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ENFOQUE FILOSÓFICO DE LA ATENCIÓN ESPIRITUAL EN AMBIENTES

CLÍNICOS

LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL COMO CLAVE HERMENÉUTICA ANTE EL


SUFRIMIENTO HUMANO

El Grupo Académico del Cuidado del Paciente Crónico de la Universidad Nacional


de Colombia ha adelantado un proyecto de investigación en pacientes crónicos, en
el que se evidencia la necesidad de comprender la persona humana como un ser
espiritual (Sanchez, 2004), a raíz de las necesidades existenciales que afloran en
los pacientes al hacer frente a la enfermedad. Se trata de una concepción
antropológica del asistido, que fomenta un verdadero cuidado holístico, que, en el
mismo estudio, revela su déficit frente a la atención prestada en procesos de
salud, especialmente en la calidez de la atención y la humanización de los
procesos (Sanchez, 2004). Comprender a la persona como ser espiritual permite y
obliga el abordaje de los tratamientos centrados en la persona y no en la patología
padecida, dado que el ser espiritual es conciencia, voluntad y sentido.

Teniendo presente lo anterior, las necesidades de calidez y trato humanizado se


convierten en el impulso para fomentar, no solo en los asistidos, sino en el equipo
interdisciplinar a cargo del cuidado del paciente, todo el potencial espiritual que, se
convierte en la clave de interpretación de la experiencia del sufrimiento, que obliga
a los interlocutores (asistido y cuidador) a un mejor afrontamiento del sufrimiento y
una mayor comprensión en el cuidador, de la dignidad humana, la
descentralización de la enfermedad para enfocar los esfuerzos en la vida como
valor trascendente.

La espiritualidad así entendida y el hombre como un ser esencialmente espiritual,


encierra en sí “las ideas filosóficas acerca de la vida y su propósito” (Sanchez,
2004), fomentando no sólo el planteamiento de lo trascendente, sino,
encaminando a la persona en una hermenéutica de la propia existencia, que
generando un mayor campo de conciencia frente a lo sucedido, permite desde la
razón, empoderar a la persona de su propia existencia y de las decisiones que le
permitan encaminarse a una vida con propósito.

Esta búsqueda del sentido en medio del padecimiento como elemento filosófico
frente al dolor, son la base teórica y experiencial de la propuesta de Víctor Frankl 1
con respeto a la logoterapia, donde aborda desde la voluntad de sentido cómo
hacerle frente a la propia existencia (Frankl, 2015).

Es importante destacar que, un abordaje antropológico que compagine la


espiritualidad con las demás dimensiones antropológicas, genera en los pacientes
las herramientas necesarias para un mejor afrontamiento de su situación, sin
embargo, es en el cuidador donde tal clave de interpretación de la persona,
permite realizar una verdadera atención holística en el servicio hospitalario porque
permite la concientización frente al sufrimiento como experiencia existencial,
brindarle sentido al evento adverso y al servicio prestado y la necesidad de una
intervención basada en el espíritu humano y sus necesidades.

En la Orden Hospitalaria, un acercamiento filosófico de la espiritualidad implica la


inmersión en dos corrientes independientes y complementarias entre sí, La visión
antropológica y los aportes de la teología cristiana, esta comprende la
espiritualidad como la relación de unión entre el hombre y el Espíritu Santo,
llamado “vida en el Espíritu”, mientas aquella la propone como la búsqueda de
sentido en la propia existencia y la padecido en ella. Experiencia que se puede
cultivar a modo de inteligencia.

1
En su propuesta, Frankl propone la logoterapia como una técnica basada en conceptos filosóficos
y existenciales y aplicada en el campo psiquiátrico. Un proceso emergido de voluntad de sentido
como herramienta de afrontamiento del sufrimiento y con incidencia en la moral, dado que la
espiritualidad procura en el individuo la toma de decisiones en busca de una vida con sentido y
propósito. Tales practicas procuran evitar la frustración existencial y lo que él denomina neurosis
noógena, es decir una crisis de la razón que pone en jaque al paciente frente a sus sufrimientos y
que tiene su origen en problemas existenciales o mejor llamados espirituales.
Esta concepción es dada en el término logos, que comprende la concepción de “significación” y
espíritu, por lo que cualquier afección que altere el sentido de la existencia, es, ante todo, una
necesidad de orden Espiritual.
LA ESPIRITUALIDAD COMO INTELIGENCIA

Desde que, en 1983, Howard Gardner expuso su teoría de las inteligencias


múltiples2, pluralizó el concepto de inteligencia no sólo en el ámbito del ejercicio
académico, sino como cuestión gnoseológica, pues nos permite comprender la
mente humana desde espectros mucho más amplios y plurales, pero a la vez más
integradores, pues permite ubicar a las personas en distintos nichos del
conocimiento y de la capacidad de crecer en él.

Ahora bien, desde el camino iniciado por Gardner, se ha emprendido un recorrido


bástate nutrido en cuanto a la inteligencia y su vinculación con las dimensiones
antropológicas; como sucedió con el caso de Goleman y su propuesta de una
inteligencia emocional3, en la que propone desde la psicología una serie de
competencias ejercitables para fomentar el cuidado de las emociones con miras a
una mejor calidad de vida y un mayor control en la toma de decisiones.

En un tercer momento y como avance del proceso, aparece el termino inteligencia


espiritual, concepto que es quizá más antiguo que las mismas inteligencias de
Gardner, porque es trabajado en las experiencias budistas y cristianas como
capacidad de trascender desde la religión, si embargo, en nuestros días, es
propuesta por varios autores desde un enfoque mucho mas natural dentro de la
dimensión antropológica de la espiritualidad y esta entendida como búsqueda de
sentido y capacidad de alcanzar estados elevados de la conciencia 4.

2
Gardner, sin cerrarse al descubrimiento de otras formas de inteligencia identifica ocho: cinestésica,
interpersonal, lingüístico verbal, naturalista, intrapersonal, visual-espacial y musical. Precisamente esto ocho
espectros de la inteligencia se convirtieron en el camino para profundizar el tema y comprender nuevas
inteligencias como la emocional y la espiritual.
3
Esta pretende incidir en las falencias que pueda tener el coeficiente intelectual a la hora d tomar decisiones
acertadas y racionales a través de la ejercitación de cinco competencias que enumera en: autoconciencia,
autocontrol, automotivación, empatía habilidades sociales.
4
Al respecto resultan importantes las propuestas del concepto desarrolladas por Robert Emmons, Tony
Buzan, Ramón Gallegos, Frances Torralba.
Tal cuestión resulta muy útil a la hora de presentar un modelo de atención
espiritual para pacientes psiquiátricos, pues precisamente la mente y sus
capacidades son el foco de atención en cualquier terapia o acompañamiento que
se procure un paciente de tal condición, así pues, desde la antropología, podemos
enriquecer la experiencia espiritual en el campo clínico comprendiéndola como un
modo de inteligencia que permite a la persona situarse a sí misma con respecto al
cosmos y a los rasgos existenciales (Gardner 1999)

Pragmáticamente, la espiritualidad se enfoca como el dinamismo en búsqueda de


la plenitud e instrumento crítico de la racionalidad y la creencia religiosa (Torralba
2010) que permite desde la racionalidad, enrutar la experiencia vital en la
satisfacción de las necesidades espirituales propias del ser humano, como la de
sentido, reconciliación, identidad, orden, verdad, libertad, arraigo, simbólico ritual,
soledad y silencio (Weil 1943), permitiendo una postura consciente y satisfactoria
frente a la propia existencia.

Un modelo de atención espiritual para pacientes psiquiátricos enfocado desde esta


perspectiva no solo permite generar espacios terapéuticos que abarquen las
distintas dimensiones y generen integralidad en los procesos clínicos, sino que
además permite un punto de encuentro epistémico entre distintas ciencias que
procuran, centrados en la persona humana, generar un verdadero cuidado de la
salud integral del individuo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y MATERIAL DE APOYO

Gardner, H. (2016). Inteligencias múltiples. Paidós México.


Torralba, F. (2016). Inteligencia espiritual en los niños. Plataforma.
Weil, S. (1943). Profesión de fe. Estudio para una declaración de las obligaciones
hacia el ser humano.
https://institutosimoneweilediciones.files.wordpress.com/2017/07/metaxu-
nc2ba-1-pdf.pdf
Frankl, V. (2015). El Hombre en Busca del Sentido. Barcelona, España: Herder.

Sanchez, B. (2004). Dimensión espiritual del cuidado en situaciones de cronicidad


y muerte. Aquichán.

Emmons, Robert A. (2004). Spiritual Intelligence – Definitions. 

Buzan, T. (2019). El Poder De La Inteligencia Espiritual (1.a ed.). Urano.

Gallegos, R. (2015). Los 12 factores de la Inteligencia Espiritual: Las capacidades


transpersonales del Ser. Fundación Ramón Gallegos.

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