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LA SITUACION ANALITICA COMO PRODUCTO ARTESANAL * Willy Baranger ‘Tenemos que darmos cuenta, come premisa fundamen- tal, que la situaci6n anaiticaes un artificio. Aparece moldes- 4a por Freud, en los primeros aflos de este siglo, y después mds rigidifieada por sus discipulos, en una forma que no era la de Freud. No dudamos de que las medificaciones agrega- das, después de Freud, alos andliss, y wmbién alos andlisis “didgcticos”, no tengan algin fundamento en la experiencia y cen la razén, Pero, qué experiencia y raz6n? No es de extrafar el que una Instiuci6n como la 1.P.A. {desee proteger el patrimonio legado por Freud contra elemen- tos extraios (ideologfas y personas) que pretendan moditicar “{desvirtuar?” esta ensedan Hablemos claro: el hecho es que Anna Freud aparecié durante muchos aflos como la nica “heredera” de Freud, y como figura rectora de la LP.A., y esto favoreci6 una cierta cconfusién entre ambos, el padre y la hija. No es por respeto + Ese abajo ha sido escrito en 1998 4s WILLY BARANGER aque Eres Jones prefaci6 un libro con ls palabras “True Anaghtr of an inmortl sige, Fle, no cabe da, "Troe Dora sucir repos: Anna Fred decd su vida evar delantlaobra desu padre. Allo estaba goad, comosuna {dsntidediremisibe. Pero, para lever alam, hay que lez un diecens ya quelaobra de Freud en sus apecon tan mulitacticon, abe tanton eampoe que aadle con let nejoresinenciones det mundo puede tata de sineiarios tin creeaarlos por algtn lado importante, sn falsiiat involunriamente en algun forma el sentido det legudo Ext ne impide que los dscipalos( legntaron) desco- bean por su cuenn una cantdad de cost interesanes en la Clichy opin as worasprcales de Prevdquelessivieron aebwe En este momento de In evolcin dels ideas y de tas ondactasenies que son de sms Vradn y contact bo) sionals se stmt ls necendnd Se scares gue “Und situacién analitica y qué es un proceso analitico, ‘Una stucionanuften se instye por ono vertaliente enresado entre un persona gue quite {arse y otra queacepi sr su “analst™ No'ptsanes por Bo i posiblldad de que el puesto “analizando™ no se Aura, de verde, analiza ni aquellaotta,dequeel“analisa™ tres no tenga a menor sombre de alice EL pecto impli ana cota igoranca del fluo anal zando en evanto#determnadospadecimicnos, yo n To Gueme psa conincperanenno slo que elo onli) Io pueda gare saber, sino que este saber pueda legart hacer desapatecer os padecimntony questa Sesapareion, to ea con mediencion, por magi ino por uneaaes: teat de Tos confitos (insight solemos deci) ET pacto analitico co ere en esta Cae sl aber tiene que resul Tm este pos fundamerta nadie emprende un tashiento psicoanalice, 46 LA SITUACION ANALITICA . si como paciente, ni como inaista. Especificamente, no 8e ata de ningin manipuleo drigido a un fin terapéutico deter- ‘minado, por legttimo que sea sino de un postulado tebriep:el_ develamiento del inconssicmt es ben¢fica Estas reglas del juego no son, obviamente, ajenas al desarrollo del juego en st Pensamos que la adopcicn contrac- tual de estas oaquellasreglsinfluye en forma decisiva sobre celproceso mismo. En esto tao los analistas “clgsieos” como Jos “Lacanianos” coinciden, si bien, unos y otros, optan por téenicasdistints Serfa muy sencillo vituperar a Lacan por sus famosas “sesiones cortas” (0, por lo menos, iregulares) que, en lo rmanifiesto, deron oportunidad # su exclusién de Is L.A, (Excomunién” dice éb De todas maneras, no nos cabe la menor duda de que ambas estructuraciones del pacto implican, en una forma radical, dos concepeiones de la situacién y del proceso an Hatcos. —_Cuatquier cosa no ocure en custguier marco. EI marco egilar ef Ta frecuencia de las sesiones semanaies, en su duracin,en determinados horarios, estructura un lugar don- de vienena dase los acontecimientos en determinada forma Se trata de un marco de seguridad en el cual el pues axpresanse, eventwaloent 4e tiempo limitado, En esa vertiente, Ta conducei6n del nalista se manifesta cn el mantenimiento del marco ala ve ‘que en Ia interpretacin de ls situaciones que en él se dan & En un marco pactado de antemano como irregular (en cuanto a la duracin, frecuencia, horario de las sesiones) el marco pasa, de ser parte del pacto analftico a depender del criterio del analista. Tal hecho se suele formular ast: el analista regula Ia duraciéa, frecuencia, ete., de las sesiones einsecay al diseurso que se v8 «5 “sujeto supuesto saber” dele escansisn”. “7 WILLY BARANGER Bn owas palabras: o adoptamos el marco atificil que nos leg6 a tadicign de Freud (cpor qué “Eine Stunde" de ‘hncventa minutos, w otra de cuarentay cinco o de tincuenta J cinco minutos? © nos plegamos a otra Idea n0 menos Zrifeiat dea escansion, pues los versos del dscursoanal- fico no se dejan escandi tan féiimente como los de la “Bnei” De todas maneras, marco arbitrario de Ia “Stunde”, 0 marco mucho nis abitario de la “escansign’, el pacto inaugural de cualqierstucion anal institaye un aeuer- do entre dos personas (honraroe mediante, o ausenca ext= pulada de hovoraion), para realizar determinado trabajo en Bosca de una fnalided coincidene en st principio general {ue el antizando sagve provecho de su andlsis), pero Sjando en la penumbra las modalidads de este proveeho, fue en verdad, ni el analista, nie anairando conocen ni ucden pronsicar con sguna verosil Tl pacteanaticeinstituyendo una forma de trabajo v ‘owas, de todas manerases un arificiodestinado a que deter- tninados acomecimienios se prodazcan dentro de tn Marco Establcido, Su premisa, para ambos pactantes exam acto de sperana: in confianza bisica en que el descubrimiento det Ineonsciene es bensficoy pucdealivarciertossftimienos “Fedo pao humano een lero sete," iuye, entre los pactantes, na Gierta étiea particular, una finalidad compai implementacién de ciertos recursos, y no de otro: lievarlo a cabo. El pacto analitico se diferencia de cualquier ‘otro pacto psicoterapéutico por su principio fundamental: se trata de develar el inconsciente dentro de ciertas condiciones consideradas como Sptimas para tal fin (el marco 0 “setting” snalftico, cutlquiera sea Ia forma en que se lo concibe). El cardcter contractual del pacto analitico nos impide radicalmente considerar el proceso analitico como un “proce 48 LA SITUACION ANALITICA so natural”, Sabemos que igualmente, hay un pacto ‘médico y su paciente, pero eneste caso, el contratonoinfluye Sobre la naturaleza misma del acto médico. Establecido el pacto, el problema se resuelve en un nivel técnico (suponien- Go que el paciente acepte el diagnéstico de su médico y siga ‘us indicaciones). Enel nivel analitico, nunca estamos frente ‘aun problema técnico, porque tanto el rudimentario y provi- Sonal diagnéstico que el analista podrfa sentirse tentado de establecer, como los recursos “téenicos” que podria emplear no tienen ninguna vigencia fuera de Ia mente del analizando. ‘Toda visin “teenicista” ce la funciéa del analista, tal como se la puede observar ef toda una parte de la literatura Psicoanalitca, e inclusive en no pocos institutos de forma- ign analitica, nos parece totalmente equivocada, No hace- ‘mos con esto un elogio dela torpeza: naturalmente el analista tiene que aprender a reccnocer una cantidad de situaciones tipicas,aevitar cierts excallos gruesos que se suelen presen- ta pero su rabajo-se parece mucho més a de un atesan. o, el mejor-de-tos-casos, y cn ciertos. fe un a —mamentos, sf de wn sta, que_al del téenizo, No_somos “ingenieros de Tas alas", y debemos euidarnos al mfximo (mis si emprende- —Foosandlisis “dideticos) de toda fantasia pigmalionce ‘Artesanfa fina, en cOlaboracién con un aprendiz de sano (es decir, con alguien que tenga 1a disposicién y ls fades sequeridas para analizarse, cualquiera que seus tologia} es 10 que podemos Se Formulado o no, el pacto implica compromisos rectpro- cox; la formulacign inieisl, que se omite muchas veces, tiene fin duda une importancia mucho menor que la vigilancia del ‘analista para hacerlo respetat por la otra parte (por ejemplo la negativa expresada ono cel paciente a cumplircon la regla de Ia asociacién libre, con Ia regularidad de los horarios, con el pago estipulado, con la necesaria limitaci6n de 1a accién Gentto de las sesiones, et.) El analista se compromete a la discrecién, ala neutral dad (no aprovecharse de su analizando econémica © 449 WILLY BARANGER sexualmente), abstenerse de toda forma de “direccién de conciencia”, y sobre todo ala veracidad. Entendemos por esto ‘ttimo el compromiso del analista de no decir al analizando nada que no exprese su convencimiento propio de decit Ia, verdad En cuanto al analizando, se compromete a respetar las rmodalidades materiales del contrato, a limitar su accién dentro y fuera de las sesiones, y sobre todo a “asocia libre: ‘mente (a comunicar lo que piensa sin ejercer ninguna selee- cidn entre lo que debe comunicar y lo que se podeia omiti) Sabemos que el esfuerzo de asociar libremente es en realidad tun esfuerzo de sinceridad del analizando para superar las rltiples mentiras con las cuales suele convivir para poder arreglarse con sus conflicios. Con toda claridad, es un com- promiso ético, y un riesgo: el de enfrentarse con situaciones. ‘muy desagradables, 0 dotorosas, sin saber de antemano a lo aque puede uno llegar ‘Se sabe que el analizando no puede cumplircon el pacto 4e fa asociacién libre, e inclusive puede llenar el espacio con tuna chichara escalofriante que él piensa ser una asociaciéa libre (y que es, mis bien, una burla ala asociaciéa libre) Pero, s{ puede hacer el esfuerzo de un sinceramiento méximo frente a otra persona. Sin embargo, estarfamos muy equivo- «ados si consideréramosel esfuerzo conciente de sinceramiento ‘como Ia rafz nica o principal de lo que ocurre en la situacién analftica. El inconsciente también puja para manifestarse y hacerse conocer. Esto se ve muy bien en Ia insistencia del en expresarse de miltiples maneras hasta dar al analista la posibilidad de entenderlo e interpreta. aradoja del inconsciente: es a la ver lo que se resistey lo que exige expresion La artficialidad de la situacién analftica estarfa suf- cientemente demostrada por esta puesta en juego constante ¢ imprescindible del contrato de base, y de las tecurrentesfaltas al contrato cometidas por el analizando, con vn fundamento real © aparente, o sin ninguno, 450 LA SITUACION ANALITICA Naturale, no se wat para e anata, de perseg a aot pate por sus-pecados™ en con del pacioy sine de Tranter as condiciones sins en las que puede eevee su tretania. Lo que, desde go, vata mocho care un aalsta J otro, Pero cuagolr anita ene tes propios requis Basices yar pode seguir rabajando con tal analizando, No tert my proljo“tcnicamente, pero teat, Por elle, to txine ns gn“Dectlogo"celoque lene quehucer ono hier tn anallt,como.nos lo piden la restos prnciplani Not lo pide por un fala de clarad coneepoa, fata que comparten generalmente con sus mayoresEn un trabajo artetano,nofay recta. Macho menos cuando seta de Unt ‘ariesanfa con person: Lis ttcione aaas son cultures, conractuales 0 anticonractales, halada‘o hblables, La siancin anal 2, despots del cont ntl, pont de pride de fn-curs”, tne que ovlentarse por una latervenciow interpreacion de pare del anlista, Pred nos legals indiencignvalios de que El tropiezo(alecio) del inalizando en's rlato ‘urginionto de una ransteoncayhace“cuajr" lai ‘Abordaos ag el concep, plasmade por Eariqe Pichon Rite, d2"Puntode urgencin, coneepo que aparece i eatinas formas no con esa denctinacion, en mmchos, textos pstoanalficos Nose tata, abviamente-de ninguna rapeuica: ekemos quel plcoundisis no std destined aresoverstuaconesurgenes",snodelmomen- to en el coal el analista seat due tiese que inila tu {ntervencin, Pero vale la pea detente Porla las catrevisa prelimnare,clanalista ene una iden general provisria dla problemdtica del aualizando Gidea aja & una conitante odificeién » lo largo del proceso), y au finalidad es qe esta primera inervenciga * permita la prosecucién del proceso. Por lo general, el anali- zando tiene miedo, con toda raz6n y este miedo es a la vez 1a via de acceso a su problemtica. “No soy el capitén cruel”, ijo Freud al “Hombre de Is ratas”, cuando éste se confundia 4s WILLY BARANGER al respecto. 'No nos parece de demasiada importancia que esta inter- vvenci6n se produzca en la primera sesi6n, o después, segin el srado de prodencia que puede tener elanalistacon sus propia palabras. Con lo que diga, y como lo diga, el analista asume la “Direceiéa de la cura”, Retomamos el titulo de un trabajo de Jacques Lacan por considerar que define una dimensién fundamental de la situacién y del tratamiento, El analista irige, interpretacién mediante, el marco conceptual que dirige su actuacin psicoanalitica, en que el proceso va a

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