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AGORA — Papeles de Filosofia — (2003), 22/2: 37-63 ISSN 0211-6642 LAS RAICES DE LA ESTETICA EN EL MARCO DE LA LOGICA Y LA FILOSOFIA DE LA CONCIENCIA DEL RACIONALISMO Dr. Marfa Jestis Vazquez Lobeiras Universidad de Santiago de Compostela Resumen La discusién del criterio de verdad cartesiano en el seno de la filosofia racionalista abre paso a la indagacién del conocimiento sensible como contrapunto al conocimiento racional. Partiendo de la indicacién leibniciana de los limites del conocimiento humano se inicia un proceso de exploracién de la capacidad de conocer sensible que llevar al postulado de una facultad especifica, cuyo estudio fructifica inicialmente en el marco de la psicologia empiri- ca wolffiana y que mas tarde da lugar con Baumgarten a la fundacin de una nueva disci- plina: la estética. En el presente trabajo se repasan algunos de estos hitos de la historia del pensamiento en sus textos con el fin de detectar el status quaestionis que confluye en las fuentes kantianas relacionadas con la actividad docente universitaria, en particular en las lecciones de l6gica. Palabras clave: racionalismo, estética, légica, psicologia empirica, sensibilidad, gusto, comunicabilidad, libre juego de las facultades. Abstract ‘The discussion of the Cartesian truth criterion in the rationalist philosophy opens up the search for the sensible knowledge as counterpart of the rational knowledge. Starting from the Leibnizian indication of the limits of human knowledge a process of research of the capability for sensible knowledge begins leading to the postulation of a specific faculty, whose study blooms within the framework of the Wolffian empirical psychology. Latter on, together with Baumgarten, it shall end up producing the foundations of the new discipline of aesthetics. In this paper some of the important points in the history of his thinking are surveyed as the appear in his texts, The goal is to identify status quaestionis related to the Kantian sources of his university activities, in particular in his lessons of logic. Key words: rationalism, aesthetics, logia, empirical psychology, sensibility, taste, communi- cability, free interplay of faculties. I. Razén y sensibilidad en el siglo de las luces Al igual que otras disciplinas tedricas importantes de entre las que componen el espectro de lo que hoy conocemos como ‘humanidades’ o 37 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica. ‘ciencias del espiritu’, como p. ej. la psicologia empirica o la antropologia, la estética es alumbrada en el fructifero ‘siglo de las luces’. En el siglo die- ciocho la razon emerge con fuerza como signo de identidad de lo humano, pero con no menos fuerza se abre paso en esta época la investigaci6n de la sensibilidad. La plena confianza en la razon humana se desarrolla a partir del reconocimiento de su finitud. La reflexion acerca de los limites de la racionalidad recorre todo este perfodo!. A través de la sensibilidad el ser humano se instala en un entorno -el de la experiencia— que posteriormen- te debe ser reducido a leyes racionales. Razén y sensibilidad, opuestas y complementarias, componen la imagen del hombre en un siglo al que si algin calificativo le conviene serd el de genuinamente antropolégico. La famosa cuestién kantiana acerca de “Qué es el hombre?” considerada por el filésofo de Kénigsberg como pregunta guia de su investigacién y como cima de la reflexién filoséfica, pertenece como él mismo sefiala~ a la antropologia y, ~atendiendo tanto a los desarrollos kantianos como a sus: predecesores 0 a sus sucesores, -recordemos p. ej. a Schiller— esta cuesti6n no obtiene una respuesta adecuada si no se enfoca al hombre en su dimen- sidn global: sensible y racional. El movimiento de las luces, que entroniza a la raz6n humana, es a la vez el movimiento que descubre y reivindica la facultad de la sensibilidad: el siglo XVIII es asi pues plenamente el siglo del ser humano. El acercamiento al origen de la estética en el marco del racionalismo escolar de la ilustracién alemana permite vislumbrar cémo la investigacion de la facultad sensible en este contexto est al servicio de la indagaci6n del alcance y los limites de la racionalidad humana. La estética nace como una ciencia complementaria de la légica en el marco teérico de la filosofia de la conciencia caracteristica del racionalismo cuyo epicentro viene determina- do por la discusién del criterio de verdad cartesiano. Enunciado en el § 45 de los Principia philosophiae, no parece exagerado afirmar con Cassirer que el mismo constituye el eje central del pensamiento del padre de la filo- ‘Cf, TONELLI, La question des bornes de Ventendement humain au XVIIle siécle et la -gendse du criticisme kantien, particuliérement par rapport au probleme de l'infini, en Revue de Métaphysique et de Morale, 64 (1959), 396-427. Baste recordar en el principio de la ilus- tracién, en Inglaterra, la apelacidn a la modestia filosofica, al reconocimiento de los limites del poder especulativo humano, que Locke formula en el Libro I de su Ensayo, ef. John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, Editora Nacional, Madrid, 1980, pp. 74- 77; 0 por tiltimo, casi cien afios después, la culminacién de la critica kantiana. 2 Immanuel KANT, Légica, acompaiiada de una seleccién de Reflexiones del legado de Kant, Akal, Madrid, 2000, p. 92. 38 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... sofia moderna3: “Y es que la percepcién no sélo debe ser clara, sino tam- bién distinta, para poder apoyar sobre ella un juicio cierto e indudable. Llamo clara a la que esta presente a una mente atenta, de la misma mane- ra que decimos que vemos claramente aquello que miramos, y que esta pre- sente ante nuestros ojos afectandolos con suficiente intensidad. Y llamo distinta a la que, ademas de ser clara, es de tal modo precisa y separada de todas las demas, que no contiene mas que lo que es claro”, Estrechamente vinculado a la primera de las cuatro reglas del método matemitico, el cri- terio de verdad sufriré en el perfodo que transcurre entre Descartes y Kant infinidad de variaciones derivadas de su puesta al servicio del desarrollo tedrico de las disciplinas mas diversas. La légica, que constituye el instru- mental basico para el desarrollo de cualquier saber, incorpora el criterio de verdad cartesiano desde el manual de Port-Royal como la parte fundamen- tal de la teorfa del concepto’. Todo otro saber que se haya de constituir bajo los imperativos del rigor y de la cientificidad puestos como requisitos basicos del método matematico, debera partir siempre de nociones claras y distintas. Pero los términos en que Descartes formula el criterio de verdad, ade- mas de proporcionar una base para la fundamentacion del conocimiento cientifico, constituyen un poderoso instrumento al servicio de la ex- ploracién fenomenolégica de la conciencia, lo que se puede comprobar examinando algunos episodios destacados de la discusién del mismo que desembocardn finalmente en la formulacién de una teorfa capaz de dar cuenta del valor cognoscitivo de las representaciones oscuras y confusas: la estética de Alexander Gottlieb Baumgarten. IL, Algunos aspectos de la discusi6n leibniciana del criterio de verdad cartesiano No todos los contenidos de la conciencia son reductibles a representa- ciones claras y distintas. Las met4foras empleadas por Descartes, que hacen referencia a la luz y a la vision, sugieren por si mismas la complementarie- dad de un ambito de oscuridad. Descartes emplea en algunos pasajes las 3 Cf. Ernst CassineR, El problema del conocimiento en la filosofia y en la ciencia moder- nas, vol. 1, Fondo de Cultura Econémica, #1986, (1953), p. 514. + Rene Descartes, Sobre los principios de la filosofia, Gredos, Madrid, 1989, p. 50. 5 Antoine ARNAULD y Pierre NICOLE, La Légica o el arte de pensar, Alfaguara, Madrid, 1987, pp. 53 y ss. 39 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica expresiones ‘oscura’ y ‘confusa’ para designar a las nociones, pero lo hace simplemente como contrapunto 0 negacién de los elementos verdadera- mente definidos de su criterio, es decir, de la claridad y la distincion, sin sefialar ningan cometido especifico ni definir 0 articular dichas expresiones en el conjunto del criterio. La geometria es para Descartes el modelo de conocimiento cierto, presente a la mente con absoluta claridad y distincién. Cualquier tipo de conocimiento que no se adecue a este ideal ser por prin- cipio de un grado inferior, descalificado como fuente de error en términos de confusién y oscuridads, Leibniz ocupa una posicién central en relacién con la historia efectual (Wirkungsgeschichte) del criterio de verdad cartesiano. Lleva a cabo una importante reformulacion del mismo y actiia a la vez como vehiculo de la recepcién de esta tematica en el contexto de la filosofia escolar de la ilus- tracién en Alemania. Consciente tanto de las deficiencias? como de la importancia del mismo Leibniz discute el criterio de verdad en un breve pero importante articulo publicado en la revista Acta Eruditorum en noviembre de 1684 con el titulo: Meditationes de cognitione, veritate et ideis’. La reelaboracion leibniciana del criterio de verdad ha sido calificada por Yvon Belaval muy acertadamente como “apelacién al formalismo”’. Para Descartes el paso de claridad a distincién se realiza mediante un pro- ceso de incremento de la atencion, proceso de caracter intuitivo que Leibniz se va a encargar de convertir en un proceso ldgico u operacional-formal. El 6 Cf, Descartes, op. cit., § 47: “... enumeraré aqui sumariamente todas las nociones sim- ples de las que se componen nuestros pensamientos; y distinguiré lo que es claro en cada una de ellas de lo que es oscuro, es decir, de aquello en lo que podemos equivocarnos.” 7 Asi en una carta al conde Ernst zu Hessen-Rheinfels del 24 del 12 de 1684: “... mais des Cartes mémes ne me satisfait pas en ces matieres. Leur principe (que tout ce qu’on peut conchure de idée qu’on a d'une chose Iuy peut estre attribué veritablement) est fort sujet 4 caution, et & moins que de donner des marques d'une conception distincte, il est inutile de dire, que tout ce qu’on concoit clairement et distinctement est veritable”, (Akademie- ‘Ausgabe, I, IV, p. 342) fragmento citado por Hans Heinz Holz en el Prefacio del editor en G. W. Leibniz Philosopbische Schriften, Insel Verlag, Francfort del Meno, 71986 (1965), p. 28 # CE. Gottfried Wilhelm Letsntz, Meditaciones sobre el conocimiento, la verdad y las ideas, en: G. W. Leibniz, Escritos filoséficos, Charcas, Buenos Aires, 1982, pp. 271-278. aqui p. 422: “Destacadas personalidades sostienen actualmente vivas controversias acerca de las ideas verdaderas y falsas. Como este tema es muy importante para llegar al conoci- miento de la verdad y ni siquiera el propio Descartes lo ha tratado en forma satisfactoria en parte alguna, quiero presentar brevemente algunas precisiones que me parecen necesarias acerca de las diferencias que es posible sefialar en las ideas y en los conocimientos y acerca de los criterios en que se basan.” ° Cf. Yvon BELAVAL, Leibniz und der Philosophische Ansatz bei Descartes, en Studia Leibnitiana, Sonderheft I, (1969), p. 2. 40 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jestis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en ef marco de la légica... grado de ‘distincién’ requiere segiin Leibniz la actividad logica del andlisis, la demostraci6n y la sancién en ultima instancia por parte del principio de no-contradiccién'®, En comparacién con Descartes y teniendo en cuenta el hilo conductor del presente trabajo" es necesario subrayar el significado que adquieren los dos primeros momentos del criterio: la ‘oscuridad’ y la ‘confusién’ desde el punto de vista de la monadologia leibniciana’. En el sistema monadolégi- co las representaciones oscuras y confusas equivalen a las “pequefias per- cepciones” (petites percepciones), a través de las cuales el alma humana se sumerge en el vasto océano de lo real'3 que refleja desde si misma pero que no es capaz de vislumbrar con plena nitidez. El andlisis de las representa- ciones claras, es decir, de aquellas que van acompafiadas de conciencia y de las que por tanto sélo es capaz una monada dotada de ‘apercepcin’ no agota el ambito de la actividad representativa, puesto que dicha actividad, entendida como ‘percepcién’ es propia de toda ménada. Lo que se oculta detras de una representacién confusa y de una oscura no es ni mas ni menos que el conjunto de la realidad en toda su extension. A la vez se puede afir- mar que precisamente esto que se oculta es lo mismo que se pone de mani- ‘© Cf, LeisNiz, op. cit., p. 272: “... una nocién distinta es como la que los ensayadores tienen del oro, esto es, aquella que permite distinguir esa cosa de todos los demds cuerpos parecidos, por medio de notas y exmenes suficientes”; p. 275: “Asi pues, resulta claro, por fin, qué es una idea verdadera y qué es una idea falsa. Es verdadera, en efecto, cuando la nocién es posible, es falsa cuando encierra contradiccién”; p. 276: “... no hay que desdefar como criterio de la verdad de los enunciados a las reglas de la logica comin, que también emplean los geémetras, es decir, que nada se admita naturalmente como cierto si no ha sido probado mediante una experiencia cuidadosa o una demostracién sdlida”. "La ponencia presentada por la autora del presente trabajo en el Congreso de la Sociedad Espafiola Leibniz, celebrado en Valencia en marzo del aio 2001 y que lleva por titulo Explicar a un ciego qué es lo rojo: los limites del conocimiento en Leibniz y el origen de la estética moderna, actualmente en prensa, contiene un andlisis pormenorizado de la transformacion leibniciana del criterio de verdad cartesiano en las Meditationes para super- visar luego desde un punto de vista més general las aportaciones de Leibniz a los primeros desarrollos de la estética. El presente trabajo amplia algunas cuestiones planteadas en la mencionada ponencia en relacién con Wolff y Baumgarten ¢ incorpora el estudio de Meier y Kant tomando como hilo conductor el desarrollo de la estética moderna 2 CE. Lentz, Discurso de metafisica, Sarpe, Madrid, 1985, § 24, p. 113 y ss. 8 La metéfora del océano es sugerida por el ejemplo de Leibniz de las olas del mar, cf LENZ, op. cit., § 33, p. 133: *... por eso nuestros sentimientos confusos son el resultado de una variedad de percepciones que es enteramente infinita. Y es algo parecido al murmu- Ilo confuso que oyen los que se acercan a la orilla del mar ...”. Acerca de la metafora del océano como pertinente imagen global del pensamiento de Leibniz cf. Francisco J. FERNANDEZ, El fildsofo del océano, Iralka, Iriin, 1998, 41 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la Iégica... fiesto paulatinamente en el ambito de la claridad y la distincién, conforme avanza el proceso del andlisis logico del concepto (notio, cognitio). Luz y oscuridad se copertenecen en el perspectivismo monadolégico. La maxima iluminacién corresponde a la inteligencia divina, la inteligencia humana esta abocada necesariamente a la oscuridad y confusién de los fendmenos. En palabras de Leibniz: “El alma es un mundo pequefio donde las ideas dis- tintas son una representacién de Dios y las confusas una representacion del universo”'4, Si las marcas de claridad y distincién sefialan en este caso al igual que en Descartes el ideal de conocimiento verdadero, las marcas de oscuridad y confusién, que en Descartes representaban tnicamente un con- trapunto explicativo, sirven en Leibniz para designar los limites de la capa- cidad de conocer humana en contraposicién a la omnisciencia divina para Ja cual la interconexién racional de lo real es inmediatamente presente. IIL. La psicologia empirica de Christian Wolff EI siguiente paso decisivo en la discusién y la elaboracion del criterio de verdad cartesiano le corresponde a Christian Wolff. Diversos testimonios en las fuentes atestiguan un conocimiento directo por parte de Wolff del escrito de las Meditationes de Leibniz's. Wolff hard fructificar los recursos conceptuales del criterio en dos ambitos diferentes, por una parte en el con- texto de la légica y por otra parte en lo que constituye una de las aporta- ciones mas importantes de este autor a la filosofia moderna: la elaboracion tedrica de la psicologia empirica'®. ¥ Leisntz, Nuevos ensayos sobre el entendimiento bumano, Alianza, Madrid, 1992, p. 113. 15 El principal testimonio se en cuentra en la Logica alemana, al final del prélogo a la primera edicién: “Finalmente tengo que reconocer, que, si al principio de mi reflexién acer- ca de las fuerzas del entendimiento no podia orientarme en muchos asuntos y en algunos respectos me habfa ido innecesariamente por las ramas, las ingeniosas meditaciones acerca del conocimiento, la verdad y las ideas del Sr. Leibniz en las Acta Eruditorum de Leipzig 1684 p. 573 me proporcionaron inesperadamente una gran luz”, Christian WOLFF, Verniinftige Gedanken von den Kriiften des menschlichen Verstandes und ibrem richtigen Gebrauche in Erkenntnis der Wabrbeit (=L6gica alemana), (Halle 11720) en Gesammelte Werke (-WW), Olms, Hildesheim, 1965, p. 109. Acerca de la doble recepcién por parte de Wolff del escrito de Leibniz en el marco de la I6gica y en la psicologia empirica cf. Clemens ScHWAIGER, Das Problem des Gliicks im Denken Christian Wolff, Fromann-Holzboog, Stuttgart-Bad Cannstatt, 1995, p. 140 y ss. 16 Acerca de la importancia concedida por el propio Wolff a la psicologia empiica, cf. Max Wunpt, Die deutsche Schulphilosophie im Zeitalter der Aufkldrung, Mohr (Paul Siebeck), Tubinga, 1945, pp. 192-193. 42 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... El punto de partida de la psicologia empitica de Wolff no es otro que el cogito cartesiano: la certeza inmediata de la autoconciencia. Wolff sittia a la psicologia empirica en un lugar preponderante de su sistema, convir- tiéndola en fundamento de otras disciplinas como la légica, el ars inve- niendi o la filosofia practica (ética, derecho natural)!”. La importancia que Wolff concede en general a la psicologia empitica y el hecho mismo de que la demostraci6n del cogito cartesiano constituya el punto de arranque en la primera versi6n del sistema metafisico de Wolff: la Metafisica alemana de 1720%, llevan p. ej. a Max Wundt a responsabilizar a este autor del psico- logismo caracteristico de la tltima etapa de la filosofia de la ilustracion alemana', Se podria afiadir que incluso la propia ldgica trascendental kan- tiana aparece desde este punto de vista bajo una nueva luz, no en vano gran parte del léxico que Kant emplea en su indagacién de las diversas funcio- nes de las facultades cognoscitivas remite directamente a la psicologia empirica del wolffianismo. Y también Kant sittia el “Yo pienso” (Ich denke), equivalente en términos kantianos a “la unidad sintética de la aper- cepcién” (Critica de la razén pura, B 132) en la cima de su investigacién trascendental2®, V Cf. Wolff, Discursus praeliminaris de philosophiae in genere, edicién bilingiie de Giinter Gawlick y Lothar Kreimendahl, Fromann-Holzboog, Stuttgart-Bad Canstatt, 1996, § 111, p. 120: “Quoniam ex Psychologia demonstrationum principia cum in Logica ... atque arte inveniendi ..., tum etiam in philosophia practica petuntur ...” CE. WoLFF, Pensamientos racionales acerca de Dios, el mundo y el alma del hombre, asi como sobre todas las cosas en general (=Metafisica alemana), ed. castellana de Agustin Gonzalez Ruiz, Akal, Madrid, 2000, pp. 61-63. Los nueve primeros pardgrafos de esta obra, agrupados en un primer capitulo bajo el titulo: “De cémo sabemos que somos y para qué nos sirve este conocimiento”, constituyen un intento de demostracion del cogito carte- siano. La versién latina de la metafisica introduce una importante matizacién toda vez que el punto de partida lo constituyen en este caso los principios y las determinaciones del ser en general expuestas en la denominada ‘philosophia prima sive ontologia’. Pero se trata efectivamente de una diferencia de simple matiz, puesto que Wolff equipara los principios del ser en general a los principios del conocimiento en general, tal como indica el propio subtitulo de la denominada Ontologia latina de 1731: Philosophia prima sive ontologia, scientia omnis cognitionis humanae principia, reimpresién en Olms, Hildesheim, 1964. La interpretacién de a ontologia como la ciencia de los principios del conocimiento humano equivale a una versién genuinamente moderna de esta disciplina, heredera de la transfor- macién cartesiana de la filosofia. Acerca de la ontologia wolffiana camo telén de fonda de la critica kantiana, cf., Giovanni SALA, Die transzendentale Logik Kants und die Ontologie der deutschen Schulphilosopbie, en Philosophisches Jahrbuch, 95 (1988), pp. 18-53. ¥ Cf. WuNbT, op. cit., p. 193. » Cf. KanT, Critica de la razén pura, Alfaguara, Madrid, 1995, ('1978), p. 155 (en nota): “La unidad sintética de la apercepcién es, por tanto, el concepto mas elevado del que ha de depender todo uso del entendimiento, incluida la lgica entera y, en conformidad con 43 AGORA (2003), Vol, 22, n° 2: 37-63 Maria Jestis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... En el contexto de la ldgica, pese a que Wolff introduce algunas modifi- caciones con respecto al punto de vista de Leibniz, se mantiene en general en la linea de las Meditationes al considerar que el paso de la claridad a dis- tincidn se efecttia a través de la operacién del andlisis de la nocién, cuyo objetivo inmediato es la obtencién de definiciones?!, En el contexto de la psicologia empirica el tratamiento del problema es bastante mas complejo. Wolff realiza aqui una curiosa fusién entre el punto de vista cartesiano y el punto de vista de Leibniz. Por una parte cifra el grado de ‘distincién’ de una ‘percepcién’ o ‘pensamiento’ en la capacidad de distinguirlo de otros ‘diciendo’ o ‘enunciando’ las diferencias pertinentes: “A veces sucede que determinamos la diferencia de lo que pensamos y podemos, por tanto, tam- bién decirsela a otro si se nos solicita. Entonces son nuestros pensamientos distintos. Por ejemplo, cuando pienso en un triéngulo y en un cuadrado puedo determinar la diferencia entre el tridngulo y el cuadrado y, si alguien me pregunta cémo distingo estas figuras entre si de todas las demas, puedo decir también la diferencia”. Del mismo modo los pensamientos confusos se caracterizan por la imposibilidad de ser enunciados: “Ocurre muy fre- cuentemente, y en muchos hombres la mayoria de las veces, que no pueden determinar la diferencia de aquello que piensan y, por tanto, tampoco pue- den decirsela a nadie cuando se les requiere”*. El elemento lingiifstico est presente ya en las Meditationes de Leibniz, en la definicién de la ‘confusién’ como la imposibilidad de ‘enumerar’ las notas y por tanto de ella, la filosofia trascendental. Es més, esa facultad es el entendimiento mismo.” (B 134). En el ambito de los estudios kantianos se echa en falta un estudio detallado desde el punto de vista de la historia de las fuentes y de la historia de los conceptos que investigue las estre~ chas vinculaciones entre la psicologia empirica del wolffianismo y los recursos conceptuales de la filosofia trascendental, que resultaria muy ilustrativo para explicar, por ejemplo, la teorfa de las facultades y sus funciones en el marco de la deduccién trascendental. 2 Cf WoLF, Légica alemana, cit., § 36, p. 141, Wolff identifica los conceptos distintos (deutliche Begriffe|, que a la vez son exhaustivos (ausfiibrlich) con las definiciones (Erklarungen) por contraposicién a las descripciones (Beschreibungen): “Cuando un con- cepto distinto es exhaustivo, esto es, esta constituido de tal manera que no puede ser atri- buido a mas cosas que a las de una especie y éstas pueden mediante él ser diferenciadas de otras en todo tiempo, entonces lo llamo definici6n ... si por el contrario sélo sirve para reco- nocer algo con respecto a otras cosas actuales en un tiempo en determinadas circunstancias, entonces lo llamo descripcién.” 2 Wolff utiliza el término aleman ‘Gedanke’, que corresponde a los términos latinos ‘perceptio’, ‘cogitatio’. Suscribimos plenamente la traduccién de Gonzalez Ruiz de este tér- mino por ‘pensamiento’, cf. WoLFF, Metafisica alemana, cit., p. 334. % Cf. ibid., p. 108. 2 Tbid., p. 110. 44 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jess Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... ‘enunciar’ las diferencias entre las cosas: “... el conocimiento [es] confuso cuando no puedo enumerar por separado las notas necesarias para distin- guir esa cosa de otras, aunque la cosa posea realmente tales notas y requi- sitos en los que se puede descomponer su nocién: asi como reconocemos con claridad suficiente los colores, olores, sabores, y otros objetos propios de los sentidos y los diferenciamos a unos de otros, pero por el simple tes- timonio de los sentidos y ciertamente no por notas enunciables”25, Por otra parte sin embargo Wolff, en los pardgrafos que siguen a los citados ante- riormente, parece regresar a posiciones cartesianas considerando los cuatro momentos del criterio como cuatro momentos de un proceso de caracter intuitivo que ejemplifica recurriendo, al igual que Descartes, a la metafora de la visi6n: “nuestros pensamientos, los que tenemos de las cosas presen- tes fuera de nosotros, se rigen por nuestro cuerpo ... los entes corpdreos que se enfrentan al ojo en linea recta, se reproducen en la parte posterior del mismo, y somos conscientes de los mismos como fuera de nosotros del modo en que la imagen se forma en el ojo. En efecto, cuando la imagen del ojo es oscura, también son oscuros nuestros pensamientos. Cuando aqué- Ila es clara, también son claros éstos. Es aquella distinta, también son dis- tintos éstos. Es confusa, confusos son también nuestros pensamientos”2*. El elemento légico-analitico y la posibilidad de enunciacion de las notas dife- renciadoras desaparecen desde este punto de vista como criterios en los cuales cifrar el paso de la claridad a la distincién. Es suficiente el proceso meramente psicolégico de incremento de la vision”. La dificultad del status quaestionis en relacién con esta tematica en los textos de Wolff se agrava debido a la doble redaccién de su obra, en latin y en aleman, que con frecuencia ha dado lugar a la reformulacién de las doctrinas. Asi la Logica alemana de 1713 y la Légica latina de 1728 pre- sentan versiones diferentes del problema y lo mismo ocurre con los aparta- dos de psicologia empirica en la Metafisica alemana de 1720 y la Psychologia empirica, methodo scientifica pertractata de 1732. Resulta imposible elucidar aqui todos los matices’®. Atendiendo tinicamente a los aspectos relevantes en el marco del presente trabajo cabe sefialar que en 25 Lewniz, Meditaciones, cit., p. 272. 26 WOLFF, op. cit., p. 111. 27 Acerca de la importancia que la metéfora de la visién adquiere en el contexto de la psicologia empirica cf. SCHWAIGER, op. cit, p. 147; Pietro PIMPINELLA, Sensus e Sensatio in Wolff e Baumgarten, en Sensus - Sensatio, VII Colloquio Internazionale, Roma, 6-8 gen- naio 1995, Lessico Intellettuale Europeo, Leo S. Olschki, Roma, 1996, p. 477. 28 Puede servir como guia el estudio de SCHWAIGER, op. cit., pp. 139-150. 45 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de Ja estética en el marco de la légica.. general en el pensamiento de Wolff se acusa la tendencia a reconducir el multiperspectivismo monadolégico leibniciano de nuevo al dualismo carte- siano de la res cogitans frente a la res extensa®. Es muy notoria también la importancia que adquiere la investigacién del conocimiento sensible. No solamente en el Ambito de la psicologia empirica, que ofrece el marco te6- rico por antonomasia para la investigacién de los mecanismos de la sensa- cién, las funciones de los diversos sentidos, de la imaginaci6n, la memoria, la reflexion, el entendimiento, el juicio, asf como la investigacién acerca del lenguaje, los movimientos del 4nimo como el placer, el dolor, el deseo, etc., sino que también la psicologia racional:? toma como punto de partida la definicién de la funcién representativa del alma a partir del conocimiento a través de los sentidos: “He sefialado ya anteriormente que las sensacio- nes se rigen por los cambios que acaecen en los érganos de los sentidos y nos representan los cuerpos del mundo que afectan nuestros sentidos « Pero estos cuerpos son una parte del mundo ... Asi que el alma se repre- senta una parte del mundo, o tanto del mundo como permite la posicién de su cuerpo en el mismo; consiguientemente, como las acciones del alma pro- ceden de su fuerza ..., el alma posee una facultad de representarse el mundo segiin la posicién de su cuerpo en el mismo”>". Los diversos momentos del criterio de verdad pierden en Wolff el carac- ter de instrumento de prospeccién de la estructura racional de lo real que habian cobrado en Leibniz? pero logran en cambio acentuar su dimension gnoseol6gica puestos al servicio de la fundamentacién del conocimiento en el marco de la légica y de los procesos de percepcién en el marco de la psi- cologia empirica. En la versién latina de la psicologia empirica Wolff esta- blece un hito mediante la distincién entre la ‘parte inferior’ la ‘parte supe- rior’ de la ‘facultad cognoscitiva’ que apunta claramente en la direccién del 2 Cf, PIMPINELLA, op. cit, p. 471. 30 Mientras que la psicologia empirica estudia el alma desde el punto de vista de la expe- riencia, la psicologia racional se centra en la esencia del alma y sus atributos. Asi p. ¢j. las aclaraciones del propio Wolff al principio del capitulo de la psicologia empirica en su Metafisica alemana, WOLFF, op. cit, § 191, p. 105: “No pretendo todavia mostrar aqui lo que es el alma y cémo acontecen en ella los cambios, sino que mi propésito se limita ahora meramente a relatar lo que percibimos de ella a través de la experiencia diaria.” Y al prin- cipio de la psicologia racional, op. cit., § 727, p. 239: “Anteriormente en el capitulo terce- 10, he estudiado ya por extenso el alma, pero sélo en la medida en que percibimos sus efec- tos y podemos alcanzar un concepto distinto de ellos (§ 191). Ahora hemos de investigar en qué consiste la esencia del alma y de un espiritu en general ...” Ibid. p. 245. 2 Cf. PIMPINELLA, op. cit., p. 471 46 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... progresivo reconocimiento de la autonomia de la facultad sensible. Existe un tipo de conocimiento caracteristico de la parte inferior del conocer, que se identifica con las representaciones oscuras y confusas, mientras que la facultad superior proporciona representaciones distintas: “Facultatis cog- noscendi pars inferior dicitur, qua ideas et notiones obscuras atque confu- sas nobis comparamus ... Facultas cognoscendi pars superior est, qua ideas et notiones distinctas acquirimus”®. Esta distincién se prefigura en la Metafisica alemana: “El entendimiento es la facultad de representarse dis- tintamente lo posible. Y el entendimiento se diferencia de los sentidos y de la imaginacion en que donde solo se dan éstos, las representaciones son como mucho claras pero no distintas: en cambio, cuando se afiade el enten- dimiento, las mismas se convierten en distintas”34, En determinados pasa- jes de estos textos, tanto en la versién latina como en la version alemana, Wolff reconoce una ‘distinci6n’ propia del conocimiento sensible irreducti- ble a la distincién analitica propia de la funcion superior o intelectual. La representacién ‘distinta’ asociada a la percepcién sensible corresponde en general a las cualidades primarias como la figura o el tamaiio, mientras que la representacin ‘confusa’ y ‘oscura’ corresponde a las cualidades secun- darias: colores, etc.: “... Donde reina distincién en las sensaciones nos podemos volver a representar algo mejor que donde reina confusi6n ... Por eso, como en general, en las cosas que vemos no vienen representados mas que formas, tamajios, posiciones y colores, y dado que las formas, tamaiios y posiciones poseen distincién, los colores, por contra, no ...3 se pueden, en general, volver a representar mejor, de entre las cosas que se ven, las for- mas tamajios y posiciones que el color”. Para Descartes y también para Leibniz el criterio de ‘distincién’ (notio, cognitio distincta) ofrecia la ulti- ma garantia de la verdad del conocimiento, en el caso de Descartes porque suponfa un mayor grado de evidencia intuitiva, en el caso de Leibniz por- que este grado cognitivo va acompafiado de la garantia de la ausencia de contradiccién en las nociones. Atribuir el grado de ‘distincién’ al conoci- miento sensible, como hace Wolff, supone reconocer su homologacién al conocimiento intelectual en los términos que el racionalismo venia emple- ando para evaluar el conocimiento. La terminologfa utilizada desde Descartes para explicar las diferencias entre conocimiento sensible y el inte- 3 Cf. WoLtF, Psychologia empirica, ed. Olms, Hildesheim, 1968, § 54 y § 55, citado por PIMPINELLA, op. cit., p. 471. 3 Tid, p. 123. 55 CE. ibid, § 232, p. 114. 47 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de /a estética en el marco de la légica. ligible va camino de perder su virtualidad. Seré Kant quién logre formular estas distinciones desde un punto de vista diferente —derivado de su parti- cular manera de enfocar el problema de la fundamentacién del conoci- miento- y con una terminologia también diferente cuando reconozca en la espacialidad y la temporalidad la estructura formal del conocimiento sen- sible. Como sabemos éste es el nticleo tedrico de la estética trascendental kantiana, completamente desarrollada ya aunque sin que Kant utilice toda- via esta denominacion en la obra de 1770 De mundi sensibilis atque inte- lligibilis forma et principii. Pero para llegar a este momento, que sefiala la inflexidn en el seno de la filosofia moderna entre el pensamiento raciona- lista y la filosofia trascendental, es preciso asistir previamente a un paso preliminar muy importante, asociado a la investigacion del conocimiento sensible en el marco del racionalismo escolar: la fundacién de la estética como disciplina filoséfica. IV. La estética de Alexander Gottlieb Baumgarten Sobre la base que proporciona la psicologia empitica de Christian Wolff, Baumgarten postula la autonomia de un saber, la estética, que define como “scientia cognitiones sensitiva” (ciencia del conocimiento sensible)°. El acta fundacional de la estética la constituye la breve disertacién académica mediante la cual el joven estudiante Baumgarten obtiene en el mes de sep- tiembre de 1735 la venia legendi de la Universidad de Halle, donde habia tenido como maestro a Christian Wolff’. El escrito, en latin de acuerdo con las prescripciones académicas de la época, lleva por titulo Meditationes philosophicae de nonnullis ad poema pertinentibus. En el § 116 36 Cf. Alexander Gottlieb BAUMGARTEN, Aesthetica, vol. 1, § 1, Francfort del Oder, 11750-1758, reimpresin en Olms, Hildesheim-Nueva York, 1976, citada aqui segiin la antologia de textos de Baumgarten Texte zur Grundlegung der Asthetik, Felix Meiner, Hamburgo, 1983, p. 79: “Aesthetica (theoria liberalium artium, gnoseologia inferior, ars pulchre cogitandi, ars analogi rationis) est scientia cognitionis sensitivac”. 2 Wolff ejerce en Halle desde 1706 hasta su famoso conflicto con las autoridades pie- tistas en 1723, cf. WUNDT, op. cit, p. 131. Baumgarten, pese a que se habia educado en el orfanato pietista dirigido por Franke en Halle se convertira pronto en seguidor de Wolff. En general los estudiosos coinciden en calificarlo como el mas competente entre los wolffianos, ef. Lewis White Beck, Early German Philosophy, Kant and His Predecessors, Harvard University Press, Cambridge (Massachusetts), 1969, pp. 283-284, 8Contamos en castellano con una versién reciente de Catalina Terrasa Montane por la que citaremos en lo que sigue: Reflexiones filos6ficas en torno al poema, en Belleza y 48 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jestis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica. Baumgarten emplea por vez primera el término ‘estética’. Justifica su elec- cién remitiéndose al étimo griego a la vez que realiza una importante y deli- cada operaci6n en el campo de la organizacién de los saberes: Baumgarten separa cuidadosamente la estética de lo que él en otros contextos califica como su ‘hermana mayor’, la ldgica**; “Los fil6sofos griegos y los padres de la Iglesia ya distinguieron siempre cuidadosamente entre aistheta (cosas percibidas) y eta (cosas conocidas), y es bastante evidente que no equi- paraban las cosas percibidas tinicamente con las cosas sensibles, porque también las no sensibles (las representaciones imaginarias, por tanto) se honraban con este nombre. Por consiguiente las cosas conocidas (noeta) deberan serlo por una facultad superior como objeto de la ldgica; las cosas percibidas (aistheta) deberan serlo como objeto del conocimiento propio de la percepcién (epistemes aistheticas) 0 ESTETICA”®, Baumgarten se ve abocado a separar cuidadosamente la estética de la légica porque lo que él considera que son problemas de estética aparecen entremezclados con el punto de vista de la légica precisamente en la medi- da en que el criterio de verdad cartesiano constituye una de las partes fundamentales de la logica de corte gnoseolégico y no formal que es carac- teristica del racionalismo. Los términos del criterio habian servido para investigar tanto el conocimiento racional 0 intelectual, objeto de la logica, como el conocimiento sensible. La nueva ‘ciencia del conocimiento sensi- ble’ delimita pues sus competencias frente a la ciencia del conocimiento intelectual o racional. Las expresiones que califican a la nueva disciplina en las definiciones que Baumgarten proporciona en sus diversas obras contie- nen sistematicamente alusiones a la légica. La estética es ‘gnoseologia infe- rior’, el ‘arte de pensar bellamente’ o el ‘arte andlogo al de la raz6n’*!. La filosofia racionalista, que pretendia constituirse con ayuda del método verdad. Sobre la estética entre la Ilustracion y el Romanticismo, Alba Editorial, Barcelona, 1999, asi como con una versién mas antigua de José Antonio Miguez, Reflexiones filosdfi- cas acerca de la poesia, Aguilar, Buenos Aires, 1955, » Cf. el curso de estética de Baumgarten acompaiiado de un estudio del mismo publi- cado por Bernhard Popre bajo el titulo A. G. Baumgarten, seine Stellung und Bedeutung in der Leibniz-Wolffschen Philosophie, tesis doctoral, Borna-Leipzig, Leipzig, 1907, § 13, p. 79: “Llamamos a la estética la hermana menor de la logica por lo que respecta a la teoria, por lo que respecta a la practica la estética serfa la mayor.” * Cf, BAUMGARTEN, Reflexiones filosoficas, cit., p. 77-78. *' Cf. supra nota 36. Sobre la definicién de la estética cf. los andlisis de Hans Rudolf Scuweizer, Asthetik als Philosophie der sinnlichen Erkenntnis: eine Interpretation der “Aesthetica” A. G. Baumgartens mit teilweiser Wiedergabe des lateinsichen Textes und deutscher Ubersetzung, Schwabe & Co., Basel ~Stuttgart, 1973, pp. 20-27. 49 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jestis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... mateméatico en un saber arquitecténico, perfectamente ordenado y riguro- 50, deducible a partir de principios, abre sus puertas a la reflexién acerca del arte a través de la analogia que Baumgarten establece entre la légica y la estética. Para Lewis White Beck la aportacién decisiva de Baumgarten consiste precisamente en haber logrado incorporar la reflexién sobre lo a- logico a un sistema que se define exclusivamente a partir de principios légi- co-racionales*”. En las Reflexiones de 1735 el joven Baumgarten reconoce asimismo la importancia de la investigacion de la facultad cognoscitiva inferior en el contexto de la psicologia empirica como punto de partida de la estética: “Puesto que la psicologia da firmes principios, ninguno de nosotros duda (de) que puede darse como una ciencia que guia la facultad cognoscitiva inferior o bien como wna ciencia en torno al objeto del conocimiento sen- sible”43. La separacién o delimitacién de las competencias de la estética como ciencia del conocimiento sensible y de la légica como ciencia del conocimiento propiamente dicho que se corresponde con la actividad de la facultad superior del conocer o entendimiento, junto con el recurso a la psi- cologia empirica, puesto que éste era el ambito que la filosoffa wolffiana habia destinado a la indagacién acerca del conocimiento sensible, constitu- yen los dos momentos clave de la definicién de la estética de Baumgarten. Asi, p. ej. en el siguiente fragmento del Curso de estética editado en 1907 a partir de apuntes de lecciones universitarias por Poppe: “Cuando los anti- guos hablaban de la mejora del entendimiento, se proponia la logica como instrumento general, que debja mejorar el entendimiento en su conjunto. Ahora sabemos que el conocimiento sensible (sinnliche Erkenntnis) es el fundamento del conocimiento distinto (dewtliche Erkenntnis); si se ha de mejorar el entendimiento en su conjunto la légica debe ayudarse de la esté- tica ... Conocemos por la psicologia que nuestro conocimiento de la inter- conexién de las cosas es en parte distinto en parte confuso siendo aquél la razon y el ultimo analogon rationis, obtenga pues segtin esto su denomina- cion”#4, 2 BECK, op. cit., p. 284: “... he [Baumgarten] was the first to handle the subject matter of art with the apparatus of an established system that professed to have a place for every- thing, and to reason syllogistically with the recalcitrant material of art without distorting it beyond recognition. He thus enriched both philosophy and the intellectual concern with the fine arts.” 43 BAUMGARTEN, op. cit., § 115, p. 77. “ Cf. POPPE/BAUMGARTEN, Op. cit., p. 69. 50 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de Ia légica... En el afio 1739 Baumgarten publica en Halle su Metaphysica, obra de gran éxito, reeditada en siete ocasiones entre 1739 y 177945, de extraordi- naria importancia desde el punto de vista de la historia de las fuentes puesto que se trata del manual utilizado por Kant para dictar su curso de metafisica a lo largo de cuarenta afios. Baumgarten le merece al docente de Kénigsberg el calificativo de “prominente entre los metafisicos”48, mientras que el texto es considerado como “el més riguroso y el mas titil entre todos los manuales de su género”47. En 1740 Baumgarten se traslada de Halle a Francfort del Oder tras haber obtenido una cdtedra en la universidad de esta ciudad. La estética entra a formar parte de su programa habitual de cursos‘, Entre los aiios 1750 y 1758 se decide a instancias de su discipulo y colaborador Georg Friedrich Meier a publicar bajo el titulo de Aesthetica la obra que habia ido elaborando en forma de lecciones universitarias a lo largo de la década pre- cedente y que permaneceré finalmente inconclusa debido al fallecimiento del autor en 1762. En relacién con la tematica que nos ocupa y debido a su interés desde el punto de vista de la historia de las fuentes, centraremos a continuaci6n el anilisis en los capitulos del manual de metafisica correspondientes a la psi- cologia empirica. Lo primero que llama la atencién es que lo que Wolff consideraba todavia con timidez como ‘parte inferior del conocer’ (“Facultas cognoscitiva pars inferior”)? se convierte en Baumgarten deci- didamente en “Facultas cognoscitiva inferior”s°, El mimero de paragrafos dedicado a estudiar la facultad inferior del conocer se amplia considera- blemente y el enfoque varia con respecto a Wolff. En general Baumgarten se desinteresa por el tratamiento wolffiano de los mecanismos fisiolégicos de la sensacién que presuponen la accin causal de los cuerpos exteriores sobre el propio cuerpo y regresa al enfoque predominantemente metafisico de Leibniz, En el punto de partida de su andlisis se sitéa la nocién de “5 CE. WUNDT, op. cit., p. 220. + Kant, Principiorum primorum cognitionis metapbysicae nova dilucidatio, (1755) en Kant Werke, Vol. 1, Vorkritische Schriften bis 1768, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 11960, (Sonderausgabe 1983), p. 483, citado por WuNbT, op. cit., p. 220. “ KanT, en el afio 1756, al final del anuncio de lecciones Newe Anmerkung zur Theorie der Winde, citado por WUNDT, op. cit., p. 220. +8 CE, Porpe, op. cit., p. 13. “CE, supra nota 33. 50 BAUMGARTEN, Texte zur Grundlegung der Asthetik, cit., p. 8. 51 Baumgarten vuelve a Leibniz en varios aspectos importantes de su filosofia, asi, p. ¢j.. se readuefia del sistema leibniciano de la armonia preestablecida y utiliza el término ‘monas’ 51 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica. “perceptio totalis”s2: el alma se representa el universo en su totalidad, una parte del universo se representa oscura y confusamente, otra parte de forma clara y distinta. El fundamento de la diferencia entre estos dos tipos de representacién radica en que son producidas por facultades diferentes®s. Desde este punto de vista Baumgarten profundiza en el andlisis fenomeno- légico de la conciencia. Su gran aportacién consiste en la elaboracién de nuevos recursos conceptuales con ayuda de los cuales procede a la explo- racién de lo que él llama el “fundus animae” o el “campo de la oscuridad” (campus obscuritatis) que se opone al “campo de la claridad o de la luz” (campus claritatis, lucis)s4. Estos nuevos recursos permiten a Baumgarten ademas examinar la mutua incidencia entre ambos dominios de la con- ciencia: el de la conciencia sensible, empirica, y el del andlisis conceptual. En general abunda en la calificacion positiva de las representaciones oscu- ras y confusas mediante criterios como el de la ‘fuerza’5s, que es relativo al ntimero de notas contenidas en la representacién, o lo que Baumgarten llama la ‘claridad extensiva’ de la misma‘, opuesta a la ‘claridad intensi- va’. Mientras que la claridad extensiva depende de la cantidad de las notas, la claridad intensiva depende de que la nocion clara contenga a su vez notas claras. La clarificacién de las notas convierte a la representacién en mas clara; la claridad extensiva, es decir, el incremento del numero de notas, convierte a la representacién por el contrario en mas fuerte. Desde este punto de vista una representacién oscura puede ser mas fuerte que una representacién clara, o una representacion clara mas fuerte que una distin- tas’, Las representaciones ‘fuertes’ son denominadas por Baumgarten también ‘pregnantes’ (praegnantes)*. Aunque en ocasiones las representa- ciones oscuras y confusas puedan en virtud de su fuerza ejercer sobre el espiritu una influencia mayor que las claras y distintas’? desde el punto de vista del valor cognoscitivo no obstante se mantiene la preeminencia de estas tiltimas. Precisamente merced al menor valor cognoscitivo de las represen- taciones oscuras y confusas la facultad que las produce ser considerada para referirse a la sustancia como espejo activo del universo, mientras que Wolff lo habia evitado, cf. PIMPINELLA, op. cit., p. 487. 3 Cf, BAUMGARTEN, Texte cur Grundlegung der Asthetik, cit., § 514, p. 4. 59 CE ibid., § 520, § 521, § 522, pp. 8-9. 5 CE. ibid., § 511, p. 4. 55 Cf. ibid., § 516, § 517, pp. 6-7. 56 Cf. ibid., § 531, p. 14. 5 CE. ibid., § 517, p. 8. 58 CE. ibid. 9 CE. ibid., § 516, p. 6. 52 AGORA (2003), Vol. 22, n® 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de Ia estética en el marco de la légica. como “facultad inferior”*, Ademés de la fuerza Baumgarten emplea otros criterios, como el de la ‘vivacidad’ (vividitas) de la representacién, que sefialan las caracteristicas especificas de la representacion sensible, logra asi trazar una nitida linea divisoria entre este tipo de conocimiento y el inte- lectual. El Ambito del conocimiento sensible, que se identifica con lo con- creto, se perfila a través de estas caracterizaciones cada vez mds como irreductible al conocimiento intelectual. El arte, en particular en la modali- dad de la poesia‘, hace uso de los recursos del conocimiento sensible, es decir, de representaciones concretas, vividas, pregnantes, capaces de ejercer una intensa influencia sobre la psique. En las Reflexiones de 1735 Baumgarten llamaba “discurso sensible” al “discurso de las representacio- nes sensibles”®3, El poema era definido como “discurso sensible perfecto”. Tanto el discurso sensible como el intelectual son formas de conocimiento, si bien considerablemente diferentes tanto por el tipo de representacion como por las facultades que las producen. El discurso sensible 0 poético corresponde a un tipo de conocimiento sensible, concreto y confuso, pero leno de vida, mientras que el discurso intelectual o racional se correspon- de con un tipo de conocimiento riguroso, claro y distinto, pero abstracto y opuesto por tanto a la fuerza, patencia y vitalidad del primero. Ambos modos de representar requieren ciencias diferentes para su estudio: la légi- ca como ciencia de la facultad superior y la estética como ciencia de la facultad inferior del conocer, asf en el § 533: “scientia sensitive cognoscen- di et proponendi est Aesthetica (Logica facultatis cognoscitiva inferioris, Philosophia gratiarum et musarum, ars pulchre cogitandi, ars analogi ratio- nis”®, © Cf. ibid., § 520, p. 8. © CE. ibid., § 531, p. 14. Acerca del predominio de la poética en la estética de Baumgarten cf. Ernst CASsIRER, La filosofia de la ilustracién, E.C.E., México ('1943), 1993, p. 380. Contribuye al interés de Baumgarten por la poética el hecho de que él mismo hubiese cultivado la poesia, ademas de haber ejercido como docente de poética en la universidad, cf. PimpiNeLLA, Baumgarten ¢ le orgini dell’estetica, introduccién a: Antonio Lamarra/Pietro Pimpinella, Meditationes philo- sophica de nonnullis ad poema pertinentibus di A. G. Baumgarten, Testo, Indici, Concordanze, Leo S. Olschki Editore, 1993, pp. 3-42, aqui p. 8-9. © Baumgarten, Reflexiones, cit., § VI, p. 27. Ibid., § VIL, p. 28. 6 Baumgarten, Texte zur Grundlegung der Asthetik, cit., p 16. 53 AGORA (2003), Vol. 22, n® 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... V. Las fuentes de Kant sobre estética: la filosofia escolar de la ilustracién en Alemania EI momento fundacional de la estética como disciplina filoséfica resulta enormemente revelador en relacién con algunos desarrollos cruciales del pensamiento de Kant. Asi, p. ej., s6lo desde esta perspectiva se puede com- prender adecuadamente como el fildsofo de Kénigsberg resuelve el proble- ma del fundamento y los limites de la capacidad cognoscitiva humana a partir de la complementariedad entre una ‘estética trascendental’ y una ‘légica trascendental’®, Por otra parte las fuentes del legado postumo de Kant: Apuntes de lecciones (Vorlesungsnachschriften) y Reflexiones (Reflexionen) atestiguan que el autor de Kénigsberg se ocupé con gran intensidad de cuestiones de estética mucho antes de haber abordado el pro- blema del juicio estético desde la perspectiva de la indagacién trascenden- tal en la Critica del Juicio. La historia de las fuentes (Quellengeschichte), vinculada en este caso estrechamente a la normativa que rige los usos académicos en la época en la que a Kant le toca ejercer como docente y mas tarde como profesor en la Universidad Albertina de Kénigsberg, proporciona un hilo conductor sumamente iitil para comprender las motivaciones de Kant. Era usual en la época dictar lecciones utilizando como gufa un manual‘?, Los viejos manuales escolasticos habfan sido sustituidos poco a poco por las obras de pensadores-profesores comprometidos con la tarea de la transformacién de la institucién universitaria, es decir, con la apertura de la misma a los sabe- res renovados: cartesianismo, filosofia leibniciana, empirismo, la nueva fisica. Merece la pena recordar en este contexto la labor de los pioneros: Christian Thomasius 0 el propio Christian Wolff. Empefiado el primero en hacer desaparecer de las aulas cualquier vestigio de escolasticismo se lanza a redactar manuales de nuevo cuiio para las principales disciplinas de la filosofia: logica, ética, metafisica, derecho natural®*. Su aborrecimiento de 6 Acerca de la importancia de los desarrollos de estética en el racionalismo escolar de cara al giro experimentado por la filosofia de Kant en torno a 1770, cf. TONELLI, Die Umuviilzung von 1769 bei Kant, en Kant-Studien (1963), pp. 369-375. © E] ministro de instruccién y culto de Prusia Karl Abraham von Zedlitz. convierte este uso en preceptivo con su directiva ministerial del 16 de octubre de 1778, cf. VAZQUEZ Loveiras, Estudio preliminar, en KANT, Légica, cit., p. 17. 6 P, ¢j, los siguientes manuales de THomastus, Institutiones jurisprudentiae divinae (Leipzig, 1688); Introductio ad philosophiam aulicam (Leipzig, 1688), Einleitung in die Vernunftlehre (Halle 1691), Ausitbung der Vernunfilebre (Halle, 1691), Einleitung in die 54 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesds Vazquez Lobeiras Las raices de Ia estética en el marco de la légica... la escolastica va unido al intento de desterrar el latin de la ensefianza universitaria. Christian Wolff, de talante mucho mds moderado que su maestro, comparte sin embargo su compromiso con una institucién uni- versitaria permeable a la modernidad y a la ilustracién. Al contrario que Thomasius, Wolff no desecha la escolastica sino que aborda la tarea de reconstruir los saberes tradicionales sometiéndolos al imperativo de rigor metédico y cientificidad que proclamaba la filosofia cartesiana. Se consti- tuye asi en un puente entre tradicion y modernidad. La critica de Kant a la metafisica resulta incomprensible si no se tiene en cuenta previamente el intento wolffiano de reconstruccién de la misma. Wolff, que merecera el apelativo de preceptor universal del género humano®, aborda la recons- truccién de los saberes tradicionales teniendo como destinatario inmediato el aula. Se convierte asi en un prolifico autor de manuales destinados a la docencia universitaria. Sus discfpulos més brillantes y también sus oponen- tes le secundan en esta tarea’?. Es precisamente la intensa actividad de redaccién de manuales la que permite hablar de ‘filosoffa escolar de la ilus- tracién alemana’. En un siglo como el de las luces, en el que el apelativo a ‘pensar por sf mismo’?! es una constante, la filosofia para el aula y la pro- duccién de manuales no estan en absoluto refiidas con la originalidad, mas bien todo lo contrario. ‘Filosofia escolar’ es en estos momentos sinénimo de floreciente investigacién filoséfica. En la eleccién de manuales para impartir sus cursos Kant se vincula desde el principio al wolffianismo. Aunque parece haber recurtido inicial- mente al manual del discfpulo de Wolff Christian Baumeister, Institutiones Sittenlebre (Halle, 1762), Ausiibung der Sittenlehre (Halle 1696), Versuch vom Wesen des Geistes, (1699), cf. WunbT, op. cit., p. 20. © Cf. Werner ScHNEIDERS, Leibnia-Thomasius-Wolff. Die Anfiinge der Aufklarung in Deutschland, en Akten des II. Internationalen Leibniz-Kongresses, Hannover, 17-22. Juli 1972, vol. 1, Studia Leibnitiana Supplementa, vol. XII, Steiner, Wiesbaden, 1973, p. 114. 7 CE, WUNDT, op. cit., pp. 211 y ss. "Cf. WOLFF, Discursus praeliminaris de philosophiae in genere, cit., Cap. VI, “Acerca de la libertad en el filosofar”, § 151, p. 151: “La libertad en el filosofar es el permiso de exponer piblicamente la propia opinién sobre asuntos filos6ficos. Un filsofo que ostenta la libertad del filosofar define, juzga y demuestra sus afirmaciones como a él le parece correcto, en ningiin caso permite que se le ordene proponer una definicién segiin la volun- tad de otro”. Todo este capitulo del Discursus praeliminaris, que precede a la Légica latina de Wolff, constituye una ferviente apelacién a hacer uso de la propia raz6n, Kant proclama también desde el aula, en la leccién de légica, la necesidad de pensar por si mismo, cf. Logica, cit., p. 93: “No puede llamarse filésofo absolutamente nadie que no sea capaz de filosofar. Slo se puede aprender a filosofaz, empero, mediante el ejercicio y el uso auténo- mo de la raz6n.” 55 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jess Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica... metaphysicae (1738) tenemos constancia de su preferencia por la Metaphysica de Baumgarten. También en el caso de la ética recurre a este autor”. Para la leccién de légica emplea los manuales de Georg Friedrich Meier, al principio la Doctrina de la razén (Vernunftlebre, Halle, 1752) y més tarde la versién abreviada de la misma Extracto de la doctrina de la razon (Auszug aus der Vernunftlebre, Halle, 1752). Las disquisiciones de Kant sobre estética abundan en particular en el corpus de légica y el de antropologia. Tanto los Apuntes de lecciones como las Reflexiones contienen importantes testimonios. Este hecho es explicable directamente desde el punto de vista de la historia de las fuentes. Asi la lec- cién de antropologia de Kant tiene como fuente directa los paragrafos de la psicologia empitica de Baumgarten, que Kant escinde de la psicologia racional y del resto de los capitulos de la metafisica para edificar en gran medida sobre esta base el programa de un nuevo curso, el de antropologia, cuya docencia universitaria le cabe el mérito de haber inaugurado en el semestre de invierno de 1772/73”. La antropologia de Kant, al igual que la psicologia empirica de Baumgarten, constituye en parte una exploracién de la conciencia empirica’S. La doctrina de las facultades, con explicacién de las funciones respectivas de la facultad de juzgar, la sensibilidad, el enten- dimiento o la imaginaci6n constituye un capitulo importante de esta nueva Area del saber. En la psicologia empirica de Baumgarten Kant recaba recur- sos conceptuales que hard fructificar no solamente en el terreno de la antro- pologia sino también en el terreno de la estética. Igualmente el hecho de que los materiales del legado de légica conten- gan importantes aportaciones en relacién con la estética aparece directa- mente vinculado a la historia de las fuentes. La clave la proporciona en este caso la peculiar orientacién de la légica de Meier, que propugna un ideal 7 Cf, WuNDT, op. cit., p. 219. Cf. Emil ARNOLDT, Méglichst vollstiindiges Verzeichnis aller von Kant gehaltenen oder nur angekiindigten Kollegia, en Gesammelte Schriften, vol. 5, Bruno Cassirer, Berlin, 1909, pp. 181 y ss. 7 Kant utiliza la Ethica philosophica de Baumgarten, Halle, 11740, reimpresa junto con los restantes manuales utilizados por Kant en la edicién de las obras completas de la ‘Academia de las Ciencias de Berlin y sus sucesores, Kant’s gesammelte Schriften, Walter de Gruyter, Berlin y Leipzig, 1900 y ss., citada a partir de ahora mediante las siglas AA acom- paiiadas de la indicacién del volumen en niimeros romanos y de la pagina en guarismos, aqui AA XXVIII 735-869 (21751) y XXVIII 871-1028 (31763). 7 Cf, ARNOLDT, op. cit., p. 236. 25 Acerca de la “emancipacién” de la antropologfa a partir de la psicologia empirica de Baumgarten cf. Reinhard Branpt/Werner STARK, Introduccién a su edicién de las Lecciones de antropologia de Kant en AA XVI, VII y ss. 56 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de Ia estética en el marco de Ia légica.. de conocimiento capaz de combinar la verdad y el rigor con una exposicién ella del mismo. Légica, estética, psicologia empirica y antropologia aparecen estrecha- mente relacionadas desde el punto de vista de la historia de las fuentes. Mientras que la légica forma parte del conjunto de saberes tradicionales, la estética, la psicologia empirica y la antropologia ven la luz precisamente en la etapa que nos ocupa. Son productos genuinos del siglo XVIII, estrecha- mente vinculados al afan de investigacién del Ambito humano que caracte- riza a la ilustraci6n, a la exploracién de la conciencia, a la fundamentacion del conocimiento y al anilisis de los limites de la racionalidad. La filosofia que se desenvuelve en las universidades alemanas en buena parte al hilo de la produccién de manuales: la filosoffa escolar de la ilustracién alemana, sera capaz de crear las condiciones idéneas para la eclosién de estas tres importantes disciplinas. No es de extrafiar por tanto que sean precisamen- te las fuentes kantianas vinculadas directamente a la institucién universita- ria: Apuntes de lecciones y Reflexiones los canales que en gran medida con- ducen la indagacién de Kant sobre estos temas. Abordaremos para cerrar este trabajo un aspecto parcial de este com- plejo y rico panorama intelectual. Se trata de destacar brevemente la origi- nal posicién de Georg Friedrich Meier respecto a la légica, que permite res- ponder al menos a una de las interrogantes que plantea el estudio de las fuentes del legado de Kant ¢A qué se debe la proliferacién de considera- ciones sobre estética en el marco de la légica? VI. La cognitio aesthetico-logica de George Friedrich Meier La originalidad de Meier consiste en haber convertido en un reto inte- lectual lo que su maestro Baumgarten interpretaba como una dificultad, expresada en los siguientes términos en las Reflexiones de 1735: “... se con- sidera muy dificil que la filosofia y la poesia puedan permanecer alguna vez en una misma morada, puesto que aquélla persigue sobre todo la distincién de los conceptos, algo que ésta no cuida por estar fuera de su ambito ...”76 Si Baumgarten se habia preocupado por delimitar cuidadosamente las tare- as de la estética y la légica, su discipulo Meier aboga en cambio por una sutil combinaci6n entre ambas disciplinas. La abstraccin del conocimien- to conceptual debe completarse con la concrecién de la intuici6n sensible. 16 BAUMGARTEN, Reflexiones, cit., p. 32. 57 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la légica.. La exposicién rigurosa del conocimiento debe ayudarse del discurso sensi- ble y la belleza y todo ello en aras de un importante objetivo: la amenidad y la comunicabilidad. EI punto de vista de Meier se caracteriza por su orientacién practica, no se trata ya de la fundamentacién de los saberes, sino de su decidida aplica- cién en la formaci6n del género humano. Meier se hace cargo de este modo de uno de los cometidos programaticos mas importantes de la ilustracién. Su légica se dirige “a los eruditos de profesién” pero también a eruditos “de otro tipo completamente diferente”’’. Se propone explicitar una serie de reglas que permitan lograr una buena combinacién entre las cualidades légicas del discurso y las cualidades estéticas del mismo y concreta este ideal en la expresiOn: cognitio aesthetico-logica’s, referida al conocimiento capaz de armonizar el rigor con la belleza. Meier pretende combatir con este ideal la sequedad de la filosofia escolar y se convierte asi en un repre- sentante genuino del ideal ilustrado de formacién para el mundo. Calificado como un wolffiano mucho mas heterodoxo que Baumgarten”, 0 ubicado ya en los margenes del wolffianismo, Max Wundt ha descrito acertadamente la posicién de Meier en el panorama de la filosofia escolar de la ilustracién alemana: “Los manuales de Meier, si es que se le quieren llamar todavia manuales, se encuentran en la frontera mas externa de la filosofia escolar wolffiana. La escuela se amplia hacia el mundo, pero sola- mente porque el mundo esta dispuesto a acudir a la escuela”, Es precisa- mente la utilidad para el mundo, asi como la combinacién de doctrinas logicas y estéticas, lo que segiin declaracion explicita de Kant le ha impul- sado a optar por el manual de Meier: “... el manual del Sr. Meier ... da pie a comprender, junto a la cultura de la raz6n refinada y erudita, la forma- cién del entendimiento, aunque comin, activo y sano. Aquélla para la vida contemplativa, ésta para la vida activa y ciudadana. Por otra parte, el parentesco tan cercano de las materias da motivo para echar una mirada, junto a la Critica de la raz6n, a la Critica del gusto, es decir, a la estética, ya que las reglas de una sirven en todo momento para explicar la otra y su contraste es un medio para comprender mejor a ambas”8!. 7 Meier, Extracto de la doctrina de la razém, § 3, en AA XVIS 7 Cf. ibid., § 24, en AA XVI 104. 7 Cf. Riccardo Pozzo, Georg Friedrich Meiers “Vernunftlebre”, Fromann-Holzboog, Stuttgart-Bad Cannstatt, 2000, p. 29. # Wunbt, op. cit., p. 228. 8 Kanr, Aviso de I. Kant sobre la orientacién de sus lecciones en el semestre de invier- no de 1765-1766, introduccién y notas de Alfonso Freire, traduccion de Xabi Intxausti y Alfonso Freire, en Agora, 10 (1990), pp. 131-152, aqui, p. 149-150. 58 AGORA (2003), Vol. 22, n® 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de Ia légica. Al conjunto de su sistema filoséfico Meier lo denomina “el plan de la eficacia (Wirksamkeit) de la raz6n”8?, Tal como indica Riccardo Pozzo, autor del mas completo estudio monogréfico sobre la légica de Meier, ‘raz6n’ tiene en este contexto un doble sentido. En sentido estricto hace referencia a la capacidad de pensar, en sentido amplio mienta la racionali- dad tanto del pensamiento como del comportamiento humanos, que se caracteriza en ambos casos por el rasgo de la perfectibilidads?. El conoci- miento humano es perfectible en la medida en que se puedan combinar en él las cualidades légicas con las estéticas. La légica de Meier toma como punto de partida la nocién de ‘conocimiento erudito’ (gelehrte Erkenntnis) que se define por contraposicién al conocimiento vulgar precisamente a través de la nocién de perfeccién: “El conocimiento erudito y filoséfico (cognitio erudita et philosophica) es un conocimiento racional el cual es perfecto en un grado elevado 0 notorio”*!. Meier distingue entre ‘perfec ciones l6gicas’ y ‘perfecciones estéticas’ o ‘bellezas del conocimiento’. Las primeras le convienen en tanto que conocimiento ‘distinto’, las segundas en tanto que conocimiento ‘indistinto’’’. Como ejemplo, la siguiente observa- cién: “la certeza matematica es una perfeccién légica y la vivacidad picté- rica una belleza del conocimiento”’*. En el manual de légica Meier enumera y analiza un total de seis carac- teristicas del conocimiento que cataloga como perfecciones légicas del mismo y que pueden ser alcanzadas en mayor o menor grado por cada indi- viduo en su prdctica concreta de la erudicién: la amplitud (Weitlaufigkeit), la importancia (Wichtigkeit), la verdad (Wahrheit), la certeza (Gewissheit), la distincién (Deutlichkeit) y el cardcter practico del conocimiento (prak- tische Erkenntnis)87. Las perfecciones estéticas que el propio Meier habia desglosado anteriormente en sus Principios de todas las ciencias bellas**, constituyen un inventario parecido: riqueza estética, grandeza estética, ver- dad estética, claridad, certeza y vida estéticas®”, que aparecen en idénticos ® Pozzo, op. cit., p. 142. 8 CE. ibid. Meter, § 21, AA XVI 101. 5 Cf ibid., § 22, AA XVI 102. % CE ibid., § 102. 7 Una explicacién del significado de estas caracteristicas del conocimiento segiin Meier se encuentra en VAzQuez LoneinAs, Estudio preliminar, Kant, Logica, cit., pp. 50-54. 8 CE Georg Friedrich MEIER, Anfangsgriinde aller schénen Wissenschaften, Halle 11748-1750, reimpresin en Olms, Hildesheim-Nueva York, 1976, §§ 30-35, pp. 48-61. 8 Ch VAzQuez Lopeiras, Kants Logik zwischen Tradition und Innovation, en Vernunftkritik und Aufklarung. Studien zur Philosophie Kants und seines Jabrhunderts, Fromann-Holzboog, 2001, pp. 365: 59 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la ldgica. términos en la Aesthetica de Baumgarten: “Ubertas, magnitudo, veritas, claritas, certitudo et vita cognitionis”*°. La légica no recoge un tratamien- to sistematico de las perfecciones estéticas sino tinicamente alusiones pun- tuales a las mismas®!, pero en todo caso la légica ofrece el marco idéneo para formular expresamente el imperativo de guiarse en lo posible no tini- camente por las perfecciones logicas sino también por las perfecciones esté- ticas del conocimiento: “el que quiera obtener el conocimiento erudito mas perfecto posible, no puede estar satisfecho con un conocimiento meramen- te erudito, sino que, aunque no todas sus representaciones eruditas pueden ser al mismo tiempo bellas, tiene que ser sin embargo su conocimiento eru- dito tomado en conjunto al mismo tiempo un conocimiento bello, si es que debe ser perfeccionado en tan alto grado como es posible”. El rigor y la belleza s6lo pueden combinarse en un equilibrio inestable, dificil de lograi “E] que quiera obtener un conocimiento erudito que a la vez sea bello ha de procurar: 1) No dotarlo de perfeccin légica de modo y en grado tal que impida toda belleza en el mismo, 2) no debe embellecerlo de modo y en grado tal que haga imposible la requerida perfeccién légica, 3) ante todo tiene que procurar mantener las perfecciones lgicas y debe engarzar las bellezas sobriamente, como un adorno”, Meier se singulariza en la tradicién wolffiana por la recuperacién de la tradicién de la retérica%, tal como es patente en la propia definicién de la logica, que se ocupa, no slo del conocimiento, sino de la exposicién del mismo: “La Doctrina de la raz6n 0 el arte de la razén (logica, philosophia instrumentalis, philosophia rationalis) es una ciencia que trata de las reglas del conocimiento erudito y de la exposicién erudita”®s. La recuperacién del ars bene discendi esta al servicio de la recién estrenada mayoria de edad 0 Miindigkeit del género humano. En palabras de Riccardo Pozzo: “... la Doetrina de la raz6n y las artes sermocinales han sido conducidas por Meier a una nueva unidad, que no solamente comporta una hipotesis nueva que anticipa el debate en torno a las ciencias humanas de finales del siglo % CE. ibid., p. 377; BAUMGARTEN, Aesthetica, cit., Pars I, § 22, p. 9. % P. ej. en el capitulo dedicado a la verdad: “todas las verdades son o bien verdades meramente estéticas (veritates mere aestheticae) ... 0 bien meramente eruditas (veritates mere eruditae) ... o ambas cosas al mismo tiempo (veritates aesthetico-eruditae), y éstas son el objeto por excelencia de un conocimiento erudito auténticamente perfecto” (§ 106, AA XVI 281). % Tbid., § 32, AA XVI 109. 2 Tbid., § 34, AA XVI 110. % Cf. Pozzo, op. cit., p. 144-145. 95 Cf. Meer, op. cit., § 1, AA XVIS. 60 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesis Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de la Idgica... diecinueve y principios del veinte, sino que también supone un nuevo cami- no desde el punto de vista practico. La eficacia de la raz6n en las acciones de los hombres emancipados (miindig) fue posible en el siglo dieciocho no en tiltima instancia gracias a que un ptiblico amplio podia hacer uso de las artes sermocinales considerablemente renovadas”®*. La tensién 0 el conflicto entre las perfecciones l6gicas y las perfecciones estéticas del conocimiento llamé poderosamente la atencién de Kant y es el tema de una gran cantidad de Reflexiones?” y de comentarios en los Apuntes de lecciones de ldgica. Asi, en la Logica Blomberg, el mas antiguo de los ejemplares conservados: “Nadie ha logrado todavia combinar con precision la recta medida de la perfeccién estética con la légica. Se necesi- ta para ello gran delicadeza”®8. En ocasiones Kant presenta las perfecciones légicas y estéticas como contrapuestas: “Hay que sacrificar de ordinario algo de la perfeccién légica, cuando se quiere obtener perfeccion estética y algo de la perfeccién estética, cuando se quiere obtener perfeccién légi- ca”®, En otras ocasiones como complementarias: “La perfeccidn estética es con frecuencia en comparacién con la légica estimulante, puesto que la estética se fundamenta en la sensibilidad, la légica en la abstraccién de la sensibilidad”°, En la Logica Pélitz, ya en plena madurez critica, Kant parece haber encontrado una soluci6n a su dilema: “La perfeccidn estética puede sera considerada en dos respectos, a saber, como ventajosa para la perfeccién légica 0 como perjudicial para la misma, la primera es la belle- za esencial, la segunda la extraesencial”'*!, El anilisis de los fragmentos en los que Kant discute la doctrina de las perfecciones légicas de Meier nos pone sobre la pista de un descubrimien- to ciertamente destacado desde el punto de vista de la historia de las fuen- tes y de los conceptos. La importante nocién de ‘libre juego de las faculta- des’, uno de los ejes centrales del andlisis del juicio estético en la Critica del juicio, parece haberse gestado en el contexto de la discusién acerca de las perfecciones logicas y estéticas del conocimiento y tendria por tanto como antecedente directo a Meier. Asi, en la propia Légica Philippi, muy pocas Ifneas antes del pasaje citado anteriormente: “Para la verdad se requiere %6 Cf. Pozz0, op. cit., p. 147-148. °7 Cf. las comprendidas entre la Refl. 1747 y la Refl. 1935, AA XVI 99-162. 58 Kant, AA XXIV 45. » Ibid. 10 Kant, Légica Philippi, AA XXVI 361. 01 AA XXVISIS. 61 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63 Maria Jesus Vazquez Lobeiras Las raices de la estética en el marco de a légica. investigacion, comparacién y examen. Esto es dificil. Si dejo meramente jugar a la imaginacion, esto es facil, es decir, es algo vitalizante, que trans- porta mis facultades animicas a un juego armonioso”'2, Mas adelante: “Ciertas representaciones guardan relacién con los intereses del animo, es decir, facilitan el libre juego de las facultades animicas. Reprochamos sequedad a un autor si no se acomoda al gusto, pesadez cuando no aporta algo que estimule nuestra atencién. La vivacidad es empero muy diferente de la perfeccién ldgica y pertenece a la estética”""3. En la Logica Dohna- Wundlacken Kant analiza el conflicto entre perfeccién légica y estética desde el punto de vista de la popularidad y la comunicabilidad: “La per- feccién ldgica (segtin la cantidad) consiste en la universalidad de las repre- sentaciones, en que los conceptos devengan distintos. Esta universalidad era objetiva (consistia en representar lo particular en general en abstracto). Pero desde el punto de vista estético es subjetiva, y esa universalidad sub- jetiva se llama popularidad. Asi la perfeccién estética consiste al contrario que la légica en la representacién de lo universal en concreto -esto es la popularidad-, en adecuar los conceptos intelectuales al sentido comtin (es decir, al sano entendimiento comtin)”"4, El ideal de la cogntitio aesthetico-logica propugnado por Meier lleva a Kant a un anilisis minucioso del conflicto entre las perfecciones légicas y las perfecciones estéticas del conocimiento. En el contexto de este andlisis Kant profundiza en la doctrina del gusto y forja conceptos muy importan- tes que posteriormente aplicaré en la Critica del Juicio. Los Apuntes de lec- ciones y las Reflexiones de légica constituyen por tanto fuentes ineludibles del pensamiento de Kant sobre estética. No es posible presentar aqui todos los fragmentos significativos, habria que afiadir ademas aquéllos que se encuentran en el corpus de antropologia en el que deja su poso directa- mente la psicologia empirica de Baumgarten. Lo dicho y lo mostrado hasta ahora debe bastar como invitacién al estudio de estos materiales. La sen- sacién inicial de encontrarse en una abigarrada selva de fragmentos inco- nexos puede verse facilmente mitigada si se recurre como gufa al cotejo con las fuentes de Kant, en este caso a los correspondientes manuales de Baumgarten y Meier. Las dificultades de la lectura y el estudio de estos tex- tos se veran compensadas con creces con el hallazgo de mas de una clavis kantiana. La historia de la filosofia se nutre asi desde las disciplinas subsi- 2 Tbid. 19 AA XXVI 537. 1 AA XXIV 709. 62 AGORA (2003), Vol. 22, n® 2: 37-63 Maria Jestis Vazquez Lobeiras Las rafces de /a estética en el marco de la l6gica... diarias de la historia de las fuentes (Quellengeschichte), la historia de la evolucién intelectual de los pensadores (Entwicklungsgeschichte), la histo- ria de los conceptos (Begriffsgeschichte) y no en tiltima instancia a través de la historia de las instituciones que auspician la prosperidad de los sabe- res, en este caso la universidad (Universitétsgeschichte). 63 AGORA (2003), Vol. 22, n° 2: 37-63

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