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2. Paisaje con figuras: un escenario eCauiles son las raices que prenden, 1. 8. ELIOT, “La tierra baldia” ‘UNA TRADICION ORAL: RESISTENCIA Y ADAPTACION. UN MODO DE VIDA FORMAL ‘Mucho se ha escrito sobre la influencia de los “medios de co- ‘municacién masivos" en Ia clase trabajadora. Pero si escuchamos hablar a los trabajadores en la casa y en el trabajo, probablemente no nos sor- prenda tanto la evidencia de cincuenta afios de prensa y cine popular ‘como el poco efecto que estos han tenido en el habla cotidiana, la medi- ddaen que los trabajadores atin se nutren de la tradicién oral y local en el hhabla y en los supuestos para los que el habla es tna guia. Esa tradicién se esti debilitando, por cierto, pero si hemos de comprender la situacién, actual de la clase trabajadora, no podemos declarar muerta la tradicién cuando todavia sigue viva Los ejemplos que transcribo a continuacién han sido recopilados en un lapso deliberadamente breve, en la sala de espera de un constitorio de pe- dliatrfa pintado en tonos pastel y con muebles de eavio. Un grupo de madres mvs ie a ade cal, peo Pic Cosor eee toes yo coneeisTaprteccion, cand eta 10 a0s-aligual core os los nlf ones pot a sacion deca ura de as sede eter ymin donde wna ona se wonsormaa cota ree ead bandarcran pelea bales ences ogrpos de calles eats md, tador nos conociamos sb odo acerca es denis nn ania sen ij que stor el gue” oem. que cere ur dene una que come wn enor en aia o una que se So2cotiguen de ous wnay ata que lem Dien qe es seformaor que Snel coma eompreen cance fa ta me one peniques que etn seo ena ga mia que taatentor teeth des ventana losesalones de ena do rea eee areata sone an Wapo vg a os ales 10 Hay diferonetasnnevesantes en este abit ente fs distin chads. Las eased a soma sur de Leeds san pobo de impiez amar y cro que {be de Sheffield wast poo blanc, PAISAJE CON FIGURAS: UW ESCENARKO 85, frente hasta la altura de los hombros; que esa otza joven two un hijo negro hace un tiempo, despuiés de la visita anual del circo; que al hijo bobo de esa mujer se le pueden encargar recados; que aquella sefiora mayor esté siem- pre dispuesta a pasar un rato con un invilid "por consideracién’; que ese hombre es muy bueno en su trabajo y, como leva bien, puede llevar ala far inilia de vacaciones una semana a Blackpoo! todos los afios vf el primero del bariio en comprar un televisor; que esa familia tiene lugares reservados en el teatro Empire y el hijo toma mas helado que el resto de ss amigos y recibe regalos més caros en Navidad y para su cumpleaios Son costumbres de una vida que se desarrolia en una zona pequeta, en la que todo queda cerca, Las casas, segtin he comentado, dan a la calle; la calle en si, comparada con la de las aferas de la ciudad o con las de las nuevas urbanizaciones, es estrecha; las casas de veredas opues tas estén separadas s6lo por el empedrado, lo mismo que los negocios. Para las cosas que se compran con menos frectiencia, uno puede cae minar dos o tres cuadras hasta las tiendas que estén en la calle por donde pasa el tranvia o ir hasta el centro de Ia ciudad, pero las compras diavias se hacen af mismo; en casi todas las euadras hay una tienda, un almacén de ramos generales o una casa de avisos clasificados. La Vidriera de esas casas es una coleccién de papeletas sia la noche queda la luz encendida, los chicos se retinen alli; los pequeiios anuincios de 6 peniques por semana en la pared dan forma a una es local repleto de articulos “en muy buen estado” o “Vendo barato" 0 asi nuevo", “Zapatos clisicos, casi nuevos, 10/~", “Abtigo de feed (var rn, para 14 atios), 12/6 y divin de 90 em (£12 de costo), £4. Dirigirse después de las 7, El almacenevo, cuyo local es el “club” dle las amas de casa, como en la mayoria de los distritos, no progresa a menos que respete las cos- tumbres del barrio. Los comerciantes que recién se instalan cuelgan cen la pared del fondo un cartel de esos que confeccionan los talleres _grlicos del barrio: “Aqui no se fia", pero no pasa mucho tiempo antes de que deban empezar a dar crédito, Muchas mujeres reewerdan cuan ispuestos a ayudar estaban los almaceneros en tiempos de la depresién, econémica; ellos sabian que a sus clientas no les alcanzaba el dinero para saldar la deuda semanal y que quizd tendrian que esperar meses para cobrar, pero si no les daba crédito las perdtian como clientas, en- tonces no les quedaba ie de mercado, iis remedio que esperar si no querian bajar la cortina definitivamente, Abrian incluso el domingo por la maiiana, uno Ae los dias mis concurridos; sino estaba abierto, los clientes golpeaban la puerta de Ia casa, 86 LA CULTURA ONRERA €N LA SOCIEDAD DE MASAS El almacenero puede ser honesto o emplear toda suerte de triquifiue- las, pero la relacién con sus clientes es distinta de la que mantienen los comerciantes en los barrios de clase media. All, el dueiio de un comer- «io se siente inferior a sus lientas; incluso cuando tiene mas dinero que imchas de ellas, se comporta como si fuese su empleado y las wata de “sefiora’. En los barrios obreros, el comerciante es tno més, aunque sus ingresos superen la media de los sueldos de los demas residentes locales. En esos casos, como él comparte los gustos y las costumbres del resto, ‘es el que tuvo suerte, el que “est mejor”; vive en el mismo tipo de casa, manda a sus hijos a Ia misma escuela, se viste de manera similar, pero tiene mis dinero para ahorrar o darse algunos gustos, ‘A menos que le asignen una vivienda municipal, un hombre de clase trabajadora signe viviendo en su bartio toda la vida; quiza hasta viva en Ia ‘casa cuyas“llaves le dieron” el dia antes de su boda. A los trabajadores no calificados no les gusta rmudatse; alos calificados, menos, porque es pro- bable que tengan experiencia en un sector que ofrece puestos de trabajo fen la zona donde viven o en un barrio al que llegan facilmente en tran- via. Es improbable que wn obrero sea el tnico que sepa hacer su trabajo ‘enel barrio. Quiza cambie de trabajo antes que de lugar de residencia, ya que siente que esti mis ligado a su barrio que a st trabajo. Quizé tenga luna prima maestra, se haya casado con una chica de Nottingham y se haya ido a vivir all quiag tenga un hermano que conocié a una chica en Escocia durante la guerra y se la haya trafdo a vivir a su distrito, Pero por lo general, la familia vive cerca y “siempre” ha vivido cerca: en Navidad todas van a tomar el a la casa de la abuela, |A pesar de las grandes wansformaciones que hubo en fos medios de wansporte en los iltimos cineuenta afos, el obrero no viaja mucho." Agi desplazamiento en autobis suburbano, viajes para acompafiar a ‘sw equipo de fiitbol o quizd para las vacaciones de verano;"' también un traslado en tren para asisti al funeral oa la boda de algiin pariente que vive a unos 50 kil6metros. Antes de casarse quizis haya ido a Europa o cen bicicleta a otras partes de Inglaterra; ¢s probable que haya recorrido bastante mienteas cumpléa con el servicio militar. Pero una vez que se {20 £1 Esusio de Derby (p 118) 0 confirms, Boe los entreisados, Ide cada perso de a clase media habia slid de Derby en 1952. pero dentro dels fuse uabajadora la proporion era de I de cada 10 (se excluyen low viajes de tino o dor das) 21 Con lot parentes, porque er més barao y mis coherente con la costmbre ie compara todo com ia ania PAISAJE CON FIGURAS: UW HSCENARIO 87 ‘casa, descontando las ocasiones mencionadas, la velocidad y la distancia que recorre no dificren mucho de las que podria haber recorrido hace lweinta afios, Para él, el auto no acorta distancias, los trenes no son apidos que hace tres cuartos de siglo. Es cierto que, si tiene que viajar normalmente va en autobiis, pero el asunto es que no stele ir mucho ris lejos que 2 0 8 kilomeuos. La calidad de la vida cotiiana de un hom bre de clase trabajadora queda clara en la forma en que recorre media ciudad arrastrando una carretlla, wansportando una mesa usada que ‘compté por poco dinero a un conocido de un conocido, Tarda horas en completar el recorrido, pero a él le parece normal. Nos recuerda a Tess 'Urberville, que va de un valle a otro, pero a ella le parece que recorre dlistintos paises. El contraste no es tan marcado, pero el obrero en esa circunstancia esta mas cerca de Tess que del abogado que viaja 10 kilé- ‘metros para jugar al golf. Para muchos miembros de la clase obrera, el Viaje en autobiis para visitar a unos parientes que viven a cierta distancia dentto del condado es un verdaclero trastorne. Tasexperenciaenclansport piblico selen ser agoadoras, Sun hombre debe vigjar praia abo, probablement lo haga ent en cold de psjres que ambien aa ajar dele mn so aver un pari de tol el tranvia que leva a teplew Srl sponn ‘aa hace ly comprat ala dad, eguro que vj aun hora en in que muchos vecinos también denen empo para hacerlo es deci el ibd ala urde Sila plyacon lafamila,vjacn ten el mismo da ead exe toa oc, aaron dea che are, el eanpore soe tranullo los das en que no van a ajar porque tstinentermes os denis extn trabxando “es Todo girs en torno de grips delle conoid yu as omni tvs acts compas Me feo, por ejemplo a gran canted de tranmecones nancies ence fama, ls eobradore de compat de segios a lor vendedores de op, ls cubes de ahoro, aa an Ysoros A wn conoco que ene cas ila con un io per Ineble ques scverda de preguntas por el uma dea des deen Te pagan 6 penigues por semana mtjer que ive wes casas is sls dan I chen por semana por una Kiparaeromada que apart en us colori catiog, ou cheque por un conju de prendspaa sign 22 Una dels comumbresconssiaeneecolecae dinero entre tos, yu ver por semana se elegiaa uno porsoreo ques Hee od a recto La, Proxima me toeaa mt) 88 LA CULTURA OBRERA EN LA SOCIEOAD DE BASAS miembro de la familia, El plan de pago del cheque se gestiona en una oficina en la ciudad o a 70 kilmetros de distancia, Lo tinico que saben. los vecinos es que la que se ocupa es la sefiora Jackson, que ha vivido en. 1 barrio durante afios y “habla muy bien de la administracion”. ‘También estén las organizaciones de tipo masénico exclusivas para hombres, como la Orden Real y Antediluviana de Bitfalos y la Orden Independiente de Individuos Selectos, con suis complicados sistemas de obligaciones y pagos. Existen muchos eventos organizados por diversas asociaciones para mujeres que se retinen a jugar las cattas, en especial mujeres de més de 35 afios, cuyos hijos ya se pueden quedar solos en la casa o cuyos maridos murieron y las dejaron solas, Se sientan muy con- tentas, charlan y disfrutan del momento, con la iusién de ganar un pre mio. Siempre esta la mujer muy perceptivaa la que solo le interesa ganar, {que impone tn ritmo incémodo y regatia a sus compaiieras si piensa que |juegan mal. Al regresara casa, alguna dir ";Viste la de vestido azul? Era imuy viva, Yo voy para estar con gente y me gusta jugar... No soporto a es- tas tan vivas", Hay fiestas de la Coronacién y la Vietoria en cada calle. Un, pueblo entero puede tener una fiesta de la Coronacién y arregiarselas para actuar como una unidad. En las ciudades, la asamblea del condado “organiza festivales en los parques y las personas de la clase trabajadora acuden aunque no sientan que les pertenecen; podran ser eventos muy democriticos pero no son actos verdaderamente comunitarios, porque para serlo, en las ciudades las actividades se organizan por cudras, Adoptemos por un momento la mirada del nifio que mencionamos an- teriormente, Tiene unos 11 aos y va a la tienda a buscar su revista del sibado, Wizard o Hotspur. En el trayecto, pasa por una tienda en la que el duedo no rezonga porque le piden unos pocos peniquies de carame- los; ve al padre de un amigo fumando en mangas de camisa después del {ilimo turno antes del fin de semana; repara en una cerca de madera es- tropeada en Ja que viven arafias alas que se puede fastidiar, yen e1 local cde venta de bebidas alcohsticas donde suena un timbre cada vez que sale tun cliente después de comprar una jarvita de vinagre, Hay variedad de luces que ¢l ni8o reconace: el sol que ala tarde llega rasta las ventanas de la planta baja, el gris neblinoso de noviembre sobre cl tejado y la chimenea, las noches brumosas de marzo cuando los mu- chachos se retinen bajo la hz amarillenta de la Kimpara de gas abollada y ‘con tayones, Los olores que percibe son los de la cervera y los cigarillos ‘Woodbine que emanan los hombres el sibado a la noche, el del polvo y’ fa crema baratos que usan sus hermanas mayores, el del pescado con PAISAJE CON FIGURAS: LN ESCINARIO 89 papas fritas, el del almidén de las prenclas reservadas pata ponerse ent Pentecostés y el penetrante olor a orina de perros, gatos y homabyes, La escena ms interesante ¢s la que combina ruido, luz y elores, entre las 11 ylas 12 de una mafiana soleada de domingo, cuando las puertas estén abiertas y los umbrales, ocupadas. El aroma a carne asuda sale dle casi todas las casas; las ondas de las radios se mezelan unas eon otras y se oyen conversaciones, rsas y discusiones. Pero en ese momento las discisiones zno son muchas; lo que prevalece es tna sensacién de bute husor, diver- si6n y ganas de disfrutar de un rico almuerzo, Hace unos pocos afios, el nifio habria visto las pianolas o pianos calle: Jetos, que eran alquilados por dia por los viejos duefios de los almace- ines ce la ciudad para entretener a las amas de casa antes le que en la radio pudieran sintonizarse estaciones como Light Prog:amme y Radio Luxemburgo. Las pianolas tenfan una forma de sonar incierta en apa riencia, con una sucesi6n de notas en cascada dentro deuna serie regu lar de grandes oscilaciones melidicas; todas las melodias se convertian en un conjunto de trinos y trémolos, de flirieas atrevidos gorgotens, ‘con una cadencia dindmica al final de cada movimiento, Si hoy tocan ‘cualquier versién de “Valencia” o “Tleft my heart in Avion", no puedo ceviar oftla con un dejo de melancolfa, como sonaba en las pianolas, Hoy esos instrumentos ya no estén, pero los calesiteros ylos rapavejeros hhacen sus anuncios a voz en enello. Adlemis, el chico tiene algunos gustos extraiios; nose inclina tanto por Jos caramelos comunes ni [os jugos de frata, nilos mantesni las bolitas de anis, sino por una formula secreta que los chicos van wansmitiendo de ‘generaci6n en generacidn: una barvita de regaliz o canelaque se compra con la farmacia por ] penique, 2 peniques de acacia, una poreidn de pa- pas fritas “con wocitos crocantes, por favor” bien conlimentadas con sal yy vinagre y servidas en papel de diario por el que se pasa la lengua cuan- ‘do se acaban las papas. Comer estas cosas cuando uno va camvinando por lacalle ala noche es una delicia ‘También hay vida animal en el barvio: una mubtinud ce mascotas, de las cuales los mas interesantes son los perros de “raza perso”, aunque los _gatos los superan en atimero. Los estorninos ocupan los edificios pale 25 Un amigo mio tenia problemen cased era aoltceey wn wee Ie tio as profeor de rans que wo aba svalia pen vir El pores, ‘jlo pobre de Manchester, fe respond "Dzjame sené et lor de pescado con papas tan y nage ve comvencers de que fa Ha tece I eva, como le curt al Fausto de Goethe con fs eanoa de Bare 90 LA CULTURA OBRERA EN LA SOCIEDAD DE MASAS cos de la ciudad, pero los gorriones son los pajaros que mas abundan en 1 barvio, y las palomas a veces toman el empedrado por asalto; los rato- nes andan por los monticulos de basura y as vaquitas de San Antonio se aparecen en los descuidados jardines del fonelo de las casas; al fondo del patio puede haber un cajén cle naranjas donde se crian conejos o una hilera de jaulas con cotorras. Aclemas, estén las acontecimients especiales, como tn funeral o una boda en Ia calle, una chimenea que se incendia, el caballo del carbonero que se tropieza cuando se hielan los adoquines, un intento de suicidio con el gas de la cocina, una pelea familiar que se oye casi hasta Ia esqui- nna. Lo que mis le gusta al nifio es jugar en la calle, con el poste de luz que hace las veces de drbol de un parque imaginario. Entre los 5 ylos 13 aiios, los chicos juegan con otros de su mismo sexo. Los juegos cambian a medida que avanza el aiio, segiin los productos que se consiguen en cada estacién (por ejemplo, conkers)* 0 a medida que los chicos intuit vamente van modificando su ritmo, En una época del ao, todos juegan a las bolita, dispuestassiguiendo un rango de prestigio que varia segiin la edad del dueio y la potencia ganaclora de cada uina; de pronto las bolitas desaparecen y a todas les da por jugar con cerbatanas, En ocasio- res, se pone de moda una diversién nueva, como el yoxyo de los afios 50, pero las modas cluran poco, Les juegos normalmente no requieren otro adminfeulo que un palito 0 una pelo; los nifios usan el material que tienen a mano: los postes de Inz, las losas y los frentes de las casas, Los aros de pelota al cesto y los dardos ya no se usan y Ios baleros no son muy populares, pero el béisbol callejero, la mancha, fa rayuela marcada en las, baldosas y un gran n\imero de juegos que requicren correr alrededor de os postes de Itz 0 entrar y salir corriendo de espacios cerrados, como en 1 juego de Indios y vaqueros, ain tienen vigencia. A las chicas les gusta saltar a la soga y, en especial, es encanta ir disfrazadas por la calle con ropa vieja de su madre con encaje y puntila, jugando a que estin en una boda. En et patio del fondo, un par de muchachos arma un carro con, unas tablas de madera y las ruedas de una vieja carretllay luego vaa toda velocidad por lavereda 0 el asfalto, accionando el freno de mano cuando se acerca ala ruta del tranvia, Las canciones con rima que acompaiian los juegos siempre esti vi gentes:“A la vonda de San Miguel, el que se rie se va al euartel”, “Punto y * Comber un ego infan en el que se ats wna canta a una cer ‘movigndola, te uienta roner la del contaro, [Nz de T.) PAISAJE CON FIGURAS: UN ESCENARIO 91 coma, el que no se escondié se embroma”, “Al Don Pirulero", “A la fata, al laters, ala hija det chocolatero”. También hay canciones para ocasio- nes especiales como las elecciones (“Juntos, juntas, juntos podemos") para lanoche del 5 de noviembre, cuando se encienden fogatas, 0 para la Navidad, cuando se cantan villancicos casa por casa: Enel portal de Belén thay un arca chiquitita donde se vste el Sefior para salir de visita Y también: Wewish you a meny Christmas, we wish you a meny Christmas, Wewish you a meny Christmas, and a happy New Year En el caso de las “excursiones", esas recreaciones que implican gastar ‘unas monedas eirse de la casa, la secutencia viene determinada exclusiva ‘mente por las estaciones del afio. Los destinos pueden ser un arroyuclo cercano donde se pescan espinosos y percas, un bosque donde se reco- «gen frutos, pasando la iglesia de arcos en punta, un campo cercano con plantas de ruibarbo o nabo donde también es posible cazar pajaros, Los chicos que le pueden pedir unas monedas ala made van ala piscina mu nicipal o viajan en tranvia a una parte alejada de la ciudad, donde dicen que el parque infantil es muy bueno; alli pasan todo el dia y comen unos sindwiches y comparten una gaseosa. En otoo se pueden pasar dias fenteros mirando Woo organizan el “festWval” y uatando de descubrir qué ocurrira all Asi se van sucediendo los dias y las semanas, muchas veces aburridos, y grises, pero matizaclos con todo tipo de sucesos. Existe un ritino, pero cs el de! mundo de los juegos, en el que las estaciones y los grandes fest- vales rligiosos son slo secundatios. Los viernes estan rexervaclos para ir de compras con la madre ala calle comercial, que es puiro bullicio, entre los saludos de los conocidos y el traqueteo de los wanvias que no dejan de pasar. Llega el fin de semana con las fotos del sabado 0 un concierto cen la capillay una cena en el centro parroquial; huevos con panceta para el desayuno del domingo y la gran merienda del domingo por la tarde. Durante el alo vienen el martes de los panqueques, el dia de las eleccio- nes -que siempre es feriado~, las roscas de Pascuas, el “festival” de otoiio, la noche de las diabluras y todas las semanas en las que se recaudan (92 LA CULTURA OBRERA EN LA SOCTEDAD DE MASAS ondos para la noche de las fogatas. Ese dia se enciende una especie de gran fuego urbano, con casi nada de madera sacada de arboles y mucho de sills y colchones viejos que alguien lia podido cambiar titimamente cuando le tocé el nurno del club de compras o un sofi que ha sido reeim- plazado por uno mis moderno gracias @ la compra en cwotas. Al ritmo Ge los fuegos artliciales, la gente pone a asar papas en fos bordes de la fogata. Como esa vida constituye una tatalidad que colma las expectativas a to- ‘das las edades, para una persona de la clase trabajadora mayor de 25 aiios es diffil muclarse a un barrio de caracteristicasdistintas, o incluso ‘rouro barrio del mismo tipo, Son conocidas ls dificultades de los traba- jadores para establecerse en las nuevas viviendas municipales. Normal mente, la mayoria no acepta las actividades grupales organiradas, salvo las que eonoce desde pequtelio y en las que ha participado puiblicamente silas necesidades comunes y Ja recreacidn de un barrio densamente po- blado asi Io requerian, En los parajes de ladrillo y cemento, al principio se sienten muy expuestos y desprotegidos; sufren de agorafobia; sienten que no pertenecen al nuevo sitio, que esté “lejos de todo”, de su familia yy de los comerciantes que conocen de toda la vida; no cuidan el jardin, salvo que se hayan acostumbrado a usar el huerto, y no es lo més usual: quisieran montar gallineros y se compan perros y gatos. La imagen mas conmovedora de esa idea de hogar y de barrio es la de los hombres mayores que pueblan las salas de lectuta de las bibliote- cas piblicas." Son personas solas que ya no trabajan, con hijos adultos {que se han ido de la casa familiar, vindos o que tienen a su esposa en- Ferma. Los ms afortunadlos siguen viviendo en su antigua casa 0 en la ide uno de sus hijos; algunos se las arreglan con una jubilaci6n y viven cen una residencia o en wna habitacién de un apartamento en un distrito pasado de moda, Los que se quedan en el barrio se sienten perdidos sobre todo en los dias de semana, cuando la calle esti ocupada slo 2 Lay sald lectus ets iboteas publics evan gars mucho ns {Gsm lwo tists, Ente otros los que ban a ler fos pevidicas “Pnplesdos-vendedavesv alguns profesonales ue no tenvan Wabajo~ ‘ncn la ll a comer sus bocadilos ys anotar tos en ss euader008 EL Infiwme de Sangaison (rng Ol ox Conon Lang es uy valoso en este Srpeeto, Con vespeeto los ancionoe en ls bibiotcas publics de Belfast Tz nucoracomenta oe “alguro de los hombres de mit edad sproxechahan pts secaive ls guise ent cain de a alfa, pero eo eta prohibit, lovdesebrinn leat ere ode ln calle" PAISAJE CON FICURAS: UN HSCENARIO 95 por nitios y unas pocas amas de casa, atareadas pero genties. Los me- hos frecuentan las estaciones dle tren donde se encuentran con locos y vagabundos, Oxros acuicen todos los dias a Ia biblioteca, dende no hace fifo y hay lugar para sentarse. La imagen recuerda a esos estuarios ocul- 105 a los que llegan los sedimentos fluviales, que permanecen alli como ‘un montén de basura: palos, troz0s de papel, hojas marchitas, cajas de fsforos... La biblioteca tiene el aspecto de 1m asilo de ancianos de los ntiguos, algunos de los cxales todavia existen; Ins sombrfes periddicos estan abiertos en mesas dispuestas alo largo de las paredes, bien sujetos con barras de madera y con las paginas de deportes cuidadosamente pegidas para desalentar las apuestas; las revistas estin sobre excttorios de roble oscuro ihiminados por kimparas de pantallas color verde, con tun haz de luz tan estrecho que Ia sala queda en penuunbras por encima de a altura del codo. La semioscuridad ayuda a suavizar la insistencia de las notis en Dlanco yy negro, todas con leyendas imperativas que anuncian pralibiciones y {que se alternan con los periédicos en las paredes, En una sila de Lectura ‘que conozco hay ocho mandamientos en carteles que varian en tamatio, desde uno de 23 centimetras de largo por 10 de altura que “era stuENCIO hasta otro que dice No SE ADMETE EL. INGRESO DE PERSONAS CON MATE- [RIAL DE LECTURA EN ESTA SALA V LOS LEGTORES DEMEN LIMIARSE & CON- [SULTAR LAS PUBLICACIONES DISPONIBLES EN ELLA. Los cartees varian en. tono, desde Ia orden tajante a la prohibicin sutil. Despuésde un rato, el ambiente es tan deprimente que uno empieza a pensar que PROHIDIDO [HABLAR EN VOZ ALTA €s una sefial de afecto en medio de un clima for- ‘mal, una manera cle mostrar comprensién por el hecho de que tantos asistentes al lugar no tienen con quién hablar La biblioteca es el veFugio particular de Ios que no tienen wn lugar, de Ios que sobran, de los que tienen las mejillas inndidas, los jos vidriosos y la mirada gastada y algo tviste, Un exeéntrico absorto en tos sitales de sus obsesiones se sienta entre un solterdn, que vive en la cass de st hermana casaca porque a ella le viene bien Ia pensidn que recibe él por haber peleado en la guersa, y un vindo entrado en afios que vive en uns residencia sin pretensiones o en una casa que huele siempre a té viejo y fricara, Salen a la calle después de lavarse con agua fria, ponerse wma ‘camiseta y enroscarse una batfanda alrededor del cuello, Antes de entrar ala biblioteca caminan un rato, observan a la gente por ia calle, gente {que esti ocupada haciendo cosas, que pertenece a algyin lugar. Siel ban- co de fa plaza esta muy fr¥0, van a Ja sala de lectura en busca de calor. [Algunos prefieren articulos de temitica religiosa, que nunca falta en sus (4 1A CULTUHA OBRERA EN LA SOCTEDAD DE MASAS lecturas; otros ~furtivos y temerosos dle que los descubran, o habiles, aur ddaces y descarados~ imaginan cémo ganar en las apuestas 0 farfullan co- sas mientras comen un sindwich. Hay quienes sélo ojean las publicac ‘nes o miran fijamente una pagina durante diez minutos sin leer, algunos sesientan y miran un punto fijo mientras se hurgan la nariz. Todos estén en los margenes de Ia vida, vigndose a diario pero sin tener ningiin tipo de contacto, Reducidos a un manojo de ropas, unas pocas necesidades primarias yuna falta persistente, han sido desconectados del tinico tipo de vida de la que alguna vez participaron, en la que desempefiaron un Papel que acepraron de manera inconsciente; no conocen el arte de las relaciones sociales. Suele haber alguno que lega a este refugio de los desposeiddes como si fuese un club conservador y él, un viejo conceal. Deteriorado pero de- senvuetto, se dirige hacia su slla preferida saludando y sonriendo como sialguien le prestara atencién, Niega lo evidente con la mayor frescura y «ree que ¢s feliz. La mayoria imaging una vida ideal frente ala chimenea, comniendo mucho, con una esposa que escuche con atencién, con dinero Para comprar cigarsllos y cerveza, y una "posicidn’. No es de sorpren- der que el empleado de la biblioteca les inspive deferencia; algunos han perdido el respeto por ellos mismos y no se permiten siquiera sentirse ‘molestos por él ni tratarlo con arrogancia.

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