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Carina V. Kaplan Dee Género es mas que una palabra Educar sin etiquetas Prdlogo de Dora Barrancos Etelvina Sandoval Flores Carlos Skliar Gina Zabludovsky Kuper Mara Brawer Hilda M. Rodriguez Gémez Adriana Hernandez Claudia Bracchi Marina Paulozzo Adrian Melo Marcela Nicolazzo ElianaG. Vasquez Pablo A. Scharagrodsky Claudia A. Lajud José A. Garriga Zucal Ivan Thisted Ivan P. Orbuch Mercedes Hirsch Luciana Peker Luis Porta Carina V. Kaplan Marfa M. Yedaide Igualdad de género: nuevos derechos que educan y transforman Mara Brawer! xiste una frase, atribuida al filésofo griego Herdclito, que dice “lo tinico constante es el cambio”. En esta cosmovisién, las cosas no son un “ser inmévil siempre el mismo” sino que existe un ser en continuo movimiento, que se transforma. ‘Asi es que, como el mundo cambia y evoluciona, las concepciones juri- dicas también se transforman con el paso del tiempo porque son -o deben ser el reflejo del cambio que se va produciendo lenta, pero seguramente en todas las sociedades. Durante siglos, la mujer fue sometida a un modelo patriarcal, que s sostenfa y reforzaba en un andamiaje legal y social absolutamente opresivo. Hoy, la realidad es otra. Existe una conciencia social diferente que cuestiona la estructura del pasado y ubica a la mujer a la par del hombre, en cuanto a deberes y derechos. En la dltima década, la legislacién argentina se actualizd. Dejé de lado “ese ser inmévil” y mediante debates en la Cémaras de Diputados y de Se~ nadores, junto a numerosos aportes de organizaciones civiles, construyé una nueva concepeién juridica, que representa un cambio de paradigma y que estd a la vanguardia de la legislacion mundial en lo que a los derechos de las mujeres se refiere. El objetivo de este capitulo es mostrar que las leyes, ademds de otorgar derechos, educan. “Legalizar” la igualdad de género hace posible que las nuevas generaciones piensen diferente a como pensaban sus antecesoras, 1. Licenciada en Psicologia con Posgrado en mediacién y métodos de resolucién de confli tos. Diputada nacional por la Ciudad Autonoma de Buenos Aires y Vicepresidenta 1° de la Comision de Familia, Mujer, Nifiez y Adolescencia, 129 Bs que la existencia de una nueva regulacién de las relaciones sociales crea cambios en las pautas culturales y modifica las subjetividades. Suprimimog el “de eso no se habla” y en su lugar colocamos la Ley de Educacin Sexual Integral. Dejamos de decir que “fue un crimen pasional” para nombrarlo como lo que es, un femicidio (que es un homicidio agravado). En este capitulo voy a referirme a una serie de leyes que representan este cambio: él nuevo Cédigo Civil y Comercial, la Educacidn Sexual Integral, el Plan de Inclusién Previsional, el Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, la derogacién de la figura de “aveni- micnto” y la Ley de Femicidio. Elijo comenzar con el nuevo Cédigo Civil, un eompendio de leyes que es un auténtico reconocimiento a la diversidad. El Cédigo de las nuevas generaciones Durante més de un siglo, el Cédigo Civil de Vélez Sarsfield regulé los vinculos sociales de los argentinos y, al hacerlo, estructuré una subjetividad basada en una sociedad patriarcal, que entendié que el hombre ocupaba el rol de proveedor y la mujer el de cuidadora. Una subjetividad donde el rol subalterno que se le daba a la mujer era parte de la Iégica de dominacién imperante. Un pensamiento que, por otra parte, también desplazaba a las minorias y no consideraba a los nifios y adolescentes como sujetos de derecho. Sin lugar a dudas, el nuevo Cédigo Civil y Comercial que se sancioné en 2014 es una herramienta jurfdica muy valiosa para transformar este estado de cosas porque mira al futuro forjando nuevas pautas culturales, que ya comenzaron a tener aceptacién por la mayorfa social. En el siglo XX y lo que Ilevamos del XXT, uno de los campos teméticos que més modificaciones suftié es el de los vinculos personales. Pensemos si no s que deciden no casarse, las separaciones, los métodos anticonceptivos, la adopeidn y las técnicas de fertilidad. También pensemos en el rol que ocupa la mujer en la sociedad actual y dentro de la familia. Hs por eso que este nuevo Cédigo viene a poner en escena una mirada completamente distinta sobre la sociedad y los derechos de las personas, que consolida estas transformaciones. Son muchos fos aspectos para destacar en el nuevo Cédigo desde el pun- to de vista del género y la diversidad sexual. Uno de ellos, de inmenso valor simbdlico, es que recepta el principio de igualdad y no discriminacién que se consagré con el matrimonio igualitario y lo extiende a todas las demas figuras que regulan las uniones afectivas y familiares. Esto significa que no habré ningtin derecho (ningiin privilegio) al que slo puedan acceder las personas heterosexuales (esto se refleja en el uso de las palabras neutras en términos de género para designar a las personas en sus vinculos afectivos, como cényuges 0 convivientes), en las relaciones intergeneracionales, el matrimonio, las pare} 130 Segunda Parte: nercias y cambios en ios lenguaies y las practicas sociales. Bl nuevo Cédigo también instaura el prineipio de igualdad en el apellido de los hijos e hijas, al permitir que puedan llevar el de uno 0 de ambos pro- genitores, en el orden que se desee (siempre y cuando se mantenga el mismo criterio para todos los hermanos). Este es un paso enorme en la educacién de Jas nuevas generaciones porque rompe con la tradicién que imponia como nico apellido vilido el del hombre, mientras que ubicaba en un lugar sub- alterno el apellido de la mujer. Que, ademés, en lo que refiere a las memorias familiares, solia pasar al olvido. De hecho, todos conocemos los apellidos de nuestros abuelos, pero muy pocos recordamos los de nuestras abuelas, + En sintesis, las nuevas generaciones, a diferencia de las que la precedieron, se van a criar sabiendo que el apellido de su mamé vale tanto como el de su papi y que elegir uno u otro para los hijos fue una decisién compartida de ambos padres. Este criterio igualitario también rige para las parejas. Antes, era obliga- torio para la mujer casada adicionarse el apellido del marido anteponiendo la preposicién “de” y si no lo haefa, se lo consideraba una injuria grave, causal de divorcio en el que la mujer era la culpable. La Ley 23515 que introdujo el divorcio vincular en la Argentina, modificé este régimen, dejando como optativo para la mujer el hecho de portar 0 no el apellido del marido, Afios més tarde, la Ley de Matrimonio igualitario permitié a los cényuges del mismo sexo adicionarse cada uno el apellido del otro, pero nada se dijo en lo relativo al apellido de los cényuges de diverso sexo. Ahora, con el nuevo Cédigo, varones y mujeres podrén adicionarse o no el apellido de sus cényuges y cada pareja elegiré si usa o no la preposicidn “de”, como queda resumido en este articulo: Articulo 67.- Conyuges. Cualquiera de los conyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposicién “de” o sin ella. Pensemos en la enorme diferencia que esto provoca en la subjetividad de un chico, mientras que antes era usual que escuchara que su mamé era “de” su pap, hoy podré escucharlo a la inversa, siendo el hombre el que adiciona el apellido de su esposa precedido por un “de”. Este texto también contempla la diversidad de familias que existen hoy en dia, reconociendo derechos y deberes para sus integrantes. De esta manera, las familias ensambladas y las parejas que no quieren unirse en matrimonio, las parejas del mismo sexo, pueden ver amparados sus derechos y responsa- bilidades, lo que beneficia especialmente a sus integrantes més vulnerables. Con este nuevo Cédigo Civil y Comercial en vigencia desde agosto de 2015— hemos comenzado a reconocer el amplio espectro de maneras de pro- crear, criar y organizar la convivencia familiar, lo que amplia los horizontes de libertad de las personas. ‘Tengamos en cuenta que hace apenas pocos afios, divorciarse o ser madre soltera era mal visto. La diversidad sexual era consi- derada una enfermedad y un delito. En el mismo sentido, perder el apellido Género es més que una palabra, Educar sin etiquetas 131 propio al momento de easarse o heredar exclusivamente el apellido paterng, era la consolidacién misma del linaje patriareal. Educar sobre los derechos sexuales y reproductivos Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que toda educacién es se. xual, lo que signifiea que toda educacién transmite valores y saberes sobre la identidad y la sexualidad de las personas. Esto significa que la “educacién sexual” siempre ha estado presente en los contextos educativos, ¥ que ayudé, a consolidar las desigualdades, a discriminar y a transmitir estereotipos, Sin embargo, antes se decia que no habfa educacién sexual en las escuelas porque se la entendia como una educacién para la genitalidad, dedicada a la prevencién de enfermedades y riesgos (embarazo en la adolescencia, infec. ciones de trasmisién sexual, abuso). Hoy, en cambio, sabemos que si bien estas précticas requieren ser abor- dadas y legitiman la accién de la escuela, es necesario que también pensemos en la sexualidad vinculada con la expresién de sentimientos, la formacién en valores y, por supuesto, con el disfrute. La Educacién Sexual Integral (EST) es una ley sancionada en 2006 que consagra el derecho de nifios, nifias y adolescentes a recibir educacién sexual como parte de la curricula escolar y, por Io tanto, la obligacién del Estado de garantizar ese derecho. Propone un abordaje novedoso de Ia identidad y la sexualidad, emplazado en un enfoque de derechos y en la eritica de las desigualdades sociales Al contrario de la educacién sexual tradicional, transmitida més 0 menos reflexivamente antes de esta ley, la EST parte de la conviccién de que todas las personas tenemos derecho a la educacién en materia de sexualidad, asi como también necesitamos ir conociendo nuestros derechos a medida que vamos creciendo, segiin nuestra capacidad progresiva de ejercerlos, Gracias a esta ley, temas como Ia masturbacién, las orientaciones sexuales y problemiticas como los noviazgos violentos y los abusos intrafamiliares entran a la escuela. Asimismo, los prejuicios, estereotipos y mandatos que poblaban (y en alguna medida hoy se resisten a abandonar) el escenario educativo, pierden sw legitimidad, lo que ya es un primer paso importante en el camino a una educacién verdaderamente igualitaria, En el territorio donde antes predomi- naba el “mejor de eso no se habla”, “si sos mujer, el sexo esta prohibido” y el “aquel es raro porque no le gustan las chicas”, hoy no hay temas tabi y se educa desde el respeto a la diversidad, Antes, la educacién sexual tenfa un enfoque biologicista. Hoy, se imparte desde una perspectiva integral que contempla aspectos culturales, subjetivos e hist6ricos de la sexualidad. La afectividad y los cuerpos en su diversidad 132 ‘Segunda Parte: Inercias y cambios en los lenguajes y las prdcticas sociales... CC comenzaron a tener presencia en la escuela, lo que la vuelve un espacio més humanista, democratico ¢ inclusivo. Junto con el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreacién Res- ponsable lanzado en 2004, Ia ESI esté transformando Ia manera en que nos pensamos como sujetos con derecho al placer, a la salud ya la libertad sexual. Es, ademas, una herramienta que tiene un poteneial incomparable en la pre- vencidn de las violencias y en la transformacién de las estructuras desiguales. Una nueva mirada sobre las tareas “del hogar” Las tareas de la casa y de cuidado estén todavia a cargo de las mujeres, como parte de los mandatos de género que hemos asumido y naturalizado en nuestta sociedad, Son tareas que ademds no reconocen limites temporales (hay que ocuparse de ellas en cualquier momento del dia, todos los dias del afo). Lavar y planchar la ropa, hacer las compras, preparar los alimentos, ocu- parse de la limpieza y mantenimiento del hogar, pero también del cuidado de nifios y nifias, personas mayores o enfermas, son todas tareas consideradas esencialmente femeninas. ‘Tareas que implican un esfuerzo y un tiempo muy considerable y que son parte de la jornada gratuita que se realiza al interior de las familias. En los tiltimos afios se han tomado algunas decisiones que estén ayudando a cambiar este paradigma y construyendo otro mas equitativo. Una de estas decisiones fue la ampliacién de los derechos jubilatorios y de pensién, a través del Plan de Inclusién Previsional que se inicié en 2005 y que han tenido como beneficiarias a una mayorfa de mujeres, que pueden ver proyectado en una compensacién econémica por las tareas domésticas y de cuidado que realizaron durante toda su vida, El derecho a jubilarse equipara a las amas de casa con otros trabajadores, mientras que transitamos el camino del cambio cultural. A este cambio también aporta la Ley 26844 de empleo en casas parti- culares, sancionada a prineipios del afio 20132 Hsta ley vino a visibilizar y hacer justicia a las miles de mujeres que realizan el trabajo doméstico y de cuidado en casas ajenas, quienes han estado en Jas sombras de una economia informal que las mantuvo por afios en condiciones de enorme explotacién y vulnerabilidad. Esta actividad, que representa cerca del 20% del empleo femenino,’ es llevada adelante por mujeres de bajos recursos y bajo nivel educativo, en muchos casos migrantes. El marco informal que histéricamente la caracterizé | 2. [http:/Avww.infoleg. gob ar/infoleginternet/anexos/225000-229999/228927/norma,htm]. 3. El servicio doméstico es una de las actividades mas importantes entre las mujeres, ya que agrupa al 17,2% de las ocupadas y al 22,7% de las asalariadas Cf. Sitwacién laboral del servicio doméstico en la Argentina. Informe del Ministerio de Trabajo de la Nacién, 2006, [htipy/www.trabajo.gob.ar/leftestadisticas/descargas/toe/toe_03_06_servicioDomestico pa] Género es mas que una palabra. Educar sin eliquetas 133 es lo que ha favorecido una serie de abusos que llegan a la precatiedad labora extrema, incluso a casos que se han encuadrado judicialmente como trata de personas." Hoy, ese escenario esti cambiando y las pricticas de explotacign estan cediendo terreno a partir de la sancién de esta ley. Reconocer al trabajo doméstico en casas particulares como una actividad laboral que merece una formalidad y una contraprestacin econémica~¥ por Jo tanto, a ese grupo de trabajadoras como sujetos de derecho— impacta posi- tivamente en la mirada que tenemos sobre las tareas del hogar y de cuidado hos invita a repensar un modo mas igualitario de repartir las responsapilidades, Por otro lado, el nuevo Cédigo Civil y Comercial que se sancioné en 2014 también realiza su aporte en este sentido, ya que reconoce el valor monetario de las tareas domésticas y de cuidado que los progenitores estén obligados a brindar a sus hijos e hijas: Articulo 660. Tareas de cuidado personal. Las tareas cotidianas que realiza el progenitor que ha asumido el cuidado personal del hijo tienen un valor econémico y constituyen un aporte a su manutencidn.

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