- DOMINGO 22 T.

ORDIANRIO c
“AMIGO, SUBE MAS ARRIBA”
La vida no es, no puede ser competencia, sino
solidaridad. Lo que importa no es ocupar los mejores
puestos, sino saber estar cada cual en su sitio. Y el
sitio del ser humano es el de la responsabilidad y
colaboración. La vida es más seria que una olimpiada,
que sólo premia a los triunfadores.
ORACIÓN: Dios todopoderoso, que posees toda
perfección, infunde en nuestros corazones el
amor de tu nombre y concédenos que, al
crecer nuestra piedad alimentes todo bien en
nosotros y con solicitud amorosa lo
conserves. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera lectura. El sabio nos recomienda humildad.
Porque la humildad nos acerca a Dios, de quien todo lo
hemos recibido, eclesiástico 3,19 -21.30-31
Eclesiástico 3,17-20.28-29: Hijo mío, actúa con
humildad en tus quehaceres, y te querrán más que al
irr?ir
hombre generoso. Cuanto mas grande seas, más debes
humillarte, y así alcanzarás el favor del Señor. «Muchos
son los altivos e ilustres, pero él revela sus secretos a TODO EL QUE SE ENALTECE SERA
los mansos». Porque grande es el poder del Señor y es HUMILLADO; Y EL QUE SE HUMILLA
glorificado por los humildes. La desgracia del orgulloso SERA ENALTECIDO
no tiene remedio, pues la planta del mal ha echado en para que, cuando venga» el que te convidó, te
él sus raíces. Un corazón prudente medita los diga:“Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás
proverbios, un oído atento es el deseo del sabio muy bien ante todos los comensales. Porque todo el
que sé enaltece- será humillado; y el que se humilla
Salmo7u bondad, oh Dios, preparó una casa para los será enaltecido»|Y dijo al que lo había invitado:
pobres. «Cuando des una comida o una cena, no«invites a tus
Segunda lectura. Por Jesucristo tenemos acceso al amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los
Padre. Y en Jesucristo hemos descubierto nuestra vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y
grandeza: que somos hijos de Dios, que somos hermanos. quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a
Hebreos 12,18-19.22-24a: No os habéis acercado a un pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás
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fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la

bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán
tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de cuando
resuciten los justos»
las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no Señor, ya se acaban las vacaciones.
Ahora, quiero recoger en el jardín del recuerdo
continuase hablando. Vosotros &s habéis acercado al todos los momentos agradables que he pasado y
monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a todas las experiencias que he vivido.
las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los Quiero recordar el rostro y la manera de ser
primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de de tantas y tantas personas que he visto,
todos;los
nnmar a mejores
las almas de los justos que han
con quienes llegadoyame
he hablado la he divertido;
Evangelio.
puestos.
La ygente
perfección,
Con lo alfácil se m p de la nueva alianza, Jesús.
Mediador
que .sería estar cada cual en su puebi
puesto, ellas me han ayudado a pasar unas buenas vacaciones

al servicio de los demás Te ofrezco los paisajes, el sol, las

• LUCAS 14,1.7-14: Un sábado, Jesús entró en casa de uno de los montañas y el mar que Tú nos
principales fariseos para comer y ellos Je estaban espiando. das como regalo.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les Quisiera que mi ofrenda, al
decía una parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te acabar las vacaciones,
sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a fuese un ramo multicolor
otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al hecho de sencillez, de alegría y de agradecimiento: por todo
lo que he vivido, por todo lo que he visto, por todas las
otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, personas con quien he compartido mi amistad,
irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete Por todo: ¡GRACIAS, SEÑOR!
a sentarte en el último puesto,
al

LA FE, el mayor regalo de Dios y la mayor riqueza del hombre

En la historia de la humanidad hay un hombre, Abrahán, que supo dar un La fe ilumina las cegueras
vuelco radical al descubrir la fe como una relación de naturaleza personal
con un Dios único. Esa relación se inició con una confianza incondicional
en la palabra de Dios. Abrahán escucha unas palabras y una llamada; y
obedece al instante. Se le pide de un modo categórico y radical que deje su
país, su familia y la casa de su padre para marchar «a la tierra que yo te
mostraré» (Gn 12,1).
La fe es, por lo tanto, un «sí» a Dios. Exige al hombre que deje a sus
dioses, su cultura, todas las certezas y las riquezas humanas para
adentrarse en la tierra, en la cultura y en el patrimonio de Dios. La fe
consiste en dejarse guiar por Dios, que se convierte en nuestra única
riqueza, nuestro presente y nuestro futuro. Se convierte en nuestra fuerza,
nuestro sostén, nuestra seguridad, la roca inquebrantable sobre la que
podemos apoyarnos.
La fe se vive construyendo la casa de nuestra vida sobre la roca que esa
fe de Abrahán se desarrolla, arraiga y se fortalece en una alianza
interpersonal compuesta de vínculos indestructibles con su Dios. La fe -4WF SKSKflS.

implica y exige fidelidad. Una fidelidad en la que se traduce y expresa el La fe es tu respuesta al

compromiso inquebrantable de aferramos solo a Dios. La fidelidad es antes
de nada la de un Dios siempre fiel a sus promesas, que no abandona jamás plan de Dios.
a los que le buscan
La fe es contagiosa. Y, si no, es que se ha vuelto insulsa. La fe es
como el sol: hace brillar, ilumina, irradia y da calor a todos
AL ORAR HABLAMOS
El papa Francisco «La característica propia de la luz de la fe
es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. CON DIOS. AL LEER LA
Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros
BIBLIA ÉL TE HABLA A
mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que
venir, en definitiva, de Dios. La fe nace del encuentro con el TI
Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que
Escuchamos a tantos, que
nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar
seguros y construir la vida. Transformados por este amor, no tenemos tiempo para
recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una
gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. La
escuchar a Dios
fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta
como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el
tiempo [...]. Nos damos cuenta, por tanto, de que la fe no
habita en la oscuridad, sino que es luz en nuestras tinieblas».
Un hombre privado de la luz de la fe es igual que un huérfano;
o - como hemos dicho antes- alguien que no ha llegado nunca
a conocer ni a su padre ni a su madre. Para los primeros
cristianos la fe, en tanto encuentro con el Dios vivo
manifestado en Cristo, era una «madre», porque los daba a
luz, engendraba en ellos la vida divina, una nueva experiencia,
una visión luminosa de la

¡Habla, Señor que tu siervo escucha! ¡Auméntanos la fe!