You are on page 1of 24
| i | P2V 17 Paco Livan & Marta Torrao y Rat6n Soltero RATUITA - PROHIBIDA SU VENTA/ EN CASO DE VENTA, DENUNCIAR AL TEL. 080¢ 7 fhe ee icacion ’ Presidencia de la Nacién ele lerr E Bore TStesareoes Coe CMU Eten tEy Paco Livan, a partir de un cuento tradicional africano Ilustraciones de Marta ‘Torrao g NOPD “Titulo original en gallego: Rato Solteixo © del wexto | Paco Livin 2006 © de las ilustraciones | Marta Torro 2006 © dela tradueci6n | Paco Livin 2006 © de In edicién espaiiala | OQO Editora 2006 Alemafia 72 | 36162 PONTEVEDRA Tino. 986 109 270 | Fax 986 109 356 0Q020Q0.s | wwv.000.¢5 Disefo | Ogomania Primera edici6n espaiiola | septiembre 2006 © 2013 para esta primera edicién especial en Argentina, Ediciones de In Magnolia S.A, Trvzaings 882, PB,, Cérdoba. Primera edicién en Argentina: marzo de 2013 ISBN: 978-987-1823-08-6 Se terminaron de imprimir 9.600 ejemplares en ‘Trianes Fotocromos S.4., Charlone 971, Avellaneda, Buenos Aires, en marzo de 2013, Hecho el depésito que marea Ia Ley 11.723 Libro de edicién argentina ‘Todos los derechos reservados No se permite la reproduccién parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la ‘en cualquier forma 0 por cualquier medio, sea electrénico 0 mecinieo, mediante forocopias, digitaliza sin el permiso previo y escrito del titular del copyright, Su infraccién esti contemplada por la leyes 11.723 y 25-446. ransinision o Ja transformacién de este fibro ny otros métodos, Livin, Paco Rat6n Soltero / Paco Livin ;ilustrado por Marta Torrao. - 1a ed, ~ Crabs : Ediciones de la Magnolis, 2013, 44 pci; 21x15 em. ISBN 978-087-1823.08-6, 1, Cuentos Clisicos Infaniiles. 1. Torro, Marea, ilus. I, Tétalo CDD 863.9282 QO editora Fecha de catalogacién: 04/01/2013 iciones de la Magnolia Ratén Soltero era lefiador. Un dia estaba cortando un drbol y vio llegar a una muchacha con una cesta de comida. - Te invito a comer -le dijo la muchacha-. Cuando acabes, contaré hasta tres; y, si me pillas, me casaré contigo. Ratén arrugé el hocico y pens6: jAbora entiendo por qué atin estoy soltero...! Emocionado, pensando en la carrera, Ratén Soltero se puso a comer; y, en cuanto termind, la muchacha dijo: - Una, dos y tres. Cuando Ratén eché a correr, ella ya estaba lejos. Raton doblé la velocidad, pero la muchacha corria como una gacela. El candidato se esforz6 cuanto pudo y, cuando ya estaba a punto de atraparla, le faltaba un pelo, ella... jsé tir al rio! A los ratones no les gusta nada el agua, pero este penso: Mojarse por una buena causa, vale la pena. jY también se tiré al rio! En cuanto llegé al fondo, © Rat6n se encontro en un pais extrafio: calles empedradas, jardines hermosos, casas luminosas... jriqueza y elegancia por todas partes! Mientras admiraba aquellas maravillas, sintié que alguien se acercaba: - Un-dos, un-dos, un-dos... Una cuadrilla de peces uniformados r es hacia la ronda. ~~ — Alver al recién Ilegado, le preguntaron: - - ¢Tu documentaci6n? Raton no tenia. En algunos paises, los que no tienen papeles, se van a la... Ratén Soltero fue presentado a la Reina de las Aguas para explicarse. Después de escucharlo, la reina dijo: — Asi que has venido persiguiendo a una muchacha...? jPues, vaya! Cuando alguien Ilega aqui sin haber sido invitado, se le asigna un atatd. EI tuyo ya esta dispuesto, pero tendrds una oportunidad: durante tres dias, seras nuestro invitado. Al tercer dia, te presentaré a mis hijas. Si reconoces a la que has perseguido, hasta aqui, podras Ilevartela a tu tierra; si no, estrenar4s tu atatid. — ;De acuerdo! -exclamoé Ratén, ilusionado por verla otra vez. Ratén Soltero se instal6 en una hermosa casita. Cada vez que le daban de comer, por la ventana entraba una abeja, que le decia: — {Qué manjares! ¢Me dejas probar? Ratén desmenuzaba trocitos de pan, galletas, bizcocho... y compartia la comida con la abeja, que zumbaba satisfecha a su alrededor. Al tercer dia, Raton fue llevado ante la Reina de las Aguas, que estaba acompafiada por una, dos, tres, diez..., jquién sabe cudntas muchachas hermosas! Pero al acercarse vio que todas se parecian como gotas de agua. Era el momento de elegir, y Raton se daba por muerto. De repente, una abeja entr6 por la ventana y dio vueltas entre las muchachas hasta posarse en la cabeza de una. La muchacha trat6 de espantarla, pero la abeja no se movid. Rat6n, esperanzado, pens6: Puede que sea una senal...! Ratén Soltero simulé mirarlas atentamente a todas, arrug6 el hocico, estiré un dedo y dijo: - Es ésta! Y toda la corte exclamé6 con alegria: - {Vivan los novios! La Reina de las Aguas le entrego un manto de escamas, un saco de grano y un hermoso caballo en el que volvié a casa, acompafiado de la muchacha. En el poblado vivia un conejo sabihondo que, por no tener oficio, tanto hacfa de albafiil como de juez. Cuando escuché la aventura de Ratdn Soltero, dijo: — Esa moza era mi prometida. Seguro que has robado el grano y ademas quieres robarme la novia. — ;De eso nada! -dijo Raton-. En el fondo del rio viven sus hermanas; quiza tu novia esta alla abajo. Al dia siguiente, el conejo se disfrazé de lefiador. Asi que empezé la faena, se acerc6é una muchacha, que le dijo: - Te invito a comer. Cuando acabes, contaré hasta tres; y, si me pillas, me casaré contigo. — No me gusta tomar nada antes de hacer ejercicio -dijo el conejo-. iYa estoy listo para la carrera! - {No! Tendras que respetar las reglas. F1 conejo se puso a comer, apurado, refunfuiiando y dejando caer al suelo un bocado tras otro para acabar pronto. Cuando vacié el cesto, le dijo a la muchacha: — jVenga, cuenta ya! — ;Pero atin no has acabado! — jAy, que pesada! -grité el conejo-. jCuenta de una vez! Entonces ella conto: - Una, dos y tres. Cuando el conejo eché a correr, ella ya estaba lejos, muy lejos. EI conejo triplicé el esfuerzo, pero la moza corria como una pantera. jQué maratén! E] conejo casi volaba; y, cuando ya iba a pillarla, no le faltaba nada, ella... jse tiré al rio! Un poco rabioso, el conejo se eché al agua. En cuanto Ilegé al fondo, se encontré en un mundo inimaginable: calles empedradas, jardines hermosos, casas luminosas... jriqueza y elegancia por todas partes! Mientras admiraba aquellas maravillas, oy6 un ruido: —Un-dos, un-dos, un-dos... Y se puso a dar brincos para llamar la atenci6n: — {Estoy aqui! cAlguien viene a recibirme? No era ningin recibimiento. Era la cuadrilla que hacia ronda, y se acercaba a preguntarle: - ¢Tu documentaci6n? El conejo dio todo tipo de explicaciones; pero, como no llevaba pasaporte, fue presentado a la Reina de las Aguas, para aclarar su caso. ~ Tu historia parece increible -dijo la reina-. Es justo que tengas una oportunidad. fue instalado en una casita donde, durante tres dias, no le falté de nada. Después de mostrarle su atatid, Cada vez que le Ilevaban la comida, | una abeja se acercaba a la ventana y le decia: — ;Qué manjares! ¢Me dejas probar? — {Ni lo sueiies! La comida es poca, y no estoy de humor para compartir -decia el conejo, sin dejar ni una migaja. En la fecha sefialada, fue llevado ante la Reina de las Aguas. Alli estaban sus hijas, todas parecidas. Cuando el conejo vio tantas muchachas hermosas, sonri6 de alegria, pestafied, dio unos pasos de baile, y pensé: /Si pudiese casarme con todas...! Pero en aquel pais no se permitia tener varias esposas; y, a fin de cuentas, no habia motivo para escoger aquella precisamente, asf que el conejo pensé: jEn cualquier caso, yo me caso! Puso cara de concentrarse, arrugé el hocico, estird un dedo, y dijo: — jEsta! Y toda la corte empezé a gritar: - ATAUD...! ;|ATAUD...! ;|ATAUD...! Enseguida aparecieron cuatro peces con un atatd, y al conejo empezd a temblarle de miedo el hocico: — Veo que ha Ilegado mi hora, pero dejad que os aclare algo: los conejos tenemos el poder de multiplicarnos en los atatides. Si me metéis en este, mafiana habra dos conejos; en dos dias, cuatro; en una semana seremos ciento veintiocho; en cuestién de meses, una plaga asolara vuestro reino. 4 q q Material de distribucién gratuita } La reina, preocupada, convocé a los sabios. Y el mis sabio entre los sabios le hizo al conejo una propuesta de sabio: — Tendras que explicarnos cémo mueren los de tu especie. - jEso nunca! Los conejos tenemos terminantemente prohibido decir que nos mata el rocio de la madrugada -respondi6 con astucia. Y, al momento, empezo a tirarse de las orejas y a gimotear, simulando haber hablado de mas. Desde lo alto del trono, la reina ordend: — Majiana por la mafiana tendra lugar la ejecuci6n. — Perdéneme la vida, majestad! -suplicé el conejo. Pero la Reina de las Aguas, impasible, se retir6 sin prestarle mas atencion. Al dia siguiente, antes del canto del gallo, Hevaron al conejo a la superficie y lo echaron en la hierba himeda de rocio. Una vez incorporado, levant6 la pata derecha en sefial de despedida y gritd: — ;Adiés, mundo cruel! Ya me voy...! jYa me voy...! [Ya me voy...! Y salié a toda velocidad. No encontr6 novia, pero lleg6 sano y salvo al poblado. Cuando se encontré a Rat6n... casado, disimulé como si no hubiese pasado nada; pero el conejo sabihondo se habia llevado un buen susto. Y, por mas que intento disimular, el hocico no dejé de temblarle durante el resto de su vida. EDIT@RA Mi Ediciones de la Magnoli ISBN 978-987-26805-0-3

You might also like