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pecie, segtin lo ha evidenciado la genética al demostrar que
el numero de cromosomas de los seres humanos es siempre
idéntico: 48, ‘salvo en las células generatrices que deben
reducir ese numero a la mitad para llegar a sti madurez.
La_pluralidad de las razas dentro de la unidad de la
especie humana es sefialada por la Biblia misma en su Cua-
dro de las Naciones, acerca del cual el historiador F. Le-
normant ha escrito: “Es el documento mas antiguo, el mas
precioso y el mds completo acerca de la distribucién de los
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Representaci6n esquematica del afamado ‘“Cuadro de las
Naciones’” que motivo tantos debates, Hl investigador FP.
‘ Vigoroux explica que “el capitulo X del ‘Génesis? no es
solamente una tabla geogréfica de los pueblos; es tam-
bién una tabla etnografica, o atin m4&s exactamente ‘etno-
génica’, porque encierra un Arbol genealégico y linguis-
tico”, (“Les Livres Saints et In Critique Rationaliste”,
tomo IV, pig. 272). Los descubrimientos arqueol6gicos ps
recientes han vuelto @ actualizar ese cuadto que aparece s
en el primer libro de Moisés,
pueblos sobre el mundo en la mas alta antigiiedad. Se esta
casi en el derecho de considerarlo como anterior a la época
de Moisés, porque exhibe un estado de las naciones que
los monumentos egipcios nos presentan ya muy cambiado
“en diversos puntos hacia la época del éxodo. Ademas, la
enumeracién es hecha en un orden geografico regular en
torno de un centro que es Babilonia y Caldea, no Egipto