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Estrategias para la

conservación de ecosistemas
ANTONY CHALLENGER

Preguntarnos por qué necesitamos conservar los eco- el mundo sea habitable y placentero para la especie
sistemas pudiera parecer retórico. Pero más allá del humana, más allá de todo ello, necesitamos conser-
valor y la belleza intrínseca del paisaje y la vida sil- var nuestros ecosistemas porque se encuentran en
vestre, de los usos reales y potenciales de los millo- verdadera crisis de deterioro con serios problemas
nes de especies que integran la biota planetaria, de la en el presente y para las generaciones futuras.
provisión de materias primas y servicios ecológicos No es que no apreciemos los múltiples beneficios
que brindan los ecosistemas para los procesos pro- que los ecosistemas nos brindan, y mucho menos que
ductivos de nuestras economías que posibilitan que estemos empeñados en eliminarlos. La historia recien-

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te demuestra todo lo contrario, ya que a partir de diversidad y del medio ambiente en general, se re-
inicios de los años sesenta, cuando los primeros eco- quiere profundizar en las bases conceptuales que van
logistas levantaron sus gritos de alarma y señalaron más allá de los aspectos del ordenamiento del territo-
los daños al ambiente provocados por nuestra espe- rio. Es decir, se requiere de una visión holística de la
cie, las poblaciones de todas las naciones de la Tierra tierra, la biodiversidad y los usos del suelo, y no sola-
han sumado sus propias voces a las de los ambienta- mente una perspectiva utilitaria, en la cual todo de-
listas, han donado y generado miles de millones de pende de las aptitudes o vulnerabilidades del suelo,
dólares para organizaciones y proyectos de conserva- la topografía, la vegetación, etcétera.
ción ambiental, a la vez que los gobiernos del mundo Para ubicar mejor este tema hagamos un poco
han reconocido la importancia de este tema al crear de historia. En particular de los siglos XVIII al XX el
nuevas secretarías de Estado. En el ámbito mundial, mundo natural fue concebido por la mayoría de los
se realizaron conferencias y cumbres de gran impor- políticos, economistas, empresarios y, de hecho, por
tancia que colocaron la problemática ambiental en el una buena parte de la población mundial, dentro
centro de la agenda internacional. A pesar de todo de un esquema netamente utilitario (visión que aún
esto, la situación ha ido de mal en peor. persiste entre la mayoría). Esto es, como una fuente
Otro tema con una estructura similar es el de la inagotable de materias primas para los procesos pro-
pobreza y el subdesarrollo de las naciones del lla- ductivos, y de espacios para la construcción, la agri-
mado Tercer Mundo, lo que no es ninguna coinci- cultura y ganadería, o sencillamente, ámbitos en
dencia. Ambas problemáticas tienen sus raíces pro- donde se pueden verter sin tratamiento y de mane-
fundas en la misma causa: el desarrollo industrial ra gratuita, todo tipo de descargas industriales o
tradicional, sus pautas de producción, comercio y municipales, sólidos, líquidos o gaseosos, como si
consumo y las relaciones económicas internaciona- el mundo natural fuera un gigantesco basurero.
les que subyacen y refuerzan estas pautas. Esta fue Desde la Revolución Industrial, en la Gran Breta-
la principal conclusión del llamado Informe Brundt- ña de finales del siglo XVIII, las voces de algunos co-
land, publicado en 1987 bajo el título de Nuestro mentaristas se levantaron en contra de la creciente
futuro común, donde se plantea que el combate de contaminación de la atmósfera y de los ríos, produc-
las dos problemáticas, medio ambiente y subdesa- to de las actividades mineras y de la industria de la
rrollo, debe realizarse en conjunto, mediante el lla- transformación. Pero ha sido durante las últimas cua-
mado desarrollo sustentable. tro décadas cuando estas voces se han multiplicado y
En este contexto creemos que para conservar nues- transcendido, llegando a la mayoría de la gente y los
tros ecosistemas la mejor estrategia es es enfocarse políticos.
en las pautas y procesos de producción y por ende, al Sin embargo, durante estas últimas décadas las
uso de los recursos y los espacios naturales. De allí se acciones concretas diseñadas para mitigar los efectos
desprende la importancia del ordenamiento ecológi- negativos del desarrollo económico sobre los ecosis-
co del territorio y su enorme potencial para rectificar temas naturales han sido escasas y deficientes, ya que
y encaminar correctamente la planeación estratégica siempre se ha interpuesto el argumento de que la pro-
de uso del suelo. tección y conservación ambiental resulta costosa para
No obstante, para que el ordenamiento ecológico la economía, que sus beneficios son poco tangibles y,
se lleve a cabo para fomentar un uso del suelo verda- sobre todo, que los proyectos de desarrollo y trans-
deramente compatible con la conservación de la bio- formación del entorno son buenos por que proveen

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empleo, y por ende, ayudan al sustento familiar y vidad natural reducida, sus capacidades de absorción
generan recursos. En resumen: el crecimiento econó- y descontaminación de los residuos y afluentes dis-
mico concebido bajo el esquema del desarrollo in- minuidos, y los paisajes y hábitats naturales tan frag-
dustrial tradicional ha dependido de la transforma- mentados, que no sólo su patrimonio natural y su
ción y destrucción de los ecosistemas naturales. biodiversidad resultan seriamente amenazados, sino
Frente a esto, quienes han levantado sus voces en las bases mismas de la economía y el crecimiento
contra de proyectos de desarrollo que implican la des- futuro están en riesgo. Muchos de los recursos natu-
trucción de los ecosistemas han sido tachados, en el rales y las materias primas son cada vez más escasos,
mejor de los casos, como idealistas bien intenciona- los remanentes de espacios limpios y naturales en
dos pero ingenuos que no entienden las supuestas “rea- donde se puede expandir la producción primaria y
lidades” de la economía o, en el peor de los casos, secundaria son de una calidad relativamente margi-
como subversivos peligrosos cuyas intenciones son, nal, y los servicios ecológicos, que antes ni se men-
en realidad, socavar las estructuras mismas del siste- cionaban y se consideraban gratuitos e ilimitados,
ma económico mundial. Tal prejuicio ha persistido aún disminuyen drásticamente.
cuando los daños a los ecosistemas naturales se han En el caso de México se calcula que las pérdidas
manifestado de manera cada vez más patente y pre- económicas anuales atribuibles al deterioro de los re-
ocupante, como por ejemplo, de la sobrepesca de casi cursos naturales (Producto Interno Neto Ecológico o
todas las principales especies comerciales de peces del PINE) equivalen a más del 10% del producto interno

mundo o de la destrucción por la lluvia ácida de enor- bruto. Finalmente, estamos cosechando lo que por
mes superficies de bosques de coníferas y de ecosiste- décadas sembramos, y ahora resulta que son los idea-
mas lacustres completos, con toda su biodiversidad en listas y los ingenuos quienes piensan que aún se pue-
Escandinavia y en el norte de Europa, así como de la de continuar con los “negocios como siempre”, mien-
reducción dramática de la superficie ocupada por las tras los realistas son aquellos que proponen llevar a
selvas húmedas de todo el planeta y del deterioro de la cabo un desarrollo que respete los límites ambienta-
mayoría de los arrecifes coralinos del mundo, entre les de la producción y la capacidad de absorción de
otros muchos resultados colaterales del desarrollo in- los ecosistemas, si se desea lograr un verdadero desa-
dustrial tradicional. rrollo, sustentable y con futuro.
Los gobiernos de casi todos los países, apoyados Ahora que se escucha a los primeros mandatarios
por los economistas y empresarios industriales, e in- de muchos países pronunciar la frase desarrollo sus-
cluso por una buena parte de la población, han adop- tentable y asumir el compromiso de llevar el concep-
tado una estrategia de avestruz al preferir continuar to a la práctica es tiempo de sumar esfuerzos para
con los “negocios como siempre”, con la esperanza asegurar que la oportunidad no se nos escape. En
de que todo no puede ser, en realidad, tan malo como este nuevo milenio, y a pesar de los momentos difíci-
los ambientalistas han manifestado y que la situa- les que vive hoy el mundo, podemos percibir la cer-
ción va a estar bien al final de cuentas. cana posibilidad de un nuevo comienzo, para edifi-
La falsedad de esta premisa se ha comprobado car una economía planetaria en donde la producción
durante los últimos años. Casi todos los países del y el intercambio de productos y servicios no rebasen
mundo tienen que enfrentar la triste realidad de que las verdaderas y limitadas capacidades de la biosfera.
el ambiente y los ecosistemas naturales se encuen- Para poder lograr este objetivo estamos obligados
tran hoy en tan malas condiciones, con una producti- a reconocer que los recursos naturales, las materias

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primas y los ecosistemas de que forman parte, no son ción tras una perturbación mayor, y su potencial para
un subconjunto de la economía global, en el sentido asimilar contaminantes es más o menos fija y limi-
de ser una fuente inagotable de recursos y espacios, tada, esto es, depende de su capacidad de carga.
como ha sido tradicionalmente concebida, sino al con- En la práctica, esto significa que si una nación o
trario, las pautas de producción y comercio, y los nive- una empresa extrae cualquier producto o materia pri-
les de consumo de la economía global, dependen de ma de un ecosistema a una tasa por encima de la de
–y son circunscritos por– estos límites ecológicos de su reemplazo natural (sean peces, madera, resinas,
producción primaria y de asimilación de contaminan- fibras, látex, agua de los ríos y acuíferos, o minerales
tes, por lo que la economía global es, en realidad, sólo de los suelos mediante cosechas en exceso), estaría
un subconjunto de la ecología planetaria. realizando una producción ecológicamente insusten-
La ciencia demuestra que cada ecosistema, y por table que tarde o temprano acabaría con el recurso y
extensión, la biosfera en su conjunto, funciona y se debilitaría la economía y con ello el bienestar de quie-
mantiene estable mediante procesos de transforma- nes dependen, directa o indirectamente, de esta acti-
ción y renovación continua de la biomasa, y a través vidad.
del reciclaje continuo de nutrientes, gases, agua y Desde esta perspectiva, los ecosistemas y sus re-
minerales. Estos procesos requieren de cierto tiem- cursos son el capital natural de la economía, por lo
po para realizarse (generalmente, en función del cli- que su conservación y aprovechamiento sustentable,
ma predominante), por lo que la productividad na- siempre respetando sus límites ecológicos, y cosechan-
tural de cada ecosistema, su respuesta de regenera- do sólo los excedentes o “intereses” que acumulan

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de este capital, deben de ser una prioridad para nues- los excedentes necesarios (materias primas y servi-
tra generación y para las futuras. cios ecológicos) para los procesos productivos de la
economía. Evidentemente, para ello como para otras
II estrategias que se mencionan a continuación, será in-
dispensable contar con la colaboración estrecha de
¿Que implica todo esto para el ordenamiento ecológi- ecólogos y biólogos, a fin de vincular el conocimien-
co, y como debe incorporarse una visión “holística” to sobre la capacidad de carga y de las características
del medio ambiente en su formulación y puesta en ecológicas y bióticas del terreno con el proceso de
practica? ordenamiento ecológico en sí.
Hasta cierto punto, esto depende del alcance es- En segundo lugar, en el caso de los ecosistemas
perado del ordenamiento ecológico, en cuanto al re- que son eliminados o transformados por completo
sultado de poner en práctica lo relativo a los alcances para dar paso a distintos usos especiales del suelo
potenciales de otras herramientas de conservación y –como la producción agropecuaria, la urbanización
gestión de los ecosistemas. Pero de concebirse el or- o la minería– es indispensable calcular las aptitudes
denamiento ecológico como la guía rectora de la pla- del ecosistema (vegetación, suelo, topografía, clima,
nificación estratégica del uso del suelo –cómo debe etc.) para asignarle su vocación de uso del suelo.
ser, en nuestra opinión–, entonces las respuestas a Pero es también indispensable, desde el punto de
esta interrogante abarcarán inevitablemente la gama vista de un ordenamiento ecológico de tipo holísti-
más inclusiva de estrategias para la conservación de co, reconocer que ciertos ecosistemas tienen la ma-
los ecosistemas, y debe, además, integrar aquellas he- yor parte de su distribución en zonas muy aptas para
rramientas adicionales de diagnóstico y gestión terri- actividades productivas, y hoy en día, algunos de
torial susceptibles de utilizarse en la formulación mis- ellos han sido eliminados casi por completo de cier-
ma del ordenamiento ecológico. tas regiones del país, y aún de la totalidad del terri-
De esta manera, se evitaría que dichas herramien- torio, debido a la falta de una visión holística del
tas compitan con, o sean contrarias al ordenamiento uso del suelo y la conservación del entorno. Este es
ecológico (como, por ejemplo, las “tierras frágiles” el caso de las antes extensas selvas espinosas, ahora
que identifica el Inventario Nacional Forestal), ya que sustituidas por la agricultura de riego en casi toda
de incluirse este instrumento desde el principio como su distribución natural. Así tenemos, por ejemplo,
parte del ordenamiento ecológico, se garantizaría la que en el Bajío hoy sólo queda menos del 5% de la
compatibilidad con los demás instrumentos de zoni- selva espinosa original.
ficación territorial y se evitarían conflictos posterio- Para evitar estas situaciones, el ordenamiento
res de interpretación legal y de puesta en práctica. ecológico debe integrar dos conceptos importantes:
Para concretar este planteamiento veamos en pri- primero el de la bioregión, o ecoregión, que incor-
mer lugar el caso de los ecosistemas naturales que se pora la idea de conservar siempre una parte de la
utilizan directamente para sustentar actividades ex- vegetación natural, no sólo para valores de “paisa-
tractivas. Para ellos, el ordenamiento ecológico debe je” sino también para asegurar el mantenimiento de
garantizar la persistencia de por lo menos la exten- los servicios ecológicos. Y en segundo lugar el de
sión mínima del ecosistema que se requiere para man- conservar adecuadamente toda la diversidad bioló-
tener la totalidad de su biota y servicios ecológicos gica del país, como se ha planteado en la Conven-
en óptimas condiciones, a la vez que se proporcionan ción sobre Diversidad Biológica, ratificada por nues-

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tro gobierno e incorporada en la Estrategia Nacional en México incluye el pastizal semidesértico, casi com-
sobre Biodiversidad de México, integrada por la Co- pletamente alterado por el sobrepastoreo y la siem-
misión Nacional para el Uso y Conocimiento de la bra y colonización espontánea por el zacate Bufel,
Biodiversidad (CONABIO). así como la selva alta perennifolia y, nuevamente, el
Así, aunque las condiciones físicas del terreno en bosque mesófilo (hábitats necesarios para conservar
donde actualmente existe un manchón de vegetación una mayor proporción de nuestras especies en riesgo
natural pudieran ser aptas para ciertos usos del sue- de desaparecer, según la NOM-O59-ECOL-1994). A su
lo, se debe conservar intacta esa vegetación y no per- vez, habrán de incluirse aquellos ecosistemas ame-
mitir su transformación, cuando ésta resulta ser par- nazados y en peligro a nivel estatal o regional, como
te del último remanente del ecosistema local, y por es el caso de la selva baja caducifolia de la Depresión
ende, el único acervo de la biodiversidad regional. Central de Chiapas o la del centro de Veracruz; la
Una herramienta que podría facilitar este aspecto selva espinosa de el Bajío y de las planicies costeras
del ordenamiento ecológico holístico sería la identifi- de Tamaulipas, Sinaloa y Sonora y el bosque prima-
cación de aquellos ecosistemas que deben conside- rio de coníferas de “viejo crecimiento” de la Sierra
rarse “inviolables”. Esto podría darse por su relación Madre Occidental, ahora casi extinto debido a la ex-
crítica con el ciclo hidrológico, como en los casos del tracción de todos los árboles de gran tamaño.
manglar, la vegetación de galería, los pantanos y cié- Para lograr esto se está planteando una nueva Nor-
negas, y los bosques mesófilos de montaña. Deben ma Oficial Mexicana que identifique estos ecosiste-
incluirse aquellos ecosistemas que son raros, amena- mas y que deberá tomarse en cuenta en el proceso de
zados o en peligro de extinción en todo el país, que ordenamiento ecológico del territorio.

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Más allá de estas estrategias puntuales, lograr un mas naturales, que bajo este esquema, son un estor-
ordenamiento ecológico “holístico” y exitoso impli- bo a la producción.
caría que éste abarcara e incorporara a sus bases con- En países templados, donde los ecosistemas tien-
ceptuales, algunos de los principios subyacentes de den a ser relativamente sencillos y de baja diversidad
estas otras importantes herramientas. Por ejemplo, biológica, ha sido más fácil llevar a cabo este modelo
debe añadirse el principio de conectividad entre eco- de producción sin provocar estragos críticos en el fun-
sistemas y entre masas vegetacionales del mismo eco- cionamiento ecológico de los paisajes. Pero en los paí-
sistema, como en los corredores biológicos; debe to- ses de clima tropical la situación es más difícil, y la
marse en cuenta el principio del tamaño mínimo de simplificación o erradicación de los muy complejos y
hábitat requerido para asegurar la persistencia y sa- biológicamente diversos ecosistemas para concentrar-
lud reproductiva de poblaciones de animales que en- se en un solo producto ha generado graves problemas.
cabezan la cadena trófica, y de plantas raras y de Las parcelas agrícolas de monocultivos, así como las
distribución natural dispersa (la teoría de la biogeo- plantaciones de árboles frutales o de látex, son un buen
grafía de las islas); debe también agregarse el princi- ejemplo, ya que no sólo provocan la erradicación de la
pio que permita garantizar la conservación de la ma- biodiversidad original, sino que resultan ser muy sus-
yor parte de la biodiversidad y de los ecosistemas del ceptibles a plagas, malezas y enfermedades, debido al
país, como se plantea hacer mediante el Sistema Na- clima benigno durante todo el año, que permite el au-
cional de Áreas Naturales Protegidas (SINAP), y debe mento continuo de sus poblaciones. Los plaguicidas
finalmente considerarse el principio de conservación utilizados en su combate provocan otros problemas,
de las vertientes de captación del agua para garanti- como la contaminación y la erradicación de la vegeta-
zar la persistencia y recuperación de éstas, cuyos ser- ción original, que muchas veces deja expuesto el sue-
vicios ecológicos resultan vitales, concepto íntegro de lo, por lo menos al principio del ciclo productivo, con
la gestión del agua con base en cuencas hidrológicas lo que se aumenta la erosión, se reduce la infiltración
y que actualmente forma parte de una política clave del agua, mermando así la hidrología local y la calidad
de la Comisión Nacional de Agua (CNA). de los servicios ecológicos.
Entre las razones fundamentales para incorporar Por otro lado, la mayoría de los climatólogos es-
estas herramientas se encuentra el evitar la especiali- tán de acuerdo que el cambio climático que el hom-
zación del uso de la tierra en grandes extensiones. bre está provocando en la Tierra como resultado del
Históricamente, ha sido la erradicación local y regio- efecto invernadero, causado por la liberación de bióxi-
nal de los ecosistemas naturales y su sustitución por do de carbono y otros gases a la atmósfera debido a
esquemas de uso especializado de la tierra la razón la combustión de materiales fósiles, va a provocar el
principal para la pérdida de hábitat, biodiversidad y traslado de especies de flora y fauna, una vez que las
servicios ecológicos. Esto se debe, en buena parte, al condiciones climáticas en sus hábitats naturales no
modelo económico que ha predominado en el desa- favorezcan su persistencia en sus locaciones actua-
rrollo industrial, que enfatiza economías de escala y les. Para permitir este movimiento, será vital la co-
el aprovechamiento de ventajas comparativas de sólo nectividad entre ecosistemas y entre relictos de vege-
un manojo de productos, en aras de comerciar con tación, sobre todo en zonas montañosas y serranías,
ellos y generar la mayor plusvalía posible. Todo ello ya que su variación altitudinal se refleja en un gra-
requiere de la especialización de la producción, y por diente climático, con lo que la migración de la flora y
ende, la simplificación o erradicación de los ecosiste- fauna –y por ende, su conservación– tendrá más po-

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sibilidades de llevarse a cabo sin pérdidas extremas rentes usos potenciales del suelo para la producción
en la biodiversidad. especializada, y refleje las pautas tradicionales del
Más allá de estas estrategias, se mencionó ante- desarrollo industrial, sino que debe ser posible, ade-
riormente la necesidad de incorporar otros esfuerzos más, lograr un ordenamiento ecológico que sea holís-
de zonificación del territorio ya disponibles. Entre tico y que permita la transición hacia un uso del sue-
ellas, las Regiones prioritarias para la conservación lo ecológicamente sustentable, como componente
de la biodiversidad, tanto terrestres como hidrológi- fundamental del desarrollo sustentable.
cas, identificadas por la CONABIO, en donde se encuen- Para asegurar esto, es necesario también que el
tra la mayor parte de la biodiversidad del país. Ade- ordenamiento ecológico no sea un esfuerzo único en
más, una vez terminado el Inventario Nacional Fo- el tiempo, sino que se contemplen revisiones y modi-
restal, actualmente en elaboración, habrá que incluir ficaciones para mejorarlo permanentemente, a la luz
las zonas que en él se identifican como tierras de con- de nuevos conocimientos y nueva información, lo que
servación y de reforestación. Estas zonas identifica- le permitiría ser una herramienta dinámica y eficaz,
das por el Inventario Forestal tienen sustento jurídi- capaz de enfrentar racionalmente los retos de la con-
co, ya que su incorporación al ordenamiento ecológi- servación de la biodiversidad que el futuro segura-
co será casi obligatorio. No así las Regiones priorita- mente nos deparará.
rias para la conservación; sin embargo, al incorporar-
se estas zonas relevantes al ordenamiento ecológico, B IBLIOGRAFÍA
se les podrá dar un sustento jurídico tácito (es de
esperarse que en el transcurso de los próximos años Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo
1987. Nuestro futuro común. New York.
estas regiones se consoliden con más fuerza legal, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
para que no sean un instrumento sin obligatoriedad), Biodiversidad (CONABIO) 2000. Estrategia Nacional
sobre Biodiversidad de México. CONABIO, México.
para regular las actividades que en ellas se lleven a Challenger, A. 1998. Utilización y conservación de los
cabo. ecosistemas terrestres de México: pasado, presente y
futuro. CONABIO, Instituto de Ecología, UNAM y Agrupa-
Al avanzar con el proceso de ordenamiento eco-
ción Sierra Madre S.C., México.
lógico de México tomando en cuenta los principios, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
(INEGI) e Instituto Nacional de Ecología 2000. Indica-
las estrategias y las demás herramientas aquí men-
dores de desarrollo sustentable en México. INEGI,
cionadas, puede ser posible lograr un ordenamiento Aguascalientes, México.
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
del territorio que no sólo responda a las necesidades
(SEMARNAP) 2000. La gestión ambiental en México.
de la conservación de los ecosistemas y de los dife- Semarnap, México.

Antony Challenger es asesor del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Es autor de Utilización y conservación de los
ecosistemas terestres de México. Pasado, presente y futuro (CONABIO 1998). Correo-e: achallenger@semarnat.gob.mx.

FOTOGRAFÍAS: Annie Griffiths Belts, Mississippi 1992 (pág. 22); Edith Watson, Cabo Bretón 1916 (pág. 25); David y Carol Hughes, Desierto de
Namibia 1983 (pág. 27). Tomadas de: Newman, Cathy 2000. Mujeres tras la cámara. Ed. Océano y National Geographic, D.C., España.

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