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5. La sociologia conoce a la historia La teoria de la modernidad de Giddens A medida que la modemidad iba reemplazando a formas més antiguas de organizacién politica y social, surgieron nuevas disciplinas cientificas para explicar este fenémeno de dimensiones histéricas. La sociologia y la mo- demidad son por tanto proyectos estrechamente relacionados. No es de ex- ‘rafiar que los teéricos sociales se hayan preocupado especialmente por los otigenes y repercusiones de la modernidad. A los tedricos cldsicos, espe- cialmente a Weber, pero también a Marx, Tonnies y Durkheim, les preocu- paba la dimension histérica de este problema. {Cudles fueron las condicio- hes para que surgiera el capitalismo en Europa Occidental? ;Qué permitié el nacimiento de la ciencia moderna en esta parte del mundo? {Por qué los «tiempos modernos» estuvieron tan relacionados con el nacimiento del Es- tado-nacién territorial con una concepcién inédita de la ciudadania univer- sal y un aparato burocratico regulado por una racionalidad instrumental? Pocos teéricos sociales contempordneos han dedicado tanto esfuerzo a ree- xaminar la relacién entre sociologia y modernidad como Anthony Giddens (1938). Como veremas, su teoria de la estructuracién y sus esoritos sobre las formas sociales y politicas «posmodemnas» estén entre las obras sociol6- gicas mas influyentes de finales del siglo xx. Las ideas de Giddens se com- parardn con otras explicaciones sociolégicas de la modernidad, Hemos ele- gido cuatro teéricos cuyas obras sobre les modernas formas politicas y La teoria social contemporanea sociales muestran una mayor sensibilidad histérica que Giddens. Las revo- Juciones modemas, esos fenémenos de cambio de época que seiialan el na- cimiento de la modernidad politica, han sido objeto de atencién de Charles ‘Tilly y Theda Skocpol. Michael Mann ha desarrollado una ambiciosa teoria social sobre las fuentes del poder social, con especial atencién a sus confi- guraciones modernas. Concluimos con las recientes propuestas de no de los veteranos de la disciplina, Shmuel N. Eisenstadt, para un programa de investigacién de «modernidades miltiples». Sin embargo, la sensibilidad hacia un cambio histérico a largo plazo y la diversidad cultural mundial no tienen por qué estar enfrentadas a las reflexiones sociol6gicas sobre Ia mo- dernidad tales como las de Giddens, Como intentamos demostrar, el discur- 0 sociolégico sobre la modernidad se enfrenta a un doble desafio. Como discurso que es producto del objeto que estudia, la teoria social tiene que hacer tna introspeceién critica’. El otro desafio no menos sobrecogedor es ¢l aceptar a modemnidad tanto como una época histérica que como una con- dicién social. Nuestro primer tema de andlisis es la teoria de la estructura- cién de Giddens. Empezamos con unas notas de introduccién a su carrera. Aunque Anthony Giddens (1938) ha hecho una de las principales apor- taciones 2 la teoria social anglosajona desde principios de la década de los setenta, sus primeros estudios fueron de psicologfa, Posteriormente, durante su doctorado, pasé a la sociologia, pero en algunos aspectos se ha manteni- do fiel a sus primeros intetéses. Aunque la mayorla de los tedricos sociales descalificariany a Goffman o Garfinkel por ocuparse de asuntos «trivia Jes» de la vida cotidiana, uno de los temas recurrentes de Giddens es que las grandes teorfas tienen mucho que aprender del estudio empirico de estas practicas rutinarias (véase el capitulo 3), Ademés, su teoria de la estructu- racién se apoya bastante en profundas lecturas de la obra de Sigmund Freud, asi como de la psicologia del ego de E. H. Erikson y E. V. Sullivan. El concepto de seguridad ontolégica de R. D. Laing tiene un importante pa- pel en la teoria de la estructuracién, y las obras mas recientes de Giddens ‘acerca de la modernidad se ocupan abiertamente de cuestiones psicolégicas como las formas de reflexividad agudas. Giddens se pasé a la sociologia para realizar estudios de posgrado en la London Schoo! of Economics, que, en aquel momento, era uno de los prin- cipales centros de esta materia en Inglaterra (Oxford y Cambridge atin se mostraban reacias a aceptar que las ciencias sociales fueran disciplinas aca- démicas de pleno derecho). Sin embargo, la sociologia estaba en auge; es- {Un ejemplo de esta necesidad de autorreflexion es la critica del «nacionalismo meto- doldgico» emprendida por primera vez por Herminio Martins y Niklas Lahmana en los alos setenta y reeditada recientemente por Ulrich Beck (véase el capitulo 8) 5, La sociologia conoce a ta historia pecialmente en universidades nuevas como la de Leicester, a cuyo departa- ‘mento de sociologia se incorporé Giddens como profesor en 1961, en prin- cipio para impartir principalmente psicologia social. Este departamento era ‘muy activo y cosmopolita, y entre los colezas més veteranos de Giddens se encontraban Norbert Elias, Ilya Neustadt y Percy Cohen. A una edad sor- prendentemente avanzada, con le aparicién de Sociologia fundamental, Elias habja de convertirse en uno de los precursores del ataque teérico al imperio funcionalista de Parsons, posicién que Giddens iba a heredar poco tiempo después Elias, 1978). Durante su estancia en Leicester, Giddens es- cribi6 varios articulos bastante relacionados con la investigacién empirica En general, el «prime» Giddens parecia menos preocupado por los grandes problemas teéricos sociales, aunque sus articulos acerca del suicidio y The Sociology of Suicide (1971a), libro que coordiné, no carecian de considera~ ciones conceptuales. Otro ejemplo (aunque menos claro) de esta primera fase es La estructu- ra de clases en las sociedades avanzadas, que se ocupa de cuestiones fun- damentales relacionadas con el problema de la clase y con el de la forma cién de ésia en la sociedad moderna. Sin embargo, en muchos aspectos, esta obra ya pertenece a lo que podria denominarse un estadio posterior de la evolucién intelectual de Giddens, puesto que incluye un comentario criti- co de asuntos teéricos que figuran en las obras de los clisicos de las cien- cias sociales y pretende (aunque de forma tentativa) desarrollar una teoria social propia. En este libro, Giddens introduce el concepto de «estructura- ciém», ahora tan conocido, vinculéndolo con el andlisis del grado de in- fluencia que tienen las pricticas sociales en la produccién y reproduccién Ge las clases. La segunda fase de Giddens coincide més o menos con su traslado de Leicester a la Universidad de Cambridge, donde comenz6 como profesor en 1969 y donde, quince afios més tarde, obtuvo su cétedra mientras disfru- taba de una estancia en el King’s College. A partit de 1970, aptoximada- mente, los escritos de Giddens demuestran un creciente interés por las ‘grandes teorfas y se centran en unos pocos teéricos sociales clasicos: prin- cipalmente Marx, Durkheim y Weber. Su primer libro es un anélisis critico de la obra de estos tres autores (1971b). También escribié libros introducto- rios al pensamiento de Max Weber (1972) y Emile Durkheim (1978). Aun- que estas obras no carecen de originalidad, especialmente en lo referente a Ja evaluacién critica de los pensadores analizados, su objetivo era ofrecer ‘una visin clara de los clisicos de la sociologia, més que plantear un nuevo marco de referencia para comprender de manera sistemitica la vida social Esto cambié con la aparicidn de Las nuevas reglas del método socioldgi- co (1976, edicién revisada 1993). Por supuesto, la referencia que hay en el titulo de esta obra a Las reglas del método sociolégico de Durkheim no es 177. La teoria social contempordnea La feotia social one accidental. El propdsito de Giddens es, nada mas y nada menos, desarrollar ‘un marco conceptual no positivista para las ciencias sociales, mediante el andlisis de autores de cardcter hermenéutico como: H. G. Gadamer, Schutz y Wittgenstein, Las nuevas reglas del método sociolégico es una obra ca- tacteristica de la tercera fase de los escritos de Giddens. Aunque sigue ana~ lizando de forma rigurosa a otros autores, la exégesis ahora es secundaria, y su objetivo principal es trazar los contomos de su propia contribucién a la teotia social (1977; 1979; 1982). A través del andlisis de una amplia gama de tradiciones intelectuales diferentes (que van desde el funcionalismo has- ta Habermas), Giddens va introduciendo poco a poco su teoria de la estruc- turacién, Aunque los dos volimenes de Contemporary Critique of Histo- rical Materialism (1981b; 1985) se centren en ciertos aspectos de Ta teoria de Ia historia de Marx, también se dirigen principalmente al desarrollo de la teorla del propio Giddens, Esta tervera fase se cerré con La constitucién de a sociedad (1984), que, tal como indica su subtitulo (esbozo de una teoria de la estructuracién), se considera la obra magna de Giddens en lo tocante al desarrollo de una gian teoria social La cuarta fase de Giddens est’ marcada por una ruptura radical con sus obras anteriores. Mientras que en sus primeros libros se centraba en una te0- ria social general, ahora se ocupa de la sociologfa de la cultura y, en conore- to, de problemas relaciqnados con la modernidad y la destradicionaliza- cidn, Esta nueva fase comenzé con las conferencias impartidas, a finales de tos afios ochenta, en las universidades californianas de Stanford y Riversi- de, y condujo a la publicacién de Consecuencias de la modernidad (1990), Hibro en el que Giddens analiza los rasgos esenciales de la alta modernidad y su relacién con la denominada «condicién posmodernay. La formacién de! Estado-nacién territorial, a institucién politica moderna por excelencia, es otro tema interesante en esta fase de su carrera (véase Giddens, 1985). Continué desarrollando ideas similares, centréndose en los cambios coneo- mitantes que se producen en ¢l nivel de la estructura de la personalidad (1991; 1992). Es muy probable que la publicacién de Mads alld de la izquierda y la de- recha (1984) anuncie una quinta fase. Esta obra se ocupa de la posibilidad de un nuevo programa politico socialdemécrata, teniendo en cuenta recien~ tes transformaciones sociales como la destradicionalizacién y la globaliza- cién. Giddens siempre ha mostrado un profundo interés por la politica, desde principios de los noventa su participacién en el Partido Laborista bri- tinico ha sido cada vez més activa. Algunas de las ideas de Mas allé de la izquieria y la derecha inspiraron al primer ministro dol Reino Unido, Tony Blair, ¢ influyeron en sus politicas. La lealtad de Giddens al centro izquier- da progresista ha sobrevivido a la salida de Blair: Over to You, Mr Brown — How Labour Can Win Again (2007), uno de los iltimos libros de Gid- 178 La soctologta conoce a la histori dens de orientacién politica, oftece consejos sobre Ja reforma del Estado del bienestar al sucesor de Blair; Gordon Brown, Giddens también escribi6 The Politics of Climate Change (2009), que apuesta por una orientacién ecolégica de la politica. En general, el interés de Giddens se ha apartado de las actividades puramente académicas para ocuparse de cuestiones més Précticas. Entre 1997 y 2003 fue director de a London School of Econo- mics, un puesto que conlleva una profimda participacién en cuestiones de politica educativa, tanto en Gran Bretaiia como en otros paises. A continuacién nos centraremos en la tercera fase de Giddens. Es decir, ‘nos ocuparemos especialmente de su aportacién conereta a la teoria socio- légica, la denominada «ceoria de Ia estructuraciom»: una teoria general cuyo objetivo es analizar la interaccidn entre estructura social y aecién humana. Aparecié a finales de los aiios setenta y principios de los ochenta como al- ternativa teérica a las perspectivas estructural-funcionalista e interaccionis- ta (véanse los capitulos'l, 2 y 3). Aunque esta teoria sélo se vincula a la obra de Giddens, seria un error pensar que ¢s un producto intelectual aisla- do. De hecho, algunos de sus conceptos esenciales fueron desarrollados a la vez por otros autores. Por ejemplo, el argumento de Giddens presenta una sorprendente similitud con la teoria de Bourdieu (véase el capitulo 1). La teoria de la estructuracién de Giddens Giddens pretende vincular diferentes niveles temporales de andlisis. En un extremo de la gradacién esta la duracién de la experiencia cotidiana de Schutz, que se refiere al cardcter repetitivo y rutinario de muestras activida- des diarias. En el otro extremo esté la larga duracién del tiempo institucio- nal braudeliano, que tiene que ver con estructuras que se mantienen relati- vamente invariables durante mucho tiempo. Entre estos dos periodos, de lo que Lévi-Strauss denominaria «tiempo reversible, esté el ciclo vital del in- dividuo. El concepto de Dasein de Heidegger capta su irreversibilidad y también la idea de finitud de la existencia humana que conlleva: su Sein zum Tode. La obra de Giddens intenta vincular estos dos ciclos temporales diferentes y demostrar asi de qué manera, por ejemplo, la reproduccién en el nivel de la duracién de Schutz contribuye a la que se produce en el de la larga duracién de Braudel. Una de las consecuencias de esto es que le t20- ria de Ja estructuracién de Giddens pretende superar la divisién tradicional entre Io micro y lo macro en sociologia. En-la vida social se produce una interseccién enire estos tres ciclos temporales que ha de explicarse (1984, pp. 34-37; 19816, pp. 19-20). Una segunda oposicién que Giddens pretende superar es la que existe entre lo que él denomina «andlisis institucional» y el candlisis de la con- La teorfa social contemporanes dcta estratégioay. A ambos tipos de andlisis se lege uilizando wn «parén- | care etodoldgicon. El andliss institucional se logra dejando a un lado ta vrccign estratégica; investiga el modelo de reproduccion de estructuras Too" frente y no considera que las personas sean individuos jnformados 0 que ws antes seen deliberados. Por otra parte, el-estudio de la accién estratégi ta, que se alcanza situando el Ambit institucional bajo uns epojé, aborda do qué manera las personas utilizan reglas y recursos Pare continuar sus ac- tividades, Aqui, los individuos son considerados agemtes actives abe saben vcho de Ia vida social. Aunque la teoria social ha estado dividide ene andlics estratégicos ¢ institucionales, la de le estructuracién de Giddens pretende attibuirle el mismo estas 2 ambos tipos de andliss Ninguno de Milos es més importante que el otro; ambos son necesarios para qs * tle- fgue aun entendimiento completo del funcionamiento de le sociedad (véase, por ejemplo, 1984, pp. 288 y ss.) ‘Dentto de este amplio contexto, es posible entender Ia teoria de le estrus umeian de Giddens, Uno de sus conceptos clave se refiee a le denominada ignatidad de la estructura, que postula la existencia de una especial relacion, Sure la estructura social y la accién humana. Esta duatidad, de la que habla sarvos rds a su debido tiempo, permite a Giddens vincular los diferentes ni- Toles temporalesy conceder un mismo estatus alos andlisis estratéico © ms titucional. Antes ‘de profundizar en este asunto, hay que aclarar primero la ‘conceptualizacién que hace Giddens de la accién humana , en relacin con tate punto, plantear sa concepto de poder. Posteriormente, nos ocupiremos de su explicacién de Ia estructura social y de otros termines relacionados. ‘Giddens se basa en Heidegger al hacer hincapi€ en que fe accion o agen cia no tiene que ver con tina «serie de actos separados sino con un «cont uo fiujo de la conductan. De hecho, Giddens define Ta accibn como Ne ne fenfe de intervenciones causales, reales 0 consideradas, que fluye pot ‘Jos sores corpOreos en el proceso continuo que son los acontecimicnios del mundo» (1979, p. 55). Hay que sefalar que esta definicion separa 18 accion ss atencionalidad: «la accién no tiene que ver con las intenciones de las personas al hacer las cosas, sino con su capacidad inicial de hacerlas» (1984, p. 9). La consecuencia es que la accion tiene que considerarse «deli- heradan, no cintencionad», Es decir, puede que las personas cate70% de Glaras intenciones en su vida cotidiana pero, no obstante, se ocupan Test Tummonte de sus acciones y de las de los demés. Decir que los seres hurna- ay gon agentes es reconocer que siempre pueden actuar de forma alternat- Naren cualquier situacién, las personas pueden intervenit inhibins Dicho tn pocas palabras, el concepto de accién en Giddens implica que las perso- fag son eapaces de transformar las cosas y que el futuro esti, noses: nente, indeterminado (1993, pp. 78-82). En la jerga de Giddens, ests «ci pacidad transformadora» es el poder. 180 logia conoce a ta historia i Merece la pena profundizar brevements en el concepto de poder de Gid- dens y contrastarlo con otras concepciones del mismo. Con frecuencia se ve el poder como la capacidad que tiene un individuo de lograr su voluntad a menudo (aunque no necesariamente) frente-a los demés. De manera oc ‘sional se considera que es propiedad de una colectividad, que esté‘relacio- ‘nada con el interés 0 gue es intrinsecamente opresiva. Para Giddens, no sir ve ninguna de estas caracterizaciones. El poder es inherente a la accion: tiene que ver con la cepacidad de los inéividuos para intervenir causalmen- te en una serie de acontecimientos. De esta definicién se desprenden dos ‘cuestiones importantes. En primer lugar, ya no hay que considerar que ¢l poder sea simplemente un impedimento para la libertad o la emancipacién, Sino que, por el contrario, se convierte realmente en el medio para alcanzar la libertad (1984, pp. 14-16; 1985, p. 7; 1993, p. 118). En segundo lugar, todas las relaciones de dependéncia proporcionan recursos que permiten & Jos subordinados influir en sus superiores. Independientemente de lo desi- gales que sean las relaciones, siempre habré-una «dialéctica del control» (1984,p. 16) ‘La explicacién que da Giddens de la estructura es diferente de la que proporcionan los autores funcionalistas o estructural-funcionalistas. Mien tras que éstos tienden a mezelar estructura y sistema, Giddens hace to post- ble por distinguir entre los dos conceptos (véanse los capitulos 1 y 2). El segundo tiene que ver con e! establecimiento de pautas en las relaciones s0- Giales a través del tiempo y el espacio, mientras que el primero esta relacio- ‘nado con un conjunto de reglas y recurses sociales que participan de forma recurrente en la interaceién. La estructura, de modo similar a como ocurre ‘enla distincién saussureana entre lenguaje y discurso, que esta marcada por te causencia del sujeton, se sitia fuera del espacio y del tiempo, y sélo existe de manera virtual en ciertos rastros de la memoria que se implanta- dn en interacciones temporal y espacialmente localizadas. Giddens se apo- ya bastante en el anilisis de las reglas de Wittgenstein, quien las definia domo técnicas implicites o «procedimientos generalizables» que se implan- tan al llevar a cabo la reproduccion de las précticas sociales (fbid., p. 21). Giddens distingue dos tipos de reglas y dos tipos de recursos. Las reglas, © bien constituyen el significado de las cosas, 0 bien estin relacionadas con ‘el sancionamiento de la condacta, Los recursos pueden ser de autoridad 0 adjudicatorios. Los segundos tienen que ver con el control sobre los objetos yy tradicionalmente, se lan centrado en ellos Tos autores marxistas, qve Henden a reducir la dominacién a la tenencia o control de la propiedad Gbia,, pp. 31 y ss., 258 y ss.). Los recursos de autoridad afectan @ los tipos de capacidad transformadora y conceden el dominio sobre las personas Fate tipo de recursos, que tienen que ver con la organizacién del tiempo y cl espacio, con el cuerpo y con las oportunidades de la vide, Jos analizan 181 La teoria social contemporanea ‘estudiosos como Foucault (ibid. p. 335 véanse también Craib, 1992, pp. 46- 47,y el capitulo 5). ‘Giddens distingue cuidadosamente diversos aspectos de la «estructura» Y su terminologia se hace bastante compleja. Agui es imposible proporcionar tina explicacion exhaustiva de todos Jos conceptos «relacionados con Ta ¢s- ‘ructuray y tampoco es necesario hacerlo para captar la principal linea argu mental de este autor, En consecuencia, sélo presentaré los términos que son ‘realmente esenciales para su idea del andlisisinstivacional. Hay que distinguir fa «estructura», en singular, de las «instituciones» y de las «propiedades es- teuctarales» de los sistemas sociales. Siguiendo la terminologia de Giddens, lus instituciones no son organizaciones y tienen que ver con précticas regula rizadas que abarcan largos periodos de tiempo y que se extienden por el espa- ‘io, como, por ejemplo, el matrimonio, Las propiedades estructurales son precisemente los rasgosinstitucionalizados de los sistemas sociales, alos que fportan su «solidez» a través del tiempo y el espacio. La division del trabajo ts un ejemplo de propiedad estructural de la sociedad capitalista (1984, pp- 16:25), De este tipo de propiedades que participan en la reproduccién de las totalidades sociales, los principios estructurales son las mas profundamente arraigadas indican, por ejemplo, hasta qué punto estin separados el Estado y ta economia o el grado de distanciacién espacio-temporal. El estudio de los ptincipios estructuyales es el nivel mis abstracto del anlisis social y permite 2 Giddens distinguir diferentes tipos de sociedad: tribal, clasista y de clase En las triboles la distanciacién espacio-temporal es reducida, mientras que las redes de parentesco y la tradicién son importantes; en las que estin divididas tw closes la ciudad se convierte en un «contenedor para almacenar> el poder snilitar y politico, y en las de clase el poder se concentra en el Estado-nacion yeel tiempo y el espacio se mereantlizan (ibid. pp. 185 y s8.). Las estracturas, al igual que las reglas y recursos, se comprenden me- diante la distincién analitica entre tres «modalidades», es decir, «lineas de mediaciém» que existen entre la interacoidn y Ja estructura social. Estas mo- dalidades son la comunicacién del significado, la aplicacién de sanciones y fl uso del poder (véase el cuadro 5.1). El andlisis de lz conducta estratégica ‘concibe a las personas como individuos informados que utilizan estas moda- lidades para conducirse en sus interacciones diarias. En primer lugar si la jnteraccidn social se ocupa de la «comunicaciém del significado, los indivi- duos utlizan «esquemas altenativos» que, en cl nivel de Ia estructura social, pueden tratarse como «zeglas semnticas». En segundo lugar, la aplicacion ‘te sanciones durante la interaccién supone que las personas utilizan «nor~ asp susceptibles de analizarse, en el nivel de la estructura social, como ‘eplas morales». La tercera modalidad tiene que ver con la capacidad tans formadora de las personas. El recurso al poder durante la interaceién impli- ca que Tas personas utlizan «medios» que, en el nivel estructural, es posible 182 5. La sociologia conoce a la historia analizar como «recursos» que conllevan estructuras de dominacién. Estas ‘modalidades’o litieas de mediacién, aunque estén separadas desde el punto de vista analitico, en realidad se cruzan (ibfd., pp. 28-30). Podemos aplicar una epjé a la conducta social regulada por la reflexivi- dad y, de esta forma, proceder a un andlisis institucional. Al igual que se hace con las diferentes modalidades, se pueden distinguir diversas institu- ciones y propiedades estructurales: S quiere decir significacién, D domina- cién y L legitimacion (véase el cuadro 5.2). En realidad, las tres suelen te- ner algiin papel. Por ejemplo, aunque Ia legitimacién sea sin duda crucial ‘pata el funcionamiento de las instituciones legales, tampoco pueden perder- se de vista por completo ni la significacién ni la dominacién. De forma pa- recida, aunque la dominacién es vital para el funcionamiento de las institu- ciones politicas y econémicas, las segundas también dependen de Ia significacién y de la legitimacién. Ahora podemos precisar con ms exactitud lo que entiende Giddens por dualidad de la estructura y, al mismo tiempo, situar intelectualmente este concepto. Para los lectores farniliarizados con la biologia, existe una homo- logia o identidad estructural entre este concepto de dualidad de la estructura y la teoria de la autopoiesis y de fos sistemas autorreproductores de Matura- na y Varela. Aunque las termninologias de Giddens y Maturana son diferen- tes, la similitud entre ambas teorias es sorprendente, y el propio Giddens re- conoce la influencia de estos nuevos planteamientos bioldgicos en su obra. ‘Tanto Sus teorias como las de Maturana se centran en el mecanismo por el que los sistemas o estructuras garantizan su propia reproduecién (1989, Cuadro 5.1 La dimensién de la dualidad de la estructura Interacci6n ‘Comunicacién Sancion Poder (modalidad) Esqueme interpretative Norma Medios Estructura Significacion Legitimacién __Dominacién Fire: Basado en Giddens (1979, p80; 19h p19) Cuadro 5.2 _Instituciones y propiedades estructurales Significacién ‘Orden institucional SDL ‘Ordenes simbblicos/formas de discurso D (de autoridad)-S-L. Instieuciones politicas D (adjudicatorios)-S-L. Instituciones econémicas LDS Leylformas de sanciéa opie Basado en Giddens (1979, p 107, 1984, 9.53). La teoria social contemporénea p. 204). Lo fundamental en el concepto de dualidad de Ia estructura de Gid- dens es que las estructuras, al igual que les reglas 0 recursos, son tanto el re~ ‘quisito para la accién de las personas como su resultado no deseado. {Qué significa esto exactamente? Ya he mencionado que, segiin Giddens, las per- sonas utilizan Jas estructuras para continuar sus interacciones cotidianas. ‘Ahora bien, Giddens aitade que los seres humanos, al utilizar las estructuras, no pueden evitar reproducirlas. De manera que la estructura permite la ac- cién, la cual, a su-vez, sin pretenderlo, contribuye a que se reproduzca ese misma estructura. Dicho de otro modo, las estructuras participan de forma recurrente en el proceso de reproduccién social. En consecuencia, el con- cepto de dualidad de la estructura implica la existencia de una intima rela- cidn entre los diferentes nivgles temporales de la vida social. Después de todo, el «tiempo reversible» de las instituciones es tanto un medio como un efecto de las practicas sociales que estén enraizadas en la «continuidad de la vida cotidiana» (1984, pp. 36 y s5.). De la dualidad de la estructura también se desprende que en el ambito social no se da la tabla rasa. Toda transforma cin, independientemente de lo radical que sea, s6lo puede tener lugar me- diante el recurso a las propiedades estructurales de que se dispone (y a tra- vvés de su reproduccién). Esto explica por qué Giddens descarta el concepto de «desestructuraciény de G. Gurvitch. Al igual que Sartre, este autor opone erroneamente estructura y libertad, por lo que concede importancia sociol6- gica al concepto de desestructuracién. Giddens insiste en que todo cambio va de la mano de la estructuracién (1979, pp. 70-71). La dualidad de la estructura de Giddens puede ejemplificarse fécilmente mediante une analogia con el uso del lenguaje. Al hablar, las personas no tienen més remedio que utilizar las reglas sintécticas de su lengua, pero lo que dicen ayuda a reproducir unas determinadas propiedades estructurales Este ejemplo también demuestra hasta qué punto el modelo recurrente de Giddens interpreta que la reproduccién de estructuras es un resultado no deseado de las pricticas sociales. Por ejemplo, los individuos no hablan con la intencién de reproducir su idioma, pero, al hacerlo, contribuyen sin que- rer a su reproducciéa. Lo mismo puede decirse de otras formas de compor- tamiento que se guian por regias: por ejemplo, los individuos, al interac far, recurren a pautas de cortesia y de conveniencia locales y, cuando lo hacen asi, las reproducen sin pretenderlo, Las estructuras son conseeuen- cias no deseadas de nuestras précticas que, a su vez, se introducen.en éstas ‘como condiciones no reconocidas de actos posteriores. Sin embargo, frente al funcionalismo y al concepto de necesidades sociales que comporta, estas consecuencias no deseadas no tienen que considerarse explicaciones de la persistencia de les précticas (1977, pp. 294 y ss. 1984, pp: 26-27). Permitasenos contrastar esta idea de la estructura con otra de tipo durk- heimiano (véase el capitulo 1). En Las reglas del método socioldgico se ha- 184 La sociologia conoce a la histor Ue ol locus clasicus, en el que Dutkncim define los hechos sociales como genrtales, extemos y condicionantes. Son generalesporgue se aplican « das las personas de una ‘comunidad: por ejemplo, las reglas gramaticales y seménticas de la lengua inglesa las Comparten todos sus hablantes. Son ex- Fiat St Prevos a Ia exstenci de las personas, las cuales. por ejom: aerate, tosume en otras. En general, Durkheim, utilizando una filosofia, Zaturalista de las ciencias sociales, suscribe la existencia de wm dualtons Saueturvaccién segin el cual, de alguna manere, el primer elemento actie sobre el segundo, Giddens demuestra la paradoja que conlleva exe visi6n Tespecto a la relacién entre accidn y estructura: to paradbjlco esque, cuanto mis se asocia exe condicionanteestactural con un modelo tls cleacis natorales, ms libres parecen los agentes (nalquera que sea el ‘margen avs Suncionamiento del condcionantedeje a la acc individual) Dicho de ‘modo, las propiedades eSéructurales de los sistemas sociales on come lae paredes de ‘Puede escapac pero en la que si puede moverse 8 su antojo (1984, p, 174), Giddens pretende superar este duaismo durkheimiano de estructuras y ments. En primer higar, considera que las estructuras son rastros de 1, dhe, on ue Sst consiantemente representados en las précticas sociales y 35) La paectencia, Son internas respecto a nuestras acciones (ibid, 25). La persistencia de las estructuras depende de esas manifestaciones re- Eulares Si dejaramos de hablar nuesto idioma, de alguna manera eve de aria de existir En segundo lugar, pare Giddens las estructures no son wre 10s ondicionantes, sino que también capacitan (ibid., p. 25). En cove ‘mente en su producciém» (1979, p. 70) En Giddens, el concepto de dualidad de la estructura descansa en la cee Pacidad de informarse, en el conocimiento técito y en la concieness prdcti- <2. Una de sus afirmaciones fundamentales es que las personas son cagen- ‘es informados» que saben mucho sobre le vida social, aunque no La teoria social contemporanea necesariamente de manera explicita. Tomemos de nuevo el ejemplo del len- ‘guaje. Sabemos hablar en nuestro idioma, en el sentido de que tenemos un conocimiento practico de cémo hacerlo siguiendo sus reglas gramaticales. Esto no significa que, para hablar con propiedad, tengamos que conocer ex- plicitamente nuestra lengua nativa, Por el contrario, el uso de este idioma se basa en formas de conocimiento técito e implicito. Sabemos c6mo hacerlo, cémo continuar, pero no tenemos por qué saber qué reglas estamos utilizan- do. Lo mismo puede decirse de otras formas de conducta gobernadas por reglas, Sabemos cémo comportarnos en puiblico, sin necesidad de explicar de forma discursiva las regias a las que recurrimos. Lo que Schutz denomi na «reservas de conocimienton o lo que Giddens califica de «conocimiento ‘mutuo» no es algo a lo que las personas afectadas puedan acceder de forma directa y consciente, Giddens, sustituyendo la tradicional distincién psicoa~ nalitica entre ego, superego y ello, defiende un «modelo de accién estratifi- cado» que propugna que hay que distinguir la conciencia prictica de la dis- ccursiva o del inconseiente. La diferencia entre los dos niveles de conciencia no es impermeable (una lleva fécilmente 2 la otra), pero sf lo es la que los separa del nivel inconseiente de las motivaciones 0 de! conocimiento. En este contexto, los conocimientos de las personas no sélo estén vinculados al inconsciente, sino que también lo estén a las condiciones no reconocidas y a las consecueficias no deseadas de sus acciones. Para Giddens, la conciencia prictica esti relacionada con as rutinas y con el caricter reversible que, desde el punto de vista temporal, tienen nuestras actividades cotidianas. En este punto es donde Giddens recurre a a etnometodologta y a Goffman (véase el capitulo 3). También hay simili- tudes, por ejemplo, con la obra de Garfinkel. En los experimentos que hizo este autor sobre el incumplimiento de las normas, las personas utili- zan marcos cognitivos que Jes permiten interpretar la realidad de forma gue dichos marcos se mantengan intactos, incluso en aquellos casos.en los que la realidad podria alterarlos. Aqui nos encontramos con un modelo-re~ currente similar al de Ia dualidad de fa estructura. Sin embargo, la inter- pretacién que Giddens hace de Garfinkel va més alld. Bn los experimentos relativos a la confianza que éste Ievé a cabo, Giddens ve pruebas de la existencia de una profunda imbricacién entre muchas de nuestras reglas sociales y cierto sentido ontol6gico de la seguridad. A través de estos ex: perimentos nos damos cuenta de que la alteracién del cardcter rutinatio de ruestras actividades cotidianas conduce a formas extremas de ansiedad:o cGlera. Giddens vincula esto con una peculiar lectura de Freud. Las rutinas minimizan las fuentes inconscientes de la ansiedad y, por lo tanto, dan una sensacién de seguridad ontolégica. En consecuencia, no resulta sorpren dente que las alteraciones de muestras rutinas produzcan los efectos deseri tos por los etmometodélogos. 186 liane Eas 5. La sociologia conoce a la historia aa comarca la istorio La dualidad de Je estructura de Giddens es esencial para su explicacién dcl problema de la integracién, que, segin él, precisa de un enfoque radi- calmente nuevo. En general, conlleva la «aeciprocidad de las précticas (de autonomfa y dependencia) entre actores y colectividades» (1984, p. 28). Sin embargo, las teorias anteriores no distinguian entre «integracién sociaby e <

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