PONTIFICIA
UNIVERSIDAD
CATOLICA
DE CHILE
Chile
HISTORIA Y PRESENTE
UNA VISION INTERDISCIPLINARIA
Qe NURIA ALSINA JARA
TE lia, Cree ALFREDO RIQUELME SEGOVIA
Editores
Document de trabajo
3° edicién, diciembre 2004
VICERRECTORIA ACADEMICA — DIRECCION DF INTERCAMBIO ACADEMICO Y ASUNTOS INTERNACIONALESCREACION MUSICAL EN CHILE EN EL SIGLO XX.
TRADICION Y PUESTA AL DIA: DOS DESAFIOS '
CARMEN PENA FUENZALIDA*
Este texto tiene como objetivo presentar un breve pano-
rama de algunos hitos que han contribuido al desarrollo
de la creacién docta en Chile durante el siglo XX
Uno de los aspectos que ha caracterizado a esta pro-
duccién musical es la coexistencia de diferentes tenden-
cias y estos, su intima relacién con los procesos hist6ri-
co-culturales que ha vivido el pais y la diversidad de par-
ticipantes en el proceso creativo. De aha difcultad para
proporcionar una visién justa de nuestro sigio. Alo ante-
rior sesuma la carencia de estudios sobre numerosos com
positores y su obra y, por qué no sefalarlo, ausencias y
visiones parceladas de acontecimientos y aportes.
No obstante, y conscientes de las omisionesen que
‘se incurriré y de la variedad de enfoques para tratar el
tema, el escrito realiza una descripcién desde las prime
ras décadas hasta 1990 aproximadamente. En él se ha
puesto especial énfasis en dos de las ideas que gravita-
ron durante toda la centuria: tradici6n y puesta al dia
(contemporanizacién). S6lo a modo de referencia se in
cluy6 algunas pinceladas hist6ricas" y, en la medida de
loposible, se ha dejado hablar a los actores del quehacer
musical. Como complemento al texto principal, margi-
naclo hacia la derecha, se han consignado algunos co
mentarios e informaciones.
Ideas pre
América Latina es una cultura compleja que surge
det encuentro de dos mundos muy diferentes que atin
no terminan de integrarse. La diversidad de componen-
tes que confluyen-de Europa, Africa y América~le otor-
gan, segiin el decir de Alejo Carpentier, la condicién de
nares
“encrucijada planetaria, lugar de sincretismos,
1 Eltestoes una versinampliagayrevisada del tena es
transculturaciones, simbiosis de msicas ain
rimigenias o ya muy elaboradas,
Chile, y América Latina, ofrece un variado reper-
torio musical originado de matrices culturales diferen-
tes, siendo el de la miisica de arte, docta o académica, el
que se diferencia mayormente de los demés, entre otros
factores, por su cardcter de miisica escrite -no oral- y
por constituirse en el corpus més reciente debido a que,
Cuantitativamente, en su mayor parte data del siglo XX.
Un aspecto que marcé a la creacién occidental a
comienzos de la centuria fue la reformulacién del len=
sguaje musical. La emancipacion de la disonancia llevé a
la ruptura de los cénones romanticos, produciéndose con
ello la crisis de la tonalidad. Esta crisis trajo como con:
secuencia, al menos, dos aspectos importantes: la
objetivacién de la propuesta musical y una apertura ha:
cia la exploracién del mundo sonora. Producto de este
proceso, el siglo presents una variada gama de mo
mientos y propuestas, a las cuales no escaps América
Latina y Chile.
Asi, la llegada del siglo XX enfrent6 al ambiente
‘musical chileno a diferentes problemsticas,entrelas cua-
les se encuentran el perfeccionamiento y consolidacién
de la institucionalizacién, la proyeccién de Chile en el
mundo, la renovacién de la ensefanza instrumental, la
profesionalizacién del compesitory el incentivo ala crea
Cin, todo lo cusl puso en permanente juego las ideas de
tradicién y puesta al din o contemporaneidad.
Tradicidn y puesta al dfa, tradicién y vanguardia,
continuidad y cambio, entre otros similares, fueron tér
minos que revorrieron el siglo que acaba de concluir.
Ello obedece, por una parte, a la ripida entrada de Chi
oven marco del cil “Las Caves del Are Ocidesta" efectundo en el Cent de
Egension de i P Universidad Catalica de Chile, en septembre de 1999,
2 aralos ras blstricon nels ene testo se stile coma reterencia 9 Marisna Arkin y ott 184 Clip nv sigle XN, Eastern Emison,
Samhage,
2. Algo Carpestier1977. "América Latina en a comluencia de evortenada histricas ys repercusiin ot fa aus’ en Fabel Avete (relator
Aue [atiat os sie, Siglo Vewniuno, Mexia, pT(CHILE 2006 / HISTORIA ¥ PRESENTE UNA VISION INTERDISCIPLANARIA
lea los procesos de modernizacién, que en todos los
Ambitos marcaron el siglo, ¥, por otra, ala permanente
preocupacién por la identidad, De este modo, el artis-
ta se ha visto enfrentado a un problema clave: su iden-
tidad en un espacio cultural en proceso de definici6n,
con referentes de tradicién dispersos y a veces
descontinuados!
Si bien esta bisqueda de identidad cultural tiene
tuna enorme importancia en la creacién debido a que tam-
bién es una busqueda de la autonomia, sta ha ido de la
mano con el problema de la contemporaneidad, basada
‘en el conocimiento y asimilacién de las técnicas y estéti-
ca musicales contemporaneas. El resultado ha sido el de
‘una heterogeneidad estética que, segiinel maestro Cirilo
Vila, en nuestro pats ha tenido una convivencia bastan-
te pacifica®. A su juicio, la heterogeneidad ~aspecto
medular y continuo del sigio~ ha sido fruto, entre otros
factores, del desconocimiento y desvinculacién de mu-
chos compositores de la miisica popular y folelérica y
de la incorporacién inorgénica de influencias fordneas
con el objeto de llenar una carencia respecto de Europa,
cuya respuesta a los movimientos responde a una evo-
lucién ininterrumpida que no es comparable con la chi-
lena y latinoamericana*. Vale decir, la répida incorpora-
cién de elementos nuevos ha dificultado decantar los
anteriores, aspecto que afecta en el oficio del creador.
La heterogeneidad se ha producido como una res-
puesta ala dindmica propia del siglo que, con una mira-
da desde los centros hegeménicos, particularmente Eu-
ropa, ha acentuado un rol determinado a la musica y a
los miisicos: la obra como objeto de arte y el concierto
como el lugar de comunicacién de la obra, todo ello en
“un espacio piiblico que se diferencia radicalmente de la
situacién musical de los siglos anteriores. No obstante,
y-con todos los matices que puedan establecerse, fue en
el siglo XIX cuando comenz6 a gestarse un proceso que
llegé a su consolidacién en la centuria siguiente. Asi lo
demuestra el enjundioso trabajo de Luis Merino, “Tra-
dicién y modernidad en la ceacién musical: fa experien-
cia de Federico Guzman en el Chile independiente”,
publicado en 1993",
4 Carmen Pata y Rodrigo Torres. 198. Eile enti deh
5
Fosofin dels Universidad Calica de Chile, Santino 9
6 Ibid, pps-10
De este modo, el nuevo escenario, que inicia la
‘etapa contempordnea de la creacién musical chilena, no
estuvo exento de conflicto, Por una parte miré hacia cen-
tros metropolitanos de Ia cultura, ejes del pensamiento
estético musical de occidente y, por otra, evidencié un
permanente anhelo de autonomia, de consolidacién de
luna propuesta estético-musical propia y original
Esta relacién -mirada a centros cosmopolitas y an-
helo de autonomia~ no ha sido homogénea ni pasiva
entre la misica chilena y la vanguardia musical europea
ha habido momentos de distanciamiento y desfase y
‘otros de sincronia. En este plano es donde tuvieron gra-
vitacin algunos compositores que con su accién se com-
prometieron en la cruzada de la contemporanizacién -0
puesta al dia-, aportando con propuestas personales de
influencia en el medio local, o en ambos aspectos?
Para llevar a cabo esta tarea, fue fundamental el
proceso de profesionalizacién del creador y el soporte
de una organizacién e infraestructura adecuadas. Los
compositores chilenos dieron una larga lucha por lograr
tuna formacién especializada en el pais; vale decir, ad-
quirir una técnica sélida y oficio profesional que le per-
mitiera "resolver, con criterio personal y contempora-
neo, los problemas inherentes a la creacién musical”*
Paralelamente, fue necesario implementar los mecanis-
mos que facilitaran la fluida comunicacién de la musica
con la sociedad. Fn el caso de Chile, e! apoyo del Estado
yy especialmente la tutela de la universidad ~primerocon
la accién de la Universidad de Chile y, mas adelante, del
sistema universitario en su conjunto~ han proporciona-
do los espacios y condiciones para la continuidad y au-
tonomia de la creacién docta,
Una somera revisin de algunos hitos y aportesen
nuestra historia musical servirén para ilustrar este com-
plejo proceso.
Las primeras décadas
El sistema politico que imperé en Chile con pos
tetioridad a la Revolucion de 1891 y hasta 1920 fue el
parlamentarismo. En general, el periodo se caracteriz6
por ser una época de paz interior y exterior, aunque no
rela, Santiago, tomo 21, p78
sta a Cink Vila en Gaston Soublete. 1990, “De la musica y les misicaschilenos", Ast, N° 23, lasituta de Etta, Facultad de
71998. RMCh, NLNIL/I79 (enerojunic), pp5-€8; 1993. RMICh, XLVH/180, uliodicimbre). pp 62-188 Este esidia cuestiona la vislin de
‘musiossin pasado’ enuncinda por Vicente 5
s Via. fk een musta en Chul 1900-1951 Edwiines dela Universidad de Chile
y posteriorment refrendada por Roberto Escobar. 1¥71. Mision psa, Editorial Pomaire, Sonvoge. p. 10.58
® CiPenay R Tones. «pat,
9 ld pa
160estuvo exenta de conflictos sociales. Las principales ac-
tividades econémicas fueron la mineriay la agricultura,
yelsalitre una de las principales fuentes de ingreso. A.
‘comienzos del siglo, el poder politico, social y econémi-
co estuvo en manos de una elite, no obstante ya en ia
primera década empezé a surgir el sector medio, carac-
terizado por un espiritu mas liberal y democratizador.
El ambiente intelectual se vio revitalizado en la literatu-
ra, la plastica y la misica, entre otras expresiones, y su
foco de interés fue la vision critica de la cultura
En la musica, las dos primeras décadas presentan
al primer nticleo de avanzada musical -los precurso-
res que, con la idea de “poner al dia” el medio musi-
cal, removieron las base de una larga tradicién
hegeménica de dpera italiana, Se reunieron en cenécu-
los donde compartian e intercambiaban informacién,
experiencias y ejecutaban miisica de compositores na-
cionales y europeos contemporéneos, por aquellos tiem-
pos desconocidos en el pais. A ello se sumé la accién
docente y de difusién de la composicién, tarea en la
que aportaron también valiosamente miisicos naciona-
les y extranjeros con formacién académica. Entre los
primeros cabe mencionar la labor efectuada por Enri-
que Soro al integrarse al Conservatorio Nacional de
Misica (1905) y, entre los segundos, el aporte de Luigi
Stefano Giarda, italiano que influy6 decisivamente en
la formacién de Pedro Humberto Allende, uno de nues-
tros més importantes maestros.
Esta etapa presenté diferentes propuestas que in-
Cidieron tanto en la organizacién de la vida musical
como en el quehacer creativo y que, desde el punto de
vista de Chile, tendieron a poner al dia el medio. En
algunos casos, esto se vio estrechamente vinculado a la
tradicién, en su mas amplio sentido. Algunas iniciati
vas fueron:
1- La creacién de cendculos artisticos con el objetive de
remover el ambiente cultural. Ejemplo de ello fue el
Grupo de los Diez que ca.1915 congregé a masicos,
potas, novelistas, arquitectos y pintores; y Ia Socie-
dad Bach, iniciada en 1917 como un grupo coral de
aficionados, cuya accién se consolidé en 1924 con
Domingo Santa Cruz como su principal promotor.
Grupo de los Diez: Alfonso Leng, Acario Cotapns,
Alberto Garcia Guerrero, Pedra Prado,
Manuel Magallanes Moure, Alberto Ried,
Juan Francisco Gonziile2, Julio Beltrand,
‘Augusto d’Halmar y Armando Donoso.
161
2- El inicio del sinfonismo, en ta linea de la misica
pura y enel poema sinfénico, repertorio practica-
mente desconocido en el pais hasta entonces, y al
‘cual aportaron creadores como Enrique Soro, Pe-
dro Humberto Allende, Prospero Bisquertt y Alfon-
so Leng, entre otros.
Enrique Soro: Sinfonia Roméntica (1921),
primera sinfonia compuesta en Chile.
3-La buisqueda de lo nacional, corriente que asimilé ele-
‘mentos del acervo popular a las grandes formas de la
tradicin clisico-roméntica. Surgié, asi, el nacionalis-
mo musical, importante vinculo entre la tradicién
mestiza y la misica culta, Su iniciador fue Pedro
Humberto Allende, compositor afin en varias de sus
‘bras a las técnicas y orientacién estética francesa, en
la linea de Debussy.
(Obras seferas son las Escomas canpesinas chilenas
(1913) y La vor de las calles (1920) de PH. Allende
‘Otros que se inspiraron o bien reinterpretaron la miisica
tradicional, especialmente campesina, fueron: Prospero
Bisquert, Juan Adolfo Allende, Juan Casanova Vicufa,
M, Luisa Sepilveda, Samuel Negrote y Remigio Acevedo,
tra vertiente de interés por a tadicién se crista-
1iz6 en 1a motivacion por el estudio de la méisica
mapuche. Aportes significativos en este dmbito corzes-
ponden a Carlos Lavin y Carlos Isamitt, compositor y
pintor, este tltimo, cuyo catélogo incluye cerca de vein-
ticinco obras basadas en materiales de esta tradicién
Cabe destacar que durante todo el siglo XX se man
tuvo la motivacién y busqueda de materiales provenien-
tes de la tradicién tanto mestiza como indigena
4- La introduccién definitiva de la tradicién germana,
producida como una ofensiva a la supremacia de la
pera italiana. Uno de sus principales representantes
fue Alfonso Leng, compositor de orientacién mas bien
roméntica
Importante aporte al repertorio orquestal fue
La omer ce Alsino, poerna sinfSrico (1920-1921),
inspirado en Ia novela homonima de st
companero decimal Pedra Prado‘CHILE 200 / HISTORIA Y PRESENTE UNA VISION INTERDISCIPLINARIA
5+ La experiencia precursora en la linea atonal, principal
idea-fuerza de la musica de este siglo, se vio repre-
sentada por Acario Cotapos, creador autodidacta, que
tempranamente se adhiri6 a posturas vanguardistas
y experimentales en la composicién’®
Un ejemplo notable para la época
5 a Sonaia-Fantasia (1924) para piano.
Otros aspectos que incidieron en estas propuestas
fueron el perfeccionamiento de compositores en el ex-
tranjero, las acciones de la Sociedad Bach en el plano de
la difusién musical, la ensefianza y la publicacién, y, més
delante, la reforma del Conservatorio Nacional de Mii-
sica (CNM), en 1928.
Algunos compositores que viajaron al extranjer:
Enrique Soro, con apoyo del Gobierno, en el Conservatorio
Giuseppe Verdi de Milan 1898. 1905
Pedro Humberto Allende: Madrid y Paris en 1911
‘Acario Cotapos: Nueva York entre 1916 y 1926
Domingo Senta Cruz: Madrid con Conrado del
Campo, 1922-1923
La vuelta de Domingo Santa Cruz desde Europa,
1924, marcé fuertemente Ia institucionalidad de la vida
musical nacional. Su larga trayectoria académica y
organizativa le permitié relacionarse estrechamente con
compositores de varias generaciones. En la composicién
fue uno de los miisicos mas renovadores en la década
del treinta. Tomando una posicién més bien internacio-
nalista, ajena a corrientes nativistas" afin, por lo de-
més, a varios compositores-, su quehacer compositivo
fue adquiriendo la madurez.de un miisico de oficio que
‘opts y seleccioné primordialmente en funcién de la ne-
cesidad expresiva. En 1966, en un discurso dedicado a
Alfonso Letelier escribié
“Vicente Salas Vin, en su excelente obm aceren de ta
creacién musical en Chile durante el presente siglo, establece
_grupas de compositores y traza una linen que wnivia en nae
chs aspectos a Alforso Leng, « [Alfonso] Letelier ya mi}
La obsercacién del musicélogo establece ta neti coma
entre nosotros, que tiene mucho de mistien y que se aleja del
nfebre de bellezas perfects y exteriores, para ir derechamente
18 Un complete estudio sobre este compositor fue realizasn por Luis Merino, 1993,
(enero pio), pp 348
hacia algo intimo y medular. Seriamos asi un grupo romdnti-
co, mis faistico que apolineo. Los tres tenemos preferencias
andlogas, pedins a ta misica algo que no permite tomarla
objetionmente mi entretenerse con ella. La linen continuaria
clas jévenes de ahora con la bisqueda dramética, por ejem-
plo, de Leén Schidlowky"",
Logros y caminos de los afios treinta y cuarenta
A pattir de los afos veinte se vivi6 un periodo de
inestabilidad politica: dos intervenciones militares, 1924
y 1925, y la aprobacién de una nueva Carta Fundamen-
tal, que puso fin al sistema parlamentario, le otorgé
mayores atribuciones al Presidente de la Rep iblica. Des-
de la perspectiva econémica, la postguerra trajo consigo
la pérdida del monopolio del salitre y la Gran Depre-
sién de 1929 afect6 fuertemente al pais, obligéndolo a
acelerar el proceso de industrializacién, Muchos de los
problemas que debieron afrontar los mandatarios de
estos afios fueron de orden econdmico y social. Social-
mente se consolidé la clase media y su influencia se hizo
sentir. Culturalmente las décadas de 1930 y 1940 fueron
ricas. La educacién mejord, proyectindose también al
Ambito de la educacién técnica.
En la miisica, tanto en lo institucional como en lo
produciria en mi auditorio. De pron-
10 se inietd un leve rumor que, acompafiado de risas y protes-
fas, me acompaiié hasta el final. Por entonces en la sala que-
aba silo la mitad de los espectadores"
Pese alo relatado, la evaluacién fue positiva ya que,
4 8u juicio, el sélo hecho de despertar inquietud “indica
ba que ciertas fibras emocionales hbian sido violentamente
impresionadas"®
En los aos noventa se vio un resurgimiento
de la miisica electrinica y electroactstca, especialmente
cen compositores de generaciones j6venes.
En los afos sesenta, mientras algunos composito-
res continuaron la via de la nuevas tendencias, ahora
con una actitud critica mayor; la efervescencia politica,
social y cultural de Chile y el mundo dio cabida a una
mayor conciencia y preocupacién por la tradicién lati
noamericana y el muncio contemporéneo. Con ello, sur-
gid también la necesidad de realizar un arte que lograra
conjugar la tradicién oceidental europea de avanzada y
lo latinoamericano. Paralelamente, hubo una tendencia
2 recuperar la comunicacisin con el publico y I relacién
el compositor con su realidad. Algunes, sin dejar de
lado las conquistas de la contemporaneidad, abordaron
temticas hist6ricas y' testimoniales. Précticamente to-
dos los creaddores que hemes mencionado.en a vanguar-
dia se adscribieron a esta corriente con producciones,
por ejemplo, de cantatas y oratorios que renovaron la
iniisica sinfénico-vocal chilena
1 feed. pat.
Yd 112
Garcia: cantata América Insurrecta, 1962, texto P. Neruda;
L Schidlowshy: Caupolicin, 1958;
Monumentoa Bolivar, 1966;
G. Becerra : oratorio Mace Picchu, 1966;
J. Orrego Salas: cantata
América no en eano tnvacanis tx nombre, 1966;
Hi, Ramirez: cantata En Vietnam, 1970.
Al mismo tiempo, algunos compositores estable-
cieron un fuerte y rico nexo con el movimiento de milsi-
ca popular denominado la Nueva Cancién Chilena
jemplo claro de esta relaciin fue la
Cantata de Santa Maria de Iquique (1968), de Luis Advis
(tras compositores : G Becerra, J. Orrego Salas y 5 Ortega
La generacién de los ochenta y posterior
Una fuerte cambio se produjo en 1973 a causa del
golpe militar. Compositores que se encontraban fuera
de Chile, estudiando oen diversas misiones, optaron por
no volver y varios de los que permanecian en el pais
emigraron para radicarse en diferentes paises latinoa
mericanos y europeos, Se dispers6, asf, un niicleo de Ii
eres comprometidos fuerte y activamente con el que-
hacer musical nacional, Algunos organizaron su vida en
€l extranjero, otros, los menos, voivieron a Chile con
posterioridad
Los sucesos politicos que afectaron al pais reper-
cutieron en la actividad musical. Disminuyé la vida de
concertos y los estrenos fueron cada vez menos frecuen-
les. Sin embargo, ya desde finales de los setenta, una
nueva generacién, integrada por compositores nacidos.
a, 1950, comenzaron a audicionar sus obras, especial-
mente en el medio universitario.
Andrés Alealde, Eduardo Caceres, Fernando Carrasco,
Covitia Cordero, Rolando Cori, Jaime Gonzalez,
Alejancro Guarallo, Jorge Hermosila, Gabriel Matthey,
Budo Norambuena y Santiago Vera-Rivera, entre ats
Figuea clave en ta formacién de muchos de elles
fae Cinlo Vila, planista, compositor, director y maestro.
165‘CHILE 206 / HISTORIA Y PRESENTE UNA VISION INTEROISCIPLINARIA
Unaspecto destacable en este grupo, es que varios
de ellos han tenido, y algunos la mantienen, una expe-
riencia con la misica popular. En sus obras de misica
docta, los creadores de esta generacién han optado por
una variedad de tendencias y posturas. Unos se han in-