COLECCION
EL MAMIFERO PARLANTE
Serie Mayor —dodnd temas eo, vcs y poteomle— y See Menor
para un piblico mis amplio—
Serie Mayor
ELISEO VERON
ALAIN BERRENDONNER
PAUL YONNET
PIERRE BOURDIEU
PAUL WasZLawicy ¥ OTROS
GREGORY Y
Mary CATHERINE BATESON
FRANCISCO J. VARELA
MARSHALL MCLUHAN ¥
B. R. POWERS
JACQUES PERRIAULT
JEAN-LOUIS LABARRIERE,
(CHRISTIAN LAZZERI ¥ OTROS
JBAN-Manc FERRY,
Dommique WOLTON Y OTROS
Jay S. EFRAN, MICHAEL
D. LUKENS ¥ ROBERT
J. LUKENS
Dominique WoLTon
La semiosis social
Elementos de pragmética
lingilfstica
Juegos, modas y masas
Cosas dichas
La realidad inventada
Eltemor de los dngeles
Conocer
La aldea global
Las méquinas
de comunicar
Teorta polttica y
comunicacion
El nuevo espacio piiblico
Lenguaje, estructura
yeambio
Elogio del gran pulblico
Una teorta ertica de la
television
EL NUEVO
ESPACIO PUBLICO
por
Jean-Marc Ferry,
Dominique Wolton y otros7
El marketing politico
's Achache
1 Introduceién
Desde 1952, con la campata de Eisenhower, el primero en re-
currir a agencias de publicidad, la investigacién politica de meré
dos ha ido desemperiando un papel creciente en las campafias elec
torales. Su penetracién en Francia, aunque mas tardia, hoy es poco
‘més 0 menos total. Todos los candidatos importantes para
de una agencia,
sn de mereados.
tos menores no
de medios financieros los candi
‘a tales asesor:
torales y en qué rede!
La hipétesis es la siguiente: la comerei
te a lo que nosotros llamamos “modelo de comunicacién politica”,
este modelo no estructura por si solo el espacio de 1a comunicacién
politica de las sociedades democraticas, pero se halla confrontado a
otros modelos. En primer lugar conviene identificar estos modelos
de comunicacién politica, luego ver cémo se relacionan unos con
Imente, comprender por qué la co-
, Fespecto de los demas mod.
situacién dominante.
{Qué entendemos por
‘Toda forma de comunicacién pk
cantided de
co de las condiciones de
para que haya comunicaci
—Un emisor, es deci
puede producir ua enunci
—Un receptor, es det
es apuntado y aleanzado por
Un espacio pul
's condiciones por las
nes por las cuales un actor
9 enunciado pol
io, i.e; las modali
12
in las cuales
los individuos se constituyen en receptor colectivo, puesto que lo
modalidades seguin las cuales el enunciado se transmite de manera
pertinente, en atencién al efecto que de ellas se espera (conviecién,
persuasién, adhesién, ete.)
En nuestras sociedades, estas condiciones minimas se satisfa-
cen de tres maneras diferentes, que constituyen otros tantos mode-
los de la comunicacién politica. A estos tres modelos los hemos bau-
tizado de la siguiente manera: a) el modelo “dialégico", b) el modelo
propagandista, c) el modelo de la comercializacién,
Presentaremos en este orden los tres modelos, y luego tratare-
‘mos de ver si permiten constituir un modelo general que dé lugar a
describir la realidad de la comunicacién politica en nuestras socie-
dades.
2. El modelo dialégico
El modelo dialégico es el primero que se nos impone como el
.d més afianzada.
justracién, en
Iégico en el que el
didlogo de doble sentido de intercambio de palabras y de racional
dad de algunos se presenta en ellos como la forma legitima de la co-
Se eonstituye en torno del movimiento de
glos XVI y XVI. Hemos bautizado oste modelo
Los actores de la comunicacién politica
spetencia que se requiere para ser actor de
2, segiin este modelo, de tres érdenes:
libres e iguales.
8 individos
La razén estd entendida agui en dos sentidos. En primer Iu-
gar, es lo que se podria No es
nada mds que la capacidad de todo hombre d argu
‘mento que pueda ser comprendido por cualquier otro hombre. De
tun modo reefproco, es la capacidad de comprender tal argumento.
La razén es ia condicién sin la cual no se podria concebir el
dislogo. Es la presuposicién quie hay que hacer desde el momento
en que se inicia el intercambio de los propios argumentos con los de
otros, Sélo me esfuerzo por convencer a otro en la medida en que
supongo que las razones en las que fundo mi persuasién también
us\e
!
pueden convertirse en las de mi interlocutor. Es necesario que mis El espacio publica
Fazones puedan hacerse suyas. Ahora bien, esta representacién —_en
misma contiene el requisite de que mi interlocutor y yo, por encima
de nuestra diferenci iades, compartimos la misma ca-
as y convicciones. La razén
El segundo rasgo
nes es su pretensién de poder enunciar un discurso de validez uni-
versal. Si un discurso racional es comprensible pat les interesa a todos en la misma medida: el interés comun.
tualmente puede ser admitido por todos, es porque rés_ general no designa, pues,-un contenido determinado en “alae
contenido es idéntica para todos. La pretensién todos estén de acuerdo, una especie de pequetifsimo, comin denomi-
pues, pronunciar un discurso en que tanto su intenc nadot de todos los miembros de-la-comunidad-politica. Més bien se
contenido sean universales. \itiva de la forma de un acuerdo posible
sre en el modelo dialdgico es ser capaz de dominar en sf
mismo cualquier determinacién psicolégica que pudiera perturbar
intimidad_Tanto en la vida privada como en la vi-
espera qu Js ndividuos se determinen con-
Desde el punto de vista de su definicién positi
dial6gico, el espacio publica cama espacia de comunicacién sa carac
teriza por dos rasgos_solidarios: la homogeneidad y Ia continuic
La hompgeneidad significa que, por principio, el. sentido de_lo.que
io de discursos.
~El.cardcter de continuidad de riblion ne de
El politico, ene muraene aac me
au homo
én, Pueato que todas
de validez, a la misma
somietiday a la-mismn forma‘i In comunicacién prog
El espacio publico
Como espacio de 1a comunicacién, el espacio piblico del mode-
lo propagandista es continuo y homogéneo. Pero lo es a la manera
rr que con deseifrar
imagen que no aélo no recurre
jénsese, por ejemplo, en la cruz gam:
in se pregunta.
surso se halla contaminado por el poder que
propagan-
da ejerce influencia mediante la forma del discurso, su aspecto pro-
piamente dindmico. Es lo que Schorske, en su ensayo sobre el naci-~
ng
modelo dialégico precisamente intenta preservar
politica
4. El modelo de la investigacién de mereados
‘queda por constituivse: Tedavia se sigue pensando que hay al
io en el plano ético en
guntaremos cémo puede
con una legitimidad tan d
ca—en que la cuestion de
Si bien con el modelo propagandista lo politico se presentaba
ido) simple idea
jo compran.
igen de la co-
bien como una reunién de distintas zonas, lo que los expertos en co-
‘mercializacién Ilaman “segmentos”, cada uno de los cuales se carac-
teriza por una
tos,
La representacién que dirige esta oper
del mercado es que la esfera de las nece:
ficadas de manera idéntica por tod tores. No hay una
referencias para el conjunto de los mereados. Por
ten varias que definen otros tantos mercados. A un
ug|
ete.... De un modo generaly sé trata de los objetos quo son tema ,
los grandes diseursos politicos-las idealogias. Lo propio de tatws-ce-
jones es que no se las discute. ni refuta. Por naturaleza, esca-
lgaeior'y-a Ta critica. Hablando. cama Popper,-diremos__
"or e ipo de conviccién que se les atri-
cables, Por eso el
la fe, de ; en todos los casos, de una cer-
en sf ninguna es privilegiada respecto de otras, En el modelo
18 “tiempo fuerte" de la co!
pende creer
tezaindseuible vmod asta est
El espacio politico que supone el modelo propagandista es la
comiihidad d8 16s teeyentas;o sea, una comunidad que $¢ € .
ye mds por medio de una reparticién-de_laesct a
bre
ico. opera una seleccién entre los medios que
in modo ge-
oa de comunicasién.
modelo.
. Cuando hay imagen,
bolo: el monumento a los caidos,
cdo, una imagen que esté a la espera de un discur-
‘que su sentido sea completo.
eLencuentro-entrelo_selecto asasles ese desequilibrio y esa
ser selecto, aquel cuyo discurso
3. El'modelo propagandista
ado de una misién respecto del
tico: un jefe y un guia.
Si bien la propaganda no goza de una legitimidad tan marca-
tal como nos lo demuestra de sobra la experien-
lar que no se contradice con la democraci
blo constituido mediante la libre asociacién de individuos
ios. J. Ellul sefiala que con la propaganda madera “se_intenta.
maodificar una opinién
* masivas, Al mismo tiempo se intenta emplear el fenémeno demasa
como tal para favorécer la propaganda”.
Wed. sentimiento que en la razén, De
producir o de nutrir una cree
més que prover los elementos de
ndelo propagandista supone,.enefecto, que la ra-_
ymunicacién_politica, sino.que
a constitutive del senti-Esta construccién se opera mediante la acumulacién de rasgos
ituados de un extremo al otr ftuyen lo que se llama
imagen” o, mas psicolégicamente, una “personalidad”. La
rea del que quiere intervenir en el campo de la comunicacion pe
ea es integrar en si mismo la mayor cantidad posible de rasgos, a
fin de que con su asociacién se componga, en el cuerpo social, Ia
mayor cantidad posible de segmentos. De esta manera, no resulta
1itil intentar componerlos todos, puesto que basta reunir sobre si el
51%.
Como ejemplo, la campafia de carteles de Jacques Chirac para
la eleccién presidencial de 1988 con:
divide en tres partes sucesiv
La primera apuntaba a
nes psicolégicas del candidat
gunda mostraba de qué manera esas
tensién al poder
ggico que al modelo de la comercializacién. Asi,
su rechazo del discurso seductor en pro de la argumentacién y recu-
rre.a lo que es razonable entre los electores, las normas de legit
dad a las que somete su comunicacién son las de la razén y del di
logo.
Pero si bien los modelos
nera. Hay uno que p
y ajusta si
pretensién de recion:
constitueidn de su pe
tegran, no lo hacen de igual
los demas adquiere una posicién domi
ejemplo de Raymond Ba
;gumentacién se integra en
depende el predominio de tal o cual modelo en determinado mo-
mento. Hay que asociar este interrogante con el de Ia indole del
tica. De este modo plantearemos la siguiente hipdtesis: la comer.
cializacién politica sélo podia desarrollarse y estar en posi
versos espacios particulares, en sistemas de valor e intereses va-
ias de la comercializacién pueden envolver a la co-
ides que ya no propor
arquimediano a partir del cual
fuera posible pensar su unidad: las nuestras.
Notas
HL Thoriging of totalitarianiam,
ad rancor: Le time oitaure, Le Se
I: Matte dela propaga
rake, C:Vanne fin devalor de uso, a un mismo producto, no todos lo requieren de
manera, Cada segmento del mercado exige de él su pro-
sste modo, ha puesto en préctice
"8 por organismos ligados con agencias de pu-
jmiento de estas técnicas de estudio de los
-ados condujo a la representacién de un cuerpo social desarti
lo, de marcada heterogeneidad.
Las razones de esta segmentacién, segun se ha dicho, consis-
iva. No se trata tanto de conseguir
del mercado (lo que por lo demas casi no tiene senti
srtes. La competencia es el horizonte insuperak
izacién importa en la politica, y a partir de
Ia cual repiensa el espacio publico, es esa representacién de lo so-
cial bajo la apariencia de la diversidad: diversidad de mercados, di-
versidad de empresas.
‘mercadotecnia se
Iftica. Sin suponer a ninguno, puede ponerse al servicio de todos.
Por eso se presenta como un conjunto de técnicas puramente ins-
trumentales. =
Los medios de comunicacién de la comercializacion
Por principio, el mercadeo politico no excluye a ninguno de
ellos: se reserva la posibilidad de emplearlos todos del modo més
120
2
i
#
‘onveniente, con arreglo al segmento apuntado. No obstante, apy.
idad desempefia un papel privilegiado en los medios del ‘meres
.0, Este privilegio dado a la publicidad permite compren-
la mercadotecnia politica apunta al destinatario de In co-
cidn politica.
BEBO nse
Sabemos que la publicidad es tanto mds eficaz para un pro-
ducto cuanto que la compra de éste implica poco al que
Je enreda un actor en su compra y menos
ir las informaciones que le comunica la put
jeun modo racional, més se dejard seducir p
en efecto, que idad no es algo "seri
tno eonsiente en miraria'y en dejarse influir por ella a partir del
‘momento en que se reconoce que todo eso, en el fondo, no es mas
due un juego, Es una de las zones que hacen que ef humor sea
completamente en serio a su auditorio
la en los libros, con toda seguridad que mi
comunicacién politica
Parte resulta iden
Por consiguiente, el individuo al cu:
se dirige segin la comercializacién, por
cado y visto a través de un segmento soci
sulta enredado,
El emisor
politico para encarnar las fuerzas que mue
comtin naturaleza con cualquier otro.
legitimidades pueden ser eso, pero también pueden ser otras cosas.
Ninguna tiene un cardcter obligatorio y exclusivo respecto de las
demés. En realidad, su legitimidad est por construirse. Sus condi-
ciones no se definen por adelantado.
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