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9 e fe 8 Se et ec sees & fines de 1994 cumplia un affo de gestion como funcionario politico en la Secretaria de la Funcién Pibiica. La vision “conspirativa" que expresaba en esos dias el Gobemador Angeloz respecto a la burocracia, chocaba con mis convicciones acerca del juego perverso que funcionarios y administradores permanentes establecen cada vez que se suceden los gobieros y los regimenes politicos. Decidi escribir esta nota como un intento por desenirafar la naturaleza de este juego, en una etapa decisiva de reconstruceién democratica, “Vengo a plantear la necesidad imperiosa de romper la telarania tecnocratica que parece estar instalada en el gobierno nacional..." "Los planes del gobierno radical se atascan y demoran en los estamentos intermedios de la auininisuacibn, se waia de ia herencia que nds——~~ dajé el Proceso y que es preciso neutralizer y anular da inmadiato." Asi se expresaba el Gobemador Angeloz en oportunidad de una reciente visita al Presidente Alfonsin. Su critica apuntaba a una aparente tarea de bloqueo y complicacién init (la telarefia) supuestamente urdida y ejecutada por un grupo estable de funcionarios (el “estamento intermedio") empefiado en demorar y entorpecer la tarea del nuevo gobierno. Si bien la imagen es bastanie feliz, y hasta convincenle si uno se guia por el sentido comin, la realidad resulta mucho més compleja. No es. Bees Pera desmenizar esa realiod en sus miitiples matices. a imagen una oposicion, un enfrentamiento, que pare’ los "nuevos" y los “estables enla tarea de on ar po gue no es ésta una historid de "los la simple observacion de or otro de signo muy una escena instituc diferente, ante las responsables de u interesa entonces 5 "estables’, : ‘ ioritarismo, muchos de 1 los intersticios que el dos por los organos represores ' f erin A Feralas Sus ms minimos requerimientos, Tocan timbres y eparecen secretarias, cadetes j [ imagen,” *S°S°F88 ¥ oFenanzes. Los periodstas los acosan, los medios dlfinden su Ya no son hombres "privados". Un magico acto electoral los rescaté de la privacidad y el Snonimato, colocandolos de golpe en el centro de la escena piiblica a cargo de la maquina Gon due se hacen las cosas que hacen los gobiernos. La maquina burocratica les crea Enionces Ia ilusion de que su auloridad equivale a poder, de que sus prerrogativas son sinenimo de discrecionalidad, de que s6lo deben proponerse realizar sus quimeras para que $2 vuelvan realidad. La maquina los seduce con suis cantos de sirena. Pronto descubren sin embargo que las sirenas sélo existen en sus fantasias, que existen rocas y remolinos, que las corrientes no son propicias para llegar a destino. esa inayoria conocen su oficio. Saben qué es lo que quieren, sospechan qué factores ; Podrian impedirles lograrlo pero ignoran las mas de las veces cémo hacerlas con los fecursos a su disposicién, Ni siquiera pueden precisar con qué recursos (en sentido amplio) ? cuentan realmente, Los "estables" los vieron llegar y, como lantas otras veces en el pasado, ) $¢ Teplegeron, adoplaron una actitud a la vez sumisa y cauta, prefirieron "verla venir’ qué ; mandarla traer". Fogueados en mil campafias parecidas en el pasado, conocedores de las { sinuosidades del terreno, de sus guaridas y accidentes, de sus fortiicaciones y tuneles, ’ \ Saludaron a los "nuevos" con distante cortesia, no exenta de recelo y temor. q » 3 jor desapareceria muy pronto. Tan pronto como quedé explicitada la principal regia del © -JUegO qUE Verdacerarieliic inipuiata a ius “ustabte. fa prescindibilidad,en-aras-de la feconciliacion y para evitar las consecuencias indeseables de una desocupacién masiva. ) Los recign llegados plantearon sus objetivos con mayor o menor detalle y grado de lucidez, ® exhibiendo, como sus mejores argumentos, la rotunda legitimidad conferida por las umas. ) También mostraron sus titulos técnicos 0 académicos, habilitantes de su personal : designacién al frente de tal o cual organismo. Pero en su mayoria, no habian tenido la oportunidad de: ejercitarse en la gestion de gobierno. Faltaba estafio. Desconocian los recovecos, los aguantaderos de expedientes, los “caminos de las espinas', los rituales del perigrinaje burocrético a través del cual los asuntos van recibiendo el tributo de todos aquéllos (demasiados!) que conforman esa extrafia especie boténica que llamamos el “Arbol de la decision”. Para colmo, hablan perdido Ei sodibil ic iscusion colectiva: | los espacios de discus a ci ee. Din iirones pero continuaba we debian colocarse, alizarse, servicios que ‘os debian someterse El "ésto se debe'- “aquello no se pu de montale de | ‘ leroy Publica, el Tribun; N que la Ley de ¢, ne los intocables 28 insticr os eaITEN dutiico Basico de la Funcién aN tables que debion eco me eSailias con maytisulas- eran bedeceran ova (bien cespoerse, ccpode de malos epius ue ante el expedient nares: No designards’, no adquirrés’ inte de tu préjimo’, eran parte del decalogo cuya Descubriero N asi que ; ‘i para "tener una enc ee @ alguien habia que “tener una estructura” (sic) y que det y) asilcnceer abla que tener presupuesto, y que para tener presupuesto habla prdcticamente nadie an ode eelaba minuciosamente relamentado, a tl pune que ce -ni siquiera'los mas avezados Tepre t- iatClGeteeCler errais| oes a ies svezadies representantes del establishment: sabia : el marco juridico aplicable a sién. Es decir, tanta habia sido'la prolferaciin regiamentaee eta mentarista en el pasado, que no exisla regio sobre la Vgenels , @fectiva de las normas que correspondia aplicar a un €as0 parlicular. Se acudia entonces a Ja memoria, la experiencia y los incomipletos digéstos para establecer la legalidad de un acto administrativo, revelando asi otra absurda paradoja: todo esta reglamentado_pero_se desconoce cul es e| canjunto de_nomas que_afecta_a_una situacion puntual: Se opera enionces por aproximacién, comprometiendo la responsabilidad del funcionario politico ave, como el dilettante que describlera Weber, suscribe expedientes con una mezcia de candor, suspicacia y temible ignorancia. ail

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