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1 OBJETO Y METODO DE LA SOCIOLOGIA GEORGES GURVITCH, PROFESOR DE LA SORBONA 1. Principales definiciones pro puestas hasta el. presente Tal como lo ha destacado vigorosamente Augusto Comte —inven- tor del término y uno de los fundadores de la sociologia— esta ciencia, Ja Ultima en aparecer, es también la mas compleja de todas, Esto es verdad, no sdlo en cuanto a la situacién de la sociologfa con respecto a las ciencias naturales, sino también en cuanto a su lugar entre las ciencias del Hombre, se llamen éstas psicologfa, eco- nomia, derecho, ciencia de las costumbres, lingiifstica, antropologta, geograffa humana, demograffa, etc. o bien historia y etnologfa, cien- clas sociales privilegiadas estas dos y Jas mds préximas a la sociologia. La extrema complojidad de la sociologia proviene de una doble causa: a) del campo de Ja realidad que ella explora —la realidad social tomada en su carieter especifico ivreductible a toda otra esfera de lo real; b) del método que aplica al estudio de ese campo y que consisie en “la toma en consideracidn del conjunto”, en la tipologia discontinuista y, por Io tanto, en el indispensable recurso a la dia- lectica. El objeto de la sociologia nacié de la unién del complejo campo de la realidad en presencia del cual nox encontramos y deb métode complejo adaptado a su estudio, razones por las cuales ha heredado esta doble complejidad. " Asi, no ex tarea facil definir la sociologia como ciencla. Tvidente- mente, la dificuliad de cireunseribir una ciencia por anti jpado se pre- senta en todas; slo después de haberla estudiado y, sobre todo, des- pués de haber conseguido contribuir en ella, se sabe lo que es. Entre tanto, le sociologfa, que no ha aleanzado todavia la edad de la madurez y que no ha Iegado atin a la unidn, tan dexeada por todos, de la teorfa y de la investigacién empfrica, se encuentra en una encrucijada. Se enfrenta alli con una multiplicidad de ciencias del hombre, nacidas antes ¥ con las cuales interfiere. {Js superior, igual o inferior a ellas? {Debe absorberlas o, al contrario, disolverse en su conjunte? 40 hacer la xfotesis de elias, o bien afirmarse como base de su colabo- racién, sirviéndoles de punto de reunidn? Ta aguceza de estos in- 4 INTRODUCCION terrogantes ha dado origen a una variedad de definiciones del objeto y del método de la sociologia que, en su mayor parte, no estan exentas ni de preconceptos ni de posturas dogmaticas, EBliminemos primeramente aquellas que no precisan el objeto ni el método de la sociologfa y cuyas presuposiciones implican la negacién, a veces inconsciente, de la posibilidad misma de su exis- tencia. Tal es, por ejemplo, la definicién propuesta por un légico, en verdad, eminente, J. S. Mill (1806-1873): “La sociologia es la ciencia de objeto social mds general y mds abstracto, o bien, stmplemente, la ciencia de los caracteres mds generales de la sociedad”. Como esta definicién no da ninguna indicacidn acerca de los caracteres de Jo “social” 0 de la “sociedad”, ni sobre los criterios y los limites de la generalizacién a emprender, tinicamente se puede interpretar a Mill de dos maneras. Una de ellas serfa que confunde lo social con lo general, y entonces ignora, no sdlo todo caracter especifico de la realidad social, sino también su misma existencia, La otra serfa la que cuenta con la competencia exclusiva de las ciencias sociales especiales, de las cuales la sociologia no harfa mas que generalizar los resultados. Entonces, aun suponiendo que tal generalizacién fuera posible, la sociolugia estarfa desprovista de toda consistencia, pues se limitarfa a seguir el paso de las ciencias mencionadas y no aportaria ninguna explicacién nueva. En verdad, esta segunda inter- pretacién es la que ha prevalecido en el pensamiento de Mill y de sus numerosos discfpulos. En prueba de ello, citaré, por una parte, la tendencia bastante difundida en transformar a la sociologia en un simple comtin denominador, en una especie de tapa de las ciencias sociales especiales, y por otra, el hecho de recurrir a estas tltimas para hallar “el factor predominante” de la realidad social. He tenido ya ocasién de denunciar este hecho como uno de los principales “falsos problemas de la sociologia del siglo x1x” 1. Ademés, ciertos autores de la actualidad, que se creen ge vanguar- dia, al proclamar con suficiencia que la sociologia sdlo es el “corpus” de las ciencias sociales, no hacen sino repetir lo que hay de mds malo en la definicién de J. S. Mill, Sdlo como consecuencia de un malentendido estos autores pueden considerar la dispersién de la sociologia en el conjunto de las diversas ciencias sociales especiales como una marcha hacia la integracién de estas wiltimas en la “cien- cia del Hombre”; integracién que, precisamente, sélo puede reali- zarse bajo el doble patrocinio de la sociologia y la historia. Se ha crefdo poder superar las insuficiencias de Ja definicién de Mill y las dificultades que suscita, enunciando la idea de que la so- ciologia sdlo se ocupa de la metodologfa de las ciencias sociales espe- ciales, las cuales, en cambio, estudiarfan las manifestaciones concretas de la vida social?, Es harto probable que la intervencién de la so- 1 Ta vocation actuctte de ta sociologic, (2a. e., vol. 1, 1957, pigs, 48-62). 2 TLUNTINGTON CAIKNH, Sociologie et sciences soctales, (Lin soclologle au XX* nidele, vol, I, 1947, pags. 1-8.) Objeto y método de Ia Sociologia 5 ciologfa tenga por resultado el llevar las ciencias sociales, constituidas antes que ella, a hacerse un examen a s{ mismas. Pero lo que es atin més seguro es que ese examen es provocado precisamente por rela- ciones complementarias y por implicaciones mutuas y divergencias entre las ramas especiales de la sociologia y las ciencias sociales co- rrespondientes (por ejemplo, sociologia del derecho y ciencia técnica del derecho, sociologfa econémica y economia politica, etc.). Reducir la sociologfa a una confrontacién entre los métodos de las otras cien- cias sociales seria, en primer lugar, arrojarla al campo de Ja episte. mologfa, es decir, negarle la condicién de ciencia, integrandola por ja fuerza en lat filosoffa; adem4s, eliminado el método sociolégico, principal elemento de comparaci6n, se tornaria particularmente estéril la discusién metodoldgica. Hay autores, alemanes, norteamericanos y belgas, que queriendo independizar la sociclogia de las ciencias sociales especiales, sin ame- nazar por ello la autonomfa de estas Uiltimas, han tratado de fundar sus definiciones de la sociologia sobre presuposiciones formalistas. Georges Simmel inaugura la serie. Si se quisiera resumir su defini- cién tal como resulta de su estudio, traducido al francés, Comment les formes sociales se maintiennent (Année sociologique, vol. T, 1898) y de su Soziologie (1908), se la podria incluir en esta f6rmula: “La sociologia estudia las formas de Ia vida social como continentes opues- tos a sus contenidos, siendo estos tiltimos el objeto de las eiencias sociales especiales. A su vez, los hechos sociales consisten en una interaccién mental (psychische Wechselwirkung) entre los indivi. duos; por eso la sociologia estudia las formas de las relaciones inter- personales”. El gran mérito de esta definicién est en haber presen- tido que las generalizaciones del sociélogo no pueden ir més allé de la btisqueda de tipos distintos. Pero su inmenso error es el haber querido excluir del estudio sociolégico todas las obras culturales y todas las actividades concretas de los grupos y de las sociedades. ,Qué serfan éstos sin la Religién, el Derecho, Ja Moralidad, el Arte, e) Saber, la Heonom{fa y.la Técnica, a quienes dan origen? El mismo Simmel no ha podido mantener su punto de vista: entre las “formas” ha ineluido la subordinacién, el poder, la competencia y practicas variadas, y, en una obra posterior (Grundfragen der Soziologie, 1917) ha distinguido la “sociologia pura o formal” y “el estudio sociolégico de la vida histérica” (concerniente a los productos de la vida social); dos sociologias que estén, por lo demas, lamadas a completarse. Dur- kheim ha sefialado con raz6n lo arbitrario de la oposicién en socio- logia, entre forma y materia; ha destacado igualmente que Simmel designa con el mismo término de “forma” primeramente la densidad y la dimensién, luego especies de grupos, y mas tarde formas de rela- cién social. “Qué extrafia ocurrencia seria —agrega Durkheim— imaginar el grupo como una especie de forma vacfa, de molde cual- quiera que podria recibir indiferentemente cualquier clase de mate- 6 INTRODUCCION ria” 3, El mal esté precisamente en que Simmel es nominalista e individualista; es tan insensible a la irreductibilidad de los grupos y de las sociedades a relaciones interpersonales como es insensible a la constitucién de las estructuras. El campo de lo social y su rea- lidad es en Simmel evanescente, y esto le permite comprender la oposicién entre formas y materias sociales, en un sentido geométrico, en otro kantiano, o bien en un tercero aristotélico. Estos sentidos sélo son tres maneras diferentes en que su idealismo disfraza la des- truccién de la realidad social. En Alemania, von Wiese y Vierkand+ (primera manera); en Es- tados Unidos, Bogardus, Park y Burgess5 y Znaniecki® (primera manera) y, sobre todo, H. Becker (traductor de von Wiese) y, en Bélgica, E. Dupréel, se han mostrado favorables, con matices, reser- vas y concesiones diversas, a la delimitacién formalista entre socio- logfa y ciencias sociales especiales. Bastard aqui que nos detengamos un instante en las definiciones de von Wiese y Dupréel. Segin von Wiese, (Allgemeine Soziologie, 3% ed., 1955) 7, la sociologia es la “teo- ria de las relaciones (Beziehungslehre) interhumanas” (Zwischen- Menschliches, Mensch-Mensch Zusammenhang), pudiendo dichas rela- ciones ser interindividuales 0 combinarse en conjuntos (soziale Ge- bilde) que dependen de las imaginaciones subjetivas de los miembros de estos tiltimos, Todo lo que es grupo y sociedad se le aparece, pues, a von Wiese como una ficcién, lo mismo que todo lo que es obra cul- tural y civilizacién, es del campo de las ciencias sociales especiales 0 de la filosofia, y no de la sociologfa. Al querer dejar atrds el psico- logismo de la sociologia de Simmel, von Wiese sdlo lo refuerza com- binando su nominalismo individualista con el sensualismo behavio- rista. Si no se aceptan estas premisas, la definicién de la sociologfa de von Wiese no conduce a ninguna clarificacién, més atin, porque al insistir con razén en el “relativismo” indispensable a Ja sociologia, ese autor incurre en un contrasentido enorme: en vez de estudiar las variaciones de la naturaleza misma de 1o social segtin los cuadros socia- les en que se manifiestan, concluye reduciendo todos lof cuadros so- ciales a las relaciones interpersonales. . El filésofo y sociélogo belga E. Dupréel que eg una obra mas antigua (Le rapport social, 1912), y bajo ia influencia combinada de Simmel y Tarde, habfa definido la sociologia como el estudio de las distintas relaciones sociales, parece dejar atrés el formalismo al volver a tratar este tema en su Sociologie générale, (1948). Expresa, en efecto, que la sociologia puede definirse como “ciencia de los grupos sociales”, de los cuales busca los tipos teniendo en cuenta su “fuerza social”, su “estructura”, su “tendencia a la organizacién” 2, DURKHEIM, La sociologie et son domaine sctentifique. (Revista Italiana i Soolologia, 1900, vol. 1V), y Duxkmerm y Fauconner, Socloiogic of solences s0- ciales, (Revue Philosophique, 1903, pags. 401 y slgs.). 4 Aurnpp VIERKAND, Gesollschaftlehre (1923). oR. B. Pank y B. W. Bunaxss, Introduction to the Science of Sociology i921). 1, ZNANIKCKI, The Method in Sociology. (1934) 1 Primera ediclon, vols. Ty 1, 1986, Objeto y método de la Sociologia 7 y la “jerarquia social que les es propia”. Sin embargo, no encontra- mos aqui, no sdlo consideracién alguna relativa a las obras cultu- rales, la economfa, la técnica, etc. (en una palabra, nada sobre los contenidos de la vida de los grupos), sino adem4s se nota una falta absoluta de conciencia de la irreductibilidad de los grupos y de la so- ciedad en su cardcter de realidades indescomponibles. Para Dupréel, “el grupo social es una coleceién de individuos unidos entre si y que se distinguen de todos los otros por relaciones sociales positivas y com- plementarias” (op. eét., p&g. 20; pags. 17-41). Ahora bien, nos parece que esta definicién omite varios puntos esenciales y se muestra for- malista tanto con respecto al objeto como en lo concerniente al mé- todo de la sociologia. El grupo es una unidad colectiva real, pero parcial, integrada en una sociedad; esta unidad predomina sobre los antagonismos (relaciones negativas) asf como también sobre las re- laciones positivas de los individuos y de los Nosotros. Asf, todas las relaciones presuponen conjuntos preexistentes; los grupos y las sociedades tienen sus “obras que realizar’ y son creadores de sus propios modelos, signos, simbolos, ideas, valores, 0, si éstos provienen de conjuntos més vastos, los modifican y los adaptan; esas obras culturales cimentan sus estructuras. Vemos, pues, que las definicio- nes formalistas de la sociologia, por mds llenas que estén de espfritu de conciliacién, chocan siempre con las mismas dificultades y sdlo pueden superarlas abandonando su base. En exacta oposicién con las definiciones formalistas de la so- ciologia, se sitGan las definiciones “culturalistas’ que disuelven el campo de esta ciencia en la “cultura” o la “civilizacién”., Una de las manifestaciones recientes de esta reaecién contra el “formalismo” y que conduce al error opuesto, es la “antropologia cultural” norte- americana, que pretende suceder a la sociologia. Otra manifestacién s la sociologfa cultural de Alfred Weber. Las rafces del culturalismo abstracto son miltiples; filoséficamente, ellas provienen del neokan- tlano H. Rickert (1863-1936), quien oponfa la cultura, como todo lo vineulado a los valores, a la naturaleza que no lo estarfa’, Desde el punto de vista etnoldgico, la primera fuente es Sir Edward Tylor (1882-1917) (Primitive Culture, 1891), quien concebfa la cultura como un producto y una obra de los hombres que viven en sociedad; estas dos orientaciones se unen, con diferentes matices, en los etndlogos norteamericanos, de origen germanico, A. L. Kroeber, C. Wiessler, y mAs recientemente C. Kluckhohn®; se exasperan en Frobenius, Spen- filer y el briténico Toynbee, y se convierten finalmente en una ver- dadera parodia en Ruth Benedict, la etnégrafa norteamericana que, on sus Patterns of Culture (1934), encuentra el tipo de civilizacién " Plo Grenson der naturwissenschaftlichen Begrijfsbildung. (1a. ed, 1896; ba, od, 1929) y Hudturwissenschaft und Natwrwissenschajt (6a. ed., 1926). © Hn partloular, A, I, Knoxper, The Nature of Cultwre (Chicago, 1952); © KuvoKito0n y Murray (directores), Personality in Nature y Society and Oul- dura (1048); finalmente, A, L, Kromamr y C. KivcKHon, The Cottcept of Culture. A evitical Review of Definitions (Papers of the Pavbody Museum, voi, XLI, Cam- bridqe, 1960) 8 . INTRODUCCION apolinea entre los indios Pueblo (en particular entre los Zufiis) y el tipo de civilizacién dionisfaca entre los indios Kwakiutl y los habi- tantes de Dobu 1, Lua definicién de la sociologia que se podria extraer de estas concepciones diversamente acentuadas seria aproximadamente ésta: dado que los grupos y las sociedades no son m4s que los é6rga- nos ejecutores de una partitura previamente orquestada que se llama “sistema” o “forma” de una civilizacién o de un drea de civilizacién, s6lo queda a los sociélogos buscar los diferentes tipos, numerosos para unos (‘Toynbee distingue cerca de veinte) y escasos para otros (Spengler s6lo reconoce cuatro). M4s préximo a la historia concreta y a su interpretacion, se mantiene Alfred Weber 11 (Kulturgeschichte als Kultursoziologie, 2% ed., 1950, y Prinzipien des Geschichte und Kultursoziologie, 1951); pero como introduce una oposicién bastante artificial entre civilizacién, sociedad y cultura, no llega, sin embargo, a fijar los Ifmites del campo de la sociologfa, En su notable informe sobre las “civilizaciones” (Civilisation, le mot et Vidée, Semaine du Centre International de Synthése, 1930, pags. 81-106), Marcel Mauss, al concebir la realidad social como “fenémeno total”, ha demolido las bases mismas del culturalismo abstracto en sociologia. “La civilizacién es un fenémeno social de segundo grado —escribe—, pero como todo fenémeno social, tiene sus fronteras y su espfritu” (pag. 190). “La forma de una civilizacién es el total de los aspectos especiales que revisten las ideas, las prdcticas y los productos comunes, 0 més o menos comunes, a un cierto ntimero de sociedades dadas, inventoras y portadoras de esa civilizacién” (pag. 91). Al juzgar severamente el “juego imaginativo” que separa las civilizaciones de las sociedades que las erean o las realizan modificéndolas, Mauss sefiala que ekisten tan pocas civilizaciones sin sociedad como sociedades sin eivilizacién. ‘Todos los fenémenos sociales son, en algin grado, obra de voluntad colectiva, y quien dice voluntad humana dice eleccién entre diversas opciones posibles” (pdg. 97), entre las diferentes estructuras y las obras culturales implicadas en ellas. j S6lo después de haber eliminado las definiciones que por anti- cipado van en desmedro de la sociologia haciéndola esclava de las ciencias sociales especiales, o bien encadendndola a presupuestos tan poco fértiles como el formalismo, por un lado, o su antfpoda, el cul- turalismo abstracto, por el otro, se puede llegar a abordar en forma més positiva el problema que nos interesa. En los grandes fundadores de la sociologfa, Saint-Simon, Proudhon, Comte, Marx y Spencer, cuyas coneepciones serdén evocadas en e] breve esbozo histérico del capitulo siguiente, no encontramos defi- niciones de ella adecuadas a su pensamiento efectivo. La estrecha union de la sociologia y de la filosoffa de la historia, de Ja cual ellos 3 Cuando C, Litvr - Strauss, en su Anthropologie structurale (1958, pig. 953) cree, para las necesidades de una polémica, poder citar a Rut Bmnworcr como “eutrncturaliste”, compromete todo el movimiento 0... conffa en la ignorancia do aus octores, 1 Naeldo on 1868 y muorto cn 1968; hermano del eélebre sociélogo Max Wrmnn, Objeto y método de la Sociologia 9 partian, desviaba su atencién del andlisis explicito de las fronteras y de las particularidades de método de la nueva disciplina. Es mas bien sobre el objeto de la sociologia, o mas exactamente, sobre el carécter especifico del campo de lo real de que ella hace su objeto, que los fundadores de la sociologfa nos aportan indicaciones que serfan titiles de mencionar aquf. “La fisiologia social” (término con el cual Saint-Simon designa la sociologia) es la rama central de la “ciencia del Hombre” que estudia “la sociedad en accién” y los esfuerzos colectivos “materiales y espirituales” que sobrepasan a los esfuerzos individuales de los participantes.con los cuales se entremezclan. Segtin Comte, la so- ciologia tiene por campo la sociedad humana (que 61 identified con la Humanidad), tomada como una totalidad real que se impone a sus par- ticipantes y se presenta, a la vez, como el “objeto” y el “sujeto”, la ex- periencia y el esfuerzo, “lo especulativo y lo activo”, totalidad que im- plica la religién, la moral, la educaci6n y el conocimiento como sus elementos reguladores. La realidad social que es, segiin Proudhon, una totalidad inmanente caracterizada por el esfuerzo colectivo voluntario, la aecidn, el trabajo, la competencia y la lucha de log grupos y las cla- ses, comporta varlos planos o dimensiones: las fuerzas colectivas, la. Taz6n colectiva o conciencia coleetiva, la justicia y “el ideal” afectivo, a menudo en lucha entre si, el derecho y, mas ampliamente, las regla- mentaciones sociales, y por ultimo, la creacién colectiva. Para Marx. la sociedad, las clases sociales y el hombre —que son totalidades concre. tas— se crean a si mismos en la “praxis”, en la cual se entremezclan y confrontan, de una manera dialéctica, las “fuerzas productivas” y las “relaciones de produccidn” o “estructuras sociales”; Ja “produccién es- piritual de las ideas, de las representaciones y de la conciencia” esté implicada en la “produccién material” y los “modos de accién comin (de las clases sociales, por ejemplo)” pueden convertirse, en algunos cuadros sociales, en “una fuerza productiva” de la cual sdélo estén excluidas las “superestructuras ideolégicas”. Finalmente, para Spencer —el tinico entre los padres de la sociologia que no ha podido resistir a la tentacién naturalista y al evolucionismo biolégico—, los puntos de referencia para el estudio de la realidad social son, a pesar de sus preconcepciones, las “instituciones”, los “controles sociales” (re- glamentaciones sociales) y las “estructuras”, términos que él ha introducido sin llegar nunca a precisarlos. Al proponerse definir el objeto y el método de la sociologia, Durkheim (1858-1917) y su escuela se han hallado frente a una herencia rica y compleja que pedia ser aclarada. Esta toma de conciencia, digémoslo por anticipado, ha tenido mf&s éxito en lo que concierne a la fijacién de los limites del campo a estudiar que en lo que res- pecta al método a aplicar y, por lo tanto, al objeto asi constituido. Durkheim ha dado tres definiciones sucesivas de la sociologia: dos son explfcitas y la tercera esté implicitamente contenida en las obras del tiltimo perfodo de su vida. La primera definicién, extraida de las Régles de la méthode so- ciologique (1% ed., 1894) 12, ser4 reconstituida combinando varias ci- * Lo eltamon aogtin In 8a. od,, 1927. 10 INTRODUCCION tas: “La soclologfa no es el anexo de ninguna otra ciencia: es una ciencia distinta y auténoma”; “un hecho social sélo puede ser expli- eado por otro hecho social” (pag. 177), y “debe ser tratado como una cosa” (pg. 36-39), pues la sociedad y el grupo “piensan, sienten y acttian en forma distinta de lo que lo harfan sus miembros si estu- vieran aislados” (pags, 126-128); asf, para la sociologia, el hecho social es “toda manera (de ser y) de hacer, establecida o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una fuerza exterior” (pag. 19). Los términos de esta definicién provocaron algunos malentendidos y Durkheim, en el prefacio de la segunda edicién de las Regles, se vio obligado a explicar que “tratar los hechos de cierto orden como cosas, no es... clasificarlos en tal o cual categoria de lo real; es adoptar frente a ellos una cierta actitud mental” (p4g. XI), es decir, considerar los hechos sociales como un mundo desconocido, inaccesible a la introspeccién. Ese desconocido se revela finalmente como el mundo de las “representaciones colectivas” (ibid., pag. IX). En el texto de las Régies, Durkheim reemplaza, a menudo, “fuerza exterior” —término que tiene varios sentidos— por “presién” (por ejemplo, en las pags. 125 y 129), a lo cual agrega las “corrientes sociales libres” (pgs. 9 y sigte.,, y 13-14) que nos penetran y nos atraen. Y no tiene reparos en escribir en el prefacio citado: “Por consiguiente, aceptamos gus- tosos el reproche que se ha hecho a esta definicién de no expresar todos Ios caracteres del hecho social y, por lo tanto, de no ser la tnica posible” (p4g. XX). Esto nos leva a la segunda definicién de la sociologia, lanzada primeramente por Mauss y Fauconnet en La grande encyclopédie frangaise (1901), y aceptada luego durante cierto tiempo pot el mismo Durkheim. Segtin esta definicién, Ia sociologia es la Ciencia de las instituciones. “Las instituciones son el conjunio de los actos y de las ideas ya instituidas que los individuos hallan ante si y que mds 0 menos se les imponen”. Durkheim, a su vez, escribe en el prefacio” citado: “Se puede... Wamar instituciones'a todas las creencias y a todos los modos de conducta instituidos por la colectividad. La socio- logta se puede definir como la ciencia de las instituciones, de su ‘génesis y de su funcionamiento” (paég. XXTII-XXITI). Esta definicién, que durante los tres ultimos decenios ha conocido un éxito considerable en los Estados Unidos, donde habia sido preparada por la influencia de la sociologfa spenceriana, fue répidamente abandonada por Durk- heim y Mauss. Es indiscutible, sin embargo, que ella fija en forma mas matizada y amplia los limites del campo estudiado por la socio- logia que el recurso a la presién y a su tratamiento como una cosa. Pero ha sido imposible hallar un sentido univoco del término “insti- tucién”, que cubre aspectos de la realidad tan diferentes como los grupos, los procedimientos, las obras culturales, etc.; ademas, en esta definicién se ha descuidado muchisimo el elemento volcanico, creador, innovador, efervescente y revolucionario de Ja vida social, considerada bajo el aspecto institucional, de preferencia en su expresién crista- lizada o “cadavérica” (Mauss). (Volveremos a la critica del institucio- Objeto y método de la Sociologia u nalismo en sociologia, al hablar de los ensayos norteamericanos re- cientes). Por otra parte, la segunda definici6n ha fomentado las an- sias de supremacfa de la sociologia durkheimiana con respecto a las demas ciencias sociales. Hn efecto, en la misma época en que la socio- logfa era concebida como “ciencia de las instituciones”, Durkheim reclamaba la disolucién, en el seno de la sociologia, de todas las ciencias sociales especiales nacidas antes que ella13. Dado que la ciencia técnica del derecho se ocupa de las instituciones juridicas, que la economfa politica se ocupa de Jas instituclones econdmicas, que la lingiifstica se ocupa del lenguaje como institucién,.que la his- toria se ocupa de la génesis de las instituciones, etc., Durkheim y sus discipulos, negéndose a toda distincién entre campo y método, daban como concluyente el que todas esas disciplinas y muchas otras més debian disolverse en las ramas correspondientes de la sociologia. Sin embargo, olvidaban que, en primer lugar, al estudio de un mismo campo es posible aplicar métodos diversos: tipolégico (sociologfa), sistematizador y analftico (la mayorfa de las ciencias sociales espe- ciales), singularizador (historia y etnografia); luego, que puede es- tudiarse el mismo campo en sus distintos niveles: modelos y reglas juridicas (ciencia del derecho), base ecolégico-morfolégica (geogra- fia social), signos y simbolos del lenguaje (graméatica), etc., mientras que la sociologia y la historia toman siempre en consideracién el conjunto de los niveles entremezclados en el fenémeno social total. La pretensién de supremacia de la escuela durkheimiana, al querer disolver en el seno de la sociologia todas las ciencias sociales espe ciales, provocé la obstinada resistencia de estas Ultimas, las cuales, por otra parte, al defenderse, se han “sociologizado” de una manera inmanente. Estas luchas se han apaciguado ahora y se prevé una colaboracién confiada entre las ramas especiales de la sociologia y las ciencias sociales particulares. Los dos, Durkheim y Mauss, han contribuido a los comienzos de esta nueva orientacién; el primero, haciendo presentir en su tercera y Ultima definicién de la sociologia la pluridimensionalidad de su objeto; el segundo, haciendo resaltar que el objeto especifico de la sociologia era el “fenémeno social total”. Lo que falta, en uno y en otro, es el reconocimiento neto de la plu- validad de los métodos complementarios para estudiar la realidad social. Si se quisiera resumir en una férmula sintética y exhaustiva la definicién del objeto y del método de la sociologia a que Durkheim habfa llegado en Ja tiltima etapa de su carrera, se podria, sin riesgo de error, transeribir como sigue: La sociologia es una ciencia que es- tudia, con una visién de conjunto, de manera tipolégica y explicativa, los diferentes grados de cristalizacién de la vida social, cuya base se encuentra en los estados de la conciencia colectiva, irreductibles y opacos a las conciencias individuales; esos estados se manifiestan en influencias, instituciones y presiones, simbolos exteriormente obser- NW Dunkimim y FAuconnnr, Soctologie et sotences sooiates (Revue philoso- phique, 1908, op. olt.), 12 INTRODUCCION vables que se materializan en la transfiguracién de la superficie geo- gréfico-demogrdfica y penetran, al mismo tiempo, en todos esos ele- mentos por medio de las ideas, los valores y los ideales a los cuales tiende la conciencia colectiva en su aspecto de libre corriente de pensamienio y de aspiracién. En esta definicién se debe destacar primeramente la atribucién de un lugar invariablemente preponderante en la realidad social a Ja conciencia colectiva, a las ideas, valores e ideales que de ella de- penden; de ahf el “hiperespiritualismo” de su sociologia que Durkheim no tiene ningtin reparo en reconocer 14, Mucho m&s provechoso es el esbozo de una distincién, dentro de la realidad social, entre los niveles o estratos. Durkheim se encuentra aqui, al mismo tiempo, con Proudhon, Marx, Bergson y Hauriou y, prepara asf la sociologia de profundidad. En efecto, acenttia algunos estratos, tales como la base morfoldogica, las fuerzas, las organizaciones, los ritos 0 los pro- cedimientos (estos tres tiltimos reunidos en el término “institucién”), las presiones, los simbolos, los valores, las ideas y los ideales colecti- vos, y, por Ultimo, las representaciones, las creencias y Jas aspira- ciones colectivas. Apoydéndose en esos estratos, Durkheim distingue tres ramas particulares de la sociologia: la “morfologia social”, la “fisiologia social” (que comprende todas las “maneras de hacer co- lectivas”, tales como las obras culturales, por una parte, y las activi- dades técnicas, econémicas y polfticas, por la otra) y la “psicologia colectiva’. Si bien tienen sus puntos de apoyo en diferentes estra- tos de la realidad social, estas ramas particulares de la sociologia retornan sin cesar, segtin Durkheim, a su conjunto indisolublemente ligado y se entremezclan continuamente. Un paso més (pase que, sin embargo, Durkheim, detenido por su espiritualismo de la con- ciencia colectiva sublimada no ha dade) y hubiéramos sido levados a los “fendémenos sociales totales” que Mauss sefiala con razén como el objeto especifico de todo estudio sociolégico. El punto crucial de la precisién que Durkheim aporté al método sociolégico consiste en la doble apelacién a la aplicacién!de una vista de conjunto y a la explicacién de “ios fenémenos que se producen en el todo social por ias propiedades caracteristicas del todo”! Pero, por una parte, incurrié en el error de reducir toda explicacién al establecimiento del vinculo causal, olvidando las correlaciones fun- cionales, el cdleulo de probabilidades, las regularidades tendenciales y Jas integraciones directas en los conjuntos; y, por otra parte, no ha aclarado suficientemente el sentido del recurso a los tipos sociales, si bien ha querido, con su biisqueda de los “tipos sociales cualitati- vamente distintos los unos de los otros”, liberarse de los prejuicios del evolucionismo unilineal. Ha escrito, en efecto: “Si no existe mas que una sola especie social, las sociedades particulares no pueden di- ferir entre ellas, sino en grados... Si, por el contrario, existen tipos sociales cualitativamente distintos los unos de los otros, por mds que 4 Philosophie et sociologic (2a, ed. 1961, pag. 48), también, Les formes dlémentaives de ta me religiouse (1912, pags. 620-627 y 636-637). Objeto y métode de la Sociologia 1B se los acerque, no podremos hacer que se unan... el desarrollo histé- rico pierde asi la unidad ideal y simplista que se le atribufa; se frac- ciona, por asf decirlo, en una multiplicidad de trozos que, por diferir especificamente los unos de los otros, no podrfan unirse de manera continua” (Régles, pag. 96). Lamentablemente, Durkheim no ha conseguido realizar este pro- grama. Ha distinguido solamente cuatro tipos de sociedades, de los cuales tres son “segmentarios”, formados por la repeticidén de los clanes y de las tribus (tipos polisegmentario simple, polisegmentario compuesto y polisegmentario doblemente compuesto) y un tipo de sociedad “constituido, no por la repeticién de los segmentos..., sino por un sistema de érganos”. Este cuarto tipo, evidentemente més amplio y cualitativamente més distinto que los otros tres, corresponde, en suma, a toda sociedad evolucionada en la que predomine la “solida- ridad orgénica” (Régles, pags. 104-109). Esta tipologfa de las socie- dades s6lo es una reproduccién corregida de la de Spencer 16 y se de. clara, por otra parte, francamente evolucionista. No renuncia a In identificacién gratuita entre “lo elemental” y “lo arcaico” (siendo las sociedades arcaicas tan complejas como las nuestras), no ofrece ningtin criterio que permita establecer los tipos de las sociedades histéricas y finalmente, abusa de la cuantificacién de los segmentos repetidos para tratar de legar a tipos cualitativamente distintos. Este fracaso de Durkheim en cuanto a la_aplicacién del método tipolégico (fracaso que 61 mismo reconoce parcialmente en L’année sociologique, 1910, vol: XT y 1913, vol. XII, al proponer correcciones Q su tipologfa), tanto se debe a que no distingue diferentes géneros de “tipos sociales”, como a la falta de andlisis de las implicaciones, de los presupuestos y de los procedimientos indispensables para construir una tipologia sociolégica. Hs alli donde aparece el pro- blema de la comprensién. Ignorado por Durkheim, este problema fue destacado. en la socio- logfa de Max Weber (1864-1920), cuyo principal aporte es la tipologia cyalitativa, fundada en la construccién de “tipos ideales”, Repro- duzeamos primeramente la definici6n que el mismo Weber da de Jn soclologta, al comienzo de su monumental obra Wirtschaft und Gesellschaft (1922), en Ja cual, en forma bastante paraddéjica, no menclona directamente su método tipoldgico: La sociologia... es una ciencta que se propone éomprender por interpretacién los sig- nifleados internos de las conductas sociales (soziales Handein deu- tend verstehen will) y Wegar de este modo a su explicacién causal! Una conducta es social cuando el significado que le es atribuido por uno o mds agentes hwmanos se relaciona en ese sentido (pag. 1). Weber tomé el término “comprensién” del fildsofo e historiador Dilthey (1883-1911) 16, en cuya obra significa “captacién directa” © Vouso man ddelanto, eap. II. ) Der Aufbau der geackichblichen Welt in den Geisteswissenschaften (1910) y Muleitung im dle Gotvteawisacnachaften (1883); trad, francesa: Introduction 4 Félude dex eelencoy Iumaines (Parts, 1948) 14 INTRODUCCION —intuitiva— de las totalidades reales concretas y de los significados humanos relacionados con ellas. Pero Weber, partidario de la tesis de la conciencia cerrada, replegada sobre s{ misma, niega toda posi- bilidad de intuicién y 61 mismo reconoce gustoso el cardcter indivi- dualista y nominalista de su concepcién de la realidad social. Re- chaza de entrada, toda aprehensién inmediata y no reconoce mas que un cimulo o una coleccién de conductas individuales que se earacterizan como sociales en cuanto se orientan hacia las conductas de otras personas, con la ayuda de los significados internos (es decir subjetivos). Para él, la “comprensién” sélo es el conocimiento de los estados internos de los agentes humanos dispersos y de los sig- nificados que ellos atribuyen a sus conductas Lamadas sociales; como la comprensién no es accesible mds que a las conciencias individua- les, estas wltimas deben interpretar los significados y los valores que las gutan. Por eso, Weber combina en la misma expresién “compren- sién’” e “interpretacién”, y habla con preferencia de la comprensién inierpretativa (deutendes Verstehen). Formalmente, se trata sdlo de los “significados subjetivos” a los que Weber opone los “signifi- eados objetivos” de los cuales se ocupa la filosoffa. Cabria preguntarse si de esta manera, la “sociologia de la comprensién interpretativa” no sucumbe a la tentacién de disolver la sociologia en la psicologia individual a la cual Weber acuerda, en efecto, una importancia muy grande en la investigacién sociolégica. Pero, en realidad, el psicolo- gismo de Weber est4 fuertemente limitado por su culturalismo que le viene, por un lado, de su inmensa erudicién histérica y, por el otro, de los preconceptos espiritualistas que comparte con Rickert y que consisten en considerar todas las ciencias sociales como “ciencias de la cultura” (Kulturwissenschaften), atribuyendo a los modelos, reglas, ideas y valores el papel de “factor predominante”. Y es precisamente uniendo los “significados internos” de las conductas sociales a los significados y valores culturales —esos intermediarios entre los sig- nificados subjetivos y los objetivos— que Weber trata de tender un puenrte entre la psicologia, la sociologia general y la “soclologia his- térica”. El “culturalismo” de Max Weber (exagerado, luego, por su hermano Alfred) lo Neva a acordar un lugar preeminente ‘en socio- logfa a las sistematizaciones de los significados culturales hechas por los tedlogos, los juristas, los moralistas, etc. Considera que la socio- logia de la Religién, del Derecho, ete., debe contentarse con estudiar las repercusiones unilaterales de las trabazones de los dogmas, las normas y los valores —elaboradas por las ciencias sociales especia- les— sobre las conductas sociales que las realizan y no pone sino implfcitamente el problema de las correlaciones funcionales recfpro- cas. Si el “culturalismo” weberiano parece sugerir, una vez més, a la sociologia que ceda el paso a las ciencias sociales especiales, bajo otro aspecto, sin embargo, le ayuda a formular el problema de los tipos cualitativos llamados “ideales”, fundados en la comprensién inter: pretativa, Por otra parte, en su polémica contra Rickert —quien negaba Objeto y método de la Sociologia 15 la posibilidad de la sociologia como ciencia de la cultura porque ella pretende generalizar en un campo en que no cabe la generalizacién— Weber descubre el método tipolégico. En sociologia, los tipos no son considerados ni como especies biolégicas, ni como ctapas del desenvolvimiento histérico (caras a los evolucionistas), ni como “esencias” (en el sentido fenomenoldgico). Se trata de construir tipos conscientemente, basandose en Ja comprensién interpretativa de los sentidos de conductas (entre ellas, los valores), sentidos primera- mente internos pero que se unen luego a los significados culturales. Esos tipos son intermediarios entre generalizacién e individualiza- cién; su generalidad no tiene, sin embargo, nada que ver con un promedio y la individualizacién proveniente de los significados no es idéntica a la irrepetibilidad; por otra parte, los “sentidos internos” 0 subjetivos son mas individualizados que los “sentidos culturales”, Los tipos ideales, construidos por los socidlogos, son “imagenes mentales obtenidas por racionalizaciones utépicas” de las conductas sociales, partiendo de sus significados. Esos tipos son irreductibles los unos con relacién a los otros, adem4s de discontinuos y cuali- tativos. Son estilizaciones conscientes y voluntarias en las cuales se acentiia, se elimina y se exagera, para llegar a im&genes coherentes de aspecto original que puedan servir como cuadros de referencias operatorias. Weber insiste sobre el cardcter pragmatico y hasta un poco arbitrario de esos tipos. Unicamente el paso de los “sentidos subjetivos” a los “sentidos culturales” suministrados, segtin Weber, por las sistematizaciones de las ciencias sociales especiales, le parece Itmitar el caracter hipotético y hasta un poco utdpico de su tipologia. En todo caso, se comprueba en la obra de Weber una dispersién bastante inquietante de “tipos ideales”. Se trata de tipos de rela- clones sociales, tipos de grupos, tipos de sociedades globales, tipos de poder, tipos de procedimientos, tipos de carismas, tipos de luchas, tlpos de religiones, ete. o de tipos de civilizaciones enteras, Hsta dispersién da, a veces, la impresién de que las “formas sociales” de Simmel han servido de prototipos a Ja tipologia de Weber. En todo caso, lo que une a los dos socidlogos es la coneepcién nomina- lista de la realidad social que destruye el carécter especifico de la misma, Weber reduce los hechos sociales a las “probabilidades” de las conductas individuales y a los significados, ignorando todos los olros planos de la realidad social: la base morfoldgica, los aparatos organizados, los simbolos, los papeles, las actitudes y Ja mentalidad colectiva, En igual forma que Simmel, von Wiese y la mayorfa de los soclélogos norteamericanos, reduce toda la realidad social a las yolaclones entre los individuos, insistiendo en la idea de que el grupo sélo es una red de relaciones interindividuales, la unificacién de Jas cuales es s6lo una “probabilidad”, Las clases (probabilidades de monopolic) y las sociedades globales (probabilidades de unitica- clon de grupos y de realizacién de sistemas de significados) se ha- Han en la misma situacién. Weber ignora por completo el problema dle lis estructuras sociales, no eapta los fenémenos sociales totales 16 INTRODUCCION en ninguna de sus escalas y empobrece la realidad social hasta aniqui- jarla. Debemos remitirnos al capitulo siguiente para hallar algunas informaciones complementarias sobre 14 sociologia de Max Weber. Limitémonos aqui a reconstruir la definicién completa del objeto x del método de Ia sociologia, segtin Weber: La sociologia es una ciencia de la cultura que busca los tipos ideales de las probabilidades de las conducias individuales que tienen un cardcter social y estudia sus significados internos y sus significados culturales procediendo por comprensién interpretativa y Uegando, de este modo, a la expli- cacién causal de sus realizaciones en las conductas, Si Weber ha dado un doble paso hacia adelante por su reconocimiento del cardcter cualitativo y discontinuista de los tipos construidos por la sociologfa y por su negativa a renunciar a la explicacién en favor de la com- prensién, no ha dejado por ello de cometer varios errores graves y de sufrir fracasos. Podemos anotar en su pasivo: a) la unién arbi- traria de la comprensién y la interpretacién subjetiva; b) la impo- sibilidad de justificar el paso de los significados internos (subjetivos) a los significados sociales y culturales; c) su renuncia a todos los criterios objetivos que permiten construir los tipos; d) la unién de éstos con un culturalismo espiritualista; e) su dispersién y su inaptitud para ser aplicados a los fendmenos sociales totales y a sus estructuras; f) la destruccién de la realidad social por un nomi- nalismo probabilista e individualista que hace a Weber incapaz de comprender Ja sociedad, los grupos, las clases, los Nosotros asi como también sus obras directas; esta demolicidén sélo se disimula por la inmensa erudicién histérica de Weber; g) la combinacién del for- malismo, del culturalismo y del psicologismo, que no entran en sintesis, ya que forman “islotes de aceite’ y se conservan hetero- géneos, y h) la ausencia, finalmente de todo espfritu dialéctico. Es este defecto el que probablemente ha impedido a Weber captar las totalidades concretas, sobrepasar la conciencia cerrada, ver que la comprensién y la explicaci6én no son sino momentos del mismo proceso, que la tipologia cualitativa no se puede aplicar/en el vacio y que las ciencias sociales partictlares y las ramas especiales de la sociologia se hallan constantemente envueltas en movimiéntos com- plementarios, de implicacién mutua, de polarizacién y de reclpro- cidad de perspectivas. Cuando no caen en un behaviorismo naturalista grosero y “cuan- tofrénico” 17 o en un psicologismo de las inter-personal relations, las definiciones que de Ja sociologia dan los autores norteamericanos re- cientes, las que muestran a menudo cierto sineretismo, asombran por el frecuente recurso a los términos “comunicacién”, “papeles” y “es- tatutos”, “sistemas sociales”, “instituciones” e “institucionalizacio- nes”. In conjunto, el empleo de estos términos delata la creciente 1 Sobre la cuantofrenia de la sociologia norteamericana véase: P. SoROXIN, Fads and Foibtes in Modern Sociology (1956, cap. VII y VIII); trad. francesa con el titulo de: Tendances et déboires de ia soviwlogie amerioaine contemporaine (Paris, 1959). . Objeto y método de la Sociologia 7 Inquietud de los tedricos norteamericanos ante la demolicién del cardeter especifico de la realidad social, disuelta en un conjunto, en una coleccién de individuos dispersos por la influencia combinada del behaviorismo naturalista, de los promedios estadisticos, del for- malismo y del nominalismo weberiano. El punto de partida de esta reaccién se ha de buscar en un pensador profundo, G. H. Mead. En su obra péstuma, Mind, Self and Society (1934) (que no deja de estar en relacién con las ideas de su amigo C. H. Cooley —el tnico soclélogo norteamericano que ha concebido la realidad social como un todo y que ha insistido sobre la imposibilidad de oponer cl individuo ¥ la sociedad como términos de una alternativa), Mead ha tratado de describir en forma més concreta el nacimiento comin del Yo (Self), de los Otros, de los grupos y de la sociedad entera, partiendo de un mismo y tnico proceso social que es “accién de comunicacién”, Esta consiste en el intercambio de los papeles so- clules, “los papeles asumidos por Otro”, que conducen al “Otro ge- nerallzado”, que equivale a la sociedad y a la razén. Son los papeles nxoclales asumidos que hacen nacer el Yo por la interiorizacién de low Olvos, coneretos, primero, y generalizados, luego. Esto hace re- nullar no solamente el car&cter social de los Yo sino también la im- poslbilidad de los papeles sociales sin sus trabazones activas que constituyen la sociedad. En el capitulo I] volvemos brevemente a lus {deas de Mead y a la apreciacién critica de ellas. Sefialemos so- lumente que su influencia se hace sentir en la mayorfa de las defi- niclones recientes de la sociologia norteamericana, que han tratado de sobrepasar la comunicacién y la trabazén de los papeles sociales Integrandolos en “instituciones”, “sistemas” o “estructuras”, Asf, Plorian Znaniecki une la sociologia a las ciencias de la cultura; la define, en efecto, como una ciencia empfrica de las “ins- Utuclones” en su calidad de grupos organizados que tienen funcio- nex oflelales, por una parte, impuestas por la otra. En esos grupos wo reulizan, por acciones sociales en que acttia el “coeficiente hu- mano”, papeles sociales (individuales o grupales) conformes a los modelos, Infortunadamente, aun cuando*Znaniecki hace un esfuerzo Vinible por sintetizar (Cultural Sciences, 1953; Social Actions, 1936: The Social Role of the Man of Knowledge, 1940), no se ve lo que el término “Institucién” pueda afiadir a los grupos conocidos por los jurintas como “corporaciones”, por una parte, y como “fundaciones”, por la olra, lo cual, contrariamente a los deseos manifiestos del au- tor, limitarfa considerablemente el objeto de la sociologfa sin con- tribuir a precisar el método especifico de la misma con relacién a law clonelas sociales especiales. Para Linton, la sociologia y la antro- pologia estudian las “instituciones consideradas como combinaciones dle reglis, estatutos y papeles, asi como. su equipo cultural” (The Study of Man, 1936; The Cultural Background of Personality, 1946). Como en esta definiel6n todos esos elementos carecen de unién y remo no He plantea el problema de la realidad del grupo y de la sodledad, la palabra “instituci6n” sélo cubre un vacfo. Otras defini- 18 INTRODUCCION clones de Ja sociologfa como ciencia de las instituciones sdlo restrin- gen arbitrariamente el campo de ella, evitando toda precisién sobre la realidad de los grupos y de las sociedades y sus relaciones con las obras culturales, ya sea que comprendan bajo el término “ins- tituciones” las “costumbres reconocidas y sistematizadas” (Sumner y Keller); los “procedimientos y los ritos bien determinados”, vin- culados 0 no a las asociaciones (Mac Iver); “los grupos permanentes integrados en una sociedad” (Herzler, Chapin y W. Hamilton), o bien “los grupos m4s importantes reconocidos en una sociedad”, es decir, jerarquizados segin una escala de valores (Hiller y Panunzio) 18, Al mismo tiempo, y dado que se desvian del problema del método ¥y que se combinan con la bisqueda de las fases de desenvolvimiento, o bien (y preferentemente), con la pura descripcién sociografica con sistematizaciones de significados, esas definiciones no contribu- yen en absoluto a una clarificacién de las relaciones entre la socio- logia y las eiencias sociales especiales. En su definici6n de la sociologia, P. A. Sorokin da la primacfa al estudio del cardcter especifico de la realidad “sociocultural” como “sistema a la vez significativo, causal y funcional” (meaningful, causal y functional system), en que “los elementos significativos y culturales” predominan sobre la “interaccién humana” (Society, Culture and Personality, 1947). Sorokin trata de sobrepasar el nomi- nalismo individualista norteamericano y weberiano pero solamente lo logra reforzando preconceptos espiritualistas. Asf, en la “sintesis” de los tres elementos que constituyen el objeto de todo estudio so- ciolégico, “los apoyos materiales”, los “agentes humanos” y los “sig- nificados inmateriales”, estos tiltimos, independizados de la realidad social, son los que predominan constituyendo “sistemas” culturales (en los cuales se hallan integrados los “sistemas sociales”) y sumi- nistrando los criterios de “sintesis”, las bases de los tipos y los focos de sus fluctuaciones cfclicas. Ademds de sus presuposiciones dog- méticas, se puede reprochar a esta definicién la vaguedad y la im- precisién del término “sistema” que designa una totalidad /social real en marcha —totalidad que, justamente, no se reduce nunca a un “sistema” puesto que es esfuerzo, acto y combate contra los’ obs- tdculos e inversién de las escalas y de las jerarquias—, o bien una sistematizacién coherente de los significados, modelos, simbolos, ideas y valores que son validos en un cuadro real particular pero del cual se los separa entonces artificialmente. tnicamente el juego Gialéctico complejo, ignorado por Sorokin, entre “fendmenos socia- les totales”, estructuras parciales y globales, ramas especiales de la sociologia y ciencias sociales particulares sistematizadoras puede resolver estos problemas que el mismo Sorokin tiene el mérito de haber contribuido a plantear. Talcott Parsons (Social System, 1951), influido por todas estas definiciones, y también por Spencer, Durkheim y Weber, ha tratado ™ Para una erftica mas detallada, véase mi Ubro: Vocation avtuelte de ta sociologie (1 vol, om, cit, pags. 423-427), Objeto y método de la Sociologia 19 de unirlas a todas, pero su esfuerzo ha fracasado completamente. Parsons considéra que la sociologia estudia los sistemas sociales que consisten en las interacciones de las conductas y de los papeles asumidos, interacciones orientadas hacia una escala comtin de valo- res, estabilizada en Jas estructuras que se fundan en la “institucionali- zacién” de los modelos culturales, reglas y estatutos. Es facil obser- var que, para Parsons, los términos “sistemas”, “estructuras” e “ins- tituciones” (tomados en una variedad de sentidos diversos) se definen y se sostienen los unos a los otros, velando asf la incapacidad del autor, tanto para precisarlos bien como para comprender la realidad social @n su calidad de totalidad especffica y din&mica. Ademds, Parsons unas veces confunde “tipo” (en el sentido webe- riano) y “estructura”, y otras los distingue, al darse cuenta de que, en ultimo caso, se trata de realidades. ‘Vamos a terminar esta revista de las definiciones del objeto y del método de la sociologia deteniéndonos en Ia que esté implicita- mente contenida en los Ultimos escritos de Mauss (1872-1950), pues consideramos que abre nuevas perspectivas. Mauss ha definido la sociologia como una ciencia que aplica el método de toma de vista de conjunto al estudio de los “fendmenos sociales totales”. He aqui algunos textos de Mauss que, en primer lugar, vamos a reproducir y, luego comentar y criticar, si fuera necesario, “En las sociedades, se capta algo mds que las ideas y las reglas; se captan hombres y grupos... Se los ve moverse... Percibimos fuerzas méviles... Des- pués de haber forzosamente dividido y abstraido un poco, es me. nester que los socidlogos se esfuercen por recomponer el todo... El estudio de lo concreto, que es el todo completo, es posible y mds cautivante, atin mds explicativo, en sociologia”’ que en otras ciencias (Sociologie et anthropologie, 1950, pig. 276). Los fenémenos sociales totales “son mas que temas, m4s que elementos de instituciones, mas qué instituciones complejas, hasta mds que sistemas de institucio- nes... Son todos completos” (ibéd., pag. 275). “Hemos visto socie- dades en estado dindmico o fisiolégico. No las hemos estudiado como si estuvieran solidificadas, en un estado estatico o mas bien cada. vérico, y menos todavia las hemos descompuesto y disecado en re- glas de derecho, en mitos, en valores y en precios” (ibéd., p&g. 275). Esos “fenémenos son a la vez juridicos, econémicos, religiosos, es- téticos, morfoldgicos, etc.” (ibid. pag. 274). “El principio y el fin de la sociologfa es distinguir el grupo entero y su total comporta- miento” (ibid., pag. 276). “Se ve cémo se puede estudiar... la vida social en su totalidad” (ibéd., pag. 279). “Los hechos sociales tota- les... ponen en movimiento... la totalidad de la sociedad” (ibéid., pag. 274). Al considerar el todo en conjunto hemos podido percibir lo esencial, el movimiento del todo, el aspecto viviente, el instante fugi- tivo en que la sociedad y los hombres adquieren conciencia de si mis- mos... Hay en esta observacién conereta de la vida social, un medio de hallar hechos nuevos que s6lo comenzamos a entrever” (p4gs. 275 276). 1) recurso a los “fendmenos sociales totales” puede dar satisfac- 20 INTRODUCCION cién a los historiadores, los cuales “objetan con justicia que los socié- logos hacen demasiada abstraccién y separan demasiado unos de otros los diversos elementos de las sociedades” (p4g. 276). Puede también dar satisfaccion a los psicélogos, pues equivale a reconocer el hecho de que, en sociologia, se trata siempre del “hombre completo”, del “hom. bre total” en que “cuerpo, alma y sociedad, todo se mezcla” y donde “fendmeno social total” y “hombre total” tienden a corresponderse y cubrirse (ibéd., pags. 276 y 303-305), En su concepcién de la sociologia como captacién explicativa de los fenédmenos sociales totales, Mauss reacciona: a) contra la pri- macia dogmatica de la conciencia colectiva y contra el hiperespiri- tualismo de Durkheim en su Ultima manera, en nombre de un rea- lismo relativista y empirista; b) contra el institucionalismo que é1 mismo ha contribuido a introducir, en nombre de las totalidades vol- canicas en marcha, esas reservas de movimientos y esos focos en accién de fuerzas explosivas; c) contra la separacién de la compren- sién y de la explicacién que en ninguna parte se aman mutuamente tanto como en sociologia, y especialmente contra la reducci6n webe- riana de la comprensién a la interpretacién de los sentidos internos de las conductas individuales; d) contra todo género de culturalismo abstracto; e) contra toda separacién de la sociologfa y de la historia en Jo que atafie al campo de lo real constituido por los fenémenos sociales totales, comenzando solamente la distincién en lo concer- niente al método, Sin embargo, luego de haber abandonado la tipologia evolucionista y casi cuantitativa de Durkheim, Mauss vacila en aceptar o mas ‘bien, no precisa la tipologia cualitativa que distinguirfa la sociologfa de la historia. La razén de ello es que Mauss ‘dentifica los fenémenos so- ciales totales con las sociedades globales (no encara los fenémenos sociales totales al nivel de la microsociologia, de los grupos particu- lares y de las clases sociales). Ahora bien, para establecer los tipos de las sociedades globales en su cardcter de fenédmenos socialés tota- Jes, es indispensable pasar por los tipos de sus estructuras. Y Mauss, que no ha elaborado este concepto, en su Fragment dun plan de sociologie descriptive (Annales, 1935) titubea visiblemente en lo re- Jativo a la medida de generalizacién posible de los fenémenos totales. Ademés, no se encuentra en su obra ninguna indicacién de los puntos de referencia que permiten captar esos fendmenos y sus movimien- tos, La falta de acentuacién de los planos de profundidad cuya plu- ridimensionalidad provoca un perpetuo vaivén de implicaciones mu- tuas y de polarizaciones; una atencién insuficiente a la tensién en- tre los elementos aestructurales, estructurables y estructurados que se oponen en los macrocosmos sociales —estando sus fendmenos so- ciales totales comprendidos en un movimiento de estructuracién, des- estructuraci6n, reestructuracién y dispersién de las estructuras; la negativa, en fin, de encarar el drama que se desarrolla entre la escala microsociolégica, la de los grupos particulares, la de las clases y la de Objeto y método de la Sociologia 21 jas sociedades globales, que hacen valer cada una sus propios fend- menos sociales totales 19; todos estos silencios y todas estas reticen- cias han limitado el aleance y la influencia de Ia nueva orientacién de la sociologia indicada por Mauss. Las dificultades que ha encontrado no tienen sino un mismo y tinico origen; sus prejuicios contra la dlaléctica que él identificaba erréneamente con Ia filosofia hegeliana © con la filosoffa marxista. No ha visto que la dialéctica, como demo- lcidn operatoria de los conceptos en favor de las experiencias siempre renovadas, es una depuracién previa a toda filosofia y a toda ciencia y que no hay ningun medio de poner en evidencia las totalidades sociales en marcha sin recurrir a los procedimientos de dialectizacién, Para que la sociologia sea una tipologia de los fenémenos sociales totales, la dialéctica debe integrar el método socioldgico. Es lo que vamos a tratar de demostrar en los pérrafos siguientes, 2. Ensayo de definicion Dado que la realidad social no es estudiada tnicamente por la so- ciologia sino también por ciencias. sociales especiales, constituidas antes que ella y parcialmente auténomas, no se puede definir el carécter especffico de la sociologfa sin precisar, a la vez, su campo y su método cuya interpenetracién da nacimiento a su objeto. El campo_de la sociologia es la realidad social —esa participa- cién de’lo humano en lo humano-— irreductible a toda otra realidad. Ella se manifiesta, en primer lugar y ante todo, en los “fenémenos sociales totales” o totalidades en marcha— focos de ebullicién vol- cdénica comprendidos en un movimiento de flujo y reflujo, reservas de impetu de los actos y los esfuerzos colectivos que deben perpetua- mente luchar contra obstdculos externos e internos y por medio de los cuales los Nosotros, los grupos y las sociedades se crean y se modifi- can a s{ mismos. Multiples significados humanos son producidos por los fenémenos sociales totales y penetran o vienen a insertarse en ellos. Sus obras, no solamente las obras culturales y materiales sino tam- bién sus estructuras 20 —-esos equilibrios precarios de jerarquias miul- tiples—, sin hablar de las organizaciones, los modelos y las activi- dades diferenciadas, no expresan sino muy parcialmente y muy ina- decuadamente las totalidades subyacentes que se hacen, deshacen y rehacen constantemente. La intensidad del movimiento 0, mds exac- tamente, los tiempos o la multiplicidad de los tiempos en que se producen los fenémenos sociales totales son variables; éstos ultimos pueden estar adelantados o atrasados con relacién a sus estructuras, Sea como fuere, su todo indescomponible prima siempre en todas sus manifestaciones aestructurales, estructurables y estructuradas: est4 © Pare el examen sistemdtico de todos estos problemas, véase mas adelante, IL do este Tratado, Parit Ia definieién del coneepto de estructura, véase més adelante, seceién I, y La vocation aotuetto de la soclologie (vol. I, op. cit, pigs, 429 y slg.). 22 TNTRODUCCION ontolégicamente presente antes que todas sus expresiones, obras y cris- talizaciones y no se deja separar completamente por ninguna de ellas. Los fenémenos sociales totales son pluridimensionales, dispuestos en pisos, capas, planos y profundidad, los cuales pueden servir como puntos de referencia para reconstituir su unidad indisoluble, Hay un vaivén perpetuo de la corteza exterior de la sociedad —-su base morfolégica (geografica, demogréfica, ecolégica, instrumental, etc.), pasando por los aparatos organizados, las practicas cotidianas flexi. bles, los modelos técnicos, los signos y los simbolos, y yendo hasta las conductas colectivas derogatorias o novadoras que modifican las prdcticas y los modelos y crean simbolos nuevos, hasta los valores ¢ ideas colectivos y, finalmente, hasta la mentalidad social, a la vez colec- tiva e individual. Todas esas capas en profundidad forman un con- junto indisoluble en los fenémenos sociales totales sin que esto exclu. ya una cierta discontinuidad entre las capas y la posibilidad de con- flictog entre ellas, La acentuacién de los planos, su intensidad, sus adelantos y sus atrasos varfan con cada cuadro social, cada Nosotros, cada grupo, cada clase, cada sociedad global, cada elemento micro- sociolégico y cada unidad macrosociolégica que representen por si mismos fenémenos sociales totales. A esto se agrega la inversién de Ja jerarquia de los planos segtin los diferentes tipos de estructuras parciales y globales, asi como también el cambio de su acentuacién que sobreviene como consecuencia de modificaciones en las circuns- tancias 24, Los fenémenos sociales totales no son solamente pluridimensio- / nales y no se reducen exclusivamente a las sociedades globales. Los Nosotros (masag, comunidades y comuniones), los grupos parti¢ulares y las clases sociales son también fendmenos sociales totales. Los gru- pos particulares son microcosmos de Nosotros y, por consiguiente, fendémenos sociales totales como las clases sociales y las sociedades globales son macrocosmos de grupos particulares, cada uno de los cua- les representa una totalidad. La riqueza de los fendmenos, sociales totales sdlo puede ser comprendida en su plenitud al darse cuenta que la tendencia a la preeminencia de lo global sobre lo parcial ad- mite gradaciones casi infinitas y que un drama perpetuo se desarrolla entre los fenémenos sociales totales parciales y globales los cuales pueden a la vez ser complementarios, estar en situaci6n de impli- cacién mutua, de ambigiiedad, de polarizacién y de reciprocidad de perspectivas, Este juego dialéctico complejo entre los diferentes cua- dros y escalas de’ los fenémenos sociales totales es tan importante como él de los planos de profundidad y brinda un segundo punto de referencia para la captaci6n de las totalidades sociales en marcha. En fin, cuando se toman los fenémenos sociales totales al nivel de las unidades colectivas reales (grupos, alases y sociedades globa- les) —y no al nivel de los Nosotros y de las relaciones con los Otros, & Para desarrollos mas detallados sobre la “soclologia profunda”, véase, mas adelante, secelén II, y Vocation actuelle (2a. ed. 1067, vol. T, pigs. 63-115). Objeto y método de Ia Sociologia 23 que son astructurales por excelencia— se asiste a una lucha encar- nizada entre los elementos aestructurales, estructurables y estructu- rados, completada por la que libran lo espontaéneo y lo organizado; esto tiltimo no es mds que un posible pedn en el tablero de los equi- librios que constituyen una estructura. Las estructuras, comprendi- das en un incesante movimiento de estructuracién, desestructuracién, reestructuracién o dispersién, estén en relaciones tirantes con los fenémenos sociales totales subyacentes que las hacen posibles, sin hablar de la lucha de los grupos y las clases sociales y de sus con- flietos con la sociedad global en que estén integrados. Son, pues, los desplazamientos, las tensiones, los conflictos y los antagonismos ins- criptos en el cuadro de los fendémenos sociales totales, los que hacen resaltar mejor su extrema riqueza. Su movimiento dialéctico pone de manifiesto a la vez su totalidad indisoluble y el desgarramiento que les es propio. La misma dialéctica prohibe oponer la realidad social a las civilizaciones. Los fendémenos sociales totales son los producto- res y, también, a menudo, los beneficiarios de las obras culturales y de las civilizaciones. Los fendmenos sociales totales no son nunca idénticos a ninguno de sus contenidos y representan siempre més que su conjunto, y con mayor razén atin, mds que la suma de los mismos. Lo que estd en juicio aqui es la vida misma de la realidad | social y su movimiento infinitamente intenso y complejo. Esta realidad puede ser estudiada segtin tres métodos diferentes: A) Segin un método sistematizador y analitico, que persigue ha- | bitualmente fines practicos y que, apoydndose en un solo plano de profundidad separado mds o menos artificialmente de la totalidad, trata de hacerlo coherente a fin de obtener el mayor rendimiento en un cuadro social especifico cuyo presupuesto no se hace habi- , tualmente consciente. Tal es el procedimiento de la mayorfa de las ciencias sociales especiales. Asf, por ejemplo, la “ciencia del dere- cho”, en el sentido técnico de la palabra, no toma en consideracién sino los modelos y los s{mbolos abstractos del derecho, sistematizados a fin de facilitar su aplicacién por los tribunales y los servicios ad- ministrativos de un pais dado. Asif, la gramatica no tiene en cuenta mas que los signos y simbolos de un lenguaje a fin de facilitar por su sistematizacién su difusién y su ensefianza en un circulo deter- minado, Asf es como la geograffa (la cual, hasta cuando es fisica, se conserva humana y por lo tanto social) no pasa del plano morfo- légico de la realidad social cuando describe los relieves, los climas, las poblaciones, el suelo y los recursos, con relacién a las necesidades de un cuadro social especffico. A su vez, la economia pol{tica clasica analiza y sistematiza ciertos modelos econdmicos y determinadas con- ductas colectivas regulares concernientes a la produccién mas eficaz y a los intereambios m&s ventajosos, a fin de indicar los mejores me- dios de legar a la prosperidad en un cuadro social determinado (cuya yarlabilidad se le escapa a menudo). B) Tl segundo método de estudio de la realidad social es indi- viduatizador, més bien, singularizador, y es propio de dos ciencias 24 INTRODUCCION sociales especiales, la historia y la etnograffa que, como la sociolo- gfa, estudian los fendémenos sociales totales tomados en conjunto, La etnograffa, empero, encuentra algunas dificultades para pasar de la estructura al mismo fenémeno social total, porque trata con so- ciedades no prometeanas, es decir, sociedades carentes de la concien- cia de los cambios y los vuelcos posibles, producidos por la accién humana concentrada. La historia, por el contrario, logra, mejor que la sociologfa, seguir las peripecias del desbordamiento de los fenémenos sociales totales subyacentes por sobre las estructuras, La historio- graffa, en su calidad de ciencia, estudia las sociedades prometeanas (o histéricas) en lo que tienen de irrepetible y tinico, colocando su movimiento singularizado en un pasado hecho presente y en un presente hecho pasado; esto implica la reconstruccién de los dos, par- tiendo siempre de una sociedad dada, desde el 4ngulo de una clase 0 un grupo determinado, a fin de llegar a una continuidad de las es- tructuras y los tiempos, de los cuales 1a historia misma revela, pues, su multiplicidad y su singularidad. La paradoja que consiste en es: tudiar una realidad privilegiada desde el punto de vista de Ja discon- tinuidad y que estrecha el vinculo entre causa y efecto en la expli- cacion, es compensada, primeramente por el caraeter particularmente jdeolégico de la “verdad hist6riea”, luego por “la ambigtiedad de los tiempos histéricos” (tiempos reales y tiempos proyectados por los historiadores; tiempo transcurrido, ya pasado y reconstruido sola- mente; tiempos mititiples y, sin embargo, presupuestos continuos, etc.) 22 y finalmente por la intensificacién simulténea de la compren- sion y de la explicaci6n en la ciencia de la historia, Estas caracteris- ticas de la forma en que la historia estudia Ja realidad social no es- tén de ningtin modo destinadas a comprometerla; aspiran por el con- trario, a demostrar su caracter especffico y la necesidad de su colabo- racién fraternal con la sociologia, a la que suministra, no s6lo los materiales mds indispensables, sino también los esquemas explicati- vos més firmes que aseguran los pases y las transiciones entre los fenémenos sociales totales y sus estruciuras ®%. A su vez, la sociolo- gia suministra a la historia el armaz6n de sus cuadros conceptuales, *% Los historiadores y los soci6logos estan empefiados, en estos momentos, en una discusién sobre la multiplicidad de los tiempos, Bn esta discusién, los “tiempos reales”, las “tomas de conelencia de los tiempos” y las “mancras de dominar los tiempos” no se distinguen suficientemente, del mismo modo que no se advierte sempre el hecho de que los tiempos sociales miiltiples, ai constituir escalas varla- das segtm los tipos de las estructunas y de las sociedades globales, penctran lon unos en los otros y forman unidades sierapre nuevas, Bn estas condiciones, las ori- ticas formuladas por Fernand Braudel en el Cap. IV de esta seccién (véase, mas adclante, “Historia y sociologia”), contra toda conceptualizacién sociolégica de los “tiempos mdltiples”, nos parecen poco fundedas. ,Cémo comprobar las uni- ficaciones casi infinitas de los tiempos miltiples segtin los fenémenos sociales to- tales globales y coneretos sin haber, primeramente, captado esos tiempos en con- ceptos? Bl historiador, al rehusar el concurso del socidlogo, gno se priva aqui de un arma eficaz de andlisis? A este respecto, véase mi curso mimeogratiado, La multiplicité dee temps sociaux (Paris, 1969, C.D...) y también, mas adelante, seeciones II y ITT de este Tratado. % Veanse mis dos estudios: La onse de Vewplication en sociclogie (Cahiers Internationaux de Sociologie, vol. KXT, 1956, pAgs. 13-18) y Continuité et discon- tinuité en histoire et sociologie (Annales, 1957, Ne 1, pégs. 73-84). Objeto y método de la Sociologia 2s de los que forman parte los tipos de estructuras, y puede igualmente ayudarle a reducir en todo lo posible el cardcter ideolégico de su verdad. C) El tercer método de estudio de la realidad social es el método de la tipologia cualitativa y discontinuista, propio de la sociologia, el cual se vincula necesariamente, por una parte, a la aplicacién de una vista de conjunto que rehusa sacrificar tanto la unidad como la mul- tiplicidad, y, por otra parte, al recurso a la dialéctica empirista, Gnica capaz, al frustrar toda tentacién de modificar los tipos y de estabilizar la vista de conjunto, de hacer resaltar toda la complejidad del mé- todo sociolégico 24, . 1, El método tipolégico, tan distinto del método generalizador de las ciencias naturales como del método analitico, sistematizante de la mayorfa de las ciencias sociales especiales y del método singula- rizador de la historia y la etnografia, construye, en sociologia, tipos cualitativos y discontiniuos, pero que, sin embargo, pueden repetirse. Asi, este método generaliza hasta cierto limite, pero en el afan de hacer resaltar mejor el caracter especifico del tipo. Al construir tipos diferentes segtin la variedad de los cuadros sociales reales y de sus estructuras, este método singulariza hasta cierto punto, pero lo hace para reconocer mejor los cuadros que pueden repetirse. Utiliza los datos de la historia, pero con el fin de acentuar las discontinuidades | y hasta las rupturas entre Nosotros, grupos, clases y sociedades glo- bales, por una parte, y fenédmenos sociales totales y estructuras, por Ja otra. Presupone la comprensién de los conjuntos y de sus signi- ficados, pero lo hace para hacer de estos tiltimos elementos inmanen- tes de las totalidades en marcha. Retiene, a veces, las sistematiza- ciones ofrecidas por las ciencias sociales especiales, pero, como otros tantos puntos de referencia, para buscar planos de profundidad sub- yacentes y demostrando la relatividad de toda cohesién de modelos, simbolos y significados segtin la particularidad del fendmeno social total. En sociologia, el método tipolégico no tiene sentido mas que cuando se aplica a las totalidades y a sus estructuras. Hsos tipos no son elaborados para fijar las im4genes de Epinal, simulacros endu- recidos, o “racionalizaciones utopistas” (Weber), y no se dividen en “fenotipos” y en “genotipos” (Kurt Lewin). Representan cuadros de referencias dindmicas, adaptados a los fendmenos sociales totales y llamados a promover la explicacién en sociologia. Basta darse cuenta de ese car4cter intermediario de los tipos socio- légicos entre generalizacién, singularizacién y sistematizacién, entre explicacién y comprensién, entre repeticién y discontinuidad, para verificar que no pueden construirse de manera provechosa sin recu- rrir a la dialéctica que se rehusa a la inmovilizaci6n de los conceptos. Wsta observacién se confirma si se hace una distincidn entre tres 4 ‘Véantio mis estudios: Lihyper-empirisme dialectique, Ses applications en 20- olologle (Cahiers Internationaux de Sociologie, ‘vol. KV, 1953, pAgs. 3-33) y Réfle- wions aur tea rapporis entre philosophte ct sociologie (Ibéd., vol. XXII, 1957, pagi- nis M14), 26 INTRODUCCION clases de tipos que estén a menudo confundidos y que, en realidad. son complementarios, simétricos (en relaciones de reciprocidad de perspectivas) o se hallan mutuamente implicados, en relaciones de polarizacién: los tipos microsociolégicos, los tipos de grupos particu- lares y los tipos de sociedades globales 2°. a) Los tipos microsociolégicos son los tipos de los vinculos sociales (los Nosotros en relacién con los Otros), o dicho de otra manera, las” “manifestaciones de la sociabilidad”. Son los tipos de los fenémenos sociales totales aestructurales que se actualizan, se combinan y se combaten. en la forma més variada en el seno de cada grupo por pe- quefio que sea, como en el seno de cada sociedad global. Los tipos microsocioldgicos son los més abstractos y los mas generales, pues ad- miten una frecuente repeticién en el interior de los cuadros macroso- ciolégicos, ) Los tipos de grupos particulares son tipos de fenémenos socia- Jes totales que constituyen unidades colectivas reales pero parciales (uni o multifuncionales), unidades que son estructurables 0 estructu- radas. Estos tipos son més concretos que los tipos microsociolégicos, pero menos concretos que los tipos de las sociedades globales y de las clases sociales. Efectivamente, la repeticién de estos tipos en los di. yersos cuadros globales produce géneros diferentes (por ejemplo, el clan en las sociedades Iamadas arcaicas, la familia doméstica en las sociedades llamadas patriarcales, la sociedad matrimonial en las so- ciedades actuales, etc.). c) Los tipos de clases sociales y de sociedades globales son tipos de fenémenos sociales totales suprafuncionales que representa macro- cosmos de grupos particulares. Estos tipos son los més concretos y los m&s préximos a la existencia histérica, es decir, que sélo se repiten rara vez. El hecho de que las clases y las sociedades globales se hallen siempre estructuradas, hace, que sea més facil construir sus tipos pasando por sus estructuras, tanto més cuanto que los fendé- menos sociales totales correspondientes son de una gran riqueza. El establecimiento de los tipos de estructuras globales presupone Ja utilizacién de una serie de criterios que no tienen nada de arbi- trario o de utépico y de los cuales, los m4s importantes son: a) la jerarquia de los grupos funcionales, a veces en competencia con la de Jas clases sociales; b) la combinacién de las formas de sociabilidad que se actualizan en el conjunto y en los grupos particulares; ¢) la acentuacién de los planos de profundidad cuya importancia, dinamis- mo y relaciones mutuas varfan; d) la escala de las formas de divisién del trabajo y de acumulaci6n; e) la jerarquia de las reglamentaciones sociales o “controles sociales”; £) el sistema de los modelos, signos, sefiales, simbolos, ideas y valores; en suma, de las obras culturales de una civilizacién, las cuales cimentan la estructura global y g) la * Para una exposicién més detallads de esas tres tipologias y sus relaciones, véase, mas adelante, scccién II, asf como también mi obra Vocation actuelle de 1a seciatogic (2a, ed., 1957, vol. I, pigs. 1-206, 281-399 y 443-504). Objeto y método de Ia Sociologia 27 escala de los tiempos sociales; h) la jerarquia’ de los determinismos sociales, que da la formula particular del determinismo sociolégico que varia con cada tipo de sociedad, La distincién de tres especies de tipos sociolégicos (abstracto o microsocial, abstracto-concreto 0 concerniente a los grupos y concreto 0 concerniente a las sociedades globales y a las clases sociales) con- duce a las siguientes conclusiones: a) las tres clases de tipos sirven de puntos de referencia para su construccién sucesiva, ayuddndose mutuamente para su verificacién recfproca; es decir, que se encuen- tran en relaciones dialécticas complementarias, de implicacién mutua o de reciprocidad de perspectivas..., sin excluir por ello la posibili- dad de polarizaciones de intensidades diversas; b) la construccién de los tipos sociales acenttia m4s la comprensién —la captacién directa del conjunto y de los significados que forman parte de él— cuando se trata de las sociedades globales y de las clases sociales en que los problemas de las civilizaciones y de las obras culturales estén mas intensamente implicados, que cuando se trata de los fenédmenos mi- crosociales o grupales, de los cuales es mas facil construir los tipos, y ce) no sélo la intensidad y la importancia respectiva de las capas en profundidad, asf como de los elementos aestructurales y estructura- dos son esencialmente variables, no sdlo la jerarquia de los grupos se invierte segtin los tipos de estructuras y de fenémenos sociales tota- les subyacentes, sino también la escala de los determinismos sociales que provocan cambios en las sociedades globales es diferente segtin esos tipos. Si, por ejemplo, en la sociedad burguesa y eapitalista, el determinismo de los modelos econémicos y técnicos ha representado en todo cambio un papel de primer plano, no es del todo seguro que, en otros tipos de sociedades, la base morfolégica y especialmente de- mogréfica, las creencias magicas y religiosas (0 su conflicto), el de- recho, el saber o hasta la planificacién racionalmente deseada, ete., no hayan podido o no puedan colocarse a la cabeza de los determi- nismos sociales cuya unificacién especifica es la que constituye el determinismo sociolégico. Este relativismo radical que, en sociolo- gia, es la consecuencia de la tipologfa didléctica, se confirma igual- mente en el trastorno de las propiedades mismas de la realidad so- cial cuyas caracteristicas cambian con cada tipo de los fenémenos so- ciales globales y a veces parciales, y hacen surgir una concepcién diferente de la “naturaleza” misma de lo social. 2, El segundo aspecto del método sociolégico, que consiste en to- mar siempre en consideracién todos los planos, todas las escalas y todos los sectores (aestructurales, estructurables y estructurados) de Ja realidad social a la vez, en masa, aplicdndoles una vista de cons junto, se encuentra igualmente ligado al método dialéctico. ¢Cémo estudiar, en efecto, el vaivén, la interpenetracién y la tensién entre los planos, las escalas (Nosotros, grupos y sociedades globales), los elementos (aestructurales, estructurados y estructurables), lo espon- tdneo y lo organizado, los movimientos (de estructuracién, desestruc- turaclén y reestructuracién), entre individuo y sociedad —todos indi- 28 INTRODUCCION solublemente ligados y en conflicto virtual y actual—, sin recurrir a la dialéctica? No es haciendo pasar todos esos elementos por la prueba dialéctica de la complementacién, de la implicacién mutua, de la ambigiiedad y de la reciprocidad de perspectiva cémo se puede obtener una imagen concreta de la realidad social y sus tipos mien- tras se hacen y se deshacen? Desde este punto de vista, nada puede ilustrar mejor la diferen- cia entre Ja sociologfa y las ciencias sociales particulares que las mis- mas ramas especiales de la sociologfa, tales como la sociologia econ6- mica, la sociologia morfolégica o demografica, la sociologia industrial, la sociologfa del derecho, del lenguaje, del saber, de la religién, la psi- cologia colectiva, etc. Pues si, a semejanza de las ciencias sociales particulares, las ramas especiales de la sociologia parten de uno de los planos o sectores de la realidad social que ellas acenttian, hacen todo lo posible para no quedar allf y terminan siempre vineulando su punto de partida a todos los otros planos y sectores, es decir, que lo inte- gran en el fenédmeno social total, sus cuadros y su movimiento. La dialéctica vence aqui Ja sistematizacién. Pero, se nos preguntaré, dado que 1a historia estudia también los fenémenos sociales totales aplicdndoles una vista de conjunte, ino es también tributarla de la dialéctica?, y glo es en el mismo grado? Con- testaré que la historia no puede, ciertamente, evitar el apelar a la dia- léctica que es el camino que toma el hombre en marcha para captar las totalidades reales en movimiento que, de cerca o de lejos, llevan su sello, incluyendo la misma realidad social. Sin embargo, la his- toria, si no se deja absorber por una filosofia de la historia que es su peor enemiga, necesita de la dialéctica mucho menos que de la Sociolo- gia. En efecto, al buscar la singularidad del desarrollo y la continuidad de los pasos, la historia no se encuentra, como Ja sociologia, ante dis- continuidades multiples especialmente acentuadas a fin de ser cons- truidas en los tipos cualitativos de los fenémenos sociales totales, aes- tructurales, grupales y globales. Hl pluralismo dialéctico es, pues, esen- cialmente la caracteristica del método sociolégico, de su marfera espe- cifica'de aplicar la toma de vista de conjunto, sin absorber la multi- plicidad en la unidad. 3. Empirismo, relativismo y pluralismo dialécticos, que ya hemos ilustrado al pasar este tercer aspecto del método sociolégico. Nos li- mitaremos a agregar un solo ejemplo, el del problema —que también ya hemos evocado a menudo— de las relaciones entre la sociologia'y las ciencias sociales particulares, problema cuya solucién de principio hemos indicado. Sin embargo, no se puede negar el hecho de que, en jos diferentes giros de su desarrollo recfproco, sus relaciones han sido muy diversas. Sélo podemos darnos cuenta de la situacién real po- niendo la sociologia y Jas ciencias sociales particulares primeramente en relacién de complementos dialécticos, luego en relacién de impli- cacién mutua, mas tarde en relacién de ambigtiedad dialéctica, (cuando se aman tanto que una quisiera absorber a la otra), y también en relacién de polarizaci6n (cuando se hacen competencia). Asf, Dur- Objeto y método de la Sociologia 29 kheim, habiendo exigido la disolucién de las ciencias sociales particu- lares en la sociologia y provocado una violenta reaccién de éstas, ha logrado, empero, sus fines sin saberlo, pues las ciencias sociales par- ticulares se han “sociologizado” en una forma inmanente, conservan- do, sin embargo, una autonom{a metodoldgica. La reciprocidad de pers- pectiva, es decir, la simetria dialéctica, es la tarea que la sociologia debe proponerse con respecto a las ciencias sociales particulares, pero que no ha podido atin realizar completamente. Creemos poseer ahora los elementos esenciales que nos permitiran tratar de dar nuestra propia definicién de la sociologia. La sociolo- gia es la tipclogia cualitativa y discontinuista —fundada en la dia léctica— de los fenémenos sociales totales aestructurales, estructura- bles y estructurados que ella estudia a la vez en todos los planos en profundidad, en todas las escalas y en todos los sectores, a fin de se- guir sus movimientos de estructuracién, desestructuracion, reestruc- turacién y dispersién, hallando su explicacién en colaboracién con la historia, Si se quisiera legar a una formula més breve, se podria decir que Ja sociologia es una ciencia que estudia los fenémenos sociales totales en el conjunto de sus aspectos y de su movimiento, captdndolos en tipos dialectizados microsociales, grupales y globales en tren de ha- cerse y deshacerse. La seccién It daré una idea més precisa de esta concepcién de la sociologia. En cuanto al inventario de los problemas de Ja sociologia y sus ramas principales, corresponde al temario del presente T'ratado. BIBLIOGRAFIA SELECCIONADA S6lo damos aqui una bibliograffa muy reducida concerniente a Jas discusiones sobre el objeto y el método de la sociologia, para evitar, en todo lo posible, la repeticién de las indicaciones bibliograficas que se encuentran al final de los capitulos de la seccién I, consagrada 2 los problemas de la sociologia general. Anon (R). La sociologie allemande contemporaine (2% ed., Paris, 1950). Becker (H.) v Bosnorr (A.) (editores). Modern Sociological Theory (Nueva York, 1957). Boveit (C.). Bilan de la sociologie francaise contemporaine (Paris, 1936). Diuruey (W.). Introduction @ Vétude des sciences humaines (trad. francesa, Parfs, 1943), Dunxuzrm (E.). Les régles de ta méthode sociologique (9* ed., Paris, 1947). — Sociologie et philosophie (Paris, 2% ed., 1951). — Les formes élémentaires de la vie religieuse (Paris, 1912, Introduccién y Conclusién). Dunknem (E.) y Favconner (P.). Soctologie et sciences sociales (Revue philosophique, mayo 1903). Durrfer (E.), Sociologie générale (Paris, 1948). Munanx (i, I°,), The Concepts of Soctology (Nueva York, 1932).

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