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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del poder popular para la Educación.

U.E.C.D. “Monseñor Francisco M Seijas”

San Carlos- Cojedes.

Batalla de Pensacola

Profesor: Estudiante:

Yonis Betancourt Yenderis Palma #34

Año: 7mo

Sección: U
Índice:
1. Introducción.
2. Pensacola.
3. España ayudó con dinero a los rebeldes norteamericanos desde el
inicio.
4. La toma de la isla de Santa Rosa.
5. <<Yo solo>>.
6. Gálvez entró en la bahía con el grito: <<El que tenga honor y valor
que me siga>>.
7. La marcha de Calvo y la llegada de refuerzos.
8. Una nueva escuadra llegó para reforzar a los españoles.
9. La caída de Pensacola.
10. Una tormenta Imperfecta.
11. Conclusión.
12. Bibliografía.
Introducción.
El siguiente trabajo tiene como objetivo comprender la importancia del
estudio de la Historia en nuestras vidas, para lo cual es necesario realizar un
recorrido por distintas nociones de esta disciplina, con el fin de acercarnos un
poco a su naturaleza. Hoy analizare que es lo que cuenta la historia; fechas,
hechos, o procesos, que acontecieron en la batalla de Pensacola.
A continuación, realizare una apreciación más profunda de la Batalla antes
mencionada para conocer un poco más de la misma.
Pensacola

 Paso por una batalla decisiva para su independencia. En  1781 fue librada
y ganada por la Infantería de Marina de la siempre olvidadiza España. Una
vez más las casacas rojas de la Pérfida Albión se cruzaban en el rumbo de
nuestra Historia. Esa vez, al inglés le tocó perder.
El de Pensacola, en tierras de la Florida occidental, fue
un desembarco audaz y osado dada la dificultad de acceder a su bahía.
Una empresa temeraria que, exitosa finalmente, alumbraría para siempre el
arrojo (cojones, que se dice ahora) de uno de los personajes más
influyentes y desconocidos de la Historia común de España y de
EE.UU: Bernardo de Gálvez Gallardo Madrid, vizconde de Galveston y
conde de Gálvez, oficial y luego general del Real Ejército, y virrey de
Nueva España.
Tras aquel fuego de Pensacola su escudo de armas siempre luciría el lema
de «Yo Solo», porque así fue cómo entró en el bastión inglés de la
Florida: «El que tenga honor y valor que me siga».
«Para entender el desembarco de Pensacola, antes debemos remontarnos
a la Guerra de los Siete Años (1756-1763), ganada por el Reino Unido a
una coalición de naciones entre las que se encontraba Francia y España
Tras esa guerra, la España de Carlos III y la Francia de Luis XV, y después
Luis XVI, aguardaban avizor una primera oportunidad para devolver el
golpe a Inglaterra. Y esa vino con la sublevación de las Trece Colonias
(1775) que para sufragar las guerras de la metrópoli veían cómo sus
cargas impositivas aumentaban sin cesar. La gota que colmó el vaso fue el
nuevo impuesto del té, que originó un motín en Boston.

España ayudó con dinero a los rebeldes norteamericanos desde el inicio

España desde el primer momento ayudó económicamente a los


rebeldes norteamericanos llegando a pertrechar a 30.000 rebeldes con sus
uniformes, fusiles y 216 cañones, pero... ¿debía intervenir militarmente
como hizo posteriormente la Francia de Luis XVI tras la insistencia de
Benjamín Franklin? He ahí el dilema del Rey Carlos III. «España se
encontraba en una posición más delicada. Por un lado nos encontramos
con las tesis del Conde de Floridablanca, que abogaba por mantenerse
neutral y no desencadenar un efecto dominó de independencias en las
colonias españolas americanas. Por otro lado, el Conde de Aranda,
embajador de España en París, veía en el apoyo a las Trece Colonias  una
oportunidad idónea para recuperar Gibraltar».
Definitivamente se impusieron las tesis del Conde de Aranda y  en 1779
España declaró la guerra a Gran Bretaña. Ya nada sería igual en la Guerra
de Independencia de las Trece Colonias: Inglaterra se vería obligada
a dividir esfuerzos en el Canal de la Mancha (contra Francia), el
Mediterráneo (contra España) y el Golfo de México, donde Inglaterra había
arrebatado años antes a España algunas plazas marítimas como era el
caso de Pensacola, también conocida como San Carlos de Panzacola.
Conclusión: la fuerza de la guerra por la Independencia de las Trece
Colonias se niveló. Por un lado, Reino Unido (120 navíos y 100 fragatas) y,
por el otro, Francia (60 navíos y 60 fragatas) y España (60 navíos y 30
fragatas).
Es aquí donde saldrá a relucir el ingenio del entonces gobernador de la
Luisiana, el militar malagueño Bernardo de Gálvez (Macharaviaya, 1746 -
Tacubaya, en Ciudad de México,1786) quien comenzó a forjar su leyenda
militar como capitán en tierras de Nueva España, llevando a cabo una
campaña contra los indios Apaches. Con 24 añitos y heridas a doquier, el
futuro «Yo Solo», ameritaba ya el galón de comandante de armas de
Nueva Vizcaya y Sonora (aproximadamente el actual estado de Nuevo
México). El héroe militar español en tierras del ahora EE.UU. forjaba su
leyenda, aunque antes regresaría a España para participar en la fallida
expedición de Argel (1775), foco central de la piratería en el Mediterráneo.
En su vuelta a América en 1776 Bernardo de Gálvez es destinado a la
plaza de Luisiana. Y es por eso que cuando España decide librar batalla a
Inglaterra en el Golfo de México todas las venturas se dirigen hacia él.  Fijó
como objetivo recuperar Pensacola; antes caerían las posesiones
británicas de Manchac y Baton Rouge -en la desembocadura del río
Mississippi- o Mobila (1779). El círculo se estrechaba así en torno a la
capital de la Florida. Sin embargo, su disposición geográfica y su estrecho
con escasa profundidad impedía acometer la empresa.
«Se trataba de una operación bastante complicada, por no decir
inverosímil», Un 28 de febrero de 1781 partía desde La Habana la
expedición española con 36 buques de guerra con José Calvo
Irazábal como de jefe de la escuadra. En sus tropas los ansiosos infantes
de Marina aguardaban el desembarco. Por tierras otras tropas españolas y
después francesas esperaban el desembarco para envolver la plaza de
Pensacola.
En el mapa de 8 viñetas «la pieza detallada» (encargado a raíz del
informe de la toma de Pensacola «con la clara intención de narrar la
historia de una batalla») observamos en su parte central a los navíos
españoles frente al escenario de la batalla. La ciudad de Pensacola en su
bahía y la isla de Santa Rosa en la bocana de acceso, formando un
estrecho con la posición fortificada de Barrancas Coloradas, desde donde
provenía el principal riesgo de la empresa.
La toma de la isla de Santa Rosa

El trabajo se auguraba duro, ya que, para llegar hasta su objetivo, la


escuadra tenía que pasar a través de un estrecho flanqueado por  dos
baterías de cañones. Una sentencia de muerte sin duda. Por ello, Bernardo
de Gálvez se decidió a tomar el fuerte de la isla de Santa Rosa para así
evitar ser aniquilados por un fuego cruzado.
Con valentía, las tropas del malagueño desembarcan en el terreno
dispuestas a derramar sangre inglesa, pero, para su sorpresa, la  fortaleza
estaba desmantelada. «Consiguieron tomar la isla sin ninguna baja y sin
ningún disparo», La moral aumentó pues, para entrar hacia la bahía de
Pensacola, ya sólo tenían que pasar a través de la batería de las
Barrancas Coloradas.

«Yo solo»

«Una vez conseguido esto, lo que pretendía Bernardo de Gálvez


es pasar con toda la escuadra, eso sí, lo más cerca posible de la isla (ya
española) para evitar el fuego de las Barrancas Coloradas». La empresa
comenzaba a tomar forma, pero, al aventurarse por el estrecho, el fondo
del casco del navío en el que viajaban el malagueño y Calvo (el  San
Genaro), tocó en el suelo: tenía demasiado calado para pasar. Por ello, fue
necesario salir a aguas más profundas para no quedar encallados.
En ese momento comenzaron las discrepancias pues, mientras Gálvez
quería entrar en la bahía y tomar Pensacola, José Calvo (al mando de la
escuadra), se negaba en rotundo a atravesar el estrecho. Y es que
argumentaban, no sin razón, que no se conocía bien el terreno y que una
peligrosa tormenta tropical se aproximaba hacia el lugar. Además, la
batería situada en el fuerte de las Barrancas Coloradas  seguía activa y, en
el caso de que un navío quedara encallado, toda la escuadra podría sufrir
su fuego y ser seriamente dañada.

Gálvez entró en la bahía al grito de «El que tenga honor y valor que me

siga»

Para Gálvez, en cambio, no había opción. El marino subió a bordo de


un bergantín llamado «Gálveztown» (un barco con menor calado que el
«San Genaro») y se dispuso a llevar a cabo una de las mayores
heroicidades de la Historia española: entrar sólo en la bahía pasando a
través del fuego enemigo. Sus últimas palabras quedarían grabadas en la
historia: «Una bala de a treinta y dos recogidas en el campamento, que
conduzco y presento, es de las que reparte el Fuerte de la entrada.  El que
tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Gálveztown
para quitarle el miedo».
No había vuelta atrás, Gálvez enarboló la bandera de Comandante y entró
en el puerto junto dos pequeñas cañoneras y un buque de transporte. En
contra de lo que se puede pensar, no sufrió serios daños por parte de las
baterías enemigas y, además, atrajo el fuego sobre sus barcos.
«De aquí es donde viene la leyenda que se puede leer en su escudo de
armas: ‘Yo Solo’, porque pasó sin que le siguiera en principio ningún
comandante», «Después pasó toda la escuadra, ya que había buques que
hacían frente al fuego de las Barrancas Coloradas y podían atravesar la
zona con seguridad»

La marcha de Calvo y la llegada de refuerzos

Tras la entrada en la bahía de Gálvez, el resto de buques se decidieron


a seguirle. ¿Todos? No. Hubo uno que se retiró, y es, según fuentes
históricas, el navío en el que se encontraba José Calvo. Al parecer, el
oficial decidió volver a La Habana tras ver el éxito del malagueño.
Definitivamente, su misión había acabado, como más tarde le haría saber
Gálvez mediante una misiva.
Antes de llegar a su destino, sin embargo, se detuvo en  Matanzas
(Cuba) donde preparó minuciosamente su defensa ante las posibles
acusaciones que sufriera al llegar a territorio español. ¿Se apoderó la
vergüenza de él?, probablemente, pero nunca se supo a ciencia cierta. Lo
que es cierto es que, al partir, dejó a la flota española sin su navío, un gran
activo en la contienda.
Una nueva escuadra llegó para reforzar a los españoles

Tras el ataque inicial, y como estaba planeado, una fuerza terrestre


española tomó posiciones para ayudar a asediar Pensacola. Pero esos no
serían los únicos refuerzos que recibiría Gálvez. «Ese mes  llegó una nueva
escuadra de navíos, en un principio se pensaban que era enemiga y que
venía a ayudar a los sitiados en Pensacola, pero descubrieron que
eran españoles comandados por José Solano y Bote que acudían a
socorrer a Gálvez», Con esta flota eran ya casi 8.000 los hombres
preparados para iniciar el asedio en contra de los 3.000 ingleses.
Además, a los asaltantes también se les unieron cuatro fragatas
francesas con casi 800 soldados. Y es que, Francia quería aportar también
en esta batalla su pequeño granito de arena (o de pólvora), para favorecer
la expulsión de Florida de los ingleses y, por lo tanto, luchar a favor de la
independencia de los colonos.

La caída de Pensacola

Tras la entrada en la bahía, todo dependía ahora de las fuerzas


terrestres, comandadas por José de Ezpeleta. Este, tenía órdenes de tomar
los tres fuertes que defendían Pensacola: el de la  «Media Luna», el
del «Sombrero» y el del «Rey Jorge». «El siguiente episodio se produjo
cuando las fuerzas españolas consiguieron tomar la fortaleza de la Media
Luna, donde murieron 52 británicos»,

«A partir de ahí consiguieron pasar a la del Sombrero, luego a la del


Rey Jorge y asaltar por detrás la ciudad», finaliza Moreno. La misión tocó a
su fin, pues en menos de diez días Pensacola se rindió a los españoles.
Las Barrancas Coloradas fueron las siguientes en abandonar la defensa, y
es que, tras la caída de la ciudad, poco tenían que hacer ante el arrojo de
Gálvez.

Una tormenta imperfecta

Una vez finalizada la contienda un nuevo enemigo se asomó entre las


nubes: un huracán que causó grandes problemas a los españoles entre el
5 y el 6 de mayo de 1781, como bien puede apreciarse en una de las
últimas viñetas del mapa. «Se puede ver como el autor dibuja una mar
rizada y los barcos inclinados con sensación de movimiento», sentencia el
experto. Sin embargo, no hubo que lamentar grandes daños, ya que  los
buques se retiraron de la costa y acudieron a proteger la entrada de la
bahía frente a posibles refuerzos ingleses.
A pesar de las pocas bajas que sufrieron los dos bandos durante esta
contienda (74 españolas por 145 inglesas), sin duda la de Pensacola fue
una de las batallas que favoreció la independencia de los EE.UU. Y es que,
gracias a la toma de la ciudad, se abrió otro frente para los ingleses, que
se vieron obligados a destinar soldados a las inmediaciones de la zona
descuidando en cierta manera la lucha contra los colonos.
La hazaña le valdría a José Solano y Bote el título de «Marqués del
Socorro» por la ayuda prestada. A su vez, Gálvez recibiría gracias a la
toma de Pensacola el nombramiento de mariscal de campo, además de un
título que no le abandonaría jamás… «Yo solo».
En la España descafeinada de hoy, apenas nadie recuerda aquellos
avatares acaecidos en la Florida a fines del siglo XVIII. Si preguntáramos
en un instituto, Universidad o redacción de periódico (sí, también) qué es
Pensacola nos sorprenderíamos con la respuesta. Eso será en España,
porque en EE.UU. aún tienen claro que sin el arrojo de Bernardo de Gálvez
quizás todo habría sido diferente.
Conclusión

La historia universal puede ser un gran resumen de la evolución del hombre


en cuanto a tecnología, ciencia y evolución social. Así, gracias a ella podemos
conocer cuándo y cómo se realizaron los descubrimientos más importantes de
los siglos pasados. Además, también podemos ahondar en culturas milenarias,
base de nuestras culturas actuales, tales la Batalla de Pensacola, esta parte es
realmente importante, pues gracias a ella podremos observar todos los
conflictos que han acontecido en el pasado, como puedan ser guerras (I y II
Guerra Mundial) o Revoluciones. Todos estos datos pueden enseñarnos
a aprender de los errores e identificar futuros conflictos evitables. Por este
motivo, siempre se dice que es importantísimo contar con una buena memoria
histórica, pues de esta forma, el hombre podría evitar los grandes males
acontecidos en siglos anteriores.
Bibliografía

 www.importancia.org
 www.abc.es

 www.historiauniversaludla.wordpress.com

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