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La casa del grito eterno
Esta historia transcurre en Devoto, barrio reconocido por la famosa peniten-
ciaria. En el barrio las casas son grandes, risticas y hermosas, pero muchas estan
abandonadas.
Santiago, periodista del diario La Nacién, estaba buscando historias que invo-
Iucrasen a los barrios de la ciudad. Entonces, dio con un sefior que parecia saber
muchas cosas sobre Devoto. No sabia cémo encarar el tema, pero la intriga lo
yencié y le pregunté:
—Buenas tardes, soy Santiago, un periodista del diario La Nacién. Le intere-
saria contarme algunas historias de este barrio?
El sefior, muy interesado, le contesté:
—Si, tengo una historia que transcurre en una casa, oscura y sombria. Se la
contaré,
Aquella casa esconde algo, un zumbido que causa insomnio todas las noches.
Esa ventana tan pequeiia, ubicada al final de la geométrica casa, tiene algo muy
peculiar, Todas las familias que se mudaron alli no tardaron ni dos dias en irse; es
como si algo los espantara.
—{Conoce a alguien que haya vivido alli?
—Si, mi hija vivid en esa casa. Sdlo vivid dos noches alli.
—;Podria contarme la historia?
—Era una noche oscura, de esas en las que no se ve nada. La ciudad estaba
cubierta por un enorme banco de niebla. En el barrio Devoto, los fletes estaban
cruzando la ciudad para Hegar hacia el destino, mientras que mi hija con sus hijos
iban en el auto hacia la casa. Por suerte, el camién de mudanza ya habia llegado.
Pero al llegar, mi hija sintié que algo o alguien no querian que permanecieran en
el lugar. Luego, cuando estaba a punto de entrar, ella vio algo en la ventana: una
nifia; pero lo ignoré rpidamente, nada iba a empaiiar ese momento.
Ella y sus hijos, al irse a dormir, escucharon un zumbido extraiio, como un
pequefio Ilanto que nunca cesaba. El Ilanto provenia del sétano; entonces, decidié
ira ver.
Cuando bajé al sétano, vio algo raro. Una cuerda gruesa y fuerte atada en for-
ma de horca colgaba de una viga, y al lado habia una nifia con un vestido blanco.
Ese hermoso vestido de tela liviana estaba ensangrentado y rasgado, muy mal
cuidado. La nifia miraba fijamente hacia mi hija, Lila. Un silencio total reiné en
el sétano, pero no duré mucho, porque Lila tomé valor y coraje para preguntarle:
—3Qué haces en mi casa?
La nifia, soltando una lagrima de sangre, le dijo:
—Esta es mi casa.
Escaneado con CamScannerDe repente, los cimientos del sétano empezaron a crujir, ocasionando un fuer-
te derrumbe. El zumbido del Ilanto se hizo un grito enorme, que dejé sorda a Lila
por unos instantes
Los nitios, al escuchar el grito y el ruido del derrumbe, decidieron salir afuera
de la casa, y el mayor de los chicos llamé a la policia. Te preguntards: “;Qué paso
con Lila?” Ella fallecié, pero sigue viva en mi coraz6n.
Al terminar la historia, Santiago pregunté:
—Pero si su hija murid. ;Cémo sabe todo esto?
El sefior, cambiando la cara, dijo:
—Hace unos aiios visité el sétano de esa casa, cuando tenia unos cuarenta y
cuatro afios.
—Eso no explica nada —aseveré Santiago.
—Todavia no terminé mi relato —interrumpis el sefior—. No sé como ni por
qué, pero encontré su diario bajo los escombros, con toda la historia narrada. Di-
cen que cada noche, todos los martes, en esa casa se escucha ese zumbido, luego
el grito y el derrumbe estruendoso.
Escuela N° 10 DLE. 18 Ada Maria Ellein- 6° grad
Autores: alumnos de 6 grado “A
a
Escaneado con CamScanner32
La Llorona de Ja ruta
En el mes de abril, fui con mi tia y una amiga de ella a Santa Fe a recoger a otra
amiga, Yamada Miriam Nuiiez, para ir de paseo por la costa del rio Parana.
Mientras ibamos por la ruta, notamos que las luces del camino estaban titilan-
do; mas adelante, al pasar por un puente el motor comenzé a fallar. Mi tia paré el
auto al costado del camino para ver cual era el desperfecto y alo lejos empezamos
a escuchar el sonido de un llanto.
Una de las amigas se asomé por el puente y vio la silueta de una nena que llora-
ba, sentada en una piedra. Ella le pidié a mi tia una linterna y bajé para ayudarla.
Al llegar al lugar, alumbré la zona donde estaba sentada la nifia, pero no en-
contré a nadie. Ella grité:
—iDonde estas, chiquita? jNo te asustes, que te vamos a ayudar!
De repente, el motor volvié a funcionar. Decidimos subir al auto y pedir ayuda
en la ciudad mas cercana.
Pasamos por un cementerio y vimos una silueta igual a la que habiamos visto
junto al rio. Mi tia, asustada, aceleré rapidamente.
Paramos en una estacién de servicio para cargar nafta y le contamos al emplea-
do lo que habiamos visto. El nos dijo que no nos asustéramos, ese encuentro ya
le habia sucedido a la familia Rodriguez, quienes también se habian topado con
la Llorona.
Sorprendidos, lo interrogamos sobre quién era la Lloron:
historia.
Era una niiia, llamada Rocio, que queria ayudar a sus papas en la granja. Un
dia, mientras cruzaba la ruta, fue atropellada y su cuerpo cayé al rio; por eso,
cuando la fueron a buscar, no la encontraron.
Ella contintia, desde entonces, prestando ayuda a los automovilistas para que
puedan Iegar a su destino tal como ayudaba a sus padres.
él nos conts esta
2 D.E, 19 Dr. Genaro Sisto - 4° grado “A” TM.
lumnos de 4* grado “A”
Escaneado con CamScannerLa colina que no es colina
Cuentan los vecinos de Saavedra que una noche Roberto desapareci6.
Bueno, empecemos por el principio: comenzé una tardé’éttando Roberto an-
daba en bicicleta por el parque Sarmiento, como hacia habitualmente.
Despues de un tiempo, vio que a lo lejos algo sobresalia del suelo. Confundido
e intrigado observ6 bien, dejé la bicicleta y corrié hasta alli; se quedé paralizado:
luego de pensar un rato, decidié emprender una investigacion.
Empez6 preguntando a sus vecinos y leyendo libros. Los vecinos le
respondian;
—Mejor no te metas en esas cosas.
—No te recomiendo que hables de eso.
Incluso, algunos le cerraban la puerta en la cara apenas ofan la pregunta.
La investigacién no daba resultados, pero él no se rendia, las respuestas le lla-
maban la atencién asi que decidié ir por la noche, para ver lo que parecia una
simple colina.
Empezé a observar alrededor de la colina, se acercé, se acercé mis, se acercé
cada vez mis y de repente sintié un tembloren el suelo... Ya no estaba.
Lo que més le dolié fue la caida. Se puso a gritar a mas no poder; comprendid
que el esfuerzo era en vano. Y ahi fue cuando escuché una voz, la voz mis fea y
horrorosa del mundo que le decia:
—No te dejaré salir. Le juré al diablo que iba a hacerle la vida imposiblea todas
las personas que pudieran dar a luz este misterio.
Y aunque nunca pudo salir de ese agujero, dejé pintado en un rincén del
parque este mensaje para que, quienes lo buscaran, pudieran revelar la verdad:
ROBERTO.
Escuela N* 15 D.E. 15 Manuel A. Acevedo -6* grado “B” J.C.
‘Autoras: Brenda Fleischer, Maylén Fassi, Magall Bronstein, Catalina Abrita y Melina Juirez
Fotografia: Romina Miranda - Escuela Ne 16 D.E.9 - Adultos
Escaneado con CamScannerEN UWA PLAZA DELA CIUDAD, iA, JA, SAI
DOS CHICOS SE ESTAN POR Conocek.,. ye
A “ME ENCANTANESTOS.
PAYASOS, Sou my IVEREDAS, 4
"ETE GUSTARIA
TOMAR ON HELADO?
MAS TARDE...
YA ESTA’ OSCURECIENDO...
TENGO FRIo
H S's! Te PARECE, os vemos
* O1R0 DIA... QUERES QUE
TE ACOMPANE ATU CASA
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P DALE, 51N0 ME
CUESTA NADA,
Se. TE DISE Qué Mo! 1
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