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LACAN y lo politico _ ‘ 3 en f } y Yannis Stavrakakis Ge : Gy prometeo Me (1 uo Ei sces vocora Scanned with CamScanner 5, LA DEMOCRACIA AMBIGUA _YLAETICA DEL PSICOANALIsjs las ambigiiedades de la democracia moderna: mas alla d politica de la armonia fe la Mi objetivo en este capitulo sera forjar una Perspectiva acerca de tadicalizacion e institucionalizacion de la democracia como una via sible para concebir qué significaria permitir el atravesamiento de la sia y de esta manera evitar el utopismo extremo, con todas sus ¢: Cuencias catastr6ficas, analizadas y expuestas en el capitulo anterior. Petspectiva semejante solo puede ser ético-politica. La dimension €s crucial aqui; esto es lo que muestra nuestra experiencia actual. Certamente una de las dimensiones a través de las cuales aflora a apori ennuestro entorno politico y tedrico actual. Consideremos, por ejemp! stisis contemporanea de la democracia: la creciente hegemonia modelo democratico dominante tanto en la teoria como en la prac ‘lugar de generar optimismo, ha reforzado la desilusion producida ®xperiencia de la democracia. En efecto, una de las paradojas a 42 tP0ca es que el “éxito” de la democracia en Europa on ‘auiftica esté unido con la grave desilusién en Europa occiden ud lene d& las democracias modemas, Es verdad, por supueste, a ‘cla moderna se basa en una tension constitutiva, il ioc ce ambiguo. Por ejemplo, como ha sefalado walla Cor individualistas como los comunalistas estén aesiustt de diferenciar “ama? 8 Practica democraticas suponen ta ambigne ti ald. El ‘hea 22t” simultaneamente la individualidad y la ‘aa sin embargo, proviene de la een Se que re Resa ambiguedad que tiene que ser resvel 7: 5-6): ambien J “en la vida institucional” (Connolly, 1987: Scanned with CamScanner ‘Yannis STARRAKAKIS 176 terseccion de “dos racionalidade Dunn ha destacado a “ie la ambigoedad de la eno bles’ que evel8 OF hiemno que esté sujeto a algin tipo de al neces dad de un modo Pe y libertad humanas (Dunn, 1979), Bee vel principio de rellza0" Y —ecariamente, el intento de combinar qt democracies orias el imperio de Ia ley con la ep das eg tb ee particulares, asegurar el respeto por la ibe, nae al mismo tiempo organizar la sociedad en una forma oa humans Yo idere justa (Touraine, 1994: 2-5). el ae Se sin embargo, a diferencia de Connolly, esta ambigieday es la fuente de una grave desilusion: “Si hoy todos somos demécratas, n es una suerte que se comparta con mucha alegria. Hoy, en politica, jg democracia es el nombre para lo que no podemos tener, pero que, no obstante, no cesamos de desear” (Dunn, 1979: 28). Podemos especular con que Dunn es uno de esos fildsofos politicos a quienes les gustaria ver resuelta esta ambiguedad y el “caos” democratico transformado en una nueva armonia. Pero como afirma Connolly, esta ambigtedad es la de- mocracia misma; encubrir la ambiguedad en la democracia es des-demo- cratizar la democracia. Este es el efecto de lo que Connolly llama las ontologias de la concordia y la armonfa, que comienzan a partir de Hob- bes, Locke y Kant hasta llegar a Marx y Habermas. En Identity/Differencese demuestra que esas ontologfas proyectan una concepcién de armonla con el fin de eliminar la amenaza de la contingencia, o, en el vocabulario de Laclau, la creciente centralidad de la dislocacién que caracteriza 4 h modernidad, y ala modernidad tardia en particular. Esta ontologts de concordia y la armonia, y podria agregar, el conjunto de la ética deh toe inherente también a una variedad de teorias conn ee ae de teorfas de la democracia- que intentan si 3 suerte eens individualistas, colectivistas y oe re dea deci as ae (Connolly, 1991: 28). Por lo tanto, ae ontologia y una nm : democracia se revela como la antitesis o emocraeysee ca de la concordia y la armonta, y la ambigte! Sides Bee ‘a desarmonta inherente ¢ insttucons ce can y lo politico es ees ee Share ach democracia ignora la exci 'a aspiracion a eliminar la am ie ora de Politica democratica eesieelaad historica y la logica InNOM pol” Zion de doa tea de la armonsa leva a une eso democratico radical Cia, sostendré que lo que necesita hoy ¥P rent ical es una base ética de naturaleza totalmen'® Scanned with CamScanner rompat. '5, LA DEMOCRACIA AMBIGUA Y LA ETICA EL PSICOANA| VALISS 7 la ética del psicoandlisis tal como la formula | r de gran ayuda. *tadicion lacan ‘odo, no obstante, permitaseme desplegar breve "4 mocracia comporta una tension constitutiy " central, el reconocimiento y la institucionalizacion Fneate sentido, Claude Lefort ha mostrado muy bie nota la ambigtiedad en cuestién. Esta idea ya es jon intuitiva de la democracia de Alexis de To forma de sociedad en la cual una contradiccion Seneral esta en pri plano, una contradiccién que sobreviene cuando el orden seen a Paina base, en el sentido que ya no puede descanat en le eon cion teoldgico-politica del principe (Lefort, 1988: 15). si ata revolucion democratica, el principe era la personificacién, la enc. 4 jon del poder, el resultado sin precedentes de la revolucion dence caes que “el locus del poder se convierte un lugar vacio” (Lefort, 1988: 17) El hecho de que la democracia destruya la unidad orginica de ancien régime no significa que ya no exista unidad. Significa unicamer queesta unidad no esta dada a priori, sino que solo puede ser el result dela lucha politica hegemonica, Unidad y poder no pueden ser cons tanciales a una determinada fuerza o persona politica limitada. El apara- to institucional de la democracia evita esta consustancialidad, al institue cionalizar el antagonismo politico: en la democracia rocedimientos de redistribucion de una disputa controlada con institucionalizacion no puede ser ocu- grupo puede set aqui, | yuede $e Ante t ¢ la der ™ente la idea ¢ Ge ane abigned © una desarmontg TN que la democrac evidente en la con cqueville como wy elejercicio del poder esta sujeto a p periédica. Representa el resultado reglas permanentes. Este fenémeno implica una del conflicto. El locus del poder es un lugar vacio, pado -es de naturaleza tal que ningtin individuo 0 consustancial a él y no puede ser representado. (Lefort, 1988: 17) ‘Ahora la unidad depende de la eleccién de un escenario pat Mion politica. Ast, la unidad esté const .miento de la division (Lefort, 1988: 18).' El vtilonales puntos le a y el antagonismo y la disolucion de a a d ftencia “predemocraticos” instituyen WM © cidente, hon de la democracia; pero esto no & ¥ *Pecifica de la democracia seaweed se ue qty E#eaN en La transferencia, la concordis Pe nat? 1969) °° NO presupone un fundamento armomio Scanned with CamScanner Yawnis STAVRAKAKIS 178 instituida y sostenida por la disolucion de i, indicadores de certdumbre. Inaugura uns hed enlaqueloshome byes experimentan una indeterminacion find amental... en todos ig, pres ePonce [a division, y en especial Ia division entre los gue detentaron el poder ¥ los que estuvieron sujetos a él, pudieron en otro tiempo articularse como resultado de la creencia en la natura, Irae de las cosas 0 en un principio sobrenatural La democracia es (Lefort, 1988: 19) Entender este caracter radical de la invencién democratica Presupone aceptat el hecho de que “la sociedad no existe”, en el sentido que sy unidad —y en consecuencia su existencia bajo cualquier forma particu. Jarno esta garantizada de antemano. La dislocacién de las sociedades tradicionales demuestra claramente que no existe una unidad orginica esencial que pueda definir a la sociedad de una vez y para siempre. Esto tambien lo demuestra la relatividad historica, cultural, de diferentes for- mas de unidad social, las diferentes formas (construcciones) de la socie- dad. En consecuencia, ningun andlisis de la democracia puede pattir de la identificacion de un punto de referencia esencialista privilegiado (un ideal que garantizaria la unidad) para implantarlo en el coraz6n de la sociedad con el fin de resolver su ambigtedad. Como consecuencia de esto, la democracia no debe ser considerada como una forma de ordena- miento institucional aplicable a una sociedad dada con la finalidad de satisfacer sus necesidades esenciales. Las democracias modernas se cons- truyen cuando se ha comprendido que no existen necesidades esenciales ni unidad fundada sobre un punto de referencia positivo a priori. El am bito primario sobre el que emerge la democracia es el ambito de la dislo- oes innovacion de la democracia es que reconoce ee cimisiaWeean ee un nuevo sentido de unidad sobre este ide curso dence ee presen czaslatemerern e que meros procedimientos: moeleruicadl “To que esta en jues0 ¢ Oia SEE bits a institucion de los significantes e we as clan y Zac, 1994: 56) sg senria de Dios como completud de . an ambigiedad y la aries eaneae Por la democracia Obviat al Preceden a la invencio a dislocacion de la unidad organic ce ambighedad y la fal lemocratica. La democracia no PTO! pro duce la division eee caracterizan a la condicién humana re forma social Soir ustble y la desarmonia que caracterizah 3 is lo intenta llegar a un arreglo con ellas reconocie™ Scanned with CamScanner 5, LA DEMOCRACIA AMBIGUA Y LA ETICA DEL PSICOANALISiS 9 en su irreductibilidad, produciendo ast una nueva forma Postf de unidad social. ‘antasms. te de edad de Ja democracia aparecera con mas sicign a dos tendencias que la amenazan. Estas tendencias son def sr Touraine como las verdaderas amenazas externas a yagi democracia puede ser destruida o bien desde arriba, por el ae la tro.o bien desde abajo, “por medio del caos, la vioench yt Guil’ (Touraine, 1994: 2). El actual ascenso y éxito electoral de a y movimientos neofascistas hace imperativa la comparacion entte lad. mocracia y el totalitarismo. El totalitarismo emerge cuando un Partido o ‘un movimiento politico en particular afirma ser diferente, POr su propia raturaleza, de todos los otros partidos o fuerzas. Destruye toda oposiion ya que alega representar al conjunto de la sociedad “y poseer una legt- midad que lo sittia por encima de la ley” (Lefort, 1988: 13). Si la demo- cracia reconoce e institucionaliza la divisin de lo social, el totalitarismo, por el contrario, afirma comprender la ley universal de la organizacion y lk evolucién sociales, la cual, aplicada a lo social, puede devolver la unidad orgénica perdida y eliminar toda division y desarmonia; con el totalitarismo, el amanecer de la “utopia” nunca esta muy lejos.? La demo- qracia, no obstante, no esta amenazada solamente por tendencias totalita- as universalistas que intentan reinstalar una unidad orgénica universal: “También corre un peligro que es el exactamente opuesto. Este consiste tn la ausencia de toda referencia a esa unidad” (Laclau y Moufle, 1985: 188), Este es el peligro del particularismo y de la fragmentacion del i E 6 social en segmentos que niegan la posibilidad de cualquier artcu's Son significativa entre ellos. “Noes clatidad en su op dos amena- . 3 ho de que estas Posible no impresionarse por el hec! We aislocacion dels e la democracia constituyen un circulo vicioso. Sa a tradicionales y la amenaza de fragmentacton PrOV iss ia que alimenta la propagacion de las tender oto fea en efecto, Jo que ocurre habitualmenteé &© WT" poy ot lado 1°39 sigue a.un periodo de fragmentacion ea y Maite. é aie gma dislocacién abre el camino a una oT, lengog eone # cualquier tendencia unificante, 7 " ®Mocraticos de articular alguna suerte ¢° sepalado Se ciedad, 2 edad otro su sa Brensbe 49, con la democracia, sale a la luz toda Wy mit Ia SPOT yo arya Pet esa suciedad es nuestra, y tenem0s GP ico est P50 de cq tlt Con eso, El “encanto” del regimen NO L “Sta responsabilidad. Scanned with CamScanner ‘Yawnas STavRARAKIS 180 af nuevamente, el particularismo es mds exitoso cuando luc un totalitarismo fuerte o una fuerza cuasi totalitaria. Pero ¢] punto importante aqut es que ambas tendencias desprecian a la democrg justamente por razones opuesta® El totalitarismo, porque “disuelyy: ‘ seed social y Teva al caos y a la fragmentacion, al particulars 4 ya partcularismo, porgue intenta articular una unidad y toda undo considerada sinénimo de totalitarismo. Lo ignorado o forcluido agus foreistencia de una tercera posibilidad: sila existencia ce ambas tender cias opuestas es coextensiva con la constitucion de lo social como tal, Sinbigaedad sobre la que se basa la democracia es irreductibley, de he tho, Ia democracia brinda la mejor posibilidad para una mediacién en- tre las dos: Entre la logica de la completa identidad y la dela pura diferencia experiencia de la democracia debe consistir en el reconocimiento de la multiplicidad de las l6gicas sociales tanto como en la necesidad de su articulacion, Pero esta tiltima debe ser constantemente recreada y renegociada, y no hay punto final en el que el equilibrio sea defn vamente alcanzado. “il ha cont (Laclau y Mouffe, 1985: 188) Como ha sefalado Alain Touraine, la democracia solo puede estar basada en la doble preocupacién por tener un gobierno que asegure l= integracion social ~que logre un sentido de unidad y cree conciencia de ciudadania~ y por respetar la multiplicidad de las fuerzas sociales, los intereses y opiniones que operan en lo social. E Pluribus unum (Touraine, 1991: 261). En términos simples, las sociedades modernas se enfren brecha infranqueable entre un polo universal —la necesidad de wna {er a que actue en nombre del conjunto de la comunidad y el particular mo de todas las fuerzas sociales (Laclau, 1991: 59). Esta brecha "0 © producida por la democracia; precede ala democracia. En realidad, justamente lo que hace posible que exista la democracia: “El econ” miento de la naturaleza constitutiva de esta brecha y su institucionaliz® =)

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