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PB mueven Asrario“ Ocultas un Partido Anonim UNIVERSIDAD BANE 9 ce Li en nerorarcanigl 16 de Diciembre de 1980, - forest) a2" Pig on By a 266m BOLIVIA TIENE SU‘REVOLUCION EN MARCHA Y NO REQUIERE DE ASESO- RES FORANEOS ¥ OFICIOSOS “La Nacién” se ocupG hace dias de cierta con- ferencia pseudo campesina realizada en Achacachi unas dos semanas atris, donde se congregd la mas abigarrada morralla de dirigentes extremistas — trotskistas, stalinistas, anarquistas y los maestros y pupilos de la eseuela criminosa de Atahuallpani. El escenario fue brindado, naturalmente, por To- ribio Salas, cuya trayectoria, de todos conocida, ha eulminado en una libertad provisional en su ya cé- lebre juicio penal. Aquél primer comentario pe- riodistico, al referirse a la pretensidn extremista de organizar un nuevo partido politico “agrario y na- tivista”, demostré la absurdidad de tal tesis y su desleal propisito de separar al campesinado de la alianza de clases que activa el proceso de la Revo- lucién Nacional. eat Pero los hechos no se reducen a eso. Carente de magnitud y significacién histirics, la intencién de organizar un nuevo partido pudo revestirse de una patina siquiera pilida da seriedad, por lo me- nos en el ambito de la libre expresién de ideas, si hubiera operado en base a una motivacién de or- den nacional y no exclusivamente por inspiracién foranea, enteramente ajena al interés y la sensibili- dad del pais. Lamentablemente ocurre exactamen- te lo ultimo, de acuerdo a los datos que poseemos y ala primera manifestacién formal del nuevo “par- tido”’. PRIMER PARTIDO ANONIMO Y FUN- DADOR EN PSEUDONIMO Dicha manifestacién inicial la constituye un do- cumento publico emitido bajo la sigla de “PAN” y firmada por el pseudénimo Julian Apaza Catari. El manifiesto contiene doble maniobra; un simu- lacro anénimo de vitalidad politica y una usurpa- cién demagégica del nombre del candillo native au- tor del cerco a La Paz en 1780 y cuya inmolacion #8 consum6é precisamente en el ara de la Patria — en Ja lucha anticolonial— y no en servicio de ideas e intereses ajenos a ella. A lo largo de la historia del pais, los partidos politicos de cualquier tendencia que fueran, se or- ganizaron siempre bajo la responsabilidad de per- sonas reales, conocidas, pero jamais fictas; menos bajo pseudénimos. Tuvieron jefes que, mal o bien han pasado a la historia, pero los tuvieron tangi- bles y con el suficiente valor civil para encarar la lucha. Sin embargo, el caso que ahora comenta- cee: mos rompe esa tradicién légica y de responsabilidad civil, con la simulada fundacién de un partido que resulta realmente acéfalo porque el uso de un pseu- dénimo no garantiza siquiera ln evidencia de que tal grupo exista. INGERENCIA EXTRANJERA Pero aunque el peligro de semejante simulacro fuera solamente potencial por las razones ya ana- lizadas en aquél primer comentario a que hemos hecho mencién (“La Nacion” 11/12/60), la grave- dad concreta del caso es que la maniobra esta ali- mentada por fuerzas ocultas que traducen interesea politicos extranjeros, que lamentablemente tienen por agentes a miembros de la representacién diplo- mitien cubana en La Paz. Ya la opiniénm publica repudié la actitud del Embajador José Tabares del Real, quien segiin lo denuncié un sector de la pren- sa habia estado cumpliendo tareas de agitacién po- litica, en el campo y en las organizaciones obreras. Si en tales hechos, se encontré incompatibilidad con la misién diplomatica de dicho Embajador, ahora hay elementos més positivos para expresar condena a la conducta de quienes eventualmente han reem- plazado a Tabares en la representacién cubana, — ees Hay efectivamente datos irrefutables de que la conferencia de Achacachi, donde se urdié la fun- dacién del nuevo partido anénimo fue inspirada por activistas de la Embajada de Cuba. Un sefior Gar- cia Tufién en actual ejercicio de la Encargaduria do Negocios de ese pais desempefié papel principal en los ajetreos de aquélla conferencia a la que, por es- pecie de seleccién al revés, se Ilevé a dirigentes des- elasados o marginados de la vida ciudadana por res+ ponsabilidades penales como ¢3 la situacion de To- ribio Salas y Paulino Quispe (a) “El Huilasaco”, ademas de conocidos dirigentes trotskistas y sta- linistas de las minas. 2 OFICIOSOS E INNECESARIOS PEDAGOGOS Pero infortunadamente ya tiene Bolivia bastan- tes agitadores nativos para que podamos tolerar, por afiadidura, agitadores extranjeros. Ademas, Bolivia tiene su revolucian, elaborada desde la fun- daciém del Movimiento Nacionalista e iniciada en el poder desde 1952, es decir, con siete afios de an- terioridad a la revolucién cubana. La Reforma Agraria boliviana —que no e3 ninguna ficcién de reforma sino una transferencia éfectiva de la pro- piedad de la tierra— en fawor de los campesinos— data de 1953, Poseemos pues una experiencia re- volucionaria dificil y trabajosamente aprendida. Pero por tal circunstancia no nos creemos autori- gados para ir a dar lecciones a otros paises del Con- tinente. Si se ha hecho alguna propaganda en ese senti- do no ha sido sino con el objeto de esclarecer erro- res respecto a la posicién exacta de la Revolucién AINTVERSIDAD DOULA La For — Bolivia _ boliviana y para hacer conocer nuestra verdad. Pe- ro jamas hemos incursionado en terreno extraiio. Cuando se inicié la Revolucién cubana la vimos con simpatia, pero simpatia no es ingerencia, Cuan- do el senior Castro proclamé en La Habana, on @nero de 1959 que su gobierno seria el primero en implan- tar la Reforma Agraria, rectificamos desde aqui, modestamente diciendo que Bolivia la habia im- plantado seis afios antes, aunque lamentablemente por el desconocimiento que se tenia de nosotros en el Caribe, el sefior Castro ignorase ese antecedente que en la época mas cruda del remilgo reaccionario continental, alarmé a los timoratos, pese al carae- ter democritico de dicha Reforma. Es pues inadmisible el papel asumido por los diplomaticos cubanos en La Paz y mucho mas su pretensién de oficiar de pedagogos de la Revolucién. Indudablemente destinado a fracasar tal propésito, deriva sin embargo en el riesgo de comprometer la simpatia inicial de Bolivia con la transformacién cu- bana, cuyos métodos no nos incumben ni nos toca discutirlos en razdn de que deseamos reciproca ac- titud de Cuba con relacién al proceso boliviano de liberacién popular.

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