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La Escuela Inglesa
La Escuela Inglesa
DE
INTRODUCCIÓN A
LA TFP
LA ESCUELA INGLESA
5 de abril
RONALD FAIRBAIRN 2
WILFRED BION 16
BIBLIOGRAFÍA 21
Tamara Messano
RONALD FAIRBAIRN
1889-1964. Edimburgo, Escocia.
En 1931 entró como miembro asociado a la IPA británica. Sus mentores fueron
Ernest Jones y Edgar Glover.
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Asimiló las instancias clásicas de Freud - yo, superyó y ello-, a un modelo basado
en la existencia de objetos internos que tienen diferentes funciones, algunas
libidinales y otras destructivas.
Como vimos anteriormente con Carmen, Melanie Klein enfatizó el papel de las
relaciones de objeto. Mantuvo los conceptos de pulsiones de vida y muerte de
Freud. Nunca cuestionó estos postulados freudianos. Adjudicó a estas mociones
innatas los impulsos agresivos del individuo y restó importancia en cierta forma
a las experiencias vivenciales reales. Para Melanie Klein la madre modula, dentro
de cierto margen, las tendencias agresivas innatas. El neonato experimenta la
realidad a través de estas tendencias, y la estructura psíquica es el resultado de
una interacción en la que el medio tiene, por lo tanto, un papel relativo.
Si bien Fairbairn tomó como punto de partida las ideas kleinianas acerca de las
relaciones objetales tempranas, no aceptó como lo hizo Klein la teoría pulsional
de Freud. Cuestionó el concepto de pulsión de muerte.
Debió entonces explicar el origen de los impulsos agresivos que vinculó con el
medio ambiente: para este autor -junto a Balint y a Guntrip (el principal difusor
de sus ideas)-, la agresión es el resultado de una frustración del medio
ambiente. Las madres con sus características reales tienen un papel
estructurante.
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para la superación de los síntomas. Propone también el abandono del diván en su
encuadre, a fin de facilitar el contacto real.
De allí que para Freud es posible la existencia del “narcicismo primario”, estado
en el que hay descarga sin objetivo externo, es decir en el propio yo.
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• La revelación de un impulso inconsciente en el curso de un tratamiento
analítico puede movilizar mecanismos defensivos del tipo de la
racionalización, mecanismo que difícilmente permite resolver el conflicto
intrapsíquico. Los enfermos pueden llegar a hablar con precisión de los
impulsos sin comprometerse emocionalmente.
Para el autor la represión actúa sobre unidades complejas formadas por un objeto
y el impulso o pulsión asociada. Si consideramos la relación del niño con los
aspectos satisfactores de su madre, podríamos decir que lo que se reprime es el
“objeto-madre satisfactor” junto con el sentimiento libidinalmente positivo que
tiñe a ese vínculo. Por el contrario, la relación con los aspectos frustrantes de la
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madre daría como resultado la incorporación de un objeto-frustrante junto con
los impulsos agresivos que el niño experimenta con ese contacto.
“El sueño (manifiesto) al que me refiero consistió en una breve escena en la que
la soñante veía que era violentamente atacada por una actriz famosa en un edificio
respetado, que durante generaciones había pertenecido a su familia. Su esposo
miraba, pero parecía imposibilitado e incapaz de protegerla. Después de realizado
el ataque, la actriz se alejaba, y volvía a desempeñar un papel teatral, que según
parecía estar implícito, había abandonado momentáneamente con el fin de
realizar el ataque, a modo de interludio. La soñante se veía entonces
contemplando su cuerpo que yacía sangrante en el piso, pero, al contemplarlo,
notaba que por un instante se transformaba en un hombre. Luego alternaba
siendo ora ella, ora ese hombre, hasta que por fin despertó con gran angustia”.
Las asociaciones revelaron que el hombre era su esposo real, la actriz era ella
misma y también la madre. El personaje observador representaba a la propia
paciente. Recordemos que la atacada (ella) se tornaba al final del sueño en el
hombre impotente que observaba al inicio. Esto sugiere que había una especie de
superposición entre la representación del esposo y la de ella misma. El punto de
contacto entre ambas imágenes estaba en el impulso agresivo que tenía hacia él,
lo que de alguna forma se expresaba en conductas sadomasoquistas volcadas en
su propia persona.
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De este relato Fairbairn extrae las siguientes conclusiones:
• 1ª el yo observador
• 2ª el yo atacado
• 3ª el yo atacante
Esto nos conduce a otra observación: que las estructuras del yo se prestan
naturalmente a ser apareadas con las estructuras de objeto.
La mente está poblada por tres clases de estructuras, dotadas cada una de ellas
por un tipo peculiar de impulso. Una de estas estructuras está constituida por:
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Se deduce que Fairbairn concibe el mundo psíquico como disociado. Las personas
no tienen un yo, sino varios, provistos de distintos tipos de impulsos.
Esto sitúa a todos los individuos muy cerca de la posición esquizoide, dónde el
mecanismo predominante es la escisión del yo, concepción de enorme importancia
psicopatológica.
Los sueños y las fantasías son “escenarios dónde esas partes de la personalidad
interpretan esos papeles, todo lo que sucede en esta “puesta en escena” no es más
que la representación de los conflictos existentes en determinado momento entre los
aspectos disociados del mundo interno.
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HERBERT ALEXANDER
ROSENFELD
1910-1986, Londres.
Si esto era cierto, una de las consecuencias en la terapia psicoanalítica era que
estos pacientes no podían establecer una relación de transferencia y, por lo tanto,
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no podían hacer uso del instrumento principal del encuadre terapéutico para
mejorar.
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La identificación proyectiva en Rosenfeld
Tanto para este autor como para Otto Kernberg, la identificación proyectiva es un
mecanismo fundamental para comprender la relación transferencial en el
tratamiento de pacientes severamente perturbados.
Los objetos que parecen poseer las partes agresivas del self se tornan
persecutorios y son vividos por el paciente como una amenaza de venganza. El
paciente tiene la impresión de que estos objetos - y las partes malas del self que
ellos contienen- tratarán de volver a introducirse a la fuerza en su interior.
No obstante, esto supone que tiene que existir cierta separación entre el self y el
objeto. Sin embargo, algunos pacientes viven en un estado de identificación
proyectiva tan permanente que, al entender de este autor, se ha de considerar la
1 Recordemos que él se refiere a de la identificación proyectiva en pacientes
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posibilidad de estar frente a un proceso diferente y más primitivo, aunque
relacionado con la identificación proyectiva).
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pueden ser contenidos (Bion 1962), es posible que lo que está ocurriendo
pueda ser comprendido y considerado, preparando así el terreno para que
los pensamientos y sentimientos sean tolerados y se hagan menos
insoportables.
El paciente psicótico que proyecta impulsos y partes de sí mismo dentro del analista
los está expulsando, pero también los está comunicando. Hace posible que el
analista comprenda y sienta sus vivencias y que las contenga.
Estos objetos externos, que los pacientes necesitan en forma realista, son
utilizados a menudo para la proyección de todas las partes indeseables de los
pacientes hacia ellos, por lo que en el tratamiento el analista es tratado como un
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lavabo o wáter. La relación con un analista lavabo es extremadamente gratificante
para ellos ya que en ella se descarga todo lo desagradable al analista, y los
pacientes se atribuyen a sí mismos todo lo bueno que surge en la relación.
Estos pacientes tienen una autoimagen altamente idealizada, cualquier cosa que
interfiera con esta imagen es negada enfáticamente. Pueden tomar los valores e
ideas de los demás y afirmar que son propios, o bien devalúan o destruyen
inconscientemente lo que reciben de los demás porque de otro modo sufrirían
una intolerable envidia y por lo tanto experimentan un crónico sentido de
insatisfacción con lo que reciben de otros.
En 1975, Rosenfeld vinculó esta teoría con las formas más agudas de reacción
terapéutica negativa
El self grandioso patológico de estos pacientes, que muestra una fusión de los
impulsos libidinales y agresivos en la que predomina decididamente la agresión,
refleja una resistencia más primitiva, aguda y difícil de resolver con el
tratamiento. La reacción terapéutica negativa, derivada de los sentimientos de
culpa inconscientes provocados por un superyó sádico, son formas menos agudas
y más tratables.
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Más adelante, en los últimos años, H. Rosenfeld se dedica a pacientes
fronterizos. Analiza la psicosis de transferencia en los pacientes límite. Estos
episodios psicóticos momentáneos que normalmente se resuelven en la situación
analítica, reflejan la activación de la identificación proyectiva y mecanismos de
escisión que se presentan como estados confusionales que reactivan las
circunstancias gravemente traumáticas de la lactancia y primera infancia.
La confusión entre las partes buenas y malas del self y entre los objetos buenos y
malos es un factor que para este autor impide la interpretación de la identificación
proyectiva, en contraste con sus anteriores recomendaciones relativas a los
estados confusionales en las psicosis. Rosenfeld recomienda no interpretar
sistemáticamente la identificación proyectiva en estas condiciones, sino escuchar
atentamente a los pacientes e intentar aclararles la realidad de la situación
inmediata, sobre todo la suposición delirante de que las interpretaciones del
analista son ataques a los pacientes.
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WILFRED BION
1897-1979
Médico y psicoanalista inglés, alumno de Melanie Klein, que orientó buena parte
de su trabajo hacia el análisis de los pacientes psicóticos. Se interesó también en
el desarrollo del pensamiento del niño y sus trastornos, en estrecha relación con
la capacidad materna de “contener”, de recibir sus proyecciones y alimentarlo
psíquicamente. Fue el discípulo más turbulento de Melanie Klein, construyó una
teoría refinada del self y la personalidad sobre la base de un modelo matemático
y compuesta por nociones originales, como por ejemplo “función alfa”, “objetos
bizarros”, “continente-contenido”.
Lo que describo a continuación es una síntesis de sus ideas, realizada por Otto
Kernberg para el Tratado de Psiquiatría de Harold Kaplan y Benjamín Sadock, 2da
edición.
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Bion denominaba a estas ideas iniciales como “elementos beta”, y las relacionaba
con las primeras impresiones sensoriales y las primeras preconcepciones.
Bion ligaba esta teoría del pensamiento con la teoría kleiniana de la identificación
proyectiva. Si se da la suficiente gratificación como para permitir al niño tolerar
cierta frustración, los elementos beta, mutuamente aislados, primitivos, dispersos
(sensoriales, afectivos y cognitivos), que anteriormente fueron tratados mediante
una evacuación , pueden ser ahora tolerados, integrados y unidos en la forma de
un superior proceso de pensamiento que corresponde a los elementos
componentes del inconsciente dinámico y de los sueños.
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organizador de los elementos beta proyectados, la madre crea un modelo de
funcionamiento alfa (integración del pensamiento) con el cual se identifica el niño
y que este utiliza para seguir transformando los elementos beta en elementos
alfa.
Por ejemplo, K, un vínculo esencial entre los elementos cognitivos, está también
implícito en la relación entre el niño y la madre. Bion se refirió a la secuencia antes
descripta en la que el niño proyecta los contenidos escindidos y aislados en la
madre que actúa entonces como contenedor hasta que el niño reintroyecta
finalmente la integración ahora organizada de los elementos de pensamiento
anteriormente escindidos. Un vínculo K está en acción en la situación
psicoanalítica en la que el paciente es capaz de identificarse con la labor del
analista en la integración del material del paciente. Las construcciones de objetos
buenos y malos, internos y externos, un aspecto crucial de la teoría kleiniana, son
manifestaciones típicas de lo que Bion describió como vínculos L o H. Un tipo
adicional importante de vinculación es la determinada por los vínculos menos K
(- K), una forma de relación patológica entre el niño y la madre que puede
observarse en la relación entre el paciente y el analista. La madre o el analista es
incapaz de experimentar la fantasía integradora en razón de las amenazas
agresivas implícitas en la identificación proyectiva masiva, y la madre o el analista
sustituye la integración intuitiva con un esfuerzo omnipotente para comprender
sin empatía y para utilizar esta comprensión como elemento de control. A su vez
el paciente puede introyectar un semejante vínculo –K como característica del
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funcionamiento de la madre o del analista, perpetuando así una falsa
comprensión que es escindida de la realidad emocional auténtica. El origen de
estos procesos –K suele radicar en los propios pacientes y está especialmente
relacionado con la intensa envidia y destructividad primarias que fuerzan a los
pacientes a intentar destruir la capacidad de pensamiento creativo de la madre o
del analista. Este es un mecanismo que originalmente se describió en pacientes
esquizofrénicos y posteriormente también en los pacientes límite.
Bion sugirió que en cada crisis aguda de los pacientes neuróticos tiene lugar una
activación de estos núcleos psicóticos primitivos, que deben ser analizados y
resueltos. (ej. del paciente que acusa a Otto Kernberg de haber escupido cuando
pasaba a su lado).
Como parte de sus estudios sobre la distorsión o deterioro general del proceso
analítico, Bion exploró el caso extremo del analista que trata a un mentiroso. Las
implicaciones conscientes e inconscientes de estas extremas distorsiones de la
verdad llevaron a Bion a postular tres tipos de relación analítica en términos de
la relación mutua entre continente y contenido:
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• El vínculo común, una básica falta de relación emocional que está
oscurecida por un proceso pseudopsicoanalítico.
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BIBLIOGRAFÍA
Fairbairn
Bleichmar, N. & Leiberman, C. . (1997). El Psicoanálisis después de Freud: teoría y
clínica. México: Eleia Editores.
Rosenfeld
Kaplan, H. & Sadock, B.. (1989). Tratado de Psiquiatría. Barcelona: Salvat.
Bion
Bleichmar, N. & Leiberman, C. . (1997). El Psicoanálisis después de Freud: teoría y
clínica. México: Eleia Editores.
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