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Capítulo 2 1
Algunas bacterias, por ejemplo Azotobacter que vive libre en el suelo, y Rhizobium que
crece como simbionte en los nódulos de la raíz de leguminosas, así como
cianobacterias, pueden fijar el nitrógeno gaseoso de la atmósfera, es decir reducirlo
convirtiéndolo en nitrógeno orgánico. Por otra parte, las formas parásitas obligadas
obtienen del hospedador los complejos constituyentes de su materia viva (5).
En tanto que los sulfatos pueden ser utilizados por casi todas las bacterias y hongos,
los nitratos son a menudo menos adecuados como nutrientes. Sin embargo, la mayoría
de los microorganismos hace uso del amonio como fuente única o principal de
nitrógeno. Sin embargo, algunas bacterias requieren fuentes de azufre reducido, tal
como sulfuro o tiosulfato. Los organismos vivos necesitan también muchos otros
elementos, como fósforo, potasio, magnesio, manganeso, calcio, hierro, cobalto, cobre,
cinc y molibdeno (1)
Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2 3
2. 4. Transporte de solutos
El transporte de nutrientes a través de la membrana citoplasmática es específico
porque son captados por la célula solamente aquéllos para los cuales existe un sistema
transportador. Existen dos tipos principales de transporte. El primario comprende los
procesos que conducen a la transferencia de iones (H +, Na+, K +) produciendo
alteraciones en el potencial electroquímico. Las fuerzas que intervienen son el
transporte de electrones respiratorio o fotosintético, o las bombas iónicas dependientes
del ATP o de la descarboxilación de metabolitos. El transporte secundario está guiado
por gradientes en el potencial electroquímico (9).
La difusión pasiva o simple esté gobernada por el tamaño molecular y las
propiedades lipofílicas del material, permitiendo la entrada de agua, toxinas no-polares
y ciertos inhibidores. La difusión facilitada se lleva cabo debido a la presencia de una
4 Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2
2.5.3. pH
El pH del medio puede influir sobre la expresión de genes y regular el transporte de
protones, la degradación de los aminoácidos, la adaptación a condiciones acídicas o
básicas y aún la virulencia. Las células perciben los cambios del pH ambiente a través
de diferentes mecanismos. La protonacíón y desprotonación de los aminoácidos
inducida por el pH, puede alterar la estructura proteínica secundaria y por lo tanto la
función que señala el cambio. La célula puede responder sólo a una de las formas de las
moléculas de señal. Por ejemplo, los ácidos orgánicos atraviesan la membrana
citoplasmática solamente en la forma protonada y un aumento de la concentración
intracelular indicaría un incremento en la acidez ambiental. El gradiente de protones a
través de la membrana puede servir, por sí mismo, como un sensor para ajustar los
procesos dependientes de la energía (8).
El pH intracelular puede ser mantenido sobre un valor crítico en el cual las proteínas
internas se desnaturalizan irreversiblemente. En Salmonella typhimurium hay tres
mecanismos para mantener el pH interno compatible con la vida: la respuesta
homeostática, la respuesta de tolerancia al ácido y la síntesis de proteínas de ‘shock’
acídico (14).
A pH ambiental mayor que 6,0 las células bacterianas ajustan su pH interno a través
de la respuesta homeostática modulando la actividad de las bombas de protones,
Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2 7
antiportes y simportes, para aumentar la velocidad a la cual los protones son expelidos
del citoplasma. El mecanismo homeostático es constitutivo y funciona en presencia de
inhibidores de la síntesis proteica.
La respuesta de tolerancia al ácido es iniciada por un pH externo de 5,5 a 6,0. Este
mecanismo es sensible a los inhibidores de la síntesis proteica y puede mantener el pH
interno por sobre 5,0 teniendo el pH externo valores tan bajos como 4,0. La pérdida de
la actividad ATPasa, causada por las mutaciones que desorganizan genes o los
inhibidores metabólicos, anula la respuesta de tolerancia al ácido pero no el mecanismo
homeostático. Esta respuesta también puede conferir protección cruzada frente a otros
agentes ambientales de estrés.
La síntesis de proteínas de ‘shock’ acídico es la tercera vía por la que la célula regula
el pH interno. Esta síntesis es generada por un pH ambiental de 3,0 a 5,0 proveyendo
un conjunto de proteínas reguladoras distintas de las proteínas de la respuesta de
tolerancia al ácido.
2.5.4. Oxígeno
El metabolismo de los microorganismos está fuertemente influído por el oxígeno
molecular. Los organismos que dependen de la respiración aeróbica, para los cuales el
oxígeno es el aceptor final de electrones, se conocen como aeróbicos estrictos. Un
ejemplo de éstos es la actinobacteria Streptomyces. Por el contrario para los organismos
anaeróbicos estrictos el oxígeno es generalmente tóxico. Las células somáticas de las
bacterias del género Clostridium son muy sensibles al oxígeno mientras que los
endosporos están protegidos de su efecto letal. Un grupo intermedio de organismos,
los anaeróbicos facultativos, pueden crecer en presencia o ausencia de oxígeno
molecular, por ejemplo la levadura Saccharomyces cerevisiae que puede obtener su
energía tanto de la fermentación como de la respiración. Por otro lado están los
organismos que únicamente toleran al oxígeno, como algunas bacterias lácticas que
8 Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2
2.5.6. Temperatura
En muestras de agua recogidas en las proximidades inmediatas a las surgencias
termales se han hallado hasta 108 - 109 células bacterianas por mL. Las bacterias
adaptadas a elevadas presiones hidrostáticas (250–260 bares o sea 25-26 MPa) muestran
además una notable adaptación a las altas temperaturas, por ejemplo unas bacterias
metanogénicas tenían tiempos de duplicación entre 37 y 65 minutos a 100°C bajo tales
presiones (16).
en los recipientes de vidrio que los contienen. Cuando el oxígeno es necesario para el
metabolismo, la fuente usual de suministro es el aire filtrado (5).
La mayoría de los mohos, así como unas pocas bacterias y levaduras, cuando crecen
sin alteraciones, forman una película fuerte y contínua en la superficie del medio. En
cambio, si crecen bajo el efecto de una agitación vigorosa, originan bolitas de una pulpa
fibrosa dispersadas por todo el medio fluído (20).
Los requerimientos nutritivos de los mohos son muy parecidos a los de las levaduras,
salvo que los mohos presentan más diversidad en los tipos de substratos orgánicos que
pueden asimilar (5). En el laboratorio un medio corriente es el extracto de malta, con o
sin extracto de levadura y agar. Para el crecimiento de algunos mohos se utiliza un
medio definido constituído por sacarosa y sales minerales conocido como agar Czapek,
a veces adicionado de extracto de levadura. Cuando se desea aislar hongos osmófilos se
le agrega 20 a 50% de sacarosa (18).
Un medio con cloruro de amonio y otras sales, sin ninguna fuente de carbono, cuando
se incuba aeróbicamente tendrá disuelto CO2 atmosférico y en presencia de luz
permitirá el crecimiento de algas y cianobacterias. Pero si se incuba en la obscuridad
facilitará el desarrollo de bacterias que obtienen energía por oxidación del amonio (20).
Sea cual fuere la composición química del medio, es necesario que todos los
componentes estén perfectamente mezclados, de modo que el microorganismo tenga
acceso a todos los nutrientes. La mayoría de las bacterias y algunas levaduras crecen
comúnmente como células individuales o como agregados de varias de ellas, y
permanecen suspendidas en el medio. Cuando se trata de una población densa o las
células secretan polímeros, el medio fluído se vuelve viscoso y además, pueden formar
grandes agregados o crecer como una película mucosa sobre la superficie.
Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2 11
2. 7 Esterilización
2.7.1. Acción del calor
Con el fin de evitar el crecimiento de microorganismos extraños introducidos por la
contaminación, se esterilizan con vapor de agua a presión todos los materiales que
integran el medio de cultivo. El vapor también se suele emplear para esterilizar
recipientes y otras superficies con las que el medio está en contacto (20).
2. 8. Desinfección
Los desinfectantes son substancias químicas que matan a las células somáticas
adheridas a las superficies inanimadas, pero no necesariamente a las formas
14 Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2
2. 9. Interacciones microbianas
2.9.1. Antibiosis
Un microorganismo puede producir metabolitos que hagan el ambiente desfavorable
para el desarrollo de otros o que perturben su metabolismo hasta el punto de que
mueran o sean incapaces de reproducirse. El fenómero recibe el nombre de antibiosis o
antagonismo.
Los antibióticos constituyen un grupo heterogéneo de moléculas orgánicas
relativamente pequeñas, producidas por unos microorganismos para inhibir a otros a
una concentración muy baja. La mayoría de los microorganismos notoriamente
productores de antibióticos se alojan en el suelo (8).
Otro grupo se moléculas antagonistas son las bacteriocinas. Constituyen un grupo
relativamente heterogéneo de pequeñas proteínas sintetizadas en los ribosomas
Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2 15
daño ni provecho para la otra, por ejemplo cuando los microbios colonizan la superficie
externa de una planta obteniendo energía de la metabolización de exudados
producidos por el hospedador. Otro ejemplo es la influencia favorable de un microbio
facultativo sobre el desarrollo de uno anaerobio, el primero reduce la tensión de
oxígeno y crea un ambiente adecuado para que prospere el segundo (27).
Las comunidades microbianas están caracterizadas por siete diferentes mecanismos
biológicos:
a) provisión de nutrientes específicos por los diferentes miembros de la comunidad,
b) moderación de la inhibición del crecimiento,
c) interacciones que causan la alteración de los parámetros de crecimiento de las
poblaciones individuales, produciendo un desempeño de la comunidad más
eficiente y/o competitivo,
d) actividad metabólica combinada no expresada por las poblaciones individuales
aisladas,
e) cometabolismo,
f) reacciones de transferencia de hidrógeno,
g) interacción entre varias especies dominantes (28).
2.9.2.1. Fijación simbiótica del nitrógeno
Una particularidad de las plantas leguminosas es su capacidad para asociarse con
bacterias fijadoras de nitrógeno pertenecientes a los géneros Rhizobium, Sinorhizobium,
Bradyrhizobium y Azorhizobium. Esta simbiosis se traduce en el desarrollo del nódulo en
cuyo interior las bacterias se multiplican y transforman el nitrógeno del aire en amonio
(ver 3.10). La asimilación de ese amonio por parte
de las plantas les permite crecer en suelos pobres
en nitrógeno.
En la primera etapa, la planta secreta en su
exudado radicular unos flavonoides que atraen a
los rizobios por quimiotactismo y activan en la
bacterias la expresión de ciertos genes que
determinan la producción, en los rizobios, de
moléculas fundamentales para el reconocimiento
y la infección de la planta hospedadora
induciendo la formación de los nódulos. Las
bacterias se adhieren a los pelos absorbentes de la
raíz e inducen la curvatura del extremo de los
mismos (29).
Los rizobios infectan la planta mediante un filamento de infección que avanza hacia
la base del pelo y el interior de la raíz, simultáneamente las células de la corteza interna
de la raíz se dividen y forman el primordium nodular. La multiplicación muy intensa
de estas células provoca la aparición del nódulo, que es un verdadero órgano
especializado en el intercambio metabólico entre ambos asociados.
Las simbiosis entre rizobios y leguminosas son muy específicas, por ejemplo R.
leguminosarum induce la nodulación en el poroto pero no en la alfalfa (30). Las bacterias
no se mezclan con los orgánulos citoplasmáticos, sino que se mantienen confinadas en
los simbiosomas que son vesículas protegidas por membranas. Los simbiosomas del
lupino tienen una sola bacteria, los de la soja varias. La figura 4 muestra el corte de un
nódulo.
La membrana del simbiosoma actúa a modo de
barrera que controla el flujo de ácidos carboxílicos
(malato, succinato, fumarato). Éstos constituyen la
fuente de carbono para los bacteroides. Tales ácidos
proceden de la oxidación de azúcares sintetizados en
las hojas por la fotosíntesis. Durante el proceso de
formación de los simbiosoma s, las bacterias se van
transformando en bacteroides que expresan diversas
proteínas específicas como la enzima nitrogenasa y
algunos citocromos. Las células intersticiales sin
infectar intervienen en las últimas etapas de la síntesis
de ureidos, asparagina o glutamina, por incorporación
del nitrógeno fijado. Éstos se exportan hacia la parte
aérea a través de los vasos del xilema.
Para que los nódulos de las leguminosas fijen
nitrógeno es imprescindible que contengan
leghemoglobina cuyo grupo hemo es sintetizado por el
vegetal (32). La fijación de nitrógeno requiere gran
cantidad de energía que se produce en los bacteroides
durante la oxidación de los ácidos dicarboxílicos y la
leghemoglobina transporta el O2 a una concentración
baja pero estable que permite mantener una elevada
actividad respiratoria sin afectar la nitrogenasa, pues
esta enzima se inactiva en presencia de oxígeno (30).
La rizósfera de algunas plantas contienen acumulaciones de bacterias fijadoras, tal
como Azotobacter paspali sobre la superficie de la raíz de Paspalum notatum y
Azospirillum brasilense en la de caña de azúcar. Las bacterias se hallan en el espacio
intercelular del córtex radical, en una simbiosis donde se benefician los dos
participantes de la asociación. Por otra parte, el helecho de agua Azolla contiene a la
cianobacteria Anabaena azollae en las cavidades de las hojas. Nostoc vive
simbióticamente en el líquen Peltigera y sobre las raíces aéreas de Cycas y Gunnera (29).
Varias dicotiledóneas que no pertenecen a las leguminosas, también contiene nódulos
en las raíces capaces de fijar N2 . En la mayoría de los casos se trata de actinomicetos del
género Frankia. En la figura 5 se esquematiza la forma en que los filamentos penetran a
las células de la raíz y produce nódulos donde también se encuentra una hemoglobina
que facilita la provisión de O2 al endófito (32).
Un inoculante para enriquecer el suelo con la bacteria simbiótica deseada, contiene
altas concentraciones celulares en un substrato que favorece largos períodos de
supervivencia sin pérdidas de las características fisiológicas del microorganismo. Los
pasos a seguir comprenden:
a) selección de las cepas convenientes por su mayor eficiencia;
b) cultivo del microorganismo en un medio líquido;
c) elección, preparación y esterilización del material de soporte;
d) impregnación del soporte con el cultivo líquido que posee un alto número de células,
e) control del número de bacterias vivas en el producto terminado (34).
18 Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2
2.9.2.3. Biopelículas
Las biopelículas que se forman en el forraje ingerido
por el ganado vacuno y otros rumiantes, están
inicialmente formadas por microorganismos que
digieren la celulosa del material vegetal y producen
ácidos grasos y otros metabolitos. Luego las células de
otras especies invaden la película y comienzan a usar
Leonor Carrillo. 2003. Microbiología Agrícola. Capítulo 2 19
2.9.3. Predación
Algunos microorganismos predadores se alimentan de las bacterias, como los
protozoos, mixobacterias, acrasiomicetos y varios flagelados fotosintetizantes que no
siempre están clasificados como algas.
Siempre que existen protozoos en estado trófico hay una población bacteriana que le
sirve de presa. Debido a que una sola célula de protozoo consume entre divisiones 10 3 a
10 4 bacterias, una comunidad con 103 protozoos por mL ó g está caracterizada por una
predación activa. Un suelo suele tener 109 bacterias/cm3, pero en solución los
protozoos reducen el número de células a 106 /cm3
Sin embargo, a pesar de su abundancia y actividad, los protozoos no suelen eliminar
sus presas porque esto acarrearía la desaparición consecuente del predador. Con una
baja densidad de presas el protozoo debe utilizar gran cantidad de energía para llegar a
las pocas células que le sirven de alimento y puede morir cuando se acaben o bien
enquistarse (27).
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