CARTA A LOS JUECES DEL “CASO BEARA”
“Estos son los tinicos momentos:
‘en que siento la soledad verdadera:
‘euando uno se enfrenta a la violencia impune.”
RYSZARD KAPUSCINSEI
‘Tribunal Oral Criminal y Correccional Nro. 7
En nuestra condicién de padres de Ariana Lizarraga,
querellantes en la Causa 35.475/10, venimos a informar a los
Sefiores Magistrados que hemos tomado la irrevocable decisién
de no recurrir ante el Tribunal de Casacién la Sentencia de ese
Tribunal que consagré la impunidad de los funcionarios piblicos
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cémplices y maximos
responsables de la muerte de nuestra hija y de su mejor amiga
Leticia Provedo.
En otro orden queremos agradecer profundamente la muy
esforzada labor de los Doctores Gabriela Cabrera y Daniel
Llermanos -y Ja del Fiscal Andrés Madrea- quienes durante
interminables doce afios trabajaron denodadamente, contra
viento y marea, para lograr se hiciera Justicia.
Lamentablemente, cuestiones ajenas al esfuerzo de los
profesionales y del Derecho, condujeron a que durante la tortuosa
Instruccién se cometieran variados vejamenes en perjuicio de las.
victimas y de sus deudos. Posteriormente, el Juicio Oral, a
Vuestro cargo, reiteré la vocacién absolutoria, fallo que no
recurriremos porque somos conscientes de nuestra fragilidad
—r—ao SCENIC AUY GULL VAITpolitica frente a la prepotencia del poder que silencié el caso en
los medios de prensa y logré homologar In impunidad en el
Veredicto absolutorio.
Ya no estamos en condiciones psiquicas de tolerar mas
injusticias, hemos tomado Ia decisién de rendirnos ante una
circunstancia claramente ineluctable. No estamos dispuestos a
seguir siendo cémplices de simulacién de juicio, donde la tragedia
de las victimas continue sucediendo como un acontecimiento
menor frente al poder politico de sus victimarios, funcionarios del
Gobierno de la Ciudad.
Jamas olvidaremos que se probé de manera categérica que los
funcionarios publicos sometidos a juicio fueron los que
habilitaron esa trampa mortal Lamada Boliche Beara,
recomendando ademas ~como publicitarios inescrupulosos- que
concurrieran los jévenes, calificando el lugar, en las pataformas
de internet, como “sitio seguro”.
Sabemos que la resignacién no implica vivir con plenitud sino
sobrevivir pero al menos no tendremos que padecer nuevas
vejaciones. No nos han dejado otra alternativa que la
resignacién.
Finalmente, pedimos disculpas a nuestra hija. Ella bien podria
cuestionar nuestra decisién y calificarla como debilidad. Tendria
raz6n. Quiz4 pueda entender que el Poder Judicial también nos
maté a nosotros.
Covaricauy cull vailCubiertos en un manto de tristeza y desolacién, despedimos a los
sefiores Jueces, en Vuestras manos estuvo la ultima esperanza, el
Ultimo intento de vencer a la violencia politica que maté a
nuestra hija.
Covaricauy cui vail