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vOCES REL RABRIO Robinson Posada Vargas EL PICAITO Yano nos importa nada... Sime entiende socio, esa es la vuelta. En estos dias escuchando pura labia de dofia Socorro y Estela. Entonces se la cantaba dofia Estela, mientras barriala acera. - iOiste Socorrol, vos no escuchaste lo de la balacera de anoche? - Si mija.,.pero sabe qué, ya me trajeron el chisme. - ZY qué paso? - Mataron 13 pelaos ahi en el chequiadero. - iAh! no mija, menos mal no pasé nada grave. PaCES QEL RARRIG Robinson Posada Vargas PILAS PUES Dofia Ester que cucha mas haragana. Ella tenia mero almacén en el barrio, Pero llegé el dia que se quebré... bueno la quebramos y después de eso mont6 un pequeiio almacencito y de eso vive. Ella todavia le fia a la gente en el barrio, pero no le pague y vera la banderiada que se pega por falt6n; saca un letrero el fin de mes yloponea toda la entrada del barrio con letra roja reflexiva que dice: «Aqui estan las gonorreas que no pagan enel barrio ellos son...» - Y esa chorrera de gente parce. Yo le debia un par de vueltas y un dia que venia de pasén por esa cuadra, no acaté de pillar si la cucha andaba por ahi pa’ no banderiame, cuando me la poncho de frente; yo ya le iba a montar la rara, cuando me conté mera crénica. Que hacia varios meses que dos manes llegaban encapuchaos al negocio a pedile la vacuna y que ella vela que el negocio no aguantaba, que iba Ppa’bajo. Yo como buen sicélogo entrampador de barrio le pregunté; que qué pitos tocaba yo en esa procesién. Y me dijo que lo habia pensado mucho y que habia llegado a laconclusién que era mejor arreglar las cosas por sus manos, que !e prestara un fierro del combo, que se lo ensefiara a manejar que ella me pagaba las clasesitas pa’ bajase ese problema de encima, que no le fuera a decir nada a su esposo ni a sus hijos para que no se preocuparan. Yole dije que sisas, que si era paraalgo pedagdgico de una le ayudaba. Me ful pa'l rancho, saqué el fierro, un apaga brekers y pa'l negocio de la cucha. De una fa puse a probar finura y esa cucha a las dos horas, mero Rambo, casi me toca ponéle escapulario en el brazo. Sean | oe Meds seo ee oe Yates DEL BARRIO Robinson Posada Vargas Ya la cucha estaba lista pa’ bajale los breques a cualquiera. El dia llego, fue un jueves en la tarde que llegaron los dos encapuchaos pidiéndole la vacuna: - Simijo por aqui se las tengo. Y saca esa cucha el fierro del mostrador y pego al primero al frente suyo y al segundo que salié corriendo y a los cinco pasos peg6 al otro. jComol, la cucha no !o crefa, mera heroina. Satisfecha por su labor, quiso mirar quienes eran los que le estaban goliandola plata yse acercé alos manes, les quité las capuchas y en ese momento, se dio cuenta... que eran Sus propios hijos.

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