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LAS HERIDAS DE LA CIENCIA. A PROPOSITO DEL «CASO HILDEGART»* RAFAEL HUERTAS GARCIA-ALEJO Instituto de Historia, CSIC. Madrid Hildegart, de diez y ocho afios de edad. El suceso ocupé la primera plana de los periddicos y se convirtié, junto con los tragicos acontecimientos de Casas Viejas, en uno de los casos criminales mds célebres de la época. No era para menos, madre € hija habfan constituido un tindem muy popular en la vida social y cultural de la Espafia de los afios veinte y treinta. La figura de una nifia prodigio, especializada en sexologia, competente interlocutora de cientificos y politicos, y capaz de elaborar un discurso ~ha- blado y escrito— sobre la necesaria reforma de las costumbres, de la moral y de la soci dad, brillé con luz propia en atencos y foros progresistas (desde liberales a libertarios). Una nifia prodigio siempre acompafada por una madre, guardiana y protectora, que en cierto modo exhibfa a su hija como una creacién propia. Ella la habia moldeado tal y como era y, ante el peligro de perderla, le quité la vida que le habfa dado. Por un lado, la fuerte personalidad de la madre, su comportamiento delirante, el acto parricida final; por otro, la prodigiosa inteligencia de la hija, presentada como un «pro- ductor de la madre, portadora en un cuerpo de nifia de una mentalidad progresista, avanzada y «adulta», su tragica muerte... Todo ello otorga a la historia de Aurora- Hildegart unos componentes inquietantes y morbosos que no solo suscitaron, en su E 1.9 de junio de 1933, una mujer llamada Aurora Rodriguez dio muerte a su hija + Teabjo realizado en el marc dl Proyecto de Investgacién HUM2006-12278-C03-01 (Ministero de Educacgn yy Ciencia, Espa). 244 LAMUJER DE LETRAS 0 LA LETRAHERIDA momento, el interés de la opinién publica sino que, con posterioridad, ha sido objeto de acercamientos muy diversos, Asi, aunque no existe demasiada literatura al respecto, las peculiaridades del caso Hildegart han sido abordadas por historiadores (Alvarez y Hiuertas, 1987; Cal, 1991; Sinclair, 2003a), psiquiatras (Rendueles, 1989) y periodistas (Guzmén, 1972), 0 han inspirado a cineastas, como Fernando Fernn Gémer', y dra maturgos, como Fernando Arrabal (1987). En general, se trata de aportaciones que, o bien han narrado la historia de ambas snujetes, haciendo hincapié en sus episodios més rlevantes y/o escabrosos,o bien se han fijado, de manera especfica, en la patologia psiquidtrica aparentemente presentada por ‘Aurora analizando su historia clinica 0 los peritajes forenses emitidos durante su juicio. ‘Sin embargo, otro posible acercamiento, complementario de los anteriores, atin no ex- plotado y que nos proponemos abordar en las paginas que siguen, es el que contempla 3 Aurora-Hildegare como un producto cultural con unos origenes y unas consecueticias ‘concretas, Madre e hija fueron lectoras y escritoras; y esa relacién con slas letras» no fue ajena, como trataré de demostrar asu terrible fin: una murié asesinada, la otra pasé los liltimos afios de su vida en un manicomio. Dos mujeres «letraheridas» marcadas por un singular destino (por un pretendido y contrariado determinismo genético y ambiental) que les llevé a la muerte y a la locura. SOCIALISMO UTOPICO ¥ EUGENESIA: LECTURAS DE JUVENTUD En el informe que los peritos de la defensa, José Miguel Sacristin y Miguel Prados Such, elaboraron durante el juicio de Aurora Rodriguez, se especifica que hacia 1913, Ta encausada: Dua si ensayar una especie de colonia anarquista,segin su concepcién particular, en tuna finca de campo que estaba dispuesta a adquirir para este objeto o engendar una ‘riatura en las ms 6ptimas condiciones eugénicas con arteglo a su criterio meramente personal respecto a la eugenesia, consecuencia de sus lecturas y meditaciones sobre el tema (Sacristén y Prados, 1933). "Sorel pelicula Mi ia Hideart, rgd por Fernando Fern Ges en 1977 ybasadaen Hb de Huard Gem (1972), vase Kaown (1999) “i camper conslado conesponde a un texto mecanogafiado con focha 20 de seprembre de 1953, pereneient. al Archie de Gonzalo Rodfguer Lalor (Ineo de Historia del CSIC). Sin caaloga, LAS HERIDAS DELA CIENCIA. A PROPOSITO DEL CASO HILDEGART» 245 Como se ve, los psiquiatias que evaluaron el estado mental de Aurora tras haber m: tado a su hija, destacaron los efectos morbosos de sus lecturas de juventud. El infor pericial offece claves sobre cules pudieron ser esas lecturas: lecturas politicas sobre scolonias anarquistas» y lecturas cientficas, fundamentalmente, sobre eugenesia, Re- pasemos brevemente la infancia y primera juventud de Aurora Rodriguez para intentar reconstruir ese proceso de formacién autodidacta en el que la biblioteca del padre des- cempefiarfa un papel absolutamente crucial’ Aurora Rodriguez Carballeira nacié el 23 de abril de 1882" en el seno de una fami- lia de clase media acomodada en la localidad gallega de Ferrol. Su padre era abogado y contaba con cierto prestigio local; su madre, muy aficionada a la miisica, haba ‘estudiado para ser maestra, aunque nunca habia ejercido como tal. Ante las desavenen- cias del matrimonio, Aurora tomé siempre partido por su padre, enfrentindose a su madre, hermanos y resto de la familia. El padre se convierte en el tinico personaje po- sitivo de su infancia y adolescencia, una rela y acceso al saber y a una determinada forma de conocimiento, en cierto modo vedada a la mayorfa de las nifias y mujeres de aquella época. Segtin el relato de la propia Aurora, esta asistia habitualmente a las reuniones y charlas frecuentadas por su padre, familiarizéndose con las discusiones politicas y con los problemas sociales tratados en un ambiente republicano ~y probablemente mas6n-, préximo a las posiciones de Pi i Margall (1824-1901). [No ¢s casualidad que Anconio Maceo (1845-1896) y José Rizal (1861-1896) se con- vircieran, segiin las declaraciones de la propia Aurora, en dos de sus {dolos de juventud. Una juventud vivida en un ambiente republicano federalista, partidario de la indepen- dencia de Cuba y Filipinas. - Pero Aurora tuvo acceso no solo a las terculias a las que su padre la llevaba, sino a st biblioteca personal. Una biblioteca repleta de libros muy embleméticos, cuyos contenidos ¢guardan una relacién directa con los planteamientos que, posteriormente, tendré Aurora frente a la vida. La coleccin del semanario £7 Nuevo Régimen, fundado en 1890 por Pi i Margall, desde el que se abogé incansablemente por la independencia cubana, asi como las obras del que fucra presidente de la Primera Republica espafiola ocupaban un lugar pri- vilegiado entre los libros paternos. Pero son los textos de los socialistas utdpicos (Owen, n edipica en la que encontraré amparo * Los dats biogsicos de Aurora y de Hildegare han sido tomados de Gueméa (1972) y Alvarez y Hueras (1987) “Exist ierto desacuedo sobre cl ato de nacimiento de Arora algunos autores lo stian en 1879, ots en 1890 y otros inamente, en 1882. Esa lima fecha ex sobre la que parece exis un mayor acuerdo, 246 LAMUJER DE LETRAS O LA LETRAMERIDA Fourier, Saint-Simon o Proudhon), lefdos de manera precoz por Aurora, los que parecen ofrecerle ls claves para claborar una idea de reforma social basada en la educacién. La idea de formar una «colonia anarquista», segiin la expresi6n utilizada por los pe- ritos de la defensa, proventa, en realidad, de la fascinacién de Aurora por el sistema societario propuesto por Charles Fourier (1772-1837). Las ideas de Fourier Ilegaron a Espafia con fuerza en la década de los cuarenta del siglo xix (Elorza, 1975). Ediciones en castellano de algunas de sus obras, como Explanacién del sistema societario (Barcelona, 1841) o Escuela societaria (Sevilla, 1842), alcanzaron una gran difusién, as{ como algu- nos textos divulgativos que pretendieron exponer sucintamente los principios funda- mentales de su teorfa; por ejemplo, Teorta societaria de Carlos Fourier 0 Arte de establecer en todo pais asociaciones doméstico-agricolas de cuatrocientas a quinientas familias, pe- quefio folleto de Abe! Transon traducido por P. L. Huarte y publicado en Madrid en 1842. Junto a estas lecturas, el conocimiento de propuestas concretas, como la creacién de un falansterio en El Tempul, préximo a Jerez de la Frontera (Cabral, 1990), propor- cionaron a Aurora conocimientos ¢ ideas como para imaginar la posibilidad de crear ella misma un falansterio de inspiracién fourierista. Los médicos que la examinaron tras haber dado muerte a su hija, al reconstruir su biografia denominaron «concepcién par- ticular de una colonia anarquista» a lo que, sin duda, fue un pensamiento -0 un deseo— cauyo origen hay que buscarlo en sus lecturas de los utdpicos. Esta influencia de los socialistas ut6picos es destacada en el informe pe tuna ocasién, explicando que la asimilacién de dichas lecturas produjo en Aurora una espe- cial sensibilidad hacia ls injusticias sociales y el modo de intervenir sobre ella, pero insis- tiendo también en que siempre se eraté de un aprovechamiento individual, particular, desor- denado y escasamente fructifero de toda la informacién obtenida. Asi, segin los psiquiatras: en més de Los problemas sociales son el punto fundamental de su interés y estudio, y en su ce- rebro juvenil se forma una concepcién ut6pica, de tipo anarquista de la sociedad; pero de una estructura meramente personal, independientemente de los teorizantes de es- ‘as tendencias, aun cuando nunea pudo llegar a una férmula final y concreta de un sistema politico-social. Criada en un ambiente liberal roméntico, su pensamiento gira siempre alrededor de las injusticias de la sociedad... (Sactistén y Prados, 1933). Una caracterstica de la personalidad de Aurora, resaltada por sus bidgrafos, es la mar- cada misoginia que manifest6 en repetidas ocasiones: «Rehuye el trato con personas de su mismo sexo a quienes considera inferiores a ella y por las que siente repugnancia fisicar

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