- DOMINGO 21 DEL T.
ORDINARIO C
Del mismo modo que un título profesional no lo
es todo, sino que se requiere una constante
actualización en el desempeño de ese trabajo,
así tampoco nuestro esfuerzo cristiano termina con
nuestro bautismo. Esto es sólo el comienzo. Pero,
en toda circunstancia, evangelio significa «buena
noticia», es decir, nunca amarga la vida de nadie. La
experiencia personal de Jesús nos capacita para
cualquier esfuerzo que la vida exija a nuestra fe.
Que esta celebración sea para todos nosotros un
contacto con Aquel que es nuestra fuerza
nuestro motor.
ORACIÓN
Oh Dios, que ¿unes los corazones de tus
fieles en un mismo deseo, inspira a tu
pueblo el amor a tus preceptos y la
esperanza en tus promesas, para que, en
medio de las vicisitudes del mundo,
nuestros corazones estén firmes en la
verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesu-
cristo.
Primera lectura. La salvación de Dios es para
todos los hombres. Los elegidos lo son sólo para
servicio de los demás. Ser cristiano no es un título,
es una tarea.
I • Isaías 66,18-21: Esto dice el Señor: «Yo, conociendo
sus obras y sus pensamientos, vendré para reunir a las
naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria.
Les daré una señal, y de entre ellos enviaré
supervivientes a _ -las naciones: a Társis, Libia y Lidia
(tiradores de arco),Tubal y Grecia; a las costas lejanas
que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos
anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todas las
naciones, como ofrenda al Señor, traerán a todos
vuestros hermanos, a caballo y en carros y en literas,
en mulos y dromedarios, hasta fin santa montaña de
Jerusalén -dice el Señor-, así como los hijos de Israel
traen ofrendas, en vasos purificados, al templo del
Señor. También de entre ellos escogeré sacerdotes y
levitas -dice el Señor-».
Salmo 116: Marcos 16,15: Id al mundo entero y
proclamad el Evangelio.
Segunda lectura. Las dificultades extemas deben
ser para- el cristiano como una gimnasia que consigue
hacerlo cada vez más fuerte.
. Hebreos 12,5-7.11-13: Habéis olvidado la exhortación
paternal que os dieron: «HijQ mío, no rechaces la
corrección del Señor, ni te desanimes por su represión;
porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus
hijos preferidos». Soportáis la prueba para vuestra
corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues
¿qué padre no corrige a sus hijos? Ninguna corrección
resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero
luego produce fruto apacible a los ejercitados en ella.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las
rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así
el pie cojo no se retuerce, sino que se cura.
«Esforzaos en entrar por la
puerta estrecha»
Evangelio. Dejando aparte la contestación de cuantos se
salvan, Jesús invita a seguir sus palabras y a esforzamos
cuando la ocasión lo requiera.
• LUCAS 13,22-30: Jesús pasaba por ciudades y
aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se
salvan?». El les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta
estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y
no podrán. Guando el amo de la casa se levante y
cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la
puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá:“No
sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo y tú has-enseñado en
nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois.
Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí
será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a
Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el
reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y
vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se
sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay
últimos que serán primeros y primeros que serán
últimos».
Venimos a ti, Señor, con humildad
Queremos vivir compromete con tu causa, el evangelio.
No queremos vendemos pomada
ni claudicar ante ninguna dificultad.
Resistiremos la tentación de buscar la riqueza y el confort, de buscar
una paz que condesciende con la injusticia.
Haz que seamos inconfbrmistas con el error,
'con la injusticia, con la violencia y el odio;
que nos sintamos insatisfechos con la farsa del mundo,
que seamos rebeldes frente al conformismo consumista.
Haznos indómitos de tu Reino,
dignos de escuchar tu palabra y cumplirla,
de recibir tu espíritu y dejamos guiar por él.
Haznos fuertes ante la adversidad,
animosos frente a las dificultades,
pacientes ante las pruebas. Ayúdanos a
permanecer fieles a ti y al evangelio y a
los pobres, que son tus preferidos.
No permitas que caigamos en la mediocridad,
ni que seamos acomodados a este siglo,
pero déjanos seguirte ahora
y hasta la hora de nuestra muerte. Amén.
 LA NATURALEZA Y LA PALABRA DE DIOS NOS LLEVAN A DIOS
¡Qué bellas son tus obras. Señor!
La belleza de las criaturas, con la variedad de
luces, de dibujos y de colores de los cuerpos, así
como los astros, y los minerales, las-piedras y los
metales, las plantas y los -animales proclaman
evidentemente los atributos de Dios. El orden de los
seres nos permite descubrir en el libro de la
creación la primacía, lo sublime y la dignidad del
primer principio en su infinito poder. El orden de las
cosas nos toma de la mano y nos guía con toda
evidencia hasta el Ser primero y soberano, todopo-
deroso, absolutamente sabio y perfectamente
bueno.
Aquel que no recibe luz de tanto esplendor creado
está ciego. Quien no despierta con tantos gritos
está sordo. A quien todas esas obras no lo empujan
a alabar a Dios está mudo. A quien tantos signos no
lo obligan a reconocer al Primer principio está
embotado. Abre los ojos, prepara el oído de tu
alma, desata tus labios, aplica tu corazón: todas las
criaturas te harán ver, oír, alabar, amar, servir,
glorificar y adorar a tu Dios. De lo contrario, cuídate
de que el universo no se ponga en contra tuya.
Pues, por olvidar esto, el mundo entero luchará
contra los insensatos, mientras que será una fuente
de gloria para el sabio que afirme con el profeta:
¡Qué magníficas son tus obras, Señor! ¡Todas ¡as
hiciste con sabiduría! San Buenaventura
Creo y sé que todas las cosas viven en ti.
Todo lo que existe, de vida, de excelencia, de
gozo, de felicidad, en toda la creación,
es, en su sustancia, simple y absolutamente tuyo.
Al sumergirse en el océano de tus infinitas
perfecciones, todos los seres tienen todo tu
bien.
Todo lo que es maravilloso en cuanto a talento
genio es soto un reflejo indigno del más mínimo
reflejo de la Mente Eterna.
Todo lo que hacemos bien, no es solo por tu
ayuda, sino que es una imitación de esa
santidad que está en plenitud en ti.
Dios mío, ¿algún día te veré? ¿Veré la fuente de
esa gracia que me ilumina, me fortalece y me
consuela?
Como salí de ti, como estoy hecho a través de
ti, mientras vivo en ti, así puedo finalmente
regresar a ti y estar contigo para siempre en
la eternidad. • Newman,
APRECIA LO QUE TIENES
Un amigo me envía uno de esos mensajes que circulan
por internet, ilustrados con fotografías muy bellas. Dice
así:
«Si te has despertado hoy con fuerzas y sin dolor... tienes
más suerte que otros muchos.
Si nunca has conocido los peligros de la guerra, la
soledad de la prisión, el hambre... estás por encima de
500 millones de personas en el mundo.
Si puedes ir a la iglesia, al templo, o seguir tus creencias,
sin ser perseguido... tienes más suerte que 3 millones de
personas en este planeta.
Si tienes tus necesidades básicas cubiertas... eres más
rico que el 75% de los demás.
Si tienes unos ahorros... eres parte del 10% de la
población próspera del mundo entero.
Si has visto a tus padres hacerse viejecitos juntos... eres
un caso poco común.
Si llevas una sonrisa en tu cara y estás agradecido por
todo... tienes suerte, porque la mayoría de la gente lo
puede hacer, pero no lo hace.
Si puedes tomar la mano de alguien, abrazarlo o sólo
tocar su hombro... alégrate, nunca te sentirás solo.
Si puedes leer este mensaje, has recibido doble
bendición... ya que alguien ha pensado en ti y, segundo,
tienes más suerte que dos mil millones de personas que
no saben leer.
Recapacita sobre tu suerte y transmite este mensaje a los
demás para que se den cuenta de todo lo que tienen.»
Javier Calvo
Querido-Oto®
yo te amo mucho.
Amo a mi papá a*m! mamá* .
a mis hermanos,
y a todos mis amigos.
Muchas gracias. Dios portado
lo que ¡me das:
la vida, el cariño, la escuela
y las demás cosas.
Quisiera que todos los niños del mundo>
tuvieran lo que necesitan.
Oradas Dios,
te lo dtgo por ral y por ellos;
Amén.