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Camacho y un rico agricultor de aquel tiempo, don Pedro Bernard, me cedieron unas tierras en el rancho Salsipuedes; dejé la peluqueria y la pelota, durante algin tiempo; por alla de 1928 a 1930 la anduve haciendo de lider en la cam- pajia antichinista y no supe de bats ni de pelo- tas... Pero ya andaba por acé don Manuel Flores, comerciante aliado de los chinos metié a ayudar al beisbol; afios después leg una pareja de hermanos que ayudaron tambien, Carlos y Rafael Cortés, sonorenses, hijos de un cbogado famoso: don Angel Cortés y yo volvi al juego de mis amores. Traje de Los Mochis a un muchachito que creo todavia vive, Apolonio, «El Finicas», era catcher, le recibia bien a los pitcheres que sur- gieron después: Miguel Camacho, Cochito Caravantes, Arturo Peimbert, Roberto Pinto, el Giialo Castro y otros més. Al Finicas no podia- mos quitarle la mafia de tomar las cosas ajenos, le puse a cuidarme una cria de puercos, des- pués se descompuso, aprendié a tocar la pianola en un centro nocturno con don Pedro Cortés y Manuel Urias; luego supo catchear y pegar jonrrones a lo Baby Ruth». ~sMlguna anéctoda beisbolera de aqué- llos tiempos? Svelta una carcajada antes de comen- tar. «Emilio Menchaca fue a rasurarse a la bor- beria, recién llegado de México. Me contd que era buen pitcher y pidid un chance en el equipo y se la di, pues aseguré que en la metropoli habia rmaridado al hospital a un bateador con uno de sus lanzamientos rdpidos. Lo meti a lan- zar, contra Guamichil, y soltamos la carcajada cuando nos dimos cuenta que Emiliaco apenas llegaba la bola a jom dando antes uno o dos saltos sobre la tierra; hasta los del equipo con- trario se rieron, burlandose de la forma de lan- zar de nuestro pitcher «Estrella». -4Y del inicio del boxeo en Guasave, que me dice? Ah si, mientras yo entrenaba a un cu- bano, Kid Molinet, Manuel Veliz de Navojoa, José Sillas de Culiacén, Juan «Pelén» Ontiveros de Mazailan y también a Juan «Yaqui» Marquez, el sefior Napoleon R. Castro, duefio del cine Murcia en la vieja calle Libertad, nos prest6 el local para una funciért de box. Ahi puse a pe- lear a un guasavense de oficio nevero, Pastor Sepilveda Gaxiola, hermano de Los Gieritos huaracheros de la calle Colén. Asi empezé el boxeo aqui. Asi termina la entrevista con el hombre gue trajo el beisbol y el boxeo a Guasave, sem- brando |a semilla que al cabo de los afios ha germinado en fa Formacién de. muchisimos peloteros y la participacién de un equipo local en el mejor beisbol de México: don Arturo Mena Lopez. Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 42. Diciembre de 1980. 123 Universidad de Occidente Campus Guasave José Heriberto Sanchez Gaxiola La Universidad de Occidente surgié me- diante un proceso paulatino de formacién y con- solidacién. El paso se dio con el nacimiento del Centro de Estudios Superiores de Occidente, A.C. en el afio de 1974, conjuntamente con otros es- fuerzos; 4 afios después, en 1978, se creé la Escuela de Ciencias Basicas e Ingenieria en la ciudad de Culiacén; en 1979 la Escuela de Ad- ministracién Agropecuaria en la ciudad de Culiacan; en 1979 la Escuela de Administracion Agropecuaria en la ciudad de Los Mochis; 4 afios mas tarde en febrero de 1982, el Consejo Aca- démico, érgano de autoridad suprema de la Universidad de Occidente, acuerda fusionar la Escuela Libre de Jurisprudencia de Guasave, A.C. de la ciudad de Guasave, que habia iniciado actividades en 1978, siendo su Director funda- dor el licenciado Modesto Izaguirre Mendoza, junto con otros fundadores y colaboradores como. el licenciado Abel Mendoza Sandoval, licencia- do José Antonio Rubio Garcia, Luis Regino Cervantes Valenzuela, licenciado Luis Cardenas Fonseca, licenciado Manuel de Jess Valdez Ra- UNIVERSIDAD DE OCCI CENTRO CULTURAL RAUL. CERVANTES “a Ee Re Elcentro cultural Dr. Ratil Cervantes Ahumada de la U de O. 124 DEYTE A mos. Con la fusion habia que dar pasos importantes para integrar estructuralmente esta institucién a la Universidad de Occidente, como fue la creacién del Departamento Académico de Derecho quedando a cargo el licenciado Mo- desto Aguirre Mendoza, maestro fundador, iniciandose con esta accién el proyecto de lo que ahora es el Campus Guasave, con la crea- cién en 1983 de las dreas de Ciencias Sociales, Ciencias Econémicas, Administrativas, con la apertura de las licenciaturas de Ciencias de la Comunicacién, Administracién y Finanzas y Ad- ministracién Agropecuaria; con el ofrecimiento de esta oferta educativa y atendiendo la deman- da de ingreso para estas nuevas licenciaturas; se da inicio a un nuevo ciclo escolar con 68 alumnos de la Escuela Libre fusionada y 69 alum- nos en las otras carreras. 1984, se integran nuevas carreras en el Grea de economia administrativa con las licen ciaturas en Administracién Poblica, Administra- cién Educativa y Sistemas Computacionales y nace el Grea de ciencias basicas, con la creacién de la carrera de Ingenieria Civil. * 1984, por conducto de su primer rector el doctor Julio Ibarra Urea, se gestioné ante el H. Ayun- tamiento de Guasave, la donacién del inmueble que venia ocupando la presidencia municipal en el cen- tro de la ciudad, siendo el Presi- dente Municipal don Roque Chavez Castro, aprobandose su donacién por el cabildo en ese mismo aiio. 1985, se gestiona por el licenciado José Heriberto Sanchez Gaxiola, Coordinador General del Campus Guasave y por la Asociacién de Egresados de la Licenciatura en Derecho que presidia el.licenciado Pedro Hernandez Benitez ante la presidencia municipal a cargo del licen- ciado José Luis Leyson Castro, la donacién de la Biblioteca doctor Raél Cervantes Ahumada, aprobéndose por el cabildo municipal, convir- tiendo este inmueble en Centro Cultural doctor Ravl Cervantes Ahumada. 1987, se hace un amplio reconocimien- to al doctor Gonzalo M. Armienta Calderén, miembro fundador de esta casa de estudios, al inaugurar el «Aula Magna» que leva su nom- bre, ubicada en edificio de Zaragoza y Corre- gidora 1989, nacen nuevas alternativas, se in- corpora la licenciatura en Desarrollo Comunita- rio; 1994 la licenciatura en Mercadotecnia; y en el aio 2000 la carrera de Profesional Asociado en Biologia. 1997, el Ejecutivo Estatal ingeniero Renato Vega Alvarado, da un fuerte apoyo a la Universidad de Occidente al impulsar la cons- truccion de nuevas instalaciones para el Campus Guasave, construyéndose dos médulos educati- vos, la biblioteca y canchas deportivas. Otro de los logros obtenidos en 1998, fue la gestién que realizo el doctor Ernesto Cebreros Murillo en su periodo rectoral ante el H. Ayuntamiento de Guasave, administracién que estaba a cargo del Presidente Municipal Jaime Saél Leyva Diaz, con la solicitud en comodato de las instalaciones de! Parque Deportivo Arturo Peimbert Camacho, avalando esta solicitud por el cabildo municipal. Han sido Coordinadores Generales de Unidad: Lic. José Heriberto Sanchez Gaxiola Lic. Modesto Izaguirre Mendoza (encargado) lic. Teodoro Ramirez Jacobo Lic. Isidoro Beltran Verdugo (encargado) lic. Carlos Manuel Lopez Reyes La Universidad de Occidente, ha venido consolidando este proyecto mantiene una presencia junto con los otros Campus en la enti- dod, fortaleciendo su compromiso con la socie~ dad de formar profesionistas que se distinguen por su sélida preparacién, por su competitividad, por sus principios éticos y morales y por partici par activamente en el mercado laboral fomen- tando los principios de respeto a la dignidad humana, dentro de un marco de paz, justicia, libertad y solidaridad social. Por la Cultura a la Libertad» El Carnaval de Guasave la obra de dofia Chepa Alvarez de Gémez y sus vecinos de la Nelson Silve de Valdez Quien no se desve- 16 tomandose una chela mientras escuchaba la mé- sica de la tambora, riéndo- se sin parar, admirando la hermosura de las chavas, presenciando la chispa de alegria del popular y muy famoso ballet de dofia Che- pa, contemplando la que- ma del mal humor, la coro- nacién de sus reinas, se perdié de momentos gratos e inolvidables, todo se vi- vid en el carnavalito de la calle Nelson, un evento que ha pasado a la historia y es recordado por la efuda- dania guasavense como una noche de contagiante alegria, una noche de mucho colorido, de comparsas, un carnaval que surgié de la puntada de tres damas con entu- siasmo y ganas de mirar su barrio alegre, Tayde de Miguel, que ya descansa del reino celestial, Adelita de Lopez y Josefa Alvarez de Gémez, la muy popular y querida dofia Chepa. El carnaval de la Nelson, significaba dos meses de organizacién, para ello los vecinos co- operaban con cuota fijada, aproximadamente cien pesos y se daban la tarea de vender todos los aiios, mil boletos del sorteo, algunas veces dinero, ofros enseres domésticos, en fin lo que podian con el fin de recabar fondos y contratar la misica que habria de ambientar el carnavalito. Las tres tabajaban sin parar, luego se unieron para formar el comité del carnaval de la talla de Rosalva de Falomir, Marfa Luisa Ra- mos, Silvia Hernandez, Esther Hernandez, Hilda de Garay, Chela Apodaca, Lupita Quintero, Yoya 126 y 5 ae Las primeras reinas del Carnaval de la Nelson: Tayde de Miguel y Monchi de Gaxiola (centro). Sus princesas fueron Raquel de Sauceda y Paz Gomez. de Rubio, Monchy Hernéndez, Monchy de Gaxiola, q.e.p.d., entre otras que de corazén les gustaba el relajo y la pachanga. Recordar el carnaval, es formidable, para dofia Chepa, sus ojos se iluminan al mo- mento que se acomoda su cabello canoso «yo tomé la iniciativa.por mi pasién a la misica ya que mi padre fue mésico en la Orquesta de Mazatlan, también mi esposo Benito Gomez Miramontes; fui hija de misico, esposa de mési- co, nuera de mésico, cufiada de misicos pero a ninguno de mis plebes, les gusté la mésica», ase- vera dofia Chepa, fiene como canciones preferi- das Noche y Dia y La Pajarera, El conocido chico de danza profesor Angel Gastélum, se encargaba de preparar los bailables, mientras el trono se instalaba en el porche de su hogor, era un ir y venir de «vie- jos». Aqui se realizaban las juntas y todo era una locura, recuerda la mujer que nacié un 12 afio de 1996 Alma de Favela, quien fue exhaltada al trono con gia.a las reinas, poco a poco todos los honores, Su es- se fue haciendo grande y A poso el licenciado Car- a kote al stoma alk fos Armando Favela, «si autoridades, solamente co- 4 jalaba» como firma fuer- operaban pagando la luz te de conocida Agencia eléctrica e incluso una vez qui- Cervecera Tecate, mien- sieron pararse el cuello y nos tras estuvo aqui en trajeron a muchachas emba- Guasave, regalaba dos jadoras, fue un enojo total en horas de misica de tam- todo el barrio, pero en fin de noviembre de 1924 en Concordia, Sinaloa. Por mayoria se ele- estuvo mas lucido, argumen- Cada una de las ta la feliz progenitora de Da- soberanas con sus pro- niel, Chila, Chebeni, Change, . ios recursos se compra- Pedro y Paz; tiene veinte nie- i Eo su traje de reina al tos y nueve bisnietos. ° . i igual que la vestimenta En el afio de 1983, ee que habrion de portar en los carros alegéricos que Tayde de Miguel, fue la pri- con el tiempo surgieron mera reina, le siguieron Lula Lopez de Velazquez, Lupita y eran parte del atracti- de Gémez, Changel de Vo del esperado carna- Gutiérrez, Raquel de Sauce- Doia ChepaAlvarec de Gomez, pionera del Carnaval Val. da, Rosita de Castro, Conny de Guasave. No por ganas, Quintero, Lupita Gomez, Ma- sino por falta de salud, ria del Carmen de Gémez; en el afio de 1993 | dofia Chepa. el cancer le ha acabado las fuer- fue Graciela Apodaca, al siguiente afio Karina | zas. Se acabé el carnaval de la Nelson, tanto a Moreno Rodriguez yen el chime que fue pore ella come o los vecinos les pesa ene alma que . el tradicional carnaval se les haya ido de las manos, ahora es negocio de algu- nos y antes no, todo era con un solo fin, dar rien- der suelta a la alegria y darle a los guasavenses algunas horas de diver- sién, comenta quien fue clove i importante para que surgiera el carnaval en nuestra ciudad, un car- naval que esta por cele- brarse pero no per la Nelson, sino por el bulevard, un carnaval de mucha pisteada y poca atraccién. Foto ae eaeereancreaee Valentina de Carvajal, Hilda de Garey, Paz de Alvarez, Chepa Alvarez de Gomez y Monchy Gaxiola. 127 Pedro Obeso, lider, politico y revolucionario Cipriano Obezo Camargo Desde la Agua Escondida, de alla por Fue durante la actuacién de don Pedro el municipio de Sinaloa, bajé un dia hasta la | Obeso al frente de la comuna guasavense, cuan- llanura angosturense, asentindose en el pobla- | do don Blas Valenzuela, renombrado cacique do indigena de Alhuey, donde como pen agri- | dela region, intimamente ligado en compadraz- cola primero y como «mediero» después, se iden- | go y negocios de control de las cosechas tificd con el vecindario en forma definitiva, garbanceras de las riberas fundando numerosa familia en la del rio Petatlan con el que Celso, Josefina y Pedrito general Alvaro encabezaron el clan. Obregén, Junto con Leandro Castro e Isaac Santos, co- laboré entusiastamente en los trazos y desarrollo de los canales «Colorado» y «Santefio», que fueron la expresién inicial del sistema de irrigacion en quella reg: Después de haber cumplido un periodo come pre- sidente municipal en Angostura, se trasladé a Guasave para iniciar, junto con el mayor Rios, las gestiones para la constitucién de la colonia «Portes Gil», en los términos establecidos en- tonces por el Cédigo Agrario en vigor. El predio agricola conocido Pedro Obeso: uncia el poniente del municipio de “‘metié ala cdreel ‘adon Blas”. Guasave, con el nombre de Otatibe, fue el centro de actividades en el que llevé a cabo su accién de lider agrario, y fue all también en donde nacié su precandidatura a la presidencia municipal secundada por los campesinos pobres, y aceptada por su compafiero de armas y a la sazén gobernador del Estado, general Macario Gaxiola, 128 dio en menospreciar la personalidad oficial del humilde campesino nombrado primer edil pot el pueblo de la municipalidad, No obstante sus condiciones de Obeso, hizo acto de presencia en el lugar del convivio, re~ damandole a don Blas su proceder. Obvio es considerar que don Pedro se vio rodeado de repente por una masa de ami- gos de don Blas, que esgrimiendo pistolas de diversos calibres le apuntaban amenazantes. Pero don Pedro ya les habia ganado el jalén apun- tando al pecho de don Blas, en tanto Celso y José le apuntaban a la cabeza Ante el peligro inminente de que su vida fuera cegada por una bala resvelta del repre- sentante de la autoridad municipal, don Blas or- dené a sus amigos que depusieran su actitud, y obedeciendo una orden al respecto encamind sus pasos a la carcel de la localidad. ‘Ahi, tras las rejas pasé la noche de aque! dia aciago el amo de la regién, en tanto se bus- caba la intervencién del gobernador Macario Gaxiola para que el «Indio Pedro», como él lo llamaba, dispusiera su libertad una vez que su autoridad habia quedado restablecida. No se tuvo conocimiento que don Blas volviera a burlarse de don Pedro, ni a hacer escamio de su personalidad. ooo Con su conducta revolucionaria, son muchos los testimonios que existen. Uno de ellos, firmado por don Candido Avilés, dice a Ia letra: «en abril de 1911, nos levantamos en Angostu- ra, Estado de Sinaloa, a favor de los ideales de la ‘revolucién que prociamaba don Francisco |. Madero. Formamos en dicho lugar la guerrilla de Angostura, compuesta por mas de cien hom- bres. Por mayoria y democréticamente fui electo jefe de dicha guerrilla, pero al hoy capitén pri- mero Pedro Perea Obeso, lo nombré jefe de uno de los pelotones en que dividi la guerrilla. A principios de 1912, siendo ya prefec- to del distrito de Mocorito, Sinaloa, nos incor- poramos al 54 Cuerpo Rural que comandaba el general Ramén F. Iturbe, quien me extendié des- pacho de cabo segundo y Pedro Obeso fue sar- gento primero, resistiendo el ataque de los zapatistas a Mocorito, donde los derrotamos ampliamente. En agosto de 1914 concurrié el ataque y toma de la plaza de Mazatlan, Sinaloa, que estaba en poder de las fuerzas federales. Me consta tal hecho porque yo era capitan primero ayudante del primer batallén de Sinaloa, man- dado por el general Macario Goxiola, y Pedro Obeso era capitin primero de la compaiiia del mismo batallén. Los dos concurrimos a dicho hecho de armas. En otra constancia expedida por el ge- neral de diyisién, Carlos Real Félix, dice, abo- nando su conducta: «conozco personalmente al capitan primero de infanteria Pedro Perea Obe- so, por haber tomado parte varias veces en ac- ciones de armas donde siempre cumplié con sv deber de revolucionario, demostrando fidelidad al defender los principios por los cuales fuimos ala lucha armada». El general Felipe Riveros, da fe, en otro documento, de lo siguiente: «conozco personal- mente al ex-capitén primero Pedro Perea Obe so, por haber militado bajo las érdenes del ge- neral Macario Gaxiola, que en la época de la revolucién estuvo militando bajo mis érdenes...» 129 La inconformidad ciudadana en contra del porfirismo estaba latente en Sinaloa. En Guasave, en 1909, se reunié a este grupo de personas encabezadas por don Manuel P. Estrada. puedo asegurar que el ex-oficial de que se tra- fa siempre estuvo a la altura de su deber en las acciones desarrolladas en los Estados de Sono- ray Sinaloa. En oficio No. 6076 de la Legién de Ho- nor Mexicana al Secretario de la Defensa Na- cional, de fecha 22 de septiembre de 1954, el general Baltazar Leyva Mancilla, Oficial Mayor de la citada dependencia, expresa: «Tengo el honor de informar a usted que en atencién a la solicitud presentada por el C. Pedro Perea Obe- so, se procedié al estudio de sus antecedentes revolucionarios, obteniéndose los datos siguien- * fes: inicié sus servicios en favor de la revolucién de 1910 en las fuerzas maderistas, habiendo el interesado pertenecido a la guerrilla de Angos- tura en abril de 1911, levantindose en armas en Angostura, Sinaloa, a las érdenes de C. Can- dido Avilés, incorporéndose més tarde, en abril de 1912, al 54 Cuerpo rural que comandaba el general Ramén F Iturbe, con el grado de sar- gento primero...» «Durante los afios de 1910, 1911, 1913 y 1914, CONCURRIO A VARIAS: acciones de armas contra fuerzas porfiristas y 130 huertistas en el Estado de Sinaloa. Concluye el informe del general Leyva Mancillas, con que segdn antecedentes, «reune los requisitos comprendidos en los Articulos Ill y IV a), del instructivo que rige a esta comision, por lo que el suscrito emite la siguiente opinion: «Que se reconozca oficialmente como veterano de la Revolucién al C. Pedro Obeso Perea, y se le concedan las condecoraciones del «Mérito Revolucionario», correspondientes al «primero y segundo perfodo, s al efecto, ‘Asi después de haber cumplido con su deber de patriota y revolucionario, tanto en los campos de batalla como en la administra- cién poblica, Pedro Obeso, como siempre gust que se le llamara, bajé a su Ultima morada en el panteén municipal de Guasave, rodeado del afecto de su familia y compafieros de lucha por la tierra. Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 41, Noviembre de 1980. La maestra Clara Manvel Tirado Guzman En ella no cabe la hipocresfa ni los titu- beos. Es entrega y accién, amor y sinceridad, es Clara como su nombre, como la luz del dia, como el agua didfana, transparente, que nada oculta y sacia a los sedientos de saber sin espe- rar recompensa alguna. El amanecer del 12 de agosto de 1909 la vio llegar a la vida en la comunidad de Nio, y sus primeros llantos -asomos a la vida- consti- tuyeron el A,B,C, prematuro de su signo peda- gogico. A los 17 ajios abandoné su educacién primaria para atender el llamado de su voco- cién: el magisterio para iniciarse como maestra particular en la hacienda de Agua: Blanécetde don Blas Valenzuela, hoy ejido «Emilio Portes Gil». El sueldo no importaba (50 centavos men- suales por alumno}, lo significative para aquella jovencita era abrir la valvula de escape a su vocacién: instruir, ensefiar, educar, y lo hizo con la ayuda de su tio politico don Antonio Douriet, pero principalmente a su Clara inteligencia, a sus dones naturales de educadora y a la voca- cién que el destino le deparé. iMaestra de la propia escuela en donde era alumna...! Todo esfuerzo tiene recompensa, y asi el primero de diciembre de 1926, Maria Clara Santillanes es nombrada, en reconocimiento a su capacidad y entrega, maestra oficial de la escuela de Agua Blanca, con sueldo mensual de treinta pesos. Mas que el sueldo, este hecho sig- nificé el inicio de una vida dedicada al magiste- rio, a la nifiez, la carrera para la que nacio destinada. Maria Clara es maestra ante todo, ner- vio y motor de la educacién en su grupo, pero jena a los problemas e inquietudes de sus com- pafieros de oficio, ride los que en aquellos tiem- pos se gestaban en el pais. Ni se burocratiza ni Busca y promueve la relacién inter- vil. Apravecha los: cai deigaveto 26 dings & Guatave, ‘inksrcainbichimpaltiones’ con sus compafieros maestros, se entera de las «nue- yas» y regresa ai su aul a seguir impartiendo clases, En'ella vive ol principio de que viva en el cislomiento es vivir fuera de la realidad, En el ciclo 1929-1930 abandona la co- munidad que le vio nacer en la vida magisterial, pues on premio d sv estustzo be sid nombre diredtora de la escuela de Tamazula, susivyen- do a [a profesora Aurora Villanueva, Su labor de relacin intergremial no se suspende por esta causa, y las visitas a Guasave y otros lugares sigue siendo frecuente. De 1930 a 1935 labora en San Pedro, Guasave y en 1935-1936 llega de nuevo a No, su queride y afforado pueblo, pora realizarse nau vardodls vomnciSn Hemera y.luchor oie deci emprende gigantesca lobor social y cultural que le hace conquistar la admiracién y el respeto de los suyos: organiza el primer Sindicato de Trabajadores Asalariados del Cam- 131 po; a los trabajadores del empaque de la em- presa Matco Boy y Cia., y participa en la for- macién del primer Comité Agrario. En ese tiempo, la mesa de Orientacién Profesional que preside el profesor Erasmo Cant Blanco, con residencia en Culiacén, la designa como «La Mejor Maestra de Sinaloa», logrando asi cumplir con la maxima aspiracién de su pa~ Y aqui, reafirmando sus inquietudes re- volucionarias, destaca y se distingue en la lucha sindical. Interviene en la defensa apasionada de ‘sus compafieros que en la capital del Estado de- claran la primera huelga sindical del magisterio durante «t gobierno del coronel Alfredo Delga- do. En su casa, cuartel general de los maestros, se deciden el apoyo, tacticas y planes a seguir 1938: Personal docente de la escuela «18 de Marzo»: Rafaela Quevedo, Roberto Sarabia, Maria Orozco, Eugenia Esperano y _y en primer término Martha Soto y Ester del Rinc6n. dre, que al aconsejarla cuando le pidié autori- zacién para abrazar la carrera magisterial, le impuso como condicién: «te autorizo, pero ten- drés que llegar a ser la primera maestra». iY Clara lo cumplis! Nueva etapa en su carrera se registra en el ciclo 1937-1938, cuando la escuela «18 de Marzo» de la cabecera municipal, abre sus puertas para darle la bienvenida, Maria Clara Santillanes Soto, en premio a su entusiasmo, es- fuerzos y dedicacién, lograda por méritos pro- pios llegar a ocupar una plaza magisterial en la cabecera, maxima ilusién de una maestra rural 132 Rosario Cinco. En medio las hermanas Sepiilveda Conrado Carrillo, Maria Clara Santillanes, Ernestina Aldas y Josefa Lopez en el conflicto, y las represiones no se hacen esperar: los lideres de! movimiento en Guasave son reprimidos y enviados fuera del Estado 0 cambiados de adscripcién. Asi salen Claudio Meza Vidales y esposa, el profesor Blas Cerecer y otros. Maria Clara es cambiada a Bamoa, regresada nuevamente al medio rural, en donde permanece por espacio de tres meses. Después gracias a gestiones de Miguel Ontiveros, Margarita Gutiérrez y Miguel Leyson, logra nuevamente regresar a la escuela «18 de Marzo». A partir de entonces particip6 con ma- yor entusiasmo en las lides sindicales. Ocupé en 1943-1944 la secretaria general de la Delega- cién Sindical, significandose siempre por la de- fensa legitima de los intereses de sus comparie~ ros. Su trayectoria de maestra y luchadora social llamé la atencién de los ayuntamientos locales que Ia llamaron a colaborar como se- cretaria, tesorera y vocal. En enero de 1958, a los 33 afios de servicios ininterrumpidos, se acogié a los bene- ficios de la jubilacién. En 1979, las autoridades municipales en coordinacién con las zonas escolares 024 y 011, estatales asi como las delegaciones D-19 y D-1- 20 hermanadas, rindieron merecido y justo ho- menaje de reconocimiento a la labor pedagégi- ca, social y cultural realizada durante su ejerci- cio profesional, testimonio que fue respaldado por el pueblo de Guasave, y presente en la ce- remonia. Independientemente de ello, la profeso- ra Clarita Santillanes se distinguié en el campo civico cultural por su participacién en diversas ‘Justo homenaje, en 1978. Con dota Clara los profesores Jorge Flores y Manuel Echave. campajias contra el alcoholismo, el analfabetis- wna, Higionieodend etc., en algunas de las cuales foe inclusive principal promotora. Actualmente es representante -squé ne- cesidad tiene de ello?- de la Unién de Maestros Jubilados, con cuyo carécter ha asistido -de su propio peculio- a diversos congresos nacionales en los que ha presenlodo ponencias de benefi- cio para los retin Esta cetvacion, confirma la gran calidad humana, de servicio y solidaridad que ha ca- racterizado de por vida a Clarita Santillanes Soto, que es poseedora de espiritu firme y deci- dido ha sido capaz de vencer todas las vicisitu- des que la vida le ha presentado, lo cual le ubi- ca como digno ejemplo de maestra, luchadora y mujer; ejemplo que debe ser imitado por las nuevas generaciones magisteriales. Tomadb de la revista «PRESAGIO». No. 42. Diciembre de 1980. 133 jAlbinona, ya llegué! Vladimir Garcia Perea En 1988, el doctor Rail Cervantes Ahu- mada, estuvo en Guasave. El motivo de su estan- cia en esta ciudad, fue en atencién a una invita- cién que le la Universidad de Occidente para que participara en un ciclo de conferencias en los campus universitarios distribuidos en todo el estado. La institucion le asigné un chofer, mis- mo que lo trasladé de la ciudad de Culiacan a los lugares donde impartiria sus conferencias. Por el camino, de Culiacan a Guasave, el chofer se apresuré a entablar comunicacién en el maes- tro. No le resulté dificil. Asi que usted es el doctor Cervantes Ahumada, dijo Oscar. Si, le dijo él. Y soy de alla de Guasave, del pueblo El Amole. Lo se, le contesté Oscar. Enseguida agregé: también yo soy de alla, pero no del Amole sino de las Ca- fiadas Némero Uno. Cuando esto dijo, el Maes- tro permanecié unos segundos callado, pensati- vo, posiblemente tratando de recordar a alguien. Rompiendo el silencio dijo a su chofer: entonces usted ha de conocer a Albina Cervantes. Claro que la conozco, expres6 Oscar con emocién. Es mi abuela. Y también sé que fue ella quien lo crié, Si, comenté él, fue para mi como mi ma dre. Como esta ella? gVive ain?. Si todavia vive y esta muy bien, contest Oscar. El maestro suspiré profundamente y enseguida dijo a Oscar: al ferminar la conferencia quiero me lleve con ella. Con mucho gusto doctor, dijo Oscar, con profunda emocién, Después de lo dicho por ambos, se hizo ” un silencio compartide que duré aproximada- mente un minuto. inmediataients después el maestro expresé a su ahora acompafiante: en adelante... sCémo te llamas?, le pregunté a Oscar. Mi nombre es Oscar Garcia Perea, le respondié. Entonces confinué diciendo, desde hoy Oscar, siempre que venga a Sinaloa trataré que me acompaties por donde vaya. Después de haber terminado su confe- rencia el Maestro dijo a Oscar: Ahora si, estoy listo para ir con Albina. Tomaron la carretera con rumbo a Las Glorias. Por el camino, el doc- 134 tor Cervantes fue recordando parte de su vida de acuerdo al lugar. Por cada tramo recorrido tenia una anécdota que contar. Aqui, Oscar, re- cuerdo cuando... Y asi, todo el camino se fue contando sus vivencias infantiles y juveniles. Cuando llegaron el Ejido de las Cafia- das era después de medio dia. Al bajarse del carro, el doctor Cervantes expresé con jibilo «Albinona», ya llegué. Mi abuela, ain en bue- nas condiciones fisicas y mentales, pregunté en voz alta gquién es? squién llegé?. Le pregunté a mi tia Tona, sabe dijo ella, Gombntoss por el porche de la casa. Soy yo, contest, soy Rail Cervantes. gEres ti Ravl?. jSinverguenza! crei que jams te volveria a ver, le dijo, mientras él la abrazaba y besaba una y otra vez. Pues ya El doctor Rail Cervantes Ahumada y su vieja nana dota Cervantes. Retrato de R. Aguiano. Oscar Garcia Perea, el chofer de don Ratil Cervantes A. vez, aqui estoy, estamos juntos otra vez. Ella, mientras don Red Ig llenaba de besos, reia con un dejo de llanto. Qué te habias hecho mucha- cho? apor qué no habjas vuelto? squé tanto has hecho desde que te fuiste?. Le pregunté ella, mien- tras reia de gusto. Cuando las cosas estuvieron més en cal- ma, él la observé de piés a cabeza y dandose cuenta de algunas carencias le pregunté: gen qué te puedo ayudar Albina?. En nada Rail, en nada, le expresé humildemente Albina. gQuie- res que te adapten lentes?. Preguntd el. No. Le dijo ella. Asi esta bien. Para los afios que voy a vivir, asi esta bien. Pero Albina... por favor... déjame darte algo. sQuieres que te adapten pla- cas dentales?. No. Le respondié ella. Desde hace muchos afios no cuento con dientes. Ya me acos- tumbré. No gastes en mi. Le dijo a manera de GeomacA inl stad’n tein luch Después de haber recordado los bue- nos tiempos, llego el momento de despedirse. Albika: be dijo a al regress vay u heer a mi familia para presentartela, Después, vas a ir con nosotros a la Ciudad de México para llevarte a la basilica de Guadalupe. No. Le dijo ella. Yo no salgo de aqui hasta que me muera. No pasé mucho tiempo. El doctor Cervantes cumplié su promesa: trajo a su fami- lia y se la presenté, Llevé ademas un fotgrafo quien les tom fotografias. El doctor Cervantes Ahumada, cumplié otra promesa: Siempre que vino a Guasave pi- dié que Oscar le acompafiara. Cada vez que concluia sus conferencias 0 trabajos, decia a su acompajiante: Oscar, ya sabes. Y Oscar toma- ba el rumbo a Las Glorias. Visitaba a Albina e iba a ver las puestas de sol a Las Glorias, Boca del Rio, La Bocanita y otros esteros de la region. En'una ocasién, gozando del atar- decer se introdujo a un estero entre los man- lares, el lodo le llegaba a las rodillas. Con los piés localizaba almejas entre el lodazal. Coda vez que tocaba una decia a Oscar: jOtra!. Capturandola lleno de jdbilo. Pasado esto, dijo a su acompafiante, vamonos. Pero. gasi se va a ir doctor? Pregunté Oscar. contest6 él. Y emprendieron la retirada con rumbo a las cafiadas. Al llegar el insigne Maestro, dijo a ABE vets a quem leves ex pies Alvor= lo, Albina, le pregunté: gDe dnde vienes Rad? gapoco crees que te ves muy bien con esos pantalones tan cortos (bermudas}? Vengo de los esteros y te traigo estas almejitas. Asadas son muy buenas, le contest. En esas visitas, él le prometié que man- daria un pintor para que le hiciera una pintura la chad estiviora ella junio a6 Después de aquella visita el doctor Rail Cervantes ya no regres6. El que llegé fue el pin- for, para quien posd. Se tuvo noticias de que él habia enfermado y por eso no habia regresado. Dos afios después, en 1977, murid. Sus cenizas fueron arrojadas en la Bahia de Navachiste, Guasave. Antes de llevarse sus cenizas al lugar donde el quiso fueran depositadas, dofia Teédula Perea de Garcia, hija de dofia Albina, a nom- bre de ella, dio el pésame a su sefiora esposa y familia. La sefiora Viuda de Cervantes agrade- cié amablemente este gesto, comentande lo ue dojia Albina Cervantes Leyva signified para don Rail. Cuatro afios después de lo muerte de don Rail, dofia Albina avn vive. Foto de dota Albina y don Rati. 135 Napalé Ragl Cervantes Ahumada Muy cerca de la lagu- na de Napalé mi padre esco- ge feraces tierras para fun- lar su rancho predilecto: Napalé, que en la lengua sonora’ de los eahitas quiere decir «Laguna \\ larga». \ En los corrales amplios, un gran macapule, con sus ra- mas sostenidas por sus froncos adventicios, ex- tendia el milagro fresco de su sombra acogedora. “ ia casa dl anche, to, de terrado y con paredes, de vara, lucia sus ruinas, antiestéticas, y la casa nuevg,\ \ de colorados ladrillos, se aso\ maba por su portal sombreado a\ * la huerta donde los mangos, los nd * ranjos, los cirvelos y los aguacates, aio por eo, ofrecian a regalo de sus frutes, Al fon- do de la huerta, y al Borde de un cauce aban- donado de rio, la ancha boca de la noria for- maba teatro donde las ranas inquietas desgra- naban sus melodias monétonas. : En la casa, dofia Felipa (asi: DONA Felipa) y Gabino, su marido, hacian transcurrir sus vidas sencillas y me brindaban la pureza de su carifio campirano. La pareja, que no tenia hijos, decfa que yo era el suyo y me hacia obje- - to de mimos y presentes, Gabino me hacia ar- cos, flechas y firadores de liga; me concedia el honor de pasear en su hermoso burro, a condi- cién de que no lo llamara burro, sino macho, y a veces excediéndose en amabilidad, me permi- tia montar su brioso caballo el «Pisa-Flores», llamado asi por la forma airosa y elegante como movia las patas al andar. Dojia Felipa extremaba su carifio cuan- do me cocinaba platillos especiales, 0 cuando me contaba cuentos por episodios, durante se- manas y semanas. Hacia dojia Felipa acentua- do contraste con su marido. Este era prieto, alto, 136 cacarizo y analfabeto, de ignorancia ruda y bondadosa: ella, morena clara, casi blanca, diminuta y esbelta, delica- doy de'mediona eulural que «a los chicos nos parecia esplendorosa. Tanto imponia la fina personalidad de dofia Felipa, que no se le podia fratar sin adjudicar- le el «dofia». En la casa grande, comia en la mesa, ‘con la familia, y ella era siempre el centro en toda reunién. Luché- bamos los chicos porque pasara con nosotros el mayor tiempo posible, y |, como un premio, se } nos concedia ir por /. ella en el viejo carrua- je. Larga y llena de ra- zones y de siplicas, era nuestra plética para conseguir con Gabino el permiso para que su mujer se viniera con noso- tros a la casa grande. -Pero, sy qué hago yo solo? sQuién me va a hacer de comer? gQuién atiende las galli- nas? sQuién cuida de la huerta? gNo ven que nacieron dos becerritos y tres muletos, que estan muy «plebes» y necesitan cuidados de mujer? Al fin, | mos el ansiado permiso. El viejo Gabino se quedaba solo y con alegria subiamos al carruaje a dofia Felipa, con un ca- nasto de huevos y otro de frutas que nos habia guardado con amor. En la noche se iniciaba nuestra fiesta, porque dojia Felipa principiaba sus narracio- nes, con cuentos de hadas o con la episédica historia del Pelén. A veces interrumpia su narra- cién para presentar una pequefia comedia, en la que nos asignaba algin papel y nos hacia usar el vestuario que a nuestras espaldas habia preparado, la a condicion para dejar ir a la chiguille- tia a la feria de Guasave, en el dia de la Virgen del Rosario era que nos acompafiara dota Felipa. Entonces, Gabino nos hacia sufrir mas con sus negativas, y nos sacaba al fin mil pro- mesas que no podiamos cumplir, para prestér- nosla, Ela se hacia la indignada porque, decia, haciéndonos prometer lo que estébamos imposi- bilitados para cumplir (que le traeriamos un pe- dacito de la manzana de la virgen, © un castillo ara encenderlo en los corrales), se nos abrian los caminos de la mentira, Gabino se reia con infantil alegria. Mi madre no fue como las madres que pintan en los libros. Ella nunca cuidé a sus hijos, ni batallé con ellos. Ni siquiera cuentos nos con- taba. Como siempre ha sido nifia mimada de todos (de su familia, de mi padre, y hasta de los médicos y los curas}, las nanas o las fas se en- cargaban de los diez hijos de mi madre. Mi pa- pel de séptimo, era dificil, porque para mi esca- seaban los cuidados familiares, y siempre anda- ba yo en manos de nanas y de criados. Recuer- de. que ge orgonizs el paseo anual de diez a quince dias a la isla del Macopule, y vi con tris- teza cémo partian mis padres y mis hermanos y me dejaban olvidado. Mi temperamento de poeta en cierne me hizo tragarme el dolor del olvido y de la soledad, con la oriental filosofia de mis seis afios. Pero tuve mi premio, cuando al dia siguiente, mi padre regres6 en el caballo prieto andador, y me llevé en las ancas. Esto me daba superioridad sobre mis hermanos, que habian ido como todas las gentes, en carruaie... Tal vez por el material abandono, a fal- ta de una madre completa, tuve muchas a me- dias: Ezequiel y el grupo de quedadas hijas de don Juan N. Cervantes, que con desbordante carifio se encargaban de mi baiio diario, y dofia Felipa, que me llamaba hijo, con su vocecita dulee y picara. jTodavia hoy no comprendo, cémo pu: dieron unirse y vivir tan largos y felices aiios jens la delicadeza y finura de doa Felipa y la rudeza campesina de Gabino. Tal vez la gran bondad de sus almas, los unié en la vida. Alguna vez, atormentada mi infantil cu- riosidad con el problema humano de tan dispar y tan feliz pareja pregunté: -Oiga, dofia Felipa, y spor qué se casé usted con Gabino? “Céllate, hijo...Entonces no era tan ig- norante para estas cosas, y yo tenia quince afios. Ya entenderas cuando crezcas. Por ahora, ya yes como el viejo, tan prieto y tan feo, pero qué felices somos en este rancho tan bonito, porque tenemos un hijo como 10. Porque, gverdad que i hifjito...2 Me emocioné con tan singular ternura, y llorando lagrimas alegres, abracé al fragil cuerpo de la viejecita y cesé en mis preguntas inoportunas. Napala, con las manos finas de dofia Felipa y de Gabino, abrié para mi alma de nifio las ventanas del carifio y de la emocion, Y con el material contacto con el ganado y con el cam- po, hizo que mis inquietudes se asomaran a la vida. Viendo el ayuntamiento rapido del toro con la vaca, y como el garafién y el burro da- ban lecciones de virilidad, los misterios de la vida estremecieron e inquietaron mi alma... Gabino y su mujer se fueron de la vido: los centenarios acapiles se secaron; las tie tras, por el salitre, se perdieron para la posib lidad de cultivo; pero en la vida mia suena adn encauzando cari la dulce voz de doiia Felipa: Gabino marca ruda y fuertemente un camino de bien, y el viento hace cantar las hojas de los macdpules, modulando la sinfonia de la espe- ranza que como una saeia, se clava en los mul- ticolores horizontes de las tardes de Napalé... « Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 43. Enero de 1981. Médicos decanos de Guasave Gustavo Cortés Farias Memorables en la regién del Petatlan, son los profesionales de la medicina y la macobiologia, que han prestado un invaluable servicio a la comunidad guasavense; los anti- us legaron a fines del siglo XIKy ol resto de los que aqui se mencionan se asentaron por aqui entre la década de los 30 a los 60's del siglo pasado. De manera cronolégica enlistamos a los siguientes. E| destacado Luis Gonzaga de la To- rre Tovar (el famoso doctor de la Torre), que se instalé por la calle que hoy lleva su nombre. Fue un personaje pintoresco y singular; habia ejerci- do primero en la Villa de Sinaloa‘en 1887. Luego se asentaron dos médicos de na- cionalidad norteamericana: Hershel H. 0, Archer Brown, cuyo consultorio y vivienda estuvo en el callejn que hace esquina con Madero; y Fran- cisco Smith, conocido como don Panchito, que atendia en la comunidad de El dorado y aqui en Guasave, en la esquina de Tedhilo Norisy 31 de marzo. Médico altruista, deposité su fortuna en Nogales Arizona, llevé una vida pobre y vis- tiendo desarapado, calzando huaraches. Entre los afios 30 y los 60's En ese lapso llegamos; Joaquin Camacho Telles, egresado de la UNAM con consultorio y botica por la calle regén, médico, cirujano y parte- ro rs desaparecido; Séstenes Mer- cado Torrero establecido en Madero y Corregidora, egresado de la U. G., ya desaparecido. Por su parte Jesis Flores Castro, médico internista ya desapa- recido se establecié por Angel Flo- res y 21 de marzo y posteriormente en Noris y 21 de marzo, estudié en iaU. de S. Antonio Diaz de Leén, titu- lado en la Universidad de Guadalajara, consulté en Angel Flo- res donde construyé un sanatorio que lleva su nombre, fallecié el 23 de fe- brero de 1976. 138 servicios. —— = El sanatorio del Rosario, donde tantos médicos han prestado y prestan sus Guasave le abrié los brazos a Humberto Mayorga Gutiérrez, egresado de la UNAM de nacionalidad nicaragiense y se instalé por la calle Zaragoza. Ejercié como médico, cirujano y partero, fue responsable del centro de salud por mucho fiempo. Titulado por la U. de G. y con especiali- dad en otorrinolaringologia, Manvel Flores Cas- fro {hermano de. Jess] consulté en cnllelan Lacie lay, Yollacide heats olgin Heme; sr esa misma direccion atendié a sus pacientes el médico, cirujano y partero Emesto Cabrera Cér- doba, egresado de la U. de G. %Se recuerda con afecto a Ramiro Pérez jan, médico cirujano y pariero, egresado de la UNAM, extension Guadalajara con especiali- dad en cirugia tras un posgrado en Canada. Atendié en Noris y 21 de marzo, luego se cam: biaria a Noris y Guerrero, alli construyé el aho- rassapatotia Guadalupans, Por'la calle Guerre: ro y luego en Zaragoza y posteriormente aten- dio Manuel Romero Pérez, médico internista ya desaparecido, realiz6 estudios en la Universi- dad de Morelia. Cuando egres de la UNAM, Antonio Olea Ibarra, médico, cirujano y partero, se ir tal6 por la calle Juan Carrasco; dir chos afios el centro de salud de Guasave. Gustavo Cortés Farias, médico cirujano partero, egresado de la UNAM se instal en Guerrero y, Teéfilo Noris, actualmente atiende a sus pacientes en Tedfilo Noris y 21 de marzo. Cortés Farias durante casi 30 afios fue respon: sable del puesto periférico del ISSSTE en la ca: becera monicipal hasta que esta institucion lo pensiond. El desaparecide médico cirujano y par- fero José de Anda y de Anda, graduado en la U. de G., se establecié en Tedfilo Noris, en sus limos afios practicé la cirugia y tuvo a su car- go la direccién del centro de salud durante va- Tos afios. Por su parte, Rail Lopez Ruiz se esta- blecié por la calle Alvaro Obregén, estudio en la UNAM cirugia y partos. Dos médicos espafioles Francisco Palau Abad, médico internis- ta de Catalufia, consults por la calle Obregon y Luis Jerez Maza, asturiano, hizo lo mismo en ese domicilio, pero con especialidad de ciruja- El fallecido Bernardo Lopez Angulo con especialidad en cirugia egresado de la UNAM, consulté y administré un pequefio sanatorio por el callején Zaragoza. Por la calle doctor de la Torre, se esta- blecié Aurelio Ibarra Delgado, ya fallecido, se habia titulado en la UNAM, extension Guadalajara, primero ejercié como médico ge- neral y tras un posgrado ejercié la pediatria. Eduardo Ruiz Velazco, que egres6 la U. de G. como médico, cirujano y partero ejercié como tal por la calle Zaragoza; Carlos Aldana Cardona hizo lo propio, primero en es- tacién Leén Fonseca y luego en Carrasco y Za- ragoza en Guasave; se titulé en la UNAM en medicina general, con especialidad en pedio- tria, misma que ejercié hasta poco antes de mo- rir, Por la calle Tedfilo Noris ejercié su profesion de cirujano y partero, Rafael Lopez Castro que habia estudiado en la UNAM. Hasta hace poco tiempo por la calle Zaragoza, se podia consultar al cirujano y par- tero Gilberto Lopez Zepeda, egresado de la UNAM; por esa misma calle ejercié la medicina peperal Carlos Gonzélez Guevara, que también bia estudiado en la maxima casa de estudios del pais. Moises Montemayor Fonseca se estable- cié por doctor de la Torre, fue médico general egresado de la UNAM y casi hasta su muerte se desempeiié como tal en el IMSS de esta munici- palidad, Carlos Gamez Castro ejercié por la ca- lle Angel Flores y ahora atiende en su domicilio. Fue médico general del IMSS hasta que se retiré de ese instituto médico, estudié en la UNAM. Como médico general ejercié por la calle Zaragoza, Rogelio Yariez Chaparro, en la ac- tualidad lo hace por la calle Carrasco, realizé su carrera en la UNAM; por la misma calle Carrasco ejerce actualmente el facultative de la U. de G. Carlos Diaz Barraza, titulado por la Universidad Autonoma de Guadalajara, como médico general y especialidad en oftalmologia, atendid por la calle Tedfilo Noris, confinuando con su profesi6n en la perla tapatia. Enrique Vergara Garza ejercié como médico general y legista hasta su fallecimiento. Médicos decanos en comunidades del munici Se debe mencionar a Martin Solares Tellez, Carlos Gamez, antes de establecerse en la cabecera, al peruano Luis Zoiiga, Enrique Valladares y Jests Angulo, provenientes de la UNAM y que se establecieron en el Burrign, Amadeo Mariano Calleja Roa de na- cionolidad espafola atendié en la Bebelama. En Bamoa y estacién Bamoa lo hicieron Enrique Garcia Navarro de la U. de G. al igual que Jaime Montoya, Eliseo Sika y Leonel Pinto. En La Brecha ofrecié sus servicios el doc- tor Manuel Sanchez Hernandez, egresado de la UNAM. En La Trinidad, hicieron lo mismo Jor Carlos Castro Torres Xl Tigui», tivlado en fa U, de G. y Ral Reynoso Robles que habia estu- diado en la UNAM. Jesés Alapizco que estudio en la UNAM, se establecio en Ruiz Cortinez. Finalmente, se debe reconocer el servi- cio y esfuerzo entregado a los guasavenses con apures de salud, a los dlecanos de la quimico- farmacobiologia, Jesis Castro Favela, Arturo Yac Brambila (Fallecido) y a René Angulo Torres. en dia, al inicio de este afio 2001 en nuestro municipio ejercen 280 médicos entre aquellos que ejercen la medicina privada y la institucional, asi como 15 quimicos fgrmocobilegos que le hacen de manera priva- la. 139 Los forjadores de un pueblo Don Francisco Echavarria José Ma, Figueroa Diaz En el norte de Sinaloa, principalmente en la region de Guasave y Sinaloa de Leyva, el nombre de don Francisco Echavarria es toda una leyenda por su espirity de empresa y de lucha. Fue un hombre visionario que de la nada levanté un imperio de riqueza y prosperidad. Fue duefio absoluto de las ubérrimas tierras de Naranjo y La Trinidad. No fue un hombre instruido, cursé hasta el cuarto afio de primaria, pero cémo lo prepa- 16 la vida y el trabajo. De dependiente en una tienda propiedad de una prima hermana, en San José de Gracia, llegé a ser uno de los hombres més ricos en su tiempo. Tenia, nos cuenta su hijo Francisco, una letra primorosa, de esa caligrafia que todavia vemos y leemos, en escritos viejos, con admira- cién y deleite. La mineria y la agricultura -su esposa y sus quince hijos- fueron la pasién y el amor de su vida que concluyé el 28 de diciembre de 1954, dejando como herencia su ejemplo de hombre de bien y de trabajo. Precursor de la irrigacion Antes de 1910 la irrigaci6n y la onic 7 fura en Sinaloa estaban en pafiales. Puede de- cirse que en Guasave, en Sinaloa de y Angostura empez6 a aprovecharse, canalizén- dola, el agua de nuestros rios y arroyos para hacer producir mejor las sedientas tierras sinaloenses. la mineria hace rico al mas pobre y pobre al mas rico. Y don Francisco Echavarria, que ingresé como socio con la sexta parte en San José de Gracia de una mina llamada «El Rosario», obtuvo extraordinarias ganancias con el oro, que en cantidades industriales, produio 140 Don Francisco Echavarria y su esposa dofia Marta Rojo, ‘matrimonio ejemplar que procreé quince hijos. este mineral. A principios de siglo adquirié las tierras de Naranjo y después las de La Trinidad, antes predio de «Chuchumicari». Y empez6 una nue- va actividad para él: la explotacion y comerciolizacién de la ogricultura. Lo primero que hizo fue principiar a des- montar las tierras, pero éstas no producian lo suficiente por la falta de agua, agua que crecia en abundancia y que traia consigo el arroyo de Ocoroni, pero que sélo se le veia pasar a en- grosar el caudal del viejo rio Petatlan, Fue entohces cuando pens6 en iniciar la construccién de un canal de Gravedad el de «La Trinidad», para dejar de estar sujeto a la tem- porada de lluvias. Junto con el canal de El Burrién, el de «La Trinidad» fueron las primeras obras de riego realizadas en Sinaloa, precurso- ras de las modernas presas que dan vida y ri- queza a nuestra entidad. De ese viejo canal que en su tiempo caus la admiracion y el beneplacito de los incipientes agricultores, y que llegé a regar cerca de tres mil hectéreas de La Trinidad y Naranjo, ain si- gue en operacién el dique construido en este aS loser Ecs obrasifieron exroptadar en 1938 y hoy son propiedad de la nacién. Don Francisco Echa- varia habia aportado su grano de arena al desarrollo y pro- greso de la agricultura en la entidad. Entrega sus tierras Francisco Echavarria Rojo nos relata que su padre nunca sembré las tierras perso- nalmente. Las rentaba a alre- dedor de 240 colonos, de los que recibia un porcentaje, algo asi como la tercera parte de las cosechas. Don Francisco les proporcionaba la tierra, el agua y el dinero para las siem- bras. Los vientos de la causa agraria empezaron a soplar a principios de la década de (es trantes. Ya para ese entonces, en 1932, Francisco hijo se habia hecho cargo del negocio agricola. Y a él le tocé presenciar las rimeras reuniones de campesinos que pedian i entrega de las tierras de La Trinidad. Los solicitantes -dice Echavarria Rojo- eran gente extrafia a la region. Los colonos que trabajaban en los terrenos de la familia Echavarria -»y que estaban agusto con las facili- ‘Don Francisco con la elegancia de la época. Ta caza-haclenda del mineral «El Rosarito», en San José de Gracia. dades que se les proporcio- naban»-, permanecieron aje- nos a este movimiento social. Don Francisco padre, viendo que la cuestion era se- ria y que tarde o temprano su patrimonio seria arrancado de i manos, tomé la decision le repartir sus tierras a quie- nes tenian mas derecho a ellas: a los campesinos que venian explotandolas desde hacia afios y que eran originarios de la regién. Y asi lo hizo. Para ello los mand llamar y les informé de la determinacién que habia tomado. Les acon- sej que se acercaran al co- me agrario ine se habia for- mado con tal propésito y pi- diaran derechos de preferenr cia en el reparto agrario de las tierras de La Trinidad, Y a ellos se les entregaron. Y ahi estén todavia algunos campesinos supervivientes de este episodio y sus herederos. Pero antes hubo una situacién que pinta de cuerpo entero a Don Francisco. Ya habia he- cho el ofrecimiento de entregar las tierras cuan- do se le acercé un politico de mucha influencia en el gobierno federal y le dijo que él «podia arreglar que no se le afec- faran y que lograria que se les, respetaran». Don Francisco, como los viejos de antes, era de una sola palabra. Su res- puesta tajante fue la siguien- te: {Ni por todo el oro del mundo romperia la prome- say el compromiso que hice ‘con mis amigos los campesi- nos de La Trinidad! Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 43. Enero de 1981. 141 El avionazo de Pedro Infante en Guasave Enrique Sanchez Alonso («Negrumo») Han pasado tantos afios de ocurrido este suceso, que ya resulta dificil para mi recordar la ‘ha exacta; pero no el gran susto que nos lle- vamos quienes viajébamos en la avioneta Cessna recién adquirida por mi compadre Pedro Infan- te, que él mismo tripulaba. Este aparatoso accidente acaecido en Guasave, parecié predecir el sino fatal que es- peraba al querido artista y quedé consumado muchos afios después en la blanca Mérida. Empezaré desde el principio: El compadre me hablo ‘ent Mexico para que le acompafidramos en una gira artistica, como ya lo habiamos hecho en veces anteriores. Formébamos un cuarteto integrado por Fausto Miller, Rafael Carreén, Rogelio Mayoral y el ge escribe. Ese cuarteto se convertia en el Trio mérica eliminando el acordeén (Rafael Carreén), y ese trio acompafiaba al comy Pedro. Ulegamos a Culiacén, Pedro tripulando ‘Agué estén los superviv 142 la avioneta y nosotros como pasajeros. Pedro visit6 a familiares y amigos. Comimos en la casa de don Guillermo Lopez, cuftado del compacre, atendidos por su hermana Lupita. Por la noche tuvimos una actuacién en El Tamazula, centro social de moda en aquéllos afios. Al dia siguiente nos fuimos a Guasave, viendo cémo en el aeropverto local, en lo que es hoy Lomas del Boulevard, se quedé en tierra Manuel Quintero, peluquero muy amigo de Pe- dro, y a quien éste tenia gran afecto. Manuel habia sido invitado por Pedro, pero por falta de cupo y no deseando sobrecargar el aparato, decidid quedarse muy a pesar de los ruegos de Pedro pra que nos Gcompafiara. En Guasave el campo aéreo estaba en terrenos de lo que hoy se conoce como Zona Ejidal, rodeado ‘de siembras de maiz y cercos alambre. Actuamos por la noche en un centro so- cial que me parece se llamaba Alberca. Cuan- ites del avionazo en Guasave: Pedro Infante, al micréfono; Fausto Miller, Enrique Sanchez «El Negrumo» y Rogelio Mayoral, componentes del Trio América. Trajes y guitarras ardiendo en el avién. do llegamos a dicho lugar estaba totalmente abarrotado, cientos de personas se habian que- dado sin poder entrar, pero Pedro, tenier entre ellos a muchos conocidos, pidié al em- resario ee los dejara pasar, peticién que 1 concedida. Me parece recordar que era el dia de la Virgen del Rosario, porque Pedro fue a cantar Las Mafianitas a a iglesia acompaiia- do de nosotros. Después y en virtud de que tenia permiso limitado de los Hermanos Rodriguez, para quienes filmaba una pelicu- la, decidio que regreséramos a Culggain para descansar y al dia siguiente emprender el via- je a México. Era de madrugada. Varios amigos y propietarios de vehiculos se dirigieron al cam- fe ergo y colocando sus unidades a aml fados de la pista encendieron sus luces para iluminarla. Pedro ealento motores, luego tre- paron Fausto y Rogelio que iban en los asien- fos traseros, luego Pedro y yo que quedamos adelante. La méquina conducida por Pedro se es- taciond en la cabecera de la pista, segundos después enfilaba hacia el otro extremo tomando mayor velocidad conforme avanzaba para to- mar altura. Sentimos que despegabamos, pero de pronto... Un golpe seco. nos sacudié a todos, el tren de aterrizaje se habia enredado en el alam- brado de un cerco y el aparato empez6 a ma- romear sobre una milpa; desprendido el tren de aterrizaje, la nave se desliz6 todavia a bastante velocidad sobre unos surcos, originando fuerte friccién de la panza y el natural recalentamiento que amenazaba con causar una explosion. Fueron aquéllos momentos angustiosos, los més largos de mi vida. Cuando al fin la ae- ronave se detuvo, escuchamos un fuerte grito Pedro: jCorran porque ésto va a explotar! El avién destrozado quedé con la puer- ta hacia arriba, gracias a Dios. Reaccioné de inmediato y de tremendo golpe con el hombro, eunrseciencia con pada logis obricls poets ta. Fui el primero en salir, luego el compadre Pedro, enseguida Rogelio y finalmente Fausto. Todos emprendimos veloz carrera, y fue lo me- jor que pudimos hacer, pues enseguida, treinta metros atrés de nuestras espaldas, se produjo la primera explosién y lo que habia sido flamante avioneta, empezé a arder. Esa misma madrugada Pedro Infante lu- cfa un parche en la frente. Fue levado a Culiacén en automévil y al dia siguiente abordé un avién ‘Surcar los aires fue el méximo deleite de Pedro Infante. Sus padres don Delfino y dofia Cuquita, que aqui lo reciben en el antiguo ‘aeropuerto de Mazatlan al concluir un vuelo. Iniiltimente trataron de persuadirlo de tal aficién. Murié en Mérida tripulando su propio avién. de Aeronaves de México para trasladarse a la Capital. Por la noche ya estaba actuando en la XEW, todavia con el «chichén» en la frente. Nosotros nos quedamos en Culiacén y después viajamos por nuestra cuenta a la ciu- dad de México, en donde ya nes esperaba el compadre. De inmediato ordend guitarras nue- vas y trajes para nosotros, que desde luego pagé por'su cuenta. Aquel nuestro primer accidente cavionistico, no resté animosidad al grupo, pues acompafiamos al compadre Pedro en giras por Texas, Nuevo México, la zona del Bajio y otros, rumbos de la Repiblica, aunque las mayores veces viajando por tierra, incluso le acompafia- mos en las peliculas El Seminarista, El Mujerie~ goy Angelis Negros, ero el sino del compadre parecia estar escrito, Afios después se produjo aquél acciden- fe en tierras michoacanas en el que resulté gra- vemente herido. Seis horas duro la operacion en la cabeza para serle colocada una placa platino. Lupita Torrentera, que le acompafiaba, Fesule apenas con glpelves vino el Gltimo, el avionazo mortal de Mérida, en 1957. Alli quedé el compadre dor- mido para siempre, alli murié el idolo mas grande co, no asi su recuerdo, su voz y su sim- patia que adn seguimos evocando los que toda- via peregrinamos por este mundo tan accidenta- lo. Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 44. Febrero de 1981. 143 Don Blas Valenzuela Enrique Ruiz Alba En Guasave se le considera como uno de los pilarés del progrese: alamzado en larac- tividad agricola: activo, emprendedor y visiona- rio, planted y llevé a cabo la ejecucién del ca- nal Valenzuela, que se constituy6, -como dijo Miguel Soto- en «el risuefio despertar de una generacién hambrienta de trabajo». «Los hombres capaces para las duras faenas del campo, hallaran lugar propicio den- tro del sistema de riego creado para desarro- llar fructiferamente sus actividades. Empezaron los desmontes, se abrieron nuevos caminos; se fundaron nuevos centros de poblacién y de tra- bajo; y la cabecera del municipio de Guasave, antes apenas conocida por las grandes carava- nas religiosas que venian a pagar sus promesas En uno de sus viajes a Sinaloa, Alvaro Obregon visit6 El Cubilete en donde se le ofrecié una Valenzuela, Aarén Saénz, Silverio Trueba, Patricio Me’Conegly y otros personajes de la época. 144 dar gracias a la Virgen del Rosario por los Erapes vectbidoss ox bey Ia bellaielinpockants ciudad de Guasave, emporio ogrieola y gran centro comercial...» Hasta aqui lo expresado por Miguel Soto ico «La Opinién», 1948). Pero squién fue antes Blas Valenzuela, native de San Miguel Zapotitlan, y avecindado en Guasave? Blas Valenzuela fue hijo de den Pedro Valenzuela y dofia Francisca Ibarra. Don Pedro se dedicd al comercio (compra-venta) con una recua de mulas que era todo su capital. En uno is ius cotante vgjes te, dealtado ston ds Son Miguel, en donde ademés de ser robado se Bs pri a vd qGexdonda Blo huérfano ds (peri hs aa | Ena foto don Blas Connotados guasavenses: atrés, los sefiores Jestis Fonseca, Juan Lugo Cota y Roqueza Menchaca; padre a los 8 afios de edad. Su hermano mayor, Teodoro Maria Valenzuela, logré establecer una linea con ca- rretas de bueyes que se dedicé al fleteo entre el municipio y varias poblaciones de Sonora, dan- do a Bias el mando de las mismas. Blas empezé a jugar a las cartas y pron- sentados con Ismael Ruiz, Blas Valenzuela y Epifanio Delgado. to se convirtié en jugador empedernido, pero con mala estrella, siempre perdia. Cuando le ganaban su salario fugeba el imports ds bo fee tes; hubo ocasiones en que empefié las carretas para reponerse», luego hasta el importe del empefio. Debido a este comportamiento perdid el empleo de Jefe y bajé a simple carretero. Por esos afios habia casado con dofia Paz Camacho, quien recibié como herenci poterel un caba- llo y tres vacas, primer capital que manejé Blas. Siendo carretero, sorprendié en una cocasién al jefe o mayordomo de carretas que le habia sustituido. Con el pretexto de buscar un lugar opropiado para encerrar a los animales, se adelanté a la caravana. Cuando les carretas llegaron a su desti- no, él ya habia obtenido dinero a cuenta del flete y estaba de nuevo en la partida de poker. Como siempre, perdié todo, y se quedé muy triste, como Cortés cuando lor aquella noche rumiando su derrota. Pero Blas, en su tristeza, fue reconforta- do por uno de los parroquianos al autorizarle a jugar un albur -uno solo- para que volviera a casa. En caso de perderlo, el parroquiano lo pagaria, lo que aproveché Blas para tapar la partida. Narra don Juan Lugo Soto -jefe de las 145 carretas entonces- que fue «un albur de una sota de bastos contra dos de oros», Blas atiné al albur, jgané por fin!, y las utilidades las dedic6 a la compra de gar- banzo. Con estas utilidades y las obteni- das en las carreras de caballos con su cuaco «El 22» -llamado asi por haber ganado una apuesta de veintides pesos-, renté los terrenos de Aramuapa, que después bautizé con el nombre de Chuchumi a don Francisco Hoy lleva el nombre de La Trini- dad. Trabojando ‘esta hacienda renié otra de nombre el Toruno, y habiendo magnificos dividendos, compré tierras en el predio de El Giiicho, a las que puso el nombre de Bonanza. Pero el general Al- varo Obreg6n, su gran amigo -y se dice también habilitador le pidié que le de- nominara Cubilete, por lo que para evi- tar dificultades la llamé -y se llama ofi- cialmente- «Bonanza del Cubilete». Saloménica decision que le evité dificul- tades. Las tierras eran de temporal, pero la vision de Blas Valenzuela habrian de convertirlas en poco tiempo en tierras de irrigacion. En 1922 empezé a constrvir el canal Valenzuela en Gambino, a orillas del rio Sinaloa, con extensién de 25 kilémetros que re- mataban en El Cubilete; amplié una red de ca- nales de 78 kilémetros para irrigar 15 mil hec- téreas, entre las que se incluian las de otros ve- cinos. En esas tierras prédigas cultivé don Blas + el garbanzo y el tomate, a las que siguieron otros cultivos que han dado prestigio a la agri- cultura sinaloense, y beneficios a sus explotado- res. Ademés, don Blas Valenzuela en socie- dad con el general Alvaro Obregén, dedicé parte de su tiempo a la compra-venta de garbanzo en la region. El general Alvaro Obregén, siendo pre~ sidente de la Reptblica, visit varias ocasiones su amigo Blas en El Cubilete, y se dice que en 146 El general Alvaro Obregon y don Blas Valenzuela fueron excelentes amigos. plena Revolucién, acudié varias veces ante él en peticién de ayuda econémica para la causa re- volucionaria. Cuando Obregon fue asesinado en «La Bombilla», don Blas fue acosado intensa- mente teniendo que sortear infinidad de proble- mas. . Don Blas Valenzuela murié en 1934, sobreviviéndole sus hijos Ramén y Joaquin, asi como los vestigios del canal que lleva su nombre y que contribuyé en gran parte al progreso de Guasave y de la regién. Una calle de Guasave lleva su nombre como homenaje y de recuerdo y gratitud -por encima de errores y desviaciones- hacia quien con audacia, vision y trabajo contribuyé en gran parte al progreso de este municipio. Tomado de la revista «PRESAGIO», No. 42. Diciembre de 1980. jAquellos tiempos! La familia Menchaca Lourdes Ruiz Miramontes Don Pablo Rubio Espinoza: honesto lider y politico Pablo E. Rubio Lara Menor de 5 hermanos, hijo de Blas Espinoza y Estefana Rubio: Nacié en la comuni- dad de la Bebelama, municipio de Guasave, Sinaloa, un 16 de agosto de 1919; y queda ivertarts de, pods, tr laredad de Gon meses, Desde muy pequefio trabaja- ba como peén en la hacienda de Los Menchaca, motivo por el cual impide asistir con regu- laridad a la escuela del lugar. Més adelante, a la edad de 17 afios, se manifies- ta como un joven inquieto y voluntuarioso. Y sus compafie- ros: Arcadio Espinoza, Ignacio Armenta, Ramon Corrales, Conrado Parra, Francisco ‘Armenta, Bernardo Espinoza y otros (todos ievenes), confian en él y lo ponen a la cabeza para organizar el primer Sin- dicato de Trabajadores, con el fin de exigir a los hacendados el séptimo dia como descanso obligatorio; dicha agrupacion se llamaria Sindicato Rojo de Obreros y Campesinos, depen- diente de la recién cred Cone federacién de Trabajadores de México (CT. Constituide dicho or- ganismo, la hacienda deja de sembrar sus terrenos y autométicamente quedan sin trabajo los sindicalizados, y viendo semejante situacién en- cabeza una comisién para en- trevistarse con Jesés Maria ‘Armenta Rodriguez, presiden- te municipal (1937), con el pro- pésito de darle solucién a este conflicto. Se pretendia pues, que los terrenos de cultivos por estar ociosos, pasaran a ma- 148 nos de los mismos trabajadores, el cual se solu- ciond a favor, ese mismo afio. Al tomar posesion de ellas, inmediatamente se formé la Cooperati- va Agricola encabezada por él mismo, y asi pasan a ser ejidatarios en el afio de 1939, sien- ‘Don Pablo, segundo de izquierda a derecha, cuando fue alcalde do gobernador del Estado el coronel Alfredo Delgado. Ese mismo afio, como ejido bien forma- do y constituido, es nombrado presidente del Comisariado Ejidal y como tal solicita crédito al sailor Sibario| ells, préspera cor feultor de Guamichil, Sinaloa, para sembrar ajonjoli y jarbanzo. Terminando su periodo sigue cultivan- e's tierra (5-80-00 has! y a la vez gestionan- do mas tierras para los que no la tenian. En 1946, se forman los nécleos ejidales en al cual es nombrado presidente del Consejo de Vigilancia. En 1949, presidente del Comisariado ejidal. En 1950, fue electo regidor propietario para el period 1951-1953, siendo presidente TiGnicipal Jess (. Liera. En 1955, nuevamente presidente del Comisariado Ejidal. En 1956, 6s nombrado preidente de comité politico pro generacién Gabriel Leyva Velazquez. En 1957, secretario del Comité Regio- nal Campesino No. 8 del Municipio de Guasave. En 1958, diputado federal suplente, con Arcadio Camacho Luque (propietario) II Distrito Electoral. En 1959, presidente municipal sustituto, por renuncia que presentara Juan Angulo Leyva. El 30 de julio de 1960, nuevamente se- cretario del Comité Regional Campesino No. 8. En 1962, fue electo diputado local por el V Distrito para el periodo 1963-1965. En 1965, es electo presidente municipal para el periodo 1966-1968. En 1976, secretario del Consejo de Vi- ilancia de la Unién de Productores de Cereales del Municipio de Guasave. En 1977, fue electo regidor del Ayunta- miento periodo 1978-1980. Hasta la hora de su deceso el 16 de febrero de 1993, fue consejero del Patronato para la Investigacion, Fomento y Sanidad Vege- tal del Municipio de Guasave desde 1958. Dentro de su vasta experiencia acumu- lada a través de los afios por el camino del agrarismo obtuvo triunfos sin faltar las derrotas; coseché muchos amigos, sin faltar algunos ene- migos; aciertos y desaciertos, en cuanto a solu- cién de problemas agrarios. Dentro de su vida politica y a partir de Don Pablo en El Amole, durante su campaiia politica para presidente municipal de Guasave. 149 Presente en el Congreso Regional Campesino en abril de 1965. la década de los setenta hay que decirlo); vi- nieron etapas de los llamados congelamientos muy propios en esta cuestién, desde tiempos re- motos. Etapas que se descongelaban con el mis- mo roce dentro de esta actividad. Y es que él sabia y aceptaba, que esto era parte del juego dala tds, (al gua se enoja piers, deta}. Ane: més habian surgido a la vida politica jévenes con mucha preparacién académica como: José Luis Leyson Castro,, Juan y Jests Burgos Pinto y muchos més que se sumaron para tratar de ocu- par puestos en diferentes Greas del gobierno. Ellos, los antes mencionados, no preten-" dieron opacar a la vieja clase politica, sino que trataron de poner en practica Gercondeimnietiog adquiridos a través de su estancia en las univer- sidades, para la posible solucién a los muchos problemas del municipio principalmente en lo administrativo. Por lo tanto él no se negé a asis- tir a actos politicos y sociales en esa etapa de congelamiento como antes decia, excepto a al- gunos, por causa de su precaria salud. Homenaijes y Reconcocimientos Dentro de esos actos y para satisfaccién 150 no solamente de don Pablo sino de toda su fami- lia y amigos, vinieron reconocimientos y home- najes por su trayectoria en la vida politica y social. La mayoria de esos reconocimientos fue- ron bien vistos. por todos los organismos guasavenses, excepto algunos. Se decia que no merecia ésto, que no merecia lo otro, que ese homenaje es para llevar agua al molino de fulano o de sutano, etc. : Dentro de sus muchos momentos de tran- quilidad: se le movia, se le proponia (no mover lo que esta tranquilo}, decian los antiguos. Por- cue dentro de esas propuestas se armaban las iscusiones, las conjeturas, comentarios por aqui y por alla. Pasada esa tempestad venia la cal- ma. Y hablando de homenajes y recon mientos diré: que conservar el ejido y aferrarse adi como si fuese el primer dia de su dotacién, seria el mejor homenaje que le brindéramos no solamente a él, sino a todos los lideres que ya se nos fueron, incluyendo al mismisimo general Emiliano Zapata. Don Isidro Rodriguez Oscar Figueroa Galvez Don Isidro Rodriguez fue uno de los pre~ cursores del comercio y de los hoteles en Guasave. Hombre de accién, estimado y respeta- do, llegé a esta poblacién procedente de Muleié, Baja California, en el afio de 1931, para nunca salir de su segunda tierra que lo cobijé para siempre on 1977, cio de dos pisos -primero que se erigid en Guasave: y a él trasladé su negocio denomina- do «La Villa de Guasave». En el mismo local, con la separacién correspondiente, empez6 a coperar el hotel «Moctezuma», todavia en servi- cio y al cuyo frente se encuentra dojia Lolita. El lugor en que se levanté «La Villa de Guasave era un profundo pozo utilizado como basurero municipal y rodeado de frondosos macapules. Don Isidro también fue uno de los gesto- res iniciales de la construccién del ramal ferro- viario de Naranjo a Guasave, que recientemen- fe, con el aplauso de los guasavenses, fue apro- bado el presupuesto para su ejecucién. La Villa de Guasave, tienda dirigida en antiguo basurero. Contiguo el hotel Moctezuma, obra de don Isidro. Tomadb de la revisia «PRESAGIO». No. 44. Febrero de 1981. Don Isidro Rodriguez. Su viuda dofia Lolita, mu- jer afable, bondadosa y dinémica mos cuenta que don Isidro al llegar a Guasave fundé y establecié la fienda de ropa «La Tabletar, cuya construccién era de pura madera, ubicada por la calle Angel Flores. Después construyé el edlfi- oe : J E En «La Tableta», tienda de ropa que fundé, aparece don Isidro rodeado de numerosos clientes. 151 El viejo edificio del que fue ‘popular cine Murcia. Historia viviente y pertinente el caso, pues trabajé como boletera y taquillera en casi los los cines que ha tenido Guasave, la sefio- ra Alicia Amelia Luque Almeida, La Quichi, re~ lata las nostalgias que le refresca el recuerdo del primer cine que hubo en esta ciudad, otrora emporio algodonero. Exhala suspiros al recor- dar las confinuas escapadas con sv novio, cuan- do rondaba los veinticinco afios mas o menos {hoy cuenta con ochenta y tres), para admirar la pelicula clasica 0 de moda en el cine Murcia. Hace recuento de circunstancias y afirma que este cine fue fundade por la calle Norzagaray (el sefior Medina Lopez se refiere a la calle Ma- dero) frente a la plazuela Hidalgo. Tiempo des- pués Gustavo Castro lo trasladé a la confluencia de las calles Zaragoza y Teéfilo Noris con el nombre de Murcia Palace (ahora convertido en. salén de actos y pista de baile). Reconstruye™ mentalmente al proyeccionista y lo nombra: Jor- ge Lopez «El chapo» Otra versi6n, la de la sefiora Maria Te- resa Castro, de 68 afios, refiere que el lugor donde originalmente se levanté este primer cine que tuvo Guasave era el Teatro Murcia y ocurrié en las fechas en que ella contaba con cinco o seis afios de edad. Después el edificio lo demo- lieron y pusieron el solén Murcia Palace, Volviendo con La Quichi, ésta recuerda que posteriormente Guillermo Pulos construy6 por 152 Las salas de cine en Guasave Jorge Briones Franco la misma calle Zaragoza, entre Carrasco y Obregén (donde hoy se levantan las zapaterias Covarrubias), el ciné Rex. Ella comenzé a labo- rar desde su inauguracién, cumpliendo alli la nada despreciable cantidad de veintiséis afios. También estuvo ahi Juanita Rubio y al casarse ésta, Beatriz Herrera; fue proyeccionista un hombre al que denominaban EI Texano. El cine era al aire libre, parejo, con pura luneta, era pequefio como para ciento cincuenta o dos- cientas personas, pero cuando las caravanas de artistas llegaban a hacer temporada a la ciudad le metian hasta quinientos espectadores, todos hechos bolas. Pero eso si, pasaban muy buenas peliculas y realizaban promociones, por ejem- plo: los sébados dos damas por un solo boleto, co bien un caballero acompafiado de una dama. Cuando su propietario lo cerré lo ofrecié en in- demnizacién a los manipuladores quienes siguie- ron trabajéndolo, pero al poco tiempo lo cerra~ ron. En esta misma época aparecié el cine Popular de don Isidro Rodriguez quien lo esta- blecié por el boulevard 16 de septiembre y la calle Ignacio Ramirez. Mas tarde, y otra vez por la calle Zaragoza, (esquina Banana ea la zapateria Canada y enfrente del Hotel Guasave), Gustavo Castro funds el cine Marceci, nombre formado con la contraccién del nombre de dos de sus hijas: Martha y Cecilia. Este cine Elya clausurado cinema Guasave. La television ‘acabé con estas salas de diversion. s6lo duré un ajo, fue el mismo tiempo que tra- bajo dofia Amelia en la taquilla. En este cine fueron proyeccionistas los primos hermanos Cé- sar y Remberto Ahumada y boletera Beatriz Herrera. Este cine también era al aire libre. Durante un buen periodo de tiempo, en Guasave funcionaron tres cines simultaneamen- te; fue la época del Murcia, Rex y Popular, los dos primeros a slo dos cuadras de distancia uno del otro. Algunas personas recuerdan que tam- bién hubo un cine denominado Zaragoza y que funcioné por la calle del mismo nombre. Este y el cine Popular fueron demolidos y en sus luga- res se encuentran, en lo que fue el primero un Hlanen; en donde eskn al segends) fy sails vantan locales comerciales. ‘Muchos afios después se formé por la calle Juan Carrasco el Cinema Guasave 70 de la Organizacién Ramirez en el que también tra- bajé La Quichi alrededor de doce aiios, al paso de los cuales se jubilé. A pesar de los 39 afios que vivi en el ambiente de los cines, ya como boletera 0 como taquillera, la sefiora Amelia confiesa que no le gusta el cine, que nunca le ha gustado y que si acaso vio completas una o dos peliculas. La sala del Cinema Guasave 70 hace como cinco 0 seis afios que dejé de funcionar. El primer duefio fue Ramiro Castro y chora el pro- pietario es el sefior Horacio Alvarez, pero sélo del edificio porque el negocio ha venido a me- nos. En Guasave actual- mente no hay ninguna sala de cine en funcio- namiento. Para Javier Vega Bérquez el cine Murcia tuvo dos vidas: la primera cerca de la plazuela Hidalgo y la segunda como cine Mur- cia Palace que se inau- guré el afio de 1942. Posteriormente los mis- mos duefios crearon el cine Marceci cerca de la hoy Zapateria Canada, luego vino el cine Rex de los sefiores Guillermo y Jorge Pulos, padre e hijo y el cine Popular de don Isidro Rodriguez, empresario hotelero. El dltimo cine fue la sala del Cinema Guasave 70 que fue construido por el agricultor legumbrero de la regién, Ramiro Castro. El sefior Bérquez confirma que en Guasave no hay actualmente ningin cine en ac- fividad y las causas de su cierre las atribuye al cablevisién, las videograbadoras, la gente que trata de chorrar, los peligros de salir después de las once de la noche, la comodidad de verlo en casa: «Mientras més opciones tenga la gente es mejor, quiz exista quien no quiera ir al cine yverlo en video». De los famosos proyaccionistas recuerda a los del cine Murcia, «El texano> y un sefior Rafael asi como la boletera Amadita Cas- tro Pérez quien era pariente de los duefios. José de Jesés Lopez, comerciante guosavense, piensa que los causos por las que desaporecieron los cines en esta ciudad fueron el despliegue del video pero también la falta de limpieza, de higiene, un mejor sistema de acce- so a las salas, mejor iluminacién, mejores buta- cas, mas pequefios y hacer division de salas para mayor comididad. Lo que no da lugar a dudas es que Guasave, como la gran mayoria de ciudades y pueblos de Sinaloa, se ha quedado sin un solo espacio que albergue a la mas popular de las diversiones: el cine. fis 153 Roque Chavez Castro, pionero de la radio Victor M. Zérate Urbina Si hubiese que definirlo en tres palabras, diriamos que Roque Chavez Castro es: hombre de fe; y lo confirma el hecho de ver coronadas on el éxito todas las empresas que ha acometi- lo. A fines de la década de los cuarentas, siendo procesador de la Anderson Clayton & Co. (ACCO), abrié la valvula de sus inquietudes y expuso ante un grupo de prominentes agricul- tores su idea de establecer una radiodifusora en Guasave. Con estudios en Guadalajara, tenia idea de lo que era la radiodifusion en aquellos afios, pero también de lo que llegaria a ser con el tiempo. Hablé con tal vehemencia y entusiasmo que al término de la platica estaba formada la sociedad que dio vida a XEGS, primera estacién radio emisora comercial de Guasave que inicié operaciones en 1948. Fue un acontecimiento grande en aque- llos afios escuchar transmisiones de una radiodifusora local: misica, novelas, anuncios, comunicados diversos, asi como la voz de locu- tores, unos venidos de fuera y otros nativos; a los pocos meses el auditorio era considerable, no as los ingresos de la naciente empresa, Pasadlo un ajo, los inversionistas, acos- tumbrados a ganar millonadas cada temporada con la venta del algodén, decidieron retirarse - de la empresa al no obtener las utilidades que esperaban. Roque entendié el problema, como pudo adquirié las acciones de los renunciantes y se quedé como principal accionista de la radio, acompajiandole su hermano Oscar, que desde el principio fungia como gerente. Roque dio asi muestra de fe, tanto en el futuro de la radio como en si mismo. Comunicador por excelencia Siendo joven ain, Roque se convierte 154 Roque Chavez, pionero de la radiodifusién en Guasave, en una transmision a prineipios de 1959. A su lado (de pie) el «Mago» Obeso. en millonario, pero joven también sufre la caida mas grande de su vida a consecuencia del «crack» algodonero, Se queda en la calle. Y welve a mostrar la fe que le caracteriza, viene al reencuentro de lo que es su vida: la comuni- cacién, se introduce de lleno a la radiodifusion y se conecta a nivel nacional con gente del me- dio. Refuerza sus conocimientos para informar, divertir, comerciar e introducir inclusive tarea cul- tural entre los radio escuchas, presentando en- trevistas como grandes personajes de la época. Roque se fortalece, penetra en Nogales y funda radio XEXW, que vende més tarde por imposibilidad de atenderla. Se introduce en Los Mochis, en donde ya existen estaciones de radio, pero su presen- cia nacional -participa por entonces en las acti- vidades de la Camara de la Industria de la Ra- dio- y las nuevas ideas, le abren el camino del éxito y le convierten en personaje regional: ha lleva competencia y enriquecido el medi En TNT Radio 65, de Los Mochis, pene- tra al pueblo y llama poderosamente la aten- cién. Hace un radio agresivo que llega a notarse en el dmbito nacional, tanto en el manejo de la informacién como en el de talento local artisti- co. (A 4l se debe el «slogan» publicitario que dio a conocer a Guasave en el concierto nacional: «Guasave, corazén agricola de Méxi- co», que en efecto, identifica a Guasave en el mapa de la Repéblica). Con el radio que inaugura en Los Mochis, Roque forma parte del grupo de estaciones que desde entonces intentaba desligarse de los «pulpos» de la radiodifu- sion en México, Siempre se lamenté de que la radio comercial se controlara desde México, imponiendo todos los cartabones del mundo, y creando ademas los habitos que impusieron a través de las compaitias anunciantes, accién que beneficiaba sobre todo a las cadenas nacionales. Para dar una idea de la explota- cién de que eran objeto los empresarios radiofénicos de la época, va un ejemplo: las cadenas nacionales cobraban el 50 por ciento de la publicidad enviada a la radio de provincia, sin realizar ninguna inver- sion. Por cuenta de los empresarios loca- les corrian todos los gastos, inclusive la transmi- sién de novelas. Ello gest un movimiento de independi- zacién que empresarios de la época como Enri- que Max Gémez Blanco, Héctor Ramos, Roque Chavez, Oscar Pérez Escobosa, hicieron ‘truntor fiempo después, derrotando nada menos que a las cadenas radiofénicas de don Emilio Azcérraga. Como resultado, este grupo de lucha- dores crean més tarde la empresa PROMOMEDIOS, que empieza a imponer cier- fas cosas en México, a tal extremo que ya tiene oficinas en Monterrey, Guadalajara y Leon. Gente como Roque Chavez provocan otro tipo de presencia radiofénica, entran a los sistemas modemos con audacia y talento; logran audiciones increibles e impiden que el periédico © la television les arrebaten radioescuchas. Arriba incursiona junto con otros radiodifusores de Sinaloa en la Camara de la Radio y juntos llegan a ser parte determinante en lo fenlodiin dala ley de Radio y Televi- sion. Las inquietudes de Roque le llevan a crear una radio distinta ya con la vision de FM, orien- ta la programacién hacia las cosas distintas. ‘Crea XEZA, se sale del rancheraje, del gtito, de la saturacién de anuncios, de una con- finuidad ya muy anquilosada y la’ convierte en una estacién moderna y atractiva. En Guasave se establecié hace 8 afios la FM por inquietudes ‘Roque se ha codeado con importantes magnates de la radio en México. de Roque. Comunicador ante todo, Roque ha ocu- pado muchos cargos dentro de la Camara de la Industria de la Radio -delegacién Sinaloa- inclu- so en la radio nacional. Nunca ha sido industrial del radio, de hecho su incursion al medio fue una eleccién ro- méntica, porque negocio en aquellos afios lo era el algodén, no la radio. Pero se quedé atrai- do no por un afin de lucro, sino por algo que le gustaba. Mas tarde su visién le dijo que aquello seria, en el transcurso del tiempo, un buen ne- gocio. Su fe se puso de manifiesto una vez més en estos dltimos meses, al ser nominado candi- dato a presidente municipal de Guasave. Como todo buen ciudadano, como as- piracién humana, deseaba llegar algin dia a ser el representante de su pueblo. Tres afios an- tes se barajé su nombre, aunque las circunstan- cias no permitieron el cumplimiento de tal pro- posito. No se desmoraliz6, continué trabajan- do como siempre, y llevando por delante su fe caracteristica vio como en forma undnime sus coterraneos le brindaron su apoyo y simpatia para encabezar el gobierno municipal de Guasave, a partir del primero de enero de 1981. Otra vez triunfé la fe del hombre. Tomado de la revista «PRESAGIO». No. 43. Enero de 1981. 155 La hoteleria en Guasave Manvel Rodriguez Larios La hoteleria en Guasave es relativamente nueva. El aislamien- to sufrido por la cabecera munici- pal hasta 1955, afio en que fue terminada la carretera federal México 15, fue determinante para we el comercio y los servicios se deen co eid De he cho, el negocio de hospedaje se redujo durante décadas a simples casas de asistencia donde se alo- joban los compradores de garban- Zo y algunos agentes viajeros de casas proveedoras del escaso co: mercio. Los negocios grandes eran, por lo general sucursales de em- presas ubicadas en Los Mochis o Guamichil, poblaciones mas comu- nicadas que Guasave. Se comia en las mismas casas de asistencia 0 en fondas establecidas cer- ca del mercado municipal. Fue en 1940, con la construccién del Hotel Moctezuma, propiedad del sefior Isidro G. Rodriguez, cuando esta area de servicios ini- cid su etapa de especializacion ya que este poli- facético empresario construy6 un edificio desti- nado al negocio de hoteleria con 25 cuartos, 15 de los cuales contaban con servicios integrados. la energia eléctrica. dependia de motogeneradores propios y el agua se elevaba a los depésitos por una bomba movida con mo- tor de un cilindro. A partir de 1960, gozando ya la ciudad de servicio de agua potable, se construy6 una tercer planta que elevé a 40 las habitaciones todas con cuarto de bajio integra- do y proveidos de agua caliente por medio de una caldera de combustéleo. En 1970, el hotel contaba ya con aire acondicionado en todas las habitaciones. Desde fines del afio 2000, el Hotel Moctezuma esté cerrado temporalmente. En 1960, el comerciante Manuel Luque Quifiones, construyé otro hotel, el Hotel del Ro- 156 En 1940 inici6 sus actividades el viejo hotel Moctezuma. sario en la esquina de las calles Carrasco y Co- rregidora; este sumé la oferta de hospedaje con 90 habitaciones més y presenié algunos esfuer- zos novedosos pues ke el primero en instalar elevador y ofrecer un espacio para fiestas en su gran terraza del cuarto piso. Como respuesta a la demanda de hote- les de dos estrellas, se establecieron varios hote- les con reducido némero de habitaciones; inversionistas como Felipe Meza Sandoval con su Hotel San Felipe'y Ramiro Lopez Angulo, quien |. inauguré en 1991 el Hotel La Cuchilla con 25 modernas habitaciones todas con servicios inte- grados y aire acondicionado. Posteriormente surgieron otros hoteles, también de dos estrellas para satisfacer la demanda de hospedoje por parte de compradores de productos agric agentes viajeros, profesionistas y familias visi- tantes de la regién; estos son el Hotel Isabel, el Hotel Las Palmas y el San Francisco. Se habra de tomar en cuenta también, como oferente de espacios para hospedaje, al Hotel Fenix con mas de cincuenta ajios de servicio en el rango de una estrella. El moderno hotel El Sembrador. Para cubrir necesidades propias de una ciudad en desarrollo, un inquieto empresario: Jesis Félix Gastélum, construyé en 1977 el pri- mer motel de la ciudad, Motel San Enrique, con 30 habitaciones. Por lo general estas empresas se situan en zonas urbanas periféricas por lo que, al estar ubicado en una céntrica zona de la ciudad, tuvo algunas opiniones pesimistas acerca de su éxito. Sin embargo, pronto au- mento su oferta de habitaciones a 48 y ha logrado prosperidad creciente, pues ha man- tenido alta ocupacién ain en épocas de cri- sis. Por otra parte tres cémodos moteles. Motel La Missién, Motel Treeble Park y Mo- tel La Flor, operando en el drea suburbana de la ciudad permiten, asimismo, corrobo rar el avance que ha experimentado la i dustria de los servicios turisticos inexistente hace unas cuantas décadas. En un trabajo que hable de hoteleria ino es: posible dejar por fiera:a un: hotel qua aunque ubicado lejos de la ciudad, representa un extraordinario esfuerzo dedicado a promo- cionar Las Glorias, un bello balneario ubicado a sdlo 40 kilémetros de la ciudad donde el Ho- fel Cangrejo Moro se ha ganado a pulso ol figu- rar como primero en su género. El ya fallecido Hugo Miguel Salgueiro lo fundé mas con ilusio- nes que con capital y hoy es un hotel frente a la playa visitado inuolmente por cientos de turii tas extranjeros donde no sélo se hospedan sino que disfrutan de una excelente cocina. El Hotel El Sembrador merece cerrar esta mirada panoramica a las empresas de hospe- daje en Guasave porque no s6lo es un hotel con categoria de cuatro estrellas sino porque repre- senta un esfuerzo conjunto realizado por mu- chos guasavenses que se agruparon bajo el liderazgo del entonces presidente municipal José Luis Leyson Castro y, formando una sociedad anénima, reunieron un fuerte capital para la construccién de un hotel que stisficiera las ex- pectativas del futuro desarrollo de la ciudad. El resultado fue este hotel con 10 suites y 95 habi- faciones tradicionales dotadas de todas las co- modidades. El Sembrador integra en su edificio un restaurante de primera clase: El Granero; un centro nocturno: E| Domo; el Lobby-bar Alame- da y un cémodo salén de eventos denominado Los Candiles que permite al hotel ofrecer un com- pleto paquete de servicios los cuales completan una oferta de alto nivel para inversionistas, eje- cutivos de empresas y visitantes distinguidos que llegan a la regién del valle del Petatlan, 157 El romanticismo en pleno, Isela Arredondo y Heriberto Soberanes Paty Servin En la ciudad de México se dio el encuentro entre Isela Arredondo y Heriberto Soberanes, dos guasavenses que aparte de compartir su amor, los une el ta- lento musical. El con sus prodi- giosas manos en la guitarra y ella con su exquisita voz. EI Dueto Soberanes, nombre artistico, ha gozado momentos inolvidables en sus vidas. Como lo es el recordar los tiempos en los que se cono- cieron. Tambien disfrutan el ser padres y, sobre todo, trabajar en esto que es una pasién para ambos. Para él no fue facil con- seguir el amor de esta guapa mu- jer sinaloense, pero después de tanto hacer su luchita, lo logr6. Un 21 de agosto de 1983 unieron sus destinos. El fruto de ese amor son Heriberto y Cristhian Santia- go, de 15 y 7 afios de edad, quie- nes llevan un perfil artisiico, ya que heredaron el sentido musical. El pr mero toca instrumentos y el segun- do canta. Isela se remonta afios atrés cuando dice que Heriberto la vio por primera vez en una de las calles de su natal tierra, la siguié, pero no pudo aleanzarla. A 3U regreso a Fe- deral, donde él ya estu- diaba en el Conserva- torio Nacional de Mé- 158 sica, la vio en un album de fotografias de un paisano suyo. El dijo, es mi cufiada y viene la siguiente semana, asi que desde ahi h historia se escribio. La sefiora de Soberanes sefiala que vie- ne de familia de misicos. Su padre, Pablo, a sus 70 aiios toca la trompeta en una banda; su ma- dre, Maria del Rosario, tiene en su hogar a siete hijos que cantan bien, pero sélo dos lo hacen profesionalmente. En cambio él asegura que de sus seis hermanos él es el nico, aunque su padre, Heriberto, es de profesién contador, pero con sensibilidad artistica por el lado de la fotografia y podria haberle llegado por los tios abuelos paternos, y del lado de su mamé, Trinidad, don- de hubo cantores, pero muy atras. De su historia musical, dice el entrevis- tado, un bendito regalo que recibié como a los 9 afios de edad de su madrina Petrita le marc el destino, fue una guitarrista con la que empe- z6 a tocar a como Dios le dio a entender. El capitulo revelador lo tuvo a los 11 6 12 afios cuando iba camino a casa, escuché a unas cuerdas y le gustd el sonido, se asom6 por la ventana y estaba un sefior ahi tocando la gui- tarra, Ahora sabe que era un estilo mexicano tipo Antonio Bibriesca... «En ese momento es cuando supe cual era mi vocacién, senti un atrac- tivo inmediato. Debo decirles que a esa persona aiios después vine a verla de nuevo, es el inge- niero Martinez». Asimismo, cita a la gente que le dio sus primeras ensefianzas antes de ir al conservato- rio, entre ellos Teodoro Ramirez, Arnoldo Peraza, Luis Antonio Lopez, con éste dltimo des- cubrié el bolero, al cual se aficiond. También Jorge Isidro Gonzélez, Adolfo Lopez y Pail Ahu- mada. En cambio ella sefiala que empezé en la cantada con Heriberto, ya de madre. «Me acuerdo que él estaba presentando un concierto en la inauguracién de t Casa de la Cultura de la UAS. Terminé su actuacién y de repente dijo, «tengo a una persona conmigo que canta muy. bonito», yo me dije quién seré, esperaba que apareciera alguien, a la vez me extrafié que él no me comentara nada, pero era yo. Ahi fue mi primera actuacién en piblico con la canci6n «Ja- cinto Cenobio». Fue algo precioso para mi por- que no me imaginaba que iba a tener acepta- ci6n. Fue de una, y a partir de ahi empezamos. Después nos invitaban a las pefias universitarias, etc. En ese tiempo eran Heriberto Soberanes y su esposa, después hicieron el cuarteto Los Tri- nos, enseguida el Cuarteto Buenaventura con los hermanos Bernal, luego formaron el Cuarteto Soberanes con Sergio y Rodolfo, y ya se queda- ron como par, hace aproximadamente siete afios. EI maestro Soberanes como solista y con Isela como compaitia ha grabado discos, uno fue a finales de los 70's al lado de Fausto Gonzélez, dos mas como solista de clasico, uno con Los Trinos, y otro con el Cuarteto Soberanes». Ahora viene el primero como dueto titu- lado «Siempre contigo» que presentaran el dia 22 del presente a las 20:30 horas en el Teatro Pablo de Villavicencio. En él se incluiran piezas de boleros tradicionales mexicanos, como por ejemplo «Cien Afios», «Frenesi», asi como re- pertorio caribefio, no salsa pero son «De que callada manera», pieza cubana; «Burbujas de amor» y «Quiza, quiza», puertorriquefias; «Amarraditos», de Chabuca Granda; solos de guitarra como «Caballo negro», etc. Por otro lado el maestro grabaré un disco que saldré en abril o mayo de misica dlasica. aY qué tan roménticos son? Mucho. Es lo que nos gusta a los dos, por eso cantamos esa mésica. Agrega Isela que si no esta cantando, busca un espacio porque lo traen en la sangre y lo disfrutan, al igual que estar en casa y comer juntos los Soberanes Arredondo. Cémo le va en el arte culinario? Dicen mis hijos y mi marido que bien, les gusta las enchiladas de jamén, y en especial a él lo conquisto con la cazvela, todo lo que son caldos.. Qué me puede decir uno del otro? Isela.- Que me gustan muchas cosas: Es excelente padre, paciente con sus hijos, conmi- go, con sus alumnos. Su manera de tocar y que yo soy su primer fan, 159 Heriberto.- Una de las cosas que mas me gustan es su forma de ser y lo ro- mantica y carifiosa para conmigo; que comparte las cosas que a mi se me dan; que trabaja- mos juntos; megusta como cocina, que se esta pre- parando constante- mente y es una sefio- ra que se cuida en lo fisico y su voz la, escucho con agra- do. sQué creen que serian si no artistas? Isela.- la verdad es que no iba a servir para la profesién que | estudié, Técnico Dental, segura- mente en lugar de arreglar algo lohubieraechado a perder, porque mi fuerte es la mo- sica y el canto. Heriberto.- Si encontré mi voca- cién, pero uno nunca sabe lo que le va a pasar. Por lo que he pensado que seria inventor, lo he sido en cier- fa manera con la creacién de m ca, pero me refiero a algo de tipo utilita- tio. $Satisfechos con lo logrado? Ambos.- Hemos luchado mucho. Tene- mos bastante aceptacién y todavia hay muchos planes, porque cuando diga uno ya me aprendi todo, es tiempo de partir. Si bien es cierto, de habernos ido al DF aceptando las invitaciones la historia fuera otra, no sé si bien o mal, lo cierto es que no nos llamé la atencién para los hijos, deseaba algo tranquilo pero conectado, 160 porque hay que estar en el mundo terrenal, y Culiacén da eso. La decisién fue buena, vivimos unidos como familia y hemos visto crecer a Culiacén en el de- sarrollo de turismo, los festi- vales culturales y hay mu- cho potencial adn, esta- “— remos bien aqui hasta “que agarremos el fren sin regreso. Iselay Heriberto han pi- __ sado escenarios grandes en otras partes del mundo, en una ocasién | legeron al pro- grama ECO, donde los entre- visté Juan «El Gallo» Calde- rén. Maria de Lourdes los apo- yé para presen- tarlos en la casa de la mésica mexi- cana; Ferrusquilla los apadrind, los im- pulsaron Enrique Pefia Batiz, el ex go- bernador Labastida y otros. 3Como misicos cudles son sus suefios? . Son cosas que van ca- minondo. Hemos hecho una prome- sa, es algo que necesitamos disciplinar en cuanto a distribucién y es grabar un disco por afio de aqui a que tengamos vida artistica. Y como suefio principal e importante es, que nues- tros hijos sean gente feliz creativa, productiva, ubicada, que tenga su dosis de realidad y crea” tividad, para que no choquen y disfruten de esas ‘otras cosas que no da el mundo. Tomado de El Debate. Febrero 8 del 2001. Una anécdota de «El Chichilia» «El Articulo 100» José Ma. Figueroa Diaz Los veinte pesos diarios que le pagaban Casimiro Zamora Lopez como juez mixto en Bamoa, no le alcanzaban para nada. Tenia una que otra entrada extra por «conceptos diver- sos, pero siempre andaba mas pelado que un ejote. Cierto que no pagaba nada en los jolgorios o banquetes politicos, a los que siem- pre se autoinvitaba, pero como siempre andaba mariposeando con las muchachas del pueblo, requeria andar bien puesto, comprar regolitos para ellas y dar el chivo a su primer frente. Un dia amanecié langaro, desbilletado y sentado en la silla de su destartalado escrito- Tio, puso a trabajar a su cacumen y le brincé la chispa para tratar de salir de su brujez. Se acor- do que un tipo del pueblo se habia raptado -por las buenas- a una jovenzuela. Llamé a un poli- cia y le dijo: ve por Ramén y por la Timotea. no quieren venir por las buenas te lo traes por la fuerza fisica. El cumplido gendarme llevé los tortolos a la presencia de «El Chichiliam. Ipsofacto orde- né también que le llevaran a la madre de la recién desposada, pero el padre del golén al darse cuenta de bi que ccurria, -las noticias en los pue- blos corren y vuelan como gal- gos-, llegé al juzgado en los precisos momentos en que Casimiro -que por cierto mi- raba muy bien, en forma completa, no hacia honor a su nombre- interrogaba en forma severa a la autora de los dias de Timotea. -Aqui tengo a la porejita, sefiora -le dijo- qué pide usted contra él? -Pos que se casen - 6 N le contest6 dofia Eufrasia, asi se llamaba la acon- gojada mujer. Fue en ese preciso instante cuando apa- recié en la puerta el progenitor de Ramoncito, Te vas a matrimoniar o te meto veinte aiios de carcel -le dijo Casimiro al ojeroso y palido mancebo. El hombre que estaba parado en el qui- cio de la puerta hizo una sefia al juez y como bandera agité en la mano un billete de cien pe- 0s, Los ojos de «El Chichilia» brillaron mas que Jos de un venado en noche sin luna. “Sefiora -casi grité Zamora Lépez- con fodo el respeto respetuoso que usted me mere- ce, le quiero hacer una preguntita: usted y su marido son casados...? -Pos no sefior Chichilia -le contestd- hace 28 afios que me fui con él y desde entonces vivi- mos muy agusto. Me cumple en todo y yo tam- ign... jAh... ch... -dijo «El Chichilic» con voz apesumbrada: jEntonces ustedes también han infringido la Ley, y creo que también los voy a meter al bote, de conformidad con el articulo 100. El famoso articulo 100 no era otra cosa gue al billete que el papa del novio todavia ale- teaba en sus (para el modo de ver de Casimiro) blancas y perfumadas manos... Casimiro, eché un escupitajo al suelo, se limpié la boca con el pafivelo colorado, mird fijamente a dofia Eufrasia y dicts saloménica sen- tencia: -Aqui no hay delito que perseguir, pues «donde brincé la chiva vieja también brincé la chiva nueva». -Ya pueden irse... Tomado de Ia revista «PRESAGIO». No. 41. Noviembre de 1980. 161 Dr. Antonio Diaz de Leén Menchaca: Campeador de la medicina Gustavo Cortés Farias Es dificil hablar sobre este destacado fa- cultativo, que se consagré al ejercicio de su pro- fesién atendiendo lo mismo al que podria cubrir sus servicios profesionales como al que nada te- na. Antonio Diaz de Leén, Tofio para sus amigos, el loco Toto para aquellos que sabién- dolo ameritado fueron o son mordaces, agrios ‘© amargos para referirse a su persona. En ho- nor a la verdad debe decirse que fue un médico disciplinado, pionero de avanzada, con una amplia vision que demostr6 al asistir a cuanto congreso sobre la profesién, se llevaba a cabo en fa Repiblica, zAmbicioso? Si, lo fue. Hasta su llegada a Guasave, nadie habia practicado la cirugio mas allé de absce- sos superficiales y sutu- rade heridas también, con esas caracteris- ticas; interven- 162 ciones quirirgicas, aquellas que no podian ser reemplazadas y que no obstante la oposicién de sus colegas apoyaron siempre en sus arrai- godas acciones, de las cuales salia siempre ai- Toso. Cuando llegué aqui a principios de 1949 los médicos de la regién eran Joaquin Camacho Téllez, Sdstenes Mercado Torrero, Ernesto Ca- brera Cordoba, Antonio Olea Ibarra, Manvel Romero Pérez, Ramiro Pérez Logan y el ciruja- no dentista Martin Vega y Vega y el doctor Diaz de Leén ya trabajaba arduamente para la crea- cién de su sanatorio, lo hizo durante afios, cris talizando su proyecto. Su recia personalidad y su cardcter a veces, intransigente, ayudé bas- fante. Lo recuerdo perfectamente; era mas bien alto, de cuerpo robusto, cabeza poderosa, ros- fro medianamente equilino, mirada alerta, que contrastaba con su bigote recortado. Sus manos eran grandes, fires, seguras a la hora de una operaciémy En fa Facultad 2e habia ganadorel mote de el chapeteado. Poseia una gran agili- dad mental. Gustaba de los paseos en avion y de manera semanal 0 quincenal llevaba a cabo. excursiones a Navachiste © Macapule. El mar fue su refugio espiritual. Fue un estudiante pobre, huérfano de Ire, lo que templé su caracter para sobresa- ir con éxito en sus actividades. Utilizé su talento para superar limita- ciones, zanjar dificultades y roces entre su per- sonal y colegas. La organizacién por éf impuesta para materializar un centro de servicios médicos las yeinticuatro horas y todos los dias del afio fue vital. Aun me parece ver los pinos cenicientos en la banqueta de ladrillos y dos baneas color ver- de, desvencijadas, en donde se sentaban los vonipas. 6 aquellas quai lentan_-enterma encamados, releiando lo popular de los servi- cios ahi prestados. Poco a poco fue mejorando su equipo mdioo; profestonaliziindose también el perso- nal médico y paramédico asi como sus instala- ciones fisicas. Fue Diaz de Leén un hombre respetuoso de las personas, sus colegas, pero en particular con el personal que lo acompaiié en su sanato- rio. Disfruté de a lectura lo que le facilité no quedarse rezagado en su ie y estar al dia con los adelantos de la medici Fue reconocido su clominio sobre la ci- rugia general, sv habilidad para la cirugia de urgencias y traumatologia.. Sofi6 con legar a esta comunidad el so- natorio, fruto de su entrega profesional para que funcionara como una unidad médica de asisten- cia civil. Su maxima ilusién fue morir con el bi furi en la mano. Su obra es.digna del reconoci- miento de los guasavenses. El sanatorio Diaz de Leén todavia en servi 163 Carta a Guasave Héctor M, Paliza Cuando fué que el rio Petatlan -cuna y sudario- dejé de ser amenaza para converfirse en fuente de verde milagreria? Deben haber pasado muchas inundacio~ nes desde que Hernando de Villafafie inscribié su nombre en las aguas del rio, hasta que yo te conociera, a la mitad del camino entre la histo- ria y el porvenir. Entre el fervor andariego de los jesuitas constructores de iglesias y la apertura del canal de Blas Valenzuela; entre las comelitonas de Al- varo Obregén en El Cubilete o Chuchumicari y el auge del algodén; entre la devoci6n a la Vir- gen del Rosario, hermanada sélo con la Cande- vestidos. 164 ‘Al amigo Héctor M. Palica no se le podia escapar en su Carta a Guasave hacer mencién de don Blas Valenzuela, personaje de leyenda en el dmbito guasavense. Aqui lo vemos, al centro, en 1925, rodeado de un grupo de guapas seitoritas y eaballeros bien laria de Quila y el arribo de los primeros co- merciantes a quienes arrojé la sierra sobre el naciente valle, después del ocaso minero en Sinaloa de Leyva y la declinacién de la antigua Angostura. Lo cierto es que llegué a tus tierras cuan- do las fiestas de Jando Lopez ~gTe acuerdas Silvia?- eran tan interminables como sus charlas con don Eme Carlén, sobre caballos, faldas y valses de Miguel C. Castro, en ese orden; cuan- do Angel Galvan barria con escoba y E| Regio- nal de Romualdo Ruiz Payén daba con alboro- zo la bienvenida a la era del progreso, anun- ciada de manera oficial con la mecanizacién del campo; el imperialismo de la Anderson Clayton; los primeros sobresaltos del Banco Ejidal; la he- gemonia comercial de Los Toledo, Luque y Chavez y el patriarcado de don Isidro Rodriguez, hom- bre de muchas facetas y variados ingenios. En el sur del Estado, mientras tanto, se curaban las heridas de un bandolerismo desorejador de maestros por el rumbo de El Verde y el Ingenio de El Roble, en tanto que los caci- ques hacian tertulia en la sefiorial cantina del Hotel Belmar. Eran tiempos de los Coppel, los Rueda y por supuesto de los Fuentevilla, que apenas sospechaban la existencia del pirata Ju- lio Verdegué. En la Camara de Diputados ensayaban el desafuero de! gobernador Enrique Pérez Arce, diputados de la camada de Polo Sanchez Celis y Tofio Toledo Corro; Alfonso Calderén, profu- go de las pinzas de electricista ponia sus ojos en el enmontado Valle de El Carrizo, queriendo ser agricultor, a despeche de la SICAE y de Canuto Ibarra. En Guamichil, los Macias Fernandez, Lauro Diaz y Romo conspiraban en el Hotel Davimar, entre anécdota y trago, para arran- carle un cacho a Mocorito, ante la desespera- cién del doctor Pefia, quien se castigé con un ostracismo que iba a durar siglos. Entonces te conoci, Guasave, invitado por un Roque Chavez que apenas balbuceaba la palabra radiodifusion, entre pesada y pesa- da de algodén pero rumiando ya el lema que te iba a quedar para siempre. Si, ése que te ase- gura ser el coraz6n agricola de México. Hoy wuelvo, tras una breve ausencia de freinta afios, para recordarte como eras, aun- que més bien para ser testigo de tu transito a la grandeza. La melancolia de los bailes en la Alber- ca y el Casino Cervantes, con Luis Ibarra y Aquiles Castro, cede al influjo de una alegria que no has perdido; de la anécdota vivida por Margarito Quifiénez, Emilio Menchaca, Chano Leyva y don Pablo Rubio, quien todavia no re- nuncia a seguir participando en la cosa péblica, a pesar de la admonicién del mayo de El Amole. Cede también ante la transformacién de los gatales que bordeaban el camino a Los Mochis, en poblados tan vigorozos como Juan José Rios, Ruiz Cortinez y Leyva Solano; ante la ternura de las muchachas que ya abuelean como yo y la presencia de los «Algodoneros de Guasave» que sustituyen con creces a los inci- pientes idolos beisboleros de la regién, cuyas hazafias intentaba narrar «El mago» Obeso, en el viejo Parque Revolucién. Hoy me abres de nuevo tus puertas, con- vertido en potencia agricola, al empuje de hom- bres que eran promesa en mi tiempo y que lve- go dedicaron sus afanes a servir a su comuni- dad, como Miguel Leyson, Pepechuy, «El sordo> Félix, los Fonseca y los Mariano y Emeterio Carlén. 8Y sabes una cosa, Guasave? ‘A pesar de que te han invadido gentes de todos los rumbos, siento.que no has perdido tu esencia. Que la buena convivencia sigue sien- do la regla; que el trabajo no rife con el retum- bo de la tambora y que las mujeres siguen sien- do tan guapas y elegantes como ayer. No pierdas el porte, Guasave, aunque la Presa de Bacurato te haga millonario; no aflo- jes el paso para recobrar el tiempo perdido, porque, como dice Roque Chavez, ya es hora de brincar la raya. Enhorabuena y gracias por tu hospitali- dad. Tomado de la revista «PRESAGIO». “No, 44. Febrero de 1981 165

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