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América aborigen De los primeros pobladores a la invasion europea dibliotece basica de historia 1. Construir la historia del mundo prehispanico Eseribir una historia de las sociedades prehispanicas no es tarea facil. Ademis de la enorme extensién espacial y tempo- ral, su reconstruccién es compleja y exige un enorme estuerzo puesto que requiere cambiar los modos cle hacer historia. Esa dificultad se prefundiza atin mas debido al caracter de los tes- timonios disponibles y a la enorme diversidad social, cuttural y lingtistica de las poblaciones involucradas. Construir una historia de las sociedades indigenas supone una concepeién diferente de la historia, dado que implica la incorpo- racién de herramientas tedricas y metodolégicas distintas, en muchos casos provenientes de ous disciplinas, y el uso de testimonios de un lipo diverse al que el historiador esta acostumbrado, Partimos de una concepeién de la historia como historia de sociedades (historia social, cn el sentido que le dio Eric Hobsbawm) consideradas como realidades lotales y complejas. Pensamos en una historia global que incluye kt to- alidad del pasado humane: no hay, por le tanto, sociedades sin cambio o sin historia. La cuestion de las fuentes F) acceso a esa historia presenta problemas iniciales especificos. Los acostumbrados a trabajar con documentos escritos, se 1 casi en total orfandad, pues la América prehispan historiadore: ca, con excepcion de los mayas y zapoteeas el perfodo clisico, no desarrollé tn -verdaclero sisterma de escritura, esto es, capaz de registrar de modo Cabal el lenguaje babludo, Para accede! ese pasado debemos recurrir los restos materiales “objetos, utensilios, herramientas, edilicios, tum bas, desechos de la vida cotidiana= que la arqueologia ha recuperado, Claro que estos lestimonios nos informan acerca de numerosos aspec+ 48 América abongen tos de la vida de esas comunidades, pero también dejan otros en total oscuridad, Esto es asi porque varios aspectos de la vida social no dejan testimonios materiales y sélo pueden inferirse a partir de otros restos; ademas, el registro arqueolégico es incompleto, muchos materiales se han perdido o han sido destruidos por la accién del tempo, de factores naturzles o por obra del hombre, Por tltimo, el aniilisis y la interpreta cién de los restos conservados presentan una extrema dificultad. Los documentos esctites prehispanicos son, como senalamos, muy ‘escasos. Su lecitira ¢ interpretacién olrecen numerosas dificultades, y la informacién obtenida sélo permite atisbar una infima parte de la real dad social, Los textos mayas, sin duda los mas importantes, se refieren a los grandes sefiores, a sus vidas y sus hechos; se trata de biografias ¢ historias dindsticas destinadas ante todo a legitimar el poder de esos sefiores. Fl resto de los documentos escritos disponibles fue producide por los europeos y, algunos, por mestizos y miembros de la nobleza in- digena. En el mejor de los casos, datan de Tas primeras décadas del pe- riodo colonial, aunque a veces recogen tradiciones mas antiguas. Esos testimonios (relatos y cr fraciones de viajeros, ensayos y studios de funcionarios y misioneros, documentacién adr vida de esas sociedades en los momentos previos a la invasion europea; micas de exploradores y conquistadores, na- nistrativa, judicial y religiosa) iluminan en parte la no obstante, apenas constituyen un momento fugaz en una historia de nilenios y su uso presenta serias dificultades al historiador. Ocurre que esos documentos fueron producides en condi his- toricas particulares. El descubrimiento de América planteé a los curo- peos interrogantes sobre el mundo desconocido que se presentaba ante ellos y, en especial, acerca de sus habitantes, cuyas costumbres y formas de vida (‘an distintas a las europeas) descubridores y conqnistadores ion comenzaron a observar con asombro. También observaron las profun- das diferencias: vastos imperios, mexica ¢ incas, convivian con tribus que practicaban una agricultura rudimentaria y con pequeiias bandas moviles de cazadores recolectores Ese mundo variado y contradictorio provocé reacciones disfmiles: de la contemplacién y el asombro inicial se pas6, unas vece: G6n y cl encandilamiento ingenuos, otras, @ Ia indignada protesta, la conden: para la perspectiva cristiana, Ambas r ala admira- y la repulsion ante costumbres extranas, algunas abe unites cciones tuvieron Nigar ante un mundo al que no habia posibilidad ni inteneidn de comprender, Tam poco hubo tiempo suficiente, ya que ese univers pronto fue desir tien Jado y destruico. CConstruir la historia cet mundo pretispanica 19 De todos modos, y aun sin proponérselo, quienes destruyeron ese mundo fueron los mismos que, en innumerables textos, también con- tribuyeron a su conocimiento, Sin embargo, esos testimonios no son faciles de usar, debido tanto a problemas de conservacién, escritura y Iengna como de interpretacién. Viajeros, conquistadores, funcionarios y misioneros transcribieron sus impresiones, en las cuales la visién del “otro” se encuentra atravesada por prejuicios, ambiciones, intereses, te= mores ¢ incomprension, Ademis, buena parte de esa informacién era obtenida mediante intérpretes, informantes natives que respondian a otros intereses, Se despliegan asi, ante el historiador, miiltiples lentes, de diferentes formas y colores, que median su acceso al pasado, defor- mando las imagenes una y otra ver hasta volverlas, a veces, inasibles. El chogue cultural fue profundo; de alli que resulte tan dificil sepa- rar lo real de lo imaginario, la verdad de la fantasia en los relatos. Las exageraciones (en las distanei ndios) son frecuentes y pueden conducir a serias errores: a menudo an interesadas y servian para realzar méritos y disimular faltas; otras el tamano de las cosas, el numero de veces resultaban del temor y el asombro ante lo desconocido, Tampoco er ficil expresar en términos comprensibles para el ptiblico europeo al quc iban destinados esos escritos objetos y realidades pars las cuales no existian palabras ni conceptos adecnados en lengua castelina. Asi, por cjemplo, para describir un guanaco, Antonio Pigafetta, cronista de la cxpedicién de Hernando de Magallanes, formulé la siguiente (y asom- brosa) deseripcién: “Este animal tiene cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y cola de caballo; relincha como esie tltimo”. Cémo Ilamamos a nuestros actores 180 comin denominar “indios” a los pueblos que ecupaban el con- incite americana cuando Cristébal Coldn arribé a sus playas en 1492. Fue el propio almirante quien lo usé por primera vez, conyencide de huiber arribadoa la India, meta esperada de su travesfa atkintica. Algunos nios después Los spa ples sabfan ya que © a sus descendientes. Durant ras fueron Ilamadas “Indias Occidentales”. Con distintos argumentos, desde hace algunos aios el as tierras no eran Ja India, vero eb in re se mantuvo y se extend érmino “in- dio” es duramente cuestionado, Eu los Estados Unidos se utiliza el de Native Ameri abori~ ns". En los paises de habla hispana se prelirid genes’, “indigenas’ u“originarios®, que tienen un significado similar, 20 America aborigen incluso son aceptados por Jos propios descendiente rho es posible afirmar que tales denominmaciones sean mds Legitimas que Inde “indio”, rechazada por las connotaciones peyorativas y degradan- tes que adqpirié con el tiempo, pues se lo asimil6 a “salvaje” © “parba- ro". De alli que, aclaraciones mediante, evitemios su uso en este libro, Claro que el que haya sido acuilade por es motivo de absoluto rechazo: al fin y al cabo, los otros términos son En cualquier caso, los conquistadores tampoco también europeos. Sin embargo, las mayores objeciones se vineulan con Jas implicancias de tal terminologfa, ya que supone cierra untidac de las poblaciones americanas que no existié en la realidad, lo que podria tener serias consecuencias metodaldgicas. De hecho, las peblaciones americanas se caracterizaban por su diversidad lingtistica y cultural, que no pas6 inadvertida para los europeos Por ese motivo, no existe cn las Ienguas indigenas americanas un tér- raino eqivalente; la identidad del native se encontraba dentro de los limites del grupo étnico al que se adscribia y las relaciones entre estos grupos eran a menndo conflictivas. Por tanto, no debe extrafhar que mu chos se aliaran a los conquistadores para enfrentar a sus tradicionales rv vales éinicos. Fl concepto de “india” (0 sus sustitutos) como revelador de hina unidad de las poblaciones americanas es producto de la conquista; no se trata de una categoria cultural, racial o émica, sino social. Hl indio era, por definicién, cl sometido, Durante la conquista, eta condlicion de conquistados confirié cierta unidad a poblactones émicamente diferen- tes y permit representacion espafiola de la sociedad colon dle dos “republics” separadas de manera tajante (poco importa que la realidad fuera mas compleja) refor2s y legitims esta identidad. De alli que en este libro se utilicen dichos términos despojandolos de todo contenido étnico. rechazo hacia ciertas formas de “indigenismo romantico”, bastante: a la moda entre ciertos grupos, que supone la existencia de una esencia 0 formular una identidad comin frente al conquistador. La jal como Ia yuxtaposicién a postura se complementa con un abjerto espfrita puros que subyacen a In diversidad exterior y perduran a (raves el tiempo. El “Nuevo Mundo": diversidad y heterogeneidad E] mundo americano prehispinico tiene un valor iniguabable para los Cientificos sociales interesados en la’ problematicn de tay diferencias culturales, Gi indo los enropeos arribaron a lax playaa americans del ‘Gonstnir la historia del mundo prehispanico 21 continente, este ofrecia una extraordinaria variedad natural y cultural. Por un lado, la multiplicidad de paisajes, climas y suelos se correspon- 1 con Ja diversicad de comunidades de animales y plantas, por otro, | pluralidad de comunidades humanas se expresaba en la diversickad cultural, social y lingiistica. La diversidad geogratica Vrolundos contrastes geogralicos caracterizan al continente america ho, Enorme isla continental que se extiende del Arico al Antartico, lus aguas de las dos mayores masas oceduicas, el Pacifico y el Adantico, hain sus costas occidentales y orientales; el Ecuador la corta en dos partes formando grandes franjas elimaticas comparables, aunque inver liday, que se extienden hacia el norte y el sur. De oeste a este el perfil del continente ¢s asimétrico, Al oeste, pa- hilclo al Pacifico, un enorme sistema cordillerano lo atraviesa desde Mask hasta Tierra del Fuego. Geologicamente joven, su estructura es compleja: coexisten alli elevacios cordones montafiasos, grandes vole cs profiindos, altas mesetas y planicies, y las mayores alnuras dol continente, En América del Norte, ese sistema es conocide con el nombre gencral de Rocallosas; en América del Sur, como Andes. La ica Central, que articula amisas masas continentales, esti cubierta de montafias. Sobre el litoral del Pacifico lias Hlanuras son muy estrechas, a veces inexistentes, y las montaiias lle asi hasta la costa misma. hes, val Wn gosta franja de tierras de Ame MI oriente de esos grandes sistemas se extienden inmensas Hanuras formacas por extensas cuencas fluviales, como la del Mississippi en el (ey kas del Orinoco, el Amazonas y el Plata en el sur; cerca del litoral \(hintico emergen algunos macizos y cordilleras, menos elevados y ge0- lopicamente antigues, com formas suaves y redondeadas producto de la prolongada erosis n. En los extremos del continente, dos antiguos ma- (ni Lorman extensas planicies, el escudo canddico y ka meseta patagé- WiGt Alyunos alloramientos rocosos antiguos rompen Ia uniformidad ‘le Hlantias y phinicies, como Los sistemas serranos del sur bonaerense ode tay pa central. Foo relieves inciden en la direccién de les yientos y la distribucién de ». Lats Huvias, abundantes en el Adaintico, disminuyen de bate este haste eneontarse con las altas cordiller iw prceipitaeie en cambio sobre 6 Pacitico son excepeionales, salvo en la ona ecuatorial y los exiremos, Hone y sur, La combinacién de esios elementos (relieve, latitud, condi- » clinniticay) dio lugar a ta formacién de wna vaviedad de pais 22. América anonigan cada uno con sus recursos caracteristicos, que abarcan desde la estepa polar al bosque tropical, de las extensas pracderas templaclas a as sabanas tropicales, de bas mesetas cesérticas a los fertiles valles mnontafiosos. Tal diversidad de ambientes incidié en la diversidad cultural, aunque no en el sentido del detenninismo geogréfico tradicional. Ante cada am- iente, las conmunidades humanas encontraron obstécules y postbilidades y, pata sobrevivir y reproducirse, desarrollaron estrategias y iecnologias especificas, al tiempo que claboraron miiktiples dispositives cuiturales y sociales. Ast, desde amey temprano, cada comunidad interactué con su ambiente, lo modifié y recres para aprovechar mejor sus recursos. En él siglo XV, cuando arribaron los europeos al continente, el paisaje de algunas vegiones, como los Andes centrales y Mesoamérica, habia sido profimdamente transformado por comunidades que habjan i complejas estxategias econdémicas, sociales y politicas para su uso ‘iado La diversidad lingiistica y cultural Lacantidad de familias lingifsticas, Lenguas individuales y vasiantes dia- lectales que se hablaban en ¢l continente es notable. Los expecialistas difieren en la cifra exacta de lenguas habladas y en el lugar de cada una de ellas en las clasificaciones lingifsticas, pero coinciden en que, en ¢l momento de la invasién europea, el ntimero de Jenguas o idiomas har blados (sin considerar variantes dialectales) babrfa roudado los dos mil, Fl mapa lingiifstico del continente presentaba entonces el aspecio de tun abigarrado mosaico donde muchos pueblos con diferentes lenguas podian convivir en espacios a veces reducidos, comparticndo incluso jina misma cultura, Es probable que esta caracteristica fuese resultado dle los intensos snovimientos de pueblos y de Tas frecuentes migraciones que tuvicron lugar a Jo largo de toda la historia prehisprinica, La diversidad lingiiistica no impidid, sin embargo, relaciones ¢ inter- cambios entre comunidades que hablaban lenguas ininteligibles entre sf, las cuales encontraron mecanismos para comunicarse: sin ellos, el prolongado funcionamiento de extensas redes de intercambio no ha- bria sido posible, La habilidad lingiifstica de os pueblos americanos es destacable; esto se observé en especial Iucgo de la invasi6n europea muy pronto numerosos indfgenas aprendieron a hablar con fhides, el castellano ¥ actuaron como intérpretes y traduetores de los conqutista dores; en Las escuelas mision anciscanas de Mesoamérica, jovenes dela nobleza indigena utilizaron la lengua eastellana para elaborar cr6 nicas o historia locales, ¢ incorporaron el alfabeto lating para escribir sug propias lengua. Construir ia historia del mundo prebispénieo 23 No fue menor la pluralidad cultural de Jos pueblos americanos. Ha- 2.1500, coexistian en el continente distintas economias (desde las for- mas més simples de caza y recoleccién hasta las mas complejas practicas agricolas) y diferentes formas de sociedad (desde las organizaciones de bandas hasta “estacos” e “imperios”). A ello ¢s preciso agregar la multiplicidad de costumbres y practicas sociales, de creencias y précti- cas religiosas, de habilidades teenolégieas, de expresiones simbélicas y estéticas. En este marco, cada grupo configuraba su propia identidad, cs decir, la forma en que se reconocfa a sf mismo y era reconocido por los otros, Ja cual se transformaba con el tiempo, conforme variaban las, iones histéricas. Por tanto, es claro que no existia en la América prehispanica nada que pudiera expresar la idea de unidad entre las poblaciones originarias del continente. El problema de las elasificaciones Aunque la pluralidad del mundo prehispanico atrae a los estudiosos interesados en. la problematic de las diferencias sociales y culturalcs. también puede convertirse en un obstdculo para la investigacién. Al igual que los estudiosos de las ciencias naturales, enfrentados ala multi vivas, los cientificos sociales necesitan agrupar a esas poblaciones © sociedades de acuerdo con ciertas caracteristicas crucia- les, definidas a partir de criterios establecidos previamente. Obtienen \si “tipos” © “taxones" que agrupan a distintas sociedades con rasgos semejantes y permiten organizar la informacién empirica, realizar com- paraciones mas amplias y formular hipétesis generales. Sin embargo, no debe olvidarse que tales tipos o taxones no constitu- yen re plicidad de forms lidades sociales en si mismas, sino que son construcciones aia \iNieas de los investigadores, Se wata de herramientas o insirumentos \wOricos titiles para clasificar (operacién fundamental en el campo de li Ciencia), pero las sociedades asi caracterizadas no pierden su indivi- ‘ualidad ni sus rasgos propios, Mas alld de las operaciones intelectuales explicar los procesos histéricos, el objeto final de los calidades sociales concretas, ubicadas en un tiempo Hinnancleas, hecesarias pa Nisioriadlores si y expacio dete Desde fa sey inci mitad del siglo XIX, con Ja conformacion de las odlernay (entre ellas Ia Historia y la Antropologfa), las ela- Micaciones adquiieron enorme importancia, en especial respecto de 4\\\Wellas soeiedides «ue Ho pertenecian al ambito del mundo europeo occidental contempor >, ya fireran las denominadas “prebistéricas”, Jw vociedaces “prinitivas® (que adn habitaban lugares remotos de Asia, 24 Amériga aborigen Africa y Oceania), 0 las que habian ocupado el continente americano antes del arribo de los europeos. Existieron distintas clasificaciones, y los criterios que las sostenian se fueron modificando. Las més conocidas, formuladas por los arqued- criterios visibles en los restos materiales, como la tecnologia (piedra tallada, piedra pulida, metales), las pract- logos, apelaron ante todo ‘eas econdmicas (que definian grupos recolectores, cazadores, cultiva- dores, agricnltores) y los modos de movilidad y asentamiento (segtin los cuales se las caracterizaba como némadas, seminémadas, sedentir rios aldeanos, sedentarios urbanos). Ademas, algunos de estos eriterios comenzaron a asociarse: la piedra tallada con la caz; nomadismo; la piedra pulida con la presencia de cultivos; el sedentaris- mo aldeano con técnicas como la cerdmica y ¢! tejido; los metales con aagricultura desarrollada y la vida urbana, En tanto, los evolucionistas decimondnices erearon tn modelo que supania tres grandes estacios 0 -recoleccion y el momentos (salvajismo, barbarie y civilizacién) en el proceso evolutivo por el que habrian pasado todas las sociedades, Tal esquema incorporaba los criterios tecnoldgices vineukindolos con las formas de matrimonio, parentesco, gobiemo y religion. Sin em- argo, tales asociaciones y las clasificaciones derivadas de ellas, elabo- radas en principio para cl continente europeo, demostraron su ineficar cia cuando, ante la acumulacién de informacion proveniente de otros continentes, se intent6 aplicarlas a otras sociedades. Esto ocurrié en los estudios acerca del continente americano, verdadero muestrario de excepciones respecto de las rigidas clasificaciones tradicionales, ‘Adems, al extenderse, los términos que denominaban a los distin- tos esiadios evolutives fueron adquiriendo connotaciones valorativas de ese modo, “civilizacién” se convirtié en sindnimo de una sociedad avanzada, culta y sofisticada —cuyo modelo por excelencia era la socie- dlacd europea occidental de esa Epoca~ en tanto Los etros clos, “salvajis mo” y “batbarie”, con una fuente carga peyorativa, se aplicaban a todas aquellas sociedacles, tamnbién lamadas “primitivas”, que ne habian al canzado tales logros. Las dos tltimas cayeron hace tiempo en desuso {al menos en el campo de la Antropologia), pero Ia oura sigue siendo empleada, aunque con un sentido mas especifico. des con un mayor grado de complejidad, cuyos rasgos basicos consisten ¢ refiere a socieda- cn Ia presencia de ciudades, una marcada divisién social del trabajo, desigualdad social y wna organizacién politica centralizada con una idvologia, & as dlileren cialmente religic sa, que justifica el poder y ciay sociales, Se corresponde, en ebesquema que dat mos ueygo, con las Construir ja historia cel mundo prehispanico 26 jefaturas avanzadas y los estados antiguos. En ese sentido usaremos el término, sobre todo en aquellos casos en que no resulta claro si se trata de una u otra forma polftica. En cambio, cuando hagamos referencia al significado valorativo tradicional, aparecera encomillado. Hacia mediados del siglo XX, los antropélogos vinculades al nevevo- lucionismo estadounidense plantearon la existencia de diferentes lineas cvolutivas, esto ¢s, de una evolucién multilineal, a diferencia de Ja uni- lineal, que postulaban los antiguos evolucionistas. Con esta idea como base, comenzaron a analizar Ja evolucién particular de Jas sociedades originarias americanas, elaboraudo sus propios esquemas clasificatorios. El esquema mas completo y exitoso fue desarrollado por el antro- pélogo estadounidense Elman Service, quien, a partir de informacion ctnografica, reconoci6 cn la América indigena cuatro tipos de socieda- des (bandas, tribus, jefaturas y estados antiguos) que, al mismo tiem- po, marcaban la cvolucion sociocultural del continente, Para Service la evolucion de las sociedades e poblacién, El crecimiento del ntimero de personas y grupos dentro de iedad demandaba formas cada yea mas complejas de integra cidn social y cultural. Los tipos reconocides por Service constituyen, pues, cuatro formas distintas de integracién sociocultural, ordenadas segtin su complejidad. El esquema de Service fue adoptado y aplicado por numerosos inves ligadores; aunque con algunas adiciones, y con frecuencia desprendido ha relacionada con el aumento de la una so ce sus implicancias evolutivas, todavia se lo utiliza y constituye una base ‘iil para una clasifieacién de las sociedades aborigenes americanas, tae sou que de todos modos no resulta nada sencilla Realizado a partir de informacién etnogriilica, este esquema presen- la sus primeros problemas cuando consideramys a sociedades que slo conocemos por documentacién arqueolégica (restos materiales), pues sic tipo de circunstancias no siempre da acabada cuenta de los aspec- acién. os sociales y politicos que ocupan un lugar cenual en la clasi investigador debe determinar cules son los rasgos criticos del material arqueolégico, rasgos que mostearian, con un mar yen aceplable de seguridad, la presencia de una banda, una tribu, una jelaiunto un estado. No obstante, como el registro arqueoldgico munca © conipleto incluso puede ser muy limitado-, es probable que esos gos evitivos solo puedan decumentarse de manera parcial Kir estos casos, enci Hu efeeto, no es dificil dist ngquir, en términos arqueolégicos, entre tn Campamento de cazadores y una ciudad o centro urbano, y econo: cor en ellos la presencia de una banda y un estado, respectivamente. 26 Amnirica aborigen Otras veces, en cambio, resulta dificil saber si un asentamiento de grandes dimensiones cra una aldea muy grande © una pequeita cine dad y, por lo tanto, decidir si sus ocupantes constitufan una jefarura o un estado incipiente, No debemos olvidar que las sociedades cambian de modo permanente y que esos cambios, pequefias y casi impercep- tibles, dejan pocos rastros en el registro arqueolégico y sélo pueden apreciarse en el largo plazo. Las bandas no se wansforman de un dia al otro en tribus; una jefatura no desaparece de repente para dar lie gar aun estado. Como sefialamos, las categorias de banda, tribu, jefatura o estado son Lipos 0 taxones clasificatorios y no refieren a una realidad social particu lar, A pesar de ello, las clasif investigadores. Cémo se definen tales tipos 0 taxones 0, dicho de otro modo, qué significan los conceptos dle banda, tibu, jefatura 0 estado es Jo que explicaremps a continuacién. caciones contintian siendo tiles para los Las bandas Se trata de sociedades pequefas, compuestas por varias familias vineu- Iadas por el parentesco, cuyo ntimero de miembros, que varfa segtin Jos recursos disponibles, rara ver excede algunas decenas. Los matri monios se acuerdan entre miembros de distintas bandas (exegamia) y la nueva pareja sucle residir con Ia banda del yaron (vitilocalidad). Por lo general estan integradas por varones casados, sus mujeres fordneas y los hijos solteros. Fl parentesco, que integracion de la banda, regula el lngar de cada individuo, sus derechos y sus obligaciones. Cada banda controla un territorio definido, por el que se desplaza para obiener distintos recursos, en general siguiendo un ritmo esta- cional anual. En ciertas épocas pueden compartir espacios con owas bandas, donde obtienen algunos recursos en conjunto. Ademés, estos encuentros se utilizan para intercambiar bienes y, en especial, para acordar intercambios matrimoniales, donde cada banda entrega y reci- be mujeres, y que contibuyen a establecer alianzas. Su econom(a se sostiene en la obtencién directa de recursos de la nat sy fan segtin las condi- sticula el funcionamiento y la ralezaa través de la eaza, la recolecci6n y la pesca, aunque la importan los modos en que se llevan adelante estas précticas va ciones particulares del territorio. La produccién artesanal, de cardcter do- méstico, se reduce a bienes de ‘amientas, artefactos {cil transporte (he y utensilios necesarios) y adornos personales. No hay comercio, y los in owidlal, tercambios, regidos por el parentesco, se ajustan a reglas cle recip) ‘Construir la historia del mundo grehispanice 27 Esas mismas condiciones regulan la amplitud y el ritmo de movilidad (nomadismo). En. situaciones especiales, cuando existen abundantes recursos estables en un espacio reducido, las bandas pueden residir de modo mas 0 menos permanente en un mismo lugar. Intemamente, no presentan més diferencias sociales que las derivadas del sexo y la edad, criterios que también regulan la division del trabajo. No hay lideres 0 je~ fes formales y, aunque surjan individuos prestigiosos por sus habilidades personales (un cazador valeroso, un rastreador habil o un shaman reco- nocido), s6lo los ancianos, cabezas de las distintas familias, mantienen cierta autoridad para resolver conflictos internos o tomar decisiones ¢o- lectivas, como el traslado del campamento o la venganaa de una ofensa, Las tribus FI ntimero de miembros de las tribus, muy variable, depende de cir- cunstancias particulares excede unos pocos miles de personas, Se trata de sociedades multico- munitarias, esto es, formadas por distintas comunidades © unidades sociales de base. Estas unidades se expresan en la presencia de cieria aunque mayor que el de las bandas, rara vez cantidad de asentamientos, aldeas o caserfos, no mucho mayores que los de las bandas aunque suelen ser mas estables, y son raros los casos en que toda la poblacién se concentra en una sola aldea, E problema basico es la integracién de esas comunidades en la uni- dad mayor que es la tribu, proceso en el cual el parentesco juega un pa- pel central. Si, come en las bandas, cada comunidad forma un grupo de de parentesco real, este se extiende al conjunto de la tibu por medio dle un sistema ampliado, que se expresa en una genealogia que conecia 4 los diferentes grupos o Inajes mediante el reconocimiento de un le jano ancestro comtin. Gomo descendientes de ese ancestro, los linajes © comunidades son, en principio, iguales. La solidaridad entre los tina- jes es reforzada por otras instituciones voluntarias, como asociaciones ynerreras, fraternidades religiosas 0 grupos de edad, que atraviesan de manera horizontal a las comunidades locales. Su organizacion interna también es muy variable, Los jefes de los li- hajes, ya veces también las distintas asociaciones tienen gran peso en la Vida social y politiea, aunque quienes ejercen ciertas funciones tribales base econdmica suficiente y dependen de idades. En algunos casos puede constituirse cieria al, de ui carecen, en gen sit prestigio y habi jorarquia de jefes tribales, e incluso alguna aldea puede Megara funcio- al nar como “capital” dle esto, no se observan roles in embargo, m jerenclas sociales hereditarias, 28 América aborigen La economia tribal suele asociarse pricticas horticolas 0 agricultura ple, aunque en rea dades. La recipros si Jidad puede abarcar un espectro ampli de activi- fad rige los intercambios cotidianos, si bien surgen formas més complejas, como la redistribucién, que permiten a cada comunidad acceder a recursos que no encuentra cn sus tierras, pero que existen en las de otra, Las jefaturas Las jefaturas (chigfdows, en inglés) o seforios eran entidades polit regionales que aglutinaban « mltiples comunidades bajo ln autoridad permunente de un jefe. A diferencia de los tipos anteriores, las jefaturas, gue podian alcanzar una poblacida de algunos miles de personas (inclu so, a veces, decenas de miles), mostaban algun tipo de “as varquizaci6n social, expresada por la posicién © rango clevados que ocupaban ciertos Jinajes y comunidades. El parentesco cra erucial en Ia articulacién de « las diferencias que emanaban de ella, estaban justificadas por la mayor 0 as sociedades: la superioridad de ciertos individwos y linajes, asf como menor proximidad genealdgica al jefe, cayo linaje ocupaba el lugar ands alto en el sistema de parentesco, y por ende, en la jerarquia social La estructura genealégica de cada jefatura, con su organizacién je- rarquica de los linajes, deriv de condiciones histéricas particulares, como antigtiedad, ubicacién, riqueza o prestigio. La superioridad del linaje del jefe provenfa de su mayor cercania genealdgiea respecto del fundador mitico, en especial a partir del principio de primogenitura. Asi, el jefe ocupaba un lugar central en todos los aspectos de la vida social, y su figura estaba rodeada de complejos rituales y ceremonias. Se reconocen al menos dos niveles en el cjercicio de la autoridad: los |jefes de las comuniclades locales y, por encima de estos, el jefe superior El poder de este tiltimo dependfa, sin duda, de la importancia de su linaje, pero también de su control sobre ka producci6n y el intercambio de bienes, de sus capacidades y habilidades personales (incluidas las fericlas a la guerra) y de una ideologfa itil para legitimar ¢ institucio- nalizar las desigualdades que se manifestaban en el seno de la sociedad. También dependia de la fuer defender los recursos de Jas comunidades bajo su mando. Hacia 1492, las jefaturas instala za yuerrera (su séquito 0 seguidores) para en distintas regiones del continente mostraban sus dimensione miihiples forma: actividades econémicas, patrén de asentamiento y poderes y atributos de los jefes dependian de cireuns s histrieas particulare Consituir la historia del mundo prehispanioo 28 Los estados antiguos Los estaclos constituyeron la forma sociopolitic da en el mundo americano prehispsnico. Mas extensos y con mas po- mas avanzada aleanza. bblacién, los estados antiguos conservaban algunos rasgos de las jefaturas (rango, reglas suntuarias, distancia entre las comunidades, papel del Ii der), aunque con diferencias cualitativas significativas, Organizaciones politicas altamente centralizadas, la articulaci6n de las comunidades que las integran no se expresa en extensos de sistemas de parentesca, \unque ‘tales sistemas jueguen un papel central dentro de los distintos cstamentos de la sociedad, sito que se asocia al territorio comiin en que \iven. En ese territorio pueden coexistir distintos centros (desde gran- hasta aldeas) organizados en forma jerarquica, a menudo con funciones especializadas. Uno de ellos acitia como capi len residir el rey © sefior, su séquito o corte, y los altos funcionarios. El vey, su linaje 0 los dioses a los que representa aparecen en tiltima rincia como los propietarios de ese territorio; en tanto, las demas comunidades pierden su caracter de propietarias y, aunque a vece dles ciudaces ‘al; alli suwe~ ins con- «van algunos derechos, en la prictica se convierten en usufractuarias dle esas tierras. La sociedad se divide cn clases o estamentos claramente difevenciados, lo cual se expresa a uavés del acceso a determinados bicnes suntuarios. El estado, expresién abstracta de esa unidad mayor, Visible en la figura del rey o seiior, se separa del resto de las comunida- des, que deben contribuir, por medio de su trabajo o de tributes, a su wostenimiento y al de la elite gobernante, La apropiacion de esos exce- denies constituye la base material del poder de] sefior y del estarnento jobernante. Intermediario 0 representante tinico de las divinidades, a veces ado- hado como una divinidad, el sefior ejerce un poder total asociado a la 1: eneabeza la organizaci6n religiosa, encarnada en una jerarquia de sacerdotes, y dirige la administracion del estado a través de una bure- Chicii © jecarqufa de funcionarios, reclutados en ambos casos dentro de |i. clite, cuya posicién depende, en principio, de la voluntad del senor. Janibién dirige la vida econémica: regula el acceso a las tierras, organiza li actividades productivas, establece y recauda los tributos, redistribuye hiches y controla los intercambios a distancia, en especial de bienes con s los resortes que as yuan li reproduccién material y simbética de Ia vida social y politica. Avinisino, cierios desarrolios culturales como el calendario, los sistemas ‘lo valor simbolico. Ein suma, el rey controla tode de cOmputoy registro, y los Complejos sistemas tcolgicos expresados en timan y ficilitay tales controles, liltowy vituales permiten, ley

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