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Notas Capitulo 7 (paginas 203-224) 1. El texto del pirrafo dice: «Sane auper ad nostrum, non sine ingenti molestia, pervenit auditum quod in nonnullis partibus Alemaniae superioris, necnon in Mayuntinensi, Coloniensi, Trevirensi, Saltzburgensi et Bremensi provinciis,civitatibus, terris, locis et dioecesibus complures utriusque sexus personae, propriae salutis immemores et a fide catholica deviantes, cum daemonibus incubis et succubis abuti; ac suis incantationibus, carminibus et conjurationibus aliisque infandis superstitiis ct sortilegiis, excessibus, criminibus et delictis mulierum partus, ‘animalium foetus, terrae fruges, vinearum uvas et arborum fructus, necnon homines, mulieres, pecora, pecudes et alia diversorum generum animalia, vineas quoque, prata, perire, suffocari et extingui facereet procurare ipsosque homines, mulieres, jumenta, pecora, pecudes et animalia diris tam intrinsecis quam extrinsecis doloribus et tormentis afficereet excruciare ac eosdem homines ne gignere et mulieres non concipere, virosque ne uxoribus et mulieres ne viris actus conjugales reddere valeant impedire...» («Recientemente ha venido a nuestro cierto conocimiento, no sin que hayamos pasado por tun gran dolor, que en algunas partes de la alta Alemania, en las provincias, villas, territorios, localidades y didcesis de Mayenza, Colonia, Tréves, Salzburgo y Bremen, cierto numero de personas del uno y otto sexo, olvidando su propia salud y apartindose de la Fe Catélica, se dan a los demonios incubos y sitcubos, y por sus encantos, hechizos, conjuros, sortilegios, crimenes y actos infames, destruyen y matan el fruto en el vientre de las mujeres, ganados y otros animales de especies diferentes; destruyen las cosechas, las vides, los huertos, los prados y Jos pastos, los trigos. los granos y otras plantas y legumbres de la tierra; afligen y atormentan con dolores y males atroces, tanto interiores como exteriores, a estos mismos hombres, mujeres y bestias, rebafios y animales, e impiden que los hombres puedan engendrar y las mujeres concebir y que los maridos cumplan el deber conyugal con sus mujeres y las mujeres con sus maridos...». 2. Para Julio Caro Baroja (Las brujas y su mundo. Madrid. Alianza. 1966. pp. 107-108), la herejia de ios «catharos» debe considerarse de enorme influencia para comprender gran parte de la doctrina de los inquisidores acerca de la brujeria posterior. Algunas de las acusaciones que se hicieron contra aquella secta representan un claro antecedente de los actos de las brujas en los aquelarres. 3. Frederik Koning. Incubos y sucubos. El diablo y el sexo. Barcelona. Plaza & Janes. 1977. pp. 27-28. E] nombre deriva del babilonio Lilitu, a su vez de Jutw 0 Iulti, lascivia. 4, El Bosco, en el que singularmente pensibamos al escribir este pirrafo, pintaba para censurar, Como acertadamente sefiala Caro Baroja (op. cit. p. 269): «el trinsito colectivo del miedo a la risa 0 burla ha sido el que ha hecho que la Brujeria deje de ser también, al fin, un problema colectivo y en la tarea de sefialar este transito de modo propio para hacer perder la fe han trabajado, voluntaria o involuntariamente, los artistas: poetas, novelistas y pintores sobre todo.» Ver el capitulo dedicado a los Sitiros. 5. Fray Martin de Castafiega, Tratado de las supersticiones y hechizerias y de la possibilidad y remedio dellas. Logtoiio. 1529, [Edicisn de Juan Robert Muro Abad. Logrofio. Instituto de Estudios Riojanos. 1994. p. 281] 434 Notas paginas 203224 6, El desarrollo simétrico de tentaciones a santas y monjas, y el trasiego de incubos en conventos también se dio, con una frecuencia asimismo notable. Alphonso de Spina (+ ca. 1491), judio converso, profesor de la Universidad de Salamanca y confesor del rey Juan de Castilla (autor del tratado demonolégico Fortalitium Fidei, 1467) seitalaba que los incubos se aparecian pot la noche a las monjas, las cuales, por las mafianas, «se encontraban polucionadas como si se hubieran unido a varén [si cum iris miscerentur (Rosell Hope Robbins. Enciclopedia de la Brajeria y Demonologia. Madrid. Debate-Circulo. 1988. p. 319). La mas singular de aquellas historias es probablemente la acaecida en la persona de Magdalena de la Cruz, monja franciscana del convento de Santa Isabel en Cordoba, que adquirié fama de santa en la década de los treinta del siglo XVI por sus muchos «éxtasis y arrebatamientos del espiritue. Un elocuente resumen del proceso contra ella Ilevado lo sintetiza Juan Antonio Llorente (Historia de la Inquisicién de Espatia. Barcelona. Juan Pons. 1876. Tomo I. pp. 333-339). La fingida santa salié en auto piblico de fe el tres de mayo de 1546, acusada entre otras cosas de tener un incubo, llamado Balban, del que habria «proseguido usindolo hasta el dia de su confesidn estrajudicial», Ademas, «cuando la opinién de su santidad estaba bien sentada, hizo creer 4 las monjas y otras personas que en el dia de la anunciacién de Nuestra Sefiora habia ella concebido por obra y gracia del Espiritu Santo al nifio Jestis, y paridolo en el dia de su nacimiento; que lo envolvié en sus propios cabellos, los cuales siendo negros se volvieron rubios; que luego desaparecid el nifio, lo pidieron, y ella dio como reliquias sus cabellos a varias personas». El episodio también lo recoge Marcelino Menéndez Pelayo en Historia de Jos Heterodoxos Espanoles (Santander. Ed. Consejo Superior de Investigaciones Cientificas. 1947. Tomo IV. pp. 217-219). 7. Segiin lo califica Marcelino Menéndez Pelayo, loc. cit. pp. 365-366. 8. Método que Julio Caro Baroja (Las formas complejas de la vida religiosa (siglos XVI y XVID. Madrid. Sarpe. 1985. p. 74) denomina «acumulativo» y que consiste en la exhaustiva y erudita cita descontextualizada, lo que habitualmente confiere a la obra una credulidad ilimitada. 9. Martin Del Rio. Disquisitionum Magicarum libri sex: quibus continetur accurata curiosarum artium et vanarum superstitionum confstatio, utilis Theologis, Jurisconsultis, Medicis, Philologis. Auctore Martino Del Rio, societatis Jesu Presbytero, LL. Licentiato, et Theologiae Doctore, olim in Academia Gratzenzi. nunc in Salmanticensi publico ss. Scripturae Professore, Lugduni, Horatium Cardon. 1608. p. 84. (la primera edicién es de 1599). 10. Pierre Darmon. Le mythe de Ia procréation 4 lige baroque. Mayenne. Ed. du Seuil. 1981. p. 117. 11. H.C. Erik Midelfort. Witch Hunting in Southwestern Germany: 1562-1684: The Social and Intellectual Foundations. Stanford. Stanford University Press. 1972. 12, Francisco Ramos Bossini, Brujeria y exorcismo en Inglaterra (siglos XVI y XVI). Granada. Universidad de Granada. 1976. pp. 159-160. 13. Por entonces Inglaterra tenia cinco millones de habitantes. Un hombre trabajando todo el dia ganaba seis peniques. Doce peniques hacen un chelin y 20 chelines son una libra. Matthew Hopkins (+ 1647) fue autor de The Discovery of Witches, editado en Londres en 1647; y John Stearne, por su parte, de A Confirmation and Discovery of Witchcraft (London. 1648), 14, Juan Eslava Galin. Verdugos y torturadores. Madrid. Temas de Hoy. 1991. p.181. 15. Efectivamente, Feijoo en la decimosegunda de sus Cartas Eruditas (De los demonios incubos») arranca de las dudas de si hay incubos, si es posible el «detestable comercio» con la especie humana y si son capaces de real generacién en sus accesos (Benito Jeronimo Feijoo y Montenegro. Cartas Eruditas y Curiosas... Madrid. Gabriel Ramirez. 1765. Tomo I. p. 159). 16. El canon, de origen incierto aunque segtin Caro Baroja (Las brujas... p. 88) aparece ya en alguna coleccién a partir del siglo IX, se encuentra integrado en el Corpus Juris Canonici de Graciano en el siglo XIL. Advertia textualmente que «El alma impia cree que estas cosas Notas piginas 208224 435 no suceden en el espiritu sino en el cuerpo» y, siguiendo a San Agustin, quien cree estos acontecimientos como reales vuelve al paganismo. Jean de Salisbury (Johannis Saresberiensis), obispo de Chartres en el siglo XII, autor de Policraticus (sive de nugis curalium et vestigiis philosophorum, continens libri octo. Curavit ... Constantinus Fradin. Lugduni Batavorum. Johannes Moretus. 1595. p. 83) afirma que «Qui in quosdam exigentibus culpis, Domino ‘permittente, tanta malitiae suae licentia debacchatur, ut quod in spiritu patiuntur, miserrime et mendacissime credant in corporibus evenire» (vel espiritu maligno, con permiso de Dios, dirige su malicia a que algunos crean falsamente real y exterior, como ocurrido en sus cuerpos, Jo que sufren en la imaginacién y por falta propia»). 17. Herejia, del latin haereticus y éste del griego hairein, elegir, es un término al que el cistianismo dio el sentido contrario a la ortodoxia. Se consideraba a la brujeria lo que nunca habia sido, un culto al diablo, es decir, se le dio una interpretacion saténica a la brujeria. 18. Para algunos autores se ha exagerado la importancia de la bula de Inocencio VIII, cuya trascendencia seria de caricter teOrico (ver nota 80 de Juan Robert Muro Abad en la Introduccién al «Tratado de las Supersticiones..» de fray Martin de Castaiiega, op. cit. p. XLVI). No obstante, una derogacién de facto del espiritu y letra del canom Episcopi, si que parece trascendente 19. El Malleus maleficarum 0 Martillo de las brujas tiene una edicion reciente (1975) en Buenos Aites, que no hemos podido consuitar. En lineas generales, el tratado estd dividido en tes partes, Primero, identifica brujerfa y herejfa, después incorpora un anélisis de fos maleficios, precisando los modos de interrogatorio, torturas y confesiones y, finalmente, los remedios que pueden aplicarse. La edicién utilizada es «Malleus Maleficarum, The Hammer of Witchcraft Translated by Montague Summers and edited with and introduction by Fennethorpe Hughes. London. The Folio Society. 1968.» 20. Ulrich Molitor, De lamiis et pithonicis mulieribus. Coloniae. Comelis de Zierikzee. 1489. 21. Pedro Ciruelo, Reprovacion de Jas supersticiones y hechizerias. Libro muy utile y necessario a todos los buenos christianos. Salamanca. Juan de Canova. 1547. La primera edicién, probablemente en Alcala en 1530, La obra fue estudiada por Luis S. Granjel (Aspectos médicos de la literatura antisupersticiosa espafiola de los siglos XVI y XVII. Acta Salmanticensia Medicina, Ul, n2 1.*Universidad de Salamanca. Salamanca. 1953). 22, Jean de Wier (Johann Weyer). De Praestigiis daemonum, et incantationibus, ac veneticis, libri V, Basileae, Ioannem Oporinum. 1563. La obra tuvo, al menos, dos traducciones al francés, la de Jacques Grévin (De l'imposture et tromperie des diables, Paris, 1367) y la de Simon Goulart (Histoires, disputes et discours des illusions et impostures des diables, Ginebra, 1579). Wier, manteniendo un punto de vista mas racional, sostuvo una famosa disputa con el jurista francés Jean Bodin, citado mas adelante. Bodin denunciaba la obra de Wier, en la que sostenia que no debian ser castigadas las brujas. (Michaela Valente. Johann Wier agli albori della critica razionale dell’occulto e del demoniaco nell'Europa del Cinquecento. Firenze. Leo S. Olschki. 2003). 23. Nicolas Venette, La Génération de 'homme ow tableau de l'amour conjugal considéré dans [état du mariage. Cologne. Chez Claude Joly. 1696, p.487. En el libro IV, capitulo V («Si une femme peut devenir grosse sans l'application des parties sexuelles d'un homme, ot Ton traite fort curieusement des incubes et des succubes). La primera edicién es de 1685. En el campo médico psicolégico se define «incubo», segiin Massimo Izzi (Diccionario Iustrado de Jos Monstraos, Palma de Mallorca. Olafeta. 1996. p. 248), como un suefio de contenido angustioso caracterizado por un terror mortal con opresion y asfixia y la sensacién de estar completamente paralizado, pudiendo producirse poluciones involuntarias, palpitaciones y sudoracién. 24, Marvin Harris. Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura, Madrid. Alianza. 1980. p. 193 436 Notas paginas 203-224 25. Todas ellas han tenido nombres populares relacionados con el principe de los infiernos: la mandragora, «candela del diablo» porque se creia que sus hojas emitian un resplandor por la noche; la belladona, «hierba del diablo», y su fruto, «baya del diablo»; el belefio, en Alemania, «ojo del diablo», La raiz de la mandragora, que se asemejaba a la forma humana, se pensaba que era la morada de un poderoso espiritu, que lanzaba gritos y gemidos al ser arrancada, por Jo que amenazaba un gran peligro y hasta la muerte a quien la desarraigaba sin la realizacién de cierto ritual y sin las condiciones astrolégicas oportunas. Por otra parte, durante toda la Edad Media se atribuyo a la mandrigora la propiedad de fecundar a las mujeres, probablemente debido a la forma de su raiz (ver a propésito la obra de Pierre Saintyves, Las madres virgenes ¥ los embarazos milagrosos, Madrid, Akal, 1985, p. 44) 26, La escoba (en Normandia las brujas eran denominadas scobaces) era algo més que un simbolo falico freudiano: servia para aplicar el ungiiento en la mucosa vaginal (Marvin Harris, op. cit. p. 192, citando a Michael Harner. The role of Hallucinogenic Plants in European Witchcraft, In: Hallucinogens and Shamanism. M, Harner (ed.). New York. Oxford University Press. 1972, pp. 127-150). Caro Baroja (Las brujas...p. 123) recoge el testimonio de mediados el siglo XV del inquisidor Pierre le Broussard: «Cuando quieren ir a la ‘vauderie’ untan una vara de madera de un ungiiento que les habia entregado el Diablo, asi como las palmas y la totalidad de las manos; después ponen la vara entre las piernas y vuelan por encima de los pueblos...» 27. Juan Antonio Llorente. Historia critica de la Inguisicién de Espaiia, Barcelona, Juan Pons. 1876, Tomo I. p. 271 (primera edicion en 1817-18). Girolamo Cardano (1501-1571) (Hieronymi Cardani mediolanensis medici, De Subtilitate libri XXL Lyon. Gulielmus Rovillius. 1554) y Giambattista Porta (1540-1615) (Magiae naturalis sive de miraculis rerum naturalium libri XX. Neapolis. 1589) se sumaban a las observaciones de Laguna. Igualmente el filésofo y astronomo francés Pierre Gassendi (1592-1655) experiment administrando narcéticos, preparados segin recetas de brujas, a varios aldeanos que tuvieron vivencias parecidas a las relatadas por Laguna en su xpaciente» (Caro Baroja, op. cit. p. 255). 28, Jean Bodin, De Ja Démonomanie des Sorciers. Paris. Jacques du Puys. 1582. lib. II, 7 (la primera edicion es de 1580). 29. Friedrich Spee von Langenfeld. Cautio criminalis, seu de processibus contra sagas liber. Ad Magistratus Germaniae hoc tempore necessarius, cum autem Consiliariis & Confessariis Principum, Inquisitoribus, Iudicibus, Advocatis, Confessoribus Reorum, Concionatoribus, aliisque lectu utilissimus. Rinteln. Peter Lucius. 1631. 30. Los manuales transmitian a los procuradores fiscales de los Tribunales de la Inquisicién que las brujas eran reales y, desde Iuego, herejes, suministrandoles los medios a través de Jos que podian arrancar a sus «pacientes», que asi las llamaban, la confesion. La obsesién de la jurisprudencia inquisitorial era la amistad intima de la mujer con el diablo, pero afortunadamente el demonio deja una marca sexual, el punctum diabolicum, que el aterrador aparato del Santo Oficio se aprestaba a detectar. En algunos lugares se creé una figura encargada de la biisqueda, el «Witch Finder» inglés. Francesco Maria Guazzo [Guaccio], en su Compendium Maleficarum editado en Milan (Mediolani. Apud Haeredes August. 1608), nos describe estas stigmata o sigilium diabolii: «El demonio imprime sobre ellos alguna marca, sobre todo en aquellos de cuya perseverancia duda, Dicha marca no siempre tiene la misma forma o figura: a veces tiene la forma de una liebre, a veces parece el pie de un sapo, a veces una arafia, un gozque o un lirén (..) La marca es impresa en las partes mas escondidas del cuerpo; en el hombre, bajo los parpados, o bajo la axila, o en los labios, o en el hombro, en el ano, o en cualquier otra parte; en las mujeres, en general, sobre los senos o en las partes genitales. Y el sello que hace estas marcas no es otro que la garra del diablo» (traduccién de F. Koning, op. cit. pp. 134-135). Notas piginas 203-224 437 Indagando las marcas del diablo, después de afeitar a la sospechosa y examinarla cuidadosamente en busca de la fatidica sefial, se le pinchaba con agujas en la garganta, las mamas, la vagina © el ano, hasta encontrar un punto insensible al dolor, la més irrefutable prueba de pacto diabélico. Otro método de deteccidn de brujas, auténtica ordalia o «juicio de Dios», recogido por Ramos Bossini (op.cit. p. 99) es la inmersidn. Se arrojaba a la sospechosa al agua y, si flotaba, era bruja, ya que «el elemento puro no puede tener contacto ni admitir a quienes hubieran renunciado al bautismo» (Daemonologia de Jacobo I, aparecida en 1597). Mas tormentos, aunque menos especificos, incluian la garrocha, la toca o el potro. Su descripeién parece fuera de lugar aqui. En el Martirilogio Inquisitorial («A General Martyrology) de Samuel Clarke (1675-1729) se encuentra el caso de una mujer a la que se le «arrancé» el feto del itero, aunque debe ser una excepcién porque la embarazada estaba libre de tortura hasta él puerperio. Y, evidentemente, todo esto para confesar delitos imposibles. No queremos cerrar la nota sin traer aqui las palabras de un critico, contemporineo de Ia caza de brujas, Johann Matheus Meyfarth, autor de Cristliche Erinnerang —Recuerdo Cristiano— (1635): «He visto miembros despedazados, ojos sacados de la cabeza, pies arrancados de las piernas, tendones retorcidos en las articulaciones, omoplatos desencajados, venas profundas inflamadas, venas superficiales perforadas; he visto las victimas levantadas en lo alto, luego bajadas, luego dando vueltas, la cabeza abajo y los pies arriba. He visto cémo el verdugo azotaba con el litigo y golpeaba con varas, apretaba con empulgueras, cargaba pesos, pinchaba con agujas, ataba con cuerdas, quemaba con azuffe, rociaba con aceite y chamuscaba con antorchas. En resumen, puedo atestiguar, puedo describir, puedo deplorar cémo se violaba el cuerpo humano.» (citado por M. Harris, op. cit. pp. 184-185). 31. Leonardo da Vinci. Cuadernos de notas. Madrid. ME Editores. 1993. p. 192. Hemos tenido también a la vista los Aforismos de Leonardo de Vinci, edicion de E. Garcia de Zuniga (Buenos Aires. Espasa-Calpe. 1947, p. 57), basado fundamentalmente en la obra de Edmundo Solmi: Leonardo da Vinci, Frammenti letterari e filosofici (Firenze. G. Barbera. 1900). Otros escépticos sobre el tema ayudaron, gracias a su posicion, a algunas de las encausadas. Es el caso del brillante William Harvey, que intervino como perito en el proceso de Lancaster en 1633. Su informe evito la muerte a tres inocentes (Ramos Bossini, op. cit. pp. 141-142). 32, «Daemones possunt defunctorum corpora assumere, vel de novo sibi ex acre & aliis elementis ad carnis similitudinem palpabilia esfingere ac formare..» (Martin Del Rio, op.cit: p84), También en Heinrich Krimer y Jakob Sprenger, op. cit. pp. 72-73. 33. Henty More. An Antidote Against Atheism, or An Appeal to the Natural Faculties of the Minde of Man, Whether There Be Not a God. London. Roger Daniel. 1653. 34, Antonio de Torquemada, Jardin de flores curiosas. Salamanca, Iuan Baptista de Terranoua. 1570, [Madrid. Castalia. 1982. p. 279.] 35. Jude Serclier. L’antidemon historial, oti les sacrileges, larcins, ruses, & fraudes du Prince des tenebres, pour usurper Ia Divinité, sont amplement traictez, tant par le tesmoignage des S. Escritures, peres & docteurs de l'Eglise, qu'aussi par le rapport des historiens sacrez & profines. Lyons. Chez Pierre Rigaud. 1609. 36, Benito Jerdnimo Feijoo y Montenegro, op. cit. p. 159 37. Entre los demonélogos existia la conviccién, como afirma Koning (op.cit. p. 160), de que Dios, en su misericordia, no permitiria nunca que Satan adoptara una forma de imitacion perfecta, de manera que siempre debia existir alguna deformidad que permitiera reconocer la impostura del Maligno y sus servidores. 38. Ambroise Paré, op. cit. pp. 77-78. 39. La hipdtesis mas extendida era que los demonios incubos y siicubos no mantenian comercio carnal con los seres humanos por el placer de la carne, sino que lo que buscaban era Ja eterna condenacién de sus victimas, al obligarlos a cometer los mis infames pecados. Algunos demondlogos, no obstante, atribuian a los demonios vicios extraordinarios, como Sylvester 438 Notas piginas 203224 Prierias (De Strigimagarum, daemonumgue mirandis libri tres: una cum praxi exactissima, et ratione formendi processus cintra ipsas, a mendis innumeris quibusscantebant, in hac ultima impressione purgati, & indice locupletissimo illustrati. Rome. In aedibus populi Romani. 1575. Primera edicion de 1516. Apud Rosell H. Robbins, op. cit. p. 320): «Es evidente que los demonios serigimagae, que practican toda clase de obscenidades, afiaden otra atin peor, a saber, cuando el incubo utiliza un pene doble [membro genitali bifurcato| de modo que abusa de si mismo con ambos érganos a la vez.» 40, Pierre de Lancre. L’incredulité et méscréance du sortilége plainement convaincue ot if est traicté de la fascination de I'attouchement. Paris. Nicolas Buon. 1622. 41, Sylvester Prierias. Op. cit. Apud Rosell H. Robbins, op. cit. p. 319. 42, Martin del Rio, op. cit. p. 162. Por su parte, Nicholas Rémy (Nicolai Remigii. Daemonolatreiae libri Il. Ex judicijs capitalibus nongentorum plus minus hominum, qui sortilegij crimen intra annos quindecim in Lotharingia capite Iuerunt. Lugduni. In Officina Vincenti. 1595) asegura que «quienes nos han hablado de la cOpula con demonios en forma masculina o femenina, dicen al unisono que no puede imaginarse ni describirse nada mas frio ni desagradable» 43, Marguerite de Sare, testigo interrogada por Pierre de Lancre (op.cit) declaré que el diablo «siempre tenia un miembro como el de un mulo, pues preferia imitar a este animal por ser el mejor dotado por la naturaleza, y que era largo y grueso como un brazo (...) y que siempre mostraba su instrumento, de forma y tamafio tan hermosos.» 44, Gianfrancesco fue sobrino del célebre Giovanni Pico, principe de Mirandola y Concordia (1463-1494), perseguido en 1488 por la Inquisicién espafiola por sus «conclusiones heterodoxas», segiin el breve de Inocencio VIII a los Reyes de Espafia. En 1493, después de haber abjurado, el Papa Alejandro VI le concedié la absolucién (eft. Juan Antonio Llorente, op. citp.6). Una edicién modema de Strix sive de Iudificatione daemonium, de 1524, en el Libro detto Strega, 0, Delle illusioni del demonio nel volgarizzamento di Leandro Alberti. Albano Biondi (ed). Venezia. Marsilio. 1989 45. Frederik Koning, op. cit. p. 98. 46, Benito Jerénimo Feijoo y Montenegro, op. cit. p. 159, 47, Comelio Cornelii a Lapide. Commentaria in Scripturam Sacram. Antwerp. 1616 [Paris 1868. 21 vol]. 48, Vallesii [Francisco Valles]. De iis, quae scripta sunt physice in libris sacris, sive De Sacra Philosophia. Lugduni. In Officina q. Hug. A Porta. 1583: «..daemones seligant semen non qualecunque, sed plurimun, crassissimum, calidissimun, spiritibus affluens, & seri expers.» 49, Francois Hedelin, Des satyres, Brutes, monstres et demons. De leur nature et adoration. Paris. Nicolas Buon. 1627. p. 210. 50, Citado por Frederik Koning, op. cit. p. 172, 51, Jean Riolan. De monstro nato lutetiae anno domini 1605: disputatio philosophica... Parisiis. Olivarium Varennaeum. 1605. pp. 10r-10v. 52. Nicholas Rémy, loc.cig, Ambroise Paré (op.cit. p. 82) se suma al argumento de Rémy, y explica que «es absurdo por parte de Pierre de la Pallude y de Martin d’Arles el sostener que si los diablos derraman semen de un hombre muerto en el regazo de una mujer, de ello puede engendrarse una criatura: esto es manifiestamente falso, y para rebatir esta vana opinion diré solamente que el semen, que esti hecho de sangre y espiritu y es apto para la generaci6n, si se transporta poco o nada, al punto se corrompe y altera, y su virtud queda por consiguiente totalmente extinguida, al faltar el calor y el espiritu del corazén y de todo el cuerpo, de forma que ya no esti templado ni en calidad, ni en cantidad>. 53. La idea se recoge en el siguiente parrafo del Malleus maleficarum: «Verum est quod procreare hominen est actus vivi corporis. Sed cum dicitur quod daemones non possunt dare vitam, quia illa Aluit formaliter ab anima, verum est, sed quia materialiter descenditur Notas piginas 203224 439 ex semine, et daemon incubus illud committere potest, Deo permittente, per copulationem, et non tanquam ab eo descissum, sed per semen alicujus hominis ad hoc acceptam (ut dicit sanctus Thomas in I part, quaest. 5, art. 3); uepote quod daemon qui est succubus ad virum, Fat incubus ad mulierem, sicut etiam aliarum rerum semina assumunt ad aliquarum rerum generationem, ut Agustinus dicit (3, De Trinitate (Citado por Ernest Martin. Histoire des ‘monstres. Paris, Reinwald & Cie. 1880. p. 47). En la edicién citada (p. 77) de la misma obra: «Un demonio sicubo extrac el semen de un hombre perverso, y si es el demonio particular del hombre, y no desea hacer él mismo de incubo con una bruja, pasa ese semen a otro demonio diputado por una mujer o una bruja.» 54. Nicholas Rémy, loc. cit. 55. Ambroise Paré, op. cit. p. 82. 56. Heinrich Krimer y Jacob Sprenger. Malleus maleficarum, ed. cit. p. 27. 57. Martin del Rio, op. cit. p. 85. 58. Primera edicién en Roma, 1604, La segunda en Valencia, 1621. Varias ediciones mas hasta después de la muerte del autor. Una seleccién de textos de Arnau de Vilanova, Vicente Ferrer, incluyendo el Antichristo, libri undecim de Tomas de Maluenda, entre otros, por Ramén Alba (Del Anticristo. Madrid. Editora Nacional. 1982) 59, El manuscrito de la obra segiin relata Rosell H. Robbins (op. cit: p. 548) fue descubierto en 1875 por el editor francés Isidore Liseux, conociendo en esta fecha su primera publicacion (De la démonialité et des animaux incubes et succubes .. par le R. P. Louis Marie Sinistrari d’Ameno, Paris. I. Liseux. 1876, Publié d’aprés le manuscrit original découvert 4 Londres en 1872 et traduit du Latin par Isidore Liseux). 60, Julio Caro Baroja, Las brujas... p. 182. 61, Julio Caro Baroja. Las formas complejas.. p. 72, La obra: Benedicti Pererii Valentini, e Societate Jesu , tomus tertius , commentariorum et disputationum in Genesim, super historia centum annorum , quam de sanctissimo Patriarca Abraham scriptit Moses... Editio postrema, prioribus emendatior atque locupletior. Lugduni. Sumptibus Horatii Cardon. 1614. Primera edicién en roma, 1589-98. 62, Para Aristteles, y durante toda la Edad Media (con més motivo tras la «cristianizacién» de este autor Ilevada a cabo por Santo Tomés de Aquino), en la reproduccién, el varén tiene tun papel activo representando al agente que da «forma» a la «materia» informe, el residuo menstrual de la mujer que, por tanto, es pasiva. De este modo, el cuerpo proviene de la hembra y el alma del macho, siendo el cuerpo la materia y el alma, la forma (sobre forma y materia fen Aristdteles, ver la introduccion de Ester Sanchez a la «Reproduccién de los animales». Madrid. Gredos. 1994. pp. 30-32). 63. Benito Jeronimo Feijoo y Montenegro, op. cit. p. 160. 64. En lo que respecta @ la existencia real de estos congresos indica Feijoo que «no solo es racional mas también conveniente creer, que jamas da Dios al Demonio esa licencia» (op. cit. p. 161). Fray Lorenzo Zambrano (Si es posible el concurso carnal del Demonio con criatura hrumana, y en este caso habiendo prole, si es capaz de bautismo. Memorias académicas de la Real Sociedad de Medicina y Demis Ciencias de Sevilla. Sevilla. Impta. Francisco Sanchez Reciente. 1790. Tomo IX, 409-422) apoya esta idea: «..sin embargo de ser metafisicamente posible ef caso (..) el Demonio jamés haya tenido inmediata ni mediatamente, ni por si, ni por medio de otro cuerpo vivo ni muerto, comercio alguno carnal con persona humana del débil sexo (...) Concluyamos pues con el gran Padre San Agustin, que sea el que fuere el poder del Demonio no nos permite Dios que estemos sujetos 4 su voluntad. Non est putandum Angelis transgresoribus ad nutum servire corporalium rerum naturas (..) El Demonio como puro espiritu, no tiene proporcién natural para obrar como causa eficiente en la generaciém» En la misma linea de argumentacién, Francois De Saint André, médico de Luis XV, en sus «Lettres au sujet de la magie, des maléfices et des sorciers» (Paris, RobertMare Despilly. 1725) 440 Notas péginas 203224 se expresaba asi: «En la mayoria de los casos el incubo es una quimera, que no tiene base mas solida que un suefio, una imaginacién pervertida y, frecuentemente, la invencién de una mujer (..) En la historia del incubo, la astucia ocupa un lugar no menos importante. Para ocultar su pecado, una mujer, una muchacha, una monja que lo es solo de nombre, una libertina que simula una conducta virtuosa, oculta a su amante calificandolo de incubo que la acosa». 65, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, op. cit. p. 26. 66. Juan Eusebio Nieremberg y Otin. Obras filosoficas. Tomo tercero: Curiosa filosofia y questiones naturales, Madrid, Imprenta Real. 1664. f. 296v, 67. Pero no todos los congresos son prolificos, «a veces también las mujeres creen que han sido fecundadas por un incubo, y sus vientres crecen, hasta alcanzar un enorme tamaiio; pero cuando llega el momento de parir, la hinchazén desaparece mediante la expulsion de una gran cantidad de aire, Por haber ingerido en la bebida huevos de hormiga, o semillas de euforbio o de pino negro, se generd una enorme masa de viento y flatulencia en el estémago. Es muy ficil para el demonio provocar semejantes trastornos, ¢ incluso peores, en el estémago» (Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, op. cit. pp. 170-171). Se trata pues de una auténtica pseudociesis, aspecto del que ya el neoplaténico Jamblico (250-330) se habia ocupado en Sobre las doctrinas esotéricas. Un caso muy parecido lo recoge el citado Ettmiiller, en su Opera omnia, en 1674 una mujer confes6 que sus relaciones sexuales con incubos las habia iniciado ya en la mattiz de su madre y que, alin habiéndose casado en tres ocasiones, no tuvo descendencia de sus maridos aunque si pretendia tenerla de los incubos, pero Ettmiiller, después de examinarla, llegé a la conclusién de que los pretendidos descendientes no eran sino descargas fecales, «penosa y dolorosamente» expulsadas. También Ambroise Paré (op. cit. p. 83) alude a una situacion andloga, en la persona de una hermosa joven de Constanza, llamada Magdalena, que divulgé que una noche el diablo la habia dejado prefiada, a la vista de lo cual las autotidades la encarcelaron en espera del parto. «Llegada la hora del alumbramiento, continua Paré, sintié las habituales contracciones y dolores de las mujeres que van a dar a luz; y cuando las comadronas estaban listas para recibir al fruto y pensaban que iba a abrirse la matriz, empezaron a salir del cuerpo de esta joven clavos de hierro, trocitos de madera y vidrio, huesos, piedsas y cabellos, estopas y varias otras cosas fantisticas y raras que el diablo habia colocado alli con sus artes, para engafiar y burlarse del vulgar populacho que presta fe con excesiva ligereza a prestigios y engafios.» 68. Juan Eusebio Nieremberg y Otin, op. cit. f. 296v. 69, Decreto de 6 de Febrero de 1745. 70, R.PFray Lorenzo Zambrano, op. cit. pp. 410-412. 71. Claude Kappler. Monstruos, demonios y maravillas a fines de la edad media, Madrid, Akal. 1986. p. 262. 72. Rethe Warnicke (The Rise and Fall of Anne Bolyn. Cambridge. Cambridge University Press, 1989) especula que el proceso contra Ana Bolena, con las acusaciones de incesto y brujeria, crecieron a partir del alumbramiento de un monstruo, y que el acentuado cambio en la actitud de Enrique VIII hacia Ana, estuvo influenciado, en parte, por este episodio. 73. Recogido por Frederik Koning, op.cit. pp.112-113. El apetito insaciable que contrasta con la delgadez de los asi nacidos, lo menciona también Martin Del Rio (op. cit. p. 86): ferunt aded esse lacte insaturabiles, ut, etiam quatuor nutricum rumis exhaustis, macilenti perseverent.» 74, Jean Bodin, op. cit. (lib. Il, 7). 75. Johann von Klein. Meditatio Academica Exhibens Examen luridicum Iudicialis Lamiarum Contéssionis, Se Ex Nefando Cum Satana Coitu Prolem Suscepisse Humanam, Was von der Hexen Bekintni8 zu halten/ da sie aus schindlichem Beyschlaff Mit dem Teuffell Kinder gezeuget? Rostochii. Wepplingius. 1698. Notas piginas 203-224 441 76. Juan Perucho, Minuta de monstruos. Madrid, Almarabu. 1987. pp. 62-63, Juan Perucho tradujo y edité el célebre «Diccionario Infernal» del demonélogo francés (Editorial Taber. Barcelona. 1968). 77. Pierre Boaistuau. Histoires prodigieuses. 1560. fol. 30v. [Historias prodigiosas de... del manuscrito francés 136 de la Wellcome Library de Londres, con dedicatoria a Isabel, reina de Inglaterra, Milano. Franco M. Ricci. 2000. p. 69]: «Como confirmacién de lo dicho él Deronimo Cardan] cita la historia de una cierta joven dama de Escocia, que fue prefiada por un Diablo incubo, creyendo que era un apuesto doncel que queria ayuntar con ella; y dio a luz a un monstruo tan horrendo que asusté a todos aquellos que asistieron al parto, de modo que las parteras y las otras mujeres se vieron obligadas a librarse inmediatamente de él arrojandolo al fuego.» 78. Claude Kappler, op. cit. p. 298. 79. Entre otros muchos, el ilustre valenciano Amau de Vilanova (12341311) fue autor de un Tractatus de tempore adventus Antichristi et fine mundi (1299-1300), en el que anunciaba el advenimiento de la bestia en 1378 y el fin del mundo doscientos aftos més tarde, De aqui la persecucién de su persona por el Santo Oficio. 80. En uno de los pocos procesos importantes ocurridos en nuestro pais en tomo a brujas, el sucedido entre 1555 y 1558 y conocido como «las brujas de Ceberio», una de las declarantes, Catalina de Guesala, fue acusada, entre otras cosas, porque al dar a luz su madre dijo que estaba prefiada del diablo y que iba a parir al anticristo (Caro Baroja, Las brujas... pp. 199-200, citando a Dario de Areitio, —Las brujas de Ceberio. Revista Internacional de estudios vascos. 1927. 18: 654-664-). 81. Por ejemplo, en The mystery of Witchcraft. Discovering the truth, nature, occasions, growth and power thereof; together with the detection and punishment of the same. As also the severall stategems of Sathan (London. Nicholas Okes. 1617), el reverendo Thomas Cooper ve una manifestacién del anticristo y del poder del diablo a través de las brujas. La tendencia mis universal era la de interpretar al anticristo como hijo del diablo con una mortal. 82. Martin Martinez de Ampiés. Los libros del anticristo y judicio final o postrimero. Zaragoza. Pablo Hurus. 1496, 83. Renate BlumenfeldKosinski. Not of woman born. London. Cornell University Press. 1990. p. 138 84. Por ejemplo, en 1630, la Corte Episcopal maltesa escuché la descripcién de las anomalias de un recién nacido, con rasgos aviares, por parte de la comadrona Oliveria Gambino, para justificar el enterramiento del recién nacido en un cementerio no consagrado (Paul Cassar. ‘The birth of monsters in the Maltese Islands in the 17th and 18th century. Mediscope 1983. 1: 69). 85. Por el decreto de Pablo Y, citado por Francisco Verde («Jngenuae observationes apologetice phisyco legales de foetus animationis & Nativitatis tempore & c». Lugduni, Laurentii Anisson. 1664. p. 60.), la matrona estaba obligada a administrar el sacramento bautismal en situaciones de urgencia, como era la planteada en situaciones de nacimiento de monstruosidades: «

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