You are on page 1of 15
7ERENCIA ENTRE VALORES EPISTEMICOS Y VALORES ee TE\DIEERE! SU SIGNIFICACION NO DEBE SER MAL INTERPRETADA) (y POR QUE S Resulta obvio que afirmar, como acabo ds a los valo. res epistémicos son también yalores Bo — ae diferencias entre los valores episiemmices y : ss hay diferencias incluso entre los diversos valores & ic en el Talmud, por ejemplo, la diferencia entre la din hesed (compasién) divinas es descrita a veces como en el interior del mismo ser de Dios. Esta imagen refl real: la compasion y la justicia son preocupaciones muy distintas, aunque ambas sean esenciales a la vida ética. La Preocupacién que esté —como es obvio— conectada con los valores que nos guian al escoger entre diferentes hipdtesis (coherencia, simplicidad, pre- servacion de las doctrinas anteriores, etc.) es la Preocupacién por «la descripcién correcta del mundo», que para muchos ha resul- tado ser lo mismo que «la objetividad». Si esto fuese cierto, no s6- lo entrafiaria que los valores éticos yl os epistémicos estan conec- tados con Preocupaciones distintas, si no también que los valores ticos no estan conectados en absoluto con la objetividad. Pero que haya De hecho, Os mismos; (justicia) yla UN Conflicto leja un hecho A IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR sf Para percibir la naturaleza del error es necesario, en primer u- gar, clarificar qué significa y qué no significa decir que los valores epistémicos nos guian enla bisqueda.de Ig.«comecta descripcion, del mundo» { Como sefalé Roderick Firth hace veinte afios, noes! auie fengamos modo alguno de saber que hemos alcanzado la-ver-( {dad aparte de nuestros valores epistémicos y que podamos, por asi }decir, hacer una prueba para ver con qué frecuencia;-cuando ele-( {gimos la teorfa mas coherente, més simple, etc., resulta ser-verda- {dera sin prestponer estos-mnismos estindares-de ereencia empirica | Posie: fs alicmacion cons lobelonie in seine la verdad Sobre el mundo escogiendo teorias que se caracterizan por su simplicidad, coherencia, éxito predietivo en el pasado, ete., ¢ incluso la afirmacién de que asi hemos hecho predicciones més exitosas que las que hubiésemos conseguido fiandonos de Jerry Falwell,* los imanes, los rabinos ultraortodoxos o, simplemente, de la autoridad de la tradici6n o de algin partido marxista-leni- nista, es ella misma una hipétesis empirica compleja que escoge- mos (0 que escogen aquellos de nosotros que lo hacen) porque nos hemos guiado por los mismos valores en cuestién en nuestras reflexiones acerca de datos y testimonios de investigaciones del pasado: no, por supuesto, de todas las historias y mitos sobre el pa-, ado que hay por el mundo, sino de los datos y testimonios reco] fgidos en los que tenemos buenos motivos para confiar segiin estos) tismos criterios de srecta razon. jecir esto no implica ninguna forma de escepticismo acerca de la superioridad de estos criterios sobre los proporcionados por (lo {que Peirce llamaba) el «método de la autoridad» y el «método de lo que resulta agradable a la razon». Aunque pueda ser una justi- * Jerry Falwell es un telepredicador norteamericano, muy influyente en circulos ul twaconservadores y conocido entre el gran publico por sus datribas mediatias contra feministas,abortstas, homosexuales, musulmanes,jucios, partidarios de las liberta- des civilesy un largo etcétera. Promueve la imposicion de la religion, tal como la en- tiende (una interpretacién slitralista» de la Biblia) en todos los Ambitos de ln vida piblica (tribunsles,escuelas, parlamento) Gel sida y los ataques terrorstas del 11 de septiembre del 2001 como castigo a las ion de sus costumbres (es decin por tolerar en @eix vicoTOMIA HECHONALOR (i DESPLOM! justificativa para la mayoria gsi estos valores epistémicos nite el mundo (0 mas correc. Jar, ain es lo bastante sivale a decit a0 va describir correctaime! ase een conjunt® alternativo de Valores ig sees algo que vemos a través del cris. jfica que esos valores admitan, Pero equ ficacion cite de nosotros que itiria hacer), .s. No signi tamente de lo témicas nos perm tal de esos mismo malo a unas in idea de que la descripcién correcta del se sla misma cosa ave “18 objetividad»? Esta idea descansa, a e muy claro, en la presuposicion de que Gobjetividady Ye encia con [os objetos (una idea qi ie Se Corres. jabra, por supuesto). Pero no son les como «El asesinato estémal» | de esta idea: como argumento en are lugar la verdad matematica y la verdad légica son igualmen- te ejemplos de sobjetividad sin objetos» » En efecto, muchos filé- te a aseveran que para explicar la verdad ‘matemética tenemos {que postular objetos peculiares (las Hamadas xentidades abstrac- ane Povo esto no es de ninguna ayuda, como podemos ver sie e egFuncionarian las mateméticas un apice peor de xtranos objetos dejaran de existir? abstractas» para dar cuenta {irman que nosotros (0 cual- eractuemos. con las.entins 0 de un mod sienitica corresponden ponde con Ja etimologia de la pal sélo las verdades normativas tal fas que siren de contraejemplos preguntamo To que funcionan si ¢50s © ‘Aquellos que postulan eentidades del éxito de las matematicas no al * quier otra cosa del mundo empirico) int dades abstractas, e cempirico, gno se sigue entoness n el caso de la verdad légi- jjégicas también tropiezan con dificul> ica central ca, las explicaciones ont tades bien conocidas, relacionadas con la nocién 163 de evalidezs."emunciadas. genuinas: cedyst raxto ‘Lo que estoy diciendo es que ya es hora de que dejemos de equi- parar objetividad con descripcion. Hay muchos ti 7 beans apropiados a sus funciones y cont . La de permitirnos describir el mundo es wna funci6m ext Fs eric mah) oo LA IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR 49 madamente importante del lenguaje; no es la tnica funcién, ni la tinica a la que le son aplicables preguntas como: «Este modo de realizar esta funci6n ges razonable 0 no lo és? ¢Es racional o irra- ‘cional? ¢Esté justificado 0 no?s. fart J Conceptos Ericos «pesos» | ¢o~ceptt> La imbricacién de hechos y valores no se limita, por un lado, a los tipos de hechos que los positivistas I6gicos reconocen como tales y, por otro, a los valores epistémicos. Pues lo cierto es que, si bien los positivistas I6gicos pensaban que «el lenguaje de la cien- cia» —como ellos lo llamaban—constitusa la totalidad del lengua- je «cognitivamente significative», su concepcién era, como he ar- gumentado en el capitulo anterior, profundamente errénea, De " hecho, tal concepeién incluso se autorrefuta, puesto que sus tér- aif minos filosoficos clave, «cognitivamente significativo» y esinsen- =>) tido», no son ni términos observacionales ni «términos te6ricos» de una teoria fisica, ni términos légicos/matematicos, y éstos eran Jos tinicos tipos de términos que podia admitir su «lenguaje de la éiencia»."' Si observamos el vocabulario de nuestro lenguaje en su totalidad, y no la parte diminuta que los positivistas légicos consideraban suficiente para la descripcién de los «hechos», nos encontraremos con una imbricacién mucho més profunda de he- chos y valores (incluidos valores éticos, estéticos y de todos los demas tipos), incluso en el nivel de los predicados individuals. EL tipo de imbricacién que tengo en mente resulta obvio cuan- do analizamos palabras como «cruel». Es evidente —por lo menos Para la mayoria de la gente, aunque algunos famosos defensores de la dicotomfa hecho/valor lo nieguen— que la palabra «cruel» tiene usos normativos, y, mas atin, éticos./Si alguien me pregunta ] qué clase de persona es el maestro de mi hijo y yo respondo: «Es ‘ngo necesidad alguna de afiadir: «No es un buen maestro» 0 «No es un buen hombre». También podria, por supuesto, decir: *Cuando no se comporta cruelmente, es muy buen maestro», pero no puedo decir simplemente: «Es una persona muy cruel y muy ae 50 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR tuen maestro», sin distinguir los aspectos u ocasiones en que es tuna persona muy cruel y 10s aspectos u ocasiones en que es muy tne Peraestro, De modo similar, no puedo decir sin mas: «Es una persona muy cruel yun buen hombre» y esperar ser comprendido, veisn embargo, «cruel» puede usarse también de manera pura: vente deseriptiva, como cuando un historiador escribe que cierto monarea er timen provocaron muchas tebeliones. «Cruel» simplemente jgno- ra la presunta dicotomia hecho/valor y se permite el lujo de ser ‘empleado unas veces para propésitos normativos y otras como tér- fexcepcionalmente cruel, o que las crueldades del ré- ‘ino descriptivo (de hecho, lo mismo ocurre con el término «cri- men»), En la literatura filos6fica, tales conceptos son Hamados a menudo «conceptos éticos densos». ‘Que los conceptos éticos densos son contraejemplos de la idea de que existe una dicotomfa absoluta hecho/valor es algo que se ha sefalado hace mucho tiempo, y los defensores de la dicotomia han ofrecido tres respuestas principales (la discusién resultante ha sido, a mi entender, de lo mejor del debate ético/metaético del pa- sado siglo, con destacados libros y articulos de Philippa Foot, Iris Murdoch, John McDowell y David Wiggins en los que se critica la dicotomfa, y réplicas de R. M. Hare y John Mackie, entre otros).!? Una respuesta es la incluida en la pregunta retérica de Hume «gDénde esta la cuestién de hecho que aqui Ilamamos crimen?» por crimen Hume entendia «gravemente erréneo»— y en su ne gacién de que pueda sefalarse tal «cuestién de hecho». Aceptar ‘su respuesta seria desterrar todos los conceptos éticos densos al mismo limbo de los «emotivos» 0 los «no cognitivos», donde Hu- me y sus seguidores desterraron los jtérminos éticos «finos» {0 amis finos»): «bueno», «deber, «correcto» y sus opuestos «malo», ano deber, «erréneo», al igual que «virtud», «viciow, «deber, «obl= gacién», etc.). Pero las palabras de este tipo son tan numerosas que ha habido una obvia resistencia a seguir a Hume, incluso entre os no cognitivistas (y sus parientes cercanos, los lamados «te6ti- cos del error»). Ni siquiera Hume estarfa dispuesto a clasificl ‘ejemplo, , «hdbile, sfuerter, «torpen no es en absoluto un término normativo es el siguiente. Empieza citando un ejemplo de Lawrence Kohlberg en el que un chico es- cupe a la cara de otro mientras ambos estén sentados en clase.!* La vietima del salivazo «golpe6 disimuladamente al otro chico sin de- jar su asiento». Cuando el maestro se apercibi6 de ello, el chico le dijo: «Maestro, le he pegado porque me ha escupido en la cara». E] maestro le contesté: «Lo que has hecho no ha sido de buena ed cacién, ha sido grosero». Cuando los chicos wuelven a sus tareas, el autor del golpe le dice a su oponente con una mueca: «De acuerdo, ha sido grosero». El comentario de Hare es el siguiente: «Espero que este caso convencerd a la sefiora Foot de que es posible aceptar que un acto satisface las condiciones descriptivas para ser lamado «grosero» sin comprometerse a evaluarlo negativamente, pese a que “grose- ro! es normalmente un adjetivo de evaluacién negativas. La posicin que defiende Hare es que un «adjetivo de evalua ci6n» auténtico, 0 sea, un adjetivo cuyo contenido semédntico es ue algo posee un valor positivo (0 negativo) intrinseco, es tal que cualquiera que use dicho adjetivo sin hipocresfa ni insinceridad debe estar motivado para aprobar (0 desaprobar) ese algo.'* Pero, como ha seftalado Elizabeth Anderson, 52 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR pees masivaciona de Hare noe razonable, Pars cuca go euente como auténtico nico de valor 0 aon para valor, debe ee umible reflexivamente. Pero los estadlos motivacionales reales we siempre son asuribles de modo reflexvo, Una de las Funciones, Ae tos juicios de valores hacernos notar cusindo nuestros estados cv tivasionales son deficientes porque no consiguen encajar con lo (que juzgamos bueno,|Baburrimiento, le debilidad, la apattay desprecio porunoamismo;tardesesperaci6n y otros-estados motiv, Glonales puederrhacerque alguier-no alcance a desearlo que juaga |Jueno 0 desee lo que'iuzga malo, Esto impide la identificacién, en Ta gue nsiste Hare, de juicios de valor con expresiones de deseos 7 preferencias reales.” : |Ademés, Hare no tiene en cuenta la posibilidad de que alguien dliga que algo tiene valor (positivo 0 negativo) pero que dicho va- Jor queda superado por otra cosa. Asi, el muchacho del ejemplo podria, si de mayor se hiciese filésofo moral, defender lo que dijo ‘con estas palabras: «Por supuesto, no estaba negando que la gro- serfa sea en general incorrecta. Lo que queria decir era que a veces tes correcto ser grosero porque la persona con la que se es grosero ha hecho algo para merecerlo». Es justamente porque «grosero> \. tiene fuerza.valorativa por lo que la observaci6n de que a veces es, ‘correcto ser grosero es apropiada, mientras que la observacién « es correcto ira un restaurante» no lo es. ‘Al tratar de la palabra «cruel», sin embargo, Hare parece favore- cer un anilisis de «doble componente», De hecho, reconoce que es- ta nocién ha sido considerada un caso de lo que aqui llamo sim- bricacién», pero su descripcién de lo que piensan los partidarios de la imbricacién resulta distorsionada por una curiosa proyec- cién de las propias concepciones de Hare en las de sus oponen- tes. Hare escribe: «Se esta sugiriendo que este tipo de accién es sino nos motiva- ra de este modo o no afectara nuestros sentimientos de alguna otra forma, no seria este tipo de accién (no seria, por ejemplo, cruel), De modo que hay propiedades que son en s{ mismas malas yy términos morales que son inseparablemente descriptivos ¥ Pres criptivos»."* de algin modo inherentemente motivacional: LA IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR 53 Como acabo de sefalar, sin embargo, los partidarios de la im- bricacion no sostienen que las palabras valorativas, sean densas 0 finas, satisfagan el equisito motivacional de Hare (basicamente, que tales palabras se comporten como los emotivistas afirman)."” ‘Lo que sostienen es que, si no compartiésemos de ningtin modo el punto de vista ético pertinente, nunea podriamos adquirir un co cepto ético denso, y que el uso preciso de estos conceptos requie- re la capacidad prolongada de identificarnos (por lo menos en la imaginacién) con este punto de vista./Esto no equivale a negar la posibilidad de que alguien sepa que algo es cruel y no esté mot vado para abstenerse de hacerlo; de hecho, alguien puede saber que algo estd mal y no estar motivado para abstenerse de hacerlo. Tras Ia observaci6n citada mas arriba, sin embargo, Hare argu. menta que «el hecho de que si usamos esa palabra estamos casi [sic] comprometidos con la valoracién, no entrafa que tengamos que usarla en absoluto para hacer una descripcién completa de la accion. Podriamos decir: “Se le hizo sufrir hondamente”, pero aadir: “En todo caso, no hubo nada malo en ello..."». Aqui Hare parece sugerir que el componente descriptivo de «cruel» es «hacer sufrir hondamentes y la «casi» implicacién valorativa es: «accién: que esta mal». Sea o no la pretension de Hare aplicar este enfoque de «dos componentes», la idea de tal descomposicién en su conjunto ha sido criticada, creo que con acierto, por mi mismo, por John McDowell” y antes ya por Iris Murdoch.” El intento de los no- cognitivistas de dividir los conceptos éticos densos en un «com- ponente descriptivo del significado» y un «componente prescript vo del significado» se fundamenta en la imposibilidad de decir cual es el «significado descriptivos de, digamos, «cruels sin usar |a palabra «cruel» o un sinénimo. Por ejemplo, con toda seguri- dad no es el caso que la extension de «cruel» (dejando la valoracién aparte, por asi decirlo) sea simplemente «causar hondo sufri- iento» ni tampoco, como Hare mismo deberia haber notado, esta libre de fuerza valorativa «causa hondo sufrimiento». «Sufrimiento» Ro sélo significa «dolor», ni chondo» significa solamente «muchfsi- mo», Antes de la introduecién de la anestesia, a finales del siglo x1x, Cualquier operacién causaba un gran dolor, pero normalmente los legit 54 gL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR 5 aban siendo crucles. Y conductas que no causan cirujanos no est crmabsoluto dolor percePuble pueden ser extremadamente crue. Jes. Imaginese que algui eliberado propésito de evitar que desarrolle un gran talento en igo, Aun cuando la victima nunca sienta un dolor manifiesto, es- fo puede ser extremadamente cruel, Como sefiala McDowell, jen corrompe a una persona joven con ef {i Parece razonable ser escéptico acerca de st maniobra de von agui concebida [el anélisis en un componente descrpt puede realizarse siempre; concretamente, separak yo y uno prescriptive] we tea de si siempre podemos aislar, respecto de cualquier concep- weet valor un rasgo auténtico del mundo —aplicando el esténdar propiado de autenticidad fo sea, el no cognitivistal—:es deci, un taago que siempre esta abt de todos modos, con independencia de {que la experiencia valorativa de cualquiera sea como es: que sea quello a lo que los usuarios competentes del concepto debe supo- saree que responden cuando lo usan: aquello que queda en el mun- flo cuando se elimina el reflejo de a actitud apropiada.— Como he sefalado, Mackie también analiza la palabra «cruel». Mackie argumenta que la idea sin més de propiedades valorativas tiene que ser incorrecta, a causa de la «extrafieza» que exhibirian tales propiedades," y afiade: (tra manera de mostrar esta extrafeza es preguntar, acerea de ‘cualquier cosa a la que se le suponga cierta cualidad moral abjeti- ‘va, cdmo esté conectada con sus aspectos naturales. ;Cual eslaco- nexién entre el hecho natural de que una accién sea un caso de crucldad deliberada —digamos, causar dolor solo por diversion—¥ l hecho moral de que es incorrecta? [...] Ni siquiera es suficiente postular una faculiad que «ver la incorrecei6n: hay que postular al- ‘£0 que pueda ver de inmediato los aspectos naturales que constiti= vyen la crueldad, ast como la incorreccién y la misteriosa relaci6™ de consecuencia entre ambas. [La cursiva es mia.) Hare percibié que los conceptos éticos densos plantean un PFO” Blemae intents enfrentarse ac Mackie seneillamente no ei2abl ‘ningtin problema, Para Mackie, «cruel» (y probablemente tambiet LA IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR crimen», el ejemplo de Hume) son sélo palabras para describir shechos naturales». Pero equé clase de khechos naturaless? Lo caracteristico de descripciones enegativas» como ecruel», también de descripciones «positivas» como evalientes, «modera- do» y «justo» (nétese que éstos son los términos que Sécrates for, zaba a sus interlocutores a discutir una y otra vez) es que para usarlas con algo de discernimiento hay que ser capaces de identifi carlas, por medio de la imaginacién, con un punto de vista valora, " tivo, Esta es Ta razén de que alguien que pensara que evalientes significa s6lo «que no tiene miedo a artiesgar la vida y la integr- dad fisica» fuese incapaz de entender la distincion socratica fun. damental entre la mera imprudencia o temeridad y la auténtica va. lentia. Es también la raz6n de que (tal como subraya Iris Murdoch. \ enun libro maravlloso, La soberanta del ben) siempre sea posible mejorar la propia comprensién de conceptos como simpertineacias © «crueldads. Pero esta dependencia respeeto de la evaluacion, in. cluso, de los usos era, en el fondo, simplemente algo de lo que po. diamos tener una «impresién sensorial» (0, en la version idealista subjetiva defendida por Berkeley y con la que Hume coquetes, un ‘mero complejo de cualidades sensoriales). Este crudo eriterio em. pirista fue reemplazado en el siglo xx por las diversas versiones de 1a teoria verificacionista del significado desarrollada por los positi- vistas légicos. Pero el desplome de los diversos fundamentos en que se sustentaban las primeras defensas de la dicotomfa hecho/valor incluida la teoria verificacionista del significado, no ha levado a. descartar a dicotomia, Allo que este desplome ha conducido es a un cambio en la natura. leza de los argumentos ofrecidos a favor de la dicotomfa. Hoy se la defiende cada vez mas desde fundamentos metafisicos. Al mismo tiempo, incluso los defensores de Ia dicotomia admiten que los vie- jos argumentos en su favor eran malos argumentos.* El fundamento metafisico més comiin es simplemente el fisica- lismo. Las versiones més elaboradas —por ejemplo, la de Bernard soa icoToMIA HECHO/VALOR x1 DESPLOME DE LS P 56 Ia prictica podamos funcionar con inns = aman in cde ins 8 Burn un vocabulario ras fundamental (que, Seztin 10s defensores de No obstante, segtin Williams, ¢] o, independientemente de todo cen nuestra cien versiones, ¢ esta =[y como es en sf mismn : ; ee. a J raede describirse usando fan sélo esos términos cien. soos fo xabsoluto» de Williams, es algo que hho, en el sentid tificos, Un hee! 10 en el vocal puede ser descrit destinada a «conv ruada investigacién. tulario hacia el que la ciencia esté or ay en el mite de su indefinidamente conti BEY nosotros sabemos como seré este vocabue aan els fin (pero una mejorad yperfeccionada), una ia ser emundo en termninos de cualidades primarias tic que dese’ é 4 ae ve. Escribe Williams: +El mundo en s{ mismo s6lo tiene cual] laades primarias»:* ¥ anade: Laconcepcién que he esbozado, vagamente peirceana, postilaa Jo sumo un limite ideal de certeza como el fin de la investigacién ‘aquella «fijacién de la creencia» a la que tal investiga: cientifica, postula la certeza como el punto del cidn tiende, De ningiin modo que ta investigacin se propone partir ni como el punto al eual de- temos suponer que ya ha llegado, ni nos es necesario creer que ruestras actuales concepciones fisicas son adecuadas o inamovi bles. Suponer, por otro lado, que no tenemos ni idea de la aparien- cia que tendrfa una fisica adecuada debilitaria irremediablemente «estas nociones —incluso la nocién de una concepcién absoluta, POF asi dectlo, empalideceria demasiado si aceptdramos eso.” . JiNotese como econcepcién absoluta del mundo» y «fisica ade= Buses se identifican en este pasajel Sin embargo, lo que se siete Gel clenanlenieanetaticen de Wiliam 65 6 absoluto una dicotomis Achat, sino nn dicotomin entre lo ques cabsoli- on verdadero con independencia de la perspectiv® Be estonia eppeinianally relativamente@ ee eens Por ejemplo, Williams no niega que as saat fies puedan ser verdaderas 0 falss; lose niega &S ‘is puedan ser verdaderas ofalsas con independenia de toda ne ettva. Asi la posicién que defiende Williams ha sido recalificada [A IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR 57 de «no cognitivismos, se la lama frelativismos) El eslogan es que las oraciones éticas pueden ser verdaderas, pero no abso. lutamentes verdaderas, sino slo en relacion con «un mundo sociad otros." Segiin Williams, «Pedro es cruel» puede ser verdadero en el mismo sentido en que lo es «La hierba es verdes, aunque siga siendo una expresi6n ética. La cuestién es que, para Williams, los enunciados fécticos de un lenguaje natural, como «La hierba es de>, no se tratan como poseedores del més elevado género de ad. Si digo que la hierba es verde, por ejemplo, estoy cierta- mente diciendo la verdad, pero no lo que Williams llama la verdad absoluta. No estoy describiendo el mundo tal como es «de todas maneras>, con independencia de todas y cada una de las «perspec- tivas». El concepto «verdes Y posiblemente también el concepto shierba», no son conceptos que la «concepeién absoluta del mun. do» usarfa para describir las propiedades de las cosas al margen de toda «perspectiva local».2* Tal como lo resume Vivian Walsh (refiriéndose tanto a las con- cepciones de Williams como a mis criticas publicadas sobre tales concepciones):"* Asi, segtin los nuevos dicotomistas, tenemos que esperar a que la ciencia acabada nos diga (presumiblemente en el leguaje artifi- cial por ella sancionado) qué cosas son absolutamente verdaderas, Putnam no tiene pelos en la lengua: «Esta dicotomia entre lo que es el mundo independientemente de cualquier perspectiva local y lo. que nosotros proyectamos en él me parece totalmente indefen- dibles.® [..] Es poco probable que el economista pretendidamente «positi- vo» [y también el jurista pretendidamente «positivo», aftadiia yo. HP] esté satisfecho con esta dicotomfa que se basa, no s6lo en un {argumento metafisico, sino en un argumento metalisico demostra- blemente malo, Pero hay una objeci6n mas prosaica que puede re- sultar ain mas convincente, Los economistas [y también los juris- tas, afiado yo. HP] no pueden permitirse ignorar el fracaso de una campatia publicitaria que intenta vender un tono de verde que los consuumidores rechazan, o los devastadores efectos sobre los pastos de una sequia sin precedentes. Las cosas que los consumidores [y los clientes} quieren 0 eompran, 0 que se producen para ellos, se 58 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR etigenorechazan en funcién de caracteristicas que, ea ‘OMO Se Puede faeilmente argumentar, no aparecerfan en «la ciencia acabaday, alguna ver legamos a tenerla, Son cosas cuyo devenir, al igual que fldela gente que hace afirmaciones morales, tiene lugar en el ade ‘erréncor de la dicotomia entre sciencia acabada» y cualquier org |cosadicha alguna vez por alguien. Mackie, quien como Williams simpatizaba con una expli fisicalista de los hechos, intenté aprovech segiin él poseen los juicios éticos: la de que no podemos hacer tn juicio ético, y pretender que sea un juicio ético sincero, sin expre- sar con él un deseo o preferencia reales, En tanto que las descrip- ciones de hecho no pueden, segtin Mackie, ser expresiones de de- seos y preferencias reales, se sigue que los juicios éticos no son descripciones de hecho, que es lo que se queria demostrar, Pero el origen de esta supuesta propiedad de los juicios éticos es claro: viene del antiguo emotivismo de los positivistas légicos. Para los positivistas l6gicos y sus seguidores emotivistas, la efun- cién» de los juicios éticos es precisamente la de expresar deseos y preferencias reales. Sin embargo, como seftala Elizabeth Ander- son en el pasaje que he citado antes (y como se sabe desde Aristé- ‘teles y sus escritos sobre la akrasfa o debilidad de la voluntad),| hay muchas razones por las que yo puedo creer sinceramente que Ge es bueno y-no estar motivado para desearlo 0 escogerlo, Sin embargo, Mackie no concluy6, como los emotivistas, que los juicios éticos son, semanticamente hablando, expresiones de deseo y preferencia. Adopté, en cambio, su famosa «teoria del ‘rror», segiin la cual «bueno» significa una propiedad tal que el conocimiento de que algo la tiene motiva necesariamente a la per= Sona en posesién de este conocimiento a desear o preferir ese al- 80. En tanto que, segiin Mackie, no puede haber una propiedad semejante, cada vez que decimos que algo es «bueno» estamos 6 metiendo un error (de hecho, un error metafisico: atribuir a algo ‘una propiedad metafisicamente absurda). La razén por la que, 20 obstante, atribuyo @ Mackie una influencia emotivista es que st Sreumento en favor de la absurdidad metafisica de la bondad des- Sansa en su descripcidn de cémo se usa la palabra «bueno», ¥ est LA IMBRICACION ENTRE HECHO Y VALOR wa én (como la de Hare) estaba fuertemente influida por el ‘Sin embargo, pocos filésofos contemporineos han aceptado la steoria del errors de Mackie (si es que alguno lo ha hecho). Las defienden los partidarios de una dicotomfa smo y relativismo. Pero posiciones que hhechoivalor son variantes de no cogniti el no cognitivismo se desmorona, como hemos visto, en cuanto hos apercibimos de lo que he llamado la imbricacién entre hecho y valor, mientras que el relativismo derivado del cientificismo con- fempordneo amenaza con meter muchas més cosas, ademés de os juicios éticos, en el saco de las verdades: validas slo desde una otra «perspectiva local». POR QUE ES TAN TENTADORA LA DICOTOMIA HECHO/VALOR? Hay varias razones por las que nos sentimos tentados a trazar una linea de separacién entre «hechos» y «valores», y trazarla de tal modo que tos «valores» queden completamente: fuera-del rei- no-dela-argumentacién-racional./ En. primer lugar, es mucho més facil decir «esto es un juicio de valor», en el sentido de que «no es més que una cuestién de preferencia subjetiva», que hacer lo que intentaba ensefiarnos Sécrates: indagar quiénes somos y cudles > son nuestras convicciones mas profundas, y someter estas convic- ciones a la exigente prueba de un examen reflexive. Como argu- ment6 Michele Moody-Adams en un importante libro sobre relati- vismo cultural, descartar la idea misma de una controversia ética sirresoluble racionalmente» no implica adherirse al proyecto de resolver de hecho todos nuestros desacuerdos éticos, sino a Ia idea de que siempre existe la posibilidad de debatir y examinar mas a fondo cualquier tema objeto de disputa, incluido el auto- ‘examen socratico que acabo de mencionar.’* Lo peordela-dicoto-_ |mfa hecho/valor es que en la préctica funcionacomo freno deta liscusién, y no s6lo de la discusién, sino-dei pensamiento. Pero ‘ay razones menos criticables para sentirse atrafdo por el relati- vismo, el no cognitivismo, la teoria del error y similares, asi como Por las otras versiones contemporaneas de la dicotomia. An dicotomua hechofraloe 2¢ convierle eur wu obs taeule Ate chscuscon 7 ddl pensasueusle a al el ie 60 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR raz6n, la de Bernard Williams, es que é sae ae una explicacién metafisica de la posibilidad det ca tafisico-epistemoléeieg! jo es que yo posea un discurso metafisieo, que explique cémo sé, por ejemplo, que la preocupacién por el bienestar de los demas sin consideracién de fronteras nacionales, étnicas 0 religiosas, y la libertad de palabra y pensamiento son me_ jores que sus alternativas, excepto en el sentido de ser capaz de ‘ofrecer los tipos de argumentos que gente normal, sin infulas me- “tafisicas y con convicciones liberales puede ofrecer y ofrece. liq snisma-de explicar-cémo-el.conocimiento ético-es posible en, 1érminos «absolutos» me parece ridicula/ Como admite Williams, parece imposible explicar en términos «absolutos» cémo es posi- ble el «contenido»: es decir, cémo son posibles ef pensamiento, la creencia y la referencia.® Pero decir que sélo pensamos que pensa- mos es absurdo (aunque ciertos autores de la Europa continental estarfan encantados ante la sugerencia). En efecto, la larga histo- ria de intentos frustrados de explicar en términos metafisicos c6- mo son posibles las matematicas, el conocimiento demostrativo (el lamado «problema de la induccién»), etc., sugiere que el fracaso de la filosofia en proporcionar una explicacién en «términos abso- lutos» de Jo que sea no permite sacar demasiadas conclusiones (ex- cepto, quizd, la falta de sentido de cierto tipo de metafisica). Otro atractivo, atin mas respetable, es el que encuentran aque- Mos que temen que la alternativa al relativismo cultural sea el im- perialismo cultural, Pero\reconocer que nuestros juicios preten | den poseer validez objetiva y reconocer que estén conformados | [Por una cultura y una situacién problemétiea particulares nos" cosas incompatibles/ Y.e i @ solucién no es ni abandonar la posi- idad misma de discusién racional ni buscar un punto arquimé dico, una «concepcién absoluta» ajena a todo contexto y situacion problemética, todasuaia dati sino —como Dewey ensefié a lo largo

You might also like