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Scerna. pero los distintos te6ricos no estén de acuerdo entre Senuna serie de aspectos. Aunque todos conceden una gran Sportancia a las relaciones humanas, las diferencias entre ellos superan con creces a las semejanzas, ‘Conceptos 103 En el criterio de sencillez, la teorfa de las relaciones ob- etales obtiene una puntuacién baja. Sobre todo Klein em- ple6 frases y conceptos innecesariamente complejos para expresar su teorfa #5 Concepto de humanidad “ss tebricos de las relaciones objetales suelen considerar la esonalidad humana como un producto de la relacion tem- pana entre madre e hijo. La interaccion entre la madre y el ye sienta las bases para el futuro desarrollo de la perso- ‘lida porque esta primera experiencia interpersonal sirve += prototipo para las relaciones interpersonales posteriores. Sein consideraba que la psique humana “es inestable, 4 Serta y huye continuamente de las ansiedades psicoticas” Mitchell y Black, 1995, p. 87). Ademas, “cada uno de no- ‘sets lucha contra los terrores profundos de la destruccién [ly el abandono” (p. 88). Dada ta importancia que concede a la relacién madre- "yey dado que considera que esta relacién es crucial para = desarrollo posterior del individuo, la teoria de las relacio- *s objetales tiene un alto grado de determinismo y poca Sbettad de eleccion. Por el misma motivo, estos teéricos pueden ser pesimi = 4 optimistas, segiin sea la relacién entre madre e hijo. © «sta relacion esta equilibrada, los nifios se convertiran en scuitos psicologicamente equilibrados; si no lo esté, los os desarrollaran una personalidad patolégica. En la dimension de causatided frente a teleologio, la ‘Soria de las telaciones objetales tiende a ser mas bien cau- =21. Las primeras experiencias de la vida son los principales =cterminantes de la personalidad, mientras que las expec- ‘Setivas de futuro desempeitan un papel secundario. Asimismo, la teorfa de las relaciones objetales da prio- ridad a los determinantes inconscientes de la conducta, dado que la mayoria de los tebricos considera que los principales. determinantes de la conducta se encuentran en la primera infancia, un periodo previo al lenquaje verbal. Por tanto, las personas adquieren muchos rasgos y actitudes personales a tun nivel preverbal y no son conscientes de la naturaleza de estos. Ademas, la aceptacion por parte de Klein de la exis- tencia de una herencia filogenética innata refuerza la pre- sencia de determinantes inconscientes en su teoria. La importancia que Klein concedta al instinto de muerte y la herencia filogenética podrian sugerir que, segin ella, La biologia influia mas que el entomo en la formacién de la perso- nalidad. Sin embargo, Klein desplaz6 la importancia de las fa- ses infantiles de Freud basadas en procesos biolégicos a las re- laciones interpersonales. Dado que la intimidad y los cufdados ue los nifios reciben de su madre son experiencias del entor- ‘no, pademos afirmar que la teoria de las relaciones objetales Se apoya mas en determinantes sociales de la personalidad. En el criterio de singularidad frente a semejanzas, los tebricos de las relaciones objetales tienden a destacar las semejanzas. Al tratar sobre todo a pacientes con trastornos, Klein, Mahler, Kohut y Bowlby limitaron sus andlisis a la distincién entre las personalidades equilibradas y las enfer- mas y tenian poco interés en las diferencias entre persona- lidades psicolégicamente equilibradas. Conceptos clave * Las teorias de las relaciones objetales suponen que la relacién madre-hijo durante los primeros cuatro 0 cinco ‘meses es el periodo més importante para el desarrollo de la personalidad, ~ Klein afirmaba que una parte importante de toda relacién son las representaciones psiquicas internas de Jos primeros objetos significativos, como el pecho de la ‘madre 0 el pene del padre, > Los nifios introyecran estas representaciones psiquicas en su propia estructura psiquica y despues las proyectan sobre un objeto externo, es decir, otra persona, Estas imagenes intemas no son representaciones exactas de la otra persona sino restos de experiencias interpersonales previas. + Elyo, que existe desde el nacimiento, puede percibir fuerzas destructivas y afectivas, es decir, un pecho sgratificante y otro frustrante. + Para hacer frente al pecho nutriente y al pecho frustrante, los nifios dividen estos objetos en buenos y ‘alos y escinden también su propio yo, lo que genera una imagen dual de si mismos. + Klein afirmaba que el superyé aparece mucho antes de lo que propuso Freud y que crece paralelamente al Proceso edipico, en lugar de ser un producto de este. CAPITULO 5 lein: la teoria de las laciones objetales “> Perspectiva general de la teoria de las retaciones objetales - Biografia de Metanie Klein “> Iniroduccién a ta teoria de las relaciones objetates > Vida psiquica det nifio Fantasias ‘Opjetos “> Posiciones Posicion esquizoparanoide Posicion depresiva © Mecanismos de defensa psiquicos Kein Introyecein Proyeccisn Excision ‘Teoria del apego de John Bowlby: LicntiticaciOn proyectiva Mary Ainsworth y la siteacicn extrafia > Internatizaciones > Psicoterapia Elyo © Investigacion retacionadia El superys ‘Trauma infantil y elaciones objetales del adulto Eicomplejo de Edipo La teorfa del apego y las relaciones entre adultos “> Perspectivas posteriores de las relaciones objetales _ Critica a Ia teoria de tas relaciones objetales Perspectiva de Margaret Mahler © Concepto de humanidad Pesspectiva de Heinz Kohut © Conceptos clave 88 Capitulo $ Klein: la teorfa de las relaciones objctales ‘lanie Klein, la mujer que desarroll6 una teoria centra- éa en la ctianza y la relacidn afectiva entre padres hiijos, munca tuvo una relacién afectuosa con su propia hija Melitta. La ruptura entre ambas se produjo pronto. Melitta era la mayor de tres hijos nacidos de unos padres que no se profesaban un carifto especial. Cuando tenfa 15 afios, sus pa- dres se separaron y Melitta culp6 a su madre de la separacién y el posterior divorcio. Cuando Melitta lleg6 a la edad adul- ta, la relacién con su madte se tens6 atin més. Cuando Melitta terminé la carrera de medicina, se some- ti6 a un andlisis personal, present6 una ponencia ante la So- iedad Psicoanalitica Briténica y se hizo miembro oficial de esta sociedad, alcanzando el nivel profesional de su madre. Su analista, Edward Glover, era un enconado rival de Melanie Klein. Glover, que fomentaba la independencia de Melitta, fue, al menos inditectamente, responsable de los, insidiosos ataques de Melitta a su madre. La animadversién entre madre y hija se agudiz6 atin mas cuando Melitta se ‘cas con Walter Schmideberg, otro analista que estaba total- ‘mente en contra de Klein y que apoyaba abiertamente a ‘Anna Freud, la tival més enconada de Klein. ese a ser miembro de pleno derecho de la Sociedad Psicoanalitica Briténica, Melitta Schmideberg sentia que su ‘madre la consideraba un apéndice suyo y no una colega. En tuna dura carta a su madre escrita en el verano de 1934, Me- lita escribi6: Espero que... me permitas darte un consejo... soy muy distinta de ti, Hace afios te dije que no soporte, que intenten obligarme a tener ciertos sentimientos, es la manera més segura de acabar con todos mis sen- timientos... Ahora soy una persona madura y tengo que ser independiente. Tengo mi propia vida y mi ma- rido (citado en Grosskurth, 1986, p. 199). Melitta continuaba diciendo que no seguiria mantenien- do la relacién neurética con su madre de aftos atris. Ahora ¢jerefa la misma profesién que ella e insistfa en que debia tratarla como a una colega. La historia de Melanie Klein y su hija adquiere una nue- va dimensi6n si consideramos 1a importancia que su teorfa da a las relaciones materno-filiales, Perspectiva general de la teoria de las relaciones objetales La teoria de las relaciones objetales de Melanie Klein fue construida a partir de cuidadosas observaciones de nifios pe- quefios. A diferencia de Freud, que se centré sobre todo en los primeros cuatro a seis afios de vida, Klein destacé la im- portancia de los primeros cuatro a seis meses a partir del nacimiento, insistiendo en que Ios impulsos del nifio (ham- bre, sexo, etc.) estén orientados hacia un objeto, un pecho, ‘un pene, una vagina, etc. Segtin Klein, la relacién de los ni- fios con el pecho es fundamental y sirve de prototipo para posteriores relaciones con objetos completos, como la madre y elpadre. La tendencia temprana de los nifios a relacionarse on objetos parciales da a sus experiencias un cardcter poco realista que afecta a todas susrelaciones interpersonales pos- teriores, Por tanto, la teorfa de Klein tiende a desplazar el foco de atencién de la teorfa psicoanalitica de las fases de desarrollo basadas en procesos orgsinicos al papel de las pri- ‘meras fantasfas en las relaciones interpersonales. Hay otros tebricos, ademés de Klein, que han especula- do sobre Ia importancia de las primeras experiencias de los nifios con la madre. Margaret Mabler afirmaba que el sentido de identidad de los niffos se apoya en la relacién con su ma- dre, que se desarrolla en tres fases. Primero, los nifios tienen necesidades basicas que son atendidas por la madre; segun- do, los nifios desarrollan una relacién simbistica de seguri- dad con una madre todopoderosa y, por iltimo, salen de la esfera de proteccién de la madre y crean su propia individua- lidad. Heinz Kohut especulé que los nis desarrolian un sentido de sf mismos en la primera infancia, cuando los pa- dres y otras personas Jos tratan como si tuvieran una identi- dad propia, John Bowlby investigé el apego que los nitios sienten hacia su madre y las consecuencias negativas de se- pararlo de ella. Mary Ainsworth y sus colegas crearon una técnica para medir el tipo de apego que un nifio desarrolla hacia su cuidador. Biografia de Melanie Klein Melanie Reizes Klein nacié el 30 de marzo de 1882 en Vie- nna, Austria, Klein fue la menor de los cuatro hijos que tuvie- ron el doctor Moriz Reizes y su segunda esposa, Libussa Deutsch Reizes. Klein pensaba que su nacimiento no fue planificado y esto hizo que se sintiera rechazada por sus pa- dres. Se crefa especialmente distante de su padre, que mos. traba una clara preferencia por su hija mayor Emilie (Sayers, 1991). Cuando nacié Melanie, hacfa tiempo que su padre se hhabia rebelado contra la doctrina judia ortodoxa que apren- i de nifio y no practicaba ninguna religi6n, por tanto, Klein ‘recié en una familia indiferente a las cuestiones religiosas. Durante su infancia, Klein observé que a sus padres no les satisfactan sus respectivos trabajos. Su padre apenas Jograba ganarse la vida con la medicina y, finalmente se vio obligado a trabajar como asistente dental. Su madre trabaja- ba en una tienda de plantas y reptiles, un empleo pesado, humillante y horrible para alguien que aborrecfa las serpien- tes (H. Segal, 1979), Pese 2 los exiguos ingresos de su padre, Klein aspiraba a ser médica Las primeras relaciones de Klein fueron enfermizas 0 acabaron en tragedia. Se sentfa abandonada por su padte, ya mayor, que ella percibfa como frio y distante, y aunque que- ria idolatraba a su madre, sentia que esta la asfixiaba. Klein Je tenfa mucho carifio a su hermana Sidonie, que era cuatro silos mayor que ella y la ensefi6 a leer y a hacer operaciones, aritméticas. Lamentablemente, cuando Melanie tenia cuatro aos, Sidonie murié. Aios después, Klein confess que no habfa Hegado a superar el dolor de la pérdida de Sidonie H_ Segal, 1992), Después de la muerte de su hermana, Klein se encarifié con su tinico hermano, Emmanuel, que era casi cinco afios mayor que ella y se convirtié en su confidente Ella lo adoraba y esta veneracién puede haber contribuido 2 Sus posteriores dificultades en las relaciones con los hom- bres. Como hiciera antes Sidonie, Emmanuel daba clases = Melanie y sus excelentes instrucciones la ayudaron a apro- bar los exdmenes de acceso a la universidad (Petot, 1990). Cuando Klein cumpli6 18 afios su padre murié, pero dos jos mas tarde ocurri6 una tragedia atin mayor, la muerte Se su querido hermano Emmanuel, que dejaria a Melanie ‘otalmente desconsolada. Cuando atin estaba de luto por la suerte de su hermano, se cas6 con Arthur Klein, un ingenie- = que habja sido muy amigo de Emmanuel. Melanie pen- saba que casarse a los 21 afios le impediria ejercer la medici- = y durante el resto de su vida lamenté no haber cumplido exte objetivo (Grosskurth, 1986). Lamentablemente, el matrimonio de Klein no fue feliz: = Melanie la horrorizaba el sexo y abominaba la idea del em- azo (Grosskurth, 1986), Pese a ello, tuvo tres hijos: Me- ta, nacida en 1904, Hans, nacido en 1907 y Erich, nacido 1914, En 1908, la familia Klein se fue a vivir a Budapest, ssonde Arthur debi6 trasladarse por su trabajo. Allf, Klein sonocié a Sandor Ferenczi, miembro del cfrculo de allegados = Freud y la persona que Ia introdujo en el mundo del psi- sandlisis. Cuando murié su madre en 1914, Klein sufrié una presiOn ¢ inicié un andlisis con Ferenczi, 1o que supuso un Somento crucial en su vida. Ese mismo aio ley6 el libro re los sueios (1901/1953) de Freud “[...] me di cuenta ‘smediatamente de que ese era mi objetivo, al menos durante szuellos afios en los que tenfa mucho interés en descubrit szzello que me podia satisfacer en el aspecto intelectual y =nocional” (citado en Grosskurth, 1986, p. 69). En la época = que descubrié a Freud nacié su hijo menor, Erich. Klein Saba profundamente fascinada por el psicoanilisis y educé su hijo segtin los principios freudianos. Como parte de es- = educacién, empe26 a psicoanalizar a Brich desde que era ==y pequefio. Ademés, también intent6 analizar a Melitta Hans y, al final, los dos acudieron a otros psicoanalistas. Melitta, que también se dedicaria al psicoandlisis, estu- en tratamiento con Karen Homey (véase el capitulo 6) y sos analistas (Grosskurth, 1986). Un interesante paralelis- Seentre Homey y Klein es que Klein trataria a las dos hijas Senores de Homey cuando tenfan doce y nueve afos (la hija savor de Homey tenfa catorce afios y se negé a ser analiza- A diferencia de Melitta, que acept6 voluntariamente ha- == un tratamiento con Homey, los dos hijos de Homey fue- obligados a asistir a sesiones de andlisis, no para tratar Seztin trastomo neurético, sino como medida preventiva Quinn, 1987). Biografia de Melanic Klein $9 Klein se separé de su marido en 1919, pero tuvo que esperar muchos alios para obtener el divorcio. Tras Ia sepa: raciGn abrié una consulta psicoanalitica en Berlin y aporss sus primeras contribuciones al psicoandlisis con un articulo sobre su anilisis de Erich, que no se identified como su hijo hasta mucho después de la muerte de Klein (Grosskurti, 1998). Algo insatistecha con el tratamiento que estaba reali~ zando con Ferenczi, puso fin ala relaci6n e inicié un andl con Karl Abraham, otro miembro del circulo de allegados de Freud. Solo 14 meses después, Klein suffié otra tragedia con la muerte de Abraham, Entonces decidié empezar un auto- andlisis que duraria hasta el final de su vida. Antes de 1919, los psicoanalistas, incluido Freud, ba- Saban sus teorfas sobre el desarrollo de Tos nifios en su tra- bajo terapéutico con adultos. El tinico caso sobre nifios que cstudi6 Freud fue el del pequefio Hans, un nifio que trat6 como paciente en una sola ocasién. Melanie Klein cambic esta situacién al aplicar el psicoandlisis a los nifios. Su tra- bajo con nifios muy pequeitos, incluidos los suyos, la con- venci6 de que estos internalizan sentimientos tanto positives como negativos hacia su madre y desarrollan un supery6. mucho antes de Jo que pensaba Freud. Su ligera desviacién respecto de la teorfa psicoanalitica tradicional suscité mu- chas enfticas de sus colegas en Berlin, lo que provocs que se sintiera cada vez més a disgusto en esta ciudad. En 1926, Emest Jones la invité a Londres para que analizara a sus hijos y para dar una serie de conferencias sobre el anilisis de niffos, Mas adelante, estas conferencias se publicaron en su primer libro, El psicoandlisis de nifios (Klein, 19 En 1927, fij6 su residencia en Inglaterra, donde permanecis hasta su muerte, el 22 de septiembre de 1960. El dia de su centierro, su hija Melitta la ofendi por titima vez dando una conferencia ataviada con unas lamativas botas rojas que es- candalizarian a muchos de los asistentes (Grosskurth, 1986). Los afios que Klein pas en Londres estuvieron marca. dos por la diserepancia y 1a polémica. Aunque ella seguia considerdndose freudiana, ni Freud ni su hija Anna acepta- ban la visién de Klein, que daba gran importancia a los pri- metos meses de vida, o su técnica de psicoandlisis de nifos. ‘Sus diferencias con Anna Freud comenzaron cuando la fami- lia Freud atin vivia en Viena, pero alcanzaron su punto dlgido ‘cuando Anna se traslad6 con sus padres a Londres en 1938. Antes de la llegada de Anna Freud, la escuela inglesa de psi- coanilisis se estaba convirtiendo con paso firme en la “escuela Kleiniana” y las tinicas disputas de Klein eran las ‘que mantenia con su hija Melitta, que eran intensas y muy personales, En 1934, el hijo mayor de Klein, Hans, murié como Consecueneia de una cafda. Melitta, que acababa de trasla~ darse a Londres con su esposo, el psicoanalista Walter Sch- mideberg, afirmé que su hermano se habfa suicidado y culps a 1a madre de su muerte. Ese mismo afio, Melitta se sometic a psicoandlisis con Edward Glover, uno de los rivales de Klein en Ia Sociedad Briténica. Desde entonces, la distancia 90 Capitulo S Klein: 1a teoria de las relaciones objetales personal y Ia rivalidad profesional entre Klein y su hija au ‘mentaron mas y Melitta mantuvo su postura incluso después de la muerte de su madre. Aunque Melitta Schmideberg no apoyaba a Anna Freud, su persistente antagonismo hacia Klein dificulté aun més Jalucha de Klein con la hija de Freud, que munca admitiria la conveniencia de analizar a los nifios pequefios (King y Stei- ner, 1991; Mitchell y Black, 1995). La fricci6n entre Klein y Anna Freud no disminuy6 y cada una de ellas afirmaba ser mas “freudiana” que la otra (Hughes, 1989), Por tiltimo, en 1946, la Sociedad Bri ensefianza: el tradicional de Melanie Klein, el defendido por Anna Freud y el de un grupo intermedio que no aceptaba hinguno de los dos anteriores y adoptaba un enfoque mis celéetico. Con esta divisién, la Sociedad Briténica se mantu- Vo intacta, aunque con un equilibrio inestable. Introducci6n a la teoria de las relaciones objetales La teoria de las relacioncs objetales nace de Ia teoria de los instintos de Freud, pero se diferencia de su antecesora en, al ‘menos, tres aspectos generales. En primer lugar, a teorfa de las relaciones objetales da menos protagonismo a los impul- sos biolégicos y concede mas importancia a las pautas siste- Iéticas de las relaciones interpersonales. En segundo lugar, en contra de Ia teorfa mas bien paternalista de Freud que hace hincapié en el poder y control del padre, la teoria de las relaciones objetales tiende a ser més maternal, dando més importancia a la intimidad y los cuidados de la madre. En tercer lugar, para los teéricos de las relaciones objetales, la ‘motivacién principal de las personas es el contacto y las re- laciones entre humanos, mas que el placer sexual. No obstante, si concretamos més, el concepto de las re- laciones objetales tiene muchos significados, formulados por diversos te6ricos. En este capitulo nos concentraremos sobre todo en el trabajo de Melanie Klein, pero también ana- Jizaremos brevemente las teorfas de Margaret S. Mahler, Heinz Kohut, John Bowlby y Mary Ainsworth. En general, Mahler estudié la lucha de! niffo por conseguir su autonomia y tener una identidad propia, Kohut estudi6 la formacién del si mismo, Bowlby, la ansiedad en las fases de separacién, y Ainsworth, 1s tipos de apego. Si Klein es la madre de la teorfa de las relaciones obje- tales, podemos decir que Freud es el padre. Recordemos del capftulo 2.que Freud (1915/1957a) afirmaba que los instintos © impulsos tienen un fmpetu, una fuente, un objetivo y un ‘objeto, y que los dos tltimos tienen mayor peso psicol6gi- co, Aungue puede parecer que los distintos impulsos tienen objetivos distintos, su objetivo subyacente es siempre el mismo: reducir tensiones, es decir, conseguir placer. En tér- ‘minos freudianos, el objeto del impulso puede ser una perso- ‘na, una parte de una persona o una cosa que permita cumplir el objetivo. Klein y otros tesricos de las relaciones objeta- les parten de este supuesto basico de Freud y especulan so- bre el modo en que las primeras relaciones reales 0 sofia- das del nifio con la madre o el pecho se convierten en un ‘modelo para las relaciones interpersonales posteriores. Las relaciones entre adultos, por tanto, no son siempre lo que parecen. Una parte importante de toda relacién Ia forman las representaciones psfquicas internas de los primeros ob- jetos importantes, como el pecho de la madre o el pene del padre, que se incorporaron ala estructura psiquica del nifio'y después se proyectaron sobre la pareja, Estas imagenes inter- has no son representaciones exactas de la otra persona, sino restos de experiencias personales anteriores. Aunque Klein sigui6 considerindose freudiana, amplié Ja teoria psicoanalitica més alld de los limites establecidos, por Freud. Por su parte, Freud opt6 por ignorar a Klein, ‘Cuando se le pedia que opinara sobre su trabajo, Freud ter Poco que decir, Por ejemplo, en 1925 cuando Emest Jones le escribié elogiando “el valioso trabajo” de Klein con el ané lisis de la infancia y la terapia de juegos, Freud simplemente respondi6 que “el trabajo de Melanie Klein ha suscitado mu- cchas dudas y gran polémica aqui en Viena” (Steiner, 1985, p-30). Vida psiquica del nifio Mientras Freud hizo hincapi¢ en los primeros atios de vida, Klein destacé la importancia de los primeros cuatro 0 seis ‘meses. Segiin ella, al principio de su vida los nifios no son uuna pizarra en blanco, sino que tienen una predisposicién heredada a reducir la ansiedad que sufren como consecuen- cia del conilicto provocado por las fuerzas del instinto de supervivencia y el poder del instinto de muerte. La disposi- cin innata del nifio para actuar o reaccionar presupone la existencia de una herencia filogenética, un concepto también aceptado por Freud. Fantasias Uno de los supuestos biisicos de Klein es que el nfo, incluso al nacer, posee una fantasfa activa. Las fantasfas son repre- sentaciones psiquicas de instintos inconscientes del ello: no se deben confundir con las fantasfas conscientes de los nifios mayores y los adultos. De hecho, Klein escribfa intenciona ‘mente, en inglés, la palabra “fantasy” como “phantasy”, para distinguir una de la otra, y asfes como debemos considerarla ‘en este texto. Cuando Klein (1932) escribié sobre la fantasta dinémica de los nifios, no sugiri6 que los recién nacidos po- dian expresar pensamientos en palabras, simplemente querfa decir que poseen imagenes inconscientes de “lo bueno” y “Io, malo”. Por ejemplo, un estémago leno es bueno, un estéma- g0 vacfo es malo. Por tanto, Klein dirfa que los nifios que se ‘duermen mientras se chupan el dedo estin sofiando con tener el pecho bueno de su madre dentro de ellos. De manera simi = cuando los nifios tienen hambre y Horan y patalean estén seSando que dan patadas 0 destruyen el pecho malo. ‘Cuando el nifio madura, las fantasias inconscientes rela- =seaadas con el pecho siguen influyendo en su vida psiquica, Sse también aparecen otras nuevas. Estas nuevas fantasias ‘Sconscientes estén modeladas por la realidad y las predispo- Sctones heredadas. Una de ellas esté relacionada con el semplejo de Edipo, el deseo de los nifios de destruir a uno de ‘=> padres y poseet sexualmente al otro (la nocién del com silo de Edipo de Klein se estudia con mas detalle en el sesctado dedicado a las internalizaciones). Como estas fann- “= son inconscientes, pueden ser contradictorias; por Semplo, un nifio pequeiio puede imaginar que le pega a su seaire y que tiene hijos con ella. Estas fantasias surgen, en see, de las experiencias del nifio con su madre, y también & sna predisposici6n universal a destruir el pecho malo y ‘ssuilarel bueno. Odjetos ‘Stein estaba de acuerdo con Freud en que los humanos tie- == pulsiones 0 instintos imnatos, entre ellos el instinto de ‘sserte. Los impulsos, obviamente, deben tener un objeto. Pec tanto, el impulso del hambre tiene como objeto el pecho ‘se=20, e] impulso del sexo tiene por objeto un érgano sexual, ‘= Klein (1948) afirmaba que desde la primera infancia los ‘=8es se relacionan con estos objetos externos, tanto en sus ‘Seesias como en la realidad, Las primeras relaciones obje- ‘=i son con el pecho de la madre, pero “muy pronto surge ‘= interés por la cara y las manos, que atienden sus necesi- “S2 y los satisfacen"” (Klein, 1991, p 757). En su fantasia =a, los nifios introyectan 0 incorporan en su estructura > auica estos objetos extemnos, entre ellos el pene de su pa- ‘==: las manos la cara de su madre, y otras partes del cuer- = Los objetos introyectados son algo mas que ideas inter- == sobre objetos externos: son fantasias de internalizacién =! objeto en términos concretos ¥ fisicos, por ejemplo, los =. que han introyectado a su madre creen que esta esta “enpre dentro de su propio cuerpo. La idea de Klein sobre % objetos internos sugiere que estos tienen poder por si ‘= snos, de manera similar al concepto de supery6 de Freud, “= supone que los hijos llevan en su interior la conciencia ei padre o de la madre. Posiciones Pe Klein (1946), tos nifios estén continuamente inmersos = sn confficto basico entre el instinto de supervivencia y el ‘Sstinto de muerte, entre lo bueno y Io malo, el amor y el io, la creatividad y la destrucci6n, De la misma manera ‘ge el yo avanza hacia la integracién y se aleja de la desinte- ‘e2iGn, los nifios, de manera natural, prefieren las sensacio- > eratificantes a las frustrantes. Posiciones 91 En su intento de resolver ests dicotomia entre senti- mientos buenos y malos, los nifios clasifican sus experien- cias en posiciones o modos de relacionarse con los objetos internos y extemos. Klein escogié el término “posicién” en lugar de “fase de desarrollo” para indicar que las posiciones se van alternando entre sf y no son periodos o fases de de- sarrollo en la vida de las personas. Aungue Klein us6 nom- bres de patologfas para cesignarlas, para ella representaban el crecimiento y desarrollo normates. Las dos posiciones basicas son la esquicoparanoide y la depresiva. Posicién esquizoparanoide ‘Durante los primeros meses de vida, el nifio entra en contac to con el pecho bueno y el pecho malo. Estas experiencias altemas de gratifieacisn y frustracién amenazan la existen- cia del vulnerable yo del nifio, Este desea controlar el pe- cho devordndolo y protegiéndolo y, al mismo tiempo, sus impulsos destructivos innatos erean Ia fantasia de dafiar el echo mordigndolo, rasedndolo o destruyéndolo. Para poder soportar estos dos sentimientos orientados hacia el mismo ‘objeto de manera simulténea, el yo se divide, conservando partes del instinto de supervivencia y del instinto de muerte y desviando parte de ambos instintos hacia el pecho. Asi, ‘mas que temer a su propio instinto de muerte, el nifio teme al pecho persecutorio. Pero el nifo también tiene una relacién con el pecko ideal, que le proporciona amor, tranquilidad y satisfaccién, desea tener el pecho ideal dentro de si mismo como forma de proteccién contra su destruccién por parte de sus perseguidores. Para controlar el pecho bueno y Iuichar contra sus perseguidores, el nifo adopta lo que Klein (1946) lamé la posicién esquizoparanoide, un modo de organi- zar las experiencias que conlleva mania persecutoria y la clasificacién de los objetos internos y extemos en buenos y malos. Segtin Klein, los nifios desarrollan la posicisn esquizo- paranoide durante tos primeros tres 0 cuatro meses de Vida, cen los cuales la percepeién del mundo extemo que tiene el Yo es subjetiva e irreal més que objetiva y real. Por tanto, la sensacién de persecucién se considera paranoide, es decir, no se basa en ningtin peligro real o inmediato del mundo exterior, Los nifios deben mantener una divisién clara entre ‘el pecho bueno y el pecho malo, porque si los confundieran correrfan el riesgo de destruir el pecho bueno y perder guridad que les ofrece. En el mundo esquizoide de los nifios, pequetios, a fria y Tos sentimientos destructivos estin diti- ‘gidos contra el pecho malo, mientras que los sentimientos de amor y sosiego se asocian con el pecho bueno. Los nifios, obviamente, no usan el lenguaje para identi- ficarel pecho bueno y malo, antes bien, tienen una predispo- sici6n biol6gica a asociar un valor positivo al alimento y al instinto de supervivencia y un valor negativo al hambre y al instinto de muerte. Esta escisi6n preverbal del mundo en ‘bueno y malo sirve como prototipo para el desarrollo poste- 92 Capitulo 5 Klein: Ia teoria de las relaciones objetsles rior de sentimientos ambivalentes hacia una sola persona. Por ejemplo, Klein (1946) comparé la posicién infantil es- 4quizoparanoide con los sentimientos de transferencia que los pacientes suelen desarrollar hacia el analista Bajo la presi6n de la ambivalencia, el conflicto y la culpa, el paciente suele dividir la figura del ‘analista, con lo cual este a veces puede ser querido yy a veces odiado. También se puede dividir de tal ‘manera que se mantenga la figura buena (o mala), y alguna otra persona se convierta en Ia figura opuesta ©. 19). Por supuesto, los sentimientos ambivalentes no se li- mitan al contexto terapéutico. La mayorfa de las personas tienen sentimientos positives y negativos hacia sus seres queridos, sin embargo, la ambivalencia consciente no refieja laesencia de la posicién esquizoparanoide. Cuando los adul- tos adoptan esta posicién, lo hacen de una manera primaria © inconsciente. Como Ogden (1990) sefial6, pueden sentir- se abjetos pasivos mis que sujetos activos: es mas probable que digan “es peligroso””, en lugar de “soy consciente de que es peligroso para mi”. Otras personas pueden proyectar sus sentimientos paranoicos inconscientes sobre los demés co- mo forma de evitar ser destruides por el pecho malévolo, Otros podrfan proyectar sus sentimientos positivos incons- lentes sobre otra persona, considerar que esa persona es perfecta y pensar que ellos mismos no valen nada Posicién depresiva Hacia el quinto o sexto mes de vida, el nifio empieza a per- cibir los objetos externos como una unidad y a ver que una misma persona puede tener caracteristicas buenas y malas. Enese momento, el nifio desarrolla una imagen més realista de la madre y reconoce que es una persona independiente de €1 que puede ser buena y mala, Ademés, el yo empieza a madurar hasta el punto en el que puede tolerar algunos de sus propios sentimientos destruetivos en lugar de proyec- tarlos hacia fuera. Sin embargo, el niflo también percibe que la madre podria irse y desaparecer para siempre y, por temor a esta posible pérdida, el nifio desea protegerla y mantener- laa salvo de los peligros de sus propias fuerzas destructivas, esos impulsos antropéfagos que proyecté sobre ella anterior- mente, Pero el yo del nifio es 1o bastante maduro como para pervibir que no tiene la capacidad de proteger a su madre y se siente culpable por sus impulsos destructivos previos ha- cia ella. Los sentimientos de ansiedad ante la idea de perder tun objeto amado, unidos a los sentimientos de culpa por de- sear destruir ese objeto, constituyen lo que Klein denoming la posicién depresiva. Los nifios en fase de posicién depresiva reconocen que el objeto amado y el objeto ogiado son ahora uno y el mis- ‘mo. Se reprochan a sf mismos los impulsos destructivos que sintieron hacia la madre y desean compensarla por estos ata~ «ques. Como los nifios consideran a su madre una unidad y también creen que esté en peligro, pueden sentir emparta por ella, capacidad que les servird para sus telaciones interperso- rales faturas, Laposici6n depresiva se resuelve cuando tos nifios sue jan que han compensado sus transgresiones anteriores y se dan cuenta de que su madre no se va para siempre, sino que vuelve. Una vez resuelta la posiciGn depresiva, los hijos sal- van la distancia que separa a la madre buena de la madre mala y pueden no solo sentir el amor de su madre, sino tam- bign mostrar su propio amor hacia ella. No obstante, una resolucién incompleta de la posicién depresiva puede provo- car falta de confianza, incapacidad para superar la pérdida de seres queridos, asf como otros trastomos psiquicos. Mecanismos de defensa psiquicos Kiein (1955) sugirié que, desde la primera infancia, los ni- fos adoptan diversos mecanismos de defensa psiquicos para proteger su yo contra la ansiedad provocada por sus fantasfas, destructivas. Estos sentimientos destructivos extremos em- piezan con ansiedades sédico-orales sobre el pecho, temible ¥y destructivo, por una parte, y gratificante y beneficioso, por Ja otra. Para controlar estas ansiedades, los nifios usan varios mecanismos de defensa psiquicos, como la introyeccién, la proyeccién, la escisién y ta identificacién proyectiva Introyeccién Para Klein la introyecci6n significa sencillamente que los, nifios imaginan que tienen dentro de su cuerpo las percep- ciones y experiencias que han tenido con el objeto extemo, al principio, el pecho de la madre, La introyeccién empieza con las primeras tomas, cuando se produce un intento de in- corporar el pecho de la madre dentro del cuerpo del nifio. Por lo general, el nifio intenta introyectar objetos buenos, tener- los dentro como forma de proteccién contra la ansiedad; sin embargo, a veces el nifio introyecta también objetos malos, como el pecho malo o el pene malo, para conseguir tener control sobre ellos. Cuando se introyectan objetos peligro- Sos, estos se convierten en perseguidores internos, que po- drfan asustar al nifio y dejar residuos aterradores que pueden ser expresados en suefios 0 en el interés por cuentos como Caperucita roja 0 Blancanieves y los siete enanitos Los objetos introyectados no son representaciones exac- tas de Los objetos reales, sino que estan influidos por las fan- tasias de los nifios. Por ejemplo, pueden sofiar que su madre est siempre presente, es decir, sienten que su madre esté siempre dentro de su cuerpo. La madre real, obviamente, no esti siempre presente y, sin embargo, los nifios la devoran en sus fantasias, para que se convierta en un objeto interno per- ‘manente. Proyeccién <= como los nifios usan la introyeccién para incorporar ob- => buenos y malos, utilizan la proyeccién para librarse de ‘=Ses. La proyeccién ¢s la fantasfa de que los sentimientos e ‘s=culsos propios en realidad residen en otra persona y no ‘Sco de nosotros, Al proyectar impulsos destructivos difi- de controlar sobre objetos externos, los nifios alivian la “Sportable ansiedad que conlleva la idea de ser destruidos ‘> fucrzas internas peligrosas (Klein, 1935). Los nifios proyectan imagenes malas y buenas sobre ob- “==> extemos, en especial sus padres. Por ejemplo, un niiio ecfio que desea eastrar a su padre pedrfa proyectar sobre ‘== las fantasfas de castracién y, de este modo, invertir sus S2<0s de castraciGn y culpar al padre de querer castrarlo a © De manera similar, una nifia pequefia podria imaginar que ‘Sora a su madre, proyectar esa fantasia sobre ln madre y “Seer que esta se vengue de ella persiguiéndola. Las personas también pueden proyectar impulsos bue- => Por ejemplo, los nifios que disfrutan del pecho nutriente “se madre atribuirdin esos sentimientos positives al pecho = ssaginardn que es bueno. Los adultos a veces proyectan “= propios sentimientos de amor sobre otra persona y llegan ‘= seer que la otra persona los ama. La proyeccién permite a personas, por tanto, creer que sus puntos de vista son sexdad. Escisi6n ‘“ssaitios solo pueden controlar los aspectos buenos y malos sf mismos y de los objetos externos mediante la escisién “© agradables y destructivos dirigidos a objetos extemnos. La escisién puede tener un efecto positivo 0 negative “seb ellos. Sino es excesiva o inflexible, puede ser un me- -S=smo positive y provechoso no solo para los nifios sino “S=Sien para los adultos: permite a los individuos percibir ‘© sspectos positivos y negativos de sf mismos, evaluar su -S=portamiento como bueno o malo y diferenciar a las per ‘esas agradables de las desagradables. Una divisi6n excesiva = sallexible, en cambio, puede provocar represién patol6gi- = Por ejemplo, sil yo de los nifios es demasiado infiexible ‘sem para escindirse en un yo bueno y un yo malo, ellos no ‘sediin introyectar las experiencias negativas en el yo bueno. los nifios no pueden aceptar su propia conducta negativa, “Sberin gestionar los impulsos destructivos y aterradores de ‘© snica forma posible: la represion. ‘entificacién proyectiva “r= forma de reducir la ansiedad es la identificacién pro- “ con ella, tanto fisica como psicol6gicamente. Mahler ad- ‘2186 que Tos nifios de esta edad quieren contarle a su made edo lo que aprenden y conocen. Ahora que pueden caminar ‘on facilidad, estan mas separados fisicamemte de la madre ‘Sao. paradgjicamente, suclen sentir més la ansiedad de 1a separaciGn en esta fase que en la anterior. Sus capacidades Sznitivas mas avanzadas los hacen més conscientes de la s para recuperar la unidad dual que tuvieron con su ma- = Como estos intentos nunca resultan totalmente satisfac- ‘esis, los nilfios de esta edad suelen tener intensas Iuchas ‘ses su madre, circunstancia denominada la crisis del acerca- mento. La tltima subfase del proceso de separacién-individua- Sesci6n es la fase de constancia del objeto libidinoso, que ‘Sex pricticamente hasta el tercer afio de vida. Durante este ‘s==odo, 10s nifios deben desarrollar una representaciGn inte- Se permanente de su madre, de modo que puedan soportar ‘= siflos que atin no saben hablar, sus ideas se pueden apli- <= Sicilmente a los adultos. Todos los errores cometidos du- ‘ss: Los tres primeros affos de vida, el periodo del nacimien- © ssicol6gico, pueden provocar regresiones posteriores a = face en la que una persona atin no se habia separado de erspectivas posteriores de las relaciones objetales 97 su madre y, por tanto, no habfa adquirido un sentido de iden- tidad personal Perspectiva de Heinz Kohut Heinz Kohut (1913-1981) naci6 en Viena de padres judios cultos y brillantes (Strozier, 2001). Poco antes de que esta- lara la Segunda Guerra Mundial, emigré a Inglaterra y, un afjo mas tarde, se traslad6 a Estados Unidos, donde pas6 la ‘mayor parte de su vida profesional. Fue catedratico en la Fa- cltad de Psiquiatria de la Universidad de Chicago, miembro del consejo docente del Instituto de Psicoanalisis de Chica- 20 y profesor visitante de psicoanzlisis en 1a Universidad de Cincinnati, Neur6logo y psicoanalista, Kohut disgust6 a mu- cchos psicoanalistas en 1971 con su publicacién de El andli- sis del si mismo, donde sustituia al yo por el concepto de sf mismo, Ademés de este libro, también se pueden encontrar aspectos de su psicologia del sf mismo en La restauracién del si mismo (1977) y Los seminarios Kohut (1987), editados, por Miriam Elson y publicados tras la muerte de Kohut. ‘Mis que los otros tedricos de las relaciones objetales, Kohut destacs el proceso por cl cual el yo evoluciona a partir, ‘de una imagen vaga y no diferenciada hasta una nocién clara y precisa de identidad individual. Como hicieron otros te6ri- cos de las relaciones objetales, se centré en la relacién tem- prana madre-hijo como clave para comprender el desarrollo posterior. Segin Kohut, el nicleo de la personalidad humana Jo constituyen las relaciones entre los humanos, més que los, mpulsos instintivos innatos. Segiin Kohut, los nifios requieren cuidadores adultos no solo para satisfacer sus necesidades fisicas sino también para ‘cubrir sus necesidades psicoldgicas bisicas. Al atender las necesidades fisicas y psicol6gicas, los adultos, u objetos del Heinz Kohut 98 Capftulo 5 Klein: la teoria de las relaciones objetales simismo, tratan alos nfios com si estos tuvieran nocién de su propio si mismo. Por ejemplo, los padres actuardn con afecto, frialdad o indiferencia dependiendo de la conducta, del nifio, mediante el proceso de interaccién empitica, el ni- fio asimila las respuestas del objeto del si mismo como orgu- lio, culpa, vergéenza o envidia, actitudes que constituirin finalmente los componentes bésicos del si mismo. Kohut (1977) defini6 el si mismo como “el centro del universo psi- col6gico del individuo” (p. 311). El sf mismo aporta unidad y consistencia a nuestras experiencias, permanece relativa- ‘mente estable con el paso del tiempo y es “el centro de las iniciativas y receptor de impresiones” (p. 99). Es también el centro de atencién de los nifios para las relaciones interper- sonales y determina el modo en que estos se relacionarn ccon los padres y otros objetos del sf mismo. Kohut (1971, 1977) afirmaba que 10s nifios tienen un narcisismo natural, son egocéntricos, se preocupan solo de su propio bienestar y desean que los admiren por lo que son yy lo que hacen. El si mismo temprano se cristaliza en tomo a dos necesidades narcisistas basicas: (1) la necesidad de ‘mostrar el si mismo ostentoso y (2) la necesidad de adquirir ‘una imagen idealizada de uno de los padres 0 de ambos. El si mismo ostentoso y exhibicionista surge cuando el nifio se relaciona con un objeto del si mismo “reflectante” que aprueba su comportamiento formando, por tanto, su imagen rudimentaria a partir de mensajes como: “si los demas me consideran perfecto, es que soy perfecto”. La imagen ideali- zada de los padres es contraria al si mismo ostentoso porque implica que hay alguien més que también es perfecto. Sin embargo, también satisface una nevesidad nareisista, ya que el nifio piensa “ti eres perfecto, pero yo soy parte de ti ‘Ambas imagenes narcisistas de si mismo son necesarias para el desarrollo equilibrado de la personalidad. Ambas, sin embargo, deben cambiar a medida que los nifios van cre- ciendo ya que, si no evolucionan, generarfin una persona- lidad adulta patol6gicamente narcisista, La magnificencia debe transformarse en una perspectiva realista de si mismo y la imagen idealizada de los padres debe convertirse en una imagen realista de estos. Las dos imagenes del s{ mismo no deberfan desaparecer por completo: el adulto equilibrado si- ‘gue teniendo actitudes positivas hacia su sf mismo y sigue percibiendo cualidades buenas en sus padres 0 los sustitutos, de ellos. Sin embargo, un adulto narcisista no supera estas necesidades infuntiles y sigue siendo egocéntrico y con- siderando al resto del mundo como su piblico admirador. Freud afirmaba que las personas narcisistas no se podian curar con un tratamiento psicoanalitico; en cambio, Kohut sostenia que la psicoterapia podia resultar eficaz con estos pacientes. Teorfa del apego de John Bowlby John Bowlby (1907-1990) nacié en Londres, donde su padre era un famoso ciryjano. Desde pequetio, Bowlby se interesé John Bowlby por las ciencias naturales, la medicina y la psicologia, mate- rias que estudiaria en la Universidad de Cambridge. Tras li cenciarse en medicina, abrié su consulta de psiquiatria y psicoandlisis en 1933, periodo en el que empez6 un curso sobre psiquiatria infantil impartido por Melanie Klein. Du- rante la Segunda Guerra Mundial, Bowlby sirvis como psi- quiatra en el ejéreito y en 1946 fue nombrado director del Departamento de Padres e Hijos de la Tavistock Clinic, A finales de la década de 1950, Bowlby pasé algsin tiempo en el Centro de Fstudios Avanzados en Ciencias de la Conducta de Stanford, pero volvi6 a Londres, donde permaneci6 hasta su muerte en 1990 (van Dijken, 1998), En la década de 1950, Bowlby empe76 a estar descon- tento con el enfogue de las relaciones objetales, sobre todo por su teorfa de la motivaci6n y por su falta de empirismo. Con sus conocimientos de etologfa y de la teorfa evoluci nista (en especial la noci6n de Konrad Lorenz de la vincula cién afectiva temprana con la figura de la madre), se dio cuenta de que la teorfa de las relaciones objetales se podfa integrar en una perspectiva evolutiva. Le parecfa que con es- ta integraci6n podrfa comegir las deficiencias empiticas de la teorfa y ampliarla dindole una orientacién nueva. La teoria del apego de Bowlby también se basaba en las ideas psicoa- nalfticas: tomaba la infancia como punto de partida y extra- ppolaba sus conclusionesa laedad adulta (Bowlby, 1969/1982; 1988). Bowlby aseguraba que los vinculos afectivos creados durante la infancia tienen repercusiones importantes en la edad adulta, por Io que los investigadores debfan estudiar Ja infancia directamente y no basarse en versiones retrospec- tivas distorsionadas de personas adultes. Los orfgenes de la teoria del apego se encuentran en las sbservaciones de Bowlby de las crias de humanos y prima- ‘es los cuales atraviesan una serie bien definida de reaccio- fees cuando son separadas de sus cuidadores principales. Bowlby observ tres fases en esta ansiedad de la separa- sin. La primera vez, que el cuidador se ausenta, los nifios ‘Soran, rechazan el consuelo de otras personas y buscan a su cuidador. Esta es la fase de protesta. Si la separacién conti- ‘Ga, los niffos adoptan una actitud silenciosa, triste, pasiva, lexirgica y apstica. Esta segunda fase es la fase de desespe- xa. La tiltima fase, la tnica exclusiva de los humanos, es 1 fase de indiferencia, durante la cual los nifios se separan -mocionalmente de los demés, incluido su cuidador. Si su cnidador (1a madre) vuelve, los nifios lo ignorardn y evitarén. Los nifios que aleanzan la fase de separacién ya no se di =sstan cuando su madre se ausenta. Cuando se hacen mayo- &, auinque parecen sociables, juegan y se relacionan con los més con poca emocién y sus relaciones interpersonales son superficiales y carentes de afecto. A partir de estas observaciones, Bowlby desarroll6 su ‘orfa del apego que publicé en una trilogia titulada Apego y perdida (1969/1982, 1973, 1980). La teoria de Bowlby se spoya en dos supuestos fundamentales: el primero, un cuida- or receptivo y accesible (por lo comin, la madre) debe rear una base segura para los nifios, ya que estos necesitan saber que el cuidador es accesible y fiable. Si es asi, el niio ‘adr més facifidad para desarrollar confianza y seguridad 1 explorar el mundo. Esta relacién afectiva cumple la fun- <26n crucial de vincular al cuidador con el nifio, aumentando si sus probabilidades de supervivencia y, en tltima instan- cia, de la especie. Un segundo supuesto de la teoria del apego es que la slacién afectiva (0 la ausencia de ella) se internaliza y sirve como modelo mental de funcionamiento sobre el cual se construirdin las relaciones de amistad y amor futuras. La pri- sera relacidn afectiva es, por tanto, la ms crucial de todas ‘5 relaciones. Sin embargo, para que se produzca este vin- calo afectivo, el nit debe ser algo ms que un mero recep- sor pasivo de la conducta del cuidador, aunque esta conducta sradie accesibilidad y confianza. El tipo de apego es una selacién entre dos personas, y no un rasgo transmitido al ni So por el cuidador, es un camino de doble sentido: el nifio y cl cuidador deben ser mutuamente receptivos y cada uno de lfos debe infinir en la conducta del otro. Mary Ainsworth y la situacién extrata Mary Dinsmore Salter Ainsworth (1919-1999) naci6 en Glen- ele, Ohio. Su padre era el director de una empresa de produc- tos de aluminio. Se licencié y doctoré en la Universidad de Toronto, donde también trabajé como asistente y profesora. Durante su larga carrera profesional, impartié docencia y is proyectos de investigaci6n en varias universidades e ins- situtos en Canada, Estados Unidos, Reino Unido y Uganda. erspectivas posteriores de las relaciones objetales 99) Mary Ainsworth Influida por la teorfa de Bowlby, Ainsworth y sus cole- gas (Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978) desarrollaron ‘una técnica para medir el tipo de apego que existe entre el euidador y el nifio, conocida como la situacién extrana, Este procedimiento consiste en una sesion de laboratorio de 20 minutos de duracién en Ia cual, al principio, una madre y su hijo estén solos en un cuarto de juegos. A continuacién, un desconocido entra en la habitaci6n y después de unos mi- nutos inicia una breve interaccién con el nifio: entonces la ‘madre se ausenta en dos ocasiones durante dos minutos. En la primera ausencia, el niflo se queda solo con el desconoci- do; en la segunda, el nifio se queda completamente solo. La clave esta en la reaccicn del nifo al regreso de la madre; esta reacci6n sirve de base para medir el tipo de apego. Ainswor th y sus colegas encontraron tres tipos de apego: seguro, an- sioso-ambivalente y ansioso-evasivo. En una forma de apego seguro, cuando la madre vuelve, Jos nifios muestran alegria y entasiasmo ¢ inician el contacto con ella, por ejemplo, se acercan y piden que los tomen en brazos. Todos los nifios con vinculos seguros conffan en la accesibilidad y receptividad de su cuidador, y esta segu- ridad y fiabilidad ofrece la base para los juegos y la explo- Enel tipo de apego ansioso-ambivalente, losnifios mues- tran una actitud ambivalente, Cuando su madre se va, sue- len disgustarse y cuando vuelve buscan el contacto con ella, pero muestran rechazo cuando intentan consolarlos. Con el tipo de apego ansioso-ambivalente, los nifios emiten mensa- jes muy contradictorios, por un lado, buscan contacto con stu 100 Capitulo $ Klein: la teorfa de las relaciones objetales made y, por el otto, se etuercen para liberarse de sus brazos y podrian rechazar los juguetes que esta les ofrece. El teroer tipo de apego es el ansioso-evasivo. Con este tipo, los nifios no se alteran cuando su madre se va; aceptan al desconocido y cuando la madre vuelve, la ignoran y la evitan. En los dos tipos de apego inseguro (ansioso-ambiva- lente y ansioso-evasivo), los nifias no son capaces de partici- ppar en juegos y exploraciones. Psicoterapia Klein, Mahler, Kohut y Bowlby fueron psicoanalistas que cestudiaron las précticas freudianas ortodoxas. Sin embargo, cada uno de ellos modificé el tratamiento psicoanalitico para adaptarlo a su propia orientacién te6rica. Dado que estos te6ricos diferfan entre sfen sus procedimientos terapéuticos, ‘nos limitaremos a estudiar el enfoque terapéutico de Melanie Klein. E] procedimiento innovador de Klein de estudiar a los nifios mediante el psicoandlisis no fue bien acogido por otros psicoanalistas en las décadas de 1920 y 1930, Anna Freud fue especialmente reacia a esta idea, sosteniendo que los ni- fios pequefios atin vinculados a sus padres no estn en condi- cciones de realizar latransferencia con el terapeuta porque no tienen fantasfas 0 imdgenes inconscientes, por tanto, segtin ella, la terapia psicoanalitica no es aplicable a los nifios. En cambio, Klein afirmaba que tanto los niios con trastornos ccomo los nifios sanos deberfan someterse a un tratamiento psicoanalitico; a los primeros les servirfa como terapia, para los segundos tendria un efecto preventivo. Acorde con esta conviecién, Klein insistié en psicoanalizar a sus propios hi- jos. También insistié en que la transferencia negativa era un paso fundamental para asegurar un tratamiento satisfactorio, tuna idea con la que Anna Freud y otros muchos psicoanalis- tas no estaban de acuerdo. Para estimular la transferencia negativa y las fantasias agresivas, Klein facilitaba a cada nifio una vatiedad de obje- tos pequefios, lépiz y papel, pinturas, crayones, etc. Sustitu- y6 el anilisis de los sueiios y la libre asociacién de Freud por la terapia de juegos, convencida de que los nifios pequefios expresan sus deseos conscientes ¢ inconscientes a través de cesta terapia, Ademés de expresar sentimientos de transferen- cia negativa mediante el juego, los pequefios pacientes de Klein a menudo 1a agredian verbalmente y ello le daba la ‘oportunidad de interpretar los motivos inconscientes que provocaban estos ataques (Klein, 1943). El objetivo de la terapia Kleiniana es reducir las ansie~ dades depresivas y las manfas persecutorias y mitigar la se- veridad de los objetos internalizados. Para lograrlo, Klein animaba a sus pacientes a revivir emociones y fantasfas tem- pPranas, pero esta vez el terapeuta les indicaba las diferencias centre realidad y fantasfa, entre lo consciente e inconsciente. ‘También permitia a los pacientes expresar transferencias po- sitivas y negativas, algo fundamental para entender el modo cen que las fantasfas inconscientes se relacionan con situacio- nes cotidianas del presente. Una vez realizada esta conexiGn, los pacientes se sienten menos perseguidos por los objetos internalizados, sienten menos ansiedad depresiva y pueden proyectar hacia el mundo exterior objetos internos que antes les resultaban aterradores. Investigacion relacionada ‘Tanto la teorfa de las relaciones objetales como la teorfa del apego continan inspirando investigacion empirica sobre las formas en que el trauma temprano puede afectar las relacio- nes adultas y sobre cémo extender la teorfa del apego a las relaciones adultas ‘Trauma infantil y relaciones objetales del adulto La teorfa de las relaciones objetales presume que la calidad de as relaciones de los nifios pequefios con sus cuidadores se intemaliza como modelo para relaciones interpersonales, posteriores. Existe una gran cantidad de investigaciones que han explorado el impacto del trauma y abuso infantil en el funcionamiento de las relaciones objetales adultas, y si estas experiencias pueden predecir resultados patolégicos més adelante en la vida. Un ejemplo muy reciente de este tipo de trabajo es un estudio realizado por un equipo en la York Uni- versity (Bedi, Muller y Thomback, 2012). Sesenta adultos que tuvieron historias de abuso sexual o fisico durante su infancia recibieron el Test de percepcién temética (Thematic Apperception Test, TAT; Murray, 1943). Esto se conoce en el medio como una prueba proyectiva, y funciona en forma muy parecida a la prueba de la mancha de tinta de Rorshach, donde los sujetos simplemente describen To que ven en imagenes ambiguas. El supuesto de los test proyectivos es que quienes las toman “proyectardn” deseos inconscientes, ideas y fantasfas en sus historias e interpreta- ciones de las manchas de tinta. Estas pruebas son formas alternativas de revelar aspectos inconscientes de la persona- lidad. El TAT presenta a los participantes series de escenas de personas ya sea solas 0 en interacciones sociales de natu- raleza ambigua, Se instruye a los participantes para que ob- serven las imégenes y hagan una historia acerca de lo que puede estar ocurriendo en cada una de estas, qué pueden es- tar pensando y sintiendo los personajes, y cul seria el resul- tado. Como el TAT representa personas en relaciones, es particularmente epropiado para examinar las relaciones ob- jetales de los individuos. Los supervivientes del abuso en este estudio completa~ ron el TAT, y sus historias se calificaron segiin cuatro temas de las relaciones objetales: a) el grado en que las relaciones personales son vistas como amenazadoras contra seguras; b) el nivel de compromiso y de emociones compartidas en las relaciones; c) la habilidad de veral s{ mismo como distinto a Jos otros, y d) la exactitud de las atribuciones respecto a las causas del comportamiento, pensamientos y sentimientos de Ja gente. Los participantes también completaron una varie- dad de mediciones de salud mental, incluyendo autoestima y sintomas de estrés postraumstico. Los resultados mostraron en gran medida, como I teo- ria de las relaciones objetales hubiera predicho, que el tener Iu tendencia a ver a la gente y a las relaciones como més malevolentes, asi como hacer una menor inversién emocio- nal en las relaciones, se correlacionaba con mayores sinto- mas de estrés postraumitico y de baja autoestima en estos supervivientes del abuso. Esto sugiere que dichas personas, aque tuvieron infancias trauméticas, ven al resto de las perso- rnas como peligrosas ¥ propensas al rechazo, y esto puede resultar en el desarrollo, dentro de sf mismas, de un senti- ‘miento de vergiienza y poca valia. El tratamiento eficaz de estos individuos requiere tener conciencia de que incluso la relaci6n terapéutica podria verse afectada por relaciones ob- Jetales perturbadss. Como escribieron los investigadores: “Las relaciones personales de los supervivientes del trauma han sido la causa de su dolor. Asi, es crucial para los clinicos ue trabajen con supervivientes de abuso que estén atentos a sintomas de psicopatologia a través de una perspectiva rela- cional” (Bedi, Muller y Thomback, 2012, p. 6). Los investi- gadores dicen que permitir a los supervivientes del trauma aprender nuevas formas en que los demas pueden responder positivamente a ellos, puede cambiar sus representaciones objetales en formas saludables. La teorfa del apego y las relaciones entre adultos La teorfa del apego tal y como fue conceptualizada en un Principio por John Bowlby daba mucha importancia a la re- lacién entre padres e hijos. Desde la década de 1980, sin embargo, los investigadores empezaron a estudiar de manera sistematica los vinculos afectivos entre adultos, sobre todo cn relaciones sentimentales. Cindy Hazan y Phil Shaver realizaron un estudio tipico de los vinculos afectivos entre adultos (1987) y predijeron {que los distintos tipos de lazos afectivos de la infancia dife- renciarfan el tipo, la duracién y la estabilidad de las relacio- nes sentimentales adultas. Mas en concreto, estos investiga ores esperaban que las personas que en su infancia habian tenido vinculos afectivos seguros con sus cuidadores vivi- sus relaciones sentimentales adultas con més confianza, ‘més intimidad y més emociones positivas que las personas con vinculos inseguros. Del mismo modo, predijeron que los adultos ansiosos-evasivos tendrfan miedo a la intimidad y falta de confianza, mientras que los adultos ansiosos-ambi- valentes estarfan preocupados y obsesionados con sus rela- ciones. A partir de investigaciones con estudiantes universita- rios y otros adultes, Hazan y Shaver confirmaron estas pre- Investigacién relacionada 101 dicciones: los adultos con vinculos seguros vivian sus rela- ciones sentimentales con més confianza e intimidad que los adultos ansiosos-evasivos 0 ansiosos-ambivalentes. Ademés, Jos investigadores constataron que los adultos con vineulos seguros tendian a creer que el amor puede ser duradero en mayor medida que los adultos con vinculos inseguros y se mostraban menos escépticos en relacién con el amor en ge- neral, tenfan relaciones mas duraderas y menos probabilidad de divorciarse que los adultos ansiosos-evasivos 0 ansiosos- ambivalentes. Otros estudiosos han seguido ampliando a investiga cin sobre el apego y las relaciones roménticas adultas, Por ejemplo, Steven Rholes y colegas pusieron a prueba la idea de que el estilo de apego esti relacionado al tipo de informa: cin que la gente busca 0 evita respecto a su relacién y a su pareja roméntica (Rholes, Simpson, Tran, Martin y Fried- ‘man, 2007). Los investigadores predijeron que los indivi- duos evasivos no buscan informacién adicional acerca de los suefios e intimos sentimientos de sus parejas, mientras que los sujetos ansiosos expresan un fuerte deseo de obtener més informacién acerea de su pareja romintica. Tipicamente, los, individuos evasivos se esfuerzan por mantener una indepen- dencia emocional y, por tanto, no quieren ninguna informa- cién que pudiera aumentar el grado de intimidad. La intimi- dad obstaculiza su meta de independencia. Por el contrario, Jos individuos ansiosos tienden a estar crénicamente preocu- pados por el estado de su relaciGn y desean reforzar los lazos emocionales buscando tanta informacién como puedan con- seguir sobre los sentimientos mas intimos de su pareja Para probar sus predicciones, Rholes y colegas reciuta- ron parejas que habian estado saliendo ya por un tiempo, y Jos citaron en un Taboratorio psicol6gico para completar me- diciones de apego y buisqueda de informacién. Se midi6 el estilo de apego mediante un cuestionario estndar que conte- nia preguntas de autoevaluacién acerca de cudn ansiosa 0 ‘evasiva se sentfa la persona en su relacién amorosa, El grado de biisqueda de informacién se midié utilizando una inge- niosa (y falsa) tarea computarizada, donde cada participante completaba independientemente diversos reactivos acerca de su relacién, incluyendo los sentimientos intimos y las me- tas para el futuro de cada integrante de la pareja. Se dijo a los participantes que la computadora generaria un perfil de su relacién que ambos integrantes podrian ver al final del estu- dio. Asi, los investigadores pudieron medir qué tanta de la informacién proporcionada por el perfil de la relacién lesa cada integrante acerca del otro. En concordancia con sus predicciones, y en general con su teorfa del apego, los indi- ‘viduos evasivos mostraron menos interés en leer la informa cién que contenfa el perfil de la relacién sobre su pareja. mientras que los sujetos ansiosos busearon més informacion sobre los temnas relacionados con Ta intimidad y las metas = futuro de su pareja El estilo de apego no solo esta relacionado con los pe- dres y las parejas romnticas. Las investigaciones recie: 102 Capftulo §Klein: la teoris de las relaciones objetales han explorado el papel del estilo de apego en las relaciones entre Lideres y sus seguidores (oficiales militares y sus solda- dos, por ejemplo; Davidovitz, Mikulincer, Shaver, Izsak y Popper, 2007; Popper y Mayseless, 2003). La teoria es que el estilo de apego es relevante en las relaciones entre Iideres y seguidores porque los lideres 0 las figuras de autoridad pue- den cumplir el papel de cuidadores y ser una fuente de segu- tidad en una forma muy similar al apoyo que offecen los padres y las parejas roménticas. Los investigadores pre ron que los lideres que posefan un estilo de apego seguro (ni _ansioso ni evasivo) son més eficaces que los que se apegaban, con inseguridad (ansiosos 0 evasivos). Para explorar el papel del apego en el liderazgo, Rivka Davidovitz y colegas (2007) estudiaron a.un grupo de oficia- les militares y los soldados que estaban a su cargo. Los ofi- iales completaron la misma medicién de apego y biésqueda de informacién (Rholes et al., 2007), pero en vez de reportar sobre su apego respecto a las relaciones roménticas, lo hicie- ron de manera més general acerea de sus telaciones cerca: nas. Después los soldados completaron las mediciones sobre ln eficacia del liderazgo de su oficial, Ia cohesi6n en su uni dad militar, y mediviones sobre bienestar psicol6gico. Los resultados proporcionaron més evidencia sobre Ja generalidad ¢ importancia del estilo de apego en milti- piles tipos de relaciones. Las unidades de los oficiales que tenfan un estilo de apego evasivo tenfan menos cohesién, y los soldados expresaron un bienestar psicolégico mas ba- jo comparados con los miembros de otras unidades. Mis probablemente, estos efectos del estilo de apego evasivo de, los lideres se deben al deseo de los oficiales evasivos de evi- tar informaci6n acerca del bienestar social y emocional de sus unidades. Los oficiales ansiosamente apegados lideraban unidades que calificaron mas bajo en el funcionamiento ins- trumental (el grado de seriedad con que los soldados toman su trabajo). Sin embargo, esas mismas unidades calificaron alto en el funcionamiento socioemocional (el grado en el que los soldados se sienten libres de expresar sus pensa- mientos y sentimientos). Este tltimo hallazgo respecto al funcionamiento socioemocional fue sorpresivo para los in- vestigadores, pero tiene sentido cuando se consideran los ha- Iazgos de Rholes y colegas que mencionamos antes (Rholes et al., 2007): los oficiales ansiosamente apegados tendfen a estar mAs interesados en buscar informaciGn acerca de la forma en que sus soldados se sentfan, y de e6mo se levaban, entre sf El apego es un constructo en la psicologia de la persona- lidad que sigue generando una cantidad sustancial de inves- tigacién. Aunque el trabajo sobre la teoria del apego comen- 26 como una forma de entender las diferencias entre las relaciones padre-hijo, las investigaciones recientes han mos- trado que esas mismas dindmicas (estilos de apego seguro, evasivo y ansioso) son importantes para comprencler un am- plio rango de relaciones adultas, desde las parejas roménti- ceas hasta los lideres militares y sus soldados. Critica a la teoria de las relaciones objetales En la actualidad, la teoria de las relaciones objetales sigue siendo més popalar en el Reino Unido que en Estados Uni- dos, La escuela briténica, que incluia no solo a Melanie Klein sino también a W. R. D. Fairbairn y D. W. Winnicott, ha ejercido una fuerte influencia en los psicoanalistas y psi- {quiatras del Reino Unido. Sin embargo, en Estados Unidos, Ja influencia de los teéricos de las relaciones objetales, aun- que esti aumentando, ha sido menos directa. {Qué valoracién merece la teoria de las relaciones obje- tales en cuanto a su capacidad para generar investigaci6n? En 1986, Morris Bell y sus colegas publicaron el inventario de las relaciones objetales de Bell (Bell Object Relations Inven- tory, BORD, un test de autovaloracién que identifica cuatro, aspectos principales de las relaciones objetales: distancia- ‘miento, apego, egocentrismo e incompetencia social. Hasta la fecha, solo unos cuantos estudios han usado el BOR para ha- cer investigaciones empiricas sobre las relaciones objetales: sin embargo, actualmente la teoria del apego est generando muchas investigaciones. Por tanto, la teorfa de las relaciones objetales obtiene una puntuacién baja en este criterio, y la teorfa del apego obtiene una valoracién moderada-alta, Dado que la teoria de las relaciones objetales surgié de 1a teoria psicosnalitica ortodoxa, reproduce algunas de las carencias de la teoria de Freud. La mayoria de sus principios estén basados en lo que sucede dentro de la psique del nifio ¥; Por tanto, estos supuestos no son refutables. La teorta no se presta a refutaciones porque genera muy pocas hipstesi comprobables. La teorfa del apego, en cambio, obtiene una puntuacién un poco mas alta en el criterio de refutabilidad. Tal vez el rasgo mis productivo de la teoria de las rela~ ciones objetales es su capacidad para organizar la informa cidn sobre el comportamiento de los nifios. Mas que la ma- yoria de los otros te6ricos de Ia personalidad, los tesricos de las relaciones objetales han especulado sobre el modo en que Jos humanos adquieren el sentido de identidad. Klein, ¥ s0- bre todo Mahler, Bowlby y Ainsworth, construyeron sus teo- ras sobre observaciones detalladas de Ia relaci6n madre-hi- jo, observaron sus interacciones y sacaron. conclusiones bbasadas en sus observaciones. Sin embargo, mas alld de la primera infancia, la teoria de las relaciones objetales carece de capacidad para organizar el conocimiento. Como gua para el profesional, la teoria sale algo mejor parada. Los padres pueden aprender la importancia que tiene ofrecer a sus hijos afecto, sensibilidad y comprensién. Los psicoterapeutas pueden encontrar la teoria de las relaciones objetales provechosa no solo para comprender e! desarrollo de sus clientes en la infancia, sino también para entender y trabajar larelacién de transferencia que se creaentre los clien- tes y el terapeuta, que consideran sustitutos de sus padres. En el criterio de coherencia, cada una de las teorfas es- tudiadas en este capitulo tiene un alto nivel de coherencia Scerna. pero los distintos te6ricos no estén de acuerdo entre Senuna serie de aspectos. Aunque todos conceden una gran Sportancia a las relaciones humanas, las diferencias entre ellos superan con creces a las semejanzas, ‘Conceptos 103 En el criterio de sencillez, la teorfa de las relaciones ob- etales obtiene una puntuacién baja. Sobre todo Klein em- ple6 frases y conceptos innecesariamente complejos para expresar su teorfa #5 Concepto de humanidad “ss tebricos de las relaciones objetales suelen considerar la esonalidad humana como un producto de la relacion tem- pana entre madre e hijo. La interaccion entre la madre y el ye sienta las bases para el futuro desarrollo de la perso- ‘lida porque esta primera experiencia interpersonal sirve += prototipo para las relaciones interpersonales posteriores. Sein consideraba que la psique humana “es inestable, 4 Serta y huye continuamente de las ansiedades psicoticas” Mitchell y Black, 1995, p. 87). Ademas, “cada uno de no- ‘sets lucha contra los terrores profundos de la destruccién [ly el abandono” (p. 88). Dada ta importancia que concede a la relacién madre- "yey dado que considera que esta relacién es crucial para = desarrollo posterior del individuo, la teoria de las relacio- *s objetales tiene un alto grado de determinismo y poca Sbettad de eleccion. Por el misma motivo, estos teéricos pueden ser pesimi = 4 optimistas, segiin sea la relacién entre madre e hijo. © «sta relacion esta equilibrada, los nifios se convertiran en scuitos psicologicamente equilibrados; si no lo esté, los os desarrollaran una personalidad patolégica. En la dimension de causatided frente a teleologio, la ‘Soria de las telaciones objetales tiende a ser mas bien cau- =21. Las primeras experiencias de la vida son los principales =cterminantes de la personalidad, mientras que las expec- ‘Setivas de futuro desempeitan un papel secundario. Asimismo, la teorfa de las relaciones objetales da prio- ridad a los determinantes inconscientes de la conducta, dado que la mayoria de los tebricos considera que los principales. determinantes de la conducta se encuentran en la primera infancia, un periodo previo al lenquaje verbal. Por tanto, las personas adquieren muchos rasgos y actitudes personales a tun nivel preverbal y no son conscientes de la naturaleza de estos. Ademas, la aceptacion por parte de Klein de la exis- tencia de una herencia filogenética innata refuerza la pre- sencia de determinantes inconscientes en su teoria. La importancia que Klein concedta al instinto de muerte y la herencia filogenética podrian sugerir que, segin ella, La biologia influia mas que el entomo en la formacién de la perso- nalidad. Sin embargo, Klein desplaz6 la importancia de las fa- ses infantiles de Freud basadas en procesos biolégicos a las re- laciones interpersonales. Dado que la intimidad y los cufdados ue los nifios reciben de su madre son experiencias del entor- ‘no, pademos afirmar que la teoria de las relaciones objetales Se apoya mas en determinantes sociales de la personalidad. En el criterio de singularidad frente a semejanzas, los tebricos de las relaciones objetales tienden a destacar las semejanzas. Al tratar sobre todo a pacientes con trastornos, Klein, Mahler, Kohut y Bowlby limitaron sus andlisis a la distincién entre las personalidades equilibradas y las enfer- mas y tenian poco interés en las diferencias entre persona- lidades psicolégicamente equilibradas. Conceptos clave * Las teorias de las relaciones objetales suponen que la relacién madre-hijo durante los primeros cuatro 0 cinco ‘meses es el periodo més importante para el desarrollo de la personalidad, ~ Klein afirmaba que una parte importante de toda relacién son las representaciones psiquicas internas de Jos primeros objetos significativos, como el pecho de la ‘madre 0 el pene del padre, > Los nifios introyecran estas representaciones psiquicas en su propia estructura psiquica y despues las proyectan sobre un objeto externo, es decir, otra persona, Estas imagenes intemas no son representaciones exactas de la otra persona sino restos de experiencias interpersonales previas. + Elyo, que existe desde el nacimiento, puede percibir fuerzas destructivas y afectivas, es decir, un pecho sgratificante y otro frustrante. + Para hacer frente al pecho nutriente y al pecho frustrante, los nifios dividen estos objetos en buenos y ‘alos y escinden también su propio yo, lo que genera una imagen dual de si mismos. + Klein afirmaba que el superyé aparece mucho antes de lo que propuso Freud y que crece paralelamente al Proceso edipico, en lugar de ser un producto de este.

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