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PETER GERHARD GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA 1519-1821 ‘TRADUCCION DE STELLA MASTRANGELO. MAPAS DE REGINALD PIGGOTT UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO MEXICO 1986 Nueva Espaiia en 1519 Las caracteristicas fisicas y los climas de Ia regién que nos ocupa han cambiado muy poco desde 1519 hasta hoy. Cuando Megaron los espafioles, el centro y el sur de México estaban atestados de Agricaltores cuyos antepasados Hevaban milenios explotando su ambiente aproximadamente ea Ia de propiedad de espafioles. Tertenos cultivados desde mucho tiempo atris se convittieron en cam- os de pastoreo para rebafios inmensos. Ovejas y cabras desnudaron atin més las laderas estériles, mientras que en antiguas milpas y tierras antes agrestes se plant6 trigo y cafia de azficar, Se uti- ‘Mapa 1. El virreinato de la Nueva Espaiia misina forma. La poblaci6n en algunas regiones habia aumentado hasta el punto en que Ia pre- sién ecoldgica er evidente (Ja densidad rural era en general macho mayor que hoy). Los suelos ¢s- taban agotados por el uso excesivo, se habfan des- truido selvas y Ia severa erosién habia creado tie- ras yermas (cf. Cook, 19495; Cook y Borah, 1968). Después de Ia conquista 1a presin pobla- ional disminuyé pero el proceso de explotacién continaé, con algunas diferencias. A medida que algunas comunidades indfgenas declinaban ¢ io- uso desaparecian, muchas de las antiguas tierras comunales fueron adquiridas por vastas haciendas fizaron menos Jas terrazas para la agricultura, y algunos terrenos aluviales se trabajaron por pri- mera vez, con atados de madera, Selvas situadas cerca de ciudades y campos mineros desapare- én por completo, y algunos cafiones se hundie- ron afin mis en las mesetas. Muchas cuencas vol- cinicas ocupadas por lagos se secafon, algunas drenadas artificialmente, otras debido a la deseca- cin natural. Algunos volcanes se extinguieron al paso que otros nacian. Algunos rfos cambiaron de curso y ampliaron sus deltas. Un registro com- pleto de éstas y otras alteraciones del paisaje na- tural requeriria, mucho trabajo de campo, y serin GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA sw) Mapa 2. México central en 1519 tratadas s6lo sumariamente en los pittafos que siguen. En Ja mayor parte de esta regién los espafoles encontraron antiguas estructuras politicas indige- nas, de naturaleza militar-teocritica, sostenidas econémicamente por Ia agricultura yen algunos ‘sos por la exaccién de tributo en esclavos, tra- bajo y especie, La minima unidad politica era el dan o grupo de familias residentes en.el mis- mo lugar (néhuatl, calpalli; plural calpultin). Los jefes de esas familias se reuntan para considerar conflictos y problemas locales y escoger ua repre sentante al consejo tribal, que estaba compuesto por los miembros prominentes o ancianos de una setie de calpultin. El consejo 2 su vez, segin una antiga costumbre, elegia un gobernante (aahuatl, dlatounri, plural tlatogue). En un Estado mis sofis- ticado los ancianos de Ia tribu se habian conver- tido en una nobleza hereditaria que escogia al Uatoani entre los miembros elegibles de una fae milia gobernante; en circunstancies extriordina- rias el consejo podia quitar el poder a esa familia y reemplazatla por otra. El gobernante, una yee elegido, podta ser dominado por el consejo o bien gobernar en Forma més o menos autoceitica ¢ in- cluso designar a su sucesor. Normalmente cionaba como supremo dirigente religioso, militar y politico, aun cuando en algunos casos dos 0 fs personas compartian esos atzibutos Haba diversos grados de independencia entre esos Estados indfgenas y considerables diferencias én su tamafio ¢ importancia. A menudo un Esta- do consistia tinicamente en un grupo de calpultin en un tettitorio muy pequefio e, incluso, parte de un gran asentamiento complejo, con sus propios gobernantes, nobles, macehuales y esclavos. En muchos casos, Ios Estados colindantes tenfan di- nastfas emparentadas, ya fuera por matrimonio Porque un gobernante habia dividido su reino en- tre sus herederos. Si bien los Ifmites entre los Estados estaban en Ia mayorfa de los casos cuida- dosamente definidos, ocasionalmente habia una Zong desocupada entre comunidades vecinas (Gib- son, 1975, p. 25-27, Motolinfa, p. 207). Unos pocos Estados habian Megado, a través de Ix gue- fta_y Ia intimidaciéa, a ser més poderosos que INTRODUCCION 3 sus_vecinos y ejercfan una hegemonfa_militar y Gondmica (y a veces politica) sobre ellos, situa- idn_a la que puede aplicarse el término “impe- ‘Asi_el mayor de los imperios, la famosa Triple Alianza de mexicas, tepanecas y acolhua- ques, controlaba buena parte de Ja regi6n a tex- vés de guarniciones y recoleccién de tributos y tenia un supremo dirjgente militar y religioso mexica (el bueytlatoant). Dentro de ese complejo habia innumerables Estados casi aut6nomos con sus. propios tlatoque, asf como otros regidos por gobernadotes militares (euaubiletogue, thecateca meb) y recolectores de tributos (calpixque) im- puestos por un tlatosni de un Estado dominante © por el propio hueytlatoani, Rivales de Ia Triple Alianza, Michoacin y To- totépec (sobre la costa del Pacifico), y. quizis Metztitlan, eran pequeftos imperios en el mismo sentido. Otzas Areas, entre elles Coatzacualco, la huaxteca, la mixteca, Ia zapoteca, Ia tlapaneca y Tlaxcallan, parecen haber estado ocupadas por nu merosos Estados pequefios flojamente unidos por azos dindsticos o federaciones militares pero en general sin un dirigente dominante, En otras par- tes, el mapa politico de México en”1519. estaba dividido en_fragmentos, con cada pequefio reino a menudo rodeado de vecinas hostiles. En algunas teas habia poblaciones de nivel cultural relativamente primitivo con institaciones Politicas y sociales mis simples. Tal parece haber Sido el caso de los chontales y huaves de Oaxa- ca y algunas tribus de Guerrero a quienes sus vecinos vefan con desprecio, dominaban y explo- taban, En partes del altiplino central los otomfes con frecuencia ocupaban nna posicién inferior dentro de una comunidad nfhuatl. Algunos de esos grupos eran vestigios de una poblacién a terior, mientras que ottes parecen haber sido in- migrantes més recientes, que conservaban_ sus Jenguajes y costumbres como subestratos de la sociedad. Los salvajes chichimecas de las Aridas Hanuras y montafias del norte, cazadores y reco- Tectores, ‘eran Iégicamente considerados birbaros Por los mexicas, los tarascos, los huastecos y otros pueblos sedentarios que alternativamente defen- dian sus fronteras contra ellos, los. esclavizaban y, ocasionalmente los civilizaban. Es en las suce- sivas olas de migraciones chichimecas y el con- facto entre esos némadas y sus vecinos agricul- tores del sur que se puede estudiar el patrén de la historia cultural de Mesoamérica desde alrede- dor del 5000 aC. (cf. Kirchhoff, 1948; Mac- Neish, 1964). La informaciéa que poscemos sobre Ia situa- cién politica en 1519 deriva de muchas fuentes (cf. Gethatd, 1970). Sobre Ja Triple Alianza 0 imperio mexicano tenemos Ia famosa Matrfcula de sributos estudiada por Barlow (1949), otras, listas de conquistas y tributos precolombinas (anénimo, 1897; ENE, xwv, p, 118-22; Kelly y Palerm, p. 264317; Motolinia, p. 353-56; Ramirez, 1885; Scholes y Adams, 1957), y di- versas relaciones de la conquista espafiola. Para el area tarasca tenemos la Relacién de... Mi- choacén, asi como fragmentos del informe de la primera inspeccién hecha por los espafioles (Warren, 19632). Las relaciones geogréficas de 1579-1585 (v. infra), en. que se interrogé a in- formantes indigenas acerca de instituciones polt- ticas y alianzas de varias generaciones atts, deben set utilizadas con cautela, Las principales fuentes son listas tempranas de encomiendas y diversas re- TABLA A. Grupo de lenguas conocides YUTO AZTECAS Nabuas Cazcx Coixea Coca Guachichil Nahua Nahuatl Sayulteca Zacatecs oromaNcuss Oropames ‘Jonsz —-Matlatzinca Ocuilteco Pare Matlame Mazahua— Otomi Chimensecos Zepotecos Chatino Missecos ‘Amuzgo Cuieateco Popolocas Chocho Treateco, Maya Hurxteco Misezosmes Mize Popotuca Tosonaces Tepehuano ORALTECOS Chontal de Osxace rayiasco Zapoteco Mixteco Trique Mazateco Popolacs Zoque otonaca ‘Tamaulipeca ‘Tlapaneca GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESI INTRODUCCION 7 Iaciones del siglo xvi, puesto que los espafioles en general reconocicron las dinastias_indigenas_y conservaron los limites politicos locales. “Tn Tos articules que siguen dames los nom- bres de los Estados indfgenas de cada regién en el momento del contacto europeo siempre que Se conacen (para buena parte de las regiones cos- teras es posible que el registro completo se haya perdido para siempre). Se indica brevemente la filiacién militar y relacién tributaria, cuando las conocemos, y también Ja lengua o lenguas habla- das (lo que también ¢s una suposicién en algu- nas ‘reas, pues s6lo tenemos datos lingiiisticos dispersos hasta 1569). La conquista El avance de Ia exploracién y In conquista espa- ffolas en Ia mayor parte de este territotio fue ex- traordinariamente rapido. Juan de Grijalva siguié Ja costa del Golfo hasta el Cabo Rojo en junio y julio de 1518, dejando a Miguel de Zaragoza ‘entre Ios indios de Cempoala. Entre el momen- to en que Herndn Cortés y sus hombres desem- barcaron en In Vera Cruz (abril de 1519) y la caida de Tenochtitlan (agosto de 1521) los ‘exropeos exploraton el tettitorio situado entre el Golfo y el Valle de México y gran parte de las re- giones tributarias de los mexicanos. Durante la pri- mera estadia de los conquistadores en Tenochti- tlan (de noviembre de 1519 a junio de 1520) numerosas expediciones formadas por dos o tres ‘spafioles con guias indigenas salicron en todas ditecciones. Tenemos noticia de exploraciones hucia el noreste hasta el Golfo, hacia el oeste hasta Ia frontera de Michoacia y hacia el sur has- ta Guerrero y Oaxaca, todo a fines de 1519 y comienzos de 1520. Mientras tanto, en los mismos afios uno de los barcos de Francisco de Garay Megeba dos veces a Ia desembocadura del Pinuco. La mayor parte de Ja Nueva Espafia al sur de Ja frontera chichimeca, incluyendo Ja costa del Pacifico, fue visitada por los ejércitos de Cortés fn los tres afios siguientes a la toma de Tenoch- flan (1521-1524). Durante ese breve periodo ‘asi todos tos componentes del impetio mexica aceptaron a los espafioles como sus nuevos go- bernantes, mientras que expediciones militares a Colima —atravesando Michoacin— al oeste, a la Fiuaxteca al norte y a Tehuantepec y més all al sureste establecieron por ef momento el domi- rio espafiol en esas areas. Los indios fueron dis- tribuidos en encomiendas (v. infra) después de una serie de estudios sipidos en 1523-1525 para determinar Ia poblacién_y los recursos de cada rincdn_del_pafs. Subsistieron bolsones de_resis- tencia (Jos tlapanécos, el irea_montafiosa. zapo- teco-mixe de Oaxaca, etcétera), y nadie habia entrado atin a las salvajes regiones del norte. Cortés abandoné México en octubre de 1524 en sa largo viaje por tierra hacia Honduras, y durante el affo y medio de su ausencia estallaron tebeliones indias en todo el pais. Tras el regre- so de Cortés en la primavera de 1526 se res- tauré en cierta medida el orden, pero el con- fuso periodo de intecregno que siguié y el gobierno de Iz primera Audiencia (1529-1530) fueron marcados por nuevas sublevaciones, En ge- neral, el periode comprendido entre 1524 y 1530 fue de conflicto entre Ios antiguos dirigentes in- digenas, que en sa mayoria conservaban el po- der, y los encomenderos espafoles; ambos grupos fnsistfan_en sus derechos al trabajo y el tributo de_Jos_indios. Una lucha de este tipo en Mi- choacia termin6 con Ia ejecucién del gobernante (cazonci) en 1530 (Warten, 19634, p. 78-79). Para 1531 con el tegreso de Cortés de Espafia y Ia Megada de Ja segunda Audiencia se estable- iG Ja paz en casi todas partes al sur de Ia fron- tera chichimeca Avanzando hacia el norte en busca de plata, los espafioles Se encontraron con esquivos guerre- fos némadas que encontraron un medio de vida fen los asaltos a los convoyes y las estancias ga- naderas que absstecian las minas de Zacatecas (1546), Guanajuato (1554) y mis allé. Grae dualmente durante el siglo XVI Ja linea del con- tral espaitol Hegé débilmente a los dominios chi chimecas, Cincuenta afios de ataques y represién, con un sangtiento apogeo en 1a guerra chichi- meca de la década de 1560, terminaron en un 8 GROGRATIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA a EE so-so al 1523-1389 ZZA 330 1500 J oespues ee 1500 ijrbute reblioes locale ‘Mapa 4. Extensién del dominio espafiol punto muetto y una paz (1590) lograda al pre- cio de proporcionar a esos indigenas alimentos y un trato relativamente benévolo y de estable- ‘er colonias de tlaxcaltecas y otros agsicultores en medio de ellos, Eso permitié extender el domi- niio expaftol a las minas de San Luis Potosi, ex- trema frontera notte del gobierno de la Nueva Espafia (Gerhard, 1959; Jiménez Moreno, 1958; Powell, 1952). A continuacién resumimos, bajo cada jurisdic- cia, Ios hechos mas destacados del primer con- tacto y el establecimiento del control espaiiol. Encomiendas Entre fines de 1521 y 1524, soslayando un in- ténto de la corte espafiola de hacer a todos los indios dependientes de Ia Corona, Cortés distri- uyé casi toda la poblacién indigena del centro de México en depésito_o encomienda entre él ¥ Sus compafieros. Cada uno de los gobernantes jaidigenas con sus stibditos fue colocado bajo la “proteccién” de un encomendero, quien supues- tamente debfa ocuparse de que sus encomenda- dos Iegaran a ser cristianos y vasallos del rey de Espafia, a cambio de lo cual tenia derecho a re- cibie de ellos tributo y servicios. En ocasiones un Estado indigena grande fue dividido en dos ‘© mis encomiendas, aunque también ocursi6 lo contratio, que a un encomendero le correspon- dicran varios Estados, Dutante el viaje de Coriés a Honduras (1524- 1526) muchas de esas ventajosas concesiones fue- ron anuladas por los gobernadores interinos y re- distribuidas entre sus amigos (ENE, 1, p. 89, INTRODUCCION 9 ay mrs Pi] a se Atlace oe.) ‘Mapa 5. Sefiorios 92). En 1527-1528 el_gobernador Alonso de Estrada hizo otra redistribucién, y en 1529-1530 la primera Audiencia hizo otra més. Ea 1531 la segunda Audiencia declaré nulas todas Jas con- cesiones de encomiendas hechas por Ja primera, confirmando muchas asignaciones anteriores y re servando otros lugares para la Corona, Asi, en Ia primera década de Ia colonia Ia mayorfa de las comunidades indigenas cambié de amo por lo menos dos o tres veces. En ocasiones hay intormacién sobre esos primeros encomenderos cn las actas de procesos judiciales entre aspirantes rivales, seguidos ante la Audiencia 0 el Conscjo de las Indias, La més antigua lista relativamente completa que hemos visto es 1a de fines de Ja década de 1540 (PNB, 1), momento en que los encomenderos ya habfan sido despojados de bue- na parte de su riqueza y poder. Las justamente celebradas Leyes Nuevas de esa década y Ia Ie- Bislacién posterior aplicada generalmente des- pués de 1550, negaban al encomendero el dere- cho al trabajo’ de sus indios, Je prohibian residie en sw encomienda y limitaban Ia sucesién a una vida (esta iiltima provisién no duré mucho; v. infra). El tributo, que al principio era todo lo que el encomendero pudiera extract a sus indios, fue regulado por una tasa uniforme. Una orden de 1550, aplicada en las dos décadas siguientes, puso 2 cada encomienda dentro de Ia jurisdic: cién de un magistrado real (v. infra). Ast, a partir de Ia década de 1550 el titular de cada encomienda tenia derecho solamente a un tri- Buto anual por cabeza, generalmente una canti- dad uniforme determinada por un inspector de a Corona, que cobrarfa en una localidad deter- minada aun nfimero cada vez menor de indios Si el recipiente de ese tributo era el rey, los indios estban en Ia Real Corona y eran admi- nistrados directamente por un funcionario Ilama- do corregidor, Si el recipiente era un particular, 10 GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA el lugar aparecfa en Jas listas de tributo como una encomienda, aunque también estaba gober- nada pot un cottegidor como magistrado y jus- ficia del rey. Algunas regiones (por ejemplo Tlaxcala y la mayor parte del territorio chichi- ‘meca) nunca_fueton_encomendadas a particula- res, porque sus indios fueron considerados como dependientes de la Corona desde el principio. “En teotia, el encomendero debfa ser espafol, pero se hicieron concesiones a otros europeos, a indios, mestizos, negros y mulates, Naturalmen- te, s6lo tos catdlicos eran elegibles, pero buen nimero de conquistadezes fueron acisados de practicar el judaismo (si resultaban “culpables" isi siempre sus encomiendas eran asignadas a otros). Las mujeres solteras no podian tener en- comicndas, lo que explica la rapidez con que mu- chas viudas volvieron a casarse en el siglo xvi Ya hemos mencionado la tegla de sucesi6n limi- tada, fijada primero en dos vidas, luego (1555) en tres y finalmente (1607) en cuatto (Gib- son, 1966, p, 58-62). Hubo frecuentes excep- ciones a Ia ley y casos de especial privilegio, En ecasiones, a 1a muerte de un encomendero sin descendencia o por otras rxzones, Ios tributos re- vyertian a Ia Corona, pero con la misma frecuen- cia el ingteso era asignado a un cortesano, fa- vorito o prestamista, Con Ia disminuciéa de Ja poblacién indigena (oinffa) y Tas ctecientes demandas a los enco- menderos por parte de Ia Corona y la Iglesia, para fines del siglo xvi la mayor parte de esas concesiones conlleyaban mis prestigio que valor monetatio, Es preciso mencionar, sin embargo, dos casos en que Ja encomienda iba unida a pri- vilegios politicos. Cuando se concedié a Hernin Cortés el titulo de marqués del Valle de Oaxaca en 1529, tam- ign se le otorgaron a perpetuidad veintidés en- coiniendas diferentes con derecho a sus tributos, “‘tierras, vasallos, sentas, pastos y aguas”, améa del privilegio de ejercer jurisdiccién civil y cri- minal ("mero y mixto imperio”), es decir, de nombrar magisteados. También recibié del Papa el derecho a nombrar los curas en sus dominios, pero ese derecho fue pronto revocado como tini- ‘camente correspondiente a la Corona (v. infra). La segunda Audiencia redujo mucho el tamafio de las propiedades de Coriés, y eventualmente se prohibié a sus descendientes conceder mercedes (de tierra u otras propiedades) dentro del Mar- quesido, En tres ocasiones, cuando los herederos de Cortés cayeron en desgracia (1567-1593, 1708- 1726, 1809-1816) el patrimonio fue embargado. Con todas esas restricciones, el Marquesado del Valle tuvo durante casi tres siglos una situacién extratersitorial especial dentro de la Nueva Es- pafia, y los marqueses disfrutaron de grandes ren- tas y al derecho a vender magistraturas (cf. Gar- cig Martinez, 1969). ‘También los descendientes indios y mestizos de Moctezuma recibieron algunas encomiendas a perpetuidad. Alli como en otras partes cl valor real de los tributos disminuy6 con Ia poblacién, yen compensacién se asignd a los herederos de ‘Moctezuma el producto de numerosis encomien- das que habian revertido a la Corona a fines del siglo xvi y durante el xvi, El primer duque de Atlixco, que se cas6 con una de esas herederas, tuvo desde 1708 el privilegio de nombrar ma- gistrados en varias jurisdicciones, derecho que también ejercieron sus descendieates. ‘A menos que se cite otta fuente, Ia informa- cién sobre las encomiendas que se presenta a con- tinuacién proviene de 1a Suma de visitas (PNE, 1), el Diccionario de conguistadores y poblado- res (Icaza, 1923), las relaciones geognificas (v. infra) y vatias listas confeccionadas entre 1560 y 1604.1 Los registros de tributos del siglo xvu agregan detalles.? Historia politica El aparato guberamental espafiol se dividia “ho- rizontalmente”” en cinco tamas: la de gobierno (administracién civil), la de justicia, In militar, Ja de hacienda y Ia eclesidstica.s Con frecuencia una sola persona agrapaba la autoridad en las primeras tres ramas (a veces las primeras cuatro ¥ raramente las cinco). Eas Tatesgelaciones de este aparato s@ flusttan en Ia tabla B. El gobierno espafiol &n- México empez6 a fun- cionat con el autoestablecimiento de un consejo municipal Hamado cibildo 0 ayuntamiento en la Vera Cruz en 1519. Cuando Cortés emprendié INTRODUCCION aL TABLA B. Bl gobierno sirrinal REY Consejo de Indias Virrey (funciona como) Gobsrnador Presidente Neve Espaiia Casisdicciéa en Capinin general Audiencia de México Nueva Espafia (Provincias militares Oficiales reales Supervisor Vicepatvona Nueva Espatia Arquidiécesis de ‘México Didcesis sufraginess ‘Nueva Espatia subordinadas) rdenes regulares ¥ otros gobiernos) Inquisicion Local Corregidores Corregidores Tenientes de Cozregidores Doctrinas y parroquias yy alcaldes, yy alealdes ‘apitin general alcaldes, seculares mayores smayores mayores Doctzinas y parroquias regolares Corregidores y alealdes mayores Gobierno Justicia Dili Hacienda Belesittica ian, ese Ja marcha tierra adentro hacia Tenock consejo lo cligié del pais, titalos que fueron confirmados por una real cédula del 15 de octubre de 1522. Los 1 tes administrativos reales de Ia Nueva Espaiia, término que empezd a utilizarse en 1520, siguie. ron Ia conquiste y para 1524 se extendian hacia el sur hasta El Salvador y Honduras, hacia el noreste hasta Ia Huaxteca y hacia el oeste hasta Colima, Esos limites se redujeron en 1526 cuan- do se nombr5 un gobernador separado para Hon- duras; y muevamente en 1527 con Ia autonomia de Panuco y en 1528 con Ia pérdida de Yuca- tin. En 1530 se sepaté Guatemala (con, Chi pa) y en 1531 se perdié del mismo modo la ecién conquistada Nueva Galicia (este ‘iltimo gobierno se reunié momentineamente con el de Ja Nueva Espafia en 1545-1549 y en 1572-1574). Posteriores ajustes al sur fueron Ia separacién de Tabasco en 1535 y la del Soconusco en 1556, Al norte, Pénuco fue anexado nuevamente a la ‘Nueva Espada en 1534, mientras que el territo- tio salvaje situado mis alla se convittié de he- cho en un gobierno separado, Nuevo Ledn, en 1596. Los posteriores cambios de las fronteras ‘externas fueron menores y se discutirin mis abajo. La Nueva Espafia fue gobernada por goberna- dores reales y tenientes hasta comienzos de 1529, cuando se reunié en Ia ciudad de Wiéxico Ja pri- mera Audiencia (véase ae C)/De 1536 en adelante los asunios de gobiema’ fueron manc- jados en Giltima instancia por el virrey, mientras ue la Audiencia subsisti6 como tribunal supremo ; cuerpo consulfante, funcionando nuevamente como gobierno durante los intersegaos. La. auto- ridad judicial de la Audiencia de México se ex- tendia més alld del gobierno de la Nueva Espa- fa; su jurisdiccién incluyé a Guatemala y Ia. ‘Nueva Galicia hasta la década de 1540, cuando se establecieron en esos reinos tribunales separs- dos, La Audiencia de Nueva Galicia o de Gua- dalaxara estuvo subordinada en ciertos aspectos a la de México hasta 1574; cuatro afios después se le dio jurisdiccién en el extremo occidental del gobierno de Ia Nueva Espafia. Durante Ja primera década después de la con- TABLA C. Gobernantes de la Nueva Espaha, 1519-1535 Gobierno Herin Cortés, gobemador d lzado el 15 de ectubre de gobernador desde Lie. Alonso Zuaz0 el 22/x/24 (weedor) Gonzalo de Salazar (Factor) Lic, Alonso Zua20 Albornez, Chirinos, Es- trada Salazar, Zuaz0 Chirinos, Salazar, Zunz0 ‘Tenientes de gobernador desde el 29/01/24 ‘Tenieates de gobernador Chirinos, Salazar desde Albornoz, Estrada xco el 15/1/26; suspendido el 4/v1/26 Alonso de Estrada Gobernadores desde el Gonzalo de Sandoval 23/0/27 Alonso de Estrada Gobernador desde ef 22/vm/27 Gobieroz 1a Audiencia desde el 1/1/29 ‘Antonio de Mendoza, virrey y gobemador, Hega a la ciudad de México el 14/x1/33 Chitines, Salazar — capitanes generales de facto desde el 22/vui/25 Alboraoz, Estrada — tenientes de eapitin ‘general desde el 23/1/26 Hernin Cortés — capitin genesal regress a México el 15/v1/26 (Cortés renuncia como capitin general el 5/08/26) uevamente capitén general desde (Muerte de Cortés, 1547) Justicia ia mayor de jacto desde justicias mayores des ins mayores desde el 23/ ian_de Ortega, alcalde mayor des 26. Muerto el 23/1/27 le Estrada cde Sandoval le Estrada, just Jasticas mayores desde el 23/0/27 mayor desde el 22/ vun/27 (Primera) Audicncia, Lega a la Vera Cruz illo, Juan Ortiz de Matienzo ia, Tastalada en la ciudad de INTRODUCCION 13 Anew Mapa 6, Limites municipales en Ia década de 1520 quista_cada cabildo espafiol_tenfa.poderes_judi- ciales y politicos no sdlo en Ia cercania inme- iata sino _por_muchas Jeguas a ta redonda. Ast ea 1519-1520 todo México era gobernado tebri- camente desde Ia Vera Cruz, y pocos afios des- pués el cabildo de México-Tenochtitlan afirmaba su jusisdiccién por el este hasta el limite con la de Vera Cruz cerca de Perote, hacia el norte hasta Pénuco y en reilidad en todas Ias zonas de la Nueva Espafia donde no habia otro asentamiento espaiiol (Actas de cabildo, wv, p. 144). Cuando esos asentamnientos empezaron a multiplicarse hubo disputas jurisdiccionales entre ayuntamien- tos, y en 1527 el rey orden que se trazaran limites claros entre ellos, aunque aparentemente no se cumplid, Por orden de establecimiento, los ayuntamientos fueron Villa Rica de la Vera Cruz (1519), Villa Segura de la Frontera (1520, en ‘Tepeaca; trasladada en 1522 primero a la costa del Pacifico cerca de Tututepec y después a An- tequera), Cuyoacin (1521; trasladada a México- Tenochtitlan, 1523-1524), Medellin (1521, cerca de Cérdoba; trasladado a In costa cerca de Vera Cruz en 1523; abandonado en 1528), Espiritu Santo (1522 en Guazacualco), San Luis (¢. 1522 en Acatlin en Ja costa del Pacffico; abandonado en 1531), San Fstcban def Puerto (1523 en Pie ues), La Concepcién (1523 en Zacatula), Co- Tima (1523), y San Ildefonso de los Zapotecas (4527 en Villa Alta). Hobo fundaciones poste: riores pero, como veremos, el problema de los mites municipales perdié buena paste de su im- portancia después de 1530. En esos primeros afios, los funcionatios judi- ciales locales eran los alcaldes ordinarios y los alguaciles, todos funcionarios del cabildo. Duran- te ese petiodo, los gobernadores de Nueva Espa- fia nombraban lugartenientes, tanto para cumplir comisiones especificas como para actuar como sus representantes permanentes en Areas alejadas, Esos Funcionarios Mevaban generalmente el titulo de teniente de gobernador 0 alcalde mayor. A me- “4 GEOGRAFIA 1NSTORICA DE LA NUEVA ESPANA diados de Ia década de 1520 habia tenientes resi- dentes en Villa Rica, Espiritu Santo, Pénuco, Zacstula y Colima. En 1529 fueron reemplaza- dos por funcionarios designados por la. primera ‘Audiencia, 21 mismo tiempo que se enviaban al- ‘aldes mayores adicionales a Antequera, Michoa- cin, Tasco, Teguantepec y Villa Alta, En ese Petiodo de_transicign los gobietnos locales, la administracién de justicia y la recaudacién’ del tributo entre los indios estaban, como hemos vis- to, en situacién cxética debido a las luchas por el poder entre los gobernantes indigenas y los enco- menderos espafioles, a menudo con intervencién adicional del cleto (cf. Ricard, 1947, p. 270-72) La_primera medida efectiva para establecer Ja autoridad real_a nivel Tocal en las comnnidades indigenas fue la inteoduccién en México de una in ibérica del siglo xav, el corregimien- 1531 y 1535 la Audiencia nombré mis oregon para pueblos de Ia Corona, Eq Espafia ef corregidor eta tn fancionario nom: brado por el rey que participaba en el. consejo con los regidores, pero en_la Nueva Espa el _corregidor actué como administrador de Ios Sitbdtos indigenas de la Corona, magistrido, F€ caudador de asi_en_una_ persona los atributos de las cuatro ramas_civiles del gobierno. Al principio fos en- comenderos se opusieron a la interferenda en sus dominios, pero en 1550" una cédula ordend que todas Tas éncomiendas fueran ae corrégimiento, y para_1570_ hal fido_en todo el pais. Asi la Nucva funcionario de a Corona. S6lo"ea ef Marquesa- do del Valle (y macho después en el Ducado de ‘Atlixco) esos funcionarios eran nombrados por tun particular antes: que por Ia Corona. Mientras tanto, desde la década de 1520 los pueblos les siguieron siendo gobernados internamente por sis cabildos, con creciente in- tetvencién de los alcaldes mayores, que tenian alli aproximadamente Jas mismas funciones que Jos cortegidores en los pueblos de indios. Con frecuenda ef alclde mayor tenia ef tifalo adi- cional de cortegidor’ en vecinos pueblos indios de la Corona, ¥ de justicia mayor en encomien- das. En algunas de las alealdfas mayores mis antiguas (Colima, Guazacualco, Pénuco, Zacatu- a, Zapotecas) los corregimientos eran disteibui- dos. como sinecuras entre los residentes espaiioles de las capitales, y en ¢50s casos aparentemente quienes tenfan la autoridad politica real eran los alcaldes mayores. A_las_principales comunidades. indiger les petmiti6, conserva (llamado. gobierno _o repiblica de indios) con algunas modificaciones. En general los_ antiguas tlatoque 0 gobernantes “hereditarios, Hamados ahora caciques, subsistieron, aunque en la mayo- tia de los casos sus poderes fueron transferidos a gobemadores indios que, @ pesar de quese celebraran clecciones, eran en fealidad designa- dos y controlados por Jas autoridades espafiolas. Tanto el cacique como el gobemador estaban su- bordinados al _corregidor, pero podian apelar directamente a México y con frecuencia lo ha- cian, La nobleza prehispinica conservé_privile- xzios especiales por algtin tiempo, y los calpultin continuaton funicionando como cuerpos politicos Tocales. Con la Hegada a México de Antonio de Men- doza_en 1535 el privilegio dé nombrar magistra- os_pasd de la Audiencia al vierey. Mendoza éncontré la administracién local en estado de ctos: Ja mayoria de los corregimientos habjan sido confiados a conquistadores y colonizadores que consideraban sus cargos como equivalentes a en- comiendas a corto plazo y explotaban a sus enco- mendados sin misericordia, Mendoza quiso cli- minarlos a todos y reemplazarlos por letrades cuidadosamente elegidos que, con el titulo de al- caldes mayores, tendrfan a su cargo menor nfimero de unidades tertitoriales mayores. Ese plan fue modificedo por el Consejo de Indias y si bien €l cotregimiento no desaparecid, en el periodo comprendido entre 1550 y 1570 la Nueva Bs- paiia fue dividida en alrededor de cusrenta pro- vincias gobernadas cada una por un alcalde mayor encargado de supervisar una serie de corregi- mientos “sufragineos”, a los que debia efectuar visitas anuales para escuchar apelaciones y corre- sit abusos. El miximo fraccionamiento politico de Ia Nue- vva Espafia se alcanz6 en Ia década de 1570, cuan- do habia alrededor de setenta alcaldias mayores y mis de doscientos corregimientos, Ia mayoria de los’cuales caian en Ia categorfa de suftagi- nneos, En esa misma década empez6 a caet en GHOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA INTRODUCCION desuso el sistema de supervisién y control y en al- ‘gunas regiones los corregimientos volvieron a tener una autonomfa considerable. En otras pat- tes el corregimiento sufraginco subsistié hasta bien entrado el siglo xv. Hacia 1600, con una poblacién indigena muy reducida y reunida en menor aiimero de asentamientos, algunos corregi- mientos fueron eliminados y anexados a jurisdic- clones vecinas. Para mediados del siglo xvi ya_no habia nin- guna diferencia real entre las funciones del. corte- idor y Tas det alcalde mayor, y ambos términos se usaban como sinénimos, aunque el segundo asd_a ser_mis comin, En las déadas de 1670 y 1680 hubo una consolidacién y ajuste de It- mites entre alcaldias mayores. Tlaxcala (desde 1987), y poco después Acapulco, Puebla y Vera Cruz Nueva alcanzaron la distinciéa de ser Ia- mados gobiernos, pero el nucvo titulo de gober- nador no modificé en forma visible las funcio- nes del magistrado ni redujo su subordinacién al vitrey y la Audiencia, En 1770 se hizo un nuevo estudio de las divisiones politicas y se presenté al virrey un informe que recomendaba cambios en limites inconvenientes, aunque en esa época aparentemente no se hizo mayor cosa.* ‘Apenas en 1786 se ordené uns supuestamente completa Habia en ese momento ciento. dis cionés civiles en Ia Nueva Espatia que serian divididas entre nucve Antequera, Guanaxuato, México, Puebla; Potosi, Valladolid y Vera Cruz tenfan cada una un intendente, mientras que las jurisdicciones del poniente de ia Nueva Espafia estaban asignadas 4 Ia intendencia de Guadalaxara, y Nombre de, Dios a la de Durango. Las alcaldias mayores fueron rebautizadas partidos o subdelegaciones, Divisiin inta rama del aparato gubernamental espa- 0 ipaba de asuntos eclesiisticos. El rey, en ejerticio del patronato real, nombraba a los alarios més altos de Ja Iglesia, al paso que log visreyes y gobernadores nombraban a los cu- ag_patroquiales, como, vicepatrones, La Iglesia, tenfa su propio aparato judicial y considerable influencia politica y econémica...Diez obispos y ” regidos por subdelegados, cuyas funciones.y com: porlamiento no diferian_mucho de los_de_los vs ¥6 el derecho _de_nombrat_algunos.justicias, es decir, de vender las. magistratoras_por_un_petio- do_determinado. El importante corregimiento de iudad de México, fundedo en 1574, fue el primero de esos cargos que la Corona se encarg6 de Ienat. Durante el ptimer secucstro del Mar- quesado del Valle en 1583, el rey envid desde Espaiia personas nombradas por él a Toluca, Guemavaca y Cuyoacin para Henar puestos que desde 1570 habfan sido controlados por el virrey. Cuando ef tercer marqués recuperd sus derechos sefioriales en 1593, la Corona conserv6 el pri- vilegio del nombramiento de magistrados en las vecinas jurisdicciones de Metepec, Cuauila Amil- pas y Tacuba, En Ja primera mitad del siglo xvit se quit6 al vitrey el control_de otras jarisdiccio. ‘es, y oh 1678 una cédula reserv6.al rey el nom- Bramiento de todos los magistrados, aunque. en Ja_prictica se_permitia al virrey vender algunos de los puestos menos lucrativos. ‘Asi, a lo largo de la mayor parte de los tres sje ee ee eee dido en muchas pequefias subdivisiones politicas, gobernadas por hombres con smandatos,limitados (generalmente de entre uno y cinco afios) cuya preoeupacién principal era la dé recaperar y mul- tiplicar el dinero invertido cael pago de sus puesios® A continuacién examinaremos la evo- Tucién de esas jurisdicciones menores desde 1519 hasta 1821, utilizando como punto de referencia la situacién en 1786. eclesiastica arzobispos fueron virreyes de la Nueva Espafin. La Inquisicién_o Tribunal_del_Santo_Oficio,.con se popaT avilaoes territoriales_menores (las comisrias)confiadas generalmente a curas_pa- sroguiales, servia conto vincilo_adicional_entre Ia Iglesia y el Fstado. En México habia dos.organizaciones.eclesii ticas piiacipales, Ja secular y Ia regular. La pri- I 18 GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA a 7 a co hg 0 a F P et rad LiWARES , + pee. = a . . Ss = ° ee ia ° 4 pe ba ota udzien ~ Fs 2 eee “ > x = ~~ ‘ » date ae aie CHIAPA wl ‘Mapa 9. Limites diocesanos ‘mera_estaba_encabezada por un arzobispo y los obispos, mientras que Ia segunda estaba Formada Por las “Sidenes “mendicantesy otras, tod ,, Provincias que se_superponian. Los obispados mexicanos con-SGS~A|timos limi- tes coloniales aparccen en ef mapa 9. La diéce- sis “Carolense", destinada ate ft legali- dad eclesiéstica a los nuevos descubrimientos, fue establecida en Ia isla de Cozumel en 1519, pero 1 primer obispo que Ileg6 a Ia Nueva Espatia en 1527 fue asignado a Tlaxcala, México-Tenoch- titlan tavo un obispo residente desde 1528, An- tequera (Oaxaca) a partir de 1535 y Michoacén desde 1538, En 1546-1543 México se convictié en una arquididcesis de la que los obispados an- tes mencionados, asf como el de Nueva Galicia y otros de Centroaimérica, pasaron a ser_sufra- gineos. En_los_primeros afios hubo disputas en- tte prelados por limites diocesanos inciertos, pero para fines del siglo xvt los limites de las disce- sis ya estaban telativamente bien definidos. La arquididcesis de México y los obispados de Ante- quera y Tlaxcala estaban enteramente dentro del gobierno de la Nueva Bspafia, al igual que Mi- choacin, salvo por la parroquia de La Barca que pertétiecia politicamente a Ia Nueva Galicia. A partir de 1548 las jurisdicciones del extremo oc- idental de la Nueva Espafia pasaron a formar parte de la didcesis de Nueva Galicia 0 Guada- laxara; en 1795 se transfirieron de Michoacén a Guadalaxara las parroquias de Colima, Tuspa y Ta Barca, Tas ciudades de México y Antequera siguie- ron siendo sedes episcopales, pero en otras dié- INTRODUCCION 19 Se eee Limite dicessano © ol ew weg cisco REZACATECAS ts04) Gwodelpeprocaeecs ll santiago bE USCo . ‘ep any fi, Ne S. PEDRO Y= rane aol 5. PABLO DE Votocoe, MICHOAGAN Méioog rs ble EVANS LTO sorisebe (ses) foe mexico usa) SArteqeere ra sale se Mapa 10. Provincias franciscanas cesis las catedrales cambiaton de lugar. En 1543 a México fue la de San Francisco’ (Ilantida or- la sede de Tlaxcala fue transferida oficialmente den serifica, de los observantes o de los francis- 4 Ia Puebla de los Angeles. El obispo de Michoa- canos), en 1523. Cuatro de sus provincias (véase cia residid por algtin tiempo en Tzintzuntzan, el mapa 10) estaban del todo 0 en parte dentro luego (1538-1580) en Pétzcuaro y a partic de del gobierno de In Nueva Espafia: Ia del Santo 1580 en Valladolid (Morelia). La residencia ofi- Evangelio de México (1535), a de San Pedrat cial del obispo de la Nueva Galicia fue al prin- _y San Pablo de Michoacin (1565), la de San! cipio Compostela, pero luego prefirié Guadala- tiago de Xalisco (1607), y la de San Francisco. xara, que se convirtié legalmente en ciudad cate- de Zacatecas (1604). dralicia en 1560. Bravo Ugacte (1965) da una La segunda orden, mendicante, Ja de Santo lista itil de obispos.mexicanos ordenados crono- Domingo (orden de predicadores, “dominicos); légicamente en cada didcesis. egd—a-México_en_1526-y Fumdé en la Nueva De las drdenes regulares, la primera e Tspafia tres provincias (mapa 1}): la de San- GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA Valladete ME XA CO \ SANTIAGO DE SANTOS ANGELES Peable DE PUEBLA (iss) oe ,g DE OAXACA (isa) ah 8 HIPOLITO MARTIN 8 VICENTE DE CHIAPA Y GUATEMALA, (issi) ce Real A oh Mapa 11, Provincis dominicas ante S.NICOLAS SE TOLENTINO DE MICHOACAN r Vollodae & FF ‘suo. Nousnt asco De Mico 3 Brute Ss) sock eens af a] Unite proviseat Linite dicesone ‘SAntequera Mapa 12, Provincias agustinas Nochistlan INTRODUCCION =the Neato = > 2 ‘Mapa 13. Superposicién de jurisdicciones civiles y eclesifsticas 22 GEOGRAFIA. HISTORICA tiago de México (1532), la de San. Hipélito, Mirtir de Oaxaca (1592), y Ia de los Santos Angeles de Pucbla (1656). Ta orden de San Agustin o de los agustinos Megé en 1533 y dividid sus doctrinas en dos provincias, la del Nombre-de Jess de México (4535) y Ta de Sas Tolentino de ‘Michoacin (1602) (mapa 12). Durante el petiodo ‘colonii jerarqula y organizacién provincial, pero_ningu- fa Se dedicé extensamente a la_obra_parroquial ino de la Nueva Espaiia. La Com- Paitla de” Jess ([esuilas) Ilegé en 1572, funds muchas istituclones educativas y emprendié la conversién de los indios de la frontera noroeste. Entre las Grdenes menores y sus provincias esta- ban los carmelitas (provincia de San Alberto, 1585), los mercedarios (orden de Nuestra Sefiora de Ia Merced, provincia de La Visitacion de ‘Nuestra Sefiora, 1594), los dieguinos (francisca- nos descalzos de Ja reforma de San Pedro de Alcintara, provincia de San Diego de Alcalé, 1599), y la orden de San Jnan de Dios (1604). Las divisiones_eclesiésticas menotes de Ia Nue- va Espafia_eran las parroquias y doctrinas. Si la parroquia era administrada por un cura (cura beneficiado o clérigo) subordinado_a_un obispo, sé Iamaba un curato colado, beneficio partido de clérigos. Cuando el sacerdote encar- gado pertenecfa a una orden regular, el partido era_una_doctrina de religiosos;en_este_tiltimo caso, casi siempre Ia iglesia cabecera estaba junto jue podfa ser una vicarfa, una guardianfa, un priorato o una_presidencia. Las Parroquias y docttinas eran generalmente meno- es que los cortegimientos, pero un sacerdote ins- talado en un cotregimiento podia visitar pueblos de un cortegimiento vecino. No eta raro que-una jurisdiccién civil estuviera dividida entre dos di6= esis o dos provincias regulares. EI mapa 13 del centro de Oaxaca muestra cuin pocd-coinci- Poblacién El estudio del cambio demogrifico en el México colonial es complicado y por varias razones ha provocado enconadas controversias entre los estu- diosos. Hay amplias divergencias de opinién en DE LA NUEVA ESPANA dencia habia entre las jurisdicciones civiles y las eclesidsticas. A comienzos del periodo colonial, sacerdotes seculares subsidiados por encomenderos prevcu- pados por su conciencia fundaron un atimero con- siderable de doctrinas de indios, pero pocos de- cenios después Ja mayoria de los curas habfaa sido reemplazados por frailes. Las ciudades y los pueblos grandes estaban generalmente divididos fen varias parroguias: Ios indios asistian a una iglesia administrada por una orden regular, mien- tris que los espafioles y otros eran atendidos por el lero secular. Si bien las drdenes mendicantes se_aferraron.tenaziente asus privilegios_y se negaron a permitir que los obispos inspecciona- ran sus monasterios, a fines del siglo xv1 la Co- rona empez6 a presionar para que cada vez mis parroquias pasatan del control regular al secu- lat EL primer gran golpe a los regulares legs en 1640, cuando el obispo Palafox les quité mu- chas de las parroguias de su didcesis de Pucbla y nombré para sustituirlos 2 sacerdotes segulaces, La controversia provocada por esa medida fue violenta, y las 6rdenes mendicantes se mantuvie- ‘on firmemente en los otros obispados hasta que una orden real de 1749 estableci6 que todas las Farroquias tegulares de la Nueva Espaiia debfan see secularizadas a la muerte del fraile encarga- @o, ‘Ast Ta transferencia tuvo lugar gradualmente en todo el pals durante la segunda mitad del si- glo xymt, Los franciscanos y 10s dominicos en- Contraron un campo de actividad mis estimulante en las misiones del norte, especialmente después de Ia expulsidn de los jesuitas en 1767. En el momento de la independencia cada una de as ties Ordenes principales conservaban, por dispensa cial, un” puf‘ado de parroquias en la Nueva como tina serie de monasterios (sin nes parroquiales) y colegios donde se pre- paraban misioneros para servir en el norte. Las jutisdicciones parroquiales se examinarin mis adelante, en cada estudio regional. asentamientos cuanto a la confiabilidad de ‘los calculos, la in- terpretacién de algunos datos, la extensiGn del mestizaje y ottos factores. La mezcla de indios, Blancos y negros empez6 durante 1a conquista, y INTRODUCCION TABLA D. Epidemias en Nueva Espaha Creshadh = saves,” medlezchvedl = vivvela J 1520-1521. Hueyzdbuail (probablemente viruela); se inicié en la costa cerca de Vera Cruz en mayo 0 junio de 1320, alcanzando Tenochtitlan en septiem- bre y difundigndose por buena parte del pais. Ele- vada mortalidad, 1530-1539, Muchos mueren de enfermedades, especial- ‘mente en Je tierra caliente de ambss costas y en menor grado cn el interioc, Denuncias de peste en 1531, 1532, 1538. 1545-1548. Cocoliaui grave por todas partes, con mor talidad mis elevada en las regiones costeras. 1550. Peperss en Tacuba y otras partes, muchas muer- tes, 1559, Epicemia similar a la de 1545-1548 pero menos 1563-1564, Vatias enfermedades de proporciones epidé- micas en el valle de México; gran mortalided en Chaleo, 1566. Cocolisli, especialmente en Ia costa del Golfo. 1567-1568, Epidemia en Teguantepec (5761581, Gran cocolizé 0 matlazébuat! (probable- mente tifus), Apazcci6 en abril de 1376 y se ex: tendié de este a ocste desde Yucatin hasta los Chi chimecas, Para fines de 1376 entre 300 y 400.000 personas babian muerto y ia enfermedad se extendis ayudada por el bambre, Afecté tanto @ las tiecras baajas como a las zonas de montafa, con mortal dad mis clevada en las siltimas. En octubre de 157 lt cofermedad era menos virulenta; en diciembre de 1578 se registed que habla cesado completimente. La misma enfermedad volvi6 en agosto de 1579, afectande a indios y negtos pero con menos muertos. En abril de 1581 segula activa; muerte de muchos negr0s. 1587-1588. Cocolisi’ en México, Toluca, Tlaxcala. 1590, Tlatlaciili (gripe) —mchas. muertes. 1591-1592. Epidemiz iniciada en la Mixteca, donde fue bastante viruleata; se extendié hasta la costa del Pacifico, 1592-1593, Varias enfermedades en el valle de Mé&- xico; gran mortalidad infantil 1595-1597. Epidemia (varias enfermedades?) con mus chas muertes cerca de Toluca; se extendid, con me nos mortalidad, a Oaxaca y Guatemala, 601-1602. Coroliztli en’ Sochimilco. J/ iv si bien el material de la época de que dispone- ‘mos es obra de hombres con conciencis muy agu- da de Ia taza, sus esfuerzos por subdividir Ia poblacién segtin Iineas raciales van perdiendo sen- tido cada vez mis después de las primeras gene- raciones. Los datos se encuentran_en una. sor- prendente variedad de unidades y algunos de los 1604-1607, Epidemia en el valle de México, especial- ‘mente entre los otomies, con muchas muettes. 1615-1616. Varias enfermedades en el valle de México acompafiadas por secas y hambrunas. 1629-1631, Coroliztlt con elevada mortalidad especial- mente ea el valle de México, 1635-1634, este en la ciudad de México —muchas mruertes, 1639, Sarampién en Ia ciudad de México —muchas smuertes. 1641-1642. Cocolizsli con seca; més| agudo en 1642, 1659, Suampiéa cun elevada mortalidad ea cl valle de México. 1663. Bpidernia muy extendida con) seca (varias ex fermedades), afecte 2 indios y espafoles. 1667-1668, Varias enfermedades en Iz primavera de cada afio, elevada mortalidad, 1692-1697.” Varias enfermedades iniciadss en el vallé ‘de México con muchas muertes; se extendieron a Baja. California en septiembre de’ 1698, 1714, Fiebres muy difundidas; mis de 14 mil muestes ‘en Ia Nueva Espafia. 1731, Matlezdbuatl_ en Churubusco. 17361739, Madlazdbuatl grave (probablemente tifus) aparece en Tacuba a fines de agosto de 1736, llega a Cuernavaca a comienzos de febrero de 1737, se extiende por toda Nueva Espafa; mortalidad no- table en Michoacin y Oaxaca, aunque “hubo bolso- ‘nes (Nochistlia-Teutila-Guayacocotla-Yagualica) 00 afectados, Para el verano de 1737 habia desaparc~ ido en algunas lugares peco continuaba ca otros; egé a Baja Cu en 1742; Sierra Gorda 1743- 4744, 200 000 muertos, 1761-1764. Tifus y viruela en ln ciudad de México y otros puntos; 25 mil muertes en la ciudad de ME xico, “muchas” en San Luis Potosi: 1768-1769. Sazumpién ca la ciudad de México; gran mortalidad infaatil, 1TPATT3. Matlacdbaat! en el valle de México. con ‘elevada moralidad, 1779-1780, Sarainpién: y viruela; 18 000" miestes: en la ciudad de México. 1788. Peste en la Mixteca alta, 1797-1798, Viruela en Ia ciudad de México, Pucbla, ‘Orisaba, Oaxaca; ctcéters, mis de 10 000 muerte. téfminos utilizados han, cambiado de significado con el tiempo, Los datos disponibles suclen omi- ir a grindes segmientés de la poblacién, por ejemplo, a fos esclavos y otr0s-exentos-de tribu- Otra fuente de confusiones es la variedad de jurisdicciones con distintos Imites cays. poblacién se registra (vs iupra). 24 GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA personas 1820 1520 1540 1550 150 1570 1500 1590 1601 1610 1620) 1830| 1640] 1850 1660) 1670 1680 1680 1709) im10 1729) 4780 40. 1750 sreo}- 1770] 1780 79 1809] 810} — Indios = Ortos 1820 at Grafica 1, Caida y recuperacién de la poblacién indigena E|_desacuerdo. mis. serio. se_refiere al_tamaio de Ta poblacién indigena en el momento del contacto con los espafioles. Para el area que nos ‘ocupa, los cilculos oscilan entre tres y veintidés millones de personas.* Esté claro que 1a pobla- cién cra densa en las partes del altiplano centeal donde habfa agricultura intensiva con isrigacién (cf. Palerm, 1955), y en cambio dispersa en fas regiones ridas del norte donde no se cul- tivaba Ia tierra, Hay evidencia reciente de que Ja agricultura de roza (tumba y quema) utili zada en les costas tropicales podfa sostener una poblacién relativamente densa; en las tierras ba- jas también se utilizaba Ia irrigacién, coa las con- tes concentraciones urbanas, Todos estin ietdo en que hubo una dis- minaciSn_catas de Ta. poblacién indigena entre 1520 y 1620: s6lo se discute Ja magnitud de la disminucién y si éta fue continua o inte sfampida por un petiodo de recuperacién en el tercer cuasto del siglo xvi. La “escuela de Ber- eley", con la cual este autor bisicamente con- cuerda, sostiene que la Nueva Espafia tenia qui- ‘ zis veintidés millones de habitantes en 1519 y que de ahi en adelante el ntimero de indios dis- ‘minuyé sin interrupcién notable hasta 1620, cuan- do eran menos de un millén, Segiin todos los relatos de pasticipantes en la conquista, muchos indios fueron muertos en ba- talla; hubo millares de muertos en Ia masacre de Cholula y muchos més en Tenochtitlan, Después de la conquista muchos indios fueron esclavi. zados y millares més fueron Ilevados a morit en las Antillas, mienteas otros morian en Mé- iNTRODUCCION 25 5 Concentracionsswrbanas + 5000-19000 aff ‘= 10,000 25,000 ‘© 2/000— 90,000 19 25% no indies Hobitontes pr hn® Mapa 14. Densidad de poblacién ¢. 1620 xico de trabajo duro y malos tratos. Espafioles ¢ indios de In época sugiricron diversas y curio sas razones para la declinacién de los in —el maltrato 0 el trato demasiado henigno, el hambre o Ia comida demasiado rica, el desaliento y el alcoholisino, Ia libertad desacostumbrada, el uso de ropas, el uso de camas, los bafios dema- siado frecuentes, la retribucin divina, eteétera—, peto ¢s seguro que la causa principal fueron Ins enfermedades europeas a las_cuales los america- nos no tenian inmunidad natural Durante el sitio de Tenochtitlan en 1521 los indigenas fueron afectados por la viruela, intro- ducida segién afirma un cronista por un esclavo negro en Cempoala, El contagio se extendié por la ciudad y fuera de ella hacia regiones todavia no visitadas por Jos espafioles, matando a millo- res. En las primeras dos décadas después de la conquista grandes cantidades de indios, probable- ‘mente millones, sucumbieron en la tierra caliente proxima a Vera Cruz, y otra gran despoblacién se produjo a lo largo de la costa del Pacifico, Tgnoramos qué enfermedad o enfermedades fue- ron causa de esto. La regién de la costa del Golfo era famosa en 1a época prebispfnica por set tan afectada por pestes que periédicamente se en- viaban a ella migtaciones de Ia sierra para re- emplazar a los habitantes desaparecidos en epi- demias (Herrera, 1601-1615, 42. década, p. 236; ‘Torquemeds, 1723, 1 p. 278). Es posible que haya sido una recurrencia de ese azote o una nueva enfermedad europea que gané virulencia en el trOpico, 1o que arrasé con la poblacién de Ia costa en las décadas de 1520 y 1530. Durante todo el resto del periodo colonial fueron muy Weasos Tos indios en Ia tierra caliente de Nue- va Espa. Postetiores epidemias mataron tanto a los in- dios de la sierra como a los que sobrevivian en Jas costas. Las epidemias mis graves y exten- didas__ocuriieron en 1543-1548, 1576-1581, 1629-1631, 1692-1697 y 1736-1739, pero. hubo otras de menor mottalidad.o que afectaron_s6lo regiones reducidas (tabla D). Para 1532 habia / 26 GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPASA probublemente dieciséis millones de indios (cflea- To de Berkeley) en toda el atea. En 1570 su ni- mero, detivado de listas de tributatios, era de 2 millones 600 mil, por lo cual parecerfa que la jue caus6 mis muertes fue la epidemia de coco- atti (gsatampién?) de 1545-1548. Después de la epidemia de 1576-1581, pasticularmente viru- lenta en Ia sierra, quedaban probablemente alre- dedor de un millén ochocientos mil indios, cuyo timero distninuy6, ain mis en los tiltimos aiios del siglo xvi y primeros del xvi. A partir de 1620-1650 _hubo en_la_mayotia_de-Ias_regiones uuna_recuperacién demogréfica que (con excep- ciones locales_y_retrocesos. notables durante. las spidemias de 1692-1697 y 1736-1739) contintia ia hoy. Es evidente que los indios sobrevi- vientes; fortalecidos por el mestizaje, habfan ad- quitido considerable inmunidad a las enfermeda- des europeas. En a época de Ia independencia habia quizis dos millones de personas de sangre predominantemente india, que constitulan algo menos, de Ja mitad de la poblacién total. Los blancos, casi _enteramente espafioles, se di- fandieron por todo México durante los tres siglos de la colonia, aunque preferfan la sierra. Los de sangre pura (espafioles, europeos) formaban un segmento muy pequefio, probablemente nunca mis del 59% de la poblacién total. Pot otra parte, el niimero de personas de sangre india y europea mezclada (castizos, mestizos) aumenté hasta legac: a constituir aproximadamente un ter- Go del total, es decir alrededor de 1 millén 350 mil personas en 1821. Los esclavos_negros Hegaron con los conquis- tadores y posteriormente en_nimeros cada. ver mayores, primero de las Antillas y después dizee- tamente de Aftica. EI flujo alcanz6 grandes pro- porcioncs después de la gran reduccién de la ‘obpa indigena en la epidemia de 1545- 1548 y continud, hasta el. siglo x1x, Los. exclavos ttabajaban. en todas partes de México, principal- mente en minas-e ingenios azucaretos. Muchos se casaban con indios 0 mestizos, y los descen- dientes (mulatos, pardos; lobos, zambos, eteétera) de Ios que permanecieron en el altiplano central, hombres: libres, fueron absorbidos por Ia. pobla- cidn mixta de las “castas”, Otros Megaron hasta Ias~casi “desiertas “zonas bajas de las inmedia- ciones' de Vera Cruz y Acapulco, donde atin existen comunidades visiblemente negroides. Los negtos tenian tan poct inmunidad a ciertas enfer- malades del Viejo Mundo como los indios, y rmuchos de ellos murieron en las mismas epide- mias, Sin embargo, al final del periodo colonial habia probablemente cerea de ui millon de indi- 10s con sangre negea (generalmente mezclada céa Ta de otras razas) dispersos por toda la Nue. va Espafa, ~ Habia una pequeiia minorfa de filipinos (" nos") que Iegaron después de 1567 en los ge- eones de Manila y se establecieron en Acapulco ¥ otros puntos de la costa del Pacifico. Otras ‘minotias conocidas, incluyendo las de indios no tmexicanos procedentes de Ia Florida y el Peri Y¥ europeos no espafioles, eran de mtimero insig- nificante, A los no indios en general se Ie I maba, "gent de raa6n"; alos indios,simplem ios'*.0 “naturales”, “Tl ( mapa 14 Fntenta mostrar Ia densidad de poblatiéa de ld Nueva Espafa en su nadir, ha; a 1620. Con base en los datos fiscales y otros dle que disponemos, encontramos en est. époct una poblacién total’ de poco més de un millén de personas, aproximadamente 80% india y 20% no india. Los cuadcados sefialn las jurisdiccio- nes donde los no indios constituian un cuarto o mis del total; sdlo en cinco jurisdicciones (Aca- pulco, Ia ciudad de México, Puebla, Vera Cruz Nueva y Zacatula) superan en némero a los indios. La unidad més utilizada para los datos de po- blacién eta Ia familia, pero en los. primeros informes de las décadas de 1520 y 1330 se uti- Fizaba el t€smino “casi”, En esos afos, esa ex: presiGn designaba evidentemente mis de una fami- Tia, quizés un calpulli 0 grupo de familias que vivia en Ia misma vecindad. El obispo Ramfcez de Fuenleal, escribiendo en 1532, indica que po- dia haber diez o mds familias viviendo bajo el mismo techo (Chauvet, 1948, p. 123). Mis tar- dle, los términos “indios", "“indios casados” “indios vecinos” Megaron 2 ser aproximadamente equivalentes y salvo especficaciones en contrario indicaban a un indio casado con su familia inme- diata, Eso constitufa una unidad tributaria, mien- tras que los indios solteros (hombres y mujeres de mis de quince afos de edad) y viedos eran considerados.“medios. trbutarios” porque paga- INTRODUCCION 27 ban la mitad del tributo. Cook y Borah (1968) calculan que la proporcién entre el total de po- blacién india y los tributarios era de 2.8 a fines del siglo xvi, 3.4 a mediados del xvit y 3.6 pos- tetiormente, “A partir de 1790 esa proporcién cambié radicalmente. Este y otros probleinas de conversi6n son tratados en forma inteligente 1 trabajo que acabamos de citar, al que mos al lector interesado, En las descripciones re- gionales que siguen damos datos de poblacién tal como aparecen en los documentos consultados. Entre los no indios, el término “familia” eta generalmente equivalente a “‘vecino” y significa- ba un duefio de casa y los que vivian bajo su techo, 5 decir su esposa, hijos solteros, rientes, sirvientes y esclavos. Asi una de espafioles!" inclufa generalmente elementos de varias razas. El nimero de esclavos rara vex se indica, y cuando aparece se refiere a “piezas” Esclavos y mestizos estaban exentos del pago de tributo, aunque los negros y mulatos libres fue- ron tributarios desde Ia década de 1570. ‘Aunque habia variaciones locales, antes de la conquista Ta mayorla de Tos Fabitantes del ceniro yosar de México vivian en gran niémero de asen- tamientos pequefos, a menudo contiguos. Cuan- do tengamos detalles del patrin de poblamiento, fen el momento del contacto en cada regién, los daremos oportunamente en las partes correspon- dientes. Bn general pareceria que las grandes concen- traciones urbanas como Tenochtitlan eran ratas EL patron habitual era un_asentamiento principal © centro comunal con mercado, templo y las re- sidencias del_gobernante, los sacerdotes.y_Ia io- bleza, rodeado por asentamientos_ subordinados de macehuales, A. veces los centros cezemoniales fio tenfan mas residentes que los sacerdotes y ex taban separados de Ios asentamientes principales Estos siltimos solfan ser verdaderas fortalezas exi- gidas en puntos fuertes —cimas de cerros, len- guas de tierra rodeadas de basrancos, escarpas, islas 0 peninsulas, etcétera—, ocesionalmente con fortificaciones adicionales, donde toda Ja. pobla- cin de un étea podia retirarse en caso de guerra (Miranda, 1962b). Bn algunas arcas habia un patrén nuclear, con densidad decreciente hacia la petifetia de un Estado indfgena, pero en gene- fal Jos asentamientos dependientes, a menudo con tun pufiado de casas cada uno, esteban dispersos en forma bastante pareja junto a los campos que trabajaban sus habitantes (Sanders, 1968). A principio los espafioles no hicieron mucho por modificar ef patrén de asentamiento indige- Ba_Unos pocos dé los principales asentamientos ‘existentes (en primer Iugar Tenochtitlan) fueron transformados en cindades y villas espaiiolas ya fuera porque el lugar eta conveniente para los conquistadores o 2 pesar de sus desventajas. Mas comunmente los espafioles fundaron sus propios piteblos_en_valles fetiles y otros lugares que ha- bian_quedado desocupados o escasamente pobla- dos por ser indefendibles o inconvenientes desde el punto de vista indfgena, ‘Los_misioneros_espafioles iniciscon_sus_activ dades en las principales comunidades indigenas axistentes, que Iamaron “cabeceras”, donde esta- Blecieron sus primeros monasterios e iglesias pa- rroquiales, utilizando frecuentemente el templo indigena (teocalli) como base para una iglesia cristiana. Los asentamientos subordinados exterio res (cf. calpultin, supra), si estaban junto o cer- ca de una cabecera, fueron. Iamados por los_es- pafioles “barrios”; si_estaban. a cierta_ distancia eta is probable que fuetan considerados.“es- 0. “sujetos”. En esos primeros ailos se i5 a los indios quedarse donde habtan es- tado viviendo en forma dispersa, e incluso hubo mayor proliferacién de las pequefias estancias en lugares inaccesibles, donde Jos indigenas podfan evitar el tributo y el servicio y continuar con sug antiguas pricticas religiosas (Ricard, 1947, p. 265). Los frailes comprendieron pronto las ventajas de tener_a Ia grey cerca, y_ también Jos encomenderos y oficiales reales vieron Ja con- yeniencia de reunir a los indios en comunidades centrales donde pudieran controlatlos. yexplotar- Jos con mis facilidad. Este deseo general de los. espafioles de trasladar a los indios dispersos a BUeblos consolidados y accesibles se convirtié. en imposicién legal después de Ia epidemia de 1543- 1548, Ordenes reales de 1551 y 1558 dictaron que todos los indios sobrevivieates debfan con- ‘gregarse en pueblos de traza europea cerca de Jos monasterios. Se hicieron cuidadosos estudios para determinar I2 mejor ubicacién para los iilt- mos, y para 1560 la mayoria de las antiguas cabeceras habian sido trasladadas a lo que los 28 GEOGRAFIA WISTORICA DE LA NUEVA ESPANA ‘spaftoles consideraban ubicaciones mis satisfac- torias, generalmente en tiertas mis bajas y lanas (Scholes y Adams, 1961, p. 47). Al mismo tiem- po, en las décadas de 1550 y 1560 muchos indios residentes en cstancias apariadas fueron con- vencidos por la persuasién o por la fuerza de abandonar su Tugar ancestral y trasladarse a una cabecera oa un pueblo sujeto reubicado (cf. Ger- hard, 1977). Centenares y probablemente millares de estan- cias desaparecieron en esas primeras reducciones, pero en algunas reas, particularmente Jas admi- nistradas por sacerdotes seculares, el patron de asentamiento dispetso subsistié. No fue sino hasta después _de la epidemia de_1576-1581_que—la ionada_por elclero_y_espafioles_se- lientos de tierras, inicié otro programa de con- gregecién forzada, Desde los primeros 2iios de In década de 1590 los caras y magistrados locales recibieron la orden de investigar nuevamente la posibilidad de reducir el néimero de asentamien- tos menores. En 1598 la mayor parte de la Nuc- va Espafia fue dividida en alrededor de treints distritos de congregacién, a cada uno de los cua- Jes se envié a un juez de congregacién con sus subordinados con el cometido de examinar Ia zona, elegir ubicaciones convenientes para comu- nidades indias y enviar sus recomendaciones a Ja ciudad de México. Una vez tomada una deci- sién, el juez visitaba nuevamente las estancias marcadas para eliminacién a fin de conseguir que los habitantes se fueran, Los nuevos pueblos eran construidos por los_propios indios~signiendo” el tradicional ‘modelo espafiol de calles en angulo recto alrededor de una plaza central_con iglesia sicado. Las estancias fueron abandonadas, de- molidas sus capillas y quemadas as casas de los indios (Cline, 1949; Simpson, 1934). Este segundo programa de congregacién fue ejecutado en el periodo comprendido entre 1593 y°1605."Coft frecuencia los indios se opontan, el pfoblema pasaba a In ciudad de México y se lle- baba a una nueva decision sobre algiin punto particular. Hay muchos casos registrados en que Jos indios se negaban a abandonar sus pueblos, y aun después de haber sido trasladados por la fuerza y de destruidas sus casas huian de los auevos pucblos y vivian mis dispersos que antes en cuevas y lugares salvajes. Después de 1607 se permitié en teotia a los indios que todavia Satin becca sepesee 0 tos tes eed ¥ algunos Jo hicieron, Sin embergo, millares de toponimicos de yarecieron del mapa ef ohare eee ee a ‘Nueva Espaiia en cierto sentido se urbaniz6,.coa ciudades y villas espafiolas compactas y pueblos isidios“Wispanizados separados__por_vastas_exten- Honig? te" Werte’ Gedubitalas, fasta hoy-A medida que’ los relativamente ¢ S05 indios sobrevivientes eran congregados, los espaoles adquirieron.Ios-abandonados. empl miientos de los pueblos con sus campos, bosques }..... ., y aguas, y los convirtieron en haciendas (Che valier, 1952). Muchos indios dejaron en esa épo- ca de ser agricultores de subsistencia para ic a trabajar por un salario en propiedades de espa- fioles. Una categoria especial constityen Los_centros mineros.o.""teales de minas” surgidos al azar rededor de las minas de plata, algunos de los auales Hegaron a ser grandes asentamientos mul- titraciales; declinaron en la depresi6n de los pri- meros afios del siglo xvt y volvieron a la pros- peridad en el siglo xvm (Borah, 1951). Otro desarrollo posterior a la conquista fue ef puerto de mar. En la costa del Golfo, los primeros asen- tamientos portuarios fueron Vera Cruz, Panuco y Guazacualco, pero s6lo Vera Cruz subsistié con ‘ste caricter. Entre los puertos del Pacifico en Ja década de 1520 se contzban Teguantepec, Aca- pulco y Zacatula, En 1540-1575 el comercio con cl Pert se hacia por Guatulco, mientras que los galeones que cruzaban el Pacifico utilizaban Aca puleo (1573-1815). Acapulco y Vera Cruz eran los sinicos puertos fortificados, y ambas costas, casi desiertas, estaban abiertas a la actividad de piratas y contrabandistas. En los documentos existentes hay mucho ma- terial sobre éste y otros cambios del patrén de asentamiento, La frontera chichimeca_fne.empu- l_norte_y_ricas. zonas Bajio_recibieron una importan- te infusion de espatioles_y_trabajadores_indios, sustraidos de comunidades mis antiguas en Areas menos Favorecidas (Miranda, 19624) INTRODUCCION 29 Fuentes Esta obra se basa principalmente en las relacio- nes geograficas, aunque en su compilacién se han uitilizado otras fuentes. En las descripciones de ditea que siguen, cuando no aparece otra cita, la informacién proviene de esas relaciones y doc- mentos similares que se enumeran y exeminan brevemente al final de cada descripcién. Tam- ign se hace mencién de los tratamientos mono- grificos publicados cuando los hemos encontrado. Una de las primeras preocupaciones de la Co- ona espafiola fue 1a de determinar cuil seria la ‘mejor manera de incorporar las tierras recién descubiertas al sistema imperial, introduciendo las, modificaciones necesarias 0 deseables (por ejem- plo el reemplazo de la religién existente por el cristianismo, Ia sustitucién de las plumas por 0f0), pero sin perturbar las instituciones indige- nas existentes cuando Ia continuidad se conside- taba titil 0 inofensiva. Para realizar este programa las antoridades reales necesitaban informacién de- tallada sobre las diversas provincias y pueblos. En los primeros afios frustraron en cierta medida ese propésito los gobernantes indigenas y enco- menderos interesados en ocultar o falsificar infor- maci6n en beneficio propio, pero cuando la Coro- ‘na afismé su dominio en todo el pafs se reunié y remitié a la corte una enorme masa de datos dig- nos de confianza. Ya hemos visto que durante los tres siglos de la colonia ocuzrieron cambios fun- damentales en los recursos humanos y otros de que dependian el rey y sus sibditos para su sostéa y prosperidad. Esto exigi6 revaluaciones frecuentes, basadas necesariamente en informacién reciente reanida sobre el terreno y presentada a la Corona. Ya se ha examinado en otra parte el valor de e308 informes, que contienen datos) de Ja mis vaciida naturaleza (véase Ja tabla E). Generale ‘mente eran redactados en respuesta a indagacio- hnes, a menudo en forma de instruccién o de cuestionario, Algunos eran obra de magistrados locales y sacerdotes instraidos intuitivos, otros. de miopes 0 semianalfabetos, y hbo ocasiones en que en toda una patroquia o un corregi- miento no se hallé a nadie capaz de responder a las preguntas. No cabe duda que muchos de esos documentos fueron destruidos, pero una cantidad considerable ha sobrevivido en archivos espafioles y mexicanos y en ottas partes, algu- ‘nos publicados, la mayoria atin en manuscrito. ‘A continuacién examinaremos en general los in. formes 0 series de informes de indole geogritica que describen todo 0 parte del tertitotio abar. cado por el gobierno de la Nueva Espaia, en orden cronolégico. El estudioso interesado notari que hay muchas lagunas, que esperamos estimn- en ulteriores investigaciones y saquen a luz mis documentos de este tipo (Cline, 1964; Gerhard, 1968; Konetzke, 1948). En 1522-1523 Cortés comisioné inspectores que siguieron y a veces acompafiaron a las pri- ‘meras expediciones militares espafiolas que sa liecon a reducir 2 la sumisién las ireas adya- centes, Cada uno de los inspectores hizo un estudio mis 0 menos cuidadoso de la regidn co- rrespondicnte y fue en esos informes que se basé Cortés al disttibuir encomiendas a sus compaiie- ros (v, supra). Naturalmente, esos primeros cs- tudios que desctben las condiciones en el mo- mento del contacto o casi enseguida son fuentes Ginicas, que complementan los escasos relatos de primera mano de los conquistadores con detalles sobre Ia poblacién y Ia organizaci6n_politico- religiosa indfgena que, en algunos casos, debfan desaparecer_ muy pronto. En a actualidad s6lo poseemos fragmentos (en realidad, copias) de dos de Jos informes resultantes, uno hecho por Antonio de Caravajal en Michoacin en 1523- 1524 (Warten, 19634), y otro que desctibe la regién notte de Colima en 1525 (BAGN, vu, p. 956-572). Bajo el nombre de cada lugar visi tado dan ef nombre del gobernante o recaudador de tributo, los asentamientos subordinados y el nitmero de casas (2. supra) con observaciones so bee la topografia y los recursos naturales. Una orden real del 5 de abril de 1528, d gida a la primera Audiencia de México, los obis- os (Tlaxcala y México) y los priores de los mo- nasterios dominicos y franciscanos de la Nueva Espaiia, les ordend presentar descripciones de cada provincia con comentatios sobre el nimero de indios y de espafioles, tributos, recursos natu- sales y topografia, Dos afios después, cuando atin ‘no se habia tecibido respuesta en Espafia, partié la segunda Audiencia con instrucciones’ idénti- 30 cpocRaria HISTORICA DE_LA NUEVA ESPANA TABLA E. Relaciones googrificas j 4523- 1531- 1347- 1569- 1579. 1608 1648- 1743- 177- 1788. 1822- 1525 1552 1550 1571 1382 1612 1650 1746 1778 1792 1825 Marco jisico Geologia Topografia x « * Clima x Fauna x Flora Geograta eatiarat Prehispinica, contacto: Historia Poblacién ie ae Salud Lenguas xe Vestido Organizacién socal x Asentamientes x Gobierno x Religin Ecanomia Guerra i Arguitectura x . Artefactos . Goaguista, espatolas rox ® x * Conquista, colonia Histori Poblacién Mg som Salud x Lenguas gihioa: Vestido Asentamientos ew oe x x Encomiendas an Gobietao ee ee Religiéa (parroquits y doc- ‘rinas) * Economia x Agricultura Ganadecta Comercio Mineria * Silinas Textiles y pinturas Arquitectura ‘Comunicaciones gre Tngreso x cas, EI 14 de agosto de 1931 ese tribunal escri- ya comienzos' de 1533 sé envié un duplicade ' ié que habjan mandado inspectores a reunir la (ENE, u, p. 180-82; m) p. 91), En su recopi- informacién respectiva, y el 5 de julio del afio Iacién la Audiencia: habfa utilizado datos presen- siguiente comunicaron a la empetattiz que le en- tados por corregidores, religiosos, encomenderos viaban ef informe completo. Apirentemente ese y obras persorias que conocfan cada rincén del inforiie salié de México en noviethbre de 1532, pais. Esa “description y relacion desta tierra”, iba INTRODUCCION 31 acompefiada por “pinturas” hechas pot los indios de sus tierras y pueblos. Desdichadamente no he- mos podido hallar el informe completo ni las pinturas, aunque parte del primero esté resumi- do en las Décadas de Antonio de Herrera (Dé- cada 43, p. 230-37), € incluso ese extracto con- tiene valiosa informacién que no se encuentra en otra parte. También se han hallado los diarios de visitas oficiales para reunir informaciéa para Ja “description”, hechas 2 Ocuituco en 1531 y al ‘gobierno de Panuco en 1532-15337 El 19 de noviembre de 1533 el emperador se ditigié nuevamente a la Audiencia: Por que queremos tener entera noticia de las cosas de esa tierra y calidades della, os mando que hagays hazer ana muy larga y particular relacién de Ja geandeza de esa tietra, ansi de anche como de largo y de sus limites ponien- dolos muy especificadamente por sts nombres propios, y- como se confina y amojona por ellos y asimesmo de las calidades y estrafiezas que en ella ay particularizandolos de cada pue- blo por si, y que poblaciones de gentes ay en ella de los naturales poniendo sus ritos y cos- tumbres particularmente, y ansimesmo que ve- zinos y moradores de Espafioles ay en cella, y donde vive cada uno y quantos dellos son ca- sados con Espafioles y con yndias, y quantos por casar, y que puertos y tos tienen y que edificios ay fechos, y que animales y aves se crian en ellas.... y ansi fecha firmada de vues- tros nombres ia enviad ante nos al mucstro consejo de las yndias. (Pugs, f. 89v). EL emperador solicitaha ademis pinturas de todo lo ilustrable. Esta orden debe haber lege- do a México en la primavera de 1934. Slo se than descubierto unos pocos documentos disper 305, todos sin fecha, pero redactados aparente- mente ¢. 1534, que responden a algunas de las preguntas planteadas aqui.* En los primeros afios de Ia década de 1540 Hegé otra orden teal, esta vez a algunos sibditos particulares en Nueva Espafia, Se solicitaba a An- drés de Barrios que describiera cl obispado de México, a Bartolomé de Zarate que hiciera 1o mis- mo con’ las diécesis de Antequera y Tlaxcala, y a Pedro’ Almindez Chitinos y Andrés de Tapia se encargaba Ia diécésis de Michoacin. De los tres informes, s6lo se ha encontrado el de Zara- te, fechado en 1544; es breve y algo. desorgani- zalo, pero contiene informacién stil (ENE, wv, p. 130-48). El primer estudio: general detallado de Ia Nue- va Espaiia que poseemos en forma bastante com- pleta es la Suma de Visitas, interesantisimo do- cumento compilado hacia 1548-1550. México aca- baba de ser conmovido por una epidemia desas- trosa y era urgente 1a necesidad de revisar las tasas de tributos, El 10 y el 12 de abril de 1546 cl rey ordené al virrey que hiciera hacer un censo de todos Jos pueblos indios e informara sobre su poblacién y recursos. Esto se hizo en una serie de inspecciones realizadss por distintas personas entre 1547 y 1550, se resumié en un documento finico y se envié a Espafia probablemente en 1551. Bs un documento disparejo que cubre poco mis de la mitad de los pueblos indios, de los aus algunos etn decos ex delle otc forma bastante smaria, Se omiten partes del Masquesado del Valle, la mayor parte de la dié- cesis de Tlaxcala y Ia provincia de Guazacualco. Sin embargo Ia Suna es una fuente tinica de in- formacién demogeitica, geogrifica y sobre las encomiendas que muestra muchos lugares tal como estaban inmediatamente antes de las con- ‘gregaciones religiosas de 1a década de 1550." En 1568 Juan de Ovando fue nombrado visi- tador del Consejo de Indias y envié, amparado por una cfdula real del 23 de enero de 1569, tun cucstionario dirigido a diversas autoridades americanas. Una segunda orden dictada mis ade- ante en el mismo afo, dirigida a los obispos y provinciales de las Grdenes regulares, pedia res- puesta a alrededor de doscientas preguntas sobre luna variedad de temas, Los informes enviados en respueg{a a esas Grdenes, citados mis adelante, son muy disparejos en su tratamiento y deta- es. Los mejores, los de la Arquididcesis de Mé- xxico, el clero secular de Tlaxcala y los monaste- ios agustinos en toda la Nueva Espafia, fueron hechos por el sistema de cordillera, en que el cuestionatio citculaba entre los clérigos y priores quienes hacian cada uno Ia descripcién de su pa- rroquia, Otzos fueron compilados por funciona- tios de la diécesis y en Ia sede de la provincia de los franciscanos en México, y son menos deta- Uados, Sélo han sido publicados en parte y con- tienen informacién. sobre pueblos y poblacién, Ienguas indigenas, encomiendas, limites parro- 32 GBOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPARA quiales y otros temas, rcunida entre 1569-1571. Ese gran volumen de informaciéa fue resumido por el cosmégrafo real Juan Lépez de Velasco en su monumental Geografia y descripciém universal de las Indias Otra epidemia grave arrasé la Nueva Espafia en 1576-1581, ¥ nuevamente surgié la necesidad de informacién actualizada. Lépe2 de Velasco te- dacté una lista de cincuenta preguntas que fue enviada con una cédula de Felipe IT fechada el 25 de mayo de 1577. Las respuestas a este cues- tionario, que abarca una fascinante vatiedad de temas, fueron redaciadas casi enteramente por magistrados locales en 1579-1582. Se han halla- do telaciones geogrificas de esta importante se- rie para algo menos de la mitad de las juris- dicciones civiles de la Nueva Espaiia, y en la actualidad se in en cuatro repositorios en Sevilla, Madrid, Edimburgo y Austin (Texas); Ja mayoria han sido publicadas y son amplia- mente utilizadas por etnohistoriadores y otros ¢s- pecialistas. Cuarenta de ellas incluyen también mapas. Las relaciones de veintiséis jurisdicciones de Ia Nueva Espaiia registradas en inventarios an- teriores han desaparccido, y sin duda otras han sido destmuidas 0 no se han descubierto todavia?” Una fuente de informacién til, que comple- ‘menta Ia que se encuentra en las relaciones de 1579-1582, ¢s la Relacién de fray Alonso Pon- ce, comisatio general de los franciscanos que re- cortié buena parte de México a pie y a caballo fen los affos 1584-1589. Su diario, escrito en rea- lidad por otto religioso que acompafiaba a Ponce, muestra una extruordinaria penetracién en _mu- has fases de Ia vida colonial que no aparecen en los informes oficiales de Ia época.'™ Hay abundante correspondencia referente a Jas congregaciones civiles de las décadss de 1590 y 1600, en algunos casos acompafiada por descrip- ciones de viajeros y mapas. Esos documentos rara vez iban a Espafia y Ja mayoria de los que se han encontrado estfin en AGN (México); mu- chos de ellos estin sepultados en el vasto ramo de Tietras de ese repositorio, Las citas se dan mis adclante, en cada jurisdiccién. La siguiente serie de relaciones geogrificas es cl resultado de un abrumador cuestionario de 355 preguntas redactado por el cosmégrafo Garcia de Céspedes en 1604 y enviado a los magistrados iviles en toda Ia extensin de las Indias. No cabe duda de que la magnitud de la empresa debe haber desalentado a las autoridades loca- es; en todo caso, slo doce respuestas de juris- sicciones menores de Ia Nueva Espafia aparccen fen el inventario de los archivos espafioles de c. 1636, y de éas slo se han encontrado y pu- blicado copias de cinco. Redactadas entre 1608 y 1612, contienen datos que no aparecen en otra Parte y se encuentran citadas mis adelante. En Ia primera mitad del siglo xv se compi- laron dos desctipciones generales de las Indias espafiolas: una es obra de un fraile carmelita que conocié América directamente, Ia otra de un funcionatio del Consejo de Indias que obtuvo su informacién de documentos oficiales. Fray An- tonio Vazquez de Espinosa estuvo en México en 1612 y nuevamente a comienzos de Ja década de 1620, y escribié su Compendio en 1628-1629. El funcionario, Juan Diez de la Calle, publicd su obra en 1646, pero muchos de los datos que uti- Jiz6 eran de un periodo anterior. Los diatios de Jas visitas pastotales hechas por el arzobispo de México en 1646 # y por dos obispos de Tlax- cala en 1609-16248 y 1643-1646‘ son dtiles fuentes complementarias para e508 afos. En 1648 se enviaron a América dos reales cé- dulas pidiendo informacién. La primera, fechada el 26 de abril, ordenaba a cada obispo remitir una descripcién de su diécesis, enumerando las parroquias y los pueblos y dando el niimero de comulgantes en cada una. La cédula del 8 d viembre de 1648, dirigida no sélo a eclesi os, sino también a virreyes, gobernadores y audiencias, solicitaba la misma y mis informa- cién y especificaba que setia utilizada por el cro- sista real Gil Gonzalez Dévila en Ja compilacién de su Teatro eclesidstico, historia de la Iglesia en América, La Gnica respuesta a esas cédulas que hemos visto procedente de los obispados de la Nueva Espafia es la presentada el 25 de abril de 1649 por el doctor Francisco Arnaldo Isassi, una larga e interesantisima “Demarcacién y des. cripcién” de la diécesis de Michoacin2* Los do- cumentos similares para el resto del territorio, si se descubrieran, aumentarfan en forma inconmen- surable nuestro conocimiento de México en un pesiodo que padece una dolorosa falta de datos organizados y accesibles. La obra de Gonzilez Davila no tiene mayor interés en este sentido, INTRODUCCION 33 porque la publicé antes de que le Megeran los informes solicitados, ‘Hemos sido singularmente infelices en la bis- queda de materiales de la segunda mitad del tes a jurisdicciones de las didcesis de México, Tlaxcala y Michoacén son de cierta utilidad,** mientras que Cook y Borah (1968, p. 34) han descubierto informacién similar para el obispado de Antequera. El estndioso que algin dia em- prenda la ingrata tarea de revisar los restos semi- carbonizados de la seccién Contadusfa del AGI (1.945 legajos) deberfa ayudar a cerrar esta grie- ta documental, especialmente si encuentea las res- puestas a dos cfdulas (21 de abril de 1679 y 5 de agosto de 1681) que ordenaron Ia realiza- cién de un censo detallado (Gerhard, 1981, p. 530). Para la arquididcesis de México existe un largo informe (que s6lo hemos examinado en parte) de una visita hecha por el prelado Fran- cisco de Aguiar y Seixas en 1683-1685.7 Después de un largo hiato, el investigador le- ga con alegria a la notable coleccién de docu- mentos recientemente descubierta por la doctora Adele Kibre en el Archivo de Indias3® resultado de una cédula del 19 de julio de 1741. En esta ocasin Ia acumulacién de datos geogrificos fue confiada a los alcaldes mayores, quienes recibie- ron cada uno una copia de Ja cédula y una ins- tmuccién impresa redacteda en México el 6 de marzo de 1743, De las ciento veintinueve juris- dicciones civiles que existian en esa época en Nueva Espaiia se han encontrado los informes originales de setenta y cuatro, preparados entre 1743 y 1746. Muy pocos de ellos (s6lo cinco de Jos descubiertos hasta ahora) iban acompafiados por mapas, Algunos van més allé del alcance del sencillo cuestionario y dan listas de censo com- pletas y otras informaciones, mientras que otros son mis bien breves. Antes de set enviados a Es- Pifia esos informes, junto con otros que desde entonces han desepatecido, fueron examinados por el cosmbgrafo de México, José Antonio de Villasefior y Sinchez, quien preparé y publicé uun resumen de ellos. Esa versién publicada debe ser usada con cantela, pues contiene muchos erro- res tipogrificas y de contenido y omisiones serias. Siguiendo las huellas de fray Alonso Ponce, otro religioso curioso e infatigable, el capuchino fray Francisco de Ajoftin, recortié buena parte de la Nueva Espaiia en 1763-1767 y dejé un Giatio fascinante eno de valiosas observaciones y mucho material extrafio, todo copiosamente ilus- trado por el autor. Los vagabundeos de Ajofrin Jo Mevaron desde la Vera Cruz hasta México, hacia el occidente a Pétzcuaro y Guanaxuato, y hacia el sur hasta Oaxaca Hacia 1769 el fiscal de Ja Audiencia de Mé xxico envié una solicited de informacién referente a las propiedades, In poblacién, los productos lo- cales, os hospitales y los mercados de los puc- blos de indios. Sélo hemos visto una respuesta, un largo y elegante informe enviado por el alcal: de mayor de ‘Tochimilco en 1770. En ef dltimo cuarto del siglo xvi los curas y funcionatios locales de la Nueva Espafia fue- ron bombardeados por una serie casi continua de ordenanzas del rey y el virrey solicitndo todo tipo de informacién, Las mismas preguntas fae- ron planteadas repetidamente por diversas auto- ridades, produciendo tal confusién de informes que no siempre es facil determinar cuél es la orden que se esti cumpliendo, 0 a qué serie per- tenece un informe, Una cédula del 20 de octubre de 1776 train consigo un cuestionario de sesenta y dos puntos eee are ee a, clima, geologia, antigiiedades y vestuario indigena. Los informes resultantes, mencionados a menudo como relaciones topograficas, fueton compilados por curs parroquiales, Buena parte de los documentos originales escritos en 1777- 178 se encuentra en BNE (Madrid), algunos acompafiados por mapas. Copias de muchos de ellos, y de otros que faltan en Ia coleccién de Madrid, se encuentran en BNP (Paris). Otras copias, que fueron utilizedas en una setie incom- pleta de publicaciones, junto con algunos pocos originales, se encuentran en México (Ia referen cia completa se dari més adelante). Comple menta las relaciones topognificas, que desctiben slo una pequefia porcién del total de parro- quias de la Nueva Espafia, una serie de padro ries hechos en aumplimiento de una orden del 10 de noviembre de 1776, Se han encontrado pa- drones hechos en 1777-1779 para buena parte de las parcoquias de las diécesis de Oaxaca y Pacbla? Sobre unos pocos partidos civiles y patroquias se hicieron informes de muy variado valor en 34 respuesta a una solicitud de informacién a ser utilizada en la Gazeta de México, Organo oficial del_ gobierno virreinal. Estos informes datan de entre 1788 y 1792 y se citarin mis adelante. Una serie separada y facil de identificar fue producto de Ia instruccién virreinal, fechada el 2 de enero de 1790, sobre la preparacién de nuc- vyos padrones para determinar el nfimero y los nombres de los elegibles para el servicio militar en cada jurisdiccién, Estos censos de la pobla- ¢ién no ‘indigena, hechos en 1790-1793, van acompaiiados generalmente por listas de todos los asentamientos hasta Ia categoria de “rancho”, y algunos tienen breves descripciones geogrificas y mapas sorprendentemente exactos. La mayoria se encuentra en el ramo de Padrones de AGN. Un grupo de docutentos relacionado con éste, en respuesta a la orden del virrey del 20 de agosto de 1792, incluye lisias de topénimos”* Dacante las guerras de independencia se solici- GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPANA taron y presentaron nuevos informes. Todavia el 6 de octubre de 1812 se remitié a “las Améri- cas e islas” una cdula en tono de preocupacién con un intertogatorio impreso pidiendo observa- ciones sobre el caricter y las actitudes religio- sas_de los rebeldes sGbditos del rey (no hemos visto ninguna respuesta de la Nueva Espafia).** Los datos sobre Ia situacién al final del perio: do colonial los debemos a Ia Junta Provisional de Gobierno de Ja recién independizada nacién mé- xicana, que el 1° de abril de 1822 solicité a las delegaciones provinciales que compilafan anilisis estadisticos, con ayuda de los ayuntamientos de los diversos municipios. Uno de esos anilisis fue escrito en forma excelente por Juan José Marti- nex de Lejarza, describiendo a provincia de Mi choacin, Mis ambiciosa fe Ia empresa de José ‘Maria Marguia y Galaedi, quien compilé una Es- sadistica antigua y moderna de Oaxaca en cinco vokimenes.2# Sugerencias para futuras investigaciones E] enfoque de la geografia hist6rica de México de este autor ha sido necesariamente selectivo. ‘Muchas de las fuentes mencionadas han sido ape- nas ojeadas y enumeradas como en un catilogo. Nuestzo condcimiento tiene grandes lagunas que deben ser Henadas por medio de paciente trabajo | de archivo. En el Archivo General de Indias de Sevilla, las secciones gemelas de ““Papeles de Justicia de Indias” (Justicia, 1187 legajos) y “Escribanfa de Camara” (1194 legajos) deberian rendir més tesoros como el informe de Caravajal sobre Mi- choacin (1523-1524) y la visita a la regién de Pinuco de 1532-1533, descubiertas s6lo_recien- temente, Ambas son transcripciones del siglo xv1 de documentos originales desaparecidos, presen- tadas como antecedentes de procesos judiciaes. Ya hemos dicho que la muy dafiada secci6n de ‘Contadurfa” bien puede contener datos demo- grificos y otros de interés del siglo xvu Aunque la mayor parte de Ia correspondencia oficial originada en Jas posesiones de ultsamar y dirigida a la corte espafiola y al Consejo de Indias se encuentra en el AGI, es preciso ir al AGN. (México) por Ia correspondencia gubernamental y judicial interna de ta Nueva Espaiia, es decir, el manejo de asuntos entre ¢| virrey y In Audien- cia por un lado y los magistrados locales por el otro, Bsa correspondencia se encuentra dispersa en. forma algo il6gica en varios ramos cuyos titulos s6lo vagamente dan idea de Ia riqueza de informacién detallada de todas las jurisdiccio- res del territorio que contienen. La secuencia cro- nolégica de esr correspondencia en el siglo xv1 aparece en la tabla F. EL AGN tiene todavia una cantidad descono- cida de manuscritos no catalogados que podrian incluie algunas de las relaciones geogrificas que faltan, Con frecuencia los originales de documen- tos de este tipo se enviaban a Espafia mientras queen América quedaban copias. En otros casos los informes originales eran archivados en Ia ciu- dad de México y se enviaba a Espafia un resu- ‘men extractado, El samo de “Historia” ha sido y sigue siendo utilizado como recepticulo para ‘ese material, a medida que va apaceciendo. Entre otras colecciones de la ciudad de Méxi co dignas de mayor estudio se encuentran el Ar- chivo Hist6rico de Hacienda (hospedado ahora en el AGN), ef Archivo Histérico del Depar- myTROpUCCION TABLA F, Gorrespondencia interaa del gobierno, siglo xvi 39 Talivy Gegal dee Noda ies Tadivo Cowl de a Nec _ ———~\_ Newberry of aay Blowal Te capes Giaear as isl Home tll Wace cms der. on eves Tite laos Newt ya wn 1538, 1972, By a ‘© ss : - % oh on on oe 1545 580, v PP oe wt boon 1549 1383 L re ue : oe i | os I. ust ! os ty 12 nat 1387 | ue ay an : . 1 + 1589, .. z iss | te hae TY ap 1386 te if ih ag re 1538 a 492 + {4 i i, 2 BHAI 1560 . 1994, ” . i 8 vhs st i 18 oe Sn 1563 67 1598, % } 1564 + 15399, $ bed 1565 s 1600 J e ! | 1508 + = on tamento Agrario (que contiene mucho material sobre disputas de tierras entre pueblos) y el At- chivo Arquiepiscopal (en la Catedral; contiene tuna valiosa serie de visitas pastorales hechas pot arzobispos a partir de 1683) Fuera de Ja ciudad de México queda mucho por hacer con los registros provinciales, que en Ja mayoria de los casos han sido mal cuidados y en ocasiones estin totalmente destruidos. Es éste un campo pionero que requiere valentia y perseverancia, Uno de los objetos de esta guia es sefialar dénde podrian encontrarse légicamén te tales registros, en las Villas cabeceras de in- tendencias y alcaldias mayores, en sedés dioce sanas y cibeceras parroquiales. En los ltimos afios se ha iniciado el trabajo de fotografiar ar- chivos municipales y tegistros parroquiales (cf. Medina Ascensio, 1966, p. 243-48; Morin, 1972; Cottler ef al., 1978; Robinson, 1980) Otra Grex de la que apenas hemos arafiado la superficie es Ja de los manuscritos pictéricos y cédices indigenas, que con frecuencia son fuen- 36 GEOGRAFIA HISTORICA DE LA NUEVA ESPASA tes tinicas de toponimia y otros datos. Una lista completa de estos documentos, con guias geoges- ficas, aparece en el Handbook of Middle Amer- ican Indians, vol. 14, Nota sobre la grafia de topénimos mexicanos Es cortiente encontrar un topénimo escrito de dos 0 tres maneras diferentes en un mismo do- cumento colonial. Los sonidos del néhuatl y otras enguas indigenas fueron representados en varias formas pot esctibas que intentsban reduciclos a Ja grafia espafiola, Ia cual también era bastante individualista hasta que 1a Real Academia intentd imponer uniformidad en el siglo xvi, Para com- plicar mis el asuato, 10s varios dialectos del nihuatl, el zapoteco, etcétera, producian sutiles diferencias intralingiisticas en pronunciacién, de manera que el mismo topénimo podia variar de una region a otra. Ademis, el tiempo causé transformaciones y un nombre puede pronun- ciarse (y escribirse) en forma bastante distinta de un siglo @ otro. El sufijo -tépeque se convir- 16 en -tepec; en general, los lugares cuyos nom- bres tetminaban en -gue en el siglo xvi termina- fon en -¢ més adelante. Aungue en nahuatl of acento cae generalmente en Ja pentltima silaba, los sufijos -an y -tlan eran casi universalmente acentuados en el siglo xvm. Las letras # y 0 son con frecuencia intercambiables, igual que la g y la by i, sy x7 9G 5 yz. La By lav se pronun- cian igual en espaol. Un examen del censo de 1950 revela que todavia no hay reglas fijas para Ja graffa de los topénimos mexicancs. Esta confusién se refleja necesariamente en ‘nuestra obra, Al examinar Ja situacién en la épo- ca de la conquista se hace un valiente intento de reproducir Ja pronunciacién primitiva de topéni- mos indigenas con grafia espaiiola moderna (por alguna razén, Tas diferencias de opinién sobre cémo deben escribirse y traducitse topénimes me- xicanos evan a las modetnas autoridades rivales 4 un indecoroso frenesi polémico; ef. Bradomin, 1955; Pefiafiel, 1885; Robelo, 1961; Robelo, Ola. guibel y Pefiafiel, 1966). Posteriormente, al men- cionar ‘el mismo y otros lugares en el petiodo colonial, se hha utilizado la grafia més frecuen- temente usada en esa época (algo modernizada), a Ia vez que se enumeran las variantes mis nota. bles. Finalmente, hemos intentado proporcionar para cada cabecera una identificacién moderna con un lugar mencionado en el censo de 1950. Asi, Jo que era “Cuauhchinanco” en el momento del contacto se conviette en “Guachinango (Quau- chinanco, eteétera)”” durante Ia colonia, y "1950: Huauchinango, ciudad”. Las variantes’ se encon- trarén en el indice alfabético, Citas y abreviaturas Ya hemos mencionado la omisién en esta obra de citas individuales de algunos documentos clave después de su primera aparicién y de Jos enu- merados bajo cf titulo “Fuentes” al final de cada descripcién regional. Gitas bibliogrificas extensas y otros comentarios apatecen en las notas; ademds se citan en el tex- to, entre paréntesis, obras publicadas, mientras ‘que en las notas se citan individualmente fuentes manuscritas.

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