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Los DELITOS Y CUASIDELITOS: /FUENTES DE LAS OBLIGACIONES EN NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO CIVIL? CON- SIDERACIONES A PARTIR DE LA SCS! DE CATORCE DE MARZO DE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS ‘A-cango de Jarno Jose Guzusaw Cacte Presentamos en esta ocasién, el andlisis de fa figura del cuasidelito. En dicho planteamiento implicamos la opinién expresada por la Corte Suprema de Justicia fen un caso concrete y partimos de ello para indicay, le que a nuestro eriterio cons- tituye el entendimiento correcto de este institute juridico, aTa luz de la moderna doctzina civil. I. El texto de la sentencia Corte Suprema de Justicia Managua, D. N,, veintiuno de diciembre de mil no- vecientos cincuenta y siete.- Las Once de la maiiana, Vistos, RESULTA: El uno de Diciembre de mil novecientos euarenta y siete, se present6 al Juzgado Segundo para lo Civil del Distrito de Managua, el abogado Dr. Anibal Sol6rzano, como apoderado de Ia sefiora Engracia Martinez, mayor , soltera, de oficios do- ésticos y domiciliada en Managua y expuso: que la hija de su mandante, Marfa Mercedes Mejia, de does afios de edad, concurri6 al cine Margot el dfa treinta de septiembre dei mismo afio, habiendo compraco su correspondiente billete de luneta; que a consecuencia de haber hecho explosion un depésito de peliculas 1 SC$:Santencia de la Corte Suprema de Justicia 219 Revisra ot DeRECHO mantenido dentro de la Sala, el edificio tomé fuego; que la mencionada joven a pesar de que trat6 de escapar por una de las dos puertas libres, ya que las cinco restantes que existian en el costado Sur, estaban cerradas fue muerta por el fuego y carbonizada, habiéndose encontrado su cadaver hacia la sald sur oriental del edificio; que la muerte de la jovencita Maria Mercedes Mejia, fue la consecuencia precisa y natural de Jas quemaduras que la carbonizaron por causa del incendio «que Se produjo en ef edificio del Cine-Teatro Margot, sin haber podido escapar a las llamas, que el incendio y la muerte de la menor, fueron debidos ala multitud de imprudencias, negligencias y culpas cometidas por accién y omisién de la socieclad ‘mercantil, propietaria de la Empresa Margot, que administra el mencionado teatro; «que la sociedad Rafael Cabrera y Compania Limitada, propietaria de la Empresa Margot, esresponsable de la muerte de Ia joven Mejia, porno prestar las garanties que la prudencia de un hombre de mediana inteligencia, tonta para asegurar a los asistentes a las exhibiciones ; es mas, sin obedecer, sin acatar y menospreciando. Jas disposiciones legales que exigian precauciones que nunca se tomaron, que la expresada sociedad estd tratando de cobrar el valor del seguro que le repare las pérdidas materiales, y que siendo culpable, no ha pretendido reparar el datio ocasionado; que la culpa de la sociedad Rafael Cabrera y Compafita Limitada cen la muerte de la hija de su cliente, se desprende de la inobservancia de los re- glamentos; que hay serie de negligencias de donde fluye la responsabilidad civil, dle ia citada sociedad: 1)- El edificio debi6 constituirse de material combustible. 2)- Debie tener diez y seis puertas y solo tenia diez. 3)- No tenia el teldn contra incendio que exige la ley; tampoco estaba aislaclo, ambos requisitos legales. 4)- El edificio carecia de puertas de urgencia, 5)- No habia el nximero legal de extingui- ores quimicos de incendio, 6)- Tampoco contaba con los depésitos de agua y ‘imangueras exigidos por ley. 7)- Contrariando la letra de la ley, existfa dentro det teatro un deposito de peliculas, 8)- Noestaban expuestos al pablico como manda la ley, los planos del edificio. 9)- No permanectan abiertas durante la funcidn las ppuertas de salida; qua ademés en general, os tribunales no vacilan en reconocer In necesidad de valorar la pérdida de una persona por la muerte violenta y en. obligar al autor a la reparacién del dafio en forma econémica; que la suma de cincuenta mil cérdobas que reclama como dafios y perjuicios por ia muerte de Ja menor, es bastante moderada, dadas !os precedentes de diferentes paises y en vista de que, Ja muerte, pudo ganar treinta cordobas mensuales y ahorrar diez, de donde resultaxfan ciento cincuenta y tres mil cérdobas al cabo de cuarenta y ocho afios que ella cumpliria sesenta, Por tiltimo, el apoderado Dr. Solérzano demand6; 1)- A la sociedad Rafael Cabrera y Compahia Limitada, representacia por su gerente el socio Rafael Cabrera, mayor, casado, farmacéutico y domiciliado en Managua, por la suma no menor de cincuenta mil cérdobas, ajusta tasacion de ‘peritos 0 por apreciacién del Juzgado, més Jos intereses desde la sentencia hasta 220 Revisa pe DeRecHo el pago, como indemnizaciéno reparacién de los dafios y perjuicios causados con lamuerte de la hija de la libelisia, 2) los socios que integran la citada sociedad colectiva seftores Angélica Chamorro de César, viuda, de oficios domésticos, domicilinda en Granada; Carlos Lacayo Vivas, casado, negociante, domiciliado ‘en Granada; Alejandro César, médico, domiciliado en Managua; Aarén Salomén, casado, negociante, domiciliado en Managua; Rodolfo Salvatierra, negociante, soltero, domiciliado en Managua; Luis Felipe Venerio, soltero, negociante, domi- ciliado en Managua: y a sociedad Cabrera, César, Lacayo y Compania Limitada, representada por los nominados sefiores Lacayo Vivas, César y Cabrera; y a la sociedad “José Ignacio Gonzélez y compaiifa Limitada’’ en comandita, represen- tada por los sedtores Salomén, Salvatierra, Venerio y José Ignacio Gonzalez, en virtud de la responsabilidad legal que establece la ley (Art. 137 CO), para que todos solidariamente o cualquiera de ellos, pague a su mandante la suma recla- ‘mada. 3)- En particular al sefior Rafael Cabrera, por haber restado su nombre a lasociedad responsable, a fin de que se declare obligado directo y personalmente. 4) También demande al seftor Emilio Rivas, mayor , casado, contador mercantil, domiciliado en Managua, para que se declare que es personal y sotidariamente responsable de las obligaciones contraidas con ocasidn de la P6tiza muimero cuatro ‘mil quinientos cincuenta y seis, que colocé con la sociedad Rafael Cabrera y Cia. Lida.,.en su caracter de Agente de la sociedad Alberto V. Crispi Company, Ia cual ro esté autorizada para hacer operaciones en Nicaragua, dando por resultado la responsabilidad del Agente, 5)-Demanda también las costas. 1 Después de desechadas las excepciones dilatorias y los incidentes de nulidad propuestos, contestaron negativamentela demanda Angelica Chamorro de César (110), Carlos Lacayo Vivas (f. 116), Rodolfo Salvatierra (f. 131), Rafael Cabrera (fol. 157). Durante el término de pruebas, la actora presenté la documenta, de testigos y de posiciones; ye Juez, por resolucién de las dos y media de la tarde dlel once de Julio de mil novecientos cincuenta y cinco, fallo: “L Ha lugar a la demanda entablada por la seitora Engracla Martinez y ..., se declara que los sefiores Rafael Cabrera, doa Angélica Chamorro de César, don Carlos Lacayo Vivas y doctor Alejandro César, como tinicos socios de la sociedad Cabrera, César, Lacayo y Compaiiia limitada; y los sefiores Aarén Salomén, Rodolfo Salvatierra yy Luis Felipe Venerio, por la sociedad José I. Gonzlez. y Compafifa Limitada en comandita, son responsables proporcionalmente a su respectivas participaciones, enlaextinta sociedad mezcantil Rafael Cabreca y Compaiia Limitada, constituida las once de la maftana del veintiuno de Enero de mil novecientos cuarenta y uno, al pago de cincuenta mil cérdobas en concepto de indemnizacién a favor de la 221 Revista pe Deni sefiora Engracia Martinez. 0 de su apoderado doctor Anibal Solérzano, dentro de tercero dfa de notificados. I - No ha lugar a todo lo demas demandado por la actora. I. Las castas son 2 cargo de los perciidosos. Apelaron de la sentencia tanto el procurador comtin de los demandadlos doctor Francisco R, Gutiérrez, come el de la actora, doctor Anibal Solérzano, con cuya intervencién se tramité la apelacign en la Sala de lo Civil de la corte de Apelaciones de Masays, Tribunal que, a las ocho de la mafiana del catorce de Marzo de mil novecientos cincuenta y Seis, fall6 ast: “Se confirma la sentencia apelada de que se ha hecho mérito, pero solo en la parte que dé lugar ala demanda entablada por a sefiora Engracia Martinez, por si, y como representante de st hija menor, Masia Mercedes Mejia, condendndose al pago de lo reclarmado a la sociedad mercantil Rafael Cabrera y Compania Limitada y a sus socios los setores Rafael Cabrera, Angélica Chamo- rro de Césax; don Carlos Lacayo Vivas, doctor Alejandro César; como socios de lasociead Cabrera, Césas, Lacayo y Compafifa Limitada en comandita, para que todos paguen solidariamente a la demandante, la referida cantidad de cincuenta mil cOrdobas en que se fijan los dafias y pexjuicios ocasionados con: la muerte de dicha menor, ocasionadia en el incendio del Cine Margot de Managua, canticlad quese deberé entreger dentro de tercero cia después de notificada ensta sentencia, todo con las costas instancias. 1m, Elabogado doctor Francisco R, Gutiérrez, como procurador comiin de los deman- dados, interpuso recurso de casacién en el fondo que fund6 en causales 2, 4, 8 y 10" det articulo 2057 Pe; para la", cit6 como violados los arts, 2362, 2510, 2520, 2426, 2407 C. y 137 CC, para la 4’, alegé que_el fallo no contiene declaracién sobre el valor del sobreseimiento dictado en el juicio eciminal, por no serles imputables a sus representacios los hechos, Para la causal 10", cit6 como violados los articu- los 2362, 2510, 2520, 2426, 2407 C, y 137 CC; como interpretadas erréneamente y aplicados indebidamente los articulos 1123, 1202Pr, 2509, 2510 C, 527 Pn, 48, 49 186 In, Sefial6 como error de hecho el cometido “al leer en las respuesias lo que no dijo mi representado” y “al no leer la certificacién librada por et Juez de lo criminal.."de sobreseimiento definitive. Sefials como error dle derecho al estimarse que don Rafael Cabrera tiene facultad para absolver posiciones con violaciéa de los art.2405, 2406, 2407, 1210, 1224 Pr, Llegados tos autos a esta Corte Suprema, se les dieron ios trémites de ley con intervencién de los mismos abogades docto- ros Francisco R. Gutiérrez, procurador comtin de los demandados recurrentes y Anibal Sol6rzano, apoderado de la aciora, recurrido: es legado el caso de faliar, para lo cual se estima oportuno, 2a Revisra pe Derecto CONSIDERANDO L La Corte Suprema empezaré por examinar los errores de hecho demandados, no sin sefialar previamente que los Considerandos de la Sala solo hacen en referencia muy vaga a los hechos probados; a Corte Suprema solo encuentra los siguientes parvatos: “todo lo cual viene a actarar gue en el caso de autos no se incurri6 en ‘una imprucencia temeraria, sino que se cometié un cuasi delito® que da lugar a la veparacin de los dafos” . Mas adelante agrega: que “bien pudo la actora fundarse en la simple imprucencia o en la temeraria, expresion atin més vaga y amibigua; de donde resulta que la Sala da por sentados los hechos, sin relatarlos, zi puntualizarlos, De suerte que en materia de hechos aceptados por la Sala, s6lo queda en pie que estos hechos constituyen un cuasidelito y no una imprudencia temeraria. El recurrente impugna esta apreciacion de la prueba porerror de hecho asf: Lo fund6 en la causal 7 del Articulo 2057 Pr. Porque en la apreciacién de la -prxeba de posiciones o de confesién de don Rafael Cabrera, Gerente dela Empresa Cine Margot y dela Sociedad Rafael Cabrera y Compaiifa Limitada, hubo error de hecho al leer en [as respuestaslo que no dijo mi representado, error de hecho que Jo demuestra el propio documento que obra en autos donde consta la absolucion de las posiciones por don Rafael Cabrera, con lo cual queda demostrado el error de hecho consistente en leer lo que no dijo el absolvente y no leer lo que dice”: En la expresién ele agravios no se hace ninguna referencia a este error, gue debe ser cesechado por dos razones: 1° -No se puntualiz6 con precisién en qué consiste el ceeros, cual es la posicién que Ja Sala leyé mal, como lo manda el Artfculo 2066 Pr Reformado por el Articulo 7° de la Ley de 2 de Julio de 1912 y no precisdndose el ‘error e! Tribunal de casacién se encuentra en la imposibilidad legal de corzegiclo por carecer de las facultades de los Tribunales de Instancia; y 2° -Porgue el rect rrente no se refirié a este error de hecho én su expresiGn de agravios como en sus repetidas sentencias ya ha dicho esta Corte Suprema; se entiende abandonado el agravio que no se expresa y pida se conija en la oportunidad que se ofrece al inconforme por el respectivo Tribunal, aunque se haya mencionado en el escrito de interposicidn del recurso, como consecuencia del principio de materia civil, los Tribunales proceden a peticién de parte, debe creerse que la parte se conforma con [a sentencia o Ja parte de ella, contra la cual no recurve, ©, aunque recurrs no sefala el agravio que desea se enmiende ante el Superior en la expresign de agravios, trémite que se ofrece al litigante inconforme precisamente con ese objeto, Otro error de hecho esta formullade en los siguientes (érminos: “También hubo error de hecho al no leer lacertificacisn librada por et sefior Juez de lo Criminal de 2 Negrstas son nuestras Revista pe Deruco Managua. La sentencia de dicho funcionario en quese sobresee definitivamentea favor de la Sociedad Rafael Cabrera y Compaaia Limitada porque los hechos no le son imputabes desde el punto de vista de la ley penal, pues no existe el delito ‘cuasi delito que fue materia del proceso criminal, con Io cual se produjo a cosa. juzgada en materia civil a favor de mi representado...” El error de hecho en la apreciacién de la prueba cuando la sentencia recurrida ignora completamente lo ‘que existe en el expediente 0 ve en é! lo que, en realidad, no hay, pero en el caso de autos la Sala, aunque solo en los resultandos y no en los Considerandos, hace ‘menci6n expresa de la certificacién del sobreseimiento en lo penal, no pone en ‘duda la existencia del sobreseimiento; porlo contrario, implicitamente se refiere a lal deducit consecuencias adversas alas alegaciones det recurrente que pretenide derivar del sobreseimiento en Jo criminal la excepcisn de cosa juzgad en lo civil. Porel motivo apuntado debe decitse que no existe este otro error de hecho al que tampoco se refiriG el recurrente en su expresién de agravios. El recurrente también acusa error de derecho “al estimarse que don Rafael Ca- brera, en el cardcter con que comparecié, tenfa poder o facultad para absolver posiciones a nombre de la Sociedad Rafael Cabrera y Compahia Limitada, por la Sociedad Cabrera, César, Lacayo y Compania Limitada y por la Sociedad José Ignacio Gonzélez.y Compaftia Limitada; y sobre todo al considerar a todas las sociedades responsables por lo que por error de hecho (asf) se hace confesar don Rafael Cabrera todo con violacién de los Articulos 2405, 2406, 2407 C. y 1710 y 1224 Pr” Aquf debe notarse que el recurrente no hace ninguna referencia a este error de derecho en su expresién de agravios, motivo por el cual debe tenerse por abandonado y esta Corte Suprema esté relevada de la obligacion de examinar la cuestién. u Bl abogado de las recurrentes también se funda en la causal 4* del artfeulo 2057 Pt. porque, a st juicio, no se resuelve Ia euestiGn por él planteada acerca del valor del sobreseimiento en lo criminal; sin embargo, por et hecho de declarar con kugar Ja demanda de indemnizaci6n, la sentencia resuelve la cuestion implicitamente en el sentido de estimar que el sobreseimiento del proceso criminal no tiene el valor que le atribuye el recurrente: debe también notarse que tampoco acerca de este error se hizo referencia alguna en la expresi6n de agravios, por todo lo cual debe tambien desechatse esa causal. Debe observarse asi mismo que aunque e! recurrenie anuncia que funda su recurso en la causal 8* no volvi6 a referirse a ella nien el escrito de interposicion del recurso, ni en ia expresién de agravios y, ‘en consecuencia, debe tenerse como no interpuesto. 224 Revista pe DERECHO 1, eben pues, tenerse por ciertos, los hechos que la Sala dé por probados en los ‘érminos que se dijeron arriba o sea que estos hechos constituyen cuasidelito pot imprudencia temeraria; cabe ahora examinar las cuestiones de derecho, 0 sea las fundadas en las causales 2" y 10° del articulo 2057 Pr. El abogado de los recurren- tes alega que viol6 el articulo 2362 C, porque el Juez. de lo criminal del Distrito de Managua en la sentencia en que sobreseyé a favor de don Rafael Cabrera en su carécter personal y como gerente de la Empresa... reconocié expresamente que ias pruebas que obran en el proceso no permiten suponer culpabilidad de los duefios de la empresa, sino que el siniestro se debi6 a una causa accidental; y los peritos que coneurrieron con el Juez del Crimen a la inspeccidn,.. declararon que el incendio pudo haberse producido por la electricidad atmostérica porque algunas veces producen enorme cantidad de nitrégeno y oxigeno que es arrastrado porel viento y que tiene una actividad fal que atacan violentamente cantidades de sustancias que en estado normal necesitarian sigios para conseguirse, lo cual demuestra que el incendio fue un suceso inesperado, casual, que no presenta Jos caracteres sequeridos por la ley para producir culpabilidad alguna contra los duefios de ia empresa Margot y que por tanto tiene aplicacién a favor de mis representados lo dispuesto en el articulo 2362 C y al no reconocerlo asi, la Sala de Sentencia aplics de modo indebido y viol6 dicho articulo. “Lo transcrito parece indicar que el abogado recurrente pretende que la Sala viol6 el articulo 2362 « porgite debi6 aplicarlo al presente caso y admitir sobreseimiento en lo criminal como cosa juzgada en el presente juicio civil al respecto la Corte Suprema cree que el articulo 2362 C no es aplicable al caso porque no hay ia identidad de causa que se exige para poder invocar la cosa juzgada, ya que en el juicio penal se absolvié alos indiciados de participacién en la comisién de un delito volun- tario o por imprudencia temeraria, mientras que en el juicio civil que ahora se falla se trata de un cuasidelito- No puede sostenerse como pretende el abogado recurrente, que el cuasidelito envuelve siempre una imprudencia temeraria. Los ‘Tibunates de Justicia represiva tienen, con exclusién de toda otra jurisdiceion, la mision de decidir si el acusado o denunciado es autor de los hechos que se le imputan como constitutivos de wna infracciGn del derecho penal, si esos hechos le son imputables desde el punto de vista penal y en fin, si ellos presentan los caracteres requerides para la aplicacién de tal o cual disposicién de aquella le Jos Tribunales det Crimen no estan Hlamados a fellarsobre hechos queno constitu- ‘yen intraccidn de la ley penal, sino que presentan los caracteres de un cuasidelito (Aubry el Rau t. 8 p. 406- ec, Francesa), Segiin su objeto y su naturaleza estos tribunales no deciden Ia cuestién de si se ha cometicio un cuasidelito, de si los hechos que se imputan al indiciado le son imputables desde el punto de vista de 225, RevisTa pe Dersco Jas consecuencias civiles que se les puede deduct y si esas imputaciones pueden ‘0 no dar higar a la accién de reparacién de dafio, Comentando estas maierias los mismos autorizados arriba citados Aubry et Rau, dicen: La sentencia que absuelve a cualquier persona de ta acusacién de homicidio aun involuntario, no ‘es obstéculo para fa admisién de una demanda de dafies e intereses formulada contra 61 en raz6n de los hechos que sirven de base al juicio penal, pero que ya no se consideran sino como constitutivos de un simple delito de derecho civil 0 ‘un cuasidelito en el sentido del articulo 1382 y siguiente citan en su apoyo los seffores Aubty et, Raw una larga lista de escritores y mumerosas resoluciones de Jos Tribunales franceses. De Jo relatado resulta que la Sala procedié rectamente al no aplicaral caso suib-judice el articulo 2362.C.y considerar que el sobreseimiento ‘en el proceso penal no produce cosa juzgada en el juicio civil entablado para la reparacisn del daft causado por un cuasidelit. v, ‘Opina el abogado de los recurrentos que la Sala aplicd indebidamente al caso 0 interpret6 erréneamente el articulo 2509 C. que “no compromete el caso de la muerte de una o varias personas ocurtida por un caso fortuito o accidente casual ‘en qué no interviene la mano del hombre. Dicho artfculo 2509 C. se refiere 2 los dafios y perjuicios causados en los bienes de las personas. Obsérvese que ese articulo (el 2509 C.) habla de reparar un dafo... se refiere tinicamente a las cues- tiones patrimoniales”, Al respecto, la Corte Suprema cree que toda forma de dafio ‘es resarcible y no sélo la privacién de un goce actual sino un goce futuro que se habria conseguido sin la intervencién del hecho dafioso. La muerte de una per- sona puede ocasionar dafios en el patrimonio de sus dependientes y esté fuera de duda que el articulo 2509 C. eubra los dafios futuros con tal que sean ciertos, por donde se ve que no existe Ia aplicacién indebida del Art. 2509 C, de que se queja ‘el recurrente, ”Muerto un hombre, su familia no puede ciertamente gozar de los bienes profesionales 0 industriales que le hubiera podido proporcionar viviendo”. (Giorgi, Teoria de las obligaciones, T. V, Pag. 250, Id, Reus de 1911), v, Continuando en Ja expresidn de agravios, dice el abogado de los recusrentes: “"Tercero- segiin los tratadistas de derecho, cuasidelito es la accién ifcita que «causa dao a otro en sus bienes, pero sin intencién de danar. En el caso de autos mis representados no han ejecutado un acto ilicito, Fl correr una pelicula en una fauncién de cine, no es un acto ilfcto. EI caso fortuito no puede constituir un caso de cuasidelito, porque no interviene la mano del hombre por lomismo,ne puede decirse que se ejecuta un acto ilfeito”. Aunque en el agravio transerita no se cita Revisra or Dexzcho. ninguna ley infringida, se trata posiblemente del mismo Articulo 25609 C; a quese refiere el pérrafo enterior de le expresion de agravios, disposicién que al pareces, el recurrente cree indebidamente aplicado al caso. Ahora bien, efectivamente, Jos jucisconsultos se han puesto de acuerdo en exigir la condicién de ilfito, para que elhecho pueda constituir un cuasidelito, (neminem loidit qui utitur jure suo). A fin de dilucidar el punto propuesto, habri que examinar los hechos que causaron el dafio y asf averiguar si fueron ilicitos, ya que como dice Prieto Castro, (Los hechos encasacién) “para determinar la existencia de la violacién por la aplicaci6n inde+ bida dela Tey o doctsina legal, hay que partir del hecho, pues este erzor reconoce como causa la defectuosa apreciacién de los hechos, a los que viene entonces a aplicarse una norma que no corresponde a su verdadera esenca, toda vez que su supuesto legal es otro, 0 se prescinde de aplicar la que conviene al contenido de los mismos”; no se trata de los hechos cuya apreciacién errada da lugar ala impugnacién de la prueba con base en la causa 7° del articulo 2057 Pr: Segrin se ha visto al considerarse el recurso fundado en esa causal, los hechos aceptados por la Sala y que esta Corte Suprema se ve compelida a tener por ciertos, por no haber prosperado su impugnacién, los hechos, se repite, constituyen un cuasi- delito y por ende le es aplicable el articulo 2509C, que establece la obligacién de reparar el dafio causado, nos sélo por delito, si no también por un cuasi delito, entendiéndose por esto viltimo. un hecho ilicito que no infringe Ja ley; debe pues, desecharse esta impugnacidn, También debe desecharse la alegacién de que a confesion de don Rafael Cabrera carece de valor, porque fue hecha en calidad. de Gerente de la Compaiia demandada, sin tener poderes para confesar, ya que seguin se ha dicho arriba, se tiene por cierto que los hechos constituyen cuasi delito, Jo cual implica que don Rafael confesé los hechos y que tenia facultades para ello o bien, que no era necesaria Ia confesién de don Rafeel. VL Un tiltimo agravio consiste en la violacién del segundo parrafo del Articulo 137 Coom’. ya quese condena.a todos los socios a pager solidariamente lo sentenciado. La Corte Suprema opina que efectivamente la Sala viols la citada disposicién ya que se trata de una sociedad, aunque colectiva, limitaca, en la que la responsabi- Jidad de los socios respecto a terceros Se limita, salvo el pacto social en diferente sentido, al aporte social de manera que una vez que el socioha enterado su aporte en la caja social, cesa su responsabilidad personal pecuniaria, EI tratadista Gay de Mantillé, comentarista det derecho Mercantil Espanol, dice en su Tratado Préctico 3. Subrayado y negritas, son nuestros. 4 Enel texto original ls abreviatura corresponde & CC (cédigo de comercio}, no obstante a nosotros nes parece mis adacuada la consignada en el texto. Revista pe Darccio: de socieciades mercantiles que “Las compafiias de responsabilidad limitada se caracterizan por la limitacién de la responsabilidad de sus socios, por la no soli- daridad de sus obligaciones y por distinguirse por medio de una raz6n social. Es, pues, una forma de compaitia de responsabilidad limitade, limitan su responsa- Dilidad a su aporte y no cabe en sus obligaciones, la solidaridad”. Bn otro lugar: “Su creacién débese al fendmeno de inseguriciad, de complicaciGn y de pesadez, que se dejaba sentir a travez’ de Ia forma andnima, aplicada a negocios privados © familiares. Se imponfa, desde este punto de vista, una mayor agilidad en las anénimas, Otro fenémeno aparejado era la necesidad de la limitacién de riesgo, aceptado ya como principio fundamental de a moderna economia, La salvaguar- dia del patrimonio familiar no vinculada a la empresa comercial, exigia que se dotase al nuevo instrumento de cardcter personalista, de una defensa poderosa ante las eventualidacles comerciales (T. 1. Pag. 287). El comentarista mejicano, Joaquin Rodriguez, hablando de las sociedades de responsabilidad limitada, dice textualmente: “en relacién con los terceros, los socios solamente pueden ser obligados a que efectiien a Ia sociedad el pago de las exhibiciones pendientes (Curso de Derecho Mercantil, T. Pag. 170, Bd. 1950)”, El doctor Guillermo Ca- banellas, dice: “que esta clase de Compatiia “constituye modalidad relativamente modema de las compartias mercantiles de éxito grande por rehtuir la confusion del patrimonie social y personal de los socios colectivos (Diccionario de Derecho Usual)” Del abogado chileno Hemén Topro Manriquez es la siguiente opinion: “"Si la sociedad es de responsabilidad limitada, deber4, ademds, agregarse la palabra limitada, sin Ta cual los socios cuyos nombres figuren en la razn social, serdn, en los términos legales, solidariamente responsables de las obligaciones sociales’ (sociedades Civiles y Comerciales, ed. Nascimento 1935). Hl tratadista aleman Feine, comentado la ley alemana de 1892, que estableci6 las compaftias de responsabilidad limitada, dice en su obra: “Las Sociedades de responsabili- dad Limitada”, ed. 1930, “Si sentamos con todo rigor légico la idea de que una corporacién constituye persona en sentido juridico, es evicente que las deudas suyas no pueden serlo de los socias, ni estos tienen porqué responder, directa ni indirectamente, de las obligaciones de la entidad”. Agrega més adelante... “los socios no mantienen ninguna relacién directa de deuda ni de responsabilidad con los acreedores de la corporacién..". Fn otro parrafo afiade: “La limitada es, pues, tuna compafia mercantil.. en que el fondo capital se forma con aportaciones de Ios socios, sin que ningtino de ellos responda personalmente por las obligaciones de la sociedad” (pag. 15). Aunque las leyes alemanas y mexicanas parece definen claramente en el sentido, indicado la limitaci6n en las seciedades de responsabilidad limitada, los comen- 5 Sie 228 sta DE DERECHO. tarios transcritos sirven para conover céme y hasta donde se ha entendido el punto en otras legislaciones y asi poder completar el sentido de nuestro Articulo 137 Ccom. cuya letra no resuelve el caso. La limnitacién alcanza aun a los socios ‘cuyos nombres figuran en la raz6n social, ya que, en opinién de este Tribunal la sestriecién del segunelo pérrafo del articulo 137 Ccom, alcanza aun a los socios a ‘que se refiere el Articulo 129 Ccom. o sea que fa limitacién comprende aun a los socios cuyos nombres aparecen en la raz6n social. por donde se ve que el abogado recurrente tiene raz6n al impugnar la sentencia por violacién del Articulo 137 ‘Coom, en consecuencia, habré que casaria en ese punto, vu, Se queja el recurrente, aunque sin formalizar recurso, de que la sentencia de segun- da instancia condena a la sociedad José Ignacio Gonzélez y Compafiia Limitada en Comendita, a pesar de que a peticién del apoderado de la actora, se dicts en primera instancia sentencia dando por desistida la demanda contra la referida sociedad, En efecto, existiendo Ta sentencia que da por desistida la accién contra la referida compafifa, no debi la Sala condenarla, pero no existiendo recurso, la Corte Suprema se ve impasibilitada para remediar el error... Por lo demas debe tenerse en cuenta que la condena fué* fulminada contra la compariia en calidad de socio de Rafael Cabrera y compania Limitada y que lo resuelto por esta Corte ‘Suprema con respecto a los socios de esta iltima Compatiia, cobija a José Ignacio Gonzalez. y Compiiia’ Limitada en comandita, considerada en la sentencia de la Sala como socia de aquella Por Tanto Y deacuerdo con las disposiciones legales citadas y los Articulos 424 Pr. y siguien- les, los suscritos Magistrados dijeron:Se casa en partela sentencia aque sehahecho referencia, dictada por la Saia para lo Civil de la Corte de Apelaciones de Masaya, alas ocho de la mafiana del catorce de Marzo de mil novecientos cincuenta y seis En consecuencia, la sociedad Rafael Cabrera y compafifa Limitada, deberd pagar ala sefiora Engracia Martinez, dentro de tercero dia, la cantidad de cincuenta Mil Cérdobas, No hay costas del xecurso. Cépiese, notifiquese y publiquese y con tes- timonio concertacio vuelvan los autos a la oficina de origen. Esta sentencia consta de ocho hojes de papel setlado de a veinte centavos cada una cuya numeracién es Ja siguiente: N° B833318,- N°B 869117.- N°B 862134.- N°B 869119.- N°B 869118.- 1N®B 684284.- N°B 838837 y N° B 843786.-Entrelineas -2520-privados-Vale. Juan 6 Sic 7 Sie 229 Revisra pe Derecno: M Lopez Miranda-Antonio Barquero-Adan Sequeira Julio Linares-H.Zsitiga Padilla José Angel Romero Rojas.-Ante mf. R, Sotomayor Srio, IL Hidelito y el cuasidelito en 1a teoria de las obligaciones 11.1 Problema preliniinar: las fuentes de las obligaciones a partir cle la opinién vertida por el supremo Tribunal nicaragtiense, tiene una, importancia bésica en tanto en cuanto la declaracién judicial de responsabilidad civil, pasa necesariamente por le determinaci6n exacta de cual es la fuente de la que tal obtigacién mana. Asf pues, las fuentes de las obligaciones como “aquellos hechos jurticos de fos que étas se originan 0 nacen; aquellos hechos a ls que et ordenandento juridico reconoce esa virtuatided vinculante’, determinan la posibilidad de declarar contra un sujeto, la existencia de una necesidad de observar un determinado comportamiento @ favor de ot suijeto, La concrecién en cuanto a la fuente de la obligacién define no sélo el tipo de reconocimiento juridico que et Estado otorga a las obligaciones de ella nacidas, sino que también determina el régimen legal de su eficacia, y en consecuencia, la elucidacion de cusles son las fuentes de las obligaciones se erige como un pro- blema de fundamental imporiancia dentro del Derecho civil 111.1 El origen histbrico de ie enumeracién de lus feentes conterpladas en nuestro Cédigo cit B] hecho de que el articulo 1831Ce, establezca una quintuple particién de las fuentes de las obligaciones obedece a la evolucién hist6rica experimentada por al tema a lo largo de los siglos. Con absteaccién de una exposicion més acabada del tema, debemos tener en cuenta los siguientes critezios historicos 1.1.1 El delito y el contrato como fuentes primeras en el Derecho Romano En el estadio hist6rico més antiguo de! Derecho romano, las inicas fuentes de las obligaciones fueron el contractus y el delictwn’, Bllo respondia ala idea de que la 7 CACRUZ BERDEIO, food Laisa Elementos de Desecho Civil. wo. I: Dykinson: Madrid; 2000; pag, 113. 9 Opinign distinta expresa BONFANTE, Pietro; Insttuciones de Derecho Romano, 5? Bdic. 2 relmpresién Reus &.A; Madrid; 2002; pag. 376: “El origen historico de Ia obligacign, romans se halla en la responsabilidad pena, ex delicto; Ia responsabilidad contractual se subordind en su primera fase a ese mismo concept.” 230 Revista oF DerecHo: obligacién es a responsabilidad personal creada por el hecho de que una persona se halle, para determinados fines, sometida al poder de aprehensién de ota. EL fin més antiguo al que va unido este poder de aprehensién, es Ia expiacién que se debe por la comisién de un delito (delictuin), de un acto antijuridico eausado a otra persona"? Asi pues, ef delito ha sido desde antiguo, fuente de la obligacién de brindar a la victima, cuando es posible, 0 bien a sus parientes, una compensacién. La comprensién de este tipo de fuente de obligaciones pasa necesariamente por recordara cudleshechos reconducia el Derecho romano a clasficacién de delictur: Bi Derecho romano distinguis crintina y delicsurn, segrin que el acto antijuridico afectase a la comunidad (e] pueblo, el Estado) (eriina priblica) o que el sujeto que soporte el dafio fuera un particular, la familia de éste o sus bienes (delicéa private). Sélo estos ditimos pertenecen a la esfera del Derecho privado y pueden ser perseguides por el perjudicado, mediante un proceso civil"! Eiectivamente, los crimina o crimenes eran hechos ilcitos que lesionaban intere- ses de orden general y que daban por consiguiente lugar a una persecucién por la autoridad y a la imposicion de una pena pitblica. Los delitos en cambio eran lesiones ilfcitas de bienes personales, que sélo daban lugar a la posibilidad de una persecucién a instancia de parte y que se traducfan en una compensacién pecuniaria"™. Cuando se dice, ena terminologta clasica que e! delitoes una fuente de obligaciones parece que se est haciendo referencia a este concepto romano de delictum que engloba las lesiones ilicitas de bienes personales". 10 KASER, Max; Derecho Romano Privadio, versidn directa de la 5* edicién alemnana por José Santa Crue Teieiro; Reus $A; Madeid; 1982; pag. 147 5 11 IGLESIAS, Juan: Dezecho Romano, 14° edic; Avie! Derecho; Baroslons; 2002; pig. 290. KASER, Derecho Romano Privado, 1982, 147s. Fn este sentido V. PARICIO SERRANO, Javier, Los cuasidelilos. Cbsérvaciones sobre su fundaments historco; Cuademos Civitas, Madrid; 1987; pig.25, 12 "Delieuum privatum, es un hecho antijurfdico que lesiona al particular «su familia 0 1 su patrimonio... las consecuencias de cardeter juridico privado que dimanan de un Aolite robasan Ia esfora propia de los aetualmente lamados actos ifeitos, en cuanto que fen el correspondiente proceso civil no solo se pretende obtener aa resarcimiento det dato patrimonial sufrido, sino también ura pena, esto es, unt mal que se infige et autor, cone! que expie su delito y procure satisfaccién al ofendido.En tiempos antiguos, esta ‘penalidad tiene carsicter cetributivo y puede el ofendido hacerta efectiva inmediatament fn e] cuerpo del autor (muerte, lesiones corporales como pena de Talién)..": KASER, Derecho Romano Privado, 1982, 224. 13 DIEZ PICAZO, Luis; Fundamentos del Derecho Civil patrimonial, 1, las relaciones bligatorias; Civitay; Madsid; 1995; Pag. 133 231 Revista pr Directo Los delitos tipicos comprendidos como fuente de obligaciones eran el furtunt, la rayina, ta iniuria y el damnum insiuria datum Bajo el concepto de furium se ubica la sustraccién clandestina de cosas muebles ajenas. La Rapina por su parte, es el robo, concepto segregado del de la antigua iniuria, tiene su origen en el delito de violencia cometido por una banda de hombres contra el patrimonio ajeno; del dafio violentamente causado en el patrimonio de otro por gentes que actiian con armas y en cuadrilla, Por lo que hace ala iriuria, debe decirse que es la afectacién o lesién en la persona misma, ast, en Ia Lex duo- decim tabuilaruin son admitidas tres casos ce lesién o violacién de ia personalidad: La mutilacién consistente en la privacién de uno de los miembros det cuerpo, a cual es castigada con ef talién y el autor debe suftir una mutilacién igual a la que irrog6. La ruptura de un hueso del afectado, la cual acarreaba la pena de multa. ¥ por tiltimo, cualquier tipo de lesiones, las cuales habia que indemnizar. Finalmente, el dartam iniria datum, nacié a partir de la lex aquitia de darantum, la cual estableci6 una fundamental regulacién de los casos en que alguien sufre 1un perjuicio por lesiones o deterioros, muerte o destruccién de cosas y esclavos: propios"® Por su parte, cuando se alude a la idea de contrato en el Derecho romano debe tenerse presente que lo que primitivamente constituy6 esta figura en Roma, no designa lo mismo que ahora concebimes come tal. Ciertamente, en la consideracin de Gayo, contrakere no hace referencia directa 2 los contratos solamente, sino que significa toda conducta que genera una res- ponsabilidad o sise contrapone alos delitos, toda conducta permiticla. Contraiere se aplica a delictum y crimen y también a la gestion de negocios sin mandato, a la tutela, al pago de lo indebido; concepios todos que se hallan excluidos de la 6rbita conceptual del contrato!®. Esta consideracign fue cambiando paulatinamente, y ena époce clisica se percibe la tendencia a tener presente el consentimiento o acuerdo de voluniades ce las partes, naciendo asila elaboracién del concepto téenico del contrato, como contrato obligacional del que deriva une actio del ius cvile para exigir su cumplimiento”. 14 Para mayor abundamiento sobre este tema, V. HERRERA ESPINOZA, Jess, “Damaurn Inturia Datum”, en Revista de Derecho; Universidad Centroamericana, aio 2002, 0° 3; pag 205-220 15. KASER, Derecho Romano Privado, 1982, 228-252 16 Idem, 175 6, 17 Idem 176. 232 Revista pe DERECHO ‘Ast, en la época clasica, contrato es el acto licito que, descansando en un acuerdo de voluntades, se endereza a la constitucion de un vinculo obtigatorio', 1.1.1.2 La clasifcacién justinianea, origen de la actual clsificacién de las fuentes de las obligaciones En unafin de aclarareste puntoa efectos de propiciarel estudio del tema, ejurista se interroga sobre si esos diversos eventos que dan nacimiento a las obligaciones eran susceptibles de ser reducidos a categorias juridicas abstractas dentro de las cuales tuvieran cabida ordenada todos y cada uno de ellos. Er tal sentido ha expre- sado el profesor LACRUZ”, que este era un mero ejercicio mental de abstraccién y dlasificacién, porque en un sistema de contratos rominados y numeri clawsus de datos indemnizables, el agrupar bajo un denominador comin una serie de causae obligtionum de caracteres semejantes, no podia servir sino como recurso ‘escolastico para la exposicién y comprensién del sistema. Efectivamente, el texto de 1.3, 13 pr, denota la intenciOn de los juristas romanos de reducir a un esquema abstracto todos los tipos de fuentes de las obligaciones yy en consecuencia Se expone en dicho texto la lamada summa divisio, a través de la cual se identifican las fuentes entre civiles y pretorias™ Mas, un segundo intento de reduccién abstracta se concreta en el texto de Tas Institutas 3,13, 2, en la cual se expresa que las obligaciones nacen ex contractu, fuasi ex contract, ex deticto y quasi ex delicto™ Credndose ast la dlasificacion que haria historia en ef derecho occidental. En cuanto a los cuasidelitos como objeto de nuestro estudio, debemos decir que Jos supuestos en que se entendia existir este fenémeno juridico eran, a saber™, a) Bfilfcito det juez que have suya la litis (Si iudax litem sua fecert) b) Flite de arrojar séldos o liquidos desde una vivienda (Effstat et deiee ro) ©) Ef ilicito de tener colocados en ventanas, balcones y tejados objetos cuya caida pudiera daftar a los transetintes (Positum et suspensum) 38 IGLESIAS, Derecho Romano, 2002, 253. 19. LACRUZ, Flementos, 1,1, 2000, 113 20. PARICIO, javier; Los cuasidelitos, observaciones sobre su fundamento histérico: Cua demos Civitas; Madrid 1987; pag. 19 2 Teem, 20 22, IGLESIAS, Derecho Romano, 2002, 299 s, 233 4) Los hurtos y danos cometidos por los propios dependientes, en los buques y en hostels. Como es de notat, los supuesios antes mencionados no constituyen realidades quea primera vista presenten un denominador comtin, y més bien aparece una cierta desconexién, no s6lo por los sujetos que intervienen, sino también por las actividades que contempla. Asf, no se entiende claramente, qué relacion directa pueda existir entre la sustraccién de los efectos particulares del cliente por parte del depenitiente del hostal, con el propietario de dicho negocio, en quien se hace recaer la responsabilidad de indemmizacién. Y es que ha suscitado muchas dudas dentro de la doctrina romanista, el tema relative a la determinaciGn det criterio con el cual se pretendié unificar estos su- puestos bajo un mismo nombre puesto que de una parte tres de ellos se acercan alo que seria moderamente la lamada responsabilidad objetiva (el habitador de la casa, el propietario del hostal o del bugue) y un cuarto en cambio, esiarfa sefalando una sancién en contra de un sujeto por accién culposa 6 dolosa y propia (el iudex) Efectivamente, si se analizan algunos supuestos como los de la actio de efusis vel deiectis y de positis vel suspensis, el habitator es quien debe considerarse como responsable de los dafos causados, con independencia de su participacién activa y por ende del nexo que pudiera unir su hacer con el resultado darioso, configurandose asf una especie de figuras a partir de las cuales se establecié uma responsabilidad objetiva. Lo cual no puede decirse de todas las épocas romanas, puesto que en el derecho postclésico y justinianeo, no puede aseverarst esto con tanta limpidez™, Podemos concluir que de alguna manera late en la realidad que describe et fené- meno cuasidelictual, la idea de acontecimientos que causan dafo a otros y cuya valoracién a efectos indemnizatorias no tiene en cuenta necesariamente, a los elementos causales tipicas. Es decir que por su medio se procura el resarcimiento de los dafios con abstraccién de los elementos causales que se exigen en otros fipos de afectaciones al interés pasticular ajeno, 2B PARICIO, Los cuasidelitos, Civitas, 1987, 46-51. Expresa adems este autor, Idem, 50, {que durante Ia epoca elisica los cuatro supuestos de los caasidelitos tenfan en coman {odosellos el hecho de que reyia el principio dela tamada "responsabilidad objetiva” consecuencis dela partiewlarredaccién dela férmillade la accion; y no se debecescartar ‘que gracias a ese factor que presentaban en comin hubieran figurado unidos en la obra dle alin jurista que no ios ha Tlegado, tal vez en alguna obra de cardcter institucional, 234 Revista Dx DerecHo 11.1.1. Posterior evolucién de las ideas sobre as fuentes de las obtigaciones La justinienea clasificacion antes aludida, pasard a ser objeto de estudio de tos glosadores y de ahi llegaré, indfscutida, a formar partede [a doctrina del Derecho ‘Comtin y con su misma formulaci6n arribaré al siglo XVI, en que Ja Escuela del Derecho natural racionalista la somete a severa revisién critica, lo cual es reflejo det cambio de actitud metodolégica: no se trata ya de enfocar el problema a la luz de los textos romanos, sino a ta tz deta razon natural. Fruto de esa transformacién, GROCCIO, despues de estudiar le cuatriparticin romana de las fuentes, llegé a la conclusién de que el sistema de fuentes de Tas obligaciones esté constituida vinicamente por tres componentes: el contrato, el delito y la ley. Su doctrina tuvo gran acepiacién y mucha difusion; de ella no sta mucho la del propio Domat. No obstante, Pothier, retoma la clasificacion justinianea, pero, por influjo seguramente de la tesis de Doma, aftacié a aquélla "un guinto miembro: Ia Fey Dentro de esa idea de la quintuple pacticién, en la obra precodificada de Pothier”* se encuentra una referencia a Jos cuasicelitos, En ella se les dlenomina como cuarta fuente, ubicada después de la categotia delito. Este autor los define come afecta- ‘ion o perjuicio causado sin intencidn perversa, es decie con imprudencia inexcusable Por ello, et delito y ef cuasidelito slo pueden ser realizados por personas que disfeutan del perfecto uso de raz6n; pues no son capaces de la malignidad ni de Ja imprudencia que los caracteriza Esta tesis, como tantas otras de este mismo autor fue recogica en el art, 1370 del Code y,a través de éste, también adopts este criterio el Cédigo italiano de 1865", 24 LACRUZ, Hlementes, II, 2000, 115, Para mayor abundamients sobre el tema dela eseucla racionalista del Derecho natural Vi WIEACKER, Frang; Historia del Derecho privadode Ta edad moderna; traduccion de Francisco Fernnde2 Jardén, ediciin al eullado de José Luis Monereo Pérez; Comares; Granacla; 2000; pig 205 ss 25 POTHIER Robert Tratado de ls obliguciones traducido por D. José Fertery Subirans, . Mariano Noguera yD. Francisca Carles, "ei, Madi Caeos Bailly Baller 1872 Pig 5835, 26 GAZZONI Francesco; Marwale di Divito Private, VIl edizione agaiornt; Ediioni Scientfche italiane; Napoli, 1998; pig. 547 5 expone el cambio a que se a sometido el sistema de ls fuentes de las cbligacionesenel Ofenarient tabi a través del vigente Coie a mayor tranaforinacicn ha sido la concrecicn de as mismas: A diferencia del sistema de fuentes que planta el cadice Gvileitaiano de 1945, ebro LV, dispones que son fuentes de as obligeciones el contrato, los actos unllatecales, la obligaciones exiege ¥ los hechos cits. AS pues, las obligaciones nacen de contrato ce hechosicitos 0 de ualguier ot acto o hetho capar de producisla de conformidad con el ordenamiento Juwidico. Bn este sentido el cambio intoducide respecte cel Coclgo de 1865 ests consti- 235 Ravista DE Derecuo De igual forma procedi¢ el legislador espafiol, ya que en el art. 1.089%" del codigo Givil, apartindose un tanto de esta clasificacién establece en una sola categoria al cuasidelito y al delito, denominandoles “actos y omisiomes iictos en que intervenga cualquier génera de culpa o negligencia”®. No obstante lo dicho, la fuente que mas controversias ha desatado entre los estu- diosos del Derecho civil es la de los cuasidlelitos, de la cual se puede predicar que es lamas polémica, discutido y vituperado, tanto entre romanistas como entre cvilistas. Razén por la cual se ha dicho que no tienen ningsin valor cientifico (W, Kunkel), 0 bien que son una suerte de “monstruas jurtticos” (A. d’ Ors)”. 11.1.4 Las fuentes de tas obligaciones en el Ciigo civil ‘Tal como ya Jo adelantabamos, en consonancia con esta evolucién de la idea de las fuentes de las obligaciones, nuestro cédigo, segiin el tenor del arifculo 1837" adopta la clasificacién quintuple. No obstante, concephia y da tratamiento siste- mitico a la ley, al contrato y al cuasicontrato, pero cuando aborda la descripcisn de los delitos y los cuasidelitos se limita a establecer en el articulo 2509 ta obliga- cidn de que tiene de reparar el dafio quien lo ha causado mediando dolo, falta, tuido por la novedad de ia construcciém de un sisterna abierto de fuentes. Ast pues, todo. ‘acto hecho es idéneo para generar una obligacién puesto queello es posible ala luz de ‘una mas amplia valoracién realizada sobre la base de los principies propios del ordena- -niento juridico, La remisiée al ordenamiento juridico no es sindnimo de una remisi6n. ala ley que de forma dinecta regula algunos acios o hechos productores de obligactones, {como por ejemplo el pago de lo indebido ola gestion de negocios) puesto que se trataria de un sistema cerrado que harfa recaer en la ley especifica la fuente de las obligaciones, teniendo siempre presente que incluso el contrato y et hecho ikelto estén regulados por 1a ley. Ei sistema abierto, en cambio, viene a significar una atipicidad de las fuentes en {el sentido de que también sctos o hechos no previstos en normas puntuales tienen vir- tualidad de producir obligaciones en las limites en los cuales exista conformidad con el ‘ordenamiento juridico. El sistema ablerto permite justificar ampliamente el racimiento dle obligaciones ligadas de cualquier modo ala voluntad de los Sujets incluso fuera del ‘eaquems contractual y asi por ejemplo las que derivan de deliberaciones de los érganos COSS{OY CORRAL, Alfonso de; Instituciones de Derecho civil, t. |; revisado. y puesto al dia por Manuel De Cossfo y Martinez y José Leén-Casto Alonso; Civitas; Madrid; 1991 * DIEZ PICAZO, Luis/GULLON, Antonio; Sistema de Derecho Civil, Vol. I, 9. edic; Tecnos; Madrid; 2003. 50 “Quedan sujetos a la indemnizacidn de los dafos y perjulcios causados, los que en el ‘cumplimiento de sus obligaciones ineurren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren el tenor de aquellas”. 245, Revista DE Duwieco 246 DIRZ PICAZO, Luis; Fundamenios del Derecho Civil patrimonial, 7.11, las, relaciones obligatorias; Civitas; Madrid; 1996, GAZZONI Francesco; Manuale di Diritlo Privato, Vil edizione aggiomata; Edizioni Scientifiche italiane; Napoli; 1998, HERRERA ESPINOZA, Jestis; "Damnum Iniuria Datum", en Revista de Derecho; Universidad Centroamericana, aio 2002, n° 3. IGLESIAS, Juan; Derecho Romano, 14* edie; Ariel Derecho; Bazeelona; 2002. KASER, Max; Derecho Romano Privado, versién directa de la 5° edicién alemana por José Santa Cruz Teijeiro; Reus S.A; Madrid; 1982 LACRUZ BERDEJO, José Luis et al; Elementos de Derecho Civil, T. If, vol. I; Dykinson; Madrid; 2000, LUZON PENA, Diego-Manuel; Curso de Derecho penal, parte General L: Hispamer; Managua; s/f MAZEAUD, Henri; MAZEAUD, Le6n; MAZEAUD, Jean; Lecciones de Derecho Civil, parte segunda, vol. I, traducci6n de Luis Alealé-Zamora v Castillo; Ediciones juridicas Europa-América; Buenos Aires; 1960, MEZA BARROS, Ramén; Manual de Derecho civil; editorial jurtdica de Chile; Santiago; 1997, PARICIO, Javier; Los cuasicelitos, observaciones sobre su fundamento his- t6rico; Cuadernos Civitas; Madrid; 1987. POTHIER, Robert; Traiado de las obligaciones; traducido por D. José Ferrer y Subirana, D. Mariano Noguera y D, Francisco Carles, 2* edic. Madrid Carlos Bailly -Balliece; 1872. WIEACKER, Franz; Historia del Derecho privado de la edad modern; traduccién de Francisco Fernéndez Jardén, edicién al euidado de José Luis Monereo Pérez; Comares; Granada; 2000

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