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DIAGNOSTICO DEL VIDEO EN COLOMBIA 1988-1992 Ponencia presentada 21 IV Encuentro Latinoamericano de Video, Cusco, Peri, 23 al 28 de noviembre de 1992. Por Ramiro Arbeléez Ramos Universidad del Valle DIAGNOSTICO DEL VIDEO EN COLOMBIA 1988-1992 Antes de hablar de video, es necesario dar un vistazo a la situacién del cine y 1a televisién, que conforman con el video, el espacio audiovisual de referencia. El cine en Colombia sigue desactivindose paulatinamente: Cine Colombia, la empresa exhibidora més grande del pais (60% de las sillas) ha venido cerrando salas en los Gltimos aiios y ha anunciado que llegaré a 23 salas cerradas al finalizar este aio 92. As{ mismo, la actividad de produccién se ha detenido totalmente; las dltimas peliculas han demorado mucho en ser terminadas y algunas de ellas llevan varios afios sin estrenarse, lo cual corrobora que el gran problema del cine colombiano siempre estuvo en la dificultad de entrar al mercado. FOCINE, la compafifa estatal de fomento a la industria cinematogréfica se encuentra précticamente paralizada y ha quedado, por via constitucional, sin alimentacién de rentas. La televisién, en cambio, presenta un crecimiento evidente. No sélo la televisién de cardcter abierto y masivo, que en el filtimo afio ha presentado Ja expansién de la Cadena 3 -canal estatal educativo y cultural- desde Ja regién central a otras latitudes del pais, y el montaje de un nuevo canal regional para 1a zona conocida como "el eje cafetero” ~Telecafé- que esté préximo a ser inaugurado, sino también la televisién por suscripcién, con més de 30,000 hogares afiliados, y la televisién comunitaria representada por més de tres mil antenas parabélicas (de un total de seis mil en todo el pais) a las que estén conectados aproximadamente 450.000 hogares, 0 sea unos dos millones de usuarios (1). (1) a Asociacién Nacional de Televisién por suscripcién —Anteves~ calculaba cinco mil antenas parabélicas y 30.000 suscriptores de tevecable para septicmbre/90. Ver "El Pats! AERA TST Gio ea Ses eats cmp tara, Leen erm i vardo Qt Jno, ‘A Estos intereses se suma el de las 300 sefiales de TV de baja potencia que, segin los datos del diario "El Tiempo" (2), se emiten en todo el pais sin autorizacién del Ministerio de Comunicaciones. La mayoria de estas emisoras corresponde a intereses comunitarios y municipales (en cabeza del alcalde). Algunos de estos canales producen programas de informacién local y la mayorfa re-transmite sefiales de satélites o de canales nacionales, Hace poco, en un debate en el Concejo de Bogota sobre la conveniencia de un canal regional, una concejal revelé que existen en Bogot4 por lo menos 300 organizaciones que ella llamé 'telebarrios', destinadas e emitir sefiales mediante pequefios equipos de betamax y antenas de baja potencia (3). Aunque la preocupacién politica de la concejal le halla llevado a exagerar, sélo la mitad ya es un némero bastante significativo de las necesidades de comunicacién y de la iniciativa de abrir canales de expresién por parte de la sociedad civil. El crecimiento de la televisién redunda inmediatamente en el crecimiento del sector video. Esto ya habia sido detectado en la investigacién que realizamos en 1988, cuando el funcionamiento de tres canales regionales habia motivado la aparicién de diversos grupos de video. Hoy, cuando est& a punto de emitir un cuarto canal regional, es evidente que el fenémeno se ha potenciado; pero no sélo la creacién de més nficleos de produccién, sino de una infraestructura de servicios en video, cuya actividad deriva también hacia otros sectores independientes de la televisién, ya sea de cardcter empresarial, publicitario, artistico o cultural. Para los videastas nacionales la tevé comunitaria, barrial o por suscripcién significan también espacios a ser conquistados. En nuestro trabajo en actividades de comunicacién, pero también en nuestra vida cotidiana de ciudadanos es imposible NO percatarse de que el video ha seguido penetrando sinnfimero de actividades piblicas y privadas en los filtimos afios (4). An asf, seguimos padeciendo una falta de informacién (2) "EL Tienpo"', 27 de septienbre de 1992, p.3A. (3) "EL Tempo", 18 de novienbre de 1992, (4) Este diagnéstico parte de 1969, fecha en que se rindié un informe inicial sobre Ja actividad del video en Colombia, realizado para la investigacién “Inpacto del video en el espacio auliovisual latinomericano", IPAL, Lima, 1990, y publicado por Ja Universidad del Valle, Cali, con el tftulo "El espacio audiovisual. en Colombia", 1992, sistematizada del fendmeno video, lo cual es una de las evidencias de la no-correspondencia entre: la velocidad de la penetracién de las tecnologias y la lentitud de las estructuras organizacionales que las adoptan a marcha forzada (5). S EL CONSUMO En primer lugar, la actividad de las video-tiéndas que alquilan peliculas de largometraje para consumo doméstico-recreativo, muy extendido en las clases medias de la poblacién, parece haber mermado su veloz ritmo de crecimiento, pues de 1.500 tiendas contabilizadas en 1988, después de cuatro aiios la cifra sélo ha aumentado en 200 4 300 unidades en todo el pais, si nos atenemos a los datos de Colvideo, 1a asociacién que agrupa productores y rentadores de videocassettes. A pesar de la actividad de la piraterfa (6), a primera vista parece como si la televisién por suscripcién y las antenas parabélicas hubiesen entrado a competir con el alquiler de peliculas para consumo donéstico. Por otro lado, el material ofrecido, tanto en las tiendas de video como en la TV de suscripcién y parabélicas, continéa siendo ftalmente extranjero, principalmente de Estados Unidos; aunque 1a televisién peruana y las telenovelas de México, Venezuela y Brasil contintan teniendo lugar preferencial. En segundo lugar ha habido un aumento considerable del video como complemento educativo/informativo en sectores infantiles, sindicatos, organizaciones de empleados, juntas conunales de barrios, organizaciones “de mujeres, etcétera, que tienen acceso a diversos tipos de materiales por medio de videotecas asentadas en varias ciudades del pais. En el 68 (5) Adoptando ma expresién de Jesis Martin Barbero en "Transnacionalizacién tecnolégica y resistencia cultural". Analisi 10/11, 1986, p.204, (© Carta a Colvideo del gerente de ua videotienda, "El Tiempo", mayo 25 de 1990. alcanzamos a detectar 4 videotecas de uso piiblico que ofrecfan aproximada~ mente 300 titulos al servicio de sectores estudiantiles, comunitarios y populares. Hoy, con base en una encuesta elaborada por el CINEP (Centro de Investigacién y Educacién Popular) de, Bogoté y a la que respondieron 52 de sus 400 usuarios convocados entre personas e instituciones-, se ha llegado a contabilizar 29 videotecas de varios tamafios con un total de seis mf1 tftulos. De esta encuesta se deduce también que existen 25 salas de exhibicién con una capacidad promedio de 50 personas por sala. La videoteca més grande parece ser la del mismo CINEP, con 600 titulos y m&s de 500 afiliados. De esos 600 titulos el 70% es material producido en Colombia, LA PRODUCCION La produccién tiene diversos origenes y destinos: Est4 la produccién destinada a televisién de canal abierto realizada por instituciones de caracter educativo y/o cultural que poseen un espacio en televisién nacional o regional (Colcultura, Inravisién, Audiovisuales, Colciencias, universidades) y que generalmente realizan documentales. Estos programas, después de emitidos, continéan difundiéndose por medio de videotecas, festivales, reposiciones televisivas, o ventas (pocas) a emisoras o instituciones extranjeras. En segundo lugar est4 la produccién destinada a sectores especificos de la educacién, realizada por las mismas instituciones del sector, ya sea de cardcter estatal o privado, y la mayorfa de cuyos productos tienen difusién restringida (Cafam). El Ministerio de Educacién convocé en octubre de 1992 una reunién con 80 representantes de instituciones educativas que producen o consumen video, para conformar una Asociacién Nacional de Video Educativo que aunard esfuerzos e intercambiaré programas y servicios. En tercer lugar est4 la produccién de carécter art{stico y/o cultural, que tiene como principal ventana de difusién a los festivales y las muestras nacionales; produccién realizada por productores independientes, artistas plasticos, cineastas desactivados que buscan mayor espacio de expresidn. En Golombia existen 3 eventos de convocatoria nacional ya reconocidos Ja Bienal de Video del Museo de Arte Moderno de Medellin (en su cuarta edicién), el Festival de Cine y Video de Bogoté (en su novena edicién), y la muestra de video alternativo "Muestre a ver. Video de Alcantarilla" (dos ediciones), cuyas convocatorias llegaron a inscribir en este aio un total de 250 videos. Existen también algunas muestras locales en las principales ciudades del pafs, pero son de recurrencia eventual. Tal como Jo declaré André Tten, de Suiza, en la pasada Bienal de Medellin, "Un festival de video es slo la parte visible del iceberg". El video de carécter popular m4s diffcil de contabilizar, ha seguido en aumento a juzgar por la actividad de instituciones como: el CINEP, que ha relizado 40 videos en 4 afios; CINE MUJER, que cuenta con aproximadamente 80 videos en su videoteca de servicio piblico especializada en temas sobre la mujer, y donde la mitad de los videos han sido producidos por ellas mismas; el CEDAL (Centro de Comunicacién Educativa Audiovisual) que tiene una trayectoria de once afios en trabajo educativo y que pasé de 1a capacita~ cién en cine a la capacitacién en video para sectores populates; el CEPALC (Centro Popular para América Latina en Comunicacién) que trabaja con video desde 1986, ofreciendo asesoria y capacitacién en comunicacién a comunidades populares; FUNDEIN (Fundacién para el Desarrollo y 1a Bducacién Integral de Fusagasugé), que posee una videoteca y un Centro de documentacién al servicio de comunidades populares; el Instituto de Cultura y Bellas Artes de Ocafia, que esté Llevando a cabo un Taller de Video Infantil, donde se capacita a nifios y jévenes para que ellos mismos se expresen con el video; etcétera. La mayoria de estas instituciones son ONG's que sirven de interme- diarios en procesos de comunicacién de comunidades populares, ya sea capaci- téndolas para que las mismas comunidades realicen sus videos, haciéndolos junto con ellos u ofreciéndoles video-cassettes de diferentes temiticas para sus necesidades de comunicacién y desarrollo. la falta de una organizacién que aglutine a los diferentes grupos que producen y consumen video, dificulta la realizacién de un censo permanente de estas dos actividades, sin embargo existe un embrién de organizacién, a nivel de Bogotd, que ha venido creciendo con entusiasmo; se trata del "Videocombo", que apoyado por el CINEP ha desarrollado diferentes actividades, entre ellas 'visionajes' periédicos, talleres de capacitacién y la publicacién de un boletin que estén haciendo circular a nivel nacional. El crecimiento del video y, en general, del espacio audiovisual, se viene dando, sin embargo, dentro de un mar@ legal inestable e indefinido. A pesar de que la nueva Constitucién (1991) abrié algunas puertas para la participa~ cién de la sociedad civil en el control y la programacién de los medios de comunicacién, hasta ahora no ha habido un desarrollo legal de la Constitucién que establezca claramente los mecanismos de esta participacién. En relacién con la televisién, la Constitucién previé la creacién de un ente auténomo de derecho piblico con el titulo de Consejo Superior de la Televisién, que seré el encargado de dirigir la politica de televisién; s6lo que hasta ahora, ni el ente ha sido constitu{do ni la politica ha sido -trazada. Lo Gnico definido hasta ahora es la intencién del gobierno de privatizar la televisién, lo cual es ya una decisién politica de embergadura. Ello implica terminar con el sistema mixto que hasta ahora nos ha regido, donde el Estado es quien se encarga de la emisién y la administracién de los canales. Los grupos de video debemos estar atentos a las nuevas disposiciones que regirén el sistema televisivo en Colombia, pues la evidente ampliacién del espacio audiovisual no interesa tanto como la democratizacién del mismo. A pesar de que es importante el fortalecimiento de un mercado -la comercializacién de las producciones de video-, no podemos creer que el mercado lo sea todo. Debemos luchar por la conquista de espacios para el interés piiblico que, como sabemos, con frecuencia no coinciden con las prioridades del mercado. Cali, noviembre de 1992

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