You are on page 1of 61
mi. Conferencia General a 24.* reunion, Paris 1987 5 24 Cc 24 C/31 13 de julio de 1987 Original: Francés Punto 8,5 del Orden del Dia Provisional CONVENIENCIA DE APROBAR UNA REGLANENTACION INTERNACIONAL GENERAL RELATIVA A LA SALVAGUARDIA DEL FOLKLORE RESUMEN ‘Tras haber examinado el estudio preliminar sobre los aspectos técni- cos, juridicos y administrativos de una reglamentacién internacional general relativa a la salvaguardia del folklore, la Conferencia General decidié, por su Resolucién 23 C/15.3, que 1a cuestién de 1a salvaguerdia del folklore podria ser objeto de un instrumento inter- nacional por conducto de una recomendacién a los Estados Miembros y pidié al Director General que convocara un comité especial de exper- tos gubernamentales para examinar 1a cuestién y que le informara sobre ese asunto en su 24a. reunién (el texto de la Resolucién 23 C/15.3 figura en el parrafo 12 del presente documento). En el presente documento se expone la situacién de 1a labor realizada hasta el presente al respecto y se indican qué decisiones corresponde @ la Conferencia General adoptar en su 24a. reunién. En el Anexo I se reproduce un extracto del informe de 1a Comt- sign del ‘Programa I, en el que se resumen los debates celebrados sobre esta cuestién en la 23a. reunién de 1a Conferencia General. En el Anexo II figura el estudio preliminar elaborado por el Director General y comunicado a 1a Conferencia General en su 23a, reunién. En el Anexo III figura el informe redactado a raiz de la reu- nién del Comité Especial de Técnicos y Juristas, celebrada en junio de 1987 para examinar 1a cuestién. Punto que requiere una decision: parrafo 21. 24 C/31 ~ pig. 2 1. En su Resolucién 5/03, aprobada por la Conferencia General en su 21a. reunién (septiembre-octubre de 1980), el Director General habia sido invitado a preparar un estudio preliminar sobre los aspectos técnicos y Juridicos de la conservacién del folklore, con miras a la posible elaboracién de una reglamentacién internacio- nal al respecto. 2. El pérrafo 05024 del Programa y Presupuesto Aprobados para 1981-1983 (docu- mento 21 G/5) precisaba lo siguiente: "Se convocarén dos comités de expertos gubernamentales (Categoria II). Uno de ellos se reunird en la Sede en 1961, con el objeto de definir las medidas que convendria tomar para preservar el folklore y 1a cultura popular tradicional, garantizar su desarrollo y protegerlo contra los riesgos de desnaturalizacién; el segundo, previa reunién de un comité (Catego- ria VI), seré organizado conjuntamente con 1a OMPI en 1982, y tendré la misin de formular proposiciones relativas a los aspectos “propiedad intelectual" de la proteccién del folklore y de la cultura popular tradicional. Se organizarén con- juntamente con 1a OMPI tres grupos de trabajo, que se reunirén en 1981, 1982 y 1983 en América Latina, Africa y Asia y el Pacifico respectivamente, con el objeto de estudiar las modalidades de aplicacién en el plano regional de una reglamenta— cién de ese tipo, teniendo en cuenta las particularidades propias de cada regién, del patrimonio cultural como elemento de identificacién de un grupo étnico o una comunidad nacional ( Teniendo presentes los resultados de los comités de expertos gubernamentales de 1981 y 1982, y en cumplimiento de la Resolucién 5/03, aprobada en la 21a. reunién, se prepararé un estudio preliminar para presentarlo al Consejo Ejecutivo en 1983 y, eventualmente, a 1a Conferencia General en su 22a. reunién, con objeto de que pueda pronunciarse sobre 1a oportunidad de aprobar una recomendacién sobre el particular, dirigida a los Estados Miembros". 3. Los dos conités de expertos gubernamentales previstos en el plan de trabajo del documento 21 C/5 se reunieron del 22 al 26 de febrero de 1982 y del 28 de junio al 2 de julio de 1982, respectivamente, en 1a Sede de 1a Unesco y en la de la OMPI. En el curso de dichas reuniones, se examinaron los distintos aspectos de la salvaguardia del folklore, con miras a determinar el contenido de una posible Teglamentacién internacional al respecto. Ademés, se han reunido tres grupos de trabajo, respectivamente en Bogoté (octubre de 1981), Nueva Delhi (enero-febrero de 1983) y Dakar (febrero de 1983). 4, A raiz de dichas reuniones, y conforme a la resolucién antemencionada de 1a Conferencia General, se ha elaborado un estudio preliminar sobre los aspectos técnicos y juridicos de la salvaguardia del folklore, estudio presentado al Con- sejo Ejecutivo en su 1léa. reunién (mayo-junio de 1983)1). A raiz de sus delibe- raciones, el Consejo Ejecutivo aprobé 1a Decisién 126 EX/5.6.2, por la que el Consejo Bjecutivo: Invita al Director General a proseguir, teniendo en cuenta las observa cfiones hechas y las opiniones manifestadas durante e1 examen de esta evestién por el Consejo Ejecutivo, el estudio preliminar sobre los aspectos técnicos, juridicos y administrativos de una reglamentacién general sobre 1a preservacién del folklore; 4. Decide, con ese fin, de conformidad con lo dispuesto en el Articulo 4, 2) del Reglamento antes citado2), que un comité de expertos haga, durante el ejercicio 1984-1985, un estudio a fondo sobre la amplitud y el alcance que podria tener esa reglanentacién; T. Documento 116 BX/26. 2. Reglamento sobre las recomendaciones a los Estados Miembros y las convencio- nes internacionales previstas en el pérrafo 4 del Articulo IV de 1a Consti-~ tucién. 24 C/31 ~ pag. 3 En_la_parte-B . 5 "5, Haciendo suyas las conclusiones del Director General sobre el cardcter - de urgencia que deberia darse a la eventual aprobacién de una reglamen- tacién internacional que trate especificamente de los aspectos relativos a “propiedad intelectual" de la preservacién del folklore, 7. Recomienda a la Conferencia General que invite al Director General a adoptar, junto con el Director General de 1a OMPI, las medidas pertinen- tes para estudiar 1a necesidad de esa reglamentacién especifica y para proceder a su elaboracién; 8. Ruega al Director General que’ le presente un informe sobre todas esas cuestiones en su 12a. reunién.” 5, E1 Programa y Presupuesto Aprobados para 1984-1985 (documento 22 C/5) con- tiene, en sus pdrrafos 15115, 15116 y 15117, las disposiciones siguientes: "Proteceién del folklore. A 1a luz de las opiniones expresadas por el Consejo Ejecutivo en su 1l6a. reunidn, se proseguird el examen, sobre una base inter- disciplinaria, de la manera de asegurar la salvaguardia del folklore, en relacién con las actividades previstas en el Programa XI.2 (La cultura y el futuro). En 1985 se reunird un comité (Categoria II) de expertos gubernamen- tales encargado de realizar un estudio a fondo de 1a extensién y el alcance que podria tener una reglamentacién general relativa a la salvaguardia del folklore. El informe sobre los trabajos de ese comité y los resultados de las actividades realizadas de conformidad con los parrafos que siguen se somete- al Consejo Ejecutivo en su 121a, reunién. Eventualmente se inscribiré en el Orden del Dia de 1a 23a, reunién de 1a Conferencia General la cuestién relativa a la conveniencia de aprobar una reglamentacién general en esta materia. Bl ciclo de reuniones regionales encargadas de adaptar a las necesidades de cada regién las disposiciones tipo de legislacién nacional sobre la protec- cién de las expresiones del folklore contra-su explotacién ilicita concluiré con 1a convocacién en 1984, conjuntamente con 1a OMPI, de un comité regional (Categoria VII) de expertos érabes. En 1984, conjuntamente con 1a OMPI, se convocaré en 1a Sede un comité de expertos (Categoria VI) para examinar la cuestién de 1a proteccién, a nivel internacional, de los aspectos relativos a la propiedad intelectual en la proteccién del folklore," 6: En virtud de dicho plan de trabajo, el Comité de Expertos Gubernamentales encargado de realizar un estudio a fondo de la extensién y alcance que pudiera tener una reglamentacién general relativa a la salvaguardia del folklore se reunié en la Sede de 1a Unesco del 14 al 18 de enero de 1985. 7. _Anteriormente, en el marco del ciclo de las reuniones regionales encargadas de adaptar a necesidades de cada region 1as disposiciones tipo de legislacién nacional sobre la proteccién de las expresiones del folklsre contra su explotacién ilicita y otres actividades perjudiciales, habia sido organizada, conjuntamente con la OMPI, una reunién en Doha (Qatar) del 8 al 10 de octubre de 1984, 8. Por otra parte, del 10 al 14 de diciembre de 1984 habia sido convocado en la Sede de 1a Unesco, conjuntamente con 1a OMPI un Grupo de Expertos en la proteccién internacional de las expresiones del folklore por 1a propiedad intelectual. 9. Bn aplicacién de 1a Decisién 116 BX/5.6.2 del Consejo Ejecutivo y conforme al Articulo 3 del Reglamento sobre las recomendaciones a los Estados Miembros y las 24 G/31 - pag. 4 convenciones Internacionales previstas en el pérrafo 4 del Articulo IV de la Con: titucién, fue presentado al Consejo Ejecutivo en su 121a. reunién un estudio preliminar sobre los aspectos técnicos, juridicos y administrativos de una regla- mentacién internacional general relativa a la salvaguardia del folklore. Dicho estudio, que figura en el Anexo II del presente documentol), fue redactado fun- déndose, no s61o en la labor de los comités de expertos gubernamentales antecita— dos, sino también en una encuesta efectuada entre los Estados Miembros, en las conclusiones de los grupos de trabajo convocados conjuntamente con la OMPI en América Latina y el Caribe, en Africa, en Asia y én los Estados drabes, asi cono en la labor del Grupo de Expertos mencionado en el parrafo 8 supra. 10, Habida cuenta de dicho estudio preliminar y del informe que adjuntaba el Director General, €1 Consejo Ejecutivo aprobé, en su 21a, reunién, la siguiente decisién (121 EX/5.7.2): "El Consejo Ejecutivo, 1, Gonsiderando los articulos 2 y 3 del Reglamento sobre las recomendacio— nes a los Estados Miembros y las convenciones internacionales previstas en el pérrafo 4 del Articulo IV de 1a Constitucién, 2. Habiendo examinade el informe y el estudio preliminar que figuran en el documento 121 EX/18, 3, Decide incluir en el Orden del Dia Provisional de 1a 23a. reunién de la Conferencia General 1a siguiente cuestién: “Oportunidad de aprobar una reglamentacién internacional .general relative a le preservacién del folklore”." 11. Asi pues, el estudio preliminar fue presentado a la Conferencia General, en su 23a. reunion. El Anexo I del presente documento contiene un extracto del informe de la Comisién del Programa I en el que se resumen los debates de 1a Con- ferencia General al respecto. 12. A raiz de esas deliberaciones, 1a Conferencia General aprobé 1a Resolucién 15.3 que reza como sigue: ‘La Conferencia General, Teniendo presentes los Articulos 2 y 3 del Reglamento sobre las recomendacic- nes a los Estados Miembros y las convenciones internacionales previstas en el parrafo 4 del Articulo IV de 1a Constitucién, Habiendo examinado el informe y el estudio previo que figuran en el documento 23 6/32, 1. Decide que 1a cuestién de la salvaguardia del folklore podria ser objeto de un instrumento internacional por conducto de una recomendacién a los Estados Miembros; 2, Bide al Director General que convoque un cowité especial de expertes gubernamentales para examinar la cuestién y le pide que informe asimismo sobre este asunto en la préxima reunién de la Conferencia General en 1987." 13. El plan de trabajo del Programa y Presupuesto Aprobados para 1986-1987 prevé, en su pérrafo 15109, la convocatoria en 1987 de un comité especial de técnicos y juristas (Categoria II) encargado de preparar un proyecto de reglamento interna~ cional en 1a materia, con el objeto de examinar, en relacién con las actividades T, Unicamente se reproducen algunos apéndices del documento presentado al Con- sejo Bjecutivo. 24 C/31 - pag. 5 previstas en el Gran Programa XI, Subprograma XI.1.2 (La cultura y el futuro), las medidas que cabria tomar para garentizar, en el marco de un enfoque global y sobre una base interdisciplinaria, la preservacién del folklore. 14. Gonforme a dicho plan de trabajo, del 1° al 5 de junio de 1987 se reunié en la Sede de la Unesco un Comité Especial de técnicos y juristas encargado de examinar la cuestién de una reglamentacién internacional general relativa a la salvaguardia del folklore. 15. De las deliberaciones de dicho Comité se desprende un acuerdo unénime en reconocer 1a necesidad urgente de una reglamentacién internacional sobre 1a salva— guardia del folklore, cuya importancia, como parte integrante del patrimonio cul- tural y de la cultura viva del mundo, se afirma cada vez con mayor fuerz: 16. Asi pues, habida cuenta de 1a extremada fragilidad de las formas tradiciona— les del folklore, y en particular de las correspondientes a las tradiciones orales, se ha recalcado la necesidad de que todos los Estados Miembros tomen conciencia del peligro que amenaza al folklore, entre otras cosas, frente a las aportaciones externas que favorecen los nuevos medios técnicos de difusién, asi como 1a urgencia de actuar para salvaguarderlas. 17, Se ha formulado cierto mtimero de sugerencias acerca del contenido de una posible reglamentacién internacional y acerca asimismo de las medidas que podrian adoptarse, en los planos nacional e internacional, para inventariar, acopiar, conservar y proteger el folklore. 18. Bl reforzamiento de 1a cooperacién internacional y 1a funcién que al respecto puede desempefiar 1a Unesco se han mencionado en miltiples ocasiones como uno de los eJes principales y clave del éxito de cualquier reglamentacién internacional Dicha cooperacién internacional ha sido mencionada a propésito de temas como 1a elaboracién de una tipologia universal y la coordinacién de las actividades des- plegadas en este terreno o 1a formacién de especialistas. Se ha contemplado 1a posibilidad de instituir para ello un mecanismo internacional, consistente, por ejemplo, en un Comité o un Consejo Mundial del Folklore. 19. Por wltimo, se ha sefialado 1a importancia de 1a labor desempefiada conjunta- mente por la Unesco y 1a OMPI en materia de proteccién de las expresiones del folklore mediante 1a propiedad intelectual, que encaja en el marco de las acciones que los Estados deberian llevar a cabo para proteger el folklore tanto en lo que se refiere a'su utilizacién como a eu difusién. 20. En el Anexo III del presente documento figura el informe redactado a raiz de esta reunién. 21. En virtud del Articulo 6 del Reglamento sobre las recomendaciones a los Esta- dos Mienbros y a las convenciones internacionales, corresponde a la Conferencia General, habida cuenta de las informaciones que figuran en el presente documento: a) decidir si la cuestién de la salvaguardia del folklore debe ser objeto de una reglamentacién internacional; b) en caso afirmativo, determinar en qué medida podrdé reglamentarse dicha cuestién mediante una recomendacién a los Estados Miembros, tal como contempla la Resolucién 23 G/15.3; y ©) decidir si corresponde reunir un Comité especial formado por técnicos y Juristas nombrados por los Estados Miembros que redacte el proyecto definitive que se presentaria a 1a Conferencia General en su 25a. reu- nién (1989). 24 C/31 ~ pig. 6 22. Debe recordarse que, conforme a lo estipulado por el Articulo 9 del Regla~ mento antes mencionado, .1a Conferencia General no se pronuncia sobre 1a aprobacion de un proyecto de convencién o de recomendacién antes de 1a reunién ordinaria siguiente a aquella en que hubiere adoptado la‘decisién antes citada. De ello se desprende que, en este caso, la Conferencia General no puede en modo alguno apro- bar una recomendacién dirigida a los Estados Miembros sobre el tema en cuestién con anterioridad a su 25a, reunion (1989). 23, Si 1a Gonferencia General decide que 1a cuestién debe ser objeto de una reco~ mendacién a los Estados Miembros, encargard al Director General, conforme al pérrafo 1, Articulo 10, del Reglanento, que redacte un informe sobre 1a situacién que deba ser objeto de 1a reglamentacién y sobre el dmbito posible de dicha regla- mentacién. Dicho informe iré acompafiado de un anteproyecto de recomendacidn. Esos documentos se presentarén a los Estados Miembros para que formulen las observacio- nes que consideren pertinentes, Posteriormente, se redactaré un informe defini- tivo, fundado en los comentarios y observaciones que se formulen, en el que figure un proyecto revisado. 24, Conforme al parrafo 4, Articulo 10, del Reglamento, 1a Conferencia General deberdé asimismo, como indica el parrafo 21 ¢) supra, decidir si el informe defini- tivo le serd presentado directamente o si se presentard previamente, para su examen, a un Comité Especial de técnicos y juristas nombrados por los Estados Miembros. En el segundo caso, y conforme al pdrrafo 5 del citado Articulo 10, el Comité presentaré a los Estados Miembros un proyecto aprobado por él, a fin de que Jo examine 1a Conferencia General. 24 C/31 Anexo I ANEXO_I INFORME DE LA COMISION DE ‘PROGRAMA 1 DE LA CONFERENCIA GENERAL (23a, reunién) Parte II (Punto 6.7 del Orden del Dia) Oportunidad de aprobar una reglamentacién inte) reletive a la salvaguardia del folklore 1, Tras 1a presentacién por el Subdirector General de los Programas Generales y de Apoyo a1 Programa del documento 23 C/32 relativo a los antecedentes de la cues~ tidn y @ la problemética que se planteaba en el estudio presentado por el Director General, 17 miembros de 1a Comisién hicieron uso de 1a palabra. 2. En términos generales, los delegados que intervinieron con respecto a este punto recalcaron undnimemente la necesidad de adoptar medidas para preservar el folklore, y expresaron su acuerdo en relacién con los objetivos de este proyecto. La gran mayoria aprobé el proyecto de una accién normativa, preferentemente no obligatoria, a escala internacional. 3. Varios delegados hicieron hincapié en 1a importancia de preservar elementos de la identidad cultural de los pueblos y destacaron que habia que esforzarse por proteger las obras del folklore contra utilizaciones abusivas y contra toda distorsién. 4, Un delegado sefialé que 1a proteccién del folklore no incumbia a la Divisién del Derecho de Autor, sino al Sector de Cultura. 5. Varios representantes de los Estados Miembros declararon que 1a proteccién del folklore no debia examinarse desde el punto de vista del derecho de autor en Ja medida, en particular, en que les obras de folklore debian ser consideradas como pertenecientes al dominio piblico, y que correspondia a cada Estado garanti- zar su proteccién en el marco de su legislacién nacional. Jn delegado manifests su preferencia por 1a cooperacién entre los Estados en la esfera de la salvaguardia del folklore. 6. Varios delegados, al tiempo que recalcaban la necesidad de adoptar medidas encaminadas a preservar el folklore, recordaron que el trabajo preparatorio para Ja elaboracién de un instrumento internacional en este émbito stn no habia con- cluido en 1a medida en que todavia no se habian resuelto las cuestiones de la definicién, la identificacién, 1a conservacién y la preservacién. 7. Dog miembros de 1a Gonisién sefialaron que existia el riesgo de que una regla- mentacién internacional perjudicara la libertad de creacién y que la exigencia de un pago, o incluso de una autorizacién previa, para utilizar una obra de folklore, podia frenar el desarrollo cultural de los Estados Miembros y de ese modo parali~ zar el enriquecimiento del folklore, teniendo en cuenta el hecho de que este ltimo vivia y evolucionaba en el tiempo. 8. Algunos delegados estimaron que cada Estado tenia la libertad de promulgar una legislacién en esta esfera inspiréndose en disposiciones tipo que la Secreta- ria de la Unesco podria elaborar con destino a los Estados interesados por esta proteccién. 24 C/31, ‘Anexo I 9. Un miembro de 1a Gomisién consideré por su parte que convenia tomar en consi- deracién 1a Convencién sobre la Proteccién de los Artistas Intérpretes y Ejecutan— tes, los Productores. de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusién, que podia aplicarse en este caso, al menos con respecto a las actuaciones de los artistas intérpretes o ejecutantes. 10. Por ultimo, un miembro de ia Comisién destacé la necesidad (e explicar el enfogue adoptado, que consistia en proteger el folklore contra toda distorsién a fin de preserva:lo, y no en garantizar su proteccién como a uns obra acogida al derecho de autor. 11. Al término del debate, 1a Comisién, considerando que atin no era posible conenzar a elaborar el proyecto de un instrumento internacional, recomendé que la Conferencia General aprobara un proyecto de resolucién. La Gonferencia General, Teniendo presentes los articulos 2 y 3 del Reglamento sobre las recomendacio- nes a los Estados Miembros y las convenciones internacionales previstas en el pérrafo 4 del Articulo IV de la Constitucién, Habiendo examinado el informe y el estudio previo que figuran en el documento 23 C/32, 1, Decide que 1a cuestién de 1a salvaguardia del folklore podria ser objeto de un instrumento internacional por conducto de una recomendacién a los Estados Miembros; Pide al Director General que convoque un comité especial de expertos gubernamentales para examinar 1a cuestién y le pide que informe asimismo sobre este asunto en la préxima reunién de la Conferencia General en 1987. Ir. qr, Iv. ve ANEXO_IE ESTUDIO PRELIMINAR SOBRE LOS ASPECTOS TECNICOS, JURIDICOS Y¥ AOMINISTRATIVOS DE UNA REGLAMENTACION INTERNACIONAL GEWERAL RELATIVA A LA SALVAGUARDIA DEL FOLKLORE INDICE INTRODUCCION 6 2 ee ee te eee eee LOS DIFERENTES ASPECTOS QUE IMPLICA LA PRESERVACION DEL FOIKUORE. . . ee ee ee ee eee 1. Definicién dol zolklore ©... ee ee ee 2, Identificacién del folklore... eee eee ee ee a) Aepectos que abarca el folklore ...-.. +--+ b) MBtodos de identificacion -. ++. ee ee eee 3. Conservacién del folklore... ee ee ee ee eee 4, Preservacién del folklore... eee eee ee 5, . Difusién del folklore... ee ee ee 6. UtdLizacién del folklore... ee ee ee eee a) UtLlizacién del folklore en relacién con 1a propiedad intelectual... +. eee ee eee b) Loa derechos que implica 1a utilizacién material del folklore 2 ee eee te eee EA ACCION DE IA UNESCO. Se ee ee eee 1, Antecedents 2. ee ee ee eee 2, Estudio global sobré 1a-proteccién del folklore... ..- a) Encuesta entre los Estados Miembros... - +. ++ - b) Comité de Expertos Gubernamentales de febrero de 1982... ee eee ee eee ©) BI segundo Comité de Expertos Gubernanentale de enero de 1985 ee ee ee tt ee 3. Estudio de 10s sspectos de 1a proteccién de 1as expresiones del folklore que estén relacionados con 1a propiedad intelectual, realizado conjuntamente con la OMPI.... a) Comités de Exportos de 1980 y 1981... . 2.2... b) Comité de Expertos Gubernanentale: de junio de 1982... ee eee ee eee ©) Comité de Repartos Regionales .. 2... eee 8) Grupo de Expertos sobre 1a Proteccién Internacional de las Expresiones del Folklore por 1a Propiedad Intelectual de diciembre de 1984... .. +. 2+ + PERSPECTIVAS DE SOLUCIONES 62. ee tee ee eee 24 C/31 Anexo II 12 13 4 14 7 18 18 19 19 24 23 25 25 26 27 28 30 32 24 6/31 Anexo IT - pag. 3 1. INFRODUCCION 1, EL folklore contiene todos los elementos que un pueblo produce para existir. Fo la cultura de un grupo humano y 9u revelacién, cultura popular y tradicional que su historia hace evolucionar en funcién de las necesidades de 1a vida del grupo y a la que este Gitimo se aferra enérgicanente, puesto que constituye la fuente de 1a vida comunitaria. 2. El folklore es, pues, un elemento fundamental de 1a cultura humana, en la que se reconoce el espiritu que anima al ser humano, 3. Las expresiones del folklore revelan un aspecto cultural de una civilizacién © comunidad de seres humanos. Son 1a emanaciSn de un grupo o pueblo que se des- arrolla de acuerdo con normas y arquetipos propios a través de los cuales se perciben y manifiestan las actitudes y las reacciones de sus miembros de cara al medio natural. Dichas expresiones estén muy cerca de las preocupaciones cotidia~ nas esenciales y vitales de un pueblo. Son el medio de identificacién gracias al cual cada uno se reconoce y justifica su pertenencia. Sin la cultura de la com nidad de que procede, el hombre es bien poca cosa. 4, Las expresiones del folklore siempre van unidas a sus origenes, ‘o sus fuen- tes. Pareceria como si, al separarse de sus orfgenes, se vieran amputados de sus elementos esenciales, y sera de temer que ya no tuvieran 1a misma significacién. Su contenido s610 puede captarse teniendo en cuenta eu contexto cultural. Sepa- rado de éste, el mensaje ya no es el mismo y habla mfis en funcién del que inte- rroga que del que crea y produce. 5. ta autenticidad y 1a conservacién del folklore representan temas fundamenta- Jes de preocupacién. ta importancia del folklore no hace sino aumentar cada vez mis debido sobre todo a los intercambios culturales que se maltiplican tanto por el interés estético que el folklore representa como por la voluntad de conocer otros pueblos y civilizaciones. En la medida en que en el mundo contemporfneo se intensifican las relaciones y los contactos internacionales, los diversos compo- nentes de las tradiciones culturales, en cuyo seno el folklore constituye un ele- mento fundamental, deben ser uno de los principales factores de intercambio entre 108 pueblos. 6, Las tecnologias modernas de reproducci6n y de representacién y, en términos mAs generales, de difusién, contribuyen en gran medida a ese intercambio y son sua instrumentos privilegiados. La f6rmula que figura en el preSmbulo de 1a Constitu- c46n de 1a Unesco, segfin 1a cual - los Estados Partes en la presente Gonstitucién, persuadidos de 1a nece- sidad de asegurar a todos el pleno e igual acceso a la educacién, 1a posibilidad de investigar libremente 1a verdad objetiva y el libre intercambio de ideas y de conocimientos, resuelven desarrollar e intensificar las relaciones entre sus pue- blos, a fin de que éstos se comprendan mejor entre si y adquieran un conocimfento més preciso y verdadero de sus respectivas vidas", sigue teniendo hoy mas vigencia y actualidad que nunca, gracias entre otras cosas a las nuevas tecnologias. 7. Bl dmbito del patrimonio cultural de 1a humanidad se percibe cada vez més en su totalidad. Cada dia se presta mayor atencién al conjunto de sus componentes. A Jo largo de los afios, son cada vez més las expresiones que adquieren un estatuto andlogo al de los monumentos o las obras literarias, artisticas o musicales. 24 C/31. Anexo II - pag. 4 8. Por ello, cada dia es mis real 1a necesidad de consagrarse a la preservacién de ese patrimonio. Sus conternos, en otro tiempo de concepcién difusa, acaban por precisarse de manera gradual gracias a los trabajos realizados, en particular por Ja Unesco. Lo mismo puede decirse de los diversos elementos que conviene tener en cuenta a partir de la perspectiva de la institucién de los sistemas de proteccién. XI. 10S DIFERENTES ASPECTOS QUE IMPLICA ‘LA PRESERVACION DEL FOLKLORE 9. La problenftica que representa el folklore e sumamente compleja y comienza por su definicién misma. Ademis, la proteccién que se prevé abarca diversos aspectos y éstos son la identificacién de los elenentos constitutivos de cada una de las categorias de expresién de dicho patrimon'lo cultural, su conservacién, su preservacién, su difusién y su proteccién contra una explotacién abusiva. Definicién del folklore 10. Definir el folklore es un problema sumamente delicadoy es dificil delimitar este fenémeno. No obstante, y a medidz que avanzan los trabajos en curso, evolu- cionan también las concepciones del folklore y se modifican y precisan. se produ cen cambios en los fenémenos del folklore mismo, en la manera de pensar de quien Jos estudia y en la actitud de quienes ejercen alguna influencia sobre el lugar que debe ocupar el folklore en la polftica cultural. Las reflexiones que ha suscitado hasta ahora permiten, por una parte, empezar a captarlo mejor y, por otra, a plantearse algunas medidas de salvaguardia. 11, Las definiciones formiladas pueden subdividirse en tres categorfas: defini- ciones basadas ea criterios, en lista y en forma de descripciones. Los criterios que se aplican a los productos folkléricos son, por ejemplo, que son anénimos (pueden tener un autor, pero se desconoce), estructurados (las expresiones se rigen por determinados modelos y reglas), de orientacién grupal (hay un grupo que jas mantiene y las reconoce), no tienen un origen literario (o por lo menos no dixectamente) y son orales (se transmiten por contacto directo sin soporte escrito). Segin esta definicién, todos los productos que satisfagan estos crite~ ios son folklore. las definiciones basadas en listas descriptivas son general- mente mis largas, y presentan un nGmero relativamente elevado de géneros y/o can~ pos folkléricos representativos. os ejemplos aparecen en una lista que nunca es exhausbiva pero que ilustra bastante bien el objeto de la definicién, dejando al lector la'tarea de decidir los rasgos comunes de los fenfmenos de lz lista. ta definicién en forma de descripciones combina factores de diferente nivel, tales como €1 contenido, la funcién y 1a significacién. ‘rata de llamar la atencién sobre lo esencial, buscando una forma acertada, pero no pretends ser exhaustiva. 12, tas definiciones del folklore han evolucionado. tas primeras que se propusieron se bagaban en criterios tales como “el anonimato, el cardcter tradicional y el origen popular"l) y “creatividad art{stica imperconal, oral y de un inotrumento internacional para la proteccién del folklore. reuni6n, Paris, 5-11 de ‘Ty Propue: Comité Intergubernamental de Derecho de Autor, 12a. diciembre de 1973. Documento IGC/xII/12. 24 C/31 Anexo II - pag. 5 tradicional"?), purante mucho tiempo se defendi6 1a teorfa de 1a creacién impetsonal y colectiva?), era una época en que lo importante era el papel del Antérpzete conocido del folklore en detrimento de los autores originales descono- cidos. Sin embargo, en la reuni6n del Comité de Expertos sobre la Proteccién Juridica del Folklore, celebrada en TGnez del 11 al 15 de julio de 1977, se pidié con insistencia que se sustituyera el criterio "impersonai" por el de “anénimo™, ya que “en Africa... la personalidad del artista participa fuertemente en 1a expresién folklérica y... el modo de utilizacién es por lo menos tan importante como el material folklérico"3). En la misma ocasién se sefialé que habia una "imperiosa necesidad dé ponerse de acuerdo sobre la terminologia y el sentido de Jas palabras utilizadas, cuyo contenido semintico varia segin los paises” 13. Se admite, no obstante, que el problema no puede resolverse a nivel general. Conviene disponer de una imagen organizada del folklore, es decir, de algo que sea en parte un bien comin y en parte un saber detentado por los espevialistas de 1a tradici6n. Bn el caso de algunos géneros, el intérprete desempefia un papel deci- sivoy no es suficiente con que conozca y recuerde el contenido, las normas esti- Listicas y el idioma de un género determinado, sino que debe también poder selec- cionar los elementos adecuados para una interpretacién y un pGblico concretos, y crear, por decirlo asf, una nueva composicién basada en estos elementos tradicio- nales. En otras palabras, hay géneros folkléricos en los que’el papel del indivi- duo cobra ‘relieve en la produccién y la interpretacién de la tradicién. tay muchos ejemplos de géneros de folklore narrativo, poemas rituales (por ejemplo, las lamentaciones de las plafiideras en una comitiva fGnebre), encantamientos, canciones liricas, etc., combinados en cumposiciones més amplias. Hay una autén- tica recreacién cuando, por ejemplo, un mito que explica el origen de una enferme- dad se adapta, digamos, al nacimiento de un oso: se expresa una nueva idea tomando elementos de un poena mftico, un esquema estructural y un estilo existen- tes. Pero solamente se convierte en folklore si coincide con la cosmovisién de la comunidad y es aceptado por el grupo que rodea al intérprete. 14, Hay algunos géneros que no llevan ningGn distintivo individual) por ejemplo, os proverbios, que se repiten una y otra vez y siempre con las mismas palabras. En este caso, 1a creatividad del intérprete se manifiesta de manera distinta: 10 decisivo es aqui su habilidad para captar 1a situacién, escoger correctamente el proverbio y aplicarlo de manera que adquiera un significado que no tiene necesa- riamente en otra situaci6n. En el folklore, lus variaciones son un signo de acti- vidad creadora, pero su ausencia no significa que haya desaparecido la creativi~ dad, ya que también puede variar el contexto del folklore. Este ejemplo ilustra la dificultad de aplicar un criterio. A veces es pertinente, otras veces no. EL carfcter impersonal o colectivo de las expresiones folkléricas puede defenderse cuando 1a variacién del folklore es minima y cuando falta la impronta personal. I) Examen de 1a posibilidad de establecer un instrumento internacional para la proteccién del folklore. Comité Intergubernamental de Derecho de Autor, pri- mera reuniGn extraordinaria del Comité de la Convenci6n de 1971, y Coaité Bjecutivo de 1a Unién Internacional para la Proteccién de las Obras Litera- rias y Artisticas (Unién de Berna)(tercera reuni6n extraordinaria), Ginebra, 10-16 de diciembre de 1975. Documento IGC/KR.1(1971)/15 — B/EC/IX/11. 2) Comité Intergubernamental de Derecho de Autor, segunda reunién dal Comité de 1a Convencién de 1971 y Comité Bjecutivo de 1a Unién Internacional para la Protecci6n de las Obras Literarias y Art{sticas (Unién de Berna), 12a. reu~ nién (cuarta reunién extraordinaria), Paris, 28 de noviembre - 6 de dicienbre de 1977, Documento IGC(1971)/II/17 ~ B/EC/XXI/13. 3) Véase ei Informe de esa reunién, documento UNESCO/FOLK/1/4 24 C/31 Anexo II - pig. 6 Otro argumento posible es que cabe que no sepamos mucho acerca del primer intér- Prete, del primer creador de una expresién folkl6rica, y que sepamos, en cambio, que el folklore es adoptado reiteradamente por nuevos intérpretes y adaptado a nuevas eituaciones. Estos nuevos intérpretes y las diversas adaptaciones contri- buyen considerablemente ai desarrollo de una expresién folki6rica. 1 creador de wna adaptacién ingeniosa puede permanecer en el anonimato, pero esti mucho nas cerca de nosotros en el tiempo que el supuesto creador primigenio. En el trabajo concreto los expertos afirman que se pueden encontrar adaptaciones cuyo autor es identificable. Sin embargo, como es el Gltimo eslabén de 1a cadena de adaptacio- nes, es posible que vacilemos en decir que se trata del autor. los intérpretes anteriores pueden haber contribuido considerablemente a 1a forma y al contenido de un producto del folklore, pero no podemos evaluar el alcance y la naturaleza de sus contribuciones. Por este motivo conservamos el concepto, un tanto absurdo, de paternidad pGltiple. Algunos estudios sobre un gran nfmero de cantantes de bala- das u otros intérpretes han demostrado que, por ejemplo, entre ellos sc encuentran tres o cuatro tipos diferentes de personalidad, que se reflejan en el folklore que produceny uno interpreta 1a balada siempre con las mismas palabras, el segundo la acorta o 1a alarga sin cambiar el argumento, el tercero prefiere rehacer toda la balada introduciendo elementos de otras canciones, y asi sucesivamente. Por lo tanto, los limites de variacién del folklore no estan determinados solamente por la naturaieza del género, sino también por el tipo de interpretacién. La razén que explica que el folklore no cambie mucho es que gran parte de las variaciones son funcionales, teuporales y relacionadas con 1a situaciény “espués de la interpreta- eién, esta pequefia variacién retrocede, por asi decirlo, a su punto de partida, y Ja interpretacién siguiente arranca de las premisas de stra situacién, sin refle- jar las adaptaciones de 1a anterior. 18. Con frecuencia el contenido de 1a expresién propiamente aicha puede no ser Gnico, es decir, puede haber otras comunidades que posean la misma expresién y podrian te6ricanente reclamar una propiedad al menos parcial. Los estudios fol- Kléricos sobre lo que es realmente caracterfetico 0 tSpico de una comunidad par- ticular han demostrado que los motivos Gnicos son escasos en el folklore, y que no son necesariamente my importantes para la comunidad. Lo que es tipico o caracte- rfistico es la manera en que los materiales heredados y prestados se moldean y de arrollan en formaciones ecot{picas que no se encuentran en otras partes, asi como el lugar que ocupan esas formaciones en el sistema mis general de tradiciones. Si ‘tomara en cuenta el consenso de la comunidad, dificilmente podria obtenerse esta prueba tradicional-ecolégicay el consenso generalmente surge de un reflejo pasado en valores centrales y en la identidad social y cultural de 1a comunidad. 16. La definicién propuesta por el Comité de Expertos Gubernamentales sobre la Salvaguardia del Folklore, reunido en Paris en 1982, que hizo suya y completé el segundo Comité de Expertos Gubernamentales reunido en 1985 es la siguiente: “EL folklore (en el. sentido lato de cultura tradicional y popular) es una creacién que emana de un grupo y se basa en la tradicién, expresada por un grupo o por personas y responde a las expectativas de la comunidad como expresién de 1a identidad ctl- tural y social de éata; las normas y los valores se transmiten oralmente, por imitacién o de cualquier otra manera. Sus formas comprenden, entre otras, 1a lengua, 1a literatura, 1a misica, 1a danza, los juegos, 1a mitologfa, los ritos, las costumbres, las artesanias, la arquitectura y otras artes"), 17. eta dofinicién hace hincapié en la identidad cultural y social. E1 pueblo puede no interesarse yor el folklore en si mismo, sino mis bien por la proteccién e aquellas creaciones y productos de su folklore o cultura tradicional que constituyen simbolos de su identidad cultural y secial. Ademfs, es posible que se J) Véase documento UNESCO/PRS/CLT/TPC/II/5, Anexo. 24 C/31. Anexo II - pag. 7 Anteresen mis por las normas y los valores expresados y transmitidos por el fol- klore que por los productos folkl6ricos propiamente dichos. Esta definicién des- taca los elementos y mecanisnos del folklore que le dan algin significado, es decir, 1a comunicacién de 1a tradicién y los mensajes axiolégicos transmitidos por el folklore. La unidad bfisica de 1a comunicacién del folklore es ol grupo social. El individuo puede pertenecer a varios grupos sociales, pero en el momento de su interpretacién folklérica debe elegir el grupo cuya identidad va a representar en esa situaci6n. Los valores comunicados son inherentes al propio Producto folklérico, en parte a la interpretacién real, pero no necesariamente al Andividuo en general, a menos que éste sea el simbolo, el {dolo del grupo. Por lo tanto, el producto folklérico tal como se interpreta constituye normalmente la expresién adecuada de 1a identidad cultural y social de 1a comunidad. 2. Tdentificacién del folklore 18. Identificar el folklore es un problema dificil y complejo. La tarea que cabe realizar es considerable, dado que, si bien pueden haberla hecho en algunos campos y en ciertos paises, hay otros en los que queda todo por hacer. 19. Asi, por ejemplo, existe en Helsinki un archivo folklérico que contiene tres millones de articulos en lenguas y dialectos que no son accesibles al lector internacional; estos materiales representan solamente el folklore intelectual. La decisién de incluir cultura material en el proyecto implica que tembign deben registrarse las colecciones de la red de museos. El volumen y la complejidad de los materiales que deben tomarse en cuenta y que estén disponibles en las institu- ciones de una sola ciudad son impresionantes. Excluyondo todas las instituciones locales y de menor importancia, hay 24 instituciones en Finlandia y 95 en los paf- ses nérdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia) que tendrian que figurar en 1a lista. mn esta infraestructura se concentra actualmente el conoci- miento de la cultura popular y gran parte de los materiales documentales de cul- tura popular de una regién: los pafses n6rdicos. Se trata de un grupo heterogé- neo de archivos folkléricos, museos etnol6gicos, departamentos universitarios, colecciones de manuscritos, archivos especiales (para mGsica folklérica, cultura de los trabajadores, dialectos, cultura maritima, ete.), bibliotecas, ompresas de radiodifusién, etc., pero que podria cooperar tanto a nivel nacional como regional. 20, El trabajo de identificacién del folklore presenta dos aspectos. Por una parte, es necesario proceder al inventario de los aspectos del folklore que hay que identificar y, por otra, es preciso disponer de métodos de identificacién. a) Aspectos que abarca el folklore 21, Este campo de investigacién depende de la definicién de folklore que se adopte. os materiales folkléricos estén constituidos por la cultura material y la intelectual. 22. Las expresiones del folklore materializadas bajo una forma cualquiera con- prenden los instrumentos musicales, los trajes, los tapices, los dibujos de telas, los tejidos, los exvotos, las estatuillas, los amuletos, los t6tems, las miscaras rituales y, en general, cuanto guarda relacién con las artes plisticas. 23. En lo que se reficre a las expresiones inmateriales del folklore, hay que sefialar que son mGltiples y relacionadas con diversos fimbitos. Sin pretender ofrecer una enumeracién exhaustiva, cabe citar unos cuantos sectores que, sin lugar a dudas, pertenecen al folklore, como los cuentos, los cuentos de hadas, los relatos maravillosos, las leyendas, las creencias relativas a periodos o a luga- res, lop mitos y los simbolos. Asimismo forman parte del folklore, la mGsica, ya 24 C/31 Anexo II - pé sea inotrumental 0 coral, los cantos vinculados con los momentos de 1a vida diaria de una comunidad o con los acontecimientos que han influido en la historia de un grupo, ya sean profanos o religiosos. Junto con los cantos hay que incluir tan- bién en el folklore a la poesia. Esta sobreentiende inediatamente la lingliis tica, que es cin duda, como afirma Van Gennep en su manual del folklore, 1a disci- plina mis préxima a éste, ya que “los lingiiistas saben que cada lengua, tanto general como especial, estS sometida a una transformacién incesante". Asi, pues, hay que tener en cuenta los dialectos y las hablas populares y es preciso saber si hay que incluirlos 0 no en el folklore. 24. Algunos incluyen en el folklore las formas religiosas de expresién, las prfc- ticas relacionadas con la medicina, la magia y la hechicerfa, las recetas culina— vias, determinados comportamientos, los rituales vigentes con motivo de ceremonias funerarias y nupciales y las exequias, ademfs de determinadas prfcticas sexuales) lo mismo puede decirse de los juegos y las danzas. 25. Para proceder a esta identificacién y recuento hay que disponer de los apro- piados métodos y técnicas de identificacién. 1 reconocimiento de estas formas tiene carfcter pricritario, aungue sean necesarios unos m6todos apropiados de Adentificacién. b) Métodos de identificacién 26. ante todo hay que recurrir a las encuestas para acopiar datos. Tales encues- tas pueden tener aspectos diversos: anotacién directa por el encuestador, cues- tionarios preestablecidos, cartografia, pero también grabacién mecSnica por magne~ ‘téfono © efimara, y a continuacién los datos recogides se transcriben con claridad © en clave (microfilm, tarjetas perforadas, memoria de ordenador). En general, y para disponer de un material rico en-informacién, conviene rocoger el mfximo de Slementos que participan en el fenémeno examinado (momento, lugar, actores). Por Consiguiente, todo documento recogido deberia ir acompafiado de una ficha que 1o itGe en eu entorno, sin lo que tal documento careceria de sentido. 27. Jas informaciones acopiadas deberfan clasificarse con objeto de ser incorpo- radas a un sistema. En Ia medida en que puede parecer imposible consignar todos jos datos en un registro Gnico, cabria hacer lo posible por consignar tan sélo en Ja documentacién las colecciones generales. Por ejempio, los 100.000 artfculos de Ja seccién de etnomedicina de un archivo determinado no se registrarian uno por no, ni siguiera se clasificarfan segfn las enfermedades o los tratamientos. En Cambio, podria indicarse que la coleccién contiene materiales sobre etnomedicina, mencionando el volumen de los materiales y el principio bisico que rige su organi- Zacién. De contentarse con este grado de detalles, los archivos podrian preparar Gon relativa rapidez un primer informe sucinto sobre sus materiales. Fl tiempo y fas necesidades concretas pondrn de manifiesto qué materiales requieren mayor precisién y qué técnica debe utilizarse. los archivos de las regiones relativa~ Rente desarrolladas recurrirfn probablemente a un Sndice informativo, que mfis Adelante abriré nuevas posibilidades para el tratamiento de datos de una especie Ge archivo central. No se recogeria nunca material primario, pero podria contener {nformaciones sobre materiales primarios existentes y, en lo posible, complenen- tarlos, suministrando dotalles sf preciscs y completos. Este servicio, gracias a su contacto continuo con numerosfsimas y variadas instituciones de cultura popular Ge diversos paises, podria establecer de manera regular sus planes de accién, que gin duda aiferirSan ligeramente, de una regién a otra. 24 C/31 Anexo II - 28, Ba obvio que en las regiones donde no haya ninguna inetitucién o my pocas. se necesitaré una metodologia diferente, que haga hincapié en la formacién. Sin embargo, cada pais tiene algin nGcleo de funcionarios encargados de 1a cultura popular que podrfan, aun con escasos recursos, colaborar en 1a preparacién del cuadro bisico de los fenfmenos de ese tipo de cultura. El primer paso para poner en pr&ctica estos planes consistirfa en hacer un estudio de las instituciones que se ocupan de la cultura popular y del folklore, tal como se indica en las recomen- Gaciones del Comt& de Expertos Gubernamentales que se reunié en Parfs en febrero de 19821), 29, El paso siguiente consistirfa en adoptar una clasificacién mundial del fol- klore y de la cultura popular. Los fenémenos de cultura popular estén amplia pero desigualmente recogidos en indices y cat&logos de diversa indole. fn un gran nGmero de paises se han clasificado de manera normalizada diversos géneros tales como los cuentos y las baladas, y los resultados de esta clasificacién se han publicado en Folklore Fellows’ Communications (desde 1910) y otras colecciones dedicadas al folklore. Algunos aspectos de 1a cultura material han sido cataloga- dos de manera bastante sistemftica. En algunos campos del folklore seria posible Jograr un nivel de identificacién my satisfactorio utilizando un sistema informa- tizado acumilativo para reunir los registros de cultura popular que existen en muchos pafses. Por lo que se refiere a los aspectos del folklore y de la cultura popular qué carecen de un sistema unificado de clasificacién, ei nuevo sistema tendrfa un nivel de abstraccién y de detalle mis adaptado a 1a coordinacién inter- nacional de 1a identificacién. Como se recomend6 en la reunién de Paris, podria alentarse a los Estados Miembros de 1a Unesco y a las diversas instituciones a que concibieran y elaboraran sistemas de identificacién y registro. La idea de una sistematizacién de los datos deberfa introducirse en todos los niveles del proceso de archivor trabajo sobre el terreno y acopio, transcripcién e indizacién. Se poarfa facilitar previamente 1a coordinacién del trabajo a nivel internacional, recomendando un método u otro o bien las normas de recopilacién y el archivo del folklore. 30. Un servicio internacional podrfa encargarse de coordinar o de reconendar la coordinacién de los registros existentes. Tos sistemas de clasificacién deberfan proyectarse simultSneamente de manera unificada, y ponerse a la disposicién de 10s paises que no poseen todavia una infracstructura bien desarrollada, permitiéndoles asi pasar directamente a un sistema moderno de acopio y archivo. las diferencias entre los sistemas de trabajo existente y en fase de preparaci6n en el campo de la cultura popular podrian eliminarse parcialmente en 21 proceso de coordinacién y de unificacién. 31. El primer proyecto no serfa demasiado costoso y consistirfa en proceder al recuento no ya del folklore propiamente dicho, sino de la infraestructura que per~ mite conocer mejor el folklore. 3. Gonservacién del folklore 32, El folklore es un hecho vivo, couo lo es el idioma. Por lo tanto, es necesa+ rio que no se pongan en peligro las condiciones de su existencia. Ahora bien, no »eabe sino comprobar que ese patrimonio cultural, en ciertas partes del mundo, se 2 aa oxt! cons codsecusncia do le dagradscis pi ae medio natural y de las agresiones exteriores de que es objeto. I) Documento UNESCO/CPY/TPC/1/4, Anexo I, plg. 2, Recomendacién IV.A.4, 24 C/3r Anexo II - pig. 10 33. Bn el pirrafo 25 de 1a "Declaracién de México"!) se estipula que: "EL patrimonio cultural?) ha sido frecuentenente daflado o destruido por negligencia y por los procesos de urbanizacién, industrializacién y penetracién tecnolégica. Pero mis inaceptables afin son los atentados al patrimonio cultural perpetrados por el colonialismo, los ccnflictos armados, las ocupaciones extranjeras y la imposi- cién de valores exégenos. ‘Todas esas'acciones contribuyen a romper el vinculo y Ja memoria de los pueblos con su: pasado...". 34, Ciertamente, el mejor modo de conservar las tradiciones vivas es tomar con- ciencia de 1a importancia del fenémeno folkiérico y adoptar las medidas necesarias para preservar ese patrimonio cultural. Por lo demfs, ésta ha sido la interpreta- cién de las diferentes conferencias regionales de Helsinki, en 1972, de Yogyakarta, en 1973, de Accra, en 1975, de BogotA, en 1978, y de Bagdad en 1961, durante las cuales se examinaron varios aspectos de 1a problemftica cultural en los diferentes contextos regionales. Por su parte, 1a Conferencia Mundial sobre las Polfticas Culturales recomienda a los Estados Miembros: “valorar las manifes- ‘taciones culturales tradicionales aGn no consagradas en 1a misma medida en que se aprecian los bienes histéricos o artisticos y apoyar, técnica y financieramente, acciones tendientes a ou preservacién, fomento y difusién"3), 35. No obstante, es diffcil determinar qué medidas se han de adoptar. En efecto, en lo que atafie al folklore intelectual, zqué relacién hay entre las notas, las cintas magnéticas, las pelfculas, etc., depositadas en los archivos y el folklore vivo? 2Cémo podria un registro silencioso substituir a un cuente popular que se renueva constantemente en la mente de quien lo narra y del pGblico que lo escu- cha? £1 folklore intelectual no tiene una "matriz" estable que pueda almacenarse, atribuyéndole 1a representacién de todas sus posibles manifestaciones. Cuando el folklore llega al estadio docunental adquiere una forma permanente y se sitGa fuera del proceso folkl6rico dinSmico de comunicacién del que era parte inte- grante. Ya no cambia ni participa en la comunicacién de la tradicién en un con- texto natural. Las notas y las cintas magn6ticas no son folklore, sino que podrfan considerarse como “obras derivadas del folklore". 36. La mayor parte de los datos archivados permanecen silenciosos durante largos periodos. La Gnica manera de resucitarlos es reexaminarlos. Esta “segunda vida" de los bienes culturales populares se caracteriza por un motivo de utilizacién que puede ser simple curiosidad académica, bisgueda de informacién sobre la propia identidad social y cultural, un plan para una publicacién comercial, una necesidad El motivo de la utilizacién influye en la seleccién, la edicién y Precisamente en este punto se plantea el problema dei control y la salvaguardia del folklore. Cabe decir que sélo el folklore docu- mental puede protegerse efectivamente. El folklore vivo, las ideas y los temas que se albergan en la mente de un portador de la tradicién y que se ponen de mani- fiesto de muy diversas maneras en las interpretaciones, no pueden protegerse @irectamente, porque viven, cambian y.mueren en 1a vida individual y social de una manera que ‘no puede reglamentarse desde el exterior. Puede intentarse preservar educativa, ete. la presentacién del material. I) Conferencia Mundial sobre las PolSticas Culturales, México, 26 de julio a 6 de agosto de 1992 2) SegGn reza el pirrafo 23 de la Declaracién de México: "El patrimonio cultu- ral de un pueblo comprende las obras de sus artistas... asi como las creacio- nes anfnimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida...". 3) Recomendaciéa No. 6 24 G/31 Anexo II - pag. 11 al individuo y su capacidad folklérica, mantener su medio tradicional y el con- texto particular en el que se sitGan estas interpretaciones folkléricas. Sin embargo, en el mundo moderno hay muy pocas culturas que puedan aislarse completa- mente de los cambios que, entre otras cosas, serfn el origen de cambios e incluso de la muerte del folklore. 37. AdemBs, e1-problema de los’ archivos del folklore intelectual reside en que son muy distintos ya que se han desarrollado individualmente, no pertenecen a un sistema Gnico de instituciones y mantienen pocas relaciones entre ellos. Si comparamos estos archivos con la red de archivos histéricos o pGblicos 0 con el sistema de museos, que tienen sus propias organizaciones y relaciones internacio- nales, podremos evaluar las tareas de cooperacién y de coordinacién que nos aguar- gan. Los archivos folkléricos no figuran entre las actividades del Consejo Inter- nacional de Archivos (CIA), que es el principal vinculo internacional entre los archivos histéricos y los pGblicos. Seria muy conveniente para la proteccién del folklore que se pudiera establecer una red de archivos comparable a la de los archivos histéricos. 38. En cambio, 1a conservacién del folklore material se produce en el marco’ de Jas colecciones de algin museo, ya sea un museo etnogr&fico especial o un museo local, higtérico o art{stico. Las personas que trabajan con esos objetos forman parte del personal de 1a red de los museos. Un ejemplo de los problemas plantea- dos por 1a proteccién de los bienes culturales es el de su restituctén a sus pai- ses de origen, de que se ocupa 1a Unesco desde 1974, en cooperacién con el Consejo Internacional de Museos (ICOM). Las Recomendaciones 51 a 56, aprobadas por la Conferencia Mundial sobre las Pol{ticas Culturales, celebrada en México, tratan especificamente de esta cuestién. 39. Sin embargo, en lo tocante al folklore intelectual, cabe pensar en las publi- caciones. Diferentes revistas, como Tzigane, publican cuentos y relatos zingaros que, compilados, constituyen un testimonio de las creaciones de un pueblo. 40. No cabe duda de que se doben establecer y organizar 1as estructuras tanto del folklore intelectual como del material, pues uno y otro s6lo podrfn conservarse en un determinado marco, es decir, el de 10s mseos, las publicaciones, las grabacio~ nes, los archivos, etc. La clasificacién, 1a conservaci6n y 1a posibilidad de routilizacién se ven sumamente facilitadas por el tratamiento de 1a informacién en fichas, microfilmes o procesos informatizados. 41, Por otra parte, se han alcanzado ya realizaciones concretas a este respecto. En el Smbito de 1a danza y de 1a mGsica se ha llevado a cabo ya un trabajo suma- mente importante de investigacién, acopio, anflisis, catalogacién, numeracién, clasificacién y archivo. £1 Consejo Internacional de Mésica Popular coordina, en este sentido, e1 trabajo de numerosos institutos nacionales. En Argentina, el Instituto Nacional de Musicologfa creado en 1931 por_Carlos Vega, llevé a cabo la compilacién integral de 1a mGsica folklérica de los indigenas de todas las provin- cias de Argentina, as{ como de todo el folklore musical de Bolivia, Perf, Chile, Venezuela y Paraguay. La Sociedad de autores y compositores de Rumania, creada en 1936, se consagr6 a acopiar e inventoriar el folklore rumano. En Checoslovaquia, el Instituto de Musicologia de la Academia Eslovaca de Ciencias de Bratislava ha recogido ya mis de 100.000 melodias, de las que se han publicado mis de 10.000. Este Instituto est& perfeccionando un sistema de clasificacién, sistematizacién y tipologia del folklore musical. 42. En consecuencia, el camino parece trazado en algunos Smbitos. Lo que hay que hacer es profundizarlo para asegurar 1a conservacién del folklore, conservacién que es uno de los elementos de su preservaci6n. 24 C/31 Anexo II - pag. 12 Preservaci6n del folklore 43. A primera vista, los términos conservacién y preservacién pueden parecer sinénimos en la esfera del folklore. En la realidad, no es asi. En efecto, la nocién de preservacién implica una idea de perjuicio que no es inherente a la nocién de conservacién. El folklore puede ser destruido o transformado por la actividad humana o por el paso del tiempo. Conviene, pues, preservar la autenti- cidad del folklore. 44. En ciertas circunstancias, la preservaci6n del folklore puede contribuir a eliminar las asimetrias y desequilibrios creados por 1a aplastante dominacién de ciertas formas culturales, tales como la cultura industrializada occidental, las altas culturas en general y la cultura transmitida por los medios de comunicacién de masas. Estas hegemonias tienden a menoscabar el sentimiento‘de autoestima, autonomfia e identidad social o cultural orientada hacia la tradicién. En compara~ cién con las formas culturales hegemdnicas, cualquier cultura "propia" parece impotente, anticuada y trivial. Incluso el trabajo educativo, cuando no se ajusta adecuadanente a los diversos medios culturales y ecolégicos, puede también difun- @ir ideas y sentimientos andlogos. Esto conduce al desarraigo y a una huera imi- tacién de Sdolos creados en parte por las industrias recreativas fvidas de lucro. Contrabalancear esta tendencia no significa que se deba preservar, utilizar y, si es necesario, revitalizar todo el folklore, bueno o malo, cueste lo que cueste, o que haya que opcnerse a los logros de 1a cultura humana s6lo porque han pasado a formar parte de una alta cultura internacional. Un buen equilibric es, en el mejor de los casos, diffcil de crear y debe planificarse por separado para cada nacién y oubcultura. En este caso el efecto de 1a infraestructura a que hemos aludido no puede ser decisive, porque incumbe a los propios grupos culturales enanciparse y hacer ofr au voz. El experto en folklore, si no ha nacido en el grupo cultural y no vive en él, s6lo puede aportar su competencia y asesora- miento puede, por ejemplo, informar a las personas interesadas en utilizar el folklore de un modo especial acerca de la autenticidad y la aplicabilidad de las diversas tradiciones. El folklore dinémico y vital no necesita ser reglamentado, su distintivo es el libre crecimiento y la buena integraci6n en el mundo social. Sin embargo, es istinto el caso de los proyectos folkléricos especiales, tales como “festivales, fiestas, exposiciones, peliculas, seminarios, simposios, congre- sos y otros", segGn se indica en una reconendacién de 1a reunién de Parfs?). Bn estos casos, un asesoramiento prudente evitarfa que el folklore se transforme en ‘una caricatura de si mismo, en una deformaci6n de lo que es en realidad. 45. cabe que se produzcan deformaciones de folklore en el supuesto de ser utili- zado fuera de su impronta original. Entonces puede sufrir los mismos dafios que lar ‘enfs obras de arte: plagio, amputacién, apropiacién indebida, falsificacién, exp-otacién ilfcita, ete. Ante esta deformacién, es necesario oponer reglas de aplicacién estricta, que deben permitir que se restituya al folklore su naturaleza y 9u autenticidad, No obstante, esta intervencién debe tener cierta flexibilidad, para no poner trabas a la difusién de este patrimonio. 46. A este efecto, conviene determinar con precisién los sectores de actividades © de creacién en los que el folklore esta presente, y que pueden verdaderanente ser objeto de una explotacién comerciai. Wo cabe duda de que, desde este pu vista, el mbito de las artes se presta mis a una explotacién de tipo comerc! Asf, 1a mésica y la danza populares, al igual que la poes{a o los relatos, son de fScil explotacién. Pero también lo son ciertos ritos religiosos o paganos que pueden prestarse a una ropresentaci6n ante el piblico o que pueden convertirse en I) Comit® de expertos Gubernamentales, febrero de 1982, documento UNESCO/CPY/ "PC/I/4, Anexo 1, pig. 3, Recomendacién IV. B. 10. 24 G/31, Anexo II ~ pag. 13 obras cinematogrfficas. En términos generale: stablecer la lista de las manifestaciones folkl6ricas que pueden reproducirse mediante imprenta, magne- t6fono, disco o cine. Ciertamente, toda reproduccién presupone una explotacién virtual de 1a obra o del hecho reproducidos. De este modo, se distinguirfn las producciones del folklore que no pueden encontrar un soporte material, de las manifestaciones que pueden fijarse y cuya fijacién puede dar lugar a una reproduc- ci6n comercializable. os dos ejemplos opuestos podrian ser 1a magica inmediata- mente explotable, por un lado, y las creencias, que, por otro, no pueden fijarse, sino tan sélo practicarse y cuya frecuentacién rara vez puede conducir a su inser- ci6n en un circuito de tipo comercial. 47. Sin embargo, 1a actitud hacia 1a explotacién comercial no debe ser puramente negativa, ya que, si bien es necesario prevenir el uso abusivo o fraudulento del folklore, una vez que se ha realizado un control, tanto a priori como a poste- riori, se trata de una fuente de riqueza que numerosos paises desean, con razén, explotar. 48. Convendrfa orientarse hacia un mejor conocimiento del uso que se puede hacer del folklore: conocer mejor 1a demanda y 1a oferta, comprender mejor los mecanis- mos comerciales de difusién, controlar los medios de obtencién del material fol- klérico. De este modo, podrn emprenderse acciones contra 1a deformacién, el plagio o Ia utilizaciéu ilfcita o fraudulenta del folklore. Ello implica la.soli~ daridad entre los paises, que deben tender a una localizaci6n exacta de los hechos folkl6ricos y a una informacién reciproca de los tipos corrientes de utilizacién. Ademfis, las tradiciones folkléricas deberian ser objeto de una concientizacién, sobre todo a nivel de la ensefianza, para que las poblaciones interesadas se forma- xan de ellas una idea cada vez mis equilibrada y se facilitara au difusién tanto a nivel nacional como internacional. 5. Difusién del folkicre 49, Para que el folklore no pierda su vitalidad en la comunidad en 1a que tiene su origen y no sea abusivamente explotado y adulterado por simple ignorancia de la tradicién, convendria darlo a cénocer e iniciar en 61 a la poblacién, por medio sobre todo de 1a enseflanza y 1a investigacién. 50. En lo que respecta tanto a 1a formacién como a la educacién, habria que pre~ ver que en los programas escolares se estudiaran las manifestaciones del folklore y el fenémeno del folklore mismo. Ademis, habria que formar personal especiali- zado en la recogida del folklore. 51. Favorecer el conocimiento del folklore.es, por Gltimo, organizar 1a consulta de los documentos recogidos y permitir el estudio y la investigacién. A este res- pecto, parece aconsejable incorporar una seccién folklérica en las estructuras ya existentes o que se han de crear, de los institutos de etnologia o de musico- logia. Puede escogerse entre 1a creaci6n de un sector de folklore que abarque todos los tipos de manifestaciones o bien el establecimiento en cada servicio de un institute o de una unidad folkl6rica. 52, BL hecho de favorecer las asnifcstaciones folkléricss pute ccnecbirce on dos planos. En primer lugar, mediante estimulos presupuestarios. En efecto, resulta imaginable prever 1a asignaci6n, en el presupuesto de una localidad o de una comuna, de una partida presupuestaria destinada a las manifestaciones folkiéricas, ya sea para perpetuarlas, ya sea para suscitarlas. luego, mediante estimulos de Sndole fiscal. También resulta concebible crear un dispositivo fiscal susceptible de favorecer los especticulos enteramente consagrados al folklore o que contienen manifestaciones folkléricas en una proporcién que ha de determinarse. 24 C/31 Anexo II - pag. 14 53. Para favorecer 1a difusi6n del folklore, es necesario organizar manifestacio- nes folkléricas y espectéculos. Para darlo a conocer y difundirlo, habria que organizar por ejemplo fiestas, festivales, sesiones cinematograficas, exposicio- nes, seminarios, coloquios, talleres, cursillos y congresos. 54, Bs un hecho reconocido que 1a salvaguardia del folklore depende, por una parte, de la conservacién de su autenticidad, pero también de su difusién, para que mantenga su calidad de cultura viva y no se lo considere Gnicamente materia de investigacién histérica o etnogréfica. ‘ Adenfs, 1a difusién del folklore es el medio de darlo a conocer y hacerlo respetar como parte del patrimonio cultural. No obstante, 1a utilizacién del folklore es objeto de preocupacién. 6. Utdldzactén del folklore 55. Esta cuestién ofrece dos aspectos que conviene distinguir, Se trata, por una parte, de considerar la utilizacién del folklore en lo relacionado con la propie~ dad intelectual y, por otra, de tener en cuenta todo lo que va ascciado a su uti- lizacién material. a) La utilizacién del folklore en relacién ‘con _la propiedad intelectual 56. El folklore puede utilizarse sobre todo reproduciendo en alguna revista o en un disco 1a expresién tradicional de una comunidad. Puede tratarse también de la presentacién en escena de un espectéculo que, aunque utilice expresiones del fol- Klore, no reproduzca todos los elementos locales. De ahi que puedan producirse deformaciones o adulteraciones. Ademés, en un caso como éste, la utilizacién puede hacerse sin mencionar el nombre de 1a comunidad de origen ni advertir al piblico de cualquier posible adaptacién. 57. Las utilizaciones del folklore, sobre todo las que se derivan de 1a reproduc- clén, la representacién, la traduccién y la adaptacién, pueden acogerse a la pro- teceién de las disposiciones jurfdicas del derecho de autor. Varias legislaciones nacionales sobre el derecho de autor prevén 1a proteccién de las expresiones del folklore. 58. En el plano internacional, el Convenio de Berna para la Proteccién de las obras Literarias y Artisticas contiene, en sus versiones aprobadas en Estocolmo en 1967 y en Parfs en 1971, una disposicién que, si bien no menciona 1a palabra “fol- klore", afecta a las obras folkléricas. El p&rrafo 4 del articulo 15 disponer a) Para las obras no publicadas de las que resulte desconocida 1a identidad del autor pero de las que se pueda suponer que 61 es nacional de un pais de 1a Unién, queda reservada a la legislacién de ese pais la facultad de designar la autoridad competente para representar a ese autor y defender y hacer valer los derechos del mismo en los paises de 1a Unién. b) tos paises de 1a Unién que, en virtud de lo establecido anteriormente, procedan a esa dacignacién, lo notificarén 21 Director Generel /@e 1a Organizacién Mundial de la Propiedad Intelectual7 mediante una declara~ cién escrita en la que se indicarS toda la informacién relativa a 1a avtoridad designada. £1 Director General comunicaré inmediatamente esa @eclaracién a todos los demis paises de la Unién." 24 6/31 Anexo II - pi 59, No obstante, en la fecha de redaccién del presente documento, el Director General de la OMPI no hab{a recibido todavia ninguna notificacién relativa a la designaci6n de una autoridad nacional, para proteger en otros paises de 1a Unién de Berna los derechos correspondientes a las obras de autores cuya identidad resulta desconocida. 60. La Convenci6n Univeral sobre el Derecho de Autor no contiene ninguna dispo- sicdén especifica relativa a las obras folkl6ricas. S6lo el articulo II, que estipula el principio general de los procedimientos a nivel nacional, permite proteger el folklore segGn las medidas especificadas por las legislaciones nacio- nales respectivas. 61. Las convenciones panamericanas no son eficaces en el caso. Al exigir la publicacién de la obra para protegerla, eliminan todas las que se transmiten oralmente. 62, El folklore no es directamente asimilable a las obras literarias y artisticas Y¥, por consiguiente, no puede beneficiarse como tal del derecho de autor, por varias razones. Por una parte, el derecho de autor implica que se conozca la identidad de éstey por otra, el criterio de este sistema de proteccién es la ori- ginalidad de la obra) luego, determinados sistemas juridicos fijan como criterio de proteccién la publicacién de la obra, y la proteccién del derecho de autor es limitada en el tiempo; por Gltimo, es dificil aplicar un derecho pecuniario al autor, en este caso anénimo. 63. SegGn algunos, el folklore es algo que surge de una comunidad y no el resul- tado de una labor creadora. En el caso en que haya habido un autor, ste rara vez es conocido y el folklore apareco siempre como originario de una comunidad cultu- ral. Las expresiones del folklore son desarrolladas y perpetuadas por un gran nGmero de individuos. Surgido de una comunidad, el folklore debe identificarse con los valores tradicionales de aquéllay la imitacién y 1a reproduccién gon rac- gos mis caracteristicos que la originalidad concebida como expresién de una perso- nalidad. Se opone a la originalidad, criterio del derecho de autor, la autentici- dad, criterio del folklore. 64. Con frecuencia se hace notar asimismo que el folklore se transforma con el transcurso del tiempo y no es algo estftico. Se considera generalmente que el derecho de autor protege las obras acabadas!), De hecho las obras literarias, artisticas y musicales rara ver son modificadas por su autor) no ocurre lo mismo con las expresiones del folklore que evolucionan con el tiempo al azar de la vida de 1a comunidad que las produce y utiliza. Se subraya también que las expresiones del folklore son esencialmente orales, 10 cual no es por regla general 1a caracte- ristica de las obras protegidas por el derecho de autor, aunque ste protege tam- bién las obras orales. 65. tas legislaciones en que para que la obra sea protegida es necesaria su publicacién impiden que esos textos se apliquen a las expresiones del folklore. 66. AdemSs, las expresiones del folklore se preseritan como relativamente anti- guas, lo cual comporta, en el campo del derecho de autor, su asimilacién al domi- nio pGblico. Prever el establecimiento de un dominio pGblico al que se paguen derechos no parece satisfactorio en la medida en que si bien garantiza recursos financieros, no protege materialmente al folklore contra las deformaciones even- tuales, lo que constituye una de las preocupaciones esenciales en la problemitica )_ Sin embargo, el derecho de autor protege las obras no acabadas. 24 C/31 Anexo II - pag. 16 de su proteccién. Esta importante caracterfotica podria constituir un obstéculo mayor a 1a proteccién del folklore por el derecho de autor. Ocurre que el derecho moral, cuando existe, sea perpetuo, pero el derecho patrimonial es siempre tempo- ral. El asunto de la duracién constituye un obstficulo imposible de superar. Los Jegisladores que incluyen el folklore en el derecho de autor adniten a este fin una proteccién perpetual), a limitacién de 1a duracién impide una protec- ci6n. No es seguro que todos los legisladores nacionales estén dispuestos a acep- tar una duracién ilimitada para cierto tipo de creaciones. 67. Por Gltimo, si bien es concobible otorgar a una colectividad un derecho moral ejercido por un representante, es més dificil aceptar el derecho pecuniario inhe- rente al trabajo de un autor, cuando ste es desconocido. No obstante, parece justo que se pague una remuneracién a cambio de la utilizacién del folklore. Esta Temuneracién puede revestir la forma de una participacién que se establece en el momento de firmar un contrato, o bien de una tasa que se cobra en el momento de la utilizacién. También es posible concebir mecanismos similares a la licencia. De todas maneras, se planteara el problema de la asignacién de los recursos financie- ros asi obtenidos. Y¥ habré que determinar si las sumas en cuestin se adjudicarén a un organismo nacional, regional o local) y, después, za qué fines estarin des- tinados dichos fondos?s za fines generales no especificados? za fines culturales? gal folklore? En este Gltimo caso, sera necesario aclarar si el dinero se usaré para financier el estudio y 1a investigacién, o bien la difusién. 68. A propésito de esto, conviene tener en cuenta que en Bolivia existe un sis- tema jurfdico muy elaborado. En efecto, las disposiciones que rigen el folklore musical forman un conjunto constituido por el "Decreto Supremo" del 19 de junio de 1968, que establece los principios:aplicables en la materia, y por el decreto de aplicacién del mes de julio de 1968, que especifica las modalidades de ejecucién del "Decreto Supremo" 69. El Decreto supremo No. 08396 declara propiedad del Estado 1a mGsica folklé- rica (anénima, popvlar y tradicional) ejecutada actualmente en su territorio por grupos campesinos y otros grupos folkléricos, cuyo autor no ha sido identificado, as{ como 1a mGsica de autores bolivianos muertos hace treinta afios o més. En lo que ce refiere a la utilizacién del folklore musical, el Decreto Supreno exige que toda impresién o grabacién de mGsica folklérica mencione el nombre del recopilador y/o del Departamento del Folklore del Ministerio de Educaci6n y Cultura (art. 6). Por estas utilizaciones se percibe un derecho. ‘Toda persona que graba o edita mGsica folkl6rica debe pagar a la cuenta para la protecci6n del folklore, del Banco Central de Bolivia, una sumla equivalente a los derechos de autor que recibi- ria por su composicién un autor viviente (art. 3). los haberes que resultan del pago de este derecho se destinan exclusivanente a la conservacién y a 1a investi- gacién de 1a misica folklérica boliviana (art. 5). De estos fondos, 1 titular de Ja inscripcién recibe el 408 (art. 4). Por Gltimo, para hacer un inventario pre- ciso de las melodias folkléricas, el Departamento de Folklore del Ministerio de Educacién y Cultura, asi como 1a Piscalia General de 1a RepGblica estén autoriza— dos a investigar las apropiaciones de melodias folkléricas por terceros que las habrén reclanado a t{tulo de composiciones originales, antes de dictarse el Gecreto (art. 7). je puede utilizar el 70. El reglamento de julio de 1968 precisa de qué manera folklore nacional, cémo hay que registrarlo y cuSles son los procedimientos para restituir a la comunidad nacional las melod{as que han sido objeto de apropiaci6n Alfcita por terceros ‘Véase, por ejemplo, el articulo 10 £) de la ley de Burkina Fas6 y el art. 6, » plrr. 2, de la Ley tipo de Ténez. 24 C/31 Anexo II - pag. 17 71. 21 problema fundamental que se plantea es procurar que las expresiones del folklore que se utilicen no se adulteren, que se mencione la fuente original y que el pais de origen pueda tener un derecho de fiscalizacién sobre 1a utilizacién que a6 a una manifestacién o una creacién cuya autenticidad se menoscabara, a todo lo cual se afiadiria una participacién en los beneficios que la utilizacién reportara. 72. Est& claro que se pueden agregar nuevas pautas a los mecanismos establecidos para el derecho de autor, y que 1a utilizacién del folklore se puede regir por otros que no respondan a la libre apreciaci6n de los Estados. 73. ta utilizacién del folklore puede plantear otras dificultades relacionadas con su aspecto material. b) Derechos que entrafia la utilieaci6n material del folklore 74, Ademfis de los aspectos relativos a 1a propiedad intelectual en 1a proteccién de las expresiones del folklore, existen por 1o menos cuatro clases de derechos que ya estén protegidos y que deberfn también protegerse en el futuro en los cen- tros de documentacién y archivos folkléricos. 78. 1 primero se refiere a 1a proteccién de 1a vida privada del informante, euyas declaraciones podrian perjudicarle si circularan en la comunidad mencionada en una entrevista sobre fenémenos folkléricos. A veces es necesario proteger a los portadores de 1a tradicién de cu propio grupo. En cierto modo, el entrevista- dor y el informante franquean los limites de sus propias culturas, el primero de Ja cultuca académica, e1 segundo de 1a cultura tradicional. Ambos crean en comin un campo muy marginal de comunicaci6n y confianza mutua. Los acuerdos y permisos eseritos son muy poco frecuentes cuando se abordan aguntes delicados de acopio del folklore. Incumbe al entrevistador, y mis tarde a los archivos donde se depositan los datos, 1a tarea de proteger estos materiales de una utilizacién negligente o de abusos intencionales. Las mismas consideraciones se aplican a los especialis- tas que utilizan esta informacién. 76. Bn segundo lugar, cabe mencionar el derecho del primer uso, que normalnente Pertenece a 1a persona que se propone hacer una investigacién basada on ese mate~ rial y quiz publicar algGn articulo o libro al respecto. No serfa &tico permitir que la informacién oc utilizara de manera similar antes de que el investigador hubiera tenido tiempo de completar ou proyecto. Un investigador que utilice los materiales recogidos por otros, es decir, por personas que probablemente no se Proponen utilizarlos con fines de investigacién, deber& verificarlo e informar de ello a quienes hayan acopiado esos materiales que constituyen una parte esencial de ou estudio. 77. fn tercer lugar, el recopilador tiene el derecho’ de esperar que los materia~ les que entrega a los archivos se conserven adecuadanente, en buenas condiciones (almacenamiento especial para las cintas magnéticas y peliculas, copias adiciona~ les para su empleo y préstamo, etc.) también tiene derecho a que se nejore 1a @isponibilidad de sus materiales mediante wna indizaci6n y sistenatizacién apropiadas. 78. En cuarto lugar, los archivos tienen el derecho 0, mejor dicho, 1a obligacién de controlar 1a utilizacién y los usuarios de esos materiales. Deben decidir a gquién, para qué y en qué condiciones se proporciona el material, on otras pala- bras, los archivos deben tener sus c6digos de servicio. En aplicacién de ese e6digo, debe informarse a los usuarios de materiales. folkléricos acerca de los aspectos de propiedad intelectual pertinentes al uso a que se destinen. 24 C/31 Anexo II - pag. 18 79. Conviene mencionar los trabajos realizados por 1a Unesco desde 1973, en los cuales se pusieron de relieve estas dificultades con miras a una posible protec eién internacional. IIT. LA ACCION DE LA UNESCO Antecedentes!) 80, La Secretaria comenzé a trabajar en la esfera del folklore a pedido del Gobierno de Bolivia, formulado en una comunicacién de fecha 24 de abril de 1973 (Ref. N° DG/01/1006-79) enviada al Director General por el Ministerio de Rela- ciones Exteriores y Culto. 81. £1 Gobierno de Bolivia pedfa que se agregara un protocolo a 1a Convencién Universal para reglamentar "la conservacién, la promocién y la difusién del fol- Klore...". El Comité Intergubernamental de 1a Convenci6n Universal, establecido por el articulo XI de esta Convencién érgano competente para las cuestiones rela- tivas a su aplicacién y funcionamiento, asf, como para elaborar eventuales refor- mas~ se hizo cargo de este asunto y lo examind en su sesién de diciembre de 1973. Como resultado de las deliberaciones sobre el tema, cl Comité dccidié encargar a Ja Secretaria de la Unesco que hiciera un estudio y un informe sobre sus resul- tados, para presentarlos en las préximas reuniones conjuntas de este Comité con el Comité Ejecutivo de la Unién de Berna, en 1a medida en que 1a proteccién del fol~ klore podia relacionarse con el derecho de autor. 82. De conformidad con esta decisién, 1a Secretarfa 4 1a Unesco presenté al Comité Intergubernamental de 1a Convencién Universal sotre el Derecho de Autor y al Comité Ejecutivo de la Unién de Berna, en sts sesiones de 1975, un estudio sobre la posibilidad de garantizar 1a proteccién del folklore a nivel inter~ nacional. Después de examinarlo, los conités liegaron a 1a conclusién de que 1a cuestién tenSa un carficter esencialmente cultural que excedfa al campo especffico del derecho de autor y, por lo tanto, su frea de competencia. Pidieron, pues, a 1a Unesco, que preparara un estudio exhaustivo de todos los aspectos que abarca 1a proteccién del folklore. 83. nel marco de 1s resoluci6n 6.121, aprobada por la Conferencia General en su 19a. reunién, celebrada en Nairobi, en 1976, el Director General convocé un Comité de Fxpertos sobre la Protecci6n JurSdica del Folklore, que se reunié en TGnez, en julio de 1977, para examinar un estudio preliminar sobre esta cuestién, preparado por la Secretaria. Durante la reunién se puso de manifiesto que la proteccién del folklore presentaba diversos aspectos: definicién, identificacién, conservacién, preservaci6n y utilizacién. 84. £1 Comité Intergubernamental de la Convenci6n Universal sobre el Derecho de Autor y el Comité Ejecutivo de 1a Unién de Berna, en sus reuniones de noviembre y diciembre de 1977, decidieron “que los estudios sobfe el particular los habla de proseguir la Socretaria de la Unesco sobre una base interdisciplinaria y dentro jel marco a oque global, pero qua convenfa que 1a (Organizaci6n Mundial de la Propiedad Intelectual) OMPI (que también es competente en esta esfera) estu- viera asociada al examen de los aspectos del derecho de autor que podria entrafiar Ja materia” ) Tomado del Capftulo III.1 del documento 116 EX/26. 24 C/31 Anexo II - pag. 19 85. Desde entonces, la Secretaria continfia trabajando con una doble orientacién: primero, el estudio global de la proteccién del folklore que, para ser completa, requiere la adopcién de medidas sobre una serie de cuestiones: la definicién del folklore, su identificacién, conservacién, preservacién, difusién y utilizacién, y segundo, conjuntanente con 1a OMPI, el] estudio de los aspectos del derecho” a0 autor y, en forma lia, de la "pr int ual" que podria) peer ee ae reason "propiedad intelectual” que podrfan estar 2, Estudio global sobre 1a protecci6n del folklore Mienbros}) a) 86. El pSrrafo 5022 del Plan de Trabajo de 1a resoluci6n 5/9.211 aprobada por 1a Conferencia General en su 20a. reuniGn, preveia que 1a Secretaria realizara estu- ios para "determinar el modo de proteger el folklore en el plano internacional”. En aplicacién de esta disposicién, el Director General hizo llegar a los Estdos Miembros un cuestionario sobre los cinco puntos establecidos por el Comits de Tinez al que se ha aludido en el pfrrafo 80. sos cinco puntos eran los siguien- tess definicién, identificacién, ‘conservacién, preservacién y explotacién del folklore. 87. Al 30 de septiombre de 1981, 1a Secretaria hab{a recibido una o varias res- puestas procedentes de 70 Estados Miembros: AfganistGn, Albania, Alemania (RepGblica Federal de), Alto Volta, Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Colombia, Costa de Marfil, Chad, Checoslovaquia, Chile, Chipre, Dinamarca, Ecuador, Filipinas, Finlandia, Francia, Ghana, Grecia, Guinea, Honduras, Hungria, India, Indonesia, Iraq, Irlanda, Italia, Jamahixiya Arabe Popu- lar y Socialista, Jamaica, Jap6n, Kuvait, Iuxemburgo, Malta, Mauricio, México, wénaco, Nicaragua, Niger, Nigeria, Noruega, Pakistan, Panama, Papua Nueva Guinea, PerG, Polonia, Portugal, Qatar, Reino Unido, RepGblica Centroafricana, RepGblica de Corea, RepGblica Democr&tica Alemana, RepGblica Dominicana, RepGblica Socia- lista Soviética de Ucrania, Rumania, San Marino, Singapur, Sri Lanka, Sudén, Suecia, Suiza, Tailandia, Turquiay Venezuela, Yugoslavia, Zaire. El 22 de febrero de 1982, la Secretaria recibi6 también respuesta de Gabén. ee. im primer lugar, 26 chserva que todas las reopuostas recibidas coinciden en xeconocer la necesidad de una definicién del término folklore, pero que la entien- don de diotinta manera. — 89. Las opiniones empiezan diviaiéndose sobre 1a cuesti6n' del origen y los funda- mentos del folklore y, mis concretamente, en cuanto a saber si éste es resultado de una creaci6n colectiva o individual o si debe formar parte integrante del “patrimonio cultural". 90. Igual diversidad de opiniones se observa en Jo relativo a las caracteristicas que permiten considerar una manifestacién como propia del ambito del folklore, y varios pafses han estimado insuficientes las caracteristicas propuestas por el cuestionario, a saber: 1a impersonalidad de los elementos, constitutivos, de la nanifestacién folkl6rica y de cu tranamisi6n, su anonimato, 1a {ndole tradicional de esos elementos y de ou transmisién, el caracter oral de la transmisién, el empirismo de la transmisién, 1a participaci6n colectiva y espontSnea de toda la concurrencia: 1) Tomado del Capftulo III.2 a), del documento 116 EX/26. 24 C/31 Anexo II - pdg. 20 91. A la pregunta de si, para definir el folklore, se toman en consideracién otros elementos no citados en el cuestionario, 38 paises respondieron afirmati~ vamente, indicando, ante todo, la indole regional de la manifestacién, su especi- ficidad regional y asociando en algunos casos este elemento a su especificidad en el tiempo, 1a memoria colectiva, la fuerza de cohesién social de la manifestacién, el Llamamiento a 1a conciencia que se expresa por un sentimiento de pertenencia a una comunidad, 1a "funcionalidad" de la manifestacién, su evolucién en el tiempo manteniendo su identidad, ou naturaleza colectiva y su caracter rural. 92. En segundo lugar, para proteger este patrimonio resultan indispensables unas normas relativas a la identificacién del folklore. 93. En cuanto a la pregunta sobre el método o los métodos aplicados para inven- tariar y recopilar el contenido de las manifestaciones o expresionés folkléricas, las respuestas recibidas indican que un nGmero casi igual de paises aplican el método extensivo {que lanza una inmensa red de investigacién sobre toda la zona estudiada, para proceder luego a una seleccién) y el método intensivo (investiga- cién efectuada sobre puntos concretos, cient{ficamente circunscritos y entre informadores calificados “griots" (hechiceros), cantores, narradores de cuentos, jefes de castas, sacerdotes, maestros, artesanos, patriarcas, jefes de familia, etc.), en tanto que en 51 paises se combinan ambos métodos. Cuarenta paises recurren a una préctica que consiste en establecer uno o varios cuestionarios tipo, destinados a inventariar y recopilar el contenido de las manifestaciones o expresioncs folkléricas. 94. En cuanto a 1a sistematizacién de los elementos recogidos, tan sélo 25 paises utilizan un protocolo de transcripcién y de traduccién normalizadas, en el que, cuando existe, suele estar prevista la transcripcién en lengua vernfcula (alfabeto normalizado, alfabeto Africa, etc.), a continuacién la traduccién literaria y, por Gltimo, la traduccién literal yuxtalineal a un idioma mundial de gran difusién. 95. Bn tercer lugar, se afirma netamente la necesidad de que haya normas rela~ tivas a la conservacién del folklore. 96. En relacién con los medios empleados con tal fin, 40 paises utilizan un inventario de las manifestaciones o expresiones folkl6ricas y otros 30 un registro en el que se centralizan las informaciones referentes a las distintas manifes- taciones folkléricas. 97, Bn relacién con el almacenamiento de las manifestaciones o expresiones del folklore, 49 paises disponen de soportes como fichas, discos, cintas, microfichas, pelfculas, microfilns, etc. De las respuestas recibidas se deduce que Gnicanente 10 paises utilizan en la actualidad el tratamiento informitico para este fin. 98. Asimismo resultan necesarias algunas normas sobre la preservacién del fol- klore, por ejemplo un inventario de los grupos que crean las manifestaciones o expresiones folkléricas, como al parecer sucede ya en 44 Estados Miembros. 99. Por otra parte, 52 Estados Miembros cuentan con estructuras (institutos espe- cializados, miseos, departamento especializado en un ministerio, casa de la cul- fura, biblioteca nacional, etc.) 0 han adoptado medidas que permiten abordar y conocer el fenémeno folklérico (programas escolares, universitarios o superiores pere no universitarios, medios de comunicacién de masas, exposiciones, festi- Vales, espectSculos, intercambios interregionales). 24 C/31 Anexo II - pag. 21 100. En 65 paises, las polfticas culturas contemplan medidas destinadas a favore- cer las manifestaciones folkl6ricas (organizacién de seminarios, exposiciones, festivales, concursos artisticos regionales, interregionales o nacionalesy forma~ cién de especialistas del folklorey publicaciones; subvenciones econémicasy creacién de museos, de grupos folkléricos, etc). 101. Por Gltimo, se observa queen algunos paises existen limitaciones en cuanto a los lugares de presentacién del folklore y a las personas susceptibles de utili- zarlo, con el objeto de preservar su autenticidad y defenderlo contra toda desna- turalizacién. 102. Por Gltimo, resultan indispensables unas normas jurfdicas que rijan la uti- Lizacién del folklore. 103. En 20 pafses, el folklore es objeto en la actualidad de proteccién legal. Por el contrario, en 49 paises se considera perteneciente al dominic pGblico. 104. Cuando el folklore es objeto de proteccién legal, los principios juridicos que se aplican son los de la ley sobre derecho de autor, el concepto de plagio, el de competencia desleal, y los de un derecho sui generis. 205, En 25 paises se fijan condiciones para la utilizacién del folklore (autori- zacién previa, cumplimiento de formalidades, pago de un derecho). fn algunos paises lau condiciones relativas a la utilizacién del folklore las abarcan todas, mientras que en otros s6lo incluyen las comerciales. Igualmente en algunos paises s6lo se imponen tales condiciones en caso de utilizacién por extranjeros en el pais de origen de 1a obra. 106. Cuando el folklore se considera como perteneciente al dominio pGblico, su utdlizacién puede estar sometida al sistema de dominio pGblico pagado (en 19 pas- ses) 0 dar lugar al cobro de un derecho. 107. mn cuanto al uso que se hace de los derechos percibidos por las utilizacio- nes de obras folkléricas, hay que destacar que se destinan a diversos fines cultu- rales o sociales (fondo nacional de las artes, de la mGsica, de la literaturay servicio social de los autores y compositores) ayuda a la creacién o a la inves~ tigacién artisticay becas de estudios; fomento de las festividades legalesy recompensas a la creatividad intelectual) dotacién de premios, etc.). 108. Parece, pues, que esta encuesta ha permitido alcanzar el objetivo previsto, esto es, 1a obtencién de informaciones precisas y detalladas sobre la situacién actual de la protecci6n del folklore en los Estados Miembros. b) Comité de Expertos Gubernamentales de febrero de 19821) 109. En cumplimiento de 1a rosolucién 5/01, aprobada por la Conferencia General en au 2la. reunién, un Comité de Expertos Gubernamentales sobre la salvaguardia del folklore se reunié del 22 al 26 de febrero de 1962. 110, ta finalidad de dicha reunién era analizar, desde un punto de vista inter- @isciplinario y en una perspectiva general, diversos aspectos del folklore, para ¥ osten Qefinix las medidas Gsctinatas = preserrer ticidad y a protegerlo contra los riesgos de deformaci6n, el trabajo del Comité 1) Tomado del Capftulo III, 2, b), del documento 116 EXx/26 24 C/31 Anexo II - pag. 22 comprendfa la definici6én del folklore, su identificaci6n, conservacién, preserva~ gién y utilizacién. Participaron en los trabajos los représentantes de 44 Estados Miembros y asistieron a la reunién, en calidad de observadores, expertos de 6 Estados Miembros y de un Estado no miembro. 111, Habigndose destacado unfnimemente la dificultad o, mis bien, la imposibili- dad de lograr un consenso sobre el concepto mismo de folklore, el Comité se limits a fijar algunos parSmetros en lo que se refiere a su definicién. 112, En cuanto al alcance del concepto de folklore, el Comité reconocié que este fenémeno abarca todas las fases y todos los aspectos de 1a existencia humana, asf como todos los comportamientos culturales. Como hecho de toda la sociedad, que incluye a todos los sectores culturales, no puede dividirse en folklore material y folklore espiritual. A ello obedece 1a sugerencia de utilizar 1a expresién, n&s general, de “cultura popular tradicional 113. Igualmente se destacd el aspecto académico del folklore (acopio, archivo, estudio), as{ como la importancia primordial que tiene 1a investigacién del fol- klore para su preservacién, En este sentido, el Comité insistié en fomentar las investigaciones cient{ficas en este campo, y en poner los datos resultantes a dis- posicién de los investigadores y expertos en folklore. 114, ‘También se subray6 1a importancia de la identificacién del folklore, y se sugixié la conveniencia de fomentar la creacién de instituciones idéneas para su acopio y proteccién. 115, Varias delegaciones presentaron el folklore como una forma de cultura con un cometido ético, de identificacién social y cultural, que contribuye a desmontar los prejuicios y a afirmar la libertad. Ello las llevé a hacer hincapié en la conservacién de todo aquello que determina la identidad cultural de un pueblo. 116. Por otra parte, el Comité insistié en la necesidad de que el folklore con- serve su dinfmica, en la medida en que 1a nocién de proceso est& comprendida en 1a nocién de folklore. Por este motivo se aludié a los riesgos que presenta la uti-~ lizacién del folklore fuera de su contexto original, y a la necesidad de asegurar la continuacién de la tradicién y de no sacrificar este patrimonio cultural a fines comerciales ni a una explotacién turistica, que podrian producir efectos nefastos, como el plagio, 1a imitacién y 1a caricatura. 117. Asimismo se hizo hincapié en la necesidad de sensibilizar a la élite inte lectual, de interesar a los medios de comunicacién de masas y a los hombres poli- ticos y de actuar de modo que el elemento tradicional no se convierta Gnicamente en tn espectficulo para ser presentado al piblico. 118, En cuanto a la proteccién del folklore, se sefial6 que, cuando se habla de su preservacién, se piensa por lo general en el aspecto material, cuando tiene la misma importancia proteger a las poblaciones contra el imperialismo cultural y salvaguardar la identidad moral de los individuos. 119, Al término de aus deliberaciones, el Comité de Expertos Gubernamentales aprobd una serie de recomendacioncs, qu que guardan relacién con la definicién, la identificacién, la conservacién y el anflisis del folklore, asi como con su preservacién, su valorizacién y reacti- vacién y su utilizacién. 24 C/31 Anexo II - pég. 23 120. Conviene sefialar que en lo referente a la utilizacién del folklore, el Comité de Expertos Gubernamentales, a la vista de los trabajos realizados por la Unesco junto con la Organizacién Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) sobre los aspectos de “propiedad intelectual" de la proteccién del folklore, recomendS que las dos organizaciones prosigan los estudios sobre el particular. 121. For otro lado, en relacién con las recomendaciones encaminadas a garantizar la preservacién, la valorizacién y la reactivacién del folklore y, entre ellas, las dirigidas a los Estados Miembros (Punto IV.B. recomendaciones 16 a 23), una delegacién declaré que, si bien su gobierno era favorable a los objetivos que esos textos persiguen, podria encontrarse con dificultades de tipo administrativo a la hora de aplicarlas. 122. Por Gltimo, el Comité de Expertos Gubernamentales recomend que "la Unesco prosiga los estudios y trabajos con el fin de llegar a una recomendacién inter~ nacional sobre la preservacién y la salvaguardia del folklore y de la cultura popular tradicional, de conformidad con la resolucién 5/03, aprobada por 1a Con- ferencia General de 1a Unesco en su 21a. reunién". ¢) El segundo Comité de Expertos Gubernamentales de enero de 1985 123. E1 segundo Comité de Expertos Gubernamentales fue convocado por el Director General en cumplimiento de 1a decisién 5.6.2, aprobada en el Consejo Ejecutivo en su 1léa. reunién, decisi6n de la que la Conferencia General tomé nota en su 22a. reunién. 124, La reunién de este wegundo Comité de Expertos tenfa por objeto proceder a un estudio en profundidad de 1a amplitud y el alcance que podria tener una reglanen- tacién internacional general relativa a la salvaguardia del folklore. Partici- paron en los trabajos de 1a reunién los representantes de 41 Estados Miembros y a ella asistieron, en calidad de observadores, los expertos de seis Estados Miembros y de dos Estados no miembros. 125. Una gran mayoria de los participantes reconocieron la necesidad de identi- ficar, conservar y proteger contra los peligros del olvido, 1a deformacién, 1a adulteracién, 1a caricatura y el saqueo, el folklore, que es parte integrante del patrimonio cultural de los distintos pueblos y hasta de su identidad. Varias delegaciones destacaron el interés que suponia la conservaci6n del folklore y la 4mportancia que representaba para ciertos Estados. 126. Se mencion6 varias veces el peligro de pérdida y desapariciGn que amenazaba @ algunos elementos del folklore, a causa sobre todo de las tecnologias modernas de difusién, las cuales al propiciar 1a importacién de las culturas extranjeras contribufan a que éstas suplantaran a las tradiciones culturales locales y favore- ian la hegemonia de las culturas importadas.. 127. ta mayorfa de las delegaciones insisti6 en la necesidad de disponer de un instrumento internacional de uno u otro tipo en la esfera de 1a conservacién del folklore. 328. obstante, algunas delegaciones expresaron reservas en cuanto a 1a opor- tunidad de adoptar un instrumento jurfdico de carficter obligatoric. Dos de ellas se pronunciaron en contra de cualquier acci6n normativa internacional en esta esfera, tanto por razones de principio como por consideraciones de orden pric- tico. Las dems delagaciones, aunque se opusiercn a la elaboracién de un texto de carfcter obligatorio, como serfa el de una convencién internacional, estimaron que una recomendacién podria servir de estimulo para el reconocimiento de 1a cultura de paises diferentes 24 C/31 Anexo II - pig. 24 129. Se sefial6 que era prematuro adoptar un instrumento internacional aunque el objetivo final fuera ste. Se observé, sin embargo, que lo que importaba sobre todo era tratar de adoptar medidas a nivel nacional y no de caracter internacional. 130, Se formularon numerosas observaciones respecto de la definicién del folklore que habria que adoptar. Algunas delegaciones expresaron el deseo de que esta definicién fuera muy amplia y muy flexible, teniendo en cuenta que el folklore comprende numerosas manifestaciones sumamente variadas y en constante evolucién. Otros, por el contraric, desearon que la definicién fuera precisa y no demasiado amplia, para poder conocer bien el objeto de una posible proteccién. Una delega- eién sefialé incluso que antes de definir el folklore, convenia determinar los objetivos que se perseguian con su conservacién, y elaborar la lista de los dife- rentes aspectos del folklore que era preciso proteger. En lo que se refiere al contenido de la definicién, una delegaci6n sefial6 que de las expresiones del fol- ya que estas eran de una esencia comple- klore convenia excluir las creencias, tamente diferente. 131. Numerosas delegaciones destacaron 1a importancia de las infraestructuras encargadas de Ja conservacién del folklore, especialmente las que se ocupan de establecer inventarios, archivos y documentaci6n, aunque resultara prfcticamente imposible inventariar y archivar todo. Se estimé que convenia seguir investigando y conservando las manifestaciones del folklore, para poder, por este medio, cons tituir archivos. Se sefialé que, a partir de este trabajo, serfa posible elaborar un cat&logo y establecer indices segin los tipos del folklore. varias delega~ ciones recomendaron que se elaboraran repertorios fundanentales donde se indicaran las obras folkléricas con las versiones de las obras conservadas en los archivos y el conjunto de las informaciones pertinentes, asi como un registro internacional de los bienes culturales folkl6ricos. Se mencioné la posibilidad de publicar un boletin que contuviera informaciones relativas a la sistewatizacién. Una delega~ cién indicé que deberfan coleccionarse y difundirse indicaciones sobre las utili~ zaciones erréneas y sobre las posibles instituciones especializadas en la materia, asi como informaciones sobre 1a manera de inventarlar el folklore. Otra delega- cién expresé incluso el deseo de que se crearan servicios de archivo del tipo de los archivos histéricos que fueran comprensibles a escala internacional. Se sefialé también la posibilidad de establecer una tipologia mundial del folklore de Jos bienes culturales. Asimismo se destacé la utilidad de poder disponer de una sta de las tradiciones populares que los Estados consideraran mis representa— tivas de sus valores culturales. 132. Se sefial6 sobre todo 1a necesidad de promover y difundir el folklore, espe~ claimente, por medio de la ensefianza, el trabajo cientifico, la elaboracién de documentacién, 1a creaci6n en los Estados de comités interdisciplinarios de fol- klore, 1a organizacién de concursos, conservatorios, festivales, discos, publica~ ciones, conferencias, etc. Ademfis, dado que el establecimiento de infraestruc~ turas y la formacién de personal exigen medios considerables, tanto en vl plano técnico e intelectual como financiero, se destacé 1a importancia de la cooperacién internacional en estas esferas. Se mencion6 varias veces la necesidad de una toma @e conciencia del fenémeno del folklore. 133. Por Gitime, varias delegacioncs expreser de que las diaposiciones tipo de las legislaciones nacionales sobre la proteccién de las expresiones del folklore contra su explotacién ilfcita y otras acciones perjudiciales, aprobadas por un comité de expertos gubernanentales sobre los aapectos relacionados con 1a “propiedad intelectual" de la proteccién de las expresiones del folklore, reunida peje los auspicios conjuntos de la Unesco y de la Organizacién Mundial de la Propiedad Ineelectual (OMPI), en junio~julio de 1982, fuesen tomadas en consi~ derecién por los Estados y que estos adoptaran una legislacién apropiada. 24 C/31. Anexo II - pag. 25 134. En efecto, durante 1a reunién, se estimé necesario proteger el folklore contra la explotacién comercial; se deberia mencionar sistemSticamente 1a fuente y el producto econémico resultante de 1a utilizacién del folklore deberfa acredi- ‘tarse a las comunidades de origen. Algunas delegaciones consideraron, no obs- tante, que era dificil controlar la utilizacién del folklore fuera de las fron- teras nacionales. Por ello, varias de ellas consideraron necesario normalizar la reglamentacién relativa a la utilizacién. 135. Al término de 1a reunién, pese a algunas reservas, el Comité encontré posi- bilidades de solucién, que aprobé como conclusién de sus trabajos 136. El texto de esas conclusiones aprobado por el segundo Comité de Expertos Gubernamentales figura en apéndice del presente estudio preliminar y constituye el Amexo I del informe aprobado por el Comité (documento UNESCO/PRS/CLT/TP6/11/5) . 137. Ademis, eI Comité cuyo mandato definido en 1a decisién 5.6.2 del Consejo Bjecutivo, aprobada en su 116a. reunién, consistia en proceder a un estudio en profundidad sobre la amplitud y el alcance que podria tener una reglamentacién internacional general relativa a la conservacién del folklore, se refirié también, entre otras cosas, en sus deliberaciones, a 1a naturaleza del posible instrumento que se podria elaborar en el caso de que la Conferencia General de 1a Unesco considerase oportuna 1a adopcién de dicho instrumento. Opind que el tema de que se trataba no podria ser objeto de una convencién internacional. En cambio, hubo acuerdo unanime en que esa reglamentacién adoptase 1a forma de una recomendacién a los Estacos Miembros, 1o que constitufa un instrumento flexible, mediante el cual Ja Conferencia General formulaba principios y normas que invitaba a los Estados Miembros a adoptar en forma de ley nacional o de otra manera. 3. Estudio de los aspectos de la proteccién de las expresiones ‘del folklore que estan relacionados con la propiedad intelectual, realizado conjuntamente con 1a OMPI a) Comités de Expertos de 1980 y 19611) 138. De conformidad con la decisién del Comité Intergubernamental de 1a Conven- cién Universal sobre Derecho de Autor y el Comité Ejecutivo de la Unién de Berna con motivo de sus reuniones de 1979, paralelamente a las actividades realizadas por la Unesco de acuerdo con un planteamiento global interdisciplinario, 1a Unesco y la OMPI estan profundizando en el problema de los aspectos de propiedad intelec- tual de 1a proteccién del folklore. : 139. Un grupo de trabajo encargado de estudiar un proyecto de disposiciones tipo concebido para las legislaciones nacionales, asi como medidas internacionales de proteccién de las obras del folklore, se reunié en 1a Sede de 1a OMPI en Ginebra, del 7 al 9 de enero de 1980, Dicho grupo de trabajo estaba integrado por dieci- 81s expertos de diferentes paises, invitados a titulo personal por los Directores Generales de la Unesco y de 1a OMPI. I) Tomado del capftulo 111, 3, a), del documento 116 EX/26. 24 6/31. Anexo II - pig. 26 140. £1 grupo de trabajo estimé: 4) que era deseable una proteccién jurSdica adecuada para el folklore, 11) que dicha proteccién juridica podia favorecerse en e1 plano nacional mediante disposiciones tipo de legislacién) iit) que dichas Aisposiciones tipo debian poder aplicarse tanto en los paises en que no existe ninguna legislacién pertinente, como en los paises en los que se podria adaptar la legislacién vigentey iv) que esas disposiciones tipo deberfan permitir también una proteccién mediante el derecho de autor y derechos conexos, cuando tal modo de proteccién fuera posible) v) que las disposiciones tipo para leyes nacionales deberSan abrir el camino a una proteccién subregional, regional e internacional de las creaciones del folklore. 141, Al _término de estas deliberaciones, el grupo de trabajo recomendS que 1a Secretaria de la Unesco y la Oficina Internacional de 1a OMPI redactaran’ un pro- yecto revisado de disposiciones tipo de legislacién nacional sobre la proteccién @e las creaciones del folklore y un comentario de tal proyecto, inspirdndose en las ideas lanzadas durante los debates, y que dicho proyecto y su comentario se Presentaran y examinaran mis a fondo en una reunién ulterior. : 142. En consecuencia, las Secretarias elaboraron un proyecto revisado de disposi- ciones tipo y un comentario de ese proyecto, que se presentaron al grupo de tra~ bajo convocado a una segunda reunién, celebrada en 1a Sede de 1a Unesco del 9 al 13 de febrero de 1981. El grupo de trabajo examiné estas disposiciones tipo revi- sadas, propuso varias modificaciones y nuevos art{culos. =n conclusién, aprobé unas “Aisposiciones tipo para leyes nacionales sobre 1a proteccién de las expre- siones del folklore", a fin de presentarlas para su examen complementario por un Comité de Expertos Gubernanentales, con un nuevo comentario, de cuya redaccién quedaron encargadas 1a Secretar{a de la Unesco y 1a Oficina Internacional de 1a our. b) Comité de Expertos Gubernamentales de junio de 1982!) 143, En aplicacién de la resolucién 5/01, aprobada por 1a Conferencia General de la Unesco en su 2la. reuni6n, y de la decisién adoptada por los érganos rectores de 1a OMPI en sus reuniones de noviembre de 1981, los Directores Generales de las dos organizaciones convocaron conjuntamente a un Comité de Expertos Gubernamen- tales sobre los aspectos de propiedad intelectual de la proteccién de las expre- siones del folklore, que se reunié en la Sede de la OMPI en Ginebra, del 23 de junio al 2 de julio de 1982. 144, Este Comité estim6 que: 4) las disposiciones tipo daberfan reflejar mis explicitamente el hecho de que la proteccién de las expresiones del folklore contra la utilir zacién perjudicial sirve, en definitiva, al objetivo de un mayor desa~ rrolle y mejor divulgacién de dichas expresiones) ii) las disposiciones tipo deben dejar suficiente elasticidad a las legis- laciones nacionales para adoptar un sistema de proteccién que corres- ponda mejor con las condiciones prevalecientes en un pais determinadoy 444) debe abordarse mas detalladamente en las disposiciones tipo 1a funcién de las comunidades que desarrollan y perpetGan las expresiones del folklore, en el control de su utilizaciény Ty) Tomado del capftulo III, 3 b), del documento 116 Ex/24 24 6/31 Amexo II ~ pég. 27 iv) deberfa reconocerse que un objetivo bfisico que habrian de cubrir las disposiciones tipo, es el mantenimiento de un equilibrio adecuado entre 1a proteccién contra el uso abusivo de las expresiones del folklore, por una parte, y 1a libertad de eu desarrollo legitimo dentro de la comunidad concernida, asi como la creacién de obras ingpiradas por el folklore, por la otray v) la relacién de 1a protecci6n sui_generis propuesta con otros tipos de proteccién de 1a creatividad intelectual deberfa trataree en el comen- tario mis detalladamente, con atencién especial a la ‘proteccién mediante los derechos conexos. vi) las disposiciones tipo deberSan armonizarse con las conclusiones correspondientes del Comité de Expertos Gubernamentales para la Salva- guardia del Folklore que se reunié en Paris en febrero de 1982 y tam- bign deberfa reflejarse en su propio titulo el tema especial de las Aisposiciones tipo, con el fin de evitar confusiones con otros posi- bles documentos relacionados con los diversos aspectos de la protec- efén del folklore. 145. Tras haber introducido las modificaciones necesarias en el proyecto de dis- posiciones tipo que se le presentaba, el Comité de Expertos Gubernamentales aprob6 definitivamente las "disposiciones tipo para leyes nacionales sobre la proteccién de las expresiones del folklore contra 1a explotacién ilfcita y otros actos perju- @iciales". Asimismo, rog6 a la Secretarfa de 1a Unesco y a la Oficina Inter- nacional de la OMPI que redactaran una versién final del comentario de las dispo- siciones tipo, teniendo en cuenta las observaciones y sugerencias formuladas durante las deliberaciones. 146, B1 Comité de Expertos Gubernamentales discutié también la oportunidad de crear una reglamentacién internacional sobre la proteccién de las expresiones del folklore. 147. ta representante del Director General de 1a Unesco informé al Comité que la Conferencia General, por su resolucién 5/03, aprobada en su 21a. reunién, hab{a estimado conveniente que se definieran en el marco de una reglamentaci6n inter nacional, medidas destinadas a preservar el folklore, a asegurar su desarrollo y a protegerlo contra los riesgos de deformacién, y que habia invitado al Director General a preparar un estudio preliminar sobre los aspectos técnicos y juridicos de esta cuestién. 148, En cuanto a los aspectos de propiedad intelectual de 1a proteccién del folklore, la mayorfa de las delegaciones coincidié en que las disposiciones tipo deberian concebirse de modo que sirvieran de punto de partida para 1a elaboraci6n de cualquier reglamentacién internacional sobre 1a proteccién de las expresiones del folklore. Algunas delegaciones, pese a ser favorables al examen de la posibi- lidaa de adoptar tal reglamentaci6n, estimaron que debSa darse prioridad a los planos nacional y regional. Una delegacién manifest6 no estar a favor de medidas internacionales ©) Comité de Expertos Regionales 149, En aplicaci6én del Plan de Trabajo de las resoluciones 5/03 y 15.1 aprobadas por la Conferencia General de la Unesco en sus 2la. y 22a. reuniones respectiva- mente, y en aplicaci6n de las deliberaciones del Comité Intergubernamental de la Convencién Universal de Derecho de Autor y del Comité Bjecutivo de la Uni6n de 24 C/31 a Anexo II - pig. 28 ena, 1a Unesco y la OMPI convocaron en Bogot& (octubre de 1981), Nueva Delhi (enero-febrero de 1983), Dakar (febrero de 1983) y Doha (octubre de 1984), cuatro reuniones de conités de expertos sobre las modalidades de aplicacién, en el plano regional, de las disposiciones tipo para leyes nacionales sobre los aspectos rela~ tivos a la propiedad intelectual en la proteccién del folklore. 150, El Comité de Expertos de Bogot4 destac6, en particular, los puntos siguien- tes: 4) deberfa insistirse especialmente en la proteccién del folklore por medio de una especie de instrumento internacional, ademas de 1a adopcién de una ley tipo nacional, deberfa tomarse en consideracién el hecho de que las manifestaciones del folklore no corresponden a las fronteras geogrfficas de las naciones interesa~ das) el Comité de Expertos de Nueva Delhi estimS unfnimemente que la proteccién del folklore contra su explotacién ilfcita y otros actos perjudiciales deberia asegurarse por medio de un tratado internacional especfficoy el Comité de Exper- tos de Dakar puso igualmente de relieve la importancia de elaborar a escala inter- nacional un instrumento, que permita una proteccién de las expresiones del fol- klore contra su explotacién ilicita y otros actos perjudiciales. El Comité ae Expertos de Doha recomendS a la Unesco y a 1a OMPI que prepararan un proyecto de tratado internacional multilateral sobre 1a proteccién de las expresiones del fol- wlore y que obraran en pro de su aprobacién y aplicacién. 4) Grupo de Expertos sobre la Proteccién Internacional de las Expresiones del Folklore por la Propiedad Intelectual de diciembre de 1964 151. De conformidad con las decisiones aprobadas por la Conferencia General de la Unesco en au 22a. reunién (octubre-noviembre de 1983) y por los Srganos directivos de la OMPI en su decimocuarto pericdo de sesiones de octibre de 1983, la Secre- taria de 1a Unesco y 1a Oficina Internacional de la OMPI convocaron conjuntamente un “Grupo de Expertos sobre la Proteccién Internacional de las Expresiones del Folklore por la Propiedad Intelectual", que se reunié en la Sede de la Unesco, Paris, del 10 al 14 de diciembre de 1984. 152, La misién confiada al Grupo de Expertos era examinar la necesidad de una reglamentacién internacional especifica relativa a la proteccién internacional de las expresiones del folklore por la propiedad intelectual, as{ como el contenido 4el proyecto. 153. Los debates pusieron de manifiesto la necesidad de la proteccién inter- nacional de las expresiones del folklore, en particular respecto a la utilizacién, cada vez mayor y sin control alguno, que hace de ellas 1a tecnologia moderna fuera de las fronteras del pais a que pertenece 1a comunidad de la que son originarias. 154, Algunos participantes respaldaron 1a idea de que se preparara un tratado internacional multilateral sobre la proteccién de las expresiones del folklore, sobre una base sui generis de salvaguardia de la propiedad intelectual. Sin embargo, algunos participantes consideraron que era prenaturo establecer un tra~ tado internacional ya que no se disponia de experiencias suficientes respecte a la proteccién de las expresiones del folklore a nivel nacional, en particular en 16 relativo a la aplicacién de las Disposiciones tipo para leyes nacionales sobre la protecci6n de las expresionos del folklore contra la explotacién ilfcita y otros actos perjudiciales, adoptadas en 1982 por un Grupo de Expertos Gubernamentales. Otros participantes, en cambio, destacaron lo ineficaz de los esfuerzos tendientes a aplicar la proteccién del derecho de autor a las expresiones del folklore y afirmaron que habfa pruebas suficientes en cuanto a la necesidad de 1a proteccién internacional de dichas expresiones, 24 C/31 Anexo II - pag. 29 155. sin embargo, se consideré que convenia tener en cuenta la necesidad de crear la infraestructura necesaria a la aplicacién de un tratado sobre 1a proteccién de las expresiones del folklore. A este respecto, las Secretarias se refirieron a las recomendaciones aprobadas por los Expertos Gubernamentales convocados por 1a Unesco en 1982 para tratar los problemas de la determinacién, 1a conservacién, el anflisis, la preservacién, el fomento, la reactivacién y 1a utilizacién del fol- klore. Varias veces se mencicnaron los trabajos de la Unesco efectuados en el marco del estudio global y desde una perspectiva interdisciplinaria. 156. Se aluaié a las medidas ya existentes en varios paises y a los textos de los convenios internacionales relatives a la propiedad intelectual, pues podian servir como punto de partida destacindose, no obstante el hecho de que si se dispusiera de un instrumento internacional especffico podria hacerse que los paises adoptaran @isposiciones de fmbito. De todas maneras se precis6 que la elaboracién de un tratado internacional para la proteccién de las expresiones del folklore podia presentar un grado de urgencia diferente segfin las regiones. 157. Varios participantes plantearon el problema de la protecci6n de las expre- siones del folklore de una comunidad que vive en una regién perteneciente a mis de un pais. A juicio de algunos oradores, era necesario dar en el tratado mismo una solucién al problema de la jurisaiccién nacional sobre dichas expresiones. Tam- bigén se mencion6 como posible golucién la obligaci6én de los Estados Contratantes de zanjar esos problemas a nivel regional, o mediante acuerdos bilaterales. Se sugirié igualmente que habria que tomar en consideracién 1a migracién de tribus enteras de algunos de sus miembros. 158, Durante la reunién se indicé que era importante que en el tratado propuesto se fortalecieran los nexos entre las expresiones del folklore y las respectivas comunidades de que eran originarias. Incluso se indicé que deb{a reconocerse explicitamente a las comunidades como titulares de los derechos de dichas expre- siones. Por otra parte, se hizo referencia a que en algunos paises se consideraba a la nacién o al estado como propietario de 1a cultura tradicional de sus comuni~ @ades y que el tratado no debfa versar sobre cuestiones de propiedad de los dere- chos de las expresiones del folklore, sino que mas bien debfa garantizar 1a proteccién internacional de las expresiones del folklore, tomando también en consideracién los casos en que éstas eran propiedad de 1as comunidades de que son originaria 159. Se propuso que el tratado se elaborara Gnicamente sobre 1a base del derecho pGblico a fin de obligar a los Estados Contratantes a reglamentar ellos mienos la proteccién de las expresiones del folklore sin instituir nuevas formas de protec- ci6n procedentes del derecho privado. Sin embargo, se mencioné el peligro de un control basado sobre una utilizacién excesiva de las autorizaciones previas, 10 que obstaculizaria la difusién normal de las expresiones del folklore. 160. Algunos participantes pusieron de relieve 1a_importancia de determinar las expresiones protegidas del folklore como condicién de su proteccién inter~ nacional. A este respecto, se sugirié que se examinara 1a cuestién de las forma- lidades, en particular el registro de las expresiones del folklore o el estable- cinients de los inventerios pertinentes. Algunos participantes propusieron que para determinar las expresiones del folklore se utilizara mejor 1a rea existente @e inventarios nacionales. Un experto se refirié a 1a importancia que tenia registrar las oxpresiones del folklore para 1a informacién de los usuarios de dichas expresiones. A este respecto, las Secretarias se refirieron al estudio Anterdisciplinario realizado bajo los auspicios de la Unesco sobre 1a proteccién del folklore, que trata, entre otras cosas, del problema de inventarios y registro de las expresiones del folklore. 24 C/31 Anexo II - pig. 30 161, Durante esta reuni6n se indic6 varias veces que la entrada en vigor de un tratado no debia tener cono efecto la restriccién de la difusién de los registros legalmente realizados y que no convenia instaurar ningin sistema ae autorizacién previa. 162. Después del debate general, el Grupo de Expertos procedié al examen del proyecto de tratado sometido por las Secretarfas. IV. PERSPECTIVAS DE SOLUCIONES 163. Los trabajos que vienen realizndose desde 1973 han permitido tomar concien- cia del hecho de que el folklore esté en vias de desaparicién en algunas partes del mundo, debido a los deterioros progresivos que sufre cuando es utilizado fuera de la comunidad que lo ha creado, Asimismo destacaron la necesidad y 1a urgencia de adoptar medidas que puedan responder con eficacia a una situacién evolutiva de degradacién. Asi, en lo que respecta a los aspectos de la proteccién del folklore relacionados con la propiedad intelectual, el Comité de Expertos Gubernamentales de junio de 1982 aprobé disposiciones tipo para leyes nacionales sobre 1a protec cién de las expresiones del folklore contra su explotacién ilfcita y otros actos perjudiciales. 164. La complejidad del toma del folklore permite afirmar, por otra parte, que la proteccién jurfdica de los “aspectos de propiedad intelectual” de este patrimonio cultural no es mis que una parte de un conjunto que se propone a la vez identi- ficar, conservar, preservar y difundir el foklore. 165, La cuestién de 1a salvaguardia presenta dos aspectos. Por una parte, se trata de aplicar cierto nGmero de medidas de orden material y, por otra, de pensar en una proteccién jurfaica. 166. En lo que se refiere al primer punto, conviene observar que el desarrollo de las infraestructuras no es igual en todos los Estados. Adends, las investiga~ ciones y las infraestructuras destinadas a identificar, conservar y preservar el folklore no se refieren directanente a la vitalidad del propio folklore, es nece- sario crear condiciones para fomentar su desarrollo. Las investigaciones empren- didas permiten conocer mejor las expresiones pasadas o presentes y captar mejor la propia naturaleza del fendneno. 167. Asi, y si bien es a veces imposible hacer de manera que haya manifestaciones del folklore que continGen viviendo, debido, por ejemplo, a la dificultad de man- tener artificialmente los hechos culturales que ya no guardan relacién con su @poca, es, posible, sin embargo, realizar actividades con miras a conocerlo mejor y analizar el hecho folkl6rico. Cabe enfocar de manera cientifica 1a cuestién y a nivel internacional con el fin de proseguir los trabajos ya realizados por ciertos Estados y ayudar a los otros Estados, ademés de activar 1a armonizacién a escala internacional. 168, Las conclusiones a que llegé el segundo Comité de Expertos Gubernamentales en su reunién de enero de 1985 constituyen algunos de los elementos bisicos de 1a elaboracién eventual de un instrumento internacional. 169. A este respecto, el Comité de Expertos Gubernanentales evocd 1a funcién que 1a Unesco podria desempefiar para facilitar la salvaguardia del folklore. EL Comité consideré que la Conferencia General podria examinar 1a posibilidad de poner en prfctica las actividades siguientes:

You might also like