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CULTURA Y ECONOMIA : 1 ensayo JUAN MARTINEZ BORRERO El caso de la fiesta campesina en la provincia del Azuay, Andes ecuatorianos Entrevista con don Celestino Quizhpe en Llacao el dia 20 de Septiembre de 1982. Don Celestino Quizhpe es sastre de profesion, en su taller confecciona obras para los. habitantes del pueblo, se especiali- za en sacos y pantalones de hom- bre aunque cose también polleras y otro tipo de ropa. Trabaja con un ayudante joven con quien tiene un nexo de parentesco no inme- diato. ‘Vive en una casa de dos pi- 0s, a unas dos cuadras del parque central. La casa tiene techo de zine y esta pintada de colores muy vivos. Su taller ocupa la mitad de la planta baja, Posee una maquina de coser, plancha eléctrica y otros artefactos para la profesion. ‘Tiene alrededor de 65 aflos y segin el Teniente Politico, cosa ‘que se confirm6 durante la entre- vista, posee muchos conocimien- tos acerca de las fiestas. El expres6 que ya no parti cipa en la fiesta después de 47 aiios de haber participado en ella activamente. Durante mucho tiempo actué como cabeza (cabe- cilla, prioste) de las fiestas del pa- tron’ del pueblo, San Lucas, que se realizan durante el mes de Oc- tubre. Seftalé que las deudas exce- sivas y el alza del costo de la fiesta le han impedido continuar partici- pando, Calcula que él personal- mente gastaba no menos de sesen- ta o setenta mil sucres cada ano y que hoy de participar deberia gas- tar no menos de cien mil sucres. La fiesta era organizada por cuatro “‘cabezas”, una de las cua- les era Don Celestino, que partici- paban en las escaramuzas y contra: danzas en honor del Santo patro- no. Cada uno de ellos debfa esco- ger a quienes participarian en los “juegos” y sin seguir al “cabeza” para formar las figuras en Ja plaza, frente a la iglesia. Cada “cabeza” era directamente responsable de a organizacion de los juegos y debia incluso controlar la bebida de sus jugadores para que no se cayera en excesos perjudiciales. En la actualidad todo al pueblo, segtin lo expresa, se intere- sa por la fiesta y ya no solamente el anterior grupo limitado de per- sonas, El mismo parroco reconoce Ja importancia que tiene para el pueblo, en especial econdmica, Por la Participacion de individuos de los alrededores y gente de la Costa y de otros lugares. EI se separé de la organiza- cién de la fiesta por razones perso- nales, existian rencillas con los otros tres “‘cabezas” y él como hombre pasivo prefirié retirarse antes que tener mayores proble- mas. _Sefialé que los otros tres eran “‘ricos” y que a eso se debia su interés por desprestigiarle ya que 61 era una persona querida por todo el pueblo. Cuando él se sepa- 16 hubo problemas porque mu- chos individuos participaban en la fiesta por su relacién personal con 41 y luego no quisieron participar mis, entre ellos algunos deportis- tas y los miembros del club San Lucas que representaban sainetes y comedias durante los dias de la fiesta y a los que organiz6. Su _participacién era tam- bién notable en conseguir las ban- das de mésica en la zona, los ta- blados y decorados en los salesia- nos y sirviendo como garante para el alquiler de los disfracesy ropa para la fiesta. ‘Su preoeupacién era cons- tante por impedir que quienes par- ticipaban en los juegos a caballo estuviesen borrachos; para conse- guirlo prohibfa a aquellos de su grupo montar si bebjan, A pesar de haber abandons- do la organizacion de la fiesta en Jos Ultimos afios, esté deseoso de volver a participar, quiz4 el proxi- mo afio, si las “circuhstancias” le permiten. Insiste en la dificultad econémica que representa la parti- cipacién en las fiestas. Algunas de sus frases acerca de la situacién fueron: “Por la fe se llega a la devocién y por la devocién a la diversion” Gustifi- cando el motivo religioso de las fiestas). “Si no quiere, su mereé, ce- Jebrar la misa para mi, més batato y con mejores oradores me han de celebrar en la ciudad” (al cura que, Iuego de su negativa a partici- par en la fiesta, le amenazé con el enojo de San Lucas). “Los devotos que vienen de los alrededores compran velas y entonces la tienda vende més, de- ben comer y entonces es un buen negocio y pagan por las misas, en- tonces es un buen negocio para el curita porque la misa de fiesta es, més cara. La fiesta es buena para el pueblo” (quienes se benefician de la fiesta). La fiesta frente al sistema de mercado.- Al igual que en otros lugares de la provincia y del pais hay una mareada tendencia hacia la decli- nacién de la fiesta. Si Ia entende- ‘mos como una ceremonia partici- pativa, comunitaria y de redistri- bucién puede considerdrsela como un mecanismo para mantener el equilibirio econémico del grupo y que otorgaba, a cambio del gasto, un estatus elevado a las personas que en ella participaban como priostes, costeando la fiesta. Era dificil Ia acumulacién de bienes, por la obligacén de redistribuir los bienes entre los miembros de la comunidad. Esto se produce den- tro de una sociedad autosuficiente y que précticamente no participa el sistema econémico de merca- do. Al produeirse cambios dentro del grupo por el acceso de este ala economia ciudadana (en este caso conereto de Cuenca) se rompe el equilibrio que se ha mantenido y Ja redistribucién no es suficiente para reestablecerlo. Esto explicarfa la actitud de negarse a participar por las deudas que se producen (ef Llacao y Cumbe) frente a los individuos considerados “ricos”, es decir que Por su participacién en un sistema de produccién diferente han logra- do acumular bienes y para quienes la fiesta ya no representa una acti- vidad redistributiva, porque no se produce la igualdad, sino dnica- mente de estatus. En este plano aquellos indi- viduos que tradicionalmente orga- nizaban la fiesta se colocan en un plano de frustracién frente a ella por las nuevas condiciones en que se realiza y es posible, lo que habrfa que demostrar, que los “ri- cos” (por la mayor posesion de bienes) tienden a extremar el gas- to, lo que para ellos no representa problema, ‘‘modemizando” la fiesta y “rompiendo” de esta for- ma a los priostes tradicionales. Para esta breve vision no conside- ramos a fondo Ia importancia que, sin duda; tienen aspectos como el deterioro de los sistemas de dis- ‘tribucin de la propiedad, el répi- do proceso de aculturacién en los grupos rurales, el poco significado econémico de los oficios artesana- Jes, la transformacion de los siste- mas de relacién familiar y paren- tesco y otros aspectos. Dentro de este contexto y, por tratarse de una fiesta religiosa, resulta imprescindible considerar Ia posicién de Ja iglesia, represen- tada en el pueblo por el cura rroco, al margen de su posieién dividual que es también importan- te, Es posible que la iglesia, en el plano ya sefialado, intervenga como un ente que desvia del gasto en su propio beneficio, con lo cual la redistribucién de bienes se cum- ple en la propia comunidad pero deriva hacia la acumulacién en la iglesia, Esta funcion se la cumple fundamentalmente en el sistema tradicional de fiestas y es evidente que también ha sido afectada por el cambio en el sistema de relacion social. La actitud de los parrocos de impedir, en un buen niimero de casos, las formas mas tradicionales de la fiesta podria estar en rela- cion con dos factores, el hecho de que ya en las circunstancias actua- les no se produce un beneficio ha- cia la iglesia y porque los curas ru- rales de mentalidad moderna no consideran a la fiesta de acuerdo con su concepto de labor pastoral. Se pueden anotar algunos de los factores que determinan a- demés el que la redistribucién no se produzea en la comunidad sino que tienda a beneficiar a sujetos que participan en la economia de mercado. Los vestidos y ramos que los participantes en las ceremonias emplean, como en el caso de las, escaramuzas y contradanzas, nun- ca han sido propiedad de todos los. que actitan en ellas, por lo general algunos de los priostes principales , 7 © fiestalcaldes, como en el caso que comentamos hace muchos afios el propio Don Celestino, Posefan 10s costosos vestidos y adomos que los alquilaban a los demés, En Ia actualidad existen centros de alquiler de ropa fuera del niicleo poblacional a los que se acude para conseguir la indumen- taria necesaria para la fiesta. De esta forma los recursos econémi- eos que, de alguna manera, se reinvertfan en el pueblo, son ahora gastados fuera de él, cominmente en centros urbanos. Esta claro que, incluso en muchas ocasiones, se da una deformacién especifica de conceptos y se considera que la ropa alquilada en la ciudad pro- porciona mayor “elegancia” y por ello un estatus mas elevado al individuo con respecto a los demas articipantes en la fiesta, La mayorfa de las ceremo- nias festivas debia realizarse a ca- allo. Casi todos los habitantes de aun factor fare Gamentat para et una zona rural posefan un animal de estos. Sin embargo, en la actualidad deben alquilarse en z0- nas que distan algunas horas del pueblo, ello implica el gasto en el transporte hasta el lugar en que se alquilan los animales y luego el mantenimiento del cuidador en el pueblo durante los dias de la fiesta, Este sistema parece, in- cluso, en ciertos casos, haber fun- cionado dentro de los limites de intercambio de bienes entre gru- pos relacionados. De acuerdo a los informes obtenidos en Llacao sabemos que los caballos se alqui- Jan o alquilaban en zonas cereanas ala ciudad de Azogues y desde a- Ili venfan los cuidadores con sus 2- i ‘A su vez, ellos en retri- 1, por esta causa y otras, ce- lebraban su propia fiesta en el pue- blo de Llacao, en la que no parti- cipaba la comunidad sino los visi- tantes. Cada vez es mis frecuente, sin embargo, el que los caballos se alquilen a otras personas o ain a Jos grupos militares de caballerf Otro de los elementos en que podia observarse claramente la interrelacién de grupos rurales, era en el de la participacién de las bandas de miisica 0 musicos indi- viduales. Estos podfan ser del propio pueblo o de los anejos 0 ca- serfos cercanos. Su participacion se enmarcaba, éntonces, dentro de las Iineas generales de intercambio que implicaba, como en el caso anterior, una ted més amplia de distribueién en zonas geograficas extensas. Estos hechos demuestran la existencia de factores de relacion muy considerables y est claro que el andlisis de la situacién indivi- dual de cada lugar deberia comple- tarse con el estudio del sistema ge- neral de participacion social en el area o regién. Lo més generalizado en las fiestas de los iiltimos afios, sin po- der por el momento precisar su extensign en el tiempo, es la par- ticipacion de bandas de misica, ‘orquestas y conjuntos ciudadanos © netamente profesionales que son contratados con un costo muy al- to por los priostes de la fiesta. Este factor se interrelaciona claramente con el nuevo enfoque que se intenta dar a ciertos aspec- tos de la fiesta del pueblo, en espe- cial su apertura hacia actividades deportivas y galantes que dotan a los festejos de un contenido dife- rente. Estos elementos se mani- fiestan con mucha fuerza de mane- ra que casi se asiste a dos festejos paralelos en determinadas ocasio- nes. Sin embargo, como en otros casos, los contactos se mantienen con caracter reciproco, pero ya no con los grupos originales sino, por el contrario, con grupos con los que se han establecido relaciones econémicas recientes. (Ast, por ejemplo, en Cochapata, provin- cia del Azuay, el programa de fes- tejos en honor a la Virgen del Ro- sario contempla el dia domingo 0 “gran dfa de fiesta” un encuentro deportivo entre veteranos de Cuenca y Santo Domingo de los Colorados y otro entre jugadores de Zamora Chinchipe y Quito para los cuales, ademés, existen respon- i sables directos). Quedaria_ por comprobarse, lo cual parece bas- tante probable, si este tipo de en- cuentros deportivos 0 torneos guarda relacion con la emigracion campo-ciudad y es, por lo tanto, una nueva forma cultural de man- tener la identidad local. Conside- rando la especializacion en la pro- duccién de determinadas comuni- dades y reealeando en la no parti- cipacion de estas en un sistema de mereado, al menos en lo que se re- fiere a ciertos elementos de inter- cambio, las. fiestas, ademas muy numerosas y frecuentes, se con- vierten cuando se realizan en me- dios también de contacto social (habria que considerar su relacion ‘con los sistemas de matrimonio y parentesco) y de intercambio eco- nomico. Las fiestas actuales en algu- nas parroquias y caserfos de la provincia del Azuay comparten la mayoria de los elementos con las fiestas tradicionales, pero, lo que resulta muy claro, mientras mayor es su cereania a'centros urbanos importantes, més rapido es el dete- rioro de su’ sentido original y el proceso de aculturacién. Creemos que este deterioro se debe en gran parte a que las fiestas han dejado de cumplir con su funcién original de reafirmacién de las relaciones sociales y de redistribuciOn de bie- nes ya que esta ha sido sustituida por otro tipo de mecanismos deri- vados del sistema mercantil de intercambio con todo lo que esto implica. El deterioro del significado de las fiestas se relacionarfa mas directamente con los grupos que estén en una posicién menos defi- nida de mantenimiento de las tra diciones culturales (y por tanto econémicamente significativas).. Estos grupos podrian definirse por algunas condiciones, siempre dentro de nuestro plant miento que se refiere a la provi cia del Azuay. Estas caracteristi- cas conforman, de manera general, la definicion de los grupos rurales a los que pueden aplicarse, salvan- do casos particulares, las condicio- nes que anotamos. Bxisten vias de comunica- cidn con poblados de importancia econémica, generalmente estas permiten un acceso més 0 menos sencillo a los centros de influencia, con todas las consecuencias que esto produce y, para el caso que nos ocupa, con la posibilidad de acceder a centros de intercambio mercantil, en los que puede ofre- cerse Ia fuerza temporal de traba- Jo. Estas comunidades rurales son generalmente bilingties 0 hispanchablantes, Io que esté en relaci6n directa’ con su grado, variable de mestizaje cultural (Aunque quizi en este caso el término no se lo puede usar con un sentido exacto ya que se deberia plantear la significacion de un “‘mestizaje” reciente frente a formas mestizas tradicionales. Es- te aspecto es de interés para nuestro andlisis). Un factor interno, ligado di- Las formas de parte, {eae compiee a oman, cumbe, rectamente con las formas de ex- plotacion agricola y organizacién social, es la marcada division de la propiedad y el empobrecimiento del suelo, Esto se debe entender como un fenémeno de causs-efec- to simultaneo y en relacion con el crecimiento de la poblacién, los métodos negativos de explotacién del suelo y, por supuesto, la pre- sidn del sistema econdmico sobre las poblaciones rurales que no pueden mantenerse en su posicién de autoabastecimiento regional ‘con sistemas tradicfonales de inter- cambio, El acceso a las formas de intercambio en los mercados ciudadanos es, en ocasiones, diffeil ara una gran mayorfa de la pobla- ceidn, en especial para las familias € individuos que viven fuera del cen- tro del poblado, pero esto suele solueionarse con el acceso a for- ‘mas intermedias que incluyen fe- rias ocasionales en el centro pobla- do con la participacion de comer- ciantes ambulantes de caricter profesional que provienen de centros citadinos y que levan sus productos, generalizados, de lugar en lugar. De esta manera, parte de Ja feria de la ciudad “acide” alos pueblos. Los programas de electrifi- cacién rural permiten el acceso a nuevos sistemas de comunicacion piblica que sustituyen, al menos parcialmente, al radio que es ya tradicional. Si bien los sistemas de radiodifusion mantienen formas estereotipadas de comunicacin, 10 las radios populares se han conver- tido en una forma fundamental de intercambio de mensajes informacién entre individuos rela- cionados, La television, por el contrario, esta fundamentalmente orientada a grupos urbanos y seria interesante conocer su incidencia y consecuencias en zonas rurales. (Wste fendmeno tiene particular importancia en zonas de intensa ‘emigraci6n hacia el extranjero). Estos factores y otros que podrian sefialarse determinan un intenso proceso cultural, el que no debe entenderse como proceso de integracién a los grupos domina- tes, sino més bien como un proce so en el que deberian diferenciarse Factores que determinan esta inte- gracién; la desintegracin cultu- ral, que en ciertos niveles podria conducir a un nivel de anomia social, y una activa creacion de formas culturales nuevas orienta das a la soluci6n de las situaciones de tensién. Ademés, hay que sefialar que las fiestas, que se realizan en los lugares cuyas condiciones ano- tamos, pueden caracterizarse por factores diversos que, en altima instancia, determinan’ el que las consideremos como redistributi- vas, comunitarias y participativas, La participacién colectiva se expresa en diversas maneras, pero especificamente por las agrupacio- nes en torno a los priostes. Estos tienen la obligacion de organizar y costear la fiesta, hasta cierto pun- to, lo que se relaciona con el as- pecto de redistribucion que hemos sehalado. Este tipo de fiesta esta en relacion directa con los patro- nes religiosos del pueblo o los san- tos de importancia que se veneran. La celebracién, a pesar de la obligacién directa de algunos indi- viduos, es considerada como del pueblo y por ello todo el grupo, en mayor o menor forma, partici- pa de ella. Esto la diferencia de otro tipo de fiestas en las que la participacién se relaciona con gru- pos especificos con lazos determi nados. Existe un consumo intenso de comida y bebida, especial- mente puercos, terneros, cuyes, chicha y trago, durante varios dias a cargo de los priostes y de los in- vitados. Intervienen formas, aspecto que comparten con otras fiestas, que refuerzan 1a relacion con la propiedad, la fuerza masculina, la cosecha, la sangre, la coparticipa- cin, que pueden servir como ele- mentos de desahogo social sancio- nados culturalmente (loas, saine- tes, coplas, peleas, el “gallo piti- na”). Si consideramos que las condiciones que impone el siste- ma de mercado son irreversibles, al menos dadas las circunstancias locales, puede afirmarse que la pérdida de significado de este tipo de fiestas continuaré acelerada- mente y si es que se mantienen se- ria asumiendo una funcion diferente de la que han posefdo tradicionalmente, Respecto a ello vale la pea sefialar que el signifi- cado o funcién de las formas ex- presivas varia mucho més que las formas en si. Este planteamiento tedrico, valido para los grupos definidos en el Azuay, deberfa complementarse con un planteamiento explicativo del sentido de las fiestas © signifi cado, de acuerdo a un anilisis si miolégico de ellas. Si se contintia hasta deter- minar el origen mismo del sistema econémico del cual la fiesta es una parte importante, habria que de- terminar cuales son, o han sido, las condiciones de productividad que hacen necesario un sistema de redistribucién de bienes y habria que emprender, necesariamente, un anilisis histérico de los grupos comprendidos dentro del proble- En qué momento se produ- jo el cambio del sistema de autore- gulacién a.un sistema artificalmen- te 0 costosamente mantenido, se derivaria de este anilisis histérico, pero habria que anticipar, como lo hemos explicado, que estaria en ima relacion con el proceso de cambio econémico. Frente a esta consideracion surge el concepto, mantenido co- ménmente, del priostazgo como institucin’ de explotacion a los campesinos, mestizas e indios. Las circunstancias que permiten a- nalizarlo de esta manera se refie- ren comiinmente a la situacién de miseria que se deriva del gasto des- medido durante la o las fiestas en el aio. Se plantea que, casi nece- sariamente, el individuo nombrado prioste, o que lo es por tradicién, adquiere deudas que luego no las puede pagar y por las cuales debe trabajar para el patron. Sin em- bargo, cabria afirmar que el gasto del individuo, en cuanto “derro- che” y que le liga a la deuda, se Gistribuye entre el grupo y asf una © més personas asumen el peso econémico y la responsabilidad frente a gastos que se han realiza- do para la comunidad. Desde un punto de vista eri- tico habria que probar si la institu- ccién del priostazgo fue mantenida artificialmente por la Iglesia y los terratenientes como medio de con- trol, basindose en su anterior caracteristica de redistribucién. Habria que conocer porcen- tualmente la cantidad que de lo gastado beneficia al sefior o a la Iglesia, cuanto se origina en la pro- pia produecién y de qué manera esto se redistribuye, también, en la comunidad. Podria explicarse, como concepto general sujeto a variaci nes particulares, que esta transfor- macién de la funeién redistributi- va de la fiesta en mecanismo de explotacion estarfa sujeta a la existencia de un fuerte sistema de hacienda que controle también las formas econdmicas internas de Ia comunidad a las que nos referimos pero podrfamos afirmar que esto rn 12 no se produce en ellas. La consideracién de la fiesta como sistema de explotacion se deberia estudiar en otras comuni- dades, quiz caracterizadas de ma- nera diferente, partiendo de lo que consideramos’ como su funcion original. De cualquier forma, aunque no se llegue a convertir en un siste- ma de explotacién, se tiene que mencionar la importancia que asu- me el que la fiesta sea religiosa y en honor del santo de la comuni- dad. Esto determina la interven- cin, como ya lo sefialamos, de un “tercer participante” en Ia fiesta: cl santo y por tanto la iglesia. Pe- ro, a pesar de lo que se sefiala ha- bitualmente, la cantidad de bienes, de diferente clase, destinados al beneficio del santo parece haber sido insuficiente y se manifestaba, en especial, en las cantidades que se entregaban al cura parroco para la celebracin de misas solemnes. El resto como lo sefialé algin pé- rroco “era humo” y no beneficia- ba directamente al clero. Si era el santo patron y su imagen venerada lo que justificaba la fiesta, y por tanto el gasto, ca- da uno de los priostes o fiestalcal- des contaba con ‘‘su” propia ima- gen a la que se veneraba en su casa Yy para la que se adornaba un cuar- to especial con flores y guimaldas, de la misma manera que en la iglesia, Ineluso, 10 sefialan algunos informantes, las comilonas del grupo se realizaban en el mis- mo cuarto que se habia adornado para el santo, de manera que este presidia el banquete y lo justifi- caba. La funcién de la fiesta, co- mo mecanismo de redistribucion de bienes, esta en relacién directa con una serie de complejas formas culturales que se interrelacionan y entre las cuales juega un papel fun- damental la religion y el estatus social. Otros elementos a conside- rarse en este anélisis sorfan: 1a in- fluencia del sistema monetario en las formas tradicionales de Ia fies- ta; la intencionalidad de mantener mecanismos arcaicos por parte de grupos econdmicamente dominan- tes; la funcion de la fiesta como sistema de interrelacién entre los miembros del grupo y con los miembros de otros grupos y las di- ferentes formas sociales a las que da origen 0 contribuye a reforzar. Se puede distinguir para efectos del anilisis algunos de los grupos o niveles entre los que se establece la relacién para la fiest los priostes y participantes direc- tos por amistad o parentesco (por ejemplo todos los que participan en la escaramuza 0 gufas); quie- nes por su situacion economica so- lamente acuden a la fiesta como espectadores (0 por situacion de estatus) y colaboran para la fiesta particular con bienes (y por ello también gastan en la fiesta); quie- nes solamente acuden a la fiesta ‘como espectadores y no participan en la fiesta del prioste con bienes (los que estarian obligados a hacerlo en cuanto su. situacion econémica lo permita). Se plantea necesariamente, en este nivel del conocimiento del complejo fiesta mestiza, el real sig- nificado del sistema de redistribu- cién de bienes dentro del grupo. Una caracterizacion de la fiesta.- Cudles han sido las motiva- ciones histéricas que han determi- nado el surgimiento de la serie de rrasgos enumerada, Por qué el tipo de sociedad mestiza andina debid desarrollar_ un sistema redistribu- tivo de bienes. Qué consecuencias sociales y econémicas de caracter general pueden observarse a partir del empleo de la fiesta como un medio de impedir la acumulacion individual de capital o bienes. De qué manera la estructura social se ve afectada por el sistema gene- ral de la fiesta. En qué sentido la situaciOn interna de cada comuni- dad puede relacionarse con la si- ‘tuacién de otras comunidades ve- cinas 0 no. Cémo afecta este sistema a la posicion de la comu- nidad frente a los grupos econémi camente dominantes y si estos tie- nen alguna responsabilidad directa en el mantenimiento del sistema de redistribucién. Harris (1978, cap. 3) se re- fiere con cierta amplitud a estos planteamientos y cita ademas a Wolf (1955). Segin este altimo algunos de los rasgos que caracte- rizan a las comunidades indias de la regi6n montaiiosa (en el sentido cultural) son: una intima interre- lacién entre las actividades politi- cas y las actividades religiosas; én- fasis en el prestigio derivado del despliegue comunitario; normas de consumo culturalmente reconoci- das que excluyen las alternativas culturales; esquema de rechazo a lo novedoso; culto a la pobreza; un sistema de envidia instituciona- lizada que conduce a la restriccién de las normas de consumo y a la nivelacion de las diferencias econémicas dentro de la comuni- dad. Si seguimos este plantea- miento hay algunos puntos coinci- dentes con lo que habiamos expre- sado en relacion a las fiestas mesti- zas-indigenas del Azuay, sin em- bargo, falta una explicacién causal (aceptando que una explicacion de este tipo pudiese ser valida) que trascendiese la dltima afirmacién del “sistema de envidia institucio- nalizada” como mecanismo para la nivelacion de las diferencias econémicas. Harris plantea el que “los principales, 0 personalidades del grado tope, son siempre individuos que han tendido un record distin- guido como otorgadores de fiestas y. tenedores de funciones civiles”” (4973: 47). Alude ademas a la ne- cesidad de una explicacion final del sistema de fiestas que plantea- se coneeptos mas allé de una expli- cacién de su estructura, En referencia al carcter igualitario de redistribucion de 13 14 bienes del complejo de fiesta, Harris considera la existencia de dos factores que limitan su aplica- cion: “aunque el sistema de fiesta tiende a colocar un limite mas alto a la cantidad de capital que un indio puede acumular como indi- viduo, no ha impedido jamas la formacion de diferencias socio-e- conémicas bastante agudas dentro de las comunidades indias” (1978: 51), y més adelante expresa “lo cierto es que los argos no acarrean la ruina eco- nomica de nadie” (1973: 52). En este contexto, para Harris, la explicacion final del sistema redistributivo que caracte- riza a la fiesta religiosa, debe bus- carse en la politica colonial cuya finalidad era mantener a los indios en una situacion “explotada y de- grada”. “Lejos de proteger a las co- munidades indias contra la enco- mienda, el repartimiento, el peo- naje de’ deuda, los impuestos exce- sivos y las contribuciones, el siste- ma de fiesta era una parte integral y constante de los mecanismos por Jos cuales estas influencias nocivas se abrieron camino hasta el propio corazén de las aldeas”” (1973:52) De acuerdo a este plantea- miento, las ceremonias, los fiestal- caldes y demas priostes y toda la jerarquia religiosa y civil son expresiones directas 0 indirectas del vasallaje econémico y politico El oasto desmediao fap impesiao is Formato de grupos que caracterizaba a la poblacién india, ‘Todo el sistema general de organizacion se orientaria hacia impedir la formacién de un verda- dero poder politico que colocase a la situacion en manos del indio. Harris llama al sistema “artificio” para referirse a su ninguna relacion con formas locales indigenas que pudieron haber sido aprovecha- das por el gobierno imperial. El sistema, ademés, debe funcionar en gran medida por la propia aceptacién 0 consenti- miento de los miembros de la al- dea de la obligacién de participar en Ia fiesta con un cargo y el rechazo social a quienes no acep- tan su obligacién. “Si alguien ha dado una fiesta y ha sufrido las consecuencias econémicas, no ve con ecuanimidad la perspectiva de que otros en la aldea dejen de asu- mir sus propias participaciones en el cargo” (:p. 57). El sistema favorecia origi- nalmente a la iglesia, pero luego de Jas transformaciones republicanas se orienta hacia el beneficio del sistema de hacienda, convirtiéndo- se en un mecanismo que favorece el peonaje de deuda, con el que se aseguraba la dependencia del cam- pesino Algunas de las consecuen- cias, observadas por Harris en el anilisis de la cuestion son: el impedir la aparicion de jefes nativos genuinos porque se impide Ja_acumulacién de recursos de capital; mantenimiento, por medio de esta riqueza, de la jerarquia de Ja Iglesia; estimulacion del ingreso del indio como mano de obra fuera de la aldea; y, por ultimo, incremento del indice de transac: ciones comerciales entre indios y no indios. Hasta qué punto estas anotaciones pueden aplicarse a fiesta de earécter mixto indio-mes- tizo, como las que analizamos pre- viamente, debe considerarse. Los rasgos que el mismo Harris anota en referencia a las fiestas mestizas parecen, en un primer anilisis, ser inaplicables a las fiestas estudiadas en la region. Nos referimos en es- ecial a su afirmacién de que las fiesta mestizas tienen, a diferencia de las indigenas, una tendencia acumulativa que puede observarse en el afan con que se buscan los cargos por su significado econ6- mico que permite la acumulacién de capital, a diferencia de la reti- ‘cencia que caracteriza a los indios ara aceptatla por sus consecuen- cias secundarias. Sin embargo, pese al claro anilisis que presenta Harris, se pueden observar algunos cabos sueltos en asuntos que no poseen una respuesta adecuada y el hecho de que la situacién en las fiestas locales, como la de Llacao, (véase mis arriba) no puede caracterizar- se claramente dentro de los paré- metros que establece para la defi- mn de sus caracteristicas, Algunos de los asuntos sin 15 16 resolver se refieren a los mecanis- ‘mos empleados para la imposicion de la fiesta, Parece algo aventura- do negar el caracter prehispanico de algunas manifestaciones (como en Foster 1960), en especial en fiestas indigenas én las que parte de la celebracién se relaciona di- rectamente con un eulto encubier- to a la Buaca de los antepasados, que, ademas, se lo realiza al mar- gen de la celebracién en si misma (cf. las celebraciones religiosas del grupo Salasaca de la Sierra norte Gel Beuador). Queremos con esto sefialar que las similitudes no sola- mente son estructurales sino de contenido. Este problema esta en relacion con la aceptacién de la fiesta _y sus implicaciones, como un mecanismo redistributivo que, aparentemente, s6lo posee conse- cuencias negativas para el grupo. Lia pregunta que surge de inmedia- to es la de si la estructura colonial fue tan poderosa, o tan inteligen- te, como para crear un sistema artificial, completamente negativo, que no produce ventajas tangibles de ningiin tipo para el indigena y que debia ser aceptado sin oposi- cién posible y, hasta parece, de buen grado (sin referimnos al indi- viduo, sino a la comunidad). Realmente no existen posi- bilidades de negar la enorme ex- tension que cubre el poder politi- co colonial y la profundidad a la que llega. Sin embargo, parece un argumento vilido el plantear la es- tructura, contenido y_ signifieado de la fiesta desde el punto de vista del grupo que debe adoptarla, es decir, se adopta ‘inicamente por presion econémica y religiosa? Si bien no puede negarse Ia validez general de esta afirmacién, parece que los casos particulares, como los que estudiaremos, difieren en gran medida del esquema que se plantea como vilido. Esto lleva a lun nuevo planteamiento que debe- ria tener una respuesta en los factores que determinan la adop- cion o no del sistema de fiesta. La respuesta, posiblemente, no debe ser simple y estard en relacion con factores de diverso tipo, econdmi- 0s, sociales, de presién, religiosos, de ‘profundidad y de ia relacién existente entre Ia Iglesia como institueion y el hacendado o la “hacienda”con la comunidad. Se plantea, ademas, que en su origen, la fiesta del santo del pueblo tendfa a aislar a una comu- nidad del resto de ellas y, por lo tanto, impedia la creacién de una conciencia amplia de perte- nencia_a un grupo socialmente identificado. El caso, actual, de las fiestas en transformacion pare- ce haber sido diferente, De hecho se demuestra que algunos de los rasgos que la caracterizan pueden identificarse, muy claramente, co- mo elementos que crean relacin ‘con grupos mas o menos distantes con los que no existe una relacién con los grupos més cercanos, fami- liar 0 geogrdficamente, los que se refuerzan en mayor medida, Como contrapartida de este planteamiento debe establecerse la inexistencia, en la actualidad, de un sistema de tenencia de la tierra basado en el latifundio en la pro- vincia del Azuay. Esto plantearfa, de poder demostrarse algunas de las afirma- ciones historicas _generales, un cambio en la funcién de la fiesta, directamente ligado a las transfor. maciones en los sistemas de estruc- ‘ura de la propiedad. Los rasgos, que Harris men- ciona, tendrian, para la regién, un cardcter tinieamente histérico, ‘por corresponder a un perfodo cara: terizado por la tenencia latifundis ta de la tierra, hoy inexistente. Con ta aparicién del minifundio es posible plantear que el nuevo tipo de propiedad se manifesta en una transformacion del mecanismo de Ja fiesta sin cambiarse su estructu- ra 0, si queremos Ievar algo més lejos 1a afirmaciért, las formas so- cialmente aceptadas de comporta- miento siguen manteniéndose co- mo vilidas, pero su utilidad se transforma ‘en funcién del nuevo tipo de formacién econémica. Los rasgos de las fiestas que estu- diamos llevarian el planteamiento al extremo de establecer la desa- aricién acelerada de algunos o la mayorfa de los elementos por su imposibilidad de adaptarse, sin cambiar su forma, a la nueva situa- La fiesta es un sistema apli- cable a rasgos de dominacién de grupos locales en épocas preco- lombinas, es luego empleada, con transformaciones estructurales, co- mo un sistema de dominacién eco- n6mica y politica en un tipo de formacién asociado a la iglesia y el latifundio del sistema de hacienda, sin cambiar apenas su estructura, se convierte en un sistema de redistribucién de los ingresos cada vez més escasos en un sistema de minifundio y tilde a desaparecer ante la acelerada irrupci6n del sis tema capitalista de mercado. Estos rasgos deberfan poder de- mostrarse en una zona geografi camente limitada, caracterizada por sistemas culturales homogé- eos. Los masicos acuden a a fleta desde com ‘idades Tejas Chirimia-¥ rodoblante FNarancay en a fiesta de Cursbe, Acuaye El sistema cerrado de rela- cién que caracterizaria a la fiesta asociada con el poder de la iglesia y Ia hacienda no serfa mantenido Dosteriormente en la estructura del minifundio y més bien existi rfa una tendencia a ampliar consi- derablemente el area 8e relacién que se convertiria en zona de intereambio econémico y familiar sin la participacion visible de cen- tros hegeménicos de mercado. Mis tarde la presencia cada vez 7 18 més directa de estos niicleos do- minantes actiia como fuerza de presion notable y tiende a destruir el sistema mantenido durante lar- go tiempo en las fiestas campesi- nas. Hacia el cambio en el sistema de fiesta. gPodré don Celestino Quizhpe revitalizar la fiesta en Lla- cao? {Su influencia en el pueblo sera suficiente para que las activi- dades y la organizacion tradiciona- les surjan otra vez? “Pienso volver el proximo afio a participar en la fiesta”. Si consideramos los factores que hemos mencionado, la actitud de don Celestino aparece como un intento destinado claramente ano encontrar una respuesta adecuada Parcloscln cote smpesinor que fe Reaaye en el sistema. Es posible un flore- cimiento temporal, pueden mante- nerse las formas tradicionales de manera casi artifical, 0, incluso, parecerfa probable una superviven- cia “folklorica”” de elementos liga- dos a las fiestas populares. Sin embargo, pese a todo ello, la pér- dida de ‘funcionalidad de los ele- mentos de la fiesta se liga directa- mente con el surgimiento de nue- vos tipos de relaciones econémi- cas que influyen sobre la forma- cién social tradicional Estos nuevos elementos en- cuentran una respuesta directa en los jovenes del pueblo cuyo tipo de educacion se aparta radical- mente del que sus padres recibie- ron. Sus ambiciones personales les evan lejos del pueblo, en las escuelas se les ha ensefiado a igno- rar y despreciar las formas de su cultura tradicional, se les ha ensefiado a supervalorar la ciudad y su “civilizacion”. En la ciudad trabajan duramente, en condicio- nes econdmicas muchas veces miserables porque el campo ya no puede sustentar la poblacién que hoy depende de él. Viajan a la ciudad y regresan al pueblo, yuelven a la ciudad y otra ver al pueblo, algunos ya no. desean volver, se van a la Costa, suenan con viajar a los Estados Unidos y Venezuela, paises en los que “prilla el” oro” y_ el pueblo se abandona lentamente, Las presio- nes econdmicas y sociales que se manifiestan en la estructura nacio- nal-determinan un abandono gra- dual del campo en biisqueda de condiciones de vida “mejores”. Los requerimientos de mano de obra barata y los mecanismos em- pleados. para aumentar la oferta, udiendo mencionarse como uno de ellos a ampliaeion del sistema fecondmico de mercado hacia gru- pos tradicionalmente apartados, determinan un acelerado proceso de emigracién y una dependencia cada vez mayor. 2Qué funcién puede, hipo- ‘éticamente, cumplir el conjunto de rasgos tradicionales que carac- terizan a la fiesta como complejo cultural, ante los problemas carac- terizados més arriba? El intento de revitalizarla, patente en don Celestino, esté’ destinado a un fracaso a mediano o largo plazo. Porque, como se ha demostrado, el mantenimiento de formas artifi- ciales tiene un costo social y econémico demasiado alto que més temprano 0 mas tarde se vuelve insostenible para la comu- nidad, Sin embargo, cabria afir- ‘mar, la fiesta con sus rasgos carac- terizadores esta demasiado arraiga- da para que su desaparicion sea pida y completa. Se presentan, entonces, algunas _posibilidades que se pueden deducir claramente de la manera como se han trans- formado algunas caracteristicas en las mismas fiestas que analizamos 0 en otras. La funci6n de la fiesta puede modificarse y restringi claramente en los aspectos determinaban sus _caracteristicas basicas: la redistribucién econd- mica, La acumulacion de capita- les y bienes se convierte ahora en necesaria y carece de sentido pric: tico el participar en un proceso que determina la pérdida de parte de ese poder acumulativo a cam- bio de estatus dentro del grupo. Sin embargo hoy existen priostes “ricos” 0 “poderosos” para quie- nes el gasto en que se incurre para mantener la fiesta tiene un cardc- ter secundario, Estos individuos tienden a “modernizar” la fiesta, organizan bailes con orquesta, promueven encuentros deportivos, en resumen, considerar a la mayo ria de los rasgos tradicionales co- mo anticuados o carentes de senti- do. Por ello, como lo habiamos dicho, en ciertos lugares hay dos fiestas paralelas o se confunden los rasgos de la fiesta tradicional con la “moderna”, Sin embargo como se puede observar, la sustitu- cién de rasgos no es’ completa, siempre hay una tendencia muy clara a mantener elementos tradi- 19 20 cionales en la fiesta. Es posible que este mantenimiento de rasgos provenga de factores que pueden ser identificados con tendencias que trascienden el mero tradicio- nalismo que est también presen- te, Estos factores podrian estar li- gados a elementos de estatus y prestigio, necesarios aim para los individuos cuyo modo de vida gi- ra en tomo a factores econdmicos no ligados directamente con el pueblo o la comunidad. Habria que plantearse la posibilidad de que la confirmacién de estatus ad- quirido, en base al dinero o al éxi- to logrado en actividades diversas, no puede lograrse si no en el pue- blo y por parte de la comunidad a la que el individuo pertenece. Esto podrfa estar en relacion con la mayor o menor aceptacién so- cial que el individuo puede lograr, por ejemplo, en grupos ciudada- nos, De hecho, su posicion sera siempre mucho mas importante en Ls cireutacin bionesy dinero 06 shore rte dele el pueblo que en la sociedad ciuda- dana en la que no basta, para ele vacién del estatus original, un excedente monetario mas o menos amplio. Pareceria que tampoco en el pueblo es suficiente el contar con un excedente determinado, sino demostrarlo en base a los propios sistemas actuantes en él, aun vio- Ientandolos con un afén’o tenden- cia modernizante que, posible- mente, se orienta a demostrar cuan lejos se encuentra el indivi- duo de los “pueblerinos” comu- nes, La forma cémo se resuelve esta contradiccién, en el aprecio de la funcién pero no de la forma de la fiesta, levaria a la desapa- ricion de rasgos tradicionales si no fuese por la necesidad del indivi- duo de contar con la aprobacién social de la comunidad que, nor- malmente, no se ha “moderniza- do” al mismo ritmo que el indi duo que busca la confirmacién de su estatus. Los _mecanismos econémi- cos que el individuo puede em- plear en la fiesta local, son eviden- temente muy diferentes, en su vo- lumen y origen, de los medios que pueden emplearse por las formas locales de acumulacion. La contradiccién se manifesta en una competencia abierta entre los priostes “‘tradicionales” y los priostes “nuevos”. Los primeros consideran que la fiesta los “rom- pe” econdmicamente, lo que lleva- ria, eventualmente, a imposibilitar su participacién por el elevado vo- lumen de deuda que se adquiere en la fiesta, volumen al que se trata de responder de alguna for- ma, creando sistemas de depen- dencia hacia el capital. De esta ‘manera el estatus favoreceria a los individuos que, a mas de poser gran poder econdmico, son los Gnicos que pueden llevar adelante a la fiesta aun con las “moderniza- ciones” mencionadas. El sistema social no permite romper con las personas que tradicionalmente po- dian conferir un estatus y por ello, como se lo explied mas arriba, se mantiene parte de los rasgos generales de la fiesta. La_posicién que algunos priostes, quiza pioneros en el apro- vechamiento de las nuevas posibili- dades del sistema, ocupen, depen- deria de su capacidad de’ enfren tarlos, cada vez mayores, requer mientos econdmicos que se plan- tean. Don Celestino, por su pro- fesion_ y otros rasgos “modernos” de su personalidad, parece haberse colocado en algin momento, cuando inicié su actividad como prioste, en una posicién de supe- rioridad frente a los priostes tradi- cionales, lo que explicaria su auto: estima y la posicion que ocupé du- ante varios afios. Sus ideas reno- vadoras se movian en una escala todavia muy limitada por la situa- cién econdmica y las tradiciones actuantes, pero su papel innovador es claro, inicia la contratacion de las bandas militares de musica, con entusiasmo, forma ‘‘clubes” y gru- pos deportivos y culturales, crean- do, de manera harto inconsciente, las’ condiciones que luego le ot yarian a abandonar su posicion por presiones econdmicas y socia- les cada vez, crecientes. La fiesta, aun modificada, podria “mantener su importancia social mientras sirva como confor- madora de estatus para los prios- tes, pero su finalidad econémica se transforma aceleradamente, se abandona la caracteristica basica de redistribucién, por el acceso de formas mercantiles de intercambio que, cada vez més rapidamente, se convierten en los elementos domi- nantes de la fiesta. Esto se nota en el afan de realizar “propagan- da” de ella, en el deseo de involu- crar a grupos ciudadanos en su rea- lizacion, y, en general, en otros rasgos que’ tienden a acentuar su papel mereantil, de beneficio para el grupo que, en diltima instancia, deriva hacia los nacientes. grupos de poder. BIBLIOGRAFIA ALBERTI, G, MAYER, E, eompilodores Reciprocidad ¢ intercamblo en fos Andes peruanos, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1974, FOSTER, George M. Tsintzuntzan, México, Forda de Cultura Econémica, 1972. TEI contrato dic, en Estudios sobre ef campesinado Latinoamericano, Bue ‘08 Ares, Periferi, 1974, HARRIS, Moco ‘Raza y Trabajo en América, Buenos Aires, Siglo XX, 1973, Tntcoduccton ata Amtropotogt General, Madrid, Alianza Ur versie, 1962. 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