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EL ESTADO ABSOLUTISI PERRY ANDER: NENCO Ese, e ARGENTINA 1. EL 5TADO ABSOLUTISTA EN OCCIDENTE La larga crisis de la ccorumtia y la sociedad europeas durante los siglos xv y xv pusu de manifiesto las dificultades y los limt tes del modo d= produccién feudal en el postrer perfodo.me dieval'. ¢Cual fre ul resultazo politico final de las convulsiones. continentales de esia éoca? -Er_el_transcurso, del siglo xv aparecié en Qccidente. e! Fstaco_ebsclutista. Las monarguias centralizadas de Fran :ia, Ingiaterra_y Espafie representaron ima ruptura.decisiva con la soberan{a _Piranidal y fragmentada. de las formaciones sociales medievales, con sus sistemas de feudos y estamentos, La controversia acerea de la naturaleze histérica de estas monarqufas persiste desde que Engels, en uma frase cdlebre, deterniind que eran e! producto de un equillbrio de clase entre la vieja nobleza feudal y Ja mueva burguesfa urbana: «Sin embargo, por excepcién, hay Perfodos en que las clases en lucha estén tan ecuilibradas (Gleich,ewtcht hatten), que el poder del -Estado, cotno nediador uparente, adquiere cierta independencia momentdnea respecto a ura y otra. En este cuso se halla !a monarquia absoluta de los siglos Xvm y XVIII, que mantenia a nivel la balanz (pegeneinatder balanciert) entre la nobleza y el estado Jlano.’. Lis multiples reservas' de este pasaje indican cierta inseguridad conceptual por parte de. Po gels. Pero un clet:nide examea de las sucesivas formmulaciones tanto de Max conio de Engels revila que una concepcién. simi- lar del absolutistao fue de hecho, mi rasgo relativamente: per- manente eu sus obras, Engels repitié la. misma esis bdsica de forma mis caterérica ¢n otro lugar, subrayandé qué ala con dicién fundamental de la antigua monarquia al olutaay era, cel. equillbrio (Gleichgewizht) entre ja nobleza terdaten te y la ease Vi RR 'Véase su andlisis en Passages from Antiquity to Len Londres, 1974, que precede a este estudio. (T-ansiriones de ia Antigiledad al fata. tismo, Madrid, Siglo XXI, 1979.) fe Ra The origin of the Jamily, private Preperty and the State, en EK. Mure y F. Bugels, Selected Works, Londres, 1968, P. 583 (El origen de la Jeni Ma, la propiedad privaaa y tl Astaco, en Ky Marx y B, Bngels,.Obres escogidas, Madrid, Ak.!, 1975, 11, p. 339);.K. Mara y I. Engels, Werle, volumen 21, p. 167, ‘bis 7 burguesfa»’. Evidentemente, la clasifieacién del absolutismo como mecanismo de equilibrio polftico entre la nobler y la burguesia se desliza a menudo hacia su designacién implicita 0 explicita en lo fundamental como un tipo de Estado burgués en cuanto tal. Este deslizamiento es evidente, sobre ‘todo, en el propio Mawifiesto comunisia, en el que la funciéu polftica de la burguesfa «durante el perfodo de la manufactura» se carac- teriza sin ninguna solucién de continuidad como «contrapeso (Gegengewicht) de la nobleza en las monarqutas feudales o ab- solutas y, en general, piedra angular (Hauptgrundiage) de les grandes monarquias»‘, La equ{voca transicién d:sde +contra- peso a apiedra angular» aparece tanbién en otros textos. Engels pudo referirse a la época del absolu'ismo ce'tao la era en que «la nobleza feudal fue obligada a comprend.r que el pertodo de su dominacién social y polftice habta keegado ¢ su fine! Marx, por su parte, afirmé repe.idainmente que Ins cstructuras administrativas del nuevo Estado absoluto eran un instrumente especificamente burguds. «Bajo la monarquia absolutas, eseri- bid, «la burocracia no era m3 que el medio para preparar la dominacién de clase Je la burguesfas, ¥ en otto lugar afirmd que eel poder estata; centralizado, con sus érganos omnipoeten- tes!. el ejdrcito permanente, ia policia, Ia burocracia, el elero y la magistratura —é.genos rreados ton arreglo 4 uu plan’ de divisién sistematica y Jerdrquica del trabajo— procede de los tiempos de la monarqufa absolute y sirvid a la naciente socle- dad burguesa como un arma poderosa en sus lichas contra el feudalismos *, ; ' i Todas estas reflexidties sobre “el: dbsolutisnio eran mds o menos fortultas 'y alusivas: ningiino de los furiciadores del ma- terlalismo histériéo hizg. jamds wha teorizacién’ directa de Tas “teva: monarquias centralizadas: que sutgleron en la 2 del Rehacimiento, Su exacto significado se dejé al Juiclo de tas generaciones siguientes, y, dé hecho,’los’historiadores marxistas * Zire Wohnuretftage, en' Werke, Vol.’ 18, b. 258, ‘Contribuctth at pro- blema de ta vivlendd, en Obras escopidds, 1, p, 636.1 : 2 Ee Mrz y F. Engels, Selected Works, p, 37 (Obras escogtdas, 1, p. 24); f@rke, vol. 4p. 464 "Uber den Verfdll des Piildabisritis und dax'Aufhdmtien dit Bourghet ste, en Werke, vol. 21, p. bi En Ia frase agit cltada, le ddtamnaciin «polt! ticas es expresamente siadtfiche, * aa 4" * La primera formulactén’procedé dé'riid' Stahtednth Bruntatrs of Loteis Bonaparte, en Selected Works; p. 171'(El' ditcioéha Brumario da Fats Bonaparte, en Obras escogidas, 1p. M0}; Id segunda ds dé Phe ott war in Franca, en Selected Works, p. {ha guerra ofl! én Francia, on Obras escogidas, vol. 1, p, 539], han debatido el problema de la naturalezz social del absotutismo haste nuestros dias. Evicdentemente, una solucién correcta dt este problema ¢s vital para nuestra comprensién de la transi- cidn del feudalismo al capitalisino, y de los sistemas politicos que la caracterizaron./Las monarquias absolutas introdujeron unos ejércitos y una burocracia permanentes, un sistema nacic- nal de impuestos, un verecho codificado y los comienzos_de un mercado unificado./Todns estas caracterfsticas parecen ser emi-+ nentemente capitalis’as, y como coincidem_con_la desaparicién de Ja servidumbre, insti'ucisn nuclear del primitivo modo d= produccidn feudal en Europa, las descripciones hechas por Mart y Engels del absolutismo como un sisterna estatal que repre senta un equilibrio entre la burguesfa y la nobleza, o incluso un dominio abiertu del mismo capital, han parecido con mich frecuencia plausibics. Sin embargo, un estudio més devenido de las estructuras del Estado absolutista en Occidente niega inevitablemente Ja valider de tiles juicios. El fin de [a servi- dumbre no significé por s: mismo la desaparicién de las rela- .cionts feudales en_el campo, La identificacién de ambos fend- menos €8§ un error comtin, pero es evidente qué Ia coercién pri- vada extrneconémica, In dependencia personal y la combinacién del praductor inmediato con Ins instrumentos de producclén, no desaparrcieron necesariamente cuando ej excedente rural dejd de ser extra{do en forina de tiabajo o de entregas en especk: para convertirse en rnta en dinero: mientras la propiedad agraria aristocritiva ceri el 3480 a un mercado libre de therras y ala movilidad real de 'u niano de obra —en otras palabras, mientras el trubajo no se separd de las condiciones sociales de su existencia para trarsformarse en «fuerza de trabajoo—, las relaciones de producci4n 1 crales wortinuaron siendo femfa- les. En Ef capital, el mismo Marx clarificé este problenia ea su correctv andlisis tedrico ce Ia rente del suelo: «La transforma- eién de la renta en trabajo en la renta en productos no alterna en absoluto, econémicamen‘e hablando, ta esencia de la renta. de la tierra [...] Entend:nos ayuf por renta en’ dinero {...] Ja rent? einanada de una mera trasmutuclén de dé rentn en productus, del mismo modo que esta misma era sdélo'ld rentn en trabajo transformada |...] La base de esta clase de:renta, & peser de acercarce a su disolucién, sigue siendo Ia misma que en la renta en productos ene constituye el punto de -partida. BI productor dirccvo signe siendo, coms antes, poseedor here. ditarlo o, de alguna otra marera, tradicional del suelo,y¥ quien debe tributarle al terraten.ente, en cuanto propietario de la te. ra, de su condicisn de t-uhajo mda ereacial, um trabajo for: “WM. La exposicién que hace répiica @ Sweezy, Cel 1 , Altima era medieval, zado excedentarlo, es decir, trabajo Impago, efectuado sin equi" valente, en la forma de Plusproducto transformedo en ding © ros'/ Los sefiores que continuaron slendo propietarios de lod “ medios de produccién fundamentales en cualquier sociedad preindustrial fueron, desde luego, los nobles terratenientes, Due rante toda In temprana edad Moderna, la clase econdmica + polfticamente dominante fue, pues, la misma que en In cra me dievel: la aristocracia feudal. Esta nobleza sufrié una profunda metamorfosis durante los Siglos siguientes nl fin «de In Bead Media, pero desde el comienzo hasta «I final de la historia del absolutismo nunca fue desalojada de su dominio del poder politico, Lor cambios en las formas de explotacién feudal que acaecie. ron al final de Iq época medieval no fueron en absolute insip- nificantes; por el contrario, son precisamente esos cambios [os que modifican las formas del Estado,_El absoljitismo fue eren- cialmente eso: un aparato reorganizado y potenciado de domi- tocracia: fue el nuevo caparazén pol{tico de una noblera ame nazada, Hace veinte afios, Hill resumia asi el consenso de una generacisr. de historiadores marxistas, ingleses y rusos: «La monarqufa absoluta fue una forma diferente de monarq:ifa feu dal, distinta de a monarquia de estamentos feuciales que la precedié, pero Ja clase dominante continud siendo Ja misina, exactamente igual que una republica, una monarquila constitu. cional y una dictadura fagcista pueden ser todas ellas formas "Bl eapttat, Madrid, Bigio XX1, 1973-1579, Ifbro it, vol. 8, pp, 110, 113, t Pabl de este froblema fundamental, en uw weeny, ent famoso debate de los Afloa clncuenta sobre transiclén del feudalismo al capitalismo, es Kiclda © Incisiva: Sctence and Society, xtv,2, primavera de 1950, pp. 157-67, especialmente 1634 [el con junta del debate, con algunas npertaciones Inds actunles, so recoge on Altton, comp,, The transition from feudalism to capttallsat, Lon- dred, M18, 1976; trad, cast.:, La transicién del -capitalismo al feudaltema, Barérlona, Critica, 1977}. La importancia teéric del problema ¢# eviuerte, En ¢l caso de un pals como Suecla, por al 0, los habituales: esturliog histérleos todavia afirman que «no ube feu mos, a cauga de Ja ausen- cia de una servidumnbre bropldinente dichh, Me supuesto, Irs relaclones feudalea predominaron en el Bampo ‘atiecs, Hecho, durante ioda Ir 1 : | nobillar’o estuvo determunade, a su vez, por el desarrollo SS eee ee ee eS eae ee - & de. dominactén de la burrues(as!/La nuewa forma del f produccién ¢ intercambio de siercancias en las formacionés se ciales de transicién d+ la primera época moderna,’ Althusser ha especificado correctssaen.e sv cardcter en este sentido: «Bl r& gimen folltico de In nionarquin absolute es tan sdlo la nueva forma politica ntce:aria para.cl mantenimfento del dominio y explotaciéa feudal en un pecodo de desarvollo de una econo- infa de mercadow®, Pero las din.ensiones de la transformacién histérice. que ertrafia el vivenimiento del absolutismo no deben ser minimizadas de singuna manera. Por el contrario, €s fun- damental comprerder toda ‘a Idgica y la impertancia del cam: bio decisive en la estrictura del Estado aristoeratico y de la propiedad feudal que produjo el nuevo fendmeno del abso lutismo, ; 4 El feudalismo como mado de produccida se definfa origina. riamente por una unided organica de econorata y politica, pare- ddjicamente distribuida en ina cudena de soberanias fragme:t- tadas a lo largo de toda la formacién social. La institucién de 'a servidumbre come mecinisimo de extraccién del excedente furdia, en el nivel molecular de la aldea, la explotacidén eco- némica’y la coereién roilticoiegal. &! sefior, a su vez, tenia que prestar homenaje principal y servicios de caballeria a un sefior - supremo que reclanba e! dominio ltimo de la tierra. Con Ia conmutacién ger:eralizada de las cargas por una renta en dinero, ' stopher Hill, «Coments, Sefence and Society, xvi, 4, otofo de 059. be fransicifn del feudctisrro al capitalise, cit.) Lee the minos de esta afirmacin debes tratarse con mucho culdado, Bl caricter general y caracteritador de una ¢poca del ubsotutismo hace Inadecuada . cualquier comparacién formal entre él y loa regimenes locales y, excep neles del fascismo. — Louis Altiusser, Montercuden, t1 poittlque et Phistoire, Parts, 1969, pigina 117 [Montesquien, la pelftica y (a historta, Madrid, Clencia Nueva, 1968, p, 97], Aquf se selecciona esta forrotlacién por eer reciente ¥ repre- sentative, La creencia en el cardcter capit: Hata o cusei capitalist del absolutismo puede encomirarse tedavia, sin embargo, de fortha ocasional. Poulantzas comete La dep ruder-cla de clasifiarlo asf en fu, Por. otra parte, importante obra Potroie potignue et classe sociale, Parts; 1568, Paginas 169-8) [Poder politico y clases wocales.en-al Estad@ capitilista, Madrid, Siglo XXI, 1972, pp. 207-211), senaue sti términos ton wos x amblyuos, El reciente debate sobre ef absoluticmé ruso en les stae histéricas sovidticas reveln aleuros ejemploa als lados tlmilares, 7 crono‘dglcamente mds mutizados; v4ase, por elemplo, A. Ya. Avrej], «Ruse Kil absollutizm | evo rol’ v uvverzicente kepltalizma ¥ Rossiis, ferorivas SSR, febrero de .968, pp, 83106, que ronsidera al absoletisrac. conte prototipo de, Estado birgudss (p. 97), Los puntos de vista de Avref fueron erlticador cou dureza en el debaie ‘sosteror, y no expresan la tendencla general de ia discusidn. la unidad celular de la opresién polftica y econdémie del carr- . pesinado se vio graveimente debilitada y en peligre de disoluw. clon (el final de este camino seria el «trabajo libres y el econ trato salarial»). El poder de clase de los sefiores feudaies quedd, pues, directaments amenazado por Ja desapariciun gradual da la servidumbre, BI resultado fue_un desplazamienta.da la:poem cién politica en_un” sentido ascendente hacia una. cima.centra- Heada y milltariaada: e|-Fstade absolutista, La coerci’n, dilutds en el plano de la aldea, se concentrd en el iano enacional», Bl resultado de este Proceso fue un aparato yeforzado de poder real, cuya funcit politica permanente era™ la represién de las masas campesinas y plebeyas en la base de la jerarquia sole), ‘Esta nueva maquinaria de Mstado, sin embargo, estaba: inves: itida por su propia naturaleza de una fuerza conctiva capaz de destruir o disciplinar a inaividuos y grupos dentro de la misma nobleza. Como veremos, Ia Ilegada del absolutismo nunca fue, para la propia clase dornina.te, un suave proceso de evolucidn,: Sino que cstuvo marcada por rupturas ¥ conflictos extremada- mente duros en el seno de ja aristocracia feudal, a cuyos inte. reses colectivos en ultimo término servfa, Al mismo tiempo, el complemento objetivo de la concentacién politica del poder en la cuispide del orden social, en una monarqufa ¢entralizada, Fue la consolidacidn, por debajo de ésta, de las ‘nidader de pro- piedad feudal. Con el desarrollo de las relaciones mercantiles, la disolucién de los lazos primarios cntre la explotacién eco némica y la coereién polftico-legal condujo no sdlo a una cre- ciente proyeccién de esta ultima sobre la cuspide mondrquica de] sistema social, sino también a un fortalecimiento compen- satorio de los titulos de propiedad que farantizaban aquella explotacién. /En otras paiabras: con la reorganizacidn del sis- tema politico feudal en su totalidad, y la disolucién del sistema original de feudos, la propiedad de ja tlerra tendi4S a hacerse Progresivamente menos «condicionals, al tiempo que le sobe- ranfa se hacfa correlativamente mds «absolutas. El debilita- miento de las comeepciones medievales de vasallaje se desarrolldé en.ambes direcciones: mientras conferta a la monarquta unos poderes nuevos y ext ‘aordinarios, emancipé las propiedades de la nobleza de sus tradicionales limitaciones, En la nueva época, la propiedad agraria adopté silenciosamente. una forme alodial (para usar un término que habria de volverse anacrérico en un clima juridico transformads), Los miembros individuales de la-clase aristocratica, due perdieton progresivamente los dere- chos politicos de representacién en Ja nueva era, registraron avances en la propiedad, como reverso de! mismc proceso his- l t ‘a i ag ee or oe eee eee a ee os térico. El efecto final de esta redistribucién del coder social’ de la nobleza fueron lz maquinaria de Estado y el orden jurfdico absolutistas, cuya coordiacién habrfa de aumentar la eficaria del dominio aristocrévico al reducir a un campesinadg nha: ser. vil ‘a nuevas formas de Uependencia y explotacicr,. Fiestados | monfrquicos del kenacimiento-fueron,:ente todo fy-soBEe: todo, | instiumentos modernizados para el mantenimiento del: at nobiliario sobre las masas vurales, i Al misrao tiempo, sin embargo, la: cia’ te aa, com? la ¢isoluciém del seSorfo, wd th a ee hecho, la condiciéh fundafpental de.sexistencta tur Ia «deste talizacién» tinica de la subttania en. el taco del pode: politic: econdmios del féeudalismoxDe abt 14 resistencia de las clududes ‘de Oceldente a lo largo dé Ia peor crisis del siglo xtv, que arruiné temporalmente a tantas familias patricias de las ucbes mediterrancas, te Bard ‘y Peruzzi se hundieron er. Florencia, mientras. Siena y Barcelona. decafan; pero Augsburgo, Génova y Valencia iniciaban precisamente su ascenso, Durante la depre- .$ién feudal se desarrollaron importantes industrias urbanas, tas les como del hierrg, el papel y log textiles. Considerada a dis- tancla, esta vitalidad econémica y social actud como una inter- ferencla objetiva y constante en ia-lucha.de clases por lx tlerra y bloqued cualquier solucién regresiva que pudieran catle los nobles.. Es significative, un efecto, que los atios transcurridus sntre_1450_y_1500, que presenciaron los primetos pnsos de_las monarquias absolutas unificadas_de Occidente, fueran también los afios en que se superd la crisis larga de Ia economia feudal gracias a una nueva comibihacién de los factores de produccién, entre los que, vor vez primera, jugaron un papel principal loa. avances tecnolégicos_especfficamente urbanos. El conjunto dé inventos yue coincide con el gozne situado entre las éoccas «medieval» y «moderna» es demasiado bien conocido para vol- ver a discutirlo aqui. El descubrimlento del proceso sviger pera separar la plata del mineral de cobre reabrié las minas de Europa central y provocé un nuevo flujo de metales en Ja eco- | nomfa internacional; la produccién monetaria de Europa cen- tral se quintuplicé entre 1460 y 1530, El desarrollo de Ics cafio- nes de bronce convirtié a la pdlvora, por vez primera, en el ; &tma de guerra decisiva, y redujo a puro anacronismo las de- ‘ fensas de los castillos sefioriales. El invento de los tipos méviles produjo la Iegada de la imprenta, La construceién de‘gaicones ‘de tres mastiles y con timén a popa hizo los océancs pavega- bles para las conquistas ultramarinas ", Todos, estos inventos "Sobre cafiones y galeones, vdase Carlo Cipolla, Guns and sols in the early phase of European expansion, 1400-1700, Londres, 1965 [Caftanes y velas en [a primera fase de la expansidn europea, 140.1700, Barcelona, Ariel, 1967], Sobre la Imprenta, Ins reflexiones recientes mas aunces, aunque dafiadas por la monomanta habitual en los historiadores de In tecnologia, son las de Elizabeth L. Elsenstein, «Some conjectures about the impact of printing of Western society end thoug!'t: a preliminary reports, Journal of Modern History, marzo-diciembre d* 1968, pr. 1-56, ¥ «The advent of printing and the problem of the Renaissances, last and Present, 45, noviembre de 1989, pp. 19-89. ‘os descubHimientos téenicos mds importantes de esta época pueden considerarse, en clerio seniide, como variaciones dentro de un mismo campo, el delas comunicaciunes. Afectan, respectivamente,’al dinero, cl lenguaje, los viajes y la guerra, técnicos decitivos, que echarum los fiindamentos del Renact- miento europev, se concer.traron en if segunda mitad del si- glo xv, y fue entonces, hacia 1170, cuando u fin cedié en Fyancin e Inglaterra la secular depresién agricula. * a Esta fue. precisamkiie la épocaen_qiu’ acaetié,en uii*pats: tres otro, un repencino y simultdueo resurgimiento de Id-auto-. ridad y la unidad polfticas. Desde lo mAs hondo del tremendo caos feudal y de 'as coavulsiones de las gucrras de las Rosas, _ de la guerra de los Cien Afios y de la segunda guerra civil de Castilla, las_primeras, monarqulas «nuevas», se irguicron, prac: ticamente.al mismo tiempo, durante los-reinados de Luts X] en Francla,.Feroando ¢ Isabel-en—Espatia, Enrique.VII (en | “plat aximiliano em Austria, Asf, cvando ‘os éxtndos absolutistad quedaron constituidos er Occitente, sujest: estaba determinada fundainentalmente po: el tea f feudat ‘contra el campesinade, tras Ia disoluctén de Ixsertidumt bre; pero estaba sobredeterminiaa socundariamente por é) auge de una ‘burguesfa urbana que, tras una serie de avances, técnt cos ¥ comerciales, estaba desayrollando ya las manufacturas preindustriales en 1m volumen considerabie, Este impacto se cundario de la burguesfa urbana sobre las formas del Estado absolutista fue lo que Marx y Engels intentaron captar con los ‘erréneos conceptos de «contrapescs y «piedra angulars. Dé he cho, Ergels expresé la vercadera relacién ce fuerzas con bas- tants exactitud en mds d= una ocasidi: al hablar de los nuevos descubrimientos maritimos y de les indvstrias manufactureras del Renacimiento, Engels escribié que sa esta gran transfor. macicn de las condiciores econériicas vitales de la sociedad no siguiéd empero en e! acto un cambio correspondiente de su articulacion polftica. El order. estatal siguid siendo feudal mientras In sociedad s¢ hncia cada vez mds burguesas?, La que seri, en una épeca posterior, los grands temas filoadficos de by Iustracién. " dnti-Dihring, MoseG, IMT, p. 126 [An'i-DiAring, en Max yx Engels, Obras vol. 35, Barcelons, Critica, 1°77, p. 101); véanse también Iss pé ginas 186-/ (p. 169], donde se n.czclan formulaciones correctas ¢ incorrec- tas, Hill cita estas pagines en su «Comentarios para exculpar a Engels - de los ¢rrorts del concepto de eequillbrins, En general es posible encom trur textos de Marx y Engels en los que se define el absolutismo de forma mds adecuada que en los textos cilados anteriormente. (Por ciemplo, en el misme Maniffesto comumicta hay una referencia directa al sabsol: tismo feudal=: Selected Wor's, p. £6 [bras escagtdas, 1, p. 35); véase también el articulo de Marx «Die mo-alisierende Kritik und die krilsierende Mo rale, de J847, en Werk> voi, 4. pp. 347, 352-3.) Dificilmente podria ser de elra forma, dedo que ia consecuencia Idgica de bau.izar a los éstadeos absolutistas como burgueses o semiourgueses seria negar la naturaleze je euueniaea de] malesiar ‘campesino, téditamente: corsttrutiva del | Estado absolutista, se vio asi acompafidda siempre >or In pre- sién del capital mercantil o manufacturero dentro del eenjunto de las economias cccidentales, para inoldear los contornus del poder de Ja clase aristocratica en Ia nueva era, ‘La forma pecu- - liar del Estado absolutiata en Occidente se deriva de esia doble determinacién, ih: - e] reall \ Las fuerzas duales que !produjeron Jas nuevas monarqufas de Ia Europa renacentista -encot.traron una sola condensacién Juridica. El erureimglanio del derecho romano, uno de los’ gran- * des movimientos cultureles ide: perfodo, correspond{a ambigua- “ mente atlas necesidadts dé las dos clases sociales cuyo poder ¥ categoria desiguales disron for.na a las estructuras del Estado absolutista en Occidente. En si mismo, el conocimiento reovado de la jurisprudencia romana databa ya dela Baja Edad Media, El enorme desarrollo del derecho consuctudinatio nunca. hebla suprimido el recuerdo y la practica del derecho civil romanc en la peninsula que poséia su mds larga tradiciér, Italia, Fue precisamente en Bolonia donde Irmevio, «antorcha :'2l derechos, habla comenzado de nuevo el estudio ‘sistermdtice de las codi- ficaciones de Justiniano, a comienzos de} siglo xr1. La escvela de. glosadores por él fundada Feconstruyé y clasificd metédicamen- te el legado de los juristas romanos para los clen afios siguien- tes. Su obra fue continuada, en los siglos xIv y xv, por los #co- y In realidad de Ins propias revoluctones burguesas en Europa occidental. Pero no hay cduda de qué, en medio de una confusion reécurrente, ¢! sentido principal de sus comentarios ibn en In linea del concepto del scontrapesos, con ¢l deslzamiento concomitante hacia 4] de la «piedra ene gulors, No hay ninguna necesidad de ecultar este hecho, El intaenso res: Peto politico ¢ intelectual que debemoa a Marx y a Engels es Incompatible con ninguna piedad hacia ellos, Sus errores —a menudo mas reveladores que las verdndes de otros— uo deben eludirse, sino que dehen ser [den- tlfleados y superados, Hay que hncer, ademds, otra acvertencia. Durante largo tiempo ha estado.de moda despreciar la contribucién re'ativa de Engels a Ja erencién del materiallsmo histérico, Para aquellos que todavia se Inclinan a aceptar esta nocién recibida, es necesario decir tranquila y escandalosamente: Ing Juleloa fisedricos de Engels son cnsi slempre superiores a los de Marx; posefa un conocimlento mas: profuido de Ja historia europea y una percepcién mds precisa de sus sucesivas - mds notables estructuras. En toda Ia obra de Engels no hay [nada que pueda compararse con las ilusiones y prejuiclos de los Que én orasiones fue capaz Marx en el campo de la historia, como en la fantasmagéries Secret diplomatic history of the eighteenth century (La diplomacia secreta, Madrid, Taller de Sociologta, 1979). (No es necesario Insistir en la‘ supre- macta de la contribucién global de Marx a la teorta general del materia- lismo histérico.} La estatura de Engels en sus escritos histéricus es, pre cisamente, lo que hace opertuno llamar Ia atencién sobre sua errores especificos. * | mentaristase, mas preocupadys por Ja aplicacién contempordnes de las normas legales rumanas que por el andlisis acadérai- co de sua principios teéricor, y qne, en e) proveso de adaptar el derecho 1omano 2 las condiciones didsticamente transformadas de su tiempo, corrompieron su p-istina forma limpidndolo a la vez de ‘sus conter idos par‘icularistas . Paradéjicamente, Ia mls- ma it.fidelidad de sus trasposiciones de la jurispridenctt lathia euntvérsalizé» a ésta al svprimir jas numerosas partes del deve che civil xomune que estaba. estrictamente relacionadas con Jas condiciones historicas de Ia Antigiledad (por ejemplo, su exnaustivo tratamiento de la esclavitud)™, A partir de su: pri mer redescubrimiento en e: siglo x1, los conceptos legales ro manos comenzaroa a extenderse gradua'mente hacia el exterior de Italia. A finales di: In Edad Media, ningin pats tmportante de Europa occidental esteba al margen de este proceso, Pero Ja e«revepcidén» decisive dei derecho romano —su triunfo jwrt dico geneal— ocurrid en Ia era dei Renacimiento, correlative: mente con la del absolut'smo. Lar razones econémicas'de su profunde impacto fueror. dobles y refleJaban la contradictoria naturaleza del mismo legado original romano. _ th! Econémicarne:ite, la recuperacién e“introducetén dé chovctyil cldsico favorect4, fundarentalrkente, ‘el esi el capital libre.en la ciudaa y en el canipd, puesto” ‘prin nota distintiva cel derecho civil romanc habfa sido suk 'tbncep- cion de una propiedad privada absoluta s incondicional/Lin ton cepcién cldsica de Ja propiedad quiritaria se haofa hundico practicamente en las orcuras profundidades del primer feuda- lismc./Como se ha dicho antes, el modo de produccién feudal se definia precisamente po’ los principios juridicos de una pro pledad «escalorads» o condicional, que rervia de complemento a su soberanfa fragmentada. Este estatuto de ta propledad. se adaptaba bien a lu econor‘a abrumuderamente natural dite “Vdase H. D. Pacelrine, eRorsin and canon law in the Middle Ager, The Cambridge Mediaews History, ¥, Cambridge, 168. pp. 73741, .El cla, sicismo renacentista habvia de ser muy erftico consecuentemente con la obra de los comentacisias, “aPero cebido a In aplicarién de ese Jerecho : hechos Jurfdlcos ente ramente diverses, desconocidos po. la Antigiiedad se planted la tarea cle “construir el hecho juridicamente, sin coutradiccién ningura™, y eua Preocupacién pass casi cle mudo absolute al primer plano ¥, con ella. aparecié la concep idm iel derecho ahora dominante, come un complejo copacto de "“normas", I¢eicamente exento de contradiccién y de lagu nas, que debe ser “'aplicado", y esa concrpeidn resulté ser la unica decisive Para el pensamiento jicitleos Weber, Economy and society, mm, p. BSS (Economia y sociedad, Méalco, F2e, i974, 1, p. 6351, t 2a SHOR Occidental Sra nente que se desarrollé en Ja sconeinfa romano ditrant Media condujo, pues, a un esfuerzo de log ficintes por vara * ¥ delimitar log Conceptos de propiedad, {ns drado: = ae oan ahdra disponibles, Uno de estos titeiios ce aoe mitnto, a-finales de] siglo x11, de Ja distincion Sie ae directum y dominiam utile para explicur ia le una Jerarqita de vasellaje y,"por tanto, de una 'sObré lavmisma tetra '3. Otro fue Ia ate ‘estisins,.concepcidn interrhe: multiplicidad ce Je J? contr las apropiaciones casualey de los multiples tftulos para el mismo objeto; el O*~, La reapa. dea dé una propiedad privada abvolita de los conceptos juridicos encontrar de nuevo Su propia justificactén, La p Perfictesecto cedit propiedad: de | » La méxime de su-'| clonal~. volvio a ser pork re singular e insondi! atrollado, En : h economfa urbana, el Intereamblo de mercanctas inde eae un considerable dinamismo en | a época mediev: sspectos importantes, sus formas de exaresionl leat core 48 que sus mismos Precedentes romanos: j plo, en ef derecho Protomercantil y en el derectia: snicabon " Sobre esta diseusidn, dase J, : . +P. Livy, pee 972, Bp. 446, Otra consecuencia irdntey de fs eerste or ae aan ane Slaridad Juridica, Inspirada Por Jas Invastignaion rs v cédigos romarios, fue, naturaln ente, In aparicién de Roman law in mediaeval Europe, Londres, 1909 pp Te a6. eget . 3 iM aad . a6; Lavy, iis spoteti¢ns latinas, que ‘garantizaha’ etl El &stedo absoluiista en Occidente aw Pero no habfa aquf tampocs ningin marco uniforme de ‘teorta ni procedimiento ‘egalcs. La superioridad del derecho romano para la practice mercanti, en las ciudades 1adica, pues, no sdlo en sus.claras pociones de propiedad ‘absoluta, sino taniblén en sus tradiciones de equidad, sus cAnones ractonales de prueba : ¥ su hincapié e1 una judicatura profesional, ventajas que los tribunales conructudinarios normalmente no eran capéaces tle Proporcionar ", La recepeién del Gerecho romano en la Europa Tenacentista fue, pues, un signo de la expausién de las relacto- nes capitalistas en las ciudades y en el campo: ecordmicamente, respondia a los interests vitales de la burguesfa comercial y manufacturera. En Alemunin, pafs en e' que-el impacto del dérecho romano fus mds dramatico, porque sustituyé abrupta- mente a los tribunales locales, en el propio hogar del derecho consuetudinario teaténico, durante los siglos xv y xvi, el fmpetu injclal para su adopcidn tuvo lugar en Jas cludades del sur yal oeste, y provino desde ahajo a través de la presidn de litigantcs ucbanos po. un derecho jurfdice claru y profesional *, Sin exo bargi, este derecho fue adoptade muy pronto por los principes alemanes, y aplicado en sus territurios en uma éscala*mucho mayor y al servicio de fines muy diversos. . Porque, pollticamenite, el resurgir dél derecho romand torres. pondia a las exigencias con: titucionales de fos Estados feud les reoiganizados de la época. De hecho, ab puede’ hahet ‘ning na duda de que, a edcala ruropea, «| determinante prirteipal de la adopcién de la jurisprudencia romana radica én ellgiro de los gobiernos mondrvjuicos hacia el incremento dé Ka jpoderes "La relacién del averior derecho medieval con el romano en hw clidades todavia nscesita conalderable Invedtigacién. El felativo avance de Jas normas legales que rigen lat operaciones en commenda y el o> mercio maritimo en 11 Edad IaMedla, no es serprendente: el mindo r+ mano, como ya hemos vist, carcefa de compafifas empretariales y abar caba a tin Mediterrdénes uni‘icado, Por tario, no habia ningum pain para desrrrollar ni las unas ri las ot-a3, Por otr? parte, + ourae aatughe 20! eee soma en las chudedes en herr ae re en tlempos cel Resacimiento aperecia come. Fi a dlevaly podria haberse inspirado atidnarismente’ en precepetir legals derivados de la Antigiledad, Vinogrado'f no deme ninguim dudk:de qua el derecho contractual romano ejercké una influencia directa em! I eddl gos de negocios de los buryueses urbunos durante la Edad Medias: Rowen law In mediaeval Eucope, pp 7990, 131. Ea In. Edad Media, Ia propiedad inmueble urbana, con su sposeiidn Hbree, slempre estuvo mids cerca de jas normas romaras que la propleded rural, como es obvio. “Wolfgang Kunkcll, «Th~ reception of roman law in Germany: an {n‘erpretations, y Georg Dahni, «On the reception of Roman and [tallen faw in Germanys, en G. Strauss, comp, PreReformation Germany, Lott dres, 1972, pp. 2/1, 27744, 278, 26492, . £ scentrales, Hay que recordar que el sistema legul romano com- “prendia dos sectores distintos ¥ aparentemente contrstiag: derecho civil, que regulaha las trar sacciones econdémicus entre los cludadanos, y el derecho pul lico, que regia las reluciones politicas entre ef Estado y sus subditos, El primero era el jus, el segundo la flex, El cardcter Jurdicamente incondicional de Ja Propiedad privada, coniagrado ‘jor | Primero, encont-6 su equivalente contradictorio en la naturaleza formalmente abso. luta de Ia soberanta imve ‘ial ejeccida Por el segundo, al menos desde el Dominado en adelante, Los: principios tedricos de este imperium politico ftferon los que ejercierdn una influencia y una atraccién profundas sobre las nuevas monarguias del Rena. , clmiento, Si Ia revitellzacién de la noclon de propiedad quiri- tarla traducfa ys simulténeamente, Promovia el] ‘crecimiento clén de aquella época, el resurgimlento de las prerrogativas autoritarias del Dominado expresaba y consolidaba la concen- tracién del poder de la clas¢-aristocrdtica en UN Aparate de Reg. tado centralizado que. era la; reaccién noble frente a aquél, E] ‘doble ‘movimiento social inserto: en las €structuras del absolu- tismo | decidental encontré wef su contordancla jurtdica en la ipreintréduccién del derecho tomano,. La famosa maxima de Ul. ; Piano —gquod Princip! placuit legis haber vicem, «la voluntad | det Principe tiene fuerza de ley>— se convirtié en un ideal cons. titucional en las monarqufag renacentistas de todo el Ucciden. te’, La idea complementaria : de que los reyes ¥Y principes estaban ab legibus solutus, @ libres de las obligaciones lezales anteriores, proporcioné lag bases juridicas Para anular Jor pri. vilegios medievales, ignorac los derechos tradicionales y eome. ter las libertades Privadas, |, x En otras Palabras, e] Aue de ly Propiedad privada desde abajo, se vio equillbradd por #1 fumento ue la autoridad publica desde arriba, encarnada en él poder discreclonal de] monurea, Los estadus absolutistas de Occidente Apoyaron sus nuevos fi- nes €n precedentes cldsicos: el derecho romano jera el arma intelectual mds Poderosa que tenfan a su disposicién para sus caracter{sticos programas de integracién territorial y centralis. mo administrative, De hecho, no fue accidental que la unice monargufa medieval que lograse una completa einancipacién de las ataduras representativas o corporativas fuese el pasado, | "Un Ideal, pero en mode alguno el Unted: como verémos, la comp Pleja prictica del absolutiamo estuvo muy lejos de corresponder a la 9. { : ae ee a Pe a3 Plimer sistema politico de la Europa feudal que utilizd en eran escala la juvisprudencia ron.ana con la codificacién del derecto eandnico en Ins siylos xit y xr. La afirmacién de una plenituda potestati- del Lapa dentro de la Iglesia establecié él precedente para las preteisiones posteriores de los principes Seculares, realizadas a menudo, Precisamente, contra Ins des. orbitadas aspiraciones relitivsas. Por otra parte, y del misma niody que los abogacos canonistas del papado fueron los que nales adiestrados en el derecho romano quienes propercionaren los servidores ejecutives fuadamentales de los nuevos estados monarquicos, De forma caracteristica, las_monarquias_absolu. tas_ce Occidente se_asen‘aron en un cualificado estrato_de legistas que proveian de Personal a sus maquinariag administra- tivasi Tos leirados en EF PAT TOS HAT IFES aes” Fe giadles ent Francia,_los doctores en. / Lemania, Imbuidos en las doctrinss romanas de la autoridad de] principe para decretar y en las con cepciones romanas. de. las...ormias legales unitarias, estos, burt. cratas-juristas fueron las..¢ dasos_defensores. del .centrali real_en_el erltica. primer s.glo de la corstruccién del Est absolutista, ; La itapronta de este cuei po internacional de legistas, mas que cualquier otra fverza, fie Ia que romaniz6 los sistemas jurfdicos de Europe occidental curante el Renacimiento, Pues la trans- formacién del derecho r:ticjaba inevitablemente la distribuctén Jel peder entre las clases voseedoras de la ¢poca: el absolutis- MO, €n cuanto aparato de Estadio reorganizado de la dominackin nobiliaria, fue <1 orquitectes central de la recepcién del derecho: romano en Europ:, Lactusiy allf donde ‘las ciudades auténomas ‘niciaron el movimiento, come en Alzman'a, fueron los’ princi. Pes quienes se apoceruron de ély lo domesticaron; ¥ allf donde ©: poder real fue ircapaz ce imponer ei devecho civil, some en Inglaterra, éste no Pudo echar rafces en el riedio urbano *. En ay * Bl dei ano nunca fue adoptado en Inglaterra, a caus, digo LEUPahE eet del Estado anglonormando, eirya unidad administrative hizo a la Monarquia inglesa relativamente indife rente a las ventalas d=] derecho civil durante su difusion medieval; véanse los pertine ates comentarios de N. Cantor, Mediaeval history, ton dres, 1943, Pp. 345-9, A comienzns ce la época moderna, Jas dinastias Tuder y Estuardo introdujeron nuevas instituciones juridicns de derecho * clvil (Cémara estrellada, Alm‘rantazga, Cancillerfi). pero en Gltimio tér mino fueron Incapaces de Poevalecer sobre el derecho cotsuetr tras los fuertes conflictos untre ambos a principlos del. revolucid: Inglesa de 1640 sella la victoria del Ohimo. Parga el proceso Sobredeterminado de renacimiento de lo romano, In Presién polftica de los Estados dindsticos tuvo la primacfa: las exigencias de «claridads monarquica dominaron a 'as de *se- guridad» mercantil 4, Aunque todavia extremadamente imper- fecto e incompleto, el crecimiento en racionalidad formal de los sistemas legales de la primera Europa inoderna fue obru, Preponderantemente, del absolutismo aristocratico, El principal efecto de Ja modernizacién juridica fue, nues, el reforzamiento del dominio de Ja clase feudal tradicional, La Sparente paradoja de este fenédmeno quedé reflejada en toda la estructura de las, monarquias absolutas, construcciones exd- ticas e¢ hibridas cuya fachada «moderna» traicionaba una y otra vez un subterraneo arcafsmo, Esto Puede verse con toda cla- ridad en el estudio de las innovaciones institucionales que arun- claron y tipificaron su legada: ejército, burocracia, impuestos, comercio, diplomacia. Podemos Pasar revista brevemente a cada ha dé ellas, S€ Ha gefialado con frecuencia que el Estado-abso- lutista eché los cimientos del ejército profesional, que crecid carga de caballerta y sistema de pelotones Por el sueco: mando tinico vertical por el checo) #, Los ejércitos de Felipe If conta- ban con unos 60.000 hombres, mientras que los.de Luis XIV, cien afios después, ten‘an husta 300,000. Tanto la forma ecmo Ia funcién de esas tropas divergia enormemeénte de Ja que mds adelatte seria caracteristicatdel moderno Estado burguds, No constitufan normalmente unbe‘ército, nacional obligatorio, sino hha Tiasa mixta en Ia que tbs mercenarios extranjerns des+m- “ST Pefiabah un papel: constantd. y central. Estos mercenatios se ‘reclutaban, significativamente, en zOlaS que quedeban fuer. dal Perimetro de las nuevas ménarquias centralizacas, frecuente- xiones sobre este Proceso, verse W. Holcsworth, 4 history of English law, Iv, Londres, 1924, pp, 284.5, i " Estos son Ios dos (érminos)utilizidos por Weber. para sefialar tos respectivos intereses de las dos erzas interesnlas en-Ja romanizaclén: «Por regla general, los funcionatios assiran a. la "claridad":. las capng burguesas a Ia "seguridad" de lajaplicacién del derecho. Vdase au txor lente argumentacién en Beoomy and socletys Ip pe TE [Economia y : i i hae ay sociedad, 1, PP. 629-30), vik ‘ Mp |r 1 ‘oberts, «The military Tevolution, 1560-1660, en Esseys in ® Michael Swedish history, Londres, 1967, pp. 195-725, que es un Hbro fundamental; Gustavus Adolphus: 9 Atstory of Sweden, 161-1632, vol, 11, Londres, 1959, paginas 169-89. Roberts quiz4 sobrevalora el creclmlente cuantitativo Je los eféicitos en esta época, mente en regiones montafosas que se especializaban en pro veerles: los su‘zos fueron los aurkas ce los Primeros tiempos de la Europa moderna. Los ejército: franceses, holandeses, es. pafioles, aust ‘iaces o ingleses incluian a suabos, albaneses, sui- zos, irlandeses, galeses, curcos, hungaros o italianos®, La rarén social mds obvia del fendineno mercenerio fue, por supuesto, la natural negativa de la clase noble a armar en masa a sus Propios campesinos, »Es prdcticamente imposible adiestrar a todos los stibditos de una republica en ‘as artes de Ia guerra, v al mismo tiemo conservarlos obedier.tes & las leyes y a los magistradose, corfesaba Jean Bodin, «Esta fue, quiza, la. prim cipal raz6n por la que Francisco I disolvié los siete regimientos, cada uno de 3.000 infantes, que hab/a creado en este reino» *. A la inverra, podfa confiarse en las tropas mercenarias, desco “nocedoras incluso de le lengua de la poblac‘én local, para extir- par la rebelijn social. Los Landsknechten alemanes se enfrente- ton con los levantamienios campesinos de 1549 en Inglaterra, en la zona oriental dol pais, mientras los arcabuceros itallarios aseguraban la liquidacién d= Ja rebelién nal en la rona occ dental; la guardia suiza ayudo a reorimiy las guerrillas de belo- fieses y camisards de 1662 y 1792 en Fruncia.! La importancia fundamental de los mercenarios desde Gales a Polonia, cada vez mas visible descle finales de la Edad Media, no fue sim. Plemente un expedient? provisional del absolutistno en-el dew puntar de su existencia, sino que lo marcé hasta el mismo mo mento de su desiparicida en Occidente. A finales del siglo XVIII, incluso después de le introduccién de la recluta obligatoria en lot principales paises vuropeos, hasta dos tercios de cualquier ejército «nacional» podien escar fortiados por soldadesca x. tranjera asalariada *. El ejemplo del absolutis:no Prusiano —que compraba y secuestraba su mano de ohra fuera de sus fronteras utilizando la subasta y la leva Por la fuerza— es un recuenio de que no habfa necesrriamente una clara diferencia entre ambes, Al mismo tienio, sin embargo, la fumcidn de estas vastas ¥ nucvas me sas du soldados un: también claramente diferente ie ia funcién de los posterisres ejércitos capitalistas. Hasta ahora "El ensayo de Vicor Xlenen, «Foreing tnercenarier and’ absolute monarchy», Past and present, U1, abril de If37, pp. 668, reimpresa on T. Aston (cump.), Crisis in Surope, 1540-1660, Londres, 1965, pp, 117-40, es un estudio incomparable del fendmeno mercenario, al qua poco ® he afiacide) despues, . ‘, ne Jean Bedin, Les six Mores de fa République, arts, (578, pr 669, * Walter Dorn, Competition jor tomy a, Nueva York, 150, p.. mh no existe ninguna teorfa mirxista de las campbiantes “uinciones sociales de In gueira en los diferentes modos de produccidn. No @4 dale el lugir para estudiar ese tema. Cen todo, puede afirmorse que Ia g terra era, posiblemente, el modo mds racional Y mAs rdpido de que dispoila cualquier clase dominante en e! feudalismo para expandir la extraccién de excedente, Fs cierto 7 Sif imbarpo, crecfan muy lentamente en cammaraci¢’ cen las repentinas y masivas «cosechass gue productin las conquistas lerritoriales, de las que las invasiones normnandas de Inglaterra © Sicilia, la toma angevina de Napoles 6 la conquista castellann de Andalucia fueron sélo los ejemplos mas espectaculares, Era légico, pues, que la definicién social de la clase dominante feudal fuese militar, La especifica racionalidad econémica de la guerra en esa formacién social es Ja maximizacién de lu rique- za, y Su papel no puede ‘ompararse al que desempefia en las formas desarrolladas del modo de Produccién que ‘le sucede, dominado por el ritmo basica de la acumulacién del cavital y Por el scambio incesante ¥ universal» (Marx) de Ins fundamen: tos econémicos de toda formacién sovial. La nobleza fue una clase,_terrateniente.cuya_profesién era la guerra: su vocacién. social no era un mero afiadido externo, sino una funcidn intrin- seCa_a_su posicién econdmica. El medio normal de la competen- cia intercapitalista es econdmico, y su estructura es tipicamente aditiva: las partes rivales pueden exnandirse y prorperar —aun- que de forma desigual— a lo largo de una misma canfrontacién, Porque la produccidén de mercancias manufacturadas es ilinita- da por naturaleza, Por el contrario, el medio tipico de la con- frontacién interfeudal era militar y su estructura slempre era, Potencialmente, Ja de un conflicto de suma ‘nula en.el campo de batalla, por el que se perdfan o ganabah cantidades fijas sdlo se puede rédividir, pero no extender indefinidamente. FE] objeto categoria! de la ‘dominacién nobiliaria era ‘el territorio, independientemente de la comunidad que lo habitase, Los pert metros de su potter estaban definidos por la ‘terra como tal, y “niente mdvil en un sentido én que.la clase dominante cupitalista nunca pudo serlo después, porque el, mismo capital es par exce. flence intern acionalmenté mévil ¥ permite qué sus propietarios estén fijos nacionalmetite; pero Ia tlerra es hactona'mente in- inévil y los nobles tienen que viajar’ para tomar pesesidn de ella. Cualquier baronia b dinastfa podia, asf, transferir su resi- FI fstado.absolu‘ista en Occidente 27 deucia de un coniin a otro del continente sin sufrir por ello ninguna dislocacién. Los linaj +s angevinos pod{an gobernar indi. ferenteriente en Hungiia. Inglaterra o Napoles; los normandos en An‘ioqula. Sicilia o Inglate-Ta; los borgofiones en Portugal _ 0 Zelanda, los luxembargueses en las tierras del Rin oen Be- hemia; lo: flamencor ea Artsis o Bizancio; los Habsburgo en Austria, los Pafses Bajos o Espafia. En esas variadas tlerras NG TA prec’so que sefores + campesinos compartieran una len. gur_comtun. No existfa sol-icisn de continuidad entre loa terri. | torios. publicos y los dominios Privados, y el medio clasico Pen! Su adquisicién cra la guerra, encubicrta de forma invariable bajo reclamaciones de legitim'dad religiosa o genealégica, La | guerra no era el «deportes de los principes, sino su destino, Mas | all de la limitada fiversidad ae caracteres e inclinaciones’ individuales, Ja guerra les atrafa inexorablemente como una ne. cesidad sccial de su estad>, Para Maquiavelo, cuando estudia la Europa de comienzos del siglo xvt, la altima norma de su Ser era una verdad tan obvia ¢ inevitable como Ia existencia del ciclo por encima de jug cabezas: «Un principe, pues, no febe tener otro objeto n! oiro Pensamiento, ni cultivar otro arte rds que la guerra, e) orsler, ¥ la disciplina de los ejércitos, porque éste es el dnicn arte que f€ espera ver ejercido por el que mandas %, Los_estados absolutistas reflejubar esa, racionalidad arcaica en su més intima estrictua, Eren mAquinas construidas espe- clalmente para _el campo d+ batalla, Es sigrificativo que el prt mer impuesto reguler ce dmbito nac‘onal establecido en Fran- cla, Ja_ taille royale, se wecaudara_para. finantciar las_primeras_- unidades_ militares reguiares de Europa, Ja: igs dor. _donnance de mediados del siglo Xv, cuyn primera unidad estaba compuesta por aveatureros escoceses, A mediados del siglo xv1, el 80 por 100 de lar rentas del_Fis‘ado-espafial_se_destitaban a Restos militares. Vicens Vives nudo éscribir que: eel impulso hacia la monarquis adrninisirati a la rnodeina se inicia en el occidenté-de Europa con lar frandes operaciones navales em- prendidas. por Carlos:V- contra. los_turcos en el Mediterraneo occidental en 1535» 7, Hacia mediados del siglo xvm, los desem:. bolsos_anuales de Jor prircipadas del continente, desde Suecin “ Niceold Machtevell!, 17 Principe @ Milin, 1980, p, a2 [ET Prine'pe, Barcelona. Bvuguers,, 1978. p. 140), ty nd. Vicens Vives, «Estracty-a administrativa estatal en kos sighdd xvi y Xvi, XT Consris International des Sciences Historiques. Rapports, rv, -Gotemburpo, 1960, ahora reimpresy en Vicens Vives, Coyusnere ¥ reformismo burguds, Barcelona, Ariel, 1963, p. 116. husta el Plamonte, se.dedicaban predominante e invar‘ablemente, en Todas partes, a In Preparacién o sostehimiento ds la guerra, inmensamente mds costosa entoncés que en el Renacimiento, Un siglo despuds, en las pacfficas visperas de 1789, y de acuerdo con Necker, dos tercios del Basto del. Estado trencés se dedi- caban todavia a las fuerzas militares, Bs evidente ‘que rsta morfologia del Estado no corresponde a Ia racional.dad capitu- lista; representa el recuerdo ampliado de las Finciones niedic- vales de la guerra, Por Supuesto, los grandioso: aparatos mili tares del ultimo Estado feudal no se mantuvieron uciosos. La permanencia ‘virtual del conflicto internacional armado es una de las notas caractertsticas de todo el cliraa del absolutisma: la paz fue una metedrica excepcién en los siglos de su domina- en Occidente. Se ha caleulado que en todo el siglo xyvt sélo hubo veinticineo afios sin operaciones militaves de large aleance en Europa ™ y que en el Siglo xvtt sdlo transcurrieron siete afios sin grandes guerras entre estados®, Es'a sucesién de guerras resulta ajena al capital, aunque, cormo veremos, en ultimo iérming contribuyera a ellas, “> La burocracia civil y el sistema de impuestos carecteristicos del Estado absolutista no fueron menos paraddjicos. Parecen represcntar una transicién hacia la administracidt. legal raclonal de Weber, en contraste con la jungla de deper.dencius particu- laristas de la Baja Edad Media, Al mismo tiempo, sin embargo, la burocracia del Renacimiento era tratada some una propiedad vendible a individuos privados; importan’e confusién de dos ordenes que el Estado burguds siempre ha mantenido diferen- ciados, Asf, el modo de integracién de la hobleza feudal en el Estado absolutista que prevalecié en Occidente adopté la forma de adquisicién de «cargos» ™, El que compraba Privadamente una posicién en el aparaty publico del Estado la amortizaba por medio de la corruncién y los privilegios autbrizados (sistema de honorarios) en lo que era una especie de caricatura moneta. rizada de la investidurs, de un feudo. En efecto, el lnarqués del Vasto, gobernador espafiol de Milan en 1544, pudo soiicitar a los Poseedores italianos de cargos en esa ciudad que ofrecieran sus *R. Ehrenberg, Day Zetratrer dsr Frigger, Jena, 1922, h bok, * GN. Clark, The seventeenth century, Londres, 197, », 98. Ehrenberg, con una definicién Mgeramente distinta, ofrece una usthnactén alga mds baja, velntiin afios, : - | mejor estudio de conjunto de este ‘enédmeno Internacional ea el de K. W. Swart, Safe of offices in the seventeenth century, La Haya, 1949; el estudio nacional mds amplio ea-el, de, Rolanc Mousnier, La venalité des offices sous Henrt IV at ‘Louis XIIT, Rudn, a, tf. | ———_—___. fue, desde Juego,uno.. m=: Ley fortunss a Carlos V'en su hora de necesidad despuds de la derrota de Ceresole, dv acuerdo exactamente con el modelo de las tradiciones feudales*'. Esos tenedores de cargos, que prol+ feraton en Francia, Italia, Espafia, Gran Bietafia u Holanda, podian esperar obtener un beneficio de hista el 300 o el 400 por 100 de su compra, y posiblemenie mucho mds. El sistema nacié en el siglo xvr y se convirlié ep. un soporte financiero fundamental ce los Estador avsolutistas durante el siglo XVII. Su cardcter grosernmente parasitario *s evidente: en situaciones ‘extremas (de la que es un ejemplo Francia en la década de 1630) podia costar al presupuesto real er desembolsos (por arrenda- miento de impuestes y aaa Ha = rae oe aes ii i 5. esarrolio de la ve cionaba en remuneraciones. | Sage of + bpd eT incremento.de_monetarizacién de las prim as _economfas mo- demas y_del_relativo_ascerise, dentro ce éstas, de ae mercantil y manufaciurcra, Pero la Integracién de esta Ultima en cl aparato del Estado, por medio de la compra privada y de la herencia de posicione: © honores miblicos, también pone de manifiesto su posicio: subcrdinada dentro de un sistema polf tico feudal en el que la nobleze constituyd siempre, necesaria- mente, la cima de la jerarquia secial. Los officters de los parla- mentos franceses, que jugaron al mpublicanismo municipal y apadrinaron lis mazarinadas en la década ce 1650, se convir- tieron en los ri4s acérrimos defunsores de la reaccién nobiliaria en la ce 178), La ourocrac'a eree latte ve flees y al mismo tiempo frend, el ascenso del capital mercantil. st la venta de cargos fue un meoio indirecto de obtener - rentas de la nobleza y de la brurguesfa mercautil en términos beneficiosos para elas, e! Estadu absolutista gravé también, y sobre todo, naturalrrente, a los pobres. La.transicién econdmica de las prestaciones.en trabajo a.l1s. rentas.en_dinero vino acom .pafiada en. Occidente—por.la aparicion de_im.puestos reales para financiar. la_guerra_qne. cn _la_lwya_crisis_feudal de finales de la. Edad Medin_ya fusron.una_de_ias principales catisas de los desesperados _levantamientes. campesin elaépoca. «Una ce dena de ret-cliones campesinas dirigidas clarainente contra los impuestos estallé en toda Ewopa [...]:No habfa mucho que elegir entre Ins saqueadores v los ejércitos amigos o enemigos: unos se Hevaban tanto coro ‘os otros. Pero entonces apare- i i 617. Los " Federico Chabod, Serirti sul Rinascimenio, Turin, (967, p. Rinelonerid imileneses pochazaron Ia demanda de su gobernador, pero sus homdlogos de otros lugares quiri no fueran tan decidides.

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