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Los nenciios svmrervos Diverso es el problema de la responsabilidad del patrimo: Cuando sn patrimonio es mancomunado, surge la cuestion de si responde por las obligaciones de los varios titulares. La solucién 1no es Ginica, sino que varfa segéin los casos de la comunidad unitaria en la sociedad y en la comunidad hereditaria, los bienes de la comu- nidad responden tinicamente por las deudas que incumben soli- dariamente a todos los titulares (c6d, pr. arts. 736 y 747); los de ta commnidad matrimonial responden por todae las detidas del mari- do (céd. pr., art. 730), incluso las de la mujer, que sean al mismo tiempo deudas personales de aquél (art, 1459, I). Estos deberes, por los cuales responds un patrimonio mancomunado, se pueden amar deudas comunes ® si, con eso, se hace referencia a la comu- hhidad del patrimonio afectado y no'a los deberes personales. En Ja mayorfa de los casos na deuda de esa clase constituird un deber para todos los participes del mismo patrimonio, pero no siempi asi, por ejemplo, las obligaciones asumidas por el marido para la comunidad unitaria, no son deudas de la mujer (art. 1443, 11)" © Ci in, $201. % No obstane,se puede ofoner en compensicén una dua de Ia comand 2 un ee des ma (ar om cand maser no se sera dl Fat cero, a complet ecrosiad dels credits, cel seni dla. 7, uo din press abot cng, mena que po co et eign peo parce cee i Cond nt pond eo al acreedor ca prestacn, 4s ves, ena en I comunidad, Consero que He arc 14,1, no vale Ghicamene 0 l eso de compenscé, sino Unie Ch gr dodo de in comonaunsroe Sea nial dado od ed coo een sxe el Oe rete, nongoc econ dl Martyn Ser §5. LARELACION JURIDICA* 1], NOCION YCLASIFICACION Con sus preceptos, el orden juridico rige las relaciones humanas; asigna a cada cual tna esfera de poder, en la que su voluntad es determinante; otorga derechos y establece los deberes correspon- dientes. De esta manera nacen relaciones juridicas, esto es, se asignan efectos juridicos a las relaciones humanas que el orden juridico halla formadas. Denominaciones, pues, relacién juridica, a los efectos jjuridicos de las relaciones humanas '. La ley emplea la expresién *, ‘pero no la define; de al que discrepen mucko las opiniones sobre Su alcance, No se trata de una cuestiGn sin importancia para la ela- boracidn te6rica en el campo de! derecho civil; en el proceso, tiene repercusiones pricticas establecer qué es lo que se quiere indicar con tal expresidn, a propésito del art. 256 del céd. pr. En la ciencia del derecho procesal se habia manifestado lh tendencia —hoy en dia superada— de restringir el concepto; en parte, por efecto de fas dificultades con que antes tuvo que luckar la accién de decla- racién, y, en parte, como medio de economia procesal. Pero el dere- cho civil no debe distraerse, por la casuistica del art. 256, de su tarea de construir el concepto de relacién juridica, indispensable Uixjo el aspecto sistemstico, Como remedio contra el uso inadecuado Wonscein, §374 Recesaencen, § 13; Bexesn, §17; Caowe, §2%, Exweccerss ‘ty Komen, §4; Piece, ZiePr, § 305 Zeatnann, tom, Priv, l 42 sign, Hh aie. * bos hechos de que fluyen ls elaciones rts, deben designarse ao wes como svlwioncejurdiews Bosses, cit, Heme, Anopich p. 4. Ca conclusn de un conta, tun empio,consinye a cause que orga ceras Flaciones entre A y B; ests relaciones tin in eheién juridea, La autentedad de un documento es un hecho, 90 una relacién Finkle pero el céd. pr. establece (ar. 256), pre regulon, que puede consiuir objeto Hels lrain 1 ce ela, 168: "la cae juries en que se basal poder" también ars. 183 vn (8) Los DERECHOS SUBETIVOS de la accién de declaracién, siempre en el proceso tiene vigencia cl requisito del interés juridico, Puede haber relacién jurfdica: 1. Entre una persona y una cosa’ el propietario, y también el poseedor, se encuentran con la cosa en una relacién de significado juridico. 2. Tas relaciones juridieas entre das personas pueden findarse en las causas més diversas: en un contrato * —especialmente, en ‘un contrato sin efectos reales—; en un acto ilicito de una contra otra; en una transferencia patrimonial carente de causa; ademés, en Ia circunstancia de que dos personas tengan algin derecho sobre la misma cosa: copropiedad, relacién entre propietario y usufruc- tuario 0 acreedor prendatio °, relacién reciproca de los diversos titu> lares de jura in re aliena’; y, finalmente, en el hecho de que dos personas deban la misms prestaci6n a una tercera o, inversamente, puedan pretenderla (solidaridad) ’. En cambio, no existe relacién juridica —y no procede, por consiguiente, la accién de declaracién— entre los diversos acreedores de un mismo deudor, aun cuando cada uno tenga interés en que no existan los demés. Sélo en la hipétesis de que los acreedores adquieran derechos sobre el mismo objeto por embargar la misma cosa 0 que, por efecto de la quiebra, entren en una relacién més estrecha con la masa concursal separada del patrimonio del deudor, nace una relacién juridica entre ellos §, Ja cual constituye la base de una accién, segtin disponen los arts. 878 del c6d. pr. y 146 de la ley de quiebras. A veces se designa como relacién juridica la circunstancia de que un derecho es objeto de litigio entre dos personas; esta con- cepcién es innecesaria para fundamentar la admisibilidad de la accién de declaracién en el Hamado pleito de los pretendientes °, porque basta que cada una de las partes pretenda tener a su favor ‘Algunos autores slo admit la relacin juridica entre dos personas; ft: EYNECCaRUS, cit, now 2; Heme, ZiePr, § 31, 008 4 *"Losefectos del contrat se limitan a las pares peroa veces, alcanzan terceros también; tien el conttato a favor de tercero, ¥'Larelacinjurdiea ene el aeeedor prendaioy el propetario del cosa, se evidencin Siniamente en el momento dela vemt; antes prevalece la elacin entre Is pares del ont de prenda ef. supra, §2, nota 1 "Relacon de grado, ? Relacion de regres * Che int, §8, nox 20, Flausnc, Zier, p. 387, noe 17, p 388, ats 23; Gru, 0 28 y spat § 256, En conn, admie a Sup. Cor. (1, p. 347) que, on La contesoeiGn, surge tm eli {vedi ener spares §5. La netAcion juriorca tuna relaci6n juridica, ya se trate de propiedad o crédito. El interés juridico surge por efecto de la propia contestacién ", La relacién de una persona con un de:erminado lugar, con ¢l domicilio, también produce numerosos efectos juridicos que, en su conjunto, pueden designarse como una relacién jurfdica "Sin embargo, hay hechos y acontecimientos que le ocurren a una per- sona determinando su futuro jurfdico, sin ponerla en relacién con algo existente fuera de ella. No conviene concebir los efectos de esas circunstancias como relaciones jurfdicas, sino més bien como cualidades de la persona? ®. IL RELACION JURIDICA Y DERECHO La expresién “relacién juridica” puede emplearse en dos sen- tidos: 1. Todo derecho subjetivo consiste en una relacién del sujeto con una cosa 0 con una persona; se le puede atribuir, pues, la cali- ficacién de relaci6n juridica, Subsiste entonces sélo una diferencia psicolégica entre las dos expresiones; con la palabra derecho nos imaginamos, en primer término, a situacidn de seftorfo del sujeto; hablando de relacién jurfdica, en cambio, designamos al mismo tiempo el aspecto pasivo del derecho: la sujecién de la cosa, la obli- gacion del deudor. Refiriéndose a una relaci6n obligatoria, el acree- dor habla de su crédito; el deudor, de su deuda. 2, Sin embargo, el concepto de relacién juridica, también pue- de recibir una extensin mayor que el de derecho; significa, enton- ces, el conjunto de las consecuencias jurfdicas que fluyen de una relacién entre dos personas o de una persona con una cosa, ya sea En cambio, C no pede fondar un accién de decaracién en el hecho de que B deba algo a A, porque, aun cuando tenga interés en Ia extencia de tl deuda, no es tular de ninguna relacn juridica que pda ser objeto de decancisn "ENNEOCERUS, § 127, now 1 Por fila de interés, apenas si podria verifcarse una accién de declaaciin de domiciio, 'S'Konuen, §50, designs ls capacdad contract y algunos cues fenémienon julian, ‘que ya inclaye en el concept de relacgn juries, como "sitaci6n jurdic". Tambien yo fendeé que utliza est expesion indispensible, pero no en el sentido ténico propuesto por Kort ' Podtisadmiirse uns relacidn jardica sun entre dos cosas una cos, pg es accesoria respecto 2 ots, Pero es me convenente hablar de sna cabdadyardiea de La cosa accesoria [La aoeién de declaracién no debera toner por objcto era ctdad, sino los efectos de le ‘risa, p<) a propiedad 0 el derecho de prende. (125) (025) Los penechios sumernos que consistan en un derecho subjetivo, o en la posibilidad de que surja, ya en ottos efectos juridicos ¥. Bajo el aspecto sistemiético, ¢s indispensable un término para designar este conjunto de efectos juridicos, en contraposicién a cada uno de los diversos derechos '*, ‘emplearemos en adelante la expresi6n “relacién juridica”, en tal sen- tido. Ast se puede hablar de la relacién de propiedad, pensando, no s6lo en el derecho real, sino también en los ulteriores derechos ydeberes —p. ej, por el art. 999— que pueden derivar de la misma, Asimismo, la posesién, se considere o no un derecho, merece de cualquier manera la calificacién de “relacién juridica” ", en cuanto en ella pueden fundamentarse, si se trata de acto arbitrario, las accio= nes posesorias; bajo ciertos presupuestos, la propiedad; y, en deter= minadas circunstancias (art. 836), una responsabilidad del poseedor. El concepto de relacién juridica, en el sentido que acabamos de exponer, tiene importancia especialmente en el campo de las obligaciones. Los contratos y los hechos juridicos andlogos originan a veces un derecho con varias prestaciones; se llama crédito el dere» cho de exigir una de ellas. Los diversos créditos nacen con la con clusién del contrato 0, posteriormente, con el curso del tiempo. A veces, el contrato ro crea derechos ni deberes para las partes, sino una situacién juridica, en cuya virtud circunstancias que de otra manera no tendrfan consecuencias o las tendrian distintas, pro ducen derechos y deberes: uno de los contratantes tiene Ia expece tativas de un crédito; al otro todavia no tiene ninguna obligacidin, pero ya esté vinculado ". Pignsese, por ejemplo, en los cr¢divn por locacién, que se originan —pro rata emporis— en el uso prestado (art. 537); en los créditos del mandante por la entrega de lo que adquirié el mandatario, y en los créditos de éste por reembolv de sus gastos, créditos que nacen tan s6lo con la recepcién de Is cosa y la realizacién de los pagos. Para designar la relacion juridica Pej, dela investdura 0 surge un derecho sobre a cosa, ni una relacin obliga entre hs pares, sino solamente le posblidad de adquir In propiedad por Is inns tenel esto de benes races entra, § 9, nots 25 La exsenca de tl posbilidad en nye tuna relacién juvidica entre A'y B, que eventualmente puede ser objeto de una acc oie ‘ator; por ejemplo, el predio a sido mal designado, y A pretende que em cumbi le nombrado prio xse queria designar al predioy, mientras que B se opone a interpre sabre este 50 Sup. Corea, 1908, 58 Difeente es la distinccn que propone KOWtsy, p. 148; p. gj. el dec qu nage e la venta, no seria una relién jurdiea “porque tiende a diolverse por eft dle ih ‘cumplimiento instantineo”. Er la venta, no menos que en fos detnés contrat, [a rlai judi es el conjanto de las elacones del vended con el eompeador ella db sia Ainguirse los diversos derechos, por gel de redhibicgn, que en parte slo nace doa "© Heats, ZipPrx, 631, I Chin, § 9, Hy I 55. La RELACION juRiDIca obligatoria en su conjunto y frente a los diversos créditos y expec- tativas, en el idioma alemén se disponia de la expresi6n relacién de deuda ". Desgraciadamente, el c6digo no aproveché esta ventaja ter- ‘minol6gica, hablando a menudo de relacién obligatoria cuando hace referencia a los diversos créditos independientemente. Ast, por ejemplo, la tercera seccién del segundo libro leva la leyenda de “extincién de las relaciones obligatorias”, no obstante que todas las, causas de extincién de que trata —cumplimiento, pago por con= signacién, compensaci6n, remisin— se refieren a los diversos cré- ditos, y, en cambio, no se mencionan las causas de extincién de las relaciones obligatorias, en el sentido de que estamos hablando, por ejemplo, el contrarius consensus, la denuncia, la muerte, etc. Considero que existe también una relacién jurfdica en el caso en que un contrato no produzca derechos y deberes por un vicio de forma, pero puede quedar validado por su cumplimiento volun- tario (arts. 313, 518 y 766). La validez de la relacién juridica se demuestra por el hecho de que una presticién, que careceria de causa y serfa por lo tanto repetible si no hubiese sido precedida por el contrato afectado por el vicio formal, debe considerarse como cumplimiento de una obligacién nacida contemporéneamente con ella. Asimismo, con la obligacién natural (cfr. supra, pag. 94) nace tuna relacién juridica que produce, contra la regla, un deber sola- mente, sin el crédito respectivo, Las relaciones jurfdicas de esta clase pueden ser objeto de la accién declaratoria. Es cierto que en las obligaciones naturales, por ejemplo en las deudas de juego, faltard por lo general el interés para la declaracién del derécho; pero es muy posible que A, que vendié su predio sin ajustarse a los requi- sitos de forma y quiere cumplir esponténeamente, tenga interés en fijar el contenido del contrato, que es objeto de discusién, antes de que se valide mediante su cumplimiento™ No es necesario que toda relacién juridica, en el campo de las 7 Si se lama retain jurdica a cada derecho, y, por sade, relacin obligatora a cada crédito, es necesaro ding ego ene reaciones oblige, en sentido amplioyeseto (Gt, por ejemplo, Dusntunc, Tl. § 111; Sravoecen, an. gr 1.2 a OBR); lo que no simpli l terminologi Ftisic, npc, pi, en contaposcin alos crédito asedo, {qe Tama relacins oigarie, habla dela relacian obliga comnn en qe 4 finda Sin embargo, eta expresion ya ene oto seid weno " Beccen s ha ocupado en varias oportinidadcs de ete ror terminkigico dle civil y desu consecuenca;dtimamente en Jin], 4p. 13987 La expreson resin blignori es equioe, por cempl, en el at 366 et: PLanck, a ™ Disinte Henne, ZnPree, § 30, nor 32 § 58, not > Un comtratonulo puede dar nacimiento a una relacién juris, ambi enc sentido de que stra de), pars ambes pares, el dsber de devolcion de las presuciones, como a2) (28) (129) Los penectios suaerwos obligaciones, tenga siempre por objeto la existencia de un crédito © la posibilidad de que nazca. También se pueden designar como relaci6n juridica otras situaciones relativas a los créditos. Asi, por ejemplo, el hecho de que entre A y B existen dos créditos sus- ceptibles de ser compensados, constituye una relacién juridica, de la cual surge para ambos el derecho a la compensacién ”". Del con- trato de cuenta corriente deriva una relacién juridica de esta clase, y no un derecho subjetivo 2 En el derecho de familia cabe distinguir la relacién juridica de parentesco de los diversos derechos que fiundamenta (p. ej. el cré= dito alimentario); la relacién juridica de hijo legitimo, de la patria potestad, de la obligacién alimentaria y de la de ajuar, que tienen su base en ella; la relacién juridica matrimonial, de los diversos derechos reciprocos de los cémyuges; la relaci6n juridica del régimen patrimonial, de los diversos derechos patrimoniales del marido y de la mujer. Lo que se acostumbra llamar derecho sucesorio subjetivo, cons tituye, en términos propios, una relacién juridica entre el heredero y el patrimonio del causante de la cual derivan para él varios dere- chos y deberes*. Igualmente, existe una relacién juridica entre heredero fiduciario y keredero fideicomisario *. De la misma manc= ra, tampoco ¢s un derecho subjetivo el derecho de legitima, que debe distinguirse de la pretensiOn de legitima™. En efecto, écusl serfa su contenido? No existe evidentemente un deber del causate, pero sf una relacién jurfdica entre legitimario y causante, en virtud de la cual, y segéin el testamento, pueden surgir un crédito contra el heredero, u otros efectos juridicos; por ejemplo, la nulidad de cierta disposicién (art. 2306, I, 1). Finalmente constitaye una relacién juridica el conjunto de relie ciones recfprocas entre la asociacién y sus miembros ™. «ots obligaciones se fundan en lamina tla jr (ef, inf, na 42) ens, et elias, derecho de rete Sou, 57 180, * La admis dela demands para decaar el dececho de compenscin, dnt de imertsy Este por lo general quedardcliminade por el hecho de poder deducts le ‘ompensicén misma 2 Los ets de la eves comin pietden peje el momento mismo de wit ou invalid ye ransfoman en pala de Ta Cuenta, INO Veo ningun InconveneMe én que se demande por declanign con el objeto de esableccr que un ericodewrniuals debe entrar en I cent "Hue, ZePre, §31, nt ® fr Sup. Cor, 38,202. © Srmotial, Ebr, § 49, nos 8; Lancs imnekes, Anyi, 9.2, 08 ® Heawwne, §30, nota Se, menos aeeaduments Enno, § 4 Ty baby de un derecho “emmpusto” del miombro, Cf. na, § 3% no $5. Lanetacion junioice En su conjunto, estos ejemplos evidencian que los derechos deri~ vados de una relacién juridica no son, en absoluto, de la misma clase: de la relacién de propiedad surgen, junto con derechos reales, pretensiones obligatorias contra el poseedor para la entrega de frutos y reparaci6n de dafios. Ciertas relaciones juridicas, que de acuerdo con su contenido esencial son de naturaieza obligatoria, tienen al mismo tiempo efectos reales: la locacién simple, la con goce de los frutos, el depésito y las otras relaciones juridicas de que trata el art. 868, constituyen una posesién mediata. La relacién juridica de la comunidad de bienes del matrimonio, contiene derechos de copropiedad y créditos; la relacién juridica del heredero le atribuye derechos reales y obligatorios. A veces, cuando la relacién juridica descansa en situaciones muy generales —por ejemplo, el parentes- co— se determina, por de pronto, una nueva relacién juridica de tuna especie més restringida, por efecto de hechos subsiguientes —por ejemplo, deber alimentario—; y luego, de ésta, se derivan por hechos ulteriores los diversos créditos, por ejemplo, vencimien- to de las prestaciones alimentarias periédicas III. NACIMIENTO, EXTINCION Y TRANSFERENCIA DE LAS RELACIONES JuRIDIcas Para hacer més evidente la diferencia entre derechos y Io que Hamamos aquf relaciones juridicas, lo mejor es tener a la vista los hechos que determinan la constitucién, la extincién y la modifi- cacién de ambas realidades juridicas 1. A veces, junto con la relacién juridica —por ejemplo, por conclusi6n de un contrato— nace un derecho que cubre entera- mente el contenido de aquélla. Asf, verbigracia, conclafdo un mutuo gratuito y de plazo fijo, nacen juntos relacién juridica y crédito, y no pueden derivarse créditos ulteriores ”, De la misma manera, ol delito origina, por lo general, una relacién juridica entre el autor y la victima, y al mismo tiempo fundamenta su tinico efecto: el crédito para la reparacién del dafio, Pero éstas son excepciones. En. In mayoria de los casos, la relacién juridica constituye tnicamente | base, el terreno, en que nacen, como consecuencia de hechos io os increes morte (30) 31) Los pexeciios suRETIvos ulteriores, los diversos derechos. Es asf que al crédito del mutuo, con el curso del tiempo se agregan los créditos de intereses; y que cuando vence el término de la locacién nace el deber de devolver la cosa”. En el propio delito, es muy posible que la relaci6n juridica se constituya en el momento de Ia violacién y que el crédito nazca solamente por efecto de un hecho ulterior, esto es, con el producirse del daiio™. 2, Ladiferencia entre derecho y relaci6n juridica, se demuestra mis claramente todavia en los hechos extintivos *. Son éstos com- pletamente diversos para la relaci6n obligatoria, segtin quedé dicho en la pig. 127: los créditos de la locacién, v. gr., terminan con el cumplimiento, etc. la locacién, por denuncia*® 0 vencimiento del plazo. Terminada la locacién, no pueden surgir créditos nuevos, pero los ya constituidos, y no extinguidos por pago, compensacin, etc,, contintian subsistiendo. Exactamente de la misma manera, las relaciones juridicas propias de la administracién de negocios (man- dato, neg. gestio, etc.), por lo general, terminan con la muerte del administrador, en tan:o que los diversos créditos son transferibles por sucesién *, La relacién juridica de a obligacién alimentaria se extingue con la muerte del alimentado; el crédito alimentario, Ast por sem, la rhcin juriia del mandato nace come, pero los erin por reembolo de gastos, sugen solo por efecto de los pagos, es decir mg TU, A Bein ve, p27. 5 Son fa verminacidn dl manda y de oscil sarge los deberes de dar avin contemplation por lw arts 613 727, Run, ctv, nt 50, eon a soi GI soiedd, surge el debe de guia, y de te, vex, decade des sein de erga lor des low inports que les corespodar ef infra, § 18 ‘ew, §30, nom 3, § 58 nots 2% Gaur, § 256 111d, qucn habla en fonns poco exc de eet suet a cendicin, El extensoplao de presepein embleido arc B82 comers 2 corey cone cimieno de a rlcin juris, eveneainee, pues antes que supa la pretension conespondiente; Chou, § 112, nos 25; Sup. Cor. 2h Ss, 162, 348 2 Dawu, § 112, * Stasnen, Std, 214; SAUDINGER, a, pela § 362 ° Lapalabra “denne nica dos negocios, andamenalment iverson us fm sun cuando exterormente se parezcan a delracisn por efecto de acl esa wna ci Jie plc, socedad— la delacin que determina el vencimien ‘neo. Bn primer cso epude abla de drone de csc, en segunda de dev aC venient. La sunday prtenece al sreedor acta e wero asp, em tesionaio, en cambio, la donancls de cesacion pertenece sempre al seo def ca Jr y,porconsigeene como por lo general a eacones juries no so0 sas Ue eanscenca, ool contrat 049 Beredeo (por expen, acuerdo con at. 72, erteneteambicn al areedor del socio, qo haya embargado sy préipasn en a ied), isin, § 12, IL Ela 195, sapien dicen a denon de wenden 3 Now mont aie sed ea rato dom, Fe § 6 D3, 2. Cn kes angen Gcamens pr ereder® dl ananatari dl o (t 73972. §5. La nevacion junioica por cumplimiento o demas hechos establecidos en los arts. 362 y sigs. *, Consignemos, finalmente, la diferencia caracteristica que sigue: un crédito extinguido —v. gr.,. por pago— no puede liquidarse nuevamente por hechos ulteriores, como seria por remisién; pero nada impide que una relacién juridica, luego de ser extinguidos algunos y aun todos los créditos, quede extinguida por resolucién (© contrarius consensus, derivando de la misma, por consiguiente, nuevos créditos por devoluci6n de las prestaciones (art. 346). 3. La mayor parte de los créditos se pueden transferir por cesiGn, y asf también las deudas pueden pasar a otro deudor por medio del contrato anélogo. En cambio, la relacién obligatoria en su conjunto subsiste radicada en las personas que la constituye~ ron **. El cédigo no ha previsto, en principio, la transferencia de relaciones juridicas; no se la debe considerar imposible por eso, pero sf segrin normas diferentes de las que rigen para la transferencia de los derechos, y, en ninguna hipétesis, sin el consentimiento de laotta parte *”, S6lo en casos determinados a ley misma ha ordenado sobre la transferencia de relaciones juridicas, sobre todo en la suce~ sién hereditaria, y también en la adquisicién del predio locado. El art. 571 habla, es cierto, del ingreso “en les derechos y obligaciones que derivan de la relacién.de locacién”, pero, segiin creo, no debe desprenderse de estas palabras que Gnicamente se transfieran dere~ chos y obligaciones en tanto que el enajenante restarfa titular de hh relacién juridica™. Por el contrario, y bajo todo aspecto, debe * Lo incompleto de a terminologla del eédigo se demuestra en la redacién pesada le) art. 1615: “lh pretension alimentaria se extingue con Ia muerte del derecho habiente 6 del oblizado, en cuanto su objewo no sea el cumpliment, ola repracin por incum= Dimiento respecto al pasado, o prestciones a efectarse por antcipado y vencida en el tnomento de la muerte del derecho Fabiente 0 del obliada". Habra sido mis senilo y ngs cont der gue mera de pats, no fen sung maces presence Quien no observe la diferencia que existe entre réaciin juridcay efit, no puede shonzar tn concepeo conveniente de la contraposicién exte cara coments y remision His WovescrE, § 387, noe 5; ENbenA, T,§ 149, nota 1; Crome, I, § 18, noe 6 § 195, ‘os 17. La remibén implica csc de un crédito; e oars env Is de na elacin inilie; J. Desens, Auhebng der Sduliole, Dis. Ex, 1902; Ourrwans, an. pre 3b, 12. Ls diferencia entre fanaa y asuncidn acumulativa de deuda, debers buscarse tambien que et fiador asume la deuda Onieamente, mientras que en el oto cao, la trasferenea ‘e-stinde aa vlan integra Si un acreedorsolidario code su crédito, la abliacién de regreso, en el caso de ‘4 el eesionari cobre el erito, psa en el eedente porge contin en a reac juridca "iyarin con se conersodores; anc y earns en el art 430 Wt tdnoven “Rede, 12,470, tn exe semto Tlbuane, Vor, ouf La an Dr. $28 y signs cf. sin embargo ZiePrz, wa (1) 033) Los perectios sunjerwos considerarse al adquirente como sujeto del contrato de locacién™®. En consecuencia, la denuncia indudablemente debe dirigirse a él y no al enajenante, lo que no es para él ni un derecho ni un deber. IV. CORRELACION DE LOS DERECHOS NACIDOS DE UNA RELACION JURIDICA ‘Cuando nacen varios derechos de una sola relacién juridica, exis- te cierta conexién entre ellos, que puede manifestarse en efectos Juridicos diversos “!. A este propésito, cabe mencionar el derecho de retenci6n fundado en pretensiones que se originan en una tinica relaci6n jurfdica; ademis, los efectos reflejos entre los créditos en la relacién de solidaridad *. Finalmente, en algunos casos los derechos de varios sujetos, participantes de una misma relacién juri dica, pueden ejercerse s6lo conjuntamente; asf ocurre para ciertas, facultades de los cotitulares de una accién de sociedad (art. 225, céd. com.); asimismo para el derecho de resolucién, de opcién real, de retroventa, cuando diversas personas participan en un mismo contrato (arts. 356, 502 y 513) Puanc, § 571, 2; Onsrvann, § 571, 3b; Stavpnnces, 6571, 2 Ast tami el mismo FIL, et, p43 4B el derecho romano «ta my srecha a cones entre ls pretensiones eativas 4 relaciones jriicas que daban oigen a una ati fs salvo que se fomasen medidas espe- ‘isles, podan y debian hacerse waler conjuntmente en Ia misma ads, Nivea ley no eanace ‘una conexién de esta clase, ni ain en ls pretensiones accesorie, ff infra, § 13; puede, sin embargo, alcanzarse por mecio dela eenta coment: ef supra, nota 2, * Eeecivamente,siguendo leyes més antiguas (Mot. I, p. 4) el edigo no habla de relacién de derecho sino de unt “elacién juris", pero creo que se rats de una variacion casual en el uso idiomatic; diversas la’ opiniGn dominant; cfr. Onarvut, §273, 2b Por lo que veo, en todes Ios ejemplos de derecho de retencin que se acontumbra adi, twitase Siempre de tclaconesjusidess en el senda que hemos acepado, sobre todo cuando |b conexion se entiende en wna forma tan poco estecha como la Sup. Cor. en 68, 32 El at. 273, Feontiene una aclaracién debida, segin cteo, a prdenciaexcesiva de los redactores, 3 fala de esta disposiién zhabrs pedo efectvamente suri la duda de que las petensones ‘de entcga dl erndiante y de recuperacion del pase, nen Ue le inna lai, Juridica fundads en la posesibn de cosa sens? Cte supe, 3.88 “* Ci, supra, §3, nota 44. En otros casos, las derechos de diversas personas, fondados en fa misma relacin juridica, son completamente indepeadientes en evanto 2x geciciy 2s), por clemplo, los créditos por el precio de dvenos vendedores de uns cosa; aun eh toa, Sin embargo, exist Ufa conexign en vired de excep del art. 320 ge puede tyercereeen contra de cada uno, §6. DERECHOS DE SENORIO* Existe un derecho subjetivo cuando es decisiva la voluntad de un individuo para producir cierto efecto juridico. Los efectos mas importantes se manifiestan como seftorfo sobre un objeto; en con- secuencia, los derechos de sefiorio ocupan un lugar preferente en lh consideracién juridica. El objeto puede ser una persona o una cosa, Ademés, en el derecho modero, deben mencionarse ciertos productos inmateriales de la actividad espiritual, cuya explotacién puede reservarse en forma exclusiva al ator 0 a otros, y que, por tanto, se pueden concebir como objetos de sefiorio, bajo la desig- nacién de “cosas incorporales” o “bienes inmateriales”, Finalmente, nos encontramos con Ia discutida cuestidn de si deben considerarse como objeto de un derecho subjetivo los intereses del individuo respecto a su propia persona que el derecho protege. I. DERECHOS REALES Los derechos, cuyo objeto es una cosa corpérea, son los relativos a cosas 0 derechos reales; ef cédigo designa a éstos técnicamente con la expresién de “derecho sobre una cosa”. Otorgan el sefiorio en forma plena o limitada En la definicién legal de la propiedad (art. 903) aparecen con particular evidencia dos aspectos del sefio-io sobre la cosa: el aspecto interior, es decir, la relacién del sujeto con la cosa: el propietario puede obrar sobre la cosa a su antojo; los demas titu- lares de derechos reales, en el limite de su derecho; el aspecto exterior, es decir, la relacién del sujeto del derecho frente a otras personas: el propietario puede excluir a los demis * Winincinan, § 38-40; Receusnence, § 50; Bowes, § 25; Crowe, §:30; $0; Gans, §29, TDs § 18 34) Los peneciios suMETNos de cualquier accién sobre la cosa; los otros titulares de derechos reales pueden exigir no ser molestados en el ejercicio de su sefiorio por nadie, incluso el propietario | Si se parte del supuesto de que s6lo entre personas puede existir tuna relacién juridica?, se Mega a concebirla como consistente por entero en Jo que nosotros denominamos su aspecto exterior, con Ia consecuencia de caliticar de res merae facultatis, de hecho indiferente desde el punto de vista juridico, al poder del propictario de obrar a sti antojo sobre la cosa. Tal construccién es posible —como se dej6 sentado mis arriba en el § 4, pig. 93—, pero no es necesaria, ni satisfactoria para la comprensién del asunto ; es cierto que s6lo la parte exterior del derecho real participa de la proteccién del Esta- do, quedando en manos del titular el ejercicio del sefiorfo en si. Sin embargo, no debe olvidarse que el orden jurfdico no se limita a tolerar este ejercicio, como lo que no esti prohibido, sino que loreconoce y lo provee de efectos juridicos especiales. Ast, por ejem= plo, la enajenaci6n de la prenda por el acreedor tiene el efecto de transferir la propiedad, porque tal poder integra el contenido de su derecho. Ahora bien, si se quisiera explicar este resultado por medio de la concepcisn que configura el derecho real exclusiva- mente como derecho de prohibir, slo se podria conseguirlo a través de un orden de ideas extraordinariamente laborioso *, Sea como fuere, lo cierto es que nuestra ley, como los juristas romanos, parte francamente del concepto de que el contenido y la diferencia de los diversos derechos reales estén determinados en su alcance por el sefiorio otorgado al :itular respecto a la cosa, tratando, en cambio, como elemento secundario, la defensa exterior del mismo. El derecho real mas extenso es la propiedad; consiste en el sefio- rio pleno del propietario sobre la cosa, salvo tinicamente los limites que le impongan las disposiciones generales de la ley 0 los derechos de otras personas sobre la misma cosa’, Integra el contenido de la propiedad, ademis del uso efectivo, la facultad de transferir el sefiorio, total o parcialmente, a otras personas. Los dems derechos " Bin casos excepcionales puede falar el aspecta interno; asp. ci em I situs tur ‘non lend que no permite al lar ning acto sabre la cos; su derecho consist niente {en prohibie detersinadosuson de a =, Cf supra, §5, nots 3. 9 Gir sobre este punto Toy, Rehonom, § 218, Wisescrip, §38, noe 3; Dusen, § 18, nota 4; ENDeMANN, I, § 2, nota 13; Gre, p. 259 “as, por sjempo, Tin, it, debe negar que Is fault de vender forma parte del derecho pignoratico, * "Por efecto dela deuda no se lis la propiedad sino l propictaie stu en el gjrichn el misma, $6. Denectios pesesoxio reales, en comparaci6n con el de propiedad, muestran. un contenido limitado anticipadamente, s6lo otorgan el sefiorio de la cosa en una direccién determinada, Su contenido es siempre una parte de aquel sefiorio que pertenece al propietario en virtud de la naturaleza y comprensin de su derecho, De ahf la conclusién a que los romanos Hegaron en consecuencia: tales derechos pueden existir s6lo sobre cosas ajenas, en calidad de jura in re aliena; reuniéndose con la pro- piedad, ésta los absorbe, El cédigo viola tal principio en algunos casos importantes ° Todo derecho in re aliena constituye ana limitacién de la pro- piedad; algunas facultades quedan separadas o reducidas, debiendo tolerar el propietario el ejercicio del derecho ajeno. Otros jura in re aliena, pueden ser configurados tinicamente por el contenido juri- dico que resta al propietario después de separado el primer derécho. De lo que se sigue una relacién de grado entre los diversos derechos sobre la misma cosa: prior in tempore, potior in jure. Es diverso el contenido de los derechos reales limitados El derecho de superficie y las servidumbres dan una facultad, bajo cierto aspecto de gran alcance, de usar efectivamente de la cosa, El contenido esencial de los derechos reales de garantia sobre inmuebles y muebles lo constituye fa facultad de obtener ” una suma de dinero por medio de su precio. Nuestra ley enumera, hipoteca, obligacién inmobiliaria y obligacién de rerta sobre inmuebles, pren- da sobre cosas muebles y derechos; pero éstas no son mas que mani- festaciones formales de una idea juridica *; la cosa? responde siem- pre por una suma de dinero". Cuando tal suma es debida por €l propietario de la cosa o por un tercero, el derecho de garantia es accesorio "'; pero también puede ser aut6nomo, como obligacién inmobiliaria y obligacién de senta, de manera tal que " Especaimenteen ls disposiciones sobre el registred bienes races, 2 En caso de adminisracion forzsa, de ls frutos dela cosa. Se puede hablar, siguiendo a Koren, AnhZivPs, 91, 185, de derechos “de valor oposiign a derechos de "sostanca"; con el timo taming Kavian desgna la propiedad 4,0 del todo acertadamente, los derechos de uso; Came, I, § 34%, Tl Pero Kien va Timasiado lejos y quite al concepto de derecho de vabr toda ulidad prictca ¥ resin tv euanta también subsume bajo este concepto las derechos sociales respect 2 asciciones ‘ocees andrimas,socteaases Comereales, ete En comrade esta extension de concept, ‘Ui Enmennene, Fea. Receisdencen, p39. Camo objeto de los derechos de valor, nat fulmenge no eabe considera el alo, sino Ia coss misma, Sup. Cor, 60, 254; ENOELMANS, Dewuuke, Ml, § 208, 3 Hse, ArkBurp, 25,232 enue, I, § 206, " RRespeto la pronda sobre derechos, fof, VI "Chi supra, p. 11. Gini, $13 (035) (136) «ay Los nenectios sunjeTwvos el titular puede obtener su dinero Gnicamente realizando la cosa afectada. Justamente en esto, en la posibilidad de tal aprehensién, que no depende de la voluntad del propietario, consiste el seftorio directo sobre la cosa, el caricter real de esos derechos. En dicho fin de la garantia real, esto es, el de procurar una suma de dinero al stular, hay cierta analogia con el crédito, que también tiene un fin situado en el futuro ™; pero son diversas las vias que llevan ala satisfacci6n del titular: en el erédito, pucde exigir una prestacién del deudor; la garantfa real, le offece la posibilidad de conseguir Ja suma sin participaciéa del propietario. Desde el punto de vista dogmitico, es esencialmente igual la condicién de la carga teal, que en su estructura juridica y en sus elementos esenciales coincide con la obligacién de renta. Tra- tindose de normas dispositivas (art. 1108), no es decisivo para fijar la naturaleza de Ja carga real el hecho de que junto con la res- ponsabilidad de la cos: exista una responsabilidad del propietario por los importes que Heguen a vencer mientras conserve esta calidad ¥ que tal obligacién no exista en cambio para el propictario del inmueble afectado por una garantia real ". El cédigo incluye kz opcién real en a categoria de los derechos sobre cosas (arts. 1094 y sigs.). Esta no otorga al titular ningdn dominio sobre la cosa, ni cuando surge ni cuando se la gjerce, sino que le da una pretensién a la transferencia de la cosa. Se funda, pues, en un crédito, que, sin embargo, tiene la eficacia excepcional de valer, no tinicamenie contra el deudor, sino también contra el propietario del inmucble, quienquiera que sea. Por tal disposicién, Ia adquisicién de la propiedad por el titular de la opcién es tan segura que el cédigo le reconoce un derecho real sobre la cosa Por la misma razén, y con mayor consecuencia, también se hubieran podido concebir como sefiorio sobre la cosa, esto es, como derechos reales, otros eréditos ala transferencia de un derecho real cuando su realizacién estuviese garantizada por prenotacién, Nuestra ley no lo ha hecho; s6lo el derecho de opcién real esta regido por las normas sobre derechos reales, y especialmente por el art. 892; no, en cambio, la prenotacién ®, 7 Fv, et, 169 slid defines ene loin yet derecho depron, se demuestra epciltent va poi de qu estan aco rion y pred ra Wp ln emumercin dis dren cf Pane, noe 3 antes dl § 1118, Dew une, § 247-2; Donen, 34,353) Cie supa, $4 na Ta ® Ena eg 11, nt 2% “ssconpoiiin dsb eps, porser peso, um eunndo na tng jig a cho $6. Denecnos pe sexvealo Los derechos reales constituyen un numerus clausus ' en el sen- tido de que la ley admite como derechos reales tinicamente los que clla misma instituye. No puede crearse por contrato un tipo de derecho real que la ley no conoce, ni servicumbres que no satisfagan los requisitos legales ”, ni derechos de retencién con eficacia real. Sin embargo, estimo que tampoco seri exacto considerar como derechos reales solamente los que el cédigo regula en su tercer libro, Uesignéndolos como derechos sobre las cosas. Cabe esta observa- i6n, ante todo, para los derechos de uso cel marido y de los padres sobre las cosas que corresponden a los bienes aportados al matri- monio y al patrimonio del menor, respectivamente. Estos derechos ciertamente son diversos de los demis derechos reales, en cuanto su nacimiento y naturaleza, por surgir de una relacién del derecho de familia“; pero otorgan un sefiorio tan inmediato sobre la cosa como el usufiucto, que es més semejante 1 ellos y deben, por tanto, ser ubicados en tal categorfa ”, aun cuandola ley no les aplica aquella denominacién espectfica, impidiendo de tal manera que encuentren, aplicaci6n directa las disposiciones sobre los derechos reales ™. Entre los derechos reales debe inclufrse también la posesién”, no obstante no haberlo hecho el c6digo con la expresién “derechos sobre cosas”, por las peculiaridades del hecho y de los efectos que produce. Constituye una relacién de sefiorio que todos deben respetar (art, 858), el poder efectivo sobre la cosa, sin consideracién al modo y a la causa de adquisicién, si con derecho o contra él. Un sefiorio reconocido y protegido por lt ley no es otra cosa que tun derecho subjetivo, y, como se trata del sefiorfo sobre una cosa, tun derecho real. El seftorio del poseedor no encuentra proteccién solamente mientras subsista de hecho, sino que el poseedor, como los demas tieulares de derechos reales, tiene a su disposicién ins- trumentos jurfdicos para recobrar su seftorfo cuando lo haya per- © Puawok, Mp. 7; Crow I, § 341, nota 68. " Sup. Cor. 51 86. ™ Niacen ye extinguen ip jue, junto con la reacén jurdica en que se Basan, y la porgenenca dela cos al patvimonio dla mojery dl enor. "Ls opinién dominant es divers; as p. gj, Ebesus I, § 103, 2. Pero como quiera we se imagine (fr, ina, Il) la relacién Juridica del marido frente al parimonio total lela mujer ene sobre as dsuncas cosas un derecho abslto, que, en cuanto 3 ccc tio se distingue esencialments de los derechos sobre la coms ff, P-ehx Cm. AP 10, 73 giversamente Seaverze, ering, 3,26. ten pariculr, os derechos de referencia no pueden ser registrados, Gus, HH, 6116, 2, Cxowe, H, §342, 5; Enseccenes, § 41; Hanuma, ZoPrs, Va eb mencions ta possi6n, junto con fs derechos sobre costs, por ejemplo, vy lar 26 (38) (099) Los penecHos suBjerivos dido. Es cierto que no son tan eficaces, porque frente al demandante que se basa en su posesisn perdida, el demandado puede igualmente hacer referencia a la posesién propia, actual; por consiguiente ¢s necesario que concurran otras circunstancias para que la ley pueda considerar la posesin anterior como prevaleciente sobre la actual, ya se trate de posesin imperfecta, por cuanto a las “acciones pose- sorias” se refiere (arts. 861 y 862), ya de las circunstancias del art. 1007. Adeinds, el derecho del puseedor aparece como el mas débil cuando entra en conflicto con los otros derechos reales y, sobre todo, con la propiedad; la condicién juridica del poseedor frente al propietario es provisoria, por constituir el origen de la posesién un hecho meramente material: el poseedor esté protegido contra los actos arbitrarios del propietario, mas debe ceder frente a €l cuando éste acta por vias legales (art, 985). Los derechos reales se individualizan por su contenido y objeto: pueden referirse tinicamente a una sola cosa: cuando un sujeto pose ‘varias cosas, existen otros tantos derechos. Lo dicho se aplica tam- bign a los demis derechos reales”, en particular, a la hipoteca La doctrina dominante define la hipoteca sobre varios predios como tun derecho tinico ®, de acuerdo con la expresién de la ley (arts. 1132 y 1172) y también del legistador; pero no creo que tal construccién sea obligatoria y la considero errénea; tritase de varias hipotecas ™ constitufdas para garantia de un crédito 0, en caso de obligacién inmobiliaria sobre varios predios, para procurar una sua de dinero al titular de tal derecho. El fin comin, y la circunstancia de que se redacta una cédula nica para todas las hipotecas, da la impresién de que también sea tinico el derecho. Sin embargo, en realidad se trata de diversos derechos relacionados entre sf, en forma andloga a la que se verifica en otras situaciones en que existe una pluralidad de derechos *; de las hipotecas establecidas para garantia de un tinico crédito, se puede disponer s6lo conjuntamente; en par- ticular, la enajenacién puede efectuarse s6lo mediante inscripcién de todos los predios 0 tradicién conjunta de la cédula hipotecaria. La titularidad de un derecho real de determinado contenido no puede fundarse mas que en una sola causa juridica®; no se puede Si varios predios ertin gravados con tna seridumbre en fivor de oto pred, exist tanta servidambes camo predinesrvientes cf. supra, §3, nota 2, 2 Ci. rane, § 1182, 4 % neste sentido Linc, AchZiePr, 88, 322 y Buna en Rec, 1905, 265, En el caso de pignoracén de varie cosas en fivor de wn crédito, se considera, por lo gener, ‘evident que surge un derecho ce pen disunto por eda cos © i supra, §5,1V % Heusme, ZipProe, §37,1; Kir en Winosevity, § 12,9. 61 $6 Denectosnesexorio ser propietario de una cosa por varias causas: amplius quam semel res mea esse non potest (1, 14, §2 D. 44, 2), Si existen varias causas en las que un Sujeto puede fundar su propiedad —por ejemplo, tradicién y usucapién— s6lo una tiene eficacia: o el adquirente adquirié la propiedad inmediatamente, por efecto de la tradicién, ¥ entonces no se produjo la usucapién; o la tradicién no tuvo tal efecto, y entonces adquirié la propiedad por usucapién. Por con- siguicnte, es nula la compra de la cosa propia, pues seria imposible la prestacién*". Una excepci6n a tal principio tiene lugar en el caso en que, de acuerdo con el art. 1239, el propietario adquiera la pro- piedad de la prenda *; la posibilidad jurid:ca de este procedimiento se basa en que la propiedad precedente queda extinguida por efecto de la segunda causa de adquisicién, es decir, la compra de la prenda. En efecto, el derecho prendario lleva aparejada la facultad de destruir el derecho del propietario mediante la veata, creando en tal forma tun nuevo propietario que toma su lugar. Ahora bien: cuando el acreedor prendario adjudica la cosa al propietario, éste pierde su derecho anterior, y adquiere como cualquier tercero una propiedad nueva ®. ‘As{ como Gnicamente puede existir una propiedad a favor de tun sujeto sobre una cosa, de la misma manera, una cosa puede responder como garantfa para un crédito una vez tnicamente *; si A tiene la facultad de buscar la satisfaccién de su crédito por medio de a realizacién de una cosa, no puede adquirir otra facultad andloga porque ésta coincidirfa completamente con la que ya existe. Por consiguiente, no puede inscribirse una segunda hipoteca, en particular una hipoteca de garantia, sobre el mismo predio y por ‘el mismo crédito". Una cosa mueble que alguien ya tenga en pren- da, no puede serle atribuida en prenda una segunda vez para el mismo crédito, En cambio, la prenda puede ser objeto de embargo en razén del mismo crédito”. Pero no creo que en esta hipétesis, > Puan, $433, 3; Oukrnawnn, an. pr Sal ar. 275, 2 Djaposiciones andlogas se encuentran en el c6d. pr, arc 816, IV; en Isley sobre administacin foros, art en el ed. cont, ar 383 2 Puawck, § 1239, 2; ENDIMANN, T,§ 159, 19; Caowe, § 501, 4, De acuerdo con el ae 1242, propiedad nueva ests ibre de todo derecho pignoraticio. Si quien dié la cosa tn prenda no sr propstaro, puede adquir Ia propiedad por boa ds comprando la prenda, <8 acuerdo con e re 952 fina, § 19, noe 21 "S'Si la cos se da en prenda a screedores mancomunados,surgen otros tantos derechos se pronda: ft. supra, p. 9. SB ptawce § 1132, 1s; Gaum-Sreny, §867, noe 33, Fscurs Sciren, Zong an 867-866, cd. prs Cim. Ap, 6, 478; de oua opinién Duss, TI, § 24, ne Ap, §, 332, © Pane, § 1233, 2, 140) amy Los benscios suxjeTwos deba admitirse un seguado derecho pignoraticio, fandado en el embargo, que se agregue a la prenda contractual, sino que el derecho del acreedor se refuuerza por efecto del embargo, en el sentido de ‘que puede disponer también de los instrumentos y procedimientos del cédigo procesal para realizar su derecho *. TL créprros Los derechos de crédito constituyen el otro grupo més impor- tante de derechos. Se fundan en una disposicién del orden juridico en virtud de la cual el deudor queda obligado a efectuar una pres~ tacién en favor del acreedor. El poder del acreedor consiste, en primer término, en poder exigir al deudor una actividad o una abs- tencién (art. 241), es decir, que le compete tuna pretensi6n (art. 194) que en principio puede hacer valer mediante accién. La persona del deudor puede considerarse abjeto del crédito, bajo el aspecto de la pretensién. Detris del deudor esté la responsabilidad general de su patrimonio™ y, eventualmente, una responsabilidad especial de cosas determinadas, sin consideraci6n a si pertenecen al deudor (derecho de garantfa) *. Como la palabra crédito designa al mismo tiempo el deber y la responsabilidad, puede decirse con BEKKER que el crédito tiene dos objetos: Ia persona del deudor y su patri- monio. Normalmente subsisten juntos los dos elementos princi- pales del crédito, el deter del deudor y la responsabilidad de todo ‘su patrimonio. Sin embargo, existen excepciones: la responsabilidad puede restringirse a partes determinadas del patrimonio”; 0 puede ‘ocurrir que el deudor no tenga deber alguno, como en el caso en TU procedimiento andlogo se presenta en materia de posesién. De acverdo con el art. 857, el herederotene la pots defo bienes de a herenca por efeeto dela devolucisn, itn antes de adguir el poder efecvo sobre ellos. De manera que coando la adquiera no Se consiaye oma posesion muera sino que se ffueraa la anterior, en el sentido de qv, ‘Jeade exe momento, los ocopanes de buen fede cosas pertenecentes ala herencia tesponden por defenssarbitraria de sus derechos art. 2025). "Fp el derecho romano ms antigo, no slo el deber, sino también la responsabilidad esa sob la persona del deucor, fa retesicn se digs conta la volunad, la prehension or pate ce acteedor lama nt conten el erp debi Pa En algunon cass la responstidad se extiende an a cosas que ya se han separado de patrimonie del deadorimpognacin. 525, apen: Il Si el deudor est en guebra, el patrimonio que xia en el momento de dectrarla se reserva pars el pago de lon acreedores precedents; ci. supra, § 4, nota 76. To que naturalmente no le mpideasunir deudss nuevas, por las que respande se patrimonio, fib el derecho prevaleciente de los aereedores del eoncurso, Con est, queda vencido Argurpento de Ki (en Winscan, § 38, nota 2 in Fine; contra Boxe ie supra, p 1 §6 Denecos ne senorlo que es incapaz, 0 le es sustraida la administracién del patrimonio (estin entonces obligadas otras personas, en lugar suyo, a procurar la prestacién mediante el mismo patrimonio afectado) *. A veces falta completamente la persona obligada (deudas de la herencia antes de la aceptacién y hasta tanto no es institufdo un administrador); en estos casos existe, momentineamente, tan s6lo uno de los ele- mentos del crédito, que quedars integrado en su contenido cuando se perfeccione ¢] otro elemento, es decir la pretensién frente a un deudor ”. La responsabilidad puede hacerse valer tan pronto como el acree~ dor no recibe la prestacién que le corresponde. Es indiferente la culpa del deudor o de su representante; la ejecucién forzosa, como también la realizacién de la prenda (art. 1228), son admisibles aun cuando el deudor no esté en mora. Sin embargo, para la ejecucién forzosa y para la realizacién de los derechos de garantia sobre inmue- bbles es necesario en principio una sentencia que comprucbe la exis- tencia del deber del deudor, y, con e30, de la responsabilidad de su patrimonio, y de los presupuestos de la responsabilidad del predio; para la realizacién de la prenda la sentencia no es necesaria (art. 1228). Para la satisfacci6n de su crédito, ademés de las dos facultades principales, la pretensi6n y la aprchensidn de] objeto afectado a res ponsabilidad, el acreedor puede disponer de otros medios: puede compensar, esto es, emplear su crédito para extinguir un crédito semejante que corresponde a su deudor frente a él; puede también, basindose en su crédito, diferir una prestacién a st cargo (excep- cién)*™; finalmente, el poder del acreedor se demuestra también en el hecho de que puede transferir su crédito y, por ende, obligar al deudor a pagar a otro, y que puede atin liberarlo mediante remi- sion", Normalmente estas facultades accesorias del acreedor van acompaftadas de la pretensin correspondiente, pero a veces pueden presentarse sin que competa al acreedor la pretensién; p. ej el poseedor de cosa ajena no puede exigir el reembolso de inversiones a las que no haya sido autorizado (art. 1001), pero puede hacer © Cie apr, § 4, VIL > En el derecho de prenda se presenta neato aso anlogo de subsstencia inde codiente de la responsbihdad, cuando la pretension qed parazada por ls prescripcin (or 222, China, §17,V 1 al conjunto de fcultdes que se ceinen,y 5 piensan juntas, bo e! nombre de crédito, perteneean tambien los derechos “de configuacion" p. gene crédito alterativ, tl derecho de clecion evando pertencaea al acreedor, adem, e derecho de etblecer pina, de eetemina el vencimiento por nunca, de dcermina los limites de I presacién (or. a2) (1) Los pensctios suijeTIvos valer su derecho al reembolso por via de excepcién (art. 1000) 0 ‘mediante aprehensién de la cosa afectada a la responsabilidad ®. En principio, la prestacin debe ser hecha al acreedor; éste n0 solamente es el titular del crédito, sino también quien recibe la prestacién, es decir, Ia persona a la cual el deudor puede y debe pagar con efecto liberato:io. Pero los dos elementos del crédito puc~ den también estar divididos entre diversas personas: el crédito puede tener por objeto una prestacion a favor de tercero, sin que éste sea autorizado exigirla (art. 328). La facultad de exigir y coercer Ia prestacién constituye el cardcter distintivo de la calidad de acree~ dor; el titular de esas facultades es acrcedor aun cuando la prestacion sea atribuida a un tercero". Asimismo, el deber y la facultad de satisfacer el crédito mediante prestacién, estén normalmente reu- nidos en la persona del deudor. Pero esta facultad puede pertenecer también a otras personas, ademas del deudor: Ia tiene todo tercero fen cuanto se trate de prestaciones no personales y el deudor no haga oposicién (art. 267): ciertos terceros, no obstante la oposicién (pe: art. 268). Pero lo que es decisivo para reconocer la persona del deudor, no es la facultad de cumplimiento, sino la calidad de obligado. En comparacién con los derechos reales —que por su. misma naturaleza son duraderos y, a veces, como en el caso de la propiedad, producen una relacién de seitorio ilimitada en el tiempo— las obli- gaciones aparecen como relaciones ordenadas para un fin determi- nado, y normalmente se resuelven por efecto del cumplimiento; por eso la ley se preocupa de que el deudor pueda cumplir aun ‘contra la voluntad del acreedor (P. ¢}., por consignacién). Y el orden. juridico desconfia de relaciones obligatorias sin limite de tiempo {la locacién de cosas no puede exceder el plazo de treinta afios, art. 567; la de servicios, el de cinco, art. 624) ®. Los derechos reales representan la delimitacion de las esferas de seftorio en estado de reposo **; las obligaciones facitan la trans~ © Gi Tia, §17, nota 44; asimismo, la pretensisn puede perder eficacia por pre pci mienuas que subsisten, I excepeibn derivada del crédito (arculos 22 y 853) y ta compensaciéa (ar 350), gece a posit dean ais. 395 y 2194, come armbién del ejecutortestamentarin sy 2223), se pce habla de crédito, qu, sin embargo, son de natsraleza anormal ar un ier propo dl iar (f- supra,§ 1. 12 Bajo ec aspect ls oblgaiones in won fiend enen una stacign especial; TOU, Reckanorm, 197 Te) mutuo se considera sin efecto la exis del derecho de denuncia por el deudor (por contaio + hs buenas costumbres); PLAC, § 609, 5; STAUDANGEL, § 08, 7: i, § 249, nota 13 sans Pring, 45, 349 y is 56. Deneciios pe senowo ferencia y Ia distribucién de los bienes; sus fines principales son, por una parte, el intercambio contractual de bienes, y por otra, la ‘compensacién de las alteraciones patrimoniales que el orden juridico no considera definitivas: reparacién del dafio, reembolso de gastos, devolucién en aso de enriquecimiento indebido. El objeto de la prestacién del deudor puede ser una cosa de la cual al acreedor deba procurar la propiedad u otro derecho, Con esto, sin embargo, el acreedor no tiene todavia, como en el caso de los derechos reales, un sefiorfo personal sobre la cosa, sino que bajo el aspecto juridico su relacién con Ja cosa es mediata, por inter- medio del deudor **; tiene que pedir la cosa al deudor ** y, por Jo general, sinicamente a él, salvo el caso de que el deber se transfiera con la cosa, por ser de pertenencia mediata. La cosa debida integra cl patrimonio del deudor “ y sigue su destino; puede ser apre- hendida por los acreedores del deudor; cie en su. masa concursal. Si el deudor promete a un segundo acreedor la cosa que ya habia prometido otro, no hay ninguna relacién de prelacién entre los dos créditos, a diferencia de lo que ocurre en los derechos reales (supra, pig, 135). ‘Como el crédito constituye el instramento jurfdico que la ley otorga al acreedor a fin de que pueda obtener la prestacién, cuando concurren varios créditos con tn tinico objeto, éstos se hallan rela- cionados entre sf, por su misma esencia, 'o que sucede sobre todo por el hecho de que con el cumplimiento de un crédito también se extinguen los demis. Esta relaci6n juridica puede presentarse en el crédito contra varios deudores (obligacién mancomunada); mas puede ocurrir también que el mismo deudor quede obligado a la misma prestacin en virtud de créditos distintos: se trata entonces de créditos concurrentes (cfr. infra, § 16). La situacién no camia, en principio, por el hecho de que el aereedor que tene «1 derecho de uso de una cosa, recba la posesén de [a misma. St uso no se basa en un derecho propio sobre [a com, sino en cl permito del dewdor. Sin embargo, la possin le independies de a continuidad de la voluntad d2 cumplimiento del deudor y tne proteccin, bajo ciertos supuestoe (ars, 986 571), en el caso de que se verfique ima socesién singular nel derecho del deodor Che sopra, §11 1,6 “8° Por evo, el aereedor no puede tomar abiraiamente Ia cosa qu se le debe, y, si To hace, se lo puede frzar a devolverla provisriamente (at 861) “Tan s6lo en una hipéeesis (art. 2169, IL) se censera como no pertenesente al patrimonio de! propetrio I cosa a cuya enajenacién se ablgd. Alem, se puede ver una Soncién juries pardeularenere el acreedor y In cosa que le es dbida, en cl hecho de ‘qo ol comprador gus destrye Is cos, debo pagar ef precio (art 324) pero no reponer, fen cali, de dio, el valor def es, quid mayor, cl dendor y propietaro. 9) 08) Los peneciios SUIETIVOS TIL, DERECHOS DE FAMILIA Un grupo esencialmente diverso por su configuracién, lo cons tituye el de los derechos de familia, los que tienen por objeto una persona: derechos reciprocos de los cényuges, patria potestad, tutela. Se distinguen de las obligaciones, ante todo por el fin; tratese de relaciones permanentes basadas en deberes morales “. Por eso son sustraidos, en forma més acentuada que otros derechos, al arbitrio del sujeto en su existencia y en su ejercicio; por lo general, no pueden sufrir modificaciones por convenio entre las partes, ni ser extinguidos por renuncia; la linea de demarcacién del abuso esti trazada para estos derechos con mis rigor que para lo comin, porque de acuerdo con su esencia no deben servir al interés de su titular sino al de ambos o del sujeto pasivo tinicamente (pupilo). En ciertos casos estin sujetos a vigilancia e intervencién de Srganos del Estado. En cuanto a st estructura jurfdica se refiere, en el derecho roma- no y en el germénico es evidentisima la analogfa con los derechos sobre las cosas: manus, patria potestas, jus ac potestas del tutor son dere~ hos semejantes al de propiedad, en especial si se tiene presente, como tipo de propiedad, la esclavitud. La patria potestad y el derecho del tutor guardan hoy también este carcter; no obstante su miti- gacién y la acentuaciéa del fin protector, el menor no tiene deberes frente a los padres 0 al tutor, sino que queda sujeto al poder de aquéllos *. La obtencién de la obediencia queda, como en la pro- piedad, al arbitrio del sujeto dominante. El Estado se limita a pro- teger, por medios juridicos, tinicamente el aspecto exterior, es decir, Ia intromisién de terceros 8, En cambio, los derechos reciprocos de los cényuges se parecen mis bien a los derechos de crédito; no puede hablarse de potestad entre cényuges; estin obligados reci- procamente a la convivencia, es decir, a una conducta determinada (art. 1353) ®, Tal conducta, asf como la del deudor (art. 241), con- siste en un hacer y omitir. Sin embargo, ni el cédigo ni la juris- prudencia precedente adscriben los deberes de los cOnyuges a las obligaciones “, 2En donde esté la diferencia? No en la falta de valor patrimonial, si tal requisito no se exige para las obligaciones, lo que me parece acertado ”; no en él contenido indetctminado de los nace, § 39, ‘+ pailogs ex la posicién del aprendiz (ly de industria y comerco, articvlo 1273) © Aes 1651-1632, 1800, PLANCK, § 1632, 9 Che infra, § 1, na 1 % Dawe t, § 1,10 © Powe Tp. §6. Denecnos e sexoeio deberes familiares, pues una locacién de servicios puede obligar a prestaciones igualmente indeterminadas "*; tampoco en la impo- sibilidad de ejecucién forzosa, porque la misma situacién se verifica en el contrat de locacién de servicios (art, 888, IL, c6d. pr.). La raz6n, en cambio, es que en las obligaciones responde el patrimonio del deudor, mientras que en los derechos de familia existen tan s6lo el deber de la persona obligada. Esto se pone de manifiesto con claridad ejemplar en los deberes de la mujer, segiin lo dispuesto por el art. 1356; de su incumplimiento puede derivar al marido tun dafto econémico; sin embargo, creo que pueda demandar tni- camente el restablecimiento dela vida conyugal, yno la reparacién De una relacién juridica familiar, y fumdéndose en ella, pueden surgir derechos y deberes pertenecientes, por su naturaleza, ya sea a los derechos reales ya a las obligaciones. Son derechos reales los de uso aludidos més arriba (pag. 137); pertenece a las obligaciones el deber alimentario y el de ajuar ®. TV. DERECHOS SOBRE BIENES INMATERIALES Semejantes a los derechos reales son los que tienen por objeto cosas incorporales © bienes inmateriales, y estén regidos por una legislacién especial ®: nacen por el hecho de que ciertos productos de la invencién humana se conceden en explotaci6n exclusiva al autor; él solo puede publicar y difundir su obra literaria, usar su invencién o concederla a otros. De tal manera, ejerce un senorio, tuna facultad de querer, en forma idéntica a la de quien dispone de una cosa a su antojo. La obra del espiritu se manifiesta, pues, como objeto de un derecho, en el cual se puede distinguir un aspecto interno y un aspecto exterior, como en Is derechos sobre cosas. » Por consiguiente, fué un sentimiento exacto de la analogia, el que impulsé a la jurisprudencia anterior a designar estos derechos como Chr Deroaune Uh, § 306; Oxermann, § 611, Te “ Histume, ZixPrz, §32, nota 20. En cambio, el nardo puede exigir reparaién de slaon sn terecro que mediante act ile privat deo servi Ue Lets (at 885) fein, § 11, nota 20, © Pua, an pre. Sal § 1353, * Guana, § 85; Boor, § 20, ap, y en Jhering), 30, 277; Crome, IV, § 517 y sigs Layes macionales de 19 de junio de 1901, derechos de autor sobre obras lteraras ry amos 9 de enero de 1907, de derechos de autor sobre obras del arte plisco y de Ici yd pts dt 7 ab 19 ey dl 1 de jn 181 sore els lode 46) aa) Las pensctios sumjerivos “propiedad espiritual”, recibiéndolos, en tal calidad, en el sistema de los derechos reconocidos ®. Sin embargo, existen diferencias notables entre los diversos tipos de derecho de autor y la propiedad, las que se originan en la distinta naturaleza del objeto. Los derechos de autor se extinguen después de un tiempo determinado, porque los intereses generales ée la cultura no toleran la monopolizacién permanente de bienes espirituales; en cambio, los bienes materiales, de acuerdo con el punto de vista tradicional en que se funda nuestro fordenamiento econémico, se atribuyen al sefiorio individual sin limites de tiempo. No es solamente material el interés del autor respecto a su obra spiritual, sino también, y a veces de manera sobresaliente, de natu- raleza inmaterial; las leyes toman en consideraci6n ese aspecto y configuran los derechos de referencia de tal manera, que no pueden ser designados, sin mis, como derechos patrimoniales (cfr. infra, § 18, I. Pero, lo que interesa para la estructura juridica de un dere~ cho, no es qué interés del titular puede satisfacer, ni si puede con- siderarse como patrimonial, sino en qué consiste el poder juridico que le es atribuido al sujeto. También el propictario de una obra de arte puede haberla adquirido y poseerla por razones puramente ideales; también respecto a la propiedad sobre cosas puede parecer dudoso, bajo ciertas circunstancias, si ella deba adscribirse a los dere- cchos patrimoniales, pero no por €50 queda afectada la estructura de la propiedad. Analogamente el autor tiene el derecho a la explo- tacién exclusiva de su obra, y no importa que quiera sacar provecho patrimonial, o que lo ejerza para realizar un interés afectivo, 0 per- siguiendo otros fines ideales. ‘También en los casos que acabamos de mencionar, el derecho, originado en Ia actividad creadora de la persona, tiene un objeto {que esta fuera de ella, laobra espiritual; que no existe materialmente, pero no por eso con menor realidad * Ya que el autor puede deter- ‘minar el destino exterior de su obra, por medio de las facultades que le son atribuidas, el objeto de st seforio no es una parte de su persona, sino algo que se ha separado y podria muy bien ser nitilizado por terceros, si la ley no interviniera. Por estas razones, fa denominacién de “derechos de la personalidad” * no me parece adecuada para designar los derechos sobre cosas incorporales; su efecto es el de borrar la contraposicién entre estos derechos y los TW Wobre el concepto de propiedad intelectual, Denny V,§ 12 Bown, Arh f Rehivund Wiscafphils, ao 1, evademo 2, ' Gas, ct; en comes, Dean, VI, § 13,1 §6 Deneciiospesenovo que se examinan en el ntim. V, en los que, efectivamente, no se encuentra un objeto separado de la persona del titular. Tampoco vveo la necesidad de aceptar un “derecho individual” junto con los derechos sobre cosas incorporales *. De la misma naturaleza de los derechos de autor ¢ inventor son aquellos cuyo objeto es el uso exclusivo del nombre y de la marca, Quien tiene el derecho de usar un nombre o una marca y de impedir a otros cl uso, gjerce un seforio sobre algo de natu- aleza intelectual, que, si bien no constiuye un producto de su trabajo, merece no obstante tutela, por otras razones. En la base de otros derechos también se encuentran intereses ideales junto con los materiales; pero, en una clasificacién realizada de acuerdo con el contenido de los derechos, pertenecen a la categoria de los dere- chos sobre cosas incorporales, junto con los de autor y de patente, vale decir que tienen un objeto que, si bien intimamente ligado con persona, debe considerarse, empero, como existente fuera le ella. Debemos agregar, como creacién mas reciente de la legislacién, el derecho a la propia imagen, regido por la ley sobre obras del arte plistico (art. 22/4). Dentro de ciertos Ifmites se otorga al indi- viduo la facultad exclusiva de disponer de la difusién y exposicién, piiblica de su imagen *. El objeto de este derecho no es el cuerpo; Ja imagen no constituye un ataqne al mismo, sino la figura, exte~ riorizada en los rasgos fisicos y que es susceptible de ser representada mediante los recursos del arte. V. DERECHOS DE PERSONALIDAD, — DERECHO SOBRE EL EJERCICIO| DE UNA EMPRESA Los bienes ¢ intereses que el orden juridico protege, no son ‘inicamente cosas, personas y productos de la invenci6n sobre los gue el individuo ejerce su sefiorfo, Cuenta también, y en primer término, la persona misma del sujeto a cuyo uso intelectual y cor- poral estin destinados todos los derechos que acabamos de examninar. 7 Kom, Aurel, p. 123 y signs en el mismo semtido Recersencen, §50, VI y oauncy Vi § 13, IL Contra ext descomposicion del derecho de autor en dos partes de dip distinc, Gur, ct. "S Nombre cil are. 12, e6d. civ; ara, ar. 37, ed. com, marca, ley del Reich det 12 mayo de 1894; ct. ambien Is Tey de detechos de autor sobre obras dl arte plisico, we bya 1 8 Draenuns, V, § 42 y @. (a) (9) [Los pensciios sumETOS El cuerpo y Ia vida, Ia libertad, el honor, etc., son objetos cuya proteccién constituye el problema fundamental de todo orden juri- dico. Tal proteccién se realiza, en forma preventiva, mediante nor- mas de la administracién piiblica; en forma represiva, mediante penas y efectos jurfdicos de derecho privado que derivan de la lesion de dichos bienes, especialmente mediante derecho a la reparacién del dafio por delito. Nace asf la cuestiGn de si debemos reducimnos a comprobar que determinadas lesiones a las personas traen aparejados determinados efectos, 0 si estos bienes juridicos deben considerarse como derechos subjetivos, y ser coordinados con los demés derechos, de propiedad, crédito, etc. El segunda punto de vista ha encontrado recientemente ‘muchos adeptos. Se habla de “derechos sobre la propia persona” *, de “derechos de la personalidad” *”, de “derechos individuales” *, definiéndoselos, a veces como “seftorio sobre una parte de la esfera personal propia”, a veces como “derecho a la defensa de la situacién. social del individuo” *, Como elementos de este derecho se indican el nombre y la marca, que ya hemos examinado; el derecho, reco nocido en cierto grado, 3 la imagen propia; el derecho del remitente no protegido por la ley de autor, a disponer sobre la publicidad de sus cartas “; en gereral, la facultad de prohibir todo acto de intromisién en la esfera de la personalidad. Hay autores que inclu- yen en la categoria de Ics derechos de la personalidad a todos aque- Ilos cuyo objeto es incorporal; otros admiten un derecho de la per- sonalidad que va unido a todo derecho privado, en forma tal que la lesién de la propiedad o de un crédito, implica al mismo tiempo tuna lesién a la persona del titular !. Este tiltimo punto de vista puede desecharse en cuanto atafie al cédigo civil; podemos dejar sin resolver aqui, si en el caso de daft a las cosas, en derecho comin procede ademas de la actio legis aquiliae, una actio iniuriarum; por el cédigo, tinicamente nace una pretensiGn a la reparacién del dafio patrimonial (art. 253). Sélo de lege ferenda se puede lamentar que el art, 847 considere tnicamente las lesiones del cuerpo 0 de la salud y los actos privativos de la libertad personal. * Crome, § 30. © Gunxe, $81 outst, Autrey, p. 12% AchZieP. $2,206. » Deaavac,§ 18, Il ef, ambien recieneemente Laima, Unteewumepic § 128 yes Sup. Cor. $1, 50; ALLER, Kor, LiL, p © Rernsieace § 50, L $6. Denecuos ne sesoxio Por las razones ya manifestadas (pig, 147) creo que no caben en esta categoria los derechos sobre cosas incorporales, ya que su objeto es distinto de la persona del sujeto ®. De cualquier manera, la cuestion de si convenga incluirlos entre los derechos de la per- sonalidad, tiene un significado meramente te6rico. Asimismo, la dis- cusiGn sobre la naturaleza de los bienes juridicos més importantes enumerados por el art. 823, | —vida, cuerpo, salud, libertad— per- enece al campo de la Lonsuuceisn teérics; pues Ta ley, para dejar sin resolver esta cuestién, ha establecido en forma expresa y positiva los efectos de la lesi6n. En cambio, es de importancia prictica para todos los demis aspectos del llamado derecho de la personalidad, decidir —respecto al cédigo— si se admite un derecho subjetivo sobre la persona pro- pia. El art. 823, I estatuye la reparacién del dafo en caso de lesién por negligencia, de la propiedad y “dems derechos”, mientras que, salvo tal excepci6n, la responsabilidad existe s6lo por dafios volun- tarios (art. 826). Por ejemplo, el honor que el art. 823, Ino menciona équeda protegido tinicamente por las disposiciones especiales de los arts, 824 y 825 y por el art. 823, Il, o entra, en calidad de derecho subjetivo, en la norma general del art. 823, 1? ©. Para tomar posicién frente a este problema, conviene dar por sentado que no todos los bienes juridicos que la ley protege, pueden considerarse como derechos subjetivos“. Por consiguiente, del hecho de que cierto acto queda prohibido, cuando produce un daito no puede deducirse, sin mis, que se trata de la lesién de un derecho subjetivo. De otra manera, habria que imaginar, por ejemplo, en ‘caso de estafa, un derecho a la verdad; en caso de falsificacion, un derecho a la autenticidad de los documentos presentados, etc. Es cierto que desde el punto de vista logic, una construccién tesrica de este tipo seria perfectamente posible, pero lo que importa es determinar el punto de vista desde el cual la ley ha considerado estas situaciones juridicas; es decir, sise ha limitado a disponer nor= "= Un cavo muy disctido, en cf que aneriormence se sens fa necesidad de admitr tn derecho personal junto con el derecho de autor (modiiacién no avtoriada de tial, Sup. Cor. 18. 17), la ey nueva, en el ar. 9, lo resuehe como de violaién del derecho dear ‘En doctrna ls opiniones estén dividida: anc, 5823, an. 2a; Deanne, I, § 383, not 9; Enews, I § 200, not 28. La Suprema Cone (51, 372; 6, 4) declara que et honor no consituyé un derecho; en cambio. por una cecsié de To misma sala (60, 7), Sevan derechos e eto, los medios de svbristencia o l porvenif, por cuya violas no procederf solamente lo oparcion del dafi, de acuerdo can eat. 824, sino también una cide einer Gh. wpma, § 1. 50) sn) Los pereclos sunjeTIvos mas de proteccién para los bienes amenazados, o si, en cambio, concibe el bien, digno de tutela, como objeto de un sefiorio absolto del sujeto, prohibiendo por este motivo Ia lesién, como prohibe todo acto lesivo en la esfera de sefiorio del individuo. Ambos cami- nos pueden evar al mismo resultado, y, en la realidad, la protecci6n a lavida, etc., de acuerdo con nuestras leyes, ¢s igualmente enérgica, bien se siga esta concepcién o la otra. ‘Ahora bien, si para alcanzar el punto de vista de nuestra ley, comparamos el derecho de la personalidad con las otras figuras juri- dicas que caben indudablemente en el concepto de derecho sub- jetivo, nos encontramos con que faltan todos los signos por los ‘cuales estamos acostumbrados a reconocer la existencia de un dere- ccho subjetivo; en efecto, en tanto que los derechos subjetivos otor- gan a su titular un sefiorio, una potestad, que de otra manera no tendria (propiedad) o monopolizan en su favor una actividad que seria de por sf Ifcita para todos (derecho de autor), nada de eso se verifica en el caso de referencia; el cuerpo y la vida se deben a Ia naturaleza, la libertad de obrar constituye también un estado natural, que la ley puede reducir, pero que no le hace falta crear; no se puede hablar de una monopolizacién de estos bienes, desde el momento que en igual medida pertenecen a todo hombre respecto ‘2 su persona. Faltan ademis las disposiciones que la ley siempre establece, sobre el nacimiento y la extincién de tal derecho, aun cuando en ciertos aspectos puedan existit dudas a ese propésito. Falta finalmente la posibilidad de transferir el derecho de la per- sonalidad y de renunciarlo en sus aspectos més importantes. Pero, sobre todo, existe la més grande incertidumbre sobre el contenido ¥y los limites del derecho de la personalidad, cuando el punto no @sti resuelto por una disposicién positiva de la ley. Por lo general, trdtase de intereses cuya necesidad de tutela no esta todavia reco- nocida, 0 no lo esté universalmente. La teorfa de los derechos de la personalidad trae su fuerza de conviccién de la aspiracién a obte- ner nuevas normas protectoras . Como en tantos otros casos, tam- ign en éste el deseo es el padre del pensamiento; quien se propone extender en lo posible la reparacién del dafio, tiende a construir Ih categoria de los derechos de Ja personalidad pata fondamentar la proteccién del art. 823, I; quien recela una extensi6n ilimitada, habla de bienes juridicos, y en tal forma, obtiene que la reparacién, Guano en a concincia juridia general ha penetrado el ya prenda (Sup. Cor.. 70, 24) Por ls mismas vazones,empero, se demuestra ambien {ue la empresa comercial no puede er abjeo de un derecho que gnc protecién de sewerdo on el ar 83,1 La Sup, Cor (70,22) deja ls coosbin sin resolver. Ap. Sbalart 82, % Biz, 4,98. > Disente Deannuns, § 18, not 6 §6. Deneciios neseronto conceder la indemnizacién, aun cuando no sacrifique derechos sub- |jetivos sino simplemente intereses individuules ”. Para el derecho civil, esté fuera de duda que la empresa debe ser protegida necesariamente contra actos de terceros; s6lo es cues~ tionable si esto procede de acuerdo con las disposiciones generales de los arts. 823, II y 8267", o segiin lo dispuesto por el art. 823, I.es decir, atin en caso de culpa Ta situacién examinada por la Corte Suprema en sit filtimo fallo (58, 29), consistia en que A, afirmando inexacta y culpablemente ser titular de un derecho de modelo industrial, habia inducido a B a dejar de producir provisoriamente ese modelo en su industria, La Corte considera que existe una responsabilidad de A, basindola en el derecho subjetivo sobre la empresa, La sentencia probable- mente hubiera sido distinta, si un considerando, expuesto en la tlti- ma parte de la decisién (p. 30), no hubiese ganado influencia, segdin creo, decisiva: “en ciertas circunstancias y bajo la figura de la pro- teccién de Jos modelos industriales, la ley pone a disposicién de los empresarios importantes derechos de exclusién... es tinicamente un término correlativo de esta situacién privilegiada el que ellos deban responder también del estado de tal derecho... y que no gocen solamente de los beneficios, sino que corran también con el riesgo que importa la afirmacién de un derecho de modelo exclusive” El tribunal vislumbra evidentemente un principio que las leyes han reconocido en algunas aplicaciones particulares (arts. 717, 945, c6d, pr. 231, céd. civ.). Si la analogia fuera admisible, es cierto que debiera concederse la reparacién del dato, pero sin dar importancia a que el objeto de la lesiGn fuese un derecho subjetivo o un interés, Sin embargo, nuestra ley no ha legado al punto de imponer la reparacion del dafto al que perjudique a otvo mediante la afirmacién infundada de un derecho propio ®; si, en el caso de referencia, A hnubiese entablado juicio sobre la base de su presunto derecho de modelo industrial, hubiera tenido tinicamente que cargar con las. costas y, por los ulteriores datos del demandado, habria debido sesponder s6lo en los limites del art. 826. ‘Me parece que este caso es justamente ejemplar para demostrar cl peligro que entrafia la admisin de los derechos de la personalidad 7 Tampoco es decisivo pa a casifieaci6n de la ermpresa entre Ios objets de los dee= ‘ns sujetvos ch hecho de que pusd constitu el objeto de compravent: aun no siendo tira com ni on derecho, poede ser bjeta de vena en cuanto quepa I apicacion analogica ‘heh ats, 483 ysis PUN, § 433, 3; Dew If § 168, "i Y dels dsposiiones especies de I ley sobre competenca desl Gin Sp, Cr, 60, 344 (1 Sal), «sy ss) Los penectios sunjenvos que la ley desconoce; paso a paso, la analogia lleva cada vez més lejos: si toda empresa organizada tuviese que ser un derecho sub- Jjetivo épor qué no también cualquier otra forma de organizaci6n humana”, por ejemplo, un hogar, que evidentemente no puede considerarse menos digno de proteccién? Y si alguien quedara per- judicado en su hogar por la amenaza de una reivindicaci6n infun- dada, también entonces ese daito tendrfa que ser reparado de acuer- do con el art, 823, I; de manera que se legaria a establecer el prin- cipio general de que todo dao causado intencionalmente © por negligencia, debe ser reparado; ese principio lo admite el Code Civil, mas el nuestro lo ha rechazado conscientemente. VI. DERECHOS SOBRE DERECHOS Ademis de los enumerados en los pirrafos I-IV, éexisten otros objetos de derechos de sefiorio? 1. A menudo se habla de “derechos sobre derechos”. La ley también empleo tal expresién hablando de gravar un derecho (art. 873); de usufructo y prenda sobre derechos (arts. 1068, 1273 y sigs). La estructura de esa figura juridica ya se discutia en el dere~ cho comiin, y continia siéndolo™. Los derechos relativos nacen por transferencia constitutiva, debiendo por lo tanto estar contenidos en el crédito las facultades que permiten establecer el usufructo sobre un crédito o darlo en prenda™, asf como las facultades del usuftuctuario o del acreedor prendario de una cosa estén contenidas en la propiedad. Por consiguiente, el elemento esencial del usufructus y del pignus nominis es un. crédito frente al deudor que se pone junto con el crédito del acreedor; la relaci6n entre los dos acteedores puede ser diversa: o pueden exigir la prestacién cada uno para los dos (ar- ticulos 1077 y 1281) c est autorizado al cobro tinicamente el usu- * 0 el eerccio de la pofesin de médico, que la Sup. Cor. (64, 135; VI Sal) no nse (cho sbjetiv else del are #23, en mi opinign, con scr Justamente, cl eso resco por la Sup. Cor. demuestra muy bien gus la proteciba abso ‘que concede el art. 823, 1, conta cualquier ato lesva, ira demasiado lejos aplienda leer ‘de una industri, mieneras que el juiio sabre una trbacién, de aeverdo on la disposi cls del art. 826, deja el lugar necesavo para consderaciones de moral y bien pail Wissen, § a; Beste, § 20, apen, I; Recessnexcon,§ 94, 1V, © none, IL, 6341, V; KnvcKanes, ArkZiaPr, 103, 302 y sigs. Divesamente EA aren TT, § 85 Datsuns § 1, §6 Dansctios ne senorio fructuario o el acreedor prendario (articules 1074 y 1282) §", extin- guigndose en esta forma el derecho del acreedor, como en el caso de solidaridad (art. 428). Que el usufructuario y el acreedor prendario tengan un crédito frente al deudor y no un derecho sobre el crédito del acreedor, aparece evidentisimo cuando se extingue el crédito del acreedor: si la extincién se produce por confusién, se admite generalmente que el usufructuario y el acreedor prendatio no pierden su dere- cho ®, como serfa si el objeto de éste fuera el crédito del acreedor. ‘Sin embargo, este resultado no se basa, como aceptan los proto- colos®, en la supuesta “naturaleza real” del usufructo de créditos, sino en que todo derecho derivado en forma constitutiva tiene su tigen en el derecho del cual deriva, pero es independiente de la subsistencia de aquél. De acuerdo con este principio, el acreedor tendria que poder modificar o extinguir su crédito, sin perjuicio para el derecho del usufructuario y del acreedor prendario; pero los arts, 1071 y 1276, con sus disposiciones positivas, hacen depender estos actos de disposicién del consentimiento del usufructuario y del acreedor prendario. La pignoracién del crédito, si deriva de embargo, atribuye dos facultades més: 1) El acreedor prendario puede hacerse transferit en pago el crédito del acreedor; desde el punto de vista sustantivo, tritase de tun derecho de configuracién (cfr. infra, §7, nota 7c). Mediante a adquisicién del crédito del acreedor, se extingue el propio crédito del acreedor prendario contra el tercero deudor, por efecto de con- solidacién, En la prenda contractual de créditos, el acteedor pren= dario puede exigir al acreedor que le ceda en pago el crédito (art. 1282, 1,3) b) De acuerdo con el art. 844 del cfd. pr., el acreedor prendario puede también realizar el crédito gravado, especialmente mediante enajenacién ™. Hay en esto una facultad de disposicién del acreedor prendario sobre el crédito del acreedor. Por consiguiente, la prenda de créditos consiste en un conjunto dle facultades ® y tiene de comiin con la prenda de cosas, s6lo el "Sia prenda del crédito se basa en un embargo, el derecho del acteedorprendario, Heme al crore deudor, nace fan slo por la wansferencia judicial (Cbd. pr ae. $35) {nin stiboye al aetesdorembargans el derecho de ada lapre oi Pane, § 1071, a5 "nwo 3.422, sobre lat. 1082 del primer proyecto. lini § 7.1. Pvarcvns, § 38, n00 6 (39) | | | Los penscios sugerwvos nombre y el fin: empleo de un objeto para la satisfaccién de un crédito. El elemento fundamental de la prenda de cosas, la facultad de disponer del derecho del propietario de la prenda, tiene una importancia s6lo secundaria en la prenda de créditos. 2. Sobre si existen y en qué sentido, derechos sobre el patri- monio, se hablaré mis adelante (cfr. infra, § 18, VI). Ya hemos cara terizado el derecho hereditario (supra, p. 128), como una relacién Juridica, de la cual nacen, para el heredero, derechos, deberes y ‘otros efectos variadisimos (p. ej, validacién). 3, Igualmente, el llamado derecho de asociado debe conside- como una relacién juridica entre el miembro y la persona jjuridica, rela ‘supra, p. 129) ®, In que tiene muchos y muy diversos efectos (cfr. Sobre la reacién referers sla patcipacién en la comunidad unitaa, wer infra, 518, vi 7. § 7. Derectos secunparios * I. DERECHOS DE POTESTAD Con la distincién de los derechos respecto al objeto, realizada en el § 6, han quedado enumerados los tipos fandamentales, pero no agotado el campo de lo que en el lenguaje comtin —y en parte también en el legislativo— se entiende bajo el término de derecho ', Si es derecho subjetivo el poder de voluntad reconocido por la ley, tal poder puede consistir también en el hecho de que alguien tenga la potestad de influir sobre un derecho de seforfo (propiedad, cré- dito, etc.), propio o ajeno, 0 sobre una relecién juridica; esto es, crearlos, extinguirlos 0 modificarlos. A menudo tales facultades pue- den considerarse como integrantes del mismo derecho, por encon- trarse siempre junto con él —asf, por ejemplo, la facultad de ena~ Jjenar, como integrante de la propiedad o cel crédito (eft. supra, § 1, IV) pero, a veces, tienen sus propios presupuestos que no se presentan por el hecho sélo de existir el derecho —v. gr., la facultad de compensar—, o existen enteramente independientes, sin apoyarse en un derecho de sefiorfo —p. ej. la facultad de impug- nacién por indignidad para suceder®, De todos modos, el poder de voluntad que compete al sujeto en virtud de esas facultades, auténomas 0 dependientes, es completamente distinto, en cuanto a'su contenido, del poder que le corresponde sobre el objeto, por efecto de los derechos ya mencionados: en éstos, el titular puede dominar sobre una cosa en forma exclusivs, exigir algo, o prohi- > Winwmnew§ 37, Reorsoencen,§ 14; THots Reine, p. 325 ysges Benson, § 66; Zeca nt, Prt, Re, p43, Grund, p. 23; Fetewe, ZivPre, § 34 y 35; KOMEN, $48 Sccwar en Feat der Jor, Ges. zu Bein, 1903, p. 205 5 sgas Soeos, Cagentnd, p 1 "EI eédigo habla'de derecho de impugnacisn en el ar. 200, de derecho de denuncts nel ae $43; ef, Winoscamo, p 1385 Secu, p. 29, hee 2341; este derecho de impugnacisn compete anbién a quien no se benefice ‘concrete, con ln excloign del indigno; no es, pars, anes al derecho hereditaro; ef. Ml lat 133 (derecho de denne del mari). cw

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