. Un ejército
considerable no podría vivir en un país montañoso, falto de agua, sin vegetación, ni víveres. [Y, ¿los
romanos?] ¿Cómo alimentar una numerosa caballería? Esto es imposible. Por lo demás, hay buenas
fortalezas. Si son bien defendidas, resistirán..."

Sobre la situación en Dalmacia, el Rector de Split decía a Su Señoría en 1574: "Los dálmatas tienen
aguante. Son muy valerosos. Hay que confiar la defensa de esta provincia exclusivamente a la gente del
 país. Son personas sin miedo, que combaten fieramente, sobretodo cuando defienden el país que los vio
nacer. Muchos de los combates importantes se perdieron por la cobardía de los soldados italianos, como
 por ejemplo cuando cayó la fortaleza de Sasso, la torre de Salona y el Castillo del Arzobispo. Los
habitantes de Split lloraron como niños y se disponían a masacrar a los italianos. Los splitanenses decían
sollozando: "Pero ¿por qué no nos confiaron a nosotros la guardia de estas fortalezas? No habríamos huido.
Habríamos muerto con nuestras mujeres y niños para dar un ejemplo al mundo entero. "El territorio está
abandonado. Se mantiene mal. El hambre reina. La gente no piensa más en el mañana. Se les entrega trigo,
sal y otros artículos, pero en cantidad insuficiente."

 Nicolò Tommaseo (1802-1874), "traidor" a Austria y patriota italiano nacido en &ibenik, al referirse a esa
época, escribió: "Triste época. La tierra pertenece a poca gente, a los que no trabajan. El hambre y las

 
 

enfermedades extrañas deciman la población por todas partes. Esto, en tiempo de paz. En tiempo de guerra,
los males se agravan. Los gastos exagerados, la pérdida de territorio y la disminución del número de
agricultores, provocan el hambre. La nueva delimitación de la frontera, hace que los colonos y agricultores,
desciendan con sus familias sobre el litoral, en demanda de caridad. Es entonces cuando se puede ver de
qué manera la República se interesaba por la suerte del fiel pueblo: lo que Venecia festejaba como paz,
 para los empobrecidos dálmatas era peor que la guerra."

En los testimonios citados hay ciertamente una parte de exageración, pues algunos éxitos, como los de
Lepanto, Morea y Túnez, atestiguaron que la antigua llama no se había extinguido por completo en los
corazones venecianos. Pero también hay otra gran parte de verdad. El lujo y el gozo desenfrenado de los
 bienes materiales, contribuyeron en mucho a debilitar la potencia militar de los venecianos. Los venecianos
que se habían apoderado del Imperio Romano de Oriente, no eran los del siglo XVI. Las tropas y los jefes
eran mercenarios extranjeros. Los únicos que permanecían fieles a Venecia eran los sudeslavos. Así los
venecianos le echaban flores a Dalmacia y en una memoria del año 1577 se puede leer. "El nervio de todas
las fuerzas de Su Señoría se encuentra en Dalmacia, de ella depende nuestro señorío marítimo, es en ella
que se funda la seguridad del Estado y por lo tanto de toda Italia ... La Señoría obtiene un beneficio
inmenso de Dalmacia, gracias a los sacrificios que sus hombres sobrellevan en aras del incremento de la
fuerza naval del Adriático. "

Ese era el estado deplorable en que se encontraba la defensa de Dalmacia en el siglo XVI.

Ocupación militar
En Dalmacia, el período 1515-1526 transcurrió en un desamparo sin nombre, a pesar de los importantes
hechos de armas del obispo y ban de Croacia, el dálmata Petar Berislavi$ (1513-1520), que llegó a ser el
terror de los otomanos. Los turcos no daban a Dalmacia ni tregua ni reposo. Se atrevieron avanzar hasta las
 puertas de Trogir, pero fueron rechazados por una escuadra veneciana. Zadar, Klis, Skradin fueron
hostigadas. Esta última comuna se resignó a pagar un tributo a los turcos. Klis y Skradin solicitaron el
 protectorado veneciano, pero la República declinó la invitación para no indisponerse con los turcos. La
 población totalmente abandonada, se defendía como podía.

Después del 21 de Septiembre de 1520 ocupó el trono otomano Solimán II el Magnífico (1520-1566). Con
él la amenaza turca aparece en toda su magnitud. El rey de Hungría envió a Venecia un emisario para
solicitar ayuda contra el Sultán. El enviado húngaro expuso la necesidad de unirse contra los turcos.
Insistió en dos hechos decisivos: El primero, que, si la cristiandad hubiese acudido en ayuda del emperador
Constantino XI, cuando se produjo la ofensiva de Mahomet II contra Constantinopla, el Imperio Bizantino
no se hubiese derrumbado y habría garantizado seguridad a Hungría y a toda la cristiandad contra todo
 peligro; el segundo, que la existencia de Hungría era necesaria para la independencia de Venecia y de sus
dependencias. Una vez perdido el Reino de Hungría no habría obstáculo para una invasión de Austria y
Alemania, como también de los Estados venecianos. La defensa común debía ser el fruto del esfuerzo de
todos. El Senado no sabia que partido tomar. Los asuntos occidentales absorbían toda su atención. Pero el
 peligro turco estaba presente.

En 1521, Belgrado fue conquistado y la isla de Rodas en el Mediterráneo, emporio veneciano, tuvo que
capitular. El gobernador general de Dalmacia enviaba a Venecia un informe sobre el estado desastroso de
Dalmacia. La población continental bajó de 60.000 a 5.500 habitantes. Esperaba que todos los refugiados
en Italia volviesen a sus hogares. Propuso la construcción de nuevas fortalezas. Entregó una lista de las
fortalezas que retenían los turcos: Novigrad, Nadin, Vrana. En el entretanto, los turcos ya habían ocupado
 Nin y Skradin en 1522. Las otras seguirán. El 28 de mayo de 1522, la fortaleza de Knin capituló. En 1523
conquistaron Sinj y Ostrovica. Sólo Klis se mantenía, defendido por Petar Kruxi$. La indolencia de la corte
de Buda hace que los barones croatas se dirijan cada vez más al austríaco Archiduque Fernando, quien los
incorporó a su servicio y les prestó una pequeña ayuda. En 1525 cayo el castillo de Skerda en el Canal
Morlaco y en 1527 Obrovac. Así una parte de Croacia cayó en manos turcas, cuyas fuerzas incursionaron
hasta las fronteras de Venecia. La República comprendió que la situación había cambiado. A pesar de
haber confirmado la paz con Solimán en 1523, pensó en tomar medidas para reforzar las defensas de sus
ciudades dálmatas y el recrudecimiento de la piratería en el Adriático, cuyo centro se desplazó desde

 
 

Dalmacia central hacia Dürres en Albania. Los piratas turcos se atrevían incursionar hasta Boka Kotorska.
Se desplazaron galeras a la zona y se reforzaron sus defensas costeras..

Venecia y el Adriático, según los gobernantes que sesionaban en la proximidad de la iglesia de San
Marcos, eran un todo indivisible. Venecia ejercía celosamente el dominio del Adriático, donde, antes del
1523 no mantenía una fuerza permanente. Ese año el Senado tomó la decisión, motivada por las
incursiones cada vez más frecuentes de los turcos en Lombardia, estacionar cuatro galeras en las aguas
dálmatas. Su jefe llevaría el título de Capitán del Golfo [Se refiere al Golfo de Venecia = Mar Adriático] y
su misión era custodiar Dalmacia y garantizar la libertad de navegación en el Adriático. Estaba
subordinado al Capitán General del Mar (Almirante Jefe) y al Proveditore dell ! Armata , una especie de Jefe
del Estado Mayor de la Marina.

El año de 1526 los turcos invadieron la región de Vinodol en el litoral croata, lo cual produjo el éxodo de
su población a Italia. Por otro lado, los fugitivos croatas principian a establecerse al norte de Zagreb. Así
muchas ciudades croatas se desarrollarán en Eslavonia. Croacia quedó tan reducida que era considerada
una "reliquia de las reliquias" del Reino de Croacia. La mayor parte de Croacia fue conquistada. Dubrovnik
salvó su independencia gracias a sus importantes relaciones comerciales con los turcos. El almirante turco
Kayredin Barbarroja penetró un instante en el Adriático, pero fue expulsado por una escuadra de
Dubrovnik. En 1527 cayó en poder de los turcos Obrovac. Todos los esfuerzos del enemigo se
concentraron entonces en los alrededores del castillo fuerte de Klis, la llave estratégica de la Dalmacia
marítima. La fortaleza de Klis dependía de Fernando I.

En el 1531, Solimán II se atribuyó la soberanía de una parte de Dalmacia. Disponía de la pequeña


República de Poljica como de su propio bien. Nombró a un veneciano como su gobernador, cediéndole al
mismo tiempo Sinj y el castillo fuerte de Klis que pertenecía a Fernando I. Petar Kruxi$, defensor de los
derechos de Fernando, no lo entendió así. Hizo oposición abierta a los turcos que Venecia protegía con la
intención de apoderarse de Klis y eliminar a Fernando con la ayuda de los turcos. Jamás Venecia había
 jugado en Dalmacia una papel más sucio. Kruxi$  solicitaba a Venecia víveres y municiones, a lo que el
dogo Gritti le contestaba: "Piero, ¿quieres enredarnos con los turcos?".

Los turcos se apoderaron de lo que quedaba de Salona y levantaron allí una fortaleza para hostilizar a Klis.
En el mes de Mayo de 1532 se produjo una comedia: Klis, que estaba en poder de los austríacos, se entregó
a representantes de Venecia y éstos lo cedieron a los turcos. A las pocas semanas los echaron y recibieron
en triunfo a Kruxi$. La guarnición turca que se encontraba en Klis fue masacrada. Kruxi$ se apoderó de la
fortaleza de Salona y la incendió. Solicitó ayuda a Fernando. Nada. En Enero de 1533, una tregua fue
firmada entre Fernando y Solimán, lo que no impedía a los turcos asediar Klis. Treinta y tres asaltos
fracasaron. El 4 de Julio de 1534, levantaron el sitio. Fernando I y su hermano Carlos V, con la esperanza
de asentar una paz más estable con el Sultán, enviaron una misión a Constantinopla. No consiguieron nada.
La fortaleza de Vrana, glorioso castillo de los Templarios, no pudo resistir a los turcos. Pasó a su poder en
el 1533. Igualmente Kli#evac.

Venecia continuaba con su política de colusión con los turcos. Acusó a Kruxi$  ante Fernando de querer
 provocar una guerra contra los turcos. El defensor de Klis alegó su causa y Fernando tuvo, muy a su pesar,
que renovarle amistad (29 de Febrero de 1536), pidiéndole no incitar una guerra entre Venecia y los turcos,
 pero manteniendo Klis. Le prometió abastecimientos. Kruxi$ convencido de la inacción del Rey, se dirigió
una vez más al Papa para obtener ayuda. Fernando en ese entonces se encontraba en una situación
extremadamente delicada. Los turcos habían invadido Croacia, que pasó casi por completo a sus manos. La
ciudad fuerte de Poxega, en Eslavonia, tuvo que capitular (Agosto 1536). Los turcos se llevaron 60.000
hombres.

El sandjak beg de Bosnia, Husrevbeg, después de haber conquistado y apaciguado Eslavonia, se dirigió a
Klis (31 de Agosto 1536). Los turcos cortaron todas las comunicaciones de la fortaleza con Split y el mar.
Kruxi$ no estaba allí. Fernando enviaba sólo mensajes y más mensajes. Los habitantes de Klis tuvieron un
consejo, ¿qué hacer? Finalmente en Marzo del 1537 Fernando envió 3.000 soldados alemanes. En la noche
del 11 al 12 de Marzo, un pequeño ejército compuesto de croatas, italianos y alemanes desembarcó en

 
 

Salona, próximo a Klis. Fueron descubiertos, se desordenaron y huyeron. Kruxi$  fue capturado y
decapitado. El aga de los jenízaros paseó la cabeza de Kruzi$ frente a sus muros. La reducida guarnición de
Klis seguía resistiendo. Sin agua, sin víveres, casi sin municiones y a la vista del sangriento trofeo, Klis
capituló el 12 de Marzo de 1537. Los futuros uscocos, que defendieron heroicamente la fortaleza,
depositaron en la catedral de Senj sus llaves.
Primera Santa Alianza contra los turcos
La tercera guerra contra los turcos, de la cual la caída de Klis fue el preludio, empezó antes que los trabajos
de defensa estuviesen completados. La flota turca, reforzada con naves francesas, empezó el 24 de Agosto
de 1537 los ataques contra Corfu y Omi#. También penetraron en Boka Kotorska. Venecia ocupó Skradin.
Una operación naval en el Canal Morlaco, no tuvo éxito. Durante el Invierno tuvo lugar una intensa
actividad diplomática para organizar una resistencia cristiana común contra los turcos

El fracaso en la contención de los otomanos y la caída de Klis, que fue un acto criminal de Venecia,
repercutió dolorosamente en Roma. El papa Paulo III (1534-1549) lanzó un llamado a la cristiandad para la
defensa de la fe. El llamado del Papa no cayó en el vacío. Se formó una liga en Roma entre Paulo III,
Carlos V, Fernando I y Venecia (8 de Febrero de 1538) La guerra de esta primera "Santa Alianza" estalló
casi de inmediato.

Fernando tenía que iniciar la campaña en Hungría, lo que se guardó bien en no hacerlo. El año anterior sus
ejércitos habían sido derrotados por los turcos y toda la Eslavonia cayó en su poder. Todo dependía de lo
que podía pasar en el mar. Venecia dispuso 200 galeras, 160 para custodiar el Adriático, ya que se pensaba
que Kayredin Barbaroja podía atacar Dalmacia y Venecia, las otras 40 irían hacia Corfu para mantener
comprometidas las poblaciones.

Por primera vez en la historia la neutralidad de la República de Dubrovnik pasó a la orden del día. Se
enviaron instrucciones a los capitanes generales venecianos de tomar, en sus dos puertos, Dubrovnik y
Grux, todos los navíos que allí se encontraren y ponerlos a la disposición de la República. Era una
violación manifiesta de la soberanía y neutralidad de Dubrovnik. Venecia insistía en que Dubrovnik debía
unirse a la Alianza, aunque el acto la expusiera a las represalias del Sultán y probablemente a su ruina
definitiva. El Papa garantizó la neutralidad de Dubrovnik. La política francófila del arzobispo de
Dubrovnik, el milanés Filipo Trivulce, irritó a los aliados. Pero todo se apaciguó y no impidió al patriarca
de Venecia, comandante de las fuerzas navales pontificias, de abusar de la debilidad de Dubrovnik o más
 bien de su neutralidad desarmada, y asolar una parte de su territorio. Invitado Dubrovnik a cooperar al
diezmo acordado por el Papa a los confederados, se negó escudándose en su neutralidad

En el mes de Marzo de 1538, los turcos empezaron su campaña con 100.000 hombres y 400 navíos. El
comandante de las fuerzas navales venecianas empezó a organizar la defensa de Dalmacia. Barones croatas
fueron enviados a &ibenik. Pronto se vio que la desorganización era enorme. Las tropas venecianas
reclamaban su paga. Camilio Orsini, nombrado generalísimo en Dalmacia, le decía al gobierno que si no
 podía hacer la guerra entonces debía hacer la paz. Orsini insistía por una concentración de fuerzas
considerables en Dalmacia. El país no podía ser defendido por el envío de pequeños "paquetes" de
soldados. El sólo disponía de 4.000 infantes y 100 jinetes croatas. Sin embargo, reconquistó Obrovac.
Francisco Barbaro, el otro general veneciano, asolaba el territorio de Zadar ocupado por los turcos. Las
fortalezas de Nadin y Vrana cayeron en poder del enemigo por traición y flojera de los combatientes
venecianos. Uno de los comandantes fue tomado prisionero y decapitado, el otro murió anticipadamente.
Los turcos llegaron hasta Zadar. Se nombró entonces generalísimo a Esteban Trevisan, gobernador general
de Dalmacia, quien rechazó el cargo. El dogo Gritti constató con dolor que el patriotismo veneciano había
decaído. En su lugar enviaron a Alvisio Badoer, provisto de plenos poderes. La verdad es que los dálmatas
habían sido dejados a su suerte. El Castillo Vernier, cerca de Trogir, fue abandonado por los soldados
italianos, pero heroicamente defendido por los "esclavones".

El Senado discutía la campaña en Dalmacia. Unos eran partidarios de continuar la lucha y otros se
inclinaban por la paz. El tesoro público estaba vacío. Había que pagar a las tropas mercenarias, de otra
manera saquearían al país. El Emperador y su hermano no se movían. Venecia estaba real y nuevamente
sola.

 
 

Había que hacer algo. Decidieron desalojar a los turcos de la villa fortificada de Hercegnovi situado a la
entrada de Boka Kotorska. Andrea Doria, comandante de la flota española, la atacó. Hizo entrar la flota por
el estrecho canal que separaba el territorio de Dubrovnik del macizo montañoso zetano del frente. Abrió el
fuego. Los marinos dálmatas tomaron por asalto la villa y la guarnición turca se rindió (27 Octubre). Se
izaron tres pabellones: el del Imperio, el del Papado y el de Venecia. Los españoles que llegaron tarde, de
todas maneras saquearon el territorio en violación flagrante de la neutralidad de Dubrovnik. Poco después
Doria cedió todos sus derechos sobre Hercegnovi a los venecianos contra una fuerte indemnización. Desde
Francia, Francisco I incitaba al Sultán a retomar Hercegnovi, lo que finalmente hizo diez meses más tarde.
En esta ofensiva Kotor resistió, pero Risan no. Sin embargo el 17 de Agosto del 1539 los turcos
abandonaron Boka Kotorska.

El Sandjak de Klis, intentó una ofensiva contra Split. Toda la flota veneciana, bajo el mando de Gerónimo
Zane, se concentró en las aguas de Zadar. La fortaleza de Zemunik cayó en poder de los turcos. Novigrad
resistió. Dubrovnik temblaba y se fortificaba. El almirante turco Karahodja penetró en el Adriático y
sorprendió a Dulcinj, Budva y Bar, que fueron en parte incendiadas. La población dálmata se armó. Las
mujeres predicaron con el ejemplo. En Rogoznica, armadas de remos, vencieron a los turcos y dejaron
escapar a uno solo. Al año siguiente en Kor %ula, las mujeres, disfrazados de hombres, tomaron las armas
que los oficiales y soldados venecianos habían abandonado, pusieron en posición algunas piezas de
artillería y rechazaron a los turcos que, con 15 galeras, asediaban a la ciudad confiada por la República a
una guardia de mercenarios. Salona volvió a caer en poder de los turcos con el castillo Sasso cobardemente
abandonado por una guarnición italiana. Ettore Torn no pudo retomar Klis. Astore Visconti asolaba el
territorio turco de &ibenik. Ésta ciudad y Zadar resistieron todos los ataques turcos.

En Venecia se habló de nuevo de una paz separada. Los turcos sufrieron una derrota frente a Kotor. La
flota turca dejó el Adriático. Venecia redujo su guarnición en Zadar de 3.000 a 800 infantes y ordenó a su
gobernador general de terminar rápidamente las fortificaciones de Zadar, &ibenik y Kotor. Negoció con el
turco sintiéndose abandonada y engañada por sus aliados. Firmó un armisticio en Marzo de 1539.

Tomás Contarini fue enviado a Constantinopla a negociar la paz. Los turcos pidieron todos los territorios
comprendidos entre Kotor y las últimas posesiones venecianas en el Levante. Las negociaciones fueron
interrumpidas. El 27 de Diciembre las retomó Badoer, ahora gobernador general de Dalmacia. Tuvo que
aceptar entregar Nauplia y Malvasia, en la costa oriental del Peloponeso y Risan en Boka Kotorska. Pagar
una indemnización de 300.000 ducados a título de reparaciones. Pidió en contrapartida la restitución de las
 plazas fuertes de Nadin y Vrana, lo que no fue aceptado. Vrana fue convertida en una lujosa residencia de
un aga. Nueva interrupción. Entonces los turcos rodearon Zadar. Finalmente se firmó la paz el 2 de
Octubre de 1540, que fue durante 40 años oficialmente respetada, lo que no impidió a los turcos continuar,
como de costumbre, sus incursionas en el territorio dálmata. El Tratado de Paz de 1540, confirmó a
Venecia las ciudades del litoral dálmata.

Dalmacia continental pasó a ser en gran parte una sandjak (provincia) turca, con un sandjakbeg
(gobernador de una provincia) residente en Klis, plaza fuerte a dos horas a pie de Split y donde el muzein
evocaba a Alá en sus varias oraciones diarias. La población se sentía perdida. Estos acontecimientos
 provocaron una emigración masiva de la población de Dalmacia Turca a las ciudades, las cuales
empezaron a perder así definitivamente su carácter latino. A los morlacos e istrianos se le ofrecieron tierras
 para repoblar los territorios abandonados. Venecia dispuso naves para repatriar de Italia a los emigrados. A
 pesar de todo esto, el interior quedó muy despoblado. Los franciscanos de Bosnia iban de vez en cuando a
llevarles el consuelo de la religión a los que permanecieron en sus tierras. Celebraban los santos misterios
en los cementerios y secretamente impartían los sacramentos. ¡A esto fue reducida Dalmacia bajo el
régimen incapaz de defenderla! Únicamente las villas del litoral se beneficiaron con la presencia de la flota
veneciana. Venecia cuidaba, más que nada, su comercio.

Las fuerzas navales, desde siempre, representaron la fuerza y la gloria de la República. Es sobre ellas que
se fundó la grandeza del talasocracia veneciana. Potencia marítima por excelencia. Sin ella, es casi seguro
que Europa, amenazada en su civilización por la conquista otomana, habría sufrido un irremediable

 
 

desastre. No será sino hacia los fines del siglo XVII que las campañas de los imperiales austríacos harán
retroceder a los turcos desde Viena hacia los Balcanes.

El período 1540-1570 fue, sin dudas, el más cruel y triste de la historia milenaria de Dalmacia. La
República seguía mejorando las defensas de sus ciudades sobretodo de Salona que se volvería a enfrentar a
los turcos. Paso a paso, se acercaba un nuevo y grave conflicto, la guerra de Chipre.

Segunda Santa Alianza contra los turcos


El 17 de Febrero de 1568 el sultán Solimán concluyó un armisticio con Maximiliano Habsburgo. Entonces
Venecia sintió que ahora venía su turno e incrementó su vigilancia. Efectivamente, el 13 de Enero de 1570
empezó la Guerra de Chipre (1570-1573), con la toma de naves venecianas en aguas de esta isla. Ya, el 24
de Febrero, los turcos incursionaron en los territorios de Zadar, Split y Knin. Nin fue evacuada e
incendiada el último día de ese mes. Un ataque turco lanzado desde Klis sobre Split fue repelido, al igual
que otro en los campos de &ibenik, sobretodo sobre Rogoznica. Hubo provocaciones, emboscadas y
ataques sorpresivos. Sin embargo, el año transcurrió sin que tuvieran lugar grandes operaciones contra las
ciudades fortificadas. Venecia necesitaba aliados. Entonces estableció contactos con los uscocos, los
refugiados armados de la Dalmacia Turca, quienes, al igual que los antiguos neretvanos, entrababan la libre
navegación veneciana en el Adriático atacando y saqueando sus naves con tanto éxito que la flota
veneciana no podía evitarlo.

Dalmacia fue salvada por una nueva cruzada de la que todavía se llamaba cristiandad. Venecia impotente
 para hacer frente a toda la formidable ofensiva musulmana, concluyó una nueva alianza con el papa Pío V
(1566-1572) y el rey de España Felipe II, a la cual se asociaron el duque de Saboya y la Orden de Malta.
Fue la Segunda Santa Alianza. Las negociaciones concluyeron el 20 de Mayo de 1571.

Un ataque turco contra Kor %ula tuvo lugar en Agosto de 1571. El 15, de madrugada 20 galeras turcas con
2.000 soldados, asediaron la isla. Se repite la historia. El gobernador general veneciano Antonio Balbi se
fugó a Venecia. La defensa la organizó el sacerdote Antun Ruxi$  con 158 hombres y mujeres y niños.
Después de dos días de sitio, los turcos desistieron del ataque. Eso si que destruyeron e incendiaron las
 principales villas de la isla. Algunos de sus habitantes pensaron en emigrar.

Durante el invierno 1571/1572 la guerra continuó lenta y agotadamente. El almirante veneciano,


Sebastiano Vernier, entró en Boka Kotorska en la primera quincena de Julio con el propósito de tomar
Hercegnovi, pero la fortaleza resistió. Regresó a Dubrovnik el 15 y siguió a Kor %ula, Hvar, Split, Trogir y
&ibenik para conocer sus necesidades militares. Durante Julio operó en territorio zadarino, aventurándose
hasta Novigrad y Zemunik, mientras el Comandante del Golfo atacaba y capturaba Skradin, que en esa
oportunidad fue arrasado y quemado hasta sus cimientos y luego abandonado. Intentó capturar Klis. A
 principios del mes siguiente volvió a Venecia.

La Segunda Alianza tuvo más éxito que la primera, pero sólo en su comienzo. Don Juan de Austria, fue
 puesto al frente de la más formidable flota vista hasta entonces. Venecia armó 114 galeras, España 103, el
Papa 12, el Duque de Saboya 4 y Malta 3. Dubrovnik obtuvo de nuevo una declaración solemne de
neutralidad, a pesar de la fuerte oposición de Venecia, lo que no le impidió proporcionar secretamente 30
naves de transporte, que, en caso de necesidad, se podían transformar en navíos de guerra. Dalmacia tuvo
el honor de contribuir a esta lucha suprema contra el infiel con una escuadra propia. A pesar del estado de
desolación, participó con 7 galeras - Rab, Cres, Krk, Hvar, Trogir, &ibenik y Kotor - (con lo cual la flota
aliada llegó a 243 navíos). Los turcos disponían también de una flota considerable: 273 navíos de los
cuales 210 eran galeras, bajo el mando del almirante Alí Pasha.

Las dos flotas se encontraron al alba del 7 de Octubre de 1571, a la entrada del golfo de Lepanto. Se
combatió desde la mañana hasta la tarde. La flota turca fue destruida y si no es por una maniobra
fuertemente sospechosa de traición del genovés Andrea Doria, comandante del ala derecha, que se abstuvo
de combatir, dejando salir la escuadra argelina, ninguna galera turca se habría escapado del desastre. La
noticia de la victoria fue celebrada en toda Dalmacia. La batalla de Lepanto fue el primer gran
debilitamiento de la potencia turca. Zadar la recibió en la mañana del 16 de Octubre y lanzó todas sus

 
 

campanas al vuelo y 109 cañones celebraron la hazaña. Al día siguiente se realizó una multitudinaria
 procesión.

La guerra no terminó con la batalla de Lepanto. Las operaciones continuaron en Dalmacia. Entre 1570 y
1573 todas las ciudades o islas que se señalan, habían sido saqueadas por los turcos: Kor %ula, Hvar, Rab,
Pag, Vis, Arkandjel, Zirije, Kornati, Rat Veli, Molat, Skerda, Premuda y Susak. Sin embargo la muerte de
Pío V y la política mezquina de Felipe II, preocudo sólo de sus intereses en Flandes, rompió la Santa
Alianza. Las negociaciones llevadas a cabo en Constantinopla por el embajador veneciano, condujeron a la
firma del Tratado de Paz firmado el 8 de Marzo de 1573. Una vez más Venecia sufrió serias pérdidas
territoriales. Tuvo que ceder Chipre. En Dalmacia perdió Zemunik, Salona y la fortaleza de Sasso. Las
enormes pérdidas, frustraron a Venecia de todas los frutos de la victoria de Lepanto. Hay que constatar un
hecho curioso, triunfante en tierra o en mar, Venecia siempre tuvo que saldar sus victorias con pérdidas.

Fueron establecidos los límites territoriales más estrechos de Dalmacia bajo dominación veneciana. La
 provincia fue reducida a las islas y sólo a las mayores ciudades del litoral junto con sus distritos rurales que
no penetraban más de 10 kilómetros al interior. &ibenik hasta el castillo Andrés, Zlosela y Vrpolje; Trogir
hasta Suhodol, Trilokve y Radi#i$; Split hasta Salona y Kotor hasta la punta de Lu#tica por un lado y
Dobrota por el otro. El territorio de Zadar fue el único que mantuvo una dimensión de importancia. Según
el acuerdo del 20 de Julio de 1576, retuvo el territorio entre Posedarje y Pako#tane.

Durante los años de Lepanto, se sufrió la peor crisis económica y demográfica. En esta época no tiene
sentido de hablar de población rural en Dalmacia, ya que o bien había emigrado o se había refugiado en las
ciudades. No había campos cultivados, ni rebaños, ni pesca, no se producía sal, no se realizaban ferias y no
había comercio. Los únicos artículos agrícolas eran los provenientes de Venecia y de Apulia. Pero, a pesar
de la difícil situación, la victoria de Lepanto insufló una gran fuerza y esperanza en Dalmacia. El pueblo,
especialmente, los imaginativos y poéticos habitantes de Split, tejieron leyendas en torno a la batalla que,
 prácticamente, constituyeron una epopeya.

Los uscocos
Después de la caída de Bosnia (1463) y Hercegovina (1482), parte de su población, sobretodo de credo
católico, al no querer someterse a los turcos, buscó refugio en las regiones vecinas de Eslavonia, Croacia y
Dalmacia. Se denominaron en Dalmacia uscocos (uskok   = refugiado, pl. uskoci, del verbo usko;iti = huir
de, buscar refugio). Existieron numerosos grupos de uscocos, más o menos organizados. El más conocido
es el que se originó, principalmente con refugiados de Bosnia y Hercegovina, en los alrededores de Klis en
los años 1530. El capitán de Senj Petar Kruxi$ los acogió. Con Klis, como base de operaciones, los uscocos
incursionaban en los territorios ocupados por los turcos. Como esta situación era insostenible, los otomanos
decidieron conquistar Klis, lo que hicieron el 12 de marzo de 1537. Después de esta derrota, los uscocos se
trasladaron a Senj, asiento de la Capitanía austríaca de la Krajina Croata, generalizando así el nombre de
uscocos en la parte nororiental del Adriático. Juraron vengar Klis, sus hogares y las tumbas de sus padres
destruidas por los implacables turcos. En Senj permanecieron, por más de ochenta años.

Los refugiados en Senj, establecieron una comunidad dispersa sobre las olas que llevó el nombre vago y
colectivo de uscocos. Una nueva Iliria, en pleno siglo XVI, con jefes audaces no sujetos a ninguna
reglamentación internacional. Sin embargo no constituían ni una tribu ni pertenecían a una sola etnia. Así
había uscocos croatas católicos, serbios ortodoxos e incluso italianos (venturini), siendo mayoritarios los
 primeros. Los uscocos conocían en detalle la región al sur de Velebit. Recibían mensualmente una paga,
que generalmente les llegaba tardíamente. Así que tuvieron que crearse sus propios recursos. Comenzaron
una guerra de guerrillas contra los turcos en tierra firme y la piratería en el mar. El botín del saqueo era su
financiamiento.

Los uscocos cazaban a los turcos. Sobre pequeños y ligeros navíos, inauguraron una piratería desenfrenada
contra los navíos turcos, provocando contra Venecia la ira de la Sublime Puerta. Pero la verdad es que
 pirateaban igualmente los navíos venecianos. Tenían la audacia de los ilirios en su lucha contra los
romanos. A Venecia le fue muy difícil convencer a la Puerta que ella no era aliada de los uscocos. Sin
embargo, cada vez que Venecia entraba en guerra contra los turcos, los apoyaba. Cuando Venecia firmó la

 
 

 paz con los turcos en 1540, la Puerta le exigió enérgicamente que suspendiera su ayuda a los uscocos.
Desde entonces aumentaron las escaramuzas venecianas contra los uscocos, como en el siglo IX cuando los
dogos combatieron a los neretvanos.

Para las potencias europeas, Venecia era la responsable por todo lo que sucedía en el Adriático. Era la
 policía marítima del Adriático. Pero Venecia, por primera vez en su historia, no podía hacer nada decisivo
contra los uscocos, ese puñado de hombres que despreciaban la muerte. Sólo pudo dirigirse el rey
Fernando, ya que las localidades habitadas por los uscocos estaban ocupadas por Austria. Fernando se
 preocupó un instante de las reclamaciones venecianas. Dio orden de destruir los navíos uscocos, orden que
nunca se cumplió. En la corte vienesa estaban encantados con las dificultades en que se debatía Venecia.

Los primeros ataques venecianos contra los uscocos corresponden al año 1557. Por primera vez Venecia
ordenó a su Capitan in Golfo bloquear el puerto de Senj. Venecia principió a asumir el costo de policía de
la libertad de navegación en el Adriático. En 1566 los uscocos se volcaron contra Venecia, por cuanto los
venecianos protegían a los turcos ¡Duro con los venecianos! El hijo de Fernando, el archiduque Carlos,
desde Graz gobernaba como vicerrey una gran parte de los estados hereditarios de la Casa de Austria:
Estiria, Carniola, e Istria, además la Krajina Croata con su litoral. Los uscocos dependían formalmente de
su jurisdicción.

La piratería uscoca se extendía a todos los ribereños del Adriático. A la larga llegó a ser intolerable. El
número de las naves capturadas a los venecianos era enorme. Era evidente que el pabellón de San Marcos
no era ya capaz de proteger sus intereses comerciales frente a otras potencias. Venecia reclamaba
inútilmente a Graz. A partir de la paz venecianoturca de 1573, la amistad encubierta entre venecianos y
uscocos se terminó.

Antes de Lepanto, las acciones de los uscocos nunca afectaron seriamente el equilibrio político en el
Adriático o causaron complicaciones internacionales. Durante la guerra de Chipre, al contrario, Venecia
hizo uso de sus tropas. Después de la paz de 1573 les propuso establecerse en Nin e Istria para que llevasen
una vida pacífica. Pero los uscocos estaban acostumbrados llevar una vida de guerreros y corsarios, así que
 prefirieron volver a los territorios imperiales y empezar de nuevo su vida de saqueos. Venecia alternó
severas medidas con cierta tolerancia de sus actividades. En cambio fueron los turcos que manifestaron su
intención de no tolerar el daño que provocaban y continuamente reclamaron a la República por sus
obligaciones de guardián del Adriático. Venecia diplomáticamente declinaba responsabilidades. Les
recordaban los términos de la tregua entre Maximiliano II y Turquía por la cual el Emperador se obligaba a
no apoyar, ayudar o proteger a los uscocos en Senj. Entonces los turcos protestaron a Austria.

La situación se arrastraba hasta que los turcos declararon la guerra a Austria en el 1591. El pasha de Bosnia
resolvió a marchar sobre Senj y la Puerta enviar su flota al Adriático. La República tomó una enérgica
resolución. El 13 de Mayo de 1592 nombró un  Proveditore contro Uscocchi y le entregó una fuerza naval
 para bloquear las costas de Austria y principiar a atrapar las naves piratas. Los turcos interpretaron este
gesto como de colaboración y ofrecieron conversaciones. Cuando pasó el peligro de guerra contra los
turcos, la Signoria declaró que sus relaciones con Austria no le impedían invadir los territorios bajo el
dominio de los turcos.

Entre 1591 y 1593, Austria y España empezaron a jugar un rol en detrimento de Venecia. Eran los años en
que se discutía la libertad de los mares. Se disputaba el señorío de Venecia en el Adriático. Austria y
España dominaban en casi toda la Península Itálica y penetraban en los Balcanes y el Mediterráneo.
Venecia buscó acuerdos con el ducado de Saboya para mantener sus territorios e impedir a los Habsburgos
expandirse en Dalmacia y en el Este de Europa. En 1596 las tropas imperiales no pudieron retomar Klis, en
1604 Venecia ocupó la isla de Lagosta y en 1610 planeaba ocupar Dubrovnik.

En medio de estas maniobras los uscocos pirateaban en gran escala. Los corsarios penetraban en aguas
neretvanas y dubrovnicanas. Naves papales y dubrovnicanas al igual que venecianas y turcas eran asaltadas
y hundidas. Se crearon grandes almacenes de depósito en Senj y Rijeka. El comercio florecía. La piratería
se multiplicó. Los piratas ya no eran sólo eslavos, sino también había maleantes, bandidos, ex convictos y

 
 

toda clase de hombres desesperados que afluían a Senj y a otros lugares de la costa dálmata. Su número
nunca sobrepasó los 2.000. Los uscocos pasaran a ser empleados regularmente por el ejército imperial.

En el invierno de 1576 los uscocos se lanzaron no sólo sobre venecianos y turcos, sino también contra los
dubrovnicanos. Se supo que la Sublime Puerta enviaría al Adriático una flota con la misión de incendiar
Rijeka y toda la región para eliminar el refugio de los uscocos, ya que los venecianos no podían controlar
la situación. Los venecianos se asustaron, pues su posición sufriría un deterioro. Entonces exigieron al
Emperador que interviniera. El Nuncio en Venecia, informó de todo esto al Papa, quien a su vez se dirigió
al Emperador, ya que con los turcos en Adriático sus Estados Pontificios correrían un riesgo enorme. El
Emperador envió una comisión a Senj, con la misión de normalizar la situación, incluyendo el pago de
todas las mensualidades adeudadas a los uscocos. La situación se aquietó. No se tienen noticias de
actividades uscocas durante el resto del año 1576, como tampoco para los años 1577 y 1578.

Entre 1580 y 1582, los uscocos acordaron con splitanenses y poljicianos una campaña para retomar Salona
y Klis. La Santa Sede estaba detrás de esta iniciativa. Por miedo de ser acusada de violar el tratado de paz,
Venecia intervino persiguiendo a los uscocos y poniendo precio a la cabeza de su jefe Djuro Dani;i$.
También se dirigió al emperador Rodolfo II. Al mismo tiempo ordenó al Capitano da Mar   establecer el
 bloqueo de la costa desde Rijeka hasta Senj. En el 1612, Rodolfo II murió en su residencia de Praga. Su
hermano Matías (1612-1619) fue coronado emperador. Sucedió a su hermano en los reinos de Hungría,
Croacia y Bohemia.

La Casa de Austria codiciaba el señorío del Adriático. No estaba molesta con ver a Venecia humillarse en
su propio elemento y debatirse sin éxito frente a los uscocos. El espectro de los Habsburgos, a su vez,
obsesionaba a los dogos. Venecia haría su tarea. &ibenik estaba secretamente al lado de los uscocos. Los
turcos fueron rechazados en Senj y los uscocos asolaron los alrededores de Obrovac y del Neretva,
incendiaron los suburbios de Klis. Los venecianos encerraron la flota uscoca en el canal de Murter. Se
escaparon a favor de la noche.

De repente, un suceso imprevisto colocó a Venecia frente a un dilema: castigar y vencer a los uscocos o
entrar en una nueva guerra contra los turcos en condiciones muy desfavorables. La comuna de Split no
toleraba más al sandjak de Klis. Volvió a lanzar un llamado a los uscocos. Se organizó una expedición. Un
noble de Split se colocó a la cabeza de un pequeño ejército donde figuraban no sólo uscocos sino también
republicanos de Poljica. Rodolfo les envió municiones. La expedición tomó un tinte austríaco. El
Emperador estaba contento. Pero los venecianos pusieron el contrapié al programa imperial y deseosos de
 probar a los turcos que no eran cómplices del Emperador, enviaron un destacamento de caballería a
 perseguir a los cristianos. Sin embargo la expedición contra los turcos fue coronada por un éxito completo.
Los uscocos, en número de 600, entraron de noche en la fortaleza. El 8 de Abril de 1596 la villa y el
castillo fortificado de Klis cayeron en manos de los cristianos y, con gran cólera de los venecianos, izaron
sobre los muros de la ciudad conquistada un gran estandarte imperial. Los venecianos inmediatamente
enviaron a sus mercenarios a combatir a los uscocos.

La alegría de los cristianos no fue de larga duración. Los turcos enviaron 15.000 hombres para reconquistar
Klis. Los venecianos estaban encargados de obstaculizar a los cristianos. Para Venecia era conveniente
mantener allí a los turcos y después se verá. A pesar de los refuerzos que llegaron a mando de un general
imperial, la falta de toda disciplina de los uscocos perjudicó las operaciones. Después de ataques y
contraataques, los cristianos se llevaron la peor parte. La guarnición capituló y salió con honores militares.
Los turcos se vengaron en los que simpatizaron con la causa imperial y los venecianos castigaron, a su vez,
con rigor a los splitanenses que habían manifestado su adhesión al Emperador en su calidad de Rey de
Hungría y Croacia.

Los uscocos juraron vengarse de la pérfida Venecia. Saquearon Rovinj en Istria a la vista de la flota
veneciana (1597). Desde ese momento la lucha se generalizó. Los uscosos reforzados hacían temblar a
Venecia y aniquilaban su comercio. Se los nombraba con los epítetos más injuriosos, pero siempre en
relación a la Casa de Austria. Un anónimo del siglo XVIII escribió "...Se olvida que es debido al coraje de
estos mismos uscocos a los que los venecianos deben agradecer que los turcos no llegasen a ser dueños

 
 

absolutos del territorio croata de Senj, Lika y Krbava, mientras que los venecianos no han sabido hacer
nada ya que los turcos se encuentran dueños de Nadin y Zemunik a las puertas de Zadar y de Skradin,
 puerta de &ibenik." El papa Gregorio XIII también los subvencionaba. Cuando Sixto V les suprimió el
subsidio, los uscocos volvieron a la piratería.

Ahora Venecia bloqueó el litoral croata desde el río Ra#a hasta Karlobag. El general imperial Lenkovi$ fue
el encargado de investigar los sucesos y accedió en gran parte a los deseos de la República de Venecia en
cuanto a castigar a los uscocos. De nuevo los uscocos y Venecia estaban en guerra (1599). El Emperador
condenó los procedimientos de los piratas y el Archiduque dio a menudo órdenes de cortarle la cabeza a
todo voivoda uscoco culpable del pillaje y rapiña. Jugaba con Venecia un doble juego. No quería romper
con la República, pero por otra parte los uscocos le eran preciosos auxiliares. Pero, él no quería la guerra.
Así, el 1601 Fernando envió al general comisario José Rabatta a Senj con instrucciones para que los
uscocos se entendieran con el gobernador general de Dalmacia, con el objeto de poner fin a la piratería,
sacarlos de Senj e instalarlos en Prozor y Oto;ac. Fue asesorado por el venal obispo de Senj a sueldo de
Venecia.

El día 28 de Enero de 1601, es quizás el día más negro en la historia de la ciudad y obispado de Senj. Ese
día Rabatta se embarcó en Rijeka, con el obispo de Senj y un destacamento de soldados. Una fuerte bura
los hizo desembarcar cerca de Senj donde entraron a caballo. Desde Rijeka Rabatta mandó un mensaje
diciendo que todos los que son leales a emperador Rodolfo y al archiduque Fernando debían estar presente
 para recibirlo. Unos 60 uscocos, no deseando estar presentes, se dispersaron en los alrededores de Senj. El
resto, unos 400 hombres se quedaron en la ciudad, no creyendo que podía pasarles algo. Mas, se
equivocaron. El obispo hizo desembarcar a los soldados en una playa cercana y entraron a la ciudad. La
guarnición subió a unos 1.500 soldados y frente al puerto se estacionaron muchas naves venecianas. Era
evidente la trampa. Rabatta emitió draconianas instrucciones, prácticamente estableció un estado de sitio en
la ciudad. Entonces comenzó la cacería y matanza de uscocos, satisfaciéndose así los deseos venecianos. El
21 de Abril de 1601, Rabatta salió de Senj y se dirigió a Trieste. Tres semanas después murió asesinado.
Según algunas versiones, por los uscocos.

Los venecianos continuaron su persecusión de los uscocos. En Agosto de 1602 se quejaron al Emperador y
le manifestaron que ya no podían soportar las atrocidades uscocas. Durante todo el 1603 los uscocos se
dedicaron al pillaje por mar y tierra contra los turcos. Existía un armisticio tácito con los venecianos. En el
1607 aparece la peste que diezma la población. Split quedó con sólo 7.400 habitantes.

En 1613 los uscocos recomenzaron a piratear las naves venecianos, buscando además apresar a personajes
 para canjearlos con los uscocos que se encontraban encadenados en las galeras venecianas, desde la llegada
de Rabatta a Senj. Finalmente lograron su objetivo. Los venecianos les devolvieron los uscocos galeotes y
se convino un armisticio. En eso Venecia atrapó tres naves uscocas que iban hacia la región de Neretva
ocupada por los turcos, pasaron por las armas las dotaciones y las cabezas de los jefes las exhibieron en
Zadar. Esta acción clamó venganza de los uscocos, venganza que se cumplió en el puerto de Pag.
Inmediatamente Venecia despachó 14 galeras y barcos armados contra Senj, que quedó sometido a
 bloqueo. El Emperador y el Archiduque mandó a investigar lo sucedido. También se preocupó Francia por
este conflicto. Los venecianos extendieron el bloqueo a todo el litoral croata. Los uscocos empezaron a
sumergirse.

Los venecianos se quejaban que el Emperador no cumplía con el tratado de 1612, que establecía, entre
otras estipulaciones, que los piratas serían castigados y que en Senj habría una guarnición militar
suficiente. Los franceses fueron de opinión que los venecianos habían infringido primero el armisticio y
que los uscocos actuaron en venganza. Los venecianos se negaron entablar negociaciones. Y, en Enero de
1614, cambiaron su jefe de operaciones.

El bloqueo no era efectivo y los uscocos lo burlaban. Atacaban las posesiones venecianas, las saqueaban,
se apoderaban de sus navíos ligeros y se repartían el botín. Las expediciones en su contra, las mejor
organizadas, no llegaban a nada. Era la lucha de un león contra un mosquito. Los gobernadores bloqueaban

 
 

el litoral croata, atacaban Lovran y Novi, pero en vano. Los uscocos navegaban hasta Venecia, la que nada
 podía hacer.

Entretanto llegó a Venecia un emisario turco que venía a proponer: a) la construcción de un pontón en Split
 para que las mercaderías con destino a las regiones vecinas se descarguen aquí y no en la región de Neretva
y b) el pago de indemnización por los bienes perdidos a causa de la falta de la debida protección de parte
de Venecia a las naves turcas. Agregó, como siempre, que si Venecia no podía hacer frente a los uscocos,
entonces ellos lo harían. A esto los venecianos se comprometieron atacar a los uscocos. Estas
conversaciones llegaron a los oídos del embajador español en Venecia, quien de inmediato lo comunicó al
Archiduque en Graz. Los venecianos proclamaron que hundirían toda nave procedente de los territorios del
Archiduque. Estas medidas merecieron una protesta papal. La situación se enmarañaba.

Los últimos acontecimientos, anteriores al estallido de una nueva guerra, ocurrieron entre 1613 y 1615. Los
venecianos, incendiaron, saquearon, asesinaron y violaron Lovran en Istria y los uscocos tendieron una
sangrienta trampa a los venecianos en Karlobag (Cesarica). Apresaron una nave veneciana y la llevaron a
Senj. Decapitaron al capitán y colgaron su cuerpo en son de mofa. Venecia ordenó represalias. Este es el
día en que empieza la llamada "guerra uscoca". Una guerra bizarra, puesto que el Archiduque de Graz no
tenía el derecho de declarar la guerra. Dependía en todo del Emperador. Ahora bien, Fernando no tenía
flota, pero Felipe III de España si, habsburgo como él y además cuñado. Pronto su ambicioso e intrépido
virrey de Nápoles, organizó una expedición al Adriático. Naves venecianas, que se dirigían a
Constantinopla, al divisar las naves españolas volvieron al puerto de origen.

Venecia descubrió que Nikola Frankapan, lugarteniente croata y capitán de Senj, estaba acumulando
hombres y municiones en el castillo de Novi, cerca de Rijeka. El 29 de Agosto de 1615 los venecianos
atacaron Novi. La incendiaron, asesinaron a la población que se había refugiado en la Iglesia, a los niños
los arrojaron al fuego y la saquearon. Destruyeron las salinas. La toma la realizaron con 3.000 hombres
después de cuatro horas de bombardeo. Lo mismo quisieron hacer en Bakar, pero no tuvieron éxito. Estos
hechos irritaron al Emperador. No quiso escuchar las explicaciones del embajador de Venecia. Informada
la Serenísima, reforzaron sus guarniciones en Istria. El Papa entrevió inmediatamente el peligro de estas
tensiones, y ordenó a sus nuncios actuar para disminuirlas. Sólo procedía un armisticio. Pero el archiduque
informó al Rey de España de los sucesos y le pidió su ayuda. Los españoles contrataron varios miles de
mercenarios en Alemania y Suiza para los ejércitos del Archiduque. Los esfuerzos del Papa para obtener un
armisticio chocaban por la insistencia de Venecia de sacar a los uscocos de Senj y quemar todas sus naves.
Esto lo rechazaba el Archiduque y sólo aceptaba expulsar a los venturini. En vista de esto a la República
sólo le quedaba el recurso de la guerra. Pero fue el Archiduque en Graz, quien empezó la guerra.

La primera batalla tuvo lugar cerca de San Servola. Aquí el vicegeneral de la Krajina Croata, Krsto
Frankapan, derrotó a los venecianos. Prosiguió a Furlandia sembrado el terror y espanto. Sólo por orden
del Archiduque regresó a su territorio. Hubo combates en Gorica (Diciembre 1615) y Gradi#ka (Febrero
1616). Los venecianos principiaron a contratar soldados por doquier. Impidieron la entrada de la flota
española en el Adriático. Solicitaron ayuda a Inglaterra y Holanda. Por intermedio del Papa de nuevo se
iniciaron las conversaciones para un armisticio de dos meses. No hubo acuerdo, ya que Venecia insistió en
sus condiciones iniciales. El Emperador manifestó que no aceptaría esa exigencia mientras haya un solo
soldado veneciano en sus territorios. En el 1616, los venecianos al no poder ocupar Gradi#ka, levantaron el
sitio y manifestaron que querían la paz.

La Santa Sede, se empeñó ahora por la paz. Su proposición era que se sacasen los uscocos de Senj y que
los venecianos devolvieran todos los territorios ocupados del Imperio. El Archiduque contestó que sólo el
Emperador podía decidir la suerte de los uscocos. Los franceses trataron de convencer a los venecianos que
aceptaran las proposiciones del Papa. Los venecianos no cedían. Las tropas del Archiduque pasaron el río
So;a y los uscocos avanzaron en Istria. Los ejércitos de la República evitaban los enfrentamientos.

A comienzos de Agosto parecía que empezaban serias conversaciones sobre la paz en Praga. El delegado
 papal propuso un armisticio de dos meses, los venecianos lo aceptaron pero el Archiduque lo rechazó. Los
actos de guerra estaban a favor del Archiduque. Los venecianos, en vista de numerosos fracasos

 
 

diplomáticos para obtener ayuda, lanzaron un manifiesto explicando su causa contra los uscocos. Los
austríacos contestaron diciendo que el manifiesto estaba llenó de mentiras y perversidades.

En el conflicto intervenían casi todas las potencias europea. Las conversaciones se llevaron a cabo en Paris.
Se firmó el acuerdo en Madrid (26 de Septiembre de 1617). Venecia tuvo que aceptarlo, aunque muchos no
estuvieron conformes. No hubo ni vencedores ni vencidos. Los venecianos se vieron obligados a exigir a
las comunas dálmatas un nuevo juramento de lealtad al Dogo. Los puntos principales del Tratado fueron:

a) El Archiduque mantendrá una guarnición alemana en Senj.


 b) Una comisión bipartita determinará qué uscocos se dedicaban a la piratería y serían expulsados de Senj.
c) Se quemarán todas las naves uscocas, salvo las que sirvan para el comercio y transporte.
d) Se restablecerá la libertad de navegación y comercio marítimo.
e) El Emperador y el Archiduque se comprometieron a no dar refugio a los uscocos antes identificados. La
República sólo buscaba que se expulsaran los dedicados a la piratería y saqueo.

El Tratado de Paz fue la sentencia de muerte para los uscocos. En Junio de 1618 abandonaron Senj. Fueron
traslados a Oto;ac y Xumberak, al interior de los territorios imperiales. Se dispersaron en las fortalezas
fronterizas. Finalmente se diluyeron en la población local. Algunos se embarcaron en navíos españoles.
Sus navíos fueron quemados. Venecia reintegró todas las localidades y territorios que había ocupado. El
Emperador y el Archiduque se comprometieron a no permitir en el futuro ataques de los uscocos contra
navíos y súbditos venecianos. Una guarnición alemana quedó en Senj. Una batalla de un siglo de duración
llegó a su término. Los uscocos lucharon hasta el momento en que se lo permitieron las potencias
cristianas. Venecia fue salvada.

Frontera de la Antigua Adquisición


Venecia, gracias a sus habilidades diplomáticas logró estar en paz con los turcos desde el 1573. Los
Caballeros de Malta hicieron de la isla veneciana de Creta, la base para atacar los navíos turcos. El Sultán
responsabilizó a Venecia, teniendo el deseo de eliminar la última base veneciana en el Mediterráneo
Oriental, que databa desde el 1204. Entonces, el 23 de Junio de 1645, empezó la guerra de Creta con la
aparición de una gran flota turca en la isla. Duró veinticuatro años. Europa estuvo indiferente a su suerte.
Los turcos se apoderaron de la última fortaleza veneciana de la isla en el 1669. Privó a Venecia de su más
hermosa posesión y consumió las últimas y mejores energías de Venecia durante todo un cuarto del siglo
XVII.

Sorprendida por la guerra, sin ninguna preparación buscó su seguridad en una vasta campaña en Dalmacia.
Aquí obtuvo éxitos decisivos. Recobró casi todo lo que había perdido en la guerra de Chipre y pudo definir
entre ella y Turquía una frontera más lógica y menos expuesta a las sorpresas. En efecto, es después de
1645 que comienza la liberación del suelo dálmata por la acción conjugada de un gran general veneciano y
de las admirables tropas sudeslavas. En el Invierno de ese año no ocurrió ninguna operación militar
notable.

Al inicio de las hostilidades, en Dalmacia un pequeño ejército de 4.700 infantes y 600 jinetes fue propuesto
 para defender los lugares fortificados. Todo el resto del territorio estaba, afortunadamente, resguardado por
la población sudeslava armada. La defensa de Dalmacia estaba confiada al gobernador general Leonardo
Foscolo, hombre de armas notable, de carácter firme y fuerte voluntad, que supo canalizar admirablemente
las energías de un pueblo en la reconquista de sus hogares. Las tropas, que eran casi enteramente croatas,
estaban impacientes por medirse con el enemigo secular. Sería la primera vez que croatas y serbios se
medirían con la potencia turca después de la caída de sus estados nacionales. El plan de Foscolo consistió
en una ofensiva en campo raso. Una derrota de los contingentes enviados por el Pasha de Bosnia produciría
la capitulación de las fortalezas ocupadas por los turcos. Pero el Senado se opuso a este proyecto e impuso
al general en jefe una campaña puramente defensiva. Al mismo tiempo le enviaron un barril del mejor
arsénico para emponzoñar los depósitos de agua que el enemigo pudiese utilizar.

A mediados de Junio de 1646 los turcos atacaron. El Pasha de Bosnia, a la cabeza de un ejército de 20.000
hombres, se abalanzó fieramente sobre Novigrad e invadió el territorio de &ibenik. El defensor de Novigrad

 
 

abandonó la fortaleza y se fue a Zadar con el pretexto de solicitar refuerzos. Foscolo lo encerró en un
calabozo. Los turcos se apoderaron de Novigrad. La guarnición fue masacrada. Llegó Foscolo y expulsó a
los turcos. Organizó la liberación de otras fortalezas y villas del territorio de Zadar. En Agosto se sublevó
la región de Makarska y se plegó a Venecia.

El general Marco Antonio Pisani, a la cabeza de 800 jinetes y 1.500 infantes - todos dálmatas que poseían
el conocimiento exacto del lugar - y el general Foscolo con el resto del ejército y una (!) sola pieza de
artillería avanzaron sobre Vrana. Se apoderaron de los suburbios de la antigua residencia de los templarios.
Vrana estaba rodeada por un lago convertido en un pantano. Se descubrió un sitio firme para instalar la
única pieza de artillería. Durante 11 días se disparó contra la fortaleza. Pero las murallas destruidas en el
día eran reconstruidas por los turcos de noche.

Las operaciones llevadas a cabo durante 1647 y 1648 fueron de gran alcance e importancia. Los venecianos
tomaron la iniciativa. Cayó Nadin. La población turca fue pasada por las armas. Se obtuvo un rico botín,
oro, plata y ganado. El castillo de Knin también fue tomado, incendiado y la guarnición masacrada (1647).
Estas nuevas envalentonaron al pequeño ejército que asediaba Varna. Al fin, la guarnición turca capituló.
Los turcos pidieron salir con honores, pero Foscolo ordenó que los pasaran por las armas. Varna fue
sometida a pillaje durante 10 días. La ciudad fue completamente destruida. El eco de estas victorias se
esparció por Dalmacia. La población se unió a los venecianos. Foscolo en menos de dos años conquistó
todo el norte y la parte central de Dalmacia, que de territorio marginal veneciano cambia a un ente
unificado que tomó un nuevo significado estratégico y geográfico. La reconquista del suelo dálmata,
comenzó bajo estos felices auspicios. Se prosiguió con tenacidad durante toda la guerra de Creta. Todo fue
entregado al pillaje y a la destrucción: tierras, molinos, huertos, salinas, etc. etc. Durante mucho tiempo, la
liberación fue sinónimo de empobrecimiento y desolación.

La campaña de Dalmacia y los combates navales en el archipiélago dálmata, en el curso de los cuales el
capitán general Batista Grimani pudo a duras penas salvar su flota, obligaron a la República lanzar un
urgente llamado de ayuda a las potencias. Con una cierta dosis de ingenuidad, Venecia, que había
colaborado con los turcos durante todo el período que va desde la paz de 1573 a la guerra de Creta, buscaba
ahora conmover a Europa. Mas, a pesar de todos los argumentos de sus embajadores ante las potencias
cristianas, Venecia una vez más estuvo y quedó sola. Todas las hermosas palabras se las llevó el viento.

Venecia quedaría aislada hasta el día en que el Santo Imperio despertará para humillar a la potencia turca
que había llegado hasta las puertas de Viena. Pero si los asuntos venecianos periclitaban en el Oriente, en
Dalmacia la fortuna sonreía a la República. Golpe tras golpe, cayeron en manos venecianas Zemunik,
Skradin, Ostrovica, Salona y Sasso. &ibenik resistió a un poderoso ejército del Pasha de Bosnia de 20.000
circasianos. Pero el golpe más grande y que transcendió a toda Europa fue la liberación de Klis (1648).
Después de 100 años de dominación musulmana Klis, después de Chipre y Creta, había llegado a ser un
símbolo.

La plaza de Salona fue elegida como base de operaciones. La escuadra veneciana era fuerte: 7 galeras
grandes y 50 otros navíos armados, 2 navíos de combate y numerosos de transporte en los cuales estaban
embarcadas las tropas de infantería a las órdenes del proveditor Zorzi. Contingentes de la comuna libre de
Poljica y de ultramar tomaron parte en la operación. Se desembarcaron piezas de artillería. La posición de
avanzada Greben, fue tomada por las tropas venetodálmatas. La fortaleza de Klis estaba defendida por un
contingente turco de 2.800 hombres, bajo las órdenes de Mustaybeg. Después de un fuego nutrido de
artillería, las tropas croatas, albanesas e italianas se apoderaron de la primera línea de defensa enemiga.
Poco después tomaron la segunda. Siguió una refriega. Los asaltantes fueron de repente rechazados. Pero
después de un persistente ataque, los turcos capitularon. Como siempre pidieron honores de guerra. Los
venecianos contestaron que la mujeres y los niños serían puestos en libertad, pero la guarnición sería hecha
 prisionera. Se la canjearía más tarde por cristianos que todavía se encontraban en poder de los turcos. Estos
insistieron. Los venecianos no cedieron. Al fin la guarnición se rindió (30 de Marzo de 1648). Se ultimó al
anciano aga Barakovi$, sacado de la fortaleza por 12 turcos sentado sobre un precioso tapiz. A pesar de la
 palabra dada, fueron pasados por las armas 243 turcos, de los cuales 5 eran mujeres. Se hizo pillaje, se
masacró. Con el pretexto de que se habían colocado bombas en las casamatas, albaneses, croatas, italianos

 
 

y alemanes desenvainaron sus espadas y se lanzaron sobre la población desarmada que suplicaba ser
respetada. Todo el año 1648 estuvo pleno de combates, destrucciones, incendios. Era una lucha sin cuartel.
La destrucción era sistemática.

La nueva de la toma de Klis llegó a Venecia el Domingo de Ramos y provocó una explosión general de
 júbilo. En la basílica de San Marcos se ofició un Te Deum. Todas las campanas de Venecia se echaron al
vuelo y los cañones tronaron. Foscolo fue llamado "Benefactor de la patria", (carta del dogo de fecha 7 de
Abril de 1648). En Bosnia cundió el pánico.

Quedaba pendiente el problema de la parte sur. El objetivo era restablecer el gobierno veneciano en Boka
Kotorska y la soberanía de la República en la vecina Albania. En 1649 Foscolo entró en Boka Kotorska, se
apoderó de Risan con la ayuda de la población sudeslava de Perast y Pastrovi$. Los otomanos
desencadenaron una contraofensiva. Amenazaron Zadar y Nin. Ilija Smiljani$, hajduk   (guerrillero)
dálmata, los derrotó en Karin y Zvonigrad. La población los rechazó en Salona. Todas estas acciones se
desarrollaban en acuerdo secreto con los franciscanos de Bosnia que eran sucesivamente consejeros,
 presbíteros y soldados. Fueron los franciscanos los que repoblaron los territorios devastados de la región
del Neretva y de Nin con numerosas familias procedentes de Hercegovina.

La guerra de Creta obligó a Venecia disminuir gradualmente sus operaciones en Dalmacia. Primero en el
interior y después en el litoral. Iban entregando la iniciativa a los  serdares   a cargo de batallones de
campesinos armados. En 1651, Smiljani$  y Mitrovi$  de Posedarje declararon, por su propia iniciativa, la
guerra a los turcos. El providitor Lorenzo Dolfin comunicó al Senado sus victorias bajo los muros de
Zadar. Smiljani$ persiguió a los turcos hasta las orillas del Una en Bosnia. En un combate fue rodeado y
muerto (1654).

El año 1656 fue quizás otra de las épocas más terrible de la historia de Dalmacia. Los turcos reconquistaron
territorios perdidos y en muchos lugares llegaron de nuevo al mar. Combates sin fin, invasiones,
destrucciones, pestes, hambruna. El país estaba reducido al límite, las ciudades y los lugares fortificados
casi sin habitantes. No había comercio y la miseria era total. Pero, a pesar de todo, los sudeslavos de
Dalmacia resistieron.

El Pasha de Bosnia repitió su expedición contra &ibenik y también contra Klis, pero fue rechazado en
territorio bosnio. Nin, Skradin y Split conocieron una vez más las angustias frente a la invasión turca. Los
turcos sitiaron Split (1657). Estuvieron a punto de apoderarse de la fortaleza Gripe, ubicada en el exterior
de la ciudad (ahora en el interior), cuando contingentes reclutados entre Trogir y Poljica obligaron al Pasha
levantar el sitio. Especialmente se distinguieron las mujeres. Al año siguiente Janko Mitrovi$  e Ilija
Milkovi$  persiguieron a los turcos hasta Sarajevo. El gobernador general le escribió a la Señoría, que el
 principal sostén de Dalmacia eran los campesinos dálmatas.

En Septiembre de 1669, Venecia capituló en Creta. Entregó su última posición al gran visir Ahmed
Köprili. La delimitación de la frontera en Dalmacia fue terminada el 30 de Octubre de 1671. Los
venecianos la llamaron la Línea Nani, por el nombre de su comisario. Venecia quedó amargada. Perdió
Creta y sus conquistas en Dalmacia no le fueron reconocidas. Klis quedó veneciano. La Dalmacia austríaca
empezaba a configurarse.

La frontera partía del golfo de Novigrad, seguía al norte, después al oeste y a la altura de Knin doblaba
hacia el litoral dejando una faja hasta &ibenik, desde aquí hasta Trogir quedaba para los venecianos toda la
 península que se adentra al sudoeste. El territorio cedido por los turcos se detenía en el río Cetina. Los
venecianos tuvieron que entregar el territorio de Makarska y el condado de Poljica. También se conoce a
esta línea como  Acquisto Vecchio   (Antigua Adquisición) por oposición del  Acquisto Nuovo  que vendría
más tarde. Entonces Dalmacia contaba con 48.000 habitantes

Frontera de la Nueva Adquisición


La gloriosa victoria de Viena (12 de septiembre de 1683), seguida por la derrota completa del ejército
turco, persuadió a Europa que era necesario terminar con la pesadilla turca. Para aprovechar las victorias se

 
 

constituyó la Tercera Santa Alianza, entre el papa Inocente XI, el emperador Leopoldo I, Venecia y
Polonia. Esta alianza fue coronada por un éxito completo, no solamente por las fuerzas empleadas y los
 jefes que la condujeron. Hungría y Eslavonia fueron liberadas en una sola campaña.

Al saber de la victoria en Viena, la población dálmata tomó las armas. Se organizó un ejército regular bajo
el alto mando del providitore Lorenzo Donati. Estas tropas territoriales eligieron sus jefes entre sus
compatriotas: El conde Stojan Jankovi$  de Posedarja, el serdar Smiljani$  y el general conde Rado#. Los
turcos fueron expulsados de Vrana, Ostrovica, Benkovac, Obrovac y Drni#. Sólo Knin y Sinj
 permanecieron en poder turco.

En esta situación de victorias dálmatas, la República de Dubrovnik se acercó al Emperador, temiendo


siempre de ser rodeada por Venecia. El 20 de Agosto de 1684, firmó en Viena un tratado que renovaba el
concluido en 1258. Este protectorado, restaurado bajo los auspicios de España, gracias a la intervención
combinada y paradojal del Sultán y del Emperador, obtuvo su separación territorial de la Dalmacia
Veneciana. Rodeada por todos lados por territorios turcos, la pequeña República pudo hacer frente a las
veleidades imperialistas de Venecia y mantener su independencia hasta la llegada de Napoleón.

Desde el año 1684 hasta la Paz de Karlovci de 1699, que entregó más territorios en Dalmacia a los
venecianos, los dálmatas no suspendieron las hostilidades, salvo en tiempos de epidemias y pestes.
Lucharon no solamente contra destacamentos aislados, sino también contra ejércitos turcos completos.
Mientras Francesco Morosini derrotaba a los turcos en el mar, las operaciones en Dalmacia seguían su
curso con sangrientos combates entre las tropas del Pasha de Bosnia y las dálmatas comandadas por el
conde Agustín Tartaglia y el  serdar   Vu;i$. Con 50.000 hombres venecianos y dálmatas invadió
Hercegovina y destruyó un ejército turco cerca del río Trebi#njica. En Marzo de 1686 asumió el mando
militar el veneciano Girolamo Corner. Las operaciones tomaron un mayor ritmo. Conquistó Sinj (1686),
 plaza fuerte y llave de la Dalmacia continental, que sitiaron con 6.000 hombres y artillería; y Hercegnovi,
con 10.000 hombres, en la entrada de Boka Kotorska (1687), la cual, con los fiordos adyacentes, pasó a ser
una de las principales bases navales de la República. De todas las guerras turcovenecianas, se puede decir
que ésta fue soportada casi exclusivamente por el pueblo dálmata.

En 1688, con la conquista de Knin, cuya defensa estaba a cargo del pasha de Bosnia Atlagi$, la entrega de
Vrlika y la nueva toma de Vrgorac, se completó la liberación de Dalmacia del interior hasta la frontera de
la República de Dubrovnik. Pero la lucha se prolongó más allá de 1688. A Corner lo sucedió Alejandro
Molin, quien completó las conquistas en Dalmacia. Llegó hasta Mostar. La fortaleza de "itluk fue ocupada
 por el providitor Daniel Dolfin al mando de 10.000 infantes y 4.000 jinetes (1692). El Pasha de Bosnia
reemprendió la ofensiva con 16.000 hombres y fue definitivamente derrotado por las tropas de los condes
Fanfogna, Novikovi$ y Vu#kovi$. Trebinja y Klobuk cayeron en poder de los dálmatas.

En 1697 los imperiales, al mando del príncipe Eugenio de Saboya derrotaban a los turcos en Senta sobre el
Tisza, Vojvodina. Pero la grave cuestión de la sucesión en España cortó la ofensiva victoriosa de la
cristiandad coligada y en 1699 se firmó la paz en Karlovci. A Dalmacia se le atribuyeron todos los
territorios que los dálmatas conquistaron en los últimos quince años. Dubrovnik estuvo bloqueado durante
estas campañas por su posición proturca. Se desbloqueó dos años después, asegurándose que los
suministros no irían a los turcos.

La nueva acta de delimitación de las fronteras fue firmado el 14 de Julio de 1700, por el gobernador
Giovanni Grimani. El trazado fue establecido por un método muy simple: Knin, Vrlika, Sinj, Duare,
Vrgorac y "itluk (Gabela) hasta Klek fueron considerados como vértices y se unieron por líneas rectas
atravesando montes y valles. Alrededor de cada uno de estos seis puntos se agregó un territorio de radio
igual a una hora de camino a píe, el que fue considerado como zona de protección. El territorio de Boka
Kotorska fue atribuido en su totalidad a los venecianos a excepción de tres villas al norte de Budva,
ocupadas por montenegrinos, y el condado de Xupa, situado en la planicie que separa Budva de Kotor. Esta
frontera corresponde a la Línea Grimani o de  Nuovo  Acquisto  (Nueva Adquisición), que se estableció en el
terreno en Febrero de 1701.

 
 

Frontera de la Novísima Adquisición


En 1714, la guerra se reavivó con la invasión de la Morea por los turcos, que la ocuparon rápidamente.
Venecia había descuidado la defensa militar de Dalmacia, pero, como siempre, a pesar de esta negligencia
culpable, gracias al espíritu de iniciativa de las tropas dálmatas, la ventaja fue de los venecianos. Los
dálmatas iniciaron la ofensiva y el Pashá de Bosnia que se dirigía hacia Sinj y Knin tuvo que retroceder
con prisa, a pesar de los 20.000 hombres de que disponía. La ofensiva dálmata estaba motivada por las
nuevas victorias del Príncipe de Saboya que, en esos momentos, tenía en sus manos, todo el porvenir de
los países del sudeste europeo.

Para resarcirse de las pérdidas del tratado de paz de Karlovci, los turcos atacaron las posesiones venecianas
en el sur de Grecia y Dalmacia. En esta difícil situación Venecia firmó una alianza con Austria, así
entraron aliadas en la guerra, junto al Papa. La primera guerra austroturca (1716-1718) la inició Carlos III.
El comandante en jefe imperial fue Eugenio de Saboya. El 13 de Agosto de 1716, destruyó en
Petrovaradin, sobre el Danubio, un ejército de 200.000 hombres del gran visir Alí Pasha. Al mismo tiempo
Venecia en Dalmacia se apoderó de Imotski y los dálmatas rechazaban heroicamente los asaltos del Pasha
de Bosnia, reteniendo Klis y Drni#. El conde Novikovi$  se apoderó de Metkovi$  y de Utovo. A
continuación, los providitores Angelo Emo y Mocenigo, penetraron en Bosnia y Hercegovina. En 1717
tomaron por asalto Mostar y enviaron a 1.000 familias a repoblar algunas regiones de Dalmacia. Las tropas
dálmatas llegaron hasta Livno, en Bosnia.

En esto sorpresivamente, el emperador Carlos VI inició conversaciones con los turcos y convocó un
Congreso en Poxarevac (21 de Julio de 1718). No se entendió la suspensión de hostilidades, ya que los
ejércitos imperiales y venecianos vencían en todos los frentes. Los aliados no pudieron sino aceptar el
hecho, sobretodo Venecia magullada y agotada. Esta paz no significó casi nada para Venecia (se quedó
sólo con Imotski) y en cuanto a Dalmacia se fijó la frontera hacia Bosnia y Hercegovina (Línea Mocenigo)
según un Reglamento confeccionado sobre la base del uti possedetis  fruto de la traición del funcionario
encargado del trazado de la frontera, el ingeniero Xarkovi$, comprado por los turcos.

El nombre y el concepto Dalmacia está íntimamente ligado al gobierno veneciano, ya que a medida que se
extendía en el litoral oriental del Mar Adriático y hacia el interior, se ampliaba la antigua Dalmacia
 bizantina que estuvo restringida a algunas de sus ciudades de la costa e islas. Quedaba al margen de esta
denominación la República de Dubrovnik, que iba desde Ston hasta la entrada a Boka Kotorska aislada de
Dalmacia, y la región que seguía hasta el norte de Albania, conocida como Albania Veneciana ( Albania
Veneta).

Para evitar que Venecia y Dubrovnik tuvieran frontera común, el Tratado de paz de Poxarevac (1718)
concedió a Turquía dos salidas al mar, una al norte de Dubrovnik, en Klek, y la otra al sur, en Sutorin. Así
Hercegovina llegaba por dos puntos al mar y Dubrovnik no tenía frontera terrestre con Venecia
(Dalmacia).

La línea fronteriza, que se llamó del Nuovissimo Acquisto, fue trazada entre 1721 y 1733. Sirvió de frontera
hasta 1878. Partiendo del triplex confinium, vértice en el que se encontraban la Croacia austríaca, Croacia
turca y Dalmacia veneciana, encierra el alto del valle de Plavno y se dirige a Strmica sobre la fortaleza de
Prolog y siguiendo una serie de líneas rectas deja en Dalmacia veneciana todas las ciudades del alto del
valle del Krka y todos las que están a la orilla izquierda del Cetina. La villa de Uniste, dada su importancia
comercial, se dividió en dos: una turca y la otra veneciana. Desde la fortaleza de Prolog, con un círculo de
radio del alcance de un tiro de cañón, la frontera se dirige recta sobre Imotski, cortando en dos la ciudad de
Arzano. De Imotski a Vrgorac otra línea recta, interrumpida por dos zonas de alcance del cañón en torno a
esas dos localidades en favor de los venecianos. Gabela, evacuada por los turcos en el 1715 no les fue
restituida. La frontera pasaba detrás de la línea Grimani para incluir Metkovi$ y de allí llegar al mar en el
valle del Neretva (Klek). Las conquistas venecianas alrededor de Dubrovnik, fueron restituidas a los turcos,
 pero en Boka Kotorska, los enclaves de los condados de Xupa y Pobori, Maini y Brajce fueron anexadas a
Kotor, así como también el alto Krivo# je.

 
 

La Dalmacia veneciana recibió su toque final y adquirió la forma, apariencia y límites que se aceptan como
tales (incluyendo ahora la República de Dubrovnik). La Antigua Adquisición se refería, principalmente, a
ciudades del litoral con su entorno. Era neolatina. En cambio la Nueva y la Novísima Adquisición anexó
territorios sudeslavos inicialmente gobernados por croatas y después por los turcos y en los cuales setenta
años de guerras dejaron profundas huellas. Aquí no había un alma viviente, ni una casa de material sólido,
sin caminos ni campos cultivados. Todo tenía un aspecto de desolación. Cabañas de vez en cuando, que,
 por lo demás, estaban abandonadas. Aquí y allá se veían ruinas de fortalezas y torreones turcos. En los
ochenta años que van desde la Paz de Poxarevac hasta la caída de la República, hubo que rehacer esos
territorios e insuflarles nueva vida.

DOMINACIÓN TURCA
Dalmacia turca
El Imperio Otomano era un estado militar fuerte y muy diferente de los occidentales y balcánicos. El
espíritu militar impregnaba todo, incluso el sistema administrativo. No tenía una clase aristocrática como la
europea. El Sultán podía promover no importa a quien a no importa que función de importancia. La
sucesión hereditaria de un título o una función era excepcional. Otro aspecto particular era que el estado
aceptaba en puestos militares y administrativos a súbditos islamizados. Solamente las carreras teológicas y
 jurídicas les eran negadas.

Desde los comienzos del siglo XVI, la marea turca subía sin que se pudiera prever dónde y cuándo se
detendría. En Dalmacia se agregó al terrible egoísmo veneciano la horrible presión de los conquistadores
turcos. La importancia de la caída de Bosnia y Hercegovina y las intenciones turcas sobre las ricas tierras
de Croacia y Hungría hicieron olvidar, prácticamente, una mayor conquista turca en Dalmacia. Se cree
generalmente que Dalmacia fue siempre veneciana. Eso es equivocarse en mucho. Por más de un siglo y
medio existió una Dalmacia Turca y una Dalmacia Veneciana. Después de la caída de Bosnia, el camino
natural de las invasiones turcas fue hacia Dalmacia. Sólo las ciudades del litoral escaparon a la odiosa
conquista. Dalmacia, continental y marítima, fue presa de los conquistadores asiáticos. El territorio turco se
extendía hasta las murallas de las ciudades y en algunos puntos hasta las casas de sus arrabales. De los 800
 poblados dálmatas, 500 fueron ocupados por los turcos. La población hubiera sucumbido al hambre sin las
islas. Toda la economía rural fue destruida, por ejemplo en el caso de la fabricación del aceite, los turcos
arrancaron hasta los olivares. En estas condiciones se pensaba que la población no podría sobrevivir y que,
en su desesperación, se entregaría a los turcos. El mayor peligro para los campesinos era el ser raptado por
los turcos.

En la región de Split, Klis que se encuentra a 7,5 kilómetros, estaba en poder de los turcos. La defensa
exterior de Split eran las fortalezas de Salona y Kamen y la torre fortificada de la mansión Papoli. Las
emboscadas turcas eran incesantes. Desde las murallas de Split se oía el canto de los gallos turcos. Trogir
tenía todo el territorio circundante en poder de los turcos.

Los turcos estaban siempre a las puertas de Zadar. El territorio de Zadar que tenía 70 a 90 millas de
contorno, fue reducido a 6. En Zadar los campesinos estaban en situación desesperada, pensaban abandonar
la región si no se les indemnizaba por los daños causados por los turcos. Antes su territorio producía trigo
 para toda la Dalmacia. Ahora las tierras para el cultivo se extendían sólo hasta nueve kilómetros de la
ciudad. Todo el territorio estaba abandonado y convertido en erial por miedo a los turcos. Los pobres
dálmatas abandonaban sus casas y sus tierras. Se iban al extranjero y aún al país de los turcos.

En 1520 todo el territorio de &ibenik estaba arruinado y despoblado por las incursiones turcas. En el
distrito de &ibenik, había 300 poblados cuando la ciudad cayó bajo la dominación veneciana. Durante los
largos conflictos con los turcos, la mayoría fue destruida y en el siglo XVI no quedaban sino 15,
escalonados a lo largo del litoral. &ibenik se quedó sin territorio. Todos sus habitantes cayeron en la
miseria. Una parte de los campesinos fue llevado a la esclavitud otra masacrada. Los sobrevivientes se
refugiaron en la ciudad, en las islas o en la Península Itálica. Sin embargo el emin  turco, es decir el
aduanero imperial, residía en la misma ciudad de &ibenik y la República toleraba su presencia (!). Los
 propietarios de las tierras pasaron a ser mendigantes. Cesó la extracción de la sal. La crianza del ganado
continuó al abrigo de las murallas de las ciudades, pero sólo esto no podía evitar la miseria de la población.

 
 

Entre los refugiados había una cantidad de jardineros, labradores, fabricantes de aceites, etc. Esta gran
cantidad de gente condenada a la cesantía, se transformó en bandoleros que llegaron pronto a ser terribles
no solamente para los turcos, sino también para sus propios compatriotas.

Un simple vistazo a las pérdidas territoriales sufridas por las comunas dálmatas por el avance turco,
demuestra claramente que Venecia no cumplió con su primer deber, cual era defender la integridad
territorial de Dalmacia. Sin embargo, el intercambio de bienes resistió el huracán. El interior continuó
siendo, a pesar de todo, el proveedor del litoral y no Italia. Los intercambios comerciales con los morlacos
(montañeses católicos, descendientes de romanos eslavizados) y otros súbditos otomanos no se
interrumpieron. Ésto evitó que los dálmatas se murieran de hambre. Recibían de ellos: harina, queso,
carnes, miel, cera, lino, cuero, lana y mantas, que cambiaban por sal, pescado salado, aceite, azúcar, cera
 blanca y tejidos. Los turcos compraban mucha sal. El comercio con el interior dinárico se hacia
infringiendo leyes precisas de la República. Era tolerado, pues la prohibición de los mercados exteriores, si
se hubiera aplicado, hubiera quitado a los ciudadanos toda posibilidad de intercambiar sus artículos contra
los productos brutos de primera necesidad importados por los morlacos. La política económica de Venecia
no tenía en cuenta ni las condiciones geográficas ni las leyes históricas de la economía nacional de país
conquistado. No obedecía sino a una sola consideración: el interés de la República.

Administración otomana
En los tiempos de su mayor extensión, el Imperio Otomano comprendía en Europa la Península Balcánica
y todos los territorios situados al norte hasta Buda y Jegar (Eger, Erlau). A comienzos del siglo XVII el
Imperio se dividía en 22 beglerbegatos (pashalatos o vilayatos), que equivalían a virreinos de acuerdo a los
conceptos europeos. Cada beglerbegato tenía su propio ejército. La autoridad la encabezaba, el beglerbeg  
(gobernador) o pashá secundado por el mufti  (supremo juez), el reis-effendi  (canciller o secretario de
estado) y el tefterdar   (tesorero). Cada beglerbegato se dividía en sandjakos (provincias, distritos militares)
a cuyo cargo estaba el sandjakbeg con un consejo. Bosnia, tenía ocho sandjakos. De éstos dos llegaban al
mar: Hercegovina y Klis.

El sistema agrario turco estaba basado en el espahiluk, equivalente al feudo occidental. Los turcos tenían
que hacer el servicio militar, pero como era imposible remunerarlos a todos se entregaban extensos
territorios a los espahíes (soldados de caballería turca) para que cobrasen para si el tributo en especie a los
campesinos cristianos. No formaban una aristocracia ni eran propietarios, pero estaban obligados a
mantener el orden.

Rayá cristiana
Cuando los turcos conquistaron las tierras cristianas, muchos miembros de la nobleza adoptaron el islam,
especialmente la bogomila en Bosnia. Así la sociedad principió a dividirse entre los verdaderos creyentes
(los musulmanes) y los infieles (la rayá cristiana). Los turcos diferenciaban a la población por la religión.
Así, aunque los croatas musulmanes no supieran turco, se consideraban turcos y perseguían y odiaban a sus
hermanos cristianos. Los cristianos tenían sólo obligaciones, pero no tenían ningún derecho. Estaban
obligados a distinguirse en todo con respecto a sus amos. No podían vestirse con colores y adornos de los
musulmanes; montar a caballo, sino en mulas y burros; portar armas pues, como infieles, no podían
defender el Imperio. Sólo aquellos que vivían en los barrios de las ciudades podían practicar oficios y
comercio, mientras que el resto debía vivir en los pueblos y trabajar la tierras de sus señores. Los turcos
destruyeron iglesias y conventos o las transformaron en mezquitas o establos. Con sus campanas fundieron
cañones. Más tarde aflojaron un poco, autorizaban que se reconstruyan o repararan iglesias. Los cristianos
sin embargo practicaban el culto en casas particulares o en cementerios. Los católicos asistidos por
franciscanos y los ortodoxos por sus monjes (kaludjeri). Los sudeslavos tenían por organización la zadruga  
(comunidad económica) y vivían en los pueblos masivamente en una misma casa, pues un impuesto se
cobraba por casa al margen del número de personas que la habitaba. Elegían un knez   que los representaba
ante los turcos y hacia de juez entre ellos. Como no tenían suficiente medios para pagar los impuestos,
 pronto se convertían en verdaderos siervos. Por lo demás no podían demandar justicia en los tribunales
turcos. Eran explotados por espahíes, begs y beglerbegs.

 
 

Tributos
Los cristianos pagaban el ushur   y el harach. El ushur   en productos iba al espahí y el harach en dinero al
sultán, un ducado por cada hogar y un tanto por el gasto de recaudación del impuesto. En los pueblos y
 barrios se cobraba por persona apta para el servicio militar y como los infieles no lo hacían, pagaban como
compensación un tributo para la defensa del Imperio. Pero el tributo más pesado era el tributo en niños
(devshirme), era una especie de impuesto de sangre. Al comienzo cada quinto año y más tarde incluso cada
año, recorrían los territorios cristianos inspectores para recoger niños entre diez y dieciséis años. Los
llevaban a Constantinopla, los turquizaban. A los varones los adiestraban para servir en el ejército o en la
administración pública y las muchachas eran llevadas al harén del Sultán u otro potentado musulmán. Los
cristianos ricos, a veces por dinero, corrompían a los inspectores y recuperaban sus hijos. Pero los pobres
irremediablemente los perdían.

FIN DEL REINO HÚNGAROCROATA


La batalla de Mohács
La marea musulmana subía con la impetuosidad de un torrente, arrasaba con todo. A la cabeza de un
ejército de 200.000 hombres, Solimán el Magnífico franqueó el Sava. En 1521 ocupó Belgrado. La
resistencia húngara estaba minada por una mala administración y una agitación social causada por la
explotación del campesinado. Luis II reunió con gran esfuerzo 26.000 hombres, principalmente húngaros y
croatas, para enfrentar en la llanura de Mohacs al enemigo. La batalla duró aproximadamente hora y media
(29 de Agosto de 1526). El Sultán destruyó totalmente al ejército cristiano. Luis II en su huida se ahogó en
un arroyo, junto con su caballo. Se decapitaron todos los prisioneros. Seis prelados, 22 barones, 22.000
hombres quedaron en el campo de batalla. Hungría prácticamente dejó de existir. Pasó a ser un elayeto
turco, que permanecerá como estado vasallo turco hasta fines del siglo XVII. Con esto quedó vacante el
trono húngarocroata.

Aparecen los Habsburgos


Después de la muerte de Luis II, los Habsburgos reivindicaron la corona de Hungría en cumplimiento del
acuerdo de 1515. La elección de Fernando I de Austria tuvo lugar después de largas negociaciones en
Bohemia. Los nobles u magnates croatas y parte de los húngaros eran sus partidarios. En cambio los
eslavones y otra parte húngara lo eran de János Zápolyai. Entonces estalló una cruenta guerra civil. El
conflicto de la sucesión húngara terminó el 24 de Febrero de 1538 cuando Fernando le reconoció a
Zápolyai el titulo real en la parte de Hungría que estaba en su poder. A su vez, Zapolyai renunció a su título
de rey de Dalmacia, Croacia y Eslavonia, autoridad que en realidad nunca ejerció.

DOMINACIÓN VENECIANA
Políticas generales
Venecia vivió durante siglos obsesionada y atormentada por uno solo y el más prosaico de los terrores que
tiene por nombre: el hambre. Fue el poderoso generador de su egoísmo feroz y sin límites. Después de la
terrible crisis de Cambray y cien años después de la transacción que le entregó Dalmacia, ¿cómo cumplió
sus deberes con el país que le permitió conquistar un gran imperio? Y, ¿qué era Dalmacia para Venecia?
Las respuestas a estas preguntas precisas, se encuentran en las políticas generales de la República de San
Marcos.

La política estaba dominada por la perpetua preocupación del abastecimiento y la necesidad de impedir una
ruptura violenta del equilibrio en la Península Itálica que amenazase su espléndido aislamiento. Esto exigía
la exclusiva dominación del Mar Adriático, el libre paso por el Canal de Otranto, la posesión de Dalmacia
y de las ciudades del litoral de Apulia en el sur de la Península Itálica.

Venecia consideró al Adriático como su golfo, era el Golfo de Venecia. Génova, Hungría y otros trataron
de destruir este dogma, pero fracasaron. Génova reconoció la dominación veneciana del Adriático en 1299.
Una carta del rey de Nápoles Manfredo de 1257, reconocía la supremacía comercial de Venecia en el
Adriático, (Roger Bacon, 1214-1294, lo llamaba Mar Veneciano). A comienzos del siglo XIV su
 predominio en el "Golfo" estaba establecido sólidamente. Boccaccio se enojó porque el antiguo Mar
Adriático llegó a ser un Mar Veneciano, pero Petrarca se felicitó por ello. En 1481, Hungría reconoció sin
reservas que en el Adriático nada se podía hacer sin el permiso de Venecia. En el siglo XVII, Venecia

 
 

 preocupada por Trieste que estaba en manos de la Casa de Austria e inquieta por las actividades corsarias
de los uscocos, protegidos por el gobierno de Viena, estimó necesario fundamentar jurídicamente sus
"derechos" sobre el Mar Adriático.

Una vez satisfecha su sed de dominación y habiendo reducido a Dalmacia a un papel de guardián de su
grandeza y de sus riquezas, ¿qué hizo Venecia para compensar a este antiguo país por sus esperanzas
frustradas y libertades perdidas? Durante su esplendor Venecia no hizo nada o casi nada. El egoísmo del
gobierno sólo era comparable a su incuria. Salvo en lo concerniente a las fortificaciones absolutamente
necesarias, el gobierno se hacía el sordo. En su decadencia quiso desarrollarla, era lo único que le quedaba.
Pero fue tarde.

En Venecia a los dálmatas y, en general, a todos sudeslavos los llamaban schiavoni. La avenida costanera
inmediata al Palacio Ducal, frente al Canal de San Marcos, se denomina hasta hoy Riva degli Schiavoni.

Población
Cuando los eslavos ocuparon el litoral bizantino, la población romana les inspiraba un tal respeto que
numerosas familias sudeslavas inventaron árboles genealógicos que se remontaban a sus "abuelos
romanos". Desde luego entre los siglos VII y IX hubo familias, quizás y con razón, que reclamaban su
origen romano. Los condes de Blagaj, los Frankapani y los Kurjakovi$i estaban orgullosos de sus ancestros
romanos. Sería injusto no reconocer la latinidad a los descendientes de los romanos en Dalmacia. Habían
creado dos lenguas romances. Una que se habló en Dubrovnik hasta el siglo XVI y que no era comprendida
 por los italianos de su época. Otra, cuyos últimos parlantes de esta lengua dálmatoromana se extinguieron
en el siglo XVIII en la isla de Krk.

Esta romanidad desapareció rápidamente. Así, por ejemplo, desde la Edad Media en Dubrovnik no era más
que un recuerdo. Desde el siglo XVI hubo en dicha ciudad escuelas sudeslavas. Según testimonio, en 1745
la lengua sudeslava llegó a ser dominante. Sólo más tarde llegaron maestros italianos. La ciudad llegó a ser
 bifronte: de cara al continente era sudeslava y de cara al mar latina. Pero la lengua italiana no pudo nunca
enraizarse en Dubrovnik. Los letrados de Dubrovnik conocían a fondo el latín y una lengua eslava. Lo
mismo pasaba en Dalmacia. La población italiana en Dalmacia podía haberse contado en miles si, en el
transcurso del tiempo, los inmigrantes no se hubiesen eslavizado, extinguido o emigrado. La antigua
aristocracia en las ciudades del litoral disminuía rápidamente.

En el siglo XIV, numerosos refugiados bosniacos podían ser vistos en todas las ciudades del litoral. Todos
o casi todos los inmigrantes pertenecían a la nobleza. El territorio entre Trogir y &ibenik fue poblado
enteramente por los bosniacos que comenzaron a llegar a partir de 1386. Fueron acogidos fraternalmente.
 Numerosas familias aristocráticas de Bosnia poblaron la isla de Hvar. En Bra; y Kor %ula los nobles
 bosniacos fueron tratados como si tuviesen el derecho de ciudadanos de nacimiento. La voz de la sangre se
expresaba muy en alto. Fue una de las causas de la caída del espíritu comunal, pues las nuevas familias no
 poseían tradición municipal. Desde los primeros años del siglo XV, Zadar pasó a ser la ciudad del
rendez-vous de la aristocracia bosniaca. Dalmacia recibió otra inmigración importante de bosniacos en
1437. Fue acelerada en 1463, después de la masacre del último Rey de Bosnia y de un considerable número
de nobles por los turcos. Los conventos dálmatas no podían contener tantos refugiados. Los dálmatas
acogieron a esta gente en sus palacios o en sus cabañas.

Después de tantas guerras, a mediados del siglo XVIII estaba repuesta la administración veneciana. La vida
tomó un curso normal. La población creció rápidamente. En comparación a los 60.000 habitantes de 1650,
en 1718 eran 108.090, en 1781 subieron a 263.674 y llegaron a 288.230 en 1795. La población en las
ciudades ya no era mayoritariamente latina como lo fue hasta el siglo XVII. El incremento de la población
iba más y más a favor de los sudeslavos. A las ciudades llegaban también italianos (profesionales,
artesanos, funcionarios, comerciantes, etc.) que tomaban la dirección en sus manos. Constituían la fuerza
viva.

El repoblamiento del territorio dálmata recuperado a Turquía, era una de las principales y más serias
 preocupaciones de los representantes de Venecia. Esta operación no se hacia con elementos italianos y

 
 

extranjeros, sino con población sudeslava que así se reintegraba a sus hogares ancestrales. No había
 permanecido ningún habitante anterior. Nadie tenía un título de dominio. La República consideró los
nuevos territorios de su propiedad, una especie de ager publicus  a ser distribuido entre las personas
meritorias. Los morlacos fueron uno de los grupos considerados. En la segunda mitad del siglo XVIII,
llegaron a Dalmacia unos 40.000. Se les garantizó generosos retazos de tierra. Pero el problema no podía
resolverse sin una amplia y profunda investigación de la gente y del territorio.

Los morlacos comenzaron su migración hacia el Adriático a mediados del siglo XIV. Eran pastores
nómades de habla neolatina y serbio y de religión ortodoxa. Llenaron el Velebit y la Dinara y de allí
 bajaron al mar. Con la llegada de los morlacos se planteó la cuestión de la Iglesia Ortodoxa. Una vez
establecidos en diócesis católicas, se presentaron problemas entre los sacerdotes católicos y los popes
ortodoxos de esas comunidades. Unos decían que debían depender del Papa y los otros del Patriarca de
Ipek. La controversia llegó a ser grave, especialmente en 1672. Venecia otorgó mayores atribuciones al
vicario del patriarca de Constantinopla residente en Venecia. Le reconoció jurisdicción sobre todos los
ortodoxos de la República. Se formó entonces un centro de estudios "Eslavo-serbio" y apareció en Venecia
una imprenta cirílica que sirvió a los Balcanes.

Venecia hizo un censo de la población y un catastro de las tierras en la Novísima Adquisición entre los
años 1690 y 1730. Así obtuvo la información para promulgar la Ley Agraria de Grimani (25 de Abril de
1756). En virtud de esta ley, cada familia recibiría un poco más de media hectárea de tierra cultivable libre
de cargo, que se podía heredar pero no enajenar. Disposiciones especiales se estipularon o recomendaron
 para el cultivo en la zona de Zadar y Knin. Se estableció la devolución de las tierras al estado en caso de no
cultivarse y el uso común de pastizales y bosques. La nueva ley era totalmente diferente a la aplicada en las
tierras de la Antigua Adquisición. La diversidad de las dos regiones reveló diferencias y planteó problemas
casi insolubles para los legisladores.

En Dalmacia la casi totalidad de sus habitantes eran croatas en su vertiente dálmata, especialmente en la
costa e islas hasta el Cetina. De aquí hasta el Neretva y sus grandes islas de Bra;, Hvar y Kor %ula, eran
neretvanos. Hacían excepción la ciudades de Zadar, Trogir, Split, Rab, Osor y Hvar, donde había muchos
nobles y comerciantes italianos, que se establecieron allí debido a la secular administración veneciana.
Junto a los croatas e italianos se encontraban los serbios y morlacos, establecidos durante la dominación
otomana sobretodo en la región del Krka, desde Knin hasta Skradin.

La República legisló para que sus funcionarios no fueran "contaminados" por el avecinamiento con los
sudeslavos. Así dispuso que "Aquel que tenga por mujer una sudeslava, una dálmata o una húngara no
 podrá obtener un empleo remunerado por el gobierno. Si llega al conocimiento del Conde que un tal
funcionario existe, debe despedirlo. Al igual, en nuestras fortalezas, está rigurosamente prohibido tener
asalariados casados o en concubinato con una sudeslava, dálmata o húngara. Si existe, se deberá desahuciar
a menos que se decidan prescindir de sus concubinas. Si los hay en gran número, habría que desahuciar una
 parte solamente para no exponer a algún peligro a nuestras fortificaciones." Venecia se consideraba pues en
Dalmacia como una potencia extranjera, lo mismo que después lo haría Austria incluyendo a Bosnia y
Hercegovina.

En la segunda mitad del siglo XVIII Dalmacia estaba en un estado de crisis de crecimiento y desarrollo de
un nuevo orden. A Venecia decadente, prácticamente, le quedaba sólo Dalmacia. Había paz en Europa y
equilibrio con la Puerta. Así no existían serios problemas políticos, sociales y económicos. La tierra estaba
distribuida entre los que la trabajaban. La nobleza estaba reducida en número y tenía pocos recursos
económicos. Su único privilegió era tener un lugar reservado en las iglesias. El clero no gozaba de
 prebendas ni llevaba una vida fácil. En las ciudades todo estaba a un nivel de clase media. La vida bullía en
las ciudades. Las áreas rurales existían como una creación de la ciudades y vivían en función de ellas.
Predominaba el modo de vida veneciano.

Los estilos de vida y los modos de trabajar, vestir, amoblar y construir las casas y llamar los aparejos de
naves, el equipo de pesca, los del campo, era latino y mediterráneo. Las costumbres, tradiciones y las
supersticiones eran herencias ilirias, romanas, venecianas y eslavas. Dalmacia todo lo hizo profundamente

 
 

diferente y no comparable con otros eslavos de los Balcanes y Europa del Este. Compartiendo una vida
común en el suelo romano de Dalmacia con italianos y neolatinos, desarrollaron un modo de vida distinto,
el modo de vida ;akavo.

Es curioso que no se encuentre ni en Dalmacia ni en Dubrovnik, casi ningún descendiente de los


numerosos funcionarios venecianos que estuvieron trabajando y viviendo aquí en el curso de tantos siglos,
sobretodo entre los años 1420 y 1797. Sin la inmigración de italianos de data reciente, especialmente
después del sojuzgamiento de Dalmacia a Austria, Zadar habría perdido toda traza italiana. En cuanto a
apellidos, algunos eslavos se entretenían traduciendo su apellido o sus nombres patronímicos al italiano,
con cierto sabor latino (Nixeti$  = Nizeteo, Golubi$  = Colombini, Toma#i$  = Tommaseo, etc.). Otros lo
hacían por razones más terrenales.

Idioma
El idioma italiano predominaba sólo en las ciudades, con lo cual le daban un carácter italiano, todo lo
demás era croata y en parte serbio. Todo el vocabulario concerniente a la vida pública, administrativa y
eclesiástica, a la navegación, pesca y agricultura era neolatina, en parte eslava y en parte veneciana.

El idioma que se hablaba en Dalmacia, antes de la llegada de los eslavos, era una especie de lengua franca.
En la mitad del siglo XVI se constató que se hablaba eslavo (lingua sclavina) y la franca. En 1553 un
magistrado veneciano anotó, a su paso por &ibenik, que "los habitantes de esta villa se visten, hablan y
viven a la manera sudeslava, pero casi todos conocen la lengua franca. Hay nobles que visten a la italiana,
 pero son muy escasos. En cuanto a las mujeres, todas visten a la usanza sudeslava. Los habitantes de Trogir
viven a la manera sudeslava, aunque hay algunos que visten a la italiana, pero éstos son poco numerosos.
Hablan la lengua franca, pero en sus casas hablan eslavo con sus mujeres, pues las hay muy pocas que
comprenden la lengua italiana y aún si la comprenden no quieren expresarse sino en su lengua materna. Lo
mismo constató en Split.

La necesidad de una educación superior, que ya no cubrían las escuelas municipales, fue cubierta por dos
institutos: San Demetrio en Zadar (1779) y San Lázaro en Trogir (1796). La República también contribuyó
a la educación y entrenamiento de sacerdotes subsidiando a antiguos seminarios diocesanos, como los de
Zadar y Split, y promocionando la fundación de nuevos para clérigos eslavos en Hvar y Vis. El
analfabetismo era escaso en la clase media y aún entre los artesanos. En ese tiempo no existían escuelas
rurales.

Administración
La administración estaba a cargo de funcionarios venecianos. Al comienzo, las grandes comunas, que
dependían del poder central, recibían sus Condes ( Comites) directamente de Venecia, pues era necesario
vigilarlas más estrechamente. A las de menor importancia le fue acordado el privilegio de elegir sus
Rectores entre sus ciudadanos venecianos. Estos cargos podían desempeñarlos también sudeslavos
notables, siempre que hubiesen dado pruebas de lealtad a Venecia. Pero esto era muy raro. Venecia
desconfiaba siempre.

Más tarde, se nombraron proveditores o gobernadores generales para Dalmacia y Albania Veneciana,
verdaderos virreyes, que se renovaban cada tres años. Para llenar este puesto competía la nobleza
veneciana. Era representativo y productivo. El proveditor administraba el país como un gobernante
independiente. Tenía su asiento en Zadar. Disponía de una guardia personal y usaba una vestimenta
semejante a la del Dogo. Cuando los campesinos se cruzaban con él caían de rodillas en señal de respeto y
homenaje. Concentraba en sus manos todos los hilos administrativos, el poder civil y militar. La autoridad
que tenía era ilimitada. Un segundo funcionario lo asesoraba en la parte militar, era el Capetano. El tercero
en importancia era el Camerlengo della Camara de San Marco, que administraba los ingresos fiscales
recolectados a los comerciantes, por los servicios y ventas de sal y otras mercancías. Establecía y cobraba
multas.

El antiguo Gran Consejo de la Comuna pasó de ser ejecutivo a meramente consultivo como Consejo de la
Comunidad, que elegía consejeros que asistían a los Condes en la causas civiles o confirmaban la legalidad

 
 

de sus actos y la de otros funcionarios, como ser de los tribunos  que supervigilaban los suministros a la
 población.

Dalmacia fue dividida en distritos (distretto) a cuya cabeza se encontraba un knez (conte) nombrado por el
 proveditor. Junto al knez se encontraban dos funcionarios: el canciller (cancelliere) para los asuntos
 judiciales y el camarlengo (camerlengo) para los financieros. Los funcionarios venecianos eran pocos y
mal pagados, lo que los obligaba a apropiarse indebidamente de fondos fiscales y explotar a la población.
Así, el canciller tenía un sueldo de 60 florines al año y gastaba 4.000.

Cada municipio tenía su propio Estatuto, no existía uno común para todas las ciudades. La administración
municipal la compartían los nobles y ciudadanos, que funcionaban en asambleas para tratar solamente los
asuntos exclusivamente atingentes a la comuna. En algunos municipios sólo se reunían los nobles. Los
campesinos se agrupaban en cofradías, en las cuales debatían sus problemas.

Los cargos públicos eran innumerables: guardafronteras, guardias extraordinarias para la salud pública,
 persecución de bandidos, transporte de material de guerra, transporte de equipajes del gobernador,
transporte del material de construcción, puentes caminos, acueductos, distribución de cartas, convoyes de
caravanas, etc.

Justicia
El proveditor era la última instancia en juicios, materias financieras, militares y aún en los religiosos. Los
asuntos civiles y criminales los llevaba el conde de la ciudad, y las policiales las trataban los jueces
mayores y menores. Antes del 1740, los campesinos se rebelaban a menudo contra los propietarios. Pero
 por una ley de ese año, la República mantuvo antiguas reglas estatutarias y no permitía la apelación a
Venecia sino en el caso de excesos de parte de los propietarios.

Se pensaba reglamentar adecuadamente la cuestión agraria en la Dalmacia liberada de los turcos. En las
tierras del Vecchio Acquisto, había que considerar a las comunas humilladas y privadas de sus principales
atribuciones, pero todavía dotadas de su anterior identidad política. Muchas leyes y franquicias se
conservaron, pero sin estar adaptadas a los nuevos tiempos, como ser el colonato. Venecia no percibía en
dicho territorio el impuesto de la tierra propiamente tal, los únicos ingresos provenían de los derechos
aduaneros y de navegación. En caso de impugnación de propiedades, la presunción era a favor de la
Comuna, la República debía probar su derecho.

En el territorio del Nuovo Aquisto la situación jurídica era totalmente distinta. Los venecianos lo habían
conquistado por la fuerza de las armas y los poseedores de tierra basaban su derechos en una concesión
gratuita otorgada por el Estado. En 1756 fue promulgada la llamada Ley Grimani, que precisaba las
condiciones de las concesiones. Según los términos de esta ley, el Estado era el propietario de la tierra; los
concesionarios pagaban los impuestos en productos y tenían el derecho de traspasar sus concesiones, pero
solamente a sus herederos varones y no podían enajenarla. En casos determinados, el Estado podía retomar
las tierras concesionadas, así la condición de concesionario era precaria. Este sistema permitía tener una
 población rural estable, pobre pero belicosa, para defender el territorio contra las incursiones de los turcos.
Esta ley, muestra de la beneficencia veneciana, fue aplicada sólo parcialmente hasta el día en que
 Napoleón, por un decreto firmado en Anvers el 4 de Septiembre de 1806, declaró que los dálmatas
continentales eran propietarios de sus concesiones.

Comercio e industrias
Todo el comercio estaba en manos de venecianos, así toda la mercancía que se exportaba de Dalmacia
 primero tenía que ir a Venecia, y sólo después a otros destinos. Igualmente se tenía que adquirir todo lo
que se necesitaba en Venecia. El monopolio comercial e industrial pertenecía a Venecia. Fue practicado
con toda meticulosidad y hasta sus más mínimos detalles. Ninguna industria se podía instalar sin la
autorización del gobierno, que, prácticamente, nunca la otorgaba. Las salinas (la sal era artículo de
 primerísima importancia) fueron simplemente declaradas propiedad de la República. El gran principio, que
reinaba por sobre los demás, era que el interés del poder central, debía primar sobre cualquier otro y estar
debidamente salvaguardado.

 
 

El trigo sólo se podía vender en Venecia. Los proveedores venecianos compraban el trigo en ciertas
comunas como competidores privilegiados respecto de los compradores locales, es decir, adquirían en
 primer lugar. Los compradores locales no podían hacer transacciones sino con su autorización, o sea, los
consumidores locales eran sacrificados. Los navíos venecianos se llevaban el trigo y la gente de las
comunas quedaba librada al hambre, como por ejemplo: durante la hambruna del 1559 todo el trigo se
llevó a Venecia. Así el hambre había pasado a ser con las pestes importadas de Turquía un mal casi
endémico en Dalmacia. En el 1557, el Conde de Split constataba en su informe al Senado de la República,
que los agricultores habían sido expoliados durante años por los compradores de trigo venecianos y que
tuvo que recurrir a los turcos para traer de Bosnia cereal.

En el 1559, el subgobernador informaba que reinaba una gran penuria cuyo resultado era el pauperismo y
la emigración. No había casi ninguna comuna en Dalmacia que podía vivir exclusivamente con la
 producción de su propio territorio y el intercambio entre comunas vecinas no resultaba, pues sus productos
eran los mismos. En consecuencia, era de imperiosa necesidad la libertad comercial, la elección de
mercados más ventajosos. Pero en vez de eso, Venecia, por un conjunto de leyes y ordenanzas, eliminaba a
sus rivales y por excesivos derechos de aduana hacia imposible la compra-venta en todos los mercados.
Toda la legislación veneciana estaba marcada por el más exagerado proteccionismo. Contribuía a esto que
el sistema de pesas y medidas de una ciudad a otra no era necesariamente el mismo.

El vino y otros productos nacionales del comercio dálmata, no estaban exentos de del pago de aranceles.
Sin embargo Venecia mantenía el cierre a los mercados exteriores. La importación de vino extranjero
estaba en casi todas las ciudades prohibida. Esta prohibición se aplicaba igualmente a los vinos procedentes
de las comunas vecinas. Sólo existía el derecho, o mejor, el deber de exportar su vino a Venecia.

Algunos estatutos comunales prohibían la plantación de vides, bajo la pena de la extirpación de las cepas.
En estos casos el gobierno intervenía a favor de los campesinos señalando lo injusto que era destruir las
viñas de los pobres. Instruía que lo que hay que hacer es cobrarles el tributo, igual que a los demás
contribuyentes.

El comercio de Dubrovnik aprovechaba las leyes vigentes en las ciudades dálmatas. Split gozaba del
 privilegio de puerto franco para las mercaderías depositadas en su lazareto marítimo, pero los contratos de
compra y venta de las mercancías debía hacerse en Venecia. Esta disposición iba en contra de los intereses
de los comerciantes locales, que evitaban por consiguiente su lazareto y preferían enviar las mercaderías a
Dubrovnik donde tenían libertad de despachar sus productos de acuerdo a su conveniencia. La mercancía
 principal que Bosnia proporcionaba a Venecia eran bueyes. En cambio, los turcos y bosniacos compraban
sal, vino, aguardiente y aceite. El volumen de producción de la sal alcanzaba a 17.500 toneladas por año,
del vino 300.000 barriles venecianos y aceite 40.000. Dalmacia enviaba a Nápoles y a los Estados
Pontificios caballos de tiro y pescado salado. Tenía excedente de vino, aceite, lana y otros artículos, pero la
legislación veneciana impedía su exportación. Todo el sobrante iba a Venecia. El comercio con el
extranjero estaba prohibido, excepto el del trigo donde prevalecía el impuesto. Los monopolistas de
Venecia podían a su voluntad paralizar las importaciones dálmatas, lo que provocaba fatalmente un
inmenso tráfico de contrabando. Para investigar cualquier barco que navegase por el Adriático e impedir el
contrabando, Venecia instituyó el puesto de Capitano in Golfo, directamente subordinado al  Proveditore,
que operaba, casi siempre, de acuerdo a sus instrucciones. La navegación se desarrollaba hacia el
Mediterráneo y más allá de Gibraltar. Una publicación oficial de los últimos años de la República
informaba que los 4/5 de la flota mercante veneciana era dálmata. En la cara opuesta, una nube de
comerciantes austríacos, anconitanos, napolitanos, sicilianos, malteses y otros se precipitaban sobre
Dalmacia. Se vendía de todo: barricas, zunchos de toneles, telas, cuerdas, legumbres, frutas, pasteles, etc.
Se practicaba el trueque, pero en el fondo este comercio se tragaba todo el oro y la plata del país. El dinero
emigraba a la feria de Senigallia, ciudad cercana a Ancona.

Existían manufacturas relacionadas con la crianza de ganado: tintorerías y curtiembres de cueros,


especialmente en Kotor; artesanías y tintorerías de productos de lana; carnes saladas, quesos y
manufacturas de velas de sebo y veleros. Otras manufacturas: industria textil en Zadar (1757), elaboración

 
 

industrial de marasquino (1752), producción de velas de cera, destilación de esencias (maná a partir de
1762) y el cultivo del tabaco.

La pesca fue siempre abundante, especialmente, de anchovetas y sardinas, las que eran, generalmente,
saladas, escabechadas o conservadas en gelatina. La tuna se obtenía en las áreas de Novigrad y Rab y entre
el Cetina y el Neretva. Florecía también la extracción de coral, especialmente en las islas frente a &ibenik.
Después de Imperio Romano, Venecia recién en el siglo XVIII exploró el subsuelo. En 1757 minas de
carbón en la isla de Pag y en 1772 excavaciones en las minas de plata de Debelo Brdo. Más tarde, en 1777
se explotaron ricas minas de hierro y en Sinj se construyó una factoría de artículos de ferretería. En 1782
funcionaba una mina de carbón en Sutivan isla de Bra; y una mina de oro en Vrlikonj. En 1786 se encontró
 bitumen en Siveri$ y en otro lugar cerca de Trogir y en 1789 mineral de plomo en Plavno cerca de Knin. 

Venecia al final, también se preocupó de la protección y conservación de los bosques. Cerca de 500
decretos se promulgaron para regular e impedir la irresponsable destrucción de las montañas forestadas
durante siglos. Igualmente se procedió para los pastizales.

Ya no sólo el interés económico estuvo detrás de la actividad veneciana, también aparece el científico y
cultural. La República envió economistas, agrónomos y otros técnicos para observar y estudiar los
 problemas en el terreno. Entre 1784 y 1787 fueron fundados jardines experimentales y academias
dedicadas a la economía y agricultura en Zadar, Split, Trogir y Hvar. Alrededor de estos centros gravitaba
la mayor actividad cultural en Dalmacia. Lamentablemente todo esto era tardío.

Defensa
En las zonas fronterizas los campesinos organizaban destacamentos para vigilar a los turcos del otro lado.
Cada distrito tenía su coronel asistido por sus ayudantes: los  serdar es y los haramba " as. Los isleños
servían casi exclusivamente en la marina. Cada comuna armaba una galera para integrar la flota veneciana.

El gobierno dejó caer en ruinas a las fortalezas. Fue necesario capacitar a los lugareños para efectuar las
reparaciones de las fortificaciones. Se pedían prestaciones voluntarias. Los soldados y oficiales eran mal
 pagados. Entre los soldados, hacia el final de la República, había muchos dálmatas, croatas y albaneses.
Eran las tropas ultramarinas.

La República impedía el desarrollo de la construcción de navíos en Dalmacia, limitando el número de


constructores y enviando a Dalmacia obreros del arsenal de Venecia, sus incondicionales. Las madera de
construcción que necesitaba el arsenal veneciano se obtenía de los bosques de Dalmacia y Albania. Una de
las principales quejas contra Venecia era la destrucción completa de los bosques dálmatas para las
necesidades del Estado, no solamente para los navíos, sino también para la confección de los pilotes sobre
los cuales fueron construidos los palacios venecianos. Los bosques en Dalmacia, nunca fueron abundantes.
También los propios dálmatas contribuyeron a su destrucción. Talaban para satisfacer sus necesidades sin
 preocuparse de su renovación. Además los funcionarios venecianos hacían con la madera un gran negocio.

Para los fines de guerra existía la milicia territorial nacional que se llamaba paesanaticum, compuesta por
la policía y de una guarnición militar permanente, con jefes venecianos o italianos y aún españoles. Esta
milicia nacional dálmata se cubrió de gloria en el siglo XVII. Liberaría de turcos el suelo de la patria.

Tributos
Existían muchos privilegios y excepciones. Comunas enteras y particulares eran los beneficiarios, además
las iglesias, los conventos, etc. Todas las cargas impositivas recaían sólo sobre una parte de la población.
Se eximía a los ricos por dinero. Los impuestos no eran muy subidos, por cuanto la República, no deseaba
fomentar los descontentos en una Dalmacia bastante maltrecha. Los pagaban solamente los campesinos, ya
que los nobles y los ciudadanos estaban liberados no sólo de pagar contribuciones sino de cualquier otro
impuesto o tributo.

 
 

Estatutos municipales
Las comunas dálmatas, representaban un desarrollo del genio municipal romano tal como evolucionó en
contacto con el cristianismo y con las ideas tomadas al acervo común eslavo, latino y bizantino. Roma
 propagó sus ideas de derecho y de autonomía municipal por todas las partes por las cuales se pasearon sus
legiones. Las villas que fundó fueron lo jalones de su poder, de su expansión y de su prestigio. Ahora bien,
las comunas dálmatas son las primeras nacidas de este espíritu municipal romano. Son los antecesoras de
las repúblicas ciudades cuyos tipos más evolucionados fueron Venecia y Dubrovnik y menos Zadar, Split,
Trogir, y otras.

Las bases de su constitución eran: a) la libertad de disponer por si mismas y b) la autonomía en el recinto
inviolable en el interior de sus murallas. Ninguna revolución precedió a su nacimiento. Surgieron
orgánicamente de la gran matriz. Se mantuvieron bajo todos las ocupaciones. El Bajo Imperio Romano se
caracterizó por el desarrollo progresivo de la autonomía local, ejercida por una clase aristocrática con la
eliminación del elemento popular de sus instituciones que, al inicio, fue muy importante.

Durante el Imperio Bizantino ocurrió exactamente lo contrario. Las autoridades locales se desarrollaron a
la sombra del poder imperial. Desde los tiempos de la pragmática sanción de Justiniano y de los decretos
de Justino II, se amplió constantemente su poder e influencia. La época bizantina marca el apogeo de la
libertad municipal en Dalmacia. Después del eclipse total de Bizancio en la ribera adriática (fines del siglo
XIII), las comunas se encontraron solas y aisladas para luchar por su libertad frente a los nuevos
conquistadores. La historia de las comunas dálmatas, en breve Dalmacia, bajo Venecia o bajo Hungría, es
un largo y emocionante drama entre esta sed de libertad municipal, simplemente humana, y los "derechos"
que se arrogaron sobre ella los estados protectores y opresores a la vez.

La adaptación de la autonomía comunal a las exigencias de la potencia de turno, que sojuzgaban ciudades y
villas, no llegará nunca hasta su supresión simple y pura. La libertad comunal se plegará, se adormecerá
 bajo una capa de plomo del régimen debilitante de Venecia o del régimen burocrático centralista de
Hungría y Austria, pero la vigorosa planta iliro-romana-eslava resistirá las tempestades, sus órganos
funcionarán más bien que mal, aunque los jefes de las comunas ya no fuesen elegidos por las asambleas
 populares. Los Estatutos y los Consejos Municipales que se crearon impidieron su parálisis y
descomposición.

El jefe de la comuna se denominaba prior. Era independiente del gobernador general bizantino, del famoso
 strategos (estratega), que más tarde fue reemplazado por un conde veneciano. Existían priores en las villas
episcopales: Zadar, la primera de todas, Rab, Krk, Osor, Split, Trogir, Dubrovnik, donde se denominaba
 praeses  (presidente) y finalmente en Kotor. Se debe agregar la villa croata de Biograd na Moru. En torno a
estos priores dálmatas se realizaron toda las batallas municipales.

El prior era elegido anualmente por la asamblea de los ciudadanos. La dignidad del prior pasó a ser, por la
fuerza de las circunstancias, hereditaria en algunas familias. En Zadar la poderosa familia de los Madii la
ejerció durante numerosas generaciones. Más tarde, en virtud de pactos impuestos por las potencias
invasoras, las comunas debían comunicar al jefe del estado respectivo la elección del prior, pero sin
solicitar su confirmación. Los priores se rodeaban de toda una corte. Hubo algunos que se autodominaban
soberanos, por ejemplo: "En nombre de Cristo, yo, Drago, por la gracia de Cristo, Prior de la villa de
Zadar.".

La época de los priores es la de los ensayos hechos por las comunas dálmatas para constituirse en
repúblicas independientes, unidas probablemente por un lazo federal. El título de prior fue reemplazado
más tarde por el de comes  (conde). Los reyes de Hungría fueron los primeros en imponer condes en las
villas dálmatas. En verdad, el conde al igual que el prior eran elegidos por el pueblo y el clero. En los
siglos XI al XIII fórmulas casi idénticas expresaban el derecho de las villas para elegir libremente al obispo
y al conde. Sin embargo, el nuevo nombre para las funciones municipales marcaba una decadencia, debía
ser confirmado por la autoridad central.

 
 

El prior o conde era antes que nada el depositario de una alta jurisdicción sobre los ciudadanos. La idea de
 justicia es inseparable de la idea de soberaneidad. En las relaciones internacionales, la villa era
representada ya sea por el obispo o por el conde y a menudo por ambos en conjunto. Pero antes que el prior
llegase a ser el jefe de la comuna, era el obispo el que desempeñaba el rol principal. Pero a veces - pues en
la Edad Media todo escapa a las reglas fijas - son únicamente las autoridades civiles las que concluyen
tratados con los soberanos extranjeros. Los obispos representaban la influencia espiritual y social en la
ciudad y aún en los tratados concluidos por los laicos figuran como representantes del poder espiritual.
Como tal están asociados al prior y al iudex (juez), sobre todo cuando la causa comprometía al clero. La
administración de los dineros públicos escapaba al control episcopal. Legalmente, el obispo no podía
inmiscuirse en la administración de la comuna, a pesar de ser un personaje muy importante y que su voz,
en la elección del prior, era a menudo decisiva.

También el prior ejercía las funciones de juez, pero junto a el había otros jueces menores, funcionarios de
la comuna. El prior y el juez (al comienzo era sólo uno) formaban un colegio, un tribunal. Los jueces eran
todos nobles. Junto al prior estaban los consejeros o cónsules   (consiliari), que tenían un puesto en el
 priorato con los jueces. El Estatuto de Split, del siglo XIII, contemplaba un Gran Consejo de 100 notables
(meliores), una credentia  de 25 ciudadanos y una junta ( giunta ) para pronunciarse sobre cuestiones
institucionales. Todos estos cuerpos constituían el Gran Consejo. Además, junto a tres jueces designados
 por él se nombraban seis consejeros para formar un colegio especial encargado de redactar y promulgar las
sentencias. Junto al prior y a los jueces se formó más tarde un Consejo restringido que debía asistirlos en la
administración de la justicia, pero que se entrometía también en todos los demás asuntos. En Zadar
constituía la suprema autoridad administrativa.

En los siglos XIII y XIV, el Gran Consejo no se componía exclusivamente de nobles. El pueblo estaba allí
representado. Había en primer lugar un Consejo General y uno de Nobles. Los plebeyos compartían el
 poder con los patricios. En Trogir, por ejemplo, en 1076 se trataba de aceptar el protectorado de Venecia.
Un asunto muy importante. Fue discutido por "todos los nuestros ciudadanos grandes y pequeños". En el
1085, el arzobispo de Split hizo una donación de terrenos a un particular. La donación fue confirmada "por
Valiza, prior, por el clero y todo el pueblo." Pero poco a poco los nobles se tomaron todo el poder. No
importa de lo que se tratase, ya sea un terreno, un privilegio, una negociación diplomática o de una
disposición administrativa cualesquiera, siempre eran los nobles que decidirán. Este régimen aristocrático,
al ejemplo de Venecia, se irá ampliando a medida que el patriciado dálmata - aún cuando los eslavos hayan
reemplazado a los latinos - se identifique a la Serenísima República para la conservación de sus privilegios.
La aristocratización de las comunas dálmatas no fue fácil. El demos  se levantó numerosas veces y se
 produjeron duras luchas entre nobles y plebeyos, que en pleno régimen veneciano del siglo XVI fueron
verdaderas guerras civiles. Hace excepción a esto Dubrovnik.

Las atribuciones del Consejo General de la comuna eran muchísimas. Manejaban los tratados con las
 potencias extranjeras, la admisión de nuevos ciudadanos - asunto de primer orden en las comunas de la
Edad Media -, las sentencias judiciales, las relaciones de las órdenes monásticas con la autoridad civil, los
derechos y privilegios, las obligaciones pecuniarias de toda índole, las donaciones entre los ciudadanos, la
elección del jefe de la comuna y el nombramiento de todos sus funcionarios.

Frente al Consejo de los Nobles apareció una agrupación de la clase media y baja llamada Università di
 Popoli e Cittadini  (asociación del pueblo y de los ciudadanos) que pretendía librarse de su autoridad.
Llegaron a ser verdaderos organismos políticos, como ser la Cofradía de San Santiago de Galicia en Zadar
y la del Espíritu Santo en Split y Trogir. Con el tiempo la autoridad de los nobles decayó y las
Asociaciones se hicieron cada vez más fuertes. Mejoraron su organización. Sus miembros tuvieron éxito en
la marina y en el comercio. Eran entusiastas partidarios de Venecia que, aunque gobernada con la
aristocracia, se basaba en la industria y el comercio. De aquí que no podía no conceder a la naciente
 burguesía y a los artesanos su aprobación y respeto.

Pero se acercaban los días cuando Hungría primero y Venecia y Austria después sustituirán el libre
expansionismo de la libertad comunal por la razón del Estado y restringirán progresivamente la actividad

 
 

comunal, fuente inagotable de vida, hasta la formación de las grandes monarquías, que responderán a otro
ideal.

En espera, todas las comunas eran colmenas políticas, como Venecia. El tipo fundacional era idéntico. La
diferencia fue de potencia. Todas tienen sus estatutos, arca santa e inviolable de sus derechos. Entre los
siglos XIII y XIV, el derecho consuetudinario se codificó. Tienen Estatutos Zadar, Split, Trogir, &ibenik,
Dubrovnik, Skradin, Omi#, Kotor, Budva, el condado de Poljica y las islas de Cres, Krk, Pag, Rab, Bra;,
Lo#inj, Kor %ula, Lagosta y Mljet. Son documentos llenos de buen criterio y espíritu político, producto de
una simbiosis latinoeslava cuya misión histórica consistía precisamente en la mediación, atenuación de
contrastes, promoción de la comprensión entre el mundo eslavo y el mundo latino.

Los Consejos de las comunas, entes tan gloriosos, quedaron con el tiempo reducidos a un número
insuficiente de miembros a consecuencias de la extinción de familias patricias o de la emigración o
ausencia de los nobles. En este caso se procedía a la agregación de familias burguesas de acuerdo a los
términos del Estatuto. Los nobles se oponían tenazmente a esta agregación porque ellos querían mantener
todas las funciones públicas. Sin estas funciones ellos disminuirían su prestigio. Por otra parte, no querrían
mezclar su sangre con la nueva "nobleza".

Funcionamiento comunal
A partir de 1750 se desecaron casi 100.000 acres venecianos de pantanos cercanos a Knin y Sinj, 5.000 en
 Nin y 3.000 en Ostrovica. Se construyó un canal entre el lago Vrana y el mar. Se terminaron
mejoramientos de terrenos en Vrgorac, Rastoc y Jezaro (1779) y los de Imotski (1780).

El Acta Grimani estableció la obligación de mantener y tener en condiciones de uso las carreteras. Se
establecieron vías de comunicaciones entre Zadar y Split y las ciudades fronterizas, especialmente Knin y
Sinj. En 1790, el "Camino del Gobernador General" que iba en dirección sur desde Zadar fue completado.
En 1794 se finalizó el "Camino de la Caballería", que conectaba la capital con el interior para su uso
militar y comercial. Se construyeron puentes y se establecieron transbordadores en los ríos del interior. El
 puente más notable fue el de Sinj, inaugurado en 1784. Se hicieron obras para regularizar el curso de los
ríos Krka y Butisnica.

¿Turcos o venecianos?
En la segunda mitad del siglo XV y hasta el fin del siglo XVIII, los eslavos, griegos y otras nacionalidades
vecinas (húngaros, albaneses, rumanos) que deseaban liberarse de los alemanes de Austria y de los
italianos de Venecia, veían a menudo en Turquía la vía de su independencia y consideraban a los turcos
como sus libertadores. En el Imperio de Austria y en la República de Venecia, los elementos
 predominantes, alemanes e italianos respectivamente, no tenían sino una alternativa: renunciar a su
hegemonía y colocar a los eslavos sobre un pie de total igualdad con ellos o tratar de sofocar todo espíritu
de independencia de los pueblos sometidos que constituían la fuerza muscular de Venecia y de la
monarquía de los Habsburgos. El primer procedimiento, sin mayor exigencia de fuerza, es siempre
materialmente imposible para las naciones acostumbradas a dominar, así que fue preferida la alternativa.

De acuerdo a esto, Dalmacia tendría que haber elegido entre la dominación extranjera representada por la
República de Venecia o por el Imperio Otomano. El dilema era ilusorio. La civilización encadena. Ahora
 bien, después de siglos de luchas, una inmensa fatiga se había apoderado de los países del sudeste europeo
y la invasión otomana la aumentó. Dalmacia había llegado a ser la tierra de todas las dudas y la patria de
todos los infortunios. Los dálmatas desequilibrados, pasaron a ser pleitistas, desconfiados orgullosos y
 pobres, haciendo circular sátiras sangrientas contra los gobiernos. El turco es como el río, inunda todo,
destruye todo, pero el dogo es como el río que poco a poco se lleva toda la tierra.

Ahora bien, la verdad es que Venecia comenzó a sufrir los primeros síntomas de un mal endémico: la
arteriosclerosis. Perdía progresivamente su imperio y en Dalmacia se mantenía en una actitud defensiva
desprovista de toda dignidad. Se puede decir que el progreso siempre creciente de los piratas uscocos en
Dalmacia, testimonia en contra de la autoridad del gobierno veneciano en la segunda mitad del siglo XVI.

 
 

Los siglos XVI y XVII son los más tristes en la historia dálmata. La fusión con Venecia era más o menos
completa, pero solamente con ventajas para la República de San Marcos. El espíritu comunal en Dalmacia
estaba aplastado. Los antiguos estatutos comunales disminuidos, modificados y convertidos en recuerdos
molestos por las autoridades venecianas. Se producían continuos choques entre los nobles y la nueva clase
ascendente de los burgueses.

La invasión turca tuvo por consecuencia devastaciones y despoblamiento. La falta de ayuda humanitaria
tuvo su secuela en epidemias y hambre para las poblaciones. Finalmente con la reconquista del territorio,
Dalmacia quedó veneciana. Cayó en un letargo de siglos y sólo será despertada por los reiterados golpes de
un general de la Revolución francesa.

LA MUERTE DE LA REPÚBLICA DE VENECIA


Al término del siglo XVIII, cuando todas las clases sociales de la población estaban dedicadas a su trabajo
y la provincia estaba en vías de recuperación ocurrió un gran acontecimiento: la caída de la República.
Existió una ligera premonición en la propia Venecia, pero no en Dalmacia. Hacia fines de 1796 y
 principios de 1797 numerosa fuerza militar fue despachada a la laguna, 12.000 hombres, para hacer frente
al enemigo.

En Venecia se plantearon ante el Consejo de la República dos temas capitales. Uno era la reforma del
régimen interior - que también concernía a Dalmacia - y el otro de política exterior. ¿Cual será la actitud de
la República en la nueva constelación europea que se diseñaba después de la guerra europea de los siete
años (1741-1748)?

En todas estas cuestiones vitales, el Estado veneciano cedía, la vieja sabiduría lo abandonaba. Rehusaba
rejuvenecer la milenaria constitución y se desinteresaba de todo lo que sucedía a su alrededor. Todas las
tentativas de una reforma tendiente a descentralizar el Estado, para recordar a las provincias los mismos
derechos que a la metrópoli, abortaban desgraciadamente. Espíritus clarividentes se obstinaban en proponer
remedios, pero la República no quería nada. Venecia se encaminaba rápidamente a su ruina final. La
República estaba agotada. Se requerían cambios para sobrevivir.

En 1754 , Nicolas Bon, miembro de los Quarenta o sea del Gobierno, propuso reformar la Constitución.
Por su atrevimiento fue relegado a un monasterio y nunca más se supo de él, desapareció. Toda
 proposición de cambio estaba condenada al fracaso. Angelo Querini en 1761 sugirió la limitación de los
 poderes del Consejo de los Diez. Fue arrestado por los inquisidores del Estado y encerrado en el castillo
fuerte de Verona.

De los jefes patricios, Giorgio Pisani y Carlo Contarini, patricios pobres, pedían una reforma radical de la
Constitución, aunque siempre aristocrática. Paolo Renier, el nuevo dogo, formuló un conjunto de reformas
graduales que se aplicarían poco a poco al enfermo para hacerlo apto para aprovechar el remedio, en vez de
medidas radicales que podrían matarlo. El discurso que pronunció en esa ocasión es una obra maestra de
oración fúnebre para un gran Estado que no siente no poder vivir. Dijo, entre otras cosas: "...no nos
equivoquemos, estamos aislados, sabemos lo que precisan los monarcas de nosotros...odian mortalmente a
la República. ... Si hay un país que requiere de la concordia es el nuestro. No tenemos ni fuerzas terrestres,
ni fuerzas marítimas, vivimos por azar ( per accidente ), vivimos gracias a la idea que existe sobre la
legitimidad del gobierno de la República veneciana."

El Consejo aprobó por gran mayoría la reforma progresiva.

Mientras se terminaba la construcción del dique del Lido (1782), para defender la metrópoli de las olas del
Adriático, las magníficas playas dálmatas languidecían en el más completo abandono. Mientras se paseaba
 por el mar el León Alado, Dalmacia, con sus fortificaciones en ruinas, se hundía más y más en la miseria y
en el marasmo. Sin escuelas, sin artesanos, debía tributar por todo al Estado, aún por la greda. Los
dálmatas eran usados para saciar la sed del amo.

 
 

Es extremadamente curioso ver a Marcos Foscarini, que fue más tarde uno de los sostenedores del añoso
edificio constitucional, desarrollar las ideas más modernas y justas respecto a Dalmacia. En una
intervención ante el Gran Consejo decía. "No es hoy que rumores extraños circulan en Dalmacia, no es hoy
que los hombres del Gobierno escuchan manifestaciones violentas que sacuden el país, al Estado, la
religión, ... Los reclamos de graves abusos en Dalmacia son debidos a que la fiscalización pública no se
realiza allá desde hace más de ciento treinta años... Encuentro que después de las últimas guerras,
Dalmacia cuadruplicó su territorio; este aumento de territorio produjo un gran cambio en las costumbres
del pueblo, cuyo genio tradicionalmente guerrero se volcó hacia el cultivo de los nuevos territorios.
Entonces se sugirió un impuesto sobre sus productos agrícolas. Hecho grave para un pueblo que estuvo
hasta entonces exento de toda tributación, salvo aquella exigida al comercio. Se otorgaron amplias
facultades a un solo recaudador de impuestos, de donde se derivaron más calamidades para Dalmacia.
Entre otras la de exportar trigo para las necesidades internas al extranjero sin ninguna restricción ni
imposición. ¡Buen Dios!, a Dalmacia país estéril se le impuso la dura ley de la privación de su cosecha
anual ¡en provecho de una sola persona!, ¡un monopolio sobre el producto más necesario para la
vida!...¿dónde están esas plazas públicas, esos palacios del pretorio que se les prometió construir y dónde
están los eternos lazaretos prometidos de Split y Hercegnovi? Hubiera querido informar a Vuestras
Excelencias algo más preciso en relación al cumplimiento de estos trabajos y de su solidez, pero he tenido
que renunciar, pues buscando para aclarar en los informes de los gobernadores generales, me sumergí aún
más en las tinieblas ... yo no sé en verdad lo que es más reprochable, la confianza imprudente del que
gobierna la provincia o la somnolencia de aquel que preside los destinos de la República."

El providitor general Gabriel Boldini trazó al año siguiente en su informe al Síndico Inquisidor un cuadro
desolador de la situación en Dalmacia y repetía todas las críticas que el procurador de San Marco había
formulado. Las fortalezas caían en ruinas, las guarniciones eran insuficientes e ineptas para la defensa del
 país, el hambre causaba estragos por doquier y también toda clase de enfermedades del ganado. Una
cantidad enorme de decretos y leyes contradictorias hacían imposible el funcionamiento de la
administración. disminución de los ingresos públicos, sea al amparo de privilegios, sea a causa de un
contrabando desenfrenado. Debilitamiento progresivo del comercio activo. Falta de diligencia, ningún arte,
agricultura inexistente. Los comerciantes extranjeros son favorecidos. La avidez de los turcos hace que
todos los negocios sean en su favor. El gobernador general entre otras actividades tenía que mantener una
formidable correspondencia con:

-el gobierno,
- el Bailo de Constantinopla,
- el Capitan in Golfo,
- el Proveditor extraordinario de Kotor,
- 34 representantes y camarlengos,
- 2 cónsules venecianos,
- 18 comunidades,
- 16 jefes de territorios,
- el Gran Conde de Poljica,
- 2 Arzobispos,
- 11 obispos,
- el príncipe vladika y otros jefes de Montenegro, y
- la República de Dubrovnik.

Estaba colmado de trabajo ¿Cuándo podía encontrar tiempo para ocuparse de los problemas de los
habitantes del país? Las luchas civiles dañan en todas partes. Los Estatutos de las ciudades marítimas son
anticuados. Nada de industrias. La miseria por doquier. Y, los extranjeros aprovechan. Contra la peste del
lado de los turcos, el cordón sanitario resguardado por tropas irregulares. Así la peste llegó a ser frecuente.
 Nada de lazaretos bien organizados en las ciudades.

Daniel Dolfin, patricio y miembro del Gran Consejo de la República, propuso la admisión de 200 nuevos
representantes de las provincias. Todos los años una veintena de ellos pasaría al Senado. Por milagro la
 proposición fue aprobada el 15 de marzo de 1797 y que, no es necesario decirlo, jamás se aplicó. Se

 
 

rechazó a los nobles de provincias, ricos e influyentes, la entrada al Senado de la República. Esta exclusión
sistemática engendró una pésima disposición y un sentimiento hostil y rencoroso de la nobleza provincial
hacia el Estado, hostilidad que contribuyó en mucho a la caída del régimen veneciano.

El enemigo era Austria. Acechaba la agonía de Venecia. Era el enemigo histórico, por cuanto los soberanos
austríacos de la Casa de los Habsburgos eran al mismo tiempo reyes de Hungría, Dalmacia y Croacia.
Habían heredado de sus predecesores el trono de Hungría y los derechos sobre Dalmacia, que era un país
que le había sido fraudulentamente arrebatado por Venecia en 1409-1420. Estaban obligados reivindicarla
en virtud del juramento que prestaban en la coronación los reyes de Hungría en cuanto a que jamás
reconocerían a Venecia la posesión legal de Dalmacia. Después de la Liga de Cambray toda Europa se
 puso de lado de Hungría. En cuanto a Istria y a la Lombardia el soberano austríaco las reclamaba en su
calidad de jefe del Santo Imperio Romano Germánico. Desde el punto de vista del Derecho Internacional,
Dalmacia y Lombardia siempre fueron el talón de Aquiles de Venecia.

Desgraciadamente Venecia nunca pudo olvidar que era una comuna. No ensayó fundir las provincias en un
solo cuerpo, ni de comprometerlas seriamente a su existencia. A pesar de su apariencia de Estado
homogéneo y compacto, la República, en realidad no lo era. El Estado veneciano debía más bien mirarse
como un mosaico de provincias y comunas subordinadas a una comuna más fuerte, que no solamente era la
capital de un imperio, sino también la urbe en la cual todo se concentraba y en torno de la cual no había
más que sirvientes y simples dependencias. Para Venecia la unión era pura y estrictamente territorial. El
Estado era Venecia y Venecia solamente. Así las islas de la laguna alejadas un poco del centro de la ciudad
(Murano, Torcello, Malamocco, Chioggia, etc.) tenían consejos autónomos y la circunstancia de que ellas
 pertenecieran a la antigua aglomeración veneciana las ligaba tan estrechamente al centro que eran
consideradas como formando un todo con la comuna veneciana. Pero las provincias que se iban agregando
 poco a poco a Venecia, sea voluntariamente o por conquista, no entraban en la estructura íntima del Estado.
 No se identificaban con el, sino que permanecían como eternos apéndices que no alteraban en nada la
constitución interior de la República. Si hubo alguna asimilación, ello se debe a la duración de la
dominación y a la identidad étnica de la población, como en el caso de la Lombardia. Dalmacia y las
 provincias griegas al contrario. Fundamentalmente diferentes desde el punto de vista étnico, agregaban al
Estado veneciano un nuevo elemento de inestabilidad y disgregación. No hay que asombrarse entonces que
desde la mitad del siglo XVIII la Casa de Austria mirase sin gran respeto a Venecia. Por otra parte,
Dalmacia y las otras provincias de ultramar se separarán con mucha facilidad de la comuna dominante. Ya
en la conferencia que precedió la paz de Aix-la-Chapelle (18 de Octubre de 1748), que puso fin a la guerra
de sucesión de Austria, Viena intentó arrebatar a Venecia algún territorio o al menos intercambiar las
 provincias lombardas de Brescia y de Verona con ciertos distritos de la Istria imperial.

En 1782, Austria puso como condición para su entrada a la guerra contra los turcos al lado de Rusia, la
obtención de Istria, Dalmacia y de una parte de Lombardia. La República no estaba sino vagamente al
corriente de los que se tramaba. Los informes de sus embajadores que llegaban al Consejo de los Sabios, se
incorporaban a las carpetas que llevaban la anotación "comunicati non lete" (comunicados no leídos) en
vez de darlos a conocer al Senado. Así cavaba su propia tumba.

Mientras tanto en Francia caía la cabeza de Luis XIV. Niza y Saboya, las dos puertas de entrada a Italia,
hacían flamear el tricolor francés. Por doquier se preparaban alianzas y tratados. Todos buscaban su
seguridad. La vieja Europa, despertada por la aparición de un fantasma sanguinario, discutirá de un
extremo a otro cómo conjurarlo. Y mientras tanto, ¿qué hacía la Serenísima de la República de Venecia?
Rechazaba todas las proposiciones de alianzas que Austria, Turín, San Petersburgo y Nápoles le ofrecían.
La vieja República, que se adormecía en el reposo de una paz secular y perezosa, se encomendó al talismán
de una política mezquina y débil, al partido cero y ruinoso de la neutralidad desarmada. De esta manera, el
día 26 de Enero de 1793 el Senado dio el plácet al embajador de Francia, lo que se consideró una traición
al viejo orden europeo.

La Legación francesa en Venecia, pasó a ser el cuartel general de todas las intrigas y de todas las
esperanzas de los revolucionarios italianos. Tenía emisarios e informantes por todas partes. Incitaban a la

 
 

Puerta Otomana contra el Emperador y la Serenísima para provocar así una diversión a las fuerzas rusas y
alemanas.

En la primavera boreal de 1794, después que Francia violó la neutralidad de Génova, en beneficio del
Piamonte y Lombardia, Venecia vio el peligro de una invasión austríaca por el Tirol y la posibilidad de que
estallara un conflicto entre ellos. Su teatro de operaciones sería fatalmente el territorio de los estados
venecianos de la Lombardia. El Senado decretó una leva de contingentes frescos en Istria y Dalmacia y la
 puesta a punto de sus fortalezas. El Consejo de los Sabios se encargó de impedir la ejecución de este
decreto aduciendo la falta de recursos monetarios. Se llamó sólo 7.000 hombres a las armas, que se
distribuyeron en pequeños destacamentos en la Lombardia.

El representante habitual de esta política o más bien la ausencia de toda política era el nuevo dogo
Ludovico Manin que sería el último de la lista de los 120 dogos de Venecia. Era totalmente incapaz de
gobernar y de enfrentar las grandes tormentas externas e internas.

La Revolución francesa no había impresionado mayormente al gobierno veneciano. El pueblo era devoto
de San Marcos y rechazaba el nuevo evangelio francés. El patriciado, salvo algunos grupos aislados,
 pensaba que la tempestad desencadenada en París no afectaría los cimientos graníticos de un Estado
milenario y que terminará sin convulsiones y sin mayores contratiempos. Algunos hombres clarividentes
no fueron escuchados. Pero aún la Revolución no había encontrado su ejecutor y cualquier cosa podía
suceder.

Mas la Revolución sufrió una metamorfosis. Apareció un joven general, opositor nato a todas las fuerzas
llamadas colectivamente el Antiguo Régimen. Confiscó el poder revolucionario para si. El 20 de Abril de
1792 Francia le declaró la guerra a Austria, guerra que duró cinco años. Napoleón tenía el mando de los
ejércitos revolucionarios en el norte de Italia. Atacó al viejo coloso austríaco en las llanuras de Italia. Los
ejércitos austríacos tuvieron que retroceder hasta Loeben en Estiria. Entonces Francisco I pidió la paz. Ésta
se firmó el 18 de Abril de 1797 en dos documentos, uno público y otro secreto. De acuerdo a los términos
 preliminares secretos, Austria cedía a Francia dos provincias belgas y renunciaba a Lombardia, donde
Bonaparte quería crear una república aliada de Francia. A cambio Austria recibiría en compensación la alta
Italia, los estados venecianos, Istria, Dalmacia, las islas del Kvarner y Boka Kotorska. La ciudad de
Venecia y su entorno quedaba "independiente". Napoleón se comprometió a obligar a Venecia cumplir lo
estipulado en el documento secreto. La actitud pasiva de los miembros responsables del gobierno
veneciano no tardó en encontrar su merecido.

Bonaparte entró en Milán después de haber derrotado a los austríacos. El territorio veneciano pasó a ser
teatro de guerra. El 2 de Febrero de 1797 Mantua fue obligada a capitular.

Por el momento, las villas venecianos retiraron los leones alados de San Marcos y se declararon por la
Revolución. Organizaron municipios y plantaron Árboles de la Libertad. El Senado no supo actuar frente a
estos acontecimientos. Pero reaccionó ante los excesos revolucionarios. Los 12.000 soldados reclutados en
Dalmacia en año anterior para la defensa de Venecia encontraron, a su llegada a la capital, otros soldados
dálmatas que habían estado de guardia en las ciudades ocupadas por los franceses. Éstas enviaron una
diputación a Venecia para ponerse bajo los estandartes de la patria. Tal demostración de fidelidad de las
villas de Lombardia hizo salir al Senado de su letargo. Trajo la flota a las lagunas, armó nuevas tropas en
Istria y Dalmacia, estableció un impuesto de guerra. Pero todo este movimiento se congelaba al contacto de
la sombría realidad, ante las arrogantes conductas de Bonaparte.

Dos sucesos proporcionaron a Bonaparte un excelente pretexto para declarar la guerra a la República de
San Marcos: i) la masacre de franceses en Verona (17 de abril de 1797), y ii) la muerte del comandante
Laugier, por soldados dálmatas al querer forzar con su crucero la entrada al Lido y cuya tripulación fue
hecha prisionera. Pero esta justificación era una farsa, pues ya el 18 de Abril de 1797, en Loeben,
Bonaparte había entregado Venecia a Austria.

 
 

Será entonces a la comuna de Venecia a la cual Napoleón realmente le declarará la guerra el 1° de Mayo de
1797. En las puertas de Venecia estacionó un ejército de 80.000 hombres. Venecia disponía sólo de las
tropas dálmatas para su defensa. Algunos días más tarde Napoleón envió al general Junot con un mensaje.
Fue recibido por el Senado. Una de las primeras condiciones para el cese de hostilidades era el alejamiento
de las tropas dálmatas de la capital y la reforma de la Constitución. La primera petición tenía que ver con la
resistencia que le opusieron los dálmatas a los franceses en Lodi y Rivoli.

Venecia suspendió de inmediato nuevos reclutamientos en Dalmacia y Albania. Dio órdenes a los que
estaban en viaje de regresar a sus lugares de origen. El desarme de las tropas dálmatas y su vuelta a
Dalmacia, presentó problemas. Los dálmatas no querían volver sin defender a Venecia.

El 4 de Mayo tuvo lugar la primera reunión del Gran Consejo. Por abrumadora mayoría se aprobó una
resolución proclamando la necesidad de introducir en la Constitución las reformas pedidas por Napoleón

El 5 de Mayo, como alternativa, se discutieron planes para la defensa de Venecia. Los encargados del
Departamento de Defensa Nacional persuadieron al Dogo que Venecia no podía ser defendida. Disponía de
200 navíos de guerra, 12.000 soldados dálmatas y croatas y 3.500 soldados venecianos. Pero había que
reemplazar a los sudeslavos por italianos.

El 6 de Mayo, se iba imponiendo la idea de dejar entrar a las tropas francesas a Venecia y librarse de los
dálmatas. El propio senador Nicolás Morosini IV sucumbió al argumento que los dálmatas se podían
insurreccionar.

En la noche del 8 al 9 de Mayo, hicieron saber al Dogo que no habría paz con Napoleón salvo que se
cambiase la Constitución aristocrática por una democrática y se licenciasen las tropas dálmatas. En el caso
de rechazo, lo amenazaron con una revolución.

El 9 de Mayo, el Dogo convocó al Senado y a los Consejos de Sabios con en propósito de ventilar las
exigencias. Algunos las consideraron ilegales e ignominiosas, pero los partidarios de los franceses,
mediante amenazas imaginarias, lograron un acuerdo para convocar al Gran Consejo para discutir las
 proposiciones de paz y decretar el fin de la República patricia. Este día, prácticamente por su propia
iniciativa, los marineros de Boka Kotorska asaltaron un navío francés que había forzado la entrada a San
Marco.

Faltaba sólo resolver la cuestión de las tropas dálmatas. Se las acusó de pillajes y se propuso reemplazarlas
 por tropas francesas. Ese mismo día se dio orden a Morosini de embarcarlas y devolverlas a sus hogares. A
 pesar de todo su partida fue diferida de día en día.

Así se llegó al 12 de Mayo, día fatal, cuando una aristocracia antes poderosa cavaría su propia tumba. El
Gran Consejo, que contaba con 1.218 personas sesionó con 537 (el Reglamento exigía un quórum de 600).
El Dogo Manin expuso las condiciones para aplacar el furor de Napoleón y sobre la inutilidad de toda
resistencia, sobre la magnanimidad de Bonaparte y sobre la esperanza de un mejor porvenir si se aceptaban
las reformas aconsejadas. Se oyeron disparos. Los patricios se aterrorizaron y pidieron votación. La
 proposición, que ni siquiera fue leída en la confusión entrañaba la abdicación de la nobleza y el
establecimiento de un gobierno provisorio democrático, fue aprobada por 512 votos. Veinte nobles se
opusieron y cinco se abstuvieron. Los patricios se apresuraron a desprenderse de sus pelucas y togas
 patricias. El Dogo se despojó de sus insignias. El pabellón que llevaba la inscripción Pax tebi Marce fue
arriado. Pero al otro lado del Adriático la bandera de San Marco siguió flameando. Al igual que el Imperio
Romano había sobrevivido en Dalmacia en el 476, así la Signoria de Venecia continuó viviendo por algún
tiempo allí después del "tremendo día del 12".

El drama del Gran Consejo tuvo su epílogo en la calle. El pueblo inducido al error sobre el resultado de la
votación, gritaba en la Plaza: "¡Viva San Marcos!". El entusiasmo popular era indescriptible, pero
amenazaba en convertirse en pillaje. Se dispuso 200 soldados italianos en el Puente Rialto y se dispararon
cañonazos. Inmediatamente todo volvió al orden. El silencio reinó en Venecia.

 
 

En cuanto a los disparos oídos en el Gran Consejo, resulta que durante la sesión se apostaron tropas
dálmatas a lo largo de la Escalera de los Gigantes y en la pequeña plaza ubicada frente al Palacio Ducal. El
incidente tuvo lugar durante la lectura de la presentación que hacia el dogo. Uno de los destacamentos
dálmatas, cumpliendo una antigua costumbre sudeslava, hizo una salva antes de abandonar el Palacio. Los
soldados de Boka Kotorska les respondieron con disparos a sus camaradas. La casual salva dálmata libró al
Dogo de todo contradictor. Una gran agitación se apoderó del Consejo. Entonces de varios bancos de la
Asamblea partió el grito: "Es suficiente, es suficiente, ¡a votar! ¡a votar!."

El patriciado veneciano abdicó y Napoleón decretó su defunción. Venecia, un estado tan célebre por la
grandeza de sus empresas y por la duración de su existencia, en el espacio de algunos días perdió su
libertad y su independencia. Con la caída de la República de Venecia dejó de existir la administración
veneciana en Dalmacia, desapareció su autoridad. Dalmacia quedó sin gobierno.

El mismo día, Bonaparte declaró a los enviados venecianos en Milán que si las tropas dálmatas se
rehusaban a obedecer las órdenes de partida, él enviaría a sus soldados a Dalmacia para apoderarse de ese
 país y confiscar todos sus bienes. Morosini, que durante muchos días vaciló en dejar la ciudad sin las
tropas sudeslavas, se decidió finalmente embarcarse con la mayor parte de esas tropas y se dirigió al litoral
dálmata. Pero en Venecia quedaron los soldados boquenses. Sabiendo que la República había dejado de
existir, estos soldados se unieron a la multitud que gritaba "¡Viva San Marcos!"

La opinión pública, muy trabajada por los emisarios franceses, acusó al senador Morosini ser responsable
de todas las desgracias por haber retardado el embarque y partida de las tropas dálmatas. Se pedía hasta su
arresto. Al fin, el día 13, una enérgica orden conminaba a los dálmatas a partir o, si el mar estaba muy
agitado, no dejarlos bajar a tierra. Al día siguiente fue reiterada la orden. Ahora, si el tiempo estaba muy
malo y no se podía zarpar, había que desarmar a los dálmatas e internarlos en una isla. Simultáneamente se
le pagó lo adeudado

La victoriosa campaña napoleónica en el norte de Italia durante 1796 y 1797, puso término a la Primera
Coalición europea contra la Francia Revolucionaria. Austria aceptó un armisticio en Leoben, Estiria,
cuando Napoleón Bonaparte ya se encontraba a cien millas de Viena. En las conversaciones preliminares,
 Napoleón ofreció a los Habsburgos intercambiar territorios de la República de Venecia por Lombardia y
Bélgica. En el entretanto, prosiguieron algunas operaciones militares. Napoleón declaró la guerra a
Venecia y diez días después la secular República de San Marcos dejó de existir. Con el Tratado de Paz de
Campoformio (17 de Octubre de 1797), Austria logró finalmente la posesión legal de Dalmacia y Boka
Kotorska, además de los territorios del Este de la República de Venecia, incluyendo su capital, e Istria.

La noticia de la desaparición de la República y la llegada de las tropas dálmatas que estaban en Venecia a
Zadar y a otros puertos del litoral dálmata, impactó fuertemente a la población (16 de Mayo). Los
estandartes de San Marcos, besados y bañados en lágrimas, fueron guardados, con ceremonias fúnebres
llenas de dolor y lágrimas, bajo los altares mayores en las catedrales de Zadar (1 de Julio), Split y Kotor. El
último y más emocionante acto tuvo lugar el 23 de Agosto en Perast (pequeña comuna aristocrática),
cuando el comandante de la guardia levantó la bandera sobre los sacerdotes para ser depositada bajo el
altar. Estas ciudades tuvieron relaciones o estuvieron bajo el gobierno veneciano desde 1409, o sea, casi
cuatrocientos años.

Al fin todo se aquietó. Los boquenses fueron embarcados a su vez. No quedaban más soldados dálmatas en
Venecia. Dalmacia y Venecia no se volverán a ver juntas. El divorcio trágico estaba consumado.

VENECIA ANTE DALMACIA


 Ningún documento entre los cientos de miles todavía inéditos sobre Dalmacia que se conservan en los
célebres archivos del Estado de Venecia podrá desmentir que Roma aportó muchísimo más a Dalmacia que
Venecia. Esta ciudad única de belleza y gracia, que durante un período milenario determinó los destinos de

 
 

los pueblos de la Europa sudoriental, se reveló en su política colonial infinitamente inferior a su gran
modelo.

Salvo algunos panegiristas del régimen veneciano, todos los antiguos historiadores independientes
dálmatas, a los cuales se agregan, con muy pocas excepciones, casi todos los historiadores extranjeros,
 juzgan severamente el régimen veneciano en Dalmacia. A Venecia Dalmacia no le debe casi ni un camino,
ni una imprenta, ni una institución económica, ni un gran edificio civil que pueda resistir una comparación
con las sublimes catedrales, productos auténticos del espíritu comunal dálmata. Al contrario de Roma,
Venecia no supo o más bien no quiso introducir ni progreso material ni moral en un país que no pedía más
que ser compensado al menos en parte por la pérdida de sus libertades comunales, quizás las más antiguas
de Europa. Sólo reaccionó antes de morir. Las críticas de Tomasseo, Giovanni Kreglianovich Albinoni y
Cattalinich coinciden con el discurso lapidario del patricio Marcos Foscarini, más tarde dogo, que en pleno
Gran Consejo trató sin miramientos la política egoísta y bárbara de Venecia hacia el pueblo dálmata.

 Nicolò Tommaseo se refirió así a la Venecia del siglo XVI: "La profunda incuria de la República por los
intereses del pueblo dálmata que algunos nombran con dulzura, otros lo creen más nocivo que la barbarie
más refinada. Sobre una superficie al menos cuatro veces mayor que la Lombardia, no hay más habitantes
que los que existen en cuatro o cinco parroquias de la ciudad de Milán. En 1575, la Dalmacia en verdad no
era sino un territorio largo y estrecho, más que lo que es hoy. Sobre ese territorio, por aquí por allá,
enclaves turcos que formaron dos estados, uno veneciano y otro turco, como un tejido de hilos de
diferentes colores: aún antes que Selim II pusiera sus miras sobre Chipre, cuando la República era todavía
la señora de Shköder y Bar y poseía en el interior bastante territorio, la Dalmacia y Albania juntas no
tenían más de 110.000 habitantes. La ligereza del gobierno veneciano está probada por el profundo
abandono, intelectual y material, en el cual la Dalmacia fue dejada durante tan largo tiempo y sin
interrupción. Hay leyes, pero ¿cuáles? y ¿han sido modificadas a medida de las necesidades del país? Las
antiguas costumbres, que el pueblo [dálmata] había considerado al comienzo como símbolos de libertad,
 perdieron en el curso de los siglos su original significación y se convirtieron en cadenas para el pueblo. Los
venecianos en cada ciudad, en cada tierra de alguna importancia encontraron Estatutos particulares y los
respetaron. En los primeros tiempos de la anexión este mantenimiento de los Estatutos locales pudo estar
dictado por la prudencia, por la necesidad. Pero durante siete siglos de régimen veneciano en Dalmacia -
más o menos - no se pensó en reformarlos. Se mantuvieron. Al igual que las leyes, todo el resto también
estaba adormecido. Los dálmatas fueron los colonos venecianos. La República no hizo nada por ellos.
Quería hombres bárbaros o duros, una buena muralla contra los turcos. Entonces, ¿cómo explicar la
afección del pueblo [dálmata] por [la República de] San Marcos? ¿Los servicios prestados a la República?
¿La alegría de servir bajo sus banderas? No se puede explicar en el corto espacio de una nota, pero los
hechos citados no podrán destruir los otros. La política trapacera e ingrata de los venecianos no aparece
sino ser la más condenable. Los dálmatas han amado la República, es un hecho ... Los recuerdos del
gobierno veneciano aparecen al pueblo, por el efecto de la distancia y la ignorancia, como un pasado
espléndido, como un sueño feliz. Sin poder expresarse..."

El historiador Giovanni Kreglianovich Albioni, comenta que "Se afirma que los países sin historia son los
más felices. El silencio que se hace acerca de un país podría ser el índice de la concordia, abundancia, paz,
respecto al mundo extranjero. ¡Ay, nada de esto existía en Dalmacia! Los testimonios de la época afirman
todo lo contrario. Todos concuerdan en presentar una Dalmacia en plena decadencia, con instituciones
 públicas nulas, entregada a la devastación y condenadas a un abandono moral más completo. El gobierno
veneciano, suma de todo bien, pero débil, quedó a la merced de los acontecimientos. Tímido y penetrado
 por la idea de una falsa política según la cual era necesario gobernar Dalmacia destruyéndola, reduciéndola
a la miseria, entregándola a los odios de los partidos, aniquilándola por razón de Estado, a fin de impedir
que las potencias vecinas no aspirasen a conquistar un montón de piedras y ruinas."

Y continúa: "Es Machiavello ( Del príncipe , XX) quien condenó esta bárbara política que consiste en
conservar territorios completos fomentando las rivalidades de los partidos o por un enorme sistema de
fortificaciones. Menciona a los venecianos que fomentaron en las ciudades sometidas la formación de
 partidos políticos rivales para que los ciudadanos no se sublevaran contra el Estado o para que las ciudades
no presenten atractivos a las potencias vecina. Es lo que Venecia practicó en las ciudades dálmatas.

 
 

Alimentó allí y atizó las luchas de los partidos, de los aristócratas contra el pueblo, las rivalidades, las
estúpidas formalidades del protocolo, mediante el cual ella tenía a los espíritus divididos y aprovechándose
de la discordia general, consolidar el despotismo y la dureza de los gobernadores que gozaban violando los
más sagrados derechos del hombre."

"Si la sabia vital no vivifica estos habitantes, la nación desaparecerá. Si mantenéis los partidos y las
facciones, el acero homicida, el veneno y el fuego serán prueba de la concordia fraternal y la paz familiar.
¿Queréis al contrario, fortalecer el espíritu de este pueblo? ¿Queréis que Dalmacia os sea realmente fiel?
¿Queréis que escape para siempre a las adulaciones interesadas de sus vecinos? Entonces no os alejéis de
los principios liberales, no agotéis por beneficios transitorios las fuentes de su futura prosperidad. Usad los
 brazos del pueblo para la agricultura, los oficios, las artes, la navegación y el comercio; gobernadle con una
solicitud paterna; dadle leyes previsoras e instituciones inspiradas del sentimiento de justicia y de nuestra
 preclara experiencia; procuradle los medios de elevarse a una condición más feliz, tratadla de amiga y no
de esclava, y el pueblo estará con vos."

"Pero los venecianos no lo entendían así. Dalmacia se vistió de harapos, la pobreza pasó a ser el único
 patrimonio general..."

Los historiadores modernos no son tan severos: para ellos el gobierno de la República de San Marcos, no
fue ni mejor ni peor que todos los gobiernos de su tiempo.

Una vida política como la de Venecia, cuan brillante haya sido, no podrá ser un magnífico episodio (a
verdad decir un episodio que duró mil años). Durante su existencia prodigiosa, el Estado no estaba
 preocupado sino de dos grandes problemas: la libertad del mar para sí y mantener alto el poder concentrado
en un patriciado celoso, exclusivo, sometido a las leyes eternas del decaimiento. La máxima fundamental
de este ser tan complejo fue la exclusión de toda competencia, el impedimento sistemático de todo lo que
 podría disminuir o sólo empañar la imagen radiante que pretendía conservar en todas sus actividades de
voluptuosidad, de placer y de deseo, sin importarle los sufrimientos del mundo que la rodeaba.

La contemplación de las magníficas decoraciones de ciudades con leones alados, escudos de grandes casas
 patricias de Venecia, bíforas góticas y espléndidas iglesias, no debe engañarnos. Es necesario ver lo que
hay detrás de ese maravillosos escenario. Uno se perdería extrañamente en el examen de las relaciones
entre Venecia y Dalmacia si hace vibrar la cuerda sentimental.

El egoísmo característico de Venecia no se revela en ninguna parte mejor y con menos maquillaje que en
Dalmacia. Es que Venecia se sentía en Dalmacia, a pesar de todo, más extranjera que en sus posesiones
albanesas o griegas a causa del carácter austero de la población sudeslava y del espíritu de oposición y de
libertad que animaba todavía a las comunas dálmatas. Éstas a despecho o, más bien, en razón de su
malograda carrera republicana, se sentían más bien rivales humilladas de Venecia que sus súbditos.
Además, el carácter étnico de la población creó una invisible barrera entre la República cada vez más
italiana y la Dalmacia cada vez más croata. De aquí nació una incompatibilidad de temperamentos y
tendencias que, en la imposibilidad de una separación, encontró su expresión en las protestas subterráneas
y luchas civiles. Venecia tenía la convicción que Dalmacia era necesaria como una inmensa reserva de
fuerzas militares y de productos para su exclusivo provecho.

Gracias a una constelación europea favorable a sus pretensiones imperialistas, Venecia logró la destrucción
de la autonomía de las pequeñas repúblicas adriáticas. En el transcurso de los últimos tres siglos ni la
tendencia conquistadora ni la tendencia autonomista no pudieron prevalecer en Dalmacia. Venecia trató a
veces estrangular las comunas impediéndoles desarrollar sus propias funciones, otras eran ellas que,
aprovechándose de la rivalidad entre Venecia y Hungría o entre Venecia y los barones croatas, se hizo
reconocer sus derechos políticos. La República nunca pudo reconciliarse con la idea de su autonomía y
recurrió a todos los medios imaginables para someterlas a la voluntad de la Asamblea General que tenía su
asiento en el Palacio Ducal. Como testimonio de la energía de estas dos posiciones se puede citar la larga
serie de insurrecciones de la Comuna de Zadar y las medidas de represión que empleó la República para
someterla. Las comunas, se replegaron únicamente frente a la fuerza. Los dálmatas amaban su vida

 
 

comunal que se perdía en la noche de los tiempos, pero que se reencontraba con sus congéneres de la
Península Itálica.

En su avance de sometimiento de Dalmacia, dos situaciones aparecieron en su camino, ambas favorables a


Venecia. Una exterior y la otra interior relacionada con su propia institucionalidad.

A comienzos del siglo XV, los estados del norte y este de Dalmacia, estaban en gran penuria, privados de
unión y de voluntad. Los reyes de Hungría habían perdido su influencia sobre los barones croatas. En las
relaciones con sus vecinos, los banes y los grandes señores no se preocupaban de los intereses del reino
unido de Hungría y Croacia. La potente monarquía bosníaca de Tvrtko se deshizo en pedazos después de
su muerte. Los gobernadores de las provincias limítrofes suplantaron el poder real. Tan pronto atacaban las
 posesiones venecianas, como suscribían acuerdos secretos con Venecia. Sólo les preocupaba su propio
interés.

Venecia se encontraba entonces frente a fragmentos de estados. Gastando enormes sumas de dinero, supo
 paralizar los factores exteriores que podrían influenciar el resultado de su empeño en Dalmacia.

El otro obstáculo se encontraba en la propia Comuna de Venecia. A partir de la segunda mitad del siglo
XIV, un conflicto agudo y permanente estalló entre los nobles y los plebeyos, el que en poco tiempo se
extendió a todas las comunas paralizando todos los esfuerzos hacia una estructura republicana. Ya, en el
levantamiento de Zadar del 1345, los nobles combatieron por la libertad comunal. Los zadarinos pedían a
gritos el régimen veneciano y los nobles tuvieron que capitular. Esta desunión entre nobles y plebeyos se
manifestó en todos los fenómenos relacionados con la hegemonía de una clase sobre la otra: monopolio de
derechos políticos, explotación del pueblo, monopolio comercial. Un estado permanente de discordia entre
la clase gobernante y la gobernada, entre las ciudades y el campo, impedía toda acción conjunta.

Los elementos oprimidos y explotados dálmatas buscaban el apoyo de Venecia para cambiar las relaciones
económicas y sociales existentes. Los nobles se aferraban con todas sus fuerzas a las franquicias comunales
contenidas en sus Estatutos, fuente de su poder. La gran masa popular y campesina enviaba urgentes
llamados a Venecia y a sus nobles para que reemplazasen a la funcionarios autóctonos en los puestos
 públicos. Pedía que, en el campo legislativo, la última palabra la tuviese Venecia, con la esperanza, casi
siempre fallida, que gracias a ella las futuras relaciones económicas estarían a su favor. El pueblo estaba
 por Venecia; la aristocracia, en su gran mayoría, contra ella.

La dominación veneciana fue enormemente facilitada por el estado de anarquía latente en Dalmacia. Las
disensiones interiores entre nobles y entre nobles y plebeyos, dieron base a un nuevo sistema puramente
veneciano para los países anexados: la sustitución del principio comunal electivo por la nominación directa
de los funcionarios. Después de haber tenido concentrado en sus manos todo el poder legislativo, el
Consejo de los Nobles de la comunas, tuvo que aceptar la petición expresada por los simples ciudadanos de
limitar sus derechos.

Se asistirá así al levantamiento del telón del penúltimo acto del drama dálmata. Venecia se encontró de
repente en presencia de un cambio radical de la composición étnica de Dalmacia. Antes de la transacción
napolitana ésta se podía considerar todavía, aunque con muchas restricciones, un país latinoeslavo. A partir
del siglo XVI, se revelará con un ritmo acelerado, un cambio total del elemento humano. A los fugitivos
del interior no pudo menos que acogerlos, necesitaba soldados y población, pero tdos eran eslavos. Así,
 pasa a ser eslavolatino, aunque se podría decir simplemente eslavo, gracias a un potente aluvión eslavo
 procedente de las regiones circundantes. El patriciado de ascendencia romana pasa a ser un nuevo
 patriciado completamente sudeslavo que luchará a su vez conservar el poder para si solo, pero que se
quebrará, para ventaja de Venecia, contra la firme oposición popular. El gobierno veneciano encontró en
los recién llegados toda la ingenuidad para establecer su dominación mediante la supresión progresiva de la
libertades comunales. Esto constituye la tercera causa del éxito de la ciudad de San Marcos.

De tiempo en tiempo se encontraba que un general tomara la iniciativa de ejecutar obras de corrección del
curso de un río o la desecación de algún pantano, pero todo quedaba en el primer intento, sin continuación.

 
 

Bodin afirma que muchos perecieron a causa de las emanaciones pestilentes. Las propiedades de los
desaparecidos quedaban en mano del Estado (!).

A pesar de todo y contra todos, Venecia al perder sus posesiones en el Levante, en el Egeo y en el norte de
Italia, se aferró a Dalmacia y luchó contra el turco para darle una tierra firme a las ciudades herederas de
Bizancion y a sí misma. Es gracias a Venecia, que Austria pudo recibir lo que finalmente se considera
Dalmacia.

 
 

LIBRO SEXTO
HASTA LA UNIÓN CON CROACIA

 
 

 
 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO VI


La Breve Historia de Dalmacia finaliza en el Libro Sexto cuando se produce la unión de Dalmacia con
Croacia en el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios constituido en Zagreb el 29 de Octubre de 1918.
El EECS no fue reconocido por los países de la Entente al término de la Primera Guerra Mundial. Sin
embargo, el pueblo croata cumplió con ello un permanente y obsesivo anhelo de independencia para la
reconstrucción del histórico trireino de Dalmacia, Croacia y Eslavonia.

A partir de ese momento Dalmacia, después de figurar su nombre en la historia durante casi dos mil
quinientos años, no volverá a aparecer como provincia o parte administrativa de ningún Estado. Quedó
fusionada con Croacia hasta tal punto que se mencionará, cada vez más, con el término geográfico de
Croacia del Sur. Desde entonces seguirá la suerte y el destino de Croacia. Así será desde el punto de vista
 políticoadministrativo, pues, para el turismo y la literatura, seguirá existiendo Dalmacia, al igual que para
la mayor parte de los nacidos en su hermoso y amado territorio.

Como lo indica el nombre de la obra, siempre hay que tener presente que se ha divulgado la historia de
Dalmacia, no de Croacia. Sin embargo, en el siglo XIX, con el despertar de las nacionalidades, es
inevitable mencionar más a Croacia. Esto se hará en lo estrictamente necesario, con el propósito de
comprender el momento final de la creación del Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios (no de Serbios,
Croatas y Eslovenos que es posterior y que corresponde al reino). Se presentarán, hasta donde sea posible,
las personalidades de Dalmacia y algunas, las indispensables, de Croacia.

En esta parte de la obra, se utiliza el término yugoslavo y sus derivados. Esta palabra, originaria de
Croacia, se empleó en el siglo XIX para designar a los eslavos que vivian en el sur y dentro de las fronteras
del Imperio Austrohúngaro. Esto es a los eslavos de Eslovenia, Istria, Croacia, Eslavonia, Dalmacia,
Bosnia-Hercegovina y Dubrovnik. Sin embargo cuando se creó el Estado de los Eslovenos, Croatas y
Serbios predominaron los términos ancestrales de sus pueblos más importantes, así no se habló de un
Estado de Yugoslavos o Yugoslavia. Ni los eslovenos ni los serbios aceptaban esta terminología croata
que, en ciertos círculos extremistas, abarcaba la totalidad de los pueblos eslavos de la Península Balcánica.
Existía una resistencia a una posible hegemonía croata en los Balcanes con centro en Zagreb.
Posteriormente este término fue usado en la nominación del Reino, de la República Socialista Federativa y
de la República Socialista, con un contenido diferente al original. Así yugoslavo y sus derivados
implicarán conceptos diferentes según sea el objeto y la época de su referencia. De simple categoría de
término geográfico llegó a significar toda una ideología política.

El período histórico tratado, siglo XIX y las primeras dos décadas del siglo XX, es el más rico y
significativo en la historia de Dalmacia desde los tiempos de los reyes nacionales del Reino de Croacia. Es
el tiempo del despertar y toma de conciencia nacional, sentimientos que arrancan de la Revolución
Francesa y son desarrollados y difundidos por profesionales universitarios, sobretodo abogados, de la
naciente clase media dálmata. Especialmente fue motivado como reacción al avasallamiento del
nacionalismo e irrendentismo italiano, antes y después de la unificación de Italia, respectivamente. Fue el
siglo XIX una época romántica del quehacer político caracterizada por la publicación de periódicos,
creación de salas de lectura como centros de actividad política, organización de partidos políticos e el ir a
conversar con las masas campesinas casi absolutamente analfabetas, pero que mantenían su idioma y sus
costumbres tradicionales. La conjunción de éstas fuerzas finalmente será la que logrará la unión de
dálmatas y croataeslavones con eslovenos y serbios en el efímero Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios.
Sin embargo, en los momentos de las grandes decisiones a fines de la Primera Guerra Mundial, ese Estado
no tuvo un Masaryk como los Checos.

Se incluye un pequeño Anexo referente a los sellos postales emitidos con la leyenda: Estado de Eslovenos,
Croatas y Serbios o sólo Croacia. Es curioso que, sin reconocimiento diplomático del nuevo Estado, los
sellos tuvieron curso oficial y fueron reconocidos por la Unión Postal Internacional.

 
 

Isla Negra, 12 de Octubre de 1998

 
 

CAPÍTULO XIII
EL LIBERTADOR GALO
PRIMERA ADMINISTRACIÓN AUSTRÍACA

Lucha contra los franceses


Sería peligroso dejarse encandilar por las lágrimas dálmatas que se derramaron por la muerte de la
República de Venecia, ocurrida el 12 de mayo de 1797. Dalmacia estuvo de duelo por la desaparición de la
Serenísima República de Venecia.Era un adiós sin retorno a la Reina infiel. Apareció el vector continental,
ausente en los últimos tres siglos en la política meramente marítima y colonial veneciana. La historia de
Dalmacia se desarrollaba en el choque entre el espíritu de conquista latino y la atracción al mar de un
mundo eslavo anclado profundamente en la Península Balcánica.

Venecia no pudo conquistar políticamente Dalmacia. Su dominación presentó siempre un carácter


 provisorio, puramente defensivo, de corredor de penetración y no de fusión y de participación. Dalmacia
vivió al margen de la Serenísima. Venecia jamás promovió un proceso de simbiosis latinosudeslava. La
despreció con soberbia.

Con la desaparición de la República de Venecia, las ciudades dálmatas recobraron en derecho


automáticamente su libertad comunal. Además, el nuevo gobierno, que no se consideraba sucesor del
antiguo, a pesar de disponer de los medios necesarios para imponer su voluntad, renunció a todos sus
derechos. Respecto a los nuevos señores, un monje franciscano manifestó: "Mejor morir que someterse a
un pueblo impío [francés]". El Rev. Andrija Doroti$  (1761-1837), gran agitador político, instigador
franciscano y autor del manifiesto "Al glorioso pueblo..." en el cual atacó la nueva administración, llegó a
Split procedente de Venecia el 12 de Junio de 1797.

La población reaccionó violentamente contra el gobierno, tachado de jacobino, que se le querría imponer
desde Venecia. El llamado de Doroti$  fue interpretado por el pueblo como que se podía gobernar a si
mismo. Se produjeron revueltas del campesinado y bajo pueblo, que iban siendo incontrolables. Casi todas
tenían un carácter agrario. Proclamas anónimas los incitaban a ello. Escenas de terror ensangrentaron las
ciudades principales. La cacería de jacobinos o de los que se presumía de tales, fue espantosa.

En &ibenik, el cónsul francés y su mujer fueron masacrados. Los campesinos querían quemar los archivos
catastrales para hacer desaparecer los títulos de propiedad, pero fueron impedidos por los citadinos que
tomaron las armas y que, en la asamblea del 22 de Junio, decidieron entregarse a Austria. En Trogir se hizo
una persecución organizada de los principales demócratas. Tres de ellos fueron decapitados en la plaza
 pública por un verdugo improvisado que los hizo sufrir torturas indescriptibles e innecesarias.

Como en Split la rebelión contra los jacobinos tomaba un vuelo cada vez más inquietante, la autoridad
convocó a una Asamblea General a los jefes de hogares de la ciudad y del campo para proceder a la
elección del alcalde, al cual le otorgaron plenos poderes. Se organizó una guardia nacional y el león alado
fue reemplazado por el águila, emblema del rey de Austria Francisco II. En Split, el principal agente
secreto del gobierno francófilo de Venecia, el coronel Matutinovi$, fue acorralado por una turba delirante.
En su propia defensa cayó mortalmente herido. Se le decapitó y su cabeza se paseó por las calles de Split.
Al día siguiente su ayudante fue fusilado y su cabeza fue expuesta junto a la de su amigo.

Igualmente hubo manifestaciones menos sangrientas en Boka Kotorska, Makarska y algunas islas. En
Makarska las revueltas eran contra los nobles y el clero. Igualmente en Bra;, donde suprimieron la nobleza,
derogaron los privilegios y eligieron a dos representantes para que fueran a decirle al Rey que deseaban
estar bajo su autoridad. Hubo levantamientos campesinos en Konavlje, región cercana a Dubrovnik. En las

 
 

demás ciudades y campos comenzó a predominar la anarquía. La revuelta contra los "jacobinos"
amenazaba en convertirse en una tremenda carnicería. Pronto estas manifestaciones serían reprimidas por
las tropas austríacas.

Zadar escapó a estos desórdenes gracias al cónsul austríaco Gabrieli, quien ejerció de inmediato la
autoridad suprema. El gobernador general veneciano Andrea Querini, viendo la causa de Venecia perdida,
se pasó al servicio de Austria y logró que la guarnición veneciana no jurase lealtad al nuevo gobierno
veneciano.

El movimiento antifrancés tuvo tres características: y) la clase política, es decir los nobles y el alto clero,
estaba contra las ideas francesas; ii) desean estar bajo el cetro del Rey de Austria, como legítimo sucesor de
los gobernantes croatas y húngaros, que implicaba la unión de Dalmacia con Croacia a través de la corona
de San Esteban; y iii) las fuerzas vivas de la sociedad desean el arribo de los ejércitos austríacos para
restablecer la ley.

Llegan los austríacos


La clase política dálmata pensó cómo terminar con la anarquía que se estaba creando en el país. Volvió a
los cauces históricos y consideró que Dalmacia debería unirse a Croacia. Al frente de este movimiento
estuvieron: el arzobispo de Split Lelio Cippicò, patricio eslavo de Trogir, el splitanense conde Dragani$ 
Vran;i$, el Rev. Andrija Doroti$, el obispo de Makarska Bla#kovi$, el conde Juraj de Vojnovi$, el vicario
general ortodoxo Gerasim Zeli$ y numerosos otras personalidades. Este grupo tenía por programa la unión
del Reino de Dalmacia al Reino de Croacia y Eslavonia del cual el Rey de Hungría era el titular, y este rey
no era otro que Francisco II de Lorena, rey de Austria y emperador del Santo Imperio Romano Germánico
y que muy pronto se metamorfosearía en Francisco I Emperador de Austria (1804). Así, el 17 de Junio
 partió desde Split una delegación de cinco representantes dálmatas a Viena, elegidos entre los nobles, el
clero y el pueblo, para depositar a los píes del trono el acta de sumisión de la población dálmata, rendir
homenaje a Francisco II y pedirle que, como rey húngarocroata, recibiera a Dalmacia bajo su manto
uniéndola con Croacia.

La diputación se encontró en Senj con el coronel austríaco Casimir, que los convenció que no siguiera su
camino, ya que en unos días más llegaría a Dalmacia el ejército austríaco para restablecer el orden y la
seguridad en la región. Igualmente se comprometió trasmitir la solicitud de unificación dirigida al Rey, al
 ban de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, conde Juan Erdödy. En vista de ello la diputación juró lealtad al rey
en la persona del coronel y volvió a Dalmacia propagando la noticia de la pronta llegada del ejército
austríaco. El coronel Casimir siguió su viaje a Zadar, donde llegó el 30 de Junio, con tres batallones de
soldados.

El barón croata Mato Rukavina, general austríaco, fue el encargado de tomar posesión de Dalmacia con
anterioridad a la firma de la paz en Campoformio, en base a lo establecido en el armisticio. Lo logró sin
derramar una dota de sangre. En Trieste y Rijeka formó un ejército de ocupación de 4.000 hombres. Tuvo
como ayudantes al general Lusignan y al comandante Casimir. La operación empezó el 11 de Mayo con la
ocupación de Istria y las islas del Kvarner. El 25 de Mayo partió de Trieste una flotilla de 72
embarcaciones armadas con cañones. A causa del mal tiempo, Rukavina sólo fondeó en el Canal de Zadar
el 4 de Julio, donde ya lo esperaba Casimir. El 20 de Septiembre terminó la ocupación de todo el territorio
dálmata hasta Kotor, con exclusión de la República de Dubrovnik que continuó independiente. El general
veneciano Gregorio Stratico, se desprendió de su glorioso estandarte en presencia del general Rukavina,
representante del nuevo señor, lleno de lágrimas.

La recepción en Zadar al general Rukavina (6 de Julio), fue triunfal y llena de solemnidad. La población
recibió a los ejércitos habsburgos como libertadores. Después del Te Deum ofrecido en la catedral, el
general Rukavina subió al púlpito, lo que nunca se había visto, y en lengua croata preguntó al pueblo
reunido bajo las bóvedas del magnifico templo si estaba dispuesto a prestar juramento de lealtad al rey
Francisco II y a sus sucesores. " Ho!emo" ("Queremos") fue el grito unánime del pueblo y todos prestaron
 juramento de lealtad y obediencia.

 
 

Después de esto, el general dirigió al pueblo, siempre en croata, la siguiente alocución: "¡Mis queridos
dálmatas! Vuestra lealtad y heroísmo son vuestras antiguas virtudes. Estas virtudes se acrecentarán bajo las
alas protectoras de Mi y Vuestro muy gracioso soberano. Espero que, en caso de necesidad, junto a los
otros hermanos de nuestra gloriosa nación, verteréis vuestra sangre por la defensa de Su trono, bajo el cual
vosotros viviréis felices y llenos de gloria de generación en generación."

A continuación dos canónigos subieron al púlpito y entonaron  Laudes   en honor del Rey, tal como los
habían cantado anteriormente al Basileo, al Rey de Croacia, al Rey de Hungría y al dogo Piero II Orseolo
en el 1000.

Mientras se desarrollaba el acto en la catedral, arribaron dos compañías de infantería austríacas procedentes
de Venecia, las que fueron desembarcadas y acampadas en los muelles y playas de Zadar. Estas tropas
habían tomado parte en la defensa de Mantua durante el sitio establecido por Napoleón. La muchedumbre
que se había juntado para ver a esos soldados del emperador germánico, excitada gritaba. "¡No queremos
alemanes!" Su sorpresa fue grande cuando se descubrió que hablaban su mismo idioma Entonces
cambiaron de actitud y los invitaron a sus casas. Así que, cuando el general Rukavina salió a buscarlos y al
no encontrarlos dijo a la población: "Su Majestad ordenó a sus tropas entrar a esta provincia para
restablecer la paz y salvaguardar los muy antiguos derechos que incuestionablemente tiene sobre este país."
Estas palabras contenían tácitamente la cuestión: con Hungría o con Austria.

Desde Zadar, Rukavina continuó la ocupación del litoral y de sus ciudades: &ibenik el 8, Trogir el 9, Split
el 13, Supetar en Bra; el 13, Omi# el 17 y después Makarska y las islas de Kor %ula, Hvar y Vis. En todas
 partes lo recibieron con alegría, salvas de cañones y tañer de campanas.

El 31 de Julio de 1797, Rukavina informó sobre todas sus actuaciones al barón Juan Francisco Thugut,
Ministro de Relaciones Exteriores austríaco (1794-1800). Le escribió: "Expliqué, desde lo alto del púlpito,
al pueblo [dálmata] reunido en las iglesias, que Su Majestad era al mismo tiempo el Rey de Hungría,
Croacia y Eslavonia. Bajo juramento los convencí que era enviado del Rey de Hungría, portador de la ley y
de las órdenes de Su Majestad, y una vez que se convencieron de mis afirmaciones el pueblo prestó
 juramento, pero se habrían negado hacerlo si no hubiesen encontrado en mí un compatriota, y si mi familia
no hubiese sido conocida en la región ... ". La acción de Rukavina era de largo plazo, su pensamiento dio
origen al partido que exigiría la unión de Dalmacia a Croacia y a la corona húngara sobre la base del
derecho histórico croata, con lo cual estaba de acuerdo la mayor parte de la nobleza y del clero. La nobleza
estaba por la unión en espera de la mayor y mejor protección de sus privilegios en la institucionalidad
húngara. Y el clero, por cuanto temía la administración austríaca influenciada por el josefinismo del siglo
XVIII. Desde ahora, como se verá más adelante, cada vez que era posible se reiterará tal unión. Un informe
 policial señalaba como dirigentes del movimiento unionista en Split al conde Zaninovi$, a Tartaglia-Jakeli$ 
y a Cindri y en Trogir a Garagine. Pero Thugut, fanático partidario del centralismo que pretendía incluir
Dalmacia en las tierras hereditarias de los Habsburgos, no comprendía nada del asunto y no quería
comprender nada. ¿Una unión de Dalmacia a la corona de Hungría? ¡Qué broma era esa! Para él, como lo
será más tarde para el partido autonomista dálmata, no existía sino un solo y único título de posesión de
Dalmacia: el Tratado de Campoformio y éste le entregaba Dalmacia a Austria. Y..., punto.

La ocupación de Boka Kotorska se preveía más difícil. El general Rukavina envió un mensaje al Vladika
montenegrino comunicándole que las grandes potencias reconocieron a Austria el derecho de ocupar toda
Dalmacia, incluyendo Boka Kotorska. Le solicitaba su intervención ante los boquenses para que no
 presentasen problemas, ya que Austria les respetaría los derechos que tuvieron en la República de Venecia.

Los boquenses, desorientados por la llegada de los austríacos, se dirigieron al Vladika montenegrino Petar
Petrovi$ I. De acuerdo al tratado suscrito con Venecia en 1420, en casos como el presente Boka Kotorska
recuperaba su libertad. Los boquenses querían que se les respetase su autonomía y no deseaban caer bajo la
nueva autoridad instalada en Venecia. El Vladika les aconsejó formar un gobierno provisorio, organizar
una guardia nacional y ejercer todas las funciones de gobierno. En todo caso, les ofreció su ayuda.
Especialmente les recomendó cuidar sus barcos y que una parte la llevasen a Budva, donde sus
montenegrinos los cuidarían. El Vladika aceptó ser su protector.

 
 

De Vis, Rukavina volvió a Zadar para preparar la toma de Boka Kotorska. Cuando estuvo listo (10 de
Agosto), se hizo a la mar y diez días después ancló en el puerto de Hercegnovi y el 24 en Kotor. Entonces
Rukavina quiso entrevistarse con el Vladika, quién se excusó por tener problemas que atender con el pasha
de Shkodër.

En el entretanto, la ocupación de Dalmacia por la tropas austríacas seguía tranquilamente su curso y con el
respeto debido a la República de Dubrovnik. La República de San Blas, libre del peligro veneciano, aunque
convulsionada por una insurrección de sus habitantes, quedó más tranquila con la presencia de los ejércitos
austríacos en su frontera. Ya antes los habían llamado para protegerse de venecianos y turcos. Aunque,
ahora, que estaban en su frontera, su entusiasmo se enfrió notoriamente.

Mientras Rukavina estaba en Kotor, en Viena se creó una Comisión Áulica para administrar Dalmacia.
Esta Comisión designó, en el mes de Agosto de 1797, al conde Raimundo Thurn como gobernador civil y
del cual dependería el general Rukavina. Las instrucciones fueron: "Su tarea consistirá en impedir el
inoportuno deseo dálmata en favor de la unión con Hungría: por ahora no hay lugar en absoluto para
ninguna innovación."

Thurn se encontró con Rukavina en Kotor el 4 de Septiembre e inmediatamente asumió el mando. Adoptó
una política completamente diferente en la relaciones civiles y militares e igualmente le dio otro curso a la
administración. Relevado de su alta autoridad y reducido a un simple comandante de tropa, Rukavina se
retiró de inmediato a Knin y Zadar. Una vez resuelta la compleja situación de Boka, Thurn volvió a Zadar.
Permaneció en su puesto hasta el 18 de Julio de 1799.

La Segunda guerra de coalición contra Napoleón empezó en Diciembre 1799. Austria recién entró en
Marzo del año siguiente. Para apoyar la campaña en Italia, se decretó la creación de un regimiento dálmata.
Los mismos dálmatas que en 1796 enviaron 12.000 soldados a Venecia para defender la República,
rehusaron enrolarse bajo las banderas del Emperador germano. La causa de esto son varias: los cuatro
siglos en que Venecia ocupó el país; la acogida glacial del movimiento unitario de los dálmatas con
Croacia por parte de Austria y por último, la propaganda desenfrenada del clero secular y regular, los
franciscanos en primera línea, que predicaba la abstención y que el pueblo obedeció. Sin embargo, aunque
con muchas dificultades, el regimiento fue puesto en pie de guerra, pero se amotinó en Venecia en víspera
de la batalla de Marengo (14 de Junio de 1800), la gran batalla ganada por Napoleón en el norte de Italia.

Las victorias francesas y el éxito fulminante de los ejércitos del Primer Cónsul llevaron a la paz de
Luneville (9 de Febrero de 1801), donde se revisaron y confirmaron los acuerdos de Campoformio. Los
llamados estados venecianos y Dalmacia quedaron entregados a Austria. En 1802 Napoleón transformó su
anterior República Cisalpina en República Italiana y se nombró su primer cónsul. Posteriormente la
convertirá en el Reino de Italia (1805). El Principado de Piamonte, posterior generador de la unidad
italiana, quedó bajo la administración militar francesa. Durante las campañas de la Segunda Coalición
Dalmacia, como territorio fronterizo, estuvo bajo la autoridad directa del archiduque austríaco Carlos.

 Napoleón Bonaparte se proclamó Emperador del Imperio Francés el 20 de Mayo de 1804. El 10 de Agosto
de 1804, el rey Francisco II, al conocer la noticia, para no ser menos, se declaró de Emperador de Austria
Francisco I. Así nació el "Imperio Austríaco".

La primera ocupación austríaca de Dalmacia fue un período de espera y de estériles experimentos. En el


 período de ocho años, gobernaron cinco comisarios. A esto hay que agregar la crisis financiera que vivía
Austria. Para realizar reformas aprobadas, no existían recursos. Los proyectos quedaban a mitad de
camino. Sólo se introdujo su activísima policía. No se distinguió casi en nada del régimen veneciano. Era
sólo la continuadora de Venecia.

Al inicio, todo quedó igual. Viena pensó que la administración veneciana fue buena y por lo tanto no había
necesidad de hacer ningún cambio. Así, las antiguas disposiciones venecianas quedaron vigentes. Sólo
modificó los nombres de los cargos y designó nuevos altos funcionarios. El Gobierno Territorial Imperial y

 
 

Real, que dependía directamente de Viena y estaba compuesto de un gobernador y seis consejeros,
reemplazó al gobernador general veneciano y a su cancillería. En vez de las antigua comunas se crearon
distritos a cargo de jefes locales. Las comunas de Skradin y Nin se anexaron a Zadar. Dalmacia quedó
convertida en una provincia austríaca más. El emperador Francisco I, era también rey de Hungría, Croacia,
Bosnia, Galicia y Dalmacia. El distrito de Boka Kotorska continuó como unidad administrativa separada,
la que fue denominada en 1802 "Albania austríaca" y colocada bajo la autoridad de un gobernador.

La economía en Dalmacia, estuvo siempre en crisis. El Adriático estaba a merced de piratas y


contrabandistas. Se interrumpió el comercio con Italia, a causa de lo cual, la mitad de la población cayó en
la miseria. El comercio se redujo ostensiblemente cuando se prohibió la exportación de comestibles. Los
rebaños de ovinos y caprinos aumentaron y junto al atraso en las técnicas de silvicultura, se destruyeron los
 pocos bosques que aún existían. En esa época se abrieron tres empresas: una imprenta, una fábrica de
cerveza y una textil. En 1798 se presentó una propuesta para instalar molinos de viento, debido al irregular
cauce de los ríos, pero tal iniciativa se rechazó. En el sector minero, se encontraron yacimientos de carbón
en Siveri$, cerca de Drni#, y asfalto cerca de Vrgorac, que en 1800 se entregaron en concesión. El gobierno
austríaco tenía interés en realizar obras públicas, pero no tenía fondos para destinarlos a Dalmacia. El
archiduque Carlos, segundo comisario en Dalmacia, Julio 1799 a Febrero de 1801, pensó en colonizar con
familias austríacas el país, para así mejorar y elevar sus condiciones económicas.

El tercer comisario imperial, el conde Carneo Stefaneo, constató en 1801 que Dalmacia tenía una densidad
 poblacional muy baja, que si la tierra fuera explotada con medios no tan primitivos como ahora, podría
alimentar una población mayor. Después del tratado de Luneville, Austria nombró como cuarto comisario
imperial de la provincia de Dalmacia al conde Peter Goess (Julio de 1802 hasta Junio de 1804). El más
interesante de todos. Hizo encuestas. Sus resultados:

a) En las islas de Krk y Rab, como en Lo#inj, no faltaban campesinos sino tierra agrícola. Necesitan tener
artesanos para evitar compras en el exterior.
 b) La isla de Pag, recibiría trabajadores especializados para aumentar la productividad de las salinas, pero
en pequeño número.
c) Zadar podría recibir inmigrantes, previa reforma de disposiciones legales sobre compraventa de tierra.
Mientras exista la Ley Grimani el Estado no podría disponer ni siquiera de un pedacito de tierra. Su
reforma permitiría disponer de unas 130.000 ha de campos de pastoreo y matorrales, que se usaban para
apacentar.
d) Los municipios de &ibenik, Trogir, Omi#, Imotski, Neretva, Hvar, Bra; y Kor %ula, consideran que a los
inmigrantes se les podría entregar tierra si se suprimieran los actuales beneficiarios. En Imotski, la pobreza
de la región producía ya una contínua emigración a Bosnia. Los habitantes de Hvar, recibirían con gusto
trabajadores extranjeros poseedores de mejores técnicas de explotación agrícola. Podrían establecer
también fábricas de ladrillos y tubos.
e) En Split, manifestaron que todo era inútil ya que los campesinos sólo trabajan bajo la presión de sus
necesidades y que nada ni nadie los sacará de su tranco. Que había necesidad de liquidar la Ley Grimani y
que de todas maneras hay que cambiar las costumbres no sólo de las clases inferiores sino también de las
altas. No se pronunció a favor de una colonización.
f) Makarska propuso desecar pantanos. La venta de la mitad de tierra recuperada cubriría los costos y la
otra mitad se podría entregar a los inmigrantes.
g) Knin declaró estar dispuesto a entregar la mitad de sus bienes públicos, ya que la población quedaría
compensada por la transmisión de la mejor experiencia de los agricultores que llegarían a establecerse en
sus tierras.
h) Sinj pidió desecar los marjales del río Cetina y revisar los títulos de los bienes raíces. Estimaron que un
aumento de la producción agrícola traería un mayor bienestar a la población.

La conclusión de las encuestas realizadas, el comisario Goess las presentó en forma de preguntas y
respuestas:

1) ¿Se pueden crear nuevos asentimientos en Dalmacia?

 
 

Con la actual legislación agraria sólo se puede establecer familias individuales en tierras que recupere el
stado con el cambio de la ley. En ese caso, las familias que se establezcan en un medio hostil estarían
expuestas a progroms. Además existe el peligro que pierdan sus buenas costumbres y adquieran las del
medio en que vivirían.
2) El plan de colonización, ¿sería factible si se deroga la Ley Grimani?
Sí, siempre que se cambien la Ley Grimani con una ley que garantice la propiedad y vida de colono y que
 permita comercializar la propiedad. Mientras esto no suceda, hay que diferir la colonización.
3) ¿Existe otra manera de llevar a cabo el plan?
Sí, hay dos: incentivar el comercio y la creación de industrias por todos lo medios posibles, y, sobretodo,
dar la más amplia libertad a la marina mercante.

Por otro lado, Goess reorganizó la justicia, arregló las finanzas, creó hospitales e instituciones de
 beneficencia y estableció las bases de una instrucción pública conforme a las ideas más avanzadas del
siglo. El decreto respectivo quedó en el papel. Fue criticado por su administración ilustrada y tuvo que
desaparecer. La primera escuela secundaria completa se creó en Zadar en 1804.

En vísperas de otra guerra con Francia, Dalmacia y Boka Kotorska fueron confiadas a un general, ahora de
origen irlandés, barón Tomás Brady (1804-1805), que reunió en su persona los poderes civiles y militares
hasta la paz de Bratislava, (26 de Diciembre de 1805).

El Zar ruso Alejandro I tuvo la certeza que Napoleón, después de invadir el norte de la Península Itálica y
tras aniquilar a la República de Venecia, invadiría los Balcanes, lugar donde existían sensibles intereses
rusos. Mandó, en Agosto de 1805, un representante a Montenegro. Su objetivo inmediato fue pedir apoyo y
estar listos para cuando Rusia entrara en guerra contra Napoleón y los turcos. Conversó con el Vladika
Petar I Petrovi$  Njego#, protector de los boquenses, para evitar la entrada de los franceses en Boka
Kotorska, ya que así sucediera la flota rusa anclada en Corfu desde la Segunda guerra de coalición,
quedaría en difícil situación. Los montenegrinos y boquenses estuvieron dispuestos a impedir la llegada de
los franceses a Boka Kotorska y solicitaron a la flota rusa que la ocupara para defenderla en conjunto.

Entre las sucesivas guerras contra Napoleón, la primera administración austríaca no pudo hacer mucho
más. El comercio marítimo y la agricultura languidecieron a causa del bloqueo. En cuanto a los trabajos
 públicos se hizo un plan para construcción de caminos.

ADMINISTRACIÓN FRANCESA

Los franceses en Dalmacia


La Tercera guerra de Coalición empezó en Septiembre de 1805. Napoleón derrotó a las fuerzas unidas de
Austria y Rusia en la Batalla de Austerlitz (2 Diciembre 1805) y todo el edificio austríaco se derrumbó.
Después de esta victoria Napoleón obligó a Austria firmar el tratado de paz de Bratislava (26 de Diciembre
de 1805). Esta vez el tratado de paz fue duro. Austria, disminuida al ser excluida del Imperio Gérmanico
(11 Agosto 1804), fue privada ahora de todos los territorios que había obtenido en Campoformio. El viento
cambió de dirección. Apareció una política completamente nueva. El ascenso napoleónico era incompatible
con una Austria como potencia adriática. Sin embargo, Austria conservó aún por tres años Trieste, Rijeka y
Gorica, pero todos los territorios de la ex República de Venecia, o sea, Istria, Dalmacia y Boka Kotorska,
con todas las islas del Adriático, pasaron a Francia. Istria y Dalmacia fueron anexadas al Reino de Italia
recién organizado por Napoleón, pero que no tenía continuidad territorial con Dalmacia.

El pueblo de Dalmacia no podía creer que el Emperador y Rey de Hungría, al cual se confiaron con tanta
lealtad, los entregase a los franceses. En parte ello se debe a que en el pueblo todavía seguían vivas las
 palabras de Doroti$. Así, el pueblo estará en contra de las reformas que le impondrá una autoridad que no
lo conocía y que le enseñaron a odiar.

El general francés Gabriel Molitor fue el encargado de la toma de posesión de Dalmacia y Boka Kotorska.
En Trieste supo que la operación presentaría serias dificultades. El ejército francés empezó ocupar las
ciudades e islas dálmatas a comienzos de 1806. El Adriático no era seguro, ya que el patrullaje marítimo

 
 

angloruso impedía toda navegación francesa. Para los franceses el Adriático estaba cerrado. La ocupación
de Dalmacia por tierra, tenía que atravesar los Confines Militares austríacos en Croacia. A pesar de todo, el
ejército francés durante los meses de Febrero y Marzo de 1806, cubrió Dalmacia entre Knin, Zadar y
Makarska.

El 20 de Febrero de 1806, el general Molitor, en una proclama trilingüe (francés, italiano, croato), anunció
a los dálmatas que el Emperador de los Franceses y ahora Rey de Italia, los recibía bajo su protección, en
otras palabras, que eran sus súbditos. Eugène Beauharnais fue nombrado virrey de Italia y su capital fue
Milán.

La guerra con Inglaterra, el principal enemigo de Napoleón, empezó con el establecimiento del bloqueo
continental, o sea, la prohibición de importar mercancía inglesa y recibir buques de esa nacionalidad en
todos los puertos continentales europeos. En Campofornio a Napoleón no le interesaba Dalmacia. Después
de Austerlitz (1805) y Schönbrunn (1809) si para cerrar toda Europa, convertirla en una especie de
fortaleza contra Inglaterra. Así podría llegar por tierra a Turquía y al Levante. Y, finalmente alcanzar la
India para dar allí la batalla contra los ingleses.

En Febrero de 1806 el Vladika Petar I Petrovi$ convocó a los principales jefes del país con el propósito de
unir sus fuerzas contra Napoleón y defender Boka Kotorska. Aceptaron y resolvieron solicitar al general
austríaco en Hercegnovi, marqués Ghislieri, la entrega de Boka Kotorska antes de la llegada de los
franceses. El general accedió, justificando su proceder por el retardo de las tropas francesas. A fines de
Febrero de 1806, las autoridades austríacas se retiraron del lugar sin oponer la menor resistencia. Desde
Corfu, el almirante Senjavin al mando de varios buques y un ejército de 6.000 hombres se dirigió a Boka
Kotorska. Cuando llegó, los montenegrinos le enviaron una delegación con la petición de que los recibiera
 bajo su protectorado. A comienzos de Marzo de 1806, las fuerzas rusomontenegrinas, tomaron posiciones.
El 7 de Marzo ocuparon Kotor y toda Boka Kotorska. Los ingleses y los turcos los dejaron actuar, los
austríacos también. Así aparecieron en escena los rusos, que no habían firmado el Tratado de Bratislava.
En Hercegnovi se celebró un oficio religioso oficial durante el cual se bendijeron los estandartes rusos de
San Andrés, blancos y azules, los que fueron izados en las fortalezas de Boka Kotorska y en todo el
territorio montenegrino. Las banderas rusas fueron izadas en los fuertes con salvas de 101 cañonazos.

La presencia de los rusos en Boka Kotorska afectó los planes estratégicos de Napoleón. En realidad en
Kotor se cruzaron dos grandes proyectos: el sueño oriental de Napoleón y el de Alejandro I de fundar un
reino bajo su protectorado cuyo núcleo sería Montenegro y su puerto Dubrovnik y Kotor. Había que
desalojarlos. El asunto tomó prioridad. Napoleón exigió que Austria cumpliera con sus compromisos, o
sea, retomara el golfo a los rusos. El solemne oficio religioso de Hercegnovi se consideró una provocación.

Esta situación tuvo consecuencias para la República de Dubrovnik. Los franceses tenían que atravesar su
territorio para atacar y expulsar a los rusomontenegrinos de Boka Kotorska. El general Lauriston, al mando
de mil quinientos hombres, solicitó al Senado de Dubrovnik el permiso para atravesar su territorio y
descansar sus tropas en la ciudad, lo que fue aceptado. El 27 de Mayo los franceses entraron a Dubrovnik.
Una vez dentro el general francés Lauriston declaró que no reconocía la independencia de Dubrovnik
mientras las fuerzas rusas se encontrasen en Dalmacia. Finalmente, obedeciendo una orden de Napoleón, el
general francés se apoderó de las defensas de la ciudad. No disparó un tiro. El 3 de Junio de 1806 se arrió
la bandera de San Blas y se izó la francesa. Allí se quedaron y establecieron un protectorado. La existencia
de la antigua patricia República de Dubrovnik pasó a depender de las grandes potencias y ligada
directamente de la suerte de Boka Kotorska. Al comienzo los montenegrinos, boquenses y rusos detuvieron
a los franceses un poco al sur de Dubrovnik. Las tropas francesas en su avance más allá de Dubrovnik
sufrieron una derrota cerca Brgat el 17 de Junio y se vieron obligadas a retroceder. Los eslavos ocuparon
las montañas tras Dubrovnik y con despliegue de tropas en sus suburbios llegando hasta Grux.
Bombardearon la ciudad. Se incendiaron y saquearon numerosas casas y villas de patricios y burgueses
dubrovnicanos de los alrededores. Lauriston entre en conversaciones con los sitiadores. Entregaría la
ciudad sólo a los austríacos, lo que los eslavos no aceptaban. Demoraba las negociaciones para que,
Molitor avisado de las dificultades de Lauriston, avanzara a marcha forzada desde Makarska y sorprendiera
a los sitiadores. Lo que sucedió y, finalmente, el 25 de Julio, después de cuarenta días de asedio, el general

 
 

Molitor resolvió la situación y Dubrovnik quedó desbloqueado. La lucha continuó. Molitor reemplazó a
Lauriston.

Por otro lado, Senjavin, para asegurar el predominio naval ruso en el Adriático y el bloqueo contra los
franceses, prosiguió con las conquistas de islas a lo largo de las costa dálmata llegando hasta Istria Los
franceses, adivinando las intenciones de Senjavin, establecieron fuertes destacamentos en Kor %ula y Hvar.
En el extremo occidental de Bra; instalaron cañones para impedir la entrada de la flota rusa a Split. En
Diciembre de 1806, tras una pequeña batalla naval entre las flotas rusa y francesa, en la cercanía de Bra;,
un numeroso destacamento rusomontenegrinos ocupó la isla. A fines del mismo mes, los rusos
desembarcaron en Kor %ula, cuya fortaleza capituló el mismo día, por cuanto los soldados franceses estaban
en gran inferioridad numérica. En Febrero del año siguiente, los rusos atacaron Vis y a fines de Marzo
Hvar, donde el 27 de Abril desembarcaron junto con boquenses, pero un fuerte destacamento francés los
obligó a volver a la naves. Después de esto se dedicaron a conquistar Bra;. Como los franceses eran débiles
en el mar, con naves rápidas atacaban de sorpresa las islas y las bombardeaban.

De nuevo rusos, montenegrinos y boquenses se opusieron a los franceses, que habían avanzado en el
entretanto hasta la entrada de Boka Kotorska. Y, ahora, los franceses tuvieron de nuevo que retroceder
hasta Cavtat (16 Septiembre de 1806). La difícil situación militar en el sur de Dalmacia, obligó a general
Marmont a desplazarse a esa zona. La flota rusa, bajo el mando del vicealmirante Senjavin, se encontraba
en Corfu. Tenía por misión proteger esa región de la invasión francesa y prestar ayuda a las poblaciones de
la costa oriental del Adriático. De aquí procedería la importancia de Montenegro.

A fines de Diciembre de 1806, a instancias de Francia, Turquía le declaró la guerra a Rusia. Las fuerzas
francesas en Dalmacia recibieron refuerzos bajo el mando del mariscal Marmont. Con estas fuerzas, que
sumaban 20.000 hombres, y las turcas de Hercegovina Marmont atacó a Montenegro. Austerlitz no fue
sino una etapa en el camino hacia la derrota del coloso ruso. Fueron necesarias las batallas de Eylau y
Friedland para arrancarle la paz al Zar. Recién el 7 de Julio de 1807, fue firmado el tratado de paz en Tilsit,
 por el cual Rusia debía entregar Boka Kotorska y otras plazas de la costa dálmata a los franceses. La
retirada rusa significó el posterior término de la República de Dubrovnik (31 de Enero de 1808), que junto
con Boka Kotorska y Grblje no conquistadas, fue entregada para su gobierno al general Marmont, Duque
de Dubrovnik. Oficialmente la conquista terminó, pero los franceses tuvieron que hacer frente a numeroso
levantamientos locales.

La declinación de Dubrovnik empezó cuando Austria obtuvo Dalmacia gracias al tratado de Campoformio.
A medida que se acercaba la guerra a su territorio, empeoraba su situación financiera. Su dinero,
depositado en los bancos de Viena sufrieron una disminución del 30 % por disposición del gobierno
austríaco. Entró entonces en el círculo vicioso. Subió los impuestos a la compraventa de bienes raíces y a
las importaciones. Se produjeron reclamos y levantamientos, como el de Konavlje. La vida política empezó
a vegetar, aunque todavía en 1806 se desempeñan comercialmente más o menos bien. Mas Francia
necesitaba su territorio para llegar a Boka y su oro para financiar sus guerras. Entonces la centenaria
República de Dubrovnik murió.

El tratado de Tilsit cayó como bomba en Dalmacia. De un día para otro la situación cambió. El día 17 de
Julio los rusos, que habían ejercido el dominio en el Adriático, entregaron las islas de Kor %ula y Bra; al
general Guillet. Evacuaron Boka Kotorska de la cual el general Lauriston, al mando de 2.500 hombres,
tomó posesión el 16 de Agosto de 1807. La flota rusa abandonó el Adriático para no volver nunca más. Se
 promulgó una amnistía general. El príncipe-obispo de Montenegro se retiró a las montañas. Todo entró en
el orden francés.

Para mantener el bloqueo continental aliado de las dos orillas del Adriático los ingleses reemplazaron a los
rusos. Inglaterra ocupó la isla de Vis el 2 de Octubre y la convirtió en una base naval. Con esto Dalmacia
quedó incluida en la esfera de intereses ingleses. Sus naves, al mando del almirante William Host,
 patrullaron todo el Adriático, impidiendo la navegación hacia el Mediterráneo y la interior entre ciudades e
islas dálmatas. A raíz de esta situación se principió a desarrollar la piratería y el contrabando entre Vis y las

 
 

islas y ciudades costeras. Esto obligó a los franceses establecer fuertes penalidades para los
contrabandistas.

El tratado de Tilsit, ratificó el tratado de Bratislava, o sea, Dalmacia le correspondió a Francia. El general
austríaco Brady entregó Dalmacia oficialmente a los generales franceses Molitor y Lauriston. La autoridad
francesa se sintió muy pronto en Dalmacia, Boka Kotorska y en todos los distritos dálmatas que quedaron
en su zona de ocupación. Los descendientes de los ilirios van a vivir durante ocho años la dominación de
los descendientes de sus primos galos.

En cierto sentido, la llegada de los franceses fue una liberación. Napoleón se quedó con Dalmacia, que era
la antecámara del Imperio Turco, sobre el cual Napoleón quería tener influencia para la realizar su gran
 proyecto oriental. Quería apoderarse de Constantinopla, eliminar a Rusia y marchar más lejos que el gran
Alejandro macedonio.

Estructura administrativa
Para los fines de su administración civil, Napoleón incluyó Dalmacia en el Reino de Italia, reino vasallo
del Imperio Francés. Su jefe fue el príncipe Eugenio de Beauharnais, virrey de Italia. Dalmacia dependería
del gobierno real de Milán e izaría banderas con los colores italianos. La capital de la administración
francesa sería Zadar. El italiano, el idioma oficial. Francia proporcionaría comandantes militares y tropas
de ocupación.

 Napoleón dio instrucciones al virrey de Italia para que organizara una administración moderna en
Dalmacia, en orden y seguridad. Después de un breve período de gobierno militar, fue nombrado el 28 de
Abril de 1806 gobernador general de Dalmacia el veneciano Vicenzo Dandolo, quien llegó a Zadar el 3 de
Julio de 1806. Poco después, el 21, lo hizo el comandante de las fuerzas militares general - no era todavía
ni mariscal ni duque - Augusto Federico Luis de Marmont. Dandolo no fue a recibir a Marmont. Su
administración durará hasta fines del año 1809, cuando Marmont es nombrado virrey de las Provincias
Ilirias.

La llegada de los franceses conmovió y sacudió fuertemente la sociedad dálmata en lo económico, social,
cultural, educacional, religioso e institucional y afectó sus costumbres y su modo tradicional de vida. Todo
este impacto, que se tradujo en numerosas leyes y reglamentos, hubiera sido muy positivo si Dalmacia
hubiese estado en situación de asimilar los cambios. Los magnates y el clero, que tenía enorme influencia
en la casi iletrada población, presentaron una gran resistencia a los cambios. Sin embargo, no todo fue en
vano, ya que muchas de esas iniciativas quedaron como semillas que germinarían en el futuro. Durante el
siguiente régimen austríaco, los dálmatas recordarían a menudo la administración francesa.

Dandolo no era descendiente de los dogos del mismo apellido. Nació en Venecia el 26 de octubre de 1758.
Era un espíritu inquieto. Poseía todos los conocimientos necesarios para llevar un país a las vías de
 progreso, mas no poseía la suficiente sangre fría ni la clarividencia necesaria para ser un hombre de Estado.
Fue justo e íntegro, pero por otra parte fue vanidoso y, si bien demócrata, algo déspota. Era nervioso,
fácilmente impresionable e irritable. Había jurado una guerra eterna a los militares, lo que creó un agudo
conflicto con Marmont y del cual Dalmacia fue la víctima. Administró Dalmacia desde el 3 de Julio de
1806 hasta el 29 de Enero de 1810.

Con la llegada de estos dos hombres, Dalmacia sufrió un violento cambio. Cerró el ciclo de su historia
medieval. No es por azar que Dalmacia, cuya personalidad se subraya con la presencia de un ministro a
latere  en Milán, comienza a leer en su lengua materna un diario por la primera vez en su historia. Sin
embargo Dandolo se esforzó en vano en hacer del italiano la lengua de Dalmacia. Se puede afirmar que el
 pensamiento eslavo en Dalmacia, es decir la correspondencia entre la realidad de las raíces sudeslavas del
 país y la más amplia idea de unidad, tomó forma entre la caída de Venecia y la llegada al trono imperial de
 Napoleón. Se comenzaba a elaborar una nueva noción, el concepto de nacionalidad. El siglo XVIII estaba
definitivamente muerto.

 
 

La obra de modernización y reformas iba muy rápido, no era recibida con simpatía. Las ciudades
 protestaron y reclamaron sus franquicias y privilegios. No querían oír hablar de conscripciones militares.
La población, principalmente campesina, hacía levantamientos locales, pero graves, incitados y
organizados por el clero ofendido por las amenazas de los jacobinos, que persistían en atacar a las iglesias a
 pesar del Concordato y de la paz con el Papa. En Francia no se quería ver ni comprender la situación, sólo
se pensaba en centralizar y liberar la población de los lazos anteriores. Lo que en general se hacía sólo
correspondía a los intereses de los administradores y no de los administrados.

El Emperador Napoleón - sin consultar a Dandolo - firmó el 4 de Septiembre de 1806, en Saint Cloud,
cuatro decretos concernientes a Dalmacia: el primero abolía los fideicomisos; el segundo derogaba la ley
Grimaldi; el tercero declaraba el Concordato ley en Dalmacia; y el cuarto establecía que la aplicación del
Código Civil sería diferida, salvo en los referente a la familia y a las herencias. Esto tuvo por consecuencia:

- La abolición de los fideicomisos, enemistó el régimen con la nobleza feudal, magnates y alto clero
dálmata.

- Según la ley Grimaldi los campesinos de las tierras del Nuovo Acquisto  no podían ser propietarios sino
que tenían el status de usufructuarios de la tierra para si y sus descendientes. Con la reforma el campesino
 pasaba a ser propietario, con lo cual Napoleón creyó asegurarse su reconocimiento. Ahora el campesino
 podía vender o hipotecar sus campos. El campesino dálmata bajo Venecia estaba obligado a conservar y
cultivar la tierra. Su dominio era inalienable y jamás corría el riesgo de caer en manos de prestamistas que,
en ocasiones, se convertían en usureros. Ahora, apenas se promulgó la nueva ley agraria, el territorio fue
invadido por un enjambre de especuladores demandando el pago de antiguas deudas u ofreciendo créditos
con intereses usurarios. El decreto napoleónico permitió a los especuladores y usureros apropiarse
rápidamente de enormes extensiones de tierras. Apareció el peligro que los campesinos quedasen incluso
sin hogar y con ello se aumentara el número de enemigos de los franceses. Así, a pesar de la apariencia
liberal de esta medida, aumentó el desamparo de los campesinos del interior de Dalmacia, litoral y Región
del Neretva ahora propietarios de las tierras que antes cultivaban en concesión. Se constató muy pronto que
esto era en realidad un engaño y que el mal producido era muy superior al bien pensado. El gobierno tomó
medidas que sin embargo no produjeron el efecto esperado. Fueron causa de desafecciones y revueltas.
Dandolo se vio en la obligación de publicar nuevas disposiciones para obstaculizar la enajenación de
 bienes raíces. El descontento aumentó aún más cuando se anunció que el diezmo sería reemplazado por
impuestos en productos y el derecho de pastoreo en metálico.

- El Concordato inquietó al clero. Vio allí una disminución del número de obispados y la confiscación de
 bienes
eclesiásticos. Incrementó su oposición.

- El cuarto decreto referente al Código Civil sólo fue aplicado circunstancialmente.

En resumen estos cuatro decretos sólo produjeron caos en un territorio que Vicenzo Dandolo consideraba
ya de por si difícil de manejar. La oposición a los franceses era durísima, tocaba demasiados intereses,.

El litoral oriental Adriático se disgregó en tres regiones directamente anexadas al Reino de Italia:

- 1) Istria, a cargo de un prefecto con asiento en Koper.

- 2) Dalmacia, cuya jefatura principal tenía asiento en Zadar y su titulo era gobernador general, con seis
departamentos: interior, justicia, educación, asuntos militares, finanzas y contabilidad. El territorio fue
dividido en cuatro distritos con delegados a la cabeza (Zadar, &ibenik, Split y Makarska), compuestos a su
vez de cantones a cargo de vicedelegados, y éstos en municipalidades citadinas y rurales con sus
respectivas administraciones comunales. A la cabeza de las comunas citadinas se encontraba un alcalde
( podestà ) con su consejo comunal y en las rurales un anziani  era el jefe. Se estableció una Asamblea
General de Consejeros de Dalmacia que tenía 48 miembros; sus reuniones las presidía el gobernador
general y trataba los problemas de índole interna. Se reunió dos veces y no dejó nada.

 
 

- 3) Dubrovnik y Boka Kotorska, con su propio gobernador. El gobernador se asesoraba con un Consejo
Central compuesto de 48 miembros, entre intelectuales y propietarios procedentes de cada cantón por lo
menos uno y de acuerdo al número de sus habitantes.

La reorganización políticoadministrativa significó la ruptura total con la estructura comunal medieval que
existió en las posesiones venecianas y en la República de Dubrovnik. Las reformas aplicadas por los
franceses, sentaron las bases que permitieron a Dalmacia salir de la Edad Media y entrar a la Época
Moderna. Se introdujo una administración uniforme en todo el territorio. De esta manera desaparecieron
todas las antiguas formas de administración y privilegios estamentales y estatuarios, que fueron
reemplazadas por nuevas formas de administración municipal. Se suprimieron también todos los
 privilegios individuales, se estableció la igualdad de todos los ciudadanos tanto en los tribunales como ante
la ley, en concordancia con el Código Civil de Napoleón. Así esta región fue la primera en obtener de todos
los territorios de los eslavos una moderna administración significativa para la burguesía. La reforma
administrativa se materializó rápidamente, lo que no sucedió con la justicia.

Justicia
La justicia fue reorganizada. Se independizó de la administración civil y militar. Funcionaron 22 juzgados
locales en las comunas y distritos. Las cortes de primera instancia en lo criminal y civil sesionaban en
Zadar y Split, la de apelaciones en Zadar y la de casación en Milán. La reforma judicial avanzó tomando en
cuenta la mentalidad, tradiciones y costumbres de la población. Más tarde también se instaló una corte en
Dubrovnik.

Fue fácil reorganizar los tribunales de justicia, pero fue realmente difícil aplicar el Código Civil
napoleónico debido a los conceptos locales en los asuntos de bienes, herencia y matrimonios. Del Código
Civil se aceptó la igualdad ante la ley de todos los estamentos sociales. Se juzgó mientras tanto de acuerdo
a las leyes venecianas y austríacas, con la indicación que debían aplicarse conforme al espíritu francés de
 justicia. Se eliminó la tortura, la pena de muerte debía cumplirse mediante la guillotina y no con la horca.
Se intentó reformar las cárceles. Se hizo obligatoria la defensa gratuita de los acusados pobres. Finalmente
se suprimió la pena de latigazos y se reemplazó con cárcel o multa.

A pesar de la noble intención de las reformas judiciales, éstas provocaron una gran confusión. Los
tribunales seguían en manos de los anteriores jueces que difícilmente entendían la ensalada de leyes
venecianas, austríacas y francesas. La población se entusiasmó con el cambio, sobretodo por haber sido
separada la aplicación de la justicia de la administración civil.

Idioma
Durante las administraciones veneciana y primera austríaca, el idioma croata estuvo casi totalmente
excluido en la vida pública y totalmente en la enseñanza. Toda la educación se realizaba en idioma italiano.
Sólo por la iniciativa individual de cualquier profesor podía darse un espacio en clase al idioma croata,
hecho que no le preocupaba ni a las familias ni al municipio. Vicenzo Dandolo quiso eliminar el idioma
croata en los dos seminarios en los que se preparaban futuros sacerdotes glagolíticos. Pensaba que la
italianización de Dalmacia era condición indispensable para su futuro desarrollo. Explícitamente le escribió
a Napoleón el 31 de Diciembre de 1806 que el idioma italiano había que "extenderlo no sólo por cuanto era
un idioma del conocimiento y del arte sino que era necesario comenzar la italianización de Dalmacia."
Mientras tanto en su actividad de ilustración, no pudo evitar de dedicarle atención al idioma nacional
croata.

La iniciativa de editar un diario bilingüe, " Il Regio Dalmata - Kraljski Dalmatin", que mantuvo este título
hasta 1808, fue del virrey del Reino de Italia ( Regio de Italia), Eugenio Beauharnais, con un director
italiano Bartolo Benincasa. De todas maneras Dandolo con su cooperación hizo mucho para que el idioma
croata comenzara con éxito acondicionarse a las necesidades de la vida pública. En verdad, el texto
 principal del diario, que circuló desde el 12 de Julio de 1806 hasta el 1 Abril de 1810, era escrito mitad en
idioma italiano y la otra mitad en lengua "àrvacka", con el propósito de atraerse a la población local. Al

 
 

inicio, la sección croata estaba a cargo del fra Pa#ko Juki$  y después del dominicano Nikola Budrovi$,
ambos estaban preocupados de la pureza del idioma "àrvacki" y lo acomodaban para el uso oficial.

A pesar que la parte croata era una traducción, el periódico se debe considerar como el primer diario en
lengua "àrvacka". Fue el diario oficial de Dandolo. En la parte política, amén de loar a Napoleón,
 publicaba consejos prácticos sobre problemas económicos, silvicultura, alimentación y estaba empeñado en
combatir la ignorancia y las supersticiones.

Educación
Una atención especial tuvo la educación pública, que hasta la llegada de los franceses era inexistente Los
venecianos consideraban que no era su obligación y los austríacos, quisieron preocuparse, pero su costo lo
consideraron muy alto. Venecia no construyó ni subvencionó una sola escuela.

Dandolo sentó las bases de una moderna educación pública en Dalmacia. El 5 de Mayo de 1807, emitió el
decretó "Orientaciones generales para la educación pública en Dalmacia". Este decreto ordenó abrir un
liceo y dos academias en Zadar y Split, y cuatro seminarios; siete establecimientos secundarios: Zadar,
&ibenik, Trogir, Split, Makarska, Hvar y Krk, y que cada cantón abriera escuelas públicas de hombres y
mujeres, además de algunas de herreros y carpinteros. La obra de Dandolo en este campo no pudo
contrarrestar la hostilidad de los medios feudales y eclesiásticos dálmatas. Sin embargo, las reformas
introducidas por el gobernador general no eran despreciables.

El balance cifrado de la política escolar francesa fue la creación de siete liceos, dos internados (Zadar y
Dubrovnik) y un liceo superior en Zadar, en el cual se daba una práctica a los futuros abogados, médicos,
cirujanos, farmacéuticos, arquitectos, geodestas, ingenieros, etc. Se inauguró un internado para veinte
alumnos. Además, en todos los pueblos importantes se abrió una escuela pública, en total 23. En las
"Orientaciones", se estableció que todo jefe de familia debía enviar a la escuela por lo menos un hijo, bajo
 pena de multa a favor de las escuelas. La vigilancia de esta obligación la tenían las comunas. Para una
concepción tan amplia, las condiciones no estaban dadas, no sólo técnicas y monetarias, sino también
 políticas, sociológicas y religiosas. Finalmente en las escuelas se principió a utilizar el idioma nacional.

Vicenzo Dandolo concibió incluso un jardín botánico para experimentar diversos cultivos.

Red vial
Una de las grandes preocupaciones de los franceses fueron los caminos. Prácticamente no había caminos ni
 puentes, bajo Venecia el transporte era básicamente marítimo. Vicenzo Dandolo pensaba en las vías
necesarias para el comercio y Marmont para las militares. Se repitió Roma. La mayor parte de los caminos
quedaron inconclusos. Su construcción se basó en anteriores proyectos austríacos.

En medio de la paz profunda que descendió sobre Dalmacia entre las batallas de Jena (1806) y Pravodinsk
(Friedland, 1807), Marmont concibió el gran proyecto. Dalmacia bajo Venecia sólo tenía los restos de los
caminos que Roma había construido y los bárbaros destruido. A Venecia no le hicieron falta, vivía en el
mar. Para el intenso comercio con Bosnia, existían senderos por donde pasaban las caravanas cargadas de
mercadería. Los austríacos construyeron el camino de Ostrovica a Skradin y Trogir y el de &ibenik a Knin
 por Drni#. Al sur del Krka, las rutas paralelas al litoral no existían.

Marmont, frente a la imposibilidad de comunicarse por mar, ya que el enemigo infestaba los canales
marítimos interiores, impulsó la construcción de caminos. Esto hacía posible la defensa del país. Se
emplearon soldados para construirlos. Eran motivados con la promesa de grabar los nombres de sus
regimientos en estelas que se colocarían a lo largo de la ruta (éstas fueron retiradas posteriormente por los
austríacos). También se contrataba campesinos, mediante la entrega de pan y algo de dinero. Se
mencionarán los caminos de Knin a Split, Knin a Klis y de Klis a Split, de Trogir a &ibenik y de Trilj al
interior de Bosnia, Salona a Trogir y de Sinj a Dubrovnik, que quedó interrumpido por la guerra de 1811.

La gran obra ejecutada por Francia, a la cual se asocia para siempre el nombre de Marmont, es la red
caminera, comenzada tímidamente por Austria, continuada y llevada a término con una energía romana por

 
 

el general francés. A pesar de que se construían básicamente para cubrir necesidades militares, estos
caminos hicieron salir a Dalmacia de su aislamiento, pues la unión de las diferentes regiones benefició el
 país - los primeros después de la conquista romana - unían las ciudades y ya no tenían un carácter comunal.
Era la obra de un estado moderno que suprimía las comunas para crear una más amplia asociación de
intereses y sentimientos. La vía más importante, que iba de Knin a Dubrovnik, fue llamada el Camino de
 Napoleón.

Los caminos tenían entre 4,7 a 6,2 metros de ancho, orillados con muros de sostenimiento de mampostería
de hasta unos seis metros de altura que los construían los soldados, mientras los campesinos los rellenaban
y empedraban. Se construyeron 120 kilómetros de caminos. Ahora se podía viajar de Zadar a Dubrovnik en
carroza. Los trabajos fueron terminados en 1811. Hubo que suspender su construcción durante una nueva
guerra con Austria y las guerrillas en España.

Marmont pasó a ser el ídolo de Dalmacia. Split acuñó una medalla en su honor, bautizó un muelle, una
calle (que aun permanece) y una plaza con su nombre. En el camino de Grux a Dubrovnik se puede ver un
lugar preparado en la roca donde se iba a grabar un recordatorio a Marmont. Alrededor de el, sólo flores se
renuevan todas las primaveras en recuerdo del gran personaje.

Economía
La construcción de una red caminera era previa a las reformas económicas de Dandolo, quien estaba
convencido del gran futuro económico de Dalmacia. Pero no había industrias, el comercio no avanzaba: el
 bloqueo inglés de la costa impedía el intercambio, la agricultura y la ganadería estaban a un nivel
totalmente primitivo.

En un artículo de Kraljski Dalmatin , Vicenzo Dandolo se quejaba amargamente:

"En Dalmacia hay greda, pro no hay alfarería ni fábricas de ladrillos; hay silicatos, pero no hay fábricas de
vidrios; hay suficiente madera, pero no se hace carbón; hay piedra caliza, pero no hay caleras; hay
hermosos mármoles, pero nadie sabe elaborarlos; hay yacimientos de carbón de piedra, pero nadie piensa
explotarlos; hay minerales de hierro, que nadie aprovecha. Existe un insuficiente número de telares en
relación a la producción de lana y para cubrir las necesidades de la población. Hay cuero en abundancia,
 pero no hay curtidurías, no se aprovechan los residuos de las aceitunas para fabricar jabón; los trapos se
exportan en vez de elaborar papel, al igual que el sebo en vez elaborar velas. Existen algunos herreros
rurales, algunos carpinteros, pero ningún carrocero. Los artefactos de greda usados por los campesinos los
importan, a pesar de tener en abundancia madera y greda, y si su precio en Venecia es de 50 liras, aquí
alcanza 300. Igual con los ladrillos, el mil cuesta en Ancona 36 libras y en Zadar se venden en 220. Toda la
ferretería llega gravada con altos costos de transporte y, en esta tierra cubierta de bosques, hay que
importar la madera de construcción."

La autoridad francesa trató de crear industrias. Se estableció una fábrica de jabón y de papel, se crearon
herrerías, aserraderos y molinos. Lamentablemente todas esas industrias, aunque modestas, se encontraban
en un espacio económico deprimido. El campesino era pobre y analfabeto, no podía ser cliente de estas
factorías. Seguía construyendo sus cabañas y usando los implementos tradicionales. En cambio, la
mercancía necesaria para la ciudad se importaba: la madera, del litoral croata; de Trieste, ferretería
alemana, azúcar y café; de los Estados Pontificios se traía tuberías, ladrillos, ollas de barro y fruta y
verdura fresca; en la feria de Senigallia se compraba pescado salado y lujosas telas; de Bosnia llegaba
ganado, hierro, miel, cera, géneros y cobre elaborado; de Albania madera de construcción y trigo; de Sicilia
telas de algodón y seda: de Venecia muebles, remedios, arroz y artículos suntuosos. A su vez, Dalmacia
exportaba: vino, rosoli, aceite, cuero crudo y lino.

A pesar de todo, la administración de Dandolo fue benéfica para el desarrollo económico del país, tan
abandonado durante la ocupación veneciana. Rebajó los derechos de exportación de vino, aceite y pescado.
Suprimió los aranceles intercomunales que obstaculizaban la circulación de bienes. Introdujo el servicio
regular de correos, facilitado por la construcción de caminos. Favoreció así al comercio.

 
 

En 1808, Dandolo abandonó sus esfuerzos mercantilistas y toda su energía la volcó entonces a la
agricultura.

Agronomía
La sexta parte del territorio dálmata era cultivable, pero la agricultura era tan primitiva y atrasada que no
era capaz de alimentar a la población. En los alrededores de las ciudades existía buena chacarrería,
aceptables viñedos y abundantes olivos. Pero, más lejos del mar tanto la agricultura como la silvicultura
estaban aún en pañales. Allí, donde la tierra era buena el trabajo era insatisfactorio, los buenos campos
 producían poco. El campesino la trabajaba con arado primitivo de madera y no conocía el abono. En las
montañas quedaban bosques naturales, crecían al azar, nadie los cultivaba. Se explotaban
indiscriminadamente. Los retoños eran comidos por las cabras. Así los bosques iban desapareciendo.

Uno de los méritos de Vicenzo Dandolo, fue su intento de reforestación. Formó un vivero para producir
50.000 árboles y 20.000 frutales. Prohibió la quema y la tala de los bosques estatales y comunales. Al
comienzo tuvo éxito, pero en la guerra de 1809, los austríacos le destruyeron el vivero que estaba ubicado
cerca de Nin. Su propia guerra contra las cabras fracasó, los pastores le enseñaron los animales arrancar
cuando se aproximaban los guardabosques.

 No tuvo un mayor éxito en sus esfuerzos para mejorar la agricultura y la ganadería. Introdujo de Italia el
arado metálico, que los campesinos rechazaron por ser muy caro y al no poderse acostumbrar a su manejo.
La agricultura se mantuvo estática debido también a una ganadería primitiva. En la mayor parte del
interior, no se conocía el establo por lo cual no se producía guano. Para mejorar la ovejería importó 100
carneros merino, que desgraciadamente se sacrificaron, en su mayor parte por los austríacos, durante las
operaciones bélicas de 1809. Pero de todas maneras, se notó un mejoramiento en las crías del año
siguiente. Introdujo Dandolo, premios para la mejor cosecha de granos. En el  Kraljski Dalmatin , los
consejos prácticos casi no eran leídos, los campesinos a los que estaban dirigidos no sabían leer ni escribir.
Tampoco podían aprovechar las múltiples cartillas editadas para mejorar el ganado, el cultivo de la papa, la
 producción del guano, sobre la inconveniencia de la subdivisiones de los campos, etc.etc.

En resumen, Dandolo trató de reforestar las regiones deforestadas, desecar pantanos, construir cisternas,
hornos para el pan, introducir nuevos cultivos (papa, ajo, tabaco, lino y otros). Trajo especialistas desde
Italia e incentivo la fruticultura. En su reforma de la educación, especial atención tuvieron las escuelas
técnicas, y en Split fundó una academia agrícola. Todas estas iniciativas no tuvieron resultados parejos,
debido a que Dalmacia en esos tiempos estaba sufriendo las consecuencias de las guerras y el bloqueo de
sus costas que destruyó finalmente su marina mercante e imposibilitó todo comercio agrícola. La guerra
afectó muchísimo a la población, pero también los impuestos y transportes militares obligatorios. Dalmacia
se hundía a la vista.

Al término de su mandato, en 1809, Vicenzo Dandolocomprendió que su éxito fue pequeño. Criticó a los
habitantes de no preocuparse del futuro. Trato de que no fueran flojos, supersticiosos e inclinados a la
 bebida. Sin embargo permaneció optimista respecto a Dalmacia que abandonó el 29 de Enero de 1810.
Indicó el camino hacia un mejor destino.

Levantamientos
La conscripción y la ocupación de algunos conventos importantes fueron las causas inmediatas de
sublevaciones del pueblo en Dalmacia. La antigua comuna libre de Poljica (1807) fue la primera, seguida
 por el litoral de Makarska. Combates tuvieron lugar entre los insurgentes - apoyados por los rusos - y las
tropas francesas. La flota rusa bombardeó Makarska, mientras la guardia nacional de los insurgentes
desplegaba el estandarte de ... ¡San Marcos! Llegaron refuerzos franceses que derrotaron a insurgentes y
rusos. Éstos tuvieron pérdidas importantes y los franceses también. La revuelta fue aplastada brutalmente
 por los franceses. Saquearon los pueblos de Poljica y asesinaron en masa en el litoral de Makarska. A raíz
de ello fueron anulados todos los privilegios y suprimida la República de Poljica (ver Anexo).

 
 

Iglesia Católica
El clero católico era muy numeroso y pertenecía a diez obispados de los cuales algunos eran muy
 pequeños, como el de Osor que tenía cuatro parroquias con 6.000 almas. Se destacaban además los
franciscanos, con numerosos conventos, en especial el de la islita de Vi#ovac en el Krka, el de Knin y el de
Sinj.

La controversia sobre el rol del clero enfrentó a dos posiciones irreconciliables: la tradicional dálmata,
último fragmento auténtico de la Edad Media, y las doctrinas revolucionarias, adoptadas por la Europa
Moderna. Los dálmatas en su fe y su apego a la sede de Roma no desmerecían en nada frente a los
españoles, polacos e irlandeses. Los descendientes de los gloriosos campeones de la libertad comunal
obedecían a sus sacerdotes no sólo en cuanto a intérpretes de lo divino sino también como maestros y guías
de su conciencia nacional. Se puede decir que Dalmacia había llegado a ser en el curso de los siglos una
vasta comunidad religiosa. Para 200.000 almas - incluido Dubrovnik, que era independiente - había tres
arzobispados (Zadar, Split, Dubrovnik), 11 obispos, 1.200 iglesias y capillas, 462 parroquias, 1.500
 presbíteros seculares y 54 conventos. Paralelamente al clero y bajo su dependencia, estaban las cofradías
 populares ( scuole ), que eran innumerables. En la arquidiócesis de Zadar se contaban 197.

Vicenzo Dandolo, si bien educado en la escuela atea del siglo XVIII, se dio cuenta que, si quería conquistar
Dalmacia para el Imperio, había que vivir en franca amistad con el clero. Sin embargo, envalentonado por
la política religiosa en Francia, concibió una reorganización radical de la iglesia dálmata en el sentido de
someter la iglesia al Estado. Pensaba reducir las 14 diócesis existentes e introducir otras reformas.
 Napoleón prestó una vaga atención a estos proyectos. Mas ciertos cambios los haría recién en el 1828, el
muy católico y apostólico Emperador de Austria y Rey de Dalmacia.

Las relaciones de Dandolo con el clero fueron tirantes. Los sacerdotes se convirtieron en agitadores
 profesionales contra los franceses. Los monjes estuvieron a la cabeza del movimiento antifrancés,
sobretodo los franciscanos, que eran enormemente populares. La actitud, fría y reservada, cuando no era
francamente hostil de Dandolo hacia la Iglesia, contribuyó a su caída. Marmont salvó lo que se pudo
salvar. Obtuvo lo que Dandolo, con sus prejuicios, no había logrado: estar en buena relaciones con los
 poderosos religiosos si deseaba gobernar Dalmacia de una manera distinta que por las armas. Había que
tenerlos de amigos. Así Marmont, cambió de política y tanto es así, que obtuvo un diploma como protector
de la Orden de los Franciscanos en Dalmacia.

PROVINCIAS ILIRIAS
Cambios territoriales
Las campañas de la Quinta Coalición contra Napoleón, encontraron a Dalmacia en condiciones poco
adecuadas. Austria declaró la guerra a Francia el 9 de Abril de 1809. Marmont tuvo que mantener sus
tropas en estado de guerra. Las concentró en el perímetro de Obrovac, Knin, Benkovac y Drni#. Austria
reunió un ejército en Croacia. Las hostilidades empezaron hacia fines del mes de Abril de 1809.

Marmont esperó ver cómo se desarrollaban las operaciones bélicas en los otros frentes antes de actuar.
Cuando supo que Napoleón vencía a lo largo del Danubio y que el archiduque Juan, al mando de los
ejércitos austríacos en el frente de Italia, se retiraba hacia Viena, decidió unir sus tropas a las que ya
actuaban en el centro de Europa. El 14 de Mayo, Marmont atravesó el Velebit y los Alpes Dináricos y ya el
17 estaba en Gra;ac, donde tuvo lugar una batalla importante. Avanzó tras de vencer en Gospi$ (21 y 22 de
Mayo), y llegó a Ljubljana el 4 de Junio. Finalmente se unió a la Gran Armada el 5 de Julio. Ahora
 Napoleón le otorgó al duque de Dubrovnik el bastón de mariscal. Marmont dejó en Dalmacia un
contingente de sólo 4.000 soldados franceses distribuidos en algunas posiciones fortificadas.

Los austríacos, para esta guerra, prepararon con anticipación y secreto un levantamiento en Dalmacia
contra los franceses. Los insurgentes fueron inmediatamente apoyados por las tropas austríacas y pasaron a
la ofensiva. Invadieron Dalmacia junto con una legión de refugiados dálmatas al mando de los generales
 barón Petar Knexevi$ y Stoj;evi$. Los agentes franciscanos - con el Rev. Doroti$ a la cabeza - y austríacos
rivalizaron en el celo y trabajo en la retaguardia de Marmont. El Ban de Croacia y el obispo de Zagreb

 
 

Maximiliano Vrhovac, se empeñó también en expulsar a los franceses de Dalmacia. El levantamiento de


los dálmatas fue general. Los insurgentes llegaron hasta quitarle el timón a toda nave que partía para
aprovisionar Zadar. El ejército austríaco, fue bien recibido en Dalmacia en 1809. La población le prestó
colaboración. Encontraron aliados en todas partes. Con la ayuda de la población local, que también había
formado bandas armadas y ocupado partes del territorio, le fue fácil a los austríacos penetrar en Dalmacia y
ocupar casi todo su territorio.

Así, el 5 de Julio el general barón Petar Knexevi$, con la ayuda del Rev. Doroti$, ocupó algunos lugares en
los cuales el pueblo se había levantado contra los franceses. Knexevi$  puso sitio a Knin y Obrovac,
mientras tanto el cuerpo principal ocupó Ostrovica el 20 de Julio. Skradin cayó el mismo día, &ibenik el
21, Trogir el 30 y Split el 2 de Agosto. Finalmente la ocupación austríaca se hizo extensiva a las islas: Bra;
el 6 de Agosto. En Hvar, el 15 de Agosto de 1810 toda la población celebró con delirio el cumpleaños de
 Napoleón, pero al día siguiente cambió e izó el pabellón austríaco: Starigrad cayó el 16 y toda la isla de
Hvar el 19. Los insurgentes eran dueños de todo el litoral de Makarska hasta la desembocadura del
 Neretva.

Zadar fue sitiado, pero esta vez sin éxito. Estaba fortificada y con una guarnición de 3.000 hombres.
Knexevi$ empezó a avanzar lentamente haciendo retroceder a los franceses hasta la cercanías de la ciudad.
En catorce días terminó una brillante campaña. Removió los espíritus dálmatas que siempre pensaban en
una unión definitiva con Croacia bajo las alas de los Habsburgos como reyes de Hungría, Dalmacia y
Croacia. Pero, después de la decisiva victoria francesa en Wagram, todo esto no sirvió para nada.

Mientras tanto legiones dálmatas combatían en Austria bajo las órdenes del general francés Marmont. Los
regimientos dálmatas, después de los combates favorables sobre el Drava y cerca de Graz, contribuyeron a
la victoria de Wagram (5 y 6 de Julio de 1809), pero sobretodo en la batalla de Znaim (Znojmo, 12 Julio
1810) que obligó a los austríacos pedir el armisticio al día siguiente. Después de cinco semanas de
iniciadas las hostilidades, Napoleón entró en Viena. Ahora las condiciones serían más severas que en 1805.

El emperador Francisco I firmó el tratado de paz de Schönbrunn, el 14 de Octubre de 1809. Según este
tratado, Austria entregaba a Francia el territorio de Croacia que va desde el Mar Adriático hasta el Sava y
el Una, seis distritos de los Confines Militares que se mantuvieron como Croacia Militar, Carniola con
Gorica, Trst, Istria con las islas del Carnaro, un distrito en Carintia, Dalmacia, Dubrovnik, Boka Kotorska
y todas las islas. Estos territorios constituyeron, ese mismo día, una entidad administrativa nueva dentro del
Imperio napoleónico: las Provincias Ilirias. Dalmacia y Dubrovnik con Boka Kotorska tuvieron una
administración separada, aunque dentro del marco de las Provincias Ilirias. Así Austria quedó sin salida
directa al Mar Adriático. Dalmacia, tierra pobre, quedó incluida con territorios más ricos y desarrollados,
 pasará a desempeñar un papel más pasivo, de simple carácter estratégico.

Dalmacia fue tratada con dulzura y generosidad. De los 300 dálmatas condenados por los tribunales de
guerra, ninguno fue fusilado. Con ocasión del matrimonio de Napoleón con María Luisa, casi todos los
dálmatas que cumplían penas en Kotor o en Francia obtuvieron una conmutación de la pena y aún una
amnistía completa.

Los grandes trabajos de utilidad pública y una administración justa, reconciliaron, a lo menos durante un
cierto tiempo, a la población dálmata con el gobierno francés. Los regimientos que volvieron de la
campaña de Wagram fueron recibidos con grandes demostraciones de júbilo.

Sin embargo Knexevi$  tuvo bastantes problemas en su retirada, apenas logró evacuar su ejército en
Diciembre de ese año, bastante diezmado por enfermedades, o sea, cuando ya los franceses habían
reafirmado su autoridad en Dalmacia. Disolvió los cuerpos de voluntarios. Con el ejército austríaco
 partieron algunos que temían la represalia de los franceses o que fueron condenados a muerte en ausencia.

Francia estaba reinstalada en Dalmacia - sin haberla abandonado nunca - y se creyó que para mucho
tiempo. Era necesario pensar en su porvenir y en las otras provincias sudeslavas que habían sido atribuidas
a Napoleón después de la sangrienta victoria de Wagram.

 
 

Cuando aún la paz de Schönbrunn no había sido firmada, Napoleón se entretenía con Marmont, promovido
a Mariscal de Francia, conversando respecto a la suerte que correría un grupo de provincias que arrancarían
a Austria. Quería crear un estado tampón entre el Reino de Italia, que dependería directamente de él, y una
Austria mutilada, aislada del mar, pero que todavía sería temible como aliada de los enemigos del
Emperador. Soñaba con hacer de estas provincias una marca carolíngea, como lo fue precisamente Austria,
en su tiempo, contra la invasión de los bárbaros. Marmont sería el jefe de esta marca. También veía en
estas provincias una cantera de espléndidos soldados.

Frente a la situación concreta, Napoleón se limitó a investir a Marmont con plenos poderes (decreto del 25
de Diciembre de 1809) como gobernador de las Provincias Ilirias. Su capital sería Ljubljana. La
resurrección de este antiguo nombre de Iliria prueba que, en la memoria de los hombres, el nombre de ese
 prodigioso pueblo no se había borrado. ¿Habrá consultado a algún eslavo dálmata de las provincias
anexadas?

El poeta esloveno, Valentín Vodnik, en una oda a Napoleón escrita en 1811,  La Iliria Resucitada, dice en
sus primeros versos:

 Napoleón exclamó: "¡Iliria, despierta!


 Ella despierta y suspira: "¿Quién me llama?
¡Oh, gran héroe!, ¿eres tu quien me despiertas?
 Dame tu poderosa mano, levántame ... 

Los idiomas croata y serbio eran llamados ilirios (hasta 1840). Como sea, Iliria o Eslavia, es lo mismo. La
descendencia iliria de los sudeslavos no se ponía en duda. Su nombre presidirá el renacimiento literario
croata.

Una diputación fue a Paris en 1810 a agradecer al Emperador por los beneficios con que había colmado a
Iliria. Eran en parte sinceros, en parte forzados. La diputación, en la que los patricios dubrovnicanos se
codeaban con los burgueses splitanenses, asistió al matrimonio del Emperador y a los bailes que se dieron
en las Tullerías y en las sedes diplomáticas. En el baile de la embajada austríaca estalló un terrible
incendio, en el cual el presidente de la delegación iliria perdió a su mujer y a su hija.

El Emperador y sus ministros recibían, en numerosas ocasiones, a diputados para que emitieran su opinión
sobre las reformas a introducir en Dalmacia y en toda Iliria. Los delegados de Croacia Militar declaraban:
"La suerte de los Confines Militares bajo Austria fue siempre deplorable. Seremos resarcidos por el
sufrimiento cuando nos otorguen los beneficios que la Constitución del Imperio Francés les da a las demás
 provincias, pues es necesario conquistar las simpatías de los croatas que quedaron bajo Austria y ayudar a
la resurrección de la antigua nación iliria." La región que más le interesó a Napoleón fueron los Confines
Militares, incluso pensó extenderlos a toda la frontera de Dalmacia con Bosnia Otomana. Mantuvo la
organización austríaca, sólo se cambiaron los uniformes y se introdujo el francés.

Algunos han pretendido que la unidad de las provincias ilirias era ficticia. Nada más falso, todos eran
eslavos salvo algunos poblados de colonos alemanes en el extremo norte y algunos islotes perdidos de
italianos o más bien italianizados en Dalmacia. En los ciudades y poblados importantes predominaban
absolutamente los eslavos: eslovenos, croatas y dálmatas, tributarios en esa época de la cultura germana en
el noreste y de la italiana en el sudoeste.

 Napoleón unió a todos esos territorios eslavos en la llamada unidad políticoadministrativa de las
"Provincias Ilirias", cuya administración se la entregó a Marmont, quien la gobernó desde Ljubljana con su
dureza militar (1809-1811). Marmont restableció el orden en el país. Desarrolló las escuelas y editó, en vez
del " Kraljski Dalmatin", el diario oficial del gobierno ilirio "Télègraphe officiel des provinces illyriennes"
en idioma francés, italiano, alemán e ilirio.

 
 

El nombramiento del mariscal Marmont como Gobernador General de las Provincias Ilirias, motivó la
renuncia de Dandolo. Su partida no significó ningún cambio en la administración y desarrollo de Dalmacia.

El 4 de Julio de 1810 se publicó la "Ley sobre el Reino de Iliria", por la cual, a los habitantes eslavos del
reino, les fue permitido usar su lengua materna en todas sus actividades.
Estructura administrativa
El proyecto para la división territorial propuesto inicialmente seguía la modalidad francesa, abolía los
nombres históricos de las provincias y adoptaba la de los ríos y montañas características del territorio:

Provincia Capital Provincia Capital


1) So;a Gorica 5) Ar #a Rijeka
2) Alpes Nóricos Villach 6) Sava Karlovac
3) Sava Superior Ljubljana 7) Krka Zadar
4) Timavo Trieste 8) Cetina Split
9) Neretva Dubrovnik

 Napoleón con un sentido profundo de la necesidad histórica, no aceptó este proyecto. Pensó que la
abolición de los recuerdos históricos en Francia, no era un artículo de exportación para Iliria. Y, lo que
realizó en Francia e Italia, decidió no hacerlo en Iliria. Así de acuerdo al decreto orgánico, firmado por
 Napoleón el día 15 de Abril de 1811 en el Trianón, Iliria fue reorganizada en seis provincias civiles y una
militar que mantuvieron sus nombres históricos:

Provincia Capital Provincia Capital


1) Croacia Militar Gospi$  5) Croacia Civil Karlovac
2) Carintia Villach 6) Dalmacia Zadar
3) Carniola Ljubljana 7) Dubrovnik Dubrovnik
4) Istria Trieste

Las provincias fueron gobernadas por intendentes y estaban divididas en distritos y cantones (20 y 96
respectivamente), a cargo de subintendentes. Los cantones se dividían, a su vez, en comunas de ciudades,
con alcaldes, y las rurales con un jefe. La Croacia Militar, la manejaba el mando militar y mantuvo su
organización austríaca. Dalmacia fue reorganizada para su administración civil en cinco distritos: Zadar,
&ibenik, Split, Makarska y Hvar.

En la parte militar, se establecieron tres divisiones. Las finanzas fueron saneadas. En lo financiero era
autónoma y debía cubrir sus necesidades con sus propias entradas. Los ingresos en un comienzo eran sólo
el diezmo, pero después se introdujeron impuestos directos e indirectos de acuerdo al sistema impositivo
francés.

Este decreto echó por tierra todos los grandes proyectos de Marmont. Tuvo que renunciar al magraviado.
La Iliria no era más que un cuerpo administrativo compuesto de numerosos departamentos tipo francés,
decorados con el pomposo título de provincias, con Ljubljana como capital. El gobernador provincial sería
un simple prefecto mayor que tenía que compartir el poder con el Intendente General, a quien realmente se
le entregó la responsabilidad de la administración. Dependería de todo el mundo: ministros, intendentes,
que se disputarán el derecho de influenciar su voluntad y de aprobar o censurar las medidas tomadas por
ese remedo de virrey. Marmont rehusó desempeñar ese rol subalterno. En Febrero de 1811, presentó su
renuncia, la que fue aceptada, y se fue a Portugal. Su sucesor, el general Bertrand, ex jefe del estado mayor
napoleónico, fue el encargado de materializar el decreto de Trianon. Esto recalca la importancia militar de
las Provincias Ilirias. No dejó su puesto hasta 1813. Junot lo sucedió. Enloqueció y apareció desnudo en un
 baile dado en Ljubljana. Fouché, Duque de Otranto, se hizo cargo de los asuntos ilirios hasta su huida ante
el avance de los coalicionistas europeos en el año 1813.

 
 

El decreto de Trianón estaba concebido con una gran amplitud de espíritu, anunciaba reformas en todos los
dominios de la administración pública. La lengua croata era restablecida con todos sus derechos, a partir de
la escuela primaria. La instrucción pública organizada por Dandolo fue racionalizada. Las becas fueron
considerablemente aumentadas. Dubrovnik, como era de esperar, se adelantó a Zadar en todo lo
relacionado a la cultura. La situación de los campesinos mejoró.

Estructura social
El colonato del litoral, a pesar de la libertad individual del campesino, mantuvo diversas formas de
dependencia feudal, la nueva administración no los tocó. Las reformas quedaron a mitad de camino. De la
supresión de la servidumbre ni hablar, se eliminaron ciertas obligaciones y otras podían redimirse en
dinero. Se consideró como una relación privada entre las partes, pero se modificó el status del campesino
del interior, donde no existía el colonato, que vivía y trabaja la tierra que pertenecía al Estado. Se
aconsejaba la resolución de los problemas en forma amistosa. De esta manera, ambas clases sociales
engrosaron las filas de los enemigos de Francia, aunque por distintos motivos. Los cambios introducidos
no correspondían a la estructura social existente.

La obligación de pagar contribución se extendió a los señores. Se suprimió el diezmo que se entregaba a la
Iglesia. Otras innovaciones no alcanzaron a implementarse.

Idioma
A diferencia de Vicenzo Dandolo el mariscal Marmont se entusiasmó tanto con el idioma nacional que
incentivó su estudio. Fue partidario de la modalidad #tokava para el idioma. Así mandó llamar al abad
Antun Sivri$ de Dubrovnik, para que en Ljubljana enseñara el idioma nacional en la Escuela Central. No
fue más allá. Ni siquiera el diario oficial "Telegraphe" se publicó en esta variante. Sin embargo gracias a
Augusto Marmont en 1810 se publicó la tercera y última parte del gran diccionario de J. Stulli , en dos
tomos, Vocabolario italiano - illirico - latino, que el autor dedicó a Augusto Marmont, indicando que era
su regalo para "todo el pueblo ilirio". En 1812, &ime Star;evi$  publicó un diccionario ilirofrancés en el
dialecto hablado en Lika, que se debe considerar como una obra pionera en el desarrollo cultural croata.

Educación
La reforma de la educación, que se realizaba de acuerdo al plan de Augusto Marmont del año 1810, no
 pudo progresar en cuanto a utilizar el idioma croata. A pesar de que la educación en las primarias y en los
 primeros años del Liceo debía darse, a diferencia de la reforma de Dandolo, en idioma nacional, toda la
responsabilidad fue dejada a los municipios y finalmente en los padres. Al término de la administración
francesa, por falta de dinero, de textos de estudio y profesores y por el poco interés de la población en
general, se clausuraron algunos establecimientos secundarios.

Justicia
El error más grave del gobierno imperial francés fue su incapacidad de adaptar sus rígidas y racionales
concepciones de derecho francés, a las costumbres y sentimientos del pueblo dálmata. En 1811 se decidió
introducir en bloque la legislación francesa. Todos eran iguales ante la ley. Las concepciones dálmatas se
enfrentaron a las concepciones republicanas, autonomista por excelencia, aspiraba a una legislación
moderna, pero conforme a su naturaleza y a sus tradiciones. Un inmenso malentendido surgió entre
Dalmacia y Francia.

Economía
A comienzos de 1810, alcanza su máximo la crisis financiera en Austria. Al hacerse cargo de las Provincias
Ilirias los franceses, no había ni oro ni plata, sólo circulaban monedas de cobre o billetes de bancos
desvalorizados. El 15 de Marzo de 1811 Austria se declaró en bancarrota y la moneda austríaca dejó de
tener valor en la Provincias Ilirias. Los más afectados fueron los comerciantes y empresarios, pues la
 población no tenía gran cantidad de dinero.

El Adriático seguía en manos inglesas, por lo tanto el comercio marítimo era inexistente. La marina
mercante y la pesca estaban en crisis. Los marinos cesantes se dedicaron a la piratería y contrabando o

 
 

entraban al servicio de los ingleses, sobretodo desde que establecieron una base naval en Vis. En 1812 se
estimaba en 6.000 los dálmatas en el servicio de la marina de guerra inglesa.

La administración francesa, mediante diferentes disposiciones administrativas posibilitó la recuperación


económica en los distritos ilírios, siguiendo la línea impuesta por Dandolo. En las ciudades los
comerciantes y artesanos promovieron una alta producción e intercambio de bienes. Se desarrolló un
comercio activo con el interior, lo que obligó al mejoramiento de las vías de comunicación.

Además de la introducción de una administración moderna separada de la justicia, un mayor intercambio se


 produjo entre las ciudades por la prohibición de las corporaciones gremiales y la declaración de la libertad
de ejercer oficios. Esta disposición no fue bien recibida.

Pero a pesar de todos esos indicios, la situación económica empeoraba. Llegó la cesantía. El bloqueo
económico inglés estrangulaba cada vez más el tráfico marítimo y con ello el comercio decaía. Con esto la
agricultura se perjudicaba y su situación se agravaba con el reclutamiento, la obra de mano escaseaba. Los
 precios de la madera cayeron brutalmente al no haber poder comprador externo. Se trató de introducir el
cultivo del algodón. De acuerdo a informes oficiales de 1811, a causa del bloqueo continental establecido
en 1806, las regiones costeras en Dalmacia, sufrieron hambre y miseria. El descontento contra los franceses
crecía. La política económica se limitó a tomar medidas policiales.

Se prohibió todo comercio con los ingleses y austríacos. Se privilegiaban los productos franceses en primer
lugar y a continuación los italianos. Se establecieron aranceles muy elevados, tanto para las importaciones
como para las exportaciones. Las mayores facilidades correspondían al tráfico a Turquía y Francia. Aquí se
encuentra la razón económica de la creación de las Provincias Ilirias: ir desde Francia al Levante por tierra,
vía Turquía pasando por las Provincias Ilirias, pues Inglaterra dominaba los mares.

La sal era la principal mercancía de las Provincias Ilirias. De la sal, de su producción y precio, dependía
todo en Dalmacia que requería más sal que otras regiones. No sólo por salar su pescado sino por el
comercio fronterizo con Turquía. La sal cumplía el rol de moneda, la importación de ganado de Bosnia se
hacía por trueque con sal. La sal pasó a ser monopolio de Estado al igual que el tabaco, la barita y la
lotería. La sal y el tabaco producían los mayores ingresos fiscales. Pero debido al contrabando y al bloqueo
inglés, las Provincias llegaron a quedar incluso sin sal. Situación que obligó a los franceses entrar en tratos
con los contrabandistas para obtener sal. El transporte con animales (caballos, bueyes), requiere sal. Sin sal
los animales se enferman y aparecen epidemias.

Iglesia Católica
Los bruscos cambios, para los cuales la población no estaba lo suficientemente madura, produjeron
intranquilidad y sobretodo afectaron su conducta hacia los sacerdotes y cofradías en las cuales la mayoría
realizaba su actividad social. El Reino de Italia, por resolución del 26 de Mayo de 1807, suprimió las
cofradías en Dalmacia e Istria, y su bienes fueron vendidos en subastas públicas. Pero se organizaron
fundaciones para el mantenimiento de escuelas, iglesias y necesitados. Algunas iglesias y conventos fueron
clausurados y la ordenación de sacerdotes fue prohibida. La Iglesia, por supuesto, estaba subordinada al
 poder civil y la enseñanza de religión fue reemplazada por clases de "catecismo moral".

En el trato a la Iglesia se cometieron errores: el clero fue expuesto a mezquinos vejámenes y el diezmo fue
suprimido. Así, la idea que ancló en el pueblo fue la de una Francia enemiga de la religión y de la Iglesia.

Iglesia Ortodoxa
Durante la dominación otomano llegaron a Dalmacia popes ortodoxos que dependían del metropolita de
Sarajevo. Cuando los venecianos incrementaron su territorio, sometieron a los popes ortodoxos a los
obispos católicos. En esos tiempos los fieles de la iglesia ortodoxa frecuentaban las iglesias católicas.
Recién a mediados del siglo XVIII fueron autorizados para construir sus propias iglesias. En el territorio de
la República de Dubrovnik desaparecieron los ortodoxos por cuanto las autoridades no los toleraban. Así se
mantuvo la situación hasta la caída de la República de Venecia (1797). Recién con la administración
francesa se normaron los asuntos de la iglesia ortodoxa en Dalmacia.

 
 

La iglesia ortodoxa, se independizó de la jerarquía católica. En 1810 obtuvo su obispo de rito ortodoxo
"eslavogriego". El gobierno francés en Iliria dispuso que los sacerdotes romanos no podían intervenir en
los asuntos de las iglesias ortodoxas, y, con tal fin publicó la "Ley para la organización de la iglesia
ortodoxa en Dalmacia" (19 de Septiembre de 1808). En conformidad a esta ley se efectuó en Zadar una
asamblea de sacerdotes ortodoxos y, de acuerdo a su proposición, Napoleón nombró un obispo ortodoxo
 para Dalmacia y Boka Kotorska.

Caminos
En Croacia Civil se construyeron 47 kilómetros de caminos y se mejoraron 266. Se limpiaron los puertos
de Rijeka, Kraljevica, Selca y Senj. En los Confines Militares se mejoraron 500 kilómetros de caminos. En
Dalmacia, en 1813 se terminó la Carretera Napoleónica que unió Ljubljana con Budva, con excelente
carpeta salvo unos tramos más allá de Dubrovnik y Kotor. Igualmente se habilitaron caminos secundarios y
terciarios. Se construyeron puentes y se fomentó el tráfico fluvial por el Sava. De Kostajnica partía una
ruta de caravana que iba por Banja Luka, Sarajevo y Skoplje a Salónica e Istambul.

LA CAÍDA DE NAPOLEÓN
La Turquía europea se encontraba sobre la mesa de operaciones de los soberanos. Napoleón pensaba que
Bosnia le daría más peso y consistencia a Dalmacia, a esa pequeña y larga provincia sobre la costa oriental
del Adriático, mientras que Albania, Epiro, Grecia, la prolongarían hacia el sur, camino a Constantinopla y
Oriente. Marmont Augusto en sus memorias menciona que recibió una orden de Napoleón para preparar en
Dubrovnik el recibimiento de 15 naves. Pero nada pasó, dado el cariz que tomaron los sucesos en España.
La campaña de España salvó, por el momento, al Imperio Otomano de su derrumbe. Napoleón tuvo que
distraerse en el occidente, lo que retardó en un siglo la emancipación de los sudeslavos.

Los ingleses restablecieron el bloqueó de la costa dálmata y su actividad era cada día más eficiente.
Dueños del Adriático, dieron cuenta de las débiles fuerzas navales francoitalianas. Después del combate de
Vis, donde obtuvieron una brillante victoria (12 de Marzo de 1811), otras islas fueron ocupadas. Inglaterra
 jugaba un doble juego. Estaría encantada si pudiera quedarse con algunas islas a título definitivo, pero por
otra parte, como aliada de Austria se encontraba en la obligación de cooperar con las tropas austríacas para
expulsar a los franceses de Dalmacia. Con la creación de las Provincias Ilirias redobló sus fuerzas.

En la campaña de Rusia, el gran ejército (la grande armée) de Napoleón de 600.000 hombres, que incluía
tres regimientos dálmatas, fue destrozado y en gran parte aniquilado en la guerra patriótica del pueblo ruso.
Después de la desastrosa campaña napoleónica en Rusia, se vio que Napoleón no duraría y sobretodo que
Iliria no permanecería francesa por mucho tiempo más. Como consecuencia de su derrota en la campaña de
Rusia, el poder del Imperio Francés comenzó a decaer. En toda Europa empezó a desarrollarse un fuerte
movimiento nacional contra el conquistador.

Los estados europeos se unieron en la llamada Séptima Coalición para hacerle frente. El peso lo llevó al
comienzo Prusia y Rusia. El 16 de Marzo de 1813 declararon la guerra a Francia. Alejandro de Rusia y
Federico Guillermo de Prusia, buscaron el apoyo de Austria. Inglaterra entró en la coalición. Napoleón
tenía que derrotar pronto a los prusianos y rusos, antes que Austria estuviera lista para la guerra.

 Napoleón salió de Paris el 15 de Abril para enfrentarse a la Coalición. A pesar de sus victorias en Lützen y
Bautzen (20 de Mayo de 1813), Napoleón aceptó un armisticio, que se firmó en Pleiswitz el 4 de Junio.
Diplomáticamente, el armisticio fue desfavorable a Napoleón. Para la firma de la paz, Austria, como
mediadora, exigió a Napoleón que devolviera el Norte de Italia y las Provincias Ilirias. Napoleón aceptó
sólo en parte las exigencias. El armisticio se prolongó hasta el 10 de Agosto.

Las discusiones sobre la paz, en el llamado Congreso de Praga, eran interminables. Entonces Metternich, el
7 de Agosto de 1813, dio un ultimátum a Napoleón. El día 10, Napoleón respondió que renunciaba
definitivamente sólo a las Provincias Ilirias, Varsovia y España. Ese mismo día Metternich clausuró el
Congreso de Praga. Era la guerra.

 
 

El 12 de Agosto, Austria anunció que se unía a la Séptima Coalición y declaró la guerra a Francia. Así
empezó la séptima campaña de Austria contra Francia. El 19 de Agosto, los austríacos entraron en Iliria y
ocuparon Villach y Karlovac. Fouché, el último gobernador de las Provincias Ilirias, dejó todo y huyó al
Reino de Italia. El príncipe Eugenio Beauharnais, virrey de Italia, evacuó Ljubljana el 30 de Agosto.

El general austríaco Toma#i$  con 3.000 hombres, emprendió la ocupación de Dalmacia. Las tropas
austríacas, atravesaron el Velebit. En Dalmacia el apoyo a las tropas austríacas fue general. Con la ayuda
de la marina inglesa y de los voluntarios dálmatas, rápidamente conquistó Dalmacia. Emitió una proclama
anunciando que los coalicionistas asignaron a Austria: Dalmacia, Dubrovnik y Boka Kotorska,
conjuntamente con todas las islas frente a sus costas. Así de nuevo toda Dalmacia pasó a poder de Austria.

Entre el 16 y el 19 de Octubre de 1813, los restos del ejército francés fueron destrozados en Leipzig,
("Batalla de las Naciones"), en la cual, durante cuatro días, lucharon cerca de 500.000 soldados. Napoleón
derrotado, se retiró con sus tropas más allá del Rin.

Austria aumentó su actividad en Dalmacia para apoderarse de las provincias codiciadas. Las tropas
dálmatas y croatas enroladas en el ejércitos francés se pasaron con todo su armamento a Austria. El 30 de
Octubre la guarnición de Knin abrió sus puertas a los austríacos. De allí avanzaron hacia Zadar, el centro
militar más importante en el norte de Dalmacia, sitiándolo mientras los navíos ingleses aparecían en el mar.
La ciudad, a cargo del general Roiza, resistió 34 días, pero rodeada por tierra y por mar, tuvo que capitular
(Diciembre 6).

Mientras seguía la lucha por Zadar, los austríacos ocuparon Skradin (Noviembre 2), &ibenik al día
siguiente y Trogir el 6 de Noviembre. Los ingleses a su vez tomaron Split (Noviembre 2) y Hvar
(Noviembre 14). Zadar capituló el 5 de Diciembre. Finalmente los austríacos atacaron Klis y quebraron su
resistencia el 18 de Diciembre. La situación en el sur de Dalmacia era considerablemente más compleja.

El 3 de Enero de 1814, el general austríaco Todor Milutinovi$, llegó con un fuerte contingente de tropas
hasta las murallas de Dubrovnik. El desenlace se precipitó. La nobleza creyó que era tiempo de restaurar el
gobierno de la vieja República. En la noche del 17 al 18 de Enero, 46 patricios se reunieron en la pequeña
villa de Ombla, cerca de Dubrovnik. Se constituyeron en Consejo Soberano. Establecieron un gobierno
 provisional en Cavtat. Declararon que el gobierno de la República estaba restablecido. Con esta ilusión se
levantaron en armas contra los franceses, aún antes que llegasen los austríacos y se declararon en estado de
guerra con Austria. Los patricios y los citadinos, ligados por un pacto común, hicieron prodigios de valor
 bajo el mando de Juan Natali. Pero nada pudo cambiar el destino. Dubrovnik fue bombardeado y tuvo que
capitular. El gobierno provisorio había izado el pabellón de San Blas. El 29 de Enero, después que las
tropas francesas la hubiesen evacuado y después de una serie de discusiones, los austríacos entraron y
ocuparon la ciudad. El general tuvo duras palabras con los nobles. Les criticó su pedido de independencia
cuando no aportaron nada en las batallas decisivas contra Napoleón. Milutinovi$  le ordenó al jefe del
gobierno provisorio de arriar el pabellón de Dubrovnik. "Imposible" respondió el patricio "¡El pueblo lo
izó!" Entonces un escuadrón de soldados austríacos lo arrió y enarboló el estandarte austríaco amarillo y
negro. ¡Flameó sobre la ciudad por espacio de 100 años!

La ambición de Petar I Petrovi$, Vladika de Montenegro, era instalarse en Kotor. Después de lanzar una
 proclama a la población el 20 de Septiembre de 1813, se presentó en Boka Kotorska y empezó actuar. En la
asamblea, que tuvo lugar en Dobrota el 10 de Noviembre 1813, los habitantes de Boka Kotorska
concluyeron un pacto de colaboración con los montenegrinos. A continuación todas las comunas fueron
invitados a formar una federación con los montenegrinos. Ortodoxos y católicos se encontraron reunidos
 para deliberar sobre la suerte del país. La idea federal fue unánimemente aceptada. Pero los delegados
católicos hicieron insertar en el pacto la cláusula "que, si las circunstancias políticas llevan a una u otra de
las partes contratantes a unirse a cualquiera de las potencias aliadas, el pacto estará roto de pleno derecho."
La influencia austríaca era evidente. No todos los boquenses estuvieron de acuerdo. Los católicos preferían
 ponerse bajo el alero de Austria y mandaron una delegación a Viena pidiendo su protección y la ocupación
de Boka Kotorska. A pesar de las reservas, se formó un gobierno provisorio, compuesto de nueve

 
 

montenegrinos y nueve boquenses. Lo presidió el Vladika. De esto, los boquenses informaron al zar
Alejandro I y le solicitaron que los tomase bajo su protección.

El Vladika comenzó las operaciones contra Kotor, las que se transformaron en un largo asedio, de
Septiembre a Enero. La guarnición francesa no pudo soportar los ataques por mar de los ingleses y por
tierra de los montenegrinos. Los ingleses intervinieron y convencieron al comandante francés general
Gaitera de capitular, lo que hizo el 14 de Enero de 1814. El Vladika ocupó la plaza y quedó como el único
señor de Boka Kotorska. Dos días después llegó Milutinovi$  y se encontró con que Boka Kotorska ya
estaba completamente ocupada. Viendo que no tenía posibilidades de tomarla, volvió a Dubrovnik.

Hubo una nueva asamblea en Montengro el 29 de Enero de 1814, con 64 delegados de las provincias
federadas, donde se decidió que se esperara la resolución de los coalicionados y que no se permitiría el
 paso de nuevas tropas por el territorio. El Vladika insistía en que los austríacos no ocupasen Kotor hasta no
recibir respuesta del zar Alejandro I.

Pero Austria tenía las garras largas. Era necesario terminar con Kotor En Marzo tuvo lugar una segunda
expedición de Milutinovi$ a Boka Kotorska. Ocupó Hercegnovi el 8 y Kotor fue bombardeado. Después de
vencer una fuerte resistencia del Vladika, lo forzó a abandonar la plaza el 11 de Junio y ocupó toda la zona.
La resistencia fue nula. Los boquenses se separaron de los montenegrinos. El juramento de fidelidad al
Emperador fue hecho con entusiasmo. Entre otras ventajas, los boquenses, al igual que los dubrovnicanos,
quedaron exentos de la conscripción militar, la que sólo fue repuesta en 1881.

Poco después Petar I Petrovi$ recibió la contestación del Zar: entregar Boka Kotorska a los austríacos sin
oposición y que los habitantes sean obedientes a las nuevas autoridades. El Vladika, descorazonado,
insistió en que Boka Kotorska y Montenegro quedasen unidos como lo habían decidido sus habitantes. El
 prestigio del Vladika decayó en forma significativa, hecho agravado por el hambre que empezó a reinar en
Montenegro.

Austria unió la ex República de Dubrovnik y Boka Kotorska a Dalmacia. De esta manera el término
Dalmacia se amplió incluyendo a esas regiones. Aún más, en 1878, Austria le anexó Spic, con ello se
configuró el territorio de Dalmacia que quedó tal cual hasta el año 1918.

El emperador Francisco I nombró una comisión, a cargo del conde Francisco Saurau, para efectuar la
reorganización de las ex Provincias Ilirias. De acuerdo a los decretos imperiales del 23 y 24 de Julio de
1814, las Provincias Ilirias se anexaron al Imperio. En 1815 todas las autoridades fueron reemplazadas en
Croacia al Sur del Sava y se introdujo el alemán como idioma oficial.

Los ingleses, después de Waterloo evacuaron las islas dálmatas: Hvar el 15 de Julio, Kor %ula el 20 y Vis el
27. El 8 de Agosto de 1815 el Emperador de Austria y Rey de Hungría era el dueño absoluto de Dalmacia
y las tropas fueron reducidas a los tiempos de paz. Así el período napoleónico llegó a su fin. Mientras el
general Bonaparte navegaba en el Bellefronte hacia Santa Elena, la paz austríaca, descendía sobre
Dalmacia.

HERENCIA FRANCESA
Los dieciocho años que van desde Campoformio hasta Waterloo corresponden a uno de los períodos más
críticos en la historia de Dalmacia. Casi todas las instituciones políticas, sociales, económicas y religiosas
fueron afectadas. Actividades fundamentales empezaron a declinar y a empobrecerse. La reforma, social y
administrativa, perdió fuerza: las viejas estructuras no funcionaban y las nuevas tenían dificultades para
avanzar.

Una parte de la población que conformó las Provincias Ilirias recibió a los franceses con simpatía. Con el
auge económico inicial aumentaron sus partidarios, pero con las continuas guerras y la consiguiente crisis,
éstos casi desaparecieron. Los franceses no pudieron granjearse la opinión pública. Todo indicaba que la
ocupación francesa sería pasajera. Desde el comienzo, el clero y la nobleza fueron enemigos acérrimos de

 
 

los franceses debido a que sus privilegios estamentales y materiales se vieron afectados. El campesinado
espero mucho de la consigna "igualdad, fraternidad y libertad", pero al ver que la liquidación del
feudalismo quedó en la práctica en el papel, se desilusionó en su gran mayoría y difícilmente soportó las
conscripciones y los tributos monetarios. Todo el éxito esperado fue frustrado por el bloqueo inglés: se
hundió el comercio marítimo, el continental tuvo algún éxito, la industria no existía y la creada por los
francese quebró. Los artesanos fueron empecinados enemigos de los franceses por la abolición de las
corporaciones gremiales y sus reglamentos. Los habitantes de las ciudades se empobrecieron, en general, al
término de la administración francesa. También los funcionarios se la administración se sintieron
 perjudicados por los contínuos atrasos en el pago de sus emolumentos.

La enemistad hacia la administración francesa, se debió a muchos otros factores, como ser:

- la dictación de instrucciones poco comprensibles o que nadie entendía


- los funcionarios no sabían el idioma de la población
- la institucionalidad traspasada mecánicamente, fue ininteligible para la gente
- el régimen se basó en que la población era letrada, lo que no era cierto
- las Provincias Ilirias vivían afectadas por las continuas guerras

Pero entre todas las ruinas algo nuevo nació y se desarrolló en el espíritu y la conciencia del pueblo.
Quedaron las ideas. Sobre todo su visión del mundo se había engrandecido. Tenían mayor conocimiento de
su rol social y de su fuerza. Los dálmatas tomaron contacto con franceses, alemanes, ingleses, rusos,
italianos y croatas; los conocieron y vieron como actuaron. Pertenecieron durante un tiempo al Reino de
Italia y durante otro período a las Provincias Ilirias, predominantemente sudeslavas. Todas estas
experiencias fueron decisivas para la evolución del pueblo dálmata.

La semilla lanzada por Napoleón fue fértil y el despertar del sentimiento nacional activado por el
Emperador compensó numerosos de sus errores y faltas. Dalmacia guarda, a pesar de todo, un
reconocimiento a la gran nación francesa que le ayudó a reencontrar el camino que la conduciría a su
emancipación.

SEGUNDA ADMINISTRACIÓN AUSTRÍACA


Corresponde a un período de veinte años de paz en Europa, durante el cual se producen cambios
económicos y sociales. Mayor centralización en los asuntos del Estado; la administración de la justicia se
separó de la administración política y los asuntos comerciales pasaron a las cámaras respectivas que
cubrían todo el Imperio. Funcionó un Consejo de Estado con cuatro departamentos (administración,
 justicia, defensa y finanzas). Sobre el se encontraba el Consejo Consultivo. En los años 1814 - 1815 el
Imperio quedó restablecido como una gran potencia.

El Congreso de Viena
Después del derrocamiento de Napoleón, los gobernantes y ministros aliados se reunieron, entre 1814 y
1815, en el llamado Congreso de Viena para rehacer el mapa de Europa a favor de los vencedores. Su
objetivo era borrar todo lo realizado por Napoleón, volver a la época anterior a la Revolución Francesa y
evitar situaciones parecidas en el futuro. En esos años se produjo una gran sequía y hambre en Dalmacia,
duró hasta 1817.

Un enviado de Dubrovnik al Congreso de Viena, Miguel Bona, fue expulsado de la capital austríaca.
Inglaterra y Rusia traicionaron la causa de Dubrovnik. El 7 de Julio de 1814, el general Toma#i$,
comandante en jefe de las fuerzas austríacas, lanzó la siguiente proclama en croata a Dubrovnik: "el país
conocido durante la dominación napoleónica bajo el nombre de Iliria y por consiguiente Dalmacia, la
República de Dubrovnik, Boka Kotorska y las islas dependientes, son definitivamente atribuidas a la
corona imperial y real de Austria."

 
 

Un gran sentimiento de lasitud descendió sobre Dalmacia en los años que siguieron al Congreso de Viena.
Es difícil encontrar una señal de vitalidad en la desanimada vida de la provincia. Parece que en Zadar, Split
y donde hubiera dálmatas estuvieran cumpliendo la orden del ministro austríaco Metternich: ¡No pensar!.

En abril de 1815 llegó a Zadar un museo de cera. Entre sus figuras estaba la de Napoleón, entonces la
 policía trató de prohibir su exhibición. El museo no atraía mucho público, entonces la dueña lo expuso para
mejorar su negocio. El museo se repletó de gente. Un veterano zadarense que había peleado en Rusia, al
ver la imagen exclamó: "¡Mi pobre padrecito y soberano! ¡Creí que te habías muerto, pero te has levantado
de nuevo! ¡Te amo! ¡Quién sabe ...!" Tal era el recuerdo y las esperanzas que alimentaban a las masas en
las ciudades de Dalmacia.

Por una decreto imperial de 1816, se creó el Reino de Iliria, bajo administración austríaca. Su idioma
oficial fue el alemán. Abarcó el territorio de las antiguas Provincias Ilirias, con exclusión de Croacia y
Dalmacia, o sea, incluyó sólo los territorios eslovenos e Istria. Existió hasta el año 1822.

Situación administrativa
En Dalmacia, la agitada y dinámica administración francesa de 1813, se reemplazó por el régimen
absolutista austríaco de Metternich, apoyado en presiones civiles y policiales. Dalmacia no fue anexada a
Croacia, como se esperaba, sino que continuó siendo una entidad política particular, Reino de Dalmacia,
directamente dependiendo de Viena.

La política del gobierno vienés consistió en borrar toda huella de lo que en la administración y tribunales
de justicia quedaba de los franceses. Las leyes se reemplazaron por las austríacas y la organización
territorial se igualó al resto de las provincias del Imperio. El título de Gobernador General cambió a
Statthalter   (representante del gobierno), era el jefe del Gobierno Territorial ( Landes gubernium). El
Gobernador ejercía la autoridad civil y militar, y, conjuntamente con el Gobierno Territorial, dependía
directamente de Viena. Para un completo control sobre la vida pública de la región, la autoridad política y
 judicial constituía un solo cuerpo.

Para los fines administrativos, el territorio se dividió en distritos  (Bezirk ) con asiento en Zadar, Split,
Dubrovnik y Kotor. Los distritos se dividieron en cantones, y éstos en municipios.

Como metrópoli y centro administrativo, Zadar era el asiento del máximo tribunal de justicia y en cada
distrito existía el tribunal distrital de primera instancia. Los asuntos judiciales en los centros distritales eran
llevados por la prefectura urbana y los asuntos políticos correspondían a la prefectura política. En los
demás pueblos del distrito los asuntos judiciales y políticos estaban en una sola prefectura, la prefectura
mixta Los centros de distritos y de cantones tenían su Concejo Municipal. A cargo del municipios seguía el
 podestà   (alcalde) y a la cabeza de pueblos más chicos el sindico. En cada lugar perteneciente a un
municipio, que tuviera por lo menos veinticinco familias, había un jefe ( glavar ), que en los pueblos del
interior se denominaban también capitanes. En Zadar, Split y Dubrovnik el prefecto político desempeñaba
la alcaldía y era nombrado por el gobierno por un período de tres años. El gobierno a propuesta de los
Concejos Municipales nombraba al resto de funcionarios.

En el Palacio del Gobernador comenzó la administración de los barones mariscales de campo austríacos:
uniformes militares, severos rostros de los consejeros y un enjambre de subalternos en sus desgastadas
vestimentas. El estandarte imperial flameaba en las plazas principales. Por doquier soldados, banderas con
franjas amarillas y negras, regimientos desfilando al compás de bandas militares y cambios de guardia.

En las oficinas gubernamentales había gran cantidad de papeleo. Los funcionarios redactaban infinitos
despachos, informes y sumarios en su uniforme escritura gótica. Las oficinas más activas eran las de las
diversas ramas policiales. En cada club, casino, café y lugar de esparcimiento público estaba la policía
 política secreta. El gobierno necesitaba saber todo lo referente a cada persona: qué hacía, qué decía y qué
 pensaba. Especialmente esto último era investigado, registrado y estudiado con tenacidad, astucia y con
técnicas perfeccionadas y refinadas científicamente. La policía de Zadar estaba en contacto contínuo con
sus colegas de Viena y Milán. Dentro de la organización de la policía austríaca, Dalmacia y

 
 

Lombardia-Venecia constituían un solo sector geopolítico con las mismas características, problemas y
aplicación de medidas. Austria presentía que estaba en presencia de actividades que podían pasar a ser
completamente peligrosas.

Condiciones económicas
a) Agricultura
La mayor parte de la población de Dalmacia, sobre el 80%, se dedicaba a la producción agrícola que, en el
 período que se trata, progresaba poco y no producía buenos dividendos. Con la excepción de algunos
 productos, el vino en el litoral y las islas y el tabaco en el interior, y quizás la elaboración de las aceitunas
en algunos lugares muy restringidos, la agricultura no sobrepasaba los niveles de una primitiva
explotación. Esta situación tiene varias explicaciones:

1) predios de pequeña extensión y de terrenos arables malos, en los cuales además se sembraban cultivos
que no
correspondían a las condiciones de clima y pedológicas dálmatas;
2) inversiones estatales insuficientes para el desecamiento de pantanos y corrección de cursos de ríos, para
incrementar la superficie arable y asegurar su futuro;
3) explotación retrasada e irracional, como resultado de la falta de instrucción de la población, en especial
del
interior, y las acciones del gobierno por resolver esta situación eran insuficientes y sin el debido respaldo
financiero;
4) las relaciones de colonato en el campo que no estimulaban al campesino a una explotación más intensiva
y de
mayor productividad económica, además la usura generalizada en los pueblos estrujaba al campesino:
5) la gran disgregación de la propiedad influía negativamente en el desarrollo y progreso de la agricultura,
como
igualmente la negligencia del gran propietario de organizar en sus tierras una explotación racional
moderna.

Las estadísticas correspondientes al año 1902 señalaban la siguiente distribución de la tierra agrícola:

Hectá < 0,5 0,5- 1- 2- 5- 10- 20- 50- 100- 200- 500- >1000 Total
reas 1 2 5 10 20 50 100 200 500 1000
 Núm 13557 15086 20736 22503 7884 2534 835 161 60 34 25 40 83455
%. 16,24 18,08 24,85 26,96 9,45 3,00 1,00 0,19 0,07 0,04 0,03 0,05
% Ac. 16,24 34,32 59,17 86,13 95,58 98,58 99,58 99,77 99,84 99,88 99,91 99,96

Estas 83.455 propiedades agrícolas tenían el siguiente status:

Propietarios sin arriendo de tierra 47.881


Arrendatarios sin tenencia de tierra 4.018
Arrendatarios con tenencia de tierra 31.502
Otras 54

De la tabla anterior se observa que el 95% de pequeños propietarios (con menos de 10 hectáreas de tierra)
 poseía la misma superficie que el 5% de los grandes propietarios. Se ve claramente el predominio del
minifundio.

La producción agrícola, básica ya en los tiempos del colonato veneciano, seguía utilizando antiguados
implementos agrícolas y apenas era suficiente para cubrir las restringidas necesidades internas. Ya la crisis
agrícola, que se produjo a la caída de Napoleón, arrojó al campesino colono a los brazos del usurero y de
allí al bastón del pordiosero. La sucesivas crisis repitieron el cuadro y repercutieron también negativamente
en el propietario de la tierra que, frente al auge agrícola en los países más desarrollados europeos, no
invirtió para mejorar la calidad y cantidad de su producción, sino que dejó abandonada la tierra y prefirió
asegurarse el pan, aunque con menor ingreso pero seguro, prestando servicio en el aparato burócrata

 
 

austríaco. Los rendimientos promedios de las cosechas eran: trigo 8,8, maíz 10,8, cebada 9,8 y avena 4,7
quintales por hectárea.

Frente a la situación descrita, la población campesina de Dalmacia no podía, sólo con la producción
agrícola, obtener los recursos para satisfacer sus necesidades elementales. De aquí la afirmación que la
mayor parte del campesinado, que vivía en permanente penuria, de hambre y pobreza, estuvo obligado a
 buscar trabajo momentáneo o definitivo en otras áreas como mano de obra no calificada para poder
sobrevivir. En los tiempos críticos de la filoxera y de la cláusula del vino, masas de campesinos
abandonaron los pueblos. Así se incrementó la emigración que duró hasta la Primera Guerra Mundial. Se
estima que entre 1891-1900 emigraron 13.843 personas, de 1891-1900, 12.499 y de 1901- 1910, 31.814.
Otra fuente afirma que entre 1900 y 1914 emigró de Dalmacia el 6% de su población. Así, la situación
económica originó una gran emigración de decenas de miles de dálmatas, especialmente de las islas, a
América. Las islas quedaron semivacías. La depresión económica en el Imperio de Austria exacerbó las
convicciones políticas.

 b) Industrias
La explotación de las materias primas. tanto minerales como agrícolas, se intensificó a partir de 1890 y
logró su mayoría en 1904. Este desarrollo estaba en un gran retraso respecto a otras regiones del Imperio.
A pesar de ser la bauxita, la más importante de las materias primas, no fue explotada hasta la Primera
Guerra Mundial. Tampoco se habían creado industrias para aprovechar los productos agrícolas: tabaco,
 plantas aromáticas y medicinales, cueros y otros. Con algunas se hizo muy poco, a pesar de que existían
condiciones para desarrollarlas fuertemente: elaboración del vino y del aceite, construcción naval,
industrialización de las canteras y otros. Se mantuvieron a un nivel artesanal. La mayor parte del capital era
italiano.

Después de 1904 se observa una importante desarrollo de la energética y de la fabricación de abonos


químicos, en base a la cianamida, y del cemento. Éstas dos últimos tenían importancia en la producción
europea.

La estadística del año 1902 da la siguiente información de las empresas industriales y artesanales de
acuerdo al número de personas que empleaban:

Tamaño 1 2- 6- 11- 21- 151- 101- 301- >1000 Total


5 10 20 50 100 300 1000
 Número 3212 2900 224 131 26 7 6 1 1 6508
Personal 3212 8369 1619 1857 794 464 984 635 2020* 19962

 Nota: * Corresponde a la empresa constructora del ferrocarril Split-Sinj

Entre 1902 y 1914 se crearon unas 30 empresas que empleaban cerca de 4.000 trabajadores. En vísperas de
la Primera Guerra Mundial, la potencia instalada en las industrias contabilizadas llegaba a 92.000 HP. La
relación trabajador:HP a comienzos del siglo era 1:1 y en 1912 era 1:4, guarismo que mide el progreso
industrial. La verdad es que esta cifras están influenciados por las industrias de cemento y cianamida, que
realmente eran modernas, pero el resto seguía siendo, principalmente, artesanal.

c) Transporte marítimo
Como potencia típicamente continental, Austria no demostró ningún interés por Dalmacia, no captaba en
absoluto la enorme importancia de su extensa costa con sus puertos naturales. Toda su atención estaba
 puesta en los puertos de Trieste y Venecia, que eran los más cercanos a Viena y por los cuales circulaba su
comercio exterior. La política de transportes estaba dirigida exclusivamente a ese corredor ubicado en el
noroeste del Adriático, con lo cual la actividad del resto de los puertos dálmatas, sin futuro, decayó
enormemente.

 
 

En el año 1817 se produjo una profunda crisis económica. Sólo los astilleros y el transporte marítimo
mantuvieron alguna actividad. Fue el año del hambre. Se estima que murió un quinto de la población,
sobretodo en las regiones montañosas. Esta situación duró hasta el año 1819.

La actividad marítima, basada en la navegación a vela, no pudo competir con éxito con las modernas naves
a vapor de la compañía marítima austríaca "Lloyd" (1836), la principal compañía naviera de alta mar con
asiento en Trieste. Los armadores nacionales, escasos de capitales, iban lentamente acomodándose a las
nuevas circunstancias comerciales y técnicas y tardíamente se decidieron a reemplazar los veleros por
vapores. No recibían ayuda del gobierno central. Ésta se entregaba a las grandes empresas navieras de
Trieste. Sin embargo, Dubrovnik, con su experiencia de siglos, el cambio de vela por vapor fue más
llevadero. La mayor actividad naviera, ayudó a aminorar los efectos de crisis en que vivía Dalmacia. A
 pesar de todo los puerto de Zadar, sin conexión ferroviaria, Split y Dubrovnik cuadruplicaron su
movimiento marítimo entre 1886 y 1911. Hacían en conjunto el equivalente del movimiento de Trieste.

La capacidad de la navegación marítima se verá en el cuadro de más bajo, que corresponde al año 1908:

Concepto Navegación larga Cabotaje largo Cabotaje corto Otros


Vapores 18 10 43 6
Velero 0 2 723 4953
Dotación 369 122 1446 9512
Tonelaje 29659 2353 9087 8773
HP 16367 4010 8490 s/d

d)Transporte terrestre
Dalmacia, no tenía vías de comunicación terrestre adecuadas con la metrópoli y su parte central altamente
industrializada. Tampoco con Croacia y Bosnia Hercegovina. Austria no se preocupaba de los caminos, ni
siquiera para unir los pueblos del litoral con su interior. Según esto, el poco comercio de aceite y vino iba
dirigido exclusivamente a Trieste, cuyos comerciantes e intermediarios explotaban al productor dálmata,
comprando sus productos a ínfimos precios. ¡Trieste reemplazó a Venecia!

En 1818, el emperador Francisco I hizo un viaje oficial con su mujer a Venecia y Dalmacia. En el curso de
su viaje le preguntó al Gobernador de Dalmacia: "¿Quien construyó estos caminos? - Los franceses,
Majestad. - Y, esta escuela. - Majestad, los franceses. - Y este otro camino. - Los franceses, Majestad.
Entonces el padre de María Luisa, que no le faltaba humor, exclamó: "¡Qué pena que los franceses no se
hayan quedado por más tiempo en Dalmacia." Francisco sin quererlo, acababa de pronunciar la
condenación de su propio gobierno. Pero ¡que mejor elogio podía esperar Francia y aquel que, con su mano
en el pecho, estaba en la soledad de Santa Elena!

Austria recibió de los franceses 579,6 km de caminos. Construyó en cien años de ocupación (1818-1918)
436,2 km, con lo cual se llegó a una red vial de 1015,8 km de caminos estatales. También existían caminos
regionales y comunales. Al término de la administración austríaca sólo 470 km de caminos tenían un ancho
entre 3 y 5 metros. Muy pocos caminos regionales o comunales eran aptos para la circulación carretera.

La presión de los productores y políticos iba dirigida a la construcción de vías férreas. En 1874 el
Parlamento de Viena aprobó la construcción del ferrocarril de Split a Siveri$ con extensión a &ibenik (15
Km). La perspectiva era que podía prolongarse por Knin a Karlovac, o sea, a Zagreb. El primer tramo fue
terminado en 1877 y en 1888 se llegó a Knin (80 Km), en total menos de cien kilómetros de vías férreas.
Sólo en 1925 fue posible viajar en tren desde Split a Zagreb. Esta resistencia a conectar Dalmacia con
Croacia y Bosnia Hercegovina era política. Los húngaros temían que estas facilidades aumentarían la
influencia croata en la doble monarquía. Además ellos tenían su ferrocarril a Rijeka y los austríacos a
Trieste, y lo demás podía esperar. Con esto frenaban el desarrollo económico de Dalmacia.

Después de la anexión de Bosnia Hercegovina, se empezó a construir un ferrocarril entre Metkovi$  y


Konjic (1885), que se continuó hasta Zelenik en Boka Kotorska con una extensión a Grux (Dubrovnik).
Este sector se terminó 1901. Posteriormente se prolongó la vía más allá de Konjic hasta Sarajevo (1902).

 
 

Este ferrocarril no se unió a Split, que quedó aislado de Bosnia. Su fin principal fue explotar la riqueza
maderera de Bosnia.

e) Comercio
La falta de ferrocarriles y otras vías de comunicación terrestre con el hinterland, constituía un obstáculo
 para el desarrollo del comercio. Era como una isla dentro del Imperio Austrohúngaro. Dalmacia fue
organizada como una región económica y arancelaria particular, conforme al modelo austríaco. Así, tenían
arancel cero todo los productos procedentes del territorio restringido de Austria propiamente tal, mientras
que los artículos procedentes del resto de las regiones, incluyendo Croacia, pagaban aranceles de
importación y en caso de exportación también. No estaba considerada en la unión aduanera austrohúngara.

De esta manera el gobierno de Viena, en forma semejante a Venecia, estableció su monopolio de


mercancías importadas, aprovechando su mercado para la colocación exclusiva de sus productos y
 permitiendo grandes utilidades a su comercio e industria. Este sistema económico y comercial, no impedía
a los comerciantes llegados de Italia obtener pingües utilidades a costa del productor dálmata. En
concordancia con esta política económica, en Dalmacia no podía desarrollarse ninguna rama de producción
industrial. Las pocas industria existentes, como la de pastas alimenticias en&ibenik, la de licores en Zadar
y la de aceite en Dubrovnik, no pasaban de ser artesanales con un mayor o menor grado de desarrollo. Por
lo demás, estas industrias eran de propiedad de extranjeros (italianos). El comercio estaba restringido,
además, a consecuencia de la uniones camineras y ferroviarias con su hinterland. Así que el comercio más
importante se realizaba por vía marítima, que presentó grandes progresos por el reemplazo de los veleros
 por vapores. Las relaciones con Trieste y Rijeka mejoraron notablemente.

En resumen, se puede decir que en el campo económico se observa la política restrictiva de Austria en
 proveer recursos financieros para fomentar el desarrollo económico de Dalmacia. Hecho agravado por las
difíciles condiciones políticas del período.

f) Sanidad
La estadística que se presenta corresponde al año 1912. Aunque incompleta en cuanto a médicos
dependientes directamente de las comunas, de todas maneras da cifras que permiten formarse una idea de
las prestaciones de salud ofrecidas a la población´, estimada en una 600.000 personas:
- 4 hospitales públicos con maternidad
- 2 hospitales privados
- 2 clínicas siquiátricas
- 590 camas en hospitales públicos
- 47 camas en las maternidades públicas
- 43 camas en hospitales privados
- 20 médicos en ambos sectores
- 108 auxiliares paramédicos
- 10.000 enfermos atendidos en el año (cifra estimada)

Del listado se desprende que:

a) Sumando todas las camas disponiblñes, se obtienen 680 camas. Esto significa que para cada 680
habitantes
había una cama disponible.
 b) En promedio un médico atendió 500 pacientes en el año.

Las enfermedades más frecuentes eran: broncopulmonares, malaria, tubercolosis, del aparato digestivo y
sífilis. El mayor número de enfermos correspondían a los sectores económicamente más atrasados del
ineterior de Zadar y &ibenik, donde a su vez las condiciones higiénicas eran las peores. La sífilis era
mayoritaria en las ciudades del litoral y de las islas, aunque predominaban los enfermos de las dos regiones
antes mencionadas. La atención hosipatalaria, como es obvio, decaóa del litoral hacia el interior, donde las
condiciones de vida eran más precarias. Estaban en mejor situaciones las ciudades del litoral con sus
 pueblos vecinos y las islas.

 
 

La diferencia entre nacimientos y defunciones fue, para el perído 1881-1890 de 65.170 personas y para
1901-1910 de 83.696 personas. Mientras tanto en este último período se registraron 31.814 emigrantes, que
afectaba el aumento de la población en Dalmacia.
Estructura social
El atraso de la economía del país no sólo en relación a los países desarrollados del occidente europeo sino
también frente a Austria, se reflejaba en una anticuada y medieval estructura social. En la primera mitad
del siglo XIX no existía, prácticamente, ninguna industria en Dalmacia y, por lo tanto, no había obreros
libres.

Más del 90% de la población de Dalmacia la constituía el campesinado de las afueras de las ciudades,
colonos, y los campesinos del interior que, aunque más numerosos, eran más atrasados. Con los huertos del
secano carso, apenas sobrevivían y siempre estaban con temor que la naturaleza le destruyera el trabajo de
todo un año. En estas condiciones el campesino del interior, analfabeto y retrasado, temeroso del patrón y
de la naturaleza, aunque mayoritario no podía intervenir en la vida política y social del país. La frase de
resignación "a mi señor, yo su siervo", demuestra su situación ante el recién llegado y la burocracia
austríaca. Fácilmente caía en manos de usureros y era expulsado de su tierra y empujado a la mendicidad.

Junto a la burocracia y al clero, una capa social especial la constituían los comerciantes y artesanos, en su
casi totalidad procedentes de la Península de los Apeninos. Esta política de inmigración la empezó
Dandolo, en tiempos de la administración francesa. La administración austríaca, no sólo la acogió sino que
la promovió en mayor grado. Los inmigrantes, gracias a la política específica del gobierno vienés y de sus
 burócratas en Dalmacia, representaban no sólo una clase económicamente favorecida sino también
 políticamente privilegiada que Viena utilizaba para mantener aislada a Dalmacia de Croacia. Esta elite
 privilegiada se consideraba a si misma destinada a dirigir y mandar a la masa nativa abandonada y
analfabeta. Todo el comercio interior estaba en sus manos y, gracias al monopolio que ejercía, fijaba los
 precios a los campesinos y manejaba así el mercado.

En el grupo de los privilegiados se encontraba el resto del patriciado dálmata. Sin embargo, este grupo se
desilusionó fuertemente cuando se restauró el gobierno austríaco, de la cual esperaba mucho, al mostrarse
Viena indiferente a su situación. Aún más, el reconocimiento del patriciado nativo estuvo sujeto a
solicitudes de larga tramitación burocrática. Así tuvo que reconocer que el tiempo de los privilegios
 patricios y feudales, para ellos, había pasado. Muchos renunciaron a solicitar su reconocimiento. Pero sí
que conservaron sus propiedades y el derecho de estrujar a los campesinos y colonos.

Un clase particular la constituía el numeroso alto y bajo clero, de gran poder económico e influencia social
y política. Mientras el alto clero, salvo muy raras excepciones, era reclutado entre los inmigrantes y
renegados, el bajo clero, el católico mucho más numeroso que el ortodoxo, tenía sus raíces en el pueblo y
se mantenía junto a él, sintiendo sobre si la presión de los prelados extranjeros y, entonces, por la natural
oposición estuvo siempre en la misma línea que el pueblo oprimido.

Los domingos había música militar en la plaza principal y misa solemne en la catedral de todos los pueblos
y ciudades, con la asistencia de militares y funcionarios civiles. Para el onomástico del Emperador se
ofrecía una comida oficial en el Palacio del Gobernador con discursos, sonetos, odas y coplas en latín
recitadas e impresas en hojas sueltas. En las escuelas se realizaban representaciones estudiantiles y en el
teatro funciones de gala.

En el cuadro que sigue, se entregan datos de la población y ocupación de los habitantes de Dalmacia:

Año 1857 1869 1880 1890 1900 1910


Población total 415 628 442 796 476 101 527 426 593 784 645 604
En agricultura, silvicultura y pesca 121 786 172 794 214 624 289 010 304 830 319 694
En minería, industria y oficios 6 628 11 043 11 955 11 426 14 272 15 394
En comercio, bancos y transporte 14 735 7 282 7 542 9 278 9 253 14 127
En administración pública 9 550 7 897 21 801 17 524 25 018 30 223

 
 

Población activa 152 699 199 016 255 922 327 238 353 373 379 438
% población activa sobre el total 36,74 44,95 53,75 62,04 59,51 58,77

 Nota: Cada grupo incluye como población activa su personal de servicio doméstico. Además en los años
1857 y 1869 se agregaron 10.949 y 22.367 trabajadores sin identificación en el primer grupo,
respectivamente.

Situación política hasta mediados años 30


En la estructura de la Monarquía, Dalmacia era una región periférica y esto no sólo desde el punto de vista
geográfico sino también por su importancia política, económica y social.

La preocupación principal de las nuevas autoridades políticas y administrativas era consolidar lo obtenido
y cambiar sólo las instituciones francesas por las austríacas y a continuación, mediante el establecimiento
de un fuerte control y censura policial, aislar el territorio de cualquier influencia externa.

El gobierno en Viena, temeroso de los movimientos nacionales revolucionarios en Europa, tomaba todas
las medidas aconsejables, para limitar la propagación de ideas que iban en contra de su régimen.
Especialmente en Dalmacia, donde algunos personajes expresaban sus simpatías por las ideas e
instituciones progresistas francesas. Así toda la vida pública estuvo sujeta a un estricto control policial, que
iba tan lejos que incluso el interés literario de las personas estaba sujeto a un procedimiento burocrático
 policial.

El gobierno de Viena, con la ayuda de los funcionarios incondicionales a sus políticas, favorecía
abiertamente la inmigración italiana en detrimento de la población sudeslava. Entre estos inmigrantes, la
autoridad reclutaba sus funcionarios y policías inferiores, los que le servían de sustento para mantener su
autoridad en la región. En estas funciones principiaron a ingresar sudeslavos que renegaban de sus
ancestros.

Por la reforma educacional de 1816 se introdujo en las escuelas de Dalmacia el italiano como idioma de
enseñanza. El cuerpo docente se elegía casi exclusivamente en las filas del clero, y, en todo caso, el
régimen se aseguraba colocando como directores de los colegios de enseñanza media a jefes de policía. En
tales condiciones el país cayó en un letargo mortal y la vida se desarrollaba únicamente en el hogar y en
torno a la iglesia, interrumpida únicamente por las celebraciones del nacimiento y santo del Emperador, del
gobernador o de los personeros del alto clero. También se celebraban ceremonias religiosas con motivo del
día del santo patrón de la ciudad, con retretas como signo de lealtad al Emperador y a los miembros de su
familia con motivo de su visita o paso por la ciudad. Conjuntamente se mantenía el italiano como idioma
oficial.

Cambios en Europa y su reflejo en Dalmacia


A pesar que toda la vida pública en el país estaba paralizada a causa de la presión policial y la censura, la
semilla sembrada por la revolución francesa no cayó en tierra estéril. Por la influencia de la educación
obtenida en universidades del exterior, sobretodo en Padua, ciertas personas liberales, entusiasmadas por
los métodos de lucha política en Italia, ensayaron utilizarlos en Dalmacia. La actividad de los carbonarios
en algunas de las ciudades mayores, considerando lo fácil que fue liquidarlos, no sobrepasó la
manifestación de protesta contra el régimen absolutista austríaco. El hecho de que la actividad de los
carbonarios se manifestara en los primeros años de la segunda administración austríaca, entre los años
1813 y 1824, demuestra que las tradiciones del liberalismo revolucionario en Dalmacia, a pesar del corto
 período de la ocupación francesa, se habia afianzado aceptablemente bien entre las personas educadas de
origen italiano o eslavo. Parecía que las medidas policiales eran tan exitosas que congelaron la actividad
 política de la población dálmata. La calma era sólo aparente ya que en Dalmacia pronto se manifestaron los
 primeros síntomas de turbulencias internas, influenciados tanto por los sucesos de la vecina Italia, después
de 1820, como por la revolución de Julio de 1830 en Francia.

Los acontecimientos de Paris repercutieron en forma especial en Dalmacia. Ya en Agosto de 1830, el


gobernador del distrito de Kotor informaba a la gobernación de Zadar que la noticia de la revolución en

 
 

Paris se extendió rápidamente, pero que los habitantes permanecieron tranquilos. Poco después, el 1° de
Septiembre, el jefe del distrito de Dubrovnik avisó a la autoridad que tales hechos motivaron una gran
 preocupación en la ciudad y sus alrededores. Pero con la experiencia de las revoluciones anteriores, que
siempre tuvieron graves consecuencias, en esta oportunidad los habitantes mostraron cierta tranquilidad.

Los informes de los primeros días de la revolución de Julio, sólo demuestran que la noticia no se pudo
ocultar. La orden en la que el gobernador Toma#i$ reproduce las instrucciones de Viena al jefe de policía
en Zadar (2l Septiembre 1830) confirma que "el espíritu de agitación se apoderó de las tierras austríacas".
A pesar de que él creía en la razonable pasividad de la población dálmata, de todas maneras hizo presente a
las autoridades locales estar alertas, especialmente con los extranjeros. Estas recomendaciones se
cumplieron escrupulosamente. Sin embargo, parece que la agitación tomó amplias proporciones.

El jefe de la policía de Zadar, recibió el 4 de Octubre de 1830 noticias de &ibenik de que Franjo Mari;i$, un
destacado partidario de las ideas liberales francesas, propagó esos días las "novedades francesas". La
 policía propuso tomar medidas contra esa persona tildada de "muy sospechosa y peligrosa". Días después,
llegaban a la Dirección de Policía noticias confidenciales de Split sobre las actividades de Giulio Santos
que recibía correspondencia de Poljica y del Reino de Napolés. No se supo del contenido de las cartas, pero
si que Santos en su cafetería conversaba sobre los sucesos del exterior. En verdad, Giulio y sus hermanos
eran ardientes partidarios de las ideas de la Revolución Francesa.

Mientras tanto, el gobierno regional en Zadar continuamente llamó la atención sobre la peligrosa actividad
de los refugiados italianos e inmigrantes, en relación a la revolución de Julio. En su informe del 20 de
Octubre, el prefecto de Zadar destacó, entre otros hechos, que en todo el distrito la opinión pública estaba
alterada y que las personas conversaban en voz baja sobre los sucesos en Francia y Bélgica, pero que el
orden no había sido alterado. Preocupadas por esto, las autoridades tomaron las medidas adecuadas para
hacer frente a cualquier eventualidad e impedir la propaganda revolucionaria. Se activaron las "Brigadas
móviles" y la "Guardia Nacional". Sin embargo todas esas medidas no pudieron impedir la propagación de
las noticias sobre los acontecimientos en Francia, y, en el exterior, algunos dálmatas expresaron
abiertamente sus ideas progresistas. A esto se refirió explícitamente el informe de la Policía de Venecia,
del día 9 de Noviembre de 1830, dirigido al jefe de policía en Zadar. Según este informe, el estudiante
Luciano Pozza de Sorgo, de Dubrovnik, fue alejado del Seminario de Padua y devuelto a casa por
"perturbaciones religiosas y políticas". La policía de Zadar informó de esto a la local, con la
recomendación de vigilar permanentemente a dicho estudiante.

A comienzos de Noviembre de 1830, el gobernador Toma#i$ alertó a la Dirección de la Policía en Zadar


que, en los últimos tiempos, se empezó a distribuir publicaciones parisinas, como " L!ami des peuples", de
inspiración jacobina. El Gobernador solicitó el máximo de atención para impedir la llegada a Dalmacia de
tal periódico. Sólo tres días después, el jefe de la policía hizo saber que los emigrantes italianos en Paris
editaron el librito " Nuovo catechism o per 1831", en el cual, a través de preguntas y respuestas, se exponía
la doctrina revolucionaria. Como no se excluía que este librito llegaría al país, se pidió la máxima
diligencia frente a las personas que eventualmente podrían introducir este librito en Dalmacia. A pesar de
todas las precauciones no se pudo evitar que "El nuevo catecismo" llegara.

Se estableció el más completo control sobre todos los aspectos de la vida ciudadana. Ni siquiera los
artículos de gran consumo se escaparon. Po ejemplo, cuando el comerciante de Zadar Brunelli recibió tres
 pañuelos con la efigie del marqués de La Fayette y con la leyenda "A los valientes e inmortales, por la
defensa de la libertad, 29 VII 1830". La encomienda se devolvió al lugar de origen.

Frente a la tensa situación y el temor a la población, la autoridad local exigió medidas extremas, pero que
sólo se podían lograr con un refuerzo de personal preparado para tareas especiales. Esta observación la hizo
el jefe de la policía de Zadar y el Gobernador por su lado trató de organizar el Comisariato de Policía en
Dubrovnik. El Gobernador destacó en esa ocasión que el papel de la policía no es sólo mantener el orden y
la seguridad pública, sino que, en las actuales condiciones de hervor revolucionario, era necesario tener un
especial cuidado y diligencia para encontrar las rastros de "los mal intencionados y destructores de la paz
 pública". Sobre todo era importante descubrir a las personas peligrosas contra las cuales había que tomar

 
 

enérgicas medidas. Esto directamente se refería a los que "critican y espían al gobierno" y a los que
 perturban el orden y la paz.

Por supuesto, que la mayor parte de la medidas eran fruto de la sospecha a la cual estaban expuestos en su
mayor parte los intelectuales, profesores, médicos, abogados y farmacéuticos. Para algunos de ellos el
gobierno de Zadar exigía de la policía información sobre sus "características religiosas, morales y
 políticas". Así, el director del liceo y profesor de filología latina e historia general, señor Alschinger, fue
denunciado de haber conversado con sus estudiantes sobre los sucesos en Francia después del 29 de Julio
de 1830 y de que, en una ocasión, manifestó que "el poder de la autoridad emana del pueblo y no de los
aristócratas".

Especial dolor de cabeza le producían a las autoridades los jóvenes de Dalmacia que estudiaban o
estudiaron en Italia y cuyas vacaciones las pasaban en sus casas, donde propagaban y discutían las noticias
 prohibidas por las autoridades. Entre los estudiantes era muy sospechoso en Zadar Vjekoslav Joki$, el cual,
en las vacaciones de 1831, fue tan activo que la policía lo consideró un "peligro para la sociedad". Otros
igualmente sospechosos fueron los hermanos Franjo y Antun Bulat de Knin y Juraj Nenadi $ Stipi$.

En relación a lo anterior, fueron registrados en 1831 ciertos acontecimientos políticos. Algunos supuestos y
otros reales. El hecho es que ni siquiera en las islas de Pag y Rab en 1831 la disposición de la población era
favorable a la autoridad. Cierto Rakamari$  de Pag públicamente actuaba por la unión de Dalmacia a
Croacia, explicando su descontento frente a la situación actual.

Mientras tanto, otro hecho causó una mayor preocupación a la autoridad. En la noche del 21 al 22 de
Marzo de 1831, la policía de Split descubrió, en diferentes lugares de la ciudad, tres manifiestos
revolucionarios, escritos en italiano, que, con las consignas: "¡Viva la libertad!", "¡Abajo el gobierno! Nos
 bastamos nosotros mismos" y "Un golpe y seremos libres de todos los tiranos", llamaban a la revolución.
La policía logró a tiempo recoger las proclamas de tal manera que los ciudadanos no las vieron, pero la
cuidadosa investigación para detener a los autores no tuvo éxito. Se sospechó que podían ser miembros de
la familia Solitro o del farmacéutico Petar Fondela, agente consular del Reino de las Dos Sicilias, pero
nada se pudo comprobar.

Mientras los años 1830 y 1831 fueron turbulentos, parece que, por lo menos, de acuerdo a la información
oficial el año 1832 fue pacífico, a pesar del informe del alcalde de Zadar del 5 de Abril de 1832 que señaló
que "los malditos acontecimientos no dejaron en paz ni esta ciudad". Si esto fue así en la capital, asiento de
las más altas autoridades de la región, es posible que tampoco estuvo tan tranquilo en otros lugares de la
región. En 1831, se produjeron en Split manifestaciones contra las relaciones aún feudales en el campo.

Es claro que, en consideración a la situación existente, las ideas revolucionarias no influyeron en las
grandes masas dálmatas. Los hechos de 1830 repercutieron sólo en la parte educada de la población,
 principalmente en la de origen extranjero y las con hijos con estudios en el exterior.

Los primeros gérmenes del despertar nacional


Poco a poco la policía confirmó claramente la actividad de "las execrables sociedades secretas" que
conspiraban para derrumbar y destruir a los gobiernos instituidos por el Congreso de Viena. Las logias
masónicas fueron las primeras en ser individualizadas. A continuación las organizaciones de los
carbonarios y otras. Participaron en estas actividades ilegales autoridades locales, altos funcionarios de los
tribunales, abogados, doctores, farmacéuticos, profesores, escritores, industriales y propietarios de tierras,
todos los cuales tenían en sus manos la mayor parte de las actividades diarias en las ciudades. No faltaron
tampoco sacerdotes y aún monjes. También estuvieron los artesanos, boteros, ex soldados y marineros. Su
trabajo no estuvo conectado con los grupos eslavos sino con grupos italianos de Génova, Napolés,
Marsella, Paris y Constantinopla. Las ferias de Lanciano y Senigallia de la Península Itálica eran puntos de
encuentro .

 
 

Los sudeslavos no compartieron estas actividades secretas o no cooperaron con estos movimientos casi
exclusivamente de la minoría italodálmata, que en esos tiempos constituía la fuerza viva de Dalmacia.
Hicieron excepción unos pocos sudeslavos de Dubrovnik.

El primer objetivo de esas sociedades fue derrotar a los gobiernos absolutistas y lograr su transformación
en gobiernos constitucionales. Sólo después de 1830, Mazzini y la Joven Italia entraron en la escena
dálmata al promover la unificación italiana. La policía de Zadar inmediatamente trasmitió las listas de los
miembros de las sociedades secretas a las policías de los distritos. En Diciembre de 1833, el gobernador de
Milán informaba al de Zadar sobre "un profesor Tommaseo, residente de Florencia, ahora posiblemente en
Paris, cuyo padre vive en &ibenik, es bien conocido por su fanático liberalismo..." era indicado "como uno
de los líderes de las sociedades dálmatas e ilirias, sobre cuyos anhelos, naturaleza y tendencias, sin
embargo, el hombre pretende no saber nada." Así el nombre del croata italianizado Tommaseo entró en la
historia de Dalmacia. Sus puntos de vista concordaban con los del político italiano Mazzini, pero las
diferencias tácticas separaron a ambos hombres. Coincidieron en la destrucción del Imperio Austríaco, con
el despertar de las nacionalidades y que los húngaros, italianos, rumanos, serbios, croatas, búlgaros y
albaneses deberían constituir naciones asociadas.

Los políticos, escritores y académicos italianos y dálmatas empezaron a fraternizar, la consigna era tenerse
confianza en la acción política. Los valores literarios y éticos de los sudeslavos, particularmente de los de
Dalmacia, fueron reexaminados, reavaluados y fortalecidos con el propósito de ubicarlos en un esquema
 político liberal. Las aletargadas energías nacionales sudeslavas fueron estimuladas todos los días y por
todos los medios con el objeto de canalizarlas hacia una posición antiabsolutista, antihabsburga y antirusa.

Los italianos de Dalmacia, Tommaseo sobre todo, se acercaron al pueblo humilde y oprimido de los
sudeslavos con simplicidad. Se declararon ser sudeslavos ellos mismos, sus hermanos. Se llevaron a cabo
toda clase de incitativas para elevar la cultura y el lenguaje de los sudeslavos. Cuando Tommaseo se
encontró envuelto en actividades revolucionarias antiaustríacas tuvo que dejar el país. Escribió en idioma
materno, recopiló y tradujo cantos populares croatas. Antonio Baiamonti, alcalde de Split, también escribió
en croata. En Zadar, el editor Battara, un antiguo carbonario y partidario de la Joven Italia, promocionó la
 publicación del periódico croata " Zora Dalmatinska" e hizo arreglos para una traducción de la "Historia de
la guerra de Candia y Dalmacia" de Francesco Diffinico, en las cuales sudeslavos a soldados italianos
obtuvieron victoria tras victoria.

En la primera mitad del siglo XIX no llama la atención que Dalmacia no mostrase señales de vida en
alguna manifestación ciudadana. Todo ocurría de acuerdo a un orden estrictamente establecido, impuesto
desde arriba.

En Zadar, centro regional de Dalmacia, tenía su asiento el Gobernador, el cual, como exponente de los
interés de los círculos gobernantes de Viena, cuidaba muy vigilante que el orden establecido se respetase
ciegamente. Se apoyaba en la burocracia, policía y clero conservador. El hecho de que el sistema
 políticoadministrativo estaba en completo desacuerdo con la realidad étnica y social del país, a nadie le
importaba. Con la implantación de un idioma extranjero y ajeno, el italiano, como oficial y educacional, se
le impuso al eslavodálmata una fisonomía representativa extraña, completamente contraria a su
característica étnica real. En el país, en la primera mitad del siglo XIX, entre 400.000 croatas y serbios,
vivían sólo cerca de 16.000 personas que, como inmigrantes o renegados, se declaraban italianos. Esta
insignificante cantidad de extranjeros no se podía incrementar por ningún mecanismo estadístico. El
historiador italiano A. Tamaro se empeñó inútilmente en aumentar el número de italianos entre 1816 y
1842 de 50 a 70 mil. Un contemporáneo más objetivo, Francisco Carrara, aseguró que en 1846 vivían allí
solamente 16 mil italianos. Estos eran italianos declarados que se encontraban dispersos por los puertos
dálmatas, organizados en grupos cerrados, con idioma, vestimenta y costumbres que no sólo los distinguían
sino que los distanciaban fuertemente de los nativos que, como lo reconoce Tamaro, utilizaban su propio
idioma. La mayoría absoluta de la población en Dalmacia era sudeslava. Hablaba su lengua materna en el
foro, hogar e iglesia. Era, por lo demás, el único que conocía y que, por su aislamiento, tenía su
característica regional. Sin embargo, la autoridad siempre destacaba a dálmatas, eslavodálmatas y términos
semejantes. Trataba con ello impedir u obstaculizar su unión con los croatas.

 
 

A esta política de los gobernantes extranjeros favoreció el hecho de que la población sudeslava en
Dalmacia no era compacta. Considerando que los criterios de pertenencia nacional en Dalmacia no estaban
esclarecidos, el papel preponderante en las relaciones nacionales lo tenían los sacerdotes y los popes. El
elemento católico, al cual pertenecía la mayoría absoluta de la población, ofrecía una menor resistencia a la
desnacionalización y sólo se oponían espontáneamente por el idioma, costumbres y posición social. Estas
herramientas, en este período de débil desarrollo de la conciencia nacional, eran insuficientes para
oponerse al sistema y todopoderoso régimen apoyado por una minoría italiana influyente, económica y
 políticamente. Los renegados eran, para la masa ignorante, más peligrosos por cuanto conocían la
mentalidad del mundo eslavo y, utilizando su propio idioma y penetrando a sus hogares, siempre
demagógicamente, lograban adormecerle el incipiente sentimiento nacional.

Mientras el mundo católico, aunque mayoritario, predominantemente croata, pero nacionalmente aún no
diferenciado, y por lo tanto no orientado, presentaba una débil oposición a la desnacionalización, la
 pequeña población ortodoxa, predominantemente serbia, especialmente en Boka Kotorska y el curso
superior de los ríos Zrmanja, Krka y Cetina, al contrario subrayaba su carácter nacional, y con ello sus
feligreses se opusieron en mejores condiciones a los intentos de su desnacionalización.

En el inicio de la segunda administración austríaca no existieron personalidades relevantes ni entre los


católicos ni entre los ortodoxos que sacaran a la masa de la población del punto muerto en que se
encontraba. Las primeras señales del despertar nacional, en los años 20, sólo podían surgir en Dubrovnik,
ciudad que logró mantener su carácter e idioma " slovinski ". En esta ciudad el poeta Antun Kazna;i$, en un
 poema escrito en  slovinski de Dubrovnik, fue uno de los primeros en destacar la unidad de los " slovinci "
dálmatas con los croatas de más allá del Velebit. En Dubrovnik, en 1826, tres años después, el impresor
Martechini reeditó el Osman de Gunduli$, escrito en 1621. Después de él apareció Nikola Jak #i$ que, en
 poesía aunque escrita en italiano durante 1822 y 1825, cantó la misma visión del eslavismo e ilirismo y de
la identidad con los hermanos del otro lado de Velebit. El splitanense Dujam Sre;ko Karaman, en su poema
Voza godine 1825, abiertamente destacó el carácter croata de Dalmacia y de su ciudad natal Split:

... Escriben libros sobre Split


los señores del glorioso pueblo "àrvatski"... 
y más adelante: 
Y cuando ven al "àrvat" de Split
tras la puerta rápido se esconden...

Estos son los primeras, aunque breves, señales de los nuevos tiempos. Fueron muestras individuales. No
 podía ser de otra manera en ese entonces. El principio tradicional veneciano en su administración colonial,
según el cual la lealtad de los dálmatas se aseguraba si y sólo si se los mantenía en las tinieblas de la
ignorancia, lo aplicó sistemáticamente el gobierno vienés en Dalmacia. La enseñanza, que algo se
desarrollaba en aquel tiempo, estuvo destinada a formar súbditos obedientes y no hombres libres. El
resultado fue todo lo contrario. Pues el conocimiento adquirido, no importa como se programara, influyó
en el desarrollo de la capacidad de pensar. Así los individuos tomaron conciencia de que había que derribar
todos los obstáculos para lograr la libertad.

 
 

CAPÍTULO XIV
EL DESPERTAR NACIONAL
MOVIMIENTO ILIRIO
 No bastaba luchar por la unión de todos los territorios del pueblo croata. Había que materializar una ideología
nacional unificadora que los aglutinara. Darle una organización e institucionalidad que permitiera, a su vez,
un agrupamiento político, definiendo su actividad y medios de propaganda. En esos días no existían partidos
 políticos. Los nobles, o sea, la clase política, resolvía sus problemas en las asambleas de sus xupanias y en el
Sabor. La nueva tarea significaba reformar la sociedad en todos sus aspectos: relaciones feudales,
concepciones económicas caducas, enseñanza, analfabetismo, etc. e introducir un idioma único para que
sirviera de vehículo de unión entre las diferentes regiones del país croata.

A partir de 1832 apareció en Zagreb un movimiento literario, al cual no le interesaban las reformas
económicas y sociales, conocido con el nombre de ilirismo como recuerdo de las Provincias Ilirias
napoleónicas. Ya en 1818 se publicaba el Periódico Ilirio (Glasnik Ilirski) en kajkavo, de muy corta duración,
y el Almanaque Ilirio ( Almanah Ilirski) en #tokavo en 1823. Representó un renovar de los espíritus bajo la
sombra de las antiguas casas solariegas zagrebienses ( 7.000 habitantes a comienzos del siglo XIX) y un
repentino despertar del nacionalismo, que se manifestaba en un movimiento de unión cultural yugoslava o de
los sudeslavos del Imperio Austríaco (Südslavisch = yugoslavo). Fue la más importante manifestación
intelectual de los croatas anterior a 1848, siempre a la espera eterna de una acción real. Fue una señal para la
nación croata dividida por muros estancos de la ocupación extranjera austríaca, húngara y turca. En Croacia
representó la afirmación de la autonomía e identidad estatal croata, basada en los intereses de la aristocracia y
clase media acomodada, frente al avasallamiento húngaro. Este movimiento ilirio fue apoyado por los
ministros austríacos Metternich y Kolowrat, que veían en él un contrapeso al dinámico y exigente
nacionalismo húngaro.

Ljudevit Gaj (1809-1872), fue el jefe indiscutido del ilirismo, primera fase del despertar croata basado en la
comunidad de la lengua, primera y principal inquietud nacionalista. Editó en 1830 su "Bases de la ortografía
croata-eslava" (" Kratka osnova horvatsko-slavenskoga pravopisaña"). Aquí recreaba la ortografía croata y
destacaba la unidad literaria con los otros yugoslavos. Con la publicación del libro, el prestigió de Gaj
aumentó considerablemente entre los jóvenes llegados a Zagreb desde Budapest, Graz y Viena. Trajeron sus
experiencias, ideas, paneslavismo e influencias del romanticismo alemán y del renacimiento húngaro. Gaj es
un agitador y gran realizador de ideas que, en su mayor parte, no son de él, pero que les da vuelo y las llena de
vida. Fe el motor que dio auge al movimiento ilirio. Como instrumento de propaganda empezó a publicar en
Zagreb, el 6 de Enero de 1835, el "Diario Croata" ( Novine Horvatzke), dos veces a la semana. En la edición
del día 10 agregó el suplemento semanal literario "El Lucero Croata, Eslavonio y Dálmata" ( Danicza
 Horvatzka, Slavonzka y Dalmatinzka), en modalidad kajkava y vieja ortografía. En el número 10 del año 1835
se publicó la poesía " Horvatska Domovina" de Antun Mihanovi$  Petropoljski (1796-1861), futuro himno
nacional croata " Lijepa na " a domovina". Fue cantado como tal, por primera vez, en la Feria de Zagreb de
1891. Se crearon salas de lectura y sociedades culturales para propagar las ideas de este movimiento.

 
 

En 1836, Gaj cambió los titulares de dichas publicaciones a "Diario nacional ilirio"  (Ilirske narodne novine) y
"El Lucero Ilirio" ( Danica Ilirska), ahora en la modalidad croato#tokava y nueva ortografía. Su circulación,
que estuvo restringida al inicio a los croatas del norte de Zagreb de habla kajkava, se extendió ahora a todo el
habitat croata. Fue un intento de unión que no tuvo eco significativo ni en eslovenos ni en serbios, pues a
 pesar de todo el ilirismo tenía un perfume muy croata. De aquí que el movimiento ilirio fue y permaneció
como un movimiento exclusivo del despertar nacional croata. El Sabor Croata, en 1839, dio apoyo al idioma
"ilirio" y en 1840 adoptó una moción para solicitar al Rey que el "nuestro idioma" ( na "   jezik , que en 1865
denominó yugoslavo) se enseñe en todos los liceos. En 1842 se creó en Zagreb una fundación con el nombre
de Matica Ilirska, que en 1874 se transformará en Matica Hrvatska.

Al comienzo el régimen de Viena no vio ningún peligro en la actividades en torno a la unión literaria de los
yugoslavos, a pesar de que su programa iba más allá de Croacia. Le servía de contrapeso a la penetración
húngara en Croacia. El nombre ilirio pasó a ser el común denominador para las grandes esperanzas de los
dálmatas y de sus amigos de Italia y que, después de algunos años, desaparecerá súbitamente de Croacia, su
cuna. Los húngaros cavaron la tumba del ilirismo, por su fuerte oposición a la magiarización de Croacia. El
líder húngaro Kossuth consideraba más peligrosa la actividad de la unión literaria de los croatas con los
serbios, que su petición de autonomía. También existían quejas de Turquía por la propaganda de Gaj en
Bosnia y Hercegovina. Entonces. el 11 de Enero de 1843, Fernando I promulgó la prohibición del uso del
nombre ilirio, ilirismo o Iliria y de todos sus simbolismos. El antiguo escudo de Iliria - tres estrellas sobre una
luna creciente - fue, al mismo tiempo suprimido. Sólo en el año 1845, el Emperador autorizará nuevamente el
uso del término ilirio y sus derivados, pero para fines estrictamente literarios. A raíz de esto, Gaj volvió a
cambiar el nombre de sus publicaciones a "Diario Nacional" ( Narodne Novine) y como suplemento literario
"El Lucero Croata, Eslavonio y Dálmata" ( Danica Horvatska, Slavonska y Dalmatinska)..

Ljudevit Gaj visitó Dalmacia, durante los meses Mayo y Junio de 1841. Estuvo en Zadar, &ibenik, Split,
Hvar, Kor %ula, Dubrovnik, Kotor y en la capital montenegrina de Cetinje. Se decidió visitar Dalmacia ya que,
salvo algunas pocas excepciones, respondía mal y quiso comprometer más a los dálmatas con el ilirismo. En
Dubrovnik, cuna de la literatura #tokava, Gaj permaneció un mes. La vida intelectual en tiempos de la
ocupación austríaca, en la un día libre República de Dubrovnik, estaba muerta. La visita de Gaj marcó el
término de esa agonía. Los dubrovnicanos de nuevo sintieron ser parte integrante de una unidad eslava mayor,
ahora liderada por Zagreb. El viaje y estada de Gaj tuvo consecuencias. Aunque no se puede constatar si Gaj
desarrolló una mayor actividad propagandística a favor del movimiento ilirio, pero sí que comprometió a
ciertas personalidades definitivamente con los ideales del ilirismo. Sobretodo obtuvo su promesa para
implementar un alfabeto único en reemplazo de los existentes en todas partes. De esta misma época data la
edición de Iskrice de #ibenicano Tommaseo en lengua croata.

Finalmente el ilirismo transcendió al mundo político. En Septiembre de 1841, se constituyó el Partido


 Nacional que empezó a utilizar y difundir el vocablo croata en todas sus actividades. Anteriormente, se había
formado en Zagreb el Partido Croatohúngaro, también conocido como unionista, partidario de la cooperación
con Hungría contra Austria. Pero la batalla por el alma de Dalmacia iba librarse pronto en su propio territorio
y no entre ilirios y antiilirios, pero sí entre dos concepciones dálmatas diferentes esencialmente políticas. En
Dalmacia la problemática era distinta a la de Croacia.

MONARQUÍA AUSTROHÚNGARA
El año 1848 en Viena
El impacto de la Revolución de Febrero de 1848 en Francia, las revueltas contra Austria en el Norte de Italia y
Hungría, la invasión de Lombardia por los piamonteses y la preparación de las elecciones para el Parlamento
 Nacional alemán de Frankfurt, todo ello combinado con la prolongada crisis financiera en Austria, sirvió de
 pólvora para el estallido de la sangrienta insurrección en Viena del 12 al 14 de Marzo de 1848. Se pidió
libertad de prensa, juicios justos, derechos civiles, abolición de la discriminación religiosa, libertad
académica, total emancipación de los campesinos, y, sobretodo, un nuevo gobierno representativo
constitucional. La mayor parte de estas peticiones correspondían a los intereses de la clase media culta de las
ciudades. ¡Si esto lo pedían los vieneses, qué no podrían pedir los demás pueblos sojuzgados del Imperio! Ese
mismo día Metternich renunció,

 
 

Los movimientos revolucionarios de 1848 en diferentes capitales europeas, obligaron al emperador Fernando
a suspender la censura, declarar la libertad de prensa y prometer una nueva constitución. En las páginas del
 periódico de Zadar, Zora Dalmatinska,  inmediatamente se destacó la necesidad de reemplazar el italiano por
el croata y unificar Dalmacia con Croacia y Eslavonia (N°13, Zadar 1848).

Dichos sucesos también tuvieron repercusión en Zagreb donde el 25 de Marzo se realizó una gran asamblea,
convocada por Gaj y Kukuljevi$. Aquí se manifestaron las aspiraciones del pueblo croata: unir sus territorios
(Croacia, Eslavonia, Confines Militares, Istria, Dalmacia y Rijeka); tener un gobierno independiente de
Hungría; elegir un Sabor Croata permanente y representativo, no estamental; introducir el idioma croata en las
iglesias; abolir la servidumbre; formar el ejército croata y nombrar como Ban de Croacia al barón Josip
Jela;i$.

El año 1848 fue duro para Austria, pero de gran experiencia. Demostró que tenía más recursos para recobrarse
que los imaginados. Tan pronto como la situación se lo permitió, las libertades que se habían garantizado en
Marzo de 1848 fueron suprimidas una a una. A partir del año 1849 las fuerzas de la reacción y del
absolutismo extendieron una vez más su negro manto sobre los territorios del Imperio.

A raíz de la reacción del gobierno vienés, distinguidos italodálmatas, se exilaron. El centro de actividad
universitaria dálmata continuó siendo Padua, donde no menos de cinco dálmatas enseñaban en su universidad
durante ese período: Giuseppe de Leva de Zadar, Roberto de Visiani de &ibenik, Giampaolo Vlahovich de
Vis, Antonio Keller de Dubrovnik y Serafino Minich de Kotor.

Il Risorgimento Italodálmata
Durante el año 1848 la mayor parte de los pueblos oprimidos del Imperio Austríaco se levantaron contra los
Habsburgos en pos de su independencia nacional. Lo hicieron alemanes, italianos, húngaros y polacos. Los
croatas de Zagreb y de Dalmacia, no reaccionaron. Más bien fueron hostiles a estos movimientos nacionales.

¿Por qué los croatas de Zagreb no tomaron esa vía? Ellos tenían su propio movimiento del despertar nacional,
el ilirismo. El espíritu de su movimiento y sus objetivos eran completamente diferentes a los movimientos
nacionales italianos, húngaros, checos y otros. No pretendían modificar la estructura del Imperio Habsburgo,
sino concientizar nacionalmente a las masas croatas para lograr la unión de todos los yugoslavos dentro de las
fronteras del Imperio, pero manteniéndose dentro de él. Consideraban que no podían lograrlo a través de una
revolución sino integrándose al sistema político habsburgo. Así que tratarían de hacerlo basados en principios
étnicos e invocando los derechos históricos de Croacia sobre Dalmacia y Eslavonia. Deseaban tener igual
status que los húngaros. De este modo combatieron las posiciones antihasburgas de los alemanes y,
especialmente, de húngaros e italianos.

Una vez explicitados los objetivos croatas, los italianos empezaron la batalla contra los croatas y por la
 posesión de Dalmacia. Para los italianos e italodálmatas esto era parte integrante de la lucha por la unificación
nacional italiana contra el Imperio Austríaco. La unificación implicaba recuperar territorios en poder de
Austria, sobretodo en el norte de Italia, Istria y Dalmacia. Los yugoslavos no demostraban ningún interés por
lo que sucedía al otro lado del Adríatico y más allá de los Alpes Dináricos. Dalmacia estaba nacionalmente
donde la había dejado Venecia y Austria lo respetaba.

Así, en la fase inicial, no hubo conflictos en Dalmacia. Los yugoslavos estuvieron completamente ajenos al
 problema. Aunque eran más numerosos que los italodálmatas, permanecieron indiferentes a todas sus
maniobras políticas, sobretodo porque no tenían una tradición antiitaliana ni una conciencia nacional
desarrollada. La inmensa mayoría yugoslava, estaba orientada casi completamente hacia Italia en lo cultural,
administrativo, eclesiástico, salud, comercio, navegación y oficios. Las inquietudes culturales y estilo de vida
de la población yugoslava ;akava de las islas y la costa, casi bilingüe, se asemejaba a su contraparte italiana
más que con ninguna otra región. Era contra Viena y Zagreb que los italodálmatas las emprendieron. Los
sucesos revolucionarios del 13 de Marzo de 1848 en Viena, que provocaron la caída de Metternich, fueron
 para los italianos la señal para el levantamiento: Milán, Venecia, Zadar,&ibenik y Split lo hicieron al mismo
tiempo. En Italia el Reino Piamontés tomó el liderazgo del movimiento nacionalista en consecución de la
unidad italiana.

 
 

Las nuevas sobre los sucesos en Viena, llegaron a Zadar el 17 de Marzo por un correo que llevaba una
cocarda con los colores rojo, blanco y verde. Toda la población se volcó a las calles, la bandera imperial fue
reemplazada por los colores municipales, se paralizó el trabajo, las escuelas, los talleres y todo el comerció
fue cerrado. La excitación colectiva, característica que conduce a acciones extremas, recorrió la ciudad y las
autoridades no pudieron controlar la situación. La efervescencia tomó vuelo también entre los militares. El
gobierno provincial estuvo tan inseguro que permaneció desorientado e inactivo por varios días. El pueblo
asaltó la oficina del comisario de policía Fluck. Lo arrastró hasta las afueras de la ciudad a punta de golpes e
insultos. Los espías y soplones fueron identificados, cazados y castigados. De inmediato se constituyó una
guardia nacional compuesta de 700 ciudadanos con bandas y cocardas con tricolores italianos. Las murallas y
escaparates fueron cubiertos con carteles, proclamas y volantes pidiendo la Constitución. Los diarios
adoptaron un nuevo estilo, más vivo y franco, que entusiasmó al público. Recién el 22 de Marzo el
gobernador, Turszky, se atrevió a urgir al pueblo cesar las demostraciones y volver la vida a sus cauces
normales.

A &ibenik llegaron las nuevas por los canales oficiales, sólo el 23 de Marzo. Trescientas personas se
congregaron de inmediato. Caminaron por la ciudad y efectuaron una imponente demostración frente a la casa
de los padres de Nicolò Tommaseo. En Split hubo manifestaciones durante el domingo 25, todo el día y la
noche, que culminaron en una impresionante concentración. En Dubrovnik, la mayor demostración tuvo lugar
el 25 en la Strada. Celebraciones también tuvieron lugar en Kotor, pero fueron interrumpidas por ataques
montenegrinos sobre Ljuta, Dobrota y Kotor, cuya población huyó a Dubrovnik.

El día de San Marcos y el del Emperador cayeron el mismo día, el 25 de Abril de 1848. En Zadar y &ibenik
fueron planeadas movilizaciones con el pretexto de honrar al Emperador. Informantes alertaron al gobierno
sobre manifestaciones nacionalistas proitalianas. Fueron acuarteladas tropas, cañones apuntaron las ciudades
y buques de guerra quedaron listos para disparar. Pero el día pasó sin incidentes mayores.

A fines del mes de Mayo, parecía que, tanto para los italodálmatas como para Austria, había llegado un
momento decisivo. El 27 de Mayo, la autoridad ubicó una batería en Zemunik para bombardear Zadar. Los
sudeslavos fueron armados: 4.000 cartuchos fueron distribuidos en Zemunik y 2.000 en Biograd. Se
instalaron puestos de observación en Silba, Bibinje y Suko#an y los campesinos se mantuvieron listos para
atacar la ciudad y repeler posibles desembarcos italianos. Se dieron órdenes para reunir a los campesinos y
 pastores y organizarlos en batallones armados. Como si todo esto no fuera suficiente, el cuartel general de
Zadar pidió al Ban de Croacia transferir el regimiento austríaco de Lika a Dalmacia. Zagreb ordenó que tres
compañías se reunieran en Sveti Roko y estuviesen listas para entrar en Dalmacia. Se prepararon alojamientos
en Obrovac, Smil;i$, Zemunik, Benkovac y Skradin. Rab fue amenazado con una masacre por los vecinos
croatas del Canal de Velebit, sin embargo decidieron defenderse y repararon sus murallas y puertas. En
Montenegro, el Vladika ya había lanzado el 20 de Mayo una proclama contra Kotor y Dubrovnik,
amenazándoles con que, si apoyasen la revuelta italiana, "correrá sangre y las casas de los traidores serían
reducidas a cenizas". Mas no pasó nada.

Dada la situación existente, excitada por el odio, cualquier acto hubiera significado la total destrucción de la
vida y cultura italiana en Dalmacia. Tommaseo sabía bien que el Reino de Italia no estaba preparado y, por lo
tanto, sería incapaz de defender y mantener posiciones extrapeninsulares. Desde Italia se determinó que la
 presencia italiana en Dalmacia sería preservada, así que a los italodálmatas les fue prohibido luchar en su
territorio. Entonces numerosos grupos cruzaron el mar para luchar por Italia en la península.

A consecuencia de estos sucesos, Fernando I tuvo que aflojar un poco y decretó la convocatoria a una
Asamblea Constituyente. La situación revolucionaria de Marzo se repitió en Viena en los mese de Junio y
Octubre del mismo año. En Marzo del año siguiente se promulgó una nueva Constitución.

El Congreso Eslavo de Praga


La primavera y verano de 1848 fueron de intensa actividad política en toda Europa. Fue convocado el
Parlamento Pangermano en Frankfurt. Paralelamente se organizó desde el 2 al 14 de Junio, un Congreso
Eslavo Internacional en Praga, bajo la presidencia de Francisco Palack +, historiador y nacionalista checo. La
mayor parte de los líderes eslavos del Imperio participaron, pero pocos del exterior. Concurrieron 340
delegados, de los cuales 42 eran yugoslavos. Oficialmente fue ignorado por el gobierno austríaco. Los checos
 proponían el austroslavismo, que consistía en reorganizar la monarquía en unidades nacionales autónomas,

 
 

con lo cual se acentuaría una influencia eslava en el Imperio. En otras palabras, se proponía una federación. El
día 12 de Junio en la tarde, el Congreso fue desbandado por las bayonetas del ejército austríaco. Muchos
delegados fueron tomados presos. Sin embargo la idea federativa sobrevivió hasta el final del Imperio.
Posteriormente, en Mayo de 1887 tuvo lugar una gran exposición etnográfica en Moscú, a la cual concurrió,
entre otros, Ivan Danilo.

El Sabor de Zadar fue invitado a enviar un delegado al Congreso Eslavo de Praga, convocado como señal de
 protesta contra la Asamblea Alemana de Frankfurt, que pretendía sumergir Bohemia y otros países eslavos de
Austria en el gran mar germano. Haciéndose uno con los patriotas checos los zadarinos declararon, por la
 boca de su elite social e intelectual, que se asociaban a las protestas checas y afirmaban su inquebrantable
voluntad de vivir unidos con sus hermanos eslavos bajo el régimen de los soberanos austríacos y no alemanes.
Austria servía de escudo contra las políticas expansionistas de la Gran Alemania. Deploraron que, por falta de
tiempo, no podían enviar delegados a Praga, pero los firmantes de esta carta del 21 de Mayo de 1848
declaraban desde ya su aprobación a las decisiones del Congreso. Rogaban que se tomasen las medidas más
eficaces para asegurar que 19 millones de eslavos austríacos de 40 tuviesen la posibilidad de vivir y
desarrollarse en un estado común.
La restauración
El 2 de diciembre de 1848, el emperador Fernando abdicó en favor de su joven sobrino de dieciocho años
Francisco José I (1848-1916), quien será la cabeza de la monarquía habsurga durante sesenta y ocho años,
casi hasta su extinción.

El mismo día de su ascensión al trono, Francisco José nombró a Kulmer, ministro sin cartera, para atender los
asuntos croatas, y al barón Jela;i$  ban de Croacia y Eslavonia y gobernador civil y militar de Rijeka y
Dalmacia. Así un croata después muchos siglos, aunque fuera sólo formal y momentáneamente, tuvo en sus
manos la casi totalidad los territorios croatas del Imperio Austríaco. Sólo faltaba Istria con sus islas
adyacentes. Los diputados italodálmatas protestaron por el nombramiento del Ban Jela;i$ como gobernador de
Dalmacia. Jela;i$ era mirado fríamente y con hostilidad por los italodálmatas. Como Ban nunca fue al Palacio
del Gobernador y tampoco recibió el homenaje literario y político que se le daba a los mariscales de campo
austríacos en Zadar.

El 4 de Marzo de 1849, el Emperador aprobó la Constitución de Austria que estableció un régimen


fuertemente centralista con un parlamento, una ciudadanía y sistema legal y administrativo único para todo el
Imperio. Croacia recibió el puerto de Rijeka y eventualmente podría obtener Dalmacia. Estableció que,
Croacia y Eslavonia, se mantendrían disposiciones independientes de las húngaras y que con sus Dietas se
entenderán representantes dálmatas para establecer las condiciones referentes a su unión. Sus resultados se
deberán presentar al Emperador y Rey para sus sanción. Esta Constitución afectó fuertemente a Hungría. Los
húngaros, conducidos por Kossuth, se levantaron en armas. En Agosto se restableció el orden habsburgo en
Hungría.

La constitución promulgada en 1849, fue suspendida el 31 de Diciembre de 1851 y se instauró un régimen


absolutista y reaccionario a cargo de Alejandro Bach. Desde Zadar, en el norte, hasta Kotor, en el sur,
silencio, resignación y apatía. Aparece la misma convicción íntima de la creencia anterior en la eternidad del
Imperio Napoleónico y ahora Habsburgo. El país fue gobernado por una burocracia de habla alemana, siendo
gran parte de ella de nacionalidad checa. Si se examina un diario oficial o privado cualesquiera, salvo los
comprometidos con el régimen en Milán y Venecia, sólo se encontrarán prudentes consideraciones sobre
sucesos del exterior y desde luego pasados por el harnero de una censura refinada, salidas y llegadas de
 barcos, desembarco y embarque de mercancía, movimientos de regimientos imperiales y reales de una
guarnición a otra, pero casi nada de la vida política y social del país. El Reino Lombardoveneciano (el
anterior Reino de Italia napoleónico) y el Reino de Dalmacia estaban igualmente sojuzgados bajo la
dominación paternal de la "China europea", como en esa época llamaba a Austria el ministro inglés Lord
Palmerston. La nueva era del absolutismo de la corte de Viena iniciada el 1851 y llevada a cabo por el
ministro Alejandro Bach, con sus estrictas medidas reaccionarias, acallaron cualquier intento del despertar
nacional en Dalmacia. Los tiempos fueron duros.

En 1860, año histórico y memorable, el Imperio Austríaco, que parecía estar indisolublemente unido con el
absolutismo político y el derecho divino, declaró en Julio de 1959 que, obligado por los reiterados golpes de
su mala fortuna en los campos de batalla en Italia, introduciría un régimen constitucional. Las derrotas de

 
 

1859 en Italia motivaron la caída de Bach. Austria buscó una nueva forma de sobrevivencia. El gobierno
aflojó. Comenzó su camino hacia un gobierno liberal, fuertemente inclinado a organizar la monarquía sobre
una base federativa. Los cambios serán introducidos por decretos.

Por el decreto del 5 de Marzo de 1860, el Emperador llamó a los pueblos de la monarquía a participar y
colaborar con en el Consejo o Parlamento Imperial ( Reichsrat ) ampliado con representantes regionales.
Sesionó desde Mayo a Septiembre. Se eumentaron los representantes en 38. Croacia estuvo representada por
Ambroz Vraniczany, Eslavonia por el obispo Strossmayer y Dalmacia por el gran propietario conde
Francesco Borelli. En este Consejo se produjo el choque entre las corrientes centralista y federalista. Venció
la corriente federalista. Además, Vraniczany pidió la unión de Dalmacia y Croacia, Strossmayer que se
arreglen las escuelas y se introduzca el croata en la enseñanza y Borelli confirmó que en Dalmacia
 predominaban los eslavos pero que no había llegado el momento de su unión.

El Emperador, por decreto imperial del 20 de Octubre de 1860, otorgó una nueva Constitución, inclinada a un
federalismo conservador. Al ser otorgada era revocable - lo que no tardaría en suceder - como con todas las
constituciones austríacas. Pero no se podía pedir más a un régimen desde siempre autocrático, personal y
 burocrático. Con esto se pudo término a los nueve años de absolutismo y se transitaba hacia un régimen
constitucional. Las Dietas Provinciales de los pueblos del reino fueron convocadas e investidas de poderes
 para enviar representantes al Reichrat , donde se tratarían los asuntos comunes del Imperio y Reino.

El esbozo de federalismo contenido en la Constitución del 1860, fue muy pronto atenuado por el decreto del
26 de Febrero de 1861. El  Reichsrat   fue dividido en dos Cámaras. Una, la Cámara Alta, integrada por
aristócratas y altos dignatarios eclesiásticos y seglares, mantuvo las características de un Consejo Imperial. La
otra, la Cámara de Representantes de las Dietas Provinciales de la corona austríaca, a las cuales se les
mantuvo el derecho de enviar sus delegados al Consejo del Imperio (Dalmacia debía enviar cinco y Croacia
nueve, lo que nunca hizo). Este tímido ensayo fue detenido después de Sadova, o sea, cuando los ejércitos
austríacos fueron derrotados por los prusianos (3 de Julio de 1866).

En 1862 se constituyó en Viena una "Cancillería real imperial para los reinos de Dalmacia, Croacia y
Eslavonia", y se designó al poeta croata Ivan Maxurani$ como canciller (1862-1865). Para la participación de
los croatas en el Consejo de Estado, Maxurani$  puso como condición que se realizara la unión de los
Confines Militares y Dalmacia con Croacia. A esto se opuso la mayor parte de los partidos nacionalistas
croatas, ya que ello significaba aumentar la masa serbia en Croacia. Entonces Maxurani$, se separó del
Partido Nacional y creó el Partido Nacional Independiente. Los confines Militares se integraron a Croacia
sólo en 1881.

En 1866 ocurrieron acontecimientos que alteraron la estructura del Imperio y los fundamentos de su
existencia. Austria no sólo tuvo que ceder Venecia, sino que fue forzada a renunciar a su autoridad sobre la
Parlamento Pangermano de Frankfurt. Dejó de representar a los alemanes como un todo. Nacieron dos
grandes estados nacionales. En el norte uno germano y en el sur uno italiano. "El Imperio Austríaco no podrá
seguir existiendo como hasta ahora" observó el nacionalista italiano Mazzini "se debe transformar y pasar a
ser un imperio eslavo o bien ser absorbida por el Imperio Germano".

A comienzos de 1866, Prusia concluyó una alianza con el proclamado Reino de Italia en 1861. El objetivo era
atacar a Austria, por lo cual Italia obtendría la provincia austríaca de Venecia. A las pocas semanas de
iniciadas las hostilidades prusoaustríacas, Italia le declaró la guerra a Austria. En Septiembre de 1866, tuvo
lugar una batallla naval en la proximidad de la isla de Vis entre las flotas italiana, fuerte en tonelaje y poder de
fuego, y una pequeña flotilla austríaca, en la cual la mayoría de las dotaciones era croata, de 8.000 marineros
5.000 eran croatas. En este conflicto la marina austríaca derrotó a la italiana infligiéndole grandes pérdidas
(dos acorazados y 643 marinos), tal fue el desastre que Italia dejó de pretender ser la reina y señora del
Adriático. La paz tuvo lugar el 3 de Octubre de 1866 en Viena. Venecia fue entregada a Italia y Austria
reconoció de jure al Reino de Italia. La victoria que los italianos no habían logrado en los campos de batalla la
obtuvieron en la mesa de negociaciones. La paz firmada entre Italia y Austria, llevó a la desmovilización,
 pero la guerra contra el predominio italiano en Dalmacia, no declarada e inexorable, continuó en todas las
esferas políticas y sociales

 
 

Hasta entonces la cultura y el sentimiento nacional italiano era respetado como uno de los pueblos del
Imperio, pero una vez decidida por Austria la expansión hacia los Balcanes fueron condenados al
aniquilamiento. Lo primero que pensaron hacer los austríacos fue borrar todo vestigio de italianidad en
Dalmacia, con el objeto de no dar pretexto al Reino de Italia para competir el señorío del Adriático. Después,
germanizar. Ahora los italianos del Imperio lucharán contra un estado cada vez más eslavo en sus
características políticas y étnicas.

En la monarquía habsburga se inician cambios en contra de los eslavos. Los alemanes temían que triunfara el
federalismo. Entonces, inmediatamente después de la guerra con Prusia exigieron que la monarquía fuera
dual, es decir, que se compartiera el poder con los húngaros ya que solos no podían gobernar el Imperio. Esta
fue la política de Federico Beust, que el 30 de Octubre de 1866 era el ministro de relaciones exteriores. Logró
que el rey ofreciera, el 17 de Noviembre de 1866, a los húngaros una administración compartida. Belcredi
renunció y Beust, el 7 de Febrero de 1867 pasó a ser el ministro presidente. Los húngaros hicieron las paces
con el rey y 20 de Febrero Andrassy organizaba su ministerio. Así la monarquía autoritaria se transformó en
dual.

Compromiso austrohúngaro
La fuerte oposición de Budapest a la nueva política de Viena condujo a la firma del Compromiso  (Ausgleich)
austrohúngaro de Marzo de 1867, que representó la mayor reorganización del Imperio y la última antes del
término de la monarquía en 1918. Fue un triunfo húngaro, pero muy negativo para los eslavos. Las razones y
temores que tuvo Austria para firmar el Compromiso fueron: penetrar económicamente la zona, aumentar su
 prestigio, evitar que una potencia hostil se apoderara de Dalmacia, que podría ser Serbia o Turquía; y frenar la
decadencia de la multinacional monarquía habsburga.

Los austríacos llegaron a un acuerdo con los húngaros para la distribución del poder e introdujeron el
dualismo con la creación de la Monarquía de Austria-Hungría. El Parlamento Imperial aprobó el sistema dual.
En Junio de 1867 el rey se coronó en Budapest y con ello quedó sancionado el dualismo austrohúngaro. El
 pueblo croata quedó separado en dos partes. Una, la Cisleitania austríaca en la cual quedaron incluidas
Dalmacia e Istria, y la otra, la Transleitania húngara donde permanecieron Croacia y Eslavonia, que tenían
que acordar su estatuto con Hungría. De esta manera la eventual reunificación de los territorios croatas se hizo
más difícil por no decir imposible, ya que atentaría contra la estructura misma del Imperio. Como
instituciones restringidas a las autonomías regionales, funcionaron las Dietas (Sabor es) de Croacia en Zagreb
dependiente de Hungría, de Dalmacia en Zadar y de Istria en Pore;, ambas dependientes de Austria.

En Zadar los autonomistas, en la sesión del 28 Septiembre de 1868, agradecieron al rey por haber
"finalmente resuelto el status jurídico de Dalmacia, al incluirla en el grupo de las regiones cisleitanas
[austríacas]". En su discusión los nacionales se opusieron, por cuanto consideraban que el problema de
Dalmacia no había sido resuelto. Efectivamente, el Sabor Croata, aprobó el Compromiso ( Nagodba ) con
Hungría, en cuyo párrafo 66 se establecía que dentro del territorio del reino de Dalmacia, Croacia y
Eslavonia se incluía Dalmacia, por lo cual Hungría "exigiría que Dalmacia se una a los reinos de Croacia y
Eslavonia." Este compromiso lo aprobó el parlamento húngaro el 28 de Septiembre de 1868 y obtuvo la
sanción real el 8 de Noviembre de 1868. El Consejo Imperial del 21 de Diciembre de 1867 aprobó la
instauración y organización de la doble Monarquía de Austria-Hungría.

A fines de 1869 se preparaba el levantamiento campesino de Krivo#ija en Boka Kotorska contra la ley de
reclutamiento aprobada en el Consejo Imperial el 5 de Diciembre de 1868. Los campesinos pedían que sus
hijos hicieran el servicio en Boka Kotorska, que el uniforme tomara en cuenta su traje nacional y que después
de servir un año pudieran emigrar por razones económicas. En vez de apaciguar los ánimos, el subdelegado
amenazó y detuvo a personas importantes. Cuando se quejaron al comandante, éste les faltó el respeto y los
campesinos acordaron la resistencia armada. El 7 de Noviembre de 1869 se produjo el primer enfrentamiento.
El gobierno declaró todo el distrito de Boka Kotorska en estado de guerra y envió grandes refuerzos a la zona.

Wagner, gobernador de Dalmacia, fracasó en todos sus intentos de arreglar el conflicto. En Viena se
convencieron de la incompetencia de Wagner y de su favoritismo hacia los autonomistas. Con fecha 10 de
Diciembre de 1869 fue nombrado gobernador provisorio el consejero áulico José Fluck y como comandante
de todas las fuerzas militares el general Gavro Rodi$, quién logró solucionar el conflicto pacíficamente. Se
firmó la paz el 15 de Enero de 1870. Los campesinos quedaron autorizados a portar armar en su cinto. El rey

 
 

otorgó amnistía a todos los sublevados. El 22 de Agosto de 1870, fue nombrado gobernador de Dalmacia y
consejero áulico el vicemariscal Gavro Rodi$, lo que fue recibido con satisfacción por los eslavos. El general
Rodi$ no fue del gusto de los autonomistas. El subdelegado Franz también fue reemplazado.

Germanización de Dalmacia
El problema de la germanización en Dalmacia era bifronte. Después de la guerra con Italia, Austria decidió
 prioritariamente desitalianizar la región en la cual antes apoyó lo italiano. Por otro lado y secundariamente
tenía que anular o eliminar los deseos de los sudeslavos de usar su idioma en todas las actividades del país.

Para materializar la nueva política de germanizar Dalmacia, se pensó que el hombre adecuado era el mariscal
de campo barón Gabriel Rodi$, un croata considerado por la corte austríaca como uno de los expertos más
capaces en los asuntos políticos de los Balcanes. Meses antes de su misión en Dalmacia, estuvo en
Montenegro y Boka Kotorska para estudiar los movimientos separatistas en las provincias sudeslavas del
Imperio Otomano y cómo tornarlos favorables a Austria. Inmediatamente con su llegada, las ciudades de
Dalmacia fueron puestas, una vez más, en estado de sitio. Las fortalezas y barracas militares se llenaron con
soldados croatas y campesinos armados prestos a atacar a las ciudades que se opusieran al reemplazo del
idioma italiano, en uso en la administración, por el alemán. Por todas partes hubo un gran movimiento de
tropas y equipo militar.

Ya en 1867 principiaron a estallar los primeros choques. Los primeros ataques de los proitalianos fueron
contra las oficinas públicas y las escuelas. Entonces masas de campesinos entraron a las ciudades
(encabezados por estudiantes de las escuelas normales, que llevaban escarapelas croatas) en apoyo a la
eliminación del italiano. Los primeros tricolores croatas, izados junto al estandarte austríaco, se vieron en las
afueras de Knin, Novigrad, Obrovac y Nin. Los ciudadanos italodálmatas fueron advertidos de no ir al campo.
Las viñas de italianos fueron arrancada, sus árboles frutales cortado y sus reservas de granos saqueadas. En
Sinj un sacerdote croata se negó administrar sacramentos a la población italiana. El 31 de Julio de 1869, en
&ibenik una turba, incitada por agitadores croatas, atacó y asesinó a 25 marineros del navío Monzambano de
la Marina de Guerra Real italiana. El 15 de Febrero de 1870 lograron poner fuego al Teatro Verdi de Zadar.

Mientras sucedía todo esto, los gobernadores austríacos hacia la vista gorda. Su actitud era de participación
antiitalina, más que de simple tolerancia. Los italianos fueron eliminados uno por uno de sus jefaturas en la
administración pública, escuelas, iglesias e instituciones económicas. Los sudeslavos principiaron a ser
recibidos y escuchados por el Gobernador y participar, en cierta medida, en la administración de la región.
Los diarios italianos constituían ahora la oposición y los sudeslavos se veían obligados a apoyar al gobierno.

El gobernador de Dalmacia, sabía que el partido autonomista dálmata, de todas maneras era el punto de apoyo
que tenía el gobierno austríaco en Dalmacia. De allí que recibió al representante italiano Maldini en el Palacio
del Gobernador y aceptó la instalación de una línea naviera italiana Zadar, Ancona y Venecia. Pero eran
 pequeños reconocimientos a la italianidad frente a la gran obra de eliminación que Rodi$ estaba realizando.

El Rey aprobó, el 6 de Noviembre de 1870, la creación de una nueva eparquía para los obispados ortodoxos
de los distritos de Kotor y Dubrovnik. Con esto creaba un nuevo referente político frente a italianos y croatas.
En Diciembre nominó al obispo ortodoxo Ivan Danilo encargado interino de los asuntos escolares en
Dalmacia.

Más tarde, en 1883, el gobernador de Dalmacia Jovanovi$, terminó por crear un grave conflicto con el Partido
 Nacional. Ya en Abril de 1882, los nacionales criticaron el nombramiento del consejero Latour, alemán que
no sabía una palabra de croata. A comienzo de 1883 jubiló el consejero áulico Josip Antonietti, meritorio
nacional y su sucesor fue nombrado Alfons Pavi$ von Pfauenthal, que apenas podía balbucear una palabra en
croata a pesar de su primer apellido dálmata. Igualmente cuando se pensionó el pope Ivan Danilo, lo
reemplazaron en la asesoría educacional por el extranjero Fakete de Belafay y al príncipe Fridrich Hohenlohe
lo designaron en el puesto de secretario de la gobernación en Zadar.

Es fácil comprender el descontento que nació en Dalmacia por estos nombramientos. Los dirigentes
nacionales Klai$, Vrankovi$  y Pavlinovi$ principiaron a criticar fuertemente al gobernador Jovanovi$ en el
 Narodni List . Lo mismo hacia Juraj Biankini, que desde el 7 de Octubre de 1871, editaba el diario. Entonces
Jovanovi$  principió a requisar las ediciones. Dinko Politeo, que era profesor en el liceo de Zadar, que a

 
 

menudo escribía los editoriales del Narodni List , se le ocurrió escribir una novela,  Zorica i Natko, en la cual
había evidente relación con la situación por la que atravesaba Dalmacia. Jovanovi$  requisó la novela y
trasladó a Politeo a Koper, Istria. Politeo rehusó el traslado, renunció a su cargo, y se dedicó al periodismo.

Jovanovi$ censuraba los diarios del exterior que trajesen noticias que a el le desagradaban sobre la situación
en Dalmacia. Prohibió la circulación del Obzor  de Zagreb, con lo cual el periódico perdió sus suscriptores en
Dalmacia. Jovanovi$ sabía que no podían tocarlo, pues tenía fuerte apoyo en Viena. Tanto es así que dispuso
que los funcionarios políticos de la administración usasen exclusivamente el alemán en el servicio.

Austria ¿una federación?


Movida quizás por necesidad, instintiva e inconscientemente Austria principió a transformarse en un imperio
eslavo. La dinastía, la burocracia y la aristocracia de la corte actuaron como fuerzas conservadoras, pero el
 peso de la mayoría eslava principió a ser cada vez más notorio y decisivo en el régimen constitucional que iba
tomando forma progresivamente. Había en el Imperio 10 millones de alemanes, 8 de húngaros y 19 de
eslavos, éstas proporciones condicionaron el desarrollo siguiente de la monarquía. Cuando en 1918 colapsó
Austria, el Archiduque Francisco Fernando se llevó a la tumba no sólo la dinastía habsburga sino también la
idea de una monarquía federativa o confederativa.

Durante los primeros meses de 1870 apareció un profundo desacuerdo en el seno del gabinete austríaco. Una
fracción, la más numerosa, compuesta de germanos fanáticos, preconizaba la aplicación vigorosa del régimen
dualista, de preponderancia austrohúngara, inaugurado en 1867, o sea, un centralismo de doble cara: germano
en la Cisleitania (para Dalmacia) y magiar en la Transleitania (para Croacia). Esta mayoría era apoyada por
los autonomistas italianizantes de Dalmacia comandados por el consejero áulico diputado Lapenna. La
fracción opuesta deseaba al contrario, una entente con los pueblos eslavos y proponían la disolución de las
Dietas Imperial y Provinciales para examinar la situación con el concurso de nuevos representantes
nacionales. Después de una larga vacilación, Francisco José se pronunció por la mayoría del gabinete y
encargó a Leopold Hasner formar un nuevo ministerio (1870). En Noviembre de 1871, el Ministro de
Relaciones Exteriores Ferdinand Beust, aconsejaba una política de entente en contra de Karl Giskra que
 predicaba:  Nur nichts Slavisch  (No más eslavos). Las Dietas de mayoría eslava, sobretodo en Bohemia y
Moravia, rehusaron enviar sus delegados a la Dieta Imperial. De 203 diputados, la cámara se redujo a 129.
Hasner convocó a los dirigentes checos a sostener conversiones, pero éstos se negaron. Empezó el boicot de
los checos, moravos, tiroleses, polacos y autonomistas dálmatas, entre ellos Stjepan Ljubi#a, al Consejo
Imperial. Hasner tuvo que dimitir.

El nuevo gobierno lo encabezó el federalista Alfred Potocki (Abril 1870-Febrero 1871), quien nombró a
Eduard Taaffe Ministro del Interior. Los eslavos recibieron el ministerio con simpatía. Fue saludado con
 júbilo por los partidarios del federalismo. El nuevo gabinete procedió a la disolución de las Dietas
Provinciales (Mayo 1870) En 1873 la reforma electoral estableció las elecciones parlamentarias directas
estamentales..

Francisco José, a comienzos de 1871, se vio forzado, por razones de política internacional, a tratar de llegar a
un entendimiento con los eslavos, que constituían la mayoría de la población de la monarquía. La situación en
Viena cambió totalmente, dio un nuevo giro en ciento ochenta grados. Prusia había derrotado en 1870 a
Francia y el 18 de Enero de 1871 creó el Imperio Alemán, a cuya cabeza, con el título emperador quedó el rey
de Prusia Guillermo I. Con esto la dinastía habsburga quedó excluida de los asuntos alemanes. Reemplazó a
Potocki, el 2 de Febrero de 1871, por Sigmund Hohenwart (hasta Octubre 1871). Empezó sus conversaciones
con los checos, que le propusieron la unión de su país con Moravia y Silesia en un solo cuerpo político
administrativo con el cual se pactaría un compromiso semejante al existente con Hungría. Según una noticia
aparecida en el diario nacional del 21 de Agosto de 1871, Miho Klai$  e Ivan Danilo sostenían en Viena
iguales conversaciones. En eso Francisco José cambió de opinión, despidió a Hohenwart y volvió a mirar a
Hungría.

Durante 1871 se empezó en Croacia la construcción del ferrocarril de Karlovac a Rijeka. Los representantes
de Dalmacia pidieron al rey que se tendiera también una línea desde Karlovac a Split, con un ramal de Knin a
Zadar. El rey acogió esta petición y prometió encargarla a su Ministerio de Comercio, ya que estaba muy
interesado en mejorar la situación económica de esa provincia.

 
 

El Consejo Imperial aprobó, en sus sesión del 1 de marzo de 1874, la construcción de la primera línea férrea
en Dalmacia, entre Split hasta la mina de carbón de Siveri$  con un ramal desde Perkovi$  a &ibenik. Se
 pensaba continuar la línea de Siveri$ a Knin y de allí unirla a la vía de Zagreb-Rijeka. Klai$, propuso de unir
también con Knin. La mayoría rechazó esta proposición. El 16 de Junio comenzó la construcción aprobada.

En el mes de Abril de 1875 visitó Francisco José por primera vez Dalmacia. Recorrió las mayores ciudades,
el interior y las islas. Cuando el 12 Mayo llegó a Vis, allí lo esperaban 59 alcaldes nacionales. En su nombre
saludó al rey Rafo Puci$, como alcalde de Dubrovnik. Esto molestó a los autonomistas, que hicieron una
contramanifestación a los alcaldes cuando volvieron de Vis a Split. En revancha en &ibenik le hicieron lo
mismo los nacionales a Baiamonti cuando iba a Zadar, donde el 19 Mayo se iniciaba el período de sesiones
del Sabor Dálmata, donde continuaba la lucha por el uso del idioma croata en los establecimientos
educacionales.

En 1878, la vida política local principió a estar influenciada por las últimas movidas balcánicas del Imperio
Habsburgo, que se justificaban en la necesidad de conseguir un hinterland para Dalmacia y proteger su
comercio de exportación que realizaba por los puertos de Trieste y Rijeka. En el mes de Julio de 1878, se
 produjo un levantamiento contra los turcos en Hercegovina, que se extendió a Bosnia. Duró cuatro años. Las
fuerzas turcas aplastaron a la rayá cristiana. Muchísimos cristianos buscaron refugio en las tierras vecinas.
Durante ese tiempo llegaron y vivieron en Dalmacia numerosos refugiados de Hercegovina. Los nacionales
organizaron una amplia ayuda. La preocupación por su alimentación y cuidados era llevado principalmente
 por los habitantes dálmatas. Se sabía que por sí solos no podían sacudirse de la dominación de cuatrocientos
años de dominación turca. Por eso los dálmatas se alegraron cuando el Congreso de Berlín, el 4 de Mayo de
1878, le encomendó a Asutria-Hungría la ocupación de Bosnia y Hercegovina. El 1 de Enero de 1879 se
estableció un gobierno regional en Sarajevo. En el Congreso de Berlín (1878) las grandes potencias
reconocieron la posesión por Montenegro de Bar y la independencia de algunos países bálcanicos en sus
nuevas fronteras. Austria obtuvo el derecho de administrar Bosnia y Hercegovina. la cual anexará en 1908.

El 22 de Junio de 1878 el gobierno austríaco ordenó la movilización para proceder a la ocupación de Bosnia y
Hercegovina. El general Joseph Filipovi$, barón y pariente de Rodi$, fue puesto al mando de las tropas que
 penetraron a Bosnia por Slavonski Brod. El 8 de Diciembre, Filipovi$  volvió a Zadar y los dos héroes se
abrazaron en la Plaza Verde ( Zeleni Trg ).

La forma y posterior administración austrohúngara de Bosnia y Hercegovina produjo desilusión en Dalmacia.


Los croatas y serbios consideraron en forma muy diferente la ocupación. Los croatas la consideraban parte de
su Reino y los serbios como suyo. Nació un foco conflictivo entre ambas concepciones geopolíticas. También
la ocupación preocupó a los húngaros y germanos, por cuanto aumentaba la población eslava en el Imperio.
Esta fue la causa de la caída del régimen liberal en Cisleithania y su reemplazo por una coalición
conservadora dominada por eslavos. La ocupación también produjo un punto de quiebre entre Italia y Austria
respecto a la zona de influencia sobre los pueblos de Dalmacia.

En Austria eran los años del régimen del conde Eduard von Taaffe (1879-1893), con una política fuertemente
influenciada por una coalición de diputados católicos, eslavos "feudales" y conservadores. Parecía inclinado a
los eslavos. De allí que Klai$ deseaba que todos los representantes eslavos formaran una sola bancada, la
Bancada Eslava, que numéricamente sería la más grande en el Parlamento. A esto se opusieron los checos,
que formaron su propia banca o club. El representante Hohenwart llamó a los dálmatas entrar a su club, que
 postulaba una constitución federal para Austria y que, además, era apoyado por Taaffe. Entraron con la
 promesa de ser apoyados en su lucha por el empleo oficial del idioma croata en Dalmacia.

Lejos de haber querido este cambio. Los germanos y húngaros no aceptaban que el gobierno austríaco fuera
empujado por la marea eslava. No deseaban ver un joven y vigoroso estado yugoslavo dentro de sus fronteras,
formada por la unión de Dalmacia, Croacia, Eslavonia y Bosnia y Hercegovina. Preferían el gobierno de un
 partido caduco, anémico, áulico, listo para todas las concesiones y dócil a todas las órdenes para continuar
dirigiendo los asuntos de las provincias eslavas en oposición a la voluntad de la aplastante mayoría. A las
consideraciones de política interior indicadas, habría que agregar las concernientes a la política exterior.

 
 

A fines de año 1881, se procedió a cambiar el gobierno regional en Dalmacia. Fue reemplazado Rodi$, que
ejercía el cargo desde 1870, y nombrado en su lugar Stjepan Jovanovi$. Junto a su llegada, corrió también el
rumor que empezaría la germanización de Dalmacia con la ayuda de los funcionarios públicos alemanes.

En 1882 Austria, Prusia e Italia constituyeron la Triple Alianza contra Francia.

A comienzos de 1882 estalló de nuevo la rebelión en Boka Kotorska. Los jóvenes no deseaban hacer el
servicio militar. Entonces principiaron a apresarlos y llevarlos a la cárcel de Risan. Los habitantes de
Krivo#ija atacaron Risan, liberaron a sus hijos e incendiaron la escuela y las habitaciones de los gendarmes.
Este levantamiento se extendió a Hercegovina. Ahora el gobierno decretó la ley marcial en tres distritos
dálmatas: Metkovi$, Dubrovnik y Kotor. La rebelión duró unos meses. Se le puso término en Mayo de 1882
cuando los rebeldes de Krivo#ija depusieron las armas, aconsejados por Montenegro.

En 1884. los representantes nacionales en el Consejo Imperial, comunicaron a Taaffe que no podían seguir
apoyándolo, por cuanto el gobierno regional en Dalmacia perseguía a los croatas y no tomaba en
consideración sus justificadas peticiones. Con esto Taaffe comprendió que la política aplicada en Dalmacia
debía cambiar. Llamó a Jovanovi$  a Viena, donde conversó con los dirigentes nacionales. Éstos le
 presentaron un ultimátum. O aceptaba sus peticiones o ellos retiraban su apoyo al gobierno. Jovanovi$, al ver
la firme decisión de los nacionales, comprendió también que debía enmendar el rumbo de su política en
Dalmacia.

Como sucesor de Jovanovi$  fue nombrado el general Luigi Cornaro, que fue bien recibido por los
autonomistas ya que era de origen italiano aunque nacido en Moravia. Más fue un hombre correcto y no
emprendió medidas contra los croatas. Murió el 7 Abril de 1886. Viena nombró entonces gobernador al
general Blaxekovi$. Como croata quiso croatizar la administración estatal en Dalmacia. En 1890 renunció a
su cargo. En su reemplazo fue designado el general David.

Muchos dálmatocroatas no estaban de acuerdo en que se apoyara al gabinete del ministro Taaffe. Entre ellos
estaba Juraj Biankini, director del periódico  Narodni List . Cuando se produjo una vacante en el Consejo
Imperial a comienzos de 1892, Biankini fue elegido el 4 de Febrero de 1892 por 97 votos contra 92 de su
contendor serbio Sava Bjelanovi$. No quiso pertenecer a la bancada de Hohenwart. El día 19 de Febrero de
1892 leyó un documento jurídico escrito en croata. Produjo un quiebre en la bancada nacional. Se retiraron
 junto con él 5 representantes, que formaron una bancada croata con el siguiente programa: unión con Croacia
y Eslavonia, reconocimiento de la ciudadanía croata, el derecho del idioma croata en la administración
 pública, unión ferroviaria con Croacia y defensa de los intereses económicos dálmatas.

En el Consejo Imperial, muchos representantes pedían, en 1897, que se implantara el derecho universal del
voto. A esto se oponía el gobierno austríaco. Así que se siguió votando por distritos estamentales electorales,
 pero ahora se agregó un quinto estamento en el cual podían votar todos los ciudadanos. Junto a esta reforma
se aumentó el número de mandatos. A Dalmacia le correspondieron 11 en vez de los 9 que tenía.

El gobernador David, fue reemplazado en 1902 por Handel, que fue el primer gobernador civil de Dalmacia.
Al jubilar el consejero áulico Alfons Pavi$, su lugar lo ocupó el dubrovnicano Niko Nardelli. A los dálmatas
Handel les cayó mal, sobretodo por que en todos los puestos públicos colocaba alemanes, principalmente a
nobles venidos a menos. A raíz de una investigación, llevada a cabo en 1904, Handel expresó: "¡Los dálmatas
no tienen palabra de honor!". Esto provocó un profundo malestar en toda Dalmacia que se expresó
fuertemente en el Sabor Dálmata el día 6 de Octubre de 1904. Allí el representante Pero :ingrija leyó una
declaración, en la cual los representantes croatas decían. "no participaremos en los trabajos del Sabor,
mientras el barón Handel ocupe el puesto de gobernante del real e imperial Reino de Dalmacia." Parece ser
que es lo que esperaba Handel, pues tenía listo el decreto por el cual disolvió el Sabor. Handel fue trasladado
en Enero de 1905. Nardelli se hizo cargo interinamente de la administración y en 1906 fue nombrado
gobernador. Puso en vigor el decreto del 26 de Abril de 1909 sobre el idioma alemán. Debido a su
enfermedad renunció en 1910, pero se mantuvo en su puesto hasta 1911 cuando lo reemplazó Marij Attems,
quien fue el último gobernador austríaco de Dalmacia. Al abandonar su puesto Attems. nombró en su
reemplazo a Steva Metli;i$. Esta elección fue confirmada por el Gobierno provisional de Dalmacia, el cual
 por instrucciones del Comité Nacional de Eslovenos, Croatas y Serbios de Zagreb, nominó el directorio de la
Comité Nacional para Dalmacia. Este Comité estuvo en funciones hasta después de Rapallo (1920)

 
 

EL DESPERTAR NACIONAL EN DALMACIA

Agitación sociopolítica
La vida pública en Dalmacia, en la primera mitad del siglo XIX, se desarrollaba a la sombra e influencia
absoluta del elemento patronal italiano inmigrado o renegado. Sin embargo principiaron a aparecer las
 primeras manifestaciones del despertar nacional en la joven intelectualidad citadina yugoslava, sobretodo
croata.

Al considerar la influencia de los principios democráticos y liberales de la Revolución Francesa en Dalmacia,


no se debe olvidar que, en general, la población citadina no estaba suficientemente desarrollada ni cívica ni
nacionalmente y, si lo estaba, contenía muchos elementos extranjeros no eslavizados que no contribuían al
movimiento por el despertar nacional. Por lo demás casi no existían industrias y el campesinado aún no estaba
 preparado para tomar parte en actividades políticas. Era prácticamente analfabeto. De las novedades de la
Revolución Francesa, los yugoslavos sólo adoptaron la idea de nación con el propósito de independizarse de
la tutoría italiana, pero los principios democráticos, políticos y económicos, quedaron flotando.

La única capa social que estaba consciente, hasta cierto punto, política y nacionalmente, era la de los
intelectuales que tomaron el liderazgo del movimiento nacional y la bandera de unión de Dalmacia con
Croacia. Esta capa social estaba compuesta, principalmente, de nobles, sacerdotes y gente adinerada, o sea,
 justamente contra los que en otros países se hacía la revolución. Esta conformación explica el por qué estos
 personajes se dirigían a los países autocráticos del Oriente de Europa para obtener ayuda. Allí aún no habían
 penetrado las ideas revolucionarias. Así era lógico que se unieran estas capas sociales de católicos y
ortodoxos contra los revolucionarios. La ambición de los intelectuales era de servir de puente entre el Oriente
ortodoxo y el Occidente católico. Dalmacia tenía su propio Sabor o Dieta Provincial, enviaba delegados al
Reichrat o Consejo Imperial de Viena. Aquí los intelectuales dálmatas discutían y resolvían los destinos de su
 pueblo.

Durante la época de Metternich se produjo el despertar inicial de la conciencia nacional entre los yugoslavos
de Dalmacia. Los hechos que lo motivaron fueron varios.

i) La actividad de su juventud en Padua, entonces ciudad bajo la dominación austríaca, pero de lengua
italiana, con su célebre Universidad Imperial y Real, donde el despertar nacional nació con una fuerza
irresistible. Esta Universidad era un centro de actividades antiaustríacas. Es de Padua desde donde se enviaron
los alientos más entusiastas y una colaboración constante al diario literario "El Lucero Ilirio", publicado en
Zagreb por Gaj, que amplificaba el alcance del movimiento y le daba todo un sabor mediterráneo. Los
estudiantes de Padua crearon en tierra de habla italiana un centro político enteramente eslavo. En Venecia en
1843 los jóvenes yugoslavos organizaron un espectacular baile nacional y cincuenta parejas bailaron el kolo.

Esta renovación nacional de los yugoslavos tomó una forma más concreta después del encuentro de la
 juventud eslava de Padua con el padre del despertar nacional eslovaco Jan Kollar (1793-1852). En su viaje
 por Italia, Kollar recuerda que en la Universidad de Padua se encontró con una cincuentena de estudiantes
eslavos, ilirios, checos y polacos, que los motivó a fundar una sala de lectura y una biblioteca eslava. Ejerció
una influencia decisiva sobre el líder de los estudiantes, el conde Orsato Pozza (en literatura Medo Puci$),
 patricio de Dubrovnik. El joven yugoslavo no tuvo límites para manifestar su entusiasmo al patriota eslovaco.

ii) También Tommaseo fue una personalidad importante en el despertar yugoslavo y en el risorgimento 
italiano. Nació en &ibenik, donde volvió después de sus estudios en Italia. Fue implacable al juzgar a su
ciudad natal: "feo mundo, a esa horrible ciudad, a esa ciudad que se podría llamar un conjunto de animales" y
se pregunta "¿Deberé languidecer para siempre en Dalmacia? Por todas partes sólo se ven estériles piedras."
Abandonó su patria y emigró a Italia. Dalmacia le parecía una tierra agotada, sin vida, sin esperanzas. En
Italia encontró la patria que había perdido. En el amor por la madre adoptiva templó sus aspiraciones y su
carácter indomable croata. En 1841, en su etapa croata, compuso un pequeño librito en croata,  Iskrice 
(Destellos), que pasó a ser, en cierta forma, el libro profético del pueblo dálmata. Un ciclo de treinta y tres
 poemas en prosa, desbordantes de amor por Dalmacia y su pueblo. Escribió, por ejemplo:

 
 

"Mi pobre pueblo, tu no conoces tu historia, como un niño bastardo tu no sabes el nombre ni los hechos de tus
 padres... Los pueblos que te rodean, mi pequeña Dalmacia, no tienen nada de común contigo: o bien son
mucho más grandes o mucho más pequeños que tu, o bien el mar o la montaña se interponen entre vosotros y
más que los mares y los montes, las costumbres y la historia los hace diferentes a ti misma... Comienza un
nuevo período de amor con tus hermanos, una vida nueva. Dalmacia mía, tu eres pequeña entre tus hermanas
yugoslavas; pero una voz me dice que tu no serás la más pequeña ni la más fea entre ellas, y que tus cantos
resonarán lejos y son los que acunaron en sus tumbas, tus hijos que murieron llenos de esperanzas en ti y
lloraron la suerte de sus hermanos ... ¡Sacerdotes! Os han confiado esta lengua maternal, fina, pero llena,
fuerte y suave, joven todavía, pero de una robusta y perpetua juventud. Por ella, penetrareis en las entrañas de
nuestro pueblo y despertareis en el todos los nobles sentimientos; os recomiendo la infancia; educadla en la
espera de cosas nobles, en el amor verdadero, en una fuerte humildad...Aplastados durante tantos siglos, no
hemos perdido todavía la orgullosa nobleza de nuestra alma. Hundidos desde siglos en la ignorancia, todavía
tenemos la inteligencia viva, el hablar franco, el pensamiento agudo. Pueblo simple, digno, pacífico y
vehemente, manifiestas tu espíritu en tus formas corporales, tu eres elegante y brillante con vigor y tus
músculos son ágiles, austeros en tus cejas, pero tu sonrisa es dulce. Pueblo dálmata, no te avergüences de tu
origen, conserva la pureza de tu sangre y vela a que en el contagio de las costumbres de las ciudades no se
introduzca la debilidad, el dolor y la vergüenza." (Destellos XVII, XXII, XXXI y XXXII).

En la poesía "A Dalmacia", escrita posiblemente en 1845, Tommaseo dice. "Oh patria mía, tu no serás más un
 pobre retazo de tierra entre el mar y la montaña como tampoco sólo algunas islas esparcidas y desnudas..."
Veía en el futuro de Dalmacia, grandeza y progreso. Su posición era autonomista, pero no contrario al espíritu
nacional croata, que podría perfectamente conciliarse con una gran unidad. Pensaba en Serbia y no en
Croacia.

iii) Igualmente tuvieron una repercusión las barricadas francesas de Julio de 1830 y el establecimiento de la
monarquía burguesa en Francia (1830-1848) .

iv) En el despertar nacional yugoslavo de los años 30 y 40 del siglo XIX, influyeron también las
acontecimientos e ideas provenientes de la vecina Croacia. La intelectualidad yugoslava dálmata, a pesar de
estar separada por barreras infranqueables con Zagreb y educada generalmente en Italia, no pudo permanecer
 pasiva frente al vuelo tomado por el ilirismo. Encontró en él inspiración para la acción en su propia casa.

En Dalmacia las fuerzas conscientes yugoslavas eran muy débiles y limitadas sólo a grupos de personas
educadas, las que, a veces, desconocían hasta su propio idioma. Poco interiorizadas en lo nacional, estuvieron
indecisas en pronunciarse y definirse independientemente. El despertar nacional, sin el apoyo del pueblo casi
analfabeto y expuesto a la presión de la todopoderosa policía y burocracia, difícilmente podía, en los primeros
momentos, manifestarse en forma conjunta y organizada. Así, sucedió que el ilirismo, al ser considerado
como un movimiento nacionalista croata, fue positivo entre los serbios por cuanto ellos, gracias al carácter
nacionalista de sus instituciones religiosas, lograron aislarse, madurar y afirmar su identidad nacional serbia
frente a la italianización y croatización. Sin embargo, la Dalmacia tuvo su despertar nacional.

La acción de despertar del sentimiento nacional la empezó el #ibenicano Boxidar Petranovi$. Fue un
entusiasta partidario del movimiento de Gaj, con quien mantuvo correspondencia al igual que con otros
dirigentes del movimiento. En la capital de los Confines Militares, Karlovac, principió a editar en 1836 el
"Amigo de la instrucción - Almanaque serbodálmata para el verano de 1836". En 1838 la sede de la
 publicación se trasladó a Zadar. Se imprimió en la imprenta de los hermanos Battara, con el nombre de
"Magacín Serbodálmata". El " Magazín" de Petranovi$, la "primera revista literaria" en el idioma nacional
serbo#tokavo en Dalmacia, actuó en un medio ilustrado pero no maduro nacionalmente. Se imprimió en
caracteres cirílicos. El " Magazin", por su nombre y contenido, atrajo más a los lectores serbios ortodoxos que
a los croatas católicos. En primer lugar a los popes y comerciantes ortodoxos, que propagaban en forma
sistemática y organizada la conciencia nacional serbia. La mayor parte de los suscriptores, salvo algunos
destacados dubrovnicanos, no eran de Dalmacia sino de otras regiones yugoslavas del Imperio austrohúngaro.

Sus directores trataron de conciliar los principios del ilirismo con el serbismo. Petranovi$  se declaró
ilirodálmata. Divulgó las ideas del ilirismo croata en Dalmacia, propagó " Novine" y " Danica". El ilirismo
 prendió más entre los feligreses de la iglesia católica que entre los de la iglesia ortodoxa. Éstos, no estuvieron
dispuestos a sacrificar su ideal nacional, realizado y afirmado en la existencia de Serbia, en aras de un ilirismo

 
 

romántico, tanto más cuanto que los promotores eran croatas católicos, que eran, siguiendo a Vuk Karadxi$,
"serbios de la iglesia occidental". Esto posiblemente perjudicó el proceso de unificación con Croacia,
movimiento que el gobierno vienés combatía a través de su gobernador Lilienberg. De todas maneras, la
 publicación del  Magazin fue positiva. Los serbios y croatas formaron un frente unido para impedir la
italianización de Dalmacia.

Otro personaje meritorio en el despertar nacional en Dalmacia, fue el #ibenicano & piro Popovi$, comerciante.
Ya en 1839 reaccionó enérgicamente contra la política de italianización de los gobernantes vieneses y de sus
 partidarios. Criticó a los croatas y serbios por olvidar su nombre y origen. Se lamentaba Popovi$, que lo
italiano penetró por todos los poros de la vida dálmata, amenazando fuertemente la pérdida de la
nacionalidad. Por supuesto, que estas críticas se referían en primer lugar a la región de&ibenik, donde vivía y
que era en ese tiempo predominantemente una ciudad de campesinos colonos de los suburbios que dependían
de los propietarios de las tierras, y que, en general, eran inmigrantes o renegados. Completamente retrasados e
incultos, estaban expuestos a la influencia de sus patrones, de los cuales los separaba no sólo la infranqueable
 barrera económica y social, sino, lo que era más importante, el idioma. Los campesinos colonos se entendían
y conversaban entre ellos en su lengua materna eslava, cuidaban y cultivaban sus patriarcales costumbres y
llevaban sus trajes típicos. Mas, analfabetos y empobrecidos, agotados por la lucha del pan nuestro de cada
día, eran muy débiles receptores de las señales del renacimiento nacional que en esos años se manifestaba en
toda Europa. Esta misma situación, o aún más difícil, existía en las grandes ciudades dálmatas, especialmente
en Zadar y Split, agravada por el insuficiente desarrollo de la intelectualidad yugoslava frente a la elite
 proitaliana. La única excepción fueron Dubrovnik y Kotor, en las cuales el idioma extranjero jamás pudo
enraizarse.

En las condiciones existentes sólo un espíritu independiente de carácter tenaz y obstinado, convencido hasta
los tuétanos de la justicia de su camino y objetivo, podía lograr que el despertar nacional en Dalmacia saliera
del punto muerto en que se encontraba. Este personaje fue el splitanense Ante Kuzmani$, médico en Zadar,
miembro de una antigua familia de Rogoznica, nacido el 12 de Junio de 1807. Se decidió emplear todas sus
fuerzas para sacar a Dalmacia de su secular letargo y emplear el idioma hablado por la mayoría de sus
habitantes en todas las actividades del país. Se podía contar con los dedos de la mano a las personas ilustradas
que, conociendo el idioma materno, lo utilizaban en sus conversaciones.

Para llevar a cabo su misión, en 1842 entró en conversaciones con los hermanos Battara, los impresores de
Zadar. Llegó a un acuerdo para editar un periódico. Según el compromiso contraído, el diario debía aparecer
en 1843, así que el impresor el 10 de Agosto de 1842 presentó la solicitud correspondiente en la Gobernación
en Zadar. En el trámite debía pronunciarse la Dirección de Policía, previo el análisis de la solicitud e
investigación de los impresores y del director responsable de la publicación. El 23 de Septiembre de 1842, la
Dirección de Policía recomendó otorgar la autorización para la publicación del periódico ya que Kuzmani$ 
tenía un comportamiento moral y político que no merecía observaciones. Al mismo tiempo el jefe de policía,
Martinez, amenazó con sanciones de censura a Kuzmani$ si excediera, en su entusiasmo, las limitaciones
reglamentarias sobre el uso de la lengua croata. Las disposiciones legales de 1820, obligaban al editor respetar
la ortografía allí establecida, o sea, que cualquier incumplimiento significaba posibles sanciones que iban
hasta la suspensión de la publicación. Además dejó entrever discretamente que tenía conocimiento de las
 pequeñas discrepancias entrelas ortografías preconizadas por Gaj y Kuzmani$. Seguramente pensó que estas
diferencias entre los yugoslavos de Dalmacia y los ilirios de Zagreb podían aprovecharse para cumplir fines
específicos de la política vienesa en cuanto a mantener separadas Dalmacia y Croacia.

Finalmente el 14 de Junio de 1843 la Dirección de Policía y Censura de Viena aprobó la publicación del
 periódico "La Aurora Dálmata" ( Zora dalmatinska), y autorizó su impresión y distribución. Entonces
Kuzmani$ se empeñó en asegurar la existencia del periódico. El 6 de Noviembre de 1843 publicó una aviso
invitando a suscribirse. Su texto decía: "Invitamos a todos los amantes del hermoso y dulce idioma croata, de
su historia y progreso nacional..." y acompañaba el programa del diario. La aparición del periódico marcó un
vuelco decisivo en Dalmacia no sólo en el campo cultural, lo que era especialmente importante, sino también
en el plano político. "La Aurora Dálmata" se comenzó a publicar en Zadar. Su primer número, de fecha 1 de
Enero de 1844, incluyó el conocido y simbólico poema de Petar Preradovi$  (1818-1872)  Zora puca, bit !e
dana (Despunta el alba, llegará el día).

 
 

Al inicio, parecía que el diario no tendría problemas. Respondieron al llamado de Kuzmani$: Stjepan Ivi;evi$,
Vicko Iv;evi$, Kurtovi$ y Ante Vidovi$, de Dalmacia, y Kova;evi$, Boroevi$, Nestor, Janko Car, A. Cigani$,
Davorin Galac, Milica Herittesova, Ivan Jaka#i, M. Kombol, O.U.Ostrozinski, I. Petrinovi$, Orsato Po;i$, M.
Prica, A. Ramadan, A. Roci (A. Rocci), F. Sokoli$, M. Topalovi$, Vrdoljak, I. Vezi$, Borko Krakovski de
Estiria, el sacerdote & piro Margoti$, Andrija Torkvat Brli$, Ignjat Brli$, Jere Grani$, Ilija Rukavina, &ime
Ljubi$, J. Zafron, Carrara y otros de distintas regiones de Croacia. El número de suscriptores alcanzó a 746.

Para lograr su objetivo, Kuzmani$ dirigió sus mejores esfuerzos hacia el pueblo y los campesinos colonos de
los suburbios y del interior, que eran los que mejor podían comprenderlo ya que los citadinos estaban bastante
desnacionalizados. Por tal razón mantuvo la escritura e idioma croata en la modalidad ikava hablada en
Dalmacia. Kuzmani$ estaba consciente del conservadurismo del campesinado, apoyado y cultivado por los
sacerdotes pueblerinos, pero con cuya ayuda podía llegar a la masa en su vernacular idioma.

El poeta Preradovi$, comentó un año después: "Si, pues, aunque " Zora" no hubiera traído ninguna otra
utilidad durante este año, ..., por lo menos despertó el interés por el idioma, en el cual escribe, idioma
verdadero y principal del país de Dalmacia..."

Presionado, Kuzmani$  dejó la dirección del diario. Lo sucedió Ivan Kazna;i$, quien intentó cambiar la
ortografía. El número de suscriptores bajó. En 1845 tuvo que entregar la dirección al profesor N. Valenti$,
quien introdujo en el periódico la ortografía de Gaj. Este cambio produjo una fuerte oposición de los
colaboradores y el número de suscriptores cayó a un mínimum. Creyó que, con la introducción de la
ortografía de Gaj, facilitaba la unión de los croatas de Dalmacia con los de más allá del Velebit. El liberal
Ivi;evi$, decía que hay que dejar que cada uno escriba en el idioma de su pueblo hasta que no llegue el
momento de tener una lengua literaria común.

Debido al estado falleciente en que se encontraba el diario, fue necesario llamar nuevamente a Kuzmani$. Se
volvió al regionalismo dálmata. Éste pidió que se deje tranquilo a los yugoslavos de Dalmacia con sus
antiguas costumbres y que cada uno era libre para escribir como quisiera. La modalidad ikava estaba
 profundamente arraigada en Dalmacia. Kuzmani$ la consideraba fuente del habla croata. Aún más, estimaba
que era la base sobre la cual podían ponerse de acuerdo todos los croatas. Consideraba que el ilirismo de Gaj
era una utopía romántica y que su posición era más cercana a la realidad. Kuzmani$  no captó el papel
conductor que Zagreb iba tomando. Para esto no hay que olvidar que Dalmacia estuvo más de cuatro siglos
separada de Croacia y Kuzmani$  consideraba a la ciudad de Zagreb más húngara y alemana que croata.
Juzgaba que la verdadera cuna croata era Dalmacia, ya que allí residieron los reyes nacionales y, por lo tanto.
le correspondía la primacía en el renacimiento nacional croata. No podía aceptar que fuese tratada como de
segunda clase, ya que, étnica y lingüísticamente, era la región croata por excelencia y no la simple expresión
geográfica de Croacia del Sur. La acción de Kuzmani$ fue positiva. Su periódico " Zora" despertó a Dalmacia
que se encontraba sumergida en medio de una fuerte proceso extranjerizante. Representó la primera semilla
del despertar nacional en Dalmacia.

Partidos y Movimientos Políticos


A pesar de la caída de Napoleón, de todas maneras quedaron semillas de la Revolución Francesa en Dalmacia
y Croacia en los conceptos de educación, libertad y unidad. En Zagreb, 1841, aparecen dos partidos políticos:
el Húngarocroata y el Ilirio (nacional y paneslavo). Como en 1843 se prohibió en Croacia el uso del término
"ilirio", entonces se popularizó la expresión Partido Nacional, (3 de Mayo de 1843). Ivan Kukuljevi$ 
Sakcinski hizo la primera intervención en el Sabor en croata y exigió que este idioma fuera el oficial en
Croacia, en vez del latín que se empleaba a la fecha. Esta fue otra señal para que Dalmacia también se pusiera
en movimiento.

La población de Dalmacia a mediados del siglo XIX se estimaba en 400.000 personas de las cuales se
declaraban italianos unos 15.000. Esta minoría era la protegida de Austria, con privilegios y derechos. La
única obligación de estos parásitos era apoyar sin reservas al régimen vienés. La población yugoslava era
explotada y aplastada sin miramientos.

Después del revolucionario año de 1848, se produjo una activación política en Dalmacia. Comienzan a
 presentarse movimientos políticos más activos, que continuarán in crescendo  hasta la desaparición del
Imperio Austrohúngaro. Los pioneros del despertar nacional croata en Dalmacia, comenzaron a concientizar y

 
 

despertar a los intelectuales, mostrarles la riqueza idiomática y literaria croatodálmata. Sabían de las
dificultades de la tarea a realizar, pero también que en esta lucha contra el régimen extrajerizante impuesto no
estarían solos.

Mientras se realizaban discusiones sobre la unión de Dalmacia y Croacia, tanto en Zagreb como en Viena, en
Dalmacia se plasmaron dos tendencias, dos concepciones políticas diferentes. Una representaba la pura fría y
lógica doctrina histórica, pero con un retardo de un siglo. Pedía que Dalmacia quedase simplemente como una
 provincia austríaca, al remolque del Imperio, "conforme al tratado de Campoformio". Era, en el fondo, el
resultado estático de toda la historia dálmata. Por lo demás, como reacción al anterior centralismo
revolucionario francés, estaba a la orden del día y no sólo en Dalmacia. No quería su inclusión en una unidad
 política más grande, en este caso Croacia. Esta tendencia representó la posición autonomista.

La otra concepción postulaba la reunificación de Dalmacia con sus hermanos yugoslavos del Imperio
Austrohúngaro, o sea, con Croacia y Eslavonia. Encarnaba el principio moderno y revolucionario de las
nacionalidades, pero salvaguardando los rasgos característicos que la diferencian de las otras regiones
yugoslavas. Correspondía esta tendencia a los nacionales. La lucha por el programa nacional estaba expuesta
a duras penalidades, empezando por la pérdida del empleo hasta la pérdida de la libertad.

Dalmacia quedó frente a un dilema. Era preciso elegir entre dos vertientes: integrar la historia de las comunas
y repúblicas semiindependientes dálmatas a una Croacia unida a Hungría desde el siglo XI o bien mantener el
territorio dálmata autónomo con franquicias comunitarias. Las dos posiciones requerían la formación de dos
 partidos políticos para encarnarlas.

1. Partido Nacional de Dalmacia


Los nacionales formaron en Zadar, 1862, el Partido Nacional (Partito Nazionale), bajo la dirección de Mi;a
Klai$, Mihovil Pavlinovi$ y Juraj Puli$. Entre los fundadores figuraron además: Nodilo, Biankini, Bulat y
muchos otros. Eran los partidarios del despertar nacional croata, basado en la ideología del ilirismo, que
 pedían a la Corona la reunificación de Dalmacia con Croacia y Eslavonia, (después de 1878, también, con
Bosnia y Hercegovina), en un solo cuerpo políticoadministrativo, dentro del marco de la casa monárquica de
los Habsburgos-Lorena. De allí que también se conocieron como los "anexionistas". También postulaban el
empleo del croata como idioma oficial de uso en toda los servicios públicos en Dalmacia. Con su programa,
se pretendía encauzar al pueblo hacia la unificación y fortalecerlo contra la influencia de los elementos
extranjeros y renegados enemigos del idioma croata, de sus derechos nacionales y de todo lo eslavo. Esta
lucha se llevó a cabo no sólo en las ciudades sino en cada pueblo e incluso en cada casa. Se mantendrá hasta
el término de la Primera Guerra Mundial. En 1889 pasó a llamarse Partido Nacional Croata, para destacar su
nacionalidad. Era apoyado por el bajo clero.

Frente al dualismo austrohúngaro, el Partido Nacional se encontró en aprietos, pero reaccionó rápidamente y
en consonancia con su deseo de unirse a Croacia, declaró por intermedio de Pavlinovi$ que "El nuevo curso
 político que lleva el dualismo, coloca a Dalmacia sobre un delgado hilo entre dos abismos. A cualquier lado
que mire, ambos presentan un peligro a la libertad nacional, a nuestro desarrollo y progreso nacional: desde el
 poniente el alemán y desde el oriente el húngaro esperan estrecharnos con sus potentes músculos. En esta
situación, en esta coyuntura se nos hace necesario más que nunca unir Dalmacia con Croacia y Eslavonia, allí
está nuestra sangre, lo que nos impedirá caer a uno u otro lado."

Por la ley del 21 de Diciembre de 1867, el Partido Nacional tomó un respiro. Encontró el fundamento legal
 para su labor del despertar nacional. El artículo 19 de la Constitución le otorgó a cada etnia de la monarquía
austríaca el derecho inquebrantable de proteger y cultivar su nacionalidad y su idioma. Cuando los nacionales
se dieron cuenta que la unión con Croacia era irrealizable en la actual situación, entonces volcaron todas sus
fuerzas a la lucha por la introducción y uso del idioma en todas las actividades del país. Con esto despertaría
la conciencia nacional y facilitaría el logro de la unión futura con Croacia.

En el movimiento nacional dálmata participaron sobretodo muchos abogados. Fueron ellos los que sentaron
las bases ideológicas y tácticas del movimiento en su lucha sin cuartel contra los autonomistas, por la
reunificación de Dalmacia a Croacia y el empleo del idioma croata en toda las actividades ciudadanas. La
 batalla se llevaba a cabo con la pluma y el discurso en las Dietas, en los tribunales, en las sociedades y en la
calle.

 
 

En 1879 los serbios abandonan el Partido Nacional y organizan su propio Partido Serbio.

2. Partido Autonomista
Los autonomistas asumieron el carácter eslavo de la región, pero en nombre de la cultura italiana, dominante
entre la gente acomodada. También tuvieron, al inicio, por bandera de lucha la autonomía de Dalmacia en el
marco del Imperio Austrohúngaro y el mantenimiento del italiano en todos los ámbitos de la administración
 pública. Éstos "eslavos dálmatas", incondicionales de lo italiano en Dalmacia, formaron el Partido
Autonomista ( Partito Autonomo). Su ideario político se basó en las concepciones teóricas del representante
italodálmata Francesco Borelli. Bajo su bandera se alinearon todos los esbirros funcionarios austríacos, a
quienes la autonomía dálmata les convenía perfectamente, al igual que a los autonomistas de la oligarquía
italiana. En contra de la unión con Croacia estarán Zadar y Split, cuyas municipalidades estaban en manos
"autonomistas" Arrastrarían a su posición a Omi#, Vis, Trogir, Sinj, Imotski, Hvar Kor %ula y otras ciudades.
Los apoyaba el gobernador en Zadar, Mamula.

El órgano autonomista Il Dalmata, aparecido en 1866, publicó en su primer número un programa autonomista
desde el punto de vista político, pero eslavo desde el punto de vista nacional. Escribía: "Eslavos no sólo de
raza, pero de corazón y sentimientos, somos los primeros en proclamar la legítima consanguinidad de lazos
que nos unen con los demás patriotas ... Nosotros lo repetimos: nadie más que nosotros ama el principio de
nacionalidades; y, si el interés de nuestra patria [Italia] nos aconseja la unión con Croacia, seríamos los
 primeros en pedirla."

En la historia del despertar nacional en Dalmacia, generalmente, se exagera el papel desempeñado por la masa
del pueblo en el movimiento procroata y se aminora el poderío y la importancia de los autonomistas. Con esto
se disminuye el significado y la amplitud de las luchas nacionales. Esa opinión corresponde únicamente a la
situación después de 1910, cuando los autonomistas se convierten en irredentistas italianos.

Sin embargo los dos partidos, cuya dura confrontación llenará 10 años de historia dálmata (1860-1870), o sea,
hasta la victoria definitiva del Partido Nacional, tuvieron en el comienzo una plataforma común. Ambos
rivalizaron en el reconocimiento incondicional del carácter eslavo de Dalmacia. No había divergencias. Aún
más, las autoridades no admitían y los partidos no consideraban en ningún caso la posibilidad, ni en derecho
ni en el hecho, de una anexión de Dalmacia a Italia.

Los partidos en Dalmacia eran pues unánimes en considerar a Dalmacia como tierra yugoslava fuera de toda
discusión. "En Dalmacia [escribían en la revista Anuario Dalmatico publicado en lengua italiana en 1861 por
un grupo de intelectuales dálmatas] no hay ni puede haber otra nacionalidad que la eslava, o más
exactamente, serbocroata. En tanto que ciertos dálmatas se creen italianos lo son por cultura ... La idea de
italianizar Dalmacia, que antes tuvo tantos partidarios, ahora no tendría uno solo. Semejante idea no sólo sería
una locura, sino un crimen."

3. Yugoslavismo Croata
El yugoslavismo croata fue concebido y liderado por Monseñor Josip Strossmayer. Hasta cierto punto se
 podría considerar como una versión más moderna del ilirismo de Ljudevit Gaj. Pasó a ser el instrumento y
expresión de la nueva política croata. Aspiraba consolidar a los croatas, serbios y eslovenos dentro del
Imperio Austrohúngaro, los yugoslavos, como una nación separada de Hungría y dentro de un estado
federativo, paritaria con Austria y Hungría. Posteriormente trató de representar un polo de atracción para los
demás eslavos bálcanicos y constituir un conglomerado sudeslavo dominado por el ideal croata, católico y
austríaco, con centro en Zagreb. Algunos círculos vieneses apoyaban el trialismo, pues veían en ello mayores
 posibilidades de penetración en los Balcanes. Cualquier obstáculo que entorpeciera el desarrollo de los deseos
de Strossmayer era considerado por Viena como una amenaza a la existencia del estado de Austria.

El obispo Josip Juraj Strossmayer (1815-1905) es considerado el mecenas del pueblo croata en el siglo XIX.
Pudo materializar muchísimas obras gracias a ser el obispo de la rica diócesis de Djakovo en Eslavonia. Se
convirtió en un mecenas de la cultura nacional yugoslava. Pertenecía a la orden de los agustinos. Estudió en
Viena. Asumió el obispado a los 35 años de edad y lo ejerció hasta su muerte ocurrida el 9 de Abril de 1905.
Strossmayer pertenece a la Historia de Croacia. Su más cercano colaborador, fue el canónigo Franjo Ra;ki
(1828-1894). Es el principal propulsor y creador del yugoslavismo. Eran hombres prácticos que vieron muy

 
 

claramente los peligros de la desnacionalización que llevaban a cabo los austrohúngaros del pueblo croata.
Consideraron indispensable la unión de los yugoslavos para frenar tales intentos, pero siempre dentro de la
doble monarquía que concebían federal. El instrumento político fue el Partido Nacional Croata.

En Dalmacia dio apoyo material y espiritual a la Matica Dálmata y al "Diario nacional", cuyo primer
secretario fue Anton &imoni$; fue accionista de la sociedad " Associazione Dalmatica"  fundada por Baiamonti
 para el embellecimiento de Split y adelanto de Dalmacia; durante la hambruna de 1874 envió ayuda
monetaria; apoyó los conventos dominicos dálmatas; patrocino al pintor Vlah Bukovac de Cavtat, al escultor
Ivan Rendi$ de Supetar en Bra;, al poeta de Split Luka Boti$ y tantos otros. Fue un ardiente partidario de la
unión de Dalmacia y Croacia. También columbró la unión de los sudeslavos. Amaba a Dalmacia, pero murió
sin haberla visto.

El partido Nacional se fusionó con el de Derecho en 1905 para formar el Partido Croata en base de un
 programa de acción conjunto, donde predominaba el concepto de los derechos históricos del pueblo croata.

4. Partido del Derecho


En las discusiones del Sabor Croata de 1861, sobre las relaciones con Hungría, se manifestaron tres
corrientes. Los nacionales, herederos del ilirismo, proponían una unión real con Hungría siempre que se les
reconociera autonomía y la integridad territorial; los unionistas planteaban la unión con Hungría sin
condiciones y la posición de Star;evi$ de romper tanto con Austria como con Hungría pero si mantenerse bajo
la corona habsburga. Este último planteamiento dio lugar al nacimiento del Partido del Derecho.

Desde 1875, se acentuaron las disputas internas entre los nacionales en Zagreb, que condujeron a la formación
de dos partidos. Sus nombres se relacionaron con los conceptos de "derecho" y "nación". Su principal
diferencia consistió en la mayor o menor flexibilidad respecto a los ofrecimientos de compromisos que
 presentaban, dentro del ámbito del Imperio de los Habsburgos, los austríacos (que influenciaban fuertemente
la administración en Dalmacia) y los húngaros (que prácticamente gobernaban en Croacia).

Antun Star;evi$ (1823-1896) es el ideólogo y fundador de este movimiento croata. No fue un hombre político,
sin embargo su pensamiento ejerció una influencia tremenda. Ex seminarista, obtuvo un doctorado en
filosofía en Budapest, provenía de la multiconfesional Lika. Su madre era ortodoxa antes de su matrimonio.
En su juventud fue un ardiente partidario del ilirismo y yugoslavismo. Escribió poesías en " Zora" y " Danica".
Los sucesos de 1848 evitaron que se ordenara.

Con Eugen Kvaternik (1825-1871) configuró una ideología nacional integral croata que ahora negó el ilirismo
en casi todos sus conceptos El 2 de Marzo de 1871, Star;evi$ publicó los treinta puntos programáticos del
Partido del Derecho, inspirados en Rouseau. En 1878, en una intervención en el Sabor Croata, durante la
ocupación de Bosnia y Hercegovina, reafirmó las bases programáticas de lo que se llamaría después el Partido
del Derecho [Histórico del Estado Croata] (Stranka Prava). Este grupo político es conocido como prava#i de
Pravo = Derecho. Star;evi$  fue intensamente amado u odiado. En los Balcanes reconocía dos pueblos: el
croata y el búlgaro. Así, los serbios eran los croatas ortodoxos y los eslovenos los croatas montañeses.

Star;evi$ declaró: "Dejé a un lado todas las ensoñaciones y políticas metafísicas. Los croatas deben trabajar
 para sí y eso sobre la base de su historia, su nacionalidad y su derecho público, nacional e internacional."
Consideró que tanto el ilirismo como el yugoslavismo no tuvo eco ni entre los eslovenos ni entre los serbios,
 por lo tanto los croatas deben volver a su punto de partida, reconociendo únicamente el croatismo.

En resumen planteó que sólo "Dios y los croatas" ( Bog i Hrvati), resolverán los problemas de Croacia. En
otras palabras, tenía fe en Dios y en la nación. Era contrario a Viena y Budapest, no les creía. Fundó un
nacionalismo combativo que obtuvo gran aceptación. En Dalmacia también se produjo una gran receptividad,
especialmente, entre los intelectuales jóvenes, ya que las posturas de los otros partidos, en el período 1848 a
1880, no resolvieron el problema fundamental de Croacia, cual era la unión en un solo país a la totalidad de
los territorios poblados por croatas. Las primeras generaciones de políticos de Istria, Dalmacia y Bosnia y
Hercegovina fueron moldeadas por su doctrina.

El 29 de Enero de 1893 tuvo lugar en Zagreb, una reunión política ampliada con participación de nuevos
elementos. Por Dalmacia participaron Dinko Trinajsti$ y Ante Trumbi$  (1864-1938) También estuvo Frano

 
 

Supilo (1870-1917), quien fue miembro de la directiva y Stjepan Radi$ (1871-1928). Los jóvenes estaban
cansados de palabras y más palabras, querían acción. Se acordó que el partido se denominaría el "Partido del
Derecho [Histórico del Estado] Croata". A este partido se asoció la Juventud Progresista Croata, que incluyó
en su declaración la lucha por la democracia.

El Partido del Derecho se estructuró en Dalmacia en 1894, en base a tres grupos: el más antiguo dirigido por
Ivan Prodan, un segundo grupo en torno a Ante Trumbi$  y Frano Supilo y un tercero partidario de Juraj
Biankini. Siendo radicales, continuamente estaban en conflicto con los nacionales, lo que fue superado con las
 políticas de "nuevo curso" a comienzos del siglo XX. El partido sufrió una escisión en 1898 cuando se separó
el grupo de Prodan partidario del ultranacionalista Frank de Zagreb.

5. Partido Campesino Croata


El 17 de Septiembre de 1905 tuvo lugar la asamblea constituyente del "Partido Campesino Croata". Ante
Radi$, el hermano de Stjepan, elaboró su ideología a través de una serie de artículos y publicaciones de fines
del siglo XIX y principios del XX. Los acontecimientos eran favorables para la organización de un nuevo
 partido que agrupase principalmente la masa campesina y no sólo a la clase media citadina. En 1904 se
aprobó el estatuto del "Partido Campesino Popular Croata" y a comienzos de 1905 se organizó como partido.
Los miembros del directorio eran todos croatas o eslavones, no figuraban dálmatas. Stjepan Radi$, explicó el
 porqué del nuevo partido: "Treinta años hemos esperado la unión de los señores. Pero siempre que pensamos
que lográbamos la unión, en realidad estabamos más divididos. Convengamos entonces en nuestra unión
campesina, y quien esté con nosotros vendrá, y el que no, será nuestro enemigo". En la resolución de la
asamblea constitutiva se expresó: "Analizando el pasado y el presente croata, llegamos a la conclusión que es
necesaria una política que no sólo una a todos los croatas para asegurarles la mayor autonomía, sino que le
garantice a todos la igualdad de derechos políticos, la máxima educación y bienestar, por lo tanto con este
nuevo espíritu de política popular declaramos constituido el Partido Campesino Popular Croata".

El nuevo partido trajo una nueva esperanza, cuando los más antiguos estaban desapareciendo o marcando un
compás de espera. La masas campesinas olvidadas pasarían a ser sujetos de la política. Para su éxito
necesitaba el derecho del voto universal, en una palabra, un régimen democrático. Aspiraba claramente a la
conquista del poder para realizar su programa. No aceptaba esperar para obtener mayores concesiones.

Dirigentes Nacionales
Todos los partidos mencionados más arriba y que tenían representantes en el Sabor Dálmata, eran de
extracción citadina y representaban básicamente sus intereses. La estructura de los 256 representantes en
los 10 períodos, fue la siguiente: 76 propietarios, 69 abogados, 25 funcionarios, 20 profesores, 19
sacerdotes, 17 notarios, 13 doctores, 8 jueces, 4 maestros primarios, 4 periodistas y 1 escritor.

Una vez fundado el Partido Nacional, tuvo inmediatamente muchos adherentes. Era el principio. Había que
organizar, establecer programas, etc.etc.. Esta función la asumieron grandes personalidades de entonces, los
que estuvieron al frente del partido. Los primeros fueron Klai$  y Pavlinovi$, que se repartieron las tareas
 principales. Klai$ quedó a cargó de la táctica y política del partido y Pavlinovi$ de la propaganda y polémica.

A través de pequeñas notas biográficas de algunas personalidades se apreciarán los diferentes aspectos, llenos
de dificultades, del despertar nacional en Dalmacia. (Estas biografías están ordenadas en orden alfabético).

1. Biankini Juraj (1847-1928)


Juraj Biankini nació el 30 de Agosto de 1847, en Starigrad, isla de Hvar. Terminó humanidades en Split y
teología en Zagreb. En 1870 fue consagrado sacerdote. Como seminarista colaboró con el "Diario Nacional" y
el almanaque de Matica Dalmatinska. Llamó la atención de Pavlinovi$, así que en 1871 al asistente del cura
de párroco de Starigrad le ofreció la dirección del diario. Hombre de gran fortaleza, mantuvo siempre una
fuerte polémica con el Partido Autonomista por los derechos nacionales. El pueblo reconoció sus méritos y en
1891 lo eligió como su representante al Sabor Dálmata y en 1892 en el Consejo Imperial, mandatos que
cumplió hasta la disolución del Imperio de Austria en 1918.

 
 

2. Bor;i# Lovro (1850-1911)
Lovro Bor;i$ hizo su preparatoria y secundaria en Split. Se tituló de profesor de matemáticas y física en la
Universidad de Viena. Fue profesor en Split, rector de liceo en &ibenik, profesor en la escuela normal de
Dubrovnik. Terminó su carrera profesional como rector de liceo en Split.

Desde su época de estudiante estuvo con el Partido Nacional. Participó activamente y estuvo en los
directorios de las sociedades "Progreso Eslavo", inaugurado el 5 de Agosto de 1873, "Biblioteca Popular
Croata" y de otras instituciones patrióticas.

Como era una persona de una gran cultura y excelente orador, Gajo Bulat lo tomó como colaborador personal.
Fue miembro del Concejo Municipal de Split en 1882. Propuso reemplazar el idioma italiano por el croata en
la administración municipal, lo que fue aprobado. En 1885 fue elegido representante a la Dieta Imperial de
Viena y en 1888 del Sabor Dálmata de Zadar. Luchó por la unión fraternal de croatas y serbios en Dalmacia,
 por la reunificación de Dalmacia con Croacia, para que el idioma croata fuera oficial en las escuelas,
administración y tribunales, por el reconocimiento y respeto a la nacionalidad croata, contra los autonomistas,
italófilos y germanófilos y combatió los propagadores de una falsa nacionalidad dálmata. Además se
 preocupaba de la educación, la cultura y de los asuntos socioeconómicos. Dio conferencias y discursos en las
concentraciones, polemizó en la Sabor y, especialmente con el jefe de los autonomistas, A. Baiamonti.
Escribió en los periódicos. Estuvo en contra del acuerdo comercial de Austrohungría con Italia, reclamó por
las banderas de las barcas de comerciantes italianos ancladas en Split, por cuanto le daban un aspecto italiano
a la ciudad lo que era falso. Se empleó con entusiasmo por la construcción de una línea férrea de Split a
Zagreb y Beograd, por la construcción de un nuevo teatro municipal (que se inauguró en 1893), y de tantas
otras cosas.

El "Diario Nacional" de Zadar, en su nota necrológica del 13 de Octubre de 1911, destacó su carácter dulce y
apacible pero fiero en al defensa de sus ideales. Murió trágicamente en Trieste y fue enterrado próximo a
Bulat en el cementerio de Split.

3. Bulat Gajo Filomen (1836-1900)


Gajo Filomen Bulat, nació en 1836 en Supetar, isla de Bra;. Terminó las humanidades en Zadar. Estudió
derecho en Graz y Padua. Cuando ya era abogado, ejerció algún tiempo en su ciudad natal y después se
trasladó a Split.

Bulat dedicó toda su vida a la causa nacional croata en Dalmacia. A sus enemigos no les dio respiro. Sin él, la
victoria de los nacionales, aunque inevitable, se hubiera producido mucho tiempo después. Fue representante
en el Sabor Dálmata desde 1876 hasta su muerte (1900) e igualmente en el Consejo Imperial desde 1879.
Ocupó el cargo de alcalde de Split desde 1885 a 1893. Y de presidente del Sabor Dálmata en el período 1896-
1900.

Le tocó a Bulat enfrentarse a Baiamonti. Era una lucha entre David y Goliat. La victoria final de Bulat fue
entonces mucho más significativa. Esto hay comprenderlo y reconocerlo. ¿Quién era Baiamonti?

El "Diario Nacional", en su número jubilatorio de 1912, escribió sobre Baiamonti:

"El Dr. Baiamonti llegó a ser alcalde de Split. Se impuso como tarea transformar el abandono pueblerino de la
antigua residencia del emperador Diocleciano en una ciudad moderna. Tenía fe en el futuro de su ciudad
natal. Construyó en la costanera un palacio, cambió la iluminación a petróleo por la de gas, fundó la sociedad
" Associazione Dalmatica" para la construcción de grandes obras, comenzó el ordenamiento del puerto de
Split y la construcción de su molo exterior, reconstruyó calzadas, principió a demoler antiguas casas, amplió y
abrió nuevas calles, se preocupó de alcantarillas y canales, construyó para aquel tiempo un gran teatro, no se
olvidó de las iglesias (San Pedro y San Francisco), desarrolló atractivos planes, como ser la restauración del
acueducto romano, que conquistaron de inmediato las simpatías de la población. Llegó a ser muy popular, con
el consentimiento de la intelectualidad y el fanatismo de las masas. Dotado de una inteligencia superior, con
don de palabra, de ejemplar conducta y voluntad. Con situación económica fuerte, rodeado de lealtad, que
sabia y teatralmente elevaba en su real valía, el Dr. Baiamonti era, en el verdadero sentido de la palabra, el
Señor de Split. La población croata de los extramuros lo llamaban " tata" y se enorgullecían de tenerlo de
 padrino, lo glorificaban y lo amaban."

 
 

Era entonces difícil, para el joven abogado Bulat, competir políticamente con el ya legendario y popular
alcalde Baiamonti. Split fue durante mucho tiempo bastión de los autonomistas apoyados por campesinos
analfabetos lo que hacia que la conquista de la Municipalidad fuera muy difícil. Tenía entonces que entablar
la batalla con él en otros planos. Y, será paradojal que las iniciativas más rimbombantes de Baiamonti le
servirán a Bulat para asestarle los golpes que lo hundirán no sólo política sino también financieramente.

Josip Strossmayer era accionista de la sociedad " Associazione Dalmatica" y nombró a Bulat su apoderado.
Bulat observó la ligereza y las irregularidades en la administración de los recursos por Baiamonti. En este
campo podía descalificarlo y quitarle la aureola que tenía en la población.

Bulat empezó a denunciar, en forma seria y documentada, las irregularidades y despilfarros de la


administración municipal de Split en manos de Baiamonti y su partidarios. Todo se publicaba en las páginas
del "Diario Nacional". Finalmente pidió al gobierno que interviniera la Municipalidad. El desorden y la
corrupción administrativa, obligó al gobierno disolver el Concejo Municipal de Split y nombrar un Comisario
interventor. El 4 de Noviembre de 1880 el gobierno decretó su disolución y nombró como alcalde a Alejandro
 Nallini, con la misión de llamar a nuevas elecciones. El Partido Nacional decidió entonces aprovechar esta
oportunidad para desplazar a los autonomistas. Formó una Comisión para investigar todas las irregularidades
del Municipio, entre sus miembros se encontraba Petar Katalini$. La victoria de los nacionales en 1882, se
debe en gran parte a Bulat. Fue el quiebre de Baiamonti, de su fuerza y simultáneamente de su gloria; sus más
cercanos colaboradores y amigos lo abandonaron y se convirtió en un abierto agente italianizante.

Bulat con Nodilo fueron candidatos para ocupar el cargo del primer director del "Diario Nacional". Fue uno
de los fundadores y principal promotor de la apertura de la "Biblioteca Popular Eslava" (1862), autorizada por
el gobierno de Dalmacia el 14 de Julio de 1862, de la sociedad "Progreso Eslavo" (1873) y de otras
sociedades culturales como la musical "Zvonimir". Finalmente, le dedicó su atención también a la
construcción del Teatro Municipal de Split.

En 1874, Bulat estaba al frente de los "punteros" nacionales en Split. Pasó a ser el símbolo del despertar
nacional. Fue representante en el Sabor Dálmata de Zadar y en 1879 lo fue también en el Consejo Imperial de
Viena. Fue uno de los fundadores del "Primer Banco Popular Dálmata" que independizó a los campesinos
splitanenses del capital italiano incondicional de Baiamonti. Abogaba por la línea férrea entre Split y Zagreb.
Uno de sus mayores méritos fue la aprobación de la " Lex Bulat ", por la cual en los tribunales se podía emplear
el idioma nacional.

Gajo murió en Viena en el año 1900. Sus restos reposan en el cementerio de Split. Su tumba tiene un
monumento del escultor croata Ivan Rendi$, erigido por el pueblo de Split en su homenaje.

4. Katalini# Petar (1844-1924)
La familia Katalini$ era originaria de Trogir. El primer Katalini$, Vicko, llegó a Split para abrir un taller de
zapatería. Se casó con Jacinta vda. de Bernardi, con la cual tuvo cuatro hijos. Entre ellos Andjeo y Petar.

Eran los tiempos en que en Dalmacia dominaba el Partido Autonomista siendo su jefe el alcalde de Split Ante
Baiamonti. Por el lado de los nacionales, se encontraba Gajo Bulat.,

Perteneció Vicko Katalini$ a la sociedad "El Progreso Eslavo". Fue miembro del primer directorio de "El
Progreso Eslavo". Sus hijos Andjeo y Petar, siguieron su huella y llegaron a ser dirigentes del Partido
 Nacional.

Los Katalini$ eran de origen humilde, pero no hubo acción nacional en Split en la que ellos no estuvieran
 presentes. Su desempeño más relevante se produce después de que la Municipalidad de Split pasó a manos de
los nacionales. Hecho que, por lo demás, no significó el aniquilamiento de los autonomistas. Quedaba mucho
que hacer todavía. Los Katalini$ no se distinguieron en puestos políticos directivos sino en su contacto con los
 pobres y más necesitados.

 
 

Petar Katalini$ nació en Split en 1844. Se casó con Luisa Savo y tuvo ocho hijos. Con su hermano Andjeo se
dedicaron al comercio al por mayor. Después de una larga enfermedad, murió en Split el 12 de Febrero de
1922 a la edad de 78 años.

Para las elecciones municipales de 1882 formó parte del Comité Nacional a cargo de su organización. Petar
fue elegido. El año 1885 pasó a ser el primer presidente que reemplazaba al alcalde durante su ausencia. Esto
sucedía a menudo, especialmente por cuanto ese año fue elegido, el 26 de Julio, como alcalde de Split Bulat
que además era representante en el Sabor Dálmata y en el Consejo Imperial, por lo cual tenía que viajar a
menudo a Zadar y Viena. El tuvo a cargo del sector educación, industrias y comercio y la revisión de la
contabilidad y presupuesto.

Como miembro de la Comisión de Salud, que la integraban principalmente distinguidos médicos de Split, le
tocó actuar en las medidas preventivas para evitar la propagación de la peste asiática de 1884. Durante 1885
fue su presidente. Obviamente que la Comisión abarcaba otros campos concernientes a la higiene y salud de
la población.

Una vez que los nacionales tomaron posesión de la Municipalidad de Split, organizaron la Cámara de
Comercio que, conjuntamente con el Primer Banco Popular Dálmata y la primera Sociedad Vinícola,
representó una poderosa herramienta económica en manos nacionales. Con su existencia los sectores
económicos sudeslavos principiaron a independizarse del capital italiano. Petar Katalini$  fue uno de sus
miembros. Cuando en 1884 fue disuelto el Concejo Municipal por orden del Ministerio de Comercio
austríaco y se llamó a nuevas elecciones, formó parte de la Comisión Electoral como representante del
estamento comercial. El 3 de Julio de 1894 tuvieron lugar nuevas elecciones, en las cuales fue elegido, pero
declinó el cargo por razones de salud. En 1897 se repuso. En 1912 fue elegido su presidente.

El 12 de Abril de 1890 se constituyó, bajo la presidencia de Bulat, un comité para realizar las actividades
 preparatorias para la apertura de la Escuela Industrial en Split. Perteneció al comité en su calidad de
 presidente de la Cámara de Comercio y fue nombrado su vicepresidente. El comité decidió abrir la escuela
 para el período 1890/91. Fue uno de los dos miembros para la calificación de los candidatos a la maestría.

En las elecciones municipales del 9 de Septiembre 1897, Petar Katalini$ fue elegido. El 4 de Octubre fue
nombrado alcalde. Asumió el cargo el 28 del mismo mes y en su discurso ceremonial expresó su programa:
saneamiento financiero, desarrollo de la economía y la mantención del carácter nacional croata de la ciudad.
Recalcó que las elecciones, por primera vez después de 40 años, se desarrollaron sin incidentes con los
autonomistas, ya que ahora no representaban nada. Desempeñó el cargo hasta que el 15 de Noviembre de
1899 cuando se eligió otro directorio municipal, para el cual fue propuesto para un nuevo período como
alcalde, que declinó nuevamente por motivos de salud. Entonces fue elegido Mili$, que se desempeñó como
alcalde hasta el año 1906.

5. Katalini# Cerineo Vicko (1857-1917)


El hijo de Andjeo, Vicko nació en Split en 1857. Estudió secundaria en Split, dos años en la Escuela de
Comercio en Ljubljana y de allí en a la Academia de Comercio en Viena. Se casó dos veces. La segunda vez,
en 1893, con Jelizaveta Bajazetov. Tuvo un hijo y una hija.

Continuó con los negocios de su padre y de su tío. Fue presidente de la sucursal en Split del Banco de
Ljubljana y presidente de la Cooperativa Obrera Croata. Era socio de la Sociedad Filarmónica. Era miembro
del Sokol Croata, del cual fue presidente en 1897.

En las elecciones para la Dieta Imperial de 1897, formó parte del comité eleccionario del Partido Nacional
 presidido por Bulat. En las elecciones del 6 Septiembre de 1897 fue elegido para el Concejo Municipal de
Split, del cual fue uno de sus presidentes.

A raíz de las elecciones municipales del 28 de Diciembre de 1911, se constituyó un nuevo Concejo y fue
designado Alcalde. Aquí como sus asesores figuraron Josip Smodlaka, Ante Trumbi$$, I. Tartaglia, I.D. Ili$,
Prvan y Gajo Bulat.

 
 

Con motivo de las victorias serbias en la Primera Guerra Balcánica, el 9 de Diciembre de 1912, organizó en
Split una gran manifestación en la que participaron más de 8.000 personas. La ciudad fue iluminada y en las
colinas vecinas se encendieron fogatas. El entusiasmo era enorme. Desde los balcones del Municipio,
 pronunció un discurso patriótico:

"El sueño de nuestros antepasados se realiza. La media luna retrocede frente a la cruz, y nuestro pueblo se
anuncia a la Europa Occidental. La ofensa y la larga lamentación por Vidovdan, se transformó en una nueva
canción de gloria y victoria que se escucha desde el Mar Negro al Mar Adriático y levanta los corazones de
millones hacia una nueva vida que abarca toda la Península Balcánica y a nosotros también. Fieles a las santas
tradiciones de nuestros padres, nosotros los croatas con entusiasmo saludamos la voz de nuestro despertar
nacional. Sean benditos los sacrificios de nuestros hermanos serbios y búlgaros y junto a ellos los griegos, con
esperanza miramos el porvenir, saludamos a los caídos balcánicos cubiertos con gloria. ¡Honor a ellos! ¡Que
vivan!"

Miles de gargantas respondieron "¡Honor a ellos!" y a continuación se canto " Lijepa na " a domovina"
(Nuestra hermosa patria), la canción nacional croata. A las autoridades austríacas no le cayó bien el
entusiasmo paneslavo de la manifestación. Intervino de inmediato la policía. El directorio municipal fue
disuelto, en su reemplazo se nombró un comisario, Teodoro Spern. Al año siguiente, a causa del discurso
citado y otros, fue presentada una queja en los tribunales contra el ex alcalde Vicko Katalani$. Esto no lo
amedrentó. Continuó activo como presidente del comité de la Cruz Roja de los países balcánicos y
recolectaba ayuda para los beligerantes.

A comienzos de 1913 empezó la campaña para las nueva elecciones municipales. Después de la elección de
los concejales, el 26 de Abril, se eligió el nuevo directorio. El nuevo alcalde fue Vicko Katalini$. Eran
tiempos críticos. Las acciones políticas pasaron a ataques físicos a las personas.

El juicio contra Vicko debía realizarse en Split, pero a solicitud del fiscal se llevó a cabo el 1 de Julio de 1914
en Celovac en presencia de los testigos que se citaron. Fue acusado de expresar juicios antidinásticos y que
aludió a la separación de los territorios croatas de Austrohungría. Los testigos negaron todo eso. El acusado
fue puesto en libertad. En Split lo recibió una multitud con el directorio municipal a la cabeza. La policía trató
de disolver la manifestación, pero fueron en vano sus esfuerzos.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, comenzaron los apresamientos masivos de croatas y el cierre de todas
sus sociedades. El 13 de Agosto fue disuelto el directorio municipal. Se nombró en su reemplazo al comisario
Franjo Madirazza. Así se mantuvo durante todo el conflicto. La municipalidad de Split fue reabierta con la
caída de Austrohungría.

Vicko murió repentinamente en Split el 15 Mayo de 1917, a los 60 años de edad. En señal de duelo toda la
ciudad se vistió de negro. En el cortejo participó una multitud en reconocimiento de sus servicios.

6. Klai# Miho (1829-1896)
Miho Klai$  nació en los alrededores de Dubrovnik donde hizo sus primeros estudios. Entre los años
1845-1850 prosiguió sus estudios superiores en la Universidad de Padua, o sea, justamente en la época
italiana más revolucionaria contra el dominio austríaco, lo que sin duda impresionó su alma juvenil.
Terminado su doctorado en arquitectura en Padua, rindió exámenes en Viena para obtener el título de profesor
de física y matemáticas. En 1855 es profesor en Zadar, donde lo entusiasma el movimiento del despertar
nacional, al cual le dedicará toda su vida. Fue exonerado en 1863 y reincorporado en 1866 como inspector
 provincial de educación. A partir de 1869, con motivo de su traslado a Koper, renuncia y se dedica
exclusivamente a la actividad política. Fue representante en el Sabor Dálmata (1861-1896) y en el Consejo
Imperial (1873-1896). Fue exonerado en 1863 y reincorporado en 1866 como inspector regional de
educación. Estas representaciones las mantuvo hasta su muerte ocurrida en Zadar, el 3 de Enero de 1896.
Toda Dalmacia lamentó su muerte. Las municipalidades e instituciones nacionales le rindieron póstumo
homenaje.

 
 

7. Mili# Vinko (1833-1910) .
Vinko Mili$ nació en Split en 1833, donde terminó sus estudios primarios y secundarios. Siguió leyes en las
universidades de Padua y Graz. Como abogado sirvió en varias ciudades de Dalmacia. A comienzos de 1860
ejercía en el Juzgado Distrital de Rijeka. Murió en 1910.

Siendo un joven de 17 años (1861) polemizó con Tommaseo respecto a los problemas dálmatas y su posición
respecto a Croacia. Diferían en todo:

a) Tommaseo insistía en la autonomía de Dalmacia, pues unirse a Croacia la perjudicaría. Mili$ replicaba que,
de acuerdo al Diploma de Octubre, Dalmacia sería autónoma en sus asuntos internos y que, en vez de tener
una Dieta Provincial en el cual se sentaban los representantes de los poderosos, existirían Asambleas
Distritales donde estarían representados los interés de todas las clases sociales;

 b)Tommaseo temía que Dalmacia perdiera sus características nacionales, que, según él, de todas maneras son
estrictamente croatas. Mili$  reconocía diferencias entre dálmatas y croatas, originadas por la secular
separación de ambos territorios y que, en verdad, sólo correspondían a las diferencias existentes entre los
 pueblos privilegiados y rezagados, pero no entre el pueblo de Dalmacia y el de Croacia;

c) Tommaseo temía el fortalecimiento del espíritu eslavo que iría en detrimento del italiano. Mili$  le
manifestaba que el pueblo que vive en Dalmacia es mayoritariamente croata, pero que los italodálmatas
mantendrán sus derechos y su identidad nacional. Además, criticó las aspiraciones autonomistas tachándolas
 por corresponder a una lucha por la mantención de sus privilegios económicos y sociales, ya que nunca
conocieron la historia de Dalmacia, el carácter de su pueblo y ni siquiera su idioma.

Escribió en diferentes periódicos: " Pozor " de Zagreb, "Gazetta" de Rijeka. "Glasonosi" de Karlovac y


" Diavoletto" de Trst. Fue juez adjunto en el juzgado distrital de Rijeka. Atacó el centralismo vienés, expresó
que sólo el federalismo podría salvar a Austria. De sus invectivas no se salvó ni el propio rey, ni el ban
Sok;evi$ y, después, tampoco el nuevo ban Rauch. Se tomaron medidas disciplinarias en su contra. Volvió a
Split y en 1886 se fue a Dubrovnik, donde permaneció diez años. Aquí fue elegido representante en el Sabor
Dálmata y se convirtió en el jefe de la Bancada de Representantes Croatas. Luchó por el uso del idioma croata
en los tribunales de justicia y en la sociedad, por el progreso de Split y la conservación de los monumentos
nacionales.

Su posición frente a la tentativa de Mihovil Pavlinovi$  de clericalizar el Partido Nacional, fue de total
oposición. Sostenía que al contrario, había que librar al Partido del fanatismo religioso y de la prepotencia
tribal ya que el Partido era político y no religioso, en el cual existían diversas creencias que debían respetarse.
El papel principal del partido era defender al pueblo y no los deseos de Roma. Frente a los intentos de ciertos
círculos de la Iglesia Católica en cuanto a eliminar la glagolica, el se opuso. Encabezó una delegación que fue
a pedir al papa León XIII su mantención.

A comienzos del siglo XX era, junto con Supilo, Trumbi$ y :ingrija, el creador de la política del "nuevo
curso" y redactor de la Resolución de Rijeka.

8. Monti Lovro (1835-1894)


Monti Lovro escribió en Split (1861) un folleto sobre las "Considerazioni sull !annessione del regno di
 Dalmazia a quelli di Croatia e Slavonia". Trata de la importancia de la reunificación. Se comprometió con el
idioma eslavo del pueblo dálmata, en el cual podrían expresar sus logros culturales. Estimó que Dalmacia
mejoraría su situación con la reunificación. Se manifestó contrario a la inclusión de Dalmacia en una Croacia
unitaria y centralizada. Dalmacia debería tener en conjunto con Croacia y Eslavonia únicamente los órganos
superiores del Estado, dentro de los cuales estaría la jurisdicción de sus propios y autónomos asuntos. Así, el
nuevo Estado estaría compuesto de tres regiones y éstas se dividirían en distritos y éstos a su vez en
municipios. Al igual que Vojnovi$ consideró esta unión como un acuerdo bilateral entre los representantes de
ambas Dietas. Consideró un anacronismo y un absurdo que la unión obedecería al así llamado derecho
histórico de Croacia sobre Dalmacia.

 
 

En su escrito " Digl !intenti delo giornalismo in Dalmazia" analizó las tareas que debe cumplir el periodismo
en Dalmacia y enunció la idea a que el movimiento nacional debería tomar una orientación yugoslava. Utilizó
el término "Iliria o Yugoslavia".

En su artículo de fecha de Marzo de 1859, " Del futuro indivizzo della clase colta in Dalmazia", analizó la
división de la sociedad dálmata en dos clases: la alta y la baja, que para él evidenciaban dos nacionalidades.
Expone que, a pesar de la abrumadora mayoría de eslavos por sobre los italianos en Dalmacia, éstos
constituyen la clase culta y dirigente y los otros nada. Hizo un llamado a los intelectuales citadinos que
vuelvan a su nación de origen. Abogó por la igualdad entre las personas y por el voto universal. Negó el
otorgamiento de privilegios a cualquier clase social.

9. Nodilo Natko (1834-1912)


 Natko Nodilo tenía la cátedra de Historia Universal en la Universidad de Padua. Sus polémicas de los años 60
con Tommaseo, giraron en torno al liberalismo. Se trataba en realidad de una lucha interna y particular de la
 burguesía liberal dálmata, que, en aquel entonces, no hacia distingos étnicos o de nacionalidad. El Partido
Autonomista cambió de nombre a Partido Italiano recién a comienzos del siglo XX. Así las discusiones entre
estos dos grandes hombres aparecían como meramente académicas. Esta discusiones dieron renombre a
 Nodilo y pasó a ser uno de los políticos más influyente y respetado.

En la " La Voce Dalmatica" principiaron aparecer extractos de cartas privadas de Tommaseo en las que
aparece contrario a la unión de Dalmacia con Croacia, en no reconocer que en Dalmacia viven croatas y
serbios, en ser partidario de la autonomía de Dalmacia y en postular una etnia dálmata. Entonces Nodilo
aparece en el número 22 del  Il Nazionale  refutando rotundamente las afirmaciones de Tommaseo. Esto
originó una fuerte polémica entre ambos, que popularizó el nombre de Nodilo en toda Dalmacia. Lo apoyaron
en primer lugar los representantes Puli$, Pavlinovi$, Klai$, Ljubi#a, Marinica Giorgi, Radulovi$ y Sabli$. En
seguida los estudiantes universitarios de Viena y Padua y numerosos grupos citadinos e isleños. Era una
especie del primer registro de nacionales en Dalmacia. El prestigio de los nacionales creció.

A raíz de sus polémicas con Tommaseo, los clubes "Casino" y "Gabinetto di lettura", donde se reunían los
intelectuales de Split, dejó de recibir el "Diario Nacional". Entonces los intelectuales nacionales splitanenses
se fueron la "Biblioteca Popular Eslava".

En 1874 obtuvo una cátedra en la Universidad de Zagreb. A partir de entonces se dedicó a mirar el acontecer
 político desde la platea. Prefirió la labor académica. En 1866 se pronunció a favor del acercamiento
serbocroata ocurrido en Dalmacia. Y, en 1901 declaró que no escribirá más sobre política por cuanto los
asuntos dálmatas y croatas lo "aburrían" enormemente.

Escribió "La religión de Serbios y Croatas". Después una "Historia de la Edad Media de los Serbios y
Croatas", basada en fuentes históricas, de la cual publicó tres partes (1898, 1900, 1905). Era un liberal
consecuente, anticlerical pero no antirreligioso. Aconsejó a Smodlaka organizar un nuevo partido en 1905, y
Smodlaka fundó el Partido Demócrata Croata. Este partido condujo a Split y Dalmacia hacia la unión
yugoslava.

10. Pavlinovi# Miho (1830-1887)


Mihovil Pavlinovi$  nació en Podgorje, en un hogar campesino. Se formó en la estricta disciplina de los
seminarios teológicos. Permaneció siempre enamorado de su pueblito. Consideraba al pequeño pueblo la base
de la patria y no la ciudad. Siempre le molestó el no respeto a la lengua nacional del pueblo y el empeño en
hacerlo hablar una lengua extranjera. Desde joven juró con otros jóvenes luchar por la justicia y educación del
 pueblo. Cuando en 1855 tomó el cargo de párroco de su pueblo natal, quiso convertirlo en un pueblo modelo.

Desde joven se dedicó, como muchos otros religiosos dálmatas a la política. En 1860 fue elegido por primera
vez representante en el Sabor Dálmata y después también lo fue en el Consejo Imperial. Tuvo grandes
conflictos con sus contrarios, más bien, enemigos. Los diarios lo atacaban, siempre replicaba. Más era el
"terror" de los autonomistas. Su lema era Frangar non flectar! 

 
 

En los años de persecuciones de Schmerling, fue acusado en 1867, de escribir y hablar contra el Estado. El
 juicio se llevaba en Split y lo defendía el joven abogado Kostantin Vojnovi$. Se fabricaron testigos, mas
Pavlinovic fue absuelto.

Escribía poesía y prosa. Buscó en el hablar del pueblo la riqueza perdida por falta de uso del idioma nacional.
Así, siendo joven sacerdote, se disfrazó de campesino para poder llegar y entrar a los más recónditos rincones
 populares. Varios de sus escritos tienen aún vigencia literaria.

El 18 de Mayo de 1878, murió el Mihovil Pavlinovi$, político y escritor, promotor del renacimiento nacional
en Dalmacia y ferviente partidario del principio de la unión de los territorios croatas.

11. Tartaglia Petar


En Septiembre de 1853 se instaló el nuevo directorio del Municipio de Split y Petar Tartaglia es uno de sus
directivos. Pero el 4 de Julio de 1866 varios concejales presentan su renuncia y entre ellos Petar, debido al
turbio manejo municipal.

En 1861 los croatas de Dalmacia se unen bajo la bandera del Partido Nacional y fueron invitados a participar
en el Sabor Dálmata y Sabor Croata. Entre otras cosas se discutía la reunificación de los Confines Militares y
Dalmacia a Croacia. Antes de eso los croatodálmatas quisieron enviar una delegación a Viena para presentar
allí sus demandas. En la reunión del 23 de Diciembre se eligió para tal efecto 30 personalidades dálmatas,
entre las cuales estuvo el padre de Petar Tartaglia.

Los nacionales en su ofensiva para conquistar nuevas posiciones formaron una comisión para organizar una
 biblioteca. En ella encontramos de nuevo al padre de Petar. La familia Tartaglia participó en su solemne
inauguración del 14 de Agosto de 1862.

Petar se preocupó del progreso de Split. El 3 de Diciembre de 1865 exigió que las discusiones y actas del
Concejo Municipal se llevasen en croata. Para el desarrollo comunal propuso obtener un préstamo a largo
 plazo para construir el acueducto, el matadero, el mercado y la pescadería. Como dato curioso a esto se opone
su padre. Pero el 17 de Junio pidió que un documento dirigido al Emperador se traduzca también al croata. La
 proposición obtuvo un voto, el suyo.

12. Vojnovi# Konstantin (1832-1903)


Konstantin Vojnovi$ nació el 2 de Marzo de 1832 en Hercegnovi, Dalmacia. Estudió leyes en Viena, durante
los años 1851-1853. Conoció al ministro Bach, quien le ofreció un puesto en la administración pública, que
Kostantin rechazó. Obtuvo su título de Doctor en Derecho en la Universidad de Padua. Escribió en el
 periódico de Torino, el "Crepuscolo", a favor de la causa croata en Dalmacia.

En 1858 se estableció en Split, donde vivió 16 años. Al año siguiente fue elegido secretario de la Cámara de
Comercio. Tanto los autonomistas como los nacionales sentían simpatías por él. En 1861 se unió a Mihovil
Pavlinovi$ y Miho Klai$ para promover el despertar nacional.

Cuando se principió a publicar el periódico " Il Nazionale", con el cual se marca el comienzo del despertar
nacional croata en Dalmacia, Vojnovi$  fue uno de sus primeros colaboradores. En su segundo número
escribió sobre " Dei diritti e dei doveri dell !oposizione", en el cual se pronunció por el federalismo. En 1862
 pasó a ser el director del diario " Il Nazionale", donde estuvo muy poco tiempo, ya para entonces era
representante en el Sabor Dálmata.

Escribió el folleto programático "Un voto per l !unione" (1863) donde explica las razones por las cuales
Dalmacia debe unirse a Croacia. Éstas eran: la difícil situación económica de los agricultores, el deterioro de
las siembras y la vinicultura, los elevados impuestos, la exclusión de la mayoría, los 19/20 de la población, en
las votaciones. Estimaba que la reunificación traería mejoras a Dalmacia. El folleto fue una respuesta al de
Tommaseo, " Ai Dalmati" en la cual éste recomendó a los dálmatas mantener su autonomía, o sea, tomar el
 partido de los autonomistas. La calidad de la argumentación de Vojnovi$  fue reconocida por el propio
Tommaseo. Llamó a los dálmatas que recibieron educación en idioma y espíritu italiano que, con su cultura,
enriquezcan al pueblo y a la lengua materna. Denunció que en las escuelas no hay clases en idioma eslavo y
que en los tribunales se discute en idioma extranjero para los nacidos en Dalmacia. Coincidía con Monti en un

 
 

sistema administrativo en base de distritos con sus respectivas Dietas y se oponía a llenar sus curules por
derecho propio. Pidió que los tribunales fuesen independientes de la administración política y que los jueces
tuviesen garantizada la permanencia en sus cargos. En cuanto a la unión con Croacia, pensaba que ella debía
hacerse de acuerdo a los principios del derecho público sin privilegios y con elecciones que expresasen
libremente la voluntad popular.

Como directivo del Partido Nacional, se empleó a fondo por el nombre e idioma croata. Fue el primero en izar
la bandera croata en Split. Apenas se autorizó el uso del idioma nacional en los tribunales, lo utilizó de
inmediato. Por sus méritos, el distrito de Kotor lo eligió representante en el Sabor Dálmata.

Durante un viaje por Croacia y Eslavonia, conoció a Strossmayer, con quien mantuvo una buena relación de
amistad. Sus impresiones del viaje las escribió en italiano y fueron publicadas en el "Diario Nacional". Lo
hizo en italiano para desvirtuar las falsas afirmaciones de los autonomistas sobre esas regiones.

En Split vivía en los altos de la "Sala de Lectura". Para una festividad nacional colgó de su balcón la bandera
nacional croata. Una turba del lumpen mercenario llegó a apedrear la bandera y los vidrios del edificio. Quiso
entrar a la "Sala de Lectura" para destruirla. La policía lo impidió. La bandera croata siguió flameando.

Al abrirse la Universidad croata de Zagreb en 1874, pasó a integrar su plantel académico. Fue elegido
 prorector. Continuó en Zagreb su actividad política como miembro del Partido Nacional. Representó al
distrito de Djakovo en el Sabor Croata. Protestó contra la obligatoriedad del aprendizaje del húngaro para los
funcionarios públicos. Pidió que Rijeka, territorio húngaro, se anexara a Croacia. Durante el banato de Khuen
Hedervary, el aparato gubernamental impidió que fuera reelegido para el Sabor y en 1891 lo pensionaron.
Entonces volvió a Dubrovnik.

En 1889 fue nominado miembro de la Academia de Ciencias y Artes Yugoslava de Zagreb. En 1891 es
nuevamente elegido para el Sabor Dálmata, pero su salud ya no lo acompaña. Murió el 20 de Mayo de 1903.

El Despertar Nacional en Split


En el año 1860 la ciudad de Split tenía 10.787 habitantes y en 1883: 14.001. Éste año contaba con 1.831
residencias; 7 abogados, 6 farmacéuticos, 8 artistas, 9 médicos, 4 músicos, 16 profesores y 5 maestros
 primarios. La población en los barrios era predominantemente campesina y hablaba exclusivamente croata, su
idioma materno, mientras que en el centro de la ciudad la mayoría hablaba el italiano, idioma usado en la
enseñanza, aunque también muchos sabían croata.

La ciudad de Split desempeñó un papel fundamental en el despertar de la conciencia nacional en Dalmacia.


Era el centro y la plaza fuerte de los autonomistas dálmatas. Aquí el Partido Autonomista era más numeroso y
 poderoso que en la austrófila ciudad de Zadar. En Split actuaba el importante y peligroso jefe de los
autonomistas Ante Baiamonti, médico, alcalde por cerca de 10 años. Era enormemente popular, por su
extraordinaria labor y dedicación al adelanto de Split, por su carisma personal. Había que ser muy valiente,
 paciente e ingenioso para emprender la lucha contra él. mantenerse en ella para, finalmente, arrebatarle el
municipio e introducir el idioma nacional en las escuelas y tribunales. Los autonomistas consideraban a Split
una herencia de los dogos venecianos. Las irregularidades de su Concejo Municipal lo llevaron a su
disolución en Septiembre de 1880.

Ese año en Split se celebraron los mil años del trabajo y vida de Cirilo y Metodio. El acto se realizó en la Sala
de Lectura y la misa en una iglesia de barrio. Después se efectuó un desfile con unos 600 splitanenses. Lo
encabezaba la bandera tricolor y entre otros el rector del Liceo de Split Bor;i$. También se encontraba entre
los primeros Mihovil Pavlinovi$. Con anterioridad se había introducido el 18 de Abril de 1880 el idioma
croata en todos los establecimientos secundarios de la ciudad. Esta ocasión se celebró con un banquete en el
que habló Petar Tartaglia.

Finalmente el Partido Nacional logró la victoria en Split. En las elecciones municipales del 15 de Julio de
1882, el Partido Nacional ganó 30 puestos contra 6 de los autonomistas. Esta victoria se obtuvo después de
una tenaz lucha que duró 20 años. Esto afirmaba la lucha por la reunificación, aún más justificada al
reintegrar Austria los Confines Militares a Croacia (1881).

 
 

Después de las elecciones de 1882, los derrotados autonomistas, convertidos en una turba, apedrearon los
ventanales de la Sala de Lectura y la bandera croata que estaba en su frontis. En el interior se encontraban
unos cien nacionales. También atacaron físicamente a Bulat, sindicándolo como el responsable de la derrota.
El "Diario Nacional" denunció el hecho. A raíz de esto hubo un juicio en Zadar contra el periódico y el propio
Bulat fue su defensor. Se ganó el juicio y el Director quedó en libertad.

PROCESOS DE DESNACIONALIZACIÓN
Irredentismo italiano
Después de 1882 hasta 1914, la táctica de los italodálmatas tomó la apariencia de una batalla en retirada,
entregando su dominio centímetro a centímetro. Estaba perfectamente claro no sólo que los italianos estaban
en una posición minoritaria, sino también que, por la situación creada por los habsburgos por "razones de
estado", no existía la posibilidad inmediata de una solución de coexistencia pacífica entre italianos y
yugoslavos en Dalmacia.

La restauración transitoria de la reputación de los italianos de Dalmacia en 1885, se produjo por el activismo
de una nueva generación Antonino D$Alia, Roberto Ghiglianovich, Giuseppe Ziliotto, Ercolano Salvi,
Antonio Lubin, Natale Krekich y Fenzi y por la decisión de Luigi Lapenna, que fue un gran campeón del
autonomismo, de ser candidato para la Cámara de Representantes de Viena bajo la bandera autonomista.

Las sucesivas derrotas electorales de los proitalianos condujeron a la transformación del autonomismo en
irredentismo. Luigi Lapenna, había prevenido al gobierno austríaco durante los momentos más trágicos de las
luchas de 1870 que "Un partido italiano no ha sido fundado aún aquí, pero será creada sin lugar a dudas si
alguien tratara de llevar a cabo un programa de tiranía eslava en Dalmacia".

Después de 1870, de hecho, el autonomismo pasó a ser una palabra vacía. Los principios de la nueva
ideología del irredentismo fueron en realidad formulados en 1865 por Vicenzo Duplancich. En el periódico
Vita Nuova, diario irredentista milanés, había escrito: "Italia debe pedir y obtener todo lo necesario para su
integridad y seguridad territorial. Todo lo que se pida es por el derecho de los que han puesto sus esperanzas
en ella [Italia] y esperan de ella [Italia] la civilización y la prosperidad que de otra manera no podrían tener".
Aunque, más bien, la causa estaría en la lucha que los italianos empezaron a llevar contra el Imperio
Austríaco a partir de 1866.

Por cuanto el idioma alemán no tenía ninguna raíz en Dalmacia, en el inicio el gobierno austríaco prefirió
emplear el idioma italiano en todas las actividades públicas en vez del croata y serbio en uso en la región,
siendo amplio el predominio del croata. Como ya se indicó, según las estadísticas de 1860, de 400.000
habitantes sólo 15.000 personas declararon usar el italiano en todas sus actividades.

Después de la unificación italiana, mientras los eslavos, serbios y croatas podían actuar y usar su idioma
libremente en Italia, a los italianos les fue prohibida toda acción de contacto con Italia hecho que se podía
considerar como una traición.

En 1886, Baiamonti promovió la fundación de "La sociedad política dálmata". En su discurso del 4 de Junio,
intuyó con su espíritu de intolerancia nacional, la necesidad de una guerra contra el opresor común de
italianos y eslavos, los Habsburgos. Recordó a los yugoslavos que en la Edad Media Dalmacia ofrecía el
espléndido espectáculo de dos pueblos viviendo en fraternal armonía. Que durante cuatrocientos años de
gobierno veneciano, éstos en vez de eliminar el lenguaje de sus hermanos eslavos lo hicieron suyo y en vez de
italianizar a nuestros hermanos eslavos nosotros nos eslavizamos: que el lenguaje italiano nunca fue una
fuente de rencores, pero que ahora que el idioma italiano está siendo perseguido y suprimido en todas partes,
se ven obligados a declararse italianos, no para intimidar a nuestros hermanos eslavos, sino justamente para
salvar nuestro idioma. La Patente Imperial, concluía Baiamonti, garantizaba iguales derechos no a las culturas
sino a las nacionalidades del Imperio. Entonces, si los italianos de Dalmacia se autodominaban dálmatas de
cultura italiana, entonces renunciarían a la nacionalidad y se resignarían a su asimilación. Lo que era
inaceptable.

La persecución del idioma italiano por la autoridad austríaca continuó después de 1886. En forma paralela era
apoyado por los nacionales procroatas a medida que asumían el control del Sabor y las alcaldías. Las

 
 

consecuencias de la nueva política de reducir el italiano al status de un simple idioma cultural repercutió en
las escuelas, instituciones públicas, oficinas privadas y de gobierno y parroquias. Diferentes pasos dieron
 padres y apoderados italianos para que no se suprimiera, (Kor %ula, 1868; Vis, 1868; Omi#, 1868, Knin, 1869;
Split, 1883; Trogir, 1888 y otros).

En las oficinas del gobierno el idioma ex officio era exclusivamente el italiano hasta el mes de Abril de 1872.
A continuación los privados fueron autorizados a utilizar su lenguaje nacional en el trato con los funcionarios,
aunque éstos usaran entre ellos el italiano. Las discusiones en el Sabor Dálmata se llevaban exclusivamente
en italiano hasta 1865, pero después gradualmente se fue usando también el croata. Un procedimiento
establecido en el Sabor Dálmata en 1873, que en un comienzo abrió un espacio ocasional al croata, provocó
en 1883 la eliminación del italiano y el uso exclusivo del croata. El italiano siguió siendo usado en las
 parroquias, en la correspondencia con el gobierno, pero en los protocolos el croata tendía a ser el más usado.
Al mismo tiempo el italiano fue empleado cada vez menos en las prédicas en las iglesias de las ciudades y
 pueblos principales.

En 1887 Antonio Baiamonti se dirigió a la burguesía croata durante un discurso en el Sabor. "Desde el
comienzo les dimos la bienvenida en nuestro país natal [y Uds.] nos están expulsando de él". Los acusó de
estar enviando a los italianos al fondo del mar "como nuestra única residencia. [Nosotros] los educamos y
Uds. quieren condenarnos a la ignorancia".

Los esfuerzos en Zadar para suprimir el italiano fueron menos exitosos. Los nacionales del Sabor Dálmata
sostenían que era necesario proporcionar a toda Dalmacia "una sola y única dirección eslava" y así para poner
término al conflicto nacional entre eslavos e italianos se debía suprimir en toda la enseñanza pública el
italiano. El Sabor se opuso a estas aspiraciones y logró evitar la total eliminación del italiano en las escuelas
de la ciudad.

A comienzos de 1892 la organización irredentista  Lega Nazionale se extendió desde Zadar a otras muchas
otras ciudades: Split, Rab, Nin, Skradin, &ibenik, Kotor, Kor %ula, Hvar, Dubrovnik y Trogir. Los recursos de
que disponía para oponerse a la eliminación del italiano eran insuficientes. Se seguía con la gradual
transformación de las escuelas primarias italianas en croatas. En las secundarias se mantuvo el idioma italiano
hasta los 1900. Así, se reducía a diario la influencia italiana en Dalmacia.

La larga tradición del uso del italiano en la Cámara de Comercio e Industrias en Split, dejó de serlo
oficialmente en 1892 y en Dubrovnik en 1902. En cuanto a las representaciones teatrales en la ciudades más
importantes ya se hacían en croata. En el Teatro Municipal de Split actuaban compañías de Zagreb y
Bohemia. Igual cosa sucedía en el Teatro Mazzoleni de &ibenik. En 1893 se inauguró en Split el Teatro
 Nacional Croata.

Las autoridades austríacas estaban entonces inclinadas a establecer restricciones al uso del italiano como
idioma oficial en Dalmacia, presumiblemente como una muestra de una actitud benevolente hacia la
 población yugoslava, pero también con la segura intención de abolir completamente el italiano y
simultáneamente adoptar el alemán. El asunto fue tratado temporalmente en 1909 con un "compromiso
linguístico", solución que implicaba la supresión del italiano como un idioma oficial interno en la burocracia
del gobierno central, pero que garantizaba su sobrevivencia (a lo menos por tres años) en veintitrés de los
treinta y cuatro ciudades más importantes dálmatas. Sin embargo el italiano siguió perdiendo terreno.
Especialmente después de 1910, la nueva generación apareció inclinada de olvidar "la cultura, civilización y
el idioma de Italia, poco a poco, pero cada vez más rápidamente".

Después de los sucesivos fracasos autonomistas en las elecciones de representantes, en 1897 se fundó la
Sociedad Política Dálmata proitaliana. Su sesión inaugural tuvo lugar en 1899. La presidió Roberto
Ghiglianovich.

Los años que precedieron a la primera guerra mundial constituyeron la fase política declinante del
irredentismo italiano en Dalmacia. La reducida presentación oficial (ni un diputado en el Consejo Imperial de
Viena, seis italianos entre los veinticinco miembros del Sabor Dálmata, un total gobierno local sólo en Zadar
y pequeñas minorías en otras ciudades) estaba en contraste con la actividad de varias otras asociaciones
 proitalianas.

 
 

La Lega Nazionale, el diario moderado Il Dalmata y el semanario radical Il Risorgimento eran publicados en


Zadar, así como los mensuales  La Revista Dalmatica y  La Dalmazia Agricola. La Sociedad de Estudiantes
italianos administraba numerosas bibliotecas y salas de lectura. Varias sociedades italianas promovían ayuda
mutua, actividades musicales, teatrales y atléticas. Seis bancos italianos actuaban en Dalmacia en apoyo a la
 planta de marasquino en Zadar, cemento en Split y otras empresas industriales en&ibenik y Dubrovnik.

Germanización
El objetivo final de los representantes croatas era que la lengua nacional fuera legalizada no sólo para los
asuntos internos de administración en Dalmacia, sino también para sus relaciones exteriores con las
autoridades centrales en Viena. Se intentó numerosas veces, sin éxito. El gobierno austríaco quería olvidarse
del italiano, pero introduciendo lentamente el alemán para las relaciones externas. Esta labor la emprendió el
nuevo gobernador Jovanovi$  en 1879. El Partido Nacional comenzó una implacable lucha contra la
germanización y evitó su materialización.

Más tarde, en 1903, el gobernador Handel reactivó este asunto. El gobierno central, a través del gobernador,
 presentó una proposición al Sabor en el sentido de suprimir el italiano en la administración y en su reemplazo
introducir el alemán como idioma del Estado para la correspondencia entre las autoridades locales y la de
éstos con la autoridad central. Se analizó y discutió mucho, pero a una resolución se tardó en llegar. Las tres
 bancas del Sabor, a saber la de los nacionales, los del Partido del Derecho y los serbios, unánimemente
rechazaron la proposición y pidieron "que el idioma oficial para todos los asuntos administrativos y relación
con el gobierno imperial y real fuese el croata o el serbio, con la sola excepción que lo presentado en italiano
se trate en ese mismo idioma." Los representantes de la bancada italiana también rechazaron la proposición
del gobierno. por cuanto "introduciría en la administración el idioma alemán, que es totalmente ajeno a las
costumbres y necesidades de la región y que con ello se limitaría el uso del italiano y se restringiría el
desarrollo de los idiomas croata y serbio."

Con esto se produjo un largo y serio debate en el Sabor. Los representantes nacionales, especialmente
Trumbi$ y Smodlaka, declararon "que ellos rechazan la imposición del idioma alemán y que sólo acordarán
una proposición que respete el carácter nacional del territorio." Este debate era seguido con gran interés por
toda la población. La conciencia nacional se había desarrollado bastante y el gobierno de Viena no se atrevió
seguir ensayando con proposiciones sobre el uso del idioma alemán o italiano, sino que se vio obligado
resolverlo en definitiva. Esto lo hizo por la resolución del 26 de Abril de 1903. Proclamó los idiomas croata y
serbio como idiomas oficiales, lo que se hizo efectivo el 1 de enero de 1912. Así terminó una batalla que duró
50 años.

CÁMARAS DE REPRESENTANTES
Todos los problemas nacionales del Reino de Dalmacia se resolvían regionalmente en el Sabor o Dieta
Dálmata y en el Consejo Provincial, ambas con asiento en Zadar, y centralmente en el Consejo Imperial o
Parlamento de Viena. El Sabor y el Consejo Imperial tenían representación electiva. El Partido Nacional
trataba tenazmente de tener en esos órganos el mayor número de representantes. La lucha política estaba
 planteada en desplazar totalmente a los italianos no sólo en el Sabor y Consejo Imperial sino también en los
Municipios donde se trataban los problemas cotidianos de la gente.

El absolutismo austríaco, basado en la todopoderosa policía y los sistemas de delación y espionaje, tuvo éxito
en encontrar apoyo a sus políticas en todas los Municipios. Los alcaldes eran nombrados por el gobierno y los
Concejos Municipales estaban lejos de representar proporcionalmente a sus habitantes, ya que ediles sólo
 podían ser los propietarios o comerciantes pudientes. Los trabajadores, campesinos y pescadores, que
representaba la casi totalidad de la población estaban excluido de tal posibilidad. A continuación se presenta
el acontecer eleccionario en Dalmacia. (Nota: En corchetes [....] se indican años de referencia.)

A) CONSEJO IMPERIAL
1.-Períodos de representantes nominados

 
 

Período 1861-1864.
Dalmacia tenía representantes en el Parlamento o Consejo Imperial. El emperador podía nominar de por vida
a los integrantes de la Cámara Alta, como ser los príncipes con mayoría de edad, nobles con grandes
 propiedades, todos los arzobispos y obispos con títulos nobiliarios. La Cámara de Representantes se
componía de 343 miembros elegidos. Al Reino de Dalmacia le correspondían 5, al Reino de Croacia y
Eslavonia 9. Todos los representantes gozaban de fuero. Después del Compromiso austrohúngaro, el número
de representantes bajo a 203, quedando Dalmacia siempre con 5. En 1873 se elevó a 353, quedando Dalmacia
con 9, que ahora elegirían los estamentos y no el Sabor Dálmata.

En 1861 el Sabor Dálmata recibió las instrucciones para elegir 5 representantes al Consejo Imperial de Viena,
que era el parlamento central de Austria. La mayoría eligió a un nacional serbio Stjepan Ljubi#a y cuatro
autonomistas. O sea, excluyeron a los croatas de la representación.

El Consejo Imperial sesionó a partir del 1 Mayo de 1862. Los representantes recibieron instrucciones para
votar con los federalistas moderados. Además representar al Rey el lamentable estado en que se encontraba
Dalmacia y las causas de la disolución del Sabor. El representante nacional serbio tuvo una destacada
actuación en el asunto de la unión con Croacia.

Período 1864-1867
En este período se reemplazó a representante serbiodálmata Ljubi#a, por Jeretej Kova;evi$.

Período 1867-1870
En la sesión del 18 de Febrero de 1867 del Sabor Dálmata, se eligieron delegados para la Dieta Imperial:
Lapenna, Giacomello Vitturi (a partir de 1868 lo reemplazo Josip Radman), Ljubi#a, Baiamonti y el vladika
Knexevi$. Nuevamente, como tenían mayoría, nombraron a dos serbios de Dalmacia: Ljubi#a y el vladika
Stefan Knexevi$. Siguiendo las instrucciones de Viena. Los croatas quedaron afuera.

Período 1870-1873
En la sesión del Sabor Dálmata del día 25 de Agosto de 1870, con mayoría nacional, nombró como
representantes a la Dieta Imperial a Djuro Vojnovi$, Pero Budmani, Josip Antonietti, Ivan Danilo y Stjepan
Ljubi#a, todos nacionales. Durante la votación los autonomistas salieron de la sala.

En 1870, los delegados al Consejo Imperial estaban agrupados en tres clubes o bancadas, además del polaco y
del centro. A éste último pertenecían los representantes de Dalmacia. La bancada del centro tenía por objetivo
lograr que la autonomía de los reinos y regiones se ampliara de tal manera que el Consejo Imperial sólo se
abocara a los asuntos consignados en el decreto del año 1860 y todo el resto pasara a las dietas provinciales.

Por cuanto ahora el gobierno de Viena era contrario a todo compromiso con los checos, éstos no quisieron
enviar más sus representantes al Consejo Imperial. Entonces se pensó en promulgar una ley electoral que
 permitía llamar a elecciones cuando los representantes regionales declinasen su representación. Contra esta
ley se levantaron todos los federalistas de la monarquía, por cuanto afectaba los derechos de las Dietas
Provinciales.

2) Períodos de representantes de elección estamental

[1873] A comienzos de 1873, el gobierno austríaco presentó al Consejo Imperial un proyecto de ley de para
elegir directamente a los delegados regionales en reemplazo a su nominación por las Dietas Provinciales. Esta
elección sería válida cualquiera que fuese el número de votantes. Contra esta iniciativa estuvieron todos los
federalistas que veían que tal iniciativa disminuía su prestigio político. La consideraban como un golpe de
estado. Por esto el Sabor Dálmata acordó unánimamente el 11 de Febrero de 1873, que sus delegados
deberían votar en contra. Además precisaban que, en caso que los polacos abandonasen el Consejo, ellos
también debían hacerlo.

La votación tuvo lugar el 6 de Marzo de 1873. Antes de la elección abandonaron la sala los polacos. Los
delegados dálmatas no lo hicieron. Y, aún más, votaron a favor. El resultado fue de 120 votos a favor y en
contra dos de delegados italianos. Danilo en una carta explicativa informa que el Rey llamó al gobernador

 
 

dálmata Rodi$, quien después comunicó a los delegados dálmatas que el Rey le manifestó que debían votar a
favor pues en caso contrario daría manos libre para la persecución en Dalmacia.

Esta votación produjo un gran y amargo descontento en toda Dalmacia, especialmente en Dubrovnik, donde
Rafo Puci$ y Pero :ingrija renunciaron al Partido Nacional. Se sublevó la juventud nacional y  Il Nazionale a
duras penas podía defender la votación de los delegados dálmatas, todos nacionales. Consideraron una
vergüenza lo sucedido. Representantes nacionales reunidos Zadar, inmediatamente el 7 de Marzo, en una
carta pública, los enrostraron de no haber seguido las instrucciones dadas y los hacían responsables de esta
afrenta. El diario nacional también los condenó enérgicamente. A la declaración inicial suscrita por 6
representantes se adhirieron nueve más. Igualmente lo hicieron muchos nacionales de las municipalidades y
salas de lectura.

Los delegados al Consejo Imperial, en vez de renunciar a sus mandatos, al ver tal rechazo a su actuación,
decidieron formar su propio partido. Explicaron que les prometieron introducir el idioma croata, construir el
ferrocarril, desecar los pantanos en la desembocadura del Neretva y colocar a los nacionales en importantes
 puestos de la administración pública. En seguida editaron su periódico Zemlja (El país), por lo cual fueron
conocidos como los  zemljaci (plural de  zemljak   = paisano). El gobierno de Viena y el gobernador Rodi$ los
ayudó. Los autonomistas estaban felices observando este encontrón entre los yugoslavos.

En base a la nueva ley electoral de elección estamental directa de los representantes a la Consejo Imperial, se
redefinieron los distritos de votación para favorecer al gobierno. A Dalmacia le correspondió elegir 9,
divididos en tres estamentos (grandes contribuyentes 1, ciudades 2 y municipios rurales 6). Se llamó a
elecciones en Noviembre de 1873. Dado las discrepancias entre los nacionales, los autonomistas obtuvieron la
mayoría con cinco mandatos: Lapenna, Orsat Bonda, Cosme Begna, Baiamonti y Keller. Los nacionales sólo
tres: Klai$, Pavlinovi$ y Monti. Y, el grupo de los zemljaci uno: Ljubi#a.

Los autonomistas dálmatas ingresaron a la mayoría gubernamental del Consejo Imperial. Lapenna aprovechó
su alianza con los alemanes en contra de los nacionales dálmatas. El 10 de Diciembre de 1873 obtuvo del
Comité Verificador de Elecciones que anulara la elección de Klai$  por la anarquía existente durante su
elección. Pavlinovi$ salió en su defensa en croata, lo que sucedía por primera vez en el Consejo Imperial. La
mayoría desaforó a Klai$. El 10 de Marzo del año siguiente se repitió la elección y Klai$ de nuevo salió
triunfador. Esta victoria fue celebrada en toda Dalmacia.

[1879] En las elecciones para el Consejo Imperial del mes de Mayo de 1879, los autonomistas nominaron
candidatos en las 9 circunscripciones electorales. Mas sólo consiguieron un solo triunfo en Zadar, donde
Gustav Ivani$  derrotó a Klai$  por un pequeño margen de votos. Los nacionales obtuvieron una sonada
victoria, eligieron 8 representantes de 9.

La ocupación de Bosnia y Hercegovina por parte de Austria - Hungría, motivó a los serbios a distanciarse de
los croatas. Así en esta elección aparece el distanciamiento: los serbios de Bukovica (norte de Zadar)
apoyaron al autonomista Ivani$ (84 votos) en contra del nacional Klai$ (71 votos). Los nacionales elegidos
fueron: (Pavlinovi$, Monti, Rafo Puci$, Bulat, Duje Rendi$, Djordje Vojnovi$, Ante &upuk y Borelli). Mas,
se sentía la ausencia de Klai$. Los dálmatas quedaron tristes por la derrota de Klai$, de gran prestigio como
orador y político. Por esta razón Pavlinovic renunció a su mandato el 18 de Septiembre de 1879. En las
elecciones que tuvieron lugar, Klai$ ganó por unanimidad, los autonomistas no presentaron candidato.

En Otoño de 1879, se iniciaron las sesiones del Consejo Imperial. Como integrantes del Club de Hohenwart,
los nacionales obtuvieron los primeros logros: la nacionalización de la educación secundaria en Split, la
introducción del croata en los juicios civiles y el nombramiento de nacionales en puestos públicos. La
nacionalización de la educación media fue un gran triunfo para el Partido Nacional y un fuerte golpe para los
autonomistas. Éstos se opusieron y enviaron una delegación a Viena con una solicitud para su abrogación. No
tuvieron éxito. En la delegación iba el Josip Radman, Simone Rossignoli, Lubin, Mussafia y el conde Onda

[1885] A comienzos de 1885, Luigi Lapenna publicó una serie de artículos sobre  La situazione in Dalmazia 
en el  Il Dalmata. Con ellos pretendía agrupar a los restos del naufragio de los autonomistas. Le interesaban
las elecciones para el Consejo Imperial, cuyos actuales miembros, elegidos en 1879, cumplían su mandato de

 
 

seis años. Se ubicó en la mesa de los grandes contribuyentes, ya que consideró que allí tenía las mejores
 posibilidades de obtener un mandato. Los nacionales le opusieron a Manfredo Borelli.

Las elecciones, que tuvieron lugar en Junio de 1885, demostraron claramente el carácter croata de esta
 provincia. En los nuevos distritos electorales vencieron los candidatos nacionales: Klai$, Rafo Puci$,
Pavlinovi$, Bulat, Djuro Vojnovi$, Ante &upuk, Agustín Masov;i$ y Bor;i$. Estos representantes participaron
en la bancada de Hohenwart, igual que los anteriores.

[1891] Para las elecciones las elecciones al Consejo Imperial realizadas en Marzo de 1891, lamentablemente,
los croatas y serbios en Dalmacia no pudieron llegar a un acuerdo. Esto favoreció a los italianos en el distrito
electoral de los grandes contribuyentes, donde fue elegido un italiano. El resto de los 8 mandatos se repartió 7
 para los croatas y 1 para los serbios.

[1900] Debido a la obstrucción de los representantes checos, fue disuelto el Consejo Imperial a comienzos de
1900. Se convocó a elecciones para el mes de Mayo. Los yugoslavos formaron las mismas alianzas que en
1897. Así que fueron elegidos 2 serbios, 3 prava#i y 4 nacionales. Con el compromiso no estuvo de acuerdo
un grupo de prava#i, que se separaron y formaron el Partido del Derecho Auténtico. La mayoría del los
 prava#i entró al Club Político Croata, que se organizó en Mayo de 1900.

3) Períodos de representantes elegidos por sufragio universal

[1907] Desde el año 1901 hasta 1907 y más allá, el Partido Italiano no pudo elegir ni un representante suyo al
Consejo Imperial. En 1907 tuvieron lugar elecciones por votación universal. La Cámara de Representantes
tenía 516 miembros, de los cuales a Dalmacia le correspondían 11, elegidos por sufragio universal directo. En
la Cámara Alta,. que se componía por lo menos de 150 y a lo más 170 representantes, éstos seguían siendo
designados.

Los croatas se presentaron a las elecciones divididos en tres grupos: nacionales croatas, prava#i y demócratas.
Este último partido lo fundó Smodlaka en Split en 1905, oficialmente se denominaba Partido Progresista
Popular Croata. Obtuvieron 9 mandatos, los serbios 2 y los italianos ninguno. De los croatas 6 eran del
¨Partido Nacional Croata: Biankini, Dulibi$, Frano Ivani#evi$, Iv;evi$, Ante Tre#i$  y Ante Vukovi$; los
 prava#i: Virgil Peri$ e Ivo Prodan y al margen de los partidos, pero apoyados por los nacionales croatas y los
 prava#i, Frano Buli$  quien derrotó a Smodlaka, y después de su dimisión, Josip Smodlaka. Los serbios:
Baljak y Sava Bjelanovi$. Estas elecciones se hicieron de acuerdo al sistema de voto universal secreto, que
reemplazó el anterior por instituciones y estamentos

[1911] En 1911 se realizaron las últimas elecciones al Consejo Imperial. Nuevamente 9 eran delegados
croatas y 2 serbios. De los croatas 4 nacionales croatas, 4 prava#i y 1 demócrata.

B) SABOR DÁLMATA
Periodo 1861-1864

1861] Primera elección para el Sabor Dálmata  


Para las primeras elecciones realizadas en la primavera de 1861, de acuerdo a las disposiciones electorales
elaboradas por el primer ministro Schmerling (1860-1865), el Sabor Dálmata estaría integrado por 43
representantes, de los cuales 2 lo eran viriles (por derecho propio), el arzobispo católico pro Italia y el vladika
ortodoxo pro Croacia, ambos de Zadar, y 41 eran elegidos dentro de cuatro estamentos. Los 326 grandes
contribuyentes elegían 10, los 40 mil habitantes de las ciudades 8, las cámaras de comercio e industrias 3 y los
350 mil habitantes de las comunas rurales 20. Por ejemplo, el distrito de Split elegía 7: 3 por los grandes
contribuyentes, 1 por la ciudad, 1 por la cámara de comercio e industrias y 2 por las comunas rurales. El
mandato era por seis años y podía ser reelegido. Esta distribución quedó casi intacta hasta el derrumbe
habsburgo.

El Sabor Dálmata tenía un cuerpo ejecutivo, el Comité Regional (Giunta provinciale Dalmata) compuesto de
4 miembros. Su presidente era al mismo tiempo del Sabor. Cada miembro era elegido por los representantes
de los cuatro estamentos. Administraba los bienes provinciales, pensiones e instituciones. De su actividad

 
 

informaba al Sabor. Representaba la provincia. A pesar de no funcionar el Sabor, el Comité siguió


funcionando hasta el término de la guerra.

Los nacionales prácticamente no tenían organización, improvisaron un Partido Nacional. El interés se centró
en el conflicto entre los nacionales pro Croacia y los autonomistas pro Italia. Una participación excepcional la
tuvo el párroco de Podgorje, Mihovil Pavlinovi$. Fueron elegidos 29 autonomistas y 12 nacionales. En los
distritos rurales, los campesinos dálmatas, votaron en su mayoría por los autonomistas (12 autonomistas
contra 8 nacionales).

La primera sesión del Sabor tuvo lugar el 8 Abril. El gobernador Mamula propuso para presidente a Spirodion
Petrovich y para vice a Antonio Baiamonti, ambos autonomistas. Los autonomistas no quedaron muy
conformes con el resultado, pues no tenían la mayoría de los dos tercios necesarios para ganar ciertas
votaciones. Para obtenerlo tramaron anular un mandato de los representantes nacionales. En la segunda y
tercera sesión, se verificaron los mandatos y se anuló el de Stjepan Ivi;evi$ de Makarska y oficializaron a un
autonomista. De esta manera aseguraron la mayoría de los dos tercios.

Los malos resultados obtenidos en estas elecciones, que transcurrieron, de todas maneras, en una reñida lucha
entre autonomistas y nacionales, sorprendieron al Partido Nacional. La elección tuvo la virtud de evidenciar
que, para ganar en política, hay que trabajar muy duro. Se vio la necesidad de tener partido bien estructurado
y un diario propio. El movimiento nacional no se amilanó ni se detuvo por esta derrota eleccionaria. Se fundó
el periódico Il Nazionale, con un suplemento en croata "Narodni List" , y e 1862 el Partido Nacional.

[1862] El idioma croata en los tribunales  


Durante todo el año 1862, no fue convocado el Sabor Dálmata, para evitar que los croatas intervinieran en los
asuntos políticos o hicieran proposiciones.

El Partido Nacional, a través de su vocero "El Nacional", reclamó enérgicamente contra la intervención
gubernamental en las elecciones. Esta conducta tuvo repercusión en las filas liberales contrarias y se produjo
un acercamiento para oponerse al gobierno. Empezaron las persecuciones y las víctimas. Los profesores Miho
Klai$ e Ivan Danilo fueron exonerados y el director del liceo de Zadar, Juraj Puli$, fue trasladado a la ciudad
de Trento, en el Tirol austríaco. "El Nacional" fue sometido a censura. Especialmente llamó la atención a la
 policía el artículo "Sobre la nacionalidad" rubricado con las iniciales M.P., lo que hizo sospechar que el autor
era Medo Puci$. Cuando el director del diario, Nodilo, fue llamado a los tribunales, Mihovil Pavlinovi$ 
reconoció ser él el autor. Sin embargo Nodilo fue multado en 100 florines en su calidad de director del diario.
El jefe de la policía de Zadar en un informe señalaba que consideraba que el Partido Nacional y su diario
hacían propaganda para la unión de todos los yugoslavos, lo que estimaba que era una traición a la patria [a
Austria].

[1863] Matica Dálmata y salas de lectura  


El segundo período de sesiones del Sabor Dálmata, empezó el 12 de Enero de 1863. Se discutió el problema
del idioma. En el transcurso del período de sesiones, aparecieron trizaduras entre los autonomistas. Baiamonti
empezó a oponerse a la línea reaccionaria de Lapenna. A él se juntaron otros nueve representantes y formaron
el partido La Unione Liberale que llegará a un acuerdo con los nacionales más adelante.

[1864] La cuestión del idioma


Las discusiones en el Sabor sobre la introducción del idioma croata fue violenta y se extendió a las calles de
todas las ciudades y pueblos dálmatas. Se fue generalizando con ataques al gobierno, especialmente por la
 persecución a Klai$ y Danilo. No se llegaba a ninguna conclusión. Las sesiones se hicieron ingobernables. El
gobierno pensó en clausurar el Sabor. En sospecha de tal acción, ese mismo día se logró un acuerdo entre
nacionales con algunos autonomistas liberales, formándose la Unión Liberal. Por los nacionales firmaron el
acuerdo Puli$, Pavlinovi$, Klai$, Ljubi#a y Vojnovi$  y por los autonomistas Baiamonti, Giovannizio y
Radman. La oposición de Baiamonti al gobierno se explicaba por su enemistad con los autonomistas Rozner
y Lapenna. En efecto el 7 de Abril de 1864 el gobierno disolvió el Sabor y llamó a nuevas elecciones para
Agosto de ese mismo año. Así no se resolvió el asunto de idiomas ni se aprobó en presupuesto para 1865. El
acuerdo contenía cinco puntos relacionados con las futuras elecciones y uno de ellos declaraba al diario Il
nazionale como su órgano oficial.

 
 

Debido a este entendimiento, la autoridad principió a perseguir también a los autonomistas liberales. El
gobierno se vengó en Baiamonti. El 6 de Junio de 1864 disolvió el directorio del Municipio de Split de la cual
él era alcalde desde el 9 de Enero de 1860 y nombró como interventor al Frane Lanza. Después de dos años,
inició un juicio contra Nodilo y Pavlinovi$ por el artículo sobre nacionalidades del año 1862. La causa fue
fijada para el 24 de Noviembre, pero fue diferida para acumular nuevas evidencias.

Período 1864-1867
Mientras tanto el gobierno convocó a nuevas elecciones para los días 20, 25 y 30 de Agosto. Bajo gran
tensión y presión de la autoridad se realizaron las elecciones. Algunas autoridades eclesiásticas emitieron
circulares a sus párrocos instruyéndolos para que indiquen a sus feligreses no votar por los enemigos del
gobierno. Aún peor actuaron los funcionarios públicos, quienes elaboraron registros electorales erróneos.
También se destituyeron los alcaldes de municipios rurales sospechosos de ser partidarios de los nacionales.
Se amenazó a la población con la cárcel. Los lugares de votación estaban ocupados por el ejército. Así, la lista
 progobierno de Lapenna obtuvo 32 representantes y los nacionales 9. Pavlinovi$ no fue elegido pues estaba
enjuiciado. En Junio de 1865 se llevó a cabo el juicio. El abogado defensor fue Vojnovi$. Salió libre.

Inmediatamente después de las elecciones, fue premiado Lapenna con el cargo de presidente del Tribunal
Regional en Zadar, designado consejero imperial y como adjunto de Mamula asumió la administración de
Dalmacia. Petrovich fue nuevamente nombrado presidente del Sabor, que tuvo su primera sesión el 28
Septiembre. La mayoría gubernamental eligió cinco representantes al Consejo Imperial. Los autonomistas
ocuparon todos los cargos.

[1865] Término del centralismo 


El gobierno regional prosiguió con la persecución de los nacionales y autonomistas liberales, especialmente
con los funcionarios públicos. Lapenna odiaba sobre todo a los franciscanos que mantenían un liceo en Sinj.
Propuso suprimir el aporte fiscal a su funcionamiento en el Consejo Imperial.

El segundo período del Sabor Dálmata, elegido en 1864, comenzó el 23 de Noviembre de 1865. Con
anterioridad se realizaron las elecciones complementarias sin intervención gubernamental. Para que
Pavlinovi$  fuera representante, renunció Luigi Moretti. Baiamonti, elegido alcalde de Split, renunció a su
representación de la Cámara de Comercio de Split, que en su lugar eligió a Ante Radman. Los dubrovnicanos
querían a Juraj Puli$ como representante, pero como desde 1863 prestaba servicio fuera de Dalmacia, no tenía
derecho electoral. Su solución fue a través del grupo de los grandes contribuyentes, pero como no tenía bienes
los croatas de Dubrovnik adquirieron propiedades para él.

[1866] Guerra de Austria contra Italia y Prusia  


Con la caída de Schmerling y la consiguiente del gobernador Mamula, su "ayudante" Lapenna volvió a la
 presidencia del tribunal regional. Con el nombramiento como gobernador de Dalmacia el barón Franjo
Filipovi$, soplaron otros vientos. Todos los detenidos políticos fueron liberados. Klai$ fue repuesto como
 profesor y el 1866 nombrado Inspector General de la educación primaria. La batalla naval de Vis, perturbó los
 planes autonomistas.

El acuerdo entre los autonomistas liberales y los nacionales se quebró definitivamente, al votarse una moción
de protección de la pesca en el litoral a favor de los pescadores nacionales en contra de los venecianos.
Baiamonti estuvo en contra de la moción e hizo las paces con Lapenna. Entonces la Unión Liberal se disolvió.
Los nacionales estuvieron en contra y los autonomistas a favor. Desde entonces se rompieron las relaciones
entre ambos partidos.

En la segunda mitad de Noviembre de 1866, comenzó el tercer período de sesiones del Sabor Dálmata. Con
anterioridad se realizaron elecciones complementarias. Los nacionales subieron de 9 del año 1864 a 13.

Período 1867-1870
El año 1867 fue un año muy crítico para Austria y sus posesiones. En Enero de este año fueron disueltas todas
las Dietas Provinciales y convocadas nuevas elecciones. En Dalmacia se produce una vuelta atrás. Baiamonti
y Lapenna unieron sus fuerzas para afrontar las elecciones contra los nacionales.

[1867] Compromiso asutrohúngaro  

 
 

Durante el proceso eleccionario se descubrieron y denunciaron numerosas intervenciones de la autoridad,


suplantaciones y falsificaciones de actas a favor de los candidatos del gobierno. El malestar se propagó a la
 población. A los campesinos les impedían votar o por la dependencia económica los obligaban a votar por los
autonomistas. Los autonomistas lograron 8 de los 20 mandatos de las zonas rurales, en las ciudades
obtuvieron los 8 mandatos al igual que los 3 de las cámaras de comercio e industria. De los grandes
 propietarios obtuvieron 7 de 10. De esta manera de los 41 mandatos los autonomistas obtuvieron 26, de los
cuales 21 eran extremistas y el resto moderado. El resultado le dio la mayoría a los autonomistas. Los 15
representantes nacionales elegidos, aumentaron en dos representantes, fueron Klai$, Nikola Puci$, Pavlinovi$,
Puli$, Giorgi Giovanizio, Ljubi#a, Jerotej Kova;evi$, Radulovi$, Monti, Vice Didoli$, Kristofor Kuli#i$, Ivan
Vrankovi$, Antonio Rossi y los hermanos Vojnovi$. A los nacionales les robaron 6 mandatos en esta
elección.

El nuevo Sabor se constituyó el 18 de Febrero de 1867. Nuevamente el presidente fue el autonomista


Petrovich, pero el vice fue el nacional Nikola Puci$. Por cuanto los nacionales obtuvieron la mayoría en los
distritos rurales, tuvieron el derecho de nombrar un representante en el Consejo Regional. Además hubo que
nombrar 5 representantes al Consejo Imperial y nuevamente los autonomistas cuidaron que no fuera ningún
croata.

Es importante la sesión del 25 del mismo mes cuando Pavlinovi$ pidió la anulación del mandato de Lapenna
 por no cumplir los requisitos de elector. Se produjo una gran polémica. Pavlinovi$  llevó la batuta de los
nacionales. Habló en italiano por primera vez para que lo entendieran bien los autonomistas. Recordó los que
los autonomistas liberales habían dicho de la calidad de Lapenna. Se armó un escándalo en la sala y en las
galerías. El presidente le llamó la atención muchísimas veces, hasta que finalmente le quitó la palabra antes de
que terminase su intervención. La mayoría aceptó la elección de Lapenna. En venganza, en la sesión del 28
anuló el mandato de Pavlinovi$. Hubo fuertes protestas de todas partes. El prestigio de Pavlinovi$ aumentó
notoriamente. La vuelta de Pavlinovi$  desde a Zadar a Podgorje fue una marcha triunfal. Obviamente
Pavlinovi$ fue nuevamente elegido.

Pero los autonomistas tenían una gran espina clavada, el gobernador Filipovi$. Lo acusaron tantas veces al
gobierno central. De las 80 comunas dálmatas lo apoyaron 65. Sin embargo finalmente, lo obligaron a
renunciar. Lo sucedió Wagner, el cual vio en el Partido Nacional un enemigo del Estado.

En Moscú tuvo lugar en el mes de Mayo una exposición folklórica eslava, a la cual asistió Ivan Danilo del
diario nacional. Entonces los autonomistas lo acusaron de paneslavista, que tramaba la destrucción de Austria.
Finalmente consiguieron que Danilo estuviera en prisión 36 días. Igualmente lograron que castigaran a
colaboradores de "El Nacional". Incluso empezaron a atacar físicamente a dirigentes y destacados nacionales.

[1868] Progreso de los nacionales  


A comienzos de 1868, tuvieron lugar elecciones complementarias en Dalmacia. Como resultado, los
nacionales subieron de 15 a 17 representantes. Por primera vez uno de los nacionales elegidos fue un
campesino, Nikola Vidi$. En la misma elección obtuvo mandato Nodilo, quien dejó el 27 de Febrero de 1867
la dirección de Il Nazionale siendo reemplazado por Lovro Mati$.

El crecimiento de los nacionales irritó a los autonomistas y con los cambios observados en Viena, empezaron
a promover desórdenes e incidentes callejeros. En dos meses de 1867, el diario "El Nacional" constató 27
desórdenes mayores y ataques físicos a personas. El mayor número de ataques tuvieron lugar en la isla de
Bra;, en Supetar, Sutivan, Nerexi[$a, Postira y Milna. Cuando el 21 de Agosto, los representantes Vice
Didoli$  y Pavlinovi$  se dirigían a tomar el barco para ir a Zadar, fueron atacados por una pandilla en el
muelle de Split. A la llegada a Zadar, al ser atacados por una turba, Josip De#kovi$, otro de los representantes
que venía en el barco, tuvo que usar su revólver en defensa propia.

Al día siguiente, el 22 de Agosto de 1868, se abrió el período de sesiones del Sabor Dálmata. Se confirmaron
los nuevos mandatos. En la discusión del funcionamiento de liceos, los nacionales el 11 de Septiembre,
insistieron que los estudiantes deben estudiar italiano y croata. La moción fue rechazada. El 23 del mismo
mes se pidió que las resoluciones gubernamentales deben redactarse en el idioma de la presentación. El
delegado Seifert la descalificó como improcedente. Miho Klai$ defendió la propuesta, la que fue derrotada.
Los dos votos viriles fueron para los autonomistas. Un autonomista votó a favor de los nacionales.

 
 

El representante Didoli$, hizo una formal protesta en el Sabor. Los autonomistas denunciaron a los nacionales
como revolucionarios e incitaron a sus jóvenes promover desórdenes en las calles de las ciudades del litoral.

[1869] Levantamiento campesino en Krivo $ije 


Lapenna consideró necesario eliminar de la vida política dálmata al nacional Klai$, en ese momento inspector
 provincial de las escuelas primarias, por sus innegables dotes políticas. Por ser Mihovil Klai$  el alma del
Partido, había que sacarlo de Zadar. Obtuvo, en Julio de 1869, un decreto que trasladaba al profesor Klai$ a
Koper en Istria. Pero Klai$, el 12 de Julio de 1869, renunció a su cargo. Ante este gesto, recibió adhesiones de
todas partes. Serbia le ofreció un puesto diplomático. Pero él no quiso abandonar a su pequeña y querida
Dalmacia. Las adhesiones fueron innumerables. "El Nacional" durante 20 números publicó las adhesiones a
Klai$. En. En Dalmacia se decía que Klai$ era su ministro de relaciones exteriores y Pavlinovi$ del interior.

Paralelamente los serbios se manifestaron en contra de su representante Stefan Knexevi$. Cuando visitó Boka
Kotorska las iglesias ortodoxas no tocaron sus campanas y nadie se interesó por su visita. Los boquenses se
 pronunciaron públicamente en contra de Knexevi$ en la asamblea que tuvo lugar el 15 de Junio de 1869. Los
 popes, el 3 de Junio de 1869 ya habían acordado a no mencionar más al vladika Knexevi$, pues se consideró
que se había pasado al bando de los autonomistas. Se pedía una eparquía propia, independiente de Zadar.

El Sabor Dálmata fue abierto el 2 de Octubre de 1869. Es importante la sesión del 18 de Octubre, en la cual
Pavlinovi$ pidió que se aplicará el artículo 19 de la ley de 1867, que permitía emplear el idioma materno.
Frente a esto y la llegada de Rodi$, los autonomistas al día siguiente propusieron al Rey que el Sabor se
disuelva pues no había garantías para su funcionamiento y acto seguido abandonaron la sala. Los nacionales
 protestaron y le pidieron al pueblo paciencia ya que pronto las cosas cambiarían. Terminó un difícil año para
los nacionales y llegó 1870 con nuevas esperanzas para un mejor porvenir.

Período 1870-1876

[1870] Mayoría nacional en el Sabor Dálmata  


El órgano del Partido Nacional, publicado en italiano, "El Nacional", expresó su confianza en que las
 próximas elecciones (1870) estarían exentas de toda presión administrativa y que, finalmente, pondrían
término a la tiranía del partido autonomista que, después de siete años, pretendía representar a Dalmacia. La
 Nouvelle Presse  de Viena se encargó de la defensa del partido de los autonomistas. En la corresponsalía
enviada desde Zadar, el Partido Nacional era abiertamente acusado de felonía e irredentismo.

Taafe, el 22 de Mayo de 1870, disolvió todas las Dietas Provinciales, salvo la checa. Llamó a nuevas
elecciones, que debía desarrollarse con plena libertad. Las elecciones tuvieron lugar los días 4, 7 y 9 de Julio
de 1870. Taaffe había prometido solemnemente que se efectuarían en la más completa libertad, sin la menor
injerencia de los órganos administrativos. Los autonomistas respondieron organizando una rebelión del
 personal administrativo contra el gobierno. Los prefectos de policías, partidarios fanáticos del antiguo
gabinete austríaco, quisieron ejercer una tiránica presión sobre los electores e hicieron todo lo posible para
asegurar el triunfo de los candidatos autonomistas. Los nacionales no pedían al gobierno sino "imparcialidad
y justicia". En Dalmacia ciertos subdelegados, de todas maneras, intervinieron a favor de los candidatos
autonomistas.

A pesar de los innumerables actos de presión administrativa y del terrorismo ejercido en vasta escala por el
 partido autonomista dominante, el triunfo de los candidatos nacionales fue aplastante. Las comunas rurales
eligieron, el 4 de Julio, 17 mandatos nacionales y 3 autonomistas. El 7, tuvieron lugar las elecciones en las
ciudades y cámaras de comercio e industrias, los nacionales obtuvieron 5 y los autonomistas 6 mandatos. Y,
el 9 los grandes propietarios eligieron 4 representantes nacionales y 6 los autonomistas. En total los
nacionales 26 y los autonomistas 15.

El resultado de la elección fue saludado por una explosión de júbilo no sólo en Dalmacia sino en todos los
 países de eslavos. En Zagreb fue el delirio. Al día siguiente del triunfo del Partido Nacional, "El Nacional"
escribía: "En las comunas rurales, salvo 4 o 5 islas, el pensamiento nacional reunió a todos los corazones en
un solo haz. Ni la fuerza, ni las artimañas no pudieron torcer [la voluntad de] estas circunscripciones. Si
nuestros adversarios osan desconocerlo, deberán colocar de inmediato Dalmacia en estado de sitio y

 
 

acantonar miles de soldados en cada distrito." El diario Zato;nik  de Zagreb observó. "La victoria electoral del
Partido nacional en Dalmacia es el hecho más importante y feliz en la lucha nacional desde el año 1848. Por
todas partes cayó la oscuridad sobre Croacia, Bosnia, Serbia y Vojvodina. A través de esta oscuridad nos llega
de Dalmacia un estrella luminosa, dándonos su luz y la feliz esperanza de nuestro mejor futuro."

El nuevo Sabor Dálmata tuvo su primera reunión el 25 de Agosto de 1870. El emperador Francisco José
recomendó elegir como presidente al serbio Stjepan Ljubi#a, y como vice al italiano Fillipi. En las tres
 primeras sesiones se verificaron poderes.

Se anularon las de Lapenna y de Mate Gligo representantes de Bra;, Hvar y Vis. También las de Andrija.
Kru#evi$ de la Cámara de Comercio e Industrias de Split, y la de Barbieri de Makarska. Se llamó a elecciones
complementarias por los cuatro mandatos. Otros tres mandatos autonomistas se anularon reemplazándolos
 por nacionales. Entonces la representación autonomista bajó de 16 a 9 y la de los nacionales subió de 25 a 28,
ambos con la posibilidad de aumentar más cuando se realicen las complementarias. El Sabor Dálmata tuvo
 por primera vez una mayoría yugoslava. Detrás de la preparación y manipulación de estas elecciones estuvo
el propio barón Fluck que había sido expulsado por la población en 1848 y a quién Rodi$ trajo desde Viena,
después de 20 años, como su asistente.

 No pudiendo soportar este desastre, los autonomistas no asistieron a la cuarta sesión, en la cual se eligió el
Consejo Regional que quedó compuesto por cuatro nacionales. En la quinta sesión del día 3 de Septiembre se
recibió la renuncia colectiva de ocho autonomistas. No lo hicieron dos obispos: Petar Maupas (italiano) y
Knexevi$ (serbio).

Así la antigua mayoría italiana en el Sabor Dálmata y por consiguiente su representación en el Consejo
Imperial pasó a ser minoría. Esta fue la primera mayoría autonomista en desaparecer. Durante las sesiones de
este Sabor se discutió en numerosas ocasiones el problema del idioma. Las discusiones continúan haciéndose
en italiano, pero cada vez se emplea más el croata. Las actas se escribían en croata.

[1871] Austria se acerca a los eslavos  


El segundo período de sesiones del Sabor Dálmata empezó el 14 de Septiembre de 1871. Previamente se
realizaron elecciones complementarias, con lo cual los nacionales totalizaron 29 mandatos y los autonomistas
12. De todas maneras éstos eran los suficientemente fuertes para impedir que se aprobase cualquiera reforma
que exigía los tres cuartos de votos del total de representantes.

Los nacionales plantearon medidas para resolver el asunto del idioma. Propusieron que 1) las solicitudes
debían informarse en el idioma en que fuesen presentadas, 2) en los tribunales todos podrían utilizar el idioma
croata en todo lo relacionado al juicio, y 3) los timbres y sellos de todas las oficinas públicas, salvo las
militares, deberían llevar leyendas exclusivamente en croata. La Sabor aprobó esta petición, pero el gobierno
 provincial no lo envió al Emperador para su sanción.

El 14 de Octubre, Klai$ propuso un memorándum al Emperador sobre la unión de Dalmacia con Croacia y


Eslavonia. Dalmacia enviaría sus representantes al Consejo Imperial para colaborar en los planes de
federalización de la monarquía. Con motivo de esta discusión los autonomistas salieron de la sala, menos los
dos representantes religiosos, que intervinieron en contra. La moción sobre la unión fue aprobada por los
nacionales. Después de nombrar a los delegados al Consejo Imperial, el Sabor entró en receso.

[1872] Los autonomistas pierden las ciudades  


Apenas supo Lapenna del cambio, inmediatamente organizó una diputación de autonomistas dálmatas para ir
a Viena acusar a los miembros del Consejo Provincial y solicitar la disolución del Sabor Dálmata.

El tercer período de sesiones del Sabor Dálmata comenzó el 5 de Noviembre de 1872, previas las elecciones
complementarias para reemplazar representantes. Por cuanto el Sabor anuló una victoria fraudulenta
autonomista y aceptó al nacional Kosta Vojnovi$, los autonomistas abandonaron la sala hasta el 5 de
Diciembre. En su ausencia se aprobaron numerosas leyes sobre caminos, aguas, bosques, y otras.

[1873] Elecciones para el Consejo Imperial  

 
 

El Sabor Dálmata fue convocado para el 6 de Diciembre. Los autonomistas, eufóricos por la división de los
nacionales, se ausentaron del Sabor Dálmata. Presentaron la renuncia de sus mandatos. Los autonomistas
creyeron que con esto se iba a disolver el Sabor. Sin embargo siguió sesionando hasta el 20 de Diciembre,
cuando se clausuró el tercer período de sesiones.

[1874] Construcción ferrocarril desde Split  


En contra de lo esperado por los autonomistas, el gobierno convocó a elecciones complementarias para
completar los mandatos en el Sabor Dálmata para Agosto de 1874. Los confundidos autonomistas
 participaron en las elecciones para salvar lo que antes tenían. El resultado más estrecho ocurrió en las islas de
Bra;, Hvar y Vis, donde Gajo Bulat y Gugliemi fueron derrotados por un voto por Lapenna y Gligo.

El cuarto período de sesiones comenzó el 15 de Septiembre de 1874. El mayor tiempo fue dedicado al
 problema del idioma, especialmente el no cumplimiento de las instrucciones de 1872 en cuanto al uso del
croata en los tribunales y administración interior. Pidieron los nacionales la introducción del idioma nacional
en los establecimientos secundarios de Split y Zadar. Esta iniciativa la combatió en el Consejo Imperial,
sesión del 10 de Diciembre de 1874, Keller nacido en Dalmacia pero que vivía en Trieste y que representaba a
la cámara de los grandes contribuyentes de Zadar. Pretendió hablar "a nombre de la nación italiana en
Dalmacia". El audaz desafío fue impugnado inmediatamente por Klai$: "Sí, es cierto, la lengua italiana existe
en Dalmacia y el hecho no tiene nada de extraordinario, pero una nacionalidad italiana en el sentido preciso
de la palabra, no existe en Dalmacia."

El divorcio del partido autonomista con el pueblo dálmata fue definitivamente consumado en 1874. Es sólo en
esta fecha que Dalmacia vio aparecer una "nacionalidad italiana". El autonomismo empezaba a transformarse
en italianismo Vencidos en las elecciones complementarias del Sabor Dálmata, habiendo perdido toda la
esperanza de recuperar la mayoría parlamentaria con la ayuda del gobierno vienés, el partido autonomista se
metamorfoseó en partido "italiano". Quería aprovechar el artículo 19 de la Constitución que reconocía a todos
los "idiomas" del Imperio el derecho de desarrollarse libremente. Por una ironía cruel de la historia, el hombre
que primero planteó la tesis de la "nacionalidad italiana" fue un alemán, Keller.

Una protesta general del país, casi una revuelta, recibió la declaración de Keller. La comuna de Knin dio la
señal. Redactó una declaración solemne que afirmaba el carácter exclusivamente eslavo de la región. A ella se
adhirió la casi totalidad de las comunas dálmatas. El partido autonomista se había suicidado.

[1875] Levantamiento en Hercegovina  


A fines de 1874, Lapenna aceptó un puesto en el Tribunal Internacional de Alejandría en Egipto, al cual llevó
a su amigo Keller. Lapenna aceptó ese cargo por cuanto había llegado a la conclusión que los autonomistas no
tenían futuro en Dalmacia. Como eran delegados en el Consejo Imperial se convocaron elecciones para llenar
las dos vacantes. Con motivos de estas elecciones los zemljaci hicieron las paces con los nacionales. En Zadar
se eligió a zemjak  Josip Antonietti, con el compromiso de suspender la publicación del periódico Zemlja, y en
el distrito de Lapenna venció el candidato nacional Josip Fluck.

Las intrigas contra la candidatura de Lapenna condujeron a su derrota. Sin embargo, unos años después, en un
clima político diferente, primero Lapenna y después Bonda lograron ser elegidos. El primero renunció casi de
inmediato después de las elecciones y el segundo permaneció en actividad hasta 1897.

En 1875, el Partido Nacional en Dalmacia, finalmente logró su victoria sobre los autonomistas. Entre los
nacionales en Dalmacia también había diferencias en el enfoque de los problemas políticos, culturales y
religiosos, que en general no concordaban con el pensamiento de los ultranacionalistas croatas de Ante
Star;evi$  en los ataques a los serbios pero si a los autonomistas. Como consecuencia de ello, estalló un
conflicto entre los croatas y serbios, que terminó con la fundación de un nuevo partido: el de la minoría serbia
en Dalmacia que mantuvo su alianza con los autonomistas italianos, hasta casi el final del siglo.

Período 1876-1883

[1876] Nuevas eleccciones  


En uno de los números del "Diario Nacional", apareció un a denuncia de Klai$  acusando a Baiamonti y
Ljubi#a de recibir sobornos en relación a la licitación de la construcción del ferrocaril dálmata en su calidad

 
 

de delegados al Consejo Imperial. Esta denuncia provocó una gran expectación. Bajo su sombra, se reunió, el
13 de Marzo de 1876, el Sabor Dálmata en su séptimo período de sesiones.

Las sesiones las abrió Ljubi#a, en su condición de presidente sugerido por el Emperador. La mayoría del
Sabor estaba disconforme con él. Inmediatamente tomó la palabra Lovro Monti, para leer una declaración
firmada por 17 representantes nacionales, en la cual manifestaban que no aceptan la presidencia de Ljubi#a
del Sabor Dálmata por recibir un soborno en la licitación ferroviaria. Leída la declaración abandonaron la sala
al grito de "¡Abajo los inmorales!". Sólo quedaron en la sala 3 nacionales, por ser miembros de la mesa. Al
día siguiente manifestaron que tampoco aceptaban sesionar bajo la presidencia de Ljubi#a. Ljubi#a no se
defendió ni renunció.

A esto, el gobierno respondió, el 20 de Marzo, con la disolución del Sabor. Simultáneamente muchas
municipalidades manifestaron que no colaborarán con Ljubi#a. Con fecha 25 de Junio, todos los presidentes y
sus suplentes en el Consejo Regional entregaron sus renuncias al gobernador Rodi$. Austria, impasible, dejó
durante varios meses a Dalmacia sin Sabor y sin Consejo.

Las nuevas elecciones recién tuvieron lugar en Noviembre de 1876. En estas elecciones los nacionales
obtuvieron una clara victoria: 29 mandatos nacionales, 11 autonomistas y 1  zemljak , Ljubi#a. Los nacionales
obtuvieron 18 mandatos en el sector rural, 7 en los grandes contribuyentes y 4 en las ciudades y cámaras de
comercio e industrias. Los autonomistas 1 en los rurales, 3 en los grandes contribuyentes y 7 en las ciudades y
cámaras. Los representantes de la región de Split fueron por: los contribuyentes 3 nacionales, la ciudad un
autonomista, la Cámara de Comercio no eligió representante y los rurales 2 nacionales.

Pero la victoria de los nacionales en la elección para la renovación del Sabor en 1876, apoyados por las
autoridades habsburgas, produjo un conflicto en las filas del movimiento autonomista. Se formaron dos
corrientes, la intransigente del alcalde de Split Baiamonti y la moderada encabezada por el alcalde de Zadar.

[1877] Programa de los nacionales; escuelas croatas  


El Sabor comenzó sus sesiones el 15 de Enero de 1877. El rey nombró a Djuro Vojnovi$ presidente y a N.
Trigari vicepresidente del Sabor. Con motivo de la verificación de los mandatos, los nacionales propusieron
anular el de Ljubi#a y el de Radman, por las numerosas irregularidades en las actas. A esto se opuso
Baiamonti, declarando que los autonomistas "no serán ni italianos ni croatas, sino dálmatas". Ljubi#a
intervino para tratar de demostrar que Dubrovnik y Boka Kotorska, su distrito electoral, desde el punto de
vista del derecho, no pertenecía al Reino de Hungría, o sea, a Croacia. En cambio, desde 1861 hasta la fecha
había defendido la unión de Dalmacia con Croacia.

Los nacionales, entre los cuales se contaban cuatro serbios, anularon los mandatos de Ljubi#a y Josip
Radman. A continuación presentaron un proyecto de memorándum dirigido al Emperador instándolo a reunir
a los representantes de Croacia y Eslavonia con los de Dalmacia para tratar su unión conforme a lo ya
establecido en 1870 y 1871 por su majestad. El gobierno pospuso las sesiones del Sabor un día antes de tratar
la proposición.

Durante las sesiones del Sabor, los nacionales revisaron el programa del Partido redactado el 8 de Mayo de
1875 que consideraba que: 1°) La unión con Croacia y Eslavonia era necesaria y reconocía a los serbios en
Dalmacia todos los derechos cívicos, 2°) Los acuerdos eran obligatorios con un quórum de dos tercios, y 3°)
Los asuntos religiosos no eran de su competencia. Este programa lo ratificaron el todos los representantes
nacionales.

El 11 de Mayo de 1877, la Cámara de Diputados italiana estalló en aplausos al recibir los agradecimientos y
saludos de Zadar por su apoyo a los autonomistas.

[1878][1879][1880] Ocupación de Bosnia Hercegovina; idioma croata en liceo de Split  


El Sabor Dálmata reinició sus sesiones el 3 de Junio de 1880. La ocupación de Bosnia y Hercegovina por los
ejércitos de la doble monarquía motivó el despertar nacional serbio en Dalmacia. Los cuatro representantes
nacionales serbios en el Sabor Dálmata abandonaron el Partido Nacional y formaron su propia bancada.
Constituyeron el "Club Serbio" y principiaron a publicar su periódico en Zadar, Srpski List , el "Diario
Serbio". El Narodni List  dejó de ser el órgano común para croatas y serbios. Con esto empezaron las amargas

 
 

 polémicas entre croatas y serbios referentes a Bosnia Hercegovina. Los que estaban de pláceme, eran los
autonomistas que veían ahora como poleminizaban ambos diarios yugoslavos. Entonces también apareció en
escena la juventud nacionalista del Partido del Derecho, que atacó a los nacionales. Pavlinovi$ en Agosto de
1884 escribió una serie de artículos sobre Croacia en el diario "El Nacional", en los que analizó el idealismo
de Strossmayer, el materialismo del ban croata Levin Rauch, el pragmatismo de Maxurani$ y el doctrinarismo
de Star;evi$. Enfatizó que en política hay que distinguir lo ideal de lo real, que no se logra lo que se quiere
sino lo que se puede en una situación dada. Era la política de lo posible.

El gobierno regional se abstuvo de convocar el Sabor Dálmata durante tres años. Recién llamaron a sesiones
el 3 de Junio de 1880. Los croatas quisieron avenirse con los serbios antes del comienzo de las sesiones.
Especialmente se empeñó en la tarea Lovro Monti, quien al fracasar las gestiones decidió dejar la actividad
 política. Depuso su mandato tanto en el Sabor como en el Consejo Imperial (1 de Mayo de 1882).

[1881] Rodi# y Jovanovi# 


Durante 1881 continuaron las polémicas de  Narodni List   con el Srpski List   y con los periódicos italianos
 Dalmata  de Zadar y  L! Avvenire  de Split. En estas polémicas  Narodni List   era apoyado por  La Dalmazia
Cattolica de Zadar, que desde 1878 tenía por lema luchar por "el catolicismo y el croatismo".

El gobierno convocó al Sabor Dálmata a sesiones para el mes de Agosto de 1881. Antes se procedió a
efectuar la elección complementaria por la vacancia dejada por Lovro Monti. En su reemplazo fue elegido el
nacional serbio Lovro Pavlovi$. En el Sabor se debatía con preferencia la situación en Split. A menudo se
trenzaban en fuertes debates Bulat y Baiamonti. El primero apoyado por los croatas y el segundo por los
italianos y serbios. Se aprobó una petición para que el próximo período de sesiones tenga lugar en una ciudad
distinta de Zadar.

Los autonomistas tenían en Zadar pandillas de niños pobres que perseguían e insultaban a los representantes
nacionales. Al igual que en las galerías del Sabor grupos que pifiaban a los nacionales. Esto obligó a que el
Sabor acordara que en dichos sitios sólo podían ubicarse los periodistas y los miembros del Concejo
Municipal.

[1882] Victoria de los nacionales en Split  


La polémica entre el Narodni List  y el Srpski List  siguió durante todo el 1882.

Período 1883-1889

[1883] Germanización 
El gobierno dispuso que en Abril de 1883 tuviesen lugar las elecciones para el nuevo Sabor Dálmata. El
gobernador Jovanovi$ tramaba cómo disminuir el número de representantes nacionales. Trató de obtener un
acuerdo con los autonomistas. La lucha electoral fue dura. Los órganos de seguridad hicieron múltiples
operativos contra los nacionales. Sin embargo, a pesar de todo, lo nacionales obtuvieron la mayoría de los
mandatos. De los 41 mandatos, los nacionales obtuvieron 26, los serbios 7 y los autonomistas 8. Al margen de
los partidos fue elegido en Makarska un protegido de Jovanovi$.

De acuerdo al reglamento parlamentario el Emperador debería proponer como presidente a un miembro de la


mayoría. El Emperador nominó a Djuro Vojnovi$  que no era nacional y como vicepresidente a un
autonomista. Así la representación nacional no quedaba representada en la presidencia del Sabor. Por esto,
apenas abiertas las sesiones, protestaron. Como de costumbre el gobernador invitaba a un almuerzo a todos
los representantes con motivo de la apertura del Sabor. Esta vez los nacionales no fueron en señal de
 propuesta. En la verificación de mandatos, la mayoría anuló dos de los autonomistas.

Durante el período de sesiones Klai$  y Pavlinovi$  intervinieron numerosas veces para denunciar la
germanización que llevaba a cabo Jovanovi$  y contra el nombramiento de funcionarios alemanes. En la
sesión del 10 de Julio de 1883, lo nacionales aprobaron una petición al gobierno central para que en
Dalmacia, al igual que en las otras provincias, se separen las funciones civiles de las militares. El presidente
del Sabor no le dio curso, por estimarla que no era de su competencia. Como muestra de rechazo a tal
actuación, los nacionales abandonaron la sala. Como no había quórum, el presidente tuvo que suspender la

 
 

sesión. Jovanovi$, propuso entonces que Viena disolviera el Sabor, lo que rechazó Taaffe por poner en
 peligro su mayoría en el Consejo Imperial donde los representantes nacionales dálmatas lo apoyaban.

En la sesión del 21 Julio de 1883, se aprobó la moción para que el croata fuera el idioma oficial en el Sabor
Dálmata. La apoyaron todos los nacionales y los serbios. Igualmente suscribieron una moción de Pavlinovi$ 
 para que el croata se empleara en todas las oficinas públicas de Dalmacia. No alcanzó a tratarse esta moción,
el Sabor fue intempestivamente clausurado. De esto los nacionales telegrafiaron a Taaffe, incluso Klai$ partió
a Viena para presentar personalmente su protesta. A pesar de ello Jovanovi$  siguió persiguiendo a los
nacionales, sus diarios fueron sometidos a la censura y a menudo los requisaba.

[1884] JOvanovi# capitula ante los nacionales  


El gobierno convocó al Sabor para el segundo período de sesiones para el 16 Junio de 1884. Antes se hicieron
elecciones complementarias en tres distritos. En todos salieron victoriosos los nacionales, que aumentaron su
representación a 25 de 41. Con esto podían tomar por sí solos todos los acuerdos de simple mayoría.
Jovanovi$ ya no se opondría ni perseguiría a los nacionales.

Pavlinovi$ presentó su voto para que el Sabor expresara al gobierno vienés su deseo que se use el croata en
todas las actividades de la administración pública en Dalmacia, con exclusión de las reparticiones militares.
Se eligió una comisión de 7 miembros que hizo, en la sesión del 7 de Julio, una proposición de cuatro puntos:
1°) Que las disposiciones del Ministerio de Justicia y del Interior de fecha 20 de Abril de 1872 se cumpla en
toda la administración civil en Dalmacia; 2°) Que el idioma administrativo de todas las reparticiones sea el
croata o el serbio, especialmente el idioma de los timbres, estampillas, actas y de todo lo relacionado con la
correspondencia interior en Dalmacia; 3°) Que se exija a todos funcionarios públicos en la administración
civil que sepan además del italiano el croata, y 4°) Que se traduzca al croata o al serbio el código de
 procedimiento judicial y de la ley comercial francesa, conjuntamente con sus reglamentos y modificaciones.

Esta proposición se debatió durante dos días. Los autonomistas aprobaban los puntos 1,3 y 4 y se oponían al
2° por ignorar la nacionalidad italiana en Dalmacia. Los nacionales reconocían que en Dalmacia existían los
italianos, pero que hay que diferenciar la cultura italiana de la nacionalidad italiana. Esto lo explicó
espléndidamente Bulat: "No deseamos despreocuparnos del idioma italiano, al cual nosotros amamos.
Admiramos a Italia, pero su nacionalidad no la queremos implantar a otros. Llegó el tiempo para que nuestro
idioma [el croata]- que tiene su lugar en las municipalidades, en las escuelas y en este Sabor - tome
igualmente su lugar también en la administración del estado." Se sometió a votación, el punto segundo se
aprobó con los votos croatas y serbios y los otros tres puntos por unanimidad. Así, el Sabor Dálmata acordó
introducir en toda la administración y actividad pública, la lengua croata como lengua oficial. Después de esto
se clausuró el período de sesiones ( 8 de Julio de 1884).

[1885] Sólo representantes nacionales al Consejo Imperial  


El gobernador Jovanovi$, que al comienzo actuaba contra los croatas, durante los años 1884 y 1885 se
comportó en forma totalmente distinta. Incluso ayudó a los nacionales para recuperar algunas
municipalidades. Les prometió apoyo para ganar en Zadar, pero Klai$ pensaba que la situación no estaba
madura. Pedía que primero se creara un escuela primaria croata, lo que se hizo en 1885 con 15 alumnos. Ese
mismo año se organizó el Hrvatski Sokol  como centro de propaganda nacional. Lamentablemente Jovanovi$ 
sufrió de apoplejía el 8 de Diciembre de 1885. Había nacido el 5 de Enero de 1828.

[1886] Durante 1886 se formaron dos nuevos centros políticos: uno serbio y otro italiano. Ambos estaban
en contra de la política de los nacionales croatas.

Período 1889-1895

En el 1889 se realizaron nuevas elecciones para el Sabor Dálmata. Los croatas obtuvieron un triunfo más
contundente que en 1883, 26 mandatos contra 9 de serbios y 6 italianos. En los distritos rurales: croatas 14,
serbios 6; ciudades y cámaras: 7 croatas, 2 serbios y 2 italianos; grandes contribuyentes: 5 croatas, 1 serbio y
4 italianos. Los representantes croatas formaron la bancada nacional croata. El primer punto de su programa
era la unión de Dalmacia, Croacia y Eslavonia junto con la devolución de todos sus territorios al estado
croata.

 
 

[1890] En la bancada croata se incorporaron los nacionales de Dubrovnik, donde había más serbios católicos
que ortodoxos. En 1890 los serbios lograron el control del municipio. Los croatas en Dubrovnik publicaban
Crvena Hrvatska (Croacia del Sur), cuyo director era Frano Supilo. Los serbios editaban Dubrovnik  escrito en
caracteres cirílicos y latinos. Gracias a Supilo los croatas conquistarían el municipio en subsiguientes
elecciones.

[1891][1892][1893] Se produce un acuerdo entre el grupo de Biankini y numerosos partidarios de Ante


Star;evi$, los prava " i, encabezados por Ivo Prodan en Zadar y Ante Trumbi$ en Split. Gracias a este acuerdo
se formó en Dalmacia el Partido del Derecho.

[1894] El idioma croata se afianzó definitivamente en todas las actividades reemplazando al italiano. Sin
embargo la cuestión de la unificación con Croacia y Eslavonia seguía pendiente.

Período 1895-1901
[1895] En las elecciones de 1895 para el Sabor Dálmata, el Partido del Derecho participó por primera vez.
Los nacionales obtuvieron la gran mayoría de representantes en casi todas las instituciones. Los partidarios de
los autonomistas eran cada vez menos y se circunscribían a los italodálmatas. Los resultados fueron: 23 para
los nacionales croatas, 3 para los prava#i, 9 para los serbios y 6 para los italianos. Para el Consejo Imperial, 8
nacionales de 9.

[1896] Las muertes de Mihovil Pavlinovi$  (1887) y de Miha Klai$  (1896) estremecieron la jefatura del
Partido Nacional. Al presidente del Sabor Klai$ lo sucedió Gajo Bulat, representante nacional, abogado de
Split. Con esto se posesionó de la jefatura del partido. El centro de gravedad político se trasladó a Split.
Aparecieron diferencias entre los nacionales de Zadar y de Split, que debilitó al Partido. Seis representantes
(Biankini, Buzoli$, Josip Pa#trovi$, Josip Ljubi$, Ante Peri$, y &ari$) abandonaron el Partido y formaron su
 bancada croata. Sin embargo en las elecciones iban juntos con los nacionales allí donde había peligro
autonomista. En los siguientes elecciones regionales fueron elegidos dos nuevos y jóvenes representantes de
Split: Ante Trumbi$ y Josip Smodlaka, quienes junto con Krstelja y Dulibi$ de &ibenik le dieron una nueva
vida a la mayoría dietal.

En 1896, se votó por primera vez en Dalmacia de acuerdo a las disposiciones de 1896 que agregaron un
quinto estamento de elección directa. En esta ocasión hubo acuerdo entre los nacionales croatas y los serbios,
con el propósito de evitar la elección de representantes italianos. A los serbios se les aseguraban 2 mandatos
(Du#an Baljak y Radoslav Kvekvi$). También pactaron con los prava#i, a los cuales le cedieron 3 (Biankini,
Virgil Peri$  y Trumbi$). Así los nacionales croatas se quedaron con 6 (Bulat, Lovro Bor;i$, Klai$, &upuk,
Antun Vukovi$, Luka Zore). Los italianos no obtuvieron ningún mandato.

[1897] En las elecciones provinciales de 1879 se produce una nueva derrota de los autonomistas italianos.

[1898] [1899]1900] En 1900, la lucha por Dubrovnik estaba entablada entre el portavoz croata Franjo Supilo,
muy activo en los círculos estimados austrófilos, y el autonomista Roberto Ghiglianovich. Éste pidió al
 príncipe Nicolás I Petrovi$ de Montenegro que prohibiera a los serbios de Dubrovnik llegar a acuerdos con
los croatas y que los presionara para que mantuvieran su alianza con los italianos, como lo habían hecho en el
 pasado. En efecto el entendimiento entre italianos y serbios venía desde 1898. Sin embargo, el partido croata
ganó en Dubrovnik tal como lo había hecho antes en Kotor.

Período 1901-1908

Para las elecciones al Sabor Dálmata de 1901, todos los yugoslavos fueron juntos. El resultado fue 29 croatas,
6 serbios y 6 italianos. De los representantes croatas 18 eran nacionales, 9 prava#i y 2 auténticos.

[1902] El Sabor Dálmata recibió el mensaje de apertura del Emperador, en que se expresaba que "consciente
de su pasado y deseoso de un mejor futuro - el pueblo croata lucha por su unificación".

En el Sabor Dálmata de 1902, el Partido del Derecho estaba representado por: Ivan Majstorovi$, don Nikola
Ribi;i$, Trumbi$, Biankini, Roko Arneri, Virgil Peri$, Prodan, Josip Bakota, Smodlaka, Ivan Marovi$ y Petar
Ruxevi$.

 
 

En 1902 se produce un cambio en la gobernación de Zadar, asume el cargo el barón Handel. En Dubrovnik
nombran alcalde al consejero real Niko Nardelli. El nuevo gobernador traía instrucciones del gobierno vienés
de introducir el idioma alemán en las escuelas y en la administración.

[1903] En el año 1903, bajo el banato de Khuen Héderváry sucedieron hechos trágicos en Zagreb. Tuvo que
irse después de estar en el cargo durante 20 años. A la diputación del Sabor de Zagreb se unieron
representantes del Sabor Dálmata para ir a Viena a denunciar los sangrientos incidentes ocurridos en Zagreb.
El Emperador no los recibió. Los desvió a un ministerio. Los delegados, entre los cuales estaban los dálmatas
Biankini, Borelli, Bor;i$, Iv;evi$, Vinko Mili$, Smodlaka, Trumbi$ y otros, emitieron una proclama pública
de protesta. En esta ocasión se estrecharon los lazos políticos de los croatas dálmatas con los croatas de
Zagreb. La conciencia nacional se fortaleció. Aparecía lo que se denominaría política del nuevo curso. Los
 zemaljaci desaparecieron.

[1904] Los representantes nacionales, en la sesión del 6 de Octubre de 1904, declararon que no se presentarán
al trabajo del Sabor mientras Handel fuera gobernador. Esto fue recibido con grandes aplausos. Handel
entonces clausuró el Sabor, pero finalmente tuvo que dimitir.

[1905] Los nacionales y prava#i se fusionaron el 27 Abril de 1905 en el Partido Croata, que proclamó el
 principio de la unión con Croacia y Eslavonia y con todas las tierras habitadas por los croatas en un estado
independiente.

Después de la Resolución de Rijeka del 3 de Octubre de 1905, cuyo promotor fue Frano Supilo, se produjo un
entendimiento entre croatas y serbios tanto en Croacia como en Dalmacia. El trabajo político se profundizaba.

[1906] En las elecciones de Mayo de 1906, la Resolución de Rijeka condujo a la victoria a la oposición tanto
en Croacia como en Eslavonia. El Consejo Imperial finalmente convenció al gobierno austríaco de suprimir
las elecciones por estamentos y utilizar el voto universal secreto para las elecciones parlamentarias.

Período 1908-1918

[1908] En Octubre de 1908 tuvieron lugar las últimas elecciones para el Sabor Dálmata, pero todavía por el
sistema estamental de 1861. Los croatas obtuvieron 28 mandatos, los serbios 7 y los italianos 6. De los
croatas 22 eran nacionales y 6 prava#i.

[1909][1910][1911] La política de los italianos dálmatas en este período era muy ilusoria. El Partido Liberal
Italiano trataba de aparecer defendiendo el derecho de la residencia para impedir medidas rigurosas contra los
italianos. La actividad política de los grupos radicales y un gran número de organizaciones y sociedades eran
abiertamente irrendetistas y hacían demostraciones, especialmente en Zadar. Las aspiraciones italianas locales
fueron más evidentes en 1911 con motivo de la invasión italiana de Libia.

[1912]...[1918] Con motivo de la introducción del sistema universal en la elección de representantes al


Consejo Imperial, se hicieron proposiciones para hacer lo mismo para el Sabor Dálmata. Sin embargo por la
manifiesta posición antiaustríaca, el Sabor después de 1912 nunca más fue convocado por el Emperador.

Durante las guerras balcánicas de los años 1912 y 1913, el Sabor se mantuvo calma y en actitud progobierno..
En años de la primera guerra mundial, los intentos de reconciliación promovidos por líderes croatas e italianos
fracasaron y los partidos permanecieron hostiles unos frente a los otros.

C) MUNICIPALIDADES
En 1865 Dalmacia recibió una nueva ley municipal en reemplazo de la existente desde 1821. Split, por
ejemplo, en vez de tener 15 ediles nombrados elegiría 35. Baiamonti obtuvo un gran triunfo en Split y el 17
de Septiembre de 1865 se instaló con gran pompa en la Alcaldía. En los pueblos pequeños, Lapenna cometió
toda clase de arbitrariedades. Apresó a electores y dirigentes nacionales y los condujo a Zadar, donde fueron
arrojados a la cárcel. A raíz de esto, el abogado Lovro Monti se dirigió a Viena, para presentar allí su queja.

 
 

Mas fue apresado por Lapenna. En Zadar la policía allanó numerosas residencias de nacionales. Klai$  se
quejó al Ministerio de Justicia en Viena.

Cuando el canciller Belcredi se enteró de estos sucesos, decidió cambiar radicalmente las autoridades
regionales en Dalmacia. En vez de Mamula, representante de los regímenes represivos de Bach y Schmerling,
nombró el 17 Octubre de 1865 al general Franjo Filipovi$  que hasta esa fecha servía como brigadier en
Dubrovnik. Los croatas dubrovnicanos tenían la mejor opinión de él.

Desde el verano de 1870 hasta el término de la década del conflicto entre los autonomistas y nacionales, los
 primeros perdieron la mayoría en el Sabor Provincial. Después del Sabor le tocó el turno a los gobiernos
municipales, los cuales cayeron uno tras otro en manos de los nacionales, salvo Zadar. Después siguió la
 burocracia, las escuelas, las iglesias y, finalmente, todas las instituciones fueron tomadas por los yugoslavos.
El autonomismo perdió así todas sus bases de sustentación.

Durante mucho tiempo los autonomistas mantuvieron en sus manos las municipalidades de ciudades y
 pueblos. Había que dedicar mucho esfuerzo y trabajo, para desplazarlos. En 1864 se eliminaron en Vrlika, en
1865 en Milna y Supetar, en Dubrovnik, en Kor %ula en 1871, en &ibenik en 1872, en Zadar en 1870 y a partir
de 1872 los nacionales ganaban por doquier. En 1874 los nacionales tuvieron éxito en conquistar el municipio
de Omi# y Su$urac, con lo cual aseguraban la mayoría en el distrito electoral de los municipios rurales de
Split.

Todavía en 1875 los autonomistas italianos controlaban unas veinte municipalidades, incluyendo Silba, Pag,
Zadar, Zlarin, Split, Klis, Trogir, &olta, Milna, Starigrad, Vrboska, Vis, Komixa, Blato, Sabioncello, Meleda,
Lopud, Cavtat y cuatro comunidades en la isla de Bra; (Supetar, Postire, Bol y Nerexi#$a).

Durante 1880, los croatas pusieron el mayor cuidado en los asuntos de Split. Allí el dirigente de los croatas
era Gajo Bulat, desde que Kosta Vojnovi$ en 1874 dejó Split para establecerse en Zagreb. Bulat se propuso
un difícil objetivo: arrebatar la alcaldía de Split a Baiamonti. Era considerado imposible por cuanto Baiamonti
tenía a los autonomistas no sólo italianos sino croatas y a los aldeanos de los alrededores de Split, que lo
llamaban tata, por que en verdad se preocupaba de ellos como un padre.

Pero, Baiamonti en 1880 sufrió diversos percances. Fundó la sociedad anónima por acciones  Associazione
 Dalmatica. La sociedad no prosperó y se perdió todo el capital. Se comprobó después que sus balances eran
alterados. Esta situación la hizo pública Bulat como representante de Strossmayer que había adquirido
acciones por una valor de 40.000 florines.

Baiamonti tenía en Split una guardia pretoriana. Era la sociedad Societá del tiro al bersaglio, siendo la
mayoría aldeanos splitanenses. Los nacionales, ya el 5 de Agosto de 1873, inauguraron la sociedad Slavjanski
 Napredak  (El Progreso Eslavo), que organizaba fiestas y una escuela nocturna para adultos. Napredak  pasó a
ser punto de reunión de los nacionales en Split. Debido a esto, se producían choques entre los bersaglieri con
los de Napredak. Cuando los bersaglieri provocaron y atacaron el 17 de Agosto de 1880 a soldados croatas de
la brigada local, el gobernador Rodi$ se convenció que Baiamonti malversaba los fondos municipales y que
sus partidarios originaban desórdenes en la ciudad. Debido a esto, en Noviembre de 1880, el gabinete Taaffe
disolvió el Consejo Municipal de Split, autonomista, cuyo alcalde era Antonio Baiamonti, hombre de
indiscutible genio. Se nombró un comisario para asumir la administración, con la justificación de reimplantar
"la ley y el orden" y por la necesidad de un manejo más honesto de sus finanzas. Esta administración duró
más de veinte meses y tuvo éxito en organizar las elecciones de Julio de 1882 (dos años después del
establecimiento de la Triple Alianza entre Italia, Austria y Alemania).

Split ya estaba 20 meses sin Concejo Municipal. Bulat aprovechó este tiempo para realizar agitación y
 propaganda política. Los autonomistas estaban tan seguros de su triunfo en las próximas elecciones, que se
 burlaban de los nacionales. Pero Bulat no cejaba. Por intermedio de su diario Split, que salía en Zadar como
suplemento de Narodni List , preparaba al pueblo para las elecciones que se avecinaban.

Así, durante el interregno, ambas fuerzas se prepararon para la batalla eleccionaria. Los sucesos
internacionales estaban favoreciendo la causa nacional: ocupación de Bosnia y Hercegovina, Austria estaba
en buenos términos con Serbia y los yugoslavos de la monarquía apoyaban al gobierno de Taaffe. Por el otro

 
 

lado aparecieron cada vez claras las pretensiones irredentistas italianas sobre Dalmacia, que eran contrarias a
los intereses austríacos. Mas los nacionales no descansaban y no se confiaban. Bulat cada vez que podía
atacaba a Baiamonti en el Sabor Dálmata, denunciaba la deuda dejada, el costo de más del doble del
acueducto, las especulaciones de la sociedad " Associazione" que llevaron a la ruina a los pequeños
accionistas, etc. Aunque acusado, Baiamonti no estaba destruido. Toda Dalmacia pendiente del duelo
entablado. El clímax se alcanzó cuando se comunicó que las elecciones se realizarían desde el 17 al 22 de
Julio de 1882.

Las elecciones municipales se fijaron para Julio de 1882. Bulat estaba seguro de ganar en la primera y
segunda mesa electora. Aquí votaba la intelectualidad que ya estaba en vía de abandonar a Baiamonti. En
contra de Baiamonti se levantó el obispo de Split, por ser Baiamonti liberal. La mayor preocupación de Bulat
era la tercera mesa electoral, en la cual votaban los aldeanos próximos a Split. Bastaba que aquí ganase
Baiamonti, para obtener los 12 mandatos municipales. Bulat consiguió dividir la tercera mesa en tres
secciones independientes, así disminuía las posibilidades de los autonomistas.

En la primera división de la tercera mesa, que votó el 17 de Mayo de 1882, los nacionales obtuvieron 4
mandatos. Al día siguiente la segunda división de la tercera mesa eligió autonomistas. La tercera división de
la tercera mesa votó durante los días 19 y 20, ganando los autonomistas. El 21 votó la segunda mesa, dando la
victoria a los nacionalistas con 12 mandatos. La primera mesa votó el 22, arrojó 12 mandatos para los
nacionales. En total, de 36 concejales municipales, 28 fueron dálmatas nacionales frente a 8 autonomistas
italianizantes. Así, en la Municipalidad de Split, el Partido Nacional pulverizó a los autonomistas.

El último acto del destronamiento de Baiamonti en Split fue el contundente resultado de las elecciones. El
Concejo quedó compuesto por 28 nacionales y 8 autonomistas. La derrota fue absoluta. Baiamonti renunció a
su representación en el Sabor Dálmata y anunció que se retiraba a la vida privada. Los nacionales recibieron
felicitaciones de todo el territorio yugoslavo. Esta fue otra victoria frente al imperialismo italiano después de
la batalla de Vis. El nuevo directorio municipal de Split se constituyó el 12 de Octubre y como alcalde se
nombró a Dujmo Rendi$ Mio;evi$, nacido en Split el 4 de Noviembre de 1834 y donde también murió el 29
de Octubre de 1915. En Split terminó sus humanidades y en Padua obtuvo su doctorado en leyes. También
fue representante en el Sabor Dálmata.

Entonces Antonio Baiamonti, médico de profesión, desertó del campo liberal y se unió a la minoría
 burocrática italianizante, sostenida por una camarilla de Viena. Fue sobrepasado en todos los frentes. Estaba
ansioso de retomar su autoridad vacilante exagerando el neoitalianismo del Partido Autonomista, lo que lo
 perdió definitivamente. Baiamonti no era más que un anacronismo viviente, un naufrago político. Se ligó con
una camarilla de políticos que en Viena saboteaba el régimen favorable a los eslavos y se esforzaba por volver
a la monarquía a los "bellos" días del centralismo schmerlingiano. Alemanes de Austria e italianos de
Dalmacia, se confabularon. El ex alcalde de Split, que había restaurado el acueducto de Dioclesiano y
 proyectado un ferrocarril Danubio - Adriático, se sostenía por una política municipal de gratificaciones y por
fraudes electorales. Su prestigio se había evaporado. El pueblo que no comprendía ni una palabra de italiano,
lo abandonó, después de haberlo idolatrado. En esta gran comuna, casi enteramente eslava, existía la anomalía
de haber sido gobernada por una oligarquía que, declarándose eslava para conseguir los votos populares,
 perpetuaba un régimen italianizante. Ahora sus partidarios quedaron en minoría. Finalmente, Antonio
Baiamonti renunció a la dirección del movimiento autonomista y se retiro a la vida privada. Murió en 1891.

Los autonomistas de Split, en su desesperación, atentaron el 27 de Octubre contra la vida de Bulat y el 8 de


 Noviembre contra su colaborador Conrad. Al día siguiente se nombró el primer directorio municipal croata
compuesto por seis miembros. Fueron designados Dujmo Rendi$  Mio;evi$, como alcalde, como primer
 presidente, Tacconi, y directores Gajo Bulat, Kamber, Petar Katalini$, Proti$ y Mato#i$.

El 1882 registró un año muy importante en el despertar nacional en Dalmacia, que influyó en los sucesos
 posteriores. El rescate del municipio de Split del poder de los autonomistas por parte de los nacionales. Con el
derrumbe de la fortaleza de Baiamonti en Split, principian a conquistarse los demás municipios: Trogir,
Starigrad, Vrbovska y Nerexi[$a que todavía estaban en manos de los autonomistas. Afines del siglo XIX
todos los municipios salvo Zadar estaban en manos nacionales.

 
 

A comienzos de 1887 tuvo lugar la elección de concejales en Trogir. Los croatas vencieron por primera vez a
los italianos, lo que fue recibido con gran alegría en Dalmacia. Por los reclamos que hicieron los italianos, el
Concejo se constituyó recién en Octubre. Alcalde fue elegido & piro Puovi$ que mantuvo su cargo hasta su
muerte ocurrida en 1901.

A fines de 1899, Nicolò Trigari cumplió veinticinco años como alcalde de Zadar. Durante ese tiempo el
campo y la ciudad vivieron en armonía y el Concejo Municipal no tenía ningún concejal procroata. Después
del retiro de Trigari, Luigi Zilotto fue elegido alcalde de Zadar.

En las elecciones municipales de 1911, los votos italianos ganaron sólo en Zadar, alcanzaron ciertas
 proporciones en otras plazas - en las pequeñas municipalidades del distrito electoral de Zadar y en el de Split,
en las islas de Bra;, Hvar y Vis, Dubrovnik, Imotski, Trogir, Drni#, &ibenik y Skradin. Pero fue pobre en
Kotor y completamente ausente en los distritos electorales de Obrovac y Nin, Sinj y Makarska y Metkovi$.

La nacionalización de las comuna dálmatas se completó rápidamente. Sólo Zadar, la ciudad cuya historia no
había sido sino una larga lucha contra el imperialismo veneciano, escapaba a la regla general y mantuvo un
Concejo Municipal con mayoría proitaliana hasta el término de la Primera Guerra Mundial. Y, sin embargo,
esta ciudad sede del representante del gobierno austríaco, sometido por consiguiente a una doble régimen
debilitante, fue en los primeros años del despertar yugoslavo el portaestandarte de las esperanzas nacionales y
el cuartel general del partido unionista.

Se plantea la pregunta ¿porqué Zadar no siguió la suerte de los demás municipios? Zadar, salvo los
inmigrantes y funcionarios italianos y alemanes, estaba poblado por yugoslavos, sobretodo en sus alrededores
y pueblos vecinos. Las razones se encuentran en la desunión de serbios y croatas, las incompresiones entre
nacionales y nacionalistas de Star;evi$, las rivalidades en la elección de los representantes en el Consejo
Territorial y muchas otras de menor importancia. Esta situación tendrá graves consecuencias posteriores.

Sin el terrorismo eleccionario el Gobierno austríaco, la capital dálmata habría tenido en 1914 un Concejo
Municipal yugoslavo como en 1848 y en parte en el del 1870. El gobierno imperial, que tuvo que ceder de
mala gana al movimiento eslavo en el affaire de Split, adoptó en Zadar una actitud radicalmente diferente.
Conservó, por una torcida aplicación de la ley electoral, un Concejo Municipal italiano para recordar siempre
a Dalmacia yugoslava que podría, en cualquier momento, suscitar la cuestión de la autonomía italianizante si
sus diputados se atrevieran hacer en el Parlamento de Viena una política muy yugoslava. Al mismo tiempo
Austria obtenía un doble resultado: tenía en la capital dálmata un instrumento dócil para impedir las
demostraciones eslavófilas anexionistas y al mismo tiempo del irredentismo italiano. Así Italia obtenía una
satisfacción moral por tantos sacrificios de amor propio al aceptar la política balcánica de la doble monarquía.

Gracias a Austria y sólo a Austria, al final de la primera guerra mundial, un puñado de dálmatas italianizantes
(3.000 sobre 700.000) no desaparecieron completamente de la escena política del país. Sin esto, no se hubiera
 planteado posteriormente el problema de Zadar.

LOGROS DE LA NACIONALIZACIÓN
A continuación se reseñarán diferentes logros relacionados con la lucha por la nacionalización de la vida
diaria en Dalmacia.

El Idioma Croata

La situación del uso de idiomas en las ochenta y dos municipalidades de Dalmacia, era como sigue:
diecinueve utilizaban solamente el italiano, cinco lo preferían, en treinta y tres se hablaba exclusivamente
croata y veinticinco eran bilingües. Con el tiempo, como los autonomistas seguían perdiendo
municipalidades, el uso del idioma nacional se fue extendiendo.

El idioma es una de las tantas características de un pueblo. Entonces, bregar por el idioma nacional
significaba luchar por uno de sus derechos fundamentales. Asegurando este derecho, se podía continuar, con
seguridad, la batalla hacia la integración nacional.

 
 

El Partido Nacional, declaró que una de sus tareas principales sería trabajar por el uso del idioma croata en
vez del impuesto antinatural italiano en las escuelas, tribunales y administración pública. El 97% de la
 población hablaba croata y un 3% el italiano. Tuvo en su contra no sólo a los autonomistas y renegados del
Partido Autonomista, sino también a todos los órganos del poder austríaco. Por esto la lucha por la
nacionalización fue extraordinariamente difícil. Pero, a pesar de todo, esta batalla se llevó con esperanza y sin
desmayo.

A comienzos de 1861, el Sabor Dálmata, durante la segunda sesión realizada el 15 de Abril de 1861, tuvo que
resolver en primer lugar qué idioma se utilizaría en su trabajo. Baiamonti propuso el italiano, por cuanto no
todos los representantes sabían croata, pero si hablaban o comprendían lo suficiente el italiano. Se opuso
Pavlinovi$, quien habló en croata y propuso el empleo del idioma ilirio (croata). Lo apoyó Juraj Puli$ 
diciendo que en ningún caso se puede excluir el croata. Los autonomistas produjeron tal batahola, que fue
interrumpida la sesión por el presidente Petrovich, quien para aquietar a los representantes, declaró: "Señores
representantes, sería una estupidez no reconocer que desde las montañas dináricas hasta las más lejanas islas
del Adriático, que en ese territorio, el pueblo que allí vive es un pueblo eslavo.". Finalmente se aprobó que se
 podía hablar en italiano o en ilírico, en cuyo caso la secretaría lo traduciría al italiano. Con esto en realidad se
aceptó el italiano como idioma oficial. Petrovich propuso también que se editasen libros en idioma eslavo.

En su sesión del 12 de Agosto de 1861, el Sabor de Zagreb discutió el problema del idioma. Declaró al
idioma yugoslavo [sic] como el idioma oficial del Trireino para todos los efectos de la vida civil. Enfatizó que
era el único idioma que debería usarse era el yugoslavo.

 No estaba claro cómo se llamaba el idioma croata. En el año 1862, la Junta Provincial dispuso fondos para
que se imprimiera un diccionario y otros libros que fueran necesarios en idioma eslavodálmata (lingua
 slavo-dalmata). El Director del "Diario nacional", Natko Nodilo, se refirió a esta denominación escribiendo
"Nosotros en Dalmacia o somos croatas o serbios, entonces aquí no se habla sino croata o serbio, por lo tanto
el idioma en nuestros diccionarios no puede ser sino serbocroata o croataserbio o bien sólo croata o sólo
serbio, pero en ningún caso "eslavodálmato"".

Los representantes del Partido Nacional persistieron, en las sesiones del Sabor Dálmata de los años 1862 y
1863, en exigir el otorgamiento al idioma croata el puesto que le correspondía en la administración, tribunales
y escuelas. Estas demandas pronto se presentarían en Viena.

A partir de la sesión del Sabor Dálmata, del 12 de Enero de 1863, Pavlinovi$ y Krsto Kuli#i$ intervinieron
siempre en idioma croata, pero los demás nacionales lo hacían en italiano por cuanto no eran diestros en el
idioma nacional. Pero poco a poco principiaron también en usar el croata. El primero que habló en croata en
el Sabor Dálmata fue Pavlinovi$. Los autonomistas lo hacían exclusivamente en italiano. Los nacionales
exigieron que todos los antecedentes se presentaran en los dos idiomas: croata e italiano y que en las escuelas
y en los tribunales se utilizara el idioma nacional eslavo.

En la sesión del 17 de Enero de 1863 el representante Pavlinovi$ reclamó al presidente del Sabor Dálmata,
Petrovich, que la correspondencia y las actas se hacían exclusivamente en italiano atropellando con ello la ley
que establece la igualdad de los idiomas. Entonces el representante Puli$ propuso nombrar una comisión de
cinco miembros para que estudiara la introducción de las lenguas territoriales también en las escuelas y en la
administración. La proposición fue aceptada. La comisión analizó el asunto considerando que: 1) exista la
libertad de uso del idioma, 2) en las escuelas primarias se enseñe en el idioma materno (ilirio), 3) en la
secundaria por lo menos un ramo se enseñe en el idioma materno, y 4) en teología se use para las pastorales.
En la sesión del 4 de Febrero se debatió extensamente la materia.

A comienzos de Marzo de 1864, comenzó el tercer período de sesiones del Sabor Dálmata. Había que
resolver en definitiva el problema del idioma. La discusión, comenzó en el Sabor Dálmata el 5 de Abril de
1864. Klai$ hizo un histórico discurso. Expresó que los nacionales no eran enemigos ni del idioma ni de la
cultura italiana que era una manifestación nacional, así mismo Dalmacia quiere manifestarse en su propio
idioma. Le contestó Baiamonti, en nombre de los autonomistas liberales, diciendo que ellos no eran enemigos
del idioma croata, ni de ser mañana eslavos, pero si de la unión con Croacia.

 
 

En dicha sesión se debatió nuevamente la proposición del representante Puli$. Para tal efecto se eligió una
nueva comisión compuesta por tres autonomistas (De#kovi$, Giovannizio y Seragli) y dos nacionales
(Pavlinovi$ y Puli$). La mayoría propuso al Sabor cinco puntos: 1) El idioma de enseñanza en las escuelas
 públicas lo determinaría la respectiva municipalidad; 2) En los liceos se enseñaría por lo menos un ramo, en
lo posible historia y geografía, en croata; 3) El servicio pastoral en el seminario de Zadar se haría en croata; 4)
En los tribunales, las partes podrán presentar escritos en croata, pero los funcionarios los considerarán previo
acuerdo de la Corte de Apelaciones; y 5) A todos los funcionarios públicos se les exigiría el conocimiento del
croata, para lo cual se le tomaría un riguroso examen. La minoría nacional estuvo de acuerdo con los puntos
2, 3 y 5.

Finalmente el gobierno local se opuso por cuanto ello significaba mayores gastos. El pueblo fue motivado, así
en las elecciones de 1864, el Partido Nacional obtuvo una gran cantidad de representantes

En la sesión del Sabor Dálmata del 3 de Febrero de 1866, los nacionales presentaron una interpelación al
gobierno regional sobre el uso de los idiomas croata e italiano en los establecimientos educacionales y
tribunales. Esta interpelación no quisieron firmarla los autonomistas liberales, salvo Machiedo, que desde
entonces se consideró nacional.

El 15 de Junio de 1866 se limitó el uso del italiano en las oficinas públicas y se le exigió a los funcionarios
aprender croata. Una orden del 14 de Junio de 1867 decretó el carácter yugoslavo de la Escuela Secundaria de
Zadar, el más alto instituto de educación en Dalmacia. Mientras tanto, en los seminarios y en las escuelas
normales, los sacerdotes y profesores tenían que enseñar, no tanto amar a los croatas, como a odiar a los
italianos. En Noviembre de 1866, el delegado gubernamental Seifert manifestó que el gobierno aceptó el
 principio de impartir la enseñanza en idioma materno en las primarias y que en las secundarias se utilizara el
ilirio y el italiano, para que así los estudiantes aprendan ambos idiomas. Se acordó que los proyectos de leyes
se informen en los dos idiomas, pero que la votación sea única.

En el Sabor el idioma nacional conquistaba mayores espacios y más prestigio. El año 1870 representó el
momento en que el Partido Nacional obtuvo la mayoría en las elecciones de representantes al Sabor. Desde
entonces se abrieron las puertas para el uso del idioma nacional en la vida pública. Esto había que traducirlo
en una ley. La propuesta la hizo el representante Pavlinovi$ y sus partidarios. En la sesión del Sabor del día
21 de Julio de 1873 se tomó el siguiente acuerdo: "El idioma del Sabor y del Consejo Territorial es el idioma
nacional croata o serbio. En este idioma se debatirá, escribirán las actas de las sesiones, presentarán las leyes,
 proposiciones, acuerdos y se escribirá la correspondencia con otras autoridades. A los representantes le queda
la libertad de hablar y presentar proposiciones también en italiano."

Durante su primera visita a Dalmacia, en la primavera de 1875, el emperador Francisco José I dio su discurso
oficial en Zadar en italiano. El Partido nacional aprovechó la oportunidad para alabar al "Rey de Dalmacia,
Croacia y Eslavonia" y representarle la situación en Dalmacia, sus deseos y aspiraciones, demostrándole que
el país era tierra croata, que exigía hablar en su propio idioma en la administración y en las escuelas y unirse a
Croacia. El diario "El Nacional" lo saludó diciendo: "  Zdravo kralju! Sucesor de Drxislav el Poderoso,
Kre#imir el Grande, Zvonimir el Bueno, que hoy por primera vez pisas la cuna del croatismo, Zdravo!"

En 1879, el gobierno de Austria ya estaba llano a aceptar el uso del croata en las escuelas secundarias en
Dalmacia. La ocupación de Bosnia y Hercegovina en 1878 y la reacción de Italia, cada vez irredentista,
aconsejaba apoyar a croatas y serbios. Junto a esto, los representantes nacionales dálmatas en el Sabor
Imperial habían ingresado en el Club de Representantes de Hohenwart, grupo de centro derecha pro
federación, que apoyaba al gobierno de Eduard Taaffe y sobre el cual tenía mucha influencia. Los dálmatas
entraron a dicho Club con la condición de que los apoyaría en los asuntos de interés para Dalmacia, entre los
cuales estaba el idioma. No es por lo tanto de extrañar que, cuando más adelante, los nacionales obtuvieron la
mayoría de representantes, enviaran de todas maneras delegados al Consejo Imperial de Viena, aunque los
 políticos de Zagreb esperaban que no lo hicieran. Y no sólo hicieron esto, también apoyaron con sus votos la
 promulgación de leyes que destruían las autonomías regionales y que estaban dirigidas contra los
eslavoaustríacos. Así el obispo de Djakovo, Josip Juraj Strossmayer, le escribía a Pavlinovi$, jefe del Partido
 Nacional dálmata: "Sus personeros en Viena no tienen un pensamiento político consecuente." El federalismo
de Hohenwart fracasó, entre otras causas, por el fallido levantamiento contra Viena del ideológo del Partido
del Derecho, Eugen Kvaternik (1871), quién deseaba crear una Croacia independiente.

 
 

Los croatas de Dalmacia erigieron un monumento al poeta nacional Andrija Ka;i$, nacido en Brist cerca de
Makarska. A su inauguración llegó una delegación de 60 croatas de Croacia y Eslavonia. Como esta era la
 primera visita a Dalmacia de un grupo del norte a la cuna del reino croata, se le organizó a su paso por Split
en su viaje a Makarska una gran recepción el 24 de Agosto de 1890. A su vez los croatas dálmatas,
encabezados por Bulat, fueron igualmente recibidos en Zagreb en otoño de 1891 con motivo de la exposición
y la inauguración de un monumento a Ka;i$ en Ilica, calle principal de Zagreb. Volvieron a venir a Dalmacia,
esta vez a Dubrovnik los croatas del norte, cuando se inauguró el monumento a Gunduli$ en Dubrovnik el año
1893.

En 1903 el plan idiomático de reemplazar el italiano por el alemán, fue unánimemente rechazado por los
representantes de todos los partidos. A raíz de esto los diarios acusaron a Handel de agente germano, quien
supuso que algún funcionario lo escribió. Así que los llamó a su despacho. Los citados le manifestaron, bajo
 palabra de honor, que ellos no lo hicieron. El con rabia les espetó: "¡ Los dálmatas no tienen palabra de
honor!". Al hacerse pública esta reacción, Dalmacia se sintió ofendida y exigió explicaciones, que Handel se
negó darlas.

Finalmente, por decreto ministerial de fecha 26 de Abril de 1909 se aprobó el así llamado "decreto [sobre el
uso] del idioma", firmado por todos los ministerios salvo el de ferrocarriles y el de defensa. Por este decreto
se introdujo el croata como idioma oficial para ser empleado en todas las oficinas administrativas reales e
imperiales de Dalmacia.

Después de mucho esperar, el 1 de Enero de 1912 entró en aplicación el Decreto del Idioma. Las oficinas
 públicas se croatizaban cuando ya muchos de los luchadores por el idioma estaban muertos: Ivi;evi$ 16 de
Diciembre de 1871, Krsto Kuli#i$ en 1874, Medo Puci$ el 30 de Junio de 1882, Juraj Puli$ el 24 Mayo de
1883, Niko Puci$  el 13 de Abril de 1883, Mihovil Pavlinovi$  18 de Mayo de 1887, Rafo Puci$, el 5 de
 Noviembre de 1890, Ivan Danilo 2 de Junio de 1895, Miho Klai$ el 3 de Febrero de 1896, Lovro Monti el
lunes de la semana santa de 1898, Rafo Arneri 28 de Julio 1899, Gajo Bulat el 9 Junio de 1900, Kosta
Vojnovi$ el 20 de Mayo de 1903 y Ante &upuk el 14 Mayo de 1904.

Los Tribunales

Cuando en 1815, Dalmacia pasó por segunda vez al dominio de Austria, en los tribunales de justicia debía
aplicarse el reglamento austríaco que permitía el uso del idioma nacional en los tribunales. Pues bien, la
 burocracia italiana en Dalmacia, aplicó el reglamento del reino Lomabardoveneciano que, al contrario, hacia
el italiano obligatorio.

Bulat descubrió la torcida aplicación del reglamento y logró que la Dieta Imperial reconociera la legalidad del
uso del croata en los tribunales. Entonces Ministerio de Justicia promulgó una ordenanza al tribunal de Zadar
 para que considerara el idioma eslavo en los juicios cuando las dos partes o una de ellas sólo hablara ese
idioma, lo cual también debía ser cumplido e los tribunales inferiores. El "Diario Nacional" publicó esta
noticia y aconsejaba al pueblo hacer uso de este beneficio. Se legisló que "Una y otra parte y sus
representantes legales pueden usar cualquiera de los idiomas que en su territorio se utilicen." Esta disposición
fue votada el 25 de Mayo de 1883 y fue conocida como " Lex Bulat ". Este triunfo tuvo una repercusión
 práctica para los litigantes croatas, pues ahora podían enterarse en detalle de sus juicios. Los idiomas
nacionales se aceptaban con grandes dificultades en los tribunales. Costo mucho que la ley se cumpliera.

La Enseñanza

En la primera mitad del siglo XIX, el pueblo en Dalmacia no tenía una conciencia clara de su nacionalidad. El
 por qué hay que buscarlo en que durante siglos estuvo ausente en su territorio la instrucción escolar primaria,
media y superior, lugar donde se reciben desde las primeras hasta las últimas manifestaciones culturales del
hombre. Levantar escuelas con enseñanza en idioma nacional se convirtió, entonces, una materia de primera
necesidad para los dirigentes nacionales.

Que la enseñanza pública estaba totalmente abandonaba se debía a Venecia, la cual, durante su larga posesión
de Dalmacia (1420-1797), no abrió ni una sola escuela pública, primaria, secundaria o universitaria con

 
 

enseñanza en croata o serbio. Al contrario, fue la corta administración francesa entre 1806-1814 la que puso
en servicio numerosos establecimientos de educación en todos los niveles. En las primarias se usaba el croata
y en la secundaria el croata y el italiano.

Austria que a partir de 1814 se hizo cargo de la administración de Dalmacia. No miraba con buenos ojos el
desarrollo cultural de croatas y serbios, por lo que le dedicaba muy poca atención a la construcción de nuevas
escuelas. Se parecía a Venecia. Recién con el avance del despertar nacional la situación fue cambiando. Hasta
el año 1841, no había ninguna en toda la enseñanza primaria que fuera en idioma ilirio (croata o serbio) que
era el idioma del 90 % de la población. La tabla siguiente indica su desarrollo.

Año Ilirio Bilingüe Italiana Alemana Total


1841 0 41 13 0 54
1861 23 125 9 0 157
1867 87 99 29 0 215
1868 126 65 26 1 218
1870 132 65 24 1 222
1875 261
1880 308
1910 447 1 10 2 460

En 1910, Dalmacia tenía 435 escuelas públicas primarias y 25 particulares. En todas las escuelas públicas la
enseñanza era en croata, con la sola excepción de una de las escuelas en Zadar en la cual se empleaba el
italiano. Entre las privadas: 13 eran en croata, 9 en italiano (de las cuales 5 de la Lega Nazional), 2 en alemán
y una bilingüe (croata-italiano).

Con la nacionalización de las municipalidades crece el número de escuelas públicas. En esos años el
analfabetismo alcanzó a un 80%, al término de la Primera Guerra Mundial cayó al 40%.

El desarrollo de las escuelas públicas redundó en un incremento en la educación secundaria, que también
introdujo el croata en su enseñanza. El mayor problema lo presentaron los establecimientos en Split, donde la
enseñanza se hacía en italiano. Recién en 1882 se logró introducir el croata. Zadar permaneció ajeno, su
municipalidad mantenía la mayoría proitaliana. Los nacionales abrieron una escuela primaria croata en Zadar
en 1885 y en 1989 se abrió un liceo con la enseñanza en idioma croata.

Desde el año 1866 existía una escuela normal de la básica en Arbanasi cerca de Zadar, con enseñanza en
italiano, después bilingüe y a partir de 1880 en croata. Las profesoras iban a Dubrovnik, donde un instituto
 pedagógico a cargo de monjas instruía en italiano, pero estaba permitido enseñar en la lingua slava. Recién en
1876 se abrió un instituto estatal en Dubrovnik, con enseñanza en croata siendo el italiano facultativo.

En la sesión del Consejo Imperial del 14 de Marzo de 1874, se interpeló al gobierno para que justifique su
oposición de introducir el idioma nacional en la enseñanza media en Dalmacia.

En Zagreb, el 19 de Octubre de 1874 fue abierta la universidad croata, que contribuía a estrechar lazos
culturales entre Dalmacia y Croacia. Muchos dálmatas ocuparan sus cátedras. Así Natko Nodilo fue profesor
de historia en la Facultad de Filosofía y Kosta Vojnovi$ ocupó la cátedra de derecho civil en la Facultad de
Leyes. El ban croata Maxurani$  quiso llevarse a Klai$  como profesor de matemáticas, pero el prefirió
quedarse en su tierra al igual que Pavlinovi$, que rechazó un ofrecimiento de Strossmayer para la canonjía de
Djakovo.

A comienzos de Marzo 1880, el representante nacional Mihovil Klai$, volviendo de Viena, expresó en Zadar
que existía la gran posibilidad que se autorizase el croata como lengua en la enseñanza secundaria, pero que la
noticia debía mantenerse en secreto hasta que no fuera oficial. En verdad, ésta llegó a fines del mes, y Klai$ 
comentó: "Estas son victorias filológicas, pero no lograremos victorias políticas ni en Viena ni en [Buda]Pest,
si no nos ayudamos nosotros mismos." El 28 de Marzo de 1880, el "Diario nacional" publicó la siguiente
noticia:

 
 

"Por decisión imperial fue ordenado que a partir del próximo año escolar, en las establecimientos secundarios
de Split, el idioma croata será el idioma de la enseñanza ..."

A fines de Marzo, Baiamonti designó una delegación para ir en nombre de Split a Viena, con la petición de
anular la resolución sobre la croatización de la enseñanza en las escuelas secundarias. El emperador la
rechazó.

La feliz nueva fue celebrada en toda Dalmacia con disparos al aire y el flamear del tricolor croata. Mientras
los nacionales estaban entusiasmados, el alcalde splitanense Baiamonti, jefe de los ex autonomistas ahora
abiertamente irredentistas, sostenía reuniones con sus partidarios tramando qué hacer. Empleará el terror para
amilanar a sus oponentes. El día 30 de Marzo, publicaron en su diario partidario y vocero municipal
"Avvenire", impreso en italiano, una corta noticia. "¡Nuestras escuelas secundarias condenadas! Con el nuevo
año escolar serán croatizadas." Exigieron el cierre de la escuela vespertina para los hijos de campesinos
 pobres que mantenía gratuitamente el profesor Frano Brodi$. Dos días después, el 2 Abril, el diario atacó
virulentamente. Indignadísimo comentó "la lamentable decisión imperial" y recuerda los 22 siglos de
 presencia latina en Dalmacia, los monumentos romanos, venecianos, etc. Igualmente embistió desesperado
contra el diario de Praga "Politik" por haber informado que el 98% de los splitanenses eran croatas. La verdad
es que, según las estadísticas austríacas de 1880, el 93,5 % de la población hablaba croata, el 5,8 % italiano y
el 0,7 % alemán. También, en el año escolar 1877/78, por ejemplo, en la secundarias de Split del total de 247
alumnos 228 declararon que su idioma materno era croata, 17 el italiano y 2 el alemán.

Los irredentistas no se conformaron con las protestas y provocaciones de su periódico, sino que organizaron
verdaderas acciones terroristas. Así el 4 de Abril una turba mercenaria y 16 policías municipales agredieron a
la Filarmónica Nacional a pedradas y bastonazos,. El "Diario Nacional" comentó el día 10, que "no es la
 primera vez que en Split, bajo la administración del alcalde Baiamonti, suceden hechos que no se ven en
ninguna otra parte de nuestro país, para vergüenza de él y de la ciudad." El terror irredentista crecía de día en
día. El 6 de Abril un grupo de 40 personas planeó atacar a Bulat, con motivo de su viaje a Viena. Quince de
ellos visitaron el día 10 de Abril a Baiamonti, quién les aprobó el plan y les prometió el apoyo de la policía
municipal. El plan fracasó a causa de la gran muchedumbre que acompañó a Bulat y señora hasta su subida al
 barco. Ese mismo día, irritados por el fracaso, los mercenarios volcaron su odio quebrando los vidrios de la
Sala de Lectura y lanzando piedras contra la bandera croata. El día 12 apalearon a un cartero causándole la
muerte. El 14 asaltaron al profesor Bor;i$ y señora que paseaban tranquilamente por la ciudad.

Como los nacionales seguían festejando, los autonomistas y el diario, llamado por ellos " patriogiornale",
consideró tales actos como una afrenta a su "amor por el idioma [italiano]", a su patria de origen, al honor del
 pasado y terminó amenazando para que la policía tome nota. Baiamonti logró suspender una gran acto
 programado para el 11 de Abril. Pero éste tuvo lugar el 18. Principió después del mediodía, con discursos y
espectáculos. Terminó con un gran baile. De rabia los irredentistas, atacaron esa misma noche a cuatro
vecinos cerca de la iglesia de la Santa Cruz (Sveti Krix). Hubo heridos y un mercenario de Baiamonti quedó
tendido en la calzada, mortalmente herido.

El Emperador sancionó la resolución el 18 de Abril de 1880. Todos los esfuerzos de los irredentistas para
evitarlo fueron en vano, no pudieron anularla. El idioma italiano sólo quedó vigente en Zadar. Esta resolución
fue el fruto de la gran tenacidad e inteligente diplomacia de los representantes nacionales en la Dieta Imperial.
En primer lugar de Klaic. Este hecho fue la antesala de la nacionalización posterior de la Municipalidad de
Split. Esta fue la primera retribución a los nacionales, por su apoyo a Taaffe.

Existieron algunos actos que parecían indicar un cambio en las mayoría yugoslava respecto al idioma. En
1896, en una discusión en el Sabor Dálmata el representante Mili$ señaló que "sería una locura eliminar la
cultura indígena italodálmata" y el diputado croata Ante Trumbi$ pedía sistemáticamente que se anulara el
 presupuesto para las escuelas italianas. En una sesión del Sabor Dálmata durante la cual la mayoría propuso
una vez más la anexión de Dalmacia a Croacia y Trumbi$ le dijo a los italianos: "Los aniquilaremos."

Cuando en 1903 el gobernador habsburgo Erazmus Handel trató de establecer nuevos reglamentos para el uso
de idiomas en las oficinas del gobierno favoreciendo mayormente al idioma alemán, los diputados de todos
los grupos en el Sabor Dálmata fueron unánimes en su oposición. Los croatas Smodlaka y Ante Trumbi$, el

 
 

italiano Ercolano Salvi y el serbio Vukoti$  hablaron, uno tras otro, para expresar puntos de vistas
coincidentes.

Los nacionales dálmatas seguían prestando la máxima atención al problema de la enseñanza. Con la supresión
de la escuela normal en italiano en Zadar el año 1872, desapareció el problema de la enseñanza bilingüe en las
escuelas primarias. Aquí sólo se enseñaba en croata o en italiano. El número de escuelas aumentó de 261 en
1875, 308 en 1880 y 460 en 1910. La Dirección Regional se preocupaba que todo pueblo tuviera una escuela.

La Administración

La administración austríaca estaba a cargo de funcionarios extranjeros reclutados por Austria en territorios
austríaco, checo e italiano. Estas personas traían su idioma y su cultura, leían su literatura y entre ellos
conversaban en su idioma. El alemán y, sobretodo, el italiano eran los idiomas oficiales. El italiano no sólo se
utilizaba en la administración, tribunales, escuelas y periódicos, sino que se consideraba como el idioma de
los "hombres educados y de la mejor sociedad", al contrario los dialectos eslavos eran lenguajes del
"populacho".

Sólo prosperaban los extranjeros y los yugoslavos que habían sido educados en escuelas austríacas o italianas.
Éstos, junto con los extranjeros, formaron la burocracia austríaca cuyo interés se circunscribía a cuidar su
 puesto, tener figuración en la sociedad, apoyar al gobierno, suprimir toda manifestación nacional yugoslava y
fomentar la italianidad. La razón de esto se encontraba en la creencia de que italianizando Dalmacia, Austria
atraería a los italianos de Venecia y Lombardia a la causa habsburga. El aplastamiento de los yugoslavos, que
ya duraba siglos, se manifestó más violentamente en la administración austríaca. Potenció el conflicto
linguístico y profundizó el abismo social existente entre los yugoslavos y los extranjeros y renegados.

El 1 de Diciembre de 1866, por resolución del ministerio de Viena se ordenó que "a partir principios de 1867
nadie podrá ingresar en la administración pública si no demuestra conocer los idiomas italiano y el
ilirodálmata." Tres años después, por la ordenanza del Ministerio de Asuntos Interiores del 20 de Febrero de
1869 se permitió "a las autoridades político administrativas del Reino de Dalmacia, al igual que a los
municipios y otros lugares que pueden hacer sus presentaciones en cualquiera de los dos idiomas: italiano o
eslavo." En el mismo sentido, el Ministerio de Justicia emitió sus instrucciones para las actividades en los
tribunales.

Matica Dalmatinska

En el despertar de la conciencia nacional en Dalmacia, tiene un lugar destacado la  Matica Dalmatinska,


institución dedicada a promover la literatura y la publicación de libros y diarios en croata. Fue pensada en el
agitado año de 1848, pero sólo se inauguró el 28 de Julio de 1861, una vez terminado el régimen absolutista
austríaco. Su principal impulsador y primer presidente fue Boxidar Petranovi$. Petranovi$ nació en &ibenik el
18 de Febrero de 1809. Estudió leyes en Graz y Viena y sus exámenes los rindió en Padua, donde obtuvo el
grado de doctor en derecho. Fue elegido representante para la Dieta Imperial en 1848. El pope Danilo y el
 profesor Bor;i$ lo ayudaron a confeccionar los estatutos que sometieron al gobierno para su aprobación. Éstos
fueron aprobados el 5 de Agosto de 1861 y el 17 de Julio de 1862 se inauguró solemnemente en Zadar su
instalación. Petranovi$  fue su primer presidente. Murió en Venecia el 31 de Agosto de 1874. Durante su
 período se publicaron 12 almanaques y 7 libros. Recibió ayuda económica de checos, eslovenos, croatas y
serbios.

El 8 de Abril de 1875 fue elegido presidente de la  Matica Dalmatinska  Miho Klai$, hasta entonces su
vicepresidente. En 1880, la Matica Dalmatinska llegó a un acuerdo con la Matica Hrvatska de Zagreb, para la
edición de libros. Después de la nacionalización de la municipalidades, tuvo más importancia su aspecto
educativo y cultural, que el político. Klai$ condujo la Matica hasta su muerte acaecida el 3 de Enero de 1896.
El octavo y último presidente fue el profesor Perkovi$, elegido el 16 de Enero de 1911.

Prensa Nacional

 
 

Otro aspecto fundamental de la lucha nacional era la prensa. En Dalmacia ya se habían editado dos periódicos
en idioma croata: " Kraljski Dalmatin", diario oficial del gobierno francés desde el 12 de Julio de 1800 hasta el
1 de Abril de 1810; y " Zora Dalmatinska", que fundó en Zadar en 1844 el splitanense Ante Kuzmani$.

Los yugoslavos colaboraban en el periódico italiano " Voce Dalmatica", cuyo primer directorio lo formaron
Begna y Ferrari-Cupilli. El periódico era básicamente educativo, pero trataba también temas económicos.
Junto a los proitalianos Duplanchich y Gradi figuraban como colaboradores los yugoslavos Klai$, Ivan Danilo
y Ante &imoni$. Pero cuando el diario se pronunció por el uso del italiano en la administración pública y en
contra de la unión de Dalmacia con Croacia, entonces los nacionales principiaron a pensar en su propio
vocero.

Además, los partidos formados en 1861 necesitaban tener su propia prensa escrita para propagar sus ideas. Sin
los diarios, el despertar nacional no hubiera tomado tanto auge en tan corto tiempo. Esto originó la aparición
del diario "El Nacional". Comenzó a editarse en la celda monacal del fra Tomi$ en el convento de Dobri en
Split. Después se decidió publicarlo en Zadar, la capital administrativa de Dalmacia. El periódico empezó a
circular el 1 de Marzo de 1862, con su membrete " Il Nazionale", en italiano (cuatro páginas) con un anexo en
idioma croata (dos páginas), "Diario Nacional" ( Narodni List ). Este diario lo publicaban dos jóvenes
 profesores Natko Nodilo (en italiano) e Ivan Danilo (en croata). La parte italiana estaba dirigida a la
intelectualidad que vivía principalmente en las ciudades y leía sólo diarios italianos. La parte croata estaba
dirigida a los campesinos, que en su casi totalidad no sabían leer. El primer número publicó el programa del
diario escrito por Nodilo. Principalmente expuso que los yugoslavos requieren una Austria fuerte, que
Dalmacia debía unirse a Croacia y Eslavonia, que deben respetarse las minorías, especialmente la italiana, y
reconocer la igualdad de los idiomas.

En Zadar empezó a publicarse el periódico italiano  Il Dalmata, como órgano del partido autonómico, cuyo
 principal finalidad era reunir a los autonomistas liberales y gubernamentales. Atacó la "Sala de Lectura
Eslava" de Split y defendió a todos los burócratas partidarios de Lapenna. Empezó a polemizar con "El
 Nacional"

En 1871 tomó la dirección del "El Nacional", Juraj Biankini quien tratará mantener un equilibrio entre las
diferentes corrientes nacionales. A partir de 1876 se editó sólo en croata y publicaba uno que otro artículo en
italiano. Lovro Monti fue el impulsador y creador espiritual del diario. Se publicó en Zadar hasta 14 de Marzo
de 1920, cuando fue suprimido por las autoridades italianas por razones "de orden y de paz". Poco a poco
aumentaba el número de intelectuales dálmatas que leían indistintamente periódicos italianos o croatas. Los
nacionales convirtieron el  Narodni List   en su vocero oficial. El Diario Nacional aumentó sus páginas y
 publicaba algunos artículos en italiano. Il Nazionale después de 14 años dejó de editarse. Su primer director
fue el joven profesor splitanense Natko Nodilo. Lo siguieron: Lovro Mati$ (1867 a 1870), I. Giunio (1870),
 prof. J. Sormili$ (1870), Josip Kaximir Ljubi$ (1870-1871) y Juraj Biankini (1871 hasta fines de 1917).

Lovro Mati$, llegó a la dirección del diario "El Nacional" por recomendación de Pavlinovi$. Fue el período
más duro de la lucha. La autoridad analizaba con lupa cada línea en búsqueda de posibles incitaciones a la
alteración del orden público. Tuvieron lugar varios juicios contra el diario. Finalmente acusaron a su director
 por su fuerte y abierta oposición al gobierno central, por la publicación de noticias tendenciosas con la
intención de promover el descontento del pueblo contra el gobierno austríaco y por plantear la secesión de las
regiones yugoslavas del Imperio y su unión en un estado independiente fuera del marco de Austria-Hungría.
Como resultado del proceso, su director fue condenado a 6 días de cárcel. La defensa fue brillante.

En 1880, Bulat comenzó a publicar en Split el suplemento del diario "El Nacional - Split". Con la
nacionalización de la municipalidad en 1882, apareció en esta ciudad dos años después el primer periódico
 político croata " Narod " ("El Pueblo", 31 de Julio de 1884), órgano que defendía los intereses municipales
contra los autonomistas y que promovía el entendimiento con los serbios. A favor de la unión con Croacia
escribieron artículos: Mili$, Danilo, Ljubi#a, Pavlinovi$, Ignat Bakoti$, fra Matas y otros. Después apareció
" Jedinstvo" ("Unidad"). En 1918, cuando ya los días de Austrohungría estaban contados, salió a la luz en Split
el diario " Novo Doba" ("Nueva Época").

Desde 1870 se publicaba en Zadar en idioma italiano el periódico " La Dalmazia cattolica" defensora de los
intereses de la iglesia católica. En 1877 cambio su nombre a " Katoli;ka Dalmacija" ("Dalmacia Católica")

 
 

con el lema: "Por el catolicismo y el croatismo". Su orientación política era la del Partido del Derecho de
Star;evi$. Por tal razón entraba en polémica con el "Diario Nacional" que seguía al Partido Nacional
Independiente de Strossmayer y su periódico "Obzor " (Horizonte).

En Dubrovnik Frano Supilo fundó el periódico "Croacia del Sur" ( Crvena Hrvatska) en 1891 y los serbios
" Dubrovnik ". En &ibenik salía " Hrvatska Rije;" ("La Palabra Croata"). Los serbios empezaron a publicar "El
Diario Serbio" en 1879, que después pasó a llamarse "La Voz Serbia". Los serbios no atacaban abiertamente a
los autonomistas, especialmente en Zadar. Esto daba lugar a fuertes polémicas con los nacionalistas croatas.

Los italianos también tenían su diario " Il Dalmata" fundado en 1866 en Zadar. A partir de 1875 publicaron
otro en Split, " L! Avenire". Ambos propalaban las aspiraciones políticas del partido autonomista proitaliano.
Al inicio el diario "El Dálmata" declaraba que era eslavo no sólo por estirpe sino también de corazón y
sentimiento, pero que estaban en contra de la unión con Croacia. Después de 1874 destacaba la autonomía y
recién después de 1885 comenzó a escribir sobre la nacionalidad italiana en Dalmacia. El Partido
Autonomista también tenían su diario, " La Voce Dalmatica", donde en artículos contra la unión de Dalmacia
con Croacia aparecían firmados por Tommaseo, Celio Cega, Vicenzo Duplancich, Petrovich y otros.

Durante esos 70 años se editaron muchos otros diarios y revistas de corta duración y poquísimo tiraje, que no
tuvieron mayor influencia en los acontecimientos.

Salas de Lectura

Gran protagonismo en el despertar nacional croata tuvo la creación de bibliotecas y salas de lectura. Una muy
antigua costumbre en las ciudades y pueblos de Dalmacia era juntarse al atardecer para charlar y divertirse en
lugares bien conocidos. Esos locales llevaban nombres italianos: "Gabinetto di lettura", "Casino", "Circolo".
También eran centros culturales. Mientras estas sociedades no manifestaron ninguna preferencia política, eran
centros de reunión de personas de una y otra orientación política. Pero, apenas mostraron su inclinación por
los autonomistas, los eslavos dejaron de ser sus socios y principiaron organizar sus propias sociedades que
denominaron "sala de lectura" o "biblioteca", que más que nada serían centros de reunión, lectura y discusión.
El origen de esta separación la tuvo la polémica de Nodilo con Tommaseo.

El objetivo de estas sociedades era: agrupar a los nacionales, sobretodo a la juventud, para que en salones
 propios organizaran su vida social y que sirvieran para propagar el sentimiento de nacionalidad croata. En
épocas de elecciones se hacían reuniones, proclamaciones y sesiones partidarias. En cada municipio se
organizaba una "biblioteca", en total sumaban entre 70 y 80. Lo más importante era que en ellas se hablaba y
enseñaba el idioma croata libremente. También se daban conferencias sobre temas culturales y científicos. Se
celebran las efemérides nacionales con gran ceremonia.

La más antigua fue abierta en 1862 en Dobrota, cerca de Kotor (en 1932 todavía funcionaba). El 14 de
Febrero de 1863 fue inaugurada solemnemente la "Sala de Lectura Nacional" en Zadar. Y, el 30 de
Septiembre de ese mismo año se abrió en Split la "Sala de Lectura Eslava" y en Dubrovnik la "Sala de
Lectura Nacional". Otras de las primeras fueron en Jelsa en la isla de Hvar (1868), en Imotski (1870) y en
Kor %ula (1871).

En un comienzo estas salas de lectura parecían sociedades italianas, por cuanto sus participantes hablaban
más fluida y correctamente el italiano que el croata. Esto fue cambiando en el tiempo.

El Club "El Progreso Eslavo"

Con el apoyo de la "Sala de Lectura Eslava" de Split, se fundó en 1873 la sociedad popular y cultural
"Slavjanski Napredak " (El Progreso Eslavo), donde la juventud encontró un lugar adecuado para desarrollar
sus actividades, con mayor libertad que en la "Sala de Lectura". Fue el punto de reunión de las personas
motivadas por la ilustración del pueblo. En su local funcionó un tiempo una escuela croata particular. Poco
después se constituyó el conjunto "Filarmónica Nacional". Con el tiempo se desgranaron de aquí tres
instituciones: " Hrvatski Sokol " (1893), una sociedad gimnástica, "Zvonimir", una musical (1883), y
"Bomberos", dejando de existir el "Progreso Eslavo". Los socios de estas agrupaciones eran perseguidos y
maltratados por los autonomistas.

 
 

El Museo Arqueológico

Con el propósito de investigar y salvaguardar los hallazgos arqueológicos de la época de los reyes nacionales
croatas existentes en su distrito, el 3 de Julio de 1887 se fundó en Knin la "Sociedad de Antigüedades de
Knin". El primer presidente fue el autodidacta fra Lujo Marun (1857-1939), quien ya en 1885 había
constituido un grupo arqueológico. A partir de 1883 lo reemplazó el arqueólogo croata dálmata Frano Buli $ 
(1846-1934). En 1893 cambió su nombre a "Sociedad de Antigüedades Croatas" y el 24 de Agosto de ese
mismo año se inauguró el primer "Museo Arqueológico Croata". Igualmente se principió a editar la revista
"Cultura Antigua Croata" (1895). El Museo obtuvo su local en Split en 1976.

LAS GUERRAS BALCÁNICAS DE 1912-1913


En 1903 llega al trono de Serbia Petar Karadjordjevi$. Austria anexa Bosnia Hercegovina en 1908. En
Constantinopla gobiernan los jóvenes turcos, que mantienen buenas relaciones con Austrohungría. Se
constituye la Alianza Balcánica entre Serbia, Montenegro, Bulgaria y Grecia. En 1911 principian las primeras
escaramuzas de lo que sería la Segunda Guerra Balcánica (1912-1913). Cuando estalló la guerra, Dalmacia
manifestó abiertamente sus sentimientos de solidaridad con los dos estados eslavoortodoxos que combatían al
opresor otomano. Dalmacia y sus emigrantes de Chile les prestaron ayuda humanitaria a través de la Cruz
Roja. Además de esta simpatía, participaron voluntarios.

Las victorias serbomontenegrinas, en su guerra con Turquía, fueron muy celebradas en Dalmacia,
notoriamente en Split y &ibenik razón por la cual sus Concejos Municipales fueron disueltos. Esto no detuvo
el movimiento de solidaridad dálmata. Toda Dalmacia protestó, en Zadar tuvo lugar una gran asamblea
 popular. Esto no le gustó a Viena. La "agitación yugoslava" había que pulverizarla. Se disolvieron todas las
organizaciones yugoslavas de carácter patriótico y, a los políticos de los partidos nacionales, se los puso bajo
vigilancia policial. Se registraban sus domicilios y se los amenazaba con multas.

Después de mucho tiempo, ahora los yugoslavos mantenían en su fuero interno la convicción que el problema
austríaco se pondría a la orden del día inmediatamente después del problema turco. Este conflicto tuvo la
virtud de llevar a las masas el sentimiento de solidaridad entre los eslavos del sur. Antun Gustav Mato# 
escribió: "Amo la paz por sobre la guerra, pero esa guerra búlgara y serbia la amo más que a esta paz croata.
Si, ay por los muertos, pero ay de nosotros los vivos que tenemos que soportar el sufrir y viendo todo
 permanecer mudos". La guerra terminó con el Tratado de Bucarest, Agosto de 1913. Pero Europa se
encaminaba a la gran guerra.

 
 

CAPÍTULO XV
VUELTA AL HOGAR
LOS VOTOS DE UNIÓN

Tanto en Dalmacia como en Croacia, desde los fines del siglo XVIII, o sea, desde el derrumbe de Venecia,
hasta el año 1918, año del derrumbe de Austrohungría, las voces de los dirigentes de los partidos nacionales
 pedían, sin desmayar nunca, en la prensa y en los Sabor es la reconstitución del Trirreino de Dalmacia,
Croacia y Eslavonia. Finalmente ello se obtuvo en la declaración de independencia de Croacia, ocurrida el 29
de Octubre de 1918, para enseguida fundirse en el Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios. Se observará que
los votos de unión siempre fueron declaraciones de intenciones, pero nunca acciones salvo la malograda
sublevación de Eugen Kvaternik. Se puede afirmar positivamente que, en los momentos históricos decisivos,
Croacia no tuvo su Masaryk. Tanto en Zadar como en Zagreb se luchó permanentemente por la unión, por la
constitución del llamado "trirreino". Mas la unión sólo se lograría en 1918 con el derrumbe total del Imperio
Austrohúngaro. Así quedó registrado en la historia.

Los austríacos, al ocupar Dalmacia por primera vez en 1797, sin quererlo, resucitaron en la población dálmata
el deseo de unirse a Croacia, o sea, indirectamente con Hungría. Es por eso que el general Rukavina, en cada
ocasión, le pedía al pueblo lealtad al rey croatahúngaro y no al emperador austríaco. El pueblo, apoyado y
aconsejado por la poderosa orden franciscana, respondía: con Croacia a Hungría. El entusiasmo de la
 población dálmata y la acogida cordial de las ciudades a los ejércitos austríacos, se explicaba entonces porque
veía en el pabellón negro y oro de los Habsburgos al rey croatohúngaro y, a través de él, el restablecimiento
de su unión con Croacia y de sus derechos municipales (iura municipalia), virtualmente suprimidos por
Venecia. Al pensar así, Dalmacia se equivocó tremendamente.

En 1797, para tratar la unión con Croacia, el Consejo Provincial de la Orden Franciscana de Dalmacia
convocó en Karin a la Asamblea General de la Provincia Franciscana de Dalmacia del Santo Redentor. La
Asamblea votó unánimemente una resolución según la cual Dalmacia aceptaba la soberanía del Emperador
germánico en su calidad de Rey de Hungría y pedía que Dalmacia fuese unida a Croacia bajo la corona de
San Esteban. En este espíritu se dieron las instrucciones, al muy inquieto e inteligente padre Doroti$, para
entregar el mensaje de la Orden y del pueblo dálmata confiado a su cuidado al Emperador (14 de Junio de
1797). Doroti$ en su entrevista con el Emperador le agregó que las comunas dálmatas le habían encargado
oralmente la misma misión. El rey Francisco respondió evasivamente. No fue de su agrado esta iniciativa
franciscana.

Poco después, el 10 de Julio de ese mismo año, el arzobispo de Split, el Capítulo Metropolitano y la
Municipalidad de Split, aprobaron también una petición solicitando la unión de Dalmacia al Reino de
Hungría. Fue entregada al ban de Dalmacia, Croacia y Eslavonia, conde Ivan Erdödy (1790-1806), y por
intermedio de la cancillería húngara se presentó al Emperador. La respuesta del Rey fue inmediata. Mandó
archivarla con la siguiente nota: "La cuestión de la incorporación es prematura; no hay que tomar una
resolución ni ahora ni mientras el país [Dalmacia] se encuentre en estado de ocupación ...". Así, este
 problema, se mantendrá pendiente hasta la caída de la Monarquía Habsburga en 1918 y no para caer
Dalmacia bajo el vasallaje de Hungría sino para unir su destino al de Croacia.

Más tarde, el archiduque José, palatino de Hungría, igualmente volvió a la carga. Le recordó a Francisco I la
ceremonia de su coronamiento como Rey de Hungría y que, en esa ocasión solemne, juró, como todos sus
 predecesores, de reconquistar Dalmacia y hacerla parte de las posesiones de la Corona de Hungría.

En cambio, los círculos gobernantes de Viena consideraban la ocupación de Dalmacia completamente


 justificada y conforme a la tradición y al derecho público. Así el emperador austríaco era al mismo tiempo rey
croata y, según esto, Dalmacia como parte integrante de este reino le pertenecía como un bien hereditario. De
todas maneras el gobierno austríaco, para evitar cualquier intento del Sabor Croata para que Dalmacia se
anexare al Banato de Croacia, tomaba las medidas pertinentes. Debido a esto, trató por todos los medios
mantener a Dalmacia aislada de Croacia, que junto con Bosnia y Hercegovina es su natural hinterland étnico y
económico. Austria también invocaba el derecho de guerra, según el cual Dalmacia le pertenecía al que la

 
 

conquistase. El gobierno vienés, en la Dalmacia "conquistada", procedía sólo conforme a sus propios
intereses y objetivos políticos, económicos y militares.

En cuanto a la unión de Dalmacia a Croacia, la posición del gobierno austríaco se reflejaba en las directivas
 políticas que su ministro de relaciones exteriores, Francisco Thugut (1794-1800), le señaló en forma
inequívoca al comisario imperial en Dalmacia, conde Raimundo Thurn en 1797: No a la unión.

Thugut opuso una feroz resistencia a todos los movimientos a favor de la Corona de San Esteban. Para él
tenían un carácter revolucionario que lo motivaron a enviar a Dalmacia a Thurn con la misión de doblegar a
los dálmatas procroatas y proteger y favorecer al elemento extranjero, especialmente a la pequeña minoría
italiana que no era partidaria de tal unión. Esta política se aplicó más consecuentemente después de 1813
cuando parecía que, gracias a la Santa Alianza, el gobierno absolutista del emperador Francisco I y de su
canciller Clemente Metternich (1821-1848) era estable y duradero.

El derecho histórico de la corona de Hungría sobre Dalmacia, sumado al de la corona de Croacia, tenía una
inmensa superioridad de legitimidad sobre el derecho histórico particular de las comunas. La unión no
suprimía nada, pero se ampliaba por el aporte de la componente croata. En verdad, la autonomía de las
comunas se podía conciliar con la unión con Croacia. Para evitar tal acontecimiento, Dalmacia fue
celosamente resguardada por Austria hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, como provincia separada con
una aparente autonomía.

Durante el siglo XIX, las declaraciones de unión no cuestionaban el Imperio austrohúngaro, vencido en Italia
 por Francia y ofendido por la proclamación del Reino de Italia, del cual Metternich y sus discípulos hacían
mofa. Al contrario tal unión simbolizaba todas las esperanzas dálmatas. El pueblo yugoslavo de Dalmacia,
 privado durante siglos de su estado nacional, en un primer instante no comprendió a los promotores de la
unión con Croacia, consigna clave del despertar nacional. Tampoco podía aceptarla por miedo y a causa de su
dependencia económica. La influencia política de los autonomistas se manifestaba tanto en el campo
económico como en las oficinas administrativas, donde ocupaban todos los puestos directivos y de
importancia.

¿Cual fue la actitud de los italianos frente a esta explosión nacional del pueblo yugoslavo? Al principio, de
admiración y envalentonamiento, libre de todo pensamiento de baja envidia o de irracional temor. El gran
 profeta de la unidad italiana, Giuseppe Mazzini, escribió en 1871, antes de morir: "El movimiento eslavo es,
como el nuestro [el italiano], el resultado espontáneo de los instintos y del justo orgullo de los pueblos ... del
despertar de la conciencia con el sentimiento de una misión a cumplir ..." Mazzini desde 1850 proclamaba el
eslavismo de la costa oriental del Adriático Ya en 1852 había escrito estas líneas: "Voy hablar de la futura
Iliria como los eslavos meridionales la entienden, de lo que ellos invocan bajo el nombre de la Gran Iliria o
Estado Iliroserbio, y que abraza en una sola aspiración común, más o menos definitiva, la Croacia, Carintia,
Serbia, Montenegro, Dalmacia, Bulgaria. Todas estas provincias, aparte de las divergencias inevitables,
hablan el mismo idioma. Las mismas tradiciones, las mismas leyendas halagan su instinto nacional ... Todavía
desmembradas en veinte ortografías y en pequeñas rivalidades regionales, la unidad literaria se ha conservado
en un eco elocuente, olvidado. ¡Ay de las clases elevadas! Voy hablar de la poesía popular, el arca de la
alianza - para servirme de una expresión de Mickiewicz - entre los tiempos antiguos y los nuevos, que,
mantenida por ciegos, viajan de feria en feria, de mercado en mercado, ...".

En 1802, el Sabor Croata, bajo la presidencia del ban Erdödy inútilmente trató de obtener la anexión de
Dalmacia a Croacia, a pesar del apoyo dado por el Parlamento en Bratislava. La cuestión de principio fue
resuelta el 13 de Mayo de ese mismo año por la Cámara Áulica, al dictaminar que: "La adquisición de
Dalmacia por el Tratado de Campoformio tiene el carácter irrefutable de una compensación otorgada a
Austria por los territorios cedidos [a Napoleón] en Italia y los Países Bajos, y como, por otra parte, Hungría
no dispone de fuerzas suficientes para proteger el país, el Emperador no está obligado por el juramento que
 prestó como Rey de Hungría [de recuperar Dalmacia para la corona de San Esteban]." El asunto sólo volverá
a considerarse, a ese nivel, en la Austria constitucional en 1861 y con el mismo resultado negativo de
siempre.

El año de 1806 el Sabor Croata de Zagreb, volvió insistir ante el Rey que uniera Dalmacia a Croacia y
Eslavonia.

 
 

Esperando que las conversaciones de paz de Tilsit (7 de Julio de 1807) determinarían la reunificación de
Dalmacia y Croacia, el Sabor Croata renovó en 1807 su petición de 1802 al Rey en el sentido de anexar el
Reino de Dalmacia a Croacia, o sea, colocarlo bajo la autoridad del Ban Croata, y, por su intermedio, unirlo a
"la santa corona" húngara de San Esteban.

En 1825, considerando la situación en España, Italia y Grecia, el Emperador convocó al Sabor Croata y al
Parlamento conjunto croatahúngaro de Bratislava para tratar de mitigar el régimen absolutista imperante. El
Sabor Croata eligió representantes para el Parlamento de Bratislava, con la misión de tratar de obtener una
resolución para que los territorios de Dalmacia, Confines Militares e Istria, se integrasen al gobierno del
Banato de Croacia. Moción que no tuvo éxito.

En vísperas de la sesión del Sabor Croata de 1832, convocado para elegir, según la costumbre, sus
representantes al Parlamento de Bratislava, citado para el 19 de Diciembre de 1832 el conde Janko Dra#kovi$,
impulsador del movimiento ilirio, publicó, a la edad de 62 años, el primer documento político croata,
 Disertatia. Estaba escrito en un pretendido croata #tokavo, cuyo texto acompaño de un diccionario para su
comprensión y, además, una traducción al alemán. Su programa era conservador. En el aconsejó a los
representantes pedir que, bajo el nombre de " Magna Iliria", se unifiquen: Croacia, Eslavonia, Dalmacia,
Confines Militares Croatas, Rijeka e Istria y por la gracia de su majestad también con los territorios de
Carniola, Carintia y Estiria. En ese país el idioma oficial sería el "ilirio" (croata #tokavo). Este documento,
que definió más ampliamente las aspiraciones croatas, pasó a ser la base del ilirismo y constituyó el programa
nacional croata de la época. Las instrucciones que recibieron del Sabor los delegados croatas al Parlamento de
Bratislava, fueron coincidentes con los consejos dados por el conde Dra#kovi$.

El Sabor Croata siguió insistiendo en 1839 en la reunificación con Dalmacia y los Confines Militares.

En 1843, el Sabor Croata una vez más pidió al Emperador que Dalmacia, con los Confines Militares o
Croacia Militar, se uniera a la Croacia Civil o Banato de Croacia. Petición que fue rechazada por prematura.

Una sesión especial de la Sabor de Zagreb acordó el 25 de Marzo de 1848 volver a solicitar al Emperador una
"nueva y más sólida unión del Reino de Dalmacia, de acuerdo a la ley y la historia, y el Reino de Croacia y
Eslavonia". Cuatrocientos delegados croatas partieron al día siguiente a Viena para presentar ésta y otras
solicitudes al Emperador. En Viena la comitiva se juntó a los eslovenos, checos y eslovacos, pues parecía que
en la monarquía le tocaba el turno a los eslavos. La delegación croata fue recibida por el Emperador el 31 de
Marzo. Le fue prometida una respuesta.

Los italodálmatas indignados, protestaron inmediatamente, por estas actividades croatas. Los primeros en
hacerlo fueron los que vivían en Viena. Encabezados por el splitanense Antonio Grubissich, rector de la
iglesia italiana de la ciudad. Presentaron al Emperador "una solemne y pública protesta en el nombre de sus
compatriotas contra las proposiciones o decisiones que podrían hacerse en nombre de Dalmacia sin la
 participación de las personas debidamente electas para representarla oficialmente".

Tan pronto como las noticias llegaron a Dalmacia los italodálmatas igualmente protestaron en todas las
ciudades. El 29 de Marzo, Split enfrentado al dilema de compartir el destino con Lombardia-Venecia o con
Croacia, envió una petición al Emperador que decía: "Dalmacia sólo puede unirse a otros territorios italianos.
Por cerca de seis siglos siempre llevó sus asuntos públicos en italiano y así lo hace hoy. El italiano se enseña
en las escuelas, se habla y escribe casi exclusivamente en todas las ciudades y pueblos de la costa y de las
islas, tan bien como en muchos países mediterráneos donde las familias de origen italiano, con costumbres y
tradiciones italianas se encuentran por todas apartes, especialmente en las ciudades".

La oposición italodálmata a las aspiraciones croatas, era un aspecto y no el más importante de la lucha durante
el Despertar Italiano. La visión de una Italia unida e independiente era entonces clara y todas las energías de
los italodálmatas estaban dirigidas para hacerla realidad.

El Sabor de Zagreb, reunido desde el 6 de Junio al 9 de Julio de 1848, planteó de nuevo la necesidad de
unificar Dalmacia a Croacia, sin éxito. La Constitución de 1849 fijó un procedimiento, reiterado en 1850, para
la unión

 
 

En 1860, el emperador convocó a sesiones el Consejo Imperial ampliado. De Croacia fue citado Ambroz
Vraniczany, de Eslavonia el obispo Strossmayer y de Dalmacia el conde Francesco Borelli. Sus sesiones
duraron entre el 31 de mayo y el 28 de Octubre de 1860. Una de sus resoluciones estableció que "el
fortalecimiento y desarrollo de la monarquía exige reconocer las individualidades históricas y políticas de los
diferentes países, en cuyo interior se desarrollarán y progresarán ejemplarmente cada una de las
nacionalidades en concordancia con las necesidades e intereses de toda la monarquía".

Mientras sesionaba el Consejo, la relación de Austria con Hungría empeoraba. El emperador buscó entonces
apoyo en Croacia. Nombró al barón Josip Sok;evi$ como ban de Croacia, Dalmacia y Eslavonia, quién al
llegar a Zagreb el 12 de Junio de l860 declaró inmediatamente que el Emperador lo había autorizado para
introducir en la administración pública el idioma croata.

En la sesión del 25 de Septiembre de 1860 del Consejo Imperial, el representante croata Vraniczany pidió, en
alemán, que Dalmacia se incorporara a Croacia de acuerdo con el decreto real de fecha 7 de Abril de 1850. Al
día siguiente intervino Borelli, hablando en italiano reconoció que en Dalmacia había más eslavos que
italianos, pero que si bien estaba de acuerdo con el tema sin embargo no creía oportuno tratarlo manifestando
que "Nadie tiene derechos sobre la corona del Reino de Dalmacia" y que debe permanecer como reino
autónomo con su propia Dieta. Inmediatamente tomó la palabra el joven obispo de Djakovo, representante de
Eslavonia, Strossmayer, quien sostuvo que en base de los hechos históricos dicha unión estaba totalmente
 justificada y que no permitía más dilación, para así evitar la prepotencia de los italianos sobre los croatas y
serbios. Recordó que los Banes siempre se denominaron de Croacia, Eslavonia y Dalmacia. Estas palabras
tuvieron amplia difusión en Dalmacia. Strossmayer se pronunció además por el federalismo y el empleo del
idioma croata en la vida pública y en las escuelas.

Poco después el Diploma de Octubre de 1860 sorprendió a los súbditos habsburgos. De un gobierno
absolutista se pasó a uno constitucional. Fundamentalmente reconoció la igualdad a todas la nacionalidades.
El emperador le ordenó por escrito al Ban de Croacia de presentar sus proposiciones para la composición del
Sabor Croata.

Antes de la apertura del Sabor de Zagreb, el Ban convocó para el 26 de Noviembre de 1860 una Conferencia
del Banato de Croacia, a la cual se le dio el carácter de asamblea constituyente. Su labor la concluyó el 17 de
Enero de 1861. Uno de sus primeros acuerdos fue enviar al Emperador una delegación con la solicitud para
introducir el idioma croata en toda la vida pública y realizar la unión con Dalmacia, las islas del Carnaro y
tres distritos de Istria. La delegación, encabezada por Strossmayer, fue recibida por el Rey el 2 de Diciembre.
Tres días después el Emperador hizo saber su respuesta. El idioma croata se reconoce como oficial y, en
relación a la unión, ordenó al Ban de Croacia convocar una Conferencia Consultiva en la capital de Croacia
 para examinar el controvertido asunto de la unión dálmatocroata, que había sido rechazada con tanta energía
 por su abuelo Francisco I, y que ordenará a que representantes dálmatas concurran a Zagreb para iniciar las
conversaciones conducentes a resolver este problema. En la carta convocatoria, se declaró dispuesto a
adherirse a los deseos llegados a su conocimiento en relación a "la unión de Mis Reinos de Croacia, Eslavonia
y Dalmacia". Informaba al mismo tiempo que el Ban de Croacia había ya tomado todas las providencias
necesarias a fin de "examinar a fondo y reglamentar esta cuestión de una manera satisfactoria para todas las
 partes interesadas, invitando a los diputados de Mi Reino de Dalmacia a discutirlo en la Conferencia
convocada por el Ban [de Croacia]."

Con fecha 19 de Diciembre de 1860, la Conferencia constituida en Zagreb, envió a los dálmatas una
invitación en la que se decía especialmente: "Lejos de nuestro pensamiento es induciros a aceptar nuestras
costumbres o nuestras leyes, a tomar nuestros funcionarios o maestros. Igualmente, no tenemos ninguna
intención de colocaros bajo la administración militar a la cual, de este lado de Velebit, está sometida una parte
de nuestra nación." Y continuaba: "Tenemos un solo deseo: ver a Dalmacia recobrar a su vez su constitución
y sus antiguas libertades, semejantes a las nuestras; tratar, de acuerdo con Uds., nuestros asuntos recíprocos;
colocar fuerzas iguales al servicio de nuestros deseos y de todas las empresas ventajosas a nuestros países. Es
decir que, con la unión de las fuerzas, nosotros queremos fortificar nuestra nación, a fin de que ella pueda
recoger, en todo sentido, las más grandes ventajas posibles."

 
 

"¡Entrad pues, oh hermanos dálmatas, en los lazos que nos acercarán más estrechamente!. Cualquiera que sea
vuestra lengua y religión, no tengáis vergüenza, ya que los invitamos a intercambiar, como hombres libres,
una palabra con nosotros y con nuestro pueblo por las ventajas comunes. Recordad que la concordia, el afecto
y la franqueza a menudo han salvado a pueblos y reinos, mientras la desunión y el rencor les han traído la
ruina."

La Conferencia del Banato, no sesionó desde el 19 de Diciembre de 1860 hasta el 15 de Enero de 1861. En
este período Dalmacia debía enviar sus representantes a Zagreb. Con esto la población se dividió en dos
 bandos: los autonomistas y los anexionistas o nacionales. En Zadar salía el periódico político autonomista " La
Voce Dalmatica" contrario a la unión. El gobierno dálmata editaba desde 1849 en Zadar "Observatore
 Dalmato" cuyo director a partir de 1855 era Luigi Lapenna, uno de los principales jefes del partido
autonomista. Tenía esta publicación un anexo en croata, "Glasnik Dalmatinski", a cargo del poeta Jovan
Sunde;i$. De parte de los autonomistas también estaba el gobernador barón Lázaro Mamula, general de
artillería. Los nacionales no tenían prensa. El diario " Zora Dalmatinska" dejó de publicarse en 1849 durante
el régimen absolutista de Bach.

Si, todo muy bonito, pero el primer ministro austríaco, Anton Schmerling, vigilaba. Fue el más poderoso
centralista alemán de los primeros ministros austríacos. ¿Cómo pudo permitir la formulación de un programa
que podría entregar en el futuro la mayoría al eslavismo y aplicar el federalismo en Austria? La última palabra
la tenía Schmerling y su falange de funcionarios magníficamente retribuidos, formados en la más servil
adoración al Estado. Schmerling maniobró tan hábilmente que hizo aparecer como una expresión directa de la
voluntad popular el rechazo de los dálmatas de entablar conversaciones con los croatas respecto a la unión.
Las comunas dálmatas fueron invitadas a pronunciarse sobre el programa de unión. Era en apariencia un
homenaje rendido a la muy antigua autonomía de Dalmacia. Restablecía el derecho que tenían las comunas
 para fijar por si mismas su conducta pública. Pero el primer ministro austríaco sabía a que atenerse.

El Municipio de Split replicó a Zagreb: "Dalmacia es italiana. De los 12.000 habitantes de esta ciudad sólo
uno fue capaz de traducir sus honorables palabras [croatas de la Conferencia del Banato]". Zadar, urgida y
impetrada, contestó que Dalmacia siempre se opuso a las aspiraciones de la corona húngara y continuará
haciéndolo. La reacción fue la misma en casi todas las grandes y pequeñas ciudades. Sólo Obrovac, seducido
 por los grandes beneficios económicos prometidos, se declaró favorable. Eran los tiempos en que los
 proitalianos tenían mayoría en todas las instituciones dálmatas, posición que cambiará cuando los croatas
obtengan esa mayoría. Uno sólo de los representantes, Boxidar Petranovi$, se pronunció a favor de la unión.

Las comunas meridionales, sobretodo las de Dubrovnik y Boka Kotorska, tanto croatas como serbios,
aceptaron con entusiasmo la proposición de enviar delegados a Zagreb. Eran las regiones con mayor número
de partidarios de la unión con Croacia. Split y Zadar, donde la burocracia austríaca se había atrincherado
 poderosamente, se colocaron en contra de Dubrovnik y Kotor. En cuanto a la comunas de Dalmacia Central y
Septentrional, que se encontraban en gran parte en manos de los autonomistas italianizantes, no osaron
afrontar directamente la corriente nacional unitaria que comenzaba a perfilarse en el país. Remitieron la
decisión definitiva al Sabor Dálmata. Y, el Sabor, rechazó la Conferencia de Zagreb por una gran mayoría.

Y, ¡Qué Sabor! Era elegido de acuerdo a un sistema electoral que para los 400.000 habitantes correspondían
solamente 14 diputados y para los 15.000 electores censuarios, casi todos proitalianos, 27. Existía entonces
una mayoría compuesta bajo la presión e intervención ejercida por Schmerling.

A su vez Baiamonti, el principal representante de los autonomistas en Split, envió un telegrama a Viena
solicitando que se difiriera cualquiera resolución al respecto. Al mismo tiempo el Municipio de Split pidió a
los demás que hicieran lo mismo, a lo cual accedieron muchos y otros no. A pesar de esto, el distrito de Split
eligió tres representantes, Milinovi$, Iv;evi$, Buratti, que no pudieron partir a Zagreb por impedírselo las
autoridades. Boka Kotorska y Dubrovnik también eligieron representantes, que tampoco pudieron llegar a
Zagreb.

En su sesión del 18 de Diciembre de 1860, la Conferencia Consultiva de Zagreb hizo un último llamado a
Dalmacia, sobre todo se dirigió a los proitalianos. No hubo respuesta, los dálmatas no llegaron. Así el 15 de
Enero de 1861, el ban Josip Sok;evi$, presidente de la Conferencia, dio por terminada su labor y pidió al Rey
que usara su autoridad para ordenar que al próximo Sabor Croata asistan representantes de Dalmacia.

 
 

La posición tomada por la mayoría autonomista en Dalmacia, obedeció también a que se estaba produciendo
un nuevo cambio en la orientación política de Viena. Así el representante imperial en Dalmacia, el general
Mamula con su burócratas actuó, por instrucciones superiores, en el sentido de no ir a Zagreb.

En una discusión en la Dieta Imperial de 1861, el representante Lapenna, jefe de la delegación dálmata, pidió
que Dalmacia permaneciera como provincia austríaca. Otro miembro, Ljubi#a acotó que "de acuerdo al
derecho histórico Dalmacia pertenecía al Trirreino [Reino de Dalmacia, Croacia y Eslavonia] y que él
desearía para Austria un estructura federal."

El 26 de Febrero de 1861 Schmerling logró que Francisco José firmara la llamada Patente de Febrero, que
interpretó y modificó el significado del Diploma de Octubre de 1860. Se volvió al centralismo y
 pangermanismo. A Dalmacia se refirió diciendo que: "Por cuanto todavía no hemos tomado una decisión
definitiva respecto a la relación conforme al derecho de nuestro Reino de Dalmacia con los Reinos de Croacia
y Eslavonia, no puede entrar en vigor el ordenamiento territorial establecido para el nuestro Reino de
Dalmacia". También convocó a sesiones las Dietas de Zagreb y de Zadar y les estableció la obligación de
nominar sus representantes para tratar el problema de la unión.

La Dieta Dálmata se reunió en Zadar el 18 de Abril de 1861. La presidió Spiridone Petrovich, uno de los más
famosos juristas de Dalmacia, mientras que el vicepresidente fue el autonomista Baiamonti, recientemente
elegido alcalde de Split. Cuando el Comisario Imperial abrió la sesión recordó al Sabor que sólo podía
 proceder "a la selección de los representantes que tendrán por misión examinar lo concerniente a la unión de
Dalmacia con Croacia y Eslavonia" y que "una vez que ellos sean elegidos el Sabor se suspendería". En las
tres primeras sesiones de la nueva Dieta se trataron puras formalidades: se comprobaron las credenciales y se
constituyeron comisiones.

Durante la sesión del 18 de Abril de 1861, la cuarta, los autonomistas, Baiamonti y F.A. Galvani, se opusieron
a la anexión con Croacia en nombre de la historia, la civilización y de los deseos del pueblo dálmata.
Manifestaron que "la propuesta del gobierno de elegir representantes e ir a Zagreb a discutir la cuestión de la
anexión no debería ser aprobada en consideración tanto al procedimiento como a la inadmisibilidad de la
anexión propiamente tal". Se puso a votación la proposición imperial. Los nacionales abandonaron la sala,
manifestando que no se trataba de una proposición del gobierno sino un deseo del Emperador, al cual no
desean oponerse. Votaron por la negativa 29. La moción fue declarada rechazada por unanimidad. Esa noche
Zadar estuvo iluminado a giorno.

El la sesión del Sabor Dálmata del 24 de Abril de 1861, Baiamonti, que durante la noche había aceptado
 participar en los procedimientos del Sabor de Zagreb ordenados por el Emperador y unirse a la delegación
que iría a Viena encabezada por Strossmayer, ahora, con el propósito de torpedear la iniciativa croata propuso
que la totalidad del Sabor Dálmata, encabezada por el venerable arzobispo de Zadar, Godeassi, fuera a Viena
y no a Zagreb. Sin embargo la propuesta aprobó una comisión de tres autonomistas y dos nacionales: Stjepan
Ljubi#a y al vladika Knexevi$, ambos serbios. Los autonomistas no quisieron incluir a croatas para ir a Viena.

Tres días después, como despedida, los 29 representantes, 27 autonomistas y dos viriles, tuvieron una
impresionante manifestación popular que los acompañó por calles y plazas, desde el Sabor hasta su barco con
aclamaciones y una lluvia de flores. La demostración se repitió el 3 de Mayo cuando el arzobispo Godeassi,
quien a pesar de su avanzada edad, decidió juntarse con la delegación y encabezarla en su visita al
Emperador. Los autonomistas trabajaban bien. Tenían mayoría.

En la sesión del 15 de Abril de 1861, el Sabor de Zagreb aprobó una presentación al Rey por la cual se
solicitaba la unión de Dalmacia y Croacia. Se eligió la delegación que entregaría esa solicitud al Rey. En la
diputación iba el obispo Strossmayer. En Viena se le agregaron representantes nacionales de Dalmacia. En las
sesiones del Sabor Croata estuvieron presentes políticos de Dalmacia: Medo Puci$ y Stjepan Ivi;evi$. Más
tarde se incorporaron Vinko Mili$, Miho Pavlinovi$, Miho Klai$ y Luka Trpkovi$.

El 1 Mayo de 1861 sesionó el Consejo Imperial. A Dalmacia la representaban tres italianos y dos serbios.
Ljubi#a exigió enérgicamente la unión de Dalmacia a Croacia y Eslavonia, para así conformar el Trireino
histórico. Igualmente solicitó que en la administración y en los juzgados se tome en cuenta el idioma croata,

 
 

la lengua hablada mayoritariamente en la región. La ciudad de Kotor, lo nombró ciudadano honorario. Se


 preocupaba además en defender a los perseguidos políticos de Dalmacia.

Las reuniones de las delegaciones de Dalmacia y Croacia no condujeron al fin perseguido. Al frente de los
delegados autonomistas estaba Baiamonti, quien presionado por Strossmayer declaró que los autonomistas
también estaban por la unión, pero que consideraban que el momento no era oportuno. Las delegaciones
fueron recibidas por el Emperador separadamente el mismo día 8 de Mayo. Los croatas no obtuvieron
 pronunciamiento respecto a la unión. En cambio, por sus palabras y acciones, Francisco José supo cuan
resuelta estaba la delegación ítalodalmata y determinó a su favor. Las cosas quedaron como estaban.

A su vez, los intelectuales yugoslavos, que no tenían participación en los municipios pero si influencia en la
 población, enviaron un memorándum a la "Cancillería Real para Croacia, Eslavonia y Dalmacia en Viena" en
el cual expresaban que "La petición de nuestros hermanos de Croacia y Eslavonia para que se les anexe
Dalmacia y por cuanto el pueblo croata de Dalmacia no puede expresar sus deseos y aspiraciones, los abajo
firmantes solemnemente declaramos, mediante este testimonio, que el pueblo croata de Dalmacia, en
consideración a su conciencia nacional, desea unirse cuanto antes con sus hermanos de Croacia y Eslavonia;
que se declara igualmente contrario a cualquier manifestación que se oponga a la dicha unión y solicita que
cuanto antes se reúnan los representantes de Croacia, Eslavonia y Dalmacia para examinar las formalidades
 para realizar tal unión...". Este documento fue firmado también por clérigos católicos y popes ortodoxos.

A una presentación del Sabor Croata del 27 de Septiembre de 1861, el Emperador le contestó y comunicó el 8
de Noviembre que, con respecto a la unión de Dalmacia con Croacia y Eslovenia, como el Sabor Dálmata aún
no envía sus representantes oficiales a Zagreb para reiniciar el procedimiento ya propuesto es necesario
 previamente resolver el status de Croacia y Eslavonia en la monarquía. Esta decisión soberana fue muy mal
recibida por los autonomistas, que pensaron que el problema de la unión había sido resuelto.

En 1862, el canciller Schmerling trataba de atraer a Croacia y Eslavonia a su política. En esta línea actuaban
el ban Ivan Maxurani$  y el gran xupan de Zagreb Ivan Kukuljevi$. Crearon el Partido Nacional
Independiente, que proponía firmar un compromiso con Austria y no con Hungría, lo que permitiría discutir
las condiciones en que los croatas enviarían delegados al Consejo Imperial. La principal condición sería la
unificación de Dalmacia con Croacia, lo que estiman relativamente fácil de obtener firmado el compromiso.
Además en el Consejo tendrían mayoría los eslavos.

Cuando Schmerling consideró que tenía el apoyo croata, convenció al rey de convocar a elecciones para el
Sabor Croata de Zagreb el 17 de Julio de l865. Con ello empezó una intensa lucha política. Strossmayer se
oponía a los Independientes pro Austria por temor a que Croacia podía desaparecer en el mar germano. Con el
 propósito de frenar esta acción, el partido de Strossmayer firmó un pacto con los unionistas con Hungría. De
esta manera la oposición obtuvo los dos tercios de los mandatos. Entre otros se eligió a dos dirigentes
dálmatas: Klai$ y Pavlinovi$, con lo cual se quiso demostrar su interés por Dalmacia.

El resultado negativo para el gobierno de la elección para el Sabor Croata, produjo la caída de Schmerling,
cuyo gobierno cae el 27 de Julio de 1865 y es reemplazado por Ricardo Belcredi. El nuevo canciller envió una
circular a todos sus representantes regionales pidiendo que todos los funcionarios deben conocer el idioma del
 país en que prestan sus servicios, que deben respetar la libertad de prensa, que deben mejorar la
administración y que se debe restablecer el imperio de la ley. Logró también promulgar una ley de amnistía
 para los delitos de prensa. Con esto terminaron los juicios existentes contra Nodilo.

Así el Sabor Croata, suspendido el 8 de Noviembre de 1861, volvió a reunirse el 12 de Noviembre de 1865.
Reunido el del 12 de Noviembre se leyó la comunicación real del 2 de Noviembre, que en relación a
Dalmacia se remite a lo dicho el 8 de Noviembre de 1861 según lo cual el asunto de la unión no se podía
realizar mientras no se resolvían las relaciones en derecho de Croacia y Eslavonia con Hungría.

Austria determinó en 1866 que el asunto de la unión de Dalmacia a Croacia, tenía que ser conversado por
representantes de ambas Dietas. El resultado de esas conversaciones le sería presentado al Rey para su
resolución. La población italiana en Dalmacia, que por siglos había administrado la región entre los Alpes
Dináricos y el mar, consideró altamente peligrosa esta orientación de Viena. 

 
 

El Sabor Croata, aprobó el 12 de Febrero de 1866 el texto de la contestación a la comunicación real del 2 de
 Noviembre de 1865, en la que se insiste en la integridad del Trirreino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia
conjuntamente con las aclaraciones de los asuntos comunes del imperio. El rey contestó con fecha 27 de
Febrero que la unión no se puede resolver "antes que se resuelvan las relaciones jurídicoestatales entre
Croacia y Eslavonia por un lado con Hungría y pro otra parte con respecto a la totalidad de la monarquía."
Austria abandona a los croatas en manos de los húngaros, Esta misiva fue leída en el Sabor el 3 de Marzo y
los representantes quedaron desilusionados. El Sabor envió una declaración al rey con fecha 10 de Marzo en
la cual insiste en la integridad de Croacia. Al día siguiente eligieron 12 delegados para que, con igual número
de representantes húngaros, discutieran el futuro compromiso entre Croacia y Hungría. Para destacar que
Dalmacia forma parte de Croacia, entre los 12 miembros eligieron a Miho Klai$, que en ese momento era
representante tanto en el Sabor Dálmata como en el Sabor Croata.

Eran las vísperas de la guerra austroprusiana. Italia, que no era reconocida como reino por Austria, tomó
 partido por Prusia, y entró a la guerra el 20 Junio de 1865. Para los italianos la guerra fue un desastre en tierra
y en el mar. La marina italiana quiso ocupar las islas y el litoral dálmata. El 20 de Julio la marina de guerra
austríaca se enfrentó a la italiana cerca de Vis. La batalla naval duró desde las 10:30 a las 15 horas. Los
derrotados italianos buscaron refugio en Ancona y los austríacos volvieron victoriosos a su base naval de
Pula. Mientras en el sur Austria obtenía victorias, en el norte sólo cosechaba derrotas. El 22 de Julio firmó un
armisticio y el 23 de Agosto la paz en Praga. Entre otros cambios territoriales Austria cedió la región
veneciana a Francia y ésta la entregó a Italia.

A partir de 1855, la monarquía desarrolló una política cada vez más centralizadora en provecho de los
nacionalistas alemanes y húngaros, lo que venía exasperando a los patriotas dálmatas. Se volvieron hacia la
 pequeña Serbia desde donde esperaban la emancipación de los eslavos del sur. A partir de Sadova (1866), se
sabe que Bismarck había entablado conversaciones con el príncipe Miguel Obrenovi$ de Serbia para atacar a
Austria por la espalda, Dalmacia se volvió hacia Belgrado.

El Sabor Croata se reunió el 1 de Mayo de 1867. Los representantes nacionales de Dalmacia le enviaron un
mensaje, leído el 11, de deseo caluroso por la pronta unión con sus hermanos. A su vez, el Sabor Croata
reconoció el 11 de Mayo de 1867 que los serbios que habitan en su territorio tiene los mismos derechos que
los croatas Al mismo tiempo en Viena se convocó el Consejo Imperial para el 22 con el propósito de aprobar
la monarquía dual. Lapenna declaró que Dalmacia desea quedar con Austria, pero autónoma. Ljubi#a reiteró
diciendo que Dalmacia es parte del Trirreino y que desea un arreglo federal para Austria.

El Sabor Croata recibió un mensaje el 18 de mayo de 1867 en el cual, con motivo de la coronación de
Francisco José con la corona de San Esteban, con respecto a Dalmacia se señalaba que sus representantes
deben estampar que pertenecen al trirreino de acuerdo al derecho se une a Croacia y Eslavonia. Pero, el 25 de
Mayo el Sabor Croata fue disuelto. De acuerdo al Compromiso austrohúngaro, Francisco José se entronizó
con la corona de San Esteban el 8 de Junio de 1867 en Buda sin la presencia de representantes croatas. A
continuación se nombró a Levin Rauch como ban de Croacia con la misión de lograr un compromiso de
croatas y húngaros. Se promulgó una nueva ley electoral, con lo cual los unionistas con Hungría en Croacia
obtuvieron la mayoría de los mandatos, quedando los partidarios de Strossmayer en minoría.

El 6 de Octubre de 1868, el Sabor Croata se dirigió al Rey para pedirle que considere unir Bosnia y
Hercegovina, al igual que Dalmacia, a Croacia y Eslavonia.

En 1868, uno de los jefes del Partido Unionista en Dalmacia, croata convencido, el abad católico Miho
Pavlinovi$, diputado del Sabor Dálmata, pronunció en Hvar un importante discurso donde principalmente
dijo: " Los serbios y croatas son hermanos. A pesar de algunas diferencias que no se pueden ocultar, forman
una sola nación. El derecho croata confirmó en teoría el reino triuno de Dalmacia, Croacia y Eslavonia, que es
y será una poderosa palanca de progreso. Defendiendo el derecho croata contra las otras nacionalidades no
eslavas seremos, nosotros croatas y serbios, la más sólida muralla del Principado de Serbia." No se podía
 preconizar más claramente el rol que Serbia, en el pensamiento de los dálmatas, estaba llamada a desempeñar
en la solución del problema nacional.

Casi al mismo tiempo, el conde Pozza, escribió en la Nueva Antología de Florencia un artículo sugestivo:
"Serbia y el Imperio de Oriente". Decía que, para defender la civilización y la libertad de Europa, se debía

 
 

crear en Oriente un estado que garantizase la seguridad contra una invasión rusa y austríaca y una violenta y
repentina solución de la Cuestión de Oriente. Que debía ser un estado eslavo que fuera capaz de: privar a
Rusia de la fuerza moral que posee en su calidad de único representante y casi de tutoría de los eslavos en los
consejos europeos; quitar a Austria la fuerza moral que le dan los eslavos y particularmente los yugoslavos
que esperan encontrar allí un sólido apoyo y un centro propio. Concluyó diciendo que ese estado era Serbia.
Agregó que para Italia sería de gran interés detener a Austria e impedirle su establecimiento en las costas
adriáticas y para esto Italia debía "por todos los medios que admite la prudencia, favorecer la ejecución del
 programa yugoslavo."

Finalmente, en el año 1868, Croacia y Hungría firmaron un compromiso de convivencia administrativa


llamado Nagodba (Compromiso). El Sabor Croata sólo mantuvo competencia en asuntos internos del Banato.
El Ban sería nombrado por el primer ministro húngaro. Hungría se comprometió a trabajar para que el Reino
de Dalmacia se uniera al Reino de Croacia y Eslavonia. Este Compromiso encadenará la política croata en los
 próximos cincuenta años. Fue un duro golpe para los partidarios del federalismo. Tuvo además enormes
consecuencias en el campo económico. La penetración del capital foráneo desplazó en todo a los nacionales,
la población de Croacia y Eslavonia empieza a emigrar a América. Se crearon nuevos focos de germanización
en Zagreb y se facilitó su magiarización. La Nagodba fue recibida con gran oposición en Croacia, salvo por
los prohúngaros. Era poco lo que podía hacerse. Austria y Hungría lo aprobaron. Sin embargo produjo un
acercamiento entre los seguidores de Star;evi$ y Strossmayer, para encarar sus modificaciones.

En la sesión histórica del 3 de Septiembre de 1870, el Sabor Dálmata votó por una gran mayoría la petición a
la Corona que exponía el deseo de Dalmacia de unirse a Croacia: "Los diputados del Reino de Dalmacia
solicitan respetuosamente a Vuestra Majestad las medidas que permitan a los representantes de los dos países
abrir las negociaciones necesarias para el restablecimiento de su unión." Acompañaba la petición, un
cuaderno de quejas de Dalmacia: administración antinacional; justicia penal corrompida; instrucción pública
descuidada; ley militar parcialmente aplicada; agricultura, industria y marina mercante reclaman medidas de
urgencia; reforma inmediata del sistema aduanero y falta total de ferrocarriles. Se pedía la introducción de la
lengua nacional en las escuelas, tribunales, administración, a fin de "que el pueblo que nosotros
representamos no sea más extranjero en su propia casa." Se deploraba la insurrección de Boka Kotorska, pero
se invocaba el respeto de las antiguas costumbres y hábitos nacionales en Boka Kotorska, Dubrovnik y en
toda Dalmacia. La Corona respondió al memorial de la mayoría yugoslava con vagas y vanas promesas. La
 petición de unión cayó en el vacío y se agregó a la larga serie de rechazos.

En Croacia hubo nuevas elecciones en 1871. El partido nacional de Strossmayer obtuvo 50 mandatos, los
unionistas prohúngaros 14 y en solitario fue elegido Ante Star;evi$. El Sabor Croata fue convocado cuatro
veces y las cuatro pospuesto. Ese año, el 11 de Noviembre fue asesinado a traición Eugen Kvaternik, quien se
había levantado en armas contra Viena, cerca de Rakovica. Esta circunstancia fue aprovechada por los
húngaros para hacer fracasar el progreso hacia una federación. Los eslavos fueron acusados de
revolucionarios y el dualismo se fortaleció. Hohenwart renunció el 30 de Noviembre de 1871. Lo sucedió el
centralista Adolf Auersperg.

Los deseos unitarios del pueblo dálmata, eran apoyados por el Sabor Croata, cuyo título oficial era: Dieta de
los Reinos de Dalmacia, Croacia y Eslavonia. El Sabor ya había aprobado peticiones a la Corona para la
unión de Dalmacia y Croacia en los años 1806, 1832, 1839, 1845, 1848, 1861 y 1868, renovó este voto
automáticamente a partir de 1878 en cada período legislativo hasta la guerra de 1914. Siempre con el mismo
resultado negativo.

En cuanto al Sabor de Dalmacia, todas las veces que deseaba retomar el voto por la unión, fue regularmente
impedida por orden imperial, por el cierre de la sesión o, aún, por la disolución del Sabor. Las demandas
extraparlamentarias fueron a menudo reprimidas por la requisición de los diarios y aún con arrestos de
 personalidades y dirigentes políticos.

El resumen, el problema de la unión de los territorios croatas bajo los Habsburgos, era abordado desde un
 punto de vista legitimista invocando derechos y situaciones históricas. En este período histórico Dalmacia y
Croacia estaban separadas por un cordón militar, los Confines Militares o Croacia Militar, bajo el mando
directo de Austria, como defensa frente al Imperio Otomano. El territorio restante de Croacia propiamente tal
era "una reliquia de reliquias", prácticamente su dominio real se extendía entre Zagreb y Varaxdin en el norte.

 
 

Eslavonia era de hecho un gran feudo húngaro. Los Confines Militares se integraron a Croacia. Pero, serán las
nuevas generaciones de intelectuales y políticos de la clase media, los que cosecharán lo sembrado y asumirán
la responsabilidad de efectuar la unión de Dalmacia con Croacia como resultado de la gran tragedia de la
Primera Guerra Mundial y su consiguiente derrumbe de los imperios austriacohúngaro y otomano.

NUEVA GENERACIÓN DE POLÍTICOS

La juventud progresista

A mediados de 1893, se reunieron en Krapina los dos grandes, Strossmayer y Star;evi$. Como resultado se
 produjo un acercamiento entre las posiciones austroyugoslavas y las del derecho histórico.
Lamentablemente en ese año muere Ra;ki, el alter ego de Strossmayer, en 1986 Star;evi$ y más tarde, en
1906, morirá también el gran obispo. Estas muertes eran como señales para que la generación que termina
sus humanidades en la década de 1890-1900 tome las banderas de lucha por las aspiraciones nacionales
aún no logradas.

Una de las primeras consecuencias de la reunión en Krapina, fue que en Zagreb se logró establecer, en 1894,
un alianza entre los partidos de oposición al régimen autocrático del ban croata Khuen Héderváry, en base de
un programa de acción política de cinco puntos basado en las ideas del despertar nacional: unión de todos los
territorios habitados por el pueblo croata en un estado y la conversión del Imperio en una federación
habsburga en la cual Croacia sería uno de sus estados paritarios.

Muchos acontecimientos ocurridos en este período contribuyeron a incrementar la hostilidad eslava hacia el
gobierno dual austrohúngaro del Imperio Habsburgo y prepararon un terreno favorable a la cooperación entre
italianos, serbios y croatas: el rechazo del gobierno húngaro de reconsiderar las cláusulas del acuerdo entre
Budapest y Zagreb de 1868; la influencia de las enseñanzas del estadista checo profesor Tomás Masaryk
(1850-1937), que propagaba una fuerte activación de las tradiciones culturales eslavas; la sustitución de la
dinastía de los Obrenovi$ por la de Karadjordjevi$ en el trono de Belgrado y la animosidad de Viena hacia el
nuevo monarca serbio. A la crisis del 1900 en Austria, siguió una estagnación económica en el Imperio. En
Zadar, el periódico Il Dalmata órgano oficial del partido italiano, parecía hacerse eco de los nuevos puntos de
vista publicando una serie de artículos favorables a superar las diferencias de opinión entre italianos, croatas y
serbios y formar una alianza ítaloeslava como una barrera natural contra el pangermanismo.

Con motivo de la visita del Emperador Francisco José a Zagreb (1895), los jóvenes estudiantes vestidos con
uniformes del movimiento ilirio, produjeron disturbios y quemaron banderas húngaras, como protesta por el
régimen de magiarización de Khuen Héderváry. Fueron apresados y condenados. Entre ellos estaba Stjepan
Radi$, el verdadero líder del grupo, estudiante de leyes, que fue condenado a seis meses de prisión. A su
término, la mayoría de los condenados continuó sus estudios en Praga, donde conocieron a Masaryk y su
filosofía de política "realista". La aparición en escena del joven Radi$ coincidió también con el empleo de
métodos directos contra la política de magiarización de los ferrocarriles en Croacia. Son señales que indican
que la pasividad y apatía en la acción política llegó a su término.

Los sucesos de Zagreb tuvieron repercusión. Los checos pidieron su Estado, los eslovenos la unión de sus
territorios, Dalmacia la separación de Austria y su unión al trirreino y en Croacia los partidarios de
Strossmayer y Ante Star;evi$ acuerdan luchar por la anulación de la "Nagodba" y por un estado yugoslavo
que comprendería Croacia, Dalmacia, Bosnia y Hercegovina. Una vez más hechos concretos crearon
ilusiones, pero Francisco José I no leía los diarios y, para él, la opinión pública no existía.

Más tarde frente a las ofensas proferidas por Handel en su campaña para introducir el idioma alemán en
Dalmacia, los diputados del Sabor tomaron otro acuerdo en común. Redactaron una censura por las ofensas
inferidas que fue leída en público por el diputado croata :ingrija Melko y que anunciaba su intención de no
tomar parte en las actividades del Sabor mientras Handel permaneciera en su puesto. Esto obligó su retiro.

En una carta escrita a comienzos de 1904, en la cual se discutía un posible acuerdo entre croatas e italianos en
Dalmacia, Roberto Ghiglianovich (a quien los informes de la policía habsburga sindicaban como la cabeza

 
 

del movimiento irredentista italiano en Dalmacia) enfatizaba cuán importante era una reconciliación entre las
dos nacionalidades del país para el presente y podría ser para el futuro.

Los acontecimientos políticos de comienzos del siglo XX empezaron a desarrollarse con suma rapidez. Una
nueva generación de políticos jóvenes asumirá las responsabilidades históricos frente a los turbulentos y
decisivos años que se avecinan.

Resolución de Rijeka

En el año de 1905 suceden dos hechos que repercuten en Croacia y Dalmacia. La derrota rusa por los
 japoneses y la revolución fallida. La primera indicó que Rusia no era tan fuerte militarmente y la segunda que
la acción de las masas tenía fuerza política. Esto en Austria significó que frente a la debilidad rusa, se podía
actuar más libremente en los Balcanes, por ejemplo anexar Bosnia y Hercegovina. Francisco José se negó a
recibir a los representantes croatas de Istria a Dalmacia que le solicitaron un audiencia para tratar la opresión
y persecución que sufrían sus hermanos en Croacia y Eslavonia por parte de las autoridades húngaras. Frente
a este desaire, los líderes croatas decidieron cooperar con el antidual partido de la Independencia Húngara En
estas nuevas circunstancias aparece en escena la figura de Frano Supilo, que será el motor político en los
 próximos diez años.

Supilo nació en Cavtat. Fue redactor del diario  Prava "   de Dubrovnik. En 1900 se fue a Rijeka en busca de
mejores horizontes. Principió editar " Novi List " ( "El nuevo diario") en un territorio que era húngaro. Allí
existía una mayor libertad para expresar sus ideas y comentar los sucesos. Lo que en Zagreb ni siquiera se
 podía susurrar, en Rijeka se podía publicar (Rijeka era jurídicamente un corpus separatum de Hungría). Así
 pronto adquirió una gran notoriedad. No tenía ambiciones personales, le interesaba por sobretodo la verdad.
Era un analista profundo y pronosticaba los acontecimientos casi con una seguridad absoluta. Estaba
impregnado de ideas nacionalistas y a ellas dedicó su vida.

Los problemas suscitados por las necesidades militares de Viena, causaron fuertes turbulencias en Hungría
durante los años 1903 a 1905. En verdad se estaba en presencia de una crisis de continuidad de la doble
monarquía. Tan tensa era la situación que Francisco José pensó en invadir Hungría. Trumbi$ en su artículo
"Dalmacia entre Austria y Hungría", publicado en el Narodni List , apoyó a las fuerzas progresistas húngaras.
Supilo había establecido contactos con la oposición húngara. En Septiembre de 1905, el presidente del
 parlamento húngaro visitó Rijeka y sostuvo conversaciones con los dos líderes croatas. Estar de acuerdo con
los húngaros podría significar que la oposición croata llegara al poder. Los magiarones se pusieron nerviosos.

Durante los días 4 y 5 de Octubre de 1905, tuvo lugar la histórica reunión en Rijeka de 40 representantes
croatas de oposición, básicamente, de Dalmacia y Croacia. De Dalmacia participaron 22, de Croacia 11 y el
resto de Istria y otras regiones. El entendimiento con la oposición húngara podía resolver los problemas
históricos croatas. Era la única vía visible en esos momentos. El día 5 se dio a la publicidad la denominada
"Declaración de Rijeka", fechada el 3 de Octubre de 1905, por la cual apoyarían a la oposición húngara en su
conflicto con Viena siempre y cuando ayudara a Croacia en su lucha por la unificación de los territorios
croatas y se democratizara el Compromiso croatahúngaro de 1867. La reunión y el texto de la resolución la
 prepararon Ante Trumbi$ y Frano Supilo, dos croatas de Dalmacia, no expuestos a las represalias húngaras.
Fueron los principales motores de la política del "nuevo curso". Por Dalmacia firmaron la Declaración: Pero
:ingrija, Roko Arneri, Bori$, Melko :ingrija, Ante Dulibi$, Grgi$, Katni$, Klai$, Maj#trovi$, Magjer, Marovi$,
Matas, Mili$, Radi$, Radimir, Ribi;i$, &tambuk, Tre#i$-Pavi;i$, Trumbi$, Ucovi$ y Verona. En Diciembre la
firmó también Biankini. De Croacia firmaron diez. No firmaron los representantes istrianos ni los del Consejo
Imperial, por razones tácticas. Más tarde la firmarían otros, como ser Biankini y Maxurani$. La "Resolución"
lleva la fecha de 3 de Octubre de 1905.

La Resolución cayó muy mal en los círculos militares y diplomáticos de Viena. Especialmente les preocupó el
acercamiento húngaro croata, pero muchísimo más lo fue el acuerdo croata serbio. Pensaron que en todo esto
estaba la mano de los Karadjordjevi$ de Serbia. El temor era que este pequeño país repitiera la historia del
Piamonte italiano. En vista de esto los "demócratas" húngaros muy pronto se coludieron con la corte vienesa
 para perseguir a los yugoslavos tanto de Croacia como de Dalmacia. De la Resolución sólo se salvó la
Coalición.

 
 

Resoluciones de Zadar

Dos semanas después de la Resolución de Rijeka, en Zadar, veintiséis combativos representantes serbios
 procedentes de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, emitieron el 17 de Octubre la "Resolución de Zadar", por la
cual prácticamente suscribieron la "Resolución de Rijeka". Expresaron: "Los croatas y serbios de Dalmacia
trabajarán hombro con hombro como hermanos de sangre en los asuntos nacionales y políticos y se
esforzarán, uniendo sus fuerzas, en materializar tan pronto como sea posible la unión de Dalmacia con
Croacia y Eslavonia". Acordaron apoyar la unión de Croacia y Eslavonia con Dalmacia fechada el 3 de
Octubre de 1905 a cambio de la promesa de igualdad entre croatas y serbios para luchar unidos por un mismo
 programa.

Las anteriores resoluciones tampoco fueron firmadas por los partidarios de Radi$, de los prava#i auténticos y
los gobiernistas prohúngaros. Stjepan Radi$ no la firmó por razones tácticas, su joven movimiento requería
independencia. Radi$ nunca le creyó a los húngaros, ni a los de oposición ni a los del gobierno.

Pocos días después, la bancada de los representantes proitalianos en el Sabor Dálmata se pronunció a favor de
la Resolución de Rijeka. "Con esto, los italianos de Dalmacia, por primera vez después de 1860 renuncian a
su oposición a la unificación de Dalmacia con Croacia", como lo anotó Trumbi$, con la condición de respetar
los derechos de las minorías nacionales por parte de los croatas.

Coalición Croatoserbia

El 1 de Noviembre de 1905, los representantes croatas y serbios en el Sabor Dálmata firmaron un acuerdo de
trabajo en común en todas las esferas de la actividad ciudadana. El 14 de Noviembre de 1905, se llegó a un
acuerdo entre croatas y serbios de Dalmacia. Ambos concuerdan en "trabajar hombro a hombro como
hermanos con iguales derechos en los asuntos político nacionales, y especialmente uniendo fuerzas para
luchar por la concreción lo más pronto posible de la unión de Dalmacia con Croacia y Eslovenia, considerada
como la principal base para asegurarse un futuro nacional conjunto".

Después de este histórico acuerdo, la Coalición Croatoserbia venció en las elecciones de ese año a el Sabor de
Dalmacia. Este acto sería la base para la posterior colaboración croatoserbia en Croacia. Una comisión
coordinaría los objetivos comunes posteriores. El programa de la Coalición Croatoserbia en Dalmacia
declaraba que es imposible escribir todos los compromisos, pero que se mencionarían algunos que indicarían
el espíritu de la futura colaboración:

1) Que, los croatas y serbios son un pueblo y que son iguales uno respecto al otro,
2) Que, respecto al idioma se reconoce la resolución del Sabor Dálmata del 21 de Julio de 1883 por la cual el
idioma se denomina croata o serbio,
3) Que, respecto a las escuelas públicas en ellas se debe enseñar tanto la historia croata como la serbia y en
sus
textos de estudio debe usarse la escritura latina y la cirílica,
4) Que, serán respetadas ambas banderas y se enarbolarán en las municipalidades ambas cuando por lo menos
cada uno tenga un tercio de representantes.

El documento fue firmado por 23 miembros de la Bancada Croata y 6 de la Bancada Serbia.

Un grupo de partidos existentes en Croacia en base a las resoluciones de Rijeka y Zadar, formaron, a su vez.
en Zagreb la Coalición Croatoserbia. Esta Coalición obtuvo mayoría en las elecciones de 1906 para el sabor
Croata. Así en Dalmacia y Croacia la Coalición ganó los gobiernos locales. Esta Coalición será la rectora del
acontecer político hasta el año 1918. No participaron en la Coalición Croatoserbia los partidos: Progresista
Popular Croata, del Derecho, Independiente Serbio y un grupo independiente de la juventud progresista.

En su manifiesto de constitución, dado a la luz pública el 12 de Diciembre de 1905, se estableció que: "La
Coalición Croatoserbia teniendo en cuenta los grandes ideales nacionales y respondiendo a las aspiraciones
 populares de unión nacional, con todo corazón, recoge de los hermanos nuestros en Dalmacia el problema de
la unión de su país con Croacia. La Coalición Croatoserbia empleará todas sus fuerzas para la solución
adecuada de tal problema y actuará solidaria y coordinadamente con sus hermanos de Dalmacia:"

 
 

Varios acontecimientos ocurridos en 1905 ayudaron para que los croatas y los serbios acordaran trabajar aún
más estrechamente. La conferencia, con asistencia de varios voceros políticos croatas, que tuvo lugar en Split
en Abril; la reunión de los diputados del Sabor Dálmata y de Croacia e Istria que tuvo lugar en Dubrovnik en
Agosto; la reunión en Rijeka a comienzos de Octubre de los mismos diputados que estuvieron en Dubrovnik
(Declaración de Rijeka) y la conferencia de diputados serbios del Sabores de Croacia y Dalmacia hacia
mediados de Octubre en Zadar (Declaración de Zadar). Estas reuniones fueron organizadas y promovidas
 principalmente por el alcalde de Dubrovnik, Pero :ingrija, el antiguo alcalde de Split Ante Trumbi$, el
diputado Josip Smodlaka y el periodista dálmata Frano Supilo.

La Coalición Croatoserbia en Croacia estuvo dirigida desde 1905 hasta el año 1910 por Supilo y de allí
adelante por Svetozar Pribi;evi$$  (1875-1936). Supilo abandonó la Coalición por estar en contra del apoyo
que se le estaba dando al régimen hungarófilo del ban Nikola Toma#i$ (1910-1912). También por cuanto la
Coalición rechazó su tesis de que la solución del problema croata residía en convertirlo en un problema
internacional. Se abandonó la lucha frente a Hungría y se le agradeció a Austria la anexión de Bosnia y
Hercegovina. La Coalición observó que la dirección de los avances serbios iban hacía Salónica y no hacia el
Adriático. Se notará una ausencia de la línea de acción croata. La "tolerancia" condujo a que en Croacia se
aumentaron las escuelas húngaras en 60 con 160 profesores, que en Zagreb se construyera una escuela
superior húngara y que más de 15.000 croataeslavoness emigraran y que muchos pueblos de Eslavonia
 pasaran a manos de propietarios húngaros y alemanes. Luego la tensión creció y el ban Toma#i$  tuvo que
renunciar. Nuevo Sabor y nuevo ban. La Coalición que en 1911 tenía 28 mandatos, en 1913 obtuvo 47.

La hostilidad general al pangermanismo era unánime en el Sabor Dálmata. Los diputados :ingrija, Prodan y
Kvekvi$ (en el nombre de los croatas nacionales, croatas radicales y serbios, respectivamente) apoyaron la
 propuesta de Ercolano Salvi para "una completa equivalencia de los estudios de derecho, filosofía, medicina y
técnicos y los diplomas obtenidos en las universidades públicas italianas por los estudiantes italianos de
Austria". Era la reciprocidad a los estudios realizados por los estudiantes yugoslavos dálmatas en la
Universidad de Zagreb y válidos en Austria. En su discurso no dejó de referirse a la ostentosa arrogancia
germánica, al caótico gobierno de los Habsburgos, a las dificultades que encontraban los estudiantes dálmatas
en las universidades alemanas (continuas disputas que terminaban en "sangrientas" batallas), y a los
obstáculos que encontraban los estudiantes dálmatas que deseaban terminar sus estudios en las italianas.

Los informes de la diligente policía habsburga enfatizaban, que las perspectivas para la continuación de una
 periódica colaboración entre italianos y croatas en Dalmacia pareció estar comprometida con ocasión al
 primera presentación pública promovida por la organización nacionalista atlética eslava Sokol en Zadar.
Estuvo aún más comprometida en 1906 por la falta de apoyo de los diputados croatas a los zadarinos en su
 petición de fijar los límites al distrito electoral de tal manera que asegurare por lo menos un representante
italodálmata en el Parlamento de Viena, al igual como existía para algunos enclaves alemanes. También los
representantes italianos en el Sabor Provincial se encontraron en minoría frente a la proposición para que
ciertas actividades policiales ejercidas por la municipalidad de Zadar pasaran al cuerpo policial.

Antes de la Primera Guerra Mundial, Austria no había mirado jamás a Italia como una potencia a temer.
Tenía sentimiento de superioridad respecto al joven reino, aumentado por un ligero desdén de la vieja
monarquía. En parte esto se explicaba por la cuestión del Vaticano; la subordinación de Roma a Berlín y
después de 1880 a la Triple Alianza (Austria, Prusia e Italia), en la cual Italia jugaba el rol de pariente pobre;
la no preparación militar crónica de Italia; la altanería de la aristocracia vienesa y la mentalidad de la
 burocracia austríaca. Por lo demás, Italia daba lugar a esta apreciación de los círculos vieneses por su actitud
servil y complaciente, por los esfuerzos que hacia para borrar sus orígenes democráticos y revolucionarios
frecuentando asiduamente los salones aristocráticos y reaccionarios de la gran capital danubiana.

La actividad de los irrendetistas italianos, que identificaban la causa autonomista dálmata con la suya, dejaba
fría a Viena. No fue sino mucho más tarde, cuando se decidió por el avance hacia Salónica y Shkodër, que
Austria creyó necesario halagar a Italia con una compensación platónica: la inmovilidad de la comuna
italianizante de Zadar con sus concejales municipales "italianos" con nombres predominantemente eslavos.

Para Austria era infinitamente más real el peligro ruso. La corriente paneslavista, mayorada por la
manifestaciones de la gran protectora eslava del Norte, siempre amenazaba avasallar todo. El Imperio de los

 
 

zares era un terror, por la sola presencia de este imperio gigantesco. Además los eslavos de Austria eran
 peligrosos debido a la agitación política de los checos. El movimiento federalista era de temer. Los
italodálmatas, para conjurar el fantasma del federalismo, confundidos se aferraron al partido constitucionalista
alemán. Se opondrán siempre a los eslavos. Los italianos no tenían nada que ganar con una Austria federal, en
la cual Palack + les atribuía únicamente el Trentino. El interés de Viena era ahora proteger a los autonomistas
de Dalmacia contra los yugoslavos, como lo hizo en 1860 y 1874. Pero el movimiento yugoslavo había
crecido enormemente y Viena dudó en hacerlo.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Atentado en Sarajevo

Austria organizó maniobras militares en Bosnia para el día de Vidovdan, el 28 de Junio de 1914, día
aniversario de la Batalla de Kosovo, día sagrado de los serbios. Las supervisaría el heredero al trono,
Francisco Fernando. En Sarajevo, cuando se dirigía a la gobernación en coche acompañado de su señora, la
checa Sofía Chotek, fueron mortalmente heridos y ambos fallecieron. Los disparos de pistola los hizo un
 joven serbio, Gabrilo Princip. Este asesinato fue la gota que rebalsó el vaso y gatillo el estallido de una guerra
que todo el mundo esperaba.

En Bosnia y Hercegovina hubo una razia contra los serbios, y, aunque en menor medida, también las hubo en
Zagreb y en Dalmacia. El mismo día de la declaración de guerra de Austria a Serbia, los patriotas dálmatas
más notables, de &ibenik a Kotor, fueron arrestados y puestos en prisión. Fueron culpables de yugoslavismo,
 paneslavismo o de simpatizar con los serbios. Fueron disueltas las municipalidades de Split, Dubrovnik y
&ibenik, prohibidas las organizaciones nacionales croatas y serbias, suspendidos los diarios más populares y
tomadas otras medidas de seguridad. Apresaron más de mil respetables personalidades por ser culpables o
sospechosos de tener sentimientos antigubernamentales. La mayoría eran croatas y católicos. Después de
hacerlos languidecer un tiempo en las cárceles locales, se internó a poetas, escritores, abogados, profesores y
diputados dálmatas en la Alta Austria, o bien se los utilizó como escudos en los trenes militares que
distribuían tropas austríacas sobre los frentes serbios o rusos. Esta represión desalmada contra los yugoslavos,
apretó las filas contra los austrohúngaros. Además se disolvió el Sabor Dálmata y se suspendieron las
garantías individuales. La amnistía generosa del emperador Carlos (fines 1916), otorgada a la muerte de
Francisco José, llegó muy tarde para reconciliar a hombres desesperados.

El 28 de Julio de 1914 Austria le declaró la guerra a Serbia, la que degeneró en la Primera Guerra Mundial.
Entre otros, Italia entró en la guerra contra las Potencias Centrales en 1915 y Estados Unidos en 1917. La
guerra contra la Doble Monarquía terminaría a fines de Octubre de 1918. El armisticio con Alemania se firmó
el 11 de Noviembre de 1918.

Los croatadálmatas (con excepción de los intelectuales con inclinaciones panserbias) eran generalmente leales
al emperador habsburgo. Cuando las hostilidades empezaron, las autoridades arrestaron e internaron a los
serbios y a los presuntos serbófilos en masa. Los diputados croatodálmatas en el Parlamento de Viena, Josip
Smodlaka y Ante Tre#i$-Pavi;i$, estuvieron internados durante tres años. Al mismo tiempo fueron tomadas
medidas para aislar gradualmente a Dalmacia. Entre otras, fue suprimido el servicio marítimo entre
Dubrovnik y Bari, como también la línea que servía Zadar, Pola y Venecia. La única vía marítima que se
mantuvo fue la de Zadar a Ancona. Sin embargo el gobierno fue incapaz de impedir la fuga de varias
 personalidades. Quizás algunas autoridades provinciales habsburgas veían con buenos ojos que ciertos
elementos dudosos se fueran.

El estallido de la primera guerra mundial y la declaración de neutralidad por parte de Italia, produjo una
extraordinaria confusión entre los italianos en Dalmacia. Pensaron que Italia renunciaba a su destino en el
Adriático y que Dalmacia estaba destinada a ser completamente eslavizada. De allí sus simpatías con
Alemania y Austria.

Declaración de Ni $ 

En el primer año de guerra, el 7 de Diciembre de 1914, el Gobierno de Serbia proclamó que "que considera
como su única y más importante tarea, en estos trágicos momentos, asegurar un final exitoso de la gran

 
 

contienda, la cual desde los momentos de su inicio se convirtió al mismo tiempo en la batalla por la liberación
y unión de todos los subyugados hermanos nuestros serbios, croatas y eslovenos." Con esta declaración, la
guerra defensiva de Serbia contra Austrohungría, se convirtió, para la opinión pública yugoslava e
internacional, una guerra por la liberación y unión de los territorios yugoslavos. En Dalmacia y Croacia los
serbios entendieron esto como la expansión territorial de Serbia.

Declaración de Zagreb

Los pueblos yugoslavos bajo Austrohungría, en el comienzo de la conflagración pensaban en una posible
unión con Serbia y Montenegro, principalmente sobre bases federativas y republicanas.

Durante el tiempo de la tragedia, Dalmacia sufrió mucho. Austria siguió llevando a dirigentes nacionales a las
cárceles. Fueron cientos de personas las encarceladas. Continuas delaciones, procesos, secuestro de
 propiedades con acusación de traición a la patria. Dos capitanes boquenses, apenas iniciadas la operaciones,
fueron fusilados. Todas las actividades institucionales fueron policialmente suspendidas. Hubo hambre en
Dalmacia, pues la navegación estuvo prohibida y era muy peligrosa. La alimentación fue racionada. Muchos
niños y ancianos murieron de hambre. Dalmacia se encontró en un estado evidente de domesticación moral.
Todo obstruía el camino de las falanges nacionales: viejos elementos reaccionarios; elementos nuevos, pero
en realidad todavía más reaccionarios; burócratas amarillos y negros; un poco de sentimentalismo comunal y
un poco de romanticismo. El centro de la actividad política dálmata se trasladó al exterior. En el momento de
la declaración de la guerra se encontraban en Italia Ivan Me#trovi$, Frano Supilo, Ante Trumbi$ y algunos
otros que llegaron en esos momentos. Esta emigración, mayormente dálmata, tomó la representación de los
ideales nacionales del pueblo croata.

El Sabor Croata, en su primera sesión desde el comienzo de la Guerra, 14 al 16 de Mayo de 1915, en


 presencia de delegados del Sabor Dálmata (Ivani#evi$ y Dulibi$) y del Sabor de Istria ( Laginja y Spin;i$) ,
declaró sus objetivos políticos. Firmemente señaló que se trataba de la existencia de los yugoslavos y que
 buscaba su unión y autonomía dentro de los límites del Imperio Austrohúngaro. El Sabor reivindicó el
Trirreino histórico y la actividad política se centró en Zagreb. Los prava#i orientaron su política durante la
guerra. La Coalición Croatoserbia era el partido gubernamental en Croacia y Eslavonia. Unos combatirían en
 primera línea, los otros guardarían la retaguardia.

La marea nacional subía y se desbordaba. Los espíritus despertaron. No se quería más una Dalmacia
suspendida en el vacío. Entonces asumió la dirección del movimiento nacional el clero católico y ortodoxo,
salvo algunas excepciones, ya que los obispos eran casi todos áulicos. Los hombres que habían egresado de la
Universidad de Padua, antes de la expulsión de Austria del norte de la Península Itálica (1866), se alinearon
en su casi totalidad en el campo nacional. Dalmacia no era más la Dalmacia Veneciana. esperaba sólo una
coyuntura favorable para manifestar sus verdaderos sentimientos y hacer tabla rasa de su pasado "colonial".

El distinguido arqueólogo y sacerdote dálmata, Frano Buli$, miembro del Partido Nacional, amigo de
Pavlinovi$ y Klai$. Fue profesor en Dubrovnik y Split. Fue director del Liceo de Split, después de la derrota
de Baiamonti, y simultáneamente director del Museo Arqueológico. Fue elegido como representante en la
Dieta Imperial y en la Dálmata en 1887. En 1889 renunció a todos sus cargos de representación política,
aunque en 1907 aceptó ir en una elección . Desde Split dirigió a los intelectuales y científicos croatas una
significativa carta fechada el 15 de Noviembre de 1914. Les pidió que confidencialmente le digieran, al
margen del posible resultado de la guerra, qué se podría hacer para que la identidad croata se salvaguardase.
Murió en 1934 en Zagreb, sin que cumpliera su mayor deseo: encontrar el sarcófago perdido de Diocleciano.

El Comité Yugoslavo de Londres

Durante el período de neutralidad del Reino de Italia, se juntó un gran número de italianos y eslavos,
 procedentes de Dalmacia, en Roma. Los italodálmatas solicitaron apoyo para la anexión de Dalmacia a Italia,
un planteamiento que fue mirado con simpatía por muchos (Gabriele D$Anunzio), otros fueron más
 prudentes, otros plantearon sus reservas y otros fueron abiertamente contrarios. A lo menos alguna de las
dificultades que los italodálmatas encontraban en sus esfuerzos, parecían deberse a las numerosas actividades
que desarrollaban los yugoslavos, especialmente Supilo, Trumbi$, Me#trovi$  y Lujo Vojnovi$, en favor de
una Dalmacia independiente de Italia. En el caso de una posible elección entre Italia y Austria por parte de los

 
 

yugoslavos, alguno de los consultados, sobretodo Vojnovic, no vacilaron en manifestar su preferencia por
Austria en el convencimiento que Dalmacia podría ser, pronto o más tarde, recuperada desde Austria pero
desde Italia no.

Entre los yugoslavos expatriados, Supilo fue muy activo en cuanto a conseguir apoyo aliado para considerar a
Dalmacia como una parte de un futuro estado yugoslavo. El embajador de Rusia en Francia, lo describía
como un muy conocido político y antiguo diputado en el Parlamento Húngaro. Pronto se destacó. Logró
entrar en Italia en la víspera del ataque austríaco a Serbia. Al comienzo, los esfuerzos de Supilo y sus amigos
no eran muy convincentes, principalmente porque proponían fronteras amplias para el nuevo estado. Con el
deseo de garantizar la independencia de alrededor de unos doce millones de yugoslavos había que extender
sus límites dentro del cual quedaría una minoría de un millón trescientos mil personas entre húngaros,
alemanes, italianos y rumanos. Además, algunos posibles reclamos (la Venecia Julia y Dalmacia por Italia y
el Banato por Hungría) obstaculizaban seriamente a los diplomáticos de la Entente en sus trajines para ganar a
Italia y Rumania como aliados. Las actividades esencialmente independientes del grupo yugoslavo
encabezado por Supilo y Trumbi$ también provocaron mucha resistencia de parte del primer ministro serbio
 Nikola Pa#i$ (quien al inicio representaba únicamente a todos los serbios, libres o no, y sólo al final estuvo a
favor de la liberación y unión con todos los "hermanos serbios, croatas y eslovenos subyugados").

En Roma, la emigración política dio sus primeros pasos los días 28 y 29 de Septiembre de 1914, al
entrevistarse el trío Me#trovi$, Supilo y Trumbi$, (un escultor, un periodista y un político), con los
embajadores de Francia, Rusia e Inglaterra. Su objetivo fue hacerles ver el carácter yugoslavo de Gorica, Trst,
Istria y Dalmacia y su oposición a las posibles pretensiones italianas sobre esos territorios. El francés los
recibió fríamente, el ruso no demostró mayor interés, pero el inglés los recibió con simpatía y amistad. Les
hizo presente en la conversación, que ellos tres eran croatas de Dalmacia y entre ellos no había ni eslovenos ni
otros representantes croatas. Esto significaba que había que tener una organización nacionalmente más
completa.

Desde Roma Supilo partió a Londres el 13 de Octubre de 1914. Logró el apoyo de importantes personajes
ingleses, como también la solidaridad de sus compañeros checos en el exilio. Los más notables: el profesor
Robert William Seton-Watson y el editor de asuntos exteriores del "Times", Wickham Henry Steed.

Volvió a Florencia el 22 de Noviembre de 1914 para entrevistarse con Trumbi$ y con otros representantes
croatas y políticos serbios de Bosnia Hercegovina. En esta reunión se acordó crear el "Comité Yugoslavo"
( Jugoslavenski Odbor ). Su programa consistiría en luchar por la constitución de un estado unitario yugoslavo
o eventualmente serbocroata y en oposición a la creación de un estado propio croata o croatoesloveno. La
organización del estado yugoslavo se reglaría de común acuerdo entre el Comité y el gobierno de Serbia.
Después regresó a Londres para tener una larga conversación con el premier británico Asquith, al cual expuso
el problema yugoslavo sobre un mapa. Entonces Asquith delimitó zonas de la costa Adriática y le preguntó
cuán doloroso sería para los yugoslavos perder esos territorios. Supilo le contestó que ello significaría una
catástrofe e intuyó que los aliados estaban preparando un pacto secreto con Italia. Emprendió una batalla para
evitarlo.

Se fue a Roma, donde habían llegado más emigrados, les dio a conocer sus temores. También fue a Ni#, a
Serbia. Lo recibió el príncipe heredero Alejandro y el premier Pa#i$. Fue la primera vez que se analizó la
unión con Serbia, especialmente cuáles serían las características del futuro estado. No hubo acuerdo. Los
serbios tenían claro que después de la guerra unirían a todos los serbios, parecía que más allá no habían
 pensado. Fue un primer encuentro entre dos concepciones diferentes para resolver el problema de los
yugoslavos. Est diferencia finalmente repercutiría en el Comité Yugoslavo y, a la larga, significó que Supilo
lo abandonaría.

A fines de Enero de 1915, Supilo partió de Ni#, vía Rumania, a Petrogrado para tratar dos inquietudes: la
formación del futuro estado yugoslavo y su relación con Serbia y las concesiones que harían los aliados a
Italia a costa de los intereses yugoslavos en Dalmacia, Istria y Eslovenia. Gran desilusión, Rusia estaba de
acuerdo en entregar territorios yugoslavos a Italia. Esto Supilo lo avisó de inmediato a Pa#i$ y a Trumbi$. Una
vez que el Pacto Secreto de los aliados con Italia fue conocido, Serbia sólo hizo algunos intentos para lograr
su modificación. En esos años y hasta 1918, las aspiraciones de Serbia eran: Bosnia y Hercegovina,
Montenegro y salida al Adriático para su comercio internacional.

 
 

El Comité Yugoslavo se formó en Paris, pero su sede se trasladó a Londres. Aquí se constituyó formalmente
el 30 de Abril de 1915. Incluía además de Trumbi$, que lo presidía, a Supilo, Me#trovi$ y a varios políticos
yugoslavos en exilio y dos representantes de Serbia. Más tarde entraron en su organización representantes de
los emigrantes croatas en América. Salvo muy raras excepciones, los emigrantes ayudaron y apoyaron las
actividades del Comité Yugoslavo de Londres, especialmente con fondos y propaganda por la unión de los
yugoslavos con Serbia y Montenegro. El Comité nunca logró ser reconocido por los aliados como
representante oficial de los yugoslavos de Austrohungría. Tanto Italia como Serbia se oponían a ello y en la
Etente el ánimo de despedazar Austrohungría apareció sólo al final de las hostilidades. Además soldados
yugoslavos luchaban contra los aliados en todos los frentes de guerra. La formación de un gran cuerpo
expedicionario yugoslavo en Rusia tuvo tantas y tan grandes dificultades que el Comité Yugoslavo no pudo
superarlas. No dispuso de un ejército propio como los checos y los polacos. Hecho que lo perjudicaba en
todo.

En los mismos momentos en que se constituía el Comité Yugoslavo, Pa#i$  hacía llegar a los rusos un
memorándum que en lo sustancial planteaba: 1) que el problema nacional serbio no consistía sólo en la
anexión de Bosnia y Hercegovina y la salida de Serbia al mar en Dalmacia, sino en la total liberación y
anexión a Serbia del resto de los territorios serbocroatas y eslovenos; 2) que los serbios y croatas son un
 pueblo, que en el territorio croata los serbios son mayoritarios y si el problema croata se tratara de resolver
separadamente, entonces el problema serbio se resolvería a satisfacción de los croatas; 3) la unidad cultural
de serbios y croatas se materializa con la aceptación de la lengua literaria serbia lo que prepara su
unificación política, manifestando su conciencia nacional común: 4) el problema esloveno no es idéntico
con el croatoserbio, pero sólo con su unión con el pueblo croatoserbio pueden los eslovenos ser salvados
 para el eslavismo y Rusia; 5) dejar parte de nuestro pueblo bajo los italianos, austríacos o húngaros, podría
traer funestas consecuencias; y 6) que es de interés para los aliados, especialmente para Rusia, que los
yugoslavos se unan en torno a Serbia y se constituya un poderoso estado eslavo como muro contra la
 penetración austroalemana en los Balcanes. Se observa las profundas diferencias con las concepciones del
Comité Yugoslavo sobre el futuro estado conjunto y sobretodo con Supilo, que defendió con terquedad la
explicitación de la forma y fondo de la unión nacional con Serbia.

Durante todo el período del desempeño del Comité, no se conoce ninguna oposición institucional croata a
sus actuaciones.De allí y dada la relevancia de sus dirigentes debían haber sido considerados por lo aliados
como los representantes legítimos de los yugoslavos del Imperio austrohúngaro, pese a la oposición de
Serbia e Italia y a la incapacidad de los croatas de Zagreb da haberles otorgado dicho mandato .
Lamentablemente no fue así

Pacto Secreto de Londres

Mientras Dalmacia se encontraba reducida al silencio por la pérdida temporal de sus mejores hijos, ya presos
o emigrados, un pacto secreto fue concluido en Londres entre Francia, Inglaterra y Rusia, por una parte, e
Italia por la otra. El Pacto Secreto de Londres del 26 de Abril de 1915 puso término a las negociaciones
secretas para obtener la adhesión de Italia a la Entente, ya en plena guerra contra las potencias centrales. Por
el Pacto, el gobierno italiano obtenía una formal asignación de territorios a su favor en la Dalmacia del norte
(en particular una franja costera a lo largo de la costa que incluía Zadar, &ibenik, Drni#  y Nin) así como
también un gran número de islas: (Mljet, Lagosta, Kor %ula, Hvar, Vis, Zlarin, Murter, Pasman, Ugljan, Vir,
Pag, Lo#inj y Cres). Los negociadores de Londres determinaron en el Adriático sur una zona que se entregaría
a Serbia y Montenegro. Incluía a Split, Dubrovnik, Kotor, Bar, Dulcinj y la islas Veliki y Mali Drvenik,
"iovo, &olta y Bra;. Finalmente en el Adriático norte, Rijeka y las islas de Krk y Rab permanecerían en
Croacia, región cuyo futuro estaba por definirse y no necesariamente anexarse a Serbia y Montenegro o
separarse de Hungría.

Los aliados occidentales dispusieron de Dalmacia sin miramientos al igual que en la transacción de Ladislao
de Napolés. Contra esta cesión, que nada la justificaba, el pueblo dálmata protestó ante la Etente a través de la
voz de Supilo, del Comité Yugoslavo y por una declaración débil del gobierno de Serbia, que, retomando la
argumentación de Pozza, rehusaba creer que Italia, despreciando el principio de nacionalidades, al cual ella
debía su existencia, querría apoderares de un territorio yugoslavo. Para compensar a Serbia, la Entente le
ofreció el control de Bosnia y Hercegovina, Eslavonia, Ba;ka, partes de Dalmacia no afectas al Tratado de

 
 

Londres y territorios en el norte de Albania. Aunque el texto del Pacto de Londres era secreto, los exiliados
dálmatas de las dos principales nacionalidades concernidas, la italiana y la eslava, comprendieron
aproximadamente las implicaciones para sus respectivos pueblos.

El Sabor Croata, desde Junio de 1915 conoció rumores del Pacto, lo que motivó una fuerte declaración del
derecho de los croatas sobre la costa oriental del Adriático. El debate tuvo por consecuencia una más fuerte
resistencia de las tropas yugoslavoaustríacas en el frente italiano. Instintivamente los soldados comprendieron
que estaban defendiendo las fronteras de su propio país. La línea se mantuvo hasta el término de la guerra en
el río So;a. En esa misma sesión, con la presencia de delegados de las Dietas de Dalmacia e Istria,
considerando sus declaraciones de los años 1527 y 1712, reafirmó su lealtad a la dinastía habsburga.

 No sólo se combatía en las trincheras. Existía una guerra diplomática. Supilo, que se consideraba en cierta
forma el vocero del Partido del Derecho y del Partido del Pueblo Esloveno, continuó propagando la idea de
una gran Yugoslavia. Por esto entró en conflicto con Nikola Pa#i$ y con su colega Ante Trumbi$. El primero
estaba poco dispuesto a aceptar las aperturas de Supilo con miras a una aplicación del principio de
autodeterminación de los pueblos (que ponía en duda la anexión de algunos territorios del sur de Hungría y de
Macedonia a Serbia), mientras que el segundo no querría llegar a un punto de ruptura con Pa#i$. Al mismo
tiempo Trumbi$ no soportaba las propuestas de Supilo de ir directamente en enfrentamiento con los voceros
 políticos italianos. La diferencia fundamental estaba en el procedimiento para realizar la unión. Trumbi$ 
sostenía que no era oportuno discutir el funcionamiento del futuro estado con Serbia y Supilo, son su
experiencia, insistía que era indispensable; él era partidario de una federación. Estaba en minoría y se fue del
Comité el 5 de Junio de 1916, pero siguió luchando por Croacia. Murió el 12 de Noviembre de 1917.

Para entrar en la guerra al lado de las potencias centrales, Italia, de acuerdo a los términos de la Triple
Alianza, planteó a Austria compensaciones por sus conquistas en los Balcanes. Pidió el Trentino, parte del
litoral dálmata y algunas islas, aunque sin una mayor precisión. A comienzos de Abril de 1915, sus demandas
fueron consideradas del todo fuera de lo razonable por las potencias centrales. El 26 del mismo mes Italia
firmaba el Pacto Secreto de Londres con la Entente. Evidentemente, Italia estuvo negociando con los dos
 bandos.

Después de la declaración de guerra de Italia a Austrohungría (23 de Mayo de 1915), muchos italianos en
Dalmacia siguieron la misma suerte de serbios y sospechosos croatas un año antes. La mayor parte de los
italodálmatas perseguidos eran de Zadar, pero casi todas las ciudades contribuyeron con algún personaje.
Durante los primeros meses de 1916, la policía habsburga intensificó la vigilancia sobre los italodálmatas y
trató de obtener el máximo de información de los movimientos de los líderes irredentistas italianos. El 30 de
Mayo de 1916, el Concejo Municipal de la ciudad de Zadar fue disuelto. Una investigación judicial obligó a
casi todos los dirigentes italodálmatas a ocultarse. La amnistía decretada con motivo de la muerte del rey y
emperador Francisco José los salvó. El 26 de Agosto de 1916 Italia le declaró la guerra a Alemania.

El Emperador Francisco José murió el 21 de Noviembre de 1916, poniendo término a sus ochenta y seis años
de su trágico reinado. El destino le evitó ver el derrumbe de la monarquía habsburga. Lo sucedió su joven
sobrino el archiduque Carlos. Su reinado fue corto y su fin trágico.

Unos cuantos días después de sus ascensión al trono, ocurrida el 5 de Diciembre de 1916, Carlos empezó
acciones para hacer una paz separada. En los círculos de la Entente había muchos que miraban con
simpatía esta posibilidad, ya que su objetivo era destruir a Alemania y no a la monarquía habsburga. Ya en
1915 había problemas de abastecimiento alimenticio en los territorios austríacos. Empezaron las colas en
las ciudades y en el frente las raciones empeoraron. Principiaron a estallar huelgas por razones económicas.
El estado de Austria era desolador. El país se disgregaba. Las tentativas de una paz separada fracasaron en
 Noviembre de 1917.

Declaración de Mayo de 1917

Después de la muerte de Francisco José, el sentimiento político de los yugoslavos se centró cada vez más
hacia la obtención de un estatuto completamente autónomo basado en el principio de nacionalidades y en el
derecho histórico croata.

 
 

La difícil situación por la que atravesaba Austrohungría, hizo necesario convocar la Dieta Imperial en 1917,
en la cual el grupo germano tenía 250 representantes y el eslavo 190. Abiertas las sesiones, después de tres
años de estar suspendidas, los nacionales protestaron por el encarcelamiento de sus dirigentes y de mantener
con hambre a la población. Junto al representante dálmata Biankini, se destacó también el dálmata
Tre#i$-Pavi;i$.

Durante las discusiones aparecieron de inmediato las tendencias nacionalistas. Especialmente influyente fue
la llamada la Declaración de Mayo, formulada por el Club Parlamentario Yugoslavo, formado en la víspera
de la apertura del Consejo Imperial. Se constituyó así un segundo grupo eslavo en Viena, con cerca de treinta
representantes de Eslovenia, Istria y Dalmacia, preocupado del futuro de los yugoslavos, que operaría en
estrecha colaboración con los checos. La Declaración fue leída por el esloveno Anton Koro#ec, presidente del
Club, en la sesión del Consejo Imperial el 30 de Mayo de 1917, por la cual ya no se podía poner en dudas los
deseos y aspiraciones de los pueblos yugoslavos de la monarquía. Fue un manifiesto político. Declaraba:

"Los representantes, que forman el Club Parlamentario Yugoslavo, demandan en nombre de los principios
nacionales y del derecho público croata la unión de todas las regiones de la monarquía pobladas por
eslovenos, croatas y serbios, en un estado independiente libre de toda soberanía extranjera construido sobre
 principios democráticos bajo la corona de la dinastía de los habsburgos, y [declaran] que emplearán todas sus
fuerzas para la materialización de su demanda. En este marco de referencia [el Club] participará en el trabajo
 parlamentario."

La Declaración de Mayo era la continuación lógica de la declaración del Sabor de Croata de Zagreb de Junio
de 1915. Estaba dirigida contra el fundamento dual de la monarquía, que aseguraba la dominación germana
sobre los pueblos bajo Austria y de los húngaros en los de la corona de San Esteban. Manifestó la unanimidad
y decisión de los representantes yugoslavos para luchar por los derechos legítimos de sus pueblos. Actualizó e
internacionalizó el problema yugoslavo en la doble monarquía, al plantear el trialismo. La mención de la
"dinastía Habsburgo Lorena", es obvia por las circunstancias. El 5 de Junio de 1917, el partido de Star;evi$ la
suscribió. La Coalición Croatoserbia, en el poder del Banato Croata, mantuvo reserva. Con la Declaración de
Mayo de 1917, el horizonte político principió a aclararse en relación a la unión de eslovenos, croatas y serbios
de la doble monarquía y constituyó un documento significativo en la lucha por un estado croata independiente
y soberano. Un año después, Koro#ec abandonó al Emperador y se insertó con su grupo en el Comité
Yugoslavo. Radi$ hacia el mismo planteamiento en el Sabor Croata, dando nombre a dicha entidad: Reino de
Croacia.

La Declaración de Mayo, inicialmente, no fue bien recibida en Dalmacia debido a la mención de la dinastía de
los habsburgos y circunscribirse al Imperio austrohúngaro. Los habitantes de Split y Sinj habían hecho
declaraciones más radicales, o sea, eliminando a los habsburgos y solicitando la unión de todos los eslavos
del sur en un solo estado. Cuando el gobierno de Viena rechazó dicha declaración, Dalmacia la consideró
 positivamente como un instrumento de agitación contra la opresión austríaca.

Declaración de Corfu

En Serbia, la oposición le exigió a Pa#i$ que iniciara conversaciones con el Comité Yugoslavo de Londres. La
Revolución de Febrero en Rusia había debilitado la posición de Pa#i$ en el momento en Austrohungría estaba
 buscando la paz. Trumbi$  se reunió con un representante del gobierno serbio en Cannes. Finalmente una
delegación del Comité fue invitada a Corfú (fines de Abril de 1917). Las conversaciones duraron entre el 15
de Junio hasta el 20 de Julio, tuvieron lugar 28 sesiones plenarias. Concurrieron también representantes de
Bosnia y Hercegovina y de la oposición serbia. En la mayor parte de las reuniones se trató el tema de la
organización interna del nuevo estado. Se decidió por el unitarismo: un soberano, una constitución y un
 parlamento.

La situación internacional influyó en el logro y firma de la llamada Declaración de Corfu, pesó más que el
consenso de dos posiciones contrapuestas. En ella Trumbi$, como presidente del Comité Yugoslavo de
Londres, y Pa#i$, como premier del gobierno serbio y ministro de relaciones exteriores del Reino de Serbia,
llegaron a un acuerdo para la creación de un futuro Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, gobernado por
la dinastía de los Karadjordjevi$. Sería una monarquía constitucional, democrática y parlamentaria. La
Constitución del nuevo estado la redactaría una Asamblea Constituyente con mayoría calificada y la

 
 

sancionaría el Rey. Al destacar el principio de autodeterminación, iba dirigida contra el Pacto Secreto de
Londres, aunque sin mencionarlo. Trumbi$  pidió a Pa#i$  que obtuviera de los aliados como objetivo el
reconocimiento inmediato del "Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos". Pa#i$  no consideró oportuna tal
acción. La Declaración de Corfu, en todo caso, representaba sólo un compromiso entre el Comité Yugoslavo
de Londres y el Gobierno de Pa#i$. Los yugoslavos de la doble monarquía no intervinieron oficialmente en
las conversaciones.

El Partido de Star;evi$  tenía una jefatura constituida por intelectuales. Su masa la constituía la pequeña
 burguesía citadina. Tenía ramificaciones fuera de Croacia y con representantes en la Dieta Imperial, el
Sabor Croata y en las Dietas de Istria y Dalmacia. Había evolucionado en su opinión frente a los serbios.
Ahora aceptaba y buscaba su amistad y cooperación. Inmediatamente, el 5 de Junio de 1917 emitió su
declaración en el Sabor suscribiendo íntegramente la Declaración de Mayo e invitando a los serbios
aceptarla. Con su declaración, los prava#i pasaron a ser el centro activo de la política nacional croata. Por
su iniciativa, en el otoño de 1917, tuvo lugar una reunión confidencial en Zagreb con representantes de
Istria y de la Coalición Serbocroata, para acordar una misiva al Comité Yugoslavo. Lo principal y lo
 primero era que, antes de la unión con Serbia o Eslovenia, el pueblo croata tuviese su propio estado, para
después, con calma resolver, el problema de la unión con otros. Trumbi$ manifestó que ello no era viable,
Serbia no lo aceptaría y que la unión seguirá el curso indicado en la Declaración de Corfu. Los prava#i
tomaron nota con recelo las explicaciones de Trumbi$ y se dejó en suspenso la discusión sobre el método y
 procedimientos de la posible unión. Por razones de carácter táctico se mantuvo la Declaración de Mayo de
1917.

Los conceptos que se discutían: unión nacional, unitarismo, autonomía, pueblo, etc. para cada político tenía
un significado y alcance diferente. Lo mismo pasaba con el significado de democracia y autodeterminación.
¿Que entendía por esos términos la masa campesina? Durante todo el año 1918 serán los intelectuales y la
clase media de las ciudades las que representarán a todas las capas sociales y decidirán por ellas.

En el cuarto año de guerra, en el cual los yugoslavos participaron con medio millón de soldados
 proporcionados a Austrohungría y con cerca de cien mil muertos, el pueblo principió a preguntarse ¿porqué se
lucha?, ¿a quién beneficia la guerra? Bajo la influencia de los que regresaban de Rusia y de otros frentes de
 batalla, en el pueblo nacieron nuevas aspiraciones: hambre por la tierra, deseos por un nuevo orden y una
nueva justicia. El proceso se desarrollaba al margen de los partidos políticos, que no tenían contacto con las
masas o era irrelevante. A Zagreb se dirigían las miradas de todos los yugoslavos. Allí existía un gobierno
regional, una autoridad.

Los XIV Puntos de Wilson

La guerra se desarrollaba a favor de los yugoslavos. Después de la defección rusa, los Estados Unidos de
 Norte América entraron en la guerra contra Alemania, 6 de Abril de 1917, y el 7 de Diciembre de 1917 contra
Austrohungría. Estos hechos contribuyeron a debilitar la posición de Italia con respecto a sus aspiraciones
 políticas y nacionales en el Adriático. Francia se inclinaba a favor de la constitución de una nuevo estado
yugoslavo. Parecía que la posición que tomaban los franceses era en oposición a Italia. Mientras tanto ciertos
círculos en Italia parecían no interesarse el la cuestión dálmata, el gobierno italiano no destinaba suficiente
fondos para contrarrestar la actividad del Comité Yugoslavo y, especialmente, intervenir en América donde
los inmigrantes italianos no tenían suficiente autoridad para oponerse con éxito a la inmigración yugoslava.

Posteriormente, el 6 de Enero de 1918, apareció el programa de paz de catorce puntos del presidente de los
Estados Unidos, Thomas Woodrow Wilson, en los momentos en que las potencias centrales eran victoriosas
en el frente Este y derrotadas en el de Oeste. En la noche entre el 8 y el 9 de Enero de 1918, fue trasmitido al
mundo el mensaje que el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Woodrow Wilson, leyó en el
Congreso de Washington, como una proposición de una paz justa. Este mensaje contenía un programa de 14
 puntos. El Punto X se refería a los pueblos de Austrohungría, a los que se deseaba asegurar y garantizar su
lugar entre los pueblos y a los que habría que proporcionar la más libre posibilidad de un desarrollo
autónomo. El 11 de Febrero, Wilson le agregó "cuatro principios", entre ellos los que establecen que "ningún
 pueblo o región puede traspasarse de un estado a otro como bienes o piezas de ajedrez" y que "a cada
elemento nacional determinado hay que otorgarle toda la satisfacción, en cuanto sea posible". Las
declaraciones de Wilson dieron nuevo impulso a la lucha por la independencia de los pueblos oprimidos de

 
 

Europa. Antes lo había hecho la revolución rusa de Marzo de 1917 y después la de Octubre del mismo año.
Con la declaración de Wilson las potencias centrales perdieron la guerra sicológica.

El efecto Wilson se sintió de inmediato en la política de los yugoslavos. Sus representantes políticos
abandonan su posición defensiva y pasaron a ser lo más activos partidarios de Wilson. Se actualizaron las
fórmulas de las exigencias nacionales, se arrojaron las máscaras que ocultaban los verdaderos objetivos de la
Declaración de Mayo de 1917. En Croacia se aceptó de inmediato la filosofía política de Wilson.

Los croatas durante el desarrollo de su vida política, eran pocos y pobres materialmente, desde siempre
tuvieron que buscar aliados y los obtuvieron en los principios éticos; al no tener fuerza material para concretar
sus aspiraciones políticas, hacían hincapié en el campo del derecho y es aquí donde las ideas wilsonianas
encontraron un terreno perfectamente abonado. Durante el período del Despertar Nacional en el siglo XIX, se
originaron y desarrollaron los mitos de un gloriosos pasado de los serbios con su Imperio, la Batalla de
Kosovo y la Gran Serbia y de los croatas con sus reyes nacionales y los mil años de cultura; sobre los ilirios,
de la Gran Croacia, de Eslavia, paneslavismo, etc. Todas estas ideas nacían en el plano cultural primero como
argumento en la lucha por el idioma y después pasaban a los movimientos políticonacionales que buscarán la
libertad y la autodeterminación hasta la secesión de sus pueblos.

A fines de Enero de 1918, tuvo lugar una reunión en Londres entre Trumbi$  y el ministro de relaciones
exteriores de Italia, Vittorio Emanuele Orlando. En esta reunión Orlando tuvo la oportunidad de expresar a su
interlocutor cómo las aspiraciones para la independencia yugoslava estaban estrechamente relacionadas con la
destrucción del Imperio Habsburgo.

Emigración yugoslava

Las ideas del Comité Yugoslavo de Londres eran apoyadas mayoritariamente por la mayoría de emigración
yugoslava residente en América, estimada en cerca de 700.000 personas. De éstos unos 50.000 estaban en
la América del Sur. Ya a comienzos de Marzo de 1915 se celebró en la ciudad de Chicago, USA, una
convención que se pronunció a favor de un estado independiente yugoslavo y coincidía con el Comité
Yugoslavo de Londres. En Enero de 1916 se celebró un congreso en la ciudad de Antofagasta de la
República de Chile, que dió nacimiento a la organización Defensa Nacional Yugoslava, cuyos miembros
eran casi exclusivamente dálmatas, con idénticos resultados de Chicago. Los días 28 y 29 de Noviembre,
tuvo lugar el magno congreso en Pittsburgh, USA, donde estuvieron representados las más importantes
organizaciones de eslovenos, croatas y serbios. Aquí se pronunciaron claramente por la creación de un
estado yugoslavo y aceptaban la dinastía de los Karadjordjevi$.

El trabajo de todas estas instituciones eran propagar la unión de los yugoslavos y de éstos con el Reino de
Serbia y Montenegro. Por otra parte era la fuente principal del financiamiento del Comité Yugoslavo de
Londres. Su efectividad en el enrolamiento de voluntarios yugoslavos para la causa aliada no fue
significativo.

Mas no todos los emigrantes estuvieron de acuerdo con lo anterior. Había muy distinguidas personalidades
y organizaciones de croatas y eslovenos que o bien eran nacionalistas extremos o bien eran francamente
 prohabsburgos. Pero la verdad es que la mayoría estuvo por la línea del Comité Yugoslavo de Londres.

EL ESTADO DE ESLOVENOS, CROATAS Y SERBIOS


Declaración de Marzo de 1918

En 1918 Zagreb es el punto de concentración de todas las fuerzas nacionales. A Zagreb miran no sólo los
 políticos de Croacia, sino también los yugoslavos representados en la Consejo Imperial de Viena, incluso los
de Bosnia y Hercegovina. Sólo en Zagreb se respiraba y se hablaba un poco más libremente. La amnistía de
Julio de 1917, llevó a Zagreb un buen número de políticos jóvenes. Sobretodo eran dálmatas, era la
generación de la juventud nacionalista de preguerra. Esta juventud le dio un nuevo impulso a la vida política.
Se editaron periódicos como nunca. Obedecían más a individualidades que a programas políticos. El
sentimiento común era liquidar el estado habsburgo y materializar la autodeterminación nacional. Todos

 
 

coincidían en valorar las negaciones, pero en verdad no querían lo mismo. Poco a poco se diferenciaron
tácticamente. Las afinidades y antipatías personales desempeñarían un papel relevante.

Los portadores de la nueva política nacional en Croacia, Bosnia y Hercegovina y Dalmacia, eran los prava#i.
La Coalición Croatoserbia estaba en el poder, su papel era cuidar los logros de la autonomía del Sabor Croata.
En esta situación el partido de Star;evi$, logró hacer de Zagreb el centro de toda la actividad política en la
última fase de la guerra mundial. Su jefatura incluía a Milan Star;evi$  y Ante Paveli$  (1869-1938). Los
dirigentes eran intelectuales y sus partidarios la pequeña clase media. Vuelven a la idea original de agrupar a
todos los territorios croatas en un solo cuerpo, pero ahora de acuerdo con serbios y eslovenos.

En momentos sumamente difíciles, 1 de Enero de 1918, Austria lanzó su séptimo empréstito de guerra. Dos
días después estallaron huelgas en Viena y Budapest. Cuando corrió la voz que Austria estaba en
conversaciones para una paz separada con Rusia, Iv;evi$, en nombre del Sabor Dálmata, le entregó una nota
al gobernador Attems, el 20 de Enero de 1918, en la cual le señalaba que no se podía resolver nada sobre
Dalmacia sin la participación de los dálmatas.

Entonces los pueblos yugoslavos, pasaron a la ofensiva. Se manifestaron partidarios de la Declaración de


Mayo de 1917:

- el 13 la ciudadanía de Maribor, centro germanófilo;


- el 15 los franciscanos de Hercegovina;
- el 24 la juventud universitaria de Zagreb organizó una gran encuentro, del cual salió un mensaje de apoyo a
los representantes del Club Parlamentario Yugoslavo y urgiéndolos a seguir en la misma dirección;
- el 25 los miembros del Sabor de Istria;
- en Febrero el clero del arzobispado de Zagreb;
- en Febrero lo hizo una asamblea de Split:
- a continuación la aceptó el Partido Progresista Popular Esloveno, etc.

El apoyo fue tal que ya era posible pensar en realizar en Zagreb una reunión de representantes de todos los
yugoslavos del Imperio Austrohúngaro. La reunión tuvo lugar los días 2 y 3 de Marzo de 1918. Participaron
representantes de Croacia, Eslavonia, Eslovenia, Bosnia y Hercegovina, Istria, Medjumurje y por Dalmacia
los señores: Angjelinovi$, Melko :ingrija, Drinkovi$, Ivo de Grisogono, Krstelj, Smodlaka y Segvi$. También
 participaron políticos serbios. El comunicado emitido tras esta reunión fue breve:

"Los reunidos, después de considerar el estado político general y la situación nacional, estuvimos de acuerdo
en que era urgente la concentración de todos los partidos y grupos que están por la unidad nacional y que,
 basándose en el principio de la autodeterminación de los pueblos, demandan su independencia nacional y el
establecimiento democrático del Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios."

Este breve comunicado fue el fruto de muchos meses de trabajo político organizado previo que se realizó
secretamente entre cuatro paredes. Esa reunión marcó un hito histórico en la política croata en la primera
mitad de 1918. En el registro de los participantes, se observa que el grupo más fuerte fue el de los prava#i.
Esta reunión fijó la orientación básica para todas las acciones políticas futuras. La política común de los
yugoslavos se hace una realidad. El trabajo empezó a mediados de 1917, siendo presidente del Partido del
Derecho, Ante Paveli$. Las reuniones clandestinas, en parte, se realizaron en su domicilio de Zagreb. Se
discutió también el futuro. Allí nació la idea de constituir Comites Nacionales como centros de organización
 popular en todo el territorio yugoslavo. Vueltos a sus regiones, los participantes principiaron a organizar al
 pueblo. También se resolvió que el Club Parlamentario Yugoslavo de Viena estrechará su colaboración con
los checos. Esto se llevó a cabo de inmediato. Se nombró un representante permanente. De esta manera, como
los checos tenían muy buena comunicación con el exterior, los yugoslavos aprovechaban la información sobre
la Entente y situación en los frentes de guerra. También, lo checos aportaron un apoyo moral a la actividad
 política yugoslava.

Una de las consecuencias de esta nueva política, fue que el partido de Stjepan Radi$ se incorporara a esta
orientación. Rompió con el grupo de los "auténticos prava#i" que luchaban por resolver el problema croata
dentro de la doble monarquía y se empleó a fondo por la Declaración de Mayo, difundiéndola en las masas
campesinas. Así quedó configurada una tercera posición, ésta en el interior del Imperio, que junto al Comité

 
 

Yugoslavo en el exterior y el Reino de Serbia, determinará el destino histórico de Dalmacia y de los


yugoslavos en general. La Coalición Croataserbia, bajo la dirección de Svetozar Pribi;evi$, seguía siendo leal
a Budapest y al gobierno austrohúngaro. Seguía con su política de "prudente observación" de los
acontecimientos.

Congreso de Nacionalidades Oprimidas

En Abril de 1918, uno de los líderes del irredentismo italiano en Dalmacia, Ludovico Milcovich, de
tendencias radicales, declaró que primero eran italianos después dálmatas y que a sus ojos los yugoslavos
estaban al servicio de los Habsburgos, y que ahora quería olvidar los conflictos fratricidas del pasado y borrar
el rencor y odio partidario. Milcovich llamó para una concepción superior y altruista de la guerra contra la
herencia de la Edad Media, aún defendida por ese monstruo del militarismo prusiano y la furia real de los
Habsburgos. Terminó llamando a considerar el problema de las relaciones con los yugoslavos víctimas como
los italianos irredentos de la opresión austríaca.

El político italiano Albertini propuso organizar en Roma un "Congreso de las Nacionalidades Oprimidas de
Austroungría" (8 al 10 de Abril de 1918), incluyendo a los yugoslavos y llegar a un acuerdo con el presidente
del Comité Yugoslavo, Trumbi$. En Londres, Andrea Torre, político italiano, y Trumbi$  intercambiaron
cartas para recomendar a los italianos y yugoslavos resolver fraternalmente las controversias territoriales
sobre la base del principio de las nacionalidades y el derecho de los pueblos de decidir su propio destino y, de
tal manera, que no se dañen los intereses vitales de las dos naciones. Cuatro factores contribuyeron a ello: el
derrumbe del Imperio Ruso, la batalla en Kobarid (Caporetto), Wilson y la revolución bolchevique. Los
campeones de la pacificación fueron los ingleses. La caída del zarismo liberó a los políticos italianos del
temor de la presencia rusa en el Adriático. Los políticos yugoslavos se movieron con mayor libertad.

Otro hecho importante en la cambiante situación, fue la decisión del Il Corriere de la Sera de pronunciarse a
favor de un compromiso entre italianos y eslavos. La derrota de los italianos en Kobarid (Caporetto) en
Octubre de 1917, favoreció la posición del Corriere que dio el primer paso práctico en Diciembre de 1917.
Italia cambió de táctica, buscó contacto con el Comité Yugoslavo. En Londres tuvo lugar una reunión, en la
cual asistieron entre otros el croatadálmata Trumbi$ y el general italiano Armando Mola.

Así, tuvo lugar el Congreso con delegaciones que, sin tener mandato oficial, se consideraban a si mismas
representativas de las nacionalidades completa o parcialmente bajo el gobierno de los Habsburgos. La
Conferencia se declaró en favor de una causa común para la liberación de los pueblos oprimidos del Imperio
Austrohúngaro. Este Congreso tuvo repercusión en Estados Unidos, donde Wilson manifestó "vivas simpatías
de su gobierno por las aspiraciones nacionales de independencia de los checoslovacos y yugoslavos". Este
Congreso sólo fue un movimiento táctico italiano que repercutió en el debilitamiento del frente del río So;a.
Para los soldados yugoslavos en el frente italiano, el Pacto Secreto de Londres dejó de ser un motivo de
mayor firmeza frente al enemigo. Italia obtuvo posiciones, lo yugoslavos no sacaron ningún provecho.

El estado anímico de los dálmatas después de la controvertida Congreso de las Nacionalidades se resume en
una carta de Roberto Ghiglianovich. El participó entusiasta con los "adversarios de ayer". Fue controversial
 por cuanto en la práctica modificó los fundamentos del Pacto de Londres. Beniamini Salvi anotó que en las
filas de la Entente el Comité Yugoslavo aún combatía el Pacto de Londres referente a un aliado y que al
mismo tiempo estaba luchando contra el Imperio Habsburgo un verdadero enemigo. En dicha Conferencia fue
imposible obtener un pronunciamiento de renuncia yugoslava sobre Istria, Trieste y Gorizia a cambio de una
igual renuncia de Italia sobre Dalmacia.

El 1 de Febrero de 1918 estalló una revuelta en 14 buques de la armada austríaca fondeada en Boka Kotorska.
La mayor parte de los insubordinados eran croatas de Dalmacia. Fue cruelmente sofocada. Hubo mítines
menores en otras bases navales.

El 7 de Marzo de 1918, frente a los desastres morales y materiales, el gobierno de Viena reconoció que existía
un "problema yugoslavo". El 3 de Mayo lanzó la idea de que Croacia debía unirse a Dalmacia y Bosnia,
dejando a Eslovenia a un lado. Contra estas iniciativas, se pronunció enérgicamente el Club Parlamentario
Yugoslavo conjuntamente con los checos, a los que se les estaba ofreciendo la coronación del Rey en Praga.
La denunciaron como una maniobra engañadora en los momentos que los pueblos eslavos adquirían

 
 

conciencia de sus derechos a la autodeterminación. Así de antemano rechazaron cualquier solución


administrativa de sus problemas. La declaración no sólo era una denuncia sino una declaración de guerra de
yugoslavos y checos a Viena y Budapest. Con este acto empieza la real revolución de los eslavos dentro de la
monarquía austrohúngara.

En Mayo de 1918 comienza activamente la destrucción de Austria. El 1 de Mayo de 1918, por primera vez
desde el inicio de la guerra, los trabajadores agrupados en el Partido Socialista Croata se manifestaron por un
Estado Yugoslavo independiente. Hay que tener presente que las regiones yugoslavas de Austriahungría
estaban muy poco desarrolladas industrialmente y que los socialistas austríacos tenían una fuerte influencia en
las organizaciones sindicales de Croacia. En Dalmacia la influencia era italiana.

Desde el 13 de Mayo hasta fines de Julio se reunió el Sabor Croata. Sus sesiones fueron tumultuosas pero
significativas. La Coalición Croatoserbia principió a aproximarse a la Declaración de Mayo. Empezaron a
conformarse y evidenciarse, entre los políticos, la diferenciación de enfoques en cuanto a la unión y la
organización del futuro Estado Yugoslavo.

Manifiesto de los Intelectuales

En vísperas de las sesiones del Sabor Croata, apareció un manifiesto de intelectuales independientes. Durante
el día 12, con el tema "Para la organización nacional", tuvo lugar en Zagreb una reunión de intelectuales
 partidarios de la unión, con numerosos participantes de Dalmacia. En su declaración manifestaron que ningún
 partido se podía abrogar la representación del pueblo ya que cada uno de ellos sólo representaba un segmento
de él, tampoco por cuanto los partidos manejaban conceptos e ideas anticuadas para las condiciones y
necesidades actuales. En consecuencia pidieron la formación de una organización única para lograr los
objetivos nacionales. La mayor parte de los concurrentes eran simpatizantes de la Coalición Croataserbia, por
lo cual se podría considerar el manifiesto como una disconformidad de los intelectuales con la posición
oficial. Mas la Coalición se mantuvo dentro de los marcos de la actividad política del Sabor, que era pasiva y
estéril.

En Mayo se produce un mayor escándalo en el Sabor, cuando el ban, Antun Michalovich (1917-1918),
denunció a los doctores Ivica Frank y Aleksandar Horvat de haber solicitado a las autoridades militares
austrohúngaras suprimir el estado de derecho en Croacia e introducir una administración militar. Frank se
habia escindido del Partido del Derecho, creando el Partido Auténtico del Derecho, nacionalista extremo que
finalmente pasó al servicio de la corona de Austria. En el debate surgió la necesidad de concentrar todas las
fuerzas políticas.

Frente a la pasividad de la Coalición Croatoserbia los prava#i lanzaron el 5 de Junio de 1918 un nuevo
manifiesto a la población. En primer lugar plantearon la constitución de un estado nacional para los
eslovenos, croatas y serbios en su territorio contínuo y sobre bases democráticas, en el cual se mantendrían las
características de cada pueblo y especialmente la institucionalidad croata. Y, en segundo lugar dejaron
constancia que la economía del país croata es campesina, por lo tanto su actividad se centraría en esa
dirección.

La posición de la Coalición Croatoserbia fue dada a conocer, por su jefe Svetozar Pribi;evi$, el 9 de Julio.
Señaló que ella, como partido mayoritario en el Sabor Croata, determinará cuándo, cómo y en qué momento
 procederá a la materialización de la concentración nacional. La oposición pedía seguir el ejemplo de los
checos. Efectivamente éstos obtuvieron, cinco días después, el reconocimiento por la Entente de su Comité
 Nacional y el derecho de tener su propio estado independiente.

La fase final de la guerra en el norte de Italia se marcó prácticamente a mediados de Junio de 1918. Una
ofensiva austríaca en el Piave mostró la debilidad de las fuerzas habsburgas: falta de municiones, raciones de
comida y aun de uniformes. Principiaron los motines, defecciones de soldados yugoslavos en el frente y en la
retaguardia y por "la influencia del bolchevismo, pacifismo y nacionalismo" que dieron lugar a la formación
de los "cuadros verdes" armados, especialmente en los bosques de Croacia, que amenazaban con una
revolución.

 
 

En verano de 1918 se prohibió la venta pública de pan. Los precios de los artículos de primera necesidad se
dispararon. En Zagreb la situación era todavía llevadera, pero no así en Dalmacia, Istria y Bosnia y
Hercegovina. Apareció el fantasma del hambre por todos lados. Zagreb organizó una ayuda humanitaria.

Comité Nacional de Dalmacia

La realidad nacional e internacional pedía acción. Ella se produjo al margen de las sesiones del Sabor Croata.

Los miembros del Sabor Dálmata constatando que no se había reunido desde hacía 6 años, en violación
flagrante a la Constitución pidieron al gobierno austríaco que lo convocara. Además que liberara a los
dálmatas en prisión y reabasteciera al país. El gobierno se hizo el sordo. pero los acontecimientos se
 precipitaron.

En Junio de 1918, el Sabor Dálmata, por intermedio de su presidente, osó dirigir al Gobernador de Dalmacia
un Memorial que reclamaba la unión de todos los croatas, serbios y eslovenos de la monarquía en un solo
cuerpo político bajo el cetro de los Habsburgos, agregando Bosnia y Hercegovina. Austria ya se derrumbaba.
En la declaración dálmata se reafirmaba la unidad nacional de las tres ramas del pueblo yugoslavo.

El 2 del Julio fue convocada una gran asamblea popular en Split, para considerar las necesidades económicas
de la población, pero también para tratar temas de actualidad política, Allí se planteó por primera vez
concretamente la formación real de Comités Nacionales. Esta iniciativa la hizo suya el 14 &u#ak para el
Litoral Croata e Istria. Los croatas del litoral Adriático tomaron la ofensiva. La Asamblea de Split declaró que
los pueblos esloveno, croata y serbio tenían el derecho de constituir su propio e independiente estado basado
en los principios democráticos y de la autodeterminación de los pueblos, para lo cual se hacía indispensable
que todos trabajasen con ese objetivo. Se nombró el directorio de la recién formada "Organización Nacional
de Serbios, Croatas y Eslovenos en Dalmacia", compuesta de 16 miembros, que colaborará con otras
organizaciones similares y nombrará delegados para un eventual Comité Nacional General de Serbios,
Croatas y Eslovenos que se formaría en Zagreb y se programó su organización territorial. En el Directorio
estaban Ante Ani$, Roko Arneri, Jovo Bucin, Gajo Bulat, Uro# Desnica, Mate Drinkovi$, Ante Frani$, Ivo de
Grisogono, Ivo Krstelj, Jerko Machiedo, Ivo Maj#trovi$, Milan Maru#i$, Dujam Maka;i$, Pavao Roca y Roko
Vukovi$. También se designó un Comité Económico de 5 miembros. Ese mismo mes los Checos y Eslovacos
constituyeron se Comité Nacional, que fue reconocido por el gobierno británico de inmediato.

Mientras tanto la tremenda ofensiva de Foch en el frente occidental, llevó al mariscal Ludendorff, el 8 de
Agosto de 1918, plantear al Kaiser alemán la necesidad de iniciar conversaciones de paz ya que el poderío
militar germano estaba quebrado. El 14, en una conferencia en la que asistió Carlos Habsburgo, los austríacos
también concuerdan en buscar la paz. Austria trató de reconciliarse con los yugoslavos ofreciéndoles una
solución trial de la monarquía, a lo cual se opusieron los húngaros.

Los eslovenos en vista de los desacuerdos e inoperancia de los partidos de Croacia, se decidieron tomar la
iniciativa. En Ljubljana, el día 16 de Agosto de 1918, se realizó una conferencia con representantes de
croatas, serbios, checos, eslovacos y polacos, para ponerse de acuerdo para luchar por el derecho a la
autodeterminación de sus pueblos. Se creó el "Comité Nacional para los Yugoslavos de Cislaitania (Reino de
Austria)" (nótese que no incluía a Croacia y Eslavonia), como órgano ejecutivo para los eslavos bajo Austria
y con su respectivo reglamento orgánico. Los eslovenos tenían necesidad de un organismo que defendiera
igualmente sus fronteras étnicas en las conferencias de paz que tendrían lugar después de la guerra frente a las
ambiciones de Italia y Austria. El factor político fue el jesuita Anton Koro#ec (1872-1940), quien señaló que
su objetivo era crear el Estado Yugoslavo. El 20 de Septiembre se fundó el Comité Nacional para Bosnia y
Hercegovina.

A pesar de todas estas iniciativas, Croacia y Eslavonia pertenecientes a la Translaitania (Reino de Hungría),
todavía en Septiembre de 1918 no se movían de su punto muerto. El partido mayoritario croata, la Coalición
Croataserbia, seguía con su política oportunista de "observar y esperar".

En vista de la desesperada situación militar Austriahungría solicitó el inicio de conversaciones de paz el 4 de


Septiembre de 1918. Solicitud que fue rechazada por los aliados. Con la ruptura del frente búlgaro,
manifestaron aceptar conversar en base de los "catorce puntos". Pero ya era tarde.

 
 

Paralelamente a sus iniciativas por la paz, el emperador Carlos reactivó la idea de unir los territorios croatas
 bajo la corona de San Esteban, dejando aparte a los eslovenos. Ya antes de su coronamiento, cuando citó a
Viena a representantes de tales territorios, incluyendo a los de Dalmacia, había recibido un rotundo no a la
unión con los húngaros. Sólo dos "representantes" de Bosnia, funcionarios, públicos, estuvieron de acuerdo
con el Emperador. Esta posibilidad la barajó Carlos hasta el otoño de 1918. Una visita del ex ministro Tisza,
con semejantes propósitos a Croacia, Dalmacia y Bosnia y Hercegovina, fue un fracaso. Su conclusión fue:
"Perdimos la guerra."

Para salvar el escollo húngaro, el Emperador y Rey Carlos Habsburgo envió, directa y en forma personal, una
carta fecha da el 14 de Septiembre de 1918 a todos los beligerantes invitándolos a tratar los problemas de la
 paz y de la organización mundial, para evitar las catástrofes bélicas. En ella proponía convertir la Cisleitania
en una federación de estados nacionales. Pero Hungría quedaba intocada, lo que significaba que croatas,
alemanes, tutenos, serbios y rumanos seguirían divididos. En el fondo era una farsa y una burla. Creyó que
con esto los aliados aceptarían entablar negociaciones de paz. A raíz de esta convocatoria, los yugoslavos:
"Comité Nacional para Eslovenia e Istria", Koro#ec; "Organización Nacional en Dalmacia", Gajo Bulat;
"Partido de los Derechos de Star;evi$", Ante Paveli$; "Partido Popular Campesino Croata", Stjepan Radi$;
"Partido Radical Popular Serbio"; "Partido Socialdemócrata de Croacia y Eslavonia" y otros fuera de partidos,
le expresaron al Emperador y Rey que el Gobierno austrohúngaro sólo podía hablar en nombre de los pueblos
austríaco y húngaro, y que se debía reconocer al pueblo esloveno, croata y serbio el derecho a su territorio
contínuo, a su autodeterminación y a constituir el Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios, el que debería estar
garantizado internacionalmente. Finalmente le hicieron presente que rechazaban de antemano toda resolución
respecto a los yugoslavos en los cuales ellos no interviniesen.

En Verano de 1918, los líderes políticos de las nacionalidades del Imperio Habsburgo no manejaban la carta
de la insurrección. Estaban felices con sus discursos en el Parlamento y con la organización de sus Consejos
 Nacionales. Sólo después de la rendición de Bulgaria y contando con la casi completa seguridad de la derrota
militar alemana en el frente occidental, empezó el movimiento "revolucionario" de los yugoslavos de la
Translaitania del Imperio Austrohúngaro.

El 26 de Septiembre de 1918 empezó la última ofensiva de la Entente que penetró la línea de defensa alemana
Hindenburg. El 29 Bulgaria firmó el armisticio y al día siguiente Turquía abandonó la guerra. Ludendorff
 pidió la paz.

El 3 de Octubre se reunió el Parlamento vienés. Los checos desahuciaron a Austrohungría. A continuación el


representante del Club Parlamentario Yugoslavo, Koro#ec, reafirmó lo dicho al Rey y Emperador. Pero no
siguió el ejemplo checo. Al día siguiente tuvo lugar una reunión del Consejo Imperial.

En el frente de Salónica los ejércitos austrohúngaros se batían en retirada frente a franceses y serbios.
Empezaba el desastre en los frentes de guerra. Austria, al borde del desastre, resolvió salvar lo que se podía.
Por intermedio de Suecia envió un mensaje en nombre de las potencias centrales al presidente de los Estados
Unidos Wilson proponiéndole la paz en base a los 14 puntos de Wilson. La nota se recibió en Washington el 7
de Octubre de 1918 y se contestó el 18 de Octubre de 1918. Wilson exigió la rendición incondicional. Estaba
claro que las campanas tocaron a muerto para Austriahungría.

La situación era clara. El derrumbe de la monarquía estaba en desarrollo. La pregunta era ¿cuántos días
demorará? Ahora tendría que cambiar la política de Zagreb, de "observar y esperar". La situación estaba cada
día más tensa. La gente y los periódicos no querían más palabras, querían hechos. Todavía partían trenes con
soldados a los frentes, pero en el camino se vaciaban. En la retaguardia comenzaba la disolución del ejército.

Comité Nacional Esloveno, Croata y Serbio

El 5 de Octubre de 1918 llegó Koro#ec a Zagreb. Ese día y el siguiente sostuvo reuniones con todos los
grupos que firmaron el mensaje de rechazo al ofrecimiento austrohúngaro. En Eslovenia, el Comité Nacional
ya funcionaba. Se ve que ya casi no quedaba tiempo sino organizar el Comité Nacional General, con o sin la
Coalición Croatoserbia. Se sabía que tendría que cambiar su posición. Se tomó el acuerdo de constituir el
"Comité Nacional de Eslovenos, Croatas y Serbios" (Comité Nacional de ECS) y se fijaron sus objetivos. Se

 
 

nombró también una Comisión para conversar con la Coalición Croatoserbia. Dos días duraron esas
conversaciones. El 8 se informó que la Coalición reconocía la necesidad de organizar el Comité Nacional y
delegó en cinco personas las conversaciones con los demás partidos para tal fin.

Durante esos días, en realidad, se discutieron todos los detalles respecto a la constitución del Comité y del
 programa de trabajo. Era natural, a pesar de su conducta, que la Coalición como partido mayoritario en el
Sabor, tuviera la mayor representatividad en el Comité. Todo el trabajo organizativo y puesta en marcha
quedó terminado el día 8, momento en que ingresó al Comité el partido gobernante de la Coalición
Serbocroata.

El Comité Nacional quedó integrado por 10 coalicionistas, 6 prava#i, 2 del Partido Popular Campesino
Croata, 2 del Partido Popular Radical Serbio, 2 del Partido Socialdemócrata, 1 del grupo de "Eslovenos,
Croatas y Serbios", 1 del grupo "Male Novine", 1 del grupo "Novine", 1 de Rijeka, 1 de Medjumurje, 7 de la
"Organización Nacional de Dalmacia", 3 de Istria, 18 de Bosnia y Hercegovina, 12 de Eslovenia y 1 de
Trieste. Las diferentes Dietas provinciales tenían también sus representantes, igualmente el Club
Parlamentario Yugoslavo de Viena. En total serían 72 los integrantes del Comité Nacional. Por Dalmacia
fueron: Mate Drinkovi$, Gajo Bulat, Ivo Krstelj, Prvislav Grisogono, Stanko Bani$, Uro# Desnica y Milan
Maru#i$.

Se nombró también un Comité Central y su Presidencia, de estructura semejante al Comité Nacional, de 30


miembros. El Presidente de ambos Comités era Koro#ec (esloveno) y los vicepresidentes Pribi;evi$ (serbio) y
Paveli$ (croata). Radi$ quedó a cargo de la sección agraria.

En su Reglamento se estableció que el Comité Nacional de ECS representaba "a todos los eslovenos, croatas
y serbios que viven en Croacia-Eslavonia con Rijeka, Dalmacia, Bosnia-Hercegovina, Istria, Trieste. Carniola
[Eslovenia], Goricia, Estiria, Carintia, Ba;ka, Banat, Baranja, Medjumurje y en otras regiones del suroriente
de Hungría." Su programa fundamental consistía en unir a todos los eslovenos, croatas y serbios, en el Estado
de Eslovenos, Croatas y Serbios, libre e independiente, con arreglo a los principios democráticos.

La directiva de la organización era pesada y rígida frente a los acontecimientos que se sucedían a cada
momento. Así que prácticamente actuó el Comité Central, y, principalmente, su Presidencia. Se siguió
observando los sucesos hasta la realización del pleno del Comité Nacional de ECS, que tuvo lugar los días
17,18 y 19 de Octubre en Zagreb. Se vio obligado a sesionar y tomar decisiones en vista de la comunicación
del Rey y Emperador Carlos del día 16, por la cual se señalaba que Austria se convertía en una federación en
la cual cada pueblo, en su territorio, crearía su propio estado, por lo cual que era necesario que en todas partes
se formasen Comités Nacionales, para materializar sus estados. Carlos señaló también en su manifiesto la
mantención de la integralidad de los territorios de la corona húngara. El mensaje imperial contribuyó a la
 parálisis de la autoridad estatal. Los soldados volvían a sus casas y la policía dejó de funcionar. Austria
desaparecía. Principiaron los desórdenes. Frente a esto el Comité Nacional de ECS tuvo que actuar con
rapidez.

El 19 de Octubre el Comité Nacional de SCS entregó su declaración. En ella manifestó que, de acuerdo con
todos los partidos y grupos representativos de los pueblos eslovenos, croatas y serbios, tomó en sus manos la
conducción de la política nacional, por lo tanto ningún partido o grupo puede intervenir o representar a nadie
en los asuntos comunes de dichos pueblos. O sea, se declaró el representante político de los eslovenos, croatas
y serbios. Además, señaló que sus propósitos eran: unir a los pueblos eslovenos, croatas y serbios, sin
consideración a las actuales fronteras, en un solo estado soberano basado en los principios de democracia
económica y política, nombrar sus propios representantes en las conferencias internacionales de paz y que se
garantizará la paz a sus pueblos y a las posibles minorías. Finalmente rechazó el ofrecimiento contenido en el
manifiesto imperial de fecha 16 e invitó a todas las ciudades a organizar Comités Nacionales. Firmaron la
declaración la presidencia del Comité nacional: Koro#ec, Paveli$ y Pribi;evi$.

El Comité Nacional funcionó en el edificio del Sabor Croata, donde todavía se encontraban las antiguas
autoridades. Para la calle, la autoridad la tenía el Comité Nacional de ECS. Se le tenía confianza y se
esperaban sus órdenes. De acuerdo al modelo de Zagreb las regiones organizaron sus propios Comités
 Nacionales. A los campos llegaron ecos de acontecimientos cuyo significado no comprendían totalmente. A

 
 

los que llegaron a explicarles, no les creyeron, pues eran casi siempre los mismos personajes de antes. Sin
embargo presentían que venía la libertad.

El 21 de Octubre se publicó la respuesta de Wilson, fechada el 18, a la petición de paz austrohúngara. La


respuesta era la condena a muerte de la monarquía habsburga. En relación a los eslavos en Austria le
manifestó que el "reconoce en el más amplio sentido la justicia de la aspiración de los yugoslavos a su
libertad nacional". La Entente condenó a Austriahungría a su desintegración en beneficio de las
nacionalidades oprimidas durante siglos. Esta declaración fue recibida con grandes manifestaciones de júbilo
en Zagreb, Split, Sarajevo y Ljubljana. Dejó constancia que desde ahora se reconocía al Comité Nacional de
los Checos el carácter de país aliado y, en la forma más amplia posible, reconocía también como justas las
aspiraciones de los yugoslavos y que eran ellos y no Viena la que determinaría la forma de su satisfacción. En
todas partes, espontáneamente, se izaron las banderas nacionales. Ahora, toda iniciativa habsburga nacía
muerta.

Las declaraciones de la Entente en favor de la emancipación de los pueblos eslavos bajo el gobierno
habsburgo constituyó uno de los últimos actos en favor de las inclinaciones centrífugas de los líderes checos,
 polacos, eslovenos, croatas y serbios. Cuando se compara la actuación de los checos, que planeaban sus
decisiones en consonancia con sus propios intereses, entonces se puede afirmar que los yugoslavos tuvieron
 poca decisión frente a los síntomas terminales del Imperio. Los checoslovacos y también los polacos en la
emigración, obtuvieron reconocimiento de los aliados como representantes de sus pueblos y de sus futuros
estados, los yugoslavos emigrados no consiguieron el mismo trato. Principalmente, la sombra de Pa#i$ que
llegaba hasta Londres y la no representación oficial del Comité de Londres de los yugoslavos del Imperio, se
lo impidieron.

El martes 22 de Octubre, era día hábil en Zagreb, pero nadie trabajó. En la Plaza del Teatro Nacional se
realizó una gran manifestación. Se vitoreaba a Yugoslavia, a Trumbi$, a la libertad, a Wilson. Hablaron a la
multitud dirigentes universitarios, Paveli$, un dirigente socialista, Radi$  manifestó que "El sabio Wilson
venció al poderoso Guillermo [el kaiser]. Hoy es el día de la victoria y de la libertad nacional, día en que
nosotros mismos decidiremos nuestro destino". Finalmente habló Angjelinovi$. De aquí los manifestantes se
fueron a la Plaza de San Marcos. Nuevos discursos, de Pribi;evi$, de varios políticos y nuevamente de Stjepan
Radi$, quien recalcó que la democracia gobierna por todo el mundo y que también llegó para "nosotros". El
significado de estos discursos era que se habían cortado los lazos de dependencia con Austrohungría.
Manifestaciones semejantes se hacían por todo el territorio yugoslavo del agonizante Imperio Austrohúngaro.

Los acontecimientos adquirieron una mayor velocidad y se hicieron irreversibles. El 20 las tropas serbias
llegaron al Danubio, el 22 las tropas austrohúngaras se retiraron de Albania, los croatas y bosniacos en el
frente italiano desobedecían las órdenes, en Rijeka soldados croatas desarmaron tropas húngaras, en Budapest
se pedía romper con Austria. En Viena, el 24 todavía creían posible una salvación mediante un gobierno de
unión nacional, todo en vano. Koro#ec, que se encontraba en Viena en su viaje a Ginebra para contactarse con
el Comité Yugoslavo y representantes de la Entente, frente a la invitación de formar parte del gobierno
austríaco expresó que ello era imposible sin la correspondiente autorización de la Entente, a los cuales
agradecía su independencia. Con esto se cortaron formalmente las relaciones entre los habsburgos y los
 pueblos yugoslavos. El mismo día los italianos lanzaron su innecesaria ofensiva en Vittorio Veneto.

Las iniciativas en Zagreb quedaron en manos de los vicepresidentes del Comité Nacional, Paveli$  y
Pribi;evi$, ya que el presidente Koro#ec estaba en Ginebra. Hay restos de la autoridad habsburga, están sus
tropas, funcionarios administrativos, etc. Algunas guarniciones se manifestaron por el Comité Nacional. El 26
se pidió un pronunciamiento a los generales austríacos respecto a su posición. Los generales expresaron que
consultarían a su mando. El Emperador Carlos los liberó del juramento de lealtad y les recomendó cooperar
con el Comité Nacional. El 27 de Octubre de 1918 los oficiales habsburgos en Split y &ibenik manifestaron su
lealtad individual a Zagreb. El 28, muy tarde, de vuelta a Zagreb los generales informaron al Comité Nacional
de su diligencia y se pusieron a su disposición. El 28 de Octubre de 1918, se supo que el presidente Wilson
aceptó la completa independencia de los yugoslavos en Austria y los checos se declaraban independientes de
Austrohungría. Con esto se podía realizar tranquilamente toda la actividad política prevista para la sesión
extraordinaria del Sabor del día siguiente, el solemne día 29 de Octubre de 1918.

 
 

Split celebró a Wilson y a Trumbi$, que defendía los intereses nacionales en Paris. Las organizaciones
nacionales lanzaron una proclama en la que se declaró que la libertad después de siglos está en camino, que se
comporten bien y que el 29, asistan gran mitin que se realizará en Split. La ciudad se llenó de tricolores
croatas. Ese día se formó una "guardia nacional" de 250 jóvenes. La manifestación fue grandiosa. Participaron
unas 100.000 personas.

INDEPENDENCIA Y UNIÓN CON CROACIA


En Zagreb, desde temprano del día 29 de Octubre de 1918 principiaron a juntarse en la Plaza de San Marcos
estudiantes secundarios y universitarios, soldados croatas, serbios y checos, ciudadanos, representantes de
organizaciones civiles, trabajadores con sus banderas rojas, mujeres, campesinos, en verdad casi todo el
mundo, no faltaba nadie. El orden era mantenido por la Guardia Nacional. Llegaron también las bandas de las
guarniciones de Zagreb y coros de sociedades musicales entonaban canciones populares. A esta multitud de
ciudadanos, soldados y compañeros se dirigió, desde los balcones del Sabor Croata, Angjelinovi$. Anunció
que el Sabor había sancionado todo aquello que el pueblo deseaba desde siempre. Hizo un llamado al orden,
que "la anarquía no es libertad". Al "cuadro verde" que volviera a los cuarteles. Después habló Pribi;evi$,
 pidió que cada uno se mantuviera en su puesto y siguiera las instrucciones del Comité Nacional. Que la forma
del futuro estado lo resolvería una asamblea constituyente elegida mediante el voto democrático. Finalmente
habló el ban Michalovich, quién pidió obediencia al Comité Nacional. Todo fue muy entusiastamente
aplaudido con vivas y cantos de " Lijepa na " a domovina" , la canción nacional de Croacia.

En la sesión matinal del Sabor Croata, el presidente del Sabor, Medakovi$, expresó que es a "los dálmatas,
quienes con nosotros se dieron su sangre por nuestra unidad nacional, tenemos que agradecerle todo, ya que
ellos ya en 1915 y 1916 habían dado los primeros pasos y son por tanto los verdaderos creadores de la unidad
nacional." Ese día se aprobó la proposición del grupo de Pribi;evi$:

1) Que, se desahuciaban todas las relaciones legales existentes entre Croacia y Eslavonia y Austria y Hungría,
 por lo tanto a partir de hoy ni jurídicamente ni de facto existen asuntos estatales comunes entre Croacia,
Eslavonia y Dalmacia y Austria y Hungría;

2) Que, Dalmacia, Croacia, Eslavonia y Rijeka se declaraban un estado completamente independiente de


Austria y Hungría y que, por el principio de la autodeterminación de los pueblos, pasan a formar parte del
"Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios" sobre todo el territorio etnográfico de esos pueblos, debiendo una
Asamblea Constituyente determinar la forma de su gobierno y organización interna.

A continuación el Sabor Croata aprobó la presentación del grupo de Paveli$, por el cual "El Sabor como
representante del Reino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, considera la declaración del Comité Nacional de
fecha 19 de Octubre para si obligatoria, por lo cual declara que reconoce al Comité Nacional de Eslovenos,
Croatas y Serbios como la autoridad suprema." En ese momento cesó la autoridad de los Habsburgos y de la
corona de San Esteban, después de ochocientos años, sobre los territorios croatas y la soberanía pasó al
Consejo Nacional. El Sabor Croata dejó de funcionar.

La sesión del Sabor Croata terminó con vivas al Comité Nacional y al independiente y libre Estado de
Eslovenos, Croatas y Serbios. La personalidad de Pribi;evi$ se impuso. Radi$ no participó en el gobierno del
Comité Nacional. Los eslovenos reconocieron la autoridad del Comité Nacional.

Después de la manifestación en la Plaza de San Marcos, la Presidencia del Comité Nacional principió a
ejercer las funciones soberanas. Durante los días 29 y 30 de Octubre de 1918 nominó el primer gobierno
regional para Croacia y Eslavonia a cargo del ban Antun Michalovich, un gobierno para Eslovenia bajo la
 presidencia de Josip Poga;nik, y un gobierno para Bosnia y Hercegovina a cargo de Anastasio Solom. Con la
autorización del Comité nacional, el Comité Central de la Organización Nacional de Dalmacia nombró el
gobierno para Dalmacia, con Jerko Machiedo a la cabeza.

Se prepararon las primeras notas diplomáticas que fueron enviadas el 31 a los gobiernos de la Entente y al
Reino de Serbia, dándole cuenta que en el territorio yugoslavo del ex Imperio Austrohúngaro se constituyó el
nuevo e independiente Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios, que se hizo cargo de marina de guerra de
Austrohungría, que intentaba "unirse a Serbia y Montenegro en un Estado común". y que se considera "aliado

 
 

de los países de la Entente." A Trumbi$ se le envió un telegrama que lo nombraba su representante ante los
Aliados y en las conversaciones del armisticio. Se discutió sobre la bandera del nuevo estado, se hicieron
 proyectos y se emitieron estampillas postales del Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios.

Aunque Checoslovaquia y el Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios se declararon independientes el mismo


día, su futuro fue muy diferente. El nuevo estado yugoslavo no tuvo recursos para defender su territorio y no
fue reconocido por otros estados. En el territorio controlado por el Comité Nacional se produjo un enorme
caos social. Le quedó grande el cometido histórico.

Así termina la historia del Reino de Dalmacia con la vuelta al hogar croata. Su historia será, de aquí adelante,
la historia de Croacia. 

 
 

COLOFÓN
Así, después de figurar 25 siglos en la historia con el nombre de Dalmacia, su nombre se evapora, desaparece
en el manto croata. Ya no existirá una Provincia de Dalmacia ni el Reino de Dalmacia. En Yugoslavia I, era el
Banato Marítimo o del Litoral, hasta 1939, y a partir de ese año hasta 1941, fue parte del Banato de Croacia;
en el Estado Independiente de Croacia, 1941-1945, no existía Dalmacia y gran parte de su territorio lo ocupó
Italia, incluyendo Split, y en la otra la supervigilaba; en la República Federativa de Yugoslavia, 1945-1990,
estuvo incluida en la República Socialista de Croacia donde aparecía a veces como término administrativo
Región de Dalmacia, y ahora se encuentra incluida en la República de Croacia, disgregada en cuatro xupanias
(distritos):

* upanija Superficie % Población %


[km2]
Zadarsko-Kninska 6.351,42 11,2 272.003 5,7
&ibenska 1.871,36 3,3 109.171 2,3
Splitsko-Dalmatinska 4.520,26 8,0 474.019 9,9
Dubrova;ko-Neretvanska 1.783,68 3,2 126.329 2,6
Totales 14.526,72 25,7 981.522 20,5

 
 

La Dalmacia Virtual representa entonces el 25,7 % de la superficie de la República de Croacia y el 20,5% de


su población (estadísticas de 1997).

El escudo de la República de Croacia, lleva en su parte superior cinco escudos que representan las regiones
históricas croatas. Allí figura el escudo de Dalmacia y el de la República de Dubrovnik, que en conjunto
representan la Provincia austríaca de Dalmacia. También sigue vivo el nombre de Dalmacia, en su concepto
tradicional, en literatura y propaganda turística.

En el siglo IX, Constantino Porfirogénito escribía en su De Administrando Imperio que "Su reino [ el de los
croatas] estaba dividido en 11  xupanias, a saber Livno, Cetina, Imotski, Pliva, Pesenta, Primorje, Bribir,
 Nona, Knin, Sidraga y Nin" y señalaba las esclavinias de Travunja, Zahumlje y Pagania y la ciudad de
Dubrovnik. El espacio geográfico citado equivale, aproximadamente al indicado en el cuadro de más arriba.
Se observa que las  xupanias no son las históricas y además hay que tener presente que no tienen el mismo
significado político y territorial administrativo. El único nombre que se repite es Dubrovnik. 

 
 

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ÍNDICE DE Arrio, 66, 144 Begna Simón, 204, 206


Artemisa de Efeso, 19 Bela I, 149
PERSONAS Asquith, 358 Bela II, 156
Adelfredo, 123 Atalarico, 85 Bela III, 158, 160
Adriano I, papa, 92 Ataulfo. 80 Bela IV, 165, 167, 170, 171
Adriano II, papa, 119 Ateneo, 38 Belcredi Ricardo, 291, 329, 348
Adriano IV, 157 Atila, 80, 82, 84, 101 Belgios, 33
Adriano, 56 Atlagi$  , 224 Belisario, 85, 87, 115
Adrias, 21 Attems Marij, 295, 296, 363 Benedicto X, 147
Aecio, 77 Audata, 35 Benincasa Bartolo, 261
Afrodita, 15, 17 Auersperg Adolf, 351 Berenguer I, 125
Agenor, 15 Augusto, 30, 43, 46, 49, 50, 57, Berislavi$  Petar, 204, 211
Agron, 40, 51 59, 70-73, 97, 110 Bernardo, arzobispo de Split,
Akichoris, 31 Aureliano, 60, 61, 78, 94 162, 163, 165
Alarico, 71, 76, 80, 99, 104 Auréolo, 60 Bertrand, 268
Albertini, 359 Avito, 81 Beust Federico, 291, 293
Alberto II, 192 Beust Ferdinando, 289
Alberto, duque, 168, 177 Baboni$  , 168, 171 Biankini J., 292, 295, 300, 303,
Alcman de Sardes, 26 Bach A., 289, 310, 329, 346 304, 317, 327, 339, 353, 360
Alejandro Magno, 33 Bacon Roger, 229 Bjelanovi$  Sava, 295, 318
Alejandro I, 257, 272 Badoer Alvisio, 214 Blagaj, conde de, 205,209
Alejandro II, 34 Badoer Bragodin, 131 Bla#kovi$  , 252
Alejandro II, papa. 140, 142-145 Baglioni Maletesta, 209 Bla"ekovi$  , 295
Alejandro III, 158 Baiamonti Antonio, 283, 294, Boccaccio, 229
Alejandro VI, 204 302, 304, 305, 311-320, 324, Bodin, 151, 153
Alejandro, 34, 35 329, 330, 337, 346, 348, 357 Bog, 103
Alexis I, 150, 153, 155, 156 Baiamonti Tiepolo, 169, 170 Bohemondo, 151
Alfonso de Aragón, 204 Bakacs Toma, 205 Boioannes, 140
Alí Pasha, 225 Bakota Josip, 328 Boldini Gabriel, 238
Almos, 156, 157 Bakoti$  Ignat, 339 Bon Nicolás, 238
Alschinger, 282 Balbi Antonio, 215 Bona Miguel, 274
Altino, 157, 158 Balbius, 46 Bonda Orsat, 316, 324
Altomanovi$  , 188 Balderich, 113 Bonifacio IX, 193
Amadeo VI, 185 Baljak Du#an, 317, 327 Bonifacio VIII, 179
Amalasunta, 85 Bal#a III Bal#i$  , 200, 201 Bor %i$  Lovro, 304, 312, 317,
Amicus, 148, 149, 151. 152 Bani$  Stanko, 368 327, 328, 337, 338
Amintas II, 35 Barakovi$  , 223 Borelli F., 290, 301, 317, 328,
Amurat I, 184, 185, 188 Barbaro Francisco, 214 345
Anastasio I, 65, 85 Barbieri, 322 Borgias César, 204
Anastasio IV, 157, 158 Bardas, 119 Bori$  , 353
Andrassy Julio, 291 Bardilis I, 34, 35 Borna, 111, 113, 114, 122
Andrés II, 161-166, 168, 175 Bardilis II, 35 Boroevi$  , 299
Andrés III, 165, 168, 107, 171 Bartolomé, obispo de Trogir, Boti$  Luka, 302
Angjelinovi$  , 363, 369, 370 186 Brady Tomás, 256
Ani$  Ante, 366 Basilio I, 118, 120-124 Branimir, 122, 123, 125
Anicio, 41 Basilio II, 120-133, 139, 158, Branovi$  Pablo, 127
Antonietti Josip, 292, 315, 324 186 Brennos, 33
Antonino Pío, 59 Bato Breuto, 48, 49, 51 Bribir, ver &ubi$ 
Apiano, 27, 29, 36, 38, 41, 44 Bato Desitiata, 48, 49. 51 Brienio, 116
Apolodoro, 17 Battara, editores, 297, 298 Brli$  Andrija, 299
Arcadio, 68, 79 Bayaceto I, 192 Brli$  Ignjat, 299
Ares, 17 Bayaceto II, 207, 209 Brodi$  Frano, 336
Aristóteles, 26 Bayan, 89, 90 Brunelli, 282
Arneri Rafo, 335 Beatriz, 165, 177, 238 Bruto, 45, 46
Arneri Roko, 329, 353, 366, 388 Beauharnais Eugene, 256, 259, Bucin Jovo, 366
Arnulfo de Austrasia, 126 261, 271 Budmani Pero, 315
Arpad, 126 Begna Cosme, 316, 338 Budrovi$  Nikola, 261

 
 

Bukovac Vlah, 302 Claudio, oficial ilirio, 60 de Belafay Fakete, 292


Bulat Antun, 282 Cleitos, 35 de Capella Raymondo, 160
Bulat Franjo, 282 Clemente V, 169 de Giorgi Pablo, 185
Bulat Gajo F., 300, 304-307, Clemente VI, 177, 178, 186 de Grisogono Ivo, 363, 366
312, 317, 323, 325-331, 335- Clotario I, 86 de Leva Giuseppe, 287
340 Comodo, 59 de Raduchis Jacques, 185
Bulat Gajo, 366-368 Conde de Toulouse, 156 de Tyr Guillaume, 153
Buli$  Frano, 317, 318, 342, Conrado III, 157 de Visiani Roberto, 287
357 Constanciano, 86 de Vojnovi$  Juraj, 252
Buratti Ivo, 347, 348 Constancio, 79 Decio, 60, 78
Buzoli$  Stjepan, 328 Constancio I, 63, 64 Demetrio de Hvar, 38, 39, 40,
Constancio II, 60, 64, 66 45
Cadmo, 15-19, 26, 28, 31, 32 Constante, 66 Demetrio II, 36
Candiano Pedro I, 124, 125 Constantino, estratega, 159 Demóstenes, 35
Candiano Pedro III, 130 Constantino I, 17, 64-71, 73, 78 De#kovi$  Josip, 321, 333
Car Janko, 299 Constantino II, 91, 107 Desnica Uro#, 366
Caracalla, 59 Constantino III, 91, 101 Didoli$  Josip, 321
Carlomagno, 108-115, 118, 157 Constantino IV, 105, 107 Didoli$  Vice, 321
Carlomán, 121 Constantino VI, 109 Diedo Antonio, 211
Carlos I, 355, 360, 367, 369, Constantino VII, 70, 91,105, Diffinico Francesco, 283
370 106, 117, 119, 126, 129, 130, Diocleciano, 58, 60-66, 68, 70,
Carlos II, 168, 172, 173 155 71, 73, 78, 81, 82, 92, 94, 96,
Carlos III, 124, 225 Constantino IX, 143 104, 209
Carlos Martel, 168, 170 Constantino XI, 212 Diodoro de Sicilia, 23, 34
Carlos Roberto, 169-171, 177 Contarini Carlo, 218 Dion Casio, 38, 48, 70
Carlos V, 213, 225 Contarini Dominico, 140 Dion Casio, hijo, 71
Carlos VI, 225 Contarini Jacopo, 167 Dionisio (Baco), 17
Carlos, archiduque, 217, 220, Contarini Tomás, 215 Dionisio de Halicarnaso, 33
221, 254, 255 Cornaro Luigi, 295 Dionisio I, 23, 24, 34
Carneo Stefaneo, 255 Corner Girolano, 224 Dionisio, ban croata, 166
Caro, 60, 61 Corvin Matías, 206, 207, 218 Dmitar Zvonimir, 142, 146, 149,
Carrara Francesco, 283, 299 Cosconio, 44 150, 152-154, 170
Casimir, 252 Cosme, 140, 177 Doimo, obispo, 94
)aslav, 129 Crnojevi$  , 208 Dolfin Daniel, 224, 239
Catalina, hija de I.Nelipi$  , 204 Dolfin Girolamo, 210
Cattalinich, 243 D$  Alia Antonino, 312 Dolfin Lorenzo, 223
Cavalli Marino, 211 D$  Anunzio Gabriele, 357 Domagoj, 116, 119, 120, 121
Cega Celio, 339 da Canal Cristóforo, 210 Domaldo, 171, 175
Celtos, 27 da Canal Fabio, 211 Domiciano, 58, 72, 82
Centumalus, 39 Dabi#a Stjepan, 189, 192, 193 Donati Lorenzo, 224
Ceraunio Ptolomeo, 33 Dabrale, 143 Donatus, obispo, 111
Cerulario Miguel, 143 Dajbog, 103 Doria Andrea, 214, 216
César III, 130 Dalmacio, 66 Doria Lamba, 169
César, 37, 44-48, 69, 70, 82 Dalmasio de Limolis, 169 Doroti$  Andrija, 251, 252, 256,
Childeberto I, 86 Dandolo Andrea, 130, 151, 169, 265, 342
Chotek Sofia, 355 176, 178 Doson, 40
Cicerón, 34, 45 Dandolo Enrico, 160, 162 Dragani$  , 252
Cigani$  A., 299 Dandolo Giovanni, 163, 164 Dra#kovi$  Janko, 344
Cindri, 255 Dandolo Marco, 169 Drinkovi$  Mate, 363, 364, 366,
)ingrija Melko, 352, 353 Dandolo Vicenzo, 259-265, 268 368
)ingrija Pero, 308, 316, 353 Dandolo Vitale, 163 Dru"ak, 116
Cippicò Lelio, 252 Dani%i$  , 218 Dr "islav Stjepan, 130-132
Cirilo, 125 Danilo Ivan, 291, 293, 315, 316, Dulibi$  Ante, 317, 327, 356
Civran Antonio, 200 318, 319, 321, 335, 338 Duplancich Vicenzo, 312, 339
Civran Betuccio, 210 David, 295
Claudio II, 60, 61, 78 Daya, 61 Echion, 26
Claudio, 58 de Aguilers Raymond, 153 Edelfried, 125

 
 

Elizabeta, 172, 173, 188 Foscolo Leonardo, 222, 223 Gneride, 79


Emeric, 161 Fouché, 271 Godeassi, 347
Enqueleo, 31 Francisco Fernando, 293, 355 Godofredo, 153
Enrique II, 120, 134 Francisco I, 214, 241, 252, 254, Goess Peter, 255, 256
Enrique IV, 150, 156 266, 273, 277, 343, 345 Gojnikovi$  Petar, 124, 126,
Enrique V, 155 Francisco II, 2510, 252 127
Erastótenes, 29 Francisco José I, 289, 293, 322, Gojslav, 131, 133, 139
Erdödy Ivan, 255, 342, 343 334, 347-352, 355, 360 Gorianski Nicolás, 173, 193
Erdödy Toma, 206 Frani$  Ante, 3661 Gorianski Iván, 191
Escévola Mucio, 44 Frank, 303 Grabos, 353
Escilax, 28, 29 Frank Ivica, 365 Graciano, 60, 67
Escipión, 43, 44 Frankapan, 167, 171-174, 176, Gradenigo Pietro, 169
Escriboniano, 58 188, 196, 203-207, 229, 298 Gradi, 338
Esteban I, 135, 140, 170 Frankapan Ivan, 204 Grani$  Jere, 299
Esteban II, 157 Frankapan Krsto, 221 Grebeljanovi$  Lazar, 184
Esteban III, 155, 156, 158, 159 Frankapan Nikola, 201, 202, Gregorio I, papa, 90, 95
Esteban IV, 157, 158 220 Gregorio VII, 137, 142, 144,
Esteban V, 125, 165, 167, 168 Frontiniano, 95 147-152
Esteban V, papa, 125 Gregorio XII, 196
Esyeban de Bizancio, 19 Gabinio, 45 Gregorio XIII, 219
Estilicón, 79 Gabrieli, 252 Grgi$  , 353
Estrabón, 21, 31-33, 44 Gainas, 76 Grgur I Bribir, 171
Eugenio IV, 203 Gaj Ljudevit, 285, 286, 297-301 Grgur, obispo, 128, 145
Eurídice, 35 Galac Davorin, 299 Grimani Batista, 222
Eurípides, 17, 22 Galas, 27 Grimani Giovanni, 208, 225
Europa, hermana de Cadmo, 17 Galatea, 27 Grisogono Prvislav, 363
Galba, 58 Gritti Andrea, 209, 213, 214
Falier Marino, 176 Galbaio Giovanni, 111 Grubissich Antonio, 344
Falier Miguel, 181 Galerio, 62-65 Gugliemi, 323
Falier Ordelafo, 154-156 Galieno, 60 Guillermo I, 293
Falier Vitale, 151 Galla Placidia, 80 Guillermo II, 159
Fanfogna, 224 Galvani F.A., 347 Guiscard Roberto, 147, 148,
Federico Guillermo, 271 Gebizon, legado papal, 149 150, 151, 153, 163
Federico I, 159 Gencios, 35, 36, 41-43, 50, Guncel, arzobispo de Split, 165
Federico II, 155, 166 51,77 Gunduli$  Ivan, 284, 334
Felipe II, 215, 216 Gengis Khan, 165, 173 Guoro Pandolfo, 210
Felipe III, 220 Genserico, 82, 101
Fenzi, 312 Gerardo, legado papal, 148, 149 Handel Erazmus, 295, 314, 328,
Fernando I, 212, 213, 217, 219. Gerardo, obispo, 159 334, 352
220, 228, 285, 286, 288, 289 Gerle, 184 Harmonía, 17-19, 28, 32
Ferrari-Cupilli, 338 Germánico, 40 Hasner Leopold, 293
Figulo., 43 Germanos, 88 Hecateo de Mileto, 28
Filipo II, 35 Geza I, 155 Helena de Mladen, 186
Filipo V, 40, 41 Geza II, 157, 158 Helena Gruba, 188
Filipovi$  Franjo, 320, 329 Ghiglianovich , 312, 328, 352, Helena, hija de Uro#, 157
Filipovi$  Joseph, 294 365 Helena, hija del rey húngaro,
Fillipí Natale, 322 Ghislieri, 257 149
Flacco., 44 Giovanizio Giorgio, 319, 333 Helena, madre de Constantino,
Flavio Arriano, 35 Giskra Karl, 295 17
Floro, 32 Giunio I., 339 Helena, viuda de Zvonimir, 152
Fluck José, 287, 291, 322, 324 Giustinian Giovanni, 169 Heracleonas, 91
Focas, 90, 91 Giustinian Marco, 167, 178, 179 Heraclio, 90, 91, 105, 106, 110
Foch, 366 Giustinian Paolo, 210 Herittesova Milica, 290
Focio, 119, 124. 125 Giustinian Tadeo, 181 Herodoto, 22, 27-29, 31, 32, 101
Fondela Petar, 282 Glaucias, 35 Hersiarates, 32
Foscari Francesco, 203, 204 Glicerio, 82 Hildebrando, 144, 147
Foscarini Marcos, 238, 243 Gligo Mate, 322, 323 Hohenlohe Fridrich, 292

 
 

Hohenwart Sigmund, 293-295, Juan VIII, papa, 121-123, 125 Kreglianovich .Albioni
317, 334 Juan X, papa, 127, 128 Giovanni, 208, 237, 243, 244
Homero, 17, 20 Juan, cardenal, 144 Krekich Natale, 312
Honorio II, 145 Juki$  Pa#ko, 261 Kre#imir I, 130
Honorio III, 164, 186 Juliano, 66, 67, 78 Kre#imir II, 130
Honorio, 60, 68, 79, 80 Julio II, 206 Kre#imir III, 131, 133, 139, 140
Horacio, 14 Junot, 241 Krstelj Ivo, 366, 368
Horvat, 173 Justiniano I, 74, 85, 88, 89, 94- Krstelja, 327
Horvat Aleksandar, 365 96, 104, 110 Kru#evi$  Andrija, 322, 323
Horvat Ivan, 189, 192 Justino I, 88 Kru"i$  Petar, 212, 213, 217
Horvat Pavao, 189 Justino II, 89 Kujeva, 190, 191
Host William, 258 Justinus, arzobispo, 116 Kukuljevi$  I., 286, 288, 299,
Hrani$  Sandalj, 189, 190, 193, 348
294 Ka%i$  Andrija, 337 Kuli#i$  Kristofor, 322, 333,
Hrvoje Vuk %i$  , 173, 188, 192- Ka%i$  Maldu%, 174 334
195, 201, 202 Kadaloh, 115 Kulmer Francisco, 289
Humberto II, 177 Kamber Petar, 331 Kujakovi$  , 179, 173-175, 229
Humberto, cardenal, 143 Karadjordjevi$  Petar, 340, 351, Kurtovi$  , 299
Husrevbeg, 213 353, 363 Kuzmani$  Ante, 298, 299, 338
Karad"i$  Vuk, 298 Kvaternik E., 302, 334, 342, 350
Ignacio, 119 Karahodja, 214 Kvekvi$  Radoslav, 327, 354
Ilauf, 87 Karaman Sre%ko, 284
Ili$  I.D., 307 Katalani$  Vicko, 306 Lackovi$  Esteban, 193
Ilirios, 17, 27 Katalini$  C. Vicko, 306 Ladislao de Nápoles, 137, 173,
Inocencio III, 161 Katalini$  Petar, 306, 331 190, 192-196, 198, 201, 202
Inocencio IV, 167 Katni$  Lovre, 353 Ladislao I, 149, 152, 157
Inocencio VI, 180, 186 Kayredin Barbaroja, 212, 213 Ladislao III, 161
Inocente XI, 224 Kazna%i$  Antun, 284 Ladislao IV, 167, 168. 173
Ionios, 22 Kazna%i$  Ivan , 299 Lampridius, 160
Irene, 109, 155 Keller Antonio, 287, 316, 323 Lanza Frane, 318
Isaac, 160 Khuen Karoly, 311, 328, 351 Laodamas, 31
Isperih, 105 Klai$  Miho, 292-294, 300, Lapenna Luigi, 293, 312, 315,
Ivan. obispo, 144 303, 308, 309, 316- 321, 327, 316, 319-324, 329, 338, 346,
Ivani$  Gustav, 316, 317 329, 333, 335- 338, 345, 348, 347, 349
Ivani$  Matija, 206 352, 353, 357, Latour, 292
Ivani#evi$  Frano, 317, 356 Kne"evi$  Petar, 265, 266 Lauger, 241
Iv%evi$  Stjepan, 299 Kne"evi$  Stefan, 315, 321, Lauriston, 257, 258
Iv%evi$  Vicko, 324, 328, 363 322, 347 Lazar, 188
Ivi%evi$  Stjepan, 299, 317, Kocelj, 122 Lenkovi$  , 219
318, 347, 348 Kollar Jan, 296 León I, 61, 81, 94
Koloman, 124, 153-157, 160, León III, 96, 107
Jaka#i Ivan, 299 175 León III, papa, 109, 112
Jak #i$  Nikola, 284 Koloman, duque de Eslavonia, León IV, 109
Jankovi$  Stojan, 224 165 León IV, papa, 118
Jason, 19 Kolowrat Franz, 285 León IX, 145, 147
Jela%i$  Josip, 286, 289 Kombol M., 299 León V, 112
Joki$  Vjekoslav, 282 Köprili Ahmed, 224 León VI, 124
Jovanovi$  Stjepan, 292, 294, Koro#ec Anton, 360, 367-370 León VII, papa, 129
314, 326, 327 Kossuth Luis, 286, 289 León X, 206
Joviano, 60, 67 Kotromani$  Stjepan, 170, 172 León, gobernador bizantino, 146
Juan, archiduque, 216, 265 Kotromani$  Tvrtko, 173, 184, Leopoldo I, 224
Juan de Ravena, 96 189 Licinia Eudoxia, 80
Juan I, 129 Kova%evi$  Jerotej, 299, 315, Licinio, 61, 75
Juan II, 156 320 Lilienberg, 298
Juan III, 164 Krakovski Borko, 299 Linditus Sclavus, 116
Juan IV, papa, 94 Krbava, condes, 205 Lissa, hija de Macareo, 18
Juan V, 185 Ljubi$  {ime, 299

 
 

Ljubi$  Josip, 339 Marmont Augusto, 258, 259, Miroslav, 130


Ljubi#a S., 293, 309, 315, 320, 262, 265-270 Mislav, 116
322, 324, 325, 339, 347- 349 Marovi$  Ivan, 328. 353 Mitilios, 35
Ljudemisl, 114 Marozia, hija de Teofilacto, 129 Mitrovi$  Janko, 223
Ljudevit Posavski, 113, 114, Martin, abad, 94 Mocenigo Pietro, 307
122 Martel Carlos, 168-170 Mocenigo Tomaso, 202, 203
Loredano Antonio, 204, 205 Martina, 91 Mola Armando, 364
Loredano Pietro, 202 Marun Lujo, 340 Molin Alejandro, 224
Lorenzo, 144, 148 Maru#i$  Milan, 366 Molitor Gabriel, 257
Lotario, 116, 117 Mas-Latrie, 129 Molitor, 257, 258
Lu%i$  Ivan, 8, 129, 130 Masaryk Tomás, 342, 351 Mondunios, 35
Lubin Antonio, 312, 317 Masov%i$  , 317 Monti Lovro, 309, 311, 316,
Ludendorff, 366 Matas, 353 320, 324, 329, 335, 339
Luis el Germánico, 122 Mati$  Lovro, 321, 339 Moretti Luigi, 319
Luis el Piadoso, 112-114, 119 Mato# Antun G., 341 Morosini Domenico, 158
Luis I, 130, 172, 175, 176, 188 Mato#i$  , 331 Morosini Francesco, 224
Luis II, 120, 121, 228 Matutinovi$  , 251 Morosini María, 168
Luis V el Bávaro, 171 Maupas Petar, 322 Morosini Miguel, 169
Luis XII, 204, 209 Mauricio, 89, 90, 91, 102, 103 Morosini Nicolás IV, 241, 242
Luis XIV, 240 Maximiano, 62-64 Morosini Roger, 168
Lusignan, 252 Maximiliano I, 204-206, 215 Morosini Tomas, 162
Lutero, 206 Maximiliano II, 218 Morosini Tomasina, 165
Máximo, obispo, 91, 121 Morosini, el patriarca, 163
Macareo, 18, 19 Ma"urani$  Ivan, 290, 325, 336, Mucio, 44
Machiavello, 244 348, 353 Mussafia, 313
Machiedo Ivan, 333 Mayoriano, 81 Mustaybeg, 223
Machiedo Jerko, 366, 371 Mazzini Giuseppe, 283, 290
Madii Helena, 130 Medakovi$  , 370  Nallini Alejandro, 305
Madirazza Franjo, 307 Medea, 19  Napoleón, 224, 241-243, 253-
Madius, prior, 132 Meinhard, 144 276, 299, 343
Magjer, 353 Mela Pomponio, 28, 29  Nardelli Niko, 295, 328
Mahoma, 107 Mesala, 48  Nárses, 87
Mahomet I, 191 Me#trovi$  Ivan, 356-358  Natalis, 95
Mahomet II, 204, 207, 212 Metelo, 44  Nelipi$  , 170, 171, 174, 204
Majencio, 64 Metodio, 125, 129, 132, 144,  Nelipi$  Ivan, 172, 173, 175
Majstorovi$  Ivan, 329, 333, 312  Nrlipi$  Ivani#, 191, 202-204
366 Metternich Clemens, 271, 274,  Nenadi$  Stipi$  Juraj, 282
Maka%i$  Dujam, 366 285-287, 296, 343  Nepociano, 81
Malipiero Orio, 160 Michalovich Antun, 365, 370,  Nepote, 81-83
Mamula, 301, 318, 320, 329, 371  Nerón, 58, 72
346 Michiel Domenico, 156  Nerva, 58
Manin Ludovico, 245 Miguel I, 112  Nestor, 299
Manuel I, 157-160, 164 Miguel II, 112, 119  Nicéforo I, 109, 111, 112
Marcelino, 80, 81 Miguel III, 117, 119  Nicéforo II, 129, 130
Marciano, 60, 68 Miguel VII, 146  Nicolás I, papa, 119
Marcio, 46 Mihail de Doclea, 186  Nicolás II, 141, 142, 144
Marco Aurelio, 59, 61, 73, 78 Mihail de Hum, 147, 150, 151  Nicolás IV, 168
Marcos, apóstol, 111 Mijanovi$  Antun, 285  Nicolás V, 204
Margoti$  {piro, 299 Mika, 175  Nicolás, patriarca, 127
Margrave de Friul, 109, 111, Milcovich Ludovico, 364  Ninoslav Matej, 166
113 Mili$  Vinko, 306, 308, 310,  Nodilo Natko, 300, 305, 309,
Mari%i$  , 281 320, 337, 339, 344, 347, 348, 319, 321, 332, 336, 338-340,
María Luisa, 266 353 349
María, 170, 172, 173 Milinovi$  , 347  Nono, 17
María, reina, 193 Milkovi$  Ilija, 223  Novalis Francisco, 210
Marin, obispo, 125 Milutinovi$  Todor, 272  Novikovi$  , 224
Minich Serafino, 287

 
 

Obelerio, 111, 112 Petranovi$  Bo"idar, 297, 338,


Orenovi$  Miguel, 341, 349, 346 Querini Andrea, 252
351 Petrinovi$  I., 299 Querini Angelo, 238
Octavia, 47 Petrovi$  Nicolás I, 328
Octaviano, 44-47 Petrovi$  Petar I, 255-257, 272 Ra%ki Franjo, 302
Odoacro, 82-85, 87 Petrovich Spirodion, 318, 320, Rabatta José, 219
Ogodai, 165 332, 339, 347 Radenovi$  P., 189, 190, 191,
Orestes, 82 Pinnes, 35-40 193
Orife Niceto, 120 Pío II, 204 Radi$  Ante, 303
Orlando Vittorio E., 358 Pío V, 216 Radi$  Stjepan, 351-353, 360,
Orseolo Juan, 133 Pipino el Breve, 111, 112 364, 368, 369, 367-371
Orseolo Hicela, 133 Pisani Giorgio, 238 Radimir Mate, 353
Orseolo Ottone, 133, 139 Pisani Marco A., 222 Radman Ante, 299, 319
Orseolo Pedro, 131, 133, 134, Pleuratos I, 35, 36, 42 Radman Josip, 315, 317, 324,
253 Pleuratos II, 36, 41 325
Orsini Camilio, 214 Plinio el Joven, 28 Rado#, 224
Osman, 184 Plinio el Viejo, 27, 29, 31, 44, Radulovi$  Petar, 309, 320
Ostoja Stjepan, 189-191, 193 101 Rakamari$  , 282
Ostoji$  Stjepan, 190, 191 Poga%nik Josip, 371 Ramsés II, 17
Ostrozinski O.U., 299 Polibio, 24, 36-38, 42, 43 Rauch Levin, 308, 325, 349
Oton I, 126 Polieno, 34 Raynero, 160
Oton II, 120 Polifemo, 27 Rendi$  Duje, 330, 331
Oton III, 133, 134 Politeo Dinko, 292 Rendi$  Ivan, 302, 305
Otto de Baviera, 171 Pollio, 46 Rendi$  Mio%evi$  Dujmo, 327,
Ovida, 83 Polo Marco, 166 330, 331
Ovidio, 18 Pompeyo, 45 Renier Paolo, 238
Pope de Doclea, 118, 129, 132, Resti Giunio, 129
Palack + Francisco, 288, 355 139 Ribi%i$  , 328, 353
Pali"na Ivan, 172, 173 Popovi$  {piro, 298 Ricimero, 81
Palmerston, 289 Potjeha, 145 Roca Pavao, 366
Partecipazio G., 115, 116, 124 Potocki Alfred, 295 Roci A., 299
Partecipazio Orso, 119-122, 124 Pozza Luciano, 354 Rodagasio, 79
Pascual II, 154 Pozza Orsato, 281, 296, 299, Rodi$  Gavro, 291, 292, 294,
Pa#i$  Nikola, 357, 359, 361 350, 359 316, 318, 321, 322, 324, 330,
Pa#trovi$  Josip, 327 Preradovi$  Petar, 299 336
Patérculo, 48, 48 Pribi%evi$  Svetozar, 354, 364, Rodolfo I, 168, 179
Paulo III, 213 366, 368-371 Rodolfo II, 218, 219
Pausanias, 31, 33 Prica M., 299 Roger de Sicilia, 153
Paveli$  Ante, 363, 364, 367- Princip Gabrilo, 355 Romano I, 127
371 Prisco, 90 Romano III, 140
Pavi$  Alfons, 292 Probo, 60, 61, 73, 78 Romano IV, 141 146
Pavlinovi$  Mihovil, 292, 303, Procopio, 14, 80 Rómulo, conde, 82
308, 312, 316, 318-321, 326, Prodan Ivo, 303, 317, 327, 354 Rómulo Augústulo, 82, 8579
332, 336, 339, 348, 350, 357 Prodanovi$  Mika%, 176 Rossi Antonio, 320
Pedro, arzobispo de Split, 158 Proti$  , 317, 331 Rossignoli Simone, 317
Pedro, limosnero, 170 Prvan, 307 Rozner, 317
Pedro, rey de Hungría, 140 Prvoslavlevi$  Zacarías, 127 Rufino, 79
Pedro II, obispo, 125 Pseudo Skimnos, 50 Rukavina Mato, 252-254
Pedro el Grande, 75 Ptolemeo, 101 Ru"evi$  Petar, 329
Perdicas III, 34 Puci$  Medo, 292, 319, 334, Ru"i$  Antun, 215
Peri$  Ante, 327 348
Peri$  Virgil, 317, 327 Puci$  Nikola, 320, 334 Sabli$  Pane, 309
Perkovi$  , 338 Puci$  Orsat, ver Pozza Orsat y Saboya Eugenio, 215, 216, 225
Perseo, 43 Puci$  Medo Salvi Ercolano, 312, 337, 354,
Petar Kre#imir, 141, 142, 144- Puci$  Rafo, 294, 316, 317, 334 365
147, 149, 153 Puli$  J., 304, 318-322, 332-334 Samo, 106
Petar Zvonimir, 160 Puovi$  {piro, 331 Samuel, 132

 
 

San Doimo, 144 Stjepan II, 142, 147, 148, 152 Tiberio, 46-49, 57, 58, 72
San Jerónimo, 18, 76, 96 Stjepan, hijo de Svetoslav, 133, Tiepolo Giacomo, 1665
San Pablo, 94 140 Tiepolo Jacopo, 165
Santa Anastasia, 111 Stoj%evi$  , 265 Tiepolo Lorenzo, 166, 167
Santos Giulio, 281 Strabo Cayo F., 42, 43 Tintoretto, 162
Saraca Elio, 181 Stratico Gregorio, 252 Tisza, 367
Saracen, 175 Strossmayer Josip, 289, 301, Tito Livio, 38
&ari$  , 327 311, 325, 329, 334, 336, 339, Tito, 58
Saurau Francisco, 273 345, 347, 348, 350-352 Toma de Split, 129, 132, 166
Scerdilaidas, 36, 37, 40, 41, 51 Stulli J., 2687 Tomás el Eslavo, 112
Schmerling Anton, 310, 318, &ubi$  , 166, 168, 169-176, 179 Toma# Stjepan, 192
320, 329, 346-348 &ubi$  Esteban, 1675 Toma#evi$  Matías, 206, 207
Sclavus Linditus, 116 &ubi$  Juraj, 1689, 170, 171 Toma#evi$  Stjepan, 192, 206
Scymnus de Quio, 296 &ubi$  Mladen, 168, 175 Toma#i$  Nikola, 271, 274, 281
Segismundo, 172, 175, 188-195, &ubi$  Mladen II, 168-171 Tomi$  , 338
106, 201.204 &ubi$  Mladen III, 179, 186 Tomislav, 126-130
Segvi$  , 363 &ubi$  Pavao I, 167, 168, 174 Tommaseo Nicolò, 211, 243,
Seifert, 321, 333 &ubi$  Pavao II, 170 283, 286, 288, 297, 308, 309,
Selim II, 243 &ubi$  Pavao III, 175, 179 339
Selvo Domenico, 149 Suetonio, 38, 48, 49 Topalovi$  M., 299
Senjavin, 257, 258 Suidas, 80 Torre Andrea, 364
Seragli Luigi, 333 Sunde%i$  Jovan, 346 Torre Etore, 214
Seton Watson R.W., 357 Supilo Frano, 303, 308, 327- Totila, 87
Severo, 59, 64, 76, 81 329, 339, 352-354, 356-359 Tradonico Pietro, 115-118
Simeón, 124, 126, 127, 130 &upuk Ante, 317, 327, 335 Trajano, 58, 60, 75
&imoni$ Anton, 302, 338 Sva%i$  Domaldo, 162, 163, 165 Treboniano, 60
Simplicio, papa, 82 Sva%i$  Petar, 153 Tre#i$  Ante, 317, 353, 356,
Sirras, 38 Svatopluk, 123 360
Sixto V, 219 Svetoslav, 131, 133 Trevisan Esteban, 214
Slavac, 147, 148 Tribuno Pedro, 125
Slavi$  , 147 Taaffe Eduard, 293-295, 322, Trigari Nikola, 324, 331
Smiljani$  Ilija, 223 325, 326, 330, 334-337 Trinajsti$  Dinko, 303
Smodlaka Josip, 307, 309, 314, Tacconi Eduardo, 331 Triteuta, 40
317, 327, 328, 337, 354-356, Tácito, 31, 57, 76, 101 Trivulce Filipo, 214
363 Talovac Matko, 204 Trpimir I, 108, 116, 119
Sofócles, 18 Tamaro A., 284 Trpimir II, 130
&ok %evi$  Josip, 304, 345, 347 Targit, 89 Trpimirovi$  Muncimir, 125,
Sokoli$  F., 299 Tartaglia-Jakeli$  , 253 126
Solimán el Magnífico, 228 Tartaglia Agustín, 224 Trpimirovi$  Petar, 116
Solimán II, 212, 215 Tartaglia I., 307 Trpimirovi$  Stjepan, 147-149
Solitro, 282 Tartaglia Petar., 310, 312 Trpimirovi$  Zdeslav, 121-124
Solom Anastasio, 371 Taulas, 31 Trpkovi$  Luka, 348
Sormili$  J., 339 Teodato, 85, 86 Trumbi$  Ante, 303, 307, 308,
Spern Teodoro, 307 Teodora, 86 314, 327, 328, 337, 352-364,
&tambuk Ivan, 353 Teodorico, 74, 82-85, 106 369-371
Star %evi$  Ante, 302, 303, 324, Teodosio I, 67, 68, 78, 79 Tucídides, 29
325, 327, 329, 331, 350-352, Teodosio II, 68, 80 Turszky, 288
360 Teodosio, obispo, 122, 123, 125 Tvrtko II Stjepan, 190
Star %evi$  Milan, 363 Teofilacto, usurpador, 129 Tvrtko I Stjepan, 172
Steed Wickham H., 357 Teofilacto Simocatta, 105
Stefan Du#an, 177, 178, 183, Teófilo, 119 Ucovi$  Antun, 35348
186, 187 Teopompo, 21, 22, 32 Urbano II, 152, 153
Stefan Lazarevi$  , 198, 203 Testinos, 47 Urbano V, 184, 185
Stefan Uro# IV, 176, 177, 180, Teuta, 35-39, 40, 50, 51, 179 Uro#, 157
183 Thugut Francisco, 253, 343
Steno Michele, 194, 196, 202 Thurn Raimundo, 254, 343 Valente, 67
Stjepan I, 140, 141 Tiberio II, 89 Valenti$  N., 299

 
 

Valentiniano I, 67 *arkovi$  , 225


Valentiniano II, 67 Zafron J., 299
Valentiniano III, 68, 80 Zane Bernardo, 209
Valeriano, 60, 87 Zane Gerónimo, 214
Valerio, 64, 78 Zaninovi$  , 253
Vatinio, 45, 46 Zápolyai, 228
Venancio, obispo, 94 Zdeda, 145
Venceslas II, 171 Zeli$  Gerasim, 252
Venier Antonio, 175 Zeno Rainieri, 166
Venier Sebastián, 216 Zenón, 68, 82-85, 94, 95
Verina, 81 Zeus, 17
Verona Adam, 353 Ziani Pietro, 162
Verzo, 47 Ziliotto Giuseppe, 312
Vespasiano, 83 Zilotto Luigi, 331
Vezi$  I., 299 Zore Luka, 327
Vicentino Andrea, 162 Zorzi, 181, 223
Víctor III, 152 Zorzi Marino, 169
Víctor, 83 Zrinski Nikola, 205
Vidi$  Nikola, 321
Vidovi$  Ante, 299
Visconti Astore, 214
Vi#eslav, 109, 113
Vi#evi$  Mihail, 126-128
Vitale Michiel, 151
Vitale Michiel II, 157, 158
Vitiges, 86
Vitturi Giacomello, 315
Vladislav II, 205, 208
Vladislav, 114, 116
Vladislava, 172, 175
Vlahovich Giampaolo, 287
Vodnik Valentin, 266
Vojislav Stjepan, 186
Vojnomir, 109
Vojnovi$  Djuro, 315, 317, 320,
324, 326
Vojnovi$  Konstantin, 309, 310,
319, 320, 323, 329, 335
Vojnovi$  Luis, 357
Vraniczany Ambroz, 289, 345
Vrankovi$  Ivan, 292, 320
Vrdoljak, 299
Vrhovac Maximiliano, 265
Vu%i$  , serdar. 224
Vuk %i$  Stjepan, 192, 204
Vukoti$  Djuro, 337
Vukovi$  Antun, 317, 327
Vukovi$  Pero, 366
Vu#kovi$  , 224

Wagner, 291
Walberto, 123
Wilson Robert, 357
Wilson Thomas W., 362, 364,
365, 368-370
Wolfang, 1

 
 

APÉNDICES

A) Fuentes Bizantinas
B) República de Dubrovnik
C) República de Poljica
D) Sellos de Correos  
E) Glosario Toponímico 
F) Mapas

 
 

 
 

APÉNDICE A
FUENTES BIZANTINAS

1.-PROCOPIO DE CESAREA!  De bellis. Historia arcana

(Procopio de Cesárea, abogado, nació a fines del siglo V o principios del VI. Murió por los años 565.)
1.1 De las costumbres conjuntas de antas y eslavos (BG III.14:)  
Por cuanto en estas tribus, eslavas y antas, no manda una sola persona. sino siempre viven en democracia y
 por esto entre ellos los asuntos favorables y desfavorables se tratan en asambleas. También y otros asuntos,
 por decirlo todos, los tratan igual unos y otros, y estos bárbaros hace tiempo que tienen estas costumbres.
Creen por ejemplo (y los antas y los eslavos) que uno de los dioses, es productor del rayo, otro es el amo del
mundo, y les sacrifican ganado y otros animales ceremoniales. El destino no lo conciben como tampoco
reconocen que entre los hombres ejerce una cierta influencia sino que, apenas se les acerca la muerte, o los
ataca un enfermedad, o se encuentran en guerra, inmediatamente se comprometen que si se salvan, en seguida
harán al dios un sacrificio por su vida, y, si salieron bien, realizan el sacrificio que prometieron y creen que
con ese sacrificio compraron su salvación. Además de esto, endiosan los ríos y ninfas y otros dioses menores
y a todos ellos les llevan sacrificios y con estos sacrificios compensan [los favores]. Viven en miserables
chozas, muy distantes unos de otros, y cada uno de ellos y por muchas veces cambian de ubicación. Cuando
van a la guerra como infantería atacan al enemigo en grupos, llevando en las manos pequeños escudos y
lanzas, no se ponen nunca las corazas. Algunos no tienen ni camisa ni una manta sino, sólo se ponen medias
hasta las ingles, así van a la guerra contra los enemigos. Unos y otros tienen el mismo idioma, completamente
 bárbaro. Tampoco se distinguen exteriormente unos de otros. Porque todos son altos y fuertes, y a la vista el
color de su cuerpo no es demasiado blanco, y el pelo es rubios sin llegar a ser negro, sino que todos tienen [el
 pelo] rubio oscuro. Viven en la pobreza y en el extremo abandono como los hunos, así están cubiertos
siempre de mugre al igual que esos (hunos), y muy rara veces ocurre que sean peligrosos o mal intencionados,
sino que son ingenuos como los hunos. Y también el nombre para los eslavos y antas era uno sólo en la
antigüedad. Ya que en cierto tiempo unos y otros se llamaban spalos y eso, creo, debido a que temporalmente
son redistribuidos para cubrir toda la comarca. Existían amplios espacios. Porque la mayor parte de la orilla
izquierda del Danubio la tienen ellos. Así es más o menos con estos pueblos.
1.2 Los eslavos y antas como mercenarios bizantinos (BG I.17)  
A los veinte días de tomado el puerto [Ostia, a comienzos de marzo del 537], que era puerto y ciudad,
llegaron Martin y Belisario con 1600 jinetes. La mayor parte de ellos eran hunos, y eslavos y antas, que viven
al otro lado del Danubio, no muy lejos de esas costas. Belisario se alegró con su llegada y comenzó a pensar
en los combates que en el futuro llevaría contra los enemigos.
1.3 Grandes invasiones eslavas en el Ilirico (BG III 40)  
Cuando Germánico en la ciudad ilirica de Sofía reunía y organizaba el ejército y en todo se preparaba
indiscutiblemente para la guerra, en el territorio bizantino irrumpe una tal masa de eslavos como nunca antes
se había visto. Vadeando el Danubio llegaron a las cercanías de Nis. A un grupo de ellos que, alejados de su
campamento, vagaban individualmente y ociaban en los pueblos, los capturaron unos soldados bizantinos y
amarraron y entonces los interrogaron del por qué de ese ejército eslavo y con qué intenciones pasaron el río
Danubio. Ellos trataron de convencerlos que llegaron solamente para conquistar Salónica y los pueblos de sus
alrededores. Cuando esto lo supo el Emperador, [éste] se intranquiliza e inmediatamente le ordena por escrito
a Germánico que la inminente salida a Italia la postergue, que ayude a Salónica y a los demás pueblos en la
defensa y que con sus fuerzas disponibles rechace el ataque eslavo. Y Germánico empleó su tiempo en ello.
El miedo agarra a los eslavos, apenas supieron por prisioneros que Germánico estaba en Sofía. Por cuanto
Germánico tenía un gran prestigio entre esos bárbaros(Por cuanto los eslavos le tenían miedo, como se dijo,(,

 
 

abandonaron inmediatamente la toma de Salónica, (, [y] pasando una tras otra en orden las montañas,
aparecieron en Dalmacia.

2. PSEUDO MAURICIO!  Strategicom
(Pseudo Mauricio, autor desconocido. Algunos los identifican con el emperador bizantino del mismo
nombre.)
2.1 Cap.5. De cómo se debe proceder con los eslavos y los antas  
Las tribus de los eslavos y antas viven de la misma manera, tienen las mismas costumbres y son libres, no
 permiten por ningún motivo que puedan ser conquistadas o que se las gobierne, sobre todo {estando] en su
[propio] territorio. Son muy humanitarios e impasibles, fácilmente soportan el calor y el frío y la lluvia y la
desnudez del cuerpo y la carencia de alimentos. Son amables con los que llegan como extranjeros y
amigablemente los acompañan de pueblo en pueblo, donde lo solicitan, así que si por negligencia del anfitrión
ocurre que el extranjero sufre un percance, contra el anfitrión inicia la guerra aquel que se lo recomendó, por
cuanto la venganza por el extranjero la considera sagrada.
A sus prisioneros no los mantienen en esclavitud por tiempo indeterminado como otros pueblos, sino que,
después de un cierto tiempo exactamente determinado, lo dejan a su voluntad para que, sin duda, contra un
rescate, decida volver a su país, o bien a quedarse con ellos como hombre libre y amigo.
Tienen en abundancia toda clase de animales y en cámaras guardan productos agrícolas, sobretodo mijo y
trigo negro.
Y sus mujeres son honestas más allá de cualquier conducta humana, así para la mayoría de ellas la muerte del
marido la consideran como su propia muerte y voluntariamente se ahorcan, no considerando que es vida vivir
en viudez.
Habitan en los bosques y alrededor de los ríos, en los pantanos y junto a los lagos que difícilmente se
atraviesan, y construyen diversas salidas del lugar en que viven a causa de los asedios a que continuamente
están expuestos. Sus cosas necesarias las entierran en lugares secretos, y nada superfluo tienen a la vista, y
viviendo la vida de bandoleros atacan a sus enemigos con placer en lugares boscosos, estrechos y abruptos.
Utilizan con maestría las emboscadas y los imprevistos robos, de día y de noche, los realizan en diversas
formas.
En el cruce de los ríos son más expertos que las demás personas, y son excelentes para permanecer en el agua,
así que algunos de ellos, si estando en sus casas son sorprendidos en algún peligro, a menudo se sumergen en
aguas profundas tendiendo en la boca largas, para ese [fin] elaboradas, y totalmente abiertas cañas que
alcanzan la superficie del agua y, que permiten, estando en la profundidad, respirar a través de ellas, y por
muchas horas mantenerse [allí], de tal manera que no hay ninguna sospecha de su presencia. Y si sucede que
desde afuera se ven las cañas, los inexpertos creerán que nacen del agua. Por esto los que son expertos en
esto, reconociendo la caña por el corte y posición, éstas [cañas] u otras las empujan dentro de la boca o las
extraen, así los obligan salir del agua, porque no pueden seguir más en el agua.
Se arman de pequeñas flechas, cada persona hasta con dos, y algunos de ellos llevan macizos, pero pesados
escudos. Utilizan y arcos de madera y pequeñas flechas que se untan con líquido venenoso. El [líquido] actúa
fuertemente si aquel, que con ella es herido, no está protegido con medicinal remedio o con otros medios que
conocen los hábiles doctores, o bien si la herida no se sana de inmediato para impedir que el veneno se
extienda.
Viviendo sin autoridades y en mutuo odio, ellos no conocen ni el orden guerrero, ni tratan de hacer la guerra
fuertemente unidos, como tampoco aparecen en lugares abiertos y llanos. Y cuando sucede que se atreven
[entrar] en un verdadero combate, entonces gritando se mueven juntos un poco hacia adelante, si los
enemigos se asustan de su griterío, los atacan con todas sus fuerzas, y si no, inmediatamente se retiran en la
misma dirección, no se apuran probar con sus manos la fuerza de sus enemigos. Huyen a los bosques de los
cuales sacan un gran provecho, por cuanto son expertos para pelear en lugares estrechos. Ellos incluso el
 botín que llevan, a pesar de la gran agitación, lo dejan y huyen a los bosques, y cuando los caminantes

 
 

empiezan a dar vueltas en torno al botín, ellos los atacan y fácilmente matan. Esto lo hacen con placer y de
diferentes maneras con el fin de atraer a sus enemigos.
Son totalmente desconfiados y discrepantes en relación a los acuerdos, ceden más por miedo que por
corrupción. Por cuanto entre ellos, a saber, existen diferentes opiniones, ellos o no se ponen de acuerdo, y si
lo logran, su decisión pronto otros la violarán, por cuanto todos piensan distinto y ninguno no está dispuesto a
ceder al otro.
3. CONSTANTINO PORFIROGÉNETO!  De administrando imperio
(Constantino Porfirogénito, emperador bizantino (905-959). Escribió su clásico libro De administrando
imperio entre los años 948 y 952.)
3.1 29 SOBRE DALMACIA Y LAS TRIBUS VECINAS 
El emperador Diocleciano amaba mucho el país Dalmacia y por eso, trayendo gente de Roma con sus
familiares, las establece en esa tierra de Dalmacia% fueron llamados romanos por ser transplantados de Roma
y ese nombre lo llevan hasta ahora. Este emperador Diocleciano levanta el alcázar Split y en él construye un
 palacio que no se puede describir con la pluma, de cuya antigua magnificencia quedan aún hoy algunos
vestigios, a pesar que, por el tiempo transcurrido, se encuentran afectados. Aún más. También construye el
alcázar de Dioclea, que está en poder de los diocleos, que el mismo emperador eleva, por lo cual los
habitantes de esos territorios se llaman diocleos [dioclecianos]. La autoridad de estos romanos llegaba hasta el
Danubio. En una ocasión ellos [es decir los romanos] desearon cruzar el río y conocer a los habitantes de la
otra orilla, al vadearlo se encontraron con tribus eslavas desarmadas que se llamaban ávaros. Los romanos no
esperaban que en la otra orilla hubiese algunos habitantes, los eslavos tampoco respecto a la otra orilla. Por
cuanto los romanos encuentran a éstos ávaros [eslavos] desarmados y [ellos] preparados para la guerra, los
atacan, recogen el botín, los esclavos y retornan. Desde entonces, establecen dos relevos [en el Danubio], los
romanos relevaban su ejército desde la Pascua [de Resurrección] hasta la Pascua [de Resurrección], de tal
manera que en el sábado santo se cruzaban unos con los otros, unos que volvían de las guarniciones militares
con los otros que iban a cumplir con su servicio militar. Junto al mar, y cerca del alcázar [Split] se encuentra
la ciudad llamada Solin, grande como la mitad de Constantinopla. En ella se reunían todos los romanos y se
armaban y se destinaban desde allí y alcanzaban los desfiladeros, los cuales se encuentran a cuatro millas
[romanas] de la ciudad y el cual se llama hasta ahora Klis, que cierra [el camino a ]los que hasta allí llegan.
Desde aquí también se dirigen al río [Danubio]. Por cuanto tales reemplazos [de soldados] se realizaban
durante años, los eslavos del otro lado del río, que también se llaman ávaros [eslavos], al mismo tiempo se
recuerdan y dicen)  "Estos romanos, viniendo y recogiendo el botín, desde ahora vendrán siempre contra
nosotros y por lo tanto haremos algo contra ellos." Así entonces los eslavos, respectivamente ávaros, se
aconsejan y cuando los romanos atraviesan el río, ellos [los eslavos] le presentan una emboscada y, entrando
en combate, los vencen. Recogen su armamento y estandartes y otros trofeos militares, los antes mencionados
eslavos atraviesan el río y llegan cerca del desfiladero. Los romanos de guardia los avistaron y viendo las
 banderas y armas de sus soldados, piensan que eran sus compatriotas, así cuando los más arriba mencionados
eslavos llegan hasta el desfiladero, los dejan pasar. Apenas entran, de inmediato hacen retroceder a los
romanos y toman la más arriba mencionada ciudad de Solin. Se establecen allí, y poco tiempo después
empiezan a saquear a los romanos que vivían en la llanura y en lugares más altos, los neutralizan y se
apropian de sus tierras. El resto de los romanos encuentran la salvación en las ciudades del litoral que
mantienen hasta hoy. Las ciudades son)  Kotor, Dubrovnik, Split, Trogir, Zadar, Rab, Krk y Cres, cuyos
habitantes hasta ahora se llaman romanos.
Desde los tiempos de Heraclio, emperador bizantino - de que manera se explicará en el párrafo sobre los
croatas y serbios - toda la Dalmacia y las tribus en su vecindad como los croatas, serbios, zaclumios,
travunios, canalitas, diocleos y neretvanos que se denominan paganos [humildemente están sometidos al
emperador bizantino]. Por cuanto el imperio bizantino, a causa del relajamiento e incompetencia de los
emperadores contemporáneos, llega al extremo del total desastre, especialmente en tiempos de Miguel el
Tartamudo Amorión, los habitantes de las ciudades dálmatas pasan a ser independientes, no reconociendo ni
al emperador de los bizantinos ni a ningún otro, y aún más las tribus croatas y serbias y zaclumias y travunias
y canalistas y diocleas y paganas, separándose del imperio romano, pasaron a ser autónomas e
independientes, no sometiéndose a nadie. Éstas tribus, como dicen, no tienen arcontes sino únicamente a
zupanes ancianos, de igual manera que las demás sclavinias. Aún más, la mayoría de estos eslavos no se
santiguan, sino que durante mucho tiempo permanecieron sin bautismo. Bajo Basilio, el emperador amante de

 
 

Cristo, [dichas tribus] envían emisarios pidiendo y rogando que los no bautizados entre ellos los bauticen y
que sean, como al inicio, sometidos al imperio bizantino. Este emperador, de bendito y santo recuerdo,
oyéndolos, envía un representante del emperador con sacerdotes para bautizar a todos los integrantes de
dichas tribus que encontraban y que no estuviesen bautizados y después de su bautismo les nombra arcontes,
que ellos quisieron y eligieron, del clan que ellos querían y deseaban. Y desde entonces hasta ahora tienen
arcontes de su mismo clan y no de otro. Los paganos [neretvanos] que en el idioma romano se denominan
arentanos, quedaron sin bautizarse en lugares intransitables y montañosos. La palabra pagano en la lengua de
los eslavos significa no bautizado. Después de esto, ellos mismos enviaron emisarios al mismo y bendito
emperador, pidiendo que ellos también sean bautizados y el enviando [su gente] los bautizo a ellos también.
Por cuanto el estado de los bizantinos, como ya lo dijimos, a causa del relajamiento e incapacidad de los
emperadores de esos tiempos, empieza a declinar, los habitantes de las ciudades dálmatas se declaran
autónomos, no reconociendo ni al emperador romano ni a ninguno otro. Después de cierto tiempo, durante el
gobierno del emperador Basilio, de bendito y eterno recuerdo, llegaron del África los sarracenos, Soldan y
Sava y Kalfis, con 36 naves y penetran en Dalmacia y asuelan la ciudad de Budva y la ciudad de Risan y la
ciudad de Kotor bajo. Y llegaron hasta la ciudad de Dubrovnik y la asediaron durante 15 meses.
Encontrándose entonces en aprietos, los dubrovnikanos se dirigen a Basilio, de eterno recuerdo emperador
 bizantino, diciéndole así)  "Apiádate de nosotros y no permitas que seamos asesinados por aquellos que
rechazan la cruz." El emperador, compadeciéndose, envía al patricio Nikita, drongario de la flota, de
sobrenombre Ofir, con 100 naves. Al saber que el patricio, drongario de la flota, llegaría con las naves, los
sarracenos abandonan Dubrovnik y huyen y se dirigen a Lombardia y asedian Bari y lo conquistan. Entonces
Soldan, construyendo allí su palacio gobernó 40 años toda la Lombardia [del sur de Italia] hasta Roma. El
emperador a causa de esto envía embajadores a Luis, rey de los francos, y al papa de Roma, [pidiéndoles] que
como aliados se unan al ejército que el emperador envia. El rey y el papa, acogiendo el pedido del emperador,
llegan ambos con grandes fuerzas y se unen al ejército que el emperador había enviado, junto con los croatas
y los serbios y los zaclumios y los trabunios y los canalistas y dubrovnikanos, con todos los procedentes de
las ciudades de Dalmacia (todos ellos estaban presentes por orden del emperador) y pasaron a Lombardia y
asediaron a la ciudad de Bari y la conquistan.
Hay que tener en cuenta que los arcontes croatas y de los demás eslavos, los habitantes de la ciudad de
Dubrovnik los trasladan en sus buques a Lombardia.
***
La ciudad de Ragusa [Dubrovnik] no se llama Ragusa en idioma romano, sino, por encontrarse en un
escarpado roquerío, y un escarpado roquerío se dice en romano lau, [entonces en romano] son llamados
lausanos, o sea, aquellos que habitan en un roquerío escarpado. De acuerdo a la costumbre general que a
menudo deforma los nombres cambiando letras, se cambió el nombre y se denominaron ragusanos. Estos
mismos ragusanos vivían antiguamente en la ciudad llamada Epidauro, y, después que los eslavos
conquistaron las otras ciudades y regiones, fue también conquistada ésta ciudad, siendo algunos [de sus
habitantes] asesinados, otros hechos prisioneros, y otros, lograron huir y salvarse, se establecieron en ese
rocoso lugar en el cual hoy se encuentra precisamente la ciudad. Primero la construyen como una pequeña
ciudad, y después como una mayor, y después de ello extienden las murallas, logrando así una ciudad que les
 permite desarrollarse gradualmente y multiplicarse.
La ciudad de Split, que significa una palacio pequeño, lo construyó el emperador Diocleciano, la mantiene
como la casa para habitar y en su interior construye la corte y el palacio del cual la mayor parte está [ahora]
derruida. Hasta hoy se conserva poco, de ello el episcopado y el templo de San Doimo, en el cual descansa el
mismo san Doimo, y esa fue la sepultura del mismo emperador Diocleciano. Bajo él [palacio] se encuentran
los recintos que sirven como cárceles, y en los cuales el encerraba a los santos mártires. Descansa en esa
ciudad también el santo Anastasio.
La muralla de esta ciudad no esta hecha de ladrillos, ni con ayuda de mortero, sino de piedras labradas, de
largo de una toesa y a menudo hasta dos y ancho una toesa, y ellos se ajustan y amarran entre si con hierros,
que están recubiertos de plomo. Existen en esa ciudad también numerosas columnas con capiteles
ornamentales. El emperador Diocleciano decidió construir sobre ellas arcadas y cubrir toda la ciudad, y su
 palacio y todos los edificios y para construir sobre los espacios con arcadas construcciones de tres y cuatro
 pisos y así cubrir una pequeña parte de la misma ciudad. La muralla de esta ciudad no está rodeada por
empalizadas y torreones, sino únicamente con altos muros y aberturas para los arqueros.

 
 

La ciudad de Trogir es una pequeña isla en el mar, unida a la costa, como puente muy estrecho, por un
terraplén, por el cual los habitantes entran en la ciudad. Se llama Trogir, porque es sólo una pequeña isla
como un melón [aggourion]. En la misma ciudad descansa en paz San Laurencio archidiácono.
La ciudad de Kotor significa en el idioma de los romanos cautivo y apretado, por cuanto el mar entra como
una estrecha lengua hasta 15 o 20 millas [romanas] y al final del mar está la ciudad. Alrededor de esta ciudad
están las altas montañas, de tal manera que el sol sólo se ve en verano y al mediodía, y en el invierno nunca.
En la misma ciudad descansa San Trifun que seguramente sana cualquier enfermedad, y especialmente a los
que padecen de asfixia de los pulmones% su templo tiene arcadas.
La ciudad de Zadar se llama en el idioma romano iam era, que significa "ya era"% a saber, cuando Roma fue
fundada esta ciudad ya antes de eso estaba fundada. La ciudad es grande. Generalmente lo llaman Diadora.
En la misma ciudad descansa el cuerpo de Santa Anastasia virgen, hija de Eustasio que en esos tiempos
gobernaba, y San Crisógono monje y mártir y sus santas cadenas. El templo de Santa Anastasia es una
 basílica, parecida al templo Halkopratea, con pilares blancos y verdes, todo decorado con antiguas figuras% su
 piso es de hermosos mosaicos. Cerca se encuentra el templo en arcos de la Santa Trinidad y fuera de este
templo hay otro como triforio, también en arcos y en el cual se entraba por escaleras espirales.
Bajo el gobierno de Dalmacia están las islas hasta Benevento [Italia], compactas y numerosas, así que las
naves allí nunca le temen a la bura. Entre estas islas esta la ciudad de Krk y en otra isla Rab y en otra Cres y
en otra Brgada que están habitadas hasta hoy. El resto no está poblado y tienen sólo ciudades desiertas cuyos
nombres son) Kakau, Iz, Silva, Skarda, Olib, Premuda, Molat, Sestrunj y muchos otras cuyos nombres no se
conocen. Las demás ciudades que se encuentran en la parte continental de la provincia y que mantienen los ya
dichos eslavos, se encuentran deshabitadas y desiertas y nadie vive en ellas ahora.
3.2 30. COMENTARIO SOBRE LA PROVINCIA DE DALMACIA  
Si el conocimiento representa para cada hombre el bien, entonces ni nosotros estamos muy lejos de ello, por
cuanto alcanzamos el conocimiento a través de los acontecimientos. Po ello damos a todos los que llegarán
después de nosotros una exposición clara de éstos [hechos], al igual que otros recuerdos importantes de
hechos valiosos para que así surja duplicado el bien.
Aquellos que desean información sobre la conquista de Dalmacia, como fue conquistada por las tribus
eslavas, pueden conocerlo aquí, pero primero se debe exponer su ubicación geográfica. Desde los tiempos
antiguos Dalmacia comenzaba en la vecindad de Durrës, respectivamente de Bari, y se extendía hasta las
montañas de Istria, y en el ancho llegaba al río Danubio. Toda esta región estaba bajo la autoridad de los
romanos y era esta provincia [tema] la más gloriosa de todas las otras provincias occidentales% pero de todas
maneras la conquistaron las tribus eslavas como se explicará a continuación. En la proximidad de Split está la
ciudad que se llama Solin, obra del emperador Diocleciano, pero el propio Split lo construyó Diocleciano y
aquí estuvo su palacio imperial, y en Solin vivían sus principales señores y una numerosa cantidad de
 personas. Esta ciudad era la capital de toda la Dalmacia. Todos los años allí se reunía la caballería de guerra
de las demás ciudades de Dalmacia y hasta un millar de ellos salían de Solin, y ellos tenían guarnición en el
río Danubio a causa de los ávaros. Los ávaros, a saber, tenían sus asentamientos al otro lado del río Danubio,
donde ahora se encuentran los turcos [húngaros] que llevan una vida nómade. Los que llegaban todos los años
de Dalmacia veían a menudo del otro lado del río ganado y gente. Después de cierto tiempo decidieron de
 pasar el río e investigar sobre quienes son los que viven allí. Pasando el río sólo encontraron mujeres y niños
de los ávaros, y los hombres y jóvenes [estaban] en una expedición guerrera. De repente los atacan y los
hacen prisioneros y vuelven sin problema, llevando este botín a Solin. Pero cuando vuelven los ávaros de su
expedición guerrera y se dieron cuenta de lo que había pasado y cuál era el daño sufrido, se enfurecen, sin
saber de dónde había provenido ese ataque. Deciden esperar la ocasión y entonces supieron todo. Como de
costumbre de nuevo [los romanos] mandaron un destacamento de soldados desde Solin, pero no eran aquellos
[los que ya habían pasado el río], eran otros, y éstos también como aquellos, deciden lo mismo. Pasaron el río
contra ellos [ávaros], los encuentran reunidos en grupos y no como a los anteriores dispersos, y no sólo que
no consiguieron nada, sino que sufrieron una total derrota. Unos sucumbieron, a saber, y otros que quedaron
vivos quedaron esclavos y nadie escapó a sus fuerzas. Interrogándolos de quienes son y de dónde vienen,
supieron que precisamente fueron ellos [los romanos] los causantes de la desgracia más arriba narrada, y al
mismo tiempo obtuvieron datos sobre la naturaleza de su tierra y cuantos fueron los asaltantes anteriores,
entonces hieren a los prisioneros vivos y visten sus ropas, y del mismo modo que ellos, montan los caballos,

 
 

toman en sus manos los estandartes y otras insignias, que éstos habían llevado con ellos, y parten todos ellos a
Solin. Y por cuanto interrogando supieron cual era la fecha del regreso de los soldados del Danubio (era el
sábado santo), llegan justamente ese día. Y cuando estaban totalmente cerca, la mayor parte del ejército se
escondió, y unos mil de ellos que habían obtenido los caballos y ropas de los dálmatas, cruzaron hacia
adelante. Y los de la fortaleza reconociendo sus banderas y vestimenta, ya que era el mismo día en que ellos
volvían [ sus soldados], les abren las puertas y los reciben con alegría. Ellos antes de entrar capturan las
 puertas de la ciudad y avisan al ejército de su exitosa maniobra, y empiezan a prepararse y ordenarse para
entrar juntos a la ciudad. Pasan por las armas a toda la guarnición de la ciudad, y después de esto conquistan
toda la Dalmacia y se establecen en ella. Sólo las pequeñas ciudades no se entregan, sino que permanecen
 bajo la autoridad romana, ya que el mar les permitió sobrevivir. Viendo que esta tierra era buena, los ávaros
[eslavos] se instalan en ella. En esa época los croatas vivían del lado de Bagibaria [¿Bavaria?], donde viven
ahora los bijelocroatas. Un clan, separándose de ellos, a saber cinco hermanos) Klukas, Lovelos, Kosences,
Muhlo y Hrobatos y dos hermanas Tuga y Buga. con su pueblo llegaron a Dalmacia y encuentran esta tierra
 bajo la autoridad ávara [eslava]. Por cuanto éstos guerrearon entre sí durante varios años, los croatas los
vencen y asesinan a algunos ávaros [eslavos] y a los demás le ofrecieron la obediencia. Desde entonces está
tierra la conservan los croatas, y en Croacia hay siempre descendientes de ávaros y viéndolos se ve que son
ávaros. Los demás croatas quedaron en la vecindad de los francos y se llaman ahora bijelocroatas, es decir,
croatas blancos y tienen su arconte, están sometidos a Oton, gran rey de los francos, [y de la tierra] que se
llama también Sajonia y no están bautizados, viven con los turcos [húngaros] en paz y establecen con ellos
 parentesco. De los croatas que llegaron a Dalmacia, se separa un grupo y conquistan el Ilírico y la Panonia. Y
éstos también tenía su arconte independiente que envía representantes a diversas partes y con muestras de
amistad sólo al arconte de Croacia% los francos eran frente a ellos tan crueles que desde siempre asesinaban a
los croatas y los arrojaban a los perros. No pudiendo soportar esto de los francos, los croatas se rebelan contra
ellos, matando a sus representantes. A causa de ello parte contra ellos desde el Reino de los francos un gran
ejército, y guerreando entre sí durante siete años, finalmente y con gran esfuerzo vencen los croatas y matan a
todos los francos y a su arconte Kocil [¿Kocelj?]. Desde entonces quedaron autónomos e independientes,
 pidieron el santo bautismo a Roma y obispos les fueron enviados y los bautizan con su arconte Porino. Su
 país estaba divido en once zupanias, a saber Livno, Cetina, Imotski, Pliva, Pesenta, Primorje, Bribir, Nona,
Knin, Sidraga, Nin, y su ban tiene bajo su autoridad a Krbava, Lika y Gacko. La mencionada Croacia, al igual
que las demás sclavinias, se extienden geográficamente como sigue) Dioclea se encuentra frente a los fuertes
de Durrës, es decir hasta Lezhë, Ulcinj y Bar y llega hasta Kotor y por sus montañas limita con Serbia. Desde
Kotor empieza la arcontia de Travunja y se extiende hasta Dubrovnik, con sus montañas limita con Serbia [al
oriente]. Desde Dubrovnik empieza la arcontía de Zahumlje y llega al río Neretva y hacia el Primorje llega
hasta Pagania, y con sus montañas hacia el norte limita con Croacia y de frente con Serbia. Desde el río
 Neretva empieza Pagania y se extiende hasta el río Cetina y tiene tres zupanias Rastoc, Mokro y Dalen. Dos
zupanias, es decir Rastoc y Mokro, se encuentran cerca de la costa y tienen naves, y [la zupania] Dalen está
lejos del mar y ellos [sus habitantes] viven del cultivo de la tierra. A ellos están próximas cuatro islas) Mljet,
Korcula, Brac y Hvar, son muy bonitas y fértiles con ciudades desvastadas y muchos olivares% en ellas ellos
viven, tienen su ganado y de ello viven. En el río Cetina empieza el territorio Croata y se extiende hacia
Primorje hasta la frontera con Istria, respectivamente hasta la ciudad de Labin y por el lado montañoso en
gran medida va más allá de la provincia de Istria, y hacia Cetina y Livno limita con Serbia. El territorio de
Serbia se encuentra frente a todos los demás países, hacia el norte limita con Croacia y al sur con Bulgaria.
Desde cuando se establecieron los nombrados eslavos, ocuparon todo el entorno de Dalmacia% las ciudades
romanas cultivaban las islas y vivían de ellas. Por cuanto los paganos continuamente los apresaban y
destruían, ellos abandonan estas islas, deseando dedicarse a la agricultura en el continente. Eran molestados
 por los croatas. Por cuanto ellos todavía no les pagaban tributos, ya que todo lo que ahora le entregan a los
eslavos, se lo entregaban al estratega. Por cuanto ya no podían vivir, apelaron a Basilio, emperador de
glorioso recuerdo, y le explicaron todo lo antedicho. Este emperador de glorioso recuerdo Basilio ordenó que
lo que estaban dando al estratega se lo entreguen a los eslavos y que vivan en paz con ellos, y un poco de ello
le den al estratega, sólo para demostrar su sometimiento a los emperadores bizantinos y al estratega. Y desde
entonces todas estas ciudades se encuentran comprometidas con los eslavos y le pagan el determinado
tributo) Split 200 nomismas [moneda de oro de 4,55 gr.], Trogir 100, Zadar 110, Cres 100, lo que hace un
total de 710 nomismas, no contando otros [tributos]. Éstos son a saber mayores que los monetarios. La ciudad
de Dubrovnik se encuentra entre dos países Zahumlje y Travunja, y tienen [los ciudadanos] sus viñedos en
una y otra tierra y pagan al arconte de Zahumlja 36 nomismas y al de Travunia 36.

 
 

3.3 31. DE LOS CROATAS Y DEL TERRITORIO EN QUE ACTUALMENTE VIVEN 


Los croatas que actualmente viven en las regiones de Dalmacia tienen su origen en los croatas no bautizados
llamados blancos y que viven más allá de la Turquía [Hungría] y en la cercanía del Reino de los Francos y
limitan con los Eslovenos y los no bautizados serbios. El nombre croata significa en el idioma de los eslavos
aquellos que tienen mucha tierra. Estos croatas llegaron como refugiados donde el emperador de los romanos
Heraclio, antes que los serbios llegasen donde el mismo emperador Heraclio, y en los tiempos en que los
ávaros guerreando echaron de aquí a los romanos a los que el emperador Diocleciano desde Roma trajo y
estableció, razón por la cual se llamaron romanos, por ser procedentes de Roma a estas tierras, a saber ahora
llamada Croacia y Serbia. Estos romanos fueron expulsados por los ávaros [eslavos] en los tiempos del
mismo emperador romano Heraclio, y sus tierra quedaron desiertas. Por orden del emperador Heraclio, estos
Croatas, guerreando repelieron de allí a los ávaros, se establecieron allí por orden del emperador Heraclio en
esas tierras de los ávaros y en la cual hoy día viven. Los mismos croatas tenían como arconte al padre de
Porgino. El emperador Heraclio, enviando a sacerdotes traídos de Roma, y de entre ellos nombró arzobispos y
obispos y presbíteros y diáconos, bautizó a los Croatas y en ese tiempo era arconte Porga.
El territorio donde los croatas fueron establecidos, desde muy antiguo estaba bajo la autoridad del emperador
de los romanos, y desde entonces es el palacio e hipódromo del emperador Diocleciano en la tierra de los
croatas y hoy se cuidan en la ciudad de Solin, cerca de Split.
Estos croatas bautizados no aceptan guerrear contra países extranjeros, fuera de su territorio. Por cuanto
tienen una profecía y una orden del papa romano, desde los tiempos en que el emperador de los bizantinos
Heraclio mandó a sus sacerdotes y los bautizaron. A saber, estos croatas después de su bautismo firmaron el
compromiso, bajo solemne y firme juramento al Apóstol San Pedro, que nunca invadirán tierras extranjeras
 para hacer la guerra, sino que más bien preferirán vivir en paz con todos los que lo deseen, recibiendo del
mismo papa romano la siguiente bendición) si otros paganos van contra el país de estos croatas y entran en
guerra, que para ellos [los croatas] haga la guerra el dios de los croatas y los defienda y les otorgue la victoria
Pedro el discípulo de Cristo. Después de muchos años, en tiempos del arconte Trpimir, padre del arconte
Kresimir, llega del Reino de los Francos, que se encuentra entre Croacia y Venecia, cierto Martin hombre
muy piadoso, vestido con tenida ceremonial, el cual, como lo dicen los propios croatas, hizo numerosos
milagros%  este piadoso hombre tenía mala salud y sin piernas, así que cuatro hombres lo levantaban y
transportaban, allá donde el deseaba. El a los mismos croatas recomienda que hasta el fin de sus días cuiden
esta orden de su santidad el papa, dándole la bendición semejante a la del papa. Por esto ni las saganas ni las
conduras [cierta clase de navíos] de estos croatas nunca van a la guerra contra nadie, en cuanto alguien contra
ellos no inicie la guerra. Con estos navíos croatas van únicamente aquellos que se dedican al comercio,
recorriendo ciudad por ciudad la Pagania y el golfo de Dalmacia hasta Venecia.
El arconte de los croatas desde el comienzo, es decir desde el gobierno del emperador Heraclio, está sometido
a la autoridad del emperador de los romanos y nunca han sido sometidos al arconte de los búlgaros. Pero ni
los búlgaros no han hecho la guerra a los croatas, salvo Miguel Boris, arconte de Bulgaria, que los invadió y
les hizo la guerra y al no poder hacer nada, firma con ellos la paz, entregando presentes a los croatas y
recibiendo de los croatas regalos. Mientras tanto estos croatas nunca pagaron a los búlgaros tributo, salvo que
mutuamente intercambian regalos como muestras de su amistad.
En la Croacia cristiana están habitados las ciudades de) Nin, Biograd, Belica, Skradin, Livno, Stupin, Knin,
Karin y Klobuk.
La Croacia cristiana tiene una caballería hasta de 60 mil jinetes, infantería hasta 10 mil y hasta 80 sagenas y
100 conduras. Las sagenas tienen hasta 40 tripulantes, las conduras 20 y la más pequeñas 10.
Esta gran fuerza y el numeroso ejército la tenía Croacia hasta el arconte Kresimir I. Cuando el murió, su hijo
Miroslav gobernó cuatro años y fue asesinado por el ban Pribina. Y por cuanto se produjeron conflictos y
muchos desacuerdos, se disminuyó la caballería y la infantería y las sagenas y conduras en el estado Croata.
Ahora tienen 30 sagenas, conduras grandes y pequeñas y caballería y infantería.
La Gran Croacia, que también se llama Croacia Blanca, está sin bautizar hasta ahora, al igual que sus vecinos
serbios. Tienen menos caballería e infantería que la Croacia cristiana, por cuanto los saqueaban a menudo los
francos, turcos [húngaros] y pechenegas. No tienen ni sagenas ni conduras, ni barcos comerciales, por cuanto

 
 

están lejos del mar % de ellos hasta el mar hay que viajar 30 días. El mar al cual se llega después de 30 días se
llama Tenebroso.
3.4 33. DE LOS ZACLUMIOS Y DEL PAÍS QUE HABITAN  
El territorio de los zaclumios antes estaba en poder de los romanos, pienso en los romanos, que el emperador
trasladó desde Roma, como se menciona en la historia de los croatas. Este territorio de los zaclumios estaba
 bajo la autoridad del emperador bizantino, pero por cuanto su territorio y su pueblo se sometieron a los
ávaros, llegó a estar completamente desierto. Los zaclumios que allá viven son serbios, proceden de aquel
arconte, que se había refugiado donde el emperador Heraclio [ en la región de Salónica]. Los zaclumios
tomaron el nombre de la montaña Hum (Cloumos), a saber en el idioma de los eslavos zaclumios
[=zahumljani] quiere decir "aquellos tras el cerro", por cuanto en este país hay una gran montaña en el cual
existen dos ciudades Bona y Hum, tras esa montaña corre el río llamado Bona, que significa bueno.
La familia del procónsul y patricio Mihail hijo de Visevic, arconte de Zaclumia viene de los habitantes no
 bautizados en el río Visla que son llamados también Litcicos y que se establecieron en el río que toma el
nombre de Zahumlja.
En el país de los zaclumios se encuentran las ciudades habitadas)  Ston, Mokriskik, Oslje, Glumine y
Dobraca.
3.5 34 DE LOS TRAVUNIOS Y CANALISTAS Y EL PAÍS QUE OCUPAN  
El territorio de los travunios y canalistas es uno solo. Sus habitantes tienen su origen en los serbios no
 bautizados, que allí vivieron de aquel arconte que se refugió donde el emperador Heraclio de la Serbia no
 bautizada, hasta el arconte serbio Vlastimir. Este arconte Vlastimir le dio a su hija por marido a Kraina hijo de
Bolia, zupania de Travunia. Deseando homenajear a su yerno, lo nombro arconte, haciéndolo independiente.
De el nace Hvalimir, y de este nuevamente Tugomir. Los arcontes de Travunia siempre estuvieron bajo la
autoridad del arconte de Serbia. Travunia en el idioma eslavo significa "lugar fortificado" por cuanto ese país
tiene muchas fortalezas.
Bajo la autoridad de Travunia se encuentra otro distrito, llamado Konavlje. Konavlje en el idioma de los
eslavos significa el carretón de carga, ya que siendo el territorio plano ellos ejecutan todos sus negocios en
carretones.
En el país Travunia y Konavlje se encuentran habitadas las ciudades de) Trebinje, Vrm, Risan, Luka, Stolivo.
3.6 35 DE LOS DIOCLEOS Y EL PAÍS EN QUE VIVEN 
La Dioclea la tenían antes los romanos, que fueron trasladados desde Roma por el emperador Diocleciano,
como se explicó en la historia de los croatas, y se encontraban bajo la autoridad del emperador bizantino. Los
ávaros [eslavos] conquistaron también estas tierras y así quedó desierta, y durante el emperador Heraclio fue
 poblada nuevamente, igual que Croacia, Serbia, el país de los zaclumios, travunios y canalistas. Dioclea se
denomina por la ciudad que aquí construyó el emperador Diocleciano, y ahora está desierta y hasta ahora se
llama Duklja. En el país Dioclea las grandes ciudades pobladas son) Gradac, Novigrad, Lovcen.
3.7 36. DE LOS PAGANOS Y DEL PAÍS EN QUE VIVEN 
El país en que viven ahora los paganos [neretvanos] también lo tenían antes los romanos, que el emperador
Diocleciano los trasladó de Roma para poblar Dalmacia. Los paganos tienen su origen en los serbios no
 bautizados, de los tiempos de aquel arconte que se refugió donde Heraclio. Los ávaros también conquistaron
[eslavos] este país la sometieron y devastaron, en los tiempos del emperador Heraclio fue repoblada. Los
 paganos se denominan así por cuanto no habían recibido el bautismo en ese tiempo, cuando fueron bautizados
todos los serbios. Paganos en el idioma eslavo quiere decir no bautizados. Y en el lenguaje bizantino su país
se denomina Arenta [Neretva] por lo cual los bizantinos los llaman arentinos [neretvanos]
En Pagania están habitados los pueblos de)  Makarska, Brulje, Zaostrog, Gradec. Ocupan también las
siguientes islas) la gran isla de Korcula, en la cual se halla la ciudad% otra gran isla es Mljet, que recuerda
San Lucas en la obras de los apóstoles, llamándola Melita, y en la cual la serpiente mordió a San Pablo en un

 
 

dedo, a la cual San Pedro arrojó al fuego, otra gran isla es Hvar % otra gran isla es Brac. Allí se encuentran
otras islas que no son de los paganos, la isla de Susac, la isla de Vis, la isla de Lastovo.
52. Al igual que en otras regiones así también en el Occidente en los tiempos del emperador Miguel los
asuntos del estado estaban muy descuidados, y casi toda la Italia, en cuanto a nosotros como la Nueva Roma
desde antiguo pertenece, como la mayor parte de Sicilia, fueron atacadas por los ejércitos de la vecina
Cartago [sarracenos] y cayeron bajo el yugo bárbaro. Junto a esto de los escitas [eslavos], que vivían en
Panonia, Dalmacia y en la regiones vecinas, me refiero a los croatas y serbios y zaclumios y travunios y
canalistas y diocleos y neretvanos, desconocieron la hasta entonces autoridad de los bizantinos y pasaron a ser
autónomos e independientes, sometiéndose únicamente a sus arcontes. Manifestando la completa separación,
la mayoría de ellos se alejaron y del santo bautismo, para no mantener ninguna referencia de amistad y
sometimiento hacia los bizantinos.
54. Las tribus mencionadas más arriba, Croatas y serbios y las demás, viendo lo que mediante la ayuda
 bizantina se realizó para aquellos en Dalmacia e informándose que la justicia [se aplica] sin ninguna
discriminación y de la bondad y valentía del emperador bizantino de entonces, y prefiriendo más que a ellos
los gobierna bien otro, en vez de tener una autoridad inestable de acuerdo a la poder individual, se dieron
 prisa para quedar de nuevo bajo la autoridad anterior y de volver al sometimiento a la autoridad bizantina. A
raíz de esto enviaron embajadores al emperador y aquellos que por la sola religión desistieron y se alejaron
completamente del santo bautismo, y cuando en el preciso momento se recordaron de su antigua dependencia
al igual que otros buenos servicios prestaron en algún tiempo a los bizantinos, solicitaron que también ellos
quedarán bajo el humanitario yugo de la autoridad bizantina y bajo su supremo pastor. El emperador, oyendo
cuidadosamente su solicitud, por cuanto antes de esto se irritaba con ellos desaprobando que no en pequeña
medida su autoridad había sido menoscabada y anulada, y que como un padre humanitario del hijo que sin
 pensarlo se habia ido, y después se arrepintió y volvió, así el [el emperador] los recibe bien y acepta e
inmediatamente con ellos envió sacerdotes con un delegado imperial, para que cuanto antes los liberara del
 peligro espiritual y devolverlos a la religión primera y les perdonó por ignorancia e insensatez los pecados
cometidos. Cuando realiza esta obra bien mirada por dios y cuando todos reciben el bautismo cristiano y
nuevamente quedan bajo la autoridad de Bizancio, en este territorio se aceptó totalmente la autoridad del
emperador, por cuanto todos comprendieron que para ellos, frente al orden humanitario del autócrata, los
gobiernan los arcontes de las filas de sus propias tribus. Por cuanto el [el emperador] para el gobierno sobre
ellos no ejercía un poder que podía comprarse, así que como arcontes no podía nombrar a los que más dan y a
sus súbditos esquilman. Y a causa de esto sabiamente ordena que los gobiernen aquellos que ellos mismos
elijan y como en cierta forma los ordena, comprometiéndolos que, como arcontes elegidos, frente a ellos
cuidenlapaternalafabilidad.

 
 

 
 

ANEXO B
REPÚBLICA DE DUBROVNIK

Los ávaros y eslavos destruyeron, en el siglo VII, la ciudad de Epidauro (Cavtat). Sus habitantes buscaron
refugio en una pequeña y rocosa península, junto a la cual se encontraba una caleta de pescadores que los
romanos llamaban Ragusium. Los eslavos se instalaron en sus alrededores. La población romanizada de la
antigua Epidauro se amurallaron en Ragusium y pidieron la protección de los emperadores Bizantinos. Los
eslavos fundaron en su vecindad un poblado que denominaron Dubrovnik.
En los años 728, 866 y 867, Dubrovnik fue sitiado por los árabes. Los dubrovnicanos crearon una flota para
hacerles frente. Los normandos de Robert Guiscard, se apoderaron de la ciudad en 1081 y la abandonaron en
1086, incendiándola antes de su partida. Este mismo año Dubrovnik firmó un tratado de defensa con el
 príncipe Nemanja, gran zupania de Serbia, y con Miroslav, príncipe de Hum, contra Venecia. Con el mismo
 propósito firmaron un acuerdo con los piratas de Omis. En esta época, la República de Dubrovnik estaba
gobernada por un Rector.
Venecia logró apoderarse de Dubrovnik en 1205. La ciudad de los dogos la conservó hasta el 1358. Durante
este tiempo Dubrovnik gozaba de un trato especial. Después de la partida de Venecia, Dubrovnik reconoció la
autoridad del rey de Hungría Luis de Anjou, pero este lazo de vasallaje no le impidió seguir desarrollando
todavía más agresivamente sus relaciones comerciales. A Venecia le copió su organización interna, su actitud
independiente en política exterior y la estrategia comercial.
A comienzos del siglo XV, la República de Dubrovnik tuvo que tratar con los sultanes otomanos. En 1430,
firmó un tratado con los turcos consintiendo pagar un tributo que le permitió seguir comerciando en Asia
Menor y abrir consulados en los territorios controlados por los otomanos.
En 1400, Ostoja y Hrvoje elevaron una queja a Dubrovnik acerca de la venta de esclavos en esa ciudad,
mucho de los cuales eran bosnios. De acuerdo a las leyes de la ciudad, los católicos no podían ser vendidos
como esclavos en esa plaza. Muchos de ellos presumiblemente pertenecían a la Iglesia de Bosnia, con la cual
ambos mantenían estrechas relaciones. Hrvoje era miembro de la Iglesia de Bosnia, aunque mantenía
cordiales relaciones con la Iglesia Católica, y Ostoja seguramente lo era también. Su protesta debe verse
entonces como un esfuerza para ayudar a su correligionarios. En 1416 Dubrovnik prohibió la venta de
esclavos en su territorio.
En 1419 Sandalj, necesitando dinero para sus guerras, vendió a Dubrovnik su parte este de Konavlje. A
Radoslav Pavlovic le adquirió Cavtat en 1426 o 1427.
A fines de 1429 Radoslav Pavlovi$  , magnate bosnio, cobró cierta deuda a Dubrovnik, negándose ésta a
reconocerla. Entonces Radoslav se cobró tomando para si las mercaderías de una caravana dubrovnicana.
Cuando el conflicto tomó vuelo, manifestó que deseaba que le devolviesen Konavlje, ya que ahora no lo
vendía. A la negativa, en 1430 atacó la región, que como resultado de la venta anterior, era propiedad de
Dubrovnik. Sandalj, que también había vendido a Dubrovnik su parte, propuso una liga entre él, Tvrtko II y
Dubrovnik, para oponerse a Radoslav. Por la intervención de clérigos la liga murió, pero Radoslav promovió
un plan para deponer a Tvrtko. Entonces el Rey hizo las paces con Radoslav (1431) e inmediatamente
después se terminó el conflicto con Dubrovnik.

Después del 1526, la República de Dubrovnik interrumpió sus relaciones con Hungría y cesó de pagar el
tributo anual a Fernando I rey de Hungría. Los contactos se reanudaron cuando el ejército imperial en 1664
derrotó a los turcos y se esperaba que se liberaría Bosnia y Hercegovina, en cuyo caso Dubrovnik se
sustraería de la soberanía turca. Pero al igual que el resto de los eslavos, los dubrovnicanos se desilusionaron
al ver que el emperador no explotaba sus victorias y firmaba la paz con los otomanos. El territorio de la
República de Dubrovnik se garantizó en el Tratado de Karlovci, lo que era muy importante para impedir que
Venecia se apropiara de él. En 1806, las tropas francesas se apoderaron de Dubrovnik. La República perdió su
independencia en 1808, cuando Napoleón la incorporó a las Provincias Ilirias bajo la autoridad del mariscal
Marmont, al cual el Emperador lo nombró Duque de Dubrovnik. En 1814 pasó a ser posesión austríaca. La

 
 

dominación francesa terminó el 28 de Enero de 1814, día en que Dubrovnik fue ocupado por las tropas
austríacas. La soberanía austríaca terminó después de la I Guerra Mundial.

Los venecianos trataron en vano de apoderarse de la ciudad en 1485 y 1603. Equilibrándose entre la potencia
turca y La Serenísima República, Dubrovnik continuó enriqueciéndose. Pero el terremoto del 1667, que causó
la destrucción de gran parte de la ciudad y sobretodo de sus monumentos más notables, debilitó su progreso.
Se recuperó del sismo, pero ya no alcanzó la prosperidad que tuvo en los siglos XIV y XV. Tampoco ya era
capaz de competir con los holandeses, ingleses, españoles y portugueses, aunque todavía se veían sus naves
en todos los puertos del Mediterráneo.
Venecia, que se estaba apoderando poco a poco de todo el litoral dálmata, apareció amenazante. Después del
terremoto los venecianos trataron de apoderarse del puerto de Gruz. Entonces, en 1716, Dubrovnik prefirió
entregar parte de su territorio a los turcos con tal de no tener frontera común con Venecia.
Dubrovnik conoció un renacimiento de prosperidad en el siglo XVIII y su comercio fue particularmente
floreciente durante las guerras napoleónicas.
La pequeña República de Poljica, tuvo su nacimiento en el siglo XI. Situada en una región montañosa,
limitada por la parte inferior del río Cetina, formaba un triángulo entre este río y el mar, dominado por el
macizo montañoso de Mosor (1340 m). Los hijos legendarios de un rey bosniaco, no menos legendario,
fueron los fundadores, pero este estado minúsculo no fue constituido sino en 1235 por nobles croatas
derrotados por los mongoles bajo el reinado de Bela IV.
Poljica tenía un gobierno semiaristocrático, semidemocrático. Un Gran Conde, elegido por un año, con
 poderes autocráticos, era el gran juez en lo civil y criminal, tenía voivodas (jefes militares) y era asistido por
un Consejo de cuatro procuradores y un canciller vitalicio, que generalmente era un presbítero. El país estaba
dividido en 12 condados gobernados por Pequeños Condes. Las elecciones tenían lugar todos los años para
San Jorge, el santo eslavo por excelencia. Después del derrumbe total de la dominación húngara en Dalmacia,
la pequeña República fue gobernada durante cuarenta años (1444-1483) por un conde veneciano que fue
despedido y sin romper con la República de San Marcos, los poljicianos empezaron a gobernarse por si
mismos. En 1537, Venecia confirmó solemnemente las franquicias a la pequeña República, que muy pronto
 pagaría un tributo a los turcos. Poljica estuvo un poco más de un siglo bajo la dependencia puramente
nominal del Sandjak de Klis, pero en 1647 se emanciparon y como pequeña potencia beligerante tomó parte
en la liberación de Dalmacia. La República de Poljica fue suprimida por Napoleón. Su último Gran Conde se
fugó a Rusia.
En 1440 se publica el estatuto de Poljica, consistente en un conjunto de normas, escrito en bosancica variante
de la escritura croata glagolítica. Regulaba materias criminales, civiles y procesales y trataba de la
organización y administración de la República de Poljica.

 
 

 
 

 
 

ANEXO D
SELLOS DE CORREOS

El Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios, (Dr "ava Slovenaca, Hrvata y Srba), que reemplazó al Imperio
Austrohúngaro, dentro de sus funciones, tuvo que emitir sellos de Correos. Como estaba formado por
regiones, se tratarán separadamente sus emisiones.
BOSNIA Y HERCEGOVINA 
El nuevo gobierno regional instruyó a la Dirección de ByH en Sarajevo de sobrecargar las estampillas
austríacas para ByH con el nombre del nuevo Estado. La sobrecarga fue "DR *AVA SHS". A partir de
Febrero de 1919, la sobrecarga fue "KRALJEVSTVO S.H.S." (Kraljevstvo Srba, Hrvata i Slovenaca). La
sobrecarga se hacía indistintamente en letras latinas o cirílicas. La moneda era una corona = 100 heleros.
Tuvieron curso desde Noviembre de 1918 hasta Noviembre de 1919.
CROACIA 
Los sellos húngaros en existencia se sobrecargaron en Zagreb con la leyenda "SHS-HRVATSKA" ([Estado
de] eslovenos, croatas y serbios-Croacia). La moneda era una corona = cien filires. Tuvieron curso en
 Noviembre y Diciembre de 1918.
Con motivo de la declaración de la independencia de Croacia, en emitió en Zagreb una serie de cuatro sellos
con la leyenda "HRVATSKA 29 LISTOPADA 1918" (Croacia 29 Octubre 1918), el motivo es un joven
rompiendo las cadenas y el escudo del trireino de Dalmacia, Croacia y Eslavonia. En Zagreb, una calle, al
costado del Sabor Croata, lleva por nombre 29 Listopada 1918.
En Enero de 1919 se emitió una nueva serie de sellos con la leyenda "DR *AVNA PO&TA- HRVATSKA"
(Correo estatal-Croacia", la moneda igual que en las anteriores.
ESLOVENIA 
Sus emisiones fueron usadas también en los otros territorios del Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios. Su
leyenda era "DRZAVA SHS" (Estado de Eslovenos, Croatas y Serbios), en letras latinas y cirílicas.
Circularon desde Enero de 1919 hasta Junio de 1920, la moneda era una corona = cien vinares. El motivo
representado era la de un joven rompiendo las cadenas. A partir de Junio de 1920, la leyenda es
"KRALJEVSTVO SHS" (Reino de Serbio, Croatas y Eslovenos), en ambos alfabetos, siendo la moneda un
dinar = cien paras. Los motivos cambiaron.
 Nota) Todos estos sellos tuvieron un curso oficial hasta Abril de 1921. La primera emisión del Reino de
Serbios, Croatas y Eslovenos, data de Enero de 1921.
DALMACIA 
En Dalmacia se utilizaron los sellos de Austría hasta su agotamiento y a continuación los del Estado de
Eslovenos, Croatas y Serbios.
En las zonas ocupadas por Italia, se aprovecharon los sellos de Austria sin recargo y despés los de Italia,
sebrecargados. La moneda era coronas.

 
 

 
 

E) GLOSARIO Bra%  Brattia Dalminium,


Brattia Bra%  *upanjac
TOPONÍMICO Bribir Varvaria Dicmo Ad
Budva Butoi, Butoë, Decimum,
Butua, Decimum
Buthoea Dimala Krotinë
Burnum &upljela Dimale Krotinë
Abrei Abros Buthoea Budva Dimalum Krotinë
Abros Abrei Butoë Budva Dinara Planina
Acarneos Akarnaros Butoi Budva Alpes
Ad Decimum Dicmo Butua Budva dináricos
Ad Turres Crikvenica Doclea Duklja
Adentrium Mu$  Caracala Caracalla Docleates Dokleatos
Adrion oros Alpes Caracalla Caracala Doklea Duklja
dináricos Cattarum Kotor Dokleatos Docleates
Aemona Ljubljana Cavtat Ragusa Domavia Gradina
Aenona Nin vecchia, Dubrovnik Antiguo
Akarnaros Acarneos Epidaurum, Cavtat
Albana Albania Epidaurus, Duklja Doclea,
Albanés Albano, Epidauro, Doklea
albanoi Stari Dulcigno Ulcinj
Albania Albana Dubrovnik, Durazzo Dürres
Albano Albanés Dubrovnik Durrachion Dürres
Albanoi Albanés antiguo Dürres Durazzo,
Alessio Lezhë Cetina Tilurus Epidamnos,
Almissa Omi#  Chaones Aonios Durrachion,
Alpes Dináricos Adrion oros, Cleito Kleit Epidamne
Dinara Corciranos Corcyranos
 planina Corcira Corfú Elida Elis, Elide
Ambracia Ambrocia Corcyra Corfú Elide Elida
Ambrocia Ambracia Corcyra Nigra Kor %ula Elis Elida
Andetrium Mu$  Corcyranos Corciranos Enchelae Enqueleos
Aonia Haonia Corfu Corcyra, Encheleos Enqueleos,
Aonios Haones, Corcira, Enqueleos,
haonas, Krf Encheleos,
hoenes, Corinium Karin Encheleae
chaones Crikvenica Ad Turres Epetion Stobre% 
Aoos Vijose Curica Krk Epetum Stobre% 
Aous Vijose Curicta Krk Epidamne Dürres
Apolonia Apollonia Curicum Krk Epidamnos Dürres
ApolloniaApolonia Curtica Krk Epidauro Cavtat
Apsorus Osor Curzola Kor %ula Epidaurum Cavtat
Apulia Daunia Epidaurus Cavtat
Aquilea Aquileia Dálmatas Dalmati, Eridano Po
Aquileia Aquilea Delmati
Arba Rab Dalmati Dálmatas Far Hvar
Ardeos Ardiaei, Dalminium Delminum Fenice Foinike
vardaei Dalmium Delminum Fianona Plomin
Ardiaei Ardeos Danubio Ister, Istros Foinike Fenice
Ar #a Ra#a Daorsi Daorsos
Arsia Ra#a Daorsos Daorsi, Garderos Tiluria
Aspalathon Split Daversi, Gradina Domavia
Aspalaton Split Dardanos, Grblje Acruvium
Augusta Lastovo Dardeos, Gubbium Gubio
Autariatae Autariatas Dardi Gubio Gubbium
Autariatas Autariatae Dardeos Dardanos
Axios Vardar Dardi Dardanos Haonas Aonios
Daunia Apulia Haones Aonios
Belgrado Singidunum Daversi Daorsos Haonia Aonia
Boka Kotorska Sinus Decatera Kotor Helada Helade
Rhizonicus, Decimum Dicmo Helade Helada
Rhizonicos Dekaderon Kotor Histros Istros
Kolpos Delmati Dálmatas Hoenes Aonios
Bosanska Gradi#ka Servicii Delminium Dalmium,

 
 

Hvar Pharos, Melita Mljet Kolpos,


Mesapios Messapi Boka
Lesina, Mesambia Mesenia Kotorska
Far Mesembia Mesenia
Mesenia Mesambia Salona Solin
Iader Zadar Mesenia Mesembia Scardona Skradin
Iapides Yapides Messapi Mesapios Segestica Sisak
Iapigios Yapigios Metulum )akovac Senia Senj
Iapodas Yapides Mitrovica Sirmium Senj Senia
Iapudes Yapides Mljet Meleda, Servicii Bosanska
Issa Vis Melita Gradi#ka
Ister Danubio Molosos Molosses, Setovia Sinj
Istros Histros Molossi Singidunum Belgrado
Molosses Molosos Sinj Setovia
Jadera Zadar Molossi Molosos Sinodium Synodium
Mosor Masaron Sinus Rhizonicus Boka
Karin Corinium Mu$  Andentrium Kotorska
Kleit Cleito Muicurum Makarska Sirmium Mitrovica
Kor %ula Corcyra Mursa Osijek Sisak Siscia,
 Nigra, Segestica
Korkyra  Nadin Nedinum Siscia Sisak
Melaina,  Naissus Ni#  Skradin Scardona
Curzola,  Narenta Neretva Solentia &olta
Korkyra  Naro Neretva Solentium &olta
 Nigra  Naron Neretva Solin Salona
Korkyra Melaina Kor %ula  Narona Norilj, Vid &olta Solentium,
Korkyra Nigra Kor %ula  Nedinum Nadin Solentia
Kotor Cattarum,  Neretva Naro, Split Aspalaton,
Decatera,  Narenta, Aspalathos
Dekaderon  Naron Stari Dubrovnik Cavtat
Krf Corfú  Nin Aenona Starigrad Pharus
Krk Curicum,  Ni#  Naissus Stobre%  Epetion,
Curtica,  Norilj Vid Epetium
Curica, Stridon Zrinj
Veglia, Oeneum Omi#  &upljela Burnum
Curicta Olcinium Ulcinj Synodium Sinodium
Krka Titius Omi#  Oeneum,
Krotinë Dimalum, Almissa Taulantes Taulantos
Dimala, Osijek Mursa Taulantos Taulantes
Osor Apsorus Taurunum Zemun
Dimale Oto%ac Avendo Tedanius Zrmanja
Tergeste Trieste
Labin Albona Pag Pamodus Tersaticum Trsat
Ladesta Lastovo Pamodus Pag Tiluria Gerderos
Lagosta Lastovo Pharos Hvar Tilurus Cetina
Langusta Lastovo Pharus Starigrad Titius Krka
Lastovo Lagosta, Po Eridano Tragurium Trogir
Ladesta, Pontus Euxinus Mar Negro Traugourion Trogir
Langusta, Priamon Promina Traugurrion Trogir
Augusta Promina Promona, Trieste Trst,
Lesina Hvar Priamon Tergeste
Lezhë Alessio Promona Promina Trogir Traugurrion,
Liburna Liburnia Prozor Arupium Tragurium,
Liburnia Liburna Traugourion
Ljubljana Aemona Rab Arba Trsat Trsatica,
Ragusa Vecchia Cavtat Tersaticum
Magnum Kljaki Ra#a Arsia, Ar #a Trsatica Trsat
Makarska Muicurum Rhizon Risan Trst Trieste
Mar Negro Pontus Risan Rhizon,
Euxinus Risano, Ulcinj Olcinium,
Masaron Mosor Risno Risano Dulcigno
Melae Mele Risan Vardaei Ardeos
Mele Melae Risno Risan, Vardar Axios
Meleda Mljet Rizonikos Varvaria Bribir

 
 

Veglia Krk
Vid Narona,
 Norilj
Vijose Aous, Aoos,
Vojusa,
Voinssa
Vis Issa
Voinssa Vijose
Vojusa Vijose

Yadera Zadar
Yapides Yapodes,
Yapodas,
Yapudes,
Iapudes,
Iapodas,
Iapides,
Iapigios
Yapigi Yapigios
Yapigios Yapigi
Yapodas Yapides
Yapodes Yapides
Yapudes Yapides

Zadar Yadera,
Iader
Zenica Bistue Nova
Zemun Taurunum
Zrmanja Tedanius
*upanjac Delminium

 
 

 
 

F) MAPAS

1) Distribución de las Tribus Ilirias


2) Provincia Romana de Dalmacia
3) Reino de Julio Nepote
4) Reino Ávaro - eslavo
5) Dalmacia y Croacia circa 950
6) Dalmacia y Croacia circa 1070
7) Montenegro Siglos XI y XII
8) Serbia Siglos XII y XIV
9) Bosnia Siglos XII y XIV
10) Dalmacia y Croacia circa 1550
11) Elayeto de Bosnia en 1606
12) Dalmacia veneciana y República de Dubrovnik
13) Austrohungría en 1801
14) Provincias Ilirias 1805-1816
15) Reino de Iliria 1816-1832
16) Dalmacia y Croacia circa 1900
 

 
 

1) DISTRIBUCIÓN DE LAS TRIBUS ILIRIAS

 
 

2) PROVINCIA ROMANA DE DALMACIA

 
 

3) REINO DE JULIO NEPOTE

 
 

4) REINO ÁVARO - ESLAVO

 
 

5) DALMACIA Y CROACIA CIRCA 950

 
 

6) DALMACIA Y CROACIA CIRCA 1070

 
 

7) MONTENEGRO SIGLOS XI Y XII

 
 

8) SERBIA SIGLOS XII Y XIV

 
 

9) BOSNIA SIGLOS XII Y XIV

 
 

10) DALMACIA Y CROACIA CIRCA 1550

 
 

11) ELAYETO DE BOSNIA EN 1606

 
 

12) DALMACIA VENECIANA Y REPÚBLICA DE DUBROVNIK

 
 

13) AUSTROHUNGRÍA EN 1801

 
 

14) PROVINCIAS ILIRIAS 1805-1816

 
 

15) REINO DE ILIRIA 1816-1832

 
 

16) DALMACIA Y CROCIA CIRCA 1900

 
 

 
ÍNDICE DE CONTENIDO
DEDICATORIA 5
PRESENTACIÓN GENERAL DE LA OBRA 7
LIBRO PRIMERO
HASTA LA CONQUISTA ROMANA
PRESENTACIÓN DEL LIBRO PRIMERO 11
CAPÍTULO I
EL PAÍS Y SU GENTE

GEOGRAFÍA FÍSICA 13
Ubicación 13
Dimensiones 13
Clima 13
Ríos 15
  Vegetación 15
Toponimia 15
GEOGRAFÍA ECONÓMICA 16
GEOGRAFÍA HUMANA 16
CAPÍTULO II
EL VIAJE DE CADMO
LEYENDAS 17
El viaje de Cadmo 17
El viaje de los Argonautas 19
PREHISTORIA DE DALMACIA 20
COLONIZACIÓN HELENA 21
Colonización jonia 21
Colonización corcirana 22
Colonización corintia 22
Colonización siracusana 23
HERENCIA HELENA 24
CAPÍTULO III
EL DRAGON Y LA LOBA
EL PUEBLO ILIRIO 26
El nombre ilirio 26
El hombre ilirio 27
Etnogénesis de los ilirios 27
Fronteras étnicas de los ilirios 28
  Localización de las tribus ilirias 29
HISTORIA DE LOS ILIRIOS 31
Orígenes 31
Talasocracia iliria 32
Estado de los enqueleos 32
Invasión de los celtas 33
Guerras con Macedonia 34
Reino de Iliria 35
APARICIÓN DE ROMA 37
Teuta frente a Roma 37
Primera Guerra Romanoiliria 39
Segunda Guerra Romanoiliria 40
Tercera Guerra Romanoiliria 41
LA TRIBU DE LOS DÁLMATAS 42
Territorio 42
Primera campaña contra los dálmatas 43
Guerra contra los ardeos 44
Segunda campaña contra los dálmatas 44
 

Tercera campaña contra los dálmatas 44


Dalmacia durante el Primer Triunvirato 44
Campañas de Octaviano contra los dálmatas 46
LEVANTAMIENTO DE LOS BATO 48
HERENCIA ILIRIA 50

LIBRO SEGUNDO
HASTA LA LLEGADA DE LOS ESLAVOS
PRESENTACIÓN DEL LIBRO SEGUNDO 55
CAPÍTULO IV
LA PAX ROMANA
PACIFICACIÓN DE DALMACIA 57
EMPERADORES ILIRIOS 59
Cayo Mesio Quincio Trajano Decio 60
Publio Licinio Egnacio Galieno 60
Marco Aurelio Claudio Gótico 61
Lucio Domicio Aureliano 61
Marco Aurelio Probo 61
EL EMPERADOR DIOCLECIANO 61
DINASTÍA CONSTANTINA 64
DIVISIÓN DEL IMPERIO 67
CAPÍTULO V
LA ILIRIA IMPERIAL
ILIRIA BAJO ROMA 69
Población 69
Ciudades romanas 69
Administración 70
Justicia 72
Ejército romano 72
Caminos 73
Comercio e industrias 74
ROMANIZACIÓN DE DALMACIA 75

CAPÍTULO VI
LA ILUSIÓN DE LA PÚRPURA

INVASIÓN GODA 78
DALMACIA INDEPENDIENTE 80
MERCENARIOS GERMANOS 82

CAPÍTULO VII
EL LEGADO DE BIZANCIO

DALMACIA OSTROGODA 84
DALMACIA BIZANTINA 85
INMIGRACIÓN ESLAVA 88
CAÍDA DE SALONA 91
SITUACIÓN RELIGIOSA 94
El cristianismo 94
La dependencia de la Iglesia de Dalmacia 95
San Jerónimo 96

LIBRO TERCERO
HASTA LA LLEGADA DE LOS VENECIANOS

PRESENTACIÓN DEL LIBRO TERCERO 99

  422 
 

CAPÍTULO VIII
EN LA ENCRUCIJADA DE LA HISTORIA

LOS ESLAVOS 101


Origen 101
 Nombre 101
Cultura 101
Religión 103
PUEBLOS INMIGRANTES 104
PUEBLOS DOMINANTES 105
Los búlgaros 105
Los croatas 106
Los serbios 107
Los árabes 107
ESTABLECIMIENTOS ESLAVOS 107
DALMACIA FRANCA 108
REPÚBLICA DE VENECIA 110
TRATADO DE AQUISGRAN 112
KNEZ LJUDEVIT POSAVSKI 113
EL PRINCIPADO DE NERETVA 115
DUCADOS CROATAS 116
SARRACENOS EN EL ADRIÁTICO 117
TEMA BIZANTINA DE DALMACIA 118
CISMA DE LA IGLESIA 119

CAPÍTULO IX
EL ESFUERZO ESLAVO

EL IMPERIO A LA OFENSIVA 120


LITURGIA GLAGOLÍTICA 125
LOS HÚNGAROS 126
REINO DE CROACIA 126
Tomislav Rey de Croacia 126
Sínodos de Split 128
Venecia frente a Croacia 130
BÚLGAROS INVADEN DALMACIA 131
VENECIANOS PONEN PIE EN DALMACIA 133

LIBRO CUARTO
HASTA EL ESTABLECIMIENTO DE LOS VENECIANOS

PRESENTACIÓN DEL LIBRO CUARTO 137

CAPÍTULO X
ENTRE EL REY Y EL DOGO

CROATAS CONQUISTAN DALMACIA 139


LA IGLESIA DE ROMA 142
Los benedictinos 142
Las reformas eclesiásticas 143
 NORMANDOS EN DALMACIA 146
REINO HÚNGAROCROATA 152
La anarquía en Croacia 152
Los húngaros reyes de Croacia 154
LA BATALLA POR DALMACIA 155
Zadar veneciano 155
Ciudades bizantinas 159

  423 
 

Soberanía húngara 160


  La Cuarta Cruzada 161
La disputa por Dubrovnik 163
DALMACIA HÚNGARA 164
La sucesión en Hungría 164
El tratado de )azma 166
La insurrección de Zadar en 1312 169
La dinastía angevina 170
Los barones croatas 173
La insurrección de Zadar en 1345 175
El Tratado de Paz de Zadar de 1358 180
OTROS ESTADOS SUDESLAVOS 186
El Ducado de Zeta 186
Serbia y el Adriático 186
Reino de Bosnia 187
LA COMPRAVENTA DE DALMACIA 192

LIBRO QUINTO
HASTA LA LLEGADA DE LOS AUSTRÍACOS

PRESENTACIÓN DEL LIBRO QUINTO 199

CAPÍTULO XI
BAJO LAS GARRAS DEL LEÓN ALADO

VENECIA REINA DEL ADRIÁTICO 201


Primera guerra húngaroveneciana 201
Segunda guerra húngaroveneciana 202
LA LIGA DE CAMBRAY 204
LOS TURCOS 206
Los turcos ocupan Bosnia 206
Venecia enfrenta a los turcos 206
LOS TURCOS EN DALMACIA 207
Las defensas venecianas en Dalmacia 209
Ocupación militar 211
Primera Santa Alianza contra los turcos 212
Segunda Santa Alianza contra los turcos 215
Los uscocos 217
Frontera de la Antigua Adquisición 221
Frontera de la Nueva Adquisición 224
Frontera de la Novísima Adquisición 225
DOMINACIÓN TURCA 226
Dalmacia turca 226
Administración otomana 227
Rayá cristiana 227
Tributos 228
FIN DEL REINO HÚNGAROCROATA 228
La batalla de Mohács 228
Aparecen los Habsburgos 228
DOMINACIÓN VENECIANA 228
Políticas generales 228
  Población 229
Idioma 231
Administración 231
Justicia 232
Comercio 232
Defensa 234

  424 
 

Tributos 234
Estatutos municipales 234
Funcionamiento comunal 236
¿Turcos o venecianos? 237
LA MUERTE DE VENECIA 237
VENECIA ANTE DALMACIA 243
LIBRO SEXTO
HASTA LA UNIÓN CON CROACIA

PRESENTACIÓN DEL LIBRO SEXTO 249

CAPÍTULO XIII
EL LIBERTADOR GALO

PRIMERA ADMINISTRACIÓN AUSTRÍACA 251


Lucha contra los franceses 251
Llegan los austríacos 252
ADMINISTRACIÓN FRANCESA 256
Los franceses en Dalmacia 256
Estructura administrativa 259
Justicia 261
Idioma 261
Edución 261
Red vial 262
Economía 263
Agronomía 263
Levantamientos 264
Iglesia católica 264
PROVINCIAS ILIRIAS 265
Cambios territoriales 265
Estructura administrativa 267
Estructura social 267
Idioma 268
Educación 269
Justicia 269
Economía 269
Iglesia Católica 270
Iglesia Ortodoxa 270
Caminos 270
LA CAÍDA DE NAPOLEÓN 270
HERENCIA FRANCESA 273
SEGUNDA ADMINISTRACIÓN AUSTRÍACA 274
El Congreso de Viena 274
Situación administrativa 274
Conciones económicas 275
a) Agricultura 275
 b) Industrias 276
c) Transporte marítimo 277
d) Transporte terrestre 277
e) Comercio 278
f) Sanidad 278
Estructura social 279
Situación política hasta mediados años 30 280
Cambios en Europa y su reflejo en Dalmacia 280
Los primeros gérmenes del despertar nacional 282

  425 
 

CAPÍTULO XIV 
EL DESPERTAR NACIONAL 

MOVIMIENTO ILIRIO 285


MONARQUÍA AUSTROHÚNGARA 286
El año 1848 en Viena 286
Il Risorgimento Italodálmata 287
El Congreso Eslavo en Praga 288
La restauración 289
Compromiso austro húngaro 291
Germanización de Dalmacia 291
Austria ¿una federación? 293
EL DESPERTAR NACIONAL EN DALMACIA 296
Agitación sociopolítica 296
Partidos y movimientos políticos 299
1. Partido Nacional de Dalmacia 300
2. Partido Autonomista 301
3. Yugoslavismo Croata 301
4. Partido del Derecho 302
5. Partido Campesino Croata 303
Dirigentes nacionales 303
1. Biankini Juraj 304
2. Bor %i$  Lovro 304
3. Bulat Gajo Filomen 304
4. Katalini$  Petar 305
5. Katalini$  Cerineo Vicko 306
6. Klai$  Miho 308
7. Mili$  Vinko 308
8. Monti Lovro 309
9. Nodilo Natko 309
10. Pavlinovi$  Miho 310
11. Tartaglia Petar 310
12. Vojnovi$  Konstantin 310
El Despertar Nacional en Split 311
PROCESOS DE DESNACIONALIZACIÓN 312
Irredentismo italiano 312
Germanización 314
CÁMARAS DE REPRESENTANTES 315
A) CONSEJO IMPERIAL 315
1) Períodos de representantes nominados
Período 1861-1864 315
Período 1864-1867 315
Período 1867-1870 315
Período 1870-1873 316
2) Períodos de representantes de elección directa estamental 316
3) Períodos de representantes elegidos por sufragio universal 317
B) SABOR DÁLMATA 318
Periodo 1861-1864 318
Período 1864-1867 319
Período 1867-1870 320
Período 1870-1876 321
Período 1876-1883 324
Período 1883-1889 325
Período 1889-1895 327
Período 1895-1901 327
Período 1901-1908 328
Período 1908-1918 328

  426 
 

B) MUNICIPALIDADES 329
LOGROS DE LA NACIONALIZACIÓN 332
El Idioma Nacional 332
Los Tribunales 335
La Enseñanza 335
La Administración 337
Matica Dalmatinska 338
Prensa Nacional 338
  Salas de Lectura 339
El Club "El Progreso Eslavo" 340
El Museo Arqueológico 340
LAS GUERRAS BALCÁNICAS DE 1912-1913 340

CAPÍTULO XV
VUELTA AL HOGAR

LOS VOTOS DE UNIÓN 342


 NUEVA GENERACIÓN DE POLÍTICOS 351
La juventud progresista 351
Resolución de Rijeka 352
  Resolución de Zadar 353
Coalición Croatoserbia 353
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL 355
Atentado en Sarajevo 355
Declaración de Ni#  356
Declaración de Zagreb 356
El Comité Yugoslavo de Londres 357
Pacto Secreto de Londres 359
Declaración de Mayo de 1917 360
Declaración de Corfu 361
Los XIV Puntos de Wilson 362
Emigración yugoslava 362
EL ESTADO DE ESLOVENOS, CROATAS Y SERBIOS 363
Declaración de Marzo de 1918 363
El Congreso de Nacionalidades Oprimidas 364
Manifiesto de los Intelectuales 365
Comité Nacional de Dalmacia 366
Comité Nacional de Eslovenos, Croatas y Serbios 368
INDEPENDENCIA Y UNIÓN CON CROACIA 370
COLOFÓN 373
BIBLIOGRAFÍA 375
ÍNDICE DE PERSONAS 377
APÉNDICES 385
A) FUENTES BIZANTINAS 387
Procopio de Cesarea 387
Pseudo Mauricio 388
Constantino Porfirogéneto 389
B) REPÚBLICA DE DUBROVNIK 397  
C) REPÚBLICA DE POLJICA 399
D) SELLOS DE CORREOS 401
E) GLOSARIO TOPONÍMICO 403
F) MAPAS 407
1) Distribución de las tribus ilirias 409
2) Provincia romana de Dalmacia 410
3) Reino de Julio Nepote 411
4) Reino ávaro eslavo 412
5) Dalmacia y Croacia circa 950 423

  427 
 

6) Dalmacia y Croacia circa 1070 414


7) Montenegro circa 1075 415
8) Serbia diglos XII y XIV 416
9) Bosnia siglos XII y XIV 417
10) Dalmacia y Croacia circa 1550 418
11) Elayeto de Bosnia en 1606 419
12) Dalmacia veneciana y República de Dubrovnik 420
13) Austrohungría en 1801 421
  14) Provincias Ilirias 1805-1816 422
15) Reino de Iliria 1816-1832 423
16) Dalmacia circa 1900 424

ÍNDICE DE CONTENIDO 425

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