You are on page 1of 5
Las femineldades: el Otro sexo entre metéfora y suplencia* Marie-Héléne Brousse Le sennalidad en su defnicin misma, se halla radicalmente mosifica- da despots de Freud, y esa modifcacin es previa a cualquier cust {qe afronte la diferencia entre los sexos. Arrancadadel reno bioligi- 0,8 despecho de cualquier tentatva la seualidadentré fnalmente en tl campo freudiano, come tesimonia el areulo decsivo de 1925, “Algoma consecuencias piguicas dela diferencia anauimica ence los ‘exo. La especificidad introducia pore psicoandisis surge dela ar- ticulacién de eta diferencia con elinconscente. Dicho en otros térmi- ‘os, la seralidad humana en psicoandlss es la del sujeto del incons- fiente ~ya encontramos el testimonio en los primeros trabajos de Freud sobre histeria, Esta especificidad del serualidad se revela tam- ‘dn ena cleccinfrediana de los términos libido y Trib que, con traramente acierta traicin psicoanalitia, no pueden se asimilados tl instint. En pscoandliss a sexualidad no es del orden del insine, es, silo fuera, las relaciones entre hombres y mujeres se reducirian a lasimplicdad del encuentro entre macho y hembra en el reino animal ‘centre epermatozoide y 6vulo en el orden bil6gico. Ahora bien, des ‘deel comienzo acura provee la prueba de que justamente en e suje~ to humano, por el hecho de que posee un inconsciene, este orden na- tural defnido por lareproduccin de la especie es destegulad, y que tne uno y tro sexo las cosas no andan. As, a sexaldad humana, en terminode Tre, desde «Tres ensayos de teorla sexual» esti artical dda con a pecversin y, después, com el fatasna [El érming sujetor del inconsciente-renovadoy subverido por Lacan, quien leds el sentido de «sujetadow, permite de entrada da- * Ai pubic nL pian 18, Ro, Asai, 1993, pp 9-9. ‘55 es Eoro asst scar a pons fea nas iad cunt ela ‘So cindo En eter nos Ge read orm denon soe in iminn chon sof eeanena a tance oso dal nconsensl solid noes tape ec int spon oS quesne tos logs er stooge tn qe cr sa cpr dao dee ease he ‘Suttle Ess pti doe cnet ‘Mleneni go ror unr helio ies owe de cg bats lO econo pr wna pure ttl oy por or poner ur evn ee eee a eee verde nna cs s nee atimhec psn inpert cae ean npn eet Ixeomeyen Etec snd led Freud que Ln pete cen niner de prs Low adap os Src cof or olson den eee a Edm apical bin Any anima copensa eae talc peunish do aio nase cea SSpoela Lnshmicons ude fee lao es $a hy raat au psn ett neoeehatey co Romana qr noses por i date lense ie Sm) ener ocr Ped cence be aaa soda de Fed tpi epn de ea icine Stele hake atom detniy eres pine mp edo fe el gs asec dean densa cs nae pane rfae Seca ae Sis atnn procs pas Ee eae ‘Ste seal ener ead sia ncaa secon Ey ens aces SRchsentonnee por lone ppl se ‘rao senl delhi eee aaa De eat mien sin ot npn ol inpieen mane to que considera a clave el pounds el Bepo, qu nonooes ‘or marcamo caro lps qr eam mens de 1. Cif ae erin ge ovine del seca, ha sido edd por satin er lao Sy gurantee 56 Ls renmnios: Ou S80 ox MEERA SIFU lo, hors bien, el complejo de Edipo designa este proceso de trans formacién de una sexualidad slic, nica eidéntca para los dos se- 10s, en dos posiciones subjetivas diferentes, hombres y mujeres, que [permanecen organizados por una sola libido Sabemos que Freud for- tnula las consecwencias dela «roca del castracin» sobre la sexual dad humana del siguiente modo: lo que organiza la sexualidad mas- talina es el temor al eastacin, que produce la elacdn de los hom- tres con ls mujeres bajo Ta fora del zhorror» o de Ia «repugnan claw, Para las mujeres la senualidad se organiza en tomo al Penieid yl relacin con los hombres se despliega entre la reivindicaciny el ffio. Seentiende que tal pesimismo ~uno y oo sexo extranjeros uno para el otro- no responde a ls demanda social de un siglo que pro- ‘movi6 el ideal de a felicidad sexual. ‘Manteniendo a identidad de la sexualidad con libido flies, y por lo tanto la unicidad de lasexualidad en el inconscente humano, La- can getoma las cosas con una alaracion del concept defo yuna di ferenctein entre el orden imaginaro el orden simblico, En efec- to, ene despliegue de as historias parculare el flo puede remit 2 Inimagen del organo masculino, a pene, cuya posicidn en punts, es- cribe Laein, predispone eta parte tomada del cuerpo al fntasma de ‘oclucida, Se rata de una funcin imaginara definida como imagen negatva en la imagen especular, tanto en el hombre como en la ma- jer oFrevd ha dicho que el funcign imaginaria preside la invesidura {el objeto narcisista» En el orden simblico el ilo no es una imagen ‘ino un significant, y por eso es mvestra de lo arbitrario respecto de lasignificacin. La fneidn filicasimbélica es definida por Lacan co- smo funcion de casracin, es decir, como asacifcio de goce»: esa faci de la fle, cuyo simbolo es l flo, no deriva de l diferencia anatomica de los sexo, sino de que el ser humane, hombre © mujer, debe inseribirse Fortosamente en el que es su nico ambiente natural, tl lengwaje, Porque habla est implicado en un sacrifcio de goce, ‘sempre slencioso: «Hay que distinguir pues del principio del saerif- ‘Go, que es simbélico, la Funcin imaginaria que se consagra a €l pero {elo vela al mismo tempo que le da su instrumento» La funcién {ica entonces ze define como eastracién producida por el hecho de 2. J Lacan, «Sabena sa dl dene ncn lan Ear, Bae Ae Sig XX, 1987, p02 57 Da. Enron soem Iba ngje yee gu abl, Enon tio st de a capa del para smc sobre lo red dl organi Eat ope ‘aie Hea a pulin (The) sur el inno po a demands 4:1 Oo, en qe el sujet human ema sun ates des ac rien ilies Fred abl de epanalnientony Lace hace de Ia superpsicin dels demands del Ouro consecaenc de qu le. diohumano es un meio de lng, as necesidades sli oneicén mma del deseo. Este crea en a palbra. flo imagiaro, en cabo ineribe ene cucpo, dei, en In imagen det cuerpo, exe sri de gore, y unde mainte, como evienciab read, en relcin con cl pene el clterso lv. gina Bsen ete momenta cuando arcu el deseo eon le diferencia Ente los seaos. Evocando Freud, Lacan habla de la cada sobre lo heeroco del complejo de catrcine que ordea pola dsnsén enue sinboloc imagen. La lve de npr eiana surge dlp ‘je del mito-ind lo mits indvdules, que son astra dee de uno ala formalin: elmio epics cllerado aa enmctry, ATlengasje, al que el nconcenee ¢ resaad. Solo hey sexldad expres emf plsn (Tie y ene deseo s est organiads por el complejo de cstacin, ayo opersdor nel Simbalc esa fincn flea, Pero ntaremes qu, mies ligse ull y cantacin en uno de lo axiom dl pounds Soma lenca dl inconacente no permite todavia ferencaruno del one sexo. As Lacan evans Considerar qe ay sald pred. ic, aun cuando exsa una seal pregenia. Es mls de modo cer la sendadharan, ldesco, es sempre regents o mes Jor ain, paral. No existe un objeto seal tu Ene deseo ma ose eatasempre de un pare sin lod, yel fntasmalo ein. tia La pare fatante tomas dl everpo del owe es inves lc. tment cobra al valor de objeto dese Par mons Sno oder dae mens masons el deseo seal Lacan propane ds slaciones Una po dra formulas as dl ado mascilna se trad ener -la imagen fle sin elo, dl ado femenino de sro sn tener. Lacan smal vara recs con ete propio concen de masarda 3. Us renee Oro se TEE MEO SER ventado por Joan Riviére en su fimoro arcu «La féminié en tant que mascande>. ‘Lacan trabsjard este concepta en textos como «La signifcacién de falon, «Ideas direcivas para un congreso sobre la serualidad fe- tmenina» y en algunos pirrafos de «La direcin dela cura y os prin- tipios de su poder». Citamos de «La significacia del flo»: Pero se puede, ateniéndos a foncién del filo efi as estruc turas las que estan somerids ls elaciones ete ls sexs. Di- nos que esa elaciones grain alrededor de un sry de wn tener ‘he, por refenise aun significant, el fal, senen el efecto contra ‘ado de dar por una parte realidad al sero en ee signifcane, por ota parc realizar las relaciones que haa de sigaiearse. Eso porluintervencign de wn parecer que se susttuyeal tenet, par pro- tegelo por un ldo, para enmascarar la falta en el otto! Subrayamos que para cada sujeto el axioma de partida, deducido dela defincin del flo como signficane, esque la cuestibn de a re- Tacin entre los dos sexor se afonta a partir de un sparencia, lo que Jos insribe en el registro del semblante. De all resultan dos estac- ruras que organizarin ls dos posiciones sexuales, masculino y feme- rino, en funcidn de I arcculacion de esta sustiucin con el registro ‘every ener: proteger o enmascarar, ordenando entre ls dos sexos tl juego del amor y del deseo. El hecho que se trate de susttuciones permite enunclar que la posiiones sexvals son metifors. "El punto de vista de Lacan puede ser tomado como una combina- toria de cuatro elementos: el falo como significant, ser y tene,y le regacién, De ello resultan ocho versiones de la demanda de amor y de deseo (modalidad de la demanda de amoral otro y de la espues- ta de ls demanda de amor del otro; modalidad del deseo como de- seantey deseado, tanto del lado femenino como del lado mascalino), aque orgunizan «enteramente en la comedia las manfestacionesidea- Tes 0 tipicas del comportamienta de cada uno de ls sexo, hasta el limite del acto dela copulaciGn».*Tal concepcién, sin embargo, con- serva bastante de la simetra entre femenino y masculino, debida al falo, del que deriva elaspeetoefmico subrayado por Lace. 4 J Laan, aL sic dl lowe 0b p67 674 Sid po A a foro auasecucita ‘Lacontnuacin del proceso de formalizacin del psicoandlssim- plicsabandonar definivamente la perspectiva simétrica y compl rmentaria entre uno y otro sexo, aun euando se mantenge la definicion de la serulidad a parce de la fund fica, aun evando se mantengs Ja primacia de la esstacién simbslica. Parimos, pus, de I propos ciém de Lacan ce Bl seminar 20, que en su tempo produjo escind To en Milin: tenta- tiva que se define a parti de la foreusion del Nombre del Padre y de Ja falta del significance Lo Mujer "Nos queda lava desurollada por Lacan a partir de los misticos ‘como santa Teresa de Avila; solucin que no ubicamos en Ia clasifca- «dn de psicsis. Sin duda, en este cao, amor y dese extin preven 1s, pero prevalece el testimonio de un goce:goce otra ala sombra del fal, sua es la ipdesis que les proponga investgar: a partir de Is au- sencia del significante Le Mujer se elaboran tentaivas para hacer ‘exist en las posicionessubjesvas lo que no existe: eto es el Otro se- 1x0 para el ser ablante ‘Tradusin: Bia Pacret 9. JeLacan La sii del alos en ob ct 2. 695 ee EL barroco de las pasiones German L. Garcia Vinelsto 1977 aparece La pasons ys ntereses, de Albert O. Hitsch- ‘van, eoy0 provacativasubgiulo es el siguiente: Argument otis tn focor del capitals prevae eu tran Por teatarse de un econo tins, y no de cualquier economist, la fecha en que se interesa por ‘tema adguiere para mi un valor. Hirschman dice que la primera ‘Incidn es de 1972-1973, queen 1975-1976 hizo pequefas ediciones rye sestaba ansioso por exponer mi creacion al psblico, con todos [tess de Hirschman parte del bareoco, coa su concepto agonis- soo del alma humana y de la vida soil, donde las pasiones conta “itorias se organizaban en Ta bsqueds de la gloria. Pero este com- ite por el honor era autodestrucivo, impedia el gobierno de las etsonasy de las ciudades. La istoria de cada uno, como la del conjunto, era ibrad a dio- 4 Fortuna. Las pasiones heroics enfrentadas al azar, daban vn rela- th que —segin Shakespeate en Macbrb-parecia algo contado por un iota elleno de sonido y furan Pero los escoceses, giados por Hume, creyeron que podian orde- ruarel conflieto de las pasiones barroeas mediante I introduccién del Ince El término, queen épocas de Maquiavelo era sindnimo de ra- tin de Estado, pasa designar el Iucro, la pasién ambiciosa capa. de ‘domina alas dems. Porque la ambicin tiene la venta de ser ra- ‘onalente calculable, a diferencia de las otras pasiones. ‘De aqui surge el epulirin de padres (Locke y Montesquies), la ‘mano invisible (Adam Seth), a alquimia de los vis privador que pro- ‘hoe vrtuder publics (Bernard de Mandeville). Les naciones y las personas, puestas bajo el signo del interés, se 6

You might also like