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Victor Manuel Moncayo C. El Leviatan derrotado Reflexiones sobre la teorfa del Estado y el caso colombiano Prélogo de Toni Negri La. Ediciones Aurora SEGUNDA EDICION Bogotd, D.C., agosto de 2018 CAPITULO V Las configuraciones del régimen politico 1. Un espacio relativamente aut6nomo Hemos planteado esa especie de simbiosis orgénica entre la forma-Estado y las demis formas sociales que constituyen la relacién capitalista, ademés de cémo salen ‘unsformadas a fondo, en las distintas fases por las que de manera necesaria transcurren slolargo de la historia del proceso contradictorio de valorizacién. No obstante, es indudable también que la forma estatal, al igual que las restantes, deatolla su propia dindmica y se mueve con relativa autonomia dentro de sus coordenadas, dando origen a un nuevo tertitorio de particularidades (constitutivas de lo que, de manera habitual, designamos como el escenario del proceso politico, del tégimen politico). Se trata de la expresién politica dea oxquestacién, mds 0 menos arménicao disonante, dels relaciones sociales burguesas, en orden a su reproduccién. Es una composicién en apatencia desordenada que, en medio de una melodia integradora, permite las fugas instrumentales, las diferencias estratégicas y el privilegio 0 descuido de ciertos instrumentos in de ¥ de sus intéepretes. Esa melodia fundamental esté constituida por la reproducc' larelacién social capitalista, dentro de ciertos pardmetros redefinibles de acumulacién, dcterminados por a lucha de clases y por las necesidades de la hegemonia en el interior de lesclses y fracciones dominantes. Las melodias disidentes y las irrupciones y hasta inte- "upciones espontaneas de ciertos instrumentos se deben a los diferentes intereses de esas paso agentes dominantes, y a su distinta posicidn o actitud téctica frente a Jas clases ‘ometidas 0 subordinadas, Es un verdadero conjunto sinfénico, bien llamado en teoria el ““pitalista colectivo ideal,’ ind neue menos metaférico, la autonomia que se seennnce al Estado es su fein relativa frente a las capas y a las fracciones lel capital, asf como as demas clases dominantes consideradas en particular. Es una autonomia bey lle. W. y Neususs, Ch., "The illusion of State Socialism and the Contradiction /een Wage Labor and Capital’, en Telos, No. 25, otofio, 1975 115 Victor Manuel Moncayo C. = : le en el determinada por las divergencias existentes dentro del ae ‘ prose las cuales hacen que el Estado se estructure oo tle acai Pua diferencia € instituciones, mediante las cuales cada una de ellas a a los intereses de las distintas fracciones de clases ys al tiempo, se liman las asperezas 4 se armonizan los intereses del conjunto, Hay ung ses ences ae as Shaan : si y otra autonomia relativa ma autonomia parcial de las entidades estatales entre si y ee general del Estado frente a cada clase, fraccién 0 capa domin siderada en particular. , En sintesis, la autonomia relativa del Estado se predica respecto de las clases y de las fracciones de clase, consideradas en su individualidad, pero no en cuanto a la relacién capitalista. Respecto de esta, el Estado, lejos de ser neutral, es en sf mismo “~~ una relacién social determinada y condicionada, es una relacién social capitalista, es una forma, y las formas no pueden ser ajenas a la determinacién histérica. El proceso politico, la pluralidad funcional e institucional del Estado, asi como los mecanismos de receptividad y de procesamiento de las estrategias encontradas de las clases dominantes son los vehiculos de esta doble autonomia relativa, de esta asimilacién desigual y de esta ordenacién de pretensiones dispares, de esta concrecién de los capitales dentro del conjunto del capital. Ahora bien, ese escenario relativamente auténomo del régimen politico conduce en lo esencial a aquella caracteristica central de la esfera politica, que le permite negar el cardcter burgués de la sociedad, pero sin que al formular esa negacién se reconozca su existencia, Lo niega sin llegar a admitiz, ni un momento siquiera, que tiene ese caricter, pues hacerlo develaria la naturaleza contradictoria de la sociedad, Es decis e ' Estado no se concibe a partir del reconocimiento del egoismo de la socie: combatirlo mediante la virtud republicana, a la manera de Robespierre, sino como tuna construccién comunitaria, plena y supletiva de las relaciones de dominacién que, tal y como lo planted Rousseau, funciona a partir de una libertad separada de las ecesidades e indiferente ala fuerza de las cosas, que al tiempo reconoce y se apoya ‘en las voluntades individuales, pero se separa de ellac y las niega en nombre de la | voluntad general. Se trata, por consiguiente, del nticl pertenece la dimensién de la representaci dad civil, para leo de la ideologia democrdtica, al cual n sentacién, que explica las mil y una alternativas de la democracia formal; la regulacién de la individualidad-homogeneizacién, que ¢s fuente de todo el espectro de injerencia del Estado cn e] Ambito de los dere- chos y libertades individuales, y la misma violencia legitima, que integra rangos diversos entre los extremos de lo simbélico y la fuerza. fisica, Alrededor de las miiltiples y diversas variaciones y combi L esa ideologia democratica, se mueven ly Las configuraciones del régimen politico 2. Regimenes normales y exceptivos E| Estado capitalista se mueve siempre en ese escenario, cualquiera que sean las modalidades o las vicisitudes de su existencia, y siempre configuran un régimen politico particular y especifico. No hay razén, por consiguiente, para valorar como més préximas a lo que seria un tipo o modelo ideal ciertas inflexiones de la representacibn, del tratamiento de la individualidad o de la utilizacién de la violencia fisica, pues todas responden a la misma matriz, todas son normales y no patoldgicas, aun aquellas que parecen situarse casi en las fronteras de la ideologia democritica; porque en el peor de los casos se trata de oscilaciones que buscan su legitimidad en la defensa o restauracién de la democracia perdida o desfalleciente. La consideracién anterior reviste especial significacién teérica y politica, puesto que permite enfrentar una tendencia muy generalizada, que aprecia esas variaciones del Estado y distingue las modalidades normales de las patolégicas o excepcionales. Frente a esta distincién los elementos conceptuales que hemos avanzado permiten romper de manera definitiva con la pareja normal-excepcién, para abrir paso a un entendimiento diferente, que tiene, ademés, la propiedad de no valorizar una modalidad frente a otra, pues al fin y al cabo todas pertenecen al mismo tipo y esto es lo esencial. Se plantea, por consiguiente, la normalidad de todas las configuraciones del Escado capitalista en la dimensién del régimen politico, en cuanto todas remiten al mismo tipo de Estado y se explican por este. Por otra parte, aunque a partir de esas oscilaciones 0 variaciones alrededor de la ideologia democritica se erijan regimenes politicos que nunca reniegan de su caricter capitalista, sino que lo reiteran y reproducen, una cuestién central continéa siendo su determinacién historica, esto es, el seftalamiento de los factores que las explican, el porqué una inflexién sucede a otra y ella, a su turno, deja su lugar a la que luego la sustituye. ‘A ese propésito, las explicaciones también utilizan el concepto de crisis, pero debe advertirse que se trata de una significacién diferente a la otorgada cuando se hizo referencia a las fases histdricas del desarrollo capitalista, pues se trata s6lo de las dificulrades presentadas en el escenario de la ideologia democritica, en el contexto de Ia autonom(a relativa que se ha explicado. En efecto, se habla de crisis cuando el régimen politico encuentra obstéculos insalvables para su supervivencia, cuando apela a una nueva modalidad y cuando muestra los signos proplos de la decadencia, En este sentido, se trata de una crisis que, repetimos, conduce, en principio, de manera exclusiva, a las coordenadas bésicas del régimen politico y no al conjunto de la organizacién social, aun cuando no se excluye que esa crisis coincida o se articule con sera de més profundidad que comprometa [a totalidad de las estructuras, o que incluso esté determinada por esta tiltima. : : Son muy abundantes las descripciones sobre las caracteristicas de los regimenes politicos surgidos de las crisis en determinados casos histéricos, pero tienen la 117 Vietor Manuel Moncayo C- coincidentes, ott3s son my bien algunas son na manera nu Ig ¢ obs or ejemplo, como Fasgos que ei studiado. Se observan, por ¢) gos que en Se oaifcacion de los aparatos represivos 0 de los aparsty importancia; el desplazamiento de la rama co; las transformaciones en sistem; 1, etc, Pero de esa descripcién es muy particularidad de que s propias de cada caso e momento se han verificado, la modif ideoldgicos o de su funcién, relacin © “ aparato dominante; la alteracién del orden jurid it i iticos y resent de suftagio, de partidos politicos y de repr ; dee dificil dar el paso a la generalizacidn, como para delinear en términos conceptual una modalidad propia del Estado capitalista en momentos de i se Hone Politico, que permita hablar, por ejemplo, de una categoria como la de re lo « excepcién, pues la especificidad histérica siempre deshace las construeciones claboradas a partir de las experiencias conocidas. Un panorama similar puede dibujarse del lado de los factores explicativos de las crisis del régimen politico. No sélo cada caso histérico exige entendimientos que registren su particularidad, sino que incluso, a propésito de una misma situacién 0 de situaciones que pudieran estimarse andlogas, no es factible aislar con absolute certeza los elementos causales. Baste al respecto recordar cémo, a propésito del fascismo, el debate sobre su significacién sigue atin abierto, y cémo se entrecruzan las mds variadas interpretaciones, que van desde la concepcién del equilibrio de clases (cl proletariado no habia podido llegar a ser una amenaza para el sistema burgués, ni la burguesia capaz de superexplotarlo bajo el régimen politico imperante) hasta la de la necesidad burguesa de erosionar las conquistas reformistas, sin que en realidad se hubiera tratado de una defensa frente al riesgo de la revolucién proletaria. Quizé sea también Gril mencionar, que ha sido esa dificultad de generalizacién la que ha ido alargando poco a poco la lista de los estados de excepcién posibles: bonapartismo, fascismo, dictaduras civiles, dictaduras militares, autoritarismo, cesarismo, de mocracia restringida, etc. De lo expuesto surge una tesis tal vez muy osada: la imposibilidad de toda teorfa del estado de excepcidn, no sélo por las razones ligadas a la consideracién inicial de la normalidad de todas las configuraciones del Estado capitalista, sino porque tratdndose del régimen politico, su caracteri Y especificidad de cada caso, Todas las modificaciones del réei An signadas por su crisis, aun cuando es evident eee anteed reer ee © que puede distinguirse entre aquellas cuy? vinculo es mas preventivo, de las Vv di , que en definitiva ti e ae nitiva tienen que afrontar la crudez4 izacién no puede trascender la Para intentar una sintesis provisional de lo dich, caracterizacién del régimen pol . rasgos como para encontrar sus determinacion, excepcién no sélo pondera, valora y magnife ty dicotomiza las configuraciones del ré fa ras logicas fundamentales distintas, y dese °O™ 10, podemos afirmar que tod# fica, tanto para describirt 5S a llamada teoria del estado 4 supuesta normalidad, sino 9 © si respondieran una y otf # antes que dos grandes polos 4 ftico debe ser espec 118 ; Las configuraciones del régimen politico inflexién, hay necesariamente miltiples posibilidades de régimen politico, como combinaciones 0 vatiaciones sean impuestas alrededor de las coordenadas de la ideologia democritica. 3. Las transformaciones del régimen Del encasillamiento que impone la teorfa del Estado de excepcién salimos al terreno amplio de las transformaciones del régimen, y ya en este, la problematica es otra: gcudles son los determinantes del régimen? ;Cudndo muestra signos de agotamiento o de catistrofe? ¢En qué momento puede hablarse de verdaderas transformaciones del régimen? ;Cudles son las relaciones del régimen politico con otras dimensiones de la forma histérica del Estado capialista? Regresemos al conjunto de los aparatos estatales, que es el territorio donde al final confluyen las caracteristicas que definen un régimen politico en particular, para apreciar, de manera general, los términos y limites de las modificaciones que pueden histéricamente presenrarse. Ese conjunto, en efecto, no es mds que la ordenacién y la configuracién de las ramas, de los organismos y de las funciones del Estado, que tienen la virtud de adaptarse de manera camalednica a las mutables estrategias de las clases dominantes frente a las clases dominadas, y a la dindmica del balance interno de poder dentro de! bloque dominante. El aparato estatal es la expresin corpérea de la autonomia relativa del Estado frente a las clases y fracciones de clase individualmente consideradas; es ¢l conjunto de politicas y de relaciones interinstivucionales ordenadas en su extensién, en su jerarquiia yen sus funciones por la situacién concreta de la lucha de clases. De ahi que sea valido diferenciar Estado capitalista y aparato estatal y catalogar al primero como forma-social invariante y al segundo como expresién de los movimientos y reacomodaciones dentro de ese invariante materialmente determinado. Dentro del aparato estatal se encuentran, en forma combinada, instituciones que cumplen funciones tanto violentas y represivas (por ejemplo, el subaparato policivo- militar) como integradoras. Estas ultimas pueden actuar mediante la creacién de canales participativos o de concesién (por ejemplo, el Congreso, la participacién electoral y también, aunque por fuera del aparato estatal formal en estricto sentido, pero desempefiando un papel paralelo, los partidos politicos, los sindicatos y otras organi- zaciones) 0 destinados de manera prioritaria a Ja filtracién y purificacién de ideologias contradictorias, hasta hacer de ellas un remanso de conformidad con la dominacién burguesa (como ocurre en el aparato educativo estatal y también, aunque no formen Parte del Estado, en la familia, la empresa, etc.): Ambos grupos de funciones atienden, desde una forma especifica capitalista, las hecesidades de las masas de una manera determinada o mejor: sus logros tienen que Set compatibles con los pardmetros de reproduccién del capital y no pueden desbor- 119 Victor Manuel Moncaya ba regula. Los extremos integracién-violencig ‘ . Frese fines dentio del tango de posi” a lucha sin horizonte revoluciona, es i mos y. entre ellos, ms to institucional que las sélo pueden cons extremos de 10 surgen dos extte jerado como normal, asegura la sumisign g, irticulares de las clases dominany es, dar el forma limites eng dle reproduccidn del capital, son De ese balance func ional Uno, habitualmente conste esin de los intereses pa ‘tn funcional ¢ institucional. Es una di acién fun dispersigy disposicion jerdrquica del aparato estat, ¢ F< at tice que en forma relativa— estd libye ic bordinadas y exento de batallas antropéfag S088 alternativas. los antagonistas y la coh mediante una amplia especializ apenas contrarrestada por una tenue la situacién tipo de un régimen poll amenazas provenientes de Jas capas sul é a ts el regimen politico ‘pluralista’ en el seno del bloque en el poder 3 fin el polo opuesto se encuentra el modelo de régimen politico caracterizado por fo estatal, bajo una rigurosa direccién unitata una concentracién vertical del apara que transmite ¢ impone st yoluntad en forma omnimoda a todos los organisms del Hstado, Se desvanecen, por consiguiente, las separaciones entre las ramas del poder y dhentro de cada tna, en apariencia, se esfuman los cimientos de la auonomia relay de Estado. Fin general, una parte del aparato asume una abierta posicién de mando sobre Jas restantes, las opaca, las relega a una situacién de dle drdenes superiores,y lo que es ms importante, el objetivo supremo es poder superar el propio régimen para acercarse, tan pronto como sca posible, al modelo contratio, siempre considerado como normal o ideal. Win afiests, cuando nos referimos al régimen politico, estamos haciendo alusién a Ja cara variable del Estado, que se materializa en las particularidades que asume tro de los margenes del contenido fundamental de la ideologia democratica, Se rata de configuraciones derivadas del balance especifico de In lucha de clases y de las condiciones coneretas del proceso de valorizacién del capi que tienen consecuencias importantes en cl orden de la composicién, autonomia Telativa, superposicidn y grado de complementariedad o de conflicto entre las ram Ine inatitactones y ls polticas que conforman el aparaco estatal, con independencia de Jos mecanismos, constitucionales 0 no, que las originen. simples transmisores o ejecutores el aparato estatal, siempre den! 4, Entrecruce de tendencias reorganicas y combinacién de niveles de andlisis La conceptualizacién hasta aqui expuesta presenta, con cierta nitider y quit con exagerada independencia, dos dimensiones del andlisis politico en Jas sociedades capitalistas. Una perteneciente al orden de las transformaciones determinadas por I fases, por las cuales atraviese histéricamente la relacién capitalista, y otra circunscrita Jos cambios operados en el escenario de la ideologia democt y del aparato estatal que explica la existencia de regimenes politicos especificos. En uno y otro caso, la sucesion de una fase a otra, o de un régimen a ot'0s se expla 120 Las configura jones del régimen politico por el agotamiento de una configuracién determinada que abre un periodo de crisis cuya funcidn es gestar y construir aquella que funcionard de manera sustitutiva. En tal sentido, s¢ ha tratado de explicar que la crisis tiene una distinta significacién segtin la dimensidn analitica que se considere, Esta se referird a las transformaciones profundas de la relacién capitalista, que compromete la modalidad existencial de todas las formas sociales de la dominacién, cuando de lo que se trate sea el agotamiento de una fase del proceso de valorizacién y el inicio de otra. La crisis se vinculard a los limites de funcionamiento impuestas por las luchas antagénicas 0 a las dificultades surgidas en cl interior del bloque en el poder, cuando lo que se busca analizar es la necesidad de sustituir una modalidad determinada de régimen politico por otra 0, en forma mas simple, de reformar su legitimidad o la onganizacién del aparato estatal. Pero no es suficiente reconocer la existencia de esas dos dimensiones analiticas, ¢s preciso admitir que ambas deben concurris, pues no son pocas ni mucho menos irrelevantes sus interrelaciones, Asi, considerada una fase determinada de la relacién capitalista, es claro que puede expresarse mediante miiltiples y diversos regimenes politicos y, a la inversa, un mismo tipo de régimen politico puede reencontrarse 0, al menos sus rasgos centrales, en distintas fases. Desde otra perspectiva, si de lo que se trata es de apreciar In erisis de una fase y el proceso de transicién hacia otra sustitutiva, en teorfa las hipétesis en relacién con el régimen politico son muy variadas. El cambio de fase puede no comprometer el régimen politico o puede exigir 0 provocat su crisis; no obstante, desde otro punto de vista, la existencia de un determinado régimen politico puede obrar negativamente frentea las urgencias de una nueva fase, retardandola, entorpeciéndolao impidiéndola, 0 ¢s igualmente posible que el régimen politico o sus transformaciones contribuyan © cooperen positivamente y con eficiencia en las reestructuraciones propias de una época distinta. Ahora bien, esta distincién analitica no debe impedir tener en cuenta que aun cuando se conciben procesos de transicién de una fase a otra o de uno a otro régimen politico, asi como de instauracién y consolidacién de los elementos centrales de las nuevas Configuraciones estatles que a ellos correspondan, nunca esis reorganizacioneseliminan los elementos previos, sino que en genera los redefinen, los artculan y los integran. 5. Algunas ilustraciones en América Latina Sin la pretensidn de formular apreciaciones definitivas, que supondrian un an detenido que escapa a los objetivos de este ensayo, de manera apenas ilustrativa, lo expuesto permite una especie de ubicacién general o de breve aproximacién a algunas situaciones de regimenes politicos en América Latina, que incluso puede tener alguna utilidad tanto para eventuales estudios comparativos como para discernir mejor sobre las especificidades del caso colombiano. — figuracién de los Estados nag; ideracién preliminar sobre la con! onal 5.1 Consideracién prel latinoamericanos de manera preva, na PRIMED vein 4 : gue cas un lgae comin, sobre I radical diferencia hist importancs on riracién de los Estados en la regién latinoamericana. Sin entry . Crpliciciones y deals, como los aportados con suficienciay profundidad poy investigadores de Ia historia politica y social del nate pes afar ae el punto de partida hacia la construccién de Estados América Ltn como con certeza es también el caso en otros continentes, es muy diferente de qu puede considerarse como cisico en el ambiente geogrifico europeo, lo cual de mane evidente plantea particulates dificultades pata el andlisis y la comprensién, Lego dela experiencia de conquista y colonizacién —que como se sabe es diveny segin las distintas dreas y culturas de la regién y las diferentes caracteristicas del proceso de integracién politica, econémica y cultural nuestros Estados nacionales, desde el punto de vista genealégico, estén asociados a los movimientos Y guerras de independencia, asi como a los enfrentamientos, las disputas y los acomodamientos de los inicios de la organizacién politica auténoma, que en definitiva les imprimieron ciertos rasgos muy especificos. Algo similar puede plantearse, para insistir en la especificidad, sise tienen en cuentalas Variadas formas y sistemas de administracin del territorio que rigieron en el subcontinente latinoamericano, que se utiizaron en los periodos posteriores a la independencia o quese Ese limitado ejercicio exige, de insercién en el mercado mundial. Qué no decir de las determinaciones provenientes de las marcadas diferencias de la estructura econémica, de las formas de produccién, de las clases y fracciones, de los factoresculturales 0 geogrificos, etc, Sin embargo, en el interior de esa miiltiple diversidad que constituyen los Estados nacionales latinoamericanos es posible 4 preciar, con relativa nitidez, las ° 2. S 2 P a & Fg <. 8 $ p B a $ 8 i=} 3 122 Las configuraciones del régimen politico De igual manera, aunque todavia algunas voces aisladas no lo admitan, en los pueblos surgidos del régimen colonial se originaron procesos de integracién nacional, de construccién de identidades nacionales y de adquisicién de ciertos sentidos de pertenencia histérica a determinadas comunidades politicas, incluso bajo formas bastante exacerbadas, como lo ilustra muy bien el caso mexicano o el chileno. Lo cual no significa que —como ocurre aun en las sociedades nacionales de corte mas clésico y reconocidas como escenarios de formaciones sociales modernas— esa homogeneizacién nacional no esté salpicada y hasta interrumpida por diversidades étnicas, culturales 0 imputables a los efectos de la marginacién o el atraso, Claro esti que el proceso latinoamericano correspondié a lo que Antonio Negri denomina “nacionalismo subalterno”,? pues tuvo en sus orfgenes una naturaleza progresista. En efecto, sirvid como instrumento para la autodeterminacién frente al régimen colonial espaiol y para detener el discurso que consideraba a los pueblos o a las comunidades aborigenes 0, en general, a los mestizos como culturas inferiores, asi las naciones nacientes los hayan arropado bajo la categoria de nacién, hayan borrado y hayan eliminado sus diferencias étnicas, lingiiisticas y culturales. También hemos conocido la dindmica progresiva de la institucién representativa y recorrido a nuestra manera el itinerario del sufragio censitario a su universalizacién, de la consagracién de formas parlamentarias, de eleccién de autoridades de diverso orden, de control de los elegidos, de sistemas electorales, etc., y es indudable que en forma paulatina se ha venido construyendo una determinada cultura politica, sobre todo en aquellas sociedades donde se produjo una mayor eliminacién de la poblacién nativa y se verificaron corrientes migratorias importantes. Lo cual no alcanza a ser alterado, como tendencia principal, por las dificultades de instauracién de las practicas democrdticas, por las perversiones, vicios y deformaciones que las caracterizan, que, por lo demés, tampoco son exclusivas de nuestras sociedades, pues también echan sus raices aun en las naciones que se reputan como més avanzadas. En el orden del monopolio legitimo de la violencia y de la instauracién de un orden juridico, los Estados latinoamericanos funcionan, casi desde el momento inicial de vida independiente, a partir de formas constitucionales calcadas de los modelos surgidos de las revoluciones burguesas y alimentadas por la ideologia democritica liberal, sostenidas por aparatos de justicia y cuerpos armados nacionales. Incluso puede decirse que la inflexién autoritaria 0 dictatorial predominante en ciertas épocas y de manera endémica en algunos paises haacentuado 0 magnificado ese monopolio, sin queen forma plenase haya pretendido abandonar el esquema tradicional de organizacién estatal. Es obvio que ese monopolio ha sido muy discutido, y hasta ha desfallecido o hecho crisis, sobre todo por la presencia en muchos paises del fenémeno guerrillero, el cual, sin embargo, salvo el caso cubano, nunca ha logrado desestabilizar los regimenes politicos ni mucho menos sustituirlos. 2 Negri y Hardt, Imperio, Desde Abajo, Bogota, 2001, p. 47. 123 Victor Manuel Moncayo C: del enfrentamiente corse respect ' hacer f Indy ados con las pode : ie con Ja delincuencia comin 0 con Jos pe J propio Estado, labores de defensa de, i ideracién puede ; Similar consideracin Le eee co de los F porine ont estupefacientes, la connivencia de conten al comercio ilicito de asumen, con | Pero, a pesar dle esa ruplura« odo en ning momento los Estados han pe tide exys an renunciado a la pretension de alcanzatla 4p de ial Iel monupolio de la fuerza w de incereses particulares vigencia plena del orden normativo, hisimo menos ly caracteristicas, ni muc manera mas profunda y perfecta. ; Por ow parte, como ocurre también en todos lox palses del mundy vert drea latinoamericana coexisten miltiples formas de Gobierny, ad, disimiles modalidades de administracién dy contemporinco, diferentes estructuras de autoridl tertitorio, diversos sistemas juridicos, ¢ mas y érganos del aparato estatal, tc. explicables por factores ligados a la particula historia de cada formacidn, a las modalidades de implantacién y de consolidacion de las relaciones capitalistas, a las peculiaridades de insercién en el mercado mundial al fraccionamiento interno de sus clases dominantes, a las luchas y experiencias de las capas y sectores subordinados, a las vicisitudes de sus regimenes politicos y a ls caracteristicas propias de su pertenencia a las distintas fases del desarrollo capitalists Pero, en todo caso, mis all de esas diferencias de configuracién, en todas esta sociedades existe la dimensidn politica estatal, con los rasgos y caracteristicas comunes a todas las sociedades contemporaneas. listintas distribuciones funcionales entre r, 5.2 Vigencia del Estado Interventor en las sociedades latinoamericanas A Aunque algunos todavia lo discutan, crcemos estar en lo cierto al afirmar que li ngemeieanos bajo esquemas muy diferentes y con acentos 0 grados muy Particulares, funcionaron o intentaron hacerlo dentro del paradigma propio del Estado | ° are Ese acento es notorio en las transformaciones de la estructute +, Como ‘iruci i i ir we — ae, lel modelo de sustitucién de importaciones, impusieron funciones : : . " es sipear Protecionire, regulacién de conflictos, participacién en el mercado y e sar in, contro de la concentracién ycentralizacién del capital, ororgamient ios, cooperacién en la reproduccidn de la fuerza labs ibs en todas las latitudes del conti os a pay Ue inente, ce Ci i i " de Ageninay Unogans demnnent, como el eas, para citar slo algunos ejemplos mba eed le aie treinta; de Bolivia, con ocasién de la revolucion a or imi i éxi Speer ae a oe Nacional Revolucionario; de Méxi? i s ie la reve 16 917: a ia ena misma epoca de los paises del ca to de 19175 de Venenuela y de Colom cono 5 fi la posguerra, 0 de Costa Rica, al Paes eee al concluir el decenio de los afios cuarentas. a pertenencia de los Estados lant i delo fone s latinoamericanos al mo: ar nunca tuvo ni pudo ale i mento! ‘anzar, salvo en ciertos mo! Las configuraciones del régimen politico y para determinados efectos, la extensién y la profundidad que fueron los signos distintivos en los Estados de sociedades desarrolladas. La accién estatal en el campo de la provision de bienes y servicios representativos de salario indirecto se limité casi siempre a los miembros de la clase laboral vinculados al proceso productivo. El funcionamiento de los aparatos gubernamentales se ha desplegado en medio de graves y protuberantes vicios de eficiencia y eficacia, atribuibles a la inmoralidad, a la corrupcién, al clientelismo, a la burocracia, a la inexistente o indebida planificacién, a la deficiente programacién y ejecucién presupuestal, etc. Las dificultades del proceso de acumulacién propio de los paises dependientes impidieron las captaciones fiscales suficientes para asegurar las acciones interventoras del Estado. Las necesidades, casi siempre apremiantes, de atender la integracién y control del movimiento reivindicativo, desviaron y deformaron las orientaciones dirigidas a la participa- cidn en las condiciones materiales de la produccién. De manera prioritaria el Estado debié volcar su atencién a las inversiones directamente productivas, en especial en el orden infraestructural. En coyunturas de especial auge del movimiento popular, la gestion se vio forzada a concentrar sus esfuerzos en intentos reformistas urbanos 6 agrarios, en la mayorfa de las veces a contrapelo de las tendencias dominantes del desarrollo capitalista. Los sistemas de fiscalidad debieron ser en exceso respetuosos de los intereses de sectores sociales ligados a la renta de la tierra, En fin, los modelos de desarrollo capitalista interno exigieron scrias limitaciones y restricciones al despliegue de formas avanzadas del Estado interventor y de bienestar. 5.3 El multifacético panorama de regimenes politicos Factores de diverso orden han determinado en América Latina un multifacético panorama de regimenes politicos, tanto a lo largo de Ia historia recorrida como en el interior de una misma época del desarrollo capitalista a escala mundial, Aun cuando la magnieud y a variedad de esa diversidad hace en la prictica imposible pretender siquiera esbozar una tipologia, un ensayo para fines ilustrativos y descriptivos podria hacerse alrededor de los siguientes agrupamientos: * Un primer conjunto puede estar constituido por aquellas sociedades en las cuales se ha Sheertado un relativo funcionamiento de la democracia formal. Nos seferimos en particular dl caso de Conta Rica, reconocido clertamente como exoepeional; al de Chile basta Ia abrupta y sangrienta interrupcién de la dietadura de Pinochet a los regimenes de Uruguay y de Argentina antes del largo paréntesis militar, aucortario y represives al de México, a pesar de las limitaciones y deformaciones introducidas por dl sistema del partido nico, y hasta al de Colombia, con la salvedad del régimen militar de excepcién de mediados de los aftos cincuenta, y con las necesarias precauiciones que suponen las cortapisas in tituidas durante el lamado periodo del Premee Nacional o de las derfiguraciones y deformaciones tlientelists y corruptas de nuestro sistema politico. Es obvio que pertenecerian hoy también ines existentes en la regién, en el contexto general de la a esca categorla casi codes los regime fase neoliberal, con las tinicas excepciones de Cuba y, de manera mds reciente, de Venezuela. 125 Victor Manuel Moncayo C. ey euniren una categoria alas dctaduras militares gue, r i los nuestros paises, pero que obedecieron en cada hist igadas al tradicional conflicto ents histérica a causalidades muy distintas. Algunas lias a seadtona oni ee ientes y fracciones burguesas en trance de cons i 0 pate terratenientes y ‘ictadura colombiana de los aftos cincuenta, cuyo Papel Principal fy_ eee der; otras vinculadas a la superacion de equilibros ineahys eee an a ee como las varias vividas por Venezuela 0 Ecuador; 1a, ses dom , ae een aap mnie ppc ene ismo, tal y como ocurtié con las experiencias de los paises del cono sur, y no pas ed is la necesidad de captar o vincular sectores de significacidn populista o bonapartista, ant | eae i las clases dominadas para favorecer una legitimidad perdida o disminuida, : * Un grupo diferente esté constituido por los regimenes seas que en Ames Latina han representado expresiones vulgares de la politica colonial o de la supervivencia de regimenes patriarcales y patrimoniales, a las cuales estn asociadas las tenebrosas y sombria figuras de Batista, Somoza, Duvalier y Stroessner. + En segundo término, es preciso existido, casi sin excepcidn, en to res Mas allé de estos conjuntos, que pueden tener sustento en circunstancias histéricas ya superadas, hoy la realidad de los regimenes politicos en América Latina es muy diferente y exige un tratamiento analitico especifico. Es indudable que esos regimenes estan atravesados por la problemética general del nuevo orden global y por las tendencias neoliberales que hemos considerado, aun cuando tengan, de todas maneras, clertos grados de autonomfa ligados a las particularidades de cada formacién. En efecto, es muy distinto el caso mexicano Posterior a la pérdida de la h PRI, el de los centroamericanos posconflicto, superados los regimenes dictatoriales 0 autori egemonia del el de los paises del cono sur después de itarios, el de Perti con posterioridad al . ecb 4 las politicas neoliberales, el de Venezuela bajo el paréntesis del movimiento bolivarian oe : b ‘© 0 el de nuestro pais en la encrucijada © 'as violencias subversivas, paramilitares y del narcotrafico. En todos, sin embargo. el tinglado estd presidido por el avasallador Proceso del imperio y la redefinicién que impone a los Estados nacionales,

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