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Pere uo ptr eee eau Yen el aprendizaje constante sobre la labor educative, We cl a Saeed Pie taces uc Ue Ce uerto infantil, acontecimientos que llevaron a Irena Majchrzak a el ere reece een Tu accu indigenas del sureste mexicano y con estudiantes de preescolar en ean mtn Ct eon ea para formar palabras completas. ,Que se necesta para ello, ademas Conocimiento del abecedario? Con la presente propu ener Tee Ta a a Wa (o cea | | Nombrando al mundo El encuentro ol M cme EM seulCct Ewes del nombre propio 2 cs A a S 8 z = Fy = 5 Ft Cree area Pieecies Pe cud CP ene aces cue Tos juegos de Nombrando al mundo sirven para ensefar a leer a gente = Fi 5 A ; BA = : & ener dde cualquier edad, a partir de los tres afos, sin importa la lengua que | Pera es CR a ala Mee ed Pee emul 82 volvio para trabajar en escuelas ee ee | a Salomén. Reflexiones acerca de la educacién indigena. Mas adelante ‘ ideo un proyecto educativo para los nifios choles y chontales de Tabasco ' lrena Majch rzak Peet Se cc ek eres ree Ras cererenre eran ica Maestros y Ensenanza Paidos NOMBRANDO AL MUNDO YY mgerencias:edivorial@paidos.com.mx MAESTROS Y ENSENANZA / 14 (COLECCION DIRIGIDA POR MARIA BERTELY BUSQUETS YALMA CARRASCO AETAMIRANO 1. Maria Eugenia Toledo y otras, El raspatio escolar. Una mirada al aula desde el sujeto 2. Alicia Vazquez Fuente, En busca de la enseflanza perdida. Un modelo didactico para la educacin superior 3. Cecilia Fierro y otras, Thansformando la prdctica docente. Una propuesta desde la investigacién-accién 4, Myriam Nemirovsky, Sobre la enseflanza del lenguaje escrito... y temas aledaiios 5. Vivianne Hiriart Riedemann, Educacién sexual en la escuela, Guta para orientadores de pitberes y adolescentes 6. Maria Bertely Busquets, Conociendo nuestrasescuelas, Un acercamiento etnogrdfico a la cultura escolar 7. Aurora Elizondo Huerta (coordinadora), La nueva escuela, [ Direccién, liderazgo y gestién escolar 8, Aurora Elizondo Huerta (coordinadora), La nueva escuela, I. Direccitn, liderazgo y gestiin escolar 9. Melanie Uttech, Imaginar, facilitar, ransformar. Una pedagogia para elsalén multigrado y la escuela rural 10, Luz Maria Chapela, Et juego en la escuela 11, Geraldine Novelo, Conozcamos a nuestros nities, Del nacimiento «alos 6 afios. Manual para padres y maestros 12, Etey Haydeé Estéver. Nénninger, Enseitar a aprender. Estrategias cognitivas 13, Alicia Venegas, Las artes pldsticas en la educacién artistica y estbrica infantil ena Majchrzak, Nombrando al mundo, El encuentro n la lengua escrita a partir del nombre propio 14, Trena Majchrzak NOMBRANDO AL MUNDO El encuentro con la lengua escrita a partir del nombre propio PAIDOS Cubi I Ferran Cartes y Monte Plas iNDICE raciones: Anna Kunkel, apartir de amates de Marcelo Benancio PROLOGO, Alma Carrasco Alsamirano.... Primera Parte: NOMBRANDO AL MUNDO Trena Majehraak iced 200. (A MANERA DE INTRODUCCION EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO EL RITO DE INICIACION Los nombres de los otros La pared letrad: Presentacién del alfabeto y Buscando las palabras ocultas Jucgo de barajas sildbicas EI mercado de las letras. NOMBRANDO AL MUNDO .. Los juegos de prelectura. Dos comentarios finales ego de loterfa. ConcLusIoNEs BIBLIOGRAFIA. in Mexico. SEGUNDA PARTE: ENTREVISTA CON IRENA MAJCHRZAK ‘Marla Bertely Busquets El rito de iniciacién a la lectura . 89. 107 116 122 PROLOGO dad de reencontrarme con su trabajo y confirmar la pertinencia de la propuesta didéctica que ella, sin ser pedagoga, ha elabo- rado para iniciar a las nifias y los nifios en el conocimiento del sisce- ma convencional de la lengua escrita a través de la lectura de sus nom- bres. Es una propuesta que, vale la pena decielo, ella ha probado con éxito en mtiltiples escuelas de México y Polonia, en las que los nifios hhablan sélo una lengua o son p=: STE LIBRO de Irena Majchrzak me ha dado la oportuni- aurora reconoce que la lectura y la escritura son experiencias di y sostiene que la lectura precede a la escritura en el proceso de apro- ién de la lengua. Ella sugiere que imagen, sonido ¢ informacion son los fundamentos para hacer avanzar al nifio en el dominio del si tema de escritura. Su propuesta consiste, a grandes rasgos, en iniciar a los nifios en la leccura desde que son pequefios, comenzando por Ia lectura de sus nombres y el descubrimiento de sus posibilidades. Maria se reconoce cn esta palabra que la representa y puede descubrir réa y amar escon- didos en su nombre. Majehrzak organiza su propuesta didéetica en tres grandes momen- 10 Nombrando al mundo J. En primer lugar, el nombre propio como palabra generadora: la lentificacidn inequivoca del nombre propio, su lectura, ayudar a los 1uefios a identificar las combinaciones posibles de las letras que lo En un segundo momento, propone que sc los invite a .corporar las letras de los nombres de los otros, de sus compafieros. Por tiltimo, se pasa a la lectura de las palabras que nombran al mun- do, empezando por los sustantivos. La estrategia didctica explicada en este libro se sostiene en la con- viccién de que los ensefiantes son actores que saben innovar y que, al bservar a sus alumnos, pueden construir por su cuenta miiltiples posibilidades a partir de esta propuesta didéctica inicial, 0 bien deci it abandonarla, [rena no es dogmstica: se propone comunicar y com- ir una experiencia, y lo logra. c libro esté organizado en dos grandes bloques complementarios. En el primero, Irena Majchreak expone stt propuesta didactica; en el ndo, conversa con Maria Bertely Busquets y, a partic de las pre- as que se le plantean, amplia algunas reflexiones que ha ido ela- jorando desde que asumié el reto de acercar a otras personas a la lec- :s un libro que se puede leer de varias maneras y que nos oftece as buenas pistas pata meditar sobre este asombroso proceso de prender a leet, proceso que, como dirfa Ken Goodman, se sia en el ilibrio entre la confianza y la posibilidad de asignar de inspiracién psicosocial, Majchrzak no desapro- vecha la oportunidad de mostrarnos el cardcter intelectual de la alegria en 1 descubrimiento de lo escrito. Resalta el papel privilegiado que debe ocu- as se aprende y se avanza en el conocimiento de lo partir de lo que a cada quien le resulta mas familiar: su propio otra palabra puede causar tal destello deshumbrante. Alma Carrasco Altamirano* presidenta del Consejo PRIMERA PARTE: NOMBRANDO AL MUNDO Irena Majchrzak AMANERA DE INTRODUCCION cn sociologia, ciencia a la que estuve ligada durante muchos afios. La pedagogia, y sobre todo la cuestién de cémo se debe introducir al nifio en el mundo de la escritura, se desvel6 en mi vida como consecuencia de mi larga estancia en México, la que vivi como una verdadera aventura.* Siendo socidloga, me interesé de una mane- ra natural por la problemética social, cultural y, sobre todo, educativa de la poblacién indigena. Baste decir que en México siguen vigentes cincuenta y seis tanto los antropélogos como los pedagogos y los lingtiistas mantienen ina apasionante discusién sobre estos temas, que plantean los siguientes cuestionamientos: zen qué lengua se debe alfal en sus casas hablan mazateco, mixteco o chontal? ;En espafiol o en su Jengua materna? Ambas posturas tienen sus partidarios. Se entretejen 0s argumentos politicos, éticos, cientificos y pragmiticos. Siguiendo D E ENTRADA DEBO CONFESAR que no soy pedagoga. Me gradué esa discusién, uno puede darse cuenta de que nadie logra convencer a suadversario, No obstante, la pol ca educativa cambia de acuerdo con estudio sobre 4 Nombrando al mundo cl ritmo de las elecciones presidenciales, y ello da lugar a que se mo- difiquen los grupos de la administraci6n estatal, y los partidarios de la alfabetizacién en lengua materna dejan su lugar a sus adversarios, o vi- ceversa. Cambian los mécodos de trabajo y las estrategias de capacita- cién dirigidas a los maestros; cambian, también los contenidos y la lengua de los manuales elementales. Todo eso, si bien no influye significativamente en las técnicas educativas que rigen en las comu- nidades rurales, causa ciertos «movimientos teliricos» en las institucio- nes edlucativas, Eso se me hizo evidente cuando visité las escuclas ru- rales indfgenas con el objeto de ofrecer mi opinién sobre la eficacia de la nueva estrategia educativa, que en ese entonces era bilingiie y bicultural. {Por qué yo, una socidloga polaca, fui invitada a participar en esa investigacién? El autor del proyecto, el antropélogo Salomén Nahmad, opinaba que el hecho de que yo no fuera ni mexicana ni indfgena, y ‘tampoco perteneciera a ningtin grupo de presién politica o ideolégi ca, mucho podia contribuir a la objetividad y neutralidad de mis opi- niones. Confieso que empecé mis viajes por las tierras que Aguirre Beltrin llamé regiones del refugio con una acticud positiva hacia el pro- yecto bilingie y bicultural y sus premisas, Con esta propuesta se espe- taba apoyar el desarrollo intelectual de los niffos indigenas y reforzar su autoestima. Viajaba de un pueblo a otro, ¢ iba de un nifio a otro. La realidad cra muy vatiada, Cambiaban los paisajes, el colorido de la tierra, los 4rboles, las flores y los cultivos; cambiaban las caras de los nifios, su ‘vestuatio, el encanto de sus miradas y sonrisas, pero nada me acerca- baa la respuesta que habja que dar a la pregunta: gen qué idioma ha- bia que alfabetizar a un nifio indigena? No obstante, me percaté de que, independientemente de la lengua, los programas elementales y de al- fabetizaci6n constituian una barrera definitiva para la mayorfa de los nifios rurales, no solamente para los indigenas. Mas que la lengua en la cual se impartieran las clases, lo que determinaba el fracaso 0 el éxito cen esta fase era, y sigue siendo, el nivel de uso de la lengua escrita por parte de los padres de los nifios |A MANERA DE INTRODUCCION 15 Mis observaciones, cuestionamientos y reflexiones fueron consig- rnados honestamente en mi libro Cartas a Salomén, y mi conclusion final es la siguiente: Querido Salomén: En el dltimo pérrafo quisiera recordarte la historia del juicio del rey Salomén ante las dos madres de un nif. Una, la que lo parié, y ora, Ia que lo educé, Peleaban las dos por el derecho al nifio. El veredicto del rey Salomén establecié {que se partiera al niffo en dos, dando a cada madre una de las partes. La que lo educd estuvo de acuerdo, en tanto que la otra, gitando horrorizada, pidié que se dejara con vida al nifio aun cuando éste no se quedara con el culeuras la nacional y la érnica, son como aquell derecho sobre cl nifo indigena, La moraleja que sugiero esté clara, Por encima de las madres, lo que importa es la integridad del nifio [Cartas a Salomén/Posdac sa desde Tabasco, p. 114) madres, y ahora reclaman el Todo lo escrito hasta ahora se puede considerar el prefacio de la verdadera aventura pedagégica que estaba a punto de iniciarse. Car- tas a Salomén emprendié sus caminos y llegé a las manos del enton- ces gobernador electo de Tabasco, el maestro Enrique Gonzalez Pe- drero, y de su esposa, Julieta Campos, quien se hizo cargo de los programas sociales y culturales de la entidad. Ella me propuso elaborar un proyecto de apoyo pedagégico para los nifios de las etnias chontal y chol, ademas de confiarme el desarrollo escolar de los nifios que vivian en los albergues escolares, Asi fue como pude influir en la vida, la ensefianza, la nutricién, las diversiones y el bienestar de setecien- tos nifios en todos los niveles de la educacién primaria, No pude re- chazar semejante propuesta. Era un desafio para mi curiosidad cien- tifica y, también, para mi deseo de intervenir en la accién social. ‘Ademds, me permitié establecerme en la proximidad de las aldeas i digenas, que siempre me fascinaron por su peculiar colorido. Con esta expresién me reficro tanto a la belleza de sus entornos come a la sin- gular luz que emana de la intensa vida espiritual que caracteriza a los habitantes de aquella tierra. 16 Nombrando al mundo Empece a buscar apoyo pedagSgico y lo encontré en el pensamiento de Maria Montessori y sus estrategias educativas. Segiin ella, el nifio cs capaz de descubrir muchas de las leyes cientificas si en su medio cuenta con los elementos suficientes que le ayuden a desarrollar su pensamiento légico. Por otra parte, aunque sabemos que todos los seres humanos somos diferentes, en las escuelas por lo general se procede como si todos fuéramos iguales. Cudntas veces se escucha el coro in- fantil respondiendo monétonamemte a ka pregunta de un maestro. En cambio, Marfa Montessori hizo de las diferencias existentes entre los nifios la base de su sistema, y exigié que se permitiera a cada nifio tra- bajar de una manera distinta, adecuada a su propio ritmo mental y a interés, Todo eso me parecié especialmente importante para la edu- cacién de los niios indigenas. Ellos difieren uno del otro también desde el punto de vista lingiistico, ya que el grado de monolingiiismo o mo queda determinado, en. gran medida, por la distancia que media entre sus comunidades y los centros urbanos, y por la lengua jue se habla en el seno familiar. Algunos padres prefieren hablarles a jos en su espafiol imperfecto para ahorrarles humillaciones. Por a raz6n, ningdn grupo escolar de nifios indigenas es homogénco, ir de Guayralpa, donde creamos un tal ictico, Los nifios me conocian muy bien, y una tarde ‘6 que le ayudara a preparar la lecrura de un cuento que bia dejado como tarea. Después de un rato de haber tarea, se hizo evidente que la nifia no ten‘a idea alguna Conocfa todas las letras del alfabe- las, pero no era capaz de enlazarlas ‘est para formar palabras completas. Me senti desvalida y no se me rrié c6mo ayudarla. ¢Qué cosa, ademds del conocimiento de las -cesita uno para poder leer? Simona daba sefiales de querer irse ‘A MANERA DE INTRODUC 1 ces lo escribi en su cuaderno, ‘Aqui esté escrito Simona, Asi se escribe tu nombre. Qué te se iluminaba con tuna sonrisa. Nos quedamos un rato en silencio, dejéndonos invadir por una emocidn repentina e inesperada, Después de un rato, eset uunos papelitos sueltos todas las letras de su nombre y le pedi que las ordenara. Lo hizo varias veces, pidiéndome, con la mirada, volver a dispersarlos. Mas tarde empezamos a buscar qué otras palabras podfan formarse con las letras de Simona. Compartimos la alegria de compto- bar que ella podia formar si y no, para los casos en que quisiera acep- tar o negar algo, y que Simona si, es mona, Jugamos un largo rato més, las dos fascinadas. Le mostré el nombre de Irena para que lo compa- rara con el suyo. Con toda facilidad identificé las letras que nuestros nombres tienen en comin. Nuestro juego nos oftecia significados ‘nuevos e inesperados que, a su ver, despertaban las emociones ligadas con el sentido de la propia identidac En esa ocasién, por vez primera, hice una lectura de mi nombre propio* un tanto inusual: iren a. zAcaso a significaba principio? Y gde- bia yo entender por este tiltimo el primer paso en la tarea de alfabeti- zacién? Lo recuerdo asf, aunque de ninguna manera quisicra que este pensamiento se considerara un argumento a favor de la racionalidad y la eficacia del método que me propongo exponer, El acontecimiento descrito sucedié hace muchos afios. No sé si Simona me recuerde todavia. Yo he permanecido fiel a su memoria, y cada vez que hablo sobre mis ideas alfabetizadoras invoco su cara ilu- minada al contemplar escrito su nombre de pila. Es algo muy parecido a los cuentos infantiles, cuando éstos empiezan con algiin aconteci- miento a partir del cual se desencadena todo lo que sucederé post mente. Asi fue como comenzamos a trabajar con todos los pequefios resi- * Alo largo de este libro, por nembre propia seen de cada quien, 18 Nombrando al mundo dentes de nuestros albergues: les mostramos sus nombres escritos y les centregamos las tarjetas personales que luego colocaron en las paredes de sus estancias. A partir de ese momento, todos los quehaceres del grupo infantil empezaron con el acto de colocarse cada quien debajo dde su tarjeta personal, para que los nifios pudicran averiguar por sf mis- mos quién habfa faltado en un momento dado, Cuando entregébamos las tarjetas, siempre sucedia algo nuevo, algo singular y sorprendente {que nos conmovia y requer(a una reflexidn adicional. Recuerdo lo que sucedid con Adrin, de seis afios, que era uno de los ocho nifios que entonces empezaban su aprendizaje escolar en el albergue del pucblo cde Guatacalea: después de entregar alos nifios sus tarjetas, les pedimos que las colocatan en la pared, en el Iugar que ellos prefirieran. Adin —en un primer intento— pegé su tarjeta cerca de su asiento, Pero, al rato, advirtié que su macstra, a quien él adoraba y de la cual procura- ba no separarse ni un paso, habia colocado la suya del otro lado del salén, Entonces Adrian despegé su tarjeta y la colocé al lado de la tarjeta de su querida maestra, “Todos los nifios procedian de familias égrafas. Las tarjetas con los smbres escricos constituyeron su primer encuentro con la lengua cscrita, La sacudida emocional que este encuentro desperté results evidente. Fue entonces cuando se me ocurrié la idea de que los nom- bres propios de los nifios podian sustitit alos libros elementales, y que partiendo de ellos se podfa acercar a la lengua escrita cualquier nitio, de cualquier nacionalidad, sin importar el idioma que se hablara en st casa, Adridn, como vimos, no sélo entendié lo escrito en el trozo de papel, sino que inmediatamente lo usé para expresar sus emociones, Se valié de su nombre escrito para representarse a s{ mismo. Y todo ello ié sin necesidad de ninguna explicacién verbal previa. Fue algo ediato. ‘Al observar la conducta, emocionada y serena, de los nifios peque- por primera vez entraban en contacto con sus nombres, iba idea de que la entrega al nifio de su nombre pro- un ritual de iniciacién p renfa las c es abrirfa un rosy el conocimiento. {A MANERA DE INTRODUCCION 19 Trataré ahora de descri el estado emocional del nifio, como me es dado percibirlo después de miiltiples experiencias con nifios de dife- rentes nacionalidades. Dirfa que el acto de la iniciacim es un gesto magico que introduce al nifto en el mundo dela lengua escrita, El nifio siente que puede ser representado por medio de la escritura. Percibe que él mis- mo puede ser escrito y leido, ya que su nombre se compone de letras. Y en cesta forma es introducido al cfrculo de la comunicacién que se realiza a través de la lengua escrita. El nifio se percibe a sf mismo existiendo de dos formas: la fisica y la simbélica, y entiende que él, un pequefio que se llama, por ejemplo, Adrian, constituye el significado de la pa labra Adrién, Ell acto de iniciacién es sustancialmente distinto de la primera clase de lectura; es, mds bien, un salto a la lengua eserita, ya que el nifio se sumerge en ésta integramente en un solo instante. La forma del nombre ¢s como un don, ya que no se trata de unas letras cualesquiera de cualquier palabra, sino de esta palabra tinica en el mundo que representa a un pequefio ser que se llama Maria, Rosita, Juan 0 Rodolfo, Por eso, el nombre del nifio determinard qué palabra escri- bird el maestro. Jamés he percibido que un nifio le envidie a alguno de sus compa- fietos las letras de su nombre. Si su nombre se compone de siete ele- ‘mentos, esté contento; si se compone de cuatro, igual. Simplemente sabe que es0 no tien: sportancia alguna; sabe que sus letras, sean las que sean, lo representan como persona integra, indivisible, particular individual. Desde el primer momento, el nifio se acerca a la lengua csctita y como un mundo de significado, no al de las letras separadas. Pienso que en las familias letradas, los nifios de dos a tres afios vi- ven ese acto de iniciacién de manera natural, En un momento cual- quiera, algdin adulto —puede ser alguno de los hermanos— ensefa al pequefio cémo se escribe su nombre. Esto puede suceder en el curso de algiin juego, y después nadie se acordard de que ha sucedido algo sumamente importante para el nifio, a saber: /a patensizacién de su yo simbdlico. Estamos ance un acto natural de herencia cultural. Sin em- bargo, los nifios que provienen de familias digrafas no tienen esta opor- 20 Nombrando al mundo unidad y, en general, su primer encuentro con la lengua escrita se da por medio de algunas letras o silabas separadas, es decir, con clemen- tos abstractos, ininteligibles y absurdos. En todas mis observaciones pude comprobar que durante las actividades con el nombre los nifios mantenian usia alta concentracién y asimila- bban de manera instanténea todo lo que les llamaba la atencién o lo que les transmitfa el maestro. Con gran sorpresa notamos que, en general, reconocian su nombre —entre otros cuatro por lo menos— después de tuna sola demostracién, Esa comprobacién era muy sorprendente tanto para mi como para todos los maestros que asistfan a los actos de ini- ciacién, Nos dimos cuenta de que las emociones funcionaban como catalizadores de las facultades intelectuales. El nitto observeba y com= paraba para poder separar y distinguir lo propio de lo ajeno. La iden- tificacién de los nombres de los compafieros se presentaba con toda naturalidad como el paso siguiente. En realidad, fue la observacién de los niffos la que me llevé a elaborar una cadena de ejercicios y de jue- 0s que le permitirfan al nifio pasar de la identificacién de su nombre propio a la habilidad de leer y entender cualquier texto que le fuese comprensible en lengua oral. Confieso que la idea de servirse del nombre de pila como palabra sgeneradora por excelencia ha dominado mi mente, Estoy convencida de que encontré la respuesta a la cuestiGn: scémo ensefiar a leer y es- ctibir incluso a los nifios que hablan un idioma en el cual nadie, has- ta ahora, ha escrito nada? El nombre propio tiene una sonoridad par- ticular, pero a la vez se conforma a la fonética de la lengua del lugar. El nombre puede ser, entonces, un laboratorio lingiistico idéneo para ar ls relaciones existentes entre los signos grificos y los fonemas de cualquier idioma. Al regresar a Polonia pude comprobar que también en mi pais sucede con frecuencia que el proceso de alfabetizacién provoca sufti- miento y feustracién tanto en los nifios como en sus maestros, y que muchos alumnos, aun conociendo todas las leras, no logran compren- der el contenido de un texto leido, Mis experiencias en México des- anal A MANERA DE INTRODUCCION a4 pertaron interés en Polonia. Algunos preescolares pertenecientes @ diferentes medios sociales, tanto urbanos como rurales, se prestaron 4 participar cn un proyecto piloto. Y, si, las reacciones de los nifios polacos fueron las mismas que las de los nifios chontales de Tabasco, Elaboré entonces un programa educativo de alfabetizaci6n a partir del nombre de pila, con la conviccién de que podfa tener una amplia aplicacién, es decir, sin importar el medio social, la lengua y la edad de la persona que se aproxima a los misterios de la lengua escrita Debo aclarar que la palabra escritura significa para mi un sistema de signos que permiten susticuir la lengua oral por una inscripcién. El mundo de la escritura, a su ver, abarca todo lo que, dondequiera y cuando sea que se haya escrito, podemos conocer Gnicamente si cono- cemos las reglas que lo rigen. De ninguna manera se entenderd el tér- mino escritura como habilidad 0 accién de producir manualmente palabras o letras. ‘Toda mi atencién se dirige a la formacidn en el arte de leer. éAcaso existe alguna oraci6n, palabra, silaba o fonema que tenga el poder de una Ilave magica para entrar al mundo de Ia lengua escrita? Si EXISTE Esa palabra es el nombre propio de la persona ala que queremos ensefar a leer. EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO © Como ¥ DE QUE MANERA iniciar a un nifio en la lengua escri Cémo ensefiar a leer y escribir? mo proceder para que al nifio le resulte accesible el sistema de los signos alfabéticos? {Cémo empezar esa tarea? ‘on letras, sflabas o palabras? ,O quiz con un enunciado completo? Cémo actuar con los nifios que provienen de familias dgrafas? De qué manera hacerles descubrir el gusto que proporciona la co- municaciéa por medio de la palabra escrita? Estas son al menos algunas de las muchas cuestiones importantes que se plantean quienes desean ensefiar, Fst libro esta dedicado a todas las petsonas que ensefian a leer y escribir. Su fin es compartir una experienc! personal que, espero, pueda serles itil, Lo que se propone aqui co! te en una serie de juegos y ejercicios que fueron disefiados para ayudar a entender la funcién de las letras y el significado de las palabras. Las reglas de estos juegos tienen un carécter general, es de: ;nos de cualquier edad desde los tres afios en adelante, sin impor- lengua que hablen. Considero que pueden ser especialmente pro- vechosos para los maestros que enfrentan la dificil area de enscfiar a leer y escribir a alumnos que viven en medios rurales y urbanos marginale. Mira, Angel, asi se ve tu nombre escrito. Agui dice Angel, tienes cinco letras. gLas quieres ordenar? EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO. 25 La gran mayorfa de quienes sabemos leer adquirimos esta habi por medio de la transmisién cultural. En realidad, todos los hijos de padres cultos aptenden a leer y escribir independientemence de lo buena © mala que sea Ia escuela o de la pericia del maestro, Sin embargo, no es asf con los alumnos que provienen de familias agrafas. Ellos ingre- san a la escuela sin haber tenido un contacto previo con las letras, sea en forma de libro, periddico u otro tipo de texto, La escritura, por lo tanto, no forma parte desu entorno y no vienen idea de para qué puede setvir su conocimiento, En la escuela se los obliga a aprender algo que ‘nunca ha formado parte de su vida familiar y que no pueden compartir con sus padres. ‘Todos los que tenemos alguna experiencia pedagdgica con estos nifios sabemos lo dificil que es confrontar y solucionar este problema, EL RITO DE INICIACION Presento enseguida el escenario de lo que ciacién, el acto por el cual inducimos al nifio a penetrar en el miste- rioso mundo de la escricura y a participar en el circulo de la gente que sabe servirse de la lengua escrita. Imaginémonos a un nifio que se llama Angel. Lo sentamos a nuestro lado izquierdo para que pueda seguir cbmodamente los movimientos de nuestra mano derecha mientras escribimos su nombre, y le decimos: Angel, te voy a enseftar cimo se escribe tu nombre (esc tramos y pronunciamos la letra a constructivamente), Mira, és es la primera letra de Angel. La segunda letra de Angel es la n. La tercera es a g, la siguiente es la e, y luego virne la, que es la tdtima leona de tu nom- bre. ¥ ast tienes tu nombre completo: Angel. Qué te parece? Tienes cinco letras (contamos las letras con el nifio). Miralo bien. Si alguien viera esta tarjeta, sabria que aqut, entire nosotros, se encuentra un nifto que se lama Angel 10s, mos ANGEL. Las tarjetas deben ser tamaiio media carta EXFOSICION DEL FROCEDIMIENTO 27 Permitimos que el nifio contemple su nombre escrito, sin pr ayudamos a percibir que la primera letra es mas grande que que de todas ellas dos abarcan sélo el nivel intermedio (lan rior, Al presentar cualquier letra, la debemos pronunciar lo mejor tarle al nifio que también lo haga. Sobre todo, es nombre. Después le mostramos una tarjeta con nuestro nombre —en este caso digamos que serfa Irena— y le decimos: “Asf se ve mi nom- bre: Irena. Miralo”. A continuacién invitamos a Angel a que compare las dos palabras mostradas y encuentre las letras que tenemos en comtin, En este caso serian la ny lae. De la a no vamos @ hablar en este momento, porque visualmente la a mintiscula de Jrena es distinta de la A maytiscula de Angel. Luego escribimos en cinco papelitos pequefios todas las letras de Angel por separado y le pedimos que las ordene segiin el modelo que Jehemos mostrado, Le ayudamos si es necesario, pero sin apresuramien- 10. Y no pretendamos que el resultado sea necesariamente correcto. Mas que nada, deseamos que el nifio sienta emocién al ver las letras y la palabra entera que lo va a representar a partir de este momento. Al terminar el acto de iniciacidn, le entregamos a Angel la tarjeta con su nombre y un sobrecito en el cual se han guardado todas sus letras. Con este gesto de entrega ya lo hemos hecho todo para que Angel sienta que ha recibido un don: el don de la lengua escrita. Por es0, cuando le ensefiamos cada una de las letras de su nombre le decimos: es ia Igual que procedimos con Angel lo haremos con Carlos, Alicia, Patricia, ‘0 cualquier otro nifio. Con cada uno de ellos hablaremos cor- dial e intimamente, procurando que sienta el momento como si cele- brara una ceremonia importante. Si el nifio se identifica mds con su nombre en diminutivo, asi lo escribiremos. Casi todos los nifios, aun los de dos afios y medio o tres, son aptos para reconocer la tarjeta con su nombre de entre por lo menos otras cuatro. Gracias a Ia extrema : por medio de las letras. En el rito de iniciacion, el nifio observa cémo el sonido de su nombre se transforma en una palabra escrita y él mismo queda cifrado, escondido, EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO 29 atencién que se despierta en esos momentos, el nifio registra todos los detalles gréficos de su nombre y, en consecuencia, sin esfuerzo alguno podré distinguir el suyo del nombre de Carlos, Patricia, Elena, Pedro o Juan. El nombre de pila es una palabra sumamente poderosa: distin- gue a una persona de las demés, pero a la vez sirve como un puente que nos enlaza con los otros. El nombre nos simboliza a nosotros mismos. Pronunciado 0 escrito, estimula tanto la emocién como las facultades intelectuales, ya que coloca a la persona en un estado de atencién plena y prolongada. Hay quienes incluyen mi sistema de ensefianza de la lectura en los :métodos llamados globales porque mi punto de partida és una pala- bra completa. No obstante, recordemos que mostramos uno por uno todos los caracteres que forman el nombre del nifio, Pero en mi es- trategia pedagégica lo que més importa es el valor del significado de {a palabra mostrada, Me sirvo del nombre propio porque es la pala- bra mds significativa para cada uno de nosotros y, por ello, ayuda a crear un estado psicolgico muy favorable tanto desde el punto de vista emocional como desde el punto de vista intelectual, pues provoca que el nifto se convierta en el sujeto de sus propias investigaciones y deje de ser solamente el receptor de las informaciones que proviencn del exterior. Ninguna otra palabra puede causar un destello tan deslum- brante, En a iniciacién, el nifio capta de inmediato que él mismo puede ser eicrito y leldo, ya que asistié con toda su conciencia y toda su aten- cin al acto de expresarlo en la forma cifrada de las letras. Vivid en carne propia la transformacién de su nombre de la forma oral a la forma grifica, Quedé escondido detrég de las letras. Por medio del rito de iniciacién le fueron desvelados los principios bisicos del sis- tema alfabético de la lengua escrita: * Que la palabra escrita significa lo mismo que la palabra pronunciada (su nombre como ejemplo). * Que la composicién grifica de la palabra escrita corresponde a la El andllisis del nombre propio permite constatar que: La palabra escrita significa lo mismo que la palabra pronunciada y la composici6n me | gréfica de la palabra escrita corresponde a su composicion sonora. EXFOSICION DEL PROCEDINIENTO 31 composicidn sonora de la palabra pronunciada oralmente (su nom- bre como ejemplo). Cuando los mérodos escolares no inducen estos descubrimientos, el nifio se ve forzado 2 memorizar las formas de las letras y la pronun- ciacién de los fonemas, Todo por separado. Asi se desarrollaba exacta- mente el aprendizaje escolar de Simona, sin éxito. Pero en el momen- to en que el nombre que conocta desde su nacimiento cobré forma cescrita, las letras 5, , m, 0, n, a develaron los sonidos. Una vez que todos los nifios tienen sus tarjetas personales, éstas se colocan en la pared del salén de clases, un poco arriba de la cabera de cada nifio. A partir de ese dfa se podri establecer una nueva costum- bre: verificar la asistencia de los nifios. Al llegar a la escuela, todos los niffos se parardn debajo de sus tarjetas y, en un instante, identificarén quien ha faltado, Ellos mismos lo comprobarin. Se puede decir que leen un nombre cuyo portador no asistié ese dia al preescolar. Los maestros observan que a la primera seal los nifios corren para formarse debajo de sus nombres y parece que no hay un solo nifio que en ese momen- 10 quisiera hacer orra cosa Con frecuencia los maestros preguntan cudndo 0 a qué edad el nifto ha alcanzado el desarrollo necesario para vivir el acto de iniciacién, La respuesta puede resultar sorprendente. Simona, como recordamos, te- nif entonces ocho afios. No obstante, las experiencias posteriores, tanto las mfas como las de otras personas, demostraron que aun los nifios de dos afios viven el rito de iniciacién con gran emociéa, placer y con- centracién. Esta prueba la hizo por primera ver la maestra de la casa de nifios en Varsovia. Los nifios que apenas tenfan dos afios queda- ron encantados, Reconocieron sus nombres y gozosos participaron en los juegos adicionales. La experiencia caus asombro entre muchos educadores, pues se hizo evidente que incluso los nifios pequefiitos po- dian orientarse en el espacio prescindiendo de los signos de falsa iden- tidad que se les dan en todas las casas de nifios, como las imégenes de un congjito, de una manzanita o de un ratoncito, entre otras. En éCudndo, a qué edad el nifio esta listo para pasar por el acto de iniciacién? EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO 33, consecuencia, los educadores emperaron a dudar de sus conocimientos acerca de lo que el nifo es capaz de hacer, pensar 0 aprender, en tal 0 cual edad, En general, para determinar el grado de madurez del nifio. —sobre todo para exponerlo al contacto con la palabra escrita— no se toma en cuenta la importancia que tiene lo emocional para el de- sartollo intelectual, El nifio, aun el de dos afios, contempla su nom- bre escrito con enorme interés, y con una atencién verdaderamente sorprendente capta toda la informacidn que se refiere a él. De la misma manera, el nifio observa la forma y la ubicacién de sue lecrasy las com- para con las de sus compafieros. ‘Tomando en cuenta que el acto de iniciacién acelera notablemen- (0, propongo que se realice como una forma de bienvenida al nifio, sin importar su edad, cuando llega por primera vez al plantel educativo, Los nifios pequefios lo viven, como je con gran emocién, También lo aprovechardn los alumnos de seis. ete afios, aunque ya conozcan las letras, si alin no leen fluidamence © no comprenden lo que len. En su caso, concentrarse en la visuali- zacién de su nombre de pila y del de sus compafieros, as{ como la percepcidn de la regularidad con la cual aparece una u otra letra, es ayudaré répidamente a comprender y a ordenar todas las inform: nes anteriormente obtenidas, Por ello, recomiendo que en el transcurso de una semana todos los nifios tengan sus tarjetas personales. En mis talleres para adultos, algunos de los participantes se sorpren- den porque en la iniciacién no omito aquellos nombres que pueden parecer dificiles por incluir letras que suenan diferente segtin su lugar dentro de la palabra, por ejemplo, la g de Angel. ;Claro que no los omi- tol Considero que uno de los més grandes aciertos del método es el he- cho de que gracias a los nombres propios 3e ponen de manifiesto to- das las variantes sonoras de una u otra letra. Gracias nombres propios las complicaciones de la ortografia desaparecen. Si a Chucho lo nombran asi, Chucho, el hecho de que el primer sonido de su nombre se escriba con dos letras (c y 4) no es més complicado que Alejandro. Ni Chucho ni sus compafieros que se dirigen a El proceso cognitivo Se basa en la percepcion de la diferencia. EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO 35 dolo por su nombre ven en la forma escria de éste nada extraordina- rio, Se llama Chucho y se esetibe Chucho. Es todo. Con la mi naturalidad asimilardn el hecho de que tanto Angel como Miguel lle- van la letra g aun cuando su sonoridad en los dos nombres es distinta ‘Otro caso de la misma indole seria el de Carlos y Cecilia, Es més, sien el grupo infantil no se encuentran nifios que pudieran servir de ejem- plo, seria recomendable que el maestro se sirviera de algunos mufic- cos como portadores de esos casos. “Toda mi estrategia didiéctica esté construida sobre la premisa de que el nifio que se inicia en la lectura sabe perfectamente bien cémo sue- nan su. nombre y los nombres de sus compaferos. Lo tinico que no sabe es cémo se escriben. En consecuencia, se lo mostramos. No hay nada que explicar y verbalizar. Lo importante en la iniciacién simplemente se percibe de manera visual. ¥ Chucho ve cémo se escribe su nombre. “También se me pide que explique por qué creo importante que el ‘maestro ensefie su nombre en el mismo acto. Muchos maestros temen que la carga de la informacién sea demasiado grande para que el nifio la Mi razonamiento es cl siguiente: el proceso cognitivo se basa en gran medida en la percepcién de la diferencia. En nuestro caso, se trata de observar y percibir la diferencia existente tanto en la forma como en el sonido de las letras. Esta es Anita, mientras que ésta no es Anita. Esta es Marfa. De este modo, ayudamos al nifio a percibir sensitivamente la relacién que existe entre los signos gréficos, los so- nidos (fonemas) y las personas a las que representan estos elementos, Aunque expongamos dos nombres y, en conjunto, hasta diez le todo seré facil si no pretendemos que Anita 0 Chucho, por memoricen todas las letras presentadas, y si no nos concentramos et averiguar cudnto aprendieron. a La nifta se da cuenta de que cada uno de sus compafieros es representado por una palabra diferente. EXTOSIGION DEL. FROCEDIMIENTO 37 Los nombres de los otros Al colocar las tarjetas sobre la pared, el alumno también vuelca su atencién hacia los demas. Se da cuenta de que él mismo se encuen- ta ahf através de su nombre, palabra que hasta ese momento absorbia toda su atencién, pero que ahora es una entre muchas, sin que por «so deje de ser la ms importante. Ast, partiendo del nombre del nifio Jo confrontamos con el acto de la simbolizacién, primero en un sen- tido personal y luego colectivo. Las paredes, desde ese momento, reflojan en forma de signos a las personas que participan en las acti- vidades. Después de haber ubicado en la pared todas las tarjetas, los nitfios participantes se entrenan en el reconocimiento de su nombre entre los demés, como también en el reconocimiento del nombre de cada uno de sus compatieros. Luego dispersamos las tarjetas sobre el piso para que los nifios encuentren la suya o la del amigo indicado. En otra versién de este ejercicio, las tarjetas se colocan en los respaldos de las sillas; en la mafiana, todas las sillas se colocan en desorden y el nifio tiene que encontrar la suya antes de comenzat las actividades coridia- nas, En otra variante, los nifios se forman en parejas y buscan la silla de su compafero, un dia uno y un dia el otro. Toda posible equivoca~ cién tiene valor educativo. Observé cémo Marta y Martin pretendfan sentarse en la misma silla. La maestra los llevé junto con la silla hacia sus tarjetas colgadas en la pared y, en un instante, las dudas desapare- cicron, Seguramente, al principio se dejaron llevar por la identidad de las cuatro primeras letras, pero después quiz4 resulté suficiente perci- bir el acento sobre la i de Marcin o la diferencia entre las letras finales para que todo quedara resuelto. Las educadoras inventan con mucho gusto diferentes juegos para cestimular la percepcién visual de los detalles gréficos que diferencian una palabra de la otra. Siempre hay que tener presente que las tarjetas con los nombres simbolizan a los nifios mismos, y por eso hay que tr2- tarlas con la méxima delicadeza. De ninguna manera esté perm char algiin nombre. También hay que cuidarse de no caer en el abu- ce EXIOSICION DEL. FROCEDIMIENTO 39 rrimiento, Cuando ya muchos nifios saben reconocer los nombres de todo el grupo, estos ejercicios deben suspenders. Los ejercicios descritos arriba se pueden llevar a cabo de una manera similar en el ambiente hogarefio. Un miembro de la familia o un amigo adulco muestra al nifio pequefio el nombre de éste y el de alguno de sus parientes, En esta situacidn, se deben ensefiar también las palabras clave: mamé y papd. Ademds de su valor emocional, lo que cuenta es su particularidad visual: a la repeticién fonética de las silabas corres- icios que siguen dependerén en gran medida de las costumbres familiares. Si, por ejemplo, los miem- bros de la familia tienen en el hogar sus lugares de preferencia, el nifio puede ubicar las tarjetas con los nombres de los familiares en sus lu- gares de trabajo, estancia 0 reposo. {Cudnto tiempo se necesita para que los nifios dominen los nom- bres de todos sus compafieros o sus familiares? Aqui no hay regla. Hay quienes pueden los después de un par de dias; otros requieren varias semanas. El asunto del tiempo no me parece importante. Cada nifio tiene su propio ritmo y también tiene periodos de desarrollo ace- Ierado 0 celativamente lento. Repito: no me parece importante. Hasta ahora he hablado de cémo introducir al nifio al mundo de la escritura, pero el proceso descrito también puede enfocarse como la in- sroduccin de la escritura al mundo del nifio. La presencia adecuada de Jas letras —por medio de las palabras significantes— puede enrique- cer este mundo y diversificar los propios juegos infantiles. Al fomen- tar el contacto del nifio con la escritura en la edad mds temprana po- le, nos liberamos de la inquietud de que pueda faltarnos tiempo cuando el pequefio tenga seis o siete afios; de este modo desesco zamos cl procedimiento de adquisicién de la lengua escrita. Con la libertad creciente que sc les ororga a los nifios, dejamos de preocupar- nos por medir el tiempo. Debo afiadir que en este ambiente de juego y libertad los nifios avanzan mucho més répido de lo que pueden es- perar sus educadores o sus familiares. ABCDEFGHIJKLMNNOPQRSTUVWXYZ Ana Ani Antonieta Araceli Adan Antonio Alberto Alejandro Berta Barbara Beti Beto Benito Cecilia Carmen Carla Carola Carlos Carlitos Chucho Diana Dolores Denise Damian Domitilo Dario Eva Elisa Elena Eliana Enrique Erasmo Eduardo Elias ino Franco Francisca ia Gabriel Gabriela Graciela Gustava llermo Gustavo Guadalupe Gonzalo Humberto Héctor Irena Isidro Joaquina Joaquin Juan Juana José Lupita Lolita Laura Lilia Leonardo Leandro Maria Monica Miguel Moisés Marcos Natan Natalio Natalia Ofelia Oscar Olga Pablo Paula Pedro Paulina Raul Raquel Roberto Ramén Ramona Ricardo Rebeca Sandra Susana Simén Timén Tadeo Teodora Teodoro Teresa Ursula Victor Valentina Victoria Zenobio abcdetghijkimnfioparstuvwxyz ' ON ICEDIMIENTO. La pared letrada Con el fin de crear en el ambiente educativo un sistema didéctico vi- sual, colocamos sobre la pared, a la altura de los ojos de los alumnos, una cinta con todas las letras del alfabeto. Recordemos que estamos hablando del alfabeto latino, el cual tiene variantes en conformidad co la fonética de la lengua. Comparando, por ejemplo, las letras que se usan en espafiol y las que se usan en polaco, encontraremos grandes diferencias. Baste decir que el espafiol est codificado por medio de veintisiete letras, mientras que el polaco requiere treinta y tres, Puesto que hoy nos hallamos en el tiempo de las grandes migtacio- nes, procuremos que en Ia cinta alfabética estén presentes todos los signos alfabéticos necesarios para la correcta transcripcién de los nom- bres de todos los que participardn en los juegos y ¢jercicios. Para pre- pararnos a realizar correctamente las actividades de esa fase, observe- ‘mos primero los nombres mds populares, por ejemplo, entre los hispanchablantes: + A simple vista destaca la naturaleza combinaroria del sistema de escritura. Cada nifio encontrar sus letras entre las de sus compa- fieros. + Los nombres reflejan casi todas las combinaciones sildbicas que existen en espaol, as{ como todos los posibles sonidos representa- dos por cada una de las letras. Nos damos cuenta de cémo suena la cen los nombres de Carlos, Cecilia, Graciela y Chucho. + También podemos observar la funcidn del acento gréfico; por ejem- plo, Marta, José. + Destaca la mayiiscula con la que comienza cada nombre como un signo de importancia y prestigio, ya que todo ser humano merece respeto. + Seobserva que la mayorfa de las letras se ubican respecto de las rayas horizontales en el nivel medio, pero las hay también con rasgos largos que ocupan los niveles medio y superior, y otras los niveles medio y bajo. Mares Patrica 4, fen, se ars S %, ABCDEFGHIJKLMNNOPQRSTUVWXYZ abcdefghijkimnfiopqrstuvwxyz enniaue Martin Pd oysnya Con el sistema visual de la pared letrada invitamos a los nifios a ejercer Ia observacién, la comparacion, la induccién y la deducci6n. A simple vista destaca la naturaleza combinatoria del sistema alfabético de la escritura. EXPOSICION DEL PROCEDIMIENTO a3 © Se hace evidente que casi todos los nombres femeninos terminan con la a. Son sefiales visuales que los nifios asimilan de manera na- tural. Con las tarjetas expuestas en las paredes se inicia el periodo de observacién y comparacién, que son acciones fundamentales para la investigacién y la construccién del conocimiento. Se han creado las condiciones para que las mismas paredes actiien en la mente del alum- no. Con el sistema visual de la pared letrada invitamos a los nifios a cjercer la observacién, la comparacién, la induccién y la deducciéi Nuestra tarea consiste tinicamente en estimular su percepcién vis dirigiendo su atencidn a este u otro detalle grafico. Que observen y se den cuenta de que siempre que en un nombre suena rrr en su forma cscrita aparece 7; que cada vex que suena b apareceré la letra b, pero tam- bign que cuando suena ss, en el nombre escrito pueden parecer co Hay letras que tienen diferentes funciones fonéticas: ¢ % 33 como también hay fonemas que pueden ser codificados por diferentes letras: no obstante, para cada nombre (y, por lo tanto, para cada palabra) sélo hay una forma correcta. Hay mucho que observar y mucho que apren- der con la pared letrada. Cada nifio inicia su camino cognitivo partiendo de diferentes puntos, de la particular combinacién de letras que incluye su nombre, pero al cabo de cierto tiempo sabri todo sobre las posibles relaciones entre las letras y sus sonidos. Todo ello seré producto de su propia investigacién Ninguno de los adultos que lo rodea podré definir con exactitud en qué momento, con base en qué observacidn, ha llegado Chucho o Alber- toa tal o cual conclusién. Sea como sea, no me canso de repetir que toda esa investigacién personal del niffo es posible gracias al hecho de que él sabe perfectamente bien cmo suenan los nombres de sus cole- gas. Este saber es la premisa fija que acompafia sus observaciones, hi- pétesis y conclusiones posteriores. Es también la premisa fundamental de nuestro procedimiento, La vista es el sentido que gufa al nifio, pero ‘su razonamiento se basa en su conocimiento anterior de la sonoridad

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