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1. Legitimación activa
1
constitucional de Derecho; por tanto, la especialidad es jurídica y los colegios
profesionales de abogados están facultados para cuestionarla
jurisdiccionalmente. Para tales efectos, adjuntamos copia del Estatuto del Ilustre
Colegio de Abogados de Puno (Anexo 1-A) y, de acuerdo con el artículo 99 del
Código Procesal Constitucional, copia del acuerdo de la Junta Directa que
aprueba la postulación de la demanda de autos (Anexo 1-D).
2. Legitimación pasiva
2
• El principio general de la efectividad de la efectividad de las disposiciones
constitucionales, el cual reconoce el derecho a exigir el cumplimiento de las
normas constitucionales (RTC 0168-2005-PC/TC, f.j. 9) y el derecho
fundamental innominado al cumplimiento de las normas constitucionales,
reconocido en la STC No 05427-22009-PC, en el f.j. 23 y siguientes, toda vez
que se pretende dejar si efecto normas legales sobre los procesos electorales.
5. Petitorio
3
6. Admisibilidad de la demanda
II. HECHOS1
Indica también que los resultados de los comicios internos efectuados en las
fechas indicadas conforme al marco jurídico que las regulan son de obligatorio
cumplimiento, toda vez que no han sido dejados sin efecto y tampoco existe un
1https://www.pulsoregional.pe/2022/06/04/jne-hara-respetar-plazos-iniciales-de-la-elecciones-
regionales-y-
municipales/?fbclid=IwAR1vcJupEkKpeT5Sj5Z1jkko3ih5Kx53IC0ZAVV_TXgATRDNL54Iqp1-i1c
4
marco legal que permita hacerlo, por lo que quienes participaron en estos
procesos y los ganaron deben ser reconocidos como tales.
El día 5 de junio del año 2022 secretarios generales de los partidos políticos
Acción Popular, Alianza para el Progreso y Perú Libre emitieron un
pronunciamiento rechazando el Acuerdo Plenario del JNE del 01/06/2022.
Invocan que el JNE estaría violando la ley, y en concreto se estaría desconociendo
el artículo 109 de la Constitución.
Se tata de derechos no solo de los partidos políticos que, si cumplieron con los
plazos, sino de los peruanos que esperamos un proceso electoral con estricto y
escrupuloso cumplimiento al ordenamiento jurídico, base del Estado de derecho.
5
Es necesario precisar la fuerza normativa de la Constitución y de todas las
normas de rango constitucional que forman parte del parámetro de control
constitucional. En primer término, debemos de reconocer el carácter vinculante
de la Constitución Política2. Si bien la Constitución Política es una norma política
en la medida que organiza y limita el ejercicio de poder, es también y
fundamentalmente una norma jurídica vinculante para todos los poderes
públicos y para los propios particulares sin excepción alguna 3 . Señala Prieto
Sanchís que la Constitución no es un catecismo político o una guía moral sino
una norma con la pretensión de que la realidad se ajuste a lo que ella prescribe4.
En tercer lugar, una lógica consecuencia de los dos elementos antes predicados
de la Constitución Política, es la eficacia y aplicación inmediata de ésta. Negarle
dicha característica implica regresar al Estado Legislativo de derecho en el cual
la Constitución no vinculaba a los poderes públicos. En efecto, si la Constitución
es una verdadera norma suprema, ello supone que no requiere su desarrollo
legislativo para desplegar su fuerza vinculante. En tal sentido, en la medida en
que los preceptos constitucionales sean relevantes en un proceso cualquiera, su
aplicación resultará obligatoria7.
2 Seguimos el esquema desarrollado por Prieto Sanchis cuando caracteriza los elementos caracterizadores
de lo que él llama un constitucionalismo fuerte. Ver: Luis Prieto Sanchís, Justicia Constitucional y derechos
Fundamentales, Trotta, Madrid, 2003, pág. 116.
3 El Tribunal Constitucional ha desarrollado jurisprudencialmente el principio según el cual ningún poder
puede estar exento del control constitucional, pues lo contrario significaría que el poder constituyente está
por encima del poder constituido. Así por ejemplo en la sentencia recaída en el exp. 00006-2006-CC/TC, f.j.
44, señala que “En un Estado Constitucional Democrático los poderes constituidos no están por encima de
la Constitución, sino que están sometidos a ella”. Esto implicaría en los hechos la pérdida o la limitación de
la eficacia normativa de la Constitución. Ver por ejemplo Luis Castillo Córdova, La inexistencia de ámbitos
exentos de vinculación a la Constitución, en: Gaceta Jurídica, julio 2007, año 13, pág. 73 y siguientes.
4 Luis Prieto Sanchís, Justicia Constitucional y derechos Fundamentales, Trotta, Madrid, 2003, pág. 116.
5 Ibídem.
6 Ibídem, pág. 117.
7 Luis Prieto Sanchís, Justicia Constitucional y derechos Fundamentales, Trotta, Madrid, 2003, pág. 116.
8 Este tema ha sido desarrollado por Hans Kelsen, La garantía jurisdiccional de la Constitución (La justicia
6
Constitución, como la de cualquier otra normatividad, es jurídicamente
imperfecta si carece de una garantía jurisdiccional y, concretamente, si la
constitucionalidad de las decisiones y actos de los poderes públicos no es
enjuiciable por órganos distintos de aquellos que son sus propios actores9.
9 Manuel García Pelayo, “El status del Tribunal Constitucional”. Revista Española de Derecho
Constitucional Nº 1. Madrid, 1981, pág. 18.
10 Luis Prieto Sanchís, Justicia Constitucional y derechos Fundamentales, Trotta, Madrid, 2003, pág. 117.
7
Preliminar del CPConst”. (STC N00020-2005-AI y 00021-2005-AI, acumulados, f.j.
16)
En consecuencia “es deber del juez constitucional tener presente que el proceso orientado
por antonomasia a defender la supremacía de la Constitución (proceso de
inconstitucionalidad, en este caso proceso de acción popular), siempre tendrá también, en
última instancia, la vocación subjetiva de preservar los derechos fundamentales de las
personas”. (STC N00020-2005-AI y 00021-2005-AI, acumulados, f.j. 16).
Estamos ante el deber jurídico constitucional del Estado respetar estos derechos,
cuyo cumplimiento en ningún caso y bajo ninguna circunstancia puede estar
supeditado –y menos condicionado– a la exigibilidad por parte del titular del
derecho fundamental. En otras palabras, se debe respetar este derecho porque es
una exigencia de la Constitución y no porque haya un pedido expreso del titular
del derecho. El fundamento de esto tiene que ver con la naturaleza de los
derechos fundamentales y con la teoría institucional12 abrazada por el TC en su
jurisprudencia.
un lado desarrolla una función en el plano subjetivo actuando como garantía del individuo; y por el otro,
desarrolla una función en el plano objetivo, asumiendo una dimensión institucional al constituir uno d elos
presupuestos indispensables de un Estado Constitucional”. Ver en: Para Giovanni Priori, la tutela
jurisdiccional de las situaciones jurídicas materiales: hacia una necesaria reivindicación de los fines del
8
La cobertura constitucional del doble carácter de los derechos fundamentales la
encontramos en la propia Constitución Política. La dimensión subjetiva de los
derechos fundamentales está recogida en el catálogo de derechos fundamentales
del artículo 2 y en los derechos procesales del artículo 139. En todos estos casos,
lo que se reconoce son derechos exigibles por los particulares. La dimensión
objetiva de los derechos fundamentales la encontramos en los artículos 1, 44, 45
y 51 de nuestra Carta Política, los que señalan respectivamente que “La defensa
de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la
sociedad y del Estado”, “Son deberes primordiales del Estado: … garantizar la
plena vigencia de los derechos humanos”, “El poder del Estado emana del
pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que
la Constitución y las leyes establecen” y “La Constitución prevalece sobre toda
norma legal”.
proceso, en: Revista Ius et Veritas, Revista editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica Año XIII Nº 26, pág. 282.
14 El origen de esta teoría se encuentra en la doctrina alemana y su autor es Peter Haberle. Para él, los
derechos fundamentales tienen un doble carácter: el aspecto de derecho individual y el aspecto institucional.
Presentan un aspecto de derecho individual pues son los derechos de la persona, cuyos titulares son los
individuos. De otro lado, caracterizados por un aspecto institucional, ellos representan la garantía
constitucional de esferas de vida reguladas y organizadas según principios de libertad. Ver Peter Haberle,
La Libertad Fundamental en el Estado Constitucional, Fondo Editorial de la PUCP, Lima, 1987, pág. 163-
164; En esa misma línea, para el actual presidente del Tribunal Constitucional los derechos fundamentales
tiene un doble carácter constitucional: “como derechos subjetivos de la persona y como fundamento
valorativo del orden institucional. De modo que los derechos individuales son a la vez instituciones jurídicas
objetivas y derechos subjetivos. Ahora bien es, precisamente mediante la actuación estatal, aunque también
de los particulares, que los derechos pueden ser desconocidos, desvirtuados o vaciados de contenido, ya sea
por acción o por omisión”. Ver Cesar Landa Arroyo, Estudios sobre Derecho procesal Constitucional,
Editorial Porrúa e Instituto Mexicano de Derecho Procesal Constitucional, México, 2006, pág. 125.
9
primaria de uno de los dos intereses (subjetivo y objetivo) comporte la violación del
otro”15.
Esto significa, que los artículos 1 y 2 de la Ley No 31481, deben respetar no solo
las normas de la parte orgánica sino los derechos fundamentales de los peruanos,
independientemente que los ciudadanos lo requieran, y que los derechos
fundamentales, también son parte del parámetro de control constitucional a
cargo del TC.
Tres normas fundamentan la fuerza normativa de las sentencias del TC. Tenemos
en primer lugar el artículo 81 del NCPConst, el que señala de forma clara y
precisa que “Las sentencias del Tribunal Constitucional en los procesos de
inconstitucionalidad y las recaídas en los procesos de acción popular que queden firmes
tienen autoridad de cosa juzgada, por lo que vinculan a todos los poderes públicos y
producen efectos generales desde el día siguiente a la fecha de su publicación.” (subrayado
nuestro).
10
En segundo lugar, el artículo VIII del Título Preliminar del NCPConst, ,
disposiciones que desarrollan la doctrina jurisprudencial, “El contenido y alcances
de los derechos constitucionales protegidos por los procesos regulados en el presente
código deben interpretarse de conformidad con la DeclaraciónUniversal de Derechos
Humanos, los tratados sobre derechos humanos, así como con las decisiones adoptadas
por los tribunales internacionales sobre derechos humanos constituidos según tratados de
los que el Perú es parte”. (Subrayado nuestro).
En tercer lugar, tenemos el artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, el cual desarrolla y regula los precedentes vinculantes, que
constituyen jurisprudencia constitucional con la mayor y más intensa fuerza
normativa vinculante.
17 Cfr. Luis Castillo Córdova, El Tribunal Constitucional como creador de derecho constitucional. En; Luis
Sáenz Dávalos, El amparo contra el amparo y el recurso de agravio a favor del precedente. Cuadernos de
análisis y crítica a la justicia constitucional, No 3, Palestra, Lima 2007, pág. 13 al 17.
18 Ibídem.
11
las interpretaciones de la Constitución realizadas por este Colegiado, en el marco de su
actuación a través de los procesos, sea de control normativo o de tutela de los derechos
fundamentales; b) las interpretaciones constitucionales de la ley, realizadas en el marco
de su labor de control de constitucionalidad. En este caso, conforme lo establece el artículo
VI del Título preliminar del Código Procesal Constitucional, una ley cuya
constitucionalidad ha sido confirmada por el Tribunal, no puede ser inaplicada por los
jueces en ejercicio del control difuso, a menos, claro está, que el Tribunal sólo se haya
pronunciado por su constitucionalidad formal; c) las proscripciones interpretativas, esto
es las “anulaciones” de determinado sentido interpretativo de la ley realizadas en
aplicación del principio de interpretación conforme a la Constitución. Se trata en este
supuesto de las sentencias interpretativas, es decir las que establecen que determinado
sentido interpretativo de una disposición legislativa resulta contrario a la Constitución,
por lo que no debe ser usado por los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional que
les corresponde”19.
Las sentencias de la Corte IDH son fuente de derecho que vincula a todos los
poderes públicos y a los particulares en el Perú. En tal sentido, la jurisprudencia
de la Corte IDH también vincula a los jueces peruanos cuando interpreta y
desarrolla la Convención Americana de Derechos Humanos. El fundamento está
en el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, el cual
ha señalado que “El contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos
por los procesos regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad con
la Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos humanos,
así como de las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales sobre derechos
humanos constituidos según tratados de los que el Perú es parte”.
Sobre esa base, el TC ha señalado que: “al Tribunal Constitucional […] no le queda
más que ratificar su reiterada doctrina, imprescindible para garantizar los derechos
12
fundamentales, bien se trate de procesos jurisdiccionales, administrativos o políticos: que
las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos son vinculantes para
todos los poderes públicos y que esta vinculatoriedad no se agota en su parte resolutiva,
sino que se extiende a la ratio decidendi, incluso en aquellos casos en los que el Estado
peruano no haya sido parte en el proceso”21. Añade el TC que “Tal interpretación [de la
Corte IDH] conforme con los tratados sobre derechos humanos contiene, implícitamente,
una adhesión a la interpretación que, de los mismos, hayan realizado los órganos
supranacionales de protección de los atributos inherentes al ser humano y, en particular,
el realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, guardián último de los
derechos en la Región”. (0218-2002-HC, f.j. 2)22.
21 STC exp. Nº 00007-2007- PI/TC, f.j. 36. No es la única vez que lo ha reconocido, “De conformidad con la
IV Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del Estado, los derechos y libertades
reconocidos en la Constitución deben interpretarse de conformidad con los tratados internacionales en
materia de derechos humanos suscritos por el Estado Peruano. Tal interpretación, conforme con los tratados
sobre derechos humanos, contiene, implícitamente, una adhesión a la interpretación que, de los mismos,
hayan realizado los órganos supranacionales de protección de los atributos inherentes al ser humano y, en
particular, el realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, guardián último de los derechos
en la Región”. (STC exp. Nº 0217-2002-HC/TC, f.j. 2).
22 En otra oportunidad señaló que “La vinculatoriedad de las sentencias de la CIDH no se agota en su parte
resolutiva (la cual, ciertamente, alcanza sólo al Estado que es parte en el proceso), sino que se extiende a su
fundamentación o ratio decidendi, con el agregado de que, por imperio de la CDFT de la Constitución y el
artículo V del Título Preliminar del CPConst, en dicho ámbito la sentencia resulta vinculante para todo
poder público nacional, incluso en aquellos casos en los que el Estado peruano no haya sido parte en el
proceso. En efecto, la capacidad interpretativa y aplicativa de la Convención que tiene la CIDH, reconocida
en el artículo 62.3 de dicho tratado, aunada al mandato de la CDFT de la Constitución, hace que la
interpretación de las disposiciones de la Convención que se realiza en todo proceso, sea vinculante para
todos los poderes públicos internos, incluyendo, desde luego, a este Tribunal. […] La cualidad constitucional
de esta vinculación derivada directamente de la CDFT de la Constitución, tiene una doble vertiente en cada
caso concreto: a) reparadora, pues interpretado el derecho fundamental vulnerado a la luz de las decisiones
de la Corte, queda optimizada la posibilidad de dispensársele una adecuada y eficaz protección; y, b)
preventiva, pues mediante su observancia se evitan las nefastas consecuencias institucionales que acarrean
las sentencias condenatorias de la CIDH, de las que, lamentablemente, nuestro Estado conoce en demasía.
Es deber de este Tribunal y, en general, de todo poder público, evitar que este negativo fenómeno se reitere
[…] En suma, por imperio del canon constitucional que es deber de este Colegiado proteger, se deriva un
deber adicional para todos los poderes públicos; a saber, la obligatoria observancia tanto de los tratados
sobre derechos humanos ratificados por el Perú, como de la interpretación de ellos realizada en todo proceso
por los tribunales internacionales constituidos según tratados de los que el Perú es parte”. (2730-2006-AA,
f.j. 12, 13 y 14).
13
1. Infracciones constitucionales por la forma o por el fondo.
De otro lado, las infracciones constitucionales serán de fondo cuando “la materia
regulada por la norma con rango ley, resulta contraria a algunos de los derechos,
principios y/o valores constitucionales, es decir, cuando resulta atentatoria no de las
normas procedimentales o del iter legislativo, sino de las normas sustanciales reconocidas
en la Constitución”. (STC Nº 00020-2005-AI y 00021-2005-AI, f.j. 23) (Resaltado
nuestro)
Siguiendo al TC, “una ley puede ser totalmente inconstitucional cuando la totalidad de
su contenido dispositivo o normativo es contrario a la Constitución. En tales supuestos,
la demanda de inconstitucionalidad es declarada fundada, y la disposición impugnada
queda sin efecto”. (STC Nº 00020-2005-AI y 00021-2005-AI, f.j. 24). De otro lado, la
ley es parcialmente inconstitucional cuando sólo una fracción de su contenido
dispositivo o normativo resulta inconstitucional. Precisa el TC que “En caso de que
el vicio parcial recaiga sobre su contenido dispositivo (texto lingüístico del precepto),
serán dejadas sin efecto las palabras o frases en que aquel resida. Si el vicio recae en parte
de su contenido normativo, es decir, en algunas de las interpretaciones que pueden ser
atribuidas al texto del precepto, todo poder público quedará impedido, por virtud de la
sentencia del Tribunal Constitucional, de aplicarlo en dichos sentidos interpretativos”.
(STC Nº 00020-2005-AI y 00021-2005-AI, f. j. 25)
14
constitucional de la norma impugnada no puede quedar acreditada con un mero juicio de
compatibilidad directo frente a la Constitución, sino sólo luego de una previa verificación
de su disconformidad con una norma legal perteneciente al parámetro de
constitucionalidad”. (STC Nº 00020-2005-AI y 00021-2005-AI, f. j. 27)
15
No podemos interpretar literalmente las normas de nuestro ordenamiento
jurídico, de espaldas a la Constitución, pues la interpretación literal, en definitiva,
desconoce que el ordenamiento jurídico tiene una entidad propia distinta de las
normas que lo integran. Este tipo de interpretaciones olvida que el ordenamiento
jurídico es un sistema, es decir, una estructura dotada de un orden interno en el
que sus elementos se relacionan entre sí armónicamente conjugados.
Una condición necesaria para una correcta interpretación de las normas legales y
reglamentarias, en concordancia con la Constitución, es una adecuada
concepción de orden jurídico y de sistema normativo. En otras palabras, no debe
entenderse por él una suma y un agregado de disposiciones aisladas o un
conjunto de normas con una coherencia interna y una unidad desde la
Constitución.
24 José Luis Del Hierro, Introducción al Derecho. Madrid: Editorial Síntesis, 1997, pág. 96.
25 De Asís Roig, op. cit., 1995, pág. 188.
26 Ibídem.
27 STC. Nº. 0005-2003-AA/TC, f.j. 3.
28 Ibídem.
29 Ibídem.
30 Ibídem.
31 Ibídem.
16
norma fundamental, de la cual derivan directa o indirectamente, en sucesión, grado o
escalera, hasta llegar a las normas más concretas”32.
Queda claro entonces, que una interpretación literal como aquí se pretende, no
tiene cobertura constitucional, no por ser inadecuada, sino por ser insuficiente al
desconocer la especial naturaleza de las normas constitucionales y las funciones
que cumplen al interior del ordenamiento jurídico.
32 Ibídem.
33 Ibídem.
34 Hans Kelsen, Teoría Pura del Derecho. Buenos Aires: Eudeba, 1987.
35 STC. Nº. 0005-2003-AA/TC, f.j. 3.
36 Ibídem.
17
constitucionales. Como ha expresado el propio TC, “el principio de legalidad en el
Estado constitucional no significa simple y llanamente la ejecución y el cumplimiento de
lo que establece una ley, sino también, y principalmente, su compatibilidad con el orden
objetivo de principios y valores constitucionales; examen que la administración pública
debe realizar aplicando criterios de razonabilidad, racionalidad y proporcionalidad. Esta
forma de concebir el principio de legalidad se concretiza, por ejemplo, en el artículo III del
Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General, cuando señala
que la actuación de la administración pública tiene como finalidad la protección del interés
general, pero ello sólo es posible de ser realizado «(...) garantizando los derechos e intereses
de los administrados y con sujeción al ordenamiento constitucional y jurídico en general»
(énfasis agregado).”37
Lo primero que debemos de tener claro es acerca del carácter vinculante de los
principios constitucionales. Debemos comenzar por señalar como lo reconoce la
doctrina, que los principios jurídicos son verdaderas normas jurídicas, «los
principios constitucionales, una vez determinados, adquieren proyección normativa y, al
igual que los valores, son instituciones jurídicas vinculantes para los poderes públicos41».
EL TC, recogiendo lo señalado por Freixes y Remotti precisa que los principios
constitucionales tienen las siguientes características estructurales:
18
• “Son normas inferidas de una interpretación operativa sobre las reglas
constitucionales.
• Constituyen proyecciones normativas a partir de elementos reglados.
• Contienen gérmenes de reglas indeterminadas, pero predictibles.
• Sus elementos estructurales son permanentes.
• Entre los principios no existe relación jerárquica a nivel estructural”42.
Sobre esta base el TC, en relación con los principios constitucionales, sostiene “los
principios constitucionales, en cuanto instituciones jurídicas con proyección normativa,
cumplen una función informadora de todo el ordenamiento jurídico”43. Dicha función
se concreta en que:
19
carecen de contenido de determinación con respecto a los principios contrapuestos y las
posibilidades fácticas”45.
César Landa propone diversos criterios de distinción, “[e]ntre los que han alcanzado
mayor difusión tenemos a los criterios estructural y cualitativo. Por el primero, se
entiende que reglas y principios son normas que se diferencian por su estructura
semántica. En tanto que en las reglas es posible identificar un supuesto de hecho y una
consecuencia jurídica, en los principios esto no es factible”47. Y es que en el caso de los
principios no hay supuesto de hecho, solo una consecuencia.
Añade que “[p]or el segundo criterio, el cualitativo, se entiende que los principios, a
diferencia de las reglas, ordenan que algo se haga en la mayor medida posible,
considerando las posibilidades jurídicas y reales existentes. Por ellos los principios pueden
ser concebidos como mandatos de optimización, en tanto la medida de cumplimiento
puede ser realizada en diferente grado. El ámbito de su realización también depende de los
principios y reglas que se le oponen”48.
Agrega Landa que “[e]n cambio, las reglas se cumplen o no, pues ellas contienen
mandatos en el ambito de los fáctica y juridicamente posible. En buena cuenta, mientras
los principios como mandatos de optimizacion exigen un cumplimiento gradual, en la
mayor medida posible; las reglas exigen un cumplimiento todo o nada, no admiten
cumplimiento graduales, por ello serían mandatos definitivos”49.
En palabras de Pedro Grandez, mientras que las reglas ordenan algo en forma
definitiva todo o nada, los principios aceptan grados de su cumplimiento en
cuanto “mandatos de optimización que se caracterizan porque suelen ser cumplidos
gradualmente y porque la, medida ordenada de su cumplimiento no solo depende de las
posibilidades facticas sino tambien de las posibiliaddes juridicas”50.
45 ALEXY, Robert. Teoría de los derechos fundamentales, traducción de Carlos Bernal Pulido, Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid 2007, pp. 80-81.
46 STC. Exp. N° 01417-2005-AA/TC, fundamento 11.
47 Landa, César (2014). Naturaleza jurídica de los recursos forestales y de fauna silvestre. Marco legal-administrativo
y análisis de los vacíos y contingencias legales [en línea]. Lima: Sociedad Peruana de Ecodesarrollo, p. 7.
Disponible: http://www.biofuelobservatory.org/Documentos/Informes-de-la-SPDE/Naturaleza-
Juridica-de-los-recursos-forestales-y-de-fauna-silvestre.pdf
48 Ibidem. Ver también: Alexy, Robert (1988). Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica. En: DOXA,
20
Esta distinción entre normas regla y normas principio resulta fundamental para
comprender la implementación y la aplicación de los principos desarrollados por
la Constitucion y por la jurisprudencia del TC, violados por la Ley No 31481..
21
cumplimiento de las normas sobre organizaciones políticas y demás disposiciones
referidas a materia electoral”.
“El proceso electoral puede ser entendido como el conjunto de etapas con efectos
perentorios y preclusivos […]. El respeto del proceso en su conjunto es una
garantía del Estado Democrático Constitucional de Derecho que tiene como fin la
estabilidad democrática”. (STC No 05448-2011-AA, f.j. 19)
22
8. La alteración del calendario electoral afecta el principio de seguridad
jurídica
Como lo ha señalado el TC, toda alteración del calendario electoral implica una
violación del principio de seguridad. Según este
“en atención a la seguridad jurídica que debe rodear todo proceso electoral y a las
especiales funciones conferidas a los órganos del sistema electoral en su conjunto
[…] en ningún caso la interposición de una demanda de amparo contra el JNE
suspende el calendario electoral, el cual sigue su curso inexorable”. (STC No
05854-2005-AA/TC, f.j. 39.b).
51 Ver: https://www.defensoria.gob.pe/defensoria-del-pueblo-rechaza-promulgacion-de-la-ley-n-31481-
que-modifica-proceso-electoral-para-ampliar-el-plazo-de-inscripcion-de-candidaturas-a-elecciones-
internas/
52 Ver Enfoque de derecho, disponible en: https://www.enfoquederecho.com/2021/01/13/por-que-no-
darles-prorroga-a-candidatos-la-intangibilidad-del-calendario-electoral/#_ftn3.
23
La propia Corte IDH ha reconocido que el ejercicio del derecho a la participación
política solo puede realizarse de acuerdo a procedimientos previamente
establecidos.
Las leyes deben ser generales, impersonales y abstractas. Es decir, deben ser
aprobadas para casos generales, no pensando eren casos específicos. No se puede
legislar para situaciones concretas, por expresa prohibición del artículo 103 de la
Constitución. En este caso, estamos ante un proyecto de ley con nombre propio,
para favorecer a determinados partidos políticos.
Como lo señaló el TC, “el artículo 103° de la Constitución prescribe que pueden
expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón
de la diferencia de personas. Este principio general del derecho afirma implícitamente que
las normas jurídicas protegen y obligan por igual a todos los habitantes de la República.
24
Las normas se caracterizan por tener un mandato impersonal; ergo, no tienen en cuenta
la singularidad de las personas obligadas a su cumplimiento. La ley debe contener pautas
de carácter general que sean de interés común y resultantes de la convivencia social, cuyo
cumplimiento sea obligatorio para todos, es decir, erga omnes. Dentro de ese contexto,
sólo por excepción es viable la creación de una regla especial, la misma que no se ampara
en el arbitrio caprichoso de quienes poseen el poder político, sino en la naturaleza o razón
de los hechos, sucesos o acontecimientos que ameriten una regulación particular o no
genérica”. (STC No 00021-2011-AI, f.j. 653)
25
La Ley No 31481 nunca paso a comisiones, es decir nunca fue dictaminada. Al
ser una norma que modificaba una ley orgánica e implicar disposición de
presupuesto debió pasar a dos comisiones, a las comisiones de constitución y
presupuesto. No se realizó este procedimiento, muy por el contrario, lo
aprobaron en junta de portavoces. Además, tenía que tener mayoría calificada
por implicar una modificación de la Ley orgánica de elecciones.
26
En efecto, el propio JNE reconoce en su acuerdo de Pleno que solo en contratar a
profesionales para el seguimiento e implementación de esta medida demandaría
el gasto de 8 millones de soles.
27
de la Constitución Política), en el principio de seguridad jurídica, en el principio
de motivación y de interdicción de la arbitrariedad, en el derecho fundamental
al cumplimiento de las normas legales, en el principio de la prohibición de
legislar para casos concretos y de irretroactividad de las normas (artículo 103 de
la Constitución).
Pero de ninguna manera esta puede ser, estableciendo nuevos plazos que
benefician a aquellos que no tuvieron la diligencia de cumplir con los plazos
previamente establecidos, premiando en los hechos el incumplimiento y la
inobservancia de los plazos, que no es otra cosa que una concreción del principio
de legalidad, tal como lo establece los artículos 1 y 2 de la Ley 31481.
Con la argumentación hasta aquí desarrollada es suficiente para acreditar que los
artículos 1 y 2 de la Ley 31481, constituyen restricciones a los derechos de los
partidos políticos y de los ciudadanos peruanos, inconstitucionales y arbitrarias.
28
El establecimiento de nuevos plazos satisface el bien jurídico de promoción de la
participación de los partidos políticos que no respetaron los plazos previamente
establecidos, como lo ordena los artículos 2.17 y 31 de la Constitución, de forma
leve o en el mejor de los casos intermedia, pues permite a partidos políticos
realizar elecciones internas y participar en el próximo proceso electoral. En
cambio, afecta de forma alta e intensa los principios de preclusividad, de
intangibilidad del calendario electoral, así como los el derecho de participación
política y al derecho a la igualdad de los partidos que, si realizaron elecciones
internas dentro de los plazos y en forma oportuna, y que cumplieron con las
normas previamente establecidas.
Anexo 1-A: Copia del DNI Wilmer Quiroz Calli, decano del Ilustre Colegio de
Abogados de Puno.
Anexo 1-B: Credencial de Wilmer Quiroz Calli como DECANO del Ilustre
Colegio de Abogados de Puno.
Anexo 1-D: Copia del acuerdo de su Junta Directiva del Colegio de Abogados de
Puno, de acuerdo con el artículo 98 del NCPConst.
29
Anexo 1-F: Acuerdo del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) del 1 de
junio que establece que es jurídica y materialmente imposible cumplir con lo
dispuesto en la Ley 31481.
Anexo 1-G: Pronunciamiento del día 5 de junio del año 2022 suscrito por
secretarios generales de los partidos políticos Acción Popular, Alianza para el
Progreso y Perú Libre rechazando el Acuerdo Plenario del JNE del 01/06/2022.
POR TANTO:
A usted señor presidente del Tribunal Constitucional, solicito que, conforme a la
ley, se sirva ADMITIR a trámite la presente demanda de inconstitucionalidad,
declarándola FUNDADA en su oportunidad, de acuerdo al petitorio, por violar
el derecho a la protesta y demás derechos conexos, contenidos en la Constitución
Política y la jurisprudencia vinculante expedida por el TC y la Corte IDH.
PRIMER OTROSÍ:
Representación judicial por Abogado: Que, de conformidad con lo dispuesto por
el artículo 80º del Código procesal Civil, otorgo las facultades generales de
representación que señala el artículo 74º del acotado, a los abogados que
autorizan el presente escrito, del Instituto de Defensa Legal JUAN CARLOS
RUIZ MOLLEDA, identificado con DNI Nº 07749253, con Registro CAL Nº 28243,
con correo electrónico jruiz@idl.org.pe; MARITZA QUISPE MAMANI,
identificada con DNI Nº 41080970, con Registro CAC Nº 4434, con correo
electrónico mquispe@idl.org.pe; CRUZ LISSET SILVA DEL CARPIO,
identificada con DNI N.º 40632855, y con Registro CAL N.º 52066, con mail
csilva@idl.org.pe; y la abogada de la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos Maria Jennie Dador Tozzini, con Registro CAL N.º 21518 y correo
electrónico Jdador@derechoshumanos.pe; y con domicilio procesal en la Avenida
Pardo y Aliaga 272, San Isidro, Lima, y con casilla procesal Nº 917 del Colegio de
Abogados a Ud. respetuosamente decimos:
SEGUNDO OTROSI
La presente demanda se tramitará por la vía sumaria y tendrá tramitación
preferente, según lo dispuesto por los artículos 107º (tramitación del proceso de
inconstitucionalidad) del Código Procesal Constitucional.
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