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Villetin, Alberto 1972, La Pampa. Grafas y etimologias toponimicas aborigenes. Buenos Aires: EUDEBA. “Acompafiando al pueblo huarpe": luchas de representacién y control politico en la institucionalizacién de las comunidades huarpes de Guanacache, Mendoza Diego Escolar ra posta cutural impensada dete Agents fue la emergencia de grupos que relvindicaban su pertenencia a pueblos indigenas considerados extinguidos durante el periodo colonial hispano. Desde mediados de! jabitantes de zonas margina- Tes en las montafias y lanuras aridas de la regién cuyana comenzaron promovié el re- en las provincias Hacia fines de la década, poniendo en crisis extranjetos) de nacionalidad argentina, suestionaban Tearticulaban genealo- ‘mente, una reducida aunque activa Hacia el afio 2005, datos censales seftalaron por primera vez en el pais, una poblacién huarpe yersonas determinada segiin elcriterio de autoadscripcién.* Los huarpes se constituyeron asi en un caso testigo del creciente con- unto de geal abs nape Fern estallar los mapas {&tnicos trabajosamente elaborados por generaciones de historiadores y Fuentes INDEC, Encuesta Complementaria de Pueblos indigenas (ECP) 2005-2005, ‘Complementatia del Censo Nacional de Poblacion, Hogares yViiendas 200, Iv aco coun antropélogos: Con el paso de unos pocos afiosf@lSpaFEntEMENES IREHOD ible sentido comin sobre la extincion de este pueblo dio paso a una re- Tativa aceptacién publica de su presencia continua en la regién Este proceso planted una serie eG fOBISHISSaERSBISgIeOse NEE @Baue distan de estar resuettos y se rearticulan velozmente. Uno de los ‘mas significativos atafe a cémola emergencia de esta OSE rn Sait st i caaipenaaeeatietetermeere Ste las luchas por la construccion de la representacién politica del movimien- to huarpe en Guanacache. Esto supondra{fomiairen ohisidetacionelimiodd) cura Por un Tado, En Argentina resta atin desarrollar una {WdaaeIoR EeROgranea oD tensa de la politica interna de los movimientos indigenas y especifica- ‘mente en la formacion de los movimientos indigenas emergentes. Los antecedentes mas significativos al respeeto tos constituyen Ta investi- gacién de (AlejanaPOlsla)sobre la formacién y control de la Comunidad india Amaicha del Valle en los Valles Calchaquies, donde analiza las prictieas politicas informales de las facciones locales (Isla, 2001) y de Glaudia Briones sobre Ta politica publica ya construccion de la nocion de“pueblo mapuche” por parte de(6fganaacionies de militancla ape Asimismo, son significativos los jordillo por el contrario analiza detalladamente practicas politicas locales que Incorporati lus tuba en la competencia electoral 0 de fac clones partidarias, pero no trata especificamente las relativas a la ins- titucionalizacién de una militancia étnica como tal, cuyo objetivo sea promover reconocimiento o demandas colectivas asociadas a sentidos de pertenencia étnicos 0 identidades étnicas. [vs reco cust Existe una relativa carencia en el estudio de los movimientos indige- ‘nas en Argentina de analisis que hagan foco a la vez en las huchas y con- fictos internos de su institucionalizacién en el seno de sus comunidades de base y en la relacién entre dichas bases, sus portavoces, ina de las causas aparentes de esta relativa carencia es la idea de que| Considero que, sin embargo, este prurito conlleva una tenuncia a analizar serlamente una de las facetas centrales de las experiencias de ‘emergencia indigena y también puede tener consecuencias politicas contrarias a los objetivos emancipatorios de los mismos investigado- tes, velando por ejemplo idealizaciones f@preSentaeiones patermalistas ‘y aparatos que operan y perpetian la linea borrosa entre la conduccién emancipatoria y el control politic ilegitimo, o inclusive neocolonial y eolBErAl. Una escasa atencién a la relacién de los representantes con sus bases, ode las representaciones nativas con las de los discursos pi- blicos indigenas, puede difuminar esa tensi6n decisiva entre la movili- zaci6n politica y los mecanismos efectivos de construccién del consen- timiento, acatamiento o la resistencia a los mismos. En nuestro caso, esta omisién impediria comprender cdmo las comunidades huarpes de 4 -Wdbarso deta mitancao os adscptos harps tind 7 warps tenden en geet a instal Publica de cera carcterstia ctrles oligo peogrfess come agus evident Yantras de husrpidadenacrandes en osu aya Spa deromne es, Enciisme estat’ Cares ale“mulipicdetigie cored sos movimints tens sy — “Acton enn wou wl Guanacache reaparecieron casi milagrosamente para perder en poco ‘tiempo el control de sus acciones, nominaciones y discursos en manos de sus mediadores no indigenas. Reinventando Guanacache Desde que Sarmiento describieraen el siglo XIXalas lagunas de Gua- nacache como bucélico refugio de los pacificos huarpes cuyanos (Sar- ‘miento 1966 [1850]) esta area ha quediado fijada en el imaginario regio ‘nal=paradsjicamente impugnando la narrativa de extincién- com@ss Genario de “supervivericlas” HUATPES Esta instalacién no deviene de un ‘meraigjerciloliterario, sino que también se han registrado @bunidantes adseripciones huarpes o indigenas basadas en Guanacache y sus ha- bitantes en relatos de viajeros extranjeros y nacionales y documentos oficiales de gobierno desde inicios del siglo XIX (Escolar, 2007) Lego de la represién de las insurrecciones montoneras producidas cen el drea durante las décadas de 1860 y 1870, los recursos y fuerza de trabajo de las poblaciones de Guanacache constituyeron el(Blane@/a® ‘una progresiva apropiacion por parte de las elites provinciales. 1 agua de los rios Mendoza y Sam ftlan que formaba el enorme complejo lacus- tre (que hasta princlpios del siglo XX habia alimentado una economia relativamente exitosa basada en la pesca, la caza y recoleccién,la gana- deria y la agricultura) fue captada para alimentar a prog MeeiOn MIEN nicola en pleno despegue industrial de los oasis de regadio centrales. Entre fines del siglo XIX y la década de 1930 este proceso culmin6 con ‘un masivo desecamiento de las lagunas y la emigracin de la mayo- niaide tos habitantesidelvarea, Denominada histéricamente travesia de ‘Guanacache y actualmente déslenojOSeeanojsus actuales habitantes constituyen poblaciones campesinas dedicadas al pastoreo de caprinos y una variedad de actividades orientadas a la subsistencia (caza, reco- Teccién de vainas de algarrobo, corte de junquillo para escobas, corte de ‘madera,entre otras) acumulacién (acopio de guano de cabra). Realizan trabajos estacionales en la cosecha de uva en las éreas irrigadas entre febrero y abril, Sus asentamfentos se despliegan en forma dispersa, en unidades domésticas de producci6n y vivienda denominadas “puestos”, hhabitados por una familia mucleary asocfadlos generalmente a grupos elpavientesiquethabitan puestos vecinos (Escolar, 1999), estimandose su cantidad en alrededor de 500 para un area aproximada de 1.000.000 Ive Oca an de has.Los puesteros no poseen en generalla propiedad legal del suelo ppero tampoco pagan arriendo a otros propietarios, como es probable que hayan hecho en el pasadoty sus derechos estan generalmente legi- timados genealégicamente, Desde la década de 1970 estas poblaciones han constituido objeto de indagacién cientifica desde perspectivas que @Vitaton eonsiderar- W@como grupos indigenas y 10s tipificaron comalléampesinos"pues- eETOSTOlInchsive AseTHICIAS” (Pannuzio de Mulle, 1976; Tivifio, 1977, 1981, 1982; Prieto, 1981; Fernandez, 1989). Pese a ello,algunositrabiajosas ‘campo destacaron la existencia de identificaciones indigenas yhuarpes ppersistentes Minoprio, 1974; Prieto, 1989). Paralelamente a estas aproximaciones desindigenizantes, sin em- Dargo, existié desde la misma década de 1970 un movimiento de refe- tentes laguneros (algunos emigrados durante el periodo de sequia des- de fines de la década de 1930) que ffpulsaton la organizacion de lod ‘puesteros para sanear la titularidad de las tierras, invocando su con- dicion de huarpes o descendiente de tales y antiguas memorias loca- les de luchas indigenas por las tierras y autonomia (Escolar, 1999, 2005, 2007) Recién hacia mediados de la década de 1990 surgieron en la regién las primeras organizaciones autoproclamadas como “comunidades Thuarpes” Aue tuvieron su sede (pese a ja Turalidad” de las representa- (huarpely la posesion de tradiciones indigenas, €1 propio intendente incluia en su tarjeta de presentacion, ademas del nombre oficial del T “peounionoo Arta ner vi] DEpArLAMIENEO[AE|LAValIg|eljvocablo huarpe que en los tiempos de la conquista espanola denominaba al area: “Huanaeachel) Recursos hu- ‘manos y logistica municipal fueron asignados a fomentar la organiza- cién de los laguneros en cooperativas de puesteros o mas tarde en “co- munidades huarpes”. Se form6 un @FpGleoripuest6 porjetrasimision neros, funcionarios departamentales y provinciales, docentes, médicos rurales y algunos pobladores locales, que buscaba medidas de apoyo alos puesteros) Aunque con algunas diferencias internas y confictos de intereses, terminaron impulsando el "Plan Arraigo del Puestero” del gobierno provincial destinado a reforzar la(posteionilegall de 16s)pUes teros a partir de la emisién por parte del Estado provincial de “titulos supletorios” de usucapién o“posesiones treintafiales” privadas. Con una mezcla de discursos y practicas asistencialistas,relvindica- clones historicas y una genuina preocupacién, camionetas de la muni cipalidad eran afectadas al transporte de tradicionales referentes como Sixto Jofré o mas recientes como Marcelino Azaguate, para apoyar Su pprédica de regularizar las tierras y asumir la identidad huarpe. or un lado este accionar se combinaba con laSUpUEStayETOMO> «ién de los derechos de los puestetos y el “descubrimiento” dela legis- lacién indigena, especialmente la emanada dea teforma constitucio- tal de 1994, tambien derive de una motivacion emergente nacida de los propios cambios en la estructura politica y financiera de los munt- (clonal desta aélegacion)lo cual levs a que seSuseitaran fuertesconflic- tos intemos. | fallecida dirigente Sixto Jofté cbnsideraba como principal “canallada” del cura colocarse él y los directores de a escuela como tinicos actores que, siendo "de afuera” y blancos, manejaban a las comunidades ‘al mismo tiempo que exclulan a personas como él, nacido ycriado en las Lagunas. De hecho, como opinan muchos laguneros ademas del propio ‘Sivto,el destino de la cldusula fue precisamente eliminar a competen de gran parte de los primeros dirigentes huarpes que (como él) Miah (Raion Viigo RUBGETAFERDMas atin, dicha clausula dejaba fuera de la “comunidad” a la gran cantidad de [AgURIEREE que por esto mismo eran potenciales competidores por el liderazgo, hablendo podide accede tn ‘mas amplio conocimiento de la sociedad mayor estableciendo vinculos ‘€condmicos, sociales y eventualmente politicos, Esta cuestion es central «ena micropolitica de los laquneros, ya que son estos actores quienes con su @petignela)redes)eapital socially Eulfad poseen la mayor “astucia para moverse en muchos mundos simultaneamente”\sla,2002:78)y por To tanto quienes tienen mayores chances de brockerage para disputar el Tiderazgo y organizacién de las comunidades. Elacatamiento dela gente al cura y los directores de escuela fue refor- zadoconel tiempo aunqueno sinlucha ni un ampliodespliegueestratégi co.Todaslas voces criticas de aquellaciticaasamblealdeseriptaaliniciod Ta seccién anterior fueron marginadas de las comunidades. algunos fue- ron difamados. Ofos, que posefan un Cargo publica ‘en elArbito local (mu- fis 200878 80}. [90 ico Eecuan cia ecu osstema deh AED GAEL Poe o nas poet tados reales de su influencia,el curay sus. como una forma de propaganda. idores utilizan est snto o mas importante que eliminar ‘un adversario real o potencial, es difundir el heche eliminacion o der iin distintas versiones, el cura amenaz6 a un médico rural local (de mucha estima entre los laguneros peto que criticaba las practicas de contra plten dl sated congue tinatece Oke saan 2 eta gente que xt mucho mas ara tu Poeoers bie ete ane ae a eetorment a instancias suyas, ‘Ademas de estas “picardias", la organizacién utiliza medidas mas di rectas:en abril de 2002 el grupo de disidentes que discutieron con el cura enlaasambleade la Comunidad H iaban acusaciones. 1 (Aco de creniaratratjrenel"devert’ el drector del esctaprmar integra dei rgatictnlntaia sido ene praca Cumdoel nace médkoegsieeein dolar gute acai dei are leh agen eds echo echar pra cpr a cgopara qe tetengan mists 35 Eltentodenuni, entre cas cosas “reglardades en lc as autcdaes de. Lo dela comunidades, quienes Son eves auleneseamene cannery cae nes debe ace) culeselverdadeoraldelnpreidetesde comertneee ede ein ylcomuncacon trees yel eto cels membres deocenaiieg (les abusosdepder or pate de stordadesdealurasescsosperag deine {Gisestenireguandadesen el mane os frdandstnatorsarcomtouie {Sin dra contlarse el manejo peteenca els moteies per ena Bigunes miembros no de cs para airs ieentes eventos denterea nsec de eta send utiada ia prolemstn de ets cmuniddes pra bear pent Betsonates.(.) Los presidente no tenen el protagonismo que deberian tener par cometh {ona nortan uncon par la que fueron digndos ben compres ge neces inlslmente el apeyo ls contencon yaya de nese nose han eee ee “Aeouriosa nro nar wl) entre ellas la usurpacién de la autoridad de las comunidades por parte del curay los directores de a escuela de San José, abuso de autoridad, ma- nejo turbio de fondos destinados a las comunidades, clientelismo, ocult ‘miento de informacion. El resultado fue que’ fueror Finalmente fueron| or el cura y con este rétulo difamados entre los poblado- res.* Los medios de comunicaci6n locales en general no dieron mas reper- cusién al caso y, porel contrario, instituyeron al cura y los directores de la escuela como representantes, defensores e intérpretes de los huarpes. ‘mentado en wu definié como La lglesia Catética poder decisivo en la Ree aea ia ee reper fees iced aso «leur Ty gl qu ts tneeosruralesyel pty ppersonifican el “Estado” a escala local Pero constituyen ademas un (@EtOndeIBOdEHDIOPOMIEICO Me primer orden, Los nifies estan obligados legalmente a escolarizarse, proceso que a menudo encuentra resistencia entre los padres por la estructura de Ia economia doméstica de los “puestos”, que requiere mano de obra familiar, pero también por la larga separacién que implica la modali- dad de Escuela-Albergue, ‘euarzos por ayudar» capactalos, ls es brinda a informacion completa sino que por tl contaro esta Informacion legs ada y seleccionada, lo que limita su autonomia y los ‘vuelve dependientes dels verdaderos conductores dels comunidades: [Enel orginal se hamira ls dtetores le ecrula yal eacerdote, Nos resulta evidete gue come hace cu {rocientos aos hay una intenlon de ne permit a independencis leolegics,pscologica {intelectual de los miembros de st" 16. Una accion similar me tavo par objet 2 az de una entrevista perioditica donde refer. ia genéricamente la existencia de practics clentelaresy pateralisas que liitaban Ia {ufonomia del proceso de organizaion y movilacin huarpe en Guanacache (os Andes 2008) es co fecuan ene establecimiento bajo el control de los docentes ydirectores duran- ‘te quince dias sequidos. ‘Mas alla de los beneficios que segtin muchos docentes la modalidad de“escuela albergue” proporciona en términos de presentismo, alimen- ttacién y proteccién frente al trabajo infantil, constituye una “institu- ci6n de secuestro” en la cual la influencia y control de os docentes en ‘especial de los directores- es omnipresente en todos los aspectos de la vida de los alurnnos. Esto es a menudo fuente de conflicto para sus pa- Ares debido a la complicada historia de la relacién de los laguneros con lsistema escolar. Las@S@URIaBhan sido de larga data €SEERaHOS ae ViSIeHeSSInABOHES ya veces fisica/SObNE IOBInInIOS) Constituyeton aparatos de normaliza- cién y disciplinamiento social cuyo discurso y orientacién/despreciaban las formas de vida e(l@@itlda@esativas y vehiculizaban una represen- ‘acién nacional e imaginacion historica hegeménicas que negaba en la practica la igualdad ciudadana proclamada por el mismo sistema es- colar. £n un pasado no tan lejano, hasta hace unos treinta afos atras, Jos docentes incluian como objeto de una represién normalizadora las orientaciones culturales ¢ identitarias de los nifios. 1 habla local, sus formas de vida, las difcultades de aprendizaje eran castigadas con gol- pes de regla en los dedos, cachetadas, confinamiento temporario y otro tipode humillaciones publicas(€tianda Haiiltestaban formas de identi dad aborigen eran aleccionados de que en Argentina “no habia indios”, {que éstos habian desaparecido por completo y estaba bien que ast fue- 1a,porque retrasaban “Ta civilizacion modema’sPero cuando el docente ‘se exasperaba por alguna dificultad del proceso de ensefianza-aprendi- zaje, espetaba a sus alumnos que eran “unos indios de mierda”. La ubi- ‘atidad de la negacién/afirmacion indigena de los nifios era entonces el Iiicleo fantasmatico y real no sélo de una miiltiple violencia simbética, sino también de una practica de produccién de soberania estatal, por Ja cual el docente/soberano los incluia en la ciudadania mediante una simulténea exclusién, representada por su condicién de “indios" En a actualidad, sin embargo, @alantig la euaelon GeO age €@no solo se revirtié sino questapidamentese transformo enimandas toldetafirmacion Muchos docentes de escuelas locales han sido per- ‘meables a 1a complejalproblemiaticaléthicaldelazonale inclusive alos procesos de emergencia huarpe en curso, ¢ intemtaronitratarlos/efI@) “peownianoo 0 nua 13] actividad escolar pese a que @RIRIFIgUn gat CoRTG EH SSEUEIaTSBIa! (hechio/tatitaleatie lal Warrativa de la extincion. Frente a la dificultad por comprender o tolerar l@amibigiledad de las idehitiicaioniesshlat IPESIY aupados en los convergentes impulsos del multiculturalismo) de ESERGOY GAAEA secas r@lEStaM|ablando actualmente deisf mismes, como agregado social con un sentido de pertenencia y solidaridad, sino al) ‘breve pero poderosa estructura conformada entre otros por el cura, los ex directores de escuela y los presidentes de las comunidades con- trolados por éstos. No existe en general una identificacin colectva 0 solidaridad en esta nocidn/de "comunidades huarpes' pese a que la mayoria de ellos se considera a si mismos y al resto como huarpes o descendientes de hhuarpes y puede suscribir muchas de las demandas piblicas esgrimi- das por la organizacin. Pese a que efectivamente existen adeptos de las organizaciones denominadas tcomunidades hiuarpes", la mayoria de Tos puesteros, especialmente en parajes como Lagunas del Rosario, ino las considera sus representantes leglimas Si bien en general valo- ran muchos aspectos del proceso de autoidentificacion huarpe,comola parcial visibilidad de sus:demandasyabmismo tiempoideplorarvelipro- eso de la formaeionde las "comunidades huiarpes” comopuntoderup- ‘ura delos iazos de solidaridad, amistad, camaraderia,respeto,recipro- ‘ida, autonomia y tradiciones que atribuyen al momento anterior. En ‘summa, el suplesto equilibrio de la verdadera “comunidad” habria sido roto por el proceso de institucionalizacién de las “comunidades huar- pes” que es visualizado como un movimiento de “penetracion de la po- litica” produciendo conflictos y divsiones internasa partir de intereses Vpoderes extemos, Asi, el cura es considerado por muchos puesteros como "un politico” que utiliza en forma espuirea su posicén y status religioso para “hacer politica’ olvidando la neutralidad que deberia ob- servar en virtud de sus funciones sacerdotales. (GSES Como MIA otttee? Fue apuntalada con el tiempo por Ja pruyresiva aulonomizacion de las decisiones.rente a la postbilidad de cuestionamientos internos, la organizacién promovié y obtuvo la firma de un poder por parte todos los presidentes de las comunidades a favor de uno de ellos, estrechamente vinculado al cura. Toda decision o gestion _administrativa o politica pudo ser tomada a partir de alli por el estrecho Acoso a io mitre vo grupo de representantes, sin siquiera tener que consultar a las “comuni- dades” ni asus autoridades. Poca mistica quedé entonces para apuntalay e] “SRG Meine Wall fetichismo politico implicado en la $HB4RURIGR casi magica de los tepresentados por sus representantes diel momento en que actian/en su rfinisterio 8 delegation Politica (Gourdieu 1984), siendo cada vez mas ‘ostensible para los primeros la falta de correspondencia entre sus voces y aspiraciones con las de los segundos. Actualmente el ff6ees0 de instiluclonallzaeiSH UBIpEsts tomando flevos fibetes}on un avance dea resistencia al aparato de Control pos Iitico que hemos descript0. La comunidad de Lagunas del Rosario renov6 .¢n.2006 sus autoridades luego de varios af de conflictos y GEBHOHIEE un presidente férreamente controlado por el cura y considerado inope- ARLE} os pobadoresetigieron casi por unanimidadl@OtROeanIldatD) que ‘para beneplacito y sorpresa de sus propios votantes,no cedid alas presio- hes y seduccién del cura y su GRgalilzaeI6R para(@iiatak Senilimente Sus (ESIghTOSIPero al caer enla cuenta de la autonomia del nuevo presidente, el cura, que atesoraba en su poder osiibros delactas dé las comunidades IiarBeS) durante mas de dos afios se neg6 a entregar el de Lagunas del Rosario a su nuevo preside pase ales Hirtids pero insistentes pedis OBIE uanco enflifoWelz008 el cura acept6 entregarle elibro (no sin ad- vertire({pottate bien), el presidente convocé una asamblea que, form: da por una inusitada cantidad de 78 asistentes (la ms alta participacién enna asamblea comunitaria local) decidi6 por unanimidad modificar el estatuto revocando todo poder de delegacién a personas ajenas aa co- ‘munidad, incluyendo especialmente al cura y el abogado nombrado por €1 mismo.» Textualmente, el acta manifest6 en su punto 2): No permitir que hayan representantes ajenos a la Comunidad que inter- venga [sc] en los asuntos de la Comunidad de ninguna clase, incluyendo los seores delegados de las 1 Comunidades, el Padre XX, enumerados en ‘forma ejemplifiativa [sic] y no exclusiva, y toda persona ajena a la Co- ‘munidad.” 1 bro de Actas dela Comunidad Huarpe Lagunas del Rosario, folio75 20 Ibid. No reproducimos el nombre del sacerdte, que costa en el documento, paraman: {ene (a igual queen el resto del capitate) el anonimato de los referents plies cys prcticasdescbims, J 200 onc ea Esto desesperé al cura, quien advirtié en repetidas ocasiones a miem- {Sfbs dela comunidad conque"DioslosvaacastigarSegiin cuentael pro- pio presidente y otros miembros de la comunidad, el presidente recibié al menos tres visitas del cura exigiéndole su renuncia, como asi también imisteriosos mensajes de voz en su teléfono celular donde sélo se escu chaba de fondo una “musica eclesiastica’, hecho que interpretaron como ‘una amenaza del cura de “que lo iba a hacer cagar” al presidente. Poste- ‘iormente,el sacerdote habria declarado al presidente como*el traidor de los huarpes” entre las otras comunidades bajo su influencia, Junto aestos escarceos, TEtRSySUERGSNIEReISHRedoblaron esfuerzos para recaptar la fimerallealtad de sus clientes realizando performances paternalistas y ofreciendo nuevos beneficios econémicosiydadivas, pero al menos poresta vez dichas practicas encontraron una fnusttada resis- tencla,Por un lado, muchos de aquellos que fueron tentados con dona- ciones se enojaron considerando “que era muy poco"lo que se les ofte- cia. Por el otro, las “chocolateadas’ locros, rifas de bicicletas y entregas: de regalos a los nifios de Lagunas del Rosario(BWIgTOR sorprendidas pporla irrupcién del presidente y el consejo de las comunidad que ante escribano publicofilmaron las escenas e hicieron constar lo que consi- deraban una intromision flegitima en los asuntos de Ta comunidad. E resultado de estas acciones fue una aparente galvantzacion de la comunidad local, pese a que ya no contaran con la asistencia de la organizacién del cura con su discurso, abogado, estrategas, recursos 0 “burdcratas étnicos" (Boccara y Bolados 2008). Pero faimibigTiimiplicS la apertura de un espacio para ia influencia de nuevos “acompafiantes” Gesde hace tiempo en abierta competencia, como el gobierno munici- pal, poderosa estructura alternativa de apoyo o direccién politica y or- ganizativa. Pero es0 ya es otra historia Conclusion 1a progresiva instituicionalizacién del incipiente movimiento indi- gem en torno a las comunidades huarpes de Guanacache ha sido la ‘experiencia de organizacion que ha otorgado a los puesteros@elnorte de aendory al debate sobre 5 SSS yo" biidad en dcadasDecenas de arteulosde peter peares eels -yalgunos filmes documentales se volcaron a mostrar la cultura huarpe, T i \ | | | | | | | | | | | Jas penurias de la vida de los puesteros 0 su “arcaico” y“puro” modo de vvida. Nuevos autores pugnaron por realizar compendios sobre la cultu- +a huarpe, “descubrifa’ parallatciudadanialinerédula)o reavivatlladisg cusi6n sobre la existencia de los huarpes. Pero silos primeros activistas huarpes lograron revisibiizar las de- ‘mandas historicas de los “puesteros” de Guanacache y promover su reconocimiento como pueblo indigena, laiistitleionializaeionyaeyeo> ‘munidades, demandas y representaciones huarpes reconocidas por él Estado nacfonal fue capitalizada por actoresyagencias externas, como ‘el municipio local y sobre todo sectores de la Iglesia y de la educacién pilblica, cnn prner mavens omic el Beare eal ee ee ee limaginiada’ depattaitiental, én pleno proceso de descentralizacion es- tatal y“municipalizacion’ de la politica, volcando recursos a Tos pobla- dores del “desierto” normendocino. Luego, se terminé articulando un grupo directriz de actores externos que excluyé dea participacin real ala gran mayoria de poblacion. Junto a la(piraidaldeunal pYoplalire# ipiesentadion politicajla mayoria de los pobladores locales asocia este proceso a una expropiacién de su patrimonio culturaly a adestruccion (de az0Side\Solidaridadjestiloside vidalyvaloresifinalmente este grupo, formado por el cura local, los directores de una escuela-albergue y un Teducido nticleo activo de empleados, clientes y dependientes rompié con el municipio, reclamando la representacion de los huarpes. La aceptacién del rol mediador del grupo fue facilitada inicialmen- te por el hecho de que los pobladores del area vieron a estos actores como facilitadores de un proceso (el de obtencién de personerias ju- ridicas como Comunidad Indigena) que les permitirialfortalece? @ {ontrollsobrelsus tierras, Pero también los vieron,comd proveedores © expropiadores de fiujos de bienes, servicios 0 influencias, desde un ‘poder potencialmente beneficioso o peligroso para su bienestar con el que era conveniente negociar. La italidad entre eoaccion’y seduccion fue en efecto ampliamente @Xplotada)por los{brokers étnicos) aunque finalmente @steldominio no se ha basado preponderantemente en la produccién de consenso o la construccién de hegemonia cultural. Por i contrario, cada vez mas se apoy6 ent téenieas de disciplinamfent'y [ee Deco exon apuntaron allay lecomo tales sus meca: nismos de! sino que procuraron hacerlos osten: decir, buscaron instalar 5. Parafraseando a o Agamben (998) RSRGHGMSIARMMPtanto en sentido rediante le ‘mediante maldiciones;o| a través de la no interferencia en Ja existencia de los adherentes, del reparto de falsos dones asistencia- les obtenidos de ONGs, particulares, servicios estatales 0 eclesiasticos. El poder interno del grupo directriz se apoyé para ello en el armado de startet sbaterad des mismose sore “uepreteniacin pin yuturaly 2 jeuna locucién propia, Pero asi com en lo que respecta alas audiencas,instituclones y agencas aes is ual le pemanacin de a to ala seduccién pragmatica a diversas in: tituciones sobre s Este doble movimiento confluyé en una espiral ascendente del pa- pel de los intermediarios. 1 poder de los portavoces oficiales y oficio- 505 de los huarpes ha sido reforzado por una audiencia permeable a tuna agenda multicultural, por medios de comunicacién deseosos de encontrar una fmagen apropiada para traducir los sujetos huarpes en términos aceptables para dicha audiencia, por instituciones de bien piiblico que buscaron implementar donaciones 0 proyectos, 0 por las, necesidades de despliegue territorial de politicas indigenas por parte de organismos estatales, ONGs ola Iglesia, para quienes los portavoces “garantizaban’ el acceso al area y sus pobladores a@BStNaRiSRIBUED “tcoundva iran nate 2ea/ Referencias [AAW 2003 (mimeo), Carta “Sobre la problematica de las Comunidades Huarpes de ia Zona”. 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Al borde de un barranco desde donde se puede ver todo el pueblo y mas alla los caiaverales del ingenio, hombres, mujeres ynifios ‘empezaron a desmalezar un espacio cercano a su antiguo cementerio para sembrar y comenzar a levantar viviendas. En el carmpamento la gente iz6 una improvisada bandera argentina junto a carteles con las inscripciones “Nuestra Tierra" y “Tierra Argentina’. Los participantes con quienes hablé pocos meses después recordaban que el regreso a La Loma cre6 un enorme entusiasmo colectivo y la esperanza de volver a vivir “como antes", trabajando la tierra criando animales y libres de la pobreza urbana de Hipdlito Yrigoyen. Sin embargo, sels dias después, cuando ya habia caido la noche y mas de cien personas estaban teunt das a la luz de un fog6n, fuerzas de la policia de Salta irrumpieron a los gritos de “idesalojen!.Algunos oficiales los acusaron de ser"botivia- nos indocumentados" otros demandaron ver dénde estaba'la bandera argentina’, aparentemente ofendidos de que la bandera estuviera all. Veinte hombres y dos mujeres fueron arrestados,esposados y obligados a bajar de La Loma en fila india, en un clima de gritos y forcejeos que {ncluyé disparos al aire y la golpiza a un joven. Una persona de a comu- nidad recordaba que el vocero del ingenio San Martin del Tabacal dijo poco después sobre su reclamo: “Qué vienen a pedir esos inmigrantes. (Que vayan a pedir tierras a Bolivia’

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